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Las casas
Las casas también proceden de la división en 12 (el ciclo solilunar), pero ahora no se trataba de dividir la
esfera (el espacio celeste), sino el tiempo de una rotación terrestre en doce partes de dos horas cada una.
Los criterios para atribuir tal o cual significado a las casas son los siguientes:
• Angularidad: hay 4 Casas que marcan los puntos más importantes del Sol en el cielo, en la
eclíptica. Son el Ascendente (I), el Medio Cielo (X), el Descendente (VII) y el Fondo del Cielo (IV).
Por su relación con el ciclo solar (el astro rey), son pues las Casas más importantes. Las Casas
sucedentes (II, V, VIII, XI) son menos importantes y las cadentes (III, VI, IX, XII) son las que menos
dignidad tienen.
• Aspectos: la astrología clásica sólo admite 5 aspectos (aunque la conjunción no se suele llamar
“aspecto”). Éstos son: conjunción, sextil, cuadratura, trígono y oposición. Dentro del mandala hay
pues 4 Casas que no aspectan al Asc.: la II, VI, VIII y XII. Como el Asc. es la vida, peor que
aspectarlo mal es no aspectarlo, ya que eso supone negarle cualquier tipo de luz. De allí que las Casas
que no aspectan al Asc. se consideren las más maléficas.
• Orden caldeo de los planetas: los antiguos distribuían los planetas por las Casas siguiendo el orden
caldeo (Saturno, Júpiter, Marte, Sol, Venus, Mercurio, Luna y vuelta a empezar por Saturno). Se
utiliza el orden caldeo y no el astronómico, porque el orden caldeo está basado en el concepto de
“tiempo” (ciclo más o menos rápido del planeta) y aquí lo que se trata de medir es el tiempo (las 24
horas del día). Las Casas que coincidan con un planeta benéfico serán por lo tanto más benéficas.
• Gozo de los planetas: el cuarto concepto es el de que los planetas están mejor situados en tal o cual
Casa, en la que gozan, siendo la contraria su tristeza. Mercurio goza en la I, la Luna en la III, Venus
en la V, Marte en la VI, el Sol en la IX y Júpiter en la XI. No obstante, según Manilio, Saturno tiene
su gozo en la IV, La Luna en VIII en tema nocturno y Venus en X y veremos más adelante cómo la
IV ha conservado algunos valores saturninos.
Si combinamos estos 4 criterios nos queda lo siguiente:
1-La Casa I es la más importante por ser el origen de la vida. Se asocia a la conjunción. Está ocupada por
Saturno por orden caldeo y es el gozo de Mercurio. Es la Casa que nos da la estructura del cuerpo físico
(Saturno) y el gozo de Mercurio en ella da la prioridad al alma racional. En este punto tenemos que hacer
una pequeña explicación: los antiguos (Platón, Aristóteles, Ptolomeo) reconocían 3 partes en la estructura
del yo:
-El alma vegetativa: la que asume las funciones físicas menos conscientes del hombre
(crecimiento, alimentación, instintos, apetitos etc.). Es la más densa y la más cercana al reino
vegetal, por eso es la que sigue activa cuando el ser humano está en coma y privado de toda
conciencia. En circunstancias normales, sólo será una tela de fondo que no dominará en el ser
humano cuya conciencia se orienta preferentemente hacia el alma sensitiva o la racional. En la
carta astral viene representada por el Asc., su regente y los planetas en la primera casa.
-El alma sensitiva que percibe el mundo a través de sus sensaciones, impresiones,
sentimientos, emociones, afectos, pasiones. Es la parte subjetiva e irracional del ser humano
representada por la Luna.
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-El alma racional que nos permite descubrir el mundo no a través de nuestras emociones, sino
de la razón, la reflexión, el análisis y la meditación. Es la parte más elevada del alma y la más
próxima a la divinidad.
El ser humano, mediatizado por sus instintos básicos (Asc.), puede por lo tanto orientarse hacia lo
sensitivo (Luna) o lo racional (Mercurio). La fuerza de uno u otro planeta en la carta (Luna o Mercurio), o
de los dispositores de ambos, nos indicará cuál ha sido la tendencia predominante en cada uno. Teniendo
en cuenta esas consideraciones, no resulta nada sorprendente que Mercurio, el alma racional que algunos
consideran de origen divino, sea el planeta con gozo en la Casa I, la Casa del yo, indicando así que se
considera más elevada y preferible la superioridad del alma racional.
2-Luego hay dos Casas que no aspectan al Asc.: la II y la XII. Al no aspectar el Asc. son maléficas. Sin
embargo:
-La II es la Casa de Júpiter por el orden caldeo. Eso mengua mucho su carácter maléfico y,
además, al ser Júpiter el planeta de la prosperidad, se asocia con el dinero.
-La XII es la Casa de Venus por orden caldeo. Sin embargo, también es el gozo de Saturno, el
gran maléfico. Es por lo tanto la Casa donde Saturno nos crea problemas con más facilidad. Es
también una casa de espiritualidad: es la de la renuncia (Saturno) a los placeres (Venus). O los
placeres (Venus) que encadenan (Saturno), es decir: las adicciones.
3-Vienen a continuación dos Casas que aspectan al Asc. por sextil (aspecto benéfico): la III y la XI.
-La III: por orden caldeo es la Casa de Marte y por gozo es la de la Luna. Por eso se la llama la
Casa de la “Dea”. El aspecto de sextil le da un cierto carácter benéfico, pero muy débil al ser cadente
y la presencia de Marte no la beneficia. En la III nos encontramos con relaciones familiares (Luna)
competitivas (Marte): los hermanos. O la variabilidad (Luna) agitada (Marte): viajes. O los
sentimientos (Luna) sexuales (Marte): los amantes.
-La XI: por orden caldeo es Casa del Sol y es el gozo de Júpiter. La tradición la considera una de
las mejores Casas y ello es evidente si consideramos los planetas que la definen: el más importante
de todos (Sol) y el mayor benéfico (Júpiter). Es pues una Casa muy buena y con mucha altura. Es
una casa de afectos (sextil = Venus) basados en lo más noble que hay en nosotros (el Sol) y en la
justicia (Júpiter): los amigos.
4-Las dos Casas siguientes (IV y X) aspectan al Asc. por cuadratura, lo cual implica un cierto esfuerzo,
pero son fundamentalmente Casas angulares, criterio que prima sobre lo demás. Por otro lado:
-La Casa IV es la Casa del Sol por orden caldeo. Es la casa desde donde el Sol empieza su
recorrido de subida, por lo que se asocia al origen de la vida: los padres. Para diferenciar a ambos
padres, en el “Liber Hermetis” (capítulo XXI), se dice que si la Casa IV está en una dignidad del
Sol y en signo masculino representará mejor al padre. Si está en una dignidad de la Luna y en
signo femenino, a la madre. Los progenitores quedarán no obstante más definidos por el Sol en
tema diurno y Saturno en uno nocturno para el padre, y Venus en tema diurno y la Luna en uno
nocturno para la madre.
Por otro lado, podemos ver que el hecho de que durante cierto tiempo se atribuyera a la IV el
gozo de Saturno encaja con una de las analogías de esta Casa: la propiedades agrícolas y lo oculto
y enterrado.
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-La Casa X es la Casa de Marte por orden caldeo. Debe su importancia a su angularidad y
luminosidad (es el punto más alto del Sol), si bien el aspecto de cuadratura y la presencia de Marte la hacen una Casa de lucha y trabajo (la profesión, el intento de medrar).
5-Después vienen dos Casas altamente benéficas por su trígono al Asc.: la V y la IX.
-La V: Es la Casa de Venus, tanto por orden caldeo como por el gozo del planeta. De allí que sea
para nosotros la de los placeres y amores. También es la casa de los hijos porque está en trígono al
ascendente (Júpiter = lo que nos hace crecer) y es casa de Venus: crecimiento a través del amor.
-La IX: vemos que, al ser Casa de Júpiter por el orden caldeo y Casa del Sol por su gozo allí,
combina los mismos planetas que la XI, siendo aún más benéfica que ésta por el trígono al Asc.
Ésa es la razón por lo que la astrología védica la considera, sin lugar a dudas, como la Casa de la
suerte, la más afortunada de todas. Nosotros la atribuimos a la religión, menos valorada hoy en día,
y por eso le damos poca importancia, pero no hay que olvidar que el desarrollo espiritual es la
máxima de las felicidades posibles, pues no hay sensación humana que pueda siquiera igualar al
éxtasis místico. Sin embargo, en la materialista sociedad occidental, ha acabado primando la X
(nos interesa más la imagen social y la profesión) olvidando otros goces mucho más gratificantes y
sutiles, pero más difíciles de alcanzar.
6-Las dos Casas siguientes no aspectan al Asc. y por ello son maléficas:
-La VI: por el orden caldeo de los planetas es la Casa de Mercurio y es el gozo de Marte .
Siendo Marte el maléfico menor y negando la luz al Asc., comprendemos mejor el porqué es Casa
de servidumbre y trabajo. Mercurio impide sin embargo que sea totalmente maléfica.
-La VIII: por el orden caldeo, le corresponde Saturno, el mayor maléfico. Queda claro ahora
porqué es la peor de las Casas malas y la que destruye la vida: niega la Luz (vida) al Asc. y se la
niega a través de Saturno, el destructor. Aquí no hay gozo ni presencia de ningún planeta que
pueda aliviar esa determinación (Júpiter atenuaba la II, Venus la XII y Mercurio la VI). Es la negación total de la luz vital. La oscuridad absoluta.
7-La última Casa es la VII, angular y morada de la Luna según el orden caldeo de los planetas. Es una
Casa que se enfrenta al Asc., cierto, pero también es una Casa de empatía y unión con otros (Luna), por
eso es la que indica las asociaciones. No es una Casa fácil (por el aspecto de oposición), pero la oposición
devuelve el rayo por la misma línea, así que es una Casa-espejo, en la que vemos el reflejo de lo que
somos. Según es nuestra pareja y según la tratamos o hablamos de ella, estamos manifestando ni más ni
menos que nuestra personalidad, pues no habríamos elegido al otro si no nos pareciéramos a él
La palabra “cónyuge” ciertamente no es alentadora (cum-iugum = el que anda bajo el mismo yugo que
nosotros, como dos bueyes tirando del mismo carro) pero sí es metafórica: dos andando juntos, con
tirantez (oposición) y unión a la vez (Luna, la empatía).
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