MERCURIO DE ESPAÑA DEL 15 DB MAYO DB 1 8 0 4 . PARTE POLÍTICA. GRAN BRETAÑA. JLJI iil sobre el re£;lamento de los Cuerfoí voluntarios, que fue por mucho tiempo objeto de las discusiones de la Cámara Daxa,-se presentó por tin á la deliberación de la Cámara de los Pares. En ella se advirtió el mismo patriotismo , y el mismo espíritu de unión que se notó en la Cámara baxa. Quando se trata de la patria no hay en Inglaterra partidos: el de Fox y el de Grenvllle se han reunido, y si sindican las operaciones del gobierno , no por eso las detienen, ni aun muestran intención de retardarlas. Todos respiran indignación contra el actual gobierno de la Francia, la que crece al paso que se retarda la anunciada invasión. El Obispo ^¡•'^ndaff e%hox\.6i. los Pares „ á hacer t o do género de sacrificios para defender el país, contra un enemigo por quien nada era sagrado, y que valiéndose da todos Jos 146 medios posibles, anunciaba su venganza personal. Milores (dixo al acabar su discurso) , mas quisiera mil veces verme abatido al estado mas indigente y despreciable: mas quisiera verme reducido á vivir con pan y agua , y á llevar abarcas de Westmoreland, que vivir en la mayor opulencia, en el caso que mi patria, por falta de estos sacrificios , hubiese de sujetarse á los horrores de la dominación francesa." El mismo zelo y espirita público se advierte en el mensage del Rey , presentado á las Cámaras el 26 de Marzo , y dice así: „ JORGE R E Y . S. M . tiene por conveniente informar á la Cámara, que los oficiales y soldados de varios regimientos de Milicias de Irlanda han ofrecido voluntariamente sus servicios, solicitando se les emplee en qualquier parte de la Gran Bretaña. S. M. ha recibido con satisfacción esta prueba patente del amor y zelo de sus fíeles vasallos por la defensa general y seguridad del Reyno unido; y estimando que esta oferta patriótica puede traer importantes ventajas en la presente y crítica coyuntura de los negocios, recomienda S. M á la Cámara que le facilite los medios de aprovecharla, y proveer al mantenimiento de los regimientos que la oca- .^47 sion puede traer á este país, por el tiempo y lugar que puedan juzgarse útiles y convenientes." ALEMANIA. En los paises del Imperio, cercanos al Rhin, han llamado la atención pública las prisiones hechas ó permitidas en diferentes partes á requisición del gobierno francés. El Elector Archi-Canciller ha mandado publicar en Aschaffemburg varias órdenes para vigilar sobre los extrangeros. Lo mismo y con mas rigor se ha practicado en Carlsruhe con los emigrados franceses. Aunque los Principes Germanos se han conformado con lo dispuesto en el conservatorio imperial en favor de la orden Eqüestre, ha tenido por conveniente el Emperador reunir varios Plenipotenciarios de los estados para su execucion, cuya reunión se verificó formalmente el 27 de Marzo. Compónese esta comisión del Barón de ííü¿el y el Conde de Stadion por el Austria; Mr. Qlobig por Saxonia ; el Barón de Albini por el Elector ArchiCanciller; y Mr. Otto de Gemmingen por el Elector de Badén. Parece que esta comisión no es de la aprobación de la corte de Berlín. El 28 de Marzo se presentó á la dictadura por el Conde de Górtz, Mioistro de Brandcburg, 148 una nota que en substancia es como sigue. „ Después de referirse á la declaración iiecha á la Dieta el ¿6 de Enero, observa el Ministro que antes de que su contenido pudiese produeir efecto , dio el Consejo áulico del Imperio (el 23 de Enero) el conservatorio imperial, por el quai se confia el poder executivo al Archiduque de Austria y otros tres Electores, con la cláusula expresa de cada uno y todos juntos {sammt und sonders). Desde entonces el cxemplo dado por el Elector de Baviera ha vuelto las cosas al estado que apetezca el Consejo áulico; y este no se encuentra ya autorizado legalmente para dar ningún efecto ulterior á su sentencia. Por tanto no puede S. M. dexar de manifestar su dictamen en el particular; y en conseqiienc¡a declara: que se reserva sus derechos, y los de los Estados que hacen causa común con la misma, y los derechos de todo el Imperio contra la execucion ultirior del conservatorio , dado en un negocio que toca únicamente á la Dieta i especialmente quando no se ha contado con sus prerovativas, en quanto conviene d los círcuns, de que S. M. es Director; y S. M- aconseja á sus co-Estados que acepten la mediación ofrecida por la Rusia y la Fran. i.i, y den quanto antes sus instrucciones á sus Alinistros en la Dieta. 149 REPÚBLICA ITALIANA. Continuación del resumen de las actas del gobierno desde los comicios de Leoji. Año 2.° ( i 8 o a ) . 2 de Julio. El Juez mayor aclara las dudas sobre las reclamaciones hechas con motivo del alistamiento en la legión italiana. JO de Julio. El Ministro de lo Interior prohibe, por un decreto, el apacentar los ganados , cortar leña , arrancar raices, yerbas y arbustos en los fosos, y en los diques de los torrentes de Bozzento, Gradeluso y Fontanile de Tradato. J4 de Julio. La Junta de estado nombra dos comisiones, ia una á la parte aci del P ó , y la otra á la parte de allá del mismo rio, que juzgarán militarmente los acusados de delitos contra la tranquil¡da4 pública, citados en la ley de i6 Thermidor del año 5. Las reuniones sediciosas, que se manifestaron en algunos pueblos con motivo de la conscripción militar , han originado esta providencia. 14 de Julio. El Juez mayor expide una circular á los comisarios del gobierno cerca~de los tribunales, en que determina el sentido del art. 10 de la ley de 11 15© de Setiembre de 1802, sobre el papel sellado , declarando que se aumentará la multa de las 100 libras ordenada por dicha ley, cgda vez que haya nueva contravención. 22 lie Julio. El Juez mayor pone en actividad los reglamentos de la dispiina interina de la ex-Lombardía en el departamento de Mella, donde establece una pretura, y magistrados conciliadores. 3 j de Julio. Por orden del Juez maor se pone en actividad, en todos los triunales de la República, el artículo 172 de la ley de 22 de este mes, para recurrir á los tribunales superiores en caso de d e negación de justicia ó lentitud en las causas. ^3 de Julio. Se ponen en actividad los reglamentos de disciplina interina de la exLombardía en el nuevo distrito del Adige, y en el departamento del Pó inferior, donde se establecen preturas y magistrados conciliadores. 2Sde Julio. El Vice-Presidente determina por un decreto los fondos para •estuario, correage , armamento, montura y manutención de las tropas, y para el herrage de la caballería. 2<) de Julio. Ordena el Juez mayor, por ahora, que las causas de depravación de costumbres se vean á puerta cerrada. / . ' de A¿osto. La Junta de estado Í nombra definitivamente los miembros que han de componer los tribunales constitucionales de apelación en los departamentos del Pó superior, del Mella, del Mincio, y del Serio. j de Agosto. Se arregla la administración de los bienes destinados á establecimientos religiosos ó pios, por un decreto del Vice-Presidente. <r de Agosto. Decreto del Vice-Presídente, en que se manda que no se admita ni se mantenga de aquí en adelante en un empleo público, al que no justifique con certificaciones , del lugar de su domicilio , que no se ha hallado complicado en ninguna causa criminal, ni ha sido corregido judicialmente. 14 de Agosto. Se proroga hasta el 20 de Setiembre inclusive el término concedido á los conscriptos para que se presenten á sus Municipalidades, ó al Jury de conscripción. JS de Agosto. Quedan abolidas las Vice-Prefecturas de Cento y de Castelnuovo. i^ de Agosto. Por orden del V i c e presidente se restituyen los bienes alodiales á los ex-feudatarios ó á sus herederos. 25 de Agosto. El Juez mayor envia á las autoridades constituidas, en la parte que les toca, las disposiciones convenidas con el Ministerio de la Guerra, relativas al modo de enjuiciar y sentenciar las causas en que estén implicados militares y paisanos. 2 / de Agosto. Queda abolida la VicePrefecfura de Crema y su término, se reune á la jurisdicción inmediata de la Prefectura del Pó superior. 27 de Agosto. Por decreto del V i c e presidente se ordena la formación de un exército italiano, que pasará á Francia para componer parte de la grande expedición , y estará oaxo las órdenes inmediatas del primer Cónsul, Presidente. 8 de Setiembre. Publicación del decreto de la Junta dé Estado que autoriza al gobierno á tomar las providencias necesarias para preservarse y defenderse de los acometimientos de los Ingleses, y pone á su disposición quatro millones de libras Milanesas para construir dos fragatas y doce chalupas cañoneras. 10 de Setiembre. El Presidente ordena la reunión del Cuerpo legislativo para el 20 de Octubre próximo. 75 de Setiembre. El Vice-Presidente eoncede, por un decreto, una indemnización á los propietarios de los bancos civiles de Bolonia, suprimidos por orden del Juez mayor , para colocar los tribunales con mas comodidad. '53 7i de Setiembre. El gobierno abre un Colegio nacional en Pavía para utilidad de la juventud que se dedica á los estudios. 2 2 de Setiembre. Por orden del Juez mayor, se ponen en actividad los reglamentos de disciplina interina de la exLombardia en las provincias de la V a l telina, Chiavenia y Bormio, y en el def)artamento del Agogno, y se establecen as prefecturas y oficinas de Conciliación. 27 de Setiembre. En un decreto del Vice-Presidente se publican los reglamentos á que se han de sujetar las obras que se impriman. i.° de Octubre. El Ministro de lo interior , en execucion del nuevo plan adoptado para el Foro Bonaparte , convida á los ciudadanos á que se subscriban para hacer algunos donativos para desmontar el sitio destinado para poner los monumentos proyectados, é indica las condiciones de estas subscripciones. 2T de Octubre. El Vice-Presidente ordena la formación de un batallón de artilleros para el servicio de las barcas cañoneras , y de las baterías para la defensa de las costas de la República. ^'^ de Octubre. El Cuerpo legislativo señala por una ley , las formas que deben adoptarse para la convocación de los C o legios Electorales, y el modo que han d* i>4 observar estos, y la censura en el exercicicio de las funciones que les son delegadas por la constitución. 27 de Octubre. El Cuerpo legislativo decreta con anticipación que se promulgará una ley para establecer las pesas y medidas fundadas en la unidad lineal; estará en actividad este establecimiento general de aquí á tres años. 2% de Octubre. Ley del Cuerpo legislativo , por la qual (confirmando ios poderes conferidos al gobierno para prender á las personas sospechosas y vagamundas), se manda á todos los Gefes de policía, que en el término de ocho días, pongan en libertad ó remiran los presos ante los tribunales competentes. .7/ de Octubre. El Cuerpo legislativo concede á los Comendadores de Malta una pensión vitalicia igual á la quarta parte de Jas rentas de sus encomiendas, con tal que quando se publique esta ley , hayan habitado durante los seis meses anteriores, y que en adelante habitasen siempre en el territorio de la Reptíblica : se le concede ademas de esto como indemnización de sus rentas atrasadas , una cantidad eorrespondiente á la octava parte del beneficio que les hubieran producido. En todo este mes de Octubre han dado publicamente sus cuentas los Ministros, desde 14 de Febrero hasta fines de Diciembre de 1802, y resulta de ellas que excede el cargo á la data. 4 de Noviembre. Ley del Cuerpo legislativo , que señala las personas que pueden representarse ,por apoderados en los Concejos comunales de la tercera clase. ¡ de Noviembre. Ley sobre el sueldo de los Prefectos, Sub-Prefectos, y demás empleados por el gobierno en los departamentos. J4 de Noviembre. Por una ley expresa , el Cuerpo legislativo pone á la disposición del gobierno 5 millones y 200® libras para los gastos extraordinarios de construcciones navales, y para gastos de vestuario, caballos, armamento y escolta de las tropas destinadas á la grande expedición. Habrá una imposición extraordinaria de 5 dineros por escudo , sobre la cantidad del impuesto territorial. 18 de Noviembre. El Cuerpo legislativo hace algunas mudanzas en el plan de la escuela militar de Módena: aumenta el número de alumnos: alarga el tiempo de la instrucción , & c . , &c. í p de Noviembre. Por una ley se arregla la Contaduría nacional, y s; confia á una comisión que entrará en cxercicio el 15 de Diciembre próximo. 24 de Noviembre. Ley que prohibe se 156 establezcan lyceos ó gymnaslos en los parages donde hay universidades. J2 iJe Dicittnbre. La liquidación y la clasificación de la deuda pública han sido uno de los primeros objetos de los desvelos del gobierno. La constitución habia ya declarado nacionales las deudas de las provincias que componen la República, reservando á ia legislación el determinar Jas disposiciones relativas á las de los c o munes. El Cuerpo le<iislativo en su primera sesión , por ley de 14 de Setiembre, señaló hastafinesde Diciembre de I 8 O Í la declaración de los créditos contra la nación, baxo la pena de pérdida de dichos créditos, si no se hacia esta declaración en el intervalo prescripto, fuspendiendo hasta la entrega de nuevos fondos el último pago del capital ó intereses de qualquiera deuda nacional anterior al 14 de Febrero de este año, dia en que se estableció el gobierno constitucional. Sin embargo, queriendo ahora servirse de todos los medios mas indulgentes para con esta última clase de acreedores, el gobierno, por ley de este dia , les concede de término hasta fines de Abril próximo , para que presenten sus créditos en la oficina de liquidación y clasificación; y en caso de que de esta liquidación difinitiva resultase haber pagado la nación á sus acreedores, algunas can- tidades que no debía tener sobre sí, en todo, ni en parte, se reserva por la misma ley el derecho de repetir su justo reembolso. Esta ley contiene tres artículos, cuyo tenor es el siguiente: ART. i.° Los acreedores de la República por causas anteriores al 14 de F e brero de 1802, año 1.°, están obligados á presentar sus propios créditos, en la oficina de liquidación y clasilicacion de la deuda pública, en todo el mes de Abril de 1804. Pasado este término es inadmisible aun todo medio extraordinario para la declaración de dichos créditos. II.° Los establecimientos del culto,de instrucción y de beneficencia pública, estan obligados á presentar sus propios créditos en la oricina de liquidación; también están obligados á ello las comunes, y todos los acreedores, así extrangeros, como nacionales, sin distinción de personas ó de causas, aun quando las rentas á su favor fuesen de derecho ó de hecho, actualmeate corrientes, y aun quando sus razones se disputasen ante las autoridades judiciales ó administrativas, antií las quales podrán continuar la causa pendiente. Los acreedores de los montes pios y bancos públicos, para quienes las autoridades departamentales respectivas hayan tomado providencias gene- 158 rales, quedan exceptuados de esta obligación. iii." La nación se reserva el derecho de reclamar el reembolso de los pagos hechos, en caso de que constase por la liquidación diñnitiva , que no debia pagarlos ni en el todo ni en parte. FRANCIA. Las conjuraciones contra la persona del primer Cónsul, de que se habla en Francia , llaman la atención pública, de manera que no se trata de otra cosa. El Ministro Talleyrandhz remitido al Ministre del Elector de Badén el oficio siguiente. Acababa de escribir á V . E. una nota, cuyo objeto era pedir la arrestacion de la junta de emigrados franceses que hay en Offenburgo, quando el primer Cónsul, así por la prisión sucesiva de los bandidos que el gobierno ingles ha vomitado en Francia, como por lo que arrojan los procesos instruidos aquí, conoció claramente la parte que los agentes ingleses de Offenburgo tenían en las terribles conjuraciones urdidas contra su persona, igualmente que contra la seguridad de la Francia. También ha sabido que el Duque de Enghien y el General Dumourier se hallaban en rittenheim, Y como es imposible que estén allí sin el ^59 permiso de S. A. S. E . , no ha podido el primer Cónsul mirar sia grave dolor que ua Príncipe á quien particularmente habia favorecido con los preciosos efectos de la amistad de la Francia, pudiese dar refugio á sus mas crueles enemigos, y los haya dexado tramar pacíñcamente tan inauditas conspiraciones En este estado tan extraordinario, ha estimado el primer Cónsul dar orden á dos destacamentos de dirigirse á Offenburgoy áEttenheim para prender los instigadores de un crimen, que es de tal naturaleza, que quedan proscriptos del derecho de gentes todos los que están convencidos de tener parte en él. El General Caulaincour va encargado de executar estas órdenes del primer Cónsul, y no d u de V . E. de que lo hará con todo el miramiento que puede desear S. A. E. El mismo General remitirá á V . E. la carta que tenia encargo de escribirle; y quedo &c. Igualmente ha remitido el Ministro TalUyrand, al Cuerpo diplomático , una circular con fecha de 24 de Marzo, acompañando copias del informe al Juez mayor , y varios papeles relativos á la conjuración dirigida por Mr. Drake, Ministro de S. M. Británica cerca de la corte de Munich. Igualmente ha informado el Juez mayor sobre hallarse complicado en la misma i6o conjuración, Mr. Spencer Smitli, resldent» enVVurteinberg. Carlos Pichegrú, uno de los muchos presos, acusados de la nueva conjuración, ha muerto. En las diligencias practicadas por la justicia se dice, que se le encontró muerto en la prisión , y que los facultativos dixeron que creian que él mismo se hubiese ahogado ; lo que exccutó con una corbata ó pañuelo de seda negra, y un palito de cosa de una tercia de largo, dándole vueltas hasta quedar ahogado. Como este suicidio tiene algo de particular se esparcieron voces en París interpretándolo de distinto modo , añadiéndose que por las noches se arcabuceaban secretamente á muchas personas, por lo qual el General Murat recomendcS á los Ayudantes y Oficiales que desengañasen á los ciudadanos, y no diesen crédito á vmas hablillas propagadas por gentes mal intencionadas. El Cuerpo legislativo continúa la sanción de las diversas partes del código civil. El gobierno acelera por su parte este trabajo todo lo posible ,-y al mismo tiempo llama la atención del Cuerpo legislativo sobre dos objetos particulares de legislación de los mas importantes; á saber, el establecimiento de escuelas de Derecho, y el de Seminarios Metropolitanos para la ins- j>6i trupcIoQ 4eiIoScq,'!>e «*, íJ^^tJ^ai^; a l cstaiíp ccleslásti<;9. Perp en ^tf ,l^^r ¡po po^e*nios ent^E^n.Ips pornjefvpr^^^.esíaj nuwjiías tñateriju;,jpor,pai:e9í^!:típs ¿p^S; ojwí»"'VT .no é JntpreMOtc.pianifesUfr^^S^I^?,, y 4«> jas pH|?|Í«s,„pro{Sucst;|ijr.^dopifida - j ^ ¿tf^seaw ^5Í9ií,^a,Cu9íp|i?,W|sU¿.ya,L.f j ' el ddM^nistrofdel T^r<^5>4yií^:seJIÍ^ nuewe Jítga,^ S(> '|OIÍOT J^te,,j^»í£l. « g u i ^ rano gu?„l^.rjpt^iL ¿e ¿ *«IW?*^.hif» pres«nj^t|f) i^,;wnw c£¿}¿tó.J^,%,4pí^ ia arrf?gWei4e^.aitiv»/¿í»tet.^ntp cqi^cJeVne y§f, J^ipacl9n^^Á^RJ<rJ^rfis i' ,^jt)e ,no hubwr^ttaJí'íi!''^osajiaS;.;»fapil(^t,jt,i^s Jsatíífactorii q^e^ la hy ^a^tailf.gff^,^'^.cucio.n^^q^^r^ Pi^ídiiJp cppsisgr, casi ^p; ja ,§pla evjiJp^pQp; df los g í ¿ ^ ^tiente?, cubiertos,jó.^ majs ciuis <r^,9Í,«fy5¡ ¿W/.jj'S '¿bhtrJbiiciontes'' estableclííaí. lá* circonsitaticias V 'siri 'iéhíbárrgo , no han tenido saHrlíÉ hs Yehtais <f>(íblícás 'ik' 'Francia eiTi;' IriíhieTÍéfá -'.iHortal qcié 'cxércert sobrt: 'otros piíííblííf yertos podeWibs;' Las rfenftkj'de' íYáVifcii^'estari poct>' cargadas dfe dcodaf r ííís'j^fbdufctos dfe los 'huevos ¡irfpuéstoi Élt4tná¥5ós-i, sópórtádbíf i>or uhi -^bladbh 4í4aP"'i'iilnierosa qtffi^ tíünca , se 'stctffcV-Titáit'M '8\k ' e r dfáí Íói''dotiat¡V(tt '*aidhtar{os 'áthcífiin éí erario', ad'emas dfe í^btiistrb'dt-TOfWehdjfV * n ' w hiforrae »fc «esfeafto, díátf árptimerCóHsiH« iylosaiWs -iVyn •éi$^'^^ixtíii átlafidoné*, ^ ^á*on ^e'IJiPilHjvídenciay'^yTrifeb^ires qüfe -fiarJSdri'nég^S^iító íom'ár f^H étierra.P¿ -Hy'esrto»$íbtei-títfáeStktíW-WtetaifcíáiWií-éii^vistíi'Tiy%Í áéarrttadd'fl}ngtti^^í<5rdéh 4'I«'dlstít<Í{ei8íiestóafr h^bfafs'm^do áil. •itfeViortíient.¿V'ife»"tíi'fa'fa «tti^íbft dé Ws -éá^-rfos 'ft'iW??^^fa'-rá é8mi)títídfort'a% cS'telesifipát-íl hi"t:6hsfHldaii/a*F^úetítei-y '-iftWí cí^r;ft''dé'^iJ«Hdá'if;TÍefnmi / "sea fen ?fí'riíepr'V^'-ai l a s ' W m Vlíálidas'y «ferirfdiWttaííj'Sj^, in'jT'ri, etf l^^^ámortiíifa•'¿ioiT de1a''tíeáifí-pa.blíe^: ETpMüCto efe •íulía pa:rté Is&líttnente de tó'süttiüs , votií^ÚispütfóS?ifé^mmieñtois'}' ydirfersos mé- 163 ^as extraordinarios qne no añadirán nada áJxs caigas ipúblicas, serán suñcientes para fÍAner las entradas del año 12 al nivel de los. gastos'yi calculados con la latitud que las circnostancias exigen;" Se han pedido .«aipijlones para los gastos extraordinarios «üel^año i t yadismasde los^8a millones y fl&edki que anteriormente teniaa sus apli«deiones. Ea esta última somi se valuó d imparte de loi gastos públicos, poco ántet de) rompimiéntocon la Inglaterra. wElgobierno , dice el Ministro de Hacienda, re-ifiosáhdo entonces sobre la fe de los trata•d^s y estaba léjtÁ de preveer la necesidad de repeler una nueva agresión t ia inutilidad ¡de sus esfueiréos, para conservar la paz, no -Ic'iía déxada (^ro deber que asegurar la alengahza del honor ultrajado. Este suceso had^arreglado en parte los cálculos esta•blectdos paira el servicio del año 11. Dees•to> ha resultsuáo ia necesidad de aumentar dos fondos con una suma de 30 millones, ué deberá añadirse á los créditos de los epartamenios de la guerra y de la mari;iui. Este suplemento se tomará del exceso del producto neto de las rentas del año 11, -comparadas con la estimación que se hizo poc¡el Budget, y sobre los recursos extraordinarios del mismo año, que ascienden á 24;89o.9i3 pesetas. La sama total, añadida la partida de los 30 millones, vendrá 3 164 á ser entonces de 619,foo¿óoo pesetas, correspondiente á dicho 3áo x'i.'' La pre-^ visión del gobierno había sin embargo calt culado ya ios gastos dei exérciip en üepafA de paz y en tiempo de guerra: soto espera^ ba la declaración efectiva de ella , para preparar los medios pecuniarios, queextgiria desde luego la entrada, encampana de una parte- de sus tropas d« tief ra , y duplicar losriesfuerzos princtpiadbs pan w** mentar las fuerzas marítimas. Para este efecto, el primer Cónsul, luego qoe recibid el mensageidel Rey de Inglaterra, de 8 v ^ Marzo de i 80^ , dic5 al Ministro del >f&soro públicoias órdenes.necesarias, drcii>ya execuCioo dio cuenta «ste Ministro en su informe particular: en él dice: » £n laiior>' «he del.2o.aJ 21 Ventoso (del 11 al.ja de Marzo) he recibido vuestra orden para^qué estuviese pronto i suministrar lo necesatié para las ur^ncias extrao^dioarias. Con es^ te motivo he podido conocer Ja extensioii de los recursos, que nacen de una confiaf^za sólidantente establecida. l>;sde elijitii*mo dia 21 propuse á gentes acaudaladas operadonesde consideración. Algunos se resistieron á eUo; pero otros capitalistas res< pondiéron iamediarameóte que darian qnaato se había mpnester. Las condiciones no fueron gravosas; y tengo mucha satisfacción de 1Q bien que han desempeñado este i6f •oiaígo los subalternos^ Con. $n'ayuda el Tesoro público conserva la iñisMa esenciaTque de aftO; r'«>edio á ¿$ta parte. Estos gastos extraordinarios, inesperados, han sido cubiertos éoiiloí recursos propios á su apHcácion; y ios preparativos de la guerra lio han ocasionaido niimun apuro á la TesO' rcfía, pues aun: qaando en el mismo mes Imbiese sido necesario pagar un semestre dé rentas perpeteas podría haberse hecho. Fué necesario al tnismo tiempo cambiar las disposiciones dadas anteriormente para la distribución de los fondos , y coriducir sin obguna dilación á los puertos y á ios demás puntos los recursos distribuidos en otros Earages. Esta variación hubiera causado^ iOB pocos años'; mucha confusión , y desconcertado las disposiciones generales; pero én el día no sucede eso, y todo se halla corriente con la; duplicación de algunas operaciones eii las oficinas." Es moy natural' que los donativos voluntarios para la guerra del a ñ a i i , y los demás caudales aplicados extraordinariamente á este ramo hayan podido subvenir á las ne¿esidad6s del Tesoro póblicoj - Para pasar á tratar de! año corrientej es oecesario recordar que las sumas aplicadaí á $u servicio ascienden 3700 millones de pesetas. Estas exceden en 80 millones y medio á las ordioacias y extraordinarias del i66 año pasado. QaanóoweoiapArz el seSalaM miento de los gastos del año 12 con la prí* Q>era valuación de los gastos para el a ñ o i i , se encuentra un exceso de t í o millones ymedio que exige el estado; de guenfa so*^ bre el estado de paz. Cerca de 80 millones de este «xceso están repartidos entre el exército y la marina: el KSto sirve para aumentar los fondos reservados á las oegjo^ elaciones de rentas públicas y, i las necesi-/ dades imprevistas.... En los anos siguientes se va á reproducir una nueva necesidad i y. es la aplicación de 10 millones á la caxa d¿ amortización, en virtud de una ley del año 10. Para pagar los gastos del año- IJJ: estimados en 700 millones» se esperan 5 ji; millones de las contribuciones , rentar y' productos corrientes de toda especie, com~ prehendiendo las ofertas hechas por los de»' parlamentos para el año i i y u con mo-» tivo de la guerra. Lo que falta para con>~ pletar la suma total de los gastos, debi^sUf« lirse por diversos cargos extraordinarios, a cuenta que presente el año 13 el Ministro del Tesoro públicorinanifestará las sumas que han entrado ensii poder de fuera de la República. De este género de créditos , según la cuenta que ha dado hace 004 co e! mismo Ministro, entraron en el T6« soro la suma de 23.375.309 pesetas. El producto jera sin duda mucho mayor este E »6gt aáflupor ,h f« wgeiíaciott de aJgwpps paiseí^ y^ otr4$ guq;(s «onocidis, Seme^ptes recpr-, SOS I^a ;putt|)toj4 gobieriio enesudo de fi-n íí»T SUS miras paxa en adelante, bvLScaa4o nuevos nf^jps Mra $ati$|';^i;er jos gastos 4< ú guerra,JLos,aonativos,o^ecidos para los^ a^os 13 y 14 qo se haa aceptado i pero «a su logarse, ha creado uoa nqeva. imposición, sobre las bebidas, y se.haa recargado.loe derechos soWre ^1 tabaco y sokre los acar^ xeos. Las consideraciones siguientes ,hecbai 9I Cuerpo legislativo por el Consejero, de; £stado Cretet ¡iobre la.necesidad de.esta providencia^ son dijgnas de atención. . „De un siglo á esta parte,dice Cfetet, Us naciones;curopeas,baxo el titulo detra? tadojs de pa9 , no hacen mas que unas queras treguas (Conservan en la paz los medios exorbitantes que han empleado durante la guerra. Este estado amenazadot^con que cada pueblo SQ^iresalta á sus vedóos, es elef^c* tosin remedio de una polítiqa9<ega-J-o$coT lores de la prudencia alimenta^), el odio, 1^ ambición y,la:desconílanza.La Europa par rece queesti destinada á ie%ytí.\r mucho tiem< po en medio de estas borraseis; y como no se puede esperar entré la> naciones que la componen un conderto. moderado, se hallan CMidenadas para siempre á los sacri* ^cios c^e exige el mantener una fuerza siempre dispuesta á obrar. La J?rancia y en^ f^ . . . . ríihl con sü'níífeá', rrt c6ri fd'fuéí¿a' iíitrfn-^ sejtia, ni cbb los-'límites ¡vb*ili!rtbS;ÍeñáIacKtó' f OT la naturálskj^i su territórii»; »i con fó jñitíiderafcion dtf'íil gobierntf, íii'éírti'el amor á Ik paz: siempre-se hallará Siípbfestáávef»-' it^úrbzáz t)áxo''í^¡n'stos ptttéiétoi.... Esté estado de cosas indita á la'Frafléia lo q u t debe hacer para fá'paz, y 1» ^tié'debepire-' parar paía Fá guetra: señala laftefeeíidaddé' atenderá sii.^'xéi'cito y á sámatlha :• exige taleí' providencias que, sin alármit suS ve-'' emos, pued'a no tener que t«inef cosa alguna; y como ttJdoi los meditas de fiiérza y; cfó resistencia son-dependientes dé las rentas'públicas, ^a' "»<='<>" debe íltsde luego ejtár prevista de'uriíw/íW4 'detentas de i'íit modo' affigtadi)', ^iie püedir tener en él Irá tHas completa se¿urikadí'' ; > « Seria impredeotéconfiarseeWél recurso "de ,Ios empréstitos, que partCe desterrSdó yá de Ia:snaclottes de Eiffiípa.i Una so-; h ( b Inglaterra)' continúa Víliéhdosed¿ este, medio':fes'WéA rábido que ettá potencia , con respéctirf á'sü pais , ¿$tá'^T.^Íraa-:3 una bancatWá^, y que ttn^ Solo- tnómentcf será suficiente ,f>arS¥6mpers'Cet-feírcuk) dé las ilusiones,en qiié'eiVGüla íú crádito. Asr¿ no eonsiderando I6s empréstitos sino comí unirteJiomuy limitado ymuy inífterto, mi pueden entíar ¿orno parte esencial' 6U el ^ 169 tcftia ^e réiVhft de'hi Francia. Si , no con-', tattdo cort los empréstitos, la nación francesa se entregase á un profundo descuido, si Sé abandonase imprudentemente á las casualidades de l65 íücesos y de la fortuna, se encontraría evidentemente sin otros recursos-para las necesidades qutí sobreviniesen, qire ios de echar nuevos impuestos, ó recargar las contribuciones estaolecidas antiguaíneiife; pero no hay duda > de que si los medios que sé han de osar para este recurso DO se baltart dcántemanoarreglados, se anularían en sus manos sin producir los efectos esperados. Entonces, no permitiendo las necesidades otra elección de medios, veríamos renovaísie las providencias desastrosas de apelnr á los capitales, d las exacciones en especie y d las contribuciones arbitrarias:^%xai resultados ruinosos, })or falta de previsión, pondrían la nación á a orilla del precipicio, precisando su g o bierno á tener una guerra interior , para ponerse en estado de sostener la guerra extrangera. „ D e ló expuesto se concltiye inevitablemente , que tas rentas de la República deben estar constituidas de antemano pata el estado de paz y par-a el estado de f'uerra. Pai<á ^l estado de paz todo se hala establecido: tratando del estado de ¿ilírra, excluiremos el débil reütirso del '7° €stabIec!mietHo de un ahorra^ donde He-r garian á ítcumu^arse los metalas, cuya au-: sencia empobrecerla la circulación, y pondría la miseria pública ^1 piyel de la rique~ 2a del Fisco: este recurso solo,conviene i los Estados, débiles, para quienes eslegí-^ rima una precaución semefante, ó á los gobiernos absolutos, que presagiati con razotí los límites de la violencia, sobre que estaa fundadas suf rentas. También excluiremos el recurso de los empréstitos.: no debe con> fiarse la suerte <le un t»st¿do á ia casuaU» dad de las'. combinaciones del crédito^ quando, sobre todo, e$t«:medio, ademas de sus inconvenientes, se ¿alia tan alterardo en los tiempos en que vivimos. Despreciaremos con energía ia suerte desas~ trosa de recurrir á los capitales, á las exacciones en ejpecie, y á las contribu-v cienes arbitrarias, como.medios destructores. Pero echaremos mano del recurso eficaz de una. constitución df contribticionef ordinarias t '^it^'^: suplementos que exijan las circunstancias; este es el camino mas seguto de conseguir, íondos extraordinarios, sin arruinar ningún género de propiedad , ni á ningún ciudadano nt individuo; y HB gravar las generaciones futuras coq empréstitos acumulados y que viniendo á hacerse insoportables , comprometen el honor de .una nación, coa* «laci^ndbU. á U 3inj^ibil¡da4 4e Mdímirios., , . . .¡ ., CoHthmacián df I libro 2.^ del Código civil. .i ' • ' I TITULO l Y . Dt ida servidumbrts territoriales.. _ ART. 630. La servidumbre es una carta impuesta ^á wna heredad para uso y miidad «k-jun» heredad <)áe pettenece á otropíopietario. •..••... 631. La servidumbre no-establece ninguna preemUiencia dei «na .heredad sobre otra. . i . 632. • Esta <ctimana, ó déla situación na» tnral de los sitios , ó de bsiobligacipnes, impuestas por ik l e y , ó de los conveaios entre los propietarios. :. ? . CAMTDLO PRIMEHO. Df las servidumbres que jprpvienen de I* . situación de tos Tt^g^fes. 633. Las-tierras baxas están sujetas,' con respecto á las que están roas altas, á recibir las aguas que corjren naturalmente, sin que la mano del hombre -haya contúbuido á ello. ^1? . , - . . • - El profMettfId tííferíor ho. po¿dé cons* truir diques que estorben esta corriente. El propietario superior no puede hacer c<$sa' aí^utia qué agi-ave la servidumbre de la heredad inferior. 634. El que' liefíc un Manantial en su heredad, puede hacer el uso que quiera de é l , salvo el'dérechtí que el píOpáeíaTÍó de la heredad inferior podrá haber adquirido pov fítulo p por prescripciofti. ' ' • 635^. La prescripción en este caso no pbéde adqiririrse á0o por un goce no interrumpido , durante el espacio de treinta srflos, contados desde el momento en que d propietario'da h' heredad inferior ha hecno y concluido las obras aparentes, destinadas á' facilitar la caída y el curso d d agria en su ^roj)iedad. ''é^. El propietario del manantial no puede mudar el curso , quarídoeste suministra á los habitantes de un distrito, jurisdicción ó lugar t t agua que necesitan; pero si los h^abitantes no han adquirido ó prescripto d usó de ella, «Ipropietario'puede reclamar una indeiniiizacion que lar ^ x a n los peritos. "657. El que tenga una propiedad á la orilla de una agua corriente'-, no siendo la que está declarada dependiente del dominio; público por el art. 5';i, pnedé servir-se de ella al paso para regar sus tierras. Si esta agna atraviesa por una heredad, el propietario puede usar de ella en el intervalo .<kL;$a-curso poí;éUaí,p€ró coQ la carga de volverla al.s^lk de su heredad, á su cauce ordinario. - 6}dr¡"i Si! se;susciti5 •Ap^, í^leytp entre los proif>ietaÍFÍos á quienes; !es|««| agú;)^ fégrdeaser. ÉtUcs jilos ttibíín«Ks,fallandp\gn ellos, deben conciliar el interés de la agr}cultiicaé^ con clfespeto^liyM^Q.'áila prApiedad ; y eñ. ¡todo caso dejjerán. observaífae los regbmeotos, partic«ilao^: .]f localñ sobre.tl curso ^(uso d«..lafi.agBUS. ) 639/. ^T«oid« propietajti*.puede ob%»r á su vecino at deslinde de sus 'propiedades í J o a t i g o a s . :.:•) i. .'.•••JJ':'-JO'.--I- £l'd¡e$lüuie'' se haceii ^fp<a$as ,49r mulles. .•••:•:': ; ; ; : i ^ • : '.• 1 -640.. • ;E»do{>ropiétario puede cerrar su -heredad K«aivo-.la exceipftto&del ui,,,^^ •de a b a * © . . ; . :.!n . . :rJbi:--^i>:.r. . ••-.'.• 641. El propietario qué quiere ei>«ef'larse pierda $U;dercciy>-á^rep0Kir y á pastar , en propdncion del4«trá00t^e:$ubtff«f. ••J ? •:• ; ¡o: . , i.ix • (i !;ri 174 '•' dlPWtn.o • ' Df ' ' .- •.;. • iat\se¥^idumhrts •'• . f^tletley. ir.- .; i: i; ' T i j . ' i - i - ; ' - - '•^• estabiicidas ''i' 'JÍ- • _ > ' 64Í. Elol^etode lasservidíimbteses-nl)'teci<las poií ley^ e$ la «tttkti^ {$úbtt<ca 6 combay^^ut'wilidád de'lor parti" •ciilares.- - '"•••• ••' '-^ •• .';••'!-' •. ' ^43. 'La$'fes^[i6lec¡dat por imli(kd pd> blka ó coíttUft i-tienen por'objeto'el ca-ftrfno á la «rilhl é e l o s rios'itxr^bler ¿ flotables , 1^ CbAf^^oticionó «reparos de los '«áfliifoos,' -y ;• otfat'obras «Übllcas^'^ del Todo lo concerniente á esta especie de -s<hridtíftb|:é^ «stá'<ktermmadi¿' ^ r leyes ó reglamentos particulares. "' 644. L2'-t0;^i'9U^'ta i^9>propietarios á (diferentes ^btigat^ones de<<iittos. respectb de otros > independientemente detoda coo» -vencion. '? -•••'? í^'''I i • ' - '^445*'. ~Pa«9 d e í s t a s obligaciones está •píWcrSta 'p)9^e^íilMtg&^BBaL'^,•• ;« » Las demás son relativas á la medianería , albañales comunes, los casos en que ha lugar á los estribos , á la abertura de ventanas, sobre la propiedad del vecino, á recibir las aguas que viertea los canelones , y al derecho de paso. '75 ' De la medianería, y de lotalbañales •comunes. "• -y- 'y- • •' i '_ 646. En'las cindade» y én «Icampo, -teda pared que? sirve de StpSrsÜon entre Tédificios, á • eriíf*-patios y jardines, y lo ihísmó laSHíercüs! enlas tiendas ^ se presü•itíe-medianera ,'^'sí ño ha^ tículo'4 señal xíe 'lo cftntrañói''-••-'•••'•'•{>•---• •-••• • 647. :ís''íeflíil de norswr; medianera qaando el extremo superior de la pared «s íeCto y á'pl6«ó'*d<!'«earrarí'qoélpor un la•do-, y fórmü por«l ottro un plano inclinad¿. c! También l(»«s qaando nt>^ hay'mas que •dé 'un lacló' ![lba4í^)lla, ómoas^hileras ó c a dcónes de p!edra puestos «fl ell<t alitiem^po de construirila"pif€d. ' • líi -! ' • < En este cfa«»^ la pared se reputa peitétiecer eyctnstVbmente tt. propietatrío del lado que tíieftfe "la vertiente de las aguáis, "ó los caxeMséliileras despiedra. ' t- 648. La reparación y 1* ^reedificación de la pared medianert se hace'á cosra de •^tckios ios quie^teñían derecho áilla^y pro•porciónalmente «al derechd-de cada uno. ^49. Sin embargo , todo co-propietario de una pared medianera puede excusarse de contribuir á los reparos y á ip reediti'Cá&ion^ abaod&n<kndo ci d«fc¿ho de mi~ 176 dianería, con tal que .la pared medianera no sostenga un edificio que le pertenezca. - 650».. Toítóco-propie^^titvpyedá h^^er construir en una pared'43fdianera , y hacer descansar en ella vigas ó viguetas en todo ,el cspeslarf.'de','U pared j4,54-^il'áwetros (cerca de,í , pulgadas )¡, sjn-.perjuicio,dol 'derecho 4íi«, tiene el yesia¡(>;d« ha<;er,,rft- ducir \» parte de U v^ga^itroducid^ h^t^ •que no- jwiq^ite la mit34,4e;:J;t ,patcd»,,fto caso que él quisiese meter alguna viga ep iclraiíiBfliíwage» ó. siHjjpítlli.^iguiia ^hir m e n e a . ' ;.: !.• ; •; • .ij- o;nj-;>:.', , .-.yni}. - i 6^1, f'Iíídoi.'POTpíopietgfíftipuecle l>ftp^ levantar mas laipa(«d>i^fM»neca} perQ># aolo debítpagar, lo <nae:..$9.g^sre paw le-irantaria.,-.lQ8. wparos par« imaotener .-to^a tía parte cjue supera elcírííoMefitocomu», y ademas la indemntzaqQnrdajJo-qu&.Cfirr -ga por sumayíjr altur*»s«g«n.el valpr. 65Z. oSi la pared in$dÍ4^>I^A P» se h^ , l k e n «átaíio de,soportar.inasi altura,.Q1 que quiere ftU^ria dehe.reedjñíCarla eiitc;rtatnentevá-^su costa, y el.gruesp ó espesor ; excedente debetonursc psr. su- lado, . -i- 65.^. üEl, víícin» que líflM con'ribBÍ<¿^o á que 50 leVapfe mas,,puede adquirir, ia •_ medianería pagando la mitad 4e lo que Ha costado, y .el valor de la mitad del su^lo cedido para el exceso del grueso si le hay. 654. Todo p$op¡eta^rio.^(jae aproyeena ona pared contigua, tiene también la1 faracultad de hacerla medianera en todo ó en parte, pagando al dueño de ella la mitad «le su valor, ó la mitad del valor de la porción que quiere hacer medianera i y la mitad del valor del suelo* sobre qfie está construida. 65 ?. : Uno de los vecinos no puede hacer eii la pared medianera ninguna excavación j-nt iij)licar á ella ó apoyar obra ninguna , sin ei consentimiento del otro, ó sin liabeí, en caso de negarse á ello, hecho fixar por peritos ^ los medios necesarios para que la nueva obra no sea perjudicial á los derecho» del otro. 656. Cada uno puede precisaf á su vecino y «n las ciudades y arrabales, á conrtribuir á la construcción y reparos de la cerca qae separe sus casas, patios y jardi-^ nes, que posean en dichas ciudades y arrabales i ia altura de la pared se señalará según los reglamentos particulares, ó Ids usos conttantes y adoptados; y á falta de Hsos y de reglamentos j toda pared de separación entre veciiios que se construya ó reedifique en adelante j debe tener á lo menos 32 decímetros (diez pies) dealtura, comprehendida la albardilla , en laS'ciudades de 50® almas ó mas, y 26 decímcrros ^ocho pies ) en las otras. 657. Quando hjsi-difcrsntes pisos de una casa pertenecen á diversos propietarios, SI los títulos de propiedad no prescriben el modo de hacer los reparos y reediñcaciones, deberán hacerse del modo siguiente. Las paredes maestras y el tejado deben costearlo todos los propietarios, cada uno á proporción del valor del piso ó quarto que le pertenece. £1 dueño de cada piso hace el en que anda. £1 propietario del primer piso hace la escalera hasta él, el del segundo piso hace la parte de escalera que hay desde «1 primer piso al suyo; y así los demás. 6^8. Quando se reedifica una pared medianera ó una casa, se continúan las servidumbres activas y pasivas con respecto á la nueva pared o á la casa nueva, sia que puedan agravarse, y con tal que la reediñcacion se haga antes de adquirir la prescripción. 6^9. Todas las zanjas que están entre dos heredades se presumen medianeras, si no hay titulo ó señal de lo contrario. 660. Es señal de que no es medianera quando la excavación ó la tierra que se ha sacado se halla en una parte solo de la zanja. , 661. La zanja se reputa que pertenece exclusivamente á aquel que es dueño al 179 del lado hácta 4on>de se halla la tierra que se sacó de elía. 662. La zanja medianera debe mantenerse á costa común. t)6j. Todo seto que separa las hei'edafdes se reputa medianero , á no ser que no haya mas que uaa sola heredad en estado de cerrarse, ó si no hay título ó posesión suficiente para 4o contrario. . 664. Ño se permite plantar árboles corpulentos sino á la distancia prescrita por los reglamentos particulares actualmente existentes, ó por los usos constantes y adoptados; y á falta de reglamentos ?r USOS, á la distancia de dos inetros de la ínea de separación de las dos heredades por árboles corpulentos, y á distancia d i medio metro para los demás árboles y setos vivos. 665. El vecino puede exigir que se arranquen los árboles y setos plantados ^ metior distancia. Si las ramas de los árboles de un vecino se avanzan sobfe }a propiedad del otro, puede este obligar á aquel á que las corte. Si son las raices las que' se e^^ienden ¿ su heredad, tiene derecho en esta de cortarlas por sí. . 666. Los árboles que se encDcntran en el seto medianero son medianeros corno el seto, y cada OAO de los dos propie• » / . tarios tiene derecho de requerir que se corten. § 11. De la distancia y de las obras intermedias que se requieren para poder • hacer ciertas obras. 667. El que hace tm pozo ó una letrina cerca de una pared que sea ó no medianera : El que quiere constmir en ella chimenea ú hogar ^ fragua, horno á hornillo: Apoyar un establo, O establecer pegada á esta pared un almacén de sal, ó cantidad de materias corrosivas. Está obligado á deicar la distancia pres-» crita por los reglamentos y usos particulares sobré estos objetos, ó hacer las obras prescritas por los mismos reglamentos y usos, para evitar todo perjuicio al vecino. De las ventanas 6 vistas hdcia la propiedad del 'Vecitío. 668. Un vecino no puede, sin consentimiento del otro, abrir en la pared medianera ninguna ventana ó aíbertura de qual- i8i qtxicT modo que sea , ni aun claraboya. 669. El propietario de una pared no medianera cercana inmediatamente á una posesión de otro , puede hacer en la pared tragaluces ó ventanas con enrejado de alambre y claraboyas. Estas ventanas deben estar guarnecidas de rejillas de hierro, cuyas mallas tendrán «n decíiiíetro (cerca de 3 pulgadas y 8 líneas) de abertura á lo mas, y de un bastidor en forma de claraboya. . 6jQ. listas ventanas ó tragaluces no pueden hacerse sino á. 26 decímetros (8 pies) de altura del piso ó suelo de la habitación á que se quiere dar luz , si es en el piso ó quarto baxo; y á 19 decímetros (6 pies) de alta»* para los pitos soperiores. 671. No puede haber vistas derechas 6 ventanas p9ta asomarse I ni balcones ú otros aledi;;o« semejantes .sobre la posesión cerrada ó no cerrada de su vecino, si no bay 19 decímetros (6 pies) de distancia entre la pared en donde $e hace , y la re-^ ferida posesión. - . 672. No puede haber vistas de lado ú obliquas sob¥e la misaia posesión, si no hay 6 decímetros (2 p¡«s) de distancia. 673. Ladistancia de que se lia habla-; do en I09 2 artículos precedentes, se cuenta desde la, cara exterior de la pared finque se hace 1^ abertura i,y «ilyty.balcion^s l82 ú otras salidas sémeiantes •desde su línea exterior, iiasta la línea de separación de ambas propiedades. §. IV. ' De las vertientes de las tejados. 674. Todo propietario debe hacer loj tejados de manara que la$ aguaí llovcdiiÉas caygan sobre su terreno ó á la calle pública ; no puede liacef que caygan en la posesión de su vecirio. Del derecho de paso. 67^. El propietario , cuyas posesione» están enclavadas, y q u e no tiene ninguna salida al coMina fútlico, puede pedir paso por las pose^ones de sus vecinos para beneficiar las suyas-, con la carga de indemnizar á proporcioíi el dafio qu# causd á cada urioi ' , ••' • 676. El paso í(kbe regobrrtiéntié darse por el lado paf donde la poíésion enclavada dista menos del camino público. - 677. No ©bstáflte debe darse por el parage en qu» ménbs daño eauSé á la po-i sóGÍon que se ha (le atravesar. - ••••'' - 6-8. La acción i qoe se le indemnice, en el caso previsto en el articulo 679, es prescriptible; y el paso debe continuarse, no obstante que la acción á que se le indemnice ya no sea admisible. CAPITULO 111. De las servidumbres establecidas por el hombre. SECCIOK I. De las diferentes especies de servidumtres qtu pueden establecerse sobre los bienes. 670. Es permitido á lo» propietarios establecer sobre sus propiedades, ó á favor de sus propiedades, las servidumbres que tengan á bien , con tal que los servicios enablecidos no se impongan ni á la persona ni factor de la persona, sino solamente á tina finca y para una ñnca, y con tal que estos servicios no contengan por otrx parte cosa contraria al orden público. El uso y la extensión de las servidumbres establecidas así se prescriben en el t í tulo que las constituye; y á falta de este título por las reglas siguientes. 680. Las servidumbres se establecen, ó i84 puri el aso de los ediñcíos ó para el de las fincas. Las de la primera especie se llaman ur* bañas 4 sea que los edirtcios á qui»nes se deben estén en la ciudad ó en el campo., .' Las de la segunda especie se nombran rurales. .: 681, í-as servidumbres son continuas ó cüsóontfnuas. i.J. Las servidumbres continuas son las que el uso es ó puede ser continuo sin necesidad de acción actual del hombre; tales son los conductos de agua, las vertientes, las vistas, y otras de esta especié* v Las servidumbres discontinuas son las que tienen necesidad de la acción del hombre para exercerse: tales son los derechos de pasó, de sacar agua de un 'pozp j de pastar, y otros semejantes. .. óSi, Las servidumbres son aparentes á no aparentes. Las servidumbres aparentes son las que se anuncian por obras exteriores, aomo son una puerta, una ventana, un aqüeducto. - ' Las servidumbres no aparentes son las que no tienen señal exterior desu existeneía, como por exemplo, la prohibición de' construir en un terreno, ó de no construir mas que hasta cierta altura determinada. : i8í íEtícioií n. Como se establecen las servidumbres. 68j, Las servidumbres continuas y aparentes se adquieren por título » ó por \x posesión de 30 años» I 684. Las servi4uníbre$ continuas no aparentes, y Us serA^idumbres <liscontinuas aparentes d ño aparentes, no pueden esta-' bt($c«rse-siao por títulos. Ni aun la posesión inmemorial basta par» establecerlos; pero no obstante no se podrá disputar en el dia las servidumbres de esta naturaleza adquiridas, ya por la posesión , en los países en que jodian adquirirse de esta manera. 685. El destino del padre de familia equivale á jin título con respecto á las servidumbres continuas y aparentes. 686. Ño bay destino del padre de familia sino quaúdo se ha probado que las d^sñncasjiactuiílmente divididas,' perteñeúúton al mismo propietario , y que por el e$:por quien las cosas se han puesto en el estado de que resulte la servidumbre. ;: 687. Si él propietario <Je dos posesioQjes entre quienes existe una señal aparente) de servidumbre, dispone de: una de las p0> sesiones, sin.qHfi'el contrato contenga nin-, gun convenio relativo á la servidumbre^ 186 continúa, existiendo activamente o pasivamente , á favor de la finca enagenada ó en la. finca enagenada. 688. El título constitutivo de la servidumbre, coB respecto á las que no pueden adquirirse por h prescripción, no pued& reemplazarse sino por un título que recoaozca la servidumbre í y que dimane del propierario <ie la tinca que paga la servidumbre. ", 689. Quando se establece una servidumbre ferepirta que nno puede conceder todo lo ^ue e& necesario pai'a usar de ella. Así la servidumbre de traer agua de l i fuente de otro lleva consigo necesariameate el derecbo'de paso. ! 'sEccio« iir. e los dírechos del propietario la finca á quien se debe I» " servidumbre, d« 690. El que le pertehece una serrl— dumbre tiene derecho de hacer todas las obras necesarias para usar de eHá y con» servarla. • . • • • . . ? ' ': • 691. Estas obras deben hacerse á su costa , y no:4 la del propietario de la íincx sometida, i menos que el título del establecimiemo'de la servidumbre diga \o contrario. ;. . 692. Aan en caso en i^tíe el propíetatio de la finca sometida está obligado por el título i haeér á su costa lis obras nécerias para uso ó ta conseryidumbre, puéáe libertarse dé U' carga, dexando la ñncasometida al propietario de la ñoca á quieft se debe la servidiMnbre. 693. Si la herencia por quien la servidumbre Se üa establecido llega á dividirse, la servidumbre se debe por cada porción, sin que por eso se haga de peor condición la finca sometida. Así por exemplo, si se-trata del paso, todos los co-propietarios tendrán obligadon de valerse de él por el mismo parage. 694. El'propietario de la finca, deudor de la íeívidümbre, nO puede haceir cosa ninguna que se dirija á disminuir el USO de ella ó á hacerla mas incómoda. - Así no-puede mudar eP estado de los luga reí , ni transportar el exercicio de la servidumbre á otro sitio difeí^nte del que &e primiti«ainente asignado. Pero no obstante, si esta asignación primitiva sé-ha hecho mas onérbSa al propieítario de la finca sometida, ó si le impide nacer reparos ventajosos en ella podri ofíecer al propiétairio de la otra finca, tín íitio'igualmente cómodo para el exercicio dé sus derechos, y este no podrá reusarlo. 69J. Per su-parte el que tiene un de- i9i recho de servldombre no puede usar de él sino como prescribe su título, sin innovar cosa alguna ni en la finca que debe la servidumbre, ni en la finca á qoien esta so debe, que pueda hacer peor la. condición del primero. SECCIÓN IV. Como Sí extinguen las servidumbres. 696. Las servidumbres cesan quando las cosas llegan á tal estado que no se pue* de hacer uso de ellas. . 6 9 7 . Reviven, si las COJÍIS se restahk^ cen de manera que se pueda'o usar; á mé~, oos que no se haya pasado ya un espacio de tiempo suficiente para hacer presumiir la extinción de la servidumbre* asi CQino se dirá en el artículo 700. ' ,;, . ^-o ; 698. Toda servidumbre se extingue qpando la iinca á quien se,debe, y la quQ ü debe se reúnen en una misma mano. 699. La servidumbre sfr extingue por el no uso durante 30 años. . 700. Los 30 años empiezan á correr, según las diyersas especies de servidum-' bres, 6 desde el dia en que se cesa^ d4 usarla quando se trata de servidumbres dis^ continuas, ó desde el día ^n que se haca ua acto contrario á la servidumbre , qua^:^ do se trata de servidumbres cootinu^^s. Í 189 yol. El modo de la servidumbre puede prescribirse como la servidumbre misma, y de la misma manera. 702. Si la herencia, á cuyo favor está establecida la servidumbre pertenece á muchos, pro indiviso, el goce del uno impide la prescripción con respecto á todos. 703. Si entre los co-propietarios se halla uno contra quien la prescripción no ha podido correr como un menor , habrá conservado este el derecho de todos los demás. ESPASA. Real Provisión de los Señores del Consejo , por la qaal se permite á los ganaderos y carreteros el disfrute de lot fastos comunes que se hayan acotado y adehesado, como arbitrio para la cotaribucion del subsidio extraordinario de los 300 millones. Don Carlos por la gracia de Dios Scc. A todos los Corregidores, Asistente, Intendentes , Gobernadores, y demás Jueces y Justicias, Ministros y personas de todas las Ciudades, Villas y Lnga^-es de estos nuestros Reynos y Señoríos, á quien lo contenido en €Sta nuestra Carta tocare en qualquiera manera, salad y gracia; SABED: Que 190 para facilitar el apronto de los 300 tnillones repartidos al Reyno en el año de 1800 por via de subsidio extraordinario para atenderá las urgentísimas necesidades del Estado, tuvimos á bien permitir y autorizar á los Pueblos cuyos Propios no tuviesen caudales para satisfacer la parte que se les repartió, á firt de que propusiesen arbitrios, y entre estos los de vender, romper, acotar y arrendar los baldíos y pastos comunes y dehesad concejiles. Con este motivo se hkieron recursos al nuestro Consejo por el honrado Concejo de la Mesta y por la Real Caba^ ña de Carreteros, reclamando los perjuicios que se les originarían en la concesión de dichos arbitrios; y teniendo presente lo que en el asunto expusieron nuestros Fiscales, por auto de 23 de Febrero de i8ot acordó el nuestro Consejo que hasta que los Pueblos pagasen y satisfaciesen la quota de los 300 millones que les estaba repartida, no se hiciese novedad en los acotamientos executados con el expresado objeto; con prevención de que si los Ganaderos ó Carreteros quisiesen disfrutar también los terrenos acotados, pudiesen igualmente hacerlo, pagando lo que les correspondiese por su disfrute como los demás vecinos. En este estado, con^derando el nuestro Consejo que la permisión de estos arbitrios solo ha servido de capa para bene- 191 ficiar los poderosos con ruina de los pobres Ganaderos y Carreteros; que las ventas, aqotados, rompirnientos y arrendamientos de pastos comunes y adehesados han recaído en los ricos por el precio y tiempo que han querido , convirtiéndose estos arbitrios en un desorden general y en la destrucción de la Cabana y Carretería, con un perjuicio trascendental muy considerable, por Decreto de 7 del presente mes se acordó expedir esta nuestra Carta. Por la qual os mandamos dispongáis lo conveniente , para que pagando los Ganaderos y Girreteros á las personas en cuyo favor se hayan hecho los remates de acotados y adehesados de pastos comunes« como ar-^ ¿itrio para la expresada contribución, la parte correspondiente al precio del remate y tiempo que faltase, se les permita disfrutar de ellos, sin dar lugar á quejas ni recursos. Que así es nuestra voluntad; y que al traslado impreso de esta nuestra Carta , de que se ha de tomar razón en la Contaduría general de Propios y Arbitrios del K e y n o , firmado de Don Bartolomé Muñoz de Torres, nuestro Secretario, Escribano de Cámara mas antiguo y de Gobierno del nuestro Consejo, se le dé la misma fe y crédito que á su original. Dada en Madrid á 8 de Febrero de 1804 &c. 192 Real Cédula de S. M,y Señores del Cmtsejo, declarando que hs Jueces Ecle^ íidsíicos solo deben entendí r en la: causas de divorcio, sin mezclarte con fretexto alguno en lat temporaies f profanas sobre alimentos, litis expensas 6 restitución de dotes que corftfe-^ ten d los Magistrados seculares, 0 o n Garlos por U gracia de Dios &rc. A los del mi Consejo &c. SABBD» Que de resultas de cierta cansa de divorcio se* guida en el Tribunal eclesiástico de Lima^ que declaró el divorcio, y extendió su sen-' tencia á la restitución del dote, gananciales y alimentos, y con motivo da lo que sobre este asunto hizo presente á mi augusto Padre el Consejo pleno de Indias, tuvo á bien mandar expedir Real Cédula < que se comunicó á aquellos dominios en 22 de Marzo de 1787, declarando que 4o5 Jueces eclesiásticos solo deben emendet en Tas causas de divorcio, sin mezclarse con pretexto alguno en las temporales y profanas sobre alimonios, litis expensas ó restitución de dotes, como propiafs y privativas de los Magistrados seculares, á quienes incumbe la formación de sus respectivos procesos; y á este fin resolvió igualmente que ofreciéndose semejantes 193 alnntos temporaUs « duCantei Ufi !causas «slesiisticas, se abstengan los, ¡Rrebdos y sus Provisores de su conoc.iiniéntPY y laj remitan sin dctencipn á las Justii(;U$j]^éales qjjítJas substaocJen y determirienjbmve y suxnariamente Kgun su naturál^zaí ^ p este ^tado recurrió, .al mi Consejo;jjn.'.vecíuo <¡e Madrid , y expuso que eir losiaitfbs. de ilivjor9io <jue seg1l.ia.3nte el Tijofertía^ ÍVÍT caria eclesiástico de esta vilja-^abia, pro-' cedido..este á la^sigtiacioade aliitu^itos y litis expensas,'i.su jDUger, y íe le-^bmpelia al pago dei.b. cantidad aftigoada.» implorando el Real «.¡uxilio ctíatrA la ,foer?5acniiConocepy;,proceder. Enteíado d mi Gónsejio de este returao, y de.lQ.^uc ver-r Jbalmente mantfesjóimi. Fiscal,, tqmó sobre ¿I .la providencia, «jue estimó, justa Ly me bizo'preserve^ ^li.OQnsulta de ^-ijdfi'Enero úJtJmQ, seria cotíyeniente qud lo dispuesto for mi augusto. Padfe ea la xeférjdá Real Cádula de 2i d«i Hirj^o.ás'iJ^-] f>e mandase observar espresaroente en España, para evitar dudas y f.t;BBrsos, y..para que la práctica de los Tribunales de todos mis dominios fuese unifojfme en esta parte: y por mi Real resolución á la expresada .consulta , que fuá publi.cada en 28 de Febrero próximo, he tenido á bien confórm.armc con el parecer del rni Consejo ^ y en su conseqüencia lexpedir. esta mi Cédula. Por 194 U qual os mando á todo? y cada nno ds vos en vuestros respectivos lugares, distritos y jurisdicciones, veáis lo prevenido y dispuetto en la Real Cédula de 22 de Marzo :de 1787, de qtie va hecha relarcion,y lo guardéis, cumplais^y executás^ T hagáis guardar , cumplir y executar en o que respectivamente os corresponde. Y encargo á los M, RR. Arzobispos» RR* Obispos, y demaá Prelados que exercen jurisdicción veré nullius^ sus Provisoiresj "Vicarios y Fiscales que en los casos que ocurran se arreglen puntualmente á está mi Real resolución , sin contravenirla r ni permitir se contravenga en manera alguna> dando para su exacta observancia las órdenes y providencias que estimen oportu* ñas; que así es mi voltiAtad: y que al traslado impreso de esta mi Cédula, ñrmado d« Don Bartolomé Mañoz de Torres, mi Secretario , Escribano de Cámara mas antiguo y de Gobierno del mi Consejo, se 1* dé la misma fe y crédito qoe á su originad Dada en Aran juez á 18 de Marzo de i BO4>S YO EL REY.= Yo Don Juan Ignacio de Ayestaran, Secretario del Rey nuestro Señor , lo hice escribir por su mandado &c. Por el Ministerio de Hacienda se ha comudicado á los Consulados, con fecha de 17 de Abril, la Real orden siguiente: A los Intendentes y Subdelegados de Í Rentas les digo con esta fechíi lo siguiente: ,,Sin embargo de que la muestra de la co.seclia del presente año es muy lisonjera, y aparta los miedos de la escasez que se ha experimentado con la cortedad de la del año último; considerando el Rey los ningunos ó muy reducidos repuestos que quedarán en el presente año, y deseando facilitar por todos medios el abundante surtido del Reyno, se ha servido ampliar la exención de derechos concedida por Real orden de 18 de Agosto del año próximo pasado para la entrada de los granos y semillas extrangeras hasta el mes de Junio del año de 1805. Y de Real orden lo comunico á V» para su gobierno y cumplimiento en la parte que Te toque; esperando que á so tiempo me dará V . razón de la cosecha de esa provincia, con su informe acerca de so abundancia ó escasez, con respecto al consumo, para hacerlo presente á S. M. y acordar las demás providencias que estime oportunas. Dios guarde á V . muchos años. Aranjuez 17 de Abril de 1804." Y lo traslado á V . SS. para noticia del comercio , y para que me remitan razones iguales á las que pido á los referidos Ministros. Dios guarde &c. Otra con fecha de tg del mismo. » AI Subdelegado de Rentas de Cádiz le digo con esta fecha lo que sigue» ** Enterado eX N 2 396 R e y de las dadas propuestas por V . S. eft representación de 16 de Diciembre próximo , se ha servido declarar : i.° Que la Real cédula de la Compañía de Filipinas, •que prescribe la venta á esta de los géneros de algodón, se entienda con los comisos ; no debiendo venderse al por mayor á los particulares, conforme á lo prevenido en la Real orden de 6 de Noviembre de 1803. 2." Que con arreglo al capítulo 57 de la misma cédula se venderán á la Compañía los géneros de algodón de comiso por ajuste; y en caso de no componerse se sacarán á pública almoneda, en la que tendrá también la prefereneia. 3.° Que la Real órdende 18 de Noviembre de 1803 no d e roga el privile^o de la Compañía , sino que declara el modo de proceder en la venta de los algodones quando esta no los quisiere adquirir. 4.° Que dicho privilegio no señala unu venta exclusiva á la Compañía, pues que si no ofreciere el precio justo por los comisos se deben de sacar á la almoneda. 5.° Que siendo el privilegio concedido á la Compañía general con el fin de concentrar en una mano los algodones comisados y evitar los fraudes, á ella se d e ben de vender todos, inclusas las panas, las zarazas y las medias, siempre que las quiera comprar. 6." Que la Compañía en fuerza de una Real drden se ha allanadoi 197 vender á la metíndá los géríertís que comprare de los comisos, y nunca al por mayor , con lo qual se evitarán los fraudes que V. S. rezela. 7.° Que S. M^ no halla razoa fundada para aumentar el número de d e >endientes en esa aduana para que realicen a venta de los comisos á la menuda. 8.° Que tampoco juzga fundado el rezelo que V . S. tiene de que vendidos á la menuda no se hayan de ver jamas concluidas las causas. 9»° Y últimamente, para cortar de una vez reclamaciones y perjuicios, es la voluntad del Rey que todos los particulares que hayan comprado géneros de algodón al por mayor, bien sean de comisos vendidos en la Aduana, ó procedentes de la comisión de D. Manuel Campana, los vendan desde luego á la Compañía de Filipinas; y si no les acomodase los extraigan á América dentro de un mes, contado desde la publicación de esta orden: bien entendido que se procederá según las leyes del contrabando contra todos aquellos á quienes se hallaren los mencionados efectos pasado el plazo; sin que les sirva de dis' culpa el decir que proceden de dichas ventas. Y de Real orden lo comunico á V . S. para su cumplimiento , y de la misma le cncarco el mas estrecho de las comunicadas sobre la materia." Y lo traslado á V . &c." Otra con fecha de _T0 del mismo. „ AI } T98 Intendente de Cataluña lé digo con esta fecha lo siguiente; „ Enterado el Rey del aumento que toma la fabricación é hilado de algodón , y convencido de la utilidad que de ello se sigue al estado , así como de lo mucho que interesa á este el progreso de una indostria tan digna de fomento en un reyno como España, en donde es propia la materia primera ; no solo ha desestimado como ruinosas algunas solicitudes relativas á la introducción del algodón hilado extraneero, sino que en uso de su soberana autoridad , y por efecto del cuidado paternal que le merecen las clases útiles, se ha servido mandar que se observe con el mayor rigor la prohibición, sin que se varíe en cosa alguna lo dispuesto en la Real cédula de 20 de Setiembre de i 8 o i , referente á las antiguas Reales determinaciones que se acordaron y publicaron al propio fin: hallándose á mas dispuesto S. M. á tomar quantas providencias parezcan oportunas para llevarla á efecto , y ofreciendo dis-. pensar á lasfilaturasy á las fábricas de altoda su protección , y quantos auxifyiosjcdon necesiten para su mayor prosperidad. de Real orden lo comunico á V.S.para que lo haga saber á los fabricantes de ese rincipado, y disponga su cumplimiento. >ios guarde á V . S. muchos años. Aranjuez 20 de Abril de 1804." Y lo traslado á E '99 V . S. de Real orden para el propio efecto, faaciendo circular esta soberana resolución á los fabricantes de esa provincia, á fin de que se estimulen en el adelantamiento de ua ramo tan precioso y tan digno de sus especulaciones. Dios guarde &c.** Por Escribanía de Cámara y de Gobierno del Consejo Real se ha comunicado con fecha de 14 de Abril la circular siguiente : » Con fecha de 6 de Marzo de 1802 se comunicó circularmente la resolución t o mada por S. M. 3 consulta del Consejo, en que tuvo á bien abolir la costumbre que habia gobernado hasta entonces en la ciudad de Córdoba de que las mugeres casadas no tuviesen parte en los bienes ganapciaies adquiridos durante el matrimonio, y mandar que la ley general de la participación de las ganancias en los matrimonios fuese extensiva á las mugeres de todo aquel reyno, según y como se practica en los de Castilla y Leon.__De resultas de esto se ocurrió a S. M. manifestando las dudas y pleytos que podían suscitarse sobre la inteligencia de dicha resolución, y pidiendo se sirviese declarar si la participación de ganancias á las mugeres cordobesas debia entenderse solo en los matrimonios celebra* dos después de su circulación; si era exten•iva á los contraídos en tiempo en que se 20Ó hallaban prívaJas de este beneficio; ósieií este caso deberían ser propias del marido las ganancias habidas hasta el tiempo en que $e puMicó ia ley , y partibles desde esta época liasta el dia de la disolución del matrimonio Esta representación se remkid de orden del Rey al Consejo para que expusiese $U dictamen; y habiéndolo execntado en coflsulta de 17 de-Dioítmbre del año próximo con inteligencia de lo pro<uesto poir los tres Sefióres Fiscales, por Leal resolución á ella , que fué publicada en 12 de Enero último , conformándose S. M. coo"el'parecer del Consejo , y teíniendo presente que la expresada Real determinación no es derogatoria de alguna l e y , fuero á Costumbre racional anterior, sino declaratoria de un derecho de que solo han estado privadas las mogeres cordobé-, sas por una Supuesta costumbre, ó mas biei* pernicioso abuso^ se ha servido declararqne comprehende, no solo los matrimonios contraidos después del 28 de Mayo de i8ot* én que se publicd en el Consejo ¿ sino también todos los celebrados antes de aqueí dia, y qpe'subsistian enél? pero'con exclusión de losijné se hubieien disuelto ántesde aquella época, por evitar los inconvenientes que pródociria la extenjion á ellos.— Lo que participo á V . ¡Scc." Otr^ dt 14 de Abril. Habiéndose sus- E 20t citado varias dudas en razón de st debía áíno considerarse útil para el pago de los ré. ditos de vales el día 29 de Febrero, con-> sultd el Consejo á S. M. lo que sobre elparticular le propuso la Comisión gubernativa de Consolidación de vales: y por; su Real resolución, conforme al parecer del Consejo , se ha servido declarar suprimido por punto general el dia 29 de F e brero en los años bisiestos, incluso el del presente, para el pago de los réditos de vales. Publicada en el Consejo dicha Real resolución en 5 de este mes, ha acordado SU cumplimiento, y que se comunique &c. Otra de 14 del mismo. A consulta del Consejo de las Ordenes Militares se sirvió el Rey resolver que á ningún caballero de orden, de qualquier condición que sea, se le pueda conferir el sacramento del Matrimonio sin que acredite por escrito la licencia de dicho Consejo. Comunicada circularmente á los Prelados del Reyno esta Real determinación en 9 de Enero último, se propuso al Consejo la duda de si en la generalidad de caballeros se comprehenden los de la Real distinguida orden espa-ñela de Carlos i i i ; y habiendo consultado el Consejo al Rey con este motivo lo> que estimó conveniente en el asunto, por su Real resolución, que ha sido publicada en 4 del presente mes, conformándose 3loa Si M. con el parecer det Consejo, se ha Sírvido declarar que los caballeros de la expresada Real orden de Carlos iii no deben quedar sujetos á obtener la licencia del Consejo de lasrOrdenes Militares, respecto de que este Tribunal no tiene jurisdicción alguna sobre ellos, ni por él se examinan ni aprueban las justificaciones de bonor, nobleza y limpieza de los sugetos 4ue obtienen la gracia de S. M.: y al mismo tiempo ha resuelto que á ninguno de los caballeros de dicha Real orden se le pueda conferir el matrimonio sin que haga constar haber obtenido el permiso de I2 Asamblea de la misma. Lo participo &c. Otra con fecha de 2Sdel mismo. Los funestos efectos que ha producido siempre el abuso de enterrar los cadáveres en las iglesias, se han comprobado con mucha especialidad en los años próximos y en el presente , en que afligidas las mas de las provincias del reyno, y muy señaladamente las de las dos Castillas, con enfermedades malignas, han experimentado un lastimoso estrago, que apenas han bastado á contener el incesante desvelo y auxilios de S. M . , y las oportunas providencias del Consejo. El paternal amor que tiene S. M. á sus vasallos movió su Real ánimo á encargar á este supremo tribunal en el año de 1799 tomas» en consideración auevamente este impor- 503 tantísimo asunto con respecto á Madrid, sin embargo de lo qu^ estaba determinado generalmente por su augusto F'adre en la Real cédula de3 de Abril de 1787, y se ocupase seriamente y con la mayor brevedad en proponer medios sencillos para establecer Ibera de sus muros cementerios en que indistintamente se hubiesen de enterrar los cadáveres de toda clase de personas. Sucesos posteriores demasiadamente lamentables liaa convencido de las benéficas ideas de S. M., aun á los que por una adhesión poco reflexiva á toda costumbre estuvieron entonces mas distantes de conocer su imortancia > pues han sido muchos los puelos que, viendo fomentarse rápidamente Jas enfermedades en su recinto, y no pudiendo dudar que llegarían á causar su total desolación, si no adoptaban como una de las medidas mas esenciales la de suspender los enterramientos en las iglesias, la han abrazado espontáneamente, disponiendo se hiciesen en parages ventilados y distantes de poblado; bien que con dos mcon» venientes gravísimos, porque ni esta tardía providencia podia remediar .los males que nabia causado ya el ayre infestado de lar iglesias, ni podían observarse en su execucion el decoro y religiosidad con que corresponde sean tratados los cadáveres de los fieles, por no t>ermitirlo la urgencia de las Í 2X>4 arcunstancías i y la falta de disposiciones' anticipadas. Concurre ademas otro motivo eficacísimo para el religioso corazón de S. M . , y es la consideración del respeto y veneración debidos á la casa de Dios, que habiendo de ser, aun en lo externo, los lugares mas puros, se miraa convertidos por un trastorno lamentable de ideas en unos depósitos de podredumbre y c o r r u p ción , sin que hayan bastado á" evitar esta profanación ni las repetidas sanciones canónicas que la han prohibido, y el dolor con que la ha tolerado la Iglesia, ni el ver que es causa deque , retrayéndose muchos de losfielesde freqüentar los templos , que son los lugaresdesrinadosespeciálísimamente para sus ruegos, se debiliten sucesivamente los sentimientos y actos de piedad y religión, ó de que á ío menos prefieran la concurrencia á las iglesias en que son menos comunes los enterramientos, dexando casi abandonadas las parroquiales, con grave ofensa de la disciplina eclesiástica, y mengua de la instrucción que deben recibir de sus pastores. Una providencia dirigida á los dos objetos, que llaman mas principalmente la atención de ¿1, y que interesan mas al público, el respeto á la religión, Ír la conservación de la salud de sus vasalos, no puede dexar de ocupar incesantemente los desvelos de S. M. y de su coo- 20f sejo, mayormente al consideíat que se aumentan progresiva y rápidamente los males que dimanail de la diiacifo^ que se experimenta en su execucion , y que p u e ^ veriricarse esta 6ia alteración substancial en el sistema actual.'de funerales y sufragios. Para activarla én todo el reyno icón la eficacia que corresponde á su importancia, ;Se ha servido S. M. resolver , á consulta del Consejo, que se nombren por el Excmo. Señor Gobernador, Conde dé Montarco, los Señores Ministros del mismo, á cuyo cargo haya.de-correr jespectivamente en los obispados que se les señalen, para qae acordando pOr sí las providencias que con-sideren mas coaducentes , según las cir!.cunstancias. de cada pueblo, y sin iiecesír.dad de acudir al Consejo, fuera de los casos en que lo- conceptúen conveniente .por su gravedadi se simplilique aquella, y se logre el mas. pronto y cumplido efecto .&c. 4o6 PARTE LITERARIA. Derecho marítimo, J N oticia de la obra intitulada Institución al Derecho Marítimo ^ obra que tiene por basa la Ordenanza de t 6 8 i , á la que se . han adoptado las leyes del antiguo y nuevo régimen , .con reflexiones fundadas en autoridades respetables, particalarmente de .Emerigon, Valin y Pothier; con fórmulas y diferentes actos, cuentas y nuevas instrucciones sobre el curso marítimo por Bouther volum. en 4° Hay la diferencia entre las leyes civiles y de policía» y las que tienen por objeto el mar y Ja navegación, que las primeras son tan antiguas como la sociedad, la qual no podia existir sin ellas, en lugar que las segundas suponen el estado de civilización de comercio y de riquezas adquiridas. Así se nota que las leyes marítimas de los antiguos pueblos , tienen su fecha desde el tiempo que eran poderosos. Desde este momento solo principiaron í ser útiles, porque antes no habia objeto ni medios para ponerlas en execucion. No nos han quedado mas que fragmentos poco considerables de las leyes marítimas de los antiguos, sin embargo de que los tyrios, fenicios y cartagineses 40y debieron de tener las suyas; porqne eítdt pueblos tenian navegación, comercití y posesiones que pedían aqueHa legislaci«a positiva que señalase los derechos respectivos , y la policía entre ios tnarineros-)i les comerciantes y el gobierno. Pero otra» na-^ clones marítimas no conocieron en mubho tiempo mas derecho que el de la fuerza, como nota Thucídides hablando de lc« riegos I pues dice que hasta la guerra d d eloponeso no habia otro derecho márítítno que el de la piratería. Sin embargo el mucho comercio que hacían con sos Colonias, y las guerras marítimas que tuvieron , les manifestaron la necesidad dé lis leyes, tanto para la policía de sus esquadras como para la seguridad de sus armá-idores y de sus aliados. Mas con toda no ha llegado á nosotros mas que una corta luz de su legislación marítima, porque los escritores antiguos no solo ñola citan c o mo un modelo, sino que no hablan de ella. Los rhodios han conseguido justa celebridad en el particular; y parece que tarabien fueren los primeros que sujetaron el comercio del mar á leyes regulares, y establecioron un derecho púbfico sobre este punto. Por esta razón el código de este pueblo sabio, rico y poderoso ha servido mucho tiempo de regla á los demás , y aun en «1 dia muchas de las disposiciones que nos f XSiUn íou miradas como otras tantas má^ímals enmatcria;de jurisprudencia maríti* fi>i\ Su influencia sobre el comercio de los •^ti^oi., y de las otras naciones marítimas ^ Uí antigüedad, ha sido sabiamente ma« Jiifestada por uno de nuestros escritores ^istíoguidosrMfi Pastoret, en uñad ¡serta* ^Qjpn, que fué premiada por b ' Academia jdelaslnscripoioriesy BellasLetras en t784i ¿ p s , rhpdios., colocados en situacipn venjt^kjosa , enlazados sus intereses con Jas ciujdades.comerciantes del Mediterráneo, go-» ¿abdamas tranquilidad que. los estados de 1%- Grecia, pudieron dar cierta perfeccioa Áiesfa parte legislativa. . , Las le^fs de los rhodios no lian alcanzado á nuestros días, porque no d e jben confundirse con una compilación incierta , publicada con este, título, cuyo ¡origen parece no puede señalarse mas allá jde la edad media, y trae conisigo un carác ter bjistante evidente de süposicbn. Algunos ^tros pretenden rtarobien que las.leyes de Jos rhodios noesjstian ya quando el Emperador Justiniano publicó;su,código, y que la ley V^. ad ¡«¿emrhodidrtí de jactu, po.es mas que tina reunión de dictámenes publicados anteriormente por los jurisconsultos sobre las antiguas leyes de Rhodas. Justiniano es el primero que publicó entre los romanos ciertas disposiciones r e - 209 lativas á la mar. Este ramo de la legislación no habia sido recopilado antes de este Emperador. Pero lo poco ^ue contiene esti confuso, obscuro y diminuto; y lo mismo se puede decir de lo que se encuentra de las £asíli~ cas publicadas 300 años después por los Emperadores Basilio y León V I . Estas últimas, aunque mas inteligibles que las de Justiniano, no suponen sino un comercio limitado de la parte de los que las hicieron. Sin embargo sirvieron de código á los griegos de Constantinopla hasta la ruina de esta ciudad por los turcos en 1453. Después de estas pocas leyes griegas y romanas sobre el comercio y la navegación, las mas célebres son las que se conocen coa el nombre de Consulado del mar. No se sabe positivamente en que tiempo se hizo esta compilación, y á qut pueblo se le debe (*); pero Mr. Azuni establece que fué publicada acia mitad de 1 siglo XI, y que es obra de los písanos, cuya navegación y comercio era á la sazón muy floreciente. Luego que se publicó vino á establecerse como derecho común de (*') Léase sobre este punto , y la autoridad de Azuni, la nota hístÓTtco-crítica alfinde «s* le extracto. O aro la mar, principalmente en el Mediterráneo. Era diñcil entonces formar un código mas regular y mas útil, ni una guia mas segura para los navegantes y comerciantes á pesar de sus imperfecciones. £1 comercio marítimo estaba á la sazón casi CKclusivamente concentrado en algunas plazas de Italia y de España. Los amalntanost pueblo de la Calabria que hacían mucho comercio, publicaron también algún tiempo después que los de Fisa, un código maritimo con el título de Tablas amaífitanas, que no se encuentran en el día, y solo las conocemos por lo que nos dicen los historiadores. Después se publicaron las leyes de Oleron, recopiladas por orden de la Reyna Eleonor, Princesa de Guienna, á la vuelta de su viage á la Tierra Santa. Esta os una colección de diferentes juicios pronunciados sobre hechos del comercio marítimo en los puertos de sus estados. Es- ta colección de jurisprudencia marítima tuvo buena acogida, la que se aumentó después con muchas determinaciones, y obtuvo fuerza de ley en Inglaterra en el rey nado de Ricardo I . , hijo de la Duquesa Eleonor. Las leyes marítimas de que acabamos de hablar, tuvieron su origen en el mediodía de la Europa; pero las ciudades dsl 211 norte , Guyo comercio se extendía al Báltico y al mar de Alemania, hicieron otras «emejantes, coa corta diferencia, á tiempo de renacer el comercio en estos paises. Los negociantes de Wisbuy en Suecia, hicieron una colección de las decisiones y usos seguidos en aquella plaza, entonces muy concurrida, y la dieron el nombre de Ordenanzas de Wisbuy. Fueron adoptadas por la Dinamarca, la Suecia, la Norwe-^ g a , y tuvieron la misma autoridad en el norte que el Constdado de mar y el Roí de Oleran eo el mediodía. La confederación de las ciudades anseáticas, Lubeck, Bremen, Dantzik, Hamburgo, Colonia. & c . , que tuvo principio hacia 1164, tuvieron también su derecho marítimo, que fue acordado en una Asam^ blea general en Lubeck en i j j j i . Las disposiciones fueron examinadas en otra nueva Asamblea en 1614, y se publicaron juntas con el título de Juhansenticum maritimum, traducidas algún tiempo después al fíances por Clairac, baxo el nombre de usos y costumbres de la Mar. Los franceses, cuya marina ha tenido épocas muy brillantes en casi todos los reynados , fueron mas tardos en hacer leyes para arreglar la policía y la ¡urispruden-k cía. En los capitulares de Cario Magno no te hallan sino algunos reglamentos sobre Ja Oa 212 uardía de las costas; aanque este gran ríncipe no abandonó ninguna vez las partes de la administración de su vasto imperio. Antes de la ordenanza de Carlos vr, en 1400 , nada teníamos sobre las leyes marítimas. Desde esta ¿poca hasta Francisco I no se encuentra mas que una ordenanza corta de 1480. Tenemos dos de este último Príncipe: la una de 1517 > y la otra de 1543, ambas en favor de los Almirantes Trimouille y Annebault. Henrique iii f>ubIic(5otra en 1584 casi semejante, á soícitud del Almirante Joyeuse. Todas estas ordenanzas tenian por o b jeto inmediato mas bien los intereses y derechos de los Almirantes, que los del c o mercio y la navegación; de manera que ú se exceptúan algunos estatutos municipales, publicados en el siglo xiii por la ciudad « e Marstlla, estaba el derecho marítimo de los franceses casi todo en el código de los extrangeros. Xuis xTvquiso, elevando su marina al grado de esplendor á que habia llegado su reyno, establecer los fundamentos sobre un código de leyes sabias y regulares. Después de haber atraído á sí quantos hombres instruidos habia en Francia en el comercio y la navegación , formó-una comisión, que iktializó las antiguas ordenanzas, reconoció los f egiamentos de otros pueblos sobre la f marina y la navegación, sujet<$ al exámea de los miembros de sus Consejos , al de los ' irísconsoltos, y al de comisionados nomrados expresamente , todos los artículos que podrían entrar en el código marítimo; en fin, consiguió formar la ordenanza de 1681 sobre la marina mercante y el comercio de la mar, despees de haber dado la de 1669 sobre el arreglo de la milicia de so casa, y el régimen y la organización de I09 arsenales. Apenas se pablicó la ordenanza de i6St, qnando todos los pueblos comerciantes la tomaron por guia, y corrigiéron sus leyes marítimas por ella: formó y forma ann el derecho común de la Europa, casi en todo lo que constituye la Jurisprudencia maríti-i ma: razón por la qual se debe mirar con circunspecaon qualquier innovación que se quiera nacer de esta ley. Tenemos muchos comentarios franceses que son en sí propios obras magistrales de sabiduría y de erudición; tales son los de Velin, de Emerigon y de Potier en que se ha hablado, sobre todo de los contratos marítimos, con mucha profundidad; pero tal vez demasiado semejante á los actos del derecho civil privado. A pesar de la perfección de las obras que hemos nombrado, las circunstancias de la revolución, algunas mudanzas hechas en E ÍI4 nuestro derecho públfcointerior'y exterior, las leyes nuevas, el sistema colonial extendido prodigiosamente , han debido hacer necesarias otras tareas en el derecho y jurisprudencia de la mar. R^ta parte de la legislación participa á «n misino tiempo del derecho público "y del derecho civil; depende del gobierno folítico y de la administración del estado; toca tamoiea al interés privado y al p ú blico ; todo lo qual la caracteriza particuJarmenfe , y hace que séá una legislación mas inconstante que la del deriecho privan d o solo. [Extracto del Mónitorde Paris,) ¡ ' • ' . • ' • <Kata his^torico-crítica sobre el . . anterior. . artictJ» Esta compilación, baxo el título de Litro del Consulado del Mar, es obra de los antiguos barceloneses, de mediados del siglo XIII, y así fueron extendidas sus lei" yes originalmente en lengua catalana, de cuyo idioma se hicieron después de la ¡nTencion de la imprenta, y no antes, las di» ferentes traducciones que han corrido hasta hoy en toda la Europa , en italiano, francés, latín y flamenco. En el siglo x i y en el siguiente las leyes y ordenanzas se extendían en latin, y no en romance; y .¿asta ahora Aztmi, para sostener tu pre- tensión, no nos ha presentado el original^ ni en aquella lengua oi en la vulgar que se usaba en Pisa en aquella ¿poca. Es extraño qne en París, centro de las letras, se ignore qual ha sido la patria de este código, quando existe una versión francesa impresa^y publicada en Marsella por Francisco Maysoni en 1577 en la oficina de Giraud , trasladada del original catalán.. SI todo quanto han dicho los autores franceses, italianos y alemanes acerca del origen de estas leyes, ó mas bien costumbres del mar, atribuyendo unánime y universatmente su compilación á españoles, desazonó al Señor Azuni en so obra de los Principios del derecho marítimo universal de Europa, publicada en 179^ , pretendiendo adjudicar esta gloria á ios paisanos, antes de asentar sos conjeturas como demostraciones, debia haber visto, como podia, la magnifica y correcta edición moderna de este famoso libro, hecha en Madrid en la imprenta de Sancha, y publicada en 1792 en 2 tomos en 4.° mayor con este título: Código de las costumbres marítimas, vulgarmente llamado Libro del Consulado, nuevamente traducido al castellano, acompañado del texto en su idioma original, enmendado y restituido d su primitiva escritura por D. Antonio de Capmanjf» ai5 La crítica j copiosa laz qoe derrama el traductor y edito^ español en el discurso preliminar sobre tst^ objeto, hubiera acaso hecho al Sr. Azuni mas reservado en el empeño de querer defraudar á ios espa* ñoies el lauro indisputable de primeros compiladores de este código, del qual hace cerca de tres siglos que'hablan historiadores y jurisconsultos , regnícolas y extrangeros, sin haberle entendido , y mo* chos de haberle visto: y por esta razón son tan contradictorios, por no decir absurdos , los juicios que han formado acerca de la naturaleza de sus leyes y de sus legisladores; bien que todos acordes en señalarle su cuna en España, y en reconocer como traducciones del lemosino catalán , qnantas ediciones se han hecho en otros idiomas, que son las que citan los A A.; porque el original impreso la primera vez en 1484, reimpreso después ea 1502 , y úldmaniente en 1592, nunca ha sido ni podido ser clara y distintamente comprehendido por los extrangeros , ni aun por los mismos traductores españoles; y de esta verdad es un claro testimonio la versión italiana impresa la primera vez en Venecia en 1544 por P. Pedrozano, reimpresa en 1576 por Gabriel Zcberti, y después en IJ79 y 1599, siempre en la misma ciudad. Este exemplar, que es uno ai? mbmo, publicado baito ele distintas formas tipográñcas, y en diferentes épocas y ediciones, y pésimamente traducido, ha servido por desgracia de texto auténtico y kgal para los juicios marítimos y para los >uricon$uitos que le han comentado, cayendo en muchas equivocaciones y aun contradicciones, á causa de la obscuridad de la frase é inñdelidad de la versión. Ni tampoco podian elegir los comentadores y jueces una guia mas segura recurriendo á las traducciones castellanas executadas y publicadas, la una en Valencia en 1539 en 4.°, y la otra en Barcelona en 1736 en folio, ambas plagadas de torpísimos yerros de sentido y de impropiedad ea el lengua* ge, menos inteligible que el mismo original. Al fin se ha servido á la Europa sa< bia presentándole esta correcta y esmera^ da edición del primitivo texto con la nuey exacta versión española á dos columnas» precedido de un discurso preliminar, en que se examina con exquisita y sólida erudición , y con las reflexiones mas oportunas que puede sugerir la crítica, auxiliada de la historia, el origen y forma de la legislación consular , la legítima patria de este código, la antigüedad y verdadera ¿poca de su promulgación, y el juicio que lian formado los historiadores extrangeros sobre su mérito é importancia, acompaña- íi8 do de apáidices, de notas varias y glosa* ríos, que ilustran completamente ía obra. Sigue una idea histórica de las antiguas leyes consulare5 de Valencia en 1283 , de Burgos de 1495 y de Sevilla de i ^ 5 5 ,• de kis quaies jamas han hecho mención los autores extrangeros que han tratado de propósito esta materia. En el tomo 2.° se in-> sertan las ordenanzas y reglamentos de la Cereña de Aragón y de la de Castilla, relativas á la Marina militar y á la mercantil , desde mediados del siglo XIII has< ta principios del siglo X V I , y asimismo todas las que tratan de los seguros marí-^ timos, promulgadas en Esjiaña desde lai de Barcelona de 1436 hasta las de Búr-» gos de 1557»' y las de Sevilla de 155^ de cuyos monumentos legales tampoco tienen noticia los escritores extrangeros, ó á lo menos no manifiestan tenerla en un ramo de policía náutica justamente, qut^ fue conocido entre nosotros uo siglo antes que en ninguna otra nación. Por los documentos y pruebas que "enriquecen esta nueva edición, se evidencia no solo que fueron los españoles los primeros legisladores del mar, después de los rhodios, y los primeros que promulgaron reglamentos de seguros para facilitar y conservar la navegación , los primeros que por pragmáticas Reales, dos siglos antes ? "9 oe naciese Cronwel, establecieron los jndamentos de la acta de navegación, de que se glorían los ingleses, para fomentar el trincó marítimo nacional, y los primeros, después de algunas Rejpúblicas de Italia, en la erección de los tribunales consulares \ pues, la Francia no cuenta su época antes del año. 1563 como alH se demuestra » «piando en España el de Valencia cuenta su institución en 1283 , el de Mallorca en 1343, el de Barcelona en 1347» el de Perpiñan en 1488, el de Burgos ea y el de Sevilla en 15^4. Sin embargo, después de la publica-* cion de eita acta, parece que ningún au» <or la cita', ai aun los que en Francia é -Italia se han-dedicado á tratar de propó'* <ito este ramo de legislacroír; ni tampoco aquellos'^ue^por accidente :ñenen que ha-* cer mención de sus leyes. En el Diario de Comercio que se publica en Paris (Número 31,' de 25- de OttutJSe rfe 1803) ea «1 artículo en que se habla-'del poder marítimo de los ingleses coiTTrelacbn á las potencias heutrales^se cka el capítulo 276 del Consulado del Mar•^y como que se babla de una obra desconocida ya en Francia , para instruir á tos -fectores dice «I redactor en una notan* que estas leyes marítimas, extendidas originalmente en len¿ua eataiana 6 lemosina^ abenas son S20 conocidas tino por la tradueeion italia-m na , de la qual exttte una edición tn 4.* en Amsterdam del año de IJ04, acontfañada de notas del editor Abrahatn "Westerween. En esta advertencia manifiesta el redactor sus escasas noticias acerca de las versiones y ediciones var¡<^ con que es conocido en Europa este código; y el rezelo de que sus lectores las tuviesea mas escasas. Pero este silencio ú olvido general debe cansar menos admiración si se considera el poco aprecio que comunmen» te hacen los escritores extrangeros de nuestra literatura, ó sea la poca curiosidad que ks merecen nuestras ooras, y la ligereza con que escriben: así es que oi las cono* cen ni las buscan , sin dexar por eso de Iiablar de lo que por su incuria 6 por afeo tacion ignoran, cayendo en notables equn vocaciones todos los dias. Relación del JSr. D . Bernabé Simón Billar , Cura de Huaxuafan, al Illma, Sr. Obispo de Oaxaca sobre el nuev» camino que ha abierto de Ayautla •d Tenango. lUmo.. Señor : Obedeciendo pronta» mente el precepto de V . S. I. me esforzaré con la mayor complacencia á satisfacer su deseo, exponiendo los medios y arbi'- 231 tríos de que me he valido para conseguir h importante empresa de franquear el paso entre los dos numerosos pueblos S. Bernabé Ayautla y S. Josef Tenango, ambos de la jurisdicción Real de Teutila, y doctrina de S. Juan Evangelista Huautla, de mi cargo, y jurisdicción de Teutitlin del Camino. Desde el momento en que este se encomendó á mi cuidado, se me presentó ei proyecto de acortar la dilatada carrera y viage de Ayautla á Tenango, como que era de 14 leguas de malísimo camino, á causa de atravesarse un elevado cerro, i un quarto de legua del primero. Clonsideraba que abriendo nuevo camino podían reducirse las 14 leguas á 4 ; y estimulado de esta idea exhortaba todos Jos años á los hijos del pueblo á la execucion de tan útil designio: sin embargo, no podia contrastar las dificultades que me atajaban, hasta que apretándome mucho el año pasado de 1802, hube de sacar fuerzas de ellas mismas para arrostrarme al proyecto con todo el brío que demandaba. La administración de esta Parroquia necesita indispensablemente de 3 Ministros , y yo me veia sin ninguno, habiéndose retirado el último por varias desazones que tuvo con los hijos de ambos pue- 222 blos. Aprovecha la ocasión de repreíffn-í tarles vivamente que por su causa me veía solo y sin Vicario, y que no me quedaba modo ni camino para acudir á sus nec«< tidades, si ellos mismos no me lo fraaqueajban. Coadyuvaron las exhortaciones del Subdelegado D. Manuel Antonio Florez, de modo que alentados los naturales se me ofrecieron todos unánimes; pero baxo la condición de que yo habia de ir por d e lante y precederles con el exeraplo. Su amor, su obediencia, y la satisfacción que de ellos tengo j me animaron á responderles , no solo que iria, sino que también los acompañaria en el trabajo como el mas robusto jornalero. Hallábame pues á la frente de la empresa: llegaban á mis oidos las voces de algunos individuos, que me preguntaban ¿cómo liabria.de subir á pie un monte que esconde su cumbre entre las nubes ? Y me fue necesario mi esfuerzo extraordinario para no retroceder acobardado. Mandé hacer barras desde 4 varas hasta una y media, barretas, barrenos, picos» mazos y cuñas de hierro, y de corazón d» una encina muy dura , que aquí llaman Curco. Mi objeto era que saliendo en un mism o dia ios naturales de los respectivos 223 pueblos Ayautla y Tenango, se encontrasen y concurriesen á comer juntos en U cima del monte; pero yo mismo debia hallarme en la faena de Ayautla, por cuyo lado había que superar la mayor diñcultad. Acopié de mi cuenta bastimento sulíciente para i@ hombres: di aviso á los Indios del dia prefixado > y celebré en él la tiesta de la Candelaria i encomendando al Señor el feliz éxito de la empresa. Junté mi gente y hallé 600 hombres bien prevenidos con los referidos instrumentos : llegué con ellos al lugar donde principiaba el camino, los puse en silencio por medio de dos pitos, y los dividí en 24. trozos, cada uno de 20 mozos y 5 ancianos , á quienes di las convenientes ordenes para que sujetos á ellas caminasen los 20 jóvenes de cada trozo. Alenté vivamente á ios mas animosos á qne comenzasen á subir, y á las quatco boras de caminar , serpeando por el monte con imponderable fatiga, nos hallábamos á la distancia de 20 varas de la cumbre: y o estaba excesivamente cansado; y no obstante recobrado con un poco de agua que me presentó un Indio, llegué con el primer trozo á pisar la cima de la montaña. Aquí esperamos á que llegasen los otros , de los quales 7 venian cortando palos y desmontando la maleza, y los demás 224 deseticaTando y echando i rodar disformes peñascos. Detras de ellos iban mis nulas , que sin incomodidad subieron á hollar el suelo que jamas habia pisado su especie; y su llegada se celebró por mis Indios con muchos gritos, cohetes y cámaras, dándoles yo para ellas la pólvora , que se habia destinado para partir y tender los peñascos. £1 primer pensamiento habia sido ponerles fuego con bastante leña , y ya que estuviesen roxos y en estado de encandescencia , rociarlos de agua con cerbatanas, que también se conduxéron, pues por este medio se abre la piedra sin estrés pito; pero no llegó el caso de aplicarlo, porque con los giros y vueltas que di al cerro (descritos en el mapa que formé) hallamos paso seguro y cómodo por en medio de unas piedras grandes, que se dexáron para refuarzo del camino. {Se continuar d.)