FEBRERO. Retrato-miniatura de Antonio del Valle Angelín, por

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SARA RIVERA DÁVILA
PIEZA DEL MES
FEBRERO 2012
RETRATO-MINIATURA DE
ANTONIO MARÍA DEL VALLE
ANGELÍN, POR JOSEF HEIGEL
Días 4, 11, 18 y 25 de febrero a las 12:30 h.
por Sara Rivera Dávila
Ventura Rodríguez, 17
28008 Madrid
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RETRATO-MINIATURA DE ANTONIO MARÍA DEL VALLE ANGELÍN, POR JOSEF HEIGEL
Texto: Sara Rivera Dávila
Coordinación: Cecilia Casas Desantes - Ismael Hernández Valverde
Maquetación: Gráficas Pedraza
© Museo Cerralbo, 2011
N.I.P.O. 551-11-001-7
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SARA RIVERA DÁVILA
RETRATO-MINIATURA DE ANTONIO MARÍA
DEL VALLE ANGELÍN, POR JOSEF HEIGEL
Semblanza de un personaje histórico
Antonio María del Valle Angelín (Madrid, 1791–1863) fue
uno de aquellos personajes cuya biografía nos revela el devenir
de un periodo histórico, en este caso, el romanticismo español.
Su vida transcurre durante los años que abarcan, a nivel europeo,
la procelosa transición del Antiguo Régimen a las monarquías
liberales, plasmada en España en el complejo desarrollo de la época
de las regencias y el Periodo Isabelino.
Militar durante la Guerra de la Independencia, Antonio
María del Valle destacó posteriormente como político y
hacendista, adquiriendo el título de marqués de Villa-Huerta. Fue
subgobernador del Banco de San Fernando, ministro interino de
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RETRATO-MINIATURA DE ANTONIO MARÍA DEL VALLE ANGELÍN, POR JOSEF HEIGEL
Hacienda y nombrado Intendente de Puerto Rico, culminando su
carrera política como senador prócer por la provincia de Cáceres.
A la luz de estos datos, el personaje histórico, tanto como
su retrato en miniatura, nos remiten sin dilación al periodo del
Romanticismo. Su relación con el Museo Cerralbo, simbólico del
ambiente finisecular español, procede del matrimonio de Antonio
María del Valle con Inocencia Serrano Cerver, que al enviudar
contrajo segundas nupcias con Enrique Aguilera y Gamboa,
marqués de Cerralbo. Fruto de su primer matrimonio fueron dos
hijos, Antonio y Amelia del Valle Serrano. A su hija, la marquesa
de Villa-Huerta, al igual que otras piezas que tendremos ocasión
de mencionar, debemos la presencia de esta bella miniatura en el
Museo, procedente del legado Villa-Huerta, constituido en el año
1927.
La excelente miniatura que nos ocupa, un retrato de Antonio
María del Valle pintado en 1830 por el artista alemán Joseph
Heigel, se expone en la actualidad en la Salita Rosa, la habitación
con vistas al Jardín donde Amelia pasaba las tardes en compañía
de sus íntimas en los días de recibir. La misma intimidad respiran
los objetos albergados en esta estancia, y la misma inspira este
retrato, como medio en el que la miniatura se expresa de manera
privilegiada.
El hecho de ser expuesto en un marco (1), dentro de una
habitación privada, implica esa dimensión íntima. Frente a los
usos públicos que tradicionalmente tuvo la miniatura, como regalo
diplomático o simplemente guardando un sentido propagandístico,
con el tiempo prevalece en la esfera de la intimidad, ya sea como
parte del diálogo amoroso, ya como objeto físico que permite
aprehender el recuerdo de familiares y seres queridos, aquí de la
figura paterna.
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SARA RIVERA DÁVILA
Retrato biográfico
No solo a través de los retratos y otros objetos personales,
conservados en el Museo Cerralbo, podemos conocer la trayectoria
vital de Antonio María del Valle Angelín.
A partir de la documentación custodiada en el propio archivo
del Museo, sabemos que como militar participó activamente en los
hechos de la Guerra de la Independencia, siendo nombrado teniente
el 28 de septiembre de 1808 y capitán en la misma fecha del año
1813. Luchó contra las tropas francesas en la toma de Riomonte
y la acción de Almaraz, actuó en la defensa de Descuernacabras,
Batalla de Talavera, retirada del Puente de Arzobispo, Batalla de
Ocaña y retirada de Despeñaperros. En 1812 estuvo presente en
la Reconquista de Sevilla y se halló también en el Sitio de la Isla
de León, salió con la expedición de Levante al mando del General
Cruz, volviendo a reembarcar hacia Huelva en el mismo año. Entró
en Francia con el Tercer Ejército el 13 de abril de 1814, por lo que
le fue concedido diploma del mismo en octubre de 1816, así como
la Cruz de la Reconquista de Sevilla.
Su actividad militar termina el 17 de septiembre de 1822,
fecha en la que cesó en el Ejército siendo nombrado oficial octavo
segunda del Ministerio de la Guerra (2).
Estos actos vienen confirmados por un conjunto de
condecoraciones que pertenecieron a Antonio María del Valle y
que se exponen en el Museo: conjunto formado por un estuche con
cinco medallas: MC Nº Inv. VH 1100, VH 1101, VH 1102, VH
1103 y VH 1105. Se trata, respectivamente, de las condecoraciones
de la Legión de Honor francesa, la Cruz de Carlos III, dos medallas
conmemorativas del 2 de Mayo, y una última condecoración que
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RETRATO-MINIATURA DE ANTONIO MARÍA DEL VALLE ANGELÍN, POR JOSEF HEIGEL
constituye la Cruz de distinción del pronunciamiento del 1º de
septiembre de 1840, creada por el general Baldomero Espartero
por Decreto de 12 de agosto de 1841.
Caja de cristal que contiene cinco medallas pertenecientes a Antonio María del
Valle Angelín, marqués de Villa-Huerta. Museo Cerralbo, Madrid.
En efecto, varias fuentes proclaman el carácter liberal de
Antonio María del Valle, causa que le obligó a exiliarse tras la caída
del Trienio Liberal de Riego (1820-1823), y no volver a España
hasta la muerte de Fernando VII. El presente retrato en miniatura,
firmado en 1830, hubo de ser realizado durante este periodo, pues
Joseph Heigel, el artista encargado de llevarlo a cabo, ejerció su
carrera en París a partir de 1817 hasta su muerte, en el año 1837.
Como tantos aristócratas y personajes de la nueva y poderosa
burguesía, Antonio María del Valle quiso obtener su retrato en
la capital parisina, epicentro de las modas que a nivel cultural y
estético habrían de seguir los miembros de la alta sociedad.
A su regreso a España fue elegido procurador en Cortes por
la provincia de Cáceres en la legislatura de 1836, y nombrado
intendente de Puerto Rico en 1837. En España, su papel político
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SARA RIVERA DÁVILA
de mayor transcendencia lo ocupa, consecuentemente, durante
la Regencia de Espartero, ejerciendo como ministro interino de
Hacienda durante la legislatura transcurrida entre el 26 de mayo de
1841 y el 17 de junio de 1842, fecha en que se nombra a Ramón
María Calatrava y Peinado, siendo finalmente elegido senador por
Cáceres en el año 1843 (3).
Aun otros documentos conservados en el Archivo General
Militar de Segovia nos aportan datos sobre su trayectoria
profesional, principalmente referidos a los años posteriores a que
ejerciera como intendente de la isla de Puerto Rico.
En el expediente de Antonio María del Valle (AHM, Legajo
B-406) se encuentra oficio firmado por el Subsecretario de Guerra
a 12 de diciembre de 1837, por el que se le concede por Decreto
la Cruz Supernumeraria de la Real y distinguida Orden española
de Carlos III, que como ya sabemos exhibe el Museo Cerralbo. De
fecha más tardía, firmado por Narváez, otro documento (nº 196)
dirigido a la Reina Regente María Cristina el 8 de noviembre de
1839, otorga a Antonio María del Valle la Cruz de la Real y Militar
Orden de San Hermenegildo.
En el mismo expediente figura escrito por el que se le encarga
interinamente el Ministerio de Hacienda, firmado por Sanmiguel
en mayo de 1842 y por último, en oficio firmado con fecha del 25
de mayo de 1852, en el que solicita para sí y sus criados el uso de
armas en su posesión del distrito de Canillas que le fue concedido,
se cita a Antonio María del Valle como “Oficial de la Secretaría
de la Guerra que ha sido, y posteriormente Yntendente de Exto. y
Mº Hacienda de Ultramar y en la actualidad sub-gobernador del
Banco Español de S. Fernando” (4).
Una vez más el Museo Cerralbo conserva entre sus fondos
una fotografía de Antonio María del Valle, en edad ya muy
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RETRATO-MINIATURA DE ANTONIO MARÍA DEL VALLE ANGELÍN, POR JOSEF HEIGEL
avanzada, donde aparece sentado mostrando orgulloso algunas de
estas condecoraciones. Se trata de una carte de visite, de autor
desconocido, que nos acerca con fidelidad a su personalidad.
Carte de Visite de Antonio María del Valle Angelín. Anónimo, mediados del s. XIX.
Copia positiva a la albúmina. Museo Cerralbo, Madrid.
Al margen de su carrera militar y política, finalmente
dos últimos testimonios documentales nos acercan a una faceta
de carácter más privado. Antonio María del Valle firmó dos
testamentos, uno en 1837, ya como intendente de Puerto Rico,
donde legaba varias fincas que se citan a su padre, Juan Francisco
del Valle, y a sus hermanos. El segundo testamento, del 17 de abril
de 1860, deja a sus sobrinos y hermanos cierta cantidad de dinero
y algunos objetos de carácter personal, y como heredera universal
a su segunda esposa, Inocencia Serrano, “por el mucho cariño,
interés y cuidado que la debo, y lo feliz que hace mi existencia a su
lado, para que todo lo que constituya mi herencia lo lleve, goce y
herede con la vendición de Dios y con la mía” (5).
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SARA RIVERA DÁVILA
Retrato de Manuela Inocencia Serrano y Cerver, marquesa de Cerralbo. Ricardo
Balaca, 1859. Óleo sobre Lienzo. Museo Cerralbo, Madrid.
Retrato pictórico: la miniatura
Este retrato en miniatura de Antonio María del Valle Angelín
es una obra perteneciente al año1830 pintada por el miniaturista
alemán Joseph Heigel, en la técnica, menos habitual, del aguazo o
gouache sobre cartón (6).
Miniatura de Antonio María del Valle Angelín. Joseph Heigel, 1830. Aguazo sobre
cartón. Museo Cerralbo, Madrid.
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RETRATO-MINIATURA DE ANTONIO MARÍA DEL VALLE ANGELÍN, POR JOSEF HEIGEL
En él, el retratado aparece representado de busto, en
posición de tres cuartos, con el rostro ligeramente girado, para
dirigir frontalmente la mirada al espectador. Vestido a la moda de
la época, el marqués de Villa-Huerta luce casaca de amplias solapas
en tonos pardos, camisa blanca de pronunciado cuello y corbata
del mismo color. Asimismo el peinado, de aspecto descuidado,
responde a los parámetros estilísticos masculinos del momento.
Iconográficamente resulta muy interesante una medalla que
luce prendida sobre el pecho, que representa a su vez un retrato
femenino, creando el tradicional recurso pictórico del “retrato
dentro del retrato”.
Ciertamente la mirada, así como la veracidad y viveza de las
facciones y la profunda expresividad del rostro, denotan la fuerte
calidad pictórica de esta pieza y la maestría del autor dentro de
un género consolidado, con marcada personalidad en el contexto
decimonónico pese a estar en trance de convertirse en una expresión
artística del pasado (7).
En este sentido, son numerosos los autores que señalan el
nacimiento de la fotografía, y en particular la invención de la carte
de visite en 1854, como causa de la desaparición del retrato en
miniatura, en favor de una nueva forma de expresión artística que
por ende consiguió identificarse por completo con la sensibilidad
y la necesidad de perpetuar la propia imagen sentida por la nueva
burguesía. El mismo Antonio del Valle se nos presenta en esta
imagen como un burgués, al igual que algunos retratos posteriores,
ya fotográficos, como el que conserva el Museo Cerralbo.
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Carte de Visite de Antonio María del Valle Angelín. André Adolphe Disdèri, c.
1860. Copia positiva a la albúmina. Museo Cerralbo, Madrid.
La mayor parte de ellos son fotografías a la albúmina, en
formato tarjeta de visita, realizadas por André Adolphe Disdéri en
su estudio parisino del Boulevard des Italiens. Tal referencia vendría
a confirmar lo expresado anteriormente en cuanto a la miniatura,
igualmente realizada en París durante alguna estancia de Antonio
María del Valle en la ciudad francesa.
El autor: josef heigel
El autor de este retrato desarrolló su carrera artística en París,
como venimos afirmando. Habitó en el nº 5 de la rue Joubert, y
participó asiduamente en las Exposiciones del Salón entre 1817 y
1837 (8).
Es realmente escasa la información sobre el miniaturista Josef
Heigel que hemos podido encontrar en las diversas fuentes que,
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RETRATO-MINIATURA DE ANTONIO MARÍA DEL VALLE ANGELÍN, POR JOSEF HEIGEL
por otro lado, reproducen básicamente la misma información de
unos autores a otros. La referencia más completa la encontramos
en la obra de Leo R. Schidlof (9), que nos indica el nacimiento del
artista en Munich, el 23 de marzo de 1780, y su muerte en París en
el año 1837. Según el mismo autor, Heigel asistió durante varios
años a la Academia de Munich, hasta que se marcha a París, donde
llega a convertirse en un miniaturista de gran renombre, si bien
su hijo, el también pintor y miniaturista Franz Napoleon Heigel,
fue quien obtendría mayor éxito. Tras una primera formación en
Munich, a través de su padre, desarrolla un estilo por completo
formado en la escuela parisina, concretamente como discípulo de
Jean Guèrin. Después de haber viajado por Francia, Bélgica e Italia
entre los años 1838 y 1846, Franz Napoleon se asienta en Munich,
donde alcanzaría el puesto de pintor del rey con Luis I y Luis II de
Baviera.
Todavía encontramos una tercera figura que trabajó como
miniaturista con el mismo apellido: Henriette Heigel, hermana de
Franz Napoleon y, naturalmente, hija de Josef Heigel, que firmó en
torno a los años 1840 algunas piezas como H. Heigel, una de ellas
vendida por la Casa de Subastas Sotheby’s en 1963 (10).
El propio Schidlof señala la dificultad de distinguir a veces
las obras pertenecientes a Heigel padre e hijo, aunque considera
a Franz Napoleon un artista de mayor envergadura, ensalzándole
como el mejor miniaturista alemán del siglo XIX. Describe sus
retratos como obras de un dibujo impecable, de colores muy puros
y frescos y de una ejecución extremadamente fina y acertada. Sin
embargo, en el caso de la miniatura que nos ocupa, el estilo deja
bastante clara la cuestión de la atribución.
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En primer lugar, la pieza pertenece a una datación algo
temprana para que fuera pintada por Franz Napoleon, puesto
que se halla firmada en 1830, si acaso la estética del retrato y su
vestimenta dejaran alguna duda al respecto. En aquellas fechas Josef
Heigel gozaba de una carrera en plenitud mientras Franz Napoleon
daría por entonces sus primeros pasos importantes en lo artístico.
Pero sobre todo, la comparación entre las obras atribuidas a uno y
otro artista, inciden muy a las claras en el estilo de cada uno: Franz
Napoleon se caracteriza por una técnica exquisita, desarrollada en
la miniatura sobre marfil y el dibujo a la acuarela, de gran claridad
en los colores y delicadeza en el dibujo. En cambio Josef Heigel, si
bien hace gala de una menor perfección técnica, destaca por una
mayor expresividad, austeridad en el tratamiento de los detalles
y síntesis en la aplicación del color, cualidades todas ellas que
encontramos en la miniatura de Antonio María del Valle.
De nuevo Schidlof nos ofrece información sobre algunas
de sus miniaturas conocidas: Heigel pintó varias miniaturas del
conde de Reiset, conservador del Musée du Louvre, y de su mujer,
tanto al marfil como en acuarela, y otras como los retratos de su
hermano, el actor Auguste Heigel, un Autorretrato con traje azul,
firmado en 1815, o una miniatura de Maximiliano I de Baviera,
datada en 1818. Entre todas ellas, queremos destacar el Retrato
de Lola Montez, atribuido a Josef Heigel, que se conserva en el
Metropolitan Museum of Art de NuevaYork.
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RETRATO-MINIATURA DE ANTONIO MARÍA DEL VALLE ANGELÍN, POR JOSEF HEIGEL
Miniatura de Lola Montez. Joseph Heigel (atrib.). Gouache sobre marfil. Metropolitan Museum of Art, Nueva York.
Representada con vestido color púrpura y cuello de encaje
blanco sobre delicado fondo de celaje, en esta miniatura sobre
marfil el soberbio rostro de la bailarina aparece identificado en la
inscripción que aparece en el reverso como Mistress del rey Ludwig
de Bavaria. La fuerte expresividad de los rasgos y mirada vuelven
a remitirnos a la mano de Josef Heigel en esta miniatura que, por
lo demás, consta de iconografía muy similar y la firma, en negro,
también recorriendo un lateral.
Contexto
de la miniatura francesa en el primer
tercio del siglo xix
Heigel adoptó enteramente el estilo y la técnica de los
miniaturistas franceses de esta época, llegando a ser un artista de
gran calidad.
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SARA RIVERA DÁVILA
Gran parte de la historiografía considera la escuela parisina
como la mejor miniatura europea del primer cuarto del siglo XIX,
por lo que no es de extrañar que este artista de origen germánico se
trasladara a la capital francesa y asumiera esta forma de pintar como
propia. Hacia el año en que Josef Heigel acude a París, la miniatura
francesa se debatía entre dos grandes tendencias, surgidas a su vez
a finales del siglo anterior, y que provenían de un largo proceso
histórico.
Carmen Espinosa (11) nos explica con toda claridad cómo
el término miniatura designa solamente imágenes realizadas en
una determinada técnica, y no todo tipo de pinturas de pequeño
tamaño, “entendiéndose por miniatura un tipo de pintura realizada
a la gouache sobre vitela y desde principios del siglo XVIII también
sobre láminas de marfil”.
Esta técnica introducida por la miniaturista veneciana
Rosalba Carriera, terminaría por imponerse como soporte
característico de la miniatura, ya que todo el mundo artístico supo
apreciar la belleza y los delicados efectos que el marfil permitía
conseguir gracias a su superficie translúcida, otorgando a las
imágenes una gran luminosidad y sutileza en la aplicación del
color. El también sutil tratamiento del dibujo en estas escenas de
reducido tamaño completa la singular expresividad de esta forma
de pintura que cautivó a las clases aristocráticas, principalmente
dedicada al género del retrato, en toda Europa.
De este modo, dentro del desarrollo general del arte
de la miniatura, cada país –y cada autor– vino a introducir sus
peculiaridades estilísticas, viviendo cada una de las escuelas
distintos periodos de esplendor.
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RETRATO-MINIATURA DE ANTONIO MARÍA DEL VALLE ANGELÍN, POR JOSEF HEIGEL
Si seguimos la periodización establecida por Torben Holck
Colding (12), esa primera etapa responde al desarrollo de la
miniatura como manifestación artística independiente, alejándose
de las pautas heredadas de la iluminación. La miniatura se configura
a partir de los retratos de la iluminación medieval, en un proceso
que le lleva a definir sus cualidades propias, especialmente a partir
de la introducción del marfil.
Superada esta primera fase, y como se ha dicho, sirviendo el
uso del marfil como punto de inflexión, la segunda etapa constituye,
a partir de 1760, el periodo de esplendor de la miniatura, definida
básicamente por dos maneras de aplicar el color. La primera y
considerada tradicional, consiste en el punteado como forma
de aplicar los pigmentos, principalmente en las carnaciones,
creando composiciones de color de gran sutileza. La segunda es
el entramado o manière large, donde se opta por utilizar una
pincelada más larga y expresiva. Quedan así establecidas las dos
grandes vías expresivas que se transitan durante el tercer periodo,
considerado por Colding de decadencia, desde principios del siglo
XIX hasta la práctica desaparición de la miniatura en torno a 1840,
cuando ya solo aparece de manera excepcional.
En lo que afecta a nuestro autor, la escuela alemana tuvo
un importante papel en la historia de la miniatura, si bien su
producción más destacada tendría lugar en sus inicios, con las
primeras obras realizadas por autores tan importantes como Hans
Holbein. Hubo otros grandes nombres como Jeremiah Meyer,
o Heinrich Friedrich Füger. Sin embargo éstos, como el propio
Heigel, desarrollaron su carrera fuera del ámbito germánico.
Centrándonos en el caso francés, donde realmente discurre
su carrera, la comentada dicotomía entre las dos vías estilísticas
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SARA RIVERA DÁVILA
se extiende, principalmente, entre los seguidores del innovador
miniaturista Adolph Hall y los continuadores de la tradición del
punteado. En las últimas décadas del siglo XVIII, Pierre Adolph
Hall y sus seguidores practicaron una miniatura basada en una
pincelada larga y expresiva, representando ampliamente los fondos
del retrato con recreaciones de interiores refinados o fondos
de paisaje, como si de un cuadro se tratara. Son composiciones
complejas, llenas de detalles anecdóticos, ligereza en la ejecución, y
marcada gracia y belleza en el tratamiento del color.
La otra estela, formada por los seguidores del puntillismo
heredado de Jean-Baptiste Massé, enfatiza, por el contrario, la
expresión de los rostros y el acercamiento psicológico al personaje
retratado. Precisamente esta generación, que abarca desde el periodo
revolucionario hasta el primer tercio del siglo XIX, estaría formada
por los contemporáneos de Heigel y aquellos que definirían su
estilo. Entre ellos destacan miniaturistas como Jean Antoine
Laurent, Fraçois Dumont o Jean-Urban Guèrin, como sabemos,
maestro de Franz Napoleon Heigel. Pero sobre todo Jean-Baptiste
Augustin, con su técnica llena de virtuosismo y su aguda captación
de la personalidad del retratado, y el prolífico Jean-Baptiste Isabey
fueron los principales artistas de esta Age d´Or en Francia.
Isabey fue indudablemente el artista más influyente para
la miniatura del siglo XIX. Encontró la fórmula que respondía
a las necesidades de las clases burguesas, mediante retratos que
mantienen fidelidad a los rasgos fisionómicos del modelo, pero lo
envuelven de cierta idealización, creando un efecto etéreo y lleno
de gracia por el que la nueva burguesía sintió fascinación.
Se trata de retratos que responden ya a nuevos conceptos,
coherentes con la mentalidad de una nueva sociedad. Durante el s.
XIX aparecen nuevos soportes: aparte del marfil o la marfilina, se
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RETRATO-MINIATURA DE ANTONIO MARÍA DEL VALLE ANGELÍN, POR JOSEF HEIGEL
utilizan con frecuencia soportes de papel y cartón, con toques de
pincelada más libres, con tratamiento más natural de los colores,
creando imágenes sin duda cada vez más cercanas a la pintura al
óleo.
El cartón sirve de soporte a la miniatura de Antonio María del
Valle realizada por Heigel, integrado como observamos plenamente
en este contexto que acabamos de esbozar. Pero ante todo es en esa
nueva estética burguesa donde se aprecia la influencia francesa: a
través del tratamiento realista de los rasgos del político y militar, su
caracterización social como tal, la viva y profunda expresividad del
retrato y, eminentemente, la evocación, de manera incontestable,
de una nueva y propia sensibilidad romántica.
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NOTAS
(1)
El marco fue realizado en el taller de Ferrant, Dorador Honorario de
Cámara, que estaba situado en la Calle Hortaleza nº 34. Los Ferrant
fueron una de las destacadas dinastías de artistas durante el Romanticismo.
(2)
R.2451 Museo Cerralbo: AMH Leg. 3007. Exp. 58 (datos facilitados
por el Archivo Central del Ministerio de Hacienda, a solicitud del
Museo, en 1983).
(3)
HIS-0494-02: Expediente personal del senador Antonio María del
Valle y Angelín, por la provincia de Cáceres.
(4)
B-406: Archivo General Militar de Segovia, Expediente Personal de
Antonio María del Valle, _Intendencia, Leg. B-406. (1837 – 1842).
(5)
Testamentos remitidos al Museo Cerralbo por el Jefe del Archivo de
Protocolos de Madrid, Antonio Matilla, en 1983, a petición del Museo.
(6)
Habitualmente la miniatura está realizada al gouache sobre soporte
de marfil, pergamino o vitela, si bien aparecen otro tipo de soportes
como naipes, papel de diferentes calidades y cartón, sobre todo en el
s.XIX.
(7)
Véase Colding, T. H., Aspects of miniature painting: its origins and developme, E. Munksgaard, 1953.
(8)
Véase Schidlof, L. R., Miniature en Europe aux 16e, 17e, 18e, et 19e
siécles, Akademische Druck- u. Verlagsanstalt, 1964.
(9)
Schidlof, L. R., opus cit, 1964.
(10)
Véase Foskett, D., Miniatures: Dictionary and Guide, Antique Collectors’ Club, 1987.
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RETRATO-MINIATURA DE ANTONIO MARÍA DEL VALLE ANGELÍN, POR JOSEF HEIGEL
(11)
Espinosa, C., Iluminaciones, Pequeños Retratos y Miniaturas en la Fundación Lázaro Galdiano, FLG, 1999.
(12)
Colging, T. H, Aspects of miniature painting: its origins and development, E. Munksgaard, 1953
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GLOSARIO
Aguazo
Aguada sobre lienzo. Término con que se designa la pintura al
gouache. Procedimiento similar a la acuarela, cuyos colores son
más espesos y se diluyen en agua o cola mezclada con miel. A
diferencia de la acuarela, emplea también el color blanco.
Carte de Visite
Fotografías de pequeño formato, generalmente 6 x 9 cm.,
patentadas por Disdéri en 1854. Se obtenían mediante una cámara
especial dotada de varias lentes, que permitía realizar de seis a ocho
tomas fotográficas diferentes en un mismo posado. Del negativo
de vidrio al colodión se obtenían por ennegrecimiento directo las
correspondientes imágenes positivas sobre papel a la albúmina,
que se montaban sobre soporte secundario de cartón, en el que
constaba la firma del fotógrafo o los datos del estudio fotográfico.
Entramado
Tramado o hatching, técnica consistente en la aplicación
de pinceladas largas y colores líquidos, más diluidos de lo
habitualmente empleado en miniatura, obteniendo un resultado
pictórico más cercano al óleo.
Miniatura
Término que deriva del latín minium, óxido de plomo de color
rojo que se utilizaba en la iluminación de los códices manuscritos
medievales. Con el tiempo se independiza como arte pictórico
desarrollado en pequeños formatos, donde se representan escenas
de paisaje, temas religiosos o mitológicos y esencialmente retratos,
con una determinada técnica.
Punteado
Punteado o stipling, técnica característica de la miniatura consistente
en la aplicación de un punteado regular, realizado con colores
espesos, para crear las diferentes capas de color, especialmente en
las carnaciones.
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RETRATO-MINIATURA DE ANTONIO MARÍA DEL VALLE ANGELÍN, POR JOSEF HEIGEL
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RETRATO-MINIATURA DE ANTONIO MARÍA DEL VALLE ANGELÍN, POR JOSEF HEIGEL
CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS
PORTADA. Detalle de la miniatura de Antonio María del Valle
Angelín. Joseph Heigel. Aguazo sobre cartón. 1830. Museo Cerralbo,
nº inv. VH 0504 (foto: Á. Martínez Levas. Museo Cerralbo, Madrid).
CONTRAPORTADA. Retrato-miniatura de Antonio María del
Valle Angelín. Joseph Heigel, 1830. Museo Cerralbo, nº inv. VH
0504 (foto: Á. Martínez Levas. Museo Cerralbo, Madrid).
Pág. 6:
Caja de cristal que contiene cinco medallas pertenecientes a Antonio
María del Valle Angelín, marqués de Villa-Huerta. Museo Cerralbo,
nº inv. 26975 (foto: Á. Martínez Levas. Museo Cerralbo, Madrid).
Pág. 8:
Fotografía de Antonio María del Valle Angelín. Anónimo, mediados
del s. XIX. Copia positiva a la albúmina. Carte de Visite. Museo
Cerralbo, nº inv. FF03533.
Pág. 9:
Retrato de Manuela Inocencia Serrano y Cerver, marquesa de
Cerralbo. Ricardo Balaca, 1859. Óleo sobre Lienzo. Museo Cerralbo,
nº inv. 01814 (foto Museo Cerralbo, Madrid).
Miniatura de Antonio María del Valle Angelín. Joseph Heigel, 1830.
Aguazo sobre cartón. Museo Cerralbo, nº inv. VH 0504 (foto: Á.
Martínez Levas. Museo Cerralbo, Madrid).
Pág. 11:
Fotografía de Antonio María del Valle Angelín. André Adolphe
Disdèri, c. 1860. Copia positiva a la albúmina. Carte de Visite. Museo
Cerralbo, nº inv. FF02660.
Pág. 14:
Miniatura de Lola Montez. Joseph Heigel (atrib.). Gouache sobre
marfil. Gift of Helen O. Brice, 1942. Metropolitan Museum of Art,
Nueva York, nº inv. 42.53.3.
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