J. L. Tizón, R. Ciurana Prevención en salud mental: el Programa de Actividades Preventivas y Promoción de la Salud (mental) de la SEMFYC* RESUMEN: Se realiza una breve justificación de la necesidad, eficacia y posible eficiencia de realizar algún tipo de programas preventivos en el campo de la salud mental desde la Atención Primaria de Salud y sus dispositivos actuales. Se valoran como importantes las posibilidades de co­ laboración entre Equipos de Salud Mental y los Equipos de Atención Primaria que supone el tra­ bajo conjunto en ese campo. A continuación, se exponen los criterios sobre «subprogramas pre­ ventivos iniciales» aprobados por el PAPPS (Pro­ grama de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud) de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria: los sub­ programas de diagnóstico precoz de la depresión y prevención del suicidio, comunes al trabajo con niños y adolescentes y al trabajo con adultos y los otros diez subprogramas elementales básicos: atención a la mujer y el niño durante el embara­ zo y puerperio, embarazo en la adolescencia, hi­ jos de familias monoparentales, antecedentes de patología psiquiátrica en los padres y retraso es­ colar/trastornos en el desarrollo del lenguaje en la atención a niños y adolescentes. En la aten­ ción a adultos y ancianos el PAPPS valora co­ mo prioritarios los subprogramas pérdida de un familiar o allegado, pérdida de funciones psico­ físicas importantes, cuidado del paciente termi­ nal y de su familia, jubilación y cambios frecuentes de domicilio en los ancianos. Se rea­ liza una breve descripción de los elementos bá­ sicos para practicar dicho subprograma y de la justificación de cada uno. PALABRAS CLAVE: Salud Mental. Atención Primaria, prevención, promoción de la salud, duelo, transiciones psicosociales, diagnóstico precoz, equipo de salud mental, equipo de aten­ ción primaria. SUMMARY: Work in preventive prograrnmes for mental health may be considered a necessary , effective and efficient goal for Primary Care Teams. On the other hand, cooperation between Mental Health teams and Primary Care teams in order to achieve this goal may result fruitful. This paper exposes the basic issues of «Primary Care Programme of Mental Health Promotion and Pre­ vention» aproved by the (Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria). There are two subprograrnmes for adults and child­ adolescents (depression diagnosis and suicide prevention) and there are five for child and ado­ lescent care (Women Care during Pregnancy and Nursing, Adolescent Pregnancy, Children in Monoparental Families, Previous Psychiatric Disorders in Parents and School Failure/Deve­ lopment Speech Disorder. The five subprogram­ mes of the SEMFyC (Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunidad) for adults and elderly people are the following-ones: Grieves and bereavements, Psychophysic Function loss, Terminal Patients Care and their Family, Reti­ rement and Frequent Bome Changes in Elderly People. The paper includes a brief surnmary of the bases and activities of each suprograrnme to be considered by the Primary Care team. KEY WORDS: Mental Helth. Primary Careo Prevention. Health Promotion. Grief. Psychoso­ cial transition. Praecox Diagnoses. Mental Health team. Primary Care team. 1. INTRODUCCIÓN. Tanto la experiencia clínica, como la reflexión e in­ cluso la investigación empírica hacen pensar que una acción conjunta entre los equipos de salud mental (ESM) y los equipos básicos de salud (EBS) mejora las posibilidades de atención primaria, secundaria y terciaria de la salud mental de Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., vol. XIV, n. o 47-48, 1994, pp. 43-64 (44) 44 J. L. Tizón, R. Ciurana ORIGINALES Y REVISIONES la población -al menos, con respecto a las capacidades de cada uno de ambos equipos tomados por separado. Sin embargo, los problemas en sus relaciones son tan antiguos como la creación de los primeros equipos reformados de atención primaria de salud. En otro lugar nos hemos ocupado de una descripción de dichos problemas y dificultades (1), por lo que omitiremos aquí una descripción porme­ norizada de los mismos, remitiendo al lector a la obra citada. y sin embargo, en la práctica cotidiana del médico de familia, los problemas de índole psicosocial son muy frecuentes. En general, hemos de recordar que el equipo de atención primaria recibe no tan sólo a pacientes que padecen diversos trastornos mentales diagnosticables como tales sino, en mayor proporción aún, a pacientes que padecen problemas o conflictos psicosociales. Incluso hay expe­ riencias y reflexiones que indican que, si la relación médico-paciente o paciente­ equipo es adecuada, casi todos los consultantes manifestarán algún tipo de esas situaciones a su médico, bien sea en forma de problemas, de conflictos psicoso­ ciales o de trastornos mentales (2) y bien mediante comunicaciones directas o bien mediante comunicaciones «alusivas», implícitas, indirectas, inconscientes... Por otra parte, hemos de recordar que, según datos internacionales (3, 4, 5, 6, 7, 8... ) sólo los pacientes diagnosticables de «trastorno mental» representan la cuarta par­ te de los consultantes adultos del médico general y la mitad de las consultas refe­ ridas a los niños -estimaciones referentes a un año-o En nuestro país, ya desde las primeras investigaciones al respecto hasta las más recientes, se apunta una y otra vez la cifra de 25-29 por ciento de consultantes con trastornos mentales en la consulta «normal» y hasta el 68 por ciento de los pacientes «habituales» (9, 10, 11,5-7, 12... ). Sin embargo, entre los profesionales de atención primaria y de «salud mental comunitaria» (o «atención primaria en salud mental») se va extendiendo la idea de que una buena parte de la patología mental y conductual, así como los conflic­ tos psicosociales crónicos, puede prevenirse en un grado u otro si se abordan aqué­ llos de forma precoz (13, 14,4). La APS es un buen lugar y «momento de contacto» para el abordaje de tales conflictos y trastornos: Primero, porque probablemente, junto con la escuela, sea el dispositivo social, el dispositivo de la «red profesiona­ lizada», con el que contactan mayor número de ciudadanos a lo largo del año (y a lo largo de la vida de cada uno de ellos): unos 170 millones de contactos al año en todo el estado español (1991). En segundo lugar, porque diversas investiga­ ciones realizadas, incluso en nuestro medio, parecen apuntar que los pacientes con trastornos mentales o conflictos psicosociales crónicos suelen consultar de forma repetida en los diversos dispositivos de APS (11). Existe evidencia suficiente para afirmar que es apreciable lo que puede ofre­ cerse a determinados grupos de personas en las que se detectan factores de riesgo de conflictos o trastornos mentales futuros (15, 8, 16, 17, 18). La experiencia Prevención en salud mental ORIGINALES Y REVISIONES 45 (45) clínica y la investigación han mostrado que la intervención precoz en determina­ dos casos, no exclusivamente desde la labor del médico, sino también de los re­ cursos de asistencia social y/o institucional, pueden evitar trastornos psicosociales graves en el futuro, a veces irreparables (19, 20, 13, 21, 14, 18, 1). De ahí que el Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud en Atención Primaria (PAPPS), de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunita­ ria (SEMFYC), se planteara, en su IV Workshop celebrado en Santander (diciem­ bre de 1991), ofrecer unas recomendaciones posibilistas de prevención y promoción en salud mental para ser utilizadas en el campo de la Atención Primaria, tanto por los médicos como para las enfermeras de este ámbito o línea asistencial). El motivo de nuestra comunicación presente consiste tanto en presentar dicha pro­ puesta, hoy en vías de operacionalización y puesta en marcha, como facilitar con dicha presentación la comunicación entre los equipos comunitarios de salud men­ tal y los servicios de Atención Primaria de Salud. En efecto, la colaboración so­ bre este programa concreto creemos que puede ser un buen tema de puesta en contacto e intercambio de experiencias, conocimientos y sistemas de trabajo en­ tre ambos tipos de equipos y, por lo tanto, derivar en una importante mejoría de sus capacidades de intercomunicación y trabajo en común. 2. PROPUESTAS DE ACTUALIZACIÓN DEL PROGRAMA SEMFYC 2.1. Introducción a estas Propuestas Para la prevención de los trastornos mentales y la ayuda a la resolución de los conflictos psicológicos, el Grupo de Trabajo del PAPPS realizó una prioriza­ ción de los problemas a partir de determinados factores de riesgo o vulnerabili­ dad. Todo ello con una perspectiva general: el Equipo de Atención Primaria puede enfrentarse a los mismos, a) tanto en el contexto de su actividad asistencial coti­ diana general (con todo tipo de consultantes), como b), en su relación con los consultantes con trasto~os mentales, como c), en el seno de otros programas pre­ ventivos o de promoción de la salud. La segunda premisa básica constata la realidad de que dichos factores de riesgo se pueden detectar en la mayoría de los casos a partir de las denominadas transi­ ciones o crisis psicosociales: el conjunto de acontecimientos vitales particulares que producen reacciones psicológicas y trastornos por los que se consulta al mé­ dico de familia, o que se detectan a partir de la entrevista clínica, cuando el pa­ ciente acude por otro motivo (22, 4, 17). Aunque la queja pueda ser de tipo físico (p. ej.: cefalea, dorsalgia... ), o psicológico (depresión, ansiedad...), a menudo el paciente comunica (o el equipo puede detectar) un momento de crisis, una re­ (46) 46 J. L. Tizón, R. Ciurana ORIGINALES Y REVISIONES percusión de una crisis anterior o bien la encronización de esas situaciones en for­ ma de trastorno mental. El denominador común es que el individuo está sufriendo las consecuencias de la elaboración (emocional) de una transición o crisis psico­ social, lo cual le obliga a abandonar una serie de asunciones de su forma de vivir previa y a la adaptación a un nuevo período o fase del desarrollo individual. Ello implica dejar un «modelo de su mundo» y de su identidad para incorporar en su vida «uno nuevo», con los correspondientes cambios o transformaciones conduc­ tuales y de identidad personal. Tal situación vital va acompañada de un riesgo aumentado de sufrir un trastorno mental, en función de sus dificultades tanto ge­ nerales como individuales, a la vez que ofrece la posibilidad de que el profesional de la salud pueda ayudar al paciente a integrarse en la nueva situación (23-25, 22, 26, 4). El Grupo de Trabajo de la SEMFYC consideró las transiciones y crisis psi­ cosociales habituales de la población en nuestros medios socioculturales (22,23, 2, 4,27,28) Y en las diversas etapas de la vida: la infancia, la adolescencia, la vida adulta y los ancianos. En cada uno de estos grupos se han intentado priorizar las transiciones psicosociales o factores de riesgo sobre los que actuar y se han analizado las recomendaciones en los diversos ámbitos de influencia. La idea ge­ neral en este caso, de tipo pragmático y operativo, era proponer una serie de pro­ gramas de actuación sencillos, poco costosos, eficientes y accesibles, en el sentido de la Joint Comission (29). Unos subprogramas que pudieran, por tanto, combi­ narse con (o completar) otros programas de promoción de la salud sin complejifi­ car en exceso las tareas de los componentes de los equipos. Para cada uno de tales subprogramas se estudiaron someramente sus conse­ cuencias a tres niveles: A. Dentro de la Atención Primaria, bien sea en el ámbito de la consulta co­ tidiana o en programas específicos para actuaciones especiales. B. En los servicios sociales. C. Recomendaciones explícitas hacia la administración por considerar que ésta puede jugar un papel positivo determinante en cuestiones relativas a los tras­ tornos o problemas a prevenir. La propuesta global está hecha asimismo con la idea de que cada Centro de Atención Primaria de Salud, en la medida de sus posibilidades, formación e inte­ reses, pueda comenzar a incluir al menos dos de los subprogramas de cada «edad» o «ámbito» en su trabajo cotidiano. A continuación se exponen, agrupados, los doce subprogramas preventivos en el campo de la salud mental en APS que la comisión de trabajo juzgó prioritarios. Hemos de advertir que la ordenación de los mismos corresponde aproxima­ damente con la evolución de los individuos y no significa un orden de prioridad o importancia acordado por la Comisión. Dentro de cada programa, los redacto­ Prevención en salud mental ORIGINALES Y REVISIONES 47 (47) res del informe (y de esta comunicación) hemos intentado sistematizar una serie de elementos del mismo tratados de forma más o menos completa en las discusio­ nes de la comisión: Grupo de Riesgo, Definición, Fundamentación científica y Recomendaciones (o actuaciones recomendadas). Aunque el tema de la evalua­ ción de los programas fue tratado explícitamente por la Comisión, se dejó para próximas sesiones de trabajo la definición y operativización de dichos sistemas de evaluación. 1. SUBPROGRAMA PREVENTIVO GENERAL Y BÁSICO El grupo de trabajo inició su discusión valorando como deficiente la forma­ ción de los profesionales de la atención primaria en el ámbito psicosocial, tanto a nivel de conocimientos, habilidades e instrumentos básicos propios de ese ám­ bito, como a nivel de actitudes; en particular, en el campo de la entrevista clínica y los conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para llevar a cabo la «ayu­ da psicológica» en atencióp. primaria. Desde esta perspectiva se valoró como PRIO­ RITARIO realizar un esfuerzo, tanto desde los colectivos de profesionales de atención primaria como desde la administración, para mejorar la formación de médicos y enfermeras en este terreno. En tal sentido, la comisión valoró la nece­ sidad de realizar iInportantes cambios, tanto a nivel pre como postgraduado, para los cuales es imprescindible la colaboración de los profesionales de la salud men­ tal: en primer lugar, se juzgó prioritaria la realización de importantes modifica­ ciones en los curriculum de la licenciatura de medicina y enfermería. A nivel postgraduado, la comisión cree importante el valor formativo de algunos cursos y seminarios de reciclaje en marcha o en proyecto en diversas comunidades del estado para la formación de dichos profesionales y, en particular, de aquellos que mejoran, desde la práctica y la vivencia, las habilidades y capacidades para la entrevista clínica o la relación asistencial en general (por ejemplo, cursos prácti­ cos y operativos sobre técnicas de entrevista, grupos «tipo Balint» para el desa­ rrollo de las capacidades de empatía de los profesionales, etc.). En resumen, se considera necesario mejorar la capacidades de los profesionales de APS al menos en los siguientes apartados: 1. Formación psicosocial y en el «modelo biopsicosocial». 2. Conocimientos sobre psicología humana más aplicables a la clínica co­ tidiana. 3. Mejora o reciclaje de las habilidades para la entrevista clínica con un enfoque biopsicosocial. 4. Habilidades psicoterapéuticas (relacionadas o de índole cognitivo­ conductual) y para el «aconsejamiento» y orientación (counselling) de los consul­ tantes de la APS. (48) 48 J. L. Tizón, R. Ciurana ORIGINALES Y REVISIONES 2. SUBPROGRAMAS POR FACTORES DE RIESGO Y VULNERABILIDAD INFANCIA Y ADOLESCENCIA * ATENCIÓN DE LA MUJER Y EL NIÑO DURANTE EL EMBARAZO Y PUERPERIO Fundamento de este Programa: Como es sabido, el embarazo y el puerperio son períodos o situaciones vita­ les no sólo decisivas para el establecimiento y desarrollo del nuevo ser, sino tam­ bién para la estructuración de la vinculación entre la madre y el hijo y, más en general, entre el nuevo ser y sus progenitores, vinculación que más tarde es deci­ siva para su desarrollo psicofísico. Información acerca de este tema puede encon­ trarse en los trabajos de Stem, Spitz, Bowlby, Field, Cohn, Brazelton, Mahler, Meltzer, Ainsworth, Fraiberg, etc., o en las descripciones de Pérez-Sánchez, tra­ bajos todos ellos citados en la bibliografía adjunta. Recomendaciones DURANTE EL EMBARAZO: - Siempre que sea posible: intervención del equipo pediátrico en los progra­ mas del embarazo y puerperio. - Promoción del contacto físico de la madre con el hijo en las primeras 3 horas de vida del niño (dentro del contexto de la atención prenatal). Dentro de los programas de atención a la mujer embarazada: - Facilitar la expresión y ayudar a la «normalización» de los temores mater­ nos: Si bien tales temores en ocasiones suelen tener una base o expresión comple­ jas, en otras muchas, para facilitar su integración, basta con favorecer la escucha de los mismos; otras veces, es conveniente que el médico o la enfermera exprese y explique la normalidad y frecuencia de los mismos (e incluso de numerosas fan­ tasías persecutorias que suelen acompañarlos). - Promocionar una lactancia satisfactoria (dentro de contexto de la atención prenatal). Ambos objetivos pueden intentarse en el contexto de las visitas prenatales ha­ bituales o, mejor aún, en el seno de los programas de atención a la mujer embara­ zada, o de preparación del parto, o bien mediante grupos de embarazadas con conducción abierta en el seno de los programas de atención al embarazo. Prevención en salud mental ORIGINALES Y REVISIONES 49 (49) Periodicidad: En las visitas de atención prenatal si el centro no posee un programa específi­ co de atención a la mujer embarazada. DESPUÉS DEL PARTO: - Entrevista dirigida a detectar el estado emocional, depresión postparto, psi­ cosis postparto y exploración de la relación madre-hijo. - Si existen antecedentes previos de índole psicosocial: valorar visita domi­ ciliaria. Periodicidad: Al menos, a los 10 días y entre 30-50 días después del parto. Atención prefe­ rente en las visitas a las alteraciones emocionales o a las incapacidades manifies­ tas de cuidar al hijo por parte de la madre: pueden indicar depresión o trastorno mental puerperal, que posee graves repercusiones sobre la vinculación madre-hijo (Rutter, Bowlby, Ainsworth... ) y, por lo tanto, sobre el desarrollo emocional y cognitivo del niño. Recomendación ESPECÍFICA A LA ADMINISTRACIÓN dentro de este subpro­ grama preventivo: Eliminar las trabas que dificultan el contacto precoz madre-hijo, fomentando la organización asistencial que lo favorezca. La posibilidad de ingreso de un fa­ miliar junto con el niño si éste ha de permanecer en un hospital se considera im­ prescindible a cualquier edad, y es una obligación recordada incluso en la normativa europea de derechos del niño y por la Conferencia Europea de Ministros de Salud (30) (cfr. además 31-33, 34, 35, 36, 4). * EMBARAZO EN LA ADOLESCENCIA: Definición: Embarazo iniciado antes de los 18 años. Fundamentación del Programa: Las madres adolescentes poseen un riesgo elevado de complicaciones somá­ ticas y psicológicas durante el embarazo (37, 36, 38, 39). Además, en nuestros medios culturales hay mayores riesgos para la anudación de una vinculación fa­ miliar adecuada y, por lo tanto, para el desarrollo psicofísico del recién nacido (36,38,39,40,41,42,4,31-33,43). (50) 50 J. L. Tizón, R. Ciurana ORIGINALES Y REVISIONES Recomendaciones: - Especial atención de las recomendaciones sobre planificación familiar (con­ tracepción) en el grupo de adolescentes (dentro del programa del adulto), aunque respetando las opciones de las minorías étnicas después de proporcionarles la in­ formación adecuada. - Replantearse la relación con los servicios escolares de la zona con vistas a una acción educativa específica. - En caso de embarazo: • Considerarlo embarazo de alto riesgo a todos los efectos y, desde luego, a nivel psicológico y psicosocial. • Especial atención a las recomendaciones sobre el embarazo y puerperio pre­ viamente descritas. • Entrevista familiar con el fin de reforzar el apoyo familiar y social. Con­ vendrá asegurar especialmente la existencia de una figura de apoyo continuada para la joven madre. En el caso de no existir padre que conviva con ella, reco­ mendar la relación del niño con varones a lo largo de su desarrollo así como las demás recomendaciones del programa de «familias monoparentales». • Especial atención al desarrollo de las relaciones padres-hijo a lo largo de toda la infancia y adolescencia. * HIJOS DE FAMILIAS MONOPARENTALES: Definición: Pérdida de contacto efectivo y lúdico con uno de los padres de forma pro­ longada. Fundamentación: Los progenitores solos que han de atender a las ansiedades y dificultades del desarrollo humano temprano son más proclives a descompensaciones psicopato­ lógicas así como a proporcionar a sus hijos o a los niños a su cuidado un tipo de trato adecuado a su desarrollo (40, 41, 43, 44, 45, 46, 47, 48, 49). Recomendaciones: - Entrevista familiar para explicar la importancia del rol masculino y feme­ nino en el desarrollo del niño así como para facilitar o recomendar la búsqueda de una figura de apoyo para el progenitor solo. - Derivación, si procede, al equipo de salud mental en caso de detectarse trastornos psicológicos. Prevención en salud mental ORIGINALES Y REVISIONES 51 (51) Periodicidad: Dentro de los controles del programa del «niño sano». * ANTECEDENTES DE PATOLOGÍA PSIQUIÁTRICA EN LOS PADRES Definición: Hijos de padres con patología psiquiátrica diagnosticada: trastornos deliran­ tes, depresivos mayores, trastornos graves de la personalidad, esquizofrenia, al­ coholismo y abuso de drogas: Fundamentación de este programa: Hay claras relaciones entre el tratamiento dado por los padres y las conductas y el desarrollo (emocional y cognitivo) del hijo (47). Se han podido demostrar ciertos ciclos entre los problemas del niño y los problemas de la madre, tanto en observaciones de tipo psicoanalítico (Klein, Erikson, Mahler, Winnicott, Bowlby, Tizón... ) como en estudios estadísticos (50, 51, 52, 44, 40, 53, 8, 54, 55, 56, 57). Recomendaciones: - La existencia de alguno de tales trastornos mentales graves debería ser se­ ñalada de forma clara en la historia clínica de los padres. - La existencia de alguno de tales trastornos mentales graves de algún pro­ genitor debería al menos ser señalada en la «lista de problemas y condicionantes» del niño. - En todo caso, es conveniente la detección de los eventuales antecedentes psiquiátricos de los padres mediante la colaboración de los equipos de pediatría y de medicina general. - Seguimiento especialmente cuidadoso y prudente del programa del niño sano (vacunaciones, revisiones, visitas periódicas... ). - Facilitar o concertar alguna entrevista con los familiares en relación con dicho programa. Objetivo: atención cuidadosa, aunque sí es posible no explícita o directa, acerca de los cuidados cotidianos recibidos por el niño. - Contacto, en caso necesario, con los servicios sociales, psicopedagógicos o de salud mental. Periodicidad: - Atención preferente a los aspectos relacionales dentro de las visitas del «programa del niño sano». (52) 52 J. L. Tizón, R. Ciurana ORIGINALES Y REVISIONES - Posteriormente, cada 6 meses hasta los 6 años. - Después, anualmente como mínimo, hasta el final de la adolescencia. * RETRASO ESCOLAR/TRASTORNOS EN EL DESARROLLO DEL LENGUAJE Definición: Niño con coeficiente intelectual normal que presenta uno o más cursos esco­ lares de retraso. Entenderemos el «trastorno en el desarrollo del lenguaje» el seno de este subprogrma como la dificultad para usar el lenguaje (relativa con respecto a la media cultural del ambiente determinado), dificultad que suele ser observada por los padres y comunicada como problema por ellos o por los servicios peda­ gógicos. Fundamento de este programa: A menudo, los retrasos escolares y/o los trastornos del lenguaje correlacio­ nan con dificultades en el desarrollo emocional del niño más amplias y que pue­ den tener que ver con las relaciones familiares. En los casos medios y graves, si no son adecuadamente tratados, correlacionan además los trastornos mentales y de conducta de los niños con dichas dificultades de lenguaje y cognitivas (47, 58). Recomendaciones: - Entrevista en la que se determine la situación escolar (si es preciso exami­ nando directamente las notas del niño). En caso de retraso escolar o existencia de problemas a estos niveles: - Investigación de posibles déficits sensoriales. - Atención prudente para determinar dificultades relacionales en el ambien­ te familiar. - En casos de trastornos del lenguaje, valorar cuanto antes, mediante inter­ consulta con los dispositivos de salud mental, la necesidad de derivación a reha­ bilitación del lenguaje. - Valorar la necesidad de derivación a salud mental del niño y/o del padre o la madre. Periodicidad: Dentro de los controles «programa del niño sano». Prevención en salud mental ORIGINALES Y REVISIONES 53 (53) ADULTOS O ANCIANOS * PÉRDIDA DE UN FAMILIAR O ALLEGADO: Vefinición: Muerte reciente (o pérdida previsiblemente definitiva), de un familiar o allegado. Fundamento de este Programa: Toda pérdida familiar o allegado con el que se ha convivido supone una tran­ sición psicosocial o, en otros términos, un «proceso (psicológico) de duelo» (2, 26). Durante el mismo, es frecuente que la persona en tal situación necesite ayu­ da. Pero, además, los procesos (emocionales y cognitivos) puesto en marcha por la pérdida, los procesos de duelo, implican una profunda afectación de toda la estructura de personalidad. A menudo dan lugar a trastornos adaptativos, en el sentido del DSM-III-R (59). Es frecuente que una pérdida no elaborada de forma adecuada dé paso a un trastorno psicopatológico diagnosticable al cabo de meses o años; sin embargo, un duelo adecuadamente elaborado mejora las capacidades futuras para enfrentarse a las situaciones de pérdida, frustración o sufrimiento (cfr. al respecto las amplias revisiones realizadas por Bowlby y Parkes, o bien los tra­ bajos de Medalie (17); Brogren (8); Royal College G. P. (4), etc.). El Equipo de Atención Primaria se encuentra colocado en un lugar asistencial en el que es especialmente indicado realizar diversos tipos de ayuda a la elaboración de esos problemas y, en caso de apreciarse una complejidad importante o creciente, de­ tectar el momento para una derivación adecuada (13, 14, 1, 2, 18). Recomendaciones: - Entrevista, lo más próxima posible en el tiempo al suceso, para ayudar a elaborar la pérdida. - Seguimiento y orientación en entrevistas periódicas (al menos, 2 ó 3 en seis meses), según el riesgo de descompensación apreciado en las mismas (no hay que olvidar, por ejemplo, que la pérdida de un allegado ambivalentemente queri­ do o con el que se mantenía una mala relación puede suponer un riesgo aumentado). - Controlar en las entrevistas los elementos relacionados con situaciones de duelo y pérdida. - Si se detectan problemas: entrevista familiar para valorar la gravedad de la situación y reconsiderarla en familia. - En caso de cronificación o grave riesgo psicopatológico del duelo: derivar al equipo de salud mental o equipo psicosocial. (54) 54 J. L. Tizón, R. Ciurana ORIGINALES Y REVISIONES * PÉRDIDA DE FUNCIONES PSICOFÍSICAS IMPORTANTES. ATENCIÓN AL PACIENTE Y SUS FAMILIARES: Definición: Aparición de enfennedad psicofísica grave que entraña pérdida de la autonomía. Fundamento de este Programa: Esa situación supone el origen de una difícil «transición psicosocial» o situa­ ción familiar que pone en marcha múltiples replanteamientos y «procesos adapta­ tivos» entrecruzados. Por lo tanto, se repetirían los riesgos psicopatológicos, tanto para el paciente como para su familia, señalados en los procesos de duelo y pérdi­ da (4, 8, 33). La dificultad de adaptación a esta situación, en parte debida a la cronicidad de la misma, hace más fácil la descompensación, tanto del paciente como de los familiares. Recomendaciones: - Abordaje de la situación en entrevista familiar o con los miembros de la familia que vayan a tener que soportar el peso fundamental de la situación. - Suelen ser muy útiles los grupos abiertos de familiares de pacientes en esa situación (grupos con objetivos limitados: no es preciso que sean de tipo psicote­ rapéutico: pueden ser de apoyo, de ayuda mutua, «psicoeducativos», etc.). - En el grupo o en su defecto, favorecer el apoyo mutuo, el contacto con la red asistencial «profana» (no profesionalizada), así como la explicación de las repercusiones psicológicas de las enfermedades crónicas, asesorando en los cui­ dados cotidianos del paciente. - Favorecer el contacto con las asociaciones especializadas: de esclerosis múltiple, de parkinsonianos, de alcohólicos o familiares de los mismos, de juga­ dores patológicos, de familiares de paralíticos cerebrales, de familiares de autis­ tas, etc. Recomendación ESPECÍFICA A LA ADMINISTRACIÓN: - Fomentar los servicios institucionales de ayuda a domicilio. - Fomentar, por parte de la administración, la existencia de residencias asis­ tidas para estancias variables -no forzosamente largas o indefinidas- de los pa­ cientes. 55 (55) Prevención en salud mental ORIGINALES Y REVISIONES * CUIDADO DEL PACIENTE TERMINAL Y DE SU FAMILIA: Definición: Se define aquí como enfermo terminal el que, por la naturaleza de su enfer­ medad y el proilóstico de vida previsible, pronosticándosele la pérdida de la auto­ nomía personal a corto plazo, precisa atención médica y cuidados cotidianos continuos. Fundamento de este Programa: Este tipo de situaciones suponen importantes tensiones familiares y persona­ les (en todos los allegados del paciente y en él mismo). Además, su «resolución» con la muerte del paciente terminal supone casi siempre un proceso de duelo con especiales dificultades de elaboración. Los problemas psicosociales, los trastor­ nos psicopatológicos y/o el desarrollo de enfermedades son fecuentes en los fami­ liares y allegados a corto y medio plazo (4, 31-33, 60). Recomendaciones: - Entrevista familiar previa a la pérdida para evaluar las capacidades de la familia y del paciente para conocer conscientemente la realidad de su enfermedad. - Establecer siempre con el paciente una relación profesional, evitando los apriorismos ideológicos. Como profesionales de APS conviene evitar especial­ mente los «siempre hay que decírselo» o «no hay que decírselo nunca». - Detectar las personas del entorno más susceptibles de deterioro psicológico. - Seguimiento de estos familiares según el programa sobre «pérdidas de un familiar o allegado». Periodicidad: En función del estado del paciente y los elementos de la familia más suscep­ tibles. * JUBILACIÓN (Preparación de la «Red Social» tras la Jubilación): Definición: Cese de la etapa laboral de la vida del individuo, por razón de la edad o por incapacidad física o mental. (56) 56 J. L. Tizón, R. Ciurana ORIGINALES Y REVISIONES Fundamento de este Programa El paso a la inactividad laboral para las personas que han dedicado varias décadas de su vida al trabajo supone una compleja transición psicosocial, agrava­ da porque, normalmente, la edad -o las dificultades biopsicosociales que obli­ gan a jubilarse- hacen que las capacidades adaptativas del individuo se hallen muy disminuidas. Las descompensaciones biopsicosociales vinculadas a la jubi­ lación son realmente frecuentes y, por lo que ha podido mostrarse, la existencia de una red familiar o afectiva y una red de relaciones y actividades sociales son formas eficaces y eficientes de evitar tales descompensaciones (61, 62, 17, 4, 8). En particular, una actividad laboral y creativa insuficientemente substituida pre­ dispone al inicio de los síntomas demenciales y depresivos (4, 8, 61). Recomendaciones: - Atención previa, por entrevista familiar o no, a ser posible dentro del año anterior a la jubilación. - Advertir en esa u otras entrevistas sobre la importancia de mantener una vida mental, física y social activa. - Orientar hacia el reforzamiento de las actividades de relaciones sociales, lúdicas e incluso físicas posteriores a la jubilación. - Detección en esta visita, utilizando el conocimiento previo del equipo con respecto al paciente, de los riesgos psicosociales previsibles al jubilarse: aisla­ miento social, sentimientos de soledad, aumento de la pasividad y la dependen­ cia, síntomas depresivos ... Intentar, con esta entrevista, situar al individuo en el grupo de riesgo alto o riesgo bajo (de descompensación con la jubilación). Individuos con riesgo alto: - Al menos, una visita concertada a los 2 y 6-12 meses de la jubilación efectiva. Individuos con riesgo bajo: - Seguimiento del tema en las visitas habituales por otros motivos. Valorar en ambos casos el contacto con el trabajador psicosocial del centro y con los recursos de asistencia social del barrio. * CAMBIOS FRECUENTES DE DOMICILIO EN LOS ANCIANOS: Definición: Cambios de domicilio del anciano periódicos y frecuentes, con estancias in­ feriores a los tres meses. Prevención en salud mental ORIGINALES Y REVISIONES 57 (57) Fundamento de este Programa: Dadas las dificultades biológicas (cerebrales y, en general, somáticas), psi­ cológicas y psicosociales del anciano, esos cambios frecuentes tienden a desarrai­ garle, aislarle del entorno y desorientarle, facilitando la aparición de síntomas demenciales o de otros trastornos psicopatológicos (63, 64, 8, 65). Recomendaciones: - Entrevista familiar donde se expongan con cierto detenimiento los riesgos que conlleva en el anciano la movilidad frecuente de domicilio (deterioro cogniti­ vo, somático, pérdida del entorno propio ... ), valorando siempre la dinámica y la situación familiar general. - En la misma entrevista, ayudar a que los familiares piensen alternativas menos nocivas para el cuidado del anciano. - Si la situación continúa, seguimiento cada seis meses (y, en caso de apari­ ción de crisis confusionales, depresivas o, en general, de psicopatología, derivar a los dispositivos adecuados, pero aprovechando el momento para volver a plan­ tear el tema a la familia). 3. PROGRAMAS COMUNES A AMBOS GRUPOS * DIAGNOSTICO PRECOZ DE LA DEPRESIÓN Definición: La depresión es uno de los trastornos psiquiátricos más frecuente y uno de los problemas más comunes en atención primaria. Su definición sintomatológica y clínica ha sido suficientemente estudiada en múltiples publicaciones y, para in­ troducir aquí el tema, pueden valer perfectamente las asunciones sobre la misma realizadas, por ejemplo, en la clasificación psiquiátrica del DSM-III-R (59) o las descripciones de MacKinnon y Michels (66). Fundamentación de este Programa: El trastorno depresivo supone una situación de importante sufrimiento, tanto para la persona depresiva como para sus familiares (cfr. los trabajos de Fiedl y Cohn, ya citados, o las revisiones de Bowlby y Parkes). También, si la depresión no es adecuadamente diagnosticada y tratada, para el Equipo de Atención Prima­ ria y para todo el sistema sanitario (2, 11, 26, 67, 68). (58) 58 J. L. Tizón, R. Ciurana ORIGINALES Y REVISIONES Recomendaciones: - Uso de test y cuestionarios de detección: Para la detección precoz de la depresión se han estudiado diversos cuestionarios con el objetivo de identificarla cuando todavía no se presenta la sintomatología clásica más evidente y, por lo tanto, para intentar abreviar el sufrimiento y disminuir la cronificación. Los cues­ tionarios de Zung y Beck han recabado suficiente apoyo en múltiples estudios y adaptaciones realizados con los mismos y llegan a diagnosticar el 82 % de los ca­ sos que cumplen los criterios del DSM-III. Sin embargo, de los trabajos realizados en atención primaria se desprende que no existe evidencia de que los casos detectados sean después adecuadamente tratados y seguidos posteriormente. Por otra parte, la mayoría de autores consi­ deran que la aplicación de tests a la población general no está justificada porque, si bien su valor estadístico es incuestionable, pueden fallar en la identificación del paciente concreto por su margen de «falsos positivos» y «falsos negativos». De ahí nuestra postura dubitativa con respecto al uso sistemático de tales cuestio­ narios: parece ser que la detección mediante cuestionario no mejora las redes de atención disponibles ni las capacidades y habilidades para el cuidado de lo psico­ lógico por parte de los profesionales de APS. La postura de la comisión en este campo vuelve a ser resaltar la necesidad del programa que hemos llamado «bási­ co y fundamental» en este apartado de la prevención en APS: la formación psico­ social del personal asistencial. - Sin embargo, se considera importante que el médico de la familia tenga una actitud de atención selectiva: 1) Ante los factores de vulnerabilidad. 2) Ante los dos síntomas depresivos en determinados grupos: ADOLESCEN­ TES Y ADULTOS JOVENES, PUERPERIO, personas CON ANTECEDENTES FAMILIARES O PERSONALES DE DEPRESION, personas CON ENFERME­ DADES CRONICAS y personas que han sufrido UN DUELO RECIENTE. Otros grupos en los que focalizar esa atención selectiva serían los individuos con tras­ tornos del sueño (en especial, crónicos y/o de segunda hora) o los que presentan QUEJAS SOMATICAS INEXPLICADAS. Recomendación: - Mantener esa atención selectiva en los grupos de población antes men­ cionados. - Variar el modelo de entrevista si se sospecha de la posibilidad de una de­ presión: por ejemplo, cuidados especiales con los aspectos relacionales de la en­ trevista (69, 70), realización de entrevistas más abiertas, atención sanitaria centrada en el consultante (l, 2), etc. Prevención en salud mental ORIGINALES Y REVISIONES 59 (59) - Derivar a los servicios de salud mental en caso de necesidad (por ejemplo, los casos de depresión grave, con o sin peligro de suicidio). - Asegurar un tratamiento y seguimiento (biopsicosociales y no meramente biológicos) adecuados. * PREVENCIÓN DEL SUICIDIO Fundamento de este programa: El principal factor de riesgo para el suicidio es el trastorno psiquiátrico. La gran mayoría de personas que se suicidan sufren TRASTORNOS AFECTIVOS (depresión en el 30-70% de los suicidas), ABUSO DE ALCOHOL U OTRAS DROGAS O ESQUIZOFRENIA. Otros factores de riesgo para el suicidio inclu­ yen: DIVORCIO, SEPARACION, DESEMPLEO, ENFERMEDAD FISICA GRAVE, VIVIR SOLO Y DUELO RECIENTE (4, 8, 15,71,71,73). La mayoría de los autores no recomiendan la práctica de búsqueda sistemáti­ ca de la ideación suicida en las personas asintomáticas de la población general. Recomendaciones: Atender especialmente el bienestar emocional y a la ideación suicida en las personas con los factores de riesgo mencionados: • Trastornos psicopatológicos de tipo afectivo, abuso de drogas o esquizofrenia. • Situaciones psicosociales relevantes para el problema tales como divorcio, separación, desempleo, enfermedad física grave, soledad o duelo reciente... • Pacientes que han sobrevivido a un intento suicida. • Pacientes que padecen repetidos traumatismos y accidentes (hay que reali­ zar el diagnóstico diferencial con el consumo de drogas). • Pacientes que acuden al equipo quejándose de ideación suicida. • Pacientes que consultan por otros motivos pero que admiten una ideación suicida. • Pacientes que, a pesar de negar su ideación suicida muestran un potencial para el suicidio... - Si se cumplen los criterios anteriores hay una serie de recomendaciones generales a tener en cuenta. Para su puesta en práctica se considera fundamental la colaboración formativa entre el equipo de salud mental y el de atención primaria: 1. Recomendaciones con respecto a las entrevistas: Realizar entrevistas tranquilas y abiertas, procurando, antes de entrar en te­ mas directos, establecer una relación (emocional) con el paciente. Ir de los temas generales a los específicos. Si se sospecha de potencial suicida, no dejar de acla­ (60) 60 J. L. Tizón, R. Ciurana ORIGINALES Y REVISIONES rar el tema: el atender a la ideación suicida o, si no queda otro remedio, interro­ gar sobre la misma, no pone esas ideas en la mente de tales pacientes: las tenían ya de antemano. Por el contrario, a menudo el paciente suicida se siente recon­ fortado por el valor del profesional que es capaz de hablar de lo que a él le asusta tanto. 2. Recomendaciones más amplias: - Tomar en serio todas las amenazas suicidas. - No confiarse en las súbitas e inesperadas «mejorías». Una mejoría inexpli­ cable puede estar producida por el alivio que siente el paciente al haber determi­ nado la realización del suicidio. - Interrogar al paciente que admite la ideación suicida con respecto a los medios y pasos preparatorios realizados (conseguir un arma, hacer un plan con­ creto, preparar una nota suicida... ). - En caso de detectarse una idea de suicidio seria, organizada (según los criterios anteriores) o bien reiterada, debería derivarse al paciente sin demora a los servicios de salud mental para su tratamiento y eventual hospitalización. - Debe informarse a los familiares del riesgo de suicidio, a ser posible en una entrevista conjunta con el paciente o con el permiso de éste. A los familiares habrá que informarles sobre las precauciones a tomar para evitar el acceso a ar­ mas letales o a situaciones o fármacos peligrosos: entre un tercio y dos tercios de los pacientes intentan suicidarse con los psicofármacos que les ha prescrito su médico de cabecera. Las benzodiacepinas administradas crónicamente, si bien po­ seen un potencial bajo para el suicidio, facilitan los intentos suicidas, tanto por las dificultades que provocan para que el paciente se aproxime a los tratamientos de tipo psicológico como por las repercusiones sociales y familiares (serias) que posee cada uno de estos episodios, incluso los más «manipulativos» (y precisa­ mente por esto). - El médico de la familia, a pesar de lo que suele pensarse, puede solicitar del servicio de psiquiatría de urgencias la peritación del paciente para su ingreso. También el psicólogo o la asistente social de APS; a ser posible, con el acuerdo del médico. No es imprescindible el paso por los servicios ambulatorios de salud mental en caso de peligro grave e inminente de suicidio. Prevención en salud mental ORIGINALES Y REVISIONES 61 (61) BIBLIOGRAFÍA (1) TIZÓN, J. L. (dir.), Atención Primaria en Salud Mental y Salud Mental en Atención Pri­ maria, Barcelona, Doyma, 1992. (2) TIZÓN, J. L. (1988), Componentes psicológicos de la práctica médica: Una perspectiva desde la Atención Primaria, Barcelona, Doyma, 1988. (3) GOLDBERG, D. P.; BUXLEY, P., Mental Illness in the Community. Fathaway to Psychia­ tric Care, Londres, Tavistock, 1980. (4) ROYAL COLLEGE OF GENERAL PRACTICIONERS, Prevention of Psychiatric Disorders in Ge­ neral Practice, Londres, Royal College, 1981. (5) LÓPEz-ALvAREz, M., La Atención Primaria de Salud: Un «nuevo» campo para la aten­ ción a la salud mental, Sevilla, IASAN (polic.) 1986. (6) LÓPEz-ALvAREz, M. (coord.), «Salud Mental y Atención Primaria de Salud». Ponencia del XVII Congreso de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, San Sebastián, AEN (polico­ piado), 1986. (7) LóPEz-ALvAREz, M.; GARCÍA, J. M., «Salud mental y Atención Primaria», Rev. Asoc. Esp. de Neuropsiquiatría, 1984 10(4): 181-195. (8) BROGREN, P. O., Promotion of Mental Health, Gotemborg Nordiska halsovárdshogsko­ lan. Socialdepartement, 1985. (9) TIZÓN, J. L., «Enfermos orgánicos y funcionales en las consultas de Medicina General del Seguro de Enfermedad. Comunicación Preliminar», Medicina Clínica, 1974, 63,2: 72-79. (10) GALEOTE, P; TIZÓN, J. L.; SPAGNOLO, E.; PELLEGERO, N.; PLANS, R., «La cronificación del sufrimiento psicológico en la asistencia especializada ambulatoria de la Seguridad Social: una perspectiva desde la Neuropsiquiatría de Zona», Psiquis, 1986, 71, 37-58. (11) TIZÓN, J. L.; SPAGNOLO, E., «La neuropsiquiatría de zona dentro de la asistencia pri­ maria actual: una investigación con resultados críticos (1 y 11)>>, Revista Española de Sanidad e Hi­ giene pública, 1986, 60 Y 61, 463-97 Y 711-744. (12) PADIERNA, J. A. Y cols., «La morbilidad psiquiátrica en Atención Primaria. Detección y derivación por el médico de familia». Rev. Asoc. Esp. Neurop., 1988, 8, 24-34. (13) RAPHAEL, B., «Preventive intervention with the recently bereaved», Archives Gen. Psychiatry, 1977, 34, 1450-1454. (14) MELGEs, F. T.; DEMAso, D. R., «Griefresolution therapy: Reliving, revising and revi­ siting», Amer. J. Psychotherapy, 1980, 34, 51-61. (15) LENNox, 1. G., «Mental Illnes». En M. Garay y G. H. Fowler (eds.), Preventive Medi­ cine in General Practice, Oxford, Oxford University, 1983. (16) FERGUSSON, D. M.; HORWOOD, L. D., «Vulnerability to life events exposure», Psycho­ logical Med., 1987, 17: 739-749. (17) MEDALlE, J. H., «Bereavement: Health Consequences and Prevention Strategies». En R. B. Goldbloom y R. S. Lawrence (eds.), Preventing Disease. Beyond the Retoric, Nueva York, Sprin­ ger, 1990. (18) FINNEY, J. W.; RILEY, A. W.; CATALDO, M. F., «Psychology in Primary Health Care: Effects of Brief Targeted Therapy on Children's Medical Care Utilization», J. Pediatric Psycho­ logy, 1991, 16,4,447-461. (19) BALlNT, M., El Médico, el paciente y la enfermedad, Buenos Aires, Libros Básicos, 1968. (20) BALlNT, E.; NORELL, J. S. (comps.), Seis minutos para el paciente, Buenos Aires, Pai­ dós, 1973. (62) 62 J. L. Tizón, R. Ciurana ORIGINALES Y REVISIONES (21) SIFNEOS, P., Shon-therm dynamich psycoterapy: Evaluation and tecnhique, Nueva York, Plenum, 1979. (22) ERIKSON, E. H., Infancia y sociedad, Buenos Aires, Hormé, 170. (23) PARKES, C. M., «The Psychosomatic Effects of Bereavement». En B. W. Hill (comp.) Modern Trais in Psychosomatic Medicine, Londres, Butterworth, 1970. (24) PARKES, C. M., Bereavement: studies in grief in adult life, Londres, Penguin, 1975. (25) PARKES, C. M., «Parental Characteristic in Relation to Depresive Disorders», Brit J. Psychitric, 1979, 134: 138-147. (26) TIZÓN, J. L. (1988a), Apuntes para una psicología basada en la relación, Barcelona, Hogar del Libro, 1993. (27) MAHLER, M. (1942-1961), Estudios J: Psicosis infantiles y otros trabajos, Barcelona, Paidós, 1984. (28) MAHLER, M. (1963-1977), Estudios 2: Separación-individuación, Barcelona, Paidós, 1984. (29) Joint Cornmission on Accreditation of Healthcare Organizations. Primer on Indicator De­ velopment and Application: Measuring Quality in Health Care, Illinois, Joint Comission, 1990. (30) COUNCIL OF EURoPE, Conference of european ministers responsible for public health. An European approach to Health Promotion, Estrasburgo, Consejo de Europa, 1981. (31) BOWLBY, J. (1968), El vínculo afectivo, Buenos Aires, Paidós, 1979. (32) BOWLBY, J. (1969), La separación afectiva, Buenos Aires, Paidós, 1979. (33) BOWLBY, J., La pérdida afectiva. Tristeza y depresión, Buenos Aires, Paidós, 1983. (34) DARTINGTON, T.; HENRY, G.; MENZIES, T., The psychological welfare ofyoung children making long stays in hospitals, Londres, Tavistock, 1976. (35) ROBERTSON, J.; ROBERTSON, J., Young children in Brief Separation. A fresh look, Nue­ va York, Quadrangle Books, 1971. (36) OMS, Study on care of children in hospitals. Working Paper, Ginebra, OMS, 1985. (37) FRIEDMAN, H.; EDSTRON, K., Higiene de la reproducción en la adolescencia. Procedi­ miento para la planificación de investigaciones sobre servicios de salud. Ginebra, OMS, 1983. (38) OMS, El embarazo y el abono en la adolescencia. Informe técnico n. o 583, Ginebra, OMS, 1975. (39) üMS-FNUAP-UNICEF, Higiene de la reproducción en la adolescencia: Estrategia de acción, Ginebra, OMS, 1979. (40) ARBELo, A., Demografía sanitaria de la adolescencia, Madrid, Ministerio de Sanidad y Consumo, 1989. (41) FRICK, P. J.; LAHEY, B. B.; HARTDAGEN, S.; HYND, G. W., «Conduct Problems in Boys: Relations to Maternal Personality, Marital Satisfaction, and Socieconomic Status», J. Clinical Child psychology, 1989, 18,2: 114-120. (42) HAYWARD, R. S. y cols., «Preventive Care Guidelines: 1991», Annals ofInternal Medi­ cine, 1991, 114, 9: 758-783. (43) LANouR, M.; LEBOVICI, S., «Les interactions du nourrisson avec ses partenaires: Éva­ luation et nOl1es d'abord préventives et thérapeutiques», Psychiatrie de l'enfant, 1991, 34,1: 171-275. (43bis) RUTTER, M., «Long-therm effects of early experience», Devl. Med. Child Neurol., 1980, 22: 800-815. (44) PATTERSON, G. R., Coercive Family Process, Eugene, or. (Castalia, 1982). (44bis) RUTTER, M., «Family, area and school influences in the genesis of conduct disorders». En L. A. Hersov & M. Berger (eds.), Agression and anti-socil behavior in childhood and adoles­ cence, Londres, Pergamon, 1978, pp. 95-114. Prevención en salud mental 63 (63) ORIGINALES Y REVISIONES (45) FOREHAND, R. L., McMAHON, R. J., Helping the Noncompliant Child: A ciinician's Gui­ de to Parent Training, Nueva York, Guildfor, 1981. (46) STERN, D., 1he interpersonal World of the lnfant, Nueva York, Basic Books, 1985. (47) MILLER, S. y SCARR, S., «Diagnosis ofBehavioral problems in Two-Years-Olds». J. Cli­ nical Child Psychology, 1989, 18,4: 290-298. (48) FIELD, T., «Models for reactive and chronic depression in infancy». En E. Z. Tronick & T. Field (eds.), Maternal depression and infant disturbance (pp. 47-60), San Francisco, Jossey­ Bass, 1986. (49) FIELD, T., «Affective and interactive disturbances in infants». En J. D. Osofsy (ed.), Handbook of infant development (pp. 972-1.(05), Nueva York, Wiley, 1987. (50) COHN, J. F.; MATHIAS, R.; TRONICK, E. Z.; CONNELL, D. & LYONs-RuTH, K., «Face­ to-face interactions of depressed mothers and their infants». En E. J. Tronick & T. Field (eds.), Maternal depression and infant disturbance (pp. 31-44), San Francisco, Jossey-Bass, 1986. (51) COHN, J. F.; TRONICK, E. Z., «Communicative rules and the sequential structure of in­ fant behavior during normal and depressed interaction». En E. Z. Tronick (eds.), Social interchan­ ge in infancy: affect, cognition and communication, Baltimore, University Park, 1982. (52) COHN, J. F.; TRONICK, E. Z., «Three-month-old infants' reaction to simulated maternal depression». Child Development, 1983, 54, 185-193. (53) ROUTH, D. K., «Developmental and social aspects of hyperactivity». En C. K. Whalen & B. Henker (eds.). Hyperactive Children: 1he social echology ofidentification and treatment, (pp. 55-73), Nueva York, Academic, 1980. (54) CAMBELL, S. B., Behavior Problems in Preschool Children: Clinical and developmen­ tal issues, Nueva York, Guildfor, 1990. (55) LYONs-RuTH, K.; COLL, D.; CONNELL, D. B.; ODON, D. R., «Maternal depression as mediator of the effects of home-based intervention services», Abstracts of Bi-Anual meeting of So­ ciety for Research in Child Development, 1987, 7, 189. (56) DAVID, M., «Danger de la relation précoce entrele nourrisson et sa mere psychotique», Psychiatrie d l'Enfant, 1981, 24, 151-196. (57) DAVID, M., «Souffrance du jeune enfant exposé a un état psychotique maternel», Pers­ pectives Psychiatriques, 1987, 6, 7-21. (58) DE AJURIAGUERRA, J., Manuel de Psychiatrie de l'enfant, París, Masson, 1978. (59) AMERICAN PSYCHIATRIC ASSOCIATION (1987), DSM-IlI-R: Manual diagnóstico y estadís­ tico de los trastornos mentales, Barcelona, Masson, 1988. (60) VERWOERDT, A., Communication with the fatally m, Springfield, III, Charles C. Tho­ mas, 1966. (61) SALCEDO, M.; PINILLA, B.; GUIMóN, J., «La red social en personas psicológicamente afec­ tadas», Psiquis, 1987, 8: 176-183. (62) GURLAND, B. J.; MEYERS, B. S. (1988), «Psiquiatría geriátrica». En J. A. Talbott, R. E. Hales y S. C. Tyudofsky, Tratado de Psiquiatría, Barcelona, Ancora, 1989. (63) CODERCH, J., Psiquiatría dinámica, Barcelona, Herder, 1977. (64) ZARIT, S., Aging and mental disorders, Londres, Free Press, 1980. (65) NEMIROFF, R. A.; COLARUSSO, C. A., 1he race against the time, Nueva York, Plenum, 1985. (66) MAC KINNON, R. A.; MICHELS, R., Psiquiatría Clínica Aplicada, México, Interameri­ cana, 1971. (67) CLARE, A.; BLACKER, R., «Sorne problems affecting the diagnosis and c1assification of depressive disorders in primary care». En G. Wilkinson (ed.), Mental Health Practices in Primary Care Settings, Londres, Tavistock, 1990. (64) 64 J. L. Tizón, R. Ciurana ORIGINALES Y REVISIONES (68) FEIGHTNER, J.; GRAHAM, W., «Early Detection of Depression». En R. B. Goldbloom y R. S. Lawrence (eds.), Preventing Disease. Beyond the Retoric, Nueva York, Springer, 1990. (69) BORREL, F. et al., «Trastornos mentales». En A. Martín Zurro y J. F. Cano Manual de Atención Primaria, Barcelona, Doyma, 1986. (70) BORREL, F., Manual de entrevista clínica, Barcelona, Doyma, 1980. (71) HYMAN, S. E., «El paciente suicida». En S. E. Hyman (comp.), Manual de urgencias psiquiátricas, Barcelona, Salvat, 1987. (72) HAYNES, M. A., «Suicide Prevention: A U.S. Perspective». En R. B. Goldbloom y R.S. Lawrence (eds.), Preventing Disease. Beyond the Retoric, Nueva York, Springer, 1990. (73) McNAMEE, J.; OFFORD, D. R., «Suicide Prevention: A Canadian Perspective.». En R. B. Goldbloom y R. S. Lawrence (eds.), Preventing Disease. Beyond the Retoric, Nueva York, Sprin­ ger, 1990. * Jorge L. * Tizón. Psiquiatra de Atención Primaria, Psicoanalista (SEP-API). Director de la Uni­ dad de Salud Mental «La Verneda - La Pau - La Mina» del Institut Catalá de la Salut. Pza. de la Infancia, s/n. 08020 Barcelona. Ramón Ciurana. Médico de Familia. Centro de Atención Primaria de «La Mina» del Institut Ca­ talá de la Salut. C/ del Mar, s/n. 08930 Sant Adriá del Besós (Barcelona). Programa básico publicado en el Libro del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud, 5. a Reunión Anual, Barcelona; Soco Española de Medicina de Familia y Comunitaria.