Poder Judicial de la Nación RESPONSABILIDAD CIVIL. DENUNCIANTE. DAÑOS Y PERJUICIOS: DAÑO MORAL.LEGITIMACIÓN PASIVA. En el caso la causa se inició con la denuncia del esposo de la actora (luego fallecido) Se demanda a YPF por haberle causado daños y perjuicios en virtud de que el jefe de vigilancia de esa empresa, para la cual hacía trabajos de fletes, lo denunciara por defraudaciones y fuera luego sobreseído. El a quo hace lugar a la excepción de falta de legitimación pasiva. El Tribunal por mayoría revoca la decisión y condena a YPF por el daño moral ocasionado por la denuncia penal. “analizando la causa penal, cuyo contenido da fundamento a estas actuaciones, (…)se puede afirmar que el (denunciante) trabajaba como “chofer contratista de la empresa”(…) se desprende que trabajaba para la empresa por lo menos desde el año 1987, con lo cual, el agravio referente a la legitimación pasiva de la demandada resulta pertinente ya que, no puede USO OFICIAL negarse que el trabajo que realizaba para la empresa resultaba fundamental para el desarrollo comercial de la aquella, lo cual lo vincula laboralmente.. (DEL VOTO DEL JUEZ ÁLVAREZ CON ADHESIÓN DEL JUEZ SCHIFFRIN) SOBRE EL PUNTO LA JUEZA CALITRI agregó: “en relación a la legitimación pasiva cabe efectuar un análisis de la norma esgrimida por el actor al fundar su pretensión y el encuadramiento fáctico y jurídico realizado por el a quo en su sentencia. Del escrito de inicio se desprende que el accionante basó la reclamación de daños y perjuicios en lo preceptuado en los art. 1069, 1078, 1113 del Código Civil, y que el a quo en su sentencia hizo lugar a la excepción de falta de legitimación pasiva, en virtud de que el actora no habría acreditado su relación o vínculo jurídico con la demandada. Sentado ello, cabe aclarar que la calificación que hagan las partes de la acción que entablan, no impide a los jueces resolver sobre la base de los hechos alegados y acreditados en la causa, aplicando el derecho que corresponde. De lo expuesto y de las constancias de lo actuado, entiendo que el encuadre jurídico efectuado por el a quo resulta desacertado. Ello en cuanto que la legitimación pasiva para reclamar el daño moral de acuerdo a las normas del Código Civil, correspondería analizarla a la luz de la responsabilidad que cabría o no endilgar a YPF por la realización de la denuncia efectuada y los daños que habría sufrido el Sr. M., independientemente de si el accionante acreditara su relación o vínculo jurídico con la demandada. En consecuencia, entiendo que la sentencia de primera instancia en este aspecto debe ser revocada. 9/10/2012.SALA SEGUNDA.EXPTE.16.706, “M. E. c/ Y.P.F. s/ Daños y Perjuicios”, Juzgado Federal n° 4 de La Plata. RESPONSABILIDAD CIVIL. DENUNCIANTE. DAÑOS Y PERJUICIOS : DAÑO MORAL INDIRECTO: art. 1080, Cód. Civil. En el caso la causa se inició con la denuncia de E. M. (fallecido, esposo de la actora) en la que demanda a YPF por haberle causado daños y perjuicios en virtud de que el jefe de vigilancia de esa empresa, para la cual hacía trabajos de fletes, lo denunciara por defraudaciones y fuera luego sobreseído. El juez de primera instancia hace lugar a la excepción de falta de legitimación pasiva. El Tribunal por mayoría revoca la decisión y condena a YPF por el daño moral ocasionado por la denuncia penal. “se entiende por daño moral la modificación disvaliosa del espíritu que se traduce en un modo de estar de la persona, diferente de aquél en que se hallaba antes del hecho que lo convierte en víctima; queda configurado siempre que se infiera a esa persona un daño espiritual, con las consiguientes angustias, padecimientos y dificultades que éste acarrea. Entonces, de las constancias de la causa que nos ocupa considero que resulta indiscutible el reclamo por daño moral sufrido por la familia del actor en virtud de lo relatado por éste, corroborado luego con el sobreseimiento en la causa penal de referencia.El grado de parentesco de los herederos hace presumir la lesión inevitable de sus sentimientos frente a lo ocurrido con el Sr. M.. Si bien, en derecho de daños quien reclama no puede pretender sino la reparación del perjuicio sufrido por él mismo, ya sea de modo directo o indirecto, cabe aclarar que el primer supuesto se verifica cuando la titularidad del interés afectado recae en la misma víctima del hecho ilícito, pero también se puede reclamar el daño moral indirecto, es decir, "cuando el perjuicio propio invocado por el demandante (en este caso la familia) deriva de una lesión a bienes patrimoniales o extrapatrimoniales de un tercero (en este caso el Sr. E. M.) . El daño se produce de manera refleja o 'de rebote'; se distingue la víctima inmediata de la agresión, de las otras personas a quienes se propaga ese menoscabo y por ello son también afectadas, el daño moral provocado se proyecta y repercute en la esfera de otros sujetos vinculados a ella por lazos afectivos.Con la reforma del Código Civil introducida por la Ley 17.711 (Adla, XXVIII-B, 1810), la modificación del plexo normativo fue sustancial, ya que ahora se admite la reparación del daño moral con "total amplitud", admitiéndose el supuesto, más restringido en la práctica, pero normado, que opera respecto del derecho del cónyuge y de los padres para perseguir el resarcimiento de los daños y perjuicios derivados de injurias a la mujer y a los hijos (art. 1080, Cód. Civil).Entonces, por aplicación de lo anteriormente expuesto considero que corresponde revocar la sentencia apelada, haciendo lugar al reclamo instaurado en la Poder Judicial de la Nación demanda que diera inicio a estos actuados. (DEL VOTO DEL JUEZ ÁLVAREZ CON ADHESIÓN DEL JUEZ SCHIFFRIN) en DISIDENCIA LA JUEZA CALITRI agregó: a la fecha no se dictó el sobreseimiento definitivo respecto de ninguno de los denunciados. Sentado ello, y sin perjuicio de lo manifestado por la accionante en su demanda, en relación al menoscabo sufrido a partir de la denuncia efectuada por YPF, debe advertirse que “la sola existencia de un fallo judicial que disponga la absolución o el sobreseimiento del imputado no hace procedente, sin más, la acción por daños y perjuicios derivados de la denuncia, ya que resulta indispensable que a su autor pueda imputársele dolo, culpa o negligencia (conf. Art. 1067 del Código Civil)”(1) En tal sentido, de la reseña efectuada de la causa penal, no se advierte que el denunciante haya obrado con intención de dañar al accionante (…)En conclusión, “no puede hablarse de USO OFICIAL culpa grave del denunciante que origine la obligación de resarcir, cuando la propia conducta del acusado ha generado sobradas dudas sobre su eventual responsabilidad en el suceso objeto de la denuncia. Asimismo, que se haya absuelto al imputado o apelado el sobreseimiento dictado en sede penal no basta para configurar malicia o temeridad que generen la obligación de resarcir (…)”. “Asimismo, no se puede exigir a las víctimas de delitos que formulen la acusación munidas de pruebas incontestables que no dejen dudas sobre su autoría, pues ello llevaría al extremo de imponerles la carga policial exhaustiva de los delitos para no errar respecto de la manifestación que formulan ante la autoridad. Por ello, no toda denuncia de delitos es apta para generar la responsabilidad civil en la eventualidad de que los nombrados fueran ajenos al hecho” (2).Por ello, cabe aplicar la doctrina de nuestro Máximo Tribunal “(…) según la cual no se puede imputar al denunciante la comisión de un delito, ni aun de derecho civil, por el hecho de la promoción de un proceso criminal, porque no hay delito en la concepción de la ley civil sino cuando el acto ilícito se ejecuta a sabiendas y con intención de dañar la persona o los derechos de otros”(3 NOTAS: REFRENCIAS JURISPRUDENCIALES: (1) Fallos: 319:2824, (2). conf. CNCivil, Sala G, 25/8/08, LA LEY, AR/JUR/8722/2008, (3) Fallos: 87:269, 319:2824. 9/10/2012.SALA SEGUNDA.EXPTE.16.706, “M. E. c/ Y.P.F. s/ Daños y Perjuicios”, Juzgado Federal n° 4 de La Plata. PODER JUDICIAL DE LA NACIÓN La Plata, 9 de octubre de 2012. R.S.II T. F. AUTOS Y VISTOS: este expte. N°° 16.706/10, caratulado “M. E. c/ Y.P.F. s/ Daños y Perjuicios”, que proviene del Juzgado Federal de Primera Instancia n° 4 de esta ciudad. Y CONSIDERANDO: EL JUEZ ÁLVAREZ DIJO: Que, llegan los autos a esta Alzada en virtud del recurso de apelación interpuesto, por la actora (…), cuyos agravios lucen (…) , contra la resolución (…) por la que se resuelve hacer lugar a la excepción de falta de legitimación opuesta por Y.P.F., con costas a la accionante vencida. Que los agravios traídos por la recurrente se refieren a su desacuerdo con la falta de legitimación pasiva de la empresa YPF, agregando que “…no resulta necesaria la prueba de contrato alguno…a los efectos de hacer nacer la acción de daños y perjuicios, basta que el autor de la querella o denuncia haya procedido con culpa o negligencia al efectuar la imputación. Es decir, hay daño ocasionado por la querella o denuncia , puesto que el acusado ha tenido que defenderse, pagar su abogado, etc…” por otra parte, reseña que “…esta claro según se desprende de la causa penal y de las certificaciones adunadas que al causante se le infirió un daño moral que conlleva la obligación de indemnizar conforme el art. 1078 del C.C. con lo cual no necesita probarse pues la norma señala con toda claridad que en los ilícitos (delitos y cuasidelitos) la indemnización del daño comprenderá la de daño moral…”. En este punto, cabe recordar que la presente causa se inició con la denuncia de E. M. (fallecido, esposo de la actora según se acredita a fs.(…)) en la que demanda a YPF por haberle causado daños y perjuicios en virtud de que el jefe de vigilancia de esa empresa, para la cual hacía trabajos de fletes, lo denunciara por defraudaciones y fuera luego sobreseído. En el escrito de inicio alega que a raíz de esa situación estuvo detenido e incomunicado y que ello le trajo aparejado un “gravísimo perjuicio de índole material y moral”. Como ya adelantáramos, el actor ha fallecido y quien continua el reclamo es su esposa, que (…) solicita ser tenida por parte y (…) presenta memorial en el que deja plasmado el daño que la denuncia contra su marido les causara, haciendo hincapié en que el buen nombre de una persona resulta ser el bien más preciado de aquella ya que con él se asegura “la respetabilidad social” para el trabajo y para la relación con el resto de la ciudadanía. Poder Judicial de la Nación El magistrado a quo hizo lugar a la falta de legitimación pasiva planteada por Y.P.F. haciendo referencia a que la actora no ha acreditado “…su relación o vínculo jurídico no sólo con YPF S.A., sino tampoco con la transportista…” y concluyendo que “…la demandada no reviste la condición de persona habilitada por la ley para dilucidar la cuestión a que se refiere el juicio…”. Ahora bien, analizando la causa penal, cuyo contenido da fundamento a estas actuaciones, y que lleva el número 6812 del registro del juzgado federal de primera instancia, surge que de la denuncia (...), las testimoniales(…) y la declaración (…) se puede afirmar que el señor E. M. trabajaba como “chofer contratista de la empresa” (refiriéndose a YPF), (…), así como también de la gran cantidad de copias de los permisos de salidas de materiales, que llevan su USO OFICIAL nombre como transportista y de la nota DSG-DDS n°63/88 que informa sobre los ingresos del nombrado en la destilería de Dock Sud, proveniente de los laboratorios que YPF posee en la localidad de Florencio Varela, se desprende que M. trabajaba para la empresa por lo menos desde el año 1987 (…), con lo cual, el agravio referente a la legitimación pasiva de la demandada resulta pertinente ya que, no puede negarse que el trabajo que realizaba M. para la empresa resultaba fundamental para el desarrollo comercial de la aquella, lo cual lo vincula laboralmente. Por otra parte, ingresando a la cuestión traída a estudio por la recurrente, diré que se entiende por daño moral la modificación disvaliosa del espíritu que se traduce en un modo de estar de la persona, diferente de aquél en que se hallaba antes del hecho que lo convierte en víctima; queda configurado siempre que se infiera a esa persona un daño espiritual, con las consiguientes angustias, padecimientos y dificultades que éste acarrea. Entonces, de las constancias de la causa que nos ocupa considero que resulta indiscutible el reclamo por daño moral sufrido por la familia del actor en virtud de lo relatado por éste, corroborado luego con el sobreseimiento en la causa penal de referencia (…). El grado de parentesco de los herederos hace presumir la lesión inevitable de sus sentimientos frente a lo ocurrido con el Sr. M.. Si bien, en derecho de daños quien reclama no puede pretender sino la reparación del perjuicio sufrido por él mismo, ya sea de modo directo o indirecto, cabe aclarar que el primer supuesto se verifica cuando la titularidad del interés afectado recae en la misma víctima del hecho ilícito, pero también se puede reclamar el daño moral indirecto, es decir, "cuando el perjuicio propio invocado por el demandante (en este caso la familia) deriva de una lesión a bienes patrimoniales o extrapatrimoniales de un tercero (en este caso el Sr. E. M.) . El daño se produce de manera refleja o 'de rebote'; se distingue la víctima inmediata de la agresión, de las otras personas a quienes se propaga ese menoscabo y por ello son también afectadas, el daño moral provocado se proyecta y repercute en la esfera de otros sujetos vinculados a ella por lazos afectivos. Con la reforma del Código Civil introducida por la Ley 17.711 (Adla, XXVIII-B, 1810), la modificación del plexo normativo fue sustancial, ya que ahora se admite la reparación del daño moral con "total amplitud", admitiéndose el supuesto, más restringido en la práctica, pero normado, que opera respecto del derecho del cónyuge y de los padres para perseguir el resarcimiento de los daños y perjuicios derivados de injurias a la mujer y a los hijos (art. 1080, Cód. Civil). Entonces, por aplicación de lo anteriormente expuesto considero que corresponde revocar la sentencia apelada, haciendo lugar al reclamo instaurado en la demanda que diera inicio a estos actuados, condenando a la demandada a abonar a los herederos ( …) la indemnización reclamada (…), con mas los intereses a la tasa activa promedio mensual del Banco de la Nación Argentina para las operaciones de descuentos de documentos comerciales en virtud de lo resuelto por el Acuerdo Plenario de esta Cámara in re: “Gomez, Ricarda c/ ENTEL s/ Indemnización por despido”, pronunciamiento del 30/08/01. A partir del 15/5/88 hasta el efectivo pago y sin perjuicio de lo que corresponda conforme el art. 57 de la ley 26.728. Costas a la demandada vencida. Así lo voto. LA JUEZA CALITRI DIJO: I- Adelanto que he de disentir con la propuesta formulada por el distinguido colega preopinante, en virtud de los fundamentos que desarrollaré a continuación: Poder Judicial de la Nación II- La sentencia de primera instancia (...) desestimó la defensa de prescripción, hizo lugar a la defensa de falta de legitimación pasiva opuesta por la demandada e impuso las costas a la accionante. Para así decidir, entendió que la demandada no revestía la condición de persona habilitada por ley para soportar los efectos jurídicos perseguidos con la demanda, máxime si la accionante no había acreditado el vínculo jurídico con la demandada. III- Contra dicho pronunciamiento, interpuso recurso de apelación la Sra. E. M. de M. –en su carácter de heredera- (…), expresando agravios (…), con réplica de la contraparte. Los agravios giran en torno al rechazo de la acción en razón de que el a quo hizo lugar a la excepción de falta de legitimación pasiva. Así, USO OFICIAL manifiesta que es incongruente la conclusión a la se arribó en la sentencia respecto a la falta de acreditación del vínculo jurídico del actor con Yacimientos Petrolíferos Fiscales -en adelante YPF-, en cuanto dicha relación no fue controvertida y la misma no resulta necesaria, dado que la responsabilidad deriva de la violación del principio “alterum non laedere” que obliga a actuar con cautela impidiendo así que se causen daños a los demás, y no de una relación contractual o su rescisión. Asimismo, expone, que tal como se desprende de la causa penal al actor se le infirió un daño moral que conlleva la obligación de indemnizar. IV- 1)- Preliminarmente, y en relación a la legitimación pasiva cabe efectuar un análisis de la norma esgrimida por el actor al fundar su pretensión y el encuadramiento fáctico y jurídico realizado por el a quo en su sentencia. Del escrito de inicio se desprende que el accionante basó la reclamación de daños y perjuicios en lo preceptuado en los art. 1069, 1078, 1113 del Código Civil, y que el a quo en su sentencia hizo lugar a la excepción de falta de legitimación pasiva, en virtud de que el actora no habría acreditado su relación o vínculo jurídico con la demandada. Sentado ello, cabe aclarar que la calificación que hagan las partes de la acción que entablan, no impide a los jueces resolver sobre la base de los hechos alegados y acreditados en la causa, aplicando el derecho que corresponde. De lo expuesto y de las constancias de lo actuado, entiendo que el encuadre jurídico efectuado por el a quo resulta desacertado. Ello en cuanto que la legitimación pasiva para reclamar el daño moral de acuerdo a las normas del Código Civil, correspondería analizarla a la luz de la responsabilidad que cabría o no endilgar a YPF por la realización de la denuncia efectuada y los daños que habría sufrido el Sr. M., independientemente de si el accionante acreditara su relación o vínculo jurídico con la demandada. En consecuencia, entiendo que la sentencia de primera instancia en este aspecto debe ser revocada. Ahora bien, en efecto, resulta conveniente reseñar el proceso criminal tramitado en el expediente nº 6812 “E., D.- M., E.- N., P. H.-C., R. F.-M., E.-G., C. A. s/Inf. Arts. 174 inc. 5º, 292º, 296º y 277º del CP” oportunamente solicitado por este Tribunal, y efectuar un análisis de la conducta asumida por el denunciante, ello a fin de determinar si corresponde o no la reparación de daños. 2)- De la lectura de dicha causa se desprende que (…) se presentó el Sr. J. O. W. ante la Comisaría de Florencio Varela Sección 3ª –en su calidad de Jefe de Seguridad General de YPF- explicando previamente cual era el mecanismo que debían realizar los dependientes a fin de extraer materiales del Laboratorio perteneciente a YPF y denunció, que con fecha 26 de abril de 1988 el Sr. M. había presentado un “permiso de salida” de materiales –en su calidad de chofer contratista de la empresa- del que surgía que su destino era la firma C. S.A., y que, luego de una investigación interna habitual, se procedió solicitar a dicha firma, que manifestara si había recibido los materiales. Ante la contestación negativa y a los fines de aclarar tal circunstancia, YPF verificó la orden de compra junto con el permiso de salida entregado por el Sr. M. al personal de Seguridad, donde pudieron constatar que los materiales del permiso de salida no se habían comprado con la orden presentada. Asimismo, de la denuncia se desprende que el personal policial, al momento de correr vista al Sr. W. de la documentación por él presentada a fin de que manifestara si conocía de quien era la firma, expresó “si bien no podía determinar con claridad de quien fuera la firma inserta, la misma podría pertenecer al Jefe de M. D. E.” –sic- comprometiéndose a su vez, a Poder Judicial de la Nación presentar los datos personales del Sr. E. y del camionero M. –que figuraban en la orden de salida y orden de compra-. Que tal denuncia motivó la instrucción de un sumario a cargo de la mencionada unidad policial y la intervención del Juzgado Federal nº 3. (…) el Sr. W. se presentó ampliando la denuncia y aclaró diferentes circunstancias relativas a los materiales sacados irregularmente. Describió así, que al presentarse personalmente en la firma C. S.A. y preguntar si la empresa había vendido a YPF los materiales que constaban en el permiso de salida; el representante le manifestó que, la venta del material que figuraba en la orden no se había realizado y a su vez le describió una llamada telefónica que había recibido del Sr. E., en que el mismo le pedía la confección de un remito, refiriendo la presencia del Sr. M. que fue de parte del USO OFICIAL Sr. E. horas más tarde. Asimismo, de la causa penal se verifica que el denunciante (…), acompañó a la instrucción diversas órdenes de salida de materiales que no llegaron a destino siendo el transportista el Sr. M. (…) Cabe señalar que (…) obra la declaración indagatoria tomada al Sr. M., que, luego de responder las preguntas a él realizadas, agregó que “cumplía las órdenes de sus superiores por cuanto es fletero contratado”. Luego de haber sido tomadas las declaraciones indagatorias a los imputados, el juez interviniente entendió que respecto de los señores N., C., M. y M. no existía mérito para que continúen detenidos, disponiendo así su libertad. Posteriormente, el Sr. Fiscal Federal interviniente (…) consideró respecto del Sr. M. –entre otros- que, “…los medios de justificación arrimados a la causa, son insuficientes para demostrar sus participaciones dolosas en los hechos investigados, pero, subsistiendo un razonable margen de duda al respecto, estimo corresponde sobreseer parcial y provisionalmente en el sumario…”. Así, luego de haber oído al representante del Ministerio Público Fiscal, el juez resolvió dejar sin efecto los procesamientos y sobreseer parcial y provisionalmente a los imputados M., N., C., M. y G. –(…)-, extendiendo dichas figuras procesales al Sr. E. (…). Cabe agregar, que a la fecha no se dictó el sobreseimiento definitivo respecto de ninguno de los denunciados. 3)- Sentado ello, y sin perjuicio de lo manifestado por la accionante en su demanda, en relación al menoscabo sufrido a partir de la denuncia efectuada por YPF, debe advertirse que “la sola existencia de un fallo judicial que disponga la absolución o el sobreseimiento del imputado no hace procedente, sin más, la acción por daños y perjuicios derivados de la denuncia, ya que resulta indispensable que a su autor pueda imputársele dolo, culpa o negligencia (conf. Art. 1067 del Código Civil)”(Fallos: 319:2824). En tal sentido, de la reseña efectuada de la causa penal, no se advierte que el denunciante haya obrado con intención de dañar al accionante. Antes bien, de los términos de la denuncia policial y del “Sumario Laboratorio Investigación y Desarrollo” expediente letra GGA Nº 46 –unido por cuerda a la causa penal- se verifica que los funcionarios al haber advertido situaciones de irregularidad en distintos permisos de salida de materiales propiedad de YPF, creyeron razonablemente advertir la existencia de presuntos delitos. A su vez, en los diversos permisos de salidas presentados en la causa penal figuraba M. como transportista, por lo que no puede imputársele a la demandada que haya obrado con ligereza, es decir a sabiendas de una supuesta falsedad en su imputación sino que lo hizo por existir elementos que justificaron su actitud. En conclusión, “no puede hablarse de culpa grave del denunciante que origine la obligación de resarcir, cuando la propia conducta del acusado ha generado sobradas dudas sobre su eventual responsabilidad en el suceso objeto de la denuncia. Asimismo, que se haya absuelto al imputado o apelado el sobreseimiento dictado en sede penal no basta para configurar malicia o temeridad que generen la obligación de resarcir (…)”. “Asimismo, no se puede exigir a las víctimas de delitos que formulen la acusación munidas de pruebas incontestables que no dejen dudas sobre su autoría, pues ello llevaría al extremo de imponerles la carga policial exhaustiva de los delitos para no errar respecto de la manifestación que formulan ante la autoridad. Por ello, no toda denuncia de delitos es apta para generar la responsabilidad civil en la eventualidad de que los nombrados fueran ajenos al hecho” (conf. CNCivil, Sala G, 25/8/08, LA LEY, AR/JUR/8722/2008). Por ello, cabe aplicar la doctrina de nuestro Máximo Tribunal “(…) según la cual no se puede imputar al denunciante la comisión de un delito, ni Poder Judicial de la Nación aun de derecho civil, por el hecho de la promoción de un proceso criminal, porque no hay delito en la concepción de la ley civil sino cuando el acto ilícito se ejecuta a sabiendas y con intención de dañar la persona o los derechos de otros” (Fallos: 87:269, 319:2824). Por las consideraciones efectuadas, entiendo que debe revocarse la sentencia de primera instancia en cuanto hizo lugar a la excepción de falta de legitimación pasiva. Con costas (art. 68, primera parte del CPCCN) Y en consecuencia, ante el análisis de las pretensiones de la accionante, estimo que debe rechazarse la demanda. Con costas a la vencida (art. 68, primer parte del CPCCN) Así lo voto. EL JUEZ SCHIFFRIIN DIJO: USO OFICIAL Que adhiere al voto del Juez Álvarez. Por ello, SE RESUELVE: revocar la sentencia apelada, haciendo lugar al reclamo instaurado en la demanda, condenando a la demandada a abonar a los herederos la indemnización reclamada (…), con mas los intereses a la tasa activa promedio mensual del Banco de la Nación Argentina para las operaciones de descuentos de documentos comerciales en virtud de lo resuelto por el Acuerdo Plenario de esta Cámara in re: “Gomez, Ricarda c/ ENTEL s/ Indemnización por despido”, pronunciamiento del 30/08/01. A partir del 15/5/88 hasta el efectivo pago y sin perjuicio de lo que corresponda conforme el art. 57 de la ley 26.728.. Costas a la demandada vencida. Regístrese, notifíquese y devuélvase. Fdo: Leopoldo H. Schiffrin – Olga A. Calitri (en disidencia) – César Álvarez.Jueces de Cámara.-