,/. LA SONDA DE MILLER-ABBOT EN ,El. DIAGNOSTICO Y TRATAMIENTO Di LAS OCLUSIONES INTESTINALES (") Dr. P. GARRIGA BARBERA L,. intubación intestinal mediante la sonda de lVlmer-Abbot ha permitido dar paso 'adelante en el diagnóstico y tratamiento de las oclusiones mtestl11ales. ' , . Está bien demostrado, que la distensión intestinal, provocada por las oc1uSlOnes altera el estado de las paredes intestinales - por insuficiencia de irrigación especIalmente - a causa de lo cual absor.ben con más facilidad .las substancias tú~icas creadas en el punto ocluído intoxicando así' al enfermo;. por otra parte, dejan ~asar a su través substancias necesarias para el organismo, y todo ello, en conjunto, mantiene la inmovilidad intestinal aumentando. a su vez la distensión, con 10 cual se ha creado un círculo vicioso de difícil solución. R~salta, además, la importancia y las YE;ntajas que representa si hay que intervemr, el poder manipular esas 110 distendidas con vistas al shock postoperatorio y a la seguridad de las suturas practicadas. . Es por todo esto, que la aspiración intésti;1al con la sonda de Miller-Abbot ha contribuíUo, como decíamos, a mejorar este síntoma y toda la gama de com. plicaciones que le acompañan. En América hace varios años que, la practican, pero en nuestro país, debido a las circunstancias de todos sabidas,. hasta hace bien poco fué imposible obtener la sonda. Fundamentalmente, la sonda de Miller-Abbot consiste en un largo tubo de goma opaca a los rayos X, dividido por un tabique longitudinal en dos conductos desiguales: uno mayor, destinado a la aspiración, y otro menor, destinado a su vez al paso del aire para la insuflación de un pequeño balón situado en el extremo distal del tubo; este balón de goma fina, una vez distendido por el aire insuflado, es el que estimula el peristaltismo y. facilita la progresión de la sonda a 10 largo de la luz intestinal. El tubo lleva varias señales para poder controlar su posición. La prim,era a cuarenta y cinco centímetros de la punta de la sonda, que es la distancia media existente entre el ala de la nariz y el cardias; la segunda a sesenta, que es la que existe hasta el piloro, y la tercera a setenta y cinco, que es la distanCia: existente hasta el ángulo duodenoyeyunal. A partir de ésta, existen otras señales a cada treinta centímetros. En el extreino distal inmediatamente después del balón, lleva 'el tubo una oliva como la del .tubo de Heinhorn, para facilitar la aspiración; además, y con el mismo motivo, por encima del balón la sonda presenta también una serie de pequeños orificios. . En el extremo proximal, los dos compartimientos del tubo se conectan separadamente con cáda una de las ramas de una pieza metálica en y que permite tealizar cómodamente la aspiración y la insuflación. ~n g~an Técnica de la intubación La intróducción de la sonda de Mi1ler-Abbot hasta el intestina delgá:do, es totalmente parecida a la de la sonda de Einhorn en los sondeos duodenales. Su paso desde 'la ventana nasal (con el balón completamente deshinchado, natur~l­ mente) hasta el estómago, es tarea fácil; para facilitarla más aún, puede hacerse ingerir sorbos de agua al enfermo, con 10 que al deglutirla pasa la sonda más (*) 'Conferencia pronuncJiada en el «Curso de técnica <operatoria de enfermedades· del apM'ato dÍ¡¡estivo)),dirigido' por el' Prof. Puig Sureda, en el Servicio Quirúrgico del Hospital 'de 'la' Santa Cruz y San Pablo, de Barcelona. ,,' 10 266 ANALES DE MEDIC I NA Y C IR U(; I A \ 'o\. XX - :-./. " 17 fácilm ente a hon-álldose así al enfermo las náuseas que produce al pasar la punta ele la sonda j.l0l' el istmo de l as fau ces. H ast a aq uí, pues , la introdncción de la sonda es lllUy fá cil; es en el paso del piloro en 'londe se pn:stntan en general las dificultades. En efecto: l a punt,a de la sonda al llega r al píloro, si 10 'encue ntra cerrado , como ocurre la m ayon a de las veces, ti ende a retroceder arrollá ndose en espir al en el estómago siguiendo la cur vatura mayor (Rad io 1) . Cuando ello c;curre , po- • .. Radiogralla núm. 1 demos empleal vari os métodos que nos podrán ay ud ar a logra r nuestro cometi do. Sig ui endo bajo control radiológico la colocación de la SOllda, cosa indispensable. siempre' que se disponga del aparato de rayos X , podrelll os , una vez llegada la sond ,~ al estómago , ayudar con mani.obras manuales su prog resión presionando sobre el epigastrio, diri giendo la punta hacía el píloro y colocándola e.n buena posición con respecto a éste; un a vez logrado esto, colocaremos en decúbito lateral derecho al enfermo y así muchas veces lograremos el paso del ' píloro. Si no lo conseguimos t ampoco con este método, podemos ensayar otros, como por ejemplo: las inh alacioncs de nitrato de ami lo, la in yección de atropina. etc. , siempre ':Otl el fin de vencer el espasmo pilórico. No obstante todo ell o, repetimos q ue esta fase de la colocación de la sonda es la m ás difícil en mu chas ocasiones. Es por ello que Abbot recom ienda últimamente la introducción d iri g ida mediante un estilete semi rrígido met álico, que se l'Ctira un a vez introducida la oliva en el duodeno; t apona luego el orificio creado Q~ la so~d'l con un parch e de goma. Nov~e mb l'e. 1949 , 267 Pr€:scindiendo de la exploración radiológica, ' podemos saber con cert"za que as· pu ando a contllluación, no saldrá ésta en seg-uida por estar ret enida en . el estóm ago ; por otra parte, s i la oliva es tá en intestino delgado al aspirar saldrá líquido francam ent e bilioso . Sin embargo , la sE'guridad ab soluta repetimos que sólo se ,_ tendrá con el con trol radiológico. lnmediat amen t e que la sonda ha pasado el píloro, inyectaremos el balón de goma con un os 30 c. c, de aire , Con ello la sonda va progresando con más o menos velocidad por la ltp; intestin al ; nosotros podemos coadyuvar a este avance introducie ndo de cuando en cua ndo un a porción de sonda por la nariz. Si logramos hace r llegar el extremo (l e la sond a h as ta p r enc ima del punto ocluído, habrem os logrado lluestro principal obj eti vo (Radios II y III) . l~ sonda ha franqueado el píloro porq ue haciendo in ger ir agua al enfenuo, y " .. Radiografia núm, 2 . En general, podemos decir que las oclus iones de tipo m ecánico en las que existe un franco peristalti smo, la progresión de la sonda se efectua rápidamente, . pudiendo alcanzar el final del ileón en veinticuatro a treinta y cinco horas. En cambio, en los ileus pa¡'alíticos el progreso es más lento, pudiéndose requerir tres o cuatro dias para llegar al mismo punto. Se debe seg uir el progreso de la- sonda, mediante observaciones radiológicas repetidas, inyectando papilla opaca por la sonda si existiese algún obstáculo en su progresión para poder asi estudiar la n aturaleza y situación del mismo. Cuando hemos llegado con la sonda al punto previsto se fija por el extremo distal con esparadrapo en la frente o la mejilla. 268 ANA LES DE ·:l1EDICINA. · y CIR UGL4 . Es ~ c:onveniell te , el e vez en cuando, comproba¡' si se ha des hinchado el balón, para lo cual y para más seg uridad aspiraremos el ai re existente y volveremos a inyectar 30 Q. c. Convi ene t ambién de vez en cuando irrigar el tu bo de as pirac ión para evita·r así la pos ibl e obstrucc ión del mismo. Una vez colocada ya la sonda procede rem os a la asp iración continua , acoplándola a un sistem a de aspirac ión cualquiera, pudi éndose practicar incluso s i no se di spone de ningún aparato adec uado, la aspiración discuntinua con un a s imple jerin ga. N osotros elnplea mos el aspirador de Fritz. La aspiración continu a intest inal, cdando se prolO1Ol ga v'I ri os dí as , obli ga a un cuidadoso co ntrol de la hiclrat ación y electrolitos del enfermo. Hay, pues, que Radiografia núm . 3 tener en cuenta la cantid ad de líqu ido aspirado para poderlo reempl azar por suero y verificar, por otra parte, repeti das dos ificaciones dE: cloruros en sang re COIl el mismo fi n. , No obstal1te, la intubación in testinal tiene la \'entaja d" qu e como la aspiración se efectú a en un h amo más o t11 enos ava nzado del intestin o, podemos J;¡acer in gerir al enfermo lí q ll1dos e in cluso alim entos sólidos qu e pueden ser abse rbidos,' por lo m enos en parte, por estómago e intestino an tes de llegar al punto 'donde ·se realiza la aspiración , Los pacientes, en general, tolera n b ien la sonda. Ésta puede dejarse colocada vari os días si es necesari o, h as ta que se demuestre clinica y r adiológicamente que Ha sido vencida l a ocl usi ón . ba supresión de la sonda se efecnará deshin cha ndo previam e1Jte el bal ón. Después , se retirará lentam ente y con suavidad, siempre mejor bajo control radioló~ico, . . Nc.yiembre W46 y CIRUGIA 269 Indicaciones y acción de la intubación de ciertas oclusiones • • .4;VALES DE NlEDICISA No existe, pues, ninguna duda de que la aspiración continua intestinal puede prestar grandes serviclOS en algunas oclUSlOnes intestinales. ::Jin embargo, hay .que tener sIempre en cuenta que la sonda de .lVliller-Abbot no está indIcada en todas .las oclu~lOnes, pues en las que puede estar comprometida la circulación sangu1l1ea ~el 1l1t~st1l10, es necesario actu.ar quirúrgicamente sin demora (vólvulo, estrallgulaclOnes ll1ternas, etc.). . En ca~bio, en. las oclusiOnes por adherencias de tipo inflamatorio o mecánicoll1flamatono, en CIU tos 11('us por pentonitis y en otlOS muchos casos en que pUt:da .diferirse la intervención oe momento, la aspIración nos proprorclOnará granQc::; tXItOS solucionando algunas veces la afección y colocan no en otras al entermo en condiciones óptimas para ser intervenido. . En lus casol> que esté indIcada la intervención urgente, podelr.os colocar la sonda y si lvgramos haceda pasar rápidamente a traves del píloro pr~ticaremos la aspiración intestinal. En caso contrario, practicaremos de momento la aspiración gástrica y posteriormente, después de intervenido, procuraremos con más calma el paso de la son,da al intestino, para poder así mejorar en tcxlo lo posible el curso postoperatorio. Otra aplicación importante de la intubación intestinal se presenta en los casos en que se ha practicado una enteroanastomosis, pues gracias a la sonda, y haciéndola llegar hasta por encima de aquélla, aseguraremos el reposo de la regián mejorando así las condiciones de cicatrización de la herida intestinal. El hecho de que con la intubación en marcha pueda alimentarse al enfermo, tiene también mucha importancia, especialmente, como ya hemos dicho antes, en los casos en que aquélla deba prolongarse varios dias. En ·la oclusión intestinal postoperatoria, y especialmente en los ileus paraliticos y en los mecánico-inflamatorios, la aspiración continua presta también grandes servicios. Hay que recalcar una vez más la importancia que tiene En estos casos el diagnóstico etiológico de la oclusión para sentar asi la indicación de si requiere la intervención' quirúrgica inmediata o no. Si se trata de este último caso, la intubación puede evitar una intervención cruenta. En resumen, pues, las aplicaciones más importantes de la sonda de MillerAbbot son: Primera: Descompresión de un intestino inactivo distendido. Segunda: Descompresión de un intestino distendido y obstruido. Tercera: Profilaxia de la obstrucción intestinal previsible en condiciones complicadas. Cuarta: Mantener la nutrición y las funciones intestinales en las peritonitis localizadas con obstrucción. Y quinta: Derivación de la corriente intestinal por encima del nivel de una anastomosis. 11 •