texto argumentativo analizado

Anuncio
Lo que quiere demostrar el texto es que los antiabortistas realmente no estan
a favor de la vida sino a favor de la sancion al aborto)
¿Contra el aborto o contra las mujeres?
El sofismo de la vida o las astucias del discurso explícito
Se presentan como antiabortistas pero sólo son penalizadores
El discurso penalizador del aborto es en sí mismo una ficción, en cuanto se
presenta como antiabortismo. Defender la penalización aborto no es evitarlo, pero
quienes la defienden dan a entender que realizan algún tipo de cruzada o acción
global contra el aborto. Su argumentación adquiere el aparato retórico de la
evitación del aborto aunque sea un discurso estrictamente penal y no profiláctico.
Sitúan así a los despenalizadores en el incómodo terreno de aparentes exaltadores
del aborto.
FALACIA DE LA BIFURCACION
La situacion de pretender que el problema se limita a dos opciones o eres
antiabortista y buscas que se sancione el aborto o eres proabortista a quienes
quieren que se legalice.
No hay por qué permitirles que realicen esta operación tranquilamente. Si ser
antiabortista es tratar de evitar el aborto, entonces sólo somos antiabortistas los que
propugnamos un programa radical de igualdad de los sexos, la superación de la
fijación coital, el acceso a los anticonceptivos y la absoluta protección social a los
niños. Los penalizadores del aborto no pueden llamarse honestamente
"antiabortistas" más de lo que pueden llamarse filántropos los que piden mano dura
para evitar la mendicidad callejera.
ANALOGIA
los Penalizadores del aborto no son
los que piden mano dura para evitar la mendicidad callejera no son
Antiabortistas )
filantropos
( ambos buscan castigar un hecho esto no significa que quieran proteger a las
victimas sea el feto o los mendigos)
(No quieren que no haya abortos sino sólo que sean clandestinos y peligrosos.
Cuando hayamos recuperado la sexualidad libre, y el nacimiento de un niño sea
una fiesta privada por cuenta pública, el aborto será innecesario. Hasta entonces,
penalizarlo sólo es castigar a una víctima. Nosotros contra el aborto; ellos, contra
las mujeres.)
Decir sólo dicen una cosa: Que el óvulo fecundado ya es una persona.
Los penalizadores sólo tienen un argumento: el de que el feto es ya una persona. El
resto del discurso es puro insulto. Aun esta argumentación hay que rastrearla en
medio de los desmelenamientos y juegos de palabras. Prefieren hablar de que el
feto es vida o vida humana, ganando así el beneficio de la ambigüedad. Porque
decir que es ya una persona es muy gordo.
Pero, ¿desde qué perspectiva se puede empeñar en llamar persona a un óvulo
fecundado? Desde el provindencialismo y desde concepciones de la persona
asociales y poco entusiastas de la libertad. Desde una perspectiva providencialista
(que, por cierto, debe ser herética) se puede decir que la persona tiene alma y el
alma la infunde Dios y Dios es muy libre y muy suyo, o sea que igual puede
infundirla en el momento de la fecundación que al romper aguas o con ocasión de
la muela de juicio.
SILOGISMO
la persona tiene alma
el alma la infunde Dios
Por lo tanto Dios puede infundirla en el momento de la fecundación que al romper
aguas o con ocasión de la muela de juicio.
(Obsérvese la dificultad de probar no la omnipotencia divina sino el que la ejerza
precisamente en el momento de la concepción.) Otras perspectivas que permiten
hablar de personas antes del nacimiento son aquéllas para las que no importa ni un
mínimo de autonomía, ese mínimo de la separación física de otra persona que hace
posible la interacción y el carácter social de la persona humana. La libertad no es
aquí un valor muy apreciado cuando ni siquiera la libertad de movimiento es
relevante para ellos.
Ahora bien, la exageración de llamarle persona al feto no se acompaña de otras
consecuencias (bautizo, inscripción en el registro, entierro, etc.),que las de reprimir
el aborto.
En ocasiones se matiza diciendo que el feto es ya es germen de la persona. Niegan
así todo umbral diferencial del proceso evolutivo. No parece nada claro que una
cosa sea ya aquello que va a ser.
Prodigiosas prestidigitaciones con el concepto vida
Los penalizadores del aborto gustan de presentarse como defensores de la vida.
De hecho hablan de vida más que de personas. Para ello realizan las siguientes
operaciones: 1°) Toman el término vida -a nivel de denotación- en su sentido
menor, o sea aquél en el que todos aceptamos que hay vida en el feto, en las
plantas, en las células y en los animales. 2°) A continuación cargan el término vida a nivel de connotación- con un máximo de afectividad y sacralidad, esto es, le dan
un sentido con el que sólo hablamos de vida de las personas. 3°) Se escamotea
entonces la única conclusión lógica que tendrían las dos operaciones anteriores
caso de ser honestas: el horror de pisar la hierba, un ultrafranciscanismo o una
especie de ecologismo místico. 4°) Desemboca por el contrario en el terrorismo
moral: "Si no estás a favor de condenar a las que abortan es que estás en contra de
la vida".
SILOGISMO
Hay vida humana en el feto
La vida humana merce respeto o no se puede matar
Por tanto el feto merece respeto o no se le puede matar
SILOGISMO FALSO ( es falso porque la 2da premisa habla que toda vida y
solo la humana merece respeto y por tanto no se puede matar)
Hay vida en la hierba
La vida merece respeto
Por tanto la hierba merece respeto y no se puede pisar y matar
(Si al menos fueran coherentes, dirían: Eso que llamáis hipócritamente cosecha no
es más que una masacre.
Su lógica es ésta: El feto es vida, la persona es vida; luego el feto es persona. Igual
podrían decir: el feto es vida, el Colegio Cardenalicio es vida, luego el feto es el
Colegio Cardenalicio.)
El discurso penalizador manipula con el feto a través de una especie de "túnel
del tiempo"
Ya hemos apuntado que los penalizadores identifican el germen con su resultado,
negando todo umbral diferencial del proceso evolutivo, para decir que el feto es ya
vida humana en el sentido de persona. No es la única manipulación o efecto
mágico. Así, si bien hablan de germen cuando s}desean dar una referencia
biológica sobria, el feto se convierte en niño cuando intentan emocionar al público
con la supuestamente canallesca conducta de la "madre"(pues simétricamente ya le
llaman madre a la gestante). Pero cuando se trata de subrayar los eventuales
efectos perniciosos para la colectividad, el feto no es ya un niño sino un posible
genio o útil ciudadano (señalemos incidentalmente que no suelen decir "un posible
genio" o "útil ciudadano",
ARGUMENTO A CONTRARIO
el feto puede llegar a ser genio o útil ciudadano
No (el feto puede llegar a ser genio o útil ciudadano)
El feto puede llegar a ser delincuente)
y que tampoco se plantea ese problema a propósito de la gestante, cuya
contribución a la colectividad pudiera verse frustrada por una maternidad
inoportuna).
Cambio de eje de la argumentacion
ya no solo el feto abortado es una posibilidad que se trunca
tambien la vida de la mujer a la que se le obliga a gestra pudo tener un futuro
distinto que se trunca
Dentro de esos efectos mágicos es donde cabe situar correctamente el tema del
"derecho a la vida" que dicen defender los penalizadores. No es sino una variante
de la prestidigitación con el término vida combinada con este otro ilusionismo del
tiempo: El feto ha de ser y no ha de ser al mismo tiempo la misma cosa para que
funcione el sofisma, pues ha de ser persona para tener derecho a la vida y no ha de
ser persona para que puede "hacerle falta" un derecho a la vida que en realidad
sería el supuesto derecho del embrión al llegar a ser persona. Terrible. La
logomaquia se resuelve apelando a la ficción de que el feto es ya un niño y, claro, el
niño sí tiene derecho a la vida.
(En resumen viene a decir: ¿sería usted capaz, madre que aún no es madre o
futura abuela que aún no es abuela, de matar a un competente ingeniero de
caminos, canales y puertos que intenta en vano protegerse con su sonajero al
tiempo que disimula sus conocimientos dando un encefalograma plano?)
El insulto adicional como argumento adicional previa trampa adicional
Suponiendo que el feto fuese ya persona -que es su único enunciado no valorativo-,
entonces, el aborto sería, en efecto, un homicidio. Los penalizadores, sin embargo,
no le llaman homicidio, sino asesinato. Esta trampa viene probablemente propiciada
por la necesidad de resolver el enojoso asunto de que los penalizadores suelen
hallar legítimos e incluso virtuosos algunos homicidios. Por lo tanto, el aborto debe
ser presentado como un asesinato. A partir de ese momento el discurso penalizador
sólo aporta nuevos insultos. Así, el tal asesinato es, además, el asesinato de un ser
indefenso, y es además el asesinato de un ser indefenso por su propia madre y pasando de la tautología a la afirmación gratuita- el asesinato de un ser indefenso
por su propia madre sin remordimiento alguno y -recargando ahora los adjetivos- el
asesinato de un ser indefenso por su propia e inicua madre, etc. A continuación,
agoradas las posibilidades de recargar el asunto puede recurrirse también a insultar
a quienes defienden la despenalización del aborto. El discurso se complementa con
una terminología bien cargada: "matar" en lugar de "interrumpir el proceso", etc.
(Obsérvese el mecanismo inverso cuando se habla de extirpar o de sanear para
referirse a medidas políticas autoritarias que incluyen el homicidio o cuando se
habla de accidente para referirse a los homicidios laborales por falta de medidas de
seguridad.)
(Si no les parece convincente decir "lo que llamáis hipócritamente cosecha no es
más que una vergonzosa y sanguinaria masacre, ya que además el trigo no puede
defenderse."
El discurso latente de los penalizadores
Más niños, es la guerra
La penalización del aborto es una de las formas como un sistema social se asegura
una abundante reproducción. En ese sentido no es cualitativamente distinto de la
penalización de la sexualidad o de la reducción de toda sexualidad a genitalidad y
la prohibición o ridiculización del sexo fuera de la edad reproductora.
Sancion aborto
impide reproduccion
Sancion moral sexo tercer edad
no reproduccion
La determinante infraestructura de este reproductivismo o natalismo es doble;
puede considerarse una necesidad de todo sistema social en épocas históricas de
elevada mortalidad y es una necesidad adicional de toda clase dominante
políticamente expansionista o interesada en una abundante mano de obra.
ARGUMENTO A CERCA DE LAS CAUSAS
Así, el natalismo que la clase dominante proyecta sobre el vecindario la
sobrevaloración del momento de aparición del "nuevo ser" frente al proceso que
constituye al ser humano en interacción, propone la complacencia en la abundancia
de la estirpe frente al objetivo de la felicidad de la misma y alimenta la beata
contemplación del niño como hazaña o juguete de los padres, escamoteando los
datos dramáticos de la infancia desdichada.
(No se trata de hacer el máximo de niños sino de hacer el máximo de niños felices.
No se trata -como decís- de niños o comodidad, sino de niños felices o niños
desgraciados.
Las flores no lloran. ¿Porqué queréis hacer el máximo de niños y el mínimo de
flores?
A los ogros también les gustan los niños.)
Descargar