Diagnóstico y estadificación del carcinoma de páncreas (II)

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ACTUALIZACIONES
Diagnóstico y estadificación del carcinoma
de páncreas (II)
C. Ayuso, M. Sánchez, J. R. Ayuso, T. M. de Caralt y C. de Juan
Servicio de Radiodiagnóstico. Hospital Clínic. Barcelona. España.
ASPECTOS PATOLÓGICOS
Para la valoración de la extensión del cáncer de páncreas se
utiliza el sistema TNM propuesto por la Union Internationale
Contre le Cancer (UICC). En esta clasificación, que se presenta
en la tabla 1, el principal factor que determina el estadio del tu-
mor es el grado de invasión locorregional o a distancia y no el
t
a
maño de la tumoración. Existe una segunda clasificación (tabla 2)
TABLA 1I
CLASIFICACIÓN TNM EN EL CÁNCER DE PÁNCREAS
PROPUESTA POR LA JPS
TABLA 1
Po, Ho, Mo
CLASIFICACIÓN TNM EN EL CÁNCER DE PÁNCREAS
Y GRUPOS DE ESTADIFICACIÓN
Tumor primario (T)
Tx
El tumor primario no puede ser evaluado
T0
No evidencia de tumor primario
Tis
Carcinoma in situ
T1
Tumor limitado al páncreas, de tamaño máximo de 2 cm
T2
Tumor limitado al páncreas, de tamaño máximo mayor
de 2 cm
T3
Extensión directa al duodeno, conducto biliar o tejidos
peripancreáticos
T4
Extensión directa al estómago, bazo, colon o grandes
vasos adyacentes
Metástasis en ganglios linfáticos regionales (N)
Nx
Las metástasis ganglionares regionales no pueden ser
evaluadas
N0
Ausencia de metástasis ganglionares regionales
N1
Presencia de metástasis ganglionares regionales
N1a: En una sola región ganglionar
N1b: En varias regiones ganglionares
Metástasis a distancia (M)
Mx
Las metástasis a distancia no pueden ser evaluadas
M0
Ausencia de metástasis a distancia
M1
Presencia de metástasis a distancia
Grupos de estadificación
T
Estadio 0
Estadio I
Estadio II
Estadio III
Estadio IV A
Estadio IV B
Tis
T1 T2
T3
T1 T2 T3
T4
Cualquier T
N
N0
N0
N0
N1
Cualquier N
Cualquier N
M
M0
M0
M0
M0
M0
M1
Fuente: AJCC Cancer Staging manual. 5th ed. American Joint Committee on Cancer. Philadelphia: Lippincott-Raven; 1997. p. 121-4.
Correspondencia:
C. AYUSO COLELLA. Hospital Clínic. Servicio de Radiodiagnóstico, Área
de TC y RM. C/ Villarroel 170. 08036 Barcelona. Correo electrónico: cayuso@
clinic.ub.es
Recibido: 25-II-05
Aceptado: 14-XII-05
T1a
T1b
T2
T3
T:
T1a
T1b
T2
T3
N0
N1
N2
N3
I
II
III
IVa
II
II
III
III
III
IVa
IVa
P1,2,3 , H1,2,3 o M1
IVb
N0, N1, N2
Categoría que valora la extensión del tumor incluyendo:
cápsula pancreática anterior, retroperitoneo, colédoco,
duodeno, sistema venoso portal, estructuras arteriales y
plexos nerviosos. Cada localización se valora como: no
invasión, sospecha de invasión, invasión segura y
marcada invasión.
Tumores sin evidencia de invasión y de tamaño ≤ 2 cm
Tumores sin evidencia de invasión y de tamaño > 2 cm
Tumores con sospecha de invasión de las localizaciones
descritas incluyendo invasión segura o marcada del
duodeno.
Tumores con invasión segura de cualquier otra estructura,
excepto duodeno
N
N0
N1
N2
N3
Metástasis ganglionares
Sin evidencia de mestástasis ganglionares
Metástasis en ganglios del grupo 1
Metástasis en ganglios del grupo 2
Metástasis en ganglios del grupo 3
P
P0
P1
P2
P3
Metástasis peritoneales
Sin evidencia de metástasis peritoneales
Metástasis en el peritoneo adyacente al páncreas
Escasas metástasis en el «peritoneo lejano»
Numerosas metástasis en el «peritoneo lejano»
«Peritoneo lejano» se refiere al peritoneo por debajo del colon
transverso y al peritoneo diafragmático
H
Metástasis hepáticas
Sin evidencia de metástasis hepáticas
H0
Metástasis en un único lóbulo
H1
Escasas metástasis en ambos lóbulos
H2
Numerosas metástasis en ambos lóbulos
H3
M
M0
M1
Metástasis a distancia
Sin evidencia de metástasis a distancia
Metástasis a distancia
Metástasis ganglionares más allá del grupo 3 se deben
clasificar como M1.
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Ayuso C et al. Diagnóstico y estadificación del carcinoma de páncreas (II)
publicada por la Japan Pancreas Society (JPS)1 que, aunque permite una clasificación tumoral más precisa, utiliza parámetros
subjetivos y entraña una mayor complejidad. Isaji et al2 han
comparado recientemente ambas clasificaciones, concluyendo
que, si bien el sistema de clasificación de la UICC es más sencillo y comprensible, el sistema de clasificación de la JPS es más
fidedigno en la predicción pronóstica, por lo que proponen un
consenso entre ambos comités para minimizar las diferencias entre las dos clasificaciones antes de preparar futuras ediciones.
TÉCNICAS DE DIAGNÓSTICO DEL CÁNCER
DE PÁNCREAS. ANÁLISIS PREOPERATORIO
Las técnicas de imagen en el cáncer de páncreas deben cubrir
dos facetas: el diagnóstico del tumor y su estadificación. Este capítulo hace referencia al diagnóstico de extensión tumoral, ya que el
diagnóstico del tumor propiamente dicho fue revisado en un capítulo anterior. El diagnóstico de tumores de pequeño tamaño, aún no
invasivos, supone la única posibilidad que tienen los pacientes de
poder beneficiarse de un tratamiento quirúrgico con intención curativa. Por otra parte, la correcta estadificación tumoral permite seleccionar el grupo de pacientes a los que se les puede ofrecer un
tratamiento potencialmente curativo, que hoy en día es la resección
quirúrgica. Aunque los avances técnicos recientes han permitido
reducir en gran medida la mortalidad perioperatoria, esta cirugía
agresiva conlleva todavía una morbilidad perioperatoria no despreciable. El objetivo de las técnicas de imagen es, por una parte, detectar la neoplasia de páncreas en una fase inicial, y por otra, tener
una alta precisión en la predicción de la resecabilidad tumoral.
et al5 evaluaron la extensión vascular arterial tumoral en 33 pacientes mediante US doppler color, comparando sus hallazgos con
los de la angiografía, la cirugía y la pieza de resección. En los 11
pacientes intervenidos describen una sensibilidad del 60%, especificidad del 93% y rendimiento diagnóstico del 87%. En la evaluación conjunta de todos los pacientes incluidos en el estudio concluyen que la US doppler color ofrece un rendimiento diagnóstico
superior al de la tomografía computarizada (TC) (72%) y similar
al de la angiografía (91%). No obstante, el escaso número de pacientes con correlación patológica supone, en cierto modo, una limitación a las conclusiones de los autores. Hasta donde hemos
podido revisar Minnitti et al6 presentan los mejores resultados publicados por el momento, detectando el adenocarcinoma pancreático mediante US en 61 de los 64 pacientes incluidos en su estudio
(95,3%), y obteniendo mejores resultados que la TC helicoidal,
cuyo índice de identificación tumoral fue del 89,1%. El tamaño
promedio de los tumores detectados en la US fue de 3,2 cm (rango: 1,5-6,8 cm), aunque los autores no presentan la correlación
patológica del tamaño tumoral medido en la pieza quirúrgica en
los 18 casos en los que se pudo llevar a cabo la resección radical
del tumor. Los autores presentan un índice de predicción de resecabilidad del 81,4% para la US, algo inferior al obtenido por la
TC (86,0%), calculado sobre los 43 pacientes laparotomizados de
la serie. Sin embargo, estos buenos resultados no han sido refrendados en la literatura por otros autores hasta el momento.
La naturaleza no invasiva de la técnica y su amplia disponibilidad hace que sea una modalidad diagnóstica muy empleada.
No obstante, la experiencia acumulada en el diagnóstico y la estadificación del cáncer de páncreas mediante US doppler color
es limitada, y su lugar en el algoritmo diagnóstico de los pacientes con carcinoma de páncreas está aún por definir7,8.
Ultrasonografía abdominal
La ultrasonografía abdominal (US) permite detectar metástasis hepáticas y ascitis, objetivando en ocasiones implantes en la
hoja peritoneal. Cuando se detecta enfermedad metastásica, únicamente se requiere la confirmación patológica de la neoplasia,
sin que sean necesarias otras exploraciones.
A partir de la complementación de la US con técnica de doppler color ha mejorado el rendimiento de la misma en la evaluación de la extensión tumoral a los vasos arteriales y venosos peripancreáticos, que oscila entre el 84 y el 87%3,4 (fig. 1). Tomiyama
Tomografía computarizada
La TC es el método de imagen más ampliamente utilizado para la detección y estadificación del adenocarcinoma pancreático911
. Esta técnica ha experimentado una rápida evolución en las
dos últimas décadas. La TC convencional fue superada por la
TC dinámica con secciones finas, ésta por la TC helicoidal y por
último por la TC multidetector (TCMD). Esta revolución tecnológica ha permitido mejorar de forma sensible la capacidad de la
A
B
Fig. 1.—Ecografía abdominal. (A) masa hipoecoica de 8 × 4, 5 cm en la cola del páncreas, en íntimo contacto con la vena esplénica (2).
(B) Estudio doppler color y pulsado que demuestra la permeabilidad de la vena esplénica con un registro sin alteraciones.
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Ayuso C et al. Diagnóstico y estadificación del carcinoma de páncreas (II)
TC para el diagnóstico y la estadificación del cáncer de páncreas.
Hay que destacar que es difícil la comparación de los resultados de las diferentes series publicadas en la literatura debido, en
primer lugar, a los diferentes equipos de TC utilizados, en segundo lugar a las distintas técnicas de adquisición empleadas en
los diferentes estudios y en tercer lugar a las diferencias existentes en la definición de «irresecabilidad tumoral». Todos los
estudios publicados consideran criterios de irresecabilidad la presencia de enfermedad metastásica peritoneal o hepática, la invasión de la grasa peripancreática y de órganos extrapancreáticos (con excepción del duodeno y la vía biliar) y la invasión
vascular arterial peripancreática. También hay un amplio consenso a la hora de no considerar como un criterio de irresecabilidad las adenopatías de las cadenas ganglionares peripancreáticas12-14. Sin embargo, la infiltración venosa constituye un criterio
definitivo de irresecabilidad para algunos equipos quirúrgicos13-15,
mientras que otros intentan llevar a cabo una cirugía radical resecando el segmento venoso infiltrado en ausencia de trombosis
u oclusión venosa16-20. Ante este problema que queda reflejado
frecuentemente en la literatura, Robinson21 publicó un editorial
con varias preguntas clave al respecto del cáncer de páncreas.
Una de ellas es ¿qué significa tumor resecable? En un sentido
amplio la «resecabilidad» podría definirse como la posibilidad
de resecar cualquier foco macroscópico de enfermedad tumoral
observado en el acto quirúrgico. El autor opina que las técnicas
de imagen pueden definir el grado de infiltración vascular con
mucha precisión, no obstante ¿cuál es el grado de afectación
vascular suficiente como para desestimar un intento de resección con intención curativa? El autor aboga porque el radiólogo
defina la extensión tumoral local y a distancia con detalle, en
función de criterios de imagen precisos, y no en términos de
«resecabilidad» o «irresecabilidad», y dejar la decisión acerca
de la resecabilidad al cirujano.
Extensión local
Las publicaciones clásicas presentan valores predictivos de la
TC dinámica para el diagnóstico de irresecabilidad de cáncer de
páncreas próximos al 100%, pero los valores predictivos para las
neoplasias resecables no son tan satisfactorios15,22,23. La introducción de la TC helicoidal permitió mejorar el valor predictivo negativo para los tumores resecables. En una de las primeras series
publicadas en la literatura empleando TC helicoidal Bluemke et
al12 estudiaron 64 pacientes con cáncer de páncreas, 21 de ellos
fueron correctamente interpretados como irresecables, no obstante, de los 43 casos interpretados como resecables, sólo 24 pudieron ser resecados. De los 19 casos con tumores irresecables
mal estadificados en la TC, 8 tenían metástasis hepáticas de tamaño menor a 1 cm, 7 tenían invasión venosa portal o de vena
mesentérica superior y dos tenían infiltrada la raíz mesentérica.
Tres pacientes presentaban más de un hallazgo quirúrgico que
contraindicaba el tratamiento quirúrgico. La precisión diagnóstica de la TC helicoidal en la estadificación del cáncer de páncreas
para predecir la resecabilidad tumoral presentado por estos autores es del 70%.
La TC helicoidal permitió, además, llevar a cabo un estudio
detallado de los pequeños vasos arteriales y venosos peripancreáticos24-26 (fig. 2), mostrando mejores resultados que la angiografía por sustracción digital en el diagnóstico de la invasión vascular por cáncer de páncreas27. La valoración de estas pequeñas
Fig. 2.—Estudio de tomografía computarizada con contraste endovenoso en fase pancreatográfica en un paciente con neoplasia del cuerpo
pancreático. Múltiples vasos mesentéricos dilatados secundarios a la
infiltración venosa portomesentérica tumoral (flechas).
estructuras vasculares mejora el rendimiento de la TC en la estadificación tumoral28,29. La posibilidad de reconstruir en diferentes planos del espacio las imágenes axiales obtenidas ha sido
evaluada por algunos autores30,31, obteniendo un mayor rendimiento de la TC para determinar la invasión vascular, fundamentalmente venosa, cuando las secciones transversas se interpretan
en combinación con las reconstrucciones multiplanares que cuando se interpretan únicamente las secciones transversas (92-96%
frente a 69-70%) (fig. 3).
Las causas más frecuentes de infraestadificación del adenocarcinoma de páncreas son la no detección de la extensión local peripancreática en el estudio mediante TC y la omisión de
metástasis de pequeño tamaño en el parénquima hepático y en
la hoja peritoneal. Alrededor del 70% de los pacientes con adenocarcinoma pancreático tienen extensión local neoplásica en
el momento del diagnóstico. La infiltración vascular es el factor más crítico del que depende la potencial resecabilidad
tumoral. La introducción de la TC helicoidal bifásica con secciones finas ofreció una sensible mejora en la calidad de las
imágenes, la posibilidad de evaluar los vasos arteriales y venosos, de obtener reconstrucciones tridimensionales y con ello
una potencial ventaja en la estadificación tumoral, primordialmente vascular local.
Aunque algunos autores no han observado diferencias significativas en cuanto al rendimiento de la TC helicoidal monofásica
y bifásica en la detección y estadificación del cáncer de
páncreas13, otros autores19,32, en series más largas incluyendo un
mayor número de pacientes con tumores resecables, han aseverado el rendimiento de la TC helicoidal bifásica en la predicción
de la resecabilidad del cáncer de páncreas, presentando valores
predictivos para la resecabilidad tumoral entre 73,5% y 77% y
valores de precisión diagnóstica entre 77% y 83%. Revisando
específicamente los signos TC de infiltración vascular mediante
TC helicoidal bifásica, Lu et al33, utilizando un sistema de grada-
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A
B
Fig. 3.—Estudio de tomografía computarizada con contraste endovenoso en fase venosa portal en un paciente con neoplasia de páncreas. Masa heterogénea mal definida en el cuerpo pancreático. (A) Sección axial que no permite identificar el eje esplénico-mesentérico-portal. (B) La reconstrucción multiplanar oblicua coronal, orientada en el plano del confluente venoso demuestra de forma clara la disminución del calibre de la vena
porta en su origen y de la vena mesentérica superior en su confluencia con la vena porta (puntas de flecha), que permite establecer el diagnóstico de
infiltración venosa local, mostrando la longitud del segmento venoso afectado.
ción basado en la contigüidad del tumor con cada una de las estructuras vasculares (venas porta y mesentérica superior, o arterias hepática, mesentérica superior y tronco celíaco), presentaron
un valor predictivo positivo del 95% y un valor predictivo negativo para la irresecabilidad neoplásica del 93% cuando consideraban infiltración vascular una contigüidad del tumor que excedía el 50% de la circunferencia del vaso en cuestión (fig. 4). A
este mismo respecto Phoa et al34 describen como criterios de TC
más fiables de invasión venosa la estenosis e irregularidad de la
vena porta o la vena mesentérica superior, así como una contigüidad circunferencial del tumor con la vena porta superior a 90º
(fig. 5). Los autores concluyen que la mejor combinación de criterios de TC fue la concavidad tumoral con afectación circunferencial vascular, con lo que presentan una sensibilidad del 61% y
especificidad del 90%. Hough et al35 describieron el signo de la
lágrima de la vena mesentérica superior, que consiste en una deformidad de la morfología redondeada de la vena adyacente al
tumor en las secciones axiales, como indicativo de invasión venosa (fig. 6). Añadiendo este signo a los ya descritos de invasión
venosa, consiguen aumentar la sensibilidad (60-91%) y el rendimiento diagnóstico de la TC (79-95%) sin modificar significativamente la especificidad (100-98%). No obstante, estos sistemas
de gradación para el diagnóstico de la invasión vascular peripancreática tienen el inconveniente de la subjetividad a la que está
sometida su lectura. Los casos extremos no presentan problemas
de interpretación, pero la valoración del tumor rodeando al vaso
alrededor de 90º de su circunferencia puede ser difícil, dado que
además pueden existir bandas de infiltración de la grasa peripan-
B
A
286
Fig. 4.—Infiltración vascular arterial. (A) Neoplasia de cabeza-cuerpo
pancreático con prótesis biliar. Estudio de tomografía computarizada
(TC) con contraste endovenoso en fase pancreatográfica. Manguito
sólido que rodea la arteria mesentérica superior correspondiente a
infiltración de la misma. (B) Neoplasia de cuerpo pancreático.
Reconstrucción 3D MIP a partir de un estudio TC con contraste
endovenoso en fase arterial. Masa en cuerpo del páncreas que infiltra
la arteria mesentérica superior y tiene amplio contacto con el tronco
celíaco.
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Fig. 5.—Adenocarcinoma de páncreas. Estudio de tomografía computarizada con contraste endovenoso en fase pancreatográfica. Masa de
5 cm al nivel de la cabeza pancreática que contacta ampliamente con la
vena mesentérica superior (VMS) en aproximadamente 50° de su circunferencia, sin deformarla ni disminuirla de calibre. En la intervención quirúrgica se confirmó la invasión de la VMS, realizándose resección con interposición de injerto venoso.
Fig. 7.—Estudio de tomografía computarizada con contraste endovenoso en fase pancreatográfica. Adenocarcinoma pancreático de 2,6 cm,
hipodenso con respecto al páncreas normal en el estudio dinámico. Por
delante de la lesión se identifican imágenes lineales densas en el seno
de la grasa peripancreática que alcanzan la arteria mesentérica superior
(flechas finas) y la vecindad de la vena mesentérica superior (flecha
gruesa). En la pieza de resección no se demostró infiltración de la grasa peripancreática.
Fig. 6.—Estudio de tomografía computarizada con contraste endovenoso en fase venosa portal. Infiltración vascular de la vena mesentérica
superior. Signo de la lágrima: deformidad focal de la morfología de la
vena en contigüidad con el tumor.
creática que pueden rodear parcialmente un vaso o incluso continuarse sin plano graso de separación con el tejido tumoral. Estas
bandas pueden representar cambios edematosos o inflamatorios
locales (fig. 7). En este sentido, Valls et al19,36 presentan únicamente un 25% de valor predictivo positivo para la irresecabilidad tumoral para estas bandas perivasculares. Además se ha descrito la notoria variabilidad interobservador en función de su experiencia, que llega a alcanzar una diferencia de sensibilidad de
hasta un 20% entre revisores experimentados y noveles14.
El último avance tecnológico de la TC helicoidal es la TC multicorte (TCMC). La técnica permite utilizar una colimación extremadamente fina para la adquisición de volúmenes de datos prác-
Fig. 8.—Volume rendering. Masa en cabeza pancreática con invasión
de la segunda porción duodenal, respetando la arteria mesentérica superior (flecha) y el tronco celíaco (punta de flecha). (Agradecimiento a
la Dra. Rosa Bouzas, del Hospital Xeral de Vigo, por esta imagen amablemente cedida para la presente revisión).
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Ayuso C et al. Diagnóstico y estadificación del carcinoma de páncreas (II)
ticamente isotrópicos durante múltiples fases dinámicas, que
permiten obtener imágenes axiales y reconstrucciones 3D de muy
alta resolución anatómica (fig. 8). En estas condiciones la TCMC
ofrece potencialmente un mayor rendimiento en la detección del
adenocarcinoma pancreático y en su estadificación37-42. Vargas et
al43 presentan sus resultados en 23 pacientes con un tumor pancreático potencialmente resecable en función de los hallazgos de
la TC. En 20 pacientes el tumor pudo ser resecado (valor predictivo negativo del 87%) y resaltan que ninguno de los 3 tumores
erróneamente interpretados como resecables tenían extensión local en el acto quirúrgico. Dos de ellos tenían metástasis hepáticas
y uno peritoneales de pequeño tamaño, que no fueron diagnosticadas en la TCMC. Presentan un valor predictivo negativo para la
detección de infiltración vascular local del 100%.
A la vista de los resultados publicados recientemente en la literatura, la TCMC es la tecnología más adecuada para el estudio
de extensión tumoral del adenocarcinoma de páncreas, ya que es
la que permite una mejor estadificación local del tumor, con
unos valores predictivos negativos muy elevados, superiores a
los que se consiguen en las series que emplean TC helicoidal bifásica.
Extensión ganglionar
Varias cadenas ganglionares drenan el páncreas. La cabeza de
la glándula drena hacia la cadena del surco pancreaticoduodenal
y a través de ella, en los grupos ganglionares subpilórico, portal,
mesocólico, mesentérico y aortocaval. El cuerpo y cola pancreáticos drenan hacia los grupos ganglionares retroperitoneales,
hacia el hilio esplénico, o bien hacia los ganglios de la cadena
celíaca, aortocaval, mesocólica o mesentérica. La mayoría de estudios valoran como metastáticas las adenopatías que miden más
de 1 cm en su eje corto, no obstante ganglios de tamaño normal
pueden contener micrometástasis, mientras que ganglios aumentados de tamaño pueden ser reactivos (fig. 9). Esto supone una
importante limitación para la TC que evalúa únicamente en función de parámetros anatómicos. No obstante, como los ganglios
regionales a menudo pueden ser resecados en la cirugía no repre-
Fig. 9.—Tomografía computarizada en fase pancreatográfica en un paciente con neoplasia de cabeza pancreática que muestra adenopatías de
15 mm de diámetro máximo en región celíaca (puntas de flechas) que
resultaron ser reactivas en el estudio anatomopatológico.
288
sentan una contraindicación quirúrgica formal.
Algunos autores han evaluado el rendimiento de la TC en la
detección de invasión ganglionar por adenocarcinoma de páncreas14,17,19,32,44, obteniendo valores de precisión diagnóstica de la
TC helicoidal bifásica que oscila entre el 58% y el 78,3% para
la infiltración tumoral ganglionar. En conclusión, la TC tiene
todavía una tendencia hacia la infravaloración de la invasión metastásica ganglionar en parte debida a una alta frecuencia de linfadenopatías reactivas concurrentes. Dado que los ganglios peripancreáticos pueden ser resecados en bloque junto con el tumor
primario, la identificación de adenopatías peripancreáticas de tamaño superior a 1 cm en pacientes con tumores por lo demás
considerados resecables, no debe contraindicar la cirugía dado el
bajo rendimiento de la TC en el diagnóstico de la invasión ganglionar.
Metástasis hepáticas y peritoneales
La detección de metástasis hepáticas o peritoneales constituye
un criterio definitivo de irresecabilidad tumoral, no obstante algunos estudios12,14,45 han sugerido la incapacidad de la TC para
detectar lesiones metastásicas de pequeño tamaño (fig. 10). Vargas et al43, utilizando TCMC, presentan resultados similares, ya
que de los 23 pacientes considerados resecables en base a los hallazgos de la TC, en 3 no se pudo llevar a cabo la resección. Dos
de ellos presentaban metástasis hepáticas de pequeño tamaño y
el paciente restante tenía pequeños implantes tumorales peritoneales. En nuestra experiencia32 la TC helicoidal bifásica tiene
una baja sensibilidad para la detección de metástasis a distancia
(55%), aunque con un alto valor predictivo negativo (90%) y
una elevada precisión diagnóstica (88%).
Resonancia magnética
El empleo de secuencias de gradiente-echo 2D y 3D volumétricas adquiridas en apnea, permitiendo la obtención de estudios
dinámicos hepato-pancreáticos tras la inyección de contrastes
paramagnéticos extracelulares como es el gadolinio (Gd) condujo a una mejora significativa en la capacidad diagnóstica de la
RM. No obstante, los estudios comparativos para valorar el rendimiento de la TC y RM en el diagnóstico y extensión del cáncer
de páncreas ofrecen resultados controvertidos. Mientras que algunos autores16,46,47 han referido mejores resultados de la RM,
otros18 llegan a conclusiones contrarias, y describen un mayor
rendimiento de la TC. Por último, otros autores48 concluyen que
la TC y la RM tienen un rendimiento similar en la detección
de la neoplasia de páncreas, mientras que la RM es significativamente mejor que la TC en el diagnóstico de la resecabilidad de
los tumores pancreáticos.
El valor de estos estudios comparativos es limitado, ya que
depende enormemente de las características técnicas de los
equipos utilizados y de los parámetros de adquisición empleados. Hoy en día las diferencias en el rendimiento diagnóstico
de ambas técnicas en el cáncer de páncreas son muy pequeñas
y fácilmente superables por las continuas mejoras tecnológicas. La reciente introducción de la TCMC que permite llevar a
cabo estudios pancreáticos bifásicos o trifásicos con grosores
de corte efectivos de 1-2 mm está mejorando los resultados de
la TC. Por otra parte, el desarrollo de secuencias volumétricas
3D para la RM, que comportan una mucho mejor resolución
temporal y espacial, está también mejorando los resultados de
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Fig. 11.—Reconstrucción coronal de una secuencia FSPGRE (fast
spoiled gradient-echo) 3D potenciada en T1 en fase venosa portal tras
la administración de contraste endovenoso. Reducción de calibre superior al 50% de la vena porta por un tumor de la cabeza pancreática.
A
sodium y la TC helicoidal bifásica con contraste oral hídrico en
el diagnóstico y extensión del cáncer de páncreas en un grupo de
42 pacientes con sospecha de masa pancreática. En 26 de ellos
se confirmó la presencia de una neoplasia pancreática. Los autores concluyen que ambas técnicas tienen un rendimiento similar
para la detección y estadificación del cáncer pancreático, aunque
la RM mejoró la detección de pequeñas metástasis hepáticas,
que fueron identificadas por ésta en 7 de 8 pacientes y por la TC
en 4 de los 8 casos.
B
Fig. 10.-. Estudio de tomografía computariazada en fase portal. Neoplasia de páncreas diseminada que dilata la vía biliar intrahepática. (A)
Metástasis hepática subcapsular, infracentimétrica, hipodensa (flecha)
en la fase venosa portal del estudio dinámico. (B) Se identifica una segunda metástasis (flecha) de menor tamaño, también subcapsular en el
extremo hepático caudal.
la RM. Probablemente no existen diferencias significativas en
el rendimiento de ambas tecnologías cuando se emplean protocolos muy depurados para la adquisición de las imágenes. El
mayor empleo de la TC para el diagnóstico y estadificación
del cáncer de páncreas está muy probablemente más relacionado con la mayor disponibilidad de los equipos y el menor coste económico que conlleva que con una supuesta mayor eficacia diagnóstica.
Algunos autores han utilizado contrastes órgano-específicos
en el diagnóstico y estadificación del cáncer de páncreas; Schima et al49 compararon la RM contrastada con mangafodipir tri-
El estudio dinámico volumétrico tridimensional con saturación grasa permite una precisa visualización de las estructuras
vasculares arteriales y venosas peripancreáticas50,51, lo que posibilita la evaluación de la extensión vascular local (fig. 11).
Hochwald et al52 revisan retrospectivamente los estudios de
RM y de colangiopancreatografía por RM (CPRM) de 21 pacientes con sospecha de cáncer de páncreas para determinar su
resecabilidad. La técnica detectó todas las lesiones y mostró
un rendimiento diagnóstico para diferenciar entre lesiones
pancreáticas malignas y benignas del 81%, y del 43% para
predecir la afectación ganglionar. En cuanto a la predicción de
la resecabilidad tumoral, los autores describen una sensibilidad de la técnica del 100%, especificidad del 83%, valor predictivo positivo del 94% y negativo del 100%. La precisión
diagnóstica de la RM, incluyendo la CPRM fue del 95%. Los
buenos resultados que presentan estos autores muy probablemente se deben a que evalúan la rentabilidad de la RM en
21 pacientes con masa pancreática, aunque sólo 16 de ellos tenían un adenocarcinoma ductal pancreático (10 fueron resecados, mientras que los 6 restantes fueron irresecables). Los datos se han calculado sobre 15 tumores resecables sobre los 21
que constituyen la serie.
López Hänninen et al53, utilizando RM dinámica y CPRM, definen un valor predictivo positivo y negativo para neoplasia irresecable pancreática del 90 y 83% respectivamente, una sensibilidad y especificidad del 69 y 95% y un rendimiento global del
85%. Fischer et al54 presentan un valor predictivo positivo de la
RM del 87% para la resecabilidad tumoral local cuando seleccionan sólo los tumores sólidos de su serie, que fueron 29 casos.
Los autores definen esta técnica como la de mayor coste-eficacia
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Ayuso C et al. Diagnóstico y estadificación del carcinoma de páncreas (II)
A
B
C
D
Fig. 12.—Neoplasia irresecable de cuerpo pancreático. (A) Colangiorresonancia magnética que muestra una dilatación del conducto de
Wirsung al nivel de la cola pancreática con stop brusco al nivel del
cuerpo (puntas de flecha). (B) secuencia de resonancia magnética potenciada en T1 con saturación grasa tras la administración de contraste
endovenoso. Masa heterogénea a nivel del cuerpo pancreático (puntas
de flecha) que dilata el conducto de Wirsung. (C) angiorresonancia
magnética en fase arterial. Se observa la arteria mesentérica superior
permeable, pero ampliamente rodeada por el tumor pancreático (punta
de flecha). (D) angiorresonancia magnética en fase venosa con estenosis severa del confluente porto-mesentérico (puntas de flecha).
y la proponen como la única a realizar en el diagnóstico de extensión del cáncer (fig. 12) de páncreas basándose en la política
de «todo en uno»: toda la información requerida obtenida en una
sola técnica diagnóstica.
Ultrasonografía endoscópica
Clásicamente se ha considerado que la ultrasonografía endoscópica (USE) es una de las exploraciones más precisas en el
diagnóstico de invasión vascular, especialmente del eje venoso
mesentérico-portal y de los vasos esplénicos. Sin embargo, al
comparar su rendimiento con el de la TC en la estadificación
del cáncer de páncreas, llama la atención la disparidad de resultados obtenidos según el ámbito de la publicación. Mientras
que las publicaciones en revistas gastroenterológicas presentan
resultados superiores de la USE con respecto a la TC55-58, en revistas radiológicas o no gastroentrológicas se presentan resultados similares para ambas técnicas59-61. Estas discrepancias probablemente obedecen a factores metodológicos, como pueden
ser diferencias en los criterios de inclusión de pacientes, en la
definición de los criterios de detección y de resecabilidad tumoral y en el diseño del estudio (exploraciones enmarcadas
dentro de la rutina asistencial o bien en protocolos prospectivos
comparativos con otras técnicas). En este sentido, Meining et
al62, después de revisar 101 cintas de vídeo de USE, en primer
lugar en el contexto clínico asistencial, en segundo, sin disponer de la información de otras técnicas, y tercero disponiendo
de la información de la endoscopia o la TC, que correspondían
a pacientes con neoplasia de esófago (n = 32), estómago (n = 33)
y de páncreas (n = 36), concluyen que la precisión diagnóstica
de la USE en la estadificación de los tumores gastrointestinales en la práctica clínica diaria es más baja de lo que ha sido
referido en publicaciones previas, que aun es menor si la lectura de la prueba se hace completamente a ciegas, y que mejo-
290
Fig. 13.—Tomografía por emisión de positrones. Reconstrucción coronal que muestra una intensa captación de fluorodesoxiglucosa en el lecho quirúrgico, correspondiente a una recidiva tumoral en un paciente
tratado mediante duodenopancreatectomía cefálica.
ra mucho cuando se añade información adicional aportada por
otras técnicas.
No existe consenso en la indicación de la USE-punción-aspiración con aguja fina (PAAF) en pacientes con cáncer de páncreas. Algunos autores propugnan la punción sistemática de
todas las lesiones sólidas pancreáticas63,64, mientras que otros7,32
abogan por la punción de las neoplasias no resecables para su
confirmación diagnóstica antes de aplicar un tratamiento radioterápico o quimioterápico, y por la abstención en pacientes con
enfermedad resecable, puesto que un resultado negativo en
cuanto a malignidad, no excluye este diagnóstico (sensibilidad
del 80%).
Tomografía por emisión de positrones
La tomografía por emisión de positrones permite la realización de un rastreo de «cuerpo entero» que tiene la ventaja de poder demostrar metástasis a distancia en lugares insospechados
que modifiquen la indicación terapéutica en algunos casos65. Por
otra parte, la tomografía por emisión de positrones (PET) es especialmente útil en el seguimiento de los pacientes con cáncer de
páncreas, en los que las alteraciones anatómicas posterapéuticas
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dificultan la valoración locorregional de la recidiva tumoral en
los estudios de TC y RM (fig. 13). En los casos en los que estas
técnicas muestran hallazgos poco concluyentes, la PET tiene una
clara indicación66. La posibilidad de combinar un equipo de PET
con un equipo de TC (PET/TC)67 abre nuevas expectativas para
el diagnóstico, estadificación y seguimiento del adenocarcinoma
ductal pancreático.
Laparoscopia
A pesar de la sofisticación de las nuevas modalidades diagnósticas aplicadas en la estadificación del cáncer de páncreas, la diseminación peritoneal y las pequeñas metástasis hepáticas pueden
no ser identificadas preoperatoriamente68. Su detección tiene un
gran impacto en la decisión terapéutica. Por una parte, evita una
cirugía de riesgo que no va ser eficaz en los pacientes con metástasis, y por otra, las nuevas terapéuticas neoadyuvantes tienen su
indicación en pacientes con extensión tumoral local, pero sin metástasis a distancia. La laparoscopia ofrece un alto rendimiento en
la detección de metástasis en la superficie hepática de 1-2 cm de
diámetro y ofrece una sensibilidad de alrededor del 97% y una especificidad del 100% para la detección de metástasis peritoneales69, a la vez que permite biopsiar las lesiones observadas. La ultrasonografía laparoscópica permite además dar información sobre
la extensión local neoplásica, habiéndose descrito una sensibilidad
de 89% cuando se evalúa este parámetro70. Hay que tener en cuenta que cuanto más avanzada es la extensión del tumor, mayor es la
probabilidad de hallazgos positivos en la laparoscopia. Sin embargo, cuando se limita su realización a pacientes con cáncer de páncreas seleccionados, potencialmente resecables en base a criterios
radiológicos de la TC, no ha sido posible confirmar la utilidad
diagnóstica de esta exploración71.
ESTRATEGIAS EN EL DIAGNÓSTICO Y EXTENSIÓN
PREOPERATORIA
La efectividad de la TC y la RM en el diagnóstico y estadificación del carcinoma de páncreas está bien establecida. El valor
predictivo positivo para predecir la irresecabilidad quirúrgica está
por encima del 90%, mientras que los tumores potencialmente resecables en función de criterios de TC no pueden ser resecados
en el acto quirúrgico en alrededor de un 75-91% de casos, según
las series publicadas. Los motivos fundamentales de esta infravaloración del estadio tumoral son debidos a la existencia de pequeñas metástasis hepáticas subcapsulares, implantes peritoneales u
omentales de pequeño tamaño no detectados por TC o RM, o
bien por una extensión local tumoral, frecuentemente correspondiente a invasión vascular, no detectada previamente. Estas limitaciones en la predicción de la resecabilidad tumoral han llevado
a algunos autores a sugerir la combinación de dos o más técnicas
de diagnóstico para minimizar el riesgo de infraestadificación tumoral antes de tomar una decisión terapéutica concreta.
Hawes et al72 siguen la siguiente estrategia: tras llegar al diagnóstico de masa pancreática (generalmente mediante TC bifásica
con cortes finos, o menos frecuentemente mediante USE), se realiza el diagnóstico de extensión tumoral. Como la mayoría de
pacientes tienen un tumor irresecable por extensión local o enfermedad metastásica en el momento del diagnóstico inicial, la
única exploración que realizan a continuación es una PAAF
guiada por TC o US para obtener la confirmación diagnóstica. Si
la neoplasia se considera resecable en función de los criterios de
TC establecidos, indican una USE para confirmar la indemnidad
de las estructuras vasculares locales, técnica que además ofrece
la posibilidad de guiar una PAAF durante el procedimiento para
obtener material diagnóstico. Si el tumor sigue siendo potencialmente resecable, el paciente pasa a cirugía o a quimio-radioterapia neoadyuvante, en función de la protocolización terapéutica
que se siga. Si en la USE se detectan signos de tumor localmente
avanzado, y por ello irresecable, recomiendan tratamiento con
quimio-radioterapia o gemcitabina. Los pacientes con enfermedad metastásica son tratados con quimioterapia sistémica.
Clarke et al8,72 utilizan como primera exploración la US abdominal en pacientes con sospecha de cáncer de páncreas, siendo
la única exploración requerida en tumores diseminados. Cuando la enfermedad está confinada al páncreas indican una TC helicoidal bifásica para determinar la extensión neoplásica local.
Los autores consideran que la RM es una alternativa útil, aunque
tan sólo aplicable en centros especializados que dispongan de un
equipo de altas prestaciones. La información que ofrecen estas
pruebas permite tomar una decisión terapéutica en la mayoría de
casos. En los pacientes con indicación de descompresión de la
vía biliar, recomiendan la realización de una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (ERCP) para colocar un stent endoluminal. Los autores utilizan la USE o la PET únicamente en
casos muy seleccionados. Debido a que la precisión diagnóstica
de la TC es muy superior en predecir la irresecabilidad que la resecabilidad, abogan por realizar una laparoscopia o una ultrasonografía laparoscópica en pacientes con mayor riesgo de enfermedad irresecable, siendo esta indicación evaluada de forma arbitraria y discutida en cada caso.
Algunos autores han evaluado, en función de criterios de coste-eficacia, la mejor estrategia de métodos de imagen para precisar la resecabilidad tumoral. McMahon et al73 diseñaron un modelo hipotético de decisión para calcular el coste y la eficacia
(referida a supervivencia) en un grupo de pacientes con el diagnóstico o la sospecha diagnóstica de cáncer de páncreas. Concluyen que la realización de una TC como primera prueba de
imagen, seguida de una laparoscopia y una ultrasonografía laparoscópica, constituyen la secuencia de técnicas de diagnóstico
que permiten una adecuada actuación terapéutica al menor coste
en la mayoría de escenarios.
Soriano et al32 evaluaron de forma prospectiva la eficacia de
varias estrategias basadas en USE, TC, RM y angiografía en la
estadificación y predicción de la resecabilidad del cáncer de
páncreas en 62 pacientes consecutivos intervenidos. La TC fue
la técnica con mayor precisión diagnóstica y mayor valor predictivo negativo, mientras que la USE y la angiografía tuvieron
el valor predictivo positivo más alto. Al no coincidir los mejores valores predictivos positivos y negativos en una única técnica diagnóstica, aconsejan la combinación de, como mínimo,
dos de ellas. Según los datos obtenidos a partir de cada una de
las pruebas diagnósticas efectuadas, la mayor eficacia diagnóstica se hubiera conseguido empleando como técnica inicial la
TC seguida de la USE, o la USE seguida de la TC. Esta combinación de técnicas hubiera permitido una correcta clasificación
tumoral en el 87% de los pacientes, tan sólo en un 11% de los
casos se hubiera detectado enfermedad irresecable en el acto
quirúrgico, mientras que el 2% de los pacientes hubieran sido
excluidos de la cirugía a pesar de tener una neoplasia resecable. Basándonos en estos resultados se propone un algoritmo
diagnóstico que se refleja en la figura 14. A pesar de que el
coste de esta estrategia combinada basada en la TC y la USE es
mayor que la realización de una única prueba, sí se tiene en
cuenta el gasto que supone la realización de laparotomías inne-
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TC Helicoidal bifásica
Tumor resecable o de resecabilidad dudosa
Tumor irresecable
8.
Ultrasonografía endoscópica
Resecable
7.
Irresecable o de resecabilidad dudosa
Por invasión vascular
Laparoscopia/Laparotomía exploradora
con US intraoperatoria
Angio-Rm
Negativa
Tratamiento quirúrgico
9.
Por otras causas
Positiva
Resecable
10.
Irresecable
Tratamiento paliativo
11.
Fig. 14.—Algoritmo propuesto para el diagnóstico y la estadificación
del carcinoma de páncreas basado en la mejor relación coste-eficacia.
TC: Tomografía computarizada; RM: resonancia magnética; US: ultrasonografía.
12.
cesarias; la combinación descrita constituye la estrategia más
rentable en términos de coste y de eficacia cuando se trata de
determinar la resecabilidad tumoral.
13.
CONCLUSIÓN
14.
No cabe duda de que hemos asistido en los últimos años a un
gran adelanto tecnológico en las diferentes técnicas de imagen
que nos ha permitido evaluar con mayor eficacia el problema de
diagnóstico y terapéutico del cáncer de páncreas. La evolución
no cesa, y con seguridad vamos a asistir a una nueva redefinición de la eficacia de las pruebas de diagnóstico por imagen en
un futuro próximo. Es posible que venga de la mano de los equipos de PET/TC, empleando tecnología TC avanzada, en los que
a
la
exquisita resolución anatómica de la TC se les añada la información funcional tisular de la PET. Hoy en día, pues, se podría decir que la estrategia diagnóstica óptima en los pacientes con sospecha de cáncer de páncreas, está aún por definir.
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