1 república bolivariana de venezuela universidad nacional

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL RÓMULO GALLEGOS
ÁREA DE POSTGRADO
DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
EL CONOCIMIENTO. TEORÍAS DEL CONOCIMIENTO
VISIÓN DEL CONOCIMIENTO EN LA CULTURA OCCIDENTAL DURANTE LAS
EDADES; ANTIGUA, MEDIA, MODERNA Y CONTEMPORÀNEA
Participantes:
Arcia Pedro
Bautte Yrallis
Frontado Freddy
Echenagucia Baudilia
Sección 2 / Equipo 1
Diciembre de 2011
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INTRODUCCIÓN
La expresión cultura occidental define una concepción del mundo y la
vida que se expresa de diferentes formas y que tuvo origen en un ámbito
territorial por obra de determinados grupos sociales, su tendencia fue
acentuar las diferencias con las culturas vecinas y circunscribir el ámbito de
su desenvolvimiento. A partir de ese momento la cultura occidental se torna
expansiva comienzan a difundirla más allá de las fronteras dónde se había
originado con tanto éxito que se creía que se había tornado universal.
Por otro lado, La historia de la filosofía tiene sus comienzos hace dos
mil quinientos años, pero antes de ella existía una forma de pensar prefilosófica: el pensamiento mítico, es decir las primeras explicaciones que el
hombre dio de la realidad fueron de tipo religioso. Ante fenómenos como el
rayo, el movimiento de los astros, la vida de los animales y las plantas o la
muerte de los miembros de la propia tribu, el hombre primitivo carecía de
explicaciones racionales. Y al no disponer de respuestas naturales para sus
interrogantes, se refugio en respuestas que aludían a fuerzas o seres
sobrenaturales: un Dios airado lanzaba sus rayos contra quienes le habían
ofendido; el Sol, la Luna y otros astros eran los dioses que movían el
firmamento. A raíz de estas primitivas respuestas religiosas fueron
apareciendo otras, mas refinadas y complejas, que han llegado a nuestros
días como doctrinas mas o menos fundamentadas en la filosofía griega.
También en el II milenio antes de nuestra era, los hebreos crearon una
religión que por primera vez en la historia incluía la idea de un Dios único, un
Dios que se les había revelado a ellos como pueblo.
La fase del pensamiento científico constituye, sin duda, la etapa más
positiva de la historia de pensamiento. El científico es menos ambicioso que
el filósofo: al científico no le preocupan los grandes problemas especulativos
de los filósofos; solo se ocupan de los hechos de la experiencia. Pero el
científico es mucho más riguroso: explica esos hechos elaborando leyes
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científicas, es decir, leyes generales que determinan las relaciones
existentes entre los hechos observados. Además, relacionando varias leyes
entre sí, pueden llegar a elaborar teorías científicas, mediante las cuales da
explicaciones más amplias y acertadas de la realidad.
Dentro de este orden de ideas, se ha visto como el conocimiento ha
sido percibido en las diferentes edades de la historia humana, por lo que en
esta oportunidad se argumentan los aspectos teóricos de la visión del
conocimiento en la cultura occidental durante las edades: antigua, media,
moderna y contemporánea.
3
TEORÍAS DEL CONOCIMIENTO: SUS PRINCIPALES FILÓSOFOS
El Conocimiento
El desarrollo de la humanidad se orienta, cada dia más, hacia la
necesidad del conocimiento de los objetos y sobre todo, de los fenómenos de
esa realidad que la envuelven. El conocimiento de esa realidad, incluyendo la
virtual, es el resultado de una larga evolución y transformación de la actividad
cognoscitiva de los seres humanos. Esa evolución he marcada por el
quehacer, no exclusivo pero principalmente, de la ciencia y la tecnología.
El vertiginoso desarrollo de la ciencia y de la tecnología hace que se
conceptualicen, o se redimensionen, constantemente, los términos utilizados
para denominar cada nuevo fenómeno o cada nueva esencia. Las
referencias a esos fenómenos y a esas esencias van a ocupar importantes
lugares dentro del sistema gnoseológico de cada comunidad científica,
especificamente, dentro de cada área o disciplina, aumentando así, las
terminologias de cada campo del saber.
El conocimiento se define a través de una disciplina llama
epistemología, una doctrina filosófica que se conoce como la teoría del
conocimiento. La epistemología define el conocimiento como aquel conjunto
de saberes, que como veremos se dan a diferentes niveles, que poseemos
sobre algo.
Desde esta misma disciplina, es que, para tener una comprensión más
adecuada de lo que resulta ser el conocimiento, es que se ha hecho una
división de los tres niveles de conocimiento, el conocimiento sensible, el
conceptual y el holístico. En primer lugar, el conocimiento sensible es aquel
que se adquiere a través de la captación de un objeto por medio de los
sentidos, que en el caso de los seres humanos los más desarrollados son el
oído y la vista, de este modo, somos capaces de almacenar en nuestra
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memoria las imágenes de todos los objetos que observamos a diario, con
sus características particulares.
En cuanto al conocimiento conceptual, se trata de aquel que se forma
a partir de un conjunto de representaciones definidas como invisibles,
inmateriales, universales y esenciales. La diferencia más significativa entre el
conocimiento sensible y el conceptual radica en que el primero es un
conocimiento particular de cada persona, en el que cada uno ve y define los
conceptos y los objetos con las características propias, mientras que el
conceptual hace referencia a la universalidad de los conceptos y objetos,
aquellos que todos comprendemos de la misma manera, sin añadirle
características propias.
Por último, el conocimiento holístico, también denominado intuitivo
hace alusión a la forma de captar los conceptos dentro de un contexto en
particular, como uno de los elementos que componen una totalidad, sin
poseer una limitación o estructura clara. Esto es lo que diferencia en mayor
grado el nivel de conocimiento holístico con el conceptual, ya que este último
posee ciertas estructuras que le brindan la universalidad.
Y aparte a lo que se entiende en el mundo académico de lo que es el
conocimiento, encontramos a las tradiciones religiosas y contemplativas, que
distinguen entre el conocimiento relativo, que viene a ser el relacionado con
el mundo material, sus percepciones y sensaciones, y el conocimiento
absoluto o real, que vendría a ser el conocimiento de Dios o de lo que es
eterno; por lo mismo se habla del estado ordinario del ser humano como uno
de "ignorancia", que se debe superar a través de la contemplación de lo real
o absoluto.
La teoría del conocimiento es una doctrina filosófica. La Gnoseología o
Teoría del Conocimiento es una de las ramas clásicas de la Filosofía que
intenta explicar éste fenómeno. Ya los antiguos filósofos griegos la trataron
extensamente, llegando a explorar muchas de las sendas posibles:
idealismo, realismo, empirismo, escepticismo.
5
A través de la historia han surgido diferentes corrientes filosóficas
respecto
del
conocimiento
tales
como
el
idealismo
representado
principalmente por, Platón y Descartes, el realismo de Aristóteles, el
Criticismo de Kant y el empirismo de Hume.
Surgimiento del Conocimiento
Existe una doctrina epistemológica denominada racionalismo que
sostiene que la causa principal del conocimiento reside en el pensamiento,
en la razón. Afirma que un conocimiento solo es realmente tal, cuando posee
necesidad lógica y validez universal.
El racionalismo es la teoría filosófica que reconoce en la realidad un
principio inteligible, cuya evidencia y conocimiento, sin embargo, no es de
tipo empírico (sensible, basado sobre la experiencia), sino racional (captable
sólo por el pensamiento). Podemos decir que inicia con los filósofos eleatas
(Parménides) y los pitagóricos (Pitágoras), pero se asocia, en general, con el
intento moderno de introducir en filosofía los métodos matemáticos para
alcanzar la certeza absoluta en el conocimiento. Así, la crítica filosófica
atribuye a René Descartes (1596-1650) la paternidad del racionalismo, que
agrupa a pensadores diversos, como son el ocasionalista Nicholas
Malebranche (1638-1715), Baruch Spinoza (1632-77) y Gottfried Wilhelm
Leibniz (1646-1716).
En contraposición al racionalismo, el empirismo opone la idea que la
única causa del conocimiento es la experiencia, pues según este, no existe
un patrimonio a priori de la razón. La conciencia cognoscente no obtiene sus
conceptos de la razón, sino exclusivamente de la experiencia, de la paxis, del
día-a-día. Los seguidores de este enfoque argumentan que el espíritu
humano, por naturaleza, está desprovisto de todo conocimiento. Este se
origina en los hechos concretos.
Por otro lado del mismo asunto, según Cantú, (2003)
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En la historia de la Filosofía existe también un segundo esfuerzo de
intermediación entre el racionalismo y el empirismo: el apriorismo. El cual
también considera que la razón y la experiencia son a causa del
conocimiento. Pero se diferencia del intelectualismo porque establece una
relación entre la razón y la experiencia, en una dirección diametralmente
opuesta a la de éste. En la tendencia de apriorismo, se sostiene que nuestro
conocimiento posee algunos elementos a priori que son independientes de la
experiencia. Esta afirmación también pertenece al racionalismo.
Si relacionáramos el intelectualismo y el apriorismo con los dos
extremos contrarios entre los cuales pretenden mediar, inmediatamente
descubriríamos que el intelectualismo tiene afinidad con el empirismo,
mientras que el apriorismo, se acerca al racionalismo. El intelectualismo
forma sus conceptos de la experiencia; el apriorismo rechaza tal conclusión y
establece que el factor cognoscitivo procede de la razón y no de la
experiencia.
No obstante, para este autor, solo existe una intermediación entre el
racionalismo y el empirismo: el denominado enfoque dialéctico-holístico. Este
enfoque considera que tanto la razón como la experiencia son causas del
conocimiento. En el proceso embrionario del sujeto, en formación prenatal,
se van estableciendo los elementos primarios de conformación del proceso
cognitivo. Ese proceso estará siempre en constante transformación e
influenciado por el ambiente socio-cultural, que vá convergiendo en la
codificación genética de cada un sujeto en evolución.
Tipología del Conocimiento
Todo sujeto psicosocial refleja la realidad en virtud del proceso
empírico-espontáneo del conocimiento y del especulativo-imaginario. Luego,
ligado esencialmente a la actividad laboral o al quehacer cotidiano,
incluyendo lo lúdico y lo artístico, incorpora aquel conocimiento mucho más
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complejo, que es factible de verificación y hasta de comprobación.
Cuando se piensa en lo empírico-espontáneo existen dos rasgos que
distinguen este tipo especial de conocimiento:
1. Está estrechamente vinculado a la actividad práctica que implica la
transformación de los objetos de la realidad o el reflejo de esta. Por
ello, lo esencial es la práctica y no lo teórico, donde la obtención de
conocimientos no es en sí misma una forma independiente de
actividad, sino resultado colateral de la praxis.
2. La actividad cognoscitiva persigue el objetivo expreso de dar solución
no a problemas, dificultades, deficiencias e insuficiencias científicas,
sino a situaciones problemáticas e insatisfacciones de orden práctico.
Ese
conocimiento
ordinario
es
empírico-espontáneo
y
está
íntimamente ligado al quehacer laboral, limitándose a reflejar las propiedades
observables directamente sin profundizar en las leyes, nexos y las
cantidades y cualidades esenciales.
Por otro lado, el conocimiento es también especulativo, fantasioso,
imaginario, religioso, filosófico, pues estos aspectos forman parte de la
formación de la personalidad del sujeto psicosocial. Por tanto, el
conocimiento especulativo-imaginario se expresa o se concreta en la ficción,
en lo artístico y en lo religioso. Es el reflejo del poder imaginativo del sujeto
psicosocial, el cual no refiere de forma directa a la realidad, sino que lo hace
inferencialmente a través de la creatividad especulativa del ser humano.
Por su parte, existe una otra forma de conocimiento que no es
producto de lo imaginativo o fantasioso, ni tampoco es resultado de la
práctica, del día a día, de lo empírico-espontáneo. Ese otro conocimiento es
el científico. El conocimiento científico es un reflejo especial de los objetos,
vinculada históricamente al surgimiento de las clases y de la división social
del trabajo en intelectual, por un lado y manual, por otro. Se distingue, ante
todo, por su carácter sistémico y sistemático. El conocimiento científico se
diferencia del conocimiento ordinario y del especulativo-imaginario en su
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proyección futurista con una determinada seguridad y en la planificación de
las transformaciones que lleva a cabo el ser humano.
El conocimiento ordinario, cotidiano o empírico-espontáneo, como es
generalmente referido en los textos especializados es mejor definirlo como
conocimiento acientífico, pues expresa más claramente la forma como se
llega a él. Ya el especulativo-imaginativo o razonamiento especulativo debe
definirse como anticientífico, por la misma razón. De ahí, que se puede
clasificar el conocimiento, desde la óptica de la forma en que se produce en:
acientífico, anticientífico y científico.
Los distintos tipos de conocimientos surgen a partir de las
necesidades y demandas de la vida social. Estos conocimientos son el
resultado de la forma en que se abordan y se explican los fenómenos y
esencias naturales, sociales y del pensamiento. Esta clasificación considera
a forma o vía utilizada en la interacción sujeto-objeto, o sea, que método fue
utilizado para determinar la propiedad o las características del objeto en
cuestión.
Todos estos conocimientos han desempeñado y desempeñan un
papel cardinal en el desarrollo de la humanidad. Ellos forman una unidad
dialéctica, pues no existe uno sin la presencia de los otros, están
indisolublemente conectados. No obstante, su clasificación es fundamental
para el proceso docente, pues guarda una estrecha relación con la
enseñanza y la educación de la sociedad.
Teoría del conocimiento para Platón
Platón dijo, "La ciencia no radica en nuestras impresiones, sino en el
razonamiento que hacemos acerca de éstas. Aquí, efectivamente, es posible
aprehender el ser y la verdad".
Por primera vez la teoría del conocimiento ocupó un lugar igualmente
importante que los resultados del conocimiento. Formalmente Platón hizo la
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pregunta: ¿Qué es el conocimiento?, y rechazó la concepción que reinaba en
la filosofía hasta este momento, que afirmaba que el conocimiento significaba
la percepción, que para conocer las cosas había que entrar en contacto con
ellas a través de los sentidos. En vez de esto, consecuente con la supuesta
existencia real de su mundo de las ideas, Platón distinguió entre el
conocimiento racional y sensorial. Y no es solamente, que el primero
corresponde al conocimiento de las ideas, y el segundo, al conocimiento de
las cosas, sino que aún el conocimiento sensorial necesita del apoyo del
conocimiento racional: es cierto que los colores, por ejemplo, conocemos a
través de la vista y los sonidos, a través del oído, pero para percibir la
diferencia entre los sonidos y los colores, como también para entender los
conceptos de igualdad, del número o del concepto en general, necesitamos
de la razón.
Dada en su famosa teoría de las Ideas, puede reducirse a lo siguiente:
mundo de las Ideas.
La teoría del conocimiento de Platón explica la presencia de los
conceptos universales en el alma recurriendo a la Teoría de la
Reencarnación, aprendida por Platón de los pitagóricos.
Platón establece a través de su metafísica el método dialéctico para el
conocimiento y dice: "El método dialéctico es el único que marcha,
cancelando los supuestos, hasta el principio mismo, a fin de consolidarse allí.
Y dicho método empuja poco a poco al ojo del alma, cuando está sumergido
realmente en el fango de la ignorancia, y lo eleva a las alturas...".
Paso 1: El alma existe antes que el cuerpo. En su vida anterior, en el
mundo suprasensible, contempla las ideas.
Paso 2: Cuando el alma se une al cuerpo, olvida el conocimiento que
había adquirido.
Paso 3: En el mundo sensible, el hombre percibe por los sentidos los
objetos que fueron hechos por el Demiurgo, a partir de una materia
preexistente (jora), teniendo como modelo a las ideas.
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Paso 4: La percepción sensible de los objetos despierta en el alma,
por su semejanza con las ideas, el recuerdo de las ideas olvidadas. De allí
que se denomine a esta teoría "Teoría de la Reminiscencia" o del recuerdo.
Teoría del Conocimiento de Descartes
La medida del conocimiento, según Descartes, es la razón. Los
sentidos son útiles en la vida, pero no en el conocimiento. Para Descartes el
conocimiento representó la búsqueda de la certeza.
Mediante sus meditaciones y su método intentó dar respuesta al
escepticismo reinante. Su estrategia no fue el rechazo o la negación de la
duda sino su aceptación hasta las últimas consecuencias. Es decir, utilizó la
duda como método y sometió todo conocimiento a duda con el fin de
encontrar una verdad de la que ya no pudiese dudar ni el más escéptico. Así
llegó a alcanzar una certeza primera: “Pienso, existo.” Y teniendo en ella una
base inconmovible, reconstruyó el edificio filosófico. En primer lugar, alcanzó
una segunda certeza: la existencia de Dios. En segundo lugar, reafirmó la
confiabilidad del conocimiento científico, el cual tenía a Dios por garante.
Duda metódica: en busca de una certeza, decidió rechazar como falsa
toda afirmación de la que se pudiese dudar.
Duda del conocimiento sensible: los datos de los sentidos no son
seguros, podemos dudar de ellos. De hecho, los sentidos nos engañan a
menudo. Incluso no hay indicios ciertos para distinguir el sueño de la vigilia,
por lo que todo lo que percibimos por los sentidos podría no ser real. En
consecuencia, todos los datos de los sentidos, inclusive el propio cuerpo,
quedan a un lado en esta búsqueda de la certeza.
Duda del conocimiento racional: como no se basan en los datos de los
sentidos, las verdades de razón (lógicas y matemáticas) no son alcanzadas
por la duda, la cual recae sobre el conocimiento sensible. Sin embargo
Descartes señala que más de una vez nos equivocamos al realizar algún
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cálculo, y lleva la duda al extremo de afirmar que podríamos estar siendo
engañados por un "genio maligno" o "dios engañador", astuto y poderoso.
¿Cómo podríamos defendernos de él?
Descartes dijo “Pienso, existo”: más allá de toda duda se encuentra
nuestra propia existencia. Incluso aunque admitiese que soy engañado por
un genio maligno, ello no invalidaría la certeza que tengo respecto de esta
proposición mientras la estoy concibiendo en mi espíritu. Pues no se trata de
un razonamiento o una deducción (como todo lo que piensa existe, si yo
pienso, yo existo) sino de una evidencia que se impone, de un conocimiento
intuitivo que se obtiene de modo inmediato y directo.
Criterio de verdad: Descartes analiza su primera certeza para
descubrir las notas distintivas que le servirán de criterio para identificar otras
afirmaciones verdaderas. La afirmación “Pienso, existo” se presenta a la
conciencia con "claridad" y "distinción". Por lo tanto, serán aceptadas como
verdaderas aquellas ideas que sean claras (ciertamente presentes a la
conciencia) y distintas (no confundidas con otras ideas).
Existencia de Dios: a pesar de haber encontrado una certeza absoluta
(“Pienso, existo”), y a partir de ella un criterio de verdad, de todos modos
sigue en pie la duda que sobre todo otro conocimiento nos genera la
Hipótesis del Genio Maligno. La demostración de la existencia de Dios
despeja las dudas sobre el conocimiento racional, que tiene en Dios a su
garante. Su existencia se demuestra como causa externa de la existencia en
la conciencia de la idea de perfección, que no puede provenir del yo que
duda y es imperfecto. Y siendo Dios perfecto no puede ser engañador ni
puede habernos hecho para que nos confundamos sistemáticamente.
Podemos equivocarnos porque no somos perfectos, pero no estamos hechos
para el error.
Conocimiento
racional
seguro:
con
Dios
como
garantía,
el
conocimiento lógico y matemático recobra su seguridad y se desecha la
Hipótesis del Genio Maligno.
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Ideas innatas: son las ideas que no proceden ni de la experiencia ni de
la imaginación, son las únicas verdaderamente claras y distintas (la idea de
Dios, por ejemplo).
Conocimiento sensible: se refiere a las ideas adventicias que, se
supone, representan las cosas reales. Pero ¿cómo superar la duda respecto
de este conocimiento? ¿No será sólo un sueño? ¿Cuál es su causa, su
origen? Nosotros no, porque nos sentimos pasivos ante ellas. Dios tampoco,
porque él no es engañador. Debemos concluir que la causa de nuestras
ideas adventicias son las cosas externas realmente existentes. De todos
modos, sólo conocemos de ellas con claridad y distinción que son substancia
extensa.
Ideas facticias: son las ideas producidas por la propia conciencia
mediante la imaginación (la idea de minotauro, por ejemplo).
Ideas adventicias: son las ideas que nos vienen del exterior, a través
de los sentidos (la idea de azul, por ejemplo).
Teoría del Conocimiento de Aristóteles
Aristóteles dijo: “…si todas las opiniones y todas las apariencias son
verdaderas, es necesario que todo sea, a la par, verdadero y falso. Pues
muchos sustentan juicios contrarios entre sí y consideran que yerran quienes
no
opinan
los
mismo
que
ellos”.
Aristóteles,
como
todos
sus
contemporáneos, entendía la filosofía en el sentido más amplio, como el
"conocimiento de la verdad". En la filosofía, Aristóteles distinguía: 1) una
parte teórica, relativa al ser, sus elementos, causas y principios, 2) una parte
práctica: sobre la actividad del hombre, y 3) una parte poética: acerca de la
creación. El objeto de la ciencia es lo general, a lo que se llega por la razón.
Pero lo general existe sólo en lo singular, sensorialmente perceptible, y
puede conocerse sólo a través de lo singular: es condición de todo
conocimiento general, la generalización inductiva, que no puede realizarse
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sin la percepción por los sentidos. Aristóteles admitía cuatro causas: 1) la
materia o posibilidad pasiva de un proceso de formación, 2) la forma
(esencia, el ser del ente), la actualización de aquello que en la materia está
dado sólo como posibilidad, 3) el principio del movimiento y 4) el fin.
La lógica formal aristotélica se halla estrechamente ligada a la teoría
del ser, a la del conocimiento y a la de la verdad, dado que en las formas
lógicas Aristóteles veía, al mismo tiempo, las formas del ser. En la teoría del
conocimiento, distinguía el conocimiento fidedigno <<Apodíctico>> y el
probable, comprendido en la esfera de la opinión. En Aristóteles, sin
embargo, estas dos clases de conocimiento se hallan relacionadas entre sí a
través del lenguaje. Según él, la experiencia no constituye la última instancia
para comprobar una opinión, y las premisas superiores de la ciencia se ven
directamente en calidad de verdaderas por el intelecto y no a través de los
sentidos.
Ahora bien, los altos axiomas del saber intelectivamente aprehensibles
no son innatos a nuestra mente y presuponen una actividad: acumulación de
datos, orientación del pensamiento hacia los hechos reunidos. El último fin
de la ciencia, según Aristóteles, radica en la definición del objeto, y ésta se
halla condicionada por el hecho de unir la deducción con la inducción. Como
quiera que, en su opinión, no existe un concepto que pueda ser predicado de
todos los otros conceptos, y, por ende, los distintos conceptos no pueden ser
generalizados en un género único, Aristóteles señala la existencia de
categorías, o sea, de géneros superiores a los que se reducen los demás
géneros de lo que realmente existe.
Teoría del Conocimiento de Kant
Los nuevos resultados de la filosofía kantiana se deben a la
formulación de una nueva pregunta filosófica: ¿Cómo es posible que
basándose en las representaciones de las cosas podemos saber algo de las
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cosas mismas? Ya que efectivamente, lo que nosotros poseemos son tan
solo representaciones, y sin embargo emitimos juicios que hacen referencia a
las cosas mismas; ¿cómo es posible este traslado? Escribiendo una carta a
su amigo Hertz, Kant lo expresó de la siguiente manera: "Me di cuenta que
me hacía falta algo distinto, algo que yo, y otros también, lo dejamos
inadvertido en nuestras investigaciones metafísicas, y que sin embargo, es la
clave a todo este misterio encerrado en la metafísica. Me hice, pues, la
siguiente pregunta: ¿sobre qué base, lo que se llama representación se
refiere al objeto?".
La teoría del conocimiento de Kant, presentada en su Crítica de la
razón pura, es uno de los grandes hitos en la Historia de la Filosofía. Con ella
pretende responder las objeciones de Hume respecto del fundamento del
conocimiento científico, basado, según el filósofo inglés, sólo en la
costumbre.
Kant no duda que el conocimiento científico, universal y necesario, es
posible; la física de Newton lo prueba. Y sabe que un conocimiento de este
tipo no puede tener su fundamento en la mera costumbre. Por ello no se
pregunta por la posibilidad sino por las "condiciones de posibilidad". Su teoría
le permite encontrar el suelo firme para la Ciencia no en el noúmeno en la
realidad, en la cosa en sí sino en el propio sujeto, portador de formas
universales que obtienen de la experiencia la materia indispensable para
construir su objeto de conocimiento, el fenómeno.
Revolución copernicana: mientras los filósofos anteriores (racionalistas
y empiristas) habían puesto el acento en el objeto del conocimiento, Kant
pondrá el acento en el sujeto que conoce. El sujeto no encuentra al objeto
como algo dado sino que lo construye.
A priori: independiente de la experiencia y condición de posibilidad de
toda experiencia.
Noúmeno: la cosa en sí, la realidad tal como es en sí misma.
(Permanece incognoscible.).
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Caos de impresiones: las impresiones constituyen la materia del
conocimiento. Sin ellas el intelecto no conocería nada. Pero irrumpen en el
intelecto en forma caótica y es éste quien las ordena con sus formas a priori
construyendo el fenómeno. Kant dice que las impresiones sin las formas y las
categorías que aporta el intelecto serían "ciegas". Por ello, si bien les
reconoce a los empiristas que todo conocimiento comienza con la
experiencia, no admite que todo conocimiento provenga de la experiencia
pues el mismo sería imposible sin el aporte que hace el sujeto de sus formas
a priori.
Formas y categorías a priori: las formas y categorías a priori
construyen el fenómeno a partir del caos de impresiones. Kant sostiene que,
sin las impresiones, las formas y categorías permanecerían "vacías".
Objeto de conocimiento: el intelecto, con sus formas a priori de la
sensibilidad y sus categorías del entendimiento, construye, tomando como
materia las impresiones caóticas, el objeto de conocimiento, el fenómeno,
que es intramental. El intelecto no conoce las cosas tal como son en sí
mismas (noúmeno) sino tal como él mismo las construye (fenómeno).
Ideas de la razón pura: las ideas de Dios, de alma y de mundo
permanecen vacías. Son las impresiones las que dotan de contenido a las
formas vacías del intelecto, pero de las ideas de la razón no tenemos
impresión alguna. Estas ideas proyectan la tendencia de la razón a realizar
una síntesis cada vez más abarcativa, hasta un plano en el que este objetivo
ya no puede ser logrado.
Teoría del Conocimiento de Hume
Hume fue uno de los máximos representantes del empirismo británico.
Sus críticas claras y profundas al racionalismo despertaron a Kant de su
"sueño dogmático".
Hume aplicó el método científico al estudio del espíritu humano,
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analizando los procesos psíquicos con un modelo similar o equiparable al
utilizado por Newton para el análisis de los fenómenos físicos. Los elementos
básicos o "átomos" son aquí las percepciones (impresiones e ideas simples)
que se relacionan espontáneamente entre sí según las leyes de asociación
de ideas (semejanza, contigüidad espacial y temporal, y causalidad). Como
todas las ideas derivan de las impresiones, no cabe hablar, como hacían los
racionalistas, de "ideas innatas".
Según Hume, las impresiones provienen de causas desconocidas. “No
existe ningún fundamento para reconocer la conexión causal necesaria entre
los hechos”. Lo hacemos porque trasladamos la experiencia al futuro no
basándonos en el razonamiento alguno sino en la costumbre. Nos hemos
acostumbrado que después de apretar el gatillo resuena el disparo. Por eso
nuestras conclusiones, en este caso, son resultados más bien de la fe que
del saber. La búsqueda de las conclusiones causales es un instinto que
tenemos por naturaleza.
Percepciones: son los elementos básicos o primigenios de la actividad
del espíritu, la cual consiste precisamente en relacionarlos.
Impresiones: son percepciones vivaces e intensas y pueden provenir
de la sensación externa, también llamada simplemente "sensación" (oír, ver,
etc.); o de la sensación interna, también denominada "sentimiento" (desear,
odiar, etc.).
Ideas simples: son percepciones débiles y oscuras. Se trata de copias
de las impresiones y provienen de ellas (recuerdos, fantasías de la
imaginación, etc.).
Razonamientos: a partir de las ideas simples, el espíritu razona y construye
proposiciones e ideas complejas.
Ideas complejas: el espíritu tiende naturalmente a asociar las ideas
simples conformando ideas complejas. Las ideas más generales y abstractas
provienen de las ideas más simples y éstas de las impresiones. Si las ideas
simples que componen una idea compleja no se dan en ella en el mismo
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orden en que se nos dan las impresiones de las cuales provienen, la idea
compleja no responde a las impresiones sino a la imaginación.
Proposiciones de razón: son proposiciones cuya verdad depende de
las mismas ideas pensadas. Permiten lograr un conocimiento verdadero
porque su contenido es necesario y no contingente (Matemática y Lógica).
Sólo en este plano es posible la "demostración". Proposiciones de hecho:
sobre las cuestiones de hecho no hay posibilidad de alcanzar un
conocimiento cierto, demostrativo, ya que allí no hay necesidad sino
contingencia y, en consecuencia, siempre lo contrario puede ser pensado sin
contradicción. Sin embargo, Hume sostiene que, en base a la observación
regular y a la experimentación, pueden formularse "pruebas" (que no
permiten una duda razonable) o "probabilidades" (que recogen experiencias
con resultados variables). De todos modos, no tenemos de las cuestiones de
hecho verdadera ciencia, ya que la idea de causalidad que nos permite unir
los fenómenos, explicarlos y predecirlos, no se respalda en ninguna
impresión y, por tanto, halla su fundamento sólo en la imaginación y la
costumbre.
Palabras: representan a las ideas, por lo que su significado deriva en
última instancia de las impresiones de las que proceden éstas.
El Origen del Conocimiento
Cuando tratamos el problema del origen del conocimiento queremos
saber si todo conocimiento se origina en la experiencia o en la razón; si el
hombre viene de por sí dotado de ciertos conocimientos o, por el contrario,
requiere del concurso de las facultades sensibles e intelectivas a la vez.
Para tratar de responder esta cuestión será necesario admitir que el
ser humano tiene la capacidad de conocer de alguna forma al objeto. Para
explicar de qué forma se puede conocer han surgido diferentes teorías sobre
el origen del conocimiento.
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El racionalismo
Esta postura sostiene que es el pensamiento, la razón, la fuente
principal del conocimiento humano. Para los racionalistas el conocimiento
sólo merece este nombre cuando es lógicamente necesario y universalmente
válido. Cuando juzgamos, a partir de la razón, que una cosa tiene que ser
precisamente como es y no podría ser de otro modo, y que así es siempre y
en todas partes, estamos entonces ante un verdadero conocimiento.
Evidentemente, una forma específica de conocimiento ha servido de
modelo a la interpretación racionalista del conocimiento y son las
matemáticas, puesto que se trata de una forma de conocimiento
fundamentalmente conceptual y deductivo. En especial en la geometría,
todos los conocimientos se derivan de axiomas y conceptos supremos; de
manera que el pensamiento se desarrolla con absoluta independencia de la
experiencia, siguiendo sus propias leyes.
Los planteamientos más antiguos del racionalismos los encontramos
en Platón, quien estaba profundamente convencido de que la experiencia no
puede llevarnos a un saber autentico; lo que proporcionan los sentidos no es
una Episteme, sino una Doxa, no un saber, sino una mera opinión.
El Empirismo
El empirismo a diferencia del racionalismo que propone la razón como
fuente de conocimiento, sostiene que el conocimiento procede de la
experiencia, del contacto directo con la realidad. Para el empirismo no existe
un caudal de ideas situado a priori en el pensamiento humano. La conciencia
cognoscente no extrae sus contenidos de la razón, sino de la experiencia.
Así como vimos que los racionalistas se formaron principalmente en las
matemáticas, los empiristas se formaron en las ciencias naturales.
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Desde la antigüedad nos encontramos con ideas empiristas primero
con los sofistas y más tarde con los estoicos y los epicúreos, pero no es sino
hasta la época moderna en que John Locke en el siglo XVII combate
decididamente la teoría de las ideas innatas.
John Locke dijo: “La noción que a través de los sentidos adquirimos de las
cosas exteriores, aunque no sea tan cierta como nuestro conocimiento
intuitivo, merece el nombre de conocimiento”.
Y después afirmo:”Ningún conocimiento humano puede ir más allá de
su experiencia”.
El Intelectualismo
El intelectualismo surge como mediador entre el racionalismo y el
empirismo, sostiene que tanto el pensamiento como la experiencia
intervienen en la producción del conocimiento.
Al igual que el racionalismo sostiene que existen juicios lógicamente
necesarios y universalmente válidos, que se establecen sobre las bases no
solamente de objetos ideales, lo que también es admitido por el empirismo,
sino también sobre objetos reales.
En la edad media se desarrolló esta teoría principalmente por Santo
Tomás de Aquino, cuya tesis fundamental establece que “el conocimiento de
nuestro entender es el producto de nuestros sentidos” <<cognitio intellectus
nostri tota derivatur a sensu>>.
Para Santo Tomás, se comienza por recibir imágenes concretas de las
cosas sensibles; a partir de esto existe un “entendimiento activo”, que extrae
de las “imágenes esenciales”; el “entendimiento potencial” recibe estas
impresiones y procede a juzgar sobre las cosas. Formando así los conceptos
esenciales, por medio de otras operaciones del entendimiento, se obtienen
conceptos supremos y generales, como los que se contienen en las leyes
lógicas del pensamiento.
20
De igual manera, los principios supremos del conocimiento radican
originalmente en la experiencia. Siguiendo a Aristóteles, Santo Tomás
declara que “el conocimiento de los principios se nos da por medio de la
experiencia”.
El Apriorismo
Un segundo intento de intermediación entre el empirismo y el
racionalismo es el apriorismo. Esta posición considera también a la
experiencia y al pensamiento como fuentes del conocimiento, pero el
apriorismo se maneja en un dirección contraria al intelectualismo: Para esta
corriente nuestra manera de conocer presenta elementos “a priori”; esto es ,
independientes de la experiencia; esta postura se comparte con el
racionalismo; pero mientras éste considera los factores a priori como
contenidos de conceptos perfectos, para el apriorismo los conceptos son
formas del conocimiento y solamente reciben su contenido de la experiencia;
es en esta posición que el apriorismo se separa del racionalismo y se acerca
al empirismo.
Los elementos a priori se conciben como recipientes vacíos, que son
llenados por la experiencia. Hay un principio fundamental del apriorismo que
dice: “Los conceptos desprovistos de las intuiciones están vacíos; las
intuiciones son ciegas sin los conceptos”. A primera vista, este concepto
parece coincidir con el axioma fundamental del intelectualismo aristotélicoescolástico; puesto que se coincide en admitir un elemento racional y uno
empírico en el conocimiento humano. Sin embargo, se define la relación
entre ambos elementos en un sentido totalmente diferente.
El intelectualismo concibe el elemento racional como derivado del
empírico: todos los conceptos proceden de la experiencia; el apriorismo
rechaza abiertamente esta derivación al considerar que el elemento a priori
no deviene de la experiencia, sino del pensamiento, es de naturaleza
21
racional. De cierta manera, esto identifica las formas a priori con los hechos
mismos, con la materia empírica, y los asimila al conocimiento. En el
apriorismo el pensamiento no se considera como una simple capacidad
receptiva y pasiva frente a la experiencia, como en el intelectualismo, sino
como un proceso espontáneo y activo.
Se considera a Emmanuel Kant como el fundador del apriorismo, y
dice: "No hay duda alguna de que nuestro conocimiento comienza con la
experiencia. (...) Mas, si bien, todo nuestro conocimiento comienza con la
experiencia no por eso originase todo él en la experiencia”.
Importancia del conocimiento para el Desarrollo Humano
El papel fundamental de la enseñanza y de la educación deben estar
en propiciar al ser psicosocial el potencial de todo tipo de conocimiento
posible, donde prevalezca el conocimiento científico, mas sin descuidar la
importancia de los otros tipos de conocimientos que existen, para poder
impulsar el desarrollo socioeconómico.
Una muestra de esta afirmación lo constituye el hecho histórico de que en las
últimas décadas del siglo XIX la vanguardia de la industrialización se
desplazó de Inglaterra hacia Alemania. ¿Por qué esos cambios? ¿Qué fue lo
que causó esos cambios que no solo alcanzó la industria, sino toda esfera
económica y social?
En el caso de las interrogantes anteriores, la respuesta es solo una:
enseñanza. La enseñanza fue quien jugó un papel cardinal en el cambio de
la hegemonía económica e industrial. A seguir se hace una breve reflexión
sobre este tema de la importancia de la ciencia y la tecnología, que solo es
posible si se invierte en la enseñanza tecno-científica. Claro, enfatizando
que, sería una enseñanza a través de la instrucción, entrenamiento y
formación: enseñar educando, como la didáctica.
22
Visión del Conocimiento en la Cultura Occidental durante la Edad
Antigua
La historia de la filosofía occidental se remonta a la Antigua Grecia, y
se la puede dividir en cinco períodos: la filosofía antigua, la filosofía
medieval, la filosofía renacentista, la filosofía moderna y la filosofía
contemporánea.
La filosofía antigua va desde el siglo VI a. C, hasta la decadencia del
Imperio Romano, e incluye pensadores como Platón y Aristóteles.
El mundo griego anterior a la aparición de la filosofía vivía instalado en
la actitud mítica. A través de los mitos el hombre conseguía dar una
explicación de los fenómenos naturales y de las instituciones sociales. El
gran acontecimiento espiritual que inician los griegos entre los siglos VII y VI
a. C. consistió en intentar superar esta manera de pensar el mundo con otra
manera revolucionaria que apuesta por la razón como el instrumento de
conocimiento y de dominio de la realidad. Cabe señalar que no debe
entenderse este paso como algo brusco sino paulatino. Las influencias
míticas son todavía apreciables en muchos pensadores de la antigüedad. En
realidad, fueron unas pocas personas las que participaron del nuevo y
revolucionario modo de pensar (aquellos que habrían de llamarse filósofos),
aunque poco a poco éste se fue haciendo más universal. Incluso en nuestra
época, la actitud mítica no ha desaparecido todavía. Este gran paso de la
mitología a la explicación racionalista se le conoce como "paso del mito al
logos".
Con esta nueva forma de pensar, los griegos proponen que las cosas
del mundo están ordenadas siguiendo leyes. El mundo es un cosmos, no un
caos, por lo que la naturaleza no se comporta primero de una manera y
luego de otra completamente distinta, sino que en su comportamiento hay
cierto orden que sigue leyes, las cuales pueden ser descubiertas por la
razón. Con los griegos aparecen por primera vez muchas de las cuestiones
23
filosóficas fundamentales, y varias de las posibles soluciones que se pueden
dar a ellas ya se encuentran articuladas en la filosofía griega.
Durante miles de años los hombres explicaban la utilidad del mundo
exclusivamente en términos religiosos. La interpretación de la naturaleza
desde el hombre, y no desde dioses y sacerdotes nos dan uno de los
problemas de la filosofía como lo es el mundo, siendo este de tipo
Cosmológico. En la etapa pre-ática, la cual es fundamentalmente filosofía de
la naturaleza o del mundo. Se postula para ella una ley interna que asegura
la uniformidad del acaecer de los fenómenos: la misma causa determina
siempre, en todas partes y sin excepción alguna, los mismos efectos. Sin
este postulado no hay ciencia, ni racionalidad, ni lógica. Los representantes
de la filosofía pre-ática son: Tales de Mileto, Anaximandro, Anaximenes,
intentan fijar el ser último de la naturaleza: agua, aire caos; Heraclito señala
hacia un fuego cósmico inteligente y Parmenides y su discípulo Zenón
enfatizan que lo que es tiene que ser inmutable e inmóvil; en consecuencia
las cosas perecederas no son el ser como tal; son apariencias y apariciones
inconsistentes. Los pre-áticos posteriores: Demócrito, Anaxágoras y
Empedocles continúan la línea de Tales de Mileto: su doctrina de la
naturaleza, es realista y materializante: son los cuatro elementos que
constituyen el mundo.
En la filosofía Griega, se inaugura la razón como un instrumento para
la búsqueda de la verdad, se siembran los principios de la ciencia moderna.
Surge como una respuesta a los mitos, para dar argumento acerca de su
naturaleza (el por qué de las cosas), ya que la mitología no es un
pensamiento filosófico, puesto que no da una afirmación racional y deductiva
de sus afirmaciones.
Entre sus principales representantes destacan:
Platón: (c. 428-c. 347 a.C.), filósofo griego, uno de los pensadores
más originales e influyentes en toda la historia de la filosofía occidental.La
figura de Platón resulta indispensable para la comprensión de la historia del
24
pensamiento
occidental. El objetivo de la filosofía, así como la propia
esencia del filósofo en el sistema platónico, son los temas que aborda Emile
Bréhier en el siguiente texto.El estudiante más importante de Sócrates fue
Platón, quien escribió múltiples diálogos filosóficos utilizando el método de
indagación de su maestro para examinar problemas. Los primeros diálogos
demuestran cierta semejanza con el estilo de indagación de Sócrates.
El centro de la filosofía de Platón lo constituye su teoría de las formas
o de las ideas. En el fondo, su idea del conocimiento, su teoría ética, su
psicología, su concepto del Estado y su concepción del arte deben ser
entendidos a partir de dicha perspectiva.
La teoría de las ideas de Platón y su teoría del conocimiento están tan
interrelacionadas que deben ser tratadas de forma conjunta. Influido por
Sócrates, Platón estaba persuadido de que el conocimiento se puede
alcanzar. También estaba convencido de dos características esenciales del
conocimiento. Primera, el conocimiento debe ser certero e infalible. Segunda,
el conocimiento debe tener como objeto lo que es en verdad real, en
contraste con lo que lo es sólo en apariencia. Ya que para Platón lo que es
real tiene que ser fijo, permanente e inmutable, identificó lo real con la esfera
ideal de la existencia en oposición al mundo físico del devenir. Una
consecuencia de este planteamiento fue su rechazo del empirismo, la
afirmación de que todo conocimiento se deriva de la experiencia. Pensaba
que las proposiciones derivadas de la experiencia tienen, a lo sumo, un
grado de probabilidad. No son ciertas. Más aun, los objetos de la experiencia
son fenómenos cambiantes del mundo físico, por lo tanto los objetos de la
experiencia no son objetos propios del conocimiento.
Aristóteles: Al igual que ocurría con Platón tampoco en Aristóteles
encontramos una teoría del conocimiento elaborada, aunque sí numerosos
pasajes en varias de sus obras (Metafísica, Ética a Nicómaco, Tópicos, por
ejemplo) que se refieren explícitamente al conocimiento analizándolo bajo
distintos aspectos. El estudio de la demostración, el análisis de las
25
características de la ciencia y sus divisiones, la determinación de las virtudes
dianoéticas, entre otros., son algunas de las ocasiones en las que Aristóteles
nos habla de una manera más específica del conocimiento y de sus
características. De todo ello podemos deducir algunas de las características
básicas del conocimiento tal como parece haberlo concebido Aristóteles.
Aristóteles distingue varios niveles o grados de conocimiento. El
conocimiento sensible deriva directamente de la sensación y es un tipo de
conocimiento inmediato y fugaz, desapareciendo con la sensación que lo ha
generado. El conocimiento sensible es propio de los animales inferiores. En
los animales superiores, sin embargo, al mezclarse con la memoria sensitiva
y con la imaginación puede dar lugar a un tipo de conocimiento más
persistente. Ese proceso tiene lugar en el hombre, generando la experiencia
como resultado de la actividad de la memoria, una forma de conocimiento
que, sin que le permita a los hombres conocer el porqué y la causa de los
objetos conocidos, les permite, sin embargo, saber que existen, es decir, la
experiencia consiste en el conocimiento de las cosas particulares:
Ninguna de las acciones sensibles constituye a nuestros ojos el
verdadero saber, bien que sean el fundamento del conocimiento
de las cosas particulares; pero no nos dicen el porqué de nada;
por ejemplo, nos hacen ver que el fuego es caliente, pero sólo que
es caliente." ("Metafísica", libro 1,1).
El nivel más elevado de conocimiento vendría representado por la
actividad del entendimiento, que nos permitiría conocer el porqué y la causa
de los objetos; este saber ha de surgir necesariamente de la experiencia,
pero en la medida en que es capaz de explicar la causa de lo que existe se
constituye en el verdadero conocimiento:
Por consiguiente, como acabamos de decir, el hombre de experiencia
parece ser más sabio que el que sólo tiene conocimientos sensibles,
cualesquiera que ellos sean: el hombre de arte lo es más que el hombre de
26
experiencia; el operario es sobrepujado por el director del trabajo, y la
especulación es superior a la práctica..
La teoría de la sustancia mantenida por Aristóteles le apartará también
de la interpretación platónica del hombre. Platón, en efecto, había concebido
al hombre como el resultado de una unión accidental entre el alma y el
cuerpo, dos entidades de naturaleza diferente que se veían obligadas a
convivir provisionalmente, hallándose el alma en el cuerpo como un piloto en
su nave o, como nos sugiere en el Fedón, como un prisionero en su celda.
La muerte significa para el hombre la separación del alma y el cuerpo.
Siendo el alma inmortal y el cuerpo corruptible, Platón identificará al hombre
propiamente con su alma, por lo que, de alguna manera, concibe la idea de
que el fin de la vida del hombre está más allá de su vida en la tierra.
Aristóteles, sin embargo, ha de concebir al ser humano de acuerdo
con su teoría de la sustancia, es decir, en consonancia con la idea de que no
es posible la existencia de formas separadas: la sustancia es un compuesto
indisoluble de materia y forma. Además, todas las sustancias del mundo
sublunar están sometidas a la generación y a la corrupción. El hombre, pues,
ha de ser una sustancia compuesta de materia y forma: la materia del
hombre es el cuerpo y su forma el alma. Aristóteles acepta, como era
admitido entre los filósofos griegos, la existencia del alma como principio
vital: todos los seres vivos, por el hecho de serlo, están dotados de alma,
tanto los vegetales como los animales. Pero interpreta también que ese alma
es la forma de la sustancia, es decir, el acto del hombre, en la medida en que
la forma representa la actualización o la realización de una sustancia.
Coincidirá pues, con Platón, en la concepción de que el hombre es un
compuesto de alma y cuerpo; pero se separará de Platón al concebir esa
unión no como accidental, sino como sustancial. No existen el alma por un
lado y el cuerpo por otro lado, sino que ambos existen exclusivamente en la
sustancia "hombre" la distinción entre alma y cuerpo es real, pero sólo puede
ser pensada. Por lo demás, el alma no puede ser inmortal, como afirmaba
27
Platón, ya que no es posible que subsistan las formas separadamente de la
materia. Cuando el hombre muere se produce un cambio sustancial y, como
hemos visto en la explicación aristotélica del cambio, eso supone la pérdida
de una forma y la adquisición de otra por parte de la sustancia "hombre": la
forma que se pierde es la de "ser vivo" (lo que equivale a decir "ser
animado"), y la forma que se adquiere es la de "cadáver" (lo que equivale a
decir "ser inanimado").
El punto de partida del conocimiento lo constituyen, pues, la sensación
y la experiencia, que nos pone en contacto con la realidad de las sustancias
concretas. Pero el verdadero conocimiento es obra del entendimiento y
consiste en el conocimiento de las sustancias por sus causas y principios,
entre las que se encuentra la causa formal, la esencia. Al igual que para
Platón, para Aristóteles conocer, propiamente hablando, supone estar en
condiciones de dar cuenta de la esencia del objeto conocido. De ahí que el
conocimiento lo sea propiamente de lo universal, de la forma (o de la Idea).
Pero para Aristóteles la forma se encuentra en la sustancia, no es una
entidad subsistente, por lo que es absolutamente necesario, para poder
captar la forma, haber captado previamente, a través de la sensibilidad, la
sustancia.
Visión del Conocimiento en la Cultura Occidental en la Edad Media
Es el Período histórico de la Civilización Occidental comprendido entre
el siglo V y el siglo XV. Marca su inicio la caída del imperio romano de
Occidente (476), y su fin con la caída del Imperio Bizantino, o Romano de
Oriente (1453), que coincide con la invención de la imprenta y el fin de la
Guerra de los Cien Años. Un final alternativo puede ser el descubrimiento de
América (1492). Se denomina filosofía medieval a la filosofía dada en Europa
y el Oriente Medio durante el período conocido como Edad Media, periodo
28
que se extiende desde la caída del Imperio Romano de Occidente en el siglo
V hasta el descubrimiento de América en el año 1492.
Los problemas fundamentales discutidos durante este periodo fueron
la relación entre la fe y la razón, la naturaleza y existencia de Dios, los límites
del conocimiento y la libertad en el hombre, la naturaleza de los universales y
la individuación de las sustancias divisibles e indivisibles.
El paso de la antigüedad a la edad media fue, sin embargo, gradual,
entre los siglos III y VIII. Fue una etapa de trancisión en todos los ámbitos:
• Economía: sustitución del modelo de producción esclavista por el
modo de producción feudal.
• Sociedad: desaparición de la ciudadanía romana y la definición de
los estamentos medievales.
• Política: descomposición de las estructuras centralizadas romanas y
dispersión del poder entre los pueblos bárbaros.
• Ideología y cultura: sustitución de la cultura clásica por el
teocentrismo cristiano o musulmán.
La filosofía medieval estaba muy involucrada con la naturaleza de
Dios, y con la aplicación de la lógica y el pensamiento aristotélico a cada
área de la vida. Un interés constante en este tiempo fue el de probar la
existencia de Dios, a través de la lógica, si era posible. La filosofía medieval
estaba fuertemente ligada a la filosofía cristiana, la cual estaba fuertemente
influenciada a sí misma por la clásica filosofía islámica y por la filosofía
judeo-islámica en la Baja Edad Media, especialmente por los escritos de los
filósofos musulmanes como Al-Kindi, Al-Farabi, Alhazen, Avicena, Al-Ghazali,
Avempace y Averroes, y filósofos judíos como Maimónides y Gersónides.
Un
esfuerzo
temprano
fue
el
del
argumento
cosmológico,
convencionalmente atribuido a Tomás de Aquino. El argumento, toscamente,
es que todo lo que existe tiene una causa. Por lo tanto, debe haber una
primera causa sin causa, y esa es Dios. Aquino también adaptó este
argumento para probar la bondad de Dios. Todo tiene algo de bondad, y la
29
causa de cada cosa es mejor que la cosa causada. Por lo tanto, la primera
cosa es la mejor cosa posible. Argumentos similares son usados para probar
el poder y la excepcionalidad de Dios.
Otro argumento importante que prueba la existencia de Dios fue el
argumento ontológico, ofrecido por Anselmo de Canterbury. Básicamente
dice que Dios tiene es aquel mayor del cual no se puede pensar otro, lo cual
implica pensar que existe, pues si no existiera se podría pensar otra realidad
más grande, lo cual contradice la definición. Este argumento ha sido utilizado
de distintas formas desde Duns Scoto en adelante, y repropuesto por
Descartes y otros pensadores modernos.
A Pesar de los grandes avances que alcanzó la ciencia griega, su
vigor no continuó cuando Roma sustituyó a Grecia como la gran potencia del
Mediterráneo. Los romanos, que gracias a su organización política y social
lograron construir un vasto imperio, no tuvieron mayor interés en las
matemáticas que el estrictamente necesario para la administración de los
territorios conquistados. Esa actitud se extendió a las demás disciplinas
científicas desarrolladas en la antigüedad, por lo que puede afirmarse que los
pensadores romanos realmente no contribuyeron al conocimiento científico.
Además, cuando el Imperio romano dejó a la Iglesia católica su sitio
como la única fuerza política y espiritual del mundo occidental, el rechazo
hacia el conocimiento científico fue todavía mayor. En esas condiciones la
cultura europea entró en un periodo de estancamiento durante el cual no sólo
no se promovió el desarrollo de la ciencia, sino que incluso se propició la
pérdida de la mayor parte del conocimiento generado por los griegos.
Visión del Conocimiento en la Cultura Occidental durante la Edad
Moderna
En la Edad moderna, la teoría del cocimiento aparece como disciplina
autónoma. Como fundador de ella podemos indicar a J. Locke (1632 – 1704),
30
con su obra "Ensayo sobre el entendimiento humano" aparecida en 1690. En
ella Locke habla de la esencia y la certeza del conocimiento humano.
Leibnitz (1646 – 1716), refuta la doctrina de Locke en su obra "Nuevos
ensayos sobre el entendimiento humano", obra póstuma aparecida en 1765.
En Inglaterra prosigue la investigación acerca del conocimiento humano,
Berkerley (1685 – 1753), con su obra "Tratado de los principios del
conocimiento humano", aparecida en 1710.
David Hume (1711 – 1776), publica dos obras referentes al problema
del conocimiento humano: "Tratado de la naturaleza humana" en 1740 e
"Investigación sobre el entendimiento humano", en 1748.
En 1781, Manuel Kant (1724 – 1804), publica su obra "Crítica de la
razón pura", que es considerada como su obra maestra en el campo
epistemológico.
El nuevo rumbo que toma la filosofía en esta época, se debe entre
otros factores, al rechazo del método aristotélico y a su lógica formal. Domina
un desorden intrínseco en el pensamiento filosófico. Se pierde el contacto
con las grandes síntesis filosóficas del siglo XIII, cayendo en exageraciones
del decadente siglo XIV. Entre estas se pueden mencionar:
a) El individualismo, que para aceptar una doctrina no se fija si es
verdadera, sino en la persona que la profesa.
b) La originalidad se confunde con la novedad. Pues, la profundización
está sustituida por la moda. No se toma en cuenta la universalidad del
pensamiento filosófico y elaborado.
c) Poca precisión en la elaboración del pensamiento. Lo que se afirma no
se demuestra, sino que se sugiere. En lugar de buscar de convencer,
se busca sugestionar.
En el siglo XV el pensamiento griego llega a Italia. Muchas obras
griegas son descubiertas, nace el humanismo; es la época del Renacimiento;
junto al arte y la literatura clásica renacen las diferentes teorías filosóficas,
31
entre estas: El Platonismo, Aristotelismo, Estoicismo, Epicureismo, etc. Las
ciencias natrales empiezan a desarrollarse con nuevos métodos.
La mentalidad europea está desorientada por la falta de certeza y
unidad entre las corrientes filosóficas nuevas y antiguas. En la segunda
mitad del siglo XVI, Francia está dominada por luchas religiosas. Hay un gran
desorden tanto en el campo filosófico como en el religioso.
Visión de la modernidad
Sus
características
se
dividen
en
cuatro:
políticas,
sociales,
económicas y culturales:
1. Política. Políticamente la Edad Moderna se inicia con el paso del
feudalismo al capitalismo, pues se lograron afianzar los estados
nacionales y la monarquía
absoluta. La fuerza y las funciones del
estado aumentaron y poco a poco fueron sustituyendo a la iglesia en su
carácter de máxima autoridad, aunque con un área limitada pues no
alcanzaba a afectar la moralidad ni la vida espiritual del hombre. El
estado de esta época se limitó a buscar un nacionalismo bien definido
como base de un país libre y autónomo, sin subordinación a ninguna
autoridad superior, religiosa ni moral.
2. Social. Se produjo una transformación en la sociedad europea, pues se
manifiesta un nuevo estilo de vida mucho más libre y más abierto, que
somete a crítica los valore morales, intelectuales y religiosos de esta
edad. En los hombres existe una gran rebeldía contra la autoridad
establecida.
3. Economía. En esta época existió una minoría privilegiada que
acumulaba bienes sin haberlos producido y una mayoría de vasallos
desposeídos cuyo trabajo era la fuerza generadora de las riquezas
atesoradas en las arcas de los señores feudales. El capitalista del
Renacimiento se ocupa de acrecentar sus riquezas; sin embargo, el
32
asalariado sigue tan desposeído como los vasallos medievales. Ya en
el siglo XVI la burguesía se ve favorecida por los descubrimientos
geográficos que le abren un amplísimo campo de actividades.
4. Cultural. Los primero renacentistas tienen una actitud de apertura a la
belleza de la vida y de la naturaleza, inspirados por poetas latinos cuya
sensibilidad se había perdido en la aridez de la literatura escolástica.
Después, tras la caída de Constantinopla, en 1453, se difundió el
idioma griego y se conocieron los textos originales de los antiguos
filósofos. La cultura se volvió humanista como la antigua Grecia, donde
el hombre encontró su plena realización en el marco de la naturaleza y
la historia. Hay una gran inquietud científica y artística y una actitud
inquisitiva que investiga y experimenta abriendo camino a las ciencias
particulares.
Entre los filósofos más conocidos de los comienzos de la época
moderna se pueden mencionar: Francisco Bacon (1561-1626), Galileo
Galilei, Renato Descartes, etc.
Renato Descartes
Filósofo nacido en Haye en el año 1596. Se educó con los Jesuitas en
la Fléche. Se doctoró en la Universidad de Poitiers en Leyes. Luego estudió
matemáticas. Viajó por Alemania, Italia y otros países europeos. Llamado a
Estocolmo por la reina María Cristina, muere allá en 1650. Entre sus obras
principales: Discurso sobre el método, Meditaciones metafísicas, Principia
philosophiae.
El objetivo buscado por R. Descartes es el de establecer la unidad en
el campo filosófico, unidad que él observa que existe en las matemáticas.
Para conseguir dicha finalidad introduce en la filosofía el método matemático;
mientras que Galileo y Bacon utilizaban el método para estudiar la naturaleza
33
y progresar en la ciencia. Descartes introduce su método para actuar con
certeza y para adquirirla. Con este fin establece cuatro reglas en su método:
- La evidencia: Sólo acepta lo que no admite duda.
- El análisis: Hay que dividir para facilitar el estudio.
- La síntesis: Hay que comenzar con lo más simple para ir en busca de lo
más complejo.
- La enumeración: Se debe revisar y enumerar todo, para no omitir nada.
El sistema cartesiano
Si la filosofía quiere ser una ciencia deductiva, sostiene Descartes,
debe tener un punto de partida absolutamente cierto, que no pueda dar pie a
duda alguna. Con este fin, Descartes implanta en su sistema la "duda
metódica". Su punto de partida es: rechazar como falso todo lo que tenga
una sombra de duda.
Para conseguirlo deja a un lado tanto los sentidos como la razón.
Parte de un hecho psicológico innegable: "Cogito, ergo sum". Pienso, luego
soy.
Una vez en posesión del punto de partida, Descartes acepta sólo
como verdad aquello que se presenta como idea clara y distinta.
Características del Cogito
-
Es una intuición y no un raciocinio.
-
El centro de gravedad de la filosofía, que es la metafísica, pasa al
campo gnoseológico. Al determinar la relación entre el pensamiento y el
ser, pasa del plano metafísico al plano gnoseológico. Ello dará mas
tarde el origen al Idealismo moderno.
-
Reduce al hombre a puro espíritu: "Soy como un ser pensante".
34
La Existencia de Dios en Descartes
Descartes presenta dos caminos en la demostración de la existencia
de Dios.
1. De la Idea de lo perfecto a la existencia de lo perfecto: Como en la
idea del triangulo está incluida necesariamente la propiedad de 180
grados, concluyo que tiene ciertamente 180 grados; así en la idea de lo
perfecto va necesariamente incluida la idea del existir, concluyo que lo
perfecto existe necesariamente.
2. De la existencia del imperfecto a la existencia de lo perfecto: Yo
soy imperfecto. La causa de lo imperfecto no puede ser el mismo
imperfecto. En efecto, si lo imperfecto fuese causa de sí mismo, se
habría dado todas aquellas perfecciones que sólo posee en el
pensamiento. Ello haría que fuese perfecto y no lo es. Queda por lo
tanto que la causa de lo imperfecto es lo perfecto.
El Dualismo: Cuerpo Y Alma
Existen en el mundo dos substancias: la materia extendida y el alma
pensante. El cuerpo tiene extensión. El alma carece de ella. El alma
consciente. La materia carece de la conciencia. Son dos mundos
completamente diferentes. En el único caso en que el alma está unida al
cuerpo, es el caso del hombre. El cuerpo del hombre actúa como una
máquina, en forma igual al cuerpo de los animales. Sólo que en el cuerpo
humano habita el alma.
Descartes niega que el alma tenga influencia real sobre el cuerpo y
viceversa, que el cuerpo influya sobre el alma. Descartes al negar la relación
concreta entre el cuerpo y el alma, lógicamente tuvo que negar su mutua
influencia. Sin embargo, frente a la evidencia del hecho de la influencia entre
el cuerpo y el alma, Descartes aceptó que el alma puede influir sobre la
35
dirección de lo que sucede en el cuerpo y éste sobre la dirección de lo que
acontece en el alma.
El dualismo entre el cuerpo y el alma será un problema permanente,
para ir en busca de su solución.
Influencia de la Filosofía Cartesiana
Su influencia es enorme: Es llamado el padre de la filosofía moderna.
Su criterio racionalista de la "idea clara y distinta", prepara el período del
"Iluminismo" en el campo filosófico y el dominio de la razón.
Dentro de la Iglesia tuvo grandes defensores y grandes enemigos. Su
gran mérito es haber sido capaz de despertar el interés por la reflexión
filosófica en el mundo de la Ciencia. Ha sido un gran defensor del
pensamiento de la filosofía cristiana, frente al Naturalismo. Acercó la filosofía
a la Ciencia y con ello abrió la posibilidad a un enfoque global de la realidad.
Descartes, considerado "Padre de la Modernidad", definió con
claridad el objetivo de los filósofos de este período histórico: la búsqueda de
la certeza.
Mediante sus meditaciones y su método intentó dar respuesta al
escepticismo reinante. Su estrategia no fue el rechazo o la negación de la
duda sino su aceptación hasta las últimas consecuencias. Es decir, utilizó la
duda como método y sometió todo conocimiento a duda con el fin de
encontrar una verdad de la que ya no pudiese dudar ni el más escéptico. Así
llegó a alcanzar una certeza primera: “Pienso, existo.” Y teniendo en ella una
base inconmobible, reconstruyó el edificio filosófico. En primer lugar, alcanzó
una segunda certeza: la existencia de Dios. En segundo lugar, reafirmó la
confiabilidad del conocimiento científico, el cual tenía a Dios por garante.
A continuación se presenta un esquema del proceso de conocimiento tal
como lo entendía Descartes, acompañado de una breve descripción de los
elementos que lo componen.
36
Visión del Conocimiento en la Edad Contemporánea en la Edad
Contemporánea
La sociedad contemporánea
se caracteriza por la explosión del
conocimiento para alcanzar procesos productivos, dicha explosión es a la
vez cuantitativa y cualitativa, haciendo que aparezcan nuevas disciplinas y
sub-disciplinas con carácter transdisciplinario.
Es una edad denominada la Era del Despertar que se inicia con la
revolución francesa hasta la actualidad, en ella la ciencia y la cultura han
experimentado un extraordinario
desarrollo
debido
a
las diferentes
transformaciones económicas y tecnológicas, además le ha dado mucha
importancia a la pluralidad , a la socialización y a la deconstrucción.
Con la era contemporánea el hombre ha transitado de un pasado de
certidumbres
conflictivas
a
un
presente
de
cuestionamientos,
prevaleciendo claramente que la contemporaneidad es la sociedad de la
comunicación generalizada.
37
La
llegada de esta época no es para destruir el pasado, es para
superar la nostalgia de los horizontes cerrados e intimidantes.
¿Por qué es la era del despertar?
Como consecuencia de las transformaciones sociales,
donde van
surgiendo nuevas realidades, es necesario que aparezcan nuevas formas de
pensamiento
para
contemporánea
es
interpretarlas
hablar
de
y
explicarlas.
un
nuevo
Hablar
orden
de
la
civilizatorio
edad
cuyas
características ya están presentes y no podemos detenerlas.
Se le ha dado el sinónimo “La Era del Despertar” debido a que era
necesario enfrentar diferentes situaciones o fenómenos propios de la era
moderna, entre estas se mencionan:
- Un pensamiento disyuntivo y reductor que solamente logra desunir sin
propiciar la integración o la unión de diferentes disciplinas. Este
pensamiento disyuntivo va a influir profundamente debido a que no
reconocerá las realidades conflictivas, debe ser reemplazado por un
PENSAMIENTO COMPLEJO que detenga la racionalidad abstracta y
cerrada que tanto daño hace a la ciencia y al hombre.
- Una hegemonía paradigmática donde la única forma de alcanzar el
conocimiento era a través de la medición exhaustiva y controlada, con
esta hegemonía siempre prevaleció una estrategia deductiva que
explica los fenómenos de manera unitaria, estática y reduccionista.
Todo esto motivo algunos pronunciamientos que fortalecieron la ciencia
y reivindicaron al hombre como un sujeto activo en la investigación;
lleno de creencias y percepciones.
- Una
incesante
y
agotadora
y
agotadora
disciplinariedad
que
indudablemente generaba un conocimiento dividido y con dificultades
en tantas partes fuera posible, con la disciplinariedad las mentes no
están preparadas para enfrentar las incertidumbres que no dejan de
38
incrementarse , y además no están educadas para la comprensión
humana entre seres cercanos y los que están alejados.
- La forma de concebir al Hombre: Producto de las transformaciones
sociales y la revolución industrial, no se puede ni se podrá seguir
concibiendo al hombre como un ser estatico, como herramienta de
trabajo o como un objeto, de acuerdo a esta nueva era amenazada y
amenazante, el hombre es un ser que vive, convive y socializa, por lo
tanto no debe ser dominado para los intereses de los demás. Si no se
transforman las formas de vida, de actuar y de trabajar, el hombre
siempre será aplastado por la hiperrealidad socioindustrial, sin poder
realizar aportes significativos para su presente y futuro.
Ante esta situación, comenzaron a emerger diferentes concepciones
filosóficas a favor de la evolución y desarrollo integral del hombre:
- Existencialismo: Se niega rotundamente a las posturas racionalistas y
de opresión, se inclina hacia la vida, la libertad y la experiencia de cada
individuo.
- Fenomenología: Se opone a la cuantificación, al deducción y a la
generalización, afirma que existe una subjetividad que debe ser
respetada y una verdad cualitativa que no es necesario someterla a
pruebas matemáticas y estadísticas porque lo verdadero es lo que se
origina del proceso de la comunicación entre distintos sujetos, La
realidad del hombre no puede ser manipulada o tergiversada con datos
numéricos, pues epistemológicamente lo cualitativo tiene tanta fuerza
como lo cuantitativo.
Por el comportamiento de las ciencias: no se podía seguir aceptando
la ciencia como una tarea esquematizada y especializada que generaliza
comportamientos y fenómenos. Según Morín: debe abrirse un nuevo camino
para el mundo científico, basado en la historicidad, en la comprensión y en la
interpretación.
39
Evolución Paradigmática en la Edad Contemporánea
Debido a la evolución de las sociedades occidentales y los cambios
producidos por la revolución industrial, fue necesario dejar atrás una realidad
epistemológica propia de la edad moderna, caracterizada por la racionalidad
formal, la fragmentación del saber
y la disciplinariedad. Ante esta
eventualidad fue y será obligatoria la evolución paradigmática para enfrentar
los cambios tan acelerados producto de la transformación social. Aparece de
esta manera, el PARADIGMA INTEGRADOR O COMPLEJO para que el
hombre
reconozca
fenómenos
multidimensionales
y
se
aislé
de
pensamientos compartidos que en nada contribuyen a hacer frente a una
sociedad llena de incertidumbre.
El conocimiento en la Edad Contemporánea
En este periodo el conocimiento es una herramienta mucho más
valiosa e importante que la disponibilidad de capital y materia prima. Cada
día debe acelerarse y crecer, pero para tal fin necesita de un alto grado de
complejidad acompañada de interdisciplinariedad.
El
siglo
XXI
está
caracterizado
por
la
incertidumbre
y
la
interdisciplinariedad, ésta debe asumirse como un desafío, porque así como
los estados tienen sus fronteras, el conocimiento contemporáneo tiene
horizontes.
Con la complejidad se revelan las conexiones entre lo uno y lo múltiple
de manera que es interconectiva, multidiversa y es un tejido en conjunto. El
conocimiento en esta era se caracteriza por la relación e inclusión, es decir,
no excluye la simplificación sino que la integra como un elemento más del
pensamiento complejo.
Siendo las cosas así, se puede afirmar que la contemporaneidad es el
periodo para transitar de la indignación a la acción.
40
Con la acción el conocimiento se caracterizara por:
- Distinguir y unir
- Deconstruir y mejorar
- Reconocer e incluir
La edad contemporánea debe ser vista como la era de la integración;
ella no es para enfrentar la insuficiencia de los enfoques unidisciplinarios o
monodisciplinarios que con una visión reduccionista han convertido y
convierten todo lo nuevo, diferente y complejo, en algo más simple y
corriente, quitándole novedad y diferencia y convirtiendo el futuro en pasado,
por
el
contrario
ella
aprovecha
esta
situación
y
practica
la
interdisciplinariedad, dicho de otra manera, el conocimiento contemporáneo
se interesa por la integración para abrir un camino originario y creativo en
beneficio del hombre.
El conocimiento en esta época¸ no es para oprimir, es para criticar el
propio conocimiento, por lo tanto, la principal tarea es convivir con las ideas
sin ser destruidas sino mejoradas.
Debido al gran aluvión de información es necesario que el hombre
pueda discernir cuales son las informaciones y los problemas claves, no
para simplificar, sino para propiciar la interacción compleja que tanto
beneficia el conocimiento.
En la contemporaneidad, no hay espacios para hablar de enseñanza
pura, porque ésta solo transmite saber, es necesario una enseñanza
educativa que integre el saber con la condición humana ; sin ésta integración
el conocimiento jamás será alcanzado por los más desposeídos. Se trata es
de aceptar las curiosidades naturales, sin ellas no se regenerarían ni se
reexaminarían los saberes, las ideas y los valores.
Es
necesario
que
se
desarrollen
procesos
tales
como,
la
multidisciplinariedad pero más aun la interdisciplinariedad; con el primero se
comparten los saberes y conocimientos pero no hay una mezcla de
disciplinas, es decir, solo existe una cooperación mutua., con la
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interdisciplinariedad se comprende todas las sinergias posibles y existe una
mezcla de disciplinas que pueden enriquecer el conocimiento.
42
CONCLUSIONES
Históricamente la primera interrogante surgió ante el hecho de si es
posible tener algún conocimiento de la realidad. El segundo surge cuando se
plantea el problema de dónde es que se originan nuestros conocimientos;
será en las facultades sensibles o propiamente en la razón. El tercero
aparece cuando se trata de determinar la esencia del conocimiento y el
cuarto se da cuando hablamos de las formas del conocimiento. En resumen
el conocimiento plantea cuatro interrogantes que son: posibilidad, origen,
naturaleza y formas.
La teoría del conocimiento es una doctrina filosófica. La Gnoseología o
Teoría del Conocimiento es una de las ramas clásicas de la Filosofía que
intenta explicar éste fenómeno. Ya los antiguos filósofos griegos la trataron
extensamente, llegando a explorar muchas de las sendas posibles:
idealismo, realismo, empirismo, escepticismo.
El periodo prehistórico va a terminar durante la Cultura Predinástica en
Egipto y con la aparición de la escritura (fundada por los sumerios alrededor
del 3500 a.C.), en esta fecha aproximadamente entramos en La Edad
Antigua, que dura desde el 3500 a.C. hasta el 476 d.C. (fecha en la que se
produce la caída del Imperio Romano de Occidente) para posteriormente dar
paso, cronológicamente hablando, a la Edad Media. En este período
destacaron
los
siguientes filósofos:
Pitágoras,
Heráclito, Hipócrates,
Sócrates, Platón, Aristóteles, entre otros.
La Edad Media, Medievo o Medioevo es el período histórico de la
civilización occidental comprendido entre el siglo V y el XV. Su comienzo se
sitúa convencionalmente en el año 476 con la caída del Imperio romano de
Occidente y su fin en 1492 con el descubrimiento de América. En la Edad
Media Santo Tomás de Aquino, le dio continuidad al pensamiento aristotélico
en lo concerniente a considerar la percepción como el punto de partida y a la
lógica como el procedimiento intelectual para llegar al Conocimiento.
43
Aportaron letras y teorías durante este momento histórico: Agustín de Hipona
Santo Tomás de Aquino, Pedro Abelardo, San Anselmo de Canterbury,
Escoto Eriúgena, entre otros.
La Edad Moderna es el tercero de los periodos históricos en los que
se divide tradicionalmente en Occidente la Historia Universal, desde Cristóbal
Celarius. En esa perspectiva, la Edad Moderna sería el periodo en que
triunfan los valores de la modernidad (el progreso, la comunicación, la razón)
frente al periodo anterior, la Edad Media, que el tópico identifica con una
Edad Oscura o paréntesis de atraso, aislamiento y oscurantismo. Son
representantes dignos de esta época: Renato Descartes , Karl Popper Pedro
Tomas Hobbes, Jhon Locke, Jorge Berkeley, David Hume, entre otros.
La edad contemporánea es el nombre con el que se designa el
periodo histórico comprendido entre la Revolución francesa y la actualidad.
Comprende un total de 222 años, entre 1789 y el presente. Entre sus
máximos representantes destacan a: Schopenhauer, Kierkegaard Dionisio
Diderot, Augusto Comte, Nietzsche, entre otros.
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