021 TDOC REMI DEST UBIC TITL Memorando Dirección de Consultoría Fiscal General de la República Ministerio Público MP DC FGR FECHA:1976 El privilegio constitucional de la irresponsabilidad congresil FRAGMENTO El artículo 69 de la Constitución Federal para los Estados de Venezuela, de 23 de diciembre de 1811, en la parte atañadera a la irresponsabilidad de los Representantes Senadores decía: La inmunidad personal de los representantes y senadores…se reduce…y a no poder ser responsable de sus discursos y opiniones en otro lugar que en la Cámara en que los hubiera expresado”. Antecedente Norteamericano de 1897 El antecedente directo de este precepto de nuestra primera Constitución fue del acápite de la Sección VI de la Constitución de los Estados Unidos de América de 27 de septiembre de 1787, la cual ejerció una influencia decisiva en la redacción de aquella primera Carta Constitucional…precepto aún vigente en aquel país, y que dice: “Los senadores y representantes…y por ningún discurso o debate en una u otra Sala (House) se les molestará en ningún otro lugar”. La Constitución de Venezuela de 28 de agosto de 1819, Artículo 1, Sección Cuarta, Título 6º, establecía en forma muy amplia dicha inmunidad: “Los miembros del Congreso, sean senadores representantes, no son responsables por los discursos y opiniones que hayan expresado durante sus funciones ante ninguna autoridad, en ningún tiempo”. La Constitución del Estado de Venezuela de 24 de septiembre de 1830, establecía al privilegio de esta guisa: Artículo 84.- “Los senadores y representantes no son responsables en ningún tiempo ni ante ninguna autoridad de los discursos y opiniones que hayan manifestado en las Cámaras”. De la misma manera lo reconocían las Constituciones de 1957 y 1958. Fue la Constitución Federal de 22 de abril de 1864 la que en su artículo 40 limitó la irresponsabilidad de los congresistas en este sentido. “Los miembros de las Cámaras no son responsables por las opiniones o discursos que emitan en ellas”. Principio que, con ligerísimas modificaciones (las de 1901 a 1909 agregan el voto al lado de las opiniones), el principio fue reproducido a las sucesivas Constitucionales hasta la de 5 de julio de 1947 que amplía nuevamente el concepto de la siguiente manera: “Artículo 145. Los diputados y senadores no serán responsables en ningún tiempo, por las opiniones que emitan en el ejercicio de sus funciones”. Ya no se reduce la irresponsabilidad a las opiniones emitidas en la Cámara, sino también pronunciadas fuera del Congreso pero en ejercicio de las funciones de congresistas. El artículo 142 de la vigente Constitución sanciona esta situación al establecer: “Artículo 142.- No podrá exigirse responsabilidad en ningún tiempo a los senadores o diputados por votos y opiniones emitidos en ejercicio de sus funciones. Sólo responderán ante los respectivos cuerpos de acuerdo con esta Constitución y los Reglamentos”. II El comentario de la doctrina vernácula El constitucionalista doctor Ambrosio Oropeza, al comentar el principio de que se trata, amplía: “La irresponsabilidad es el derecho que asiste a los miembros de las Cámaras de emitir opiniones y votos con absoluta libertad y la consiguiente prohibición por toda autoridad de exigir responsabilidad a sus autores en ningún tiempo y de ninguna especie o naturaleza. Pueden por consiguiente, senadores y diputados, pronunciar los discursos más violentos contra el gobierno o sus agentes o las diatribas más acerbas contra personas físicas o jurídicas, sin que tales discursos por ofensivos, injustos o difamatorios que sean puedan traer a sus autores persecuciones de ninguna índole”. Se desprende de la redacción que de ha dado al precepto sobre irresponsabilidad parlamentaria que ella no se reduce como antes a discursos y opiniones pronunciados en el seno de las Cámaras sino también a las emitidas fuera del Congreso en concentraciones populares, por la prensa o la radio, siempre naturalmente que tales opiniones o discursos tengan alguna relación con problemas planteados o por plantearse en el recinto del Congreso y directamente vinculados al ejercicio del mandato representativo. Si tal no es el caso, si un diputado o senador en reuniones públicas, por la prensa o la radio lesiona gravemente la reputación de las personas por capricho o venganza personales, parece claro que en semejante situación no podría escapar a las sanciones penales correspondientes. Evidentemente, en tales casos el diputado o senador no se halla “en ejercicio de sus funciones” sino en un papel extraño a la misión parlamentaria”. Según Pablo Ruggeri Parra. Estas irresponsabilidades es tanto civil como penal: un diputado que ha cometido un delito de difamación está exento, no sólo de castigo penal, sino aún de toda acción por daños y perjuicios que en su contra pudiera intentar el difamado. En efecto sería una acción en la que estaría ausente el interés legítimo para pedir la tutela jurisdiccional y por lo contrario, obraría contra el precepto constitucional del artículo 142. Orlando Tovar en su libro “Derecho Parlamentario”, Caracas, 1973 expresa: “La irresponsabilidad es tanto civil, como penal y disciplinaria…” La irresponsabilidad disciplinaria lo es frente a otro órgano pero no lo es frente a su propia Cámara”. La irresponsabilidad es absoluta y total y en ningún momento, haya terminado o no su mandato podrá el parlamentario ser perseguido”. El doctor José Guillermo Andueza en su obra “El Congreso” ha sostenido que los senadores y diputados son irresponsables civil y penalmente. Solo tienen responsabilidad disciplinaria ente la propia Cámara; que la inviolabilidad tiene un carácter absoluto; que el congresante está protegido contra cualquier acción judicial derivada de sus votos y opiniones que si el voto o la opinión del congresante ha causado algún perjuicio al Estado o a los particulares ni aquél ni éstos pueden exigirles una indemnización pecuniaria. Por lo tanto, las opiniones, que emita un congresista, aún fuera de la Cámara, pero en ejercicio de sus funciones sea ante la radio, la televisión o la prensa, estarán cubiertas por la irresponsabilidad constitucional del artículo 142. Cunado el congresista lo hace en nombre de una Comisión Especial a la que se le ha encomendado por la Cámara funciones investigadoras, de acuerdo con los Reglamentos en vigencia, es indudable que en tales casos el congresista actúe en ejercicio de sus funciones. III Posición antagónica entre un órgano del Poder Judicial y otro del Poder Legislativo. 1.- El 9 de septiembre de 1976 el ciudadano Presidente de la Comisión Delegada del Congreso envió al Fiscal General de la República para su conocimiento y fines consiguientes, la transcripción de un Acuerdo aprobado por unanimidad en sesión de la Comisión Delegada del Congreso de la República el día 8 del mismo mes. Según el cual la Comisión Delegada ha tenido conocimiento de que el diputado Leonardo Ferrer, ha sido demandado ante el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil de la Circunscripción Judicial del Distrito federal y Estado Miranda con el abogado defensor del proceso Rafael Olivo Garrido, ex Presidente del Concejo Municipal del Distrito Sucre, aduciendo como fundamento de la acción opiniones expresadas por el diputado Ferrer en ejercicio de su función parlamentaria y de presidente de la Comisión Permanente de Contraloría de la Cámara de Diputados. “Se declara que como quiera que, conforme a lo dispuesto en el artículo 142 de la Constitución, no puede exigirse responsabilidad en ningún tiempo a los sanadores ni a los diputados por votos y opiniones emitidos en el ejercicio de sus funciones y éstos responden sólo ante el respectivo cuerpo de acuerdo con la Constitución y los Reglamentos y que, por consiguiente, la demanda propuesta por el abogado defensor del procesado Rafael Olivo Garrido podría vulnerar la inviolabilidad establecida por la constitución, Acuerdo lo siguiente: Primero: Dirigirse al Fiscal General de la República, a fin de que en su función de garante de la observancia de la Constitución actúe lo conducente para que se mantenga el principio de la no responsabilidad a la cual se refiere el artículo 142 de la Constitución y se garantice de tal modo la libertad de la función legislativa y contralora del Congreso. Segundo: Ordenar a la Comisión Permanente de Política Interior realizar una exhaustiva investigación de los medios por los que se ha pretendido obstaculizar las investigaciones parlamentarias y judiciales referente a los casos de corrupción administrativa ocurridos en el Concejo Municipal del Distrito Sucre del Estado Miranda. Tercero: Ratificar el respaldo que le merecen las actuaciones de la Comisión Permanente de Contraloría de la Cámara de Diputados”. El Acuerdo está firmado por Gonzalo Barrios, Presidente del Congreso. 2.- Se ha producido, en consecuencia, una situación antagónica entre un órgano del Poder Judicial (Juez de Primera Instancia en lo Civil) y otro del Poder Legislativo (Comisión Delegada del Congreso), y éste solicita del Fiscal General de la República “que actúe lo conducente para que se mantenga el principio de la no responsabilidad a la cual se refiere el artículo 142 de la Constitución y se garantice de tal modo la libertad de la función legislativa y contralora del Congreso”. Ante esta situación la Consultoría Jurídica se toma la licencia de insinuar respetuosamente al Fiscal General de la República que, en uso de sus atribuciones de velar por la recta observancia de la Constitución y de las Leyes y de que en los Tribunales de la República se apliquen rectamente éstas en aquellos procesos en los cuales está interesado el orden público, podría dirigirse al Juez de Primera Instancia en lo Civil que admitió la demanda y dictó algunas providencias consiguientes contra el congresista Ferrer, remitiéndole la interpretación del Ministerio Público sobre el artículo 142 de la Constitución y observándole la posibilidad de que de ser demostrado que dicho diputado actuó en ejercicio de sus funciones, actos judiciales caerían dentro de la sanción que establece el artículo 46 de la Constitución… Disposiciones legales contenidas en el documento: CR art:142 DESC DESC DESC INMUNIDAD PARLAMENTARIA PODER LEGISLATIVO PRINCIPIO DE LA NO RESPONSABILIDAD FUEN FUEN Venezuela. Ministerio Público Informe FGR, 1976, pp.149-153.