Huffingtonpost.es 20/09/2015 - Consejo Transparencia y Buen

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Ester Arizmendi: "Aquí no se habla
de política, aquí se habla de
trabajo y de transparencia"
EL HUFFINGTON POST | Por Gloria Rodríguez-Pina
Publicado: 20/09/2015 10:51 CEST Actualizado: hace 11 minutos
El Consejo de Transparencia y Buen Gobierno es una de las herramientas que ha puesto
en marcha el Gobierno del PP para que entre algo de luz en las instituciones, aunque los
expertos han criticado que ni la nueva ley, ni el portal web ni el Consejo garantizan el
fin de la opacidad. La presidenta del Consejo, Ester Arizmendi, defiende que la ley no
solo "es ambiciosa, nos coloca no solamente al lado de países europeos, sino que en
algunas cosas es todavía más valiente", aunque admite que hay margen de mejora: "En
España lo que hace falta es una ley que regule los lobbies".
Para la diputada del PSOE Susana Sumelzo, "el balance del Consejo es nulo" y su
presidenta debería comparecer en el Congreso para justificar el aumento de su
presupuesto y su trabajo, ya que el PP vetó la solicitud de su grupo para que rindiese
cuentas durante el debate sobre los Presupuestos Generales en agosto. "A ver cuándo
registra ella la solicitud", contestó descreída a este diario después de que Arizmendi
prometiese dar explicaciones en la Cámara a petición propia. "Está pedido; depende del
calendario de la mesa", según la presidenta del Consejo, que asegura: "Me encantaría ir
cuanto antes, porque es ahí donde me encantaría explicarme y sobre todo, pedir a todos
los partidos que ahí se sientan que trabajemos juntos".
El Consejo ha atendido 387 reclamaciones hasta
agosto; solo en el 16,7% de los casos, hasta junio,
han dado la razón al ciudadano frente a la
Administración.
Las oficinas del Consejo en Madrid, donde están instalados sus 19
trabajadores desde mayo, mezclan un aire translúcido y contemporáneo donde
predominan el blanco, grandes ventanales con vistas a un parque y despachos
acristalados, con muebles vetustos de la Administración más viejuna que han
dado asiento durante décadas a funcionarios ministeriales. Su web, donde
algunas páginas como Documentación, Seguimiento o Buen Gobierno, están
todavía en construcción, reproduce también esa amalgama entre lo nuevo y lo
clásico con imágenes de la Alegoría del buen y el mal gobierno, frescos italianos
del siglo XIV. Lo que sí se puede consultar ya es su actividad hasta ahora y el
detalle de las reclamaciones de ciudadanos a los que se les ha denegado acceso a
documentos que han atendido (387 hasta agosto), de las que han sido resueltas
el 78,29% y en el 16,7% de los casos, hasta junio, han dado la razón al
ciudadano frente a la Administración.
En una mesa por la que han pasado cientos de reuniones en vidas pasadas, Arizmendi
explica a El Huffington Post a qué se ha dedicado desde que asumió su cargo en
diciembre de 2014: "En estos meses un conjunto de personas ha conseguido poner en
pie un organismo de la nada, sin coste alguno. Un organismo que se está ganando su
sitio dentro del conjunto de la sociedad, y que ha conseguido no solo cumplir con el
mandato primero de la ley, que es garantizar el cumplimiento de la ley de transparencia
mediante emisión de criterios, resoluciones, admisión de todas las consultas, atención al
ciudadano... Sino que además, ha establecido todas las alianzas que quiere establecer".
La dificultad principal de su trabajo, dice, va a ser "cambiar la cultura" de la
Administración, pero también, de la ciudadanía. "En España no hay cultura de
transparencia. Desde pequeños siempre se nos ha dicho que preguntar es de mala
educación. Ya no, al revés, es de buenísima educación, y es una educación cívica que
hace a los ciudadanos más críticos, más responsables y más poderosos a la hora de
participar".
QUÉ SE PUEDE PREGUNTAR A LA ADMINISTRACIÓN
El Portal de la Transparencia -que no depende del Consejo, sino de Presidencia del
Gobierno- nació en diciembre de 2014 con críticas sobre las deficiencias en la
accesibilidad a la información que ofrece. Arizmendi las entiende, y comparte que "hay
maneras de hacer mucho más accesible el portal, y que se debe hacer, porque poner
barreras al derecho a la información no está en la ley, sencillamente es todo lo
contrario". "Hemos transmitido por escrito esta preocupación. Nos han dicho que están
trabajando para hacerlo más fácil. Nosotros ya lo hacemos más fácil: no pedimos nada
para entrar en las reclamaciones".
"Hay maneras de hacer mucho más accesible el
portal de la Transparencia, y se debe hacer"
En sus primeros siete meses de funcionamiento, al portal le habían llegado
2.344 solicitudes de información. De las denegadas, 204 se convirtieron en
reclamaciones, que es lo que gestiona el Consejo. A modo de juez, el equipo
estudia si la solicitud cae dentro del derecho al acceso a la información que
garantiza la ley, y si el veredicto es que sí (en el 16,7% de los casos), la
decisión de Arizmendi es de obligado cumplimiento inmediatamente. Si la
Administración no está de acuerdo puede plantear un litigio. "Nosotros
asumimos todas nuestras resoluciones, y si tenemos que ir a un contencioso, lo
vamos a asumir", dice la presidenta.
"Podemos mejorar el portal, mejorar todos los procesos y abrir muchos datos, pero
como el ciudadano no lo utilice..." Arizmendi reconoce que en la ciudadanía no ha
calado aún el mensaje del derecho a la información -están haciendo un estudio con la
UNED y la OCU para averiguar hasta qué punto- y le pasa incluso en su círculo cercano
que hay amigos que no entienden muy bien a qué se dedica.
"Hace dos días se ha obligado a publicar quiénes son
los componentes de la comisión sobre la hepatitis. Se
negó la información y se ha obligado a darla"
¿Qué se puede preguntar a la Administración? "El ciudadano, en ocasiones,
reclama transparencia en las tertulias con sus amigos. Hay que pasar de la
queja a la acción. ¿Cómo es posible que esta carretera que iba a pasar por
aquí ya no pase? ¿Cómo es posible que este edificio público que iba a costar
dos millones haya costado cuatro? ¿Quién ha tomado la decisión de hacer las
cosas diferentes? ¿Cómo se gastan el dinero en el hospital? ¿Cómo se hacen
los planes de educación? ¿Cómo se habla con las otras instituciones para
llegar a acuerdos? Eso se puede preguntar en el portal. Cómo se toman las
decisiones que nos afectan, cómo se hace el manejo de los fondos públicos,
quién es el responsable de las decisiones, si son cosas muy gordas. Se
pueden saber los contratos, a quién se ha adjudicado una licitación, y cuándo
tiene que acabar, si hay un modificado en el presupuesto; se puede preguntar
quién recibe subvenciones y para qué las usa, si se dan dineros a empresas, y
por qué y para qué los usan", dice de carrerilla la presidenta del Consejo, que
recomienda consultar en su web las resoluciones de las reclamaciones donde se
puede encontrar información "muy interesante".
Un ejemplo reciente: "Hace dos días se ha obligado a publicar quiénes son los
componentes de la comisión sobre la hepatitis. Se negó la información y se ha obligado
a darla". Arizmendi, que alaba el "esfuerzo tremendo" de los empleados públicos que
han creado unidades de información en cada organismo, reconoce que muchas veces
estas unidades rechazan las solicitudes con el argumento de "es que esto nunca se ha
dado". "A veces el propio Ministerio, en esta cultura que ha manejado de la información
como poder, se sorprende".
El 83,3% de las reclamaciones recibidas han sido desestimadas. Las razones, según
Arizmendi, son varias: que una parte de las solicitudes rechazadas iban destinadas a
comunidades autónomas y municipios, en los que la ley no entra en vigor hasta
diciembre de 2015; que la respuesta de la Administración "está bien tramitada", y la
vaguedad de la ley, que aún no tiene reglamento que la desarrolle. "Hay partes que no
están definidas y permiten una interpretación diversa, que se refiere especialmente a las
excepciones o límites que pueda tener el derecho de acceso". Cuando se encuentran con
esas ambigüedades, la presidenta del Consejo asegura que emiten un criterio que desde
ese momento es de obligado cumplimiento también, y que optan por "hacer una
interpretación en favor de la transparencia". Ya llevan diez.
LA CONTESTADA INDEPENDENCIA DEL CONSEJO
"El Consejo no es beligerante con nada que tenga que
ver con la política, con el Gobierno, o la
confrontación"
La diputada socialista Susana Sumelzo denuncia la falta de independencia del
Consejo, que está dentro de la estructura del Ministerio de Hacienda. "En teoría
un organismo de este tipo debería tener una independencia suficiente, porque
es quien vela por la transparencia de las Administraciones Públicas", dice
Sumelzo, a lo que Arizmendi responde que tienen "una independencia absoluta
en la toma de decisiones" y que "no ha habido ni una sola injerencia" ni la van a
"consentir". "La dependencia del Ministerio de Hacienda no es jerárquica, sino
porque en el árbol de la Administración todo tiene que estar colgado de algo",
explica.
"Es muy importante transmitir que el Consejo no es beligerante con nada que tenga que
ver con la política, con el Gobierno, o la confrontación. Es un organismo que trabaja
para que esta ley se implante en la sociedad, y para eso necesitamos que todos tengan
confianza, y nos dejen trabajar y trabajen con nosotros".
"En lo que a mí se refiere, yo jamás he militado en ningún partido político, jamás he
mostrado ninguna preferencia por ninguna formación política. Llevo 34 años trabajando
en la Administración, he trabajado con todos y siempre para los ciudadanos, por lo cual
me siento absolutamente independiente", asegura, y añade que su compañeros "tienen
cada uno su ideología, pero aquí no se habla de política, aquí se habla de trabajo y de
transparencia".
"Jamás he militado en ningún partido político,
jamás he mostrado ninguna preferencia por ninguna
formación política."
¿Y qué hay de la comisión del Consejo, formada por un diputado (del PP), un
senador (del PNV), y representantes de varios organismos? "A mí me hubiera
gustado que hubiera una mesa enorme en la que estuvieran todos sentados.
Están los que dice la ley y los que han sido designados, en lo que yo no puedo
intervenir. Pero en lo que yo sí puedo intervenir es en tener la puerta abierta
para que a todo el que quiera decir algo, se le escuche, y si es razonable,
inmediatamente se incorpore. La voluntad de este Consejo es ser apolítico,
trabajar, trabajar y trabajar, y nada más", insiste.
En las próximas semanas y meses se tendrán nuevas noticias del Consejo. Publicarán un
estudio comparativo de la transparencia en la UE y en las comunidades autónomas,
entre las que señala a Cataluña y Comunidad Valenciana como las que van un paso por
delante de la legislación nacional, "que es básica". También están investigando, y
publicarán en su memoria anual, el grado de transparencia de todas las administraciones
del Estado. Y para ser ejemplares, preparan un sistema online que permita ver qué
logros están teniendo en transparencia, dónde y cómo, y se pueda seguir el presupuesto
del Consejo en tiempo real. "Como si los ciudadanos estuvieran aquí viendo qué
hacemos", explica. Un desarrollo así, dice, puede costar millones, pero van a contar con
la colaboración de la sociedad civil para hacerlo por unos 10.000-15.000 euros. "Esto es
encomiable y me gustaría mucho remarcarlo".
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