Texto Valoración Personal Fecha de entrega

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Javier Sánchez Abarca
Lengua castellana y Literatura
Comentarios de texto
Común a todos los textos:
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Tema
Resumen
Estructura
Tipología textual
Valoración personal según el cuadro
Texto
Valoración Personal
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El botellón ¿Una droga o una nueva forma de relacionarse?
La discriminación en las personas discapacitadas
La importancia del lenguaje no verbal en la comunicación diaria
El reciclaje en nuestra sociedad
La necesidad de mantener una higiene saludable
El cambio climático: realidad o utopía
¿Son positivos los avances tecnológicos en nuestra sociedad?
La diversidad psicológica de las personas
La importancia de preservar el medio ambiente
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Fecha de entrega
6 de noviembre
13 de noviembre
20 de noviembre
18 de diciembre
22 de enero
12 de febrero
11 de marzo
1 de abril
22 de abril
Javier Sánchez Abarca
Lengua castellana y Literatura
Texto 1
EL BOTELLÓN DEL VIERNES
Aunque con menos talento creador, muchos de los jóvenes españoles de hoy se comportan como si
fueran herederos de Paul Verlaine. El poeta al que burló Arthur Rimbaud lavaba sus penas y sus cuernos con
absenta -ajenjo le dicen con frecuencia- y nuestros muchachotes, y muchachitas, anulan su esperanza y
disimulan su pereza a golpes de botellones en los que, sin mucho respeto al paladar, lo mismo caben el cubata,
el calimocho o la cerveza reforzada con algún aguardiente de relleno. El caso es «colocarse» fuera de la realidad
y, a mayor abundamiento, hacerlo con quiebra de los supuestos de orden y concierto que entendemos
mayoritariamente como imprescindibles para la convivencia. Una dosis de rebeldía es tan imprescindible en la
juventud como el acné, pero estamos ya en plena sobredosis.
Los franceses, con buen sentido, prohibieron la fabricación de la absenta hace noventa años y así
evitaron muchas intoxicaciones de metílico, compañeras frecuentes de las forzadas ensoñaciones a las que
empujaba el brebaje. Incluso aquí, paraíso de la tolerancia nociva, ya hace años que dejó de producirse en la
ribera del Mediterráneo, donde estaban sus más fieles clientes. Ahora lo que se lleva, ya digo, es el botellón y,
como si se tratara de un pulso al principio de autoridad que nunca debe olvidar un Gobierno son varias las
ciudades españolas en las que, vía internet y SMS, innominados jóvenes, dotados de gran aparato y capacidad
organizativos, convocan botellones para celebrar una supuesta «fiesta de la primavera».
Me gustaría saber qué y quiénes se esconden tras esas provocadoras convocatorias y supongo que
Interior andará en la pesquisa porque no es admisible la hipótesis de su ingenua espontaneidad. De lo que se
trata, como en tantas otras ocasiones, es de romper el orden, de lanzar al aire una provocación para que,
independientemente de la reacción que pueda llegar a provocar, se vaya degradando y disminuyendo el
fundamental principio de autoridad.
Aseguran algunos alcaldes, especialmente en Andalucía, que no disponen de una normativa específica
para evitar lo que puede llegar a ser una grave alteración del orden público. ¿Hace falta? En Madrid, ciudad
dotada de normas autonómicas específicas para el caso, el problema no será distinto ni su solución más fácil.
La autoridad, con tanta prudencia como energía, exige en ocasiones la confrontación e, incluso, la exhibición
de la fuerza. Este es uno de esos casos. Ante la ocupación de los espacios públicos con desorden y alboroto no
hay vacío legal. Puede haber, o dejar de haberlos, resolución y capacidad para que, aunque resulte impopular,
no le quepa a nadie la menor duda de que la calle es de todos y no concede exclusivas, vía telefonillo portátil, a
botellones de ningún género. Verlaine, por lo menos, era rebelde en la intimidad de los cafés.
M. Martín Ferrand, “El botellón del viernes”, ABC, 14-03-2006
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Javier Sánchez Abarca
Lengua castellana y Literatura
Texto 2
LA VIOLENCIA CRECIENTE CONTRA LA DISCAPACIDAD
En las últimas semanas han saltado a las páginas de los diarios noticias muy inquietantes sobre hechos
violentos dirigidos contra personas con discapacidad, que han tenido la circunstancia agravante de ser
difundidos y publicitados por Internet.
Distintas personas con discapacidad en Madrid y en el País Vasco, por citar los casos más recientes,
han sido objeto de agresiones, precedidas de humillaciones y tratos crueles, por parte de grupos de desaprensivos
a los que la discapacidad de la víctima anima a atacar. Pero la agresión no acaba ahí, sino que, elevada a la
categoría de espectáculo, ha sido grabada por medio de teléfonos móviles y videocámaras, y exhibida
obscenamente a través de la red.
Estos hechos, de una enorme gravedad, indican un estado mental todavía vigente en ciertas personas
que siguen considerando la discapacidad como una circunstancia que rebaja al que la presenta, y en tanto que
inferior, se hace merecedor del desprecio, de la burla y hasta de la violencia. Como su propia vida, por portar
ese elemento de diversidad, vale menos, se convierte a las personas con discapacidad en víctimas propiciatorias
de la violencia.
Sin duda, estas abominables conductas han de tener respuesta en el Código Penal, y el movimiento
asociativo de la discapacidad ha pedido la acción enérgica de Jueces y Fiscales para frenar y castigar estos
comportamientos, pero resulta preocupante la existencia en capas de nuestra sociedad de un ambiente mental,
limitado en cuanto a número pero arriesgado, que ve con normalidad, o disculpa, que la discapacidad pueda ser
objeto de violencia. Son los vestigios históricos de estados mentales hoy formalmente abolidos, pero que anidan
aún en el interior de algunas personas y que se manifiestan en actos de una violencia desatada y estúpida.
Nuestra sociedad, y cada uno de los que la formamos, nos pavoneamos muy a menudo del grado de
progreso moral alcanzado en nuestro tiempo. Pero estos ataques contra personas con discapacidad son un índice
alarmante de que una bestia feroz y sañuda puede habitar, si se rasca un poco, en cada uno de nosotros. Una
bestia en la jungla de asfalto cuya zarpa rasga el halagador retrato que hemos formado de nuestras personas y
de nuestra avanzada sociedad.
Luis C. Pérez Bueno, Levante, 25 de enero de 2008
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Javier Sánchez Abarca
Lengua castellana y Literatura
Texto 3
No importa que sea falsa o no la teoría que presentaba a la onomatopeya como origen del lenguaje. Lo cierto es
que el lenguaje se está originando cotidianamente desde la onomatopeya, imitando el sonido de una cosa en el
vocablo que se construye para significarla. Los ojos del niño no saben ver al gato o al perro más que a través de
los sonidos que les llegan como inseparables de la imagen y que se adelantan en su vuelo a la propia figura
animal, y por esto es el miau o el guau el vocablo que tiene más fuerza que sus sinónimos de gato o perro, que
suponen más avanzada elaboración cultural. Y junto al lenguaje infantil -en el que tanto papel juegan las
onomatopeyas-, cuando el apasionado o el poeta ocasional sienten el trance de la inefabilidad discursiva,
recurren a la onomatopeya, que casi siempre está cercana al grito o a la interjección. Por eso el Romanticismo
cultivaría la onomatopeya, porque los románticos gritan y gesticulan, hablan en interjección, se atropellan al
intentar expresar lo inefable, inventan desde su apasionamiento, vuelven al lenguaje primitivo de sus nostalgias
infantiles.
Antonio Gallego Morell, “La onomatopeya en el Romanticismo”, Diez ensayos sobre literatura española
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Javier Sánchez Abarca
Lengua castellana y Literatura
Texto 4
RECICLAJE, AYUNTAMIENTOS Y RATAS DE BASURERO
Voy a ganarme a pulso una bronca ecológica, incluida mi guerrera del arco iris particular; pero uno está
curtido en broncas, adversidades y otros etcéteras, así que asumo las consecuencias sin complejos. Y es ello que
acabo de enterarme de que, en la Comunidad de Madrid -supongo que como en otras comunidades, más o
menos-, cuatro de cada diez ciudadanos sacan la basura sin separar los materiales orgánicos de los reciclables.
Sin necesidad de inspecciones y conociendo el percal, esa cifra de que solo no reciclan cuatro de cada
diez pavos me parece demasiado optimista. Y sorprendente, habida cuenta de dónde estamos, y con quién nos
las tenemos, en este bebedero de patos donde todo cristo, desde los ministerios de Sanidad o Fomento hasta la
concejalía de ruidos y basuras de San Crescencio de Rebollo, con tal de salir en el telediario, vomitan leyes,
normativas, disposiciones y ordenanzas hasta aburrir a las ovejas, sin poner luego, por supuesto, los medios
adecuados ni hacer el menor esfuerzo para aplicarlas, o para asegurarse de que se aplican sin picaresca ni
golferías.
Como dice un compadre mío que es medio franchute y medio alemán: «En Espania tenéis más leies que
en toda Europa gunta, pego nadie las cumple». Así que permitan que les cuente un caso particular, casi íntimo,
después de hacer una confesión melodramática y casi chulesca: yo no reciclo. Y voy a contarles por qué.
Desde hace la tira, en mi casa hay cuatrocientos ochenta y seis cubos de basura con colores distintos,
en los que siempre se hizo una minuciosa selección de materiales: envases, plásticos, papel, etc., hasta que hace
poco llegó a mi conocimiento que un par de miserables traperos que se dicen libreros o intermediarios tienen
puesto a la venta parte de todo eso que, en mi virginal inocencia, envié al reciclaje. Al principio cuando logré
cerrar la boca abierta por el asombro y después de estar un rato mirándome en el espejo la cara de gilipollas,
pensé echarles encima a los responsables todo el peso de la dura lex, sed lex, ya saben. Pero luego consideré
que en España no merece la pena, de momento, legar pleitos a tus nietos.
Lo que hago ahora es meter toda la basura bien mezcladita, papeles, fideo, aceite de latas de sardinas,
tomates pochos y demás, con las siglas QLRVPM pintadas en las bolsas con rotulador: Que Lo Recicle Vuestra
Puta Madre.
Arturo Pérez Reverte, El Semanal, 13 de marzo de 2007
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Javier Sánchez Abarca
Lengua castellana y Literatura
Texto 5
Solamente hablaré de los experimentos con las glándulas salivales, órganos que aparentemente
desempeñan un papel fisiológico insignificante; no obstante, estoy convencido de que se van a
convertir en objeto clásico para el nuevo tipo de investigación acerca del que voy a tener el honor de
hablarles hoy; parte de este trabajo ha sido ya realizado y parte está todavía en proceso.
Al observar el funcionamiento normal de las glándulas salivales, se puede uno sorprender de
su gran capacidad de adaptación. Si se da al animal sustancias alimenticias secas y duras, se produce
una secreción salivar abundante; con un alimento liquido, esta secreción es mucho más pequeña.
Resulta obvia la necesidad del agua para probar químicamente el alimento, para mezclarlo y
para convertirlo en una masa apta para ser deglutida; las glándulas salivares cubren tal necesidad. Las
glándulas mucosas salivares segregan, para todos los tipos de alimento, saliva rica en mucina, una
saliva lubrificante; que facilita el paso del mismo hasta él estomago. Las sustancias muy irritantes,
como los ácidos, las sales, etc. Producen, por su parte, una secreción salivar que varia de acuerdo con
la fuerza de su acción estimulante; evidentemente, tal como podemos comprobarlo en la experiencia
diaria, el objeto de esta secreción es neutralizar o diluir las sustancias y limpiar la boca. En este caso
las glándulas mucosas segregan saliva liquida que contiene poca mucina. En efecto, ¿qué utilidad
hubiera tenido aquí la mucina?. Si se colocan trozos de cuarzo son fácilmente arrojados por el animal
de la boca sin que nada quede en ella. Por el contrario, si es arena lo que ponemos en la boca del perro
(por ejemplo, los mismos trozos pero pulverizados), aparecerá una abundante secreción salivar.
Resulta evidente que sin saliva, sin líquido en la cavidad oral, la arena no podría ser expulsada ni
tampoco tragada.
He aquí, por tanto, hechos exactos y constantes, que parecen implicar inteligencia. Pero el
mecanismo entero de esta inteligencia es extraordinariamente sencillo.
IVAN PETROVICH PAVLOV: “Comunicación al Congreso Internacional de Madrid”
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Javier Sánchez Abarca
Lengua castellana y Literatura
Texto 6
CAMBIO CLIMATICO Y ENERGIA
El clima es el resultado de un sistema circulatorio a escala planetaria, el movimiento de la masa de
aire que rodea el globo bajo la influencia de la radiación solar y el constante intercambio con océano
y suelo en un equilibrio dinámico muy complejo, regulado por una serie de factores cuya influencia
apenas empezamos a comprender, y que sin embargo, tenemos la certeza de que estamos alterándolos
de forma irreversible.
Ya a principios del siglo pasado se intuía que atmósfera y océano tenían un papel muy
importante en la temperatura media del planeta y que parte de la energía que llegaba del Sol era, de
alguna forma, retenida por la atmósfera.
No mucho más tarde (1861) se atribuyó al vapor de agua y al dióxido de carbono (CO2) esta
absorción parcial, e incluso algunos científicos llegaron a aventurar que pequeños cambios en la
proporción de estos gases podían tener efectos climáticos considerables. Este es un fenómeno que en
los últimos años ocupa la atención mundial, y se denomina comúnmente efecto invernadero. La
analogía se debe a que agua y dióxido de carbono (también otros gases como metano, óxido nitroso...)
actúan como el vidrio en un invernadero: la radiación solar atraviesa la atmósfera y llega hasta la
superficie donde se transforma en calor, que es reemitido nuevamente a través de ella como radiación
infrarroja; una parte de esta radiación es absorbida por los gases de efecto invernadero (GI). La energía
retenida hace que la temperatura media de la superficie del globo sea de unos 15ºC en lugar de los 18ºC que corresponden a la radiación que sale del planeta.
Hay pruebas de que en épocas pasadas las variaciones en la cantidad de irradiación solar y en
la composición de la atmósfera dieron lugar a unas condiciones ambientales muy diferentes a las de
hoy. Así hace 100 millones de años, cuando existían los dinosaurios, la cantidad de CO2 era de 4 a 8
veces mayor y la temperatura media 10 o 15ºC superior a la actual, mientras durante la última
glaciación, hace 10.000 años, la temperatura media bajo a 9 o 10ºC, en correspondencia con un
contenido en CO2 de unos 2/3 del que conocemos ahora.
Ciertamente el clima evoluciona, la cuestión es con que rapidez y con que margen de
adaptación para los seres vivos. En poco más de un siglo la actividad humana ha aumentado la cantidad
de CO2 atmosférico en un 25% y doblado la concentración de metano; el reforzamiento consiguiente
del efecto invernadero necesariamente dará lugar a un aumento de la temperatura, que se calcula de
1ºC cada 30 años, mientras que desde la última glaciación su ritmo de cambio ha sido de 1ºC cada 500
años.
Edilberto Guevara Pérez, Cambio climático y energía
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Javier Sánchez Abarca
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Texto 7
La generación perdida no mola
Algún genio del storytelling político debió de inventar lo de la “generación perdida”, que tanto éxito ha
tenido y todos repetimos cuando hablamos de los jóvenes golpeados por esto que llaman crisis. Bajo su
significado negativo, me reconocerán que lo de “soy de la generación perdida” suena cool, tiene algo de la tan
prestigiada estética del perdedor, y evoca escritores borrachos en París y rockeros malditos. Nadie se pondría
una camiseta que dijera “Soy de la generación empobrecida y saqueada”, ni “Cuando deje de ser joven seguiré
siendo precario”. En cambio, una chapa de la generación perdida me la pongo hasta yo. Y si encima te lo dice
en inglés un organismo internacional o un medio extranjero, ya es que te entran ganas de formar un grupo punk
o escribir una novela desesperada: the lost generation.
Pues no, oigan: aunque suene chulo, ser de la generación perdida no mola nada. Pero nada. Jóvenes,
olvidad las telecomedias y el cine independiente: vosotros no sois esos.
La EPA de ayer, por ejemplo, funciona como foto de grupo de la generación perdida (en la que entran
por igual los veinteañeros y los primeros cuarentones). Y la imagen resultante no es como para hacerse un
póster: una tasa de paro juvenil terrorífica (y no soy yo el que elige el adjetivo), menos población activa joven
y menos población joven en general (como en una posguerra, vamos), aumento del tiempo parcial. Es decir, un
mercado laboral que para los jóvenes (y los no tan jóvenes, que también se perderán) solo ofrece precariedad o
emigración. No extrañe que, quienes no se van, digan que aceptarían lo que les echen, pues ha calado el discurso
de “mejor un trabajo basura que no tener trabajo”.
¿Se da cuenta la generación perdida de hasta qué punto está de verdad perdida, arrojada al basurero del
siglo? ¿Comprenden los jóvenes que lo de generación perdida no son unos años jodidos y a esperar los buenos
tiempos, sino echar a perder toda la vida? Si uno es generación perdida, lo puede ser ya para siempre.
Dicho con crudeza: al paso que vamos, y si nada cambia, la generación perdida dejará atrás la juventud
precaria para convertirse en adultos precarios (y en madres y padres precarios), hasta alcanzar una vejez tanto
o más precaria. ¿O qué esperan? ¿Tener pensiones dignas cuando se jubilen? ¿Esperan siquiera jubilarse?
¿Cuántos años creen que van a cotizar, y por qué cuantía? ¿Y cuántas contrarreformas de pensiones pueden caer
en los próximos treinta o cuarenta años?
Y la precariedad, vivir a salto de mata, compartir piso o pedir dinero a la familia puede tener su gracia
con veintitantos, pero a los cuarenta es muy triste, y a partir de ahí es todo cuesta abajo. Decir con setenta años
que eres de la generación perdida dará para unas risas, pero no propias.
Así es, amigos: la generación perdida no mola. Ya podéis asumirlo, entender la magnitud de lo que está
pasando, y empezar a gamonalear más a menudo, porque lo que está en juego no es precisamente una plaza de
aparcamiento.
ISAAC ROSA, Eldiario.es, 23-01-2014
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Javier Sánchez Abarca
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Texto 8
La timidez es un rasgo de carácter. Se define por una marcada tendencia a rehuir los contactos
sociales con desconocidos, evitar la iniciativa en el terreno social, permanecer silencioso en las
reuniones, sentir dificultad para mirar a los ojos, y un gran pudor en hablar de las propias emociones.
El tímido no suele serlo dentro de casa o en ambientes familiares, y una vez pasada la dificultad de los
primeros contactos su adaptación social puede ser buena. La timidez hace sufrir a mucha gente, pero
no es un trastorno grave, ni una enfermedad como lo es la fobia social. El tímido suele adaptarse bien
a partir de un período de inhibición inicial. ¿Qué es lo que teme una persona tímida? Las estadísticas
nos proporcionan el siguiente ranking: los desconocidos (70%), las personas del sexo opuesto (64%),
hablar delante de un público (73%), estar en un grupo grande (68%), ser de un estatus que se supone
inferior al de sus interlocutores o sentirse inferior a ellos de una forma u otra (56%).
Hay que ser cuidadoso al juzgar una posible timidez, porque en un mundo soez, ruidoso,
agresivo y desvergonzado como el nuestro podemos acabar llamando timidez a la buena educación y
el respeto por los demás. La evolución del concepto de pudor nos demuestra que estamos tratando un
tema sometido a grandes influencias sociales y culturales. Una parte importante de las características
atribuidas a las personas tímidas —dulzura, pudor, recato, pasividad— han sido durante siglos
atributos de la perfección femenina. Tradicionalmente se ha elogiado a la mujer tímida, lo que hace
que en este momento la timidez sea sentida y resentida sobre todo por los hombres, que son los que
con mayor frecuencia acuden a los especialistas en busca de ayuda, porque contraviene gravemente la
imagen social de la masculinidad.
Estamos hablando de un tipo de ansiedad social que dificulta la vida de muchas personas y las
condena a la soledad y a vivir en retirada. Solo cuando alcanza unos grados de angustia insoportables
e invalidantes entramos en el terreno patológico y hablamos de “fobia social”.
JOSÉ ANTONIO MARINA: Anatomía del miedo. Un tratado sobre la valentía, 2006
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Javier Sánchez Abarca
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Texto 9
Los Pirineos forman básicamente una cadena de origen tectónico, formada inicialmente en el
Paleozoico y rejuvenecida posteriormente en el Cenozoico por la orogenia alpina, concretamente por
la presión de la placa africana sobre la placa eurasiática. La mayor parte de sus montañas se formaron
por elevación de las rocas plutónicas o sedimentarias preexistentes, y no conservan vestigios de
actividad volcánica. Pero el volcanismo no estuvo totalmente ausente de la cordillera, y participó
también en su génesis, al igual que sucede en la mayoría de las demás cordilleras. Existen todavía
restos importantes de antiguos edificios volcánicos en el Pirineo Central, de los cuales el más conocido
es el pico Midi d’Ossau, un pico de 2880 m formado por duras andesitas de edad carbonífera o pérmica,
que han resistido la erosión en mayor grado que los terrenos circundantes y se levantan como un
mogote en el centro de la cadena (OLIVIER, 1948). El volcanismo pirenaico se reactivó durante el
Mioceno y todavía en el Plioceno y el Pleistoceno ha dejado manifestaciones marcadas en la periferia
pirenaica, como lo son los conos volcánicos y las coladas basálticas de las cercanías de Olot, demasiado
modestos para ser calificados como montañas, pero sin duda asociados a la actividad orogénica
terminal de la cordillera. Concretamente, la actividad volcánica de esa zona se relaciona directamente
con la tectónica de placas, pues deriva de la formación abortada de un “rift” o fosa tectónica
sudpirenaica en tiempos miocenos y pliocenos, a causa de la distensión del Pirineo Oriental por
basculación de la Península Ibérica (MALLARACH, 1998).
En relación con este punto es necesario destacar la abundancia de manifestaciones
hidrotermales en la cadena de los Pirineos y en su vecindad. Una gran cantidad de topónimos
pirenaicos refleja esta circunstancia: Caldes de Boí, Banys de Tredós, Les Escaldes, Baños de
Benasque, Baños de Panticosa, Tiermas, Bagnères, Eaux Chaudes, Eaux Bonnes, etc. Los
correspondientes lugares y sus manantiales cálidos dan fe del papel del volcanismo residual en el
modelado de la cadena.
F. Comín, LOS PIRINEOS EN EL CONTEXTO DE LAS MONTAÑAS DEL MUNDO: RASGOS GENERALES
Y PECULIARIDADES
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Javier Sánchez Abarca
Lengua castellana y Literatura
EJEMPLOS DE COMENTARIO DE TEXTO (TEMA, RESUMEN Y ESTRUCTURA)
Cada vez más enredados
La tecnología podría estar alterando drásticamente nuestras facultades mentales, hasta el punto de
volvernos estúpidos. En 2008, Nicholas Carr publicó en la revista The Atlantic un artículo donde proponía esta
posibilidad; y el debate no se hizo esperar entre partidarios y detractores. Después, el escritor estadounidense
desarrolló y amplió sus ideas en el libro Superficiales, traducido hace poco al español. […]
El éxito del libro ha crecido como la espuma, sus ideas se han contagiado y ya existe una prolífica
bibliografía especializada en acusar a cualquier tecnoherramienta de éxito —desde el PowerPoint a Twitter—
de ser adictiva, de contribuir a la depresión, extender la necedad, fomentar el autismo social y, en definitiva,
pudrir el cerebro. El rasgo que caracteriza a los medios digitales es, a tenor de estos críticos, la interrupción:
hipetertextos que quiebran la lectura paciente y continuada; alertas de correos electrónicos, SMS o tuits que
compiten por nuestra atención; y un constante goteo de enlaces y discusiones que se agregan sin parar en ese
diálogo infinito, en esa invitación a hablar con tu pasado, presente y futuro que es Facebook o el recientemente
estrenado Google+.
Por otra parte, Carr denuncia que las producciones audiovisual y editorial se están amoldando al medio
digital, ofreciendo productos breves y desterrando las reflexiones largas y sopesadas y los argumentos
complejos. […] Como consecuencia, nuestro propio cerebro estaría cambiando y adaptándose a esta nueva
realidad fluida y en disolución. La exposición diaria a pantallas interactivas y on-line podría alterar el órgano
pensante de modo que solo encontrara satisfacción en la constante novedad, en un presente eterno y banal. Así,
la imposibilidad de profundizar y reflexionar nos convierte en meros consumidores de titulares, que acarician
apenas la superficie de cada nueva noticia antes de saltar a la siguiente. Para Carr y sus seguidores, la tecnología
es un tótem a cuyos pies estamos sacrificando nuestro pensamiento y nuestra humanidad, en un mundo engullido
por la tecnoestupidez.
Muy Interesante, “Los poderes extraordinarios del cerebro”, Extra 2012
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Javier Sánchez Abarca
Lengua castellana y Literatura
1. Resumen
Según los estudios del escritor estadounidense Nicholas Carr, las nuevas tecnologías podrían afectar de
manera importante a nuestro cerebro. Además, la tecnología afecta a nuestras relaciones sociales ya que puede
ser adictiva y conducirnos al aislamiento. El formato breve y en continuo movimiento de las nuevas tecnologías
están consiguiendo que nuestro cerebro se acostumbre a mensajes reducidos, por lo que estamos perdiendo
nuestra capacidad de memorizar, reflexionar y profundizar.
2. Tema
Efectos que producen las nuevas tecnologías en nuestro cerebro, en nuestro pensamiento y en las
relaciones humanas.
3. Estructura
El texto presenta una estructura deductiva, ya que el autor presenta la idea principal o tesis al principio
del texto y a continuación, expone una serie de ideas y argumentos para defenderla.
El texto está organizado según una estructura deductiva, ya que el autor plantea la idea principal o tesis
al principio y luego la desarrolla a través de ejemplos concretos. Se distinguen tres partes:

Introducción: se corresponde con la idea principal o tesis del texto (La tecnología podría…
volvernos estúpidos).

Desarrollo: el autor presenta sus argumentos para defender la idea principal (En 2008…antes de
saltar a la siguiente).

Conclusión: el autor concluye haciendo un breve resumen del texto.
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Javier Sánchez Abarca
Lengua castellana y Literatura
Los beneficios científicos de una misión a Marte serían enormes, aunque no haya vida allí. Podríamos
pasearnos por los antiguos valles fluviales, subir las laderas de una de las grandes montañas volcánicas, atravesar
los extraños terrenos escalonados de las terrazas polares heladas o acercarnos hasta las llamativas pirámides de
Marte. El interés público en tal misión sería considerable. Cada día llegaría una nueva serie de imágenes a las
pantallas de televisión de nuestras casas. Podríamos trazar la ruta, ponderar lo descubierto, sugerir nuevos
destinos. El viaje sería largo y el vehículo de exploración obedecería a las órdenes radiadas desde la Tierra.
Contaríamos con mucho tiempo para incorporar al plan de la misión nuevas y buenas ideas. Mil millones de
personas podrían participar en la exploración de otro mundo.
El área de superficie de Marte equivale exactamente a la de la tierra firme en la Tierra. Es evidente que
un reconocimiento completo nos ocupará siglos. Pero llegará un día en que Marte esté totalmente explorado;
cuando aeronaves automáticas lo hayan cartografiado desde lo alto, cuando los vehículos de exploración hayan
registrado con minuciosidad su superficie, cuando sus muestras hayan llegado sin peligro a la Tierra, cuando
los hombres se hayan paseado por las arenas de Marte. ¿Y entonces qué? ¿Qué haremos con Marte?
Hay tantos ejemplos de abuso humano en la Tierra que el mero hecho de formular esta pregunta produce
escalofríos. Si hay vida en Marte creo que no deberíamos hacer nada con el planeta. Marte pertenecería entonces
a los marcianos, aunque los marcianos fueran solo microbios. La existencia de una biología independiente en
un planeta cercano es un tesoro incalculable y creo que la conservación de esa vida debe reemplazar a cualquier
otra posible utilización de Marte. Sin embargo, supongamos que Marte no tiene vida. El planeta no constituye
una fuente plausible de materias primas porque durante muchos años el flete a la Tierra será demasiado caro.
Entonces, ¿podríamos vivir en Marte? ¿Podríamos en algún sentido hacer habitable Marte?
Carl Sagan, Cosmos
1. Resumen
En el caso de que fuéramos capaces de descubrir vida en Marte lo mejor sería conservar al planeta y no
exponerlo al abuso y explotación desmedida que sufriría (como está ocurriendo con la Tierra). Por otra parte, la
pregunta no resuelta en el texto tiene que ver con qué sería capaz de hacer el ser humano en Marte, si se
descubriera que no tiene vida. Carl Sagan intenta reinventar la realidad, planteando si seríamos capaces de hacer
habitable algo que no tiene vida y no al revés: ¿seríamos capaces de hacer lo contrario de lo que hemos hecho
muchas veces?
2. Tema
El texto es una reflexión sobre cuál debería ser nuestro papel en la posible colonización del planeta
Marte.
3. Estructura
Estamos ante una estructura inductiva, que consta de tres partes, hecho que se observa (entre otras cosas)
en la distribución de las formas verbales utilizadas. La primera parte reflexiona sobre la posible exploración de
Marte (condicional simple). La segunda, plantea la pregunta de qué haría el ser humano con ese planeta, si esa
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Javier Sánchez Abarca
Lengua castellana y Literatura
posibilidad de colonización se hiciera efectiva (predominio del pretérito perfecto de subjuntivo). La tercera parte
resuelve la pregunta, ofreciendo argumentos, y plantea otra pregunta como cierre del texto.
Ejemplos de valoración personal
En El País suelen aparecer diariamente artículos de opinión donde escritores reconocidos, columnistas
prestigiosos, pensadores o, incluso, personajes políticos de cierta importancia comentan asuntos de actualidad
y acontecimientos relevantes. Este es el caso de la novelista Elvira Lindo quien, el 12 de enero de 2011, muestra
su preocupación por el hecho (constatado por informes de expertos americanos) de que los niños y las niñas
juegan cada vez menos en la calle.
En efecto, en estos tiempos del siglo XXI, apenas si se ven niños que jueguen al fútbol en algún
descampado, o niñas que salten a la comba o chavales que correteen por las aceras o en bicicleta vayan hasta
rincones que para sus mentes infantiles resultan inexplorados. Todo lo más, niños muy pequeños que,
acompañados por sus padres, juegan en los toboganes o en los columpios de los pocos parques existentes en las
ciudades.
Bien es cierto, como reconoce Elvira Lindo, que las calles son innegablemente muy inseguras, incluso
a ciertas horas del día y en ciertos barrios pueden resultar peligrosas. Lo cual explicaría el escaso número de
niños y niñas que se atreve a jugar al escondite o a la pelota o a policías y ladrones. Tal vez por esto proliferan
los juegos de ordenador, las videoconsolas y las playstations; y los niños encerrados en las cuatro paredes de
sus dormitorios o del salón de su casa se han convertido en auténticos expertos en el manejo del ratón o del
mando a distancia, con que se manejan en el mundo virtual donde dan rienda suelta a su fantasía.
Evidentemente, las máquinas se han convertido en “insustituible herramienta de trabajo”, como afirma
la autora de Manolito Gafotas, y buena prueba de ello es que, por ejemplo, cada día se usa más la Wikipedia en
las aulas TIC de Andalucía, donde incluso la Junta de Andalucía regala a todos los niños de quinto de primaria
un ordenador portátil.
Sin embargo, y centrando el tema en el asunto de internet, el uso del chat, el tuenti, el Facebook y el
Messenger presenta notables riesgos psicológicos, sociales e incluso morales o delictivos. Muchos miles de
adolescentes intercambian imágenes, vídeos, experiencias, amores y desamores en las redes sociales; pero,
también, esto sirve de coartada o tapadera para el ataque de desaprensivos maleantes, pederastas o incluso para
el aumento del acoso escolar, el mobbing y la violencia entre menores.
De modo que al final, muchos padres no saben que es más peligroso: el partido de fútbol callejero, jugar
a la rayuela, al pañuelo y a las casitas, o conectarse a la cuenta abierta en tuenti o atropellar viejecitas como se
realizaba en algunos videojuegos de moda hace unos pocos años.
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Javier Sánchez Abarca
Lengua castellana y Literatura
LA INFLUENCIA DE LA TELEVISIÓN EN LA SOCIEDAD ACTUAL.
A la autora de este texto le parece excesiva la influencia que la televisión ejerce en la sociedad y justifica
su opinión con diversos argumentos. Aunque no estoy de acuerdo con todos, puedo añadir algunos otros que no
se mencionan en el texto y que me parecen dignos de tenerse en cuenta.
La autora habla de la influencia de la televisión en la sociedad en general, pero creo que está influencia
es especialmente nefasta para los niños. No es infrecuente que vean cuatro o cinco horas delante del televisor.
Más tiempo del que pasan en su centro educativo, con sus amigos, o charlando con sus padres y hermanos, lo
que convierte a la tele en su principal educador. Es muy difícil así que la escuela y su
familia tengan posibilidades de enseñarles a luchar contra los estereotipos y falsos valores que a veces se
transmiten.
Tal vez el más censurado de los efectos nocivos de la tele en los últimos tiempos sea el de la incitación
a la violencia. Es un tema muy discutido, porque no sabemos si afecta sólo a los que ya son violentos por
naturaleza o a todo el mundo. En cualquier caso, series y películas de acción, que muestran indiferencia ante la
muerte y exaltan comportamientos agresivos difícilmente pueden tener un efecto educativo en nadie y menos
en los menores.
Hay que tener en cuenta, además, que programas pretendidamente infantiles, incluso algunas series de
dibujos animados, están llenos de una tremenda agresividad. Como se emiten en horario infantil sin ningún tipo
de censura y los comportamientos violentos se muestran como algo normal, pueden crear en los niños la falsa
idea de que la violencia es lícita, que es un instrumento para poder conseguir poder, fama o dinero. Incluso
pueden llegar a considerarla la mejor manera de solucionar conflictos.
¿Y qué decir del poderoso influjo de la publicidad? Favorece un consumismo desproporcionado y
genera sentimientos de frustración e infelicidad a quien no puede adquirir tantos productos o servicios. Los
presenta de una manera tan atractiva y tan engañosa, que llevan a pensar que sólo a través de ellos se logra la
felicidad.
Para concluir, creo que la televisión es una ventana abierta al mundo, que puede favorecer el
conocimiento, entretener, acercarnos las noticias de cualquier punto del planeta… pero también aborregarnos,
hacernos consumistas, acríticos o violentos. Como todo casi todo, tiene dos facetas opuestas y está en nuestra
manos distinguir cuándo, cúanto y de qué manera. Tenemos que usar nuestro sentido común y ser coherentes
con lo que nos dicte.
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Javier Sánchez Abarca
Lengua castellana y Literatura
SOBRE LA INSTALACIÓN DE “CEMENTERIOS” NUCLEARES EN ESPAÑA.
Los cementerios de residuos nucleares han saltado al primer plano de la opinión pública por la iniciativa
gubernamental de instalar uno en nuestro país. Para ello han establecido algo así como un plazo de presentación
de candidaturas entre los pueblos de España, tras el cual se seleccionará al ganador. ¿Pero ganador de qué?
Ganador de vivir con la certeza de estar en el centro de la catástrofe en caso de accidente. Dicen sus
defensores que no hay riesgos, que todo es muy seguro, muy limpio y hasta muy ecológico. Dicen además que
estas instalaciones van a traer la prosperidad a pueblos deprimidos, a zonas abandonadas. Un reguero de
millones de euros, de puestos de trabajo, de ventajas palpables. Imposible decir que no. ¿Imposible? Claro que
es posible. Así lo hace, de hecho, gran parte de la sociedad, que se ha manifestado en contra. Y así creo yo que
hay que hacerlo. La razón principal: la seguridad.
Puede que en condiciones normales se haya llegado a una protección que pueda parecer segura, pero
¿van ser siempre las condiciones “normales”? ¿Qué pasaría en caso de terremoto? ¿Y en caso de atentado
terrorista? ¿A quién le gustaría ver un avión precipitarse contra una central nuclear o contra ese dichoso
cementerio?
A mí no. La solución no está en almacenar residuos tóxicos y altamente peligrosos pensando
ingenuamente que con el tiempo dejarán de serlo. La solución solo puede ser reducir nuestro consumo de
energía, aumentar la producción de renovables y no necesitar almacenar ni un solo material radioactivo más.
Por la sencilla razón de que a las nucleares, en su día, les dijimos no, gracias.
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