Retos. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación 2010, nº 17, pp. 5-9 © Copyright: 2010 Federación Española de Asociaciones de Docentes de Educación Física (FEADEF) ISSN edición impresa: 1579-1726. Edición Web (www.retos.org). Cifosis funcional y actitud cifótica lumbar en piragüistas adolescentes Functional kyphosis and lumbar kyphosis in adolescent paddlers *Pedro Ángel López-Miñarro, *Fernando Alacid Cárceles *Universidad de Murcia (España) Resumen: El objetivo de este estudio fue valorar la frecuencia de casos de cifosis funcional y actitud cifótica lumbar en piragüistas adolescentes. A un total de 140 piragüistas (media de edad: 13,67 ± 0,61 años) se les midió, mediante un inclinómetro, la disposición sagital del raquis dorsal y lumbar en bipedestación relajada y al realizar una flexión máxima del tronco en sedentación con rodillas extendidas (test de distancia dedos-planta). Al clasificar los valores angulares en base a las referencias de normalidad, un 63% de los deportistas tenían una curva dorsal normal en bipedestación, de los cuales un 91,2% presentaban un morfotipo cifótico leve o moderado en la posición de máxima flexión del tronco. En cuanto al raquis lumbar, el 68,5% tenía una curva normal en bipedestación, de los cuales el 83,9% presentaban un morfotipo cifótico en flexión máxima del tronco. En conclusión, existe un alto porcentaje de piragüistas con una disposición normal del raquis en bipedestación, pero con un morfotipo cifótico leve o moderado en flexión máxima del tronco. Es necesario incluir, en el control y seguimiento de estos deportistas, una valoración de la columna que incluya el estudio de la disposición sagital del raquis en flexión máxima del tronco. Palabra clave: raquis, torácico, lumbar, flexión máxima del tronco, bipedestación. Abstract: The objective of this study was to evaluate the frequency of functional kyphosis and lumbar kyphosis in adolescent paddlers. A total of 140 paddlers (mean age: 13,67 ± 0,61 years) participated in this study. The sagittal spinal curvatures (thoracic and lumbar curves) in relaxed standing and in maximal trunk flexion with knees extended (sit-and-reach test) were evaluated with an inclinometer. The analysis of angular values with respect to the normality references showed that 63% of athletes with normal thoracic curve in standing, while in maximal trunk flexion there were many athletes (91.2%) with a moderate or slight kyphotic posture. With respect to lumbar curve, 68.5% of the subjects had normal values in standing, while 83.9% showed lumbar kyphotic postures in maximal trunk flexion. In conclusion, there was a high percentage of paddlers with normal angular values in relaxed standing, although when maximal trunk flexion with knees extended was performed there was a significant increase of kyphotic postures in both thoracic and lumbar curves. For this reason, the evaluation of sagittal spinal curvatures of paddlers is an important variable to include in training planning. Key words: spine, thoracic, lumbar, maximal trunk bending, standing. 1. Introducción El estudio y valoración de la disposición sagital del raquis en deportistas jóvenes es importante porque diversos estudios han encontrado cambios específicos del morfotipo raquídeo según el deporte realizado (Boldori, Da Soldá, & Marelli, 1999; Uetake & Ohtsuki, 1998; Wojtys, Ashton-Miller, Huston, & Moga, 2000), y porque existe una elevada frecuencia de desalineaciones raquídeas en el período puberal y la adolescencia (Ferrer, 1998; Serna, Santonja, & Pastor, 1996). Estas desalineaciones pueden generar repercusiones (Murray, Weinstein, & Spratt, 1993) si no se detectan y no se adoptan las medidas adecuadas. Varios estudios han valorado el morfotipo raquídeo en deportistas, tales como nadadores (Pastor, 2000), gimnastas de rítmica (Kums, Ereline, Gapeyeva, Pääsuke, & Vain, 2007; Nilsson, Wykman, & Leanderson, 1993; Martínez, 2004; Ohlén, Wredmark, & Spandfort, 1989), bailarinas (Gómez, 2007), futbolistas (López, Alburquerque, Quintana, Domínguez, Rubens, & Calvo, 2005; Sáinz de Baranda et al., 2001; Wodecki, Guigui, Hanotel, Cardinne, & Deburge, 2002), usuarios de salas de musculación (López-Miñarro, Rodríguez, Santonja, Yuste, & García, 2007a; López-Miñarro, Yuste, Rodríguez, Santonja, Sáinz de Baranda, & García, 2007b; López-Miñarro, Rodríguez, Santonja, & Yuste, 2008d), piragüistas (López-Miñarro, Alacid, Ferragut, & García, 2008a), remeros (Howell, 1984; Stuchfield & Coleman, 2006), esquiadores (Alricsson & Werner, 2006) y luchadores (Rajabi, Doherty, Goodarzi, & Hemayattalab, 2008), encontrando adaptaciones específicas del morfotipo raquídeo al deporte practicado. La mayoría de estos estudios han analizado el morfotipo raquídeo en bipedestación. Sin embargo, esta posición sólo es una de las que se pueden adoptar en la vida cotidiana y en la práctica físico-deportiva. Fecha recepción: 02-09-09 - Fecha envío revisores: 23-09-09 - Fecha de aceptación: 01-11-09 Correspondencia: Pedro A. López-Miñarro. Facultad de Educación. Universidad de Murcia. Campus Universitario de Espinardo, 30100 (Murcia) E-mail: [email protected] Número 17, 2010 (1º semestre) Diversos autores han resaltado la importancia de incluir, además, el estudio del morfotipo raquídeo en la posición de flexión máxima del tronco (Santonja, 1996; Stagnara, 1987; Serna et al., 1996). En esta línea, algunos estudios que analizan el morfotipo raquídeo en deportistas, han incluido el análisis de la disposición sagital del raquis en flexión máxima del tronco (Gómez, 2007; López-Miñarro & Alacid, 2009; Martínez, 2004; Pastor, 2000; Sáinz de Baranda et al., 2001). Al realizar la exploración de la disposición sagital del raquis, se puede encontrar una correcta disposición del raquis en bipedestación, pero con un notable incremento de la curvatura dorsal en la posición de flexión máxima del tronco, lo que se ha denominado «cifosis funcional» (Santonja, 1996; Santonja, Pastor, & Serna, 2000; Santonja, Rodríguez, Sáinz de Baranda, & López-Miñarro, 2004). Otro problema frecuente es la inversión del raquis lumbar en flexión máxima del tronco, partiendo de una lordosis normal en bipedestación (actitud cifótica lumbar) (Santonja & Martínez, 1992; Santonja et al., 2000), o de una hiperlordosis lumbar (hipermovilidad lumbar) (Somhegyi & Ratko, 1993). La detección de estos morfotipos raquídeos alterados en flexión máxima del tronco adquiere una gran importancia durante el crecimiento, ya que son indicativos de una tendencia a la estructuración de una desalineación raquídea (Santonja et al., 2000; Swärd, 1992), y aumentan el riesgo de repercusiones raquídeas en las estructuras discales, óseas y ligamentosas al aumentar las cargas compresivas, de cizalla anterior y la presión intradiscal (Briggs et al., 2007; Callaghan & McGill, 2001; McGill, 2002; Polga et al., 2004; Solomonow, 2004; Wilke, Neef, Caimi, Hoogland, & Claes, 1999). Debido a las repercusiones asociadas a la cifosis funcional y actitud cifótica lumbar, es preciso conocer su frecuencia en población deportista joven, para instaurar, a continuación, aquellas medidas terapéuticas que permitan mejorar el morfotipo raquídeo y disminuir el riesgo de repercusiones. En este sentido, los objetivos de este estudio fueron: 1) determinar la frecuencia de cifosis funcional en piragüistas adolescentes; y 2) determinar la frecuencia de la actitud cifótica lumbar en piragüistas adolescentes. RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación -5- 2. Material y método 2.1. Muestra. Un total de 140 piragüistas varones, entre 13 y 15 años participaron en el estudio (edad: 13,67 ± 0,61 años; talla: 167,15 ± 7,67 cm; masa: 61,97 ± 9,03 kg). Los criterios de inclusión fueron: entrenar al menos 5 días a la semana, con una duración superior a 60 minutos por sesión, y desde al menos 2 años de forma continuada. Los criterios de exclusión fueron: tener dolor lumbar o torácico en el mes previo a las mediciones, haber sido sometido a cirugía en la columna vertebral, pelvis o miembros inferiores, o haber tenido algún tipo de lesión aguda o crónica en la columna vertebral y/o musculatura isquiosural en los últimos 6 meses. 2.2. Procedimiento. El estudio fue aprobado por el Comité Ético y de Investigación de la Universidad de Murcia. Los padres y los deportistas fueron informados de los objetivos y métodos del estudio y se obtuvo un consentimiento informado. Previamente a la medición de la disposición sagital del raquis, las apófisis espinosas de la primera vértebra torácica (T1), duodécima vértebra torácica (T12) y quinta vértebra lumbar (L5) fueron localizadas y marcadas por un investigador con 10 años de experiencia en la exploración del raquis (fiabilidad intraobservador > 0.93 para las mediciones en bipedestación y > 0.89 para las mediciones en flexión máxima del tronco), en base al protocolo utilizado previamente por López-Miñarro et al. (2009). A continuación, se midió de forma aleatoria y en dos ocasiones, mediante un inclinómetro Unilevel (ISOMED, Inc., Pórtland, OR), las curvas dorsal y lumbar en bipedestación relajada y en flexión máxima del tronco con rodillas extendidas (test de distancia dedos-planta). Entre cada medición hubo un descanso de 5 minutos. Para el análisis de datos se utilizó el valor medio de ambas mediciones. Para medir las curvas raquídeas en bipedestación, el deportista se situaba de pie, con los pies separados a una distancia equivalente a su anchura coxofemoral, los brazos pegados en sus costados y relajados, con la mirada al frente. Una vez colocado, se procedía a la medición, permaneciendo el deportista sin moverse. Se utilizó el protocolo de medición descrito previamente por Mellin (1986) y utilizado posteriormente en deportistas jóvenes por Pastor (2000). Para medir la cifosis torácica el inclinómetro se colocó al inicio de la curvatura torácica, en el lugar donde se obtenía el mayor valor angular de la misma, generalmente coincidente con T1-T3 (Figura 1a), situándose en esta posición a 0º y, a continuación, se contorneaba el perfil del raquis hasta la zona donde se obtenía el mayor valor angular (final de la curvatura cifótica), generalmente coincidente con T12-L1 (transición lumbosacra) (Figura 1b), obteniendo el grado de la cifosis torácica. Para medir la lordosis lumbar, en el punto donde se determinó el ángulo de la cifosis torácica, se niveló el inclinómetro a 0º y se colocó, a continuación, al final de la curvatura lordótica, en el punto donde se obtenía el mayor valor angular de la curva, normalmente coincidente con L5-S1 (Figura 1c). Para categorizar a los deportistas en base al valor angular de la cifosis dorsal se utilizaron las referencias aportadas por Santonja (1993) (Tabla 1). Los valores de referencia de la curva lumbar que se utilizaron para categorizar a los sujetos fueron los propuestos por Pastor (2000) (Tabla 1). Los valores negativos corresponden a una curva lumbar de concavidad posterior (lordosis), mientras que valores positivos indican concavidad anterior (inversión). Las curvaturas torácica y lumbar fueron también valoradas al realizar una flexión máxima del tronco en sedentación con las rodillas extendidas (test de distancia dedos-planta) siguiendo el protocolo de medición y las técnicas descritas por Mellin (1986) y utilizado posteriormente por otros estudios (Martínez, 2004; Miñarro, Andújar, García, & Toro, 2007; Pastor, 2000; Rodríguez, 1998). Puesto que en esta posición el raquis adopta una postura de cifosis total (cifosis torácica y lumbar), se tomó como criterio de la transición tóraco-lumbar, la duodécima vértebra torácica. Para realizar el test, el deportista se situó en sedentación, con las rodillas extendidas y los pies separados a la anchura de sus caderas. Las plantas de los pies se colocaron perpendiculares al suelo, en contacto con un cajón de medición (ACCUFLEX TESTER I). En esta posición, se le solicitó al deportista que realizara una flexión máxima del tronco con rodillas y brazos extendidos. Un investigador se encargó de fijar las rodillas en extensión durante el test. Las palmas de las manos se tenían que deslizar sobre el cajón, hasta alcanzar la máxima distancia posible, manteniendo la posición durante 5 segundos. Al alcanzar la máxima distancia, se colocó el inclinómetro al inicio de la curvatura torácica, a nivel de T1 (Figura 2a), situándolo a 0º. A continuación se colocó el inclinómetro centrado en la marca de T12 (Figura 2b), obteniendo el valor angular de la curva torácica. En esta posición se volvió a situar el inclinómetro a 0º y a continuación se colocó al final de la curva lumbar, justo debajo de la marca realizada en L5 (Figura 2c), por lo que el inclinómetro quedaba situado a nivel de la primera vértebra sacra. Figura 2. Colocación del inclinómetro en el test de distancia dedos-planta al inicio de la curvatura torácica (a), a nivel de T12 (b), y al final de la curvatura lumbar (c). Para clasificar los valores angulares de las curvas dorsal y lumbar se utilizaron las referencias aportadas por Pastor (2000) (Tabla 1). Figura 1. Colocación del inclinómetro en la medición del bipedestación relajada al inicio de la curvatura torácica (a), en el lugar donde se obtiene el mayor valor angular (b), y al final de la curva lumbar (c). - 6 - 2.3. Análisis estadístico. Para verificar la normalidad de las variables se utilizó la prueba de Kolmogorov Smirnov, que evidenció una distribución normal de las mismas. Para comparar los valores angulares de la curva dorsal y lumbar entre la posición de bipedestación y la posición de flexión máxima del tronco en el test de distancia dedos-planta se realizó una prueba t de Student para muestras apareadas. Se realizó un análisis descriptivo de cada una de las variables con la obtención de la distribución de frecuencias en base a las referencias de normalidad. El nivel de significación estadística se estableció en un valor de p < 0.05. Todos los datos fueron analizados usando el paquete estadístico SPSS versión 15,0. RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) 3. Resultados Los valores medios de la curva lumbar y dorsal en bipedestación y en el test de distancia dedos-planta se presentan en la figura 3. Se encontraron diferencias significativas (p < 0.001) en los valores angulares de ambas curvas raquídeas entre la posición de bipedestación y la máxima flexión del tronco. Figura 3. Media ± desvi ación típica de la curva lumbar y dorsal en bipedestación y en el test de distancia dedos-planta. En la tabla 2 se presenta la distribución de casos, en función de las referencias de normalidad de la curva dorsal, para la posición de bipedestación y flexión máxima del tronco. Un 37% de los deportistas tenían una hipercifosis dorsal en bipedestación. La mayoría de estos adoptaban un morfotipo cifótico en el test de distancia dedos-planta. Del 63% de deportistas con una cifosis dorsal normal en bipedestación, la mayoría de ellos, el 91,2%, tenían un morfotipo dorsal cifótico leve o moderado en el test de distancia dedos-planta (cifosis funcional) (Tabla 2). En cuanto a la curva lumbar, hubo un predominio de posturas normales en bipedestación, seguido de posturas de rectificación. Los casos de hiperlordosis lumbar fueron más reducidos (Tabla 3). Del 68,5% de deportistas con una lordosis normal en bipedestación, el 83,9% tenían un morfotipo cifótico lumbar leve o moderado en el test de distancia dedos-planta (actitud cifótica lumbar). De los 8 casos de hiperlordosis lumbar en bipedestación, 6 de ellos tenían un morfotipo cifótico lumbar en el test de distancia dedos-planta (hipermovilidad lumbar). Tabla 1. Referencias de normalidad de las curvas dorsal y lumbar en bipedestación y flexión máxima del tronco con rodillas extendidas. Curva dorsal Rectificación Bipedestación Normal Curva lumbar < 20º < 20º 20 – 45º 20º – 40º Hipercifosis leve > 45º – 60º Hipercifosis moderada > 60º – 80º Hiperlordosis Test de distancia dedosplanta > 40º Morfotipo normal Morfotipo cifótico leve Morfotipo cifótico moderado < 67º < 23º 67º – 76º 23º – 31º > 76º > 31º Tabla 2. Distribución de casos de la curva dorsal en bipedestación y en el test de distancia dedos-planta en función de las referencias de normalidad. CURVA TORÁCICA TEST DE DISTANCIA DEDOS-PLANTA CURVA TORÁCICA BIPEDESTACIÓN Total Total Normal Cifótico leve Cifótico moderado NORMAL 5,5% 25,2% 32,3% 63% HIPERCIFOSIS 0,9% 8,6% 27,5% 37% 6,4% 33,8% 59,8% Normal Referencias de normalidad basadas en Santonja (1993) (bipedestación) y Pastor (2000) (test de distancia dedos-planta) 4. Discusión El objetivo principal de este estudio fue describir la frecuencia de casos de cifosis funcional y actitud cifótica lumbar en deportistas jóvenes. Con la exploración sagital del raquis en bipedestación, encontramos un predominio de deportistas con un morfotipo raquídeo normal. No Número 17, 2010 (1º semestre) obstante, al valorar el comportamiento del raquis en una posición de flexión máxima del tronco con las rodillas extendidas, los resultados muestran un alto porcentaje de morfotipos alterados, con la gran mayoría de los deportistas adoptando morfotipos cifóticos leves o moderados en la curva dorsal y/o lumbar. Estas posturas cifóticas y/o de inversión lumbar mantenidas o repetitivas en el raquis, aún en proceso de maduración, pueden producir alteraciones en los núcleos de crecimiento de las vértebras (Ashton-Miller, 2004), lo que aumenta la importancia de medir la postura de flexión máxima del tronco cuando se realiza una valoración del morfotipo raquídeo en deportistas. En la adolescencia, los cuerpos vertebrales van adquiriendo su morfología definitiva y son susceptibles de deformidades estructurales que pueden ser permanentes. Los períodos de crecimiento longitudinal más rápidos son momentos de alta vulnerabilidad para la columna vertebral, por lo que es necesario realizar una adecuada exploración del raquis como elemento de control (Swärd, 1992). Si un morfotipo cifótico no es detectado y, por tanto, no se inicia una intervención terapéutica, puede transformarse, a la larga, en una deformidad estructurada (Ventura, 1986; Domisse, 1990). La edad de los deportistas evaluados en este estudio supone que sus núcleos de crecimiento vertebral aún siguen activos y, por tanto, una postura inadecuada del raquis podría generar alteraciones que afectarían a su calidad de vida, así como a su trayectoria deportiva. En la adolescencia, las alteraciones de la disposición sagital del raquis son más frecuentes que en la infancia y, por lo general, más graves, dada su tendencia a convertirse en deformidades verdaderas o estructuradas. En este sentido, Pastor (2000) encontró mayor presencia de acuñamientos vertebrales en la transición tóraco-lumbar de aquellos nadadores que presentaban mayor flexión intervertebral torácica en el test de distancia dedos-planta. Además, una mayor flexión intervertebral aumenta la presión intradiscal (Polga et al., 2004; Wilke et al., 1999) y el estrés compresivo y de cizalla (Callaghan & McGill, 1995; McGill, 2002), disminuyendo el número de ciclos de carga necesarios para producir una lesión en los tejidos vertebrales (Callaghan & McGill, 2001). Una de las principales limitaciones de este estudio fue no haber realizado una comparación del morfotipo raquídeo de los deportistas con una población sedentaria de su misma edad, con el objetivo de establecer la influencia del entrenamiento sistematizado en el morfotipo raquídeo. No obstante, otros estudios si han realizado esta comparación. Pastor (2000) analizó la disposición sagital del raquis en flexión máxima del tronco en nadadores de categoría infantil, evidenciando un mayor porcentaje de morfotipos cifóticos respecto a la población escolarizada. En cuanto a la curva lumbar, los nadadores presentaban menor frecuencia de morfotipos cifóticos. Martínez (2004), sin embargo, encontró una menor frecuencia de morfotipos dorsales alterados en flexión máxima del tronco en gimnastas de rítmica, respecto a un grupo control. No obstante, en cuanto a la curva lumbar encontró una mayor frecuencia de morfotipos cifóticos en las gimnastas. Las diferencias entre ambos estudios podrían ser consecuencia de una importante diferencia en la extensibilidad isquiosural de los deportistas, ya que las gimnastas tenían una extensibilidad mayor que los nadadores y los grupos control. El seguimiento de la evolución de la postura corporal en deportistas debería integrarse en la planificación del entrenamiento, ya que las curvas raquídeas cambian con el crecimiento (Widhe, 2002) y el entrenamiento sistematizado (Wojtys et al., 2000). Alricsson y Werner (2006), en esquiadores de fondo, encontraron un incremento significativo de la cifosis torácica en bipedestación tras un período de 5 años de entrenamiento. Al valorar el morfotipo raquídeo en máxima flexión del tronco hay que tener en cuenta la extensibilidad de la musculatura isquiosural y la percepción de los movimientos pélvicos, ya que en ocasiones es el bloqueo coxofemoral y la mala utilización del ritmo lumbopélvico lo que produce una mayor flexión raquídea (Fisk & Baigent, 1984; Stokes & Abery, 1980). El desarrollo de una adecuada extensibilidad isquiosural es muy importante puesto que varios estudios ponen de manifiesto la existencia RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación -7- de un alto porcentaje de deportistas con una extensibilidad reducida (Ferrer, 1998; López-Miñarro,Alacid, Ferragut, & García, 2008b; LópezMiñarro, Ferragut, Alacid, Yuste, & García, 2008c; Pastor, 2000; Wang, Whitney, Burdett, & Janosky, 1993), debido principalmente a un volumen insuficiente de estiramientos, ya que diversos programas de estiramiento isquiosural han mostrado mejoras significativas con un volumen moderado de entrenamiento (Halbertsma & Göeken, 1994; Rodríguez-García, Santonja, López-Miñarro, Sáinz de Baranda, & Yuste, 2008b; Zakas, Galazoulas, Grammatikopoulou, & Vergou, 2002). Para mejorar la disposición raquídea en bipedestación, y especialmente en flexión del tronco, es preciso incorporar a la planificación del entrenamiento de los deportistas, un programa de postura corporal. Puesto que la postura del raquis dorso-lumbar está íntimamente relacionada con la posición de la pelvis (Levine & Whittle, 1996), y ésta con la extensibilidad isquiosural en posiciones de flexión del tronco con rodillas extendidas (Gajdosik, Albert, & Mitman, 1994; López-Miñarro y Alacid, 2009; López-Miñarro, Sáinz de Baranda, Rodríguez-García, & Yuste, 2008e; López-Miñarro, Sáinz de Baranda, & RodríguezGarcía, 2009; Rodríguez-García, López-Miñarro, Yuste, & Sáinz de Baranda, 2008a), un adecuado trabajo de concienciación pélvica y un entrenamiento sistematizado de la extensibilidad, deberían ser incluidos en los programas de entrenamiento. Es importante tener en cuenta que la flexión del tronco se efectúa de manera repetida en gestos de la vida cotidiana, así como en gestos deportivos. Detectar una mala disposición del raquis es esencial para implantar una precisa corrección (Santonja & Martínez, 1995; Santonja et al., 2000). El análisis del morfotipo raquídeo en máxima flexión del tronco es necesario porque complementa la exploración en bipedestación, pudiendo detectar posibles patologías raquídeas y, por tanto, diseñar un protocolo de tratamiento o de prevención adecuado según se detecte (Martínez, 2004): - Una curva aumentada en bipedestación con un claro incremento de la misma en posición de máxima flexión del tronco, lo que sugiere una estructuración de la misma. - Un incremento de la curva dorsal en flexión máxima del tronco con una disposición angular normal en bipedestación, característico de la cifosis funcional, y que va a ser un factor que predispondrá a una disposición patológica en años posteriores en la posición de bipedestación. - Un morfotipo cifótico lumbar en flexión máxima del tronco con una curva lumbar normal en bipedestación, así como en aquellos con hiperlordosis lumbar. Además, ante deportistas que presentan estos morfotipos raquídeos hay que considerar la elección de ejercicios alternativos a los tradicionalmente realizados (Herrador, Latorre, & Osorio, 2002), ya que con frecuencia en estos se adoptan posturas que inciden negativamente en el desarrollo del morfotipo raquídeo del deportista. Las herramientas y test para el control y la cuantificación del entrenamiento no son la clave de una planificación exitosa, pero facilitan el proceso de elaboración, corrección y ajuste de las programaciones de entrenamiento realizadas (Alacid, 2008). La postura corporal de los deportistas también debe ser una variable a incluir en la planificación del entrenamiento deportivo. Estudios previos han mostrado que las posturas y gestos técnicos específicos de cada deporte condicionan el morfotipo raquídeo de los deportistas. La mayor parte de los estudios realizados hasta el momento no han analizado la disposición sagital del raquis en flexión máxima del tronco, por lo que no se ha podido establecer la frecuencia de casos de cifosis funcional y actitud cifótica lumbar en estos deportistas. El presente estudio ha analizado una muestra de piragüistas varones, que se caracterizan por una posición de sedentación prolongada con las rodillas ligeramente flexionadas. Esta posición, mantenida frecuentemente, es probablemente un factor determinante en la frecuencia de casos de cifosis funcional y actitud cifótica lumbar. No obstante, puesto que sólo se han valorado a piragüistas varones, es preciso analizar si existen diferencias en función del género, así como comparar el morfotipo dinámico del raquis entre deportistas de diversas disciplinas. - 8 - 5. Conclusiones En la valoración de la disposición sagital del raquis en deportistas jóvenes es necesario complementar la exploración en bipedestación habitual con la realizada en flexión máxima del tronco con rodillas extendidas, pues existe una alta frecuencia de deportistas que presentan una cifosis funcional y/o actitud cifótica lumbar. Por ello, es preciso instaurar un programa de intervención postural para mejorar la disposición angular del raquis en flexión máxima del tronco, en la medida de lo posible. 6. Referencias bibliográficas Alacid, F. (2008). Hoja de cálculo para la cuantificación del entrenamiento en piragüismo. Retos. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación, 14, 54-58. Alricsson, M. y Werner, S. (2006). Young elite cross-country skiers and low back pain- A 5-year study. Physical Therapy in Sport, 7, 181184. Ashton-Miller, J.A. (2004). Thoracic hyperkyphosis in the young athlete: a review of the biomechanical issues. 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RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación -9- Retos. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación 2010, nº 17, pp. 10-14 © Copyright: 2010 Federación Española de Asociaciones de Docentes de Educación Física (FEADEF) ISSN edición impresa: 1579-1726. Edición Web (www.retos.org). Factores de riesgo asociados al dolor de espalda en escolares de entre 10 y 12 años de Mallorca Risk factors associated with low back pain among schoolchildren aged 10-12 years in Majorca *Josep Vidal Conti, *Pere A. Borràs Rotger, *Xavier Ponseti Verdaguer, *Margalida Gili Planas, *Pere Palou Sampol *Universidad de las Islas Baleares (España) Resumen: El objetivo de esta investigación es estudiar la existencia de dolor de espalda en escolares y determinar los factores de riesgo asociados a un mayor riesgo de padecerlo con el fin de diseñar una intervención. El presente estudio se llevó a cabo en 178 escolares (94 niños y 84 niñas) de 10-12 años, de Mallorca. La selección de los colegios se realizó por aleatorización estratificada, en función de tamaño del centro, tipo y ubicación. El cuestionario y la metodología de recogida de datos fueron previamente validados mediante el método test-retest. Los resultados obtenidos muestran que la existencia de dolor de espalda fue del 61.2% (niños en un 45.7% y niñas en un 78.6%). No existe relación significativa alguna entre el deporte ni las horas de práctica con la existencia o no de síntomas de dolor de espalda en los jóvenes. En cuanto al peso de las mochilas, su peso medio fue 4.99 kg. equivalente al 11.9% del peso corporal de los niños/as. Este estudio sugiere, a partir de los resultados obtenidos, y acorde con la literatura científica revisada que el dolor de espalda es un mal que afecta de manera importante a la población juvenil, y más concretamente entre los 10 y 12 años. Palabra clave: dolor de espalda, escolares, prevención, promoción de la salud. Abstract: The aim of this research study is to explore the existence of back pain in schoolchildren and determine the risk factors associated with a greater possibility of it, to design an intervention. This study was carried out using a sample of 178 schoolchildren (94 boys and 84 girls) aged 10-12, resident in Mallorca. The schools were chosen using stratified random sampling, depending on the size of the centre, type and location. The questionnaire and method for gathering the data were previously validated using the test-rest reliability method. The obtained results show that 61.2% of the schoolchildren (45.7% boys and 78.6% girls) suffer from back pain. There is no significant relationship between sport or the time spent doing sporting activities and the existence or non-existence of symptoms of back pain in the schoolchildren. As for the weight of their schoolbags, they had an average weight of 4.99 kg, equivalent to 11.9% of the children’s body weight. From the results that were obtained, this study suggests that, in keeping with the scientific literature that was reviewed, back pain is a problem that affects the young population (more specifically children aged 10 to 12) to a high degree. Key words: back pain, prevention, promotion of healthcare 1. Introducción El dolor de espalda inespecífico podría definirse como el dolor que aparece en la zona lumbosacra debido a causa desconocida, y como consecuencia, con frecuencia viene acompañado de limitaciones movimiento y está influenciado por la tensión y la adopción de ciertas posturas, que se pueden asociar al dolor referido (Gil del Real y cols., 1999). A día de hoy, es un fenómeno común de gran relevancia para la salud pública (Dagenais y cols., 2008; Louw y cols., 2008), y solo en ocasiones se ha descrito como un problema de salud pública en niños y adolescentes (Cardon y cols., 2002). El dolor de espalda inespecífico es muy infrecuente entre los niños menores de 7 años (Taimela y cols., 1997), no obstante un amplio estudio metodológico realizado en Mallorca ha demostrado que entre los 13 y 15 años ya lo ha padecido el 59,9% de los chicos y el 69,3% de las chicas (Kovacs y cols., 2003), y es por este motivo que en el presente estudio se ha optado por reducir la franja de edad y situarla de los 10 a los 12 años, esperando obtener valores de prevalencia inferiores. Pese a existir una opinión general de que el dolor de espalda está más presente en los adultos que en los jóvenes, la mayoría de autores están de acuerdo en que el origen del dolor de espalda en los adultos empieza, como mínimo, en la adolescencia (Harreby, 2001; Jones y cols., 2003). La existencia de un episodio anterior de dolor de espalda es un signo premonitorio de futuros problemas del mismo (Chiang y cols., 2006; Diepenmaat y cols., 2006), de manera que la prevención entre los jóvenes debe ser un pilar fundamental para combatir dicha problemática. Según lo demostrado en estudios epidemiológicos anteriores, el dolor de Fecha recepción: 05-05-09 - Fecha envío revisores: 25-05-09 - Fecha de aceptación: 18-12-09 Correspondencia: Josep Vidal Conti. Universitat de les Illes Balears. Ctra. Valldemossa km. 7’5. Edificio Guillem Cifre de Colonya CP 07122 Palma de Mallorca e-mail: [email protected] - 10 - espalda en niños y adolescentes varia entre el 7 y el 63% (EhrmannFeldman y cols., 2001). Con el paso del tiempo se ha ido demostrando que el dolor de espalda es un mal que afecta una gran mayoría de la población y no solo a la adulta. Diferentes estudios (Balagué y cols., 1999; Harreby y cols., 1999) mostraron en su día un incremento en su existencia de entre un 10 y un 13% durante el periodo de la adolescencia. En el niño/a el dolor de espalda suele empezar en la etapa escolar y es más suave y breve que en el síndrome de lumbalgia de los adultos. La incidencia del dolor lumbar aumenta con la edad hasta darse los máximos valores entre los 25 y los 55 años (Kovacs y cols., 2001). Estudios longitudinales (Kujala y cols., 1999; Jones y cols., 2003) muestran la existencia de una correlación de la edad con la existencia de episodios de dolor de espalda. Conforme se ha ido demostrando que el dolor de espalda no siempre se debe a una alteración orgánica de la columna vertebral, se han empezado a estudiar los factores que se asocian a un mayor riesgo de padecerlo. Cabe ser prudentes en la interpretación de los estudios, que demuestran que quienes padecen dolor espalda presentan determinadas características con más frecuencia que quienes no lo padecen. Así mismo no está claramente demostrado qué cantidad de carga y de qué forma es necesaria, posible y efectiva para que estos factores sean influyentes (Gómez y cols., 2002). Esto significa que estos factores se asocian a un mayor riesgo, no necesariamente que sean la única causa del dolor ni que su supresión produzca mejoras. El riesgo para desarrollar dolor de espalda es multifactorial. Variables tales como género (Gunzburg y cols., 1999; Kovacs y cols., 2003; Sheir-Neiss y cols., 2003; Verderi, 2003; Siambanes y cols., 2004; Korovessis y cols., 2004, 2005; Mikkelsson y cols., 2006), edad (Balagué y cols., 1999; Harreby y cols., 1999; Kovacs y cols., 2001; Kujala y cols., 1999; Jones y cols., 2003), índice de masa corporal (Korovessis y cols., 2005), factores psicosociales (Jones y cols., 2003; Kopec & Sayre., 2005; Diepenmaat y cols., 2006; Szpalski y cols., 2002), tiempo sentado y/o mirando la televisión (Gómez y cols., 2002; Balagué y RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) cols., 1988; Sheir-Neiss y cols., 2003), condición física (EhrmannFeldman y cols., 2001; Jones y cols., 2003; Limon y cols., 2004; Diepenmaat y cols., 2006; Kratenova y cols., 2007) y el transporte de mochilas escolares con exceso de peso (Devroey y cols., 2007; Hong, y cols., 2008; Schwebel y cols., 2009) han sido propuestos e identificados como factores relacionados, aunque los resultados de algunos de esos estudios sobre su eventual influencia han sido contradictorios. La utilización de metodologías diferentes y muestras relativamente pequeñas pueden justificar dicha inconsistencia. El objetivo principal de esta investigación es estudiar la existencia de dolor de espalda en los escolares mallorquines de entre 10 y 12 años, y determinar los factores de riesgo asociados a una mayor posibilidad de padecerlo. 2. Material y método 2.1. Muestra De los 244 centros de educación primaria existentes en Mallorca (Baleares) se seleccionaron 11 centros escolares por muestreo aleatorio. Un total de 178 escolares, de entre 10 y 12 años integran la muestra de este estudio, de los cuales 94 son niños (52,8%) y 84, niñas (47,2%). Se solicitó consentimiento a los padres o tutores para su participación en el estudio. 2.2. Cuestionario El cuestionario y la metodología de recogida de datos fueron previamente validados en un estudio de dos fases: la fase piloto se centró en la comprensibilidad del cuestionario y la viabilidad de la metodología de recolección de datos. La fase de validación se centró en la fiabilidad, la coherencia interna y la validez del cuestionario. El cuestionario que debían cumplimentar los escolares, basado en el que se había utilizado anteriormente en un estudio previo en Mallorca (Gil del Real et al., 1999; Kovacs et al., 2003), contenía datos sobre prevalencia de dolor de espalda y factores de riesgo potenciales que han demostrado estar asociados a un mayor riesgo de dolor de espalda en los jóvenes estudiantes (Chiang et al., 2006; Diepenmaat et al., 2006; Korovessis et al., 2004; Korovessis et al., 2005; Kovacs et al., 2003; Kujala et al., 1999; Negrini and Carabalona, 2002; Newcomer and Sinaki, 1996; Salminen et al, 1992; Sheir-Neiss et al., 2003; Siambanes et al., 2004; Sjolie and Ljunggren, 2001; Tertti et al, 1991; Verderi, 2003). Los datos sobre prevalencia incluían: dolor de espalda alguna vez en la vida (nunca/casi nunca/a veces/a menudo/siempre), dolor de espalda durante la última semana (sí/no), haber recibido tratamiento por dolor de espalda (no/rehabilitación/medicación/cirugía/otros), dolor que impide actividades habituales (nunca/sólo cuando duele/siempre). Los datos sobre los factores de riesgo potenciales incluían: sexo (masculino/femenino), edad (año de nacimiento), menstruación (sí/no), dolor más intenso durante la menstruación (nunca/casi nunca/a veces/a menudo/siempre), deportes (<2 horas de práctica por semana, 2-4 o >4, para los 11 deportes más practicados por los escolares de Mallorca y 3 opciones abiertas adicionales), deportes competitivos (sí/no para esos 11 deportes), dolor de espalda durante o al final de la clase de educación física (sí/no), dolor de espalda en la cama o al levantarse (sí/no), peso del alumno (kg.), estatura del alumno (cm.), tener permitido dejar el material escolar en la escuela (sí/no), uso de mochila con ruedas (sí/no), percepción del alumno del peso de la mochila (muy ligera/ligera/peso normal/pesada/ muy pesada), percepción del alumno del efecto del peso de la mochila sobre la espalda (ningún efecto/ligero/fuerte/muy fuerte), sensación de cansancio al llevar la mochila (nada de cansancio/algo/bastante/mucho), y haber sido diagnosticado de escoliosis o longitud diferente de piernas (sí/no/no sabe). El nivel de comprensión del cuestionario se midió durante la fase piloto según el número de preguntas que se entendieron mal y, durante la fase piloto y la de validación, según el número de preguntas que los alumnos pidieron que les clarificaran o que dejaron sin responder. En la fase de diseño, se resolvió que las preguntas malentendidas o sin responder Número 17, 2010 (1º semestre) por ³10% de los sujetos, o para las que ³ 25% pidieron clarificación durante la fase piloto, se tendrían que reformular o eliminar en la fase de validación. Durante la fase de validación, dos sujetos (1,3%) dejaron sin responder la pregunta sobre tratamientos contra el dolor lumbar, y otros dos (1,3%) dejaron sin responder la del efecto de la mochila sobre su espalda. Se evaluó la validez de las preguntas sobre el diagnóstico de escoliosis o de diferente longitud de piernas comparando las respuestas dadas por los alumnos con sus expedientes médicos, que se consideraron el gold estándar (todos los niños de Mallorca pasan una revisión médica de estas afecciones). Al responder el cuestionario, 17 sujetos (9,6%) indicaron haber recibido diagnóstico de escoliosis y 16 (9,0%), de sufrir diferencia de longitud de piernas. Las respuestas de sujetos respecto a si habían sido o no diagnosticados de dichas afecciones coincidían con sus expedientes médicos, y no se detectaron falsas respuestas positivas ni negativas. La fiabilidad del cuestionario se evaluó por medio del método de prueba-reprueba descrito anteriormente. Se usaron Coeficientes de Correlación Intraclase (CCI), con valores entre 0,83 y 0,88, para comparar variables cuantitativas y los valores kappa, con valores entre 0,88 y 1, se calcularon para evaluar la concordancia en las variables cualitativas. 2.3. Análisis estadístico Una vez los sujetos a estudio completaron los cuestionarios se pasó al análisis estadístico de los datos recogidos. Para la comparación de variables cualitativas se utilizó la prueba de chi-cuadrado y para la comparación de medias la prueba t-student y el análisis de varianza (ANOVA). El nivel de significación establecido fue p<0.05. En aquellos casos en los que no se cumplieron los supuestos de normalidad se utilizaron las correspondientes pruebas no paramétricas. Todos los análisis fueron realizados mediante el paquete estadístico SPSS-14 para Windows. 3. Resultados Un total de 178 sujetos contestaron el cuestionario. El rango de edad de los sujetos que participaron fue entre 10 y 12 años, con una edad media de 11.01 (0.58 s.d.). El peso medio de los sujetos fue 44.53 kg (10.65 s.d.), y una altura media de 149.74 cm. El IMC medio fue de 19.78. La existencia de episodios de dolor de espalda en algún momento de su vida fue del 61.2% (n=109). Ante la aparición de algún episodio de dolor de espalda, un 38.8% (n=69) de los sujetos afirmó nunca haberlo padecido, un 24.2% (n=43) sólo una vez, un 32.0% (n=57) varias veces, un 2.2% (n=4) con frecuencia y, un 2.8% (n=5) casi constantemente. Los resultados muestran diferencias significativas (c2=21.28; p=0.000) entre niños y niñas en cuanto al número de episodios de dolor de espalda. Los niños afirmaron en un 54.3% no haber padecido nunca dolor de espalda, frente al 21.4% de los niñas (tabla 1). El IMC no se relaciona con la aparición de un mayor número Tabla 1. Existencia de dolor de espalda en 178 escolares Pregunta: ¿Te ha dolido alguna vez la espalda? Nunca Solo una vez Varias veces Con frecuencia Casi constantemente Niños 54.3% 20.2% 22.3% 1.1% 2.1% Niñas 21.4% 28.6% 42.9% 3.6% 3.6% Federados 50.0% 18.2% 27.3% 4.5% 0.0% No federados 37.2% 24.4% 32.7% 1.9% 3.8% Con escoliosis 17.6% 0.0% 70.6% 0.0% 11.8% Sin escoliosis 41.0% 26.1% 28.0% 2.5% 2.5% Con heterometría 12.5% 18.8% 56.3% 0.0% 12.5% Sin heterometría 41.4% 24.1% 29.6% 2.5% 3.4% TOTAL 38.8% 24.2% 32.0% 2.2% 2.8% RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación χ2=21.28 P=0.000 χ2=2.74 P>0.05 χ2=24.95 P=0.002 χ2=20.65 P=0.008 - 11 - de episodios de dolor de espalda en el caso de los niños (F=0.790, p=0.535), mientras que si lo hace en caso de las niñas (F=2.593, p=0.043). Una de las patologías más comunes y conocidas entre la población adolescente es la escoliosis. En el presente estudio, de los 178 sujetos de la muestra, el 9.6% (n=17, 6 niños y 11 niñas) afirma padecer escoliosis, de los cuales el 82.35% (n=14) afirma haber padecido dolor de espalda alguna vez en su vida (tabla 1). La heterometría de los miembros inferiores ha sido analizada entre los sujetos al igual que con la escoliosis. De los 178 sujetos, el 9.0% (n=16, 7 niños y 9 niñas) padece heterometría, de los cuales el 87.5% (n=14) afirma haber padecido dolor de espalda alguna vez en su vida (tabla 1). De los 17 sujetos que padecen de escoliosis y 16 heterometría, 6 son coincidentes, quedando un total de 6 sujetos con escoliosis y heterometría (3.37% del total), 11 sujetos con escoliosis (6.18%) y 10 con heterometría (5.62%). Uno de los momentos del día en el cual suele aparecer con frecuencia el dolor de espalda es en la cama, durante la noche o al levantarse, hecho que no sucede en el presente estudio, dado que de los 109 sujetos que han padecido alguna vez dolor de espalda, en el 12.8% (n=14) aparecen en la cama, durante la noche o al levantarse, frente al 87.2% (n=95) que lo niega. Un aspecto que se quiso tratar en el estudio fue la posible relación entre la aparición de episodios de dolor de espalda y la realización de las clases de educación física en el colegio. Para ello se preguntó a los sujetos dicha circunstancia, obteniendo unos resultados que muestran la no correlación entre ambas variables. De los 109 sujetos que afirmaron haber padecido dolor de espalda como mínimo una vez en la vida, al preguntarles acerca de si les dolía la espalda después de las clases de educación física, un 67.9% (n=74) afirmaron que nunca, un 18.3% (n=20) casi nunca, un 11.9% (n=13) a veces, un 1.8% (n=2) casi siempre, y un 0.0% (n=0) siempre. El dolor de espalda, al igual que otro dolor, ante su padecimiento puede provocar restricciones de actividades cotidianas tales como practicar deporte, jugar o ayudar en casa. Los datos muestran que al 65.1% de los sujetos (n=71) el dolor de espalda no les produce ningún impedimento en sus actividades cotidianas, frente al 34.9% (n=38) que así lo confirma. Mencionar que el 66.7% de los sujetos que han padecido dolor de espalda una o varias veces nunca sufren impedimentos en la realización de sus actividades cotidianas. En relación a los tratamientos recibidos por los sujetos para hacer frente al dolor de espalda, destacar que el 80.4% (n=86) afirma no haber recibido ningún tipo de tratamiento, seguido del 9.3% (n=10) que han recibido rehabilitación, el 1.9% (n=2) que han tomado medicamentos, el 0% (n=0) que han sido intervenidos quirúrgicamente y, finalmente el 8.4% (n=9) que afirman haber seguido otros tratamientos. Destacar que el 50% de los sujetos que afirman padecer dolor de espalda casi constantemente siguen un tratamiento de rehabilitación. Los datos revelan que el 32% de los sujetos no realiza práctica deportiva, de los cuales el 34.15% son niños y el 65.85% son niñas. Los Tabla 2. Número de episodios de dolor de espalda en función de la práctica deportiva Menos 2h (%) 2 – 4h (%) Más 4 h (%) Fútbol 1.62 2.10 1.85 F=1.202 P=0.321 Baloncesto 2.08 1.78 2.00 F=0.865 P=0.434 Tenis 2.25 2.80 1.00 F=1.085 P=0.378 Natación 2.43 2.25 3.00 F=0.870 P=0.478 Gimnasia 2.71 2.67 3.00 F=0.326 P=0.855 Tabla 3. Relación entre dolor de espalda y mochilas escolares Nunca Solo una vez Varias veces Con frecuencia Casi constantemente Peso medio mochila (kg) 4.94 5.31 4.84 4.32 5.38 F=0.836 P=0.504 % peso mochila 11.78 12.48 11.79 11.41 10.48 F=0.284 P=0.888 69 42 57 4 6 Muestra (n) - 12 - deportes más practicados por los sujetos, sin distinción de género son: fútbol (30.9%), baloncesto (16.3%), tenis (15.7%), natación (11.2%) y gimnasia (10.1%). El resto de deportes practicados, tales como voleibol, artes marciales o balonmano, presentan valores inferiores al 10%. La práctica deportiva ni su frecuencia no se correlacionan significativamente con el número de episodios de dolor de espalda (tabla 2). De los 121 sujetos (68% del total) que afirman practicar algún tipo de deporte en su tiempo de ocio, de los cuales un 18% lo hacen con licencia federativa, destacando que el 50% son practicantes de fútbol. En la tabla 1 se presenta la existencia de dolor de espalda de los sujetos en función de su práctica deportiva federada o no. En el presente estudio el peso medio de las mochilas de los 178 sujetos de la muestra es 4.99 kg. No obstante, el peso absoluto de las mochilas es irrelevante si no se compara con el peso de la persona que lo carga. Así, la media del peso de las mochilas es del 11.9% del peso corporal. Al correlacionar un mayor peso de las mochilas con el número de episodios de dolor de espalda en los sujetos, los resultados muestran que no existe correlación significativa (F=0.836, P=0.504). Lo mismo sucede con el porcentaje del peso de la mochila respecto al peso corporal del sujeto (F=0.284, P=0.888). (Tabla 3). 4. Discusión El objetivo del presente estudio era identificar los posibles factores de riesgo asociados al padecimiento de dolor de espalda en jóvenes de entre 10 y 12 años. Al ser un estudio transversal solo es posible mostrar una asociación de factores de riesgo, pero no demostrar su causalidad. No obstante, la previa validación del cuestionario proporciona una visión objetiva de los factores de riesgo de la población estudiada. El estudio de la validación mostró un alto nivel de exactitud de las respuestas de los escolares, que se ha observado en otros estudios con participantes con escolares (Salminen y cols., 1995; Taimela y cols., 1997; Kovacs y cols., 2003). Los resultados del estudio muestran una prevalencia vital muy alta, con un 61.2%, no obstante estos resultados son similares en el resto de Europa, a pesar de las posibles diferencias ambientales y culturales existentes (Jones y cols., 2004; Wedderkopp y cols., 2005; Pellisé y cols., 2009) Cabe mencionar que se encontraron diferencias significativas en cuanto al género se refiere. En el caso de los niños la existencia de dolor se sitúa en un 45.7% frente al 78.6% en el caso de las niñas. La mayor parte de la comunidad científica está de acuerdo en afirmar que les niñas presentan unos valores superiores a los niños en cuanto a la existencia de episodios de dolor de espalda. Este hecho se corrobora con diferentes estudios realizados recientemente (Gunzburg y cols., 1999; Kovacs y cols., 2003; Sheir-Neiss y cols., 2003; Verderi, 2003; Siambanes y cols., 2004; Korovessis y cols., 2004 y 2005; Mikkelsson y cols., 2006). Cabe decir también que no existen estudios que afirmen de manera significativa el caso contrario, es decir, que los niños tengan valores más elevados de dolor de espalda, pero sí que aparecen estudios que no encuentran diferencias significativas en cuanto a género (Leboeuf-Yde y Kyvik, 1998; Jones y cols., 2003; Sato y cols., 2008). El estilo de vida es un factor de riesgo importante por su relación con la existencia de episodios de dolor de espalda. Entre los elementos más estudiados, destaca el nivel práctica física y el índice de masa corporal (IMC). En nuestro estudio analizamos el número de horas de práctica deportiva y los resultados obtenidos muestran que no existe relación significativa alguna entre el deporte practicado ni las horas de práctica con la existencia o no de síntomas de dolor de espalda en los jóvenes. Dichos resultados se corresponden con los obtenidos por diferentes estudios (Ehrmann-Feldman y cols., 2001; Jones y cols., 2003; Wedderkopp y cols., 2003; Limon y cols., 2004; Diepenmaat y cols., 2006) en los que no se encontraron resultados evidentes para poder afirmar que el nivel de práctica física está relacionado con la prevención y/o aparición de dolor de espalda en niños/as. RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) En cuanto a la existencia de dolor de espalda y el IMC, en el presente estudio no se ha hallado relación alguna en el caso de los niños, al igual que sucede en otros estudios consultados (Jones y cols., 2003; Kovacs y cols., 2003; Bennan y cols., 2007; Mattila y cols., 2008). Por otro lado, en el caso de las niñas si se ha hallado correlación entre dolor de espalda e IMC, no encontrando estudios que corroboren estos resultados. Padecer escoliosis o heterometría aparecen como factores desencadenantes de dolor de espalda, pese a priori esperar lo contrario. No existe un consenso sobre la significación de estas patologías como factores de riesgo. Existen estudios que presentan la escoliosis como factor de riesgo (Michel y cols., 1997; Kovacs y cols., 2003), mientras que otros no encuentran dicha asociación (Harreby y cols., 1995; Ramirez y cols., 1997). Por otro lado, en el caso de la heterometría superior a 2.5 cm aparecen estudios que muestran una relación positiva (Giles y Taylor, 1981) y otros que no lo demuestran (Grundy y Roberts, 1984). A diferencia de los resultados obtenidos en otros estudios (Waddell y cols., 1997; Kovacs y cols., 2003), en este estudio los resultados no muestran una relación entre el dolor de espalda y su aparición en la cama o bien al levantarse. Hace unos años, cuando los escolares de medio mundo empezaron a sustituir la cartera por la mochila, nadie podía imaginar que este accesorio aparentemente inofensivo, sería sometido a numerosas investigaciones y preocupaciones por parte de las autoridades sanitarias. La literatura científica ha establecido que el transporte de mochilas que sobrepasen un 10% del peso del escolar provoca efectos negativos sobre la salud, tales como el incremento del gasto energético o la modificación exagerada de la postura natural. En el presente estudio el peso medio de las mochilas es 4.99 kg. equivalente al 11.9% del peso corporal de los niños/ as. Estos resultados se pueden comparar con los obtenidos en otros estudios llevados a cabo con sujetos de edades comprendidas entre los 10 y 14 años: escolares que transportaban una media de 7.7 kg. equivalentes al 17% de su peso corporal (Pascoe y cols., 1997); 9.3 kg, equivalentes al 22% (Negrini y cols., 1999; Negrini y Carabalona, 2002); 4.7 kg, equivalentes al 9.9% (Jones y cols., 2003); 7.8 kg, equivalentes al 14.7% (Van Gent y cols., 2003); 8.3 kg, equivalentes al 14.7% (Korovessis y cols., 2004) o 4.9 kg, equivalentes al 9.6% (Chiang y cols., 2006). En ninguno de los estudios mencionados se analiza la posible relación entre el peso de la mochila y el porcentaje de ésta en relación al peso del sujeto con el número de episodios de dolor de espalda. 5. Conclusiones Este estudio sugiere, a partir de los resultados obtenidos, y en acorde con la literatura científica revisada, que el dolor de espalda es un mal que afecta de manera importante a la población juvenil, y más concretamente entre los 10 y 12 años. El centro escolar resulta el espacio más adecuado para intervenir en la prevención y promoción de la salud en la medida que representa una actualización de saber constante y un contexto altamente favorable: lugar donde mayor tiempo pasan y en constante interrelación con el grupo de iguales. Existe una gran diversidad en las formas de tratar la educación para la salud en el ámbito escolar. Ante la evidencia del problema del dolor de espalda, creemos que una primera medida a tomar desde los centros escolares debería ser la promoción de hábitos de vida saludables, concretamente en programas de educación postural. Los programas de educación postural, como medida preventiva del dolor de espalda, se presentan como una herramienta útil y eficaz, tal y como se demuestra en estudios realizados con niños y niñas de 9 años (Méndez y Gómez, 2001), de 10-12 años (Robertson y Lee, 1990) y de 10-11 años (Cardon y cols., 2002). Entre las limitaciones del presente estudio destacar que no se realizaron pruebas de condición física para poder establecer una posible relación entre la prevalencia de dolor de espalda y el estado físico de los sujetos. Por otro lado, podría resultar significativo analizar los hábitos Número 17, 2010 (1º semestre) de vida así como los índices de prevalencia de dolor de espalda de los padres y madres de los sujetos, así como la realización de estudios longitudinales para determinar que factores incrementan el riesgo de padecer dolor de espalda en los jóvenes. 6. Referencias bibliográficas Balagué, F., Troussier, B. y Salminen, J.J. (1999). 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Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) Retos. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación 2010, nº 17, pp. 15-20 © Copyright: 2010 Federación Española de Asociaciones de Docentes de Educación Física (FEADEF) ISSN edición impresa: 1579-1726. Edición Web (www.retos.org). La influencia de un modelo constructivista para la enseñanza de la táctica en baloncesto sobre la eficacia del juego durante la competición The influence of a constructivist model for teaching tactics in basketball on the effectiveness of the game during the competition *Francisco Alarcón López, **David Cárdenas Vélez, **M. Teresa Miranda León, ***Nuria Ureña Ortín, **M. Isabel Piñar López *Universidad Católica San Antonio de Murcia, **Universidad de Granada, ***Universidad de Murcia Resumen: El rendimiento en baloncesto viene determinado no sólo por la capacidad de ejecución de los participantes sino por la capacidad de superar al adversario que genera un entorno cambiante, donde el jugador debe estar analizando y decidiendo continuamente las acciones a realizar para conseguir encestar. El objetivo de este estudio fue analizar si con un programa de entrenamiento para la táctica, basado en un modelo constructivista, se puede conseguir mejorar el rendimiento de un equipo de baloncesto masculino formado por 10 jugadores seniors. Para ello se utilizaron como variables dependientes la eficacia de los ataques posicionales y la eficacia de los medios tácticos, entendiendo ésta como la capacidad de conseguir ventajas espaciales del jugador con balón. La recogida de datos se realizó mediante metodología observacional gracias a un instrumento previamente validado. Se utilizó un diseño pretest-postest sin grupo control. Los resultados mostraron que existió una mejora en la eficacia de los ataques posicicionales con diferencias muy significativas, pasando del 28,6% de eficacia en el pretest al 67,5% en el postest. Estos mismos resultados se repitieron con la eficacia de los medios tácticos, esta vez con diferencias altamente significativas, pasando de una eficacia del 29,5% en el pretest a una del 64,9% en el postest. La principal conclusión del estudio es que un programa de entrenamiento para la enseñanza de la táctica colectiva basado en un modelo constructivista tiene una influencia positiva en el rendimiento de un equipo de baloncesto. Palabra clave: táctica, enseñanza, constructivismo, eficacia. Abstract: The performance in basketball comes determined not only for the capacity of execution of the participants but for the aptitude to overcome the adversary who generates a changeable environment, where the player must be analyzing and deciding constant the actions to obtain to score. The aim of this study was to analyze if with a program of training for the tactics, based on a model constructivism , it is possible to manage to improve the performance of a male basketball team formed by 10 players seniors. For it there were in use as dependent variables the efficacy of positional attacks and the effectiveness of tactical media, understood as the ability to achieve benefits of space with ball player.. The data Collection of information was realized by means of methodology observational thanks to a before validated instrument. A design was in use pretest-postest without group control. The results showed that an improvement existed in the efficiency of the assaults posicicionales with very significant differences, happening from 28,6 % of efficiency in the pretest to 67,5 % in the postest.The same results repeated themselves with the efficiency of the tactical means, this time with highly significant differences, happening from an efficiency of 29,5 % in the pretest to one from 64,9 % in the postest. The principal conclusion of the study is that a program of training for the education of the collective tactics based on a model constructivist has a positive influence in the performance of a basketball team. Key words: tactics, education, constructivism, efficiency. 1. Introducción Según el reglamento de los deportes de equipo vence el equipo que consiga un mayor número de puntos en el tiempo establecido. En baloncesto la forma de conseguir anotar es introducir el balón en el aro del equipo rival, lo que convierte dicha acción en la más importante y el objetivo prioritario. Por este motivo cuando se ha querido analizar las variables que inciden en el rendimiento de los equipos, muchos autores han utilizado el porcentaje de acierto en los tiros de campo (Fierro, 2002; Gómez y Lorenzo, 2005; Karipidis, Fotinakis, Taxildaris, Filaktakidou y Fatouros, 2001; Sampaio, 2000; Satter, 2003; Sampaio y Leite, 2006; Tsamourtzis y Athanasiou, N., 2004; Vidal y Mercadé, 2002), encontrando que los equipos ganadores tienen mejores porcentajes de tiros tanto de dos como de tres. También se han utilizado otras variables como las faltas recibidas (Amorim, 2001; Fierro, 2002; Manhao, 2000; Sampaio, 1998; Tsamourtzis, Fylaktakidou & Taxildaris, 2001). Pero, a diferencia de los deportes individuales que normalmente necesitan dominar un solo gesto para conseguir su objetivo, en baloncesto se necesita más de una acción motriz específica para conseguir el objetivo de juego: encestar (Cárdenas, 2005). Estas acciones van encaminadas a conseguir que el lanzamiento se realice en las mejores condiciones posibles (Cárdenas, 1999). Fecha recepción: 17-05-09 - Fecha envío revisores: 25-05-09 - Fecha de aceptación: 20-08-09 Correspondencia: Francisco Alarcón López Universidad Católica San Antonio de Murcia. Campus de los Jerónimos s/n. Guadalupe. 30107. Murcia e-mail: [email protected] Número 17, 2010 (1º semestre) Por lo que si queremos evaluar la eficacia de un equipo no sólo tendremos que hacerlo analizando la habilidad última, según los porcentajes de acierto en el lanzamiento, sino evaluando si el resto de habilidades han conseguido su objetivo, es decir, cumplir con unas condiciones óptimas que garanticen un buen lanzamiento, para lo cual los jugadores deben intentar superar al contrario momentáneamente para conseguir lanzar con el menor grado de oposición (Alarcón, 2008). Para ello es necesario dificultar la acción defensiva todo lo que se pueda y así conseguir ventajas espaciales con respecto los oponentes más cercanos. Estas ventajas suelen durar poco, puesto que, o el defensor recupera su posición perdida, o aparecen ayudas que neutralizan la ventaja conseguida. Una vez que el jugador ha conseguido una ventaja espacial durante el juego debería aprovecharla para conseguir encestar, ya sea lanzando sin oposición o aproximándose al aro y lanzando en sus cercanías donde los porcentajes de acierto son mayores. Aún consiguiendo lanzar en estas condiciones, los jugadores suelen errar muchos de estos lanzamientos, sobre todo por motivos puramente técnicos o psicológicos, no consiguiendo éxito. Pero, en estos casos, las decisiones que se tomaron llevaron a poder realizar un buen lanzamiento, por lo que desde un punto de vista táctico, el ataque fue eficaz. Según Refoyo (2001), la táctica colectiva, en el que se enfrentan a varios individuos, implica que éstos deben analizar la situación de los adversarios, oponentes y compañeros para decidir y ejecutar la acción colectiva más conveniente para la consecución del objetivo. Por lo tanto se podría decir que la eficacia del juego colectivo no viene dada sólo por la conseguir encestar, sino por la consecución de ventajas espaciales durante las acciones colectivas. Según lo expuesto un método de entrenamiento que se base en la mejora táctica debería aumentar las ventajas que se producen durante el juego. Además, al mejorar las condiciones en las que se produce el RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 15 - lanzamiento, debería también mejorar los porcentajes de tiro de campo, aún sin incidir en la mejora de la técnica del lanzamiento. En la actualidad, y desde una corriente de aprendizaje cognitivista, existen muchos modelos de enseñanza que intentan adaptarse a las necesidades de la táctica en los deportes de equipo. Uno de éstos es el modelo constructivista, que se basa en las teorías de aprendizaje que dan nombre al modelo, las cuales hacen hincapié en la realización de aprendizajes con significado (Nuviala y Tamayo, 2003), es decir, que el jugador comprenda, dándole sentido al nuevo aprendizaje. Para ello, los jugadores deben tomar conciencia de la necesidad de los aprendizajes para afrontar los problemas que surgen en el juego (Butler, 1996). Además, las actividades que se propongan para este aprendizaje deben mantener el marco contextual y problemático que se da en el juego real (Grehaigne, Godbout, y Bouthier, 1999). Por último, los aprendices se deben involucrar activamente en el aprendizaje, tratando de relacionar lo que aprenden con lo que ya saben, siendo éstos «constructores» de sus aprendizajes, quedando la función del entrenador como mediador entre el nuevo conocimiento y el aprendiz (Contreras, 1998; Ureña, Alarcón y Ureña, 2009). A diferencia de otros modelos cognitivos, el modelo constructivista no se limita a la utilización exclusiva de juegos modificados, sino que incluye todo tipo de tareas que contengan elementos característicos de las prácticas deportivas estandarizadas, en el que se trata de mejorar las capacidades estratégicas y de ejecución de los participantes (Grehaigne, Godbout y Bouthier, 2001; Musch et al., 2002; González, Gutiérrez, Pastor, Fernández, 2007). Esto significa que este modelo no rechaza el aprendizaje de los aspectos técnicos, ni de la enseñanza repetitiva y analítica para conseguir la automatización de estas técnicas, sino que éstas se subordinan a las necesidades de que el jugador conozca y comprenda su significado en el juego, antes de automatizarlas (Alarcón, 2008). Fundamentándose en esta forma de entender la intervención del entrenador, Cárdenas (1999) realiza una propuesta para los deportes colectivos, y que es la que se utiliza en este estudio para la mejora de la táctica colectiva en baloncesto. Existen ya algunos estudios que se basan en este planteamiento de la enseñanza constructivista (Harvey, 2003; Harvey, Bryan, Weigs, González & Van Der Mars, 2006; Iglesias, 2006; Tallir, Lenoir, Valcke & Musch, 2005; Wright, Mcneill, Fry & Wang, 2005) y en los que se han encontrado mejoras sobre aspectos de la táctica como la toma de decisiones en deportes de equipo, aunque ninguno de ellos analizó si con esta metodología se podría conseguir mejorar la eficacia del juego durante la competición. Según algunos autores cuando se realiza un proceso de enseñazaaprendizaje durante la competición ésta se convierte en una medida interesante para el propio estudio (McMorris y Graydon, 1997; Ponce, 2006). El objetivo por tanto de esta investigación será comprobar cómo varía la eficacia del juego colectivo posicional de un equipo de baloncesto formado por los sujetos participantes en el estudio, durante y tras la realización de un programa de intervención para la mejora de la táctica colectiva de ataque. 2. Método 2.1 Muestra La población a la que se dirigió esta investigación estuvo compuesta por jugadores de baloncesto del Municipio de Murcia. Los sujetos que formaron parte de este estudio fueron los jugadores pertenecientes al equipo de la Universidad Católica de Murcia que militó en la 1ª División Autonómica de la Región de Murcia. Este equipo constaba de 10 jugadores con edades comprendidas entre 18 y 26 años, con una media de edad de 21 años. El tipo de muestreo seleccionado fue un muestreo no probabilístico de carácter opinático (Sierra-Bravo, 1996) ó deliberado, cuya característica fundamental es que los sujetos fueron seleccionados de manera intencionada (Buendía, Colás y Hernández, 1998). 2.2 Diseño y variables objeto de estudio de la investigación El presente trabajo de investigación utilizó un diseño cuasiexperimental antes-después (pretest-postest) sin grupo control, - 16 - en el que el grupo considerado es el grupo experimental (Latorre, Del Rincón y Arnal, 2003). El pretest tuvo lugar durante la pretemporada con un rival de la misma categoría. Se eligió como postest el último partido de la fase de ascenso de la competición. También se seleccionó un partido por mesociclo al azar (un total de 8 partidos) para analizar la progresión de las variables dependientes. En relación a las variables del estudio se registraron las siguientes variables dependientes: Eficacia de los ataques posicionales. Las categorías fueron: 1. Ataque no eficaz. Aquel en el que no se consigue ningún beneficio ni en puntos, ni en faltas personales realizadas por el equipo contrario. Se considera ataque posicional la fase del juego que discurre a partir del transporte del balón a pista delantera, una vez que la defensa rival se encuentra correctamente posicionada para evitar la aproximación cómoda y rápida tanto del balón como de los jugadores hacia la canasta (Piñar, 2005), y en la que no existe superioridad numérica o táctica. 2. Ataque eficaz. Cuando se consigue puntuar por canasta convertida de dos o tres puntos, o por falta personal, con o sin tiro libre convertidos. Eficacia de los medios tácticos colectivos básicos (MTCBS). Esta eficacia vendrá dada por la obtención de la posesión de balón y ventaja por parte del beneficiario principal o secundario del MTCB. Así las categorías fueron: 1. Medio no eficaz: los beneficiarios no consiguen ventaja suficiente para obtener la posesión del balón. 2. Medio eficaz: uno de los participantes en el medio obtiene la posesión del balón o ventaja con el balón. Se define ventaja como el desequilibrio creado al adversario que defiende al jugador con balón, durante la realización del medio (puede ser cualquiera de los oponentes que participen en el medio) y que le permite lanzar o avanzar hacia el cesto, sin oposición. Esta puede tener diferentes dimensiones. Así las categorías de esta variables fueron: * Medio eficaz por obtención de posesión: cuando tras la realización de medio, el beneficiario principal o secundario obtienen la posesión de balón, aunque no obtengan otra ventaja. * Medio eficaz por ventaja posicional relativa: se define como aquella ventaja generada gracias a la posición de cualquier oponente perteneciente al medio más cercano al jugador con balón, cuando éste se encuentra con parte de su cuerpo fuera de la línea que une el jugador con balón con el aro. * Medio eficaz por ventaja posicional máxima. igual que la anterior, a diferencia que en este caso el defensor no está en esa línea imaginaria. * Medio eficaz por ventaja por distancia: es aquella que se produce cuando existe una distancia entre defensor y jugador con balón suficiente para que éste último pueda lanzar sin oposición. Esta distancia será mayor a un brazo del defensor más cercano (esta distancia no es relativa; lo que varia entre un jugador y otro es el tiempo que necesita desde que recibe hasta que lanza. Por eso se diferenciará si existe o no ventaja cuando recibe, y cuando tira). * Medio eficaz por ventaja por orientación: se consigue cuando el defensor no está orientado hacia el jugador con balón. Dependerá si la cara anterior del cuerpo, que queda definida por la posición de los pies, está o no orientada al jugador con balón. * Medio eficaz por ventaja por cercanía al cesto: cuando, sin tener ningún tipo de ventaja anterior, el atacante, por sus características antropométricas y/o físicas, es capaz de lanzar eficazmente dentro del área restringida. * Medio eficaz por ventaja absoluta: cuando se produzca en combinación al menos dos de las anteriores ventajas, se considerará como absoluta. * Medio eficaz por enlace eficaz: cuando no exista ninguna de las ventajas anteriores pero los jugadores pertenecientes al medio hayan participado en el enlace con otro, ya sea simultanea o sucesivamente. La variable independiente estuvo formada por el programa de entrenamiento, el cual se basó en la mejora de cada uno de los Medios Tácticos Colectios Básicos (MTCBS), y en la relación que se establece entre unos y otros. Su duración fue igual al periodo precompetitivo y RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) Número 17, 2010 (1º semestre) 3.1 Resultados relacionados con la eficacia de los ataques posicionales Las diferencias entre el pretest y el postest en relación con la eficacia de los ataques posicionales fue muy significativa según el test de Chi-cuadrado, con un p = ,006 (Tabla 1). En el pretest, hubieron 14 ataques en los que se consiguió eficacia, es decir un 28,6% del total de los ataques posicionales. Mientras que en el último partido de la temporada el 67,5% de los ataques posicionales fueron eficaces. Tabla 1. Incidencia del programa de intervención sobre de la eficacia de los ataques posicionales. Eficacia ataque Posic. - + 35 14 49 % de Partido 71,4% 28,6% 100,0% % de Eficacia ataque 68,6% 36,8% 55,1% Residuos corregidos 3,0 -3,0 Recuento Pretest Recuento Postest Total 13 27 40 % de Partido 4,8% 11,6% 7,9% % de Eficacia ataque 32,5% 67,5% 100,0% Residuos corregidos Total Recuento 51 38 89 % de Partido 57,3% 42,7% 100,0% % de Eficacia ataque 100,0% 100,0% 100,0% Corrección por continuidad de la Prueba Chi-cuadrado. Significación: ,006 Calculado sólo para una tabla de 2x2. Estimación de Riesgo de: 3,750 También se calculó la estimación de riesgo entre los dos partidos, teniendo la razón de las ventajas un valor de 3,750. Esto quiere decir que la razón de ataques no eficaces con respecto a los ataques eficaces fue 3,750 veces mayor en el pretest con el postest. Estos resultados mostraron que el programa de intervención provocó una mejora en la eficacia del juego con respecto al ataque posicional. Si se comparan los resultados de la eficacia de los ataques posicionales obtenidos en los partidos seleccionados durante la temporada, se comprueba que, a medida que pasó el tiempo, y por lo tanto a medida que avanzaba el programa de intervención, la eficacia del ataque fue en aumento, mientras que los ataques ineficaces descendían. Hasta el partido 5, correspondiente a la jornada 14, los ataques ineficaces superaron a los eficaces. A partir de ese momento el número de ataques eficaces fue siempre superior a los no eficaces, llegando en el partido 8 (jornada 22) a encontrarse las mayores diferencias, con un porcentaje de eficacia del 78,3% (Figura 1). 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 % Eficacia 8 Po st es t 7 6 5 4 3 2 1 t % Ineficacia Pr et es Figura 1. Porcentajes de eficacia de los ataques posicionales durante la temporada 80 70 60 50 40 30 20 10 0 % Eficacia M TCBs 8 Po st es t 7 6 5 4 3 2 % Ineficacia M TCBs 1 2.3 Material y análisis estadístico Para la realización de este estudio se utilizó el siguiente material: * Para el procedimiento de la grabación de los encuentros: una videocámara. * Para la toma de datos: se diseñó una hoja de observación para la toma de datos de las conductas relacionadas con la eficacia de los ataques y de los MTCBs. Los procedimientos estadísticos empleados han sido los que siguen (Perea-Milla, 1998). Descripción de los datos. Mediante la presentación de los resultados en Tablas de Frecuencias proporcionando, junto con los distintos valores o modalidades de cada variable analizada, sus frecuencias absolutas, frecuencias relativas, frecuencias relativas acumuladas y porcentajes de cada modalidad con respecto al tamaño total de la muestra. Inferencia Estadística. El procedimiento empleado ha sido el de Tablas de Contingencia. A través del Test de Chi-Cuadrado se obtuvo tanto la significación unilateral como bilateral que se produce en el cruce de variables. 3. Resultados Pr et es t competitivo del equipo con el que se desarrolló el programa, es decir, siete meses. Los MTCBS son las herramientas necesarias para que los jugadores puedan cumplir con los objetivos que marca la lógica del juego, por lo tanto su aprendizaje debe proporcionar las bases conceptuales, procedimentales y actitudinales que permitan su utilización adecuada, atendiendo al cumplimiento de los objetivos del juego. Para ello, se dividió el desarrollo de cada medio en cuatro fases. Para la elección de los objetivos que se iban a trabajar en cada fase se tomaron como criterios: su especificidad, complejidad evolucionando de menor a mayor. En la primera fase, llamada introductoria a los jugadores se les enseñó, a través de los MTCBs, cuáles son los objetivos del juego: conservar el balón, proteger el cesto, buscar profundad, y lanzar con la menor oposición posible; así como los principios más generales que surgen de ellos: ayuda mutua, seguridad máxima relativa, dificultad la acción defensiva y máxima profundización. En la segunda fase, o fase de desarrollo, se trabajó el principio específico fundamental de mantener la ventaja obtenida desde un punto de vista colectivo. Para llevar a cabo este principio se requiere de una mayor complejidad, y la necesidad de tener mayor número de herramientas para su realización, puesto que no basta el medio con el que se está trabajando para ponerlo en práctica, sino que habrá que enlazarlo con los que se hayan trabajado anteriormente. En la fase de perfeccionamiento, una vez que se conoce como utilizar el medio según cada uno de los principios que le afectan, se perfeccionó atendiendo a la actuación de los defensores, según los criterios de eficacia previamente establecidos. Además en esta fase también se desarrolló el principio de aprovechamiento de las ventajas posicionales conseguidas, utilizando para ello el juego en triángulo. En la cuarta y última fase, la de refuerzo, el jugador se sometió a un refuerzo de lo aprendido hasta ese momento, con dos objetivos: el primero aprender el principio de generar incertidumbre en el rival para conseguir ventajas durante el desarrollo de los medios; y el segundo ser capaz de decidir correctamente en unas condiciones de fatiga tras practicar los medios en unas exigencias físicas mayores. El instrumento de observación utilizado fue el sistema de categorías, considerado por Anguera (1993) como el instrumento básico de medida en la investigación observacional. Para la validación del instrumento se les pidió a un grupo de expertos formados por doctores en Educación Física y especialistas en baloncesto, que analizarán las categorías de observación. Los observadores que participaron en el estudio fueron alumnos de la asignatura de alto rendimiento en baloncesto de la facultad de ciencias de la actividad física y el deporte de la Universidad de Granada, los cuales recibieron un proceso de adiestramiento según los pasos de Behar (1993). Finalizado éste se realizó el estudio de confiabilidad consiguiendo ser superior al 0,95. Figura 2. Resultados encontrados sobre la eficacia de los MTCBs durante la temporada. 3.2 Resultados relacionados con la eficacia de los Medios Tácticos Colectivos Básicos Como se puede comprobar en la tabla 2, las diferencias entre el pretest y el postest fueron altamente significativas, pasando la eficacia RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 17 - del medio de un 29,5% en el pretest a un 64,9% en el postest. El grado de mejora entre los dos partidos fue alto, siendo del 35,4%. Esto se refleja en la estimación de riesgo que, en este caso, fue de 6,224, es decir, la razón entre los medios ineficaces con respecto a los eficaces fue 6,224 veces mayor en el pretest que en el postest. Tabla 2. Incidencia del programa de intervención sobre la eficacia de los MTCBs. Test de evaluación Eficacia del Medio - Recuento Pretest 343 % de partido 70,5% 29,5% 100,0% % de Efic. del Medio 70,3% 34,9% 54,1% 10,5 -10,5 Recuento Total Total 101 Residuos corregidos Postest + 242 102 189 291 % del partido 35,1% 64,9% 100,0% % de Efic. del Medio 29,7% 65,1% 45,9% Residuos corregidos -10,5 10,5 Recuento 344 290 634 35,8% 64,2% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% % del partido % de Efic. del Medio Prueba Chi-cuadrado. Corrección por continuidad p = ,000. Calculado solo para una tabla 2x2. Estimación de riesgo = 6,224 Si se comparan los resultados encontrados en los partidos seleccionados durante toda la temporada (Figura 2) se puede comprobar cómo, al igual que la eficacia de los ataques posicionales, la eficacia de los MTCBs creció progresivamente a medida que avanzó la temporada, llegando esta vez su pico al último partido analizado. No es hasta el partido 5 (jornada 14) cuando el número de medios eficaces superó a los no eficaces. En la figura 3 se puede analizar cómo influyó el programa de intervención en el tipo de eficacia de los MTCBs. Tras la prueba de Chicuadrado de Pearson, las diferencias de los tipos de eficacia entre el pretest y postest fueron altamente significativas (p = ,000), aunque no en todos los tipos las diferencias fueron favorables al postest. La eficacia del medio lograda por la obtención de la posesión fue mucho mayor en el pretest (41,7%) que el postest (17,5%). Esto también ocurrió con la eficacia conseguida por ventaja posicional del jugador con balón, aunque las diferencias fueron bastantes inferiores, siendo de un 9% en el pretest y de un 3,4% en el postet. Con respecto a la eficacia conseguida tras una ventaja por distancia del jugador con balón, fue en el postest donde existió un porcentaje mayor (5,2%) que en el pretest (1,5%), aunque las diferencias, igual que en el caso anterior, fueron mínimas. En la ventaja por cercanía al cesto los resultados fueron prácticamente iguales (1,5% y 1%) y muy bajos. En el que existieron unas diferencias mayores fue en la ventaja absoluta, encontrándose un 11,3% en postest, en contraposición de un 3% en el pretest. Pero, sin duda alguna, fue en la ventaja conseguida por enlace eficaz donde se encontraron las mayores diferencias, puesto que en el pretest no se consiguió ninguna, mientras que en postest el porcentaje se elevó al 26,4%. 60 % Sin Eficacia 50 % Obt. Posesión 40 % Vent. Posicional 30 % Vent, Distancia 20 % Vent. Cercanía 10 % Vent. Absoluta. 0 Pretest % Enlace Eficaz Postest Figura 3. Incidencia del programa de intervención sobre los tipos de eficacia de los MTCBs 60 % Sin Eficacia 50 % Obt. Posesión 40 % Vent. Poscional 30 % Vent. Distancia 20 % Vent. Cercanía % Vent. Absoluta. 10 % Enlace Eficaz 0 Pretest Mac. 1 Mac. 2 Mac. 3 En la figura 4 se pueden observar los tipos de eficacia de los MTCBs que se dieron en los partidos seleccionados de los diferentes macrociclos de los que constaba la planificación anual. El macrociclo 1 está compuesto por los resultados de los partidos 1,2 y 3 (Jornadas 3, 7 y 9); el macrociclo 2 por los partidos 4, 5 y 6 (Jornadas 12, 14 y 15); y el macrociclo 3 por los partidos 7, 8 y 9 (Jornada 21, 22 y 27). Los porcentajes de la categoría «sin eficacia» de los medios, realizaron una curva descendente a medida que trascurrió el tiempo, pasando del 54,2% en el pretest, al 28,7% en el macrociclo 3 (Figura 4). Lo mismo ocurrió con la ventaja conseguida por obtención de la posesión, que pasó del 41,7% en el pretest al 19,7% en el macrociclo 3. En cambio, tanto con la ventaja absoluta (del 3% al 8,6%) como con la ventaja conseguida por enlace eficaz (del 0% al 31,5%) a medida que trascurrió el tiempo tuvieron un crecimiento ascendente. Del resto de tipo de ventajas no pareció encontrarse una constante a lo largo del tiempo. 4. Discusión El objetivo de este estudio fue comprobar si el programa de intervención para la mejora de la táctica colectiva mediante un modelo de enseñanza constructivista mejoraba la eficacia de un equipo en competición. En primer lugar decir que al evaluar la eficacia de los ataques posicionales con la puntuación conseguida en éstos (además de las faltas recibidas), pueden existir algunas variables contaminantes que interfieran en la posible relación que se pueda establecer entre el programa de intervención y la eficacia del juego, como son aquellas relacionadas con la mejora de contenidos de carácter individual. Durante el programa de intervención no se realizó ningún entrenamiento sobre los contenidos individuales como el lanzamiento o el bote, ni desde el punto de vista perceptivo ni en relación con la capacidad para la toma de decisiones, ni de ejecución, fuera de lo establecido por la planificación. Quiere decir esto que el tiempo dedicado al contenido del lanzamiento o el bote estaba relacionado con la mejora de los MTCBs. Por lo tanto, se puede decir que la mejora de la eficacia de los ataques posicionales, con diferencias muy significativas (p = ,003), tiene una relación directa con el programa de intervención. Los resultados sobre la eficacia de los ataques posicionales demuestran que para conseguir eficacia en el juego no es necesario invertir el tiempo que proponen los modelos tradicionales a la ejecución, y que la mejora necesaria para ser eficaz se realizará durante tareas globales o analíticas en condiciones más o menos tácticas. Por lo tanto para la eficacia del juego es más importante incidir en la mejora de la toma de decisiones y en el conocimiento conceptual que en la capacidad de ejecución. Estos resultados no pueden ser comparados con otros anteriores puesto que en ninguno de los estudios analizados en los antecedentes se utiliza como variable dependiente la mejora del rendimiento del juego. Esto puede ocurrir así porque la mayoría de éstos, tanto los relacionados con un modelo constructivista (García López 2004; Harvey et al. 2006; Tallir et al. 2005, 2007) como los relacionados con otros modelos alternativos (Fernández, 2003; Griffin y Placek, 2001; Méndez, 1999; López Parralo, 2004; Turner y Martinek, 1999; Vegas, 2006) están realizados dentro de un marco educativo, ya sea en educación primaria o secundaria, en el cual el rendimiento durante la competición carece de importancia. En aquellos estudios que están realizados en un marco más deportivo como son los de Fabio y Blandón (2003), García Herrero (2001), García y Ruiz (2003), Harvey (2003), Iglesias (2006) o Ponce (2006), creemos que hubiera sido interesante analizar la relación entre sus resultados y la eficacia durante la competición. Sólo en la tesis realizada por Iglesias (2006) se analiza el porcentaje de acierto en el lanzamiento durante la competición de manera aislada y con el objetivo de evaluar la ejecución del lanzamiento. Los resultados mostraron que con el programa de intervención basado en la reflexión estos porcentajes también mejoraron, pudiéndose deber este hecho a que «lanzar en situaciones tácticas propicias para ello, también suponga mayores probabilidades de acierto en la ejecución, aunque esta cuestión debe ser Figura 4. Resultados del tipo de eficacia de los MTCBs en los distintos macrociclos de la temporada - 18 - RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) interpretada con cautela» (Iglesias, 2006, p. 136). Aun así, este dato no es suficiente para conocer si la eficacia del juego pudo aumentar por el programa de reflexión realizado, puesto que no se sabe si se consiguieron más o menos lanzamientos, o más o menos faltas recibidas. Si se analizan las categorías de la variable eficacia de los MTCBs existe un dato que puede llevar a confusión. En el caso de la eficacia conseguida por ventaja posicional, los resultados del pretest son superiores a los del postest. Esto se debe a que en el postest se consiguió un mayor número de eficacias por ventaja absoluta. Es decir, en el test final se contabilizan muy pocas ventajas posicionales, no porque se dieran menos que en el pretest, sino porque éstas iban acompañadas además de otro tipo de ventaja, como la conseguida por distancia o por orientación, por lo que éstas se anotaban como ventaja absoluta. Los valores de eficacia de los MTCBs son muy similares a los conseguidos por la eficacia de los ataques posicionales, es decir que a medida que aumenta la eficacia de los primeros, también lo hace la eficacia de los segundos, con porcentajes prácticamente iguales en el postest (65,1% para la eficacia de los medios y 67,5% para la eficacia de los ataques posicionales). Si se relacionan ambas variables, las diferencias encontradas tras la corrección por continuidad de la prueba de Chicuadrado para una tabla 2x2, son altamente significativas (p = ,000). Quiere decir que conseguir eficacia en los MTCBs influye positivamente en el rendimiento de los ataques posicionales. 5. Conclusiones La principal conclusión del estudio es que un programa de intervención para la mejora de la táctica colectiva, que utiliza un modelo de enseñanza constructivista basado en la reflexión y la provocación de conflictos ha demostrado ser eficaz para aumentar el rendimiento del equipo seleccionado, al aumentar la eficacia de los ataques posicionales y la eficacia de los MTCBs durante el juego real. Además, conseguir mejoras en la eficacia de los MTCBs, es decir, conseguir unas mejores condiciones de lanzamiento gracias a unas ventajas espaciales influye directamente en una mejora de los ataques posicionales, es decir, en conseguir éxito. 6. 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Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación 2010, nº 17, pp. 21-24 © Copyright: 2010 Federación Española de Asociaciones de Docentes de Educación Física (FEADEF) ISSN edición impresa: 1579-1726. Edición Web (www.retos.org). Influencia de los valores de eficacia sobre la condición de ganador o perdedor en un mundial de Waterpolo Influence of the efficacy values on the condition of winner or loser in a Water Polo World Championship *Francisco M. Argudo Iturriaga, **Encarnación Ruiz Lara, ***J. Arturo Abraldes Valeiras *Universidad Autónoma de Madrid (España), **Universidad Católica San Antonio de Murcia (España)***Universidad de Murcia (España) Resumen: El objetivo de este estudio es encontrar los valores de eficacia en las microsituaciones de juego con y sin posesión del balón en waterpolo y analizar la relación entre esos valores y la condición de ganador o perdedor. Los partidos masculinos y femeninos del X Campeonato del Mundo de waterpolo fueron grabados en video, y analizados de forma consensuada por especialistas entrenados, siguiendo las directrices de la metodología observacional. Se han evaluado mediante coeficientes las microsituaciones de juego en igualdad numérica, contraataque, replegamiento defensivo, desigualdad numérica temporal simple y penalti, obteniendo valores de eficacia. Para el tratamiento estadístico se realizó un anova de un solo factor seguido por la prueba de Tukey, revelando diferencias significativas en 38 coeficientes en categoría femenina y 46 en categoría masculina; tomando como referencia un valor de pd».05. En conclusión, se puede inferir que en la categoría femenina existen diferencias significativas entre la condición de ganador y perdedor en doce en igualdad numérica, doce en el contraataque y replegamiento defensivo, catorce en desigualdad numérica temporal simple y ninguno en el penalti. En hombres, existen diferencias significativas entre la condición de ganador y perdedor en doce en igualdad numérica, ocho en el contraataque y replegamiento defensivo, catorce en desigualdad numérica temporal simple y doce en el penalti. Palabra clave: waterpolo, eficacia, ganador, perdedor. Abstract: This study aimed to find the efficacy values in the playing micro-situations with or without ball possession in the sport of water polo and to analyze the relation between these values and the condition of winner or loser. The female and male matches of the X Water polo World Championship were video-recorded, out agreed by consensus between trained specialists, continuing the directors of the observational methodology. The playing micro-situations were evaluated by means of coefficients such as numerical equality, counterattack, defensive adjustment, simple temporary numerical inequality and penalty, thereby obtaining efficacy values. Data analysis was carried out by an ANOVA of a single factor followed by the Tukey test, revealing significant differences in 38 coefficients in the female category and in 46 coefficients in the male category; reference value was p d» 0.05. In conclusion, we can say that in the female category there are significant differences between the condition of winner or loser in twelve in numerical equality, twelve in counterattack and defensive adjustment, fourteen in simple temporary numerical inequality and none in penalty. In male, there are significant differences between the condition of winner or loser in twelve in numerical equality, eight in counterattack and defensive adjustment, fourteen in simple temporary numerical inequality and twelve in penalty. Key words: water polo, efficacy, winner, loser 1. Introducción La modalidad deportiva acuática de la que se va a realizar este estudio es el waterpolo. Cuando finaliza un partido o entrenamiento de esta modalidad deportiva acuática, ¿pueden conocerse los motivos por los cuales se ha ganado o perdido? Basándose en los resultados obtenidos por la cuantificación de las acciones de juego, se puede valorar la eficacia de las mismas a partir de unos coeficientes (Argudo, 2002). La eficacia, según Gayoso (1983), puede ser considerada como el resultado de las acciones correctamente ejecutadas dentro de una cantidad de intentos o ensayos. Este mismo autor considera las mediciones y evaluaciones de los comportamientos, tanto in vivo como in vitro, de capital importancia. Concretamente en Waterpolo, pueden mencionarse trabajos de conceptualización, elaboración de instrumentos de evaluación y primeros estudios de los valores de eficacia (Argudo, 2000, 2002; Argudo & Lloret, 1998a, b; 1999; 2007; Argudo & Ruiz, 2006a, b; Canossa, Garganta & Lloret, 2002; Lloret, 1994, 1995, 1999; Sarmento, 1991, 1994; Sarmento & Magalhaes, 1991) que exponen unas fórmulas para aclarar y justificar el nivel de trabajo ofensivo y defensivo en los encuentros de este deporte acuático. Así pues, un coeficiente de eficacia es una fórmula matemática que determina un valor numérico resultante de la relación entre las acciones, táctica individual, o los procedimientos tácticos, táctica grupal, o los sistemas tácticos de juego ejecutados, táctica colectiva, y la cantidad de intentos realizados en las diferentes microsituaciones de juego. Como resultante de los mismos se obtendría un valor de eficacia, es decir, un indicador de rendimiento, numérico, que Fecha recepción: 29-07-09 - Fecha envío revisores: 05-08-09 - Fecha de aceptación: 19-10-09 Correspondencia: J. Arturo Abraldes Valeiras Facultad de Ciencias del Deporte. Universidad de Murcia. C/ Argentina, s/n. 30720- Santiago de la Rivera- San Javier. Murcia. España. E-mail: [email protected] Número 17, 2010 (1º semestre) nos aporta la información necesaria para continuar o modificar la planificación o programación del contenido táctico en el entrenamiento o en la competición (Argudo, 2005). Si se desea hacer una evaluación de la táctica de un equipo de Waterpolo, en un entrenamiento o en competición, resultaría muy complicado enfrentarse a ella como un todo. Por eso, es necesario dividir esa situación de juego en microsituaciones que mantengan la estructura de la modalidad deportiva. Así pues, se estaría frente a diversas unidades diferenciadas que facilitarían en gran medida su cuantificación, valoración y actuación; siendo éstas las fases de la evaluación táctica deportiva. El contexto en el que se desarrolla cada microsituación se denomina marco situacional, quedando definido éste como el conjunto de comportamientos motores presentes en la dinámica de juego en los deportes de equipo, determinada por los factores de: simetría de los equipos, organización de los sistemas tácticos de juego y posesión del móvil. En el caso concreto del Waterpolo, se pueden distinguir cuatro marcos situacionales: a) igualdad numérica, b) transición, c) desigualdad numérica y d) penalti (Argudo, 2005). El primero de ellos, es decir, el marco de la igualdad numérica en Waterpolo, es una microsituación de juego desarrollada desde el momento de la organización y estructuración del sistema táctico de juego, con o sin posesión, hasta la pérdida o recuperación de la posesión del móvil, en la que están presentes en el campo de juego todos los componentes de ambos equipos que pueden coincidir en la piscina al mismo tiempo según el reglamento: seis jugadores y un portero por equipo. Además, se puede diferenciar el hecho de estar en posesión o no del balón (Argudo, 2005). El marco transición es una microsituación de juego desarrollada desde el momento de la pérdida o recuperación de la posesión del móvil hasta la organización y estructuración del sistema táctico de juego, con o sin posesión, en la portería contraria. Es posible distinguir dos formas: RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 21 - a) la transición ofensiva, que se puede realizar de forma lenta, transición con posesión, o rápida, contraataque; y, b) la transición defensiva, que se puede realizar de forma lenta, transición sin posesión, o rápida, replegamiento defensivo (Argudo, 2005). El marco de la desigualdad numérica en Waterpolo es una microsituación de juego determinada por el reglamento en la cual se altera el número de jugadores en alguno de los dos equipos. Se puede distinguir, en función de la infracción, una duración temporal, 20 segundos o recuperación-pérdida de la posesión del móvil, o definitiva sin sustitución, resto del partido. Asimismo, para el primer caso se puede diferenciar el número de jugadores, simple o doble, precisando a su vez la posesión o no del móvil (Argudo, 2005). Los objetivos de este estudio fueron (a) hallar los valores de eficacia en las microsituaciones de juego en waterpolo masculino y femenino en igualdad numérica, contraataque, replegamiento defensivo, desigualdad numérica temporal simple y penalti con y sin posesión del balón y (b) analizar la relación entre esos valores de eficacia y la condición de ganador o perdedor al terminar el partido. La hipótesis de este estudio fue que los equipos ganadores obtienen mejores resultados que los perdedores. 2. Método 2.1. Participantes En el X Campeonato del Mundo de waterpolo, celebrado en Barcelona en 2003, participaron 32 equipos nacionales, 16 masculinos y 16 femeninos, a los que se les supone un nivel de homogeneidad. La muestra ha sido extraída de este campeonato, seleccionando 47 partidos femeninos y 46 masculinos cuyo resultado final no fue un empate, de los 96 partidos disputados en el mismo. 2.2. Instrumentos Todos los partidos han sido analizados con el software Polo análisis v 1.0 directo (Argudo,Alonso y Fuentes, 2005), instrumento desarrollado para la evaluación táctica cuantitativa en waterpolo en tiempo real. Las variables objeto de estudio han sido la condición de ganador o perdedor al terminar el partido y los valores de eficacia obtenidos a partir de los coeficientes propuestos y validados por Argudo (2005), donde se determina que para evaluar la eficacia táctica de las microsituaciones de juego en waterpolo se emplearán cincuenta y cuatro coeficientes: catorce en cada uno de los marcos situacionales descritos, salvo para el penalti, puesto que en éste se distinguen doce, al no contemplarse el bloqueo del lanzamiento. 2.3. Procedimiento El método de filmación partía del enfoque inicial al centro del terreno de juego. Una vez que uno de los dos equipos entraba en posesión del balón se realizaba una técnica de barrido, centrando la imagen en el medio campo donde se desarrollaba la acción de juego. La observación de los partidos se hizo de forma consensuada entre dos especialistas entrenados, Anguera et al. (2000) y Anguera (2003). 2.4. Análisis estadístico Las pruebas de homogeneidad de varianza se calcularon a través del estadístico de Levene. Posteriormente, se realizó un ANOVA de un solo factor, seguida por la prueba de Tukey para el análisis de las diferencias estadísticamente significativas entre los valores de eficacia en el igualdad numérica y la condición de ganador o perdedor al finalizar el partido. Todo el tratamiento estadístico mencionado se realizó con el paquete estadístico SPSS 15.0, aceptándose un nivel de confianza del 95% y una probabilidad de error del 5% (nivel de significación de .05). 3. Resultados La comparación entre los valores de eficacia obtenidos en la microsituaciones de juego, en waterpolo femenino, en igualdad numérica (IN), contraataque (C), replegamiento defensivo (RD), desigualdad - 22 - numérica temporal simple (DNTS) y penalti (P) con o sin posesión, tras el análisis estadístico, ha proporcionado los siguientes resultados, como se presentan en la Tabla 1. Tabla 1. Valores de significancia de los valores de eficacia en cada marco situaci onal con o sin posesión entre equipos femeninos ganadores y perdedores. IN C-RD DNTS P Coeficiente de posibilidad de lanzamientos con posesión .005* .000* .020* .535 Coeficiente de concreción de lanzamientos con posesión .000* .000* .000* .181 Coeficiente de definición de lanzamientos con posesión .000* .000* .000* .181 Coeficiente de resolución de lanzamientos con posesión .001* .000* .002* .235 Coeficiente de precisión de lanzamientos con posesión .000* .000* .000* .280 Coeficiente de exactitud de lanzamientos con posesión .017* .001* .000* .280 Coeficiente de lanzamientos bloqueados recibidos .564 .738 .058 - Coeficiente de posibilidad de lanzamientos sin posesión .005* .000* .020* .535 Coeficiente de concreción de lanzamientos sin posesión .000* .000* .000* .181 Coeficiente de definición de lanzamientos sin posesión .000* .000* .000* .181 Coeficiente de resolución de lanzamientos sin posesión .001* .000* .003* .235 Coeficiente de precisión de lanzamientos sin posesión .000* .000* .000* .280 Coeficiente de exactitud de lanzamientos sin posesión .017* .001* .000* .280 Coeficiente de lanzamientos bloqueados hechos .564 .738 .058 - * Denota diferencias significativas (p = .05) entre ganadoras y perdedoras. Estos resultados extraídos, de la igualdad numérica, muestran que los equipos femeninos ganadores no presentan diferencias significativas frente a los equipos perdedores en ambos coeficientes de los lanzamientos bloqueados en igualdad numérica: p<.564, en sendos casos. Por el contrario los valores de eficacia obtenidos por los equipos ganadores frente a los equipos perdedores sí presentan diferencias significativas en los coeficientes de concreción, definición y precisión: p<.000, en todos ellos. También, los valores de eficacia obtenidos por los equipos ganadores frente a los equipos perdedores presentan diferencias significativas en los coeficientes de resolución con y sin posesión, con un valor de p<.001 respectivamente, en los de posibilidad, con un valor de p<.005 en ambos; y en los de exactitud, con p<.017 en ellos. Del análisis de los resultados, del contraataque y replegamiento defensivo, se extrae que los equipos femeninos ganadores no presentan diferencias significativas frente a los equipos perdedores en los coeficientes de los lanzamientos bloqueados: p<.738 en ambos. Por el contrario, estos valores de eficacia sí presentan diferencias significativas en los coeficientes de posibilidad, concreción, definición, resolución y precisión (p<.000 en todos ellos), y en los de exactitud (p<.001). De la comparación entre los valores de eficacia obtenidos en desigualdad numérica temporal simple se extrae que en los coeficientes de lanzamientos bloqueados, los equipos femeninos ganadores frente a los equipos perdedores no presentan diferencias significativas: (p<.058) en ambos casos. Por el contrario los valores de eficacia obtenidos por los equipos ganadores en los coeficientes de concreción, definición, precisión y exactitud frente a los equipos perdedores, sí presentan diferencias significativas (p<.000). También, los valores de eficacia obtenidos por los equipos ganadores en los coeficientes de posibilidad (p<.020), en el de resolución con posesión (p<.002) y sin posesión (p<.003) frente a los equipos perdedores, presentan diferencias significativas. Del análisis de los resultados del Tabla 2. Valores de significancia de los valores de eficacia en cada marco situacional con o sin posesión entre equipos masculi nos ganadores y perdedores. IN C-RD DNTS P Coeficiente de posibilidad de lanzamientos con posesión .200 .025* .025* .033* Coeficiente de concreción de lanzamientos con posesión .000* .006* .000* .006* Coeficiente de definición de lanzamientos con posesión .000* .029* .000* .006* Coeficiente de resolución de lanzamientos con posesión .000* .131 .009* .005* Coeficiente de precisión de lanzamientos con posesión .001* .047* .006* .012* Coeficiente de exactitud de lanzamientos con posesión .000* .152 .032* .012* Coeficiente de lanzamientos bloqueados recibidos .000* .332 .014* - Coeficiente de posibilidad de lanzamientos sin posesión .201 .025* .025* .033* Coeficiente de concreción de lanzamientos sin posesión .000* .006* .000* .006* Coeficiente de definición de lanzamientos sin posesión .000* .029* .000* .006* Coeficiente de resolución de lanzamientos sin posesión .000* .131 .009* .005* Coeficiente de precisión de lanzamientos sin posesión .001* .047* .006* .012* Coeficiente de exactitud de lanzamientos sin posesión .000* .152 .032* .012* Coeficiente de lanzamientos bloqueados hechos .000* .332 .014* - RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación * Denota diferencias significativas (p = .05) entre ganadores y perdedores. Número 17, 2010 (1º semestre) penalti se extrae que en los equipos femeninos no hay diferencias significativas en cuanto a la posibilidad (p<.535), concreción (p<.181), definición (p<.181), resolución (p<.235), precisión (p<.280) y exactitud (p<.280) de lanzamiento con o sin posesión. El waterpolo masculino, tras el análisis estadístico, ha proporcionado los siguientes resultados, como se presentan en la Tabla 2. En igualdad numérica, los equipos ganadores masculinos no muestran diferencias significativas comparados con los equipos perdedores en el coeficiente de posibilidad de lanzamiento con y sin posesión: p < .200 y p < .201, respectivamente. Por el contrario los valores de eficacia obtenidos por los equipos ganadores frente a los perdedores presentan diferencias significativas en los coeficientes de concreción, definición, resolución, exactitud y lanzamientos bloqueados con y sin posesión: p < .000, en todos los casos. También, los valores de eficacia obtenidos por los equipos ganadores frente a los perdedores muestran diferencias significativas en los coeficientes de precisión con y sin posesión: p < .001, en ambos casos. Los equipos ganadores masculinos no muestran diferencias significativas si se comparan con los perdedores en los coeficientes de resolución, exactitud y lanzamientos bloqueados en el contraataque y el replegamiento defensivo: p < .131, p < .152, y p < .332, respectivamente. Por el contrario, los valores de eficacia obtenidos por los equipos ganadores frente a los perdedores presentan diferencias significativas en los coeficientes de posibilidad (p < .025), concreción (p < .006), definición (p < .029) y precisión (p < .047) en el contraataque y replegamiento defensivo. En desigualdad numérica temporal simple, los equipos ganadores masculinos, presentan diferencias significativas frente a los equipos perdedores en todos los valores de eficacia. En los equipos masculinos, en el penalti, existen diferencias significativas en todos los coeficientes de eficacia con y sin posesión: posibilidad (p < .033), concreción (p < .006), definición (p < .006), resolución (p < .005), precisión (p < .012) y exactitud (p < .012) entre ganadores y perdedores. 4. Discusión Si se comparan los resultados del presente estudio con los de Argudo (2000) y Argudo & Lloret (1998a, b) y Argudo & Lloret (1999), donde el objeto de análisis se centraba en la evaluación táctica en el Waterpolo de alto rendimiento a partir de los partidos disputados en el Campeonato de Europa de 1997, se aprecia que entre la condición de ganador o perdedor se encuentran coincidencias en el coeficiente de concreción en igualdad numérica con posesión (p<.022) y sin posesión (p<.050). Por el contrario, no se aprecian coincidencias en el coeficiente de definición en igualdad numérica con posesión (p<.281), en el mismo sin posesión (p<.551), en los coeficientes de concreción en el contraataque y replegamiento defensivo (p<.735), en los de definición (p<.487), en los de concreción en desigualdad numérica temporal simple con y sin posesión (p<.444), en los de definición (p<.993), en el de concreción del penalti con posesión (p<.969), sin posesión (p<.093), en el de definición con posesión (p<.427) y sin posesión (p<.818). En el caso del waterpolo masculino, se aprecian diferencias en los coeficientes de concreción en igualdad numérica con posesión y sin posesión (p < .129) y en el de definición (p < .742) en ambos casos. Por el contrario, no se aprecian coincidencias en los coeficientes de concreción en el contraataque y replegamiento defensivo (p <.762), en los coeficientes de definición del contraataque (p < .484) y replegamiento defensivo (p < .223), en los coeficientes de concreción en desigualdad numérica temporal simple con y sin posesión (p < .433), en los coeficientes de definición en desigualdad numérica temporal simple (p < .765) en ambos, en los coeficientes de concreción del penalti con posesión (p < .733) y sin posesión (p < .456) y en el coeficiente de definición del penalti con posesión (p < .347) y sin posesión (p < .758). 5. Conclusiones En la evaluación táctica cuantitativa realizada tras el X Campeonato del Mundo de Waterpolo de 2003 en las microsituaciones de juego en Número 17, 2010 (1º semestre) igualdad numérica, en transición y en desigualdad numérica temporal simple con y sin posesión del balón, se extrae que en doce de los catorce coeficientes de eficacia propuestos para cada microsituación existen diferencias significativas entre la condición de ganador o perdedor, por lo que la hipótesis planteada se cumple a excepción de los dos coeficientes de los lanzamientos bloqueados. De las microsituaciones de juego en el penalti se puede inferir que en ninguno de los doce coeficientes de eficacia existen diferencias significativas entre equipos ganadores o perdedores, por lo que no se cumple la hipótesis planteada. En el caso del waterpolo masculino en igualdad numérica con y sin posesión del balón, se extrae que en doce de los catorce coeficientes de eficacia existen diferencias significativas entre la condición de ganador y perdedor; por lo que la hipótesis planteada se cumple con la excepción de los coeficientes de posibilidad de lanzamientos con y sin posesión. De las microsituaciones de juego en el contraataque y replegamiento defensivo se puede inferir que en ocho de los catorce coeficientes de eficacia existen diferencias significativas entre la condición de ganador y perdedor; por lo que la hipótesis planteada se cumple en los coeficientes de posibilidad, concreción, definición y precisión del lanzamiento con y sin posesión. De las microsituaciones de juego en desigualdad numérica temporal simple y penalti se puede inferior que en todos los coeficientes de eficacia existen diferencias significativas entre la condición de ganador y perdedor, por lo que la hipótesis planteada se cumple en todos ellos. Si se quisiera hacer una transferencia al entrenamiento, de las microsituaciones de juego en igualdad numérica y en el contraataque y replegamiento defensivo en Waterpolo femenino, de las conclusiones a las que se ha llegado, además de ser fundamental el trabajo de exactitud en los lanzamientos, se debe aumentar el entrenamiento de los bloqueos de los mismos, especialmente en la desigualdad numérica temporal simple, ya que puede permitir mejorar las posibilidades de victoria. Y por último, para las microsituaciones de juego en el penalti, se debe trabajar la exactitud de los lanzamientos, buscando dominar diferentes formas de lanzamiento, ya que supone un indicador de rendimiento muy importante para conseguir el triunfo en un partido. Y por el contrario, para el portero se programarán tareas en las que el objetivo principal sea detener el lanzamiento mediante una mejor colocación, anticipación e intuición. Por supuesto, se recomienda estudiar los tipos de lanzamientos que dominan los jugadores adversarios. Para el waterpolo masculino, si se quisiera hacer una transferencia de las conclusiones a las que se ha llegado, al entrenamiento de las microsituaciones de juego en igualdad numérica, deberíamos tener en cuenta a la hora de programar las sesiones y partidos que, entre ambos equipos no va a ver diferencias en cuanto a las posibilidades de lanzamiento en las mismas, por lo que se deberán plantear tareas en las que el objetivo principal sea conseguir que un jugador pueda lanzar en las mejores condiciones para obtener la mayor eficacia. Al ser el waterpolo un deporte en el cual resulta difícil desplazarse, el medio de conseguir esa situación ventajosa debe ser a través de acciones sencillas y coordinadas entre pocos jugadores, que desemboquen en un desequilibrio numérico momentáneo en un espacio concreto, desde el cual el jugador beneficiado pueda realizar un lanzamiento con las mayores posibilidades de éxito. Por eso, los entrenadores deben exigir la máxima concentración y acierto en la toma de decisión en el momento de realizar un lanzamiento. Se debe concienciar a cada jugador de la gran importancia y trascendencia que tiene el simple hecho de lanzar a portería. Y por el contrario, otras tareas en las que el objetivo principal sea impedir cualquier lanzamiento mediante la presión individualizada y la anticipación para evitar que se creen esos espacios estratégicamente peligrosos. En las microsituaciones de juego en desigualdad numérica temporal simple, más que buscar los desplazamientos de los jugadores en superioridad numérica, hay que obligar a moverse a los jugadores en inferioridad, para tener la opción de finalizar con comodidad y poder acertar en la toma de decisión y exactitud en el lanzamiento. El medio para conseguir esa situación ventajosa debe ser a través de acciones de pases muy rápidos y precisos, fintando y de mano a mano. Además se debe establecer algunas secuencias de juego para, sin querer automatizar esta microsituación de juego, no dejarlo a la libre inspiración de algún jugador. Y por el contrario, se programarán RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 23 - tareas en las que el objetivo principal sea impedir acciones de pase cómodo, obligando en la medida de lo posible a que el jugador con posesión del balón deba enviarlo al compañero más alejado, con lo que se buscará la dificultad de ese pase y que el tiempo de exclusión finalice. En las microsituaciones de juego en el penalti se debe continuar con las mismas recomendaciones que para las jugadoras. En un estudio posterior, se podría abordar el análisis de las mismas variables con un mayor número de partidos, sumando encuentros pertenecientes a varios campeonatos, y, especialmente, con las modificaciones reglamentarias propuestas por la FINA para el periodo 2005-09 sobre la reducción en el tiempo de posesión del balón, la defensa del lanzamiento fuera del área de 5 metros y la distancia del lanzamiento del penalti; comparando los datos obtenidos en ambos trabajos. 6. Referencias bibliográficas Anguera, M. T., et al. (2000). La metodología observacional en el deporte: conceptos básicos. Lecturas: Educación Física y Deportes, Revista Digital [en línea], 24. Extraído el 5 de octubre, 2004 de: http:// www.efdeportes.com./efd24/obs.htm. Anguera, M. T. (2003). Diseños observacionales en la actividad física y el deporte: estructura, alcance y nuevas perspectivas. Ponencia presentada en el II Congreso Mundial de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, Granada, España. Argudo, F. 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Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación 2010, nº 17, pp. 25-29 © Copyright: 2010 Federación Española de Asociaciones de Docentes de Educación Física (FEADEF) ISSN edición impresa: 1579-1726. Edición Web (www.retos.org). Mejora de la capacidad de salto en mujeres postmenopáusicas con moderado riesgo de fractura de cadera tras dos años de ejercicio en el medio acuático Results of two years of water training on jump height in postmenopausal women with moderate hip risk fracture *María Carrasco Poyatos, Manuel Vaquero Abellán *Universidad de Murcia (España), **Universidad de Córdoba (España) Resumen: La finalidad del presente estudio fue establecer el efecto de un programa de impacto y resistencias adicionales en el medio acuático sobre la capacidad de salto en mujeres postmenopáusicas con moderado riesgo de fractura de cadera. 39 mujeres fueron asignadas a tres grupos: grupo de natación (GN; n = 17), grupo de impacto y resistencias (GIR; n = 14) y grupo control (GC; n = 8). Se llevó a cabo un test de composición corporal, mediante el que se analizó el índice de masa corporal (IMC) y el índice cintura-cadera (ICC); y un test de capacidad de salto, en el que se realizó un salto con contramovimiento (CMJ). GN mostró un descenso significativo (p<0.05) en el ICC (5.81%). GIR mejoró significativamente el IMC (3.65%) y el CMJ (15.5%). Dos años de ejercicio de impacto y resistencias adicionales en el medio acuático pueden mejorar la capacidad de salto de mujeres postmenopáusicas con moderado riesgo de fractura de cadera. Tanto este programa de ejercicio como el de natación pueden ofrecer cambios positivos en la composición corporal de dichas mujeres. Palabra clave: postmenopausia, capacidad de salto, medio acuático, composición corporal. Abstract: The aim of the present study was to investigate the effect of a water-based calisthenics and resistance program on jump height in postmenopausal women with moderate hip risk fracture. 39 women were divided into three groups: swimming group (GN; n = 17), calisthenics and resistance group (GIR; n = 14), and control group (GC; n = 8). Body composition test included body mass index (IMC) and waist to hip ratio (ICC). Jump height was assessed by a countermovement jump (CMJ). GN showed a significant (p<0.05) decrease in ICC (5.81%). GIR showed a significant decrease in IMC (3.65%) and a significant increase in CMJ (15.5%). Two years of water-based calisthenics and resistance training can offer significant benefits in jump height in postmenopausal women with moderate hip risk fracture. Both exercise programs can also improve body composition. Key words: postmenopausal period, jump height, resistance training, body compositions. 1. Introducción La menopausia es un proceso fisiológico degenerativo celular transcrito en el código genético de la mujer caracterizado por la reducción de la producción hormonal (estrógenos y progesterona), la desaparición de la ovulación y la finalización el ciclo menstrual (Greeves, Cable, Reilly, & Kingsland, 1999; Muntané, 1994). Afecta al 90% de las mujeres y suele manifestarse alrededor de los 51.4 años, con un espectro que va de los 45 a los 55 años (Asikainen, Kukkonen-Harjula, & Miilunpalo, 2004; Bonita, 1998; Laskin, Costlow, López, Taub, & Kronenberg, 1994; Muntané, 1994). La reducción de la producción hormonal origina cambios a nivel estructural y funcional en el organismo de la mujer. Es frecuente que las mujeres postmenopáusicas padezcan osteoporosis, un estado patológico de fragilidad ósea aumentada causado por la reducción vertiginosa de la densidad de masa ósea y el deterioro de la microarquitectura del hueso (Cenci et al., 2000; Humphries et al., 1999; Riggs, Khosla, & Melton, 1998). A su vez, ésta está íntimamente relacionada con el riesgo de fractura de cadera (Bouxsein, Coan, & Lee, 1999; Hans, Hartl, & Krieg, 2003; Stewart, Kumar, & Reid, 2006), que es la mayor causa de pérdida funcional, dependencia y riesgo de muerte en los mayores (Keene, Parker, & Pryor, 1993; Meunier et al., 1999). Por otro lado, el sistema neuromuscular también se ve afectado por estos cambios hormonales. Diversos estudios han encontrado disminuciones significativas en la fuerza y la masa muscular tras la menopausia (Humphries et al., 1999; Kamel, Maas, & Duthie, 2002; Van Langendonck, Claessens, Lysens, Koninckx, & Beunen, 2004). Con la edad, se produce un deterioro de la conducción nerviosa motora del sistema nervioso periférico (Connelly, Rice, Roos, & Vandervoort, 1999; Daley & Spinks, 2000) y de la capacidad de reclutamiento de unidades motoras (Klass, Baudry, & Duchateau, 2008), en concreto son las fibras musculares rápidas (Tipo Fecha recepción: 25-11-09 - Fecha envío revisores: 25-11-09 - Fecha de aceptación: 20-12-09 Correspondencia: María Carrasco Poyatos Facultad de Ciencias del Deporte. Universidad de Murcia. C/ Argentina, s/n. 30720 Santiago de la Rivera- San Javier. Murcia. España. Email: [email protected] Número 17, 2010 (1º semestre) II o FT) las que se ven más afectadas por este fenómeno tendiendo a ser reabsorbidas por el organismo, lo que origina una proporción más elevada de fibras lentas (Wilmore & Costill, 2004) y por tanto la ralentización de los movimientos. Según algunas investigaciones (Kent-Braun & Ng, 1999), no está claro que en las mujeres el nivel de estrógenos afecte a la contracción muscular voluntaria, aunque sí se observa su relación con la ralentización en la velocidad de movimiento segmentaria. Los cambios del sistema neuromuscular tienen un impacto particularmente severo en la autonomía e independencia de las mujeres postmenopáusicas, siendo en parte responsables del aumento de las caídas (Runge & Schacht, 2005; WHO & TUSNP, 2002) y disminuyendo la habilidad para realizar las actividades instrumentales de la vida cotidiana (Kell, Bell, & Quinney, 2001), como bajar o subir escaleras o levantarse y sentarse en el sofá. Por este motivo pueden llegar a ser una peligrosa amenaza para la capacidad funcional, la salud y la calidad de vida. Dada la fragilidad ósea de la muestra, en el presente estudio se eligió el medio acuático para llevar a cabo los programas de ejercicio ya que, debido a sus características de flotación y resistencia, por un lado aporta confianza y seguridad en la ejecución de movimientos eliminado en mayor medida el incipiente riesgo de caídas y fracturas que caracteriza a este tipo de población, y por otro, este medio ofrece la posibilidad de trabajar la fuerza y la resistencia muscular con y sin implementos adicionales, manteniendo el control de la intensidad del ejercicio físico realizado. Investigaciones previas indican que el trabajo de impacto y resistencias adicionales en piscina poco profunda parece repercutir de manera positiva en la capacidad de salto de mujeres postmenopáusicas y en algunos componentes relacionados con la composición corporal (Takeshima et al., 2002; Tsourlou, Benik, Zafeiridis, & Kellis, 2006). Otros estudios basados en ejercicios pliométricos tanto en el medio acuático (Martel, Harmer, Logan, & Parker, 2005) como aéreo (Sipilä et al., 2001; Taaffe et al., 2005), también obtienen resultados positivos en la capacidad de salto. Por consiguiente, el objetivo del presente estudio fue analizar el efecto de un programa de impacto y resistencias adicionales en el medio acuático sobre la capacidad de salto en mujeres RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 25 - postmenopáusicas con moderado riesgo de fractura de cadera, estableciendo las diferencias con respecto a un programa basado en actividades propias de la natación y a un grupo control. 2. Material y método 2.1. Descripción de la muestra En el presente estudio participaron 93 mujeres (n=93) postmenopáusicas con moderado riesgo de fractura de cadera. Fueron reclutadas de las consultas externas de atención primaria y especializada del Centro de Salud de Palomarejos y del Centro Especializado de Diagnóstico y Tratamiento del SESCAM de Toledo (España). Los criterios de inclusión que debían cumplir las participantes fueron los siguientes: mujeres postmenopáusicas de Toledo capital con al menos 5 años de amenorrea, edad menor o igual a 70 años, con moderado riesgo de fractura de cadera medida por ultrasonografía de calcáneo con el densitómetro Aquiles Express 2000 (General Electric, Lunar Corporation) y siguiendo las recomendaciones de Hans et al: -1,2 < QUS T-score > -2,5 (Hans et al., 2003), sin antecedentes de fractura osteoporótica, que no utilizaran la Terapia Hormonal Sustitutiva como tratamiento para la osteoporosis, sin patologías neurológicas, musculoesqueléticas, cardiovasculares, metabólicas o inflamatorias que les impidieran su participación en los programas de ejercicio en el medio acuático. Ninguna de ellas estuvo incluida en algún programa de ejercicio en el medio acuático en los dos años anteriores al presente estudio. Las participantes que no cumplieron dichos criterios fueron excluidas. La muestra fue dividida en 3 grupos: grupo de natación (GN), grupo de impacto y resistencias (GIR) y grupo control (GC). GN estaba formado por 17 mujeres, GIR por 14, y GC por 8. Cada participante firmó un formulario de consentimiento tras ser informadas de los riesgos y beneficios de su participación en el estudio. Asimismo, todas recibieron instrucciones de no alterar sus hábitos alimentarios y de mantener la práctica de actividad física habitual durante el periodo de entrenamiento. De las 93 mujeres iniciales, 39 completaron el estudio y fueron incluidas en el análisis final. Las bajas de produjeron por motivos familiares y otro tipo de patologías no relacionadas con el estudio. Las características de las participantes se muestran en la tabla 1. 2.2. Test y protocolos de aplicación Todas las mediciones fueron llevadas a cabo en el Laboratorio de Entrenamiento Deportivo de la Facultad de Ciencias del Deporte de Toledo, Universidad de Castilla-La Mancha (España). Para ello se empleó siempre el mismo equipamiento, los mismos evaluadores y las mismas técnicas de evaluación. Los evaluadores fueron adiestrados y estaban perfectamente cualificados para desempeñar su labor. Las mediciones antropométricas fueron realizadas siempre antes de la medición de la capacidad de salto y ambas se llevaron a cabo siempre el mismo día. El test de capacidad de salto se hizo en la semana previa a la del pretest y el postest para minimizar el efecto del aprendizaje. El mejor valor de cada test fue utilizado en el análisis estadístico. Figura 1. Entrenamiento de GN. tiempo para reclutar fibras rápidas (Bosco, 1994), lo que se adecúa a las características de la muestra del presente estudio. La ejecución de este salto consiste en, desde posición erecta, llegar hasta una semiflexión de rodilla aproximada de 90º -intentando que el tronco esté lo más recto posible para evitar su influencia en el movimiento de las piernas (Bosco, 1994)- y realizar una extensión de piernas intentando llegar lo más alto posible sin la ayuda de los brazos. El periodo de tiempo entre la fase excéntrica y la concéntrica debe ser corto para que la energía elástica acumulada se aproveche en el salto. Para llevar a cabo el CMJ se utilizó el Ergo-Jump Bosco System. Este instrumento parte del tiempo de vuelo para el cálculo directo de la elevación del centro de gravedad (Bosco, 2000), midiendo la altura del salto en centímetros. Se compone de una plataforma de infrarrojos conectada a un sistema de cronometraje electrónico que es accionado automáticamente por el mismo sujeto que salta en el momento del despegue, cerrándolo en el momento en el que el pie contacta otra vez con el terreno. Lleva siendo utilizado por federaciones, clubes, centros de investigación y Facultades Universitarias desde hace mucho tiempo para diferentes trabajos técnicos y científicos. Previamente a la realización del test se llevó a cabo un calentamiento compuesto por 5 minutos en cicloergómetro (Monark Ergomedic 828E) a 25 wats y 5-7 ensayos del CMJ fuera de la plataforma con el objetivo de asegurar una ejecución correcta del mismo. Para la realización del test de CMJ, las participantes se situaron en la plataforma de infrarrojos, entre el emisor y el receptor, con pies a la anchura de las caderas y manos en la cintura. Tras la indicación del evaluador («preparadas, ¡ya!») realizaron el CMJ. El evaluador controló que la ejecución técnica del salto fuera correcta en la realización del test. El test se repitió dos veces, obteniéndose el valor máximo de los dos intentos. Este procedimiento ha sido validado por su utilización en varios estudios (Cottini et al., 1996; Vilijanen, Viitasalo, & Kujala, 1991). Determinación de la composición corporal. Las mediciones de peso y talla fueron realizadas por el mismo evaluador a todas las participantes para posteriormente hallar el índice de masa corporal (IMC). Para ello se utilizó una báscula médica electrónica SECA 780 con tallímetro. Para medir el índice cintura-cadera (ICC) se utilizó una cinta métrica Harpender Anthropometric (Holtain LTD). Las participantes fueron medidas descalzas y con ropa ligera. Medición de la capacidad de salto. Se eligió el test de salto con contramovimiento o contermovement jump (CMJ) por ser un salto sencillo de ejecutar en el que, mediante la flexo-extensión de piernas, se aprovecha su carácter elástico-explosivo para una mayor elevación del centro de gravedad, dado que el trabajo excéntrico (flexión) que precede al concéntrico (extensión) hace que se almacene energía elástica que será reutilizada en la fase de empuje. Así mismo, la fase excéntrica permite que los sujetos con un porcentaje alto de fibras lentas tengan más - 26 - RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Figura 2. Entrenamiento de GIR Número 17, 2010 (1º semestre) 2.3 Intervención Los grupos de ejercicio (GN y GIR) llevaron a cabo un programa de entrenamiento durante 24 meses con una frecuencia de 2 días/semana y una duración de 45 minutos/sesión. Todas las sesiones de ejercicio fueron desempeñadas y supervisadas por un entrenador cualificado. Todas las participantes cumplieron un mínimo de asistencia del 95%. Ninguna mujer sufrió algún tipo de lesión en las sesiones de entrenamiento. Siguiendo las recomendaciones del American College of Sports Medicine (ACSM) (Pollock et al., 1998), los programas de ejercicio se realizaron a una intensidad moderada. Para determinarla, y siguiendo a otros estudios con mujeres postmenopáusicas en el medio acuático (Ay & Yurtkuran, 2005), se utilizó la Escala de Esfuerzo Percibido de Borg. Para permitir la adaptación progresiva de las participantes al entrenamiento, la cantidad de trabajo fue incrementándose de manera progresiva cada 3 meses aproximadamente. Durante el primer año, las participantes entrenaron dentro de un rango de intensidad ligera-moderada según la puntuación de esfuerzo percibido 10-13 en la Escala de Borg. Durante el segundo año, entrenaron dentro de un rango de intensidad moderada según la puntuación de esfuerzo percibido 13-15 en la Escala de Borg. Las sesiones de ejercicio de GN consistieron en ejercicios propios de la natación en piscina profunda, sin apoyo de los pies en el suelo y predominantemente en posición horizontal del cuerpo, en los que se utilizaron implementos típicos de la natación como aletas o palas para incrementar la intensidad de trabajo (figura 1). Todas las sesiones incluyeron un periodo de calentamiento (5 minutos) que consistía en nado libre a baja intensidad, el programa principal (35 minutos), y un periodo de vuelta a la calma (5 minutos) en el que se realizaron estiramientos globales en piscina poco profunda. Las sesiones de ejercicio de GIR consistieron en ejercicios de impacto del tren inferior y resistencias adicionales del tren superior e inferior en piscina poco profunda, como acuaeróbic, step, circuitos de musculación o juegos, realizados predominantemente en posición vertical del cuerpo, con el nivel del agua por la cintura y apoyo de los pies en el suelo (figura 2). Para aumentar la intensidad de trabajo en el tren inferior y superior se utilizaron materiales específicos (Leisis, S.L. Valencia. Spain). Para el tren inferior: water weight boots. Para el tren superior: minifins, hydrobells y water weight bells. Todas las sesiones incluyeron un periodo de calentamiento (5 minutos) que consistía en actividades lúdicas de baja intensidad, el programa principal (35 minutos), y un periodo de vuelta a la calma (5 minutos) en el que se realizaron estiramientos globales en piscina poco profunda. 2.4 Análisis estadístico de los datos Tras asegurar una distribución normal de las variables se realizó un análisis descriptivo. Para comparar grupos en bloque (conjunto) se utilizó el análisis de la varianza (ANOVA). El test de Bonferroni fue aplicado para determinar diferencias específicas entre medias. Para analizar los cambios de cada variable en cada grupo se utilizó la prueba de la t para muestras relacionadas. Se aplicó un margen de error de p < 0.05. Los datos fueron analizados con paquete estadístico SPSS (version 15.0, SPSS Inc, Chicago, IL). 3. Resultados Como se muestra en la tabla 2, al final del estudio las participantes de GN redujeron de manera significativa el ICC (-0.05 cm), y las participantes de GIR, el IMC (-0.97 kg/m2). No se encontraron diferencias estadísticas entre grupos en las variables antropométricas. En cuanto a la capacidad de salto, se obtuvieron mejoras significativas en el CMJ de GIR (2.52 cm), aunque no se encontraron diferencias estadísticas entre grupos en relación a la capacidad de salto. 4. Discusión Los hallazgos más notables de esta investigación muestran que dos años de trabajo de impacto y resistencias adicionales en el medio acuático Número 17, 2010 (1º semestre) son efectivos a la hora de producir mejoras significativas en la capacidad de salto de mujeres postmenopáusicas con moderado riesgo de fractura de cadera. Aunque no existan diferencias significativas con respecto a GN y GC, es evidente que las características del ejercicio realizado por GIR son adecuadas para producir dichas mejoras. Por otro lado, si el volumen de ejercicio se incrementara siguiendo las recomendaciones del ACSM (3 días/semana, 60 minutos/sesión) (Ashe & Khan, 2004; Pollock et al., 1998), posiblemente se obtendrían diferencias significativas entre grupos. En relación a estos resultados, el presente estudio coincide con otros de similares características realizados con mujeres postmenopáusicas durante 3 y 6 meses respectivamente (Takeshima et al., 2002; Tsourlou et al., 2006) y en los que se ha valorado la capacidad de salto mediante la realización de un CMJ y utilizando el mismo instrumento que en el presente estudio (Ergo Jump Bosco System). El CMJ está relacionado con el componente explosivo de la fuerza que ejerce la musculatura flexo-extensora de las piernas (fuerza elásticoexplosiva) (Vanezis & Lees, 2005), utilizando las articulaciones de tobillos, rodillas y cadera como componentes de la cadena cinética. Pero además de la fuerza muscular, en la realización del salto influyen otros factores a nivel neuromuscular que hacen más eficiente la ejecución del mismo, como el estado de entrenamiento en el que se encuentra la fibra muscular y el tipo de fibra reclutada (Bosco, 1994), la capacidad de imprimir mayor fuerza muscular en un movimiento rápido y la activación y coordinación intermuscular de los músculos sinergistas (Vanezis & Lees, 2005), la inhibición de los músculos antagonistas, o la excitabilidad y el feedback tanto neuronal (Deschenes & Kraemer, 2002) como de los componentes encargados en la realización del movimiento a nivel muscular (Bosco, 1994). Estos factores van a ser determinantes en la eficacia del salto y están íntimamente relacionados con la calidad en la ejecución del gesto técnico (Bobbert & Van Soest, 1994) y con del tipo de entrenamiento llevado a cabo (Gehri, Ricard, Kleiner, & Kirkendall, 1998; Markovic, 2007; Potteiger et al., 1999). El entrenamiento pliométrico al que se le añade un trabajo adicional de fuerza muscular es la forma más efectiva de mejorar la capacidad de salto y la fuerza del tren inferior (Chirosa, Chirosa, Requena, Feriche, & Padial, 2002; Ebben, 2002). Siendo conscientes de la dificultad que entraña mejorar el gesto técnico en cualquier disciplina y que para la optimización del gesto técnico del salto son necesarias varias semanas consecutivas de práctica (Bobbert & Van Soest, 1994), no es probable que las participantes de GIR hayan obtenido incrementos en la capacidad de salto por haber mejorado su ejecución técnica. Sin embargo, el tipo de entrenamiento llevado a cabo por este grupo sí ha podido tener mucho que ver con los resultados dado que su entrenamiento estuvo basado en saltos en todas sus formas, con variaciones angulares y velocidades variables, saltos a la pata coja, subidas a un escalón con carga adicional, zancadas con carga adicional, siempre con apoyo de los pies en el suelo y manteniendo la posición de pie. Este tipo de ejercicios han sido indicados para la mejora Edad (años) Altura (cm) Peso (kg) IMC (kg/m2) ICC (cm) Tabla 1. Características de la muestra (media ± DT). GN GIR (n = 17) (n = 14) 59.4 ± 6.2 56.5 ± 6.4 156.3 ± 6.8 155.5 ± 6.4 61.1 ± 7.7 64.4 ± 15.7 24.9 ± 2.4 26.5 ± 5.6 0.81 ± 0.0 0.82 ± 0.1 GC (n = 8) 57.3 ± 6.5 154.2 ± 5.4 64.3 ± 10.9 27.2 ± 5.5 0.8 ± 0.1 Tabla 2. Medidas antropométricas y CMJ en los tres grupos (media ± DT). GN GIR GC IMC (kg/m2 ) Pre 25.92 ± 2.5 26.55 ± 3.5 27.58 ± 6.2 Post 26.07 ± 2.3 25.58 ± 2.9* 25.03 ± 2.4 ICC (cm) Pre 0.86 ± 0.0 0.84 ± 0.1 1.54 ± 2.0 Post 0.81 ± 0.0* 0.76 ± 0.2 0.79 ± 0.0 CMJ (cm) Pre 13.76 ± 3.3 13.74 ± 2.8 12.10 ± 3.4 Post 21.22 ± 20.3 16.26± 4.4* 12.64 ± 5.2 *Diferencia significativa respecto a la valoración inicial (p<0.05). IMC = índice de masa corporal. ICC = índice cintura-cadera. CMJ = salto con contramovimiento. GN = grupo de natación. GIR = grupo de impacto y resistencias. GC = grupo control. RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 27 - de la ejecución del CMJ (Bosco, 1994), hecho que además puede incidir sobre los procesos neuromusculares y las propiedades viscoelásticas de los músculos a la hora de realizar el salto. Por el contrario, con el programa de ejercicio que realizó el GN no se han obtenido cambios significativos en la capacidad de salto, presumiblemente por la posición horizontal del cuerpo y la inexistencia de saltos en su programa de entrenamiento. Debido a estas afirmaciones, en el presente estudio no se puede relacionar el incremento significativo de la capacidad de salto de GIR únicamente con la mejora de la fuerza explosiva del tren inferior, sino que en la obtención de estos resultados también habrá influido la mejora de los factores neuromusculares anteriormente descritos. Estos resultados son un hallazgo importante ya que se demuestra que con el ejercicio de impacto y resistencias adicionales en el medio acuático es posible mejorar la fuerza explosiva del tren inferior y los factores neuromusculares asociados a la ejecución del salto en mujeres que, tras pasar la menopausia, van a acusar más la incidencia del paso del tiempo sobre la capacidad estructural y funcional del sistema neuromuscular. Por tanto, este ejercicio ofrece la posibilidad de mejorar el estado funcional y por consiguiente, la salud y la calidad de vida de mujeres postmenopáusicas con moderado riesgo de fractura de cadera. Por otro lado, en ambos grupos de ejercicio (GN y GIR) se han obtenido mejoras significativas en alguno de los componentes relacionados con la composición corporal. En GN se encontraron mejoras significativas en el ICC, y en GIR, en el IMC. Aunque no existen diferencias significativas con respecto a GC en ninguno de los dos grupos. Estos cambios son similares a los obtenidos por otros estudios tras 4-6 meses de entrenamiento de natación o de impacto y resistencias adicionales en el medio acuático con hombres y mujeres de mediana edad (Colado, Triplett, Tella, Saucedo, & Abellán, 2009; Cox et al., 2008; Cox et al., 2006; Volaklis, Spassis, Tokmakidis, & Greece, 2007). En el estudio de Takeshima et al. (2002) anteriormente mencionado, también se encontraron mejoras significativas en la composición corporal, aunque el método de medición utilizado (suma de pliegues) no coincide con el del presente estudio. Por tanto, y sin la intención de hacer afirmaciones definitivas sobre los cambios en la composición corporal, tanto con la natación como con el trabajo de impacto y resistencias adicionales en el medio acuático se pueden obtener mejoras en la composición corporal de mujeres postmenopáusicas con moderado riesgo de fractura de cadera, otro factor más que contribuye en la mejora de la salud y la calidad de vida. Estos resultados son interesantes ya que normalmente los cambios antropométricos derivados del ejercicio suelen producirse en hombres, especialmente en personas jóvenes (Fiatarone, 2002), a lo que se le suma que tras la menopausia es más complicado mejorar la composición corporal (Van Pelt et al., 1998). 5. Conclusiones El objetivo principal del presente estudio fue mejorar la capacidad de salto de mujeres postmenopáusicas con moderado riesgo de fractura de cadera para incidir de manera positiva en su capacidad de realizar las actividades instrumentales de la vida cotidiana y por tanto mejorar su salud y calidad de vida. Aunque los cambios obtenidos en la capacidad de salto en GIR no sean significativamente diferentes a los obtenidos en GN y GC y no se pueda afirmar cual de los tres grupos es mejor, es indudable que el programa de ejercicio de impacto y resistencias adicionales en el medio acuático de dos años de duración ha originado mejoras en la capacidad de salto de mujeres postmenopáusicas con moderado riesgo de fractura de cadera. Adicionalmente, tanto con el programa de impacto y resistencias adicionales como con el de natación se han obtenido cambios positivos en la composición corporal de dichas mujeres. En conclusión, utilizar el medio acuático para realizar un entrenamiento de impacto con personas que tienen riesgo de fractura ósea en el medio aéreo, ofrece beneficios significativos tanto en la capacidad de salto como en la composición corporal. - 28 - 6. Agradecimientos Los resultados del presente estudio pertenecen al Proyecto Osteoaqua: estudio de la eficacia de un programa de actividad física en el medio acuático en la prevención y tratamiento de la osteoporosis en mujeres postmenopáusicas, que se realizó en la Facultad de Ciencias del Deporte de Toledo, Universidad de Castilla-La Mancha (España). El director principal de dicho proyecto fue Dr. Fernando Navarro Valdivielso. La financiación del mismo corrió a cargo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. 7. Referencias bibliográficas Ashe, M. C., & Khan, K. M. (2004). Exercise prescription. Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons, 12, 21-27. Asikainen, T. M., Kukkonen-Harjula, K., & Miilunpalo, S. (2004). Exercise for health for early postmenopausal women. Sports Medicine, 34(11), 753-778. Ay, A., & Yurtkuran, M. (2005). Influence of aquatic and weightbearing exercises in quantitative ultrasound variables in postmenopausal women. 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(España) Resumen: Los objetivos de este estudio han sido analizar la carga de entrenamiento y competición desarrollada en una concentración del equipo nacional, describir los efectos físicos que conlleva en los judokas y determinar si aparecen diferencias entre sexos. La muestra estaba formada por 29 judokas adolescentes (15 chicas y 14 chicos) de 15.2 ± 0.9 años de media. Se realizaron dos valoraciones, antes y después de la concentración, las cuales siguieron el mismo protocolo de pruebas: peso, talla, flexibilidad «sit and reach» y «dedos-suelo», CMJ y la fuerza isométrica manual. Los resultados muestran que el tiempo total de entrenamiento en tatami fue de 50700 seg (aproximadamente 14 horas) divididos en 6 sesiones. Las variables físicas afectadas por la carga de entrenamiento desarrollada fueron el peso corporal y la flexibilidad isquiosural, las cuales incrementaron significativamente sólo en las chicas al finalizar la concentración (p<0.05), sin mostrar cambios físicos en los chicos. Por lo tanto, se manifiesta una buena orientación del trabajo en la concentración, no existiendo un volumen de entrenamiento que conlleve una sobrecarga en los judokas adolescentes. Palabra clave: judo, entrenamiento, adolescentes, escolares. Abstract: The objectives of this study were to analyze the burden of training and competition developed in a concentration of the national team, describe the physical effects involved in judokas and whether differences between sexes. The sample included 29 judokas adolescents (15 girls and 14 boys) of 15.2 ± 0.9 years on average. Two tests were performed before and after the merger, which followed the same testing protocol: weight, height, flexibility «sit and reach» and «finger-floor», CMJ and isometric force manual. The results show that the total training time was 50700 sec mat (approx. 14 hours) dividid into 6 sessions. The variables affected by the physical training load were developed body weight and flexibility isquiosural, which increased significantly only in girls when the concentration (p <0.05), without showing physical changes in boys. Therefore, there is a good guide to the concentration of work, no amount of training that involves an in overcharging judokas adolescents. Key words: judo, training, young, school ages. 1. Introducción El judo es un deporte de combate caracterizado por una enorme complejidad de actos motores y capacidades motrices (Mansilla, 2000), y además cuenta con el factor del contacto corporal directo y continuo del adversario, así como la incertidumbre externa del mismo (Hernández y Torres, 2007). Diversos autores coinciden que el judo de alta competición requiere fundamentalmente una preparación integral, basada en un alto dominio técnico y táctico junto con un realzado estado físico y psicológico (Little et al., 1991; Escobar, 2007; Hernández y Torres, 2007). Dentro de las diferentes variables que se pueden analizar, el control de las cargas de entrenamiento y de la competición, van a resultar de vital importancia en cualquier especialidad deportiva, y más en concreto, en una actividad como el judo, ya que dentro de este amplio abanico de requerimientos, concretamente el estado físico del judoka juega un papel determinante en el éxito deportivo (Claessens et al., 1987; Carratalá, et al., 2004). Partiendo de la premisa de que el judo es un deporte donde el judoka se encuadra en una categoría de peso desde que comienza a competir, ha existido un esfuerzo en determinar cuál es el perfil físico de un judoka en edades adolescentes. De esta forma, se ha determinado que el porcentaje de grasa de estos deportistas, están en torno al 11 -15% (Little et al., 1991; Carratala et al., 2004; Hernández et al., 2009). Dentro de las cualidades físicas, destacan los estudios que han ido dirigidos hacia la valoración de la fuerza y de la flexibilidad. Así, la fuerza isométrica máxima manual, ha establecido valores en torno a 37 kg (Hernández et al., 2009), valores que son ligeramente inferiores a los encontrados en judokas adultos (42-57 kg) (Mansilla et al., 2000; Iglesias et al., 2003). Por otro lado, en una cualidad de gran importancia en judo como es la Fecha recepción: 14-04-09 - Fecha envío revisores: 22-04-09 - Fecha de aceptación: 05-08-09 Correspondencia: Gema Torres Luque Facultad Humanidades y CEEE. Edificio D-2. Campus Las Lagunillas, s/n Universidad de Jaén. 23071 – Jaén E-mail: [email protected] - 30 - fuerza explosiva del miembro inferior, los valores de un salto en contramovimiento (CMJ) marcan valores en torno a 30 cm (Carratalá et al., 2003; Torres et al., 2008; Hernández et al., 2009). Y destacan los valores de flexibilidad, donde en test de dedos-suelo, los datos marcan normalidad para poblaciones de judokas adolescentes, situándolo entre 2 y 3 cm (Mansilla et al., 2000; Torres et al., 2008; Hernández et al., 2009). Sin embargo, todos estos estudios marcan un análisis descriptivo de las características del judoka en edad adolescente. Y actualmente, y con el ánimo de alcanzar el máximo rendimiento deportivo a edades cada vez más tempranas, se aplican cargas de entrenamiento que se pueden considerar extremas respecto a los adultos (AAP, 2000). El querer afinar más en los entrenamientos, para alcanzar resultados tempranos, implica que se corra el riesgo de que el deportista entre en un estado de fatiga (Raglin y Wilson, 2000). Este proceso puede llevar a un estado de sobreentrenamiento, entendido el mismo como un estado de cambio a nivel físico, fisiológico, psíquico y hormonal que hace que descienda el rendimiento del sujeto (Small, 2002). Hoy en día se conoce que este síntoma afecta a jóvenes deportistas de especialidades individuales (Kentta et al., 2001), por lo que el seguimiento y control del deportista es de vital importancia para prevenir síntomas de éste estado que puedan acarrear problemas en el futuro del deportista. En un deporte como el judo, se parte de la premisa de que es una especialidad deportiva, clasificada dentro de los deportes donde se compite en fin de semana (Brenner, 2007), y donde los judokas están expuestos a combates sucesivos durante ese periodo. Así mismo, las concentraciones de judo desde edades tempranas, se convocan de la misma forma, donde el judoka debe desplazarse a un punto de la geografía nacional, y ahí concentrarse durante 3-4 días llevando a cabo entrenamiento y competición a lo largo de cada una de las jornadas. En este sentido, son menores los estudios en judokas que marcan un seguimiento y control de las cargas de entrenamiento y competición, para valorar realmente el efecto que está teniendo en el joven deportista. Cabe destacar el estudio de Sekulic et al., (2006) donde realizan un seguimiento de 9 meses en un grupo que practicaba actividades RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) recreativas, y en un grupo de judokas, ambos de 7 años de edad. Observaron cómo pasado el tiempo, el grupo de judokas obtenía una mejora significativa en destrezas relacionadas con judo, pero en las cualidades físicas a nivel general existía una mejora similar en ambos grupos, mostrando que las cargas se estaban aplicando correctamente, y donde la evolución era acorde a la edad de los sujetos. En la misma línea Jagiello et al., (2009) realizaron un estudio sobre el nivel de preparación física en judokas femeninas en determinadas etapas de formación deportiva, utilizando las concentraciones deportivas para las valoraciones, concluyendo que las judokas poseen un nivel de condición física por encima de la media poblacional y que las judokas más jóvenes entre los 13 y 18 años manifiestan una elevada correlación entre su nivel físico general y especifico, el cual incrementará si elevan su nivel competitivo, indicando que el entrenamiento físico realizado traía los efectos deseados. De este modo, ambos autores (Sekulic et al., 2006; Jagiello et al., 2009) afirman que realizar este seguimiento es de vital importancia para observar si se están aplicando cargas que colaboren al desarrollo y mejora deportiva, y no produzcan la fatiga del deportista. Por lo tanto, el objetivo de este estudio es analizar la carga de entrenamiento y competición llevada a cabo por judokas adolescentes, a lo largo de una concentración de cuatro días de duración, y ver el efecto de la misma sobre variables físicas, determinando las posibles diferencias en cuanto al sexo de los judokas. Ello contribuirá a un control del entrenamiento y competición en periodos muy concentrados de entrenamiento, y ayudará a una mejor orientación de este tipo de iniciativas. 2. Material y método 2.1. Muestra La muestra estuvo compuesta por los 29 judokas de la selección nacional de judo en edad escolar (15.2 ± 0.9 años; 61.47 ± 16.12 kg de peso; 162.09 ± 8.30 cm de talla), de los cuales, 15 chicas, y 14 chicos, cuyas características aparecen en la Tabla 1. Los criterios de selección de la muestra fueron los siguientes: - Formar parte de la selección nacional de su categoría - No padecer ninguna lesión ni enfermedad. Se informó a los padres y/o tutores de los judokas, sobre los objetivos y propósito del estudio, firmando un consentimiento por escrito dando su aprobación para participar. Tabla 1. Características de la muestra (media ± desv tip.) Judokas n Edad (años) Peso (kg) Talla (cm) Chicas 15 Chicos 14 15.3 ± 0.7 56.03 ± 8.02 158.55 ± 7.02 14.9 ± 0.8 67.29 ± 20.49 Total 29 165.88 ± 8.08 15.2 ± 0.9 61.47 ± 16.12 162.09 ± 8.30 Figura 1. Diseño general de la investigación Tabla 2. Desarrollo de la concentración Día Sesión Contenido Tiempo (min) 1 1 Tatami 120 2 2 Competición 150 3 3 4 Tatami Tatami 135 150 4 5 6 Tatami Tatami 135 150 Total 6 840 2.2. Procedimiento Todos los sujetos llegaron a la concentración, procedentes de diferentes puntos de la geografía española. Una vez allí, permanecieron concentrados por un total de cuatro días en régimen de alojamiento y pensión completa. El estudio consistió en una valoración inicial, un análisis de la carga de entrenamiento llevada a cabo a lo largo de los cuatro días y una valoración final (Figura 1). Número 17, 2010 (1º semestre) 2.3. Valoración Inicial Se citó a todos los sujetos en una sala habilitada para las valoraciones, con una temperatura de entre 20 – 22ºC. Los judokas, con su equipación de judo, fueron evaluados en parámetros antropométricos, flexibilidad de la musculatura isquisoural, fuerza explosiva del tren inferior y dinamometría manual, en el orden y protocolo que se indica a continuación. Variables antropométricas: Se determinó la talla, peso e Índice de Masa Corporal (IMC). La talla se evaluó por medio del tallímetro modelo SECA (SECA LTD., Germany). Los judokas se midieron de pie, descalzos, con los talones, glúteos y espalda en contacto con la pared. El peso se determinó por medio de una báscula eléctrica modelo SECA (SECA LTD., Germany), donde los sujetos, solo con la parte inferior del kimono, se colocaban de pie sobre la misma. El IMC se extrajo de la fórmula Peso (kg) divido por la Talla (m)2(IMC= peso(kg)/talla(m)2). Flexibilidad de la musculatura isquiosural: Para esta medición se emplearon dos test, el test de distancia dedosplanta (prueba «sit and reach») y el test de distancia dedos-suelo. Todos los sujetos, realizaron un calentamiento de la musculatura por medio de ejercicios de estiramiento, de no más de tres minutos. Test de distancia Dedos – Planta: El deportista se situó en sedentación, con las rodillas extendidas y los pies separados a la anchura de sus caderas, con tobillos en 90 grados de flexión. Las plantas de los pies se colocaron perpendiculares al suelo, en contacto con el cajón de medición y las puntas de los pies mirando hacia arriba. En esta posición se le solicitó que realizara una flexión máxima del tronco manteniendo las rodillas y los brazos extendidos. Las palmas de las manos, una encima de la otra, se deslizaron sobre el cajón hasta alcanzar la máxima distancia posible. Test de distancia Dedos - Suelo: El deportista se situó en bipedestación sobre el cajón de medición, con las rodillas extendidas, los pies separados a la anchura de sus caderas, sin rotación coxofemoral, y las falanges distales de aquéllos en contacto con el cajón. En esta posición se le pidió que realizara una flexión máxima del tronco con rodillas extendidas, con las palmas de las manos una sobre la otra, extendidas sobre la regla situada en el frontal del cajón, intentando alcanzar la máxima distancia posible. Salto vertical: Posteriormente a la prueba de flexibilidad, se valoró la fuerza del tren inferior mediante un test de salto vertical con contramovimiento (CMJ), por medio de una plataforma de salto Ergo Jump (Ergo Jump, Italia). El sujeto partió de una posición vertical sin flexionar previamente las rodillas y con las manos en la cadera sin moverlas durante todo el salto. A partir de ahí, a la señal del evaluador el deportista flexiona las piernas hasta un ángulo de 90º y extiende las piernas a una velocidad de ejecución máxima. Se realizaron 3 intentos con 2 minutos de recuperación entre cada uno, anotando los valores del mejor salto. Cada uno de los judokas realizó un total de 2 saltos con recuperación entre uno y otro de tres minutos, anotando el mejor de los dos, registrando la distancia del salto en centímetros (cm) y tiempo de vuelo en segundos (s). Dinamometría manual: Los judokas realizarán un breve calentamiento basado en ejercicios de estiramientos estáticos (manteniendo la posición durante 15 s, 3 veces por ejercicio) y movilidad articular de muñeca, codo y hombro. El test se realizará por medio de un dinamómetro manual TEST-320 (Takei Physical, Japón) que evalúa la fuerza isométrica manual. Los judokas en posición anatómica en bipedestación realizarán con el brazo extendido una presión de flexión de dedos sobre la palanca del dinamómetro de 3 a 5 segundos de duración (manteniendo inmóvil el codo y el hombro) con el brazo dominante y lo mismo con el brazo no dominante. Realizarán dos intentos con cada una de las extremidades superiores, descansando un tiempo de tres minutos, anotando el resultado más alto. RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 31 - 2.4. Desarrollo de la concentración El análisis de la carga de entrenamiento y competición se realizó «in situ», a través una planilla de registro que especificaba los datos referentes al tipo de ejercicio o actividad realizados en cada entrenamiento (calentamiento, uchi komi, randori suelo, randori pie, vuelta a la calma y competición) y tiempo empleado para la mismas. Del mismo modo, se registro la duración total de la competición en minutos (min). En la tabla 2 aparece la distribución de los días de concentración con el contenido de la misma. 2.5. Valoración final Se citó a todos los sujetos en la misma sala habilitada para la valoración inicial, con una temperatura de entre 20 – 22ºC. Los judokas, con su equipación de judo, fueron evaluados en parámetros antropométricos, flexibilidad de la musculatura isquisoural, fuerza explosiva del tren inferior y dinamometría manual, en el mismo orden y con el mismo protocolo que la valoración inicial. 2.6. Análisis estadístico Tras la toma de los datos, se realizó un análisis de los mismos utilizando el paquete estadístico SPSS para Windows versión 15.0 y se calcularon los valores medios con desviación típica de cada variable. Además se realizó un análisis comparativo de medias a través de la herramienta Prueba T para muestras relacionadas con el objetivo de señalar las diferencias significativas entre la valoración inicial y la valoración final del grupo total y entre sexos, siempre y cuando p<0.05. 3. Resultados En la tabla 3 aparece el desarrollo de los contenidos de la concentración, así como el tiempo de trabajo de los mismos. Tabla 3. Análisis del volumen de la carga de judokas en edad escolar durante la concentración Día 1 2 Sesión (tiempo en segundos) 1 2 3 4 5 6 Uchi Komi 1200 0 2700 1800 1200 1200 8100 Explicación 3000 0 0 2400 2400 3300 11100 Randori Suelo 1800 4500 4800 0 3600 0 14700 Randori Pie 600 4500 0 3900 0 3600 12600 Vuelta a la calma 600 0 900 900 900 900 4200 Preparación Física 0 0 0 0 0 0 0 7200 9000 8400 9000 8100 9000 50700 Total 3 4 Total Uchi Komi: repeticiones de un movimiento técnico para perfeccionarlo. Randori suelo: combate en suelo. Randori pie: combate en pie. En la tabla 4 aparecen los resultados obtenidos en la valoración de las pruebas físicas, antes y después de la concentración, para el grupo en general, y su diferenciación en cuanto al sexo. Tabla 4. Influencia del volumen de la carga de una concentración sobre parámetros antropométricos. Chicas (n= 15) Chicos (n= 14) Total Antes Después Antes Después Antes Después Peso (kg) 56.03±8.02 56.65±7.94 + 67.29±20.48 67.55±20.58 61.11± 16.11 61.91± 16.10* IMC (kg/m2) 21.86±1.99 22.40±1.76 24.00±4.62 24.07±4.63 22.89 ± 3.61 23.20 ± 3.49 TDP 5.88±6 8.24±7.94 + 3.35±5.91 4.06±6.81 4.66 ± 6 6.22 ±7.58* TDS 4.63±6.42 6.90±5.70 +++ 1.92±7.45 1.74±7.09 3.32 ±6.95 4.41 ±6.82 CMJ (cm) 28.24±3.88 27.99±4.54 37.43±3.87 37.09±4.32 32.68 ±6.03 32.38 ±6.36 CMJ (s) 0.48±0.03 0.47±0.03 0.54±0.03 0.54±0.03 0.51 ±0.04 0.51± 0.51 DMD (kg) 29.18±3.93 29.82±4.50 44.52±9.06 43.26±9.19 36.59± 10.33 36.31 ±9.80 DMI (kg) 30.12±2.72 29.09±5.29 43.23±8.46 42.36±8.62 36.45 ±9.02 35.5 ± 9.69 TDP: Test dedos-planta; TDS: Test dedos-suelo; CMJ: salto en contramovimiento; DMD: dinamometría manual mano derecha; DMI: dinamometría manual mano izquierda. (+) diferencia significativa antes y después en el grupo de chicas; + p=0.05; +++ p=0.001; (*) diferencia significativa antes y después en el grupo total; * p=0.05 - 32 - 4. Discusión Existen muchas investigaciones sobre los diversos beneficios que conlleva la práctica de un deporte de forma regular en niños y jóvenes (Manonelles et al., 2008). De hecho, Laskowski et al., (2008) indican que la práctica de judo durante tres años seguidos mejoran los niveles de resistencia aeróbica y anaeróbica en jóvenes de 12 a 15 años de edad. Sin embargo, son escasos los estudios sobre efectos del entrenamiento concentrado con niños y adolescentes. En el presente estudio, los judokas de nivel elevado (selección española infantil y cadete) realizaron una concentración deportiva con el objetivo principal de desarrollar contenidos técnicos y acumular carga de randori en los judokas. Dicha concentración se llevó a cabo en 4 días, los cuales sumaron una carga de entrenamiento de judo total de 14 horas aproximadamente (50700 seg). Este volumen de entrenamiento estuvo dividido en 6 sesiones de entrenamiento, las cuales perseguían una estructura similar, desglosada principalmente en 5 apartados: uchi komi (repetición de técnicas específicas de judo), explicación técnica, randori suelo (lucha de judo suelo), randori pie (lucha de judo pie) y vuelta a la calma; en consonancia con las recomendaciones de Año (1997) para esta especialidad deportiva. En la tabla 3, se puede observar que cerca del 21% de la carga total de entrenamiento es dedicada a la explicación técnica (11100 seg), así como un 28% al randori suelo (14700 seg) y un 24.8% al randori pie (12600 seg). Por otro lado, un 15.9% y un 8.2% del volumen de la carga total de entrenamiento han sido dedicados para la práctica del uchi komi (8100 seg) y la vuelta a la calma a base de estiramientos y relajación muscular (4200 seg). Es por ello, que los objetivos principales de esta concentración, desarrollar explicaciones técnicas y acumular carga de randori, se han cumplido satisfactoriamente tal y como indican los datos descritos. Desde el punto de vista de la valoración física, no existen diferencias en cuanto a los valores de fuerza isométrica máxima, y test de salto vertical CMJ. En este sentido, se puede intuir que los judokas están adaptados a realizar randori sucesivos en sesiones de mañana y de tarde, ya que diferentes autores indican que la fatiga provocada por el enfrentamiento de judo afecta significativamente a los niveles de fuerza (Iglesias et al., 2004; Bonitch, 2007; Carballeira et al., 2008), no mostrándose este efecto en los judokas del presente estudio. Puede deberse a dos razones: la primera es que los estudios citados anteriormente son con judokas adultos, y la segunda razón, un poco más acertada según nuestro criterio, es que quizás la intensidad con la que desarrollan los entrenamientos los judokas en edad escolar sea menor que la intensidad a la que entrenan los judokas adultos. A su vez, es interesante destacar que los valores obtenidos están en torno a los 32 cm para el salto vertical CMJ, estando en consonancia con los resultados hallados por otros autores con poblaciones de estas edades (Carratala et al., 2003; Hernández et al., 2009). En cuanto a la fuerza isométrica máxima los datos están para ambos sexos cercanos a los 36 kg tanto en mano izquierda como derecha, siendo superiores a los hallados en otros estudios con categorías infantiles, siendo valores más cercanos para judokas cadetes (Hernández et al., 2009), y siendo aún alejados a los encontrados en judokas ya formados que marcan un rango de 39 a 57 kg según medición, y marcando diferencias entre mano dominante y no dominante (Little, 1991; Mansilla et al., 2000; Iglesias et al., 2003). Por lo tanto, en cuanto a los valores de fuerza, se observa como este grupo de judokas, poseen valores acorde a su edad y categoría, y donde el volumen de entrenamiento empleado a lo largo de la concentración está acorde a sus necesidades, no produciéndose cambios significativos a nivel de variables físicas como la fuerza en las diferentes manifestaciones evaluadas. No obstante, sí se observa una cualidad como la flexibilidad por medio del test dedos-suelo, los valores del grupo de judokas en edad escolar muestran unos datos del grupo en torno a + 4 cm, medida alejada de lo que se ha establecido como cortedad isquiosural, marcado este rango en e» -5 cm (Santonja et al., 1995). Estos datos no se modifican en el grupo total antes y después de la concentración, pero sí aparecen datos diferenciadores para el sexo femenino, que marcan un incremento RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) significativo (p < 0.05) entre antes y después de la concentración (5.88 ± 6 cm vs 8.24 ± 7.94 cm). Obtener una disminución sí podría considerarse motivo de sobrecarga, y que el diseño de la concentración no estuviese bien dirigida a las judokas (chicas). Sin embargo, partiendo de que el protocolo de valoración fue similar en el test inicial y final, el incremento de la tasa puede deberse al tiempo dedicado a la relajación muscular, la cual fue realizada por medio de estiramientos. Aunque esta tasa está en torno al 8.2% del total de la concentración, no siendo un valor predominante dentro de la misma, sí pudo ser suficiente para obtener una adaptación inmediata al final de la concentración. Es necesario por tanto, tener un registro del trabajo realizado en el día a día en cada cualidad antes de llegar a la concentración, para una mayor comprensión de los datos. Por último, los valores de IMC para el grupo total, están en torno a 22 kg/m2, estando acorde con el SEEDO (2000), y no existiendo diferencias entre antes y después de la concentración. El único valor que llama la atención es el del peso, donde no se producen diferencias en el grupo total, ni en los chicos, y sí en las judokas, el cual se incrementa (tabla 4). A pesar de que el incremento es estadísticamente significativo (p< 0.05), los valores varían 500 gramos, lo que no es un incremento sustancial para aventurarse a conclusiones erróneas. No obstante, sí pone de manifiesto la necesidad de controlar la ingesta calórica a lo largo de este tipo de concentraciones. En un deporte como el judo, el control del peso es de vital importancia, ya que desde estas edades se compite en una categoría de peso, por lo que se hace necesario tener una directrices nutricionales que mantengan el peso corporal lo más estable a lo largo de la temporada (Hernández, 2008). Este aspecto es muy importante tenerlo en cuenta a edades escolares, ya que en judokas adultos se han observado incluso descensos de entre 2 – 5% del peso corporal previo a una competición (De Cree et al., 1995; Yoshioka et al., 2006; Hernández, 2008), con lo que el aspecto educacional en estas edades va a tener como consecuencia un mayor control de estos parámetros en el futuro. Por lo tanto, y como ocurría con otras variables, se hace necesario un seguimiento de los hábitos y recomendaciones previas con los que llegan los judokas a la concentración, y de esa manera evitar desajustes en este sentido. Por lo tanto, se manifiesta de nuevo una buena orientación del trabajo en la concentración, no existiendo un volumen de entrenamiento que conlleve una sobrecarga en los judokas en edad escolar, a nivel de variables físicas, siendo necesario recopilar datos de la orientación de las cargas en el trabajo diario de cada judoka en su provincia de origen, para con ello poder contribuir de manera más eficiente en el diseño de las concentraciones en estas edades. 5. Conclusiones Las concentraciones de judo en deportistas en edad escolar, obtienen un volumen de trabajo en torno a 14 horas de trabajo en 4 días, orientado fundamentalmente al trabajo específico de tatami. La estructura de la concentración objeto de estudio, según su estructura de contenidos y temporalidad no merma las cualidades físicas de los judokas en edad escolar, ni como grupo total, ni diferenciándolos en cuanto al sexo. No obstante, se recomienda obtener un control de la carga de entrenamiento de cada judoka en el día a día, a través de un diario de entrenamiento, para seguir contribuyendo en la mejora del diseño de las concentraciones en edades en formación. 6. Referencias bibliográficas American Academy of Pediatrics (AAP) (2000). Intensive training and sports specialization in young athletes. Pediatrics, 106, 154-157. Añó, V. (1997). Planificación y organización del entrenamiento juvenil. Editorial Gymnos. Madrid. Bonitch, J. (2007). Evolución de la fuerza muscular del tren superior en sucesivos combates de judo. Tesis doctoral. Universidad de Granada. España. Número 17, 2010 (1º semestre) Brenner, J. (2007). 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Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 33 - Retos. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación 2010, nº 17, pp. 34-37 © Copyright: 2009 Federación Española de Asociaciones de Docentes de Educación Física (FEADEF) ISSN edición impresa: 1579-1726. Edición Web (www.retos.org). Motivaciones de los estudiantes universitarios para nunca realizar actividades físico-deportivas de tiempo libre. El caso de la Universidad de Guadalajara Reasons why the university students do not do any physical activity during their free time. In specific the case of the University of Guadalajara *Gabriel Flores Allende, **Francisco Ruiz Juan *Universidad de Guadalajara (México), **Universidad de Murcia (España) Resumen: Varias han sido las investigaciones para conocer los motivos por el cual el alumnado universitario realiza o a ha abandonado la práctica de actividad físico-deportiva de tiempo libre. Sin embargo, han indagado las barreras en aquellos que no han participado nunca en dicha actividad, debido a las repercusiones negativas que genera la inactividad física. Sobre una población de 65.700 estudiantes de Educación Superior de la Universidad de Guadalajara México, se ha realizado un muestreo polietápico estratificado con afijación proporcional, resultando un muestra de 1.207 sujetos, lo que significa un margen de error de ±3% y un nivel de confianza del 95,5%. Para la recogida de datos se ha utilizando un cuestionario estandarizado aplicándose de forma auto-administrada. Entre los principales resultados, destacar qué, los sujetos inactivos mencionan como principal barrera para ser sedentario el no tener aptitudes para el deporte, la falta de tiempo, la flojera o pereza y la carencia instalaciones deportivas cerca del hogar. Siendo similares a los que afectan a otras investigaciones en poblaciones universitarias. Además, realizar estudios en algún centro temático o regional, pertenecer a uno u otro Centro Universitario no influye o determina los motivos por el cual, los estudiante no han practicado nunca actividades físico-deportivas en su tiempo libre. Siendo únicamente sedentarios, los alumnos que realizan estudios de licenciatura. Situación que obliga a poner mayor atención a este grupo de sujetos que en caso de no adherirse a la práctica, incrementara las posibilidades de mortalidad, inhabilidad y morbilidad. Palabra clave: motivaciones, universitarios, inactividad física. Abstract: There has been several investigations that try to explain why the university students barely do exercise or most of them have dropped all the outdoor activities during their free time. However, this investigations have gone beyond the walls specially with the students that never do any activity, the reason of this, is due to all the side effects that the physical inactivity has. From the University of Guadalajara in Mexico, a 65.000 college student population, it was taken a sample of 1.207 individuals. The sampling procedure for this research was stratified polietapic with proportional affixation; which resulted on a + 3 percent error margin and a trusted level of 95.5 percent. In order to collect the results of the poll, it was used a standard questionnaire applied in a auto-administrated way. Among the main results, it is important to highlight that the students that do not do any exercise emphasis that the reason of the lack of any activity is because they do not have the abilities to practice any sport, lack of free time, laziness or lack of sportive facilities near to their homes. These results are similar and have affected other investigations in the same manner the university students. Furthermore, the fact that a student studies in a thematic or regional center, or belong to a different university center does not affect or shows the reasons why the students do not do any physical activity during their free time. Being only the sedentary, the students that are studying a degree. This situation obligates us to emphasis and to pay more attention to this group of students, because in case of continuing without any physical activity, this could increase the rate of mortality, inability and morbidity. Key words: motivations, college students, physical inactivity. 1. Introducción Uno de los aspectos importantes para realizar práctica de actividad físico-deportiva de tiempo libre, es la motivación por la que se participa en ella. Situación que ha conducido a expertos investigadores (Markland & Hardy, 1993; Masachs, Puente & Blasco, 1994; Ruiz Juan 2000; Torre, Carrasco & Medina, 2000; Castillo Viera, Vera Torrejón & SáenzLópez, 2004; Gómez López, 2005; Kilpatrick, Hebert & Bartholomew, 2005; Sanz Arazuri 2005; Madanat & Merril, 2006), a conocer las razones que llevan a los estudiantes universitarios a iniciar y mantener la práctica del ejercicio físico y el deporte. Identificando tales factores, se podrán diseñar programas más eficaces para motivar la continuidad de la práctica durante la juventud (Madanat & Merril, 2006), prolongarla a la edad adulta (Caspersen, Pereira & Curran, 2000; Buckworth, 2001) y evitar su declinación. También ha resultado trascendental analizar las causas que han influido en los sujetos, que luego de haber sido activos durante algún tiempo, han abandonado la práctica de actividad físico-deportiva de tiempo libre (Ruiz Juan, 2000; Bray & Born, 2004; Castillo Viera et al., 2004; Gómez López, 2005; Kilpatrick et al., 2005; Sanz Arazuri, 2005). Con la intensión de buscar estrategias más efectivas, que promuevan la reincorporación de los jóvenes a la práctica (Wallace, Fecha recepción: 11-08-08 - Fecha envío revisores: 11-08-08 - Fecha de aceptación: 25-10-08 Correspondencia: Gabriel Flores Allende Facultad de Ciencias del Deporte. Universidad de Murcia. C/ Argentina, s/n. 30720 Santiago de la Rivera- San Javier. Murcia. España. Email: [email protected] - 34 - Buckworth, Kirby & Sherman, 2000) y evitar la aparición de algunos padecimientos (Leslie, Sparling & Owen, 2001) que tiempo atrás afectan principalmente a la adulta, y que en actualidad han comenzado a afectar a estos sectores de la población. Sin embargo, pocos son los estudios que han revisado la relación de la actividad física y los comportamientos de los estudiantes inactivos. Siendo necesario profundizar en estos sujetos, debido a las repercusiones negativas que genera ser sedentario. La inactividad física, es señalada como una de las diez causas que conducen a la mortalidad y la discapacidad, provocando que un gran número de personas de todas las edades, hombres y mujeres, tengan un bajo nivel óptimo de salud, capacidad funcional y de independencia (Benaziza, 1998; OMS, 2002a; Jacoby, Bull & Neiman, 2003). A esta, se le atribuyen grandes pérdidas millonarias al estado, contribuyentes, aseguradoras y empresarios, debido a los altos costos que se derivan, y qué de igual, manera afectan a la productividad (Garret, Brasure, Schmitz, Schultz & Humber, 2004; Chenoweth & Leutzinger 2006). Se calcula que la carga mundial de morbilidad para el año 2020, el 70% de las muertes serán atribuibles a la inactividad física (OMS, 2002b). Con respecto a lo observado, resulta ineludible conocer las causas por las cuales, los jóvenes nunca han experimentado las sensaciones de realizar práctica de actividad físico-deportiva durante su tiempo libre. Ruiz Juan (2000), en su tesis doctoral sobre los comportamientos, motivaciones y demanda de actividades físico-deportivas del alumnado Almeriense de enseñanza secundaria post obligatoria y de la Universidad de Almería, observa que las barreras que afectan la adherencia de los jóvenes universitarios a la práctica de actividad físico-deportiva de tiempo RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) libre, son similares entre los estudiantes de primer y segundo ciclo. El estudiantado alude que la falta de tiempo y la pereza o la desgana, han sido los principales motivos para ser inactivos. Seguido a estos, ambos ciclos coinciden que el cansancio provocado por las actividades académicas o laborales son otras barreas para no participar o porque simplemente no les gusta. En relación con este último planteamiento, parece pertinente exponer los resultados de Gómez López (2005) al analizar, en la Universidad de Almería en el curso académico 2000-2001, la evolución de los motivos para no haber realizado nunca práctica de actividad físico-deportiva el alumnado de primer ciclo, transcurridos cinco años (1996-1997), en contraste con los datos Hernández Rodríguez (2001), y en segundo ciclo, tres años después (1998-1999), en relación con las aportaciones de Ruiz Juan (2000). En dicha investigación se confirma que la falta de tiempo, junto a la pereza y la desgana fueron las principales razones para la mayoría de los estudiantes del curso académico 96-97, así como para el 01-02. Con respecto a los alumnos de segundo ciclo, este autor encuentra que los motivos más importantes al cabo de tres años, a la hora de asumir una conducta inactiva siguen siendo los mismos, en primer lugar los alumnos mencionan que la práctica de actividad física no les gusta, seguido por la falta de tiempo, la pereza y desgana y, por salir muy cansado del trabajo o del estudio. Resultados similares son obtenidos por Sanz Aranzuri (2005), quien menciona que los motivos temporales como la falta de tiempo, es la razón citada por la mayoría de los estudiantes inactivos de la Universidad de la Rioja. Ocurriendo de igual manera con la pereza, considerada por esta investigadora como motivo de bajo interés. Resalta que el alumnado atribuye su inactividad al cansancio que provoca el trabajo o el estudio. Se puede observar que los jóvenes suelen tener similares razones por la cual, nunca han participado en actividades físico-deportivas durante su tiempo libre, mismas que se mantienen con el paso del tiempo, situación que resulta preocupante, puesto que estos sectores tan llenos de energía y una vida por delante, carezcan de tiempo para la práctica, además de flojera o pereza que les causa participar en la misma. Por lo tanto, percatándonos de las consecuencias y repercusiones negativas que trae consigo la inactividad física, consideramos necesario analizar en el alumnado universitario sedentario, los motivos por el cual nunca han participado en actividades físico-deportivas de tiempo libre. Para ello, nos planteamos los siguientes objetivos: 1. Conocer cuales son los motivos que han llevado a los estudiantes de Educación Superior de la Universidad de Guadalajara, a no haber practicado nunca actividades físico-deportivas durante su tiempo libre. 2. Indagar si las principales barreras señalados por los alumnos de la Universidad de Guadalajara, son similares a los que figuran en otras poblaciones universitarias. 3. Observar si los motivos mencionados para no haber participado nunca en actividades físico-deportivas, varían en función del centro temático o regional de la Universidad de Guadalajara, por sede del centro universitario y en la oferta académica en grado superior. Tabla 1. Afijación de la muestra del alumnado de la Universidad de Guadalajara (2004B), por centro universitario sede Centro Universitario Población (N) Muestra (n) Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño 4.832 83 Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias 2.587 44 Centro Universitario de Ciencias Económicas y Administrativas 13.450 225 Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías 11.893 202 Centro Universitario de Ciencias de la Salud 6.598 112 Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades 7.602 128 Centro Universitario de los Altos 1.561 38 Centro Universitario de la Ciénega 4.268 93 Centro Universitario de la Costa 4.435 95 Centro Universitario de la Costa Sur 2.261 51 Centro Universitario de Lagos de Moreno 1.564 35 664 14 Centro Universitario del Norte Centro Universitario del Sur 2.678 58 Centro Universitario de los Valles 1.307 29 Total 65.700 1.207 Número 17, 2010 (1º semestre) Tabla 2. Motivos por los cuales Nunca han practicado actividades físico-deportivas los estudiantes de Educación Superior de la Universidad de Guadalajara. Frecuencias y porcentajes. Motivos de No Practicar Nunca No le veo beneficios ni utilidad N % 2 3,4 No me enseñaron en la escuela 0 0 No tengo aptitudes para el deporte 31 52,5 Por motivos económicos 9 15,3 Porque no tengo tiempo 29 49,2 No hay instalaciones cerca de la casa 19 32,2 Las instalaciones no son adecuadas 5 8,5 Mis amigos no practicaban 8 13,6 Mis padres no me lo inculcaron 13 22,0 No me gusta 16 27,1 Por motivos de salud y lesiones 4 6,8 Flojera y/o pereza 29 49,2 Porque nadie me apoyo para iniciarme 9 15,3 Otros 1 1,7 2. Metodología 2.1 Muestra La población objeto de estudio la constituyen los estudiantes de Educación Superior de la Universidad de Guadalajara (México), durante el ciclo escolar 2005 calendario «B». Distribuidos en los catorce centros de la red Universitaria. Para seleccionar la muestra se llevó a cabo un muestreo poliétapico estratificado con afijación proporcional (Manzano, 1998). Teniendo en cuenta los datos de la población objeto de estudio hemos buscado que la validez de los resultados nos permita asumir un margen de error de ±3% y un nivel de confianza del 95,5%. Es decir, la muestra seleccionada para nuestro análisis es de 1,207 estudiantes de la Universidad de Guadalajara, de los cuales 593 son mujeres y 614 varones (tabla 1). 2.2. Instrumento Dadas las características propias de la investigación, el instrumento manejado ha sido el cuestionario. Para la elaboración del cuestionario fue necesaria la delimitación del campo de estudio y determinación precisa de los objetivos que pretendemos lograr en nuestra investigación y basándonos en algunos estudios con similares características a la nuestra (Sallis, Hovell & Hofstetter, 1992; Ruiz Juan, 2000; IPAQ, 2002; Gómez López, 2005) en diferentes campos (metodología, sociología y del ámbito de las ciencias de la actividad físico-deportiva). Mediante un total de 66 preguntas, fueron explorados los siguientes bloques: 1) factores biológicos y demográficos, 2) factores psicológicos, cognitivos y emocionales, 3) hábitos saludables, 4) factores sociales y culturales, 5) características de las actividades físicas y deportivas y, 6) índice de actividad física en la vida cotidiana (IPAQ). Para este trabajo, las variables objeto de estudio que analizaremos serán: motivos por los que nunca han realizado práctica de actividad físico-deportiva de tiempo libre los estudiantes, ubicación del centro universitario en la red universitaria (temático o regional), por centro universitario sede y oferta académica en grado superior (licenciatura y técnico superior universitario). En el presente estudio han sido seleccionados solamente los estudiantes que nunca han realizado práctica físico-deportiva en su tiempo libre (4,9%), es decir, los inactivos. 2.3. Procedimiento Los pasos que se han seguido para la afijación proporcional, en primer instancia fue por Centro Universitario, a continuación se realizó de acuerdo al nivel de estudios (licenciatura y/o técnico superior universitario) y, por último, se consideró la variable sexo, respetando en cada uno de los estratos la misma fracción del muestreo. El trabajo de campo se realizo en los meses de octubre a diciembre de 2005, en los centros temáticos y regionales de la red universitaria, aplicándose en aulas de manera auto-administrada en presencia de un encuestador. Destinando el alumno un promedio de 20 minutos. Para el RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 35 - jóvenes a ser físicamente activos, para reducir la carga mundial de morbilidad pronosticada para el año 2020 (OMS, 2002b). CU Total En nuestro caso, se aprecia que el principal motivo VALLES por el cual los jóvenes dicen no haber participado % % p< nunca en la práctica de actividad físico-deportiva de 3,4 ,001 tiempo libre, es debido a que carecen de aptitudes 52,5 ,775 para realizar deporte. Esta causa difiere a los datos 15,3 ,028 obtenidos por Ruiz Juan, (2000) y Gómez López 49,2 ,175 (2005), en los alumnos de la Universidad de Almería 32,2 ,696 y a Sanz Aranzuri (2005), en la Rioja, al encontrar en sus poblaciones diferentes barreras con respecto a la 8,5 ,044 nuestra. 13,6 ,160 Para el alumnado de la Universidad de Guadalajara, 22,0 ,823 que al momento de estudio afirmó no realizar ningún 27,1 ,537 tipo de actividad físico-deportiva en su tiempo libre, 6,8 ,107 la falta de tiempo y, la pereza y la desgana, han sido 49,2 ,295 dos barreras que han obstaculizado su participación 15,3 ,506 dichas actividades. Estas razones también aparecen como las más destacadas por los inactivos de las poblaciones similares a la nuestra (Ruiz Juan, 2000; Gómez López, 2005 y Sanz Aranzuri, 2005). Igualmente, la carencia de instalaciones cercanas al domicilio, también aparece como una de las razones de peso para ser sedentario entre los alumnos inactivos de nuestra universidad. La cual figura dentro de las cinco más citadas por los alumnos de primer ciclo de la Universidad de Almería (Gómez López, 2005) y los Universitarios de la Rioja (Sanz Arazuri, 2005), no ocurriendo así en los obtenidos por Ruiz Juan (2000), en el ciclo escolar 98/99. Esto viene a confirmar que las razones de inactividad que afectan a nuestros estudiantes, figuran en otras poblaciones de universitarios, razón preocupante en sujetos tan llenos de energía y con futuro prometedor. Puesto que en caso de no contrarrestar estas barreras, el alumnado probablemente comience a padecer o probablemente padezcan algunos males que afectan a la población, a causa de la inactividad física. T abla 3. Motivos por los cuales Nunca han practicado actividades físico-deportivas los estudiantes de Educación Superior de la Universidad de Guadalajara. Centro Universitario Sede. Porcentajes y nivel de significancia. Centro Universitario Sede CUAADCUCBA CUCE A CUCEI CUCS CUCSH CU CU CU COSTA CU CU CU ALTOS CIENEGACOST A SUR LAGOS NORTE SUR % % % % % % % % % % % % % - - 9,1 - - - - - - - - - 100 No tengo aptitudes para el deporte 66,7 - 45,0 40,0 66,7 75,0 - 50,0 44,4 100 66,7 - - Por motivos económicos 16,7 - - - 11,1 50,0 - 25,0 22,2 100 - - 100 Porque no tengo tiempo 33,3 - 36,4 30,0 77,8 75,0 - 75,0 55,6 100 - - 100 No hay instalaciones cerca de la casa 16,7 - 18,2 40,0 33,3 25,0 - 50,0 33,3 100 33,3 - 100 Las instalaciones no son adecuadas 33,3 - - 10,0 11,1 - - - - - - - 100 Mis amigos no practicaban 33,3 - - 20,0 - - - 25,0 22,2 - - - 100 Mis padres no me lo inculcaron 50,0 - 9,1 30,0 11,1 25,0 - 25,0 22,2 - 33,3 - - No me gusta 16,7 - 27,3 30,0 44,4 - - 50,1 11,1 - 33,3 100 - Por motivos de salud y lesiones 16,7 - - 10,0 - 50,0 - - - - - - - Flojera y/o pereza 50,0 - 36,4 70,0 55,6 - - 75,0 66,7 - 33,3 - - Porque nadie me apoyo para iniciarme 16,7 - - 40,0 11,1 - - 25,0 22,2 - - - - No le veo beneficios ni utilidad análisis de los datos utilizamos el programa informático Statistickal Package for Social Sciences (SPSS/PC versión 14.0). Hemos utilizado el Chi-cuadrado de Pearson, para observar las relaciones entre las variables tratadas en el estudio. A su vez, optamos por un estudio descriptivo procurando describir sistemáticamente hechos y características de nuestra población. Para conocer las causas o motivos por los que nunca han realizado práctica de actividad físico-deportiva de tiempo libre, solicitamos a los estudiantes mencionaran las principales razones para no hacerlo. La pregunta, estuvo compuesta por 14 ítems. Cada ítem refleja una diferente razón o barrera por la cual el sujeto no ha participado nunca en la actividad físico-deportiva de tiempo libre. 3. Análisis y discusión de los resultados 3.1. Motivos por el cual no han realizado nunca práctica de actividad físico-deportiva los estudiantes Educación Superior de la Universidad de Guadalajara durante su tiempo libre Conocer las distintas motivaciones que provocan a no llevar a cabo una práctica saludable de actividad físico-deportiva, resulta ser importante a la hora de interpretar esta conducta, permitiéndonos profundizar en este sector de la población, para intervenir con la oferta de mejores diseños, que permitan la reducción y supresión de estas barreras encontradas por los estudiantes, que les conduce a ser sedentarios. Según los datos estadísticos, poco más de la mitad de los estudiantes inactivos, dice no haber participado nunca en actividades físico-deportivas durante su tiempo libre, quienes perciben no tener aptitudes para la práctica del deporte (52,5%), siendo la principal barrera. Seguida a esta, los jóvenes mencionan que la falta de tiempo y la flojera o la pereza (49,2%), son dos barreras muy fuertes por la cual, en ningún momento de su vida han sido activos. Además, resaltan que no contar con instalaciones o infraestructura deportiva cerca a la zona de residencia (32,2%), o simplemente porque no les gusta participar en dichas actividades (27,1%), significa un obstáculo (tabla 2). 3.2.Principales motivos para no haber realizado nunca práctica de actividad físico-deportiva entre los jóvenes universitarios Al hablar de inactividad física, no podemos olvidar de las repercusiones negativas que esta genera al ser humano, tanto física (Benaziza, 1998; OMS, 2002a; Jacoby et al., 2003), como socialmente (Garret et al., 2004; Chenoweth & Leutzinger 2006) en todo el mundo. Esto conduce a observar que causas están afectando la adherencia de los estudiantes universitarios, que a lo largo de su vida, no han participado nunca en la práctica de actividad físico-deportiva de tiempo libre. Identificando tales factores, se podrán diseñar programas eficaces que inciten a los - 36 - 3.3. Motivos para nunca haber realizado práctica de actividad físico-deportiva de tiempo libre. Relación con la ubicación del centro universitario, la sede del centro universitario y por el nivel de estudios Con respecto a nuestro tercer objetivo, nos planteamos la necesidad de verificar si esta variable ejerce alguna correlación significativa en relación a la ubicación del centro universitario (temático y regional), por sede del mismo y de acuerdo al nivel de oferta académica en grado superior (licenciatura y técnico superior universitario). Al analizar motivos que han influido en los estudiantes para ser inactivos, con respecto a la ubicación del centro universitario, observamos que realizar estudios en algún centro temático o regional, no influye o determina en las barreras que han conducido a los estudiantes a ser inactivos en la actividad físico-deportiva de tiempo libre. En relación al centro universitario sede, observamos que las diferencias significativas surgen en los ítems «no le veo beneficios ni utilidad» (p<.001), «por motivos económicos» (p<.028) y «las instalaciones no son adecuadas» (p<.044) (tabla 3). Observamos que el primer motivo (no verle beneficios ni utilidad), ha sido una barrera para ser sedentario, en alumnos de los centros universitarios de Ciencias Económicas y Administrativas (9,1%) y el Sur (100%), resultando llamativo, a sabiendas de los múltiples beneficios que genera la práctica de actividad físico-deportiva de tiempo libre en la salud de los sujetos, que jóvenes universitarios mencionen esta causa para ser inactivos. Lo que obliga a poner mayor atención y difundir en estos sectores de la población, las ventajas y beneficios que supone ser físicamente activo. Los motivos económicos, son otros de los motivos que el alumnado universitario alude ser causante de la no participación en la práctica de actividad físico-deportiva de tiempo libre durante su vida. Esta barrera RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) ha sido mencionada por los estudiantes de los centros universitarios de la Costa Sur y del Sur, en su totalidad (100%), la mitad de los inactivos de Ciencias Sociales y Humanidades (50%), la cuarta parte quienes estudian en la Ciénega (25%), otros más de la Costa (22,2%), los jóvenes de Arte, Arquitectura y Diseño (16,7%) y en Ciencias de la Salud (11,1%). Situación que nos hace suponer que los gastos generados por los estudios, la vivienda, los alimentos y otros más, han obligado a estos jóvenes a destinar los recursos financieros a estas actividades, resultando importante transmitir las múltiples actividades físico-deportivas que pueden ser realizadas, sin necesidad de invertir grandes cantidades de dinero para llevarlas a cabo. El valorar que las «instalaciones deportivas no son las adecuadas» significo ser una barrera entre los estudiantes que dicen ser inactivos, razón por la cual nunca han participado en actividades físico-deportivas de tiempo libre. Probablemente, esto ocurra debido a que, estas se encontrarán en mal estado, no satisfacen las necesidades requeridas para la práctica deseada o la infraestructura es insuficiente. Por tanto, percibir que las instalaciones son inadecuadas, ha sido mencionada por todos los alumnos inactivos del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (33,3%), Ciencias de la Salud (11,1%), Ciencias Económicas y Administrativas (10%) y del Sur (100%), resultando llamativo que todos los sujetos sedentarios de este último campus, coinciden en mencionar este motivo para no practicar. Por lo tanto, ser alumno de uno u otro Centro Universitario no influye o determina los motivos por el cual, los estudiantes no han practicado nunca actividades físico-deportivas de tiempo libre. Que según observamos, puede presentarse en ciertos casos, por no verle utilidad a la práctica, los problemas económicos y no contar con instalaciones adecuadas. Cabe destacar que según los resultados estadísticos, en once de los catorce centros universitarios, los alumnos indicaron alguna causa, por la cual han sido sedentarios. Es decir, en el resto los estudiantes realizan práctica de actividad físico-deportiva de tiempo libre o la han abandonado, sin presentar caso alguno de inactividad. Esto ocurre en Ciencias Biológicas y Agropecuarias, en los Altos y los Valles. En lo que refiere al nivel de estudios que se oferta en grado superior (licenciatura y técnico superior universitario), podemos comentar que según los datos estadísticos, ningún estudiante que realiza estudios de Técnico Superior Universitario, es sedentario o inactivo. 4. Conclusiones Luego de preguntar a los estudiantes de Educación Superior de la Universidad de Guadalajara, porque causas o motivos no han participado nunca en la práctica de actividad físico-deportiva de tiempo libre, observamos que afronta un grave problema el alumnado que manifiesta ser inactivo. Situación que obliga a poner mayor atención a este grupo se sujetos que en caso de no adherirse a la actividad físico-deportiva, se incrementaran las cifras de mortalidad, morbilidad e inhabilidad. Por otro lado, no encontramos diferencias importantes con respecto a las barreras que vienen afectando la práctica de actividad físico-deportiva en estas poblaciones, las cuales son similares con el paso del tiempo. En tanto, las variables centro temático o regional, sede del centro universitario y oferta académica en grado superior, no influye en los motivos por el cual, el estudiantado dice ser físicamente inactivo en la práctica de actividad físico-deportiva del tiempo libre. Que al margen de esto, puede presentarse en ciertos casos en particular, no siendo determinantes. 5. Referencias bibliográficas Benaziza, H. (1998). Creación de asociaciones: una clave para promover la actividad física para la salud. In Informe final. El deporte para todos y los retos educativos a nivel mundial (pp. 186). Barcelona. Bray, S. y Born, H. (2004). Transition to University and Vigorous Physical Activity: Implications for Health and Psychological Well-Being. Journal of American College Health. 52, 181-188. Número 17, 2010 (1º semestre) Buckworth, J. (2001). Exercise adherence in college students: issues and preliminary results. Quest, 53, 335-345. Caspersen, C., Pereira, M. y Curran, K. (2000). 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Estudio comparativo del autoconcepto físico en adolescentes en función del género y del nivel de actividad físico-deportiva Comparative study based on the physical self-concept in teenagers regarding gender and physical activity *David Molero López-Barajas, *Francisca Ortega Álvarez, *Israel Valiente Martínez, *María Luisa Zagalaz Sánchez *Universidad de Jaén (España) Resumen: Los propósitos del presente trabajo son evaluar el autoconcepto físico en la adolescencia, conocer los resultados obtenidos en las percepciones de las distintas dimensiones consideradas en el autoconcepto físico y comprobar la existencia de diferencias significativas en los resultados obtenidos en función de las variables género y nivel de práctica deportiva de los encuestados. La muestra está compuesta por 81 sujetos divididos en dos grupos: adolescentes estudiantes de secundaria obligatoria y nadadores en edad adolescente. Empleamos el Cuestionario de Autoconcepto Físico (CAF) como instrumento de recogida de información, el cual está compuesto por seis escalas: habilidad física, condición física, atractivo físico, fuerza, autoconcepto físico general y autoconcepto general. Ofrecemos los resultados obtenidos en dos análisis de la varianza, en el primero hemos encontrado diferencias significativas a nivel estadístico en las percepciones realizadas en función del género en las escalas habilidad física, condición física, fuerza y autoconcepto físico general (p<0,05), a favor de los hombres. En el segundo de los análisis, hemos comprobado la existencia de significatividad en las diferencias entre los dos grupos de adolescentes considerados en las escalas habilidad física y fuerza (p<0,05), a favor de los que practican actividad física de manera habitual.. Palabra clave: deporte escolar, competición deportiva, educación. Abstract: The aims of this article are to evaluate the physical self-concept in adolescence and to get to know the outcomes in the perceptions of the different dimensions in the physical self-concept. Furthermore, we aim to check the existence of noticeable differences in the outcomes regarding gender variables and regarding the level of physical activity of those polled. The sample consists of 81 individuals divided in two groups: secondary school teenager students and swimmers in adolescence. We use the Physical Self-concept Questionnaire (PSQ) as a tool for getting information; there are six scales: physical skills, physical conditions, physical charming, strength, and general physical self-concept. We use the Physical Self-concept Questionnaire (PSQ) as an instrument of collection of information which consists of 6 different scales: physical skills, physical condition, physical attractiveness, strength and general self-concept. We will show the results in two different analysis of the variant. In the first one we have found remarkable differences as far as the statistic point of view is concerned in gender perceptions in the scales of physical skills, physical condition, strength and general physical self-concept in favour of men (p<0,05). In the second analysis we have checked the existence of noticeable differences between the two groups of young people within the scales of physical skills and strength in favour of those who practice physical activity regularly (p<0,05). Key words: physical self-concept, gender, physical activity. 1. Introducción El autoconcepto es uno de los aspectos más relevantes para el bienestar personal. De manera general, muchos aspectos conductuales se relacionan con esta variable. Pero si nos centramos en su relación con la práctica deportiva, se ha comprobado el efecto beneficioso que produce sobre él esta actividad en diversos estudios (Alferman y Stoll, 2000; Fox, 2000b; Moreno, Cervello y Moreno, 2008). El autoconcepto es una variable que adquiere especial relevancia durante la adolescencia debido a los importantes cambios cognitivos, físicos y sociales que se producen en esta etapa (Cardenal y Fierro, 2003; Harter, 1999); además correlaciona positivamente con la calidad de vida (Huebner et al, 2004; Reiter y Golman, 1999) y con otras variables como el rendimiento académico (Gómez-Vela, Verdugo y González-Gil, 2007; Pons, 1998) o el efecto beneficioso de la actividad física sobre el autoconcepto en población adolescente (Fox, 1997, 2000a; Moreno, Cervello y Moreno, 2008), a pesar de éstos beneficios hay cada vez mayor número jóvenes sedentarios (García, 2005). Lo que no admite ninguna duda es que en la sociedad actual se cultiva y se mima el cuerpo y la imagen corporal considerándolas como unas armas muy valiosas en las relaciones interpersonales. Ha quedado de manifiesto en diversos estudios (Harter, 1993; Fox, 2000b) la relación directa que existe entre el aumento de autocompetencia percibida y la aceptación personal, provocando una mejora de la autoestima, siendo el físico y la apariencia predictores de la autoestima (Fox, 1997). Fecha recepción: 20-03-09 - Fecha envío revisores: 22-04-09 - Fecha de aceptación: 05-08-09 Correspondencia: David Molero López-Barajas Facultad Humanidades y CEEE. Edificio D-2. Campus Las Lagunillas, s/n Universidad de Jaén. 23071 – Jaén E-mail: [email protected] - 38 - Los cambios evolutivos, en especial en la edad que nos ocupa, la adolescencia, parecen afectar directamente al autoconcepto físico, a pesar de que no existen muchos estudios longitudinales que permitan analizar su desarrollo a lo largo del tiempo. Según Núñez y GonzálezPineda (1994) el autoconcepto físico experimenta un descenso durante la preadolescencia (12 a 14 años) y una mayor diferenciación en entre sus componentes en la adolescencia. Otros autores (Goñi, Ruiz de Azúa y Rodríguez, 2004) no han encontrado diferencias significativas en función de la edad en adolescentes de 13 a 16 años, pero si han obtenido evidencias y diferencias significativas al realizar un análisis comparativo entre tres cohortes de edad (<14 años, 15-18 años y >19 años) utilizando como instrumento el Cuestionario de Autoconcepto Físico (Goñi, Ruiz de Azúa y Rodríguez, 2006), obteniéndose resultados en forma de U, es decir resultados más bajos en el grupo de edad intermedia. Garcia y Musitu (2001) en un amplio estudio para la baremación del AF5, analizaron el autoconcepto físico desde la adolescencia hasta la adultez, obteniendo resultados que ponen de manifiesto una disminución del mismo con la edad tanto para hombres como para mujeres. La información presentada en nuestro estudio se obtuvo a través de las respuestas obtenidas con la aplicación del instrumento en los sujetos de la muestra durante el mes de octubre del año 2008. Como a continuación especificaremos, vamos a centrarnos en las diferencias existentes en la valoración del autoconcepto en función del nivel de la actividad físicadeportiva de los sujetos y del género. En relación a la primera de estas dos variables, se ha constatado los efectos positivos en la autoestima y de la práctica físico-deportiva en el autoconcepto físico (Bruya, 1977; Leith, 1994; Moreno, Cervello y Moreno, 2008), ya que a una mayor frecuencia de práctica de actividad física mejor es la salud mental del individuo disminuyendo la posibilidad de depresión (Kull, 2002) y en otros casos no sólo la depresión sino la ansiedad tanto en estado como RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) en rasgo, incluso en población infantil y adolescente con necesidades educativas especiales (Gómez-Vela, Verdugo y González-Gil, 2007) o con cáncer (Bragado, Hernández-Lloreda, Sánchez-Bernados y Urbano, 2008). En relación con el género, diversos estudios han demostrado que las mujeres tienen mayor preocupación por su cuerpo e imagen, demostrándose que éstas son más críticas con sus cuerpos y están más preocupadas por la imagen corporal que los hombres (Bane y Mc Auley, 1998; Loland, 1998). Las mujeres, a su vez, parecen vincular más el atractivo físico con el conjunto del autoconcepto, es decir con todos sus elementos, sin embargo los hombres se basan más en aspectos relacionados con la fuerza y el ego personal (Asçi, Asçi y Zorba, 1999; Hayes, Crocker y Kowalski, 1999). Aún siendo numerosas las investigaciones realizadas en torno al autoconcepto, y en concreto en adolescentes, consideramos necesario abordar un estudio centrado en el autoconcepto físico en adolescentes adaptado a nuestro contexto, con los siguientes objetivos: (1) evaluar el autoconcepto físico durante la adolescencia, (2) conocer los resultados obtenidos en la valoración de las distintas dimensiones consideradas en el autoconcepto físico, y (3) comprobar si existen diferencias significativas a nivel estadístico en los resultados obtenidos en función de variables como el género y el nivel de práctica deportiva de los encuestados. 2. Material y método 2.1. Sujetos La muestra del estudio responde a un muestreo no probabilístico de tipo accidental o casual «aquellos a los que el investigador tiene acceso» (Latorre, del Rincón y Arnal, 2003, p. 82) denominado por otros autores no aleatorio (Heinemann, 2003, p. 203). Los sujetos que componen la muestra son adolescentes (n=81) pertenecientes a dos grupos diferentes, uno de ellos estudiantes de Educación Secundaria con vida sedentaria (hecho verificado a través de la respuesta a una pregunta del cuestionario) y un grupo de adolescentes nadadores, todos ellos con edades comprendidas entre los 12 y los 18 años. La distribución de la muestra por género y por grupo aparece reflejada en la Tabla 1. El grupo de estudiantes de Educación Secundaria está compuesto por 59 sujetos, siendo 25 de ellos hombres y 34 mujeres; en el grupo de nadadores obtuvimos respuesta de 22 adolescentes siendo 11 hombres y 11 mujeres. Tabla 1. Distribución de la muestra (n=81) Estudiantes ESO N Edad Nadadores TOTAL 59 (72,8%) 22 (27,2%) 81 Rango 14,0–16,0 12,0-18,0 12,0-18,0 Media 14,42 13,86 14,27 Desv. Típica 0,69 1,61 1,04 Hombres 25 (30,86%) 11 (13,58%) 36 (44,4%) Mujeres 34 (41,97%) 11 (13,58%) 45 (55,6) Género General (fiabilidad á=0.88) y Autoconcepto General (fiabilidad á=0.79)]; cada una de ellas está compuesta por 6 ítems. 2.3. Método Esta investigación es de tipo no experimental y de carácter transversal, empleando una metodología que combina los estudios descriptivos y los de relación. Los análisis estadísticos realizados fueron llevados a cabo mediante el paquete estadístico SPSS 15.0. Se llevaron a cabo las pruebas para analizar los supuestos del análisis de varianza de normalidad, homogeneidad de las varianzas e independencia (Catena, Ramos y Trujillo, 2003, pp. 62-63); ejecutándose todos los procedimientos estadísticos con un nivel de confianza del 95% (significación igual 0,05). 2.4. Procedimiento El cuestionario fue aplicado de manera colectiva por los autores de este estudio a las dos cohortes analizadas en el mes de octubre del año 2008, después de obtener el consentimiento del centro educativo, así como el de las familias de los estudiantes y del club deportivo (los cuales pidieron la oportuna autorización a sus familiares) y recibir la colaboración de los mismos. En todos los casos, antes de la cumplimentación de los instrumentos se enfatizó el anonimato y la confidencialidad de los resultados, así como la voluntariedad de participar en el estudio, a su vez se explicaron las normas de contestación del mismo aclarando las dudas existentes. La muestra contestó a los cuestionarios en su aula habitual de clase (estudiantes de Educación Secundaria con vida sedentaria) y en su club deportivo (grupo de adolescentes nadadores), respectivamente. Los sujetos de la muestra desconocían el propósito del estudio, ciego único, con el fin conseguir sinceridad en las respuestas y reducir el efecto de la deseabilidad social, en la medida de lo posible. En el momento de la recogida de los cuestionarios se verifico la correcta y completa contestación de los mismos. Una vez obtenidas las respuestas se procedió a la realización de los correspondientes análisis estadísticos. 3. Resultados En la Tabla 2 se aprecian los estadísticos descriptivos obtenidos Media (en adelante M) y Desviación Típica (a partir de ahora DT) en cada de las dimensiones del instrumento para cada uno de los grupos considerados y para el total de la muestra. De manera global, para toda la muestra, la dimensión que obtuvo mayor valoración fue el Autoconcepto General (M=4,24) y el Autoconcepto Físico (M=4,09); en el grupo de Estudiantes de ESO también fueron estas dos dimensiones las que recibieron mayor valoración (M=4,23 y M=4,12, respectivamente). Sin embargo, el grupo de adolescentes nadadores valoró en mayor medida el Autoconcepto General (M=4,25) y la Habilidad Física (M=4,02). Existió coincidencia, tanto para toda la muestra como para cada uno de los grupos, en la dimensión menos valorada siendo ésta la Fuerza en todos los casos (total muestra M=3,36; Estudiantes ESO no deportistas M=3,25 y Nadadores M=3,66). Tabla 2. Estadísticos descriptivos por dimensión, grupos y total de la muestra Habilidad Física Condición Física 2.2. Instrumento Para obtener la información necesaria en esta investigación se ha utilizado el Cuestionario de Autoconcepto Físico -CAF- (Goñi, Ruiz de Azúa y Liberal, 2004; Goñi, Ruiz de Azúa y Rodríguez, 2006), prueba reconocida por la comunidad científica. El instrumento está compuesto por 36 ítems divididos en 6 dimensiones o subescalas [Habilidad Física (fiabilidad á=0.80), Condición Física (fiabilidad á=0.84), Atractivo Físico (fiabilidad á=0.88), Fuerza (fiabilidad á=0.83), Autoconcepto Físico Número 17, 2010 (1º semestre) Estudiantes ESO Variables Atractivo Físico Fuerza Varón Mujer M 3,76 DT Nadadores TOTAL Total Varón Mujer Total Varón Mujer 3,44 3,57 4,22 3,81 4,02 3,90 3,53 Total 3,69 0,86 0,75 0,80 0,57 0,68 0,65 0,80 0,74 0,79 M 3,72 3,28 3,47 3,80 3,50 3,65 3,75 3,33 3,52 DT 1,009 0,77 0,89 0,68 0,69 0,69 0,91 0,75 0,84 M 4,06 3,72 3,87 3,84 3,63 3,74 4,00 3,70 3,83 DT 0,88 0,79 0,84 0,72 1,37 1,07 0,83 0,95 0,90 M 3,61 2,99 3,25 3,98 3,34 3,66 3,72 3,08 3,36 DT 0,94 0,63 0,83 0,59 0,72 0,72 0,86 0,66 0,82 Autoconcepto M Físico DT General 4,46 3,87 4,12 4,15 3,83 3,99 4,37 3,86 4,09 0,77 0,70 0,78 0,60 1,19 0,94 0,73 0,83 0,82 M 4,42 4,10 4,23 4,15 4,34 4,25 4,33 4,16 4,24 0,73 0,68 0,71 0,64 0,603 0,61 0,71 0,66 0,68 Autoconcepto General DT RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 39 - Tabla 3. ANOVA: Género/subescalas del cuestionario CAF Variables Habilidad física Condición Física Atractivo Físico Fuerza Autoconcepto Físico General Autoconcepto General Suma de cuadrados gl Media cuadrática Inter-grupos 2,686 1 2,686 Intra-grupos 47,476 79 0,601 80 Total 50,162 Inter-grupos 3,411 1 3,411 Intra-grupos 54,055 79 0,684 80 Total 57,466 Inter-grupos 1,767 1 1,767 Intra-grupos 64,395 79 0,815 80 Total 66,162 Inter-grupos 8,368 1 8,368 Intra-grupos 45,525 79 0,576 80 Total 53,893 Inter-grupos 5,074 1 5,074 Intra-grupos 49,815 79 0,631 80 Total 54,889 Inter-grupos 0,620 1 0,620 Intra-grupos 37,395 79 0,473 Total 38,015 80 Sig. Efecto (η²) Potencia estadística 0,038 0,054 0,551 4,985 0,028 0,059 0,597 2,168 0,145 0,027 0,307 14,522 0,000 0,155 0,964 8,047 0,006 0,092 0,80 1,310 0,256 0,016 0,205 F 4,470 Aparecieron diferencias estadísticamente significativas en 4 de las 6 subescalas del CAF en el análisis de la varianza (ANOVA) realizado en función del género de los encuestados (véase Tabla 3): Habilidad Física [F(1,79)=4,470; p=0,038; Tamaño del efecto (h²)=0,054; Potencia estadística=0,551 (55,1%)]; Condición Física [F(1,79)=4,985; p=0,028; Tamaño del efecto (h²)=0,059; Potencia estadística=0,597 (59,7%)]; Fuerza [F(1,79)=14,522; p=0,000; Tamaño del efecto (h²)=0,155; Potencia estadística=0,964 (96,4%)]; y Autoconcepto Físico General [F(1,79)=8,047; p=0,006; Tamaño del efecto (h²)=0,092; Potencia estadística=0,800 (80,0%)]. No se encontraron diferencias significativas en función del género en las subescalas Atractivo Físico [F(1,79)=2,168; p=0,145; Tamaño del efecto (h²)=0,027; Potencia estadística=0,307 (30,7%)] y Autoconcepto General [F(1,79)=1,310; p=0,256; Tamaño del efecto (h²)=0,016; Potencia estadística=0,205 (20,5%)]. Las diferencias significativas fueron favorables a los hombres en las 4 variables señaladas (Habilidad Física; Desviación Media [en adelante DM]=0,37, Condición Física DM=0,42, Fuerza DM=0,64 y Autoconcepto Físico General DM=0,51). No ha sido preciso realizar pruebas a posteriori o post-hoc al tener la variable independiente menos de tres grupos (hombre o mujer). En el segundo ANOVA realizado se apreciaron diferencias estadísticamente significativas en 2 subescalas del CAF en el análisis de la varianza realizado en función del nivel de actividad física de los adolescentes: Habilidad Física [F(1,79)=5,315; p=0,024; Tamaño del efecto (h²)=0,063; Potencia estadística=0,624 (66,24%)] y Fuerza [F(1,79)=4,172; p=0,044; Tamaño del efecto (h²)=0,050; Potencia estadística=0,523 (52,3%)]. Las diferencias significativas fueron favorables a los adolescentes deportistas frente a los que no lo son en las 2 dimensiones señaladas (Habilidad Física DM=0,42 y Fuerza DM=0,45). Al igual que en el anterior ANOVA, no fue preciso realizar pruebas a posteriori o post-hoc al tener la variable independiente (grupo de adolescentes: estudiantes IES o Nadadores) menos de tres grupos. 4. Discusión Algunos estudios previos que han analizado el autoconcepto en población adolescente (Fox, 2000a; García, 2005; Castro, Piéron y González, 2006; García, Musitu y Veiga, 2006; Esnaola, 2008; Moreno, Cervello y Moreno, 2008) ofrecen resultados similares a los encontrados, al obtenerse significatividad en las diferencias en las subescalas de los componentes del autoconcepto físico como Habilidad Física, Condición Física, Fuerza y Autoconcepto Físico General, a favor de los hombres, sin embargo no se han constatado diferencias en el Atractivo Físico y en el Autoconcepto General entre hombres y mujeres. Estos datos demuestran la creciente presión social y preocupación que existe en la adolescencia sobre el atractivo físico por igual en los dos géneros, pero siguen siendo los chicos los más preocupados por los aspectos más vinculados con la práctica deportiva como habilidad, condición físicodeportiva, fuerza, etc. - 40 - En las valoraciones manifestadas por los adolescentes que no realizan práctica deportiva de manera habitual y aquellos otros que si la realizan, sólo hemos encontrado diferencias destacables significativamente en las subescalas Habilidad Física y Fuerza. Estos datos confirman que los adolescentes, de manera global, están preocupados por los aspectos relacionados con el atractivo y la apariencia física por igual, ya sean chicos o chicas, sedentarios o deportistas; sin embargo los adolescentes deportistas aportan valoraciones significativamente superiores en aquellas subescalas relacionadas directamente con aspectos vinculados con la práctica deportiva. Estas evidencias guardan relación con diversos estudios previos como los de Bruya (1977), Leith (1994), Moreno, Cervello y Moreno (2008), entre otros, en los que se trata la relación entre actividad física y autoconcepto físico; y a su vez hay similitud con otros que analizan estas temáticas en muestras de adolescentes (GómezVela, Verdugo y González-Gil, 2007; Goñi, Ruiz de Azúa y Rodríguez, 2005). 5. Conclusiones Se consideró oportuno ofrecer las conclusiones del presente trabajo tomando como referencia los objetivos planteados en el estudio. En relación al primero de ellos, evaluar el autoconcepto físico durante la adolescencia, se aportaron evidencias en la muestra considerada en las distintas variables y dimensiones analizadas. En relación al segundo objetivo, conocer los resultados obtenidos en la valoración de las distintas dimensiones consideradas en el autoconcepto físico, se ofreció información descriptiva diferenciada para cada uno de los grupos, para cada uno de los géneros y para el total de la muestra; analizando las dimensiones que han recibido la mayor valoración (Autoconcepto General y Autoconcepto Físico) y la menor valoración (Fuerza) por parte de la muestra, siendo analizadas a su vez, las dispersión de las puntuaciones obtenidas. Finalmente, en relación al tercero de los objetivos, comprobar si existen diferencias significativas a nivel estadístico en los resultados obtenidos en función de variables como el género y el nivel de práctica deportiva de los encuestados, se encontraron diferencias significativas a nivel estadístico (p<0,05) en función del género en las dimensiones Habilidad Física, Condición Física, Fuerza y Autoconcepto Físico General, a favor de los hombres. En relación el nivel de actividad física de los adolescentes, se constataron signifcatividad en las diferencias en las dimensiones Habilidad Física y Fuerza, a favor de los adolescentes que practican actividad física de manera habitual. Aún siendo nuestros propósitos interesantes, no podemos generalizar los resultados ofrecidos ya que éstos se basan en una sola prueba y en un sólo momento de medida, motivos por los cuales tenemos que utilizar con cautela los mismos. Sin duda en futuros estudios sería de utilidad completar las evidencias aportadas con otras vías de evaluación y con estudios con muestras más amplias. 6. Referencias Bibliográficas Alferman, D. y Stoll, O. (2000). Effects of physical exorcice on selfconcept and well-being. International Journal of Sport and Exercice Psychology, 30, 47-65. Asçi, F.H. Asçi, A y Zorba, E. (1999). Cross-cultural validity and reliability of Physical self- Perception Profile. Journal of sport an exercise, 2, 1-11. Bane, S. y McAuley, E. (1998). 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Efecto (η²) Potencia estadística 5,315 ,024 0,063 0,624 ,718 ,399 0,009 0,133 ,316 ,576 0,004 0,086 4,172 ,044 0,050 0,523 ,421 ,518 0,005 0,098 ,006 ,938 0,000 0,051 3,162 1 3,162 Intra-grupos 47,000 79 ,595 Total 50,162 80 Inter-grupos 1 ,518 Intra-grupos 56,948 79 ,721 Total 57,466 80 Inter-grupos ,518 1 ,263 Intra-grupos 65,898 79 ,834 Total 66,162 80 Inter-grupos Fuerza gl ,263 2,703 1 2,703 Intra-grupos 51,190 79 ,648 Total 53,893 80 Inter-grupos 1 ,291 Intra-grupos 54,599 79 ,691 Total 54,889 80 Inter-grupos ,291 ,003 1 ,003 Intra-grupos 38,012 79 ,481 Total 38,015 80 Cardenal, V. y Fierro, A. (2003). Componentes y correlatos del autoconcepto en la escala de Piers-Harris. Estudios de psicología, 24 (1), 101-111. Castro, Mª J., Piéron, M. y González, M. A. (2006). Actitudes y motivación en educación física escolar. Retos. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación, 10, 5-22. Catena, A., Ramos, M. M. y Trujillo, H. M. (2003). 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La danza en el ámbito de educativo Dance in the Educational Context *Gregorio Vicente Nicolás, *Nuria Ureña Ortín, *Manuel Gómez López, **Jesús Carrillo Vigueras *Universidad de Murcia (España), ** Hospital General Universitario Reina Sofía Murcia (España) Resumen: El presente trabajo ofrece una visión general del fenómeno de la danza en el ámbito de la educación. En un primer momento se realiza una exposición de los diferentes componentes o aspectos del ser humano sobre los que la danza incide de forma más evidente. Posteriormente se presenta una revisión de las definiciones propuestas por diferentes autores que consideramos más relevantes y se incluye una definición propia del concepto. También se destacan las aportaciones de la danza a la educación desde el punto de vista social, físico, intelectual y afectivo y se señalan los mayores problemas que esta disciplina ha tenido para ser incluida como una materia más: falta de formación del profesorado, falta de recursos y espacios adecuados y discriminación de género. Finalmente, se concluye con una reflexión sobre las formas de danzas más adecuadas en el ámbito educativo. Palabra clave: danza, baile, educación, movimiento, expresión corporal. Abstract: This paper provides an overview of the phenomenon of dance in the field of education. At first, it is made a presentation of the different components or aspects of human beings on that dance impacts in a more obvious way. Subsequently, we present a review of the definitions proposed by different authors that we consider most relevant and it is included a personal definition of the concept. It also highlights the contributions of dance to education in terms of social, physical, intellectual and emotional development and identifies the major problems that this discipline has had to be included as a subject: lack of teacher training, lack of adequate space and resources and gender discrimination. Finally, it concludes with a reflection on the most appropriate forms of dance in the educational context. Key words: dance, education, movement, corporal expressión 1. Introducción El término danza ha sido utilizado para designar diferentes conceptos e ideas siendo difícil la adopción de un único significado que describa con rigor la globalidad del término. Son múltiples las acepciones asociadas a la palabra danza, algunas de ellas como pueden ser técnica o coreografía se encuentran más cercanas al extremo pragmático del término. Otras, como son creación corporal, arte, lenguaje corporal, se polarizan hacia el sentido más expresivo o estético del concepto. Debemos entender que el significado de la palabra danza varía según la cultura y la época y que el término actual no puede recoger el amplio espectro de significados que ha tenido a lo largo de la historia (Urbeltz, 1994). La palabra danza aparece con frecuencia vinculada o relacionada con la palabra baile e incluso en numerosas ocasiones ambos términos han sido utilizados para designar la misma realidad o alternan el valor sígnico de significante y significado mutuamente. Si tenemos en cuenta las definiciones que nos ofrecen la mayoría de los diccionarios, «ejecutar movimientos acompasados con el cuerpo, brazos y pies», «moverse rítmicamente siguiendo la música» (DRAE), «conjunto de movimientos que se hacen con el cuerpo al ritmo de la música» (SM), «sucesión de posiciones y de pasos ejecutados según un ritmo musical» (GEL), podríamos aplicarlas a los dos términos indistintamente sin cometer incorrección alguna.Algunos de los diccionarios mencionan una pequeña diferencia entre ambos otorgando a la danza la categoría de baile de carácter artístico o tradicional. No podemos decir que exista una distinción clara entre estos dos términos y que, dependiendo del contexto en el que se utilizan, sus significados estarán más definidos y diferenciados o bien designarán la misma idea. En un sentido general del término, utilizaremos danza para referirnos a la totalidad de este arte, mientras que baile, descendería a un nivel de concreción mayor y estaría incluido en el primero. Finalmente, en el ámbito educativo hablaremos de la danza cuando nos referimos a la adquisición de una técnica y manejo de un lenguaje expresivo-corporal y de danza de o baile cuando hablamos de una coreografía o forma/estilo de bailar determinada. Fecha recepción: 22-06-09 - Fecha envío revisores: 22-06-09 - Fecha de aceptación: 15-08-09 Correspondencia: Gregorio Vicente Nicolás Facultad de Educación. Campus de Espinardo 30100 Espinardo (Murcia) Email: [email protected] - 42 - 2. Dimensiones de la danza Una vez delimitado el término danza, es el momento de profundizar en los diferentes ámbitos y dimensiones del mismo. Coincidiendo con la traducción del sánscrito de la palabra danza por «anhelo de vivir» y traspasando los límites de la actividad exclusivamente corporal, algunos autores destacan en primer lugar el aspecto expresivo y afectivo de la misma, definiéndola como «un medio capaz de expresar las emociones y los sentimientos mediante la sucesión de movimientos organizados que dependen de un ritmo» (Fernández, 1999, p.17). Ossona (1984) también enfatiza el elemento personal-afectivo cuando califica de espiritual el impulso que mueve hacia la danza y la considera una necesidad interior más cercana a lo espiritual que a lo físico. Igualmente, Robinson (1992) la concibe como la respuesta corporal a las impresiones y sentimientos del espíritu, debido a que éstos últimos siempre suelen ir acompañados del gesto. Aunque casi ningún autor ignora o niega el componente emocional de la danza, algunos destacan el elemento corporal sobre los demás. Así, Laban (1978) considera a la danza más como el lenguaje de la acción que de la emoción; un conjunto de acciones corporales y mentales ordenadas coherentemente. «La danza puede ser considerada como la poesía de las acciones corporales en el espacio» (1987, p. 43). La idea de orden también es compartida por Herrera (1994) cuando define a la danza como «la fusión cultural entre la música y el movimiento corporal organizado» (p.18). Todas estas interpretaciones nos aproximan a una dimensión múltiple del término. Sirva como ejemplo la propuesta de González (1994) al señalar como uno de los fines de la danza el dominio y control corporal tanto a nivel físico como comunicativo. Junto a los elementos corporales y afectivos, existen otros como podrían ser los sociales, estéticos, hedonistas, que forman parte de la esencia de la danza y que se encuentran presentes en la mayoría de las actividades relacionadas con la misma. Torrents et al. (2008) mencionan, junto a la búsqueda de la expresión individual de sentimientos y pensamientos, la importancia de la «danza contemporánea» como estímulo para la creatividad y la resolución de problemas. La danza reporta un beneficio corporal y mental a quien la practica y, si dicha práctica es proporcionada, coherente y coordinada, además de saludable será placentera. A través de la danza transferimos un movimiento del plano corporal al artístico, buscamos la belleza como medio de comunicación entre nosotros, el resto de bailarines y el espectador (Hasselbach, 1979; Laban, 1978; Ossona, 1984). RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) Lapierrre y Accouturier (1977) destacan el componente social anteriormente mencionado, señalando que la danza es una de las pocas actividades en las que el contacto directo y la búsqueda espontánea del mismo son aceptados. Igualmente, en la danza se forman grupos que se unen por las manos, cintura y brazos, favoreciendo la simultaneidad del gesto y el acuerdo tónico, siendo el ritmo el elemento generador principal de dicho acuerdo y de una comunicación más profunda. En otro orden de funciones, la danza como expresión y comunicación no verbal, forma parte de un proceso social en el que diversos elementos, comportamientos y formas de comunicación interaccionan armónicamente en un contexto social determinado (Fuentes, 2006). A continuación se ofrecen tres definiciones de diferentes autores que contemplan la generalidad y la particularidad del término desde una perspectiva integradora. La primera de ellas corresponde a Kraus (1969) para el que la danza es una actividad humana con intenciones comunicativas que utiliza el cuerpo en su dimensión temporal y espacial, debido a que implica una secuencia y el espacio tridimensional. Además, contiene una estructura rítmica y un estilo y forma de movimientos determinados. García Ruso (1997) propone una definición que contiene todas las dimensiones anteriormente citadas y refleja el carácter múltiple del término. Para esta autora, la danza es una actividad humana universal, pues se ha realizado en todas las épocas, espacios geográficos y es practicada por personas de ambos sexos y de todas las edades; motora, ya que utiliza el cuerpo humano como medio de expresión de ideas, emociones y sentimientos; polifórmica, porque se presenta en diferentes formas (arcaicas, clásicas, modernas…); polivalente, pues puede tener dimensiones artísticas, educativas, terapéuticas, de ocio; y compleja, ya que en ella interactúan factores biológicos, psicológicos, sociológicos, históricos, estéticos, además de ser simultáneamente expresión/técnica y actividad grupal/colectiva. La tercera y última de las definiciones corresponde a Fuentes (2006), quien destaca dos componentes o ejes esenciales: el motriz y el expresivo. Define la danza como movimiento humano, entendido éste como el conjunto de acciones físicas que se desarrollan en un contexto biológico, psicológico, social y cultural determinado. Es un movimiento que tiene unas características propias y se articula en un espacio, tiempo y cadencia rítmica concretos. Junto a este componente motriz, la danza es expresión, comunicación o representación, que se basa en la gestualidad corporal y otros elementos secundarios como pueden ser las características de los bailarines (edad, sexo, físico), el entorno visual (escenario, vestuario, iluminación, objetos) y los elementos sonoros (música, ruidos y sonidos). Partiendo de estas tres aportaciones, proponemos un concepto de danza como interrelación de niveles de elementos que se condicionan y desarrollan mutuamente. Definimos danza como la unidad formada por dos elementos esenciales, el motriz y el expresivo, que interactúan con unos elementos biológicos, psicológicos, sociales, culturales y estéticos determinados y se conforman a través de elementos espaciales, temporales y rítmicos. 3. Danza y educación Aunque la presencia e importancia de la danza en los diferentes ámbitos sociales y culturales es un hecho constatado a lo largo de la historia, el alcance y repercusión que tuvo en el ámbito educativo no fue muy generoso y prolífero, siendo necesario esperar hasta la llegada del siglo pasado para poder advertir los primeros intentos importantes, bien teóricos o prácticos, de pensadores, pedagogos y bailarines que propugnaban la inclusión de la danza como parte indispensable en la formación integral del niño (Hasselbach, 1979; Ossona, 1984). Desde entonces hasta nuestros días los avances han sido considerables pero el camino por recorrer todavía sigue siendo arduo. Mc Carthy (1996) considera que han existido razones históricas y axiológicas que han mantenido a la danza en un segundo lugar en el mundo de la educación. Por un lado, son numerosos los estereotipos y connotaciones negativas asociadas a tal actividad llegando incluso a ser prohibida por algunas religiones. Por otro lado, la consideración de la Número 17, 2010 (1º semestre) danza como una actividad eminentemente femenina la ha descalificado como materia susceptible de ser incluida en la formación del alumnado masculino, quedando así relegada a la categoría de disciplina complementaria y sectorial. Esta situación se mantiene a lo largo de todo el siglo XX como demuestra el estudio realizado por el Minnesota Center for Arts Education a finales de la década de los 80 del cual Paulson (1993) extrae las siguientes conclusiones: no hay un reconocimiento de la danza como materia de aprendizaje, la formación del profesorado s inexistente, falta un curriculum específico de danza, faltan espacios adecuados, medios y material bibliográfico, existe una discriminación de género. Herrera (2000), coincidiendo con las autoras anteriores, señala como principales causas de esta situación el desconocimiento de las aportaciones de la danza al desarrollo integral de la persona, la consideración eminentemente femenina de esta actividad y la falta de formación del profesorado. Por otro lado, si atendemos a la ordenación curricular y los planes de estudios establecidos para educación obligatoria durante las tres últimas décadas, observaremos que la danza no ha alcanzado la categoría de materia y, como máximo, ha llegado a ser parte de un bloque de contenidos incluido en otras áreas como Expresión Artística y Educación Física en Primaria, y Música y Educación Física en Secundaria. Esta situación no es exclusiva de nuestro país, siendo común a la mayoría de países europeos y de otros continentes. Vease Torre et al. (2007) para estudios en otros continentes. Fux (1981) insiste en la necesidad de olvidar la concepción de la danza como un adorno en el conjunto de disciplinas educativas y opina que integrándola en la enseñanza obligatoria se favorecería la autopercepción del cuerpo como medio expresivo en relación con la vida misma. Así mismo, la mayoría de los autores coinciden en las numerosas aportaciones educativas de la danza y su importancia en el desarrollo físico, intelectual y afectivo-emocional (Fuentes, 2006; García Ruso, 1997; Hasselbach, 1979; Laban, 1978; Leese y Packer, 1991; Ossona, 1984; Rizo, 1996). Desde el punto de vista físico, la danza adquiere una función compensatoria ante el sedentarismo propio del estilo de vida actual y la reducción del movimiento a su sentido más utilitario, que hace que todos nuestros esfuerzos motrices estén dirigidos mayoritariamente a la realización de actividades mecanico-prácticas relacionadas con nuestra existencia. La gimnasia y el deporte pueden compensar dichas carencias motrices pero la danza, además, ofrece un ejercicio corporalmente más global, exento de elementos competitivos y con un alto componente hedonista (Laban, 1978; Ossona, 1984). No por ello, debemos considerar en un segundo plano la importante contribución de la danza al desarrollo motriz, la adquisición de hábitos saludables y la realización adecuada de las tareas motrices necesarias en la vida cotidiana. Fuentes (2006), en el ámbito físico destaca las siguientes aportaciones: adquisición y desarrollo de habilidades y destrezas básicas, adquisición y desarrollo de tareas motrices específicas, desarrollo de la coordinación y habilidades perceptivo-motoras y conocimiento y control corporal. Sería necesario añadir al listado anterior el desarrollo del sentido cinestésico, esencial en el proceso de percepción de sensaciones que posibilitarán la posterior conciencia y comprensión de los elementos implicados en la actividad y consecuentemente, la autoconciencia en un medio social y objetivo (Laban, 1978). En el ámbito intelectual, la danza puede utilizarse como medio de conocimiento de aspectos históricos, sociales, culturales y artísticos. En el ejercicio físico, la mente suele dirigir el movimiento, en la danza, el movimiento estimula la actividad de la mente. «El aprendizaje de la danza moderna ha de basarse en el conocimiento del poder estimulante que ejercita el movimiento sobre las actividades mentales» (Laban, 1978, p. 34). Mc Carthy (1996) defiende un concepto global y transversal en el que la danza permite la aproximación y el aprendizaje de los múltiples elementos que la constituyen y viceversa. Propone las siguientes secciones de trabajo interrelacionadas: el contexto (histórico-socialcultural), la finalidad, la ubicación, la expresión gestual, la forma, la RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 43 - interacción de los bailarines, el estilo de movimiento, el vestuario, los utensilios y complementos, el lenguaje y el acompañamiento musical. En el ámbito social, son indiscutibles las contribuciones de la danza al proceso de socialización y de interrelación entre los miembros de una comunidad. En primer lugar porque a través de ella se adquieren patrones de movimiento aceptados por una sociedad determinada y, en segundo lugar, por las implicaciones de contacto corporal, coordinación grupal, comunicación y expresión que la danza conlleva. García Ruso (1997) opina que la observación exacta del esfuerzo realizado favorece la armonía personal y social. Para finalizar, no podemos relegar al olvido la idoneidad de la danza como medio de expresión personal. Por un lado, su carácter temporal permite al niño expresarse sin sentirse examinado cuando la practica a solas y sin público, puesto que el producto desaparece inmediatamente después de su realización. «La sensación de estar haciendo algo es la que proporciona el placer o su satisfacción, y su naturaleza evanescente no da pie a posibles críticas o autoanálisis en una fase posterior» (Leese y Packer, 1991, p.17); además, la asociación de la danza y la música a momentos de júbilo y agrado favorece la creación de un entorno más permisivo y relajado tan anhelado en los procesos de expresión personal. Por otro lado, la danza nos posibilita materializar y dar forma a ideas, sentimientos, experiencias y representaciones de la vida real o imaginarios. Al respecto, Ossona (1984) opina que la actividad expresiva y creativa del bailarín o persona que danza debe ser alentada y apreciada, y que la calidad de su producción sólo debe servir para ubicarlo en la categoría de artista o de aficionado, pero nunca para censurarlo. 4. La danza como objetivo educativo Una vez definidas las aportaciones de la danza a los diferentes ámbitos del ser humano, sería oportuno enunciar las funciones y objetivos que consideramos esenciales para que además de danza, pueda calificarse como educativa. En relación con las funciones, García Ruso (1997) adopta la clasificación de Batalha y Zares et al., que la articula en cuatro dimensiones (de ocio, artística, terapéutica y educativa), destacando las siguientes funciones características de la danza para que alcance la dimensión educativa y permita el desarrollo integral del mismo (p. 24): · La función de conocimiento, tanto de sí mismo como del entorno circundante. · La función anatómico-funcional, mejorando e incrementando la propia capacidad motriz y la salud. · La función lúdico-recreativa. · La función afectiva, comunicativa y de relación. · La función estética y expresiva. · La función catártica y hedonista, que considera el movimiento rítmico como liberador de tensiones. · La función cultural. Como se puede observar, para esta autora la dimensión educativa de la danza abarca las tres dimensiones restantes, lo cual incide en la importancia de la danza en la educación y de la educación de la danza. Con respecto a los objetivos, consideramos muy apropiadas las puntualizaciones que Laban (1978) hace al respecto. En primer lugar, la experiencia propia de su existencia a través del cuerpo y el movimiento, afirmando que «uno de los objetivos de la danza en la educación (creo que el más importante) es ayudar al ser humano a que, por medio del baile, halle una relación corporal con la totalidad de la existencia» (p. 111). En segundo lugar, considera que la ejecución perfecta de coreografías sensacionales no debe ocupar un lugar privilegiado en la danza educativa sino promover el efecto benéfico que tiene sobre el alumno. Por este motivo, es necesario que dicha educación esté fundamentada en un programa definido que analice minuciosamente el material y repertorio que se debe trabajar en el aula, contemple las etapas del desarrollo del niño e impulse su potencial físico y artístico. A partir de las aportaciones realizadas por diferentes autores relacionadas con los objetivos de la danza educativa (Fuentes, 2006; - 44 - García, 1997; Hasselbach, 1979; Laban, 1978 Ossona, 1984;), destacamos los siguientes: · Explorar las posibilidades de movimiento para favorecer el dominio corporal y la expresión a través del cuerpo. · Experimentar los diferentes elementos de la danza: cuerpo, espacio, energía y tiempo. · Comprender y utilizar el movimiento y la danza como medio de representación y expresión de percepciones, imágenes, ideas, sentimientos. · Desarrollar la capacidad de creación y espontaneidad en el movimiento. · Conocer a través de la danza los elementos históricos, sociales, culturales y artísticos que la constituyen. Finalizaremos este apartado citando una de las conclusiones del Congreso de DaCi (La Danza y el Niño- UNESCO) en 1982 en Estocolmo: «El objeto de la enseñanza de la danza a los niños es «to make better people» (hacer mejores a los seres humanos) (citado en Robinson, 1992, p.54). 5. Formas de danza y educación Robinson (1992), en su obra El niño y la danza realiza un análisis de las principales formas de danza y su idoneidad para los más pequeños. Opina que la danza clásica, en su forma pura, debería estar destinada a los futuros profesionales, puesto que la extrema estilización y su consecuente obligatoriedad de adaptación a un modelo y gestualidad preestablecida, no favorece la integración de experiencias motrices según las necesidades y nivel de desarrollo del niño. La danza jazz, aunque es mucho más libre, también exige el conocimiento de un vocabulario y una gestualidad convenida que, junto al erotismo subyacente, no la hace recomendada para estas edades. Igualmente ocurre con ciertos estilos de danza contemporánea cuya técnica es muy rigurosa y su gestualidad muy determinada desde el punto de vista académico. Con respecto a danzas populares tradicionales esta autora hace una excepción y las considera formadoras por ser un reflejo de la cultura y las vivencias de una comunidad, por la veracidad musical y por su alto componente relacional. Finalmente y a modo de conclusión, entiende que las primeras experiencias de danza deberían ser lo más neutras posible desde el punto de vista estilístico y estético, hasta que haya tomado conciencia de sí mismo, tanto corporal como afectivamente. Este criterio también debe ser aplicado en el ámbito de la educación de adultos noveles. La profesora García Ruso (1997) considera que el aprendizaje de cualquier tipo o forma de danza debe ir precedido por un periodo de formación básica, cuya finalidad sea crear una disposición positiva hacia la danza y trabajar sus elementos: cuerpo, espacio, tiempo, energía y relaciones. Según la autora, esta fase correspondería cronológicamente con la etapa de Educación Primaria. Coincidiendo con Rizo (1995), considera más importante el proceso de exploración del movimiento, la capacidad de iniciativa y la creatividad, que la ejecución perfecta del producto final. En relación con las formas de danzas para niños, la mayoría de autores plantean dos grandes grupos que vienen determinados por el criterio de creación/reproducción imitativa del movimiento. Así Bucek (1992), plantea dos categorías: la formal y la espontánea. La primera de ellas se caracteriza por la reproducción imitativa de patrones de movimiento y estructuras coreográficas. La segunda, parte de la capacidad del niño de expresar sentimientos e ideas en su intento de dar sentido a la realidad. Una clasificación similar es la que propone Hasselbach (1979) quien establece las siguientes categorías para niños: danzas heredadas o fijadas y formas espontáneas de la danza. En el primer grupo están incluidas las danzas populares, danzas infantiles y danzas de sociedad, y consisten básicamente en la reproducción de movimientos, formas espaciales y todo el conjunto de elementos que forman la danza. En la categoría de formas espontáneas estarían contenidas todas las danzas creadas por los niños y niñas, con o sin ayuda del profesorado. Los RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) elementos fundamentales de estas creaciones son la improvisación y el trabajo de exploración del movimiento, que en ocasiones, puede concluir con la creación de una danza fijada. Para el trabajo de la danza espontánea, Hasselbach (1978, p.44) propone las siguientes fases: motivación y exploración, fase experimental, fase de reflexión y elección, elaboración y, en último lugar, reflexión y evaluación. Por último, Romero (1995) adopta la clasificación de Hasselbach y añade una tercera categoría que estaría formada por las danzas sin música con un carácter eminentemente rítmico y fundamentadas en la repetición del gesto y las percusiones corporales. Con respecto a la categoría de danzas heredadas o fijadas, señala el dominio de una metodología «frontal» en la que el grupo se sitúa frente al profesor y repite los pasos que éste realiza. Esta forma de trabajo facilita la corrección de los alumnos, si bien la forma grupal en círculo favorece más la interrelación y la comunicación. Con relación a las formas espontáneas (esta autora también utiliza el término de improvisadas), señala la importancia de la improvisación individual en la fase de exploración y la colectiva en la elaboración del producto final. Destaca la importancia de estas formas «abiertas» en el proceso de invención, selección, comparación, transformación y creación. A modo de resumen se podría decir que, tanto el modelo espontáneo o improvisado como el modelo fijado, heredado o formal, deben estar presentes en la planificación de contenidos de movimiento que se desarrollarán en las aulas. El primero de ellos, permitirá al alumnado experimentar las posibilidades motrices de su cuerpo, al mismo tiempo que será un excelente medio de expresión y comunicación. El segundo, podrá desarrollar habilidades motrices más específicas y complejas, y posibilitará un acercamiento a los aspectos sociales y culturales implícitos en las danzas. 6. Conclusiones Las aportaciones de la danza a la dimensión social, física, intelectual afectiva y estética del ser humano no parecen haber tenido las repercusiones deseadas en el ámbito educativo, en donde la danza todavía tiene un largo camino por recorrer. Entre los posibles motivos señalamos: su consideración como actividad eminentemente femenina, la falta de formación del profesorado, la inexistencia de un currículum específico de danza y la falta de espacios, medios y recursos para su puesta en práctica. Deben destacarse como principales aportaciones de la danza en el ámbito educativo la adquisición y desarrollo de habilidades y destrezas básicas, el desarrollo de la coordinación y habilidades perceptivo-motoras, el conocimiento y control corporal, la aproximación a sus aspectos históricos, sociales, culturales y artísticos, la mejora del proceso de socialización y de interrelación entre los alumnos y la posibilidad de ofrecer un medio de expresión personal diferente a los lenguajes convencionales. Finalmente, en relación con el tipo de danza más idóneo en contextos educativos, debe matizarse que el proceso de exploración del movimiento y el desarrollo de las capacidades creativas y expresivas debe ser prioritario a la ejecución perfecta de un producto final. El equilibrio entre la reproducción de formas heredadas y las formas espontáneas o improvisadas será un criterio fundamental en la selección de las actividades y del repertorio de coreografías. García Ruso, H. Mª. (1997). La danza en la escuela. Barcelona: Inde. González, M. (Coord.) (1994). La danza en la escuela. Sevilla: Diputación Provincial de Sevilla. Hasselbach, B. (1978). Dance Education. London: Schott. -(1979): Didáctica de la danza. Objetivos de aprendizaje en la educación de la danza. En VV.AA., Música y Danza para el niño (pp.65-92). Madrid: Instituto Alemán. Herrera, S. (1994). La importancia del movimiento en la Educación Musical. En Aula de innovación educativa, 24, 17-21. - (2000): Ver la música, escuchar el movimiento. En LEEME (Revista Electrónica Europea de Música en la Educación),5 , 1-4. Kraus, R. (1969). History of the dance in Art and Education. New Jersey: Prentice-Hall. Laban, R. (1978). Danza educativa moderna. Buenos Aires: Paidós. Lapierre, A. y Aucouturier, B. (1977). Simbología del movimiento. Barcelona: Ed. Científico-médica. Leese, S. y Packer, M.. (1991). Manual de danza. La danza en las escuelas, como enseñarlas y aprenderlas. Madrid: EDAF. Mc Carthy, M. (1996). 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Un formato de campo para su análisis y obtención de T-patterns motrices. Retos. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación, 14, 5-9. Urbeltz, J. A. (1994). Bailar el caos. La danza de la osa y el soldado viejo. Pamplona: Pamiela. 7. Referencias Bibliográficas Bucek, L. E. (1992). Constructing a child-centered dance curriculum. Journal of Physical Education, Recreation and Dance, 63 (9), 3942. Fernández, M. (1999). Taller de danzas y coreografías. Madrid: Ed. CCS. Fuentes, A.L. (2006). El valor pedagógico de la danza. Valencia: Universidad de Valencia, Servicio de Publicaciones. Fux, M. (1979). Danza, experiencia de vida. Buenos Aires: Paidós. Número 17, 2010 (1º semestre) RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 45 - Retos. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación 2010, nº 17, pp. 49-53 © Copyright: 2010 Federación Española de Asociaciones de Docentes de Educación Física (FEADEF) ISSN edición impresa: 1579-1726. Edición Web (www.retos.org). Hábitos deportivos y estilos de vida de los escolares de ESO en los municipios de la provincia deAlmería Sporting habits and lifestyles of the schoolchildren of Secondary Obligatory Education in the municipalities of the province ofAlmería *Jorge Ruiz-Risueño Abad *Universidad de Murcia (España) Resumen: Este estudio es una pequeña parte de un proyecto de investigación social bastante más amplio, que está siendo llevado a cabo por el Grupo de Investigación «Actividad Físico-Deportiva y Calidad de Vida» de la Universidad de Almería y que, entre otros objetivos, pretende acercarse a la realidad de la práctica físico-deportiva extraescolar del alumnado almeriense de Educación Secundaria Obligatoria (12-16 años) y su relación con la calidad y los estilos de vida. La importancia de este estudio consiste en el conocimiento adecuado de la realidad de los hábitos deportivos, las demandas y las necesidades del alumnado almeriense de Educación Secundaria Obligatoria, así como de sus estilos de vida (hábitos de salud, alimentación y consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias), de cara a una mejor programación de las actividades deportivas de municipios y organismos dedicados a la gestión del deporte en estas edades dentro de los municipios de la provincia de Almería. Palabra clave: Tiempo libre, jóvenes escolares, abandono, oferta y demanda, práctica deportiva. Abstract: This study is a small part of a more wide enough social research project, that is being carried out by the Research Group « Physical-sports Activity and life’s Quality « of the University of Almería and that, between other aims, tries to approach the reality of the extracurricular sports physical practice of the student body of Secondary Obligatory Education (12-16 years) in Almería and know the relationship with the life´s quality and the lifestyles. The importance of this study consists of the suitable knowledge of the reality of the sporting habits, the demands (lawsuits) and the needs of the student body of Secondary Obligatory Education in Almería, and their life´s style (health habits, diet and smoking, alcohol and other substances use), with a view to a better scheduling of sports activities of municipalities and agencies dedicated to the management of the sport of these ages inside the municipalities of the province of Almería. Key words: Leisure time, school youth, leave, supply and demand, sports practice 1. Fundamentación Existe en la población en general, y entre los jóvenes y escolares en particular, un creciente interés por la práctica de actividades físicodeportivas, y por llevar un estilo de vida saludable. Esto ha dado origen a numerosos estudios sobre hábitos deportivos (tanto de la población en general como de los jóvenes y escolares) y su relación con estilos de vida saludables. Mendoza (1990: 13) define el estilo de vida como el conjunto de patrones de conducta que caracterizan la manera general de vivir de un individuo o grupo, y Tuero, Márquez y Paz (2000), citando a Wenzel (1983) y Nutbeam (1986) matizan que este conjunto de patrones son producto de la interacción y las condiciones de vida de ese individuo o grupo. En nuestro país se han llevado a cabo numerosos estudios, que han analizado la práctica de actividad física en población escolar (Mendoza, 1996; Mendoza, Sagrera y Batista, 1994; Cantera, 1997; García Montes, 1997; Sánchez Bañuelos, 1996; Tercedor, 1998; Torre, 1998; Casimiro, 1999; Puig, Martínez y grupo Apunt, 1985; García Ferrando, 1993; Tercedor y Delgado, 2000). De entre todos estos estudios algunos han llegado a analizar la práctica realizada junto a otras conductas que generalmente van asociadas al estilo de vida de los escolares (Mendoza, Sagrera y Batista, 1994; Encuesta Nacional de Salud de 1997, 1999; Tercedor, 1998; Casimiro, 1999). Mendoza, Sagrera y Batista (1994), en su Estudio español sobre las conductas de los escolares relacionadas con la salud, realizado en 1990 en alumnos escolarizados entre 11 y 15 años, en el apartado dedicado al ejercicio físico recoge diversos aspectos de la actividad física no deportiva y de la propiamente deportiva de los alumnos, así como otros aspectos del ejercicio físico tales como la autovaloración deportiva, Fecha recepción: 15-05-08 - Fecha envío revisores: 16-05-08 - Fecha de aceptación: 10-07-08 Correspondencia: Jorge Ruiz-Risueño Abad Facultad de Ciencias del Deporte. Universidad de Murcia. C/ Argentina, s/n. 30720 Santiago de la Rivera- San Javier. Murcia. España. Email: [email protected] Número 17, 2010 (1º semestre) los planes de futuro en este terreno, la disponibilidad de instalaciones deportivas e, incluso, la práctica deportiva de los padres y otras personas allegadas al alumno. En relación con el consumo de tabaco recoge información sobre la proporción de alumnos que ha experimentado con él, sobre el consumo actual (distinguiendo el consumo esporádico y el regular y el número de cigarrillos al día), así como de la edad de inicio del consumo diario y la asociación que existe entre el consumo parental y el consumo filial del tabaco. Sobre el alcohol el estudio recoge diversos aspectos sobre su consumo: inicio, consumo actual, frecuencia de embriaguez, consumo parental e interrelación entre el consumo de alcohol y otras conductas constitutivas de los estilos de vida. También recoge el estudio información acerca de la frecuencia semanal con la que los alumnos entrevistados realizan las comidas fundamentales, del consumo que presentan de determinados alimentos, de la valoración que realizan sobre su tipo de alimentación y sobre el carácter favorable o no para la salud que atribuyen al consumo diario de determinados productos. Todo ello en función de las diferencias sociodemográficas sexo, edad y curso, que establecen diferencias esenciales en cuanto a todos estos aspectos. Los hallazgos más importantes de este estudio son que los escolares emplean un alto número de horas diarias a ver la tele y a realizar los deberes, en detrimento de la práctica de deporte fuera del horario escolar, agudizándose esta falta de ejercicio físico en las chicas. Existe un alto consumo de tabaco en los adolescentes escolarizados a partir de los 14 años, sin diferencias en función del sexo. Sólo uno de cada cinco escolares de estas edades no tomaba en 1990 ninguna bebida alcohólica. La Encuesta Nacional de Salud de España que el Ministerio de Sanidad y Consumo ha llevado a cabo en el año 1997 en referencia a la población infantil (0 a 15 años de edad), arroja los siguientes resultados globales: en cuanto a la actividad física de los más pequeños, lo más frecuente es que realicen alguna actividad física ocasional (37%) o regular varias veces al mes (26%). No obstante hay un 21% que realiza entrenamiento físico varias veces a la semana. Desde 1993 la población infantil hace más ejercicio físico en su tiempo libre, disminuyen los porcentajes de niños que están inactivos y cada vez realizan más actividades deportivas, esta afirmación hay que matizarla en el sentido RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 49 - que, como en casos anteriores, este indicador puede tener un componente estacional importante. A nivel internacional también se encuentran numerosos estudios sobre este tema: Shephard, 1995, 1996; Bouchard et al, 1990, 1994; Pieron et al., 1996, 1997; Bodson et al., 1991; Sallis, 1991; Sallis et al., 1993). Piéron et al. (1997), presentan los resultados de un estudio sobre el estilo de vida de grupos de jóvenes llevado a cabo en nueve países europeos, entre ellos España. En el justifican la necesidad de la investigación comparativa debido al cada vez mayor grado de internacionalización en el mundo (servicios de comunicaciones rápidos y desarrollo espectacular de los medios de telecomunicación). En este estudio encuentran que el índice de actividad física tiene una tendencia sistemática a disminuir entre los 12 y los 15 años, tanto en mujeres como en varones, aunque siempre el de los varones es mayor. En cuanto a la frecuencia de participación, la situación es bastante similar en los dos sexos, la proporción de jóvenes inactivos es más alta a los 15 que a los 12 años. En la presente investigación pretendemos conocer, analizar socialmente y explicar las tendencias en los comportamientos, demandas, motivaciones, oferta y práctica real de actividades físico-deportivas del alumnado almeriense de Enseñanza Secundaria Obligatoria (población escolar entre 12 y 16 años) y sus posibles variaciones en función del sexo como característica individual, en función de la intensidad de la práctica, en función de diferentes periodos de tiempo y en función de la actitud de los padres respecto a su práctica. Además nos permitirá conocer los hábitos de los jóvenes en relación con el consumo de tabaco, alcohol, alimentación... y establecer perfiles de los practicantes y los demandantes de actividades en función de estos hábitos. 2. Objetivos Los objetivos que rigen el presente estudio son, de una forma general, los siguientes: Ø Conocer el tiempo libre y de ocio del que disponen los estudiantes almerienses de Enseñanza Secundaria Obligatoria y a qué tipo de actividades lo dedican. Ø Constatar la tasa real de práctica físico-deportiva extraescolar (en su tiempo libre y de ocio) diferenciando por: modalidades físicodeportivas practicadas, intensidad con que se practican, periodos de tiempo en que las realizan, formas de realización y espacios e instalaciones utilizadas. Ø Conocer los espacios e instalaciones dónde llevan a cabo la práctica deportiva, los horarios de práctica, la calidad de los equipamientos, y la adecuación de la oferta a las necesidades de la población. Ø Conocer las motivaciones que les inducen a realizar práctica físico-deportiva en la actualidad, a haberla interrumpido, a abandonarla totalmente o no haberla realizado nunca. Ø Analizar las preferencias de realización de los distintos tipos de actividades físico-deportivas y las condiciones en que les gustaría realizarlas: frecuencia de práctica, periodo de tiempo, formas de realización y espacios a utilizar. Ø Valorar la educación física impartida como asignatura obligatoria en el colegio e instituto y la influencia que ésta tiene en la práctica de actividades físico-deportivas en el tiempo libre. Ø Estimar la influencia que tiene la actitud de los padres y madres con respecto a la práctica de actividades físico-deportivas realizada fuera del horario docente. Ø Conocer la realidad de sus estilos de vida (hábitos de salud, alimentación y consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias). Ø Establecer perfiles diferenciadores en función de la edad, sexo, nivel de estudios, expediente académico y estratos de municipios en función de la densidad de población de estos, en relación con el tiempo libre disponible, la práctica de actividad físico-deportiva, las motivaciones y la demanda de actividades físico-deportivas. - 50 - 3. Metodología: diseño y procedimiento El método seguido viene a corresponderse y está dentro de una metodología cuantitativa, pues nuestro interés se ha centrado en el estudio de una población completa, como ha sido la población almeriense que durante el curso escolar 2001/2002 cursaban alguno de los cuatro cursos de la Educación Secundaria Obligatoria. Nuestra intención ha sido conocer la realidad de los hábitos deportivos, las demandas y las necesidades del alumnado almeriense de Educación Secundaria Obligatoria, así como de sus estilos de vida (hábitos de salud, alimentación y consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias). Para ello, tanto el presente diseño de investigación, como la confección del instrumento de recogida de información se planificaron durante el segundo semestre del año 2001 y el primer trimestre del 2002, siendo a final del curso señalado (abril y mayo de 2002) cuando realizamos la recogida de datos. Durante los meses de junio a agosto se procedió al control de cuestionarios y verificación y tabulación de los datos obtenidos. Septiembre y Octubre se ocupó con la grabación de los datos en soporte informático. A partir de aquí comenzará el análisis de los datos. 3.1. Cobertura de la investigación 3.1.1. Población La población objeto de estudio en esta investigación está constituida por el total del alumnado de Educación Secundaria Obligatoria (12-16 años) de la provincia de Almería durante el curso escolar 2001-2002. Estos datos han sido facilitados por la Delegación Provincial de Educación y Ciencia en el mes de marzo de 2002. A partir de esos datos hemos procedido a fijar la muestra. 3.1.2. Tamaño de la muestra La magnitud del tamaño de la población (29.917 sujetos) hace inviable sondear la opinión de cada uno de sus integrantes por muchos motivos, estando entre otros el tiempo y motivos claramente económicos. Por este motivo se ha recurrido a la aplicación de técnicas de muestreo que, tras una adecuada ejecución en la selección de la muestra, nos permitirá generalizar al total de la población la información ofrecida por los componentes de la muestra (1.072 sujetos). Teniendo en cuenta como referente esta población en el caso más desfavorable p=q=50%, con una muestra de 1072 individuos y con un nivel de confianza del 95,5%, los resultados tendrían un margen de error muestral del ±3%. Alumnos Alumnas TOTAL EDUCACIÓN SECUNDARI A OBLIGATORIA Poblac ión Muestr a Poblac ión M uestra P oblación Mue stra Pública 13355 479 11811 423 25166 902 Privada 2404 86 2347 84 4751 170 Estratos Alumnos Munic ipios Alumnas TOTAL Población Muestra al ± 3 29917 1072 Nº TOTAL Pública Privada Pública P rivada Pública Privada 1 + 50.000 5258 1851 4627 1851 9885 3702 2 20.001-50.000 1777 349 1598 300 3375 649 3 10.001-20.000 1801 112 1605 108 3406 220 4 5.001- 10.000 2554 92 2256 88 4810 180 5 2.001-5. 000 1422 1278 6 - 2.001 543 447 TOTAL TOTAL 13355 2404 15759 2700 990 11811 2347 14158 25166 4751 29917 La cuota de sexo se ha utilizado para garantizar una representación similar de los dos géneros (52,68% hombres y 47,32% mujeres). Para realizar la selección de la muestra se utilizó el muestreo polietápico por conglomerados (Rodríguez Osuna, 1991), debido al tamaño y heterogeneidad de la población objeto de estudio. Este tipo de muestreo presenta varias etapas: En primer lugar se procedió a asignar la muestra según el tipo de enseñanza recibida (pública o privada) y el sexo (alumno o alumna). RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) En segundo lugar se consideró la posibilidad de que todos los individuos que componen la población fuesen susceptibles de ser seleccionados para la muestra. Para ello se determinó el número de habitantes por municipio considerando que podían ser importantes las diferencias que se pueden encontrar entre los alumnos de municipios con distinto número de habitantes. Como consecuencia de ello se proponen seis estratos homogéneos que agrupan municipios de características distintas a los de otros estratos, pero similares entre sí. En este momento procedimos a asignar a cada estrato la muestra que le correspondía según su número de alumnos en ESO siguiendo el proceso estadístico de afijación proporcional. En tercer lugar se procedió a seleccionar los centros de cada estrato a los que se iba a acceder, debido a la imposibilidad del acceso a cada uno de ellos. Esto se hizo numerando los centros y de forma aleatoria, tras tomar la decisión del número de centros que iba a ser representativo en cada uno de los estratos. En este momento procedimos a asignar a cada centro elegido la muestra que le correspondía según su número de alumnos/alumnas en ESO siguiendo el proceso estadístico de afijación proporcional. Por último se procedió a realizar la afijación proporcional en cada uno de los centros por niveles (primero, segundo, tercero y cuarto curso de ESO) y sexo (alumnos y alumnas), quedando la muestra formada de la siguiente forma: En este momento hay que hacer constar que este proceso solamente se llevó a cabo en la enseñanza pública, ya que ésta tenía representación suficiente en cada uno de los estratos de población. Pero en la enseñanza privada nos encontramos con dos problemas. El primero es que la mayor parte de la población en este tipo de enseñanza se encuentra en el estrato uno (localidades de más de 50000 habitantes y el segundo es que el alumnado de estos centros en la provincia de Almería no presenta características diferentes según la población en que están, ya que el alumnado que recogen cada uno de ellos es similar, debido a la existencia de transporte en todos ellos, lo cual hace que a las familias les sea fácil enviarlos a otro municipio. Por tanto en la enseñanza privada se designaron los centros en un solo bloque. 3.1.3. Técnicas de obtención de datos Para la obtención de los datos, una vez analizada la literatura existente al respecto (Colás y Buendía, 1996; Manzano, Rojas y Fernández, 1996; Padilla, Gonzáles y Pérez, 1998; Sierra, 1985; García Ferrando, 1991;...) la técnica que vamos a emplear es la encuesta utilizando como instrumento el cuestionario. El cuestionario, como indican Manzano, Rojas y Fernández (1996), es uno de los instrumentos de la técnica de investigación mediante encuestas, siendo considerado por García Ferrando (1991), Buendía (1994) y Padilla, Gonzáles y Pérez (1998) como el instrumento básico de la investigación social por encuestas. Rodríguez (1995) lo considera como una especie de entrevista masiva que tiene la ventaja de llegar a un gran número de sujetos de forma simultánea. El diseño y construcción del cuestionario no ha sido tarea fácil, ya que como indica Sierra (1985), el cuestionario debe traducir las variables empíricas sobre las que se desea obtener información en preguntas concretas sobre la realidad que se ha de investigar, capaces de suscitar respuestas únicas y claras. Esta dificultad se ha tratado de paliar mediante tres procedimientos distintos, al objeto de que el instrumento fuera válido y fiable para la investigación que intentamos desarrollar: 1. Hemos comenzado con una validez teórica. Para lo cual hemos partido de la literatura existente anteriormente (García Montes, 1997; Torre, 1998; Hernández, 1999; Casimiro, 1999; Pierón et al, 1996; Ruiz Juan, 2000), de la cual extrajimos los enunciados que estaban de acuerdo con aquello que nosotros queríamos conocer. A estos enunciados le añadimos todos aquellos que consideramos oportunos para completar los objetivos que nos habíamos propuesto. Con todo ello elaboramos el cuestionario. Número 17, 2010 (1º semestre) 2. Hemos continuado con un juicio de expertos. Es decir, una vez realizado un primer boceto del cuestionario se le pasó a un grupo de personas expertas, tanto desde el punto de vista metodológico, como del ámbito de la actividad física, del deporte y de la sociología, que lo han estudiado y señalado los aspectos que, a su juicio, no estaban presentes o sobraban en el cuestionario, en función del campo de estudio y de los objetivos específicos del mismo. 3. Estudios piloto. Por último se ha procedido a realizar varios estudios pilotos para comprobar el grado de comprensión y aceptación del cuestionario por parte de sus destinatarios, necesarios para efectuar las modificaciones oportunas en aquellos aspectos que aún pudieran generar algún tipo de duda. Se ha comprobado en estos estudios pilotos si el cuestionario era comprendido fácilmente por los alumnos de los diferentes cursos de la Educación Secundaria Obligatoria, determinar la duración media de los cuestionarios para que el tiempo máximo no excediera al de una clase y poner en práctica la formación teórica que habían recibido previamente los aplicadores. Una vez efectuados todos los análisis y revisiones pertinentes y tras pasar por varias versiones del cuestionario, se llegó a la estructura del cuestionario definitivo, que presenta las siguientes dimensiones: CUESTIONARIO SOBRE HÁBITOS DEPORTIVOS Y ESTILOS DE VIDA 1. Tiempo Libre y Ocio. 1.1. Disponibilidad de tiempo libre. Promedio de horas diarias destinadas a las actividades de ocio. P.1 1.2. Tipo de actividades que realiza en el tiempo libre. Actividades a las que dedica un mayor número de horas. P.2 1.3. Interés por la actividad físico-deportiva. P.3 1.4. Actividad físico-deportiva: índice, intensidad, duración, frecuencia, participación en competiciones. P.4à8 1.5. Percepción sobre las clases de educación física. P.9 2. Práctica de actividad físico-deportiva en tiempo libre. 2.1. Tiempo dedicado a ella. P.11 2.2. Modalidades practicadas regularmente, esporádicamente y estacionalmente (verano e invierno), según tipo de oferta y finalidad. P.12 2.3. Espacios e instalaciones. 2.3.1. Facilidad para encontrar instalaciones para la práctica de deportes de equipo. P.13 2.3.2. Espacios e instalaciones utilizadas. P.14-15 2.3.3. Motivos para acudir a las instalaciones. P.16 2.3.4. Calidad de las instalaciones. P.17 2.4. Horario de práctica. Satisfacción. P.18-19 2.5. Personas con las que realiza la práctica habitualmente. P.20 2.6. Motivos de práctica. Jerarquización. P.21-22 3. Abandono de la práctica de actividad físico-deportiva en tiempo libre. 3.1. Tiempo en que se produce el abandono.P.23 3.2. Motivos de abandono. Jerarquización. P.24-25 3.3.Autopercepción del alumno sobre si volverá a practicar actividad físico-deportiva de tiempo libre. P.26 4. Nunca han practicado actividad físico-deportiva en tiempo libre 4.1. Motivos para no haber practicado nunca. Jerarquización. P.2728 5. Actitud de los Padres hacia la práctica del hijo/a. 5.1. Autopercepción de la actitud de los padres hacia la práctica del hijo/a. P.29 6. Demanda de práctica de actividad físico-deportiva en tiempo libre. 6.1. Modalidades demandadas para practicar los días laborales, los fines de semana, en las vacaciones de verano y en los puentes, Semana Santa y Navidad, según tipo de oferta y finalidad. P.30-31 7. Hábitos sobre consumo de tabaco, alcohol y alimentación. 7.1. Autopercepción de su propio estado de salud, condición física y aptitud deportiva. P.32-33 7.2. Dolencias o enfermedades. P.34-35 RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 51 - 7.3. Estrés o ansiedad. 7.3.1. Autopercepción. 7.3.2. Medios para inhibirlo o reducirlo. 7.4. Valoración de la alimentación. 7.4.1. Autopercepción. P.38 7.4.2. Número de ingestas diarias. P.39 7.4.3. Frecuencia de consumo de ciertos alimentos. P.40 7.4.4. Autopercepción sobre su consideración (sanos o poco sanos). P.40 7.5. Frecuencia, cuantificación y valoración de consumo de medicamentos, alcohol, tabaco y drogas. P.41-45 7.6. Consumo parental de tabaco y alcohol. P.46 8. Otras variables. 8.1. Conocimiento de las instalaciones públicas del entorno inmediato. P.47 8.2. Frecuencia de utilización de los medios de comunicación (televisión, radio e internet) para ver eventos deportivos. P.48 8.3. Frecuencia de asistencia a eventos deportivos pagando o gratuitamente. P.49 8.4. Variables sociodemográficas. Edad, sexo, peso, estatura. P.5053. 8.5. Calificación del expediente global del alumno. P.54. 8.6. Turno de clases. P.55. Para las preguntas de cada una de estas dimensiones se utilizó la técnica de embudo, ordenando las preguntas desde lo más general a lo más específico. Igualmente se aplicaron técnicas de filtro (preguntas de filtro) con el objeto de secuenciar y registrar las preguntas que se hacen al encuestado dependiendo de las respuestas que emitió en preguntas anteriores. Las variables objeto de estudio fueron distribuidas a lo largo del cuestionario. Con relación a las preguntas sobre datos sociodemográficos, entendiendo su naturaleza de intromisión, fueron insertadas al final del cuestionario. La aplicación se ha llevado a cabo en la población almeriense de Educación Secundaria Obligatoria (12-16 años) mediante la modalidad auto administrada con aplicación masiva y presencia de un aplicador, que ha hecho la presentación y, en los casos necesarios, ha aclarado todas las dudas que se han planteado, como forma de asegurar la fiabilidad y validez de las respuestas del cuestionario. Se ha considerado imprescindible asegurar el anonimato de los alumnos al contentar la encuesta. Este sistema se considera adecuado, según García Ferrando (1990), cuando los cuestionarios van destinados a poblaciones «cautivas», es decir a aquellas que agrupándose naturalmente, se caracterizan por su homogeneidad. El trabajo de campo se realizó durante los meses de abril y mayo de 2002 en la propia clase, y en un periodo de tiempo que se intentó que no excediera al de una clase normal (alrededor de 50 minutos). 3.2. Trabajo de campo Para poder llevar a cabo el trabajo de campo con la máxima premura de tiempo posible y, en función de los recursos económicos existentes, hemos contado con un grupo de 6 aplicadores, que procuramos que tuvieran formación universitaria (diplomados en Magisterio especialidad de Educación Física), con formación en técnicas de investigación social, y que, además, han sido formados debidamente para pasar el cuestionario en los distintos centros educativos. Para ello se ha realizado un seminario con distintas sesiones de trabajo donde se les dio a conocer los objetivos del estudio, el contenido del cuestionario y las características del trabajo de campo a realizar, especificándoles claramente el tiempo necesario para su aplicación y las responsabilidades que debían asumir. En sesiones posteriores se trabajó sobre el cuestionario propio de la investigación, procediéndose a su análisis minucioso y al planteamiento de situaciones hipotéticas y su solución, todo ello con el objetivo de que ante situaciones similares los distintos encuestadores se comportasen de la forma más parecida posible. Más tarde se llevaron a cabo los estudios piloto, con el doble objetivo de mejorar el cuestionario y servir de entrenamiento a los - 52 - encuestadores, que en todo momento han trabajado por parejas, de manera que se puedan ofrecerse ayuda mutua ante cualquier problema surgido. A continuación, en otras sesiones, se analizaron todos los problemas encontrados por los encuestadores durante la realización de los distintos estudios pilotos (preguntas no entendidas por los alumnos encuestados, filtros mal determinados, confusiones terminológicas...), al objeto de trabajar sobre el cuestionario definitivo. Por último se ha realizado un seguimiento y control continuo a lo largo de todo el trabajo de campo. Además, una vez seleccionados los municipios de cada estrato y, dentro de ellos, los centros, se escribió y se contactó con los directores (en algunos casos con los jefes de estudios) de los centros elegidos para explicarles los objetivos del estudio, solicitar su colaboración y la las personas a que afectara, y fijar el día y la hora en que los encuestadores iban a pasar los cuestionarios. En el caso de negativa del centro a que se encuestara a sus alumnos (se dio un solo caso), se procedió a sustituirlo por otro centro del mismo municipio respetando la misma condición (público o privado). 3.3. Técnicas de análisis de datos Una vez terminado el trabajo de campo y, una vez se haya verificado y validado la información recogida se procederá a tabular e informatizar todos los datos mediante el paquete de programas informático SPSS para Windows, versión 10.0.6, que posibilita la puesta en práctica de las técnicas estadísticas de análisis cuantitativo, descriptivo, inferencial y de correspondencias. Además se ha realizado un análisis documental de otros estudios similares, tanto en el ámbito nacional como internacional, que permitirán profundizar y contrastar los resultados que se obtengan. 4. Difusión y aplicación de los resultados esperados Este estudio posibilitará conocer la realidad de los hábitos deportivos, las demandas y las necesidades del alumnado almeriense de Educación Secundaria Obligatoria, así como de sus hábitos y estilos de vida (hábitos de salud, alimentación y consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias), de manera directa o indirecta. Es un estudio importante dentro de la investigación social aplicada a la práctica físico-deportiva ya que contribuirá al enriquecimiento de la base de información y análisis de la situación actual, expectativas y demandas de la población objeto de estudio. Con ello, se pretende que sea de utilidad, a estudiosos de los comportamientos durante el tiempo libre y de ocio y de los hábitos y estilos de vida, así como a todos los que, en la provincia de Almería, tiene algún tipo de responsabilidad pública o privada en el proceso de gestión social de la actividad físico-deportiva de los municipios, de tal forma que les permita actuar en consecuencia. A priori podemos inferir algunos resultados esperados: Los alumnos almerienses de ESO llevan a cabo una práctica de actividad físico-deportiva con un carácter variado. La variable sexo presenta una gran relación con las actividades físico-deportivas realizas y con el nivel de actividad practicado, siempre inferior en las alumnas. La práctica de actividad físico-deportiva varía en función del periodo de tiempo. 5. Bibliografía Bodson, D. et al. (1991). Les pratiques sportives des jeunes en Communauté française de Belgique. Sport, 136, 209-224. Bouchard, C., Shephard, R., & Stephens, T. (1994). Physical activity, fitness, and health. International Proceedings and Consensus Statement. Champaign, IL: Human Kinetics. Bouchard, C., Shephard, R.J., Stephens, T., Sutton, J.R., & Mcpherson, B.D. (1990). Exercise, Fitness and Health. Champaign, ILL: Human Kinetics. RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) Bouchard,C., Shephard R.J. (1994). Physical activity, fitness and health: the model and key concepts. En: Bouchard, C., Shephard, R.J., Stephens, T. (Eds) (1994). Physical activity, fitness, and health: International procceedings and consensus statement, Human Kinetics, Champaign, Ili: 77-88. Buendía, L. (1996). El proceso de Investigación. 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Influencia de un gran evento social y deportivo en el estilo de vida del alumnado almeriense de Enseñanza Secundaria Post Obligatoria A large-scale social and sports event influence on secondary school pupil’s way of life in Almería *María Carrasco Poyatos *Universidad de Murcia (España) Resumen: Mediante esta investigación, pretendemos estudiar las repercusiones que está teniendo y va a tener la celebración de un evento social y deportivo como los Juegos Mediterráneos de Almería 2005 en el estilo de vida del alumnado almeriense de Enseñanza Secundaria Postobligatoria y de la Universidad de Almería; obteniendo al mismo tiempo, una información crucial que va a posibilitar la mejora de la política de actuación en materia deportiva, gracias al establecimiento de perfiles sociodemográficos de los demandantes de una u otra actividad. En este estudio, analizaremos socialmente las tendencias en los comportamientos, demandas, motivaciones, oferta y práctica físico-deportiva. Palabra clave: tiempo libre, actividad físico-deportiva, motivaciones, abandono, oferta, demanda. Abstract: The aim of the present study was to investigate the influence of a large-scale social and sports event: Mediterranean Games Almería 2005, on secondary school pupil’s actual and future way of life. Behavior, demands, motivations, offers and sports practice trends were socially analyzed. This information will allow sports researchers to establish sociodepographic profiles depending on the physical activities demanded. Moreover, official organizations could enhance their plans of action related to sports. Key words: free time, sports, physical activities, motivations, cease, offer, demand. 1. Antecedentes La importancia social del deporte en nuestra sociedad viene aumentando de forma imparable, debido al crecimiento y evolución que ha sufrido y está sufriendo el deporte en la sociedad. Este profundo dinamismo que caracteriza a las actividades físico-deportivas junto con la creciente importancia de éstas en la mejora de la calidad de vida de las personas (De Andrés y Aznar, 1996; Morgan, 2001), en contra de la problemática existente de sedentarismo o inactividad física en la infancia y adolescencia, hace esencial el incremento de nuestros conocimientos sobre cómo podemos facilitar la participación de los jóvenes en programas de actividades físico-deportivas, consiguiendo que los jóvenes adquieran un estilo de vida activo y lo mantengan a lo largo de su ciclo vital. El conocimiento de ésta problemática, ha dado origen a numerosos estudios sobre el estilo de vida, hábitos deportivos y práctica deportiva de la población en general (García Ferrando, 2001), de los adolescentes, tanto a nivel nacional (Ruiz, García Montes y Hernández, 2001a), como internacional (Piéron, Telama, Almond y Carreiro da Costa, 1999), y de los jóvenes universitarios en especial, (Parera y Solanellas, 1998; Hernández, 1999; Ruiz, 2000 y Sáenz-López y Franco, 2001). Con respecto a los estudios sobre las actividades físico-deportivas extraescolares de los jóvenes adolescentes, podemos resaltar investigaciones nacionales como la realizada por Torre, Cárdenas y Girela (1997) en Granada e internacionales, como la de Mico, Orona y Piéron (2002) en el Principado de Andorra. Son muchos los estudios que abordan el deporte en la universidad, y la gran mayoría se centran en las motivaciones, la oferta, la práctica de los universitarios (Quesada y Díez, 1998; Sánchez Pérez, García Domínguez, Landebaso y Nicolás Martínez, 1998; Hernández, 1999; López Yeste, 1999; Torres, Carrasco y Medina, 2000) o el abandono y la ausencia de práctica (Ruiz y García Montes, 2002). En menor número encontramos otros estudios en el ámbito universitario, que se centran en la demanda deportiva (Ruiz, García Montes, Hernández, García López, Casado y Rodríguez, 2000; Ruiz, García Montes y Hernández, 2001b; Ricardo Quiroga, 2001; Hernández, García Montes y Oña, 2002). Fecha recepción: 17-03-08 - Fecha envío revisores: 17-03-08 - Fecha de aceptación: 25-05-08 Correspondencia: María Carrasco Poyatos Facultad de Ciencias del Deporte. Universidad de Murcia. C/ Argentina, s/n. 30720 Santiago de la Rivera- San Javier. Murcia. España. Email: [email protected] Número 17, 2010 (1º semestre) Por lo tanto, como podemos apreciar, es una información vital para los Servicios de Deportes de las distintas Universidades y en especial de la almeriense, para poder variar, si fuera necesario, la oferta de actividades físico-deportivas, con el fin de aumentar el número de practicantes y mejorar la calidad de la enseñanza, acrecentando el grado de satisfacción de los alumnos e indirectamente mejorando su salud y calidad de vida. 2. Objetivos 1. Indagar sobre el tiempo libre de que disponen los estudiantes almerienses de Enseñanza Secundaria Postobligatoria y de la Universidad de Almería y a qué lo dedican preferentemente. 2. Conocer la práctica real de actividad físico-deportiva, motivaciones y preferencias del alumnado almeriense de Enseñanza Secundaria Post Obligatoria y de la Universidad de Almería. 3. Obtener información acerca del deporte en la universidad: modalidades practicadas, horario de prácticas, competiciones Interuniversitarias, trofeos rectores, etc. 4. Valorar aspectos relacionados directamente con esta práctica deportiva en la universidad, como oferta del Servicio de Deportes, calidad y cantidad de la misma, grado de satisfacción del alumnado, etc. 5. Ver las repercusiones que tiene la celebración de un gran evento deportivo como los Juegos Mediterráneos Almería 2005, en el estilo de vida de los estudiantes almerienses de Enseñanza Secundaria Post Obligatoria y de la Universidad de Almería. 3. Material y Métodos Cobertura de la investigación: La población de esta investigación está constituida por el alumnado de Enseñanza Secundaria Post Obligatoria de la provincia de Almería. Por este motivo, se ha recurrido a la aplicación de técnicas de muestreo que, tras su adecuada ejecución, nos permite generalizar al total de la población la información ofrecida por un número reducido de sus componentes (muestra). El tamaño de la muestra en el estudio se estimó atendiendo a los recursos económicos disponibles, asumiéndose un error muestral del ± 3% para un nivel de confianza del 95.5%. La técnica de muestreo seleccionada se define como muestreo polietápico por conglomerados. Las razones que justifican la aplicación de dicho procedimiento vienen RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 59 - dadas por la heterogeneidad en el tamaño de cada uno de los colectivos que componen la población objeto de estudio (modalidades de estudios, niveles, tipos de centro, horarios, sexo), lo que determinó la necesidad de que el muestreo se desarrollara en diferentes etapas. En primer lugar se consideró al alumnado según las modalidades de estudios que cursan surgiendo los siguientes estratos: Bachillerato ESPO: 1º y 2º y Ciclos Formativos de Formación Profesional Grado Medio: 1º y 2º. En una segunda etapa, en cada submuestra, se procedió a la afijación proporcional del número de sujetos según los tipos de centro (públicoprivado) de manera que el tipo de centro que cuente con menos sujetos se le aplicará un menor número de encuestas. En la tercera etapa fueron asignados unos códigos a cada centro. Por medio de un sorteo al azar fueron elegidos los centros que formarían parte de la muestra en cada tipo de centro. Se procedió a la afijación proporcional del número de encuestas en cada uno de ellos. Por último, se procedió a realizar la afijación proporcional en cada centro por niveles (primer o segundo curso) y sexo (varones y mujeres). Quedando la muestra formada por 11505 alumnos, siendo 1014 la muestra representativa (tabla 1). Técnicas de obtención de datos: atendiendo a los objetivos del proyecto se opta por una metodología cuantitativa, por una encuesta mediante cuestionario estandarizado mediante la modalidad autoadministrada, con aplicación masiva por aulas y en presencia de un aplicador, que hará la presentación y en caso de ser necesario aclarará las dudas que se presenten. Los cuestionarios utilizados son dos para ESPO. Están compuestos por un total de 51 preguntas (modelo A) y 47 (modelo B). Se realizaron dos estudios piloto. Los cuestionarios se ajustan a una serie de dimensiones que, guiados por los objetivos planteados en esta investigación, se estructuran por bloques temáticos. Dichos bloques temáticos son tratados en un número determinado de preguntas de las que se extraen las variables a analizar en éste estudio. Resaltamos las grandes temáticas que abordan dichos cuestionarios: MODELO A: Hábitos Deportivos y Estilos de Vida Ø Tiempo Libre y Ocio. Ø Promedio de horas diarias destinadas a las actividades de ocio. Ø Actividades a las que dedica un mayor número de horas. Ø Modalidades practicadas regularmente, esporádicamente y estacionalmente. Tipo de oferta y finalidad. Ø Facilidad para encontrar instalaciones para la práctica de deportes de equipo. Ø Espacios e instalaciones utilizadas. Ø Motivos para acudir a dichas instalaciones. Ø Calidad de las mismas. Ø Horario de práctica. Ø Motivos de práctica. Personas con las que practica habitualmente. Ø Tiempo en que se produce el abandono. Motivos. Autopercepción del alumno sobre si volverá a practicar actividad físico-deportiva de tiempo libre. Ø Motivos que aducen los que dicen no haber realizado nunca práctica de actividades físico-deportivas. Ø Interés por la práctica de actividad físico-deportiva, y con relación a la experiencia personal. Ø Actitud de los Padres hacia la práctica del hijo/a. Ø Hábitos de consumo de tabaco, alcohol y alimentos. Ø Valoración del propio estado de salud y condición física. Ø Enfermedades o dolencias. Ø Estrés. Medios para inhibirlo o reducirlo. Ø Valoración de la alimentación (número de ingestas diarias, frecuencia de consumo de ciertos alimentos, consideración, etc). Ø Frecuencia, cuantificación y valoración de consumo de sustancias como el alcohol, tabaco, medicamentos y drogas. MODELO B: Deporte Extraescolar Ø Tiempo Libre y Ocio. Ø Cuantificación del T.L. Ø Actividades practicadas. Ø Interés por la A.F.D. Ø Actividades Físico-Deportivas Extraescolares en el Centro Escolar. Ø Oferta del Centro Educativo. Modalidades ofertadas, precio, calidad de la enseñanza, etc. Ø Autovaloración de la oferta. Ø Practica llevada a cabo por el alumno (modalidades, etc). Ø Uso de instalaciones. Horario de uso. Ø Información y promoción. Ø Materiales o accesorios deportivos disponibles. Ø Clubes y Asociaciones existentes. Ø Apoyo del Centro al Deporte. Entre los comportamientos que pueden ser adoptados por la población en relación con las actividades físico-deportivas de tiempo libre, se encuentran tres opciones: la de realizar práctica, la de haber realizado en otras épocas pero haberlo abandonado y la de no haber practicado nunca. En el deporte extraescolar, también tenemos tres opciones: la de realizar actividades físico-deportivas extraescolares ofertadas por su centro educativo, realizarlas fuera en otro tipo de oferta o no realizarla ninguna. Igualmente ocurre con el deporte en la universidad. Para cada uno de los bloques temáticos incluidos, se utilizó la técnica de embudo, ordenando las preguntas desde lo más general a lo más específico. Igualmente se aplicaron técnicas de filtro con el objeto de secuenciar y registrar las preguntas que se hacen al encuestado dependiendo de las respuestas que emitió en preguntas anteriores. Las variables objeto de estudio fueron distribuidas a lo largo del cuestionario. Con relación a las preguntas sobre datos sociodemográficos, entendiendo su naturaleza de intromisión, fueron insertadas al final del cuestionario, junto a las de la vida académica. Trabajo de campo: Se ha realizado en los meses de abril y mayo de 2002. Hemos contado con un grupo de encuestadores que han sido formados debidamente en sus funciones. Técnicas de análisis de datos: En el estudio se aplicaran, por un lado, técnicas de análisis documental y, por otro, técnicas de análisis cuantitativo. El análisis cuantitativo de los datos se realizará tras ser tabulados y mecanizados informaticamente, mediante el paquete de programas informático SPSS para Windows (V15.0), que posibilita la puesta en práctica de las técnicas estadísticas de análisis descriptivo, inferencial y de correspondencia. Tabla 1. Muestreo General ESPO MUESTREO ESPO Bach. ESPO CFGM - 60 - Pública Alumnos Muestra Alumnas Muestra TOTAL Muestra 3377 298 4298 379 7675 677 Privada 411 36 525 46 936 82 Pública 1318 117 1109 99 2427 216 Privada 136 12 331 29 467 41 RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación TOTAL ±3 11505 1014 Número 17, 2010 (1º semestre) 4. Aplicación de los resultados esperados Los resultados de esta investigación, van a contribuir al enriquecimiento de la información sobre expectativas y demandas de la población objeto de estudio, siendo de utilidad, tanto a las investigaciones acerca de los comportamientos de práctica físico-deportiva de tiempo libre, como a todos los que en la provincia de Almería tienen algún tipo de responsabilidad pública o privada en el proceso de gestión social de la actividad física y deportiva. Gracias a esta investigación, podremos analizar de forma longitudinal, la evolución que se ha producido transcurridos dos y tres cursos académicos en los comportamientos, motivaciones, demandas, tasas reales de práctica, abandono y ausencia total de actividad físicodeportiva de tiempo libre, en el alumnado de ESPO, teniendo como referencias directas, los estudios anteriores de Hernández (1999) y Ruiz (2000). Así mismo, valoraremos la influencia que tiene la celebración en Almería de los Juegos Mediterráneos 2005 en el estilo de vida de las poblaciones objeto de estudio. 5. Referencias bibliográficas Bianchi, S. y Brinnitzer, E. (2000). Mujeres adolescentes y actividad física. Relación entre motivación para la práctica de la actividad física extraescolar y agentes socializadores. Revista Digital Lecturas: Educación Física y Deportes, 26. De Andrés, B. y Aznar, P. (1996): Actividad Física. Deporte y Salud: Factores motivacionales y axiológicos. Apunts. 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Revista Digital, 42. Ruiz Juan, F. (2000). Análisis diferencial de los comportamientos, motivaciones y demanda de actividades físico-deportivas del alumnado almeriense de Enseñanza Secundaria Post Obligatoria y de la Universidad de Almería. Tesis Doctoral. Universidad de Almería. Número 17, 2010 (1º semestre) Ruiz Juan, F.; García Montes, M. E. y Hernández A. I., García López, A., Casado, C. y Rodríguez, D. (2000). Las características con que son demandadas las modalidades de actividades físico-deportivas por el alumnado de segundo ciclo de la Universidad de Almería. Revista Digital Áskesis, 10. Ruiz, F.; García, M.E. y Hernández, A.I. (2001a). Comportamientos de actividades físico-deportivas de tiempo libre del alumnado almeriense de enseñanza secundaria post obligatoria. Motricidad, 7, 113-144. Ruiz Juan, F.; García Montes, M. E. y Hernández A. I. (2001b). El interés por la práctica de actividades físico-deportivas de tiempo libre del alumnado de la Universidad de Almería. 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Formación deAnimadores de Deporte para Todos Training of coordinators of Sports for Everyone *José Antonio Rebollo González, *Pedro Sáenz-López Buñuel *Universidad de Huelva (España) Resumen: Con los datos obtenidos en el Diagnostico de la situación actual de la formación de Animadores de Deporte para Todos, con la base de la estructura de los cursos que se realizaron en nuestra Provincia y con la revisión bibliográfica que se ha llevado a cabo, se ha diseñado un curso de Animador de Deporte para Todos (Nivel 1). Se han llevado a cabo modificaciones en todos los elementos curriculares, intentando en todo momento adaptar la formación de estos Animadores a la situación actual y tratando de equiparar la estructura, a la formación de cualquier técnico deportivo. En este sentido, hemos aumentado los contenidos que se imparten en la actualidad, dividiéndolos en un bloque común y otro específico. Los objetivos se han formulado con arreglo al nuevo diseño. Se ha puesto en marcha una propuesta metodológica consensuada con el profesorado, con un esquema tanto para las sesiones teóricas como para las prácticas. Se ha tratado de unificar las estrategias de evaluación intentando que hubiera coherencia con la propuesta metodológica. La distribución horaria se ha hecho con arreglo a lo que marca la Orden 3310/2002, que regula la formación en materia deportiva. Palabra clave: Deporte para todos, Recreación y formación. Abstract: With the data obtained in the diagnosis of the current situation of training «Sport for All», regarding the base of the structure of the courses that were conducted in our Province and after the literature review that was conducted, we have created a new course of coordinators of Sports for Everyone. There have been modifications in all curricular elements, always trying to adapt the training of animators to the current situation and trying to align the structure to the training of any sport’s professional. In this regard, we have increased the content being taught in the present, dividing them into a common and a specific block. The objectives have been formulated under the new design. It has been put in place a methodology agreed with the teachers, with a schedule for meetings as for the theoretical and as well as for the practical subjects. We have tried to unify the evaluation strategies to fit consistency with the proposed methodology. The planning was done according to the Order 3310/2002, which regulates the training of sports. Key words: Sports for Everyone, Recreation, Formation. 1. Introducción En una época donde el tiempo libre ocupa un lugar importante en nuestras vidas parece necesaria una formación, que nos ayude a los ciudadanos a transformar este tiempo libre en un ocio activo. Bajo nuestro punto de vista el Deporte recreación, reúne las condiciones ideales para ocupar un lugar de privilegio a la hora de ofrecerse como alternativa de ocio de todos los sectores de la población. Autores como García Ferrando (1990, p. 65) fomentan la idea de «que relacionar ocio y deporte se puede encontrar prácticamente en todas las principales tradiciones de sociología del deporte y de sociología del ocio». Así lo podemos constatar en otros estudios de García Ferrando (2000, 2006) que nos muestran como la población española tiene entre sus actividades más utilizadas para la ocupación del tiempo libre, la práctica físico - deportiva. Por lo tanto, debemos consolidar esta actividad como una alternativa activa para la ocupación del tiempo libre, haciendo un replanteamiento de los programas deportivos de tal manera que podamos ofrecer una oferta deportiva contextualizada, que se adapte a todos los sectores de la población. Pensamos que es necesario configurar la formación de técnicos que favorezcan la práctica de la actividad físico–deportiva desde una perspectiva recreativa, de búsqueda de placer, catártica. La propuesta que presentamos se circunscribe en torno al Deporte para Todos y por lo tanto a la figura del Animador de Deporte para Todos. Como señala Celma (2000) dentro del deporte los conceptos tiempo libre y «Deporte para Todos» están transformando continuamente las ofertas deportivas actuales. Consideramos que la formación de técnicos en este ámbito no responde a las exigencias actuales de la población, que continuamente va demandando nuevas propuestas, nuevos retos y que busca cada día más ser protagonista de su propia actividad. Creemos por lo tanto, que los técnicos que trabajen en este campo deben tener una formación que les ayude a estar en un continuo proceso de readaptación de la propuesta de actividades físico-deportivas, Fecha recepción: 04-03-09 - Fecha envío revisores: 20-03-09 - Fecha de aceptación: 23-09-09 Correspondencia: José Antonio Rebollo González. Universidad de Huelva C/Pastillo nº 20, 1º A. 21006 de Huelva E-mail: [email protected] - 62 - posibilitando el acceso de todos a propuestas deportivas atractivas, sugestivas, que motiven la práctica y despierten aficiones, y que como señala Llull (2001), estén adaptadas a las necesidades de cada uno en cada momento. 2. Deporte para Todos Si partimos de la definición de deporte que encontramos en la Carta Europea del Deporte (1992) «... todo tipo de actividad física que mediante una participación organizada o de otro tipo, tengan por finalidad la expresión o la mejora de la condición física y psíquica, el desarrollo de las relaciones sociales o el logro de los resultados en competiciones de todos los niveles». Podemos comprobar como se abre paso a una concepción del deporte como sistema abierto en el que tienen cabida todas las personas que de una u otra manera lleven a cabo la práctica de alguna actividad física independientemente del fin que persigan. Centrándonos en la vertiente del deporte más ligada a la recreación surge en Europa tras la segunda guerra mundial el Deporte para Todos, que se presenta como una corriente de participación popular deportiva que tiene como objetivo fundamental, acercar la actividad físico – deportiva a toda la población, como señala Ortí (2004, p. 24), «pretende fomentar la práctica de actividades físicas y deportivas adaptando éstas a los contextos y personas». El término Deporte para Todos es acuñado por el Consejo de Europa en 1966, pero toma cuerpo a partir de la elaboración de la Carta Europea del Deporte para Todos en 1975. Resaltando en su texto el derecho de todo individuo a la práctica del deporte. Con esta política, el Consejo de Europa aspira a promover el deporte en todas sus formas, dirigida a todo el mundo, sin discriminación alguna por motivos sociales, de edad, de sexo, raza o aptitud, poniendo especial énfasis en aquellos grupos que no practican ningún deporte o lo hacen en escasa medida. Corresponde a cada gobierno favorecer una cooperación permanente y efectiva entre los poderes públicos y las organizaciones no lucrativas, y fomentar la creación de estructuras nacionales que permitan desarrollar y coordinar el Deporte para todos (Carta Europea del Deporte, 1975). En este sentido, hemos recogido las palabras de Dechavanne (1991), que en su libro «El animador de las actividades físico deportivas para todos» da una visión global de lo que es Deporte RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) para Todos y marca las pautas de su desarrollo. Señala que «El Deporte para Todos constituye un fenómeno bastante significativo de las sociedades occidentales de finales del siglo XX. Su expansión se explica, en parte, porque responde a las diferentes necesidades originadas por las condiciones de la vida moderna» (Dechavanne, 1991, p.13). Nogueras (2001, p. 49), por su parte, afirma que «el Deporte para todos no puede ser definido ni explicado en una sola frase, ya que recoge aspectos multidisciplinares del ámbito de las ciencias de la actividad física y el deporte, que darán sentido a los distintos campos del comportamiento y la conducta que intervienen en la actividad física y la recreación deportiva, como los relativos al ámbito psicomotriz, cognitivo y afectivo». Definición con la que coincidimos plenamente ya que consideramos que es una expresión con la que se pretende acercar la práctica del deporte, y en general, el ejercicio físico al mayor número de ciudadanos, englobando un sentido de la práctica deportiva entendida como participación, de encuentro y no de enfrentamiento y que constituye una de las formas de recreación humana. “Deporte para Todos es todo el deporte, desde el deporte de ocio, pasando por el deporte de competición, hasta el deporte de alto nivel” (Consejo de Europa (1975). “Deporte para Todos significa que nadie se quede sin practicar deporte por falta de recursos económicos o por carencias de cualidades” (Eduardo Blanco, 1996). “Deporte para Todos son todas las acciones humanas destinadas a promover una mayor participación en el deporte” (André Van Pierde, 1993). “Deporte para Todos significa deporte para cada persona, cada grupo, altos y bajos, delgados y gordos, viejos y jóvenes, con motivaciones fuertes o débiles. La regla central del Deporte para Todos es la flexibilidad técnica” (Gianmarco Missaglia, 1997). “El Deporte para todos aspira a situar a los hombres y mujeres en el centro del deporte y ello implica un compromiso social” (Becerro, 2000) Cuadro 1: Definiciones de Deporte para Todos (Beceiro, 2003) A modo de resumen hemos recogido en el cuadro 1 diferentes definiciones que nos encontramos sobre el Deporte para Todos, basándonos en un trabajo realizado por Beceiro (2003). Abundando en esta idea recogemos las palabras de (Blanco, 1997, p. 17), quien hace un resumen del documento final del Congreso Olímpico del Centenario: «El lema Deporte para Todos, como la propia denominación indica, debe facilitar el acceso a la práctica del deporte a todas las categorías de la sociedad, sin distinción por la edad o el sexo». Por otra parte, podemos constatar que la práctica de una actividad física o deporte de forma más o menos regular ha aumentado en la sociedad actual. Según datos del Consejo de Europa (2000) uno de cada cuatro europeos, la mayor parte de los cuales no tienen ninguna licencia deportiva, realizan algún tipo de actividad físico-deportiva. En España, García Ferrando (1986) constata en un estudio realizado en 1985, que el 34% de la población española entre 15 y 65 años practica regularmente algún deporte (una o más veces a la semana). Si comparamos estos datos con un estudio realizado por este mismo autor en 2005, García Ferrando (2006), comprobamos que esta práctica deportiva se sitúa en un 40%, produciéndose así un aumento de la misma. Por otra parte, nos parecen elocuentes los datos que aparecen en el estudio «El tiempo libre y el deporte» en el que concluyen que el 57% de la población está interesada por el deporte en todas sus formas y, por ejemplo, el 62,8% manifiesta andar o pasear con el propósito de hacer algo de ejercicio (Consejo Superior de Deportes, 2000). En los estudios realizados en Andalucía por Otero (2000 y 2002), se detecta un cambio bastante significativo sobre todo de actitudes respecto al deporte, ya que podemos ver una clara tendencia hacia las actividades físico - deportivas de tipo recreativo Número 17, 2010 (1º semestre) y de ocio. Sin embargo son pocos los profesionales de la Educación Física que se dedican a este ámbito del deporte. Investigaciones como las de Rivadeneyra (2003) nos muestran que solo un 1% se dedica a este ámbito del deporte, por otra parte los estudios de Carratalá, Mayorga, Mestre y Montesinos (2004), concluyen que un 5% de los Licenciados en Educación Física se dedican al Deporte ligado al ocio y la recreación. Todos estos datos nos llevan a pensar que hay un sector importante de la población que se acerca al Deporte con objetivos vinculados a la recreación, por lo tanto se hace imprescindible formar técnicos en este ámbito del deporte que propicien programas de actividades deportivas para este sector de la población deportiva. Tras el análisis del concepto de Deporte para Todos, vamos a realizar un recorrido por las distintas leyes que regulan la formación de técnicos deportivos en nuestro país, centrándonos en las referencias que existen en torno a los Animadores Deportivos. 3. La formación de técnicos deportivos en España Vamos a conocer el tratamiento que hace la ley de la formación de técnicos deportivos en España y dentro de la Comunidad Autónoma de Andalucía. Podemos comprobar como la Constitución de 1978, señala que corresponde al Estado la «regulación de las condiciones de obtención, expedición y homologación de títulos académicos y profesionales», así como dictar las «normas básicas para el desarrollo del artículo 27 de la Constitución» que garantiza el derecho a la educación (art. 149. 1. 30ª). Las Comunidades Autónomas pueden asumir en su propio ámbito territorial competencias en esta materia, tanto de carácter normativo complementario como de ejecución. La Ley del Deporte (10/90) por su parte, señala que el Consejo Superior de Deportes en el desarrollo de sus competencias, tiene un correlato de funciones que en el campo de la formación es la de regular las enseñanzas mínimas de las titulaciones de técnicos deportivos especializados. En esta misma ley, en el título III señala entre las funciones tanto de las Federaciones como de los Entes de Promoción Deportiva la de colaborar con la Administración del Estado y de las Comunidades Autónomas en la formación de los técnicos deportivos. Con el Real Decreto 594/94 sobre enseñanzas y títulos de los técnicos deportivos, se pretende regular las enseñanzas de los técnicos deportivos de las distintas modalidades deportivas, en un intento de unificación y homogeneización de los criterios, con el fin de evitar las diferencias existentes entre las distintas federaciones. Dicho decreto incide en que la finalidad de la formación de los técnicos deportivos es la capacitación. Necesitamos técnicos cualificados, que al hilo de lo que marca la Carta Europea del deporte, tengan la formación adecuada para dar respuesta a la demanda de la población. Con posterioridad aparece el Real Decreto 1913/1997 de 19 de diciembre, por el que se configuran como enseñanzas de régimen especial las conducentes a la obtención de titulaciones de técnicos deportivos (B.O.E. de 23 de enero de 1998). Considerando que estas titulaciones poseen validez académica y profesional en todo el territorio nacional. En cuanto a los niveles formativos, vemos como se reduce a dos: Técnico Deportivo (dos niveles), con competencia en la iniciación y el perfeccionamiento técnico y táctico de los deportistas, así como a la dirección de los mismos en entrenamientos y competiciones (art. 4.1 y 2), y Técnico Deportivo Superior en la especialidad que corresponda que asumirán la coordinación de otros técnicos en secciones o escuelas deportivas (art. 4.3), ostentando la condición de profesor en los bloques específico y de formación práctica (art. 38, 1. b). De igual manera aparecen regulados los requisitos mínimos de acceso, el número de horas de enseñanza para cada curso, el profesorado que debe impartir los cursos, etc. RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 63 - Por otra parte en lo que se refiere a los bloques de contenidos, vemos que quedan estructurados de la siguiente manera: - Común - Específico - Complementario - De formación práctica. En lo que se refiere a las competencias que las Comunidades Autónomas, y como señalan sus estatutos, tienen la obligación de confeccionar los programas para la formación de técnicos y animadores deportivos. Lo que nos lleva a pensar que, efectivamente, hay una labor para estructurar y formar animadores deportivos y, en este sentido, tanto la Ley del deporte española (10/1990), como la Ley del deporte andaluza contemplan la figura de los Entes de promoción deportivas que cubren un vacío extraordinariamente importante en cuanto a la vertebración de lo que es el deporte recreación, Deporte para Todos. En concreto, en la Ley del Deporte andaluz en el capítulo IV en el artículo 31 aparecen entre las funciones de los Entes de Promoción deportivas las siguientes: - Participar en la elaboración y diseño de los planes y programas de promoción del «Deporte para Todos» y en la ejecución de los mismos. - Colaborar con la Administración de la Junta de Andalucía en la formación de voluntarios, técnicos y dirigentes deportivos. Centrándonos en la figura del Animador de Deporte para Todos, vemos como el Consejo de Europa en uno de sus estudios señala que el personal involucrado en la ejecución de los programas de acción en el ámbito del Deporte para Todos, tanto si son profesionales como si su dedicación es voluntaria y no remunerada, necesita recibir la formación o el reciclaje adecuados para que puedan ejercer eficazmente su papel de directivos responsables o ejecutivos y administradores en el ámbito del deporte (Carta Europea del Deporte, 1992). A continuación vamos a realizar una breve descripción del estado actual del plan de formación de los Animadores de Deporte para Todos que es en el que hemos basado nuestro estudio. 4. La formación de los Animadores de Deporte para Todos En la actualidad, la formación en este campo dentro del entorno de la Federación Internacional de Deporte para Todos, está estructurado en dos cursos: - Animador de Deporte para Todos. Nivel B - Animador Internacional de Deporte para Todos. Nivel A. El requisito que se pide en el primer curso para poder inscribirse, es tener cumplidos los 18 años y, para hacer el segundo, es necesario haber cursado el primer curso. Los contenidos de ambos cursos los presentamos en el cuadro 2. ANIMADORES DE DEPORTE PARA TODOS NIVEL B Filosofía del Deporte para Todos Estructura del Deporte para Todos Juegos Expresión Corporal Juegos y deportes Alternativos NIVEL A Filosofía del Deporte para Todos Modelo organizativo del Deporte para Todos Marketing en Deporte para Todos Dirección de Proyectos Juegos Populares Actividades Recreativas en la Naturaleza Recreación en playas Orientación Organización de Actividades Recreativas Proyecto de Juegos sin fronteras Actividades para la tercera edad Ecología y medio ambiente Cuadro 2: Contenidos del Plan actual de formación de Animadores En cuanto a la organización temporal, tenemos que decir que el curso de nivel B tiene una duración de 40 horas y es de ámbito nacional. El curso de nivel A, es internacional con 80 horas lectivas. - 64 - Con relación a los objetivos tenemos que reseñar que se plantean de forma muy genérica, así en el curso de Nivel B, que es el que nosotros vamos a diseñar, se plantea el siguiente objetivo: - Presentar alternativas diferentes a la actividad físico – deportiva tradicional, al tiempo que se dota a los participantes de los conocimientos necesarios para la realización de actividades en espacios y con material alternativos. El contenido de cada una de las asignaturas, además de la metodología y evaluación es eminentemente abierto y libre dejándolos a designios del profesorado. Para poder impartir el curso o ser parte de la plantilla docente, es necesario contar con el título de Licenciado o Animador Internacional de Deporte para Todos, exigiéndose además por parte de la Federación Internacional de Deporte para todos, que en el curso de Nivel A haya al menos dos profesores de otros países pertenecientes a dicha Federación. 4.1. Diseño del curso de formación del Animador de Deporte para Todos (Nivel B) Consideramos que está justificada la necesidad de establecer una estructuración de la formación de estos animadores deportivos que cubran una necesidad latente de atención a la creciente demanda de la actividad físico – deportivo - recreativa emergente en la actualidad. Consideramos necesario un tratamiento igualitario con las distintas modalidades deportivas y que esté normalizado por el mismo decreto (1913/1997). Partiendo de estas premisas, hemos abordado el estudio del estado actual de la formación de animadores de Deporte para Todos en la provincia de Huelva, en la que se han analizado las características de los cursos de Animadores de Deporte para Todos que existen en la actualidad. Hemos tratado de conocer la opinión de las personas que han participado en los mismos (alumnado, profesorado y organización), para abordar el diseño de un curso de Animadores de Deporte para Todos (nivel B). Para el diagnostico (Rebollo, 2006), se han utilizado distintos instrumentos, por una parte, se han llevado a cabo entrevistas a distintas personas que habían participado en estos cursos en la Provincia de Huelva (alumnado, profesorado y organización), por otra, se desarrollo un grupo de discusión con la participación de expertos en esta temática. Con la base de la estructura de los cursos que se han celebrado anteriormente en nuestra provincia, con la revisión bibliográfica que se ha llevado a cabo y con el análisis de los datos obtenidos en el diagnóstico, se ha diseñado un curso de Animador de Deporte para Todos (Nivel B). Este curso ha contado con las aportaciones de siete expertos en la materia, que llevaron a cabo una revisión del diseño elaborado. Es una realidad latente que en la sociedad actual adquiere un papel preponderante la actividad físico – deportiva como alternativa a la ocupación del tiempo libre, con unos objetivos claramente marcados por la recreación. Es por lo tanto importante la formación de técnicos que aborden este ámbito del deporte desde una perspectiva abierta, global y flexible. Y en esta línea se pone en marcha un curso que pretende formar y capacitar a los asistentes para la realización de este trabajo. Objetivos Posteriormente, definimos los objetivos que queríamos intentar conseguir con el desarrollo del curso. Hemos recogido las observaciones de los participantes para intentar contextualizar las actuaciones y los retos que nos planteábamos con el curso. - Concienciar a los participantes de la importancia del deporte en el ámbito recreativo. - Dotar al alumnado de las herramientas necesarias para poner en marcha programas de Deporte para Todos. - Facilitar propuestas encaminadas a fomentar un espíritu reflexivo en los participantes que les lleve a estar en un continuo RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) proceso de formación. - Proponer prácticas reales y contextualizadas que ayuden al alumnado a tomar conciencia del trabajo a realizar en este campo del deporte. Contenidos Siguiendo las directrices que marca la Orden 3310/2002 que regula la formación en materia deportiva, los contenidos se han estructurado en dos bloques, adaptando los mismos a la realidad del Deporte para Todos. BLOQUE COMÚN - Metodología y didáctica aplicada - Psicología del Deporte - Sociología del Deporte - Animación y dinámicas de grupos. - Fundamentos biológicos de la actividad físico – deportiva. - Organización y legislación del deporte. BLOQUE ESPECÍFICO - Filosofía y estructura del deporte para todos. - Programación y organización de actividades de deporte para todos. - Juegos: dinámicas y organización. - Actividad físico – recreativa para diferentes colectivos. - Juegos y actividades en el medio natural. - Expresión y comunicación corporal. - Juegos y deportes alternativos. - El deporte jugado En el bloque específico hemos colocado los contenidos de forma priorizada, parece imprescindible una formación específica en torno al Deporte para Todos, no solo en lo que se refiere al concepto, sino también a la organización de actividades y el conocimiento de recursos para el desarrollo de las mismas. Organización temporal del curso Con relación al número de horas, como ya hemos señalado anteriormente nos hemos ajustado a lo que marca la Orden 3310/ 2002 que regula la formación en materia deportiva. Así hemos establecido el siguiente cómputo horario: - 84 Horas presenciales. - 36 Horas no presenciales. - 150 Horas de prácticas. En cuanto a la distribución horaria debemos señalar que a lo largo de nuestro estudio todos los agentes que han intervenido en el diagnóstico, han coincidido en señalar la necesidad de aumentar la carga horaria de los cursos que se han realizado en nuestra provincia. Metodología La metodología ha constituido una de nuestras mayores preocupaciones, ya que en el diagnóstico hemos detectado que los sujetos reclamaban una unificación metodológica y además que los participantes participaran activamente en el proceso de enseñanza – aprendizaje. Por lo tanto, se pretende utilizar una metodología activa y participativa donde el alumnado sea el autentico protagonista de su propio aprendizaje, fomentando una actitud indagativa, buscando en todo momento procesos de reflexión, sobre todo lo que se va haciendo a lo largo del curso tanto de forma individual, como en grupo, proponiendo el trabajo colaborativo como base de su labor profesional. En la línea de lo que señala Coll, Onrubia y Mauri (2008), pretendemos que los aprendizajes que se desarrollen en el curso se presenten como un proceso de construcción y reconstrucción de contenidos elaborados, establecidos y organizados. Trabajos: Individuales y en grupo Exposiciones Lecturas Debates Grupos de discusión Carpeta de enseñanza Clases prácticas Observaciones Simulación Reflexiones Diario Cuadro 3 : Estrategias de formación en las sesiones teóricas Número 17, 2010 (1º semestre) A la hora de llevar a cabo nuestro curso tenemos que cuidar las estrategias que consideramos más adecuadas, entendidas estas, en la línea de lo que señalan Reyes y Rodríguez (2001), como herramientas con un carácter eminentemente funcional. Coincidimos con estos autores en señalar que no hay una estrategia perfecta y sí un conjunto de estrategias complementarias adaptables a las distintas situaciones que se nos presenten y que pueden repercutir en un mejor desarrollo del proceso de enseñanza- aprendizaje. De entre todas las estrategias, Sáenz-López (2001) hace una selección que a nuestro juicio se ajusta al desarrollo de este curso. Estas estrategias, se utilizaran en mayor o menor medida en función del desarrollo de los contenidos. En el cuadro 3 recogemos todas las que se utilizarán en las clases teóricas. Nos parece de enorme importancia abordar la reflexión como parte fundamental de nuestro trabajo, estableciendo continuamente actividades que faciliten la cooperación y la colaboración en la línea de lo que señala Blández (2005), ya que van a ser piezas clave en su futura labor profesional. En esta línea Rodríguez (1997) apunta que el desarrollo profesional debe edificarse sobre los pilares de la reflexión y la cooperación. El desarrollo de las sesiones se hará con un esquema común que se ha acordado con el profesorado antes del comienzo del curso, tanto en las sesiones teóricas como en las prácticas. La fase de prácticas se desarrollará con la presencia de un tutor que realizará un seguimiento continuo del trabajo realizado por parte del alumnado. En el cuadro 4 hemos recogido la propuesta de trabajo que se le propone a todo el profesorado, con el fin de que se siga una misma estructura de actuación tanto en las sesiones teóricas como en las prácticas. Vemos como en las sesiones práctica se insiste en la reflexión tanto individual como colectiva convencidos de que es necesario, que los animadores se replanteen continuamente el sentido y los efectos de lo que hacen. Asignatura Profesor N. Horas: Medios necesarios Esquema de las sesiones teóricas Reflexión sobre una lectura, video u otro. Breve información teórica Actividades Puesta en común Esquema de las sesiones prácticas Información sobre la sesión que se va a desarrollar. Desarrollo de la sesión por parte del profesor o del alumnado Reflexión individual Reflexión compartida Cuadro 4: Propuesta de actuación para el profesorado. Evaluación En el Diagnóstico se pudo extraer la idea de que no había criterios de evaluación, y de alguna manera se pedía que se establecieran de forma común. Pensamos entonces en establecer unos criterios comunes y unos instrumentos que así mismo lo fueran. El proceso de evaluación se llevará a cabo teniendo en cuenta en primer lugar la asistencia ya que el curso es eminentemente práctico, y consideramos además imprescindible que el alumno vivencie las actividades. Por otra parte, se ha elegido como instrumento de evaluación, la elaboración de una carpeta de trabajo en la que se han incluido: el diario de clase, actividades correspondientes a cada una de los contenidos, apuntes de clase y una autoevaluación reflexiva. Consideramos, en la línea de lo que señala Sáenz – López (2001, p. 399), que «la carpeta de trabajo es un documento que contiene la planificación, las actividades desarrolladas, preguntas del RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 65 - profesorado y respuestas reflexivas de los estudiantes respecto a lo que va ocurriendo». Por lo tanto, en la línea de lo que hemos señalado anteriormente el alumnado va a estar en un continuo proceso de reflexión y además va a contar con un documento de gran valor en el inicio de su labor profesional. Pensamos que puede ser un instrumento importante en el proceso de formación de los animadores deportivos, coincidimos con Sáenz – López (2001) en el sentido de que es «un elemento facilitador del proceso reflexivo, integrador de la teoría y la práctica, supone un espacio de intersección entre el pensamiento y la acción». Se ha diseñado una pequeña guía para el desarrollo de la carpeta de trabajo por parte del alumnado, que presentamos en el cuadro 4. En las prácticas tutorizadas se llevara a cabo el mismo sistema anteriormente expuesto, un diario de practicas, con el objetivo fundamental de que puedan reconstruir las experiencias que vayan teniendo y puedan examinarlas atendiendo a características que fueron ignoradas previamente (Sáenz-López,2001). Al mismo tiempo que pediremos un informe del tutor, que hará de supervisor con funciones claras de aconsejar, enseñar y entrenar (Waite, 1995). CARPETA DE TRABAJO Diario: Aprendizaje: consideraciones sobre lo que he aprendido. Claridad en los objetivos, contenidos, etc. Metodología utilizada: actitudes docentes, material utilizado, teoría, prácticas. Apreciaciones sobre la novedad de las actividades, etc. Evaluación: reflexiones, diario, carpeta. Grado de satisfacción sobre lo que se hace, valoración global. Trabajo: realización del proyecto de una actividad recreativa de cualquier sector de la población con duración de un día. Actividades que se vayan mandando a lo largo del curso. Apuntes de clase (voluntario) Cuadro 5: Composición de la Carpeta de trabajo. A modo de resumen se ha establecido una tabla con los contenidos, el número de horas que se van a impartir y los recursos metodológicos que se van utilizado en cada caso, en las sesiones teóricas y en las prácticas. Contenidos H Filosofía, estructura y legislación del deporte para todos 8 Fundamentos biológicos de la actividad físico-deportiva 6 Sociología del deporte 4 Psicología del deporte 4 Programación y organización de actividades 8 Animación y dinámicas de grupos 6 Juegos: dinámicas y organización 2 Metodología y didáctica aplicada 7 Actividad físico-recreativa para diferentes colectivos 8 Juegos y actividades en el medio natural 7 Expresión y comunicación corporal 8 Juegos y deportes alternativos 8 El deporte jugado 4 Recursos Metodológicos Clases Teóricas, debates, trabajos individuales y trabajos en grupo, diario y carpeta de trabajo. Clases prácticas, trabajos individuales, trabajos en grupo, reflexión, debate, diario y carpeta de trabajo. Tabla 1: Distribución horaria de los contenidos. Profesorado El perfil que se perseguía es el de experto en la materia que tenía que impartir. Dado el carácter de estos cursos se debe conjugar la teoría con la práctica, buscando a expertos en cada uno de los campos, de tal manera que tengamos personas que den una fundamentación a este trabajo, y por otra parte personas vinculadas a la práctica que aporten una visión real a los participantes. Se ha reseñado a continuación las titulaciones entre las que buscaríamos a los participantes. - Licenciados en Educación Física. - Licenciados en Ciencias del comportamiento. - Licenciados en Ciencias de la Educación. - Diplomados en Educación Física. - Animadores Internacionales de Deporte para Todos. - 66 - 5. Conclusiones Consideramos que la actividad físico-deportiva debe consolidarse como una alternativa al tiempo libre de los ciudadanos, por lo tanto debe transformarse y adaptarse a una sociedad en continuo cambio, que busca cada día más, la calidad de vida, la evasión, la liberación, las relaciones sociales…, algo que la actividad físico-deportiva puede ofrecerle. El Deporte para Todos, que en España es una realidad incipiente, nos atrevemos a definirlo como una actividad físico-deportiva organizada que motiva y provoca la participación de los individuos de manera activa, recreativa y formativa. Estas actividades necesitan de técnicos deportivos con una formación específica en esta dimensión del deporte, que este continuamente en un proceso de adaptación a los participantes, nosotros proponemos este plan de formación de Animadores de Deporte para Todos, en el convencimiento de que puede contribuir a que las propuestas deportivas estén cada día más contextualizadas y adaptadas a la realidad deportiva de nuestro tiempo. La propuesta que presentamos creemos que se adapta a la formación de cualquier técnico deportivo de nuestro país y consideramos que es necesario su estudio. 6. Bibliografía Beceiro, E. (2003). Deporte para todos: Un compromiso social. En VII Congreso de deporte para todos. El deporte para todos en España: presente y futuro. Madrid: INEF. Blanco, E. (1997). La vertebración del Deporte para Todos. Revista Deporte para Todos Nº 3. Blández, J. (2005). La utilización del material y del espacio en Educación Física. Barcelona: INDE. Carratalá, V., Mayorga, J., Mestre, J. & Montesinos, J. M. (2004). Análisis del mercado laboral de los Licenciados en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. En F. Del Villar (Coord.). Propuesta de Título de Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Programa de convergencia europea. (Título 4, pp. 119-186). http://www.unex.es/ccdeporte/ convergencia. Celma, J. (2000). Aproximación al proceso de la actuación deportiva municipal y sus perspectivas de futuro. Revista Agua-Gestión SEAEINFO. Nº 49. Barcelona. Coll, C.; Onrubia, J. & Mauri, T. (2008). Ayudar a aprender en contextos educativos: el ejercicio de la influencia educativa y el análisis de la enseñanza. Revista de Educación, 346. Mayoagosto 2008, pp. 33-70. Consejería de Turismo, Comercio y Deporte. (2004). Carta Europea del Deporte. Junta de Andalucía. Consejo Superior de Deportes (2000). El Deporte Español ante el siglo XXI. Madrid: Consejo Superior de Deportes. Constitución Española, 27 diciembre de 1978. BOE núm. 331 – 9, de 29 de diciembre de 1978. Dechavanne, N. (1991). El animador de las actividades fisicodeportivas para todos. Barcelona: Paidos. Garcia Ferrando, M (2002). Los españoles y el deporte: prácticas y comportamientos en la última década del siglo XX. Consejo superior de Deportes: Madrid. García Ferrando, M. (1986). Hábitos deportivos de los españoles. Madrid: Ministerio de Cultura, instituto de Ciencias de la Educación Física y del Deporte García Ferrando, M. (1990). Aspectos sociales del deporte. Madrid: Alianza Editorial S.A. García Ferrando, M. (2006). Posmodernidad y Deporte: Entre la individualización y la masificación. Madrid: Consejo Superior de Deportes. Ley 10/1990, de 15 de Octubre. Ley del Deporte. BOE núm. 249 de 17 de octubre de1990. Ley del Deporte Andaluz. Ley 6/1998, de 14 de diciembre; Boja nº 148, de 29 de diciembre. Llull, J (2001). Teoría y práctica de la educación en el tiempo libre. Madrid: CCS. Nogueras, M.A. 2001. En Rebollo, J. A. (2001). Deporte para todos. Huelva: Diputación Provincial. Ortí, J. (2004). La animación deportiva, el juego y los deportes alternativos. Barcelona: Inde. Otero, J. M. Coor. (2000). Estudio Socioeconómico del Deporte en Andalucía 1998-1999. Sevilla: Consejería de Turismo y Deporte. Otero, J. M. Coor. (2002). Hábitos y Actitudes de los Andaluces ante el Deporte. Sevilla: Consejería de Turismo y Deporte. Real Decreto 1913 /1997. De 19 de diciembre. Por el que se configuran como enseñanzas de régimen especial las conducentes a la obtención de titulaciones de técnicos deportivos, se aprueba las directrices generales de los títulos y de las correspondientes enseñanzas mínimas. BOE núm. 20, de 23 de enero de 1998. Real Decreto 594/1994. De 8 de abril. Sobre enseñanzas y títulos de los técnicos deportivos. BOE núm. 102, de 29 de abril de 1994. Rebollo, J. A. (2006). La formación de los animadores de Deporte para Todos en la provincia de Huelva. Revista Digital Wanceulen nº 2. Reyes, M. (2001). Práctica docente, reflexión y desarrollo profesional. En Reyes, M. Y Rodríguez, J.M. Formación Permanente del Profesorado. Huelva: Girón. Rivadeneyra, M. L. (2003). Deporte, Mercado Laboral y Formación Inicial en España. Sevilla: Wanceulen. Rodríguez, J.M. (1997). Bases y estrategias de formación permanente del profesorado. Huelva: Regué. Sáenz- López, P. (2001). Estrategias de Formación del profesorado de Educación Física. Revista de Ciencias de la Educación nº 187. Waite, D. (1995). Rethinking Instructional Supervisión: Notes on Its Language and Culture, The Falmer Press, London and Washinton. RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) Retos. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación 2010, nº 17, pp. 67-71 © Copyright: 2010 Federación Española de Asociaciones de Docentes de Educación Física (FEADEF) ISSN edición impresa: 1579-1726. Edición Web (www.retos.org). El fútbol como herramienta para el trabajo de los valores y actitudes en la ESO según las Competencias Básicas Football as a tool for the job of the values and attitudes in the ESO according to the Basic Competencies *David Rodríguez Ruiz *Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (España) Resumen: Con el presente estudio queremos exponer una experiencia práctica llevada a cabo en el I.E.S. José Arencibia Gil (Telde – Gran Canaria), con alumnos de 3º de la E.S.O., basado en el desarrollo de las competencias básicas. El objetivo del mismo es trabajar «los valores y las actitudes» desde el marco que nos traza el Decreto 127/2007 del BOC de junio del 2007, utilizando el futbol como herramienta, debido a ese papel de «formación integral» que posé la Educación Física. Para evaluar la consecución de los objetivos se confección una planilla simplificada que parte de las ideas expuestas por Gil et al. (2006) en su propuesta de valores e indicadores a evaluar en los juegos y deportes y para valorar el grado de conciencia y consecución de los objetivos, así como el nivel de implicación en el trabajo se pasó entre el alumnado un cuestionario. Obteniendo como resultado que más del 96% de los alumnos se divierten, esfuerzan, mantienen unas relaciones sociales coherentes, juegan limpio, se controlan emocionalmente y respetan las normas, por otro lado, del total de los alumnos que componen las clases (n=118) un 80% de ellos había entendido el objetivo de las sesiones. 49 alumnos creían que se pretendía «aprender a relacionarse» y 45 a «mejorar las habilidades y destrezas». Los resultados nos llevan a la conclusión de que las competencias básicas «refuerzan y dan mayor importancia al papel integrador de la Educación Física» y que ésta se muestra como «pilar de la enseñanza en valores y actitudes sin descuidar sus contenidos y objetivos específicos». Palabra clave: Valores, Actitudes, Futbol, Competencias Básicas, Educación. Abstract: In this study we present a practical experience conducted in the I.E.S. José Arencibia Gil (Telde – Gran Canaria) with students from 3º ESO, based on the development of basic competencies. The aim is to work «values and attitudes» from the context that traces the BOC Decree 127/2007 of June 2007, using football as a tool, because the role of «integral education» which Physical Education holds. To assess the achievement of the objectives was made for a simplified form of the work presented by Gil et al. (2006) in its proposition of values and indicators to evaluate in games and sports and to assess the level of awareness and achievement of the objectives and the level of involvement in work rose from a student questionnaire. With the result over 96% of students having fun, strive to maintain a coherent social relationships, play fair, emotionally controlled and respect the rules, on the other hand, that the total number of students included in the classes (n=118) an 80% of them had understood the purpose of the sessions. 49 students thought that it was intended to «learn how to interact» and 45 «to improve the skills and abilities». The results lead us to conclude that the basic competencies «strengthen and give greater importance to the integrative role of Physical Education» and it shows as «pillar of education in values and attitudes without releasing their specifics contents and objectives». Key words: Values, Attitudes, Football, Basic Competencies, Education. 1. Introducción Con la llegada del nuevo sistema educativo, regulado por la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de educación (LOE), se produce una modificación a nivel ideológico y práctico que se ha plasmado en el REAL DECRETO 1513/2006, de 7 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas de la Educación Física. Dicho cambio comienza por la propia definición de currículo, que se entiende, tal y como dice el art. 5, como «El conjunto de objetivos, competencias básicas, contenidos, métodos pedagógicos y criterios de evaluación de esta etapa» (REAL DECRETO 1513/2006, de 7 de diciembre). Se observará que se añade un nuevo elemento a la anterior concepción de currículo: las competencias básicas. Entendemos por Competencias Básicas, siguiendo el DECRETO 127/2007, «el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que debe alcanzar el alumnado al finalizar la enseñanza básica para: · Su realización y desarrollo personal. · Ejercer debidamente la ciudadanía. · Incorporarse a la vida adulta. · Seguir aprendiendo a lo largo de la vida». Desde esta perspectiva las Competencias Básicas supondrían la combinación de «habilidades prácticas, conocimientos, motivaciones, valores éticos, actitudes, emociones y otros componentes sociales que actúan conjuntamente para lograr una acción eficaz» (Molina yAntolin, 2008, p.83) que se cimentan en la etapa de Educación Primaria para ser Fecha recepción: 04-06-09 - Fecha envío revisores: 26-06-09 - Fecha de aceptación: 19-12-09 Correspondencia: David Rodríguez Ruiz Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte Campus universitario de Tafira s/n 35017 Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Email: [email protected] Número 17, 2010 (1º semestre) alcanzadas en la de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), donde deben culminar su desarrollo. Con este propósito el trabajo de las Competencias Básicas se asocia a los contenidos en sus diferentes formas, es decir, contenidos conceptuales o saber qué, contenidos procedimentales o saber cómo y contenidos actitudinales o saber ser (Real Decreto 1513/2006 y Real Decreto 1631/2006). Aunque no se encuentre ninguna Competencia Básica «referida a la competencia corporal y motriz» (Molina y Antolín, 2008, p. 85), diferentes autores opinan que la Educación Física aporta al alumnado, en mayor o menor medida, un desarrollo competencial (Lleixá, 2007; Del Villar, 2007 y 2009; Molina y Antolín, 2008; Vaca, 2008; Buscà y Capllonch, 2008). En este sentido, a la hora de desarrollar el currículo en Educción Física hay que tener presentes las aportaciones de la Comisión encargada de elaborarlo para la Dirección General de Ordenación e innovación Educativa de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias (mayo 2007). Los cuales nos dicen que Competencia Básica es «la capacidad de responder a demandas complejas y llevar a cabo tareas diversas de forma adecuada y que supone la combinación de: · Habilidades prácticas. · Conocimientos. · Motivación. · Valores éticos. · Actitudes. · Emociones. · Otros componentes sociales y de comportamiento… …que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz». Por tanto, vemos que la Educación Física, según nos exponen Gómez Rijo et al (2008): «… trata todos los Objetivos Generales de la Etapa, si bien lo hace en algunos con una especial incidencia en los aspectos didácticos», debido principalmente al mismo concepto de RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 67 - «Educación Física como educación integral a través del cuerpo y el movimiento cuya finalidad es el desarrollo personal y social del alumno» (Figura 1). El objetivo de este trabajo es exponer la experiencia y los resultados obtenidos al utilizar el fútbol como herramienta para el trabajo de los valores y actitudes en la E.S.O. según las Competencias Básicas. Figura 1: La Educación Física en el desarrollo humano (Adaptado de Gómez Rijo et al. 2008) 3. Planteamiento didáctico 3.1. Contenidos Las distintas sesiones se desarrollaron atendiendo al bloque de contenidos, a los criterios de evaluación y las competencias básicas que debemos trabajar según nos marca la ley educativa: - LEY ORGÁNICA EDUCATIVA (L.O.E.) 2/2006, de 3 de mayo, de Educación. B.O.E. núm. 106. Jueves 4 mayo 2006. - REAL DECRETO 1513/2006, de 7 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas de la Educación Física. B.O.E. núm. 293. Viernes 8 diciembre 2006. - DECRETO 127/2007, 25 de mayo, por el que se establece la ordenación y el currículo de la Educación Secundaria Obligatoria en la Comunidad Autónoma de Canarias. B.O.C. núm. 113. Jueves 7 de junio de 2007. Los «bloques de contenidos» que abordamos estaban incluidos en la unidad didáctica número 5 de la programación de 3º de la E.S.O., que englobó a los deportes de equipo y más específicamente sobre el futbol, desde el punto de vista «conceptual, procedimental, actitudinal y transversal» (Tabla 1). Tabla 1: Bloque de contenidos de las sesiones de “futbol”, englobadas en la Unidad Didáctica “Deportes de Equipo” 2. Contextualización Debido a ese papel de formación integral que posé la Educación Física se eligió esta área para intentar trabajar y desarrollar los valores y las actitudes en 3º de la E.S.O. en el I.E.S. José Arencibia Gil, ya que los equipos educativos de los distintos grupos comprobamos una serie de faltas en sus relaciones personales: · Relación entre alumnos. · Integración de alumnos recién llegados al centro. · Respeto a las actividades en grupo. Se optó por el futbol como herramienta de trabajo debido a que es una actividad aceptada por el alumnado, si bien el fin no es el dominio del juego en sí mismo sino potenciar los objetivos de relación, integración y respeto. Esta elección responde a las características propias de las actividades físicas colectivas o deportivas, donde en la mayor parte de los casos es necesaria la colaboración entre los integrantes de los equipos para alcanzar obetivos comunes. Para lo cual el alumnado «debe aprender a aceptar y practicar normas sociales y a comportarse de forma responsable y solidaria» (Lleixà, 2007 p.34). La experiencia no se basa únicamente en centrar las sesiones de la unidad didáctica en la consecución de dichos valores y actitudes, sino que através de los contenidos específicos necesarios para alcanzar los objetivos de área, poder desarrollar las competencias precisas para mantener unas relaciones sociales correctas. Esta decisión responde a la misma naturaleza de la educación física, donde «el aprendizaje del respeto y la aceptación de las reglas en los juegos y actividades deportivas tiene mucho que ver con la comprensión de los códigos de conducta para la convivencia» (Lleixà, 2007 p.34). El centro cuenta con una serie de peculiaridades a tener en cuenta, como son: - Cancha deportiva preparada para poder realizar la práctica del futbol-sala. - Material suficiente para llevar a cabo la actividad: balones de futbol-sala, balones de goma espuma y conos. Las clases tienen la particularidad de: - Clases de 55 minutos que como hay que darles 5 minutos para cambiarse antes y después de la sesión. El tiempo real de la clase es de 45 minutos. - La estructura de la clase queda de la siguiente forma: 2 minutos de planteamiento de la clase (objetivos y organización), 5 minutos de calentamiento, la parte principal que consta de 30 minutos aproximadamente y 5 minutos de vuelta a la calma, para terminar la sesión con una reflexión final de 2 minutos y el aseo. - 68 - Conceptuales 1.Conocimiento de las habilidades básicas necesarias para jugar al fútbol. 2.Conocimiento de los aspectos técnicos básicos del fútbol. 3.Conocimiento de los principios básicos de ataque y defensa. 4.Conocimiento de las principales reglas de juego. Procedimentales 1.Dominio y conducción del balón. 2.Pases y control del balón. 3.Medios técnico – tácticos básicos: Conducción y pase. Conducción, pase y tiro a puerta. Ocupación de espacios y desmarques. Etc. Actitudinales 1.Participación activa. 2.Colaborar para conseguir un objetivo común. 3.Respeto por las reglas de juego. Transversales 1.Integrar a todos en la realización de tácticas para la consecución de los objetivos. 2.Respetar las diferencias en el dominio de habilidades. Hemos añadido el bloque de contenidos «transversales» siguiendo las pautas elaboradas por el profesor Martínez Navarro (2008), pues creemos que refleja claramente contenidos específicos de valores y actitudes. Por otro lado, aclarar el énfasis en la palabra «todos», ya que la utilizamos conscientemente para referirnos al alumnado en general: de ambos sexos y además a las diferencias de nivel de dominio motriz, motivación y con posibles discapacidades. 3.2. Relación de los Contenidos con el desarrollo de las Competencias Básicas Mediante la realización de los contenidos enunciados anteriormente (tabla 1) se intentaba que los alumnos tuvieran la posibilidad de desarrollar el nivel competencial propio del nivel educativo, para lo cual se pone énfasis en que el alumnado consiguiera los siguientes objetivos por competencia: · Comunicación lingüística: a. Emisión y comprensión de mensajes, vocabulario específico. b. Uso correcto en las consignas con las que se presentan las tareas y se interviene en las actividades, etc … · Matemática: a. Secuencia de acciones, formas, medidas, trayectorias espaciales... b. Dominio de los espacios y cálculos de trayectorias, etc… · Conocimiento e interacción con el mundo físico: a. Adecuada percepción de uno mismo y del espacio físico en el que nos movemos. b. La habilidad para interactuar con él: moverse en él, orientarse y resolver problemas en los que intervengan los objetos y su posición, etc… RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) · Social y ciudadana: a. Trabajo en grupo, responsabilidades, aprender a convivir, desde la elaboración y aceptación de las reglas, desde el respeto a la autonomía personal, la participación y la valoración de la diversidad. b. Las actividades dirigidas a la adquisición de las habilidades motrices requieren la capacidad de asumir las diferencias así como las posibilidades y limitaciones propias y ajenas. c. El cumplimiento de la norma en el juego colabora en la aceptación de códigos de conducta para la convivencia. d. Las actividades físicas competitivas pueden generar conflictos en los que es necesaria la negociación, basada en el diálogo, como medio de resolución, etc… · Cultural y artística: a. Favorece un acercamiento al fenómeno deportivo como espectáculo mediante el análisis y la reflexión crítica ante la violencia en el deporte u otras situaciones contrarias a la dignidad humana que en él se producen, así como ante las actitudes positivas que puede mostrar (compañerismo, superación, sacrificio…), etc… · Aprender a aprender: a. Diseño, aplicación y valoración de sus propias tareas motrices, lo que implica iniciar al alumnado en el aprendizaje y ser capaz de continuarlo de manera autónoma. b. Requiere ser consciente de lo que se sabe, de las propias posibilidades y limitaciones, como punto de partida del aprendizaje motor, desarrollando un repertorio motriz variado que facilite su transferencia a tareas más complejas, etc… · Autonomía e iniciativa personal: a. Desarrollo del esquema corporal, de las habilidades perceptivo - motrices y de las coordinaciones que permitan desenvolverse óptimamente en su entorno; también comprometiéndonos con una metodología activa, reflexiva y participativa que fomente la confianza en uno mismo, la responsabilidad, la autocrítica, la toma de decisiones con progresiva autonomía y la capacidad de superación. b. Se reforzará la iniciativa personal y una sana valoración del rendimiento y del éxito que promuevan el esfuerzo y la superación, sin entrar en conflicto con la debida prioridad que el mismo esfuerzo, el disfrute y las relaciones interpersonales deben tener sobre el resultado del juego., etc… · Digital y sobre el tratamiento de la información: a. Desarrollo de la habilidad de buscar información referente al tema a tratar, tanto en internet como en la prensa diaria, para posteriormente reflexionar sobre su contenido y aplicación a los valores que queremos trabajar. 3.3. Sesiones fútbol, presentan situaciones propicias para el desarrollo de las competencias desde el punto de vista de la complejidad y el del carácter procedimental de la Educación Física. En consecuencia, el desarrollo de las Competencias Básicas se alcanza mediante el planteamiento de contenidos (tabla 1) que vayan implicando al alumnado a resolver una serie de situaciones distintas y complejas «que constituyen una actuación competente desde un pensamiento complejo» (Zabala y Arnau, 2007, p. 43). Para ir introduciendo a los alumnos en situaciones complejas que planteen resolución de problemas, no sólo procedimentales sino también actitudinales se planteó una progresión de sesiones, de las cuales tan sólo vamos a desarrollar la parte principal (Tabla 2 a 5). Tabla 3: Sesión de desarrollo (1) de “futbol”, de la Unidad Didáctica “Deportes de Equipo” Sesión Desarrollo (1) Actividades Iniciales • Organi zados en filas, conducción del balón a través de los conos realizando zig-zag: alternando las piernas, sólo con la derecha, sólo con la izquierda,… (5 min) • Misma forma de organización, pasar el balón al compañero de la otra fila entre cada espacio delimitado por los conos. (5min) • Idem al anterior pero acabando con tiro a puerta. (5 min) Actividades de Desarrollo • Organi zados en filas, pase a un compañero, que está fijo y es el que expone el ejercicio, que devuelve el balón y tiro a puerta del que inicia el movimiento. (7 min) Actividades Finales • Partidos en dos canchas reducidas, arbitrados por un alumno. Dos equipos por cancha. A marcar dos goles o cambio de enfrentamientos a los 5 min. (13 min) Criterios de Evaluación específicos • Exposi ción de los ejercicios por parte de algunos alumnos (escogidos por el profesor). • Expresión en público. • Respeto al compañero que expone. • Datos del Cuestionario de evaluación de actitudes y valores. Tabla 4: Sesión de desarrollo (2) de “futbol”, de la Unidad Didáctica “Deportes de Equipo” Sesión Desarrollo (2) Actividades Iniciales • Rondos: Organización por grupos, en espacios reducidos, formando un círculo y uno se la queda, en el centro. Tiene que intentar interceptar algún pase de los compañeros. (3 min) • Idem con sólo control y pase por los que están fuera. (3 min) • Idem al anterior pero quedándose dos alumnos/as. (3 min) • Idem al anterior pero quedándose tres alumnos/as. (3 min) Actividades de Desarrollo • Partido en cancha reducida, aprovechando los grupos de los “rondos”. (6 min) • Ampliar la cancha cruzando los grupos de los “rondos”. (6 min) Acti vidades Finales • Partido normal, arbitrado por un alumno. Equipo fuera y entra a jugar cuando alguno de los otros dos equipos marque dos goles o se cumplan los cinco minutos, quedándose el equipo que vaya ganando. (11 min) Criterios de Evaluación específicos El problema de educar en función de las competencias es enunciado por Zabala y Arnau (2007, p. 44): «Enseñar competencias implica saber intervenir en situaciones reales que, por ser reales, siempre son complejas». Por este motivo, los juegos y los deportes, en este caso el Tabla 5: Sesión de final de “futbol”, de la Unidad Didáctica “Deportes de Equipo” Tabla 2: Sesión Inicial de “futbol”, de la Unidad Didáctica “Deportes de Equipo” Actividades Iniciales Actividades de Desarrollo • Futbol por parejas: Jugar una partido de futbol pero por parejas, cogidos de la mano (balón de gomaespuma). (7 min) • Chicos contra Chicas: Los chicos cogidos de la mano, por parejas, y las chicas libre (balón de gomaespuma). (7 min) Actividades Finales • Partidos en dos canchas reducidas, arbitrados por un alumno. Dos equipos por cancha. A marcar dos goles o cambio de enfrentamientos a los 5 min. (14 min) Criterios de Evaluación específicos • Respeto a las normas. • Relación con los demás. • Colaboración con los compañeros. • Datos del Cuestionario de evaluación de actitudes y valores. Número 17, 2010 (1º semestre) Sesión Final Actividades Iniciales Sesión Inicial • Futbolín: jugar al futbol pero cogidos de la mano y haciendo filas enfrentadas, al igual que un futbolín, que se pueden desplazar nada más que de forma lateral en una línea (balón de gomaespuma). (7 min) • Control del pase. • Dominio espacial. • Respeto a las normas. • Relaci ón con los demás. • Colaboración con los compañeros. • Datos del Cuestionario de evaluación de actitudes y valores. •Partido de futbol, con las reglas normales y en dos canchas reducidas y dos equipos por cancha. (5 min) •Partido de futbol, sólo se puede dar dos toques al balón y luego es obligado pasar a un compañero/a. (5 min) •Ídem, pero hay que buscar a un compañero/a de sexo Actividades de Desarrollo y contrario. (5 min) Finales •Ídem, pero sólo se puede meter gol dent ro del área marcada. (7 min) •Ídem, pero sólo se puede meter gol cuando todo el equipo esté en el campo contrario. (8 min) Criterios de Evaluación específicos •Control del pase. •Dominio espacial. •Respeto a las normas. •Relación con los demás. •Colaboración con los compañeros. •Datos del Cuestionario de evaluación de actitudes y valores. RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 69 - 3.4. Evaluación El control de la realización de los contenidos por parte del alumnado, para una posterior evaluación, fue registrada por el profesor en una planilla simplificada de recogida de datos, mendiante la valoración de positivo o negativo. La confección de dicha planilla parte de las ideas expuestas por Gil et al. (2006) en su propuesta de valores e indicadores a evaluar en los juegos y deportes (diversión, esfuerzo, relaciones sociales, juego limpio, control emocional, respeto a las normas). De todos los valores e indicadores que nos proponen los autores para poder evaluar los juegos y deportes, hemos seleccionado los que consideramos más representativos y fáciles de emitir un juicio rápido de cada alumno o alumna de la clase: · Participa y se divierte (Diversión) · Aporta su esfuerzo y destreza para ayudar al grupo (Esfuerzo) · Mantiene el orden y la armonía del grupo independientemente del resultado (Relaciones sociales y Control emocional). · Discrimina a los compañeros por razones de competencia motriz, raza o sexo (Relaciones sociales). · Comete faltas con el objetivo de obtener un beneficio (Juego limpio). · Controla sus reacciones ante situaciones que le son adversas (Control emocional). · Valora y acepta las normas como parte del juego (Respeto a las normas). La elección de estos indicadores, a parte de favorecer la recogida de datos, responde a la visión del fútbol como actividad motriz colectiva, que exige a los alumnos a un trabajo en equipo, que favorece el desarrollo de la competencia de aprender a prender que fevorece el propio aprendizaje de los valores y actitudes necesarios para las relaciones sociales. Hecho que refuerza el desarrollo de la competencia social y ciudadana mediante el fomento de la integración, el respeto, la cooperación y la igualdad (Lleixà, 2007; Molina y Antolín, 2008). Además creemos que los indicadores nos aproximan a conseguir los criterios de evaluación que nos marca la LOE para 3º de la ESO, en función del desarrollo de las Competencias Básicas: · Ajustar con eficiencia las habilidades motrices específicas a distintas situaciones psicomotrices y sociomotrices, considerando su lógica en la resolución de problemas motores, reconociendo aspectos básicos de su estructura y valorando críticamente los fenómenos socioculturales que se manifiestan en ellas, aceptando el nivel de ejecución alcanzado. · Valorar una actitud de responsabilidad individual y colectiva en la práctica de actividades físico-motrices por encima de la búsqueda desmedida de los resultados, manifestando conductas solidarias y cooperativas dentro de una labor de equipo para la consecución de objetivos comunes. Para evaluar el grado de conciencia y consecución de los objetivos, así como el nivel de implicación en el trabajo, se pasó un cuestionario entre los alumnos con diferentes items (tabla 7). Tabla 6: Cuestionario de evaluación del grado de concienciación de los alumnos (marcar una respuesta por pregunta) ¿QUÉ OBJETIVO TENÍA LA CLASE?: LAS ACTIVIDADES TE PARECIERON: CREES QUE ERAN: LAS INDICACIONES DEL PROFESOR ERAN: EL PROFESOR HACÍA LAS ACTIVIDADES: - 70 - La primera pregunta es la que directamente nos va a dar el entendimiento de las sesiones por parte del alumnado. En cambio, la segunda y tercera recaban la información necesaria para evaluar el interés que las tareas despiertan en los mismos. El cuestionario finaliza con dos preguntas donde se intenta obtener la percepción de los alumnos sobre la calidad de las indicaciones del profesor y el planteamiento de las actividades. 4. Resultados Tras recoger los datos de las sesiones en las planillas simplificadas de criterios e indicadores se obtuvieron los siguientes resultados de valoración del profesor (positiva o negativa) Tabla 7: Resultados obtenidos tras la observación del profesor de los criterios e indicadores elegidos para la planilla simplificada INDICADORES (CRITERIOS) 100% positiva Aporta su esfuerzo y destreza para ayudar al grupo (Esfuerzo) 96,6% (n=114) de forma positiva y un 3,4% (n=4) de forma negativa Mantiene el orden y la armonía del grupo independientemente del resultado (Relaciones sociales y Control emocional). 98,3% (n=116) de forma positiva y un 1,7% (n=2) de forma negativa. Discrimina a los compañeros por razones de competencia motriz, raza o sexo (Relaciones sociales). 99,2% (n=117) de forma positiva y un 0,8% (n=1) de forma negativa. Comete faltas con el objetivo de obtener un beneficio (Juego limpio). 100% positiva Controla sus reacciones ante situaciones que le son 98,3% (n=116) de forma positiva y un 1,7% adversas (Control emocional). (n=2) de forma negativa Valora y acepta las normas como parte del juego (Respeto a las normas). FACILES. DIFÍCILES. UN ROLLO. NO LAS ENTENDÍA. SUFICIENTES. BUENAS. PARA TODOS. PARA LOS QUE NO SABEN JUGAR AL FUTBOL. PARA LOS QUE SABEN JUGAR AL FUTBOL. 100% positiva Para evaluar el grado aceptación y concienciación del alumnado, se recogieron las respuestas elegidas por los alumnos que conforman la muestra de nuestro trabajo obteniendo los siguientes resultados para cada uno de los items empleados en el cuestionario: Respecto a la primera pregunta, «¿qué objetivo tenía la clase?», del total de los alumnos que componen las clases (n=118), un 80% de ellos había entendidos el proposito de las sesiones, un 42% de los alumnos creían que se pretendía «aprender a relacionarse» y un 38% pensaba que estaban encaminadas a «mejorar las habilidades y destrezas» (figura 2). Aprender a jugar al fútbol 100% 90% 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% APRENDER A JUGAR AL FUTBOL. MEJORAR LAS HABILIDADES Y DESTREZAS. APRENDER A RELACIONARSE. RESPETAR LAS NORMAS Y A LOS COMPAÑEROS. DIVERTIDAS. ABURRIDAS. RESULTADOS Participa y se divierte (Diversión) 38% Mejorar las habilidades y destrezas 42% Aprender a relacionarse Respeto a las normas y a los compañeros % Alumnos Figura 2: Porcentaje de alumnos que eligen los diferentes “objetivos”. Es decir, 49 alumnos creían que se pretendía «aprender a relacionarse» y 45 a «mejorar las habilidades y destrezas». Por otro lado, 16 de ellos hacen referencia a que se pretendía trabajar el «respeto a las normas y a los compañeros» y por último, tan sólo 8 de los alumnos de la muestra se decantaban por elegir la opción de «Aprender a jugar al futbol». Donde todos los alumnos encuestados (100%) considera las actividades «fáciles de realizar, divertidas y que están destinadas a todos», indiferente a la diferencia de sexo, nivel de dominio, motivación y con posibles discapacidades. RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) 5. Discusión Al ser la Educación Física un área que intenta producir interaciones, tanto socio-afectivas como motrices y que éstas son mayores que en cualquier otra área (Gil et al., 2006), Es por lo que se optó por ésta para intentar solucionar los problemas planteados en los equipos educativos de los cursos de 3º de la ESO: falta de relación entre alumnos, de integración de los recién llegados al centro y de respeto a las actividades en grupo. Análizando la bibliografía especializada encontramos que diferentes autores opinan que la Educación Física aporta al alumnado, en mayor o menor medida, un desarrollo competencial (Lleixá, 2007; Del Villar, 2007 y 2009; Molina y Antolín, 2008; Vaca, 2008; Buscà y Capllonch, 2008). Esta posibilidad parte de la naturaleza propia de las actividades físicas y deportivas que presentan la resolución de problemas en situaciones reales de relación social (Zabala y Arnau, 2007; Ruiz y Cabrera, 2008) y por tanto, favorecen el desarrollo de las Competencias Básicas. A pesar de esta evidencia, muchos autores, como Del Villar (2007 y 2009) y Lleixà (2007) denuncian la ausencia de una Competencia propia para la Educación Física, como podría ser la Competencia Corporal o Motriz y, manifiestan su contradicción al «papel subsidiario y servil como medio para conseguir otras competencias» (Del Villar, 2009, p. 66) que le dá el Real Decreto 1631/2006: «La materia de educación física contribuye de manera clara a la consecución de dos competencias básicas: la competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico y la competencia social y ciudadana». En nuestro caso, hemos utilizado éste área para solucionar una problemática que urgía en el centro y a los equipos educativos. Pero, en todo momento, se tuvo en consideración la progamación y los contenidos específicos de la asignatura para la consecución de objetivos de la materia y de la etapa y, tan sólo, se adaptaron dos de los criterios de evaluación que nos marca la LOE para poder centrarnos en el desarrollo y evaluación de las actitudes y valores. Para la evaluación de la consecución de objetivos se utilizaron una planilla simplificada de registro y un cuestionario para la valoración de la comprensión y aceptación de las tareas por parte de los alumnos. La bibliografía especializada enuncia que los profesores utilizamos frecuentemente en el control del proceso de enseñanza los test, las pruebas, las escalas de observación, las listas de control, las hojas de registro, etc… Estos instrumentos se centran sobre todo en los contenidos procedimentales y a veces, en los conceptuales, «dejando a la experiencia del profesor el control de aspectos actitudinales» (Ortega et la, 2009, p. 22). En este sentido, la planilla simplificada, elavorada a partir del trabajo de Gil et al (2006), nos ayudó a evaluar la relación e integración en la actividad por parte del alumnado, intentando de esta forma poner rigurosidad en los parámetros de observación. Aún así, creemos que es la parte de la experiencia que debe ser revisada y mejorada para posteriores trabajos, ya que no es fácil observar en las sesiones a tantos alumnos y tantos criterios e indicadores al mismo tiempo. Se intentaron mitigar dichos problemas mediante la elección de indicadores de actuación positiva o negativa, para hacerla más sencilla y fácil de cumplimentar. Con el objetivo de tener unos criterios de evaluación claros y que se basaran en las relaciones interpersonales y no sólo en las capacidades de realización de las mismas y por último, poder valorar la capacidad de reflexión y diálogo de todo los ocurrido en la sesión. Aun así, creemos que este punto debe marcar una futura línea de investigación y desarrollo de la misma, pues representó el punto más difícil de concretar en nuestro trabajo. Por otro lado, se utilizó el cuestionario para saber la implicación del alumnado en las tareas propuestas. La bibliografía nos señala que es el instrumento más utilizado por los docentes para saber las inquietudes de los alumnos, pero en la mayoría de los casos puede existir poca rigurosidad o no registran los que se pretende medir (Silverman y Subramanian, 1999; Thomas y Nelson, 2007; Ortega et al, 2009). En nuestro caso, nos decidimos por este instrumento para comprobar el grado de concienciación del alumnado hacia las tareas y encontramos Número 17, 2010 (1º semestre) que el 80% de los alumnos tenían claro que los objetivos de las actividades eran «aprender a relacionarse» (n=49) y «mejorar las habilidades y destrezas» (n=45). Por tanto, podemos ver que las sesiones cumplían los objetivos que los equipos educativos se planteaban mejorar y por otro lado, los objetivos específicos del área. Se eligió el futbol como herramienta de trabajo debido a que es una actividad aceptada por los alumnos/as. Pero esto, que podría resultar una ventaja para trabajar una serie de aspectos como la integración, las relaciones interpersonales, podría tornarse negativo, sin la orientación necesaria por parte del docente, «haciendo que afloren actitudes negativas referidas al sectarismo o a la exaltación personal» (Gil et al., 2006, p. 157). Hay que entender que el deporte por sí mismo no educa, sino que «la trasmisión de valores mediante la práctica deportiva, el desarrollo de valores personales y sociales debe hacerse mediante un planteamiento que considere las características y circunstancias de los alumnos, las del contexto, y las de los agentes implicados en el mismo, de forma que se generen unas directrices precisas que fomenten ese gran potencial» (Ruiz y Cabrera, 2004, p. 18) que tiene el deporte. En este sentido, hay que destacar el resultado de las preguntas que tratan sobre la predisposición y actitud del profesor y que enuncian un 100% de acuerdo en decir que las indicaciones eran «buenas» y que las actividades estaban planteadas para «todos» y no sólo para los que sabían jugar al futbol o para los que no sabían. 6. Conclusiones Los resultados nos llevan a la conclusión de que las competencias Básicas «refuerzan y dan mayor importancia al papel integrador de la Educación Física» y que ésta se muestra como «pilar de la enseñanza en valores y actitudes sin descuidar sus contenidos y objetivos específicos». 7. Referencias bibliográficas Buscà, F & Capllonch, M (2008). De la competencias básicas a las competencias transversales. Aportaciones desde el ámbito de la educación física. Tándem. Didáctica de la Educación Física, 26: 34-51. DECRETO 127/2007, 25 de mayo, por el que se establece la ordenación y el currículo de la Educación Secundaria Obligatoria en la Comunidad Autónoma de Canarias. B.O.C. núm. 113.Jueves 7 de junio de 2007. Del Villar, F. (2007). Educar o enseñar. El papel del profesor de educación física en el contexto de la nueva LOE. Libro de Actas del VII Congreso Internacional sobre la enseñanza de la educación física y el deporte escolar. Diputación de Badajoz. Del Villar, F. (2009). La calidad del aprendizaje en educación física. Una propuesta para la educación secundaria. Tándem. Didáctica de la Educación Física. 29: 64-77. Gil, P., López, A., Sánchez-Ajofrin, R.J., Hotelano, M., Codina, P., Zamorano, D., Sánchez, J.A., García, L., Paterna, A., Calero, F.C., Pardo, E., García G. & Fernández, M. (2006). Educar en valores a través de la práctica en juegos y deportes: eleancia en el talante, valores y actitudes asociados al deporte. Idea La Mancha. 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Estas habilidades acuáticas no surgen por maduración, por tanto la adquisición de éstas dependen de la posibilidad de prácticas acuáticas, siendo la participación en la primera infancia determinante en el desarrollo. En el sistema educativo se pretende dotar a los alumnos de una educación integral con el mayor número de experiencias posibles, pudiendo trabajar tanto en el medio acuático como en el terrestre. Con ello se puede considerar la importancia de incluir las actividades en el medio acuático dentro de las clases de Educación Física o actividades extraescolares. En este trabajo se expone una metodología y sistema de enseñanza basado en la estructuración por niveles de aprendizaje para la enseñanza de habilidades acuáticas y la importancia que la evaluación de este proceso tiene sobre el aprendizaje. Palabra clave: enseñanza, natación, niveles de aprendizaje, evaluación. Abstract: Water is an environment that favour the learning of skills, leisure and recreation. These water skills don´t appear for maturation, so the acquisition of these depend on the possibility of water exercise, and participation in early childhood in the development. In the education system aims to provide students a comprehensive education with as many experiences as possible and can work both in the aquatic environment or the ground. This can be considered the importance of including activities in the aquatic environment in physical education classes or extracurricular activities. This paper presents a methodology and teaching system based on the structuring of learning levels for teaching water skills and the importance that the evaluation of this process is about learning. Key words: teaching, swimming, levels of learning, evaluation. 1. Introducción 1.1 Importancia de la práctica acuática en el desarrollo infantil La natación es una de las actividades deportivas consideradas más completas e indicadas para todas las personas. En el nacimiento ya partimos de un reflejo natatorio en el que un bebe sumergido en el agua mostrará una actividad de piernas y brazos y contendrá la respiración de forma involuntaria, haciendo que el cuerpo flote (Shaffer, 1992), en poco tiempo estos reflejos se perderán y habrá que comenzar un proceso de enseñanza para el aprendizaje de habilidades acuáticas. Este deporte nos aportará un desarrollo completo, en el que no solo se ejercitan los músculos sino también un trabajo de coordinación motora, y del sistema cardiocirculatorio y respiratorio (Navarro, 1995). Todo esto contribuye a un desarrollo integral del niño proporcionándole unos beneficios a nivel físico, psicológico y social. Algunos estudios realizados dan información de la importancia que tiene la realización de actividades acuáticas durante el desarrollo. Así estudios como los realizados por Diem y cols. (1978) con niños en edad escolar muestran que aquellos que practicaban actividades acuáticas desde bebes tenían un coeficiente intelectual más alto que los que no sabían nadar, mejorando la atención y la independencia desde edades tempranas. Ahr (1994), expone que las actividades acuáticas van a proporcionar mejoras en el campo motriz, en donde se muestran más activos, influyendo también en el plano cognitivo. Autores como Gutierrez y Diaz (2001) han realizado investigaciones para conocer si son ciertas las afirmaciones que atribuyen a las actividades acuáticas mejoras en el aspecto intelectivo, social y motriz de los niños que las practican. Intentan justificar de manera científica la conveniencia de la práctica de actividades acuáticas en la primera infancia y obtener los elementos de juicio necesarios para valorar y analizar las diversas metodologías empleadas, llegando a concluir que con las prácticas acuáticas en edades tempranas se experimenta una mejora en el ámbito Fecha recepción: 13-10-09 - Fecha envío revisores: 17-10-09 - Fecha de aceptación: 20-11-09 Correspondencia: Esther Morales Ortiz Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Universidad de Granada Carretera de Alfacar S/N. C.P: 18011. Granada Email: [email protected]. - 72 - cognitivo y motriz. Moreno y cols. (2003) destacan la importancia de esta actividad en el desarrollo infantil apoyándose en la revisión documental de algunos de los trabajos realizados en este ámbito. Langendorfer y Bruya (1995) indican que las habilidades motrices acuáticas cambian inicialmente según progresiones ordenadas regularmente, con o sin instrucción formal, tal y como lo hacen las habilidades motrices en el medio terrestre. Hay estudios que apoyan que el aprendizaje de estas habilidades es un proceso ontogenético y no filogenético y para su aprendizaje se necesitan oportunidades de práctica en cantidad y calidad suficientes (Boluda y cols., 2007). Este aspecto es importante ya que estas habilidades acuáticas no surgen por maduración y si no se tiene contacto con el agua no se tendrá la posibilidad de adquirirlas. El medio acuático va a proporcionar al niño unas experiencias motrices que le ayudaran a crecer, por ello esta experiencia acuática debe ser paralela al crecimiento de tal forma que si no existiera no se podrían desarrollar las habilidades motrices acuáticas al igual que ocurre con las terrestres. Por tanto la adquisición de estas habilidades depende de la posibilidad de prácticas acuáticas, siendo la participación en la primera infancia determinante en el desarrollo. 1.2 El agua como medio de aprendizaje El agua puede ser un medio para el aprendizaje de habilidades motrices acuáticas, un instrumento de formación y una herramienta de diversión. El medio acuático se ha mostrado como un lugar el cual el hombre ha utilizado para conocer, aprender, o divertirse pero para poder hacerlo debe de cumplir el primer objetivo que es asegurar su supervivencia adaptándose al medio y logrando una autonomía en él. Poco a poco las actividades acuáticas se han ido diversificando no siendo el objetivo la adaptación y supervivencia en el medio sino la competición, el ocio o la recreación entre otras, surgiendo con ello gran cantidad de actividades dentro del mundo del ocio y el tiempo libre, adaptado a las nuevas demandas sociales. Hoy día, desde los centros educativos se potencia el desarrollo multilateral de los alumnos y por medio de una enseñanza globalizada, instaurando la necesidad de llevar a cabo una educación integral del alumno (Beltran, 2001). La educación infantil exige formas de enseñanza significativas buscando metodologías que tengan en la motivación su RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) factor principal. La Educación Física busca dotar a los alumnos del mayor número de experiencias posibles, pudiendo trabajar tanto en medio terrestre como en el medio acuático. Teniendo esto en cuenta se podría considerar la importancia de incluir las actividades en el medio acuático en las clases de Educación Física, es decir, los beneficios físicos y psicológicos que van a obtener los alumnos con el trabajo motriz dentro del medio acuático. Todo esto se puede llevar a la práctica a través de una propuesta elaborada para la etapa de Educación Primaria o Secundaria. Igualmente en los programas realizados por las diversas entidades (clubes, patronatos, diputaciones, etc.) para impartir cursos de natación en niños en edad escolar deben también tenerse en cuenta, considerando así el medio acuático como un medio de aprendizaje. Con la incorporación de la enseñanza de las habilidades acuáticas en edad escolar aparecen estudios centrados en las formas metodológicas a llevar a cabo, así aparecen programas de enseñanza acuáticos donde el juego es la basa fundamental. Autores como Martín (1993) propone el juego y la recreación deportiva en el agua como una forma de aprendizaje tomando el juego como la unidad básica elemental y destacando sus cualidades intrínsecas así como los beneficios de las actividades recreativas en la enseñanza. Conde y cols. (1996) insisten en el planteamiento de actividades acuáticas más que en el término de natación intentando con ello dotar de un amplio enriquecimiento motriz al niño. González y Sebastiani (2000) proponen que las condiciones más favorables para el aprendizaje serán aquellas en las que estén presentes las formas jugadas. Pinyol y Sugrañes (2001) muestran la importancia del juego y sus posibilidades en el agua. Murcia y cols. (2008) destacan la importancia de la motivación en las propuestas educativas acuáticas. Dentro de la enseñanza de las actividades acuáticas en edad escolar los objetivos educativos deben coincidir con los planteados por la Educación Física para cada edad. Los objetivos más estudiados suelen ser el educativo y el competitivo, Arellano (1989) expone una propuesta en la que los objetivos escolares para ser rentables desde diferentes puntos de vista deberían abarcar el aspecto educativo, para poder completar el trabajo de la educación física, recreativo para poder motivarlo suficientemente con la actividad que realiza «enganchando» a nuestros alumnos a la realización de actividades acuáticas y competitivo para poder sentar las bases para una elección del deporte que nos incumbe como actividad a practicar competitivamente. Así en la educación escolar no se va a entrenar a todos los niños como futuros nadadores pero si se les introducirá en actividades lúdico-recreativas en el medio acuático incluyendo el aprendizaje de modelos técnicos de competición como base para la práctica del deporte de competición. Esto haría un lazo de unión entre la natación escolar y la natación de competición. Cuando planteamos habilidades motrices en el medio acuático dentro de los programas de enseñanza de la natación debemos tener en cuenta aspectos como la metodología de aprendizaje además del proceso de planificación y evaluación de dichas habilidades para poder analizar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Intentar recopilar todas las metodologías para enseñar a nadar es una tarea difícil, Arellano (2000) hace una recopilación de diferentes tendencias metodológicas en los programas de enseñanza, pudiendo observar en todos ellos el establecimiento de unos niveles de aprendizaje progresivos. Debemos por tanto establecer un nivel y la progresión adecuada de los alumnos dentro de los cursos para poder conocer sus avances y evolución a lo largo del programa de natación. En todo proceso en el que se evalúe deben establecerse anteriormente unos objetivos claros que permitan discriminar los resultados obtenidos. Arellano (1985) muestra un análisis de diferentes programas y niveles para la enseñanza de la natación como el Programa Suizo, el Programa Aquatic Readiness o el Programa australiano AUSTSwin, etc. Otros trabajos son los realizados por Arellano y cols. (1996) quienes proponen un sistema de enseñanza y evaluación por criterio; Moreno (2002) propone el método acuático comprensivo basado en el juego y en aprendizaje significativo; Pinyol y Sugrañes (2001) y Moreno y col. (2003) establecen un sistema de enseñanza centrado en niveles sucesivos de aprendizaje. Teniendo en cuenta la importancia que tiene para el desarrollo y la adquisición de habilidades acuáticas la realización de actividades en el Número 17, 2010 (1º semestre) agua y conociendo la importancia que sobre el aprendizaje tiene la evaluación de dicho proceso a continuación se realiza una propuesta de enseñanza aplicable tanto en el ámbito escolar como en los cursos de enseñanza dirigidos a niños, que muestra la importancia de la evaluación de las actividades acuáticas. 2. Propuesta metodológica de enseñanza y evaluación Teniendo en cuenta la evolución que ha ido teniendo la enseñanza en el medio acuático y la importancia que tiene el establecimiento de criterios de aprendizaje así como la evaluación de los mismos, son muchas las propuestas de aprendizaje que podemos encontrar. En este documento se expone una metodología de enseñanza basada en la consecución de objetivos establecidos por niveles de aprendizaje, cada nivel depende del anterior y es necesario para el siguiente. Este sistema se lleva a cabo en los cursos de natación organizados por el Patronato Municipal de Deporte de Granada, coordinados por la Federación Granadina de Natación. En esta propuesta se han definido unos descriptores para diferenciar los niveles y los objetivos de aprendizaje estipulados para la consecución de cada uno de ellos. Cada uno de los niveles está asociado al color de un delfín, el cual conseguirán en el diploma de evaluación. Igualmente se han establecido unos niveles de evaluación a partir de los cuales se establecen los grupos de enseñanza (ver tabla 2). Esta es una de las posibles maneras de evaluar el dominio de un alumno sobre el agua. El objetivo es situar al alumno en el primer día de clase o en el momento de su incorporación a los cursos en uno de estos niveles de manera objetiva. La mejor manera es coincidir o discrepar con otros compañeros en la observación para evitar la subjetividad, para ello las evaluaciones iníciales al comienzo del curso se realizan por parejas de monitores. Tabla 1. Descriptores de los niveles de aprendizaje. NIVEL DELFÍN DESCRIPCIÓN Nivel 1 Blanco Nivel 2 Amarillo Cierto dominio en el agua con material auxiliar. Poco estable. Nivel 3 Naranja Alumnos que no necesitan material auxiliar para estar en el agua Nivel 4 Rojo Técnica de estilos I. Estilo crol. Nivel 5 Azul Técnica de estilos II. Crol + Espalda. Nivel 6 Marrón Técnica de estilos III. Crol + Espalda + Braza. Nivel 7 Negro Técnica de estilos IV. Crol + Espalda + Braza + Mariposa. Ningún dominio del medio acuático Una vez que los monitores han realizado las pruebas de nivel a los alumnos según los criterios establecidos se procederá a establecer los grupos de alumnos según los niveles de aprendizaje, favoreciendo con ello la homogeneidad de los grupos para que las progresiones planteadas se adecuen a todos o la mayor parte de los alumnos. Los profesores trabajaran a lo largo del curso en función del nivel que tiene asignado, realizando una progresión adecuada para el logro de los objetivos que se les plantean. Así los descriptores generales de los niveles se dividirán dando objetivos específicos para cada uno de ellos. El profesor debe planificar su actividad para conseguir que sus alumnos consigan los objetivos para un momento concreto del curso o campaña de natación en la que se trabaja. Las progresiones estarán por tanto, en función de la duración del proceso de enseñanza (bimensual, trimestral…), teniendo al final del mismo un sistema de evaluación en el que se observa y evalúa la progresión de los alumnos. El sistema de evaluación planteado se realizará por medio de juegos o ejercicios motivadores en los que el alumno se sienta cómodo, se divierta y no esté sometido a una situación estresante de evaluación mientras que se observan sus logros y objetivos asimilados. RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 73 - Tabla 2: Descripción de los niveles establecidos para la realización de grupos de aprendizaje. ESCUELAS DEPORTIVAS MUNICIPALES DE NATACION TABLA DE NIVELES: DESCRIPCIÓN NIVEL 1 NIVEL 4 NINGUN DOMINIO DEL MEDIO ACUATICO TÉCNICA DE ESTILOS I : ESTILO CROL Se distingue del 3c por la posición más horizontal del cuerpo. Los Estos alumnos tienen miedo al agua, no se acercan a ella por dos brazos realizan movimientos circulares con recobro, 1a su voluntad, si son niños pequeños lloran y si son adultos, 4a normalmente estirados, pero la cabeza queda siempre fuera del agua son personas con experiencias anteriores negativas. o su posición no está coordinada con la respiración. Alumnos que son capaces de introducirse en el agua pero que La posición debe ser claramente horizontal. Para ello debe existir un 1b no se separan del bordillo. También son los que utilizan 4b batido de pies más continuo. No hay coordinación lateral de la manguitos para permanecer en el agua. respiración, pero lo normal es que el alumno lo intente alguna vez. Aquí la respiración es claramente lateral, pero, o bien los pies no No sólo se quedan quietos en el agua con los manguitos, sino baten continuamente, o los brazos van demasiado rígidos, o las 1c que con la ayuda del churro se animan a desplazarse 4c respiraciones no se pueden hacer con soltura un número elevado de mínimamente. repeticiones. Es Crol con continuidad, relajado y controlado en todos sus NIVEL 2 4d movimientos. Se puede repetir sin variar la técnica por 25 metros. CIERTO DOMINIO EN EL AGUA CON MATERIAL AUX. POCO ESTABLE. TABLA Necesitaría manguitos para tener seguridad, pero son capaces NIVEL 5 de avanzar mínimamente agarrados a una tabla. Lo normal es TÉCNICA DE ESTILOS II : CROL + ESPALDA 2a que lo haga cerca del bordillo porque su referencia será agarrarse a algo firme lo antes posible. Puede meterse en el agua sin manguitos, agarrado a una tabla Cualquiera que sepa nadar crol con buena técnica 25 metros nadará y no tiene la referencia inmediata de la pared. O bien no la bocarriba de alguna manera. Aquí nos referimos al estilo Espalda de 2b 5a mira, o no tiene demasiadas ganas de agarrarse. Esto implica, competición, batido de pies continuo, posición horizontal, rolido, por eliminación, que no es 2a. etc. Y todo eso por 25 metros sin variar la técnica. Crol con coordinación completa y con la suficiente soltura y NIVEL 3 5b continuidad como para nadar 50 metros sin modificar la técnica. ALUMNOS QUE NO NECESITAN MATERIAL AUXILIAR PARA ESTAR EN EL AGUA Se introduce en el agua, seguramente sin saltar, y se desplaza NIVEL 6 muy poco y muy cerca de la pared. Lo normal es que tenga 3a TÉCNICA DE ESTILOS III : CROL + ESPALDA + BRAZA intención de agarrarse o que de hecho lo haga para desplazarse. Crol 50 metros, Espalda correcta en 25 m. y Braza con movimientos Se define por eliminación de lo que no es 3a ni 3c. Se lance o correctos aunque no coordinados correctamente como movimientos 3b no de un salto al agua, se desplaza sin pegarse a la pared, 6a de tijera con los pies, o no coordinar brazos y piernas con la pero tampoco olvidándose de ella. respiración. NO, si mueve los brazos hasta las piernas. Al pedirle que nade, generalmente se lanza al agua lejos del Crol en 50 metros, Espalda correcta en 25 m. y Braza con bordillo y se mantiene sin estilo definido y sin dificultad. El movimientos coordinados. Nunca tijera, sí coordinación de 3c no tener la referencia de dirigirse a la pared indica que tiene 6b respiración, de brazos con piernas y deslizamientos después de cada confianza estando en el agua y se desplaza sin muchos brazada. problemas con Nado Vental Elemental NIVEL 7 TÉCNICA DE ESTILOS IV: CROL + ESPALDA + BRAZA + MARIPOSA Este aprendizaje no puede desarrollarse simultáneamente a las primeras etapas de aprendizaje de Crol. Puede ser paralelo a las La división hasta estos niveles NO ES DE TIPO TÉCNICO, porque etapas de definición de técnica de Crol, Espalda, y Braza. En este no evaluamos ninguna técnica conocida. Medimos el GRADO DE 7a nivel el alumno nada Mariposa pero con técnica no depurada o bien CONFIANZA EN EL AGUA. no puede repetir muchas brazadas sin que el cansancio altere su técnica, 15 m Nada Mariposa con coordinación entre los movimientos ondulantes 7b y la respiración alterna o no. Puede repetirlo durante 25 metros sin variar su técnica. Los objetivos específicos de evaluación para cada uno de los niveles se describen en la tabla 3. Al finalizar dicha evaluación, la consecución de los objetivos conseguidos por cada uno de los alumnos quedará reflejada en una «Cartilla de objetivos» informativa. Este documento tendrá una pegatina del color correspondiente al nivel de habilidades acuáticas alcanzadas y marcará sí o no en los objetivos del siguiente nivel que tenga conseguido cada alumno. 3. Estudio comparativo: Importancia de la evaluación en el proceso de enseñanza 3.1 Método Una vez expuesta la propuesta educativa de estructuración por niveles de aprendizaje y conociendo la importancia de la evaluación se realizó un estudio comparativo entre dos sistemas diferentes. Se realizó una comparación de la diferencia en el nivel de aprendizaje obtenido entre el inicio y el final de un curso bimensual en dos piscinas con sistemas de enseñanza diferentes. En la primera piscina (A) participaron en los cursos bimensuales un total de 234 alumnos y en la segunda piscina (B) participaron 481 alumnos, todos ellos niños y niñas de entre 3 a 7 años de edad. - 74 - 3.2 Procedimiento Para llevar a cabo la recogida de datos de los alumnos se escogieron dos piscinas. En la piscina A no se realizaba ningún control de los niveles iniciales y finales de los alumnos, no teniendo por tanto unos objetivos de referencia durante la duración del proceso de enseñanza, siendo solo en esta ocasión y bajo el permiso de la entidad responsable de los cursos cuando se produjo una evaluación de los alumnos al inicio y al final del proceso. La piscina B tenía implantada la propuesta de enseñanza que anteriormente se ha defendido de estructuración por niveles de aprendizaje y seguimiento de unos objetivos y planificación del aprendizaje respecto a estos. Para el estudio se realizó una prueba de nivel inicial según la propuesta planteada a todos los niños de las dos piscinas para poder establecer el nivel inicial de aprendizaje del cual partían. Posteriormente cada piscina trabajó a lo largo del bimestre según sus diferentes metodologías (con y sin planificaciones por niveles de enseñanza). Al final el periodo de aprendizaje se volvió a evaluar a todos los alumnos para conocer el nivel final que habían obtenido. 3.3 Análisis de datos El análisis de los resultados se ha realizado mediante la utilización del programa SPSS 17.0. En primer lugar se eliminaron a todos los alumnos que a lo largo del bimestre abandonaban los cursos. El porcentaje RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) Tabla 3: Objetivos específicos de cada uno de los niveles marcados en la Cartilla de objetivos. COLOR DELFÍN Blanco NIVEL COLOR NIVEL DELFÍN OBJETIVOS -Bajo y subo lentamente por la escalera. -Me mojo la cara. -Me desplazo agarrado al bordillo. Nivel 1 -Camino sin miedo a través de la piscina. -Me encuentro a gusto con manguitos en la piscina pequeña. Amarillo -Me sumerjo y abro los ojos. -Me mantengo en el agua con flotador. Nivel 2 -Abro la boca y soplo, haciendo burbujas. -Realizo piernas de crol con manguitos/churro. -Realizo zambullidas desde sentado. Naranja -Realizo piernas de espalda con manguitos/churro. -Realizo piernas de crol con tabla. Nivel 3 -Me sumerjo en el agua y hago burbujas. -Realizo piernas de espalda con tabla. -Realizo zambullidas desde la posición de pie. Rojo -Me desplazo mínimamente en el agua. -Me mantengo en el agua boca arriba sin moverme. Nivel 4 -Me desplazo nadando más de 10m. -Realizo piernas de espalda sin ayuda de material. -Realizo ejercicios de iniciación para tirarme de cabeza. de muestra eliminado no fue superior al 2%. Se realizó una prueba T para muestras independientes en la que la variable de agrupación correspondía a cada una de las piscinas (A y B) y las variables para contrastar la existencia o no de diferencia de nivel en el aprendizaje por parte de los alumnos. Los resultados nos muestran una diferencia muy significativa p<0.05, entre los niveles finales alcanzados en las piscina A y B, siendo la piscina B la que obtiene mayor número de diferencias de nivel en sus alumnos. 4. Conclusiones Nuestro programa de enseñanza debe ser eficiente y planificado, plantea un sistema de enseñanza, planificación y evaluación que puede servir para la organización de los cursos así como herramienta para que el profesor pueda establecer relaciones entre las actividades que realiza y los resultados que pretende conseguir a lo largo del proceso. La metodología y evaluación centrada en el juego hace que el alumnos se sienta motivado en la realización de la actividad, además hace mantener una inquietud y afán de superación para la consecución del nivel superior por medio del sistema planteado.. Los resultados obtenidos nos muestran cómo en la piscina B donde se estaba llevando a cabo un seguimiento del proceso de aprendizaje Figura 1: Número de alumnos respecto del total con diferencia de nivel en su aprendizaje. Número 17, 2010 (1º semestre) Azul Marrón Negro OBJETIVOS -Me desplazo en el agua sacando los brazos de crol. -Me desplazo en el agua moviendo los brazos Nivel 5 de espalda. -Cojo objetos del fondo de la piscina. -Realizo giros en el agua. -Inicio de la respiración en el estilo crol. -Paso del estilo crol a espalda sin dejar de nadar. -Domino correctamente el estilo crol. -Domino correctamente el estilo espalda. Nivel 6 -Inicio de los movimientos de piernas de mariposa y braza. -Me tiro de cabeza y continúo nadando sin parar -Domino correctamente el estilo braza. -Domino correctamente el estilo mariposa. -Controlo el ritmo respiratorio en los diferentes Nivel 7 estilos. -Realizo salida de espalda. -Controlo los virajes de los diferentes estilos. junto con una evaluación por niveles, los alumnos obtienen mejores resultados con un porcentaje del 80,2 % en la diferencia entre niveles inicial y final, mientras que en la piscina A donde habitualmente no se tiene un seguimiento y planificación durante el periodo de los cursos los alumnos solo obtuvieron el 63,7 % en las diferencias entre el nivel inicial y el final. Esto muestra la importancia que el proceso de planificación y evaluación del aprendizaje tiene sobre la enseñanza de las habilidades acuáticas al igual que ocurre en el resto de habilidades. Por tanto, con este sistema de enseñanza los alumnos pueden reconocer con facilidad sus logros y relacionarlos con nuestra actividad educativa. El planteamiento de esta actividad cumple con los objetivos educativos y su planteamiento mediante actividades recreativas ayuda a que el alumno se encuentre motivado para futuras sesiones de trabajo además de introducirlo en los deportes acuáticos 5. Referencias bibliográficas Arellano, R. (1985). Tendencias actuales en la enseñanza de la natación. En Sobre el agua: Textos sobre natación y otras actividades acuáticas en piscinas. (pp.9-26). Madrid: Comunidad de Madrid. Consejería de Cultura, Deporte y Turismo. Dirección General de Deportes. Arellano, R. (1989). La enseñanza de la Técnica de los estilos dentro de un programa de natación educativa. Actas 1er Congrés d´Activitats Aquàtiques. SEAE (s.c.c.l.) Servei d´ensenyament i assessorament esportiu. (pp.1-15). Barcelona. Arellano, R., Jiménez, J., Gavilán, A., Vázquez, S., & Sánchez, A. 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Pedagogical beliefs and cultural domination in the school education of the body *Miguel Vicente Pedraz *Universidad de León (España) Resumen: Este artículo aborda el contenido político e ideológico de la educación física. Una materia escolar cuyo discurso didáctico, amparado en la verosimilitud que expresa la relación técnica entre medios y fines (pedagógicos), ofrece una imagen de neutralidad y de asepsia ideológica que las representaciones sociales dominantes del cuerpo parecen corroborar: el cuerpo entendido como estructura orgánica y anatómica. La creencia en la sustancialidad del cuerpo y de la propia disciplina académica ha ido configurando toda una serie de estructuras pedagógicas y, asimismo, todo un cuerpo argumentativo y de prácticas que hacen de ella una disciplina prácticamente infranqueable a la crítica, salvo en cuestiones superficiales de su puesta en escena, que da lugar a situaciones educativas paradójicas, tal vez, inadmisibles en otras disciplinas y contextos. Con estos supuestos el objetivo del artículo es poner de relieve alguno de los mecanismos de construcción de estas creencias, identificar las relaciones de poder que sustentan dichos mecanismos y cuestionar la practicidad del curriculum que como resultado ofrece el discurso técnico legitimado. Palabra clave: educación física, ideología, poder, subjetividad. Abstract: This article addresses the political and ideological dimension of physical education. The didactic discourse more specific of physical education, as a school subject, relies upon the technical relationship between pedagogical means and ends, and, therefore, offers a rather neutrally ideological image of those social representations that most define the body as an organic and anatomic structure. The belief in the substantiality of the body and in physical education as an academic discipline itself has shaped a large series of educational structures as well as a whole body of arguments and practices, all meant to convert physical education in a discipline virtually above any attempt of criticism, except for certain superficial matters, rather paradoxical and, probably, hardly acceptable in other disciplines and educational contexts. With these assumptions, the objective of the article is to discuss some of the mechanisms of construction of these beliefs, to identify the power relations that sustain these mechanisms and to question the deficiency of practical sense of the curriculum that as a result legitimizes the technical discourse. Key words: physical education, ideology, power, subjectivity. 1. Introducción Algunas de las viejas discusiones epistemológicas y la búsqueda de reconocimiento pedagógico, que hasta los años ochenta ocupaban en España y su contexto próximo un lugar de privilegio en el debate de la educación física (Cagigal, 1979; Grupe, 1976; Parlebas, 1987; Rodríguez, 1988; Sergio, 1988; Vázquez, 1986; Vicente, 1988) parecen haber cedido definitivamente en favor de debates de carácter más doméstico, a menudo, destinados al consumo masivo de los profesores. Los discursos que pugnaban por la consideración científica de la disciplina, a veces con mucha vehemencia pero no siempre con suficiente consistencia argumentativa, no constituyen hoy un ámbito de preocupaciones significativo; así, cuestiones entonces frecuentes como la del estatus epistemológico, los referentes teóricos, el paradigma al que debía o podía adscribirse y, sobre todo, la identificación o definición de «su objeto» de estudio, con los que además se esperaba legitimar la materia escolar, parecen suscitar en este momento muy poco entusiasmo investigador. Al menos, muy poco en comparación con el interés que despierta la tecnología didáctica, siempre resuelta a satisfacer las necesidades prácticas de los profesores avocados a la inmediatez de tener que enseñar algo a los escolares y de enseñarlo bien. En este contexto, más allá de las disputas entre sensibilidades y concepciones didácticas diferentes que, en ocasiones, han dado lugar a modelos y paradigmas de educación física que entre sí se han considerado antagónicos, la mayoría de los trabajos de esta área han apelado y apelan de manera recurrente al cambio, la innovación, la transformación, la superación, la alternativa curricular, etc. respecto de la que la mayoría de los autores denominan educación física tradicional; algo que sin duda pone de manifiesto, además del entusiasmo didactista, el celo innovador y también, en parte, la percepción que muchos tienen del agotamiento pedagógico de la vieja disciplina. Fecha recepción: 06-03-09 - Fecha envío revisores: 06-04-09 - Fecha de aceptación: 20-11-09 Correspondencia: Miguel Vicente Pedraz Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte Universidad de León. 24071. León E-mail: [email protected] - 76 - Por otra parte, la oportunidad política y administrativa de introducir en el debate académico de la educación física algunos de los modelos enseñanza desarrollados, fruto de las emergentes líneas de investigación didáctica, y, eventualmente, la posibilidad de ponerlos en práctica a través de los programas de educación física escolar, han supuesto, paradójicamente, mayor impulso legitimador para la educación física que los antiguos debates sobre el objeto de estudio; desde luego, mayor reconocimiento que los discursos sobre los fundamentos científicos de la materia y, también, mayor estabilidad curricular que la búsqueda del estatus epistemológico. Tal vez, la razón de ello estribe en la propia naturaleza de la producción didáctica, cuya verosimilitud técnica ofrece una sencilla, pero firme, imagen de practicidad y de «apego a la realidad» sustentada en el poder de convicción que despliega la visualización de la relación instrumental entre medios y fines; algo que ha podido impregnar la opinión pedagógica y obrar al servicio del reconocimiento político y social de un estado de cosas curriculares que ya aparece como natural y por ello, también, como indiscutible. Sin embargo, dichas líneas de investigación didáctica –y el discurso técnico en el que se apoya–, incluso cuando se postulan como innovadoras o alternativas, antes que asumir una perspectiva crítica, tanto de alcance particular como global, del ejercicio educativo y antes que solícita a los grandes problemas y discusiones que ha planteado y sigue planteando la pedagogía, se han resignado a elaborar sucesivas propuestas donde ha primado el acopio de actividades novedosas sobre la modernización de las estructuras y las mentalidades pedagógicas; donde ha imperado la proliferación de estrategias sobre la adecuación de los métodos y de los contenidos a la nueva realidad escolar y, sobre todo, a la nueva realidad social. Es decir, donde han prevalecido las formas sobre el fondo según unos criterios de banal eficiencia que obstaculizan toda posibilidad de conformar una materia escolar de carácter emancipatorio orientada al desarrollo de capacidades críticas y deliberativas respecto de los usos del cuerpo donde las habilidades corporales concretas tendrían una significación vital y una utilidad existencial más allá del ludismo complaciente. En cierta forma, han actuado como dispositivos ideológicos que han contribuido muy estrechamente al mantenimiento de las relaciones de poder. RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) Pues bien, lo que a este respecto trato de plantear es profundizar en dichos dispositivos; analizar algunos de los principios y categorías, concepciones y representaciones, que desde el discurso técnico – didáctico– definen los contenidos de enseñanza y, a la vez, le dan el sentido y la legitimidad pedagógicos que en la actualidad posee. Como tarea fundamental, procuraré identificar los principales tópicos discursivos, las creencias y las supuestas verdades positivas en torno a las cuales se constituyen y justifican los paradigmas dominantes en educación física; se trata de descubrir en qué medida las nociones más indiscutibles que definen la educación física se formulan y se desarrollan como inferencias derivadas de una practicidad constatable o, por el contrario, son estructuras estructurantes, esquemas de saber previos, que demarcan arbitrariamente el alcance y los límites de la disciplina al margen de una pertinencia pedagógica objetivable en términos de proyecto y fines educativos plausibles. De acuerdo con estos objetivos, es preciso señalar aquí que adopto una perspectiva sociogenética de corte constructivista según la cual toda realidad social se concibe como un producto histórico, pero de acuerdo con un tipo de análisis que pone el acento en la interdependencia de discursos, instituciones e individuos entre sí en la producción de la realidad. Aeste respecto, aunque serán dispersas y hasta deliberadamente diversas las referencias teóricas, como herramientas conceptuales básicas que sirvan a los propósitos de este artículo, tomo de Norbert Elias, además de la idea de «configuración», la noción de «poder» como relación asimétrica de interdependencia; de Pierre Bourdieu, la dimensión simbólica del «orden social» y con ella las nociones de «capital simbólico, social y cultural» y su relación con las nociones de «campo» y «habitus», además de algunas de sus formulaciones a propósito del sistema escolar como agencia reproductora de las desigualdades sociales; de Berger y Luckman, la noción de universo simbólico y su relación con los procesos de institucionalización y legitimación; de Michel Foucault las nociones de «esquemas» o «regímenes de verdad», «tecnologías del yo» y «gubernamentalidad». 2. Legitimación del discurso técnico y sus producciones 2.1. El sustancialismo como creencia pedagógica Tal vez una de las creencias que más contribuyen a la legitimación del discurso técnico de la educación física y sus producciones es el que se puede denominar tópico sustancialista, el cual, posiblemente, ampara y da sostén a otras muchas creencias pedagógicas. Consiste [el tópico sustancialista] en la consideración de la disciplina como el resultado de un «proyecto natural» que habría emanado de unas necesidades objetivas, naturales, sustanciales y, por lo demás, preexistentes de educación del cuerpo; unas necesidades que explicarían su temprana aparición como acontecimiento antropológico y, asimismo, las sucesivas modalidades de acuerdo con las distintas circunstancias culturales. Se trata de una consideración que se adhiere a la historicidad de la disciplina –incluso enfatiza su condición evolutiva– pero que, sin embargo, concibe el proceso histórico de manera lineal, unidireccional y finalista, además de perpetuo, sobre la creencia positivista de la permanencia (sustantiva) del cuerpo y la confianza en el desarrollo infinito de la historia y de sus objetos. A este respecto, el relato histórico de la educación física al uso traspone a épocas pretéritas y a civilizaciones clásicas escenas típicas de la educación física actual y viceversa, con lo que, además de afirmar su universalidad, provee a la disciplina de una procedencia prestigiosa que le confiere legitimidad como forma de intervención pedagógica. Según Norbert Elias (1978, 1989, 1990), el sustancialismo –que, como ya expresara Wittgenstein (1994), consiste en la búsqueda de una sustancia que responda a un sustantivo– determina el hecho de considerar a priori que tras las palabras que empleamos existen realidades perfectamente definidas, sustancias, cosas visibles y tangibles, realidades, en cierto modo, atemporales que, por lo demás, son independientes de la conciencia. En la práctica, se abre paso como una corriente antihistórica en la medida en que da carta de naturaleza «natural» a todo lo nombrado –y, se diría, que sólo a lo nombrado–, donde el lenguaje cumpliría el papel de fedatario de una realidad que, con matices, tiende a ser Número 17, 2010 (1º semestre) considerada como «dada» y, por lo demás, dicotómica: sujeto/objeto, individuo/sociedad, cuerpo/espíritu, físico/social, real/imaginario, etc. Lo que aquí nos interesa destacar es que se trata de una concepción de corte funcionalista según la cual las realidades –también las sociales– estarían sometidas a un ajuste orgánico cuyo funcionamiento estaría asegurado por una especie de relación solidaria entre los distintos elementos que la componen (conceptos, saberes, creencias, representaciones, cosas, sujetos, grupos de sujetos, instituciones, etc.), los cuales parecen orientados según cierto sentido finalista y determinista al equilibrio del propio sistema: la realidad tiende a ser lo que «es», y viceversa, es lo que «tiende a ser». Contra esta concepción, Elias (1990) propone utilizar las armas de la historia y, en particular, la sociogénesis y la psicogénesis de la cultura; con la demostración de la relativamente tardía aparición de entidades tan aparentemente incuestionables como nuestra imagen del hombre, nuestras concepciones familiares e, incluso, las nociones de sociedad o individuo, tiempo, cuerpo, etc., –todas ellas elaboradas sobre una problemática típicamente occidental y moderna– no sólo pone de relieve el carácter contingente de la realidad sino que, sobre todo, nos advierte de las trampas que la historiografía de corte evolucionista puede tendernos: especialmente, la cosmovisión finalista de la civilización. En este sentido, para él, el devenir histórico de la humanidad se origina en múltiples proyectos, pero sin proyecto, y se dirige a múltiples finalidades, pero sin finalidad: «Nacido de planes, pero no planeado; movido por fines, pero sin un fin» (1990, p. 84). Pues bien, la consideración más común de la educación física incurre precisamente en esta trampa historicista que a la postre, según veremos, ampara cierta clase de discurso técnico, sobre todo el didáctico, en cuya verosimilitud encuentra buena parte de su justificación pedagógica. En virtud de la relación solidaria y armónica de todo sistema, la educación física como institución, pese a no estar exenta de desequilibrios, tendería a la «normalización» o permanente reequilibrio, con lo que su proceso de transformación histórica se entendería como una evolución funcional en sentido estricto; como una paulatina equilibración «natural» de los medios y de los fines educativos del cuerpo a lo largo del tiempo. Bajo esta perspectiva, las distintas modalidades o versiones que en cada cultura, en cada civilización o en cada momento histórico hayan podido tener lugar, no serían sino simples adaptaciones al contexto –o la mera modernización de prácticas– de algo que en el fondo, en su esencia, tendría la misma sustancia y habría estado ya presente –prefigurado– en el pasado remoto. En el caso de la educación física contemporánea, el alto grado de racionalidad –supuestamente avalado por las disciplinas científicas que la asisten– bastaría para certificar su pertinencia pedagógica entendiéndose que sería la versión mejor ajustada a las necesidades sociales actuales de acuerdo con los medios técnicos disponibles. Frente a la concepción de las realidades sociales como precipitados quasinaturales, Elias (1989) aborda la cuestión de la génesis de las instituciones desde una perspectiva constructivista según la cual toda realidad se concibe como conjunto de producciones genuinas de una cierta cultura y de un cierto tiempo, aunque, evidentemente, como resultado de previas construcciones históricas. Sin embargo, y a diferencia del historicismo, la perspectiva constructivista pone el énfasis en las acciones de los actores individuales y colectivos concretos en situaciones concretas, de modo que la pluralidad de intenciones, de significados, de formas de apropiación de las preconstrucciones pasadas, etc. da lugar a un entreveramiento de relaciones que, al no surgir necesariamente de una voluntad clara, ni de una naturaleza dada, tiende a escapar al control de los diferentes actores implicados (y de la propia historia). Lo que ello implica, a diferencia de los modelos sistémicos y funcionalistas, es que hace descansar el significado y la pervivencia más o menos armónica de la realidad social y de cada una de sus instituciones no en las nociones de cohesión, integridad o unidad funcional, etc. –lo que le impone soportar y dominar algunas contradicciones epistemológicas–, sino en la noción de legitimidad; ya no se puede hablar de una armonía orgánica ni de una totalidad sistémica a priori en el seno de las instituciones sino de un trabajo simbólico a través del cual adquieren una cierta coherencia discursiva (Berger y Luckmann, 2003) que impone reconocer una relación de poder. RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 77 - Para el caso que nos ocupa, el constructivismo nos induce a pensar la educación física escolar como una configuración contingente, incluso fortuita y casual –dentro, evidentemente, del marco de posibilidades que ofrecía el contexto en el que apareció– fruto de condiciones, intenciones e intereses más o menos confluyentes de algunos grupos hegemónicos en torno a unas preocupaciones sociales nuevas según un proceso en el que unos significados, y las consiguientes prácticas, adquieren respaldo –se tornan dominantes– y otros lo pierden. En este sentido, la disciplina académica, más que dar continuidad tecnológica a una «predisciplina» habría de entenderse como una realidad emergente resultante de una confrontación de representaciones diferentes, a menudo en pugna, a veces en cierta sintonía –entre lo nuevo y lo viejo, entre lo culto y lo popular, entre lo religioso y lo profano, entre lo racional y lo tradicional, lo institucional y lo espontáneo, el saber y el hacer, etc.–, las cuales, sin sustancia ni proyecto definido le fueron dando forma como tal disciplina académica. Por mejor decirlo, fueron construyéndola, como disciplina escolar, por acumulación, sustitución, sustracción, transformación, etc., donde las justificaciones funcionales se habrían ido elaborando incluso a posteriori de su configuración como una condición más de entre las que eventualmente fueron interviniendo en su génesis. Los casos de la inclusión del deporte en las public school inglesas de mediados del siglo XIX, de la gimnasia filantrópica en las escuelas de centro-Europa por la misma época, o del juego en los jardines de infancia algo más tarde, son paradigmáticos porque ponen de relieve la escasa importancia que en un principio se concedió a unas y otras prácticas en sus respectivos entornos como actividades educativas propiamente dichas y, sin embargo, una vez incorporadas, el discurso pedagógico encontró solícito las justificaciones técnicas pertinentes para que los materiales culturales de las élites fueran asumidos y naturalizados por el sistema. Parece claro, a este respecto, que a los miembros de la clase obrera del siglo XIX y principios del XX les interesaba poco que sus hijos practicaran deporte o gimnasia en la escuela; no parece tampoco que estuvieran muy atraídos por el juego pedagógico (que aprendieran jugando, jugaran para aprender, aprendieran como si jugaran o jugaran a que aprendían algo); les interesaba que estuvieran a cubierto y que adquirieran los rudimentos intelectuales y de hábito más elementales. Serían los dirigentes de la burguesía acomodada, con una idea muy diferente de la infancia y con preocupaciones en torno a la distribución de un tiempo académico que debía ocupar tanto tiempo como la jornada laboral, la que propiciaría, no sin conflictos, la lenta incorporación de actividades no prácticas en la escuela y, eventualmente, su sistematización en el campo de la educación física: deporte, gimnasia y juego, introducidos inicialmente como actividades diversivas quedarían incrustados y, a la postre, definidos como ingredientes elementales de una educación física escolar que ya siempre llevaría la impronta de la sensibilidad corporal y gusto de la clase dominante (Clement y Herr, 1993; Fauché, S., Callède, J.-P., Gay-Lescot J-L. y Lapagne J-P.2000). Si las nociones del constructivismo son válidas para el análisis del proceso de conformación de los contenidos y de la propia idea de educación física, no son menos válidas en lo que respecta a la definición del elemento primario sobre el que la educación física interviene: el cuerpo. En realidad, la noción de cuerpo y la filosofía subyacente a las ideas de cuerpo «educado», cuerpo «instruido», cuerpo «formado» (o «bien formado») constituyen el basamento más firme sobre el que opera históricamente la evolución de la materia escolar; pues bien, esa noción y esa filosofía subyacente son lo suficientemente inconstantes y veleidosas como para que podamos atisbar casi de un golpe de vista lo a-sustancial de la disciplina en el curso de la historia. La hipótesis que a este respecto se plantea es que la educación física constituye, antes que nada, un dispositivo administrativo del buen gobierno corporal; es decir: el resultado más organizativo que pedagógico de nuevas preocupaciones respecto del sujeto y la gestión de la subjetividad en el seno de una sociedad dominada ya por la moralidad burguesa en la que el cuerpo, que siempre se había mantenido en un difícil equilibrio cultural, empezaba a cobrar protagonismo, no sin traumas ideológicos, en la definición de la identidad (Corbin, 1991). En este sentido, antes que como un mero desarrollo de las soluciones técnicas - 78 - tradicionales a las necesidades de aprendizaje corporal y antes que como solución técnica novedosa a problemas nuevos, se plantea la emergencia de la educación física como la creación de una forma políticoadministrativa difusa de entre las muchas que puso en práctica la modernidad como mecanismo de ordenación y control social entre las que, sin duda, destacaron las políticas de higiene proletaria, la reordenación urbana, los decretos antisubversión, la ficha policial de identidad universal y, como no, la reordenación de las políticas asistenciales y de escolaridad donde el control y la vigilancia eran las preocupaciones prioritarias (Foucault, 1991, 2005). Dicho de otro modo: planteo que la aparición de la educación física escolar, antes que una respuesta pedagógica ante necesidades de aprendizaje y desarrollo físico constatable, es la resultante de una conjunción de estrategias diversas y dispersas destinadas a limitar los extravíos del régimen normalizado de la virtud; unas estrategias que fueron encontrando cabida en los establecimientos escolares donde la necesidad de llenar tiempos, distribuir espacios, aplacar la efervescencia corporal de la infancia poco habituada a la quietud, etc., obligó a incorporar prácticas académicamente heterodoxas, no sin conflictos de orden pedagógico, y a amalgamar contenidos, métodos e idearios que le dieran legitimidad. 2.2. Dominación simbólica vs funcionalidad práctica Haciéndonos eco de la terminología de Berger y Luckmann (2003), diría que la lectura constructivista fija la atención en los procesos sociales a través de los cuales las instituciones llegan a ser objetivamente disponibles y subjetivamente plausibles en el seno de un determinado universo simbólico. En todo caso, el concepto de «legitimidad» remite a la idea de apropiación que empleara Norbert Elias (1978, 1989, 1990) para referirse a los modos en que tiene lugar el proceso de la civilización de las costumbres y, por extensión, el proceso mediante el que se configuran las relaciones interindividuales: desde el comportamiento mesurado a la mesa hasta la adopción de una determinada postura «higiénica» o «saludable» en el pupitre o en el lecho, pasando por la continencia emotiva y corporal del sujeto en las relaciones con los demás o consigo mismo, nada de lo cual es absolutamente natural o producto de un escrúpulo natural (Elias, 1989). No son, apunta, producciones técnicas que hayan surgido con un objetivo funcional o práctico claramente reconocible, sino que van consolidando su forma, delimitando su función muy lentamente y regularizándose su uso a través de las distintas capas sociales mediante un mecanismo de apropiación de abajo arriba o de arriba abajo, no sin tensiones culturales y sociales, en el que las significaciones se van modificando de acuerdo con los rasgos predominantes del círculo social en el que se instalan. Lo significativo del planteamiento de Elias (1990) es la perspicacia interpretativa del proceso civilizatorio en términos de configuración social, en el sentido de que nos permite comprender cómo la aparición y consolidación de cualquier comportamiento en el curso de la civilización suele obedecer, antes que a una solución técnica razonada ante un problema práctico dado, a una pugna simbólica entre tendencias emotivas e ideológicas contrapuestas, así como disputas de identificacióndiferenciación social mediante la adopción (por invención o por apropiación) de expresiones físicas, ideas y sentimientos inéditos o raros, delicados, exquisitos, etc. y, asimismo, a la incorporación de pautas de relación y trato paulatinamente más complejas, elaboradas y autocontroladas. La conformación de las instituciones sociales en tanto que mecanismos de regulación, tipificación, habituación o de administración del comportamiento en diferentes órdenes y campos, no sólo no escapa a este análisis sino que incluso resulta paradigmática por cuanto las reglas por las que se rigen los miembros que integran dichas instituciones obedecen a la misma lógica de interacciones e interdependencias: el trabajo o la lucha simbólica por la legitimidad. Más aún, es en el proceso de conformación histórica de las instituciones (la sexualidad, el tiempo, la ciencia, la familia, el deporte, la educación, el derecho, la lengua, el dinero, etc.), que el racionalismo presenta como exteriores y trascendentes a los individuos, donde según los planteamientos constructivistas se RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) configura la identidad (individual, colectiva, infantil, femenina, masculina, proletaria, burguesa, corporal, étnica, etc.) en tanto que incorporación – no electiva y en gran parte inconsciente– del «habitus dominante» del grupo de pertenencia; es decir, en tanto que interiorización de disposiciones duraderas, estructuras estructurantes (Bourdieu, 1991), que adquiere el individuo en el proceso de socialización, las cuales suponen una inclinación determinante a percibir, sentir, pensar y actuar de manera cuasi instintiva. Bajo esta perspectiva, la consideración del carácter funcional que explícitamente expresa el discurso técnico de la educación física escolar –donde las justificaciones (utilitarias) aparecen como avales de su pertinencia institucional (véase, Fernández-Balboa, 2003; Kirk, 1990; Devís, 1996) se revela, cuando menos, problemático. En efecto, el cometido que dicho discurso atribuye a la materia como condición necesaria y garante del desarrollo de cualidades físicas o de competencias y habilidades en los distintos ámbitos del comportamiento del sujeto – físico, social, emocional, intelectivo, moral, etc.– pierde el más importante de sus sustentos epistemológicos por cuanto las propias nociones de cualidad o capacidad física, competencia, habilidad, incluso desarrollo infantil e infancia, etc., junto con todas las que modernamente han engrosado el vocabulario pedagógico de la educación física (autonomía, autoconocimiento, autosuperación, autorrealización, salud, etc.) se muestran relativas y contingentes; se muestran válidas tan solo en el interior esquemas de verdad dominantes y de acuerdo con los desiderata prácticos de los grupos hegemónicos. Dichas nociones dejan de aglutinar esa clase de sustancia indiscutible de la categoría «educar el cuerpo» para revelarse como categorías fuertemente convencionales aunque, eso sí, prevalentes, puesto que de hecho han logrado conferirle legitimidad curricular y social mediante una dinámica interna de creación de conocimiento tecnológicamente explotable. Para ello, una buena parte de los esfuerzos discursivos han debido ocuparse en ocultar el carácter convencional de dichas categorías dotándolas, mediante la aplicación sistemática del saber positivo y de la razón instrumental, de una apariencia de practicidad –al servicio de la funcionalidad orgánica– que permite a las estructuras de poder consolidarse en virtud de su carácter «natural». Resulta clarificador lo que Wright Mills (1999, p. 93) calificaba como «practicidad liberal» a propósito de la filosofía moral del utilitarismo y los modos de legitimación del poder; justamente se refería a esa clase de concepción de la utilidad cuya metafísica «orgánica» o «natural» – como la que parece legitimar a la educación física– subraya todo lo que tiende al equilibrio armonioso y donde los cambios o no se advierten o se toman como meros síntomas de lo «patológico» o «inadaptado», es decir, se toman como una desviación de la naturaleza que es preciso corregir y en cuyo auxilio acude la técnica. Mills incide en el carácter conservador de la practicidad liberal, la cual, frente a la practicidad antiliberal, controladora, disciplinaria y orientada al lucro industrial, resulta simpática a aquellas personas que por su posición social, y en virtud de algún grado de autoridad, manejan casos individuales (jueces, trabajadores sociales, higienistas mentales, maestros, etc.) los cuales tienden a pensar de acuerdo con las «situaciones» concretas, a resolver problemas prácticos siguiendo los patrones existentes, lejos de cualquier controversia ideológica y de cualquier intento de interpretar y, mucho menos, de transformar el conjunto. Evidentemente, puesto que descubrir problemas prácticos y enunciarlos es hacer valoraciones, la practicidad liberal no es ajena a la moral ni es apolítica; se configura como una sociología moralizadora en la que se toma como problema aquello que se aparta de lo común, lo que no se ajusta a los principios de orden y estabilidad; es especialmente moralizadora cuando dichos problemas se enuncian en relación con las instituciones respecto de las que se supone necesitan mayores dosis de racionalidad (científica o técnológica) sobre principios del tipo logro de la estabilidad y el orden, el progreso social, la adaptación, la integración, etc. –como por ejemplo la escuela, la medicina, la cultura– que con frecuencia constituyen, señala Mills (1990, p. 104), «una propaganda a favor de la conformidad con las normas y rasgos idealmente asociados con la clase media de la pequeña ciudad». Tal vez se puedan extraer de esto algunas consideraciones sugerentes para interpretar la educación física escolar en tanto que institución Número 17, 2010 (1º semestre) sustentada en un alto grado por el discurso didáctico, cuya practicidad liberal (racional, funcional y sistémica) termina por otorgarle carta de naturaleza «natural», categoría de dato empírico –legitimidad científica– lejos de toda discusión sobre los elementos ideológicos, políticos e, incluso, morales que median en la acción pedagógica del cuerpo. No se nos puede escapar que todo discurso que interpreta y concibe las «cosas del mundo» las ordena y las clasifica de un modo contingente, casi siempre con verosimilitud lógica y, a menudo, con suficiente fuerza persuasiva como para hacer de sí un modelo de percepción, una estructura de significaciones, de valoraciones y de acción; es decir, con capacidad para construir el «mundo de las cosas». Pues bien, bajo una bien elaborada argumentación lógica y clasificatoria, el discurso pedagógico de la educación física –y las consabidas prácticas en las que se sustenta– no es ajeno a esta condición de estructura estructurante, como lo es, por otra parte, cualquier discurso sobre cualquier materia escolar en su respectivo ámbito de representaciones. En el que nos ocupa, se configura como una estructura estructurante de la corporeidad pedagógica o, si se prefiere, del sujeto corporalmente educable para lo cual aplica los parámetros de sistematicidad, calificabilidad, homogeneidad, etc., que imponen los modelos tecnocráticos propios de la institución escolar. Pero dicho discurso, en la medida en que construye el cuerpo educable y legitima sus atributos (el cuerpo hábil, eficaz, sano, diligente, aseado, atento, obediente, experimentado, etc.), en la medida en que hace visibles y «verdaderas» ciertas condiciones de «ser cuerpo» no sólo resiste la prueba de las argumentaciones sino que a menudo puede resistir la prueba de los hechos; y es que el mundo de las representaciones no es sólo un mundo de imágenes, es el mundo que construimos y que aceptamos, es «el mundo» (Berger y Luckmann, 2003): el universo posible (y el no posible) del cuerpo como objeto de intervención educativa cuyos límites reconocibles la autoridad pericial no permitiría traspasar, so pretexto de mantener la «esencia» de la materia. Algo que refuerza de tal manera la tradición profesional y el discurso pedagógico oficial que no sólo hacen imposible el cambio, sino que cualquier crítica que vaya más allá de la mera alternativa de contenidos o de métodos es tachada de irracional o de extravagante. Pues bien, siendo la categoría «educar el cuerpo» una entidad fuertemente convencional, aunque legítima, dicho universo posible –la institución del cuerpo como objeto de tratamiento escolar– debe soportar, según apuntaba en el apartado anterior, algunas contradicciones para contener y dominar su sentido dentro del marco funcionalistasustancialista en el que obtiene su reconocimiento. En otras palabras, debe lograr que los significados por los que dicha institución es reconocida como agente social útil o funcional en el ámbito en el que dice serlo (el desarrollo necesario de habilidades y capacidades corporales de los sujetos) mantengan su credibilidad, a pesar de aquellas argumentaciones, teorías, evidencias, pruebas, etc., que los pongan en tela de juicio o que, simplemente, revelen el carácter relativo, incluso arbitrario, de las categorías pedagógicas y sociales en las que se apoya. Ahí, a la insidiosa verosimilitud argumental del discurso técnico, cuya tenaz relación entre medios y fines parece inexpugnable, se une la acomodaticia ambigüedad de los sucesivos discursos pedagógicos institucionales del cuerpo, pergeñando un aparato de creencias bien adaptado a los saberes dominantes (sobre todo de la biología y la psicología del desarrollo), bien adaptado a la tradición positivista y de fácil sedimentación en el sentido común; al menos, de fácil sedimentación en el sentido común de los enseñantes de la educación física. Veamos algunas de estas contradicciones y las creencias (funcionalistas) en las que se sustentan, al amparo de la ideología pedagógica dominante. 3. Creencias pedagógicas en la Educación Física como dispositivo de la ideología dominante Tal vez la más elemental contradicción que la educación física escolar ha de soportar para contener su significado en el marco funcionalista es la que tiene que ver con la corporalidad que dice producir y la que, de hecho, produce. De acuerdo con el carácter contingente y convencional de la disciplina académica, antes que enseñar al cuerpo, la acción primera RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 79 - de su propia legitimación ha sido necesariamente la construcción del cuerpo apto para ser enseñado; es decir, escolarmente enseñado. Ha debido configurar, siquiera esquemáticamente, las condiciones en las que el cuerpo puede y debe ser enseñado dentro de la escuela; ha debido perfilar los límites del universo posible de la intervención pedagógica sobre el cuerpo así como una batería de justificaciones plausibles. Pues bien; a tenor de las cosas que se le enseñan, cómo se le enseñan y cómo se han ido estableciendo tales enseñanzas a lo largo de su breve historia, parece que dicho universo pedagógico ha sido elaborado no tanto bajo la premisa de qué es lo que conviene aprender al cuerpo, a los cuerpos, y para qué, como por la necesidad de encontrar un lenguaje adaptado a lo que ya se enseñaba; un lenguaje técnico que autoriza y acredita el tratamiento institucional del cuerpo sin levantar sospechas de llevar a cabo un ejercicio coercitivo, de dominación cultural o de inconfesable moralización; es decir, donde la elaboración de las justificaciones a propósito de lo ya dado, de lo «esencial», han prevalecido sobre los intentos de transformar y adaptar lo establecido a las nuevas expectativas sociales. A este respecto, la educación física, antes que explorar las necesidades de los cuerpos individuales, los cuerpos-sujeto, ha producido un discurso polivalente y ambiguo, un discurso acomodaticio, que, en el momento actual, superadas las funciones diversivas y descompresoras que antaño cautivaron a los promotores de la educación física, se sostiene bajo la ilusión pedagógica de la transferencia de las competencias físicas, la ganancia de eficacia o de salud que tanto seduce a la racionalidad instrumental. Aquí cabe distinguir dos tópicos; el primero consiste en la formulación de una cada vez más abigarrada mezcla de propiedades formativas y reformativas en la que acaba encontrando acomodo todo género de utilidades, atributos y objetivos de acuerdo con los discursos imperantes; me referiré a este tópico con la denominación de «capitalización intensiva de propiedades». El segundo de los tópicos, la «desubjetivación del cuerpo», tiene que ver con la consideración de este como un objeto natural y neutro, vacío de contenido, donde la educación física vendría a llenarlo de capacidades, habilidades, aptitudes, etc. – también consideradas naturales y neutras– mediante un diseño didáctico pericial es decir, mediante un diseño tecnológico que encuentra acomodo en la concepción sustancial de la infancia y su desarrollo evolutivo que, a la postre, relega a la mínima expresión los condicionantes sociales y de «capital cultural» en el diseño y ejercicio de la educación física. 3.1. Capitalización intensiva de propiedades En cuanto al primero de ellos, como para apuntalar un endeble edificio discursivo que no es capaz de sostener la materia académica sobre el inconfesable cometido de transmitir una parte del capital cultural hegemónico del cuerpo mediante la inculcación de ciertas habilidades físicas y el autodominio corporal, ha debido desarrollar todo un andamiaje teórico por el que, bajo los ambiguos emblemas de la «formación del carácter», la «educación integral», la «socialización», la reactivada «educación física para la salud», u otros eslóganes similares, le ha permitido mostrarse socialmente más plausible. Así, junto a las destrezas corporales propiamente dichas –del tipo y condición que en cada contexto y momento político hayan sido– todas las formulaciones institucionales de la materia han invocado a alguna clase inespecífica de valores tales como la autorrealización, la autosuperación, el autoconocimiento, etc., que, unidos a las también inespecíficas aptitudes sociales, afectivas o cognitivas, han permitido salvaguardar la continuidad de los modelos dominantes y, sobre todo, la han protegido de la crítica ante lo que podría ser visto como una dilapidación del tiempo escolar. Pero esta capitalización intensiva de propiedades no parece sino un mero engrosamiento retórico que parece encaminado a ocultar la deriva y la inoperancia pedagógica de las técnicas, las habilidades y las capacidades en las que instruye y, por añadidura, a ocultar el carácter impositivo y arbitrario del material ideológico, emocional y práctico del cuerpo que dichas técnicas, habilidades y capacidades llevan implícitas en la propia realización (Vicente, 2007b). Demasiados objetivos y, sobre todo, demasiado ambiguos; demasiado dispersos y trascendentes, teniendo en cuenta la escasa relevancia y significación que, de hecho tiene, en - 80 - relación a todas las aptitudes y los valores que se enuncian, superar o no los tests de capacidad física que en tantas escuelas e institutos se imponen como condición para superar la asignatura y que tiene como resultado cierta homogeneización de la representación y uso cultural del cuerpo. Muy especialmente, teniendo en cuenta la escasa relevancia que tienen dichas pruebas y, en general, los contenidos en los que se apoyan, los cuales responden a una elaboración selectiva de prácticas corporales escasamente representativa de los intereses y expectativas (en relación con las perspectivas clase social, de género, o de cultura) de un alumnado cada vez más diverso. No se puede olvidar a este respecto que la escuela, si bien es un lugar al que van todos, en absoluto ha sido construida por todos, no es de todos ni, por definición, responde a las necesidades de todos. Se podría decir, a este respecto, que el discurso de la educación física se ha preocupado más por establecer lazos de unión entre la escueta instrucción que tradicionalmente ha impartido y un ambicioso ideario formativo antes que dotar a la materia de elementos instructivos cuya significación cultural y social fuera verdaderamente relevante para los escolares, fueran cuales fueren sus condiciones, intereses, necesidades y expectativas con respecto a los usos del cuerpo y, sobre todo, teniendo en cuenta precisamente la gran diversidad de condición de estos. En ese sentido, aunque ya esté prácticamente desterrada la imagen del profesor de educación física colgado de un silbato, un cronómetro y un cuaderno de notas, pasando formularios de capacidad (antes, durante y después de sus enseñanzas), ilustra muy bien de una parte de la historia de la materia y de los referentes que aún siguen informando sus prácticas: la combinatoria del control infinitesimal de tiempo y la organización de la actividad colectiva en aras de una experiencia corporal que sigue siendo la retórica pedagógica que legitima la ética y la estética de la eficiencia, la obediencia y del orden medidos a través de logro deportivo o similar y donde la fácil trasgresión del grito, la risa, la escapada circunstancial o el escaqueo permiten mantener el espejismo de la educación física como materia que rompe la continuidad coercitiva de la institución escolar. Sin embargo, bajo la ilusión de la explosión libertaria del cuerpo que se mueve, la educación física se muestra como un espacio de visibilidad absoluta del sujeto, un espacio de constante tutelaje –muy especialmente ideológico– justamente porque, a diferencia de otros espacios académicos donde el cuerpo no importa, en ella el cuerpo es lo permanentemente visible, lo permanentemente actuado, lo continuamente regulado, lo constantemente objetivado. Si en la educación física estar es estar corporalmente-actuando, si pensar es moverse, si la conciencia es pararse y sentir, etc., no cabe duda, el ejercicio físico, adopte la modalidad que adopte, se configura como una prosaica ceremonia de confesión en la que es preciso moverse, moverse ante los demás y moverse bien: exhibición ostentosa de los más diestros, los mejor dotados, los más virtuosos cumplidores del régimen, pero también vergonzante muestra del desmañado, el flojo, el remolón, el torpe, el gordo y sobre tantos otros que como ellos sufren, en gran medida, la desposesión de su propio cuerpo. 3.2. Desubjetivación del cuerpo El segundo de los tópicos en torno a la corporalidad que produce la educación física condice estrechamente con la concepción sustancialista de la realidad de manera que, por ejemplo, la desigualdad de clase social o de capital cultural y económico se reescriben como diferencias de mérito natural, o la desigualdad social de género se reducen a diferencias de caracteres sexuales. El sustancialismo considera el cuerpo como una entidad meramente biológica y mecánica enclavada en una sociedad, antes que una realidad social propiamente dicha. Una entidad cuyos atributos –objetivables mediante variables orgánicas y mecánicas, incluso, psicológicas– permitirían tratarla como «cosa» genérica, como algo dado por la naturaleza, siendo la educación física siempre, y se diría que sólo, el conjunto de actuaciones encargadas de producir en ese cuerpo «natural» las condiciones necesarias para su desenvolvimiento y su adaptación en –y a– cada contexto. Es decir, siendo la educación física el conjunto de actuaciones para su «puesta a punto» dando por buenos, también, RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) muchos de los elementos de la vieja concepción mecanicista del cuerpo fundada sobre los principios del racionalismo cartesiano. Es lo que definiría como la desubjetivación del cuerpo en el sentido de que la preponderancia del discurso biológico y su afán por resaltar los atributos objetivables del cuerpo, termina por invisibilizar los rasgos subjetivos – sociales, culturales, ideológicos, etc.– de la corporalidad. Reduce la pluralidad social de los cuerpos al cuerpo unitario y genérico; desconfigura las corporalidades para reconfigurarlas sintéticamente en el cuerpo abstracto, el cuerpo «resumen», que tan bien representa el atlas anatómico que frecuentemente preside las paredes del gimnasio escolar o los murales del departamento de educación física. Como la educación física no puede y, tal vez, no está interesada en atender la diversidad que la subjetividad corporal impone tanto en términos de género, como de clase social, como de etnia y en general de cultura, ha resuelto configurar el cuerpo escolarmente educable mediante la abstracción en los conceptos universales que la ciencia positiva proporciona; es decir, mediante la extirpación de los significados implícitos y explícitos de los rasgos corporales, mediante la desposesión de las necesidades y de las expectativas particulares o, lo que es lo mismo, mediante la homogeneización somática. La educación física construye, así, el cuerpo sin historia, el cuerpo físico, del que importa, sobre todo, su adecuación a los discursos y a los recursos escolares: un cuerpo culturalmente abstracto, existencialmente vacío de contenido y políticamente disponible (Vicente, 2006). Un cuerpo culturalmente abstracto, porque frente a la variabilidad identitaria que proporciona la experiencia y los aprendizajes corporales concretos en la discontinuidad y conflictividad vital de lo cotidiano, se ve acuciado por la permanencia sustancial y seguridad racional de la anatomía, por la regularidad del recurso didáctico, por la unicidad de las estructuras de aprendizaje institucional y por la conformidad a los esquemas hegemónicos de consumo corporal, pero que disocia los aprendizajes del cuerpo de la vida cotidiana y sus requerimientos. Un cuerpo existencialmente vacío de contenido, porque la lógica de la escuela, a la que como se ha dicho van todos pero que de ninguna manera es de todos, prescribe, como condición de aprendizaje gradual, sistemático, metódico y evaluable la disolución de todos y cada uno de los rasgos somáticos de inserción histórica; en cierto modo, y en aras de la igualdad administrativa, exige el borrado de la memoria tanto personal como social y cultural del cuerpo, lo que permite la reordenación de las capacidades y habilidades esperables de acuerdo con los esquemas de representación y práctica instrumental de la agencia escolar. Dichas cualidades subvierten la diversidad en una pura diferencia de grado de cualificación que, por lo demás, exalta el rango a partir de la aptitud, y tal vez de la actitud, demostradas. Y, finalmente, un cuerpo políticamente disponible, porque la experiencia corporal es siempre un espacio de producción ideológica de modo que, una vez abstraídos los cuerpos en el concepto y despojados de su identidad más esencial, la política, queda apto también para recibir la experiencia corporal posible en la educación física: la experiencia definida por el lenguaje y los esquemas de verdad escolares siempre en consonancia con los postulados éticos, estéticos, morales e ideológicos de la clase dominante: la burguesía próspera, culta, deportiva y saludable; mejor, la burguesía consumidora de prosperidad, cultura, deporte y salud. La desubjetivación del cuerpo, la redefinición orgánica de este, es tributaria en gran medida de un proceso de medicalización ya viejo pero que en las últimas décadas ha hecho mella en prácticamente todas las esferas de la vida cotidiana (Vicente, 2007a). La medicalización no sólo constituye un lenguaje para los asuntos del cuerpo sino que, sobre todo, impone un estilo de vida y una concepción general del mundo que, entre otras servidumbres, supone una renuncia cada vez más importante a la libre decisión sobre el propio cuerpo en favor de una autoridad pericial que ha derivado en una cada vez más presionante ordenación y normalización de la vida de los individuos; ordenación y normalización que se sirve de la representación del cuerpo un espacio neutro y racional, como la máquina humana, sobre la que se puede actuar, sí, pero donde las posibilidades de intervención sobre él, incluso las de índole didáctica, quedan estrictamente sometidas a las leyes de la fisiología y de la física) Número 17, 2010 (1º semestre) con el objeto de producir «mejoras» entendidas estas como requisitos del desarrollo, el perfeccionamiento, la adaptación, el incremento de la eficiencia fisiológica o mecánica de cada sujeto. Aquí, los conflictos que la diversidad social ocasiona a la escuela quedan resueltos ante la posibilidad cierta de la comparación de los cuerpos-organismo y, por lo tanto, ante la reveladora definición del cuerpo plenamente educado: el «cuerpo eficiente», el «cuerpo hábil» el «cuerpo sano», el «cuerpo en forma», el «cuerpo en equilibrio psicofísico», etc.; es decir, el cuerpo ajustado a los parámetros de la racionalidad positivista e instrumental en la que el diseño didáctico queda subsumido en un puro abastecimiento de «habilidades» y de «capacidades» físicas y, en consecuencia, la evaluación de la acción pedagógica, reducida a una mera valoración de dicha eficiencia, mediante cualquier prueba estandarizada de capacidad; una evaluación cuya pretendida neutralidad valorativa solidifica la percepción funcionalista de la realidad y coadyuva a la perpetuación de los saberes hegemónicos y del orden social establecido. A este respecto, es revelador el principio en el que, a fin de cuentas, se materializa la filosofía evaluadora de la educación física escolar: la filosofía de la comparativa de cuerpos objeto: cuerpos suficiente, insuficiente o deficientemente «finalizados», cuerpos provistos o no del contenido «motor» esperable en términos de eficiencia, cuerpos bien o mal adaptados. Filosofía comparativa donde, en última instancia, las diferencias individuales (reducidas a capacidades, aptitudes, competencia, etc.) se computan, no como variables socioculturales (de recursos simbólicos, de intereses, de expectativas, de representaciones, de significados, etc.), sino como una variabilidad meramente técnica resultante de la ecuación entre el patrimonio biológico y el aprovechamiento de los medios técnicos (didácticos u otros) disponibles; medios que, por otra parte, son concebidos, construidos y aplicados a la consecución del ciudadano atleta, el ciudadano isotónico, disciplinado y eficiente, el ciudadano dispuesto y comprometido a mantener de por vida el hábito del ejercicio físico y a consagrarse a la búsqueda permanente del estado de salud. 4. La ilusión didáctica: el conocimiento pericial como creencia Ni la concepción sustancial de la educación física –a partir de la cual, para muchos, su presencia en la institución escolar estaría justificada por sí misma–, ni la practicidad escudada tras una intensiva capitalización de propiedades formativas o bajo la consideración del sujeto pedagógico como una mera variable orgánica, podrían constituirse como mecanismos legitimadores de la materia escolar si el conjunto de tópicos que les da forma no estuviera entretejido por la trama de creencias (pedagógicas) profesionales; si no estuviera sostenida por una genérica cultura profesional confiada, más allá de las críticas institucionales o del desánimo personal de muchos profesores, en la que suponen una (incontestable) virtualidad educativa de la experiencia corporal bajo un adecuado diseño pericial. Es a esta clase de creencias y a ciertos dispositivos emocionales que operan en la configuración de la cultura profesional como inhibidores críticos a lo que aquí denominaré «ilusión didáctica», algunos de cuyos aspectos serán analizados en los siguientes subapartados. 4.1. La practicidad en la educación física: sobre la pesca de peces y otras especies pedagógicas raras Es bien conocido aquél viejo proverbio chino: «dame un pez y comeré un día, enséñame a pescar y comeré todos los días»; alegato proeducativo donde los haya que, sin embargo, nada nos dice respecto de qué hacer, si llegado el caso, todos los peces del río se extinguieran devorados por una escurridiza especie anfibia, por la voracidad piscícola de la creciente población china o si, por el cambio climático, el río chino desapareciera con todos sus nutritivos moradores: ¿seguirían los maestros chinos enseñando a sus alumnos a pescar? Mi opinión es que si, llegado ese caso, y para entonces el sistema educativo chino estuviera adaptado a los modelos pedagógicos occidentales –por ejemplo el modelo pedagógico de la educación física–, la respuesta sería que sí; en las escuelas chinas se seguiría enseñando a los escolares a pescar, y entre RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 81 - otros loables razonamientos que pugnarían por mantener enseñanzas tan poco prácticas dentro del currículo estaría aquél que dijera que lo importante del arte de la pesca no reside en la utilidad de esta para conseguir los frutos fluviales sino en el arte mismo, en la grandeza que entraña el dominio de sus aperos y en las capacidades que desarrollaría para, por ejemplo, cazar canguingos o chibiritainas. A este respecto, la ficción creada por Harold Benjamin (Peddiwel, 1939) propósito de la educación paleolítica constituye un contrapunto digno de tenerse en cuenta; resulta en especial ilustrativa de los dispositivos de conservación curricular de la educación física escolar a pesar de las constantes innovaciones y renovaciones a la que se ve sometida, al menos teóricamente: había una vez peces, caballos lanosos y tigres dientes de sable, y así la educación incorporaba sabiamente captura-de-peces-con-las-manos, reunión-de-caballos-lanosos y ahuyentamiento-de-tigres-dientes-de-sable-con-fuego. Más tarde las aguas se enturbiaron y la captura de peces se hizo más difícil, los caballos fueron reemplazados por rápidos antílopes y los tigres por osos. Aunque la comunidad se fue adaptando a las nuevas condiciones para sobrevivir y hubo quien pidió cambios en el curriculum, los sabios no oirían hablar de ninguna clase de cambio: con todos los intrincados detalles de la captura-de-peces, reunión-de-caballos y ahuyentamientode-tigres, el curriculum escolar estaba ya demasiado cargado como para añadir las caprichosas novedades y ringorrangos que supondría aprender a confeccionar redes, a colocar trampas para antílopes o a matar osos; al fin y al cabo, dirían los sabios ancianos, «no enseñamos a capturar peces con el fin de capturar peces; lo enseñamos para desarrollar una agilidad general que nunca se podrá obtener con una mera instrucción. No enseñamos a cazar caballos a garrotazos para cazar caballos; lo enseñamos para desarrollar una fuerza general en el aprendiz que nunca podrá obtener de una cosa tan prosaica como cazar antílopes con trampas. No enseñamos a asustar tigres con el fin de asustar tigres; lo enseñamos con el propósito de dar ese noble coraje que se aplica a todos los niveles de la vida y que nunca podría originarse en una actividad tan básica como matar osos… Habéis de saber que la esencia de la verdadera educación es la intemporalidad, que hay verdades que permanecen a través de las condiciones cambiantes y que el curriculum de dientes de sable es una de ellas» (Peddiwel, 1939, pp. 24-25). Sobre el trasfondo del proverbio y la ficción, se plantean los dos grandes modelos de legitimación de la educación física; modelos en la práctica complementarios y a menudo con fronteras poco diáfanas, pero que según su predominio caracterizan, a su vez, dos tipos de creencias en torno a la materia. Uno de ellos, tal vez el primero en el tiempo, de carácter más pragmático, es el modelo de legitimación extrínseca según el cual la educación física reportaría, con el cumplimiento de sus objetivos pedagógicos, beneficios en términos de habilidades, capacidades, disposiciones, aptitudes, actitudes, méritos, etc., que permitirían satisfacer algunas, o muchas de sus necesidades de orden somático: saltar, correr, resistir, meter muchos goles, cuidarse, etc. Otra cosa es que las capacidades y habilidades en las que forme valgan o no valgan al alumno; sean necesarias o no; estén ajustadas a las necesidades de todos, de unos pocos o de casi ninguno; sea discriminatorio por su concepción y selección, o no lo sea, etc., (de lo cual ya se ha discursado). La cuestión que se dirime es que este modelo de legitimación parte de unas supuestas necesidades respecto de las que se proveen y sistematizan ciertos aprendizajes que permitan satisfacerlas con mejores garantías a quienes se someten al proceso educativo. Aquí, el diseño y el desarrollo curricular se puede definir como un proceso de búsqueda de las necesidades e intereses de los alumnos, así como de los medios más eficaces para su consecución con todas las dificultades que supone la definición y la determinación de tales necesidades e intereses; especialmente, las dificultades que implica el hallazgo de los principios en virtud de los cuales puede y debe hacerse la jerarquía de necesidades y, en función de ella, la selección de objetivos, de contenidos, de actividades o de métodos: por ejemplo, la definición de «alumno», la definición de «necesidad», la definición de «sujeto (suficientemente) educado», la definición de «aptitud», etc. - 82 - El segundo modelo tiene mucho que ver con los que señalaba en el apartado denominado «capitalización intensiva de propiedades» y que, en última instancia, justifica la disciplina por un supuesto valor intrínseco de la materia o de las actividades que la conforman. Un valor indiscutido a cuyo reclamo se urde toda una red propiedades tan loables como indemostrable es que dichas propiedades no concurran de igual manera en actividades pedagógicas absolutamente diferentes, o simplemente en la actividad cotidiana fuera del espacio de asistencia y tutelaje escolar. Se trata de aquellas propiedades que se ajustan muy bien al desideratum «merece la pena ser aprendido», pero cuyo resultado es difícilmente constatable y, sobre todo, es difícilmente constatable la influencia que la acción pedagógica específica –en este caso de la educación física– pudiera haber tenido en dicho resultado. Algo que no desacredita totalmente dicha acción pedagógica específica –si se considera que (casi) cualquier producto cultural puede ser valioso–, pero sí anula el argumento por el que se pretende justificar la presencia obligatoria de la materia en la institución escolar, porque dicha presencia exige, además de la valía cultural genérica, otras condiciones de pertinencia entre las que la practicidad ha de ocupar, nos parece, un lugar de privilegio. En la práctica, ambos modelos comparten espacio y funcionan indistintamente entre los profesionales, con mayor énfasis en uno u en otro según el momento, las condiciones, el contexto o según el destinatario de las explicaciones –si es que se trata de explicar a alguien el porqué de la educación física–. Lo que nos llama la atención es que el discurso de las justificaciones de carácter extrínseco (el discurso de las justificaciones pragmáticas) ha ido perdiendo espacio a favor de las de carácter intrínseco (aquellas que tienden a legitimar la materia por el valor que posee en sí misma o por el valor íntimo de sus contenidos: juego, deporte, experiencia corporal, etc.). Y aunque el motivo de tal perdida de espacio suele achacarse a la aureola reaccionaria que tiene todo pragmatismo –lo cual hace buscar, por lo menos a los profesores más activos e innovadores, justificaciones de más «alto valor» y razonamientos más complejos y elaborados como los que se pueden arañar a la filosofía, la antropología o a cualquier disciplina de corte «humanístico»–, en mi opinión, es una simple deriva argumental como consecuencia de la disolución de una practicidad obsoleta, poco atenta a las necesidades e intereses de la sociedad contemporánea y que la sátira de Harold Benjamin expresa de forma tan elocuente: una practicidad anclada en necesidades e intereses viejos y escasamente representativos para muchos de los integrantes de las generaciones que forman la sociedad contemporánea, unida a la secular resistencia institucional a prescindir de dichos contenidos e incorporar otros diferentes más acordes con las diversas realidades sociales y culturales. Resistencia a prescindir de dichos contenidos, considerados «sustanciales», «esenciales», «naturales», valiosos per se y que encubren una posición inmovilista mucho más reaccionaria que la practicidad a la que aquí se apela. Tal vez convenga precisar aquí –aunque esté ya concluyendo el artículo– una cuestión de principios. Desde mi punto de vista, la practicidad como argumento justificativo de la pertinencia de una materia en la escuela no sólo no es algo reaccionario sino que es el único punto de apoyo sólido que permite legitimar la acción pedagógica que dicha materia implica. Otra cosa es qué elementos se consideran prácticos y cuáles no; bajo qué criterios se concibe la practicidad, con vista a qué clase de necesidades y, puesto que la población escolar no es homogénea, qué grupos se identifican con los patrones de practicidad interpuestos. Practicidad es atender las capacidades físicas y las habilidades que son necesarias para el desempeño eficiente en las prácticas lúdicas y de ocio o estéticas que demandan las clases acomodadas, si bien estas sean clasistas; también es practicidad atender las capacidades físicas que son necesarias para un desempeño no subyugante en la vida laboral y doméstica, por ejemplo, de un transportista, de una vendimiadora o de un estibador. Es evidente que ambos criterios de practicidad dicen cosas muy diferentes acerca de cómo debería ser la educación física. En otros términos; es en la identificación de los intereses y en la selección de los contenidos y los medios apropiados para satisfacerlos donde cabe la discusión sobre si la practicidad es o no reaccionaria, si es clasista, si es sexista, etc. Es preciso aclarar a este respecto que «practicidad» –o RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) funcionalidad práctica y utilitaria de la educación física– no significa asunción de las concepciones funcionalistas de la sociedad que se han comentado críticamente más arriba de acuerdo con lo que Wright Mills (1999) denominaba practicidad liberal, conformista, acomodaticia y moralizadora; ni tampoco significa aceptación de los principios de eficiencia técnica de la razón instrumental cuya producción monopolística obedece a criterios de producción para el consumo y que el sociólogo norteamericano denominaba practicidad antiliberal, disciplinaria, controladora, autoritaria y economicista (Mills, 1999). Antes bien, constituye una apuesta por el sentido práctico de los aprendizajes corporales según criterios de producción (del cuerpo) para el uso propio, para el uso comunitario significativo y contextualizado y, en todo caso, para un uso libre de las servidumbres del consumismo del cuerpo; es decir, encaminados a la satisfacción de necesidades operativas comunes de gentes comunes en toda su diversidad: necesidades de destreza y habilidad simples pero útiles en la vida cotidiana, lejos de la hipertecnificación del ejercicio físico, lejos de la cinética corporal abstracta, burocratizada, sistemática y regular y, asimismo, lejos de la institucionalidad de unas capacidades físicas racionalmente evaluables pero culturalmente desconectadas de la vida cotidiana para la mayoría. Constituye una apuesta, entonces, contra la exclusividad que suponen las prácticas corporales de clase, de cuyo contenido técnico o estético o ideológico se nutre el patrimonio distintivo la dominación cultural. A este respecto, en la medida en que el proyecto pedagógico implícito se oriente a la capacitación para el desempeño no sólo de actividades simbólicas, recreativas, estéticas, etc., sino también y sobre todo a la capacitación doméstico-laboral: asimismo, en la medida en que se dirija no a la perpetuación del sistema y sus desigualdades mediante la inculcación-reproducción de los modelos de acción hegemónica, sino a la transformación social mediante el desarrollo de capacidades críticas, deliberativas, de innovación y transformación, igualitaristas, con respecto a los usos y consumos corporales, la intervención educativa resultará eminentemente práctica. A fin de cuentas, «practicidad» es también aplicar los recursos pedagógicos a las necesidades culturales de emancipación, individual o colectiva, respecto de la presión que ejercen los usos y los valores de la cultura física dominante a menudo enunciados con términos de dudosa neutralidad moral e ideológica tales como autosuperación, autodominio físico, placer del movimiento, cuidado de sí mismo, etc. las cuales forman parte de la sensibilidad emergente de las clases urbanas acomodadas y de una relación del individuo con su cuerpo muy al gusto, y conforme a los intereses, de los miembros más consumistas de dichas clases. A este respecto, volviendo a los tipos de justificación sobre los que aquí se debate, como complemento de las justificaciones intrínsecas, ajenas a la denostada practicidad, tiene lugar, paradójicamente, una hipertrofia del discurso técnico. A falta de discusión –especialmente discusión ideológica, pero también a falta de discusión moral y práctica– sobre los criterios de selección de los objetivos educativos y sobre la utilidad de estos, dado el supuesto valor intrínseco de las acción físicoeducativa y de los contenidos de esta, se ha desarrollado todo un cuerpo argumental sustitutivo superficialmente técnico que en la práctica funciona como creencias de corte dogmático: la creencia en la eficacia técnica de la didáctica amparada en la verosimilitud que reporta la relación mecánica entre medios y fines, por muy endeble que sea, socialmente hablando, la operatividad o la practicidad de los fines; asimismo, la creencia según la cual dicha eficacia técnica –en el caso de ser cierta– agotaría el campo de las controversias pedagógicas de la materia. Es a esto a lo que denomino el conocimiento pericial como creencia; elemento fundamental de la ilusión didáctica que, combinando los principios ideológicos de la racionalidad instrumental –los principios de la eficacia productiva, no tanto para el uso como para el consumo especulativo– con los resortes emocionales del idealismo pedagógico, sólo puede contribuir a disolver un debate mucho más perentorio en la educación física: el debate del sentido (cultural, ideológico y político) de la materia escolar y de los contenidos en los que instruye sea cual fuere la eficacia con la que lo hace. Número 17, 2010 (1º semestre) 4.2. De la (supuesta) vastedad, suficiencia y neutralidad pedagógica del deporte El conocimiento pericial como creencia, la ilusión didáctica, es, posiblemente, compartida por buena parte de los maestros y profesores de muchas materias escolares y tal vez podamos convenir en que está fuertemente relacionada con el carácter vocacional que siempre han mostrado las profesiones de la enseñanza. Sin embargo, es preciso resaltar que el carácter vocacional que manifiestan los profesores de educación física se ha visto incrementado por la tradicional relación –a veces identificación– entre la educación física y la práctica deportiva y el hecho de que, desde hace bastantes décadas, todas las cohortes de ejercientes hayan estado nutridas mayoritariamente por deportistas de mayor o menor nivel de implicación y dedicación, pero cuyo vínculo emocional, más que racional, con el deporte ha determinado la inclinación profesional hacia la educación física (Vicente, 2001). Dicho vínculo, que puede explicar el entusiasmo pedagógico en los profesores de educación física, ha podido constituir también una cortapisa para la reflexión crítica sobre la educación física como materia escolar y un freno a la innovación; sobre todo, un freno al análisis de la filosofía que informa y orienta los objetivos de la materia. En todo caso, ha podido suponer una limitación a la comprensión amplia de al materia y sus significados alimentada, en parte, por la común propaganda institucional que ha llegado a encumbrar al deporte a la categoría de actividad física más importante de nuestra sociedad y para el que no dejan de proclamarse sus beatíficas virtudes moralizadoras y normalizadoras. Tal vez, una de las más arraigadas creencias que mantienen los profesores de educación física –aunque no solamente ellos– sea la que tiene que ver con la vastedad de la experiencia corporal deportiva y la virtualidad educativa que por sí misma procuraría la acumulación de dicha experiencia corporal; una vastedad a la que, en ocasiones, se suma la idea de suficiencia. Me refiero a la concepción, ya recurrente, de que la gran variedad de las especialidades deportivas, con la infinidad de técnicas corporales que dichas especialidades suponen, contiene una gama tan grande de técnicas y de acciones corporales para los alumnos, así como de gasto calórico, que con la sola práctica del deporte se podrían cubrir todas las expectativas de desarrollo de habilidades y capacidades físicas. No cabe duda de que la práctica deportiva implica un compromiso exhaustivo del cuerpo: en la mayor parte de los casos un gran compromiso energético y muchas ocasiones un importante compromiso técnico, perceptivo, coordinativo y de toma de decisiones; es en este tipo de argumentaciones donde la educación física trata de sostener un carácter eminentemente deportivo a lo que, en ocasiones, añade el papel formativo de la competición y de la autodisciplina que dicha competición impone. Sin embargo, es necesario plantearse si el espectro de la motricidad que abarca la práctica de los deportes y el aprendizaje de sus técnicas, incluso si verdaderamente tuviera cabida en la escuela una amplia gama de especialidades –que no suele ser el caso por la evidente escasez de recursos espaciales, temporales, materiales y de formación del profesorado–, constituye, o no, un tipo de experiencia cuya capacitación tenga alcance más allá de la propia prestación deportiva. Mi opinión es que muy escasamente la tiene; considero que el carácter eminentemente abstracto de las técnicas deportivas supone grandes limitaciones formativas en aspectos tales como la creación, la expresión, la capacidad deliberativa, la introspección, la apreciación estética, etc., que a menudo figuran como estandarte de los objetivos de la educación física. Diría, incluso, que supone grandes limitaciones respecto del desarrollo de habilidades sociales en tanto que las relaciones que propicia el deporte están muy determinadas, en su mayoría, por el antagonismo competitivo. Por otra parte, el tan alto grado de especialización, y a menudo automatización, de la dinámica interna de las acciones deportivas deja escaso margen para que los aprendizajes deportivos tengan efectos prácticos significativos sobre las habilidades, físicas y no físicas, que los destinatarios de la acción pedagógica requerirán en la vida cotidiana. A este respecto, la teoría de la transferencia motriz nos parece sólo una coartada destinada a mantener el estatus pedagógico de unas prácticas RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 83 - que de otro modo serían consideradas escasamente formativas incluso cuando el deporte se auspicia bajo el subterfugio del juego. A este respecto, no sería posible mantener la creencia en las virtudes pedagógicas del deporte si este no se hubiera hecho depositario de los más altos valores culturales mediante la aplicación mediática de tan extensas propiedades formativas y reformativas como las que acapara: enmienda para transgresores, moral para amorales, correctivo para delincuentes, revulsivo para vagos, pedagogía para inadaptados, etc. además de medicina para enfermos y entretenimiento para aburridos. Si ninguna práctica corporal existe de manera independiente de los gustos y de las propias necesidades del grupo social en cuyo seno aparece y a cuyos intereses responde, es evidente que el deporte ha de constituir alguna clase de ideología particular bajo la cual se configuran su modo de practicar lo que necesariamente opera como dispositivo de legitimación cultural al servicio de los intereses (culturales, sociales, económicos, etc.) de los grupos que lo imponen (Vicente, 1996, 1997, 2006): la clase dominante, la etnia dominante, el género dominante. No es esta la ocasión para extendernos en la crítica a la ideología deportiva, pero sirva sugerir una reflexión sobre el tipo de valores que supone y enseña la competición deportiva, así como el camino para llegar a ella: el entrenamiento intensivo, la renuncia ascética, la selección metódica y permanente; cierto cultivo del individualismo, no sin importantes dosis de agresividad, acompañados de lo que se ha dado en denominar el papel educativo del «ídolo deportivo» y que, desde mi punto de vista, constituye una modalidad pedagógica que lejos de fomentar el sentido crítico, la autonomía o la creatividad, etc., inculca el modelo social de las adhesiones incondicionales, del aprendizaje por imitación, de la ensoñación alienante de la gloria de otros, del culto al éxito y a la apariencia, etc. Por otra parte, los modelos deportivos, en cualquiera de sus facetas no se distinguen ni por tener estructuras democráticas ni un modo de funcionamiento igualitarista; más bien, se caracteriza por la verticalidad de sus estructuras, las cuales se imponen como requisito de las relaciones de autoridad que otorgan legitimidad a formas abiertas de discriminación como, por ejemplo, las de genero –que en otros ámbitos se combaten por inaceptables–, y a formas de discriminación no tan abiertas pero igualmente inadmisibles como las de clase o de etnia. 4.3. La experiencia corporal como pretexto Evidentemente, las sensibilidades pedagógicas en torno a la educación física no se limitan en exclusiva a las que la enseñanza del deporte determina ni al desarrollo de capacidades y aptitudes definidas por lo deportivo, aunque estas sigan siendo hegemónicas. Muchas de las iniciativas denominadas innovadoras o alternativas han puesto sobre la mesa contenidos hasta hace poco escasamente relevantes en el conjunto curricular de la materia; incluso, algunas de ellas han encontrado refrendo en disposiciones normativas que, al menos en la letra, abogan por una educación física más allá del deporte, en aras de una formación corporal plural y diversa dando cabida, por ejemplo, a las actividades artísticas del cuerpo y expresivas en general. Nociones como cuerpo simbólico, cuerpo expresivo y comunicativo unidas a la bien arraigada idea de necesidad funcional de movimiento han ido otorgando relevancia a la categoría pedagógica de la experiencia corporal que ha permitido ir más allá del corto alcance que pudiera tener el dominio de una técnica corporal concreta –deportiva o no– y también más allá de la provisionalidad de la capacidad orgánica desarrollada. Todas ellas han contribuido a modificar algunos de los más acendrados presupuestos de la educación física tradicional, hasta el punto de que no parece que ningún discurso sobre la materia pueda prescindir, hoy, de la justificación que constituye la necesidad de experiencia corporal. Sin embargo, dicha necesidad, indiscutible por lo genérica y ambigua, sirve para implantar actividades y para producir aprendizajes cuyos valores culturales y prácticos concretos pueden ser de muy distinta condición y, por lo tanto, de muy diferente significado; desde la práctica de libre juego hasta la carrera extenuante pasando por la danza, el deporte, el aprendizaje de una técnica manufacturera o la no práctica, todas proporcionan experiencia corporal pero, como ya se ha apuntado, - 84 - imprimen signos muy distintos en la subjetividad y configuran modelos corporales también muy distintos. De donde dicha noción de experiencia, enunciada en abstracto, termina apelando sólo a un requerimiento acumulativo de «movimiento», de actividad física, donde lo que menos parece importar es la adscripción cultural –incluso política– que cada experiencia corporal concreta lleva implícita y, por lo tanto, la significación que produce en el sujeto. No se puede perder de vista que toda experiencia corporal constituye una modalidad cultural de comprensión del cuerpo propio y de su relación con el mundo y con los demás; es un espacio de producción simbólica e ideológica, tanto más en la medida en que su administración pedagógica determina una clase, un tipo, de experiencia corporal que probablemente no todos deseen, de la que no todos disfrutan; un espacio de producción simbólica e ideológica cuyos frutos no sólo no son existencialmente significativos para todos sino que, según la clase social, el género, la etnia o la cultura propia, pueden llegar a sentirse como la agresión simbólica, y a menudo física, que muchos realmente sienten en sus cuerpos. Por añadidura, al servir de apoyo y justificación de la materia escolar, tiende a invalidar todo otro modo relacional y de experiencia con el cuerpo: especialmente los modos no dominantes y, sobre todo, los no escolásticos de tratamiento de la corporeidad y del gesto. Aquí la ilusión didáctica consiste en primer lugar en la creencia de que toda experiencia corporal, por el hecho de poner al cuerpo en movimiento y producir sensaciones, intelecciones o emociones es deseable; y, en segundo lugar, que el saber pericial es capaz de determinar técnicamente la forma y modalidad de administración de la experiencia corporal de modo que sea de interés para los alumnos, sin contar con los alumnos o contando sólo retóricamente, y en genérico, con «el alumno». Si, de acuerdo con McLaren (1995), tenemos en cuenta que los cuerpos no son nunca espacios libres, que son lugares en los que se inscriben las marcas culturales organizando los actos y los afectos, y que históricamente tales inscripciones han operado como regulaciones prácticas al servicio del régimen dominante de la cultura, entonces ¿qué otro sentido que el funcional y técnico se pueden encontrar en los distintos elementos de la liturgia pedagógica del cuerpo?; ¿qué sentido y qué significación tienen, por ejemplo, el uso del chandal, las zapatillas deportivas, el calentamiento, la ceremonia del ejercicio y tantos otros elementos rituales que conforman la puesta en escena de la educación física escolar? Por encima de la funcionalidad declarada que todos ellos poseen, constituyen, individualmente y en conjunto, un signo; un signo tomado en gran medida del código de las formas deportivas en cuyo interior adquiere su pleno sentido. Por encima de la «comodidad y libertad de movimientos» que reporta el atuendo deportivo, por encima de la «seguridad» que reportan las zapatillas deportivas, por encima de la «funcionalidad fisiológica» del calentamiento, etc., la escenificación de todo ello constituye, no se puede negar, una expresión de los principios que informan la educación física escolar y que comúnmente aceptamos. Lo mismo se podría decir del sentido y significación del paisaje escolar cuyos patios y gimnasios se adornan indefectiblemente con el consabido aparataje deportivo o, asimismo, de la porción seleccionada de los contenidos y hasta de la propia conceptualización y catalogación de las cualidades que la educación física trata explícitamente de desarrollar a través del tipo de experiencias corporales que las estructuras académicas permiten proveer. Quiero decir que frecuentemente la experiencia del movimiento pedagógicamente administrada es un exponente ideológico de la sensibilidad dominante. Con gran probabilidad (sociológica), los principios y valores que la conforman no serían, sino los principios y valores de una fracción con capacidad para proponer e imponer su propio estilo de vida y en cuyo vértice se sitúa la estrategia por la cual tratamos –en las sociedades modernas y tecnológicas– de convencer y de convencernos de la necesidad de someternos a un proceso de acondicionamiento que es, sobre todo, un proceso de entrega a la mirada pericial del profesor bajo la ensoñadora ilusión de que este, al igual que el agricultor separa el grano de la paja, nos hace distinguir entre la buena y la mala práctica ofreciendo a sus alumnos sólo aquello que está pedagógicamente contrastado: relación de poder que se cierne RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) inevitablemente sobre ese espacio privado e íntimo que es el cuerpo propio. Relación de poder que lo es más en cuanto que, como toda acción pedagógica, pretende perpetuarse como mirada, más allá de la inmediata observación física que se da en ese tiempo y en ese espacio institucional que es la escuela, con el objeto de asegurar la eficacia de la experiencia: una adherencia casi constitutiva a los modos en que corporalmente debemos ser, hacer, sentir; los motivos por los que debemos sufrir y disfrutar; las formas legitimadas de la corporalidad. Muchas de las justificaciones pedagógicas de la educación física han encontrado raíz y respaldo en las modernas teorías psicobiológicas del desarrollo (Walkerdine, 1995), y la importancia que estas conceden al movimiento corporal en casi todos los órdenes. No se discute en este sentido que el movimiento sea necesario por más que favorezca o no la inteligencia, (creencia que merecería un amplio debate); pero la justificación de la educación física en este dominio, da un salto en el vacío y de la necesidad del movimiento deduce la imposición del ejercicio físico. Que el movimiento sea necesario no implica que lo sea el ejercicio físico ni ninguna modalidad cultural en la que este se manifiesta; en todo caso, no implica que sea necesaria su escolarización reducida a un proceso de modulación del desarrollo orgánico que encarna un sistema destinado, al fin y al cabo, a crear consumidores, competidores y contribuyentes satisfechos. 5. A modo de conclusión Como reflexión final es preciso poner de relieve los intentos innovadores y transformadores que buena parte del profesorado, incluso algunas legislaciones, han ido poniendo en marcha en las últimas décadas. Es evidente que el conjunto de todo ello ha transformado en el medio plazo la materia académica y, con ella, el sentido de los aprendizajes corporales escolares. Sin embargo, desde una perspectiva amplia y de largo plazo tales cambios admiten una lectura algo más pesimista que aquella que trata de proyectar el pedagogo idealista; tales cambios han de verse también como una reacción estratégica de dominación ante los nuevos retos que tienen ante sí las clases dominantes para mantener y acrecentar su hegemonía. Serían, entonces, cambios que, parafraseando a Foucault (2005), se imponen para responder a exigencias de coyuntura pero que en conjunto se inscriben en el proceso de mutación general de administración disciplinaria. A este respecto, indagar en los procesos de configuración de la educación física, incluso si auspiciara un debate abierto y generalizado sobre los mecanismos de legitimación de los contenidos, los objetivos, los métodos y la propia filosofía de la disciplina –como el aquí se ha tratado de plantear–, no es ninguna garantía de transformación. Según señalaba al principio, en la historia de la educación física de nuestro entorno y, en particular, de la española, tal vez no se ha vivido otra época de ebullición crítica teórico-práctica como la de las tres últimas décadas y, sin embargo, el tipo de cambios experimentados por la disciplina no pasan de ser, a mi juicio, leves y banales adaptaciones técnicas a los dictados de la moda que poco tienen que ver con los propósitos, a menudo enunciados, de significatividad de los aprendizajes corporales, emancipación, desarrollo del sentido crítico respeto a la diversidad cultural, aminoración de las desigualdades, etc. Son cambios que, desde mi punto de vista, tienen poco que ver con el desarrollo de la apreciación crítica de los usos diversos del cuerpo en una sociedad como la nuestra en la que el saber legitimo –y acomodado– exalta el cuerpo deportivo, el cuerpo lúdico, el cuerpo en forma, el cuerpo bello, etc., tal como lo perciben o lo sueñan las clases con capacidad para construir y difundir discursos y prácticas deportivas, lúdicas, de la forma física o de la belleza. Sin embargo, no podemos quedarnos con los brazos cruzados esperando que la imparable fagocitación del pensamiento crítico por parte de los saberes técnicos y el conocimiento legitimado termine por invisibilizar a aquellos que en los procesos sociales de distribución de los recursos materiales y simbólicos para el uso del cuerpo han ido quedando en los márgenes de la cultura física legítima; tampoco, podemos esperar a que las bienintencionadas ilusiones pedagógicas de la sociedad bienpensante ahoguen las oportunidades reales para la igualdad mediante Número 17, 2010 (1º semestre) la aplicación formal y neutra de un inicuo procedimiento de igualdad de oportunidades que sigue descansando en la creencia de que el conocimiento que dispensa la escuela es neutro y su adquisición, nada tiene que ver con la clase social, la etnia-cultura, el género, etc. Algo que es especialmente relevante en el caso de la educación física, donde las concepciones dominantes sostienen que cuerpo es algo naturalmente dado. No podemos esperar, entonces, que análisis de esta clase provoquen un cambio sustancial pero sí, al menos, que el paulatino desvelamiento de los mecanismos de legitimación del conocimiento técnico que sustenta la educación física escolar contribuya a conservar el problema; es decir, que ayude a que el conflicto ideológico y político que supone intervenir en el cuerpo –en los cuerpos– y en sus aprendizajes no se disuelva, por saturación de la racionalidad instrumental y de las nociones funcionalistas que alberga, en un mero problema de ingeniería didáctica. 6. Bibliografía Berger, P. y Luckmann, T. (2003). La construcción social de la realidad. Buenos Aires:Amorrortu. Bourdieu, P. (1991). El sentido práctico. Madrid: Taurus. Cagigal, J. M. (1979). Cultura física y cultura intelectual. Buenos Aires: Kapelusz. Clement, J-P. y Herr, M. (1993). L’identité de l’education physisque scolaire au XXe siècle. Clermont-Ferrand: AFRAPS. Corbin, A. (1991). El secreto del individuo. 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Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación 2010, nº 17, pp. 86-89 © Copyright: 2010 Federación Española de Asociaciones de Docentes de Educación Física (FEADEF) ISSN edición impresa: 1579-1726. Edición Web (www.retos.org). Influencia de la primera posesión sobre el marcador parcial y final en el Campeonato del Mundo de Waterpolo 2003 Influence of the first possession on the partial and final score in the 2003 Water polo World Championship *Francisco Manuel Argudo Iturriaga *Universidad Autónoma de Madrid (España) Resumen: El objetivo de este estudio fue analizar la influencia de coger el primer balón sobre el marcador parcial y final en waterpolo masculino. Se grabaron los 48 partidos disputados por todos los equipos participantes en el Campeonato del Mundo celebrado en Barcelona en 2003. En concreto, la muestra estuvo formada por las 192 acciones de inicio de cada periodo de juego. Se utilizó la metodología observacional. No se obtuvo relación estadísticamente significativa, entre la obtención de la primera posesión del balón y el resultado parcial (p > ,05). Se encontraron diferencias estadísticamente significativas en la influencia de coger el primer balón sobre el marcador parcial en el cuarto periodo (÷2 = 6,906, g.l. = 2; p = ,032). Se encontró una asociación significativa entre el número de periodos iniciados con posesión de balón y el marcador final. Palabra clave: Waterpolo, rendimiento, primera posesión. Abstract: The purpose of this study was to analyze the influence to take the first ball on the partial and final score in male water polo. The 48 matches disputed by the team’s participant in the 2003 Water Polo World Championship, celebrated in Barcelona in 2003, were recorded. In particular, the samples were 192 actions of beginning of every game period. The observational methodology was applied. Statistically significant relation was not obtained, between to take the first ball possession and the partial score (p > .05). Were found statistically significant differences in the influence to take the first ball on the partial score in the fourth period (÷2 = 6,906, g.l. = 2; p = ,032). Were found a significant association between the numbers of periods started with ball possession and the final score result. Key words: Water polo, performance, first possession. 1. Introducción El waterpolo se originó en el Reino Unido a finales del siglo XIX (Smith 1989). Inicialmente surgió como sustituto del fútbol durante los meses de verano (Annett y col. 2000). Se convirtió en deporte olímpico en los juegos de 1900 en París (Annett y col. 2000; Smith 1998). Es un deporte de tradición europea, pero de reciente crecimiento en Norte América y Australia (Colville y Markman 1999). Actualmente el waterpolo se ha convertido en una modalidad deportiva popular y altamente demandada por la sociedad (Farajian y col. 2004). El incremento en el número de practicantes, de equipos y de federaciones, ha constituido el principal motor para que los investigadores se centren en estudiar el waterpolo. Junto al interés social, la evolución del entrenamiento deportivo ha contribuido a que emerjan diferentes estudios preocupados por el análisis de los factores que determinan el rendimiento en esta modalidad deportiva acuática (Bratusa y col. 2006; Bratusa y Dopsaj 2006). De manera que en waterpolo los estudios se han realizado, fundamentalmente, desde la perspectiva fisiológica (Konstantaki y col. 1998; Smith 1998; Colantonio y col. 2003; Tsekouras y col. 2005; Dopsaj y Thanopoulos 2006; Kavouras y col. 2006; Platanou 2006; Platanou y Geladas 2006), psicológica (Marlon y col. 1998; Hatzigeorgiadis y col. 2004; Thanopoulos 2006), biomecánica (Whiting y col. 1985; Elliott 1988; Feltner y Nelson 1996; Feltner y Taylor 1997; Sanders 1999a, b; Stirn y Strojnik 2006) y técnico-táctica (Lloret 1994; Lloret 1995; Argudo 2000; Argudo 2002; Platanou 2004; Smith 2004; Argudo y col. 2007a, b; Argudo y Lloret 2007; Steel y col. 2007). En estos últimos años el interés por los factores técnico-tácticos ha aumentado sobre el resto de aspectos que determinan el rendimiento (Bratusa y col. 2006; Argudo y col. 2007b, c; Argudo y col. 2008). El análisis desde el punto de vista técnico-táctico demanda la estructuración de unidades de análisis tan pequeñas como exija el objeto de estudio, ya que sólo conocer el resultado final de los partidos aporta pocos datos. Estas unidades de análisis se corresponden con las posesiones de balón (Argudo 2000; Argudo 2005). Lo cual permite tener indicadores Fecha recepción: 27-04-09 - Fecha envío revisores: 27-04-09 - Fecha de aceptación: 19-09-09 Correspondencia: Francisco Manuel Argudo Iturriaga C/ Francisco Tomás y Valiente, 3. 28049 Madrid E-mail: [email protected] - 86 - complementarios para conocer el rendimiento de los equipos (De Bortoli y col. 2001; Hughes y Bartlett 2002; Lago y Martín 2007). El número de posesiones de balón que tiene un equipo durante un partido es un factor importante para conocer su dinámica de juego (Montaner y Montaner 2004; Sampaio y col. 2006). Hasta tal punto de considerar las posesiones de balón como el indicador de rendimiento más popular utilizado en fútbol (Carmichael y col. 2001; Lago y Martín 2007). A diferencia que en otros deportes, en waterpolo el estudio de las posesiones de balón se ha realizado, principalmente, como soporte para la explicación de las acciones de juego (Argudo 2000; Argudo y col. 2007b). Y se han dejado de lado, hasta ahora, aspectos considerados importantes en otros deportes como la influencia del número de posesiones (Jiménez y Ruiz 2006; Rampinini y col. 2007), y la duración de dichas posesiones (James y col. 2004; Montaner y Montaner 2004), sobre el resultado final de los partidos. En relación con este último aspecto, uno de los momentos más intensos de los partidos de waterpolo es el de la obtención de la primera posesión del balón al principio de cada periodo de juego. Esta circunstancia del juego conlleva un desgaste inicial de los jugadores, desde el punto de vista fisiológico, para que su equipo obtenga el primer balón. Lo cual refleja que los entrenadores conciban como necesario el desgaste inicial de los jugadores para obtener la primera posesión en cada periodo. Sin embargo, no se encuentran estudios que analicen la influencia de obtener la primera posesión del balón sobre el resultado parcial o final de los partidos de waterpolo. De manera que en la bibliografía existe un vacío importante que impide a los entrenadores de waterpolo otorgarle el valor merecido. Por lo que el objetivo de este estudio fue analizar la influencia de coger el primer balón sobre el marcador parcial y final en waterpolo masculino, en cuanto a ser el equipo ganador, perdedor o terminar empatados. 2. Método 2.1. Participantes La población objeto de estudio estuvo compuesta por los equipos de categoría masculina participantes en el Campeonato del Mundo celebrado en Barcelona, en Julio de 2003. Los partidos analizados se corresponden con todos los disputados a lo largo del campeonato, lo que supuso un total de 48. Al tratarse de un campeonato del Mundo, a los equipos se les supone un nivel elevado y homogéneo de competencia. En concreto, la muestra estuvo formada por las 192 acciones de inicio de cada periodo de juego. RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación Número 17, 2010 (1º semestre) 2.2. Diseño Se utilizó la metodología observacional (Anguera y Blanco 2003), mediante un diseño tipo seguimiento, idiográfico, unidimensional (Anguera y col. 2001), para analizar qué equipo conseguía la primera posesión del balón en cada uno de los cuatro periodos de cada partido y si este hecho guardaba relación con el resultado ganador, perdedor o empate. La unidad de análisis fue la primera posesión de balón de cada uno de los periodos. Las variables y las categorías objeto de estudio fueron: 1. Periodo en el que se disputaba la primera posesión. Se categorizó en: a) primer periodo, b) segundo periodo, c) tercer periodo y d) cuarto periodo. 2. Equipo que obtuvo la primera posesión. Se categorizó atendiendo a cada uno de los equipos participantes. 3. Resultado parcial del periodo. Se categorizó en: a) equipo ganador, b) equipo perdedor y c) empate. 4. Resultado final del periodo. Se categorizó en: a) equipo ganador, b) equipo perdedor y c) empate. 5. Resultado final del partido. Se categorizó en: a) equipo ganador, b) equipo perdedor y c) empate. 2.3. Material El material empleado para la realización de este trabajo fue: 1. Una cámara de vídeo digital (JVC, Everio Full HD-GZ-HD7) y un trípode. 2. Instrumento de registro: Polo análisis v. 1.0 directo (Argudo y col. 2005). 3. Instrumento de observación: sistema de categorías. 4. Paquete estadístico SPSS 15.0. para Windows. 2.4. Procedimiento Se filmaron todos los partidos de competición masculina correspondientes al Campeonato del Mundo de 2003. La técnica de filmación partió del enfoque inicial al centro del espacio de juego, para posteriormente abrir el zoom y captar los límites del espacio en cuestión. Se adiestró a un sujeto (Anguera 2003), con una experiencia de más de 400 horas en observación y registro de aspectos relacionados con el desarrollo de los partidos de waterpolo. No obstante, se obtuvo la fiabilidad intraobservador, dejando un periodo de no observación de siete días, desde la primera observación hasta la segunda. La fiabilidad alcanzada fue superior al 99%. Por último, se procedió a la toma de datos mediante un registro sistemático. Para lo cual se utilizó el software Polo análisis v. 1.0 directo (Argudo y col. 2005). Este es un instrumento desarrollado para la evaluación táctica cuantitativa en waterpolo a tiempo real. La observación fue sistemática y se realizó a posteriori, sobre los vídeos grabados. El registro de los criterios observados se realizó según las instrucciones del software Polo análisis v. 1.0 directo (Argudo y col. 2005). 2.5. Análisis estadístico Los datos registrados mediante el programa Polo análisis v. 1.0 directo (Argudo y col. 2005), se exportaron para archivarlos a través del paquete estadístico SPSS 15.0. para Windows, con el fin de ser tratados estadísticamente. Se empleó la prueba de Chi-Cuadrado para conocer la influencia de la obtención del primer balón sobre el marcador parcial y el marcador final de cada periodo. También se utilizó el test de asociación mediante el estadístico Gamma, para analizar si existía influencia entre el número total de primeras posesiones conseguidas y el resultado final, en tanto en cuanto, ganar, perder o empatar. Todos los análisis fueron acompañados de sus respectivas tablas de contingencia. 3. Resultados No se encontraron diferencias estadísticamente significativas en la influencia de coger el primer balón sobre el marcador parcial (÷2 = 3,179, g.l. = 2; p = ,204). Como muestra la Tabla 1, en el 43% de los periodos Número 17, 2010 (1º semestre) Tabla 1. Influencia de la primera posesión de balón sobre el marcador parcial. Marcador Parcial Coge Primer Balón No coge Gana Pierde n 83 69 Empata 41 % 43 35,8 21,2 n 67 84 40 % 35,1 44 20,9 Tabla 2. Influencia de la primera posesión de balón sobre el marcador parcial por periodos. Marcador Parcial Gana Periodo 1 Periodo 2 Periodo 3 Periodo 4 Pierde Empata Coge No coge Coge No coge Coge n 20 17 18 21 10 No coge 10 % 41,7 35,4 37,5 43,8 20,8 20,8 n 17 17 17 17 14 14 % 35,4 35,4 35,4 35,4 29,2 29,2 n 21 20 20, 21 7 7 % 43,8 41,7 41,7 43,8 14,6 14,6 n 25 13 14 25 10 9 % 51 27,7 28,6 53,2 20,4 19,1 que se consiguió la primera posesión del balón se terminó ganando el periodo. Por el contrario, en el 44% de los periodos en los que no se consiguió la primera posesión del balón se terminó perdiendo el periodo. No se encontraron diferencias estadísticamente significativas en la influencia de coger el primer balón sobre el marcador parcial en los periodos 1 (÷2 = 0,474, g.l. = 2; p = ,789), 2 (÷2 = 0, g.l. = 2; p = ,1) y 3 (÷2 = 0,49, g.l. = 2; p = ,976). Por el contrario, en el periodo 4 las diferencias fueron significativas (÷2 = 6,906, g.l. = 2; p = ,032). Como muestra la Tabla 2, en el primer periodo, el 41,7% de los equipos que consiguieron la primera posesión del balón terminaron dicho periodo con un marcador favorable. En el segundo y tercer periodo, existió una similitud entre el porcentaje de los equipos que sí obtuvieron la primera posesión del balón y los que no la obtuvieron en relación con un marcador favorable. En el cuarto periodo, el 51% de los equipos que jugaron la primera posesión de balón terminaron ganando y el 53,2% de los equipos que no jugaron la primera posesión terminaron perdiendo. Se encontró una asociación significativa entre el número de periodos iniciados con posesión de balón con respecto al marcador final (ã = 0,340, e.t. = 0,133, p = ,014). Como muestra la Tabla 3, la mayoría de equipos que no consiguieron la primera posesión del balón (57,1%) o los equipos que sólo obtuvieron la primera posesión en un periodo (66,7%) perdieron los partidos. Por el contrario, la mayoría de equipos que consiguieron la primera posesión en dos (53,6%), tres (66,7%) y cuatro periodos (57,1%) ganaron los partidos. Tabla 3. Influencia del número de periodos iniciados con posesión de balón respecto al marcador final. Marcador Final Gana Pierde n 2 4 Empata 1 % 28,6 57,1 14,3 0 n 9 18 0 % 33,3 66,7 0 n 15 11 2 % 53,6 39,3 7,1 1 Periodos iniciados con posesión 2 n 18 9 0 % 66,7 33,3 0 n 4 2 1 % 57,1 28,6 14,3 3 4 4. Discusión El objetivo de este estudio fue analizar la influencia de coger el primer balón sobre el marcador parcial y final en waterpolo masculino, en cuanto a ser el equipo ganador, perdedor o terminar empatados. La propuesta de análisis surgió sobre la base de que el resultado de un partido de competición está determinado por los rendimientos parciales de un determinado número de circunstancias (Sampaio y col. 2006). Ya RETOS. Nuevas tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación - 87 - que en situaciones competitivas en las que existen límites temporales, como en waterpolo, lo que ocurre en ciertos momentos de los partidos repercute sobre el resultado final (Hughes y col. 1998; McGarry y col. 2002). En este sentido, la mayoría de los equipos que consiguen la primera posesión del balón disfrutan de un resultado parcial favorable a lo largo de los periodos en cuestión. Y además, el 41.7% y el 51% de los equipos que consiguieron la posesión del balón en el primer y último periodo respectivamente, alcanzaron un resultado favorable al final de dichos periodos. Mientras que en los periodos intermedios, la consecución o no de la primera posesión se relacionó con unos porcentajes similares en cuanto al resultado positivo. Este efecto contrasta con la idea de que algunos entrenadores centran la importancia de los partidos en el principio (Knight 1983 en Sampaio y col. 2006; Sampaio 2001), durante el último periodo (Kaminsky 1990; Sampaio y col. 2006), o durante los instantes iniciales y finales (McGuire 1983 en Sampaio y col. 2006; Newell y Knight 1986). Además de esta relación, se analizó la influencia del número total de primeras posesiones conseguidas y el resultado final. En función de este análisis, todos los equipos que obtuvieron la primera posesión de balón en los cuatro periodos finalizaron venciendo sus partidos. Al obtener el primer balón en tres de los cuatro periodos se observó un mayor porcentaje de victorias que al obtener la posesión de balón sólo en dos periodos. Sin embargo, para los equipos que consiguieron sólo una vez la primera posesión del balón se encontró un mayor porcentaje de victorias que para aquellos que se hicieron con la primera posesión en dos o tres ocasiones. Por lo que, conseguir el balón en la lucha por la primera posesión en los partidos de waterpolo puede responder en mayor medida a factores psicológicos de superioridad. Al no existir estudios similares en waterpolo ni en otros deportes es difícil contrastar los datos, por lo que estos resultados deben ser analizados con precaución. Por este motivo son necesarias nuevas investigaciones que permitan establecer patrones de comportamiento al respecto. Bajo este razonamiento parece interesante, para futuros estudios, analizar los resultados por equipo y remarcando la condición de si el resultado final es o no ajustado. En esta línea y tras examinar la bibliografía, se recomienda que en waterpolo se examine la influencia de la duración y el número de jugadores participantes en cada posesión de balón sobre el resultado final. Así como la relación entre el número de posesiones de balón y la condición de local o visitante y ganador o perdedor. Ya que el análisis del desarrollo de las posesiones de balón permite obtener indicadores de rendimiento (Hughes y Bartlett 2002; Lago y Martín 2007), necesarios a la hora de estructurar la preparación de los equipos (Bratusa y col. 2006; Bratusa y Dopsaj 2006). 5. Conclusión En función del objetivo del estudio y los resultados obtenidos, las conclusiones se indican a continuación: La mayoría de los equipos que consiguen la primera posesión del balón disfrutan de un resultado parcial favorable a lo largo de los periodos en cuestión. La relación porcentual entre los equipos que obtienen la primera posesión del balón en el primer y último periodo de juego y que ganan dichos periodos, es mayor que relación de los equipos que obtienen la primera posesión de balón en el segundo y tercer periodo y que ganan dichos periodos. La mayoría de los equipos que consiguen los primeros balones en dos, tres o cuatro periodos de juego terminan ganando sus partidos. 6. Referencias bibliográficas Anguera, M. T. (2003). La observación. En C. Moreno Rosset (Ed.), Evaluación psicológica. Concepto, proceso y aplicación en las áreas del desarrollo y de la inteligencia (pp. 271-308). Madrid: Sanz y Torres. Anguera, M. T. & Blanco, A. (2003). 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