Economía social, participación y desarrollo local

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Economía social, participación y desarrollo local
Cristino Barroso Ribal
Introducción
No es lo mismo desarrollar que desenvolver. No es lo mismo desarrollarse que
desenvolverse. La voz desarrollo significa desencoger lo arrollado, desplegar, ensanchar, acrecentar, agrandar, adquirir gradualmente incremento y vigor, sobre
todo en los aspectos materiales, visibles, de una economía, de una sociedad, de
una planta, de una persona... El término desenvolvimiento (más cercano al utilizado en otros idiomas: develop, desenvolvimento, sviluppo, dévelopment...) puede
extender su significación, incluso en sentido figurado, a desenredar, desenlazar,
desenmarañar, resolver, extender, desentrampar. Tal fue el uso clásico del término:
por un lado, descifrar, descubrir o aclarar una cosa que estaba oscura, enredada
o bajo sospecha, y, por otro lado, mostrar desparpajo, facilidad y expedición en el
decir y en el hacer. No se trata, sin embargo, de cambiar un término por otro. Se
trata de tener en cuenta:
1. Que el desarrollo de una comunidad o una localidad ha de ser integral, es
decir, se deben considerar todas sus dimensiones (territorio, infraestructuras, economía, sociedad, política, cultura), disponiendo de cada una de
ellas de manera equilibrada. Hay una relación interdependiente entre los
factores económicos y los educativos y culturales del desarrollo, entre los
aspectos materiales y personales del desarrollo, entre la disponibilidad de
recursos e infraestructuras, el crecimiento, la producción, el consumo, y las
habilidades sociales, culturales, personales. Las administraciones públicas
tienen el derecho y el deber de potenciar dicha articulación entre aspec153
6. ECONOMÍA SOCIAL, PARTICIPACIÓN Y DESARROLLO LOCAL
tos y factores. Las iniciativas privadas ponen la imaginación, la libertad, la
capacidad de innovar, de crear, de crecer, de emprender. La sociedad civil
organizada se encarga de evitar, por un lado, el burocratismo, el clientelismo, la desviación. Por otro lado, sirve para la redistribución, la solidaridad,
la integración, la inserción.
2. Que en dicho contexto, la economía social y, más aún, la economía solidaria, constituye una herramienta importante para el desarrollo local, en
términos de cooperativismo, democracia económica, reparto de beneficios,
prestación de servicios, bienestar, asociacionismo y participación.
3. Que participar es mucho más que formar parte de una estructura, de una
cultura. Es también ser miembro activo de la comunidad, de la localidad.
4. Que los tres instrumentos: el desarrollo local, la economía social y la participación, son necesarios (por no decir imprescindibles) para el propio desenvolvimiento de un territorio, en un territorio.
En las páginas que siguen pretendo describir y explicar las características y
funciones de cada uno de estos elementos que constituyen la base del desarrollo local, haciendo mayor hincapié en la economía social y la participación como
instrumentos del desenvolvimiento. Una habitación propia, como diría Virginia
Woolf. Una economía propia. Es la base de la emancipación.
Dimensiones económicas, sociales, políticas y culturales del
desarrollo local
El conocimiento del territorio requiere el conocimiento y el reconocimiento de
los grupos sociales que se desenvuelven en ese espacio real (físico) y simbólico
(representativo, referenciado). Dicho espacio aparece a veces constreñido, a veces
cerrado. En ocasiones es el fundamento de la libertad, en ocasiones es la referencia positiva de identidad o solidaridad, o la referencia negativa de segregación o
exclusión. Con todo, el territorio constituye nuestro escenario, nuestro ámbito de
acción. La localidad es nuestra ubicación en el mundo, nuestra seña de identidad.
El territorio es nuestra estructura y nuestra cultura, nuestro límite y nuestra posibilidad.
Toda comunidad se asienta y se circunscribe en un territorio. El territorio no es
sólo un espacio geográfico y administrativo, es también un lugar físico y simbólico
donde emergen relaciones sociales de complementariedad, de competencia, de
conflicto, de vida grupal. Constituye un espacio de vida. Además de un espacio
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Cristino Barroso Ribal
sujeto a transformaciones estructurales, tecnológicas, económicas, la localidad
es un lugar de relaciones sociales de producción, de distribución, de consumo;
pero también es un lugar de socialización, de educación, de adquisición de conocimientos y costumbres, de hábitos. Esta sugerente palabra (el hábito) vincula
los elementos estructurales (habitación, habitante) con los educativos y culturales
(habitual, habilidades). El desarrollo local no es más que un sistema integrado de
base territorial en el que las dimensiones físicas, económicas, sociales y culturales
se interrelacionan, se necesitan.
El desarrollo local combina los elementos endógenos, propios de la comunidad
territorial, con la existencia de instrumentos exógenos, traídos de fuera. Básicamente, se trata de activar los diversos recursos humanos, materiales, institucionales y culturales para conseguir el crecimiento económico y la mejora del nivel
y de la calidad de vida de la población. El desarrollo local tiene, por tanto, cuatro
dimensiones:
1. La dimensión estructural (territorio, infraestructuras, tecnologías, recursos).
2. La dimensión económica (sistema de producción, distribución y consumo,
tejido empresarial).
3. La dimensión sociocultural (educación, cultura, tradiciones, innovaciones,
estilos de vida).
4. La dimensión política y administrativa (instituciones, asociaciones, movimientos sociales, iniciativas).
El entramado de infraestructuras y recursos, de sistemas productivos y de distribución, de entidades y asociaciones educativas, recreativas, culturales, de cooperación, de vindicación, de solidaridad, etcétera, junto a las instituciones y redes de
gestión constituyen la estructura social, económica, política y cultural sobre la que
se asientan y en las que se desenvuelven los distintos agentes sociales e institucionales que participan en el propio desarrollo comunitario o local.
Los elementos de desarrollo local son: la población, el medio físico y natural,
las infraestructuras y equipamientos, los recursos financieros, los servicios sociales,
sanitarios, educativos y culturales, el grado de satisfacción personal y las relaciones
interpersonales. Estos elementos son medibles a través de los indicadores económicos, sociales y culturales.
Los actores principales del desarrollo local, junto a la propia población son:
las administraciones, los centros educativos, los servicios sociales y sanitarios, las
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6. ECONOMÍA SOCIAL, PARTICIPACIÓN Y DESARROLLO LOCAL
empresas, las agencias de desarrollo local y las asociaciones. Dichos actores se relacionan en diversos ámbitos o esferas en los que se plasman las relaciones afectivas
y de socialización primaria (el escenario doméstico), las relaciones de producción
y consumo (el escenario productivo), las relaciones de socialización secundaria e
identitarias (el escenario comunitario) y las relaciones de poder (el escenario político-administrativo). Evidentemente, en cada uno de dichos escenarios se observan
los tipos de relaciones sociales expuestas. Así, por ejemplo, en la esfera doméstica existen relaciones de producción (división sexual y generacional de las tareas),
identitarias (de clase o clan), y de poder (por sexo, por edad).
Las relaciones de producción son aquellas prácticas sociales desarrolladas por
las clases sociales respecto al diseño y ejecución de las dimensiones que implican
los procesos de producción, intercambio, distribución y consumo de bienes y/o
servicios que se condensan y desarrollan en diversas empresas y mercados que
constituyen los específicos escenarios espaciales y temporales de interacción. Las
relaciones sociales de producción están mediadas por la propiedad privada, en tanto forma que articula la variable vinculación que se establece con las condiciones
de existencia (medios de producción y de consumo, tanto materiales como simbólicos) y por la intervención reguladora de instancias normativas y agrupaciones
de intereses transversales. En las relaciones sociales de producción sus específicos
resultados (productos, condiciones de trabajo y modo de vida) se constituyen en
forma de mercancía y están abocados a la consecución de plusvalía.
Las relaciones de socialización tienen como fin la adecuación de los individuos
al sistema social, cultural, político y económico. Constituyen un conjunto de prácticas interactivas mediante las cuales, bajo la acción conformadora de experiencias
y sabidurías adquiridas con determinados agentes sociales (familia, sistema educativo, grupo de iguales, comunidad, instituciones, asociaciones, etcétera) que
operan en función de determinados contextos de pertenencia y/o de referencia,
a través de distintos procesos (de adquisición, de integración, de adaptación y, en
su caso, de resocialización) y mecanismos (de aprendizaje y de interiorización),
los individuos incorporan y reproducen aquellos elementos socioculturales (valores, principios, normas, usos, modelos, costumbres, símbolos, conocimientos,
ideas, creencias, habilidades, etcétera) que les permitirán desarrollar una variada
y compleja gama de formas de actuar, pensar y sentir, más o menos formalizadas
y relativamente sistemáticas, que sirven para constituirles en miembros de una
colectividad particular y diferenciada.
Las relaciones de poder son el conjunto de interacciones por las que se estructuran y dirigen las prácticas de unos actores por otros. Es un modo de acción que
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interviene sobre las acciones de otros. Se basan en el principio de la legitimidad y,
en última instancia, se fundamentan en la violencia física o simbólica.
Con todo, el desarrollo local, en términos de desenvolvimiento o desarrollo
comunitario, integral y sustentable, constituye una técnica o práctica social cuyo
objetivo fundamental es la promoción de la calidad de vida de los habitantes de
la zona, movilizando los recursos materiales, tecnológicos y humanos de forma
complementaria y participativa. Por tanto, el desarrollo local ha de ser endógeno,
sostenible y comunitario, sin obviar las influencias externas y hacia el exterior, en
el contexto de un mundo cada vez más interdependiente.
Que sea endógeno significa que ha de disponer de los recursos humanos,
económicos, institucionales y culturales propios. Dichos recursos constituyen la
base del desarrollo local: redes sociales, tejido productivo y empresarial, capital
financiero, recursos políticos y administrativos, hábitos y habilidades sociales, culturales, profesionales.
Que sea sostenible significa que debe articular el crecimiento económico y tecnológico con el equilibrio respecto al entorno (al medio ambiente) y la población
(la sociedad, presente y futura). El desarrollo sostenible se define como «aquél que
ofrece servicios ambientales, sociales y económicos básicos a todos los miembros
de una comunidad, sin poner en peligro la viabilidad de los entornos naturales,
construidos y sociales de los que depende el ofrecimiento de dichos servicios»
(Consejo Internacional de Iniciativas de Ambientales Locales, ICLEI, 1991).
Que sea comunitario significa que ha de estar sustentado por la participación
ciudadana y el asociacionismo.
Todo esto significa que estamos ante un enfoque holístico e integrado del
concepto de desarrollo local, de base endógena, y que persigue generar empleo,
incrementar las rentas, conseguir el bienestar social de la población, revitalizar y
dinamizar la sociedad local, evitar la degradación de sus ecosistemas y el desaprovechamiento de sus recursos. En este sentido, se trata de un desarrollo humano,
equilibrado e integral, que abarca varios sectores (economía, política, sociedad,
educación, cultura y administración), desde una perspectiva democrática y participativa. Su finalidad no es sólo lograr la satisfacción de las necesidades básicas (alimentación, vivienda, vestido...), sino aumentar los niveles educativos y culturales
de la población y generar condiciones propicias para su emancipación, sobre todo
de los colectivos y las personas más desfavorecidas.
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6. ECONOMÍA SOCIAL, PARTICIPACIÓN Y DESARROLLO LOCAL
En estas dimensiones del desarrollo local, constituyen
tareas imprescindibles:
1. Identificar su ámbito territorial y poblacional (qué es y quién es la comunidad).
2. Potenciar el autodiagnóstico de las necesidades, las prioridades, las potencialidades y las referencias.
3. Conocer, rescatar, dinamizar y reforzar tanto el tejido social como la red asociativa interna, sobre todo en el ámbito productivo (empresariado local).
4. Generar infraestructuras y equipamientos que respondan a las necesidades
y prioridades manifestadas.
5. Crear las condiciones para el desarrollo endógeno y sostenible, que no origine dependencias pero que tampoco aísle a la comunidad.
6. Relacionar armónicamente lo local y lo global, los sistemas de producción y
los de distribución y consumo, lo económico con lo social y lo cultural.
7. Armonizar los ámbitos políticos, profesionales y comunitarios, tres ámbitos
que, a pesar de ser muy diferentes (incluso en cada uno de ellos hay divergencias), son interdependientes, siendo su coimplicación una característica
no sólo imprescindible sino también inevitable.
8. Crear nuevos espacios de desarrollo, nuevas formas de empleo y de emprendeduría.
9. Promover la creación de servicios financieros y microcréditos para incentivar
la emprendeduría y el autoempleo.
Desde el punto de vista estratégico, la Economía Social constituye una herramienta nada desdeñable en dichas tareas.
La economía social, instrumento del desarrollo local
La economía social se define como aquella actividad económica que tiene por objeto trabajar para sus miembros y usuarios y para la sociedad, a fin de satisfacer necesidades precisas de interés colectivo, lo que significa que es la acción, el objeto
social, la forma de organizarse y el compromiso con los socios y con la ciudadanía
lo que identifica una organización como de economía social; pues éstos son sus
elementos específicos, diferenciadores del resto de las organizaciones. La persona
se sitúa por encima del capital, valorando éste como instrumento y no como fin. El
lema de «una persona un voto» es resumen de la idea por la que todos valen igual
y nadie se diferencia por cuestiones marginales al concepto personal, especialmen158
Cristino Barroso Ribal
te por la posible aportación distinta de capital, base de la capacidad de decisión o
del reparto de beneficios, como ocurre en las sociedades anónimas o limitadas.
La solidaridad es motor de la economía social, pues lo colectivo está en la base
de toda iniciativa en este tipo de empresas. Es elemento tractor del que los demás
elementos y valores son tributarios; regula el proceso de las decisiones y el reparto
de resultados. Sin el concepto de lo colectivo no se podría dar este tipo de organizaciones. Es una concepción de la empresa en sentido amplio, referido a la gestión
de recursos disponibles para la eficaz consecución de los objetivos sociales. Subyace en todo ello un eje económico y colectivo que tiende a concebir este tipo de
actividad en valores de riqueza colectiva (no de enriquecimientos individuales), de
construcción social, de desarrollo y aportación personal al proceso de la actividad
(no de la simple estructuración en grupos que deciden y grupos que ejecutan).
Sus valores son: la libre adhesión, por la que se permite entrar o salir sin depender de obligaciones de pertenencia o exclusión; la democracia como principio
básico organizador, que comporta defender la primacía de la persona, del objeto
social sobre el capital y la transparencia de su gestión; la primacía del beneficio
colectivo sobre el beneficio individual; contribuir al desarrollo de las personas; la
independencia de los poderes establecidos, tanto públicos como privados; defensa
y aplicación del principio de solidaridad, de responsabilidad y de cohesión social;
aplicación de los excedentes al objeto social mediante su reinversión o distribución, según los deseos de sus miembros, así como para la creación de empleo, de
nuevas actividades o de actividades solidarias.
En síntesis, la economía social se caracteriza por:
1. Ofrecer servicios a los miembros de la colectividad, por encima de la obtención de beneficios.
2. Tener autonomía de gestión, independencia de los poderes públicos y privados.
3. La toma de decisiones se basa en la democracia.
4. Da primacía a las personas y al trabajo sobre el capital en el reparto de los
beneficios.
5. Se fundamenta en los principios de solidaridad, responsabilidad y acción
social.
6. Los excedentes se aplican al objeto social mediante su reinversión o distribución según los deseos de sus miembros, así como para la creación de
empleos o actividades solidarias.
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6. ECONOMÍA SOCIAL, PARTICIPACIÓN Y DESARROLLO LOCAL
La economía social se presenta de diversas formas:
1. Las cooperativas, que son sociedades constituidas por personas que se asocian en régimen de libre adhesión y baja voluntaria para la realización de
actividades empresariales encaminadas a satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas y sociales con estructura y funcionamiento democráticos.
A las tradicionales cooperativas relacionadas con la producción y los servicios a los socios (por ejemplo, las cooperativas agrarias y ganaderas, las de
transportistas, las industriales o profesionales, las de enseñanza, etcétera),
cabe añadir actualmente el auge de las cooperativas de trabajo asociado y
las de iniciativa social, más relacionadas con la inserción laboral y la inclusión
social, así como las cooperativas de consumo (de viviendas, de créditos y
seguros, de consumidores y usuarios).
2. Las sociedades laborales son sociedades en las que la mayoría del capital
social es de propiedad de los trabajadores que prestan en ellas servicios
retribuidos en forma personal y directa, y cuya relación laboral es de tiempo
indefinido.
3. Las mutualidades son entidades privadas, sin ánimo de lucro y de filiación
voluntaria, que ejercen una modalidad aseguradora complementaria al sistema de la Seguridad Social. Se desenvuelven, por tanto, en el ámbito de
la previsión social, mediante aportaciones a prima fija o variable de los mutualistas.
4. Las fundaciones son organizaciones constituidas sin ánimo de lucro que por
voluntad de sus creadores tiene afectado de modo duradero su patrimonio
a la realización de fines de interés general.
5. Las empresas de inserción son aquéllas que llevan a cabo cualquier iniciativa
económica de producción de bienes y servicios, y cuyo objeto social es la
integración sociolaboral de personas en situación de exclusión social.
6. Los centros especiales de empleo, que son organizaciones productivas que
participan regularmente en las operaciones de mercado y que su finalidad
es asegurar el empleo remunerado y la prestación de servicios de ajuste
personal y social a los trabajadores con discapacidad.
La incidencia sobre el desarrollo local de la economía social
estriba en que:
1. Genera nuevos tipos de empresas y de empleo.
2. Efectúan actividades nada desdeñables, tanto en lo que se refiere a la pro160
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ducción y distribución de bienes y servicios como en relación a la propia
participación económica y social de la comunidad local en general, así como
de colectivos y personas en situación desfavorable.
3. Complementan tanto a la iniciativa privada como a la gestión pública.
Capital social, asociacionismo y participación ciudadana
El capital social se puede definir como el agregado de los recursos actuales y potenciales que están ligados a una red durable basada en relaciones más o menos
institucionalizadas de reconocimiento y aceptación mutua, red que provee a cada
uno de sus miembros del respaldo del capital colectivo. El asociacionismo, como
forma de capital social, contribuye a la creación de solidaridad grupal, transformando las relaciones esporádicas en relaciones durables, basadas en el reconocimiento mutuo, la identidad y, con ello, la homogeneidad. La pertenencia a un
grupo tiene un efecto multiplicador en la acumulación del capital material (acceso
a recursos, dinero, propiedades) y del capital humano (disponibilidad y adquisición
de conocimiento, de información, de habilidades). El capital social está constituido
por las distintas redes sociales que vinculan a las personas con su entorno social,
sirviendo igualmente para estructurar la propia sociedad. Los elementos definitorios del capital social son: la sociabilidad (componente referido a los individuos y su
proceso de aculturación), la participación social (en términos de implicación, sobre
todo local) y la cohesión social (integración, inserción, inclusión).
Figura 1. Componentes del capital social
Capital Social
Sociabilidad
Aculturación
Participación
Asociacionismo
Integración
Social
La sociabilidad es el elemento motor de las redes sociales, constituye un espacio de
interacción social en el que los individuos establecemos relaciones dinámicas, originando agrupamientos múltiples y cambiantes, pero que otorgan lazos sociales
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6. ECONOMÍA SOCIAL, PARTICIPACIÓN Y DESARROLLO LOCAL
de identidad. Estos lazos sociales proporcionan un fuerte anclaje en la comunidad,
un sentido de «empoderamiento», al mismo tiempo que supone una experiencia de «socialización» y «aculturación», en definitiva, de aprendizaje (sociabilidad
instrumental o racional) e identificación (sociabilidad expresiva o afectiva) con la
localidad, con el grupo, con la comunidad.
El espacio de la sociabilidad es cubierto, de manera formal, por el asociacionismo, marco principal (aunque no total, ni el único) de expresión del compromiso
personal con lo local. El asociacionismo (general y específico) representa una de
las formas de participación social que constituye, por un lado, un instrumento de
socialización de las personas y, por otro, contribuye a la integración social.
Las asociaciones generales (vecinales, empresariales, sindicales, de padres y
madres de alumnos, etcétera) tienen un doble papel:
1. Constituyen una forma de participación ciudadana y, por tanto, el hecho
de implicar a la ciudadanía en su acción y gestión supone un modo de
integración social.
2. Es una manera de vincular a las personas, en términos de aculturación, de
identidad.
Las asociaciones específicas (de jóvenes, de mujeres, de personas mayores,
de inmigrantes, etcétera) tienen también un doble rol:
1. Son agentes de mediación institucional y social, facilitando tareas de conocimiento, reconocimiento, negociación, cohesión, integración; y
2. Constituyen un vínculo real y simbólico con la sociedad local.
La participación en ocasiones se presenta como objetivo. En este sentido, se
trata de potenciar la participación social o ciudadana. De esta manera se consigue
mayor y mejor legitimidad en la toma de decisiones. La participación es también
una técnica, un instrumento, una forma democrática de decidir, de planificar, de
gestionar. La participación es también un proceso. Como proceso significa que se
trata de un recorrido, de un trayecto en el que están insertos diversos colectivos
sociales, de entidades, de personas... Se trata de un proceso en el que hay protagonistas, hay quién decide, planifica, hace... y sobre quien se decide, se planifica,
se interviene.
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Cristino Barroso Ribal
Para que haya participación se hace necesario considerar una serie de requisitos que la hacen posible:
1. La presencia de elementos motivacionales intensos para asociarse o para
participar (intereses comunes).
2. La existencia de grupos sociales y colectivos que se organizan o toman
iniciativas.
3. La implantación y desarrollo de ideologías que posibilitan y legitiman el
asociacionismo y la participación.
4. La aparición de elementos formales que reconocen y amparan dicha participación.
5. La presencia de una cultura del asociacionismo y la participación, desde
ámbitos informales o espontáneos hasta esferas institucionales como son la
productiva y la de gestión de los recursos.
Evidentemente, la ausencia o la merma de algunos o de todos estos condicionantes constituyen un freno a la propia participación.
Instituciones, asociaciones, movimientos sociales e iniciativas
¿Quién participa en el desarrollo local? Se entiende por agente social a todo ente
colectivo (instituciones, asociaciones, movimientos, iniciativas) con una actividad
medianamente organizada cuyo objetivo o finalidad es la de promover y/o reivindicar la creación de bienes y/o servicios y/o prestar directamente esos servicios a
sectores considerados socialmente como marginados o desfavorecidos, o que precisan cierta atención. Todos los agentes sociales confluyen en compartir un mismo
fin (mejorar la situación social, conseguir la felicidad humana, etcétera), pero difieren en los medios, en las estrategias y en las tácticas para llevar a cabo ese fin (sin
obviar, con ello, las concepciones o percepciones de esas mejoras, de la felicidad
humana, los modelos de sociedad, etcétera). Podemos distinguir así cuatro tipos
de agentes y los procedimientos de participación que les corresponde:
1. Las instituciones o entidades tienen un proceder burocrático, formal.
2. Las asociaciones, no exentas de formalidad, tienen un procedimiento ritual.
3. Los movimientos sociales se basan en el consenso.
4. Las iniciativas ciudadanas, por definición, son más espontáneas.
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6. ECONOMÍA SOCIAL, PARTICIPACIÓN Y DESARROLLO LOCAL
En las instituciones o entidades, la dirección es la que marca los fines, planifica
y asigna los recursos. Tienen una estructura más jerarquizada que los otros agentes
sociales. Las instituciones son aquellas organizaciones que cumplen por lo menos
uno de los requisitos funcionales de la dirección en el ámbito de la educación, la
salud, los servicios sociales, la acción ambiental, etcétera. Podemos distinguir entre
las instituciones privadas, con personalidad jurídica propia o dependientes de otra
organización y las instituciones públicas, según dependan administrativamente del
gobierno central, del autonómico, del insular o del municipal (consejerías, concejalías, direcciones generales, etcétera).
Los tipos de entidades se resumen así:
1. Instituciones públicas diferenciadas según su nivel de administración (estatal, autonómica, provincial, insular, comarcal y municipal).
2. Instituciones específicamente religiosas que intervienen en la realidad social,
tanto en su dimensión educativa y cultural, como en su percepción problemática o asistencial.
3. Instituciones privadas laicas que trabajan en la educación y la cultura, la
asistencia social y sanitaria.
4. Instituciones públicas diferenciadas según su naturaleza (salud, servicios sociales, educación, ocio y tiempo libre, etcétera). Son instituciones promotoras de centros, programas, proyectos...
Las asociaciones se caracterizan por:
1.
2.
3.
4.
5.
Ser entidades sociales independientes del Estado.
Su filiación y participación es mayoritariamente voluntaria.
Tienen, sin embargo, estructuras formales de funcionamiento.
Defienden determinados intereses comunes a sus miembros.
Quienes se sienten identificados con la asociación a la que pertenecen (sentimiento de membresía o pertenencia).
Las asociaciones cumplen determinadas funciones sociales y económicas:
1. Detectar y canalizar necesidades e intereses, con mayor agilidad que las.
instituciones.
2. Constituirse como agente social de socialización.
3. Significan el uso de medios alternativos y más creativos que las organizaciones burocráticas.
164
Cristino Barroso Ribal
4. Generan nuevas formas de empleo.
5. En su nacimiento están determinadas por iniciativas y movimientos sociales.
En su devenir pueden desembocar en entidades, según se observen las siguientes circunstancias:
1. Crecimiento de la asociación en número de miembros, temas y mayor longevidad.
2. Cuanto más abstractos son los objetivos, mayor reconocimiento social e
institucional tendrán, aumentando así la presencia de actores profesionales
en su gestión.
3. La necesidad de distribuir tareas según niveles organizativos.
4. La existencia de otras asociaciones y entidades que compiten local y sectorialmente.
5. Mayor interacción con instituciones y necesidad de subvenciones, grupo de
influencia, etcétera.
Las iniciativas ciudadanas se caracterizan por:
1. Constituir un conjunto de acciones que se desarrollan bien a través de grupos o bien por medio de personas individuales.
2. No tienen una estructura organizativa permanente, ni pretenden tenerla.
3. Sus objetivos son finalistas, inmediatos, reducidos.
4. Por tanto, sus acciones y campañas tienen carácter puntual.
5. Sin buscar trascendencia social o institucional.
6. Aunque, sin duda, contribuyen a la conformación de redes sociales más o
menos estables, susceptibles de convertirse en movimiento social, en asociación, etcétera.
También puede observarse un proceso de institucionalización de las iniciativas ciudadanas, a pesar de no pretenderlo. Esto depende de circunstancias tales como:
1. El crecimiento y/o diversificación de sus objetivos y acciones, lo que conlleva
la creación de una organización.
2. La legitimación social e institucional supone la aparición de estructuras más
o menos permanentes.
3. Todo ello conduce a la necesidad de distribuir tareas según niveles organizativos (poder interno: estrategia, gestión y ejecución; poder externo: nego165
6. ECONOMÍA SOCIAL, PARTICIPACIÓN Y DESARROLLO LOCAL
ciaciones con otras iniciativas sociales, movimientos, asociaciones e incluso
partidos políticos y entidades.
4. La existencia de otras iniciativas, movimientos, asociaciones e instituciones
que compiten en el espacio y/o sectorialmente.
5. La participación creciente en acciones y programas institucionales o institucionalizados.
Con todo, estas iniciativas populares cumplen determinadas funciones sociales y
económicas:
1. Detectan y canalizan necesidades con mayor agilidad y eficacia que las
instituciones, las asociaciones y los movimientos sociales.
2. Constituyen un agente de socialización e integración social, conformando
tejidos sociales más eficaces para la acción y la motivación, al mismo tiempo que suponen un aprendizaje nada desdeñable de habilidades sociales y
culturales, así como una experiencia directa de participación política, social
y/o cultural.
3. Utilizan medios más creativos (inventados o re-creados por la propia iniciativa ciudadana) que las organizaciones y los organismos.
4. Generan nuevas formas de participación y asociación.
Participación ciudadana, ámbitos de acción y desigualdades
La participación se da en cuatro esferas: la doméstica, la comunitaria, la económica y la política.
El escenario doméstico se constituye, inicialmente como un agente de socialización primaria encargado de la asimilación de roles y la conformación de la
personalidad de los individuos que constituyen la familia. En este sentido, la esfera
doméstica es un lugar de relaciones, de decisiones y de conflictos, ya que no está
exenta de desigualdades, así como de influencias del medio externo. El escenario
doméstico es también la unidad de consumo y de ayudas. Es su función económica básica. Desde el punto de vista cultural, se trata de un espacio en el que se
regula y controla la afectividad y sexualidad, así como el lenguaje, el conocimiento,
las costumbres, los hábitos y las habilidades. La esfera doméstica tiene como función social principal la asignación, por adscripción, de status y de clase, así como la
función socializadora ya mencionada. Es el lugar también de la protección (sobre
todo de los menores y de las personas mayores).
166
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El escenario comunitario es donde se canalizan intereses y necesidades personales. Otorga identidad, información, formación y acción. Ubica, capta y enlaza
al individuo con la sociedad. Es también el lugar en el que se crea y consolida una
amplia red de servicios sociales, sanitarios y educativos. La distancia social se hace
visible en el escenario comunitario. Es el lugar donde se inicia la participación
ciudadana.
La esfera económica o productiva ubica a las personas respecto al acceso a los
recursos financieros y materiales. Dentro de ésta, el trabajo es un instrumento para
acceder a otros recursos (alimentación, vivienda, entre los básicos; ocio, tiempo
libre, información, entre los discrecionales). Tiene por misión cubrir y garantizar
el acceso a las necesidades primarias de la población a través del mercado y otros
mecanismos de distribución.
El escenario político está constituido por el poder y el marco institucional de las
relaciones entre entidades, y entre entidades y ciudadanía.
En la sociedad local tenemos desigualdades en el acceso a recursos según criterios económicos, culturales y políticos que no debemos obviar, ya que constituyen
condicionantes nada desdeñables de la propia participación y de las posibilidades
del desenvolvimiento.
Entre los criterios económicos de jerarquización tenemos:
1. Las fuentes de ingresos.
2. Los niveles de ingresos;
3. La cualificación técnica y profesional.
4. El acceso a los recursos.
5. El nivel de consumo.
Entre los criterios culturales están:
1. El nivel educativo adquirido.
2. La valoración social de las ocupaciones.
3. La cultura dominante.
4. La división del conocimiento según sexos, grupos étnicos, etcétera.
5. La procedencia geográfica o étnica.
6. La capacidad económica, mediática y política.
7. El acceso a la creación.
167
6. ECONOMÍA SOCIAL, PARTICIPACIÓN Y DESARROLLO LOCAL
Son criterios políticos de desigualdad:
1. La distribución del poder.
2. La capacidad de influencia, en términos cuantitativos y cualitativos;
3. El acceso a las instituciones.
4. la estructura de clases; y el sistema de género.
Conclusiones
La Economía Social es un instrumento básico para el desarrollo local, en términos
de sostenibilidad, sociabilidad, solidaridad, participación, integración social, en un
territorio específico. Razones no faltan para ello:
a. La economía social moviliza cuantiosos y diversos recursos financieros, materiales, tecnológicos y humanos, con su influencia en el empleo, el desarrollo de las asociaciones y de las instituciones, el crecimiento del producto
interior bruto, el aumento del consumo, etcétera.
b. La exclusión social urge y necesita inyecciones de solidaridad. La fuerza
social con que se viven estos problemas empuja a buscar y encontrar soluciones, espontáneas o estructuradas, que ya nacen con el objeto social de
aminorar las deficiencias sociales del comportamiento economicista (centros especiales de empleo, empresas de inserción...). En este sentido, la
economía social tiene una función de integración social nada desdeñable,
sobre todo de personas, grupos sociales y zonas en condiciones y situaciones estructuralmente desfavorables.
c. Se observa una clara tendencia a potenciar redes locales de acción social
y económica (compromisos institucionales, partenariado, Agendas 21 de
desarrollo local, programas de sostenibilidad y desarrollo comunitario).
d. El aumento del voluntariado y de personal técnico cada vez más cualificado
y especializado en materias relacionadas con la economía social, la dinamización social y cultural y el desarrollo local.
e. La voluntad de los ayuntamientos de fomentar el desarrollo rural y local.
Referencias Bibliográficas
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Cristino Barroso Ribal
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Canaria de Desarrollo Rural, Las Palmas de Gran Canaria.
Direcciones de Internet
www.feprodel.org (Profesionales de Desarrollo local).
www.desarrollolocal.org (América Latina).
www.redr.es (España y América Latina).
www.economiasolidaria.org (red de economía solidaria).
www.ieg.csic.es (investigación).
www.voluntarioscanarias.org (voluntariado).
www.ciriec.es (estudios de economía social).
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