El hombre bicentenario y hombre cibernético En estos dos temas quiere expresar la evolución que ha tenido la sociedad con la tecnología. La tecnología va a estar tan diseminada a nuestro alrededor, integrada con tanta eficacia en los objetos de uso, que nos permitirá la suprema listeza de disfrutar de ellos. Y esas es la sinopsis de la película que es un robot que llega a la familia Martínpara realizar tareas de mantenimiento y limpieza. Las reacciones de la familia van desde la aceptación y la curiosidad hasta el rechazo total y el vandalismo deliberado por su hija mayor, Grace (Lindze Letherman), que conduce al descubrimiento de que Andrew puede identificar las emociones y la reciprocidad en especie. Mientras en el hombre cibernético que como hombres hemos tenido una evolución hasta llegar a ser hombre sabio pero ni tanto porque estamos teniendo carencia en muchas cosas como en el cuidado de la naturaleza, en el mejoramiento de nuestra sociedad en todos los campos. La evolución continúa en la humanidad a través de las manifestaciones del cerebro y mediante la activa y voluntaria colaboración de los propios seres humanos. Afirma que el hombre, descendiente de gusanos marinos, es hoy capaz de concebir la futura existencia de un ser superior y de desear ser su antecesor. El hombre con su cerebro actual no representa el fin de la evolución -exclama-, sino solamente una etapa intermedia entre el pasado, pesadamente cargado con las memorias de la bestia, y el futuro, rico en más altas promesas. Señala, además, que el hombre ahora posee los medios externos que facilitarán el esfuerzo interno requerido para apretar los lazos que lo hacen una de las células en este gigantesco organismo llamado humanidad. Cuando Andrew rompe accidentalmente una figura que pertenece a la "Damita" Amanda (Hallie Kate Eisenberg), talla una sustitución de la madera. La familia se sorprende por su creatividad y el "Señor" Richard Martin (Sam Neill) lleva a Andrew a su fabricante, para preguntar si todos los robots son como él. El director ejecutivo de la compañía ve este desarrollo como un problema y desea hacer chatarra a Andrew. Enfurecido, Martin se lleva a casa a Andrew y le permite seguir su propio desarrollo, el fomento de Andrew para educarse en las humanidades. Este proceso es muy importante porque en este proceso un robot usando su creatividad algo que nos da una lesión significativa a nosotros los seres humanos en el que podemos utilizar nuestras fuerzas para hacer cosas lindas y súper útiles para lograr un mejor desempeño en el medio donde nos desenvolvemos, yo siempre yo he dicho “que nos es la sociedad que debe cambiar sino el pensamiento de nosotros” Años más tarde, tras un accidente en el que Andrew se corta su pulgar, Martin lleva a Andrew a NorthAm Robotics para las reparaciones, asegurando que la personalidad de Andrew permanecerá ilesa. Andrew pide que mientras se repare su rostro se altere para transmitir las emociones que siente, pero no pueden ser expresadas plenamente. Después de la boda de la Damita se da cuenta de que no hay más pedidos para que corra. Andrew finalmente pide su libertad, para gran consternación del señor, éste le concede la solicitud, pero destierra a Andrew para que pueda ser "totalmente" libre. Andrew se construye una casa y vive solo. En 2048, Andrew Martin ve por última vez en su lecho de muerte a su ex-dueño. Richard se disculpa por desterrarlo mientras Andrew se despedía de él diciéndole que "era un honor servirle". Andrew va en una búsqueda para localizar más robots de la serie NDR para descubrir si los demás también han desarrollado sensibilidad. Después de años de fracaso se encuentra a Galatea (Kiersten Warren), un robot NDR que se le ha dado los atributos femeninos y de personalidad. Sin embargo, éstos son simplemente los aspectos de su programación y no algo que ella haya desarrollado como es el caso de Andrew. Galatea es propiedad de Rupert Burns (Oliver Platt), hijo del diseñador original del robot NDR. Burns, trabaja para crear una apariencia más humana para los robots, pero es incapaz de atraer fondos. Andrew se compromete a financiar la investigación y los dos unen sus fuerzas para revolucionar la robótica. Andrew crea nuevos diseños de prótesis de órganos para robots que también pueden ser utilizados por los seres humanos. Él se mantiene en contacto con la Damita, que crece, se casa y se divorcia. Andrew finalmente vuelve a saludar a la Damita pero en realidad es su nieta Portia, un poco confundido la Damita le dice que se había ido 20 años y por eso no la reconocia. Con el tiempo, Andrew se convierte en humano suficiente para enamorarse de Portia (ambos por Embeth Davidtz), y en última instancia, ella con él. Andrew va al hospital a ver a la Damita en su lecho de muerte y ve que ella lleva consigo el caballo que le había tallado años atrás. Ella muere en silencio y Andrew siente el dolor de no ser capaz de llorar y se da cuenta que debe tener expresiones. A lo largo del siguiente siglo, Andrew acaba la conversión a ser humano y pide al congreso mundial que se le declare como ser humano con la intención de estar legalmente casado con Portia, pero es rechazada; el Presidente del Congreso explica que la sociedad puede tolerar a una máquina eterna, pero sostiene que un ser humano inmortal (era inmortal debido a que no tenía sangre y su cerebro era positrónico) crearía demasiados celos e ira para estar con otro ser humano y es declarado máquina ese día. Andrew trabaja con Rupert (ahora un hombre viejo) para introducir la sangre a su sistema, lo que le permite envejecer y Rupert oficialmente le da la bienvenida a la condición humana, y comienza a envejecer junto a Portia. Andrew otra vez asiste al Congreso Mundial, ya como un hombre viejo, con la intención de nuevo de que se le declare un ser humano. Y tiene el siguiente debate con la presidenta del Congreso Mundial. Es remarcable que pese a que han transcurrido más de quince años desde que varios de los autores citados aquí han formulado sus advertencias, poco o nada se ha encarado al respecto, desde un punto de vista pragmático. Sigue vigente, en forma dominante en nuestro mundo la idea de que los seres humanos no solamente somos la culminación de la evolución de la Naturaleza, sino que estamos por afuera y por encima de ella. Esa arrogancia nos puede costar caro. Y sólo la reflexión sobre y la divulgación del fenómeno de la cibernética transformando al "homo sapiens" puede contribuir a modificar este preocupante panorama. Enseñándonos y educándonos para asumir en la mejor forma posible para nosotros y nuestros descendientes esta nueva etapa que ya se está iniciando, del tránsito del ser humano sobre la Tierra. Todo sistema, y la humanidad lo es, tiene como función prioritaria y fundamental subsistir como tal. Siendo nosotros conscientes de esta característica sistémica, debemos, pues, dirigir nuestros esfuerzos en esa dirección. Inventos que han cambiado la vida de los seres humanos