Untitled - Bernardo Defillo Martinez

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FAMILIA DEFILLÓ MARTÍNEZ
Apuntes Genealógicos
Bernardo Defilló
FAMILIA DEFILLÓ MARTÍNEZ
Apuntes Genealógicos
Ediciones Librería La Trinitaria
Santo Domingo, R. D.
2008
Ediciones Librería La Trinitaria
TÍTULO DE LA PUBLICACIÓN:
Familia Defilló Martínez.
Apuntes Genealógicos
AUTOR:
Bernardo Augusto Defilló Martínez
INVESTIGACIÓN Y ELABORACIÓN:
Dr. Bernardo Augusto Defilló Martínez
Médico Internista y Cardiólogo,
Investigador Médico.
Hijo de:
Dr. Fernando Alberto Defilló (Meriño), y de
Rosa Amelia Martínez Ruiz.
Nieto de:
Monseñor Fernando Arturo Meriño Ramírez, y de
Leonor Defilló Amiguet.
Manuel de Jesús Martínez Velásquez, y de
Rosalía Ruiz González.
DIAGRAMACIÓN Y ARTE FINAL:
Eric Simó
DISEÑO DE CUBIERTA:
Elizabeth Del Rosario
IMPRESIÓN:
Editora Búho
ISBN: 978-99934-39-51-6
Impreso en República Dominicana
Printed in the Dominican Republic
AGRADECIMIENTO
Agradecemos a todas las Instituciones, Historiadores,
Investigadores, Genealogistas y personas individuales o
corporativas que de forma abierta, oportuna y desinteresada nos han ofrecido su colaboración, datos, consejos y
asesoría sobre cada una de las etapas que hemos cumplido para elaborar estos “Apuntes Genealógicos” sobre las
familias DEFILLO Y SUS RELACIONADAS, sobre todo
por permitirnos revisar, acceder y utilizar sus respectivas
anotaciones y bases de datos. De manera especial deseamos dejar constancia de las siguientes:
- Arzobispado de Santo Domingo.
- Archivo General de la Arquidiócesis de Santo Domingo.
- Cancillería del Arzobispado de Santo Domingo.
- Monseñor Rafael Bello Peguero, Pbro.
- Gerardo (Jerry) Javaris Defilló, San Juan de Puerto Rico.
- Archivo General de la Nación – AGN, República Dominicana.
- Academia Dominicana de la Historia - ADH.
- Instituto Dominicano de Genealogía - IDG.
- Centro FHL de los Mormones, República Dominicana.
- Dr. Pompilio Brower Castillo. – EPD
- Amadeo Báez, EPD.
- Ing. Antonio J. Guerra Sánchez.
- Ing. Eduardo Julián Hued Zouain.
- Marcos Heriberto Hernández Brea.
- Julio Amable González Hernández.
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- Víctor José Arthur Nouel.
- Ing. Leonardo Díaz Jáquez.
- Edwin Rafael Espinal Hernández.
- Olga Margarita Gómez Cuesta.
- Lcda. Margarita Martínez Ruíz.
- Lcda. Norma Violeta Martínez de Ramírez.
- Dr. Alcedo Arturo Ramírez Fernández.
- Ing. Sinecio A. Ramírez Suazo
- Marcos Soto Tejeda.
- Dr. José Gilberto Guerra Seijas.
- Efraín Guerra Del Prado.
Gracias del alma para todos.
Santo Domingo, D.N.
30 de junio del 2008.
8
INTRODUCCIÓN
El desarrollo de la vida familiar de los Defilló-Ramírez,
cargada de grandes satisfacciones por medio de la infinita misericordia de Dios, nos permitió crecer, progresar y
fortalecernos en un ambiente de profundo amor y de sólida unión con nuestros padres y abuelos, así como con
nuestros descendientes.
En cada una de nuestras cinco (5) hijas y hasta la fecha ocho (8) nietos, pudimos apreciar lo maravilloso de
la existencia cada vez que nos adherimos con fortaleza y
disfrutamos con intensidad la verdadera cultura de la vida
y cuando, en cada uno de los momentos de felicidad, alegría y también tristezas, los hemos apreciado como dones que nos otorgó el Señor y en otros casos como oportunidades que nos concedió para crecer.
El inexorable discurrir del tiempo, fue arrastrando
hacia la eternidad a nuestros seres más queridos y con
ellos a partes importantes de nuestra historia familiar. La
identidad del grupo social de los Defilló, único por su
origen pero diverso por su desarrollo nacional, se fue perdiendo a medida que los conocedores de su tradición desaparecían con el paso de los años.
Primero fueron nuestros antecesores directos los abuelos paternos Fernando Arturo de Meriño y Leonor Defilló
Amiguet, luego nuestro padre biológico el Dr. Fernando
A. Defilló (Meriño), a seguidas la sacrificada madre Rosa
Amelia Martínez de Guerra, después los abuelos maternos
9
Jesús Martínez y Rosalía Ruíz de Martínez, a continuación Ney Guerra Mueses, el padre putativo de los DefillóGuerra, y finalmente la caterva de familiares y amigos
cuya desaparición representó también la perdida de pedazos importantes de la historia familiar.
La falta de información objetiva y la existencia de
leyendas tejidas en torno a nuestros progenitores,
distorsionó en la distancia los orígenes del apellido
Defilló, dando paso a que muchos de sus perfiles
genealógicos se establecieran para las familias constituidas sobre bases exclusivamente legales, o bajo el inaceptable criterio de que la consanguinidad concede una
mayor jerarquía humana como soporte para falsos linajes y posiciones aristocráticas, atribuyéndosele a los restantes descendientes menores escalas sociales y de humanidad.
Al final de cuentas, primero los hermanos y hermanas,
luego las hijas y después nuestras nietas mayores se percataron de que, con la desaparición de estos personajes y protagonistas domésticos, también podría perderse la oportunidad de recoger aquellos relatos y detalles que en conjunto
sostendrían nuestra cultura e identidad familiares.
Tales inquietudes y la oportuna y clara admonición
de Julio Amable González Hernández sobre La Tradición Oral en la Genealogía, publicada en uno de los
Areitos sabatinos del Instituto Dominicano de la especialidad, nos motivaron y convencieron finalmente para
elaborar estos “Apuntes Genealógicos de la Familia
Defilló y sus Relacionadas”. Con ellos reafirmamos el
criterio de que “la Genealogía no es una actividad reservada a los nobles y aristócratas”. Que igualmente
“nos reafirma el valor primario, pero de gran importancia, de la tradición oral en el proceso de investigación
10
genealógica”, como señalara González Hernández en su
Areito de la referencia.
Procurando la elaboración de “La Historia Familiar”
a partir de estos criterios y de las tradiciones que se tejen con las narraciones escuchadas a nuestros abuelos,
padres y familiares o amigos, se encuentran e identifican también las rutas objetivas de la investigación para
cada una de sus etapas y de los grupos sociales de nuestros países.
A partir de ellas, se conciben, elaboraran y publican
los documentos y apuntes genealógicos de los especialistas y se construyen los extraordinarios trabajos de seguimiento familiar a los que nos tienen acostumbrados. Por
estas razones, más que copiarse el uno al otro, o reclamar
exclusividades para los mismos, ellos comparten las fuentes originales de la información, a las que les confieren
sus propios estilos de análisis y construcción literaria e
investigativa.
En este sentido, por ejemplo, habría que darle seguimiento histórico y genealógico a unos 324 descendientes de Luis Defilló considerado el tronco catalán de la
familia Defilló, de los cuales 4 correspondieron a su primera generación, 82 a la segunda, 104 a la tercera, 100 a
la cuarta y 33 a la quinta generación.
Al considerarme parte indisoluble e histórica de la
familia Defilló, he aceptado la responsabilidad de escudriñar la historia doméstica para relacionar entre sí los
diferentes grupos nacionales que por sus características
generales tuvieron y mantienen un origen común.
Aceptar el reto para que sus hallazgos y los relatos e
informaciones provenientes de nuestros antepasados formen parte de nuestra “Historia Familiar” y, finalmente,
escribirla y compartirla con todos sus miembros.
11
Aspiramos a que con esta publicación, que contiene la
mayor cantidad de información y fotografías disponibles,
como señalaba en su propuesta el Areíto, sea repetida a
nivel de muchas familias dominicanas.
BERNARDO AUGUSTO DEFILLÓ MARTÍNEZ
Hijo de Fernando Alberto Defilló (Meriño)
y Rosa Amelia Martínez Ruiz
Santo Domingo, D.N.
16 de junio del año 2008.
12
La genealogía en su
más simple acepción, es
la disciplina cuyo objetivo consiste en la investigación, ordenamiento y análisis del
origen y afiliación de
las familias, y el estudio
de los principales acontecimientos que las caracterizaron igual que a sus miembros en cada una de sus etapas históricas.
De esta manera, resulta altamente necesario y conveniente para todos los grupos sociales definir, conocer y
divulgar de forma organizada por lo menos un perfil
genealógico que les sirva para relacionarse con las características de sus ancestros y precisar su identidad y fundamento en el seno de las culturas en que debieron vivir
y actuar.
De esta manera, la Genealogía, particularmente aquellos que la ejercen como sus estudiosos y especialistas,
debe poseer objetividad; utilizar la instrumentación adecuada para lograr sus objetivos; conocer y aplicar el método científico de la investigación, y enriquecer los hallazgos, datos y situaciones mediante el uso de técnicas y
procedimientos nuevos a los que se incorporen las tecnologías modernas, la informática y las disciplinas auxiliares de un estilo histórico que interprete adecuadamente
y correlacione los hechos que las caracterizaron.
En cuanto a la propia Genealogía, esta no debe limitarse a la simple investigación, ordenamiento, cotejo y
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análisis del origen y afiliación de las familias exclusivamente constituidas sobre una base legal, sino incluir en
sus respectivos perfiles genealógicos a todas las personas, grupos sociales y humanos que las conformaron, obedecieran estas o no al estatuto legal por el que fueron
constituidas y organizadas dentro de las sociedades.
Debe rechazarse, por consiguiente, el criterio de quienes para reclamar con carácter de exclusividad la propiedad de la consanguinidad, ascendencia o descendencia
de los miembros de sus familias, invocan equivocadamente aspectos con los que se consideran poseedores de una
mayor jerarquía humana o de falsos linajes y posiciones
aristocráticas, y les atribuyen a las otros integrantes de
sus familias escalas inferiores sociales y de humanidad.
A la luz de estos criterios y durante le investigación,
recopilación y organización de los datos incluidos en estos Apuntes, apreciamos una curiosa coincidencia, participación e interacción entre los protagonistas familiares
y otras figuras relevantes del continente, tales como el
Dr. Ramón Emeterio Betances y Eugenio María de Hostos,
ambos de origen puertorriqueño, José Gabriel García,
Gregorio Luperón, Ulises Hereaux (Lilís) y el propio Arzobispo Fernando Arturo de Meriño Ramírez, quienes se
destacaron en hechos y etapas comunes del país, y durante grandes eventos de la historia política, económica, social, cultural y académica de nuestra vida republicana y
de la Región. Vistas así las cosas, nos limitaremos a señalar en la presente recopilación a cinco generaciones familiares de los Defilló Martínez y Guerra Martínez.
En la primera generación, se incluye la familia primaria de Bernardo Augusto Defilló Martínez (1940), hijo
reconocido de Fernando Alberto Defilló (Meriño) y Rosa
Amelia Martínez Ruiz. Bernardo se casó con Carmen Hilda
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Ramírez
Aristy
(1937), hija de José
del Carmen Ramírez
Carrasco y Felicia
Aristy Méndez, procreando a cinco hijas: María del Carmen (1962), Celeste
Aída (1963), Rossanna
Amelia
(1965), Dulce Margarita (1966) y Martha Patricia (1969)
Defilló Ramírez.
María del Carmen se casó con Reynaldo Olivero
Santana y posteriormente con Pedro Catrain Bonilla, sin
que tuvieran descendencia. Celeste Aída contrajo nupcias con Jordi Martínez Cabruja, no dejando hijos.
Rossanna Amelia se matrimonió con Víctor Martínez Báez,
hijo de Víctor Martínez y Lucía Báez, procreando a Víctor
Gabriel, Oliver Bernardo y Piero Alberto Martínez Defilló.
Dulce Margarita se casó una primera vez con Mario
Irizarry Campagna, hijo de Aquiles Irizarry Pérez, de origen puertorriqueño e Iva Campagna, de origen italiano,
procreando a Lorena Marie y Vanessa María y, en segundo matrimonio con Cristian Pando Pérez, natural de Argentina e hijo de Enrique Pando y María del Carmen
Pérez, procrearon a Emmanuel y Hugo Enrique. Martha
Patricia se casó con Juan Reyes Ahumada, natural de
Veracruz, México e hijo de Ernesto Reyes y Juana Ahumada, procreando a Bernardo Ernesto Reyes Defilló.
La Segunda generación, corresponde a los padres
biológicos de Bernardo Augusto, es decir, Fernando
Alberto Defilló (Meriño) (1874-1949) y Rosa Amelia
Martínez Ruiz (1916-1993). Debe consignarse que
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Fernando Alberto fue hijo natural del Arzobispo Fernando Arturo de Meriño Ramírez y de Leonor Defilló
Amiguet, razón por la que en lugar de llevar ambos apellidos paterno y materno Meriño Defilló, sólo utilizaba
el Defilló de su madre soltera.
Fernando
Alberto
Defilló
(Meriño) (1874-1949), hijo de Fernando Arturo de Meriño Ramírez y
de la española catalana Leonor Defilló
Amiguet (1843 - 1902?), nació y
murió en Santo Domingo. Se graduó
de Medicina en la entonces Universidad de Santo Domingo, realizando estudios de postgrado en la Universidad de París. Fundó y dirigió el
Laboratorio Nacional de Salud Pública que lleva su nombre, descubrió diferentes parásitos causantes de enfermedades tropicales, desarrolló una exitosa carrera profesional, y se le reconoce como un connotado médico y profesor
universitario de varias generaciones.
En este contexto y en el curso de nuestra vida personal y profesional, desde etapas muy tempranas hasta pasadas las de una primera juventud y adultez, tuvimos la
oportunidad de conocer y tratar a tres prestigiosos profesionales dominicanos, amigos y quizás confidentes de
Fernando Alberto Defilló: Amadeo Báez, Pompilio Brower
Castillo y Sixto S. Incháustegui Cabral. Con ellos Fernando Alberto compartió la mayor parte de su existencia
y de los trabajos de investigación, y de ellos también disfrutamos el conocimiento de importantes hechos históricos y de actitudes y comportamientos familiares.
La simpática y dilatada figura de Don Amadeo, siempre nos recibió y acompañó con una agradable sonrisa
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durante nuestras visitas al Laboratorio Nacional dirigido por nuestro padre, así como al inicio de interminables
jornadas a lomo de mulo por los todavía desolados predios de la naciente Universidad de Santo Domingo, con
el fin de disfrutar de sus pródigos árboles frutales vecinos del Laboratorio. El reflexivo y adusto Pompilio
Brower discípulo, amigo inseparable y compañero del
Maestro como le llamaba, por varios años estuvo a nuestro pendiente y, del más cuidadoso de sus biógrafos Don
Sixto Incháustegui, recibimos como premió su excelente publicación.
Recreándonos en esas jornadas y revisando nuestras
remembranzas, nos parece de utilidad compartirlas sucintamente a través de las propias notas y apreciaciones
de estos queridos e inolvidables amigos de Fernando
Alberto. En sus aspectos docentes, por ejemplo, consignan la realización de los estudios primarios en su propia casa, y de los secundarios tanto en la Escuela Normal dirigida por el propio Don Eugenio María de Hostos,
como en la Preparatoria de la Logia La Fe No. 7, y en el
Instituto Profesional dirigido por su padre Fernando
Arturo de Meriño, donde se graduó de Bachiller en Ciencias y Letras.
Terminado el bachillerato, se inscribió en la Facultad
de Medicina de la Universidad de Santo Domingo, teniendo como profesores entre otros a los doctores Ramón
Báez, Salvador B. Gautier, Francisco Henríquez y Carvajal y Juan Francisco Alfonseca, y como compañeros de
estudio a “Jacinto Isidoro Mañón, Luis Ml. Betances
Cohén, Heriberto Valdez, Juan Bautista Ruiz, Arístides
Fiallo Cabral, Manuel Ma. Pereyra, José Dolores Alfonseca,
Alberto Pérez Cambiaso, José Miguel Román, Darío
Contreras, Melitón Castillo y Otilio Meléndez”.
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Graduado de Licenciado en Medicina y Cirugía el 13
de Noviembre de 1898, fue uno de los tres únicos Médicos
reconocidos ese año al amparo de la Ley de Estudiantes
que le permitió cumplir dos años lectivos en uno sólo. Al
transformarse el Instituto Profesional en la Universidad
de Santo Domingo, el 16 de Noviembre del 1914, y restablecerse los doctorados en sus distintas facultades, Fernando Alberto obtuvo el título de Doctor en Medicina y Cirugía en dicho Instituto el 22 de junio del año 1915.
Entre los años 1925 y 1930 realizó estudios en Francia para obtener el Doctorado en Medicina de la Universidad de París, así como varios cursos especiales en dicho
centro y en el Instituto Pasteur, siendo sus profesores y
tutores los famosos académicos e investigadores Widal,
Abramí, Brulé, Valery-Radot, Lemaire, Dieulafoy, Pierre
Delbert, Brumpt, Joyeux, Neveu Lemaire, Galliard, Roux,
Calmette, Bereska, Levaditi, Nicolle, Dumas y Langeron.
Durante ese período compartió las aulas con el dominicano Arturo Grullón y, según las informaciones familiares no confirmadas, con los haitianos Bobeaux y
Françoise Duvalier, particularmente con este último durante sus trabajos sanitarios en la frontera. Su aspiración
de obtener otro doctorado en Ciencias, no pudo cumplirse por su intempestivo regreso al país en 1930 a causa
del la destrucción de la ciudad por el ciclón San Zenón.
Con relación a sus responsabilidades y cargos, se indica que al graduarse se estableció en San Francisco de
Macorís y un año después regresó a la capital para ocupar responsabilidades hospitalarias. A partir de 1898
ocupó varias funciones sanitarias de investigación y directivas en el área de la salud. En 1905 abrió un Curso
de Clínica Médica, formuló novedosas recetas terapéuticas, descubrió varios agentes patógenos, asumió el
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control del ejercicio profesional a través del Juro Médico, como organismo oficial regulador, y cumplió una larga, diversificada y exitosa carrera al servicio del país.
Al fundarse en 1908 el Laboratorio Municipal, Fernando Alberto fue su primer Director, aportando los fondos para dicha creación y subsiguiente operación mediante
un crédito personal obtenido en París, que siguió pagándose por parte del Municipio. El Laboratorio ocupó durante su desarrollo diferentes domicilios en la calle Padre
Billini frente al parque del mismo nombre, la Arzobispo
Nouel No. 19, en la Casa de San Pedro de la calle las Mercedes en la vecindad del Cabildo, y nueva vez en la Arzobispo Nouel No. 45 al lado de la Oficina de Sanidad.
Posteriormente se trasladó a la calle Hostos dentro de
la propiedad de Federico Fernández Hernández, pasando
a ser oficialmente en 1920 una dependencia de la Secretaría de Estado de Sanidad con el nombre de Laboratorio
Nacional y, a partir del año 1943 el edificio que ocupa
cerca de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
Compartió Defilló la dirección del Laboratorio sucesivamente con los Doctores Thomas W. Jackson y Héctor
Read Barreras. Fueron sus colaboradores permanentes
Amadeo Báez, Pompilio Brower, Ernesto Valverde y Manuel Martínez Boog.
Durante su vida profesional y aún después, recibió
numerosas distinciones y reconocimientos, entre ellos las
de Alumno de la Universidad de París y del Instituto
Pasteur, Diplomado del Instituto del Cáncer de París, del
Consejo de la Orden de Honor y al Mérito de la Cruz
Roja Dominicana y Española, de la Escuela Nacional de
Enfermeras adscrita al recién inaugurado Hospital Infantil, de los Congresos Médicos Dominicanos, y de la Junta
Nacional de Protección a la Maternidad y a la Infancia.
19
Asimismo, del Decanato de la Facultad de Medicina
de la Universidad de Santo Domingo, que ocupó durante
la ausencia de su titular el Dr. Manuel Emilio Perdomo,
quien fuera nuestro padrino de bautizo, un Doctorado
Honoris Causa de la Facultad de Filosofía de dicha Institución, y condecoraciones de varias prestigiosas academias francesas, portuguesas, brasileñas e internacionales, asignándosele su nombre a la Facultad de Medicina
de la UASD, a calles y edificios de la ciudad, y a varios
Laboratorios públicos y privados dedicados a la investigación y los servicio de Salud.
Según el Acta de Defunción No. 560, Folio 213 de la
2da Circunscripción de la entonces Ciudad Trujillo, fotocopiada por nosotros del Film 2177903 de la FHL de
los Mormones, el día 29 de Octubre del año 1949 falleció a las 11.15 de la mañana Fernando A. Defilló a causa
de una “Angina de Pecho”, muerte que fue certificada
por el Dr. Mañón del Río (Rafael).
En la misma se señala por única vez en todos los documentos, historias, biografías y publicaciones que hemos revisado, que Fernando Alberto era hijo del Dr. Fernando Arturo de Meriño, “quien era dominicano” y de
“Juana Defilló quien era domiciliada” en Cuba, obviamente refiriéndose como su madre a Leonor Defilló
Amiguet, cuya última residencia conocida hasta el año
1902 fue la cubana, donde vivió casada con Domingo
Fernández de Castro (Saldaña).
En cuanto al nacimiento de Fernando Alberto, procede reafirmar que sucedió el 27 de Febrero del 1874 en
la ciudad de Puerto Plata, como reconocen los diferentes historiadores, genealogistas, documentos consultados y otros que obran en nuestro poder, a diferencia de lo
afirmado por Carlos Larrazábal Blanco en el Tomo III,
20
página 12 de su obra sobre las “Familias Dominicanas”,
en que lo ubica el 27 de Febrero del 1881.
Aunque los estudiosos del tema y genealogistas de
sus personajes reconocen la relación filial entre el Arzobispo Meriño Ramírez, Fernando Alberto Defilló (Meriño)
y Leonor Defilló Amiguet, pocas veces lo han expresado
tan clara y públicamente como lo hicieron Larrazábal
Blanco, Roberto Cassá y José Luis Sáez. En la intimidad
de nuestros grupos domésticos, por otra parte, se ignora
o guarda como un valioso secreto el lugar donde se conocieron sus progenitores el Arzobispo Meriño y Leonor
Defilló.
La revisión cuidadosa del itinerario de Monseñor de
Meriño, entre el 16 de julio del 1869 y el 23 de julio del
1880, así como del epistolario entre Meriño y sus relacionados o amigos durante sus residencias temporales en
Puerto Rico, Venezuela, Saint Thomas, otras islas del Caribe y las naciones europeas en ese período, no muestra
fecha alguna en que pueda suponerse en la que el Arzobispo Meriño y Leonor Defilló Amiguet se reunieran o
generaran la vida de Fernando Alberto, excepto a finales
de mayo del 1873.
Aceptando estas observaciones y teniendo como referencia fija el nacimiento de Fernando Alberto el 27 de
febrero del 1874, se pudo estimar con cierta precisión el
momento probable del comienzo de su vida y por consiguiente de un embarazo normal de 40 semanas. A partir
de dicha fecha de nacimiento, se calculó de manera retrospectiva el comienzo y duración de la gestación, pudiendo señalarse con razonable objetividad que las últimas dos semanas de mayo de 1873, pudieran considerarse
como las probables para el inicio de la vida de Fernando
Alberto Defilló (Meriño).
21
Por otra parte, mediante certificación del Acta de
Bautismo emitida por los Misioneros Claretianos de la
Parroquia San Felipe de Puerto Plata, Libro de los Bautizos No. 15, en el Folio 2509, cuya copia reposa en
nuestros archivos, se consigna que “el día 22 de mayo
de mil ochocientos setenta y cinco (1875)” fue bautizado “Fernando Alberto Defilló, hijo natural de Leonor
22
Defilló”. Se consigna la fecha y el lugar de nacimiento ya
señalados, y el nombre de los padrinos que fueron “Ramón E. Betances y Eneria Vázquez”.
No hemos logrado referencia alguna sobre su madrina de bautizo.
El Dr. Ramón Emeterio
Betances, nacido en Puerto Rico,
fue un reconocido médico graduado de la Universidad de París, patriota, político independentista, defensor de la liberación de los
esclavos, literato, ensayista y colaborador en la creación de la Biblioteca Histórica de Puerto Rico.
Estuvo exiliado en varias oportunidades a causa de
sus posiciones e ideas, particularmente en Saint Thomas
(1858, 1869), Santo Domingo (1864) y Nueva York
(1869). Mantuvo frecuentes viajes entre Puerto Rico,
Cuba, España y Francia (1871), arribando a Haití y luego
a la ciudad de Puerto Plata, República Dominicana, en el
año 1875.
Emeterio Betances fue amigo verdadero del Padre
Meriño, con quien intercambio afectos y varias epístolas. En adición a este trato personal y al dispensado
por el Arzobispo a varias connotadas familias y ciudadanos de Puerto Rico, existe la convicción de que tanto Ramón Emeterio, como Meriño y Mariano Ruiz
Quiñones, tatarabuelo de nuestro primo paterno puertorriqueño Gerardo (Jerry) Javariz Defilló, participaron en
un Comité Revolucionario creado en Puerto Rico por el
año 1868.
En este orden de relaciones, en un hecho ocurrido
cinco años antes, es decir el 23 de octubre de 1863, se
23
consigna en una nota del acta de matrimonio de la tía
tatarabuela de Jerry, Doña Andrea De los Dolores Ruiz
Quiñones, que la certificación fue firmada por el Arzobispo Fernando Arturo de Meriño en su condición de Cura
Vicario y Regente de la Catedral Nuestra Señora de la
Candelaria, en la ciudad de Mayagüez, Puerto Rico, lo
que indica el sitio de su residencia en ese tiempo.
En base a la relación con el Presbítero Meriño, es fácil
entender que Ramón Emeterio Betances fuera el Padrino
de bautizo de su hijo Fernando Alberto Defilló (Meriño),
realizado el 22 de mayo de 1875, según consta en el Acta
correspondiente y cuyo facsímil incluimos en este documento; que durante este período histórico la vida de Ramón Emeterio coincidiera con actividades desarrolladas
en Puerto Plata por Eugenio María de Hostos y los seguidores o amigos de Gregorio Luperón y que, siendo Meriño
Presidente de la República, en 1880 también designara a
Ramón Emeterio como Primer Secretario de la Legación
de la República Dominicana en Francia.
Los datos contenidos en el Acta de Bautismo esclarecen de manera definitiva la fecha del bautizo, confirman
la de su nacimiento en Puerto Plata, presumiblemente a
bordo de un barco que trajo a la abuela Leonor, y no consignan que el General Gregorio Luperón fuera su padrino de bautizo como ha circulado por años en la tradición
oral de algunos círculos familiares.
Es probable que los generales Gregorio Luperón y
Ulises Hereaux fueran asistentes o testigos del bautizo,
dada su estrecha relación política y de amistad con
Meriño, pero no contamos con documentos que lo aclaren, como tampoco de que Leonor y su hijo Fernando
Alberto vivieron en la casa del General Luperón durante
ese tiempo.
24
En cuanto a las relaciones de Meriño con otras personalidades continentales coincidentes en Puerto Plata en
1875, se puede citar a Eugenio María de Hostos y Bonilla.
Nació en 1839 en Mayagüez, Puerto Rico, sitio de residencia de la familia Defilló Amiguet entre ese año y el
1841. Falleció en Santo Domingo en 1903.
Fue estudiante del nivel primario
en San Juan, cursó el bachillerato en
Bilbao, España, y se graduó de Leyes
en la Universidad de Madrid. Luchó
contra la esclavitud en España, Cuba
y Puerto Rico, ejerció la crítica novelesca, y durante la actividad pastoral
del Padre Meriño en Puerto Plata, dirigió las Tres Antillas (1875), tiempo
en que coincidieron en esta ciudad el
Presbítero, Ramón Emeterio y Hostos.
Se trasladó a Santo
Domingo en 1879 y bajo
su responsabilidad se redactó la Ley de Normales.
A partir de 1880 y bajo la
presidencia de Meriño,
inició la Escuela Normal,
desempeño labores de carácter pedagógico y de
ciencias, así como las cátedras de Derecho Constitucional
Internacional, Penal y de Economía Política en el Instituto Profesional, bajo la tutoría o dirección de Fernando
Arturo de Meriño. Elaboró y publicó parte de los textos
usados, así como numerosos artículos de prensa que se recopilaron bajo el título de “Nuevos Años de Quisqueya”, a
los que se agregó su famosa obra “Moral Social”.
25
Procede recordar, en este sentido, que antes de la existencia del Instituto Profesional, el “Estudio General de
los Padres Dominicos”, creado por ellos en 1518 como
un centro de estudios superiores, fue reconocido el 28 de
octubre del 1538, mediante la Bula “In Apostolatus Culmine” del papa Paulo III, como la Universidad Santo Tomas de Aquino.
Entre los años 1538 y 1800 fue manejada por dichos
monjes y, como consecuencia de la ocupación haitiana y
de la salida de los dominicos hacia Cuba, interrumpió su
funcionamiento entre 1801 y 1815.
Al reabrirse, quedó bajo el rectorado del Dr. José Antonio Núñez de Cáceres hasta el 9 de febrero del año 1822
en que, al este declarar el 1ro de diciembre de 1821 la
Independencia Efímera, fue expulsado del país. Desde
1822 hasta el 27 de febrero del 1844 se mantuvo igualmente cerrada debido al reclutamiento militar de la casi
totalidad de su matrícula impuesto por los invasores
haitianos. El 16 de junio de 1859, mediante una Ley promulgada por el Presidente Pedro Santana, la Universidad fue oficializada, pero no pudo operar debido a contingencias políticas locales.
El día 31 de diciembre de 1866, se fundó el Instituto
Profesional para funcionar en lugar de la Universidad de
Santo Domingo, después de lo cual entró en dificultades
cerrando sus puertas el 10 de mayo de 1891, hasta que el
16 de agosto de 1895 reapareció bajo el rectorado del
Arzobispo Meriño.
El 16 de noviembre
de 1914, el Presidente de
la República y también
Rector del Instituto Profesional, Dr. Ramón Báez,
26
lo transformó por decreto en la Universidad de Santo
Domingo. Entre 1916 y 1924 cerró sus puertas debido a
la ocupación norteamericana. Entre 1930 y 1961, operó
bajo los criterios de la dictadura hasta que, el día 1ro de
enero de 1962, sendas leyes sobre su Autonomía y Fuero
Universitarios la dotaron de un cogobierno, con el cual
funciona actualmente bajo el nombre de Universidad
Autónoma de Santo Domingo.
En 1899 Hostos regresó a Mayagüez, donde fundó
el Instituto Municipal. Ante el fracaso de la Liga Patriótica que no recibió el apoyo popular, regresó en 1899
a Santo Domingo, donde dirigió el Colegio Central y la
Inspección General de Instrucción Pública, fundando
escuelas, instituciones, diseñando regulaciones educativas, escribiendo leyes y colaborando con la cultura
general del país.
Desde su ingreso al país (1875), Hostos contó con la
amistad y ayuda oficial del General Gregorio Luperón, y
con el apoyo de la jefatura del Estado durante la presidencia de Fernando de Meriño, del separatista puertorriqueño Ramón Emeterio Betances, y del insigne educador
dominicano Francisco Henríquez y Carvajal.
Como muestra de la relación existente entre Monseñor de Meriño y Eugenio María de Hostos, se debe señalar que en fecha 13 de noviembre de 1880, el Presbítero
Presidente emitió un Decreto creando la Escuela Normal
de Santiago de los Caballeros, República Dominicana,
bajo la inspiración y asesoría del eminente educador
Hostos. No obstante esta posición oficial, así como de
otras de la iglesia dominicana, el sacerdote y filántropo
Francisco Javier Billini se constituyó en un adversario de
las ideas hostosianas, llamadas Normalismo, y lo que este
prelado entendía como “la escuela sin Dios”.
27
Según relatos de las familias, se cuenta que durante
los 2 primeros años de vida Fernando Alberto fue amamantado y atendido por su madre Leonor, probablemente con ayuda de Nicolasa hermana carnal del Padre
Meriño, en ese momento con 18 años de edad. No existe
confirmación de tales hechos, de la dirección que tuvieran durante ese periodo en dicha ciudad norteña, cuyo
Censo de Población de 1875 revisamos, ni tampoco de
que en ese momento de su vida fuese trasladado al Palacio Arzobispal de Santo Domingo, en el que continuaría
atendido por su tía paterna Nicolasa.
Poseemos, un
facsímil de la autorización emitida
por la Alcaldía
Municipal
de
Mayagüez, del 3
de junio de 1885,
donde refrendaron “los pasaportes
de Doña Leonor
Defilló y Don
Abelardo Santelli”
para viajar a Santo Domingo, en
una visita de Leonor a su hijo Fernando Alberto
quien cumplió 11
años de edad en febrero de ese año 1885.
De acuerdo con versiones transmitidas oralmente y
afirmaciones recogidas en biografías publicadas del Padre Meriño, se afirma que también tuvo una hija con María
28
Nicolasa Billini, hermana carnal del Presbítero
Francisco Xavier Billini,
llamada Ana Rita
Abigaíl Billini (18751887) quien murió a los
12 años de edad.
Fue enterrada en la
Capilla de la Luz de la Catedral Primada de Santo Domingo. En dicho templo pudimos comprobar la existencia de una lápida sobre su nicho. Al hecho de esta relación y a la Prelatura obtenida por Meriño frente a las
supuestas aspiraciones de Billini, en adición a otras diferencias eclesiásticas y políticas, se atribuyen los
desentendimientos entre ellos.
En relación con la descendencia de Fernando A. Defilló
(Meriño), debe señalarse que fue
prolífico en cuanto a la misma y
que, a diferencia de su padre el
Arzobispo Meriño, aun aceptando
las razones atribuidas a su condición clerical, Fernando Alberto reconoció a todos sus hijos otorgándoles su apellido.
En una de dichas familias, según nuestros apuntes e informaciones personales, las notas del genealogista Marcos Hernández Brea y los datos
contenidos en el Centro de Estudio Familiar de los
Mormones de la República Dominicana, a los 27 años de
edad Fernando Alberto Defilló (Meriño) se casó con Juana Sanz Boog, de 19 años e hija de inmigrantes oriundos
de Zaragoza, España.
29
En el Acta 6, Folio 10 del Libro XVI de los Matrimonios, contenido en el rollo 636804 de dicha FHL dominicana del cual poseemos copia, se consigna que el día 24
de junio del año 1901, el Presbítero Lucas LLadó, Cura
interino de la Catedral de Santo Domingo presenció el
matrimonio que contrajeron Fernando Alberto Defilló,
hijo natural de Leonor Defilló, y Juana Sanz, hija legítima de Mariano Sanz y Juana Boog.
Fernando Alberto y Juana Sanz procrearon nueve (9)
hijos: Antonio José Hinan (1902), María del Carmen
Elpidia (1904), Altagracia María (1907), Fernando Manuel (1909), Mariano Arturo (1910), José del Rosario
(1913), Aura Leonor (1915), Celeste Josefina (1917) y
Rafael Augusto (1920) Defilló Sanz.
Antonio José Hinan (1902-1969) se casó con Rosa
Pierini originaria de Italia, con quien procreó a Juan Elena (1926) y Antonio 1933) Defilló Pierini.
María del Carmen Elpidia (1904-1985), se matrimonió
con Manuel Arturo Peña Batlle, hijo de Buenaventura Peña
Cipre y Juana Batlle Rojas (1902-1954), quienes procrearon a Juana, Pilar Altagracia (1925), Elsa Leonor (1932) y
Carmen Rosa de la Candelaria (1945) Peña Defilló.
Juana se casó a su vez con Alberto Issa Jaar María,
procreando a María del Carmen (1953) y Ana María
(1959) Peña Jaar. De las descendientes de Juana, Maria
del Carmen se casó con Pedro Pablo Bonilla Dominici,
con quien procreó a Pedro Pablo, Juan Alberto y Adelle
Maria Bonilla Jaar. Por su parte, Ana María se matrimonió
con Iván Antonio Peña Gómez, procreando a Iván Antonio (1980), Juan Carlos (1983), Gonzalo Javier (1985) y
Alberto Oscar (1987) Peña Jaar.
Pilar Altagracia se matrimonió con Máximo Antonio
Pellerano Romano, quienes procrearon a María del Pilar
30
(1951), Manuel Arturo (1954), Rosangela de Lourdes
(1958) y Joanna María (1969) Pellerano Peña. Elsa Leonor se casó con George Fued Hazoury Tomes, de quienes
nacieron Manuel, George Manuel (1952) y Marcelle de
la Altagracia (1954) Hazoury Peña.
De este grupo familiar, María del Pilar se casó con Miguel Jesús Barberó Deetjen, con quien procreó a Miguel
Antonio (1977) y Pilar (1980) Barberó Pellerano. Manuel
Arturo contrajo matrimonio con Mayra Indiana García
Michel, dando origen a Manuel Arturo (1975) y Rosalía
de las Mercedes (1982) Pellerano García. Rosangela de
Lourdes en un primer matrimonio con Manuel Vela
Alberti procreó a José Manuel (1979) Vela Pellerano, y
en segundas nupcias con Edmon de Jesús Elías Hermida
procrearon a Javier José y Carlos Alejandro Elías Pellerano.
Dentro de esta familia, George Manuel Hazoury Peña
se casó en un primer matrimonio con Claudia de los Ángeles Messina Vázquez, procreando a Carmen María
(1974) y María Laura (1975) Hazoury Messina; en segundas nupcias con Licellot Alexandra Baiges Morales
nacieron Carlos Manuel (1980), Elsa Liz (1984) y Mariela
(1987) Hazoury Baiges, y en un tercer matrimonio con
Jatnna Luisa Tavarez Portillo procrearon a María Manuela
(2004) Hazoury Tavárez.
Carmen Rosa de la Candelaria se casó en primeras
nupcias con Luis Alfredo Rodríguez Landestoy, procreando a las gemelas Laura y Paula, y a Carmen R o s a n g e l a
Rodríguez Peña. En un segundo matrimonio con Emilio
Alfredo Pimentel Hued, Carmen Rosa procreó a Roberto
Manuel (1966), Claudia Virginia (1967), y María Rosa
(1970) Pimentel Peña. Claudia se casó con Yamil Wady
Aude Díaz, procreando a Carlos Andrés (2000) y Michel
Cristina (2003) Aude Pimentel.
31
Altagracia María (1907-1983), contrajo nupcias con
Ramón Nonato Saladín Pereya, nativo de San Cristóbal e
hijo de Ramón Saladín y Rosa Pereya, quienes procrearon a Xiomara Altagracia (1941) Saladín Pereyra. Xiomara
se casó con Juan Christian Maluf Khoury, con quien procreó a Juan Cristian Ramón (1972), Silvana Olga (1974)
y Valentina María (1975) Maluf Saladín.
Fernando Manuel (Viejo) (1909-1990), se casó con
Fedora Suazo, procreando a Fernando, Juan, Julio César,
Carmen Altagracia (1947), Rafael Augusto (1949), José
Rafael (1954), Antonio de Jesús (1955) y Laura Juana
(1956) Defilló Suazo. Con Rosa Valerio procreó a Fernando Defilló Valerio.
No disponemos por el momento de los datos familiares de Fernando, Juan, Julio César, Rafael Augusto, José
Rafael, Antonio de Jesús ni de Laura Juana Defilló Suazo.
Carmen Altagracia se casó con George Rodríguez, procreando a Carmen Georgina (1972) y George Manuel
(1972) Rodríguez Defilló.
Mariano Arturo (1910-1968) se casó con Aida Celeste Ricart Lluberes, procreando a Mariano (1937) y
Damaris Ailsa (1940) Defilló Ricart. Mariano se
matrimonió a su vez con Marie Madeleine Lucie Campeau
(1937) originaria de Canadá. Damaris se casó con José
Ml. Peña Vasallo, quienes procrearon a Fernando Buenaventura, Alberto Javier, Oscar Mariano, Manuel José
(1964), Cynthia Damaris (1965) y Alejandro José (1971)
Peña Defilló.
De este grupo familiar, Fernando Buenaventura se casó
con Pía Rosella Menicucci Guzmán, con quien procreó
a Sarah Lucía (1999) Peña Menicucci. Asimismo, Alberto Javier se matrimonió con Alicia Josefina Abreu Escaño, naciéndoles Mirandas Peña Abreu. Oscar Mariano
32
contrajo nupcias con Rhina D’Alessandro Segura procreando a Oscar Armando Peña D’Alessandro.
En esta misma familia Manuel José casó con Pilar Elena González Sánchez, procreando a Luis Manuel y Diego
Manuel Peña González. Cynthia Damaris contrajo matrimonio con Federico Antonio Marchena Gómez, procreando a Federico Manuel (1992), Alejandro José (1995) y
Alberto José (2004) Marchena Peña, y Alejandro José
Peña Defilló se casó con Rosalía Prota Martínez, con quien
procreó a José Alejandro (1999) y Daniel Alejandro
(2004) Peña Prota.
José del Rosario Defilló Sanz (1913) contrajo nupcias
con Orfilia Desangles del Castillo, hija de Braulio
Desangles Álvarez y Aura del Castillo Rodríguez - Objío.
Del matrimonio nacieron José Alejandro (1940), Braulio
Alberto (1945) y Julio César (1941) Defilló Desangles.
José Alejandro se casó con Estela del Carmen
Fernández Bueno, natural de Santiago de los Caballeros
e hija de Ramón Fernández y Celeste Bueno, quienes procrearon a José Alejandro (1962), Celeste María (1970) y
Christian (1970) Defilló Fernández. Braulio Alberto se
matrimonió con Lillian Alsina Santos, procreando a
Lillian Margarita (1976), Rosanna (1978), Braulio Alberto (1979) y Fernando Arturo (1982) Defilló Alsina, y
de una segunda nupcias con Margarita Dietsch nació
Wendy Margarita (1972) Defilló Dietsch. Julio César
Defilló Desangles se casó con Abdaly Antonia Draiby
González, natural de Santa Cruz de Barahona, quienes
procrearon a César Daniel (1972), José Jazem (1974) y
Julio César (1978) Defilló Draiby.
De este grupo familiar, Lillian Margarita Defilló
Alsina se casó con Omar Khoury Manzano, procreando a
Jean Merche (1996) y Omar Adriam (2000) Khoury
33
Defilló. De la misma manera, Rosanna se casó con Jaime
Javier Henríquez, procreando a Jean Marco (2004) Javier Defilló. Braulio Alberto Defilló Alsina en pareja con
Beatriz Rosi Peralta, reconoció como su hijo a Sebastián
Defilló Rosi. Wendy Margarita Defilló Dietsch se casó
con Nelson de Jesús Vázquez, procreando a Michelle Marie
Vázquez Defilló.
Aura Leonor (1915-2007), se casó con Kemil Dipp,
natural de Nagua, Provincia María Trinidad Sánchez,
República Dominicana, quienes procrearon a Leonora
Isabel de la Altagracia (1950) Dipp Defilló. Leonora se
casó con Miguel Antonio de Jesús Martínez Moya, quienes procrearon a Miguel (1984) y Jesús Martínez Dipp.
Celeste Josefina (1917-2000), se casó con Máximo
Rafael Bonetti Burgos, conocido militar dominicano, y
no tuvieron descendencia. Rafael Augusto (1920-1995),
se casó con Beatriz Dinorah Guerrero Guerrero, hija de
Wenceslao Guerrero Y Águeda Guerrero, quienes procrearon a Rafael Fernando (1949), Guillermo Wenceslao
(1951), Carlos José Rafael (1952), Juan Alberto (1955),
Beatriz Dinorah (1958) y Deborah Francisca (1965)
Defilló Guerrero.
Rafael Fernando se casó con Virginia María Estrella
de los Santos, hija de Octavio Estrella Almonte y Dolores
de los Santos Pou, quienes procrearon a Daniel Eduardo
(1977), Ricardo Rafael (1980) y Fernando Arturo (1992)
Defilló Estrella. Guillermo Wenceslao se matrimonió con
Lourdes Margarita Fernández Elmúdesi, hija de José
Fernández García y Mercedes Elmúdesi Porcella, de quienes nacieron Raquel (1984) y Pilar Defilló Fernández.
Carlos José Rafael se matrimonió con Rosa Eliana
Josefina Tornal Morel, hija de Eduardo Tornal Ricart y
Eliana Morel Ricart, procreando a Carlos Eduardo (1979),
34
Elianne Claudine (1980) y Valerie (1987) Defilló Tornal.
Juan Alberto se casó con Sandra Teresita Pellerano
Pimentel, hija de Luis Pellerano y Ana Pimentel Lizardo,
quienes procrearon a Deborah Raquel (1983) Defilló
Pellerano.
Beatriz Dinorah Defilló Guerrero se casó con Indalecio
José López Garrido, procreando a Jorge Luis, Indalecio
(1972), Alejandro (1980) y Juan Pablo (1982) López
Defilló. Deborah Francisca se casó con José Gonzalvo,
procreando a Jorge Alejandro y Rafael Eduardo Gonzalvo
Defilló.
Con Rosa Amelia Martínez Ruiz,
Fernando Alberto Defilló (Meriño)
procreó a Bernardo Augusto (1940),
los gemelos Octavio Alberto y Armando Amaury (1941), a Dulce María
(1944 - 2008) y a Carmen Leonor
Defilló Martínez (1945).
Rosa Amelia Martínez Ruiz (1916-1993), fue hija de
Manuel de Jesús Martínez Velásquez, de origen español,
y de Rosalía Ruiz González, descendiente del Presidente
Ignacio María González, nació y murió en Santo Domingo. Compartió sus actividades del hogar con una sacrificada labor a favor de la educación de sus hijos, miembros
de una conocida familia dominicana dedicada a la Salud,
el Derecho y la Economía.
La descendencia de
Bernardo Augusto y
Carmen Hilda forma
parte de la Primera Generación descrita en
estos apuntes, siendo
sus respectivos antece35
sores descritos en el capítulo de las siguientes generaciones paternas y maternas, los cuales corresponden a los
Defilló, los Guerra, Fernández de Castro o Saldaña,
Ramírez y los Aristy, todos con procedencia de España,
Francia, Cuba y en sus orígenes quizás de Alemania.
Por su parte, Carmen
Hilda Ramírez Aristy, fue hija
de José del Carmen Ramírez
Carrasco y Felicia Aristy
Méndez. En cuanto a los datos genealógicos de la Familia Ramírez, se puede señalar
que el registro de sus primeros miembros en la República Dominicana se remonta a
los siglos XVI y XVII, correspondiendo a Francisco Ramírez, Ana de Quiñones y a su
hija Ana Ramírez Quiñones en 1592, así como a Pascual
Ramírez, Luisa Díaz y su hija Juana Ramírez Díaz en 1603.
Entre los años 1631 y 1810, se encuentran nuevos
registros para los apellidos Toso Ramírez, Ramírez
Carmona, Ramírez Mejía y Ramírez Mejía Morales. Entre
los familiares de los Toso Ramírez se encuentran Isabel y
María Toso (Ramírez), y como algunos de sus descendientes
directos a Beatriz (1756), José de la Cruz (1757), Antonio (1761), María (1766), Vicenta (1768) e Isabel (1771)
Toso Carvajal.
En el siglo XVIII encontramos los registros de Félix
Tomás Ramírez y Juana Girón, quienes procrearon a Juana (1738) y Francisca Ramírez Girón. José Andrés
Ramírez y Francisca Pérez Verde, engendraron a Domingo (1745), Pedro (1749), Andrés (1751) y Petrona (1755)
Ramírez Pérez, y por su parte Antonio Ramírez y Rosa
36
Carmona procrearon a Juan, José María (1764), Manuel
(1766), Pablo (1767), Nicolás Ruperto (1773) e Isabel
Ramírez Carmona.
De este mismo grupo familiar, Juan Ramírez Carmona
y María García procrearon a María Mónica Ramírez
García. José María y Antonia Marcano engendraron a Juan
Nepomuceno (1798), Domingo (1799), Micaela (1801)
y Andrea (1803) Ramírez Marcano, y el mismo José María enviudado se caso con Juana de Jesús Álvarez, procreando a Dolores, Ramón y María del Carmen Bruna
Ramírez Álvarez.
De la misma manera, se observa una compleja y extensa dependencia entre las familias de los Ramírez con
los Sánchez, Cervantes, Zamora, Guridi, Franco, Marcó,
Salcedo, Aguirre, Zapata, Mejía, Leyba, Mueses, González,
Quezada, Martínez, Caminero, Medina, Del Castillo, Vidal,
Calderón, Melo, Morales, Guerra, Vicioso, Peguero y De
la Rocha.
A partir del siglo XIX, se continúan produciendo los
cruces familiares entre los Ramírez y otros grupos relacionados, constituyéndose nuevas ramas genealógicas con
los Maldonado, Nolasco, Cuello, Lauser, Torres, Rivera,
González, Flores, Arellano, Lozada, Trejo, Alonso, Morales, Peña, De la Parra, Bautista, Carvajal y Rodríguez,
localizándose varios de sus hijos en San Juan de la
Maguana, Azua, el Seibo, Santiago de los Caballeros y
otras provincias de la República Dominicana.
Varios inmigrantes de apellido Ramírez, naturales y
provenientes de las Islas Canarias, Puerto Rico, Venezuela, Cuba y otras provincias de España, contrajeron nupcias en el país y engendraron nuevas descendencias, como
pudiera ser el caso de los Paulino, De Castro, Mella, Delgado, Hernández, Mueses, Morales, Castillo, Soto, Comas,
37
Román, Serrano, Contín, Jiménez, Durán, Lizardo,
Estepar, Batista, Díaz, Silva, Quiroz, Moreta y los Medina.
Fue durante el periodo 1810-1820 cuando se atribuye la llegada al país por vía de Cuba de cinco hermanos
españoles de apellido Ramírez, es decir, Manuel María,
Blas, Santiago, Rafael y Juana, quienes residieron originalmente en Azua de Compostela, República Dominicana. De estos, dos permanecieron en la provincia de Azua
(Blas y Juana), uno se trasladó a Santiago de los Caballeros (Manuel María), y los otros dos (Santiago y Rafael)
emigraron hacia Puerto Rico.
De estos cinco hermanos, no contamos con datos de los
emigrados hacia Puerto Rico (Santiago y Rafael), abundando aunque desorganizados los de quienes permanecieron en el país. Manuel María Ramírez, residente de Santiago, se casó con María Antonia Díaz, procreando a sólo dos
hijos: Manuel y Josefina Antonia ambos Ramírez Díaz.
Manuel María Ramírez Díaz se casó a su vez en Santiago de los Caballeros con María del Pilar Quiroz, natural de Tamboril, procreando nueve (9) hijos: Rudescindo,
Isaías, Olegario, Rafael, José Antonio, Amalio, David,
Zacarías e Ignacio Ramírez Quiroz.
De los que permanecieron en Azua, Blas Ramírez, se
casó con María Eusebia Silva, originaria de la provincia
de San Cristóbal, República Dominicana, quienes procrearon ocho (8) hijos: Juan, Teresa, Tomas, Francisca, Domingo, Gerónima, Manuel y Gregorio Ramírez Silva. En
nupcias de Juan Ramírez Silva con Rosa Roa Moreta, nativa de las Matas de Farfán, engendraron cinco (5) hijos:
Agustina, Marcelina, Blas, Felicita y Wenceslao Ramírez
Roa. Fuera del matrimonio Juan procreó seis (6) hijos
más: Basilio, Manuel de Jesús, Juan, José María, José Miguel y Rudescindo Ramírez.
38
Wenceslao Ramírez Roa, hijo
de Juan Ramírez Silva y nieto de
Blas Ramírez, se casó a su vez en
las Matas de Farfán con María
Olegaria Carrasco Tapia (Nona),
procreando seis (6) hijos:
Altagracia, Octavio, Juan de
Dios, Rosa Olimpia, José del Carmen (Carmito) y Simeón (Coronel) Ramírez Carrasco. Con Luisa Lazala Medina, Wenceslao
engendró otros siete (7) hijos: Juan Bautista, Tijídes,
María de Jesús, Teolinda, Enriqueta, Lizardo y Eduardo
Ramírez Lazala.
Según los datos familiares disponibles, Altagracia
Ramírez Carrasco se casó con Alejandro Deñó, procreando a Sócrates Deñó y luego, divorciada de Alejandro, tuvo
otros tres (3) hijos: Alicia, Julio César y Wenceslao
(Nelaíto) Ramírez. Octavio Ramírez Carrasco se casó con
Lidia Duval, procreando a Wenceslao, Alba María, Lidia,
Octavio (Titivo), Altagracia y José del Carmen Ramírez
Duval.
Fuera del matrimonio, Octavio engendró a Aquiles y
Miguel Ney Ramírez Villegas. Aquiles junto con Juana
De los Santos procreó a Aquiles (Quilón), Iván Aquiles,
Alsacia Josefina, Juana Yanet, Abraham Aquiles
(Aquilito), y a Atala Haydee Ramírez De los Santos. Miguel Ney, por su parte, con Juana Naut engendraron a
Cecilia, Dulce, Carmen, Diana e Iván Ramírez Naut.
Juan de Dios (Juanico) Ramírez Carrasco se casó en
San Juan de la Maguana con Concepción Alcántara Fragoso, quienes procrearon trece (13) hijos: Flor de María,
Miguel Ángel, Candelario, Genoveva, Guaroa, José
39
Altagracia, Darío (Unito), Porfirio (Prin), Emma Estela,
Juan de Dios, Cristiana y Víctor Manuel Ramírez
Alcántara.
José del Carmen (Carmito) Ramírez Carrasco, se casó
con Nelia (Neo) Fernández De los Santos, procreando a
Dulce María, José del Carmen (Mimicito), Alcibíades,
Tulio Wenceslao, Nelia María, Danilo Augusto, Ramón
Ernesto (Ñiño), Wenceslao Santiago (Juanito), Filda Rosa,
Alcedo Arturo y Nidia Fedora Ramírez Fernández. En
segundas nupcias con Luisa María Cubilete procreó a
Carmen Rosalía Ramírez Cubilete, y con Felicia Aristy
Méndez a Carmen Hilda Ramírez Aristy.
Familia Ramírez Fernández.
José del Carmen (Carmito) procreó otros hijos. Con
Borja Beltré Acosta a Rafael Beltré. Con Alicia Matos a
Anasiado, Carmela y Juan Antonio “El Mudo” Matos
(Ramírez). Con Fidias López a Juan y Gladys López
40
(Ramírez) y con la francesa Louisse Mildford, durante su
estadía en Puerto Príncipe, Haití, probablemente entre
1912 y 1914, a Luisa Clementina y Luis Ramírez Milford,
dando cuenta otros de una hija: Ana emparentada con el
general Raúl Cedras. Asimismo, procreó a Lupe, Ramón,
Elida (Elita) y Miguelina.
Simeón Ramírez Carrasco, se casó por su parte con
Aspacia Céspedes, nativa de Las Matas de Farfán, procreando a Zoila Dulce, Wenceslao José, Clever Simeón,
Isidro Juan, Lucila Dulce, María Olegaria, Rafael Augusto, Zoraida Aspacia y Luz María Ramírez Céspedes, y fuera
del matrimonio a Emelinda (Ramírez).
De los Ramírez originales residentes en Azua, Juana
Ramírez la única hermana de quienes vinieron desde España por vía de Cuba, se casó con Manuel Antonio Feliz,
con quien procreó a Arturo y Jacinto Feliz Ramírez.
Arturo fue fusilado por las tropas españolas durante la
Restauración por apoyar a los dominicanos, y Jacinto tuvo
como hijos a José Joaquín, Juan Antonio, María Antonia,
Sebastián y Ciriaco Feliz.
Sin contar con todos los detalles de las familias de los
primeros hermanos Ramírez, podemos señalar que además de las citadas estuvieron relacionadas con descendencia en por lo menos las siguientes: Ramírez Rosado,
Ramírez Bermúdez, Ramírez Hirujo, Mateo Ramírez, Infante Ramírez, Rodríguez Iriarte, Ramírez Salcié, Ramírez
Beltré, Guix Ramírez, Dotel y Dotel Ramírez, Ramírez
Romero, Arbaje Ramírez, Ramírez Mora y Peña Ramírez.
Por la línea materna, Carmen Hilda fue hija de Felicia
Aristy Méndez. Fueron sus abuelos maternos Félix María Aristy Diez y Altagracia Méndez Batista, y los paternos Wenceslao Ramírez Roa y María Olegaria Carrasco
Tapia. No disponemos de información directa sobre los
41
bisabuelos ni tatarabuelos maternos de Carmen Hilda,
quien tiene una hermana materna llamada Maritza
Musetta Félix Aristy. Felicia tuvo 6 hermanos: Ofelia,
Manuela, Porfirio, María de los Remedios, Ercira y Albida
Aristy Méndez.
En cuanto a la revisión de los apuntes sobre la familia
Aristy, gran parte están contenidos en el Volumen XXII
de la Academia Dominicana de la Historia sobre las Familias Dominicanas, de Don Carlos Larrazábal Blanco - CLB,
Tomo 1-A-B; en las Cápsulas Genealógicas del Instituto
Dominicano de Genealogía; los aportes de Marcos Soto
Tejeda, y en los relatos y tradiciones comunicados verbalmente por algunos descendientes de ese grupo social.
Se observa que los diferentes registros corresponden
a los siglos XVIII y XIX, a propósito de diferentes emigraciones españolas, cuyos miembros y familias se asentaron en las llanuras de Baní, en la provincia de Azua en
la región Sur del país, y en la provincia de La Altagracia
en la región Este de la República Dominicana.
En este sentido, José Agustín Aristy Chagoya, quien
encabeza los registros como hijo de José Agustín Aristy
y Manuela Teresa Chagoya se casó con María Báez Guerrero, hija de Lorenzo Báez Arambule y Mariana Guerrero Ruiz. Ambos procrearon a Petrona (1780), Manuel
(1782), María de la Trinidad, Juana (1789), María de las
Nieves (1791), los gemelos Ramón y Félix (1793), y a
Felipe (1795) Aristy Báez, este último residente en la
antigua provincia de Baní, hoy Peravia de la República
Dominicana.
De este grupo familiar, existen datos de que Manuel
Aristy Báez y Ana Gómez Ortiz procrearon a María de
Regla (1823), María de la O (1824), Gregorio (1825),
Manuel de Regla (1826), Ricardo (1839), Luis Felipe
42
(1842) y María de la Concepción Aristy Gómez. Otro hijo
de Manuel llamado Francisco Aristy Carvajal, emigró hacia Higüey en la provincia de La Altagracia, a quien se le
atribuye el desarrollo de la familia Aristy en dicha región.
María de Regla Aristy Gómez, se casó a su vez con
Hipólito Billini Hernández, quien fuera conocido como
el Prócer Banilejo, y María de la Concepción se
matrimonió con Esteban Billini, quien falleció en la ciudad de Baní (1899). María de Regla Aristy Gómez e
Hipólito Billini, fueron los padres del civilista e intelectual dominicano Francisco Gregorio Billini Aristy.
Felipe Aristy Báez y Petrona Báez Pérez, hija de
Bernardino Báez y Clara Pérez Guerrero, tuvieron ocho (8)
hijos: Manuela de Jesús (1815), Manuel de Jesús (1818),
Santiago, Casiano, Ana, José María, Jacoba (1829), Telesforo
(1837) y José Vicente. Manuela de Jesús se casó a su vez
con Vicente Báez del Castillo, Ana lo hizo con Felipe Tejeda
Pimentel, José María con Brígida Araujo, y Jacoba con
José de la Encarnación Brea Guerrero, sin que dispongamos de datos sobre descendencias de estas parejas.
Santiago Aristy Báez, hijo de Felipe Aristy Báez y
Petrona Báez Pérez, se casó con Manuela Díaz, procreando a Pedro Ramón María (1848), María Francisca (1851),
Francisco Javier (1854), Félix María (1859), Pedro, Juan
y Mercedes Aristy Báez. De este grupo, Pedro María se
casó con Guadalupe Eugenia Billini, Juan lo hizo con
María Altagracia Rosado Flores y Mercedes se matrimonió
con Epifanio Desangles Sibillí. Tampoco contamos con
detalles de los descendientes de estos matrimonios.
José Vicente Aristy Báez, el último de los hijos de
Felipe Aristy Báez y Petrona Báez Pérez, procreó con
Altagracia Castillo o del Castillo Soto a ocho (8) hijos:
María Luisa (1859), Manuel (1861), Francisco Javier
43
(1864), Olimpia Altagracia (1867), Manuel Vicente
(1873), Claudio (1875) y Matilde (1876) Aristy Castillo
o del Castillo. María Luisa se casó con José Dolores Soto
Tejeda, dando origen a la familia Soto Castillo.
Juan Aristy Díaz, hijo de Santiago Aristy Báez y
Manuela Díaz, engendró con María de la Paz Guridi a
María Antonia Aristy Guridi quien se casó a su vez con
Pedro María Echavarría de los Santos. Manuel Aristy Castillo o del Castillo, hijo de José Vicente y Altagracia, procreó en unas primeras nupcias con Escolástica Pérez a José
Ramón, Francisco y Agustín Aristy Pérez. Escolástica
Pérez tuvo un segundo casorio con Salvador Iglesias.
José Ramón Aristy, hijo de Manuel Aristy del Castillo
y Escolástica Pérez, se casó a su vez con Socorro Rodríguez,
procreando a Rosa Linda (1893), Manuela (1896), Arístides
Antonio (1898) y Luis Enrique (1899) Aristy Rodríguez.
De este grupo familiar, Rosa Linda se casó con Juan Agustín
Cohen Soler, Manuela lo hizo con Raúl Gautreau Saviñón,
y Luis Enrique con Socorro Rodríguez. El mismo José Ramón tuvo un segundo matrimonio con Hortensia Ortiz,
sin que se conozca descendencia alguna. Francisco según
las notas de CLB emigró a Cuba donde murió.
Por otra parte. los hermanos de
Bernardo por vía de los Defilló
Martínez son Octavio Alberto
(1941) quien tuvo un primer matrimonio con María Hernández
Oleaga, hija del General Aquiles
Hernández y de Consuelo Oleaga,
procreando a Rocío Consuelo
(1964), Octavio Aquiles (1965) y
Odille Marie (1968) Defilló
Hernández. En segundas nupcias,
44
Octavio se matrimonió con Aída Ríos Reyes, originaria
de Puerto Rico, sin que tuvieran descendientes
Rocío tuvo un primer matrimonio con Cesar
Fernández, fallecido e hijo de César Fernández y Pura
Martínez, del que nacieron Rocío Cesarina y Pura María
Fernández Defilló. Se casó en segundas nupcias con Ramón Antonio Lora, sin procrear hijos. Octavio Aquiles,
tuvo un primer matrimonio en la ciudad de África del
Sur con Elizabeth (¿apellido?) del que nació Danniel
Defilló. En segundas nupcias con Marika (¿apellido?)
procrearon a Aphril y Nicola Defilló (¿apellido?). Odille
Marie se caso con Rafael Rivera Herrand, hijo de Ramón
Rivera Batista y Lilia Herrand, procreando a Ivanna Marie
(1990), Stephanie Marie (1994) y Gabriela Marie (1998)
Rivera Defilló.
Armando Amaury (1941) se
casó con Norma De los Santos Céspedes, hija de Delfín de los Santos
y Consuelo Céspedes, provenientes
de reconocidas familias de Hato
Mayor y San Juan de la Maguana,
quienes procrearon a Evelyn
Altagracia
(1964),
Sandra
Miguelina (1965), Ingrid Soraya
(1968) y Brenda Alexandra (1971)
Defilló De los Santos.
Evelyn Altagracia se casó con Anthony Casasnovas
Rodríguez, hijo de Alfonso Casasnovas y Luisa Rodríguez,
procreando a Brenda y Anthony (1995) Casasnovas
Defilló. Sandra Miguelina se casó con Hildemaro Arvelo
Rancier, hijo de Hildemaro Arvelo García y Luisa Rancier
López, de quienes nacieron Laura Marie (1995) e
Hildemaro Armando (1998) Arvelo Defilló.
45
Ingrid Soraya se matrimonió con Marcos Matos De
Aza, hijo de Marcos Matos y Miladis De Aza, quienes procrearon a Ian Marcos (1998) y Vanessa María (2008) Matos
Defilló. Brenda Alexandra se casó con Jordi Pimentel, hijo
de Jordi Pimentel y Fior (¿apellido?), procreando a Nicolle
Elaine (1998) y Eduardo Arturo (2000) Pimentel Defilló.
Dulce María (1944-2008) contrajo matrimonio con Vicente Liz
Linares, oriundo de San Francisco de
Macorís e hijo de Guillermo Liz y
Marola Linares, con quien procreó a
Vicente José Liz Defilló. Vicente José
se casó a su vez con Gema Marina
Imbert, sin tener hasta la fecha descendiente alguno.
Carmen Leonor (1945) se casó
con Eduardo Contín López natural
de Moca, provincia del Cibao de la
República, hijo de Eduardo Antonio
Contín Pérez y de Irma Salomé
López López, quienes procrearon a
Rosa María (1967) y Eduardo Alberto (1968) Contín Defilló.
Rosa María se caso en primeras
nupcias con Danelio Fabricio Ortiz Lebreaux, hijo de
Danny Ortiz y Sonia Lebreaux, procreando a Isabel María
(1993) y Carla María Ortiz Contín. En un segundo matrimonio con Alexander Báez, procreó a Mel Alexander (2005)
Báez Contín.
Eduardo Alberto se caso en un primer matrimonio con
Jacqueline Mercedes Rodríguez Castro, hija de Wilson
Santiago Rodríguez Gross y Lurinalda Castro Pereyra, procreando a Cristal Marie (1992), Ian Alberto (1993) y Jorge
46
Eduardo (1995) Contín Rodríguez. En segundas nupcias
con Llumely Margarita Fermín Candelario, hija de Mario
Fermín Peña y de Inocencia Candelario Jiménez, con quienes procrearon a Eduardo Alberto (2005) Contín Fermín.
En cuanto a la familia dominicana Guerra Martínez,
se puede afirmar que procede de la familia Guerra que
constituyó su Primera Generación. Juan Guerra, de origen español y residente de San Carlos, República Dominicana, nació en 1814 y falleció en 1878, se casó con
Ramona Tejeda, procreando a Paula, María Cleope (1836),
Hipólita (1839), Calixto (Carlos) (1840), María Elena
(1846), José Eleuterio (1849), Francisco Javier (1851), y
Teófilo (Abelardo) (1854) Guerra Tejeda.
Como parte de una Segunda Generación de los Guerra, Calixto (Carlos) (1840 - 1908)), hijo de Juan Guerra
y Ramona Tejeda, se casó con Esperanza Figueredo (1871),
procreando a Palmira, Esperanza, Lucila, Altafernes,
Hipólita Petra Ramona (1865), Carlos María (1866), Miguel Leopoldo (1867), Juan (1870), Manuel (1874) y
Alicia Mercedes (1880) Guerra Figueredo.
Juan Guerra Figueredo (1870 - 1952), hijo de Calixto
y Esperanza, fue uno de los miembros de la Tercera Generación de los Guerra, se casó con Irene Pacheco, a quienes
le nacieron Juan, Esperanza, Manuel Armando, Palmira,
Oscar Emilio, Hipólita y Gilberto Guerra Pacheco.
Gilberto Guerra Pacheco, hijo de Juan Guerra
Figueredo e Irene Pacheco, formó parte de una Cuarta
Generación de la familia Guerra y se casó con Olga Seijas
Herrero, procreando a José Gilberto, Diego Esteban y
Juan Luis Guerra Seijas, quienes se han distinguido en la
Medicina, la Economía y la Música dominicanas, particularmente en la Cirugía Plástica y Reconstructiva (José
Gilberto), caracterizándose (Juan Luis) por ser el más alto
47
exponente de nuestra música, debido a su gran capacidad creativa, valiosos aportes y las numerosas
premiaciones nacionales e internacionales recibidas.
José Gilberto (1950) se casó con Berta Saleta, procreando a Hedwig, Heidi y Hendrick Guerra Saleta. Diego
Esteban se matrimonió con María Cedano, gestando a
Endel e Irene Guerra Cedano, y Juan Luis se casó con
Nora Vega, procreando a Jean Gabriel y Paulina Guerra
Vega.
Son imprecisos los datos sobre los antecesores directos de la familia Guerra Martínez de República Dominicana, por lo que establecimos una aproximación entre la
misma y la familia Guerra en su Cuarta Generación. En
este sentido, se concluye que Miguel Leopoldo (1866)
Guerra Figueredo, hijo de Calixto (Carlos) (1840-1908)
y Ramona, tuvo dos matrimonios conocidos, uno con
Emilia Cuevas Díaz y otro con Julia Gerónimo. Con Emilia
procreó a Aníbal, Pura, Atala y José René Guerra Cuevas.
De Miguel Leopoldo y Julia Gerónimo también nacieron Carlos, Paula, Carmen, Armando, Prospero, Alicia, Esperanza, Plinio y Luis Augusto Guerra Gerónimo.
Otros hijos de Miguel Leopoldo con otras parejas cuyos
nombres no se consignan son: Esperanza, Jesús, Damián
Agustín, Perdomo y Eurípides.
Plinio Guerra Jerónimo, hijo de Miguel Leopoldo y
Julia Jerónimo, se casó en un primer matrimonio con
Cristina Valdes procreando a Nilda Guerra Valdes. En un
segundo casorio con Melba Mieses, procreó a Antonio,
José Francisco, Cristina, Gisela, José, Olga Rosario, Carlos, Iris, Gilberto y Anny Guerra Mieses.
Aunque no existen registros ni datos genealógicos fehacientes, en círculos familiares se tiene por cierto que José
Guerra Mieses procreó con Edilia Molina a José Miguel
48
(Josecito) y a Clara Guerra Molina. Josecito y Altagracia
Mueses Vidal tuvieron a su vez tres hijos: Ney, Rafael
(Fellito) y Edilia Guerra Mueses y, en matrimonio con
Angélica Del Prado Álvarez, procreó a José Miguel y
Efraín Antonio Guerra Del Prado.
Fuera de estas dos familias, Josecito tuvo a Livio Guerra quien fuera su primer hijo de todos los conocidos.
Livio Guerra se desposó a su vez con Tomasa Ubrí, procreando a Leonte, Pedro Julio, Livia y Roberto. Por su
parte Altagracia Mueses Vidal procreó a Ofelia Mueses,
Elsa Pérez Mueses y a Dinorah Mueses.
Por la línea materna de los Guerra Martínez, Ney
Guerra Mueses (1920-2006) se casó con Rosa Amelia
Martínez Ruiz, con quien procreó a Rosa Edilia (1948),
Petronio Felipe (1951), Ney (1953) y Zoila Rosa (1955)
Guerra Martínez. Rafael (Fellito) Guerra Mueses tuvo con
Altagracia (Tatá) Germán cuatro hijos: Rafael Ernesto,
Manuel, Clara y Miguel Guerra Germán. Edilia (1926)
Guerra Mueses se casó con Julio Suárez, procreando a
Andrés Julio Suárez Guerra.
Familia
Defilló
Guerra.
49
José Miguel Guerra Del Prado
se casó con Amantina Polanco, procreando a: José Miguel, Carlos, Carmen, Margarita (Margot), Lillian,
Adria, Orietta y Clarisa Guerra
Polanco. Por su parte, Efraín Antonio Guerra Del Prado se casó con
Norma Carbuccia Pereyra, procreando a Rosa Angélica, Efraín
(Efraincito) y Máximo Guerra Carbuccia.
Clara Guerra Molina, la segunda hija de José Guerra
y Edilia Molina, se casó con Ernesto Chapuseaux, quienes procrearon a Ernesto (Negrito), Gladys, Teresa (Tete),
Felipe y Fedora Chapuseaux Guerra. Negrito se
matrimonió con Silvia De Grass, famosa artista natural
de Panamá, con quien procreó a Clarisa y Quisqueya
Chapuseaux De Grass. Felipe se casó con Violeta Soñé,
naciéndoles Felipe, Clara y Ernesto Chapuseaux Soñé.
Teresa se casó con el médico Antonio Ortega (Atón), pero
no tuvieron descendencia.
Rosa Edilia (1948) se
matrimonió con Cristóbal Fernando Valdez Gómez, con quien
procreó a Michelle Marie (1973),
Gustavo Adolfo (1977) y Yamilet
Marie (1979). Cristóbal fue hijo
de Rafael Valdez Hilario oriundo de Santiago y de Dolores
(Loló) Gómez Yanguela, nativa
de la Vega. Michelle Marie se casó
con Saulo Rafael, hijo de Bolívar Rosario y Mercedes
Campusano, originarios de Moca, procreando a Fernando André Rosario Valdez.
50
Petronio Felipe en un primer
matrimonio con Maritza Jiménez
Fermín, hija de Antonio Jiménez y
de Leaquina Fermín, procreó a
Laura Christina (1977) y Felipe
Adolfo (1980). Laura Christina se
caso con Reynaldo Caminero, hijo
de Luis Augusto Caminero y de
Magnolia Guerrero, procreando a
María José Caminero Guerra. Felipe Adolfo se caso con
Valery Rodríguez Guzmán, hija de Gilberto Rodríguez
y de Rita Guzmán, sin descendencia. En segundas nupcias de Felipe con Elsa Grullón De Luna, hija de Manuel Ramón Grullón y Elsa De Luna, no tienen hijos.
Ney (Neicito) tuvo dos matrimonios. En el primero con Jocelyn Cordero (Choy), procrearon a Jeiliny
(1974) Guerra Cordero, y en el segundo con Ada Iris Rosario, tuvieron cuatro hijos: Ney Amaury
(1980), Emeric Alberto (1983),
Harold Jonathan (1985) y Khaterine
(1987) Guerra Rosario. Posteriormente con María Esther Rosario, procreó a Ney Miguel
(1998) y Amelia María (2003).
Zoila Rosa tuvo un primer matrimonio con Manuel Aquino Guerrero, comerciante oriundo de San
Juan de la Maguana, con quien procreó a Carmen Rosa (1971), Katiuska
Joelle (1973) y Claudia Milagros
(1976) Guerra Aquino. Carmen Rosa
se caso con Carlos Rafael Torres
51
Vélez, hijo de Héctor José Torres Ramírez y Alma Leda
Vélez Messina, procreando a Carlos Antonio y Sebastián
de Jesús Torres Aquino.
Katiuska se caso con Luis José Asilis Camilo, hijo de
Luis Miguel Asilis y Josefina Camilo, procreando a José
Miguel, Nashla y Luis Manuel Asilis Aquino. Claudia Milagros se matrimonio con Francisco Javier Núñez Baz, hijo
de José Francisco Núñez y Nirtha Baz, sin descendencia.
A la muerte accidental de Manuel Aquino, Zoila Rosa
se desposó con Miguel Antonio Rodríguez García, médico originario de las Matas de Farfán, en la provincia San
Juan de la Maguana, hijo de Wladislado Darío Rodríguez
Pereyra y Dulcinea Francisca García, procreando a
Miguelina Dulcinea (1984) y Miguel Antonio (1988)
Rodríguez Guerra.
Rosa Amelia sólo tuvo dos hermanas: Ligia Margarita y Norma Violeta.
Margarita (Margot) se desposó con
Ceferino De la Torre Tormes, hijo de
Ceferino De la Torre Escofet, de origen cubano y de Marina Tormes
Tollens de origen puertorriqueño, sin
que dejaran descendencia. Desde su
juventud y en el curso de su vida, se convirtió en otra
madre de sus sobrinos, particularmente de los DefillóGuerra, compartiendo con Rosalía y Rosa Amelia un amor
indescriptible y una devoción por Bernardo Augusto.
Norma Violeta se casó con Alcedo
Arturo Ramírez Fernández, conocido
abogado originario de San Juan de la
Maguana con exitoso ejercicio en la judicatura regional, hijo a su vez del
General José del Carmen Ramírez
52
Carrasco (Carmito) y de Nelia Fernández De los Santos
(Doña Neo), procreando cuatro hijos: Tulio Tabaré (1943),
José Emigdio (1947), Alcedo Arturo (1951) y Dulce Margarita María (1953) Ramírez Martínez.
Tulio Tabaré se casó con María
Volmar Ruiz, hija de Carlos Volmar
Vivas y de María Ruiz Martínez,
procreando a Tabaré Alberto
(1973), Carlos Arturo (1974), Carmen Lisha (1980) y Violeta María
(1984) Ramírez Volmar. Tabaré Alberto se caso a su vez con Prisscilla
Aponte Almánzar, hija de Rafael
María Aponte y de Flérida
Almánzar, procreando a Javier Alberto (2005) y Alejandro Arturo (2008) Ramírez Aponte.
Carlos Arturo se casó con Onycela Valdez Torres, hija
de Porfirio Valdez Peña y de Ondina Torres, procreando a
Emmanuel Arturo Ramírez Valdez. Carmen Lisha se casó
con Ricardo Martino Martínez, hijo de Salustiano (Tano)
Martino Merrip y de Mercedes Martínez Cabruja, procreando a Ricardo Salustiano (2002) y a Camila (2007)
Martino Ramírez.
José Emigdio, se casó una primera vez con Bethania Cruz Ramírez,
hija de Fausto Cruz y de Ana Ramírez,
procreando a Arturo José (1972) y a
Víctor Manuel (1974) Ramírez Cruz.
En un segundo matrimonio con
Enemencia (Edianiris) Mateo Nova,
hija de Alejandro Mateo y de Sumergida Nova, procreó a José Alejandro
(2001) y a Eviany Emilia (2002) Ramírez Nova.
53
Arturo José, se casó con Joanna Estela Batista Bretón,
hija de Juan María Batista y Estela Antonia Bretón, procreando a María José (2005) Ramírez Batista. Víctor Manuel se casó con Lisa Annette Paredes Peña, hija de Danilo
Paredes Simé y de Ana Matilde Peña Flores, procreando a
María Victoria (2003) Ramírez Paredes.
Alcedo Arturo, se casó con Zoila
Herrera Guzmán, hija de Juan Herrera
Lagrange y de Olga Guzmán Guañabens,
procreando a Gerardo Arturo (1974), las
gemelas Kyralessa Beatriz (1976) y
Emily Cristina (1976) y a Olga Rosalía
(1979) Ramírez Herrera. Kyralessa Beatriz, se casó con Rafael Fonseca García
hijo de Rafael Fonseca y de Carmen García, procreando a
Emily María (2007) Fonseca Ramírez.
Emily Cristina, se casó con Ricardo Olivo Sánchez, hijo
de José Olivo y de Lilian Sánchez, procreando a Ricardo
Arturo (2001) y a Paula Beatriz (2004) Olivo Ramírez. Olga
Rosalía, se casó con Stevens Mármol Mármol, hijo de José
Mármol y de Altagracia Mármol, aún sin descendencia.
Dulce Margarita María, se casó con
Juan Herrera Guzmán, hijo de Juan
Herrera Lagrange y de Olga Guzmán
Guañabens, procreando a Juan Arturo
(1975), Jorge Enrique (1977) y Cristina Amelia (1980) Herrera Ramírez. Jorge Enrique, se caso con Laura Marcelle
Guerrero González, hija de Guido Amable Guerrero y de Ana Virginia González, aún sin descendencia. Cristina Amelia, se caso con Luis E. Frómeta Ceara,
hijo de Amable Frómeta y de Yanira Ceara, procreando a
Amelia (2007) Frómeta Herrera.
54
En una tercera familia, Fernando Alberto Defilló
(Meriño) junto con Laura Alsina procrearon a Lucia Alsina
(Defilló). Lucía se casó a su vez con Federico Ernesto Vicioso Salado, de quienes nacieron Mercedes Digna, Manuel Ernesto (1938) y Lucía Fior Daliza (1950) Vicioso
Alsina. Mercedes Digna contrajo nupcias con Carlos
Vladimir Ortiz de Ferran, procreando a Raphael Ernesto
e Ivette Lucía Ortiz Vicioso.
Manuel Ernesto Vicioso Alsina se matrimonio con
Carmen Rosalía Arthur Nouel, hija de Rafael Arthur
Pierret y María Nouel Romero, procreando a Alfredo Enrique (1977), Carla Rosa (1979) y Juan Manuel (1982)
Vicioso Arthur. Lucia Fior Daliza se casó una primera vez
con Freddy Reynaldo Antonio Beras-Goico, hijo de Máximo Beras Rojas y Angiolina Goico Morel, procreando a
Freddy II (1969) y Ernesto Máximo (1972) Beras-Goico
Vicioso y, en segundas nupcias con Jaime Sánchez, procreó a Claudia Lucía Sánchez Vicioso.
Freddy II Beras-Goico Vicioso, se casó con Carmen
María Rodríguez Hazim, hija de Ernesto Rodríguez Caba
y Josefa Hazim del Risco, quienes procrearon a Gaylam y
Freddy III Beras-Goico Rodríguez. Ernesto Máximo
Beras-Goico Vicioso se casó a su vez con Gisell Esquea
Vargas, hija de Miguel Esquea Santos y Elsa Vargas
Rodríguez, quienes concibieron a Maryann Lucía
Angiolina y Emma Beras-Goico Esquea.
En la tercera generación, se incluyen los abuelos de Bernardo, es
decir, al Arzobispo Fernando Arturo
de Meriño Ramírez, (1833-1906) y
Leonor Defilló Amiguet (1843 1902?) por la línea paterna, y a Manuel de Jesús Martínez Velázquez
55
(1895-1987) y Rosalía Ruiz González (1895- 1991)
por vía materna.
Fernando Arturo, el abuelo paterno, nació en
Antoncí, actual municipio de Yamasá (1833), República Dominicana y falleció en la ciudad de Santo Domingo (1906). Fueron sus padres Pedro Meriño Marrero y
María Bruna Ramírez Viera. La familia Meriño Ramírez
procreó a Fernando Antonio después llamado Fernando
Arturo (1833), María Rafaela (1836), María Paulina
(1838), Juan Tomas (1841), José María (1843), Valentín
(1846), María Jorge (1848), Manuel José, Nicolasa
(1856) y Juan Hilario
Leonor Defilló Amiguet (18431902?), abuela paterna de Bernardo, fue la quinta descendiente de
la familia Defilló Amiguet integrada por los esposos catalanes Joseph
Defilló Tusquellas (1813-1859) y
Raymunda Amiguet Ferrer, quienes contrajeron matrimonio en Barcelona, España el 2 de mayo del
1836, y por ocho hijos: Eliseo (1837-1887), José (18381873), Luis (1840), Ricardo (1841-1873), Leonor (18431902?)), Santiago (1849), Pilar (1853-1931), y Fernando (1857-1897).
De los descendientes de José Defilló Tusquellas y
Raymunda Amiguet Ferrer, Eliseo Defilló Amiguet se
casó con Mariana González Echavarría, procreando a
Emilio, Juan, María, Eliseo, Josefa, Carmen, Juan Bautista, Milagros, Antonio, Mariana y María del Carmen
Defilló González. José Ramón Defilló Amiguet, se
matrimonió con María Antonia Arroyo Echegarrieta,
engendrando a José, Carmen, Joaquín, Mercedes, Pedro,
56
Juan, Josefa, Santiago, Rafael y Pedro Defilló Arroyo. Luis
Defilló Amiguet nunca se casó y se desconoce si hubo
descendencia alguna de su parte.
Ricardo Defilló Amiguet se desposó con Rita Ruiz
Morales, concibiendo a Rita Dolores, María Concepción,
Pilar, Úrsula y Juana Defilló Ruiz. Por su parte, Leonor
Defilló Amiguet en un primer matrimonio con Francisco
Carrillo Flores procreó a José Anselmo Carrillo Defilló,
con Fernando Arturo de Meriño Ramírez concibió a Fernando Alberto Defilló (Meriño), y en un segundo casorio
con Domingo Fernández de Castro (Saldaña) engendró a
Carmen Ana, Rafael, Antonio y Leonor Fernández de Castro Defilló.
Santiago Defilló Amiguet se casó con María Inocencia Vázquez, pero no tuvieron hijos. Pilar Defilló
Amiguet se matrimonió con Carlos Casals Riba, procreando a Pablo, Enrique, Luis, Carlos, Enrique 2, Carlos 2, Ricardo, Arturo, José, Antonia y Pilar Casals
Defilló. Fernando Defilló Amiguet tampoco se casó ni
tuvo hijos. De estas familias, existen extensas ramas en
Puerto Rico, particularmente de los Defilló Ruiz y Ruiz
Morales, así como de otros apellidos Defilló en las islas
de Cuba y Santo Domingo.
Sólo Leonor (1843-1902?) nació en Barcelona, España. De los otros vástagos Eliseo, José, Luis y Ricardo
nacieron en Santiago de Cuba entre los años 1837 y 1841,
durante la estadía de la familia en dicha ciudad, mientras que Santiago, Pilar y Fernando nacieron en
Mayagüez, Puerto Rico, donde los Defilló Amiguet establecieron residencia. La mayoría de ellos murió en esta
ciudad entre los años 1887 y 1894, excepto Leonor que
falleció en Cuba (1902?) y Pilar en el Vendrell, España
en 1931.
57
Vale señalar que Pau (Pablo) Casals
Defilló (1876-1973), sobrino de Leonor por
ser hijo de su hermana carnal Pilar Defilló
Amiguet, nacida en Puerto Rico, y del músico Carlos Casals Ribas, nació en el
Vendrell, Tarragona, España, quien es considerado como el más grande violoncelista de todos los
tiempos, así como un destacado director de orquesta y
brillante compositor musical.
Pablo se casó en primeras nupcias con Frasquita Vidal
Puig (1879), en segundo casorio con Susan S. Metcalfé, y
en un tercer matrimonio con la puertorriqueña Marta
Montañés Martínez, sin que hubiera descendencia alguna. Con múltiples homenajes y distinciones, nominado
al Premio Nobel de la Paz y ejecutor frente a presidentes
y líderes mundiales, Pau Casals Defilló se distinguió por
sus luchas sociales y protestas contra los gobiernos no
democráticos.
Organizador de los Festivales Casals, y autor de innumerables obras musicales, como el famoso ‘Himno de
las Naciones Unidas” conocido como el “Himno de la
Paz”, el oratorio “El Pesebre” y “El Canto de los Pájaros”, sus composiciones y estilo musicales han recorrido el mundo. Murió a los 96 años de edad (1973) en San
Juan de Puerto Rico, donde fue inhumado hasta que al
retorno de España al sistema democrático sus restos fueron trasladados al cementerio de El Vendrell su población natal.
Leonor Residió con sus padres y hermanos en la Habana, Cuba a partir de 1836 ó 1837, y en Mayagüez, Puerto Rico desde 1847 o 1848. Se casó una primera vez en
1861 a los 18 años de edad en Mayagüez, con el español
natural de Sevilla Francisco Carrillo Flores, con quien
58
procreó a José Anselmo Carrillo Defilló (1862), fallecido
a muy temprana edad.
Durante un probable encuentro a finales de mayo
del 1873 con el Presbítero Fernando Arturo de Meriño,
en que a sus 29 años de edad según se deduce se encontraron, procreó a Fernando Alberto, quien nació en
Puerto Plata, República Dominicana, el 27 de Febrero
del 1874.
A sus 33 años de edad, en 1878 se casó en segundas
nupcias con Domingo Fernández de Castro, originario
de República Dominicana. Domingo fue Escribiente y
Oficial de Contaduría de Hacienda y de la Administración General de Rentas de Santo Domingo y, por disposición de la Real Orden, pasó a ser Agregado del Tribunal
de Cuentas de la Provincia de Puerto Rico.
En cuanto al historial de la familia Fernández de Castro se puede afirmar que, en los 265 años transcurridos
entre la aparición del primer miembro de la Familia
Fernández de Castro en la Genealogía Dominicana hasta
la fecha, particularmente consignados en diferentes obras
y publicaciones sobre las Familias Dominicanas, así como
en los existentes en el Archivo General de la Nación, en
los apuntes cedidos por amigos del Instituto Dominicano de Genealogía y en nuestras notas personales, resulta
difícil agruparlos en unos pocos párrafos e intentar su
ordenamiento en este espacio.
Podríamos señalar, por consiguiente, que Francisco
Fernández de Castro aparece como el primer miembro de
dicha familia que inicia esta genealogía a partir de finales de los años 1580. Francisco se casó con Isabel Flores,
ambos naturales de España, procreando a Gregorio
Fernández de Castro Urdiales, quien se matrimonió a su
vez con Beatriz Montero Tejadilla, unión de la que nació
59
Francisco Fernández de Castro (Garay), posteriormente
Relator de la Real Audiencia de España.
Francisco Fernández de Castro (Garay) se casó con
Paula de la Riva, hija de Baltasar García y Aldonza
Acevedo, procreando siete (7) hijos: Gregorio (1590),
Francisco (1591), Baltasar (1593), Beatriz (1595),
Aldonza (1599), Pedro (1601) y Alonso (1602) Fernández
de Castro de la Riva.
Gregorio Fernández de Castro de la Riva, fue Alcalde
Mayor de Santiago, se casó con Beatriz Corcuera, teniendo tres (3) descendientes: Baltasar, Beatriz y Juliana
Fernández de Castro Corcuera. Baltasar fue canónigo,
Beatriz se casó con Hernando Moronta Fernández de
Fuenmayor, y Juliana con Fernando de Cepeda.
Baltasar Fernández de Castro de la Riva, se casó el
14 de febrero del 1617 con María de Monasterios
Ocampo, hija de Baltasar de Monasterios y Giomar de
Ocampo. Tuvieron siete (7) hijos: Francisco Manuel
(1618), Paula (1619), Baltasar (1621), Antonio (1627),
Beatriz (1629), Pedro (1630) y José (1631) Fernández de
Castro Monasterios.
Francisco Manuel Fernández de Castro Monasterios se
casó el 12 de noviembre de 1664 con Felipa Margarita
Fernández de Oviedo Almeida, hija de Gonzalo Fernández
de Oviedo y de Ana Genao Almeida y Casasola. Procrearon
a María (1665), Micaela (1666), Baltasar (1667) y Francisco (1679) Fernández de Castro (Fernández) de Oviedo.
Entre los años 1679 y 1863, se originaron numerosas
derivaciones de las familias Fernández de Castro Meléndez
y las de los Fernández de Castro asociadas a los Bazán,
Pérez Caro, Pimentel Figueroa, Fernández Lara, Álvarez
Barba, Morales, Pérez Narvarte, Narvarte Apaltegui,
Bosch Catania, Saviñón, Méndez Fernández, Coca, Guridi,
60
Echalas y Heredia, Carpio de Castro, Martínez, Veloz
Delgado, Pozo, Ravelo, Dávila, González, Cruz, Suero,
Porrúa Valdivieso, Castro Cruz, Abreu, Real, Sánchez,
Pineda y Frías Baraes.
De la misma manera, los Fernández de Castro se asociaron a las familias Fuenmayor, Barrio, Torrequemada,
Puertoalegre, Maldonado, Ramírez, Palacios, Domínguez,
Bautista, Alfau, Pellerano, Batlle Molina, Mueses Pérez,
Lara Ricardo, Fernández Báez, Solano, Torres, Almonte,
Jiménez, Sánchez Valverde, Fernández Robles, Del Rosario Mendoza, Prensa, Pichardo Marchena y los Pichardo.
Entre estas asociaciones familiares, Domingo
Fernández de Castro Lara contrajo segundas nupcias con
María de la Asunción Morales, quienes procrearon a Pedro Mártir (1811), Rafael, Miguel, Paulino (1815), María Mercedes (1817), Antonia Clemencia (1819), Ramón
(1821), otra María Mercedes (1823), y Lucía (1829)
Fernández de Castro Morales.
Por otra parte, José Fernández de Castro Meléndez
Bazán se casó con Antonia Clemencia Fernández Morales, procreando a María (1753), José (1753), Beatriz
(1756), Luisa (1756), Leonor (1758), José Hermenegildo
(1761), Eduardo (1763), Julián (1765), María Cándida
del Rosario (1768), Pedro (1772), José Nuño Antonio
(1774), Francisco (1777), Pedro y Domingo Fernández
de Castro Fernández.
Al final de esta extensa y compleja descendencia, organizada, integrada y caracterizada por varias generaciones durante los 184 años de vida, matrimonios y cruces
familiares, Domingo Fernández de Castro Fernández contrajo matrimonio con Antonia Clemencia Fernández de
Castro Morales, quienes procrearon a Domingo Fernández
de Castro (Saldaña) Morales.
61
El matrimonio de Domingo Fernández de Castro
(Saldaña), de origen dominicano, con Leonor Defilló
Amiguet, catalana nacida en Barcelona, España, según
las anotaciones, se realizó el 12 de mayo de 1878 en Santo Domingo, Rep. Dominicana, ante el Oficial Civil Alejandro Bonilla. Fueron testigos el médico Pedro Delgado, don Miguel González y el Presbítero Juan Márquez.
El Registro se encuentra en el Libro de los Matrimonios
de la Iglesia Catedral y en la Primera (1ra) Circunscripción del Distrito Nacional.
A propósito de dicho matrimonio, se puede señalar
que los reportes de los Genealogistas dominicanos, particularmente de quienes han publicado en diferentes
medios los detalles relativos a la Familia Defilló y sus
relacionadas, así como los incluidos en estos Apuntes
Genealógicos de reciente terminación, también han consignado que Domingo Fernández de Castro (Saldaña) se
casó con Leonor Defilló Amiguet en la República Dominicana, el día doce (12) de mayo del año mil ochocientos
setenta y ocho (1878).
En su nota 60N18/50N27 de la obra Familias Dominicanas, Tomo III, Vol. XXXVII de la Academia Dominicana de la Historia, Santo Domingo, R.R., 1975, por
ejemplo, Don Carlos Larrazábal Blanco-CLB señala que
“Domingo Fernández de Castro c.c. (casó con) Leonor
Defilló, h. (hija) de José Defilló y Raimundo (Raymunda)
Amiguet. Hijos: 70N13 LEONOR”, sin indicar los padres de Domingo.
No obstante esto, el mismo Larrazábal Blanco describe
en su nota 40N20/Tn4, de la página 165 de su citada obra,
que en una segundas nupcias Domingo Fernández de Castro y Fernández Lara se casó con María de la Asunción
Morales, y que estos procrearon nueve (9) hijos: Pedro
62
Mártir (1811), Rafael, Miguel, Paulino (1815), María
Mercedes (1817), ANTONIA CLEMENCIA (1819), Ramón (1821), María Mercedes (1823) y Lucía (1829) todos de apellido Fernández de Castro Morales.
Mediante documentos, citas y referencias posteriores,
se concluye que esta ANTONIA CLEMENCIA fue la madre de DOMINGO FERNÁNDEZ DE CASTRO
(SALDAÑA), posteriormente el esposo de LEONOR
DEFILLO AMIGUET, condición que el mismo autor
Larrazábal Blanco describe en su nota 50N27/40N20, pagina 167 de la referida obra sobre las Familias Dominicanas, al señalar como (único) hijo de Antonia Clemencia
a DOMINGO. No obstante esta afirmación, en parte alguna de su obra encontramos referencias que señalen al
esposo o pareja de Antonia Clemencia con cualquiera de
los apellidos Fernández de Castro o Saldaña.
Por su parte, el Ing. Antonio J. Guerra Sánchez - AJGS
en una observación que nos enviara por vía electrónica a
nuestro correo personal, señala que en una segunda generación, Domingo Fernández de Castro (Saldaña), hijo
de Domingo Fernández de Castro Lara y de Antonia Clemencia Fernández de Castro Morales, nació en 1855 en
Santo Domingo, Rep. Dominicana. Se casó con Leonor
Defilló Amiguet el 12 mayo de 1878 en Santo Domingo,
Rep. Dominicana, siendo esta última hija de Joseph Defilló
Tusquellas y Raymunda Amiguet Ferrer.
Apunta que ella (Leonor) nació en 1846 en Barcelona,
Cataluña, España, y murió en Cuba. En una nota adicional,
Guerra Sánchez indica que en la boda civil aparece indicado como el progenitor de Domingo Fernández de Castro,
el esposo de Leonor Defilló, un señor de nombre Domingo
Saldaña, sin que a la fecha de su afirmación hubiera “podido atarlo a varios Domingo Saldaña de esa época”.
63
A seguidas de su
nota, señala que
D o m i n g o
Fernández de Castro
(Saldaña) se casó
con Leonor Defilló
Amiguet, siendo
realizado el matrimonio Civil ante el
Oficial Alejandro
Bonilla, en fecha 12
mayo de 1878, teniendo como testigos a Pedro Delgado, médico, a
Miguel González, y
al presbítero Juan
Márquez, y que el matrimonio fue registrado en la Parroquia de La Catedral o en la 1ra. Circunscripción, S.D.,
(A.G.N., E-157, años 1874-1880, No. 9).
En investigaciones personales que hemos realizado
ante diferentes fuentes nacionales e internacionales, particularmente de aquellas en que pudiera encontrarse algún registro objetivo y de elevada calidad sobre el padre
biológico de Domingo Fernández de Castro que llevara
el apellido SALDAÑA, sólo en el Archivo General de la
Arquidiócesis, Arzobispado de Santo Domingo, pudimos
encontrar algunas notas al respecto.
Según la certificación original que existe en nuestros
archivos, así como sendas copias de notas marginales escritas en el Libro 10 (1863-1878) de Matrimonios, de la
Parroquia La Catedral de Santo Domingo, Folio No. 309,
en el mismo NO EXISTE registrado matrimonio alguno
64
que se hubiera realizado el día 12 de mayo del año 1878
con los apellidos FERNANDEZ DE CASTRO-DEFILLO,
como correspondería a los contrayentes sino que, por el
contrario, aparece como SALDAÑA CON DEFILLO, es
decir, para DOMINGO SALDAÑA como el novio y LEONOR DEFILLO AMIGUET como la deposada.
En el cuerpo del texto de la Certificación, se consigna
que el matrimonio fue celebrado por el Presbítero Pedro
Tomás de Mena y Portes, Canónigo y Cura Rector del Sagrario Catedral, “previa las moniciones nupciales y requisitos que previene el Santo Concilio de Trento”, quien
los desposó por “palabra de presente que hicieron verdadero y válido el matrimonio” entre DOMINGO
FERNANDEZ DE CASTRO, hijo natural de Clemencia
de Castro, con LEONOR DEFILLO, siendo testigos
Marcelino Borbón y J. María Troncoso.
En la revisión exhaustiva del citado documento
arquidiocesano se aprecia, como hemos señalado, que en
el Índice de Matrimonios correspondiente a los años 1863
al 1878 sólo aparece el registro de SALDAÑA CON
DEFILLO para el día 12 de mayo de 1878; que en el espacio del acta original correspondiente al apellido Saldaña
referido a Domingo, se sobre escribió el de FERNANDEZ
DE CASTRO y que, finalmente, se produjeron ambigüedades al señalar la condición filial de Domingo.
Por tales razones, en una primera nota manuscrita
perfectamente legible en el margen izquierdo del acta,
originalmente asentada en el Libro XIII de Matrimonios
de la Catedral de Santo Domingo, firmada por el Presbítero Mena y Portes, se indica que “Leonor es hija legítima de José Defilló i Raimunda Amiguet”, aclaración pertinente en razón de que en el Folio 309 se consignaba de
forma errónea o ambigua que el contrayente era “hijo
65
natural de Clemencia de Castro con LEONOR DEFILLO
i Raimunda Amiguet”.
En una segunda nota manuscrita e igualmente legible en dicho margen izquierdo, se consigna que “Por decreto de S.S. Ilma. el Señor Arzobispo se han hecho las
enmiendas en el cuerpo de este acto. Son (las enmiendas)
Fernández-Castro - Raymunda”, estando firmada la misma por Carlos Nouel.
Asumiendo como válida la situación donde el Presbítero Carlos Nouel ejerció la secretaria durante diferentes
etapas y funciones de Monseñor Fernando Arturo de
Meriño, de quien era su amigo y compadre, y de que las
principales e importantes modificaciones debieron realizarse bajo el conocimiento o auspicio de una autoridad
eclesiástica superior, se podría presumir que tanto el decreto arzobispal como las notas correctivas relacionadas
con el matrimonio de Domingo y Leonor, fueron emitido
y autorizadas por Monseñor de Meriño.
De todas maneras, Domingo y Leonor procrearon en
Mayagüez, Puerto Rico a Leonor, Rafael (1878) y Clemencia (1879), y en la Habana Cuba a Antonio (Toñito) y
a Carmen Ana Fernández de Castro Defilló.
Leonor Fernández de Castro Defilló tuvo dos hijos:
Celeste y María Fernández de Castro. Por su parte, Celeste se casó con Joaquín Enrique Alfau Pérez, hijo de Antonio Alfau Sánchez e Isabel Pérez Díaz, con quien procreó
a Enrique Miguel (25 de enero de 1926) y Ana María (2
de enero de 1928) Alfau Fernández de Castro, todos nacidos en Santo Domingo, Rep. Dominicana.
María Fernández de Castro, nació en Santo Domingo,
Rep. Dominicana el 7 de diciembre de 1860, se
matrimonió con Alfredo Francisco Pellerano, hijo de
Vicenzo Pellerano Costa y María Alfau Sánchez, procrean66
do a María del Carmen, nacida en Santo Domingo, y a
Alfredo, ambos Pellerano Fernández de Castro este último nacido en la Habana, Cuba.
Enrique Miguel Alfau Fernández de Castro, se caso con
Milady Adelaida Batlle Molina, nacida en La Romana, Rep.
Dominicana, el 2 de septiembre de 1924, era hija de Manuel Batlle Rojas y Graciela Molina Tejera. Procrearon a
Enrique Manuel (29 abril 1951), Ana Leonor (15 septiembre 1952) y Felipe Eduardo (8 enero 1960) Alfau Batlle,
todos nacidos en Santo Domingo, Rep. Dominicana.
Ana María Alfau Fernández de Castro, se casó con
Máximo Mueses Pérez, nacido en Monte Plata, Rep. Dominicana, el 30 de mayo de 1930. Procrearon a Máximo
Luis Armando Tomás (29 diciembre 19540) y a Roberto
Enrique Teodoro (9 noviembre 1957) Mueses Alfau, todos nacidos en Santo Domingo, Rep. Dominicana.
Alfredo Pellerano Fernández de Castro nació en La
Habana, Cuba y se casó con Mercedes Osorio, procreando
a Jorge Pellerano Osorio. Aun residiendo en Cuba, Alfredo
se trasladó a Santo Domingo, donde fue Jefe de Redacción del periódico La Nación en 1941.
Enrique Manuel Alfau Batlle, nació el 29 de abril del
1951 en Santo Domingo, Rep. Dominicana. Se casó con
Lourdes Elizabeth Lara Ricardo, hija de Oscar Lara y
Lourdes Ricardo Rodríguez, procreando a Laura Alejandra Alfau Lara, quien nació el 17 de enero de 1986 en
Santo Domingo, Rep. Dominicana.
Manuel de Jesús Martínez
Velázquez (1895-1987), el abuelo materno de Bernardo incluido en esta tercera generación, nació y murió en Santo Domingo. Fueron sus padres José
Martínez, un barbero de la ciudad in67
tramuros y Carmen Velásquez. Manuel de Jesús dedicó
gran parte de su vida al comercio minorista en la distribución artesanal de café. Laboró por varios años en el
Correo Central de Santo Domingo, donde conoció a los
autores de la letra y música del Himno Nacional Dominicano, Emilio Prud’Homme y José Reyes, así como en el
Teatro la Republicana, donde adquirió peculiares conocimientos y desmedido amor por la ópera.
Rosalía Ruiz González
(1895- 1990), la abuela materna,
nació y murió en Santo Domingo. Fueron sus padres Domingo
Ruiz Lapuente, de origen canario, y la dominicana Rafaela
González Peña. Compartió las actividades del hogar con el ejercicio parcial de la Enfermería, llegando a supervisar dicho servicio
en el entonces Hospital Infantil
bajo la dirección del Dr. Fernando Alberto Defilló (Meriño). En su vida hogareña se destacó por el amor y la dedicación casi devota por su nieto
Bernardo Augusto, reconociéndose en ella la impronta y
firmeza de carácter que le heredó.
Fernando Arturo de Meriño fue progenitor de varias
familias capitaleñas, destacadas en todos los órdenes de
la sociedad dominicana, especialmente en la Medicina, la
Política, la Economía y la Oratoria, entre cuyos descendientes se encuentran las de los apellidos Logroño,
Defilló, Alsina y sus relacionados.
Con Isabel Logroño, por ejemplo, procreó a Álvaro
Logroño (1855-1915) y a Josefa Logroño. Con María
Nicolasa Billini engendró a Ana Rita Abigaíl Billini
68
(1875–1887), y con Leonor Defilló Amiguet también
procreó a Fernando Alberto Defilló (1874-1949), los cuales siempre llevaron en su condición de hijos naturales el
apellido de sus respectivas madres.
En un breve recuento biográfico de Fernando Arturo
de Meriño Ramírez (1833 - 1906), tomado de historiadores, así como de reconocidos intelectuales y del destacado sacerdote e investigador jesuita José Luis Sáez, se
puede señalar que en su condición de sacerdote y político, se destacó como fogoso orador sagrado e incansable
luchador por la Restauración de la República. Defendió
la independencia de Santo Domingo y se desarrolló en el
poblado de San Carlos, iniciando sus estudios con el padre Gaspar Hernández, párroco de dicha villa y guía espiritual de los trinitarios.
En una semblanza de Meriño, recogida de la Obra
“Fernando Arturo de Meriño”, suscrita como Apuntes por
el Lic. José Ml. Machado, en fecha 27 de noviembre de
1960, así como del opúsculo “Los Próceres Escritores,
Fernando Arturo de Meriño” del Dr. Joaquín Balaguer,
se destacan las cualidades del Presbítero en términos de
su Oratoria Política y Sagrada, como Escritor y en función de su Pensamiento.
Consideran que el estilo de su oratoria corresponde a
la elocuencia castellana con tendencia a la estampa clásica, carente de prosas pomposas o de frases altisonantes e
hipérboles desorbitadas. Atribuyen su éxito al uso de símiles provenientes de objetos familiares, de la antítesis
de conceptos, por las contraposiciones de palabras, los
apóstrofes impresionantes relacionados con poderes sobrenaturales, y los contrastes invocados de orden moral.
Asumen que se destacó más como orador político que en
la modalidad religiosa.
69
En términos del escritor, lo consideran castizo y fluente en la misma proporción en que lo fue en la tribuna
política o en la cátedra sagrada. Aseveran la existencia de
una claridad, equilibrio y pulcritud marcados de su estilo literario, y califican su prosa como una de las más perfectas de la literatura nacional. Rechazan la presencia en
la misma de conceptos oscuros y, por el contrario, defienden una inusual elevación en las materias que trata en
sus escritos el Padre Meriño.
Discrepan de quienes lo consideran un gran pensador, particularmente en referencia a sus mejores composiciones catequísticas u oratorias, aún en aquellas en que
expone con acierto los aspectos filosóficos. Ponen como
ejemplo el sermón pronunciado el 27 de febrero de 1867
ante la presencia de Buenaventura Báez en el que, después de anunciar a su auditorio que iba a “exponer los
fundamentos de la vida política y de la concordancia de
esta con el dogma católico”, se circunscribió a desenvolver doctrinas que no se distinguen del providencialismo.
En su historial de vida se destacan, por consiguiente,
los siguientes hechos generales: en 1833 nace en Antoncí,
siendo confirmado en la Catedral. En 1848 ingresó al
Seminario Conciliar y el 24 de abril de 1856 fue ordenado sacerdote a los 23 años de edad. Cantó su primera misa
el 3 de mayo de ese año, y fue asignado a la parroquia de
Neyba en el suroeste del país. De 1857 a 1862 acaecieron en el país varias defunciones y nombramientos de
autoridades eclesiásticas relacionadas con sus funciones
sacerdotales de Meriño y de dirección de la Iglesia.
Durante la revolución dominicana del 1857, por
ejemplo, fue apresado y luego libertado por Pedro Santana.
Siendo diputado participó en la redacción de la Constitución progresista de la época. En 1858 estuvo al frente
70
de la Catedral y del Seminario de la ciudad de Santo Domingo. El 25 de febrero de 1859, y a sólo tres años de
haber sido ordenado Sacerdote, fue nombrado jefe de la
Iglesia católica de la República Dominicana.
El 27 de febrero de ese año pronunció un enérgico
discurso contra el proyecto de Anexión a España, rompiendo su relación con Pedro Santana. En marzo de 1861
fue nombrado Administrador Apostólico de la Diócesis
de Santo Domingo. Debido a su actitud contra la ya consumada Anexión, que manifestaba desde el púlpito de
una manera clara y fuerte, fue obligado a abandonar el
país. Viajó a naciones del Caribe y Europa para cumplir
compromisos religiosos y políticos.
Al término de tres años de exilio (1865) regresó a la
República, asumiendo la presidencia del Congreso Constituyente. Al ser reelecto presidente Buenaventura Báez,
Meriño no contuvo su consternación y frente al caudillo
que vistió el uniforme de Mariscal de Campo del Ejército
Español, pronunció su famoso discurso del 8 de diciembre de 1865, grave admonición que le hizo volver al exilio por segunda vez.
En este periodo redactó una obra de geografía
geopolítica e histórica de la República; asumió el Arzobispado de Santo Domingo y la Rectoría del Seminario
(1866); combatió con firmeza los gobiernos autocráticos
y anexionistas, y gestionó ante la Santa Sede la
concertación y firma de un Concordato.
Establecido en Barcelona, capital del Estado de
Anzoátegui en Venezuela, formó parte de su legislatura,
llegando a presidirla. Al iniciarse en 1868 la Guerra de
Los Seis Años contra el gobierno encabezado por Buenaventura Báez, Meriño alentó desde el exilio a los patriotas e hizo intentos de sumarse a ellos por la frontera del
71
sur dominicano. En este largo periodo del 8 de enero del
1862 y el 24 de diciembre del 1883, como se aprecia,
participó directamente de la administración eclesial y de
graves acontecimientos políticos nacionales.
En febrero del 1874 nació su hijo Fernando A. Defilló,
y al siguiente año 1875 su hija Ana Rita Abigaíl Billini.
Recibió, asimismo, honores internacionales; participó del
Sínodo Diocesano convocado por Fray Rocco Cocchia.
Durante el Gobierno Provisional del general Gregorio
Luperón, instalado en la ciudad de Puerto Plata (1879),
ejerció su ministerio como párroco, destacándose por sus
logros pastorales.
Fue electo y se juramentó como Presidente Constitucional de la República (1880-1882), y siendo presidente restableció las cátedras de Derecho y Medicina en
el Instituto Profesional, instaló la primera Escuela Normal bajo la asesoría de Eugenio María de Hostos, y ejecutó profundas transformaciones eclesiásticas,
institucionales y educativas del país, así como la reorganización del Instituto Profesional mediante la Ley de
Estudios Profesionales.
En términos políticos, gobernó de manera enérgica y
severa frente a los brotes de insurrección, logrando completar por primera vez en la historia republicana el periodo presidencial. Su mandato estuvo inspirado en los
ideales liberales y republicanos de los restauradores, mostrando una administración ejemplar que auspició el progreso y el desarrollo de la nación.
En cuanto a los aspectos generales y predominantemente eclesiásticos, en 1884 fue designado Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Santo Domingo,
mediante el breve Ecclesiae S. Dominici del Papa León
XIII, y en 1885 por el también breve Apostolatus
72
officium del mismo pontífice, fue designado Arzobispo
de Santo Domingo, concediéndosele el “palio” el 31 de
julio de 1885.
De 1886 al 1990 emitió varias cartas pastorales sobre
las indulgencias, las prácticas penitenciales y la esclavitud. En 1887 se casó su primer hijo Álvaro Logroño y
murió a los 12 años de edad su hija Ana Rita Abigaíl
Billini. En 1890 falleció también el tío carnal de Ana
Rita, el Presbítero Francisco Xavier Billini. En 1891 nombró párroco de La Vega al Canónigo Adolfo A. Nouel, y
otorgó las órdenes menores a Rafael C. Castellanos
Martínez. En este mismo año nació su nieto Álvaro Arturo
Logroño Cohen.
En 1892 falleció su madre a los 79 años de edad; fundó el Colegio Santo Tomás en el mismo local del Seminario; realizó la Visita ad Limina al Papa en Roma; estableció nuevas escuelas en parroquias del interior del país y,
entre los años 1895 y 1905, recorrió la República en visitas pastorales; ordenó nuevos sacerdotes y designó otros
en puestos de dirección; emitió nuevas cartas pastorales,
e informó a la Sagrada Congregación del Concilio, mediante documento escrito de puño y letra por el Canónigo Carlos Nouel, el estado de la Arquidiócesis.
En 1899 sufrió repentinamente una enfermedad durante su viaje a Roma para la Visita ad Limita, siendo
sustituido en el Concilio por el Canónigo Carlos Nouel,
mientras que acontecían en el país graves hechos políticos que culminaron con la muerte de Ulises Hereaux Laval
y el derrocamiento del General Horacio Vázquez. En 1900
continuó sus visitas pastorales a las provincias dominicanas, así como la emisión de cartas pastorales reclamando la práctica piadosa, la concordia, la paz y el desarme
nacionales.
73
En 1903 los Padres Adolfo Nouel y Apolinar Tejera
asistieron a la Asamblea Constituyente; murió el Papa
León XIII; el cardenal Giuseppe Sarto fue electo como
nuevo pontífice con el nombre de Pío X; Meriño ordenó
a sus últimos sacerdotes Ángel Ma. Segura Bello y Melchor
Mejía González, y se juramentó como Presidente de la
República el ex sacerdote Carlos Morales Languasco.
El 11 de octubre de 1904 el papa Pío X designó al
Canónigo Adolfo Nouel como Arzobispo de Metymna,
con derecho a la sucesión del Arzobispo de Santo Domingo, y el 20 de agosto del 1906 falleció en su residencia de Santo Domingo Fernando Arturo de Meriño, a los
73 años de edad y veintiuno de episcopado.
En relación con su descendencia, existe suficiente evidencia documental de elevada calidad para demostrar la
condición filial de los hijos del Presbítero Meriño, así
como para explicar con claridad las posiciones divergentes de historiadores y genealogistas en relación con el
tema de sus vástagos. La propia Iglesia dominicana, por
ejemplo, adopta posiciones novedosas y la publicación
de los datos y detalles de las descendencias sacerdotales
que en décadas anteriores manejaba con gran hermetismo y absoluta privacidad, tal como sucedía con los descendientes de Meriño.
En su magnífica obra “Los Documentos Inéditos de
Fernando A. de Meriño”, por ejemplo, publicada por el
Archivo General de la Nación, Vol. XXVIII, Santo Domingo, D.N., 2007, el investigador e historiador eclesial
José Luis Sáez, S.J. hace referencia directa a los hijos y al
nieto del Presbítero Meriño, en sus páginas 56, 203, 517,
523 y 524.
Por su parte, las opiniones de diferentes eruditos sobre la descendencia de Meriño se han expresado entre la
74
crítica de algunos, particularmente relacionada con la llamada seducción y las “relaciones maritales no disimuladas” del Presbítero y las que, por el contrario, lo elevan a
categorías humanas excelsas.
En las cincuenta y nueve (59) cartas cursadas entre
Meriño y Francisca Amelia De Marchena Sánchez, conocida por el seudónimo de Amelia Francasci, se aprecia
una relación sentimental construida por ellos como parte de un mundo especial en el que, particularmente en la
quinta (5ta) de ellas que prologa dichos afectos y en la
última de Amelia frente a la muerte del Arzobispo, llena
sus vidas de recuerdos y situaciones cuyo trasfondo significa algo más que una simple amistad.
En las notas preliminares y en el contexto de la citada
Quina Carta de la poetisa, por ejemplo, Amelia describe
una de las más intensas crisis emocionales sufridas durante su vida, con quebrantamiento de todas sus energías vitales y la sensación de considerarse al borde de la
tumba.
Agotada por una gran excitación mental, describe que
se sumergió en un sopor profundo, tras el cual decidió
superar su estado anímico mediante lo que imaginó como
una revelación divina que la haría acudir a la religión
con el deseo vehemente de confesarse y ser aconsejada
por “el gran arzobispo de Santo Domingo, el noble, el
admirado, monseñor Fernando Arturo de Meriño”.
Con un estado de exaltación creciente, aguardaba la
visita de Monseñor dilatada durante tres días, sin poder
disimular su zozobra y alternando su ánimo entre la ansiedad y el temor, mientras reposaba en su “habitación particular, recostada en una silla larga, rodeada de almohadas,
como lo hacía habitualmente” desde que se había postrado. Distraída y abismada en sus pensamientos, miraba sin
75
detallar las flores colocadas en la sencilla estancia para
halagar la vista del ilustre y anhelado visitante.
A media tarde de ese día, el ruido de un coche a la
entrada de la casa produjo en la poetisa fuertes palpitaciones ante el anuncio de la llegada de Monseñor. Sintió
que el corazón se le detenía y un aturdimiento fue seguido de latidos más violentos. Al abrirse la puerta de la
habitación y penetrar en ella “la alta, hermosa e imponente figura de Monseñor de Meriño”, Amelia Francasci
relata que se le paralizaron sus movimientos y la voz,
pudiendo apenas contestar el saludo por sentirse “atraída y al mismo tiempo temerosa” de él.
En sus comentarios a las Quincuagésima Octava y
Quincuagésima Novena cartas de Monseñor de Meriño,
Amelia Francasci presiente la muerte cercana de su confesor y amigo de toda la vida, invoca al cielo por el sentido desgarrador que advierte en ellas, se siente destrozada
en su interior con la congoja del moribundo, por la pérdida que se produciría en la comunicación entre sus dos
almas, y por la desaparición de “toda la magnífica virilidad” que ella luchaba por restablecer con la respuesta a
sus escritos en el ánimo, espíritu y cuerpo del
septuagenario príncipe de la Iglesia.
La angustia la hacía jadear aquella tarde lluviosa del
20 de agosto del 1906, exacerbándose su ánimo al escuchar el sonar de las campanas catedralicias y de otras parroquias que anunciaban la muerte de Meriño. En ese instante, se ahogó su voz, apreciando en su interior según
sus propias palabras la sensación de que “El me quería y
(yo) quería al que se moría. Los latidos de mi corazón se
suspendieron, un zumbido vago lastimó mi oído perturbado: mi lengua enmudeció. ¡Qué fue de mí?”, exclamó
Amelia al final de la vida de Meriño y de su libro.
76
Rechazó las palabras como expresiones del intenso
dolor que sintió ante la muerte de Meriño y, con gran
angustia escribió: “Sobre la almohada del lecho, caí anonadada, sin que para desahogar mi dolor inmenso tuviera yo una lágrima, un sollozo! Lo único que salió de mi
pecho, presa de agonía mortal, fue un gemido sordo, continuo, prolongado! Gemido que acongojaba al que lo
oyera porque era más triste que el estertor de una verdadera agonía!
Pero donde se recogen y consagran con mayor notoriedad las exaltaciones, el reconocimiento, las
exculpaciones y las indulgencias hacia el Meriño humano, sentimental e intimo, es en la “Biografía del Padre
Meriño”, página 63, de la escritora doña Abigaíl Mejía, y
en la “Ecclesiae S. Dominici” del Papa León XIII, publicada íntegramente en la página 477 de la obra precitada
de J.L.Sáez, designándolo Administrador Apostólico de
la Arquidiócesis de Santo Domingo.
Abigaíl Mejía, en una actitud de admiración extrema
por Meriño, afirma en su biografía que las pasiones sufridas por el sacerdote eran parte de las condiciones propias
de los mortales más poderosos, que la ejercía sin lujuria,
hostigado y acosado en su ímpetu de la sangre por las
viejas amigas, como en las “Confesiones” de Santa Mónica,
así como por su “hermosa y viril humanidad, (y) su bellísima presencia” cubierta por el hábito del cura, debajo
del cual “palpitaba un hombre muy entero”.
Estimándolo con especial benevolencia y “absolviéndolo de cualquier tipo de excomunión, entredicho u otra
sentencia eclesiástica, censuras y penas, en que de cualquier forma o causa hubieses incurrido, por ésta te declaramos absuelto”, le comunica León XIII a Meriño en el
documento. Le encomienda la diócesis “precisamente por
77
tu singular piedad, laudable virtud, doctrina y prudencia” señala el Papa.
Siendo hijo de Meriño, Álvaro
Logroño se casó con la dominicana de origen judío-sefardita
Alejandrina Isaura Cohén
Marchena. En el Acta de Matrimonio No. 1547, registrada en el
Folio 181 bajo el Número 99,
cuya copia existe en nuestros archivos, se deja constancia de que
la Santa Madre Iglesia casó a
“Álvaro Logroño, de treintiún
años de edad, soltero, natural y vecino de esta ciudad,
hijo natural de la Sra. Isabel Logroño, con la señorita
Isaura Cohen, de dieciocho años de edad, soltera,… etc.”
Debe consignarse como dato históricamente curioso,
que este matrimonio fue oficiado por “el Señor Canónigo
D. José María Meriño, Cura de Baní, accidentalmente en
esta ciudad”, según consta en el Acta de referencia, ya
que en la historia de Meriño y eclesiástica de la época se
registra que José María Meriño era cura y hermano del
Arzobispo Meriño. Tal accidentalidad “de su presencia”
en la ciudad, se pierde al presumirse que fuera invitado
para celebrar la boda de su sobrino Álvaro Logroño.
El licenciado Arturo Logroño Cohén, hijo a su vez de
Álvaro Logroño e Isaura Cohén, nació
en Santo Domingo el 12 de septiembre
de 1893. Sus vástagos fueron Rafael
Leonidas, Reynaldo de Jesús y Martha
Milagros, todos procreados con la francesa María Antonia Alsace, con quien
Arturo Logroño se casó en 1909.
78
Para hacer más compleja la genealogía de las familias
Logroño, Defilló y Alsina, debe señalarse que siendo los
padres de la esposa de Álvaro Logroño los señores Juan
Agustín Cohen y Emilia de Marchena, así como testigos
de su boda Ángel Porcella y Eugenio de Marchena, es
probable que existieran lazos sanguíneos entre los
Marchena y Doña Francisca Amelia De Marchena Sánchez,
famosa novelista dominicana bajo el pseudónimo de
Amelia Francasci, gran admiradora e íntima contertulia
de Meriño hasta su muerte . Entre sus hermanos se cuentan: Eugenio, Dilia, Julia y Emilia de Marchena.
La cuarta generación, corresponde a los bisabuelos de
Bernardo, es decir, por la línea paterna a los padres del
Arzobispo Meriño y de Leonor Defilló, y por la línea materna a los padres de Manuel de Jesús Martínez y de
Rosalía Ruiz.
Los padres del Arzobispo fueron Pedro Meriño
Marrero, propietario de los hatos del Ozama en Santo
Domingo, y María Bruna Ramírez Viera. La familia contó
con diez (10) hijos: Fernando Arturo (1833), María Rafaela
(1836), María Paulina (1838), Juan Tomás (1841), José
María (1843), Valentín (1846), María Jorge (1848), Manuel José, Nicolasa (1856) y Juan Hilario Meriño Ramírez.
Nicolasa su hermana tuvo un papel especial en la educación y cuidado de Fernando Arturo.
Los padres de
Leonor
Defilló
Amiguet, bisabuelos
paternos de Bernardo, fueron Joseph
Defilló Tusquellas
(1813-1859) nacido
en Cataluña, España,
79
y Raymunda Amiguet Ferrer (1836-1872), natural del
Vendrell España. La familia contó con 8 hijos: Eliseo (1837),
José (1838), Luis (1840), Ricardo (1841), Leonor (1843),
Santiago (1849), Pilar (1853) y Fernando (1857) Defilló
Amiguet.
Manuel de Jesús
y Rosalía procrearon tres hijas: Rosa
Amelia, Ligia Margarita y Norma Violeta. En la línea materna de esta cuarta
generación de bisabuelos se incluyen
los padres de Manuel de Jesús Familia Martínez Ruiz.
Martínez Velázquez
(Fafú) y de Rosalía Ruiz González. De Manuel de Jesús
fueron sus progenitores José Martínez y Carmen
Velázquez, y de Rosalía eran Domingo Ruiz Lapuente y
Rafaela González Peña.
En la quinta generación, se incluyen en la línea paterna los tatarabuelos, es decir los bisabuelos del Arzobispo
Meriño y de Leonor Defilló, y los de Manuel de Jesús y
Rosalía en la línea materna. En los paternos ignoramos
los nombres de los padres de Pedro Ramírez Marrero, conociéndose que Fernando Ramírez y Vicenta Viera, fueron los padres de María Bruna Ramírez Viera, madre del
Arzobispo y bisabuela de Bernardo.
Entre los tatarabuelos por línea paterna, se cuentan
los catalanes Luis Defilló y Rosa Tusquellas, como progenitores de Joseph Defilló, padre de Leonor y bisabuelo
de Bernardo, y a Joseph Amiguet e Ignes Ferrer como los
80
ascendientes de Raymunda, también bisabuela de Bernardo y madre de Leonor.
Por la línea materna, es decir los tatarabuelos de Bernardo, se conoce que Leoncio Ruiz y Rosalía Lapuente
Abreu fueron los padres de Domingo Ruiz Lapuente, nacido en la Gran Canaria, quien fuera el progenitor de la
abuela Rosalía y bisabuelo de Bernardo. Manuel Lapuente
y Petronila Abreu fueron a su vez los padres de Rosalía
Lapuente Abreu. Leoncio y Rosalía procrearon nueve (9)
hijos: María Manuela, Pedro, Juan Eloy, Domingo, Saturnino, Beatriz, Petronila, Leoncio y Plácido Ruiz Lapuente.
Se desconocen los ascendientes de la tercera y cuarta generación de Manuel de Jesús Martínez Velázquez.
Domingo Ruiz Laponte y Rafaela González Peña procrearon doce (12) hijos: Rosalía, Emilia, Rafaela, Leonor,
Salvador, Alberto, Leoncio, Simeón, Mario, Domingo,
Plácido y Manuel. Domingo el tatarabuelo participó en
las luchas por la Restauración de la República, las que
culminaron con la separación de España. Su indómito
temperamento canario y profundas convicciones patrióticas, le hicieron rechazar la pensión que le concedió el
Estado dominicano.
Santo Domingo, República Dominicana.
Versión original el 27 de Febrero del 2008.
Actualización el 30 de junio del 2008.
81
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
82
-
Notas Familiares y Autobiográficas del Dr. Bernardo
A. Defilló Martínez.
-
Biografía Fernando A. Defilló, 70 Aniversario del
Laboratorio Nacional Dr. Defilló - SESPAS, por Dr.
Bernardo Defilló.
-
Semblanza de Fernando A. Defilló, Pompilio Brower,
Sto. Dgo. 1969.
-
Fernando Alberto Defilló, Sixto S. Incháustegui, Ciudad Trujillo, 25 de Febrero del MCMXLVII (1947).
-
Historia Dominicana. Vol. XLIV, Frank Moya Pons,
Santo Domingo 1977.
-
Papeles de Monseñor de Meriño, Emilio Rodríguez
Demorizi, Sto. Dgo.1983.
-
Fernando Arturo de Meriño, OBRAS, Editorial La
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ADDENDUM
La revisión exhaustiva de la literatura universal disponible sobre el tema de los apellidos, entre otras del
Manual of Heraldry and Popular, London, de The World
Gen Web, de las Curiosidades y el Origen de los Apellidos Fiol y de las investigaciones de Dona Elisa Vidal y
colaboradores en San Martí de Tous, así como de documentos de diferentes fuentes históricas y genealógicas
relacionadas con el nombre de los Defilló, nos lleva a la
conclusión general de que no existen pruebas directas
sobre su origen real ni de sus raíces.
A pesar de esto, es posible señalar que las diferentes
designaciones del apelativo FIOL son equivalentes al
FILLOL y DEFILLO de nuestras familias contemporáneas
y que, de igual manera, son similares a los nombres Fillols,
Filliol, Filhiol, Fillola, Fiola, Fiallo, Del Fiol, Delfiol,
Filiolus y Filleul de otros países, habiéndose encontrado
por primera vez el nombre de FILIOL inscrito en una
lápida funeraria romana del siglo I antes de Cristo.
El origen hispánico del apellido FIOL, según las
investigaciones y documentos disponibles, parece relacionarse con las migraciones llegadas a las Islas Baleares alrededor del siglo XI en su año 1066, durante
la invasión de Inglaterra por parte de los noruegos y
normandos liderados por Guillermo I el Conquistador,
la subsiguiente sustitución de su casta anglosajona por
una nueva nobleza normanda, y por el desarrollo de
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un proceso migratorio cuyos habitantes huían hacia otras
latitudes donde establecerse.
Para comprender este complejo proceso migratorio,
debemos señalar que dichas islas constituyen una comunidad autónoma española compuesta por un archipiélago,
situado en el Mar Mediterráneo, junto a la costa oriental
de la Península Ibérica, siendo su capital la ciudad de
Palma y que lo forman las islas llamadas Gimnesias, es
decir, Menorca, Mallorca y Cabrera, y por las Pitiusas denominadas Ibiza y Formentera, a las que se agregan numerosos islotes.
Los grupos migratorios formados por diversos descendientes originarios de los países en conflicto y que probablemente integraron importantes núcleos familiares
con nombres patronímicos propios, podrían constituir
las raíces de nuestros antepasados que cruzaron el Mediterráneo hacia la Península Ibérica para establecerse en
Barcelona y sus alrededores, y desde allí extenderse hacia
Madrid, las Canarias y la Costa Azul de Francia.
En cuanto a otros interesantes datos históricos relacionados con los apellidos FIOL o FILLOL, procede recordar que en el año 1229 el Rey Jaime I recobró a Mallorca del poder y control de los sarracenos, quienes la
habían gobernado durante casi cinco siglos, y que en
pago por los servicios que sus habitantes prestaron a la
Corona, les repartió tierras y propiedades, entre ellos y
a manera de título colectivo a los llamados “Hombres
de Lérida”.
Nueve años después de esta donación, es decir el 28
de marzo del 1239, se firmó en la ciudad de Barcelona
un contrato donde la viuda de “Guillem FILLOL vendió a Guillem Sastre de Carbona unas casas bajo el muro
de la ciudad de Mallorca en la calle de Lérida”, lo que
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constituye una evidencia clara de la presencia de la familia con dicho apellido en esa ciudad.
Cuarenta y un año después, el 24 de diciembre del
1280, aparece otro documento, en la alquería de Beniali
cercana a Madrid, en el que “Pere FIOL y su esposa María
reconocen deber a Bartomeu Seguer y Romeo Ripoll, 30
sueldos de capital y 7 sueldos de interés”, lo que corrobora la presencia de los FIOL o FILLOL en España.
En el año 1390, según el registro de un impuesto real
de la época denominado “morabatí”, cobrado en la Parroquia de Sant Miquel, situada en la calle de Lérida, aparecen censados “Berenguer FYOL, Andreu FYOL y Bernat
FYOL quienes, por la vecindad de sus domicilios, parecen formar una misma familia.
Los apuntes históricos de Francia revelan que Luis XV
cuyo reinado se extendió entre los años 1709 y 1774, fue
nieto y sucesor de Luis XIV llamado el Rey Sol, y que al
casarse con Irene de Boisson entre otras esposas, tuvo una
hija llamada María Francisca Julia FILLEUL nacida el 15
de julio del 1751 en Longpré, y fallecida el 30 de mayo
del 1822 en París.
Debemos recordar que Luis XIV de Borbón, fue Rey de
Francia y de Navarra desde el 14 de mayo de 1643 hasta su
muerte, con casi 77 años de edad. Conocido como El Rey
Sol o Luis el Grande, fue el primogénito y sucesor de Luis
XIII y de Ana de Austria, hija del Rey Felipe III de España. Incrementó el poder y la influencia francesa en Europa,
obteniendo el poder político y militar, así como el dominio cultural y la creación de un régimen absolutista y centralizado, hasta el punto de que a su reinado se le considera como el prototipo de la monarquía absoluta.
Según otras referencias hispánicas, durante la compra de dos regimenes alemanes que en 1775 le hizo el
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Rey de Inglaterra George III al Duque de Hesse, un soldado húngaro de 21 años de edad de nombre Joseph
Vignola, al regresar a Francia desde Canadá donde lucho,
usó indistintamente el apellido de FIOLA o VIGNOLA,
costumbre que permaneció en la familia como FIOLA al
ser utilizado por su hijo e hija y un nieto.
Igual comportamiento se encuentra en Inglaterra donde al morir el Rey Enrique VIII le sucedió en el trono un
hijo procreado con Juana Seymour, quien reinó con el
nombre de Eduardo VI, pero que al tener tan sólo 10 años
de edad se le nombró como tutor a su tío materno Lord
Edward Seymour quien estaba casado con Catalina
FILLOL, hija de Lord William Fillol, y que por esta razón resultó cuñada de Enrique VIII y tía de Eduardo VI.
En épocas mas recientes y en un pueblo situado en
una elevación de 700 metros de altitud en Cataluña, comarca de l’Anoia en el Municipio de San Martí de Tous,
cerca de Barcelona, se encuentran apenas cuatro casas
donde viven afincados desde hace más de 800 años una
familia de apellido FILLOL, quienes cubren sus necesidades religiosas y festivas en una iglesia Parroquial y un
Castillo, respectivamente, en especial el día de San Jaime
el primer domingo de Septiembre.
Desde el camino de San Martí, en la ruta hacia este
pueblo y Castillo de FIOL o FILLOL, aparecen los anuncios con las indicaciones de FILLOL cundo se usa el catalán, o de FIOL al utilizar el castellano. Los habitantes de
las masías y sus alrededores, reunidos para las festividades de San Jaime cada año, mantienen su pueblo y el Castillo de FIOL o FILLOL desde el 1741 en que esta fue
fechada. Las familias FIOL o FILLOL han poseído por lo
menos tres Escudos Nobiliarios que en algún momento
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de la historia pertenecieron a diversas familias FIOL originarias de otros países.
Desde entones a la fecha, el apellido y sus familias se
han extendido por todo el mundo, adoptando en cada
uno de ellos particulares designaciones. En Alemania, por
ejemplo, se conocen como Fiol, Fiola, Fiolka, Fioz y Fyol.
En Argelia, Bélgica, Argentina, Dinamarca, Finlandia,
Cuba, Polonia, Checoslovaquia, México, Suiza, Gibraltar, Uruguay y USA como Fiol, aunque a este nombre se
agregan otros similares.
En Brasil se usa el apellido Del Fiol, en España los
nombres Fiol, Fillol y Friol, en Francia además del Fiol
se utilizan Fiolet, Fiolle, Fillol, Fillols, Poids-de-Fiole y
Filliols con patronímicos geográficos, y en Italia son frecuentes el Fiol, Fiola, Faiole, DelFiol y Del Fiol. En Barcelona, España, ha sido claro el uso del Fillol en su versión catalana originaria y del apellido Defilló en su
acepción castellana.
Desde mediados del siglo XIX, los miembros de importantes grupos humanos cuyo nombre patronímico se
relacionaba con los FIOL, FILLOL y DEFILLO en sus
acepciones catalana o castellana, provenientes de Barcelona, diversas áreas de los Pirineos, la renovada Francia y
otros países europeos, se trasladaron hacia la región del
Caribe y en especial a las islas de Cuba, Puerto Rico y
Santo Domingo, donde se incorporaron a sus procesos
sociales y a la formación de nuevas familias con tales calificativos patronímicos.
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Esta primera edición de Familia Defilló Martínez. Apuntes genealógicos,
de Bernardo Defilló, se terminó de imprimir en los talleres gráficos de
Editora Búho, en el mes de julio de 2008, en Santo Domingo, República Dominicana.
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