Año III, Número 6

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Revista de divulgación e investigación del Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas
Pharus Academiæ06
Mayo 2010
Año iii
Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central (fragmento)
— Diego River a
Pharus Academiæ
Sueño de una tarde dominical
en la Alameda Central
En 1947 Diego Rivera pintó Sueño de una tarde dominical en la Alameda
Central, para el salón comedor Versalles del Hotel del Prado. En este magnífico mural de 15 metros de ancho por 4.80 de alto, Rivera sintetiza magistralmente la historia de México y hace desfilar por él a sus más destacados
protagonistas.
Gran escándalo causó la figura de Ignacio Ramírez, El Nigromante, sosteniendo un papel con la leyenda: «Dios no existe». Rivera, un convencido ateo,
se negó a borrar la frase y el mural fue cubierto durante 9 años. Al final de su
vida, el pintor borró la inscripción alegando que él seguía fiel a sus convicciones y que no tenía porque escudarse en la figura de El Nigromante para decir
que Dios no existía.
El 1960 el mural se traslada al vestíbulo del Hotel del Prado y ahí permanece
hasta 1985, año en que los fuertes sismos dañan significativamente el edificio,
lo que implica un último traslado. Actualmente se puede disfrutar de esta
obra en el Museo Mural Diego Rivera del Instituto Nacional de Bellas Artes y
del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
06
Mayo 2010
Año iii
Directorio / Contenido
Rector
C.P. David Gómez Fuentes
Vicerector académico
Dr. Alejandro Montano
iv
Emilio la m a drid
12
Comité editorial
José Villaseñor
Prólogo
El Posmodernismo como diagnosis de la época
contemporánea
José Luis Villaseñor
28
Alberto Bazaldúa
El papel de las instituciones de educación superior en la
competitividad de México: Situación actual y acciones
pendientes
A lberto Baza ldúa
Enrico Martínez
Emilio Lamadrid
38
Notas para la historia de Tampico y Tamaulipas
en la guerra con Estados Unidos (6.ª parte)
Emilio La m a drid
Francisco Gámez
66
Diseño
Ernesto Peña
Form ación
Brenda Castillo (ldg 8.o)
Michelle Cházaro
R ev isión y corrección de estilo
Martín Castillo
Pharus Academiæ, Revista de divulgación e investigación del Instituto de Estudios Superiores
de Tamaulipas. Número 6, año iii. Este número
se terminó de editar en mayo de 2010, el tiraje
total de esta edición es de 1 000 copias.
Reserva de derechos: 04-2008-062316205000-102
El entorno impreso
Ernesto Peña
96
Recensión crítica del libro«Los Cuatro Acuerdos»
José Luis Villaseñor
Pharus Academiæ
Prólogo
Este es el año de los centenarios, todo se vuelve
en prensa y propaganda, hablar de la independencia y de
la revolución, doscientos y cien años atrás, que en el imaginario mexicano trascienden a la historia.
No importa que en ambos casos se trate de fechas inacabadas, apenas inicio de una y otra, lo que importa es
festejar, recordar y repetir lo que la historia oficial quiere
y ha querido decir de ambos hechos.
Lo que nos lleva a dos reflexiones: la primera, tiene
que ver con la forma casi maníaca con la que los hombres
se relacionan con los números y las cifras redondas, década, siglo, milenio y la segunda con el atestado, eseinstrumento oficial en que una autoridad o sus delegados
hacen constar como cierto algo, en que se ha convertido
la historia de nuestro país.
Iniciemos, pues, con la primera reflexión: Ocurre que
desde inicios de este año de 2010, las más importantes
agencias de noticias —afp, ap y Reuters— mandan a sus
clientes las fotos de la década como si el 31 de diciembre
acabara la primera del tercer milenio; aparentemente los
medios son dirigidos por gente que no saber contar hasta
diez. Sin embargo, así es. La primera década del tercer
milenio no acaba el 31 de diciembre de 2010.
La primera década del siglo x xi no terminará hasta
que acabe 2010; el primer siglo de este milenio, hasta que
termine 2100, y el milenio, hasta que finalice 3000. Y es
que el año 0 no existe: al –1 antes de Cristo (ac), le sigue
el 1 dc.
Se echa la culpa a Dionisio «El Exiguo», un monje y
matemático que en el siglo vi fijó el año del nacimiento
de Jesús en 753 después de la fundación de Roma y llamó
a ese año el 1 Anno Domini (Año del Señor), sin dejar un
año 0 entre él y el –1.
Pero es que en la vida de un hombre, y para el caso de
cualquier cosa, no hay un año 0, la primera década de
edad de un ente se cuenta así: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10.
¿Consecuencia? El siglo x xi, y por tanto el tercer milenio,
comenzó el 1 de enero de 2001 y desde entonces —basta
saber contar con los dedos— sólo han pasado nueve años.
La lógica del sistema arbitrario de Dionisio dicta un
resultado: que los siglos cambien entre los años terminados en 00 y los terminados en 01. La sensibilidad común
nos lleva a la conclusión opuesta: deseamos que las transiciones coincidan con la extensión o la intensidad del
cambio sensual aparente, y el paso de 1999 a 2000 parece
mucho más rotundo que el de 2000 a 2001, de manera
que situamos nuestra frontera del milenio en el cambio
de las cuatro posiciones, no en el mero incremento de 1
en la última posición.
Los números redondos son irresistibles. Para festejar
cumpleaños y aniversarios en acontecimientos familiares, pero también para los gobiernos que se ocupan en
destacar datos económicos.
Se podría aducir que los seres humanos, como criaturas racionales, estarían dispuestos a someter la sensibilidad a la lógica; pero somos, asimismo, criaturas de
sentimientos. De modo que el debate progresa a cada
vuelta de la rueda de la fortuna...
Cuanto más trivial es un tema, y cuanto más irresoluble, más se intensifica en cada bando el calor del debate
y la seguridad de estar en posesión de la verdad absoluta.
El mismo clamor surge cada 100 años...
El sistema ac-dc no se inventó hasta el siglo vi, y no
se aceptó de manera general en Europa hasta el siglo xi.
Así, pues, ¿por qué no proclamamos sencillamente que
el primer siglo tuvo noventa y nueve años, ya que ni una
sola alma de las que vivía entonces supo ni se preocupó
del asincronismo que más tarde se acumularía sobre todos los años de su vida?
No hay discusión posible: es tan sencillo como contar
con las manos. Si uno suma los dedos de las manos, llega
a 10. Empezando por los de una mano y terminando con
el último dedo de la otra, ese último dedo es el número
10. Si contáramos luego los 10 dedos de los pies, empezaríamos por el dedo 11 y acabaríamos por el 20; este dedo
número 20 pertenece, claro, a la segunda decena (los 10
dedos de los pies). La tercera decena de dedos, por ejemplo de las manos de un amigo, comenzaría en el número
21 y seguiría hasta el 30. Y si, contando y contando, lle-
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gáramos al dedo 1991; con él iniciaríamos la decena que
incluye desde el 1991 hasta el 2000.
El error de los que afirmaban que el nuevo siglo empezaría en el 2000 partieron de dos bases, ambas erróneas:
una numérica (como cambian los cuatro dígitos...) y la
otra de calendario (¿y qué pasa con el año cero?).
Los números han jugado un enorme rango de roles
simbólicos en varias culturas, religiones y otros sistemas
del pensamiento humano.
El número 1 es el símbolo de la unidad y en las religiones monoteístas, el uno simboliza a Dios o al universo.
Los pitagóricos no consideraban al 1 como un número ya
que para ellos el número implicaba la pluralidad y el 1 es
singular. No obstante, creían consideraban al 1 como el
origen de todos los números puesto que sumando varios 1
juntos se podían crear otros números. En el sistema pitagórico, los números impares eran masculinos y los pares
femeninos, el número 1 no era ninguno de los dos; aunque
podía hacer cambiar a los unos en los otros. Si sumamos
1 a un número par, se hace impar; de igual forma que sumando 1 a un número impar, se vuelve par.
El número 2 simboliza muchas de las dualidades básicas: yo/tu. hombre/mujer, sí/no, vivo/muerto, izquierda/
derecha, yin/yang, cuyo símbolo sugiere los principios
opuestos que comprenden todos los aspectos de la vida
y así, de forma indefinida. Algunas religiones son duales,
con dos dioses. Por ejemplo, el Zoroastrismo, en la que
Ahura Mazda (el dios de la luz y la bondad) lucha con
Ahriman (el dios de la oscuridad y la maldad). El número
2 se asocia a menudo con aspectos negativos, como en las
palabras decepción (duplicity en inglés) e hipócrita (twofaced en inglés). Indios de la costa noroeste americana
creían que los gemelos tenían poderes sobrenaturales.
El número 3 es un número místico y espiritual característico de muchos cuentos populares: los tres deseos, tres
acertijos, los tres cerditos, los tres osos, los tres espíritus
de la navidad. Platón veía al 3 como un símbolo del triángulo, la forma espacial más sencilla, y consideraba que el
mundo se había construido a partir de triángulos.
Mayo 2010
Año iii
Los 4 elementos son la tierra, aire, fuego y agua; las
cuatro estaciones; los cuatro puntos cardinales; las cuatro fases de la luna. Para los pitagóricos el 4 era el origen de la tetraktys 1+2+3+4=10, el número más perfecto.
En la edad media se creía que existían cuatro humores,
de ahí los adjetivos relativos al temperamento: flemático, sanguíneo, colérico y melancólico, y el cuerpo tenía
que «sangrarse» para hacer que estos cuatro humores se
equilibrasen. En el Apocalipsis de San Juan, los cuatro
jinetes simbolizan el caos y la destrucción de la humanidad.
El número 5 fue asociado con la diosa babilonia Ishtar
y su equivalente romana Venus, y el símbolo para ambas
era la estrella de cinco puntas o pentagrama. La suma
de los primeros números par e impar (2+3) para los pitagóricos —que no reconocían al 1 como número ni como
impar— equivale al 5. Por ello simboliza la vida humana
y —según las tradiciones platónica y pitagórica— el matrimonio, como suma del 2 femenino y del 3 masculino.
En el Islam el 5 es un número sagrado. Lo más destacado son los cinco pilares del Islam: la declaración
de fé (shahadah), la oración (salat), el ayuno durante el
Ramadán, el dar limosna (zakat) y hacer el peregrinaje a
la Meca (la hajj). Las oraciones se deben decir 5 veces al
día. Existen cinco categorías de ley islámica y hubo cinco
profetas que dieron las leyes (Noé, Abraham, Moisés, Jesús y Mahoma).
El significado cualitativo dado al número siete en toda
la historia de las religiones puede tener su explicación
en el asombro sentido en los orígenes por la regularidad
del paso del tiempo en períodos de siete días, siguiendo
las cuatro fases de la luna y, secundariamente, por otras
observaciones astronómicas. Parece que el hombre primitivo no percibía el tiempo como una secuencia lineal y
sólo lo veía como diversos períodos; por eso el «siete» se
convirtió en símbolo del período pleno y perfectamente
completo. En Babilonia, el siete era sinónimo de plenitud totalidad. El número siete es el número de lo completo, de la totalidad determinada o definida; de ahí el
«sábado», que indica el descanso que sigue a la creación
Pharus Academiæ
acabada; las fiestas que duraban siete días; la vida plena
del hombre son setenta años.
El doce toma su sentido simbólico de los doce meses;
como el siete, es también originalmente un número astronómico. El número doce como símbolo de Israel las
doce tribus que constituyen la totalidad de Israel y los
12 discípulos, que representan al nuevo Israel y a quienes
Jesús destina a una misión universal.
Hay otras cifras que causan diversas aflicciones a
los hombres, los mil, el milenarismo es una constante;
milenarismo es la doctrina según la cual Cristo volverá
para reinar sobre la Tierra durante mil años, antes del
último combate contra Satán, y prolegómeno del Juicio
Universal.
Las raíces de la creencia en un reino glorioso, parcialmente natural, parcialmente sobrenatural, se encuentran
en las esperanzas de los judíos en un Mesías temporal
y en la apocalíptica judía, que incluía la creencia de que
Dios conquistaría a todos los poderes hostiles a Él y a su
pueblo escogido, y que establecería un definitivo glorioso
reino de Israel.
Según el lenguaje hebreo mil años significa un tiempo
largo indefinido. Jesús estableció su reino en este mundo
y ese reino es la Iglesia que durará mil años, o sea, por
un tiempo indefinido. No se trataría de un mesianismo
material como esperaban los judíos.
El milenarismo occidental, que no es otra cosa que la
supuesta influencia del número mil en el final del mundo,
se basa en el libro del Apocalipsis de San Juan, escrito hacia el año 90 dc. El capítulo 20 del libro dice que Satanás
permanecerá encarcelado en el abismo por mil años y
que en ese tiempo, Cristo volverá y reinará.
El milenarismo se hizo mesiánico, sobre todo al
aproximarse el fin del primer milenio histórico de la era
cristiana. La tendencia mesiánica colocó la llegada del
primer milenio como el fin de los tiempos, del mismo
modo que, a falta del temor al final de la creación de índole religioso, el fin del segundo milenio llenó de terrores por el problema del año 2000, conocido como efecto
2000, error del milenio o y2k, sería un error de todos los
programas de cómputo, causado por la costumbre que
habían adoptado los programadores de omitir las primeras dos cifras del año al almacenar fechas, asumiendo
que el software sólo funcionaría durante los años que comenzaran con 19. Lo anterior tendría como consecuencia
que después del 31 de diciembre de 1999, sería el 1 de enero
de 1900 en vez de 1 de enero de 2000.
Como sabemos, todos los miedos quedaron, como en
el primer milenio, en agua de borrajas.
Ahora se juega, ya no con el milenio sino con los números capicúa, más correctamente número palíndromo, se
refiere, en matemáticas, a cualquier número que se lea de
izquierda a derecha y de derecha a izquierda. El término
se origina en la expresión catalana cap i cua (cabeza y
cola). En ese tenor, todo es referirse a la asombrosa sabiduría de los mayas, que desde tiempo inmemorial establecieron el fin del mundo el día 21 del mes 12 del año
2012.
Se dice que según el Calendario del Largo Conteo
Maya, el 21 de diciembre de 2012 es el fin de la civilización
humana.
Deberíamos preguntarnos ¿cómo es que los mayas
predicen el fin de una supuesta civilización humana, a
cientos de años en el futuro del fin de la propia civilización maya, fin que no predijeron en ninguna de sus cuentas, ni larga ni corta?
En fin, que los números y en particular los redondos,
100, 200, 1 000, nos provocan cosas. Deseos de balances
o modificaciones sustanciales. Bienvenidos, entonces, los
números redondos, las cifras frías y los años de celebración de los centenarios.
Bienvenida cualquier cosa que nos provoque cambiar,
mejorar, aceptar los errores y empezar de nuevo.
Vayamos ahora a la segunda reflexión. El atestado, ese
instrumento oficial en que la autoridad o aquellos sostenidos por ella hace constar como verdad algo, lo que sea,
que es en lo que se ha convertido la historia de nuestro país.
Nuestros héroes son inhumanos, más grandes que la
vida, seres cuasi perfectos que se dibujen en el azur del
cielo. Pero nuestros anti-héroes son así mismo inmensos,
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alejados de toda humanidad y de toda posibilidad de redención y aún de entendimiento.
La historia, relatada desde siempre por los vencedores, ha tomado un
nuevo camino en nuestro país. Casi como si de escritura sagrada se tratara,
por lo que ¡guay! de aquellos que se han atrevido a poner en lógica perspectiva
documental nuestra historia y nuestros hombres, son tan satanizados como
cualquiera de los pingos que pululan en los libros de historia oficial.
Por ejemplo, un caso muy cercano a nosotros en Tampico, el análisis historiográfico e incluso semántico, de la tan traída y llevada invasión de Barradas, que elaboró Don francisco Alonso de Bulnes, escritor calificado de
«conservador» —término denigratorio en nuestro imaginario colectivo—
que se atrevió a re-escribir diversos episodios nacionales y que por atreverse
a defenestrar de sus peanas a algunos santones nacionales, desaparece de
la bibliografías oficiales que, en México, equivale a la condenación eterna al
limbo de los historiadores.
En 1904, Don Francisco Bulnes publicó el libro: Las Grandes Mentiras de
Nuestra Historia, una de las cuales asegura, es la invasión española de 1829,
cuyo desenlace ocurrió precisamente en Tampico.
Don francisco escribió varios libros que no forman parte de las referencias
históricas, a pesar que en su tiempo causaron estupor en los medios liberales.
En 1904 y 1905, aparecieron dos, en los que demostraba la participación de
Benito Juárez1 en el episodio Imperial. Repitió la sentencia escrita por Ignacio
Ramírez en 1872 a la muerte del patricio: «¿Dónde están los títulos que acreditan la grandeza de Juárez? La escasez de vergüenza y patriotismo es la única
herencia que nos ha dejado. En aquel hombre sólo había pequeñez».2
Bulnes sumó otros dos cargos: el de impostor que cobijó siempre su gloria
con la sabiduría que emanaba de quienes le rodeaban; y aquel que no podía
faltar, el estigma de pertenecer a la raza indígena:
«El temperamento de Juárez fue el propio del indio, caracterizado por su
calma de obelisco, por esa reserva que la esclavitud fomenta hasta el estado
comatoso en las razas fríamente resignadas... El aspecto físico y moral de
Juárez no era el de apóstol, ni el de mártir, ni el de hombre de Estado, sino el
de una divinidad de teocali, impasible sobre la húmeda y rojiza piedra de los
sacrificios».3
Decenas de plumas rebatieron a Bulnes, entre ellas las de Justo Sierra 4 y
Andrés Molina Enríquez.5
La celebración del centenario de Juárez en 1906 iniciado con malos augurios dos años antes por culpa del libro de Bulnes, para 1908 se convirtió en
Mayo 2010
Año iii
Pharus Academiæ
euforia patriotera desbordada. A partir de este momento, Juárez quedó en la
cúspide de nuestro panteón histórico.
Hoy en día es costumbre que los «próceres» nacionales utilicen a Juárez
como ejemplo de cualquier cosa que se les ocurre. Uno de los más favorecidos es el de «la honrada medianía que proporciona la retribución que la ley
señala» con la que deben vivir los funcionarios públicos, para exigir que se
bajen los sueldos de los funcionarios públicos. Sin embargo, leyendo alguna
de las innumerables obras dedicadas a la glorificación del «patricio de Guelatao» puede observarse que la «medianía» no era tal. La frase completa es
como sigue:
«No se puede gobernar a base de impulsos de una voluntad caprichosa, sino
con sujeción a las leyes. No se pueden improvisar fortunas, ni entregarse al
ocio y a la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, disponiéndose a vivir, en la honrada medianía que proporciona la retribución que la ley
les señala»
Dice el historiador José Manuel Villalpando autor del libro Benito Juárez. Una
visión crítica en el bicentenario de su nacimiento:
«don Benito ganaba un dineral, tres mil pesos de aquel tiempo, que en términos reales significa —de acuerdo con su inventario de bienes—, que él se pudo
comprar un coche descapotable con su tronco de mulas, (que valía) 500 pesos,
con la sexta parte de su sueldo mensual. El presidente Fox, con su sueldo de
todo un mes no se podría comprar ya no digamos un carro de lujo, sino ni un
carrito.
»Cuando muere el presidente Juárez su inventario de bienes es muy significativo: tiene tres casas en el centro de la ciudad de México, una de ellas en
la calle de Plateros —ahora conocida como Madero—, la mejor calle de la ciudad. Y el valor de las casas en el inventario de bienes corresponde solamente
a un año de sueldo, o sea que ganaba muy bien.
»Ampararse en Juárez para decir que les van a bajar el sueldo a los funcionarios es totalmente demagógico. Es el uso demagógico de la historia de Don
Benito. Hasta de izquierda dicen que era… Pero no es cierto, era de derecha»6.
Así, para realmente alcanzar el reencuentro con nosotros mismos es indispensable conocer la verdadera historia del país. Pueblo que no conoce su pasado no puede evitar caer una y otra vez en los mismos errores, como le ha
ocurrido a México, que al habernos ocultado la verdadera historia para imponer una oficial que favoreciera al sistema en turno, nos ha dejado huérfanos
de todo paradigma creíble y alcanzable del ser mexicano.
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Es cierto, ha habido historiadores capaces de burlar el cerco oficial e investigar y transmitir la verdadera historia de México, con imparcialidad y serenidad, uno de ellos fue nuestro viejo maestro Carlos Alvear Acevedo, intelectual
no oficial. No sólo fue un intelectual, sino un intelectual católico con todo lo
que ello significó, además, en tiempos en que tal calificativo condenaba al ostracismo, pero que no hizo de su obra una versión conservadora de la historia.
Fuimos muchos quienes gracias a sus textos escolares tuvimos los primeros acercamientos a la historia de México, a la verdadera, sin adornos ni héroes fallidos.
La enseñanza de la historia depende, en buena medida, del conocimiento
que tenga el profesor. Es necesario llenar lagunas que existen (por ejemplo,
el período de 1821 a 1854, la influencia del satanizado Santa-Anna, este si por
ambos bandos) y revisar ciertas interpretaciones aceptadas que arrastran resabios de las luchas partidarias.
Habría que revisar los hechos que llevaron a la consumación de la independencia, investigar si, en verdad, el propio Fernando vii lo ordenó, y saber si
en verdad, Iturbide y el grupo que lo apoyó actuaron para impedir la vigencia
de la Constitución de Cádiz, lo que es incoherente, pero ampliamente aceptado. Hoy en día hay estudios que hacen insostenible esa interpretación ya
que demuestran que Iturbide y el grupo que lo rodeaba estaba formado por
ilustrados-liberales.
Otro elemento fundamental para conocer la verdadera historia de México
y hacerla creíble, es el misterio que rodea la elaboración de la Constitución de
1824. Se afirma que es una copia de la norteamericana, según acusan los conservadores durante la década de 1840, pero que, además, los liberales nunca
desmintieron.
Bastaría comparar los documentos para ver que el origen se halla en la española de 1812, y no en la norteamericana aunque de esta sí se copia el doble
sistema de representación.
Y así, reflexionando acerca de la historia nacional, caemos en cuenta que,
en la oficial, todo es manipulado por lo que sería oportuno recordar aquí al
defenestrado —y satanizado— consumador de la Independencia, Agustín de
Iturbide que recomendaba:
«Cuando instruyáis a vuestros hijos en la historia de la Patria, inspiradles
amor por el jefe del Ejército Trigarante (...) quien empleó el mejor tiempo de su
vida para que fueseis dichosos».
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Año iii
Pharus Academiæ
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Mayo 2010
Año iii
«Breve et irreparabile tempus omnibus est vitae.»
— Virgilio
Pharus academiæ
El Posmodernismo como diagnosis
de la época contemporánea
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Resumen
Dr. José Luis Villaseñor Dáva los
Licenciado en Derecho y con Maestría en la
misma disciplina. Doctorado en Educación por
la Universidad de Houston, Texas, EE.UU.
Actualmente funge como Director de
Investigación en el iest, en donde se imparte
además, algunas materias de licenciatura y
posgrado.
Este tema fue expuesto como conferencia hace aproximadamente un año
en la biblioteca del Parque Metropolitano en Tampico; y además, es el capítulo introductorio al próximo libro del Dr. José Luis Villaseñor que versará
sobre la misma temática.
El autor citado, propone la tesis de concebir al Posmodernismo como instrumento de diagnóstico de la época presente. Establece como fuente común
filosófica de la modernidad y del secularismo, el principio de la inmanencia.
El Dr. Villaseñor señala tanto a los precursores como a los sucesores, así
como a los representantes contemporáneos de la citada corriente filosófica,
criticando a cada una de ellas, sobretodo en relación a la fe católica.
En esta primera parte del texto de referencia, el autor explica, por un lado,
el sentido estricto y las consecuencias del posmodernismo; y por otro, el sentido amplio del mismo, de sobremanera atendiendo a sus tipificaciones sociales, mismas que se expondrán en una segunda parte.
No se puede pasar por alto las funestas consecuencias del Posmodernismo
señaladas por el Dr. Villaseñor en la educación actual, a la cual caracteriza
principalmente como «paidolatría».
M ayo 2010, número 6
EX PLICACIÓN DEL TEMA
El enunciado del tema a tratar en este estudio, básicamente sugiere la metodología de la diagnosis, cuyo empleo consiste en determinar la naturaleza
de un caso morboso, por los signos o síntomas que le son propios. Es decir, se
trataría de definir sintéticamente, por un lado las características esenciales
de un caso de enfermedad, si hablamos, desde el campo médico; e identificación del cuadro morboso tipo, que la patología atribuye a cada entidad nosológica.
El juicio que la mente del diagnosticador elabora al precisar el estado morboso que examina, presupone el conocimiento completo de todos los datos
anteriores relativos al enfermo y a la enfermedad o «anamnesis»; la interpretación exacta de los síntomas y signos con que la enfermedad se manifiesta y
el uso oportuno de los medios de investigación. El tipo de diagnóstico elegido
para este tema, será el que se conoce como clínico, que se funda en los síntomas y signos que en vida manifiesta un enfermo, y que el diagnosticante
investiga directamente e interpreta, valiéndose de su intuición y experiencia.
Entre los teóricos del posmodernismo, encontramos a Jean-Francois Lyotard, que ha sido reconocido como el representante de tal corriente filosófica;
el cual al analizar el termino «post» expresa que:
Jean-Francois Lyotard
«El término posmodernismo del cual es componente el ‘post’, no significa un
movimiento de came back, de flash back o de feed back, es decir de repetición,
sino un proceso a manera de ‘ana’, un proceso de análisis de anamnesis, anagogía, que elabora un olvido inicial.»
Aclara más adelante que una «anamnesis» en sentido de una terapéutica psicoanalítica, describe como:
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«El paciente trata de elaborar su problema presente, asociando libremente
elementos aparentemente inconsistentes con situaciones pasadas, lo cual le
permite descubrir sentidos ocultos de su vida, de su conducta; así también,
se puede considerar como una ‘translaboración’ efectuada por la modernidad
sobre su propio sentido [1].»
Esta opinión de Lyotard, nos apoya en el sentido de considerar el posmodernismo, como proceso de «anamnesis» de la época contemporánea, es decir,
como proceso de diagnosis, de análisis de una morbosidad; a diferencia de
otros posmodernos, que diagnostican la posmodernidad, no como una anamnesis sino como una diagnosis post mórtem, es decir, prácticamente como
una «autopsia», pues consideran al sujeto de la posmodernidad, así como a
los valores culturales de la modernidad sin excluir los religiosos, como ya terminados o fenecidos.
Con el objeto de lograr un diagnóstico lo más apegado a la realidad actual
y vigente, se hace necesario elaborar una guía para tal diagnosis. Tal guía
estará compuesta de dos elementos indispensables: uno, que comprendería
el sentido estricto de la posmodernidad y sus consecuencias, de acuerdo con
sus mismos teóricos; otro, el sentido amplio de posmodernidad, que abarca
sus diversas tipificaciones, es decir, comportamientos o actitudes que son
como líneas de fuerza que permiten entender la posmodernidad, cuyas ideas
y modos de vida posmodernos, se encuentran en un ambiente envolvente
como el aire que respiramos que conforman el contexto social [2].
Para concluir con la explanación del tema adoptado, se hace necesario tomar mucho en cuenta el señalamiento que el cardenal Giacomo Biffi, hace en
el prefacio de la obra de Vittorio Messori, denominado Leyendas Negras de la
Iglesia, el cuál advierte que:
Giacomo Biffi
Pharus academiæ
«Lo que caracteriza especialmente nuestra época, es el principio de que no
se debe reaccionar: la retórica del diálogo a toda costa, un mal entendido
irenismo, una rara especie de masoquismo eclesial parece inhibir todas las
defensas naturales de los cristianos, de manera que la virulencia de los elementos patógenos puede realizar sin obstáculos sus devastaciones [3].»
1. DENOMINACIÓN
14
La posmodernidad se ha denominado así, porque cronológicamente viene
después de la modernidad aunque en actitud de ruptura con ésta; representando un giro de modernidad, cuya validez pone en entredicho [4].
Charles Jenks, asigna con precisión el momento del inicio de la posmodernidad: agosto 15 de 1972 a las 15.32 horas; fecha que corresponde a la voladura de viviendas sociales en St. Louis, Missouri; precisión que no deja de
ser simulacro de periodización, indecible entre irónica suspensión y pretensión de protagonismo en el mercado cultural [5]. Posiblemente la posmodernidad haya servido para resquebrajar tanto el euro-yanquicentrismo como
la narrativa teológica de la modernidad y estaremos entrando en una fase
diseminadora en la que los flujos de mercado sean apropiados por las masas
subalternas de modos no previstos [6].
Si hemos de encontrarle un sentido al discurso de la posmodernidad acerca
del fin de la modernidad, es la interpretación del mundo que durante la modernidad siempre tuvo como fundamento la metafísica cristiana y que la
razón moderna fue en todo momento un producto de la secularización del
concepto cristiano de Dios. El punto de partida de todos los pensadores posmodernos es en cambio la muerte de la metafísica, es decir, de esa certeza
de su mundo sobrenatural, de un valor supremo, legitimador del mundo [7].
Habrá que considerar el hecho de que lo verdaderamente originario de la
metafísica y que subyace incuestionado, es la escisión misma entre el ser y el
devenir. Aceptada la separación, los metafísicos se sitúan del lado del ser y
los antimetafísicos del lado del devenir; compartiendo ambos el mismo supuesto metafísico de que el ser no es devenir y el devenir no es el ser; éste es
realmente el foco del problema [8].
1.1. MODERNIDAD Y SECULARISMO
Independientemente de su connotación histórica, la modernidad tiene un
significado de actitud mental que en la edad Moderna fue dominante y se
extiende hasta el siglo x x, en el que aún perdura por más que se hable de la
Modernidad y de la era de la Posmodernidad. Por ello, es acertado el juicio
que sobre tales eras ofrece Carlos Díaz [9], pues según él «Modernidad y Posmodernidad: es el mismo perro con distinto collar».
Entenderemos por Modernidad, tal como lo entiende Carlos Valverde [10],
es decir, como el proceso de secularización o laicización que genera la ruptura y el progresivo distanciamiento entre lo divino y lo humano, entre la
Revelación y la razón; en otras palabras, la lenta y sucesiva sustitución de
los principios y valores cristianos, que habían dado unidad y sentido a los
pueblos europeos durante diez siglos, por lo pretendidos valores de la razón
pura. Esta epopeya como la califica el autor citado, termina en algún sentido,
cuando en 1841, Feuerbach concluye su obra La Esencia del Cristianismo con
la frase: «el hombre es el dios del hombre» –Homo homini deus–; expresión
con la cual se considera que Dios se ha hecho innecesario, pues para construir
su ciudad, le basta la razón. Luego, Nietzche pronunciará su característica
sentencia mortuoria: «Dios ha muerto. Nosotros lo hemos matado».
Por lo que respecta al secularismo, es la misma secularización pero exacerbada o radicalizada, es el producto de la negación de lo sagrado, hasta la
Ludwig Feuerbach
M ayo 2010, número 6
interpretación inmanentista de la historia, hasta la ateización. En palabras
de Jesús Equiza [11], una cosa es la revelación de lo profano o natural y otra
es la exclusión de lo sagrado o sobrenatural. La secularización relativiza lo
sagrado, el secularismo lo niega, este empobrece la fe hasta extinguirla y exacerba la autonomía relativa de lo temporal hasta la autonomía absoluta de lo
creado con relación a Dios. El secularismo es una nueva forma de ateísmo [12].
La posmodernidad coincide con el secularismo, pues su naturaleza indica
que más que una ideología es una antiideología, un talante, un modo cómodo
de estar en la vida. Así, los posmodernos declaran principios carentes de valor
moral, pues en la mentalidad «todo vale», «nada está prohibido», «vale lo que
me agrada» o por el contrario: «no vale lo que no me agrada». La metafísica,
que no es la de Conny Méndez, es algo que permanece en nosotros como los
rastros de una enfermedad, o como un dolor al que uno se resigna, pues tal
filosofía, seria un saber residual, colocado al nivel de una verdad débil [13].
En resumen el secularismo es la radicalización de la secularización identificándose con la teología de la muerte de Dios del Deísmo, mediatizado por las
teologías de Barth, Bultman y Tillich; que hacen de aquél, un Dios sumiso en
la duda por lo que al conocimiento racional se refiere [14]. Por lo que respecta
a los efectos de la secularización en la fe en una religión sobrenatural, por
un lado la erosiona, y por otro genera sacralizaciones de lo mundano; pues el
ansia de lo divino, santo y numinoso, pervive en el hombre, pero canalizado a
la propia nación, la historia, el estilo de vida, es decir rasgos identitarios, etc.,
con lo cuál se canaliza la dinámica sacralizante en lugar de eliminarla [15].
Para Massimo Borghesi [16], los años 80 del siglo x x han representado el fin
del tiempo, referido a los mitos e ideologías incluyendo el denominado humanismo integral pues dos acontecimientos marcan, por su significado simbólico que asumen el punto de no retorno: el atentado a la vida de Juan Pablo ii
el 13 de mayo de 1981; en el que se documenta la deshumanización del hombre
actual que ya no conoce límite alguno a la capacidad de cometer el mal; y
el resultado del referéndum también en Italia sobre la ley del aborto el 18 de
mayo del mismo año en que se revela el carácter inhumano del humanismo
laico. El haber separado los proyectos humanistas de su raíz cristiana ha sido
causa a la vez de la esterilización de la fe y de vaciarse de los humanísimos
reducidos a proyectos, es decir utopias vacías.
1.1.1. FUENTE COMÚN FILOSÓFICA DE LA MODERNIDAD Y DEL
SECULARISMO: EL PRINCIPIO DE LA INMANENCIA
Desde el punto de vista filosófico del racionalismo, René Descartes da el primer paso hacia la eliminación del principio teológico de la filosofía, pues su
cogito ergo sum,introduce a la inmanencia gnoseológica y con ello el ateísmo
exigencial, ya que el pensamiento basta para crear el mundo, luego, Dios no es
necesario [17]. El segundo paso, el más decisivo que el cartesiano, lo da Baruch
Spinoza (1632-1677), el cual ha concebido la inmanencia metafísica, al identificar a Dios con el mundo de las cosas creadas, es decir con la naturaleza,
Spinoza introduce en ella la expansión de lo infinito, el cual reduce a nada lo
infinito como tal, de acuerdo al principio omnis determinatio est negatio,que
será luego la clave de la filosofía hegeliana. En otras palabras, al ser divina la
criatura y como consecuencia el hombre también es divino; la inmanencia de
Dios en el hombre se cambia con la inmanencia del hombre en Dios, según
la cual el verdadero pensamiento del hombre se identifica con el de Dios y el
pensamiento de Dios actúa únicamente en el hombre. Y así, el hombre queda
como algo divino, o como lo único divino [18].
Las tesis de Spinoza formuladas en el siglo xvii, dominan luego las ideas
del siglo siguiente, siglo xviii pues todos los filósofos admiten su influencia
empezando en Inglaterra, luego en Alemania, después en Francia a tal punto
15
René Descartes
Pharus academiæ
16
que Naville, el historiador de Thierry de Holbach concluye que todo el movimiento filosófico se presenta como una manifestación triunfal del spinozismo [19]. No podemos pasar por alto, que el pensamiento de Spinoza tiene
su fuente en el judaísmo mismo, sobretodo en la cábala, mucho más que en
la filosofía cartesiana, pues no hay lugar a dudas que ciertos principios de su
ética constituyen un acto de hostilidad formal contra el cristianismo y que se
supone que, de acuerdo con su sentido trata de resolver los grandes problemas que el hombre se plantea desde siempre [20].
Sin embargo, Gershom Scholem [21], aclara que Cordovero,ha sido más que
Spinoza, el teórico más importante del misticismo judío, pues el conflicto intrínseco entre las tendencias teístas y panteístas en la teología mística de la
cábala no aparecen en ningún otro lugar con más claridad que en su pensamiento, por cuanto que sus ideas sobre el tema se resumen en la fórmula –un
siglo antes de Spinoza– de que Dios es toda realidad, pero no toda la realidad
es Dios. «El en-sof» según él, puede llamarse pensamiento en la medida en
que todo lo que existe está contenido en la sustancia de Dios. Sin embargo fue
sobre todo la obra de Spinoza la que impulsó a todo este movimiento filosófico que alcanza su mayor expresión en el ateísmo.
Agustín Izquierdo [22] realiza toda una categorización de la variopinta
de teófobos y clerófobos que formularon las ideas fundamentales sobre el
ateísmo; el cual constituye prácticamente el ataque a la religión que motivó a
la separación y al alejamiento nefasto de la filosofía respecto de aquélla. Así el
autor citado clasifica a los filósofos del ateísmo de la secularización moderna
en los siguientes tipos: ateos clandestinos, Henri de Boulanvillers (1658-1673)
Benoit de Maillet, Cesar Cheseneau Du Marsais, Nicolas Freret y Jean Meslier;
ateos públicos, del siglo xviii, Julian Offrai de la Mettrie, Denis Diderot, el
Barón d' Holdbach y Silvain de Marechal; ateos hegelianos, Ludwing Feuerbach, Karl Marx y Max Stirner; ateos solitarios, Arthur Schopenhauer y Friedrich Nietzsche (1844-1900).Con este último filósofo, aclara el autor citado, se
llega a una culminación de ateísmo, al cual se hace aparecer como una actitud necesaria para devolver la «inocencia» al hombre y al devenir. Con este
pensador, Nietzsche, puede decirse que se inicia el pensamiento posmoderno,
el cual forma parte o se sobrepone al secularismo. Por otro lado, no está por
demás añadir una última categoría de ateos, los denominados «publicitados»
llamados así por Alberto Boxaidos [23] cuyo grupo está conformado por Carl
Sagan, John Dewey, Bertramd Russel, Julian Huxley, Erich Fromm, quienes
han publicitado su ateísmo y con el mismo han configurado el llamado «humanismo Secular»,el cual en la sociología «humanística», ve con desagrado
cualquier visión del mundo que traiga aparejada restricciones dogmáticas
contra el sexo premarital, adulterio, homosexualidad, pedofilia, incesto, divorcio, aborto y un gran etcétera; y, ciertamente cualquier instancia ética que
pueda limitar el «potencial humano», se le considera anticuada.
Entre los denominados ateos públicos, hay que destacar al barón de Holbach cuya labor en pro de la enciclopedia fue prominente pues domingos y
jueves de cada semana de 1750, los enciclopedistas acudían a su casa a la que
se conocía como «sinagoga de Holbach» que fungía como centro de reunión
de los «filósofos» que lo eran solo de etiqueta, pues no buscaban la sabiduría,
sino formular los principios del deísmo, el ateísmo del libre pensamiento y
feroces enemigos de la «superstición cristiana» a la que pretendían destruir
según programas y armas de Spinoza antes de derrocar a los tiranos. Aquella sinagoga a la cual acudían los extranjeros, si bien no fue una «academia
secreta» es de todas formas un «club internacional» de ateísmo [24]. Esta
mentalidad filosófica guía a la Enciclopedia, obra cumbre de la ilustración,
con los vastos conocimientos que reúne, trata de sustituir la autoridad por la
experiencia, la religión por la ciencia,la revelación por la razón. Su influencia
fue enorme, pues rebasó las reuniones del salón invadiendo la burguesía, no
Baruch Spinoza
Benoit de Maillet
Denis Diderot
M ayo 2010, número 6
solo la europea pues luego se trasladará a América.
La actual teoría crítica léase postmarxista, encabezada por algunos miembros de la escuela de Frankfurt en su primera generación como lo son Theodor
Adorno y Max Horkheimer [25], al enfocar sus baterías contra la ilustración,
aprovechan de paso criticar la fe, ya que para ellos, la fe perpetua la lucha
contra la razón, aseguran que su fanatismo es el signo de falsedad y su mala
conciencia es su segunda naturaleza. En la secreta conciencia del defecto del
que necesariamente adolece, de la contradicción, inmanente a ella, de hacer
de la reconciliación una profesión, reside la causa por la cual toda la honestidad de los creyentes ha sido desde siempre irritable y peligrosa.
Esta crítica a la fe parece abonar todavía más al racionalismo ilustrado,
pues como diría Zubiri [26], es un error de signo opuesto pensar que la búsqueda de Dios excluye a la razón. Porque la inteligencia es un momento esencial del ser personal humano y porque esa inteligencia es aquéllo en la que
afloran las demás dimensiones del ser personal, pues la moral, lo afectivo y lo
social mueven internamente a la inteligencia para establecer lo que se anhela,
lo que se obliga y estructura el mundo social. Por tanto, la búsqueda de Dios
no es dialéctica de pura razón razonable, es decir, la propia razón está modulada en su intelección por las dimensiones morales, afectivas, individuales y
sociales del ser personal humano.
Las consecuencias de la lucha entre fe y razón y su nefasta separación, Juan
Pablo ii [27] les hace consistir en el recelo cada vez mayor hacia la razón, ya
que algunos comenzaron a profesar una desconfianza general. Escéptica y
agnóstica, bien para reservar mayor espacio a la fe –fideísmo– o bien para
desacreditar cualquier referencia racional posible a la misma. Así, lo que se
había concebido como unidad profunda –entre fe y razón– fue destruida de
hecho por los sistemas que asumieron la posición de un conocimiento racional separado de la fe o alternativo a ella. De tales posturas contrastantes
surgieron formas de humanismo ateo. Elaboradas filosóficamente, que presentaron la fe como novicia y alienante para el desarrollo de la plena racionalidad.
No en vano, Joseph Ratzinger [28] estima que los sistemas ateos de la edad
moderna, son los ejemplos más aterradores de una pasión religiosa, alienada
en cuanto a su esencia íntima y ésto significa también que son una enfermedad moralmente peligrosa para la mente humana. Donde se niega a Dios no
se edifica la libertad, sino que se la priva de su fundamento y de esta manera
la distorsiona. Donde se rechazan por completo las tradiciones religiosas más
puras, y profundas, el hombre se separa de la verdad, vive en contra de ella y
no consigue ser libre, la ética filosófica no puede ser tampoco absolutamente
autónoma. No puede renunciar a la idea del Dios y no puede renunciar a una
idea de la verdad del ser que tenga carácter ético. Si no hay verdad acerca
del hombre, el hombre tampoco tiene libertad, solo la verdad, hace libres.
Después de que el optimismo racionalista sufriera no sólo la frustración de
las dos guerras mundiales sino también los efectos de los sistemas genocidas ateos de los totalitarista-marxistas de Stalin en Rusia y de Mao Tse-Tung
en China que rebasan en número a la suma de víctimas de las dos guerras;
en el profundo extravío actual de la cultura contemporánea parece abrirse
a una nueva nostalgia posmoderna y sin embargo sigue fiel al ateísmo del
secularismo. En una frase esperanzadora de Luigi Giusanni [29] inspirada
en Dostoievsky, expresa que el hombre no puede aguantar mucho tiempo en
esta situación enigmática: «Toda ley de la existencia humana radica en que el
hombre puede inclinarse ante lo infinitamente grande.»
Xavier Zubiri
17
Karl Marx
Pharus academiæ
2. REPRESENTANTES CONTEMPOR ÁNEOS
18
Al movimiento filosófico que agrupa a los posmodernos, Neil Turnbull [30] lo
cualifica como un movimiento filosófico «filisteo», cuya raíces se encuentran
en las ideas de los arquitectos radicales de principios de la década de 1970, que
se revelaron contra la naturaleza racional abstracta, fría, y de la mayor parte
de la arquitectura de la época. La razón por la cual el autor antes citado denomina el posmodernismo como filisteo, no tiene que ver con aquellos temibles enemigos de Israel, después de su establecimiento en Canán, aunque por
ironía de la historia, los filisteos fueron los que dieron su nombre a la Tierra
Prometida o Palestina [31]. El sentido de filisteos, como lo usa Turnbull, se origina en Alemania del siglo xviii donde los estudiantes llamaban «filisteos»
a los ciudadanos incultos, y desde entonces, se utiliza para designar a las personas que carecen de sensibilidad para todo lo relacionado con la cultura,
y, como paladines del sentido común, consideran a los filósofos tecnócratas
como autores de preguntas tontas; y solo aquéllos hacen preguntas importantes, sobre todo lo relacionado con la vida cotidiana y no las intelectuales,
que al provenir de filósofos y tecnócratas intelectualizan demasiado la vida y
buscan problemas donde no los hay [32].
A pesar de la carga semántica negativa del término, la época posmoderna
aparece caracterizada en el contexto del recelo hacia el progreso y la razón,
cuando Toynbee, en 1934, designa así la caída de la civilización occidental en
el relativismo y el racionalismo, hacia finales del siglo x x el tema de la posmodernidad se encuentra como objeto de controversia y en cualquier caso
como punto de referencia para buena parte del pensamiento contemporáneo
a partir de las obras de Lyotard [33].
Este último filósofo ha sido destacado como el portavoz filosófico de la
época posmoderna, pasando por alto al pensador adelantado de la problemática, Romano Guardini, quien ya a mediados del siglo x x había proclamado
el fin de la edad moderna, además superada por una época posmoderna con
perfiles imprecisos que aportan una caracterización lo más exacta posible
[34]. De la obra conjunta y muy basta de Guardini, se desprende una profunda
doctrina de la vida, que resulta sumamente aleccionadora a toda persona,
creyente o incrédula, que desea otorgar a su existencia su plenitud de sentido;
pues en el aspecto filosófico, sus escritos ofrecen múltiples claves de orientaciones que pueden ser decisivas en un momento de desconcierto espiritual
como el presente [35].
Dijimos arriba de la obra de Guardini que ha sido basta, sobre todo en el
aspecto religioso, pero en el teórico Jean-Francois Lyotard la referencia se
concentra en oposiciones en la que pese a las diferencias, se acercan directamente a la crítica que hace Romano Guardini de nuestra época, mas, la
diferencia afecta a la concepción fundamental y con ella, al marco mental de
orientación y referencia desde el que intenta abrirse paso la posmodernidad
con todas las consecuencias que se derivan de la misma; sin embargo Lyotard
coincide con el análisis de Guardini en la tesis de que el saber posmoderno
se transforma de manera característica en cantidades de información [36].
Dada la naturaleza breve y sintética del presente estudio se reducirá a cinco
como la mención de autores representativos de la situación posmoderna y dos
obras de cada uno de ellos que son las que ilustran de mejor manera las posiciones filosóficas características de la posmodernidad: Romano Guardini El
ocaso de la modernidad y El poder, una interpretación teológica; Jean-Francois
Lyotard, La condición posmoderna y La posmodernidad (explicada a los niños);
Vattimo, El fin de la modernidad y El pensamiento débil; Gilles Lipovetsky, La
era del vacío y El imperio de lo efímero; Jean Bodrillard, Crítica de la economía
política del signo y De la seducción.
Gilles Lipovetsky
M ayo 2010, número 6
2.1. LOS PREDECESORES: LOS MAESTROS DE LA SOSPECHA
La escuela de la sospecha está conformada por tres maestros: Marx, Nietzsche y Freud. En cada uno, es fácil encontrar un ejercicio diferente de la sospecha. La fórmula negativa común a los tres, sería de la verdad como mentira;
y si nos remontamos a su intención común, allí se encontrará la decisión de
considerar la conciencia en su conjunto como conciencia falsa. El filósofo formado en la escuela de Descartes sabe que las cosas son dudosas, es decir, no
son tales como aparecen así mismas; en ellas, sentido y conciencia del sentido
coinciden; pero, desde Marx, Nietzsche y Freud lo dudamos; después de dudar
sobre las cosas, encontramos la duda sobre la conciencia [37]. Es decir, ahora
tanto el sujeto como sus supuestas representaciones verdaderas son dudosas,
más aún, éstas suelen ser mentiras que aluden a otra verdad escondida o disimulada en su literalidad.
La conciencia de la estrategia será pues sospechar de estas verdades, porque hay un inconsciente, dirá Freud; hay una voluntad de poder, dirá Nietzsche; hay una clase social explotadora, dirá Marx. Por tanto, es la hora de las
interpretaciones y de la construcción de reglas para esas interpretaciones.
En resumen, tales maestros de la sospecha no lo son del escepticismo, seguramente son tres grandes destructores, aunque «despejan el horizonte» para
una palabra más auténtica para un nuevo reinado de la verdad, no sólo por
medio de una crítica destructiva sino mediante un arte de interpretación [38].
Frederich Nietzsche
2.2. LOS SUCESORES: LA ESCUELA DE FR ANK FURT
Los esculapios de tal institución, los frankfurtianos, recibieron tal denominación, primero, por ser miembros del Instituto para la Investigación Social,
fundado por Félix Weil y creado en la Universidad de Frankfurt, Alemania en
1923 como el primer centro marxista de investigación. Emigraron a eeuu y
fundaron un instituto análogo en la U. de Columbia, Nueva York en la década
de 1930, bajo las ordenes de Max Horkheimer, el grupo que incluía a Theodor W. Adorno, H. Marcuse y Erich Fromm entre otros; intentó adaptar al
marxismo el ambiente social de la época por un lado, y por otro, crear una
teoría social coherente y viable de carácter crítico. Se apoyaron en las ideas
de Hegel, Marx, Freud y Nietzsche para adaptarlas a los problemas sociales
y culturales de la época. Después de la segunda guerra mundial, el Instituto
regresó a Frankfurt aunque Marcuse y otros permanecieron en eeuu. Por
tanto se formaron y se separaron dos ramas de tal institución: la alemana y la
norteamericana en la década de 1950; y el Instituto se disolvió en 1969, tras la
muerte de t.w. Adorno. Posteriormente algunos filósofos como Jürgen Habermas han intentado revivir sus teorías y sus programas de investigación [39].
Entre las características comunes a todos sus miembros destacaremos
esencialmente dos: el ateísmo que da por buena la superficial explicación de
que las creencias religiosas del teísmo judío como del Dios cristiano, se mantienen como restos de las antiguas mitologías incluida la griega; la crítica a
la razón y en consecuencia al racionalismo burgués de la ilustración de la
Sociedad Tecnocrática; pues la razón se ha transformado en instrumento de
ciertos fines que la desvían de su objetivo del saber y la degradan, haciéndola
servir a la dominación sobre los hombres. Por tanto, se precisa una crítica
subversiva para deshacer esa cultura artificiosa y retomar una vía nueva que
restablezca la auténtica dimensión de la racionalidad, hoy desviada a lo técnico y la vuelta a su camino original como autónoma y emancipadora [40].
La Escuela de Frankfurt lleva a cabo una «teoría crítica» de la sociedad, la
cual es más bien, una censura radical y desintegradora de la realidad social
en que se encuentra. Así, toma de Marx, el materialismo histórico y la crítica
del capitalismo. Por el psicoanálisis, pretenden revitalizar la teoría marxista.
19
Theodore Adorno
Pharus academiæ
El intento de armonizar las doctrinas de Marx y de Freud va en el sentido
de psicologizar el marxismo, de proporcionarle una base psicológica, estableciendo los procesos que llevan a efectos de actuación determinante de las
condiciones materiales de producción sobre la conciencia de los hombres. El
psicoanálisis es tomado como instrumento para apoyar y dar un mejor acabado al materialismo histórico, así, a la vez que se psicologiza al marxismo,
se sociologiza al psicoanálisis [41].
El individuo se encuentra alienado en una sociedad dominante y tecnológica. Y, lo social aparece como la instancia fundamental y determinante de
todo fenómeno humano. Por eso el último y radical sujeto psicológico no es
el individuo; y la realidad humana es primeramente social o colectiva; la tendencia sociológica vence a la psicologista. En resumen la «teoría crítica» hereda la tendencia desenmascaradora que abrigaban tanto Marx, como Freud
y Nietzsche, ya que la teoría pretende desenmascarar las verdaderas bases de
la sociedad actual, en cuyo análisis tales bases se constituyen por relaciones
de dominio; dominio sobre la naturaleza y dominio sobre el hombre [42].
Sigmund Freud
2.2.1. EFECTOS DE LA «TEORÍA CRÍTICA» EN LA FE
20
La Escuela de Frankfurt así como su obra, la teoría crítica, no pasan de ser
otra forma más de humanismo ateo, que presentan a la fe como nociva y alienante, como una mentira, que impide el desarrollo de la racionalidad; lo cual
conduce a una de las tantas crisis de la fe.
La fe tiene un lado humano: nace y se desenvuelve siguiendo ciertas leyes
y estructuras generadas de toda actitud religiosa; en el fondo, se trata de una
historia, pues la fe tiene historia y su propia tipología según las fases o etapas
de la vida humana y en tales etapas pueden darse crisis típicas de la fe [43]. Dicha «teoría crítica», ha contribuido a que en los creyentes, se dé una especie
de afasia o parálisis fónica, que ha hecho desaparecer el elemento religioso del
vocabulario corriente, por un lado, y por el otro, la capacidad de mantenerse
en la doctrina se rompe, lo mismo que la voluntad de confirmar con la acción lo que se cree, cuando la fe está socavada por una autoestima derrotista,
pues desconectada del amor, la fe se hace estéril y queda tullida por falta de
confianza. Así, el creyente cae, metafóricamente hablando, en una especie de
disnea creciente que llega a la falta de aliento y de lenguaje [44].
En cualquier caso, el enmudecimiento condicionado por el miedo y la soledad, hay que verlo como síntoma de una enfermedad que afecta al núcleo
mismo del ser humano, y especialmente en el caso de la fe, que no puede vivir
sin la palabra que testifica [45]. De ahí, de la crisis de fe, han surgido la necesidad de acreditación y de las cadenas interminables de agencias de certificación en el tiempo y en el espacio entre instituciones conectadas con la calidad
en la producción de objetos y servicios. En otras palabras se ha perdido también la fe fiduciaria, la confianza que debe prevalecer entre las personas que
realizan operaciones de créditos y negocios.
Con ello, se cierra el círculo crítico de la crisis de la fe, es decir: primero, se
produce la ausencia de confianza; luego, se crean instituciones y procedimientos que den confiabilidad al consumidor, obteniendo fabulosas cantidades de
dinero por acreditar por medio de agencias internacionales y nacionales de
acreditación tipo iso por ejemplo. El negocio es redondo, a expensas de la fe.
M ayo 2010, número 6
3. SU SENTIDO ESTRICTO Y CONSECUENCIAS
Le correspondió a Jean-Francois Lyotard, definir el sentido estricto de la posmodernidad o simplificándolo al máximo cuando dice: «se tiene por posmoderna la incredulidad con respecto a los metarrelatos» [46].
Para entender el sentido de tal noción, haremos referencia a otras obras
del citado autor vinculadas entre sí. En general la obra de Lyotard, tiene por
objeto la condición o situación, digamos estatus del saber, en las sociedades
más desarrolladas; y a esta condición, le ha denominado posmoderna, que es
un termino usado en eeuu por sociólogos y críticos para designar el estado
de la cultura, después de las transformaciones que han afectado a las reglas
del juego de la ciencia, la literatura y de las artes a partir del siglo xix. Según
tal autor, aquí se situarán esas transformaciones con relación a la crisis de los
relatos, cuya mayoría se revelan como fábulas [47].
En otra obra de Lyotard, en La posmodernidad explicada a los niños, afirma
que por metarrelato o gran relato, se entiende las narraciones que tienen
función legitimante o legitimatoria, cuya decadencia no impide que existan
millares de historias, pequeñas o no tan pequeñas, que continúen tramando
el tejido de la vida cotidiana [48]. Se entiende que tales metarrelatos tienen
carácter universal, y representan declaraciones solemnes de ideología, como
puede ser el socialismo o del comunismo, digamos el Manifiesto comunista,
por ejemplo.
Obviamente, a Lyotard no se le escapa el Cristianismo, el cual también es
considerado como metarrelato. Además, porque lo incluye dentro de la modernidad, en cuanto que la salvación de las criaturas, se lograría por medio de
la conversión de las almas vía el relato crístico del amor mártir [49].
La reducción que hace Lyotard del antiguo y del nuevo testamento a ser
considerados como metarrelatos no es admisible por las siguientes razones;
Primera, los Evangelios, lo mismo que los libros del Antiguo Testamento, están infinitamente por encima de cualquier clasificación literaria o dialéctica;
no son propiamente libros, son como diría Papini, un milagro, una encarnación póstuma de aquél que ama a cada uno de nosotros mucho más de lo que
nosotros mismos podemos amarnos [50]. Esta reducción uniformante que
hace Lyotard, no es otra cosa que una faceta posmoderna, del reiterado ataque contra el Evangelio iniciado radicalmente desde la ilustración.
Segunda razón: a diferencia de lo que ocurre en el Islam con el Corán; y en
el judaísmo, con la Torá y el Talmud; la revelación divina, es para el cristianismo la proclamación de la palabra, que solo debido a exigencias internas
y externas se transformó en documentos escritos, pues desde este punto de
vista, resulta significativo que Jesús no escribiera personalmente nada, ni encargase jamás que se consignaran por escrito sus palabras; lo cual está de
acuerdo con las indicaciones que pueden sacarse de los evangelios que parecen sugerir una cierta aversión a la enseñanza erudita de la escritura y a la
credibilidad que la letra tenía en el entorno; por eso suena como un anticipo
de la critica paulina a la «letra muerta» y que mata cuando Jesús reprocha a
sus adversarios [51]: «Ay de vosotros, doctores de la ley, por que os llevasteis
la llave del saber, vosotros no entrasteis, y a los que estaban para entrar se lo
impedisteis» [52].
Tercera razón: Aceptar como metarrelato al cristianismo, nos conduciría
al más fatídico relativismo, pues nos incapacitaría para discernir o diferenciar entre un evangelio canónico y otro apócrifo; o entre una carta paulina
y alguno de los relatos contenidos en las Mil y Una Noches. Es decir, a todos
estos relatos les daríamos igual credibilidad o valor, lo cual será inaceptable.
Rechazado, entre otros metarrelatos, el imperio de la razón, en la modernidad por la posmodernidad, de aquí brotarán fácilmente la superficialidad,
la frivolidad, lo tribal, lo irracional, y así, el «logos», el mundo de las ideas,
21
Pharus academiæ
es sustituido por el «eros», amor erótico; y la ética es sustituida por la estética. Aquel «logos» se caracterizará como un pensamiento débil, cuyo origen,
según los posmodernos, lo tiene en la debilidad del propio ser; así, frente al
primado de la razón iluminista, es necesario apelar a la experiencia de lo cotidiano, pues en ella emergen la precariedad y la caducidad del ser, intuidas
por la tesis de Nietzsche de la muerte de Dios [53].
3.1. ONTOLOGÍA O PENSAMIENTO DÉBIL
22
La metafísica a partir del siglo xvii se empezó a llamar «ontología» (del
griego, estudio del ente, o del ser), denominación que fue utilizada preferentemente por filósofos racionalistas para designar un conocimiento de la
realidad [54]. Con la posmodernidad, tal conocimiento, ha entrado en franca
decadencia y por ello se habla de un pensamiento débil.
El principal o característico filósofo de tal pensamiento en Gianni Vattimo,
que explica que el pensamiento débil constituye una metáfora y una cierta
paradoja; se trata de una manera de hablar provisional e incluso tal vez contradictorio, porque señala un camino, una dirección posible: un sendero que
separa del que sigue la razón dominio, pero sabiendo que al mismo tiempo
que es un adiós definitivo a esa razón es absolutamente imposible [55]. Tal
pensamiento, aclara Vattimo, puede acercarse al pasado, a través de aquel
filtro teórico que podría clasificarse como pietas (piedad) y en relación al
presente, basta observar cuantas exclusiones de campos y de objetos puede
llevar a cabo la mirada totalizadora. Por lo que se refiere al futuro, el pensamiento débil se abre para avanzar con la hipótesis de que la retención del
pensamiento fuerte, pudiera conducir a un encuentro nuevo y más fecundo,
en el que normalmente se establecen todos nuestros acuerdos [56].
Tal pensamiento débil o posmoderno, cuenta con tres características según Vattimo [57], a saber: primero, se trata de un pensamiento de la fruición, es decir de la rememoración, del revivir, entendida también en sentido
estético de las formas espirituales del pasado con efecto emancipador en sí
misma; segundo, es un pensamiento de la contaminación, que abandona lo
que hasta hoy ha sido el pensamiento para abrazar la determinación o aceptación resignada de la repetición o distorsión; es decir como saber residual
con características de divulgación; y tercero un pensamiento de Ge-Stell, es
decir del mundo de una realidad aligerada (light), por estar menos dividida
entre la verdad y la ficción, el mundo de la mediatización total de nuestra
experiencia.
3.1.1. ESCUELA MODERNA Y POSMODERNA: PAIDOLATRIA
La nueva concepción del mundo, esa ontología débil que acabamos de tratar
en el numeral anterior, necesariamente trae como consecuencia, una nueva
manera de enseñar al mundo, porque el mejor ejercicio de una filosofía práctica es preguntarse por la escuela, la cual es a su vez reflejo de la vida social
[58]; ya que la educación representa la prueba de fuego de las diversas concepciones acerca del mundo y de la persona humana, pues si tales concepciones
están equivocadas, la educación no funciona; y no es que se eduque equívocamente, según los valores deficientes, sencillamente no se educa en modo
alguno; ya que la realidad se puede transformar, pero no falsear, pues aunque
nosotros no lo seamos, la realidad es siempre fiel a sí misma. Tal es la enseñanza de la vieja metafísica realista que a pesar de la peregrina sucesión de
escepticismos, idealismos y positivismo, sigue teniendo tanta vigencia como
hace veinticinco siglos. Sin embargo, tal realidad actual exige una nueva educación y esa realidad parece ser hoy el posmodernismo, es decir la sumisión
a la imagen, el dominio de los medios, la realidad de los adultos que se han
Gianni Vattimo
M ayo 2010, número 6
convertido en adolescentes y se abstienen de educar [59].
Ya lo expreso Ortega y Gasset [60] en forma clara y precisa, «la pedagogía
no es si no la aplicación de los problemas educativos de una manera de pensar
y sentir sobre el mundo, digamos de una filosofía», pues no importa la cuestión que tal filosofía sea un sistema científico riguroso o una ideología difusa,
el dato importante está en que el pedagogo no ha sido casi nunca el filósofo
de su pedagogía.
El asunto es que, según Inger Enkvist [61], el posmodernismo socava la
educación y la actividad de la escuela, puesto que elimina las motivaciones
para el aprendizaje. Así, por ejemplo, si ya no existe la historia, sino múltiples
narraciones sobre el pasado no tiene caso el estudio de la historia, si el posmodernismo no se interesa por la ciencia, eso hace que no sea interesante
para muchos jóvenes, en realidad lo que se está rechazando es el avance de la
humanidad. Además, los posmodernos afirman que tanto las culturas como
las religiones tienen el mismo valor, por ello no tendrá trascendencia si se
vive en una u otra cultura; por ello y consecuentemente no tiene importancia
aprender la propia cultura. Por el contrario, el posmodernismo avala la noción de juego y capricho, en vez de alentar el esfuerzo prolongado por lograr
ciertos contenidos, pues si un material no es más importante que otro, no se
prescindirá del ocio para aprender.
Ante este panorama desolador, como dice Alan Finkielkraut [62], la escuela
es moderna pero los alumnos son posmodernos, ella tiene por objeto formar
los espíritus, ellos le oponen la atención flotante del joven telespectador; la
escuela tiende según Condorcet, a borrar el límite entre la porción grosera y la
porción iluminada del género humano, ellos retraducen este objetivo emancipador en programa arcaico de sujeción y confunden en un mismo rechazo de
la autoridad, la disciplina y la transmisión, el maestro que instruye y el amo
que domina.
Esta contradicción pretenden resolverla, tanto los gestionarios como los
reformadores, posmodernizando la escuela, estos últimos buscan los medios
de aproximar la formación al consumo, pues algunas escuelas en eeuu llegan
incluso a empaquetar gramática, la historia y cuanta disciplina consideran
oportuna en una música rock que los alumnos escuchan con un walkman en
los oídos. En cambio los primeros, los gestionarios preconizan con seriedad,
la introducción masiva de ordenadores en las aulas a fin de adaptar los escolares a la seriedad de la técnica sin obligarles por ello a abandonar el mundo
lúdico de la infancia [63].
Luego, escolarización masiva, la propia adolescencia ha dejado de ser un
privilegio burgués para convertirse en una condición universal. Con ello, los
jóvenes han podido construir un mundo propio, espejo invertido de los valores circundantes; la «cultura joven», es así la anti-escuela, que afirma su
fuerza y autonomía desde los años sesenta del siglo pasado, con la democratización masiva de la enseñanza, pues se trata de sentirse cool o de colocarse.
Con esta inversión, la revolución cultural del posmodernismo, se comenzó a
ver a los jóvenes como a mensajeros de no-sé-qué-verdad absoluta, pues solo
un delirio colectivo pudo haberlos hecho considerar como maestros depositarios de todas las verdades a adolescentes de 15 años [64].
El germen histórico de esta pedagogía lo encontramos dentro del proyecto
sinárquico mundial cuya fuente se basa en las tradiciones rosacrucianas
alentadas por Christian Rosenkreutz, personaje místico que se cree vivió en
el siglo xv. Cuya continuación de su obra de carácter sociopolítico fue encargada por su fundador a su discípulo Komensky o Comenius (1592-1654) quien
se dedicó preferentemente a plantear principios pedagógicos en un tono moderno y fundado en el autodesarrollo del niño, que luego serán recopilados y
actualizados por Pestalozzi (1746-1827), después por María Montessori (18701952), de los cuales se sabe que son los mismos principios en que se cimentan
Alan Finkielkraut
23
María Montessori
Pharus academiæ
los principios pedagógicos de la Nueva Era. Luego, la unesco reivindicaría
a Comenius como su antepasado espiritual [65], para luego, sostener en la
posmodernidad educativa a Jean Piaget y Lew Vigostsky.
La doctrina pedagógica sostenida por los autores citados anteriormente
junto con John Dewey, Herbart y sobre todo por Juan Jacobo Rousseau es lo
que se conoce como «escuela nueva» o activa, es donde se encuentra el ideario de la paidolatría y del pragmatismo, de la autonomía moral y de la autosuficiencia del juicio individual, del planetarismo negador de las nacionalidades
y del utilitarismo negador de las certezas absolutas [66], todo lo cual nos conduce a la manifestación contemporánea o posmoderna de la educación la
cual desde el punto de vista psicológico educativo se conoce con el nombre de
Constructivismo, el cual sostiene que el niño construye su peculiar modo de
pensar, de conocer, de un mundo activo, como resultado de la interacción entre sus capacidades innatas y la exploración ambiental que realiza mediante
el tratamiento de la información que recibe del entorno [67].
Por último, consultada alguna de las sobras publicadas por la unesco
sobre educación titulada El derecho a la Educación y Las Tendencias de la
Educación en 1970. Una encuesta internacional, consideran la educación como
radicalmente nueva y un pensamiento educativo universal, sin embargo lo
que encubren es: 1) La concepción de una felicidad materialista por cuanto
está separada de todo objetivo metafísico y de toda perspectiva sobrenatural
y 2) la reducción de la educación a fenómenos de adaptación de los individuos
a la revolución económica. Tales principios, no podrán ser objetos de aceptación para una visión católica de la educación, pues son una ofensa que se hace
a la razón y a la fe [68].
24
3.2. FIN DE LA HISTORIA
Son básicamente dos los conceptos posmodernos del fin de la historia, ambos opuestos al criterio de la Revelación. El primero, es de Gianni Vattimo,
el cual afirma que la modernidad deja de existir, cuando desaparece la posibilidad de seguir hablando de la historia como una entidad unitaria, pues
concebíamos la historia como ordenada en torno al nacimiento de Cristo o
como una concatenación de vicisitudes de las naciones situadas en la zona
central de Occidente. Hoy, ya no existe una historia única, pues ahora existen
imágenes del pasado propuestas desde diversos puntos de vista, y es ilusorio
que exista un punto de vista supremo, capaz de uniformar a todos los demás.
Todo ello debido a dos factores: uno, la rebelión de los pueblos colonizados
por Europa, que ha hecho problemática una historia única y centralizada;
otro, es la irrupción de la sociedad de la comunicación, denominada también
«sociedad transparente», en la que residen las esperanzas de emancipación.
Ambos factores disuelven los puntos de vista centrales, de lo que Lyotard
llama los grandes relatos [69].
El punto de vista político del fin de la historia lo ofrece Francis Fukuyama,
pues según él, hemos llegado al fin de la historia, porque la vida del Estado
universalizado y homogenizado por la democracia liberal, resulta completamente satisfactorio para sus ciudadanos; es decir, el mundo liberal está lleno
de contradicciones esenciales, pues mientras otras formas de gobierno anteriores a la democracia liberal, incubaban contradicciones insolubles, parecía
que ésta, carecía de ellas. Con ello, se produjo un salto histórico. Con ello,
Fukuyama prescinde olímpicamente de la concepción cristiana de la historia
[70], de lo que se llama Teología de la historia. Y no se diga de Vattimo, que
seculariza esa misma noción.
A pesar de tales afirmaciones, ha sido el cristianismo, el que introdujo el
tema del fin de la historia, que es el que les da sentido a todos los acontecimientos anteriores y los hace, además inteligibles [71].
Jean Piaget
M ayo 2010, número 6
Por principio de cuentas, es el Apocalipsis, en el que por tres veces, dice el Señor: «Ego sum alpha et omega» Ap. 1,8; 21,6 y 22,13; es decir, el principio y el fin,
o el primero y el último, aquél que ha sido, aquél que es, aquél que ha de venir,
el Todopoderoso. Han sido los primeros cristianos, los que adaptaron el Apocalipsis al símbolo a fin de hacer acto de fe en la divinidad de su Maestro [72].
Los católicos no podemos abandonar la centralidad histórica de Cristo,
porque Dios abarca en unidad el pasado, el presente y el futuro, se halla al
principio de todo lo que existe como el creador, en la historia de la humanidad
como el salvador y el juez, y al final de la historia universal como el consumador; en una palabra: el es el Todopoderoso; y como tal, es también la última
razón de la certeza de que al final de los tiempos vendrá en la figura gloriosa
del crucificado, con el corazón traspasado [73].
Por otra parte, en la obra de Fukuyama, parece que hay una confusión entre fin y meta de la historia, pues no son lo mismo; ya que puede haber un fin
que no sea al mismo tiempo meta, pues algo puede «dejar de ser» sin haber
arribado a su meta, porque no ha logrado alcanzar su objetivo; un fin semejante sería sinónimo de fracaso, de no consecución de la meta. En el caso de la
obra en comento, el fin de la historia es simultáneamente su meta, ya que nos
resistiríamos a pensar, y con razón, que la realidad histórica pudiese haber
sido ideada por Dios de tal forma que se encaminase hacia un fin en el que no
se alcanzase la meta y que en consecuencia, el curso del mundo tuviese que
ser considerado como algo «sin sentido» o «para nada» [74].
En el caso del Apocalipsis, el fin-meta de la historia incluye dos elementos
y un desemboque según el padre Alfredo Sáenz [75]. Los dos elementos son:
una transposición y una catástrofe, y el desemboque; el final extra temporal
de la historia. Para el Cristianismo, la primera característica de los tiempos
finales, es el de una transposición, por cuanto que el Apocalipsis habla de un
cielo nuevo y una tierra nueva, es decir que se realizará una especie de transparencia del ser temporal del cuando histórico a un estado de inmediata participación en el modo de ser intemporal del Creador. Tal transposición, que
no está al alcance de un poder histórico temporal, únicamente es atribuible
a una intervención inmediata del Creador, aunque no carece de relación con
el curso e interno de la historia. Además, el Apocalipsis, habla de un fin catastrófico dentro de la historia que consiste en el reinado del Anticristo; pero,
el fin absolutamente último, el desemboque Terminal, es extra temporal, la
victoria definitiva de Dios y el ingreso en la vida eterna [76].
Según lo expresa Romano Guardini [77], la concepción de la historia como
progreso natural propio de la edad Moderna y el posmodernismo, es producto
del concepto de evolución radical. Es el empeño del hombre en eludir la responsabilidad mediante la entrega en manos del acontecer natural. Sigue en
pie, el hecho de que a lo largo de la historia se da una difamación de Dios que
parece acrecentarse con el paso del tiempo. Lo que hoy ocurre en los dominios del ateísmo establecido, supera toda medida. Representa el intento de
aniquilar a Dios, y erradicar de la vida humana el conocimiento de Él y la
veneración a Él debida. Pero Dios es tan distinguido que no retira al hombre
el don que le hizo de la libertad, se contiene y guarda silencio, este silencio
es tremendo, pero un día hablará Él, en el juicio, y entonces quedará claro
dónde está la verdad. Él deja claro quién es Dios y que no hay más Dios que Él,
y quién es el hombre, y que éste convirtió en gloria propia la semejanza con
Dios que el Creador le otorgó [78].
Francis Fukuyama
25
Pharus academiæ
3.2.1. PRESENTISMO HEDONISTA
Algunos pensadores contemporáneos, para ilustrar de mejor manera, la sobrevaloración que hace del tiempo presente el posmodernismo, recurren al
gran poeta latino Quinto Horacio Flaco (65-8 a.c.); el cual en su Oda xi, Primer Libro, dedicada a Leuconoe [79], expresa:
«Hay que estar a lo que venga…
Sé juicioso, filtra el vino
Corta el vuelo a la esperanza
Pues la vida es tan fugaz;
Mientras juntos conversamos,
Ya el minuto huyó mezquino
¡Quién sabe si mañana otro tendrás!»
Quinto Horacio Flaco
26
El propugnar el carpe diem horaciano del posmodernismo, que confirma la
desesperación posmoderna porque le falta de todo punto de apoyo donde encontrar una esperanza, conduce a aprovechar el día presente, a vivir lo mejor
posible [80]. Cuando el futuro se presenta amenazador e incierto queda la
retirada sobre el presente, al que no cesamos de proteger, arreglar y reciclar
en una juventud infinita. A la vez que pone el futuro entre paréntesis, el sistema procede a la devaluación del pasado por su avidez de abandonar las
tradiciones y territorialidades arcaicas e instruir una sociedad sin anclajes
ni opacidades; con esa indiferencia hacia el tiempo histórico emerge el narcisismo colectivo, síntoma de la crisis generalizada de las sociedades burguesas
incapaces de afrontar el futuro si no es en la desesperación. Por otra parte,
vivir en el presente y sólo en el presente y no en función del pasado y del futuro, conlleva a perder el sentido de la continuidad histórica, a esa erosión del
sentimiento de pertenencia, a una sucesión de generaciones enraizadas en el
pasado y que se prolonga en el futuro, generando una sociedad narcisista [81].
La moda en la sociedad ha terminado con el poder del pasado que se encarnaba en la tradición, y así el presente se ha erguido en el eje principal de
la temporalidad social. Con base en los dos principios que caracterizan la
moda, según Gabriel Tardè [82], el momento actual magnetiza las conciencias mientras que el prestigio recae en las novedades: se venera el cambio, el
presente. Por primera vez, el espíritu de la moda domina prácticamente en
todas partes sobre lo tradicional al igual que la modernidad sobre la herencia. A medida que la moda engloba esferas más amplias de la vida colectiva,
el reino de la tradición se eclipsa y no representa más que «un torrente muy
débil» comparado con el gran río de la moda. El imperio de ésta, representa
la gran inversión de la temporalidad social, consagrando la preeminencia del
presente sobre el pasado, y el advenimiento de un espacio social sustentado
sobre el presente al mismo tiempo [83].
Decir que nuestra sociedad funciona en presente, no indica que el pasado
esté devaluado, significa que ya no es el modelo que hay que respetar y reproducir; se le admira, pero no dirige; las grandes obras del pasado tienen
un gran prestigio, pero nosotros producimos «superventas» hechas para no
durar, de obsolescencia incorporada. Bienestar, del ocio, del sexo, de lo relacional; pero por otro lado, ha desencadenado un proceso inigualable de fragmentación de los estilos de vida [84].
M ayo 2010, número 6
Referencias
[1] Lyotard, Jean-Francois, «La posmodernidad (explicada a los niños)»;
Editorial Gedisa, s.a. 6ª reimpresión, Barcelona, p. 93, 2001.
[2] Del Val, Juan Antonio, «El cristiano de los años», Editorial Sal Térrea,
Bilbao: 1994, pp. 140-146, 2000.
[3] Biffi, Giacomo Cardenal, «Prefacio a Leyendas Negras de la Iglesia»
Vittorio Messori, Editorial Planeta s.a., Barcelona, p. 13, 1999.
[4] Del Val, Juan Antonio Op Cit, p. 40.
[5] Ripalda, José María de Angelis, «Filosofía, Mercado y Postmodernidad», Editorial Trotta, s.a., Madrid, p. 54, 1996.
[6] Ibidem, p. 68.
[7] Frey, Herbert, «El nihilismo como filosofía en nuestro tiempo» La
muerte de Dios y el fin de la metafísica, Facultad de Filosofía y Letras;
unam; México, p. 57.
[8] González, Juliana, Postmetafísica y Posmodernidad Ibid., p. 119.
[9] Díaz, Carlos «Escucha Posmodernismo» Ediciones Paulinas, Madrid,
p. 135, 1985.
[10] Valverde, Carlos, «Génesis, estructura y crisis de la Modernidad»,
b.a.c, Madrid, pp. xii y xiii, 2003.
[11] Equiza, Jesús, «10 Palabras claves sobre secularización», Editorial
Verbo Divino (Navarra), España, p. 413, 2002.
[12] Ibidem, p. 413.
[13] Ibid., p. 36.
[14] Sayes, Jose Antonio, «Ciencia, Ateísmo y fe en Dios», eunsa Ediciones
Universidad de Navarra, s.a., Bilbao, p. 133, 2006.
[15] Estrada, Juan Antonio; «El cristianismo en una sociedad laica»,
Editorial Desclee de Brouwer, s.a., Bilbao, p. 133, 2006.
[16] Borghesi, Massimo, «Posmodernidad y Cristianismo», Ediciones
Encuentro; Madrid, p. 74, 1997.
[17] Menivelle, Julio, «De la Cábala al Progresismo», Editorial Calchaqui,
Argentina, p. 270, 1970.
[18] Ibidem, p. 272.
[19] Lombbard, Jean, «La Cara Oculta de la historia moderna», Editorial
Solar; Bogotá, Colombia, Tomo i, p. 261, 1989.
[20] Vernet, Félix, «Judíos y Cristianos», Editorial Tradición, s.a., México,
p. 49, 1974.
[21] Scholem, Gershom, «Las grandes tendencias de la mística judía»,
Fondo de la Cultura Económica, 2ª Edición, México, p. 208, 1996.
[22] Izquierdo, Agustín, «La filosofía contra la religión» Ideas sobre el
ateísmo; Editorial edaf, s.a. Madrid, pp. 11-42, 2003.
[23] Boxaidos, Alberto, «Crónica de una revelación anunciada» La gran iv
revolución mundial, Asociación Pro Cultural Occidental, a.c., México,
p. 73, 1997.
[24] Lombard, Jean, Op cit. p. 263.
[25] Horkheimer, Max y Adorno, Theodor, «Dialéctica de la ilustracion,
Framento filosoficos» Editorial Trotta, s.a., Madrid, p. 74.
[26] Zubiri, Xavier «El problema filosófico de la historia de las religiones»,
Alianza editorial, 2ª reimpresión, Madrid, p. 295, 1994.
[27] Juan Pablo ii; «La fe y la razón» Carta encíclica «Fides et ratio», Ediciones Dabar, s.a. de c.v., México, p. 64, 1998.
[28] Razinger, Joseph, «Fe, verdad,tolerancia. El cristianismo y las religiones del mundo», Ediciones Sígueme s.a., Salamanca, p. 222.
[29] Guisanni, Luigi, «El sentido de Dios y el hombre moderno», Ediciones
Encuentro, Madrid, p. 119, 2005.
[30] Turnbull, Neil, «¿Qué sabes de filosofía?» Ediciones b.s.a., España,
p. 164, 1999.
[31] Bardy G., Et alii, «Los pueblos vecinos» EL medio ambiente histórico,
Iniciación bíblica, Editorial Jus, s.a., México, p. 627, 1967.
[32] Turnbull, N, Op cit., p. 19.
[33] Naviero, Juan Carlos, «El fin del siglo postmoderno», Ediciones del
Serbal, p. 73, 2002.
[34] Biser, Eugen, «Pronostico de la fe. Orientación para la época postsecuralizacion», Editorial Herder, s.a.; Barcelona, p. 27, 1994.
[35] López Quintas, Alonso, «Romano Guardini, maestro de vida», Ediciones Palabras, s.a., Madrid, p. 77, 1998.
[36] Biser, Eugene, Op cit., p. 35.
[37] Ricoeur, Paul, «Freud: Una interpretación de la cultura», Siglo xxi
Ediciones s.a. de c.v., México, p. 32, 2002.
[38] Ibidem, p. 33.
[39] «Nuevo diccionario de filosofía», Océano, Grupo Editorial, s.a., Barcelona, p. 94, 2001.
[40] Urdanoz, Teófilo o.p., «Historia de la filosofía contemporánea», Ediciones Universidad de Navarra, s.a. eunsa Pamplona, p. 209, 1987.
[41] Cruz Prados, Alfredo, «Historia de la filosofía contemporánea», Ediciones Universidad de Navarra, s.a., eunsa Pamplona, p. 209, 1987.
[42] Ibidem, p. 210.
[43] Guardini, Romano, «Vida de la fe», Ediciones Lumen, Argentina, pp
34-49, 1989.
[44] Biser, Eugen, «Pronóstico de la fe», Op Cit. p. 181
[45] Ibidem, p. 185.
[46] Lyotard, Jean-Francois, «La condición posmoderna», Ediciones
Catedral (Grupo Anaya s.a.), Madrid, p. 10, 2000.
[47] Ibidem; p. 9.
[48] Lyotard, Jean-Francois, «La posmodernidad explicada», Op Cit., p. 31.
[49] Ibidem, p. 29
[50] Papini, Giovanni, «Los operarios de la Viña y otros ensayos», Editorial
Porrúa, s.a., México, p. 21, 1994.
[51] Biser, Eugen, Op Cit., p. 490.
[52] Ibidem, p. 491.
[53] Del Val, Juan Antonio, Op Cit., p. 140.
[54] Alvira, Tomas Et alii, «Metafísica», eunsa Universidad de Navarra,
s.a., 7ª edición, Pamplona, p. 20, 1998.
[55] Vattimo, Giani, «El fin de la modernidad. Nihilismo y la hermenéutica
en la cultura posmoderna», Editorial Gedisa, 8ª reimpresión, Barcelona, p. 155, 2000.
[56] Ibidem, p. 17.
[57] Ibid, p. 155.
[58] Díaz, Carlos, Op Cit., p. 96.
[59] Llano, Alejandro, «Claves filosóficas del actual debate cultural»,
<http://humanitas.c//biblioteca/index.htm>
[60] Ortega y Gasset, José, «Pedagogía y anacronismo. Misión de la
Universidad», Editorial Revista de Occidente, s.a., 5ª edición, Madrid,
p. 81, 1968.
[61] Enkvist, Inger, «La educación en peligro», <http://grupo.uni.../
educacion-peligro.htm>
[62] Finkielkraut, Alain, «La derrota del pensamiento», Editorial Anagrma, s.a., 7ª edición, Barcelona, p. 131, 2000.
[63] Ibidem, p. 132.
[64] Ibid., p. 136.
[65] Vernette, Jean, «La Nueva Era. Las grandezas y miserias de la nueva
espiritualidad de la Era de Acuario», Susaeta Ediciones, s.a., Tikal
Ediciones/Unidad Editorial, España, p. 154.
[66] Caponneto, A., Op Cit., p. 121.
[67] Santillana, Diccionario, Tomo i, p. 314.
[68] Creuzet, Michael, «La unesco y las Reformas de la Enseñanza»,
Ediciones Roma, Buenos Aires, p. 6, 1973.
[69] Vattimo, Gianni, «Diccionario interdisciplinar de Hermenéutica»
Posmodernidad, H. de Deusto, 4ª Edición, Bilbao, p. 434, 2004.
[70] Sáenz, Alfredo, s.j., «El Nuevo Orden Mundial en el Pensamiento de
Fukuyama», Asociación Pro Cultura Occidental, a.c., México, p. 62,
2002.
[71] Ibidem, p. 68
[72] Dalmo y Jover, s.a., «Enciclopedia de la Religión Católica», Barcelona, Tomo i, pp. 2 y 3, 1956.
[73] Sehick, Eduard, «El Apocalipsis», Editorial Herder, s.a., 3ª Edición
Barcelona, p. 33, 1985.
[74] Sáenz Alfredo, s.j. Op Cit., p. 159
[75] Ibidem, p. 165.
[76] Ibid, p. 160.
[77] Guardini, Romano, «La Existencia del Cristiano». Obra Póstuma,
b.a.c., Madrid, pp. 494-499, 1997.
[78] Ibidem, p. 503.
[79] Horacio; «Odas» Libro primero, XI A Leuconoe, Editorial Porrúa, s.a.,
6ª Edición, México, p. 8, 1992.
[80] Sayes, José Antonio, «Ciencia, Ateismo y Fe en Dios», Editorial Universidad de Navarro, s.a. eunsa, 2ª Edición España, p. 385, 1998
[81] Lipovetski, Gilles, «La Era del Vacío. Ensayos sobre el individualismo
contemporáneo», Editorial Anagrama s.a. 13ª Edición, Barcelona, p.
51, 2000
[82] Lipovetski, Gilles, «El Imperio de lo Efímero. La moda y su destino
en las sociedades modernas», Editorial Anagrama, s.a., Barcelona, p.
300, 2004.
[83] Ibidem, p. 304
[84] Ibid, p. 307
27
Pharus academiæ
Investigación
El papel de las instituciones de educación superior
en la competitividad de México:
Situación actual y acciones pendientes
28
Resumen
José A lberto Baza ldúa Za m arripa
Licenciatura en Psicología y Maestría en
Desarrollo Organizacional.
Maestro de materias de Psicología Industrial
y Coordinador de Investigación del iest.
Se revisa el concepto de Economía del Conocimiento como contexto
para describir el Índice Global de Competitividad y sus componentes. Se analizan dos de sus doce pilares y se plantean formas en las cuales las Instituciones de educación superior pueden influir en ellos para contribuir a elevar la
Competitividad en México.
M ayo 2010, número 6
La gr an r apidez con la cual se crea, se comparte y se aplica el conocimiento en diversas áreas de la sociedad y la economía ha sido llamada «revolución del conocimiento», la cual está originando cambios más rápidos y
pervasivos que las revoluciones anteriores de la imprenta, la industrial, y la
de la electricidad y del automóvil (Kuznetsov y Dahlman, 2008). El ritmo de
la invención y la innovación se ve reflejado en los nuevos descubrimientos
científicos y en el corto ciclo de vida que tienen los productos en el mercado.
También los negocios han estrechado sus vínculos con la ciencia y han invertido en la investigación, diseño y desarrollo de nuevos productos. En esta
nueva economía la educación y el desarrollo de habilidades se han vuelto significativamente importantes para los negocios. Sin embargo, se ha afirmado
que México está perdiendo terreno en cuanto a la calidad del ambiente competitivo para las empresas en comparación con sus principales socios comerciales y competidores (Kuznetsov y Dahlman, 2008).
Tanto la economía del conocimiento, como la competitividad están determinadas por diversos factores o pilares. Aunque ya se ha analizado la
influencia de algunos de estos factores, como por ejemplo, la del desarrollo
tecnológico y la evolución estructural para España (Vilaseca, Turrent y Díaz,
2002), el Banco Mundial (2003) sí ha enfatizado el papel de la educación, por
consiguiente, en este trabajo se busca determinar en qué formas pueden contribuir las instituciones de educación superior (ies) a aumentar la competitividad de nuestro país.
ECONOMÍA BASADA EN EL CONOCIMIENTO
Este nuevo contexto económico ha sido llamado «Economía del conocimient», y enfatiza la importancia del conocimiento en todas las actividades
económicas.
Esta economía es descrita por Hirst (2000) como: «Un sistema en el cual el
procesamiento de la información se ha convertido en la característica principal de la mayoría de los sectores y, más específicamente, donde se ha dado
un importante cambio en los mercados, de bienes materiales hacia los de información» (p. 14).
Hirst también distingue entre cuatro tipos de conocimientos:
1) El conocimiento científico o teórico que puede emplearse para procesos
sociales o elementos materiales;
2) El conocimiento rutinario, que corresponde a lo que conocemos como bases de datos;
3) El conocimiento que constituye propiedad intelectual, como patentes, copyrights, registros de marca, licencias, etc., y
4) El conocimiento tácito o artesanal.
Por su parte, el Banco Mundial (2003) describe la economía basada en el conocimiento como aquella que «se fundamenta principalmente en el uso de
ideas más que en el de capacidades físicas, así como en la aplicación de tecnología más que en la transformación de materias primas o la explotación de
mano de obra económica» (xvii).
Kuznetsov y Dahlman (2008) describen una herramienta llamada
Knowledge Assessment Methodology (k am) del World Bank Institute que divide
la economía basada en el conocimiento y la competitividad en cuatro áreas
funcionales:
• Un régimen institucional y de incentivos económicos para el uso del conocimiento existente y nuevo y para el desarrollo de las empresas.
• Un sistema nacional de innovación y desarrollo empresarial, es decir, un
sistema de centros de investigación, universidades, firmas consultoras y
otras organizaciones que manejen el conocimiento global.
29
Pharus academiæ
• Una población educada y competente que puede crear y usar el conocimiento.
• Una infraestructura de información dinámica que pueda facilitar el procesamiento y la comunicación de la información.
COMPETITIV IDAD
Aunque la competitividad está muy relacionada con la economía del conocimiento, su concepto es diferente. La competitividad es:
«La capacidad que tiene una empresa o país de obtener rentabilidad en el
mercado en relación a sus competidores. La competitividad depende de la relación entre el valor y la cantidad del producto ofrecido y los insumos necesarios para obtenerlo (productividad), y la productividad de los otros oferentes
del mercado» (Zona económica, 2009).
ÍNDICE DE COMPETITIV IDAD
El World Economic Forum es un organismo que ha estudiado la competitividad de los países. En el 2004 elabora un Índice Global de Competitividad
(gci) que proporciona un marco metodológico para evaluar la competitividad, definida como el conjunto de instituciones, políticas y factores que
determinan el nivel de productividad de un país e identifica motores de crecimiento macro y micro económicos (Mía y Lozaya, 2009).
COMPETITIV IDAD EN MÉXICO
30
Hausmann, Lozaya y Mía (2009) publican el Reporte 2009 sobre la Competitividad en México. Reconociendo que la competitividad es un fenómeno
complejo, este índice está conformado por doce pilares (Mía y Lozaya, 2009),
que se muestran en la tabla 1 con el lugar ocupado por México en el estudio
2008-2009.
Tabla 1. Ranking de México en los doce
pilares de la competitividad
Pilares
Lugar ocupado
entre 134 países
Instituciones: Justicia en las instituciones públicas, eficiencia del gobierno, seguridad y costos de
inseguridad para los negocios y gobierno corporativo.
97
Infraestructura: calidad y desarrollo de infraestructura general y específica.
68
Estabilidad macroeconómica: Calidad del ambiente macroeconómico.
48
Salud y educación básica: Salud de la población y calidad/acceso a la educación básica.
65
Educación superior y capacitación: Calidad y acceso a la educación media y superior y efectividad de
la capacitación en el puesto.
74
Eficiencia del mercado de bienes: Tamaño de la competencia local y extranjera en un mercado dado y
la calidad de las condiciones de demanda.
73
Eficiencia del mercado laboral: flexibilidad del mercado laboral y el uso eficiente de su talento.
110
Sofisticación del mercado financiero: Eficiencia, confianza y «sanidad» de los mercados financieros.
66
Disposición tecnológica: Penetración de las tecnologías de la información y la comunicación (ict)
y el grado en el cual los países apoyan la tecnología y el conocimiento del extranjero, adoptándolo y
adaptándolo a sus sistemas de producción.
71
Tamaño del mercado: Tamaño de su mercado nacional y extranjero.
11
Sofisticación de negocios: el grado de sofisticación de operaciones y estrategias de la compañía y la
presencia y desarrollo de clusters.
58
Innovación: Potencial para generar innovación endógena.
90
Fuente: Elaboración propia a partir de gráfica de Figura 2 de Mía y Lozaya (2009)
M ayo 2010, número 6
Estos doce pilares tienen una importancia diferente para los países según su
nivel de desarrollo. México está en la segunda etapa, la etapa «guiada por
la eficiencia» (efficiency driven stage), en la cual la productividad se mejora
aumentando la eficiencia de los procesos y las prácticas de producción a nivel de la empresa. Por lo tanto los pilares más importantes son: la educación
superior y la capacitación, los mercados eficientes de bienes y servicios, el
mercado laboral, los mercados financieros, el tamaño del mercado y la disposición tecnológica.
Cuando avance a la tercera etapa «guiada por la innovación», la sofisticación de los procesos de producción y la innovación se volverán críticos.
Los primeros cuatro pilares constituyen un subíndice de la competitividad, los seis pilares de la segunda etapa forman otro subíndice y los dos últimos conforman un tercero. El peso relativo de cada subíndice depende de su
etapa de desarrollo. Para México, el primer subíndice da el 40%, el segundo un
50% y el tercero un 10%. En el Índice de Competitividad Global, México ocupó
el lugar 60 entre los 134 países.
Cada factor es evaluado a partir de datos duros o de una Encuesta de Opinión Ejecutiva, aplicada anualmente en 130 países.
Como se puede ver en la tabla 1, México ocupó buenos lugares (abajo de
65, que era la mitad de los países) en los pilares de «Tamaño de mercado»,
«Estabilidad macroeconómica» y «Sofisticación de los negocios». En los diez
pilares restantes quedó en la posición 65 o posteriores.
Sobre los dos pilares que se analizarán en el presente trabajo se puede señalar que «Educación superior y capacitación» ocupó el lugar 74 y en «Innovación» el lugar 90. Los dos pilares en los que se ocuparon las posiciones
más bajas fueron «Instituciones» y «Eficiencia del mercado laboral» con los
lugares 97 y 110, respectivamente.
31
IMPACTO DIRECTO DE LAS IES EN EL PILAR «EDUCACIÓN SUPERIOR Y CAPACITACIÓN» DEL ÍNDICE DE COMPETITIV IDAD
La educación superior se considera un factor clave en la absorción de la tecnología y la innovación. Para comprender mejor la composición del quinto
pilar «Educación superior y capacitación», se muestran sus componentes en
la tabla 2 con su peso relativo y la posición ocupada por México. Este pilar
tiene un peso del 17% en el segundo subíndice.
Componentes
A. Cantidad de la educación
Peso relativo
Posición de México
33%
Matrícula en educación media
67
Matrícula en educación superior
74
Gasto en educación
B. Calidad de la educación
31
33%
Calidad del sistema educativo
109
Calidad de la educación en Matemáticas y Ciencias
127
Calidad de la administración de escuelas
53
Acceso a Internet en las escuelas
C. Capacitación en el puesto
76
33%
Disponibilidad local de servicios especializados de
investigación y capacitación
55
Nivel de capacitación del personal
87
Tabla 2. Componentes del 5º pilar
«Educación superior y capacitación»
Pharus academiæ
Sobre la matrícula en educación media y superior se reportan datos de la
unesco para México que corresponden al 87.2% y 26.1%. Igualmente se
describe la evaluación de la calidad como pesimista. Con respecto a la enseñanza de las Matemáticas y las Ciencias se indica que la prueba pisa 2006,
México obtuvo puntuaciones promedio debajo de la media (500) de 413 y 406,
respectivamente. Se señala que esta deficiencia afecta la tasa de terminación,
que en México está en 16.4%, debajo de la media de 25.2% en los países de la
ocde y abajo del 30.5 de países como Estados Unidos y Canadá.
No es mucha la influencia que pueden tener las ies en el gasto en educación ni en la matrícula en educación media, pero sí pueden influir en los
demás componentes de este pilar.
Matrícula en Educación Superior
32
Las ies públicas han estado muy limitadas en la posibilidad de abrir espacios
para más cantidad de alumnos por la limitación en el financiamiento recibido. Las ies privadas tienen la limitación de no poder aumentar matrícula
porque la situación económica de muchas familias de clase media e incluso
clase alta les dificulta pagar las colegiaturas de uno o más hijos. Esto se ha
tratado de compensar con las becas ofrecidas por las ies privadas y el crédito
educativo ofrecido por sofes.
Lo que sí pueden hacer las ies es analizar la posibilidad de ofrecer programas en esquemas más económicos en sus costos y por consiguiente, en
sus colegiaturas, tales como los esquemas a distancia o semipresenciales. Sin
embargo, en estos esquemas se necesita definir los aprendizajes esperados y
evaluar si realmente los adquirieron los alumnos para evitar otorgamiento de
títulos sin la preparación técnica y profesional que los respalde.
Calidad del Sistema Educativo
Las ies, tanto públicas como privadas han aumentado su participación en
los procesos de evaluación y acreditación, ya sea por programas (ciees o copaes) o institucional (anuies y fimpes), conformándose así una cultura de
evaluación en las ies medianas y grandes.
Lo que se puede hacer es promover la evaluación entre las ies pequeñas,
las que abarcan la llamada «matrícula de absorción» que no pudo entrar a las
ies públicas y que buscan alternativas privadas de bajo costo. Aunque este
bajo costo puede implicar que no se tengan grandes recursos en infraestructura como gimnasios, canchas, auditorios, etc., se puede buscar la forma de
asegurar la calidad en el proceso enseñanza-aprendizaje en el aula, en laboratorio o taller y en las actividades en campo.
Las ies pueden también participar, con representantes en los comités técnicos, en la definición de criterios para la evaluación y acreditación de programas, ya que en gran medida parten del contexto de las grandes universidades
del centro del país, el cual es muy diferente del contexto de las universidades
medianas y pequeñas y de las que están en los demás estados de México.
Otra característica de los sistemas actuales de evaluación y acreditación
es que comprenden muchos aspectos adicionales a la enseñanza aprendizaje,
perdiendo de vista que la calidad de la educación depende principalmente de
este proceso y que los demás elementos son significativos solo en la medida
en que contribuyen directamente a este proceso.
Igualmente las ies pueden realizar investigación educativa que ayude a
identificar factores y condiciones que influyan en la calidad del proceso enseñanza aprendizaje. Dado que el proceso está multideterminado en sus variables antecedentes y en sus efectos, es difícil concluir factores claves con
impacto general, pero sí es posible identificar factores (técnicas o métodos,
M ayo 2010, número 6
materiales, formación docente, etc.) que pueden ser relevantes en condiciones específicas (tipo de aprendizajes o de materias, tamaño de grupo, características de alumnos, etc.).
Otra contribución significativa sería el desarrollo de las habilidades cognitivas adecuadas, ya que, como señalan Pritchett y Viarengo (2009), lo que
realmente juega un papel en la determinación de la productividad y crecimiento económico de un país es el nivel de habilidades cognitivas que tenga
su fuerza laboral, más que su nivel de escolaridad» (p. 71).
Esto, a su vez, demanda que las ies implementen nuevas formas de enseñar (Mora, 2004), pero, complementando a los maestros y no substituyéndolos, tal como señalan: «El futuro de las sociedades del conocimiento descansa
en gran parte en la excelencia de la formación de los profesores, cuyas tareas y
funciones están llamadas a diversificarse para alcanzar, entre otros objetivos,
el de la educación para todos» (p. 106). La nueva educación no pueden ser solo
técnicas activas o constructivistas ni solo técnicas a distancia porque éstas
limitan la capacidad de pensamiento abstracto en lugar de facilitarlo.
Calidad de la Educación en Matemáticas y Ciencias
Aunque la prueba pisa se aplica a alumnos de quince años de edad, que aún
no cursan la educación superior, las ies investigan métodos y técnicas de la
enseñanza de las matemáticas y de las Ciencias que se aplican para mejorar
esta enseñanza en las carreras y que después se difundan en cursos de actualización a maestros de nivel secundaria y bachillerato.
Estas materias son tradicionalmente de las más difíciles y menos agradables para los alumnos de todos los niveles educativos, pero se pueden analizar
los casos exitosos de maestros y alumnos que han alcanzado logros sobresalientes en su enseñanza y su aprendizaje.
También se pueden investigar los procesos de desarrollo infantil y adolescente que promueven las habilidades o prerrequisitos básicos para la comprensión y aplicación de los principios matemáticos y científicos.
Calidad de las Escuelas de Administración
Aunque las acciones para influir en este componente son las mismas que las
mencionadas anteriormente para la calidad de la educación en general, es importante señalar su énfasis en las carreras relacionadas con negocios como
Administración, Contaduría, Mercadotecnia, Comercio Exterior, etc.
En este punto en particular, las ies necesitan estudiar la operación de diversos tipos de empresas tanto en tamaño (pequeñas, medianas y grandes),
como en giros (construcción, restaurantes, supermercados, petroquímicas,
etc.). y en otras características particulares (ya sean empresas de gobierno,
familiares, de corporativos, cooperativas, etc.). Aunque las escuelas de negocios no pueden preparar a sus egresados para trabajar en empresas de todas
las variantes, sí pueden proporcionarles un esquema general de desempeño
profesional con conciencia de las diferentes necesidades y condiciones que se
pueden presentar en ellas.
Acceso a Internet en las escuelas
Aunque el hecho de que una gran parte de los alumnos ya tengan su computadora con Internet en casa, reduce la necesidad de que las ies aumenten
su disponibilidad en los campus, éstas deben asegurar que existen las instalaciones, los equipos y los softwares necesarios para que sus alumnos complementen su aprendizaje en aula y realicen sus aprendizajes por iniciativa
personal.
33
Pharus academiæ
Las ies también tienen la responsabilidad de transmitir una postura crítica
ante la información que los alumnos pueden acceder en Internet ya que no
todo lo que encuentren va a ser igualmente válido y confiable. Los alumnos
necesitan poder evaluar la fuente, las intenciones y los puntos de vista personales de la información que consultan en internet.
Disponibilidad local de Servicios de Investigación y Capacitación y Nivel de
Capacitación en el Puesto del Personal
34
Las ies pueden ofrecer los servicios de investigación a las empresas a través
de sus áreas de investigación, o directamente por la creación de Centros de
Metrología, Consultoría, Investigaciones de mercado o Sociales, de investigación educativa, de Desarrollo Tecnológico, etc. Dependiendo del capital
intelectual con que cuenten, sus investigadores y maestros pueden realizar
estos servicios, involucrando a alumnos, con lo cual se podría impactar simultáneamente el proceso enseñanza aprendizaje.
Los servicios de capacitación normalmente ya están integrados en las
áreas de Educación Continua de las ies, pero se puede buscar un mayor contacto con las empresas y desarrollarles programas de investigación adaptados a sus necesidades y características específicas. Las ies pueden ofrecer
la capacitación para el puesto en empresas específicas o pueden trabajar en
forma conjunta con personal de la empresa para diseñar los programas de
capacitación, tanto de profesionistas y técnicos, como de personal operativo
y secretarial.
En este caso las ies también pueden aprovechar el capital intelectual disponible o subcontratar profesionista con talentos particulares.
En una forma más indirecta, las ies pueden promover la actitud emprendedora para que sus egresados adquieran experiencia en estos campos y posteriormente ofrezcan sus servicios de investigación y capacitación.
IMPACTO DIRECTO DE LAS IES EN EL PILAR «INNOVACIÓN» DEL
ÍNDICE DE COMPETITIV IDAD
Con respecto al pilar 12 se puede comentar que México ha adoptado fuentes
externas de tecnología, pero que tiene la capacidad de generar productos y
procesos nuevos e innovativos (Mía y Lozaya, 2009), con lo cual podría acercarse a la frontera para pasar a la tercera etapa de desarrollo.
Los componentes de este pilar se muestran en la tabla 3 con el lugar que
ocupó México entre los 134 países.
Componentes
Posición de México
Capacidad de Innovación
67
Calidad de las instituciones de investigación científica
79
Gasto de empresas en Investigación y Desarrollo
71
Colaboración en Investigación de Industrias y Universidades
84
Procuración del gobierno de productos de tecnología avanzada
104
Disponibilidad de científicos e ingenieros
105
Patentes de utilidad
56
Protección de propiedad intelectual
82
Tabla 3. Componentes del 12º
pilar «Innovación»
M ayo 2010, número 6
La innovación ha sido un punto débil en toda Latino América, y en México se
observa en varios indicadores. La capacidad de innovación, las instituciones
de investigación y el gasto en i&d se reportan como bajos, la colaboración
empresa universidad en actividades de investigación es insuficiente, el gobierno no ha emitido políticas para promover productos de alta tecnología
ni para la protección adecuada de los derechos de propiedad intelectual, y
la cantidad de científicos e ingenieros también se considera insuficiente. La
cantidad de patentes registradas por millón de habitantes fue de 0.5 en el
2007 (Mia y Lozaya, 2009).
Sin embargo, se resaltan como puntos positivos el incremento en la inversión hecha por el gobierno y por las empresas entre 1992 y 2005 y los incentivos fiscales ofrecidos por el gobierno para promover la innovación en las
empresas. (nctad 2007)
Calidad de las instituciones de investigación científica
Así como las ies se someten a procesos de acreditación, para algunos servicios tecnológicos ofrecidos en los centros de investigación también existen
sistemas de acreditación o el sistema de certificación en iso 9000-2000.
También, independientemente de estos sistemas, el centro de investigación debe asegurar de definir e implementar adecuadamente sus procesos
para la definición de las necesidades del cliente, el diseño de la investigación,
la recolección y análisis de información, la verificación de sus instalaciones,
equipo e instrumentos de medición, y sobre todo, la actualización constante
de sus investigadores y personal técnico de apoyo.
Gastos de empresas en investigación y desarrollo, Cooperación empresa–
universidad en investigación y Procuración del gobierno de producto de alta
tecnología.
Por estar altamente relacionados, estos tres componentes se analizarán en
forma conjunta. El gobierno, ha implementado algunas políticas para promover la investigación (sep, 2006), y a través del conacyt está ofreciendo
muchos apoyos y estímulos para la participación de las empresas en la innovación y el desarrollo tecnológico tales como idea, avance, Estímulos Fiscales, Fondo nuevo para Ciencia y Tecnología, Programas de estímulo para
la innovación, foncicyt, Fondo de Innovación tecnológica, etc. (cotacyt,
2009). Sin embargo, su participación no ha sido significativa ya que en México
aún no existe la cultura de investigación en las empresas.
De manera general, se puede decir que solo las empresas que pertenecen
a grandes corporativos internacionales y algunos nacionales cuentan con un
departamento de Investigación y Desarrollo. Algunas empresas no piensan
en la posibilidad de invertir en investigación porque no lo reconocen como
necesario. Muchas otras que sí lo piensas deciden no invertir para no correr
el riesgo de perder su inversión y prefieren comprar tecnología o productos
desarrollados en otros países, lo cual puede resultar costoso, pero sin riesgos.
Las ies pueden contribuir a crear esa cultura de investigación y desarrollo
en las empresas con actividades de difusión, tanto de sus beneficios como de
los apoyos existentes ya que con los apoyos y estímulo, el riesgo de las empresas es menor. Las ies pueden acercarse a las empresas para sugerir ideas de
lo que se puede investigar, desarrollar o innovar y ofrecer el trabajo conjunto.
Aunque las ies no pueden influir directamente en las decisiones del gobierno, si promueven el aprovechamiento de los recursos disponibles entre
las empresas es más probable que estos apoyos se mantengan o incluso, se
incrementen.
35
Pharus academiæ
Disponibilidad de científicos e ingenieros
36
Este es probablemente el componente en el qué más pueden influir las ies al promover el pensamiento científico
y el desarrollo de habilidades de investigación en todos
sus alumnos, pero en particular, de sus ingenieros. Aunque no todos los egresados de las ies se dediquen a la
investigación, estas habilidades resultarán un complemento muy útil en su ejercicio profesional.
Aunque los alumnos muestran un desinterés inicial
por la investigación, éste se puede despertar cuando se
relaciona con el desarrollo y la innovación de productos
de uso común para ellos como los teléfonos celulares,
iPods y las laptops. Lo importante es estimular su creatividad y promover la iniciativa para intentar mejorar los
productos y no esperar a que los mejore alguien más.
En el nivel de posgrado se puede hacer más intencional
la formación en investigación en los programas profesionalizantes y aún más en los que buscan formar investigadores.
En la educación informal se pueden desarrollar profesionistas iniciándolos como becarios o asistentes de
investigación para después buscar su preparación formal en un posgrado. Sin embargo, los más importante
es crear plazas para investigadores, lo cual resulta más
fácil para las ies públicas que para las privadas, dado
todo el apoyo que reciben las primeras en los subsidios
extraordinarios. Con estas acciones también se estaría
reduciendo la fuga de cerebros.
Patentes de utilidad y protección de la propiedad intelectual
Las ies también pueden promover el registro de patentes
de productos creados o innovados y de la propiedad intelectual de obras como libros, músicas, marcas, logotipos,
etc. Esta difusión la puede hacer entre alumnos y empresas y puede comenzar haciendo el registro de productos
generados por su personal como libros o manuales.
IMPACTO INDIRECTO DE LAS IES EN EL ÍNDICE
DE COMPETITIV IDAD
Además de los dos pilares revisados anteriormente en los
cuales las ies pueden tener una influencia directa, también pueden tener una influencia indirecta en los componentes de otros pilares, tales como:
• Ética en las instituciones tanto privadas como públicas, al ofrecer contenidos valorales en materias o en
currículo transversal donde se lleve a la reflexión sobre las consecuencias de los propios actos.
• Eficiencia del mercado laboral, al promover, mediante
la capacitación a empleadores y empleados y mediante
la educación formal a sus alumnos, las actitudes adecuadas y éticas en cuanto a pagos justos, políticas de
contratación y despidos, igualdad de oportunidades
para las mujeres, etc.
• Productividad, al enseñar a sus alumnos tanto recurso
directos en cuanto métodos y estrategias productivas
como recursos indirectos como administración del
tiempo y planeación.
• Calidad y cantidad de proveedores locales, al promover la actitud emprendedora en los alumnos y proporcionar capacitación a empresas proveedoras.
CONCLUSIONES
Aunque la competitividad parezca inicialmente más una
responsabilidad de las empresas y del gobierno, a través
del presente trabajo se pudo observar que las ies sí pueden tener un gran nivel de participación y de responsabilidad para contribuir a incrementar las calificaciones de
varios componentes del Índice Global de Competitividad
para nuestro país.
Se resalta la necesidad de que las ies se adapten a
las sociedades en que se encuentran, como lo señala la
unesco (2005), pero se advierte de no caer en el camino
fácil de utilizar solo técnicas activas o medios virtuales
porque el maestro no puede ser substituido y porque el
egresado, no solo va a aprender «con peras y manzanas»
cuando esté trabajando.
La idea esencial es que las ies transmitan el mensaje
de que los mexicanos también podemos crear e innovar
y que no debemos esperar a que esto solo lo hagan otros
países.
Con estas acciones y muchas otras que se podrán identificar posteriormente, las ies también están coadyuvando a que México deje de ser solo una economía de
producción para convertirse en una economía basada en
el conocimiento.
M ayo 2010, número 6
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37
Pharus academiæ
Tampico tomado, perdidas las batallas más importantes
de la guerra por la impericia de Santa Anna.
Notas para la historia de Tampico y Tamaulipas
en la guerra con Estados Unidos* (6.ª parte)
Resumen
38
Emilio La m a drid
Periodista, editorialista y ensayista, ha
publicado una novela histórica Santa Anna de
Tampico, saga de una familia, investigador en
el iest, Coordinador del Consejo de la Crónica
Municipal para el Municipio de Tampico.
En este trabajo, por medio de la recolección y revisión de periódicos y documentos de la época, relacionados con la guerra que mantuvieron México y
Estados Unidos, entre 1846 y 1847, elabora una crónica, atendiendo no sólo al
desarrollo del conflicto, sino las implicaciones que tuvo con el teatro inicial
de operaciones, la zona norte de Tamaulipas, y más tarde, la ocupación y gobierno militar de Tampico y los acontecimientos y personajes que rodearon y
pulularon durante dicha ocupación.
Abstr act
In this paper, through the recollection and review of newspapers and documents from the time, related to the Mexican War, 1846-1847, a chronicle is
made, not only about the conflict’s development, but the implications it had
with operations theater, the Nueces strip, in that time northern territory of
Tamaulipas, and later on, the military occupation and government of Tampico, daily life and characters that stayed or passed through for the duration.
Palabras clave: México, Tampico, Tamaulipas, Tejas, Guerra, Estados Unidos.
* Aclaración pertinente. Siempre que se puede y no impide su lectura, en los documentos que se transcriben en este trabajo, ya sea traducidos o simplemente transcritos, se mantiene la grafía original de
la época. Cuando no ocurre así, se moderniza el texto, para hacerlo más comprensible. Por ejemplo
México y Texas se escribían con j —Méjico y Tejas— jefe, con g —gefe— y palabras que hoy tienen un
significado, con el que tenían en el siglo xix, v:gr: aportar —tomar puerto o arribar a él— etc.
M ayo 2010, número 6
Tampico estaba en manos de los yanquis. La ciudad había sido tomada sin
disparar un tiro, y para la tarde del 14 de noviembre, 500 «marines» ocupaban
la ciudad, mientras las autoridades tenían que aceptar que la ciudad se rendía sin mayores concesiones, únicamente la promesa del comodoro Conner
que si no eran atacadas las tropas yanquis, las cosas continuarían igual que
antes. Ésto cambiaría en diciembre cuando en un hecho desconocido hasta el
momento, el general Shields, «gobernador» militar haría a un lado a las autoridades mexicanas e impondría un «ayuntamiento» con William M. Morris
como «alcalde».
La mujer que con sus informes a la marina yanqui y sus actividades de
«quinta columna» había propiciado la captura, Ann Chase, recibía el agradecimiento y los honores del invasor.
Carta escrita desde Tampico por Ann Chase al New England Mercury es reproducida por el Niles' National Register el 23 de enero de 1847
La Sra. Chase, la heroína de Tampico
«Como recordaréis, antes de que Tampico fuera tomado, la Sra. Chase, esposa
de nuestro cónsul en ese lugar, envió al comodoro Conner un plano exacto
de la población, muelles y fuertes de Tampico, con información exacta de las
fuerzas que defendían el lugar y que, al recibir esos documentos, el comodoro
zarpó hacia Tampico y tomó la plaza sin oposición, obteniendo un éxito total gracias a la información enviada por la dama, una consumada patriota.
Gracias a la generosidad de nuestro amigo, el Sr. b.m. Norman reproducimos
más abajo la carta que le escribió la misma Sra. Chase, informándole en algún
detalle la toma de Tampico y su participación en el hecho. A nuestro parecer
no se ha elogiado lo suficiente la noble conducta de esta valiente y patriota
mujer y confiamos, en que nuestro gobierno, tomando en consideración los
distinguidos servicios prestados con peligro de su vida, la recompense honrándola perdurablemente.
»Dudamos que se conozca una carta, escrita por manos femeninas, que
transpire un patriotismo tan puro, con tanto fervor y tan animoso corazón,
que la de la Sra. Chase que le ofrecemos más adelante. Ella es un noble ejemplo para nuestra patria y su nombre pasará a las páginas de la historia, causando la admiración de las próximas generaciones. Se sabrá que con un hábil
manejo, que causaría envidia al más astuto general, logró, antes de enviar la
información al comodoro Conner, instilar tanto terror en las tropas mexicanas, que abandonaron Tampico precipitadamente, después de arrojar al río
seiscientos bultos de armas y cien quintales de pólvora. Reproducimos entera
la carta, ya que es el relato más auténtico de lo ocurrido. Ella escribe acerca
de lo que hizo y lo que vio.
»[De El New England Mercury]
»Tampico, 14 de diciembre de 1846.
»Mi estimado amigo: Ha ocurrido un gran cambio del espíritu de mis sueños –al menos dentro del último mes– a tal grado, que casi dudo la evidencia
de mis sentidos, ver algo así como veinte velas de buques en el río Pánuco,
–vapores yendo y viniendo, a cuya vista en parte, me pagan con creces, los
seis meses de soledad y sufrimiento. No soy creyente en la existencia del purgatorio, pero creo que viví en él al haber vivido un auténtico calvario al vivir
en territorio enemigo sola; no sólo el sentimiento de hostilidad, sino la sutil
falta de principios.
39
Pharus academiæ
40
»Querido amigo, no sé cómo responder a su solícita
amistad hacia mí. Al empezar mi deficiente narración,
me siento abrumada por el infortunio –la pluma nunca
puede mantenerse al parejo de mis sentimientos. Seguramente usted supo de la expulsión del Sr. Chase, de acuerdo al decreto del 12 de mayo anterior, que se debía cumplir con la exigencia de embarcarse antes de 24 horas, o
retirarse a veinte leguas en el interior del país. Él, prudentemente escogió la primera y se embarcó inmediatamente en el St. Mary, el navío que en la barra de Tampico bloqueaba el puerto, dejando algo así como ochenta
mil dólares en su almacén sin otra protección que la que
podíamos dar yo y dos dependientes, uno de los cuales
era mexicano, quien, de acuerdo al verdadero espíritu de
caballerosidad mexicana, empezó a robarme. De hecho,
eran tantos mis enfados, que no se los puedo detallar y
sólo los esbozaré, sabiendo su simpatía por la peligrosa
situación que viví en este drama. En primer lugar, el Juez
de Primera Instancia, por orden del comandante general,
me informó que cesaban todos los privilegios que tenía
yo como esposa del cónsul americano, y que mi tienda
debería ser cerrada. Yo le respondí de la manera más
firme, que no sólo era únicamente su esposa, sino que
también era un agente legalmente establecido –además
de ser súbdita británica y, como tal, ni el juez ni el general, me podían privar de mis derechos naturales, ya que
la ley inglesa no admitía su enajenación –manifestando
que cualquier infracción a dicha prerrogativa, sería rápidamente castigada por aquel gobierno y, para reforzar mi
afirmación, remití al docto Juez a la ley de las naciones.
»Así, derrotada y exasperada, no se me permitió enviar
un recado a mi marido, que se hallaba entonces fuera de
la barra. Pero gracias a Dios, quien «atempera el viento
a la oveja esquilada», él me dirigió y yo concebí un plan
que, una vez más, derrotó sus hostiles propósitos, por
medio de una estratagema, envié nueve cartas en ocho
semanas, y a través de la misma estratagema recibí las
respuestas. Pero todo eso iba haciendo estragos en mi
salud y en mi espíritu, que cuidadosamente escondí de
mi amable esposo, conociendo la intensidad de sus sentimientos contra este gobierno, y en particular su preocupación por mi bienestar.
»Entretanto, dibujé un plano de la ciudad y del río y
lo envíe al comodoro Conner y al capitán McCluney del
John Adams, con una correcta descripción de todos los
fuertes, el número de cañones, una lista de las tropas
apostadas aquí y todos los sucesos políticos, de manera
que a través del Sr. Chase y su agente, estuvieran al tanto
de cualquier movimiento interesante en esta parte del
país.
»Ellos (los mexicanos) insultaban y ofendían el nombre de (los Estados Unidos de) América a tal grado, que
frecuentemente hacían que me retirara a rezar al Dios de
los cielos por que llegara pronto el día del castigo. –Con la
excepción de mi fiel Amelia, era poca la simpatía y compasión humana que había hacia mí, ya que existía una
enorme mala influencia en contra de la causa de nuestra
nación.
»Tal vez suene un poco poético, pero yo conozco los
sentimientos del corazón hacia quien escribo estas líneas, por lo que continuaré en ese tenor. Diariamente,
de manera poco cristiana, esperaba el momento de la
venganza, esperando ser capaz, aunque estuviera sola,
de cuadrar cuentas con mis feroces deudores, y, de ser
posible, ubicarme en el lado ganador del embrollo.
Santa Anna recomendó al gobierno de México, la confiscación de toda propiedad americana, para ayudar al
esfuerzo de guerra y como zarpazo final de esos piratas
usurpadores –para decir lo menos de ellos– que los americanos residentes en el país deberían ser tomados como
prisioneros de guerra, y que la guarnición de este lugar
debería ser reforzada con 3,000 hombres más. Cuando
leí esto en uno de los periódicos más inflamatorios del
país, sentí crisparse aún más mi soledad. Sin embargo
decidí, siguiendo el lema romano: «Aquel que quiera ser
libre, deberá lanzar el primer golpe», en otras palabras,
mi situación de indefensión, casi desesperada, requería
desesperados remedios.
»Dos personas venían diariamente a mi casa, espías
bajo el ropaje de la amistad; en una ocasión hice creer a
uno de los miserables que me hallaba en posesión de secretos acerca de los movimientos americanos, le platiqué
que se habían despachado 30,000 hombres a unirse al general Taylor en Matamoros y que 30,000 más se dirigían
a capturar San Juan &c., y rematé comentando que me
vería obligada a cerrar mi casa en un par de días, ya que
una fuerza de veinticinco a treinta mil tropas venían hacia este lugar –fábula que asustó de tal manera a mi fiel
Amelia, que creyó que el general destacamentado aquí
me detendría.
»Al día siguiente recibí una invitación del capitán de
puerto quien quería conocer la verdad, y me preguntó si
el Sr. Chase me había escrito comunicándomelo; pronto, otros altos funcionarios descubrieron que yo podía
ser alguien muy importante, incluyeron mi casa en sus
rondas diarias. En conversación con el suegro del general
al mando de la guarnición, le recomendé la retirada inmediata, como la única decisión inteligente; y esa misma
noche, un correo privado fue enviado a San Luis Potosí
acerca de la interesante información recibida a través
mío. La evacuación de Tampico fue ordenada en cuanto
apareciera una gran flota afuera de la barra. Se enviaron exploradores en todas direcciones para conseguir
arrieros y mulas para trasladar mercancías al interior y
dos goletas cargadas fueron enviadas hacia la ciudad de
Pánuco, seiscientos bultos de armas fueron hundidos, los
cañones removidos de los fuertes y las tropas evacuaron
la plaza. Fue entonces que despaché al comodoro Conner
un relato del estado de cosas y en triplicado a La Habana,
bajo diferentes nombres a mi esposo, urgiendo su regreso
inmediato. Estas cartas fueron enviadas por un agente
que supuso eran meras cartas expresando mi deseo para
M ayo 2010, número 6
que mi esposo me encontrara en Vera Cruz, para llevarme a La Habana. Esa
noche no pegué los ojos y al día siguiente la inquietud me invadía, pero esos
desvelos pronto tuvieron su premio. Mi carta al comodoro estaba fechada el
23 de octubre, él la recibió el 27 e inmediatamente citó a una reunión a los
oficiales superiores y les puso delante mi despacho. Tuvo el suficiente peso.
Provisiones traídas desde Puerto Isabel fueron distribuidas entre la escuadra
y en la mañana del día 13 teníamos a la vista veinte velas en las afueras de la
barra de Tampico. Estaba tan confiada en la llegada de la escuadra, que una
semana antes ordené la fabricación de un asta bandera y la erigí en el techo
de la casa, a fin de izar la primera bandera americana levantada con todo
derecho sobre Tampico. Al divisar la flota, todas las emociones contenidas
estallaron y lloré como un bebé de alegría, viendo que Dios había traído la
liberación de los cautivos y anticipando ver pronto al objeto de mi afecto, y
también de gratitud a Él que es poderoso en la salvación, y que mis débiles
esfuerzos habían forjado tan extraños resultados que redundarían en el bienestar de nuestra nación.
»Aquí debo detenerme y asegurarle que no puedo pretender describir mis
sentimientos en aquel momento. Mi entereza se diluye y en medio de esta
emoción, veo de nuevo la escuadra aproximándose, abordados los botes y su
paso por la barra (con sus propios pilotos en medio del intrincado paso) y
flameando en lo más alto de dos mástiles los grandes pendones azul y rojo.
Mi fiel Amelia y yo, corrimos a la oficina del Sr. Chase, y en soledad oramos,
y enseguida tomamos la bandera y corrimos al techo de la casa: Yo la llevaba
y la até a la línea con mis propias manos y los tres, Amelia, yo y el Sr. Uder la
izamos, dando yo el primer jalón. Así, desafiamos a todo el pueblo de Tampico. Ya había enviado recado a algunos americanos pero ninguno tuvo el valor
o el espíritu patriótico para darme una mano.
»Treinta minutos después, el Ayuntamiento1 me conminó a bajarla. Yo les
dije que la había izado como un derecho de proteger mis intereses. Ellos dijeron que yo no tenía ese derecho y yo repliqué que era cuestión de opinión
en la que nunca podríamos ponernos de acuerdo. Ellos dijeron que era una
burla a su nación –una mujer tomando la ciudad– y que qué diría el supremo
gobierno de México. Yo respondí lacónicamente,«Quién sabe»2 y les ofrecí un
trago bajo la nueva bandera. Ellos caminaron amenazantes hacia la casa. Yo
corrí hacia el techo y pregunté al Sr. Uder si él continuaría a mi lado. El contestó: «Sí», entonces dije, para impedir que la bandera siga ondeando tendrán
que lanzarnos del techo ya que yo jamás la arriaré o aceptaré que ningún
mexicano la mancille con sus manos. He sido robada, han robado más de
dos mil dólares de mi tienda, asaltada y saqueada durante las altas horas de
la noche y cuando el regimiento de Puebla entró a la ciudad, entraron a mi
tienda y se llevaron mercancías sin pagarlas y no se me han pagado y mucho menos, alguien ha simpatizado con mi soledad, pero a pesar de ello, el
Dios de los justos era mi capitán general, y no tenía ningún temor a nadie de
México. Ahora que la redención estaba al alcance de la mano, temí que asaltaran o pusieran fuego a la casa. Me mantuve erguida con mi brazo derecho
rodeando el asta bandera, y la bandera ondeaba con majestuosa belleza, y
mientras la escuadra se acercaba los oficiales que oteaban la ciudad, vieron
la bandera en el techo de la casa, y dos formas femeninas junto a ella y dieron
tres hurras justo frente a la ciudad y entonces vinieron a mi casa, en donde
me había mantenido durante seis meses como proscrita por algún crimen o
como si sufriera la plaga, siendo mi único pecado, el ser esposa de un americano. El comodoro Perry junto con el comodoro Conner y las autoridades
municipales vinieron a mi casa apenas aportó la flota. Mis despachos habían
sido enviados al Departamento de Estado y recibí cartas de agradecimiento
de los oficiales al mando quienes cambiaron el nombre del Fuerte Libertad al
de Fort Ann en mi honor. Ellos llegaron el 16 y cuarenta y ocho horas después
1. En español en el original
2. En español en el original
41
Pharus academiæ
3. Rollo en el sentido de pergamino,
no en el sentido actual.
42
arribó el Sr. Chase coronando mi felicidad.
»Seguramente usted habrá oído parte de mi historia antes de que esta carta llegara a usted, sabiendo el interés de usted y la ilimitada amistad que usted me manifiesta, es por ello que me he tomado la libertad de darle a usted
la información lo más exacta posible, y he extendido mi relato más allá de lo
que yo pretendía, confiando a un tiempo, que usted leerá al menos una vez
este rollo3 imperfecto y no sufrirá las punzadas de aflicción mental que yo
he sentido.
»Usted me pregunta si la guerra nos ha afectado desde el punto de vista pecuniario: Lo ha hecho en lo material, pero esa pérdida no ha hecho desfallecer
mi espíritu. Mi confianza está en Él, el que puede hacer y deshacer. Hemos sufrido mentalmente, en lo personal y en el bolsillo, pero por lo que sentimos y
el interés por nuestra amada patria, el deber y la causa, como la viuda, escribí
para contribuir por el honor de la patria que él ha representado por tanto
años, y como devota esposa lo he seguido en la suerte y en la adversidad, en
las presiones y la rabia inminente, los golpes del infortunio no enfriaran mi
ardor, para seguir su consejo y su causa confiando en Dios.
»Hemos perdido casi la mitad de nuestras mercancías. Sin duda el gobierno
de los e.u. indemnizará al Sr. Chase en el futuro.
»Nuestra casa se convertirá en cuartel, y se ubicarán tres cañones de campaña en su techo. Deseo estar al lado de mi esposo junto a las armas hasta
que ambos muramos o la victoria sea nuestra.
»He tratado de mantener un diario de las hermosuras del drama en forma
de borrador y tal vez la ponga en sus manos algún día».
Nos preguntamos, ¿qué tanto hay de cierto en ésta carta?, ¿fue escrita a un
admirador, ex novio o simplemente un amigo?, ¿tuvo la intención de embellecer el relato para hacer más dramática su participación en los hechos? Eso
tal vez nunca lo descubramos, pero indudablemente hay un par de hechos
sorprendentes: las expresiones de desprecio hacia el gobierno en particular
y los mexicanos en general, dibujan la típica actitud de los extranjeros de
aquellos tiempos –y aún de los actuales–, pero ¿eran realmente los de Ann
McClarmonde Chase? Es oportuno recordar que la mujer llegó a Tampico en
1836 y vivió en la ciudad hasta 1870. En un Tampico pequeño como el de entonces ¿sería posible que no fuera ella, como cualquier dama extranjera de las
muchas que vivieron en la ciudad en toda su historia, pertenecientes a la elite,
patronas de las artes y miembros distinguidos de toda clase de agrupaciones
sociales? Dejamos eso para más adelante.
La Angostura, victoria táctica, derrota estratégica
El mes de febrero trajo a la guerra un nuevo acontecimiento que significaría
virtualmente el principio del fin. La «victoria» de La Angostura
En octubre de 1846, Santa Anna, en su papel de General en jefe del ejército,
llegó a San Luis al mando de 3 mil hombres. Ahí esperó a los cerca de 4 mil
más que venían retirándose desde Monterrey, y se dedicó a reorganizar al
ejército. Durante todo noviembre, diciembre y enero, la prioridad fue el tratar
de preparar militarmente a la tropa, reclutada a la fuerza con el sistema de
leva, mientras se conseguía parque, artillería y equipo de guerra en general.
Pero ni armas ni equipos llegaban en la cantidad ni en la calidad que se necesitaban.
En la ciudad de México, de donde tenían que mandarlos, estaban en pleitos jacobinos contra clericales y nadie se ocupaba de surtir eficazmente al
ejército.
Los yanquis, entre tanto, acampaban entre Monterrey y Saltillo, y en vez
de continuar avanzando desde el norte cambiaron el plan de ataque, para
M ayo 2010, número 6
concentrar sus esfuerzos en la toma de Veracruz y desde ahí avanzar sobre la
capital, tal como 330 años antes había hecho Cortés.
Debido a la presión de la prensa, Santa Anna decidió moverse sin haber
terminado la instrucción de las tropas, casi sin uniformes de abrigo –era invierno y los «nortes» soplan sin obstáculos en las grandes planicies áridas del
norte–, sin víveres y armamento, salió rumbo al norte el 28 de enero de 1847.
Heriberto Frías relata la batalla en Episodios Militares Mexicanos:4
«El frío, la lluvia, el norte y un sol terrible alternaban, causando enfermedades y muertes en comarcas en que no había habitaciones, árboles, víveres ni
agua...
»El grueso del ejército llegó a su objetivo casi un mes después de haber salido de San Luis. El 20 de febrero se reunieron en la hacienda de La Encarnación
y se pasó lista a la tropa: 14 mil hombres, 4 mil habían quedado en el camino,
entre muertos, enfermos y desertores.
»Veamos ahora algunos testimonios de acciones valientes de los nuestros
durante la batalla:5
4. frías, Heriberto; Episodios
Militares Mexicanos.
Principales campanas,
jornadas, batallas, combates y
actos heroicos que ilustran la
historia del ejército nacional
desde la independencia
hasta el triunfo definitivo
de la república. Librería de
la Vda. de C. Bouret; París:
23, Rué Visconti, 23; México
14, Cinco de Mayo, 14, 1901.
5. Ibíd.
‘…Después del segundo combate que sería entre las diez y las once del día,
cayó una ligera llovizna; los soldados toman algún respiro y a las doce vuelven a marchar de nuevo sobre las posiciones del enemigo... De nuevo se empeña la refriega, por ambos lados se multiplican los muertos y heridos, ninguno
cede; el combate se prolonga por horas enteras y sólo al cabo de inauditos
esfuerzos es cuando se logra acorralar al enemigo hasta su última posición...
En aquellos instantes se suelta un fuerte aguacero; las tropas, muertas de
cansancio, se detienen, la batalla ha cesado; la carga que acababa de dar, fue
el postrer empuje de nuestras fuerzas. Uno y otro beligerante quedó inmóvil y
silencioso bajo la inmensa oscuridad helada que envolvió el campo de batalla.
’Había sido una terrible lucha. De nuestro lado tuvimos 694 muertos, mil
39 heridos y casi 300 prisioneros. Los gringos tuvieron 267 muertos y 456 heridos. Sobre todo, su artillería había destrozado a las columnas mexicanas. Ya
sólo faltaba el último empujón, el esfuerzo final para acabar de una vez por
todas con los invasores, atrincherados en su última defensa. Y Santa Anna,
por ineptitud y cobardía, decide... ¡retirarse!
’Después de tan terrible jornada, nuestras tropas permanecieron sobre el
campo conquistado al enemigo... Aunque todos comprendían que tendría
que darse otra batalla para destruir por completo al adversario, arrojándole
hacia el norte, después de escarmentarle enérgicamente, y aunque se esperaba que hiciera tenaz resistencia, había en nuestras filas el suficiente ánimo y
la más completa resolución para batirse con el mismo denuedo con que habían peleado el día 23. Mas cuál sería la sorpresa, la cólera, la indignación, la
amargura de todo el ejército al saber la orden de emprender violenta retirada
en plena noche, después de los horrores y triunfos del día... Entonces la abominable voz ¡traición! fue cuchicheada, murmurada, gritada, escupida en las
sombras...’
»La retirada empezó a las 7 de la noche, partiendo primero los trenes y la
artillería, y en seguida la efectuaron los diversos batallones del ejército, descendiendo lentamente las lomas que con tantos esfuerzos y al precio de tanta
sangre se habían conquistado.
»Cientos de heridos quedaron abandonados a su suerte sobre el campo de
batalla. La desmoralización, el enfado y el desorden reinaban por todas partes. Durante dos días quedaron las tropas acampadas y el día 26 se emprendió la contramarcha, a través del desierto, hacia San Luis.
43
Pharus academiæ
»Después de quince jornadas en que el ejército fue regando el camino de enfermos, heridos, desertores y muertos, después de angustiosos días de fatiga,
tristeza y desaliento, se llegó a aquella ciudad».
En el periódico americano Niles National Register del 13 de marzo de 1847,
encontramos este artículo referente a los San Patricios en La Angostura:6
En enero de 1847 el editor de El Republicano,7 un periódico de la ciudad de
México, publicaba la siguiente descripción de los San Patricios, a quienes había visto en San Luis Potosí:
44
6. miller, Robert Ryal; Los San Patricios en la
guerra de 1847; Berkeley, California. Revista
Historia Mexicana; <historiamexicana.
colmex.mx/pdf/13/art_13_1868_15989.pdf>
7. La versión traducida al inglés aparece en
Niles National Register (13 mar. 1847), p. 32.
«Entre Matehuala y San Luis nos encontramos con el gran ejército del
‘Napoleón del Sur’, con veinte mil y marchando en cuatro divisiones. Primero
venía su espléndido parque de artillería de cincuenta cañones; luego un inmenso cuerpo de caballería; luego infantería y caballería juntas en grandes
cuerpos […] Entre las poderosas huestes que pasaron estaba O'Reilly [Riley]
y su compañía de desertores enarbolando en total desgracia la santa bandera de San Patricio.8 Los ejércitos enemigos convergieron unas 20 millas (32
km) al sur de Saltillo, en el paso de La Angostura, cerca de la hacienda Buena
Vista. Con unos 4,700 hombres y oficiales, las fuerzas de Estados Unidos estaban en desventaja de tres hombres a uno, aunque tenían a su favor estar
descansados, bien comidos y apostados en un sitio estratégico.
»La batalla de Buena Vista (La Angostura) comenzó en la tarde del 22 de febrero de 1847 y continuó al día siguiente, y las unidades de artillería de ambos
lados desempeñaron un papel crucial en la serie de acciones del 23 de febrero.
La batería de San Patricio, situada en una loma desde donde dominaba toda
la llanura, disparó botes de metralla que abrieron grandes huecos en las filas
estadounidenses. Taylor, preocupado por los disparos de los San Patricios,
ordenó a los primeros ‘«dragones» tomar esa maldita batería’, pero la carga
de éstos no tuvo éxito. Además, dos cañones de seis libras de la Cuarta Artillería estadounidense fueron capturados por los mexicanos como resultado
de una intensa balacera por parte de los cañoneros de San Patricio, apoyados
por tropas auxiliares.9 Al final del día ambos ejércitos estaban gravemente
vapuleados y exhaustos.
»Durante la noche, mientras los hombres de Taylor anticipaban un renovado ataque, Santa Anna levantó secretamente el campamento y se retiró
hacia el sur. En consecuencia, ambos generales aseguraron haber ganado la
batalla, y los dos ejércitos se apropiaron de banderas enemigas y otros trofeos
para reforzar sus alardes de victoria. Sin embargo, un hecho delator era que
Taylor tenía el campo de batalla, y los estadounidenses pudieron conservar el
control del norte de México durante el resto de la guerra.
»Los comandantes mexicanos otorgaron condecoraciones militares a varios San Patricios por sus acciones en La Angostura, y fueron designados los
siguientes hombres: Ignacio Álvarez, Ramón B. Bachelor, Francisco Moreno,
John Riley y John Stephenson para recibir una Cruz de Honor de Angostura,
esmaltada en blanco, tan pronto como se pudieran fabricar. Después de aquella batalla todos ellos, excepto Álvarez, fueron ascendidos a nuevos rangos
permanentes. Moreno fue hecho coronel, Riley capitán y los otros dos primeros tenientes.10
Tampico, dependencia yanqui
En una serie de juicios respecto a la legalidad del comercio y el pago de aranceles por mercancías yanquis, se tomaba a Tampico como ejemplo de territorio ocupado. En lo conducente se decía:
8. scott, 1848, pp. 43-45.
Cruz de la Angostura
9. chamberlain, 1956, p. 124
y bauer, 1974, p. 216.
10. Diario del Gobierno (25
y 26 de junio 1847).
M ayo 2010, número 6
«El Presidente, como Comandante en jefe está autorizado a dirigir los movimientos de las fuerzas navales y militares, y a emplearlas en la forma que
considere más adecuada a hostigar, conquistar y dominar al enemigo. Él podrá invadir el país hostil y someterlo a la soberanía y autoridad de los Estados
Unidos. Cuando Tampico, México, había sido capturado, otros países estaban
obligados a considerarlo como territorio de los Estados Unidos y respetarlo
como tal. Porque, por las leyes y usos de las naciones, la conquista concede un
título como tal válido mientras el vencedor mantiene posesión exclusiva del
territorio conquistado. El poder del presidente bajo quien esa conquista sea
hecha, es el de un comandante militar llevando adelante la guerra emprendida contra un enemigo por la autoridad de su gobierno.
»‘El puerto de Tampico’, decretó la Suprema Corte de los Estados Unidos en
Fleming vs. Page, en referencia al establecimiento de un gobierno militar en
México, ‘y el estado mexicano de Tamaulipas, en el cual está situado, estaban
sometidos a la soberanía y el dominio de los Estados Unidos. Las autoridades
mexicanas habían sido expulsadas, o se habían sometido a nuestro ejército y
marina, y el país estaba en firme y exclusiva posesión de los Estados Unidos
y gobernado por sus autoridades militares, actuando bajo órdenes del presidente’. El criterio de conquista aquí declarado es la expulsión de autoridades
enemigas, o su sumisión a la potencia dominante».
Su significado es que, en el instante en que las autoridades se rinden ante el
invasor, el deber de proteger los derechos de la población en sus personas y
propiedades, y la lealtad de esta última, es temporalmente transferido de sus
antiguas autoridades a las nuevas.
Dicho en pocas palabras, de acuerdo a la ley yanqui, Tampico y el estado de
Tamaulipas, eran propiedad, así fuera temporal, de los Estados Unidos.
Y así actuarían.
Mientras esto ocurría en Tampico, las noticias de Veracruz eran igual de tristes
Carlos María de Bustamante dice en su libro, El nuevo Bernal:
«Las que el día 27 se recibieron de aquella plaza, y cuenta El Republicano, lo
son en efecto, refiérense al 24 del presente febrero y dicen que el día 22 los enemigos rompieron el fuego, y hasta la fecha calculamos en más de mil bombas
las que nos han dirigido. El general con sus ayudantes está en el cuartel del
octavo a donde han dirigido más de cuarenta de aquellas. ¡Cuánta desolación!
Por todas partes se ven charcos de sangre, huesos y pedazos de carne de las
infelices víctimas del fuego enemigo.
»En este momento se han aproximado los buques, y en unión de las baterías que tienen en tierra hacen fuego vivísimo de balas y bombas. Imposible
parece que sean tan bárbaros los americanos que en lugar de venir a medir
sus fuerzas cuerpo a cuerpo con nosotros, incendien la ciudad como lo están
haciendo. En Santo Domingo han caído cinco bombas, las cuales mataron
a muchos de los heridos que allí estaban. A toda prisa se han pasado a esos
infelices a San Francisco y la Parroquia, pero también en estos templos han
caído proyectiles.
»Los cónsules de Francia, Inglaterra y España pasaron una comunicación
a nuestro valiente general Morales, pidiéndole se le permitiera mandar una
comisión a Scott para que suspendiera los fuegos por veinticuatro o treinta
horas, con el objeto de sacar a las familias de los súbditos de las naciones
neutrales. El general contestó:
‘Que de la plaza no saldría bandera alguna de parlamento aunque fuera pidiendo la gracia que ellos solicitaban: que la plaza se arruinaría antes que
45
Pharus academiæ
demostrar ni aun indirectamente que él cedía; que si los cónsules querían,
que fuesen a la isla de Sacrificios, y que desde los buques de sus naciones se
entendieran con Scott, y que si éste quería en obsequio de ellos conceder esa
entrega, que la diera, porque a él le era enteramente indiferente cesaran o
siguieran los fuegos’.
46
»Justo es aplaudir esta energía y decisión que le haría mucho honor en nuestros fastos militares, así como vituperar altamente el modo bárbaro, atroz
y salvaje con que nos hacen la guerra nuestros enemigos por medio del incendio y la devastación. Siempre se ha tenido por reprobado en las naciones
apelar a este arbitrio, al de envenenar las aguas y las carnes; pero en el siglo
llamado de las luces y de la filosofía se ha recurrido a él. Éstos no son los hijos
de Penn que al hacer su independencia de la Inglaterra protestaba no apelar
a las conquistas. Éstos, los que merecieron la indulgencia y consideración de
sabios seducidos y engañados, como Covarrubias, Filangieri, etc. Mas no será
duradera ni sólida su gloria; México triunfará algún día cuando aplacado el
Eterno vuelva su vista hacia nosotros y perdone nuestras aberraciones que
justamente merecen mucho castigo... ‘¡Que llegue, Señor, que llegue el periodo
de tu misericordia!’
»La posición del general Morales es sumamente difícil. Cerrado casi herméticamente Veracruz, parece imposible que emprenda una salida de la plaza
sin parecer abrumado con la fuerza sitiadora mayor tres tantos que la suya...
»Esta tarde (dicen de Veracruz) han pasado revista tres mil hombres, que
mañana marchan en auxilio de la plaza. ‘La libertad de Inglaterra se defiende
en los campos de Castilla’, decía Wellington, y a este modo digo yo. ‘La libertad de México, salvo contingencias, acaso se defenderá en las llanuras del
Encero donde Iturrigaray nos descubrió el secreto de ser independientes, o en
el punto de Corral falso’.
»El día 28 de marzo salió la tropa de México destinada a la defensa de Veracruz en buen orden, a la que ayer pasó revista Santa Anna en la Viga.
»El día 31 de marzo (Jueves Santo) salió Santa Anna para Veracruz, pero
esa plaza ya estaba tomada por Scott, cuya relación se ve en la carta siguiente
venida de Jalapa que dice así:
‘Después de lo que había dicho a V. en mi carta del 13 sobre las operaciones
de los sitiadores, hasta que colocaron la caza de su línea en el Médano de los
Pocitos, no ocurrió más sino que conforme iban desembarcando fuerzas para
Mocambo, continuaban prolongando su línea hasta que llegaron a la punta
gorda, componiendo sus fuerzas cosa de trece mil hombres.
’Desde el día 9 empezaron el desembarco, hasta el 22 no hicieron ningún
fuego sobre la plaza, pues no merece el nombre de tal los disparos que hacían
de vez en cuando con un obús colocado en el Médano de los Hornos, mientras que de la plaza de Ulúa se les estuvo haciendo constantemente fuego con
buen éxito’.
»Durante estos días se ocupó el enemigo de los trabajos de sitio, estableciendo su campo, haciendo fosos y trincheras, y fortificando algunos puntos,
como el Camposanto nuevo, el Médano llamado del Encanto, el Molino de
viento, promedio, etc., tanto a vanguardia como a retaguardia, y en sus flancos, sin ser molestado a retaguardia más que por algunas escaramuzas de los
jarochos y de la poquísima caballería que tenemos por estos rumbos, cuyas
escaramuzas, hechas sin orden, plan ni concierto (como cosas de negros) no
produjeron otro resultado que el de algunos muertos y heridos cuyo mayor
número es de nuestra parte a causa de la superioridad de la tropa enemiga,
pues se ocupaba en eso la de línea y también de sus armas como que son rifles
de cuatro tiros.
Sitio de Veracruz
M ayo 2010, número 6
»A la vez que el enemigo construía sus baterías, que son de a doce morteros, cada una de a doce cañones para abrir la brecha frente al lienzo de
muralla que queda entre los baluartes de Santa Bárbara y Santa Gertrudis...»
Los polkos se alzan en armas contra el gobierno
A pesar de que más de la mitad del territorio nacional estaba ocupado por los
yanquis11 que atacaban Vera Cruz, en la capital, se inicia lo que se conocerá
como la Rebelión de los Polkos, el levantamiento armado contra la Ley del 11
de enero de 1847 que enajenaba de la Iglesia algunas propiedades y a favor de
la presidencia de Antonio López de Santa Anna.
Se le conoció como rebelión de los polkos porque la danza polka era la
moda entre los jóvenes petimetres.
El general Matías de la Peña Barragán se pronunció contra el gobierno de
Gómez Farías, autonombrándose Jefe del Ejército Salvador de la Independencia y la Libertad, condenó en su Plan a los Poderes Legislativo y Ejecutivo;
pugnando por la desaparición de Poderes, establecer el sistema federal y a
Santa Anna como general en jefe del Ejército Mexicano, un Congreso bicameral y la derogación de las leyes del 11 de enero y 4 de febrero, referentes a la
ocupación de los bienes de manos muertas.
La capital entonces quedó convertida en campo de batalla de las líneas de
los sublevados y de las fuerzas leales al gobierno; el Congreso dejó de sesionar,
sin embargo, a pesar de sus posiciones, los polkos no tuvieron el éxito que esperaban, pues poco a poco sus hombres desertaron. Es entonces que los diputados moderados pidieron al general Santa Anna que interviniera en rebelión,
ahora ya sólo pugnando por la destitución de Gómez Farías y la derogación de
las leyes contrarias a la Iglesia.
Obviamente, esto impidió el envío de tropas a coadyuvar con la defensa de
Vera Cruz.
11. Para entonces, tropas
americanas ocupaban los
estados de Tamaulipas,
Nuevo León, Coahuila,
Chihuahua, Nuevo México
y la Alta California.
47
El 27 de marzo, el Niles’ National Register reportaba la revolución encabezada
por José Mariano de Salas en la capital
Revolución en México
«Desde Tampico nos llega la información de que en la noche del 26 de febrero,
una parte de la Guardia Nacional de la ciudad de México, hizo el primer intento como ‘pronunciamiento’.12 Los regimientos conocidos como ‘Independencia’ e ‘Hidalgo’, el batallón ‘Victoria’ y partes de los cuerpos ‘Mina’ de los
‘Zapadores’ y del ‘Chalchicomula’ bajo las órdenes del general D. Matías Peña
y Barragán, proclamaron un ‘plan’.13 El gobierno disponía para enfrentar este
atento revolucionario 800 soldados en la ciudadela, el 6º de infantería permanente, el escuadrón de Oajaca y aquellos cuerpos de la Guardia nacional
que no estaban a favor del pronunciamiento.14 El general Canalizo como
comandante en jefe, se preparaba para atacar a las fuerzas revolucionarias
con una columna de 1,000 hombres.
»El periódico de Nueva Orleáns dice:
12. En español en el original.
13. Ídem.
14. Ídem.
15. George Wilkins Kendall, editor
y reportero del Picayune
de N. Orleáns, primero
en cubrir una guerra.
‘No conocemos la causa de este intento revolucionario, pero coincidimos en
la opinión de que será exitoso. El Sr. Kendall 15 escribe que ha triunfado y que
el general Salas ha tomado el poder. Él funda sus afirmaciones en los reportes
llegados a Tampico. Nuestras informaciones no son tan recientes como para
verificarlas. La administración de Farías ha estado tambaleante y muy probablemente haya sucumbido’».
Pharus academiæ
El periódico Niles’ National Register (Filadelfia) del 6 de Marzo de 1847 reporta
la llegada del coronel de Russy16 y el regimiento de voluntarios de Luisiana a
Tampico.
16. Este Coronel de Russy,
ingeniero militar, fue el
constructor del canal conocido
como «Americano» que
aporta agua del río Tamesí a la
laguna del Chairel. Completó
las defensas de la ciudad,
ocupó cargos civiles en la
administración del Coronel
Gates, y peleó en el combate
de Río Calabozo el 12 de julio y
la escaramuza de Tantoyuca,
el 13 de julio de 1847.
«El Picayune de Nueva Orleáns del día 25 del pasado mes dice:
‘Hemos conversado con un inteligente caballero español que salió de Durango el 15 de enero, Señor Benito Vélez, quien según hemos sabido, es sobrino
de Peter Harmony de Nueva York. El señor Vélez confirma todo lo que hemos
dicho de la acción del pasado 25 de diciembre, ocurrida cerca de El Paso. Las
pérdidas mexicanas durante el combate fueron 180 hombres. Cuando nuestro
informante dejó Durango, no habían llegado noticias de la caída de Chihuahua…
’[…] Los periódicos mexicanos contienen violentas acusaciones contra sus
compatriotas, por haber permitido que un puñado de Misurianos capturara
El Paso, la llave de Chihuahua. Un periódico hablando de los mexicanos decía
“corrieron como almas que lleva el diablo” y del comandante, “corrió cuarenta
leguas antes de detenerse”’».
El Cor. De Russy y el regimiento de Louisiana
48
Nuestras últimas noticias habían dejado a este bravo oficial y sus hombres, en
grave peligro en la costa mexicana, después del naufragio del barco de Transporte Ondiake. Nos da un enorme placer anunciar de su llegada a Tampico
el 4 de febrero con todo el regimiento excepto 7 hombres, que incapaces de
enfrentar la pesada marcha necesaria para llegar, debieron ser abandonados,
ya que era imposible continuar cargándolos en angarillas. Sin embargo, uno
de los siete, llegó a Tampico antes que el destacamento.
La misma mañana del naufragio, se acercaron al coronel Lewis Gustavus
de Russy mexicanos que le ofrecieron su asistencia. Para la tarde, un enviado del general Cos le intimó que se rindiera a los 1,800 mexicanos que dijo
componían su mando. Realmente sólo eran 980 hombres. El coronel de R. obtuvo una tregua hasta las 9 de la mañana del día siguiente para deliberar la
rendición. Al caer la noche, se encendieron las fogatas, todo objeto pesado
fue abandonado, y el destacamento inició su marcha hacia Tampico e hizo
35 millas en las primeras 24 horas, sin encontrar un solo mexicano armado.
Todo el regimiento estaba exhausto al llegar a Tampico.
El día 13 de marzo, el Niles’ National Register
Reportaba la ansiedad que existía en Tampico por rumores de una batalla
supuestamente ocurrida en las cercanías de Monterrey.
De Tampico, vía Nueva Orleáns tenemos información hasta el 17 de febrero.
Mucha ansiedad se suscitó allí ante la duda de si era o no verdad, una noticia
llevada por tres mexicanos procedentes de Victoria, acerca de una sangrienta
batalla peleada entre Santa Anna y el general Taylor. Aseguraron que Taylor
regresaba a Monterrey desde Saltillo, cuando Santa Anna se había aventurado a atacarlo; siguió un largo combate con severas pérdidas en ambos bandos, superiores a cualquier batalla anterior, por lo que santa Anna decidió
retirarse al haber sufrido tan severamente en muertos y heridos, entre estos
últimos, el general Arista.
Nuestras informaciones del general Taylor son posteriores a la fecha en que
la supuesta batalla ocurrió y no mencionan nada por el estilo. Es muy posible
que los mexicanos fueran enviados a Tampico con la mira a crear confusión.
No tenemos informes reales de los movimientos hechos por Santa Anna y su
M ayo 2010, número 6
ejército en San Luis de Potosí, y estaremos muy al pendiente de conocer cuál
fue la finalidad de ese infundio.
El 14 de marzo Santa–Anna emite una nueva Proclama
Antonio López de Santa–Anna, General de División, benemérito de la patria,
Presidente interino de la República, y General en Jefe del Ejército de operaciones
del Norte, á sus subordinados
«¡Compañeros de armas! Dedicado enteramente al servicio de la patria, marcho á tomar las riendas del Gobierno, haciendo con esto el más costoso sacrificio, pues obro contra mi amor propio, y mis propósitos; pero este paso hará
cesar la guerra civil que destroza nuestra hermosa capital, dará una idea de
nuestra defensa, é impulso á la lucha justísima que sostenemos contra los
pérfidos invasores, y por la que habéis combatido con tanta bravura y decisión en los campos de la Angostura.
»¡Mis amigos! Nunca olvidaré vuestros hechos gloriosos en ese campo de
batalla, las penalidades del desierto que habéis arrostrado con heroico sufrimiento, y, sobre todo, que tuve el honor de mandaros. La. Nación os debe una
recompensa, y la recibiréis muy pronto por mi conducto, aunque no es esto lo
que os estimula á comportaros como dignos hijos de la gran México.
»¡Soldados! Sois las esperanzas de la patria y sus mejores defensores; debéis, pues, atender á todas partes, y por eso dispongo que dos brigadas de infantería y una de caballería, con sus baterías correspondientes, marchen á la
defensa de la ciudad de Veracruz, guardando esta frontera el resto del Ejército.
»Conducíos en todas partes como hasta aquí, y jamás desmerezcáis el
nombre ilustre que habéis adquirido. Voy á procuraros cuanto os hace falta,
para que podáis consumar la grande obra que os está encomendada, y estad
seguros que en el peligro volveréis á ver entre vosotros á vuestro General».
— Antonio López de Santa–Anna
Cuartel General de San Luis Potosí, marzo 14 de 1847
El día 20, el mismo Niles’ National Register reportaba la llegada del general
Scott a Tampico
La guerra con México
«El general Scott y su comitiva embarcaron en el vapor Massachusetts y llegaron a Tampico al atardecer del día 19 de febrero. Desde luego, a su llegada se
encontró con una tumultuosa recepción.
»Al desembarcar la mañana siguiente, procedió al cuartel del general
Patterson y recibió la atención debida al comandante supremo y la bienvenida de sus amigos. Encontró en Tampico alrededor de 9,000 hombres que
se preparan a embarcar. Cuatro brigadas al mando de los generales Twiggs,
Pillow, Shield y Quitman se embarcaron los días 20 y 21.
»Lo ocurrido en Tampico y sus alrededores fue emotivo en extremo. La
revista de tropas, en regimientos y brigadas, ocurría diariamente; continuamente aportaban buques con productos, mercancías y abastecimientos militares &c.; los habitantes norteamericanos se encontraban entusiasmados,
en espera de eventos futuros. Todo anunciaba acción con suma intensidad.
Respecto al enemigo, todo tranquilo en el interior.
»El 21, el general Scott y su séquito partieron de Tampico en el Mississippi
hacia la Isla de Lobos, donde desde el 17 de febrero acampan alrededor de
2,500 hombres.
49
Pharus academiæ
»Una carta de Mr. Lunden, uno de los editores del Picayune, escrita el 2 de
febrero desde Tampico dice:
17. La columbiada era un cañón capaz de
disparar proyectiles de alto calibre,
tanto en trayectoria elevada como
horizontal, que permitía disparar balas
o granadas a muy larga distancia.
‘La división de Twiggs es la primera con orden de marchar y partirá hoy. Aquí
todo es ajetreo y muy pronto no tendremos más tropas estacionadas aquí
que las suficientes para cuidar del pueblo. Creo estar preparado mentalmente
para ir y ver el fandango veracruzano. Me perdí de la diversión en Monterrey,
y no quisiera estar ausente cuando el «baile» empiece en Vera Cruz, ya que
no tuve la suerte de gozar del espectáculo en Monterrey y no tengo el menor
deseo de estar ausente cuando el «baile» empiece en Vera Cruz.
’Para darte una idea de lo que se espera hacer, te contaré una parte de lo que
hay de municiones: primero, hay unas 100,000 piezas de proyectiles pesados;
cohetes, cartuchos y una enorme cantidad de todo tipo de combustibles, con
40 morteros y columbiadas,17 algunas de ellas de calibre de diez pulgadas; 10
o 20 cañones de a 24 libras; 3 baterías de campaña, consistentes en cañones
de 6 y 12 libras y de 20 a 24 howitzers de a 24 libras. Con todos ellos viajarán
los zapadores y el tren de pontones’».
Y como si hiciera falta, una nueva dramática proclama, ahora informando del
sitio y caída de Vera Cruz
Antonio López De Santa–Anna, Presidente Interino De La República Mexicana,
A Sus Compatriotas
50
«Mexicanos: Veracruz está ya en poder del enemigo. Ha sucumbido, no bajo
el peso del valor americano, ni aún bajo la influencia de su fortuna. Nosotros
mismos, por vergonzoso que sea decirlo, hemos atraído con nuestras interminables discordias esta funestísima desgracia.
»El Gobierno os debe toda la verdad; árbitros sois de la suerte de nuestra
patria; si ha de defenderse, vosotros seréis los que detengáis la marcha triunfal del enemigo que ocupa á Veracruz; un paso más que avanzara, la independencia nacional se hundiría en el abismo de lo pasado.
»Resuelto estoy á salir al encuentro del enemigo. ¿Qué es la vida ennoblecida por la gratitud nacional, si la patria sufre un baldón cuya mancha resaltará sobre la frente de todo mexicano? Mi deber es sacrificarme, y lo sabré
cumplir. Acaso las huestes americanas pisarán orgullosas la capital del imperio azteca; yo no he de presenciar tal oprobio, porque estoy decidido á morir
antes peleando.
»Han llegado los momentos supremos para la República. Tan glorioso es
morir lidiando, como infamante declararse vencido sin pelear, y vencido por
un enemigo cuya rapacidad dista tanto del valor, como de la generosidad.
»Mexicanos: ¿Tenéis religión? Protegedla. ¿Tenéis honor? Libraos de la infamia. ¿Amáis á vuestras esposas, á vuestras hijas? Libertadlas de la brutalidad
americana. Pero son los hechos, no vanos ruegos ni estériles deseos, los que
han de oponerse al enemigo.
»La causa nacional es infinitamente justa. ¿Por qué Dios parece haberla
abandonado? Su ira se aplacará, si presentamos como expiación de nuestros
crímenes, los sentimientos de una sincera unión, de un verdadero patriotismo.
Así el Eterno bendecirá nuestros esfuerzos, y seremos inexpugnables; porque
contra la decisión de ocho millones de mexicanos, ¿qué valen ocho ó diez mil
americanos, cuando hayan dejado de ser el instrumento de la Justicia Divina?
»Quizá os hablo por la última vez: por Dios, creedme: no vaciléis entre la
muerte y la esclavitud; y si el enemigo os vence, á lo menos que respete el
heroísmo de vuestra resistencia. Ya es tiempo de que cese todo pensamiento
que no sea la común defensa. La hora de los sacrificios ha sonado. Despertad: una tumba se abre á vuestros pies. Conquistad siquiera un laurel que
M ayo 2010, número 6
colocar sobre ella.
»¡Aun no muere la Nación: todavía, lo juro, yo respondo del triunfo de
México, si un esfuerzo unánime y sincero secunda mis deseos, Feliz mil veces
el infausto suceso de Veracruz, si el incendio de aquella plaza comunica á
los pechos mexicanos el entusiasmo, la dignidad y el generoso ardor de un
verdadero patriotismo! Se habrá salvado indudablemente la patria. Mas si sucumbe, ella legará su oprobio y su baldón á los que egoístas no quisieron defenderla, á los que traidores prosiguieron sus combates privados, pisoteando
el pabellón nacional.
»¡Mexicanos, la suerte de la patria os pertenece: vosotros, no los americanos, la decidiréis! ¡Venganza clama Veracruz, seguidme á lavar su deshonra!»
— Antonio López de Santa–Anna
México, marzo 31 de 1847
El coronel Norton de cuyas aventuras ya conocimos algo, relata en el capítulo
xiv, una pelea de gallos en Tampico, su viaje por el río y visita a Pánuco, haber
estado en un cafetal y un enfrentamiento con irregulares mexicanos
18. Comisaria, sin acentuar la i del diptongo.
Una posible herencia al leguaje de los
tampiqueños es el término, commissary,
que en las fuerzas armadas y prisiones
de Estados Unidos, así como en las
Naciones Unidas tiene el significado
de acumulación de provisiones.
«Habíamos regresado todos de Pueblo Viejo, cada uno con su bagaje de aventuras particulares en el fandango, que atesoraban para contarlas a algunos
de sus compañeros de armas favoritos, que se calculó haber inflado al límite
las novedades del campamento, cuando se anunció que se presentaría una
gran pelea de gallos la tarde siguiente y que el coronel Derusa (De Russy) del
regimiento de Luisiana y el teniente coronel Mark, ambos grandes deportistas, habían conseguido cada uno excelentes gallos y que las aves serían enfrentadas una contra otra. Entré en el palenque acompañado por el capitán
Harvey y vimos que a los dos gallos se les había injertado afilados espolones
de acero, y que el mortal combate estaba muy avanzado al momento de nuestra llegada. Observé que el gallo del coronel De Russy, era el más grande y
tenía toda la apariencia de estar más fresco y entero que el otro, y que indudablemente sería el vencedor, cada vez que se atacaban, el gallo del coronel
Mark caía al suelo como muerto, y al siguiente asalto, apenas saltaba y volvía
caer, pareciendo estar totalmente exhausto. El capitán Harvey que se divertía
mucho, insistió en apostar conmigo un dólar sobre la pelea. Yo creí que sería
un robo aceptar la apuesta, viendo al gallo de Mark como un ‘pollo en la cazuela’ pero él insistió y yo, que nunca había ganado una apuesta en mi vida,
creí oportuno hacerlo ahora, por lo que le dije que yo apostaba por el gallo
del coronel De Russy. La pelea continuó por unos quince minutos, el gallo de
Mark cayendo y quedando aparentemente exhausto, esperando que los hombres que lo cuidaban lo cargaran y lo pusieran sobre sus patas antes de que
pasara el tiempo y lo pusieran fuera. Después de muchos asaltos finalmente
el gallo de Mark atravesó la cabeza de su oponente con ambos espolones, matándolo en el acto. Así que yo perdí mi pequeña apuesta y aprendí la lección
de no siempre apostar contra cosas muertas.
»[…] Unas seis semanas después de nuestra llegada…
»[…] Las fuerzas estacionadas en Tampico, eran las únicas de Estados Unidos que mantenían a raya a los mexicanos en la región de la Sierra Madre. Y
ahora comenzaron a circular rumores de que los mexicanos se empezaban
a organizar en o cerca de la antigua ciudad de Pánuco. Ante esto, se decidió
enviar una partida exploradora río Pánuco arriba y la compañía A de nuestro regimiento, fue elegida para el servicio. La compañía era comandada por
el capitán c.l. Wight, quien, a pesar de su juventud era una oficial bravo y
prudente. Yo me ofrecí de voluntario como oficial de intendencia y asistente
de comisaria 18 del comando, y comenzamos la marcha sin ningún equipaje
para acampar o despensa, más allá del que llevaba cada uno en su mochila,
51
Pharus academiæ
19. ¿Limas, limones o naranjas? Cualquiera
de los tres pudieron ser.
52
20. En español en el original.
21. Cada una de las curvas que
describe el curso de un río.
confiando que podríamos obtener en el campo las raciones; cuando la gente
fuera amable, las pagaríamos; cuando fueran hostiles las tomaríamos y les
pagaríamos con pólvora y balas, según fueran las necesidades y las circunstancias. A doce millas de Tampico río arriba del Pánuco, en el lugar conocido
como el ‘rancho de Lafler’. Pienso que Lafler era americano; tenía un excelente
campo de cultivo, muy grande y fértil. Una gran plantación de café cubría sus
tierras. Creo que eran entre seiscientos y setecientos acres (250 a 300 hectáreas) de cafetos –los primeros que yo veía; son unos arbustos de entre ocho
y quince pies de alto, las hojas son de un verde oscuro y los granos de café
crecen de dos en dos, cubiertos con una piel o cáscara que es roja, con la apariencia de bayas rojas.
»Acampamos esa noche en el rancho Lafler. Durante la noche, un tigre
atacó y mató un buey en el lado opuesto del río y sus rugidos parecían hacer
temblar la tierra donde nos encontrábamos; fue algo que nunca antes había
oído. El día siguiente continuamos la marcha pasando por varias millas entre plantíos de árboles de limas,19 las amarillas limas colgando tan numerosa
cantidad, que podía uno bajarlas por carretadas y los plantíos extendiéndose
para todos lados hasta donde alcanzaba la vista. Había pocos habitantes en
esta ruta aunque había suficiente evidencia de que algún tiempo en el pasado
toda la zona había estado muy habitada, por la cantidad de ruinas que se
desmoronaban y la pedacería de cerámica que se veía por todas partes. El
agua era malísima, impregnada de álcali, y sólo se podía tomar exprimiendo
limas en ella.
»Alrededor de una hora antes del ocaso llegamos a la antigua ciudad de
Pánuco. De alguna manera me sentí desilusionado con la apariencia del lugar,
pues había oído y leído que había muchas evidencias de una antigua grandeza. Una breve inspección mostró que las ruinas en Pánuco y sus alrededores
no podían compararse con las de Pueblo Viejo, a pesar de que nunca había
oído ningún comentario acerca de ellas. Las ruinas de Pánuco parecían ser
más recientes que las de Pueblo Viejo, y había menos belleza arquitectónica
en las construcciones, menos edificios de piedra y más de adobe. Al acercarnos vimos unos cuantos mexicanos armados, que se mantuvieron respetablemente alejados. Cruzamos el río para adentrarnos al centro del pueblo, donde
tomamos posesión de un edificio público que nos proporcionó para acuartelarnos ampliamente. El alcalde no tardó en aparecer y a nuestra demanda
rindió formalmente el pueblo, que si la memoria no me falla tenía alrededor
de tres mil habitantes.
»Entonces habíamos estado suficiente tiempo en México y habíamos
aprendido a cuidarnos de los traidores mexicanos, ya que varios de nuestros
soldados se habían envenenado con provisiones compradas en los mercados
de Tampico (ninguno de ellos fatalmente). De tal manera que regateé para
obtener una res viva, la cual fue sacrificada por nuestros propios hombres;
entonces puse a varias mujeres mexicanas a hacer tortillas y frijoles colorado
negro,20 todo lo cual fue muy aceptable y satisfactorio para el comando. Habiendo encontrado que no existía ninguna fuerza concentrada, y que a lo único que debían temer, americanos y mexicanos por igual, eran simples bandas
de ladrones errantes, empezamos a planear nuestro regreso. Pero muchos de
los hombres e incluso algunos oficiales se quejaban de tener los pies tan doloridos que no podrían marchar, finalmente decidimos conseguir un número
suficiente de canoas para transporta la fuerza. En Pánuco había un buen número de ellas, por lo que pronto estábamos flotando río abajo y todos contentos con el cambio.
»[….] al salir un meandro21 vimos, río abajo de nosotros a más o menos una
milla, en el centro de la corriente, como un delfín descansando en la superficie del agua una hermosa goleta. El capitán Wight tenía un pequeño catalejo de campaña, por lo que rápidamente nos enteramos que el buque estaba
M ayo 2010, número 6
armado, ya que se podían ver los cañones de bronce en la borda. Esto fue algo
que no esperábamos, pero continuamos remando hacia la nave. Finalmente a
simple vista pudimos observar gran actividad a bordo, y antes de que decidiéramos que hacer, pudimos ver una nube de humo y una bala saltando alegremente sobre el agua a cierta distancia a un lado de nosotros. En ese momento
se izó un gallardete y una mirada bastó para ver que se trataba de nuestra
propia bandera de las barras y estrellas. Como de casualidad llevábamos con
nosotros una pequeña bandera de la compañía, la ondeamos y nos acercamos
a la goleta. Todos la abordamos y fuimos recibidos calurosamente. Todo en la
nave estaba limpio y reluciente. Sus cubiertas tan nítidas como la mesa de un
ama de casa y sus cañones brillaban como espejos.
»Una vez a bordo e intercambiados saludos con los oficiales vino la explicación. Al habérsenos enviado por tierra y sin saber qué podríamos encontrar,
se pensó oportuno mandar este navío para buscarnos. Nosotros no sabíamos
nada de que se enviaría una nave y el capitán no esperaba vernos en el río, de
ahí la mutua sorpresa. Pronto nos despedimos de la goleta y continuamos
nuestro viaje río abajo. El buque estaba inmóvil pues no soplaba una gota
de viento que llenara o hiciera ondear las velas. El sol se hundía lentamente
detrás de las montañas de la Sierra Madre que se levaban a la distancia a una
altura de tres a cuatro mil pies, no abruptamente sino en largas laderas de
excelente tierra para la agricultura y la ganadería entre sus cumbres y el río,
de hecho, todas las laderas de la parte oriental de la Sierra Madre, son muy
arboladas y en sus diferentes cotas pueden encontrarse casi cualquier tipo
de clima que uno desee, y de pertenecer ese territorio a Estados Unidos, se
desarrollaría de inmediato y pronto sería una de las zonas más deliciosas del
mundo, ya que la naturaleza ha hecho una buena parte para ello.
»Continuamos nuestro descenso del río a pesar de que la noche estaba
sobre nosotros, pero teníamos que encontrar un sitio en donde comer pues
la cena había terminado nuestros suministros. Así que seguimos río abajo
hasta las diez de la noche, cuando llegamos al pequeño pueblo de Agua Cotta
(¿Aguacate?).
»Era un pueblecillo en la ribera sur del río Pánuco, pienso que a unas veinticinco millas de Tampico. Desembarcamos sin la menor precaución como
debería hacerse, ya que no teníamos temor de ningún peligro, las canoas se
llevaron hasta la orilla y los hombres, excepto unos cuantos dejados a cuidar
los botes, caminaron de prisa hacia el pueblo para conseguir comida y, sin
duda, algo de vino para beber también. Hice los arreglos para la cena y algunos empezaron a ubicar un sitio para descansar. Todo iba a pedir de boca
cuando de pronto, oí un disparo, luego otro y otro más, entonces un grito y un
traquetear de tiros en diversas partes del pueblo.
»Había quince o veinte de los muchachos y varios de los oficiales cerca de mí
esperando la cena. El capitán Wight gritó ‘¡Muchachos, defiendan los botes!’
Corrimos hacia los botes y apenas a tiempo, pues de pronto unos cincuenta
mexicanos corrían hacia los guardias dejados en los botes; estos instantáneamente se formaron y lanzaron una descarga al enemigo que se aproximaba.
La descarga fue contestada con poco efecto aparente en ambos lados. Era de
noche aunque no muy oscura por lo que podíamos reconocer nuestras posiciones. Dado que el enemigo se hallaba entre nosotros y los guardias, no
podíamos disparar sin poner en peligro a nuestros propios hombres. Nos vimos obligados a marchar rápidamente en forma oblicua hacia nuestra derecha, y entonces sí disparamos una descarga a su flanco, lo que no esperaban.
Entonces corrimos hacia ellos con las bayonetas caladas y los obligamos a
retroceder en desorden. Estando a salvo los botes, volvimos nuestra atención
a los que disparaban desde el pueblo. Reforzamos la guardia y con unos veinte
hombres corrimos hacia los rezagados que parecían estar en peligro.
»Conforme avanzamos, los hombres fueron poniéndose en posición y
53
Pharus academiæ
54
pronto teníamos a nuestro comando en algo parecido a orden de batalla y en
poder de la parte oriental del pueblo. Los mexicanos continuaron haciendo
un vivo fuego, escondidos tras casas y vallados, pero sus armas eran viejas y
burdas escopetas, que representaban poco o ningún peligro, a no ser un tiro
de suerte. Pero debíamos desarticularlo, por lo que no quedó otra alternativa
que barrer las calles. Entonces, fijamos las bayonetas y corrimos calle arriba
corriéndolos de los sitios en que se escondían que los obligó a amontonarse
delante de nosotros. En la parte occidental del pueblo había una corriente de
agua considerable que vaciaba en el Pánuco. Los empujamos a la orilla del
arroyo, donde muchos soltaron sus armas y saltaron al agua y cruzaron a la
orilla opuesta. No nos aventuramos a seguirlos sino regresamos a los botes
abandonando la cena, y empezamos a hacer los preparativos para zarpar.
»[…] Finalmente encontramos que no habíamos perdido un solo hombre,
dos estaban heridos de seriedad y varios ligeramente; capturamos treinta o
cuarenta armas, algunas espadas y otras armas. Las armas, excepto las espadas eran inservibles, por lo que las lanzamos al río, pusimos las espadas en
los botes y reembarcamos a los hombres y pronto flotábamos silenciosamente río abajo. Tres o cuatro millas después, vimos un pequeño rancho22 con
media docena de casas donde amarramos lo botes y pasamos la noche, pues
era como la una de la mañana. Los hombres estaban exhaustos, y después de
poner una guardia para evitar otra sorpresa, pronto el campamento estaba
en absoluto silencio, excepto por la pesada respiración de los cansados soldados. Mi excitación del día había sido tal, que a pesar de lo tarde (mejor dicho
lo temprano) que era, no sentí ninguna inclinación por dormir. Pronto me
encontré con un mexicano que parecía ser buena persona, que se mantenía
de guardia en el rancho y que parecía poseer más inteligencia que los de su
clase. Me informó que ahí vivía un hombre que hablaba mi lengua, y que él
poseía un rancho cercano. Después de determinar que vería y conversaría con
el individuo de referencia, me acosté y pronto estuve en el país de los sueños,
lejos de las riberas del Pánuco y sus salvajes alrededores.
»Fui despertado a la mañana siguiente por el capitán Wight. El sol matutino brillaba sobre mi cara. El capitán me informó que él había interferido en
mis deberes de Asistente de Comisaría y hecho los arreglos lo mejor que pudo
para obtener el desayuno, cosa que le agradecí y con el deber fuera de mi mente, resolví visitar al hombre que podía hablar nuestra lengua, no mucho por
conocerlo como por obtener información respecto a las ruinas que yo sabía
por el libro ‘Viajes de Norman’ debía haber en la vecindad inmediata. Caminé
a través de los campos y pronto me encontré con el dueño del rancho, cuyo
nombre supe era Kier. Era alemán y tenía un bello lugar, y a pesar de haber
llegado al país como un joven marino pobre, ahora era muy rico. Como era la
hora del desayuno, amablemente me invitó a desayunar con él, que si no me
fallaba la memoria, sería romper un ayuno mantenido desde el día anterior,
antes de mediodía».
1847 Abril Proclama Pedro María Anaya al tomar el poder
El Ciudadano Pedro María Anaya, a los Jefes, Oficiales y Soldados del Ejército
Permanente, y de la Guardia Nacional
«Compañeros de armas: En las angustiadas circunstancias en que se encuentra la Nación, los Representantes del pueblo han tenido á bien encomendarme
el Supremo Gobierno; y aunque nada hay en mi persona que me haga merecedor de tanta confianza ni que asegure el buen desempeño del difícil encargo,
yo debí obedecer y he obedecido; porque él primer acto de civismo es defender
el territorio nacional cuando es violado por las fuerzas extranjeras.
»No os hablaré de la notoria justicia de nuestra causa ni de la imperiosa
22. En español en el original.
M ayo 2010, número 6
necesidad de sostenerla; pero sí os recuerdo que esa necesidad, que comprende á todo mexicano, para nosotros es una obligación sagrada. Trátase de defender nuestros derechos conculcados, nuestro honor vilipendiado, nuestros
hogares acometidos, nuestras familias amenazadas, nuestras propiedades
invadidas, cuanto el hombre, en fin, posee de más precioso en la sociedad; y
¿seríamos fríos espectadores de la salvaje brutalidad de nuestros enemigos?
No, jamás se dirá que la raza española, heroica en el antiguo mundo, degeneró
en el continente de Colón.
»Soldados: llegó el momento de la prueba; ella ni será larga ni dudosa; porque para triunfar sólo necesitamos seguir las huellas de la Nación de que procedemos. España se salvó en 808 porque nunca celebró paces ni treguas con
sus invasores: imitemos su constancia y seremos salvos».
— Pedro María Anaya. México, abril 3 de 1847
1847 Proclama del General Scott desde Jalapa, Veracruz
«¡Mexicanos! a la cabeza de un poderoso ejército cuya fuerza se duplicará bien
pronto, y una parte del cual avanza ya sobre vuestra capital, al mismo tiempo
que otro ejército a las órdenes del mayor general Taylor está en marcha del
Saltillo con dirección a San Luis Potosí, creo de mi deber dirigiros la palabra.
»¡Mexicanos! Los americanos no son vuestros enemigos sino de aquellos
que por su mal gobierno acarrearon un año esta guerra contranatural entre
dos grandes Repúblicas... somos amigos de los habitantes pacíficos del país
que ocupamos... amigos de vuestra santa religión, de sus prelados y ministros. En nuestro mismo país se halla establecida la misma iglesia, y abundan
allí los devotos católicos, siendo respetados por nuestro gobierno, nuestras
leyes y nuestro pueblo.
»Desde un principio he hecho cuanto estaba en mi arbitrio para poner bajo
la salvaguardia de la ley marcial y proteger contra los pocos hombres malos
que hay en este ejército, a la iglesia de México, o a los habitantes inofensivos
y sus propiedades.
»Mis órdenes al efecto sabidas de todos, son terminantes y vigorosas. En
virtud de ellas han sido ya castigados algunos americanos con multa impuesta a beneficio de los mexicanos, y con prisión, y ha sido ahorcado uno por
rapto. ¿No es esto una prueba de buena fe y severa disciplina? Pues se darán
otras siempre que se descubra que ha sido perjudicado algún mexicano.
»Por otra parte, los perjuicios que hicieren los individuos o partidas de
México que no pertenezcan a las fuerzas públicas, a los individuos, partidas
sueltas, trenes de carros, tiros de caballos o mulas de carga, o cualquiera persona o propiedad de este ejército, en contravención a las leyes de la guerra,
serán castigados con rigor, y si los culpables mismos no fueren entregados
por las autoridades mexicanas, recaerá el escarmiento en ciudades, villas y
vecindarios enteros.
»Permanezcan, pues, en sus casas, y entregados a sus pacíficas ocupaciones los buenos mexicanos, y se les invita a introducir para su venta, caballos,
mulas, ganado, maíz, cebada, trigo, harina para pan y vegetales. Se pagará al
contado por todo aquello que tomare o comprare este ejército, y serán protegidos los vendedores.
»Los americanos se encuentran bastante fuertes para dar estas seguridades, que si son discretamente aceptadas por los mexicanos, harán que esta
guerra tenga un término feliz con honra y ventaja de ambas repúblicas. Entonces los americanos, habiendo convertido a los enemigos en amigos, se tendrán por fieles en despedirse de México y regresar a su país».
— Winfield Scott. Abril 11 de 1847
55
Pharus academiæ
1847 Abril Proclama del Congreso firmada por Joaquín
Caldoso, Juan de Dios Zapata y Cosme Torres
Los Representantes Del Pueblo, A Sus
Comitentes
56
»Mexicanos: El Congreso General extraordinario, á
quien honrasteis con el arduo encargo de constituir definitivamente la República, y con el santo á la vez que
terrible de salvar su nacionalidad, altamente comprometida en la presente guerra, cree de su más imprescindible
deber dirigiros la palabra en estos momentos solemnes
en que los enemigos se aproximan á la Capital, y amenazan con la repetición de las sangrientas escenas de que
ha sido teatro la heroica Veracruz.
»El Congreso, al indicar ligeramente las causas de esta
guerra, no se detendrá en demostrar á los pueblos la justicia con que se defiende la República, porque aquéllas y
ésta son perfectamente conocidas, no sólo de la Nación,
sino de todo el mundo civilizado.
»¿Qué hemos hecho á los Estados Unidos, para que
ese pueblo, celoso defensor de los principios democráticos para sí propio, se haya convertido en una hueste de
vándalos, y venga destruyendo nuestras ciudades, apoderándose de nuestros bienes, asesinando á nuestros hermanos, y dejando por donde pasa una huella de sangre
que degrada á los que se dicen hijos de Washington? ¿Fue
por ventura un agravio haber abierto franca y lealmente
nuestros puertos á su comercio, haber estrechado nuestras relaciones con tratados de todo punto favorables y
desventajosos para México, y haber, por último, llamado
á sus ciudadanos para que poblaran uno de los más ricos
Estados de la República? Pues he aquí lo que México ha
hecho con los Estados Unidos. ¿Y qué les debe en recompensa? Triste, pero necesario es decirlo. En todos los males que desde 1828 aquejan á esta desafortunada Nación,
ha influido eficazmente ese pueblo ambicioso, que viendo en el rápido engrandecimiento de México, la señal segura de su decadencia, sembró arteramente la discordia
en nuestra sociedad, que dividida desde entonces en bandos, ha bajado una por una todas las gradas que forman
la desastrosa escala de las disensiones civiles, á cuyo pie
se encuentran la miseria y la ignominia.
»En efecto, los Estados Unidos del Norte no podían ver
con indiferencia la prosperidad siempre creciente de los
primeros años de nuestra federación; porque si este pueblo nuevo se alzaba socialmente á la altura de los demás,
si ofrecía á los extranjeros las ventajas de la civilización
moderna, y, en fin, si la paz, íntima aliada de la ilustración y único origen del progreso de las naciones, llegaba
á cimentarse sólidamente entre nosotros, apoyada en la
libertad civil y en la igualdad legal, y dando por frutos
la seguridad de las personas y el aumento de la riqueza
pública, el resultado era preciso ó incuestionablemente
la supremacía de la República Mexicana sobre todos los
otros pueblos del Nuevo Mundo. La Europa, que no puede
ya mantener á su población, se habría desbordado para
venir á fecundar nuestros inmensos desiertos, desdeñando las nieblas y el hielo del Norte por gozar las delicias
de un país virgen, donde reina una primavera continua,
donde se disfrutan á la vez las ventajas de todos los climas, y cuyas entrañas, después de haber enriquecido al
mundo, encierran aún tesoros inagotables.
»Esa inmigración asombrosa que añade largos guarismos en cada año á la estadística de los Estados Unidos,
habría venido á México, si las incesantes revueltas de
que hemos sido víctimas, no hubieran puesto un valladar invencible entre nosotros y los pueblos del Antiguo
Continente. Esas revueltas y esa desmoralización y esa
casi normal anarquía en que hemos vivido, son, conciudadanos, el fruto funesto de la semilla sembrada por los
Estados Unidos, que bajo mil formas diversas han agitado las pasiones y con mil distintos pretextos fomentado
los odios, para conservar el dominio de la discordia, que
franqueaba á la ambición de nuestros pérfidos vecinos la
senda llena de sangre que debe comunicar los dos océanos, de Matamoros á las Californias.
»Como un paso que debía conducirles á la consumación de este vasto plan, los Estados Unidos impulsaron la
rebelión de Tejas en 1835; y cuando la fortuna nos volvió
la espalda en San Jacinto, apoyaron la independencia de
aquella colonia, al mismo tiempo que hipócritamente nos
tendían la mano de hermanos. De esta suerte avanzaba
en el desarrollo de sus proyectos mercantiles y se formaba en Tejas no sólo un aliado, sino un camino que les condujese á la India, conservando entre nosotros el germen
de las revoluciones y el motivo de las gabelas. ¿Quién ignora que la guerra de Tejas ha sido la causa ó el pretexto de no pocas revueltas, que no sólo han producido los
males consiguientes á todo movimiento revolucionario,
sino que han impedido el sólido establecimiento de un
gobierno nacional? Si contáramos los millones de pesos
que ya por contribuciones, ya por subsidios extraordinarios, ya por empréstitos, ya, en fin, por donativos se han
gastado en la guerra de Texas, nos asombraríamos sin
duda al ver la enorme suma que se ha perdido desde 1835,
y que excediendo acaso del valor de aquel territorio, sólo
ha dado por frutos la miseria, el agio, la bancarrota y la
desmoralización.
»¿A quién no ha causado un mal positivo la guerra de
Tejas? ¿Quién no lamenta la pérdida de un esposo, de un
hijo, de un hermano, de un amigo, la paralización de su
comercio y aun la completa ruina de su Hacienda? Esa
guerra ha disminuido la población y las fortunas, sembrado los caminos y llenado las cárceles de malhechores,
impedido el desarrollo de nuestros grandes elementos de
prosperidad, y acabado en Europa con el crédito de la Nación Mexicana. La influencia que esa guerra ha ejercido
en la suerte de la República, ha sido en verdad decisiva; y
como ella fue provocada y sostenida por los Estados Unidos, con razón puede asegurarse que á éstos debemos todos los males que hemos sufrido y que nos han traído al
M ayo 2010, número 6
deplorable estado en que nos hallamos.
»He aquí, compatriotas, la conducta del Gobierno
americano; he aquí cómo han tratado á una nación que
llamaban amiga, esos hombres que se glorían de haber
llevado á su última perfección los principios republicanos, y que no contentos con Tejas, traspasaron los límites
de este Departamento y nos han traído la guerra al interior del país. No es ya solamente el camino para la India
lo que se busca: es una parte considerable de la República, con la que se quiere ensanchar la Unión americana; y
así hemos visto que se ha trabado la lucha en territorio
antes no disputado. He aquí los hechos indudables que
prueban la justicia con que debemos hacer la guerra, á los
que hace veinte años están conspirando contra la prosperidad de la República. ¿Necesita el Congreso recordaros,
uno á uno, todos los actos de perfidia con que de entonces acá ha mancillado ese Gobierno el nombre venerable
de Franklin? ¿Necesita recordaros que sus ciudadanos
han usurpado palmo á palmo nuestro territorio? ¿Necesita recordaros que su codicia ha violado nuestras leyes fomentando el contrabando? ¿Necesita recordaros que ese
gobierno ha lanzado hordas de bárbaros, tribus de salvajes sobre nuestras poblaciones indefensas, para robar
sus bienes, talar sus campos y dar la muerte á nuestros
compatriotas? ¿Necesita demostraros la indigna villanía
con que, rompiendo los tratados, admitió en su Confederación al mismo Tejas, donde nuestra imprudente
generosidad dio asilo á sus conciudadanos? ¿Necesita
recordaros la infamia con que, agregando al crimen la
superchería, tuvo la audacia de declararos invasores de
su territorio, cuando hace un año se presentaron nuestras tropas en las orillas del Bravo? ¿Necesita, por último,
la Representación Nacional, probaros la necesidad de
una guerra de cuyo éxito dependen todos los intereses de
nuestra sociedad, todos los derechos de nuestro pueblo,
la gloria de nuestro nombre, el porvenir de nuestra raza,
la creencia de nuestros padres y la felicidad de nuestros
hijos? Cuanto hay de santo, de grande, de necesario para
un pueblo, la religión, la libertad, las propiedades, todo,
todo está interesado en esta lucha, que de una parte presenta á los mercaderes de la humanidad, conquistando
á mano armada un territorio ajeno, y de la otra á los que
han abolido la esclavitud, defendiendo su nacionalidad
é independencia; de una parte á los Estados Unidos, que
ha faltado á la fe pública y mentido á la faz del mundo, y
de la otra á México, que ha cumplido con sus deberes, y
pone al mundo por testigo de su justicia. Y el mundo nos
la hará, compatriotas, sea que triunfemos ó que seamos
vencidos; porque el mundo no se engaña en sus juicios,
y la historia consignará debidamente el que merezcan
el bárbaro bombardeo de Veracruz y los demás actos de
vandalismo con que el ejército americano ha trazado su
marcha.
La fuerza es el único título de guerra para los Estados
Unidos. Pero ¿callaremos ante ella? ¿Qué importan los
reveses de la Resaca y Monterrey? ¿Qué la ocupación del
primero de nuestros puertos? España, en 1808, vio á los
soldados del hombre del siglo pasearse por las calles de
Madrid; y después de largos días, que se contaban por las
derrotas, arrojó á los franceses, dando sepultura á la mayor parte del ejército y un golpe mortal á la dominación del
vencedor de la Europa. Ocupen, pues, los americanos, la
Capital de la República; pero sepan que la República tiene
tantas Capitales, cuantos Estados Soberanos forman la
Federación. El Congreso extraordinario y el Gobierno
de la Unión no desmayarán por esto, y la guerra seguirá
hasta que se nos haga completa justicia, ó seamos sepultados bajo las ruinas de nuestra Patria. Si fuere necesario,
los Poderes Supremos se trasladarán á otra ciudad, y de
ésta á otra y á otras, á fin de conservar siempre la unidad
del Gobierno y la legítima representación de los Estados
Unidos Mexicanos. Si hubo un tiempo en que acaso fue
posible la paz, ese tiempo ya pasó; hoy no tenemos que
escoger entre la guerra y la desgracia, sino entre la guerra
y el oprobio... La elección no es dudosa, y vuestros Representantes os juran salvar, ante todo, el honor del nombre
mexicano.
»Es cierto que tenemos que luchar con un enemigo
poderoso que cuenta con elementos de todo género; pero
si esta desventaja hace imposible la defensa, ni es parte
para que antes de lidiar nos declaremos vencidos. Si la superioridad de la artillería hace de dudoso éxito las grandes batallas, es poco temible para las parciales, que siendo incesantemente repetidas, producen mejor resultado;
porque cansan al enemigo, porque le quitan los medios
de subsistencia, y porque dividiendo su fuerza, la debilitan y abren el camino del triunfo. Ese medio que también cuadra con la conformación de nuestro suelo, con
nuestra organización social y con el carácter de nuestro
pueblo, ha sido ya favorablemente puesto en práctica en
la guerra de la independencia, y ha comenzado á dar buenos resultados en la presente. El Congreso ha autorizado
ya plenamente al Ejecutivo para que organice en guardia nacional á todos los mexicanos, á quienes llama hoy
de nuevo, para que levantándose contra la invasión, se
apresten á defender palmo á palmo el territorio que redimió la sangre de nuestros héroes. ¡á las armas, pues,
mexicanos! Los que, aunque sin merecerlo, obtuvieron
vuestra confianza, os convocan á la lid, y os conjuran en
nombre de una patria ofendida y digna de mejor suerte, á
que os preparéis á lavar con sangre de los americanos las
banderas de la Resaca, Monterrey y Veracruz. Un pueblo
unido es invencible: y si todos nos adunamos en rededor
del Gobierno, el triunfo es seguro; porque si desaparece un regimiento, cubrirá su retaguardia un ejército; si
desaparece un ejército, cubrirá su retaguardia la Nación.
No se trata solamente de recobrar el territorio usurpado, sino de defender la libertad civil de los ciudadanos,
la independencia política del pueblo y la existencia de la
generosa raza del Mediodía. Si esta cuestión es de vida ó
de muerte para la sociedad americana, que compuesta de
elementos heterogéneos debe su conservación á la paz, la
57
Pharus academiæ
58
paz interior de la Unión desaparecerá sin duda si el éxito de la presente guerra
nos fuere favorable.
»Mas para sostenerla se necesitan sacrificios de todo género, y la Representación Nacional espera del noble pueblo de Iturbide la más eficaz cooperación. Basta ya de disensiones civiles, basta ya de querellas domésticas:
primero es tener patria y después mejorar la organización social. El peligro
común debe mezclar todos los intereses, porque todo se pierde si sucumbimos: debe fundir todas las opiniones, porque ninguna triunfa si vencen los
americanos: debe, por último, unir á todos los mexicanos, porque todos serán
víctimas si se pierde nuestra nacionalidad. El Congreso excita, por tanto, el
patriotismo de todos los ciudadanos, á fin de que todos presten al Gobierno
cuantos auxilios sean necesarios para llevar á gloriosa cima la defensa de la
República. El venerable clero no debe olvidar que de su seno salieron Hidalgo,
Morelos y Matamoros, y que el culto de Dios está amenazado de una profanación. Los propietarios deben tener presente que la repartición de sus tierras
es el incentivo que atrae á esos soldados que se llaman republicanos; y todas
las clases y todos los individuos deben considerar que su honor, sus bienes
y su felicidad dependen de la victoria. Esta coronará el esfuerzo de nuestro
Ejército, si unidos todos le proporcionamos los recursos que necesita para
sostener la campaña, y el Gobierno podrá con más acierto preparar la defensa
del interior del país.
»Mexicanos: una página de honor ó de oprobio está abierta delante de nosotros. La Europa nos contempla y espera el éxito para colocarnos entre los
pueblos grandes de la tierra ó para confundirnos con los que no son dignos
de la libertad. Esta guerra, haciéndonos subir en el concepto de las naciones,
fulminará un anatema terrible contra nuestros invasores: nuestro porvenir
depende, pues, de ella. Si constantes y esforzados defendemos la rica herencia
de Iturbide, el nombre mexicano será un título de gloria que se apresurarán
á adoptar millares de extranjeros industriosos, volando á colonizar nuestras
hermosas campiñas. Si la victoria nos niega sus favores, muramos como hombres libres, como murieron nuestros padres, y si no podemos legar á nuestros
descendientes una patria, leguémosles, al menos, un nombre sin mancha».
— Joaquín Caldoso. Diputado Presidente
— Juan de Dios Zapata. Diputado Secretario
— Cosme Torres. Diputado Secretario
México, abril 14 de 1847
Más malas noticias, otra derrota en la Batalla de Cerro Gordo
El general Antonio López de Santa Anna, hizo marchar apresuradamente
hacia Veracruz al ejército que había combatido a los estadounidenses en La
Angostura, Coahuila, en febrero, con el fin de hacer frente a la nueva invasión;
decidió bloquear el avance de Scott en el punto conocido como Cerro Gordo,
cerca de Xalapa, a pesar de las objeciones de sus especialistas, en especial de
los Ingenieros Manuel Robles Pezuela y Juan Cano, quienes le expresaron a
Santa Anna lo desventajoso de la posición; no obstante, los estadounidenses
no pudieron tomarla en ataques frontales; hasta que el cuerpo de ingenieros
de Scott, se enteró de la existencia de una vereda de montaña alrededor de
la posición de Santa Anna. Scott rápidamente movió el cuerpo principal a su
mando a lo largo de dicho camino, bordeando a los mexicanos. Una rápida
acción siguió el 18 de abril de 1847, correspondiendo la victoria a los invasores.
Se cree que los mexicanos tuvieron alrededor de 1,000 bajas entre muertos y
heridos. Los Estados Unidos perdieron 64 hombres y resultaron 353 heridos.
Santa Anna logró huir pero dejando atrás su pierna artificial que presuntamente todavía es exhibida en Illinois.
M ayo 2010, número 6
Esta batalla ha sido llamada por los estadounidenses «Batalla de las Termópilas» porque el uso del terreno y de traidores fue similar a la maniobra
que los persas utilizaron para derrotar finalmente a los griegos. Sin embargo,
los números difieren de esta aseveración, ya que las bajas estadounidenses
fueron moderadas, mientras las bajas mexicanas fueron más numerosas.
Scott avanzó posteriormente sobre Puebla, a 120 kilómetros de Ciudad de
México, de la que se posesionó sin disparar un solo tiro el 15 de mayo de 1847.
1847 Ley del 20 Abril
Art. 1º. Queda facultado el gobierno supremo de la unión para dictar las providencias necesarias a fin de llevar adelante la guerra, defender la nacionalidad de la República y salvar la forma de gobierno republicano, popular
federal, bajo la cual está constituida la nación.
Art. 2º. El artículo precedente no autoriza al ejecutivo para hacer la paz con
los Estados-Unidos, concluir negociación con las potencias extranjeras, ni
enajenar en todo ó en parte el territorio de la República.
Art. 3º. Tampoco lo faculta para celebrar contratos de colonización, imponer penas, no conferir otros empleos civiles y militares, que aquellos cuyo
nombramiento le está expresamente cometido por la constitución.
Art. 4º. Será nulo de ningún valor todo arreglo o tratado que se hiciere entre el
gobierno de los Estados-Unidos y cualquiera autoridad, que subvirtiendo
el actual orden de las cosas, sustituya los supremos poderes de la unión
legalmente establecidos.
Art. 5º. Se declara traidor a todo individuo que, bien sea como particular o
funcionario público, ya privadamente ó con la investidura de cualquiera
autoridad incompetente, ó de origen revolucionario, entre el tratado con el
gobierno de los Estados-Unidos de América.
Art.6º. Para el caso de que el actual congreso se vea en la imposibilidad de
continuar sus sesiones, se instalará desde luego una comisión permanente, compuesta del más antiguo de los individuos de cada diputación que
se hallare presente.
Art.7º. Esta comisión, a falta de congreso, desempeñará las funciones del consejo de gobierno; nombrará en caso vacante la persona que haya de desempeñar interinamente el poder ejecutivo de la República, hará la computación de votos en la próxima elección de presidente, dando posesión el
nombrado, y deberá reunir la representación nacional.
Art. 8º. Las facultades que confiere al gobierno el presente decreto cesarán
luego que concluya la guerra.
— Joaquín Caldoso. Diputado Presidente
— Juan de Dios Zapata. Diputado Secretario
— Mariano Talavera. Diputado Secretario
México, abril 20 de 1847
Por tanto, mando se imprima, publique, circule y se le dé el debido cumplimiento.
— Pedro María Anaya
— a.d. Manuel Baranda
Palacio de Gobierno Federal, México, abril 20 de 1847
Y lo traslado á V. para su conocimiento y fines consiguientes».
Dios y libertad. México, abril 20 de 1847
Daguerrotipo que muestra la amputación de la
pierna derecha del Sargento Bustos por el
Doctor Pedro Van der Linden en medio de la
Batalla de Cerro Gordo. Reputada como la
primera fotografía médica de lahistoria.
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Pharus academiæ
El Presidente Sustituto De Los Estados Unidos Mexicanos,
A Los Habitantes De La República.
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«Mexicanos: Cumplo el triste deber de participaros una
nueva y grande desgracia. El Ejército de Oriente ha sufrido un revés, y si bien no tengo aún los datos necesarios
para medir el tamaño del mal, sí puedo calcular las consecuencias que producirá el simple paso de los americanos al interior de la República.
No os presentaré un cuadro halagüeño para el porvenir, porque yo no sé engañar. Invadido nuestro territorio
por todas partes, la guerra será nuestro estado normal
durante mucho tiempo, y los sacrificios de todo género,
y los peligros de todas clases nuestro patrimonio. Pero
no hay peligros que no debamos arrostrar, ni sacrificios
que no debamos hacer para conservar la Independencia
de la Nación; porque sin este bien precioso, nada valen
los demás goces de la sociedad. El Gobierno conoce sus
deberes y está decidido á llenarlos, aunque la muerte sea
el término de sus afanes; porque la muerte es nada, si con
ella se evita la deshonra: la salvación de la patria no es
costosa aun cuando se compre con el precio de la existencia.
»El augusto Congreso, concediéndome ayer casi por
unanimidad, cuantas facultades sean necesarias para
salvar la nacionalidad y las instituciones, ha dado á los
pueblos el más solemne testimonio de que en momentos
como éstos deben cesar todas las querellas domésticas
para atender sólo al peligro común. Seguid, mexicanos,
el noble ejemplo de vuestros representantes, y recordando los gloriosos días de Hidalgo y de Morelos, levantaos
á defender la Independencia que estos hombres ilustres
nos legaron á costa de su sangre. Tended la vista hacia los
puntos ocupados por los americanos, y ved la suerte que
os aguarda. ¿Consentiréis en ser extranjeros en vuestra
patria? ¿Consentiréis en perder vuestros usos, vuestras
leyes, vuestro idioma y vuestra religión? ¿Consentiréis
en ver desaparecer vuestra raza, la noble raza del Mediodía, para que ocupe su lugar la raza anglo-sajona que
trae la esclavitud al hermoso y libre continente de Colón?
Recordad los altos hechos, los inmensos sacrificios y la
inaccesible gloria de nuestros padres, y caminando por
el sendero que nos marcaron, repetid aquellos hechos y
aquellos sacrificios, para cubriros con aquella gloria que
hará vuestros nombres tan gratos á la posteridad como
hoy lo son para nosotros los de los valientes que durante
once años trabajaron constantemente contra el poder
colonial para proporcionarnos el bien inestimable que
quieren arrebatarnos los americanos.
Una franca y generosa amnistía será el primer uso que
haré de la suma inmensa de poder que se me ha confiado;
ese poder no se empleará, yo os lo juro, más que en la defensa de nuestros sagrados derechos; y sean cuales fueren los sucesos de la guerra, sea cual fuere el peligro á
que personalmente me exponga, no será mi mano la que
firme una paz ignominiosa. Al pedir ayer la ampliación
de facultades, yo mismo exigí, como una restricción, la
de no hacer la paz, porque aunque estoy seguro de mi
resolución; quise, sin embargo, dar una nueva garantía,
ya que la imperiosa necesidad de las circunstancias, y
sólo ella, me obligó á solicitar más autoridad de la que la
Constitución me concede. Nada, pues, tiene que temer la
Libertad, nada la Federación: y si los antecedentes de mi
vida pública, delante la cual jamás me he desviado de la
senda de los principios, no fueron bastantes á aseguraros
de mi lealtad, yo os empeño mi palabra de honor, la palabra de un soldado de la Independencia, que nada debe
á las revoluciones, la palabra de un hombre de bien que
nada debe á los partidos, y que en el último tercio de su
vida no quiere manchar su nombre, único bien que posee.
»El Gobierno, que está decidido á llevar adelante la
guerra, aunque ésta y todas las capitales sucumban, descansa en el patriotismo de todos los mexicanos, y cuenta
con todos ellos para defender la Independencia. Unión,
compatriotas; porque la unión es el primero y más necesario de todos los elementos con que se salvan las naciones. El pérfido enemigo que tenemos que combatir ha
contado con nuestras disensiones como con el más eficaz
aliado: si un solo interés nos mueve, si un solo deseo nos
anima, si una sola voluntad nos dirige, los obstáculos
serán más fáciles de vencer, menos graves los peligros, y
más seguro el éxito. El honor de nuestro nombre depende
de nuestra conducta en la presente guerra; y aunque la
paz nos volvería las comodidades y los placeres, también
estamparía en nuestras frentes la señal de la ignominia;
señal que pasaría á nuestros hijos, que se avergonzarían de descender de nosotros, tanto cuanto nosotros
nos honramos con deber la existencia á los hombres de
Dolores, de Cuantía y de Iguala.
Tengo la satisfacción de anunciaros, que el Excelentísimo Sr. D. Antonio López de Santa-Anna, Presidente de
la República y General del Ejército, según las noticias recibidas hasta ahora, aunque no oficiales, ha sobrevivido á
la catástrofe: parece que la Providencia no ha querido que
apuremos el cáliz de la amargura. Excusado es, mexicanos, que haga mérito de la importancia de esta plausible
casualidad; por ella os felicito á nombre de la Patria.
— Pedro María Anaya
México, abril 21 de 1847
El Niles’ National Register del 8 de Mayo habla de una
fiesta celebrada en Tampico con la asistencia de 25 damas
de la sociedad jaiba
Un corresponsal del Spirit of the Times relata desde Tampico:
«El día 4 del mes pasado algunos oficiales ofrecieron
una fiesta, en reciprocidad al placer experimentado en la
fiesta ofrecida por la amable esposa del cónsul alemán
para ellos. Parecía muy poco probable que algunas de las
damas mexicanas fueran convencidas a participar. Un
M ayo 2010, número 6
caballero que guardaba relación con ellas, amablemente tomó el asunto en
sus manos y reportó que creía que ello era posible. Se decidió que fuera una
excursión en vapor rio Pánuco arriba. El vapor americano Mary Summers fue
puesto generosamente a su disposición y todo lo que pudiera ser necesario o
deseado, fue puesto a bordo de la nave por la energía y buen gusto del cumplidor capitán M., del 1º de artillería. Imaginen al pequeño y pulcro vapor en el
muelle con sus fuegos ardiendo y decorado con el mejor gusto con banderines.
»A las 3 en punto, las damas y sus acompañantes se empezaron a reunir y
en poco tiempo, teníamos veinticinco damas –que con una excepción eran
extranjeras o mexicanas y todas damas de alcurnia. La banda del 2º de artillería nos acompañó. Gran animación se expresó al conocer la posible llegada
del general S. quien fue uno de los principales organizadores, que indujo a
muchos aceptar la invitación. A la hora convenida sin que llegara el general S.
causó ansiedad en nuestras bellas amigas. Se detuvo la partida del buque. Al
final de cuentas, hubo de darse disculpas y zarpamos.
»Todos se reunieron en la cubierta principal mientras en el muelle se había
congregado una multitud, y apenas habíamos partido, la banda inició una
alegre canción. Entonces tuve tiempo de ver a mi alrededor y dar un vistazo a nuestras bellas y confiadas visitantes. La delicadeza me impide individualizarlas, pero había una Señora 23 de ojos oscuros, con un verdadero cutis
mexicano que atrajo la atención de todos. Ojos soñadores suaves y negros,
sus finas facciones y cuerpo escultural fueron objeto de admiración. Nuestro
interés aumentó mal saber que estaba destinada a una prematura viudez. Su
marido, pobre tipo, estaba muriendo de tuberculosis. Sólo algunas de las damas podían hablar inglés, lo que me hizo temer que el asunto terminara mal.
»Antes de haber navegado unas cinco millas, se invitó a formar una danza
de quadrille.24 Se rompió el hielo porque la magia de la felicidad que flota sobre los movimientos del baile, se contagió a nuestras bellas invitadas. Ojos
que parecían apagados ahora brillaban, la alegría estaba asegurada y parecían decir, ‘hemos venido por la diversión, ya sea con enemigos o amigos, estamos determinadas a gozarla’. Un gracioso vals sustituyó a la quadrille. Me
senté en la popa del barco y contemplé la escena; una que no podría verse sino
con gran interés. Aquí estábamos en territorio enemigo –las bellas mexicanas confiando en nuestras honorables intenciones, estaban dejándose llevar
por el vals con oficiales que comandaban tropas que se oponían a sus paisanos. Una dama me dijo que, ‘cuando le propusieron (asistir) ella no tenía la
más remota idea de que resultara tan divertido’. La agradable reunión sólo
podrá tener un efecto social y político, nos reúne a ambos bandos, y sólo por
esa asociación podremos conocernos, ellos verán que no somos unos ‘bárbaros’ que ellos pensaban y que, como ellos mismos, somos alegres y que incluso bailamos al ritmo de ‘alegres castañuelas’. Mahestuoso y rápido, el vapor
surcaba el agua –las graciosas y felices parejas giraban al ritmo del vals– la
música sonaba suave rompiendo la placidez de los hules y los bosques verde
oscuro retornaban los sonidos de felicidad. Yo, perdido en la plácida belleza
de la escena reflexionaba en cuan pronto esos brazos que ahora abrazaban las
bellezas, esas figuras viriles irían a ‘morder el polvo’ cuando mi ensoñación
fue turbada con el grito ¡la ladrillera! Seguro, ahí estaba en un recodo del río.
Habíamos navegado 22 millas sin darnos cuenta.
»Pronto llegamos ahí y el buque fue anclado cerca del muelle. Se había planeado que navegaríamos hasta la ladrillera y ahí, completaríamos la fiesta
bailando en la casa del hospitalario dueño, que por cierto, era americano. En
el momento que bajábamos a tierra una canoa se separó del muelle y bogó río
arriba. Sentada bajo la cubierta de cueros de res, se hallaba una madre y dos
preciosas niñas. Habían partido de Tampico en la mañana y se dirigían a un
pueblo del Pánuco. Todos dijeron, deténganlas e invitémoslas a reunirse con
nosotros. Se hizo el esfuerzo pero fue inútil.
23. En español en el original.
24. Quadrille es una danza histórica
bailada por cuatro parejas en cuadro,
precursor de la tradicional square
dance. Un derivado encontrado en las
Antillas menores francófonas se conoce
en el Creole local como kwadril.
61
Pharus academiæ
»Desembarcamos todos y paseamos por el jardín del caballero y entonces
nos dirigimos a la casa que era bastante grande. Con la proverbial energía de
M. pronto se preparó una habitación para el baile; nuestras botellas vacías
sirvieron de candelabros. Habiendo tenido la precaución de llevar una caja
de velas, la habitación fue brillantemente iluminada. Para entonces todos teníamos la mejor relación y el baile se reinició con renovada alegría. Pocas
danzas fueron quadrille más bien se dedicaron al vals y la contradanza que es
una alegre combinación de los dos, las figuras de esta última son preciosas;
hasta se bailó la polca. Por primera vez en cinco años valseé toda la noche. No
había propiedad o monopolio de ninguna de las bellezas. Durante el vals, si
un caballero deseaba bailar con cierta dama, expresaba su deseo y el compañero inmediatamente renunciaba a ella. Valseaba con ella dos o tres vueltas
y la devolvía a su compañero. Esta es una costumbre práctica y deliciosa y, si
fuera introducida en los Estados Unidos, podría conducir a una sociabilidad
y gentileza mayores, y acabaría con el egoísmo y el monopolio de algunos por
una dama, con la exclusión de muchos y, probablemente, más ardorosos admiradores.
»A las ocho de la noche, una excelente cena fue servida a bordo del buque,
al cual llevamos a nuestras damas. Sociabilidad, alegría y confianza reinaba
por doquier, y en medio del regocijo del champán, regresamos al baile. No
sé a ciencia cierta si los ojos estaban más brillantes o si los cuerpos eran
más hermosos, pero parecían conforme reiniciamos el baile. En medio del
alegre baile, la campana del vapor tocó la hora del regreso; nos embarcamos
sobre el plácido río y, al eco de la música nos deslizamos rápidamente hacia Tampico. La luna, desafortunadamente se había ocultado, pero se dignó
sonreírnos, como si aprobara la escena. Desembarcamos en el muelle con la
banda tocando a las 12 de la noche y nuestras bellas invitadas se retiraron a
sus hogares, aparentemente satisfechas con su viaje. Es de esperarse que sin
importar a dónde nos llevarán las fortunas de la Guerra, la memoria del Pic
Nic de La ladrillera ofrecido por oficiales americanos a las damas de Tampico,
se mantenga fresco en la memoria».
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Ese mismo ejemplar reportaba un complot para levantarse contra los yanquis
«Algún día de la semana anterior, se descubrió a un número de mexicanos en
el acto de incitar a los ciudadanos de Tampico, a levantarse contra los americanos y expulsarlos del lugar. No se nos ha informado de los particulares,
pero supimos que el coronel Gates los expulsó de la ciudad, prohibiéndoles
regresar so pena de muerte».
El viernes 14 de mayo, el Richmond Whig and Advertiser reportaba desde
Tampico
El The New Orleans Times recibió la siguiente carta de su corresponsal fechada
el 15 de abril:
25. En español en el original.
«En mi última aludí al descubrimiento de una conspiración de policías mexicanos de este lugar, y el arresto y prisión de un número de conspiradores.
Desde entonces, sus planes han sido revelados al comandante americano de
esta guarnición, con la consecuencia de que siete de los líderes de la conspiración, incluyendo el Alcalde, han sido exiliados y se les advirtió que de regresar
a la ciudad, bajo cualquier pretexto, serían tratados como espías y fusilados.
La ‘Policía de Tampico’25 ha sido desbandada, y un destacamento de las tropas que formarán la Guardia de la Ciudad, los sustituyó, con la excepción de
tres que se han mantenido en sus cargos para asistir en la cobranza de (impuestos) del mercado y otros impuestos.
M ayo 2010, número 6
»Un soldado de la compañía C, llamado Rufus Parker, fue muerto por la guardia el día 3 del corriente. El soldado estaba bajo arresto en la cárcel, tomó
uno de los mosquetes de la guardia amenazando a disparar contra cualquiera
que quisiese ponerle la mano encima. Después de habérsele ordenado repetidamente entregar el mosquete y rendirse, cuando intentó disparar contra el
guardia, el oficial al mando ordenó a éste disparar, orden que fue obedecida
al instante, y Parker cayó muerto en el acto por un tiro que le atravesó el
corazón».
El martes 18 el mismo periódico publicaba un reporte acerca del impuesto a la
importación en Tampico
El arancel mexicano
«Esta ‘gran medida’, concebida y elaborada por el sagaz financiero a la cabeza del Departamento del Tesoro, violando abiertamente la constitución, que
prudentemente niega al Ejecutivo la atribución del poder legislativo que ha
sido descaradamente ejercido, ha sido rotundamente condenado por los comerciantes americanos de Tampico. Tenemos a la vista el acta de una reunión
de comerciantes americanos y de otras nacionalidades de Tampico, interesados en comerciar con Estados Unidos, celebrada el día 26 del mes anterior, en
la cual la famosa medida, tan frecuentemente alabada por los admiradores
del Secretario Walker como el non plus ultra de la sabiduría financiera, es declarada ‘injusta, antiliberal y tan inapropiada para cualquier americano, en
su corazón o en sus principios’ por imponer un arancel de no menos de 70 al
150 por ciento sobre productos americanos, mientras que los británicos (el Secretario es notorio por discriminar a su propio país y a favor de los británicos)
no es de más del 40 por ciento. Y para rematar declaran que, ‘de ser puesto
en vigor, dar á ayuda y comfort al enemigo, no de palabr a sino
de hecho’. Esto, de seguro, es lo más hiriente de todo. ‘¡Ayuda y confort al
enemigo!’ ¿Quién podría esperar eso de la eminencia gris del gabinete del Sr.
Polk? ¡De cualquier manera es gratificante ver al Doctor, recibir una dosis de
su propio médico!
»Cartas de Tampico publicadas por periódicos de Nueva Orleáns usan el
mismo lenguaje. Una de ellas expresa la opinión de que las importaciones,
que se estima valían 3,000.000 anuales en ese puerto, serán de menos de
100,000 bajo la escala de aranceles del Sr. Walker. Y aún más, ¿de esta sabia
medida, producto de una gran usurpación de poder, es que nos hemos regocijado con la esperanza de obtener suficientes recursos para sufragar por lo
menos una tercera parte de los costos de la guerra? De lo más poco convincente e impotente conclusión».
63
Pharus academiæ
Bibliogr afía
64
Bauer p. 211, 1974; Lav ender, pp. 192 y 226, 1966 y Diario del Gobierno, 1847
Ch a mberlain, Samuel E., My Confession. Nueva York: Harper and Brothers, 124. , Pacific Press Publishing House. 1887.
Frías Heriberto. Episodios Militares Mexicanos Principales campanas, jornadas, batallas, combates y
actos heroicos que ilustran la historia del ejército nacional desde la independencia hasta el triunfo
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M ayo 2010, número 6
65
Pharus academiæ
El entorno impreso
66
Ernesto Peña A lonso
Licenciado en Diseño Gráfico por la Universidad
Autónoma de Tamaulipas. Maestro en Diseño
de la información por la Universidad de las
Américas, Puebla.
1. gesture, en el inglés original
Introducción
El modo como entendemos actualmente la palabra escrita es resultado
de una evolución en varios sentidos; por un lado, el modo como entendemos el
ejercicio de leer; por otro, cómo entendemos la lectura de documentos impresos sobre diferentes sustratos; por otro, el modo como esos documentos son
producidos, reproducidos y publicados.
Desde un punto de vista muy general, el papel impreso como sustrato de
lectura ha tenido pocos cambios a lo largo de su historia, aunque podemos
afirmar que esos cambios son tan drásticos como el paso del papel a la pantalla, precisamente porque los más notorios de estos cambios se han dado en el
formato y la manipulación del documento. El historiador francés Roger Chartier (citado por Frost, 1998) asegura que este paso solo es comparable con la
invención del códice y la transición del rollo hacia este formato, dado que «en
ambos casos, se tiene una transformación de la estructura del soporte del
texto y una transformación del modo de uso,¹ de las tecnologías, de las categorías requeridas por esta estructura, dadas al texto en la mente del lector».
Frost asegura que la transición entre un formato y otro se explica casi en
su totalidad en el hecho de que el códice era producido a partir del rollo de papiro, cortando piezas cuadradas de una sola tira de hasta 3 metros para después pegarlas y doblarlas con el de facilitar su traslado en viajes largos, dando
lugar a su forma final. Dada la facilidad de doblar el papel (a diferencia del pergamino, hecho de pieles animales, e imposible de doblar) y ocultar el contenido de los documentos, se da una difusión del correo escrito, estableciéndose
una relación directa entre el códice y el género literario epistolar, ampliamente difundido por el cristianismo en Europa durante el imperio romano.
M ayo 2010, número 6
Si bien es cierto que el códice facilitó enormemente la inclusión de imágenes y que la posibilidad de utilizar ambos lados de la hoja lo hacían más económico, se debe
entender que para el lector la adopción del códice como
formato de lectura sobre el rollo, implicó mucho más que
solo economía o la facultad de doblar el sustrato de lectura: implicó un cambio de actitud con respecto a la palabra escrita, pasando de una actitud pasiva de escucha
(el rollo se relaciona con la recepción de mensajes orales
en interiores) a una actitud activa de lector y escritor. Un
fenómeno muy similar al que se da ahora con los weblogs
(blogs) y otros recursos actuales de comunicación escrita
para internet.
La evolución de la palabra escrita (en cualquiera de sus
formatos) fueron dando forma y sentaron los antecedentes de las publicaciones actuales; y esas publicaciones,
los antecedentes de los recursos de lectura y manipulación de documentos en pantalla. La orientación, experiencia de uso y estructura de información de muchas
aplicaciones actuales son, de hecho, metáforas de interfaz de la lectura en medios impresos; Wozny (citado
por Barr, Bindle y Noble, 2002) define este recurso
como «procesos de representar el sistema de la computadora con procesos y eventos ajenos a su dominio», recursos para apoyarse del conocimiento existente del usuario
para facilitar la comprensión de un sistema complejo.
Barr, Bindle y Noble definen los niveles de metaforización
en tres principales, de acuerdo con la clasificación de
Lakoff y Johnson (1980); y estos pueden aplicarse a las interfaces de lectura del siguiente modo:
a) Metáforas de orientación (aquéllas que ofrecen conceptos de dirección y orientación espacial): Percibimos
el movimiento en dirección de izquierda a derecha
como de avance, un rasgo completamente ligado a la
dirección de lectura (un rasgo cultural, por otro lado,
ya que no en todos lados se lee en este sentido); o de
arriba a abajo, dependiendo del sistema de manipulación y navegación en la interfaz.
b) Metáforas ontológicas (aquéllas que usan nuestra experiencia en el uso de objetos reales para el entendimiento de otros conceptos): Las interfaces que simulan el paso de páginas (p.ej. www.issuu.com).
c) Metáforas estructurales (aquéllas que toman las características de la estructura de un entorno para facilitar
la comprensión de un entorno ajeno): La mayoría de
los sistemas operativos (sino es que todos) están basados en metáforas de interfaces tomadas directamente
del ejercicio de la escritura y lectura (escritorio, archivos, documentos, hojas, páginas, etc.)
LA LETR A
La correcta elección de la fuente tipográfica «con sensibilidad e inteligencia», a decir de Bringhurst (2008), es
«el principio, el medio y el fin de la práctica tipográfica»
ya que «Cuando se elige mal el tipo, lo que dicen las pa-
labras lingüísticamente y lo que las letras implican se
vuelve poco armonioso, deshonesto, desafinado» (p. 29).
La apreciación de Bringhurst sobre las consecuencias de
la incorrecta elección de la letra con la que se va a diseñar
un documento puede parecer romántica, pero no errada.
La elección de la fuente correcta es seguramente, donde
comienza realmente el oficio de un diseñador editorial.
Esto es fácil de imaginar: Dado que la elección de la fuente es el punto de partida para el diseño –por ejemplo– de
un libro, elegir una fuente con recursos insuficientes y
continuar en el proyecto para darse cuenta del error en
una etapa avanzada significaría regresar a la etapa de
elección y perder el trabajo realizado; por mencionar solo
una de las posibles consecuencias.
Se podría pensar que por la enorme cantidad de fuentes tipográficas existentes, la elección de una fuente adecuada es una tarea muy compleja, pero lo cierto es que
de la oferta de tipografías disponibles, solo una pequeña
fracción se podrían considerar «de uso profesional».
Bringhurst (2008) establece tácticas y recomendaciones para este ejercicio de elección, atendiendo a las funciones que realiza la fuente en relación con el mensaje
(2008, p.31). Todos estos métodos y argumentos se pueden reducir a la atención de dos criterios de elección:
1. Criterios funcionales: Son aquellos que atienden –como
su nombre lo indica– la función, son los más importantes y deben ser los primeros en considerarse. En
este rubro se cuentan condiciones como:
a. Competencia ortotipográfica: Si la fuente tiene los
signos necesarios para el trabajo. Versalitas, números elzevirianos proporcionales y tabulares, diacríticos en los idiomas requeridos, fonéticos, signos
monetarios, etc.
b. Competencia formal. Si el diseño de la fuente tiene
las características de diseño necesarias para el trabajo. Si la fuente fue diseñada con un propósito similar al que se pretende aplicar, si la fuente puede
reducirse al tamaño que se necesita, si va a funcionar bien en el papel en el cual se va a imprimir, o el
sistema de producción al que se va a someter, etc.
2. Criterios culturales o estéticos: Que también son importantes, pero su atención debe ser precedida por
los funcionales, de nada sirve elegir una fuente bella
o estéticamente apropiada si no puede cumplir con
las exigencias de su función. En este criterio se vigila,
por ejemplo, si es que la fuente en su espíritu tiene una
coherencia conceptual o histórica con el documento
diseñado.
Bringhurst explica la disposición de estos criterios con
un ejemplo: «La mejor tipografía para un libro sobre carreras de bicicletas es, primero que nada, buena por méritos propios. Segundo, tendrá que ser una buena fuente para libros, lo cual significa buena para una lectura
67
Pharus academiæ
cómoda a una cierta distancia. Tercero, será una fuente que tenga afinidad
con el tema» (2008, pp. 113,114).
Debemos considerar que aún cuando contemos con una fuente «buena por
méritos propios», la variedad de condiciones de lectura sobre papel es muy
vasta, tan vasta como la variedad de papeles, de formatos, de tintas, métodos
de impresión, intenciones comunicativas, temas y todas sus posibles combinaciones. Cada una de estas condiciones necesita de una buena fuente que
cuente con ciertas características para cumplir su función.
Para fines de esta investigación, en esta sección se profundizará únicamente sobre la que llamamos competencia formal.
Tamaño del signo, caja de x y ancho del signo
68
Se podría decir que el diseño de la letra determina la función del documento y
la función del documento determina el diseño de la letra.
De Buen (2005, p.109) denomina valores a ciertas propiedades de la letra
como signo. Es en estos valores y su modificación (sin modificar el signo en
sí) donde radica la idoneidad de una fuente tipográfica para un determinado
tipo de condición de lectura. Uno de los valores más «incomprendidos» es el
tamaño del tipo.
En términos generales, el tamaño del tipo se mide en puntos tipográficos.
Para ee.uu. y El Reino Unido mide 0,3515 mm. En Europa continental esta
medida varía, pero para los actuales programas digitales de edición editorial
y para los lenguajes estándar postscript y truetype (y para fines de esta investigación) un punto es 1/6 de pica y 1/72 de pulgada.
El tamaño idóneo de letra para medios impresos no existe. De hecho, no
existe un tamaño idóneo de letra para ninguna de las posibles variedades
de documentos que existen; cada publicación impresa tiene sus condiciones
particulares dependiendo del lector, el sistema de impresión, el tipo de papel,
el contenido, la distancia a la que se va a leer, etc. Este valor, al no ser estandarizado para todas las fuentes tipográficas, no es del todo confiable (el único
linde tipográfico estándar es la línea base, línea normal o línea estándar establecido como norma a partir de 1905 [De Buen, 2005, p.88]). Cuando se habla
de una fuente tipográfica cualquiera a 10 pt., se está tomando la medida del
cuerpo y no del ojo, que es el índice kp del signo impreso y que suele ser más
chico que el cuerpo. Ésto, sin embargo, varía entre fuentes tipográficas y depende en su totalidad del diseño de la misma. Así, tenemos fuentes métricamente iguales, pero ópticamente muy distintas.
El valor caja de x, más confiable en términos de legibilidad (De Buen, 2005,
p.90), es más complicado de manejar, porque aunque existe como linde tipográfico, no es fácilmente medible. Por otro lado, el tamaño de la caja de x en
relación con el tamaño del ojo (índice kp/x) es relativamente fácil de notar a
simple vista, pero para un observador inexperto podría ser necesaria una referencia (índice U55). En términos prácticos, una caja de x moderadamente
grande resultaría tan legible como el utilizar una fuente tipográfica de mayor
tamaño en el mismo documento (Gualtney, 2001, p.2).
Para lograr una condición óptima de lectura entre diferentes tipos de documentos, la altura o caja de x cambiará en función de las situaciones de lec-
M ayo 2010, número 6
tura, tomando como factores el tipo de sustrato, la calidad del pigmento, el
sistema de impresión, los objetivos del documento por mencionar algunos.
En situaciones en las cuales se requiere una alta densidad de caracteres, por
ejemplo, se buscará reducir lo más posible el espacio que ocupa cada signo,
sin afectar su legibilidad. Es en estos casos que resulta particularmente útil
una caja de x alta, y es ésta precisamente la situación de documentos como la
Biblia o el diario.
Las fuentes diseñadas específicamente para Biblia (como el caso de itc
Weidemann, originalmente llamada Biblica; o Lucerna, de Altered Ego Fonts)
buscarán cumplir como objetivo primordial el de la economía. Siendo documentos muy extensos, se requiere una densidad muy grande de caracteres
por página para integrar un solo tomo; y aunque existen otros recursos para
conseguir estos objetivos (Gaultney, 2001), la reducción del cuerpo del tipo,
y el incremento del tamaño de la caja de x son dos de los más socorridos.
ITC Weidemann 6/12
69
Las condiciones de producción de este tipo de documentos permiten
(y requieren) cierta calidad y nivel de detalle en los signos tipográficos.
Como sucede en todo texto literario, la tipografía debe resultar invitante
(Bringhurst, 2008, p.31) y es justo aquí donde los criterios estéticos encuentran cabida.
El periódico, en cambio, busca cumplir otros objetivos. Debe ser económico también, pero atendiendo a las características rudas del sistema de producción (rotativa); los signos deben conservar además su integridad para la
lectura, efecto que también se puede conseguir aumentando visiblemente la
altura de x.
Es con el diario, precisamente por lo extremo de sus condiciones para la
lectura, que se dan las iniciativas más memorables en la búsqueda de la legibilidad en medios impresos.
El llamado grupo de legibilidad² de 1936 compuesto por fuentes tipográficas diseñadas para Mergenthaler Linotype (Textype, Ionic, Opticon, Paragon
y Excelsior, las últimas 4 diseñadas por Chaucey H. Griffith, en ese momento
director de la fundición) (Tr acy, 2003, p.182) específicamente para soportar los rigores del proceso de impresión de periódico tienen en común, entre
otros rasgos, una caja de x que podríamos considerar muy alta. Algunas de
estas fuentes (como Excelsior), a pesar de haber sido diseñadas durante la
década de los años 30 del siglo pasado siguen vigentes e incluso populares
(Spiekermann & Ginger, 2003, p.61). En este tipo de fuentes, la vena estética está detrás de la función pero no deja de estar presente, es en esa vena estética donde radica el secreto de las sutiles diferencias entre una fuente y otra.
2. Legibility group
Pharus academiæ
LT Excelsior 6/8
LT Corona 6/8
Ahora bien, el diario puede ser el medio más exigente para la producción y
lectura de material impreso, pero definitivamente no es el único. Con la aparición de la impresora casera, se hizo necesario diseñar fuentes tipográficas específicamente para este medio. Tal es el caso de Charter, diseñada por
Matthew Carter en 1993 específicamente para impresoras láser (Linotype,
2009) y dotada también con una caja de x generosa.
ITC Charter 6/8
70
Carter desarrolla el diseño de Charter basado en el trabajo de Dwiggins y su
fórmula m³ una técnica de compensación visual de curvas para tamaños reducidos que nunca fue completamente desarrollada.
Fue el mismo Carter quien diseña Bell Centennial, una fuente sans-serif
muy económica para lectura de textos cortos en tamaños muy reducidos,
como es el caso de un directorio telefónico. De nuevo, con una caja de x muy
alta para soportar la reducción del cuerpo de la fuente.
3. M-Formula
Bell Centennial 6/8
M ayo 2010, número 6
El libro, por otro lado, tiene más espacio para cumplir sus objetivos porque el
medio no es tan exigente. Una buena fuente para libro permitirá una lectura
fluida y agradable, porque es esa precisamente su función. En el libro es posible cuidar que factores como el tamaño de la letra, la calidad del proceso de
producción o el papel sean óptimos; y es posible diseñar y elegir fuentes tipográficas con más influencia estilística.
El aumento en la altura de la caja de x en las situaciones mencionados anteriormente tiene como obvia consecuencia la reducción de los ascendentes y
descendentes, y estos rasgos (como ya se trató en este mismo documento) tienen una influencia positiva en el reconocimiento de las palabras, y por ende
en la legibilidad (Tr acy, 2003, p.190) e incluso en la velocidad de lectura, ya
que existe evidencia de que las letras con caja de x grande podrían ser de lectura más lenta por tener formas de palabra más débiles (Gaultney, 2001, p.2).
Las fuentes para libro buscarán conservar entonces lo mejor de ambos valores: caja de x y ascendentes y descendentes moderadas. Estos rasgos pueden
percibirse en Palatino, diseñada por Hermann Zapf en 1948, que es actualmente «la más usada de las fuentes neohumanistas entre los profesionales y
amateurs de la tipografía» (Bringhurst, 2008, p.277). Palatino fue diseñada
originalmente como fuente display, pero se le adaptó para fuente de texto;
Aldus en cambio (del mismo Zapf) nació como fuente para textos y se podría
decir que en muchos casos es mejor para este propósito (p.278).
Palatino 8/10
71
Estos mismos criterios pueden aplicarse para revista u otros documentos que
no cuenten con limitaciones técnicas para su diseño.
Existen también tipografías con caja de x con una altura por debajo del
promedio, pero la aplicación de estas será principalmente en tipografías display, pensadas para títulos o para tamaños superiores a los de lectura de libro
o revista.
En la siguiente tabla se muestra la relación entre ciertas situaciones o condiciones de lectura y la caja de x de la fuente diseñada para la misma.
Condición de lectura
Contraste: máximo/mínimo
Títulos
Textos de lectura
Periódico
Señalización
Lectura en pantalla
Georgia
Verdana
Myriad
Swift
Palatino
Didot
2,393
1,125
1,157
1,833
2,405
7,142
Pharus academiæ
La amplitud de las contraformas⁴ tiene relevancia también en la elección de
la fuente tipográfica. De hecho, Gaultney reporta que diversas investigaciones coinciden en concluir de que mientras mayores sean las contraformas de
una letra, más legible será la misma (Gaultney, 2001, p.4). Sin embargo, esta
búsqueda por amplitud no deberá afectar la forma básica de la letra como
para hacerla irreconocible o ilegible.
Aparentemente, este criterio dejaría fuera de consideración a las tipografías de formas condensadas, pero se debe recordar que el motivo original de
las tipografías con dichas características, desde su aparición en el s. xviii y
su popularización con las didonas, fue la economía, más que la legibilidad;
aunque, a pesar de que «la formas condensadas no son absolutamente necesarias para la economía» (Gaultney, 2001, p.8) pueden ser de gran ayuda.
4. «El espacio en blanco encerrado en el diseño
de la letra» (Bringhurst, 2008, p.373)
Bodoni book 8/10
72
De acuerdo con Gaultney, «El mayor riesgo en el diseño condensado es condensar todo». En su momento, Dwiggins demostró que es posible –y hasta
deseable– considerar una «condensación selectiva» para conservar la economía sin sacrificar legibilidad: Las letras de contraformas «parciales» como la
a, f, r, s, c o t, se pueden comprimir al máximo posible evitando sacrificar sus
propiedades formales. A las letras de contraforma «completa» como b, d, g, o,
p, o q se les otorga toda la amplitud que requieren. Las fuentes de trazo diagonal como la v, w, x e y se pliegan sobre sí mismas y se respeta en la medida de
lo posible el espacio interior de la m y la n. Estos ajustes le dan a la fuente una
apariencia relajada, aún cuando exista cierta compresión.
LT Olympian 6/8
M ayo 2010, número 6
Contraste
Así como existe una relación entre las situaciones específicas de lectura y la
caja de x, existe también una relación con el contraste.
Si bien es cierto que hay muy poco respaldo teórico sobre la relación entre
el contraste y la legibilidad, y que existen opiniones divididas sobre el tema
(Gaultney, 2001, p.3), la experiencia y ejercicio de diseñadores tipográficos
y editoriales a los largo de años de existencia de la disciplina nos da ciertas
nociones.
Como ya se estudió anteriormente, en situaciones de texto donde se requiere economía, los recursos más socorridos son la disminución del tamaño del cuerpo de texto aumentando la caja de x para retener legibilidad, y la
compresión o condensación de algunos signos. Sin embargo, estos recursos
pueden resultar inútiles cuando el contraste de la tipografía no es el más conveniente.
Si bien es cierto que el contraste le da «viveza» y «brillo» a una fuente
(Geldermann, 1999, p.100),⁵ en situaciones de lectura de textos de tamaño
reducido, es recomendable usar fuentes tipográficas con un contraste bajo,
de lo contrario se corre el riesgo de que los rasgos delgados se pierdan en la
impresión, restándole legibilidad al signo. Ahora bien, debe entenderse que
no existe un contraste (métricamente) nulo en ningún caso. En el caso de las
fuentes sans-serif o mecanas (las que más comúnmente manejan contrastes
muy bajos o presumiblemente nulos), los trazos verticales son más gruesos
que los horizontales para que puedan percibirse iguales. Esto es un efecto óptico (De Buen, 2005, p.113), y al mismo tiempo un criterio de diseño tipográfico (Cheng, 2006, p.116). Sin embargo, aunque esta compensación óptica no
fuera necesaria, Gaultney reporta que en la opinión de Jan Tschichold y otros
expertos, un contraste tan bajo como para considerarse (ópticamente) nulo
afectaría la legibilidad.
1:1,04
5. «Contrast is, roughly speaking, what makes a
font lively, brilliant if you wish.»
73
1:1,04
Futura
Podemos encontrar en dos ejemplos de fuentes diseñadas –y aplicadas– para
tamaños reducidos, el criterio de reducción de contraste. En el caso de la ya
mencionada Bell Centennial, diseñada por Carter para directorio telefónico se
da un contraste extremadamente bajo, pero no es propiamente un texto de
lectura continua, sino solo de consulta; e itc Weidemann, diseñada para literatura en tamaños muy reducidos (como la Biblia), tiene también un contraste muy bajo, pero aun perceptible.
Pharus academiæ
De derecha a izquierda:
Bell Cennterial, ITC Weidemann
En el periódico, el criterio es similar al de los textos de tamaño reducido por
la baja calidad del sustrato de impresión y lo agresivo del proceso de producción. Con la intención de evitar a toda costa trazos delgados que puedan sufrir en la rotativa, el contraste se reduce al mínimo, pero no se elimina por
completo.
74
De derecha a izquierda:
Excelsior, Swift
Esta relación entre el contraste y la calidad del sustrato recibe su validación
en la evolución de la tipografía desde la invención de la imprenta a mediados
del s. xvii hasta la actualidad. El contraste en el diseño de la tipografía aumentó de las fuentes humanistas o renacentistas a las garaldas o barrocas,
a las reales o neoclásicas y hasta llegar al extremo con las didonas o románticas. Ésto responde a varias razones: El gradual desapego del diseñador tipográfico a las formas caligráficas, ya innecesarias después de la imprenta;
la influencia del estilo artístico de la época, y la calidad del papel para impresión. Con respecto a este último factor, podemos afirmar que el contraste
fue aumentando en la medida que la calidad del papel lo hacía posible. Es esa
misma lógica la que se aplica actualmente con el periódico y la relación entre
las fuentes diseñadas para este medio y el papel extremadamente poroso de
la rotativa.
Diferencias de contraste entre humanistas y
didonas.
M ayo 2010, número 6
En libro, revista, y otros medios donde la calidad del papel puede vigilarse con
más recelo, es posible aumentar el contraste sin llegar a los extremos, pero
un contraste moderado es algo muy difícil de definir. Gelderman afirma, por
otro lado, que existe un acuerdo general del rango óptimo de contraste para
tipografías con remates: «algo entre 2 y 3,5» (Gelderman, 1999, p.100); donde los valores se obtendrán de la diferencia entre los trazos verticales y los horizontales. Basándose en este criterio, Times y Bembo tendrían un contraste
de 2, Van Dijck un contraste de 2,75 y Garamond (se desconoce la versión) un
contraste de 3.
De Buen (2005) usa un criterio similar para determinar el valor numérico del contraste de una fuente basado en la diferencia entre los trazos más
delgados y los más gruesos de las letras de caja alta (ca)y caja baja (cb) (mayúsculas y minúsculas); y mide de este modo el contraste de fuentes como
Univers 55 (ca=1,196/cb=1,371), Palatino (2,714/2,133), Frutiger (1,228/1,310),
Elegant garamond (2,647/2,303) y Times New Roman (2,595/2,371); pero no se
aventura a establecer un rango de contraste ideal para ningún medio. Podemos, sin embargo, en los datos que presenta De Buen, observar y comparar el
contraste que presenta Palatino, (fuente que como ya se dijo, es la más usada
actualmente, y por ende, la más leída) contra fuentes con contraste muy bajo
(Helvetica, Frutiger) y Basilia, una fuente de proporciones de didona con un
contraste muy grande; encontraremos un valor muy cercano al punto medio:
un contraste moderado.
75
Las fuentes de contraste muy alto lucen en tamaños grandes. Por lo menos,
suficientemente grandes para que todos sus trazos sean como mínimo, reconocibles. Una fuente de contraste alto en un tamaño reducido se volverá ilegible cuando sus trazos finos se pierdan en la impresión. Por el contrario, a un
tamaño grande, estos dejarán mostrar todos sus detalles.
Presencia o ausencia de remates
Existe una discusión basada más en el sentido común que en conocimiento
fundamentado sobre la conveniencia o inconveniencia del uso de fuentes con
remates que se inclina ligeramente hacia considerar que la fuentes con este
rasgo son más legibles que las sans-serif (Gaultney, 2001). Pero también hay
opiniones deterministas con conocimiento de causa: «Las fuentes sans-serif
son intrínsecamente menos legibles que las fuentes con remates [...] porque
algunas de las letras se parecen más entre ellas [...] y la certeza en el desciframiento (de dichas letras) disminuye» (McLean, 1980); «Los remates tienen
un rol importante en la leibilidad (lecturabilidad) de la tipografía, proveyendo
[...] acentuación a las terminaciones de los trazos que puede ayudar al lector
a leer más rápido y evitar la fatiga» (Rubinstein, 1988); «El cuerpo de texto
debe ser formado en tipografía con remates si el diseñador pretende que sea
Pharus academiæ
76
leído y sea comprendido» (Wheildon, 2005).
Por otro lado, en su estudio de 2005, Serifs and font legibility, Arditi y Cho
encuentran que la legibilidad no se ve modificada solamente por la presencia
o ausencia de remates.
Se cree que las fuentes que carecen de remates suelen permitir una reducción mayor que aquellas que cuentan con este rasgo, pero también es cierto
que las fuentes sans-serif por lo general tienen un contraste muy bajo. Probablemente es por estas razones que es común encontrar la sugerencia de usar
fuentes sin patines para textos de tamaño muy reducido, siempre y cuando
estos no sean de lectura continua, dado que es posible (pero no totalmente
seguro) que los remates ayuden al lector a seguir la lectura en líneas de texto
relativamente largas y permitan una lectura más rápida o efectiva (Arditi &
Cho, 2005, p.2927).
De nuevo, Bell Cenntenial e itc Weidemann serviran como ejemplo. Una,
Bell Cenntenial (sin remates), usada para líneas muy cortas, del mismo tipo
que podría verse en un pie de foto o una nota breve; la otra, itc Weidemann
(con remates discretos) usada para texto de lectura continua.
Las fuentes diseñadas para lectura a tamaños regulares (de 8 a 12 puntos
dirán algunos, aunque ya hemos visto que esa consideración sería bastante
inexacta) donde los detalles de los signos son más perceptibles, pueden ser
elegidas tomando en cuenta su remate con un criterio más libre y personal.
Tracy (2003) asegura que para el diseño tipográfico, la forma del remate es
más bien un asunto de elección, uno de los pocos factores que le dan a las
nuevas tipografías su individualidad (excepto claro, en los casos en los que el
remate es demasiado delgado, como en el caso de las tipografías didonas, románticas o modernas [ver contr aste en este mismo capítulo]). Pero no así
su longitud, que dependerá completamente del espaciado interletra.
Las opciones de forma del remate son suficientes para tener una inmensa
variedad de fuentes tipográficas distintas y reconocibles en combinación con
el resto de los rasgos ya mencionados (caja de x, contraste...) y otros que quedan fuera de esta investigación (color tipográfico, centro óptico vs. centro métrico, etc.).
A pesar de que el remate es un asunto de elección, en ciertas situaciones, la forma de los remates puede ser un factor influyente en la legibilidad
(Gaultney, 2001). Miles Tinker (citado por Gaultney, 2001) asegura –por
ejemplo– que las fuentes con remates voluminosos pueden llegar a causar
afectación en la misma. Pero para condiciones de producción con sustratos
de baja calidad (como el caso del periódico), son precisamente este tipo de remates (los de las tipografías mecanas o egipcias) los más indicados, dado que
retienen su forma en condiciones extremas de impresión, y por ende, sus propiedades. No olvidemos que a pesar de sus carencias, el periódico es un medio
para lectura continua y la conservación del remate es importante.
Todos estos factores se ven reflejados en la aplicación de tecnologías como
el Multiple Master (mm) generado por Adobe, o más recientemente las versiones ópticas de las fuentes profesionales de esta misma fundición digital.
Formas de serifs, como lo expone Tracy en
Letters of credit.
De izquierda a derecha:
Corona, Excelsior, Olympian, Clarendon, Ionic,
Swift, Warnock
M ayo 2010, número 6
La tecnología mm fue un aumento de propiedades del formato Type 1 (t1); un
programa que incorporaba a la fuente un protocolo de interpolación de características propias de los signos. Así, de una sola fuente primaria, se podían
modificar las propiedades de una fuente en cuatro ejes de diseño: Peso o color
tipográfico (grosor), ancho del signo, tamaño óptico y estilo (que incluía variaciones del mismo: De sans-serif a serif, de contraste alto a bajo, y algunas
otras modificaciones ornamentales), generando –potencialmente– miles de
instancias individuales.
El diseñador tipográfico generaba ejes entre los cuales eran interpoladas
las propiedades del signo. Para el eje de tamaño óptico, (de acuerdo con el manual de diseño tipográfico para mm) existía un protocolo específico:
«Para tamaños de cuerpo grandes, el espacio interior de los caracteres (contraformas) se cierran [...], los remates se vuelven más finos y el contraste del
trazo aumenta, el peso general se hace más liviano y la caja de x disminuye
gradualmente, para tamaños chicos, se hacen ajustes en sentido opuesto»
(Adobe Systems, 1997, p.18)».
Estos ajustes en sentido opuesto serían:
«Formas abiertas en tamaños pequeños porporcionan más espacio para las
características importantes de cada letra, las contraformas son críticas para
la legibilidad./Espacio interletra aumentado [...]/El contraste reducido fue el
sello de muchos periódicos del siglo x x [...]/ Peso general más fuerte es bastante común en tamaños chicos [...]/Remates sólidos y magnificados [...]
(Gaultney, 2001, p.30; refiriéndose a las características de Times New Roman)».
77
La tecnología mm permitía al diseñador hacer un ajuste fino en la interpolación de valores de cada eje de diseño. Esto generaría mucho mejores resultados y control de las situaciones de texto.
El mapa generado por esta interpolación «de autor» nos permitiría entender de un modo más gráfico el comportamiento de los mencionados valores
de la tipografía en situaciones específicas, y no solo para la tecnología mm.
Tabla de nomenclaturas según tamaño.
Display
Subhead
Regular
Caption
Puntos
6
12
18
24
30
36
42
48
Adobe eventualmente abandonó el uso del mm por problemas de marketing
hacia adentro de la misma empresa y porque consideraron que los usuarios
nunca utilizaron los recursos de interpolación de las fuentes. Pero, en la tecnología OpenType se incorporó algo de las ventajas del mm: versiones de la
misma fuente con variaciones de características dependientes del tamaño de
54
60
66
72
Pharus academiæ
la fuente conocidos como ópticos, dispuestos por diseño para usarse dentro
de ciertos rangos (inexactos, ya que pueden variar dependiendo del diseño de
la fuente):
Versión caption (para su uso entre 6 y 8 puntos)
Versión regular o texto (para su uso entre 9 y 13 puntos)
Versión subhead (para su uso entre 14 y 24 puntos)
Versión display (para su uso entre 25 y 72 puntos)
Versión póster (para su uso en tamaños superiores a 72 puntos)
Estas categorías, (salvo la versión póster) son heredadas del sistema mm y por
ende, siguen los mismos criterios, alterando valores como la caja de x, el contraste, el peso general de la fuente y las contraformas, dependiendo del tamaño y del uso de la fuente. Al seguir estas sugerencias de uso, el diseñador estaría cumpliendo con un legado de siglos de experiencia tipográfica.
LÍNEA DE TEXTO
En su momento, Tinker presentó una propuesta de longitudes de línea para
textos de lectura suficientemente conveniente como para convertirlo en una
convención e incluso un estándar en el sentido común de los diseñadores editoriales: 10 palabras por línea, nunca más de 12. Este criterio es compartido
por Müller-Brockmann y seguramente por otros.
Desgraciadamente, la unidad palabra por línea es muy poco exacta por varias razones:
78
1) La cantidad promedio de letras por palabra es diferente dependiendo del
idioma.
Para ilustrar este punto se recurrió a un ejercicio muy sencillo: se tomó el mismo texto traducido a tres idiomas (español, inglés y alemán). Dicho texto fue
el Génesis debido a la facilidad de encontrar traducciones, posteriormente se
ingresó a un procesador de texto que contara la cantidad de caracteres y la
cantidad de palabras totales del texto. Al dividir estas dos cifras, tendríamos
la cantidad promedio de caracteres por palabra de ese texto específico. Este
ejercicio, aunque inexacto y posiblemente influido por otros factores (la calidad de la traducción o el estilo literario) resulta suficiente para demostrar
este punto.
En este ejercicio, el español tendría un promedio de 4 caracteres por palabra; el inglés, 4,2 (5% más que en español) y el alemán 4,5 (12,5% más que en
español). Si tomamos como base los cálculos de Tinker, para determinar la
cantidad de caracteres por línea debemos tomar la cantidad de letras por palabra de cada idioma y multiplicarlas por las palabras del rango (10 y 12) para
después sumarle la misma cantidad de espacios que habría de palabras. Los
resultados, evidentemente variarían:
Español: entre 50 y 60 caracteres (10×4+10/12×4+12)
Inglés: entre 52 y 62,4 caracteres (10×4,2+10/12×4,2+12)
Alemán: entre 55 y 66 caracteres (10×4,5+10/12×4,5+10)
Como se puede observar, entre los rangos del idioma alemán y el idioma
español habría una palabra completa de diferencia.
2) No todas las palabras, aún en el mismo idioma, tienen la misma cantidad
de letras.
No hace falta ahondar mucho en este punto, 10 palabras cortas harán una línea insuficiente y 10 palabras largas harán una línea excesiva. Probablemente
sería más apropiado indicar un promedio de 10 palabras por línea para cualquier texto, pero sería muy complicado calcular la línea antes de la formación.
M ayo 2010, número 6
Se antoja muchísimo más preciso tomar para estos fines la unidad caracteres por línea (cpl) .
Baines & Haslam (2002) indican un rango entre 45 y 75 cpl como aceptable
y 65 como óptimo. Bringhurst (2008) coincide, pero es mucho más específico,
indicando que ese rango (entre 45 y 75 cpl) es aceptable para textos monocolumna compuestos en fuentes con remates, siendo 66 el óptimo; incluidos
espacios y puntuación. Si tabulamos estos valores:
Caracteres por línea
M í n i mo
45
Óp t i mo
65
M á x i mo
75
Caracteres por línea según Baines & Haslam y
Bringhurst
Para calcular el valor métrico de la línea y cumplir las condiciones de cpl,
Bringhurst propone el uso de una tabla denominada «Número promedio de
caracteres por línea» incluida en su libro The elements of typographic style. Por
medio de esta tabla, se compara la longitud en puntos de los caracteres del
alfabeto occidental en minúsculas (Jorge De Buen llama a esta medida lca)
–abcdefghijklmnopqrstuvwxyz, al tamaño al que se compondría el texto–,
contra diferentes anchuras de columna en picas. Una propuesta muy efectiva,
pero que requiere el insumo de la tabla.
Bringhurst también propone tomar el tamaño del cuerpo de texto y multiplicarlo por 30 como constante, pero el resultado de esta operación jamás
será del todo controlable ya que variará en función del diseño de la fuente
tipográfica. De Buen también propone el uso de una fórmula aritmética que
resulta más precisa que la anterior pues considera el valor lca de la tabla de
Bringhurst como un factor. Consiste en multiplicar lca por valores constantes, siendo l=1,75 para lectura óptima (45 cpl de acuerdo a De Buen) n=0,75
como un valor mínimo (34 cpl) y m=1,5 (es muy probable que este dato sea
erróneo en el libro, ya que es menor a la constante para lectura óptima, en su
lugar debería considerarse 2,5 para aproximadamente 68 cpl). Estos valores
quedarían representados en la siguiente tabla:
Altos lectores
79
Bajos lectores
M í n i mo
34
45
Óp t i mo
45
60
M á x i mo
60
80
Como se puede observar, aparentemente existen discrepancias entre las tablas de Bringhurst y De Buen, y la razón de esto esta en la taxonomía de tipos
de lector que hace el segundo autor.
De Buen divide a los lectores en dos categorías, altos y bajos lectores. Un lector alto será aquel que tenga mucha experiencia como lector, un lector bajo
habrá leído relativamente poco durante su vida. De Buen explica que la razón para dividirlos de este modo viene de la necesidad de estímulos de lectura que tiene cada tipo de lector: Cuando un individuo aprende a leer, lo hace
primero identificando los signos, y relacionándolos con un sonido, el estímulo
vendrá cada vez que identifica correctamente una letra; después pasa a pequeños grupos de letras (las sílabas), luego palabras completas que se relacionan con significados, etc. Leer es un ejercicio extremadamente complejo
(De Buen, 2005).
Esta idea de los estímulos podría ilustrarse con el siguiente caso: Si a un
Tabla de caracteres por linea de acuerdo al tipo
de lector según Jorge De Buen (2005, p. 156)
Pharus academiæ
niño que debe hacer un ejercicio escrito de planas de letras se le diera la opción de hacerlas línea por línea o columna por columna en un cuaderno de
forma italiana (apaisada), seguramente este elegiría hacerlas por columna,
sabiendo que son más columnas que líneas. Aún cuando la cantidad de letras
en la página vayan a resultar ser las mismas en ambos casos, el niño sentirá
que avanza más donde encuentra más estímulos. Si se le presentara el mismo
caso con un cuaderno de forma francesa (vertical) seguramente preferiría hacer las planas por línea y no por columna.
Conforme un lector va aumentando su entrenamiento de lectura y su experiencia, los estímulos se van haciendo menos frecuentes y necesarios, pero no
dejan de existir. En palabras del De Buen:
«Definir la extensión de los renglones es una de las tareas críticas en el plan
editorial, porque la cuenta de caracteres por renglón incide en que un libro
fatigue en mayor o menor medida a sus lectores. El lector recibe un estímulo
cada vez que termina un renglón. Cuando las líneas son demasiado anchas,
esta estimulación sucede escasamente y la lectura resulta ardua, Si, por el
contrario, los renglones terminan demasiado pronto, el lector debe hacer
un esfuerzo excesivo para mover el ojo de un lado al otro» (De Buen, 2005,
p.156)».
80
Bajo estos principios, un bajo lector necesitaría más estímulos, y por ende,
una línea más corta. Un alto lector, por el contrario, podrá llegar a leer hasta
80 cpl. El diseñador deberá tomar en cuenta estos criterios y aplicarlos según sea el caso: «Los criterios de legibilidad no pueden ser fijos, sino dependientes de la obra que ha de formarse y, por lo tanto, de sus destinatarios» (De
Buen, 2005, p. 157).
Si unificamos los criterios de De Buen y Bringhurst en una sola tabla (haciendo algunos ajustes) tendríamos lo siguiente:
CPL
BAJO LECTOR
ALTO LECTOR
Cpl m í n i mo
38
45
Cpl óp t i mo
45
66
Cpl m á x i mo
66
75
Aplicando ajustes también en los valores de la fórmula que presenta Jorge de
Buen se proponen las siguientes fórmulas:
CPL
BAJO LECTOR
ALTO LECTOR
Cpl m í n i mo
l ca × 1,35
l ca × 1,55
Cpl óp t i mo
l ca × 1,55
l ca × 2,25
Cpl m á x i mo
l ca × 2,25
l ca × 2,55
Evidentemente, estos valores no serán infalibles (el margen de error es de +/- 1
caracter) pero son sencillos de memorizar y no requieren de tablas. He aquí
un ejemplo:
Adobe Caslon Pro 10/12 lc a (abcdefghijklmnopqrstuvwxyz)= 120,273 puntos
= 10p0,273
M ayo 2010, número 6
Lca × Cpl mín. bl= 10p0,273 × 1,35 = 13p4,41= 13p6 (redondeado)
Lca × Cpl ópt. bl= 10p0,273 × 1,55 = 15p4,45= 15p6 (redondeado)
Lca × Cpl máx. bl= 10p0,273 × 2,25 = 22p4,59= 22p6 (redondeado)
Lca × Cpl mín. al= 10p0,273 × 1,55 = 15p4,45= 15p6 (redondeado)
Lca × Cpl ópt. al= 10p0,273 × 2,25 = 22p4,59= 22p6 (redondeado)
Lca × Cpl máx. al= 10p0,273 × 1,55 = 25p4,65= 25p6 (redondeado)
Columnas
La disposición del texto en columnas surge como un recurso funcional para
problemas de economía y legibilidad. Las biblias impresas por Gutenberg
(considerados los primeros libros de la historia de la imprenta) estaban ya dispuestas en dos columnas.
Las columnas múltiples nacen de la necesidad de emplear caracteres pequeños en superficies de papel grandes conservando la legibilidad, estas mismas condiciones se hallan en el periódico prácticamente desde su invención
y más recientemente, en las revistas. Al no ser un recurso estético, las columnas múltiples deberán cumplir las mismas condiciones que los textos de una
sola columna y apegarse a las mismas reglas.
Bringhurst afirma que un rango entre 40 y 50 cpl es bastante aceptable, y
De Buen aumenta el intervalo a entre 45 y 60 cpl, valores que de algún modo
coinciden con los rangos propuestos para un bajo lector. Si consideramos que
De Buen considera que:
«Las revistas, los diarios y el material publicitario deben asirse a los óptimos
[...] ya que es indispensable que seduzcan al perceptor. Por esa razón, estos
impresos se suelen dividir en dos o más columnas.
»[...]los perceptores poco experimentados pierden con mucha facilidad la
secuencia de sus renglones (hablando del libro). Para esos lectores se escriben
artículos cortos y se construyen párrafos breves, como los de los periódicos.
Los textos se exhiben en columnas estrechas y, de preferencia, con caracteres
grandes» (De Buen, 2005, p.157).
Los óptimos a los que se refiere De Buen son precisamente los establecidos
para bajo lector (45 cpl). Tomando estos como referencia y los propuestos por
Bringhurst, podemos aplicar la tabla anteriormente presentada considerando los valores de bajo lector para formación de columnas múltiples:
CPL
MULTICOLUMNA
MONOCOLUMNA
Cpl m í n i mo
38
45
Cpl óp t i mo
45
66
Cpl m á x i mo
66
75
Interlineado
El interlineado es definido por Bringhurst como «la distancia entre una línea
de base de un renglón y el siguiente» y explica que de la correcta elección de
este linde depende «el ritmo vertical» de toda la página (2008, p. 46). De Buen
lo cataloga por obvias razones como «un factor de la mayor importancia»
(2005, p. 205) que en ocasiones resulta extremadamente complicado de definir.
Como punto de partida, De Buen especifica que se debe buscar que el espacio sea lo más amplio posible sin llegar a dividir los renglones como unidades
individuales (2005, p. 205).
81
Pharus academiæ
La gran mayoría del software de edición editorial maneja un parámetro fijo
para el interlineado del 20% sobre el cuerpo del tipo. En otras palabras, si en
un programa como Adobe InDesign, QuarkXpress o Scribus se elige un tamaño de letra de 10 puntos, se establecerá un interlineado automático de 12 puntos; si el tamaño se define en 8 puntos, el interlineado será de 9,6; y si fuera de
12 puntos, el interlineado quedaría en 14,4. Esto significa que el interlineado
será fraccionario en todos los casos, a excepción de los 10 puntos de cuerpo
(12 puntos de interlineado), dado que las opciones no son tantas para cuerpos
de texto de lectura regular (aproximadamente entre 9 y 13 puntos [Adobe,
1997]). Es posible que esta constante en el establecimiento del interlineado de
los programas de edición digital venga de la convención de las interlíneas de
2 puntos, que en ningún caso puede tomarse como regla fija (De Buen, 2005)
debido a la variedad de factores que pueden afectar dicha medida y que deben
ser considerados.
El diseño de la letra: Un letra con caja de x amplia (comunes en periódico) se
percibe más grande, y por ende exige un interlineado mayor. El mismo
caso se da con fuentes de contraste muy marcado, como es el caso de las
didonas.
El espacio entre palabras: El espacio entre palabras (eep) tiene una relación directa con el idioma en el cual se forma un texto. Bringhurst explica que
en idiomas con muchas inflexiones (como el latín o el español) se puede
utilizar un espacio entre palabras que podríamos considerar discreto. Con
respecto a este punto, De Buen (2005, p.192) afirma:
«Entre las palabras debe dejarse el menor espacio posible, apenas lo suficiente para que los vocablos se distingan como piezas individuales. El resultado
debe ser una “tipografía compacta” donde los espacios entre los vocablos
no se aprecien al primer golpe de vista, sino hasta que el lector concentra su
atención en el texto para luego similarlos de manera inconsciente».
82
Bringhurst afirma: «En inglés y otros lenguajes sin inflexión, un buen espaciado entre palabras marca la diferencia entre una línea que hay que descifrar y una línea que se puede leer eficazmente» (2008, p. 34). De Buen cita a
Tschichold con respecto a este punto: «Nuestras letras de hoy [...] pierden cohesión si se adopta un espaciamiento [...] amplio. La regla debería ser tres por
cuadratino, inclusive algo más compacto; incondicionalmente y no solo en libros» (Bringhurst, 2008, p.34).
El hecho que los tres expertos (Bringhurst, De Buen, Tschichold) además
presentan recomendaciones para el espaciado de su propio idioma, pone en
evidencia sus circunstancias particulares y nos permite compararlos:
Tabla de espacios entre palabra según autor e idioma (De Buen,
2005, p. 194; Bringhurst,
2008, p. 34)
De Bu e n (esp)
Br i ngh u r st (eng)
Tsch ichol d (ger)
e e p m í n i mo
m/8 (12,5%)
m/5 (20%)
m/4 (25%)
e e p óp t i mo
m/5 (20%)
m/4 (25%)
m/3 (33%)
e e p m á x i mo
2m/5 (40%)
m/2 (50%)
2m/3 (66,7%)
Como se puede observar, el espacio óptimo requerido por el español es inferior al requerido por el inglés y el alemán, más o menos en la misma proporción que la cantidad de caracteres por palabra presentada anteriormente en
esta misma investigación. Esto no es coincidencia, el inglés y el alemán son
idiomas aglutinantes (el alemán en mucho mayor medida) y en ambos casos
es relativamente común que se formen palabras compuestas, y es necesario
hacer muy evidente la diferencia entre estas y las que no lo son.
M ayo 2010, número 6
Ahora bien, en los casos cuando el espacio entre palabras aumenta, también la interlínea deberá aumentar.
Anchura de columna: «Mientras más ancha sea la columna, mayor debe ser el interlineado, de manera que el
ojo no se pierda al buscar el inicio de la siguiente oración» (De Buen, 2005, p. 207)
Márgenes: Se recomienda que en páginas con blancos
abundantes el interlineado sea amplio, si por el contrario, los márgenes son reducidos, el interlineado
deberá disminuir para evitar que la página se perciba
amontonada.
FORMATO
La denominación formato en medios impresos se define
como sigue de acuerdo con el Diccionario de la Lengua
Española en su x xii edición: «Tamaño de un impreso, expresado en relación con el número de hojas que comprende cada pliego, es decir, folio, cuarto, octavo, dieciseisavo,
o indicando la longitud y anchura de la plana». De Buen
aclara: «Cuando nos referimos a las dimensiones de un
libro, en cuanto a su ancho y su largo, estamos hablando
de su formato o, más propiamente, de su forma [...] Por
extensión [...] se conoce como formato la colocación del
texto dentro del papel...». El mismo De Buen define el diseño de la página como «una de las partes más intrincadas del diseño editorial» (2005, p. 135).
Desde un punto de vista estrictamente técnico, no
existe limitantes o consideraciones particulares para
elegir las proporciones de una página (excepto acaso en
el caso de que la página sea tan larga que supere el tamaño del pliego). Pero la formación editorial no se ciñe
8.a
7.a mayor
7.a menor
6.a mayor
6.a menor
5.a
1:2
8:15
9:16
3:5
5:8
2:3
1:2
do – do
1:1,875
1:1,778
1:1,667
1:1,6
do – si
do – si
do – la
do – la
1:1,5
do – sol
5.a dism.
cuadrado doble
libros angostos
~1:
do – sol
1:√2
página autoreplegada
1:1,414
5.a aum.
4.a
solo a consideraciones técnicas, también valora cuestiones económicas y artísticas (De Buen, 2005, p. 135). La
tipografía guarda una relación directa con los tamaños
estandarizados de papel por conveniencia (evidentemente económica y de administración de recursos), y éste es
solo uno de los factores que hace que la elección de formato (sobre todo en el caso de libro) no sea del todo libre
(Bringhurst, 2008, p. 167). Sin embargo, dentro del reducido espacio que es la página, hay suficiente campo de
acción para el diseño.
Si bien es cierto que –superadas las cuestiones técnicas–, la página como el espacio, pueden ser de cualquier
proporción, hay algunas que resultan particularmente
agradables. Son estas las que se ven repetidas a lo largo
del tiempo por la preferencia de tipógrafos por ser «agradables al ojo y a la mente» así como ciertas dimensiones
recurrentes por ser «cómodas a la mano».
Bringhurst divide todas estas proporciones y tamaños
en tres grandes categorías y las nombra orgánicas, mecánicas y musicales (2008, cap.8,1) refiriéndose por orgánicas a aquellas que se dan en la naturaleza, que surgen
de formas geométricas simples y que «son frecuentes en
manuscritos y libros de la Europa del renacimiento, las
dinastías chinas de Táng y Sòng, el Egipto temprano, el
México precolombino y la antigua Roma» (p.168). La preferencia por las mismas probablemente estiba en que son
las más sencillas de entender y por ende de reproducir,
dado que las construcciones de pensamiento abstractas
(como la música) requieren conocimientos más complejos. Por esta misma razón, aunque valdría la pena revisar
las propuestas de proporciones musicales que presenta
Bringhurst en su texto, éstas serán omitidas.
do – fa
3:4
1:1,333
do – fa
3.a mayor
3.a menor
2.a mayor
2.a menor
4:5
5:6
8:9
15:16
1:1,25
1:1,2
1:125
1:1,067
do – mi
do – mi
do – re
do – re
unísono
1:1
1:1
do – do
~ :2
libros anchos
página cuadrada
Tabla de proporciones en la página como intervalos musicales de Bringhurst (2008, p.171)
83
Pharus academiæ
La variedad de opciones presentadas en la obra de Bringhurst requieren criterios para su uso, la ausencia de límites no necesariamente facilita la elección
de las proporciones de la página, dada la enorme cantidad de variables que
deben vigilarse. El mismo autor recomienda tácticas que pueden observar
para la elección del formato: «Elija proporciones de página que sean satisfactorias en sí mismas y no tamaños comerciales ni formas arbitrarias», «Elija
proporciones de la página que convengan al contenido, el tamaño y las ambiciones de la publicación», «Elija proporciones de página y columnas cuyas
evocaciones históricas convengan a la intención de su diseño».
Es posible que muchos de los formatos que presenta Bringhurst cumplan
con alguna de las proporciones de página que resultan de la división exacta
de los formatos estandarizados, pero habrá otros muchos que no. Uno de los
riesgos de utilizar formatos a medida es el desperdicio de papel, que aunque
fuera muy poco por unidad, puede tener repercusiones económicas considerables en tirajes grandes. Sin embargo, es importante considerar el formato
en función de los objetivos de la obra impresa, que no en todos los casos son
objetivos económicos. En una obra literaria, por ejemplo, el objetivo de escoger un formato de página agradable no es que esta sea agradable en sí misma,
sino que la experiencia de la lectura en ella sea agradable; la página en este
caso (y el libro en su totalidad) será solo el marco para las palabras del autor.
Bringhurst no estipula «Elija proporciones de página que le permitan ahorrar
dinero» porque en un libro ese no es el objetivo. Pero existen productos editoriales en los cuales sí, como es el caso de la revista.
84
Variaciones de formato en base al pentágono
(Bringhurst, 2008, p. 174)
M ayo 2010, número 6
Actualmente, el diseño de la revista impresa de interés general sigue en esencia los mismos principios de diseño que el libro, pero tergiversados por su objetivos, entre los que se incluyen la reducción de costos dada la existencia de
una periodicidad, y la comercialización de espacios publicitarios (afirmando
ésto sin intenciones peyorativas).
Existen un sinnúmero de publicaciones periódicas y la variedad de sus características hace imposible hablar de generalidades en ningún aspecto, pero
en lo que respecta a formatos, se puede notar una tendencia a mantener proporciones estándar o mecánicas (como las llama Bringhurst) por razones de
economía. Las dimensiones, en cambio, responderían a las necesidades de
comercialización: Será más común encontrar dimensiones cercanas al carta
u oficio en revistas destinadas a anaquel o exhibidor; un tamaño menor se podría perder entre las otras de tamaño regular y una de tamaño mayor podría
dañarse en el transporte o la exhibición. En cambio, si la revista solo se entrega a suscriptores por correo, en persona, dentro de un periódico o se recoge en
algún punto de distribución, es probable encontrar dimensiones más originales.
Caja tipográfica
Cualquier proporción (que no sea perfectamente cuadrada) tendrá dos posibles sentidos para su formación: el vertical y el horizontal. Sin embargo, el
formato apaisado u horizontal es muy poco común en las publicaciones impresas. Bringhurst explica que si bien el formato horizontal predomina en la
escritura y los primeros niveles de lectura (como es el caso de los cuadernos
de forma francesa que se usan el los primeros niveles de educación en México
[ver linea de texto]), es la vertical la que predomina para aquéllos con una
experiencia mayor como lectores (p. 188). «La columna alta es un símbolo de
fluidez» (2008, p. 188), siempre y cuando sea mesurada. En el caso extremo
de la columna para periódico, podría implicar que los objetivos del texto son
puramente informativos.
De acuerdo con Bringhurst, los mismos criterios que aplican para formatos, son útiles para la caja tipográfica, pudiendo o no ser proporcionales entre si según la intención y objetivos del diseñador, pero –aclara Bringhurst– si
fueran de diferentes proporciones, esta diferencia debe ser «clara e intencional», de otro modo podría percibirse como un descuido o error. En todo caso,
mantener la proporción de la página en la caja tipográfica es un recurso agradable y relativamente seguro. Ésto se ve reflejado en muchos de los métodos
empleados por la industria editorial a lo largo de su historia para colocar el
rectángulo gris dentro de la página en blanco.
Como ya se ha visto, el establecimiento de las dimensiones de la caja tipográfica no es azaroso (ver La letr a). Todos las circunstancias formales de
una publicación dependerán directamente de la elección de la tipografía y
su factor tipográfico:⁶ «Un pequeño cambio en el tamaño de la letra obliga a
ajustar la anchura de la columna...» (De Buen, 2005, p. 135) y en el caso de
un libro, esto se traducirá a sus dimensiones enteras; en el caso de revista u
otro tipo de publicación, la elección de la letra y la anchura de la columna alterará también «...la profundidad de los renglones, las dimensiones de fotografías, ilustraciones, márgenes y, en ocasiones, hasta la forma» (De Buen,
2005, p. 135). Dicha forma o formato, tomada como una consecuencia de las
primeras decisiones (tipografía, cpl) se puede definir como la suma de la caja
tipográfica y los márgenes que la delimitan.
Dichos márgenes, a pesar de ser vistos únicamente como espacio libre que
se puede sacrificar o rellenar, deben ser considerados dentro del diseño como
parte del mismo, una parte extremadamente importante: «Tal vez cincuenta
por ciento del carácter y la integridad de una página impresa provenga del
85
6. Medida de rendimiento de los tipos
(De Buen, 2005)
Pharus academiæ
diseño de las letras. Gran parte del otro cincuenta está en los márgenes»
(Bringhurst, 2008, p. 190). De Buen (2005, p. 165) indica sus funciones dentro
de la página con cuatro principios técnicos:
1. «Evitar que partes del texto se pierdan al momento de cortar el papel»
Dado que las páginas de los libros deben refilarse* en las etapas finales del proceso de producción de un libro, existe el riesgo de cortar
texto cuando no existe suficiente margen. Desde un punto de vista
estrictamente funcional no es necesario demasiado espacio para cumplir
este principio, más de dos milímetros será suficiente (De Buen, 2005).
Pero atender los demás principios demanda más espacio, por fines igualmente funcionales.
86
2. «Dejar una superficie sin texto para la manipulación de la página»
Bringhurst (2008) maneja el término «energético resposo» para referirse a la condición ideal de la lectura, un estado de vigilia que permite la
concentración en la lectura mientras el cuerpo se encuentra en descanso.
La tipografía debe inducir este estado y el diseñador, tratar de mantenerlo. Esto lo logra por medio del formato y la composición de la página: un
documento de dimensiones reducidas y letra pequeña obligará al lector a
acercar el objeto a los ojos, lo cual podría resultar cansado para los brazos a la larga. En cambio, un documento muy grande (como un periódico
de formato sábana (56 por 43,2 cm aproximadamente) con letra pequeña
en columnas angostas obligará al lector a mantener los brazos extendidos
(que resulta mucho más cansado) o a leer sobre una mesa. Cualquiera de
estas dos situaciones y otras similares romperían con este estado de reposo físico durante la lectura.
Una de estas situaciones similares, aunque mucho menos drástica que
los ejemplos presentados anteriormente, se da cuando los dedos del lector
se atraviesan sobre el texto por falta de un margen exterior suficiente para
manipular el libro (abrirlo, y mantenerlo abierto, cambiar las hojas, etc.).
* Un sinónimo de «cortar a tamaño
final» empleado en artes
gráficas
M ayo 2010, número 6
3. «Ocultar posibles imprecisiones en la tirada»
Es más sencillo reconocer el paralelismo de dos rectas cuando éstas se
encuentran cercanas; lo mismo sucede con la relación entre el límite del
texto y el límite de la página. Cuando los márgenes son escasos, esta cercanía hace más evidente el posible desfase entre el rectángulo gris y la página
entera.
4. «Evitar que la encuadernación obstruya la lectura»
Existen varios factores que se involucran en este principio, pero probablemente los más importantes sean la cantidad de páginas, el grosor y el
tamaño de las mismas y las características del tipo particular de encuadernación. La combinación de éstos y el criterio del diseñador servirán
para determinar los márgenes que requiere el documento, comenzando
por el margen interior (llamado también «de lomo»). Los siguientes son algunos de los tipos más comunes de encuadernado:
a) La encuadernación encolada (páginas independientes pegadas en cubierta
flexible, también llamado «a la americana») es probablemente la más barata, pero la más frágil también. En encuadernaciones de este tipo, es necesario aumentar el margen interior para evitar romper el lomo y soltar las
páginas; esto se vuelve difícil de evitar cuando el libro es pequeño o cuando la cantidad de páginas es mucha, ya que la fuerza que un lector debe
ejercer sobre el libro para mantenerlo abierto es mayor; es probable que un
libro de dimensiones grandes pueda ayudar a ésto con el propio peso de las
páginas, pero ésto depende de la calidad y cantidad de adhesivo utilizado.
Estas dificultades se presentan en este tipo de encuadernación independientemente de la cantidad de páginas que tenga el documento. Una ventaja que vale la pena mencionar de este sistema es que el diseñador puede
alternar hojas de diferente color, peso o tipo de papel.
b) La encuadernación en rústica (cosido y pegado por pliegos a tapa suave) a
pesar de tener pasta flexible es de una calidad mayor y su producción respeta la integridad del libro en mayor medida que la encuadernación encolada. El margen interior en este tipo de encuadernado debe contar con
el espacio suficiente para coser los pliegos y abrir el libro, que también requiere cierto esfuerzo por parte del lector.
87
Pharus academiæ
88
c) La encuadernación en tapa dura o cartoné es similar a
la encuadernación en rústica, pero como su nombre lo
dice, lleva portadas rígidas. El margen interior en este
tipo de encuadernación responderá a los mismos factores que en la encuadernación en rústica.
d) En la encuadernación a caballo (doblado y grapado) se
grapa el total de hojas que componen la publicación
por la mitad y se doblan sobre sí. Este sistema permite
abrir por completo el documento, y por lo tanto permite un margen interior menor. Sin embargo, tiene
dos grandes inconvenientes: el primero, es que la cantidad de páginas será limitada de acuerdo al grosor
del papel, y por otro lado; que las páginas interiores
serán más angostas que las exteriores y que será necesario considerar esto en el diseño (se recomienda aplicar márgenes exteriores [también llamados de corte])
amplios, atendiendo al 3.er principio. Este tipo de encuadernado es más común en revistas y publicaciones
de pocas páginas.
e) La encuadernación en espiral de plástico o metal (engargolado o wire-o) requeriría un margen interior apenas
suficiente para librar las perforaciones y el espiral,
dado que puede abrirse quedando plano y, que sin importar la cantidad de páginas que tenga el documento, la superficie perforada siempre es la misma.
f) En la llamada encuadernación japonesa, las hojas juntas en el orden correcto se perforan y cosen a las portadas, más rígidas que el papel interior. Existen muchas variaciones de este tipo de encuadernación; una
de las más comunes integra las portadas rígidas a un
documento tipo codex, provocando la pérdida de uno
de los lados del papel utilizado. Este método, mucho
más artesanal, se recomienda para encuadernar piezas únicas o restaurar libros. Este tipo de encuadernado demanda un margen interior muy amplio.
La búsqueda (no en todos los casos consciente) de
respetar estos principios y otros menos pragmáticos ha
derivado en métodos diversos para «fijar» el rectángulo
gris a la página en blanco desde tiempos muy antiguos en
la historia del libro. Algunos de estos fueron estudiados
por Tschichold en su libro Der proportiones der Bucher de
1956 y retomados por muchos autores en la actualidad.
Retomando a Müller Brockmann (1961), De Buen
(2005) presenta una fórmula clásica basada en cuatro reglas «fundamentales para el diseño de la caja tipográfica» (De Buen, 2005, p. 196):
1. Las diagonales de la página y de la caja tipográfica deberán coincidir.
2. La altura de la caja deberá medir lo mismo que la anchura de la página.
3. El margen interior será la mitad del exterior.
4. El margen superior (llamado de cabeza) será la mitad
del inferior (llamado de pie).
Como consecuencia de cumplir estas cuatro reglas, la
tercera parte superior de la página coincidirá con la tercera parte superior de la caja tipográfica (De Buen la llama línea de tercios); página y caja tendrán la misma proporción y la posición de la página, y la composición se
sentirá más «altiva», «ligera e interesante» (De Buen,
2005, p. 169).
M ayo 2010, número 6
La primera de estas reglas, la coincidencia de las diagonales, es de hecho un
recurso común de los métodos de composición editorial presentados por muchos diseñadores, y existe una razón para ésto: la diagonal es la única linea
posible de trazar en un plano cuadrangular a partir de cero tomando como
referencia el plano mismo, y es necesaria para trazar cualquier otra línea
dentro de la página respetando sus proporciones, solo se necesita encontrar
un punto de referencia, que puede ser otra línea generada por razones más
convencionales. Ésta otra suele ser precisamente el margen interior o de lomo
que se mencionaba previamente.
Los métodos más comunes son, de acuerdo con De Buen (2005):
Método de la diagonal: Consiste en hacer coincidir esquinas opuestas de la página y la caja tipográfica a la misma diagonal. Esta referencia, más el margen
interior, permite la construcción de una página de texto armónica donde, si
bien no se cumplen todas las denominadas reglas fundamentales, sí se conserva la proporción de la caja en referencia a la página. Para este método (y
para la gran mayoría) las diagonales deberán partir del centro del pliego desplegado (páginas encontradas) para que la caja se mantenga al centro y arriba
en referencia a la página para evitar una sensación general de pesadez.
89
Método de la diagonal
Método de la doble diagonal: En este sistema se parte del método de la diagonal agregando lineas que atraviesan todo el pliego. Este método arroja 3
puntos de referencia para el establecimiento de la caja tipográfica y permite
cumplir las reglas 1, 3 y 4. De nuevo, el establecimiento del margen interior
detonará la primera línea de la construcción total de la página.
Pharus academiæ
Método de la doble diagonal
Método normalizado Iso 216: Probablemente el único método que obliga al uso
de proporciones específicas. En este método, las dimensiones del tamaño inmediato inferior de acuerdo al sistema Iso 216 servirá como caja tipográfica
del formato elegido. Dicho de otro modo: Si se va a utilizar el tamaño a4, se
usarán las dimensiones de a5 como caja tipográfica. Como consecuencia, la
mancha tipográfica ocupará exactamente el 50% de la página. Es recomendable muy también (pero no imperativo en el método) hacer coincidir las diagonales.
90
Método normalizado iso 216
a5
a4
Canon ternario: La aplicación de las 4 reglas fundamentales en una página de
proporción de 2:3 tiene por consecuencia un margen de pie igual a la medida
de los márgenes laterales. A este sistema, común en los manuscritos medievales se le llamó canon secreto, y fue utilizado para la formación de la Biblia
de 42 líneas de Gutenberg. Cuando esta página era dividida en 81 cuadros
idénticos en proporciones y en tamaño (9×9) solo 36 se destinaban al texto,
dando como resultado un empleo de apenas 39,5% de la superficie del papel.
M ayo 2010, número 6
Canon ternario
Escala universal: Una variación de el canon ternario desarrollada por Raúl Rosarivo (Citado por Ros, 2004). En este sistema, se toman los principios de división de la página del canon ternario, derivando en módulos de las mismas
proporciones de la página (preferentemente en múltiplos de tres) y tomando el
ancho de un módulo para el margen de lomo y dos para el margen de corte, y la
altura de uno para el margen de cabeza y dos para el margen de pie.
Escala universal
Método de Van der Graaf: Una variación del método de la doble diagonal y del
canon ternario que permite el cálculo de fracciones de página a partir de un
procedimiento geométrico (y no aritmético).
Tomando como base el trazado de la doble diagonal, se extiende una línea
desde el punto que forma la intersección de la diagonal de la página y la diagonal del pliego una línea hacia el margen de cabeza, perpendicularmente al
mismo. Desde este punto en el margen, se traza una nueva línea hacia la intersección de diagonales de la página contigua. El resultado es un nuevo punto
que marca la 1/9 parte de la altura y del ancho de la página. A partir de este
punto, se siguen los criterios del método de escala universal.
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Pharus academiæ
Método Van der Graaf
Sistema 2-3-4-6: Es un buen recurso para cumplir algunas de las reglas fundamentales cuando no es posible cumplir todas dada la premura o naturaleza del
proyecto: Se toma un valor x y se multiplica por dos para el margen interior,
tres para el de cabeza, cuatro para el de corte (el doble del margen de lomo) y
seis para el de pie (el doble del margen de cabeza).
Sistema 2-3-4-6
92
Márgenes invertidos: Cuando el libro es demasiado grueso y el encuadernado
es frágil (como es el caso del encolado) es necesario aumentar el margen de
lomo, aun a pesar de sacrificar espacio del margen de corte; en estos casos, se
puede invertir el trazo de la diagonal para alejar las cajas del centro del documento (aunque no es muy recomendable).
M ayo 2010, número 6
Márgenes invertidos
Evidentemente, también existe la opción de no seguir un procedimiento o
método específico de construcción de página, pero lo cierto es que los mencionados sistemas, las reglas y los procedimientos existen por razones puramente funcionales. De Buen llama márgenes arbitrarios a esta ausencia de
método, pero aclara que ésto debe evitarse o supeditarse a textos de lectura
rápida o superficial.
93
Pharus academiæ
R EFER ENCI A S
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Pharus academiæ
Recensión Crítica del libro
«Los Cuatro Acuerdos»
96
Dr. José Luis Villaseñor Dáva los
1. Datos bibliográficos
2. Primera valoración
Se tr ata de un libro titulado Los Cuatro Acuerdos.
Un libro de sabiduría tolteca cuyo autor es el Dr. Miguel
Ruiz, de la editorial Urano, s.a., del cual fue escrita la primera edición en 1997. La presente edición es la décima
séptima; impresa en México en 2008, y consta de 155
páginas in folio.
Entre las múltiples recensiones de tal libro encontradas
en el Internet, las no comerciales lo califican como «ensayo neutorológico» basado en la sabiduría de los antiguos toltecas y de sus nahuales, que relata la cosmovisión
que debería tener un ser humano para estar en equilibrio
personal, teatral, diferencial, emocional, mental y social[1]. Muchas de las recensiones de carácter comercial
coinciden en considerarlo como un texto simplificado
y bastante digerible; una explicación de cómo es que la
conciencia humana ha sido absorbida por un sistema de
creencias que te hace ver el mundo a través de un telón
negro. Por lo cual, esta obra propone las herramientas
esenciales para deshacerse de ese telón implantado en
la conciencia.[2] Otras recensiones de este mismo tipo,
la consideran como una guía práctica para la Libertad
Personal; que contiene un sencillo procedimiento para
eliminar todas aquellas creencias –antiguos recuerdos–
heredadas, las cuales habrán de sustituirse por otras que
respondan a nuestra realidad interior y nos conduzcan a
la libertad.[3]
Entre las razones que me han llevado a considerar este
libro bajo la forma de recensión, se encuentra el hecho
de que a mi esposa le recomendaron que consultara a un
1.1. Portada del libro
En la portada del libro se encuentran cuatro figuras de
una planta en cuatro cuadros secuenciados. En ellos, es
notorio un tallo o quiote que remata con una flor que
aparentemente se encuentra en movimiento oscilatorio
y floreciendo. Posiblemente se trate de una de las muchas
especies de maguey, o quizás de una planta alucinógena.
Igualmente, es notoria la recurrencia de la editorial a
presentar otras obras del mismo autor, en las cuales –y
en sus respectivas portadas–, se encuentran imágenes de
plantas enteógenas. Esos libros son, entre otros: La voz
del Conocimiento, La Maestría del Amor, y Cuaderno de
Trabajo de los Cuatro Acuerdos. Todos publicados por la
misma editorial.
M ayo 2010, número 6
doctor que supuestamente es psicólogo y acupunturista, el cual –al término
de dicha consulta–, entre los múltiples brebajes que le prescribió; estaba incluida la lectura del presente libro. En consecuencia, yo también salí recetado y he tenido que digerir tal adoctrinamiento incluido en aquella receta
inusual. Además, el galeno de marras adujo que tal libro es un resumen muy
sencillo y claro de las obras de Carlos Castaneda, lo cual fue según aquél, un
motivo determinante para su lectura.
Efectivamente, constaté que la obra en comento está determinada por el
pensamiento del citado Carlos Castaneda, el cual está orientado básicamente
por dos grandes líneas del pensamiento postmoderno, como son: la New Age
y la Contracultura; líneas que discipularmente sigue el autor del libro de los
Cuatro Acuerdos.
Es de advertir que la palabra acuerdo, como sus sinónimos de pacto o convención, exigen concurrencia de dos o más voluntades a consentimiento. Esa
concurrencia de dos o más voluntades está destinada a producir consecuencias jurídicas en la celebración de cualquier convenio o contrato.[4] Éste, no
es el sentido que le da a tal palabra el Dr. Miguel Ruiz, sino del acuerdo consigo mismo:
«Has establecido millares de acuerdos contigo mismo, con otras personas,
con el sueño que es tu vida, con Dios, con la sociedad, con tus padres, con
tu pareja, con tus hijos; pero los acuerdos más importantes son los que has
hecho contigo mismo. En esos acuerdos te has dicho quién eres, qué sientes,
qué crees y cómo debes comportarte».[5]
Con tal sentido del término acuerdo, se da un desplazamiento de la moral
objetiva hacia la moral subjetiva, pues ésta plantea el desconocimiento de las
reglas objetivas de la moral. En consecuencia, será cada ser humano el que se
dicta sus propias formas de comportamiento, y no habrá personas morales o
inmorales. Cada quien actúa de acuerdo a sus propias reglas morales y establece sus propias rutas o caminos, y ellas se ajustan en la medida en que coincidan con su criterio.[6] Además, lo subjetivo será válido para una o varias
personas, pero no necesariamente para todas, por eso lo subjetivo equivale
a ser relativo, es decir, es dependiente de quien lo juzgue.[7] En conclusión,
el fundamento de una moral subjetiva no es firme porque no se basa en la
voluntad inmutable de Dios, sino en la razón y voluntad humanas, volubles y
sujetas a error. Tal fundamento resulta inestable, sujeto al cambio y capricho
de los hombres.[8] Aquel relativismo moral y escepticismo, engendran el nihilismo, su hijo legítimo, que es el verdadero peligro. Es el engendro de la moral
subjetiva, encerrada en la mazmorra de la conciencia individual.[9]
Como se ha señalado que la influencia del pensamiento de Carlos Castaneda, ha sido determinante en las obras del Dr. Ruiz, conviene señalar aunque
sea someramente, las citadas dos líneas fundamentales del pensamiento castanediano. Castaneda, (1925-1998) fue un escritor de origen brasileño, creador
de la figura del hechicero indígena don Juan, el cual supuestamente había
introducido a Carlos en el mundo ocultista cuya vía de acceso es el consumo
de ciertos alucinógenos. En su libro Las enseñanzas de Don Juan, Castaneda
provocó una considerable conmoción entre lo que parecía la revelación de
una nueva manera de acceder a otras realidades. Sin embargo, en una entrevista periodística publicada por Time un 1973, Castaneda admitió haber
inventado a don Juan Matus, el brujo yaqui; pero a pesar de tal confesión,
don Juan sigue siendo considerado como fuente de inspiración en ambientes
ocultistas de todo el mundo.[10]
Por lo que respecta a la vinculación de Castaneda con la New Age, Marilyn
Ferguson[11] menciona que aquél fue uno de los que colaboraron en la apertura
del Instituto Esalen de Big Sur California, contribuyendo con la dirección de
97
Pharus academiæ
98
seminarios y cursos en la naciente institución, junto con
Aldous Huxley, Richard Price, Carl Rogers, Alan Watts,
allá por los años cincuentas. Fue precisamente en Esalen
donde se originó también el movimiento conocido como
«potencial humano», cuyas metodologías suelen mezclar
técnicas y prácticas psicológicas, lo oriental –yoga, zen,
hinduismo, mantras, etc.–, y lo occidental –psicología
profunda–; lo religioso y pseudo religioso con lo científico
y pseudo científico, etc.[12]
Castaneda por su parte, ha originado la aparición de
un método encuadrado en la New Age, con sus respectivos
discípulos como el Dr. Ruiz, entre otros. Ha nombrado a
su movimiento «Nagualismo», es decir «azteca–mexica»
–náhuatl en azteca–, o bien está imponiéndose «tensegridad», como nombre del método.[13] Además, los alucinógenos, según la Nueva era, son medios adecuados y
«legítimos» para producir los «estados alterados de conciencia», a los cuales el movimiento pseudo religioso New
Age les concede una condición sacramental, enmarcados
en las religiones de los indígenas. Por ello, una sentencia
judicial en el Estado de Nuevo México, en eeuu, declaró
en 1966 que el uso de la droga extraída del Peyote era «sacramental» o sagrada y, por tanto, su uso no podía ser
prohibido y penado por la ley, como por el consumo de
drogas «ordinarias». Con tal pretexto, bastantes sectas
como la del culto cristiano del Peyote, la Iglesia de Dios
del camino del Peyote; Eguzki Berria, Elkartea, Taimen,
Amica, etc., tratan de poder tomar «legalmente» esas
drogas que, como es lógico, casi nadie admite la distinción entre drogas «sagradas» y profanas u ordinarias.
Resulta entonces que, a no ser por el subjetivismo e irracionalismo religioso de la New Age, es inconcebible que se
otorgue validez a los estados alterados de conciencia provocados por esos alucinógenos, al margen de la dependencia creada por ellas, y de sus consecuencias nefastas
para la salud y la cultura.[14]
La otra corriente donde se puede ubicar el pensamiento de Carlos Castaneda es en la denominada contracultura.
El mensaje contracultural es adversario directo de
la lógica unilateral, del autoritarismo, de la restricción
sexual, de la despersonalización presentada como paradigma de la modernidad. De aquí que se habla más bien
de contraculturas en plural, las que, si no han sido el comienzo del fin, han sido al menos el inicio de la postmodernidad.
Dentro de las contraculturas de la irracionalidad se
encuentra la «cultura de las drogas», considerada por
Luis Brito García[15] como la segunda insurgencia contra la lógica unilateral alienada, pues en tal «cultura», el
empleo de las drogas no sólo es tolerado sino sacralizado,
particularmente en la sociedad industrializada. Tal drogomanía institucional tuvo sus inicios en Aldous Huxley
y sus obras, en las que analiza la manera en que aquella
sociedad industrial emplea los fármacos como elementos de integración, manipulación y como inductores de
conformismo.
El irracionalismo del «pop» sirvió de fermento para
que aparecieran cultos exóticos, los cuales en su evolución reeditaron estadios de experiencia religiosa, destacando entre ellos la religión chamánica del trance y del
éxtasis. Ésta reaparece con el auge de las drogas, buscando al consumidor de la sociedad alienada, la trascendencia que en la colectividad primitiva, el chamán logra
mediante severas ordalías. Así, la religión chamánica
exorbita el yo por la prueba insoportable y el contacto de
la conciencia con el infinito. El chamán, en su iniciación
es sometido al castigo físico y a la droga sagrada; sigue
luego el «viaje» por un espacio interno inconmensurable,
lleno de amenazas y de terrores, y la experiencia límite de
una muerte simbólica, que no es más que incapacidad de
la conciencia para distinguir entre un espacio interno y
otro de carácter externo.[16]
Aclaremos que el chamanismo, es un fenómeno global, pero el «nagualismo» está enfocado a México, siendo
conocido sobre todo por los libros de Carlos Castaneda,
quien señala en su libro El Arte de Ensoñar, que la materia
de sus libros, es decir, el material que maneja, no es literalmente chamanismo; y los autores sobresalientes en el
estudio del chamanismo como Vitebsky, Mircea Eliade,
Halifax y Wasson, explican claramente que el «nagualismo» es un fenómeno particular de México.[17] El Dr.
Miguel Ruiz refiriéndose a los toltecas, dice que: «formaron una comunidad de maestros (naguales) y estudiantes en Teotihuacán…, los naguales se vieron forzados a
esconder su sabiduría ancestral y mantener su existencia
en secreto».[18]
Las obras de Castaneda así como las del Dr. Ruiz, si bien
están inspiradas en un indigenismo mexicano (?) previo
a la conquista española, dada su producción contemporánea promovida por los «gringotecas»[19], es decir,
brujos y brujas norteamericanos, se inscriben más bien
en el «neoindigenismo», al menos en América, que está
impulsado por la New Age y por sus sectas –mexica, tehuis, huicholes, toltecas, etc.–, pugnando por un retorno
al paganismo precristiano o no cristiano y, al menos en
varios casos, para poder tomar las drogas sagradas de los
indígenas sin responsabilidades legales. Resulta lógico
entonces, que los indígenas americanos no comprendan
a los neoindígenas y que vean intenciones bastardas en
su respeto al peyote y demás plantas alucinógenas.[20]
Es necesario considerar que la drogomanía, no produce nada que el ser humano no hubiera sido capaz de
crear por sí mismo; pero de todas formas sí es posible
preguntarse, si las obras de Castaneda y las del Dr. Ruiz
son producto de estados alterados de conciencia debidos
a las drogas; y, en virtud de ello, el consumo de la droga
expansora de la conciencia en la sociedad industrial, que
no es la de México, sigue el ciclo de diferenciación, universalización e inversión del significado propio de todas
las manifestaciones de la contracultura.[21] Y también:
«cuando el odio a la cultura pasa a ser también cultu-
M ayo 2010, número 6
ral, la vida guiada por el intelecto pierde toda significación»[22].
Como decía el Cardenal Ratzinger,[23] la renovación
de religiones y cultos pre cristianos, actualmente buscada con frecuencia, tiene muchas razones. Si no existe
la verdad común, que tiene vigencia porque es verdadera,
entonces el cristianismo no es más que una importación
del exterior, un imperialismo intelectual, que uno debe
sacudir de sí, no menos que el imperialismo político. Además, estamos asistiendo a una increíble progresión del
paganismo, y el cristianismo que hace treinta años parecía estar todavía presente, desaparece tanto de la vida
como de la conciencia pública.[24]
3. Presentación de la estructura y contenido del libro los Cuatro Acuerdos
Para tal espeto se dividió en tres partes dicha presentación, de lo cual procederemos a continuación:
La primera parte comprende tres secciones dedicadas
respectivamente a: Los Toltecas; la introducción: Espejo
humeante; y La Domesticación y el Sueño del Planeta. La
sección referente a los Toltecas, los define como comunidad de conocimiento formada por maestros (naguales) y
estudiantes de Teotihuacán. Todos los cuales tenían una
manera de vivir que se distinguía por su fácil acceso a la
felicidad y el amor, aunque no es una religión. La segunda
sección comprende la introducción o Espejo Humeante,
que es el ser humano, que el hacer un viaje astral descubre estar constituido de estrellas o tonal; y la luz generada entre ellas la llamó «nagual», así como también,
la armonía suscitada entre ellas viene a ser la vida, que
con todos nosotros conformamos la misma vida y a Dios.
Por lo que se refiere a la materia, o nuestro cuerpo, es la
que se considera como espejo porque refleja aquella luz.
Sin embargo, el mundo de la ilusión, o sueño, es un humo
que impide ver lo que somos, es decir, puro amor o pura
luz. La Domesticación y El Sueño del Planeta constituyen
la tercera y última sección de esta parte previa a los cuatro acuerdos. Se trata de un proceso educativo tradicional o de cultura institucional, en lo cual hemos estado de
acuerdo y por ello nos lo hemos creído. En tal proceso se
han programado leyes de conducta como los Diez Mandamientos, que han influido en nuestra conciencia, la
cual se constituye en nuestro juez y del cual somos víctimas; pero acaba siendo una falsedad, o «mitote» como
decían los toltecas, es decir, una bruma en que miles de
personas hablan a la vez sin comprender nada. Son un
conjunto de acuerdos que nos hacen sufrir y requerimos
cambiar.[25]
La segunda parte de la citada obra la integran, lo que
el Dr. Miguel Ruiz denomina como a su libro «Los Cuatro Acuerdos» los cuales son: 1) Sé impecable con tus palabras, 2) No te tomes nada personalmente, 3) No hagas
suposiciones y 4) Haz siempre lo máximo que puedas. A
continuación trataremos a cada uno de ellos.
El Primer Acuerdo: Sé impecable con tus palabras, es no
ir en contra de uno mismo, pues el mayor pecado es el
autorrechazo, las palabras trasmiten chismes y hechizos. Pero, si se acepta este primer acuerdo que es el más
importante de los cuatro y del cual derivan los tres restantes, el veneno emocional que contienen las palabras,
desaparecerá y llevará a la libertad, al éxito y hacia la
abundancia. Las palabras tienen un poder a la vez creativo y destructivo según se les dé un uso adecuado o inadecuado. Cita el autor como ejemplo el caso de Hitler,
cuyas palabras lograron una gran destrucción masiva de
vidas humanas. Siempre que escuchamos una opinión
sobre nosotros y la creemos, llegamos a un acuerdo, que
pasa a formar parte de nuestras creencias. Las palabras
de los demás, nos han trasmitido chismes y nos han lanzado hechizos; pero, si adoptamos este primer acuerdo,
cualquier veneno emocional desaparecerá de nuestra
mente.[26]
El Segundo Acuerdo: No te tomes nada personalmente.
Para evitarlo, hay que confiar en sí mismo y decidir si eres
o no lo que te dicen, porque si lo tomas personalmente,
expresarás tu máximo egoísmo, pues consideramos que
todo gira entorno nuestro. Cuando oigas una voz en tu
mente, es posible que vengan de algunos seres a los cuales los toltecas llamaron «aliados» o, en el caso de los europeos, los llamaron «dioses»; pero si oyes muchas voces,
entonces eso será un «mitote» o problema, el cual puede
compararse con un enorme mercado en el que miles de
gentes hablan y hacen trueques a la vez. Por otra parte,
nunca eres responsable de los actos de los demás, sólo lo
eres de ti mismo. Si se mantiene este acuerdo, viajarás y
nadie te herirá; dirás: «te amo», sin miedo a que te rechacen o te ridiculicen.[27]
El Tercer Acuerdo: No hagas suposiciones. No se recomienda hacerlas por cuanto que nosotros creemos que lo
que suponemos lo suponemos cierto, pues toda la cuestión del dominio entre los seres humanos gira alrededor
de las suposiciones y el tomarse las cosas personalmente.
Además, las suposiciones se refieren a que todo mundo
ve la vida como nosotros la vemos o también sobre nosotros mismos; todo los cual acarrea problemas y, para evitarlos, lo aconsejable es preguntar. El hacer suposiciones
produce el veneno emocional, al igual que los chismes,
que son en realidad los mitotes que generan caos producido por las malas interpretaciones. Tenemos muchas
preguntas que precisan respuestas porque hay cosas que
la mente racional es incapaz de explicar. No importa si la
respuesta es correcta o no, pero por sí sola bastará para
sentirnos seguros, pues por esa razón hacemos suposiciones: cuando dejamos de hacerlas, habrá posibilidad de
comunicación y se liberará el veneno emocional.[28]
El Cuarto Acuerdo: Haz siempre lo máximo que puedas.
Este último acuerdo, es el que permite llevar a la acción
o convertir en hábitos a los tres anteriores; pues la acción
se traduce en un vivir pleno y negarla significa negar la
vida y por consecuencia a Dios e, independientemente
99
Pharus academiæ
100
del tiempo que se dedique a la meditación, puedes vivir,
amar y ser feliz. La acción significa actuar porque amas
hacerlo. Según los toltecas, la acción es una recompensa,
pues con ella se trasciende el sufrimiento y podemos encarnar a Dios. La consecuencia será entonces sentirse
feliz y la conciencia no se sentirá culpable y llevará a la
autoaceptación. No será necesario adorar a ninguna
imagen ya sea de la Virgen María, de Cristo o de Buda,
pues tu cuerpo es una manifestación de Dios. En consecuencia habrá que establecer hoy un acuerdo: «elijo respetar los cuatro acuerdos».[29]
La tercera y última parte de «Los Cuatro Acuerdos»
comprende dos grandes temas, como son: El camino tolteca hacia la libertad y El Nuevo Sueño. El primer tema
integra cuatro subtemas, a saber: 1) Romper viejos acuerdos; 2) El Arte de la Transformación: el sueño de la segunda atención; 3) La disciplina del guerrero: controlar
tu propio comportamiento, y 4) La iniciación a la muerte:
abrazar al ángel de la muerte. El segundo gran tema integra los subtemas 1) El Cielo en la Tierra y 2) Oraciones:
una, La oración para la libertad; la otra: La oración para
el amor.[30]
Globalmente en esta tercera parte se comprende a la
verdadera libertad, como la relacionada con el espíritu
humano, es decir, la libertad de ser quienes realmente
somos; lo cual es hacer lo que se quiere hacer. Pero, los
acuerdos del pasado nos impiden ser libres: el libro de la
ley, el gran juez, la víctima y nuestro sistema de creencias.
El autor sugiere entonces, un proceso en dos etapas para
lograr la libertad: 1. estar consientes de que no somos
libres; y 2. dominar nuestro propio sueño –ser tolteca–;
para lo cual existen tres maestrías: una, relativa a la
conciencia; la otra, la maestría del intento –amor–; y la
tercera, la maestría de la transformación. Al concluirlas, lograremos acabar con el parásito –juez, víctima y
sistema de creencias–, siendo ya guerreros, para atacar
cada una de las cabezas del parásito, con la opción de
no alimentarlo o iniciarnos a la muerte, cuyo ángel nos
enseña a vivir cada día de nuestra vida como si fuese el
último de ella.[31]
4. Valoración crítica de los contenidos
de los Cuatro Acuerdos
La primera sección en su primera parte, que el Dr. Ruiz
dedica a los toltecas y a su conocimiento esotérico, lo
describe como «una manera de vivir que se distingue por
su fácil acceso a la felicidad y el amor».[32] Esta definición es lo que también se le conoce como «Toltecayotl»
–toltequidad–, empleado por distintos grupos de la New
Age y por los practicantes del «neonagualismo», que
desde una perspectiva crítica no se sabe a ciencia cierta,
cuáles eran esos principios derivados de la toltequidad.
Sin embargo, la toltecayotl se reclama heredera de los
toltecas históricos. Sus seguidores y teóricos, basados
en ciertas fuentes, declaran que la toltequidad podría
traducirse como el modo de vida de todos los mesoamericanos.
Tales fuentes son –por citar algunas–, entre otras: el
vocabulario Náhuatl-castellano de 1571 del Padre Molina,
y el Código Matritense.[33] Ahora bien, el Dr. Ruiz en los
agradecimientos a quienes han colaborado en sus obras,
sólo menciona a su abuelo, el señor Leonardo Macías y el
propio doctor, quien se considera «un nagual del linaje
de los Guerreros del Águila que ha sido guiado para divulgar las poderosas enseñanzas de los toltecas».[34] Sin
embargo, es pertinente aclarar que el brujo americano
tiene creencias religiosas diversas, ya que nunca hubo
un sistema espiritual común; y aunque muchas de las
culturas tienen curadores, ritualistas, cantores, místicos y oradores, ninguno de ellos se ajusta exactamente
a la definición de chamán o nagual. Por lo que se refiere
a México, es relevante la supervivencia de elementos y
rituales de tipo mágico-religioso de los antiguos grupos
indígenas, no sólo en los indígenas actuales sino en los
mestizos y blancos que forman la sociedad mexicana rural y urbana.[35]
La Introducción o Espejo humeante describe el inicio
de un ser humano de hace tres mil años en el rito iniciático del chamán.[36] Tal viaje inicia con un típico «viaje
astral», en el cual el viajero ve su propio cuerpo a partir
de su doble, como si su campo de conciencia se hubiera
desprendido del cuerpo físico a otro cuerpo etéreo, sutil,
espiritual; como si hubiera pasado a otro plano. Esta noción de lo astral surge del esoterismo, de las enseñanzas
ocultas orientadas a explicar totalmente al hombre y el
universo, diciendo que el hombre al menos se compone
de tres principios correspondientes a tres planos de existencia: físico, de origen terrestre; espiritual, de origen
divino y el astral, cuerpo sutil. Las investigaciones relacionadas a este tipo de fenómenos están vinculadas con
la New Age, pues en ésta se habla mucho de lo astral, o
hipótesis de un plano astral, y de la proyección del cuerpo
en tal plano, o «salidas del cuerpo».[37]
Otra afirmación notoria que hace el Dr. Ruiz en la introducción, quizás la de más trascendencia, refiriéndose
a lo que observó aquel chamán en su iniciación es:
«todo lo que existe es una manifestación del ser viviente al que llamamos Dios. Todas las cosas son
Dios… es cierto, soy Dios. Pero vosotros también lo
sois. Todos somos iguales. Somos imágenes de luz.
Somos Dios. Todas las cosas son Dios. Pero la gente
seguía sin entenderlo».[38]
Esa especie de panteísmo o panenteísmo –todos
somos Dios–, es lo que en la New Age se denomina theosis
que significa que nos transformamos en dioses o más
exactamente reconocemos y aceptamos que somos divinos. Es decir, estamos viviendo una época en que nuestra
compresión de Dios omnipotente tiene que ser interiorizada: de un dios omnipotente y externo, a un Dios, fuerza
M ayo 2010, número 6
dinámica y creativa que se halla en el centro mismo de todo ser: Dios como
espíritu. Sin embargo, el modo cristiano de entender la divinización, no se
realiza solamente en virtud de nuestros esfuerzos, sino con el auxilio de la
gracia de Dios, que actúa en y por medio de nosotros; lo cual implica una
conciencia inicial de nuestra imperfección, incluso de nuestra condición pecadora, todo lo contrario de la exaltación del yo; ya que la vida en Cristo trae
consigo una transformación de nuestro cuerpo y nuestra alma mediante la
participación en la vida sacramental de la Iglesia.[39] Es lo que hace exclamar
a San Agustín:
«Y he aquí que estaba dentro y yo fuera, y fuera te buscaba yo, y sobre esas
cosas hermosas que tú has hecho, me precipitaba carente de hermosura. Estabas tú conmigo y yo no estaba contigo. Lejos de ti me retenían esas cosas
que si no existiesen en ti, no existirían».[40] (Confesiones; 10, 27, 28, 38)
En esta tercera sección de la parte previa a los acuerdos, se encuentran dos
subtemas estrechamente vinculados: La domesticación y El sueño del planeta.
Este último, el Dr. Ruiz lo define así:
«El sueño del planeta es el sueño colectivo hecho de miles de millones de
sueños más pequeños, de sueños personales que, unidos, crean un sueño de
una familia, un sueño de una comunidad… y finalmente, un sueño de toda la
humanidad. Incluye todas las reglas de la sociedad, sus creencias, sus leyes,
sus religiones; sus diferentes culturas y maneras de ser, sus gobiernos, sus
escuelas, sus acontecimientos sociales y sus celebraciones».[41]
Este tipo de sueño es de carácter externo y nos enseña qué creer; sin embargo:
«Todo el sueño se fundamente en una ley falsa. El 95 por ciento de las creencias que hemos almacenado en nuestra mente no son más que mentiras, y si
sufrimos es porque creemos en todas ellas».[42]
En el primer párrafo transcrito arriba, parece que el Dr. Ruiz quiere adentrarse en el campo de la Antropología social o cultural, cuando cita los contenidos que comprende el sueño del planeta, pero no, no inspira a ir tan lejos,
prefiere conservar el tono light de su ensayo y, en consecuencia, inspirarse en
la noción de sueño colectivo que John Lennon en su canción Imagine expresa:
«Imagina que no hay religión, que no hay gobierno, que no hay guerra, que no
hay hambre, ni plata…» Éste es el sueño de un mundo sin fronteras, de armonía cósmica, el mismo «sueño colectivo que nos susurra la mente universal
de Dios. La religión de la Verdad y la religión de la Tierra que deben ser una: la
gente del libro (grandes religiones universales) reunida con la gente del amanecer (grandes tradiciones ligadas a la tierra)».[43] Este pasaje relativo a la
unidad de Verdad y Tierra, es lo que en la New Age se conoce como la «imagen
holográfica del mundo», en otras palabras, que el Todo es Uno. Se ve el mundo
como un todo que se compenetra e influye recíprocamente: todo está de algún modo en cada uno y cada uno está en el todo.[44]
No está por demás señalar la ofensiva del grupo musical de los Beatles, en
su álbum de 1967, «Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band», que fue el heraldo
de la revolución de las drogas en eeuu, y el proyecto secreto financiado por
el Club Bildelberg a través del Comité de los 300 y uno de sus bancos, el s.c.
Warburg.[45]
El tema relativo a La Domesticación, vinculado del Sueño del Planeta, el Dr.
Ruiz lo dedica en otros términos a la cultura y sobre todo a la educación. En
referencia a ésta, es decir, a La Domesticación, la describe como «la información del sueño externo [que] se transfiere al sueño interno y crea todo nuestro
sistema de creencias».[46] Más adelante añade: «Domesticamos a los niños
de la misma manera en que domesticamos a un perro, un gato o cualquier
101
Pharus academiæ
otro animal».[47] Luego, manifiesta que: «En el proceso de domesticación,
perdimos todas nuestras tendencias naturales».[48] Enseguida dice: «Somos
un animal autodomesticado».[49] Para concluir expresando: «Toda nuestra
mente es una bruma que los toltecas llamaron mitote. En la India lo llaman
maya que significa ilusión».[50]
Estos conceptos que se acaban de transcribir ofrecen un conjunto de teorías erróneas sobre educación que aproximadamente se ubican entre las sostenidas por Juan Jacobo Rousseau hasta el filósofo germano contemporáneo
Peter Sloterdijk.
El concepto del sueño del planeta del Dr. Ruiz parece estar vinculado con
la doctrina de Juan Jacobo Rousseau,[51] sobre la cultura negativa. Ideología,
que el filósofo ginebrino la manifiesta en su obra Discurso sobre las ciencias y
las artes, que en un párrafo muy descriptivo dice:
«la Astronomía nació de la superstición; la elocuencia –oratoria–, de la ambición, del odio, de la adulación, de la mentira: la geometría, de la avaricia; la
física, de una vana curiosidad; todas, incluso la moral, del orgullo humano.
Por tanto, las ciencias y las artes deben su nacimiento a nuestros vicios: dudaríamos menos de sus ventajas si lo debieran a nuestras virtudes».
102
Luego, este sueño externo o teoría negativa de la cultura, se transfiere o transmite a nuestro sueño interno. Ese procedimiento de transferir o transmitir un
sueño a otro, es lo que conocemos como educación, que tanto para el Dr. Ruiz
como para Peter Sloterdijk,[52] se reduce a simple domesticación. Es decir,
tales autores citados presentan tanto a la cultura como a la educación del
hombre, como técnicas de domesticación, una especie de zoológico temático
para animales civilizados, donde el hombre es domesticado a la vez que trata
de hacer lo mismo con los recién llegados.
Además, la obra del Dr. Ruiz en concreto, parece obedecer a la línea de un
texto «políticamente correcto», cualidad también denominada del «querer
quedar bienismo».53 Es decir, quiere imbuirnos de la chata y desnaturalizada
visión que tienen sus asesores gringotecas, sobre nuestra cultura precortesiana y sobre todo, nuestra cultura hispánica y más que nada católica. El caso
más evidente de ser este texto «políticamente correcto», es la mención que
hace de Hitler, al decir que:
«manipuló a un país –Alemania– mediante el uso de palabras… Los llevó a
una guerra mundial sólo con el poder de sus palabras. Convenció a otros para
que cometieran los más atroces actos de violencia. Las palabras de Hitler, que
se basaban en creencias y acuerdos generados por el miedo, serán recordados
durante siglos».[54]
Es notoria la inequidad de esta unilateral referencia al Tercer Reich, soslayando los costos del Comunismo expuestos por el reportero Dujardin[55] en
Le Figaro en París, el 18 de Noviembre de 1978, costos humanos que son los
siguientes: (no derivan de las palabras de Hitler)
Muertos en la urss de 1917 a 1959
Muertos en la urss desde 1959
Muertos en China
Oficiales Polacos de Katyn
Civiles alemanes víctimas de la ocupación rusa
Represiones de Berlín, Praga, Budapest
Muertos en Cambodge de 1975 a 1978
Muertos en las agresiones contra Grecia, Malasia, Birmania,
Corea, Filipinas, Vietnam, Cuba, África e Hispanoamérica
66,700,000
3,000,000
63,784,000
10,000
2,923,700
500,000
3,000,000
3,500,000
Total
142,947,700
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Con los datos anteriormente citados, se subrayan las «bondades» de los regímenes totalitarios de carácter comunista. Esto, no evita también que se
considere uno de los tipos del autoctonismo americano, conocido como americanismo racial o indigenista, el cual pone el acento en el elemento indio
de nuestros pueblos, soslayando el elemento hispano y cristiano considerados como extranjeros,[56] con lo cual se prepara un caldo de cultivo para la
dispersión y la subdivisión de zonas culturales nacionales. Por ejemplo, una
cultura basada en los valores peruanos-bolivianos del Incario tiene que ser
distinta en múltiples aspectos de la mexicana de inspiración azteca y ambos
tipos de cultura nada tendrían que ver con la cultura europea.[57]
5. Un juicio global sobre los Cuatro Acuerdos
El Dr. Ruiz al inicio de su libro advierte que
«los naguales se vieron forzados a esconder su sabiduría ancestral y a mantener su existencia en secreto… el conocimiento esotérico tolteca fue conservado y transmitido de una generación a otra por distintos linajes de
naguales… Ahora el doctor Miguel Ruiz, un nagual del linaje de los Guerreros del Águila, ha sido guiado para divulgar las poderosas enseñanzas de los
toltecas».
Este párrafo acabado de transcribir, indica que hay una enseñanza esotérica
de la sabiduría tolteca; esto inclina a pensar que además de tal enseñanza,
hubo otra de carácter exotérica, es decir una enseñanza abierta, no oculta,
para el común de los toltecas. En otras palabras, hay dos tipos de sabiduría
tolteca o también, dos formas de toltequidad: La toltequidad pagana ortodoxa
y la toltequidad pagana heterodoxa o brujería. Las dos se basan en una serie
de principios recogidos en el «Huehuchtlahtolli», o el libro de las antiguas palabras.[58] Son numerosas las muestras de éste género que han llegado hasta
nosotros gracias a las transcripciones que de ellas hicieron los padres Olmos
y Sahagún, que permiten valorar esta forma de expresión náhuatl.
En la parte ortodoxa de tal Huehuchtlahtolli, podían hallarse el mejor testimonio de la retórica y filosofía moral y teológica de la gente mexicana, donde
hay cosas muy curiosas respecto a los primores de su lengua y cosas delicadas
referentes a las virtudes humanas, pues en varios huehuchtlahtollis se encuentran consejos paternos o maternos a los hijos, henchidos de enseñanzas. Además, hay formas de pláticas como las que se dirigían al tlatoani recién elegido,
al igual que otros discursos clásicos de los tlatoques (señores) que como modelos de expresión conservó el recuerdo; los discursos de los maestros de tono
moral dirigidos a enseñar el arte del bien hablar o de la cortesía; y finalmente
formas de oración o imprecación.[59]
Hay otra parte que se ha llamado heterodoxa, es decir, otra forma de expresión esotérica que se designó con el vocablo «nahuatlahtolli», es decir el
tlahtolli de los nahualli, que es el lenguaje encubierto o mágico, propio de los
brujos.[60] De este material tenemos información en el Tratado de Hechicerías y sortilegios de Olmos y el Tratado de las supersticiones y costumbres
gentilicias que hoy viven entre los indios naturales de esta Nueva España de
Hernando Ruiz de Alarcón. Los padres misioneros, tanto los precursores de
Fray Bernardino de Sahagún como por ejemplo Fray Andrés de Olmos, querían extender la comunidad cristiana a los indígenas. Sahagún comprendía
profundamente la religión indígena, al igual que sus pares, incluso la concebían como una monstruosa artimaña del demonio porque la contemplaban
desde la perspectiva del cristianismo. «Para los misioneros las creencias y
prácticas religiosas de los indios eran algo perfectamente serio, endemoniadamente serio».[61]
103
Pharus academiæ
104
Parece ser que la diferencia entre la Huehuchtlahtolli, la
sabiduría tolteca ortodoxa y la nahuatlahtolli, sabiduría
heterodoxa tolteca, le pasa inadvertida al Dr. Ruiz, pues
cuando trata de los Toltecas, manifiesta que su conocimiento es esotérico, en cambio cuando alude a cada uno
de los cuatro acuerdos o aforismos de la sabiduría tolteca, tácitamente la implica en la esotérica, cuando en
realidad se trata de la sabiduría exotérica.
Se puede afirmar que todas las formas de civilización
y de cultura poseen su tipo de sabiduría: sabiduría hindú
o china, budista; griega o romana; sabiduría de Israel y
cristiana.[62] A ello habríamos de añadir la sabiduría de
los pueblos de América como la que nos ocupa ahora: la
sabiduría tolteca. Así, cada forma de sabiduría constituye
una visión del Universo. Esta consideración parte del supuesto de que el hombre tiene dos maneras diferentes de
percibir la verdad: una sistemática (filosófica o teológica)
y otra, empírico-gnóstica. Cada una requiere de la otra,
pues donde falta la sapiencial, amenaza al hombre el doctrinarismo e incluso el fanatismo ideológico.[63] En su
origen, la sabiduría era la observación de lo que rodeaba
al hombre en su vida cotidiana, a fin de sacar de ella información y normas para vivir.
El lenguaje racional resulta pobre para sugerir toda la
riqueza de la experiencia que se desea transmitir, y entonces se apela al lenguaje poético. Es corriente decir: «ver
las estrellas», «penetrar con la vista», «está tocado». Sin
embargo, para que esto quede fácilmente en la memoria,
esta sabiduría reviste una forma especial, que es la del
proverbio o refrán: fórmula sencilla, compuesta normalmente de dos versos (dísticos) con un paralelismo antitético, lacónico, que utiliza la asonancia o la rima.[64] La
reflexión sapiencial aprovecha todos los movimientos del
pensamiento, sea cualquiera la fe o la cultura en la que se
expresa. Por tanto exige que se tome en serio, sin recelos
ni sonrisas, a los que intentan dentro de otra fe u otra
cultura, dar una respuesta a las grandes cuestiones sobre
el hombre, la vida y la muerte.[65]
En el esquema siguiente, se expone un cuadro comparativo de diversas sabidurías, expresadas en proverbios
que las caracterizan, relacionándolas con la sabiduría
tolteca, que el Dr. Ruíz la expresa en Los cuatro acuerdos, los cuales no son otra cosa que proverbios supuestamente pertenecientes a la sabiduría tolteca. Entre ésta y
la sabiduría budista hay coincidencias notorias, pues en
ésta última también son cuatro los «dogmas» o verdades
budistas, coronadas por la óctuple ortopraxia, por cuanto
que Buda renuncia a toda investigación de una divinidad
o causa primera del mundo, por lo cual se ha calificado
de atea.[66] Por tanto la «religión» budista no conoce la
ortodoxia, pero sí la ortopraxia, lo cual indica, la correcta
acción, con lo que queda fijado minuciosamente un código de ritos. En consecuencia, aquel que quiere permanecer fiel a la Biblia y a la Iglesia, se siente desplazado a
una «tierra de nadie» cultural, y tendrá que arreglárselas
de nuevo con la «necedad» de Dios, Cor 1, 18; a fin de conocer en ella cuál es la verdadera sabiduría.[67]
Por lo que se refiere a las sabidurías mesopotámica y
egipcia, son conocidas sobre todo por las colecciones que
la arqueología moderna ha permitido descubrir. En ellas
se encuentran instrucciones de un rey a su heredero o de
un escriba a su hijo. Tales instrucciones se manifiestan
en proverbios, que indican el comportamiento a seguir
para triunfar en la vida o en el trabajo. El texto más antiguo proviene de los sumerios y son las Instrucciones de
Shurupack. En Egipto se han encontrado instrucciones
del visir Ptha-Hotep a su hijo. Las colecciones de proverbios bíblicos –Prov 10-31– se inscriben en esta corriente
sumeria y egipcia.[68]
Es de advertir que a pesar de la superioridad de la sabiduría bíblica sobre la pagana, aquella no nutre desprecio a la sabiduría pagana; incluso en Re 5, 9-14 se intuye
cuánto debe la sabiduría salomónica a la de las culturas
circundantes. Además, al menos en un caso, la sabiduría
bíblica se anexionará a la sabiduría pagana en Tob 1, 21.
En el caso excepcional de Cristo, en los Evangelios sinópticos, van más allá de que Jesús se expresaba como los
sabios, atribuyéndole a Él lo que el Antiguo Testamento
atribuye a la Sabiduría; es decir, si en Salomón se expresaba una sabiduría recibida de Dios; en Cristo se expresaba una Sabiduría más grande, la Sabiduría misma de
Dios.69 (Cor 1-3; Col 1, 15-20; Jn 1, 2-4).
M ayo 2010, número 6
Referencias
[1] Wikipedia, la enciclopedia libre, consultado el 18 de febrero de 2010:
<http://es.wikipedia.org/wiki/Los cuatro acuerdos>
[2] Los Cuatro Acuerdos, consultado el 31 de marzo de 2009: <http://scribd.
com/doc/4693147/Los-Cuatro-Acuerdos> p.1
[3] Abali, llibres de llum, «Los Cuatro Acuerdos», consultado el 2 de abril de
2009: <http://www.abali.net/index.php?page=shop.product…> p.1
[4] Cruz Ponce, L., «Acuerdo», Instituto de investigaciones Jurídicas, Diccionario Jurídico Mexicano; Editorial Porrúa, s.a. y unam, 3ª Edición,
México, Tomo I, p. 648, 1988.
[5] Ruíz, M., Los Cuatro Acuerdos. Un libro de sabiduría tolteca, Ediciones
Urano, s.a., 17ª Edición, México, p. 43, 2008.
[6] Guzmán Mora, F. md., Coercibilidad moral en la sociedad, consultado
el 15 de abril de 2009: <http/1//id/413/pagina/2/coercibilidad _moral_5…> p.2
[7] Yahoo! Respuestas, «¿Tres posiciones de moral objetiva y subjetiva?»
consultado el 15 de abril de 2009: <http://es.wikipedia.org/wiki/moral> p.1
[8] Faria, r.s., Curso Superior de Religión, Librería Voluntad ltda, Bogotá,
Colombia, p. 177
[9] Mayora Re, C., «El Nihilismo, cáncer de occidente», El diario de Hoy
(agosto 6 de 2005), consultado el 15 de abril de 2009: <http://www.
elsalcador.com/noticias/2005/08/06/editorial/edi4.asp> p.1
[10] Vidal Manzanares, C., Diccionario de sectas y ocultismo, Editorial
Verbo Divino; Navarra, España, p. 153, 1994.
[11] Ferguson, M., La Conspiración de Acuario; Editorial Kairos, s.a. y
Editorial América Ibérica, s.a., Madrid, p. 153, 1994.
[12] Guerra Gómez, M., Diccionario enciclopédico de las sectas, bac,
Madrid, p. 712, 1999.
[13] Ibídem, p. 142
[14] Guerra Gómez, M., «100 Preguntas sobre la ‘nueva era’» Un catecismo No elemental, Editorial Monte Carmelo, España, p. 73, 2004.
[15] Britto García, L., El imperio contracultural: del rock a la postmodernidad, Editorial Arte y Literatura, Colección Argos: <http://www.
lajiribilla.co.ca/paf/libroimperio-cont-html> pp. 15 y 64
[16] Ibídem, p. 74
[17] Wikipedia, la enciclopedia libre, consultado el 1 de abril de 2009:
<http://es.wikipedia.org/wiki/noguahismo> p.2
[18] Ruíz, M., Las Cuatro… Op. cit., p. 15
[19] Agustín, J., La contracultura en México, Rondone House Mondadori,
s.a. de c.v., Primera reimpresión, México, p. 97, 2009.
[20] Guerra Gómez, M., «100 Preguntas… Op. cit., p. 97
[21] Britto García, L., El imperio contracultural… Op. cit., p. 76
[22] Finkielkraut, A., La derrota del pensamiento, Editorial Anagrama,
s.a., 7ª Edición, Barcelona, p. 122, 2000.
[23] Ratzinger, J., «Fe, Verdad y Tolerancia» El cristianismo y las religiones del mundo, Ediciones Sígueme, sav, España, p. 114, 2005.
[24] Ratzinger, J., Ser cristiano en la era neopagana, Ediciones Encuentro,
España, p. 141, 1995.
[25] Ruíz, M., Op. cit. pp. 15-46
[26] Ibídem, pp. 48-67
[27] Ibid., pp. 69-82
[28] Ibid., pp. 83-93
[29] Ibid., pp. 95-110
[30] Ibid., p. 111
[31] Ibid., pp. 111-155
[32] Ibid., p. 16
[33] Wikipedia, la enciclopedia libre, «Neotolteca», consultado el 7 de julio
de 2009: <http://es.wikipedia.org/wiki/Neotolteca>, p.1
[34] Ruíz, M., Op. cit., p. 16
[35] Wikipedia, la enciclopedia libre, «Chamanismo», consultado el 31 de
marzo de 2009: <http://es.wikipedia.org/wiki/Chamanismo>, p. 15
[36] Ruíz, M., Op. cit., p. 17
[37] Vernette, J., La Nueva Era, Susaeta Ediciones, s.a., Tikac ediciones,
España, pp. 119 y 122
[38] Ruíz, M., Op. cit., pp. 18 y 19
[39] «Consejos Pontificios de la Cultura y para el Diálogo Interreligioso»,
Jesucristo Portador del Agua de la Vida. Una reflexión cristiana sobre la
New Age, Ediciones Paulinas, s.a. de c.v., México, pp. 67-69, 2003.
[40] Agustín, S., Confesiones, Editorial Porrúa, s.a., «Sepan Cuantos…»,
No. 142, México, p. 171, 1984.
[41] Ruíz, M., Op. cit., p. 24
[42] Ibídem, p. 34
[43] Magos al rescate del orden perdido, consultado el 23 de abril de 2009:
<http://www.mediourbanos.cl/fronetras/maya3.htm>, p.2
[44] López Padilla, l.e., New Age ¿La religión del siglo xxi?, Centro de
formación, educación y cultura, cefec, México, p. 15, 1995.
[45] Estulin, D., Los secretos del club Bilderberg, Editorial Planeta, s.a.,
España, p. 49, 2006.
[46] Ruíz, M., Op. cit., p. 27
[47] Ibídem, p. 28
[48] Ibid., p. 29
[49] Ibid., p. 30
[50] Ibid., p. 38
[51] Rousseau, jj., Discurso sobre las ciencias y las artes, Editorial Visión,
Compañía Editorial, s.a. de c.v., México, p. 67, 1999.
[52] Sloterdijk, P., Normas y disturbios en el parque humano o la crisis del
humanismo como utopía y escuela de la domesticación contemporánea
pronunciada en el castillo de El nau, Baviera, «Comentario de Adolfo
Vásquez Rocca» 1999, consultado el 24 de abril de 2009: < http://universitas.idhbc.es>, p. 107
[53] Políticamente correcto, consultado el 4 de marzo de 2010: <http://inciclopedia.wikia.com/wiki/Politicamente_correcto>, p. 49
[54] Ruíz, M., Op. cit., p. 49
[55] Bochaca o.j., Los crímenes de los buenos, Ediciones Huguin, España,
p. 447, 2007.
[56] Ycaza Tigerino, J., Perfil político y cultural de Hispanoamérica, Ediciones Cultura Hispánica, España, p. 62, 1970.
[57] Ibídem, p. 64.
[58] Wikipedia, la enciclopedia libre, «Toltequidad», consultado el 31 de
marzo de 2009: <http://es.wikipedia.org/wiki/Toltequidad>, p.1
[59] Cantos y crónicas de México antiguo, consultado el 31 de marzo de
2009: <http://www.artehistoria.jcyl.es/cronicas/contextos/11643.
htm>, p.2
[60] Ibídem, p.3
[61] Paz, O., «La mirada Anterior» Prólogo al libro Las enseñanzas de don
Juan de Carlos Castaneda, Fondo de Cultura Económica, 6ª Reimpresión, México, p. 17, 2007.
[62] Philipon, m.m., Los dones del Espíritu Santo, Ediciones Palabra, s.a., 3ª
Edición, España, p. 217, 1989.
[63] Red Gerhard V., «Teología del Antiguo Testamento I» Las tradiciones
históricas de Israel, Ediciones Sígueme, s.a., 7ª. Edición, España, p. 512,
1993.
[64] «Equipo ‘Cabiers Evangele’» En las raíces de la Sabiduría, Editorial
Verbo Divino, Cuadernos bíblicos 28, 3ª Edición, España, p.2, 1984.
[65] Ibídem, p. 62
[66] Vargas Montoya
[67] Ratzinger, J., «Fe, Verdad y Tolerancia» El cristianismo y las religiones del mundo, Ediciones Sígueme, sav, España, p. 109, 2005.
[68] DicTB, «Sabiduría», consultado el 29 de abril de 2009: <http://www.
mercaweb.org/DicTB/s/abiduria.htm>, p.5
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