t facilius possis deum quam hominem invenire: los `heroes` cinicos

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t facilius possis deum quam hominem invenire:
los 'heroes' cinicos de Satyricon
Dora Battiston
Universidad Nacional de La Pampa
Argentina
Resumen: Obra de sfntesis, parodias y confluencias, Satyricon exhibe una
compieja trama intertextual y, en el campo de las alusiones literarias, el
entrccmzamiento de generos, especies y teorfas. Tambien ingresan diversas
influencias filos6ficas -estoicismo, epicureismo, cinismo-, sin que ninguna
alcance a definir por completo el tenor ideol6gico de la obra. Aun dentro de la
ambiguedad del texto, la flnalidad c6mica y el distanciamiento irdnico del
autor, la comparaci6n de algunos pHncipios, lecciones y an^cdotas atribuidas a
la 'secta del perro' con determinados pasajes de Petronio, revela ciertas
afinidades tanto en las actitudes como en el piano formal. Se infiere que, si
bien no determina posiciones, el cinismo aporta elementos significativos para
la critica al estoicismo.
Palabras clave: Filosofia 1 cinismo | estoicismo | parodia | crftica
Ul facilius possis deum quam hominem invenire: Cynical 'heroes' in
Satyricon
Abstract: Satyricon - a work of ss^ithesis, parodies and confluences- shows a
complex inter-textual fabric and, in the field of literary allusions, the
intercrossing of genres, types and theories. There also enter into the text
different i^ilosophical influences: Stoicism, Epicureanism, Cynicism though
none of them can completely define by itself the ideological tone of the text.
Within the ambiguities of the text, the comic purpose and the ironic distancing
of the author the comparison of some principles, lessons and anecdotes
attributed to the 'Sect of the Dog' with some passages by Petronio, reveal
certain affinities, both in attitude as in form. It can be inferred that even though
cynicism does not determine positions, it provides significative elements to
criticize Stoicism.
Keywords: Philosophy) Cynicism | Stoicism | parody | criticism
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Entre Ios numerosos aspectos que aun pueden indagarse en el Satyricon, la
presencia de un intertexto filosofico en los discursos y excursos que configuran la
obra es susceptible de ser analizada a traves de ciertas evidencias que refieren no
s61o a estoicos y epicureos, sino tambien al cinismo.'
A traves de Zenon de Citio se hace derivar de los cinicos el primer estoicismo,
pero para el cinismo, por sobre los dogmas, cuentan las individualidades, y en
muchas de sus afirmaciones se advierte una filiacion, conexion o afinidad con el
epicureismo -tal el caso de Luciano de Samosata^ y de algunos aspectos de la
teoria de Lucrecio-. Si se toma en cuenta el relato de Ios doxografos,^ el cinismo
filosofico propone una mirada insolente sobre el mundo y una sabiduria prdctica
eficaz y jubilosa, bastante lejana de la adusta moralidad del estoicismo romano y
muy proxima al hedonismo epicureista. La predica del retomo a la Naturaleza
opera contra ta 'domesticacion' socio-cultural propia de las ciudades. Figura
capital del movimiento, Diogenes de Sinope se convierte rapidamente en leyenda
de provocaci6n, bajo la imagen del sabio de aspecto descuidado y discurso
sarcdstico y burlon.
En el movimiento se puede distinguir una primera fase, que se desarrollo
basicamente en Grecia durante los ss. IV y II a.C, y una segunda, en las grandes
ciudades del imperio romano -Roma, Alejandria y Constantinopla- desde los ss. I
a V. Ademas de las escuelas mayores, hay otras que se muestran activas durante el
imperio: "el cinismo, que adquiere nueva vida y halla amplia difusion, el
neopitagorismo, el platonismo medio, el nuevo escepticismo [...] EI cinismo
contaba ciertamente con muchos partidarios en Roma" (Levi 1979: 130-131).
Si bien el romano tradicional parece haber sentido natural aversion hacia la
filosofia, los sucesores de Augusto, en particular durante el s. I d.C, manifestaron
desconfianza y hostilidad hacia los estoicos y en general hacia quienes se
dedicaban a este tipo de reflexion. Neron persiguio, expulso y elimino a algunos
estoicos notables, Seneca entre ellos. Significativo es e! relato de la peHpecia de
Di6n Crisostomo, que compone el discurso Contra los JilosofoSy azote de Ios
gobiemos y de la ciudad, abandona luego la retdrica y se consagra a la doctrina
ci'nica. Esto avala las fuertes diferencias entre estoicismo y cinismo, y permite
suponer que quienes combatian, con argumentos serios o con burlas, la n'gida
moral estoica, bien podrian haber tomado esta posicion desde los postulados, o mds
bien desde las actitudes cinicas.
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Resonancias particulares en Satyricon, texto polifonico
Obra de sintesis, parodias, confluencias, es evidente en Satyricon la trama compleja
de los intertextos, y en el campo de las alusiones literarias, el entrecruzamiento de
generos, especies y teorias; lo mismo puede decirse de las diferentes ideas
filosoficas : estoicismo, epicureismo, cinismo.
Si bien, como anota Thomas, entre los olvidos y asuntos que no trata el autor,
"solo se menciona a los filosofos en tanto objeto de una violenta antipatia por parte
de Trimalcion" (1912: 165. n. 2), tambien hay una intertextualidad filosofica, aun
cuando no aparezca explicita. En los comportamientos de los actores, en los
discursos y excursos literarios, asi como en el fragmento considerado una poetica
explicita (Campuzano 1984: 80) es posible vislumbrar -junto con ios ataques
directos u oblicuos al estoicismo, y a la declarada flliaci6n epiciirea del autoralgunos indicios de la filosofia de los cinicos. En la comprobacion de esta
presencia reside tambien una altemativa superadora de la oposicion estoieismo/
epicureismo -acaso ingenua al momento de analizar una obra compleja y plena de
ineertidumbres- y una posibilidad de corrimiento del punto de vista tradicional. Por
otra parte, desde la 6ptica sociohistorica, es manifiesta la abigarrada trama
ideologica del s. I: los postulados de las escuelas filosoficas griegas scguramente
circulaban mezclados, adaptados al mundo latino, contaminados con las tradiciones
locales, y el enigmatico autor de Satyricon, intelectual emancipado y seguro de su
oficio, dejo que se filtraran libremente imagenes alusivas al Perro, ta Puerta y el
Jardin, todas funcionales a la ficcionalidad comica, abarcadora y sincretica de su
obra.
La mencion de algunos principios, lecciones y anecdotas atribuidas a la *secta
del perro' en comparaci6n con determinados pasajes de la obra atribuida a
Petronio, revela ciertas afinidades que contribuyen a perfilar caracteres, momentos
del relato, ideas subyacentes y posici6n del narrador.
El filosofo, arquetipo del heroe vagabundo
El cinismo filosofico propone y expone un modo insolente del saber y una praxis
filosofiea eficiente. Esta idea de una sabiduria jubilosa supone una conexion con el
epicureismo. El filosofo resulta un provocador que desafia las mascaras sociales y
proyecta nada menos que la trasmutacion de los valores. Despojo formal que deriva
en una actitud critica, hostil hasta el sarcasmo, contra la retorica. De modo analogo,
en Crotona, Eumolpo, que bien puede calificarse como 'poeta cinico', monta un
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verdadero juego escenico que enjuicia a la retorica y denuncia la decadencia
artistica y moral de la elocuencia y de la poesia, pecuniae cupiditate. Ya en la
primera parte, Encolpio debatia con Agamenon -representacion de la retorica- y
exponia, sard6nico, su rechazo a Ios maestros.
Segun Paquet (1975: 12), la m^ima cinica seria "no ser esclavo de nada ni de
nadie en el pequeilo universo donde uno halla su lugar". EI cinico se vuelve tan
hedonista como un epicureo, en aras de su autarquia: cuanto mas rapido se de
satisfaccion al deseo, menos perturbara la libertad, y esto es mas eficaz que
cualquier renunciamiento de los que propone el estoicismo. No otra cosa alega el
autor del Satyricon cuando se defiende de sus detractores en 132.15,^ en el unieo
fragmento en que puede ser oida la *voz' del autor. La extrema sencillez a que
aspiraba el cinico como virtud lo lleva a burlarse del espiritu adusto; del mismo
modo, la critica y parodia del estoicismo -Seneca, Lucano- atraviesa el texto del
Satyricon.
Para el cmico, el vagabundo se erige como el heroe modelico del filosofo. La
plaza publica se convierte en escenario de sus representaciones, ligadas al espiritu
ludico y a la improvisacion, cuyo tenor es muchas veces establecido por el
receptor: cree Diogenes, en efecto, que alii donde abundan los necios es
conveniente que se establezca el filosofo a fin de desenmascarar y corregir su
estupidez (Dion Crisostomo, Discursos, VIIL4.5). Este modo de vida, ligado mas
bien a la oportunidad, a la verdad de las calles y a una suerte de nihilismo social,
puede aplicarse a la mimesis de la novela picaresca. En Satyricon, la existencia se
re-presenta a la manera exagerada de Ios mimos, con sus discursos parodicos
callejeros y una actitud rebelde que parece fortalecer una cierta estetica del goce
fugaz. La condicion de estos scholarici, no dista mucho de las elecciones cinicas.
Informa Maximo de Tiro (Disertacion, XLVL5) que el inefable Diogenes,
conciliando ^tica y estilo,
se despDj6 de todas sus cargas y se Iibr6 de sus cadenas. Recorrid el mundo
libre, [...] no estaba obligado por la ley, tampoco se ocupaba de la vida
publica [...], no lo preslonaba el matrimonio ni lo retenfa el trabajo, no estaba
perturbado por las campaflas militares, ni el comercio lo apartaba de su
camino. Por el contrario, se burlaba de los hombres que se entregan a tales
actividades.
Claro que habia recibido esta ensefianza de su maestro Antistenes:
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Vtfacilius possis deum quam hominem invenire: Los ^h^roes' clnicos de Satyricon
t\ me mostr6 lo que me pertenecfa y lo que no me pertenecfa. La propiedad
no es mla: los padres, los sirvientes, los amigos, la reputaci6n, los lugares
familiares, las relaciones humanas, todo eso me es ajeno (Epicteto, Manual de
Epicteto, 111.24.67);
y si le creemos a Luciano de Samosata {Vida de Demonax, 13) Demonax -tal como
parecen suscribir los despreocupados 'heroes' de la novela- suponia que solo era
libre el que no esperaba nada ni temia nada.
Sabido es que, para un cinico, la patria es el mundo,' o cual equivale a
postularla como quimera, asi como el acatamiento -hasta el absurdo- de las leyes
naturales puede entenderse como una negacion de las civiles. A los vagabundos del
Satyricon tampoco les inquieta el cambio de ciudad; es mas, el autor ni siquiera se
preocupa por registrar la geografia de la graeca urbs; y en cuanto a Crotona, la
unica identificacion proviene del ambito moral y filosofico: asi operan el discurso
del campesino -altamente convencional, lejos de la verosimilitud linguistica de
otros pasajes de la obra- y la eleccion de la ciudad que en el pasado alberg6 a
Pitagoras.
Concepto y funcion de la filosofia: el inquietante modelo subjetlvo
Antiplatonico, Diogenes retrotrae nuevamente el modelo a los presocraticos y cree
que la filosofia -que no responde al orden de la matematica- debe inquietar: "los
discursos de un filosofo deben estar henchidos de esa dulzura acre que puede irritar
las heridas humanas" (Estobeo, Florilegio M.3.43). Desde una concepcion
materialista del mundo, el ci'nico propone un nominalismo casi ingenuo, niega los
laberintos de la Razon. la Ret6rica y la Dialectica y deriva en un cerrado
individualismo que prefiere los hechos al lenguaje y deplora la ampulosa retorica.
Tambien Encolpio y sus companeros, circulando siempre por senderos marginales,
duefios de la respuesta sarc^stica y actores de la parodia petroniana, exhiben un
individualismo a ultranza, revulsivo contra las instituciones, burlon de lo
convencional, ironico contra los excedidos retores, a los que oponen la inmanencia
de lo proximo y cotidiano. Acaso el autor, en su distanciamiento, intenta mostrar y
desmontar, mediante la risa, las mascaras de la hipocresia social y los vanos
delirios filosoficos de la retorica al uso. La sentencia '"nihil est hominum inepta
persuasione falsius necficta severitate ineptius" (132,16), revulsiva contra la pacta
moral individual y publica contemporanea, remite a Diogenes, m^s generalizador
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"Los hombres son infelices a causa de su propia estupidez" (Diogenes Laercio,
VI.71).
Desde luego, la parodia funciona como estrategia desconstructiva, y los cinicos
serian, en este sentido, esencialmente parodicos. Si se subvierten el dogma y las
doctrinas, la filosofia encontrara el camino abierto para su tarea esencial, que
consiste en trasmutar los valores, desde una perspectiva contracultural.
Contra la religion y los ritos
'
Similar posici6n adoptan los cinicos ante Ia religion; el argumento es simple y
consiste en seilalar la realidad para desmentir las teorias; en denunciar las mentiras
de adivinos e interpretes de sueflos, sostenidas solo por la codicia e idiotez de
quienes les creen. Esta critica se extiende -con insolencia manifiesta- a los que
ejercen el poder. Coincidentemente, si se examinan desde la optica petroniana las
desopilantes escenas de la farsa de Crotona (126-140), donde resultan parodiados
los manejos de Enotea y Proselenos, y la orgia de Cuartila (21.4-26.6), tambien
bajo los ritos priapeos, no quedan dudas acerca de la visi6n critica y burlona de Ia
religion. Seria problematico, en cambio, el analisis de las relaciones entre e! autor y
el monarca, envueltas en Ia enigmatica cuestion de autoria, epoca, identidad, rol
politico; pero si es verdadera la version de Tdcito {Andes, 16.19), estariamos frente
a un caso de desobediencia final, coincidente en parte con esa idea de Diogenes
que supone una independencia casi feroz del intelectual con relaci6n al poder.
Nihilismo dialectico: en busca de la virtud perdida
EI cinismo descree de las virtudes del trabajo, la procreacion, el matrimonio, la
propiedad y el patriotismo. De tal modo, niega el tributo a la civilizacion, supone
una virtud estetica en el otium y propone altemativas como el celibato, la sodomia
y el amor libre. La cultura de la liberacion es dinamica, el nihilismo social apunta
paradojicamente a Ia recuperacion de la virtud.
Relatan a los comentaristas que el cfnico vagaba libremente; tambien los
despreocupados personajes de Petronio, sin que esto les adjudique caracteristicas
de filosofos, ni esa indiferencia hacia las riquezas que declaraba Di6genes. Sin
embargo, alguno de estos principios estarian presentes en la parodia del rico
inculto: Trimalcion podria ilustrar -Hdiculo mediante- el criterio cinico de que la
nobleza no dependia del dinero, y que ni siquiera la categoria de ciudadano o
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liberto garantizaba virtud alguna. En realidad, para el cinico la seleccion y el
individuo deciden el criterio de verdad.
Particularmente interesente resulta el caso de Hiparquia, porque pone en primer
piano la estructura familiar como esclavizante para la mujer: en tal sentido, ella
representa la rebelion ante una sociedad que hace residir Ia virtud femenina en la
sumisidn y el silencio. Con sus dichos y actitudes desafiantes, la intrepida
Hiparquia no se diferencia mucho de las temibles mujeres del Satyricon.
La gaya ciencia: "una etica liidica"^
Los cinicos, como los personajes de Satyricon, no hacen sino ocuparse de la
felicidad, de la existencia concreta y cotidiana. Esto es propio del picaro, que debe
saberlo todo, y estar siempre alerta a los hechos, al presente inmediato. Encolpio y
sus amigos deambulan por cualquier lugar, son de cualquier parte: en la incierta
geografia de la graeca urbs no hay Iocalizaci6n posible, salvo la de los
acontecimientos, la suerte y la oportunidad.
La preferencia por los hechos se corresponde con un manifiesto escepticismo
hacia el discurso formal; el filosofo cinico acude a lo mimetico, a los juegos de
palabras, al humor que le permite atrapar el tiempo, vivir el momento -carpe
diem- y responder a los convencionalismos con ironia, injuria y provocaci6n.
Como los personajes de Aristofanes y de Petronio, privilegian el gesto, el acto, el
signo por sobre la palabra, y asi devienen bufones. Segun Diogenes "un hombre de
bien, ^no ve acaso una fiesta en cada dia?" (Plutarco, Moralia, All C). Esta opcion
por un saber alegre y una filosofia de Io cotidiano no dista mucho del epicureismo
asumido por el autor de Satirycon en el fragmento 132.15. Esta concepcion ludica
de la etica atraviesa la obra en su totalidad; el erotismo y el juego, con su divertida
improvisacion, proporciona los placeres inmediatos de la despreocupacion y la
fantasia, se burla de la gravedad y los preceptos moralistas, alcanza y sobrepasa
cualquier limite; e! voyeurismo de Diogenes o Hiparquia se vuelve a encontrar en
la orgia de Cuartila (26.3-6).^
Relativismo etico: humor, ironia, sarcasmo
Tanto en los dichos atribuidos a los cinicos, como en el relato de sus acciones, se
percibe un humor lacerante, a veces procaz. Estos momentos se proyectan hacia el
nihilismo, o cuanto menos, al escepticismo, ya que el humor opera por desconstnicci6n: 6se es su inefable poder. E! cinico se niega a la compasion y su
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sentido humoristico deriva ficilmente hacia la ironia y el sarcasmo; de este modo
se propone socavar Ios cimientos del sistema mitologico que sostiene y asegura Ios
vinculos sociales. Apela a la caricatura en lugar de la demostraci6n o la explicaci6n
tediosa, y procede por raptos insolentes. Es la misma estrategia de la satira, que en
Petronio funciona con eficacia notable. La orgIa de Cuartila y los episodios de la
farsa de Crotona revelan hasta que punto el autor se instala en esta optica para
delinear la peripecia de sus personajes. Como en toda la picaresca, la burla
desmonta los mecanismos de la realidad, y la muestra fenomenicamente.
El sentido comun y la moral social se conmueven o al menos intentan ser
conmovidos por Diogenes cuando desafia tabues, como el incesto o el canibatismo,
argumentando la pura arbitrariedad cultural de esas prohibiciones.' El discurso de
Cuartila (25.4-6) y el testamento de Eumolpo (141.2-11) pertenecen tambien al
dmbito del relativismo cultural, aunque circunscriptos a los limites ilccionales de la
parodia y la retorica del sarcasmo.
Eumolpo y Cuartila: caricaturas cinicas
Et poder deformante de la parodia permite una actitud crftica distante, una puesta
en escena de personajes que emiten opiniones y luego, con sus hechos, desmienten,
exageran, falsifican. De este modo, ingresan a la novela petroniana personajes que
pueden asimilarse al perfi! ideologico de ios cinicos, aun dentro del grotesco de sus
conductas.
Eumolpo puede representar la figura del poeta cfnico, del filosofo artista, tan
bien delineado por la doxografta posterior. Sus discursos parecen proyectarlo hacia
una subjetividad sin limites: en la pinacoteca, por ejemplo, alaba la similitud con el
natural y denuncia la decadencia de las artes pecunia cupiditate; sin embargo, ante
la posibilidad de hacerse rico, abandona este idealismo y opta por la farsa.
Tales antitesis, propias de la parodia, sirven tambien para marcar la conducta
hipocrita de Cuartila, la dualidad entre su discurso y el comportamiento
simultaneo; en relacion con las otras mujeres de Satyricon, ella aparece delineada
con tintas mas fuertes: morbo y sarcasmo acentuan la teatralidad del personaje pero
permiten expresar acaso el costado mas pesimista, mas amargo, mds 'cinico' del
narrador. Cuando Cuartila confiesa, sarcastica, que ^""ut facilius possis deum quam
hominem invenire" (17.5-6), coincide con el descreimiento de Diogenes, que
despues de mirar y golpear a los curiosos que habia convocado, los insulta
manifiestamente: "Pedi hombres, no heces" (Hecaton, Chiros, I). Es el mismo
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Diogenes que, segun informa el doxografo, "en otra ocasion, recorrio las calles con
la misma demanda, esgrimiendo ridiculamente una lampara encendida en pleno
dia, siempre en busca de hombres, siempre decepcionado en su biisqueda"
(Diogenes Laercio, VI, 41).
La satira menipea: herencia de la filosofia cinica
La satira, genero que Quintiliano {Instituciones Oratorias, 10.1.95) reivindica para
los romanos, recibio influencias del drama griego y de las diatribas de los filosofos
cinicos. La Ilamada sAtira menipea -caracterizada por el prosimetrum y la intenci6n
didactica- se desarrolla tempranamente, y al decir de Ciceron "en aquellas viejas
obras nuestras que, imitando a Menipo, no traduciendolo, sazonamos con alguna
hilaridad, hay mezclados muchos de los principios mas profundos de la filosofia,
muchas cosas dichas segun Ios postulados de la dialectica. Ellas invitan a ser leidas
gracias a su relativo caracter jocoso, con lo que mas facilmente pueden entender su
sentido Ios menos doctos"."' El precursor de la menipea fiie Varron, luego vinieron
Seneca -Apocolocyntosis- y Petronio. Varron -conservador a ultranza- sustituye
las leyes de la Naturaleza por el mos maiorum, y asi se diferencia de Ios cinicos,
que buscaban liberar al individuo de las presiones de la comunidad. En las
antipodas de Van-on, Petronio parece reivindicar la Physis de la diatriba y la
intencionalidad inicial de los cinicos e incluso de Ia antigua tradicion griega -burla
y parodia, sin preocupaciones pedagogicas-, en las opcion por un modelo dejado
de lado despues de que Horacio habia impuesto el esquema de Lucilio. Al consular
le convenia la menipea porque implicaba la parodia y a la fmalidad hedonistica -a
diferencia del uso politico y moralizante de Seneca-, la posibilidad de las alusiones
literarias, el erotismo, los temas iniciaticos y la reivindicacion de la sabiduria
popular frente a la vacuidad de Ios intelectuales. En todos estos aspectos hay una
analogia con la predica de los filosofos cinicos.
Es que los cinicos son esencialmente parodicos. En la creacion satirica,
recuperan el espiritu transmutador de las antiguas fiestas dionisiacas, que por un
breve tiempo alcanzaron a manifestar el desorden, la camavalizacion de la vida y la
figura del mundo al reves. Sin embargo, el cinico no es gregario sino solitario y
solipsista: tiende a la transformacion personal, al placer sin culpa y a la menor
incidencia de la cultura en el individuo. Perturbar la ataraxia es altamente
inconveniente, y la novela de Petronio Io demuestra hasta el detalle en los
torturados amores de Encolpio y Circe, las reyertas entre amantes, Ios cetos, la
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envidia. Las relaciones irresponsables y pat^ticamente comicas de Encolpio,
Ascilto y Giton, la escena de Eumolpo en un bafio publico, la parodia de la boda
adolescente en la orgia de Cuartila, parecen ilustrar, desde la diversion, ese cultivo
del escandalo que -si hemos de creer a ios doxografos- practicaron hasta el
grotesco los filosofos llamados perros.
Los mecanismos de composici6n de Satyricon incluyen la parodia, la
intertextualidad multiple y la pluralidad de genera dicendi. Tambien ingresan
diversas influencias filosoficas, sin que ninguna alcance a definir por completo el
tenor ideologico de la obra. Si bien el cinismo no determina la posicion del autor,
acaso contribuye a definir una critica al estoicismo. Sin embargo, la conclusion de!
lector -esc6ptica- recaera nuevamente en la ambigtiedad del texto y en la imagen
de un escritor que elige el distanciamiento ironico, que diluye sus opiniones en los
discursos de Ios personajes y que, a traves de la comicidad, refiexiona acerca del
mundo y de las artes que intentan expresarlo.
Notas
' Considerada una escuela socrStica menor, el cinismo reconoce como fundador a Antfstenes de
Atenas (436-366?) -discipulo de Gorgias y ligado despues a S6crates- y como figura esencial a
Di6genes de Sinope (413-323?), maestro de Crates, Hiparquia y Metrocles. Cinicos postestoicos fiieron, entre otros, Menedemo y Menipo. Se funde luego en el estoicismo y resurge en
los primeros siglos de la era cristiana. Sensuallsmo y materialismo caracterizan el pensamiento
cfnico, que sostiene la individualidad de to real y la negaci6n de las ideas. (Mondolfo 1959: 180181). Las opiniones ultimas sobre los orfgenes del cinismo y un resumen de las posiciones de
distintos autores al respecto pueden ser consultadas en cualquiera de los modemos diccionarios
de filosofia (Ferrater Mora 1999, Levi 1979 6 Cortes Morat6 y Martfnez Riu 1996).
^ Luciano de Samosata (120-180?), mezcla de cinico y epicOreo; en algunos de sus didlogos
satiricos intervienen fiI6sofos cinicos.
^ Si bien estos testimonios son contempor^eos o posteriores a la supuesta fecha de composici6n
de Satyricon, se considera que en ambos casos opera la misma tradici6n.
Quid me constricta spectatis fronte Catones / damnatisque novae simplicitatis opus? /
Sermonis puri non tristis gratia ridel. / quodque facit populus, Candida lingua referl. /
Nam quis concubitus, Veneris quis gaudia nescit? / Quis vetal in tepido membra calere toro? /
Ipse pater veri doctos Epicurus amare / iussU et hoc vitam dixit habere tilos. {Satyricon,
132.15).
^ A diferencia de S6crates, a Didgenes el exilio le parece virtuoso. Consigna Didgenes Laercio
(VI. 72-73) que a la pregunta "iDe d6nde eres?" respondia "Soy ciudadano del mundo, pues la
dnica verdadera ciudadania es la que se extiende al mundo entero".
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Vtfacilius possis deum quam hominem invenire: Los 'heroes' ctnicos de Satyricon
" "jOh, Plat6n!, el caballo si lo veo, pero la equinidad no la veo" (frag, de Antfstenes en Simpl.
Ca/eg., 66b 45).
' El concepto aparece en Michel Onfray (2002: 88), quien plantea ta aica como un juego y un
arte que apela al gusto por lo ag6nico, el vertigo y el mimetismo.
' Cfr. Battistdn, Dora, "Priapi genio pervigilium deberi. Relaciones par6dicas en el episodio de
Cuartila, Satyricon. l6.1-26.&\ en Circe, de cldsicos y modernos, n° 1, Instituto de Estudios
Clasicos de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de La Pampa, Santa
Rosa, diciembre de 2002: 61-79.
' Di6genes Laercio (VI.73) informa que Di6genes no consideraba ni absurdo ni impfo devorar
came humana, como lo atestiguan ciertas costumbres de paises extranjeros", pues "todo esti en
todo y en todas partes". Y Di6n Cris6stomo {Discursos, X, 29) describe el comentario tan
particular que convierte la fibula de Edipo en una parodia desestnicturante.
Et tamen in illis veleribus nostris, quae Menippum imitati non interpretati quadam hilaritate
conspersimus, mulla ad mixta ex intima philosophia, muita dicta dialectice (Cicer6n,
Academicae posteriores 1.8-9).
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Recibido: 21 de seliembre de 2003
Evaluado: 5 de noviembre de 2003
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