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Huelgas de hambre: causas, períodos y desenlaces; por
Julio Castro Méndez
Julio Castro Méndez · Wednesday, June 17th, 2015
Mahatma Gandhi, Orlando Zapata Tamayo, Bobby Sands y Franklin Brito
Hace unos días la Fiscal General de la República de Venezuela declaró que las
condiciones médicas del ex alcalde Daniel Ceballos eran satisfactorias, algo que
ciertamente genera interrogantes, no sólo sobre la capacidad de un organismo judicial
para establecer un diagnóstico médico sino sobre las consecuencias tangibles e
intangibles que genera una huelga de hambre sobre el cuerpo humano.
1. La historia de las huelgas de hambre. Mahatma Gandhi hizo famosas las
huelgas de hambre contra las normas del imperio británico en la India y algunos de
sus seguidores políticos llegaron a la brecha de los 95 días en huelga. Pero en India
hay evidencia de que desde los años 400-500 antes de Cristo se ha usado la huelga de
hambre en la puertas de las casas de la persona contra quien se protesta.
En la historia occidental, las huelgas de hambre se remontan a la era pre-cristiana en
Irlanda. Hay evidencia de que el propio San Patricio (patrono y protector de los
irlandeses) hizo lo que hoy catalogaríamos como una huelga de hambre. Así, los
irlandeses recurren a huelgas de hambre desde el inicio del siglo XX. Las sufragistas,
tanto inglesas como estadounidenses, en los primeros lustros del siglo XX utilizaron
esta forma de protesta, y contra esa protesta algunos gobiernos usaron la
“alimentación obligada” con sondas de goma (lo que fue abolido posteriormente).
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Pero las huelgas de hambre adquiereron notoriedad moderna e internacional cuando
entre 1980 y 1981 un grupo de convictos del IRA (Ejército Republicano Irlandés)
iniciaron una huelga por lo que se llamó “La Demanda de 5 puntos”, entre los cuales
estaban poder usar su propia ropa y no hacer trabajos penitenciarios, bajo el
razonamiento de que eran presos con fuero militar (prisioneros de guerra), aun
cuando su causa de encarcelamiento eran ataques terroristas con bombas y muertes.
De aquel grupo de 23 huelguistas, 10 fallecieron tras períodos que promedian los 65
días, siendo el máximo de duración 73 días. Los otros 13 levantaron la huelga, algunos
por influencia de sus propios familiares y otros por exacerbación de condiciones
médicas que implicaron intervención terapéutica aguda (como hemorragias digestivas
e insuficiencias renales). Incluso hoy en día algunos de ellos todavía sufren de efectos
indelebles sobre sus funciones neurológicas, visuales y cognitivas.
En febrero del 2010, el disidente cubano Orlando Zapata Tamayo falleció luego de 83
días en huelga, la cual se inició por las precarias condiciones que estaba recluido
desde 2003.
En 2010, el venezolano Franklin Brito falleció luego de 6 huelgas de hambre que
realizó de forma intermitente. Durante sus últimos días fue trasladado al Hospital
Militar de Caracas y tratado en contra de su voluntad.
2. ¿Qué sabemos del impacto de las huegas de hambre en la salud? Vemos que
la historia de las huelgas de hambre es de larga data, pero lo que conocemos sobre las
alteraciones que produce sobre el ser humano en cada una de sus fases no está
completamente claro.
El cuerpo humano no está diseñado para ayunar. Está hecho para usar regularmente
fuentes de energía exógenas (alimentos) que permitan su funcionamiento. Un adulto
promedio necesita cerca de 1.200 calorías al día sólo para sus funciones metabólicas
básicas, como son el latido cardíaco, la respiración y los procesos mentales, sumado a
un largo etcétera sin contar la actividad física que, dependiendo de su intensidad,
requiere un número determinado de calorías extras a esos 1.200 basales.
El requerimiento calórico se extrae en su totalidad de los alimentos. Por lo tanto, a las
pocas horas sin ingerirlos el metabolismo humano comienza utilizar fuentes alternas
de energía que, aunque son menos eficientes, pueden suplantar las calorías de los
alimentos. Básicamente el cuerpo utiliza azúcares o carbohidratos como fuente rápida
de energía y, al no estar presentes los alimentos, comienza a consumir las reservas
que están acumuladas en elementos estructurales del cuerpo, como proteínas y grasas
que se encuentran en los tejidos (músculos y órganos).
Después de 10 a 12 horas se inicia un proceso que llamamos cetosis. Nuestra máquina
metabólica echa mano de esos combustibles menos eficientes. Eso genera un olor
característico en nuestro aliento (olor a fruta dulce) y en la orina, pues se excretan los
productos metabólicos del uso de las acetonas. En la medida que el ayuno se prolonga,
este proceso va profundizándose y cada vez usa más elementos estructurales que
forman parte de nuestros tejidos, pero la prioridad metabólica número uno es producir
las calorías para el consumo basal.
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3. ¿Cuáles órganos se ven más afectados durante una huelga de hambre?
Mientas más largo es el ayuno, más se profundizan distorsiones metabólicas que en
determinado momento comienzan a afectar la función básica de cada órgano.
La secuencia de afectación de órganos y tejidos es proporcional a su actividad
metabólica: aquellos tejidos de alto recambio (como la piel, la sangre o las mucosas)
se afectan primero y su capacidad de generar nuevos tejidos se ve comprometida. Esto
afecta la función inmune y la absorción de alimentos a nivel intestinal, porque se
atrofian las estructuras encargadas de absorber los alimentos. Así en el cuerpo del
huelguista de hambre se genera un circulo vicioso.
En segundo término se afectan las funciones de órganos como el hígado, los riñones y
el cerebro, sobre todo por la capacidad de realizar labores de mantenimiento
preventivo a través de la eliminación de toxinas.
Finalmente, se afectan las funciones mas críticas, como el latido cardíaco y la
respiración, terminando en la muerte de forma inexorable.
4. ¿Cuánto puede soportar una persona las condiciones de una huelga de
hambre? Sobre cuánto tiempo puede pasar desde el inicio de la huelga de hambre
hasta los cambios irreversibles, o hasta la muerte, no hay valores absolutos. Todo
depende de las condiciones basales de salud del huelguista, su edad, la presencia de
otras enfermedades o condiciones como diabetes, hipertensión arterial, enfermedad
cardíaca, pulmonar o renal.
Si bien es cierto que, a medida que los cambios se van produciendo, el propio
organismo disminuye sus requerimientos metabólicos a los míninos indispensables
como mecanismo de defensa, el proceso de deterioro es continuo y sólo puede
revertirse con cesar la huelga y pasar a un protocolo muy riguroso para retornar a los
caminos metabólicos iniciales.
Los cambios no cesan con la parada de la huelga ni las consecuencias se resuelven
con comer mucho justo después. No son pocos quienes han fallecido, a pesar de haber
suspendido la huelga, días o meses después.
Según la información disponible, ningún ser humano ha llegado mas allá de 95 días de
huelga de hambre continua. El promedio de quienes han hecho huelga de hambrese
encuentra entre 55 y 72 días. Especial mención recibe una variedad extrema de la
huelga que se denomina “huelga de agua”, cuando el huelguista se niega a tomar
cualquier tipo de líquido. Es una de las medidas mas extremas y esta condición marca
lapsos mucho menores. Casi ningún humano puede vivir más de 3 a 5 días sin ingerir
líquidos, cuando los requerimiento de agua están en el orden de 600 a 1.200 cc
diarios.
5. ¿Cuáles son las dudas que se plantea un profesional de la salud ante una
huelga de hambre? Hay interrogantes que se desprenden de una situación compleja
como una huelga de hambre, pero podrían resumirse en cuatro:
1. ¿Se tiene claro quiénes pueden tomar decisiones sobre la salud de un familiar o
amigo que decidió hacer huelga, en caso de que su salud se deteriore tanto como
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para no ser capaz de tomar una decisión?
2. ¿Quiénes tienen la posibilidad, dentro del equipo médico, para utilizar
estrategias terapéuticas para impedir el desenlace fatal en un huelguista?
3. ¿Cómo debe estar constituido el equipo médico que va a atender a un
huelguista en caso de una crisis?
4. ¿Puede el Estado violentar los derechos individuales, como garante de la salud
de un ciudadano en huelga?
Las convenciones internacionales de Derechos Humanos han tratado de recoger
algunos de estos aspectos. Incluso, ante cualquier duda puede consultarse un
documento como la Declaración de Malta sobre el tratamiento de personas en huelga
de hambre. De ahí rescatamos los pertinentes a la actuación médica en cada caso,
resumidos a continuación:
— El médico debe actuar de manera ética.
— Debe haber respeto por al autonomía del huelguista.
— En el balance entre beneficio y daño que implica respeto por las decisiones
autónomas, debe considerarse el intento o no de prolongar la vida del huelguista a
cualquier costo.
— Equilibrio ético entre la autoridad que emplea a médico y el paciente.
—Independencia clínica: no se deben permitir influencia o presiones que no sean
clínicas.
— Obtener la confianza del paciente.
Desde el punto de vista estrictamente fisiológico, el ayuno produce cambios profundos
en la funciones del ser humano. Y éstas comienzan apenas a las horas después de
iniciado el ayuno. Y sólo se revierten en un tiempo variable, después de suspendida la
huelga y dependiendo de la severidad y lo prolongado del lapso de la huelga. En
algunos casos puede haber daños irreversibles, pero aunque eso no suceda puede
tomar mucho tiempo recuperar la salud del huelguista totalmente.
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on Wednesday, June 17th, 2015 at 1:14 pm and is filed under
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