análisis competencias

Anuncio
ANÁLISIS COMPETENCIAS
La competencia comunicativa abarca los conocimientos y habilidades idiomáticas y pragmáticas.
Por tanto, la competencia lingüística y la competencia pragmática da lugar a la competencia
comunicativa.
La competencia lingüística se trata del conjunto de reglas lingüísticas que permiten a los hablantes
de una lengua generar y entender enunciados en esa lengua.
Podemos distinguir distintos niveles:
 El dominio de las reglas idiomáticas que operan en la construcción del texto, es decir, las
normas gramaticales de esa lengua.
 Conocer el código de escritura de ese idioma. Conocer los grafemas que representan los
sonidos y utilizar adecuadamente las reglas de ortografía y puntuación.
 Capacidad para articular correctamente los sonidos y emplear sus esquemas de acentuación
y entonación.
 Procedimientos relativos a la forma y función, así como las reglas de combinación de las
distintas clases de palabras.
 Conocimiento del vocabulario y la habilidad para emplearlo correctamente.
Pero la lingüística es solo una parte de la competencia comunicativa, si bien puede considerarse
muy relevante , puesto que cuanto mayor sea el dominio de los distintos aspectos que conforman el
nivel idiomático de la comunicación, mayores posibilidades tendrá el usuario de comunicarse con
éxito en un amplio abanico de situaciones; y es que la competencia comunicativa engloba, además
de las reglas del idioma, las normas para usarlo de manera adecuada y contextualizada, las
condiciones que hacen aceptables los enunciados, esto es, la competencia pragmática:
La adquisición de la competencia pragmática permite al hablante producir (y evaluar, como oyente)
secuencias lingüísticas bien formadas en cuanto adecuadas a los contextos de su utilización.
En otras palabras, la competencia pragmática es el conjunto de conocimientos no lingüísticos que
tiene interiorizado un hablante. Al hablar de competencia pragmática debemos tener en cuenta
ciertos factores:

Situación espaciotemporal en la que se encuentra el emisor.

Relaciones mutuas entre el emisor y el receptor.

Los fines comunicativos.

El canal de emisión del mensaje. Medio escrito o medio oral.
La pragmática se guía por principios mientras que las disciplinas de código por reglas.
Las reglas poseen un carácter general para todos los hablantes de una lengua y son de cumplimiento
obligatorio. Sin embargo los principios no van ligados al código, por tanto el incumplimiento de
estos produce inadecuaciones, incoherencias o descortesías. Estos principios en otras palabras son
normas de buena conducta comunicativa.
Estos principios repercuten en la eficacia comunicativa, sin embargo no aparecen en los manuales
de estudio, ya que varias en función del lugar, de las persona o de sus costumbres.
Competencia comunicativa:
La competencia comunicativa es la capacidad de una persona para comportarse de manera eficaz y
adecuada en una determinada comunidad de habla; ello implica respetar un conjunto de reglas que
incluye tanto las de la gramática y los otros niveles de la descripción lingüística (léxico, fonética,
semántica) como las reglas de uso de la lengua, relacionadas con el contexto sociohistórico y
cultural en el que tiene lugar la comunicación. Se trata de la capacidad de formar enunciados que no
solo sean gramaticalmente correctos sino también socialmente apropiados.
A continuación analizaremos un texto perteneciente a un breve artículo escrito por Berto Romero.
Se trata de un fragmento extraído del libro “LO QUE VENDRIA A SER LA HISTORIA DE ESPAÑA
SEGÚN BUENAFUENTE Y EL TERRAT“.
SURREALISMO. UN EJERCICIO AGOTADOR.
BERTO ROMERO
En nuestros días, el adjetivo surrealista, ya devaluado, se aplica con ligereza. Se usa con
generosidad, sin pensar (y quizá sea éste el triunfo último del mismo, que se aplique
inconscientemente). Las madres dicen “qué caro está todo. Ir a la compra se ha vuelto
surrealista”. Los políticos tildan de surrealistas las declaraciones de sus adversarios.
Todo lo extraño, incluso lo mínimamente excéntrico, es susceptible de ser etiquetado
como surrealista. Ejemplo: en la cola para entrar a una discoteca. Si el portero hace
esperar demasiado la concurrencia, o niega la entrada a alguien por su manera de
vestir, con frecuencia otro exclama: “esto es surrealista”. Alto. Esto puede ser una
inconveniencia, pero no es surrealista. Si el portero te niega la entrada poniéndose en
pompa y exclamando por su ano “¡Ciruela rijosa!” a la vez que del mismo emerge un
centauro que te ensarta y te lleva en volandas a un nido de abejas con la cara de Luis
Aguilé, empezamos a hablar de surrealismo.
El ejercicio diario del surrealismo no fue fácil y debió de suponer para sus activistas
una disciplina agotadora y desgastante. Ser un surrealista a tiempo completo como lo
fueron Dalí o Breton sin duda resultaba gracioso durante un rato, pero ¿toda la vida?
Debían de acabar agotados, hechos polvo, cayendo rendidos como bebés exhaustos al
final de cada día.
Ese Dalí en batín y zapatillas, tomando un cola-cao caliente en su residencia en
Cadaqués, repasando el día con Gala. “¿Qué tal tu día, Divino?” “Pues mira, hoy he hecho
una performance en la que me untaba pintura en el escroto para después imprimir su
forma en la espalda de unas modelos. Después he soltado tres ocas en la delegación de
Hacienda y he corrido desnudo por el campo de golf. Por la tarde he pintado otro de
esos cuadros obsesivamente detallados que hago yo, he contestado en francés una
entrevista en inglés y acabo de extraerme una bolita de miga de pan de la uretra, la cual
había colocado allí hace 6 horas” “¿Te apetece comer profiteroles en mi vientre,
Salvador?” “No, por favor. Necesito desconectar“. Trae las facturas, que voy a cuadrar la
contabilidad un rato antes de acostarme, que luego me pongo a soñar y ya vuelvo a
estar liado.”
Ya se imaginan que agobio. Muy surrealista, todo.
Se puede observar que el texto tiene una estructura. Hay un titulo, el texto se divide en cuatro
párrafos, y es evidente que el autor conoce el código de escritura del idioma y hace buen uso de las
reglas de ortografía y puntuación.
Por otro lado no hay errores morfosintácticos no intencionados, por ejemplo, “Ir a la compra…”
esta expresión se utiliza de una forma incorrecta para reflejar una situación cotidiana. Al leer el
texto este no presenta fallos agramaticales, se tratan temas del diario vivir como las discotecas o la
política (primer párrafo) utilizando tanto términos vulgares (ano, escroto,… miga de pan de la
uretra…) como cultos (…se aplica con ligereza, se usa con generosidad…).
Sabemos que un texto es congruente o incongruente según alcance o no la conformidad con las
normas generales del hablar. Si calificamos un texto de vulgar, incongruente, insensato, lo que
ocurre es que el texto viola algunas normas del buen hablar. Lo que estos textos presentan es una
falta de correspondencia con dos tipos de conocimientos:
 Principios universales del pensar humano.
 El conocimiento que el hombre tiene acerca del mundo y de si mismo.
El texto “SURREALISMO“ podría calificarse de vulgar o inadecuado, ya que habla de una rama
del arte con términos del todo inapropiados (…poniéndose en pompa y exclamando por su ano
“¡Ciruela rijosa!” a la vez que del mismo emerge un centauro…surrealismo. ) un claro ejemplo
de violar las normas del buen habla y chocar con los principios universales del pensar humano.
Algunas de las normas universales del hablar son: no decir lo imposible o lo extravagante, no decir
lo obvio o no expresar pensamientos incongruentes. Claramente este texto no respeta algunas de
estas normas.
Pero a pesar de emplear un lenguaje vulgar e inadecuado en ningún momento el texto carece de
sentido o es incongruente. Por ejemplo: empieza con una crítica del uso del termino surrealismo en
el primer párrafo. A continuación hace una descripción (bastante subjetiva) del diario vivir de Dalí
y Breton. Finalmente especifica mas algunas de las actividades surrealista que estos autores podrían
haber ejercido, todo ello con un gran tono irónico. El texto es coherente ya que presenta un orden y
se divide en partes que a su vez están relacionadas, a demás no hay desajuste entre lo pensado y lo
escrito por el autor. Consigue transmitir su idea con claridad, no se contradice, y no repite la misma
información.
Los tres niveles del saber lingüístico son: el nivel universal de hablar en general, el nivel histórico
de las lenguas y los idiomas y el nivel particular de los discursos. En el primer nivel se comprueba
que todos los individuos hablen, el segundo nivel es el que se atiene a las normas históricas de una
tradición idiomática y el tercer nivel es la capacidad del individuo de realizar un discurso aportando
a este unas características personales. En este texto se puede apreciar estos tres niveles, ya que
Berto Romero habla un idioma (algo así como el español), se atiene a las normas del español y por
último y quizá lo más importante es que el texto es característico de la forma de ser de Berto.
Aunque sea un texto escrito se puede apreciar peculiaridades del autor como la ironía o el uso de
vulgaridades.
Cabe destacar las diferencias entre un medio oral y un medio escrito como es el caso del texto en
cuestión. Un medio oral (conferencia, video, monólogo, etc.) no es puramente un fenómeno
acústico ya que cobran importancia signos como la postura, la distancia, los movimientos, los
gestos o la mímica del rostro. Lo escrito sin embargo es únicamente óptico. Por eso en un texto
escrito la influencia de la competencia lingüística es fundamental, ya que dependiendo de los
conocimientos del autor y del uso que haga de ellos el resultado será mejor o peor, transmitirá más
o menos información y sus ideas serán captadas con más o menos dificultad por los lectores. Por lo
general los textos escritos son símbolo de organización y planificación mientras que el discurso oral
se asocia a la improvisación, al fallo, etc. Como espontaneidad propia de lo oral. Incluso si un
monologo se prepara mediante un guión a seguir hay una gran posibilidad de fallo al salir ante el
publico.
Sin embargo existen argumentos poderosos que afirman que la forma natural de comunicar es el
lenguaje oral y que el lenguaje escrito es un sistema secundario. Hace 30 años el 40% de la
población era analfabeta, lo cual se debe a que la mayor parte de los mensajes que codificaban y
descodificaban eran orales. Sin embargo la oralidad puede tomar muchas formas, no solo la de las
conversaciones espontáneas. Hay géneros orales que poseen un alto grado de ritualización, es el
caso de todos los programas televisivos de hoy en día así como los debates, sermones, entrevistas,
etc.
Sin embargo una gran ventaja es lo permanente de los textos escritos frente a lo efímero de las
producciones orales. (Verba volant, scripta manent)
En cuanto a la competencia pragmática del texto destaca el empleo de vulgarismos lo cual es
lógico, ya que el texto aparece en un libro titulado “LO QUE VENDRIA A SER LA HISTORIA
DE ESPAÑA SEGÚN BUENAFUENTE Y EL TERRAT“ y su autor es Berto Romero (un payaso)
famoso por sus monólogos y su participación en el programa televisivo “Buenafuente“. Resulta
evidente que el fin de este texto no es enseñar si no más bien divertir, y que mejor manera de
divertir y conquistar al público que diciendo atrocidades sobre temas supuestamente serios. En todo
caso el lenguaje empleado es el adecuado para los seguidores de este tipo de textos, monólogos, etc.
Al igual que hablar en broma o irónicamente en situaciones serias es inadecuado, hablar en serio
también lo es en libros, programas televisivos o espectáculos de humor. El autor conoce a su
público y por tanto considera que lenguaje es el mas apropiado para el trabajo que va a realizar.
Otro factor que tiene en cuenta Berto, es la situación espacio temporal. Hace una crítica en toda
regla al surrealismo porque sabe que es un tema que a pocos les importa y del cual se puede obtener
muchas carcajadas. Es bastante cuestionable que Berto haga una crítica similar con semejante
vocabulario por ejemplo del madridismo, ya que este tema es muy polémico y de actualidad.
Analizando éste aspecto,
el cómico escritor resulta competente desde el punto de vista
comunicativo, porque posee otros conocimientos importantes: Creencias y conocimientos que la
sociedad tiene acerca del mundo, es decir, sabe de qué hablar para despertar la curiosidad y para
generar risas.
Además, el texto toma la forma de artículo en la estructura y en la mezcla de un lenguaje lleno de
vulgarismos y términos muy graciosos, con una narración más seria y términos algo más elaborados
(devaluado, exhaustos, excéntrico). Da la impresión de que lo explicado por el autor no resulta tan
gracioso para él, sino que lo dice con la mayor seriedad posible. Es muy propio en el caso de éste
artista este gesto y está presente en muchos de sus monólogos, presentaciones y entrevistas:
http://www.youtube.com/watch?v=WZT30Jc-S1s
http://www.youtube.com/watch?v=H5FZSVVl2PA&feature=relmfu
El fin comunicativo de este texto es en parte el de ridiculizar el surrealismo y hacer ver lo agotador
que puede llegar a ser practicarlo (párrafo tercero). Se utilizan dos contextos para demostrar lo
difícil que sería ser surrealista: Uno más actual y cotidiano (La teoría de lo que sería una situación
surrealista en la cola de la discoteca) y uno menos reciente y de una tercera persona (Dalí).
Al emplear el medio escrito evidentemente el número de receptores disminuye drásticamente, ya
que es mas atractivo y cuesta menos ver un video de un monólogo o pulsar un botón del mando.
Aún así la misión se cumple la misión principal: Hacer reír. Analizando la competencia textual, el
artículo resulta competente, al cumplir su fin. Desde el punto de vista comunicativo también es
eficaz. Tanto en monólogos, como en éste texto en particular, el comediante consigue claramente su
objetivo a nivel comunicativo.
Documentos relacionados
Descargar