Capítulo 0 - Me gusta escribir

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LETHAL
JAIME ROMAN COLLADO SARTO
Capítulo 1
Capitulo 35 "Jaque"
Aquella mañana junto a la biblioteca municipal nadie prestaba demasiada
atencion a un furgón blanco de una empresa de mantenimiento aparcado.
Dentro de el cuatro hombres en silencio, concentrados esperan el
momento. Como todas los grandes hechos que cambian el curso de la
humanidad estos producen entre las sombras a la vista de todos. Y helos
aqui a aquellos que quieren cambiar el curso de la historia. Invisibles a los
ojos de la humanidad. Se bajan los cuatro operiaros perfectamente uniformados con sus bolsas
de herramientas.De unos 30 años atléticos y lejos del estereotipo del tipo
que viene a reparar una caldera. Como un equipo de gimnsia ritmtica
todos perfectamente sincronizados entran en el edificio.
El grupo en perfecta formación se reúne en el vestíbulo. El jefe se persona
en el mostrador secundado por sus ayudantes.
Emma la encantadora recepcionista, una madura veterana se encuentra
de espaldas ordenando unos impresos y al girarse no puede reprimir una
sonrisa de satisfacción al ver a todos aquellos profesionales de tan buen
ver.
-¿En qué puedo ayudarles, caballeros?.-dice Emma con un gesto sensual
-Buenos días. Venimos a hacer una revisión de mantenimiento.
Emma con cara de sorpresa mira de hito en hito a cada uno de los
hombres.
-Vaya, no tenía constancia. Pensaba que era cada seis meses.
-Ya sabe cómo es la burocracia.
-Si me permite, voy con ustedes.
-No se preocupe. Díganos donde esta aunque me imagino que como
siempre andara por los bajos, ¿verdad?
-Es usted muy perspicaz. Vayan todo recto y al fondo de este vestíbulo
verán una escalera y dos salidas laterales. La entrada al sótano esta justo
debajo de la escalera. Disimularon el acceso para que quedase más
recogido.-dice Emma disgustada por la negacion del hombre.
-Entiendo, pues muchas gracias, Srta.?
- Emma....-dice ruborizada.
-Srta. Emma, ha sido un placer.-dice el hombre flirteando con ella.
Emma se ruboriza al darle la mano al hombre. Al marcharse se los queda
mirando y no puede reprimir morderse el labio de forma lujuriosa
pensando en sus fantasías.
Los operarios llegan a la entrada de la escalera y se quedan mirando
todas las entradas. Y controlando que su presencia pase inadvertida entre
la riada de gente que pulula por el lugar.
-Bien, es hora de buscar el objetivo. Todos sabéis el aspecto que tiene. Yo
iré al sótano para acondicionar el nido. LAN 1 iras al piso superior, LAN 2 a
la zona izquierda y LAN 3 a la derecha.¿Alguna duda?
Todos niegan con la cabeza.
-Bien, si os veis obligados a usar la fuerza será en una situación extrema.
Sabéis lo que nos jugamos y el jefe no quiere fallos ¿Entendido?
Después de asentir cada uno marcha, por un lado.
Y cada uno de los integrantes va recorriendo la biblioteca. Finalmente tras
una infructuosa busqueda, LAN 1 localiza a un joven sentado en una mesa
tomando apuntes de un libro absorto en su estudios como si no hubiera
nadie mas. Detrás de él alejado un poco dos hombres trajeados y con
pinganillo montan guardia parecen dos halcones alertados en buscar su
proxima presa.. LAN 1 toma un walkie de su bolsa de herramientas.
-Aquí LAN 1, a corral he encontrando al pollo, repito he encontrado al
pollo, tiene dos gallinas, espero ordenes.
-Mantén la posición, ahora van los gallos..-le espeta el jefe.
Tras un tiempo de espera dos operarios llegan y se juntan con LAN 1.
Escondidos tras unas estanterías van apartando los libros hasta sacar sus
armas con silenciador y tener a tiro a los agentes de seguridad. De una
forma metodica, sin prisas. Como solo la experiencia de los años suele
dar. LAN 1 se acerca a la mesa del joven.
-Hola, tendrán que abandonar la sala. Estamos haciendo labores de
mantenimiento.-dice de una forma totalmente neutral y sin emocion. En un acto reflejo ambos agentes echan mano de sus armas pero caen
abatidos con sendos tiros en la cabeza. Cuando el joven intenta gritar LAN
1 le golpea la cabeza con un arma y cae inconsciente.
El muchacho despierta en el sótano de la biblioteca atado a una tubería
con la boca tapada y rodeado del grupo de mantenimiento. Intenta gritar,
pero no puede. Todo su raciocinio se ha disipado. Tan solo no puede dejar
de mirar la amenaza que se cierne sobre el de una forma hipnotica.
Todavia su mente es incapaz de asimilar lo que esta sucediendo y menos
todavia las consecuencias que puede tener en el cercano futuro de su
amado pais. Y en el corazon de sus ciudadanos. Joshua y el profesor Ochoa están desayunando mientras ven las noticias.
Asistiendo absortos al devenir de los acontecimentos plasmado en una
pantalla de television y como mensajero una atractiva reportera desgrana
las funestas nuevas
-Esta mañana un grupo armado ha entrado en la biblioteca de la ciudad y
ha tomado como rehén al hijo del presidente.
Ocho mira con expresion grave a Joshua.
-Hoy sin falta tenemos que apoderarnos de los restos de Guess esto se
está yendo de las manos.
A otros tambien les pilla de sorpresa en sitios mas acogedores. .Sara y
Diego están juntos en la cama mirando las noticias.
-La única condición de los terroristas es negociar con el agente especial
Ross..sigue comentando la reportera.
-Todo va perfecto, nuestro plan va a ser un éxito. ¿Verdad, amor?.-dice
dulcemente Diego. -Si todo va según lo previsto.
Incluso para el organizador criminal de este secuestro es imposible no
seguir su evolucion.
Recolector viendo por televisión como el agente Ross se dirige desarmado
y con un chaleco antibalas hacia la entrada de la biblioteca. Rodeado por
policías y grupos de operaciones especiales.
-Bien, Ernest. Haz los deberes y tendrás un premio.
Mientras en el epicentro de la noticia todo se desarrolla de forma frenetica
sin dar lugar al respiro.
LAN 1 acompaña al agente Ross hasta el sótano donde esta reunidos
todos.
Una vez llegados al sótano es recibido por el jefe.
-Bien, he hablado con el jefe. Cambio de planes, darme el muchacho y
nos iremos nosotros.-dice Ernest con el cuerpo de Ross
-El plan era llevar al chico ante el Recolector. Es nuestro salvoconducto.
De otra forma somos carnaza para esos de ahí afuera.-dice el jefe
mascando las palabras.
-Sois la carnaza. Si se secuestra al hijo del presidente hay consecuencias
y alguien tiene que pagarlas.-le contesta Ernest.
-Al final solo éramos un cebo para que tú seas el puto héroe. Pues amigo,
creo que el final va a ser una tragedia que será recordada.
Los hombres amartillan sus armas y apuntan a Ross.
Ross toma al hombre que estaba en la entrada y le parte el cuello.
Mientras los demás descargan sus armas sobre ellos.
Ross cae con algunos balazos en el hombro y en el brazo. Los demás se
acercan para rematarlo. Se acercan poco a poco mientras Ross se va
arrastrando hacia la puerta dejando un reguero de sangre. Los tres que
quedan apuntan hacia su cuerpo.
-Adiós, héroe.-dice el jefe. Ross cae sin sentido en el suelo. Mientras el operario muerto en un gesto
rápido toma su arma y dispara contra el grupo.
Abatiendo a dos de ellos y cuando intentar abatir al jefe su arma no
funciona. El jefe se baja la camisa del cuello y muestra el tatuaje protector
mientras le guiña un ojo. Acto seguido pega un tiro a cada uno de los
integrantes del grupo para asegurarse de que no resucitan. Después se
acerca a Ross apuntándole.
-Ves, no puedes hacerme nada. Yo también soy inmortal. Puedo matarte a
ti y al chico. Estáis vendidos.-amenaza el jefe.
-Tu única salida es liberar al chico.-grita Ross.
-De todas maneras, estoy jodido. Si lo libero o lo mato habre fracasado.
-Si lo liberas tendrás una oportunidad. Si no date por muerto aquí o allí. El jefe medita momento que aprovecha Ross para abalanzarse sobre él. El
hombre descarga el cargador, pero ninguna bala da a Ross. Ross se da
cuenta que el cuello del jefe empieza a sangrar. Una bala ha rozado el
cuello donde tenía el tatuaje y la sangre mancha su ropa.
-Mierda, no puede ser. Ross con energías renovadas empieza a golpear sin descanso al jefe de
mantenimiento. El cuerpo del hombre cae pesadamente mientras la
sangre discurre por el suelo. Ross se acerca al joven. Es hora de mostrar
quien es el vencedor y de acabar la pesadilla.El hombre se acerca decidido
y dulcemente al cautivo que todavia esta en estado de shock por los
sucesos vividos. -Vamos chico, tu padre te espera.
Ross malherido sale de la biblioteca ayudado por el joven. Mientras
sanitarios, policías y operaciones especiales acuden en su ayuda. A la par
que esto sucede el autor intelectual de este sangriento plan sonrie feliz y
una sola palabra escapa de su boca.
-¡Jaque!
Continuara...
Capitulo 34 "Fugitivos"
Un 4x4 negro serpenteaba por la carretera bajo el asfixiante y quemado
asfalto. Las nubes habían desaparecido y el aire caliente se filtraba en el
interior del polvoriento vehículo mientras cruzaba el paisaje seco y
desértico en dirección hacia la gran urbe. En su interior dos hombres, dos
supervivientes intentaban asimilar y racionalizar la experiencia vivida. Lo
primordial y mas urgente huir y alejarse del lugar que casi los conduce a
la muerte. Joshua Tena y el profesor Ochoa sumidos en sus propios
pensamientos no se dirigían la palabra. Hasta pasados varios kilómetros
donde ambos necesitaban exponer sus sentimientos y sus miedos.
-¿Y ahora que? ¿Que somos fugitivos, huidos? ¿En que condición nos pone
esta situación?.-dice nervioso el profesor.
-Realmente y aunque suene frió legalmente estamos muertos. Tan
muertos como todos los que estaban dentro de la base.
-¿Y de que nos sirve?
-El gobierno no va a sacar a la luz que un atentado terrorista de un país
comunista ha destruido una base ultrasecreta. Para el ejercito eso seria
una autentica humillacion y no quiero pensar en las consecuencias si esto
saliese en la prensa.
-O sea que como bien dices ya no existimos. Somo un daño colateral.
Nosotros y todos los infelices que han caído por su país.
-Así es. Y eso nos da una ventaja. Para los tipos que han hecho esto ya no
somos una amenaza y nos da una ventaja para tu plan. ¿Por que sigue
habiendo un plan?
-En el momento que me apartaron del proyecto imagine que no seria para
buenos fines. Entonces decidí quedarme en un segundo plano y buscar un
lugar discreto y alejado de las miradas de curiosos y seguir con mi
investigación de forma muy discreta.
-¿Adonde vamos?
-A mi base ultrasecreta. Sabiendo que los militares estarían investigando
mis actividades, decidí buscar un sitio que no pudiese ser encontrado. Por
suerte, mi madre heredo una finca de un tío lejano suyo pero nunca se
cambio el titular lo cual es practicamente imposible relacionarlo conmigo.
-¿Y esta muy lejos?
-Bueno vamos a dar un rodeo pero para ello necesito tu ayuda. Para hacer
algo ilegal.
Joshua pone cara de sorpresa.
-Para el coche. Vamos a abandonar esta flecha con ruedas que parece
indicar “Estoy aqui” y robar un vehículo mas discreto y en peor estado.
-Prefiero ir a una tienda de ocasión y comprar uno. De esta forma no
estamos llamando la atención y evitando que nos detengan por algo tan
estúpido.
Antes de la llegada la ciudad deciden parar en uno de estos tantos
establecimientos con banderines donde reposan dudosas ocasiones de
cuatro ruedas.
Un orondo vendedor con rostro risueño y camisa a cuadros se atusa el
bigote y ve sorprendido como un sucio y negro vehículo entra en su
recinto. Desde el principio sabe que no podrá venderlo tal cual pero
también cuenta con una red ilegal de talleres que lo tuneara y le dará
buenos beneficios. Apenas baja Joshua del coche ya sabe lo que quiere.
En cinco minutos, cliente y vendedor salen satisfechos por la transacción.
Uno contento porque ha hecho el negocio de su vida y otro porque el
anonimato viajara con ellos hasta su destino a sabiendas de que no
habido venta con tarjeta de credito ni con dinero simplemente un trueque.
Seguros de que no pueden ser rastreados siguen su camino pero aun así
no dejan de mirar su retrovisor. Les sorprende la noche cuando llegan a
una vieja casa de campo de ladrillo de dos pisos y una cochera.
La puerta esta cerrada con una cadena. Un problema que es solventado
gracias al arma que Joshua cogió en la base a un militar fallecido.
-No es mucho pero nos servirá de cobijo.
Una vez en el interior Ochoa muestra el humilde pero acogedor lugar.
-Y ahora vamos a lo que nos importa.
Atravesando el salon llegan a un pequeña puerta que da acceso a una
amplia cochera. La oscuridad rodea a ambos hasta que el profesor da las
luces y aparece ante ellos un laboratorio en toda regla.
-Aquí esta nuestra arma secreta.
El profesor muestra un camilla conectada a un panel con luces y un gotero
con una vía.
-Ahora debemos descubrir donde esta Guess.
-¿Como lo haremos?
-Hablare con un amigo mio que nos dará la ubicación donde esta el
cuerpo.
Joshua siente un escalofrío.
-Necesitamos algo personal, algo de su esencia para replicar el suero. Es
la única manera. No suena bien, ni ortodoxo. Pero antes quienes nos
enfrentamos no vale el juego limpio ni las contemplaciones. Si ellos ganan
sera peor que profanar una tumba.
-Esta bien, pongamonos a ello.
-Si, tu eres nuestra única opción antes de que llegue el Apocalipsis. Ahora
comamos algo y descansemos. Mañana va a ser un día duro.
-¿Que pasara una vez este el suero en mi cuerpo? ¿Cuales son los
efectos?
-Eso tendrás que decírmelo tu. Eres mi paciente cero.
Joshua acompaño al profesor hasta la salida con un terror en sus huesos.
-Espero que sepa lo que hace.
-Espero que yo también, Joshua, espero que yo también. Sera un acto de
fe.
Continuara...
Capitulo 33 "Rapto"
La oscuridad cubría su mundo. Yacía en un estado seminconsciente.
Moviendo la cabeza de un lado para otro para intentar despejarse. Tras la
capucha no percibía ningún sonido pero un suave olor a pasta, parmesano
y orégano hizo que sus papilas gustativas reaccionasen y su estomago
empezara a quejarse. El aroma le transporto a otra época, a otro tiempo.
A mejores vivencias, un viaje a Europa, a Italia y su esplendida
gastronomía y mejores caldos. Risas y amigos fueron borrando la angustia
de los últimos momentos. El golpe no lo vio venir pero exploto en su
cabeza con destellos de colores y un dolor punzante. Todo lo bueno
desapareció. El sabor de la sangre en su boca volvió a la realidad. Apenas
se había recuperado del golpe otro vino en dirección contraria con la
misma fuerza que hizo que su cuerpo se tambalease de la silla. A su
afectada nariz llego el aliento de su orina y noto la humedad en sus
partes, mientras el sudor resbalaba por todo su cuerpo uniéndose a sus
mojada entrepierna como si el liquido fuese solo uno. Por mas que
intentaba mostrar entereza, no resultaba fácil. Fragmentos de la noche
anterior iban a venían como un puzzle intransigente y caprichoso. Quizás
tardo un poco en montar las piezas, pero al final la secuencia apareció con
cruel resultado. Recordó el momento que dormitaba en su habitación con
esa falsa seguridad que da una puerta cerrada con llave. Vinieron entre
las sombras, por la noche. Intento gritar pero una cinta silencio su boca.
Por un instante se le aparecieron unas formas negras que taparon su
cabeza y como un fardo fue arrancado de la cama. Y después, nada, el
pozo negro del silencio. Hasta ahora. Unos pasos rondaban ante su
presencia. Sabia que le estaban dando tiempo a que el terror hiciese
efecto, cociendo a fuego lento en su propio jugo. La luz asalto sus ojos
cegando todo a su alrededor. Lo ultimo que imagino es que la capucha
volaría de su cabeza de forma tan instantánea. El olor a comida se hizo
mas concentrado en su olfato mientras una inmensa sombra bailaba antes
sus ojos tapando la luz, hora si, hora no. Desconcertando su racionalidad.
-Así que esta es la putita de Diego.-dijo la sombra
Sara puso sus sentidos alerta, aquello no pintaba nada bien.
-¿Tienes hambre? Seguro que si. Hace rato que no has probado bocado.
Yo podría saciar tu apetito pero antes tendrías que empezar por el
entrante. Ja, ja, ja.
Sara puso cara de asco.
-No te hagas la remilgada. Cuando te llevaba inconsciente... Note esas
tetitas duras y prietas.
Sara noto como la bilis le subía a la garganta.
Mientras el hombre señalaba a Sara.
-El matón de tu novio esta asociado con gente muy, muy mala. Es un
traidor. Y amigos mios y buenos patriotas han muerto por su culpa. ¿Que
te hace pensar que vas a salir bien de esto?
El hombre alzo la mano abierta para golpear a Sara.
Sara cierra los ojos y se prepara para el impacto.
-Ya es suficiente. Ha quedado claro tu posición.-dice una voz al fondo.
Se oyen unos pasos que se dirigen hacia los presentes.
El agente Ross se planta ante el maltratador.
-¿Creo que se le está enfriando la comida? Y esa pasta del Gino´s, seria
un sacrilegio que se quedase fría.
-¿Que hace un lameculos de tu nivel meneando el rabo por estos
suburbios?
-Todo lo que afecte a la seguridad del país y del presidente entra dentro
de mis obligaciones. Y si algunas veces tengo que remangarme y bajar al
fango para remover la mierda por una causa mayor, también lo hago. Y
ahora, agente si no le importa... ambos tenemos cosas que hacer.
El agente se aleja.
-Por cierto, nos gustaría algo de intimidad. Seguro que encuentra una
habitación mejor que esta mas aireada y menos recargada a sudor y
suciedad.
Ross espera a que el agente se haya ido y mira a Sara.
-Seré franco contigo. La verdad, no tienes muchas salidas pero yo puedo
ayudarte si tu me echas una mano.
-¿Que tendría que hacer?
-Todo el mundo esta buscando a tu compañero por traición y terrorismo.
-¿Y quieres que lo traicione y que te lo sirva en bandeja?
-No, exactamente pero si que aportes tu granito de arena en su caída.
Una caída que no te arrastre. Soy tu única alternativa o puedo dejarte con
los lobos.
-Esta bien, tu ganas. Pero sacame de aquí.
Ross saca un cuchillo de su bolsillo y corta las arandela de plástico que
maniata a Sara.
-Bien, encanto ahora es cosa tuya.
-¿Como sabrás si he cumplido mi palabra?
-Lo sabré, no te quepa la menor duda. Y si me entero que no has hecho tu
parte espero que estés muy lejos.
Ross se marcha dejando sola a Sara con su captor.
El hombre se acerca lentamente a ella como un lobo a un cordero. Con
una sonrisa sádica y un palillo en los dientes.
-Al fin solos..-dice.
Sara lo mira con desprecio mientras permanece sentada en la silla con los
brazos hacia atrás en el respaldo.
-Sabes, estaba excelente la comida. Pero que es un buen ágape sin un
postre que este a la altura.
El hombre se pone de cuclillas junto a ella y empieza a acariciarle la
pierna.
-Vas a ser la guinda.
En un movimiento rápido Sara ensarta al hombre. La hoja penetra por su
mentón y sale por la cabeza. El hombre cae con un gesto de sorpresa
pintado en su rostro. Un gesto eterno queda esculpido en su cara mientras
un chorro de sangre se libera de su cuerpo.
Sara registra la habitación y encuentra dos armas y un móvil. Limpia sus
huellas y huye del lugar.
Ya en la calle se pierde entre la multitud. Cuando se encuentra convencida
de que esta salvo toma el teléfono y llama. Tras varias pitidos por fin su
llamada es respondida.
-Diego, ¿quien es?
-Hola, Diego. Soy Sara.
-¿Que sucede?¿Estas bien? Noto tu voz preocupada.
-Esta noche me secuestraron. Querían saber de ti.
-¿Quienes? ¿Te han hecho daño?
-No lo se, creo que eran policías. Te están buscando. Tenemos que hablar.
Esta noche ven a mi casa. Cenamos y charlamos.
-No te preocupes. Yo me encargo de esto. A las ocho estaré allí.
Sara mira absorta el cuchillo de Ross.
-Gracias, Diego. Vamos a solucionar esto de una vez por todas.
Continuara....
Capitulo 32 "Sepelio"
Aquella fresca mañana, una brisa mecía suavemente los cipreses. Unos
arboles altos, secos y descoloridos que tapaban el radiante sol que lucia
libre de nubes. Los gorriones ajenos a todo buscaban de manera
insaciable alguna migaja con la que saciar su apetito. Labor estéril dado lo
poco que había que picotear en aquel lugar y una manera de mostrarlo
era sus incesantes píos, una queja baldía ya que los que se congregaban
en aquel lugar permanecían sordos ante tal algarabía. Dicho grupo
apretabanse unos contra otros, no se sabe si por el frió reinante o una
forma de darse apoyo mutuamente ante el luctuoso suceso del cual eran
testigos. Por desgracia, en aquel lugar abarrotado de lapidas y sepulcros
aquella era una imagen repetida día si y día también, no dejaba de ser
emotiva y dolorosa. Unos miraban al cielo murmurando una plegaria,
otros con la mirada perdida se repetían una y otra vez porque. Pero todo
era en vano. Al final sus ojos recaían ante la escena que los había unido
en tan aciago momento. Una enorme fotografía de una risueña anciana
reinaba el lugar junto a un bello ataúd de noble madera y asas doradas. El
retrato mostraba a una mujer de edad avanzada con el pelo cano y
formando revoltosos mechones peinados con buen gusto. Unos ojos
vividos y alegres de clara mirada junto a una sonrisa franca enseñando
una blanca dentadura. Su rostro, algo mofletudo por el sobrepeso hacia
mas dura la despedida en el cementerio de la ciudad. Nadie se explica lo
repentino del deceso de la querida mujer.
Raymond Gobens era el hijo de la fallecida. No podía negar que el
parecido con la difunta era mas que evidente. Con gesto entristecido se
soltó suavemente de su apenada mujer, que escondia su rostro detrás de
un velo negro. Raymond con los ojos enrojecidos, se acerco al féretro con
un rosa. Cuando llego miro al párroco que estaba enfrente de la ultima
morada de la anciana, junto a un pequeño atril y un micrófono. El hombre
asintió con la cabeza y el religioso ordeno sus notas, miro a los presentes
y empezó el sepelio.
-Queridos hermanos y hermanas. Hoy estamos aquí para despedir a
nuestra querida Rosalia. Nuestro hermana ha llegado al término de su
vida mortal. EL SEÑOR HABRA APRECIADO TODO LO BUENO QUE HA IDO
HACIENDO, EL DESIGNIO DE DIOS ES DE SALVACION. "Cristo murió y
resucitó" para indicar que también nosotros los creyentes, pasando por la
muerte,
estamos llamados a la vida.
Un pequeño golpe se oyó dentro del ataúd. Apenas inaudible. Raymond se
mostró un poco sobresaltado pero permanecio impertérrito. Como si nada
hubiese sucedido.
Mientras la homilía seguía.
-Los méritos infinitos de Jesucristo y todo lo positivo que habremos hecho
mientras vivíamos nos darán acceso a la vida eterna. "Todos hemos de
comparecer ante el tribunal de Dios. Cada
uno dará cuenta a Dios de sí mismo"
Otro golpe mas fuerte sonó y Raymond miro hacia atrás desconcertado,
ante los extraños ruidos no sabia como reacionar. Sus ojos se cruzaron
con los de su mujer que le miraba sorprendida, intentado comprender que
le pasaba.
-Hermanos, yo os invito ahora a orar. Hacemos como de abogados
defensores en un juicio. Que nuestra plegaria sea un DECIRLE A DIOS
QUE VALORE TODO LO BUENO y positivo que ha hecho nuestro hermano
mientras vivía y que, misericordioso, no le tenga en cuenta todo
lo que quizás por debilidad humana no pudo controlar. Seguramente él
mismo ya debía ir puliendo a tiempo todo aquello con lo que no estaba de
acuerdo. Confiemos reencontrarnos un día en la casa del Padre. Todos los presentes agacharon la cabeza y empezaron a orar en silencio.
Tac... tac, tac, tactactac...
Un golpe detrás de otro, al principio de forma aislada hasta que acabo en
un golpeo incesante y desesperado.
Una tras otro, los presentes levantaron sus rostros demudados hacia el
origen del sonido .Sus caras incrédulas y descompuestas eran la viva
confirmación de la incomprensión. Mirándose desconcertados como si
pensasen que era imaginaciones suyas, pero pronto comprobaron que
aquello era una ensoñación colectiva.
Tal como empezó acabo todo. El silencio mas absoluto se hizo presente.
Raymond dudaba entre volver con su esposa o permanecer como el
capitán de un barco hundiéndose. De pie hasta el final.
Los segundos pasaron y la locura pareció serenarse. Algunos se
restregaban los ojos y otros daban suspiros de alivio
-Chacadme fe aqlui. Ma hogo.
Raymond despavorido se echo hacia atrás y puso sus manos en posición
de defensa como si el mismísimo demonio hubiese aparecido ante su
presencia.
El religioso, con los ojos fuera de sus órbitas miro a Raymond y con la
mano hizo gesto para que abriese el recepctaculo.
El hombre lo miro fuera de si.
-¿Que quiere?¿Que lo abra?
-Ha resucitado, el Señor en su bendita misericordia la ha devuelto a la
vida. Es una alma buena.
-¿Por que cree que el ataúd esta cerrado? Mi madre, se desmayo en
medio de la carretera cuando estaba cruzando inadecuadamente. Un
coche, no pudo evitarla y se la llevo por delante pasando por encima y
otro que venia le aplasto la cabeza. ¿Como puede resucitar?
Algunos presentes se echaron las manos a la boca y otro a los ojos para
no ver la terrible escena que contaba el hijo.
-Esto es obra del demonio.
El párroco se santiguo y empezó a orar delante de la difunta haciendo la
señal de la cruz.
-Señor, perdona a este pecador que no quiere ayudar a esta necesitada.
Raymond fuera de si, se agacho lleno de ira. Descorrió los cierres y abrió
la tapa.
-Ve, esta muerta y bien muerta.
Unas manos blancas como el mármol y frías, tomaron la cabeza del
hombre.
-Fame un blesito.
Raymond rayando en la locura veía a su madre con la cabeza destrozada.
Solo tenia partes de la boca y la barbilla. El cadaver tomaba la suya y la
acercaba fuertemente.
-¡Nooooooooo! ¡Monstruo del infierno!
Por mas que tiraba y mas fuerza hacia solo notaba el fuerte hedor a
putrefacción que emanaba la víctima.
-¡Jajajaja!Ernest eres la monda.
Dunphys sentado sobre la tapia del cementerio, observaba todo el
acontecimiento. De repente, la mujer perdió fuerza y sus brazos cayeron
inertes dentro de su morada. El hijo cayó hacia atrás violentamente. Los
congregados, no daban crédito a lo que acababa de suceder.
-Si ha sido divertido. La verdad me he quedado con ganas de darle el
beso.-dijo la voz incorporea de Ernest
-Bueno, Ernest. Tu don no solo puede servir para hacer robos y
asesinatos, a veces podemos hacer algo divertido como esto. Seguro que
lo recuerdan mientras vivan.
-Si hay que repetirlo pero ahora es hora de volver al trabajo.
Ernest se bajo de la tapia con la agilidad de un gato, mientras dejaba
atrás a los amigos y familiares de la difunta. Aunque no pudo evitar mirar
de reojo, mientras se alejaba echaba una sonrisa de complicidad.
-Joder, que si. Que hay que repetirlo, eso seguro.
-Si pero mientras centremonos en lo nuestro. Apenas han pasado cuatro
días de nuestra destrucción masiva en la Central y el Recolector ya tiene
otra cosa en mente.
-¿Cuando parara?
-Cuando consiga lo que quiere.
-¿Y nosotros?
-Cuando consiga lo que quiero. Después, nadie mas nos dará ordenes y te
aseguro que vamos a levantar mas muertos que vivos hacemos caer.
-Eso me gusta.-dijo Dunphys poniendo cara de felicidad solo de imaginar
la situación.
-Fue una suerte tener acceso a la mente de Steranko tenia mas secretos
en su cerebro que yo ganas de echar un polvo.
-¿Echar un polvo? ¡Guau! que moderno. Eso no se decía hace un siglo.
-Bárbaro ignorante. En mis tiempos se sabia como cortejar a una dama,
hablar con educación y beber con elegancia. Apuesto a que tu, no sabes
de estas cosas. Ni has perdido el tiempo en aprenderlas.
Dunphys callo avergonzado.
Lejos de las miradas indiscretas entraron en la parte vieja del cementerio.
Olvidados panteones de antiguas y centenarias familias se deterioraban
entre la humedad, el abandono y la vegetacion.
-Seguro, Ernest que por aqui tienes algun conocido enterrado.
-Si tuviesemos tiempo encontrariamos a mas de un fantoche al que le
ahorre el ejercicio de respirar.
Tras pasear por varias calles con un pavimento deficiente y unos
elocuentes socavones hallaron a un hombre de mediana edad. Alto y
delgado tenia el pelo corto a cepillo y sus ojos vivaces se escondían tras
una gruesas gafas metálicas. Vestía de forma elegante, con un abrigo azul
oscuro clásico pero abrigado y se llevaba las manos a la boca para
calentar sus manos embutidas en unos guantes de piel. Su aspecto
parecía al de un administrativo de cualquier departamento. Tras ese
aspecto se encontraba Rayan Ross, un agente especial de alto nivel.
Dunphys se acerco al agente.
Ross se puso a la defensiva.
Dhunpy levanto las manos.
-Ey, soy el enlace de Steranko.
Ross lo miro de arriba a abajo dubitativo.
-No te imaginaba así. Siento mucho lo que paso.
-Yo no.-bromeo Dunphys.
Rosso puso cara de asombro.
-Quiero decir que no te imaginaba así, que siento lo del capitán.-mientras
decía esto Dunphys puso cara de pena.
-Me gustaría tener delante a ese hijo puta.
-Si te entiendo.
-Lo mataría con mis propias manos para vengar la vida de mi amigo.
Mientras decía esto, ahogaba con sus manos de forma simulada a
Dunphys.
-Te entiendo, te entiendo. Pero... estamos todos en el mismo equipo.
Dunphys se zafo de las manos del agente.
Ross miro a su alrededor.
-¿Cual es tu nombre?
-Bueno. puedes llamarme Lacra.
Ross puso cara de asombro durante un segundo y luego relajo el rostro.
-Bueno, Lacra. Como sabes Steranko y yo nos reuníamos en secreto para
intercambiar información. Lo ultimo que se es que vamos tras la pista de
un sospechoso que debe saber algo sobre el escondite de ese malnacido
ruso. Esperamos en breve cogerle de las pelotas y hacerle cantar para que
gane el primer premio de "La voz". ¿Tu ya me entiendes?
-Si, si. No te preocupes, que nuestra cooperación dará sus frutos. Creo,
que va a ser bastante duradera. Vamos a hacer grandes cosas juntos.
-¿Como lo sabes?
-Ya sabes intuición y eso. Dunphys puso de sorpresa y señalo a la espalda de Ross.
-¿Quien es ese?
Ross como un rayo se giro y saco su arma haciendo efectivo todo el
aprendizaje y experiencia de un profesional. Pero en este caso fue su
sentencia de muerte.
-No veo a nadie.
Una aguja hipodérmica entro en el cuello del hombre. Ross se echo mano
al cuello con el rostro sorprendido y desorientado. Al segundo cayó
desplomado.
-Adiós, agente Ross. Bienvenido, agente Ernest.
El agente se levanto como si no hubiera pasado nada y se sacudió la ropa.
-Gracias, agente Lacra. Al menos esta vez has elegido a un objetivo con
buen gusto, elegancia y ropa limpia.
Continuara...
Capitulo 31 "Caos central"
-Señor, esta sangrando.
El soldado Clive observo con sus azulados ojos abiertos como una
hemorragia hacia acto de presencia en el cuerpo de Steranko.
-¡Oh, mierda! Sabia que esto pasaría.
El capitán se levanto la camiseta y observo una cicatriz circular en su
estomago. El corte de lado a lado de la cintura.
Asustado el capitán se echa las manos a la cabeza mientras la herida
sigue goteando.
-¡Joder, que chapuza!
La concurrida sala mira atónita a Steranko.
-Tranquilos, esto no es sangre.
Steranko abre la cicatriz y les muestra un artefacto explosivo alojado en
donde tenia su estomago.
Dicho elemento contiene dos tubos unidos a un reloj y un recipiente. El
contador va llegando al final de la cuenta atrás y las probetas se van
quedando sin liquido
Ante la mirada temerosa y curiosa de todos la mezcla llega a un estado
critico. Explotando alcanzando a los presentes. La deflagracion no tiene
piedad. La increíble intensidad del calor, sumada a la total ausencia de
sistemas y equipos antincendios capaces de mitigarla, derretía todo lo que
tocaba o lo consumía en cuestión de segundos. El fuego irrumpió en el
centro convirtiéndolo rápidamente en un incinerador Solo quedó un simple
cascarón negruzco y humeante.Solo se veían espesas cortinas de humo y
lenguas de fuego saliendo de cada rincón. Era un espectáculo tan
deslumbrante como aterrador. La multitud llenaba hasta el último pasillo,
escalera y ascensor, como termitas atacadas en su nido por un oso
hormiguero. De repente ya no eran personas responsables y disciplinadas,
sino una masa lamentable dominada por el miedo a la muerte. Había
algunos que avanzaban a ciegas, sin saber adonde iban. Otros caminaban
como aturdidos, apabullados por el caos. Los hombres decían palabrotas y
las mujeres chillaban. El drama se estaba convirtiendo a marchas forzadas
en una escena del Infierno de Dante. Todos se esforzaban por controlar el
tumulto, pero era una batalla perdida.. Al soldado Clive se le quemaron
los pulmones casi enseguida y se convirtió en una antorcha ambulante
que, después de tambalearse unos pasos, cayó envuelto en llamas y
muerto antes del impacto contra el suelo. Igual que a otros muchos. Otros
los mas afortunados fueron volatilizados en pequeñas partículas o
despedazados en sangrantes miembros que fueron diseminados en un
amplio radio. El general voló varios metros, lanzado como un cometa, su
cuerpo fue golpeado por varios elementos y quedo sin sentido, sangrando
y con varios miembros rotos. Por increíble que parezca varios muebles y
personas hicieron de pantalla que absorbieron el impacto y eso le salvo su
maltrecha vida de una muerte cercana. Mientras el caos, la muerte y la
destrucción florecían como flores en primavera varios niveles mas abajo la
situación era algo distinta.
Dunphys es custodiado por tres soldados que en todo momento vigilan
sus movimientos. Uno hace de avanzadilla y dos de ellos en la retaguardia
para evitar sorpresas innecesarias. A pesar de todo existe cierto grado de
relajación pensando que tienen todo controlado. Cuando lo inesperado
sucede llegando casi a las celdas. Una tremenda sacudida sorprende al
grupo que le hace tambalearse. El irlandés mas listo que nadie propina un
empujón al guardia que le precede con tan mala fortuna que cae y se
golpea la cabeza quedando sin sentido. Ante la situación el resto de la
guardia intenta neutralizar la amenaza en un fútil intento. Dunphys arrolla
a uno de ellos que tiene delante y ambos caen. El reo golpea con su
cabeza en la nariz al militar una y otra vez hasta que su cara queda hecha
en una masa de jirones carnosos y sangrantes. El ultimo hombre del
grupo se abalanza sobre la amenaza. Coge su arma e intenta reducir al
hombre con el arma atravesada delante para presionar su garganta y
asfixiarle. El preso intenta por todos los medios zafarse pero es imposible.
El aire empieza a faltarle y motas negras se van formando delante suyo.
Empieza a sentirse muy, muy cansado. Las fuerzas le fallan y sus brazos
están exhaustos. Cuando todo esta perdido oye un tiro y la presión
desaparece. El peligro cae muerto como un fardo.
-Siempre metiéndote en líos, insaciable bebedor de Guiness.
El soldado muerto aparece delante de Dunphys con una terrible sonrisa
perdida entre jirones de carne colgantes. El aspecto es aterrador.
-Vaya creo que deberías cambiar de estilista. Ese te ha hecho una
carnicería y no te favorece en nada.
-Si, creo que la próxima vez tu no harás mi cambio de imagen, bárbaro
ignorante.
A pesar de los insultos ambos hombres están contentos de juntarse de
nuevo.
-Cuando puedas cambia de cuerpo. Ese creo que destacara demasiado.
-No te preocupes de momento buscaremos una salida y luego volveremos
con ese ruso barbudo.
-Espera antes quiero mirar una cosa. El general me comento que aquí
tenían a mi complice. Y obviamente no eras tu.
-Si la verdad es extraño. Has picado mi curiosidad.
Ambos hombres bajan las escaleras y acceden al recinto de las celdas.
Observan con sorpresa que allí parece que la explosión no ha afectado
nada y esta todo intacto. Lo único diferente es que las puertas de las
celdas están todas abiertas menos una. Alguna por la onda están medio
abiertas y otras entornadas.
-Bien veamos quien es nuestro misterioso colega.
Con paso decidido se acercan a la única celda cerrada y empiezan a
manipular la puerta para abrirla. Una vez conseguido empiezan a golpear
la puerta haciendo un montón de ruido. El olor a sudor y suciedad inunda
el antro. Ambos sin entrar intentar atisbar en la oscuridad la identidad de
su morador.
-¡Eh! Sal para que te veamos la cara. Soy tu colega hemos venido a
rescatarte.
Esperaron unos segundos y a pesar de oír una respiracion agitada nada
sucede.
-Amigo, soy alérgico a las celdas. No me obligues a que mi compañero
entre a buscarte.-la voz de Dunphys es enérgica y autoritaria.
Tras unos segundos de espera un rostro vacilante va saliendo de la
oscuridad.
Ambos hombres miran con cara de sorpresa al reo.
-¿Quien eres tu? No te conozco.-dice el irlandés esperando respuestas.
-Me llamo Anchoa, Jose Anchoa. Soy un profesor de química y me pillaron
haciendo cristal para un importante narcotraficante. Ahora por mis
conocimientos sobre ese cartel mi vida no vale nada. Dicen que si hago de
soplón me darán protección de testigos y toda esa mierda.
-¿Y si no?
-Me pudriré eternamente.
Los dos hombres asienten con la cabeza compresivos.
-Estos malnacidos creen que todos los delincuentes son iguales.
Ochoa mira el rostro de Ernest e intenta controlar un escalofrío.
-Lo suyo tiene muy mala pinta, amigo. No soy medico pero deberían
mirarlo.
-No se preocupe en cuanta salga de aquí haré lo necesario.
-¿Quiere venir con nosotros?
-Oh, no se preocupen por mi antes tengo algo que hacer. Seguramente en
un futuro volveremos a vernos.
-Lo dudo. Pero aun así que tenga suerte.
Ambos hombres se despiden con un adiós y vuelven por donde han venido
para buscar una salida. Cuando casi están a punto de desaparecer de su
punto de vision el soldado de la cara destrozada cayo inerte al suelo
mientras su acompañante siguio su camino sin pararse.
Ochoa espero
un rato para asegurarse de que esta solo. Tras cerciorarse de que ya no
hay peligro empieza a recorrer todas las celdas hasta que encuentra a
Joshua acurrucado en el calabozo mas alejado de la entrada. Allí
encuentra al policía acurrucado y escondido.
-Tenias razón con ese pájaro y su zombificado amigo.
-No hemos librado por un pelo. Pero, ¿Y ahora que?
-Bueno creo que el milagro que buscaba se ha cumplido. Oficialmente
estamos muertos o desaparecidos y para Ernest y su colega también. Es
hora de pasar a la acción.
-¿Como?
-Primero salgamos de aquí. Tengo un as en la manga.
Continuara...
Capitulo 30 " El regreso"
-¿Cuanto tiempo llevo aquí?
La voz ahogada y rota de Joshua salia a través de la segura puerta de la
celda de aislamiento en la cual estaba recluido.
El doctor Ochoa se removía azorado mientras permanecía pegado a la
entrada del habitáculo. Con ojos desesperados miraba el pequeño
resquicio que estaba abierto para mantener la conversación.
-Han pasado cuatro semanas desde que viniste.
-He perdido la noción del tiempo aquí dentro. No se si es de día o de
noche. Al menos tu compañía me alivia esta espera. Pero sigo sin
entender porque no soy libre. No he hecho ningún delito ni se se ha
comunicado el motivo de mi detención.
Ochoa suspiro largamente buscando las palabras adecuadas. Sabia que no
iba a ser fácil lo que iba a decirle a continuación. Miro a su alrededor
viendo las demás celdas abiertas como si allí estuviese la solución a sus
problemas. Esconderse del mundo para no lidiar con las injusticias que
nacían delante de sus ojos.
-Hay algo que no cuadra en tu informe. Eres sospechoso de traición o
asociarte con un grupo criminal.
-¿En que se basan?
-Según tu los soldados rusos fueron abatidos con sus armas por ti. Han
analizado las pistolas y llevaban cargadores de fogueo. Murieron por una
explosión controlada. Llevaban una pequeña carga explosiva dentro de su
chaleco antibalas. Alguien se tomo muchas molestias para matar a esos
hombres y que pareciese obra tuya.
-¿Y que tengo que ver yo con ello?
-Según el general si no se hubiese investigado tu serias un héroe. Y no
existiría ninguna duda a tu lealtad. Lo que si en el supuesto caso que
fueses un agente doble tendrías la fachada perfecta para descartarte
como sospechoso.
-Quizás los rusos lo planearon para que esto saliese así y bajar nuestros
niveles de alerta. Yo seria el cabeza de turco.
-Es posible pero de momento eres persona non grata por allí arriba.
-¿Y tu que opinas?
Ochoa guardo silencio unos segundos mientras se mesaba el cabello.
-Conozco la condición humana y a riesgo de equivocarme no creo que
seas el enemigo. Al menos no tanto como las veces que has intentado
cazar a ese malnacido.
-Gracias por tu apoyo. Bueno al menos mi campaña no va mal ya voy
convenciendo adeptos de mi inocencia.
Mientras decía esto Joshua se sentó en el suelo con una sonrisa amarga
mirando un punto indefinido de la oscuridad.
El doctor se adelanto unos pasos hacia la salida. Se paro y volvió nervioso
hacia la celda.
-Sabes, tengo un plan.
-¿Para escapar? Vaya, lo de Alcatraz seria un chiste comparado con lo que
tienes en mente.
Ocho se maldijo por sus palabras. Odiaba que dado el estado del preso
darle falsas esperanzas.
-No, no podría ayudarte a escapar. Estaríamos muertos antes de cruzar
esa puerta.
Ochoa señalo la puerta y se quedo tontamente mirando. Comprendio que
el agente estaba en la mas absoluta oscuridad dentro de un zulo. Era
imposible que viese sus gestos.
-¿Entonces como es que vienes a verme? Pensaba que estaba en
aislamiento.
-Tengo amigos.
-Deben ser muy poderosos. ¿Algun general? ¿O eres familia del presidente
y no me he enterado?
-Ayude a uno de los guardas.
-Debió ser algo muy gordo. Para desafiar al mandamas.
-Salve a su hija. Cosas de científicos necesitaba una medicación muy cara.
Y unos amigos mios crearon un compuesto genérico con los mismos
ingredientes.
-Vaya un héroe anónimo, ¿Eh?
-¿Cual es tu plan?
Ocho iba a abrir la boca cuando oyó pisadas de botas.
-Espera un momento.-siseo.Oigo pasos.
Un hombre de treinta y seis años se acerco a Ochoa. Era un tipo duro y de
recursos, media metro ochenta de estatura y corpulento con sus 100 kg.
Tenia unos ojos azul intenso y pelo negro. Se llamaba Bradfor Mender y
nunca había tenido problemas con los oficiales o los soldados que no
hubiese sabido solucionar con eficiencia y honradez. Era un hombre astuto
y tenaz. Junto al traje militar de su hombro colgaba una radio para estar
en todo momento comunicado.
-Buenos días, doctor.-dijo de forma condesciente.
-Bradford.-contesto el doctor.
-Solo venia a comentarle que estoy muy agradecido por su ayuda en el
tema de mi hija, pero...
En ese momento el sonido estático de la radio se puso en marcha.
-Control a Lobo 1. Control a Lobo. Conteste.
Bradford miro extrañado al doctor y tomo la radio.
-Aquí Lobo 1. Estoy haciendo la ronda. Estoy saliendo de las celdas.
Estaba visitando al paquete.
Una mirada de complicidad surgió entre los dos hombres.
-Venga inmediatamente. Tenemos compañía. Steranko ha vuelto y trae al
irlandés. Necesitamos toda la cobertura posible.
Una sonrisa de felicidad nació en el rostro del guarda.
-Ya tenemos a ese cabrón y el capitán lo trae de vuelta es magnifico.
Bradford acelero la marcha para unirse al contingente militar. Se paro en
seco y a punto estuvo de caer.
-Doctor, no se mueva de aquí. Nadie debe saber nuestro secreto. Si
ocurre algo escondase en alguna celda. Están todas abiertas. ¿Entendido?
-No hay problema.-contesto el doctor mientras le hacia un saludo militar.
Una vez se hubieron quedado solos Ochoa hablo.
-Bien, quizás esto sea lo que necesitamos para confirmar tu versión.
-Doctor, ¿las cosas mejoran o empeoran? Algo extraño que vuelva el
intocable capitán junto a uno de las piezas mas deseadas.
Mientras varios metros mas arriba el orgulloso capitán Steranko y el
inefable Dunphys entraban en la sala de control después de pasar los
protocolos de seguridad de la base. Arropados por todo el personal que se
felicitaban y se regocijaban del éxito del condecorado militar. La imagen
no podía ser mas complaciente un Steranko exultante y emocionado
empujaba a un desaliñado, maloliente y derrotado preso.
-Bueno, ja jaja. Ya se que esperabais que trajese las cabezas de esos
bastardos atadas a mi cintura. Pero tengo algo mejor. A este bastardo y
donde se esconden esas ratas.
El general pagado de si mismo se acerco a grandes zancadas al capitán que abrazo como si fuese un hijo recién encontrado.
-Muchacho, te veo muy bien. Me imagino que esas nenazas habrán
recibido lo suyo.
-Si solo recibí algunos golpes y contusiones. Aparte de mi vista que quedo
algo afectada debido a sus cuidados y aun la tengo convaleciente.
El general miro a Dunphys con odio y ira.
-Llevaos a este hijo de perra lejos de mi. Creo que allí donde vas
encontraras otro amigo tuyo, de tu misma calaña.
Dunphys puso gesto de sorpresa ante las palabras del general. A ciencia
cierta ignoraba que tuviese otro aliado en la idea que habían planeado.
El general se quedo un poco perplejo al mirar el cuello de Steranko.
Adelanto su mano y toco la piel tintada que salia del cuello del capitan.
-¡Que extraño! Nunca me había dado cuenta de que era aficionado al
tatoo.
Steranko se ruborizo.
-Perdone, capitán. Era algo que querría que permaneciese en privado. No
quería contrariarlo.
Mientras decía esto Steranko miro a través de sus oscuras lentes y se
alegro de que aquellos necios permanecían ignorantes del apocalipsis que
se avecinaba.
-No pasa nada, capitán. No pasa nada....-dijo extrañado el general
Steranko alzo los brazos victorioso ante un publico entregado.
-Gracias por vuestro animo y apoyo. Se que no estaba solo. Que vosotros
no dejasteis de buscarme y eso os honra. Sí estoy aquí es por vuestra
dedicación y fe.
Steranko se lleva la mano al corazón y se dio golpecitos para luego
señalar a los presentes.
-Ahora es tiempo de volver al trabajo y para ello vuelvo con información
que promete ser un bombazo.
Continuara...
Capitulo 29 " Supervivencia maldita"
Un mar de cuerpos inundaba el almacén, muchos de ellos hasta hace unos
instantes habían sido compañeros de Jhosua. Y ahora yacían fríos e
inertes con sus miradas eternas a sitios distantes. Mientras el único
superviviente arropado entre sus mudos compañeros fijaba su mirada
hacia el infinito, de sus ojos enrojecidos las lágrimas rodaban
inconsolables. Se restrego de nuevo la cara para secar el húmedo manar,
a pesar de que era una tarea ímproba acabo siendo nula. Giro su cabeza a
ambos lados y recordó los motes que mentalmente durante el viaje fue
poniendo a cada uno de ellos para recordar mejor sus rostros. El callado,
el chulo, el listo, el ligón y así uno tras otro. Ahora inconscientemente
aquel absurdo juego le había servido para tener una vinculo con todos
esos hombres, un vinculo que ahora ya no existía, sesgado, cercenado y
mutilado. En su mente se formo el rostro de sus nemesis y cerro los
puños de pura ira, pura rabia hasta que se quedaron blancos y la sangre
no paso por sus nudillos. Tenia que existir alguna manera. Es imposible
que fuese intocable, nadie es invulnerable. Debía tener un punto débil,
algo que se le había pasado. Un talón de Aquiles que estaba cerrado bajo
siete llaves. Pesadamente se levanto. Su agotado cuerpo acuso el
esfuerzo no pudo evitar que su iniciativa acabara tambaleándose y con
algunos vaidos por la rapidez de sus movimientos pero que no hicieron
mella en su decisión. Tuvo la tentación de doblarse a devolver, volvió a
mirar la sangría que le rodeaba. Pero la bilis no llego a su boca. No seria
digno que ante estos héroes se mostrase débil y vencido. Se decía si
mismo que esto no se volvería a repetir. Cogería a esos bastardos y
sacaría sus entrañas por la boca, con sus propias manos mientras gritaban
clemencia. Lo juro ante los caídos. Aunque fuese su ultimo acto en vida. Aquí no podía hacer nada pesadamente dirigió sus pasos hacia la salida,
evitando pisar cualquier resto humano o muestras orgánicas. El dolor
empujaba sus pasos pero la venganza movía su corazón. Salio al exterior
y rodeo la nave buscando algún tipo de amenaza. La luz del sol le golpeo
como un marido humillado. Se tapo los ojos hasta que poco a poco su
vista se fue aclimatando a la luminosidad. Excepto los dos verdugos rusos
que estaban tirados en el suelo no se observaba ningún signo de vida o de
amenaza. Se alejo de los difuntos Rojo 1 y 2 y tras cerciorarse que no
existía peligro volvió a la entrada y se sentó. No tuvo que esperar mucho
cuando una avanzadilla se acerco hasta èl. Reconoció enseguida el
vehículo ligero que venia a gran velocidad seguido por una estela de
humo, mas lejos pudo apreciar un séquito de camiones frigoríficos con sus
correspondientes coches. Se imagino repleto de expertos forenses y
criminalistas. Aun así se le antojo insuficiente dado el ingente trabajo que
tendrían que hacer para poner en orden todo lo que les esperaba. Le
recordó como esos grandes yacimientos arqueologicos que tardan años y
años en arrancar sus secretos. Mientras absorto seguía en sus
pensamientos para no caer en un estado de shock el primer vehículo paro
a escasos metros de èl. Era un Humvee el famoso coche que tanto éxito
había tenido tanto en el ámbito militar como en el civil. Dos fornidos
militares se apearon parecían recién salidos de una pandilla de tipos
patibularios por sus formas y sus maneras. Se quedaron petrificados y
rápidamente sacaron sus armas apuntando al sorprendido policía.
-Señor Joshua Tena, pongase de rodillas y las manos a la cabeza. No es
ninguna broma. Y esto no es un simulacro.
Jhosua puso los ojos como platos y se hubiera echado a reír si no fuese
por las dos pistolas que amenazaban su vida.
-¿No ha hablado claro, mi compañero?
-Transparente, Jimbo.-replico Jhosua de forma amenazadora.
Mientras uno de ellos permanecia en una posición defensiva el otro puso
unos aros de plástico en las muñecas del hombre.
-¿De que se me acusa exactamente?
El soldado lo miro despectivamente y lo levanto de forma ruda del suelo.
-Me encantaría charlar con usted, señor. Pero tengo un paquete urgente
que llevar a la base.
En un momento Joshua fue introducido en el interior del coche. Mientras
se alejaba observo como el resto del contingente llegaba sin su presencia.
Pensó que quizás querría el general detalles mas concretos de lo sucedido
pero porque las esposas y el arresto. Esta pregunta le rondaba en la
cabeza como una mosca en un dulce. Finalmente desistió por mucho que
buscase una explicacion la persona que tenia la respuesta no se
encontraba allí. Se recosto en el asiento bajo la atenta mirada de sus
guardianes y empezó a silbar. Ya había llegado a la mitad de su inventada
melodía pero un agresivo frenazo desbarato su talento musical haciendo
que su cuerpo se abalanzase hacia delante por la inercia tragandose el
resto de notas. Casi en volandas fue sacado de el auto y llevado al interior
de las dependencias. Parecía que los años hubiesen transcurrido cuando
se encontró ante el general y el doctor. Algo absurdo cuando hacia pocas
horas que habia marchado del lugar.
-Supongo que tendrá una buena explicacion para esto.-dijo Jhosua
enfadado.
-De momento y tras los sucesos que han sucedido debo mantener una
actitud preventiva. Y hasta que no descubra si realmente estas limpio o
eres complice...
-Pero eso es imposible, general.-dijo el doctor que no salia de su asombro
e intentaba poner un poco de cordura.-Joshua es leal.
-Me gustaría creerle pero han muerto hombres, buenos hombres. Y no
sabemos si esta influenciado o manipulado por los rusos o dios sabe
quien.
-General eso es una locura. Soy Joshua, ¿no me reconoce?
El general lo miro de arriba a abajo como si fuera una inquietante
amenaza.
-Llevaoslo, lo quiero en régimen de aislamiento total.
Joshua fue arrancado de la presencia de los dos hombres mientras gritaba
su inocencia.
-Y ahora doctor. Si me disculpa tengo que informar a unas cuantas
familias que se han quedado sin esposos y padres. Y buscar a un ejemplar
militar que esta desaparecido.
El general saludo efusivamente al doctor y lo dejo solo con la mirada
perdida y los ojos llenos de lágrimas mientras miraba hacia donde habían
llevado a Joshua. Tras un rato empezó a caminar sin rumbo fijo.
-Solo queda una opción pero necesito un milagro para realizarla.
El doctor mientras murmuraba y con la mirada hacia el cielo rogaba un
imposible.
Joshua descansaba en la oscuridad de su celda. Daba igual donde mirase,
un paño negro aparecía ante sus ojos. Sabia que para no caer en la locura
debía mantenerse cuerdo. Y el único camino era el odio y la venganza que
seguía rezumando en su pecho.
-¡Te encontrare, maldito asesino! Y juro que Dios se tapara los ojos ante
lo que tengo reservado para ti.
Continuara...
Capitulo 28 "Ejecucion"
Dos soldados del equipo de asalto ruso consiguen convencer al escurridizo
Dunphys para que baje al suelo y es escoltado hasta la presencia del jefe
del comando.
-Así que tu eres el colega del tipo tan esencial para mi jefe
El jefe se acaricia la barbilla y siente la rugosidad de su incipiente barba. A
la vez que mira al irlandés examinandolo.
-La verdad no pareces gran cosa. Pero eso no lo tengo que decidir yo.
El capitán se acerca al oído de Dunpys
-De momento.
Dunphys lo mira despectivamente.
-Quizás las apariencias engañan.
El irlandés se quita la ropa y le muestra la herida en el pecho abierta y
sangrante.
-Pero no creo que ninguno de vosotros reciba un regalo como este y viva
para contarlo.
El militar mira con gesto de incredulidad y asco. Para zanjar el tema gira
la cabeza y señala a Joshua.
-Si te quieres despedir de tu amigo ahora es la ocasión.
El militar pone cara de pena
-Pero por favor, que no sea muy larga. Por experiencia, te aconsejo un
adiós breve y corto.
-Olvidalo no fuimos tan amigos.
Dunphys escupe en el suelo y ningunea a Joshua como si no estuviera allí.
-Venga, tengo una cita con un viejo amigo.
El jefe militar se dirige al grupo de soldados y elige a dos.
-Bien, Rojo 1 y 2 acabareis el trabajo. Nosotros volvemos a la base con el
pichón y con el halcón. Estaré a la espera de vuestro informe.
Dunphys se acerca a Steranko tan cerca que puede notar su aliento.
-Dime, machote.¿Quien es el pichón y quien el halcón?
El grupo se marcha quedando solo dos soldados. Solo tienen que
esperar unos instante para oír como los vehículos se ponen en marcha y
se alejan.
Uno de los soldado se pone frente a Joshua apuntala su arma y se ajusta
sus gafas de fibra de carbono con lentes espejadas.
Desde ellas el retenido puede ver al compañero como saca su pistola
Hecler & Koch MK23 con silenciador.
El tipo que ha sacado el arma suavemente apoya la mano sobre el hombre
del policía y va añadiendo fuerza para que se arrodille.
Joshua empieza a sonreír.
-Rojo 1 y 2, ¿en serio?. Mejor seria Lenin y Trotsky. Tendrías que tener un
poco de dignidad.
-Arrodillese y ponga las manos en la nuca. Sera rápido.
Joshua hace caso a la amenaza. Y se pone en posición de ejecutado. Lo
que ignoran sus verdugos es que ha estado vigilando cada movimiento a
través de los cristales del hombre que tenia delante.
-Lo se.
Rojo 2 apoya el cañón de la pistola en la cabeza del agente. Siente los
músculos en tensión, a punto de explotar.
Un movimiento casi imperceptible delata la acción de empujar el gatillo.
Joshua se gira rápidamente empujando con sus manos los brazos de Rojo
2. Pillado por sorpresa dispara y alcanza a su compañero que cae abatido.
Rápidamente el policía se pone de pie y se pone por detrás soltándole una
terrible patada en la entrepierna que hace que suelte todo el aire de sus
pulmones. Sus manos se quedan sin fuerzas durante un momento por el
golpe. Joshua toma el arma y evita que caiga el suelo. Fríamente dispara
al indefenso hombre que cae inerte.
Sabe que el tiempo esta en su contra. Corre a la entrada de almacén y a
sabiendas de lo que va encontrar no deja de ser desmoralizante. El equipo
de fuerzas especiales ha sido eliminado. Aquí y allá cuerpos dispersos
aparecen. No desea estar, ni quiere entrar. Una sensación de ira y
frustración hace que le duela el pecho. Llorar y rezar es lo que pide sus
sentimientos pero ahora no puede ser. Con mucho cuidado toma el casco
de una de las víctimas y se lo coloca. Intenta no caer en la trampa fácil de
evocar que el hombre que llevaba esa pieza hace poco vivía y respiraba.
Tenia una familia que lo esperaba al final del día. Y alguien tendría que
notificarle que eso no volvería a suceder. La venganza corría por sus
venas como la cerveza en una final de fútbol.
-Señor. Estamos recibiendo imágenes del almacén. No es Branson.
En la base la sorpresa de recibir noticias de la operación era todo un
acontecimiento. El viejo general no daba crédito a sus ojos. Joshua les
informo de lo acontecido y del rapto de Steranko y de Dunphys. Una triste
silencio se hizo en la sala.
-¡Bien! Ha hecho todo lo posible. Mandaremos a un equipo a por usted y a
por nuestros bravos hombres. No se mueva del lugar. Gracias por todo,
Joshua.
A pesar de la dureza y fiereza que mostraba el general intentaba no
mostrar sus sentimientos y ahora menos. No podía permitírselo. Amaba a
sus hombres. Ellos habían elegido una vida dura y sacrificada por el bien
del país igual que èl. Por extraño que pareciese eran sus hijos. Su única
familia. Desde el momento que el Ejercito llamo a su puerta supo que no
existiría mas familia. Ese amor pedía demasiado como para ser
compartido.
Una vez acabada la retransmisión Joshua se vino abajo y lloro. No sabia
que hacer pero a cada paso que daba para cazar a Ernest ellos siempre
estaban por delante. Daría lo que fuese por tener una solución. Y esa solo
podía ser a manos del doctor. Tendría que hablar cuando llegase.
En el exterior dos soldados rusos caídos en el suelo abrieron los ojos
lentamente. Rojo 1 y 2 se cercioraron de que nadie los observaba. Uno de
ellos asintió con la cabeza mientras el otro le miraba.
-Aquí Rojo 1. El plan esta en marcha. El paquete lleva el localizador, repito
el paquete lleva el localizador.
Lejos de allí el Recolector se levanto tras recibir el mensaje desde un
ordenador apoyandose en su bastón mientras sus ojos miraban al infinito.
Sus ojos brillaron de felicidad. Apenas estaba asimilando la buenas nuevas
cuando el comando apareció con Dunphys y Steranko. Los miro
complacido.
-¡Señores! Sean bienvenidos. Seguro que vamos a hacer grandes cosas
juntos.
Steranko miro estupefacto al Recolector. Y dos veces mas de arriba a
abajo sin salir de su asombro.
-¿Que clase de broma es esta?.-dijo encolerizado.
Recolector miro sorprendido a los lados como si hubiese una cámara
oculta.
-¿Broma?. Lo siento creo que nos ha confundido, esto no es ninguna
broma. ¿Señor...?
-Steranko. Capitán de Operativos Unidades Especiales.
-Esta muy lejos de su unidad, soldadito. Pero tranquilo, volverá pronto. El
país necesita gente como usted para lo que se avecina.
El Recolector hizo un movimiento con la cabeza y fue levantado en el aire
por dos hombres que se lo llevaron entre sus protestas airadas.
Dunphy hizo acto de presencia detrás del capitán.
-Vaya, usted es el famoso colega de Ernest.
-Si.
-Es increíble ese hombre. Pero esta deseando verle. Seguro que tienen
muchas cosas que contarse. No hagamos mas larga la espera. Ya
tendremos tiempo para charlar del futuro.
Con otro movimiento imperativo dos soldados se unieron a Dunphys para
llevarlo con su compañero.
El Recolector vio como se marchaba y tras ordenar que atendiesen al
operativo recién llegado se informo de todo lo sucedido sobre su brillante
asalto al almacén gracias al capitán.
-Por cierto capitán, Rojo 1 y 2 han informado de que nuestra idea sigue
adelante.
-Si, señor. Es cierto.
-Bueno como buenos soldados deben sacrificarse por su país. Seria
terrible que cayesen en manos de esos imperialistas.-mientras decía esto
miraba a su mano como si estrujase una amenaza imaginaria.
-El explosivo escondido en sus chalecos ya habrá hecho efecto. Todos
creerían que realmente el policía mato a los soldados. Y no tiempo
después por un pequeña deflagracion.
Una vez sacio su curiosidad miro a Diego que estaba en un discreto
segundo plano.
-Diego, por favor. Traeme a Hitler y Mussolini. Tengo que pensar.
Para Recolector pasear a sus perros era un placentero y relajante
ejercicio de meditación. Varias planes habían nacido en su mente mientras
realizaba esta sencilla labor.
Dunphys pudo verse sorprendido y incluso enfadado de ver como estaba
recluido Ernest. Pero eso no impidió que ambos se emocionasen al
reunirse. Como padre e hijo separados por un eternidad se abrazaron y se
miraron viendo que estaban bien. Una vez hubo pasado el momento de la
emoción, se relajaron y hablaron.
-No entiendo como estas aquí. Tienes un gran poder. Y podrías
destruirlos.
-No, aun no puedo pero tengo una idea. Pero antes debo hacer algo, ellos
tienen algo que quiero.
-¿Que te pueden ofrecer? Lo tienes todo, todo.
-Todo no.
Ernest saco una foto y se la dio a Dunphys. Dunphys la miro sin ningún
tipo de sorpresa.
-¿Eres tu? Si, es una vieja foto tuya. ¿Y que?
-La hizo esta semana. Tiene un cuerpo con un doble de mi.
-¿Tiene un cuerpo de Ernest?
-Si, puede parecer una tontería. Pero después de décadas podría salir a la
calle con mi autentico yo sin ocupar personas ajenas a mi. Me lo ha
prometido en cuanto acabe la misión. Seré yo para siempre. Yo y eterno.
-¿Y si no cumple?
-Cumplira, Dunphys. Y después morirá. Te lo aseguro.
Continuara... Capitulo 27 "Emboscada"
En la base secreta el general recibe un mensaje inquietante. Un joven
soldado se acerca rápidamente ante el oficial, esta lívido sabiendo las
noticias que porta y la reacción que va a desencadenar en el viejo militar.
El hombre permanece ausente mirando las pantallas de los ordenadores
en la sala de crisis. Una sala oculta para la mayoría de los ciudadanos y
que actua como un fino bisturí donde el condecorado hombre trabaja con
mano firme como un hábil cirujano en la sombra curando y cauterizando
los males que se ciernen sobre su amado país.
-¡Señor! Tengo información urgente que darle.-mientras dice esto el
soldado se cuadra perfectamente.
El aludido se giro curioso mientras cierra uno de sus ojos como si
intentara que el soldado se empequeñeciera.
-¿Va a decirlo o vamos a estar todo el día así?
Turbado el hombre cuenta todo de golpe.
-Hemos recibido un aviso de emergencias. En el polígono de Malpica, en
un viejo almacén han recibido un aviso porque han oído un montón de
disparos. Una patrulla se ha acercado al lugar y ha encontrado en dicho
sitio cientos de casquillos y cadáveres acribillados.
El viejo se empezó a acariciar la barbilla pensativo.
-Solo puede significar que nuestros fugitivos están vivos y han vuelto a
hacer de las suyas.
-¿Pero como..?
-Eso no importa cuando tenga sus culos apaleados ante mi ya sabremos
los detalles. ¿Donde esta el capitán Steranko? Lo quiero aquí antes de ya.
-Voy a buscarlo.
-Si haga algo de provecho en vez de traer problemas.
Joshua Tena volvía a la sala y se cruzo con el general.
-¡Vaya! El hombre del momento. Buena cagada la suya. Pero quizás no
todo este perdido.
-¿Que quiere decir?
El oficial puso al día a Joshua sobre los últimos acontecimientos.
-No se preocupe no volverá a pasar.
-De eso puede estar seguro,hijo.
A la vez que decía estas palabras las remarcaba marcando con el dedo el
pecho de Joshua.
-Vamos a dejar paso a los profesionales, usted esta fuera del partido. Solo
es un visitante.
Un hombre de un metro noventa. Alto y musculoso de fuerte musculatura
y mirada penetrante entro en la sala. Su paso era seguro y firme.
Ignorando la mirada de los demás se percibia en él un magnetismo
salvaje. Era de esas personas acostumbradas a jugar con el riesgo y
ganar.
-General.-Steranko se cuadro de una forma marcial.
-Capitán Steranko le presento a Joshua Tena.
-Si estoy al tanto.
Joshua hizo un amago de darle la mano pero el capitán le hizo el mismo
caso como si fuese una mosca que hubiese pasado a su lado.
-El equipo de asalto esta preparado para salir y repartir ostias a todo el
que se cruce en nuestro camino. General, si fuese alguno de esos tipos
estaría rezando y cavando mi tumba para que no me encontrasen.
-Eso es lo que deseaba oír. Bien los dejo. Y Joshua aprende de este
profesional. Con el no tiene nada que perder.
Una vez se hubo marchado ambos hombres quedaron frente.
-Bienvenido a la liga de los mayores.
-Ya veremos no tiene ni idea a lo que se enfrenta.
-Lo único que me importa es que sangre. Y ahora sigueme y no te quedes
atrás. No me gusta hacer de niñera.
Steranko acabo la frase y mientras se marchaba dio un empentón en el
hombro a Joshua que casi lo hizo caer.
-No quiero héroes, ni estupideces. Tu seras el ultimo cerrando la
formacion de mis hombres.
Dunphys abrió los ojos aturdido. Los zumbidos de las moscas pululaban a
su alrededor.
-¡Joder, que resaca!
Empezó a toser violentamente esputos de sangre. A la vez que lo hacia
oyó caer algo metálico entre las babas y la sangre. Una pieza deformada
apareció ante su mirada.
-¡Una maldita bala!
Se incorporo a medias sin llegar a levantarse y quedo anonadado de la
visión que se abría. Incontables cuerpos yacían entre charcos de sangre
seca. Giro su cabeza y una inerte Katrina con una mirada vacía observaba
sus movimientos.
-¡Mierda! La verdad que estabas buena, pero tu amiga te ha hecho un
roto. Bueno, ¿y ese cabroncete de Ernest?
En su mente solo pensaba en levantarse y buscar a su compañero. Iba a
hacerlo cuando varios hombres de negro con cascos, chalecos y rifles de
asalto M4A1 SOPMOD entraron por la puerta. Disimuladamente Dunphys
se tumbo y se hizo el muerto. Otra vez los militares, penso. Seguramente
habrían pillado al viejo y ahora venían a por el. Una bala en el pecho no lo
había matado pero muchas mas y de ese calibre podría dejarle como un
puzzle sin empezar. Espero su momento. Si no salia de aquí vendería su
piel cara, muy cara.
El soldado Daniel Hawkin se moría por un pitillo el primero de la
avanzadilla creía que estaba preparado para todo. Pero aunque su rostro
no lo mostraba un terror se apoderaba de su interior. Un sinfín de cuerpos
parecían que se iban a abalanzar sobre su cuerpo. En posturas grotescas,
muertos de distintas maneras los veía acribillados, desmembrados,
quemados. Incluso tenia la extraña sensacion de que algunos hubiesen
arrastrado sus fallecidos cuerpos en su guerra contra un enemigo letal a
otros lugares del edificio. Como si despues de muertos se hubieran
levantado de nuevo para seguir la lucha hasta ser masacrados por
segunda vez. Movió la cabeza negando tales ideas. Se dijo a si mismo que
todo era fruto de la presión. Miro hacia atrás y vio a sus compañeros
avanzar lentamente con el arma dispuesta a arrasar a todo aquello que
oliese a peligro. Disparar primero y preguntar después, esa era la
consigna.
En la sala de crisis el general boquiabierto e iracundo asistía al demente
espectáculo que se ofrecía ante sus ojos. Gracias a la tecnología y a las
cámaras que cada hombre llevaba los datos llovían al monitor al
momento. Hasta que sin razón aparente la pantalla quedo en negro.
-¿Que ha pasado?
Un técnico con cara de sorpresa balbuceaba ante la incoherencia de la
situación.
-No.. No lo se. Alguna caída en la señal..
-Me da igual como si han sido los extraterrestres. Arreglelo y hagalo ya, o
no reparara ordenadores ni en su barrio.
No podian saber que momentos antes un hombre con un tiro en el pecho
y de nacionalidad irlandesa decidió dar un giro a los acontecimientos.
Dunphys mimetizado entre aquella carnicería entreabrió los ojos y
distinguió como un soldado cauteloso miraba hacia todos los lados
buscando amenazas. Aprovechando que no estaba en el campo de visión
de Hawkin tomo el arma de Katrina arrastrándola suavemente hacia èl.
Para Daniel fue demasiado cuando se quiso dar cuenta una bala había
atravesado su cámara y otra la parte mas vulnerable de su uniforme de
forma fatídica. Como un rayo Dunphys se levanto y disparo al resto del
equipo mientras cogia al infortunado soldado y lo tomaba como escudo.
Entre los militares una voz alta y clara se hace oír. -¡Punky, rindete! No tienes escapatoria.
-¿Y tu, héroe? ¿Quien eres?
-Me conocen como Steranko, para ti soy tu bestia negra.
-Cogeme, si puedes.
Dunphys empezo a retirarse mientras disparaba con el arma de asalto de
su presa.
-No disparéis, podéis darle a Hawkin
Dunphys miro hacia los lados buscando una salida. Observo
detenidamente y hallo varias escaleras laterales que cubrian la nave y
daban a una parte superior en la cual permitia subir hay unos ventanales
y acceder al tejado. No era un gran plan pero el mejor que tenia.
-No podrás subir con èl, si es lo que piensas hacer. Rindete y seré
benevolente.
-Tienes razón, no puedo subir con este peso.
Dunpys cacheo el cuerpo del soldado y encontro varios botes de humo.
Después tomo el arma de Katrina que tenia en una mano y pego un tiro
en la cabeza al soldado. Ante el estupor de todos aprovecha esos
instantes y lanza varios botes de humo. Para deslizarse hacia la parte
superior. Cuando llega arriba ve a varios de los sicarios que junto con
Ernest a matado. Todos yacen muertos.
-Acribilladlo, matadlo. ¡Lo quiero muerto!
Joshua permanece retenido dentro del vehículo de transporte cuando oye
los disparos. Alarmado toma su arma y llega a la entrada de la nave. Al
entrar entre el caos ve que todos disparan a través de una densa
humareda. Mira hacia arriba y ve como Dunphys intenta escapar por un
ventanal.
-¡Maldito cerdo! No escaparas de mi otra vez.
Corriendo se dirige hacia un lateral del exterior de la nave alejándose de
la entrada. Sabe que su presa buscara el punto mas alejado para
despistarlos.
Saca su arma y permanece atento. El sol ciega sus ojos y el aire corre frío
a su alrededor pero no deja distraerse por cualquier aspecto externo.
Contento oye como un vehículo para delante del edificio y mas botas
resuenan. Bajando de los tranportes y entrando en el edificio.
-Estas acabado. Me oyes han llamado a la caballería.-grita Joshua para
despistarlo
Dunphys va corriendo y mirando por donde escapar. Mientras mas
disparos resuenan en el interior.
-¿Porque disparan si esta fuera?
Joshua piensa que tal vez si el huido esta en el techo disparan allí para
darle.
Dunphys ve a Joshua y prepara su arma para abatirlo.
-Amigo yo que tu me bajaría. Lo haras de una forma u otra.-mientras
Joshua señala el suelo con el arma.
Dunphys ve como un contigente militar abandona la nave y se dirige hacia
Joshua encabezado por Steranko.Los militares apuntan a Dunphys.
-Bien no ha sido tan difícil. Al fin tenemos a ese pájaro a tiro.
Steranko cabizbajo no dice nada.
-¿Porque esa cara? Ya lo tenemos. Esto casi ha terminado.
Steranko levanta la cabeza y mira furioso.
-¡Maldito, estúpido! No son de los nuestros. Son...
Steranko recibe un golpe en la cabeza que le hace caer al suelo. Dolorido
se retuerce de dolor mientras una brecha sangrante se observa en su
cabeza.
El hombre que acaba de golpear a Steranko se acerca a Joshua. Lo mira
despectivamente y se arranca un velcro negro que tiene en la parte
superior de la manga.
-Esto ya no es necesario.-dice mientras en su voz hay un cierto deje a
europeo.
Dejando al descubierto una bandera roja con unas siglas con una hoz y
un martillo laureadas. Acto seguido el resto del pelotón hace lo mismo.
-C.C.C.P
-¿Rusos?
-Auténticos patriotas rusos y venimos a liberar a ese hombre.
Mientras dice esto señala a Dunphys que absorto asiste como un
espectador mas al devenir de los acontecimientos.
El oficial ruso empieza a hablar a través de un micro que sobresale del
casco.
-Aquí Výmpel, llamando a Alfa. Espero ordenes tenemos al pájaro y dos
halcones.Corto y cambio. Espero ordenes.
El oficial que ha golpeado a Steranko asiente mientras escucha.
-Я понял. Так это будет сделано.
El oficial mira fijamente a Joshua sin ninguna emoción y acariciando la
pistola que duerme en su funda.
-Creo que nuestro viaje acaba aquí. Continuara...
Capitulo 26 "Recolector vs. Ernest" El Recolector salio de su habitación y ando por el angosto pasillo que daba
a un gran espacio subterráneo. Era una gran cueva de cemento. El sonido
de los pasos resonaba con ecos junto con los balbuceos de los perros.
Enfrente una honda plataforma circular estaba asegurada por un foso con
agua. Alrededor unas barandillas cerraban el sitio. Se veía un solo acceso,
unas escaleras bajaban a una entrada donde un puente retráctil permitia
la entrada al pozo. Dentro del pozo un hombre lloraba con gesto abatido.
Instante después Diego se unió al Recolector portando un misterioso
sobre que le entrego.
Recolector lo tomo y lo metió debajo de su axila. Una vez hecho esto miro
al detenido.
-Hola Ernest, no se si es un placer conocerte pero si tenia una gran
curiosidad. Por cierto, te veo muy acompañado aunque ninguna de esos
espectros que están contigo estén de una pieza.
El hombre estaba de rodillas sollozando mientras se tapaba la cara con las
manos. Su posicion era sumisa y suplicante.
-No se quien es ese Ernest. Se equivoca de persona. Por favor déjeme
marchar. Yo no hecho nada.
-Ernest te he considerado muchas cosas. Asesino, violador, psicópata pero
nunca pensé que fueses un estafador mentiroso. Tu aura negra te delata.
El hombre poco a poco retiro las manos de su rostro dejando al
descubierto su odio y su ira.
-Vaya hombrecito veo que eres muy listo.
El Recolector afianzo su posición con su bastón apoyandose mientras los
doberman permanecían en alerta mostrando sus blancos dientes.
-Te presento a Hitler y Mussolini. Al menos estos si que son leales a la
madre patria.-mientras decía esto extendía la mano para enfatizar la
agresividad de sus perros.
Ernest puso cara ignorancia al oír los nombres y Recolector intento
disimular su sorpresa ante tal desconocimiento.
-¿Como lo has sabido?
-Bueno has ido dejando por el camino migajas sangrientas. No ha sido
difícil seguir tu rastro. Reconozco que fue una sorpresa que uno de mis
asociados topase contigo. El no era consciente de que le tenia entre
manos.
-¿Como sabes quien soy?
-Veras cuando vivía en mi tierra. El gran imperio ruso también tenia su
propio programa de revivir muertos. Se llamaba la operación Lenin.
-Ese si lo conocí.
-Bueno fue un desastre total y por nuestros errores tuvimos que escapar
antes de acabar en alguna helada cárcel del Siberia. Por suerte mis leales
compañeros, verdaderos patriotas y yo conseguimos huir y
reorganizarnos. Después de tantos años con este proyecto no podíamos
dejarlo. Cuando descubrí que los americanos hacían las pruebas en la
Casa Negra fue como una revelación. Sabia de su historia y empecé a
seguirte la pista. Y pensé que tenia una segunda oportunidad de devolver
el golpe a los imperialistas con tu ayuda.Hacia tiempo que esperábamos la
llegada de alguien como tu. Un arma definitiva para hundir dos naciones.
-¿Crees que este simple foso de agua puede detenerme?
-Ese foso de agua contiene agua del lago Rovia.
-¿Y que mas da de donde sea el agua?
-Te contare una pequeña historia.
Ernest se sienta simulando a un alumno interesado.
-Veras uno de esos hombres que hizo grande a mi país. Tuvo una visión
pero a veces para hacer algo grande hay que sacrificar a una minoría. Esa
minoría era un pequeño pueblo, uno de tantos creados al calor de
producciones mineras o poblaciones experimentales. Probaron una
supervacuna para reforzar el sistema inmunitario y que sirviese para crear
el supersoldado. Pero algo fallo. Fue una catástrofe. Todos los habitantes
murieron, una tras otro. Algo los devoraba por dentro con lenta agonía. Al
final cuando el ultimo ser de aquel sitio expiro, todo fue borrado. Un
ataque militar sepulto aquel lugar indigno y fue pulverizado hasta los
cimientos. Y sus moradores acabaron en el fondo del lago Rovia en una
sepultura anónima. Pero su almas, ¡ay, sus almas! no descansaron y
pedían venganza. Yo lo vi estaba allí. Veía sus manos alzarse sobre las
aguas y sus rostros crispados pidiendo paz.
-¿Y que tiene que ver esto conmigo?
-Asomate al agua y ven.
Ernest se acerco e intento poner un pie en el agua cuando cientos de
rostros y manos culpidos de odio y venganza intentaron agarrarlo.
Ernest temeroso volvió a la seguridad de la plataforma.
-Nada que me puedes ofrecer me vale. Dinero, joyas, poder. Soy inmortal.
Estoy por encima de todos vosotros. Nada tienes. Puedo matar sin miedo
al castigo. Violar, sodomizar, castigar. Puedo ser quienquiera cuando
quiera.
-Bueno por lo que veo eso no es del todo exacto.
-¡Maldito presuntuoso! ¿Crees que no hallare la manera de acabar con
vosotros? Solo necesito tiempo.
-Si aquí vas a tener mucho. Pero mientras intentas hallar la manera.
Piensa en mi propuesta..-mientras decía esto alzo el sobre que le había
dado Diego.-Aquí tengo algo que quizás te sirva de incentivo.
Recolector devolvió el sobre a Diego.
-Toma baja a la entrada del pozo y enseñale lo que hay en el sobre. No
extiendas el puente. Lo vera desde donde esta.
Diego sumiso hizo caso de las indicaciones. Al llegar a la entrada del
puente se paro. Estaba cerrado por una puerta metálica. Aunque tenia
acceso para abrir y extender el puente no lo hizo. Saco el contenido del
sobre y lo puso extendido sobre la puerta metálica. Enfrente Ernest
agudizo curioso la mirada.
-Es cierto no puedo ofrecerte nada que puede interesarte. ¿O quizás si?
Ernest abrió los ojos sorprendido.
-¿Es cierto?
-Si.
-Dame una prueba.
-Bien antes tendrás que hacer un trabajo para mi.
-Había alguien conmigo. Lo necesito. Se llama Dunphys.
Diego suspiro.
-Yo me encargare de eso.
El Recolector asintió.
-¿Y bien, Ernest? ¿Hay trato?
-Si eso es cierto cuenta conmigo para lo que quieras. Espero que no sea
una broma.
-Perfecto, socio. Diego ya puedes subir.
Diego iba a recoger la foto.
-Nooo.... Dejala, por favor.-dijo Ernest casi clemente.
El Recolector volvió a asentir y Diego se encogió de hombros. Tomo la
foto y la metió entre las rendijas de la puerta para que no se cayese. Se
giro y volvió cansinamente con el Recolector.
Ernest se sentó y siguió mirando la foto mientras las pisadas de los
hombres se alejaban para dejarlo solo.
-Pronto... Muy pronto....-dijo Ernest mientras se acariciaba la cara.
Continuara...
Capitulo 25 "Recolector" Final.
Como un cordero al matadero fui llevado a través de lúgubres y fríos
pasillos. Donde las luces apenas alumbraban. La humedad rezumaba entre
las paredes y corrientes de frió aire acariciaban mi cara. Ignoraba si era la
climatología del lugar o el saludo etéreo de los eternos moradores del
lugar. A veces me giraba y veía a mis captores removerse incómodos y
me urgían a que me diese prisa mediante empujones y imprecaciones.
Ellos no lo sabían pero no estábamos solos. Una muda turba nos seguía
con pasos arrastrados. Desde luego no les hacia mucha gracia hacer todo
esto como si sintieran algo que escapa a su lógica. Finalmente llegamos a
nuestro destino. Un lugar que no era ni mejor ni peor que otros. Una
habitación soterrada sin ventilacion y donde un desierto taburete esperaba
pacientemente algún visitante. Un ultimo empentón fue la agradable
invitación a que tomase asiento.
-Sientate y espera.-me dijeron de la forma mas desagradable posible.
Apenas salían por el quicio de la puerta, uno de ellos se volvió.
-Y no hagas nada de lo que tengas que arrepentirte.-mientras remarcaba
sus palabras a la vez que me señalaba como si ya estuviese en el
patíbulo.
La puerta se cerro con un ruido metálico confirmando que era segura y
con el cierre echado. Sin nada que hacer mire alrededor de la espartana
estancia mientras fríos vapores se escapan de mi boca. Mis lánguidos
compañeros me miraban con ojos tristes y rostros demudados sabiendo
que mi triste final se acercaba sin demora y que seguramente mas pronto
que tarde yo pasaría a formar parte de su desgraciado club . Otra alma en
pena vagando eternamente sin rumbo y sin salida.
El chasquido de la entrada me volvió a la realidad y la expectación se
centro en descubrir que sucedería ahora. Nervioso no perdía detalle de
todo lo que sucedia.
Un militar de aspecto siniestro entro en la estancia. Era grande y grueso.
De rostro orondo y fuerte. Bregado en batallas y escaramuzas como daba
fe uno ojo perdido en alguna olvidada guerra y que me miraba de forma
tétrica desde su blanca órbita. A pesar de su peso era ágil y decidido.
Únicamente se veía que una pierna parecía mas lenta que la otra como si
se trabase o negase a seguir el mismo ritmo. En este situación el general
miraba nervioso intentando disimular tal tara.
-Hola, muchacho soy el general Mijail Kutúzov. Aquello no sirvió para tranquilizarme ante aquel tipo de inmaculado
uniforme y tintineantes medallas doradas. Yo permanece en silencio. Su
nombre no me decía nada.
Se agacho y empezó masajearse el gemelo de la pierna de forma
frenética. -Bueno, cuentame. ¿Que ha sucedido? No creas que esos ineptos me van
a engañar. Pero si les castigase a ellos seguramente demostraríamos los
fallos de nuestros sistemas educativos y se abrirían investigaciones y
todas esas cosas que no queremos, ¿verdad? Porque si eso sucede el
enemigo imperialista pensara que somos débiles y caerán sobre nosotros
como halcones. Y la moral de nuestro pueblo caerá como el invierno.-dijo
todo esto sin levantar la mirada como si fuese un guión que hubiese
recitado miles de veces.
Lo miraba sin saber que decir, hablaba sobre cosas que para mi eran un
autentico galimatías. Le explique todo lo sucedido poniendo todo mi
empeño en demostrar mi inocencia.
Se levanto me puso la mano sobre el hombro y puso su gesto mas
fraternal como si fuese mi hermano mayor. -No te preocupes, chico. Nos encargaremos de ti.
A pesar de mi ignorancia y de su magnifica representacion sabia que el
cadalso estaba a la vuelta de la esquina.
Se dio la vuelta y se alejo renqueando hacia la salida.
-¿Porque lleva un bebe aferrado a su pierna?
El hombre se paro en seco se giro y me miro con la boca abierta.
-¿Que bebe?
-En la pierna que se ha estado masajeando hay un pequeño bebe con un
pijama azul desgarrado. Me esta mirando con sus ojos vacíos.
-¿Lo ves?
-Si, ¿sabe quien es?
El hombre afectado poso la mirada perdida sobre mi.
-Si.-mientras bajaba la cabeza derrotado.
Pego dos golpes en la puerta.
-Espera me aquí. Ahora ya no veía al orgulloso oficial. Toda su pantomima cayó y se mostró
tal cual. Un hombre con miedos y tragedias ocultas tras una marcial
mascara. Como no tenia mucho que hacer lo espere y lo espere. Amaneció mientras
mi estomago gruñía de hambre. Al final apareció con otro hombre. Un
hombre muy diferente con la mente muy abierta.
Entro en la estancia miro alrededor como si olfatease el ambiente. Me
recordaba a un perro en una cacería.
-Vaya, veo que estas muy bien acompañado.
Se llamaba Andrei Vlasov y fue mi mentor. Tras sacarme de aquel lugar y
darme el desayuno mas glorioso que recuerdo, me dio un hogar y una
carrera en el ejercito. Me confeso que existían otros como yo. Con
poderes especiales y que eramos vitales para nuestra patria. Teníamos un
don para nuestro ejercito. Ver y hablar con los muertos y capaces de
contarnos lo que de otra manera seria imposible de saber. Eramos
capaces de interrogar a soldados o oficiales asesinados. Allí empezó mi
carrera como investigador militar en una ultra secreta célula militar
dedicada a investigar todo tipos de ataques y atentados que afectaban a
nuestras fuerzas y seguridad en cualquier lugar del mundo si era
postmortem. Donde las agencias tradicionales no podían continuar allí
estábamos nosotros. Gracias a mi maestro aprendí mucho sobre el otro
lado y sus moradores. Pero como todo tuvo un final. Con la caída de la
Madre Rusia tuvimos que desaparecer. Tantos secretos no podían salir a la
luz y tuvimos que hibernar. Y ahora este hombre de gastado traje
castrense, largo pelo y encanecida barba, el otrora conocido "Niño
milagro" tiene un plan para devolver la gloria al antiguo imperio ruso.
Unos golpes en la puerta sacaron de la ensoñación al Recolector. -General, el huésped ya esta en el pozo.
El hombre sonrió y el espejo le devolvió la sonrisa. Tomo su ajada gorra,
un collar con varios símbolos religiosos que se puso en su cuello y un bastón terminado en una empuñadura redonda y roja donde se hacían
visibles una gran hoz y un martillo de color blanco. Se acerco a la puerta y
un servil soldado le paso una correa donde dos negros doberman
esperaban pacientes a que los tomase bajo su mando.
-Bien, hora de ponernos en marcha. Veamos a ver de que pasta esta
hecho ese demonio llamando Ernest.-mientras decia esto una sonrisa
siniestra se pinto en su cara.
Continuara...
Capitulo 24 "Recolector" 2 ª parte.
Tras la tragedia me volví en huerfano, una carga para el estado. Gracias a
la tremenda difusión que tuvo en las noticias por llamarlo de alguna forma
mi providencial fortuna no podía desaparecer sin mas de los medios. Mi
vida era un constante goteo de información y era desangradado
diariamente para ser alimento de las enloquecidas masas que necesitaban
a cada momento saber como superaba mi desdicha y como poco a poco
iba asimilando mi nueva vida. De no ser por esto hubiera desaparecido sin
mas borrado por la burocracia y por estado. De esta manera se vieron
obligados a llevarme de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, de aldea
en aldea como un fenómeno de circo. Era la excusa perfecta para distraer
la atención de los habitantes de los problemas acuciantes que vivían. Así
en su miseria se sentían afortunados comparado con mi triste sino. Veía a
los señoras llorar y darse golpes en el pecho. Hombres maduros y grandes
rascarse los ojos. Mujeres escuálidas con una pandilla de mocosos
harapientos alzar sus manos para cogerme y llevarme, para ser el rey de
su hogar como si fuera la panacea a sus problemas. Pero al llegar la noche
todo esto acababa y la realidad se imponía. Heme aquí en fríos y
desnudos reformatorios donde las lágrimas no eran de pena sino de
impotencia por los maltratos de los cuidadores a sus inquilinos. Donde los
golpes en el pecho no eran de penitencia sino de castigo hacia aquellos
que como yo el destino repartió una mala mano. Y cuando alzaban las
manos no era para coger a un desamparado sino para implorar piedad por
los abusos recibidos. Y sin embargo era la novedad, el elegido. Incluso en
estos infiernos conocí el privilegio, la envidia y el odio por mi
buenaventurado azar. Pero lo peor llegaba por la noche cuando ellos me
miraban, veía sus ojos fríos y su piel azulada. Impertérritos se ponían de
pie alrededor de mi cama. Impasibles ignorando a los guardas no sabia si
me protegían o me acosaban. A veces oía los pasos de algun vigilante y
me tapaba hasta la cabeza haciendome el dormido. Pero mis
"compañeros" no se inmutaban. Al contrario que los inquilinos vivos ellos
ya no temían a sus torturadores. Hacia tiempo que sus huesos yacían en
algún helado agujero pudriéndose. Almas en pena donde se podían
apreciar lo que les llevo al otro lado. Cuellos rotos, extrañamente había
muchas caídas fatales por las escaleras. Golpes mortales seguro que por
peleas entre los chicos y heridas letales por armas blancas. ¿Quien no
podía hacerse con un pincho en este perdido lugar? Allá donde fuera el
panorama no cambiaba. Era una realidad oculta a toda la sociedad. Como
tantas otras veces. Pero una noche todo cambio. Llegue a otro
reformatorio con descoloridos carteles en la entrada y paredes húmedas y
ennegrecidas. El alcaide un tipo grasiento con cara pan recién hecho por el
rojo de su cara y ojos porcinos intentaba disimular su calvicie con un
desafortunado tupe y una pegajosa loción. Me hizo pasar a su despacho y
entre loas y lisonjas se empezó a arrimar a mi. Tanto que sentía su cuerpo
sudado y su aliento alcoholizado. Me acariciaba la cabeza como si fuese su
perro favorito. ¿Quien se iba a preocupar de un desarrapado como yo?
Para este pervertido hacérselo con una celebridad como yo era como
ganar una medalla de oro. Su máximo hito en la vida. Asustado retrocedí
y entonces los vi. Detrás suyo. Allí estaban sus logros, sus éxitos. Pero no
como yo, no eran ningún trofeo solo un pasatiempo. Seguramente esta
bestia no recordaría a ninguno de estos sodomizados incluso puedo
asegurar que ni siquiera se preocupo de saber donde fueron a parar los
restos de estos olvidados. Esas mortajas espectrales me miraban y
negaban con la cabeza como diciendo: ¡Resiste, resiste!. Era un lugar tan
pequeño que no existía ningún escondite. El violador tenia todo planeado,
era una ratonera. Abrió la boca y saco su enorme lengua para lamerme
como si fuese un dulce helado. Su gesto cambio y su cara de contrajo. Los
ojos se le pusieron en blanco. Tirito un momento y su corpachón se
desplomo. Delante de mi un muchacho de mi edad con gastadas ropas
tenia el brazo estirado y la mano cerrada en un puño. Mas tarde supe que
el ente había tomado su corazón entre su fría mano y la apreto.
Aparentemente no era mas que un desafortunado ataque cardiaco. Los
guardas entraron pero todo fue inútil. Y lo supe al instante. Delante de mi
se levanto, no tenia su forma humana. Ahora su retorcida alma aparecía
ante mi y en su cara se dibujaba un gesto de terror y de incredulidad. Me
miraba pidiendome ayuda con la mirada pero sus victimas le rodearon y
sus dulces caras se volvieron en terribles mascaras exteriorizando todo el
odio y la ira que tenían contenida desde hacia mucho mucho tiempo.
Ahora las jerarquías no existían. En el lugar donde moraban todos eran
iguales aunque no por mucho tiempo. Aprendí que la venganza existe
después de la muerte y que es mucho, mucho peor pues es para toda la
eternidad. Los sicarios del director aterrados y temiendo el castigo que
podía caerles por tal negligencia urdieron un plan.
-Amigo, quedas detenido por la muerte del director Sergei Smirnov.
Continuara...
Capitulo 23 "Recolector" 1ª parte
¡El niño milagro! ¡El niño milagro! ... Aun recuerdo aquel infame día. Uno
como otro cualquiera. Bueno, no. Desperté con los ojos somnolientos y los
nervios desbocados mirando cada vez por la ventana y rezando para que
el amanecer llegase. Contando las horas y engañando a mi madre
haciendo que dormía pero era mentira. Por fin la luz del alba baño mi
cuarto y la voz dulce de mi madre me llamo. Hice una interpretación de
premio, bosteze y puse mi cara mas perezosa. Solo cuando me levante y
mi madre apareció, me miro y empezó a reír a carcajadas y mientras se
tapaba la boca me di cuenta que con las prisas mi pijama estaba del
revés. Fueron momentos de desgana y leche rápida. Urgencias y maletas.
El frió nos abrazo como si fuera un enorme oso a pesar de nuestras
gruesas ropas. A cada paso que dábamos nos fundíamos en la nieve. Mi
cuerpo temblaba y no por el tiempo sino por el miedo a perder el avión. Mi
primer viaje, que aventure pensé. Salir de ese tugurio olvidado del mundo
de suciedad y pobreza. Me sentía como un gran señor. Y cuando me
miraba mi madre, me sentía tan orgulloso y tan feliz. ¿Que podía salir
mal?. El sol nos bañaba dándonos la bienvenida. A medida que nos
acercábamos al aeropuerto mi tensión aumentaba. Me asomaba a la
ventanilla viendo pasar por el cielo aquellas enormes moles de acero.
Aquellos gigantes que no temían surcar el cielo. Mi madre o mejor dicho
Olga con sus ojos brillantes y su cara risueña no perdía detalle de mi
asombro por todo lo que veía.
-¿Es ese?.-le preguntaba cada vez que pasaba un avión surcando el cielo.
-No, es mejor.-me contestaba.
¿Que podría pasar en una jornada tan perfecta?
Llegamos a un gran cubo de cemento de cristal y metal. Recuerdo el ruido
de la gente, los aviones y los altavoces. Para mi eso era una locura. No
entendía como podían aguantar tal caos. Supongo que era el precio a
pagar por salir de aquel tugurio helado.
Me asome al gran ventanal y por increíble que parezca no podía salir de
mi asombro. Grandes pajaros alados entraban y salían. Desde los blancos
o plateados o los mas coloridos. Mi madre me cogió suavemente de la
mano y sentí aquella mano tan delicada sin forzar ni hacerme daño me
llevo con ella para embarcar. Finalmente llego el ansiado momento del
embarque. Si hubiera podido hubiese salido corriendo para coger el mejor
sitio del avión. Por desgracia los mayores tenían otra forma de hacer las
cosas.
-¿Quieres ventanilla o pasillo?.-me pregunto mi madre.
Ante mi cara de extrañeza decidió por mi.
-Seguro que ventanilla. Es todo un espectáculo. Es como si fueras un
pájaro verte entre las nubes e igual con suerte ves algún ave.
No lo dude ni un momento y mas cuando unas bellas azafatas me dieron
la bienvenida. Desde luego allí era alguien. Ojala me viesen mis
compañeros sobre todos aquellos que no hacían mas que reírse de mi y
burlarse. Estarían muertos de envidia. Ellos seguirían toda su vida en este
agujero infecto mientras yo... Desde luego todo iba a cambiar.
Seguí las ordenes de las azafatas como si fuera una instrucción militar.
Con mi cinturón abrochado y oyendo ese poderoso rugido de motores
estaba listo para la aventura.
Sentí como un empujón hacia atrás cuando el avión empezó a elevarse.
Extrañamente de repente el avión empezó a caer. Gritos y chillidos
empezaron a salir de los demás pasajeros. Mi madre me abrazo
fuertemente y me cubrió de besos mientras lágrimas rodaban por sus
mejillas.
-No pasa nada, amor.
Luego silencio y oscuridad....
Abrí los ojos y el humo empezó a escocerme. Tenia la mirada vidriosa
como si viese a través del fondo de un vaso grueso. Poco a poco mi vista
fue recuperandose. El aparato como un gran juguete roto y despezado
yacía moribundo en la pista.Vi a todos los pasajeros mirándome con cara
de sorpresa y delante de ellos a mi madre con cara triste.
-¡Hay un superviviente! ¡Aqui!.-grito un hombre con casco y traje
amarillo. Quise gritar decirle que todos estábamos bien. Pero me cogió en
volandas y me llevo a una ambulancia. Mientras veía a mi madre que me
decía adiós con la mano y me mandaba un beso. Intente agudizar la vista
y debajo de la gente que me miraba me pareció ver extraños restos
negruzcos y quemados.
-¡Mama! ¡Mama! ¡No me dejes!.-alce la mano para que viniese a
buscarme.
¿Por que me llevan? ¿Por que me alejan de ti?
El tipo me dejo en una camilla mientras hablaba con otro medico que
esperaba en la ambulancia.
-Es el único superviviente. Es un milagro que sobreviviese.
Cerré los ojos bien fuerte y rogué para que no me dejase. Y mi madre no
me dejo,su espíritu vino conmigo. Por desgracia todos los demás
ocupantes del avión también. Sentía sus vidas rotas, su penas y sus
alegrías. Estaban dentro de mi absorbidos como si fuese una esponja
espiritual.
Después de la tragedia me convertí en un noticia de relevancia nacional y
pase a ser parte de mucha gente en sus vidas, en su conversaciones, en
sus oraciones y los muertos pasaran ser parte de mi. Continuara...
Capitulo 22 "Ruleta rusa" Sara queda pensativa sopesando las opciones mientras se acaricia la cara
con el arma. Tras unos segundos de dilación detiene el movimiento y
dispara sin dudar ni un segundo. Ante la sorpresa de los presentes Katrina
cae violentamente hacia atrás como si hubiese sido golpeada por una
fuerza invisible que le hubiese absorbido la energía dejándola tirada como
un muñeco inerte mientras pequeñas gotas carmesí salen de su cabeza hacia delante gravitando aleatoriamente a su alrededor.
-Estoy dentro.-acerco el cañón caliente a la cara de Diego.-No voy de farol
y espero que tu tampoco.
Amartillo el arma y vació el resto del cargado sobre Dunphys.
-Me voy a comer. Llámame cuando este todo listo.
-No creo que se una buena idea.-¿El que?
-Lo que acabas de hacer. ¿No sabes conque estas jugando?
Ante el estupor de los dos Katrina se levanta mientras trozos de su cabeza
van cayendo al suelo entre regueros de sangre oscura. Su aspecto es
terrible como si un tren hubiera pasado por encima suyo. -¡Maldita zorra estúpida! ¿Me acabas de matar y ahora te vas a comer?
¿Asi? ¿Tan tranquilamente?
Diego se dio cuenta que el cuerpo que ocupa Ernest esta caído mientras
ven como Katrina con la cabeza destrozada por el disparo los mira desde
el mas allá con el arma a punto para disparar.
-Querida, tu no vas a ningún sitio.-dice Katrina con una suave y gélida voz
de ultratumba.
Diego miro alarmado a Sara.
-Solo tenemos una oportunidad de salir de esta.
-¿Cual?
-Tienes que salir afuera y coger una esposas labradas que hay en el coche
que tengo aparcado fuera.
-¿Que tienen de especial?
-Esas esposas retienen su esencia en un cuerpo y le hace imposible
transportarse a otro. Como veras, ahora estamos en su terreno. Hay
cadáveres por todas partes y puede mutar de uno a otro.
-¿Y que hacemos? ¿Salimos disparando a diestro y siniestro?
-Eso es un suicidio. Pegate a mi. Iremos espalda con espalda y cubriremos
todos los ángulos hasta llegar a la puerta. Yo estoy inmunizado pero tu
caso es distinto.
-¿Que cuchicheais? He pensado en daros una oportunidad. Mas de lo que
tu me has dado.:-dice Katrina mientras la acusa apuntandola con el arma.
-¿Que tienes pensado, fiambre?
-Ja, ja, ja... Muy bueno no sabia que tuvieses sentido del humor.-mientras
lame obscenamente la boca del arma.-Jugaremos a la ruleta rusa. Pero a
mi manera.
-Para eso se necesita un revolver.
-No hace falta, yo soy la bala. Y los muertos el revolver. Intentar llegar a
la salida antes de que yo os mate.
-¿Como es eso? ¿Estas muerta?
-Iré cambiando de cuerpo, os seguiré y os pisare los talones. Nunca
sabréis donde estaré. No notareis mi aliento en vuestra nuca. Puede que
sea aquel tipo destrozado o quizás ese de allá arriba con varios tiros en el
pecho. Solo sabréis que como un reptil iré deslizándome de cuerpo en
cuerpo hasta daros caza.
-¿Y si no?
-Si ella escapa y quedas tu, habrás ganado. No tiene sentido quedar encerrado con tantos cuerpos que no pueden escapar de tu brillante
protección.
-¿Cuando empieza el juego?
-Hace un minuto que empezó.
Katrina se desploma y todo queda en silencio. Sara toma un arma de un
sicario muerto de bigotes descuidados y pega su espalda con la de Diego.
Ambos van girando atentos a cualquier mínimo ruido. Sienten sus
corazones desbocados y el sudor cayendo por su rostro y espalda. Las
manos húmedas hacen que se resbalen las armas. Siguen dando vueltas
pisando con cuidado para no resbalar y ser una diana viviente. El hedor
dulzón de la sangre con el fuerte olor a restos humanos hacen que el
ambiente sea denso y pesado. Miran la puerta. Allá tan lejos. Ante un mar
de cuerpos caídos, acribillados, destrozados donde mareas de sangre
chapotean a sus pies. Y sabiendo que en cualquier momento uno de ellos
se levantara y hará efectiva su venganza. Saben que aunque lleguen a su
objetivo el éxito no esta asegurado. Confiar en el espíritu de un asesino
demente del siglo pasado no es lo mas razonable y a pesar de ello es su
única opción. Paso a paso, lentamente van acercándose a la salida pero
aunque intentan minimizar el ruido los restos esparcidos no dejan de
anunciar su rumbo. Diego ve en cada cuerpo un enemigo potencial y
apunta casi de forma compulsiva a todo lo que esta en el suelo. El sudor
enturbia su vista y le escuecen los ojos. Quiere restregarse pero es un
tiempo demasiado precioso y sabe que quedaría durante un breve instante
totalmente indefenso y con la guardia baja.
-Vamos a salir de esta puta locura y me voy a comer el filete mas grande
con el mejor vino que tengan.-Sara muerde cada palabra como si fueren
un poderoso encantamiento contra su amenaza.
Sara siente algo duro en su entrepierna. Y cada instante se clava mas
-Mmm...-un gemido sobrenatural surge del suelo.
Sara bajo la vista y ve como un rostro deformado con un ojo reventado y
otro fuera le mira mientras una lengua hinchada y azul se pasea
lascivamente por sus muertos labios. Diego viendo la amenaza empuja a
Sara con toda su fuerza. El tiro del cadáver no alcanza por poco a la chica.
El hombre dispara a la ya destrozada cabeza del frió sátiro. Un segundo
mas y seguramente hubiera entrado por su sexo y habría salido por su
boca. Tras el impacto Sara cae aturdida, mezclandose con el sinfín de
desgraciados inertes que pueblan la superficie. Una de las armas cae y
hace un sonido liquido al llegar al suelo y deslizarse sobre la
sanguinolenta superficie. La isla que era Diego parece tan lejana como la
salida. Asustada mira a su alrededor y todos los cadáveres parecen que
fueran a levantarse de sus sitios.
-¡Ven a buscarme, maldito degenerado!.-Sara se levanta y corre hacia la
puerta.
Diego sorprendido mira la actitud de Sara
-¿Pero que...?
Diego comprende al momento que si intenta matar a Sara tiene que
descubrirse y lo mejor es forzar la situación.
Atento a las victimas que están cerca de Sara , mira si alguna se mueve o
intenta levantarse. Exhausta Sara llega a la puerta y empuja la puerta.
Siente el pelo mojado y la ropa pegada a su piel.
La puerta no se abre. Da un empentón que hace crujir el marco y hace
que su hombro se resienta.
-¡No se abre!.-grita desesperada.
Anda hacia atrás y amartilla las armas. Tan concentrada esta que no ve
como detrás de ella se levanta un cuerpo.
-¡Toc, toc!.-se oye guturalmente.
Diego dispara a la amenaza pero cae una y otra se levanta. A su alrededor
las balas caen despidiendo un ocre olor a pólvora quemada.
Sara vacía el cargador de una de las pistolas y pega una patada a la
puerta que cae con gran estrépito como si se derrumbara el edificio. El
aire fresco le invade y anima sus sentidos. Echa a correr pero algo
caliente le atraviese el hombro. Siente un dolor inmenso y una gran
quemazón. Cae al suelo de bruces. Como consecuencia del golpe las
rodillas y los brazos sufren arañazos y raspones. Pero nada de eso siente.
Se gira y dispara a un maltrecho sicario que vuelve a caer sin vida por
segunda vez. El instinto de supervivencia es mas fuerte. A duras penas se
levanta y mira una extraña furgoneta negra con un extraño cajón en la
parte de atrás. Se siente cerca del final. Respira entrecortadamente.
Diego se queda en el quicio de la puerta expectante.
-¡En la guantera!.-grita nervioso.
Sara presa de la testosterona rompe el cristal de la ventanilla y abre el
lugar donde están las esposas.
Hipnotizada mira el extraño grillete labrado con raros símbolos en cada
eslabón. Es un trabajo exquisito mas parecido a una joya que a una
cadena.
Una bala sale del interior y pasa muy cerca de Sara.
-¡Tiramelas!.-grita Diego.
Sara no espera un segundo. Lanza las ataduras a las manos del hombre.
-¡Marchate!.-le dice mientras coge el objeto en el aire.
Cuando vuelve a mirar no hay nadie que reciba su orden. El silencio
aquieta por un momento su espíritu antes de volver adentro.
-¡Bien, perdedor! Es hora de volver a casa. Tu amo te espera.
Enfrente estaba el cuerpo que ocupo Ernest al empezar el tiroteo
mirándole despectivamente.
-¿Y que harás?
-Quemare este lugar hasta los cimientos y no tendrás ningún cuerpo que
ocupar. Tu alma si la tienes vagara para siempre anhelando tomar un
humano para tus andanzas.
Ernest alzo las manos para que le pusiesen las esposas.
-No creas que esto acaba aquí. Esto solo es un tiempo muerto hasta que
arregle las cosas. Y tu eres el primero de la lista. Ya tengo en mente
varias ideas para cuando te tome. Desgraciadamente no vivirás lo
suficiente para que pueda disfrutarlo pero es una pequeña decepción.
Diego se bajo el cuello de la camisa y le mostró los extraños símbolos.
-Te olvidas que tengo un seguro de vida contra ti.
-No creas, todo puerta tiene su llave y creeme que no dejare este mundo
sin abrir en canal esa cerradura.
Continuara..
Capitulo 21 "Amor ácido"
Ernest junto a Dunphys y las rubias se aprovisionan de algunas armas del
almacen.
-¡Vamonooss de fiestaaa!!!-dice Ernest mientras amartilla su arma.
El resto hace lo mismo.
-Ahora salgo cariño. No desesperes.
Mientras salen, un montón de puntos rojos se fijan en sus cuerpos. Diego
aparece sentando tranquilamente sobre un bidón con la etiqueta de un
triángulo amarillo y una mano donde cae un
liquido corrosivo advirtiendo de su peligro.
Diego se levanta y mira cariñosamente a su amada.
-Cielo, me tenias preocupado te he buscado por todas partes.
-He estado un poco ocupada. Ya sabes....-responde Sara como una
enamorada.
-He traído esto para ti.-Diego señala con la mano el bidón.
Sara se lleva las manos a la cara en señal de sorpresa y emoción.
-Pero, Diego... Esto, esto es demasiado.-Te mereces esto y mas, mi amor.
-No, no puedo aceptarlo... ¡Maldito cabrón!
Sara dispara su arma contra el bidón. Diego salta como un gato pero a los
sicarios que estaban a su lado los pilla por sorpresa. En un momento todo
es sangre y masas de carne deshaciéndose, gritos y restos de cuerpos
humanos. Uno de los sicarios con un pie totalmente licuado y otro
quemado donde no se distingue la carne del zapato intenta andar y
resbala cayendo de cara contra el suelo y sobre el ácido sus gritos son
breves pero terroríficos. Pasada la sorpresa inicial empieza el tiroteo.
Cuerpos heridos por las balas son pasta del terrible liquido. Katrina y
Dunphys atacan por los flancos en una cortina incesante de plomo que
hace mella en el otro bando. Sara golpea con la culata de su arma a un
tipo alto de negras cejas y mirada torva. El hombre pone su Beretta en la
cabeza de la muchacha pero esta mas rápida golpea en la entrepierna que
hace doblar el cuerpo del agredido. Situación que aprovecha para
reventarle la sesera y esparcir su contenido por el lugar. Ernest abandona
el cuerpo que esta utilizando y se mete en el cadáver de un desafortunado
que ha sido alcanzado por el ácido y que esta al lado de Diego. Con su
cuerpo consumido por el liquido apenas tiene carne y huesos. En su brazo
descarnando todavía sujeta una pistola. Diego distraido intenta abatir a
su amada y sus compinches. Tan absorto esta que no atiende a lo que
sucede debajo. Una mano esquelética levanta su arma mientras caen
trocitos de carne y músculo que gotea por el suelo. Gira lo que queda de
su cabeza, apenas un cráneo con una cuenca y mira su objetivo. Ernest
intenta disparar pero su mano titubea y tiembla.
-¡Que cojones!
Lo vuelve a intentar con mas decisión pero el resultado es el mismo. De
repente un sicario aparta a Diego y se pone en la linea de tiro.
Incomprensiblemente el arma dispara sin dudar en el mismo instante que
se cambiaron de sitio ambos hombres.
-¡Gusano!.-dice Diego.
Diego impertérrito mira a Ernest y empieza a pisar su cabeza sin piedad
hasta que queda reducida a pulpa.
Ernest abandona el cuerpo y vuelve a tomar el anterior. Coge una Glock y
vuelve apuntar desde la distancia. Una vez lo tiene a tiro su mano tiembla
y por mucho que lo intenta no puede apretar el gatillo. Un sicario de
rasgos africanos y nariz chata se pone delante de él y le apunta a la
cabeza con su Magnum. Ernest golpea con su pistola en la traquea al
atacante que se queda sin respiración y se echa las manos al cuello
momento que aprovecha para dispararle un tiro en la cabeza. Siente que
el gatillo ha ido como la seda. En unos minutos el lugar se ha vuelto un
infierno. Sangre y restos humanos salpican las paredes he inundan el
suelo. Los gritos de los moribundos se confunden con los disparos como
los muertos y los heridos están mezclados sin saber a ciencia cierta cual
es el estado de cada cual. Ernest toma la Magnum y busca a Dunphys. Lo
encuentra en una situación incomoda, rodeado de varios matones. Ernest
amartilla las dos armas y va a su encuentro mientras dispara sin cesar y
ve como las amenazas se van desplomando. Una vez llega a su altura le
habla.
-Dunphys, no se que pasa con ese tal Diego pero me es imposible
matarlo.
-Vaya, te has vuelto sentimental.
-No es eso, estúpido. Hay algo que no me permite matarlo. Como si
tuviese una protección.
-¡Tonterias! Es humano y sangra. Ya veras.
El irlandés apunta a Diego mientras Ernest cubre su espalda. Ambos están
pegados cubriendo todos los flancos.
-Adiós, Diego.
Dunphys apunta y su mano empieza a temblar.
-¡Que carajo! Parece como si mi mano tuviese vida propia.
-¿Lo ves?
-Vayamos a por todas.
Ambos hombres deciden ir corriendo a por Diego y empiezan a disparar a
todo lo que se mueve.
Cuando están llegando Diego cae de rodillas y aparece Sara apuntandole a
la cabeza.
-No lo hagas, Sara. Esto no va contigo.
A su lado llega el resto del grupo.
-No querías meterme en un bidón y diluirme.
-En realidad no era para ti. Era para un trabajo. Pero te vi...
-Y te dejaste llevar.
-Si.
-Has perdido, Diego. ¿Tu ultima voluntad?.-dice Sara mientras pone el
arma en su cabeza.
Diego cierra los ojos.
-¡Espera!. Te ofrezco un trato.
-¿Que trato? No tienes nada que ofrecer.
-Puedes quedarte todo lo que hay aquí hasta la caja fuerte. Y
desaparecere de tu vida.
-Eso ya lo tengo. Mira a tu alrededor, tu legado es esto.-mientras dice
esto señala con las manos el resultado de la batalla.
-No vine a por ti, solo ha sido una casualidad. Alguien me ha pagado
mucho dinero. Mas del que puedas imaginar. Un tío muy importante.
-¡Bobadas!
Diego se arranca la camisa y en su cuerpo aparecen tatuados varios
extraños signos.
-El tipo que me hizo esto es un vudu o chaman. Es un mercenario o
militar ruso. Y solo quiere una cosa.
-¿Que cosa puede querer un tipo que te hace tatuajes estrafalarios y te
paga una pasta? Algún magnate aburrido de la vida que busca emociones
nuevas.
-No, Sara es algo gordo.
-Bien, ¿y cual es ese premio gordo que busca Rasputin?
-Lo quieren a él.-levanta el dedo tembloroso mientras señala a Ernest.
Continuara...
Capitulo 20 "Rubias"
El golpe pilla por sorpresa a Ernest. Siente un dolor con aroma a Chanel,
es una extraña mezcla de elegancia dañina. Son de esas mujeres letales
que te quitan la respiración y te ahogan. Pisando tan fuerte que te rompen
con sus tacones mientras su belleza se clava en tu retina y sabes que sera
lo ultimo que veas. Ojos dulces y sonrisa fría.
-Solo nos interesa la caja. Lo demás es todo vuestro. Incluso vuestras
insignificantes vidas.
Ernest intenta levantarse pero una bota de cuero se clava en su garganta.
Ella le mira y endurece su rostro.
-¿Sabes, gusano? Estas botas están hechas de la piel del ultimo que
intento joderme y estoy buscando un par nuevo.
Ernest saca la lengua y de manera lasciva intenta lamer la bota.
-¿Quieres jugar, rubita?
Dunphys apunta a las dos mujeres.
- Mi amiga, la cerebrito abrirá la caja. No es muy habladora pero sus
manos son pura magia.
-¿Y si no accedemos?.-replica el irlandés apuntando a ambas mujeres.
-Bueno yo creo que tendría mas botas y ella...-la rubia se gira y la mira
buscando una respuesta. Suelta un bufido de resignación.- Tampoco
hemos intimado tanto para saber sus gustos
-Esta bien.-dice el irlandés mientras levanta las armas.
-Yo no he dicho nada. No me importaría quedarme un rato mas por aquí
abajo. Las vistas son espectaculares. Tendrías que felicitar a tu sastre.
Mientras la mujer le ignora Ernest se va arrastrando lentamente hacia la
pared sin dejar de mirarla obsesivamente.
-Venga Katrina no tenemos todo el día. Katrina se acerca con su maletín y aparta de forma repulsiva el cuerpo de
El Jefe. Lo abre y saca una varilla metálica que la moldea hasta que la
convierta en un cuadrado que se ajusta al contorno donde esta el teclado
de la caja fuerte. Lo adhiere a la caja y conecta dos cables al interior del
maletín que guarda un ordenador junto a una especie de medidor con una
tecla roja y otra verde. Katrina empieza a escribir en el equipo y se
enciende el medidor hasta que la aguja marca el punto máximo. El botón
verde empieza a parpadear.
La mujer mira a la rubia y esta da su consentimiento. Pulsa el botón y se
oye como una descarga. Quita la varilla metálica y la guarda.
-Es muy sencillo, aquí la cerebrito.-la aludida mira enfadada a la rubia.Quería decir Katrina ha soltado una descarga láser a la caja fuerte lo que
nos da acceso al sistema.
Katrina con cuidado quita toda la pieza del teclado que ha sido cortado
con la descarga láser quedando en un bloque. Ahora tiene acceso al
cableado interior y puentea la caja conectándola al equipo.
Dunphys levanta la mano timidamente.
-Sabemos la contraseña si quieres...
-No hace falta al conectar el cableado al ordenador buscara todas las
probabilidades.
Y tal como dice la mujer se oye un maravilloso "clic" confirmando el éxito
de la abertura. Katrina desconecta el equipo y lo guarda. Acto seguido
abre el hasta ahora inexpugnable fortín metálico. En su interior dos
cilindros plateados descansan.
-Bueno muchachos creo que ha acabado nuestra asoci....
Un enorme portazo corta la conversacion.
-¡Saraaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡Maldita zorraa!!!!!!!!!!!!!
-Umm ¿es ese el tipo al que le quitaste la piel para tus botas?.- dice
Ernest.
-Bueno.-comenta Sara dubitativa.- La historia no fue exactamente así. Lo
llaman Diego "El Ácido" según dicen porque ha hecho desaparecer a mas
de 500 personas en bidones.
Ernest mueve la mano dándole a entender que acorte los detalles.
-Pertenece a un cartel y quería dar un gran golpe contra el FBI. Yo era su
novia y preparamos el plan juntos.
-Pero querías tu independencia, la pasta y un nuevo modisto bla, bla bla...
-Si
-Bueno guapita. Por lo que veo no ha venido solo y tras el vienen muchos
malotes. Puedo ayudarte en esto pero iremos a media en el tema y a
cambio tendrás un Diego de piel para vestir tus pies.
-¿Pero como...?
-Yo soy el cerebrito y mi amigo Dunphys tiene magia en sus manos.-le
dice a Sara mientras le guiña un ojo.
Continuara...
Capitulo 19 "Limpieza" Tranquilamente pasan al interior de la nave.
La penumbra reina en el ambiente tan solo salpicada por algunos
fluorescentes que indican el camino a seguir. En la parte superior un
enormes pasillos flanquean los laterales del lugar. A cada paso que dan se
van sumando por arriba hombres que amartillan sus armas y les apuntan.
Varga y el irlandés se miran dubitativos.
-Espero que tengas un buen plan.- dijo Dunhpys.
-No te preocupes pase lo que pase, ellos tienen las de perder. Mas gente,
mas tiros, mas diversión.-contesta sonriente.
A lo lejos el eco de unos pasos se van acercando a ellos.
Un hombre de unos 50 años medio calvo. Su rostro tallado emparentado
con algún bulldog. Mientras sus carrillos ondulan al mismo ritmo. Su
andar enérgico y decidido muestra que es un tipo de raza peligrosa. A su
lado dos hombres enormes con dos recortadas acostadas en sus torsos
esperan el momento de entrar en acción. Por fin quedan frente a frente.
-Hola Vargas. Estaba preocupado. ¿Tengo que estar preocupado?
-No, jefe. ¿Por que preocuparse? Estoy aquí con el maletín y la entrega.
- He oído tiros y he pensado que necesitarias ayuda. Ya sabes, a veces
pienso demasiado. Por cierto ¿quien es este mierdecilla? No veo a la
Comadreja.
- Araña.
-¿Como dices?
-Es Araña, no Comadreja. -Bueno, bueno. Araña, comadreja... ¿Que mas da? El nombre no es
importante. Bueno como veras has captado mi atención y la de todos mis
hombres.
-Si, lo es.-dice Vargas poniéndose en una actitud molesta.- Alguien se
puede llamar El Elegante y si no lo es es absurdo pero el nombre define
todo y hace que sea respetado por todos. Es su tarjeta de visita.
El Jefe mira boquiabierto a Vargas que no sabe a que viene todo eso.
-Bueno, bueno esta bien. No tiene importancia. ¿Quien es este tipo?
-Dunphys muestrale tus credenciales.
El irlandés escupe al suelo y saca un arma disparando a la cabeza de uno
de los guardaespaldas del Jefe. Después va corriendo y coge al gerifalte
apuntandole a la cabeza y usándolo como escudo. El otro guardaespaldas
amartilla su recortada y apunta a la cabeza de la amenaza cuando ve con
sorpresa como su compañero con la cabeza agujereada le inserta algo de
plomo en su cerebro. Entonces se instala el caos todos los sicarios que
estaban en la planta de arriba empieza a disparar. El irlandés pega un
golpe en la cabeza del jefe que cae inconsciente. Coge la recortada del
sicario caído y empieza a correr hacia una de las escaleras que llevan a la
planta superior. Mientras corre dispara sin parar y ve como van cayendo
los secuaces. Al otro lado Vargas "El elegante" hace lo mismo. El suelo
empieza a estar resbaladizo por la sangre de los caídos. Los vivos van
tropezándose con los victimas.
A cada arma gastada otra es recogida por los atacantes. Las escaleras son
un calvario entre cuerpos pisoteados, gente golpeada salvajemente y
balas en cuerpos equivocados. Ambos apuntan a todo lo que se mueve
metiendo el cañón entre cuerpos para sumar mas bajas a su lista. Ya en la
parte superior el giganton es rodeado por varios maleantes sin pensarlo
dos veces arremete contra ellos y cayendo al vació. Chocando
estrepitosamente, el suelo se llena de cadáveres destrozados y heridos
vacilantes que con sorpresa miran como es masa musculosa y sangrienta
todavía se levanta aplastando sus cabezas a base de patadas y disparando
al reducido grupo que queda en el otro lado. Uno de los tipos caídos siente
el roce del enorme pie a punto de reventar su cabeza.
-No, lo haga. Por favor, señor...
Solo siente como el enorme ser cae al suelo retumbando con gran
estrépito. El asustado hombre empieza a reír histericamente.
-Si, si... ¡¡Maldito cabrón!! Te he ganado...
-Creo que no, amigo.
El tipo sorprendido gira la cabeza y ve a Vargas apuntandole con una
pistola.
-Mala suerte, amigo.
La detonación arranca la sonrisa del malogrado superviviente y lleva sus
dientes a varios lugares de la estancia. Vargas se acerca al Jefe y ve que
en su cuello cuelga una cadenita con una llave. Se levanta y empieza a
disparar contra los últimos hombres.
-Vamos hombre, siempre me fastidias el final. Eran el postre.- se queja
amargamente un Dunphys rebosante de sangre y restos de carne sobre su
carne.
-Baja ya tenemos lo que hemos venido a buscar.
El irlandés baja como un niño enfurruñado arrastrando los pies.
Finalmente llega junto a Vargas.
-Coge al cara de perro quizás sea necesario. No sabemos que medidas de
seguridad tendrá la caja.
Pesadamente Dunphys coge al Jefe y lo lleva arrastrando hasta al final del
almacén donde encuentran una puerta cerrada con llave. Al girarla un
ruido mecánico suena y la puerta se abre automaticamente mostrando su
interior.
-¡¡Oh...!! Estoy es el paraíso.-exclama sorprendido Vargas.
-Lo vamos a pasar bomba...-dice el irlandés. Dentro de la habitación
aparece todo un arsenal desde pistolas automáticas a lanza misiles. Pero
al fondo medio oculto un teclado numérico les llama la atención.
-¿Que coño es eso?
-Me imagino que sera el especial de la casa.
-Vamos cojamos al tipo y que suelte la contraseña.
Dunphys se acerca al Jefe que esta caído y lo empieza abofetear.
-Eh!! Morfeo despierta. ¿Cual es la contraseña?
El Jefe asustado se levanta secundado por los dos hombres.
-Introduce la contraseña o eres hombre muerto.
-Que original y ¿despues seré hombre muerto? Habéis acabado con mis
hombres, mi reputación y mi negocio. ¿Que mas queréis?
-El premio gordo.
-Esta bien.- dice el hombre mientras teclea la contraseña.
El Jefe teclea los números y empieza a reírse.
-Que te pasa, jefecillo...
Dunphys mira la pantalla y esta se queda en blanco. Intenta meter otros
números pero esta apagada.
-Hombrecillo del demonio, ¿que has hecho?
-Este sistema tiene dos contraseñas el de seguridad y el correcto. He
introducido el primero que hace que el sistema se apague y sea imposible
reiniciarlo. Ahora nadie tiene acceso al material.
Vargas coge al jefe y revienta su cabeza contra el teclado numérico. El
jefe cae como un muñeco roto.
-¿Y ahora que hacemos? -Dejame pens....
Dunphys recibe el golpe de un fusil de asalto. Cuando Vargas va en su
ayuda una mujer con un traje de látex negro y una mascara Marilyn le
apunta con el arma en el pecho. A su lado otra mujer igual que ella cubre
la retirada.
-Nene, nos llaman Las Rubias y queremos esa caja fuerte.
Continuara....
Capitulo 18 "Lobos y corderos"
Lobos y "corderos" subieron dentro del vehículo para ser llevados al
imperio del terrorista. Dentro una densa tensión abrazaba a los
ocupantes. El insalubre hacker decidió romper el silencio. En la parte de
delante, el hombre del maletín y detrás los presos custodiado rodando
hacia su destino.
-¿Adonde nos lleváis?
-¿Tu donde crees?, acné andante.
-Vaya veo que tu no eres el jefe. Que decepción, eres una matón con un
galón mas que tus compañeros. Eres el niño de los recados.
El aludido iracundo giro sacando su arma y apuntando a la cabeza.
-No eres tan bueno, ni tan imprescindible. Niñato de los ordenadores con
solo chasquear mis dedos tendría cientos como tu haciendo cola. Además
los dos no sois necesarios.
Quizás tenemos exceso de carga y haya que soltar lastre.
El Araña acerca su cabeza a la boca de la pistola.
-Adelante. No sentiré nada. Solo vuestros carisimos trajes hechos a
medida llenos de pegajosa sangre y esponjoso cerebro.
El hombre pone el seguro del arma y esta a punto de recogerla.
-No tienes lo que hay que tener.-dice Araña.
Acto seguido arranca el arma ante la sorpresa del sicario. Y Araña se
acerca la pistola a la boca y se pega un tiro. Saltando sangre y restos de
cerebro por todo el coche.
Araña queda inerte.
-Joder, joder, joder. ¿Pero que le pasaba este tipo? Solo quería asustarlo y
nos ha rebozado en su mierda.
Los otros sorprendidos se miran entre si.
¡JAJAJAJA!!-una risa cavernosa hace acto de presencia.-Tendríais que
miraros las caras. ¡Que bueno! Jajajajaja...
Los aterrorizados acompañantes miran al zombie de Araña y empiezan a
gritar. Dunphys coge el arma del Araña y liquida a sus guardianes,
dejando con vida al conductor y al jefe.
-Y ahora por favor, un poco de silencio. He pasado muy mala noche y
quiero dormir un poco. Cuando lleguemos me avisas, Araña.
-De acuerdo. No hay ningún problema.-contesta Araña con un voz de
ultratumba.
Los sorprendidos supervivientes no dan crédito a sus ojos.
-Aunque date prisa por el viaje va a ser corto.-apuntilla mientras guiña el
ojo al copiloto.
Tras rodar varios kilómetros se adentran en zona industrial salpicada por
enormes naves y almacenes.
Finalmente se paran en una de las zonas mas alejadas donde se
encuentra una gran nave sin nombre.
Del ataúd andante bajan dos hombre. Dunphys y el traficante con unas
gafas de sol.
-Bueno señor Dunphys. Espero que nuestro anfitrión tenga buen whisky
irlandés. Creo que usted tiene cierto genio cuando no se cumplen sus
expectativas.
-Cierto.
Dos hombres armados salen de la oscuridad. Uno de ellos se sorprende al
ver a su superior junto al irlandés.
-Perdone, señor Varga. No le reconocí. Pase el jefe le esta esperando.
Avanzaron unos pasos. Y el sicario con el cual había hablado se gira
extrañado.
-¿Y los demás?
-Les he dado descanso. Ciertas cosas hay que hacerlas con la máxima
discreción.
-Bien. Ojala den su merecido a esas ratas.
Dunphys esta a punto de sacar su arma pero Varga le detiene ante la
extraña mirada de los guardianes.
-Tomaros la noche libre, chicos.-zanja Varga para evitar suspicacias.
-Gracias, señor Varga.
Varga y Dunphys sacan sus armas y los acribillan.
-De nada, chicos. Que lo disfrutéis.
-Bueno es hora de hacer negocios, sr. Verga.-dice sonriendo el irlandes
sonriendo.
Continuara...
Capitulo 17 "Negocio"
En la base militar bajo toneladas de tierra se esconde uno de los mayores
enigmas que puede enfrentarse la humanidad. El curtido forense Taylor
ordena con parsimonia los útiles mientras sus ayudantes van extrayendo
de las cámaras los cuerpos de los infortunados habitantes. Al final un
rostro de perplejidad asoma en su rostro.
Siendo una persona racional la duda es un compañero mas en la
habitación. Ha repetido una y otra vez y los resultados son los mismos. El
cansancio no es una opción. Finalmente abandona el lugar y decide ir a
buscar al general. Sabe que las noticias que lleva no son buenas y que
roza lo absurdo sino lo sobrepasa. Tras un breve trayecto encuentra al
militar ensimismado mirando una pantalla. El forense consigue sustraerle
y apartarlo hacia un rincón mas discreto.
-Es lo mas extraño que he visto en mi vida. Este hombre llevaba varias
días muerto.
Pero así como su pulmones, corazón, vísceras, etc. Estaban en proceso de
descomposición, sus músculos y extremidades. Así como su aspecto
exterior no denotaba este proceso hasta ahora. Parece como si el cuerpo
eligiese que partes eran necesarias y cuales no para empezar a
descomponerse. En los otros cuerpos no es tan evidente. Porque han
muerto hace poco tiempo.
-Gracias, Taylor. Es un asunto de alto secreto. Nadie debe saber esto. Al
menos hasta descubrir a que nos enfrentamos
-Si, general. No se preocupe seré una tumba.
Mientras el portador de las noticias se alejaba el general seguía
mascullando en silencio. Cada paso que daban era hacia una desastre
mayor. El tiempo se iba agotando y las opciones de éxito se diluyan entre
sus dedos. Lo que hubiera dado por saber que los causantes de sus
problemas se hallaban en un viejo almacén.
Un almacén refugiado en la noche y donde Ernest con el cuerpo del Araña
y el irlandés discuten la forma de lleva su plan.
-Es asqueroso el cuerpo de este gusano. Debe llevar un mes sin
cambiarse de calzoncillos ni ducharse.-dice Ernest totalmente enfadado.
-Bueno tu querías matarlo. Y yo accedí a tus deseos. A veces no es
aconsejable conseguir lo que quieres. Y no te aconsejo que te bañes seria
profanar su memoria.
En medio de la discusión unos golpes en la puerta dan un respiro a la
tormenta. El preso abre y se encuentra con un elegante hombre vestido
con ropa a medida, un maletín esposado a su muñeca demuestra quien
manda. Acompañado por una corte de guardaespaldas.
-Me hacéis levantar de la cama de madrugada. Me robáis, me chantajeais.
Tengo que hacer de recadero para que me devolvais lo mio. ¿Que os hace
pensar que seré benévolo?
Los guardaespaldas rodean a ambos hombres. Sacan sus armas y les
apuntan a la cabeza.
-Ahora vamos a jugar en mi terreno.-dice el traficante
Los apresados levantan las manos y bajan la cabeza.
-Seréis mis invitados. Los negocios hay que hacerlos con clase y no en
pocilgas.-mientras dice hasta ve como salen los corderos al matadero.
Continuara...
Capitulo 16 " Araña" A pesar del breve momento de espera que transcurrió desde el accidente
hasta que llegaron los operativos no dejaba de ver todo a cámara a lenta.
Era como si mi mente quisiera guardar hasta el mínimo detalle de ese
momento. Vi sumergirse al buceador con la vana esperanza de que
tuviese alguna buena noticia. Incluso una especie de sonrisa intento
aflorar en mi rostro. Chorreando y agotado subía aquella respuesta
embutida. Su rostro lo decía todo.
-La corriente allá abajo es muy fuerte. Pero hemos encontrado el
coche. Hay un cuerpo en el asiento del copiloto. Parece un tipo joven
y guaperas.
-¿Y el conductor?.-pregunte ansioso
-Nada, no había nadie. No llevaba el cinturón. Seguramente su cuerpo
estara de camino hacia al mar.
-Por favor sigan buscando es muy importante.
-No se preocupe. Aunque dudo mucho que aparezca. Les dejo, debo
seguir
con la extracción.
Allí no pintaba nada mas. En cierta manera me sentía como un héroe
cansado volviendo a mi cueva secreta. Seguramente la acción era en otro
punto de la ciudad pero para mi eso era un enigma brillando en la noche.
*********************************************************************
Al mismo tiempo lejos de allí Dunphys camina por la calle en un oscuro y
solitario barrio. Habla con Ernest que al no tener cuerpo esta muy
enfadado. Su voz se materializa en la mente del irlandés.
-¿Podías haber sacado mi cuerpo?
-Ya lo sabes el cinturón de seguridad quedo bloqueado por el golpe. No
teníamos tiempo. Quien sabe si ya estaban rastreando la zona.
-Para ti es fácil. Tu tienes cuerpo. Yo no y tampoco el dinero.
-No te preocupes. Esto solo era para probar nuestro potencial en equipo.
El plan sigue su curso original.
Poco a poco la ciudad se va quedando atrás y una abandonada zona
industrial les da la bienvenida. A pesar de la oscuridad el preso se guia
perfectamente hasta que llegan a un viejo almacén con apariencia de
estar abandonado. El preso da tres golpes espera un momento y luego da
dos mas. A los pocos momentos aparece un hombre descuidado de unos
40 años, con grandes
gafas y aspecto de empollón de colegio.
-Hola Araña
-Hola viejo amigo. Pensaba que estabas en la cárcel. Pero pasa, pasa. No
te quedes ahí fuera como un pasmarote.
Dentro del gran almacén los desechos e inmundicias campan por doquier
sin orden ni concierto. Pasan por medio del inmueble hasta llegar a un
lugar lleno de ordenadores.
-Araña es el hacker mas grande del país.
-Gracias, gracias. Ya lo sabes. ¿Qué necesitas?.- Mientras dice esto saluda
como un gran artista a su publico. El irlandés no puede reprimir una
sonrisa traviesa.
-Necesito información de un tal Ernest ‘El elegante”
Araña lo mira con complicidad mientras teclea el ordenador.
-¿Te debe dinero,verdad? Sera un maldito usurero. No tengas piedad con
el.
La voz de Ernest suena en el cerebro del preso.
-Que tenga cuidado este chupatintas.
Aparece en la pantalla del ordenador la información y fotos de Ernest.
-Eras muy elegante
Araña con cara de sorpresa
-¿Quién? ¿Yo? Pero quien es este tipo. Hace medio siglo que le dieron
billete. Pero vaya era todo un personaje para la época. Fíjate la
cantidad de crímenes que tiene en su historial. Por lo que veo un tal
Guess le dio caza en su madriguera.
-Por cierto Araña ¿no tendrás lentillas?
-Si, pero…
-Venga, venga. No seas remilgado. Y trae un espejo.
Araña se levanta a hacer el encargo y el preso se queda solo.
-Vaya, vaya, Ernest. Eras una celebridad para la época. La verdad es un
placer haberte conocido y formar equipo.
-Bla, bla, bla. Lisonjero. Me ha llamado usurero y me las va a pagar.
Tomare su cuerpo cuando consigas lo que necesites.
-Chisst!! Araña vuelve.
-¿Decías algo? Me pareció oírte hablar.
-Nada, nada. Hablaba solo.
Araña le da las lentillas y un espejo
-Aquí tienes, pero…
-Trae, trae…
El preso se pone de espaldas al hacker
-Buff, que bien.
El recluso se da la vuelta y aparece con unas lentillas de ojos de leopardo.
-Trae el espejo
El reo se mira y al principio se asusta y luego se enfada.
-¿Pero que es esto?
-Bueno, mi exnovia era veterinaria y le excitaba hacerlo con esto
puesto. También tengo otro par pero…
Dunphys con cara de asco
-Pervertido. ¿Y las otras?
-Son de zombie para Halloween.
-Brrr. Da igual. Seguiré con las gafas.Bueno, vamos a lo nuestro. Quiero
que busques y bloquees las cuentas de Patrick ‘El danés”
-¿El traficante de armas?
-Y luego le haremos una llamada. Si quiere recuperar su dinero deberá
traernos el explosivo.
Continuara...
Capitulo 15 "Persecución" El tiempo apremia y en el banco aparece el director del banco con gafas
de sol, tembloroso y perdido. Dunphys lo mira muy enfadado y lo apunta.
con su arma.
-¿Dónde esta mi compañero?
-Di..dijo que ahora subiría que estaría cubriendo la retaguardia mientras
salíamos hacia la calle.-responde asustado.
El irlandés coge al director y lo lleva casi arrastras a la mientras le apunta
a la cabeza. El hombre como un caballo dócil sale sin oponer resistencia.
-Y vosotros ya habéis oído que nadie se mueva hasta que suba mi colega.
Y tu para la calle.
El preso sale con su rehén, encontrándose con un panorama desolador.
Dos coches de policía bloqueando la entrada y los agentes tras las puertas
apuntandole. No era la mejor opción. Empezó a cavilar como iba a
resolver todo esto. Si su compañero fallaba todo se vendría abajo.
-Tire el arma y deje a ese hombre y nadie saldrá herido. No lo volveré a
repetir. No dudaremos en disparar.-avisa el policía de forma contundente.
El director se desmaya y su captor no puede apuntarle a la vez que lo
sostiene para que no caiga al suelo. Intenta alientar al director para que
se levante.
-Ernest, Ernest. No me hagas esto. Vamos levanta, levanta.
Ante lo irreal de la situación los policías se miran extrañados ante
semejante escena. Tan absortos están que un disparo los coge por
sorpresa cayendo uno de ellos muerto. Los otros miran de donde vienen
los disparos. Como cervatillos que olfatean el aire pero todo es en vano y
otro también cae. Aparece uno de los policías muertos del interior
disparando a los policías. El recluso suelta a director. Ernest lanza una
pistola para ayudar a su compañero. Se desata una lluvia de balas que
acaba con la resistencia de los demás. Disparan a las ruedas de uno de los
coches y cogen el otro coche de policía y escapan. En ese momento se va
acercando el Hummer de Joshua hacia el banco. Lo que ve lo deja
impactado. Cuatro muertos y dos huidos. El profesor tenia razón debía
acabar con esto y hacerlo ya.
-Los veo. Van por la avenida Damio y se dirigen hacia las afueras.
Joshua acelera. Da un fuerte golpe al coche de policía aparcado frente al
banco que impacta en la entrada del edificio. Seguidamente acelera mas y
da por detrás al coche de los fugitivos. Pero esto no hace que desistan de
su actitud. Sacan sus armas y disparan para romper el cristal trasero de
su vehículo. Por suerte el hummer esta blindado y no le afecta. Las balas
chocan contra el vehículo como si fuese una muralla. Los huidos saben
que solo hay una opción. El conductor acelera y abre las puerta de su
coche que son arrancadas de cuajo por los coches que pasan a su lado. La
puerta sale dispara e impacta en el parabrisas de otro coche que iba en
dirección contraria. Siguen disparando aun sabiendo que es inútil pero
pueden generar mas caos y eso les ayuda. Un policía motorizado sale
como refuerzo por detrás de Joshua y va a la caza de los reos. Adelanta al
coche militar y se pone detrás de los prófugos. Cuando tiene ocasión el
preso le dispara y mata al recién incorporado motero. Ernest toma su
cuerpo y decide sacar ventaja de la situación. Decelera la velocidad hasta
ponerse a la par de Joshua. Saca su arma y empieza a disparar al coche
como a las ruedas. Joshua empieza a arrimarse al motorista para hacer
cambiar de carril y que no puede adelantarle. Ernest intenta que no lo
atropelle y también que no acaba empotrado por el conductor del otro
carril. A la vez que sigue disparando esperando que su enemigo desista en
la persecución. Finalmente ante tantas situaciones que no puede controlar
una furgoneta que venia de la otra vía impacta directamente contra el
policía que sale volando y acaba estrellando su cuerpo contra el asfalto.
Ernest despierta de nuevo en el coche de policía. Y observa sorprendido
como su compañero con una mano manejaba el volante y como pisaba su
pie para acelerar.
-Lo siento. Te prometo que cuando tenga tiempo te enseñare a conducir.
La verdad que te has apañado muy bien con esa garrapata que tenemos
detrás.
Ruedan por una gran avenida que acaba en un largo puente por donde
cruza un río.
Ernest acelera mientras y golpea a su rival. El perseguido va cambiando
de carril y esquiva los coches que vienen en dirección contraria. Ernest
dispara a un conductor que pasaba a su lado.
-Coge el volante. Tengo que hacer una cosa.
-Otra vez no...
Toma el cuerpo de su ultima víctima y cuando pasa al lado del Hummer
gira el volante de forma violenta impactando contra el policía. El coche
hace un trompo y queda cruzado haciendo que varios coches impactan
con el haciendo una muralla de coches chocados. De forma milagrosa
consigue escapar de la trampa de Ernest. Casi va alcanzar a los fugitivos.
Otro coche se incorpora por una calle a la avenida. Ernest mata al
conductor de otro disparo. Toma el cuerpo acelera hasta ponerse por
detrás del hummer que empieza a empujar contra el coche de Ernest.
Joshua consigue salir de ese aprieto invadiendo el carril contraria y
empieza a dar golpes lateralmente al coche. En la lucha se meten en la
acera. La gente evita como puede ambos coches entre el grito y el miedo.
El coche ocupado por Ernest acaba impactando en una tienda acristalada.
El largo puente los recibe. Preso sigue golpeando a los coches para
obstaculizar la persecución golpeando y conduciendo en zigzag. Joshua se
asoma por la ventanilla y empieza a disparar. Rompe las luces del coche
policía y por los impactos de bala les abre el maletero. Así no tienen visión
por detrás y tienen que asomarse por los laterales del coche. Disparan a
las ruedas de los coches que vienen en dirección contraria. Estos hacen
trompos y empiezan a salir volando hacia adelante. Joshua tiene que
esquivarlos. Joshua entre la confusión no se da cuenta y golpea
violentamente al coche policia que sale hacia delante y rompe la barrera
del puente cayendo al río. Joshua para al lado de la valla y se echa las
manos a la cabeza.
-Maldita sea, los he perdido... Han caído al río.
Mientras solo ve como una enorme onda se forma en medio del cauce.
Continuara...
Capitulo 14 "Preparando al héroe" Todos asistimos atónitos a los sucesos del banco. Mientras el general, el
profesor y yo discutimos el camino a seguir para solucionar esta situación.
-Creo que seria el mejor momento para entrar en acción.-impone de
forma autoritaria el general.
-Yo también. Pero quiero ir solo ya que así con un vehículo rápido y con
menos peso iré mas deprisa.-es lo único que se me ocurría en estos
tensos momentos.
El general se queda ensimismado evaluando la propuesta.
-Esta bien pero el profesor se queda aquí como garantía. Creo que tengo
lo que necesitas.
-También me gustaría quedarme a solas con el profesor para explicarle
algunas cosas.
Que podía decir, el general tenia el poder de decidir o encerrarnos en el
lugar mas profundo y oscuro de este lugar y no era un eufemismo. No me
gustaba que este omnipresente militar supiera todo y a cambio el no daba
nada. Sabia que su punto débil era el ser ignorado y que no contasen con
el para cualquier asunto. Solo en pensar lo que le molestaria el ser
excluido me daba unos momentos de placer los cuales podía paladear.
-Bueno, bueno. Pero rápido no es momento para ponerse románticos y
para largas despedidas.-decía mientras veía su cara contraída y sus cejas
acechando sobre sus ojos mostrando su enorme enfado.
Le hice una señal al profesor para que nos alejásemos a una distancia
prudencial.
Alejados de nuestro ogro el profesor empezó hablar.
-Ya se que todo esto que hemos hablado es muy extraño y que te
preguntas porque tu debes detener de nuevo a este tipo y no otra
persona. Lo intentare explicar de una manera sencilla. Sabes la vida son
ciclos, momentos que se repiten una y otra vez como los bucles de un
ordenador que hace que funcione perfectamente. Al detener a esta
sabandija cerraste un ciclo de vuestra vida. Pero al haber resucitado se
esta produciendo una paradoja temporal, algo que desequilibra todo por
una causa totalmente anormal. Para que todo vuelva a la normalidad, tu
debes de cerrar esta situación. De momento ahí que seguir engañando a
los militares creyendo que vas tomar el suero. Aunque si acabes con tu
nemesis puede que no sea necesario el experimento con el suero. No se si
todo esta charla te serviría para algo o las entendido.
-Sinceramente profesor. No entendido nada de nada. Ni se de que me
esta hablando pero tengo una cuenta pendiente y la voy a cobrar. Cueste
lo que cueste.
-Suerte, Joshua.
La verdad no sabia que decirle. Desde el principio se había mostrado una
persona sincera y noble. No me escondió nada de lo que acontecía por
muy extraño que pareciese. Tenia ganas de abrazarlo como si fuera el
padre que nunca conocí y que todo saliera bien para volver a tener una
nueva charla. Por desgracia el hombre de verde que parecía mi sombra
casi me arrastro a la puerta en compañía de dos hombretones. Casi sin
darme cuenta ya estaba en la carretera. El elegido era un Hummer que
tenían en el taller y que estaba casi todo desmontado por dentro quitando
el asiento, el volante y poco mas. Tan vació como el cerebro de nuestro
salvador, el general. Por suerte la radio no estaba desguazada y podíamos
mantenernos en contacto.
-Ya están alertados todos los agentes de seguridad. Vaya con cuidado.aunque lo ignoraba que estaba puesto este aparato hasta que salto al aire
esta estridente locución que casi me hizo saltar del asiento.
Ya veía como se vislumbraba los edificios de la ciudad. Esperaba que no
se hubiese mostrado muy sorprendido los agentes de trafico al ver la
velocidad que marcaba en sus marcadores al pasar junto a ellos. Por
suerte la multa la pagaría el gobierno. No era culpa mía que estuviese de
servicio y necesitase un vehículo trucado para la lucha contra el crimen.
Hoy seria un héroe o pasto de los buitres este era el pensamiento que
flotaba en mi mente mientras veía como los letreros del banco se hacían
mas grandes a medida que llegaba allí.
Continuara...
Capitulo 13 " El atraco"
Ajenos a todo esto Onassis y Dunphys sacan dinero por la ventanilla
atendidos por una amable cajera. El irlandés con una mochila y ambos con
sus inseparables gafas de sol.
Onassis mantiene una conversacion con la dependienta mientras se
identifica.
-Buenos dias, señorita. Querria liquidar mi cuenta y sacar el efectivo. Soy
Onasis, Ricky Onasis. Aquí tiene mi tarjeta de identidad.
Ella coge el carnet y mete los datos en el ordenador.
-Lo siento, señor. Aquí existe un problema con su cuenta. Esta bloqueada
tendrá que hablar con el director.
Ernest se pone lívido y se desmaya cayendo al suelo mientras se echa
mano al corazón.
-Un medico, rápido. Es un infarto.-grita Dunphys
El guardia de seguridad se acerca para auxiliarle y le da un masaje de
reanimacion a Ernest. Gira la cabeza para mirar al acompañante del
enfermo.
-Creo que se recuperara...mientras dice esto se encuentra delante de su
cara una pistola apuntandole.
-No lo dudo.-dice el irlandes.
-Gracias. Me has devuelto la vida.-dice Ernest.
El preso dispara al guardia que cae hacia adelante. La cajera aprovecha
para pulsar la alarma silenciosa. Ernest cambia como guardia y empieza a
pegar tiros al aire. Mientras el cuerpo de Onassis esta tirado en el suelo.
-Vamos, vamos. Esto es un atraco.
Dunphys apunta a la cajera mientras sonríe. Pero delante de ella hay una
mampara acristalada.Aun así la cajera se asusta.
-Y tu preciosa no deberías haber echo eso. Pero te perdono si nos dices
donde esta tu director. Nos dijistes que hablásemos con el y es
justamente lo que vamos a hacer para solucionar este problemilla.
En ese momento entran dos policías también con gafas de sol. El guardia
de seguridad dispara a uno de ellos. El agente tiroteado hace como si
fuera a caer y de pronto se pone en una postura como si no pasara nada.
El otro al principio se asusta pero se tranquiliza al ver a su compañero
normal. Aunque no entiende porque el guarda de seguridad a caído
fulminado después del disparo. Acto seguido apunta a Dunphys.
-Tira el arma
El agente apunta al preso pero pone cara de sorpresa cuando ve que su
compañero lo apunta a el. Ernest dispara y mata al policía.
-Quiero al director ahora mismo.
Todos miran encogidos a un tipo delgado y calvo escondido debajo de una
mesa. El preso lo saca a rastras y se lo lanza a Ernest. También le da la
mochila
-Ya sabes que tienes que hacer. Si se niega, matalo. Si no coopera,
matalo. Y si...
-Si, si. Creo que lo voy pillando. No se preocupe.-contesta el director
asustado.
El director y Ernest desaparecen al fondo del pasillo. Mientras su
compañero vigila el banco.
Continuara...
Capitulo 12 "El acuerdo"
Mientras en la mansión de Ricky una patrulla de equipos especiales llega
en un furgón camuflado. Salen varios hombres y se dispersan alrededor
de la casa para entrar por sorpresa. Apostándose en la puerta principal
para entrar todos en el interior de la casa. Lejos de allí en una
abandonada gasolinera toda esta operación se sigue en directo.
Los militares empiezan a buscar por toda la casa y uno de ellos llega a la
cocina rompiendo un cable que había en la puerta esperando a su víctima.
El microondas se activa marcando 3 segundos. El hombre mira con horror.
Los gritos de desesperacion y urgencia llenan el aire. El aparato empieza a
dar vueltas ignorando a sus ocupantes. En su interior una generosa racion
de cubiertos metálicos que empiezan emitir chispas. Por desgracia
también pasa desapercibido una tubería de gas cortada.
La mansión explota en pedazos mientras el vehículo camuflado se marcha
con Ernest conduciéndolo y a su lado Dunphys.
En la sala de control los soldados manejando equipos informáticos. Como
un espectador mas siguen las pantallas donde se muestra las imagenes
del equipo de asalto a la casa de Onasis. De pronto pierden la señal de
todos. Un soldado se levanta alarmado y va en busca del general. Al final
lo encuentra.
-Señor, hemos perdido la señal de todos los hombres. Creo que era una
trampa.
-¡Maldita sea! ¿Y el GPS del vehículo?
-Sigue parado.
-Por desgracia su tan avanzada tecnología no muestra al GPS tirado
enfrente de la casa.
Ante esta cadenas de sucesos el profesor Ochoa se une al grupo.
-Bien, general. Cooperara pero necesitamos algunos datos.
-¿Cuáles?
-Toda la información de Jacques Guess, el agente que cazo a Ernest.
Donde vivía y en el peor de los casos donde fue enterrado.
-Bien, veamos si tenemos esa información. Soldado busque toda la
información que tenga sobre Jacques Guess.
-Si, señor.
Al momento la pantalla refleja la información de Guess.
-Guess vivía en la calle Plysmout. ¿Dónde esta eso? Busque un mapa de
hace 50 años y confrontelos con los actuales.
Al momento aparece el mapa antiguo y actual. Superponiendo y
mostrando donde vivía Guess.Para su sorpresa descubren que ahora
existe un gran centro comercial.
-Señor esa zona fue demolida hace años. Ahora se asienta el Coorts.
-¿Y donde fue enterrado?
-Espere un momento. En el cementerio antiguo de la ciudad. Parcela
ah/23
-¿Espero que no lo hayan demolido?
-No, sigue intacto.
El general señala a los agentes Lloyd y Mckean y les tira las llaves de las
esposas. Uno de ellos las coge.
-Tomad, muchachos. Sacad al canario.
Joshua es llevado entre los dos agentes. Uno de ellos con el ojo hinchado
y el otro sangrando por la boca. Joshua también ha recibido varios golpes.
-¿Qué ha pasado?
-No se mostró muy colaborador y tuvimos nuestras diferencias.
-No somos tan capullos. ¿Verdad, agente LLoyd?
-Cierto, agente Mckean.-Mientras se lleva la mano a su dolorida boca.
-General, el señor Onasis esta en un sucursal del High Bank intentando
sacar todo el efectivo.
-Ya los tenemos. No podrá, tiene las cuentas bloqueadas. Contactar con
las cámaras del banco.
Continuara...
Capitulo 11 " Fuerzas amigas"
Amanece cuando un solitario Hummer engulle la carretera que lleva hacia
ningún sitio o mejor dicho a una gasolinera abandonada. Una gasolinera
que en sus entrañas esconde una base secreta del gobierno. Un lugar que
es tomado por dos inexpresivos agentes portando una bolsa de cadáveres.
Una acción lejos de ojos indiscretos y donde el anonimato es garantizado.
Sin inmutarse observan como van bajando mas hacia la profundidad. Al
llegar a su destino los dos hombres dejan la bolsa en la camilla y saludan
a los presentes entre ellos un general y el profesor Ochoa.
-Los agentes Lloyd y Mckean se presentan, señor. Traemos al detective
Johsua Tena
El profesor alterado se acerca a la bolsa para ver su contenido.
-¿Qué…? ¿Qué han hecho, insensatos? Lo necesitamos vivo.
Uno de los agentes abre la bolsa y aparece el detective sedado.
-Esta sedado. Tenia una actitud muy negativa hacia nosotros. No somos
tan capullos, ¿verdad, agente Mckean?
-Verdad, agente Lloyd
-Bien, despiertenlo y preparenlo para el tratamiento.
-No es posible hacerlo si es contra su voluntad. Máxime cuando todavía se
desconocen los efectos y no sabemos las repercusiones que puede tener
en el futuro en su vida.
-Ese no es mi problema. Lo quiero listo en 5 minutos.
Un soldado hace una señal al general y este marcha a su lado.
-Señor, tenemos mas información sobre la noche del incidente. Han
encontrado un viejo coche aparcado en el burdel y nadie lo ha recogido.
En el maletero estaba el cuerpo del sargento. Tenia la cabeza destrozada
por un tiro.
-¿Y el dueño del coche?
-Ha aparecido muerto a varios kilómetros del lugar, en el rió. Debió caer.
Hemos hablado con la señorita del establecimiento.
-¿Con la puta?
-Si, señor. Un cliente asiduo llamado Rick Onasis llego al lugar
comportandose de una forma rara.
-¿A que llama rara en un burdel?
-No se quito las gafas de sol durante todo el acto y la chica que eligió
apareció muerta. Sin embargo otra compañera dice que muy de
madrugada se unió con ella y su cliente haciendo un trio. Después se
marcho y al rato oyó como Ricky se marchaba cantando unas canciones
vulgares que recordaba a la época de sus abuelos.
-¿Y como lo sabe?
-Porque esta mujer según dijo, su abuelo era muy asiduo de estos locales
y le cantaba estas canciones y otras para dormir.
-Gracias, soldado. Ahora veamos donde vive ese Ricky y le vamos a
preparar una fiesta sorpresa. Mientras voy a ver que tal esta nuestro
amigo el profesor y su pupilo.
El general va una sala contigua que es una pequeño hospital. El detective
aparece echado en una cama y sedado controlando su salud por varios
aparatos médicos conectados a el.
También esta esposado a la cama. El profesor lo mira con con pena. Entra
el general feliz y contento, saca una petaca con whisky y se la ofrece al
profesor. Este la rechaza.
Acto seguido la acerca a la nariz del detective. Mira al profesor y le guiña
un ojo a la vez que asiente con la cabeza para afirmar con convicción sus
palabras.
-Ya vera esto despierta a un muerto.
El muchacho confundido poco a poco va despertando.
-Mi cabeza… esta a punto de estallar.
Apenas recuerdo lo que sucedió anoche. Sedado y esposado en un
hospital. Esto no pinta bien.
-¿Qué sucede? ¿Dónde estoy? ¿ Porque estoy esposado?
Profesor mira al general culpabilizandolo de la situación
-Creo que sera mejor que nos deje a solas. Lo han disparado, sedado,
raptado y esposado para traerlo. Si lo ve aquí seguirá con hostilidad y no
cooperara.
-Esta bien. Haga lo que quiera pero lo necesito para ya.
Se va el general de malas formas. Profesor y detective solos.
-Hola Joshua, soy el profesor Ochoa
-¿Me conoce?. Estoy confuso
-No, pero en cierta manera soy el culpable de tu situación.
-No entiendo. ¿Por qué?
-Bueno es una historia algo larga y complicada pero intentare aclarártela.
Continuara...
Capitulo 10 "Descanso" Amanece al día siguiente en una elegante y exclusiva mansión de una
elitista urbanizacion. Un deportivo llega a su destino y dos hombres bajan
del vehículo tras haber pasado la noche en un lupanar. Entran en la casa y
se quedan maravillados del lujo que les rodea. Tras haber inspeccionado
la casa, Ernest se ha puesto comodo con un batín de seda y ha decidido ir
al enorme salón de la mansión. Se acomoda en un bello sillón y suspira
orgulloso.
-¡Que bueno es volver a los viejos tiempos! A los placeres de siempre.
Cuanto lo he echado de menos.-Calla un segundo y luego continua.- Un
puro en una mano, un buen caldo escoces en la otra y una buena hembra.
¿Que mas se puede pedir en la vida?
Creo que no me costara nada volver a esto.
Echando volutas circulares en el aire mira a al irlandés feliz y orgulloso.
Mientras Dunphys lo mira de reojo muy serio.
-Olvida te de todo esto. Tenemos que irnos cuanto antes. Y volver al
anonimato.
Ernest se queda dudando.
-¿Pero? ¿por que? ¿y dejar este cuerpo?. Es perfecto para mis
necesidades.
- Seguramente los militares sabrán de nosotros y de este tipo. Es cuestión
de tiempo que aten cabos. Lo mejor es marcharnos. Y… dejar ese cuerpo.
-Maldita sea. Otra vez ser una fantasma. Para ti es muy fácil no tienes que
ir cambiando de cuerpo cada vez y adaptarte a ellos.
-Tranquilo, tengo un plan. Que nos dará mucho mas. Y veras que lo que
aquí tienes te parecerán migajas con lo que vamos a conseguir. Tomate
esto como un aperitivo para lo que va a venir.
Continuara...
Capitulo 9 ""Joshua Tena"
En la oscuridad de la noche un hombre corre tras un criminal. Corriendo
por el pasillo de un edificio. Sin otra salida el perseguido atraviesa una
ventana y sigue andando por un pequeño saliente que da acceso a una
terraza con una valla.
Odio las alturas....- Este pensamiento ronda en mi cabeza mientras
intento no mirar al vacío.
Con cuidado voy apoyando mis pies en el pequeño camino del exterior.
Mientras veo como ese maldito se me escapa. Me agarro a la valla y entro
en la terraza. El sospechoso no me da respiro y sigue corriendo mientras
mis pulmones piden un tiempo muerto. Tiempo que no tengo porque una
sombra se va haciendo mas pequeña a mis ojos. Ha llegado a la terraza
anexa. Por suerte la puerta que le permita llegar a la escalera esta
cerrada. Aunque esto no sirve para retenerlo. De una patada revienta la
puerta y una frenética estampida es el acto siguiente para evitar mi
compañía. Maldiciendo sigo escaleras abajo. Cuando llego a la calle mis
pulmones son una inmensa bolsa caliente de palomitas en un microondas.
Tan absortos estamos en nuestro duelo deportivo que no advertimos un
camión saliendo de una bocacalle. Me sorprende la agilidad de mi
adversario que con un limpio salto sube a la parte superior del camión
dejandome tirado y sin competidor. Mientras se despide elegantemente y
dedicándome una sonrisa. Como un tonto me quedo mirando la calle como
si una solución fuera a venir del cielo. Reparo en una moto. Bendigo mis
tiempos de macarra de barrio y aprendiz de malas artes. En un momento
consigo poner la moto en funcionamiento y seguir mi lucha en pos de la
justicia. Allí veo el camión y su polizón. Ya no tiene esa sonrisa emergente
en su rostro. El aire en la cara y su gesto de sorpresa de ese futuro
inquilino carcelario no tiene precio. Arriesgando sus huesos aprovecha una
curva para saltar sobre un montón de desperdicios, bolsas de basura y
neumáticos en un olvidado solar de las afueras. Tan improvisado ejercicio
gimnástico me obliga a frenar lo que conlleva un desastroso derrape y una
mano de chapa y pintura a cargo del cuerpo policial en la moto de este
contribuyente anónimo. Veo que mi víctima a recuperado la forma y sigue
su ejercicio nocturno. Aun convaleciente tras mi accidente sigo su rastro.
Ahora echo en falta esos días que estaba en el sofá y no aproveche para
mejorar mi estado físico. Es una agria venganza de mi cuerpo contra mi.
Aun así lo doy todo y consigo dar alcance a la gacela.
Tras un espectacular salto le doy un cariño abrazo a su cintura recibiendo
como premio varios giros acabando en una amalgama de brazos y
piernas. Sin saber como acabo montando encima de su espalda.
Rápidamente empieza a buscar mi arma, que milagrosamente sigue en su
sitio y acaba apuntando a su cabeza.
-Vale, vale. Hablare, hablare...
Triunfante me levanto sin dejar de apuntarle y le concedo el privilegio de
hacer lo mismo.
Un tiro surca el aire.
-¿¿¿Que mierda ha sido eso...???
Me agacho como un avestruz y miro a mi alrededor. Nada. Mi rival
permanece caído en el suelo. Le tomo el pulso. Muerto.
-¿Joshua Tena?. Por favor, baje el arma. Somos agentes federales.
Ante mis ojos dos funerarios con placa y armados aparecen. Asiento
furioso.
-¡Lo necesitaba vivo! ¡Vivo! ¿Entienden? Estaba a punto de resolver un
caso. ¡Malditos seáis!
Apenas me da tiempo de oír otro disparo cuando todo se vuelve negro.
Cara de sorpresa y ojos abiertos es lo único que sucede antes de que mi
cuerpo acabe en el suelo.
Continuara...
Capitulo 8 "Ochoa"
Otro día mas en la Universidad de Medicina. Otra clase mas del reputado
profesor Ochoa donde su experiencia y sus vastos conocimientos son la
excusa perfecta para adoctrinar a los futuros medicos del mañana.
Viviendo una de sus pasiones además de la investigación que es la
enseñanza. Moviendo la tiza en la pizarra como si fuese una bailarina
ejecutando una filigrana sobre la pista. Todo esto sucede cuando el sr.
Greco, el conserje golpea suavemente la puerta. Tras abrirla aparece su
sudoroso rostro mezcla del miedo y la sorpresa.
-Profesor hay unos señores que le están esperando. Dicen que es urgente.
Ochoa levanta la cabeza y ve a dos hombres trajeados y serenos. Se gira
hacia sus alumnos y les pide disculpas por la interrupción saliendo al
pasillo al encuentro de los dos desconocidos. Una vez fuera y después de
los saludos Ochoa pide explicaciones.
-Buenos días,caballeros. ¿En que puedo ayudarles?
Uno de los agentes contesta.
-¿Profesor Ochoa?
-Si, soy yo.
Un agente encañona al profesor disimuladamente con una pistola en sus
riñones
-No haga tonterías. Disimule y venga con nosotros.
-No hacia falta esto.
-Despidase de su amigo. Si, el que nos lleva espiando desde la puerta de
su clase.
El profesor saluda al conserje y el conserje asustado se esconde tras la
puerta y empieza a hiperventilar y ponerse nervioso.
Un Hummer negro recorre la carreta en medio del desierto. En medio de
la nada encuentra una gasolinera abandonada hace tiempo y para allí.
Bajan los agentes con el profesor que lleva los ojos vendados.
Dentro de la gasolinera el aspecto es de abandono total . Se acerca a una
vieja caja registradora y abre la caja del dinero. Una de las paredes se
abre y muestra un ascensor.
Bajan y llegan a una gran sala de control llena de ordenadores y
operarios. Aparece el general exultante. Le quitan la venda al profesor que
se muestra confundido.
-Profesor Anchoa. Que alegría de verlo.
El profesor molesto contesta:
-Ochoa. Me llamo Ochoa
-¿Eh? Ah! Da igual, da igual.
-Tenemos un problema con el trabajo del profesor Svenson y nos gustaría
que nos ayudase.
-Pues preguntele a èl.
-Desgraciadamente esta muerto. Es vital la información sobre el trabajo
del profesor Svenson.
-Querrá decir sobre mi proyecto y que èl o ustedes me robaron y
pervirtieron.
El general expresa su enfado
-Profesor, no tengo tiempo para estas tonterías. Un equipo de científicos y
una unidad de mis mejores hombres han muerto. Tengo un preso fugado
y las circunstancias de todo este asunto no están muy claras. Y ahora
expliqueme en que consistía su proyecto. A cambio tendrá acceso a toda
la información del profesor Svenson.
-Mi proyecto original se basaba en buscar un suero que aumentase la
resistencia de los humanos contra las enfermedades. Esta sustancia hacia
que el cerebro acrecentase su capacidad y despertar toda esa masa
cerebral que no usamos.
-¿Y que paso para que abandonase el proyecto?
-Algo que nunca espere y que aun no se explicar muy bien. Los sujetos
aumentaron su capacidad para detectar frecuencias que normalmente no
podemos notar. Como algunos animales .Pueden oír sonidos que para
nosotros es imposible. Pero este caso aumentado a la máxima expresión.
Podían entrar en contacto con seres fallecidos en el lugar. Parece una
locura pero es cierto.
-¿Como una especie de médium?
-Si, pero el sujeto podía ser tomado por el espíritu del muerto y haber
interacción. Extrañamente solo encontré seres de luz como si estuviera en
el cielo o en el paraíso. Las personas que fueron utilizadas en el
experimento comentaban que notaban una extraña sensación de paz y
tranquilidad. Viendo los frutos de la investigación tuve miedo en las
consecuencias imprevisibles que tendría todo esto y abandone la
investigación. Luego supe que ese Svenson junto con ustedes habían
retomado mis investigaciones.
Un soldado entra con una carpeta y se la da al profesor.
-Aquí tiene todo el material sobre el experimento Svenson
Profesor mira con mala cara al soldado y empieza a mirar el informe. De
pronto se pone lívido.
-¡Dios mio! Han modificado el enzima principal y lo han invertido. Si en mi
caso las consecuencias tomaba contacto con frecuencias positivas.
Ustedes han abierto las puertas del Infierno. Solo entraran en contacto
con seres fallecidos llenos de ira y maldad en estado puro.
-¿Cómo podemos contrarrestar esta situación?
-Digamos que de un ser negativo necesitamos uno positivo. Si tiene un
preso fugado y ha sido tratado la única persona que puede hacerle frente
sera la persona que lo detuvo. Es como cerrar un bucle temporal. Se ha
de repetir el mismo ciclo ya que el ente negativo solo reconoce como
amenaza aquello que ya conoce y que lo supero.
-Y si por casualidad entrase en contacto con un espíritu de un antiguo
asesino. ¿Seria imparable? ¿Quién lo detendría?
-Por absurdo que parezca solo puede pararlo la misma persona que lo
detuvo cuando estuvo en vida. Habría que despertar su espíritu. Ir a su
casa y si no existiese habría que exhumar su cuerpo.
El general comienza a gritar:
-Esto es de locos. ¿Se da cuenta que me esta contando? Si no hubiese
visto los resultados in situ no lo creería. Busque toda la información de
ese maldito bastardo fugado.
-Vamos a cogerle de los huevos.
-¿Dónde hicieron el experimento?
General se muestra dubitativo mientras el profesor enfadado vuelve a
preguntar.
-¿DÓNDEEEE?
El general con un hilo de voz:
-En la casa negra.
-¿En la casa negra? ¿ La casa de Ernest “El elegante”? ¿La casa donde se
actuaba el peor asesino en serie del siglo? ¡Están locos! No saben que han
desatado
Entra un militar con una carpeta del reo fugado. El general la coge y
empieza a leer nervioso pagina tras pagina. De pronto se para y empieza
a leer.
-Este tipo fue detenido hace dos años por el agente especial…
Continuara...
Capitulo 7 "Tempestad"
La casa maldita acoge la llegada del Hummer. Del interior bajan un
general grande, agresivo, orgulloso y muy seguro de si mismo. Cada paso
que da es enérgico y sus movimientos muestran que es el centro de
atención y quien lleva las riendas de todo.
A su lado es flanqueado por dos oficiales de menor rango que son meros
comparsas de este egocéntrico. Mientras intenta llegar al laboratorio va
sorteando cadáveres de soldados con cuidado de no pisarlos. Cuando
llegan a su destino se paran estupefactos ante el espectáculo dantesco
que se ofrece ante ellos. Destrozos por todas partes, cuerpos acribillados
y el caos echo nombre. Su rostro se convulsiona y su boca se abre y se
cierra como si fuera un pez boqueando. Es el preludio que lleva a la
agitacion y finalmente a la ira incontenible.
-¿Que carajos es todo esto? ¿Quien es el incompetente que ha permitido
todo esto? Lo quiero ahora. ¡Ahora mismo!
Uno de los oficiales temeroso levanta el dedo y señala el cuerpo de uno de
los científicos.
-Señor, esta ahí.
El cuerpo de Svenson es observado por los tres oficiales.
-Bah! Es lo mejor en estos casos. Un despido forzoso. Ja, ja!! Despido
forzoso.-El militar ríe ufano de su propia gracia mientras los otros dos ríen
forzados.
En ese momento hace acto de aparición un soldado.
-Señor, un grupo de forenses y de soldados han llegado a la entrada.
-Bien que hagan su trabajo sin perdida de tiempo quiero los resultados
para ayer. ¿Me ha entendido?
-Si, señor.
-Bien vuelva al vehículo y cuando llegue que se presente el oficial al
mando. Ya puede marcharse.
El conductor sale disparado y dando un suspiro de alivio.
Uno de los oficiales se pasea sobre la escena tomando conciencia de lo
que allí ha sucedido.
-No hay supervivientes. Lo mas raro es que parece algunos soldados se
defendieron después de muertos. Hay rastros de sangre lejos de donde
aparecen sus cuerpos. No es lógico.
El general enrojece de nuevo y emite un grito.
-¿Que bobada es esa? ¿Y el sargento Preston? Era el oficial al mando.
-No le he visto entre los cuerpos de la victimas. Parece no estar en la
casa. De todas maneras rastrearemos los alrededores.
El general se rasca la barbilla pensativo.
-Tendremos que pasar al plan B. Buscar al creador del suero original.
-Si no era el doctor Svenson, ¿Quién era?
-Un científico pusilánime y cobarde fue el creador del suero. Tuvo miedo
de seguir investigando. Decía que era muy peligroso y lo abandono.
Entonces Svenson que era un hombre de mente mas abierta retomo la
investigación y progreso. Ahora debemos empezar de cero e intentar
convencerle para que se una a nuestra causa.
-¿Y si rehusa nuestra oferta?
-Cooperara, se lo aseguro. Cooperara.
Continuara...
Capitulo 6 "La primera vez" Poco después un elegante deportivo entra en el aparcamiento. Dunphys lo
observa y sale sin que se den cuenta de su coche y se acerca al recién
llegado.
Da un golpe en la ventanilla. El conductor la baja y entabla conversación
con el irlandés.
-Hola, buenas noches. Soy el aparcacoches. Por un pavo se lo dejo en un
lugar mejor que este.
-No me interés….- El preso coge la cabeza del conductor y le rompe el
cuello.
-A mi tampoco.
En un momento Ernest toma el cuerpo del conductor. Curioso observa su
nuevo cuerpo.
-Mmm..!!! Vaya, estoy palpando la mercancía y esta mejor surtido que el
militar.
Abre la guantera del coche y encuentra unas gafas de sol. Se las pone
para tapar sus ojos negros y decide ponerse en acción.
Ernest sale del coche y le da las llaves al preso como si fuese un
aparcacoches.
-Toma muchacho buscame un buen sitio.
Mientras preso sonríe y se queda dentro del coche recordando que no
sabe conducir. Ernest se va cantando al burdel.
Ernest entra en el lugar lleno de luces de neón. y encuentra a un tipo
enorme, que lo deja sorprendido y antes de pronunciar una palabra el
hombre dice con voz fuerte y decidida
-Son 100 dolares, es penetración, estimulación oral y tienes derecho a
una posición, o también esta por 150 dolares todas las posiciones que
quieras por 30 minutos, adelante puedes ver a las chicas para que escojas
cual te gusta.
Da una palmada y aparece una china, otra rumana, una rusa y una
española. Elige a una de las bellas muchachas y el gigante le indica por
donde tiene que subir. Una vez llegado arriba ve un largo pasillo con
habitaciones numeradas. La chica escoge una de ellas y entran en una
habitación con una cama y un espejo. Ernest ve que el mobiliario es
bastante escueto y justo para el uso que se da en este tipo de situaciones.
Ernest se desnuda, apaga la luz y se quita las gafas.
Entonces empieza una sesión maratoniana de sexo donde después de mas
de 70 años el psicópata se pone al día y recupera los años perdidos de
fricción física. Una vez agotados de tanta relacion la mujer se levanta para
vestirse. Esta de espaldas al hombre, momento que aprovecha para
romperle el cuello y tomar su cuerpo. Coge de nuevo sus gafas y se quita
la ropa que estaba a medio poner. Desnuda cruza el pasillo y entra en la
habitación de enfrente.
Encuentra a una mujer con un látigo y una mascara azuzando a un gordo
cuarentón con anillos y cadenas de oro.
-¿¿Puedo unirme a la fiesta??.-dice la recién llegada.
-Claro que si encanto. Tengo para todas.
La otra mujer asienta resignada. Ve algo extraño y terrible en la mujer
que acaba de llegar. Pasan varias horas de sexo salvaje donde Ernest
descubre el placer femenino y unas cotas de sensaciones que jamas pensó
que existían. Incluso piensa que el hombre es el mayor perdedor en las
relaciones porque de un abanico de placeres como representante
masculino apenas percibe una pequeña parte. Amanece cuando abandona
la habitación y vuelve a la suya para recuperar el cuerpo del tipo. Deja a
la muchacha debajo de la cama esperando que no la descubran muy
pronto. Baja por las escaleras cuando el giganton se planta ante el para
pedirle el pago de sus servicios. Un patada en sus testículos, una nariz
rota y la cabeza abierta es la retribución por la noche pasada en el local.
Pero antes decide hacer una parada en la barra del bar y tomar alguna
consumicion por cuenta de la casa y a la salud del caído cobrador.
Amanece cuando Ernest sale todo borracho del burdel mientras su
compañero espera sentado en el capo del coche. Al verlo le ayuda a entrar
y se marchan por la carretera.
-Ha sido increíble este tío es un toro. Además nunca había probado el
sexo con un hombre.
-¿Quéeee…? ¿Eres gay?.- pregunta sorprendido el irlandés.
-Nooo…. Tome el cuerpo de la chica que estaba follando después de
agotar el mio y me uní a la fiesta de la habitación de al lado.
-Eres tremendo, Ernest. Tremendo.
Mientras el coche se aleja y se acerca a la ciudad. Apenas perciben que se
cruzan con un Hummer militar que va en dirección contraria a la suya.
Continuara...
Capitulo 5 "Viaje accidentado"
Ernest y Dunphys deciden salir a la carretera. No toman ninguno de los
vehículos militares temerosos de que puedan ser descubiertos. La noche
sigue su curso y solo el silencio invade el asfalto. Apenas han cubierto
unos pocos kilómetros aparece un viejo coche con un solo faro circulando.
Ambos saben que es una oportunidad perfecta para poner tierra de por
medio y también de buscar algo de diversión. Como unos autoestopistas
cualquiera empiezan a hacer señales para que pare el conductor. El
conductor de tan viejo cacharro va cantando y esta contento porque ve
una oportunidad de negocio. Cuando llega a la altura de los dos hombres
para y conversa con ellos. Los dos tipos ven a al viejo que ha detenido su
cacharro ante ellos.
El anciano intenta ser simpático con los forasteros.
-Buenas noches. Bonito tiempo para pasear. Jejeje.-mientras habla abre
la puerta para que suban. Dunphys se sienta como copiloto y Ernest para
a la parte de atrás.
El viejo sigue con ganas de charla.
-¿Que se les ha perdido por aquí? ¿Espero que no hayan ido a la casa
negra? No iría a ese maldito lugar ni por todo el oro del mundo. No
entiendo porque no han derribado ese antro piedra a piedra.
Los hombres se miran con complicidad sin que el conductor se de cuenta.
El copiloto toma la conversacion.
-Vera a mi amigo le va mucho… ya sabe las mujeres… Y estábamos
buscando un buen burdel por esta zona.
El viejo pone cara de libidinoso.
-Vaya, vaya con el caballerete… Si es todo un Casanova. No se preocupe
por 50 $ por cada uno les hago de chofer particular. El tour mas caliente
del estado, jejeje.
Los hombres ponen cara de sorpresa ante el anciano. Y Ernest replica:
-Me parece que no llevamos tal cantidad de dinero.
El hombre al oír esto monta en cólera al ver su negocio perdido.
-¿Queee….? Me están tomando el pelo. ¿Se van de juerga y no tienen
dinero para el chofer.
Saca una escopeta recortada con los cañones serrados. Con la mano del
lado del conductor les apunta y con la otra conduce. Mira la carretera y a
los ocupantes. Y empieza amenazar.
-Bajense de mi coche. Ahora mismo, malditos polizones.
Mientras ve como se van a acercando a un largo puente metálico con las
barandillas de acero.
El irlandés intenta mediar.
-Pare el coche para que podamos bajar.
-Y un carajo. No voy a parar a mi Betty por unos indeseables.-responde
ofendido el tipo.
El copiloto saca una pistola y Ernest un cuchillo de su bota. Pero esto no
amedrenta al hombre.
-Vamos, vamos venid a por mi malditos punkies. Ya podréis con un
anciano.
El conductor pierde la atención en la carretera y roza el lateral del coche
contra la entrada del puente que a pesar de todo sigue rodando. El golpe
hace que Dunphys dispare sobre el conductor. Este se agacha y el tiro da
sobre el cristal que lo revienta en pedazos. Asustado dispara su recortada
sobre la cabeza de Ernest. Quedandole la mitad de la cabeza. Dunphys ve
que todo lo que le queda es de la nariz para abajo.
Puede hablar pero queda como un cómico zombie descabezado y parlante.
-¡Me ha roto! ¡ Me ha destrozado la cara! ¿Cómo voy ahora de putas con
esta imagen?.- grita
Ernest iracundo.
En este estado de locura Ernest coge un cuchillo que tenia guardado y se
echa sobre el anciano. Lo coge por detrás y secciona la muñeca del brazo
que tenia al volante. El irlandés vuelve a disparar sobre el conductor. El
viejo muere y el brazo en el que llevaba la escopeta queda colgando fuera
del coche. Los ocupantes se dan cuenta que de nuevo el coche esta
chocando y dando banzados contra las vallas del puente que va
destrozando el brazo del anciano, quedando una masa sanguinolenta y
jirones de carne y hueso. El terror se apodera de los ocupantes.
-No se conducir.-dice Dunphys.
Ernest mas resolutivo dice:
-No te preocupes. Tomare su cuerpo y detendré el vehículo
El hombre toma el cuerpo del muerto pero algo falla.
-Maldita sea. Al tener el brazo seccionado no puedo hacerme con el
necesito el cuerpo entero.
Probare con la otra mano.
De pronto ve que la otra mano esta seccionada por la fricción con la valla
y se queda mirando las dos extremidades amputadas. Totalmente
anonadado sin saber que hacer.
Mientras el coche sigue dando bandazos contra la valla a gran velocidad y
los dos hombres empiezan a gritar viendo como se acerca el final del
puente
-Tengo una idea. Toma el volante y muy despacio separate de la valla.dice Ernest.
El irlandés gira un poco el volante y ve como el coche se separa de la
valla. Ernest toma de nuevo cuerpo de militar y abre puerta del coche y
tira el cuerpo del anciano por el puente. Este sale despedido hacia el río.
Por fin ambos hombres respiran aliviados. El psicópata con el cuerpo del
militar decide ponerse en el lugar del conductor para conducir el vehículo.
Cuando todo parecía resuelto descubre que el coche sigue acelerando y no
tienen frenos. La vieja chatarra sale en linea recta de la carretera,
destroza un cartel entran en un aparcamiento de un local de alterne. Solo
les queda gritar y pisar el freno. Justamente cuando todo parece perdido y
un elegante deportivo va a ser su final, el coche frena a escasos
centímetros. Ambos ocupante respiran aliviados.
-¿Qué te parece si entras por ahí dentro y acabas con algún de esos
malnacidos y tomo su cuerpo?.-dice Ernest con la bajada de la adrenalina.
-Tengo otra idea.Creo que hemos de ser mas sutiles. Primero tenemos
que deshacernos de tu cuerpo. Un hombre medio descabezado llamara la
atención. Vamos a esperar a que venga algún cliente y el que te parezca
adecuado lo tomamos
-De acuerdo me parece una buena idea. Ahora voy a deshacerme del
cuerpo.
Ernest sale del coche y se mete dentro del maletero.
-Listo ya me he deshecho del cuerpo. Ahora a esperar.
Continuara...
Capitulo 4 "Duo"
El preso permanecia inmóvil con la cabeza caída y la saliva cayendole por
la boca.
Un científico entra en la habitación y le toma el pulso.
-Joder. Este también esta muerto.
Dunphys con un hilo de voz.
-Ayudame...
El hombre sorprendido acerca su oído a la boca del preso mientras los
ojos del irlandés se vuelven negros sin que el otro se de cuenta.
-Ayudame...
El investigador ayuda a Dunphys a levantarse. Mientras todo loque sucede
en el laboratorio es observado con gran tensión ya que han desaparecido
ambos del plano de la cámara.
Un silencio se instala en ambos sitios solo roto por un crujido. El crujido
de un cuello. Para sorpresa de todos el científico y el preso aparecen
entrando en el lugar de la investigación.
El preso con los ojos cerrados es llevado por el de la bata blanca que mira
al suelo sin que sus ojos hagan contacto visual con los presentes y resulta
imposible verlos.
En la sala acristalada algunos científicos siguen trabajando con los
utensilios de laboratorio. Un soldado que permanece en su interior decide
ayudar a los recién llegados. En el momento que se acerca Dunphys
empuja al científico contra el soldado y aprovecha para coger su arma y
apuntarle a la cabeza. En el exterior de la sala salta la alarma y los
soldados empuñan sus armas de asalto contra los encerrados.
Todo esto orquestado por un oficial orgulloso detrás de su gafas de sol.
-No tienes escapatoria. Si me obligas disparare contra todo el equipo de la
sala.
Los científicos asustados se pegan contra las cristaleras clamando por sus
vidas. Entre todos los condenados de bata blanca que están rogando hay
uno que pasa desapercibido. El mismo que entro con el preso y que
muestra unos ojos en blanco y cara de placer, mientras asiente con la
cabeza esperando el momento.
El oficial es un experto en situaciones de riesgo. Ha pasado por muchos
momentos delicados y suele observar cada pequeño detalle para que nada
se le escape. Y el detalle del hombre poseído a roto sus esquemas.
Temeroso de que exista una infección vírica grita asustado.
-¿Que coño es eso?-mientras señala al infectado.¡Fuego, joder!
¡FUEGOOO!!
Todos los soldados disparan dejando el laboratorio totalmente destrozado
y un reguero de batas rojas. Entre el caos, una mano aparece sobre una
mesa intentando apoyarse. Es el soldado que estaba dentro del recinto.
-¡Estoy bien! ¡Estoy bien!
Finalmente logra incorporarse mientras hace como si se limpia y en un
rápido gesto alza la mirada mostrando sus glaucos ojos y dispara contra
uno de los soldados del exterior del laboratorio. Acto seguido todos
disparan al agresor que cae. Tan absortos están vengando a su
compañero que no ven como se levanta el soldado recién caído y empieza
a disparar a sus propios compañeros.
El oficial dispara al soldado asesino en la cabeza y este cae desplomado de
nuevo.
Nuevos refuerzos llegan para ver la carnicería.
El militar nervioso señala los cadáveres de soldados y científicos y
empieza a gritar mientras dispara a los cuerpos de una manera aleatoria.
-MATARLOS. MATARLOS A TODOS...
El grupo de refuerzo mira con sorpresa al militar. De repente, uno de los
soldados caídos se levanta y empieza a disparar a los recién llegados. Otra
vez el oficial descerraja un tiro en la cabeza y cae desplomado pero otro
soldado muerto de la nueva remesa se incorpora y mata a algunos de sus
compañeros para después es rematado por los vivos.
El oficial desesperado se lleva las manos a la cara.
¡Joder, esto es una puta locura!
Cuando aparta las manos se encuentra una pistola en su cara. Dunphys le
mira contento.
-Tenias razón, no hay nada como la libertad.
El prepotente oficial miraba impertérrito el cañon de la pistola que
apuntaba a sus ojos mientras le dice:
-Anoche me tire a tu mujer
-Lo dudo-dijo Dunphys(Ernest). Después baja el arma y le dispara al
corazón.- Nunca tuve mujer. Y hace décadas que ni muerto he movido la
cintura con una dama.
Acto seguido Dunphys coge las gafas del militar y se las pone. Ahora
Ernest tiene su propio cuerpo y esta feliz.
-¡Joder! Mirame que músculos tengo. Con este cuerpo voy a tirarme a
media ciudad. Vamos a probarlo.
El irlandés le muestra su cuerpo lleno de balazos y torso destrozado por
las heridas de bala.
-Pero antes me cambiare de ropa para no llamar la atención.-dice
Dunphys.
La casa queda en silencio y solo se ven dos sombras alejándose. Un
irlandés con una gabardina negra y ajustada y unas gafas de sol. A su
lado Ernest con el cuerpo de un musculoso y prepotente oficial
pavoneandose en su primera noche y disfrutando de volver a pisar el
mundo despues de mucho tiempo.
Continuara....
Capitulo 3 "Experimentos"
En una habitación, Lacra esta atado a una silla metálica vieja y raída. Su
respiracion es agitada y solloza. Un grupo de médicos se le acercan.
Algunos tomando notas y el que dirige la manada se acerca a él y le
inserta un liquido en la nuca.
Acto seguido desaparecen dejándolo solo con sus miedos y terrores.
A pocos metros de allí la corte de batas blancas entran en un equipado
laboratorio y ven los efectos de sus experimentos. Sorprendidos observan
que Lacra ha conseguido liberarse. Se lleva las manos a la cara y grita.
Después gira y se pone de espaldas a la cámara en un rincón. El grupo del
laboratorio van rápidamente a por Lacra. Aun sigue de espaldas cuando
llegan todos. Uno de ellos decide girar al grandullón y descubren
horrorizados que no tiene ojos y en su lugar aparecen dos oscuros
agujeros sangrantes. Con cuidado abre sus manos y dentro aparecen sus
ojos llorando liquido carmesí. Después cae al suelo muerto.
Ante tal desastre el prepotente militar sale de su puesto a poner orden. En
su camino ve como traen un gran bolsa negra con el cadáver de Lacra.
-¡Maldita sea! Esto se esta yendo de las manos. Traer el otro tipo. No
quiero mas fallos o habrá consecuencias.
Los científicos asustados bajan la cabeza y aceleran el paso.
Ajeno a todo ello el irlandés permanece expectante en su oscura
mazmorra. Poco a poco un haz de luz va entrando mientras la puerta se
abre. Sin mas dilación dos soldados lo cogen de los brazos y casi arrastras
lo llevan al lugar de los experimentos. En tan alocada carrera a punto
están de tropezar con el cadáver de Lacra. El preso se queda mirando con
un rostro de sorpresa y temor. Dunphys balbucea por el camino la misma
cantinela como si fuese tarareando una conocida canción.
-Lo...lo he pensado mejor. No quiero hacer esto. No quiero, no.
Antes de llegar a su destino un cruel rostro uniformado asoma delante de
el.
-Tienes dos maneras de conseguir la libertad. Entrando en esa habitación
o con los pies por delante. Voy a contar hasta tres. ¿tu eliges?
El asustado hombrecillo intenta decir algo pero el oficial se le adelanta.
-Tres... Perfecto has elegido la mejor opción. Y ahora, adentro con esa
basura.
De nuevo se repite el mismo ritual. Es llevado a la sala y le inyectan suero
mientras los científicos vuelven a marcharse. Se ve en sus ojos como poco
a poco aparece un liquido negro y denso que va tomándolos hasta que su
mirada esta dominada por esa sustancia que lo lleva al borde del colapso.
Grita.
-Oh!! Dios: ¿que eres? ¿quien eres? ¿que quieres de mi? Socorro !!!
Continuara...
Capitulo 2 "Preambulo"
Los coches van llegando a la mansión. En orden van parando y bajando
sus ocupantes. Lacra mira alrededor.
-¿Aquí es? ¿La casa negra?.
El militar de las gafas empieza a hacer la burla a los presos haciendo de
fantasma alrededor de ellos.
-¿Tienen miedo los bebes? Uhuuu!!! Uhuu!!!
El irlandés sin inmutarse le replica
-¿A que estúpido se le ocurrió la idea de hacer aquí el experimento?
El militar pega un golpe en el estomago de Dunphys y lo tira al suelo.
Lacra se encara con el.
-¿Eres su mamaíta o su chulo? Llevaos a los dos fuera de mi vista.
Mientras los soldados acompañan a los presos a sus celdas. El oficial
queda rezagado y hablando en voz baja.
-¿ A que gilipollas se le ocurrió hacer un experimento en esta pocilga?.
Bienvenidos a la mansión Ernest!! Las palabras aun resonaban en su
cabeza dejándole un sabor acre en su boca y un nudo en el
estomago....La famosa mansión, la de las mil historias. Esa que te dejaba
noches en vela y monstruos en las sombras de tu habitación. Tan
hermosa por fuera, a pesar del tiempo transcurrido mantiene con dignidad
el esplendor de antaño pero tan siniestra en su interior. Historias que
contaban a los niños malos. Triste honor en este lugar tener tu propia
versión del hombre del saco. A pesar de haber pasado mas de 70 años de
la muerte de tan aberrante ser, todavía se siguen oyendo tremendas
historias sobre la casa.
A día de hoy se dice que entre sus muros permanecen varias de sus
victimas todavía desaparecidas. Nadie sabe con certeza la distribución y si
existen secretos ocultos en la estructura como pasadizos, trampas o
habitaciones donde deben hallarse restos de sus macabros trofeos. El que
se había enfrentado a lo peor del ser humano y a hecho y visto cosas
horribles pero nunca sintió nada como esto. Si el infierno existe esto debe
ser el principio. Ahora se arrepentía de haber aceptado este trato. Nadie
volvió para contarle que la tan ansiada libertad se les dio por el éxito de
su acuerdo. Quizás todos sus antecesores yacen a pocos metros bajos sus
pies junto a las victimas del antaño psicópata. El viejo sótano abandonado
con varias habitaciones como si fuese un psiquiatrico y vigilado con
cámaras. Modernos laboratorios emparedados de cristaleras y salas para
hacer pruebas. Los soldados escoltan a los reos ante un maduro y
elegante científico de bata blanca. Irradia seriedad y frialdad. Lacra nota
que para ese hombre son meras cobayas para sus experimentos. El Dr.
Harrison, un racional y pragmático director de la investigación y creador
del temible suero Dimension.
-Quitarle las esposas a este grandullón y llevarlo a la habitación.
Preparenlo para la inserción. Y dense prisa vamos con retraso.
Continuara...
Capitulo 1 "El comienzo"
En los alrededores de la mansión Ernest es la noche de las noches.
Aquella donde los hombres dan cuenta en vida de sus actos ante el
insigne momento de su deceso que se avecina irrevocable. Un convoy de
vehículos militares escolta a un Hummer blindado de cristales ahumados.
Inusual escena para ellos como tan habitual para sus armados
acompañantes. Avanzan en tan plomiza noche ajenos al drama de sus
obligados invitados. Ni la lluvia purifica su vana existencia, llena de actos
punibles y execrables. Los relámpagos iluminan con intermitencia una
sinuosa carretera a las afueras de la ciudad. En el interior dos presos
esposados. Uno de ellos es grande eintimidante y con terribles tatuajes
todos le conocen como Lacra. A su lado sin hacerle sombra su
acompañante. Es un tipo alto, mirada penetrante y de pelo corto con
cierto aire a irlandés. Responde al nombre de Dunphys. Con sus horribles
y odiados trajes de color naranja dando referencia a todos de que están
en el corredor de la muerte.
El trayecto es largo y cansado. Súbitamente Lacra inicia la conversión.
-¿Porque estas aquí?
Al irlandés no le interesa tener una charla amigable.
-¿Acaso importa?
Lacra decide callar y vuelve a mirar por la ventanilla donde los relámpagos
revientan el cielo negro. La lluvia sigue golpeando con furia y otro
relámpago explota. Entonces la imagen de los dos presos queda grabada
momentaneamente en el cristal como una foto efímera.
-Por lo mismo que tu... y por dejar cabos sueltos.-Dice entre dientes el
delgado preso.
-¿Sabes como nos llaman, no?
-Nenas. Pero que mas da. Nadie ha vuelto de estas salidas. Y antes de
acabar en la silla eléctrica o esperando un cuchillo en mi estomago
durante la comida prefiero tomar esta opción.
El irlandés espera algo de Lacra, pero este sin embargo permanece callado
con rostro de piedra. Finalmente contesta.
-El cebo de la libertad es muy goloso. Cuidado con atragantarse con el
anzuelo.
De pronto una autoritaria voz salida de un prepotente militar con sus
gafas Raybans acalla la charla.
-¡A callar cabrones! Esto no es un locutorio. Y muestren el debido respeto.
Estamos llegando a la mansión Ernest. ¡Sed bienvenidos!
Continuara...
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