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Revista Procesos Urbanos
Facultad de Ciencias Básicas, Ingeniería y Arquitectura.
ISSN: 2422-085X
Sincelejo, Enero – Diciembre de 2014
Piedad Martínez Carazo
Rectora
Lidia Flórez de Albis
Vicerrectora Académica
Jhon Víctor Vidal
Director de Investigaciones
Pedro Arturo Martínez Osorio
Editor
Comité Editorial:
PhD. Alexander Niño Soto. Universidad Antonio Nariño
PhD. Jorge Ramírez Nieto. Universidad Nacional de Colombia
Msc. Juan Carlos Pergolis. Universidad Católica de Colombia
PhD. Piedad Martínez Carazo. Corporación Universitaria del Caribe, CECAR
PhD. Emiro F. Martínez. Universidad de York, Canadá
Comité Científico:
Msc. Gloria Aponte García. UPB, Medellín
Msc. Jorge Vásquez Muñoz. UPB, Medellín
PhD. Jorge Gómez Ricardo, Universidad del Magdalena
Editorial CECAR
Libia Narváez Barbosa
Coordinadora Editorial
Eduardo Támara Galván
Corrector de Estilo
Alejandrina Jaramillo y Roger Goez Castillo
Diseño Gráfico
Diagramación e Impresión:GRÁFICAS DEL CARIBE S.A.S.
Cra. 1B No. 40-42 Montería Tel. (57) (4) 782 6622 Telefax (57) (4) 781 7112
Email: [email protected]
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IN MEMORIAM: GIANCARLO MACCHI, UN ARQUITECTO ITALIANO
EN EL CARIBE COLOMBIANO (1940 - 2010)1
In memoriam: Giancarlo Macchi, an italian architect in the colombian Caribbean
(1940 - 2010)
Pedro Arturo Martínez Osorio2
Fecha: Recibido febrero de 4 2014 / Aceptado agosto 30 de 2014
RESUMEN
ABSTRACT
Este artículo presenta resultados de la investigación
realizada sobre uno de los arquitectos más
representativos de la ciudad de Barranquilla, el
cual dejó su huella en la historia de la arquitectura
del
Caribe
colombiano.
La
investigación
desarrollada tiene como objetivo principal
reconstruir la historia de vida de este arquitecto
y su pensamiento sobre la arquitectura, a través
de la narración en viva voz, y sentir del mismo
personaje, testimonio que se convierte en un
legado sobre sus visiones e ideas y sobre el deber
ser de la disciplina de la arquitectura en el mundo
contemporáneo. Desarrollada con un enfoque
histórico hermenéutico, la investigación realizó
una búsqueda en profundidad, a través del estudio
de caso de un arquitecto de gran importancia en
la construcción y gestión de una de las ciudades
capitales del Caribe colombiano. A partir de la
narración de este personaje se recrea una parte
de la historia de la arquitectura moderna de la
ciudad de Barranquilla, los aciertos y desaciertos
en la búsqueda de un desarrollo para la ciudad y la
región. Como conclusión se identifican fragmentos
de la historia de la arquitectura y el desarrollo
urbano en el Caribe colombiano, se observa
también al Caribe como una tierra exuberante, con
un paisaje encantador, que se fue transformando
a partir de las intervenciones del hombre.
This article presents results of the realized research
on one of the most representative architects
of Barranquilla's city, who left his fingerprint in
the history of the architecture of the Colombian
Caribbean. The developed investigation has as
principal aim to reconstruct the history of life of
this architect and his thoughts on the architecture,
across the story in alive voice, and feels of the
same personage, testimony that turns into a
legacy on his visions and ideas and on the duty
to be of the discipline of the architecture in the
contemporary world. Developed with a historical
hermeneutic approach, the investigation realized
a search in depth, across the study of case of an
architect of great importance in the construction
and management of one of the capital cities of
the Colombian Caribbean. From the story of
this personage there reconstruct itself a part
of the history of the modern architecture of
Barranquilla's city, the successes and mistakes
in the search of a development for the city and
the region. As a conclusion there are identified
fragments of the history of the architecture
and the urban development in the Colombian
Caribbean, the Caribbean is observed also as
an exuberant land, with a charming landscape,
which was transforming from the interventions of
the man.
Palabras clave: Arquitectura, arquitecto,
historia de vida, Caribe colombiano.
Keywords: Architecture, architect, history of
life, Colombian Caribbean.
Este artículo es producto de la investigación denominada: Serie Arquitectos del Caribe Colombiano, macro proyecto
de investigación desarrollado en la Corporación Universitaria del Caribe CECAR, por parte del grupo de investigación
Teoría e historia de la Arquitectura y la Ciudad, adscrito al Programa de Arquitectura, en la línea de investigación Teoría
e historia de la arquitectura, desde la cual, el estudio biográfico sobre uno de los arquitectos más representativos de
la ciudad de Barranquilla, fue tomado como trabajo de grado de los arquitectos Carlos Gómez y Carmen García, en
el año 2007, fue dirigido por el arquitecto Pedro Martínez Osorio.
2
Arquitecto Universidad Católica de Colombia, Magíster en Educación, Universidad Simón Bolívar, Barranquilla,
Docente de Tiempo completo programa de Arquitectura, Corporación Universitaria del Caribe CECAR. Email: pedro.
[email protected]
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PROCESOS URBANOS - Revista de Divulgación Científica Vol. 1 Enero - Diciembre 2014 (25 - 34)
INTRODUCCIÓN
Este artículo recoge fragmentos de la
historia de vida de uno de los arquitectos
más representativos de la historia de la
arquitectura en el Caribe colombiano,
Giancarlo Macchi Benigni; a partir de la
narración de este personaje se recrea
una parte de la historia de la arquitectura
moderna de la ciudad de Barranquilla
y del Caribe colombiano, los aciertos y
desaciertos en la búsqueda de un desarrollo
para la ciudad y la región.
Es también un intento por hacer un homenaje
a Giancarlo Macchi, su pensamiento, vida y
obra, quien se destacó por su labor como
docente en la Facultad de arquitectura de
la Universidad del Atlántico, un ámbito
académico desde el cual pudo influenciar
por más de 40 años, toda una generación
de arquitectos, siempre desde una postura
crítica de la labor del arquitecto en la
sociedad, con responsabilidad social y con
la capacidad para sensibilizarse por el lugar
en el cual interactúa.
El testimonio del arquitecto Giancarlo Macchi
es un recorrido por la memoria de lugares
y ambientes propios del Caribe colombiano,
describe con sus palabras la exuberancia de
la naturaleza, el calor del ambiente y de la
gente, la brisa, el mar y el orgullo de ser
Caribe, una tierra que lo acogió y a la cual
entregó sus mejores esfuerzos.
METODOLOGÍA
La investigación de la cual se desprende
el presente artículo, tuvo como objetivo
principal reconstruir la historia de vida y
el pensamiento de uno de los arquitectos
más representativos de la ciudad de
Barranquilla. Se desarrolló con un enfoque
histórico hermenéutico. Para este proceso
de descubrimiento se realizó una búsqueda
en profundidad, a través del estudio de
caso de un arquitecto de gran importancia
en la construcción y gestión de una de las
ciudades capitales del Caribe colombiano,
teniendo en cuenta lo planteado por Campos
(2000), cuando dice: “El estudio de casos es
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una forma de conocimiento de lo individual,
en donde se privilegia la explicación que
se desprende del caso mismo” (p.221);
buscando reconstruir y analizar al personaje
desde su particularidad y desde múltiples
perspectivas para poder interpretarlo y
entenderlo en profundidad.
Merrian (citado por Campos, 2000) hace
una descripción clara del interés y objeto
de conocimiento buscado en un estudio
de caso, poniéndolo en los siguientes
términos: “Los estudios de casos pueden
definirse por tres características: por ser
particularistas, descriptivos y heurísticos”;
Campos (2000) aclara al respecto diciendo
lo siguiente: “Particularistas quiere decir
que los estudios de casos se enfocan en
una situación, un hecho, un programa o
un fenómeno singular. El caso en sí mismo
es importante por lo que revela sobre el
fenómeno y lo que éste representa (…);
descriptivos quiere decir que el producto
final es una descripción densa del fenómeno
estudiado (…); heurísticos significa que
iluminan la comprensión del lector sobre el
fenómeno de estudio. Pueden producir el
descubrimiento de nuevas significaciones,
ampliar la experiencia del lector, y también
reconfirmar lo sabido” (p.221).
Teniendo en cuenta lo anterior, el estudio
de caso se desarrolló en cuatro diferentes
fases a saber: una primera fase de tipo
descriptivo, en la cual se identificó y
seleccionó el caso a ser estudiado, entre
los diferentes arquitectos representativos
de la ciudad de Barranquilla. Una segunda
fase en la cual se recogió la información,
utilizando la entrevista en profundidad
como instrumento de recolección de
información idóneo, debido a que la
investigación buscaba un espacio para que
el arquitecto explicara sus pensamientos
sobre la arquitectura y sus experiencias
de vida; siendo la mejor manera de
expresarlo la oralidad, entendiéndola como
la fuente primera para la transmisión del
conocimiento, sin intermediarios entre el
autor y el espectador.
La tercera fase se dejó para la triangulación
de la información, en la cual se realizó
Pedro Arturo Martínez Osorio
una serie de entrevistas, lo cual permitió
confrontar la información recogida a partir
de la narración del personaje estudiado,
así como también se acudió a la revisión
documental como medio de validación y
apoyo en el proceso de triangulación.
La fase final, de carácter interpretativo,
consistió en darle forma comprensible a
los datos recolectados, es decir, formalizar
la información de una manera reconocible,
más allá de su realidad como dato, por lo
cual fue necesario reconstruir un relato
desde el análisis, para así narrar la vida,
obra y pensamiento de un personaje de
gran complejidad.
Giancarlo Macchi Benigni: un Arquitecto
Italiano con el corazón en el Caribe
colombiano (1940 – 2010).
Giovanni Carlo Macchi Benigni nace en
Monza, Italia, el 19 de mayo de 1940, vive
los primeros años de su infancia en Italia,
con muchas limitaciones debido a la crisis
que genera la segunda guerra mundial; viaja
en 1949 y llega a Barranquilla junto a su
familia, como muchas familias lo hicieron a
lo largo de la primera mitad del siglo XX, de
Europa a Sur América. Viaje que lo impactó
positivamente ya que tuvo la oportunidad
de conocer, como el mismo lo expresó, “que
podía existir, la bonanza, con la alegría y
con una vida sana” (2006).
Desde muy pequeño demostró gran
habilidad para el dibujo, aspecto que influyó
enormemente en su inclinación por la
arquitectura, “Yo le jalaba bastante al dibujo,
(…) me la pasaba era con unos cuadernos y
unas plumillas con una tinta china, haciendo
dibujos como los que hacían los antiguos
(…) Me dediqué mucho a eso. (…) me nació
espontáneamente” (Macchi, 2006).
Fue estudiante de la Facultad de
Arquitectura de la Universidad del Atlántico
en Barranquilla, de la cual expresaba que
su enfoque inicial fue pensado hacia lo
artístico, más que las preocupaciones
por las problemáticas urbanas. Aunque
afirmaba que ese no era el tipo de arquitecto
que necesitaba la sociedad del momento,
Figura 01
Giancarlo
Macchi,
durante
una
conferencia ofrecida en CECAR,
Sincelejo. Octubre, 2006
(Imagen del autor)
reconocía también que la Facultad de
Arquitectura de la Universidad del Atlántico
“era un lujo de Facultad” (Macchi, 2006),
debido a que en ese tiempo se llegaron a
juntar para su estructuración, una serie
de arquitectos que habían estudiado en
el exterior, así como también, algunos
intelectuales e historiadores de la ciudad,
con quienes se conformó la estructura
básica de la Facultad de Arquitectura.
De su experiencia como estudiante se
puede ver la evolución de la práctica de
la arquitectura a mediados del siglo XX
en Barranquilla, un ambiente en el que
se estaban abriendo camino muchos de
los jóvenes arquitectos graduados en la
Facultad de Arquitectura de la Universidad
Nacional de Colombia, de Bogotá, en la
Bolivariana de
Medellín, y también en
muchos casos formados en escuelas de
arquitectura de Norteamérica (Fontana Et.
Al, 2006), “habían colocado una serie de
oficinitas en Barranquilla, eran como veinte
oficinas. Todos los estudiantes tuvimos la
oportunidad de trabajar desde un principio
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PROCESOS URBANOS - Revista de Divulgación Científica Vol. 1 Enero - Diciembre 2014 (25 - 34)
en ellas, haciendo presupuestos, dibujo
de planos, perspectivas, y cosas de esas”
(Macchi, 2006); un ambiente propicio
para que Giancarlo, durante sus estudios,
tuviese la oportunidad de conocer de
primera mano las nuevas tendencias de la
arquitectura en Colombia, así como adquirir
la experiencia del trabajo en un ambiente
profesional en una oficina de Arquitectura
como la de Manuel de Andreis Granados o
la de Ricardo González Ripoll, uno de los
arquitectos más influyentes en el desarrollo
de la arquitectura moderna en Barranquilla
(Bell Lemus, 2003).
Giancarlo Macchi termina sus estudios en
el año 1962, de los cuales recuerda con
satisfacción y nostalgia algunos de sus
profesores “A mí me tocaron profesores
como José Alejandro García, egresado de la
Universidad Nacional, académico toda la vida,
otro como Vittorio Magagna, italiano” (2006);
Magagna influyó mucho en el joven Macchi
por la disciplina y su método de trabajo.
En los inicios de su vida profesional,
marcada como muchos arquitectos de la
época por la influencia de Le Corbusier, tuvo
la oportunidad de trabajar un año en Italia
en la oficina del arquitecto Carlo Moretti, del
cual Macchi reconoció como una experiencia
significativa en su vida. Al regresar de Italia
funda la oficina de arquitectura Barón y
Macchi, dedicada sobre todo al desarrollo y
construcción de proyectos para el Estado;
una de sus primeras obras de envergadura
fue el proyecto para la Universidad del
Norte, de la cual Macchi tenía recuerdos
muy significativos.
“La primera obra grande de Barón y
Macchi fue la Universidad del Norte,
no por su importancia económica, sino
como reconocimiento en la ciudad; y
especialmente el reconocimiento del
señor Karl Parrish, que tenía mucha
importancia en Barranquilla, al que nos
integramos muy bien y vio la seriedad de
la firma por su comportamiento, tanto
que después nos dio el contrato del
diseño del edificio del nuevo colegio Karl
Parrish” (2006).
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Paralelamente con su trabajo en la firma
de arquitectura Barón y Macchi, Giancarlo
Macchi inicia lo que sería una amplia
trayectoria como docente en la Universidad
del Atlántico, reconocido por el impulso a
la escuela de acuarelistas que se formó en
Barranquilla, con un gran prestigio a nivel
local y nacional.
Giancarlo Macchi reconocía abiertamente
que nunca quiso ser constructor, debido a
que es una actividad de gran complejidad y
responsabilidad, en la que para él “los clientes
son atrevidos”, cuenta desde su experiencia
que: “lo primero que hacen después que
terminas la estructura y el levante del primer
muro, van a cambiarte todo el proyecto y te
sacan a ti” (2006). Macchi nos explica que
el común de la gente no sabe lo que es la
arquitectura. Se ha perdido el respeto por
los conocimientos del arquitecto.
“la gente no sabe lo que es la arquitectura, a
excepción de esas entidades importantes
que sí respetan al arquitecto. Pero a nivel
privado no hay respeto por el arquitecto
(…) ¿Por qué?… Porque el arquitecto ha
tratado de ser albañil y ¿por qué? porque
necesita ser albañil para poder subsistir”
(2006).
Una triste realidad que sobrevive la práctica
de la disciplina a nivel regional e incluso a
nivel nacional, es en la que el espacio del
arquitecto se ha ido perdiendo en un mundo
complejo de grandes limitaciones.
Sobre la relación arquitecto – cliente, Macchi
nos explica la complejidad y tensiones
presentes en esta relación y la dificultad en
la práctica profesional, para que el arquitecto
y sus ideas sean reconocidos y valorados.
“los clientes son irreverentes, ellos te
respetan a ti mientras estás en los planos;
porque no entienden nada de eso y muchos
arquitectos tampoco lo entienden, no te
entienden nada; cuando vas haciendo
la estructura, menos entienden, pero
apenas levantas la primera esquina en
bloque, al día siguiente ya te la están
mandando a cambiar, es una necesidad
de pertenencia, para ellos es como decir:
Pedro Arturo Martínez Osorio
es que esta plata es mía y yo también
tengo derecho, pero como no saben
cómo es el proyecto y no lo han visto,
hacen lo que sea” (2006)
Giancarlo Macchi afirmaba que cada
edificio tiene su historia. Entre las obras
que Giancarlo Macchi, realizó en su vida
profesional, es posible recordar la historia
ligada al Aeropuerto Ernesto Cortissoz en la
ciudad de Barranquilla, en el cual trabajó en
equipo con los arquitectos Ricardo Gonzáles
Ripoll y Aníbal Moreno,
“la Aeronáutica Civil abrió concurso en
Barranquilla, (…) yo me acerqué a Ricardo
González Ripoll a decirle que por qué no
trabajábamos el proyecto juntos, y él a
su vez me dijo que él ya había hablado
con Aníbal Moreno que ellos eran muy
amigos y entonces conformamos el grupo
de los tres; yo estaba muy joven y Aníbal
marcó ciertas pautas de directrices y se
hizo el proyecto” (Macchi, 2006).
De la experiencia en el proyecto del
aeropuerto, Macchi nos narra la dificultad
implícita en casi cualquier obra, algunas de
mayor peso que otras, lo que en este caso,
le deja una lección inolvidable de conciencia
sobre la importancia del material y la técnica
en la Arquitectura.
“Este proyecto también sufrió situaciones
difíciles, una de ellas es que durante la
construcción se vino todo abajo, todo
el segundo piso (…), el comportamiento
de la placa no fue uniforme, alguna cosa
falló, alguna cosa pasó. (…) Óyeme es
majestuoso ver el desastre del concreto,
(…), esas vigas de dos con setenta, todo,
parecía unas formas tan extrañas de
comportamiento hasta el último momento
de la fatiga, es una suerte poder conocer
eso, porque cuando uno lo conoce lo
respeta más, es como el mar, cuando tú
lo conoces lo respetas más” (2006).
Otro de los edificios de los cuales la memoria
de Giancarlo nos regala su experiencia, es
el edificio de Gases del Caribe.
“El lote escogido era alargado e iba de
calle a calle, desde la 58 a la posterior, la
59. Entonces dividí el lote en dos partes:
uno en acceso vehicular y parqueo a
todo lo largo, y el otro, un edificio de tres
pisos, es decir, zona de parqueos y de
servicios y zona utilitaria. En el proceso
cambiaron los sistemas administrativos
y todo; entonces se necesitó cambiar el
edificio que ya había empezado, (…) los
proyectos a veces no nacen completos,
sino que se van acomodando a unas
circunstancias...” (Macchi, 2006),
En este fragmento es posible ver cómo la
realidad de la práctica de la arquitectura es
muy dinámica, por lo cual el diseñador está
en la obligación de adaptarse y acomodarse
a los requerimientos mismos del proceso de
diseño, gestión y construcción de la obra.
Con este diseño, Giancarlo Macchi logra
experimentar la capacidad de transformación
que tiene una obra de arquitectura; el poder
para cambiar comportamientos, solucionar
problemas, entender necesidades, aspectos
que debe atender constantemente un
arquitecto en su proceso para proyectar una
obra arquitectónica,
“Cuando el edificio ya estaba funcionando,
recibí una gran satisfacción del gerente
Ramón Dávila quien me dijo: Giancarlo,
te tengo que agradecer porque yo no
pensé que la arquitectura resolvía los
problemas. Y yo le dije: ¿Qué pasó? Y me
dijo: Llevamos ya tres años despachando
aquí y antes cuando atendíamos en
la casa donde estábamos, la gente no
se bajaba de “la mamá”; eran peleas
continuas de todo el mundo y entre
clientes; era una cosa insoportable, y
aquí, en tres años que llevamos, ningún
cliente se ha exaltado y ningún empleado
ha perdido la cordura, (…) y él me decía:
¿sabes porque?, Porque existe el espacio
al que el tipo entra y hay una cola, y
el tipo no se desespera porque hay un
espacio suficiente, la cola no es como la
que llega hasta la puerta y uno no sabe
si está dentro o fuera, no tiene calor,
tiene visibilidad y domina a todos los que
están atendiendo allí y sabe que está
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PROCESOS URBANOS - Revista de Divulgación Científica Vol. 1 Enero - Diciembre 2014 (25 - 34)
caminando, ese es el motivo, porque
existe el espacio. Cuando lo estábamos
haciendo, él me decía: ¿esto no es muy
grande?, ¿esto no es muy grande? Pero
bien decía Bruno Zevi que el espacio no
se puede dibujar, no se puede dibujar
porque el espacio hay que sentirlo.
Verdad que la arquitectura sirve para
lograr los objetivos” (Macchi, 2006).
De la mano de las cualidades del espacio
y su potencial transformador, Macchi logra
en este proyecto, resolver necesidades tan
sencillas, pero de gran importancia en la
solución de un programa arquitectónico de
estas características.
Otra de las historias que podemos encontrar
en la memoria de la práctica profesional del
arquitecto Giancarlo Macchi, es la del diseño
de la Universidad del Norte,
“Un grupo de egresados de la Universidad
del Atlántico con un grupo de entidades
importantes de Barranquilla, fundan la
Universidad del Norte con la línea de
Economía, nada más. Como todas las
universidades, empezó en una casita y
luego se mudaron a la casa del frente,
después a la casa de al lado y ya por
último hicieron dos “palomares” y llega
el momento en el que dicen, ya necesito
hacer una sede” (Macchi, 2006).
De la cual enfatiza Macchi la claridad y
validez del esquema planteado,
“Diseñé la universidad en la autopista
de Puerto Colombia, hace treinta y cinco
años exactamente, o sea 1971, más o
menos, en una unidad que tenía tres
elementos: unas aulas, unos laboratorios
y unos cubículos de profesores, fue tan
válido ese diseño que lo repitieron diez
veces” (2006).
Sobre el proyecto para la Universidad del
Norte Macchi explica que
“La forma fue muy tradicional de la
época. Afortunadamente el espacio
tiene mucha vegetación, así que en
dos o tres pisos, ella se va perdiendo y
puedes encontrar ventanas; te asomas y
ves gente caminando entre los árboles.
La naturaleza te ayuda a encontrar un
equilibrio de unidad. La naturaleza te
ayuda mucho a eso” (2006)
Se nota en su relato la sensibilidad por el
contexto natural, y la armonía que debe
existir en todo proyecto en relación con el
paisaje existente.
Constantemente Macchi nos habló de las
limitantes y necesidades de todo problema
arquitectónico, afirmaba que todo proyecto
tiene una serie de limitantes, ya sean
Figura 02Esquemas de proyecto para la Universidad del Norte, Giancarlo Macchi (Imagen tomada del
trabajo de grado de Gómez y García 2007)
30
Pedro Arturo Martínez Osorio
económicas, espaciales, funcionales etc.
Recuerda en el proyecto para la Universidad
del Norte que
“El lote no tenía vías de penetración; yo
dejé una y desde un principio le dije que
la tierra no alcanzaba, ¡estás loco, estás
loco! Me decían. Recuerdo que le dije al
señor Parrish, tenemos que dejar más
zonas de parqueos, estábamos hablando
de futuro; dije: aquí el problema de esta
universidad van a ser los parqueos, al
fin, luchando y luchando me complació
y dejé casi el cuarenta por ciento de la
tierra para parqueaderos, y no ha sido
suficiente” (2006),
De lo cual su experiencia nos deja la entrega
y responsabilidad del arquitecto para
atender todos los requerimientos, incluso
en contra de las adversidades.
A nivel profesional, Giancarlo Macchi tuvo
la oportunidad casi única de trabajar en
múltiples tipos de proyectos, en un momento
histórico de desarrollo de la ciudad de
Barraquilla, donde todo estaba por hacer,
experiencia que lo llenaba de orgullo, sobre
la cual reflexionaba con nostalgia respecto
a la audacia irresponsable, pero necesaria,
de la juventud
“tuve la suerte de trabajar en un
aeropuerto, en un estadio, en un teatro,
en una cantidad de cosas, pero estoy
convencido de que para volver a hacer
algo de eso, tendría yo que mudarme
hace treinta años o que existiese la
reencarnación, porque para que se
haga un aeropuerto en Barranquilla
pasarán muchos años; (…) entonces
esa experiencia ¿de qué sirve? De nada,
porque ya está muy olvidado lo que pasó
y si me dijeran ahora que proyectara un
aeropuerto, después de treinta años, yo
diría que no lo hago. Es difícil explicar
eso, uno queda con un gran concepto
filosófico de las cosas, pero esa audacia
que le da a uno la juventud, una audacia
irresponsable, pero necesaria, de los que
tienen treinta años, le dicen funde y lo
haces, ya eso no lo tengo” (Macchi, 2006).
Todo el que tuvo la oportunidad de conocer
personalmente al arquitecto Giancarlo
Macchi, pudo darse cuenta de su alta calidad
humana, su gran humildad y sobre todo, de
ese sentimiento que lo hizo amar la tierra
que lo acogió y en la cual se desarrolló como
persona. Barranquilla y el Caribe colombiano,
una tierra que llevaba en su corazón, que se
volvió parte indisoluble de su personalidad y
su manera de mirar el mundo.
“La verdad es muy sencilla, cuando yo
voy a Italia no aguanto más de veinte
días. Yo aquí maldigo el calor, el peinado,
todo, todo lo maldigo, pero cómo le
hace falta a uno esas ganas de decir:
“¡nojoda!, ¡pero qué calor el que está
haciendo aquí!” (Macchi, 2006).
El profundo amor que Giancarlo sentía por
esta región Caribe colombiana, es posible
verla reflejada en la nostalgia y colorido de
sus acuarelas, un enorme sentimiento que
desbordaba y una melancolía sobre la manera
en que se ha desarrollado nuestra región
“Yo conocí la isla de Salamanca, cuando
no había una casucha; conocí la vía al
mar cuando no había ni una casa, conocí
toda la costa por los años cincuenta
porque con mi padre conocimos todo…,
no hay derecho de que hayamos dañado
todo esto” (Macchi, 2006).
Es posible observar un sentimiento
profundo de respeto por la naturaleza y el
patrimonio desde estas palabras de Macchi,
lo que se ha necesitado en la región Caribe
colombiana, como un proceso especial para
su reconocimiento y preservación ante
la destrucción paulatina producto de la
especulación inmobiliaria (Arango, 1993).
Barranquilla fue como su segunda ciudad
natal, en donde nació nuevamente luego del
desplazamiento por la guerra; una ciudad
que lo acogió y en la cual pudo ver de primera
mano la exuberancia de su naturaleza.
“En Barranquilla, al principio, por su
bonanza de tierras, estaban esas casas
inmensas de patios. Si tú te subes hoy
en día en un alto edificio, Barranquilla
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PROCESOS URBANOS - Revista de Divulgación Científica Vol. 1 Enero - Diciembre 2014 (25 - 34)
se ve como un gran parque, porque
fue una ciudad que tuvo en los patios
muchos frutales; en su época, en cada
casa no faltaba el tamarindo, el mango,
el almendro, el anón, la perita, la ciruela,
siendo ella de la costa, y el caimito. Y tú
sales en esta época a buscar un caimito
en Barranquilla y no lo encuentras, y
eso se daba por toneladas. Esos eran los
patios” (Macchi, 2006).
En las descripciones que Giancarlo Macchi
desprevenidamente podía hacer sobre
el paisaje de la región, es posible ver la
fuerte compenetración que tuvo con una
naturaleza que lo impactó y que llegó a
amar profundamente
“El roble es hermoso cuando florece.
Su semilla tiene un sistema de traslado
tipo helicóptero, y cuando está madura
tu puedes mirar que todo el terreno se
llena de ellas, por eso todo aquí está lleno
de arbolitos de robles; yo creo que lo
trajeron al sitio indicado, aquí hay el clima
indicado para el roble, siendo que hay tres
tipos de él: morado, rosado y amarillo.
(…) Y en los frentes de las casas también
había mucha variedad de arbustos que
se han desaparecido como la guindaguinda que era como una manzana en
miniatura, y el martillo. ¡Y qué tal! Yo, un
extranjero ¡hablando de frutas costeñas a
los costeños! A uno le cambia todo. Hasta
el concepto” (Macchi, 2006).
Descripciones que solo son posibles de una
persona con un aprecio enorme por la tierra
y el paisaje del cual, pese a su condición
foránea, se sintió parte de ella.
Sobre Arquitectura, este fugaz recorrido por
la memoria del arquitecto Giancarlo Macchi,
nos deja como legado, la sensibilidad por la
naturaleza y su comprensión, la visión de
la arquitectura como un ser que tiene vida
propia, con ventanas, aleros, brise soléis, a
manera de ojos, pestañas y párpados, como
muchas otras partes de un organismo viviente
“La arquitectura tiene que ser viviente,
debe tener un movimiento; (…) yo
hoy en día, no centro mi interés en el
problema del sol y de la brisa; yo me
ubico dentro de la naturaleza y considero
más importante las vistas y la ubicación
espacial de un sitio dentro de un contexto
natural, que la atención sobre sol y la
brisa; ya yo supere eso” (Macchi, 2006).
Como
queriendo
demostrar
que
el
entendimiento de los condicionantes físicos
del sitio son algo imprescindible, pero es
necesario ir más allá, hacia la comprensión
del sentido del lugar y la experiencia de la
vida en el contexto.
Es posible también ver desde los ojos de
Giancarlo, cuando habla sobre la importancia
en la arquitectura de la responsabilidad
social del arquitecto,
Figura 03
Acuarela,
Buganvilia,
Giancarlo
Macchi (Imagen tomada del trabajo
de grado de Gómez y García 2007)
32
“porque la importancia en esta sociedad
no te la da el dinero, sino más bien lo que
tú puedas aportar a ella”, “la arquitectura
debe lograr una igualdad, incluso aunque
llegue la globalización que trae las
Pedro Arturo Martínez Osorio
importaciones, debe tratarse de nuevo
de llegar la igualdad” (Macchi, 2006).
Decía con gran convicción “La arquitectura
es un reflejo de responsabilidades, no es un
reflejo de caprichos, (…)cuando uno quiere
pasar a la historia como el artista ya va mal,
la arquitectura es una profesión de mucha
humildad” (2006), reflexión de la cual se
desprende una gran enseñanza, sobre todo
en este mundo cada vez más mediatizado
y deshumanizado, el rescate por la
conciencia humana, y el sentido social de la
arquitectura que ha sido desvirtuado por los
afanes economicistas de una disciplina en
un mundo en crisis.
Giancarlo Macchi Benigni, un arquitecto
nacido en Italia, con un profundo apego por
el Caribe colombiano, nos muestra desde
sus palabras, su memoria y su práctica,
un fragmento de la historia del desarrollo
y evolución de la arquitectura en la
construcción de nuestra región, sus aciertos,
sus desaciertos, y la construcción de una
visión del deber ser de la arquitectura, así
como la sensibilidad por un lugar que lo
maravilló, empezando por la exuberancia
de la naturaleza que lo acogió, y sobre todo
la cultura y la esencia misma del ser Caribe,
que se volvió parte integral de su manera
de vivir y sentirse en el mundo.
En Giancarlo Macchi también se hace
realidad el apego del que habla el cantante
Joe Arroyo por Barranquilla, quien también
la hizo suya, una tierra, que aunque no
fue su lugar de origen la llevó en lo más
profundo de su corazón,
“Del Caribe aflora, bella encantadora…
con mar y rio, una gran sociedad (…)
Barranquilla hermosa, yo te canto ahora,
con gratitud y amor del cantor al pueblo
que adora (…) a la nobleza y sentir de
su gente acogedora… a mi patria chiquita
que me apoyó…” (Arroyo, 2002).
Definitivamente Giancarlo demostró con su
historia de vida, para que lo sepa todo el
mundo, ¡en Barranquilla me quedo!
Giancarlo Macchi Benigni 19 de Mayo,
1940. Monza, Italia, 24 de Marzo, 2010.
Barranquilla, Colombia.
CONCLUSIONES
El recorrido por la memoria y el legado que
deja, desde su historia de vida el arquitecto
Giancarlo Macchi, es posible entrever
fragmentos de la historia de la arquitectura
y el desarrollo de una las ciudades más
importantes en el Caribe colombiano.
Se puede ver desde las descripciones de
este personaje, una tierra exuberante como
lo es el Caribe colombiano, con un paisaje
encantador, que se fue transformando a
partir de las intervenciones del hombre.
La nostalgia por la destrucción de los
ecosistemas nativos, en busca de un
desarrollo con una visión alejada de la
sensibilidad por el ambiente y el lugar.
En la memoria de la práctica profesional de
la arquitectura y la visión del deber ser del
arquitecto en la sociedad, que plantea el
arquitecto Macchi, se observa una reflexión
urgente que es necesario hacer entre los
arquitectos y otros profesionales afines a
la construcción colectiva de la ciudad y el
territorio, en cuanto a la responsabilidad
y compromiso de una práctica consciente
de las problemáticas sociales, una práctica
preocupada por hacer su aporte a la
resolución de problemas de habitabilidad
en una región de grandes contrastes y
múltiples limitantes.
El ser Caribe es más que un lugar de
nacimiento, es una manera de ver el mundo,
de sentirlo; es alegría, colorido, una forma
especial de entender la complejidad de la
vida, y sobrevivir los problemas. Giancarlo
Macchi, así como muchos extranjeros fue
acogido por el calor, la brisa y el paisaje de
un entorno que lo cambió profundamente, y
que lo apropió, al punto de representar en
su ser el sentir de un hombre Caribe.
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PROCESOS URBANOS - Revista de Divulgación Científica Vol. 1 Enero - Diciembre 2014 (25 - 34)
REFERENCIAS
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Centro editorial y Facultad de Artes,
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quedo, incluida en el disco “aquí está
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com/discografias/joe-arroyo.php
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de Costa Rica. Sistema de estudios de
postgrado.
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Macchi, Giancarlo. (2006). (Entrevista
realizada en su taller, Barranquilla,
julio.
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