FRONTERAS COMUNES El material contenido en estas hojas informativas de FRONTERAS COMUNES muestra los temas de trabajo más importantes de la organización y se autoriza la distribución de dicho material siempre que se respete fuentes de envío y autoría. Convenio de Rótterdam y Convención de Basilea La Convención de Basilea para el Control Transfroterizo de Residuos Peligrosos y su Disposición, aborda el problema de los residuos peligrosos y su movimiento transfronterizo, así como un manejo ambientalmente racional de los mismos. Esta convención debiera regular que los residuos tóxicos de los países desarrollados no sean enviados para su disposición final a otros en economías de transición o en vías de desarrollo. Fue firmado por México en 1989 y ratificado en el año de 1991. Sus principales objetivos son: reducir la generación de residuos peligrosos y mantener su movimiento transfronterizo al mínimo; asegurar el manejo ambientalmente adecuado de los residuos peligrosos (guías técnicas); cooperar en la promoción de nuevas tecnologías que reduzcan la generación de residuos con un enfoque hacia su eliminación; y promover la cooperación técnica y el intercambio de información, especialmente hacia los países en desarrollo. www.basel.int La postura de Fronteras Comunes sobre este acuerdo internacional es que debe existir un cumplimiento estricto de la convención, ya que existen violaciones a la misma, para evitar el traslado residuos peligrosos a países que no son miembros de la OCDE. Un ejemplo claro de ello, es el envío masivo de basura electrónica que Estados Unidos y Europa han hecho, a China, India y África. El Convenio de Rotterdam para la aplicación sobre el Procedimiento de Consentimiento Fundamentado Previo (PIC) a ciertos plaguicidas y productos químicos peligrosos que son objeto de comercio internacional (1998), debe permitir a los países importadores de esas sustancias, decidir que productos químicos desean recibir y rechazar los que no estén en condiciones de manejar de forma segura. Este convenio debe prevenir efectos adversos al ambiente y a la salud humana a causa de sustancias químicas peligrosas y debiera fomentar una toma de decisiones informada sobre su ingreso a cada país. Entró en vigor el México en el 2004 y en su Anexo III incluye un listado de productos químicos que deber ser sujetos a un consentimiento fundamentado previo (plaguicidas, formulaciones plaguicidas y productos químicos industriales). El Convenio de Rótterdam debe mejorar la gestión ambiental de productos químicos tóxicos; prevenir el tráfico internacional ilícito de productos tóxicos y peligrosos; aplicar las enmiendas al Código Aduanero del Sistema Armonizado; solicitar asistencia técnica para la evaluación de riesgos de sustancias; y crear infraestructura para la evaluación de riesgos por sustancias químicas peligrosas. www.pic.int