Interventions on violence against woman

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LAS INTERVENCIONES EN MATERIA DE VIOLENCIA CONTRA
LAS MUJERES: DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA1
Es para mí un honor dirigirme a ustedes, en mi calidad de Presidente
de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México, con el
fin de presentar las principales actividades desarrolladas por esta
Institución en materia de Violencia contra la mujer y acoso sexual.
Desde el inicio de mi administración, en noviembre de 2009, y en el
marco del plan de trabajo 2009-2014, la atención a la violencia contra
la mujer ocupa un papel preponderante y es uno de los ejes rectores
de las actividades de la CNDH. Se trata de un problema que vulnera
de manera significativa sus derechos, pues las desigualdades de
género, marcan un desafío constante para la consolidación de la
democracia, el desarrollo y la justicia.
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Ponencia a presentarse por el Dr. Raúl Plascencia Villanueva, Presidente de la CNDH,
en el Sub-tema No. 1 Violencia contra la mujer, en el marco de la 11ª Conferencia
Internacional de INDH, el día 6 de noviembre del 2012.
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La Ley General de Acceso de las Mujeres a una vida libre de Violencia
de México, define como violencia contra las mujeres cualquier acción u
omisión, basada en su género, que les cause daño o sufrimiento
psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte tanto en
el ámbito privado como en el público y puede presentarse en el
entorno familiar, laboral, comunitario o institucional.
Además del concepto, es necesario considerar que muchas mujeres
se enfrentan a múltiples formas de discriminación y a riesgos cada vez
mayores de violencia en el mundo. Ejemplos de ello a nivel global son
el tráfico de personas y el acoso sexual en el trabajo. Según los
cálculos, entre 500,000 y 2 millones de personas son traficadas
anualmente en situaciones que incluyen prostitución, mano de obra
forzada, esclavismo o servidumbre. Mujeres y niñas suman alrededor
del 80 por ciento de las víctimas detectadas.
Una de las consecuencias de la violencia contra la mujer, es el alto
costo económico que genera. Por un lado, los costos directos, como
son los servicios para el tratamiento y apoyo a las mujeres maltratadas
y sus hijos, y para enjuiciar a los ofensores, y por otro, los costos
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indirectos que están relacionados con la pérdida de empleo y
productividad.
Un aspecto que es profundamente grave es que la violencia contra las
mujeres se da principalmente en el hogar, los golpes y el maltrato a la
cónyuge es tal vez la forma más generalizada de violencia contra la
mujer. En países en que se realizan estudios fiables en gran escala
sobre la violencia basada en el género, se informa que más del 20%
de las mujeres han sido víctimas de maltrato por los hombres con los
que viven. Ante esto, muchos países han promulgado leyes en que se
reconoce que la violencia ejercida por los maridos debe ser tratada de
la misma forma que la ejercida por extraños.
En el caso de México, y aun cuando la mayoría de las entidades
federativas han llevado a cabo algún tipo de reforma jurídica para
erradicar cualquier tipo de violencia contra la mujer, resulta necesario
elaborar
un
plan
integral
que
comprenda
sanciones
a
los
responsables, garantías adecuadas a las víctimas y mecanismos de
coordinación entre los poderes públicos que hagan efectivas las
medidas de protección a la mujer.
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Para la CNDH, es igualmente importante atender lo previsto en los
múltiples instrumentos internacionales que han sido adoptados en la
materia, los cuales imponen una serie de deberes a los Estados sobre
la manera en que deben conducirse, así como el trato que deben
dispensar a este grupo en particular.
En este sentido, y como parte de las acciones a nivel internacional
llevadas a cabo por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos
de México, destaca que en el marco del XV Congreso y Asamblea
Anual de la Federación Iberoamericana del Ombudsman (FIO),
realizada en Cartagena de Indias, Colombia, en octubre de 2010, en la
que participaron defensores del pueblo, procuradores, comisionados y
presidentes de comisiones públicas de derechos humanos de América
Latina y de la Península Ibérica que integran dicha federación, la
CNDH propuso y fue aceptada su propuesta para la creación de un
Observatorio Iberoamericano en materia de Migración y Trata de
Personas, con el fin de contribuir, entre otros objetivos, de manera
primordial, a combatir el problema y proteger los derechos de las
mujeres de la región.
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Asimismo,
el
Estado
mexicano
ha
emprendido
adecuaciones
legislativas en materia de igualdad, que han cristalizado en la Ley
General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres y el Acuerdo
Nacional para la Igualdad, convocado por los Poderes de la Unión. En
ese marco se inscribe la Ley General de Acceso de las Mujeres a una
Vida Libre de Violencia.
Sin embargo, la deuda con las mujeres de México sigue pendiente. Es
trascendente reconocer los esfuerzos nacionales e internacionales
para promover y proteger los derechos de las mujeres, pero es
lamentable que sean insuficientes y aún se ejerzan contra ellas
agresiones
físicas,
psicológicas,
patrimoniales,
económicas
y
sexuales, en modalidades familiar, laboral, docente, comunitaria e
institucional.
Un ejemplo de lo anterior, es que en las últimas décadas en México se
ha presentado, lamentablemente, un caso paradigmático de violación
a los derechos humanos de las mujeres: el caso de los homicidios y
desapariciones de mujeres en el municipio de Juárez, Chihuahua.
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En Ciudad Juárez, Chihuahua, de 1993 a marzo de 2010, se han
cometido al menos 504 feminicidios. Este caso ha sido objeto de
innumerables pronunciamientos por parte de la Comisión Nacional e
inclusive ya fue del conocimiento de instancias internacionales como la
Comisión
Interamericana
de
Derechos
Humanos,
la
Corte
Interamericana de Derechos Humanos y el Comité para la Eliminación
de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW).
Los lamentables homicidios y desapariciones de mujeres en el
municipio de Juárez, Chihuahua, constituyen un fenómeno complejo
que data de 1993, año a partir del cual fue posible advertir un
incremento en el número de homicidios y desapariciones, así como en
el grado de violencia con la que se practicaban, lo cual permite advertir
la existencia de un patrón de conducta sistemático de violación a los
derechos humanos, que motivó diversas investigaciones por parte de
la CNDH, que actuó con el fin de esclarecer la verdad de los hechos,
así como de proponer la implementación o modificación de prácticas
que redundaran en una mayor y mejor protección de los derechos
humanos en dicha localidad.
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Ante estos lamentables acontecimientos que fueron investigados
oportunamente por la CNDH, esta Institución Nacional, emitió los
siguientes siete pronunciamientos:
 La Recomendación 44/98, del 15 de mayo de 1998;
 El Informe Preliminar del 7 de abril de 2003;
 El Informe Especial del 25 de noviembre de 2003;
 El Informe de Seguimiento del 24 de noviembre de 2004;
 El Informe de Evaluación Integral del 23 de agosto de 2005;
 El Segundo informe de Evaluación del 29 de enero de 2008, y
 El Tercer Informe de Evaluación del 17 de julio de 2009.
Aún hoy las autoridades mantienen la lucha para prevenir y erradicar
la violencia e impunidad por los crímenes cometidos contra las
mujeres en el citado municipio. En los estudios realizados por la
CNDH, se recomendó reforzar la colaboración entre las autoridades
involucradas para facilitar el trabajo de investigación y hacer posible
conocer con certeza el número de homicidios sucedidos en dicha
localidad.
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Sin embargo, la Comisión Nacional continúa impulsando diversas
acciones contra la violencia hacia las mujeres y en favor de la igualdad
de las mujeres y los hombres, y seguirá luchando por frenar el
feminicidio en todo el país, y abatir la impunidad de esos homicidios,
como acto fundamental de justicia y señal de que el Estado mexicano
está decidido a erradicar la violencia hacia las mujeres. La CNDH de
México insistirá en que se haga justicia, termine la impunidad y se
castigue a los responsables.
Además de las acciones que realiza la CNDH en materia de defensa
de los derechos humanos, como es el caso del municipio de Juárez,
Chihuahua, también lleva a cabo otras actividades con el objetivo de
promover el respeto de los derechos de las mujeres.
Como ejemplo de esto, y en respuesta al mandato de la Ley General
para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, la CNDH creó en 2006 el
Programa de Igualdad entre Mujeres y Hombres, que ahora se ha
unido al Programa sobre Asuntos de la Mujer, que conoce e investiga
presuntas violaciones en la materia. A través de este Programa, la
CNDH trabaja para contribuir a eliminar las prácticas de discriminación
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y agresión por género que prevalecen en todos los sectores de la
sociedad, a través del monitoreo para la armonización legislativa en
cada una de las entidades federativas sobre: leyes específicas contra
la violencia que se ejerce hacia las mujeres; programas y acciones de
igualdad y de apoyo a mujeres víctimas de violencia, implementados
por los gobiernos estatales, así como programas y acciones sobre
igualdad entre mujeres y hombres y contra la violencia hacia las
mujeres.
Igualmente, este programa también cuenta con un sistema de
recepción de quejas, que, de enero de 2011 a 30 de septiembre de
2012, ha atendido 1,208 quejas de mujeres, la mayoría de éstas por
discriminación, hostigamiento sexual y violencia. Igualmente, se
organizaron 350 actividades relacionadas con su protección y defensa,
entre las que destacan: impartición de cursos, pláticas, talleres y
conferencias con la finalidad de sensibilizar tanto a los servidores
públicos como a la población en general.
Del mismo modo, con la finalidad de impulsar la adopción de medidas
para mejorar el acceso de las víctimas a la justicia, garantizar
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programas de protección y proporcionar la asistencia económica,
social y psicológica necesaria a las víctimas de delitos relacionados
con la violencia contra las mujeres, la CNDH cuenta con el Programa
de Atención a Víctimas del Delito (Províctima) cuyo objetivo
fundamental es realizar actividades orientadas a la protección y
salvaguarda de los derechos fundamentales de las víctimas del delito
en México. Proporciona orientación para acceder a los sistemas de
justicia y salud, además de brindar atención sicológica. Con acciones
de este tipo, la CNDH se solidariza con la lucha de las mujeres y actúa
a favor del reconocimiento de sus derechos.
Sin embargo, otro aspecto preocupante y que nos debe ocupar, es el
trato discriminatorio que se da en el ámbito laboral a las mujeres en
estado de gravidez. En este sentido, es indispensable sensibilizar a las
autoridades
y
exigirles
el
cumplimiento
de
la
normatividad,
particularmente el Convenio 183 sobre la protección de la maternidad
y la Recomendación 191 sobre la Protección de la Maternidad de la
Organización Internacional del Trabajo.
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Debemos tomar en cuenta que en el plano económico, en el caso de
México, casi siete millones de hogares son encabezados por una
mujer, quien además de cumplir con su rol de madre y esposa en
muchas ocasiones debe trabajar para sufragar todos los gastos de la
familia o para complementar el ingreso económico. Según datos
oficiales, en México, la población económicamente activa es de 50.2
millones de personas, de las cuales 19.3 millones son mujeres. La
tasa de ocupación parcial y desocupación es de 16.1 para las mujeres
en tanto que para los hombres es de 9.4.
Es fundamental que los avances alcanzados en materia de igualdad
se lleven a la práctica para impedir que las mujeres sigan siendo
víctimas de discriminación. Por ello, la CNDH lleva a cabo diversas
actividades educativas y de difusión. Se realiza la Campaña para
Promover la Equidad entre Mujeres y Hombres en el Hogar.
Responsabilidades Familiares Compartidas, “Entre Tod@s es Mejor”,
en la que participan servidores públicos de Comisiones Estatales de
Derechos Humanos, padres, alumnos y profesores de diferentes
escuelas públicas, con el propósito de fomentar una cultura de
derechos humanos y contribuir a erradicar la violencia intrafamiliar.
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Una parte importante en la que quiero hacer especial énfasis, es el
acoso y hostigamiento sexual en el trabajo; un hecho reprobable que
debe ser combatido a través de capacitación y sensibilización de los
servidores públicos, así como del fomento a la cultura de la denuncia.
De las quejas que se reciben en el Programa de Igualdad entre
Mujeres y Hombres, mencionado anteriormente, un alto índice es por
violencia sexual, laboral y psicológica contra la mujer, proveniente de
servidores públicos. Es urgente redoblar esfuerzos para erradicarla, la
denuncia es el primer paso.
En este punto es importante destacar que, como en muchos casos, el
número de denuncias es siempre menor al número de delitos. Muchas
mujeres no denuncian actos de acoso sexual laboral por miedo a
represalias por parte del servidor público, que pueden ir desde
discriminación hasta la pérdida del empleo.
El acoso sexual es una conducta denigrante. De acuerdo con la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), el hostigamiento sexual
laboral es considerado como "la conducta de naturaleza sexual que
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afecta la dignidad de mujeres y hombres, que resulta ingrata,
irrazonable y ofensiva para quien la recibe".
El hostigamiento sexual es una forma de violencia de género, es una
conducta sexual que genera un ambiente de trabajo intimidatorio y
humillante para quien la recibe, que en la mayoría de las ocasiones, se
da de un hombre hacia una mujer, manifestándose la condición de
vulnerabilidad de ésta última, que culturalmente se ha dado en
muchos lugares del mundo.
Por el otro lado, cuando el hombre se convierte en la víctima de acoso
sexual, las denuncias son a veces poco creíbles y se tornan más
difíciles, ya que se ha generado la idea de que esta situación sólo se
da hacia las mujeres.
Para la CNDH este tipo de conductas son inadmisibles. Por lo que
tomando en cuenta la importancia del tema, el 5 de julio pasado, se
llevó a cabo el Seminario Internacional de Alto Nivel “Acoso Sexual en
el Trabajo”, organizado por la CNDH con la participación de la ONU y
la OEA.
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En este evento se subrayó que la igualdad es una condición
indispensable para el desarrollo de una nación y que los sistemas
jurídicos deben adoptar medidas para garantizarla, así como la
importancia de reconocer que persisten condiciones desfavorables
que surgen por las diferencias de género y conductas reprobables
como el hostigamiento y el acoso sexual. El fortalecimiento del marco
legal en la materia y una efectiva protección y divulgación de los
derechos de las mujeres, son tareas que permiten acercarnos a los
niveles de igualdad, libertad y dignidad a los que debe aspirar
cualquier Estado.
Asimismo, se destacó que el acoso sexual en el trabajo es una
práctica antisocial que atenta en contra del derecho a la libertad
sexual, el trabajo digno y la integridad física y psicológica de las
mujeres y los hombres y por último, se hizo énfasis en que es
necesario que la sociedad y las autoridades en conjunto, caminemos
hacia un horizonte en el que, el hostigamiento sexual se considere una
forma de discriminación por razón de sexo y una manifestación de la
violencia de género, contraria a los principios básicos de igualdad.
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Por último, quiero destacar que el 18 de septiembre pasado, se llevó a
cabo la ceremonia de adhesión de la CNDH a la Campaña mundial
Únete para poner fin a la Violencia contra las Mujeres iniciada por el
Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon. En dicho
evento anuncié la Campaña de la CNDH: Unidos por los Derechos
Humanos para eliminar la Violencia contra las Mujeres en México, que
constituye un conjunto de estrategias integrales en el ámbito nacional,
orientado a desterrar las prácticas violentas en nuestro país.
En esta campaña, entre otras actividades, la CNDH elaborará un
Registro Estadístico Único de Quejas en materia de violencia contra la
mujer, que servirá para diseñar mejores políticas públicas e impartir
cursos especializados para erradicar la violencia y se llevarán a cabo
diversos seminarios sobre la materia.
Por todo lo anterior y a manera de conclusión, la CNDH de México
reitera su compromiso de continuar trabajando para que tanto mujeres
como hombres ejerzan sus derechos por igual y así consolidar una
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cultura de equidad, libre de violencia y discriminación por motivos de
género.
Combatir la violencia en contra de las mujeres, en cualquiera de sus
manifestaciones, debe convertirse en la prioridad del Estado, y las
Instituciones Nacionales deben estar atentas a que se respeten de
manera efectiva los derechos de las mujeres, fomentando su
protección y promoción. Pero además, cada persona, desde el ámbito
de su competencia, debe hacer su mejor esfuerzo para construir un
mundo mejor para nuestros hijos e hijas.
Muchas gracias.
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