CÁMARA TERCERA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA SECCIÓN DEL

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4-OSM-11
CÁMARA TERCERA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA SECCIÓN DEL CENTRO : San
Salvador, a las ocho horas diez minutos de veintidós de junio de dos mil once.
Vistos en Apelación de la Sentencia Definitiva pronunciada por el señor Juez de lo
Civil de San Marcos a las quince horas treinta minutos de veintinueve de noviembre de dos mil
diez, en el Proceso Civil Ordinario Reivindicatorio de Dominio, promovido por el “FONDO
SOCIAL PARA LA VIVIENDA”, Institución de Crédito Autónoma, de este domicilio, a través
de su apoderada general judicial con cláusula especial licenciada Deborah Jeannet Chávez
Crespín; contra don EDGARDO BENJAMÍN CASTANEDA REYMUNDO, mayor de edad,
empleado, del domicilio de Olocuilta, departamento de La Paz.
La sentencia definitiva en su fallo, EXPRESA: “a) Declárase inepta la demanda
intentada por el FONDO SOCIAL PARA LA VIVIENDA, por medio de la licenciada
DEBORAH JEANNET CHAVEZ CRESPIN, por falta de legítimo contradictor, en virtud de no
ser su demandado señor EDGARDO BENJAMÍN CASTANEDA REYMUNDO, quien debe
responder del reclamo o pretensión; b) Condénase al FONDO SOCIAL PARA LA VIVIENDA
al pago de las costas procesales causadas en esta instancia. HÁGASE SABER.” (FS. 109 p.p.)
Ha intervenido en ambas instancias únicamente el “FONDO SOCIAL PARA LA
VIVIENDA”, a través de su apoderada general judicial con cláusula especial licenciada Déborah
Jeannet Chávez Crespín; como demandante-apelante; no así el demandado-apelado, don
EDGARDO BENJAMÍN CASTANEDA REYMUNDO, quien fue declarado rebelde mediante
resolución de fs. 54 p.p.
LEÍDOS LOS AUTOS; Y,
CONSIDERANDO:
I. ANTECEDENTES.
A. La licenciada Chávez Crespín, en el carácter indicado interpuso demanda, y en lo
esencial DIJO: “Que como base de mi pretensión presentó Testimonio de Escritura Pública de
Dación en Pago, (…) el día ocho de abril de dos mil ocho ante los oficios notariales de la
licenciada Rosa Margarita Martínez de Pineda, el señor EDGARDO BENJAMÍN CASTANEDA
REYMUNDO (…) entregó a titulo de dación en pago al FONDO SOCIAL PARA LA
VIVIENDA (…) un inmueble de naturaleza urbana y construcciones que contienen, marcado en
el plano respectivo con el número CATORCE del Polígono CINCO, block B, de una extensión
superficial de SESENTA METROS CUADRADOS, el cual forma parte de la Urbanización
REPARTO MONTE LIMAR, kilómetro veintitrés y medio, Autopista a Comalapa, Cantón La
Esperanza, jurisdicción de Olocuilta, Departamento de La Paz (…) Que es el caso señor Juez, que
al hacerse presente mi poderdante al inmueble de su propiedad, para tomar posesión del mismo y
ejercer ese derecho adquirido por medio de justo titulo, encontró ocupando dicho inmueble al
señor EDGARDO BENJAMÍN CASTANEDA REYMUNDO (…) Por lo antes expuesto PIDO:
(…) en sentencia definitiva se condene al demandado a restituirle a mi mandante, el inmueble de
su propiedad que se encuentra poseyendo indebidamente.” (fs. 1 p.p.)
Los documentos presentados quedaron agregados de fs. 3 a 13 p.p.
Por resolución de fs. 14 p.p. se previno a la licenciada Chávez Crespín determinar el
valor de la cosa que pretende reivindicar y manifestar la base legal fundamento de su pretensión.
Mediante providencia de fs. 18 p.p., se tuvo por evacuada la prevención antes
relacionada; se admitió la demanda de fs. 1 p.p. y escrito de ampliación de fs. 17 p.p.; se tuvo por
parte a “FONDO SOCIAL PARA LA VIVIENDA”, a través de su apoderada general judicial con
cláusula especial licenciada Chávez Crespín; se corrió traslado por el término de seis días al
demandado EDGARDO BENJAMÍN CASTANEDA REYMUNDO, a fin de que contestara la
demanda incoada en su contra. El emplazamiento de mérito consta en acta de fs. 48 p.p., el cual
se realizó por comisión librada al Juzgado de Paz de Olocuilta.
Conforme resolución de fs. 54 p.p. se declaró rebelde al demandado señor EDGARDO
BENJAMÍN CASTANEDA REYMUNDO, y se tuvo por contestada la demanda de su parte en
sentido negativo, resolución que le fue notificada al demandado tal como consta en acta de fs. 63
p.p.
A fs. 68 p.p., se abrió a pruebas el proceso por el término de veinte días.
Mediante auto de fs. 75 p.p. se señaló día y hora para el examen de testigos solicitado
por la licenciada Chávez Crespín, cuyo resultado obra en acta de fs. 77 a 78 p.p. donde constan
las declaraciones de los testigos señores Mauricio Alirio Carlos Bernal Chávez, y Laura Cristina
Hernández Viera.
Por resolución de fs. 79 p.p., se señaló día y hora para llevar a cabo la inspección
solicitada por la parte actora, cuyo resultado obra a fs. 94 p.p.
Finalmente, de fs. 105 a 109 p.p., consta la sentencia definitiva de la cual se recurre.
B. En esta instancia por auto de fs. 39 se tuvo por parte al “FONDO SOCIAL PARA
LA VIVIENDA”, a través de su apoderada licenciada Chávez Crespín, como apelante, no así al
apelado EDGARDO BENJAMÍN CASTANEDA REYMUNDO, quien fue declarado rebelde en
primera instancia.
El escrito de “expresión de agravios” corre agregado de fs. 45 a 47, el cual de ser
necesario será relacionado adelante.
II. PRETENSIONES.
La parte actora –Fondo Social para la Vivienda-, por medio de su apoderada licenciada
Chávez Crespín pretende que en sentencia definitiva se condene a don EDGARDO BENJAMÍN
CASTANEDA REYMUNDO a restituirle a su mandante el inmueble relacionado en la demanda
como Número Catorce del Polígono Cinco, Block B, de la extensión superficial de Sesenta
metros cuadrados, el cual forma parte de la Urbanización Reparto Monte Limar, Kilómetro
veintitrés y medio Autopista a Comalapa, Cantón La Esperanza, Jurisdicción de Olocuilta,
departamento de La Paz.
III. DE LOS AGRAVIOS.
La imperante circunscribe sus agravios esencialmente a: “que la demanda no es inepta,
sino que lo correcto es declarar la nulidad de emplazamiento y todo lo que fuere su consecuencia
con el fin de reformular las pretensiones planteadas en la demanda, en virtud de las circunstancias
acaecidas en el mismo, pues de la lectura del acta de notificación de la admisión de la demanda se
evidencia que fue en contravención a lo dispuesto en los Arts. 208 y 210 Pr.C., pues no es
permisible realizar el emplazamiento mediante la suegra del demandado o cualquier otro tipo de
persona con parentesco de afinidad a excepción de su esposa, por lo que la sentencia del Juez A
quo debe revocarse y declararse la nulidad por falta de emplazamiento.”
IV. ANÁLISIS DE LOS AGRAVIOS.
Respecto de lo manifestado en el considerando anterior, la Sala de lo Civil de la Corte
Suprema de Justicia ha dicho en reiteradas ocasiones que en el sistema legal salvadoreño no
existe la nulidad por la nulidad misma, y que la existencia y comprobación de un vicio
procedimental no conduce indefectiblemente a la declaratoria de nulidad, pues debe de tomarse
siempre en cuenta si el vicio produjo o puede producir perjuicio al derecho de defensa de la parte
que lo alega o en cuyo favor se ha establecido, es decir, debe cerciorarse el juzgador si el vicio
trascendió al interés del recurrente.
Al respecto el Art. 1115 Pr.C., subraya: "Ningún trámite o acto de procedimiento será
declarado nulo si la nulidad no está expresamente determinada por la ley. Y aún en este caso no
se declarará la nulidad si apareciere que la infracción de que se trata no ha producido ni puede
producido perjuicios al derecho o defensa de la parte que la alega o en cuyo favor se ha
establecido". (Subrayado es nuestro)
Para que exista pues, nulidad en un procedimiento judicial, éste debe provocar al
invocante una falta de defensa que limite sus derechos y le cause la pérdida de toda oportunidad
procesal, por causas ajenas al mismo. En consecuencia y desde que no hay nulidad por la nulidad
misma, es necesaria la existencia de perjuicio irreparable.
Es claro que en el caso de autos el supuesto vicio denunciado no trasciende el interés
del recurrente, pues tal infracción no se ha establecido a su favor, de ahí que el único que puede
alegarla es el mismo demandado, quien ni siquiera ha comp arecido al proceso. En definitiva,
pues, la supuesta nulidad no ha producido daño, ni puede producirlo al ahora recurrente;
consecuentemente, deberá rechazarse el presente agravio; y siendo que sus agravios se centraron
únicamente en este punto, es procedente pasar al análisis de la pretensión, así:
V. DE LA PRETENSIÓN REIVINDICATORIA.
La acción reivindicatoria como base fundamental de la pretensión de restitución
contenida en la demanda, inicialmente exige, pues, para prosperar, que se acredite la calidad de
propietario del que ejercita la acción; y la parte actora ha acreditado el dominio que tiene respecto
del inmueble cuya reivindicación pretende, ubicado en Reparto Montelimar, Cantón la
Esperanza, lote número catorce, polígono cinco, block B, Olocuilta, departamento de La Paz,
inscrito en la matricula CINCO CINCO CERO OCHO CERO CUATRO CERO CUATRO CERO CERO CERO CERO CERO a favor del FONDO SOCIAL PARA LA VIVIENDA cuya
escritura de DACIÓN EN PAGO se encuentra agregada de fs. 6 a 9 p.p., que es el mismo que se
relaciona en la demanda.
Ahora bien, con respecto a los otros extremos, es decir que el actor no esté en posesión
del inmueble o inmuebles que se trata de reivindicar, o sea, que haya sido despojado de la
posesión, y que el demandado sea el poseedor actual del inmueble, se ha tratado de comprobar
por medio de prueba testimonial e inspección, las que constan en actas de fs. 77 a 78 y 94 p.p.,
respectivamente. Y previo a analizar éstas últimas, esta Cámara estima traer a consideración que
la prueba es la actividad procesal, realizada con el auxilio de los medios establecidos por la ley, y
tendientes a crear la convicción judicial sobre la existencia o inexistencia de los hechos afirmados
por las partes como fundamento de sus pretensiones o defensas. Así, en nuestro sistema procesal
la apreciación de la prueba es legal o tasada, y la eficacia de los distintos medios probatorios se
halla fijada mediante reglas establecidas en la ley, por lo que el juzgador debe atenerse a ellas
con prescindencia de su convicción personal; precisamente el Art. 415 Pr.C., nos establece la
robustez de prueba, indicando en su contexto la escala de preferencia probatoria. En ese orden de
ideas, iniciaremos por considerar que el valor de la inspección, la cual hace plena prueba, y que
conforme a la preferencia de prueba robusta ocupa el ordinal cuarto de la referida disposición,
tiene un escalafón mayor que la testimonial, por lo que esta prueba ha de ser preferida sobre la
anterior, lo que genera que lo contenido en la misma tenga valor y plena fe en las circunstancias
consignadas por el juzgador. Es más, la inspección se practica por el Juzgador con el objeto de
obtener el argumento de prueba para la formación de su convicción, mediante el examen y la
observancia, con sus propios sentidos, de hechos ocurridos durante la diligencia o antes, pero que
aún subsisten, o de rastros o huellas de hechos pasados y, en ocasiones, de su reconstrucción. En
esta clase de probanza, lo fundamental es el convencimiento psicológico que adquiere e l Juez de
la relación entre las afirmaciones de hechos de las partes y la realidad, y su innegable influencia
en la resolución sobre la adquisición probatoria, incluso contra los dictámenes periciales, lo que
convierte a este medio de prueba, en muchas ocasiones, en la reina, para la resolución de una
controversia, en la medida en que el convencimiento del juez sobre una afirmación de hecho
dependa de su propia convicción. En el caso de autos, consta en el acta de fs. 94 p.p., que al
momento de practicar la inspección en la Urbanización Reparto Montelimar, polígono cinco,
Block B, número catorce, kilómetro veintitrés y medio, jurisdicción de Olocuilta, departamento
de La Paz,
el Juez de Paz de Olocuilta, encontró a la señora NORMA MARGARITA
MUNGUÍA HERNÁNDEZ, quien le manifestó que ella es la que se encuentra en posesión del
inmueble y que el demandado señor EDGARDO BENJAMÍN CASTANEDA REYMUNDO “ya
no reside en ese lugar”, por lo que si bien es cierto los testigos señores MAURICIO ALIRIO
CARLOS BERNAL CHÁVEZ y LAURA CRISTINA HERNÁNDEZ VIERA, fueron contestes
y conformes entre sí, al declarar que el poseedor del inmueble objeto del proceso es el señor
Edgardo Benjamín Castaneda Reymundo; lo que constató el Juez fue que quien se encuentra en
posesión del inmueble es la referida señora Munguía Hernández, prueba que conforme a la
disposición citada tiene preferencia; y no habiéndose presentado otro medio de prueba a fin de
comprobar que la posesión del inmueble la ejerce el demandado, y como efecto el juzgador no ha
llegado al convencimiento de los hechos alegados por la parte actora, consecuentemente este
Tribunal omitirá pasar al análisis de los otros extremos de la demanda, siendo innecesario, pues
ha quedado constatado que no se probó que la posesión del inmueb le la ejerce el demandado.
Es imperativo referir que de conformidad al Art. 237 Pr.C. se impone al litigante que
alega un hecho a su favor, el deber o peso de probarlo; esto es, como base fundamental de su
pretensión; y al demandado, los que invoque como cimiento y apoyo de su excepción. El
Principio del Derecho Romano, transmitido a todas las legislaciones procesales: “ONUS
PROBANDI INCUMBIT ACTORI”, impone la carga de la prueba, a quien la alega. En nuestro
sistema procesal común, impera el Principio Dispositivo, -Art.1299 Pr.C.-, mediante el cual, en
principio, el Juez sólo puede valerse del material de conocimiento que le suministran las partes,
merced la carga de la afirmación; porque los hechos que no son introducidos a la litis por los
intervinientes, el juzgador no los puede considerar; ni él puede extenderse en su sentencia a otros
hechos que los que las partes han propuesto; consiguientemente, el Juez sólo puede conocer de
las pruebas que las partes suministran para convencerle de los hechos d iscutidos. VI.
CONCLUSIONES.
La actora–apelante, probó ser la titular del inmueble ubicado en Reparto Montelimar,
Cantón la Esperanza, lote número catorce, polígono cinco, block B, Olocuilta, departamento de
La Paz; sin embargo no se aportó prueba que demostrase de forma
posesión
sobre
el
inmueble
objeto
categórica
que
la
del litigio era ostentada por el demandado señor
EDGARDO BENJAMÍN CASTANEDA REYMUNDO, se impone confirmar la sentencia venida
en apelación, en base al sub principio de “no reformatio in pejus”, pues lo que legalmente
correspondía era declarar sin lugar la reivindicación por las razones que se han dejado dichas en
la presente, debiendo aclararse además que no obstante que el Juez A quo omitió hacer la
condena en daños y perjuicios tal como lo prescribe el Art. 439 Pr.C., este Tribunal se encuentra
impedido para pronunciarse al respecto en base al sub principio mencionado.
POR TANTO : de acuerdo a las razones expuestas, disposiciones legales citadas y Arts.
1 Inc. uno, 11 Inc. uno y 18 Constitución; 568 Inc. uno, 891 y siguientes C.C. y 2, 237, 417, 418,
421, 427, 428, 432, 439, 1026, 1088, 1089 y 1090 Pr.C., a nombre de la República, esta Cámara
FALLA:
1°) DECLÁRASE SIN LUGAR la nulidad de emplazamiento alegada por la
licenciada Deborah Jeannet Chávez Crespín, como apoderada del Fondo Social para la Vivienda,
en base a las consideraciones hechas;
2°) CONFÍRMASE en todas sus partes la sentencia venida en apelación pronunciada
por el señor Juez de lo Civil de San Marcos, a las quince horas treinta minutos de veintinueve de
noviembre de dos mil diez, habida cuenta de lo considerando en la presente.
3°) No hay especial condenación en costas. Y,
4°) Oportunamente, vuelva la pieza principal al Juzgado de su origen, con certificació n
de esta sentencia para los fines de rigor. HÁGASE SABER.
PRONUNCIADA POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LA SUSCRIBEN.
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