DIRECCIÓN GENERAL DE LOS REGISTROS Y DEL NOTARIADO MINISTERIO DE JUSTICIA O F I C I SUBDIRECCIÓN GENERAL O S/REF. N/REF. ANUARIO Sección 3ªN-Expd.nº:96/06 FECHA ASUNTO 19 de Abril de 2007 En relación al recurso de alzada interpuesto por Doña J.S.M., contra el acuerdo de la Junta Directiva del Iltre. Colegio Notarial de Cataluña de 19 de Julio de 2006, sobre la actuación de la Notario de ..., Doña E.L.E. ANTECEDENTES DE HECHO I.- El veintiuno de junio de dos mil seis, tuvo entrada en el Colegio Notarial de Cataluña, escrito de Doña J.S.M. presentado ante la Oficina de Garantias Lingüísticas de la Generalitat de Catalunya, de reclamación contra la actuación de la Notario de ..., Doña E.L.E. Expone la reclamante que reunidos las partes para el otorgamiento de la escritura de compra de una vivienda y préstamo hipotecario, al comenzar la lectura de la escritura de compraventa comprobaron que esta estaba redactada en castellano; al indicar los compradores su voluntad de que se redactara en catalán, según el derecho de elección del que se advertía mediante rótulo en la entrada de la notaría, la Notaria indicó que no se le había advertido antes de esta opción, y que si querían tener las escrituras en catalán había que traducirlas y no podrían hacerlo antes del día siguiente; ante la intransigencia de la Notaria, aceptaron volver al día siguiente no obstante el contratiempo laboral que ello comportaba. Añade que días más tarde se enteraron de que la Ley de Política Lingüística establece tres preceptos que han sido vulnerados, pues en ningún momento se les preguntó el idioma en que querían que fueran redactadas las escrituras, el idioma utilizado por defecto fue el castellano y la opción por la lengua catalana les ha provocado perjuicios. CORREO ELECTRÓNICO: Plaza de Jacinto Benavente, 3 28071 MADRID TEL.: 91 389 52 80 FAX: 91 389 54 20 II.- Solicitado informe a la Notaria, ésta lo emite con fecha de 7 de julio de 2006, en el que expone: que a la entrada del despacho y encima del mostrador se halla bien visible un letrero que advierte del derecho de los interesados a escoger el idioma, catalán o castellano, en que deban ser redactados de los documentos notariales; que los otorgantes no hicieron manifestación alguna al respecto; que los compradores no hicieron la opción por el idioma catalán hasta que, redactadas las escrituras, se inició su lectura; que la notaria les dijo que no era posible realizar la traducción en ese momento y de forma inmediata; que la nota registral informativa estaba redactada en castellano; que no es posible confiar la traducción a un traductor informático pues son defectuosos y exige una comprobación íntegra del documento, con el consiguiente tiempo que ello requiere; que no hubo intransigencia por su parte, sino por parte de los compradores, además de una interpretación parcial, interesada y dudosa de la ley por parte de éstos; que aún teniendo en cuenta el interés de los compradores, había que evitar que se causara perjuicio a los demás clientes que estaban esperando, a los empleados que estaban próximos a concluir su horario de mañana y a los demás otorgantes y asistentes a la firma, que no tenían ningún inconveniente en que se firmara en castellano; que en ese mismo momento se ofreció firmar la escritura en catalán al día siguiente, opción que aceptaron con plena normalidad; que asumió el trabajo adicional que ello representaba, en lugar de imponer esperar a recibir las minutas y la nota informativa en catalán; que los demás asistentes preferían firmar al día siguiente y la entidad de crédito cierra a mediodía; que el perjuicio lo causaron los propios reclamantes a los demás asistentes; y que la exposición de los hechos que realiza la reclamante no es cierta, es tendenciosa y sesgada y revela desprecio por los derechos ajenos. III.- El Iltre. Colegio de Notarios de Cataluña, en sesión de su Junta Directiva de 19 de julio de 2006, acordó desestimar la queja por considerar que la actuación de la conducta de la Notaria no tiene los elementos de intencionalidad discriminatoria ni de desatención al público que podrían comportar el inicio de un expediente sancionador, en especial teniendo en cuenta que redactó en catalán el documento solicitado. IV.- Contra la anterior resolución, recurre en alzada Doña J.S.M. ante esta Dirección General insistiendo en los motivos de su reclamación inicial y, como principal, en el incumplimiento del artículo 14.3 de la Ley 1/1998, de 7 2 MINISTERIO DE JUSTICIA de enero de Política Lingüística, de la Generalitat de Catalunya, que obliga al Notario, antes de redactar el documento, a preguntar explícitamente a los otorgantes la lengua que escogen, y en el mismo sentido el artículo 1 del Decreto 204/1998 de 30 de julio, que dispone que antes de redactar el documento y en el momento de recibir el encargo de redactarlo, se debe preguntar explícitamente al otorgante o a sus mandatarios, qué lengua escogen. Remite asimismo al artículo 3 de la misma ley conforme al cual, a falta de elección, el documento se redactará en catalán. Admite que la traducción inmediata del documento pudiera ocasionar desatención al público, pero se ampara en la mencionada Ley de Política Lingüística que dispone que la elección de una u otra lengua no debe comportar retraso en la redacción y autorización del documento y en el caso denunciado, la elección comportó la discriminación de quien exigió la redacción en lengua catalana. De lo ocurrido y del informe de la Notaria, la recurrente deduce una intencionalidad discriminatoria y una habitualidad en la vulneración de los mencionados preceptos de la Ley de Política Lingüística, y alega al respecto la afirmación de la Junta Directiva de que al parecer, lo hizo por la costumbre de quien le encargaba la escritura. V.- La Notaria, mediante escrito fechado el 9 de noviembre de 2006, se reitera en su escrito anterior, en que no se impuso a los asistentes sino que se les ofreció y éstos aceptaron, la firma al día siguiente, y en que no se intentó hacer decaer su voluntad respecto de nada; añade también, que si se coloca un letrero de cara al público, se hace para asegurar la información general respecto de su contenido, que es hacer conocer los derechos de los particulares en relación a la preferencia de la lengua, y califica de, cuando menos, extraña, la pasividad de los otorgantes en el momento de dar sus datos y esperar a la lectura, si tenían tanto interés en que la escritura se hiciera en catalán; concluye exponiendo que la traducción se hizo por medios informáticos, pero aún así, la revisión de la traducción resultante exige de tres cuartos a una hora por escritura, y así se lo explicó a los otorgantes. VI.- El Iltre. Colegio de Notarios de Cataluña, en su informe de 30 de noviembre de 2006, ratificó el criterio mostrado en la resolución recurrida negando fundamento a la acusación de intencionalidad discriminatoria y reincidencia; puntualiza además en su informe que la pregunta de la elección de la lengua, debe hacerse al recibir el encargo para la redacción de la escritura y a los otorgantes o a sus mandantes, sin que pueda pretenderse 3 MINISTERIO DE JUSTICIA que la opción sea de efecto inmediato pues la redacción de cualquier documento mínimamente extenso requiere siempre un tiempo determinado. FUNDAMENTOS DE DERECHO Vistos el artículo 14 de la Ley 1/1998 de Política Lingüística de la Generalitat de Catalunya, y el artículo 1 del Decreto 204/1998, de 30 de julio, sobre el uso de la lengua catalana en los documentos notariales. PRIMERO.- Se plantea ante esta Dirección General, la reclamación de Doña J.S.M. contra la actuación de la Notario de ..., Doña E.L.E., en la redacción de unas escrituras públicas que la reclamante quería que fueran redactadas en idioma catalán y que la Notaria redactó en idioma castellano, por lo que se tuvo que aplazar su otorgamiento hasta el día siguiente a la fecha prevista para ello. Imputa la reclamante al Notario la infracción de tres obligaciones legales, a saber, la obligación de preguntar explícitamente a los otorgantes sobre el idioma en que debía ser redactado, la obligación de redactarlo en idioma catalán a falta de opción expresa, y la obligación de evitar que la opción por la redacción en idioma catalán comporte retraso en la redacción y autorización. SEGUNDO.- La ley catalana de política lingüística y su decreto de desarrollo citados en los vistos, tienen por objeto la garantía de los derechos lingüísticos de los ciudadanos de Cataluña, basándola en los tres pilares, que la reclamante considera vulnerados, que son el derecho a la libre elección de idioma, la opción por la lengua catalana, como lengua propia de la Comunidad, a falta de opción de las partes, y la no discriminación por razón del idioma en que se redacte el documento. TERCERO.- No obstante, parte la reclamación de una errónea interpretación del artículo 14 del Decreto 204/1998 en cuanto establece que “Antes de redactar el documento, y en el momento de recibir el encargo de redactarlo, debe preguntarse explícitamente al otorgante u otorgantes, o a sus mandatarios, qué lengua escogen”. 4 MINISTERIO DE JUSTICIA Hay que llamar la atención acerca del hecho de que la opción por el idioma debe hacerse antes de redactar la escritura, en el momento de recibir el encargo, y que la opción pueden hacerla los otorgantes o sus mandatarios. Afirma la reclamante que en ningún momento, antes de la firma, nadie de la notaría se puso en contacto con ellos, ni directamente ni a través de una tercera persona, para preguntar explícitamente en qué lengua querían el texto. Es cierto que tanto la ley como su decreto de desarrollo, imponen al Notario la obligación de preguntar explícitamente acerca del idioma en que se redactará el documento, pero obviamente ello presupone que no ha habido opción por parte de quien encarga la redacción de la escritura, otorgante o mandatario, pues, de existir ésta, no tiene sentido preguntar aquello que ya se ha contestado. Expone la reclamante que la opción por el idioma catalán se hizo ante la representante de la entidad crediticia, a quien califica de intermediaria entre ellos y la notaría, pero no afirma ni consta que el representante de la entidad de crédito lo trasladara así a la notaría. Por su parte, la Notaria, ante la protesta de la reclamante en el momento de la firma, afirma que nadie le había indicado antes tal opción, sin que ello resulte contradicho ni por la reclamante ni por la representante de la entidad de crédito. Y añade la Notaria en su informe, que hubiera tenido la opción de esperar a que la entidad le enviara la minuta en catalán; a sensu contrario, se desprende de ello que la minuta recibida de la entidad de crédito estaba redactada en castellano, hecho éste que cabe entender como opción lingüística realizada por quien la propia reclamante instituye en su intermediaria ante la notaría, por lo que cabe considerarla, a estos efectos, como su mandataria o persona habilitada para realizar la opción prevista en el artículo 14 del Decreto de constante referencia; si hubo tal opción por el idioma castellano, es conforme a derecho la redacción que se realizó de las escrituras. CUARTO.- Decaído el motivo principal de la reclamación, tampoco puede ser atendida la pretensión de que la traducción fuera realizada en el mismo momento, pues la prohibición de que la opción por la redacción en idioma catalán comporte retraso en la redacción del documento, debe entenderse referida al tiempo a transcurrir desde que se encarga la redacción de la escritura hasta que ésta se otorga, que no debe ser mayor si se solicita en lengua catalana que si se hace en castellano, pero ello no puede, por imposibilidad ontológica, implicar que la respuesta a la opción por 5 MINISTERIO DE JUSTICIA uno u otro idioma, deba ser inmediata y sin retraso desde el momento mismo en que se solicita, si ello ocurre en el propio acto del otorgamiento. QUINTO.- Las demás afirmaciones de la reclamación, relativas a la habitualidad y voluntariedad en la infracción de la Ley de Política Lingüística y en la discriminación del idioma catalán, carecen de fundamento en los hechos probados o incluso simplemente alegados, además de que se compadecen mal con el hecho de que la Notaria informe de forma expresa y visible, en la entrada de la notaría, del derecho de los otorgantes a escoger el idioma en que se redactarán los documentos notariales. SEXTO.- No obstante lo anterior, se da en el caso enjuiciado la paradójica situación de que, aún siendo ajustada a derecho la actuación de la Notaria, no lo es en cambio la defensa y justificación que realiza de ella, pues es correcta la redacción del documento en castellano sobre la base de que por medio del mandatario que es la apoderada de la entidad de crédito, se ha realizado una opción por la lengua castellana; pero ello no lo alega la Notaria, sino que se limita a proporcionar el dato fáctico, por medio de una interpretación “a contrario”, sin sacar de ello sus lógicas y legales consecuencias. Antes bien, la Notaria alega como fundamento y justificación de su actuación, lo siguiente: 1.- que a la entrada del despacho y encima del mostrador se halla bien visible un letrero que advierte del derecho de los interesados a escoger el idioma, catalán o castellano, en que deban ser redactados los documentos notariales, lo cual, si bien muestra su disponibilidad al cumplimiento de sus obligaciones en materia lingüística, no la exime precisamente de su cumplimiento; 2.- que los otorgantes no hicieron manifestación alguna al respecto y que los compradores no hicieron la opción por el idioma catalán hasta que, redactadas las escrituras, se inició su lectura, pero éste es precisamente el fundamento que ampara la reclamación, pues de haber faltado tal manifestación, los documentos debieran haberse redactado en idioma catalán, pues la opción por el idioma catalán, a falta de declaración en contra de los interesados, la hace la propia ley. El resto de argumentos, que la nota registral estuviera redactada en castellano, que no es posible confiar la traducción a un traductor automático, que hubiera otra gente esperando, que se acercara la hora de comer, etc, 6 MINISTERIO DE JUSTICIA carecen de toda virtualidad para fundamentar en derecho la actuación de la Notaria. A la vista de lo anterior, y teniendo en cuenta que de conformidad con lo expuesto, ante la reclamación de la compradora, la justificación que la Notaria hizo de su actuación carecía de fundamento jurídico, es especialmente rechazable que en su primer informe, acuse a la reclamante de intransigencia, de realizar una interpretación parcial, interesada y dudosa de la ley, de causar perjuicio a los demás asistentes, de realizar una exposición de los hechos falsa, tendenciosa y sesgada, y de mostrar desprecio por los derechos ajenos, cuando lo único que pretende es el ejercicio de un derecho que cree que le asiste, y respecto del cual, la Notaria, en su obligación de asesoramiento, no le informa adecuadamente de cuál es su posición legal, pues la explicación que le proporciona la Notaria sobre las razones por la que no tiene derecho a lo que pretende, no está debidamente fundada en derecho; como es también rechazable que en su segundo informe, ante este Centro Directivo, insista en la misma argumentación errónea y acuse a los compradores de pasividad en la defensa de sus derechos, pues no es el momento de comparecer en la Notaría para el otorgamiento de un documento que debiera estar ya preparado, el adecuado para realizar la opción por el idioma en que debe ser redactado, sino que, supuesto que no eran conscientes de que se hubiera realizado opción expresa por el castellano, de cuyo error no les sacó la Notaria, no tenían necesidad alguna de pedir que se redactara en catalán, ni en el momento de comparecer para la firma ni con anterioridad pues, de no haberse realizado opción por el idioma castellano y de haber la Notaria cumplido con su deber, por lo que creían los compradores y, hay que insistir, no desmintió la Notaria, debieran haber encontrado la escritura redactada en idioma catalán. Por lo cual esta Dirección General ha acordado que procede desestimar el recurso interpuesto, no sin advertir a la Notaria de su obligación de extremar el celo en el respeto por los derechos lingüísticos de los otorgantes y en su deber de asesoramiento en todos los ámbitos concernientes a las escrituras que autoriza, incluyendo también el lingüístico. En la notificación en forma al Notario interesado se hará constar que contra esta Resolución cabe interponer, potestativamente, recurso de reposición ante esta Dirección General en el plazo de un mes, o recurso contencioso-administrativo dentro del plazo de dos meses, computados 7 MINISTERIO DE JUSTICIA ambos plazos desde el día siguiente a aquél en que tenga lugar su notificación. En caso de interponer recurso de reposición no se podrá acudir a la vía contencioso-administrativa hasta que sea resuelto expresamente o se haya producido la desestimación presunta del recurso de reposición interpuesto; y en cuyo caso los plazos serán de dos meses a contar desde la notificación de su resolución expresa, o de seis meses a partir del día siguiente a aquél en que se produzca la desestimación presunta, que será cuando haya transcurrido el plazo de un mes desde la interposición del recurso de reposición sin haber recaído la resolución expresa. LA DIRECTORA GENERAL Pilar Blanco-Morales Limones. 8 MINISTERIO DE JUSTICIA