Documento descargado de http://www.elsevier.es el 29/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. PATOLOGÍA DEL BUCEO Y LA AVIACIÓN EN OTORRINOLARINGOLOGÍA Medidas generales de prevención de accidentes hipobáricos-hiperbáricos en la esfera otorrinolaringológica Félix Díaz Caparrós Medicina y Cirugía. Especialidad en Otorrinolaringología. Clínica Díaz Caparrós. Cartagena. Murcia Los accidentes barotraumáticos en la esfera otorrinolaringológica son muy frecuentes, especialmente el de oído medio. Prevenirlos es una de las tareas en las que más hincapié debemos hacer. Para ello, debemos realizar un estudio anatómico de vías altas en el que analicemos las fosas nasales y el cavum, así como estudios de función tubárica y estudios radiológicos para cuantificar la neumatización mastoidea. Es importante conocer las maniobras de compensación tubárica más comunes, así como la fisiopatología del propio barotrauma. En las personas con el diagnóstico de enfermedades que comprometen la función tubárica o el normal drenaje de los ostia sinusales, podemos aplicar medidas y tratamientos específicos que solucionan los problemas de compensación de presiones. En el medio aéreo se dispone de unas medidas muy sencillas encaminadas a la prevención de los barotraumas de oído. Palabras clave: Prevención. Barotraumas. Función tubárica. Test de Williams. Otitis barotraumática. Sinusitis barotraumática. Aerotitis. Cámara hiperbárica. Teniendo en cuenta la fisiopatología de los barotraumas de oído y de senos paranasales, hay unas medidas comunes de prevención de los accidentes barotraumáticos, pero hay que tener en cuenta ciertas peculiaridades según dónde nos encontremos: en el medio subacuático, en la navegación aérea o en una cámara hiperbárica. En la esfera otorrinolaringológica, la fisiopatología del barotrauma de oído está regida por la función de la trompa de Eustaquio, en la que se puede influir de una forma activa. La fisiopatología de los senos paranasales se encuentra determinada por la permeabilidad de los ostia corres- Correspondencia: Dr. F. Díaz Caparrós. Clínica Díaz Caparrós. Cartagena. Murcia. España Correo electrónico: [email protected] General measures for preventing hypo-hyperbaric accidents in otorhinolaryngology Barotrauma accidents are highly frequent in otorhinolaryngology, especially those involving the middle ear. Emphasis should be placed on preventing these lesions. To do this, anatomical study of the upper airways should be performed with analysis of the nasal fossae and cavum, as well as evaluation of Eustachian tube function and radiological tests to quantify mastoid pneumatization. Otorhinolaryngologists should be familiar with the most common maneuvers of tubal compensation, as well as the physiopathology of barotrauma. In patients diagnosed with disorders that can compromise Eustachian tube function or normal drainage of the sinus ostium, specific measures and treatments can be applied that solve the problems of pressure compensation. In flying, several simple measures are available to prevent barotrauma to the ear. Key words: Prevention. Barotrauma. Eustachian tube function. Williams’ test. Barotraumatic otitis. Barotraumatic sinusitis. Aerotitis. Hyperbaric chamber. pondientes y, en definitiva, por una buena permeabilidad nasal, en concreto, del meato medio. MEDIDAS COMUNES DE PREVENCIÓN DE LOS BAROTRAUMAS EN LA ESFERA OTORRINOLARINGOLÓGICA Reconocimiento médico especializado 1. Anamnesis. Se hace necesario saber de forma minuciosa todos los procesos que pueda experimentar la persona en relación con la anatomía y la fisiología de los oídos y sus fosas nasales. 2. Endoscopia nasofaríngea. En todo paciente que se someta a cambios de presión de una manera frecuente deberemos realizar un estudio endoscópico de las Acta Otorrinolaringol Esp. 2007;58 Supl. 2:65-69 65 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 29/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Díaz Caparrós F. Medidas generales de prevención de accidentes hipobáricos-hiperbáricos en la esfera otorrinolaringológica trauma. A menor neumatización, mayor riesgo de barotrauma. Se calcula que una superficie ≤ 30 cm2 se correlaciona con un riesgo de experimentar barotrauma de oído (fig. 1). La evaluación conjunta de la función tubárica (prueba de los 9 pasos de Bluestone) y el tamaño de las celdas mastoideas, con resultados negativos, tiene un valor predictivo de barotrauma de un 86%. Por separado, tienen un valor predictivo del 69 y el 76%, respectivamente5. Conocimiento de la fisiopatología y las medidas de compensación tubárica Figura 1. Radiografía de cráneo en la que se visualiza una buena neumatización mastoidea. fosas nasales y el cavum. Tendremos que valorar la permeabilidad nasal, descartar la desviación septal y diagnosticar signos de rinitis agudas o crónicas, como la hipertrofia turbinal o la aparición de pólipos nasales; además, deberemos valorar la permeabilidad de cavum, sobre todo en el ostium tubárico. Debemos descartar la hipertrofia adenoidea, la aparición de tejido linfoide peritubárico o la presencia de rinorrea en la zona. 3. Estudios de función tubárica. La mejor manera de valorar la adecuada función tubárica se consigue mediante la realización de una impedanciometría y un test de función tubárica1. La impedanciometría es una prueba puntual, como si la realización de una foto se tratara. Permite valorar la neumatización del oído medio y la movilidad timpánica. Las pruebas de función tubárica, como el test de Williams2, permiten la valoración de la neumatización del oído medio en 3 momentos diferentes, tal y como de un vídeo se tratara. Se realiza una timpanometría basal, posteriormente se realiza la maniobra de Toynbee y se produce una nueva timpanometría, pero en condiciones de aumento de presión. Acto seguido, se realiza otra maniobra de Toynbee y se ejecuta una nueva timpanometría, pero esta vez bajo una presión negativa. De esta forma, si se ha producido una apertura tubárica tras las maniobras de Toynbee, aparecerán 3 curvas en distinta posición en el eje de abscisas. Hay que tener en cuenta que la realización de estas pruebas en superficie permite obtener mejores resultados que cuando se relizan las maniobras de compensación tubárica en medios hiperbáricos o hipobáricos3. 4. Estudio radiológico de la neumatización mastoidea. Con una radiografía simple mediante proyección de Schüller, medida por método de dimensión rectangular4, podremos medir el área neumatizada de la mastoides y el oído medio. Hay una correlación muy clara entre neumatización y riesgo de presentar baro66 Acta Otorrinolaringol Esp. 2007;58 Supl. 2:65-69 En el buceo y en las cámaras hiperbáricas se suceden unos mecanismos fisiopatológicos idénticos, diferenciándose tan sólo en la ausencia de agua en las cámaras hiperbáricas. En el descenso o en la compresión, la presión va aumentando y los volúmenes se reducen, por lo que las maniobras de compensación tubáricas se deben realizar de forma activa. En la fase de ascenso o en la descompresión, la presión disminuye progresivamente y los volúmenes de los gases aumentan, por lo que no es necesaria maniobra alguna, pues el exceso de gas sale de forma pasiva por la trompa de Eustaquio. Debemos tener en cuenta que, en el buceo, la posición de la cabeza ejerce un papel destacado, pues es más difícil la ecualización de presiones con la cabeza hacia abajo, como sucede en la inmersión. Según comentan Kay et al6, en el principiante existe lo que él llama ear fear (miedo de oídos). Consiste en el dolor que produce el equilibrado de presión del oído mediante la aparición de un sonido (chasquido) al inflarlo. Es necesario que los sujetos se habitúen a estas maniobras en la superficie, que escuchen el chasquido en otros compañeros mediante un fonendoscopio colocado cerca de los oídos. Antes de la inmersión es bueno realizar maniobras de compensación para favorecer la presencia de gas en los oídos. La primera forma de enseñar las maniobras de equilibrado de presiones es mediante la observación de los esfuerzos de compensación, lo que se llama watch the nose inflate (observar la nariz inflada). Consiste en ponerse delante de un espejo, taparse ambas narinas con las yemas de los pulgares y realizar un esfuerzo de soplado nasal. Podremos observar cómo se dilatan los cartílagos alares. Hay numerosas técnicas de compensación tubárica, pero nos vamos a centrar en las más importantes. Las técnicas de compensación más simples en el buceo son el bostezo, la deglución, la retracción de la mandíbula y la inclinación de la cabeza. Pero sólo están al alcance de personas con cierta experiencia. La maniobra por la que todo principiante tiene que comenzar es la maniobra de Valsalva (fig. 2). Consiste en taparse la nariz y realizar una maniobra de soplado a través de las fosas nasales. Con ello conseguimos la introducción, de una forma violenta, de aire en el oído medio. Tiene varios inconvenientes. como son el aumento de la presión intracraneal, la estasis venosa en el ostium tubárico y la posibilidad de aparición de barotrauma de oído interno. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 29/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Díaz Caparrós F. Medidas generales de prevención de accidentes hipobáricos-hiperbáricos en la esfera otorrinolaringológica Figura 2. Buceador realizando maniobra de Valsalva. Figura 3. Pasajeros dentro de la cabina de un avión. La maniobra de Frenzel o de Marcante-Odaglia es más fisiológica y consiste en la emisión de un sonido oclusivo, como la “K”, mientras tenemos pinzadas ambas fosas nasales. De esta forma se eleva la base de la lengua y la laringe, lo que produce un aumento de la presión en la rinofaringe. La maniobra de Toynbee se realiza mediante un acto deglutorio al mismo tiempo que bloqueamos ambas fosas nasales. Es una maniobra poco violenta, y al contrario que las otras, extrae aire de la caja timpánica. En la década de 1950, la marina francesa desarrolló una técnica llamada “apertura tubárica voluntaria”, que consistía en la apertura tubárica sin la necesidad del bloqueo nasal. Sería similar a la fase final de un bostezo. Se trata de una técnica difícil de enseñar (tan sólo un 30% de los alumnos la aprenden) y tendría una correlación en las personas que mueven las orejas pero son incapaces de explicar cómo lo hacen. tratamiento sintomático con antihistamínicos por vía oral y corticoides inhalados a través de las fosas nasales, de forma continuada durante todos los días. Si hemos diagnosticado poliposis nasosinusal, deberemos solicitar la realización de un escáner en 2 proyecciones, de fosas nasales y senos paranasales, antes de emprender la cirugía mediante la técnica endoscópica (CENS). Otras veces nos encontramos con una desviación septal y una hipertrofia compensadora de cornete inferior, del lado de la concavidad. Esto hace que haya una dificultad para la realización efectiva de las maniobras de compensación tubáricas. La solución pasaría por la realización de una septoplastia y un tratamiento del cornete hipertrófico. En este sentido, debemos destacar el gran avance que suponen la radiofrecuencia o los ultrasonidos en la reducción efectiva del tamaño de los cornetes. Factores médicos corregibles Hay alteraciones anatómicas y funcionales que posiblemente no repercuten en la calidad de vida de una persona que vive a una atmósfera de presión, pero que se convierten en un obstáculo en las personas que necesitan un equilibrado de presiones de forma rápida7. Las más frecuentes se hallan en las rinitis, tanto agudas como crónicas. Se trata de una afectación de la mucosa respiratoria nasal que causa edema y producción excesiva de mucosidad. El lugar afectado por excelencia es el ostium tubárico, donde el edema hace muy difícil la compensación. En ocasiones, la persona puede realizar las primeras compensaciones, pero progresivamente se aprecia un empeoramiento de la función tubárica. En caso de una rinitis aguda o un resfriado es mejor posponer las actividades que supongan cambios bruscos de presión. Se aconseja el uso de antigripales o descongestivos nasales. En las rinitis crónicas o rinosinusitis, sean alérgicas o no, pueden aparecen los pólipos nasales. En estos casos, la dificultad se acrecienta, pues el paso del aire se encuentra disminuido aún más y las enfermedades de los senos paranasales se disparan, pues se bloquean los ostia de drenaje de los distintos senos paranasales. En el caso de la rinitis deberíamos pautar un PREVENCIÓN EN EL MEDIO AÉREO El barotrauma más frecuente en el medio aéreo es el de oído medio, llamado aerotitis. En el ascenso, la presión dentro del oído medio va disminuyendo y el volumen de gas aumenta. A 160 m de altura, la diferencia de presión a favor de la caja es de 15 mmHg, que en condiciones normales son compensadas con normalidad mediante la salida pasiva de aire por la trompa de Eustaquio. El individuo, mediante este proceso pasivo, percibe un clic o chasquido en el oído. Aproximadamente, cada 500 pies de altura se necesita una compensación tubárica. De tal forma, que a 5.000 m, la presión es la mitad que a nivel del mar y a 10.000 m, un tercio. Durante el descenso, el aumento de la presión exterior empuja la membrana timpánica hacia el interior, llegando a presiones diferenciales de 90 mmHg. Esta circunstancia necesita de la participación activa del sujeto, que tiene realizar maniobras de compensación, como la deglución. Por estos motivos, durante el ascenso, sólo los problemas obstructivos en el ostium tubárico pueden hacer que quede aire atrapado en caja timpánica, lo que se denomina reserve Acta Otorrinolaringol Esp. 2007;58 Supl. 2:65-69 67 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 29/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Díaz Caparrós F. Medidas generales de prevención de accidentes hipobáricos-hiperbáricos en la esfera otorrinolaringológica Figura 4. Niña a la que se le están colocando unos tapones para amortiguar cambios de presión. squeeze. Durante el descenso, las otalgias son más frecuentes y los individuos tienen que realizar maniobras sucesivas de compensación, como masticar chicle, bostezar, reír, etc., para poder compensar la presión (fig. 3). En teoría, todo avión moderno presenta un mecanismo de compensación de presión en la cabina mediante los llamados turbocargadores. Estos aparatos mantienen una presión de hasta el equivalente a 1.500 m de altura, aunque no siempre son efectivos. De esta forma, la persona que va a realizar un vuelo debería contar con las siguientes medidas de prevención: 1. Reconsiderar el viaje en avión. Intentar posponer el vuelo si se presenta una infección aguda de las vías respiratorias superiores. 2. Utilizar descongestionantes nasales sistémicos. En adultos es recomendable el uso de seudoefedrina (120 mg) asociada con un antihistamínico8,9, aproximadamente una hora antes del despegue. Mucha precaución en personas con enfermedades cardíacas, hipertensión arterial o hipertrofia prostática. En estos casos se desaconseja la administración de dicha medicación. 3. Uso de descongestionantes tópicos. El uso de oximetazolina por vía nasal se ha demostrado como menos efectivo que la seudoefedrina por vía oral en los casos de enfermedad tubárica9. Podría estar reservado en pacientes que no toleren la seudoefedrina, debido a su menor absorción sistémica. 4. Tomar la medicación. En caso de alergia se debe tomar la medicación habitual antes de subir al avión. 5. Tomar caramelos o chicles durante el vuelo. Esto te permite tragar con más frecuencia y activar la musculatura que abre la trompa de Eustaquio. 6. Compensar varias veces los oídos durante el despegue y el aterrizaje. Realiza maniobras de Valsalva en los momentos cruciales del vuelo. 7. Evitar dormir durante el descenso. Esto permitirá deglutir con más frecuencia. 68 Acta Otorrinolaringol Esp. 2007;58 Supl. 2:65-69 Figura 5. Pacientes en el interior de una cámara hiperbárica. 8. Proporcionar a los niños abundantes bebidas sin gas durante el vuelo. Esto favorece la frecuencia de la deglución. No es recomendable el uso de descongestionantes en los niños. 9. Probar tapones con filtros. Estos permiten enlentecer las variaciones de presión. Se venden en farmacias y tiendas del aeropuerto (fig. 4). 10. Beber abundante agua para evitar la deshidratación. Hay muy poca humedad ambiental en la cabina. Evita tomar alcohol y café durante el vuelo. Puede incrementar el riesgo de rotura de vasos capilares. PREVENCIÓN EN EL MEDIO ACUÁTICO En el medio acuático nos enfrentamos con unas variaciones de presión y volumen de los gases mucho más acentuadas y, por supuesto, nos encontramos en un medio hostil, incompatible con la vida, por el líquido no respirable que nos rodea. Por ello, las medidas de prevención deben sustentarse en el perfecto conocimiento de la fisiología del buceo y en un buen entrenamiento y una aceptable forma física. A continuación enumeramos los distintos puntos que se deben tener en cuenta: 1. Revisión de todo el equipo de buceo. 2. Descender y ascender lentamente. Tener muy en cuenta las paradas de descompresión durante el ascenso. 3. En caso de resfriado, es preferible no bucear hasta la completa mejoría del cuadro clínico. 4. En caso de una rinitis se puede probar con descongestionantes vía oral, como la seudoefedrina, una hora antes de la inmersión. 5. Para prevenir un barotrauma pulmonar, no se debe contener la respiración durante el ascenso. Exhalar aire con frecuencia durante éste. 6. No fumar. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 29/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Díaz Caparrós F. Medidas generales de prevención de accidentes hipobáricos-hiperbáricos en la esfera otorrinolaringológica 7. No permanecer durante mucho tiempo a grandes profundidades. 8. Evitar volar o viajar a alturas elevadas durante las primeras 24 h tras una inmersión. Puede favorecer la aparición de una enfermedad descompresiva. 9. Conocer la localización de la cámara hiperbárica más cercana a la localización del individuo. 10. No bucear solo. sación, como en los pacientes con intubación orotraqueal, se realizará miringotomía con colocación de tubos de ventilación transtimpánicos de Donaldson. Está demostrado que la función tubárica empeora al llegar a la séptima sesión de tratamiento10. BIBLIOGRAFÍA PREVENCIÓN EN LA CÁMARA HIPERBÁRICA En la cámara hiperbárica (fig. 5) se alcanza presiones de 2,4 atmósferas en un tiempo de unos 5 min, lo que equivale a unos 14 m de profundidad. Debido a las particularidades de las personas que se someten a tratamiento con oxígeno hiperbárico, muchas de ellas de elevada edad y carencia de destreza motriz, se hace necesario las siguientes medidas de prevención: 1. Aprendizaje de las maniobras de compensación. Habitualmente se les explica de manera detenida la maniobra de Valsalva y siempre se encuentra en la cabina una persona cualificada para solucionar posibles percances durante el tratamiento. 2. Estudio por parte del especialista en otorrinolaringología de los pacientes susceptibles de tratamiento hiperbárico. En caso de imposibilidad de compen- 1. Díaz F. Exploración del estado del sistema del tímpano y los huesecillos: timpanometría. Aplicación a la patología subacuática. Formación continuada SEMM. Medicina Marítima. 1997;5:239-43. 2. Miyazawa T, Ueda H, Yanagita N. Eustachian tube function and middle ear barotrauma associated with extreme in atmospheric pressure. Ann Otol Rhinol Laryngol. 1996;105:887-92. 3. Shupak A, Sharoni Z. Pressure chamber tympanometry in diving candidates. Ann Otol Rhinol Laryngol. 1991;100:658-60. 4. Uzun C, Adali MK, Koten M. Relationship between mastoid pneumatization and middle ear barotrauma in divers. Laryngoscope. 2000;112:287-91. 5. Uzun C. Evaluation of predive parameters related to Eustachian tube dysfunction for symptomatic middle ear barotraumas in divers. Otol Neurotol. 2005;26:59-64. 6. Kay E. Disponible en: http://www.faculty.washington.edu/ekay/ 7. Beers MH, Berkow R, editores. Barotrauma. The Merk manual. Diagnosis and therapy, section 24, chapter 245, Accidents and injuries. The Merk manual webside. Disponible en: http://www.merk.com 8. Jones JS, Sheffild W. Adouble-blind comparision between oral pseudoephedrine and topical oxymetazoline in the prevention of barotraumas during air travel. Am J Emerg Med. 1998;16:262-4. 9. Mirza S, Richardson H. Otic barotraumas from air travel. J Laryngol Otol. 2005;119:366-70. 10. Díaz F. Estudio del barotraumas de oído medio en pacientes sometidos a tratamiento con oxigenoterapia hiperbárica. Tesis doctoral Murcia: Universidad de Murcia; 2001. Acta Otorrinolaringol Esp. 2007;58 Supl. 2:65-69 69