Efectos de la disolución de la sociedad conyugal.23.03.09.

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Corte Suprema, 23/03/2009, 6890-2007
Iris Marlys Stange Osorio; Liliana Elizabeth Stange Osorio; Rudy Hernán Stange
Osorio; y otros; con María Eliana García Guichamán; Richard Alexi Stange García; y
otros;
Tipo: Casación en la Forma y el FondoResultado: Rechazado
Descriptor
Disolución sociedad conyugal; efectos. Comunidad; fuente. División comunidad; reglas
aplicables. Efecto declarativo adjudicaciones; relevancia jurídica.
Doctrina
Siempre que se disuelve la sociedad de bienes que tiene lugar por el ministerio de la ley
entre los cónyuges (conforme el artículo 1764 del Código Civil), a menos que se haya
pactado el régimen de separación total de bienes o régimen de participación en los
gananciales se forma entre ellos una comunidad (o sociedad de hecho) que debe dividirse.
Esta división es materia de arbitraje obligatorio, y conforme al artículo 1776 del Código Civil,
se
sujeta
a
las
reglas
de
la
partición
de
bienes
hereditarios
En el caso que nos ocupa las partes concernidas liquidaron la sociedad conyugal,
adjudicándose los inmuebles. Mediante dicha institución, se singularizan los derechos de
cada cónyuge, pasando el derecho cuotativo a ser reemplazado por el bien o bienes
adjudicados. Estas adjudicaciones tienen un efecto declarativo, consagrado en el artículo
1344 del Código Civil, entendiéndose que el cónyuge adjudicatario ha sido dueño exclusivo
del
bien
desde
su
adquisición
por
la
sociedad
“Viene a ser entonces el efecto declarativo de la partición un verdadero efecto retroactivo de
la misma, pues una vez efectuada la partición o adjudicación se borra el estado de indivisión
y la ley supone que el adjudicatario ha sucedido directa y exclusivamente al difunto en los
bienes que le corresponden.” (Manuel Somarriva Undurraga, “Derecho Sucesorio”, Editorial
Jurídica de Chile, 1981, Nº 52.256, página 488).(Considerando 6º sentencia Corte Suprema)
Legislación aplicada en el fallo :
Código Civil art 1344; Código Civil art 1764; Código Civil art 1776;
Ministros:
Guillermo Silva Gundelach; Juan Araya Elizalde; Margarita Herreros Martínez; Milton Juica
Arancibia; Sergio Muñoz Gajardo
Texto completo de la Sentencia
Coyhaique, a treinta de abril de dos mil siete.
Vistos:
Que a fojas 22 y siguientes, comparece Eduardo Vera Wandersleben, abogado, con domicilio
en calle Arturo Prat Nº 340, oficina 211, Coyhaique, actuando en nombre y, representación
de doña Iris Marlys Stange Osorio empleada, con domicilio en Valdivia, Villa del Rey, pasaje
7, casa Nº 1435, de doña Liliana Elizabeth Stange Osorio, empleada, domiciliada en
Coyhaique, calle 21 de Mayo Nº 442 y, de don Rudy Hernán Stange Osorio, piloto,
domiciliado en Santiago, calle Monseñor Edwards Nº 1396, casa B, comuna de la Reina e
interpone demanda en juicio ordinario en contra de doña María Eliana García Guichamán,
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labores de casa; y en contra de Richard Alexi Stange García, sin ocupación laboral, ambos
con domicilio en Coyhaique, calle Obispo Vielmo Nº 10, ejerciendo acciones tanto de reclamo
de simulación de actos y declaraciones de voluntad, como también subsidiariamente acción
de rescisión por lesión enorme de uno de tales actos que, mediante la suscripción de tres
escrituras públicas de idéntico o muy similar estructura y tenor, doña María Eliana García
Guichamán, suscribió teniendo por supuesta contraparte a don Rudy Friedegord Stange
Dietz, también a veces nombrado como Rudi Friedegord Stange Dietz, haciéndolo ambos
con la compartida voluntad o intención de sustraer gratuitamente bienes y recursos del
patrimonio de éste último, pero haciéndolo de modo de ocultar que se trataba de meras
donaciones carentes de insinuación pública y para lo cual disfrazaron sus verdaderos actos y
propósitos mediante el ardid de exteriorizar la estipulación de una cadena lógica de cuatro
distintos actos “simulados , relacionados unos a otros, y que consistieron en el acuerdo de un
reconocimiento de deuda de una dación en pago a virtud de la cual la acreedora recibía en
pago un bien inmueble de propiedad del deudor, de un finiquito y, a lo menos en uno de los
tres casos, de una declaración de la acreedora por la que ella manifiesta que la adquisición
del inmueble que recibía en pago lo era para un tercero, de doce años de edad, quien era
uno de los dos hijos naturales de ambos contratantes, y con lo cual lograron que a la muerte
de quien fue el propietario tridente de los inmuebles dados en pago mediante simulación, no
estuvieren en situación de ser inventariados para obtener respecto de ellos la dación de la
posesión efectiva a todos quienes son los herederos universales de don Rudy Friedegord
Stange Dietz, pudiendo así inventariarse en beneficio del conjunto de los herederos el
mínimo de bienes y sólo los inmuebles de menor valor, todo lo cual ha producido a los
herederos Liliana Elizabeth, Iris Marlys y Rudy Hernán Stange Osorio, el evidente perjuicio
de sólo heredar una pequeña proporción de los bienes de su padre y los cuales además
están en obligación de compartir con sus otros dos hermanos de filiación no matrimonial
quienes, por lo demás, al igual que su madre doña María Eliana García Guichamán, en virtud
de los actos simulados lograron adquirir y hacerse gratuitamente del dominio de los que
antes eran los inmuebles de mayor valor de propiedad del causante Rudy Friedegord Stange
Dietz.
Por lo expuesto, y legitimados por la evidencia de perjuicios que la ya explicada simulación
de actos les ha producido, es que se ejerce en contra de los dos demandados, ya
individualizados, acción de simulación de los actos y contratos contenidos en las escrituras
materia de autos, como también subsidiariamente la rescisión por lesión enorme respecto de
uno de tales actos, solicitando que el Tribunal en definitiva declare:
a.– La nulidad absoluta de todos ellos, o subsidiariamente de sólo alguno de ellos, por estar
afectados de carencia de causal real y lícita.
b.– O para que en subsidio de la pretensión de la declaración de nulidad absoluta de tales
actos, o de alguno de los mismos, declare la inexistencia de todos o alguno de ellos, por
haberse celebrado con falta de consentimiento.
c.– O en subsidio, para que declare la nulidad relativa por efecto que concurrente en alguno
de ellos.
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d.– Y todo lo cual solicita sin perjuicio de la acción de reclamo de rescisión por lesión enorme
que respecto de uno de tales contratos, de modo subsidiario, también ejercería a través de
esta misma demanda.
Funda su demanda en los siguientes hechos:
1.– Don Rudy Friedegord Stange Dietz, empresario, contrajo matrimonio con doña Eliana
Elizabeth Osorio Formantel, teniendo por hijos de filiación matrimonial a Liliana Elizabeth, Iris
Marlys y Rudy Hernán Stange Osorio, matrimonio que fue anulado judicialmente el año 1991.
2.– Don Rudy Friedegord Stange Dietz, mantuvo por años una relación de mera convivencia
o concubinato con doria María Eliana García Guichamán, de modo que con ésta tuvo como
hijos de filiación no matrimonial a Guillermo Alfredo Stange García y a Richard Alexis Stange
García.
3.– A objeto de beneficiar a quien era su “conviviente doña María Eliana García Guichamán,
como también a los hijos no matrimoniales que tuvo con está, es decir a la persona de
Guillermo Alfredo y Richard Alexis “Stange García , fue que don Rudy Friedegord Stange
Diez, celebró con María Eliana García Guichamán, los siguientes actos y contratos:
a.– Por la escritura pública de fecha 18 de mayo de 1994, suscrita ante el Notario Público de
Puerto Aysén, don Julio Pizarro Maggio, don Rudy Friedegord Stange Dietz dio en pago a
doña María Eliana García Guichamán, quién adquirió para el hijo de ambos Richard Alexis
Stange García, por un valor de $ 5.000.000 (cinco millones de pesos), el inmueble urbano
compuesto de sitio y casa habitación ubicado en Avenida Pedro Montt, número dos mil
ochocientos cincuenta y uno, de Valdivia, que corresponde al sitio número ciento noventa y
nueve, área o sector dos, manzana M, de una superficie aproximada de cuatrocientos
veinticuatro coma sesenta y nueve metros cuadrados, que deslinda: norte, en veinticinco
metros sesenta y tres centímetros, con lote número ciento noventa y ocho; sur en veintisiete
metros cuarenta y siete centímetros, con lote número doscientos; oriente, en quince metros
sesenta centímetros con calle Pedro Montt; y poniente, en quince metros setenta
centímetros, con lote número ciento noventa. Señala que en la cláusula sexta de dicha
escritura las partes expusieron que “En virtud de la extinción de la deuda de don Rudy
Friedegord Stange Dietz, doña María Eliana García Guichamán le otorga amplia y completa
cancelación de la misma, y recíprocamente el más completo y definitivo finiquito . El dominio
del ya citado inmueble se inscribió, a nombre de su hijo Richard Alexis Stange García, a fojas
986 vuelta, Nº 471 del Registro de Propiedades del año 1994 del Conservador de Bienes
Raíces de Valdivia, en circunstancia que dicho beneficiario de inscripción de dominio era
menor de edad, de tan sólo 12 años, carente de patrimonio económico y de ingresos, y que
la supuesta beneficiaría de dación en pago compareciente, a dicha época, no obstante ser la
madre natural del menor para quien declaró recibir en pago el inmueble del caso, en aquel
entonces ni siquiera era representante legal de dicho menor, puesto que la ley Nº 19.585 que
otorgó la patria potestad del hijo de filiación no matrimonial al padre o madre en los términos
dispuestos en los artículos 244 y 245 del Código Civil, comenzó a regir recién el 27 de
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octubre de 1999.
b.– Mediante escritura pública de fecha 21 de julio del año 1999, suscrita ante el Notario
Público de Coyhaique, don Eduardo Carvajal Herrera, suplente del Titular don Julio Mario
Angulo Matamala, don Rudy Friedegord Stange Dietz celebró con su conviviente doña María
Eliana García Guichamán un segundo contrato de dación en pago y otro de usufructo, en
cuya cláusula primera, don Rudy Friedegord Stange Dietz declaró que reconocía adeudar a
su conviviente María Eliana García Guichamán, la suma de diez millones de pesos, como
contraprestación del trabajo personal que la misma le habría ejecutado durante más de
veinte años en labores administrativas, de comercio y propias de hogar del deudor; luego, en
la cláusula segunda ambos expusieron que, en amortización de la anterior deuda, don Rudy
Friedegord Stange Dietz daba en pago a doña María Eliana García Guichamán,
transfiriéndolo en dominio pleno por el valor de diez millones de pesos, el bien raíz urbano
que corresponde a parte del sitio número uno de la manzana número treinta y uno de la
población, comuna y provincia de Coyhaique, Undécima Región, trescientos metros
cuadrados de superficie, y que según sus títulos tenía los siguientes deslindes; norte, sitio
número siete, en veinticinco metros, este, calle Antonio Veras, hoy Eusebio Lillo, en doce
metros; sur resto del sitio número uno en veinticinco metros; y oeste, sitio número dos en
doce metros. En la cláusula quinta de la misma escritura, los referidos comparecientes
expusieron que doña María Eliana García Guichamán, cedía y transfería gratuitamente y de
por vida a don Rudy Friedegord Stange Dietz, el usufructo sobre el bien raíz singularizado en
la cláusula segunda, reservándose la primera de nuda propiedad sobre el inmueble, con sus
usos, costumbres, derechos y servidumbres, libre de gravámenes y limitaciones de dominio,
salvo el referido usufructo; en su cláusula cuarta, “copiando la cláusula de la anterior dación
en pago , las partes expusieron “En virtud de la deuda de don Rudy Friedegord Stange Dietz,
doña María Eliana García Guichamán le otorga amplia y completa cancelación de la misma,
y recíprocamente el más completo y definitivo finiquito .
Indica que, como consecuencia de lo declarado en la escritura pública, el dominio adquirido
por la demandada respecto al ya individualizado inmueble y se inscribió a fojas 832 vuelta Nº
622 del Registro de Propiedad del año 1999 del Conservador de Bienes Raíces de
Coyhaique; en tanto que el usufructo en beneficio de don Rudy Friedegord Stange Dietz, se
inscribió a fojas 595 vuelta Nº 291 del Registro de Hipotecas y Gravámenes del año 1999 del
Conservador de Bienes Raíces de Coyhaique.
c.– Mediante escritura pública de fecha 1 de octubre del año 2003, suscrita ante el Notario
Público de Coyhaique, don Eduardo Carvajal Herrera, suplente del titular don Teodoro
Patricio Durán Palma, don Rudy Friedegord Stange Dietz, celebró con su conviviente María
Eliana García Guichamán, un nuevo contrato de dación de pago y otro de usufructo. Así,
señala, que por la cláusula primera don Rudy Friedegord Stange Dietz, nuevamente declaró
que reconocía adeudar a su conviviente María Eliana García Guichamán, una significativa
suma de dinero, esta vez la suma de veinte millones de pesos, repitiendo que tal deuda lo
era como contraprestación al trabajo personal que la misma le habría ejecutado durante más
de veinte años en labores administrativas, de comercio y propias del hogar del deudor.
Agrega, que en amortización de la anterior deuda, según se establece en dicha escritura, don
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Rudy Friedegord Stange Dietz da en pago a María Eliana García Guichamán, transfiriéndole
en dominio pleno el inmueble ubicado en calle Benavente número ochocientos veintiuno de
la ciudad de Puerto Montt, comuna de Puerto Montt, departamento y provincia de Llanquihue,
que deslinda en especial: al norte, con calle Benavente; al sur, con resto de la propiedad del
vendedor; al este, con Emilia Netting viuda de Buckle; y al oeste, con sitio Guillermo Klein;
inmueble éste que cuenta con veinte metros de frente por veinticinco metros de fondo.
Ambos ya referidos comparecientes expusieron que doña María Eliana García Guichamán
cedía y transfería gratuitamente y de por vida a don Rudy Friedegord Stange Dietz, el
usufructo sobre el bien raíz singularizado en la cláusula segunda, reservándose la primera la
nuda propiedad sobre el inmueble, con sus usos, costumbres, derechos y servidumbres,
libres de gravámenes y limitaciones de dominio, salvo el referido usufructo.
Señala, en la cláusula cuarta, de la ya citada escritura, como ya igualmente lo había hecho
en todas las anteriores daciones en pago, las partes expusieron que: En virtud de la extinción
de la deuda de don Rudy Friedegord Stange Dietz, doña María Eliana García Guichamán le
otorga amplia y completa cancelación de la misma, y recíprocamente, el más completo y
definitivo finiquito .
Indica que, como consecuencia de lo señalado en la citada escritura pública, el dominio
adquirido por la demandada respecto al inmueble ya individualizado fue inscrito a fojas 3.395
Nº 3.505 del Registro de Propiedad del año 2003 del Conservador de Bienes Raíces de
Puerto Montt; en tanto que el usufructo en beneficio de don Rudy Friedegord Stange Dietz,
lisa y llanamente no se inscribió.
Respecto a esta nueva y tercera escritura pública de dación en pago y usufructo, la parte
demandante afirma que dicho instrumento le fue presentado para su firma a don Rudy
Friedegord Stange Dietz en circunstancias que éste se encontraba en estado agónico en el
Hospital de Coyhaique, en donde falleció tres días más tarde; que la inscripción fue requerida
ante el Conservador de Bienes Raíces de Puerto Montt, con fecha 06 de octubre de 2003,
anotándose el requerimiento con el número de repertorio 9.902, es decir, una vez ya fallecido
el propietario cedente, tradente y usufructuario; y que el tenor de tal escritura, salvo en lo que
concierne a la individualización del inmueble, a la cuantía de la deuda reconocida y al valor
asignado al inmueble que se dio en pago, es igual o copia del texto de la escritura que entre
las mismas partes y respecto a otro inmueble se suscribiera el 21 de julio de 1999, según se
expuso precedentemente.
4.– Respecto a la última escritura, agrega que, investigado el mercado inmobiliario de la
ciudad de Puerto Montt a la fecha de celebrarse el pacto de dación en pago estipulado en
dicho instrumento, se ha obtenido que el justo precio del céntrico inmueble que doña María
Eliana García Guichamán declaró haber recibido en sólo (veinte millones de pesos), a la
fecha de convenirse tal pacto de dación en pago, era de a lo menos $ 150.000.000 (ciento
cincuenta millones de pesos), de modo que dicho pacto de “dación en pago es susceptible de
ser rescindido “por lesión enorme , según lo dispuesto en los artículos 1888 y siguientes del
Código Civil.
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5.– Que, el 05 de octubre de 2003, falleció intestado don Rudy Friedegord Stange Dietz,
habiéndose concedido la posesión efectiva de sus bienes a sus cinco hijos herederos, Liliana
Elizabeth, Iris Marlys y Rudy Hernán, todos Stange Osorio (hijos de filiación matrimonial); y
Richard Alexis y Guillermo Alfredo, ambos de apellido Stange García (hijos de filiación no
matrimonial). Dicha posesión efectiva, se otorgó por resolución de fecha 27 de octubre de
2003, dictada por el primer Juzgado de Letras de Coyhaique.
6.– Indica que al indagarse respecto a la entidad y tasación de los bienes a considerar en la
confección del inventario solemne de los bienes quedados al fallecimiento de don Rudy
Friedegord Stange Dietz, y sobre los cuales ha de recaer la posesión efectiva de los mismos,
que mediante simulaciones entre el causante Rudy Friedegord Stange Dietz y su conviviente
María Eliana García Guichamán, se celebraron pactos de reconocimientos de deuda, dación
en pago y adquisición en beneficio de menores, que extrajeron en consecuencia bienes del
patrimonio de don Rudy Friedegord Stange Dietz para transferir dichos inmuebles a su
conviviente e hijos tenidos con ésta, lesionando con ello los legítimos derechos de los
demandantes de autos, de pretender participar en la herencia de todos aquellos bienes que
su padre hubiera adquirido en vida y cuyo dominio no hubiera transferido, mediando título
eficaz, justo y lícito.
Solicita al Tribunal que se sancione la imperfección que por carencia de causa y/o
consentimiento afecta a los actos y declaraciones de voluntad que los demandados
acordaron en las escrituras públicas cuyos acuerdos de voluntad se han desglosado en los
párrafos 2.3.1, 2.3.2, y 2.3.4 de la demanda de fojas 22 a 45, mediante su expresa
declaración de nulidad absoluta; actos y declaraciones de voluntad que constan en las
escrituras públicas que, específicamente son:
1.– La escritura pública suscrita entre don Rudy Friedegord Stange Dietz y doña María Eliana
García Guichamán, el 18 de mayo de 1994, ante el Notario Público de Puerto Aysén, don
Julio Pizarro Maggio.
2.– La escritura pública suscrita entre los mismos el 21 de julio de 1999, ante el Notario
Público de Coyhaique, don Eduardo Carvajal Herrera, suplente del titular don Julio Mario
Angulo Matamala.
3.– Y la escritura pública suscrita entre don Rudy Friedegord Stange Dietz y doña María
Eliana García Guichamán, con fecha 01 de octubre de 2003 ante el Notario Público de
Coyhaique don Eduardo Carvajal Herrera, como suplente del titular don Teodoro Patricio
Durán Palma.
Indica, que conforme a lo expuesto y doctrina reseñada y, como la justa razón de pedir que
sus representados tienen a raíz de los hechos expuestos, no pueden ni debe quedar sujeta al
riesgo de cuál pudiera ser la opción del Tribunal por una u otra opción del medio y acción a
virtud del cual obtener el justo propósito de que se sancione las simulaciones de actos ya
denunciado.
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2.– En subsidio de la declaración de nulidad absoluta, solicita y para el evento que se
rechazare tal pretensión de nulidad absoluta respecto de todos los actos y declaraciones
contenidos en la escritura pública ya individualizada, o bien respecto de algunos de todos
esos actos, solicita que respecto aquellos actos y declaraciones de nulidad absoluta
primeramente solicitada, se tenga a bien exponer en la sentencia que se ha constatado,
comprobado o verificado la efectividad de no haber existido en la celebración u otorgamiento
“consentimiento de don Rudy Fríedegord Stange Dietz y de doña María Eliana García
Guichamán para obligarse como –con falta a la verdad– lo exteriorizado en las escrituras
públicas analizadas en el libelo de autos, y que por tal ausencia de consentimiento –
reconozca en definitiva– que los reconocimientos de deuda, “dación en pago y finiquitos
escriturados en tales tres escrituras públicas son inexistentes en Derecho.
3.– En defecto de esta anterior petición subsidiaria, en igualmente en prevención de
discrepancia, declare la inexistencia de tales mismos tres actos contenidos en cada una de
las citadas escrituras públicas, por faltar en ellos causa real y lícita, en razón de los mismos
argumentos esgrimidos que dio para fundar la petición de nulidad absoluta por carencia de
causa real y lícita.
4.– En subsidio, declare la exteriorización y/o acuerdo de voluntades que consta en la
escritura pública suscrita con fecha 18 de mayo de 1994, en el sentido que doña María
Eliana García Guichamán adquiría el inmueble que el primero le daba en pago para dominio
de su hijo, menor de edad, Richard Alexi Stange García, es también nula, de nulidad
absoluta, “por carencia de causa real o licita , desde la relación adquiriente y vendedor.
5.– En subsidio, se declare la nulidad absoluta, o en subsidio la nulidad relativa, tanto de la
estipulación efectuada por doña María Eliana García Guichamán a favor de Richard Alexi
Stange García en la escritura antes citada, como también que se declare la tradición e
inscripción de dominio que a favor de este menor se efectuó a la vista de tan anómala y
gratuita estipulación, acogiendo el Tribunal el fundamento del hecho de que a la fecha de su
suscripción doña María Eliana García Guichamán no tenía la representación de quien el 18
de mayo del año 1994 era su hijo natural y menor de edad, de sólo 12 años, de modo que el
beneficio de aquella tradición y título, en modo alguno pudo en aquel entonces haber
consentido a tal adquisición; y sin haber existido el consentimiento del adquiriente de la
especie de dominio en traslación; corresponde entonces que se declare nulo el título que
sustenta la inscripción de dominio de fojas 869 vuelta, Nº 471, del Registró de Propiedades
del año 1994 del Conservador de Bienes Raíces de Valdivia.
6.– En defecto, de la anterior pretensión, se solicita al Tribunal declare la nulidad de la recién
citada inscripción de dominio sobre la base de tener por establecido en la sentencia que
según el mérito de autos resulta comprobada la inexistencia de consentimiento del menor
Richard Alexi Stange García, y/o de causa, tanto en el título translaticio de dominio como en
la tradición den cuya virtud el Conservador de Bienes Raíces de Valdivia efectuó la
inscripción de dominio de fojas 869 vuelta 471, de su Registro de Propiedades del año 1994.
7.– Solicita que se declare que ha quedado acreditado en el proceso que la verdadera y
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sincera voluntad de los contratantes Rudy Friedegord Stange Dietz y María Eliana García
Guichamán, ha sido de convenir entre ambos en forma de pacto oculto o del modo
disfrazado por los acuerdos de las escrituras públicas, ya individualizadas en autos, un
contrato de donación entre vivos, en virtud de los cuales el menor Richard Alexi Stange
García, adquiera a título gratuito por donación de su padre natural el dominio del inmueble
ubicado en Valdivia y, doña María Eliana García, adquiera a título gratuito por donación entre
vivos de su conviviente, el dominio de los inmuebles urbanos de la ciudad de Coyhaique y
Puerto Montt, latamente individualizados anteriormente.
8.– Finalmente, y como consecuencia se declare que dichas tres especies de “donaciones
entre vivos quedadas recién al descubierto, luego de haberse sancionado la imperfección de
los simulados que los ocultaban, adolecen las tres de nulidad absoluta en razón de haberse
efectivamente concretados y logrados sus efectos sin haber el propietario donante, cumplido
respecto de cada una de ellas, el trámite de insinuación previa dispuesto imperativamente
por el artículo 1401 del Código Civil, por lo que se solicita: Se declare nulas cada una de
tales tres donaciones en lo que cada una de ellas exceda a “dos centavos de cuantía; Y,
teniendo por acreditado en autos que la tasación de cada uno de los inmuebles excede en
varias decenas de millones de pesos, los dos centavos de cuantía que la ley permite como
donación común entre vivos no excepcionada del trámite de insinuación, declare que se
anulan las inscripciones de dominio practicadas como consecuencia de los actos cuya
simulación anteriormente se ha sancionado, inscripciones éstas que son:
– La inscripción de dominio de fojas 869 vuelta, Nº 471, del Registro de Propiedad del año
1994, del Conservador de Bienes Raíces de Valdivia, efectuada a nombre de Richard Alexi
Stange Dietz;
– La inscripción de dominio de fojas 832 vuelta, Nº 622, del Registro de Propiedad del año
1999, del Conservador de Bienes Raíces de Coyhaique, efectuada a nombre de María Eliana
García Guichamán;
– Y la inscripción de dominio de fojas 3.395, Nº 3.505, del registro de Propiedad del año
2003, del Conservador de Bienes Raíces de Puerto Montt efectuada también a nombre de
María Eliana García Guichamán.
Se declare que los tres inmuebles individualizados en la demanda, deben ser incorporados al
inventario de bienes quedados al fallecimiento de don Rudy Friedegord Stange Dietz, sean
inicialmente o por ampliación del que ya se hubiere confeccionado y protocolizado.
Y, para la eventualidad que la anterior incorporación a la masa de bienes e inventario de
bienes quedados al fallecimiento de Rudy Stange Dietz no fuere posible por haberse
transferido a terceros tales inmuebles o alguno de ellos, se declare que el valor obtenido de
la tasación de los respectivos inmuebles, según se acredite y establezca en la causa, se
considere, impute y deduzca, según lo dispuesto en los artículos 1185 a 1187 del Código
Civil, en lo que corresponda a los respectivos demandados.
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Subsidiariamente pide y para el caso en que no se haga lugar a las declaraciones de nulidad
o de inexistencia solicitadas, especialmente a la nulidad o inexistencia de los actos y
acuerdos de voluntad que constan en la escritura pública suscrita entre Rudy Stange Dietz y
María García Guichamán con fecha 1º de octubre ante Notario Público de Coyhaique, en
cuanto tales acuerdos hicieron posible que a virtud de la supuesta “dación en pago
estipulada en dicho instrumento, el inmueble urbano a que se refiere fuere adquirido por
doña Eliana García Guichamán en “un precio de $ 20.000.000 (veinte millones de pesos), en
circunstancias que su valor precio en el mercado inmobiliario de la ciudad en que se ubica,
cual es la ciudad de Puerto Montt, al tiempo del respectivo contrato o acuerdo de dación en
pago superaba los $ 150.000.000 (ciento cincuenta millones de pesos), se declare: Que, se
rescinde –por lesión enorme– el acuerdo de dación en pago estipulado en la escritura pública
antes citada y que a virtud de la ya declarada rescisión doña María Eliana García Guichamán
deberá pagar a la sucesión quedada al fallecimiento de don Rudy Stange Dietz, la diferencia
entre los 20.000.000, a cambio de cuyo finiquito de solución fue que recibió en pago el
dominio de dicho inmueble y la suma que el Tribunal determine como justo precio para el
inmueble urbano del caso.
A fojas 48, se notificó legalmente la demanda a los demandados María Eliana García
Guichamán y Richard Alexi Stange García.
De fojas 54 a 71, don Luis Barría Alvarado, en representación de la parte demandada,
contesta la demanda señalando en cuanto a los hechos el causante anuló su matrimonio con
doña Eliana Osorio Formantel, liquidando la sociedad conyugal por escritura pública de fecha
8 de abril de 1991, en la cual consintió y permitió que ella se adjudicara los bienes más
valiosos, rentables e importantes y a raíz de esa oportunidad o situación, además de hecho
le dejó activos o mercaderías de mucho valor. En suma don Rudy Stange Dietz tuvo que
prácticamente empezar de nuevo. Agrega que efectivamente a partir del mes de octubre de
1973 don Rudy Stange Dietz inició una convivencia con doña María Eliana García
Guichamán, como lo afirma la propia demandante, la que se mantuvo ininterrumpidamente
hasta el momento de su fallecimiento, producto de esa relación nacieron sus hijos Guillermo
Alfredo y Richard Alexi, ambos Stange García, por lo que en ningún caso se trata de un mero
“arrebato pasional senil , como insidiosamente vienen a espetar los demandantes, aunque no
muestran precisamente el mismo desapego con respecto a los bienes del causante.
Que en doctrina se ha descrito que confesión voluntaria es la que espontáneamente expresa
una de las partes en las presentaciones que hace al Tribunal; las presentadas en las
solicitudes o presentaciones escritas que hacen las partes, constituyen la confesión
voluntaria. De esto último se desprende la importancia inmensa que tienen las declaraciones
que hacen las partes en sus escritos. Sin embargo, es frecuente que en la práctica se crea
que ésta no es confesión, y las partes muchas veces, por descuido o por otro motivo, hacen
declaraciones en los escritos que creen que después puede recoger; pero por el contrario,
esas declaraciones son indestructibles, porque constituyen confesión como la que se analiza
y al respecto señala abundante doctrina.
Que, a todos sus hijos ya nombrados, tanto a los demandantes como a los demandados, se
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otorgó la posesión efectiva de los bienes quedados al fallecimiento de don Rudy Stange
Dietz por resolución judicial de 27 de octubre de 2003, a muy escasos días de su
fallecimiento (05.10.03) dictada en la causa de jurisdicción voluntaria rol Nº 105–03, del
Primer Juzgado de Letras de Coyhaique.
Agrega que la doctrina y jurisprudencia concuerdan en que la convivencia origina un
cuasicontrato de comunidad y, por ende, que otorga igualdad de derechos sobre los bienes
adquiridos o mantenidos durante dicha relación. En lo básico, y como quiera que en definitiva
se denomine, que a la concubina le asisten en los bienes comunes exactamente los mismos
derechos que al concubino. Señala que si bien la relación de su mandante con el causante,
no aparece amparada por disposiciones legales específicas directas, sin embargo cuentan
con el apoyo de principios jurídicos reconocidos universalmente, como la equidad, el
enriquecimiento injusto o sin causa y, lo que es más importante, los Tribunales, la
jurisprudencia, que frecuentemente llevando una abierta ventaja al lento avance del
legislador, han reconocido el derecho de las partes que han convivido en la llamada “unión
matrimonial de hecho , preferida al arcaico y restringido concepto de concubinato, a su parte
en los beneficios con dicha unión, reseñando al efecto abundante jurisprudencia.
Finalmente, indica que reconoce como hechos en representación de doña María Eliana
García Guichamán, ésta por sí y como representante legal de sus hijos Guillermo Alfredo y
Richard Alexi Stange García, estos dos últimos herederos del causante Rudy Stange Dietz, y
conforme a los artículos 1713 del Código Civil y 339 del Código de Procedimiento Civil,
reconoce en definitiva la efectividad de los siguientes hechos: A) que son reales y no
simulados, con causa y objeto perfectamente lícitos y claros, todos los contratos que se
mencionan e impugnan la contraria; B) que efectivamente doña María Eliana García
Guichamán convivió durante 30 años, a lo menos, con el causante Rudy Friedegord Stange
Dietz, y hasta el día de su fallecimiento; C) que todos los bienes que dejó el mencionado
causante fueron adquiridos durante los años de dicha convivencia y con el esfuerzo y trabajo
común de ambos convivientes; y, D) que, por ende, de todos los bienes que adquirió Rudy
Friedegord Stange Dietz en los últimos 30 años, el cincuenta por ciento de ellos pertenece a
doña María Eliana García Guichamán.
Agrega el demandado, que en todo caso, viene en oponer a la demanda las siguientes
excepciones:
1.– La excepción de incompetencia:
Que, aparece de manifiesto en este juicio la insuperable contradicción consistente en que
unos herederos del mismo causante opinan en un sentido, y los demás en el sentido
contrario; y respecto sobre cuál ahora de las dos versiones tiene mayor validez, la ley no
dice, por lo que es necesario concluir que tienen exactamente el mismo valor, aunque ello
conduzca a un virtual empate insuperable, llegándose a esto simplemente porque no se está
en el procedimiento judicial idóneo, toda vez que la justicia ordinaria es incompetente para
conocer la materia sublite. Agrega que la controversia de autos es entre comuneros, tanto
entre los integrantes de la comunidad hereditaria quedada al fallecimiento de Rudy Stange
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Dietz, como entre éstos y la concubina; luego, de acuerdo con el artículo 227 Nº 1 del Código
Orgánico de Tribunales, y 1.317 y 2.313 del Código Civil, la materia de autos es de arbitraje
forzoso, adoleciendo entonces el Tribunal de incompetencia absoluta, la que formalmente
alega.
Subsidiariamente, y para el poco probable caso que se desechare la excepción de
incompetencia anterior, y resolviere el Tribunal que es competente para conocer y fallar esta
causa, entonces opone las siguientes excepciones:
2.– Objeto y causa lícitos, contratos reales, y no simulados.
Que habiendo debidamente demostrado que entre los concubinos se genera un
cuasicontrato de comunidad sobres los bienes, o que la concubina de todos modos tiene
exactamente los mismos derechos patrimoniales que el concubino, y estando ya de acuerdo
ambas partes del juicio en el hecho que efectivamente existió concubinato, entonces de
todas maneras subyace la obligación del concubino –ahora su sucesión– de adjudicar a la
concubina la mitad de sus bienes comunes, por lo que todos los actos ahora impugnados por
la actora, primero en realidad tienen objeto y causa, y segundo, tienen además objeto y
causa perfectamente lícita. Expone que, luego, procede rechazar la acción de la actora
fundada en que los actos y contratos que impugna carecen de objeto y causa licitas, porque
en realidad sí los tienen y, por ende, fueron perfectamente reales y no simulados.
3.– Validez de personería para adquirir por otro.
Impugna también la parte contraria la validez de la dación en pago celebrada por escritura
pública de 18.05.94 en la Notaría de Puerto Aysén, porque la madre natural, su
representada, como tal habría carecido de personería para adquirir para su hijo menor de
edad Richard Alexi Stange García, toda vez que dicho acto jurídico se celebró antes de la
última modificación legal en la materia, sólo a partir de la cual los padres naturales pueden
representar por el sólo ministerio de la ley, a sus hijos; esta acción de la demandante de ser
desestimada por resultar doblemente errónea, según se indica a continuación: a) Porque es
plenamente válida la estipulación por otro, para adquirir el dominio, pues se trata de una
agencia oficiosa, cuasicontrato expresamente contemplado en la ley como plenamente
válido, según lo disponen los artículos 673, 1.449, 2.160, inciso 2º y 2.286 del Código Civil; y,
b) Que en todo caso su representada, con anterioridad al contrato que viene a impugnar la
demandante, precisamente el 07.07.93, había sido debidamente designada por la justicia
ordinaria como curadora de su hijo Richard Alexi, según se acredita con copia autorizada de
la sentencia.
4.– No hay lesión enorme en contra de “dación en pago .
Interpone también la actora la lesión enorme para impugnar los contratos que señala, pero
que sin embargo dicha acción es típica del contrato de compraventa, y por excepción de dos
o tres contratos más, que expresamente la ley en cada caso de la dación en pago señala,
cuyo es el carácter de los contratos de autos impugnados por la actora, con objeto y causa
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que son por completo diversos y.
5.– Prescripción.
Que, opone la excepción de prescripción de la acción de la nulidad absoluta respecto de la
dación en pago que se celebró el 18.05.94, ya que entre la fecha de su celebración y la de la
notificación de esta demanda, había transcurrido holgadamente los 10 años que al efecto
exige el artículo 1.683 inciso final del Código Civil, y respecto de aquellos contratos
celebrados desde hace más de 4 años, básicamente aquel celebrado en la Notaría de
Coyhaique de don Julio Angulo Matamala, ante un Notario Suplente el 21.07.99, opone la
excepción de prescripción de la nulidad relativa contemplado en el artículo 1.691 del Código
Civil. Asimismo, señala que la lesión enorme tiene 4 años de prescripción, según el artículo
1.896 del Código Civil, excepción que formalmente también viene en opone. Solicitando se
tenga por contestada la demanda.
Que en definitiva los demandados solicitan que se tenga por contestada la demanda y se la
rechace en todas sus partes con costas.
De fojas 64 y siguiente la parte demanda María Eliana García Guichamán interpone
demandan reconvencional en contra de los hijos de filiación matrimonial Iris Marlys, Liliana
Elizabeth y don Rudy Hernán, todos de apellido Stange Osorio, representados por el
abogado Eduardo Vera Wandersleben, y en contra de los hijos de filiación no matrimonial
Richard Alexis y Guillermo Alfredo Stange García, ambos domiciliados en calle Obispo
Vielmo Nº 10, solicitando que Guillermo Alfredo sea representado en la causa por un
curador–Alitis, nombrado por el Tribunal, por ser menor de edad, a fin de que el Tribunal
declare la existencia de un cuasicontrato de comunidad entre María Eliana García
Guichamán y el causante Rudy Stange Dietz, respecto de los bienes que éste adquirió
durante sus 30 últimos años de vida, agregando que la mitad de ellos y cada uno de ellos
pertenece a la actora reconvencional, por haber convivido ambos durante todo ese tiempo,
siendo reconocidos para todo el mundo como marido y mujer, actuando como tales,
constituyendo un hogar común y guardándose la fidelidad y unilateralidad debidas, contando
el causante con los cuidados y abnegación de la persona de doña María García Guichamán
hasta los últimos días de su vida, para que en definitiva se declare que dicha representada
es comunera de la sucesión quedado al fallecimiento del mencionado causante, y que sus
derechos equivalente al 50% del total y cada uno de los bienes adquiridos por don Rudy
Friedegord Stange Dietz, durante los últimos 30 años de su vida, que son los que se
singularizan en el inventario de su posesión efectiva, y todos aquellos que como resultado de
este juicio puedan volver al haz hereditario, con costas.
A fojas 75, don Richard Alexi Stange García, se allanó a la demanda reconvencional en
todas sus partes y para todos los efectos legales a la demanda reconvencional interpuesta
por Eliana García Guichamán.
A fojas 77, doña Teresa Sáez Ruiz, abogado, designada curador ad litem del menor
Guillermo Alfredo Stange García, se aviene a lo que la justicia en definitiva determine sobre
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el asunto controvertido, en cuanto sea favorable a los intereses del menor.
A fojas 102, se tuvo por contestada la demanda reconvencional, por parte de los
demandados Irys Marlys; Liliana Elizabeth y Rudy Hernán, todos de apellido Stange Osorio y
se concedió traslado para la réplica.
A fojas 109, el abogado Eduardo Carvajal Herrera, por su representado Richard Alexi Stange
García, evacuó el trámite de la dúplica de la demanda principal. Como así mismo dicho
trámite se tuvo por evacuado a fojas 112 vuelta, por parte del abogado Luis Barría Alvarado,
en representación de María Eliana García Guichamán, teniéndose además por evacuada la
réplica reconvencional por esta última parte, y concediéndose el traslado para la dúplica.
A fojas 116 vuelta, se citó a las partes a la audiencia de conciliación Y, a fojas 119 vuelta, se
recibió la causa a prueba por el término legal, fijándose como puntos a probar, los siguientes:
a) En cuanto a la demanda ordinaria de nulidad de contratos:
1) Si los contratos celebrados entre Rudy Stange Dietz y María Eliana García Guichamán
adolecen de vicios o fueron simulados, en que consistirían y si con ellos se habrían
producido perjuicios, de qué tipo, monto y personas afectadas.
2) Si existió lesión enorme en los contratos referidos en el punto primero.
3) Si hay prescripción de la acción de nulidad absoluta respecto de la dación en pago
celebrada el mes de mayo de 1994.
4) Si el Tribunal de la causa es o no competente para conocer las acciones de autos.
b) Respecto de la demanda reconvencional;
1) Si existió un cuasicontrato de comunidad entre las personas señaladas en el punto 1 y
tiempo del mismo.
A fojas 252 vuelta se certificó vencimiento del término de prueba.
A fojas 253 se trajeron los autos para la dictación del fallo.
Con lo relacionado y considerando.
En cuanto a las excepciones opuestas por la defensa de los demandados:
I.– En cuanto a la excepción de incompetencia absoluta del Tribunal.
Primero: Que la parte demandada, en su contestación de fojas 54 a 71, promueve la
excepción de incompetencia absoluta del Tribunal, sosteniendo que la materia controvertida
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en autos es de arbitraje forzoso, ya que la discusión es entre comuneros de la sucesión
intestada quedada al fallecimiento de Rudy Stange Dietz, así como la controversia se
extiende entre los mismos herederos con la concubina María Eliana García Guichanmán.
Segundo: Que, contestando la excepción de incompetencia la parte demandante, en su
escrito de réplica agregado de fojas 87 a 101, expuso en lo pertinente a la incompetencia que
la materia de autos no es de arbitraje forzoso, sino que es la partición de los bienes lo que
debe ser sometido a arbitraje, pero no lo relativo a lo planteado en la demanda, esto es que
se resuelva qué bienes deben ser incorporados y/o excluidos de la comunidad y ello implica
que el asunto deba ser resuelto en un juicio común declarativo previo, sin que el partidor
tenga competencia para resolver lo planteado.
Tercero: Que, de acuerdo a lo expuesto por las partes y los antecedentes de autos, lo
planteado en la demanda dice relación con la interposición de la acción de simulación de
determinados contratos de compraventa de bienes raíces, por carencia de causa y/o
consentimiento de las partes contratantes, respecto a los cuales se pide que se declare la
nulidad absoluta, y en subsidio relativa, de los tres contratos de compraventa cuestionados, o
en subsidio de alguno de ellos; y en subsidio de lo anterior, se pide que se declare la
inexistencia de dichos actos jurídicos, y subsidiariamente, respecto de uno de ellos, que se
encontraría viciado por lesión enorme, y en subsidio que el Tribunal declare que la verdadera
voluntad de las partes en la compraventa de fecha 18 de mayo de 1994 fue la de un contrato
de donación entre vivos existiendo un pacto oculto o disfrazado mediante una escritura
pública, en subsidio que se declara por el Tribunal que los tres contratos de compraventa en
cuestión adolecen de nulidad absoluta porque se simularon donaciones entre vivos y no se
cumplió con el trámite de la insinuación y en consecuencia ninguna de las materias
propuesta en la demanda están contempladas entre aquellas de arbitraje forzoso que
prescribe el artículo 227 número 1º del Código Orgánico de Tribunales, que entre otras se
contempla la liquidación de una comunidad, cuyo no es el caso de autos en que no se está
deduciendo demanda para liquidar la comunidad de bienes del causante Rudy Stange Dietz,
sino que el demandado se refiere a la interposición de las acciones y materias ya indicadas
anteriormente, y por ello corresponde rechazar la excepción perentoria de incompetencia
absoluta del Tribunal que se analiza.
II.– En cuanto a las siguientes excepciones opuestas por la defensa de los demandados,
unas de otras en forma subsidiaria, a la analizada precedentemente;
a.– La referida a la excepción de objeto y causa lícitas y contratos reales y no simulados.
Cuarto: Que la parte demandada en su escrito de contestación de la demanda de fojas 54 a
71, en lo pertinente opone, en forma subsidiaria a la incompetencia del Tribunal, la excepción
de objeto y causa lícita, porque se trata de contratos reales y no simulados, ya que entre los
concubinos se generó un cuasicontrato de comunidad sobre los bienes y ella tiene
exactamente los mismos derechos patrimoniales que él y las partes del juicio están de
acuerdo en que efectivamente existió concubinato entre Rudy Stange y María García
Guichamán, por lo que subyace la obligación del concubino, ahora de la sucesión de éste, de
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adjudicarle a la concubina la mitad de sus bienes comunes, por lo que todos los actos que se
impugnen en la causa tienen objeto y causa lícita y por ende procede rechazar la acción de
los demandantes fundado en que los actos y contratos que impugnan carecerían de objeto y
causa lícita, porque los que tienen son reales y no simulados.
La parte demandante, contestando la excepción subsidiaria que se analiza, señala que en los
contratos de dación en pago que están impugnados no existe causa real y lícita, porque los
demandados en su excepción no señalan dónde radicaría concretamente su causa o cuál
sería su causa, y por otro lado, al plantear la excepción son los propios demandados los que
están implícitamente reconociendo que las “daciones en pago , cuya nulidad e inexistencia
se ha demandado no son tales, porque la demandada Maria García Guichamán, a la fecha
de suscribirse los contratos impugnados era comunera del inmueble que fue objeto de la
dación en pago, los haya recibido en el cien por ciento o totalidad de su dominio por pago de
una supuesta deuda que el propietario tridente habría tenido para con ella por servicios
domésticos, cual si el mismo inmueble le hubiere sido totalmente ajeno.
Que el Tribunal tiene presente que entre la actitudes que puede asumir el demandado
cuando ha sido emplazado legalmente está el de aceptar la demanda, o defenderse o no
hacer nada. Que en el presente caso los demandados se defienden, caso en el cual pueden
hacerlo oponiendo excepciones legales o reconviniendo, y al respecto oponen excepciones
legales en forma subsidiaria unas de otras, para el caso de que la excepción de
incompetencia fuera rechazada, lo que ha ocurrido según se ha señalado precedentemente.
Que las excepciones pueden ser dilatorias, que son aquellas que paralizan la acción que se
ha interpuesto sin extinguirla, tienden a corregir el procedimiento sin afectar el fondo de la
acción perentorias, que son aquellas que extinguen la acción del demandante y, por último
las mixtas, que son aquellas que revisten caracteres de ambas excepciones.
Que, en el caso de autos, la excepción que se analiza que dice relación con la existencia de
objeto y causa lícita en los tres contratos de dación en pago que están controvertidos en la
causa y que por lo mismo no son simulados, desde luego no se refiere a la corrección del
procedimiento, o a subsanar posibles vicios, sin afectar al fondo de la acción deducida, y por
consiguiente no se trata de una excepción dilatoria.
Que, por el contrario, la excepción en comento mira el fondo del pleito y tiene por objeto
enervar la demanda, pues ataca al fondo de la acción impetrada por la parte demandante,
siendo del caso señalar que las excepciones perentorias son innumerables pues no tienen en
el Código de Procedimiento Civil una enumeración, pero deben hacerse valer en la
contestación de la demanda. Como las excepciones mixtas o anómalas son la cosa juzgada,
la transacción y la inadmisibilidad, ninguna de las cuales es la que ahora se analiza, no cabe
duda alguna de que se trata de una excepción perentoria la que se ha opuesto por la parte
demandada, y en este sentido cabe consignar que las condiciones para la existencia de los
actos jurídicos son la voluntad, el objeto, la causa y, el cumplimiento de las solemnidades en
los casos que la ley lo exige, y para su validez se requiere que la voluntad no esté viciada,
que exista capacidad de las partes contratantes, que el objeto sea lícito y, finalmente que la
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causa sea lícita.
Que, en el caso de autos la excepción que se hace valer en el sentido de que los tres
contratos de dación en pago cuestionados tendrían objeto y causa lícita, se refiere pues, a
que se habrían cumplido las condiciones de validez en todo esos contratos, si se tiene
presente que las condiciones de existencia de cualquier acto jurídico son aquellas
absolutamente necesarias para que pueda formarse, de forma que la falta de cualquiera de
ellas impide que el acto nazca a la vida del derecho, y por lo tocante a las condiciones de
validez del acto jurídico, o hecho jurídico según lo enseñan algunos civilistas, quiere decir
que se trata de aquellos elementos que si bien pueden faltar al acto jurídico sin que ello
atente contra su existencia, si son necesarios para la vida sana de ese acto jurídico, pues de
otro modo cuando no concurre cualquiera de las condiciones o requisitos de validez el acto
queda viciado y en tal caso puede solicitarse su nulidad, que es justamente lo que la parte
demandante intenta en la presente litis, pues el fondo de lo controvertido, especialmente, se
centra en lo pertinente al objeto lícito y a la causa lícita, lo que dice relación, entonces,
justamente, con los vicios que puedan afectar a los dos elementos o condiciones de validez
de las tres escrituras de dación en pago objeto de la causa en cuanto a si se trata de
contratos reales y en ningún caso simulados.
Que, y en lo pertinente al objeto, conforme al artículo 1.460, del Código Civil toda declaración
de voluntad debe tener por objeto una o más cosas que se trata de dar, hacer o no hacer, y
el mero uso de la cosa o si tenencia puede ser objeto de la declaración. El objeto que recae
sobre una cosa material o inmaterial siempre debe ser real, comerciable y determinada, y
conforme al artículo 1.445 Nº 3 del Código Civil todo acto jurídico, para que sea válido,
supone que el objeto, entre otros requisitos debe ser lícito, siendo el propio Código Civil el
que señala los casos en que hay objeto lícito, conforme se expresa en el artículo 1.464,
siendo la sanción del objeto lícito el que el acto o contrato que tiene como elemento un objeto
lícito es nulo absolutamente conforme al artículo 1.682 del Código Civil.
Que, respecto a la causa, a que se refiere el artículo 1.445 del Código Civil en el sentido de
que para que una persona se obligue con otra es necesario que haya una causa lícita, y
además que sea real, esto es que no sea falsa o simulada, cuando la causa es ilícita la
sanción conforme al artículo 1.682 es la nulidad absoluta del acto o contrato de que forma
parte y, los medios para atacar los actos imperfectos cuando no se han cumplido los
requisitos de existencia o de validez de los actos jurídicos son la institución de la inexistencia
jurídica y de las nulidades absolutas o relativas que contempla el Código Civil, amen de otras
instituciones relacionadas con los efectos de los actos como la ineficacia, la inoponibilidad, la
simulación etc., que en el presente caso, se plantea a modo de excepción lo que también, en
este caso por la parte demandante, se plantea como cuestión de fondo precisamente las
instituciones de la simulación, de la nulidad absoluta o relativa, impugnándose los mismos
tres contratos de dación en pago, respecto de los cuales la parte demandada pide desde ya y
como cuestión previa que el Tribunal declare que dichos contratos tendrían objeto y causa
lícita, cuestiones que naturalmente conforman la cuestión de fondo y el Tribunal no puede
desde ya emitir pronunciamiento a este respecto, más aún si es la propia parte demandante
quien está impugnando vicios de validez de los mentados tres contratos de dación en pago, y
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la parte demandada, frente a dicha petición, se ha defendido con las mismas
argumentaciones que expone para el fondo de lo debatido, y también por la vía de la
excepción pretende que se discuta en forma previa.
Que, en consecuencia, no corresponde, atendido el mérito de los autos, disposiciones
legales citadas, y por tratarse de peticiones que se refieren a las condiciones de validez de
los actos jurídicos, emitir pronunciamiento previo acerca de que el objeto y la causa de cada
uno de los contratos de dación en pago serían lícitos, como lo pretende la parte demandada,
si la contraria precisamente hace valer como cuestión de fondo las ilicitudes de los mismos, a
través de los medios que contempla el Código Civil, como lo son la simulación, la nulidad y la
inexistencia, por lo que en definitiva el Tribunal emitirá pronunciamiento a este respecto al
resolver la cuestión de fondo.
III.– Que en cuanto a la excepción de validez de personería para adquirir por otro.
Quinto: Que, y también en forma subsidiaria a las anteriores, la defensa de los demandados
en su presentación de fojas 54 y siguientes, opuso la excepción de validez de personería
para adquirir por otro, sosteniendo que fue válida la dación en pago celebrada por escritura
pública de fecha 18 de mayo de 1994, en la notaría de Puerto Aysén, por cuanto María
Eliana García Guichamán, al adquirir para su hijo menor de edad Richard Stange García esa
propiedad lo hizo bajo la figura de la estipulación por otro, y se trata de una agencia oficiosa,
cuasicontrato expresamente contemplados en nuestra ley, y que en todo caso ella con
anterioridad a dicho contrato había sido debidamente designada por la justicia ordinaria como
curadora de su hijo Richard Alexis Stange García, según copia autorizada de la sentencia
que acompaña.
Que a este respecto la defensa de los demandantes en su presentación de fojas 87 y
siguientes señala que la explicación de su contraparte no resulta creíble ni lógica, pues en la
escritura pública de esa dación en pago consta que María Eliana García Guichamán,
manifestó que el bien raíz le era transferido “en pago , de un crédito que ella tenía respecto
del propietario tradente, por lo que con ello se desmiente que a la época de la dación en
pago haya existido efectivamente una deuda de Rudy Stange Dietz para con doña María
Eliana García, y por otra parte, queda aún más en evidencia que en tal dación en pago no
existió para el propietario supuestamente deudor y tradente una causa real y lícita, porque no
se apreciaría cuál había sido la justa contraprestación efectuada –a modo de causa– por el
adquiriente Richard Alexis Stange Dietz en beneficio de su tradente don Rudy Stange Dietz.
Que, para resolver adecuadamente la excepción en cuestión, conviene tener presente que la
excepción de validez de personería para adquirir por otro no es de aquellas que digan
relación con la corrección del procedimiento sino de las tienden a destruir o enervar la acción
deducida en la demanda.
Que, a este respecto se tiene presente que del documento que se agregó de fojas 7 a 8,
aparece compareciendo la compradora María Eliana García Guinchamán quien adquirió y
aceptó para su hijo menor Richard Alexis Stange García el inmueble ubicado en Avenida
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Pedro Montt Nº 2851, de Puerto Aysén. También conviene presente que de los documentos
agregados de fojas 52 a 53 y 165 a 166 aparece que en la causa rol Nº 5.810 nombramiento
de curador, del Juzgado de Menores de Puerto Aysén, se nombró a María Eliana García
Guichamán curadora dativa del menor Richard Alexis Stange García, entonces de 11 años,
11 meses y una semana, nombramiento que no fue impugnado no obstante que el artículo 26
del Código Civil llama impúber al varón que ha cumplido 14 años de edad, cuyo era el caso
de dicho menor, y que el artículo 341 del mismo texto legal señala que están sujetos a tutela
los impúberes, cual era el caso de dicho menor, en contraste con aquellos que han dejado de
ser impúberes, esto es que son mayores de 14 años, y que el legislador los llama menores
adultos, los cuales conforme al artículo 342 del citado cuerpo legal están sujetos a curaduría
general. Que de lo expuesto puede concluirse que no obstante el Tribunal de menores de
Puerto Aysén nombró curadora dativa para un impúber, ello en todo caso carece de mayor
relevancia desde que basta examinar el documento agregado de fojas 7 a 8 para constatar
que la compradora del bien raíz en cuestión adquirió el inmueble que allí se menciona y lo
aceptó para su hijo menor de edad Richard Alexis Stange García, sin que hubiera actuado en
su calidad de curadora dativa, acto jurídico que legalmente es posible, toda vez que los actos
jurídicos pueden celebrarse o ejecutarse ya sea directamente por sus autores, o también a
través de otra persona que se encuentre dotada de poderes para ello, lo que constituiría una
representación, en el cual el acto jurídico es celebrado por el representante, pero los efectos
se producen o radican en la persona o esfera del representado, y de este modo se suple la
falta de voluntad de los absolutamente incapaces, situación que ocurre justamente en el caso
de autos en que dicho menor a la fecha de la celebración de la dación en pago en la Notaría
de Puerto Aysén el día 18 de mayo de 1994, tenía menos de 14 años de edad, esto es, era
un impúber, y por tanto absolutamente incapaz, y en su reemplazo puede actuar la voluntad
no sólo de su representante legal, que en todo caso no lo era la compradora por cuanto a
esa fecha el hijo natural carecía de poder ser representado legalmente por los padres que lo
hubieran reconocido como tal, como era el caso de dicho menor respecto a la compradora de
ese bien raíz, pero sí ésta última podía legalmente intervenir en virtud de que conforme al
artículo 1.449 del Código Civil cualquiera persona puede estipular a favor de otra, tal como lo
sostiene la parte demandada aun cuando no tenga derecho para representarla, modalidad
que ha sido reconocida en nuestra legislación, no siendo relevante la argumentaciones de la
parte demandante en cuanto en su presentación de fojas 87 y siguientes señala que no
resulta creíble ni lógica la tesis de la contraria en razón de que la dación en pago carecía de
causa, cuestión en todo caso que es el fondo de lo controvertido y que oportunamente se
analizará..
Que, por las argumentaciones precedentemente el Tribunal compartiendo la tesis de la
defensa de la parte demandada, acogerá la excepción que se analiza.
IV.– En cuanto a la excepción de inexistencia de lesión enorme en los contratos de “dación
en pago .
Sexto: Que el demandado también opone la excepción de no existir lesión enorme en los
contratos de “dación en pago sosteniendo que la lesión enorme es típica del contrato de
compraventa, y excepcionalmente en dos o tres contratos más, como la permuta, el mutuo, la
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anticrisis y algún otro, pero en ningún caso la dación en pago cuyo es el carácter de los
contratos de autos que impugna la actora, con objeto y causa por completos diversos.
Séptimo: Que la parte demandante, y en relación a la excepción mencionada, expresa que
ella no puede ser aceptada toda vez que, por una parte, los demandados no mencionan en
dónde radicaría completamente su causa o cuál sería su causa, y por otra parte, acontece
que al formular su excepción son los mismos demandados quienes implícitamente están
reconociendo que las daciones en pago cuya nulidad e inexistencia se ha demandado en
autos no son tales, porque a la fecha de suscribirse los contratos de dación en pago María
Eliana García Guichamán era comunera del inmueble objeto de dación en pago, y por lo
tanto en tal virtud no puede aceptarse que hubiere recibido el cien por ciento de su dominio
de pago de la supuesta deuda.
Octavo: Que, como en la demanda de autos se ha deducido, como acción principal la relativa
a la simulación de los tres contratos de dación en pago de la causa, y en forma subsidiaria, la
acción sobre lesión enorme, no corresponde al Tribunal emitir pronunciamiento, en esta
etapa de la sentencia, sobre la alegación de los demandados en cuanto a que no habría
lesión enorme en los contratos de dación en pago, toda vez que ello significaría resolver una
cuestión subsidiaria antes que lo controvertido sobre el fondo, razón por la cual, y sólo una
vez que se emita pronunciamiento sobre la acción principal de simulación, y para el caso de
que ello sea necesario, se hará también con la acción subsidiaria sobre lesión enorme.
V.– En cuanto a la excepción de prescripción de cada una de las escrituras sobre dación en
pago.
Noveno: Que, por último, la defensa de los demandados oponen en su presentación de fojas
54 y siguientes la excepción de prescripción de la acción de nulidad absoluta respecto de la
dación en pago que se celebró con fecha 18 de mayo de 1994, sosteniendo que entre la
fecha de su celebración y la de notificación de la demanda de autos habían transcurrido
holgadamente los diez años que al efecto exige el artículo 1.683 inciso final del Código Civil y
que respecto del contrato celebrado el 21 de julio de 1999, oponen la excepción de
prescripción de la nulidad relativa contemplada en el artículo 1691 del Código Civil.
Décimo: Contestando la excepción que se analiza la defensa de los demandantes señalan en
su presentación de fojas 87 y siguientes, pide que no se acoja la excepción de prescripción
porque respecto al inmueble ubicado en Avenida Pedro Montt Nº 2.851 de Valdivia, dado
supuestamente en parte de pago por Rudy Stange Dietz a María García Guichamán y
adquirido por ésta para su hijo menor Richard Alexis Stange García, su parte esta
reclamando la inexistencia de esa dación en pago y resulta que la acción para reclamar la
inexistencia de un acto jurídico no está sujeta a plazo de caducidad ni de prescripción, ya
que claramente como lo sostiene la jurisprudencia y la doctrina respecto a la prescripción
ésta no podría existir por ser algo que por carencia de requisitos no ha nacido a la vida
jurídica ya que lo que existe no puede validarse, mejorarse o repararse. Agrega que respecto
a las otras dos daciones en pago y por las cuales directamente adquirió María García
Guichamán un inmueble situado en la ciudad de Coyhaique y luego otro situado en la ciudad
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de Puerto Montt, su parte también ha reclamado la nulidad absoluta de ambos actos jurídicos
y en forma subsidiaria que se declare su inexistencia, sin que a la fecha del emplazamiento
de la demanda de autos haya transcurrido el plazo de diez años considerados por la ley para
tener por extinguida dicha acción en razón de la prescripción, y sin que en el presente caso
pueda invocarse prescripción alguna en contra de la acción de reclamo de inexistencia de
aquellos dos actos jurídicos.
Decimoprimero: Que el Código Civil establece diversas reglas sobre la nulidad de los actos y
contratos en el título XX del libro IV, teniendo presente que como en todo orden de cosas, el
tiempo sanea errores o enmienda vicios, porque los actos jurídicos no pueden permanecer
indefinidamente en esa condición, pues ello es contrario a la seguridad de las relaciones que
se deriven de los negocios jurídicos, y es por ello que los artículos 1.683 y 1.684 se dispone
que la nulidad queda saneada por el tiempo, esto es queda reparado o remediado el vicio
respectivo, y el artículo 1.681 inciso segundo del citado texto legal dice que la nulidad puede
ser absoluta o relativa, en tanto que el artículo 1.683 establece que el plazo por el cual queda
saneada la primera de ellas es de diez años, mientras que el plazo para la segunda es de
cuatro años, según lo disponen los artículo 1.684 y 1.691; de lo anterior se infiere que
pasado el plazo de diez o cuatro años, según el caso, queda saneado el acto jurídico y
desaparece legalmente la nulidad que podría afectarlo.
Que en cuanto al modo o forma en que puede hacerse valer la nulidad en el juicio, tanto la
doctrina cuanto la jurisprudencia han dicho que la nulidad tanto absoluta como relativa puede
hacerse valer como acción, esto es demandando la nulidad, cuanto como excepción, esto es
pretendiéndose destruir o enervar la acción o pretensión del demandante, situación esta
última que es la que ocurre en el caso de autos.
Decimosegundo: Que, conforme al artículo 1.681 del Código Civil es nulo todo acto o
contrato a que falta alguno de los requisitos que la ley prescribe para el valor del mismo acto
o contrato, según su especie y la calidad o estado de las partes, siendo la nulidad absoluta o
relativa. La primera de ellas prescribe en diez años, según lo dispone el artículo 1.683 del
citado cuerpo legal, en tanto que la segunda prescribe en cuatro años, conforme al artículo
1.691, también del citado texto legal.
Por lo tocante a los titulares de la acción de nulidad absoluta, conforme al artículo 1.683 son
tales todo aquel que tiene interés en solicitarla, entre ellos naturalmente las partes que han
intervenido en el acto jurídico, y en cuanto al citado interés, es obvio que debe tratarse de
personas interesadas en que se declare nulo el acto o negocio jurídico, en razón de que le
favorece o benefician los efectos de una eventual nulidad o bien la subsistencia del mismo le
puede perjudicar, aclarando la jurisprudencia que debe tratarse de un interés pecuniario que
debe existir al tiempo de producirse la nulidad.
Que, en este sentido, y siguiendo las explicaciones del profesor Ramón Domínguez Aguila
(Teoría General del Negocio Jurídico, manual Nº 70, Editorial Jurídica de Chile, página Nº
223), que se refiere al caso especial de los herederos, señala explica que estos últimos
pueden encontrarse en una doble situación: En efecto, en tanto herederos suceden al
20
causante en todo sus derechos y obligaciones transmisibles, conforme a los artículos 951
inciso 2º y 1.097 del Código Civil, y entre tales derechos se encuentra el que puedan impetrar
la declaración de nulidad absoluta si el causante tenía interés en tal declaración; y en una
segunda situación, en cuanto a que desde que el negocio ha sido celebrado por el causante,
es también posible que afecte intereses personales del heredero y, en tal situación, ese
heredero puede tener interés personal en la declaración de nulidad. En la primera situación el
heredero ejerce la acción de nulidad, o la excepción si corresponde, como heredero,
tomando un derecho que encuentra en la sucesión y que le viene del causante, pues ésta es
la acción que pone en movimiento, y en tal caso los requisitos que tal acción exige deberán
verse en la persona del causante y no en la del heredero; mientras que en la segunda
situación, el heredero está ejerciendo su propia acción de nulidad, allegando un interés
personal y en tal evento es en el que deben reunirse los requisitos o condiciones exigidos
para legitimarlo.
Que, conforme a las explicaciones dadas por el profesor Domínguez, que el sentenciador
comparte, en el caso de autos los demandantes en tanto herederos de Rudy Stange Dietz
están alegando su propio interés, derivado de su condición de sucesores, por lo que
evidentemente todos ellos tienen interés que resulta del hecho de acrecentar la herencia por
aquellos bienes que pretenden que vuelvan al haz hereditario intentando las acciones de
simulación, nulidad, inexistencia etc, evitando además la disminución de la maza hereditaria,
habiéndose probado en los autos dicho interés, y no una mera expectativa.
Que, como los herederos son los continuadores de la personalidad jurídica del causante,
según lo prescribe el artículo 1.097, y en el caso de autos la sucesión de Rudy Stange Dietz
está compuesta de tres hijos matrimoniales y dos no matrimoniales, ocurre sin embargo que
estos dos últimos, que han sido demandados en autos (conjuntamente con María Eliana
García Guichamán, son precisamente, junto a la última de las nombrada, quienes solicitan la
prescripción de las acciones de nulidad absoluta o relativa respecto de las escrituras públicas
de fechas 18 de mayo de 1994 y 21 de julio de 1999, esto es que aquellos tres hijos de
filiación matrimonial están impedidos de impetrar las acciones de autos en virtud de
afectarles a éstas la prescripción. Que así entonces, mientras que conforme a la norma del
artículo 1.097 los cinco herederos del causante Rudy Stange son los continuadores de su
personalidad jurídica, tres de ellos alegando su propio interés derivado precisamente de sus
condiciones de sucesor de dicho causante, intentan acrecentar la herencia para que
determinados bienes raíces vuelvan a ellos, en tanto que los dos restantes no tan sólo se
oponen a las acciones deducidas por los otros sucesores, sino que además tienen el carácter
de contradictores. En este sentido podría ocurrir que la prescripción alegada por dos
comuneros demandados, de ser acogida favorecería a la totalidad de los herederos, y
viceversa.
Por ello, el sentenciador estima que hay imposibilidad absoluta de que un heredero pueda
ejercer una acción de prescripción sin la concurrencia de sus demás co–herederos puesto
que, de admitirse tal situación, habría que concluir que algunos herederos intentan
determinadas acciones para acrecentar sus cuotas respectivas del haz hereditario, lo que
llevaría al resultado de que también la fracción de cada uno de los restantes herederos se
21
podría ver beneficiada o desmejorada según el resultado que se tenga de la prescripción, en
circunstancia que todos son los continuadores de la personalidad jurídica del causante.
Que, por otro lado, la acción principal intentada en esta causal es la acción de simulación, y
al respecto, y siguiendo las explicaciones del profesor Ramón Domínguez Aguila en su libro
“La prescripción extintiva , doctrina y jurisprudencia, 2004, Editorial Jurídica de Chile, primera
parte, doctrina general, 37 Nº 1, reglas especiales, caso de la acción de simulación , señala
que el caso de la acción de simulación requiere de regla especial, porque entre las partes se
entiende que mientras no haya rebeldía del contendor, la acción no prescribe, de forma que
la prescripción deberá contarse desde que aparezca el interés, es decir, desde que se
pretenda actuar en contradicción con el contrato secreto, y mientras ello no ocurra, hay un
verdadero reconocimiento permanente del derecho ajeno operando éste como una causal de
interrupción natural de la prescripción, la que cesa cuando el titular simulado pasa ha actuar
como si fuese titular efectivo. Que, explica el mismo profesor, en cuanto al plazo de la
prescripción de la acción de simulación, hay dos aspectos que considerar: Por una parte, el
derecho o acción destinado a establecer la existencia de la simulación y revelar la realidad y,
por otra, la cuestión del efecto que esa declaración haya de producir.
Que, de todo lo expuesto, puede concluirse que sea que se considere la autonomía de la
acción de simulación o que dicha acción no es diversa o ajena a los efectos buscados por
ella, lo cierto es que el plazo de prescripción, según entiende este fallador es de diez años
para la nulidad absoluta, tal como lo sostiene el incidentista, no. compartiendo la tesis de la
defensa de los demandantes en el sentido de que la acción de simulación no tendría plazo,
pero distinto es la situación referido a la forma de computar el plazo de prescripción, el cual
debe estarse a los artículos 48 a 50 del Código Civil, y contarse, según lo explica el
mencionado profesor, y que el fallador comparte, desde que aparezca el interés de quienes
intenten alegar la simulación.
Que, por último, y referido a la alegación de los demandantes, en el sentido de que por
tratarse de contratos de dación en pago respecto de los cuales se alega su inexistencia, no
operaría la prescripción en este sentido, el Tribunal tiene presente que el Código Civil trata
de la nulidad y de la rescisión en los artículos 681 a 1.697, y que la teoría de la inexistencia
en de orden doctrinario, y se refiere a aquellos actos carentes de un requisito de existencia,
distinto a la sanción de la nulidad que dice relación con el cumplimiento de los requisitos de
validez del acto jurídico; sin perjuicio de que además el acto inexistente no produce efecto
alguno, mientras que el acto nulo produce efectos mientras vicio no sea declarado
judicialmente y, por último el acto inexistente no puede sanearse por el transcurso del
tiempo, mientras que al acto nulo sí, y por último, algunos autores niegan la teoría de la
inexistencia dentro de nuestro Código Civil, mientras que para otros la inexistencia jurídica
queda comprendida en el Código dentro de la nulidad absoluta. Que, además, los
demandantes reclaman la inexistencia de tales escrituras de dación en pago pero como
cuestión subsidiaria de la acción principal cual es la simulación, de modo que el Tribunal para
los efectos de resolver la prescripción en cuestión tendrá presente lo anterior.
Que, por todas las razones expuestas precedentemente, el Tribunal concluye que el plazo de
22
la nulidad absoluta de diez años, que normalmente se cuenta desde la fecha en que se
celebró el acto o contrato, en el presente caso dicho plazo se sujeta a reglas especiales
según lo expuesto precedentemente, y habiéndose intentado como cuestión de fondo una
acción de simulación por tres de los herederos de la sucesión de Rudy Stange Dietz, éste
último fallecido el 05 de octubre de 2003, fecha entonces en que al abrirse su sucesión sus
herederos continuaron con su personalidad jurídica y tomaron cada uno de ellos sus
respectivas cuotas del haz hereditario, al solicitar la posesión efectiva de su herencia,
tomaron conocimiento de que la existencia de tres escrituras de dación en pago y, con ello se
acredita el interés que resulta del hecho de que intenten acrecentar la herencia para que
determinados bienes vuelvan a ella, de modo que la prescripción deberá contarse desde que
apareció tal interés, y con ello al intentar la acción de simulación pretendan actuar en
contradicción con los eventuales contratos impugnados, por lo que no ha transcurrido el
plazo legal para acoger la prescripción de la acción de nulidad absoluta alegada, razón por la
cual deberá rechazarse tal prescripción alegada, la que en todo caso tampoco podría
prosperar en virtud de que tal como se ha explicitado anteriormente, las resultas de una
eventual prescripción o su rechazo favorecería a una parte de los comuneros en sus
respectivas cuotas en desmedro o favor de los otros, en circunstancias que se ha formado en
todos ellos una continuidad de la personalidad jurídica del causante.
Decimotercero: Que, en cuanto a la prescripción de la acción de nulidad relativa respecto al
bien raíz de que da cuenta el contrato sobre “dación en pago , celebrado por escritura pública
de fecha 21 de julio de 1999 sobre el bien raíz ubicado en Coyhaique, sitio Nº 1 manzana 31,
cabe consignar que conforme a la regla que emana del artículo 1.691 del Código Civil la
acción de nulidad relativa o rescisoria prescribe en el plazo de cuatro años contados desde la
celebración del acto o contrato, siendo ella la regla general por cuanto hay acciones
rescisorias que prescriben en menos tiempo y que en forma específica las señala el
legislador, y asimismo la prescripción no empieza a correr desde la celebración del acto o
contrato cuando se trata de violencia o de incapacidad, sino cuando cesa el obstáculo
mismo.
Que en el caso de autos, y por las mismas razones dadas precedentemente, esto es que el
caso de la acción de simulación, que se intenta como cuestión principal en la causa, tiene
reglas especiales en cuanto a su cómputo, dicha acción debe contarse desde que aparezca
el interés, es decir, desde que se pretenda actuar en contradicción con el contrato o los
contratos impugnados, y en razón de que a contar del 05 de octubre de 2003, fecha en que
falleció el causante y se formó la sucesión, lo que tiene importancia porque derivados de la
condición de sucesores del causante Rudy Stange Dietz nace el interés de los tres herederos
que demandan en la causa para acrecentar la herencia pretendiendo que determinados
bienes inmuebles vuelvan a la herencia y la fecha en que intentaron las respectiva acción, el
16 de julio de 2004, no había transcurrido el plazo de cuatro años que requiera la
prescripción de la acción de nulidad relativa. Que, el artículo 2.514, que da la norma general,
referido al modo en que empieza a correr el plazo de la prescripción que él se cuenta desde
que la obligación se haya hecho exigible, y si la prescripción es extintiva, lo que supone
necesariamente la exigibilidad de la obligación, es indispensable que ella deba determinarse
con precisión, y al respecto, este fallador comparte la tesis del profesor Domínguez en
23
cuanto que tratándose de la acción de simulación la prescripción debe contarse desde que
aparezca. el interés, y en el caso de autos los herederos del causante Rudy Stange la han
intentado dentro del plazo legal, por lo cual la prescripción alegada no puede prosperar y
será rechazada, sin perjuicio de además tener presente la situación referida en el motivo
anterior respecto al hecho de que una parte de la sucesión alega la prescripción en perjuicio
de los restantes, en circunstancia que todos ellos conforman un todo, sumado las cuotas
hereditarias de cada uno de ellos, y son los continuadores legales de la personalidad jurídica
del causante, y sin perjuicio, también de tenerse presente lo expuesto por el Tribunal
precedentemente referido a la institución de la inexistencia como argumento de los
demandantes para rechazar la prescripción alegada.
Decimocuarto: Que, en cuanto a la prescripción alegada por la defensa de los demandados,
y que se refiere a que la lesión enorme alegada por la parte contraria tiene cuatro años de
prescripción conforme al artículo 1.896 del Código Civil por lo que formalmente también la
opone como prescripción, y respecto a la cual la parte contraria expuso que la exención
opuesta en forma subsidiaria no debe ser aceptada o acogida por cuanto no existe texto
expreso que disponga que en los contratos de dación en pago no hay lesión enorme, y no
puede aplicarse por simple analogía lo anterior, el Tribunal se estará a lo expuesto en el
motivo octavo de este fallo.
En cuanto al fondo:
Decimoquinto: Que la parte demandante en su libelo de fojas 22 a 45 interpone demanda en
juicio ordinario ejerciendo la acción de simulación y reclamando la declaración de nulidad
absoluta, o en subsidio relativa, de los actos y contratos celebrados por escritura pública de
los tres predios individualizado en el libelo, los que se encontrarían afectados de la
simulación y carecer de causa real y lícita; y en subsidio que se declare la nulidad absoluta
de algunos de esos actos y contratos; y en subsidio de lo anterior, que se declare la
inexistencia de los mismos por faltar el consentimiento en todos ellos, o en subsidio, en
alguno de esos actos u contratos; y en subsidio de lo anterior, deduce la acción de lesión
enorme respecto de la compraventa del inmueble ubicado en calle Benavente Nº 821 de
Puerto Montt. Los hechos en que se sustentan las peticiones anteriores son los mismos
expuesto en el libelo de la demanda, esto es la existencia de tres contratos de escritura de
compraventas que adolecen de los mencionados vicios. El primero de ellos se refiere a una
escritura de compraventa efectuada en la Notaría de Puerto Aysén, respecto de un bien raíz
situado en avenida Pedro Montt Nº 2.851, y en la que el vendedor Rudy Stange Dietz le
otorga esta propiedad en dación en pago a María Eliana García Guichamán, que la adquiere
para su hijo menor Richard Alexis Stange García, acordándose la dación en pago en cinco
millones de pesos, reconociéndose que el pago de la compradora es en base a trabajos
efectuados al vendedor con anterioridad y por un plazo de 12 años en los cuales no recibió
remuneración alguna. El segundo contrato de compraventa fue celebrado el 21 de julio de
1999 en la Notaría Angulo de Coyhaique y en donde el mismo vendedor Rudy Stange Dietz
le da en dación en pago a María Eliana García Guichamán la propiedad ubicada en el sitio
uno, manzana 31 de Coyhaique ; que avalúa en diez mil pesos, y que la compradora cancela
con el ofrecimiento que le hace su contraparte de remuneraciones impagas por veinte años
24
por trabajos realizados de orden administrativo, comercial y labores del hogar. El último de
los contratos de compraventa que se encontraría afectado con los vicios que denuncia el
libelo de autos se refiere a la compraventa por escritura pública en la Notaría Duran de
Coyhaique, de fecha 01 de octubre de 2003, respecto de un inmueble ubicado en calle
Benavente Nº 821 de (Puerto Montt que las partes avaluaron en veinte millones de pesos y
que acordaron se pagaría con el monto de las remuneraciones adeudadas por el vendedor a
la compradora por trabajos realizados por más de veinte años propio del comercio,
administrativos y del hogar. En la demanda se señala que las tres escrituras públicas
mencionadas dan cuenta de actos y declaraciones de voluntad que han causado un perjuicio
concreto a los demandantes ya que menguaron el patrimonio del causante Rudy Stange
Dietz sustrayendo bienes raíces para transferirlos gratuitamente a una tercero y a dos hijos
de filiación no matrimonial con la intención evidente de perjudicar a los hijos matrimoniales,
ocultándose una verdadera donación entre vivos, sin que tengan una verdadera causa esos
actos jurídicos y/o consentimiento por lo que debe declararse la nulidad absoluta de esas
escrituras, y en subsidio la nulidad relativa, de todos o algunos de esos actos jurídicos, o
subsidiariamente la inexistencia de los mismos y además, en subsidio que la compraventa
que se refiere al inmueble ubicado en la ciudad de Puerto Montt está afectada por lesión
enorme, pidiéndose además de que se declare por el Tribunal que los tres inmuebles ya
individualizados deben ser incorporados al inventario de bienes de la sucesión de Rudy
Stange Dietz, y en el caso de no ser ello posible, que se impute y deduzca los respectivos
valores a cargo de los demandados, y subsidiariamente y en el caso de la lesión enorme,
que se declare la rescisión de la compraventa respectiva y que la demandada deba pagarle a
la sucesión de Rudy Stange Dietz dentro de un plazo no superior a 15 días desde que quede
ejecutoriada la sentencia o del plazo que el Tribunal determine la diferencia entre el precio
acordado en esa compraventa y el justo precio que determine el Tribunal respecto a ese
inmueble, y que en el caso de no pagarse dentro de ese plazo cualquiera de los herederos
universales de dicha sucesión tendrá título ejecutivo para demandar a María Eliana García
Guichamán como obligación de hacer la suscripción de la respectiva escritura pública de
rescisión de la dación en pago del citado inmueble.
Decimosexto: Que los demandados al contestar de fojas 54 a 71 la demanda solicitan el
rechazo de la misma porque no se ajustarían los hechos expuestos a la realidad ni al
derecho. Que en cuanto a los hechos pertinentes expone que efectivamente por problemas
de pareja se anuló el matrimonio formado por Rudy Stange Dietz y Eliana Osorio Formantel,
que conforme al certificado de matrimonio agregado a fojas 60 se casaron el 30 de julio de
1979, en el Registro Civil de Pedro Aguirre Cerda de la comuna de Aysén, y que liquidaron la
sociedad conyugal por escritura pública de fecha 8 de abril de 1991, repartiéndose los bienes
habidos en la sociedad conyugal, y que producto de ese matrimonio nacieron Iris Marlys,
Liliana Elizabeth y Rudy Hernán, todo de apellidos Stange Osorio, y posteriormente en
octubre de 1973 Rudy Stange inició una convivencia con María Eliana García Guichamán,
producto de lo cual tuvieron dos hijos no matrimoniales Richard Alexi y Guillermo Alfredo
Stange García. Que su parte también reconoce que como consecuencia de dicha
convivencia se formó un cuasicontrato de comunidad entre los convivientes, institución
plenamente reconocida por la doctrina y la jurisprudencia de nuestros Tribunales, se
guardaron fidelidad, se otorgaron cuidados hasta los últimos días de la vida de Rudy Stange,
25
existió entonces, una sociedad de hecho durante 30 años y por consiguiente su parte
reconoce la efectividad de que los contratos de compraventa de los bienes raíces
impugnados son reales y no simulados, que existió una convivencia de treinta años a lo
menos entre Rudy Stange y María García Guichamán, que todo los bienes quedados al
fallecimiento del primero de los nombrados fueron adquiridos durante esa convivencia y con
el trabajo y esfuerzo común de ambos y que, por ende, todo los bienes adquiridos por Rudy
Stange en los últimos treinta años el 50% le pertenece a María García Guichamán. Que en
todo caso su parte estima que hay objeto y causa lícita en los contratos de compraventa
impugnados, porque entre ambas partes hubo acuerdo, que en relación al inmueble ubicado
en Puerto Aysén, existió plena validez de la personería de María García Guichamán para
adquirir el inmueble para su hijo menor de edad Richard Alexi, porque es plenamente válida
la estipulación por otro para adquirir el dominio, se trata de una agencia oficiosa, un
cuasicontrato expresamente contemplado en la ley y en todo caso previo a ese contrato de
compraventa María Eliana García ya había sido designada curadora de su hijo Richard Alexi
por la justicia ordinaria. Que respecto a la lesión enorme que se alega por la compraventa del
inmueble situado en Puerto Montt, hace presente que no existe la lesión enorme en los
contratos de dación en pago. Que por todo ello la demanda de autos debe ser rechazada en
todas sus partes, con costas.
Decimoséptimo: Que, se tienen como hechos acreditados en el juicio por no existir
controversia a su respecto:
A) Que, se celebraron tres contratos de compraventa que son: 1.– La escritura pública
suscrita entre don Rudy Friedegord Stange Dietz y doña María Eliana García Guichamán, el
18 de mayo de 1994, ante el Notario Público de Puerto Aysén, don Julio Pizarro Maggio,
inscrita a fojas 986 vuelta Nº 471 del Registro de Propiedad del año 1994 del Conservador de
Bienes Raíces de Valdivia; 2.– La escritura pública suscrita entre los mismos el 21 de julio de
1999, ante el Notario Público de Coyhaique, don Eduardo Carvajal Herrera, suplente del
titular don Julio Mario Angulo Matamala, inscrita a fojas 832 vuelta Nº 622 del Registro de
Propiedad del año 1999 del Conservador de Bienes Raíces de Coyhaique; 3.– Y la escritura
pública suscrita entre don Rudy Friedegord Stange Dietz y doña María Eliana García
Guichamán, con fecha 01 de octubre de 2003 ante el Notario Público de Coyhaique don
Eduardo Carvajal Herrera, como suplente del titular don Teodoro Patricio Durán Palma,
inscrita fojas 3.395 Nº 3.505 del Registro de Propiedad del año 2003 del Conservador de
Bienes Raíces de Puerto Montt.
B) Que, según el documento agregado a fojas 161 con fecha 30 de julio de 1959 contrajeron
matrimonio ante el Registro Civil de la Circunscripción de Puerto Aguirre Rudy Friedegord
Stange Dietz y Eliana del Carmen Osorio Formantel, bajo el régimen de sociedad conyugal, y
posteriormente por escritura pública de fecha 13 de marzo de 1987 acordaron el régimen de
separación total de bienes.
C) Que durante dicho matrimonio nacieron Iris Marlys, Liliana Elizabeth y Rudy Hernán, todo
de apellidos Stange Osorio.
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D) Que con fecha 8 de abril de 1991 se liquidó la sociedad conyugal;
E) Que por sentencia ejecutoriada de fecha 30 de diciembre de 1994, del Segundo Juzgado
de Letras de Coyhaique, se declaró nulo dicho matrimonio y se sub–inscribió el día 07 de
abril de 1995;
F) Que posteriormente, Rudy Stange Dietz, mantuvo una convivencia con María Eliana
García Guichamán, de la cual nacieron dos hijos no matrimoniales, a saber Richard Alexi y
Guillermo Alfredo, ambos de apellido Stange García;
G) Que Rudy Stange Dietz falleció con fecha 05 de octubre de 2003; y
H) Que son los herederos de éste último tanto los hijos matrimoniales cuanto los hijos no
matrimoniales Iris Marlys, Liliana Elizabeth y Rudy Hernán Stange Osorio, y Richard Alexi y
Guillermo Alfredo ambos de apellido Stange García, por haberse declarado la posesión
efectiva a favor de todos ellos.
Decimoctavo: Que, en cambio, y de acuerdo al auto de prueba que corre a fojas 119 vta., son
cuestiones debatidas y discutidas en autos, como cuestión principal, si los contratos de que
dan cuenta las escrituras públicas celebrados entre Rudy Stange Dietz y María Eliana García
Guichamán adolecen de vicios o fueron simulados, en qué consistirían y si con ello se
habrían producido perjuicios, de qué tipo, monto y personas afectadas, y también dicho auto
de prueba fijó los puntos controvertidos respecto a las peticiones invocadas en forma
subsidiaria a la cuestión principal por la parte demandante, esto es si existió lesión enorme
en uno de dichos contratos, si hay prescripción de la acción de nulidad absoluta respecto al
contrato de dación en pago celebrado por escritura pública de fecha 18 de mayo de 1994 y,
por último, si el Tribunal de la causa es o no competente para conocer de las acciones de
autos, cuestión ésta última respecto de la cual ya fue objeto de análisis por este sentenciador
en forma previa al análisis de la cuestión de fondo, y en cuanto a los otros dos puntos
controvertidos de las peticiones subsidiarias, su análisis se hará naturalmente una vez que
se analice el punto controvertido de la cuestión de fondo, lo que se hará a continuación.
Decimonoveno: Que, a fin de acreditar el punto anterior controvertido y referido a la
efectividad de que los tres contratos de dación en pago aludidos precedentemente
adolecerían de vicios o serían simulados, las partes de la causa rindieron en autos las
siguientes probanzas:
Parte demandante.
– Documental:
a.– Acompañó de fojas 7 a 8 fotocopia simple de la inscripción en el Conservador de Bienes
Raíces de Valdivia, escritura de dación en pago de fecha 18 de mayo de 1994, otorgada en
la Notaría de Puerto Aysén, por la cual el Rudy Stange Dietz da en pago a la compradora,
quien adquiere y acepta para su hijo menor Richard Alexi Stange García el inmueble ubicado
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en Avenida Pedro Montt 2.851 de Puerto Aysén, el valor de la dación en pago fue $
5.000.000. El título de dominio está inscrito a fojas 754 vta., Nº 1.278 del Registro de
Propiedades del año 1991.
b.– Fotocopia simple rolante de fojas 9 a 10 de la escritura pública correspondiente a dación
en pago y usufructo y suscrita por el causante Rudy Stange Dietz a María Eliana García
Guichamán, de fecha 21 de julio de 1999, ante el Notario de Coyhaique Julio Angulo
Matamala, que dice relación al inmueble correspondiente al sitio 1, manzana 31 de
Coyhaique. En la cláusula primera el vendedor reconoce adeudarle a la compradora la suma
de $ 10.000.000 por trabajo personal que por más de 20 años le ejecutó en labores
administrativas, de comercio y del hogar; y en la cláusula segunda se señala que para
amortizar la deuda el vendedor le da en pago dicho inmueble el que avalúa en $ 10.000.000,
y que la compradora lo acepta para sí y se da por extinguida la deuda; y en la cláusula quinta
la compradora le cede por vida al vendedor gratuitamente el usufructo del bien raíz y se
reserva la nuda propiedad.
c.– Fotocopias agregadas de fojas 11 vta., a 12 vta., de inscripción en el Conservador de la
propiedad mencionada anteriormente, dominio inscrito en el Registro de Conservador de
propiedad del año 1999 fs. 832 vta., Nº 622.
d.– Fotocopia simple rolante de fojas 13 a 16, de escritura pública de compraventa de fecha
31 de agosto de 1999 de Guillermo Alfredo Stange García a la Empresa de Arquitectura y
Construcción Limitada en quiebra, suscrita ante el Notario Público de Coyhaique, Juan
Antonio Retamal, registrada con el Nº 202 y anotada en el repertorio Nº 895–99, y en cuya
cláusula primera el Síndico Jorge Rojas y el comprador Rudy Stange Dietz dejan constancia
de la compra de la propiedad por éste último, y en la cláusula quinta se señala que la
empresa en quiebra vende, cede y transfiere a Stange Dietz el cual compra para el menor
Guillermo Alfredo Stange García el referido inmueble ubicado en calle Juan Hermosilla
esquina de Pasaje 1 Corvi, dejándose constancia en la cláusula sexta que el precio de la
venta fue de tres mil doscientos ochenta y siete coma tres trescientos ocho unidades de
fomento, equivalente a esa fecha a $ 46.426.300 pesos.
e.– Acompaña fotocopia a fojas 17 a 18, de escritura de compraventa “Guillermo Alfredo
Stange García a Empresa de Arquitectura y Construcción Ltda. inscrita bajo el Nº 823,
repertorio Nº 1.797 del Registro de Propiedades del año 1999 del Conservador de Bienes
Raíces de Coyhaique, del predio mencionado precedentemente.
f.– Copia autorizada de fojas 19 a 20 de escritura pública de dación en pago entre Rudy
Stange Dietz a María García Guichamán de fecha 01 de octubre de 2003, respecto de un
bien raíz ubicado en Puerto Montt, calle Benavente Nº 821, en cuya cláusula primera el
vendedor Rudy Stange reconoce adeudar a la compradora María García Guichamán la suma
de $ 20.000.000 provenientes de trabajo personal por más de 20 años en labores propias de
comercio, administrativas y del hogar; y en la cláusula segunda se señala que en
amortización de la deuda Rudy Stange le da en pago a María García Guichamán la que
acepta para sí el referido inmueble de calle Benavente 821 por el valor de $ 20.000.000, y en
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la cláusula cuarta se expresa que así se da por extinguida la deuda, en tanto que en la
cláusula quinta la compradora señala que la da en usufructo de por vida el bien raíz al
vendedor Rudy Stange Dietz.
g.– Copia autorizada agregada de fojas 21 a 21 vta., rola la inscripción de dominio del bien
raíz aludido precedentemente, inscrita en el Registro de Propiedades del año 2003, fojas
3.395, Nº 3.505 del Conservador de Bienes Raíces de Puerto Montt.
h.– Fotocopia agregadas de fojas 78 a 86, de escritura de la liquidación de la sociedad
conyugal entre Rudy Stange Dietz con Eliana Osorio Formantel.
Testimonial:
Que a fojas 141 a 146 y 246 a 246 vta., la demandante allegó a estrado las declaraciones de
los testigos Albán Octavio Rivera Gallardo, Orlando Rigoberto Cárcamo Oroz, Rosa Viviana
Yáñez Bórquez, Silvia Myriam Flores Yáñez, Matías Trujillo Araya y Rodrigo Besoaín
Valenzuela quienes sin tacha y legalmente examinados respondieron al tenor de los puntos
de prueba fijados, señalando en síntesis:
Que, conocieron por más de 20 años a Rudy Stange Dietz, el cual estaba casado en
sociedad conyugal con Eliana Osorio Formantel, quien era la que administraba los bienes
que habían adquirido todos dentro de la sociedad conyugal don Rudy Stange Dietz; quien
además mantuvo una convivencia por muchos años con María Eliana García Guichamán con
la cual tuvo dos hijos Richard Alexi y Alfredo Stange García, transfiriéndoles o cediéndoles a
éstos y a su conviviente las propiedades ubicadas en calle Lillo, pasaje Hotelsa de
Coyhaique como también el de Valdivia y Puerto Montt, siendo éste último el de mayor valor
adquisitivo por su ubicación residencial, en circunstancias de que doña María Eliana García
Guichamán, al efectuar por Rudy Stange Dietz la dación en pago ésta no trabajaba, tampoco
generaba renta alguna ni tenía bienes a su nombre, por lo que nada canceló por los bienes
raíces dado en dación el pago y, los hijos de ésta eran menores de edad a la fecha de
compraventas y al transferir las respectivas propiedades de autos.
Agregan el testigo Trujillo Araya que se le encomendó efectuar una tasación de la propiedad
ubicada en la ciudad de Puerto Montt, calle Benavente Nº 821, arrojando un valor total de
tasación que dejó consignado en su informe que se le exhibe y que rola a fs. 62 a 64,
reconociendo como suya la firma en éste y que la tasación es por un total de $ 280.162.500
equivalente al 6 de octubre de 2005 a 15.803 unidades de fomento. Al igual que el testigo
Rodrigo Besoaín Valenzuela, señala que se le encomendó realizar una tasación comercial
del bien raíz de calle Benavente Nº 821, concluyendo que era una propiedad con buen
interés comercial en un sector céntrico fluctuando el valor del terreno en orden de 20
unidades de fomento el metro cuadrado e indica que reconoce como suya la firma del
informe de fojas 61 en el cual concluyó que el bien raíz tenía un precio de 12.260 unidades
de fomento, equivalente al 5 de octubre de $ 217.347.487.
Parte demandada:
29
– Documental:
a.– Copia autorizada agregada de fojas 52 a 53 y de fojas 165 a 166 de la sentencia dictada
con fecha 7 de julio de 1993, en la causa rol Nº 5.810, caratulada María Eliana García
Guichamán, por medio de la cual es nombrada en calidad de curadora dativa del menor
Richard Alexi Stange García, de 11 años 11 meses y una semana.
b.– Fotocopias autorizada de fojas 164 a 164 vta., rola de la inscripción de dominio de fs. 832
vta., Nº 622 del Registro de Propiedades del año 1999 Conservador de Bienes Raíces de
Coyhaique, correspondiente a dación en pago de Rudy Stange Dietz a María Eliana García
Guichamán, con anotación marginal inscripción de usufructo a fs. 595 vta., Nº 291 de fecha
26 de julio de 1999, Registro de Hipotecas del mismo Conservador y año.
c.– Certificado de defunción de fojas 167, de Rudy Friedegord Stange Dietz, acaecido el 5 de
octubre de 2003.
d.– Certificado de nacimiento de fojas 168 rola de Guillermo Alfredo Stange García, nacido el
13 de mayo de 1998.
e.– Certificado de nacimiento a fojas 169 rola el de Richard Alexi Stange García, nacido el 14
de agosto de 1981.
f.– Certificado de matrimonio de fojas 160, entre Rudy Stange Dietz y Eliana del Carmen
Osorio Formantel, en el que consta a su reverso la separación total de bienes por escritura
de fecha 13 de marzo de 1987.
g.– Certificado de matrimonio a fojas 161 rola de Rudy Stange Dietz con Eliana Osorio
Formantel en el que consta que por sentencia ejecutoriada de fecha 10 de diciembre de 1994
del Segundo Juzgado de Letras de Coyhaique aprobada el 26 de enero de 1995 se declara
nulo el matrimonio de los titulares de dicha partida. Fecha sub–inscripción 07 de abril de
1995.
Testimonial:
Que, a fojas 147 a 149 la demandada allegó a estrado las declaraciones de los testigos
Sandra María Tureo Márquez, Lidia del Tránsito Tureo Márquez, Pedro Isidoro Calisto
Velásquez, Mirtha Lilian Quintana Meza, Abraham Segundo Chaura Talma y María
Clemencia Ortega Pantanalli, quienes sin tacha y legalmente examinados respondieron al
tenor de los puntos de prueba fijados señalando en síntesis:
Que conocen a doña Eliana García Guichamán y conocieron a Rudy Stange Dietz por más
de 30 años, los cuales hicieron una convivencia la que se generó en la ciudad de Puerto
Aysén en el año 1973, unión de la cual nacieron dos hijos y durante los 30 años de
convivencia ininterrumpida éstos trabajaron juntos en actividades de comercio, gestiones
30
bancarias entre otros; por ello todos los bienes adquiridos en ese lapso es producto de su
esfuerzo y trabajo en conjunto y la colaboración mutua entre ambos. Nadie les ayudó a
generar ese patrimonio. Agregan que les consta además que Rudy Stange nunca abandonó
a su familia que fue legítima, ya que educó a sus hijos e instaló y dejó en Coyhaique a su ex–
mujer Eliana Osorio su establecimiento de repuestos y, la administración de la línea de buses
que era la fuente más productiva que tenía, con la cual Rudy Stange disolvió a la sociedad
conyugal, por lo cual éste tuvo que partir de nuevo con locales en Puerto Montt, luego en
Puerto Aysén y posteriormente se trasladó a Coyhaique, trabajando sólo junto a doña Eliana
García y los bienes que se adquirieron es el producto de ese trabajo en común.
Decimosegundo: Que, además, en autos se produjo la prueba de oficio que enseguida se
pasa a detallar:
a.– Se agregó a fojas 256 a 257, informe de la Dirección Regional del Instituto de
Normalización Previsional de Coyhaique, mediante el cual se informa al Tribunal que María
Eliana García Guichamán, run Nº 8.447.163–1, en su calidad de beneficiaría de Fonasa,
entre los meses de abril a septiembre de 2002, por un período de seis meses; Que el
empleador registrado en el I.N.P. es Rudy Stange run Nº 3.705.520–4, que la remuneración
imponible entre los meses de abril y mayo de 2002 fue de $ 79.125, y en los meses de junio
agosto y septiembre de ese año fue $ 83.400; que la actividad económica declara fue la
siguiente: trabajadora de casa particular. Se informa también en ese documento que la
remuneración imponible corresponde a la remuneración mínima legal para una trabajadora
de casa particular.
b.– Que, también se agregó en fojas 269 a 276, fotocopias autorizadas por el Registro Civil e
Identificación correspondiente a inscripción de nacimiento de Guillermo Alfredo Stange
García, nacido en Coyhaique el 13 de mayo de 1998, reconocido por sus padres naturales
Rudy Stange Dietz; copia íntegra de partida de nacimiento de Liliana Elizabeth Stange
Osorio, nacida el 25 de julio de 1960, en Puerto Aguirre, siendo sus padres Rudy Stange
Dietz y Eliana Osorio Formante, copia íntegra de nacimiento de Rudy Hernán Stange Osorio,
nacido el 02 de noviembre de 1963, en Puerto Aguirre, siendo sus padres Rudy Stange Dietz
y Eliana Osorio Formantel, copia integra de nacimiento de Iris Marlys Stange Osorio, nacida
el 8 de diciembre de 1961 en Puerto Aguirre, siendo sus padres Rudy Stange Dietz y Eliana
Osorio Formantel y, certificado de nacimiento de Richard Alexis Stange García, nacido el 14
de años de 1981 en Puerto Aysén, reconocido por sus padres naturales Rudy Stange Dietz y
María Eliana García Guichamán.
c.– El ordinario 139, de 4 de octubre de 2005, del Director del Servicio de Impuestos
Internos, de Coyhaique, en cuanto informa que verificada las bases de datos de esa
institución respecto a la situación del contribuyente María Eliana García Guichamán, rut
8.447.163–1, se pudo establecer que ésta no presenta inicio de actividades, ni ha presentado
declaraciones de impuestos.
Duodécimo primero: (sic) Que, con las probanzas producidas en los autos y señaladas
precedentemente, especialmente testimonial, y cuyos testigos fueron legalmente,
31
examinados, no tachados y dieron razón de sus dichos, y documental no impugnada,
además de las pruebas allegadas por el Tribunal, se da por acreditado en estos autos los
siguientes hechos:
1.– Que, efectivamente con fecha 18 de mayo de 1994, por escritura pública en la Notaría de
Puerto Aysén, se celebró, un contrato que las partes denominaron “dación en pago ,
mediante el cual Rudy Stange Dietz, dio en pago a María Eliana García Guichamán, la que
adquirió y aceptó para su hijo menor Richard Alexi Stange García el inmueble ubicado en
Avenida Pedro Montt, 2851 de Puerto Aysén, siendo su valor de $ 5.000.000.
2.– Que, asimismo, mediante escritura pública ante el Notario Julio Angulo Matamala de
Coyhaique, con fecha 21 de julio de 1999, Rudy Stange Dietz celebró un contrato de (dación
en pago) con María Eliana García Guichamán, quien aceptó para sí, el inmueble ubicado en
el sitio Nº 1 de la manzana 31 de Coyhaique, dejándose constancia en su cláusula primera
que el vendedor reconoce adeudar la suma de $ 10.000.000 a la compradora por trabajo
personal por más de 20 años que le ejecutó en labores administrativas de comercio y del
hogar, y en la cláusula segunda se señala que para amortizar la deuda se le da en pago
dicho inmueble por valor de $ 10.000.000 dándose por extinguida la deuda, indicándose en la
cláusula quinta que la compradora le cede de por vida al vendedor gratuitamente el usufructo
de ese bien raíz reservándose la nuda propiedad.
3.– Que, por último, mediante escritura pública ante el Notario Teodoro Durán de Coyhaique,
con fecha 01 de octubre de 2003, Rudy Stange Dietz celebró un contrato de dación en pago
con María Eliana García Guichamán, quien la adquirió para sí, el inmueble de calle
Benavente 821 de Puerto Montt, dejándose constancia en la cláusula primera que el
vendedor reconocía adeudar la suma de $ 20.000.000 a la compradora provenientes de
trabajo personal por más de 20 años en labores propias del comercio, administrativas y del
hogar, y en la cláusula segunda se indica que en amortización de esta deuda el vendedor le
da en pago a la compradora el inmueble referido por el valor de $ 20.000.000, con lo cual se
da por extinguida la deuda según se indica en la cláusula cuarta, indicándose en la cláusula
quinta que la compradora le daba un usufructo de por vida al vendedor respecto al mismo
bien raíz.
4.– Que, los inmuebles aludidos precedentemente fueron oportunamente inscritos en los
respectivos registros de propiedad del Conservador de Bienes Raíces correspondiente, como
se constata de los documentos agregados en fojas 7 a 8, 9 a 10, 11 vta. a 123 vta., y 19 a 20
y 21 a 21 vta.
5.– Que, con fecha 30 de julio de 1959 contrajeron matrimonio Rudy Stange Dietz con Eliana
del Carmen Osorio Formantel en la circunscripción de Puerto Aguirre Cerda, comuna de
Aysén, inscrito con el Nº 11 del Registro del año 1959.
Que, como consta del documento de fojas 160 y 160 vta., con fecha 17 de junio de 1991 se
inscribió en el Registro Civil correspondiente la separación total de bienes que acordaron
dichos cónyuges.
32
6.– Que, según consta de la documentación agregada de fojas 78 a 86 con fecha 8 de julio
de 1991, por escritura pública, se procedió a la liquidación de la sociedad conyugal entre
Rudy Stange Dietz y Eliana Osorio Formantel; y posteriormente, como consta del documento
de fojas 160 y 160 vta., se produjo la separación total de bienes que acordaron dichos
cónyuges, la que se inscribió con fecha 17 de junio de 1991 en el Registro Civil
correspondiente.
7.– Que p0r sentencia ejecutoriada de fecha 30 de diciembre de 1994, del segundo Juzgado
de Letras de Coyhaique, aprobada el 26 de enero de 1995 por la Ilustrísima Corte de
Apelaciones de Coyhaique, se declaró nulo el matrimonio referido anteriormente, sub–
inscribiéndose tal decisión judicial el 7 de abril de 1995.
8.– Que, como Rudy Stange Dietz y Eliana Osorio Formantel contrajeron matrimonio el 30 de
julio de 1959, bajo el régimen de sociedad conyugal, y posteriormente cambiaron de régimen
al de separación total de bienes el 17 de junio de 1991, previa liquidación de los bienes
comunes, “lo que se hizo por escritura pública de fecha 17 de junio de 1991.ocasión en que
de común acuerdo se distribuyeron los bienes habidos de la sociedad conyugal, y
posteriormente anularon su matrimonio por sentencia firme y ejecutoriada del Segundo
Juzgado de Letras de esta ciudad, sub–inscrita en el respectivo Registro Civil con fecha 7 de
abril de 1995, queda con lo anterior comprobado en forma inequívoca que a la época en que
Rudy Stange Dietz adquirió el bien raíz ubicado en el sitio Nº 1 de la manzana Nº 31 de
Coyhaique y el bien raíz ubicado en calle Benavente 821 de Puerto Montt, se encontraba
anulado en su matrimonio, y consiguientemente su estado civil era de soltero, adquiriendo los
bienes raíces aludidos en tal calidad; y con respecto al bien raíz ubicado en Avenida Pedro
Montt, 2851 de Puerto Aysén, a la fecha en que lo adquirió, el 18 de mayo de 1994, había
liquidado la sociedad conyugal con Eliana Osorio Formantel, por lo que dicha propiedad era
de su propio peculio.
9.– Que, más o menos a partir del mes de octubre de 1.973 Rudy Stange Dietz inició una
convivencia con María Eliana García Guichamán, situación reconocida por la defensa de los
demandantes, lo que también ratifican el testigo presentado por esta última parte Rosa
Yánez, que afirma que Stange convivió los últimos 20 años de su vida con María García
Guichamán, y los testigos que presentó la parte demandada Sandra Tureo, la que afirmó que
desde hacía más de 30 años Rudy Stange y María García mantuvieron una vida en común
en Puerto Aysén, lo que también afirmó la testigo Lidia Tureo, igualmente lo hicieron los
testigos Pedro Calixto, Mirtha Quintana y María Ortega, todos los cuales afirmaron conocer a
dicha pareja los cuales convivían en Puerto Aysén por más de 30 años, tiempo que coincide
precisamente con el año en que según la defensa de los demandados se habría iniciado tal
convivencia, esto es en octubre de 1973.
Duodécimo segundo: Que, estima el Tribunal que resulta absolutamente necesario tener
presente el modo de extinguir las obligaciones acordado entre las partes, esto es entre Rudy
Stange Dietz y María Eliana García Guichamán, que importó la enajenación de tres
propiedades de que dan cuenta las escrituras públicas de fecha 18 de mayo de 1994, 31 de
33
agosto de 1999 y 1 de octubre de 2003 que corren de fojas 7 a 8, 9 a 10 y 19 a 21 vta., las
cuales posteriormente fueron inscritas en los respectivos Conservadores de Bienes Raíces.
Que, a este respecto, y según el documento de fojas 7 a 8, con fecha 3 de agosto de 1994,
ante el Conservador y Archivero de Valdivia, se presentó para inscribir a nombre de Richard
Alexi Stange García una escritura de dación en pago, de 18 de mayo de 1994, otorgada en la
Notaría de Julio Pizarro Mayo de Puerto Aysén, por la cual Rudy Stange, casado y separado
de bienes dio en pago a María Eliana García Guichamán quien la adquirió y aceptó para su
hijo menor el inmueble ubicado en Avenida Pedro Montt Nº 2.851 de Puerto Aysén.
Que, igualmente conforme a la copia de la escritura pública que corre de fojas 9 a 10, y la
inscripción de fojas 11 vta., a 12 vta., con fecha 21 de julio de 1999, en la Notaría de Julio
Angulo Matamala, suplida por Eduardo Carvajal Herrera se celebró la escritura pública de
dación en pago y usufructo, entre Rudy Stange Dietz y María Eliana García Guichamán,
mediante la cual el primero reconoce adeudar a esta última la cantidad de $ 10.000.000,
obligación que proviene del trabajo personal que por más de 20 años ha ejecutado en
labores administrativas, de comercio y propias del hogar, y en amortización de esta deuda
Rudy Stange da en pago a María Eliana García Guichamán, quien la acepta para sí, un bien
raíz por el valor de $ 10.000.000, que corresponde a parte del sitio 1 de la manzana 31 de la
población comuna y provincia de Coyhaique, con lo que se da por extinguida la deuda, y
además, se constituye a favor de Rudy Stange usufructo sobre el bien raíz gratuitamente y
de por vida.
Que, por último, conforme a la copia de la escritura pública que corre de fojas 19 a 20, y la
inscripción de fojas 21 a 21 vta., con fecha 01 de octubre de 2003, en la Notaría de Teodoro
Patricio Durán Palma, suplida por Eduardo Carvajal Herrera se celebró la escritura de dación
en pago y usufructo, entre Rudy Stange y María Eliana García Guichamán, mediante la cual
el primero reconoce adeudar a esta última la cantidad de $ 20.000.000, obligación que
proviene de trabajo personal que por más de 20 años, ha ejecutado en labores
administrativas, de comercio y propias del hogar del deudor, en amortización de su deuda,
Rudy Stange Dietz da en pago a María Eliana García Guichamán, quien la acepta para sí, un
bien raíz por el valor de $ 20.000.000., el inmueble ubicado en calle Benavente Nº 821 de la
ciudad de Puerto Montt, comuna de Puerto Mohtt, departamento y provincia de Llanquihue,
dándose por extinguida la deuda, y a su vez, María García Guichamán transfiere
gratuitamente y de por vida del usufructo del inmueble singularizado en dicha escritura.
Que, por consiguiente, de lo expuesto resulta nítido que las partes contratantes celebraron
en cada una de las mencionadas escrituras públicas un contrato al que denominaron dación
en pago.
Duodécimo tercero: Que, la dación en pago es uno de los llamados modos equivalentes al
pago y se le puede definir como “un modo de extinguir las obligaciones en que por acuerdo
de las partes, el deudor satisface la suya con una cosa diferente a la debida (Hernán
Troncoso Larrondo, apuntes de Derecho Civil III, de las obligaciones en general y de los
contratos, página 302).
34
Es necesario señalar que nuestro Código Civil no reglamenta la dación en pago en forma
sistemática, aun cuando existen algunas normas que hacen referencia a ella, tales como los
artículo 1.913 inciso 2º, sobre los derechos litigiosos y 2.382 sobre la extinción de la fianza, y
asimismo existe una discusión doctrinaria acerca de la naturaleza jurídica de la dación en
pago, puesto que algunos autores sostienen que ella emanaría de una compraventa, otros de
una novación y una tercera posición que asegura que la dación en pago es una modalidad
del pago, o sea un pago con variantes.
En lo que si la doctrina está de acuerdo es en la concurrencia de los requisitos de la dación
en pago (mismo autor ya citado página 305): 1º la existencia de una obligación primitiva, 2º
que dicha obligación se cumpla en una forma distinta de la convenida primitivamente, 3º
consentimiento y capacidad de las partes y, 4º el cumplimiento de las solemnidades legales,
especialmente si se da en pago un bien raíz, en cuanto deberá hacerse por escritura pública.
Duodécimo cuarto: Que, por lo tocante a la simulación, y de acuerdo a las explicaciones del
profesor Antonio Vodanovic Haklicka, manual de Derecho Civil, segundo volumen, año 2.001,
páginas 211 a 219, la simulación consiste en el hecho de crear un acto aparente que no
corresponde a ninguno real, o en disfrazar total o parcialmente un acto verdadero bajo la
apariencia de otro. Hay simulación cuando la declaración de voluntad constitutiva de un acto
jurídico se dirige por la persona que la hace a otra con la cual se está de acuerdo en no darle
eficacia alguna o esconder bajo ese acto aparente otro distinto realmente querido. La
declaración aparente es una mera ficción, realizada con el fin de engañar a terceros. Detrás
de esta declaración fingida, aparente, existe una contradeclaración oculta que expresa la
verdadera voluntad de lo convenido en la ficción, cual es la de no celebrar acto jurídico
alguno o la de concluir otro diverso del fingido. Explica el mencionado profesor que nuestro
Código Civil no establece reglas sobre la simulación, y ésta ha sido estructurada por la
doctrina y jurisprudencia basándose principalmente en el artículo 1.707 del Código Civil que
dice “las escrituras privadas hechas por los contratantes para alterar lo pactado en escritura
pública, no producirán efectos contra terceros. Tampoco lo producirán las contraescrituras
públicas, cuando no se ha tomado razón de su contenido al margen de la escritura matriz
cuyas disposiciones se alteran en la contra–escritura, y del traslado en cuya virtud ha obrado
el tercero . Explica también el profesor Vodanovic que hay simulación absoluta y relativa, en
el primer caso, la hay cuando realmente ningún acto jurídico quiere celebrarse, y sólo se
finge realizar uno; y en el segundo caso, ocurre cuando aparentemente se celebra un acto
jurídico, pero en realidad se quiere realizar otro. En la simulación relativa hay dos actos
jurídicos, el primero es el ostensible, o simulado o ficticio o aparente, es decir el que las
partes han fingido realizar, y en el segundo acto, se encuentra el acto oculto, el sincero, el
real, el disimulado, esto es el que efectivamente las partes han querido llevar a cabo y
destinado a quedar en secreto. Explica, asimismo el mencionado profesor, respecto a los
efectos jurídicos de la simulación, que hay que distinguir, por un lado, la simulación absoluta
de la relativa y por otro lado, dentro de cada una de aquellas, las relaciones de las partes
entre sí y las de éstas con respecto a terceros. Que en el caso de la simulación absoluta, en
ésta falta el consentimiento para generar el acto simulado y cualquier otro, y en
consecuencia, entre las partes el acto simulado es nulo, de nulidad absoluta, y por lo tanto
35
cualquiera de ellas puede demandar judicialmente que se declare la vigencia de la relación
secreta establecida en la contraescritura que deja en claro que ningún acto jurídico se quiso
llevar a cabo, y probada la simulación absoluta, el acto simulado debe declararse nulo, por
falta de consentimiento de las partes para generar cualquier acto jurídico; y respecto a los
terceros de buena fe, es decir los que ignoran la existencia de la simulación, están protegidos
respecto a ellas, ya que las contraescritura que no alcanzan publicidad son inoponibles a los
terceros, y en consecuencia pueden invocar a su favor el acto público y no simulado, pero los
terceros, una vez demostrada y llegada a su conocimiento la simulación, podrán si les
conviene, invocar el acto secreto o disimulado. Que respecto a la simulación relativa, en ella
la voluntad real de las partes está manifestada en el acto secreto o disimulado y por eso
entre ellas éste es el que tiene valor y no el público o simulado, y mal podría una de las
partes, para evitar el cumplimiento del contrato oculto, oponer a la otra la simulación, medio
que por lo demás son los que pueden emplear los terceros.
Según lo señala el nombrado profesor, nuestra jurisprudencia ha dicho que en los casos de
simulación relativa, para establecer las verdaderas relaciones jurídicas que han existido entre
las partes, debe prescindir se del acto simulado y atenderse al acto real, considerando la
prueba rendida. Explica que aquellos terceros que, como por ejemplo los herederos de las
partes, pasan a ocupar el lugar de éstas, y, en consecuencia, se les aplica las reglas
generales que en materia de simulación gobiernan a las partes, pero que sin embargo, si una
de las partes mediante el acto simulado hubiere perjudicado a un sucesor relativamente a
sus derechos que le ley le otorga y que no pueden serle menos cavado, podrá hacer valer el
acto secreto, como por ejemplo, si el causante en el acto simulado o aparente dice vender a
un hijo ciertos bienes y en realidad hay encubierta una donación que perjudica a los otros
hijos en sus asignaciones forzosas, ellos tienen derecho como terceros de buena fe, a
ejercitar las acciones correspondientes que, en este ejemplo, conducirán a evitar el
menoscabo de dichas asignaciones de acuerdo con las normas pertinentes del Código Civil.
Termina explicando el profesor Vodanovic que pudiera suceder que algunos terceros tengan
interés en invocar el acto simulado o aparente y otros en cambio el disimulado o secreto, y
que en este caso se ha estimado que tal conflicto debe resolverse haciendo primar el
derecho de los terceros que hacen valer el acto aparente o simulado, y que la razón está en
que el artículo 1.707, relativo a las contraescrituras, se inclina en su favor, al igual que su
espíritu que tiende a garantizar la seguridad de los que confían en los actos ostensibles. Que
la simulación puede hacerse valer judicialmente como acción o excepción, y que la acción de
simulación es una acción personal y declarativa y tiende a comprobar la existencia de la
simulación, y que en cuanto a la prueba de la simulación, los terceros pueden probarla por
todos los medios que la ley franquea e incluso testigos.
0ue, relativamente también a la simulación, el profesor Fernando Fueyo Laneri, en su obra
“Cumplimiento e incumplimiento de las obligaciones , Editorial Jurídica de Chile, segunda
edición 1.991, páginas 541 a 548, explica lo siguiente: Que la simulación absoluta y
fraudulenta como medio habitual de burlar a los acreedores observa una conducta orientada
a dos formas o procedimientos: a) disminución del activo del deudor y, b) aumento del pasivo
del deudor. Que respecto a la simulación relativa, ella opera en forma similar a la absoluta, si
bien con menor frecuencia. Que en cuanto a la impugnación del negocio simulado, el objeto
36
de la acción está dirigida a obtener de los Tribunales la declaración de simulación del acto o
contrato, que mediante una sentencia se establezca la voluntad real y verídica de las partes
para hacerla primar sobre la voluntad que falsamente expresaron; y que si la acción la
intentan las propias partes, el objeto será constatar un estado de hecho que se pretende se
ajuste a la verdad, y la intenta un tercero, su objeto será reestablecer el verdadero estado
patrimonial del deudor que se valió de la simulación para ocultar bienes. Termina enseñando
Fueyo Laneri acerca de la necesidad de una declaración judicial para la simulación, en razón
de que se está frente a una presunción de sinceridad y de veracidad a través de un
instrumento formal, por lo que es obvio que sea necesario que se demuestre y se declare lo
contrario, esto es que hubo simulación ésta no puede persistir y por consiguiente al igual que
la nulidad requiere de una resolución que la declare, y hace presente que una sentencia de
nuestra Corte Suprema ha señalado que “el acto jurídico simulado, como el acto nulo o
anulable, crea un estado de hecho suficiente como para producir un estado de derecho, y por
lo mismo es que se requiere deshacer por medio de una sentencia dicho estado de hecho ,
sosteniendo también que la simulación puede alegarse por vía de acción o de excepción.
Que, así entonces, el Tribunal procederá a analizar por separado cada una de las daciones
en pago de que dan cuentas las escrituras públicas de autos, con el fin de analizar si todos
esos contratos o alguno de ellos fueron o no simulados, teniendo presente las explicaciones
doctrinarias señaladas precedentemente.
Duodécimo quinto: Que, y en relación a la compraventa de dación en pago del bien raíz
ubicado en Pedro Montt Nº 2.871 de Puerto Aysén, la parte demandante pide que el Tribunal
declare la nulidad absoluta de este contrato por carencia de causa o/y consentimiento de las
partes contratantes, por afectarle la institución de la simulación, ya que en él se habría
expuesto y escriturado, faltando a toda sinceridad y con el ánimo de simular o aparentar un
acto para cubrir otro que auténticamente tenía voluntad de celebrar, cual era una mera
donación entre vivos, con prescindencia del trámite de la insinuación y con el evidente
propósito de mermar el patrimonio de Rudy Stange en perjuicio de la sucesión y
especialmente de sus hijos de filiación matrimonial, en tanto que la defensa de los
demandados argumenta que dicho contrato es real y efectivo y en ningún caso simulado.
Que, tal como se especificó en uno de los motivos anteriores, al analizarse la dación en
pago, los requisitos de este tipo de contrato son la existencia de una obligación primitiva, que
la obligación se cumpla en forma distinta de la convenida primitivamente, el consentimiento y
la capacidad de las partes y el cumplimiento de las solemnidades legales, en este caso por
haberse dado en pago un bien raíz, y consiguientemente para poder examinar cada uno de
estos requisitos es menester naturalmente tener a la vista el respectivo contrato de dación en
pago, lo que sin embargo el Tribunal se encuentra impedido de hacer por cuanto la parte
demandante, que era a la que le correspondía la prueba, no allegó antecedente alguno a los
autos sobre la efectiva existencia de ese contrato, limitándose tan sólo a acompañar una
fotocopia que se agregó de fojas 7 a 8 de la respectiva inscripción en el Conservador de
Bienes Raíces de Valdivia de la citada compraventa, documentos que sin embargo no
permite al Tribunal que pueda analizar y constatar si se cumplieron con los requisitos de la
dación en pago, lo que tiene importancia por cuanto lo alegado por la defensa de los
37
demandantes es la existencia de una simulación relativa en dicho contrato, haciendo
referencia que en él existen dos actos jurídicos, el primero que correspondería al acto
simulado, ostensible, ficticio o aparente que las partes, en este caso Rudy Stange y María
García Guichamán fingieron realizar, como lo habría sido la dación en pago, y un segundo
acto jurídico que correspondería a una donación que fue el que efectivamente quisieron
llevar a cabo las partes, acto que fue oculto o disimulado y destinado a quedar en secreto.
Que no hay duda que los demandantes, en tanto herederos de Rudy Stange, tienen interés
en ejercitar la acción de simulación, pero también es a ellos a quienes corresponde probar la
simulación por todos los medios que les franquea la ley, teniendo presente también que la
prueba de la simulación incumbe al que la alega, toda vez que los actos y los contratos se
presumen sinceros.
Que, al respecto, y como ya se ha dicho, la parte demandante que alega la simulación del
mencionado contrato de dación en pago no allegó al Tribunal el contrato de dación en pago
en el cual constaría el acto jurídico ostensible, simulado, ficticio o aparente, no siendo
bastante la sola mención que se hace de dicho contrato en la fotocopia de la inscripción de
dominio que rola a fojas 7 a 8, pues la labor del Tribunal debe circunscribirse al examen
completo de todas las cláusulas del contrato supuestamente simulado, para a partir de esta
labor concluir si efectivamente del propio documento aparece la simulación, sea a través de
la naturaleza del acto como por ejemplo en la existencia de una donación disimulada detrás
de una aparente compraventa, dación en pago etc., o en el objeto, como sería que se declare
en el acto ficticio que se vende una cosa en un determinado precio pero en la
contradeclaración o acto disimulado se da un precio distinto, labor que sin embargo es
imposible de realizar si no se tiene materialmente el contrato en el cual se denuncia la
simulación.
Resta, también, señalar que, y en relación a las probanzas rendidas por las partes que sólo
dos testigos de la parte demandante, Orlando Cárcamo y Rosa Yáñez manifestaron que
estaban informados de las compras de propiedades que había efectuado Rudy Stange entre
las cuales estaba una propiedad inscrita en el Conservador de Valdivia y ubicada físicamente
en Puerto Aysén, la cual transfirió a Richard Alexis Stange García, a través de la madre de
éste último María García Guichamán que era conviviente de Stange, sin recibir nada a
cambio ya que María García no trabajaba ni generaba rentas, no tenía bienes y era muy
pobre, sin que se refirieran en ningún momento a la simulación, esto es que se trataba de un
acto ficticio destinado a que el acto verdadero quedara oculto o en secreto, y cual habría sido
este último acto, en tanto que los demás testigos de la parte demandante así como todos los
testigos de la parte demandada nada dijeron respecto a la simulación del contrato que se
analiza; y por tanto dicha prueba testimonial, que el Tribunal en uso de su facultad aprecia la
citada prueba conforme a la ley, y a la regla del artículo 1.698 del Código Civil, unidos a las
restantes de la causa el Tribunal ha concluido que no se ha probado que hubo simulación en
dicho contrato de dación en pago, en términos que se requiera deshacer por medio de una
sentencia una eventual simulación, y por consiguiente el Tribunal resolverá en consecuencia.
Duodécimo sexto: Que, y en relación a la compraventa de dación en pago del bien raíz
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ubicado en sitio Nº 1, manzana Nº 31 de Coyhaique, la parte demandante pide que el
Tribunal declare la nulidad absoluta de este contrato celebrado por escritura pública de fecha
21 de julio de 1999 ante el Notario Julio Angulo de Coyhaique, por carencia de causa o/y
consentimiento de las partes contratantes, por afectarle la institución de la simulación, ya que
en él se habría expuesto y escriturado, faltando a toda sinceridad y con el ánimo de simular o
aparentar un acto para cubrir otro que auténticamente tenía voluntad de celebrar, cual era
una mera donación entre vivos, con prescindencia del trámite de la insinuación y con el
evidente propósito de mermar el patrimonio de Rudy Stange en perjuicio de la sucesión y
especialmente de sus hijos de filiación matrimonial en tanto que la defensa de los
demandados argumenta que dicho contracto es real y efectivo y en ningún caso simulado.
Que, tal como se especificó en uno de los motivos anteriores, al analizarse la dación en
pago, los requisitos de este tipo de contrato son: La existencia de una obligación primitiva,
que la obligación se cumpla en forma distinta de la convenida primitivamente, el
consentimiento y la capacidad de las partes y el cumplimiento de las solemnidades legales,
en este caso por haberse dado en pago un bien raíz, y consiguientemente para poder
examinar cada uno de estos requisitos es menester naturalmente tener a la vista el
respectivo contrato de dación en pago.
Que, efectivamente el contrato referido fue acompañado por la parte demandante y agregado
materialmente en fotocopia que corre de fojas 9 a 11, e inscrito posteriormente en el
respectivo registro de Conservador de Bienes Raíces, como consta en el documento que
corre de fojas 11 vta., a 12, y por lo mismo el Tribunal puede constatar que dicha dación en
pago, y conforme al contrato antes aludido, da cuenta de una obligación primitiva como
consta de su cláusula primera en que el vendedor Rudy Stange Dietz reconoce adeudar a la
compradora María Eliana García Guichamán la cantidad de diez millones de pesos,
obligación que proviene, según allí se expone, del trabajo personal que durante más de 20
años ha ejecutado en labores administrativas, de comercio y propias del hogar del deudor;
así como también el requisito de que la obligación se cumpla en una forma distinta de la
convenida primitivamente, y en este caso conforme a la cláusula segunda se señala que en
amortización de aquella deuda Rudy Stange da en pago a María Eliana García Guichamán,
quien acepta para sí, transfiriéndole el dominio pleno por el valor de diez millones de pesos,
el bien raíz urbano que corresponde a parte del sitio Nº 1 de la manzana Nº 31, de la
población, comuna y provincia de Coyhaique, dejándose constancia en el encabezamiento
de dicha escritura que Rudy Stange y María García Guichamán son mayores de edad, lo que
también acreditó el Notario con la exhibición de las respectivas cédulas, siendo ambos
solteros, y consecuentemente con plena capacidad para actuar en el ámbito jurídico, esto es
Rudy Stange tenía plena capacidad para transferir la cosa que dio en pago en su calidad de
deudor y María García Guichamán contaba con plena capacidad para adquirirla en su calidad
de acreedora, y por último, se cumplieron con las solemnidades legales, en cuanto al darse
en pago un bien raíz, se hizo mediante escritura pública.
De lo expuesto anteriormente fluye nítidamente que en la escritura pública que se analiza no
se divisa que en su estructura hayan faltado los elementos o cosas esenciales, es decir las
condiciones de existencia de ese acto jurídico como lo son la voluntad, el objeto, la causa y
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las solemnidades, así como tampoco las condiciones para su validez, esto es que esa
voluntad no esté viciada, la capacidad de las partes, o que el objeto haya sido ilícito o la
causa sea ilícita, y por lo tanto, el Tribunal deberá estarse a la prueba rendida en autos por
las partes para tener o no por acreditado el punto de prueba controvertido en autos y referido
a que dicha escritura de dación en pago estaría afectada por la simulación.
Que, teniendo el Tribunal presente que la parte demandante sostiene que dicha escritura de
dación en pago es un acto jurídico simulado, pues las partes contratantes ocultaron el acto
jurídico que verdaderamente quisieron llevar a cabo como lo fue una donación, eludiendo el
trámite de la insinuación y con el evidente propósito de sustraer bienes raíces de la herencia
de Rudy Stange en perjuicio de sus hijos de filiación matrimonial, cuestión que sin embargo
es negada por la contraria, la que sostiene que tal escritura de dación en pago no fue
simulada sino que es real efectiva, corresponde entonces señalar que en el presente caso
deberá analizarse la institución de la simulación a la luz de la doctrina y lo señalado
precedentemente.
Que, como ya se ha dicho la simulación consiste en el hecho de crear un acto aparente que
no corresponde a ninguno real o en disfrazar total o parcialmente un acto verdadero bajo la
apariencia de otro. La declaración aparente en una mera ficción, realizada con el fin de
engañar a tercero, porque detrás de esta declaración fingida o aparente, existe una
contradicción que se encuentra oculta y que expresa la verdadera voluntad de lo que se
convino en la ficción, cual es la de no celebrar acto jurídico alguno o de concluir otro diverso
del fingido, y es por ello que la doctrina distingue entre simulación absoluta, que ocurre
cuando realmente ningún acto jurídico se quiere celebrar, y sólo se finge realizar uno,
cuestión que no ocurre en el caso que se examina por cuanto las partes efectivamente
celebraron un acto jurídico como lo es un contrato de dación en pago, en el cual cumplieron
con todas las exigencias o requisitos del mismo; y asimismo se habla –en doctrina– de
simulación relativa, cuando aparentemente se celebra un acto jurídico, pero en verdad se
quiere realizar otro, y por lo tanto existen dos actos jurídicos, el primero es el acto jurídico
simulado, ostensible, ficticio o aparente, y que corresponde al que las partes han fingido
realizar, y el segundo acto jurídico, que corresponde al acto jurídico que las partes han
ocultado, o disimulado, pero que corresponde al acto real, sincero y que efectivamente las
partes han querido llevar a cabo y está destinado a quedar en secreto, como resultado de
esa evidente contradicción, e incluso la doctrina señala que el acto jurídico simulado y el
disimulado puede estar tanto en la naturaleza del acto cuanto en su objeto.
Que, de las explicaciones señaladas precedentemente el Tribunal concluye que la simulación
alegada por la demandante dice relación con la simulación relativa, por cuanto lo que señala
es que las partes contratantes de la dación en pago que se analiza, celebraron un contrato
de dación en pago simulado, esto es que es ficticio o aparente, y ocultaron disimuladamente
el acto jurídico que esas partes efectivamente quisieron llevar a cabo como lo fue una
donación y que estaba destinada a quedar en secreto.
Que, en este sentido, y según se explica por el profesor Antonio Vodanovic, en su libro ya
citado, página 216, nuestra jurisprudencia a dicho que en los casos de simulación relativa,
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para establecer las verdaderas relaciones jurídicas que han existido entre las partes, debe
prescindirse del acto simulado y atenderse al acto real, considerando la prueba rendida,
señalando también la situación de los terceros, mencionando por vía ejemplar el caso de los
herederos de las partes contratantes, en cuanto pasan a ocupar el lugar de éstas y, en
consecuencia se les aplican las reglas que en materia de simulación gobiernan a las partes.
Agrega este profesor en sus explicaciones sobre la simulación (página 217, parte general,
manual de derecho civil ya mencionado) lo siguiente: “Sin embargo, si una de las partes
mediante el acto simulado hubiere perjudicado a un sucesor relativamente a sus derechos
que la ley le otorga y que no pueden serle menoscabados, podrá hacer valer el acto secreto.
Por ejemplo, si el causante en el acto simulado o aparentes dice vender a un hijo ciertos
bienes y en realidad hay encubierta una donación que perjudica a los otros hijos en sus
asignaciones forzosas, ellos tienen derecho, como terceros de buena fe, a ejercitar las
acciones correspondientes que, el en el ejemplo, conducirán a evitar el menoscabo de dichas
asignaciones de acuerdo con las normas pertinentes del Código Civil (arts. 1.185 y 1.198) .
Que, por lo expuesto, el Tribunal, a fin de establecer las verdaderas relaciones jurídicas que
han existido entre las partes, más que al acto del acto simulado, atenderá al acto real, esto
es al oculto, el disimulado, el sincero, el que efectivamente las partes han querido llevar a
cabo y destinado a quedar en secreto, y que consistiría en una donación según lo ha
sostenido la parte demandante, a la luz de las probanzas de la causa, y su mérito.
Que, en este sentido el testigo Albán Rivera, presentado por la parte demandante, expuso
que el bien raíz aludido se ubica en el sector céntrico de Coyhaique, con un valor aproximada
de $ 65000.000, asimismo señala que dicho inmueble es de fácil liquidación por el sector
céntrico y residencia en donde está ubicado; la testigo Rosa Yáñez, también presentada por
los demandantes sostiene que conoció a Rudy Stange hace unos 35 años, y los inmuebles
que éste tenía, que Stange convivió los últimos 20 años de su vida con María Guichamán
con la que tuvo dos hijos y ésta no trabajaba ni generaba renta alguna y por esa razón él le
compró cosas y le transfirió bienes, sin recibir nada a cambio. Que le transfirió la propiedad
calle Lillo de Coyhaique por la que nada le pago porque no trabajaba; el testigo Orlando
Rigoberto Cárcamo Oroz, de la parte demandante señaló que por ser contador de Rudy
Stange estaba informado que éste transfirió propiedades a María García Guichamán y a los
hijos que tuvo con ésta, entre ellas una ubicada en Coyhaique, calle Lillo, sin que le hayan
pagado ningún precio porque ellos no tenían ingresos y la venta era simulada ya que se
trataba de un regalo de Rudy Stange hacia María García Guichamán y los hijos que tuvo con
ésta; La testigo Silvia Myriam Flores Yáñez, manifestó conocer a Rudy Stange ya que sus
padres eran amigos de éste, por ello le consta que compró muchos inmuebles, entre ellos el
de calle Lillo, cuyo título es el que se le exhibe y que está a fojas 11 a 12., que es el inmueble
que corresponde a parte del sitio Nº 1 de la manzana Nº 31, de 300 metros cuadrados de
superficie, ubicado en la Población de Coyhaique, comuna y provincia de Coyhaique y
agrega que a ella le consta que doña María García Guichamán no trabajaba ni generaba
rentas, no tenía bienes y era muy pobre por lo que nada podía pagarle a Rudy Stange por las
propiedades que le transfirió.
Por su parte, los testigos de la demandada señalaron lo siguiente: Sandra Tureo, que
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conoció a Rudy Stange y María García Guichamán desde hace más de 30 años, en Puerto
Aysén y le consta que ambos mantuvieron una vida en común, que eran pareja y tuvieron
dos hijos, que trabajaban juntos en actividades del comercio, haciendo inventarios, pagos,
ventas, pedidos a proveedores, trámites bancarios y que todos los bienes adquiridos en ese
tiempo fue producto del esfuerzo y trabajo de ambos, a raíz de lo cual Rudy Stange le
entregó algunos bienes a su conviviente en pago de esos servicios; La testigo Lidia Tureo,
expuso que sabe que por más de 30 años Rudy Stange y María García convivieron en
Puerto Aysén, trabajaron juntos en actividades de comercio, gestiones bancarias,
administración del negocio, pago a proveedores, correspondencia y crianza de los dos hijos
que tuvieron en esta convivencia y le consta que los bienes que adquirieron en ese período
fue producto del esfuerzo y trabajo de ambos; El testigo Pedro Calixto Velásquez, dijo que
ser nacido y criado en Puerto Aysén y que por más de 30 años conoció a Rudy Stange y
María García Guichamán los cuales eran pareja y trabajaron juntos en actividades de
comercio, gestiones bancarias, trámites en general y en la administración de un negocio de
repuestos, así como en la crianza, de los dos hijos que tuvieron, y que todos los bienes
adquiridos durante ese tiempo le pertenecen a ambos; la testigo Mirtha Quintana, señaló
conocer por más de 30 años a Rudy Stange y María García los cuales vivían como pareja y
trabajaban en actividades de comercio, gestiones en el banco, inventario, pagos, ventas,
administración y que en una época vivieron y trabajaron en Puerto Montt, en un campo
ubicado en Frutillar, que siempre andaban juntos y tuvieron dos hijos, y que todos los bienes
adquiridos durante esa convivencia le pertenecen a la comunidad que ambos formaron, le
consta que Rudy Stange le dio en pago a María García Guichamán algunos bienes
precisamente porque le debía mucho, aun cuando él se reservó la administración de esos
bienes mientras viviera y que no alcanzaron a contraer matrimonio porque a él se le
sobrevino una enfermedad que lo llevó a la muerte; el testigo Abraham Chaura, declaró
conocer a Rudy Stange por más de 30 años porque vivía cerca de su casa y sabe que desde
el año 1973 comenzó a convivir con María Eliana García Guichamán, que ambos trabajsban
juntos en actividades del comercio, bancarias y administrativas, tuvieron dos hijos y los
bienes adquiridos en ese período fue producto del trabajo de ambos, sabe que durante un
tiempo ambos se radicaron en Puerto Montt y compraron un campo en Frutillar y trabajaron
en el local de repuestos, y agrega que sabe que la comunidad formada por Rudy Stange y
María García Guichamán permitió que se adquirieran muchos bienes, aun cuando desde
1990 en adelante Rudy Stange le entregó sus bienes más valiosos a su ex – cónyuge Eliana
Osorio Formantel; la testigo María Ortega Pantanal, la que dijo conocer por más de 30 años
a Rudy Stange y María García los cuales eran convivientes y tuvieron dos hijos, agrega que
la familia legítima de Stange lo abandonó cuando éste sufrió una crisis matrimonial por eso él
se involucró con María García con la que convivió por más de 30 años hasta su fallecimiento,
agrega que todos los bienes que adquirieron durante ese período fue producto del trabajo de
ambos y que en el año 1990 Stange liquidó la sociedad conyugal con Eliana Osorio a la cual
le dejó los bienes más valiosos, y que por esa razón Stange tuvo que partir de nuevo con
locales en Puerto Montt, Puerto Aysén y después se trasladó a Coyhaique y trabajó junto con
María Eliana García por lo que los bienes que adquirieron fue producto del trabajo de ambos.
Se allegó, también, a los autos como prueba de oficio producida por el Tribunal los siguientes
antecedentes:
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a.– Documento de la Dirección Regional del Instituto de Normalización Previsional de
Coyhaique, agregados de fojas 256 a 257, mediante el cual se informa al Tribunal que María
Eliana García Guichamán, run Nº 8.447.163–1, tiene la calidad de beneficiaria de Fonasa,
entre los meses de abril a septiembre del 2002, por un período de seis meses; Que el
empleador registrado en el I.N.P., es Rudy Stange, run 3.705.520–4, que la remuneración
imponible entre los meses de abril y mayo de 2002 fue de $ 79.125, y en los meses de junio
agosto y septiembre de ese año fue $ 83.400; que la actividad económica declarada fue la
siguiente: trabajadora de casa particular. Se informa también en ese documento que la
remuneración imponible corresponde a la remuneración mínima legal para una trabajadora
de casa particular.
b.– También se agregó de fojas 269 a 276, fotocopias autorizadas por el Registro Civil e
Identificación correspondiente a inscripción de nacimiento de Guillermo Alfredo Stange
García, nacido en Coyhaique el 13 de mayo de 1998, reconocido por sus padres naturales
Rudy Stange Dietz; copia íntegra de partida de nacimiento de Liliana Elizabeth Stange
Osorio, nacida el 25 de julio de 1960, en Puerto Aguirre, siendo sus padres Rudy Stange
Dietz y Eliana Osorio Formantel, copia íntegra de nacimiento de Rudy Hernán Stange Osorio,
nacido el 02 de noviembre de 1963, en Puerto Aguirre, siendo sus padres Rudy Stange Dietz
y Eliana Osorio Formantel, copia integra de nacimiento de Iris Markys Stange Osorio, nacida
el 8 de diciembre de 1961 en Puerto Aguirre, siendo sus padres Rudy Stange Dietz y Eliana
Osorio Formantel y, certificado de nacimiento de Richard Alexis Stange García, nacido el 14
de años de 1981 en Puerto Aysén, reconocido por sus padres naturales Rudy Stange Dietz y
María Eliana García Guichamán.
Que, del mérito de las probanzas rendidas por los terceros –como lo son los actores– que
han ejercitado la acción de simulación en estos autos en su calidad de heredaros de una de
las partes contratantes, y que en consecuencia pasaron a ocupar el lugar de esta última, y
que de acuerdo a la ley son terceros de buena fe, y tratándose además de que han intentado
probar la simulación relativa referida a la voluntad real que tuvieron las partes contratantes
de la dación en pago, en este caso Rudy Stange como deudor y vendedor del bien raíz del
sitio Nº 1 manzana 31 de Coyhaique, y que estaría manifestada en el acto jurídico secreto o
disimulado cual sería una donación, corresponde, para establecer la verdadera relación
jurídica que existió entre las partes, atender y examinar especialmente el acto jurídico
denunciado como real o disimulado, considerando las probanzas examinadas en autos, y en
este sentido el Tribunal da por acreditado los siguientes hechos: 1º.– Que Rudy Stange
Dietz, mantuvo una convivencia con María Eliana García Guichamán aproximadamente a
partir del mes de octubre de 1973 y hasta el año 2003; 2º.– Que, dicha convivencia fue
pública y notoria, tanto en la ciudad de Puerto Aysén así como en Puerto Montt; 3º.– Que,
Rudy Stange Dietz, tuvo la calidad de empleador de María Eliana García Guichamán, a la
cual contrató como trabajadora de casa particular, por una remuneración imponible que
corresponde a la remuneración mínima legal para esta clase de trabajadora, relación de
trabajo que se produjo entre los meses de abril y septiembre de año 2002, por un período de
seis meses, efectuándole cotizaciones previsionales en el Instituto de Normalización
Previsional por dicho período. 4º.– Que, durante la referida convivencia, Rudy Stange y María
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García Guichamán tuvieron dos hijos de filiación no matrimonial. 5º.– Que, el 21 de julio de
1999, Rudy Stange y María García Guichamán celebraron una escritura pública a través de
la cual el primero aparece reconociendo una deuda de diez millones de pesos a favor de
María García por trabajo personal que por más de 20 años le habría prestado en labores
administrativas, de comercio y del hogar, y como un modo de extinguir esta supuesta
obligación le entrega en pago un bien raíz ubicado en el sitio Nº 1, manzana 31 de
Coyhaique. 6º.– Que Rudy Stange Dietz falleció con fecha 5 de octubre de 2003, dejando
como sus herederos y continuadores legales a sus tres hijos de filiación matrimonial, Lilian
Elizabeh, Rudy Hernán e Iris Marys, todos de apellido Stange Osorio, y a sus dos hijos de
filiación no matrimonial Richard Alexis y Guillermo Alfredo, ambos de apellido Stange García.
Que, de todo lo expuesto se concluye que efectivamente en el presente caso existió una
simulación relativa, y que consistió en que Rudy Stange y María García Guichamán
celebraron un acto jurídico, el cual aparentemente cumplía con todas las exigencias o
condiciones legales, como lo era la dación en pago del bien raíz señalado precedentemente,
pero en realidad lo que quisieron fue realizar otro acto jurídico y que estaba destinado a
quedar oculto o disimulado, y que residió concretamente en la naturaleza del acto mismo,
toda vez que lo que existió fue una donación disimulada detrás de un aparente contrato de
dación en pago, hecho que ciertamente perjudica a los hijos tanto de filiación matrimonial
cuanto de los de filiación no matrimonial en sus respectivas asignaciones forzosas, toda vez
que con el acto disimulado se ha producido el menoscabo de dichas asignaciones conforme
a las normas pertinentes del Código Civil. La totalidad de los testigos de ambas partes
manifestaron que les constaba que Rudy Stange y María García Guichamán eran
convivientes, y la mayoría de ellos sostuvo que, en el caso de la compraventa de fecha 21 de
julio de 1999, se trataba de un bien raíz que pertenecía a Rudy Stange pero que había sido
adquirido con el producto, esfuerzo o trabajo en conjunto con su conviviente, hecho
irrelevante para resolver la acción de simulación, por cuanto la existencia o no de una
comunidad de hecho como lo sería la formada por ambos no está discutida ni controvertida ni
ha sido objeto de las acciones intentadas en la demanda, y tan sólo el abogado de los
demandados ha centrado la discusión en que los bienes raíces que pertenecían a Rudy
Stange fueron adquiridos durante la convivencia que éste mantuvo con María García
Guichamán, sosteniendo también que la doctrina y la jurisprudencia ha reconocido en forma
unánime la existencia de una sociedad de hecho, cuestión que como se ha dicho no ha sido
objeto de la controversia de la demanda y por lo mismo al Tribunal no le corresponde emitir
pronunciamiento alguno. Del mérito del contrato simulado aparece que la propiedad a que
alude la escritura de 21 de julio de 1999 le pertenecía a Rudy Stange Dietz, sin que se haya
demostrado en autos que éste hubiera tenido vínculo laboral con la concubina durante todo
el período que duró la convivencia, sino tan sólo un vínculo que no excedió de seis meses,
que ocurrió en el año 2002, en circunstancias que dicha escritura se celebró el año 1999,
fecha entonces en que no había vínculo laboral entre los convivientes, y la mayoría de los
testigos manifestaron que María García Guichamán no trabajaba, no contaba con patrimonio
propio y no generaba ingresos, y que Rudy §tange le habría regalado a través de una
simulación el bien raíz aludido y que fue una verdadera donación, en tanto que los testigos
de la parte demandada señalaron que Rudy Stange le entregó esa propiedad a María García
Guichamán en pago del trabajo que habían realizado en común, todo lo cual se aparta,
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entonces, de los señalado en las cláusulas del mencionado contrato, en donde se hace
figurar una obligación primitiva de Rudy Stange en calidad de deudor por diez millones de
pesos por trabajos personales por más de 20 años que le habría prestado María García
Guichamán en labores administrativas, de comercio y del hogar, hechos que sin embargo no
concuerdan con las probanzas rendidas en autos en las cuales se ha probado la inexistencia
de una relación laboral por el período señalado en la escritura, así como también que las
labores que habría hecho la compradora a favor del deudor obedecieran a un vínculo de
trabajo, toda vez que las propias partes reconocen que lo que existió fue un vínculo afectivo
proveniente de una convivencia o concubinato, vínculo de trabajo que, además se encuentra
respaldado por la información entregada por las autoridades del Instituto de Normalización
Previsional de la Undécima Región de Aysén, por lo que respecta a un período de seis
meses el año 2002.
Que, de todo lo expuesto el Tribunal da por establecido que la verdadera relación jurídica
que existió entre las partes que celebraron la escritura pública de 21 de julio de 1999, no fue
una compraventa de dación en pago, sino una donación, puesto que la verdadera voluntad
real radicaba en este último acto jurídico y para lograrlo se recurrió a otro acto jurídico que
fue simulado, ficticio o aparente, y consiguientemente el Tribunal habiéndose probado la
simulación, resolverá en consecuencia, lo que corresponda respecto al acto simulado.
Duodécimo séptimo: Que, y en relación a la compraventa de dación en pago del bien raíz
ubicado en calle Benavente Nº 821 Puerto Montt, la parte demandante pide también que el
Tribunal declare la nulidad absoluta de este contrato celebrado por escritura pública de fecha
01 de octubre de 2003 ante el Notario Suplente Eduardo Carvajal Herrera de la Notaría de
Teodoro Patricio Durán Palma de Coyhaique, por carencia de causa o/y consentimiento de
las partes contratantes, por tratarse de un contrato simulado, ya que en la cláusula primera
Rudy Stange reconocía nuevamente adeudar a su conviviente la suma de veinte millones de
pesos, repitiendo que tal deuda lo era como contraprestación al trabajo personal que la
misma le habría ejecutado durante más de 20 años en labores administrativas, de comercio y
propias de hogar, y en amortización de la deuda anterior le daba a María Eliana García
Guicharnán dicho inmueble transfiriéndole el dominio pleno por el valor de veinte millones de
pesos, con lo que se extinguía la deuda y se daba recíprocamente el más completo y
definitivo finiquito, agregando que Rudy Stange firmó dicha escritura mientras estaba agónico
en el Hospital de Coyhaique donde falleció tres días más tarde, faltando a toda sinceridad a
lo que allí se expuso, sin seriedad de consentimiento y con el solo ánimo de simular o
aparentar un acto para encubrir el que auténticamente tenían voluntad de celebrar cuál era
una donación entre vivos, para prescindir del trámite de la insinuación y en evidente
propósito de mermar el patrimonio del causante en perjuicio de sus tres hijos de filiación
matrimonial que le sucedieron a su muerte como eran herederos universales, y que Rudy
Stange nada le adeudaba a María García, como se expuso simuladamente en dicho contrato,
y por tanto la dación en pago carecía de causa real y licita. Por el contrario, la defensa de los
demandados argumentó que dicho contrato era real y efectivo y en ningún caso simulado.
Que, tal como se especificó en los motivos anteriores, al analizarse la dación en pago, los
requisitos de este tipo de contrato son los siguientes: La existencia de una obligación
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primitiva, que la obligación se cumpla en forma distinta de la convenida primitivamente, el
consentimiento y la capacidad de las partes y el cumplimiento de las solemnidades legales,
en este caso por haberse dado en pago un bien raíz, y consiguientemente para poder
examinar cada uno de estos requisitos es menester naturalmente tener a la vista el
respectivo contrato de dación en pago.
Que, en este sentido, el contrato referido fue acompañado por la parte demandante y
agregado materialmente en fotocopia que corre de fojas 19 a 20, e inscrito posteriormente en
el respectivo Registro del Conservador de Bienes Raíces, como consta en el documento que
corre de fojas 21 a 21 vta., y por lo mismo el Tribunal puede constatar que dicho contrato, da
cuenta de una obligación primitiva, como consta de su cláusula primera en el que se señala
que por dicho instrumento Rudy Stange Dietz reconoce adeudar a María Eliana García
Guichamán la cantidad de veinte millones de pesos, obligación que proviene, de trabajo
personal que por más de 20 años ha ejecutado en labores propias del comercio,
administrativas, y propias del hogar del deudor; así como también el requisito de que la
obligación se cumpla en una forma distinta de la convenida primitivamente, y en este caso
conforme a la cláusula segunda se señala que, en amortización de aquella deuda, Rudy
Stange da en pago a María Eliana García Guichamán, quien acepta para sí, transfiriéndole
en dominio pleno por el valor de veinte millones de pesos, el inmueble ubicado en calle
Benavente Nº 821 de la ciudad de Puerto Montt, dejándose constancia que los
comparecientes dan por totalmente extinguida, mediante la dación en pago expresada, la
deuda a que se hizo referencia en la cláusula primera, y en la cláusula cuarta se señala que
en virtud de la extinción de la deuda de Rudy Stange, doña María Eliana García Guichamán
le otorga amplia y completa cancelación de la misma y, recíprocamente, el más completo y
definitivo finiquito.
Que, en el encabezamiento de la mencionada escritura se deja constancia que Rudy Stange
y María García Guichamán son mayores de edad, lo que acreditó el Notario con la exhibición
de las respectivas cédulas, siendo también ambos solteros, y con plena capacidad para
actuar en el ámbito jurídico, esto es Rudy Stange tenía plena capacidad para transferir la
cosa que dio en pago en su calidad de deudor y María García Guichamán contaba con plena
capacidad para adquirirla en su calidad de acreedora, y por último, se cumplieron con las
solemnidades legales, en cuanto al darse en pago un bien raíz, se hizo mediante escritura
pública.
De lo expuesto anteriormente fluye nítidamente que en la escritura pública que se analiza, no
se divisa, prima facie, que en su estructura hayan faltado los elementos de la estructura del
acto jurídico, esto es lo que le son esenciales, es decir las condiciones de existencia de ese
acto jurídico como lo son la voluntad, el objeto, la causa y las solemnidades, en los casos en
que lo exige la ley, así como tampoco las condiciones para su validez, esto es que esa
voluntad no esté viciada, la capacidad de las partes, o que el objeto haya sido ilícito o la
causa sea ilícita, y por lo tanto, el Tribunal deberá estarse a la prueba rendida en autos por
las partes para tener o no por acreditado el punto de prueba controvertido en autos y referido
a que dicha escritura de dación en pago estaría afectada por la simulación, que afectó
algunos de los elementos de la validez del mismo acto jurídico.
46
Que, teniendo el Tribunal presente que la parte demandante sostiene que dicha escritura de
dación en pago es un acto jurídico simulado, pues las partes contratantes ocultaron el acto
jurídico que verdaderamente quisieron llevar a cabo como lo sería una donación, eludiéndose
el trámite de la insinuación y con el evidente propósito de sustraer bienes de la herencia de
Rudy Stange en perjuicio de sus hijos de filiación matrimonial, cuestión que sin embargo es
negada por la contraria, la que sostiene que tal escritura de dación en pago no fue simulada
sino que ella es real y efectiva, corresponde entonces señalar que en el presente caso
deberá analizarse la institución de la simulación a la luz de la doctrina y las probanzas
rendidas en autos.
Que, como ya se ha dicho, la simulación consiste en el hecho de crear un acto aparente que
no corresponde a ninguno real o en disfrazar total o parcialmente un acto verdadero bajo la
apariencia de otro. La declaración aparente en una mera ficción, realizada con el fin de
engañar a terceros, porque detrás de esta declaración fingida o aparente, existe una
contradicción que se encuentra oculta y que expresa la verdadera voluntad de lo que se
convino en la ficción, cual es la de no celebrar acto jurídico alguno o de concluir otro diverso
del fingido, y es por ello que la doctrina distingue entre simulación absoluta, que ocurre
cuando realmente ningún acto jurídico se quiere celebrar, y sólo se finge realizar uno,
cuestión que no ocurre en el caso que se examina por cuanto las partes efectivamente
celebraron un acto jurídico como lo fue un contrato de compraventa de dación en pago, en el
cual, si se examina exclusivamente el contrato mismo, se arriba a la conclusión de que las
partes cumplieron con todas las exigencias o requisitos señalados precedentemente; y
asimismo se habla –en doctrina– de simulación relativa, que ocurre cuando aparentemente
se celebra un acto jurídico, pero en verdad se quiere realizar otro, y por lo tanto existen dos
actos jurídicos, el primero es el acto jurídico simulado, ostensible, ficticio o aparente, y que
corresponde al que las partes han fingido realizar, y el segundo acto jurídico, que sería el
acto jurídico que las partes han ocultado, o disimulado, pero que corresponde al acto real,
sincero y que efectivamente las partes han querido llevar a cabo y está destinado a quedar
en secreto, como resultado de esa evidente contradicción, e incluso la doctrina señala que el
acto jurídico simulado y el disimulado puede estar tanto en la naturaleza del acto cuanto en
su objeto.
.Que, de lo dicho precedentemente el Tribunal concluye que la simulación alegada por la
parte demandante corresponde a la llamada simulación relativa, por cuanto lo que alega es
que las partes contratantes de la escritura que se analiza, celebraron un contrato de dación
en pago simulado, esto es ficticio o aparente, y ocultaron disimuladamente el acto jurídico
que efectivamente quisieron llevar a cabo como lo fue una donación y que estaba destinada
a quedar en secreto.
Que, en este sentido, y según lo explica el profesor Antonio Vodanovic, en su libro ya citado,
página 216, nuestra jurisprudencia ha dicho que en los casos de simulación relativa, para
establecer las verdaderas relaciones jurídicas que han existido entre las partes, debe
prescindirse del acto simulado y atenderse al acto real, considerando la prueba rendida,
señalando también la situación de los terceros, mencionando el caso de los herederos de las
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partes contratantes, en cuanto pasan a ocupar el lugar de éstas y, en consecuencia se les
aplican las reglas que en materia de simulación gobiernan a las partes. Agrega este profesor
en sus explicaciones sobre la simulación (página 217, parte general, manual de derecho civil
ya mencionado) lo siguiente: “Sin embargo, si una de las partes mediante el acto simulado
hubiere perjudicado a un sucesor relativamente a sus derechos que la ley de otorga y que no
pueden serle menoscabados, podrá hacer valer el acto secreto. Por ejemplo, si el causante
en el acto simulado o aparentes dice vender a un hijo ciertos bienes y en realidad hay
encubierta una donación que perjudica a los otros hijos en sus asignaciones forzosas, ellos
tienen derecho, como terceros de buena fe, a ejercitar las acciones correspondientes que, el
en el ejemplo, conducirán a evitar el menoscabo de dichas asignaciones de acuerdo con las
normas pertinentes del Código Civil (arts. 1.185 y 1.198).
Que, por ende, el Tribunal, a fin de establecer las verdaderas relaciones jurídicas que ha
existido entre las partes, atenderá, en principio, por sobre el acto simulado, al acto real, esto
es al oculto, el disimulado, el sincero, el que efectivamente las partes han querido llevar a
cabo y destinado a quedar en secreto, y que consistiría en una donación según lo ha
sostenido la parte demandante, a la luz de las probanzas rendidas en la causa.
Que, en lo tocante a la prueba testimonial, los testigos de la parte demandante sostuvieron lo
siguiente: Albán Octavio Rivera Gallardo, expuso que su actividad era la de corredor de
propiedades y que conocía a Rudy Stange y María Eliana García Guichamán por más de 20
años y que éstos eran pareja, y que conoce la propiedad de Puerto Montt, la que se trata de
un bien raíz muy valioso y, la ocupa una institución de salud, que es una propiedad que
cuesta más de un millón de dólares pues es sumamente grande y está ubicada en el sector
más residencial de Puerto Montt; El testigo Orlando Rigoberto Cárcamo Oros, expuso que
conoció a Rudy Stange desde el año 1898 (sic) porque era su contador por ello le consta que
adquirió muchas propiedades entre ellas la de Puerto Montt, el que compró con su patrimonio
personal o créditos, y cuando la trasfirió a María Eliana García Guichamán, quien era su
pareja, ésta no le pagó ningún precio, por cuanto tenía ingreso y la venta fue simulada
porque en realidad era un regalo que don Rudy le hacía; Rosa Viviana Yáñez Bórquez,
señaló que conoció a Rudy Stange hace unos 35 años, y los inmuebles que éste tenía, que
Stange convivió los últimos 20 años de su vida con María Guichamán con la que tuvo dos
hijos y ésta no trabajaba ni generaba renta alguna y por esa razón él le compró cosas y le
transfirió bienes sin recibir nada a cambio. Que le transfirió la propiedad calle Benavente de
Puerto Montt por la que nada le pagó porque no trabajaba; La testigo Silvia Myriam Flores
Yánez, manifestó conocer a Rudy Stange ya que sus padres eran amigos de éste, por ello le
consta que compró muchos inmuebles, entre ellos el de calle Benavente de Puerto Montt que
está individualizado a fojas 21. Lillo, agrega que le consta que María García Guichamán no
trabajaba ni generaba rentas, no tenía bienes y era muy pobre por lo que nada podía pagarle
a Rudy Stange por las propiedades que le transfirió; el testigo Matías Trujillo Araya, expuso
que se le encomendó efectuar un tasación de la propiedad ubicada en la ciudad de Puerto
Montt, calle Benavente Nº 821, donde funciona una oficina comercial y la Isapre Colmena,
arrojando la tasación un total de $ 280.162.500, equivalente al 6 de octubre de 2005 a 15.803
unidades de fomento, agrega que los antecedentes que tuvo en cuenta al realizar la tasación
fue la ubicación y vías de acceso, superficie, frente, entorno de la propiedad y, calidad de la
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construcción existente y valores del mercado; y el testigo Rodrigo Besoaín Valenzuela, indicó
que se le encomendó realizar una tasación comercial de la propiedad ubicada e calle
Benavente Nº 821 de Puerto Montt, en su calidad de corredor de propiedades, concluyendo
que la propiedad tiene un buen valor comercial por estar en un sector céntrico por lo que el
valor del terreno fluctúa en 20 unidades de fomento el metro cuadrado; agrega que reconoce
su firma en el documento de fs. 240 que se le exhibe en el cual concluyó un precio de la
propiedad era de 12.260 unidades de fomento, que equivale al 5 de octubre a $ 217.347.487.
Por su parte, los testigos de la demandada señalaron lo siguiente: Sandra Tureo Márquez,
que conoció a Rudy Stange y María García Guichamán desde hace más de 30 años, en
Puerto Aysén y le consta que ambos mantuvieron una vida en común, que eran pareja y
tuvieron dos hijos, que trabajaban juntos en actividades del comercio, haciendo inventarios,
pagos, ventas, pedidos a proveedores, trámites bancarios y que todos los bienes adquiridos
en ese tiempo fue producto del esfuerzo y trabajo de ambos, a raíz de lo cual Rudy Stange le
entregó algunos bienes a su conviviente en pago de esos servicios. La testigo Lidia Tureo
Márquez, expuso que sabe que por más de 30 años Rudy Stange y María García convivieron
en Puerto Aysén, trabajaron juntos en actividades de comercio, gestiones bancarias,
administración del negocio, pago a proveedores, correspondencia y crianza de los dos hijos
que tuvieron en esta convivencia y le consta que los bienes que adquirieron en ese período
fue producto del esfuerzo y trabajo de ambos; El testigo Pedro Calisto Velásquez, dijo que
ser nacido y criado en Puerto Aysén y que por más de 30 años conoció a Rudy Stange y
María García Guichamán los cuales eran pareja y trabajaron juntos en actividades de
comercio, gestiones bancarias, trámites en general y en la administración de un negocio de
repuestos, así como en la crianza de los dos hijos que tuvieron, y que todos los bienes
adquiridos durante ese tiempo le pertenecen a ambos; la testigo Mirtha Quintana Meza,
señaló conocer por más de 30 años a Rudy Stange y María García los cuales vivían como
pareja y trabajaban en actividades de comercio, gestiones en el banco, inventario, pagos,
ventas, administración y que en una época vivieron y trabajaron en Puerto Montt, en un
campo ubicado en Frutillar, que siempre andaban juntos y tuvieron dos hijos, y que todo los
bienes adquiridos durante esa convivencia le pertenecen a la comunidad que ambos
formaron, le consta que Rudy Stange le dio en pago a María García Guichamán algunos
bienes precisamente porque le debía mucho, aun cuando él se reservó la administración de
esos bienes mientras viviera y que no alcanzaron a contraer matrimonio porque a él le
sobrevino una enfermedad que lo llevaron a la muerte; el testigo Abraham Chaura Talma,
declaró conocer a Rudy Stange por más de 30 años porque vivía cerca de su casa y sabe
que desde el año 1973 comenzó a convivir con María Eliana García Guichamán, que ambos
trabajan juntos en actividades del comercio, bancarias y administrativas, tuvieron dos hijos y
los bienes adquiridos en ese período fue producto del trabajo de ambos, sabe que durante un
tiempo ambos se radicaron en Puerto Montt y compraron un campo en Frutillar y trabajaron
en el local de repuestos, y agrega que sabe que la comunidad formada por Rudy Stange y
María García Guichamán permitió que se adquirieran muchos bienes, aun cuando desde
1.990 en adelante Rudy Stange le entregó sus bienes más valiosos a su ex – cónyuge Eliana
Osorio Formantel; la testigo María Ortega Pantanalli, la que dijo conocer por más de 30 años
a Rudy Stange y María García los cuales eran convivientes y tuvieron dos hijos, agrega que
la familia legítima de Stange lo abandonó cuando éste sufrió una crisis matrimonial por eso él
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se involucro con María García con la que convivió por más de 30 años hasta su fallecimiento,
agrega que todos los bienes que adquirieron durante ese período fue producto del trabajo de
ambos y que en el año 1990 Stange liquidó la sociedad conyugal con Eliana Osorio a la cual
le dejó los bienes más valiosos, y que por esa razón Stange tuvo que partir de nuevo con
locales en Puerto Montt, Puerto Aysén y después se trasladó a Coyhaique y trabajo junto con
María Eliana García por lo que los bienes que adquirieron fue producto del trabajo de ambos.
Se agregó también como prueba de oficio producida por el Tribunal los siguientes:
a.– Documento de la Dirección Regional del Instituto de Normalización Previsional de
Coyhaique, agregados de fojas 256 a 257, mediante el cual se informa al Tribunal que María
Eliana García Guichamán, run Nº 8.447.163–1, tiene la calidad de beneficiaria de Fonasa,
entre los meses de abril a septiembre de 2002, por un período de seis meses; Que el
empleador registrado en el I.N.P. es Rudy Stange run 3.705.520–4, que la remuneración
imponible entre los meses de abril y mayo de 2002 fue de $ 79.125, y en los meses de junio
agosto y septiembre de ese año fue $ 83.400; que la actividad económica declarada fue la
siguiente: trabajadora de casa particular. Se informa también en ese documento que la
remuneración imponible corresponde a la remuneración mínima legal para una trabajadora
de casa particular.
b.– También se agregó de fojas 269 a 276, fotocopias autorizadas por el Registro Civil e
Identificación correspondiente a inscripción de nacimiento de Guillermo Alfredo Stange
García, nacido en Coyhaique el 13 de mayo de 1998, reconocido por sus padres naturales
Rudy Stange Dietz; copia íntegra de partida de nacimiento de Liliana Elizabeth Stange
Osorio, nacida el 25 de julio de 1960, en Puerto Aguirre, siendo sus padres Rudy Stange
Dietz y Eliana Osorio Formantel, copia íntegra de nacimiento de Rudy Hernán Stange Osorio,
nacido el 02 de noviembre de 1963, en Puerto Aguirre, siendo sus padres Rudy Stange Dietz
y Eliana Osorio Formantel, copia íntegra de nacimiento de Iris Markys Stange Osorio, nacida
el 8 de diciembre de 1961 en Puerto Aguirre, siendo sus padres Rudy Stange Dietz y Eliana
Osorio Formantel y, certificado de nacimiento de Richard Alexis Stange García, nacido el 14
del año 1981 en Puerto Aysen, reconocido por sus padres naturales Rudy Stange Dietz y
María Eliana García Guichamán,
c.– El ordinario 139, de 4 de octubre de 2005, del Director del Servicio de Impuestos
Internos, de Coyhaique, en cuanto informa que verificada las bases de datos de esa
institución respecto a la situación del contribuyente María Eliana García Guichamán, rut
8.447.163–1, se pudo establecer que ésta no presenta inicio de actividades, ni ha presentado
declaraciones de impuestos.
A todo lo anterior se puede mencionar, además, el informe pericial emanado del perito
judicial y tasador contable, Pedro Leyton Rodríguez, nombrado por el Tribunal a
requerimiento de ambas partes, y cuyo informe corre en fojas 182 a 187, y que en lo medular
se refiere al avalúo fiscal del predio ubicado en calle Benavente Nº 821 de Puerto Montt, a
sus interiores y exteriores, parte trasera, entrada frontal, cocina y exteriores, señalando que
el predio es urbano, con una superficie de 500 metros cuadrados, 210 metros edificados de
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un inmueble de dos pisos en buen estado de conservación, que el bien raíz está inserto en
un barrio comercial, con buena ubicación, con urbanización completa, y que el valor en
Unidades Fomento es de 17.812,54, y expresado en pesos es de $ 319.195.593,
agregándose su certificado de avalúo a fojas 187 que señala que su avalúo total es de $
87.099.402, acompañándose también un set de fotografías de dicha propiedad.
Que, del mérito de las probanzas rendidas por los herederos de la sucesión de Rudy Stange
y que han ejercitado la acción de simulación en estos autos en su calidad de herederos de
una de las partes contratantes de esa dación en pago, y que en consecuencia pasaron a
ocupar el lugar de este último, y que de acuerdo a la ley son terceros de buena fe, y
tratándose además de que han intentado probar la simulación relativa referida a la voluntad
real que tuvieron las partes contratantes, en este caso Rudy Stange como deudor y vendedor
del bien raíz ubicado en calle Benavente Nº 821 de Puerto Montt, y que estaría manifestada
en el acto jurídico secreto o disimulado cual sería una verdadera donación, y no una dación
en pago, corresponde, para establecer la verdadera relación jurídica que existió entre las
partes, atender y examinar el acto jurídico denunciado como real o disimulado, considerando
las probanzas rendidas en autos, y en este sentido el Tribunal da por acreditado los
siguientes hechos: 1º.– Que, Rudy Stange Dietz, mantuvo una convivencia con María Eliana
García Guichamán aproximadamente a partir del mes de octubre de 1973 y hasta el año
2003; 2º.– Que, dicha convivencia fue pública y notoria, tanto en la ciudad de Puerto Aysén
así como en Puerto Montt; 3º.– Que, Rudy Stange Dietz, tuvo la calidad de empleador de
María Eliana García Guichamán, a la cual contrató como trabajadora de casa particular, por
una remuneración imponible que corresponde a la remuneración mínima legal para esta
clase de trabajadora, relación de trabajo que se produjo entre los meses de abril y
septiembre de año 2002, por un período de seis meses, efectuándole cotizaciones
previsionales en el Instituto de Normalización Previsional por dicho período; 4º.– Que,
durante la referida convivencia, Rudy Stange y María García Guichamán tuvieron dos hijos
de filiación no matrimonial. 5º.– Que, el 01 de octubre de 2003, Rudy Stange y María García
Guichamán celebraron una escritura pública a través de la cual el primero aparece
reconociendo una deuda de veinte millones de pesos a favor de María García por trabajo
personal que por más de 20 años le habría prestado en labores administrativas, de comercio
y del hogar, y como un modo de extinguir esta supuesta obligación le entrega en pago un
bien raíz ubicado en calle Benavente Nº 821 de Puerto Montt. 6º.– Que Rudy Stange Dietz
falleció con fecha 5 de octubre de 2003, esto es cinco días después de la fecha en que se
celebró aquel contrato, dejando como sus herederos y continuadores legales a sus tres hijos
de filiación matrimonial, Lilian Elizabeth, Rudy Hernán e Iris Marys, todos de apellido Stange
Osorio, y a sus dos hijos de filiación no matrimonial Richard Alexis y Guillermo Alfredo,
ambos de apellido Stange García. 7º.– Que, de acuerdo a la testimonial rendida en autos, en
que los testigos de la parte demandada aseveraron que la conviviente de Rudy Stange, le
colaboraba a éste en actividades de comercio, y lo sostenido por los testigos de la
demandante, en cuanto afirmaron que dicha persona no trabajaba y no generaba rentas, ello
está en concordancia con lo expuesto en el documento agregado en fojas 173, en donde se
señala que María Eliana García Guichamán no registra en el Servicio de Impuestos Internos
inicio de actividades, ni tampoco declaraciones de impuestos de ningún tipo.
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Que, de todo lo expuesto fluye que efectivamente en el presente caso Rudy Stange celebró
con fecha 01 de octubre de 2003 un contrato de compraventa de dación en pago por
escritura pública con María Eliana García Guichamán; habiéndose probado en autos que con
fecha 21 de julio de 1999 se celebró la escritura pública respecto a un anterior contrato de
dación en pago entre las mismas partes, en el cual Rudy Stange aparece reconociendo una
deuda de diez millones de pesos por trabajos que le habría efectuado María Eliana García
Guichamán por más de 20 años por labores administrativas, de comercio y del hogar,
situación que se vuelve a repetir en este nuevo contrato de fecha 01 de octubre de 2003,
esto es la misma persona aparece como acreedora de una deuda cuya obligación primitiva
arrancaría de un vínculo laboral por los mismos períodos señalados en ambos contratos, sin
perjuicio de que además ha quedado probado en autos la inexistencia de algún vínculo
laboral entre las partes, como no sea un período de seis meses por trabajos como asesora
de hogar, durante el año 2002 con la remuneración mínima para este tipo de trabajadoras,
habiéndose además probado en autos que el bien raíz en cuestión tiene una tasación fiscal
superior a los ochenta y siete millones de pesos, y un valor comercial superior a trescientos
millones de pesos, todo lo cual permite al Tribunal arribar a la conclusión de que
efectivamente en el presente caso existió una simulación, tal como lo asevera la parte
demandante, y que consistió en que Rudy Stange y María García Guichamán celebraron un
acto jurídico, el cual aparentemente cumplía con todas las exigencias o condiciones legales,
como lo era la dación en pago del bien raíz señalado, contenía la existencia de una
obligación primitiva, y que consistía en una deuda de vente millones de pesos por vínculo
laboral, obligación que las partes daban por cumplidas en una forma distinta de la original, en
este caso mediante la entrega de un bien raíz del presunto deudor como pago y para
extinguir dicha obligación, teniendo además ambas partes capacidad y consintieron en el
acto jurídico, el que además se hizo mediante una escritura pública cumpliéndose de esta
manera con sus solemnidades legales.
Sin embargo, y de acuerdo a las probanzas rendidas en la causa, en realidad lo que
quisieron esas partes fue realizar otro acto jurídico y que estaba destinado a quedar oculto o
disimulado, y que se materializó en la naturaleza misma del acto jurídico realizado, toda vez
que lo querido o buscado fue celebrar una donación, acto jurídico que fue disimulado detrás
de un aparente contrato de dación en pago, hecho que ciertamente perjudicó a los hijos tanto
de filiación matrimonial cuanto de los de filiación no matrimonial en sus respectivas
asignaciones forzosas, toda vez que con el acto disimulado se produjo el menoscabo de
dichas asignaciones conforme a las normas pertinentes del Código Civil.
Que, en este sentido, la totalidad de los testigos de ambas partes manifestaron que les
constaba que Rudy Stange y María García Guichamán eran convivientes, y la mayoría de
ellos sostuvo que, en el caso de la compraventa de fecha 01 de octubre de 2003, se trataba
de un bien raíz que pertenecía a Rudy Stange pero que había sido adquirido con el producto,
esfuerzo o trabajo en conjunto con su conviviente, hecho irrelevante para la causa, por
cuanto la existencia o no de una comunidad de hecho como lo sería la formada por ambos
no está discutida ni controvertida en la demanda, y tan sólo el abogado de los demandados
ha centrado la discusión en que los bienes raíces que pertenecían a Rudy Stange fueron
adquiridos durante la convivencia que este mantuvo con María García Guichamán,
52
sosteniendo también que la doctrina y la jurisprudencia a reconocido en forma unánime la
existencia de una sociedad de hecho, cuestión que como se ha dicho no ha sido objeto de la
controversia principal de autos. Del mérito del contrato simulado aparece que la propiedad a
que alude la escritura de 01 de octubre de 2003 le pertenecía a Rudy Stange Dietz, sin que
se haya demostrado en autos que éste hubiera tenido vínculo laboral durante todo el período
que duró la convivencia, sino tan sólo un vínculo que no excedió de seis meses, que ocurrió
en el año 2002, en circunstancias que dicha escritura se celebró el año 2003, fecha entonces
en que se había extinguido el vínculo laboral entre los convivientes, y también la mayoría de
los testigos manifestaron que María García Guichamán no trabajaba, no contaba con
patrimonio propio y no generaba ingresos, lo que también aparece del documento de fojas
173 del Servicio de Impuestos Internos, y que Rudy Stange le habría regalado a través de
una simulación el bien raíz aludido y que fue una verdadera donación, en tanto que los
testigos de la parte demandada señalaron que Rudy Stange le entregó esa propiedad a
María García Guichamán en pago del trabajo que habían realizado en común, todo lo cual se
aparta, entonces, de lo señalado en las cláusulas del mencionado contrato, en donde se
hace figurar una obligación primitiva de Rudy Stange en calidad de deudor por veinte
millones de pesos por por más de 20 años que le habría prestado María García Guichamán
en labores administrativas, de comercio y del hogar, hechos que sin embargo no concuerdan
con las probanzas rendidas en autos en las cuales se ha probado la inexistencia de una
relación laboral por el período señalado en la escritura, así como también que las labores
que habría hecho la compradora a favor del deudor obedecieran a un vínculo de trabajo, toda
vez que las propias partes reconocen que lo que existió fue un vínculo afectivo proveniente
de una convivencia o concubinato, todo lo cual además se encuentra respaldado por la
información entregada por las autoridades del Instituto de Normalización Previsional de la
Undécima Región de Aysén.
Que, entonces, haciendo el Tribunal la labor por sobre el acto simulado, esto es del contrato
de compraventa de dación en pago que hubo entre las partes, atenderse preferentemente al
acto jurídico real como lo fue la donación, cabe consignar que la generalidad de los actos
jurídicos implican una conmutatividad, esto es prestaciones recíprocas entre las partes, y
sólo en determinados casos y como excepción aquellos actos comprenden liberalidad, y
específicamente en algunos se busca el empobrecimiento del patrimonio del deudor para
perjudicar a sus acreedores o burlar porciones hereditarias, recurriéndose a actos simulados,
y es por ello que el legislador ha establecido un procedimiento determinado para autorizar las
donaciones, o lo que es igual, debe respetarse en su tramitación por los demandantes
denominan insinuación, una solemnidad especial para el contrato de donación, entre ellos el
que deba presentarse por escrito, ante Tribunal competente, individualizarse la cosa que se
dona, el motivo de la donación, las obligaciones de familia que se tenga, el certificado de
avalúo vigente cuando se dona un bien raíz, y luego del examen que se haga por el
respectivo Tribunal a la solicitud pertinente y la documentación que se haya acompañado, la
resolución judicial resolverá si es o no procedente la donación, con previo informe del
Servicio de Impuestos Internos para los efectos del cálculo del impuesto correspondiente o
su exención, y termina estas gestiones con la inscripción en el respectivo conservador, si
procediere, de lo que haya resuelto el Tribunal.
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Que, sin embargo, de lo expuesto y probanzas rendidas en autos, el Tribunal concluye que el
acto o negocio jurídico que verdaderamente realizaron Rudy Stange Dietz y María Eliana
García Guichamán y que se materializo mediante la escritura pública de fecha 01 de octubre
de 2003 que da cuenta de una compraventa de dación en pago fue un acto que contiene una
simulación relativa, y que residió en la naturaleza misma del acto, toda vez que mediante
dicha dación en pago las partes fingieron realizar el negocio jurídico, pero en realidad
llevaron a cabo un contrato de donación el cual se mantuvo oculto, y que se refiere a la
naturaleza del acto mismo porque existe una donación disimulada detrás de una aparente
compraventa de una dación en pago, sin perjuicio de que, tal como lo sostiene el abogado de
los demandantes, también el acto jurídico aparente o simulado y el efectivo o disimulado
residió en el objeto, toda vez que en el acto simulado se declaró por las partes vender el bien
raíz en la suma de $ 20.000.000, pero en la contradicción o acto disimulado se probó que
dicho bien raíz tenía un valor fiscal superior a $ 80.000.000, y un avalúo comercial superior a
$ 300.000.000 sin perjuicio de que también en el acto aparente se expresó que los servicios
laborales que prestaba la compradora eran los propios de las actividades del comercio,
administrativos y del hogar, pero en las probanzas relativas al acto disimulado se estableció
la inexistencia de aquellos vínculos.
Que, por consiguiente, y en razón de que los efectos jurídicos de la simulación son distintos
según sea simulación absoluta o relativa, o se refiera a la relaciones de las partes entre sí y
las de éstas con respecto a los terceros, y habiéndose acreditado en autos que en el
presente caso hubo simulación relativa y que quien la alega son terceros causahabientes o
sucesores de una de las partes, a título universal, por sucesión por “causa de muerte, en
este caso la sucesión del vendedor Rudy Stange Dietz, los cuales han pedido conforme a la
reglas generales la declaración de la nulidad de ese acto jurídico simulado por objeto ilícito,
según se ha dicho anteriormente, y por causa ilícita, en conformidad a lo que dispone el
artículo 1.445 del Código Civil, toda vez que en el acto simulado no hubo causa real, sino
una falsa o simulada, y que conforme al artículo 1.682 la sanción de nulidad absoluta del acto
o contrato del cual forma parte, si bien en el contrato simulado hubo consentimiento de las
partes, lo fue respecto de un acto jurídico aparente o ficticio y en ningún caso real, y por tanto
el Tribunal acogerá tal solicitud y resolverá en consecuencia lo que corresponda.
Peticiones subsidiarias de la parte demandante:
Duodécimo octavo: Que, la parte demandante, como peticiones subsidiarias a la acción
principal de simulación, y en relación a las tres escrituras públicas de la causa opuso las
siguientes: la nulidad absoluta de las mismas, en su defecto que se declare su inexistencia,
en su defecto que se declare que el contrato de compraventa de dación en pago de fecha 18
de mayo de 1994 carece de causa real o licita, en su defecto que se declare la nulidad
absoluta o subsidiaría de la misma escritura, en su defecto que se declare la nulidad del
contrato de la escritura de compraventa de fecha 01 de octubre de 2003 por afectarle la
lesión enorme.
Que, conforme al análisis realizados en los motivos anteriores, donde el Tribunal concluyó
que debe acogerse la acción de simulación respecto a los contratos de compraventa de
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dación en pago fechados el 21 de julio de 1999 y el 01 de octubre de 2003, más no así
respecto al contrato de compraventa de dación en pago fechado el 18 de mayo de 1994,
corresponde en consecuencia analizar las referidas peticiones subsidiarias del demandante
sólo por lo que respecta al último de los mencionados contratos, esto es la escritura de
compraventa de dación en pago de fecha 18 de mayo de 1994, y en el orden en que se han
planteado, por cuanto respecto a él se rechazará la petición principal, no así respecto a los
otros dos contratos en los cuales, al haberse acogido la cuestión principal, se hace
innecesario analizarse las peticiones subsidiarias.
Que, en este sentido, cabe señalar que no es posible declarar la nulidad absoluta del
contrato en cuestión como lo pide la parte demandante, sosteniendo que carecería de causa
real y licita, en atención a que de acuerdo al razonamiento expuesto en el motivo
decimosegundo cuarto al no haberse acreditado materialmente la escritura cuya nulidad se
está demandando, no le es posible al Tribunal realizar labor alguna para comprobar que la
misma carecería de causa real y lícita, en términos que le afecte la nulidad absoluta.
Que, respecto a la petición para que el Tribunal, en defecto de lo solicitado anteriormente,
declare la inexistencia de la escritura pública de fecha 18 de mayo de 1994, por falta de
consentimiento de las partes y carecer de causa real y lícita por afectarle la simulación, y
habiéndose concluido en el motivo decimosegundo cuarto, que deberá rechazarse la petición
de simulación de ese contrato por no haberse acreditado, a lo que puede añadirse que la
teoría de la inexistencia jurídica es puramente doctrinal, y se conceptualiza la misma como la
sanción a los actos jurídicos celebrados con omisión de uno de los requisitos necesarios para
su existencia, en el sentido de que faltaría la voluntad, el objeto o la causa o las
solemnidades legales cuando corresponda, y en el presente caso al no haberse acompañado
materialmente la escritura pública en que supuestamente se encontrarían los elementos que
permitirían acreditar la inexistencia jurídica del acto impugnado, a lo que se podría agregar
que el demandante lo que alega es la falta de consentimiento de las partes, por encontrarse
viciado, y porque la causa no sería real y lícita, todo lo cual cae en el ámbito de los requisitos
de validez del acto jurídico, lo que importa por cuanto la inexistencia jurídica se refiere a los
actos carentes de un requisito de existencia. Que, por consiguiente, por todo lo expuesto
precedentemente el Tribunal rechazará la petición subsidiaria relativa a la inexistencia del
acto jurídico que solicita la parte demandante.
Que, asimismo, el Tribunal, y por las razones dadas precedentemente, rechazará la petición
de la parte demandante para que el Tribunal declare que el contrato de fecha 18 de mayo de
1994 estaría afectado de nulidad absoluta o relativa porque carecería de causa real o lícita
en relación al adquirente y el vendedor ya que habría simulación, toda vez que el Tribunal ha
concluido en los motivos anteriores en que no se ha probado que dicho contrato esté
afectado de simulación.
Que, igualmente, como petición subsidiaria la demandante y respecto a la compraventa que
se analiza pide que el Tribunal declare la nulidad absoluta o, en subsidio la nulidad relativa,
de la escritura pública de fecha 18 de mayo de 1994, así como la tradición e inscripción de
dominio de la propiedad porque se trataba de un menor de edad y la compradora no tenía la
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representación legal del menor, por lo que no pudo haber adquirido el bien raíz sin el
consentimiento del menor y corresponde que el Tribunal declare nulo el respectivo título de
dominio. Que el Tribunal, y por las razones dadas en el motivo quinto en donde ya se analizó
lo relativo a la validez de dicha personería para adquirir por otro, rechazará las peticiones
subsidiarias señaladas precedentemente.
La siguiente petición subsidiaria dice relación con que el Tribunal declare la nulidad absoluta
del contrato de compraventa de fecha 18 de mayo de 1994, tantas veces referido, porque se
habrían simulado donaciones entre vivos, petición que también será rechazada toda vez que
en autos no se probó a juicio del Tribunal que dicho contrato estuviera afectado de
simulación.
Como última petición subsidiaria, la parte demandante solicitó que se declare la nulidad el
contrato de compraventa del inmueble ubicada en la ciudad de Puerto Montt, cuya escritura
pública es de fecha 01 de octubre de 2003, porque estaría afectado de lesión enorme,
respecto a lo cual el Tribunal se estará a lo resuelto en la petición principal en cuanto a que
dicha escritura pública está afectada de simulación, y habiéndose acreditado esto último, lo
que llevará al Tribunal a acoger la acción de simulación respecto a dicho contrato, se hace
entonces innecesario emitir pronunciamiento respecto de esa petición subsidiaria.
De la parte demandada:
Duodécimo noveno: Que, la parte demandada previo a contestar el fondo del asunto
controvertido opuso las siguientes excepciones: La incompetencia del Tribunal, que fuera ya
motivo de análisis del Tribunal en los considerandos primeros, segundo y tercero y que será
rechazada; en subsidio de la anterior, opuso las siguientes excepciones: la excepción de
objeto y causa lícita en los tres contratos de dación en pago los cuales serían reales y no
simulados y tendrían objeto y causa licita, petición que como estaba relacionado con el fondo
de la cuestión debatida no podía ser analizada y resuelta en forma previa, sino una vez
resuelto el fondo de lo discutido, tal como se señaló en el motivo cuarto por lo que
corresponde en esta etapa emitir pronunciamiento al respecto, lo que se hará a continuación.
Que, al respecto, y habiendo el Tribunal concluido, desde los motivos decimonoveno y
siguientes que en las escrituras públicas de fecha 21 de julio de 1999 y 01 de octubre de
2003 existió simulación y en cambio en la escritura pública de fecha 18 de mayo de 1994 no
se acreditó que ella estuviera afectada de simulación, según ya se analizó latamente en los
motivos anteriores, se hace en consecuencia innecesario emitir pronunciamiento alguno
respecto a si en dichos contratos habría objeto o causa lícita o si los mismos serían reales o
simulados, pues todo pronunciamiento en este sentido, es, incompatible. con lo resuelto con
la cuestión de fondo como lo fue la acción de simulación, por lo que el Tribunal se estará a lo
que resuelva en la cuestión principal y resolverá en consecuencia.
Que, la siguiente excepción subsidiaria se refiere a la validez de personería para adquirir por
otro respecto a la escritura pública de fecha 18 de mayo de 1994, la cual fuera motivo de
análisis en el considerando quinto, por lo que el Tribunal se estará a lo allí resuelto.
56
Que, a continuación la parte demandada opuso la excepción de inexistencia de lesión
enorme en los contratos de dación en pago, ya que la lesión enorme es típica de los
contratos de compraventa y por excepción en dos o tres contratos más, pero en ningún caso
en los contratos sobre dación en pago, por lo que la lesión enorme que invoca la parte
demandante respecto a la escritura de compraventa de dación en pago de fecha 01 de
octubre de 2003 no sería procedente. Que en este sentido el Tribunal tiene presente que la
lesión es el perjuicio que sufre una de las partes contratantes a causa de proporcionar a la
otra ventajas ostensiblemente mayores que las que esta última le proporciona a ella, pero en
nuestra legislación la lesión vicia el acto jurídico sólo en casos especiales y determinados,
entre los cuales no está efectivamente la dación en pago. Que sin embargo, lo anterior es
irrelevante para lo que se dirá, toda vez que la cuestión de fondo debatida en esta causa fue
la inexistencia o no de simulación en las tres escrituras públicas de dación en pago,
arribando el Tribunal a la conclusión de que en dos de ellas existió simulación, en tanto que
en la restante no se acreditó tal hecho, y consiguientemente lo anterior llevará al Tribunal a
desechar la demanda por lo que respecta a la compraventa de dación en pago en que no se
acreditó simulación, y acoger en las restantes, por lo que dicho pronunciamiento es
incompatible con la petición subsidiaria sobre lesión enorme, la que incluso se opone en
subsidio de la acción de simulación, por lo que resuelta la cuestión principal se hace
innecesario emitir pronunciamiento sobre la lesión enorme que fue opuesta en forma
subsidiaria.
Que, la última de las excepciones opuestas en forma subsidiaria por los demandados, dice
relación con la prescripción, respecto de la cual opone la excepción de nulidad absoluta de
prescripción de la escritura pública de 18 de mayo de 1994, la excepción de prescripción de
la nulidad relativa respecto de la escritura pública de fecha 21 de julio de 1999 y la excepción
de prescripción respecto de la lesión enorme de la escritura pública de fecha 01 de octubre
de 2003.
Que, respecto a las dos primeras de las mencionadas excepciones, el Tribunal se estará a lo
resuelto en los motivos noveno a decimotercero, donde se razonó respecto a ambas
prescripciones, señalándose en el motivo décimo cuarto, que en lo tocante a la excepción de
prescripción respecto de la lesión enorme de la escritura pública de fecha 01 de octubre de
2003, como se trataba de una petición subsidiaria a la acción de simulación que fue la
cuestión principal debatida en autos, el Tribunal emitiría pronunciamiento una vez resuelta la
acción de simulación, lo que se hará a continuación.
Que, habiendo el Tribunal concluido que en el contrato de escritura pública de compraventa
de dación en pago celebrado el 01 de octubre de 2003, existió simulación por las partes
contratantes, y por consiguiente dado lo anterior fue innecesario que el Tribunal emitiera
pronunciamiento respecto a la lesión enorme que alegó la parte demandante, puesto que lo
hizo en subsidio de la acción de simulación, por consiguiente también se hace innecesario
emitir pronunciamiento respecto a la eventual prescripción de la lesión enorme alegada por
los demandantes, por lo que el Tribunal resolverá en consecuencia.
57
Demanda reconvencional:
Trigésimo: Que, en forma subsidiaria a la excepción perentoria de incompetencia absoluta
del Tribunal, la que ya fue analizada por el Tribunal y será rechazada, el abogado Luis Barría
Alvarado, en representación de María Eliana García Guichamán, mediante el primer otrosí de
la presentación de fojas 54 a 71, en lo pertinente, interpone de demanda reconvencional en
contra de los integrantes de la sucesión quedada al fallecimiento de Rudy Stange Dietz, esto
es en contra de los demandados Iris Marlys, Liliana Elizabeth y Rudy Hernán, todos de
apellidos Stange Osorio, y en contra de Richard Alexi y Guillermo Alfredo Stange García,
todos los cuales ya han sido individualizados, a fin de que el Tribunal declare la existencia de
un cuasi–contrato de comunidad entre la actora reconvencional y el causante Rudy Stange,
sobre todos los bienes que éste último adquirió durante los treinta último años de su vida, y
que se declaré que la mitad de ellos y de cada uno de ellos le pertenece a la actora
reconvencional, por haber convivido durante todo ese tiempo con Stange. Fundamenta la
demanda reconvencional en que si bien la convivencia no aparece amparada por
disposiciones legales específicas, sin embargo cuenta con el apoyo y reconocimiento de
principios jurídicos reconocidos universalmente, como la equidad, el enriquecimiento injusto o
sin causa, y, asimismo, la jurisprudencia ha reconocido la unión matrimonial de hecho,
señalando que cuando concurren determinados requisitos, esto es comunidad de vida
alrededor de un hogar, estabilidad, publicidad, fidelidad de esa unión y unilateralidad del
mismo, entonces se trata de un ente jurídico capaz de crear obligaciones y derechos, y que
en el caso de autos la actora reconvencional vivió durante los último treinta años de vida con
el causante y para todo el mundo como marido y mujer, actuaron como tales, constituyeron
un hogar que era el único que ambos tenían, se guardaron fidelidad y unilateralidad de vidas,
contando el causante con los cuidados y abnegación de ella hasta los últimos días de su
vida. Se cita también en la demanda reconvencional la opinión del tratadista Manuel
Somarriva la situación de los concubinos respecto a los bienes adquiridos durante el
concubinato, al igual que una serie de fallos, así como también la opinión del profesor
Fernando Fueyo Laneri sobre las sociedades de hecho, y al profesor René Ramos Pazos,
sobre esta misma materia, y concluye que entre la actora reconvencional y el causante
existió una unión marital de hecho, o concubinato o sociedad de hecho, y que es inconcuso
que a la actora le asiste pleno derecho a recibir lo que le corresponda respecto a los bienes
ganados durante los treinta años que hizo vida marital con el causante, por lo que termina
pidiendo que se declare que ella es comunera de la sucesión del causante Rudy Stange y
que sus derechos equivalen al 50% del total y de cada uno de los bienes adquiridos por
ambos durante los últimos treinta años de vida del causante, que son los que se singularizan
en el inventario de su posesión efectiva, y todos aquellos que como resultado del juicio
reconvencional puedan volver al haz hereditario, con costas.
Trigésimo primero: Que, contestando la demanda reconvencional, a fojas 75 Richard Alexi
Stange García se allanó a la demanda; y a fojas 77 la abogada Teresa Sáez, en su calidad
de curadora ad–liten del menor Guillermo Alfredo Stange García, contestando la demanda
reconvencional, señaló que su parte se estaría a lo que el Tribunal resolviera y sea más
favorable para los intereses de este menor.
58
Trigésimo segundo: Que, mediante el primer otrosí de la presentación de fojas 87 a 102, en
lo pertinente, el abogado Eduardo Vera Wandersleben, en representación de los
demandados Iris Marlys, Liliana Elizabeth y Rudy Hernán Stange Osorio, contestando la
demanda reconvencional pide su rechazo, en síntesis sosteniendo que tal demanda
reconvencional está dirigida en bloque y no así individualmente en contra de personas que
en el juicio principal no tienen la calidad de actores, en este caso Richard Alexi y Guillermo
Alfredo Stange García, ambos demandados en la causa principal, por lo que la demanda
reconvencional deberá declarase, inadmisible, por cuanto, además, dichas personas
procesalmente no están legitimadas para ser sujetos pasivos de la demanda reconvencional.
También expresa que la demanda reconvencional debe ser rechazada por cuanto la
comunidad de hecho cuya existencia se solicita nunca ha existido y, en todo caso, esa
supuesta comunidad habría recaído sobre algunos bienes específicos y no sobre todos los
que figuran, en el inventario del causante Rudy Stange y, por último porque la participación
de la actora reconvencional en esa supuesta comunidad sería en un porcentaje o cuota
menor a la que reclama. Que por todas estas razones pide que se rechace la demanda
reconvencional en todas sus partes, con costas, en subsidio, que en la sentencia se declare
que la comunidad de bienes señalada lo es sólo respecto de los bienes adquiridos por Rudy
Stange por título distinto y con posterioridad al pacto de liquidación de la sociedad conyugal,
y que en tal caso en esa comunidad de bienes a la actora reconvencional le corresponde
derechos equivalente a un 10% del dominio de la totalidad de esos bienes o
subsidiariamente, que el porcentaje que le corresponde en ningún caso es superior al 30%
del dominio de todo los bienes, sin costas.
Trigésimo tercero: Que, la reconvención es la contra–demanda que deduce el demandado en
el escrito en que contesta la demanda entablada en su contra, y conforme al artículo 314 del
Código de Procedimiento Civil, en cuanto a la oportunidad para reconvenir, es en el escrito
de contestación que debe hacerse, sujetándose a los requisitos de la demanda,
considerándose para este efecto como demandada la parte contra quien se deduzca la
reconvención, esto es, al demandante original. En cuanto a los requisitos de la reconvención,
se exige que el Tribunal tenga competencia para conocer de ella, como si fuera la demanda,
que se encuentra sometida al mismo procedimiento de la demanda principal y, por último,
que ambos procesos se encuentren en primera instancia, y respecto a su tramitación, la
reconvención, al tenor de lo que prescribe el artículo 316 del Código de Procedimiento Civil,
se debe tramitar y fallar conjuntamente con la demanda principal.
Que, de lo anteriormente expuesto, el Tribunal constata que la demanda reconvencional que
deduce María Eliana García Guichamán, cumple con ser una contra–demanda, reconviene
en el escrito de contestación, sujetándose a los requisitos de toda demanda, se hace ante el
Tribunal de la causa principal, pero sin embargo, además de dirigirse contra los
demandantes de la causa principal, incluye a dos demandados de la causa principal, esto es
a Richard Alexi y Guillermo Alfredo Stange García en circunstancias que ninguno de ellos
tiene la calidad de demandantes de la causa principal, sino que por el contrario son
demandados en ella, y por lo tanto deberá declararse improcedente la demanda
reconvencional respecto a éstos, por no cumplirse con las exigencias contempladas en el
artículo 314 del Código de Procedimiento Civil, en cuanto señala que el demandado sólo
59
puede reconvenir al actor, y en este caso se está reconviniendo a dos personas
demandadas, por lo que el Tribunal compartiendo, en esta parte la tesis de la defensa de los
demandados reconvencionales que a su vez son actores de la causa principal, no acogérsela
demanda reconvencional respecto a los demandados Richard Alexi y Guillermo Alfredo
Stange García por ser ello improcedente, abocándose enseguida a analizar la demanda,
reconvencional con lo que respecta a los demás demandados y que a su vez son actores
principales.
Trigésimo cuarto: Que, conforme a las probanzas rendidas en la causa y a lo consignado por
el Tribunal en los motivos que precede, en autos ha quedado absolutamente comprobado la
relación de concubinato entre Rudy Stange y María Eliana García Guichamán, a partir no tan
sólo de las declaraciones testimoniales, sino que lo anterior va unido a la documentación
acompañada a los autos y al propio reconocimiento que en este sentido han hecho las partes
todo lo cual permite al Tribunal construir una presunción grave, precisa y concordante sobre
su existencia, a contar del mes de octubre de 1973 y hasta la fecha del fallecimiento de Rudy
Stange Dietz, no compartiendo entonces el Tribunal la tesis de la defensa de los
demandados reconvencionales en cuanto a que dicha comunidad de hecho nunca existió.
Que, igualmente esta última parte, en forma subsidiaria, señala que de haber existido tal
comunidad de hecho, ella se habría extendido a bienes específicos y no a todos los bienes
inventariados en la sucesión de Rudy Stange Dietz, pero sin embargo no se acompañó a los
autos inventario alguno relacionados con esa sucesión, ni se rindió prueba alguna a este
respecto, como para que el Tribunal determine cuales fueron los bienes específicos incluidos
en el inventario de esa sucesión, así como también para determinar, conforme al artículo
2.069 del Código Civil, cual habría sido el porcentaje o cuota en los beneficios sociales de la
actora reconvencional, siendo del caso también señalar que en los dos contratos de
compraventa de dación en pago que se acompañaron a los autos, en ninguno de ellos las
partes refirieron la eventual existencia de hecho o regular o conocida como concubinato y
que producto de ello se hubieran adquirido esos bienes raíces, no siendo bastante, a juicio
del Tribunal, que en autos se haya acreditado la existencia de ese concubinato a partir de
octubre de 1973 y hasta la fecha del fallecimiento de Rudy Stange, si se tiene presente
también que éste último cuando adquirió la propiedad ubicada en Puerto Aysén el 18 de
mayo de 1994, aún se encontraba casado con Eliana Osorio Formantel y con separación
total de bienes, y cuando adquirió los otros dos bienes raíces de autos, el 21 de julio de 1999
y el 01 de octubre de 2003, tenía el estado civil de soltero, toda vez que había anulado su
matrimonio el año 1995. Que, de otro lado, tampoco se ha probado una estipulación expresa,
sobre la división de los beneficios y pérdidas de la sociedad regular o de hecho o
concubinato, y tampoco los valores aportados por cada socio en el grado social, para los
efectos de que tenga aplicación el artículo 2.068 y del Código Civil. Además, la actora
reconvencional no ha pedido en su libelo que el Tribunal determine su cuota en los casos
previstos por el artículo 2.069 del citado cuerpo legal, y en consecuencia en el presente caso
tampoco tiene aplicación las normas legales citadas.
Que, por todas las razones precedentemente señaladas el Tribunal resolverá no dar lugar a
la demanda reconvencional.
60
Trigésimo quinto: Que, conforme al artículo 1698 del Código Civil incumbe probar las
obligaciones o su extinción al que alega aquéllas o ésta.
Trigésimo sexto: Que no existen otras probanzas que analizar en autos.
Por estas consideraciones y vistos además lo dispuesto en los artículos 227 Nº 1 del Código
Orgánico de Tribunales, 26, 48, 49, 50, 341, 342, 681, 951 inciso 2º, 1.097, 1.445 Nº 3,
1.449, 1.460, 1.464, 1.682, 1.683, 1.684, 1.681, 1.697, 1.698, 1.707, 1.896, 2.059, 2.068,
2.069, 2.070, del Código Civil; y 254 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, se
declara:
En cuanto a las excepciones opuestas por la parte demandada:
I.– Que, se rechaza la excepción de incompetencia absoluta del Tribunal conforme a lo
expuesto y razonado en el motivo primero y tercero.
II.– Que, se omite pronunciamiento respecto a la excepción subsidiaria, sobre objeto y causa
lícita en los contratos reales y no simulados, a que se refiere el motivo quinto del fallo, en
razón de haberse resuelto la acción principal sobre simulación en cada uno de los contratos
de autos, por lo que se hace innecesario emitir pronunciamiento a este respecto.
III.– Que, se acoge la alegación, aun cuando se ha empleado la palabra excepción, sobre la
validez de la personería para adquirir por otro relacionado por la escritura pública de dación
en pago de fecha 18 de mayo de 1994, de acuerdo a lo expuesto y razonado en el motivo
quinto del fallo.
IV.– Que, se omite pronunciamiento respecto a la excepción subsidiaria de inexistencia de
lesión enorme en el contrato de dación en pago celebrado por escritura pública de fecha 01
de octubre de 2003, a que se refieren los motivos sexto, séptimo y octavo del fallo, por ser
ello innecesario atendido lo que se resolverá respecto a la acción de simulación de dicha
escritura pública planteada como cuestión de fondo.
V.– Que, en cuanto a la excepción de prescripción planteada para en forma subsidiaria a la
de incompetencia y relativa a la prescripción de la acción de nulidad de las escrituras
públicas de fecha 18 de mayo de 1.994 y 27 de julio de 1.999, y excepción de prescripción de
lesión enorme respecto de la escritura pública de fecha 01 de octubre de 2003, se resuelve lo
siguiente; a) Que se rechaza la excepción de nulidad absoluta respecto de la dación en pago
de la escritura de compraventa de fecha 18 de mayo de 1994, conforme a lo razonado en los
motivos, noveno, décimo, decimoprimero, decimosegundo; b) Que se rechaza la prescripción
de la acción de nulidad relativa respecto al bien raíz de la escritura pública de fecha 21 de
julio de 1999, conforme a los razonado en los motivos decimotercero; y, c) Que se omite
pronunciamiento respecto a la prescripción alegaba por la defensa de los demandados y que
se refiere a la lesión enorme relativa a la escritura pública de fecha 01 de octubre de 2003,
de acuerdo a lo expuesto y razonado en los motivos decimocuarto y decimosegundo noveno.
61
En cuanto a las peticiones subsidiarias de la parte demandante.
VI.– Que, habiendo la parte demandante deducido como acción principal la simulación de
cada uno de los contratos de compraventa de dación en pago de la causa, y sólo para el
evento de que no prosperara tal acción, en forma subsidiaria pidió que el Tribunal declarara
la nulidad absoluta de esos contratos, o su inexistencia, o que carecen de causa real y lícita
o la nulidad relativa de la escritura pública de 18 de mayo de 1994, o la existencia de lesión
enorme respecto a la compraventa de fecha 01 de octubre de 2003, y habiendo el Tribunal
concluido que en dos de dichos contratos existió simulación y por consiguiente deberá
acogerse la acción respectiva y, en cambio, en uno de ellos, deberá ser rechazada, la acción
principal, es innecesario en consecuencia emitir pronunciamiento respecto de dichas
peticiones subsidiarias de aquellos contratos en los cuales será acogida la acción de
simulación, y en consecuencia, se decide que se omité pronunciamiento, por ser ello
innecesario, respecto de las peticiones subsidiarias a la acción principal sobre simulación en
las escrituras de compraventa de fecha 21 de julio de 1999 y 01 de octubre 2003.
VII.– Que, habiéndose rechazado la acción de simulación, deducida como cuestión principal
por la parte demandante, respecto a la escritura de compraventa de fecha 18 de mayo de
1994 y habiéndose solicitado en forma subsidiaria, que el Tribunal declaré la nulidad de dicha
escritura pública porque carecería de causa real y lícita, o en su defecto que se declare su
inexistencia, por falta de consentimiento de las partes, o en su defecto la nulidad absoluta o
relativa de ese contrato por falta de representación legal de la compradora respecto del
menor para el cual se había adquirido la propiedad, peticiones todas que el Tribunal las
analizó en forma separada en el motivo decimosegundo octavo, y por las razones allí
señaladas se rechazan todas y cada una de ellas, referidas al contrato aludido
precedentemente.
En cuanto al fondo:
VIII.– Que, se rechaza la demanda en juicio ordinario sobre acción de simulación de la
escritura pública de compraventa de dación en pago, celebrada con fecha 18 de mayo de
1994, que deduce, en lo pertinente, en la presentación de fojas 22 a 45, el abogado Eduardo
Enrique Vera Wandersleben, en representación de Iris Marlys, Stange Osorio, Liliana
Elizabeth Stange Osorio y Rudy Hernán Stange Osorio, contra María Eliana García
Guichamán y Richard Alexi Stange García, todos ya individualizados.
XI.– Que, se acoge la demanda en juicio ordinario sobre acción de simulación respecto de
las escrituras públicas sobre contrato de compraventa de dación en pago de fechas 21 de
julio de 1999 y 01 de octubre de 2003, que deduce, en lo pertinente, en la presentación de
fojas 22 a 45, el abogado Eduardo Enrique Vera Wandersleben, en representación de Iris
Marlys Stange Osorio, Liliana Elizabeth Stange Osorio y Rudy Hernán Stange Osorio, contra
María Eliana García Guichamán y Richard Alexi Stange García, todos ya individualizados,
éstos últimos actuando derivados de sus condiciones de herederos del causante Rudy
Stange Dietz, que fue una de las partes contratantes en dichos actos jurídicos, y por
62
consiguiente en esa condición han actuado como continuadores de la persona de ese
causante, y han ejercitado tal acción en su propio interés y, en consecuencia, habiéndose
probado la simulación en esos dos negocios o actos jurídicos, este Tribunal declara nulo, de
nulidad absoluta, el acto simulado, esto es las consignadas en las referidas compraventas de
daciones en pago, por haberse perjudicado con el acto simulado, encubriéndose a través de
un acto jurídico disimulado la verdadera intención de los contratantes cual era una donación,
a la sucesión de Rudy Stange Dietz relativamente a sus derechos que la ley le otorga en sus
asignaciones forzosas de acuerdo con las normas pertinentes del Código Civil.
En cuanto a la demanda reconvencional.
X.– Que, no se hace lugar, por improcedente, la demanda reconvencional deduce mediante
el primer otrosí de la presentación de fojas 54 a 71, en su parte pertinente, el abogado Luis
Barría Alvarado, en representación de María Eliana García Guichamán, contra Richard Alexi
Stange García y Guillermo Alfredo Stange García, ya individualizados, de acuerdo a lo
expuesto y razonado en el motivo trigésimo al trigésimo segundo de este fallo, la que en
consecuencia es inadmisible.
XI.– Que, no se hace lugar a la demanda reconvencional que deduce mediante el primer
otrosí de la presentación de fojas 54 a 71, en su parte pertinente, el abogado Luis Barría
Alvarado, en representación de María Eliana García Guichamán, contra Iris Marlys Stange
Osorio, Liliana Elizabeth Stange Osorio, Rudy Hernán Stange Osorio, todos ya
individualizados en autos, de acuerdo a lo expuesto y razonado en los motivos trigésimo
primero al trigésimo cuarto de este fallo.
XII.– Que, no se condena en costas a la parte demandada, por no haber sido vencida
totalmente.
Regístrese, notifíquese y archívese si no se apelare.
Del señor Luis Daniel Sepúlveda Coronado, Juez Letrado Titular.
Autoriza la señora Miriam Carmen Muñoz Contreras, Secretaria Subrogante.
Del Rol Nº 21.599.
Coyhaique, veintisiete de octubre de dos mil siete.
Vistos:
Se reproduce la sentencia en alzada con excepción dé sus fundamentos trigésimo quinto y
trigésimo sexto, que se eliminan.
63
En el considerando trigésimo cuarto se eliminan sus párrafos: segundo, que empieza “Que
igualmente esta última parte y termina “anulado su matrimonio el año 1995 ; tercero, que
comienza “Que, de otro lado y finaliza “tiene aplicación las normas legales citadas ; y párrafo
cuarto, que reza “Que, por todas las razones precedentemente señaladas el Tribunal
resolverá no dar lugar a la demanda reconvencional .
En sus citas legales se agregan los artículos 2304, 2305 y 2313 del Código Civil.
Y teniendo en su lugar y además presente:
Primero: Que a fojas 353 y siguientes comparece don Luis Osvaldo Barría Alvarado,
abogado, por los demandados María Eliana García Huichamán y Richard Alexi Stange
García, quien solicita se confirme la sentencia en alzada respecto del contrato del 18 de
mayo de 1994, cuya validez se mantuvo por no haberse acreditado simulación alguna, pero
con declaración que concurren además prescripción extintiva en perjuicio de los
demandantes. y adquisitiva ordinaria y extraordinaria a favor de su mandante.
Asimismo, deduce recurso de apelación a objeto se revoque la sentencia dictada en cuanto
declaró simulados los otros dos contratos y, en su lugar, se declare que tampoco .respecto
de ellos se probó ni simulación ni otro vicio de nulidad alguna, todo ello con costas.
Finalmente interpone también recurso de apelación en contra de la sentencia de primer
grado en cuanto por ella tampoco se hizo lugar a la demanda reconvencional deducida por
su parte solicitando se la revoque y se haga lugar a dicha demanda reconvencional,
declarando que su mandante es comunera de la sucesión quedada al fallecimiento del
causante y que sus derechos equivalen al 50% del total y cada uno de los bienes adquiridos
durante los últimos 25 años de su vida, con costas.
En cuanto a la demanda principal:
Segundo: Que respecto al primer rubro de apelación, en cuanto solicita confirmación de la
sentencia pero con la declaración que indica, la fundamenta en que procedía rechazar la
acción intentada por prescripción extintiva, toda vez que desde la fecha del contrato y la
notificación de la demanda de autos habían transcurrido los diez años que para el efecto
contempla el artículo 1681 inciso final del Código Civil, considerando que la prescripción se
cuenta desde la fecha del acto o contrato, que éste es una escritura pública que cuenta de
los correspondientes registros públicos y por ende conocida de inmediato erga omnes desde
esas fechas; que los demandantes no son terceros extraños a las partes de dicho acto o
contrato, sino herederos de uno de ellos y que la nulidad absoluta es de orden público,
señalando, además, que operó a favor del adquirente la prescripción adquisitiva, tanto
ordinaria como extraordinaria, por haber transcurrido más de diez años entre la fecha del
contrato de 18 de mayo de 1994 y su inscripción conservatoria y la notificación de la
demanda.
Dichas alegaciones deben ser desestimadas en atención a lo razonado y concluido por el
64
Juez de la instancia en los considerandos noveno a decimotercero, en el sentido que el plazo
de 10 años de prescripción de la acción de nulidad absoluta se cuenta desde el momento en
que el titular de la acción, como es el caso de autos, tenga interés en ejercerla de acuerdo
con el artículo 1683 del Código Civil y tratándose de herederos, no cabe duda que su interés
para solicitar la nulidad absoluta por simulación se originó a la muerte del causante
vendedor, y habiendo ocurrido ésta con fecha 5 de octubre de 2003, a la fecha de
interponerse la demanda de autos, 16 de julio de 2004, aún no había transcurrido el plazo de
prescripción señalado.
Tercero: Que, respecto a los otros dos contratos –a cuya nulidad se hizo lugar porque
habrían sido supuestamente simulados– la recurrente solicita la revocación del fallo
correspondiente argumentando que no se ha probado simulación alguna, tanto porque los
bienes se adquirieron durante la larga convivencia común de causante y demandada como
porque las pruebas intentadas por la demandante al efecto, en especial su testimonial,
carecen de todo valor atendido lo dispuesto en los artículos 1708 y siguientes del Código
Civil.
Que la alegación anterior debe ser desestimada, tanto porque la disposición anteriormente
señalada dice expresa referencia con obligaciones que contienen la entrega de una cosa, en
que una parte se obliga personalmente para con otra y cuando existe un concurso de
voluntad de parte de los contratantes, lo que no ocurre en el presente caso; y por otra parte,
porque se tuvo por establecido que los tres contratos de dación en pago referidos adolecían
de vicios y serían simulados, con las probanzas enumeradas en el considerando
decimonoveno de la sentencia de primer grado.
Cuarto: Que, asimismo, la parte apelante expone que la demanda debe ser rechazada por
prescripción extintiva, en lo que dice relación a la escritura de fecha 21 de julio de 1999,
debido a que habían transcurrido los cuatro años que contempla el artículo 1691 inciso
primero del Código Civil, entre la fecha del acto y contrato y la de notificación de la demanda;
alegación esta que debe ser rechazada en atención a lo expuesto y concluido por el Juez de
la instancia en el considerando decimotercero del presente fallo, en el sentido que
contándose el plazo de prescripción desde el momento que el titular de la acción tenga
interés y tratándose de herederos su interés se originó al fallecimiento del causante, esto es,
el 5 de octubre de 2003, y desde esa fecha hasta que se interpuso la demanda en autos no
había transcurrido aún el plazo de prescripción de cuatro años.
Quinto: Que, en relación al capítulo de apelación deducido en orden a que en este juicio no
existe legitimación activa ya que la acción de nulidad entablada debió también interponerse
en contra de todos los herederos como sucesores de don Rudy Stange Dietz, sin omitirse
ninguno, porque si así no ocurre se declararía nulo un contrato sin oír a uno de los afectados,
cabe asimismo desestimarla toda vez que en el caso que se indica ello no es efectivo, dado
que en dichas condiciones el efecto jurídico sería la inoponibilidad respecto de terceros pero
no la falta de legitimación activa.
En cuanto a la demanda reconvencional.
65
Sexto: Que la compareciente interpuso también recurso de apelación respecto de la
sentencia definitiva en cuanto por ésta no se hizo lugar a la demanda reconvencional de su
parte dirigida en contra de Iris Marlys, Eliana Elizabeth y Rudy Hernán, todos Stange Osorio,
solicitando que se revoque la sentencia en alzada y se haga lugar a dicha demanda
reconvencional declarando que su mandante es comunera de la sucesión quedada al
fallecimiento del causante don Rudy Friedegord Stange Dietz y que sus derechos equivalen
al 50% del total y de cada uno de los bienes adquiridos por este último durante los últimos 25
años de su vida, que son los que se singularizan en el inventario de su posesión efectiva y
todos aquellos que como resultado del presente juicio puedan volver al haz hereditario, con
costas.
Fundamenta su petición señalando que tanto las partes como el Tribunal han estado
plenamente en acuerdo en que don Rudy Stange y doña María Eliana García convivieron e
hicieron vida marital por más de 30 años y hasta el mismo día del fallecimiento de aquél y
que durante este largo período don Rudy Stange adquirió varios bienes, entre otros, todos
aquellos que en este juicio reclaman los demandantes. Por ende su representada María
Elena García es comunera en el condominio de estos bienes, en un porcentaje de un 50%,
pese a lo cual el fallo apelado termina declarando inadmisible la demanda reconvencional
dejando a esta última sin bienes de ninguna especie en circunstancias de que se trata de la
conviviente por más de 30 años y consiguiente co–autora de todo este patrimonio.
Que, si bien la relación de su mandante con el causante, no aparece amparada por
disposiciones legales específicas directas, sin embargo cuentan con el apoyo de principios
jurídicos reconocidos universalmente como la equidad, el enriquecimiento injusto o sin causa
y lo que es más importante, la jurisprudencia, ha reconocido el derecho de las partes que han
convivido en la llamada “unión matrimonial de hecho , la que para crear obligaciones y
derechos exige la concurrencia de determinados requisitos, tales como, comunidad de vida
alrededor de un hogar; estabilidad en esa situación; publicidad de esa unión; fidelidad de ella
y unilateralidad de él; requisitos éstos que concurren plenamente.
Que, de acuerdo a la jurisprudencia que señala, si bien la calificación jurídica que merece la
relación patrimonial que se forme entre dos personas de distinto sexo que han vivido en una
unión marital de hecho, o concubinato, no está bien determinada –para algunos hay sociedad
de hecho, para otros comunidad– lo cierto es que existe consenso en los tratadistas y
sentenciadores en el sentido de que ambas personas tienen derecho a los bienes adquiridos
con el esfuerzo común o sea, en el presente caso, es inconcuso que su mandante tiene
pleno derecho a los bienes ganados durante los 25 años que hizo vida marital con el
causante.
Séptimo: Que es un hecho de la causa, no discutido por las partes y sobre el cual no se ha
suscitado controversia alguna, el que entre el causante Rudy Friedegord Stange Dietz y la
demandante reconvencional doña María Eliana García Guichamán existió un estado de
convivencia, concubinato o unión marital, que ésta estima en 25 años, de la cual tuvieron dos
hijos no matrimoniales.
66
Octavo: Que la circunstancia que exista concubinato o unión marital de hecho durante un
prologando tiempo determina, como lo ha sostenido reiteradamente la Excma. Corte
Suprema entre ellos en fallos citados por la apelante (C.S. 11 de octubre de 2000 R.D. y J.
TXCVII Nº 3 pág. 202) que de esa situación surja un cuasicontrato de comunidad o sociedad
de hecho respecto de los bienes adquiridos con el esfuerzo común, por lo cual, siendo éste el
caso de autos, procede hacer lugar a la petición de la demandante reconvencional en cuanto
solicita se declare que es comunera de la sucesión quedada al fallecimiento de don Rudy
Friedegord Stange Dietz; y no apareciendo de los antecedentes que se haya acordado la
cuota que correspondía a cada comunero en los frutos o ganancias, éstos deben repartirse
por mitad, pero una vez excluidos los bienes que el causante reconoció como perteneciente
a los haberes de la sociedad conyugal habida con doña Eliana del Carmen Osorio Formante
y los que se adquirieron como frutos de los mismos, individualizados en la escritura pública
de “Liquidación de Sociedad Conyugal Rudy Stange Dietz y Eliana Osorio Formantel de
fecha 8 de abril de 1991, repertorio Nº 272 del Notario Público de Coyhaique don Julio Mario
Angulo Matamala.
Noveno: Que al concurrir a alegar en estrados el abogado de la parte apelada junto con
señalar vicios, que constituyen a su juicio causales de casación de la sentencia de primer
grado, solicita a este Tribunal de Alzada que procediendo de oficio la anule y dicte una de
reemplazo, petición ésta a la que no se accederá por estimarse que los vicios o defectos
mencionados no han influido en lo dispositivo del fallo.
Por estas consideraciones, disposiciones legales citadas y visto, además lo dispuesto en los
artículos 186 y siguientes del Código de Procedimiento Civil se revoca la sentencia apelada
de treinta de abril de dos mil siete, escrita de fojas 278 a 346, en la parte que no hace lugar a
la demanda reconvencional que se deduce en el primer otrosí de la presentación de doña
María Eliana García Guichamán contra doña Iris Marlys, Eliana Elizabeth y Rudy Hernán,
todos Stange Osorio, y en su lugar se resuelve que se acoge, sin costas, la mencionada
demanda reconvencional, declarándose, en consecuencia, que doña María Eliana García
Guichamán es comunera de la sucesión quedada al fallecimiento del causante don Rudy
Friedegord Stange Dietz y que sus derechos equivalen al cincuenta por ciento del total y
cada uno de sus bienes adquiridos durante los últimos veinticinco años de su vida, excluidos
los singularizados en la escritura pública de liquidación de Sociedad Conyugal Rudy Stange
con Eliana Osorio de fecha 8 de abril de 1991, registro Nº 67 del 2º bimestre de 1991,
repertorio Ѻ 272 del Notario Público de Coyhaique don Julio Mario Angulo Matamata.
Se confirma, en lo demás apelado, la referida sentencia, sin costas, por haber tenido motivos
plausibles para alzarse.
Devuélvase.
Pronunciada por el Presidente Titular señor Sergio Fernando Mora Vallejos, los Ministros
Titulares señores Hugo Andrés Bustos Pérez y Pedro Leñam Licancura. No firma el Ministro
Titular señor Hugo Andrés Bustos Pérez, no obstante haber concurrido a la vista y acuerdo
67
del fallo, por encontrarse ausente.
Autoriza el señor Edmundo Arturo Ramírez Alvarez, Secretario Titular.
Rol Nº 95–2007.
Santiago, veintitrés de marzo de dos mil nueve.
Atendida la certificación que rola a fojas 459, téngase a la demandada reconvencional,
representada por don Víctor Manuel Araya Anchia, por desistido del recurso de casación en
la forma deducido en lo principal de fojas 425, en contra de la sentencia de veintisiete de
octubre de dos mil siete, que se lee a fojas 407.
Vistos:
En estos autos rol Nº 21599, seguidos ante el Primer Juzgado Civil de Coyhaique, juicio
ordinario, caratulado “Stange Osorio con García Guichiman, María y otro , don Eduardo Vera
en representación de doña Iris Marlys, Liliana, y Rudy Stange Osorio, deduce demanda de
nulidad absoluta de los contratos que indica, por simulación en contra de doña María Eliana
García Guichiman y de Richard Stange García.
Sostiene que don Rudy Stange Dietz, contrajo matrimonio con doña Eliana Osorio Formantel,
de cuyo matrimonio nacieron los demandantes, Elizabeth, Iris Marlys y Rudy Hernán Stange
Osorio, matrimonio que fue declarado nulo en el año 1991.
Añade que don Rudy Stange Dietz mantuvo por años una relación de convivencia con la
demandada María Eliana García Guachimán con quien, tuvo dos hijos, Guillermo Alfredo y
Richard Alexi Stange Fritz.
Sostiene que para beneficiar a su conviviente y a sus hijos de filiación no matrimonial, don
Rudy Stange Dietz celebró con doña María Eliana García Guachimán tres contratos, el 18 de
mayo de 1994, 21 de julio de 1999 y 1 de octubre de 2003, de similar estructura por los
cuales daba en pago a su conviviente un inmueble como contraprestación del trabajo
personal que la misma habría ejecutado durante más de 20 años al deudor y se otorgaba el
más amplio finiquito en virtud de la extinción de la deuda.
Refiere que el 5 de octubre de 2003 falleció intestado don Rudy Stange Dietz, habiéndose
concedido la posesión efectiva de la herencia a sus herederos Liliana, Iris y Rudy Stange
Osorio y a Richard y Guillermo Stange García. Manifiesta que al indagar sobre la entidad y
tasación de los bienes a considerar en la confección del inventario solemne de los bienes,
tomaron conocimiento que mediante simulaciones, celebradas entre el causante y su
conviviente, se celebraron los pactos se reconocimiento de deuda, dación en pago y
adquisición de inmuebles en beneficio de menores, para sustraer bienes del patrimonio de
68
don Rudy Stange Dietz, encubriendo auténticas donaciones efectuadas sin previa
insinuación judicial, simulando actos conmutativos y lesionando derechos de los
demandantes.
La demandada María Eliana García Guachimán, dedujo demanda reconvencional en contra
de los integrantes de la sucesión quedada al fallecimiento de don Rudy Stange Dietz, los
demandantes Elizabeth, Iris Marlys y Rudy Hernán Stange Osorio y en contra de sus hijos
Richard Alexi y Guillermo Alfredo Stange García a fin se declare la existencia de un cuasi
contrato de comunidad entre la demandante reconvencional y el causante Stange Dietz,
sobre todos los bienes que éste adquirió durante los últimos treinta años de vida y que la
mitad de ellos y cada uno de ellos le pertenece.
Refiere que si bien su relación con el causante no aparece amparada por disposiciones
legales específicas directas, cuenta con el apoyo de principios jurídicos reconocidos
universalmente como la equidad o el enriquecimiento sin causa. Añade que los tratadistas
han exigido, para estimar que estas uniones matrimoniales de hecho tengan el carácter de
entes jurídicos capaces de crear derechos y obligaciones, la concurrencia de determinados
requisitos, a saber, comunidad de vida alrededor de un hogar, estabilidad de esa situación,
publicidad de esa unión, fidelidad de ella y unilateralidad de él, requisitos que concurren
plenamente en la especie, desde que el vivió con el causante durante los últimos treinta años
de la vida de éste como marido y mujer, actuando como tales, constituyendo un hogar que
era el único que ambos tenían, se guardaron fidelidad, contando el causante con los
cuidados y abnegación de la demandante hasta los últimos años de su vida.
Contestando la demanda reconvencional, en lo que interesa al presente recurso, los
demandados Stange Osorio negaron la existencia de una comunidad de bienes entre el
causante y la demandante reconvencional, por la que a título de conviviente haya adquirido
doña María Eliana García Guichiman, en razón de reconocimiento de esfuerzos previamente
cuantificados en beneficio de tal comunidad de hecho.
Niegan también que todos los bienes quedados al fallecimiento de don Rudy Stange Dietz y
que se consideran en el inventario de bienes que se ha ordenado confeccionar en la causa
sobre el trámite de obtención de la posesión efectiva de los mismos formen parte de tal
supuesta comunidad de hecho, pues los bienes adjudicados e inscritos en beneficio de don
Rudy Stange Dietz en virtud del pacto de liquidación de sociedad conyugal suscrito por
escritura pública de 8 de abril de 1991, le pertenecían exclusivamente, toda vez que su
adquisición correspondió al solo esfuerzo del causante y su cónyuge doña Eliana Osorio
Formantel, sin que nada haya aportado doña María Eliana García Guichiman en pro de la
adquisición de los mismos, por lo que respecto de esos específicos bienes muebles e
inmuebles individualizados en esa escritura, ésta última nada puede pretender a título de
comunera en razón de esfuerzos de concubina o conviviente orientados a facilitar la
adquisición de los mismos, pues la adquisición de ellos lo fue por esfuerzo común de quienes
a tal época eran cónyuges en la sociedad conyugal que se hizo propietaria de los mismos.
Para el evento que se reconozca que la demandante reconvencional mediante esfuerzos
69
concretos sí aportó a la formación de tal comunidad de vida y de bienes, pide se declare que
el aporte concreto corresponde cuantificarlo en no más del diez por ciento de la masa de
bienes que don Rudy Stange Dietz hubiere o haya adquirido mediante título posterior y
distinto al pacto de liquidación de la sociedad conyugal contenido en la escritura pública de 8
de abril de 1991, ya referida y sin que les corresponda derechos ni porcentaje alguno en el
dominio de los inmuebles que le fueron adjudicados por dicho instrumento.
Finalmente pide el rechazo de la reconvención por cuanto los argumentos de hecho que
impetra para justificar la legitimidad de los derechos de comunera que reclama respecto de
los inmuebles, resultan contradictorios y desmentidos con las declaraciones que formuló en
los contratos de dación en pago, en los que manifestó que los recibía como pago de créditos
que tenía en contra de don Rudy Stange Dietz, declaraciones contradictorias con los
fundamentos de la demanda reconvencional donde indica que es comunera de tales
inmuebles, pues si siempre ha sido comunera no pudo manifestar en las escrituras públicas
de dación en pago que recibía el cien por ciento del dominio sino sólo de una cuota de –que
en tanto comunera– no era dueña.
Por sentencia de treinta de abril de dos mil siete, escrita a fojas 278, el Juez titular del
referido Tribunal rechazó la demanda de simulación de la escritura pública de compraventa
de dación en pago, celebrada con fecha 18 de mayo de 1994 y acogió la misma demanda
respectos de las escrituras públicas sobre contrato de compraventa de dación en pago de
fecha 21 de julio de 1999 y 01 de octubre de 2003, declarándose nulos de nulidad absoluta
los actos simulados, esto es, los consignados en las referidas compraventas de daciones en
pago.
La misma sentencia rechaza la demanda reconvencional intentada por don Luis Barría
Alvarado en representación de doña María Eliana García Guichamán en contra de Richard
Alexi y Guillermo Alfredo Stange García y aquella deducida en contra de Iris Marlys, Liliana
Elizabeth y Rudy Hernán, todos de apellido Stange Osorio.
Apelado este fallo por la parte demandada y demandante reconvencional, una de las Salas
de la Corte de Apelaciones de Coyhaique por sentencia de veintisiete de octubre de dos mil
siete, que se lee a fojas 407, lo revocó sólo en la parte que no hace lugar a la demanda
reconvencional deducida por doña María Eliana García Guichimán en contra de doña Iris
Marlys, Liliana Elizabeth y Rudy Hernán, todos de apellido Stange Osorio y en su lugar la
acogió declarándose que doña María Eliana García Guichimán es comunera de la sucesión
quedada al fallecimiento del causante don Rudy Friedegord Stange Dietz y que sus derechos
equivalen al cincuenta por ciento del total de cada uno de sus bienes adquiridos durante los
últimos veinticinco años de su vida, excluidos los singularizados en la escritura pública de
liquidación de sociedad conyugal habida entre don Rudy Stange Dietz y doña Eliana Osorio
Formantel, de 8 de abril de 1991. La referida sentencia confirmó, en lo demás apelado el fallo
en alzada.
En contra de esta última decisión ambas partes, demandante y demandada reconvencional,
han deducido recursos de casación en la forma y en el fondo, que se leen a fojas 411 y 425,
70
respectivamente.
Se ordenó traer los autos en relación.
Considerando:
I.– En cuanto al recurso de casación en la forma deducido por la demandante
reconvencional:
Primero: Que este recurso se sustenta en la causal del numeral 7 del artículo 768 del Código
de Procedimiento Civil, por estimar el recurrente que la sentencia impugnada contiene
decisiones contradictorias.
Sostiene que dicha causal se configura al hacer lugar a la demanda reconvencional,
declarando que había convivido veinticinco años el causante con la demandante
reconvencional y que ambos son comuneros en todos y cada uno de los bienes adquiridos
durante esos 25 años, por partes iguales, pero excluyendo los bienes comprendidos en la
liquidación de la sociedad conyugal que hubo entre el causante y doña Eliana Osorio
celebrada por escritura pública de 8 de abril de 1991, prevención que vuelve un fallo
aparentemente favorable en adverso por contradictorio, pues el causante no dejó otros
bienes que aquellos comprendidos en la escritura de liquidación.
Indica que la ley que concede el recurso es el “artículo 17 y número 6 del artículo 170, ambos
del Código de Procedimiento Civil en cuanto vedan resoluciones incompatibles o
contradictorias, lo que configura la causal del número 7 del artículo 768 del Código de
Procedimiento Civil.
Segundo: Que la sentencia cuya nulidad se solicita resolvió, en lo que atañe a la acción
reconvencional “que se acoge, sin costas, la mencionada demanda reconvencional,
declarándose, en consecuencia, que doña María Eliana García Guichamán es comunera de
la sucesión quedada al fallecimiento del causante don Rudy Friedegord Stange Dietz y que
sus derechos equivalen al cincuenta por ciento del total y cada uno de sus bienes adquiridos
durante los últimos veinticinco años de su vida, excluidos los singularizados en la escritura
pública de liquidación de Sociedad Conyugal Rudy Stange con Eliana Osorio de fecha 8 de
abril de 1991, registro Nº 67 del 2º bimestre de 1991, repertorio Nº 272 del Notario Público de
Coyhaique don Julio Mario Angulo Matamala.
Tercero: Que para rechazar el vicio formal denunciado en el sentido ya reseñado, baste con
indicar que esta Corte ha decidido reiteradamente que las decisiones contradictorias
suponen la existencia de a lo menos dos resoluciones que pugnan entre sí, sin que puedan
cumplirse al mismo tiempo y, en la especie, como se dijo se acogió parcialmente la demanda
reconvencional. Es por esta razón que no se configura la causal de nulidad del Nº 7 del
artículo 768 del Código de Procedimiento Civil en el presente juicio y el recurso no puede
prosperar.
71
II.– En cuanto al recurso de casación en el fondo deducido por el actor reconvencional.
Cuarto: Sostiene el recurrente que la sentencia censurada comete error de derecho al
introducir el fallo impugnado la reserva que se excluyen, de la comunidad de los convivientes
los bienes comprendidos en la liquidación de la sociedad conyugal, puesto que ilegalmente
mejoró a uno de los comuneros en perjuicio de los derechos del otro, en circunstancias que
los principios legales y de equidad que informan esta situación de cuasicontrato de
comunidad es que los bienes adquiridos durante la convivencia pertenecen por iguales
partes a cada comunero, sin que nada justifique disminuir a uno de los comuneros en
beneficio del otro.
Señala que constituye un hecho meramente accidental el que el causante hubiese liquidado
su sociedad conyugal con doña Eliana Osorio Formatel, pues si no lo hubiese hecho más
claro quedaría que del total de los bienes adquiridos durante los veinticinco años de
convivencia, hasta el fallecimiento de Stange Dietz, sin exclusión alguna, el cincuenta por
ciento de todos ellos habría correspondido a la demandante reconvencional, repartiéndose el
otro cincuenta por ciento entre el causante y su cónyuge. Asevera que de no haberse
cometido las infracciones reclamadas o sea de haberse aplicado correctamente la ley, se
habría acogido la demanda reconvencional en todas sus partes, declarando que todos los
bienes adquiridos por los concubinos durante sus 25 años de convivencia hasta el
fallecimiento del causante, sin exclusión habrían pertenecido a la comunidad integrada por la
demandante reconvencional y el causante, entre los que se encuentran los bienes
comprendidos en la liquidación de la sociedad conyugal celebrada entre el causante y su
cónyuge, ya que se encuentra acreditado en la cláusula tercera de la escritura pública que
ellos fueron originalmente adquiridos por el causante durante los 25 años de convivencia con
la demandante hasta el fallecimiento de éste.
Quinto: Que de la lectura del recurso, se puede constatar que éste no reúne los requisitos
formales que exige el artículo 772 del Código de Procedimiento Civil. En efecto, al respecto
esta Corte Suprema ha señalado, al respecto, que si bien de la historia fidedigna del
establecimiento de la modificación introducida al artículo 772 del Código de Procedimiento
Civil, por la ley Nº 19.374 de 1995, se dispuso que en el escrito que se interpone el recurso
de casación en el fondo debe expresarse en qué consiste el o los errores de derecho de que
adolece la sentencia recurrida, constituyéndose, en concepto del legislador, en la innovación
más importante, puesto que no se obliga a hacer mención expresa y determinada de la ley o
leyes que se suponen infringida, pero que se limita a precisar que lo anterior se produce
como reacción a muchas declaraciones de inadmisibilidad, bastando ahora con precisar en
qué consisten el error o los errores de derecho que adolece la sentencia recurrida (Diario de
Sesiones de la Cámara de Diputados, sesión 4ª, martes 7 de junio de 1994, página 371),
modificación legislativa que no altera lo dispuesto en el artículo 767 del Código citado, el cual
dispone que el recurso de casación en el fondo tiene lugar contra las sentencias que indica,
siempre que se hayan pronunciado con infracción de ley, con lo cual la competencia de la
Corte Suprema al conocer de un recurso de casación en el fondo no se ha alterado.
En la especie, el recurrente no señala cuáles son los preceptos que estima vulnerados y ni
72
tampoco explica los errores de derecho en que habrían incurrido los sentenciadores, ni
razona con la necesaria precisión que la ley exige para explicar en qué había consistido el o
los errores de derecho de que adolecería la sentencia, razón por la cual la nulidad intentada
será desestimada.
Sexto: Que, sin perjuicio de que lo expuesto precedentemente, es suficiente para el rechazo
del recurso y atendida la labor uniformadora de la jurisprudencia de este Tribunal de
casación cabe tener presente que siempre que se disuelve la sociedad de bienes que tiene
lugar por el ministerio de la ley entre los cónyuges, a menos que se haya pactado el régimen
de separación total de bienes o régimen de participación en los gananciales se forma entre
ellos una comunidad que debe dividirse. Esta división es materia de arbitraje obligatorio, y
conforme al artículo 1776 del Código Civil, se sujeta a las reglas de la partición de bienes
hereditarios.
Como consecuencia de la disolución de la sociedad conyugal habida entre don Rudy Stange
Dietz y doña Eliana Osorio Formantel, en este caso, como consecuencia del pacto de
sustitución del régimen de sociedad conyugal, por el de separación total de bienes, aquellos
que formaban parte de la sociedad quedan integrados, de pleno derecho, en una comunidad.
En el caso que nos ocupa las partes concernidas, por escritura pública de ocho de abril de
mil novecientos noventa y uno, liquidaron la sociedad conyugal, adjudicándose los inmuebles
en la forma que en dicha escritura se estipuló. Mediante dicha institución, se singularizan los
derechos de cada cónyuge, pasando el derecho cuotativo a ser reemplazo por el bien o
bienes adjudicados. Estas adjudicaciones tienen un efecto declarativo, consagrado en el
artículo 1344 del Código Civil, entendiéndose que el cónyuge adjudicatario ha sido dueño
exclusivo del bien desde su adquisición por la sociedad.
“Viene a ser entonces el efecto declarativo de la partición un verdadero efecto retroactivo de
la misma, pues una vez efectuada la partición o adjudicación se borra el estado de indivisión
y la ley supone que el adjudicatario ha sucedido directa y exclusivamente al difunto en los
bienes que le corresponden. (Manuel Somarriva Undurraga, “Derecho Sucesorio , Editorial
Jurídica de Chile, 1981, Nº 52.256, página 488).
Séptimo: Que de acuerdo a los razonamientos que anteceden, es posible concluir que los
Jueces del mérito, no han cometido error de derecho al excluir los bienes singularizados en
la escritura pública de liquidación de sociedad conyugal habida entre don Rudy Stange Dietz
y doña Eliana Osorio Formantel, de 8 de abril de 1991, puesto cuanto ello se ajusta
plenamente a lo solicitado en la demanda, esto es, “que se declare que la existencia de un
cuasi contrato de comunidad entre la demandante reconvencional y el causante Stange
Dietz, sobre todos los bienes que éste adquirió durante sus treinta últimos años de vida y que
la mitad de ellos y de cada uno de ellos pertenece a la actora, por haber convivido durante
todo ese tiempo , toda vez que los indicados en la liquidación de la sociedad conyugal,
fueron “adquiridos por el causante durante su matrimonio, siendo solamente adjudicados,
radicados o singularizados en su propiedad al efectuarse la referida liquidación. Luego, la
comunidad sólo puede estar referida a otros bienes o frutos adquiridos con motivo de la
73
explotación de los bienes indicados en la liquidación.
III.– En cuanto al recurso de casación en el fondo deducido por la demandada
reconvencional:
Octavo: Que el recurrente sostiene que la sentencia impugnada, revocatoria de aquella de
primer grado ha sido dictada con infracción a los artículos 2056, 2068 y 2069 del Código
Civil.
Señala que el artículo 2056 del Código Civil, en tanto no acepta las sociedades o
comunidades a título universal es una norma prohibitiva de orden público, pues de lo
contrario se vulneraría el principio jurídico superior de indivisibilidad y unidad del patrimonio
personal.
A juicio del recurrente dicha norma se infringió al imponer a la demandada reconvencional los
efectos de una sociedad o comunidad a título universal entre los herederos de don Rudy
Stange y quien supuestamente fuere la concubina de éste doña María Eliana García
Guichiman, pues sin haber precisado bienes ni frutos le otorga el título de comunera de la
sucesión quedada al fallecimiento de don Rudy Stange Dietz, al estimarla comunera por el
sólo efecto del concubinato.
Luego dice, en nuestro ordenamiento jurídico la concubina no es heredera y para regular la
cuantía de sus derechos hereditarios los Jueces se alejan de todo el ordenamiento jurídico
sucesorial para acudir a la normativa jurídica societaria, dando una mala aplicación a los
artículos 2068 y 2069 del citado Código, para atribuirse el Juez la facultad oficiosa de
determinar la cuota de tal atípica comunera.
Estima que los citados preceptos constituyen normas reguladoras para las sociedades
civiles, en situaciones de vacío estatutario, y no es lícito a los Jueces aplicarlos sin dar
razones de equidad a una situación fáctica de mero concubinato.
Indica que la sentencia carece de antecedentes y razonamientos que permitan llegar a la
división del patrimonio en un cincuenta por ciento, pues los hechos establecidos en la causa
no dan cuenta del esfuerzo común desarrollado por los convivientes.
La decisión de reparto se extiende 25 años hacia atrás, no se indica fecha pero debería
hacerse desde el día de la dictación del fallo y hasta 1982, en circunstancias que a esa fecha
no se encontraba liquidada la sociedad conyugal, cuyos bienes se excluyeron del patrimonio
al que debiera acceder la demandante reconvencional.
Noveno: Que previo a analizar los errores de derecho denunciados por el recurrente, es
preciso tener en cuenta que los Jueces del fondo han establecido que entre el causante
Rudy Friedegord Stange Dietz y la demandante reconvencional doña María Eliana García
Guichamán existió un estado de convivencia, concubinato o unión marital, que ésta estima
en 25 años, de la cual tuvieron dos hijos no matrimoniales.
74
En base a dichos hechos los Jueces del grado concluyeron que la circunstancia que exista
concubinato o unión marital de hecho durante un prologando tiempo determina, que de esa
situación surja un cuasicontrato de comunidad o sociedad de hecho respecto de los bienes
adquiridos con el esfuerzo común, por lo cual, siendo éste el caso de autos, procede hacer
lugar a la petición de la demandante reconvencional en cuanto solicita se declare que es
comunera de la sucesión quedada al fallecimiento de don Rudy Friedegord Stange Dietz; y
no apareciendo de los antecedentes que se haya acordado la cuota que correspondía a cada
comunero en los frutos o ganancias, éstos deben repartirse por mitad, pero una vez
excluidos los bienes que el causante reconoció como perteneciente a los haberes de la
sociedad conyugal habida con doña Eliana del Carmen Osorio Formantel y los que se
adquirieron como frutos de los mismos, individualizados en la escritura pública de
“Liquidación de Sociedad Conyugal Rudy Stange Dietz y Eliana Osorio Formantel de fecha 8
de abril de 1991, repertorio Nº 272 del Notario Público de Coyhaique don Julio Mario Angulo
Matamala.
Décimo: Que las alegaciones del recurrente al reclamar la contravención a los preceptos
citados en el motivo sexto que precede, en el fondo, persiguen desvirtuar los supuestos de
orden fáctico que sentaron los sentenciadores al reconocer que a raíz de la convivencia que
mantuvieron el causante y doña María Eliana García Guichimán se formó entre ellos una
comunidad de bienes, excluidos aquellos que le fueron adjudicados al primero como
consecuencia de la liquidación de la sociedad conyugal. Con ello no considera que tales
hechos son inamovibles para una Corte de Casación, desde que su establecimiento es
resultado de la valoración de los antecedentes y pruebas allegadas al juicio que los Jueces
de la instancia llevan a cabo en ejercicio de una función y atribución que les son propias y
exclusivas y no pueden impugnarse por la vía intentada, a menos que se denuncie el
atropello de las normas que regulan la prueba, lo que no ha ocurrido en este caso.
Decimoprimero: Que, por otra parte, es útil anotar que el concubinato invocado por ambas
partes es un hecho jurídico de carácter lícito no vedado por la ley, de suerte que su
existencia como antecedente de una comunidad ha podido ser admitida por los Jueces,
sobre la base de los elementos probatorios acompañados al pleito, si bien esa forma de
convivencia inciertamente no significa por sí sola que se produzca una comunidad sobre
singulares, la formación de este cuasicontrato puede, a su vez, ser reconocida por los Jueces
mediante la valoración de los medios de convicción que se les hagan valer con ese
propósito, desde el instante que la comunidad es igualmente un hecho lícito, conforme lo dice
el inciso segundo del artículo 2284 del Código Civil;
Decimosegundo: Que en virtud de lo razonado en los fundamentos que anteceden no cabe
sino concluir que la sentencia impugnada por la vía de la casación en el fondo no ha incurrido
en los errores de derecho que se le atribuyen, razón por la cual el recurso deducido debe ser
desestimado.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en las normas legales citadas y en
los artículos 765, 766 y 767 del Código de Procedimiento Civil, se rechazan los recursos de
75
casación en la forma y en el fondo interpuesto en la petición principal y primer otrosí
contenida en la presentación de fojas 411 y 425, por los abogados Luis Osvaldo Barría
Alvarado y Eduardo Enrique Vera Wandersleben, en representación de la demandada y
demandante reconvencional, respectivamente, en contra de la sentencia de veintisiete de
octubre de dos mil siete, escrita a fojas 407.
Regístrese y devuélvase con su agregado.
Redacción a cargo de la Ministra señora Margarita Herreros.
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros señores Milton Juica
A., Sergio Muñoz G., señora Margarita Herreros M. y señores Juan Araya E. y Guillermo
Silva G. No firma la Ministra señora Herreros, no obstante haber concurrido a la vista del
recurso y acuerdo del fallo, por estar con licencia médica.
Autorizado por la Secretaria Subrogante señora Carola A. Herrera Brummer.
Rol Nº 6.890–07.
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