Anna Castellet Sánchez IUSC Enero 2012 ÍNDICE ABSTRACT 2 OBJETIVOS 2 DESARROLLO 1. Introducción 1.1. Anatomía del sistema digestivo 3 3 2. Los intestinos 2.1. El intestino delgado 4 a) La mucosa intestinal 5 b) Secreciones en el intestino delgado 6 c) Movimientos y absorción 6 d) Las defensas del intestino delgado 7 e) Hiperpermeabilidad del intestino 7 2.2. El intestino grueso a) Motilidad del intestino grueso 8 8 3. La flora intestinal 9 3.1. Funciones 9 3.2. Composición 10 3.3. La disbiosis 10 a) Causas 11 b) Consecuencias 12 3.4. Tipos de flora a) Flora fermentativa 12 b) Flora putrefactiva 12 3. 5. Cuidar la flora 12 a) Los prebióticos 13 b) Los probióticos 14 CONCLUSIONES 17 BIBLIOGRAFÍA 18 1 ABSTRACT Nuestro organismo es un conjunto muy complejo de sistemas, uno de ellos es el sistema digestivo. Como todos los sistemas, el sistema digestivo está formado por órganos, células, tejidos y glándulas que deben funcionar a la perfección para garantizarnos una buena salud y nuestra tarea es intentar cuidar de ellos. Los intestinos son los órganos que encontramos al final del tubo digestivo y es allí donde se produce la absorción de nutrientes y sustancias que ingerimos tras la digestión. Para que esta absorción de nutrientes se produzca adecuadamente a veces es necesaria una previa transformación de éstos y, además, nuestro organismo debe encargarse de no absorber sustancias nocivas y eliminarlas. Aunque a lo largo de todo el tubo digestivo encontramos una capa mucosa protectora, la mucosa del intestino delgado es una parte importantísima de nuestro organismo y de nuestra salud. Si la mucosa está en óptimas condiciones no permitirá el paso de estas sustancias nocivas pero si no es así, éstas pasarán al torrente sanguíneo y/o linfático y así a todo nuestro organismo, pudiendo ser una de las principales causas de muchas enfermedades. Del mismo modo, a lo largo del tubo digestivo encontramos una flora bacteriana pero es en el intestino grueso donde dicha flora adquiere más importancia. Las bacterias de nuestra flora intestinal son las encargadas de proteger el organismo de la agresión de bacterias, virus y hongos. La mejor manera de cuidar nuestro cuerpo es conociéndolo, así, estudiaremos qué factores pueden dañar a nuestra flora intestinal, qué alimentos favorecen su proliferación y qué alimentos la perjudican. Además, estudiaremos las sustancias o suplementos que nos ayudarán a restablecer nuestra flora bacteriana normal, es decir, nuestra flora eubiótica. OBJETIVOS 1. Generales Incrementar el conocimiento de nuestro propio organismo. Conocer una parte importante del sistema digestivo: los intestinos. Establecer una relación entre salud y alimentación. Establecer una relación entre alimentación inadecuada y enfermedad o afección. 2. Específicos Profundizar en el conocimiento de los intestinos. Estudiar las especies de nuestra flora bacteriana intestinal. Estudiar los alimentos prebióticos y los probióticos. Dar pautas alimentarias y de suplementación a aquellas personas que quieran “empezar a cuidarse” o mejorar su calidad de vida. Dar pautas alimentarias y posibles soluciones/mejoras a aquellas personas que sufren de trastornos intestinales. Reflexionar sobre la vida y la alimentación modernas. Ayudar a las personas a implicarse en la mejora de su actitud frente a la vida, su calidad de vida y en su salud. 2 DESARROLLO 1. INTRODUCCIÓN El organismo humano posee dos sistemas orgánicos que cubren nuestras necesidades nutritivas: Aparato respiratorio: proviene de oxígeno nuestros tejidos y elimina CO2. El O no puede ser almacenado en nuestro organismo así que requerimos de un intercambio continuo. El proceso de respiración se divide en tres fases: - Ventilación pulmonar: entrada-salida de aire entre atmósfera y alvéolos pulmonares. Difusión de O y CO2 entre los alvéolos y la sangre. La sangre hace llegar a los tejidos el O y lleva el CO2 hacia los pulmones. Aparato digestivo: suministra al organismo un aporte continuo de agua, electrolitos y nutrientes. Dividimos el tubo digestivo en diferentes segmentos: - Boca: masticación y salivación. Faringe Esófago Estómago Intestino delgado Colon Recto A lo largo del tubo digestivo existen órganos anexos que intervienen en las funciones digestivas: páncreas, hígado y vesícula biliar – depositan sustancias al intestino delgado para digerir y absorber nutrientes –. Denominamos digestión a la transformación física y química de los alimentos hasta convertirse en la sustancia básica capaz de atravesar la mucosa intestinal y ser absorbida para entrar en el torrente sanguíneo. Para que nuestro aparato digestivo suministre nutrientes al organismo, electrolitos y agua requerimos de distintos procesos: Movimiento del alimento. División mecánica de éste. Secreción de jugos digestivos y digestión del alimento: gracias a las enzimas digestivas presentes en las distintas secreciones del tubo digestivo (saliva, jugo gástrico, bilis, jugo pancreático y jugo intestinal). Absorción. Circulación de la sangre por los órganos gastrointestinales. Protección al organismo de elementos nocivos (virus, bacterias y sustancias tóxicas). Control de estas funciones mediante el sistema hormonal y el sistema nervioso 1.1. ANATOMÍA SISTEMA DIGESTIVO El sistema digestivo está formado por distintos órganos: BOCA: contiene los dientes y la lengua. Las glándulas salivales (parótidas, submaxilares y sublinguales están anexas a ella). FARINGE: conducto contráctil, muscular estriado. ESÓFAGO: de unos 25cm de largo y 15-20mm de ancho. Se divide en cervical, torácico y abdominal. Desemboca en el estómago por un orificio denominado cardias. Tiene una pared 3 muy delgada, formada de fuera a dentro, por una capa muscular longitudinal, una capa circular interna y una mucosa que contiene las glándulas mucosas. ESTÓMAGO: es una bolsa muscular lisa, en la que encontramos diferentes partes: cardias, fundas, cuerpo del estómago, antro y píloro. INTESTINO DELGADO: de 5 a 9m y consta de tres partes: duodeno, yeyuno e íleon. Desemboca en el colon a través de la válvula ileocecal. Es donde se produce la mayor absorción de nutrientes. INTESTINO GRUESO: sus partes son: ciego, colon y recto. Tiene poca actividad digestiva pero gran actividad de la flora microbiana. El sistema digestivo y sus órganos 2. LOS INTESTINOS 2.1. EL INTESTINO DELGADO Las dos funciones principales del intestino delgado son la digestión y la absorción. El intestino delgado tiene unos 7m de longitud y unos 3cm de diámetro. Se divide en varias partes: Duodeno: 30cm de longitud curvado de derecha a izquierda, aunque está situado mayormente en la mitad izquierda de nuestro cuerpo, también traspasa la línea media y rodea el páncreas. Yeyuno: parte más larga, muy replegado sobre sí mismo, se localiza en el abdomen. Íleon: comunica con el intestino grueso a través de la válvula ileocecal. Aunque generalmente se considera que el intestino delgado presenta tres capas, en realidad consta de cuatro, que, de más superficial a más profunda, son las siguientes: Serosa Submucosa Muscular Mucosa 4 a) La mucosa intestinal La mucosa intestinal es un epitelio formado por una única capa de células que tiene una serie de vellosidades o prominencias que aumentan su superficie interna, pudiendo llegar a ser superior a los 10m2. Así, en el intestino delgado es donde se produce la mayor absorción de nutrientes. Cada vellosidad está constituida por un epitelio de revestimiento y en su interior encontramos toda una red vascular sanguínea constituida por una arteriola y una vénula finales y un vaso linfático central. Además, entre las vellosidades – constituyendo pequeñas invaginaciones – se encuentran las criptas de Capas del intestino delgado y vista de una vellosidad Lieberkühn, donde hay glándulas que segregan el jugo intestinal. En las vellosidades encontramos distintas células: Los enterocitos o células absorbentes: son las más abundantes ya que forman una red interrumpida en algunas zonas por una célula mucosa y por las células M. La duración media de vida de los entericitos es de 7 días en el caso del duodeno y del yeyuno, y de 3 días en el íleon. Las células mucosas: segregan péptidos trifoliados y unos 3 litros diarios de moco. En las criptas de Lieberkühn encontramos también distintas células: Las células de Paneth: que secretan lisozimas y las defensinas. Las células endocrinas: que segregan varios péptidos. Las células M: representan entre el 5 y el 10% del total. 5 b) Secreciones en el intestino delgado En el intestino delgado encontramos distintas secreciones. El intestino delgado contiene glándulas que segregan el jugo entérico o intestinal, el hígado vierte la bilis y el páncreas vierte aproximadamente 1 litro diario de jugo pancreático. Las células mucosas del epitelio secretan el moco, una sustancia de pH alcalino que protege la mucosa de los jugos digestivos, enzimas, bacterias y alimentos con distinto pH. El moco está constituido por una mezcla de bicarbonato y mucinas, glicoproteínas formadas por un 85% de glúcidos y un 15% de proteínas. El moco facilita adherencia a las partículas del bolo alimenticio y su característica alcalina pretende neutralizar la acidez del quimo provinente del estómago. El páncreas es una glándula de secreción externa (jugo pancreático) e interna (insulina y glucagón). La insulina y el glucagón son dos hormonas que intervienen en el metabolismo de los glúcidos y son secretadas por las células beta y alfa en los islotes de Langerhans del interior del páncreas. En cuanto al jugo pancreático, es una solución alcalina del que el páncreas produce 11’5litros al día. El jugo pancreático es rico en bicarbonato sódico y en enzimas, las principales son: - Tripsina: actúa en proteínas y péptidos sobre los AA lisina y arginina. Quimotripsina: actúa en proteínas y péptidos sobre los AA tirosina y fenilalanina. Lipasa pancreática: descompone los triglicéridos en AG y glicerina. Desoxirribonucleasa: descompone el ADN. Ribonucleasa: descompone el ARN. Amilasa pancreática: hidroliza parcialmente el almidón a maltosa. Carboxipeptidasas: descompone proteínas y polipéptidos. Fosfolipasa: actúa sobre los AG libres descomponiendo la lecitina y la lisolecitina. Colagenasa: descompone el tejido conectivo. Elastasa: descompone la elastina. Finalmente, el hígado – la glándula más grande de nuestro cuerpo que se encuentra en la parte superior de la cavidad abdominal – secreta unos 600-800ml/día de bilis en el duodeno. La bilis está compuesta por: - - Sales biliares: compuestas por ácidos biliares (ácido cólico y ácido quenodesoxicólico), sodio y potasio. Favorecen la digestión de los lípidos aumentando su superficie para que puedan actuar en ellos las lipasas. Por lo tanto, sin la bilis, las grasas serían muy difícilmente absorbidas y las vitaminas liposolubles no serían aprovechadas. Pigmentos biliares. La bilirrubina es el pigmento que da el tono marrón a la bilis y las heces. Agua. Electrolitos Moco Lípidos (colesterol y lecitina). La bilis se usa como vía de excreción de algunos productos de deshecho mediante las heces, uno de los más comunes es el colesterol aunque gran parte de este es reabsorbido en el intestino después de haberse mezclado con la bilis. c) Movimientos y absorción El intestino delgado ejerce cuatro tipos de movimientos diferentes: Movimientos peristálticos no propulsores. Segmentaciones rítmicas Movimientos pendulares. Movimientos en forma de ondas propulsoras. Las sustancias nutritivas pueden atravesar la pared del tracto digestivo e incorporarse así a nuestro organismo. Los componentes mayoritarios de los alimentos, es decir, los glúcidos, proteínas y grasas, dan como productos finales de su digestión a los monosacáridos, aminoácidos (AA) y ácidos grasos (AG), respectivamente. Asimismo, las sales minerales, las vitaminas y otros compuestos de pequeño tamaño molecular están presentes en la dieta o son liberados durante la digestión de las sustancias alimenticias. Todas las sustancias que se absorben en el intestino sólo pueden llegar a la sangre o a la linfa atravesando el epitelio de revestimiento y el endotelio capilar o linfático. Este proceso está regulado por fenómenos fisicoquímicos: la diferencia de concentración de cada sustancia, diferencia 6 de presión hidrostática, permeabilidad de las membranas y afinidades químicas entre los compuestos. A pesar de los factores mencionados, existen otros fenómenos dependiendo de la sustancia: En la absorción de los minerales es importante la solubilidad de los elementos cuando entran en contacto con la membrana absorbente y también otros factores dependiendo del mineral, como la presencia de vitamina D para poder absorber el calcio. En el caso de la glucosa y los AA la absorción se produce gracias a mecanismos de transporte activo. Los capilares sanguíneos los transportan hacia la vena porta y ésta al hígado para luego pasar a la circulación general. En los AG una parte de la grasa se recombina con la glicerina en las células del epitelio intestinal y otra parte es absorbida como tal sin hidrolizar. Ambas pasan después a los vasos linfáticos de las vellosidades para acabar desembocando con la linfa en el sistema venoso. d) Las defensas del intestino delgado La mucosa del intestino delgado es un inmenso filtro que constituye la única barrera que separa nuestro medio interno de ciertos agentes nocivos del medio ambiente: parásitos, bacterias, virus, alimentos digeridos de forma incompleta y otras sustancias. La mucosa está protegida por dos sistemas de defensas: No inmunes: - El jugo gástrico: que por su acidez tiene propiedades bactericidas El jugo pancreático y la bilis: arrastra numerosos gérmenes Peristaltismo Rápida renovación de las células epiteliales Flora intestinal: gérmenes saprofitos impiden la proliferación de los gérmenes patógenos Secreciones intestinales de las criptas Péptidos trifoliados y numerosas variedades de mucinas La lisozima y las defensinas Inmunes: hay dos tipos de estructuras - Células diseminadas en la mucosa: linfocitos B y plasmocitos, linfocitos T, los macrófagos, los mastocitos, los neutrófilos polinucleares y los eosinófilos polinucleares. Los folículos linfáticos o placas de Peyer, que contienen las células M. e) Hiperpermeabilidad del intestino La permeabilidad del intestino delgado está controlada por los péptidos reguladores, sintetizados unos por el SNC o periférico, y otros procedentes de células endocrinas diseminadas por el tubo digestivo y el páncreas. En situaciones normales, la mucosa intestinal solamente deja filtrar agua, iones, vitaminas, azúcares simples, grasas simples y aminoácidos, pero algunas sustancias o elementos pueden agredir a los enterocitos y alterar así su permeabilidad. Algunos de estos elementos agresores son: Algunas bacterias: estafilococos, estreptococos, colibacilos. Los más comunes son: Salmonella, Klebsiella, Shigella, Yersinia, Campylobacter, Aeromonas y Clostridium. Algunos alimentos. Algunos medicamentos como los corticoides, los AINE’s y los salicilatos, actúan a través de distintas vías: - separando los enterocitos - disminuyendo localmente la producción de prostaglandinas (disminución de la mucina), - inducen a una inflamación El interferón gamma: una citosina que aumenta la permeabilidad intercelular. 7 Cada vez son más los especialistas que creen que dichas macromoléculas, junto con factores genéticos y del sistema nervioso, son los causantes de numerosas enfermedades. Clostridium perfringes Escherichia Coli E. Coli. Cúmulo de bacterias ampliado 10.000 veces. 2.2. EL INTESTINO GRUESO El intestino grueso mide 1-1’5m y se une al intestino delgado mediante la válvula ileocecal, empezando así el intestino grueso en un tramo llamado ciego. Justo al inicio del ciego encontramos el apéndice, después, el intestino grueso continúa hacia la parte superior del abdomen (colon ascendente), un tramo horizontal en la parte abdominal superior (colon transverso) y finalmente una parte vertical de arriba-abajo (colon descendente). A continuación sigue un tramo sinuoso llamado colon sigmoideo que va a parar al recto. Aunque el intestino grueso carece de actividad enzimática, su flora microbiana puede tener alguna influencia en la digestión. El contenido intestinal a este nivel está exento de sustancias nutritivas así que las principales funciones que se desarrollan son la absorción de agua y minerales, la consistencia de las heces y la lubricación del bolo fecal para su tránsito. La flora intestinal no es innata y está constituida por millones de bacterias que atacan especialmente a las sustancias de deshecho que llevan consigo los alimentos vegetales. Otra función de la flora intestinal es la de producir y sintetizar algunas vitaminas. Está compuesta básicamente por dos tipos de microorganismos: la flora putrefactiva y la flora fermentativa. Estas bacterias pueden ser aerobias y anaerobias y no todos los individuos poseen flora con la misma composición. Con la defecación se elimina diariamente una parte importante de dicha flora, entre 50 y 100gramos. a) Motilidad del intestino grueso El colon, la parte más grande e importante del intestino grueso, permanece inmóvil durante el proceso de llenado y solamente dos o tres veces al día experimenta unas fuertes contracciones. Gracias a su potente musculatura, el colon se contrae en forma de ondas y el movimiento, que se origina en el ciego, recorre todo el colon. Dichas contracciones, son las que facilitan el avance y movimiento del bolo fecal. Los residuos de los alimentos pueden permanecer en el colon, normalmente, entre 12h y hasta 3 días. 8 3. LA FLORA INTESTINAL Se denomina flora intestinal al conjunto de bacterias que viven en el intestino, en una relación que a veces es de comensalismo y otras de simbiosis. Aunque existe flora bacteriana en todo el organismo, más del 95% de ésta vive en el tracto digestivo, sobre todo en el colon. La gran mayoría de estas bacterias no son dañinas para la salud, sino que son beneficiosas. Se calcula que el ser humano tiene en su interior unas 2.000 especies bacterianas diferentes, de las cuales solamente 100 pueden llegar a ser perjudiciales. Muchas especies animales dependen muy estrechamente de su flora intestinal. Por ejemplo, sin ella, las vacas no serían capaces de digerir la celulosa, ni las termitas de alimentarse de madera, ya que no son ellas mismas, sino su flora intestinal, las que son capaces de procesar este tipo de alimentos. En el ser humano, la dependencia no es tan exclusiva, pero sí muy importante. Su cantidad es tan grande que, analizando las heces expulsadas, podemos encontrar un tercio o un cuarto de su masa total constituida por microorganismos; de éstos, sólo el 1% está vivo y activo, mientras el resto está muerto, después de ejercitar su acción. En el útero materno, el feto vive en un ambiente estéril, sin gérmenes, y en su intestino, hay una ausencia total de agentes bacterianos. Hay diversas especies de microorganismos que acompañan a las primeras porciones del intestino del recién nacido, poco después de su nacimiento; se trata de una cantidad muy limitada de elementos acidofilus, provenientes de la flora bacteriana de la madre. La concentración de las bacterias en el intestino aumenta a medida que el bebé crece pasando de la alimentación láctea a la mixta. Con el crecimiento, la flora bacteriana se estabiliza, pero no todas las secciones del tubo digestivo se pueblan del mismo modo. El estómago y yeyuno permanecerán casi estériles; el íleon, en sus últimas porciones, se poblará de bífidobacterias y el resto del colon se irá poblando progresivamente de estreptococos, peptococos, corinebacterias y colis. A lo largo de nuestra existencia, según el tipo de alimentación que adoptemos y diversas condiciones intestinales, la flora intestinal sufrirá modificaciones tanto en cantidades como en cualidades. A la flora bacteriana normal se le denomina eubiótica. Microorganismos de distintos tipos se hallan pues a lo largo del tubo digestivo, el tipo de esta microflora es distinto según su segmento, condicionado principalmente por las variaciones del pH y por la presencia, más o menos abundante, de oxígeno. 3.1. FUNCIONES El ecosistema bacteriano contenido en el intestino vive en simbiosis con su huésped, o sea que las bacterias de la flora intestinal son saprofitas, se nutren del material orgánico que toman del huésped y producen sustancias que el hombre utiliza. En particular, las bacterias de la flora intestinal: Terminan la digestión de los residuos alimenticios del huésped, asegurando su nutrición y su reproducción. Ponen a disposición de su huésped algunos compuestos útiles para su metabolismo y para la defensa del territorio intestinal contra las invasiones de gérmenes extraños. Aprovechan las proteínas de los alimentos y logran producir un aminoácido especial (la betaalanina), que, uniéndose a la histidina en el músculo, forma la carnosina. La carnosina protege el tejido muscular contra el envejecimiento porque combate la acción de los radicales libres. Transforman algunos productos de desecho del cuerpo humano en sustancias útiles para el organismo. Por ejemplo degradan la sacarosa compleja produciendo ácidos grasos de cadena corta como el propionato, inhibidor de los mecanismos de absorción del colesterol. Activan la digestión de los glúcidos y de las proteínas. Sintetizan las vitaminas de los grupos B y K. 9 Acidifican el segmento intestinal e inhiben el desarrollo de los gérmenes patógenos alcalinizantes responsables de la putrefacción. Descomponen una parte de la celulosa que resiste normalmente la acción de los jugos digestivos. Participan en la descomposición de determinadas sustancias cancerígenas (en particular las nitrosaminas). Sintetizan sustancias de acción antibiótica como: ácido láctico, ácidos volátiles, peróxido de hidrógeno, bacteriocinas y otras. Penetran en los estratos profundos del intestino y, en contacto con los tejidos linfáticos, se encuentran con los linfocitos que, de esta manera, adquieren la capacidad de crear una barrera de defensa contra otros gérmenes, estimulando las reacciones inmunitarias. 3.2. COMPOSICION Algunas especies de microbios, más o menos perjudiciales para el hombre, pueden coexistir en la flora intestinal, pero su nivel patógeno depende siempre de variaciones en las condiciones del intestino. Es posible distinguir 3 grupos microbianos según su comportamiento hacia el ser humano: Microorganismos beneficiosos o eubióticos, que viven en simbiosis con el hombre y determinan el justo equilibrio del ecosistema intestinal. Acidifican el ambiente y poseen una actividad sobretodo sacarolítica (fermentan hidratos de carbono). De éstos, encontramos dos tipos: - Agentes anaerobios: bacterium bífidum y bacteriodes. Agentes aerobios: escherichia coli, enterococos, lactobacilos, proteus, clostridios y estafilococos. Bifidobacterium (bacterium bífidum) Enterococcus faecalis Microorganismos potencialmente Veillonella, Prevotella. Microorganismos potencialmente patógenos, que pueden causar patologías cuando, en determinadas condiciones, predominan sobre otras especies. Escherichia, Bacteroides, Enterobacteria, Enterococcus. Alcalinizan el ambiente y poseen sobre todo una actividad proteolítica. Generan sustancias tóxicas para el organismo porque producen la putrefacción de las proteínas. Las sustancias tóxicas son metabolizadas por el hígado, obligado a trabajar en exceso, y por el intestino que, en parte, logra eliminarlas y en parte las distribuye a través de la sangre por todo el organismo. perjudiciales: Proteus, Staphylococcus, Clostridium, 10 Estos microorganismos se pueden comportar como los primeros o los segundos, según las circunstancias. Staphylococcus aureus Escherichia coli Por lo tanto, las infecciones pueden ser producidas no sólo por verdaderos microorganismos patógenos, sino que pueden ser también las consecuencias de cualquier factor exógeno que determine un desequilibrio de la flora bacteriana intestinal. También una “saturación” de la flora intestinal debido a una presencia demasiado abundante de glúcidos puede causar desequilibrios en el metabolismo de la flora intestinal y determinar una producción excesiva de gas o de ácido láctico. 3.3. LA DISBIOSIS Otra función ejercida por la flora eubiótica es la de impedir el desarrollo de gérmenes patógenos, a través de una acción competitiva y agresiva directa. Una variación en la composición cualitativa y cuantitativa de la flora eubiótica deja el campo libre al desarrollo de agentes intestinales: - Aerobios: Estreptococcus, Proteus, Enterobacterias, Klebsiella, Pseudomonas o Corinebacterias. Anaerobios: Clostridios, Fusibacterias, Peptococos y hongos. Staphylococcus, Una relación alterada entre este tipo de especies bacterianas es la base de la disbiosis, es decir, una condición intestinal anómala, que nos traerá como consecuencia, un aumento del nivel de toxinas en la circulación de todo el organismo; con consecuencias a todos los niveles. Las toxinas son, sobretodo, productos de la transformación proteica en sentido putrefactivo (indol, escatol, putrescina, neurina, cadaverina) y productos de naturaleza alcohólica (alcohol isobutílico e isoamílico). El paso de todas estas toxinas desde el intestino a la circulación es una fuente de múltiples daños orgánicos y funcionales, con el riesgo de producción de lesiones que podrán llegar a ser irreversibles. a) Causas La disbiosis puede ser causada por distintos mecanismos: Internos: - Desequilibrio entre la capacidad agresiva del huésped y la defensiva del saprofito - Disminución de la capacidad inmunitaria del propio intestino - Alteración del ecoambiente intestinal Externos: - Alimentación errónea (rica en carnes, grasas, azúcares refinados). - Antibióticos por vía oral (principalmente los de amplio espectro) 11 - Exceso de tabaco y alcohol Emociones fuertes y estrés continuado Estreñimiento (alcaliniza el pH del colon) Escasa masticación de los alimentos antes de la deglución Carencia de enzimas digestivas Deficiencias de higiene alimenticia Píldora anticonceptiva (modifica el pH intestinal) b) Consecuencias Alteraciones hepáticas Sobrecarga funcional de los riñones Acumulación de toxinas en el tejido conectivo Depresión del sistema inmunitario Disreactividad de los tejidos cutáneo y articular Afecciones precancerosas en distintas partes del organismo Menor elasticidad y envejecimiento de la piel Formación de celulitis en el tejido celular subcutáneo Colon irritable, colitis y neoplasia intestinal Estreñimiento crónico Artrosis y dolores reumáticos en general Neurodermatitis, dermatosis y micosis cutáneas, dermatitis alérgica. 3.4. TIPOS DE FLORA a) Flora fermentativa La flora fermentativa se alimenta de los residuos glucídicos no absorbidos en nuestro intestino, con lo que genera otras sustancias de fermentación como el ácido acético, ácido láctico, alcohol, agua y CO2. La fibra inerte, el almidón no digerible y la fibra fermentable son los principales alimentos de estos microorganismos. Las heces generadas por este tipo de flora son más abundantes, son ácidas (tienen un pH menor) y tienen un color más claro. Permiten un ritmo de defecación más regular. b) Flora putrefactiva La flora putrefactiva es la más común en los animales carnívoros, se alimenta de las proteínas mal digeridas o no asimiladas por el organismo. Las proteínas son degradadas por la flora originándose aminas con actividad biológica (tiramina, histamina), aminas tóxicas (indol, escatol), hidrógeno, metano y ácido sulfhídrico. Sus heces tienen un olor repulsivo y por eso algunas aminas poseen nombres representativos de este olor, como la cadaverina y la putrescina. Cuando una persona muere su cadáver sufre un proceso de putrefacción debido, en gran parte, a la acción de su propia flora putrefactiva. En los individuos sanos, este proceso no ocurre gracias a la barrera que ejercen las paredes del intestino grueso, pero si se perfora alguna de estas paredes la flora intestinal avanzará hacia otras partes del organismo, produciendo la muerte. 3.5. CUIDAR LA FLORA La flora intestinal puede alterarse a causa de diversos factores externos, como cambios en la alimentación, infecciones por parásitos y tratamientos prolongados con antibióticos, situación que rompe el equilibrio del sistema digestivo. El primer síntoma de esta afección es diarrea, ya que las defensas del intestino se han debilitado y esto posibilita que los microorganismos nocivos se adhieran a la pared intestinal y se reproduzcan. Para evitar alteraciones que desequilibren la flora intestinal es conveniente seguir una dieta equilibrada, evitar consumir alimentos en lugares poco higiénicos, preparar los comestibles con las máximas medidas de limpieza (desinfectarlos y cocerlos adecuadamente) y lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño. 12 Asimismo, no hay que administrar antibióticos sin prescripción médica y de manera reiterada, pues ello conlleva una destrucción de la flora bacteriana. La ingesta de 2 o 3 litros de agua al día, preferentemente fuera de las comidas, es un hábito necesario en diversos aspectos de nuestra salud además de colaborar en el cuidado de la flora. Los yogures u otros productos fermentados son alimentos beneficiosos para alimentar nuestra flora bacteriana, así como tomar frutas entre horas y empezar la comida con una buena ensalada. Por “productos fermentados” entendemos el resultado final de una serie de transformaciones que requieren la intervención de levaduras, mohos y bacterias lácticas. Sin embargo, las modernas tecnologías de producción han eliminado en gran parte el contenido beneficioso microbiano de los alimentos, reduciendo por lo tanto las defensas naturales que contenían los alimentos producidos de manera tradicional. En cambio, hay que moderar el consumo de comidas ricas en grasas o harinas refinadas, no abusar de carnes y embutidos y mucho menos de bebidas excitantes como el café o los refrescos de cola. Una dieta demasiado proteica favorece la putrefacción, por eso hay que combinar las fuentes de proteínas con las de origen vegetal, del queso o del pescado. Por último, debemos tener en cuenta que para prevenir desequilibrios en la flora o si ya existe un desorden intestinal, es necesario seguir una terapia más enérgica y recurrir a productos químicos o biológicos capaces de proteger a las bacterias que contribuyen al bienestar digestivo. En el mercado encontramos los productos prebióticos y probióticos. a) Los prebióticos Los prebióticos son aquellos componentes de la dieta que no pueden ser digeridos ni absorbidos en su paso por el estómago e intestino delgado, por lo que llegan al colon casi intactos y sirven de alimento a las bacterias beneficiosas que habitan en él. La digestión bacteriana de los prebióticos libera unas sustancias denominadas Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) que consiguen acidificar el pH del intestino, impidiendo la proliferación de bacterias patógenas y beneficiando la implantación de bacterias eubióticas. Los prebióticos suelen ser hidratos de carbono no digeribles. Los más conocidos son los siguientes: Disacáridos Cómo la lactulosa y el lactitol. Provocan un aumento selectivo de bacterias como bífidobacterias, lactobacilos y estreptococos y se relacionan, con una disminución de las bacterias patógenas. Oligosacáridos Muy utilizados porque presentan dos grandes ventajas: su bajo poder calórico y su escaso efecto en la formación de caries. Los más comunes en nuestra dieta son las oligofructosas pues abundan en alimentos como alcachofas, ajos, cebollas, espárragos y achicoria. Polisacáridos Existen varios, siendo la inulina el más representativo. Se obtiene de la achicoria y sus efectos como prebióticos se han probado con éxito en humanos. Almidones resistentes Existen diferentes tipos de almidones y aparecen en alimentos como la patata, la banana, el maíz, etc. Los efectos beneficiosos más conocidos de los prebióticos son: - - Favorece el mantenimiento o la repoblación de “bacterias buenas” en el intestino (efecto barrera) impidiendo la proliferación de bacterias patógenas y favoreciendo así el sistema inmunitario. La microflora intestinal desarrolla un importante papel en las funciones bioquímicas y metabólicas que reducen el nivel de ciertos factores de riesgo relacionados con el cáncer de colon. 13 La presencia de carbohidratos fermentables de este tipo inhibe la formación de compuestos tóxicos (fenol, indol y amoniaco). Reducir los niveles de lípidos circulantes (colesterol y triglicéridos) y mejora la absorción de ciertos minerales. - Los alimentos integrales y todas aquellas frutas, verduras y hortalizas ricas en fibra son una excelente fuente natural de alimentos prebióticos. b) Los probióticos Los probióticos son alimentos o complementos alimenticios que contienen microorganismos vivos que ayudan a mantener o repoblar la flora intestinal, beneficiando así muchísimos aspectos de nuestra salud. Características de las bacterias probióticas. Las especies y las bacterias que se pueden utilizar en medicina clínica como probióticos se seleccionan en base a una serie de requisitos que deben poseer: No causar infecciones de órganos o de sistemas (seguridad biológica). Ser toleradas por el sistema inmunitario del organismo huésped, y, por lo tanto, deben ser preferiblemente de proveniencia intestinal. Resistir a la acción de los ácidos gástricos y de las sales biliares para llegar vivas en grandes cantidades al intestino. Adherirse a la superficie de la mucosa intestinal y colonizar el segmento gastrointestinal. La sinergia con la microflora endógena normal. El efecto barrera: capacidad de producir sustancias que tengan una acción trófica sobre el epitelio de la mucosa intestinal. Potenciar las defensas inmunitarias del huésped. - Efectos nutricionales 1. MEJORAR LA DIGESTIBILIDAD DE LOS ALIMENTOS: - - - Favorece la digestión de las proteínas: proteólisis. Las proteínas ingeridas se transforman, gracias a los enzimas proteásicos de los probióticos, en moléculas más pequeñas (polipéptidos y luego aminoácidos) y por eso más digestibles. Favorece la digestión de las grasas: lipólisis. La enzima lipasa de los probióticos las transforma en AG y glicerol. Favorece la digestión de la lactosa y asimilación de los aminoácidos. La beta-galactosidasa producida por las bacterias lácticas parece estimular la producción de la lactasa residual a nivel del enterocito; en consecuencia, se obtiene una mayor tolerancia a la lactosa ya que el enzima determina la hidrólisis de glucosa y de galactosa, de fácil absorción por parte de la mucosa intestinal. Se activan, además, otras reacciones enzimáticas capaces de intervenir sobre los residuos inutilizados por el contenido intestinal. Síntesis de las vitaminas K y del grupo B. Algunos cultivos de bacterias probióticas requieren para su actividad metabólica de las vitaminas del grupo B, mientras que otras logran sintetizar directamente vitaminas (vit. K, B12, B9, H, B2, B5). 2. INFLUENCIA SOBRE LA ANATOMÍA Y LA FISIOLOGÍA DEL SEGMENTO DIGESTIVO. El ecosistema microbiano del aparato digestivo actúa sobre numerosas propiedades fisiológicas, sobre todo por lo que se refiere al proceso de absorción a nivel intestinal. La microflora interviene aumentando: - El volumen de los compartimientos digestivos La superficie intestinal de absorción Las dimensiones de las microvellosidades La renovación celular de las microvellosidades El tránsito digestivo La motilidad intestinal 14 Efectos terapéuticos 1. ACCION ANTAGONISTA HACIA GÉRMENES PATÓGENOS. La acción más importante de la microflora digestiva es sin duda la de proteger frente a las infecciones y la de la colonización, por parte de gérmenes patógenos, del tubo digestivo. Los distintos mecanismos que forman la primera línea de defensa del huésped de las infecciones intestinales se llaman resistencia a la colonización, exclusión competitiva o efecto barrera. La represión de los gérmenes patógenos se puede dar de distintos modos: La producción de ácidos orgánicos, como el ácido láctico o acético, a partir de los glúcidos actúa bajando el pH y limitando el desarrollo de E. Coli y de la Salmonela. Además, la acidificación favorece los movimientos peristálticos. Los probióticos pueden reprimir el crecimiento de las bacterias patógenas gracias a la producción de sustancias antimicrobianas. Las bacterias probióticas podrían actuar también inhibiendo el arraigo de los gérmenes patógenos gracias a la competición para la colonización. - - 2. ESTIMULACION DE LA INMUNIDAD. Las bacterias tienen una acción estimulante sobre el sistema inmunitario del huésped, ya que actúan tanto sobre las células implicadas en la inmunidad natural como en las relacionadas con la inmunidad específica. - Los probióticos estimulan la actividad de los macrófagos. La presencia de los microorganismos probióticos favorece la reproducción de anticuerpos, especialmente las lgA, éstas pueden inhibir la adherencia de las bacterias patógenas a la superficie de las mucosas. 3. NEUTRALIZACIÓN DE LOS PRODUCTOS TOXICOS. La inactivación de los compuestos tóxicos gracias a las bacterias lácticas representa otro aspecto muy importante ya que se pueden acumular en la microflora intestinal para reducir la absorción de sustancias tóxicas como el amoníaco, los aminados y el indol. 4. LUCHA CONTRA EL ESTRÉS. El estrés produce una alteración de la fisiología general y, como consecuencia, se modifican la microflora y las actividades que dependen de ella. 5. PROTECCION CONTRA LAS INFECCIONES INTESTINALES. Las bacterias lácticas pueden ejercer una actividad antimicrobiana gracias a la acumulación de bacteriocinas, antibióticos, agua oxigenada, ácido láctico y ácido benzoico. 6. PROTECCIÓN DEL APARATO UROGENITAL. El aparato urogenital de la mujer sana es un ecosistema caracterizado por una flora microbiana compleja, cuyo equilibrio sufre numerosas fluctuaciones. Los episodios infecciosos se asocian a una disminución importante, o hasta una desaparición, de los lactobacilos endógenos. Especificaciones sobre algunas bacterias probióticas Algunas bacterias se eligen y seleccionan cuidadosamente para garantizar su vitalidad, su inocuidad, su gastroresistencia y su capacidad de adherirse a la mucosa intestinal. Además de estas características, se pueden apreciar las específicas de cada tipo de bacterias. 1. PROPIONIBACTERIUM SCHERMANI. Capacidad de producir ácido propiónico, y por este motivo son muy utilizadas en el sector quesero. El Propionibacterium schermani puede producir vitamina B12 y tiene la capacidad de fermentar la lactosa. 2. STREPTOCOCCUS THERMOPHILUS. Se reproduce en el aparato gastrointestinal humano, produce ácido láctico y es el responsable de la actividad lactásica. Su composición es muy similar al Streptococcus salivarius, por lo que se le considera ya una subespecie de éste. El S. salivarius previene de la colonización estomacal por parte del Helicobacter pylori. 3. BIFIDOBACTERIUM BIFIDUM. Las bacterias anaerobias pertenecientes al género Bifidobacterium constituyen la flora predominante de los niños alimentados con leche materna; éstos tienen importantes efectos preventivos contra la diarrea relacionada con la lactancia. 15 4. LACTOBACILLUS BULGARICUS. Se usaba tradicionalmente para preparar el yogur. Produce ácido láctico en el intestino, estimula el crecimiento de las bifidobacterias y aumenta las defensas inmunitarias. El L. bulgaricus, como el L. acidophilus y el B. bífidum, producen un efecto barrera sobre la translocación de E. Coli. Muchos tipos de esta bacteria han demostrado capacidad de producir antibióticos. 5. LACTOBACILLUS CASEI. Es eficaz para equilibrar la microflora intestinal y prevenir los trastornos intestinales. Posee una potente acción antidiarreica. 6. LACTOBACILLUS PLANTARUM. Su función es la de equilibrar la microflora intestinal. 7. LACTOBACILLUS ACIDOPHILUS. Ejerce una acción antagonista gracias al peróxido de hidrógeno (producido por los lactobacilus) sobre el crecimiento de distintos tipos de bacterias como Staphylococcus Aureus, Salmonela typliimurinum, E. Coli enteropatógenas y Clostridium perfrigens. Además tiene efectos positivos en el tratamiento del estreñimiento, alivio de la diarrea provocada por la radioterapia y en los casos de deficiencia de enzimas fecales. También, produce un fortalecimiento del sistema inmunitario y un equilibrio de la microflora intestinal. Hemos de destacar que el L. Acidophilus es resistente ante muchos antibióticos comunes. Lactobacillus acidophilus 8. LACTOCOCCUS LACTIS. Produce un grupo de antibióticos polipeptídicos llamados nisinas que se utilizan actualmente en Europa en la industria alimentaria para controlar los procesos de fermentación. 9. LACTOBACILLUS SPOROGENS. Es un fermento que tiene una elevada resistencia al calor y a los jugos gástricos. El ambiente ácido del estómago activa las esporas producidas por L. sporogens y cuando éstas llegan al intestino germinan y proliferan produciendo ácido láctico, que inhibe el crecimiento de gérmenes patógenos. 10. LACTOBACILLUS HELVETICUS. Está especialmente concentrado en la leche ácida, en el queso Algunas especies de este fermento producen una bacteriocina. 16 CONCLUSIONES Cada día me doy cuenta de lo poco que llegamos a conocer nuestro cuerpo. Nuestro organismo nos acompaña durante toda la vida y a veces ni tan sólo nos paramos a pensar que quizás tenga necesidades y requiera de cuidados que no le ofrecemos. Otras veces puede que sí que pensemos en ellos pero a menudo es un poco o demasiado tarde, alguna enfermedad ya se ha manifestado y es entonces cuando – algunos afortunados – nos damos cuenta de que hemos errado en muchísimas cosas. Las enfermedades que afectan actualmente a las sociedades desarrolladas no suelen estar causadas por un solo agente sino que son el resultado de múltiples factores. En ocasiones, pero, existen afecciones que sí pueden ser causadas por una sola bacteria o virus pero aún así, si nuestro organismo estuviese en un perfecto equilibrio, es muy probable que pudiese curarse casi sin manifestar ninguna molestia. La alimentación nos brinda la posibilidad de cuidar nuestra salud de una manera muy activa, somos lo que comemos y, en el caso de la flora intestinal, sabemos que existen muchos alimentos que pueden dañarla, del mismo modo que sabemos que existen otros alimentos que la refuerzan. Es muy probable que si gozamos de una buena salud intestinal – mucosa y flora intestinales –, entre otras cosas, prevengamos a nuestro organismo de muchas patologías o dolencias, e incluso podemos tratarlas o ayudar en su curación. Es importante no perder de vista que en la prevención de la enfermedad lo importante no es tomar alimentos con propiedades “curativas o preventivas” sino el seguimiento de una dieta adecuada a lo largo del tiempo. No obstante, para asegurar una mejora de la flora intestinal y con ello del sistema inmunológico, se recomienda que se haga uso de los alimentos prebióticos y de los probióticos mediante el asesoramiento y prescripción de un experto. 17 BIBLIOGRAFÍA LIBROS BRADFORD, Montse. La nueva cocina energética, 11ª edición, Océano. CHORLTON, Windsor. El interior del cuerpo, Blume. COSTANSO, Linda. Fisiología, 2ª edición, McGraw-Hill. DICCIONARIO MOSBY de medicina, enfermería y ciencias de la salud. 4ª edición, Elsevier. FARRERAS, Pedro; FARRERAS, Pere et ROZMAN, Ciril. Manual de medicina interna, 13ª edición, Hartcourt-Brace. SEIGNALET, Jean. La alimentación, la 3ª medicina, Integral. PÁGINAS WEB www.alimentacionnutricion.com www.beltina.org www.biosalud.org www.casapia.com www.centroengel.com www.ciriscience.org www.cosasdesalud.es www.dietas.com www.directoalpaladar.com www.ecogal.es www.elblogalternativo.com www.enbuenasmanos.com www.es.wikipedia.org www.faba.org.ar www.ferato.com/wiki www.holistika.com www.infoescola.com www.info-farmacia.com www.institutobiologico.com www.kousmine.com www.lactoflora.es www.menudiet.es www.microbewiki.kenyon.edu www.mipediatra.com www.medscape.com www.mujer-bonita.net www.muyinteresante.es www.nationalreviewofmedecine.com www.natulinea.com www.naturisimo-pr.com www.nutricion.nichese.com www.nutricion.pro www.nutricionequilibrada.es www.publico.es www.saludymedicinas.com www.sciencephoto.com www.sounatural.com www.thenibble.com www.veganblog.it 18