Alcance de la obligación de pago de las obligaciones personales

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Corte Suprema, 18/10/2007,
5186-2006
Pedro Segundo Cerda Hidalgo con Simunovic e Hijos y Compañía Limitada; María
Lema Pérez;
Tipo: Recurso de Casación en el FondoResultado: Rechazado
Descriptor
Sociedad conyugal. Alcance de la obligación del pago de las obligaciones personales de los
cónyuges. Uso de su patrimonio reservado.
Doctrina
De acuerdo a este precepto (artículo 1740 Nº 3 del Código Civil), la sociedad conyugal es
obligada al pago de las deudas personales de cada uno de los cónyuges, quedando el
deudor obligado a compensar a la sociedad lo que ésta invierta en ello
Pues bien, es evidente que en el juicio ejecutivo en que incide esta tercería se persigue el
cobro de una deuda personal de uno de los cónyuges, específicamente de la mujer, y es por
ello que aun en el evento de considerarse que la sentencia incurrió en error de derecho al
estimar aplicable la regla del artículo 150 del Código Civil y que, por consiguiente, debe
afirmarse que los bienes embargados no forman parte del patrimonio reservado de la mujer
sino que del haber de la sociedad conyugal -como pretende el tercerista recurrente-, dichos
bienes de todos modos resultan obligados al pago de la deuda de la cónyuge, en virtud de lo
dispuesto en la norma transcrita en el párrafo precedente.(Considerando 5º sentencia de
Corte Suprema)
Legislación aplicada en el fallo :
Código Civil art 150; Código Civil art 1740 Nº 3;
Ministros:
Carlos Kunsemuller Loebenfelder; Hernán Alvarez García; Margarita Herreros Martínez;
Milton Juica Arancibia; Oscar Carrasco Acuña
Texto completo de la Sentencia
Antofagasta, once de mayo de dos mil seis.
Vistos:
A fs. 15 de este cuaderno, don Pedro Segundo Cerda Hidalgo, comerciante, con domicilio en
esta ciudad, calle Pellín Nº 313, interpone demanda de tercería de dominio en contra del
demandante, la empresa Simunovic e Hijos y Compañía Limitada, sociedad comercial,
representada para estos efectos por su abogado don Christian Caro Cassali, ambos
domiciliados en esta ciudad, calle Sucre Nº 220, oficina 404 y, en contra de la ejecutada,
doña María Lema Pérez, comerciante, domiciliada para estos efectos en esta ciudad, calle
Caracoles Nº 3209.
Funda su acción señalando que la ejecutante ha dirigido acción ejecutiva en contra de la
ejecutada María Lema Pérez, a fin de obtener el cumplimiento compulsivo del crédito
adeudado, por ello, el ministro de fe, concurrió al oficio del Conservador de Bienes Raíces de
esta ciudad y trabó embargo sobre el bien inmueble, ubicado en esta ciudad, calle sin
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nombre Nº 313, Parque Inglés, inscrito a fs. 2860 Nº 3921 del Registro de Propiedad del año
1997 del Conservador de Bienes Raíces de Antofagasta, como consta del acta rolante a fs.
272 y 275; y además embargó el vehículo motorizado, camioneta marca Mitsubishi, modelo L
200, año 1992, placa patente e inscripción DT.5351 O y bienes que no son de propiedad de
la ejecutada y menos se encuentran bajo su posesión. Indica que dichos bienes le
pertenecen como señor y dueño y se encuentran en el patrimonio de la sociedad conyugal
existente con la señora Lema Pérez, puesto que la ejecutada se encuentra casada con él,
bajo régimen de sociedad conyugal y los referidos bienes, si bien figuran adquiridos y
comprados a su nombre, ingresaron al haber de la sociedad conyugal, atendido el hecho que
todos los bienes que cualquiera de los cónyuges adquiera durante el matrimonio a título
oneroso, pertenecen a este haber social.
Agrega que, en la escritura pública de compraventa, en que la señora Lema Pérez, adquirió y
compró el referido inmueble, no consta ni se acredita con los instrumentos públicos o
privados necesarios, que la misma actuaba en ejercicio de su patrimonio reservado, todo lo
contrario, en la cláusula vigésimo sexta, el suscrito comparece en la escritura otorgando la
autorización marital pertinente, para los efectos de la compra; por lo que la señalada compra
ingresó al patrimonio de la sociedad conyugal.
Explica que este desagradable incidente se debe a que la ejecutada, doña María Lema
Pérez, es su cónyuge, pero ello no significa que deba responder por sus obligaciones,
máxime si jamás ha sido demandado en autos y por tanto, la sentencia de autos no le
empece, según la institución denominada “efecto relativo de las sentencias . En
consecuencia, cabe concluir que los bienes embargados fueron adquiridos en dominio por él,
dado que los bienes del marido y de la sociedad conyugal, forman un solo patrimonio en
conformidad a lo prescrito en el artículo 1750 del Código Civil y por tanto la ejecutada su
cónyuge ningún derecho tiene sobre los mismos.
Por ello, pidió acoger la demanda de tercería, en todas sus partes, con costas, declarando
que los bienes sobre los que ha recaído la traba de embargo son de su exclusivo dominio y
ordenar el alzamiento del embargo referido, con expresa condenación en costas.
A fs. 11, el abogado don Christian Caro Cassali, por el demandante, evacuando el traslado
conferido, solicitó su total rechazo con costas, en atención a que la sociedad conyugal es
simplemente un régimen patrimonial general de las personas que contraen matrimonio en
nuestro país, pero dicha característica no otorga a la sociedad conyugal la calidad de ser una
persona jurídica y, por tanto, un sujeto de derecho distinto de los cónyuges que la componen
que contaría con patrimonio propio. Pues bien, bajo el alero de esta sola afirmación debe
rechazarse la demanda intentada, que para ser acogida exige que se declare que el
inmueble pertenece a la sociedad conyugal y no a la cónyuge deudora, circunstancia
obviamente imposible a la luz de nuestro derecho.
Indica, por otro lado, que las deudas contraídas por alguno de los cónyuges, durante la
vigencia de la sociedad conyugal, obligan a ésta, pues el artículo 1740 Nº 3 del Código Civil
señala: “La sociedad es obligada al pago: 3º De las deudas personales de cada uno de los
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cónyuges, quedando el deudor obligado a compensar a la sociedad , por lo que resulta claro
la improcedencia de los fundamentos jurídicos de la tercería, toda vez que, en la especie, la
deuda en virtud de la cual se embargó el inmueble inscrito a nombre de la deudora, pero que
forma parte del acervo de la sociedad conyugal, corresponde a una acreencia en su contra
por un contrato de arrendamiento, esto es, efectivamente una deuda personal, respecto de la
cual el haber social se encuentra obligado.
A fs. 22, se tuvo por contestada la demanda de tercería de dominio en rebeldía de la
ejecutada, y se citó a las partes a comparendo de conciliación, audiencia que no se celebró,
por no asistir las partes, las que fueron debidamente notificadas a fs. 23.
A fs. 26, se recibió la tercería a prueba.
A fs. 36, se trajo este cuaderno para fallar la tercería. Con lo relacionado y considerando:
Primero: Que el tercerista ha fundado su pretensión en que los bienes embargados, y que
corresponden a un inmueble ubicado en esta ciudad, calle sin nombre Nº 313, Parque Inglés,
inscrito a fs. 2860 Nº 3921 del Registro de Propiedad del año 1997 del Conservador de
Bienes Raíces de Antofagasta, y un vehículo motorizado, tipo camioneta, marca Mitsubishi,
modelo L 200, año 1992, placa patente DT.5351 0, son de su propiedad, por cuanto se
encuentra casado con la ejecutada doña María Lema Pérez, bajo régimen de sociedad
conyugal, y si bien éstos fueron adquiridos y comprados por ella dichos bienes ingresaron al
haber de la sociedad conyugal.
Agrega que en la escritura de compraventa por la cual su cónyuge adquirió el inmueble no
consta ni se acredita que la misma actuare en ejercicio de su patrimonio reservado,
dejándose constancia en la cláusula vigésimo sexta de la escritura referida, que él otorgó
autorización a su cónyuge para la celebración del contrato, por lo que dicha compra ingresó
al patrimonio de la sociedad conyugal.
Segundo: Que, el ejecutante, demandado en la tercería, solicitó rechazar la demanda, por
cuanto el derecho civil señala que la sociedad conyugal es simplemente un régimen
patrimonial general de la personas que contraen matrimonio, pero dicha característica no
otorga a la sociedad conyugal la calidad de ser una persona jurídica, y por tanto, un sujeto de
derecho distinta a los cónyuges que la componen que contaría, por tanto, con patrimonio
propio.
Indica, además, que el artículo 1740 Nº 3 del Código Civil dispone que la sociedad es
obligada al pago de las deudas personales de cada uno de los cónyuges, quedando el
deudor obligado a compensar a la sociedad, por lo que resulta claro la improcedencia de los
fundamentos jurídicos de la tercería, toda vez que, en la especie, la deuda en virtud de la
cual se embargaron el inmueble y vehículos, inscritos a nombre de la deudora, corresponde
a una acreencia en su contra por un contrato de arrendamiento, esto es, es una deuda
personal, respecto de la cual el haber social se encuentra obligado.
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Tercero: Que, el tercerista, a fin de acreditar los fundamentos fácticos de su acción, es decir,
que es dueño exclusivo de los bienes embargados pues encontrándose casado en régimen
de sociedad conyugal con la ejecutada, éstos ingresaron al haber social y siendo el jefe de la
misma se reputa dueño de los bienes sociales frente a terceros, rindió prueba instrumental,
acompañando los siguientes documentos:
A fs. 1, certificado de matrimonio de don Pedro Segundo Cerda Hidalgo y doña María del
Carmen Lema Pérez, celebrado el 21 de junio de 1958, en la circunscripción de María Elena,
inscrito bajo el Nº 70, año 1958.
De fs. 2 a 13, copia autorizada de la escritura pública de compraventa, de fecha 1 de julio de
1997, en que comparecen La Sociedad Inmobiliaria e Inversiones Cristina S.A., representada
por don Claudio Augusto Segura Ovalle, como vendedor, y como compradora, doña María
del Carmen Lema Pérez, casada, con don Pedro Cerda Hidalgo, quien también comparece a
la celebración del presente contrato, ambos comerciantes, por la cual el primero, vende cede
y transfiere a la segunda, quien compra, adquiere y acepta para sí, el sitio número dos de la
manzana “A del loteo Alto Caliche de esta ciudad, con frente a calle tres sin nombre Nº 313,
según consta de certificado de numeración domiciliaria Nº 291/97, otorgado con fecha 6 de
mayo de 1997 por la Dirección de Obras Municipales de Antofagasta, documento que se
inserta en la conclusión. Este sitio, conforme con sus títulos y plano, tiene una superficie de
200 metros cuadrados y presenta las siguientes medidas y deslindes particulares: al norte:
en diez metros, con sitio número tres de la manzana “A ; al sur: en diez metros, con sitio
número uno de la manzana; al este: en veinte metros, con calle tres sin nombre; y al oeste:
en veinte metros, con otros propietarios. El precio de la compraventa, se pactó en la suma de
$ 47.685.050.
En la cláusula vigésimo sexta, de dicho contrato, se dejó constancia que por el presente acto
don Pedro Cerda Hidalgo, autoriza expresamente a su cónyuge para la celebración de los
contratos de que da cuenta esta escritura, en especial para la constitución de las hipotecas y
de las prohibiciones a favor del Banco Bice establecidas en este instrumento.
Asimismo, expone que a fin de garantizar al banco el cumplimiento exacto, íntegro y
oportuno de todas las obligaciones que del presente instrumento emanan para la deudora, se
constituye en fiador solidario y en su codeudor solidario. Asimismo, este último y la deudora
se otorgan mandato judicial; recíproco con todas las facultades de ambos incisos del artículo
séptimo del Código de Procedimiento Civil, las que se entienden reproducidas una a una.
Dicho contrato se encuentra firmado por vendedor, compradora, don Pedro Cerda Hidalgo y
Notario Publico de Antofagasta don Vicente Castillo Fernández.
A fs. 14, copia simple de certificado de hipotecas, gravámenes, interdicciones y prohibiciones
de enajenar, del inmueble ubicado en esta ciudad, calle Tres sin nombre Nº 313, sitio Nº 2 de
la Manzana A, del Conjunto Habitacional Parque Inglés, del sector Alto de la Población Gran
Vía, de propiedad de María del Carmen Lema Pérez, de fecha 20 de octubre de 2005.
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Asimismo, cabe señalar que a fs. 292, de la causa principal, rola copia de certificado de
inscripción y anotaciones vigentes en el R.N.V.M., respecto del vehículo, placa única
DT.5351 0, tipo camioneta, marca Mitsubishi, modelo L 200 4x2 Doble, año 1992, que figura
inscrita a nombre de doña María del Carmen Lema Pérez, y como fecha de adquisición el 31
de diciembre de 1991.
Cuarto: Que, con el mérito de los instrumentos públicos referidos, es posible establecer que
el tercerista, don Pedro Segundo Cerda Hidalgo, con la ejecutada, doña María del Carmen
Lema Pérez, se encuentran casados bajo régimen de sociedad conyugal, desde el 21 de
junio de 1958, y que la ejecutada, que se individualiza como comerciante, durante la vigencia
de dicho régimen patrimonial, adquirió los bienes embargados, que corresponden a un
inmueble ubicado en esta ciudad, calle tres sin nombre Nº 313, Parque Inglés, inscrito a fs.
2860 Nº 3921 del Registro de Propiedad del año 1997 del Conservador de Bienes Raíces de
Antofagasta, y un vehículo motorizado, tipo camioneta, marca Mitsubishi, modelo L 200, año
1992, placa patente Nº DT.5351 0, con la autorización de su cónyuge, al menos, la compra
del inmueble.
Quinto: Que, no obstante lo señalado, debe tenerse presente que en el contrato de
arrendamiento de fecha 4 de octubre de 1998, acompañado de fs. 5 a 10, de la causa
principal sobre restitución de propiedad arrendada, que diera origen a este juicio, celebrado,
entre otros, por doña María del Carmen Lema Pérez, consta en la parte en que se
individualiza a los comparecientes, que la misma en la celebración del contrato de
arrendamiento actúa con la capacidad jurídica que le reconoce el artículo 150 del Código
Civil y dentro de su patrimonio reservado, constituido en el ejercicio de la actividad comercial
que desarrolla en forma separada de su respectivo cónyuge. Asimismo, en la cláusula
decimoquinta del contrato referido, se estableció que la capacidad para contratar en el
ejercicio de su patrimonio reservado que la señora María del Carmen Lema Pérez, entre
otras, ha invocado, emana de su condición de comerciante, la que ha sido acreditada
mediante la exhibición de sus declaraciones iniciales de actividades tributarias, escritura
pública de compraventa de un bien raíz, otorgada con fecha 23 de octubre de 1986, ante la
notario que autoriza, en que se acreditó dicha calidad; por la exhibición de sus patentes
municipales y por la de los estatutos de la Asociación Gremial “Centro Comercial Persa de la
que ellas forman parte en su señalada calidad de comerciantes, documentos que se tuvo a la
vista y que no se insertan a petición de los comparecientes.
Por último, no debe olvidarse la circunstancia de que el tercerista, don Pedro Cerda Hidalgo,
también es comerciante, y en dicha calidad celebró un contrato de arrendamiento con su
mujer, respecto de los locales 8 y 9 del inmueble ubicado en calle Maipú Nº 745,
convirtiéndose en subarrendatario del inmueble arrendado por su cónyuge, como se
desprende de la presentación que formulara junto con otros subarrendatarios, a fs. 259 y
siguientes de la causa principal, oponiéndose al cumplimiento del fallo, y particularmente del
contrato de arrendamiento de fecha 15 de abril de 2000, agregado a fs. 249.
Sexto: Que, de los antecedentes referidos en el considerando anterior, surgen una serie de
presunciones de carácter judicial, que en su conjunto, son suficientes para dar por acreditado
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en autos que, la Sra. María Lema Pérez ejerce la actividad de comerciante separada de su
marido y producto de ello tiene un patrimonio reservado de conformidad con el artículo 150
del Código Civil, en virtud del cual celebró el contrato de arrendamiento del inmueble ubicado
en calle Maipú Nº 745, cuyo incumplimiento dio origen al presente juicio y al crédito que se le
cobra en esta etapa de ejecución; y finalmente, que dicha deuda es una deuda personal y
que por haber subarrendado a su cónyuge también aprovecha a éste y en definitiva al
matrimonio y familia común.
Séptimo: Que el artículo 150 del Código Civil, incisos primero y segundo, disponen: “La mujer
casada de cualquier edad podrá dedicarse libremente al ejercicio de un empleo, oficio,
profesión o industria.
La mujer casada, que desempeñe algún empleo o que ejerza una profesión, oficio o
industria, separados de los de su marido, se considerará separada de bienes respecto del
ejercicio de ese empleo, oficio, profesión o industria, y de lo que en ellos obtenga... .
Por su parte, el inciso tercero de la misma disposición legal, prescribe: “Incumbe a la mujer
acreditar, tanto respecto del marido como de terceros, el origen y dominio de los bienes
adquiridos en conformidad a este artículo. Para este efecto podrá servirse de todos los
medios de prueba establecidos por la ley .
Además, en lo pertinente al caso en cuestión, el inciso quinto, dispone que: “Los actos o
contratos celebrados por la mujer en esta administración separada, obligarán los bienes
comprendidos en ella y los que administre con arreglo a las disposiciones de los artículos
166 y 167, y no obligarán los del marido sino con arreglo al artículo 161 .
A su turno, el artículo 1740 del Código Civil, en su numeral 3, dispone: “La sociedad es
obligada al pago de las deudas personales de cada uno de los cónyuges, quedando el
deudor obligado a compensar a la sociedad lo que ésta invierta en ello .
Octavo: Que, así las cosas, a pesar de que los bienes embargados puedan no pertenecer al
patrimonio reservado de la ejecutada doña María Lema Pérez, y quedar excluidos, por
haberlos adquirido con recursos de la sociedad conyugal o de su cónyuge y fuera del
ejercicio de su oficio de comerciante, lo que, por lo demás no ha quedado plenamente
establecido en autos con la prueba rendida por el tercerista, aún así, quedan afectos por la
deuda que se le cobra, pues, como ya se dijo, fue contraída en el ejercicio de su actividad de
comerciante y en la ejecución de un contrato de arrendamiento celebrado en virtud de su
patrimonio reservado, deuda propia y personal, que además, sin lugar a dudas, favoreció no
sólo a su cónyuge sino además a la familia común. En consecuencia, deberá rechazarse la
tercería de dominio intentada por su cónyuge, en virtud de lo prescrito en el artículo 1740 Nº
3 del Código Civil y además, porque el tercerista no logró acreditar el dominio exclusivo de
los bienes embargados que invoca.
Noveno: Que la prueba testimonial rendida por el tercerista, a fs. 31 y 32, en nada altera ni
varía la conclusión a que se ha arribado.
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Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 150, 1698, 1725 y siguientes del Código Civil,
144, 171 y 518 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, se declara:
1. Que se rechaza, con costas, la demanda de tercería de dominio deducida en lo principal
de fs. 15 de este cuaderno, en todas sus partes.
2. Que deberá continuarse el procedimiento de apremio respecto de los bienes embargados
materia de esta tercería.
Notifíquese, regístrese y archívese si no se apelare.
Dictada por doña Marcela Nilo Leyton, Juez Titular. Autoriza doña Rosa Díaz Segovia,
Secretaria Subrogante.
Rol Nº 20.110.
Antofagasta, treinta de agosto de dos mil seis.
Vistos: Atendido el mérito de los antecedentes, se confirma la sentencia apelada de fecha
once de mayo del año en curso, escrita a fojas 37 y siguientes, con costas del recurso.
Regístrese y devuélvanse.
Pronunciada por la Segunda Sala, integrada por los Ministros titulares, señora Laura Soto
Torrealba, señor Oscar Clavería Guzmán y Fiscal Judicial, señora Sylvia Rey Marín. Autoriza
el Secretario Subrogante, señor Sergio Montt Martínez.
Rol Nº 539 2006.
Santiago, dieciocho de octubre de dos mil siete.
Vistos:
En estos autos rol Nº 20.110 del Segundo Juzgado Civil de Antofagasta sobre tercería de
dominio, caratulado “Pedro Segundo Cerda Hidalgo con Simunovic e Hijos y Cía. Ltda. y
María Lema Pérez , por sentencia de once de mayo de dos mil seis, escrita a fojas 37, su
Juez titular rechazó con costas la tercería interpuesta. Apelado este fallo por el tercerista,
una de las Salas de la Corte de Apelaciones de Antofagasta, en sentencia de treinta de
agosto del mismo año, que se lee a fojas 62, lo confirmó sin modificaciones.
En contra de esta última decisión el mismo tercerista ha deducido recurso de casación en el
fondo.
Se ordenó traer los autos en relación.
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Considerando:
Primero: Que en el recurso de casación en el fondo se denuncian infringidos los artículos
150, 1698 y 1712 del Código Civil y 346 y 428 del Código de Procedimiento Civil.
Argumenta el recurrente que el inmueble embargado le pertenece como señor y dueño al
tercerista, ya que se encuentra en el haber absoluto de la sociedad conyugal existente con la
ejecutada y demandada en la tercería, pues fue adquirido a título oneroso durante la vigencia
de dicha sociedad. Lo anterior, agrega el recurso, aun cuando el bien raíz aparezca inscrito a
nombre de la ejecutada, pues en la escritura pública respectiva no consta ni se acreditó con
instrumentos públicos o privados que la compradora actuaba en ejercicio de su patrimonio
reservado, como exige la ley.
Por lo tanto, concluye, habiendo actuado la mujer fuera de los términos del artículo 150 del
Código Civil, el bien adquirido ingresó al haber social como se alega en la tercería, lo cual
debió conducir necesariamente a que ésta fuera acogida.
En el mismo sentido, agrega, por ser la institución de los bienes reservados excepcional,
quien alegue su existencia y que se actuó en su ejercicio, o que un determinado bien forma
parte de él, deberá probarlo. Esta afirmación doctrinal y jurisprudencial, señala la recurrente,
se contrapone a la dictaminada por los sentenciadores, quienes han concluido que esa
prueba corresponde al tercerista, lo que constituye una abierta infracción al artículo 1698 del
Código Civil.
La presunción del inciso 4º del artículo 150 citado, a favor de los terceros que contraten con
la mujer casada sostiene el recurrente , exige taxativamente que la mujer acredite mediante
instrumentos públicos o privados que ejerce o ha ejercido un empleo, profesión o industria
separados de los de su marido y, en el caso de autos, no se cumplió con este requisito.
Los hechos establecidos en la sentencia recurrida, afirma el recurso, se han tenido por
acreditados en virtud de una serie de presunciones, según se dice, en circunstancias que no
existen en autos antecedentes que permitan arribar a las conclusiones que obtienen los
Jueces de instancia, sino todo lo contrario, existe plena prueba en sentido diverso, esto es,
que los bienes embargados en autos no pertenecen al patrimonio reservado de la ejecutada,
sino que al de la sociedad conyugal. Esta conclusión de la sentencia recurrida, según el
recurrente, infringe normas reguladoras de la prueba.
Segundo: Que el fallo objeto del recurso establece que el tercerista y la ejecutada se
encuentran casados en sociedad conyugal desde el 21 de junio de 1958 y la ejecutada, que
se individualiza como comerciante, durante la vigencia de dicho régimen patrimonial, adquirió
los bienes embargados, que corresponden a un inmueble y un vehículo, con la autorización
de su cónyuge.
No obstante lo anterior, dicen los sentenciadores, se debe tener presente que el contrato de
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arrendamiento de 4 de octubre de 1998 (antecedente del procedimiento ejecutivo) celebrado,
entre otros, por la ejecutada, consigna que ésta concurre a su otorgamiento actuando en
virtud de la capacidad que le reconoce el artículo 150 del Código Civil. De estos
antecedentes, expresa la sentencia impugnada, surgen una serie de presunciones judiciales
que, en su conjunto, estima suficientes para dar por acreditado que la ejecutada ejerce la
actividad de comerciante en forma separada de su marido y producto de ello tiene patrimonio
reservado, en virtud del cual celebró el contrato de arrendamiento cuyo incumplimiento dio
origen al presente juicio y al crédito que se le cobra en esta etapa de ejecución y, finalmente,
que dicha deuda es una deuda personal y que por haber subarrendado a su cónyuge
también aprovecha a éste y, en definitiva, al matrimonio y a la familia común.
Agregan los sentenciadores, a mayor abundamiento, que la tercería de dominio deducida por
el cónyuge de la ejecutada deberá rechazarse, en virtud de lo dispuesto en el Nº 3 del
artículo 1740 del Código Civil y, además, porque el tercerista no logró acreditar el dominio
exclusivo de los bienes embargados que invoca.
Tercero: Que la esencia de la tesis del tercerista radica en sostener que los bienes
embargados fueron adquiridos por la mujer a título oneroso durante la vigencia de la
sociedad conyugal y que, como su consecuencia, ingresaron al haber real o absoluto de la
sociedad, de conformidad al Nº 5 del artículo 1725 del Código Civil. Ahora bien, agrega, el
marido, en tanto jefe de la sociedad conyugal y administrador de los bienes sociales, es
respecto de terceros, según dispone el inciso 1º del artículo 1750 del mismo cuerpo legal,
dueño de esos bienes, como si ellos y los propios formasen un solo patrimonio.
Cuarto: Que, por otra parte, como se aprecia de la síntesis del fallo impugnado, efectuada en
el fundamento segundo, los sentenciadores estimaron que los bienes sobre los cuales se
trabó el embargo habían sido adquiridos por la mujer en ejercicio del patrimonio reservado
del artículo 150 del Código Civil y que, por esta razón, el marido carecía de derechos sobre
ellos. Por lo mismo, las argumentaciones del recurso se dirigieron a atribuir error de derecho
al fallo en la obtención de tal conclusión.
No obstante lo anterior, la sentencia recurrida, si bien sin la claridad que era de esperar,
expone también como uno de los motivos para rechazar la tercería la regla del Nº 3 del
artículo 1740 del Código citado, de la que, sin embargo, el recurso no se hace cargo, como
era menester.
Quinto: Que de acuerdo a este precepto, la sociedad conyugal es obligada al pago de las
deudas personales de cada uno de los cónyuges, quedando el deudor obligado a compensar
a la sociedad lo que ésta invierta en ello.
Pues bien, es evidente que en el juicio ejecutivo en que incide esta tercería se persigue el
cobro de una deuda personal de uno de los cónyuges, específicamente de la mujer, y es por
ello que aun en el evento de considerarse que la sentencia incurrió en error de derecho al
estimar aplicable la regla del artículo 150 del Código Civil y que, por consiguiente, debe
afirmarse que los bienes embargados no forman parte del patrimonio reservado de la mujer
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sino que del haber de la sociedad conyugal como pretende el tercerista recurrente , dichos
bienes de todos modos resultan obligados al pago de la deuda de la cónyuge, en virtud de lo
dispuesto en la norma transcrita en el párrafo precedente. Sexto: Que, de esta forma, el
eventual error de derecho que se habría cometido en el fallo impugnado no tiene influencia
sustancial en lo dispositivo de la decisión que, por definición, exige la casación en el fondo
para que se justifique la anulación de una sentencia, motivo bastante para desestimar el
recurso deducido.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en las normas legales citadas y en
los artículos 764, 765, 765 y 805 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza el recurso de
casación en el fondo deducido por el tercerista Pedro Segundo Cerda Hidalgo en lo principal
de la presentación de fojas 64, contra la sentencia de treinta de agosto de dos mil seis,
escrita a fojas 62.
Regístrese y devuélvase.
Redacción a cargo del Abogado Integrante señor Oscar Carrasco Acuña.
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros señor Milton Juica
A., señora Margarita Herreros M. y señor Carlos Kunsemuller L. y Abogados Integrantes
señores Hernán Alvarez G. y Oscar Carrasco A.
Autorizado por el Secretario señor Carlos A. Meneses Pizarro.
Rol Nº 5.186 06.
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