Cómo se inician los movimientos sociales

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Cómo se inician
los movimientos sociales
Red educativa / Relación con el entorno /
Innovación educativa / Movimiento social
Como el resto de las acciones colectivas, la
Movilización Educativa arranca con un marco
ideológico consensuado, el de la buena tribu
necesaria para educar bien, y una red no formal que
pone en contacto a los distintos actores, su sitio
web. La diferencia con otros movimientos es que sus
protagonistas forman parte del problema al que se
enfrentan.
¿No tienen la sensación de que con bastante frecuencia nos
comportamos como Vladimir o Estragón en la obra de Samuel
Beckett, aguardando con angustia la llegada de un Godot que
nos salve, que se presente tras una interminable espera para
arreglar todo aquello que nos preocupa o que nos falta? Hay
que sentarse y esperar a que Godot aparezca, pensamos, porque cuando por fin se decida a hacerlo terminarán nuestros problemas. Nuestro Godot llegará con lo que sea, por ejemplo una
reforma legal que eliminará de un plumazo todas las carencias
de nuestro sistema educativo, y el día que esto se produzca se
solucionará todo lo que ahora se nos antoja imposible de arreglar. Sin embargo, Vaclav Havel ya hizo notar que “Godot (el
que es esperado) no viene nunca, sencillamente porque no
existe. No es más que un sustituto de la esperanza, producto de
nuestra impotencia. No es una esperanza, sino una ilusión. Un
trozo de trapo que sirve para remendar un alma desgarrada,
pero lleno él también de agujeros. La esperanza del individuo
sin esperanza”. Los que creemos en el movimiento de la Movilización Educativa hemos decidido que no queremos el papel
de suplicantes que Beckett adjudicó a estos dos personajes, y
nos hemos propuesto pasar de ser meros sujetos pasivos que
esperan un salvador (generalmente político) a agentes activos
de un movimiento social. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿cómo
se pone en marcha un movimiento social?
Sidney Tarrow, en su obra El poder en movimiento; los movimientos sociales, la acción colectiva y la política, define los
MARÍA TERESA RODRÍGUEZ
DE
CASTRO
Licenciada en Derecho e investigadora social.
60 CUADERNOS DE PEDAGOGÍA. Nº367 ABRIL 2007 } Nº IDENTIFICADOR: 367.013
tema del mes
movimientos sociales como “desafíos colectivos planteados
por personas que comparten objetivos comunes y solidaridad
en una interacción mantenida con las élites, los oponentes y las
autoridades”. Analizando el origen de estos movimientos, señala que la acción colectiva ha caracterizado a la sociedad humana desde que existe el conflicto social; sin embargo, inicialmente esa acción colectiva se diluía en explosiones aisladas, y
generalmente de escasa duración, como respuesta a agravios
inmediatos en un ámbito muy localizado (el pan, las creencias,
la tierra y la muerte eran sus fuentes más comunes). En algún
momento del siglo XVIII empezó a desarrollarse entre Europa y
Norteamérica un repertorio nuevo y más general de acción
colectiva, que utilizaba como recursos básicos la imprenta (que
facilitó la expansión de la acción colectiva y la creación de
comunidades invisibles en torno a la letra impresa), las asociaciones (en Norteamérica y Gran Bretaña la religión favoreció el
desarrollo asociativo, ya que los hábitos adquiridos durante los
encuentros para la oración se aplicaron inicialmente a las cruzadas morales y posteriormente a otros movimientos sociales) y
también los distintos clubes de lectura. Con la expansión del
estado nacional moderno se crearon las condiciones para favorecer el empujón definitivo de estos movimientos.
Marcos culturales y canales de movilización
Los movimientos sociales utilizan dos recursos fundamentales para resolver su problema de coordinación: una serie de
marcos culturales e ideológicos que permitan activar el consenso (los procesos de movilización o procesos enmarcadores de los mismos), y las llamadas estructuras o canales de
movilización. A estos dos elementos, que autores como Dough
McAdam, John McCarthy y Mayer N. Zald consideran factores
imprescindibles que tener en cuenta al estudiar estos movimientos, habría que añadir los cambios en las oportunidades
políticas, que originan nuevas oleadas de movimiento y dan
forma a su despliegue, y que constituirían, según Sidney Tarrow,
el principal factor de activación.
El primero de estos elementos hace referencia a los marcos
ideológicos o culturales que ayudan a los movimientos a construir su significado, a codificar selectivamente aquello que les
preocupa y a lo que se enfrentan. Forjan con ello formas compartidas de considerar al mundo y a ellos mismos, formas que
legitiman y mueven a la acción colectiva y construyen símbolos
que permiten impulsarla. En el caso de la Movilización Educativa, hemos decidido partir de unos principios de identificación, de una serie de creencias básicas que todos los que formen parte del movimiento deben compartir:
- Para educar a un niño hace falta la tribu entera.
- Para educar bien a un niño hace falta una buena tribu.
- Somos optimistas: creemos que la educación, la convivencia y la sociedad pueden mejorarse.
- Cada uno de nosotros debemos ser protagonistas de ese
cambio: somos agentes del movimiento de Movilización Educativa.
Estamos contribuyendo a forjar una comunidad educativa
de personas que decidan responsabilizarse y poner su grano
de arena para mejorar la educación y la convivencia sociales.
“Por nosotros, que no quede”: he aquí otra de las premisas
de las que partimos.
Otro factor importante que tener en cuenta al estudiar los
movimientos sociales es el de las estructuras o canales de movilización, que hace referencia a las distintas formas de organización del movimiento social. Philip Coombs y Manzoor Ahmed,
en La lucha contra la pobreza rural, distinguen tres tipos de educación: la educación formal (el sistema educativo en sí), la
educación no formal (toda actividad organizada, sistemática,
educativa, fuera del ámbito del sistema oficial) y la educación
informal (todas aquellas formas de educación que se presentan
en nuestra vida cotidiana y que son bastante difusas). Serían
redes formales, no formales o informales en las que se organiza el sistema educativo. Para Sidney Tarrow, la organización
óptima de la acción colectiva se apoya en las redes sociales en
las que normalmente vive y trabaja la gente, ya que es más fácil
transformar esa confianza mutua en solidaridad. Nosotros no
pretendemos crear un movimiento formal y rígido, con un líder
visible y una jerarquía firmemente establecida, sino que tratamos de utilizar las nuevas tecnologías para poner en contacto a
todos aquellos que quieran sumarse al movimiento y compartir
experiencias o simplemente darse ánimos, aprovechando esas
reservas de valores compartidos que Francis Fukuyama define
como “capital social”, utilizando el término que Lyda Judson
Hanifan empleó en 1916 para describir las escuelas comunitarias rurales. La web de la Movilización Educativa actuaría como
una red no formal que pondría en contacto a los diferentes
actores del movimiento, todos nosotros. Se trata sobre todo de
que cada uno haga posible el consejo de Gandhi: “Tienes que
ser tú el cambio que deseas ver en el mundo”. Nos gustaría servirnos de redes ya establecidas con anterioridad por todos los
participantes y, a la vez, utilizar Internet como nueva red que
aglutine a todos los que quieran aportar algo.
La diferencia que existe entre la Movilización Educativa y la
mayoría de los movimientos sociales se encuentra en la relación que mantiene con el elemento de confrontación presente
en todos los demás, esa “interacción mantenida con las élites,
oponentes o la autoridad” que Tarrow incluía en su definición.
Tenemos que utilizar repertorios de enfrentamiento que presentarán batalla a creencias sociales generalizadas de las que
participamos y que en parte hemos contribuido a construir. En
pocas palabras, formamos parte del problema, en cierto modo
nos enfrentamos a nosotros mismos. Y eso complica bastante
las cosas. Resulta mucho más sencillo luchar contra un tirano
opresor, una injusticia clara, algo identificable y que claramente nos agravia, que contra una situación en la que nos encontramos tan implicados.
El poder de los movimientos sociales es acumulativo: es importante aprovechar el empuje de otros movimientos anteriores al nuestro. El movimiento de mujeres, formado inicialmente a la sombra de los movimientos a favor de los derechos
civiles, es un ejemplo exitoso, ya que logró combinar un repertorio rico y variado con una política discursiva significativa, una
estructura de redes imbricada en la sociedad y en las instituciones, y una ventaja electoral, provocando un profundo cambio en la cultura política. Tendremos presente su ejemplo.
El personaje de James Stewart en El invisible Harvey afirma
que lleva 25 años luchando contra la realidad y que por fin ha
logrado vencerla. ¿Se deciden a rechazar el desánimo y acompañarnos en este viaje? No hace falta ver conejos blancos
gigantescos que nadie más ve para creer que lo que nos
rodea puede mejorar.
{ Nº 367 CUADERNOS DE PEDAGOGÍA.
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