Investigaciones Movimiento Relativo Grupo 1 Galileo Galilei (1564-1642), a principios del siglo XVII formuló la hipótesis de que el movimiento es una noción relativa. Llegó a este resultado al observar que cuando un barco se movía en línea recta con velocidad constante, en estas circunstancias era imposible determinar si se movía el barco o la orilla. Actualmente podemos observar este curioso fenómeno dentro de un tren en la estación, al lado de otro tren. Si nuestro tren empieza a avanzar lentamente, parece que avanza el tren de al lado, hasta que no desaparece y observamos a nuestro amigo o amiga saludándonos desde la estación quieta no nos damos cuenta que el tren que se mueve es el nuestro. A partir de estas simples observaciones (y muchos experimentos) Galileo introduce el concepto de Sistema de Referencia (SR). En nuestro caso actual diríamos que nuestro tren es un sistema de referencia y la estación es otro sistema de referencia. ¿Pero cuál se está moviendo? ¿Se mueve nuestro tren o se mueve la estación? Desde nuestro tren parece que es la estación la que se mueve, en cambio desde el punto de vista de la estación es nuestro tren el que se mueve. ¿Cuál tiene razón?, los dos tienen razón. No se puede determinar el movimiento absoluto, solamente el movimiento relativo. La estación se mueve respecto nuestro tren, diríamos nosotros. En cambio nuestro amigo en la estación dirá que es nuestro tren el que se mueve respecto la estación. En el gráfico anterior S’ representa un SR en movimiento respecto el SR S, la velocidad del movimiento es v y dirigida en la dirección del eje x positivo. La distancia de separación entre los dos sistemas, el S y el S’ aumenta con el tiempo según la ecuación, distancia = velocidad x tiempo. Según este punto de vista un punto en el Sistema S coincide con un punto en S’ cuando x es igual a x’ mas vt. Estas ecuaciones ilustran matemáticamente la transformación de Galileo. Relaciona el espacio y el tiempo medido por dos observadores situados en dos sistemas de referencia distintos. Observemos como el tiempo es el mismo para los dos observadores. Galileo considera que los procesos físicos tienen que ser independientes del observador. En este caso las leyes de la física tienen que ser independientes del sistema de referencia utilizado para describir los fenómenos físicos. A la transformación del espació y el tiempo dados por las ecuaciones anteriores se denomina principio de relatividad de Galileo. Nos dice como se transforman las posiciones (x,y,z) a medida que los sistemas de referencia se mueven unos respecto de los otros. Pero el tiempo es el mismo en los dos sistemas de referencia. Diríamos que dos relojes idénticos marcaran el mismo tiempo en S que en S’. Fuente: http://descubriendo.fisica.unlp.edu.ar/descubriendo/index.php/Teor%C3%ADa_de_la_Relatividad Grupo 2 Posterior a Galileo Galilei, Isaac Newton (16421727) utiliza este principio de relatividad para adecuarlo a la dinámica. Con la introducción de la aceleración y la fuerza los sistemas de referencia sufren modificaciones. Para evitar estos problemas Newton Introduce los Sistemas de Referencia Inerciales (SRI). Son aquellos sistemas que se mueven unos respecto a los otros con velocidad constante, es decir, los SRI no están acelerados. Nos preguntamos, ¿Qué sucederá si aplicamos la transformación de Galileo a los SRI? ¿Cómo se vera un misma fuerza desde dos SRI distintos?. Recordemos que la segunda ley de Newton nos dice que la fuerza es proporcional a la aceleración. ¿Serán las aceleraciones iguales en los dos SRI?. Pues si, la transformación de Galileo nos dice que en los SRI las aceleraciones son las mismas y por tanto las fuerzas también. De esta manera se cumple el principio de Galileo de que los procesos físicos tienen que ser independientes del observador (o del Sistema de Referencia que viene a ser lo mismo). La mecánica de Newton cumple este principio de Galileo. Fuente: http://descubriendo.fisica.unlp.edu.ar/descubriendo/index.php/Teor%C3%ADa_de_la_Relatividad Grupo 3 En 1873 Maxwell publica su conocida obra, A treatise on electricity and magnetism, en la que presenta una teoría que unifica los fenómenos eléctricos y magnéticos. Una predicción de esta teoría es la existencia de ondas electromagnéticas, esto es, en ausencia de fuentes de carga y corriente las ecuaciones de Maxwell llevan a que los campos eléctrico y magnético deben ser solución de una ecuación de ondas. Cuando Maxwell encontró estas soluciones notó que la velocidad a la que deberían propagarse estas ondas electromagnéticas, según la teoría, era muy similar a la velocidad medida para la propagación de la luz, por lo que conjeturó que la luz era un caso especial de onda electromagnética. Esta conjetura fue posteriormente confirmada por los experimentos realizados por Hertz. Así la óptica quedaba integrada como parte del electromagnetismo, y el éter luminífero pasó a coincidir con el medio que Maxwell postulara para la propagación de las ondas electromagnéticas. Las consecuencias de esto no son menores: La existencia de las ondas electromagnéticas llevó a proponer la existencia de un medio en el que los campos “viven”, lo que implica que la teoría de Maxwell consiste en un conjunto de leyes que describe los fenómenos electromagnéticos para observadores en reposo respecto a este medio, por lo que el principio de relatividad deja de valer en el reino de los fenómenos electromagnéticos. La identificación de dicho medio con el éter luminífero implica que el sistema de referencia en el que vale la teoría electromagnética está en reposo absoluto. La teoría de Maxwell fue muy exitosa explicando fenómenos electromagnéticos conocidos, y además proporcionó predicciones que luego fueron confirmadas experimentalmente. Los problemas empezaron cuando los físicos se propusieron conocer cuál era el estado de movimiento de la Tierra respecto al éter. Resolver este problema era de importancia porque, supuesta la existencia del éter, es claro que las ecuaciones de Maxwell permiten conocer los campos eléctrico y magnético en un sistema de referencia en reposo respecto al éter, y para saber qué es lo que ve un observador en movimiento respecto al mismo es necesario conocer su velocidad relativa (de la que dependen las transformaciones de Galileo). Dicho de otra manera: la velocidad de la luz que predice la teoría de Maxwell sería solo la que mediría un observador en reposo respecto al éter, y otros observadores en movimiento relativo medirían otra, tal y como pasa con las ondas mecánicas. Entre los varios intentos de resolver esta cuestión destaca el experimento de Michelson y Morley. Fuente: http://descubriendo.fisica.unlp.edu.ar/descubriendo/index.php/Teor%C3%ADa_de_la_Relatividad Grupo 4 El experimento de Michelson y Morley Michelson diseñó un experimento para determinar la velocidad relativa de la Tierra respecto al éter. La idea es relativamente sencilla: Tenemos el éter llenando todo el espacio y la tierra moviéndose a través de este en alguna dirección dada. Podemos imaginarnos que, mediante algún dispositivo, nos es posible generar dos pulsos luminosos que se propagan en direcciones distintas: Uno de ellos en la dirección del movimiento de la Tierra respecto al éter, y el otro en dirección perpendicular a este. En un sistema de referencia en reposo respecto del éter los dos pulsos viajarían a la misma velocidad, esos casi 3×10^8 m/s (300.000km/s), que predice la teoría de Maxwell. Pero en un sistema en reposo respecto a la Tierra las velocidades serían distintas, debido a que las transformaciones de Galileo dicen que las velocidades se suman. Así, el pulso luminoso que se propaga en la dirección normal al movimiento de la Tierra respecto al éter debería propagarse a la misma velocidad que en el éter (dado que la velocidad relativa es nula), pero el otro pulso debería propagarse a una velocidad c’ un poco menor, resultado de la diferencia entre la velocidad medida en el éter y la velocidad relativa entre la Tierra y dicho medio, es decir c’= (3×10^8 – v) m/s. Una medida de la velocidad de estos pulsos permitiría, entonces, conocer la velocidad con la que la Tierra se mueve en el éter. Como muchas ideas simples, llevar esto a un dispositivo real resultó complicado. ¿Cómo generar dos pulsos de luz simultáneos, y además medir su velocidad? La solución de Michelson llegó con la construcción de su interferómetro, que convierte el problema de los pulsos de luz en un problema de interferencia [15] . Este es un esquema simplificado que muestra cómo funciona. La fuente emite un haz de luz monocromática que al llegar al espejo semiplateado se divide en dos haces perpendiculares. Estos haces se reflejan en espejos diferentes y vuelven hacia el espejo semiplateado para reflejarse nuevamente en dirección hacia una pantalla (representada por un ojo en la figura) en la que se forma un patrón de interferencia, debido a una diferencia de fase entre los dos haces. La idea entonces era la siguiente: Mientras el interferómetro estuviese en reposo respecto al éter, el patrón de interferencia sería siempre el mismo. Si, en cambio, el interferómetro se moviera respecto al éter en dirección paralela a alguno de sus brazos, entonces para un observador en reposo respecto al interferómetro la velocidad de la luz tendría un valor diferente en esa dirección. Debido a este cambio en la velocidad en una sola de las direcciones, la fase relativa de los haces de luz en el espejo semiplateado también cambia, provocando un patrón de interferencia diferente en la pantalla. Hasta acá muy bien, pero hay un problema: El interferómetro está sobre la Tierra, por lo que se puede observar el patrón de interferencia debido a las diferentes velocidades en las dos direcciones de los brazos del interferómetro, pero no hay manera de compararlo con el patrón correspondiente al estado de reposo respecto al éter. La solución a este problema fue medir en una posición, y luego rotar el interferómetro 90º. El desplazamiento en el patrón de interferencia en esta comparación, sería el doble del que se quiere observar Interferómetro utilizado por Michelson y Morley en su experimento Para el momento en que Michelson, en colaboración con Morley, realizó su experimento ya se había descartado la posibilidad de que la Tierra “arrastrara” al éter, como si este fuese un fluido viscoso (lo que implicaría una velocidad relativa igual a 0 en la superficie), por lo que necesariamente debía medirse una velocidad no nula del planeta respecto al éter. Sin embargo el resultado del experimento fue nulo, es decir, no se detectó movimiento de la Tierra respecto al éter. ¿Qué falló? La interpretación rápida de los resultados de este experimento sería: El desplazamiento observado es nulo, luego la velocidad relativa de la Tierra respecto al éter es nula. Pero esta interpretación ya en ese entonces se sabía imposible. Una posible explicación a este resultado fue provista por Lorentz en 1892, quien introdujo como hipótesis que los cuerpos en movimiento relativo respecto al éter deberían contraerse en un factor dependiente de la velocidad de desplazamiento. La hipótesis se introduce ad hoc: Lorentz compensa la variación que debería observarse en la velocidad de la luz con un acortamiento en la longitud del brazo en la dirección de movimiento, de manera que el efecto neto del desplazamiento a través del éter sea nulo. Si bien la solución propuesta no resulta muy agradable (lo sería si la contracción propuesta pudiese deducirse en lugar de introducirse a la fuerza) la teoría de Lorentz resultó exitosa, puesto que eliminaba las inconsistencias que surgían de los resultados nulos en los experimentos como el de Michelson y Morley, que intentaban medir el desplazamiento respecto al éter. Fuente: http://descubriendo.fisica.unlp.edu.ar/descubriendo/index.php/Teor%C3%ADa_de_la_Relatividad Grupo 5 Los postulados de Poincaré Los resultados del experimento de Michelson-Morley, al no detectarse movimiento de las franjas con el juego de las interferencias esperadas, sugirieron un nuevo principio físico: la velocidad de la luz en el espacio libre es la misma en todas partes independientemente del movimiento de la fuente y del observador, abriendo el camino a las nuevas teorías de la relatividad. Prueba de ello es que Henri Poincaré en 1904 enunció los dos postulados siguientes: Principio de Relatividad. Las leyes físicas son las mismas en todos los sistemas de referencia. No existen sistemas de referencia preferentes. Principio de la constancia de la velocidad de la luz. En el vacío, la velocidad de la luz tiene el mismo valor c en todos los sistemas de referencia. Fuente: http://descubriendo.fisica.unlp.edu.ar/descubriendo/index.php/Teor%C3%ADa_de_la_Relat ividad Grupo 6 Restitución del principio de relatividad El primer artículo de Einstein sobre la teoría de la relatividad fue publicado en 1905, bajo el título Sobre la electrodinámica de cuerpos en movimiento. La siguiente cita es de la introducción del artículo: Se sabe que cuando la electrodinámica de Maxwell – tal como se suele entender actualmente – se aplica a cuerpos en movimiento, aparecen asimetrías que no parecen estar en correspondencia con los fenómenos observados. Pensemos, por ejemplo, en la interacción electrodinámica entre un imán y un conductor. En este caso, el fenómeno que se observa depende solamente del movimiento relativo entre el conductor y el imán, mientras que de acuerdo a la interpretación común se deben distinguir claramente dos casos muy diferentes, dependiendo de cuál de los dos cuerpos se mueva. Si se mueve el imán mientras que el conductor se encuentra en reposo, alrededor del imán aparece un campo eléctrico con cierto valor para su energía. Este campo eléctrico genera una corriente en el lugar donde se encuentre el conductor. Pero si el imán está en reposo y el conductor se mueve, alrededor del imán no aparece ningún campo eléctrico sino que en el conductor se produce una fuerza electromotriz que en sí no corresponde a ninguna energía pero da lugar a corrientes eléctricas que coinciden en magnitud y dirección con las del primer caso, suponiendo que el movimiento relativo es igual en cada uno de los casos bajo consideración. Otros ejemplos de esta índole así como los intentos infructuosos para constatar un movimiento de la Tierra con respecto al “medio de propagación de la luz” permiten suponer que no solamente en mecánica sino también en electrodinámica ninguna de las propiedades de los fenómenos corresponde al concepto de reposo absoluto. Lo que parece molestar a Einstein es que un fenómeno único desde el punto de vista de la mecánica tenga dos descripciones diferentes en el electromagnetismo. Dicho de otra manera, que el principio de relatividad sea válido en el ámbito de la mecánica, pero no así en el reino de los fenómenos electromagnéticos. Ahora bien, esta asimetría, por sí misma, no necesariamente constituye un problema. Recordemos que los campos electromagnéticos viven en el éter, y que la teoría desarrollada por Maxwell consiste en un conjunto de leyes que describen los fenómenos electromagnéticos respecto a un observador en reposo respecto al éter, es decir, en reposo absoluto. La asimetría de la que habla Einstein, entonces, no es más que una consecuencia de este hecho. El principio de relatividad deja de valer en el electromagnetismo porque, a diferencia de lo que pasa dentro de la mecánica, los fenómenos electromagnéticos sí distinguen el reposo absoluto. Matemáticamente, además, esto se refleja en el hecho de que las ecuaciones del electromagnetismo no conservan su forma frente a las transformaciones de Galileo. Todo parece ser consistente. Sin embargo, como deja entrever Einstein en el segundo párrafo, esta explicación puede objetarse. Si es cierto que estas asimetrías quedan explicadas por la capacidad del electromagnetismo de distinguir el reposo absoluto: ¿Por qué fallan los experimentos que intentan medir desplazamiento respecto al éter? Einstein propone una teoría alternativa a la de Lorentz partiendo de 2 hipótesis: 1) En todos los sistemas de coordenadas en los que tienen validez las ecuaciones de la mecánica, tienen también validez las mismas leyes de la electrodinámica. 2) La luz puede propagarse en el vacío, y lo hace de manera tal que su velocidad de propagación no depende de la velocidad de la fuente. En la primera hipótesis se extiende el principio de relatividad de Galileo al electromagnetismo: Todos los observadores en movimiento relativo uniforme describen los fenómenos de la misma manera, es decir, con las mismas ecuaciones. Esto implica que las ecuaciones deben tener una forma invariante frente a transformaciones de coordenadas. La hipótesis en 2) sobre la velocidad de la luz es, en realidad, una característica común a todos los fenómenos ondulatorios, pero en este caso hay una diferencia importante. En el caso de las ondas mecánicas la velocidad de propagación es independiente del movimiento de la fuente porque está determinada exclusivamente por las propiedades elásticas del medio. Pero en el caso de la luz, la independencia de la fuente combinada con la propagación en el vacío llevan a un resultado poco intuitivo: La velocidad de la luz es la misma para todos los observadores en movimiento relativo uniforme. Al sacar al éter del escenario Einstein enfrenta el problema de fondo, que es la incompatibilidad de las transformaciones de Galileo con la teoría electromagnética. En efecto, si el principio de relatividad es válido y la velocidad de la luz es la misma para todos los observadores en movimiento relativo uniforme, entonces la teoría electromagnética es correcta, y las transformaciones de Galileo no lo son. Las transformaciones correctas no son otras que las obtenidas por Lorentz en su intento por explicar el resultado nulo del experimento de Michelson y Morley. La genialidad del trabajo de Einstein radica en mostrar que estas transformaciones surgen naturalmente de sus dos postulados, y de un análisis crítico de lo que se entiende por tiempo y espacio, que requiere el abandono de los absolutos newtonianos. Fuente: http://descubriendo.fisica.unlp.edu.ar/descubriendo/index.php/Teor%C3%ADa_de_la_Relatividad Grupo 7 Descubren un nuevo planeta gracias a la Teoría de la Relatividad Astrónomos de EE.UU. e Israel descubren un nuevo planeta extrasolar aplicando la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein. Al planeta lo han llamado Kepler-76b (13 de Mayo, 2013) Los astrónomos, de la Universidad de Tel Aviv y el Centro Harvard-Smithsoniano de Astrofísica (CfA, por sus siglas en inglés) han anunciado su descubrimiento en un artículo publicado en la revista 'Astrophysical Journal'. El planeta extrasolar, que ha sido bautizado oficialmente como Kepler-76b por la NASA, es el primero que se descubre usando la Teoría de la Relatividad, por lo que ha recibido el sobrenombre de "Planeta Einstein", según el profesor Tsevi Mazeh, científico de la misión Kepler de la NASA y miembro del equipo de investigación que descubrió el planeta. Según Mazeh, la técnica que ha permitido realizar este descubrimiento se basa en la identificación de "tres minúsculos efectos" que se producen mientras un planeta orbita alrededor de una estrella madre. El primero es el efecto de "la radiante relativista de Einstein", que hace que la luz de una estrella varíe en intensidad durante la órbita de un planeta a su alrededor. El segundo consiste en el cambio de forma, un "alargamiento", que experimenta una estrella mientras un planeta da vueltas a su alrededor, debido a las "mareas gravitatorias" que se producen durante el trayecto. El tercer efecto, señala Mazeh, consiste en los destellos de luz que el propio planeta refleja mientras orbita alrededor de la estrella madre. "Este descubrimiento ha sido posible gracias a los precisos datos que la nave espacial Kepler de la NASA ha recopilado sobre más de 150.000 estrellas", explica Mazeh. "Esta es la primera vez que la Teoría de la Relatividad de Einstein se ha aplicado para descubrir un planeta", añade. El Kepler-76b forma parte de la constelación del Cisne, situada a unos 2.000 años luz de la Tierra. El planeta, con una masa de dos veces superior a la de Júpiter, sigue una órbita muy cercana a su estrella madre, con un período de un día y medio de recorrido. Fuente: http://actualidad.rt.com/ciencias/view/94352-teoria-relatividad-nuevo-planeta-einstein