El misterio que inquietó a Darwin

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miércoles, 9 de mayo del 2007 | la voz de la escuela
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> LA NOTICIA
El misterio que inquietó a Darwin
Todavía hoy no se conoce cómo surgió la repentina complejidad cámbrica, después de
3.000 millones de años de vida microscópica
¿Cómo pudo la vida pasar 3.000 millones de años en forma microscópica y,
repentinamente, experimentar la mayor
explosión de diversidad en la historia
de la evolución? Esta era la pregunta que
Charles Darwin, el padre de la teoría de la
evolución, se hacía una y otra vez sin dar
con una explicación satisfactoria. Tanto
tiempo y esfuerzo dedicó a este asunto que
acabó convirtiéndose en el miesterio de
Darwin. Cuando publicó en 1859 el Origen
de las especies Darwin abordó el misterio
de lo que hoy conocemos como explosión
cámbrica, la brusca aparición en el registro
fósil de animales pluricelulares hace 540
millones de años. En su libro sugería que
el Precámbrico, el período anterior a la
ebullición de la vida más compleja, debió
de estar repleto de formas vivientes que,
por algún motivo, no habían sido preservadas en forma de fósil.
El misterio continuó durante casi un
siglo. Hasta un día de primavera de 1957
en el que un pequeño grupo de estudiantes que iban de excursión por las tierras
del este de Inglaterra encontró impresa
en la roca de una cantera una especie de
hoja de helecho. Sorprendidos por lo que
vieron y motivados por su curiosidad,
convencieron a un profesor aficionado a
estos asuntos para que echara un vistazo
a la hoja fósil. El profesor, escéptico, les
explicó que aquellas rocas eran demasiado
antiguas para albergar fósiles; por lo que se
sabía, pertenecían al Precámbrico. Aun así
accedió a visitar la cantera, quizá movido
en el fondo por la misma curiosidad que
sus alumnos.
Lo que encontró le resultó fascinante. Se
trataba claramente de un fósil que recordaba la forma de la hoja de un helecho de
unos 20 centímetros de longitud. Lo cierto
es que estaba ante un hallazgo que contribuiría a cambiar el conocimiento de la
historia de la vida. Un fósil perteneciente
al período Precámbrico. A partir de ese
momento se volvieron a estudiar las rocas
de aquella época con renovado interés.
Los ediacara
Estos fósiles comenzaron a ser conocidos
como los ediacara, después de localizarlos
en las montañas Ediacara del sur de Australia. Y, con el tiempo, se les encontró por
todo el mundo. Pero ¿qué son los ediacara? Ahora los conocemos un poco mejor.
> RECURSOS
Las montañas Ediacara
prestan su nombre a este fósil
En la Red
Charles Darwin,
el padre
de la teoría
de la evolución
de las especies,
inmortalizado
en el Museo
de Historia
Natural
de la Universidad
de Oxford
Sabemos que fueron nada menos que los
primeros seres pluricelulares de la historia
de la vida. También fueron los primeros
con cuerpo grande y blando. Aparecieron
hace 600 millones de años y vivieron, sin
capacidad para moverse, en el mar. Existieron durante 33 millones de años, 165
veces más tiempo del que llevamos los
seres humanos en este planeta.
Sin embargo, el misterio de Darwin continúa sin resolverse. Todavía no sabemos
cómo surgió la repentina complejidad
cámbrica, tras los 3.000 millones de años
de vida microscópica. ¿Y por qué desaparecieron los ediacara sin dejar rastro?
¿Qué relación tuvieron con los seres del
Cámbrico? ¿Son sus antepasados? ¿En qué
lugar se les puede situar en el árbol de
la vida?
Ahora el debate resurge y se centra en
dos hipótesis. Una, que fueron primitivos
ancestros de los seres del Cámbrico (gusanos, corales, artrópodos, medusas…). La
otra, que fueron un grupo extinto similar
a los animales, un experimento evolutivo
que no pudo continuar más allá del Precámbrico.
Los últimos fósiles descubiertos apuntan
a que quizá ambas hipótesis son igualmente razonables. La mayoría de los ediacara
se extinguieron antes de entrar en la época cámbrica. Pero una minoría llegaron
a entrar en esa nueva etapa y pudieron
convertirse en los primeros ensayos de
algunas de las criaturas cámbricas. Sin
embargo, acabaron extinguiéndose al cabo
de 5 millones de años. Por lo que sabemos,
así terminó el primer gran experimento de
la vida compleja.
■ Consulta la página
web de la Universidad
de Berkeley, que contiene
amplia información y
buenas imágenes sobre la
fauna ediacara.
http://
www.ucmp.berkeley.edu/
vendian/critters.html
■ Para profundizar en el
período de la historia de la
Tierra que llamamos
Precámbrico, consulta la
siguiente dirección:
http://
celestia.albacete.org/
celestia/deriva/
precamb.htm
■ Sobre estos temas el
CNICE, que depende del
Ministerio de Educación y
Ciencia, tiene también una
excelente página web:
http://
recursos.cnice.mec.es/
biosfera/alumno/4ESO/
tierra_cambia/
actividad18.htm.
> Patricia Barciela
[email protected]
>LA PALABRA
La explosión del período cámbrico
Sucedió hace 540 millones de años y marca el
comienzo de los tiempos en los que los seres vivos
comenzaron a fosilizar. A esta época la llamamos
Cámbrico. A partir de entonces la vida ha
experimentado una diversificación muy rápida en
comparación con los 3.000 millones de años del
período anterior, el Precámbrico. En esta explosión de
diversidad y complejidad, la vida pasó de los seres
microscópicos a una enorme variedad de criaturas
tales como esponjas, medusas, corales y trilobites.
La magia de los fósiles
Los fósiles son huellas o restos de seres vivos
conservados en las rocas y mineralizados. Llevamos
encontrando fósiles unos 30.000 años y desde
antiguo se les han atribuido propiedades mágicas.
Los chinos guardaban diminutos peces fosilizados
entre las provisiones para mantener alejadas las
plagas de insectos de pececillos de plata. Para Plinio
el Viejo, estudioso romano, los erizos de mar
fosilizados podían curar las mordeduras de serpiente
e incluso las heridas de la guerra. Una leyenda decía
que la lluvia recogía del mar las semillas y huevos de
seres vivos. Cuando la lluvia caía y se filtraba por las
rocas, las semillas y los huevos se convertían en
réplicas de piedra de los originales. Era un intento de
explicar por qué tantos fósiles son de criaturas
marinas.
Cabeza fosilizada de mosasauro, un reptil marino prehistórico