Rendimientos alcanzables de trigo bajo riego en lotes de producción de Norpatagonia. Magalí Gutierrez1*, Andrés Madias1, Sergio Gonzalez1,2. 1- Sistema Chacras – Aapresid; 2- Ea. Colonia Chocirí. *[email protected] Introducción El rendimiento potencial de un cultivo se define como el rendimiento logrado por un genotipo sin limitantes de agua y nutrientes, que crece bajo un marco libre de estrés (plagas, malezas y enfermedades) y se desarrolla bajo buenas prácticas agrícolas. De esta forma la radiación incidente, la temperatura, y las características fisiológicas y fenológicas del genotipo se combinan definiendo el rendimiento potencial (Manlla et al., 2012). Norpatagonia presenta óptimas condiciones ambientales para la producción de cultivos debido a sus excelentes condiciones de temperatura y radiación, sumado a la disponibilidad de agua de calidad para riego. En esta zona el elevado “coeficiente fototermal Q”, expresión que relaciona la radiación (R) y la temperatura (T), favorece ampliamente la generación del rendimiento específicamente para los cereales invernales como el trigo, dado que se ha encontrado una importante relación entre el número de granos, el rendimiento y el cociente Q considerado en el periodo desde 20 días pre-floración a 10 días postfloración(Fischer, 1985). Este cociente Q es más elevado en Norpatagonia que en otras zonas productivas del país (Peralta et al., 2012) y permite explicar la mayor potencialidad de ambientes ubicados en latitudes mayores. Con respecto al trigo en Argentina, en la Red Nacional de Evaluación de Trigo (INTA) se reportaron para La Dulce (ensayos2015) rendimientos superiores a los 10400 kg/ha, sin contar con información documentada más al sur de esas latitudes. Sin embargo, en ensayos realizados por Sistema Chacras en 2011 bajo microparcelas en el Ea. Chocorí, a 45 km de la localidad de General Conesa, Rio Negro, se obtuvieron rindes superiores a los 10500 kg/ha, observándose elevados potenciales de rendimiento para trigo, tanto de ciclo largo como de ciclo corto (Peralta et al., 2012). Ante estos potenciales surge como desafío alcanzar esos rindes a “nivel de lote”, algo que no se ha logrado hasta el momento posiblemente atribuible a la alta heterogeneidad espacial y características deficientes de fertilidad física y química que se presumen de los suelos de esta zona. Entre las cuestiones a tener en cuenta a la hora de producir en Norpatagonia se destaca la presencia de la “avutarda” (Chloephaga sp.), un ave autóctona, que se convirtió en un factor reductor de la producción de los trigos debido a diezmar por pastoreo directo los lotes sembrados en el periodo desde mayo a agosto. Ante esta situación, una alternativa para escapar al daño del ave sería la utilización de variedades de trigo de ciclo corto sembradas en el mes de agosto, pudiendo así evadir la incidencia de la avutarda. El objetivo de este ensayo es alcanzar a “nivel de lote” un rendimiento de trigo ciclo corto de 8.000 kg/ha, a la vez de poder identificar las causas que generan variabilidad en los rendimientos dentro del lote y ponderar su impacto sobre la producción. Materiales y Métodos a) Localización y diseño. El ensayo se realizó en el establecimiento Colonia Chocorí (39°57’ S; 64°55’ O), a 45 km de General Conesa, Río Negro. Se trabajó sobre un lote de producción regado por aspersión con avance frontal el cual se sembró con trigo de ciclo corto (var. BioINTA 1005) el 15/8/15, con una densidad de 350 pl/m2 y un espaciamiento de 21cm. La semilla fue tratada con fungicida e insecticida. Inmediatamente luego de la siembra se fertilizó con 33 kg/ha de fósforo (P) aplicado al voleo e incorporado con riego; la fuente de P utilizada fue fosfato mono amónico (MAP). La fertilización con nitrógeno (N) se realizó en forma fraccionada de forma de ir acompañando los requerimientos nutricionales del cultivo; se volearon 80 kg/ha de urea a inicios de macollaje, 200 kg/ha de urea a mediados de macollaje y 200 kg/ha de urea a fines del macollaje. Los riegos y lluvias durante el ciclo pueden apreciarse en la Tabla 1. En estado Z 3.1 se realizó una pulverización con 800 g/ha de 2,4 D amina para el control de malezas de hoja ancha las cuales estuvieron compitiendo con el cultivo desde el inicio de su desarrollo hasta el momento de la aplicación. No se realizaron aplicaciones de fungicidas o insecticidas debido a que tanto plagas como enfermedades no superaron los umbrales de daño utilizados por el productor. Tabla 1. Riegos y lluvias durante el ciclo del cultivo de trigo. 2015. General Conesa, Río Negro Lluvia Riego Agosto 13 123 Septiembre 21 0 Octubre 32 0 Noviembre 28 252 Diciembre 15 194 Total 109 569 Total 136 21 32 280 209 678 . Los suelos predominantes del área en estudio son de origen aluvial y corresponden a la Asociación Chocorí, con presencia de torripamentes, durortides y, en menor proporción, haplargides. La heterogeneidad espacial es una característica predominante de estos suelos (Figura 1). a) b) Figura 1. Calicatas realizadas en el lote estudiado, ubicada a 10 metros entre sí. a) Perfil de suelo con horizonte superficial franco arenoso que presenta a los 40 cm de profundidad un estrato de suelo más cementado, para luego continuar con más horizontes sueltos de textura franco arenosa. B) perfil franco arenoso hasta los 2m de profundidad. El resultado económico de la producción de trigo se cuantificó a través del margen bruto (MB). Los valores de labores se consideraron a valor contratista (campaña 2015), el precio de los insumos incluye flete hasta el establecimiento y los ingresos tienen descontados los gastos de comercialización (Flete: 30 U$S/Tn; y Comisión 1%) calculados con el rendimiento mecánico obtenido (7.100 kg/ha). Se realizó el MB con precio de trigo condiciones cámara (CC; 150 U$S, Marzo 2016, Bahía Blanca) y de trigo con calidad molinera (M; 185 U$S, Marzo 2016, Bahía Blanca). b) Muestreos y determinaciones. Se estableció una grilla de 40 puntos/estaciones de observación y muestreo en las 6,25 has del lote de trigo, los cuales fueron marcados con estacas. Durante el ciclo del cultivo se registró la fenología cada 15 días según la escala de Zadoks (1974). Los registros diarios de temperatura máxima (Tmax), media (Tmed) y mínima (Tmin) fueron obtenidos de una estación meteorológica ubicada en la localidad de General Conesa, Rio Negro (datos disponibles en www.siga2.inta.gov.ar). Los registros diarios de radiación solar fueron obtenidos de NASA (datos disponibles en www.power.larc.nasa.gov). La evapotranspiración de referencia (ET0) fue calculada con la ecuación de Hargreaves (1985) a partir de los datos climáticos disponibles. En cada estación de muestreo se registró en el estadío Z 1.2 el número de plantas logradas/m2 (Pl/m2). En madurez de cosecha (MC) en cada estación de muestreo, se cosecharon manualmente las espigas de 2 m lineales (0,42 m2) para determinar así el número de espigas/m2 (Esp/m2). Luego se trillaron manualmente las espigas, se pesaron los granos, se midió su contenido de humedad con humedímetro y determinó el rendimiento (Rend; kg/ha) ajustándolo a 14% de humedad. Se determinó el peso de mil granos (P1000; g) y se calculó el número de granos/m2 (NG/m2), el número de granos/espiga (NG/Esp= NG/m2 / Esp/m2) y el número de macollos fértiles/planta (Mac/Pl= Esp/m2 / Pl/m2). A los largo del ciclo del cultivo en cada estación se realizaron observaciones visuales del cultivo para registrar la presencia o no de algún tipo de estrés en el cultivo (estrés hídrico, malezas, plagas, enfermedades). En Z 3.1 se cuantificó la superficie ocupada por manchones de suelo en donde no se pudo establecer el cultivo (sin plantas), manchones afectados por malezas, por exceso de cobertura y fallas de siembra. En dos de los puntos se realizaron determinaciones de humedad por el método gravimétrico, cada 20 cm hasta 1 metro de profundidad en cinco momentos del ciclo: siembra, Z 1.1, Z 3.1, Z 6 y Z9. Se midió la pedregosidad en cada uno de los estratos. Para determinar el contenido de humedad de las muestras, las mismas fueron pre-secadas al aire y luego con microondas hasta alcanzar peso constante. Con estos registros gravimétricos y conociendo las constantes hídricas del suelo (capacidad de campo y punto de marchitez permanente – CC y PMP), estimadas a partir de funciones de edafotrasferencia (Soil Water Characteristics) con los datos texturales del suelo, se calculó la lámina de agua útil (AU) en mm en el perfil en cada medición. Se utilizaron estas estimaciones, la duración de las etapas del ciclo y los registros meteorológicos (Eto, mm) para ajustar el balance hídrico diario del cultivo hasta 100 cm de profundidad, por el método del Kc único-FAO, modificado por R. Gil (no publicado). A través de este balance hídrico se estimó el consumo diario y total en el ciclo del cultivo. Resultados y discusión a) ¿Cómo fueron las condiciones climáticas durante el ciclo del cultivo? El trigo encañó (Z 3.1) el 28 de octubre y espigó (Z 5.5) 13 de noviembre. La última helada se produjo el 23 de octubre, por lo que la producción no se vio afectada por temperaturas inferiores a 0°C. Durante la etapa de macollaje la Tmed fue adecuada para favorecer la producción de macollos, y a lo largo del período crítico (PC) la Tmed fue de 20.8 °C, adecuada para una correcta fijación de granos (Figura 2). En líneas generales, el coeficiente fototermal (Q) fue elevado durante el ciclo del cultivo, en comparación con Q histórico. En particular en el PC el Q fue de 1.7, ligeramente superior al Q histórico medio para esa fecha en General Conesa (1.6). Según Fisher (1985) existe una importante asociación entre el número de granos, el rendimiento, y las condiciones de radiación y temperatura exploradas en el lapso que media desde 20 días pre-floración a 10 días post-floración, expresadas a través del concepto de cociente fototermal. (a) Figura 2. a) Evolución de Tmed (verde), Tmax (gris continua) y Tmin (gris punteada) diarias a lo largo de la estación de crecimiento del trigo y b) Evaluación del Q diario a lo largo del ciclo del cultivo en la campaña 2015 (línea amarilla) y comparación con el Q diario histórico (línea gris) para la localidad de General Conesa, Rio Negro. El cuadro rosado indica el periodo crítico del cultivo. Abajo se aprecian las fechas en las que transcurrió cada período fenológico. b) Rendimiento y sus componentes El rendimiento promedio de la cosecha manual de los 40 puntos de seguimiento fue de 8.919 kg/ha, mientras que el rendimiento obtenido por cosecha mecánica a nivel de lote fue de 7.134 kg/ha. La diferencia de rendimiento entre los dos tipos de cosecha se puede deber a la gran heterogeneidad espacial de los suelos, a la existencia de sectores de rendimiento nulo que no son captadas por las cosechas manuales (pisadas del equipo de riego, pisadas de la pulverizadoras en estados avanzados del cultivo, fallas de siembra, fallas importantes en control de malezas, manchones de suelo de mala calidad) y al elevado desgrane ocasionado por fuertes vientos entre el momento de las cosechas manuales y la cosecha mecánica (500 kg/ha). El rendimiento alcanzado en los puntos de seguimiento fue muy variable, con “pisos” de 2.850 kg/ha hasta “techos” de 14.900 kg/ha (Figura 3b). Los máximos valores obtenidos de cosecha manual están en sintonía con el potencial de rinde observado en ensayos europeos para el cultivo de trigo (Austin, R.B., 1982), aunque sí resultan superiores al potencial observado en región pampeana. Estudios sobre el potencial de trigo en distintas localidades de la pampa húmeda arrojan rendimientos entre 5.000 y 10.400 kg/ha (mayores rindes en localidades más sureñas), siendo potenciales inferiores a los observados en este ensayo. Los valores de los parámetros estudiados para todos los puntos se presentan en el Anexo 1. Figura 3. a) Rendimiento (kg/ha) obtenido bajo cosecha manual (barra negra) y bajo cosecha mecánica (barra gris); b) Rendimiento bajo cosecha manual en cada punto de seguimiento. La línea punteada verde indica el rendimiento promedio y se destacan los puntos donde se observaron los “pisos” (barras rojas) y “techos” (barras azules) de rendimiento. Trigo campaña 2015. General Conesa, Río Negro. Las variaciones intra-lote del rendimiento, desde el punto de vista de sus componentes, fueron explicadas en su totalidad por el número de granos/m 2 (NG) ya que el peso de los granos (P1000) fue de 40 g en todos los puntos de muestreo, siendo este peso cercano al máximo reportado para la variedad utilizada (Guillermo Vidal – Bioceres, comunicación personal; RET 2015) y nos mostró las excelentes condiciones a las que el cultivo estuvo expuesto durante el período de llenado de sus granos. El número de espigas/m2 (Esp/m2) y el número de granos/espiga (G/Esp), los dos componentes que definen el NG, estuvieron positivamente correlacionados con el rendimiento obtenido en cada sector (Figura 4). Figura 4.Relación entre el rendimiento y a) el número de espigas/m2 y b) el número de granos/espiga. Trigo campaña 2015. General Conesa, Río Negro. El rendimiento promedio de los 10 mejores puntos (25% de la superficie) fue de 12.500 kg/ha mientras que en los 10 peores puntos el mismo se redujo a 5.300 kg/ha (Figura 5a). Al analizar el comportamiento de los componentes del rendimiento en primer lugar cabe destacar que en los puntos donde se observaron los “pisos” de rendimientos (Figura 3b; puntos 1, 17, 31, 32 y 36) estuvieron asociados a sectores con una calidad de suelo diferente o con una alta presión de malezas (ver Anexo 1) que han generado estrés al cultivo en algún momento de su ciclo. Por otro lado, los sectores con mayores rindes mostraron en primer lugar un ambiente favorable para la generación de macollos (Figura 5e) para luego también permitir que esos macollos se traduzcan en mayor número de Esp/m 2 y que esas espigas fijaran mayor NG/esp (Figura 5c y 5d), traduciéndose en mayores rindes. Figura 5. a) Rendimiento, b) número de granos/m2, c) granos/espiga, d) espigas/m2; y e) macollos/planta para el 25% de los sitios con mayor (barras gris oscuro) y menor (barras gris claro) rendimiento. Los bigotes indican el desvió estándar. Trigo campaña 2015. General Conesa, Rio Negro. En ensayos realizados por Sistema Chacras, Peralta et al (2012) encontraron que con riegos y una estrategia de fertilización apuntados a rendimientos potenciales lograban incrementar un 30-40% la cantidad de esp/m2, respecto a las logradas con el manejo habitual del establecimiento; alcanzando en las parcelas de rendimiento potencial entre 985 y 1200 esp/m 2y rendimientos de 10.500 kg/ha. En el año 2015 en Lincolnshire (Inglaterra) se alcanzó el record mundial de rendimiento de trigo llegando el mismo a 16.500 kg/ha a escala de lote de producción, en este caso se contabilizaron 936 esp/m 2 (Farmersweekly - www.fwi.co.uk). Esta cantidad de esp/m2 es muy superior a la obtenida en esta experiencia, en donde los valores fueron desde 325 esp/m2 hasta 750 esp/m2 en los sectores con rendimientos más elevados. Las condiciones ambientales favorables durante el período crítico y el llenado de los granos posibilitaron que se fijaran un buen NG/esp y un P1000 casi máximo para la variedad elegida, lo que permitió alcanzar elevados rendimientos a pesar de que el número de espigas logradas no llegó a los valores planteados anteriormente. Aquí aparece entonces un posible punto a mejorar en estos planteos de trigos de altos rendimientos y que sería poder lograr efectivamente a nivel de lote unas 700-1000 esp/m2 para aspirar a alcanzar los “techos” de rendimiento. La cantidad diferencial de esp/m2 en los sectores de mayores y menores rindes (Figura 5a y Anexo 1) se debió a que en los primeros ofrecieron al cultivo un ambiente edáfico más propicio para generar un mayor número de macollos y que luego estos se traduzcan en espigas fértiles, dado que se observa que el promedio de plantas logradas a la siembra en los diez mejores y diez peores puntos no tuvo diferencias. A su vez, la cantidad de macollos por individuo (Mac/pl) tendió a ser mayor en los sitios con menos plantas logradas a la siembra, mostrando la capacidad de compensación por macollaje del trigo BIO 1005 en la campaña 2015 para la fecha de siembra utilizada (Figura 6b). Figura 6. a) Cantidad de Plantas/m2 logradas a la siembra (barras negras) y de espigas/m2 en madurez fisiológica para el 25% con menor (25%INF) y mayor (25%SUP) rendimiento. b) Relación entre plantas/m2 logradas y número de macollos/planta en madurez fisiológica. Trigo campaña 2015. General Conesa, Río Negro. c) Manejo del cultivo: análisis y oportunidades. 1. Riegos El ajuste del balance hídrico diario permitió estimar los requerimientos hídricos diarios y totales en el ciclo del cultivo. Los kc del cultivo utilizados fueron 0.5, 1.15 y 0.7 (kc inicial, kc medio y kc final). La demanda potencial estimada del cultivo desde siembra a MF fue cercana a los 500mm mm. Esta demanda potencial es inferior a la registrada en las experiencias de la chacra en el año 2012, y que se ubicaron entre 670 y 580 mm para ciclos largos y cortos respectivamente (Peralta et al. 2012). La demanda promedio durante el período crítico fue de 6,5 mm/día. La menor demanda total en esta campaña puede explicarse por la corta estación de crecimiento del cultivo (127 días desde siembra a MF) y por las condiciones ambientales favorables durante la campaña, donde no se registraron elevados picos de demanda como en campañas anteriores (Figura 7). Figura 7. Evolución diaria de la evapotranspiración potencial del cultivo (ETc) para trigo ciclo corto en la campaña 2015 (línea roja) y para trigos de ciclo corto (línea negra) y largo (línea gris) para la campaña 2012. Ea. Chocorí. General Conesa, Rio Negro. Para satisfacer la demanda potencial de agua el cultivo contó con una oferta total de de 678 mm, de los cuales 569 mm provinieron de riego y 109 mm de lluvias (Figura 8 y Tabla 2). Al analizar los registros de mediciones de humedad gravimétrica del suelo realizados durante el ciclo cultivo (datos no publicados) se vio que la misma se encontró siempre en niveles superiores al 50% de capacidad de campo (CC), por lo que se puede inferir que el cultivo no se vio afectado por estrés hídrico, lo que coincide con las observaciones visuales realizadas. Se observó que el día 12 de diciembre se aplicó una lámina de riego de 82 mm. Para esta fecha el cultivo se encontraba a 8 días de llegar a MF por lo que probablemente este riego podría haberse evitado, teniendo en cuenta que el cultivo se encontraba en un estadio fenológico bastante avanzado y que aún había reservas de agua edáfica. Según Rawson & Macpherson (FAO, 2001) el peso potencial de los granos se obtiene evitando el estrés hídrico antes del estado de pasta temprana Z8.0 y que después ya no es necesario regar. Lluvias pre siembra 13 mm Riego pre siembra Lluvias en el ciclo (Si – MF) Riegos en el ciclo (Si - MF) 0 mm 96 mm 569 mm Total Agua 678 mm Figura 8 y Tabla 2. Riegos y lluvias acumulados durante el ciclo del cultivo de trigo. Campaña 2015. General Conesa, Rio Negro. La recarga completa del perfil (al menos hasta 1 m de profundidad) es una estrategia pendiente para evaluar en futuras campañas, pensando en que una mayor disponibilidad hídrica en todo el perfil favorecerá el crecimiento de la raíces en profundidad y así mejorar la captación de agua y nutrientes. 2. Nutrición La estrategia de fertilización planteada se planificó en base a tablas de requerimientos nutricionales de IPNI apuntando a un rendimiento objetivo 8.000 kg/ha. Como “arrancador” se aplicaron 150 kg/ha de MAP (33P + 13N) al voleo inmediatamente luego de la siembra y se incorporó mediante una lámina pesada de riego (60 mm). La aplicación de urea se hizo fraccionada en tres momentos, inicio de macollaje (80 kg/ha), mediados de macollaje (200 kg/ha) y fin de macollaje (200 kg/ha); luego de cada aplicación se aplicó una lámina de riego para incorporarla urea (Figura 9). Se podría pensar que una posible medida para aumentar la eficiencia de utilización del P sería la aplicación del mismo algunos meses antes de la siembra para dar tiempo a que el mismo se incorpore al suelo o bien incorporar el fertilizante en la línea de siembra, teniendo en cuenta las dosis para no generar fitotoxicidad. Otra opción sería aplicar un 70-80% de la dosis previamente a la siembra y el 2030% restante incorporarla en la línea al momento de la siembra como “arrancador”. Figura 9. Evolución fenológica y momento de realización de las fertilizaciones. Trigo campaña 2015. General Conesa, Rio Negro. 3. Siembra La densidad planificada fue de 350 pl/m2, mientras que la densidad realmente lograda fue de 290 pl/m2 con un coeficiente de variación de 19%. Al comprar la densidad lograda en los sitios de mayor y menor rendimiento vemos que fueron de 311 y 286 pl/m2, respectivamente, sin diferencias significativas. Si bien dentro del lote hubo zonas con fallas en la siembra, donde el surco quedó sin plantas, la superficie afectada por este problema fue tan solo del 0,5% del total del lote. En base a los rendimientos estimados estás fallas de siembra implicaron una pérdida de 50 kg/ha. Un aspecto a tener en cuenta en las próximas campañas es que debemos asegurar una buena dotación de espigas (superior a 750 espigas/m2) para alcanzar los “techos” productivos. Para lograr esto es necesario profundizar el estudio e identificar si a través del manejo de agua y nutrientes es posible fomentar el macollaje en un stand de 350 pl/m2 y lograr el objetivo en un ciclo de crecimiento acotado. Al elevar el número de espigas por unidad de superficie podríamos evaluar también si se reducen los problemas de desgrane, dado que los granos se repartirían mejor entre las espigas y no se acumularían en las espiguillas como sucedió este año. 4. Protección del cultivo En cuanto al manejo de malezas, a la siembra se aplicaron 5 l/ha de glifosato al 60%. Con esta aplicación no se lograron controlar ciertas malezas de hoja ancha las cuales ejercieron competencia con el cultivo hasta inicio de encañazón (Z 3.1), momento en que se realizó una aplicación de 800 g/ha de 2,4 D sal amina. Con esta última aplicación se logró un control de malezas aceptable, sin embargo, la calidad de aplicación fue deficiente y ciertas malezas no se vieron afectadas por el 2,4 D las cuales compitieron con el trigo hasta el final de su ciclo. Al comparar el rendimiento de las estaciones de muestreo que se encontraron afectadas por fallas en las aplicación de herbicidas y con el de las estaciones más cercanas en las que se realizó una correcta aplicación, vemos que los sectores que fueron sometidos a competencia por malezas a lo largo de todo su ciclo redujeron en promedio un 53% su rendimiento (variando entre 32 y 70%) respecto a los sectores donde las malezas no interfirieron, representando una diferencia de rendimiento promedio de 4.880 kg/ha. Teniendo en cuenta que la superficie afectada por estas fallas de pulverización fue del 10% (4 de las 40 estaciones) y que en promedio el rendimiento se redujo un 53% en estos sitios, podemos estimar que a causa de las mismas se perdieron unos 390 kg/ha (5% del rendimiento) a nivel de lote. En lo que respecta a insectos y enfermedades no fue necesario su control con productos fitosanitarios durante el ciclo del cultivo. Solo se detectó, en estadios tempranos, la presencia de arañuela y pulgón en algunos sectores del lote pero que no superaron en ningún momento los umbrales de daño y que no generaron daño al trigo. d) ¿Cómo fue la calidad del grano obtenido y el resultado económico? El grano cosechado tuvo un 11,2 % de proteína (sobre base 13,5% de humedad), 81 de peso hectolítrico (kg/Hl) y 29,4 % de gluten húmedo harina (sobre base de 13,5 % de humedad), constituyendo un grano que podría comercializarse como calidad molinera. El Margen Bruto (MB), considerando los valores de trigo a condiciones cámara, indicó que hubo una ganancia de 28 U$S/ha. Cabe destacar que los cálculos se realizaron a valores contratista, lo cual genera que en los costos se incluya la ganancia de éste, la cual no debería considerarse si se realizan las labores con maquinaria propia del establecimiento. El MB con el precio (Marzo 2016) de trigo de calidad molinera, aun considerando las labores con los valores de contratista, otorga un resultado positivo interesante (Tabla 3). Tabla 3. Cálculo del Margen Bruto y Rendimiento de indiferencia del ejercicio, con precio trigo condiciones cámara (CC) y precio trigo calidad molinera (M). Labor/Insumo Pulverización Aplicación Glifo (60%) 2,4 D amina Fertilización Urea MAP Voleadora Siembra Semilla Contratista Curasemilla Cosecha Contratista Riego Cantidad Precio por unidad(U$S) Total (U$S) 2 5 0,8 7 6,5 4,37 14 32,5 3,5 480 110 4 0,470 0,645 7 225,6 70,95 28 160 1 1,3 0,538 37 11 86,08 37 14,3 1 532 35 0,5 35 266 Total costo producción (U$S/ha) 812,96 Ingresos (CC) (U$S/ha) Ingresos (M) (U$S/ha) 841,35 1087,72 MB (CC) (U$S/ha) 28,424 MB (M) (U$S/ha) Rendimiento indiferencia (CC) 274,794 6860 kg/ha Rendimiento indiferencia (M) 5306 kg/ha Consideraciones finales Se alcanzó un rendimiento de 7.200 kg/ha a escala de lote de producción. La siembra de trigos de ciclo corto en fechas tardías (1er quincena de agosto) es una estrategia que permite alcanzar elevados niveles de rendimiento en la zona. En esta campaña sembrando el 15 de agosto la variedad BioINTA 1005 se logró evadir el daño de avutarda y el ciclo del cultivo se completó sin interrupción del mismo (ni por heladas ni por golpes de calor). Se midieron elevados potenciales de rendimiento (hasta 14.900 kg/ha) en algunos sectores del lote. Los elevados rindes se obtuvieron en sectores con más de 700 espigas/m2, por lo que es necesario asegurarnos a cosecha una buena dotación de espigas (superior a 750 espigas/m2) para alcanzar los “techos productivos”. Es necesario profundizar el estudio e identificar si a través del manejo de agua y nutrientes es posible fomentar el macollaje en un stand de 350 pl/m2 y lograr el objetivo de alcanzar las 750 espigas/m2. El uso de ciclos cortos en FS tardías permite reducir la necesidad de riego. En esta campaña la demanda potencial del cultivo desde siembra a MF fue cercana a 500 mm, inferior a la registrada en campañas anteriores. El menor requerimiento de agua total en esta campaña puede explicarse por la corta estación de crecimiento del cultivo (127 días desde siembra a MF) y por las condiciones ambientales favorables sin elevados picos de demanda. Es necesario ajustar las estrategias de riego que permitan aportar al trigo lo que necesita en el momento justo a los fines de no desperdiciar agua. Un buen control de malezas es muy importante para alcanzar altos rendimientos, con énfasis al tratarse de periodos de cultivo cortos en donde no hay tiempo para remendar escapes. El resultado económico, considerando los valores de trigo a condiciones cámara, indicó hubo una ganancia de 28 U$S/ha. El MB con el precio (Marzo 2016) de trigo de calidad molinera, aún a valores de contratista, otorga un resultado positivo más interesante. Surge como alternativa productiva sustentable, la intensificación de la rotación con cultivos invernales junto con cultivos estivales. Con respecto al trigo, una posibilidad sería adelantar la fecha de cosecha, utilizando ciclos más cortos (ejemplos sugeridos Bio 1007, ACA 906). Otra vía podría ser la utilización de cebada ciclo corto. Agradecimientos: agradecemos a Sergio y Eduardo (Ea. Colonia Chocorí) por la predisósición y entusiasmo para realizar este ensayo; y a Jorge Fraschina por sus aportes en el protocolo de cultivo y determinaciones a realizar. Anexo 1. Rinde y componentes de rendimiento. Trigo campana 2015. General Conesa, Río Negro. Los símbolos “+” en la columna de FSt indican un factor de estrés agravado por su magnitud. Punto 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 Rend (kg/ha) 2853 8809 7308 8059 8709 7658 10011 6507 7558 12814 14766 8409 10211 11812 8859 7408 5155 7758 8959 8859 10361 12663 11412 13114 14916 11062 10912 10811 8209 7208 5155 4655 3954 10111 10111 3954 Pl/m2 329 324 410 229 271 195 271 243 238 333 348 333 257 262 243 310 386 276 381 310 310 310 286 381 271 300 329 338 238 286 167 214 333 243 233 210 Esp/m2 324 529 490 586 433 519 571 524 590 738 724 610 643 705 528 519 362 419 552 695 690 657 733 652 752 552 698 714 529 357 467 376 410 571 633 457 Mac/pl 0,99 1,63 1,20 2,56 1,60 2,66 2,11 2,16 2,48 2,21 2,08 1,83 2,50 2,69 2,17 1,68 0,94 1,52 1,45 2,25 2,23 2,12 2,57 1,71 2,77 1,84 2,12 2,11 2,22 1,25 2,80 1,76 1,23 2,35 2,71 2,18 P1000 (g) 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 NG/Esp 22 42 37 34 50 37 44 31 32 43 51 34 40 42 42 36 36 46 41 32 38 48 39 50 50 50 39 38 39 50 28 31 24 44 40 22 Bio (kg/ha) 7000 19429 13571 15571 16952 14381 17095 12095 14333 25762 27667 15381 20333 23333 19429 13667 9762 13905 18286 18143 16905 24095 24952 25048 30048 19952 21238 21190 15714 14048 9619 9762 7714 18667 19762 7524 IC 0,35 0,39 0,46 0,45 0,44 0,46 0,50 0,46 0,45 0,43 0,46 0,47 0,43 0,44 0,39 0,47 0,45 0,48 0,42 0,42 0,53 0,45 0,39 0,45 0,43 0,48 0,44 0,44 0,45 0,44 0,46 0,41 0,44 0,47 0,44 0,45 FSt +Maleza No No No No No No No No No No No No No No No Maleza No No No No No No No No No No No No No Suelo Maleza +Maleza No No +Maleza 37 38 39 40 11362 8309 6307 9710 295 319 286 271 671 529 552 629 2,27 1,66 1,93 2,32 40 40 40 40 42 39 29 39 21286 16286 7286 18571 0,46 0,44 0,74 0,45 No No No No Bibliografía Austin, R. 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