11 Desa pro 7019 derechos 21/2/07 12:13 Página 1 Desarrollo profesional Derechos y deberes de los pacientes en el siglo XXI: el secreto médico J. Sánchez-Caro Académico Correspondiente Honorario de la Real Academia Nacional de Medicina. Sesé ¿Qué es el secreto profesional? El secreto profesional médico se puede definir como el compromiso que adquiere el profesional sanitario –tradicionalmente el facultativo–, ante el paciente y la sociedad, de guardar silencio sobre todo aquello que le hubiera sido confiado por el enfermo o llegue a conocer sobre él en el curso de su atención médica. Evolución histórica Los códigos médicos han exigido siempre no revelar la información adquirida durante la exploración o el tratamiento de sus pacientes, partiendo del juramento hipocrático, que dice lo siguiente: “Se puede vendar una herida, se puede remediar un insulto; el que revela un secreto no tiene esperanza.” (Eclesiiastés 27,21.) En orden a su alcance, existen 2 tesis contrapuestas: la del secreto médico absoluto, que mantiene el secreto inmune frente a cualquier circunstancia. Esta tesis se basa en la configuración del facultativo como un confidente necesario del enfermo, por lo que la única forma de mantener la confianza es asegurar el silencio de lo acontecido en la relación clínica. Se equipara, por tanto, al secreto de confesión. Por su parte, la doctrina del secreto médico relativo lo formula en términos no tan rigurosos, que impide que sea en todos los casos inmune frente a cualquier circunstancia o a cualquier persona, ya que el secreto médico tiene como única finalidad garantizar la necesaria relación de confianza y respeto a la intimidad de la persona. En consecuencia, no puede mantenerse el secreto cuando haya un perjuicio serio para otras personas o para la sociedad, y se establecen, por tanto, las necesarias excepciones o límites. 46 JANO 2-8 DE MARZO 2007. N.º 1.640 . “Lo que en el tratamiento, o incluso fuera de él, viere u oyere en relación con la vida de los hombres, aquellos que jamás deba transcender, lo callaré, teniéndolo por secreto.” (Juramento hipocrático, siglos VI-I a. C.) Actualmente, el secreto profesional ya no se entiende sólo como un deber del profesional, sino como un derecho del ciudadano. No obstante, el derecho de todos los seres humanos a que se respete la confidencialidad de sus datos íntimos tiene excepciones, y una de ellas, en el caso del secreto médico, viene determinada por la Administración de justicia. A ello contribuirá decisivamente el nacimiento de la medicina legal como disciplina y la consiguiente medicalización del derecho. Amenazas a la confidencialidad Para muchos autores, los códigos médicos sobre el secreto profesional no pasan de ser poco más que una fórmula ritual www.doyma.es/jano Consejos prácticos • A lo largo de la evolución histórica del secreto médico, se ha puesto de manifiesto que ya no se entiende sólo como un deber del facultativo, sino como un derecho del ciudadano. • En la sociedad actual se detectan múltiples amenazas a la confidencialidad como consecuencia derivada de las nuevas tecnologías. • A pesar del tiempo transcurrido, no se ha desarrollado el precepto constitucional que obliga a determinar los casos en que por razón de secreto profesional no se está obligado a declarar sobre hechos presuntamente delictivos. • Nuestro Código Penal castiga con sanciones importantes la vulneración del secreto profesional. 11 Desa pro 7019 derechos 21/2/07 12:13 Algunos casos ilustrativos de vulneración del secreto profesional Se exponen a continuación 2 casos de vulneración del secreto profesional vistos en nuestros tribunales. Caso 1: filtración de un historial clínico. Se trata de la filtración del historial clínico de un enfermo con infección por el VIH, infección sifilítica y hepatitis. La documentación clínica de esta persona se remitió anónimamente al director del establecimiento docente al que acudían a recibir instrucción los hijos del paciente. Caso 2: condena a médico por revelación del secreto profesional. Una médico, al examinar el historial clínico de una paciente en gestación, vio que constaba la existencia de 2 interrupciones legales del embarazo anteriores, comentándolo posteriormente con su madre, la cual, en la primera ocasión que tuvo, informó en el pueblo a la hermana de la gestante de esa circunstancia. Se expone, a continuación, un caso ilustrativo de los límites del secreto profesional, visto en una comisión deontológica. Caso 3: límites del secreto profesional entre cónyuges. La Comisión Deontológica del Colegio de Médicos de Madrid analizó el supuesto de un paciente casado y con una hija, diagnosticado por infección por el VIH, el cual, a pesar de los esfuerzos del médico, se negó a informar del diagnóstico a su esposa, aunque ambos habían sido informados de las medidas preventivas que había que tomar. El pronunciamiento de la Comisión fue que el médico tenía obligación de revelar el secreto por 2 razones: la primera, porque su silencio podía causar un perjuicio grave a la esposa del paciente; la segunda, porque al ser ambos pacientes del mismo médico, éste no podía ser leal a los 2, ocultando una información que la esposa tenía derecho a conocer y que el marido no tenía derecho a ocultar. En sus conclusiones, el Comité expuso que el médico debería hablar con el paciente y convencerle de forma razonada para que fuera él quien informase a su esposa de la enfermedad que padecía, y si no aceptara comunicarle que no habría más remedio que informarla del riesgo que corría de ser infectada, para que tomara las medidas preventivas oportunas. Página 2 que los facultativos aceptan públicamente pero que no siempre se aplica en la práctica. Ello parece cierto cuando, según algunas investigaciones, hasta 75 personas pueden estar justamente implicadas en la asistencia y tratamiento del paciente en un gran hospital, y donde tampoco el propio médico tiene en ocasiones muchas posibilidades de mantener su confidencialidad. Otras amenazas a la confidencialidad surgen cuando las instituciones sanitarias tienen capacidad para almacenar y difundir información médica confidencial, así como historias clínicas archivadas, medicamentos prescritos, análisis médicos realizados y registros de reembolso. Además, a los datos, cada vez más informatizados, se puede acceder con mucha facilidad por múltiples personas relacionadas o no con la atención al paciente. El secreto profesional y la Constitución Española El secreto profesional es una manifestación concreta del más amplio derecho a la intimidad y tiene una referencia específica en nuestra Constitución, que dice lo siguiente: “La ley regulará los casos en que, por razón de parentesco o de secreto profesional, no se estará obligado a declarar sobre hechos presuntamente delictivos.” (Artículo 24.2.) Conviene poner de relieve la falta de desarrollo de la Constitución sobre este aspecto concreto, a pesar del tiempo transcurrido. Puede afirmarse que es ésta una de las causas fundamentales que impide resolver con claridad una parte de las situaciones conflictivas actualmente existentes, ya que las normas (no adaptadas a la Constitución) obligan a los médicos a comunicar al juez o al Ministerio Fiscal los delitos públicos de los que tuvieran conocimiento en el ejercicio de sus actividades profesionales. Cabe reconocer que se trata de una cuestión de límites. En concreto, buscar el fiel de la balanza entre la obligación de colaborar con la justicia y la exención de declarar como salvaguardia de la intimidad y del secreto, sin que se comprenda suficientemente que estén amparados en su secreto los abogados y no los médicos, por lo que es urgente un desarrollo adecuado de lo previsto en nuestra Carta Magna. El secreto profesional y el Código Penal El Código Penal sanciona al médico que, con incumplimiento de su obligación de sigilo o reserva, divulgue los secretos de otra persona (penas duras que abarcan prisión de 1 a 4 años, multa de 12 a 24 meses e inhabilitación especial de 2 a 6 años). Lo que se protege es la vulneración de la intimidad del paciente, junto con su inevitable secuela que es el quebrantamiento del deber profesional del médico. Téngase en cuenta, además, que la violación del secreto profesional se puede cometer de manera oral, por escrito, por gestos e incluso de manera encubierta. Por lo demás, divulgar los secretos de otra persona es tanto como comunicarlos a un tercero, que no los conoce ni tiene por qué conocerlos. Claro es que no se dan las anteriores circunstancias cuando el propio interesado autoriza la divulgación, si bien debería mantenerse el secreto cuando afecte a 2 o más personas y la revelación pueda perjudicar a cualquiera de ellas. El médico, sin embargo, está exonerado de guardar el secreto por diversas causas: cuando tiene la obligación de denunciar, impuesta por la ley respecto de aquellos delitos públicos de los que tuviera conocimiento en el ejercicio de su actividad profesional; cuando actúa en virtud de una situación de necesidad (advertir al director de un colegio de la existencia de una enfermedad contagiosa en éste); en el caso de las enfermedades de declaración obligatoria, en cuanto tal actividad es necesaria por razones epidemiológicas y de salud pública y cuanto tenga que defenderse en un proceso penal por homicidio o lesiones culposas, ya que en tal caso su defensa entraña un interés superior al deber de secreto. J Para saber más Sánchez-Caro J, Sánchez-Caro J. El médico y la intimidad. Madrid: Editorial Díaz de Santos; 2001. Intimidad y secreto médico. En: I Jornadas de Protección de Datos Sanitarios de la Comunidad de Madrid. Madrid: Fundación Mapfre Medicina, Editorial Mapfre; 2000. Calcedo Ordóñez A, editor. Secreto médico y protección de datos sanitarios en la práctica psiquiátrica. Madrid: Editorial Médica Panamericana; 2000. JANO 2-8 DE MARZO 2007. N.º 1.640 . www.doyma.es/jano 47