Descargar PDF adjunto

Anuncio
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
VERSION PRELIMINAR SUSCEPTIBLE DE CORRECCION UNA VEZ
CONFRONTADO CON EL ORIGINAL IMPRESO
(S-0729/08)
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados,...
ARTICULO 1°: Modifíquese el artículo 259 del Código Civil, el que
quedará redactado de la siguiente manera:
“Artículo 259:
La acción de impugnación de la paternidad matrimonial podrá ser
ejercida por el marido, por el hijo, por la madre y por el presunto padre
biológico.
La acción del marido, de la madre y del presunto padre biológico
caduca al año desde la inscripción del nacimiento, salvo para el
marido y el presunto padre biológico que prueben que no tuvieron
conocimiento del parto, en cuyo caso el término se computará desde
el día en que lo supieron, o desde el momento en que tomaron
conocimiento de las pruebas que contradicen la filiación ya
establecida. El hijo podrá iniciar la acción en cualquier tiempo.
En caso de fallecimiento del marido, sus herederos podrán impugnar
la paternidad si el deceso se produjo antes de transcurrir el término de
caducidad establecido en este artículo. En éste caso, la acción
caducará para ellos una vez cumplido el plazo que comenzó a correr
en vida del marido.
Cuando quien impugna la paternidad matrimonial es el presunto padre
biológico, para la admisión de la demanda
deberá acreditar
previamente la verosimilitud de los hechos en que se funda,
valiéndose para ello del o de los medios más idóneos al efecto.
El presunto padre biológico solo podrá iniciar la acción de impugnación
durante la vida del hijo.”
ARTICULO 2°: Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Juan C. Marino.
FUNDAMENTOS
Sr. Presidente:
El presente proyecto que traigo a consideración se justifica en la
necesidad de adecuar la legislación sustancial a la realidad de
nuestros días, los avances de la ciencia y por sobre todo al esencial
derecho a la identidad para dar oportunidad al desarrollo de vínculos
filiatorios basados en la verdad y la confianza.
La evolución de la sociedad da hoy por superados antiguos estigmas.
El artículo 259 del Código Civil, en su redacción actual, otorga
legitimación para impugnar la paternidad de un hijo nacido durante un
matrimonio exclusivamente al marido de la madre -sobre quien recae
la presunción de paternidad del artículo 243- y al hijo, negando por
tanto, la misma posibilidad a la madre y a quien alega ser el padre
biológico del niño.
La filiación que tiene lugar por naturaleza, presupone un vínculo o
nexo biológico entre el hijo y sus padres; cuando ese nexo biológico
puede considerarse acreditado, la paternidad o la maternidad quedan,
jurídicamente, determinadas. Determinación es, entonces, la
afirmación jurídica de una realidad biológica presunta (conf. BossertZannoni)
El artículo 243 establece una de las formas de determinación de la
filiación - la determinación legal- al establecer que “Se presumen hijos
del marido los nacidos después de la celebración del matrimonio y
hasta los trescientos días posteriores a su disolución...”
Entonces, en caso de que el hijo nazca de mujer casada, la paternidad
queda atribuida al marido de ésta con carácter imperativo, de modo
que no puede ser modificada por acuerdo de voluntades individuales,
sino a través de sentencia judicial, de conformidad con el régimen de
negación o impugnación establecido por la ley.
Quien pretende reconocer un hijo que tiene emplazamiento como hijo
de otra persona, deberá previa o simultáneamente impugnar ese
vínculo de filiación, para luego practicar el reconocimiento, según lo
establece el Art. 250.
Sin embargo, como se ha expresado, conforme a la interpretación
literal de la norma en análisis, ni la madre ni el presunto padre
biológico tienen legitimación activa para impugnar la paternidad
matrimonial, lo cual atenta directamente contra el esencial derecho a
la identidad del niño.
El derecho a la identidad es uno de los derechos tutelados por nuestra
Carta Magna (Art. 33 y 75 inc. 22 que otorga jerarquía constitucional a
determinados tratados internacionales)
El artículo 8.1 de la Convención Sobre los Derechos del niño establece
“...el derecho del niño a preservar su identidad, incluidos la
nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares de conformidad con
la ley sin injerencias tácitas”; el artículo 7 asimismo reza: “El niño será
inscripto inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho
desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la
medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por
ellos”.
El mismo tratado expresa en su artículo 5 que, “los Estados parte
respetarán las responsabilidades, los derechos y los deberes de los
padres....en consonancia con la evolución de sus facultades, dirección
y orientación apropiadas para que el niño ejerza los derechos
reconocidos en la presente convención”. Y el artículo 4 indica que “Los
Estados partes adoptarán todas las mediadas administrativas,
legislativas y de otra índole para dar efectividad a los derechos
reconocidos en la presente Convención...”
Nuestra ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de las
Niñas, Niños y Adolescentes estipula en el artículo 11, luego de
reconocer el derecho de los niñas, niños y adolescentes a conocer
quienes son sus padres, que “los Organismos del Estado deben
facilitar y colaborar en la búsqueda, localización u obtención de
información, de los padres u otros familiares de las niñas, niños y
adolescentes facilitándoles el encuentro o reencuentro familiar. Tienen
derecho a conocer a sus padres biológicos, y a crecer y desarrollarse
en su familia de origen, a mantener en forma regular y permanente el
vinculo personal y directo con sus padres, aun cuando éstos
estuvieran separados o divorciados, o pesara sobre cualquiera de
ellos denuncia penal o sentencia, salvo que dicho vínculo amenazare
o violare alguno e los derechos de las niñas, niños y adolescentes que
consagra la ley...”
“Justamente de la tensión entre el imperativo de asegurar el acceso al
conocimiento del vínculo biológico y el de mantener el sosiego y la
certeza en los vínculos familiares, conforme a la ponderación
efectuada por el Poder Legislativo de la Nación, surge la ampliación al
hijo de la legitimación activa en la acción de impugnación de
paternidad consagrada por la reforma de la ley 23264” Nota a fallo CS,
1999/11/01. D. De P.V.,A. C, O., C.H. por Andrés Gil Domínguez
¿Existe una familia basada en la hipocresía? La discriminación
prevista en el artículo 259 del Código Civil y un fallo de la Corte
Suprema que llama a la reflexión.
Sin embargo, a pesar de los numerosos intentos de mis pares por
abordar esta problemática no se ha llegado a zanjar el debate en un
tema tan sensible a las relaciones humanas más básicas.
La omisión de otorgar legitimidad a la madre y al padre biológico,
importa una clara discriminación que no hace otra cosa que perjudicar
al menor.
En este punto es dable recordar la Convención sobre la Eliminación de
todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, que en su artículo
16.1.d instruye: “Los Estados partes adoptarán todas las medidas
adecuadas para eliminar la discriminación contra la mujer en todos los
asuntos relacionados con el matrimonio y las relaciones familiares y en
particular, asegurarán, en condiciones de igualdad entre hombres y
mujeres:... Los mismos derechos y responsabilidades como
progenitores, cualquiera sea su estado civil, en materias relacionadas
con sus hijos; en todos los casos, los intereses de los hijos serán la
consideración primordial...”
Se ha sostenido que dotar a la madre del niño de legitimación para
impugnar la paternidad de su marido, importaría que ésta invoque su
propia torpeza, al reconocer de esta forma su incursión en adulterio.
Tal posición desconoce en el caso la verdadera finalidad de la acción
que estamos estudiando, como así mismo desvirtúa prejuiciosamente
la intención de la madre.
“Reconocer y confesar la conducta propia es mucho mejor que ocultar
la verdad tras la máscara de la ficción, de la presunción o de la
hipocresía... porque tal confesión va en beneficio del hijo al que se
pretende adjudicar su verdadera filiación; o sea para el interés superior
del niño; no del matrimonio, ni de la pareja, ni de la mujer, ni de la
familia. Familia al fin y al cabo, es un conjunto de seres humanos, no
un ente distinto a la pluralidad de ellos.... familia es primero y ante todo
el hijo que nace de la unión de la esposa con un hombre que no es su
marido”. La legitimación de la madre para impugnar la paternidad del
marido: ¿y los derechos del niño? por Germán Bidart Campos, en nota
a fallo D. de P.V,A c. O., C.H. CS, 1999/11/01 LL-2000-B)
Al mismo tiempo, negar legitimación al padre biológico implica castigar
a quien decide aceptar las consecuencias de sus propios actos,
negarle la posibilidad de establecer vínculos familiares y proteger con
su accionar el derecho a la identidad de su hijo, derecho que debe ser
resguardado, siendo responsabilidad de ambos progenitores
garantizarlo. El Art. 18.1 de la Convención sobre los Derechos del
Niño enuncia que “los Estados partes pondrán el máximo empeño en
garantizar el reconocimiento del principio de que ambos padres tienen
obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo
del niño. Su preocupación fundamental será el interés superior del
niño”. En el mismo sentido el Art. 7 de la ley 26.061 de Protección
Integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes expresa que
el “...El padre y la madre tienen responsabilidades y obligaciones
comunes e iguales en lo que respecta al cuidado, desarrollo y
educación integral de sus hijos. Los Organismos del Estado deben
asegurar políticas, programas y asistencia apropiados para que la
familia pueda asumir adecuadamente esta responsabilidad, y para que
los padres asuman, en igualdad de condiciones, sus
responsabilidades y obligaciones”
Al ser recíproco el vínculo paterno filial, mal podría reconocerse al hijo
el derecho de saber quien es su padre, sin admitir que éste pudiera
lograr su emplazamiento legal, por lo que es sostenible que deba
reconocerse la acción al progenitor y para lo cual es indispensable la
reforma que vengo a proponer.
Se sostiene con rigor de verdad que el negar legitimación tanto a la
madre como al presunto padre biológico importa denegar el acceso a
la justicia violando así los derechos constitucionales fundamentales.
Calificada doctrina sostuvo que: “la legitimación procesal es un
problema constitucional que la ley no puede resolver a su criterio,
porque si no se asume la convicción de que es sistema de derechos y
garantías de la Constitución se esteriliza cuando la legitimación no le
facilita andamiento, estamos dilapidando todas las prédicas referidas a
los derechos humanos....lo que quedó en silencio es una verdad
constitucional... las leyes que niegan la legitimación para impedir que
los jueces descubran la verdad material u objetiva, son
inconstitucionales..”. La legitimación de la madre para impugnar la
paternidad del marido: ¿y lo derechos del niño? por Germán Bidart
Campos, en nota a fallo D. de P.V,A c. O., C.H. CS, 1999/11/01 LL2000-B)
Es por estas razones y las que oportunamente expondré con motivo
de su tratamiento es que solicito a mis pares la aprobación del
presente proyecto.
Juan C. Marino.
Descargar