CENTRO DE INVESTIGACIONES SOCIO JURÍDICAS INSTITUTO DE POSGRADOS FACULTAD DE DERECHO ISSN 0121-3474 Investigaciones Jurídicas y Socio - Jurídicas Revista Verba Iuris Investigaciones jurídicas y socio - jurídicas. Bogotá, D.C - Colombia Año 18 - No. 29 Enero - junio de 2013 ISSN 0121-3474 192 págs. Investigaciones Jurídicas y Socio - Jurídicas UNIVERSIDAD LIBRE Directivos Presidente Vicepresidente Rector Nacional Presidente Sede Principal Rector Sede Principal Censor Nacional Director Nacional de Planeación Director del Centro Investigaciones Socio-jurídicas Posgrados Director del instituto de posgrados Néstor Raúl Sánchez Baptista Director del Doctorado Pablo Elías González Monguí Coordinadores Posgrados Mhimy del Pilar Guerrero Santacruz Víctor Hernando Alvarado Ardila Ricardo Zopo Méndez Nicolás Enrique Zuleta Hincapié Eurípides de Jesús Cuevas Cuevas Raúl Enrique Caro Porras Antonio José Lizarazo Ocampo Omeiro Castro Ramírez Mario Fernando Parra Guzmán Maestría en Derecho Administrativo Especialización en Derecho Administrativo Especialización en Derecho Constitucional Especialización en Derecho Público Financiero Maestría en Derecho Penal Luis Gónzalo Lozano Pacheco Especialización en Derecho Penal y Criminología Néstor Raúl Sánchez Baptista Derecho Procesal Harvey Rodríguez Torres Derecho Comercial Derecho de Familia Ernesto Forero Vargas Derecho Laboral y Seguridad Social General (r) Gustavo Socha Salamanca Ciencias Forenses y Técnica Probatoria Verba Iuris 29 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 3 Posgrados en la Universidad Libre Seccional Bogotá Doctorado Doctorado en Derecho. Snies 90345 Maestrías Maestría en Derecho Penal. Snies 19109 Maestría en Derecho Administrativo. Snies 51807 Especializaciones Especialización Derecho Constitucional. Snies 1491 Especialización Derecho Procesal Snies 1489 Especialización Derecho Laboral y Seguridad Social. Snies 1488 Especialización Derecho Administrativo. Snies 1487 Especialización Ciencias Forenses y Técnica Probatoria. Snies 52674 Especialización Derecho de Familia. Snies 3840 Especialización Derecho Comercial. Snies 4868 Especialización Derecho Penal y Criminología. Snies 1490 Especialización Derecho Público Financiero. Snies 7249 4 Verba Iuris 29 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 Verba Iuris ISSN 0121-3474 Revista No. 29. Enero - Junio de 2013 Editora Norhys EstherTorregrosa Jiménez Doctora en Derecho, Universidad Externado de Colombia; Magistra en Estudios Políticos, Universidad Javeriana; Magistra en Docencia Universitaria de la Universidad de la Salle. Profesora Investigadora Centro de Investigaciones Universidad Libre. Coordinadora editorial Carolina Blanco Alvarado Magister en Derechos Fundamentales, Universidad Carlos III de Madrid, España. Abogada, Universidad Externado de Colombia. Asistente Editorial Jorge Andrés Mora Méndez Abogado y candidato a Filósofo de la Universidad Libre. Especialista en Filosofía del Derecho y Teoría Jurídica y candidato a Magister en Derecho Procesal de la Universidad Nacional del Rosario de Argentina. Comité editorial Jorge Enrique Carvajal Martínez Doctor en Sociología Jurídica e Instituciones Políticas, Universidad Externado de Colombia. Abogado, Universidad Nacional de Colombia. Licenciado en Ciencias Sociales, Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Eduardo Rodríguez Martínez Doctor en Sociología Jurídica e Instituciones Políticas, Universidad Externado de Colombia. Abogado, Universidad Javeriana. Jorge Folino Doctor en Medicina. Director de la Maestría en Psiquiatría Forense. Universidad Nacional de la Plata (Argentina). José Manuel Gual Acosta Doctor en Derecho Civil. Universidad Sant`Anna de Pisa (Italia). Abogado, Universidad Externado de Colombia. Mónica Fernández Ph.D en Persona y Tutelas Jurídicas, Universidad Sant´Anna de Pisa (Italia). Abogada, Universidad del Cauca. Rodolfo Torregrosa Jiménez Doctor en Sociología Jurídica e Instituciones Políticas. Universidad Externado de Colombia, Maestría en Ciencia Política. Universidad de los Andes. Docente Investigador de la Universidad Libre Fabián Rodolfo Acosta Sánchez Doctorando en Filosofía Social y política, Sofia University St. Kliment Ohridski (Bulgaria). Magister en Ciencia Política, Universidad de los Andes. Licenciatura en Filosofía, Sofia University St. Kliment Ohridski (Bulgaria). Jorge Eliecer Martínez Posada Postdoctorado Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. Doctorado Universidad de Barcelona, Filosofía “Historia de la subjetividad”. Doctorado Universidad de Manizales Unimanizales. Doctorado en Ciencias Sociales Niñez y Juventud. Docente Investigador Universidad de La Salle Luis Enrique Quiroga Sichacá Doctorado Pontificia Universidad Javeriana. Doctorado en Ciencias Sociales y Humana. Maestría/Magister Universidad de La Salle - Unisalle. Maestría en Docencia. Docente investigador Universidad de La Salle. Mónica Patricia Fortich Navarro Doctora en Sociología Jurídica e Instituciones Políticas. Universidad Externado de Colombia, Maestría en Literatura Hispanoamericana. Seminario Andrés Bello, Instituto Caro y Cuervo. Asesores Comité Editorial Carlos Arturo Hernández Díaz Doctorando en Derecho, Universidad Externado de Colombia. Magíster en Filosofía y Lógica, Universidad de Alcalá de Henares. Abogado, Universidad Libre. Comité Científico Pablo Guadarrama González Doctor en Filosofía (Alemania). Doctor en Ciencias (Cuba) Germán Silva García Doctor en sociología de la Universidad de Barcelona (España). Abogado y magister sistemas penales y problemas sociales, Universidad Externado de Colombia. Elizabeth León Mayer Magister en Psicología Social mención Jurídica. Docente Facultad de Ciencias Medicas Universidad Nacional de la Plata (Argentina). Víctor Manuel Uribe Uran Ph.D (History) University of Pittsburgh (USA). Abogado. Universidad Externado de Colombia. Verba Iuris 29 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 5 Franklin Escobar Córdoba Doctor en Medicina Universidad Nacional de la Plata (Argentina). Magister en Psiquiatría Forense. Leopoldo Alberto Múnera Ruiz Doctor en Ciencias Políticas, Université Catholique de Louvain. Magister en Filosofía del Derecho, Università degli Studi di Roma, Scuola di. Magister en Desarrollo, Université Catholique de Louvain, Institut d’Etude des Pays en Développement. Abogado, Universidad del Rosario. Alfonso Daza González Doctor en Derecho de la Universidad Externado de Colombia. Máster en Derechos Humanos, Estado de Derecho y Democracia en Iberoamérica de la Universidad Alcalá (España). Magíster y Especialista en Derecho Penal y Criminología de la Universidad Libre. Abogado, Universidad Libre. Pares evaluadores externos Jorge Palomares Candidato a Doctor de la Universität Konstanz 2, Alemania. Legum Magister de la Universität Konstanz 2, Alemania. Abogado Universidad Santo Tomás. Corina Duque Ayala Aspirante a Doctor de la Universidad de Burdeos, Francia. Magister Derecho Económico de la Universidad Orleans. Especialista en Derecho Tributario del Colegio Mayor del Rosario. Especialista en Gestión de Empresas Públicas y Desarrollo de la Universidad de París X Abogada de la Universidad Santo Tomás. Rodrigo A Plazas Espitia Doctorando a Derecho Universidad de Buenos Aires. Magister en Derecho, USA.Abogado de la Universidad Sergio Arboleda. Jaime Alberto Sandoval Mesa Magister en Derecho Penal de las Universidades de Santo Tomás y Salamanca, España. Especialista en Derecho Penal de la Universidad Santo Tomás. Especialista en Derecho Público de la Universidad Nacional de Colombia. Profesor Investigador Universidad Santo Tomás. Abogado de la Universidad Militar. Misael Tirado Posdoctorado en Derecho de la Universidad de Buenos Aires (en curso). Doctor en Sociología Jurídica e Instituciones Políticas de la Universidad Externado de Colombia. Especialista en Economía de la Universidad de los Andes, Bogotá. Sociólogo de la Universidad Nacional de Colombia. Mónica Lucia Fernández Muñoz Doctora en Persona y Tutelas jurídicas de la Scuola Superiore Sant´Anna di Pisa, Italia. Especialista en Responsabilidad y Daño Resarcible de la Universidad Externado de Colombia. Abogada de la Universidad del Cauca. Sonia Patricia Cortés Zambrano Candidata a Doctora en Derecho en la Universidad Externado de Colombia. Magister en Derecho Público de la Universidad Santo Tomás y Universität Konstanz. Especialista en Derecho Constitucional y Parlamentario de la Universidad Externado de Colombia y Universidad Autónoma de Madrid. Abogada de la Universidad Santo Tomás. José Joaquín Acosta Doctorando de Université Panthéon-Assas (Paris 2). Diplome d’etudes approfondies (DEA) de Derecho Privado Paris II Grado Master. Diplome Superieur de I´Université. DUS de Derecho Comercial. Paris II. Diseño y diagramación Diseño Portada Corrección de estilo: Impresión Héctor Suárez Castro Norhys Torregrosa - Héctor Suárez Castro Hernando García Panamericana Formas e Impresos S.A. Universidad Libre Calle 8 No. 5-80. Tels.: 382 1039-382 1040 Instituto de Posgrados [email protected]; [email protected] [email protected] [email protected] 6 Los autores son responsables directos de las ideas, juicios, opiniones y/o enfoques expuestos en la Revista Verba Iuris. Puede ser reproducida total o parcialmente citando la fuente. Verba Iuris 29 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 Misión La revista Verba Iuris es una revista de publicación de resultados de investigación del Instituto de Posgrados de la Universidad Libre dirigida a la comunidad académica científica representada en profesores e investigadores de Derecho, estudiantes de maestría y /o doctorado de los distintos saberes socio-jurídicos con el fin de facilitar la solución de problemas de los operadores jurídicos, fiscales, jueces, magistrados, profesores, estudiantes con el ´animo de contribuir al desarrollo jurídico del país. Mision Mission The magazine Verba Iuris, is a publication setting out the results of research of the Post Graduate Institute of the Universidad Libre directed towards the academic scientific community represented by Law teachers and researchers in Law, Masters and PhD students of the diferent socio-legal branches of knowledge with the the objective of offering solutions to judicial officials, prosecutors, judges, magistrates, law teachers and students in the spirit of contributing to the legal development of the country. Verba Iuris 27 29 • Enero - Junio de 2012 Verba Iuris • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 77 contenido Contenido Editorial 11 Informes de Investigación 13 Aportes a la reflexión sobre la producción de conocimiento en el campo del derecho. Argentina y el caso de la Universidad Nacional de La Plata José Orler 15 La carga de la prueba frente al principio de presunción de inocencia en el estado colombiano Néstor Raúl Caro Espitia 31 El discurso neoliberal y sus relaciones con el campo jurídico Mónica Patricia Fortich Navarro 43 Regulación de las empresas de producción social en el marco del ordenamiento jurídico venezolano Nohelia Y. Alfonzo V. 63 Individualidad sublimada: Lugares comunes en la violencia de género César Oliveros Aya 79 Violence and Colombian Politics Nhorys Torregrosa Jiménez / Rodolfo Torregrosa Jiménez 97 El tema de la responsabilidad social de la empresa colombiana Wilson Iván Morgestein Sánchez Del gobierno y las reformas en la Argentina Patricia Britos 131 Niños, niñas y adolescentes en el conflicto armado en Colombia Misael Tirado Acero 147 La participación del garante en el procedimiento sancionatorio contractual y en las declaratorias de incumplimiento: una obligación incoherente Sandra Patricia Sotelo Rojas 161 Reseñas Reseña del artículo de hans kelsen titulado “¿qué es la justicia? Por: Pablo Elías González Monguí 181 Reseña del libro Justicia indígena, plurinacionalidad e interculturalidad en Ecuador Por: Edwin Cruz Rodríguez 183 Requisitos para presentación de artículos 187 Verba Iuris 29 • p. 9 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 9 editorial Editorial La presente edición de la Revista Verba Iuris, la número 29, está dirigida a hacer un sentido, sencillo y digno homenaje a los noventa años de la Universidad Libre resaltando los resultados de investigación de profesores nacionales e internacionales como parte de nuestra vida académica, los cuales se integran dentro del proceso de acreditación institucional que actualmente se desarrolla al interior de nuestra Universidad. Los artículos aquí presentados son resultado, una vez más, de los procesos de investigación jurídica y socio jurídica que se desarrolla en cumplimiento de los objetivos propuestos institucionalmente y asumidos por las directivas de la Facultad de Derecho, por su Instituto de Posgrados y el Centro de Investigaciones. En este número, queremos destacar la forma sistemática en que se trabaja para la elaboración de la revista, cómo el equipo realiza las actividades de búsqueda, recibo, revisión y publicación de los artículos avalados por pares académicos de altísimas calidades, que han brindado sus aportes que redundan en la calidad constante de nuestra publicación. De otra parte, en este número se destaca la manera como se abordan los problemas desarrollados en cada uno de los artículos que la componen, pues se ha querido hacer énfasis a resultados de investigación que evidencien la importancia de la teoría y la dogmática jurídica. De igual manera, es importante resaltar la variedad de temas que el lector puede encontrar en este texto, como en todos los anteriores, pues las disertaciones se enmarcan en las diferentes ramas del derecho sirviendo de apoyo para la tarea formativa e investigativa a nivel pregrado y posgrado. El lector podrá encontrar artículos relacionados, entre otros, con el análisis de la carga de la prueba en Colombia, la producción del conocimiento desde el campo del derecho, la regulación de las empresas de producción social en el marco del ordenamiento jurídico venezolano, la participación del garante en el procedimiento sancionatorio contractual y en las declaratorias de incumplimiento, la responsabilidad social de la empresa colombiana, que harán de esta edición un aporte al conocimiento jurídico y socio jurídico. De esta forma es importante invitar a toda la comunidad académica nacional e internacional para que sea parte de este espacio y con sus contribuciones enriquezcan y mantengan la publicación, aportando innovadoras propuestas de investigación, a partir de la construcción de problemas y sus alternativas de solución, siendo la revista Verba Iuris el modo propicio para la discusión y el dialogo académico. Verba Iuris 29 • p. 11 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 11 Informes de Investigación josé orler Aportes a la reflexión sobre la producción de conocimiento en el campo del derecho. Argentina y el caso de la Universidad Nacional de La Plata* José Orler** Resumen El presente documento tiene por objeto aportar algunos elementos de análisis y disparadores del debate respecto de la producción de conocimiento en el campo del Derecho. Surge de una extensa trayectoria en investigación sobre el tema, y particularmente del proyecto de investigación en curso en la Universidad de Buenos Aires que se detalla a pie de página. Consta de una primera parte introductoria en que resumidamente se presenta un marco teórico, contexto institucional, antecedentes históricos. Una segunda parte presenta los resultados parciales de una caracterización de la investigación en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata, intentando aproximar respuestas a los interrogantes: ¿Qué se investiga? y ¿Cómo se investiga? Finalmente, a modo de conclusión, hay algunas reflexiones e interrogantes abiertos prestos para la discusión. Palabras clave: Derecho, investigación, metodología. Fecha de recepción: 3 de octubre de 2012 Fecha de aprobación: 20 de mayo de 2013 * Artículo de investigación científica y tecnológica, proyecto titulado “Metodología de la investigación en el campo del Derecho”. El contexto institucional corresponde a la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. La línea de investigación refiere a Educación Superior y Derecho. Integrantes: director, José Orler; codirectora, Silvina Pezzeta; investigadores docentes, Carlolina Mirta Lado, Malvina Zaccari, Verónica Whalberg, Virginia Caferata, Horacio Maidana, David Mosquera, Martín Cabrera; investigadores, alumnos Lucas Rovatti, Victoria Pla Bastida, Silvia Campagnale; el proyecto fue acreditado y financiado por el Programa DeCyT de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, Código 1228, Resol. 1573/12. Fecha de inicio y culminación: agosto/2012 – agosto/2014. Tipo de artículo propuesto para publicación: Informe de avance. ** Abogado, especialista en educación superior; maestría en metodología de la investigación en ciencias sociales; doctorando en ciencias jurídicas. Docente e investigador de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (www.derecho.uba.ar) y de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata (www.jursoc.unlp.edu.ar); docente invitado en otras universidades de Argentina y el exterior. joseorler@ hotmail.com. Verba Iuris 29 • pp. 15-29 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 15 aportes a la reflexión sobre la producción de conocimiento en el campo del derecho Abstract This paper aims to provide some elements of analysis and triggers the debate on the issue relating to the production of knowledge in the field of law. It comes from an extensive background in research on the subject, particularly the ongoing research project at the University of Buenos Aires which is detailed in footnotes. It consists of an introductory part that briefly presents a theoretical framework, institutional context, historical background. A second part presents the partialresults-progress report of a description of the research in the Faculty of Law and Social Sciences of the National University of La Plata, trying to bring answers to the questions: What is research?, and How to research? Finally, in conclusion, there are some thoughts and questions ready for open discussion. Key words: Law, methodology, research. 1. Introducción La reciente Declaración de la Conferencia Regional de la Educación Superior en América Latina y El Caribe (CRES)1 realizada “… a los 90 años de la Reforma de Córdoba, cuyos principios constituyen hoy orientaciones fundamentales en materia de autonomía universitaria, cogobierno, acceso universal y compromiso con la sociedad…” ha definido la educación superior como un “… bien público social, un derecho humano y universal y un deber del Estado…” En el marco de tal definición, y dedicando un apartado especial al tópico Investigación, expresa la necesidad de desarrollar y 1 Conferencia Regional de Educación Superior de América Latina y el Caribe (CRES), celebrada del 4 al 6 de junio de 2008 en Cartagena de Indias, Colombia, bajo los auspicios del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC-UNESCO) y el Ministerio de Educación Nacional de Colombia, con la colaboración de los gobiernos de Brasil, España, México y la República Bolivariana de Venezuela. 16 propiciar una actividad científica “… fundada en las necesidades sociales y una creciente comprensión de la ciencia como un asunto público que concierne a la sociedad en su conjunto…” Unos años antes, en 1998, la UNESCO producía la Declaración Mundial sobre Educación Superior manifestando al respecto: “La educación superior y la investigación forman, hoy en día, parte fundamental del desarrollo cultural, socioeconómico y ecológicamente sostenible de los individuos, las comunidades y las naciones”. El mismo organismo, en la Conferencia Mundial sobre la Ciencia para el Siglo XXI, en 1991, trabajó sobre la ciencia y el uso del saber científico. En el documento marco de dicha declaración se firmaron propósitos de acción para el presente siglo, entendiendo que la ciencia debe estar al servicio del conocimiento y el conocimiento, al servicio de la humanidad aportando una mejor calidad de vida para las generaciones actuales y futuras. Entre las funciones fundamentales de la investigación se rescata el rol de las instituciones científicas y el establecimiento de relaciones de Verba Iuris 29 • pp. 15-29 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 josé orler colaboración y cooperación en los planos nacional, regional e internacional. Se resalta la necesidad de poner al alcance de todos el conocimiento y el uso del mismo, propiciando la formación científica, promoviendo la difusión de la información científica, intercambiando conocimientos y datos científicos, especialmente entre países desarrollados y países en desarrollo, colaborando en la resolución conjunta de problemas de interés mundial. Sostiene especialmente “… la necesidad de reforzar los sistemas nacionales de investigación, tomando en cuenta las prioridades y las políticas científicas de los países…” Con relación a las universidades afirma que “… deberían velar por que sus programas en todos los campos científicos se centren tanto en la educación como en la investigación y en la sinergia entre ambas…” En consonancia con ello, en Argentina y en la generalidad de las instituciones de educación superior latinoamericanas se impone esta concepción de la universidad como esencial productora de conocimiento. Según surge del Estatuto Universitario de la Universidad de Buenos Aires, (cuyos lineamientos generales se ven plasmados también en las reglamentaciones de las principales universidades de Argentina2), La Universidad contribuye al desarrollo de la cultura mediante los estudios humanistas, la investigación científica y tecnológica y la creación 2 Estatutos universitarios de la UNLP, UNICEN, U.N. de Catamarca, U.N. del Nordeste, U.N. de Córdoba, U.N. de Cuyo, U.N. de Rosario, entre otros, que siguen los mismos lineamientos, estableciendo incluso algunas de ellas, políticas específicas de fomento a la investigación en sus facultades de derecho. artística. Difunde las ideas, las conquistas de la ciencia y las realizaciones artísticas por la enseñanza y los diversos medios de comunicación de los conocimientos. La Universidad, agrega, forma investigadores originales, profesionales idóneos y profesores de carrera, socialmente eficaces y dispuestos a servir al país. Encauza a los graduados en la enseñanza y en las tareas de investigación, y a través de ellos estrecha su relación con la sociedad. El citado estatuto universitario afirma: Se considera a la investigación como una actividad normal inherente a la condición de docente universitario. Se procura incrementar la investigación en la medida en que se logre disponer de adecuados recursos presupuestarios. La investigación se efectúa en todas las Facultades o departamentos. 2. Aspectos teóricos 2.1 Antecedentes históricos El desarrollo científico, la investigación, y con ello la formación de investigadores como problemática emergente, constituyen tópicos complejos y recientes, que de ningún modo estuvieron presentes en el origen de los estudios superiores en América Latina. Efectivamente, los tres siglos que transcurren desde el año 1600 (1622, creación de la Universidad Mayor de San Carlos) y hasta casi 1900 —con sus matices y períodos diversos— tuvieron por común denominador una universidad centrada en la formación escolástica y profesionalista. En América Latina —Argentina no es la excepción— la formación de las elites gobernantes constituyó el principal objetivo de las instituciones educativas nacientes (Fernández Lamarra, 2003). Primero, durante Verba Iuris 29 • pp. 15-29 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 17 aportes a la reflexión sobre la producción de conocimiento en el campo del derecho el extenso período en el que las instituciones de educación superior fueron controladas por la Compañía de Jesús, debido a la estrategia propia de ese sector interno, que intentaba una actualización a los requerimientos del nuevo capitalismo por parte de la Iglesia católica. Más tarde, a partir de la expulsión de los jesuitas, durante el período de la Universidad Real y los primeros años de las independencias de las naciones emergentes en el Nuevo Mundo, debido a las necesidades de las repúblicas nacientes. En Argentina, va a ser a partir de 1890 con la creación de la Universidad Provincial en la ciudad de La Plata (en 1905 Universidad Nacional de La Plata), cuando comienza a tomar forma un nuevo modelo de Universidad, de carácter moderno y experimental, y “al servicio de la ciencia universal” como la definiera Joaquín V. González. La Universidad de La Plata se erigía como tal, proclamándose como institución al servicio de la producción científica,3 “… desarrollando la observación y la experimentación…”, “… dando a la enseñanza un carácter experimental…”, y promoviendo “… que los estudiantes colaboren en los trabajos científicos de los profesores…”4 Unos años después, con la Reforma Universitaria de 1918, el carácter científico de la El escudo de la Universidad Nacional de La Plata declama: “Pro Cientia et Patria”. 4 Actas de la Asamblea General de Profesores de la UNLP, 1907, 1909 y 1910. Presidencia Joaquín V. González. (La Ley Convenio 4699 establecía que dicha instancia se reuniría para tratar, entre otras cosas, “… cuestiones de especial interés científico o didáctico…” En los dos primeros períodos de su presidencia J.V. González convocó todos los años la Asamblea con ese objetivo). 3 18 Universidad, la promoción de la investigación y la producción de conocimiento serán postulados centrales y caracterizadores (Calderari y Funes, 1998) que se diseminarán por todo el continente latinoamericano. La concepción positivista vigente comenzaba a dejar su marca institucional, poniendo en cuestión al antiguo modelo profesionalista. Nuevos planteos comienzan a encontrar eco “… menos directamente gobernados por la estrecha consideración de la formación profesional…” (Halperin Donghi, 1962). “Toda cátedra debe tender a ser un laboratorio de ciencia…” dirá Gabriel Del Mazo al inaugurar en 1929 los laboratorios de la Universidad del Litoral (Gabriel Del Mazo, 1957), advirtiendo acerca de “uno de los más grandes daños” que pueden causarse a la universidad argentina, cual es “la acentuación de su tendencia profesionalista”. A partir del movimiento de la Reforma Universitaria las universidades nacionales comenzaron a crear centros e institutos de investigación, de la mano del nuevo paradigma que indicaba un rol diferente y también nuevos formatos de gestión y gobierno de las instituciones de educación superior en nuestro país. “A lo largo del siglo XX, el modelo de universidad científica alternó con la universidad profesionalista, a veces con modalidades convergentes y otras de manera conflictiva” (Fernández Lamarra, 2003). Es necesario destacar, en punto al eje del presente artículo, el período de la universidad argentina comprendido entre 1958 y 1966, particularmente en la Universidad de Buenos Aires, en que la investigación, la producción de conocimiento y la formación Verba Iuris 29 • pp. 15-29 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 josé orler de investigadores fueron jerarquizados y alcanzaron un alto desarrollo. En ese año 1958 fue creado el CONICET —Concejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas— con la impronta que Bernardo Houssay le otorgó, inicialmente inclinado hacia las ciencias básicas y médicas. Más tarde se fueron incorporando las ciencias sociales y humanas, aunque siempre representando una mínima parte con relación a las ciencias exactas y naturales y a las ingenierías y tecnología. y también “Estimar el estudio y desarrollo de la ciencia aplicada y las creaciones técnicas, adaptándolas a las necesidades regionales”. Habla de crear y sostener institutos de investigación, que entiende como “la unidad universitaria para la investigación científica” (art. 7). Los mismos serán constituidos y organizados a partir de cátedras que hayan alcanzado un alto grado de desarrollo en investigación (art. 6). Además crea los “Departamentos” definidos como la “unidad de coordinación de las investigaciones científicas” (art. 8). Es coincidente la literatura especializada en que la dictadura militar instaurada con el golpe de estado cercenó un significativo proceso de expansión e incremento sustancial de la calidad científica y académica de nuestras universidades nacionales. Expresa: “La universidad propenderá a que sus institutos correlacionen la enseñanza y la investigación científica de modo tal que la docencia universitaria tenga su fuente natural en la investigación directa y profunda de la realidad”. Un capítulo aparte merece el análisis de las políticas relativas a la universidad durante los gobiernos peronistas. Dos leyes de educación marcaron las mismas: la Ley 13.031 y la Ley 20.654. En lo relativo a la docencia y a la formación de investigadores, define la necesidad de “Crear un cuerpo docente dedicado exclusivamente a la vida científica y a la enseñanza universitaria, de suerte que cada escuela y cada facultad tengan la obligación de formar sus propios profesores e investigadores especializados”. La primera de ellas data de 1947, constituye el primer antecedente nacional al respecto, y resulta imposible no ligar su análisis y valoración al de la denominada “Misión Ivanicevich” y la expulsión y suspensión de docentes a la que sirvió de herramienta. Un tercio de los docentes e investigadores de las universidades nacionales fueron desplazados de sus cargos. Entre las funciones de la universidad menciona (art. 2): “Organizar la investigación científica y preparar para la ulterior dedicación a ella, a los que tengan vocación de investigadores, capaces por su aplicación, inventiva, sagacidad y penetración, de hacer progresar las ciencias, las letras y las artes”; Más tarde se dictaría la Ley 14.297 análoga a la referida, con el objetivo de adaptar dicha legislación universitaria a la nueva Constitución de 1949. La segunda de las mencionadas es de 1974, correspondiendo al segundo gobierno de Perón. Enuncia entre las funciones de las universidades: “Promover, organizar y desarrollar la investigación y la enseñanza científica y técnica, pura y aplicada” (art. 2) y deja librada a los estatutos que cada universidad dicte en concordancia, “la organización de la actividad de investigación” (art. 56, inc. b). Verba Iuris 29 • pp. 15-29 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 19 aportes a la reflexión sobre la producción de conocimiento en el campo del derecho Luego de la sangrienta dictadura que, desde el golpe de estado en marzo de 1976 hasta la recuperación de las instituciones democráticas en 1983, se dedicó a saquear el país y desaparecer a las personas, y que en lo que a las instituciones de educación superior respecta, supo vaciarlas de su capital científico y académico; la recuperación y fortalecimiento de la democracia hasta la actualidad, ha permitido de manera gradual ir “poniendo en agenda” cuestiones referidas al papel de la investigación y su impronta caracterizadora de la institución universitaria, así como también su impulso y formación de agentes, estructuras institucionales y equipos de investigación. En julio de 1995 la Ley de Educación Superior 24.521 vino a llenar una carencia legal que se manifestaba desde 1983 en que se aprobó el Régimen para la Normalización de las Universidades Nacionales (Ley 23068) con vigencia prevista para dieciocho meses que resultaron casi doce años. Sin embargo, sancionada con el voto exclusivo de la “mayoría automática” de la coyuntura (oficialismo apenas acompañado por algunos partidos provinciales) y contra la voluntad generalizada de los actores del sistema universitario expresada en forma de protestas, movilizaciones y acciones judiciales de diverso tipo y calibre, adolece de las debilidades propias de toda norma no consensuada. Tal circunstancia requiere ser adecuadamente dimensionada en el momento de efectuar diagnósticos y análisis críticos de la situación actual del sistema universitario en Argentina. La mencionada Ley de Educación Superior 24.521, en punto a lo que aquí nos interesa, formula como objetivos de la universidad: a) Formar científicos, Profesionales y técnicos, 20 que se caractericen por la solidez de su formación y por su compromiso con la sociedad de la que forman parte; b) Preparar para el ejercicio de la docencia en todos los niveles y modalidades del sistema educativo; c) Promover el desarrollo de la investigación y las creaciones artísticas, contribuyendo al desarrollo científico, tecnológico y cultural de la Nación. De este modo, en coincidencia con los objetivos institucionales que desde la Reforma Universitaria de 1918 en adelante las universidades fueron fijándose —con mayor o menor énfasis, y con mejor o peor resultado, según las épocas y las universidades— nuestra legislación vigente promueve la investigación científica instituyéndola como política de Estado. En 1993, por Decreto 2427 se creó el Programa de Incentivos a Docentes e Investigadores. Se trata de un sistema de pago de adicionales salariales a docentes que realizan investigación. Tiene por objetivos declarados: incrementar la investigación en el ámbito de las Universidades Nacionales; promover la creación y fortalecimiento de grupos de investigación, fomentar una mayor dedicación de las plantas docentes a la actividad académica. Mas allá de las críticas efectuadas al mismo, a sus detalles operativos, su sistema de categorización, su burocracia y su cuestionado sistema de evaluación, lo cierto es que el modelo de producción de conocimiento que presupone e impulsa forma parte de los debates medulares aún no saldados en Argentina. La Comisión Nacional para el mejoramiento de la Educación Superior ha expresado en su informe de 2002 algunas críticas que nos Verba Iuris 29 • pp. 15-29 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 josé orler parecen acertadas. En primer lugar, advierte acerca de que el programa representa una vía de incremento salarial más que un estímulo para fortalecer la investigación; en segundo lugar, afirma que el programa reproduce desigualdades y distorsiones preexistentes en el sistema universitario, reforzando los ingresos de quienes ya tienen una posición consolidada. Sonia Araujo (2003) hace referencia al aumento de la competitividad y rivalidad en el cuerpo docente de las universidades, además de una indeseada burocratización, que el Programa ha generado. Afirma que el “señuelo” de la categorización o re-categorización que promete mayores ingresos trajo como consecuencia una pérdida de sentido en la actividad de investigación. Norberto Fernández Lamarra (2007) apunta que el Programa de Incentivos a Docentes e Investigadores ha asumido una especial significación para el área de las ciencias sociales y humanas que al año 2002 superaba 37% de los proyectos acreditados. 2.2La producción de conocimiento en las Facultades de Derecho En el actual debate académico, la promoción de la investigación en nuestras facultades de Derecho constituye un eje central que goza de generalizado consenso institucional. Un proyecto curricular de enseñanza del Derecho no puede ser ajeno a todas estas definiciones. Se deben tomar decisiones que excedan la determinación de los contenidos informativos, las habilidades y las estrategias docentes y de enseñanza, debiendo promover, además, sólidos vínculos entre las funciones de docencia, investigación y extensión universitaria. En la misma línea deberían encontrarse las políticas de formación docente en la disciplina jurídica: según los alcances del profesorado de ciencias jurídicas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires,5 el perfil del egresado abarca entre sus competencias: Posibilitar el conocimiento y análisis de los supuestos teóricos y metodológicos que sustentan las prácticas educativas relativas al área de formación ética y ciudadana, y apropiarse de herramientas conceptuales, metodológicas y técnicas necesarias para el ejercicio de la docencia en los niveles medio y superior. El Consejo Permanente de Decanos de las Facultades de Derecho de las Universidades Públicas de Argentina, por su parte, así lo ha entendido. En su documento “Estándares para la autoevaluación de la gestión institucional y las funciones de la enseñanza-docencia, de investigación científica y de extensión universitaria de las Facultades de Derecho de las Universidades Públicas”6 afirma de manera terminante que las universidades que “… reducen su actividad a la enseñanza y no producen conocimiento…” no son tales: “… utilizan esta denominación de manera ilegítima…” En el acápite “Estándares para la autoevaluación de la Investigación Científica” especifica: “La Facultad o Unidad Académica promueve y ejecuta las actividades de investigación como uno de los aspectos privilegiados de sus políticas institucionales” (Pto. 2); y que: “Las políticas institucionales de investigación que desarrolla la Unidad Académica están articuladas estrechamente con la formación y Modificaciones de la Resolución CS Nº3344/04 Resolución (CS) Nº 2380/07 del 15 de agosto de 2007. (Fuente: www.derecho.uba.ar) 6 Aprobado el 29 de mayo de 2004 en la ciudad de Lomas de Zamora. 5 Verba Iuris 29 • pp. 15-29 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 21 aportes a la reflexión sobre la producción de conocimiento en el campo del derecho actualización de los docentes, con el perfeccionamiento de los graduados, y promueven la elevación de la calidad académica de las actividades de enseñanza de grado y postgrado…” (Pto. 4). Esta jerarquización de las actividades de investigación científica constituye un modo de institucionalización en lo discursivo, del debate que desde hace algunas décadas se viene dando en torno a esta cuestión y de los estudios al respecto. 2.3 El problema Podemos afirmar entonces que luego de un largo camino recorrido, nuestras universidades y con ello nuestras Facultades de Derecho, han puesto sobre el tapete la cuestión referida a la producción de conocimiento. Efectivamente, la investigación científica, el desarrollo de estructuras institucionales al efecto y la formación de agentes y equipos de investigación, constituyen tópicos centrales del actual debate académico. En relación con ello, las declamaciones acerca de la necesidad de articular docencia e investigación y que tal articulación constituya el nódulo central del fenómeno educativo, forman parte incuestionable del actual discurso imperante en nuestras instituciones de formación universitaria. Sin embargo, muchas y diversas son las dificultades que pueden enumerarse al respecto. El diagnóstico efectuado por Fernández Lamarra y Natalia Coppola (2008) con relación a las universidades en nuestro país cabe perfectamente para caracterizar la realidad de la investigación en las facultades de Derecho. Enuncia la cuestión referida a la “falta de articulación entre docencia e investigación”, 22 enumerando además: problemas para definir políticas institucionales de investigación; fuertes limitaciones en la disponibilidad de recursos académicos (falta de dedicaciones) y de apoyo (falta de recursos materiales y financieros, etc.); insuficiente articulación entre diferentes unidades y proyectos de investigación; falta de consolidación de los grupos de investigación existentes e insuficiente acompañamiento para la formación de nuevos grupos; insuficiente formación en investigación de muchos docentes-investigadores; entre otros. Los consensos mencionados operan, a esta altura de las circunstancias, apenas como módicos puntos de partida. Demasiados hilos se deshilvanan de lo dicho. Los interrogantes aún son muchos, y uno de ellos ocupa los desvelos de la comunidad académica, y la nuestra de modo particular: ¿Cómo debe instrumentarse tal articulación? La pregunta acerca de cómo implementar el deseado paradigma deviene medular, pero se bifurca en otras múltiples: ¿Qué experiencias/prácticas pueden revisarse al respecto?, ¿qué evaluación crítica puede hacerse de ellas?, ¿cuáles son sus limitaciones y sus fortalezas?, ¿qué modelos de enseñanzaaprendizaje ponen en juego?, ¿qué relación docente-alumno importan?, ¿qué presupuestos pedagógicos y didácticos conllevan?, ¿qué formas de evaluación? Por otra parte, ¿qué relaciones con el contexto social e institucional y qué relaciones ciencia-técnica-sociedad suponen?, ¿qué relación con las tradiciones cognitivas de la disciplina despliegan?, ¿qué perfil de graduado contribuyen a formar? El documento ya citado del Consejo Permanente de Decanos de las Facultades de Derecho de las Universidades Públicas lo resume Verba Iuris 29 • pp. 15-29 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 josé orler del siguiente modo: “… la investigación tiene que ocupar un importante lugar junto con la docencia y algún tipo de articulación entre ambas debe plantearse y resolverse…” 3. Resultados parciales 3.1El caso de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNLP7 El caso de la Facultad de Derecho de la UNLP se inscribe en una investigación de caracterización de las investigaciones que se vienen realizando en las facultades de Derecho de nuestro país. Constituye un informe de avance, unas primeras aproximaciones sobre nuestro objeto de estudio. ¿Cómo se produce conocimiento científico -y cómo viene haciéndose en los últimos tiempos-en nuestra disciplina, en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata? Es decir: ¿Qué se investiga, cuáles son las temáticas, contenidos y tópicos de interés? y, ¿Cómo se investiga, qué enfoques teóricos prevalecen, y cuáles son los modos de abordaje? A partir de nuestras hipótesis de trabajo,8 marco teórico y presupuestos generales, Presentado por el autor al III Encuentro Latinoamericano de Metodología de las Ciencias Sociales, los pasados 30, 31 de agosto y 1 de septiembre de 2012 en Manizales, Colombia. 8 Algunas de las hipótesis de trabajo son las siguientes: 1) las concepciones del Derecho próximas a la sociología jurídica son las que en forma casi excluyente se hacen presentes en los proyectos de investigación de las instituciones universitarias, existiendo una casi total ausencia de enfoques dogmático-normativos. 2) En cuanto a los tipos de trabajos académicos, priman los de 7 tomamos el caso de nuestra Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata. Se trata de una descripción cuantitativa, con intenciones de desglosar algunos elementos caracterizadores de las investigaciones acreditadas -ya finalizadas- en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata. Constituye un recorrido por los proyectos de investigación de esa unidad académica, desde 1994 hasta 2005, distinguiendo áreas del conocimiento involucradas, materias y temas investigados, así como también una primera aproximación a un análisis de enfoques y tipos de abordaje. El año 1994 constituye un hito relevante para nuestra investigación atento que con el Decreto del Poder Ejecutivo 2427/93 la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación y Cultura de la Nación crea el Programa de Incentivos a Docentes Investigadores de las universidades públicas argentinas. tipo teórico argumentativo. Las investigaciones con recolección de evidencia empírica constituyen una porción muy pequeña del universo de proyectos de investigación acreditados. 3) A su vez, observamos en los primeros universos estudiados, que existe una alta correlación entre los enfoques de la sociología jurídica y las investigaciones con recolección de información de carácter empírico; y entre los abordajes de la dogmática-normativa y los trabajos de carácter teórico. 4) Además: existe una sub-utilización de las herramientas disponibles desarrolladas por las ciencias sociales. Se evidencia la adopción de métodos y técnicas poco diversas. Se observa una carencia de fundamentos metodológicos que aparecen como de segundo orden para los investigadores del área. No existe desarrollo de herramientas metodológicas específicas. Verba Iuris 29 • pp. 15-29 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 23 aportes a la reflexión sobre la producción de conocimiento en el campo del derecho 3.2 Explicitaciones metodológicas Referimos dos aspectos medulares en las decisiones metodológicas asumidas en el presente trabajo: La aproximación CUANTITATIVA:9 El estado de la cuestión resultó determinante en este aspecto. Tal como lo expresamos en la introducción, la carencia de trabajos sistematizadores, documentos o ponencias, en este tema, deviene en la necesidad de una tarea EXPLORATORIA básica. Elegimos el camino de construir unas primeras categorías que se ajustaron a un trabajo de cuantificación elemental y provisorio, que deberá ir desembocando, en futuro trabajos, en abordajes de tipo más cualitativo para densificar análisis y con pretensiones comprensivistas. La OPERACIONALIZACIÓN de los presupuestos teóricos: Por las mismas carencias antes expresadas, tuvimos que operacionalizar conceptos teóricos de modo en parte “novedoso”, construyendo variables y estableciendo dimensiones despegadas de antecedentes o previas sistematizaciones que nos resultaban limitadas o no adecuadas. Alertamos sobre tal aspecto en el que sin dudas mucho podrá objetarse. Efectuadas estas aclaraciones previas, especificamos las particularidades metodológicas del presente estudio: Nuestra descripción cuantitativa hace eje en dos grupos de variables que intentan aproximar respuestas a dos interrogantes: I. ¿Qué se investiga? II. ¿Cómo se investiga? I. En el primer grupo distinguimos las variables: ÁREA DE CONOCIMIENTO, MATERIA, TEMA. En orden decreciente por el grado de generalidad, remiten a las temáticas y tópicos abordados en los proyectos. Pueden observarse en los gráficos I, II y III. II. En el segundo grupo distinguimos las variables: a)ENFOQUES de las investigaciones, que refiere a los aspectos teórico-ontológicos subyacentes en las mismas. Remite a la discusión teórica por el Derecho, al sentido en que en los distintos proyectos subyace la respuesta a la pregunta “¿Qué es el Derecho?” Intenta recoger el dualismo: definición de “lo jurídico” como formando parte de una totalidad social, como práctica social específica; o identificación de “lo jurídico” con la norma, entendido en términos de sus propias categorías internas. El corpus de análisis estuvo constituido por un universo de 77 proyectos de investigación acreditados -ya finalizados y en curso- en la unidad académica mencionada, durante el periodo 1994-2005. Nominamos las dimensiones que asume la variable según la tradicional distinción entre enfoques socio-jurídicos y enfoques del formalismo o la dogmática jurídica. ENFOQUE SOCIO-JURÍDICO por un lado; y ENFOQUE DOGMÁTICO-NORMATIVO, por otro. (Gráfico IV). Para el procesamiento estadístico de datos se utilizó SPSS.12. b)TIPOS de investigación. Intenta dar cuenta de los modos de abordaje de las mismas. Pretende recoger una cuestión 9 24 Verba Iuris 29 • pp. 15-29 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 josé orler metodológica que entendemos primaria y esencial para distinguir el modo de abordaje EMPÍRICO o TEÓRICO de las investigaciones. Nominamos las dimensiones que asume la variable como EMPÍRICO y TEÓRICO. (Gráfico V). Finalmente construimos dos tablas de contingencia a modo ejemplificativo, con el objeto de distinguir el ENFOQUE y el TIPO de los proyectos de investigación por el ÁREA DE CONOCIMIENTO involucrada. Pueden observarse en los cuadros VI y VII, respectivamente. I- ¿Qué se investiga? Distinguimos cuatro grandes áreas de conocimiento: Derecho público (32 proyectos), sociología jurídica (22 proyectos), economía política (12 proyectos), Derecho privado (8 proyectos). Gráfico II. Proyectos de Investigación por Materia Proyectos de Investigación por Materia Derecho Procesal 4 Derecho Político 4 Economía Política 12 Sociología Jurídica 22 Derecho Internacional Público 13 Varios 22 Las materias sociología jurídica (22 proyectos), Derecho internacional público (13 proyectos), economía política (12 proyectos), y Derecho procesal y Derecho político, con 4 proyectos cada una. En menor cantidad y con carácter residual aparecen: enseñanza del Derecho (2 proyectos) y teoría de la ciencia (1 proyecto). En Varios agrupamos: Derecho civil y comercial, Derecho constitucional, Derecho internacional público, Derecho de menores, Derecho administrativo, Derecho ambiental, Derecho de familia, Derecho penal, Derecho reales, Derecho impositivo, Derecho del trabajo, teoría de la ciencia, todos ellos con 1, 2 y 3 proyectos. Gráfico I. Proyectos de Investigación agrupados por área del conocimiento Gráfico III. Proyectos de Investigación por Tema Sociología Jurídica 22 Derecho Público Economía Política 12 32 Derecho Privado 8 Enseñanza del Derecho 2 Teoría de la Ciencia 1 Enseñanza Derecho 5 T Gral. Derecho 8 Mercosur 11 Familia Niñez Adolesentes 5 Cambio Técnico 5 Población Global Coop 5 Medio Ambiente 4 Org. Judicial y Ad Ju 12 Verba Iuris 29 • pp. 15-29 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 Varios 22 25 aportes a la reflexión sobre la producción de conocimiento en el campo del derecho La mayor desagregación se presenta en este gráfico. Distinguimos los siguientes temas: Organización judicial y administración de justicia (12 proyectos), Mercosur (11 proyectos), teoría general del Derecho (8 proyectos), enseñanza del Derecho (5 proyectos), familia, niñez y adolescencia (5 proyectos), cambio tecnológico (5 proyectos), política, globalización y cooperación entre Estados (5 proyectos), medio ambiente (4 proyectos). En Varios agrupamos: derechos humanos; marginación social y pobreza; política energética; política agraria; organizaciones no gubernamentales; políticas legislativas; empleo, desempleo y salud laboral; macroeconomía y Pymes; participación ciudadana; diversidad cultural; impuestos; política, globalización y cooperación entre Estados; teoría de la ciencia; todos ellos con 1, 2 y 3 proyectos. II- ¿Cómo se investiga? En el segundo grupo de variables, relacionadas con el modo en que se llevan a cabo las investigaciones sobre las temáticas antes descritas, distinguimos: el ENFOQUE (Gráfico IV) y el TIPO (Gráfico V). Los valores se expresan en porcentajes. En el Gráfico IV observamos el ENFOQUE de las investigaciones. De los 77 proyectos desarrollados, 81% corresponde a enfoques SOCIO-JURÍDICOS y 19% corresponde a las orientaciones DOGMÁTICO-NORMATIVAS. En el Gráfico V observamos los TIPOS de investigaciones. Resulta fácilmente observable que priman los TIPOS de abordaje TEÓRICOS en 75% de los casos, siendo solo 25% de los proyectos los que lo hacen en forma EMPÍRICA. Proyectos de investigación por área de conocimiento, distinguiendo enfoque y tipo de abordaje en cada área. En esta tabla puede observarse cómo en las áreas sociología jurídica, economía política y Derecho público predomina un enfoque socio-jurídico de los proyectos. La totalidad en la primera y segunda áreas de conocimiento, y 75% en el área de Derecho público. En las áreas de enseñanza del Derecho y teoría de la ciencia también el enfoque sociojurídico constituye 100% de los proyectos, Enfoque de las Investigaciones Gráfico IV. Enfoque de las Investigaciones Gráfico V. Tipo de las Investigaciones Empírico 25% Socio-Jurídico 81% DogmáticoNormativo 19% 26 Teórico 75% Verba Iuris 29 • pp. 15-29 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 josé orler Tabla VI. Tabla de Contingencia: Proyectos por área de conocimiento según enfoque Sociología jurídica Economía política Proyectos por Área de Conocimiento Derecho público Derecho privado Enseñanza del derecho Teoría de la ciencia Total Enfoque Socio- DogmaticoJurídico Normativo 22 0 100% 0% 12 0 100% 0% 24 8 75% 25% 1 7 12.5% 87.5% 2 0 100% 0% 1 0 100.0% 0% 62 15 80.5% 19.5% Tabla VII. Contingencia: Proyectos por área de conocimiento según tipo Total 22 100% 12 100% 32 100% 8 100% 2 100% 1 100% 77 100% Sociología jurídica Economía política Proyectos Derecho por Área de público Conocimiento Derecho privado Enseñanza del derecho Teoría de la ciencia Total Tipo Empírico Teórico 13 9 59.1% 40.9% 0 12 0% 100% 3 29 9.4% 90.6% 1 7 12.5% 87.5% 2 0 100% 0% 0 1 0% 100% Total 22 100% 12 100% 32 100% 8 100% 2 100% 1 100% 19 58 77 24.7% 75.3% 100% aunque estos son poco numerosos (3 proyectos en total). área de teoría de la ciencia el único proyecto existente es de carácter teórico. En el área de Derecho privado la relación se invierte, primando el enfoque dogmáticonormativo con 87,5%. En el área de Derecho privado la relación se invierte, primando el enfoque dogmáticonormativo con 87,5%. En esta tabla puede observarse como solo en el área sociología jurídica prima un abordaje empírico de la cuestión. 4. Conclusiones (que no son tales) En el resto de las áreas existe un predominio de abordaje teórico. Si observamos los totales, vemos que más de 75% de los proyectos son de carácter teórico. En el caso del área economía política no existen abordajes empíricos en los proyectos acreditados. En las áreas Derecho público y Derecho privado existen abordajes empíricos aunque con algo más de 9% y de 12,5%, respectivamente. En el área de enseñanza del Derecho todos los proyectos son de carácter empírico y en el Partimos para el presente trabajo, adscribiendo a una comprensión de “lo jurídico” como formando parte de una totalidad social, dentro de la cual, y solo dentro de la cual, aparece como materia significante. El Derecho como una práctica social específica requiere tener presente en su consideración la historicidad del mismo, sus aspectos ideológicos, la cuestión relativa al poder, a la violencia, a su esencial papel constituyente y, especialmente en esta oportunidad, a sus condiciones de producción y reproducción, entre muchos otros aspectos. Verba Iuris 29 • pp. 15-29 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 27 aportes a la reflexión sobre la producción de conocimiento en el campo del derecho Entendemos necesario superar abordajes dogmáticos que identifican el Derecho con la norma, entendiéndolo en términos de sus propias categorías internas sin referencia al marco social en que se desenvuelve. La discusión por lo jurídico ha asumido caminos novedosos a partir de la irrupción de las corrientes de la “Sociología jurídica” o “Sociología del Derecho” o, en la tradición anglosajona, “Law and Society”, y en los más recientes “estudios socio jurídicos”. En cualquier caso, entendemos que trabajar sobre el Derecho no es trabajar sobre ciertas formas, sino sobre ciertos fines, y sobre su esencia discursiva; como discurso del poder que lo constituye y se legitima, y que significa bastante más que el conjunto de actos, lenguaje, formas e imaginario que parecen llenarlo. Por allí rumbeamos en nuestra respuesta a la antigua y no resuelta pregunta: “¿qué es el Derecho?” Asimismo, trabajamos con el presupuesto de que “... toda investigación es una construcción teórica...” tal como lo expresa Ruth Sautu (2003). Entendemos la búsqueda de conocimiento válido como un camino que no encarna nunca modelos ya armados e inflexibles, pero en el cual el eje articulación teórica - objetivos – metodología insta a la coherencia y rigurosidad. desarrollando las críticas a la concepción "estándar" de la ciencia- "lo científico" no ya solamente como forma peculiar de conocimiento, sino como forma peculiar de conocimiento que inevitablemente deviene conflictivo. Las explicitaciones ut supra enunciadas requieren necesariamente la siguiente: el Derecho como objeto de conocimiento y sus abordajes teóricos, epistémicos y metodológicos, es interpretable y puede ser concebido de distintos modos, pero no de cualquier manera. Esto es: la coherencia teórica y la rigurosidad metodológica resultan irremplazables. Sin dogmatismos ni manuales, entendemos lo metodológico como un modo de articulación riguroso, como un diseño abierto y plural que, sin embargo, deberá transitar internamente por los carriles de la relevancia, la pertinencia y esencialmente la validez (que de “validez” se trata y no de “verdad”). Dos preocupaciones metodológicas queremos destacar, a modo de cierre y propuesta de debate: Defendemos la idea de pluralidad epistémica y metodológica como superación del “pensamiento único”, y como propuesta medular para una concepción democrática del conocimiento. Por un lado, el encuentro entre la metodología de la investigación científica en ciencias sociales y el Derecho, que de ello tratan esencialmente estas líneas incompletas, requiere, a nuestro entender, superar una aplicación mecánica de aquellas a este. Es necesaria una adaptación y adecuación de los paradigmas metodológicos construidos a lo largo del desarrollo de las ciencias sociales, a las especificidades del Derecho. Lejos de clausurar debates, intentamos abrirlos, a partir de un ejercicio de pensamiento crítico que permita reconsiderar -al modo en que desde la década de 1960 se vienen Por otro lado, estamos pensando también, a modo de hipótesis prematura, que ello no agota las posibilidades de producción y validación de conocimiento científico, atento que 28 Verba Iuris 29 • pp. 15-29 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 josé orler las especificidades de lo jurídico ameritan el diseño de propuestas metodológicas propias, y ese quizá sea el más ambicioso desafío. (2008). La evaluación de la docencia universitaria en Argentina. Situación, problemas y perspectivas. Revista Iberoamericana de Evaluación Educativa, vol. 1, No. 3, pp. 96-123. Referencias Habermas, J. (1967). La lógica de las ciencias sociales. 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La universidad en el siglo XXI. Buenos Aires: Miño y Dávila. Verba Iuris 29 • pp. 15-29 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 29 néstor raúl caro espitia La carga de la prueba frente al principio de presunción de inocencia en el estado colombiano* The burden of proof against the principle of presumption of innocence in the colombian state Néstor Raúl Caro Espitia** Resumen En materia probatoria, el Derecho privado se diferencia del Derecho penal porque en el primero corresponde a las partes la carga de la prueba, mientras que en el segundo es al órgano de investigación al que le corresponde demostrar los hechos en que fundamenta su acusación, para desvirtuar la presunción de inocencia, “sin que en ningún caso se pueda invertir esa carga probatoria”. No obstante, la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia y la Corte Constitucional han venido aplicando la teoría de las cargas dinámicas probatorias, propia del Derecho privado, lo cual genera no solo la inversión de la carga de la prueba sino la crisis del principio de la presunción de inocencia. Palabras clave: Carga procesal, carga de la prueba, carga dinámica probatoria, presunción de inocencia. Abstract In Evidentiary matters, private law differs from criminal law, because in the former, it the burden of proof is up to the parties, while in the second one, is the investigative body whom corresponds to demonstrate the facts supporting his accusation, to rebut the presumption of innocence, “but in any case the burden of proof can’t be reversed”. However, the Criminal Chamber of the Supreme Court and the Fecha de recepción: 5 de abril de 2013 Fecha de aprobación: 31 de mayo de 2013 * Producción académica resultado del proyecto de investigación “Nueva Dinámica Probatoria de la Ley Procesal Penal”. Línea de investigación: Derechos humanos, Sub-línea de investigación: Estudios Internacionales de la Universidad Libre. Período de ejecución del proyecto: 2013-2015. ** Abogado, doctorando en Derecho, Universidad Libre. Profesor de Derecho Probatorio, de la Universidad Cooperativa de Colombia, seccional Ibagué. Coordinador de la Especialización de Derecho Procesal Penal de la misma Universidad; magíster en Derecho Penal y Criminología; especialista en Derecho Probatorio, Derecho Penal y Ciencias Forenses y Derecho Procesal Penal. [email protected] Verba Iuris 29 • pp. 31-42 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 31 la carga de la prueba frente al principio de presunción de inocencia en el estado colombiano Constitutional Court, have been applying the theory of dynamic evidence loads, belonging to private law, generating not only reversal of the burden of proof, but the crisis of the principle of innocence. Key words: procedural burden, burden of proof, dynamic burden of proof, presumption of innocence. Introducción ¿La aplicación de las cargas dinámicas probatorias en materia penal vulnera el principio de la presunción de inocencia? Este problema surge de la doctrina impuesta por las altas cortes (Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia y la Corte Constitucional) colombianas en torno a la aplicación de la figura las cargas dinámicas probatorias en materia penal, en contravía de la legislación penal y los compromisos de orden internacional, en torno a la presunción de inocencia. Para desarrollar el problema se tomarán los conceptos doctrinarios de carga procesal, carga de la prueba y la consagración legal de los mismos, para luego enfrentarlos al concepto de la presunción de inocencia y la doctrina de las altas cortes en torno a su aplicación para llegar, a través de la inducción y deducción, a la conclusión: la crisis del principio de la presunción de inocencia. Mediante la observación se evidenciará el alejamiento de los postulados normativos y doctrinarios en materia de carga de la prueba a nivel penal por parte de las altas Cortes; razón por la cual esa realidad se sometió al análisis doctrinario, legislativo y jurisprudencial, para sustraer las razones de fondo frente al concepto de la presunción de inocencia; hecho lo anterior, se confirmó el problema planteado; esto es, que la aplicación de las cargas dinámicas probatorias en material 32 penal generan la crisis de la noción del principio de presunción de inocencia. Lo anterior significa que debemos replantear las estructuras clásicas del concepto, de cara a la protección de los derechos fundamentales y las garantías básicas del procesado, frente a la carga de la prueba y la presunción de inocencia. 1. Carga procesal El diccionario de la Real Academia Española enseña que carga, en sentido jurídico, “… es la necesidad de realizar determinados actos para evitar que se produzcan perjuicios para la parte. Es la que incumbe a una parte en un proceso para poder dar por probados los hechos que alega….” (RAE, recuperado el 20 de marzo de 2013, de: http://lema.rae.es/ drae/?val=carga) Según Micheli (1982), el fenómeno de la carga procesal consiste en que “la Ley, en determinados casos, atribuye al sujeto el poder de dar vida a la condición (necesaria y suficiente) para la obtención de un efecto jurídico, considerado favorable para dicho sujeto” (Micheli, 1982, p. 85). Por su parte, la Corte Constitucional (2001) ha definido las cargas procesales como aquellas situaciones instituidas por la ley que comportan o demandan una conducta de realización facultativa, normalmente establecida en interés del propio sujeto y cuya omisión trae aparejadas para él consecuencias desfavorables, como la Verba Iuris 29 • pp. 31-42 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 néstor raúl caro espitia preclusión de una oportunidad o un derecho procesal e inclusive hasta la pérdida del derecho sustancial debatido en el proceso. Y se caracterizan porque el sujeto a quien se las impone la ley conserva la facultad de cumplirlas o no, sin que el Juez o persona alguna pueda compelerlo coercitivamente a ello, todo lo contrario de lo que sucede con las obligaciones; de no (sic), tal omisión le puede acarrear consecuencias desfavorables. Así, por ejemplo probar los supuestos de hecho para no recibir una sentencia adversa. (Corte Constitucional, 2001, Sentencia C-203). En ese sentido, afirma la corporación1 que las cargas procesales son un imperativo que emana de las normas procesales de Derecho público y con ocasión del proceso, solo para las partes y algunos terceros. Son del propio interés de quien las soporta, razón por la cual “no existe una sanción coactiva que conmine al individuo a cumplir, sino que se producirá, para el sujeto, como consecuencia de su incumplimiento, una desventaja para el mismo (y no para el otro sujeto)” (Véscovi, 1984, p. 245). En otras palabras: (…) el sujeto procesal que soporta la carga, está en el campo de la libertad para cumplir o no con ella, de modo que si no lo hace no está constreñido para que se allane a cumplirla, por lo cual el no asumirla no dará lugar propiamente a una sanción sino a las consecuencias jurídicas propias de su inactividad, que pueden repercutir también desfavorablemente sobre los derechos sustanciales que en el proceso se ventilan (Véscovi, 1984, p. 245). Este primer acercamiento nos sugiere dos aspectos: el primero, relativo a la necesidad de realizar actos concretos para evitar perjuicios; el segundo, a la incumbencia de la parte para demostrar los hechos que le interesan, pues de no realizar los actos tendientes a demostrar los hechos que le incumbe, se expone a consecuencias jurídicas desfavorables. 1 Hace referencia a la Corte Constitucional. Entonces, ¿qué es la carga de la prueba y cómo está regulada legalmente? Para absolver estos interrogantes, veamos el concepto de algunos tratadistas reconocidos en el Derecho procesal. 2. Carga de la prueba Según el maestro Parra Quijano (2007), la carga de la prueba es una noción procesal que consiste en una regla de juicio, que le invita a las partes la autoresponsabilidad que tienen para que los hechos que sirven de sustento a las normas jurídicas cuya aplicación reclaman aparezcan demostrados y que, además, le indica al juez cómo debe fallar cuando no aparezcan probados tales hechos. (Parra Quijano, 2007, p. 249). Por su parte, Rocha Alvira (1990) indica que con esta expresión Se quiere indicar la actividad correspondiente a cada una de las partes en la tarea de hacer conocidos del juez los hechos en que basan sus afirmaciones de la demanda o de la defensa (1757 del Código Civil). Es el onus probandi de la terminología forense, pero la actividad se extiende también a las negaciones que forman parte del diálogo procesal. (Rocha Alvira, 1990, p. 61). Para Echandía (2002), la carga de la prueba Es una noción procesal que contiene la regla de juicio, por medio de la cual se le indica al juez cómo debe fallar cuando no encuentre en el proceso pruebas que le den certeza sobre los hechos que deben fundamentar su decisión, e indirectamente establece a cuál de las partes le interesa la prueba de tales hechos, para evitarse las consecuencias desfavorables. (Echandía, 2002, p. 405). E. Couture refiere que “es una situación jurídica de realización facultativa, normalmente establecida en interés del propio sujeto y cuya omisión trae aparejada una consecuencia gravosa para él”. (Couture, 1978, p. 240). Verba Iuris 29 • pp. 31-42 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 33 la carga de la prueba frente al principio de presunción de inocencia en el estado colombiano Quevedo Mendoza (2000),2 citando a Ponce, a Buzaid y a Falcon, sostiene que La carga de la prueba se entiende como el imperativo que pesa sobre las partes de justificar los hechos materia del litigio a los efectos de obtener un pronunciamiento favorable [o como] la necesidad de probar para vencer [o en su defecto] la imposición de ser diligente a fin de evitar daños y perjuicios, [o como], el imperativo o el peso que tienen las partes de recolectar las fuentes de prueba y activarlas adecuadamente para que demuestren los hechos que les corresponda probar a través de los medios probatorios, [que] sirve al juez en los procesos dispositivos como elemento que forma su convicción ante la prueba insuficiente, incierta o falsa. [En este sentido, afirma que la carga de la prueba] guarda íntima conexión con el principio dispositivo, [de suerte que] no se presenta en el proceso penal, tradicionalmente amparado en el principio inquisitivo. (Quevedo Mendoza, s/f, recuperado en marzo 15 de 2013, de: http://egacal.e-ducativa.com/ upload/AAV_EfrainQuevedo.pdf) De los anteriores conceptos podemos inferir que la carga de la prueba es una regla de conducta y una regla de juicio; la primera, porque le indica a las partes lo que les interesa demostrar; la segunda, porque le indica al juez cómo debe fallar. No obstante, nos preguntamos si esa regla de conducta es facultativa o imperativa para los sujetos procesales. Revisemos el contexto legal. 2.1 Consagración legal • La Corte Interamericana de Derechos Humanos señala que un Estado parte podrá someter un caso a la Corte (artículo 61 de 2 http://egacal.e-ducativa.com/upload/AAV_EfrainQuevedo.pdf 34 la Convención),3 a través de un escrito motivado que deberá contener, entre otros aspectos, las pruebas que ofrece, con indicación de los hechos y argumentos sobre las cuales versan, el demandado por su parte, expondrá por escrito su posición sobre el caso junto con los argumentos y las pruebas que pretenda hacer valer. Las pruebas rendidas ante la Comisión serán incorporadas al expediente, siempre que hayan sido recibidas en procedimientos contradictorios. (Convención Interamericana de Derechos Humanos, 1969, recuperado el 2 de marzo de 2013, de: (http://ciruelo.uninorte.edu. co/pdf/derecho/16-) • El Estatuto de Roma4 prevé la presunción de inocencia y dentro de los derechos del implicado (artículos 665 y 676), entre otros, La Convención Americana sobre Derechos Humanos fue suscrita en San José de Costa Rica el 22 de noviembre de 1969, y aprobada por el Congreso de la República mediante la Ley 16 de 1972, y entró en vigor el 18 de julio de 1978. 4 El 17 de julio de 1998 marcó un hito en la lucha contra la impunidad de los crímenes atroces, cuando 120 Estados, incluido Colombia, suscribieron el Estatuto de Roma, por medio del cual se creó la Corte Penal Internacional, que entró en funcionamiento el primero de julio de 2002, cuando 60 Estados ratificaron el Estatuto ante la Secretaría General de las Naciones Unidas. (http:// web.presidencia.gov.co/sp/2009/octubre/30/ corte_penal.pdf ) 5 (Presunción de inocencia) 1. “Se presumirá que toda persona es inocente mientras no se pruebe su culpabilidad ante la Corte de conformidad con el derecho aplicable. 2. Incumbirá al Fiscal probar la culpabilidad del acusado. 3. Para dictar sentencia condenatoria, la Corte deberá estar convencida de la culpabilidad del acusado más allá de toda duda razonable”. 6 Derechos del acusado. “1. En la determinación de cualquier cargo, el acusado tendrá derecho a ser oído públicamente, habida cuenta de las disposiciones 3 Verba Iuris 29 • pp. 31-42 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 néstor raúl caro espitia que no se invertirá la carga de la prueba, ni le será impuesta la carga de presentar contrapruebas. Derecho procesal penal • La Ley 600 de 2000 consagró7 que la carga de la prueba de la conducta punible y de la responsabilidad del procesado corresponde a la Fiscalía, concediéndole al juez la posibilidad de decretar pruebas de oficio.8 • El Acto legislativo 03 de 2002, entre otros aspectos, modificó el artículo 250 de la Constitución Política de Colombia en lo que tiene que ver con las funciones de la Fiscalía General de la Nación, el cual sentó las bases para la expedición de la Ley 906 de 2004 (Artículo 7º), la cual reiteró la carga de la prueba en cabeza de la Fiscalía, y añadió que “en ningún caso se podía del presente Estatuto, y a una audiencia justa e imparcial, así como a las siguientes garantías mínimas en pie de plena igualdad: (….) i) A que no se invierta la carga de la prueba ni le sea impuesta la carga de presentar contrapruebas. 2. Además de cualquier otra divulgación de información estipulada en el presente Estatuto, el Fiscal divulgará a la defensa, tan pronto como sea posible, las pruebas que obren en su poder o estén bajo su control y que, a su juicio, indiquen o tiendan a indicar la inocencia del acusado, o a atenuar su culpabilidad, o que puedan afectar a la credibilidad de las pruebas de cargo. En caso de duda acerca de la aplicación de este párrafo, la Corte decidirá”. 7 La Convención Americana sobre Derechos Humanos fue suscrita en San José de Costa Rica el 22 de noviembre de 1969, y aprobada por el Congreso de la República mediante la Ley 16 de 1972, y entró en vigor el 18 de julio de 1978. 8 Esta normatividad aún mantiene su vigencia hasta la finalización de los procesos iniciados bajo esa ritualidad. invertir esa carga,9 sustrayéndole al juez la posibilidad de decretar pruebas de oficio.10 • En materia procesal penal militar la Ley 522 de 1999 guardó silencio sobre el tema, pero la Ley 1407 de 2010 consagró en el artículo 178 que “… corresponderá al órgano de persecución penal militar la carga de la prueba acerca de la responsabilidad penal….” Y que “en ningún caso podrá invertirse esta carga probatoria”. Derecho procesal civil • El Decreto 1400 de 1970 señaló en el artículo 177 que “incumbe a las partes probar el supuesto derecho de las normas que consagran el efecto jurídico que persiguen…” • Por su parte, el Código General del Proceso,11 contenido en la Ley 1564 de 2012 reiteró lo anterior, e introdujo la posibilidad al juez para distribuir la carga de la prueba, de oficio o a petición de parte, durante su práctica, o en cualquier momento del proceso antes de fallar, exigiendo probar determinado hecho a la parte que se encuentre en una situación más desfavorable para aportar las eviden Lo cual fue confirmado por el artículo 125 ídem, donde dentro de las atribuciones especiales de la defensa está la de (8) “No ser obligado a presentar prueba de descargo o contra prueba, ni a intervenir activamente durante el juicio oral”. 10 Art. 361, Ley 906 de 2004, declarado EXEQUIBLE por la Corte Constitucional mediante Sentencia C-396-07 de 23 de mayo de 2007, magistrado ponente Dr. Marco Gerardo Monroy Cabra. 11 Que entrará a regir de manera definitiva el 1 enero de 2014, y en un plazo máximo de tres años, al final del cual entrará en vigencia en todos los distritos judiciales del país (art. 627). 9 Verba Iuris 29 • pp. 31-42 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 35 la carga de la prueba frente al principio de presunción de inocencia en el estado colombiano cias o esclarecer los hechos controvertidos, precisó los eventos en que la parte se considera en mejor posición para probar un hecho,12 y señaló que cuando el juez adopte esa decisión, será susceptible de recurso, y de las reglas de la contradicción (Artículo 167). Derecho privado • En materia de responsabilidad contractual el Código Civil colombiano en el artículo 1604 refiere que “… La prueba de la diligencia o cuidado incumbe al que ha debido emplearlo; la prueba del caso fortuito al que lo alega….”; y en materia de obligaciones, artículo 1757, “Incumbe probar las obligaciones o su extinción al que alega aquéllas o ésta”. Definida la carga de la prueba y efectuada la reseña legal, podemos inferir que no existe igualdad de cargas procesales probatorias en civil y en penal, incluido el militar. Lo anterior, porque mientras en el Derecho privado es a las partes a quienes les incumbe probar el supuesto derecho de las normas que consagran el efecto jurídico que persiguen, unido a la incorporación reciente de la doctrina de las “cargas dinámicas probatorias”, para regular la desigualdad de las partes, cuando no se encuentren en situación de favorabilidad para aportar las evidencias, o esclarecer los hechos controvertidos; en el En virtud de su cercanía con el material probatorio, por tener en su poder el objeto de prueba, por circunstancias técnicas especiales, por haber intervenido directamente en los hechos que dieron lugar al litigio, o por estado de indefensión o de incapacidad en la cual se encuentre la contraparte, en otras circunstancias similares. 12 36 Derecho penal, con el advenimiento de la Ley 906 de 2004 y la Ley 1407 de 2010, la carga de la prueba se convierte en un imperativo tanto para la Fiscalía como para el órgano de persecución penal militar, sin que en ningún caso se pueda invertir esa carga, tal como lo establece el Estatuto de Roma. Lo anterior se explica de la siguiente manera: mientras que en el Derecho privado se discuten intereses particulares, en el Derecho penal la sociedad es la afectada, sin perder de vista que en virtud del principio de integración al Derecho procesal civil, se remiten los ordenamientos procesales penales cuando no exista norma expresa, siempre que no se opongan a la naturaleza del penal (Art. 23, Ley 600 de 2000; Art. 25, Ley 906 de 2000). Así las cosas, el tema de las “cargas procesales”, y concretamente el de “la carga de la prueba”, en materia penal se relaciona de manera directa con el principio de la “presunción de inocencia” (Art. 7º de la Ley 906-2004), el cual es desarrollado por la carga de la prueba en cabeza del órgano de persecución, sin que en ningún caso se pueda invertir esa carga. 3. La presunción de inocencia El antecedente primario lo encontramos con Beccaria, quien reaccionó contra los abusos de la época y demandó que “un hombre no puede ser llamado reo antes de la sentencia del juez, ni la sociedad puede quitarle la pública protección sino cuando esté decidido que ha violado los pactos bajo los que le fue concedida” (Beccaria, 1974, p. 119). Consecuente con lo anterior, la presunción de inocencia es una garantía consagrada en la Declaración Universal de los Derechos Verba Iuris 29 • pp. 31-42 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 néstor raúl caro espitia Humanos de 178913 y en la Convención Americana sobre Derechos Humanos,14 entre otros instrumentos, según la cual, “Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en un juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias a su defensa”. inocencia y el in dubio pro reo como norma rectora, pero como se anticipó, esta última norma añadió que “en ningún caso se puede invertir esa carga probatoria”, lo cual es de trascendencia para nuestro objeto de estudio porque se constituye en un imperativo, prescripción normativa que fue reiterada por el Estatuto de la Corte Penal Internacional. A nivel nacional la encontramos consagrada como derecho fundamental en nuestra Carta Política al señalar que 3.1La crisis del principio de presunción de inocencia (…) Toda persona se presume inocente mientras no se la haya declarado judicialmente culpable. Quien sea sindicado tiene derecho a la defensa y a la asistencia de un abogado escogido por él, o de oficio, durante la investigación y el juzgamiento; a un debido proceso público sin dilaciones injustificadas; a presentar pruebas y a controvertir las que se alleguen en su contra; a impugnar la sentencia condenatoria, y a no ser juzgado dos veces por el mismo hecho… (Constitución Política, artículo 29). A nivel legal, lo encontramos en el Art. 7º de la Ley 600 de 200015 y en el 7º de la Ley 906 de 200416 que consagran la presunción de Artículo 11, Garantías judiciales [...] Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su culpabilidad [...] 14 Artículo 8, “El derecho a la presunción de inocencia debe estar presente en todas las fases del proceso penal y en todas las instancias del mismo”. 15 Artículo 7o. Presunción de inocencia. Toda persona se presume inocente y debe ser tratada como tal mientras no se produzca una sentencia condenatoria definitiva sobre su responsabilidad penal. En las actuaciones penales toda duda debe resolverse en favor del procesado. Únicamente las condenas proferidas en sentencias judiciales en firme tienen la calidad de antecedentes penales y contravencionales. 16 Artículo 7o. Presunción de inocencia e in dubio pro reo. Toda persona se presume inocente y debe ser tratada como tal, mientras no quede en firme 13 Al revisar el artículo 7º de la Ley 906 de 2004 encontramos que a pesar de estar consagrada de manera expresa la presunción de inocencia y la prohibición de invertir la carga de la prueba en contra del acusado, y complementar los principios y garantías procesales del título preliminar del sistema penal acusatorio, la práctica judicial enseña otra cosa, esto es, que no se está aplicando de manera expresa esa disposición, sino que por el contrario, se ha convertido en doctrina reiterada de las altas Cortes, la aplicación de las cargas dinámicas probatorias en Derecho materia procesal penal, lo cual viene aplicándose desde el ordenamiento procesal de la Ley 600 de 2000 (sistema acusatorio de corte inquisitivo), y se mantiene hoy día con la Ley 906 de 2004, so pretexto de ser necesario para el funcionamiento del actual sistema penal acusatorio. decisión judicial definitiva sobre su responsabilidad penal. En consecuencia, corresponderá al órgano de persecución penal la carga de la prueba acerca de la responsabilidad penal. La duda que se presente se resolverá a favor del procesado. En ningún caso podrá invertirse esta carga probatoria. Para proferir sentencia condenatoria deberá existir convencimiento de la responsabilidad penal del acusado, más allá de toda duda. Verba Iuris 29 • pp. 31-42 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 37 la carga de la prueba frente al principio de presunción de inocencia en el estado colombiano En este sentido, ese principio rector, fuente de inspiración filosófica y fundamento de interpretación normativa, razón de ser de la democracia y del Estado Social de Derecho, fruto de la evolución de la humanidad, en contra de la barbarie que enluta la historia, se encuentra en crisis, y constituye lo que en nuestro sentir es la antítesis de la fórmula, pero en versión moderna.17 Lo anterior lleva, en el actual sistema procesal penal, a la formulación de las siguientes premisas: “toda persona se presume responsable y será tratada como tal mientras quede en firme la decisión judicial definitiva sobre su responsabilidad penal”; “la carga de la prueba acerca de la ausencia de responsabilidad penal le corresponde al enjuiciado”; por ende, “no toda duda se resolverá a su favor”. 3.1.1 Desarrollo de las premisas 3.1.1.1 Toda persona se presume responsable y será tratada como tal, mientras quede en firme la decisión judicial definitiva sobre su responsabilidad penal Cuando se abre una investigación, así sea en preliminares, de manera inmediata surgen las inquietudes sobre las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que el o los presuntos responsables pudieron cometer el hecho. Se advierte que desde ese primer momento de la indagación y/o investigación, se puede contar con un indiciado o sospechoso conocido. En el primer evento, todas las hipótesis que se construyan para determinar su responsabilidad irán orientadas hacia la evaluación, para confirmarlas o no, excluirlas o Porque sustituimos la tortura f ísica por la tortura psicológica, frente al denominado eficientismo del Derecho procesal penal. 17 38 rechazarlas, y ponderarlas de mayor a menor, o viceversa, en la escala del conocimiento; por ende, se presumirá su responsabilidad mientras no exista prueba que demuestre lo contrario. En el evento de no contar en ese momento con un indiciado o sospechoso conocido, la situación empeora porque todas las personas se presumirán responsables, y el ejercicio descrito en el párrafo anterior se hará, pero frente a todas las personas mientras se realiza el proceso de depuración. Como consecuencia de lo anterior, el trato de la persona será también discriminador, diferenciador, segregacionista, en el proceso de valuación de la hipótesis, tratamiento que se mantiene desde y hasta que termine el proceso, mediante decisión judicial en firme, lo cual ya viene siendo avalado de tiempo atrás por la Corte Constitucional.18 3.1.1.2 La carga de la prueba acerca de la ausencia de responsabilidad penal le corresponde al enjuiciado Es consecuencia del anterior y surge del conocimiento directo o indirecto de la indagación, porque tan pronto como el indiciado es enterado del hecho, es a él a quien le “incumbe… probar el supuesto derecho de En la Sentencia C-774-0116 de 25 de julio de 2001, magistrado ponente Dr. Rodrigo Escobar Gil, el numeral cuarto del Fallo dice: “ESTARSE A LO RESUELTO en las sentencias C-15017 de 1993, C-32718 de 1997 y C-42519 de 1997, en relación con la coexistencia de la detención preventiva con la presunción de inocencia y el derecho a la libertad personal, e igualmente en lo referente a la procedencia específica de las causales 1, 2, 3 y 7 del artículo 39720 del Decreto 2700 de 1991 o Código de Procedimiento Penal, cuando se pronunció sobre la exequibilidad del art. 7º de la Ley 600 de 2000. 18 Verba Iuris 29 • pp. 31-42 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 néstor raúl caro espitia las normas que consagran el efecto jurídico que persiguen…”, porque de no demostrar los hechos que alega mediante la realización de actos concretos, se expone a consecuencias jurídicas desfavorables. Nos preguntamos entonces si el concepto de carga de la prueba, del Derecho privado, se aplica en el penal. Y la respuesta que surge va en doble vía: RESPUESTA NEGATIVA: si nos remitimos al contexto normativo, se advierte que las reglas de la carga de la prueba en el Derecho privado son diferentes a las del Derecho penal, porque en el primero, a las partes les corresponde probar los supuestos, mientras que en el segundo, por expresa disposición, es al órgano de persecución a quien le compete demostrar, sin que se pueda invertir esa carga. RESPUESTA AFIRMATIVA: en el evento contrario, encontramos una tensión entre el Derecho privado y el Derecho penal, áreas que como vimos están tradicionalmente delimitadas por los intereses que persiguen, pero que al parecer, en este punto se encuentran. Consecuente con lo anterior, para evitar que se produzcan perjuicios a la parte investigada, en el seno del proceso, debe probar el supuesto de derecho de las normas que consagran el efecto jurídico que persigue. En este sentido, la carga de la prueba acerca de la ausencia de responsabilidad penal le corresponde al enjuiciado. 3.1.1.3 No toda duda se resolverá a su favor El profesor Pulecio Boek19 en su obra Teoría de la carga dinámica de la prueba en materia penal analizó un promedio de 50 Análisis jurisprudencial. Pontificia Universidad Javeriana, 2012. 19 jurisprudencias de la Corte Constitucional y la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia,20 luego de lo cual concluyó que desde antes del Acto Legislativo 03 de 2002, y hasta nuestros días, las altas Cortes han venido aplicando la mencionada teoría para determinados delitos (enriquecimiento ilícito, lavado de activos y omisión de agente retenedor), ante la ineficiencia de los organismos de investigación del Estado.21 En otras palabras, frente a los ilícitos mencionados, si el encartado no desvirtúa de manera activa la procedencia del incremento patrimonial, se invierte la presunción de inocencia y, por ende, se asume su responsabilidad, y la duda se resuelve en su contra. La Sala Penal de la Corte ha sostenido que: No cabe duda que en un sistema democrático de derecho como el que nos rige, la carga de la prueba, en tratándose del proceso penal, corresponde al Estado, representado por la Fiscalía General de la Nación [pero], ello no significa, empero, que toda la actividad probatoria deba ser adelantada Desde el año 1993 al año 2011. Pulecio Boek analiza las siguientes sentencias de la Corte Suprema de Justicia de Colombia – Sala de Casación Penal: sentencias 5007 del 21 de noviembre de 1990; auto 10467 del 14 de junio de 1996; sentencia 14536 del 2 de abril de 2001; sentencia 21044 del 19 de enero de 2005; sentencia del 21023 del 19 de enero de 2006; sentencia del 22179 del 9 de marzo de 2006; sentencia 21161 del 23 de marzo de 2006; sentencia 224468 del 30 de marzo de 2006; sentencia 26827 del 11 de junio de 2007; sentencia 23906 del 29 de agosto de 2007; sentencia 23174 del 28 de noviembre de 2007; sentencia 23754 del 9 de abril de 2008; sentencia 28813 del 4 de diciembre de 2008; sentencia 31103 del 27 de marzo de 2009; sentencia 31147 del 6 de octubre de 2010; sentencia 33022 del 20 de octubre de 2010; sentencia 34145 del 13 de abril de 2011; sentencia 33660 del 25 mayo de 2011; sentencia 35978 del 17 de agosto de 2011; sentencia 36357 del 26 de octubre de 2011. 20 21 Verba Iuris 29 • pp. 31-42 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 39 la carga de la prueba frente al principio de presunción de inocencia en el estado colombiano por la Fiscalía […] A este efecto, la Corte estima necesario acudir al concepto de “carga dinámica de la prueba” que tiene relación con la exigencia que procesalmente cabe hacer a la parte que posee la prueba, para que la presente y pueda así cubrir los efectos que busca. Porque, si [….] el principio de presunción de inocencia demanda del Estado demostrar los elementos suficientes para sustentar la solicitud de condena, no puede pasarse por alto que en los eventos en los cuales la Fiscalía cumple con la carga probatoria necesaria, allegando pruebas suficientes para determinar la existencia del delito y la participación que en el mismo tiene el acusado, si lo buscado es controvertir la validez o capacidad suasoria de esos elementos, es a la contraparte, dígase defensa o procesado, a quien corresponde entregar los elementos de juicio suficientes para soportar su pretensión. (Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Proceso 31103, magistrado ponente, Dr. Sigifredo Espinosa Pérez, Aprobado Acta No. 94. Bogotá, D.C., 27 de marzo de 2009). En este sentido, si el encartado no despliega una actividad probatoria eficaz en orden a contrarrestar el ataque del órgano investigador, no toda duda se resolverá a su favor, y sufrirá las consecuencias de su conducta. Conclusiones • Del análisis efectuado, se concluye que la carga procesal se refiere a “la necesidad de realizar determinados actos para evitar que se produzcan perjuicios para la parte”, concepto aceptado por la doctrina y la jurisprudencia; por ende, la carga de la prueba, como una de las tantas cargas, hace relación a la incumbencia de la parte para probar los hechos que alega, constituyéndose en una regla de conducta para las partes y una regla de juicio para el juez en el momento de decidir. • No existe igualdad de cargas procesales probatorias en civil y en penal, incluido el 40 militar, porque mientras que en el Derecho privado se discuten intereses particulares, en el Derecho penal la sociedad es la afectada. • El tema las “cargas procesales”, y concretamente, el de “la carga de la prueba” en materia penal se relaciona de manera directa con el principio de la “presunción de inocencia” (Art. 7º de la Ley 906-2004), el cual es desarrollado por el órgano de persecución, sin que en ningún caso se pueda invertir esa carga. • Pese a que el concepto de carga de la prueba en materia penal fue elevado a la categoría de principio, la tendencia moderna del Derecho privado se orienta hacia la dinamización de la misma, dándole al juez la facultad para distribuir la carga hacia la parte que esté en una situación más desfavorable para aportar las evidencias o esclarecer los hechos controvertidos. • El Derecho penal no se escapa, pues si bien es cierto que de manera teórica está consagrada la carga de la prueba en cabeza de la Fiscalía, no en pocos casos encontramos que el encartado es quien tiene que demostrar la ajenidad de su conducta en los hechos endilgados, desde antes de la existencia de la ley 906 de 2004, para evitar consecuencias jurídicas desfavorables, lo cual genera la crisis del principio de presunción de inocencia y, por tanto, cobra fuerza la antítesis del enunciado. Referencias Doctrina Beccaria, C. (1974). De los Delitos y de las Penas. 2ª. ed. Europa-América, Buenos Aires: Ediciones Jurídicas. Verba Iuris 29 • pp. 31-42 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 néstor raúl caro espitia Boek, P. D. (2012). La teoría de la carga dinámica de la prueba en materia penal. Análisis jurisprudencial. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana. Buzaid, A. (1989). La carga de la prueba. trad. Luis Loreto. Caracas: Corsi & Govea Editores CA. Couture, E. (1978). Fundamentos del Derecho Procesal Civil. 3a. ed. Buenos Aires: Editorial Depalma. Devis Echandía, H. (2002). Teoría general de la prueba judicial. Bogotá: Editorial Temis. Devis Echandía, H. (1966). Nociones generales del derecho procesal civil. Madrid: Ediciones Juan Bravo Aguilar. Falcon, E. M. (2003). Tratado de la prueba. T1. Buenos Aires: Ediciones Astrea. Micheli, G. A. (1982). La carga de la prueba. Buenos Aires: Mundo Editores. Parra, Q. J. (2007). Manual de Derecho Probatorio. 16ª. ed. Bogotá: Librería Ediciones del Profesional Limitada. Ponce, C. R. (2000). Reflexiones sobre el moderno concepto de la carga probatoria. Revista de Derecho Procesal y Práctica Forense, 1, pp. 19-33. Rocha, A. (1990). De la prueba en Derecho. Clásicos jurídicos colombianos. Medellín: Biblioteca Jurídica DIKE. Véscovi, E. (1984). Teoría general del proceso. Bogotá: Editorial Temis. Jurisprudencia Corte constitucional Sentencias de constitucionalidad: C-150 de 1993; C-327 de 1997; C-425 de 1997; C-2032001; C-774-01. Corte suprema de justicia SALA DE CASACIÓN CIVIL: M.P. Horacio Montoya Gil, auto del 17 de septiembre de 1985, que resolvió una reposición. Gaceta Judicial, Tomo CLXXX – No. 2419, 1985, p. 427. SALA DE CASACIÓN PENAL: Sentencias 5007 del 21 de noviembre de 1990; auto 10467 del 14 de junio de 1996; sentencia 14536 del 2 de abril de 2001; sentencia 21044 del 19 de enero de 2005; sentencia 21023 del 19 de enero de 2006; sentencia 22179 del 9 de marzo de 2006; sentencia 21161 del 23 de marzo de 2006; sentencia 224468 del 30 de marzo de 2006; sentencia 26827 del 11 de junio de 2007; sentencia 23906 del 29 de agosto de 2007; sentencia 23174 del 28 de noviembre de 2007; sentencia 23754 del 9 de abril de 2008; sentencia 28813 del 4 de diciembre 2008; sentencia 31103 del 27 de marzo de 2009; sentencia 31147 del 34549 del 6 de octubre de 2010; sentencia 33022 del 20 de octubre de 2010; sentencia 34145 del 13 de abril de 2011; sentencia 33660 del 25 mayo de 2011; sentencia 35978 del 17 de agosto de 2011; sentencia 36357 del 26 de octubre de 2011. Instrumentos internacionales Convención Americana sobre Derechos Humanos Declaración Universal de los Derechos Humanos Legislación Estatuto Corte Penal Internacional Estatuto Corte Interamericana de Derechos Humanos Verba Iuris 29 • pp. 31-42 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 41 la carga de la prueba frente al principio de presunción de inocencia en el estado colombiano Constitución Política de Colombia Decreto 1400 de 1970 Ley 16 de 1972 Decreto 2700 de 1991 Ley 522 de 1999 Ley 600 de 2000 Acto Legislativo 03 de 2002 Ley 906 de 2004 Ley 1407 de 2010 Ley 1564 de 2012 Código Civil Webgrafía http://lema.rae.es/drae/?val=carga Academia Española). (Real http://egacal.e-ducativa.com/upload/AAV_ EfrainQuevedo.pdf http://www.oas.org/dil/esp/tratados_B-32_ Convencion_Americana_sobre_Derechos_ Humanos.htm http://www.derechos.net/doc/tpi.html http://ciruelo.uninorte.edu.co/pdf/derecho/16-1/2_El_estado_colombiano_frente_ al_sistema_interamericano.pdf http://web.presidencia.gov.co/sp/2009/octubre/30/corte_penal.pdf http://lema.rae.es/drae/?val=carga (Real Academia Española) 42 Verba Iuris 29 • pp. 31-42 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 mónica patricia fortich navarro El discurso neoliberal y sus relaciones con el campo jurídico* Mónica Patricia Fortich Navarro** Resumen El presente artículo de investigación propone una lectura sobre las relaciones entre el campo del derecho y el campo de la economía a partir de los mecanismos de producción y reproducción del discurso neoliberal en los ordenamientos jurídicos de algunos países de América Latina. Se pretende una aproximación a la definición de los mecanismos y estrategias discursivas dentro del campo jurídico a partir de la definición que ofrece Pierre Bourdieu. Palabras clave: Discurso neoliberal, campo jurídico, campo económico, teoría de los campos, globalización. Abstract This research article proposes a reading on the relationships between the field of law and economics from the mechanisms of production and reproduction of the neoliberal discourse in the legal systems of some countries of Latin America. It is intended to an approximation to the definition of the mechanisms and discursive strategies that within the legal field from the definition that offers Pierre Bourdieu. Key words: Neoliberal discourse, legal field, economic field, the theory of fields, globalization. Fecha de Recepción: 19 de septiembre de 2012 Fecha de Aprobación: 30 de mayo 2013 * Artículo de investigación terminada, denominada “El campo jurídico en América Latina y su autonomía 19902000. Una lectura del discurso neoliberal en la perspectiva de Pierre Bourdieu”. Centro de Investigaciones Socio Jurídicas, Grupo de investigación: Derecho, Sociedad y estudios internacionales. Directora de investigación, Mónica Fortich Navarro; coinvestigador, Álvaro Moreno; auxiliares de investigación, Jair Robayo, Andrés Agudelo y Carolina Barrera. Universidad Libre, Bogotá, 2013. ** Abogada. Especialista en didáctica del lenguaje y la literatura, Universidad de Cartagena, Facultad de Ciencias Humanas. Magistra en literatura hispanoamericana. Seminario Andrés Bello, Instituto Caro y Cuervo. Doctora en sociología jurídica e instituciones políticas, Universidad Externado de Colombia. Docente - investigadora de la Facultad de Derecho, Universidad Libre, Bogotá, Centro de Investigaciones Socio Jurídicas. Grupo de investigación: Derecho, Sociedad y Estudios internacionales. [email protected] [email protected] Verba Iuris 29 • pp. 43-61 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 43 el discurso neoliberal y sus relaciones con el campo jurídico Introducción Tomando en cuenta los conceptos desarrollados sobre el campo jurídico y el habitus, concebidos desde la visión crítica de Pierre Bourdieu, se hace necesario abordar, como marco de esta investigación, el concepto de campo jurídico como un sistema de posiciones sociales que se han nutrido con las estrategias de producción y reproducción de un discurso basado en la creación de un nuevo modelo de mercado. Dentro de esta investigación las nociones sobre creación y circulación de discursos propuestas por Pierre Bourdieu en su obra La Reproducción (Bourdieu, 1987) apoyan la tesis sobre las formas de dominación de un relato discursivo en el interior de los campos, siendo los agentes de dichos campos quienes manejan los capitales simbólicos –contenidos en esos discursos–. Dicho de otra manera, en cada campo se producen y reproducen discursos para legitimar sus prácticas y, dependiendo de las fuerzas y las intencionalidades de los agentes, se imponen las reglas de juego dentro de dicho campo. 1.Discurso neoliberal y campo jurídico El discurso jurídico debe responder a las reglas de juego dentro del campo jurídico, reglas que legitiman a los agentes que participan dentro de este tipo de relación comunicativa, relación que valida la posición que ocupan los diferentes sujetos dentro del campo en el que interactúan. El discurso responde no solo a una habilidad del habla, sino a la interacción que logran los operadores de un campo mediante la dominación de un corpus y una red de textos (Fortich, 2007, p. 161). 44 El tema de la producción y reproducción de los discursos deviene de un concepto básico de legitimidad, pues, en efecto, este es el que reviste de fuerza el discurso en el interior del campo. La idea dentro de este tipo de relación comunicativa parte del reconocimiento recíproco de autoridad que los agentes ejercen unos sobre los otros, la autoridad que detentan los productores de la información es la que fundamenta la validez de los textos y los discursos que se producen en el interior y fuera de los diferentes campos (Fortich, 2007, p. 162). Se entiende de esta manera que quienes reproducen los contenidos de los discursos lo hacen a partir de dos líneas importantes, la producción y reproducción del enfoque discursivo, validado por el proceso de legitimidad que ejercen los emisores y los receptores, en tanto intérpretes. Vale anotar que en el transcurso de esta investigación el término discurso se ha definido como un proceso de reconfiguración de los textos, lo que es igual a decir que discurso es “una red de textos” (…); por tanto, se hace necesaria una reconstrucción de la legitimidad de los discursos académicos sobre el derecho, desde los cuales los interlocutores de ese campo se nutren y crean sus propias referencias conceptuales, elementos que además de legitimar delimitan sus habitus o las prácticas que llevan a definir su autonomía (Fortich, 2007, p. 162). Tal como se ha mencionado, el discurso responde a los diferentes conocimientos o saberes acumulados de la red de textos que formaron la cultura jurídica, y constituyen el capital simbólico de los diferentes agentes que intervienen dentro del campo, y su reproducción está dada a partir de la Verba Iuris 29 • pp. 43-61 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 mónica patricia fortich navarro circulación de un corpus de textos, estimulada por los agentes más fuertes dentro del terreno de juego, es así como debe entenderse el concepto de legitimidad, como la autoridad que se le ha otorgado a un agente para hablar e interpretar el texto, es decir, la forma en que este maneja el discurso (Fortich, 2007, pp. 162-163). Dentro del análisis jurídico-sociológico que se ha hecho del discurso neoliberal en América Latina se ha entendido este como los diferentes textos que soportan las voces que intervienen en un discurso y tienen en consecuencia un origen múltiple, porque están sustentadas en saberes de la sociedad y son fruto de una cultura en la que el individuo construye sus propios sentidos y los moviliza en función de sus necesidades vitales (…) (Fortich, 2007, p. 164). Es así como los operadores que actúan bajo diferentes roles dentro del campo se reconocen unos a otros, entablan una relación comunicativa si reconocen en el otro un sentido de correspondencia con lo que son y aspiran a ser (Fortich, 2007, p. 164). Partiendo de los conceptos anteriores, se ha entendido el discurso neoliberal como la reproducción de conocimientos (voces, textos) adoptados a partir de un campo de dominación específico como el económico, pues el éxito de esta situación comunicativa está dado por la transformación de la estructura del mercado, por la mutación dinámica de la realidad basada en la batalla librada entre el gobierno y el pueblo, ambos como agentes dentro del campo, agentes que han gestado un nivel elevado de desigualdad que afecta la distribución equitativa del ingreso, aumentando así los niveles de pobreza y exclusión social (Mayorga, 2008, p. 1). El discurso neoliberal parte de una acepción sencilla, de un vínculo existente entre orador y receptor –ambos operadores del campo–: un extremo ordena y el otro obedece; ¿a qué obedece?, a la programación de un evento comunicativo social, el cual tiene como objetivo convencer, persuadir o, mejor aún, programar lingüísticamente en sus receptores una ideología que dialoga de manera frontal contra la estructura social. Claramente, el discurso responde al modelo planteado por el orador, agente que ostenta autoridad, legitima así el poder de reproducción del discurso: el orador, quien ostenta el poder, tiene el capital simbólico para permanecer en él o determinar a quién se excluye del campo, y de qué manera el receptor podrá sobreponerse ante este. El receptor puede ser asimilado como el agente débil del campo, pues es quien reconoce el contenido del texto como fruto de una relación legitima y no como el producto de la dominación externa, es él quien le otorga legitimidad al discurso al reconocer la autoridad y la posición del interlocutor emisor: (…) el éxito de una “situación comunicativa”, está dado por la disponibilidad de los sujetos en hacer parte del intercambio de voces. Esa disposición solo es posible con el reconocimiento de que el uno tiene una autoridad que el otro le reconoce (…). (Fortich, 2007, p. 165). El discurso de un fenómeno económico como el neoliberalismo en los países latinoamericanos tiene un alto impacto en la formulación de normas que regulan la vida social. Como todo discurso, maneja tres dimensiones necesarias para convencer al intérprete: la locución, la alocución y la perlocución. De acuerdo con Guadalupe Álvarez, el lingüista y filósofo John Austin en su teoría sobre los actos de habla propone tres tipos de actos: Verba Iuris 29 • pp. 43-61 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 45 el discurso neoliberal y sus relaciones con el campo jurídico (…) a) acto locucionario, que comprende los actos fonético (emisión de ciertos ruidos), fático (emisión de ciertas palabras y términos) y rético (uso de esos términos con un cierto sentido y referencia); b) acto ilocucionario, que asocia lo dicho con cierta fuerza convencional o fuerza ilocucionaria (e.g., preguntar o responder a una pregunta, dar información o seguridad, advertir, anunciar un veredicto o un propósito), y c) acto perlocucionario, acto conseguido por decir algo. (Austin, citado por Álvarez, G.) El discurso neoliberal es un discurso de contenido político, legitimado por los roles de autoridad que juegan dentro del campo los agentes que lo invocan, pues condiciona el poder a la estrategia de evolución financiera, al crecimiento de la clase dominante. El neoliberalismo es un discurso que se caracteriza por idealizar y buscar artificios para evitar mostrar al interlocutor el verdadero cambio social, por tanto se desdibuja la realidad ya que el fin último –al desarrollar un nuevo sistema económico a partir de ideales políticos– es satisfacer a una parte del poder y desproteger a otra, se robustecen políticas de crecimiento equivocadas, mientras el pueblo participa activamente como operador dominado dentro del campo (Garreton, 2006). El discurso neoliberal en los países latinoamericanos se considera un discurso público, pues las condiciones de manipulación social que ejerce este tipo de retórica escrita y oral se basa en la posibilidad que tienen los agentes del campo de llegar a todos los niveles sociales, mediante el empleo de debates parlamentarios, noticias, artículos de opinión, programas de televisión, internet y artículos científicos, entre otras formas de posicionamiento mundial; en este sentido, el discurso público neoliberal se considera un medio de reproducción social de un poder hegemónico 46 liderado por las elites sociales tecnócratas, poder que nace de la relación consolidada entre el Estado, la ciudadanía y el mercado (Van Dijk, 2006, p. 52). 2.La autonomía del campo jurídico y el neoliberalismo Si se entiende el derecho como un campo en tanto conjunto de relaciones objetivas e históricas entre posiciones de agentes sociales que luchan por los recursos de capital de un espacio social, luchas en las cuales los partícipes riñen por los recursos de capital y persiguen la apropiación del poder simbólico que está contenido en los textos legales. De ahí que el derecho se convierta en una forma por excelencia de poder simbólico dada la posibilidad de sus practicantes de crear instituciones y con ellas, realidades históricas y políticas a partir del simple ejercicio de nominación (Bourdieu, 1986). Esta concepción del derecho se articula con el concepto de campo jurídico, o “lugar de concurrencia” por definir que es el derecho, dentro del cual se enfrentan intérpretes autorizados del Corpus de los textos jurídicos que consagran la visión jurídica del mundo social. El campo jurídico cuya característica de autonomía se puede fijar a partir de lo que Bourdieu considera cuando afirma que la autonomía de un campo (…) se manifiesta en el hecho de que las instituciones judiciales tienden a producir auténticas tradiciones específicas y, en particular, categorías de percepción y de apreciación absolutamente irreductibles a las de los no especialistas, engendrando sus problemas y soluciones según una lógica totalmente hermética e inaccesible para los profanos (Bourdieu, 2001). Verba Iuris 29 • pp. 43-61 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 mónica patricia fortich navarro Con base en esta referencia en el caso que nos convoca, los profanos son los que vienen del exterior a invadir el espacio social, construido sobre un espacio geográfico al que pertenece el campo jurídico de una nación. De hecho, los profanos son agentes que vienen de otros campos como el económico. El espacio social en Bourdieu también está íntimamente relacionado con el geográfico, requisito identitario de un Estado sobre el cual está constituida una legitimidad reglada positivamente por una Constitución y refrendada por el derecho público e internacional en el concepto de “soberanía” (PNUD, 2004, p. 29). Los principios neoliberales que manifiestan su legitimidad por las reglas de mercados globales imponen las reglas mediante circunstancias coercitivas, aprovechando las dependencias económicas de las naciones ante el sector corporativo y de las trasnacionales. De ahí que investigaciones como la que nos atañe, propone una comparación de estas tendencias entre naciones, que nos señalan cómo hay unas imposiciones globalizadas que afectan directamente al campo jurídico a través de reformas, situadas en las constituciones o en áreas particulares del derecho como el área laboral, cuya flexibilidad es un principio universal, que se limita y restringe, trayendo como consecuencia el debilitamiento de los marcos jurídicos que protegen los sectores laborales, todo gracias a los profanos que subyugan el campo jurídico y pervierten el principio de soberanía y el ejercicio de la libre autodeterminación de las naciones, donde los grupos sociales dominantes favorecen la exclusión social (Lasch, citado en Lazzetta, 2007, p. 92). El derecho en el marco de la teoría de Bourdieu es asumido como un campo en el espacio social, delimitado por un conjunto de relaciones objetivas de poder, de relaciones históricas de las posiciones de agentes sociales que luchan por los capitales culturales y simbólicos del campo. El campo jurídico, o “lugar de concurrencia” está conformado por unos agentes que en virtud de sus capitales están en capacidad para definir los límites de ese espacio social. Solo esos agentes pueden definir qué es el derecho, cómo la norma se crea, interpreta, ejecuta y se vuelve exigible a los ciudadanos (Faletto, 2007). La autonomía del campo está dada por esa mediación de poder para producir y reproducir lo que es Derecho, y regula las relaciones de los agentes en ese espacio social. Sin duda en el caso de los derechos nacionales, el campo jurídico delimita su ámbito de validez en lo que la teoría constitucional denomina soberanía. Los límites geográficos y políticos de los Estados marcan el hito de validez del espacio social dentro del cual se despliega un derecho nacional y se define su autonomía. En consecuencia, los conceptos de autonomía y soberanía se vuelven referencias teóricas similares, lo que permite una aparente estabilidad social mediante un régimen pseudodemocrático que aparece como un dispositivo sustentador de legitimidad del Estado frente a las políticas de mercado neoliberal, un régimen con características democráticas pero que en ningún grado tiene gobiernos dirigidos por el pueblo (Markoff, citado en Gómez, 2004, p. 27). Cada Estado latinoamericano de los propuestos en este ejercicio se considera un campo capaz de generar desde su interior las reglas para su génesis y su funcionamiento. Sin embargo, el juicio de valor más sólido del presente ejercicio de investigación es mostrar una nueva relación de fuerzas. La autonomía Verba Iuris 29 • pp. 43-61 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 47 el discurso neoliberal y sus relaciones con el campo jurídico vez la idea de la división del poder, con el fin de poner límites al absolutismo, además de legitimar al pueblo para rebelarse contra la autoridad del Estado; no es este el modelo que más se adecua al campo de nuestro discurso neoliberal, pues el nuevo liberalismo busca minimizar el protagonismo del Estado benefactor que muta a un Estado administrador, el cual mediante el concepto de privatización delega responsabilidades, que atropellan al sector dominado y que este último controvierte intentando defender un estatus social mínimo (Ahumada, 2002, p. 190). de cada campo jurídico –Estado de derecho– se ve afectada y fuertemente cuestionada por la existencia de un discurso que es impuesto desde afuera a los agentes por el campo económico. El neoliberalismo se plantea como una estrategia libremente asumida por los Estados para organizar la vida de sus asociados; en ese sentido el campo jurídico legitima la aspiración de consagración de los principios neoliberales en sus ordenamientos. Pero la pregunta esencial es en este sentido ¿qué tanta libertad tienen los Estados, a través de sus campos jurídicos para ejercer resistencia ante la imposición de un modelo político-económico? El discurso de contenido político simula y disimula objetivos, este tipo de discurso se esfuerza por descubrir los soportes ideológicos que hay detrás de cada planteamiento, tal es así que el pueblo adopta y justifica la pobreza en que viven muchos países latinoamericanos que han adoptado el sistema neoliberal. La crisis de los países latinoamericanos está enmarcada en un cambio de estructura no solo mental sino social, pues el mecanismo de privatización ha favorecido al sector privado que ha colonizado los servicios mínimos de los sectores menos favorecidos de la sociedad, y se promueve la formación de grupos disidentes, que deslegitiman y desorganizan lo que Durkheim llama la estructura social impuesta. 3.La recepción del discurso neoliberal en América Latina El discurso neoliberal responde dentro de su estructura ideológica a una nueva fase del pensamiento político liberal desarrollado por John Locke, precursor original de este movimiento a partir del problema político y social de su época, pues, en efecto, uno de los ensayos de Locke proporcionó las bases teóricas para enfrentarse al Estado absolutista y la disminución de la influencia divina de los reyes. Este movimiento planteó por primera El neoliberalismo se convirtió en una tecnocracia social de política económica. Este tipo de discurso nace y se forma a partir de un corpus de textos de teoría económica, que impone la creencia de unos más fuertes sobre las circunstancias vitales de la sociedad civil, que genera procesos estructurales de desigualdad y exclusión social provocados por lo que se ha denominado globalización neoliberal (Boaventura Santos citado en 48 La tendencia liberal nació como discurso y movimiento político a partir de grandes cambios a nivel social y económico, surge como una disposición de rebeldía contra el régimen estatal, modificando así las estructuras del poder, convirtiendo al Estado en un vigilante y administrador de la riqueza. El nuevo liberalismo sitúa al poder por encima del interés general, limita el crecimiento productivo mediante políticas devastadoras denominadas de apertura económica, ganancia del poder para el poder, y desnaturalización de la autonomía, la legitimación del derecho y del concepto de justicia. Verba Iuris 29 • pp. 43-61 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 mónica patricia fortich navarro Aguiló, 2008). La legitimidad del discurso neoliberal está dada por la correspondencia que tiene el sector dominado con el sector dominante, y que en general determina las creencias de los pares, que se reconocen como dominantes y dominados, dentro un mismo campo. El discurso neoliberal se apoya en cambios legislativos y estructurales continuos en los diferentes países latinoamericanos, las grandes reformas son dirigidas a transformar el sistema tributario y laboral, la privatización, la reforma financiera y los ajustes en los precios públicos, además de la acción del Estado dirigida a reformar el sistema educativo y de salud, conjuntamente, y la de querer subrogar la responsabilidad del ente estatal al sector privado en la prestación de diferentes servicios públicos. Tal como lo explica el concepto de habitus de Pierre Bourdieu, que afirma que el habitus no es más que la interiorización de las reglas de juego (Bourdieu citado en Giménez, 1997, p. 13). Es así como el discurso neoliberal amenaza a las clases menos favorecidas, pues el habitus de este tipo de discurso se desarrolla en medio de poderes políticos que justifican políticas de exclusión, con la apariencia de bienestar colectivo, seguridad o prosperidad. Es así como el campo del poder político desdibuja lo que el Estado liberal buscaba garantizar, la función de bienestar que debía cubrir el Estado, pues el neoliberalismo ha propagado no solo condiciones de desigualdad sino de exclusión social, ya que no es lo mismo estar por debajo de la estructura social que estar fuera de ella (Aguiló, 2008, p. 6). Dada la tendencia del discurso, surge la reacción social, los movimientos de resistencia social, es decir, la rebelión contra el régimen, lo que Boaventura de Sousa Santos denomina la reacción de los estigmatizados sociales (Aguiló, 2008). Los primeros países en demostrar su inconformidad con la tendencia fueron Venezuela, Chile, México y Argentina; para grandes tratadistas como Miguel Rodríguez estas reacciones de la sociedad civil son las que han propiciado la decadencia de una política altamente estratégica. El fracaso de este discurso político-estratégico deviene de la reacción de la sociedad inconforme, en este punto el neoliberalismo fue llevado hasta sus últimas consecuencias en países como Venezuela entre 1989 y 1993, con el ascenso al poder de Carlos Andrés Pérez y su conjunto de medidas denominadas “paquete económico”; los diferentes movimientos de resistencia civil llevaron al régimen neoliberal de Venezuela al golpe de Estado del 4 de febrero y del 27 de noviembre de 1992 (Ornelas, 2006). El discurso neoliberal está dado por la noción de ingobernabilidad estatal que existe de manera generalizada en todo el continente latinoamericano. Tal como se ha mencionado, este tipo de estrategia retórica incursiona en América Latina a partir del discurso dentro del campo político contemporáneo de los países subdesarrollados, los cuales utilizan el nivel burocrático para complementar lo que se denominó la era del capitalismo salvaje o neomercantilismo, línea utilizada por las grandes organizaciones financieras internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), y que es lo que señala Chossudovsky como la globalización de la pobreza (Aguiló, 2004, p. 9). La estrategia del discurso neoliberal obedece a la voluntad que tienen los representantes estatales para entender la realidad social y trasladarla a la perspectiva de las necesidades Verba Iuris 29 • pp. 43-61 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 49 el discurso neoliberal y sus relaciones con el campo jurídico de la misma, para así actuar sobre ella y justificar tanto la implementación como el uso de nuevas políticas públicas particulares, dirigidas a rebasar las fronteras de la economía nacional de cada uno de los países del continente latinoamericano a partir de la implementación de un gobierno supranacional (Ornelas, 2006, p. 6). Tal como se ha concebido dentro de esta línea investigativa y con una visión retrospectiva de los procesos estructurales que han tenido que afrontar los países latinoamericanos, las diferentes organizaciones económicas capitalistas han llegado a transformar sus postulados en las políticas públicas, para la expansión que las corporaciones transnacionales han adoptado y que ponen en riesgo la economía interna de cada uno de los países que adoptan este modelo económico o discurso estratégico-social (Ornelas, p. 65). El objetivo principal de consumación del discurso neoliberal en los países latinoamericanos se desarrolla como tendencia política, cuyas doctrinas están orientadas a la expansión del sistema capitalista desmejorando, por medio de una globalización mediática, los cuatro grandes bienes públicos que tradicionalmente había asumido el Estado: la legitimidad de gobierno, el bienestar social y económico, la seguridad e identidad cultural (Santos citado en Aguiló Bonet, 2008); es así como la acción del Estado se ha subordinado a las estrategias de mercado, al servicio de la economía en beneficio de las políticas mercantilistas, confundiendo así los conceptos de responsabilidad pública y privada, e internamente obligando a cada país a rebasar las fronteras de la economía para que el Estado se vea compelido a organizar un gobierno supranacional. Esto no es más que la ruptura del pacto social, donde el Estado actúa 50 únicamente como un ente simbólico que se limita a garantizar solo efectos jurídicos punitivos (Aguiló, 2008, p. 12). El discurso neoliberal ha perdido fuerza y legitimidad social al comprobarse que el crecimiento económico no depende del libre mercado, ya que la pobreza aumenta dentro del esquema de la globalización neoliberal (Aguiló, 2008, p. 70) en la medida en que se reducen las posibilidades de conseguir un bienestar social para la mayor parte de la población, es así como la transformación del modelo capitalista a la hegemonía neoliberal condena a los Estados latinoamericanos a un marco político que desarrolla la desigualdad en las esferas urbanas y regionales, la exclusión social, el marginalismo del trabajador de la ciudad y del campo, así como la degradación de las condiciones de vida mínimas de la sociedad, del medio ambiente y su contaminación, las guerras coloniales y la violencia concentrada en las búsquedas de poder a toda costa (Boron, 2001, p. 85). Como colorario de lo anteriormente expuesto en este trabajo investigativo, el modelo propio de globalización se ha interpretado de manera dual, pues algunos ven este fenómeno contemporáneo como un asunto netamente económico-financiero y hay quienes lo conciben como un proceso de crecimiento de la desigualdad social de los países subdesarrollados. Es así como el discurso neoliberal y la política de globalización buscan implantarse como un nuevo habitus dentro del campo social, pues quien pertenece a esta estructura social se considera un operador del campo, unos pertenecientes al grupo social dominante y otros que hacen parte del mismo como los estigmatizados sociales o los dominados (Aguiló, 2008, p. 3). Verba Iuris 29 • pp. 43-61 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 mónica patricia fortich navarro Según Elmar Alvater, el neoliberalismo surge a partir del colapso que tuvo que afrontar el modelo socialista a finales de los años ochentas, de aquí parte la transformación económica de los diferentes países que han adoptado el modelo neoliberal, expansión que tiende a traspasar las fronteras del mercado, por cuanto se hace imperioso que entre Estados haya intercambio de bienes, personas y servicios necesarios internamente en cada uno de los países para lograr su propio crecimiento económico, generando así leyes y reglamentos proteccionistas que buscan la reducción de aranceles e impuestos aduaneros, concibiendo la figura del Estado observador que no actúa sino únicamente como árbitro de las relaciones comerciales, quien observa pasivamente las estrategias del libre mercado. El impacto del discurso neoliberal se ha dado en torno a los países subdesarrollados a los cuales se les ha obligado a desmantelar sus aparatos proteccionistas, obligando de manera directa a los Estados a entregar el control económico al capital privado, con lo que se inicia una nueva forma de acción estatal (Ornelas, p. 77), en donde el Estado benefactor modifica sus fines para convertirse en un Estado subsidiario, administrador y mínimamente intervencionista, que inicia la construcción del modelo capitalista con la privatización de lo público y con la extinción de procesos de regulación estatal, como la planeación económica y territorial. La forma discursiva neoliberal genera el protagonismo de la privatización en todos los campos sociales. La técnica de globalización impulsada y patrocinada por las grandes instituciones financieras como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial de Comercio (OMC) ha promovido de manera acelerada la lucha del mercado contra el Estado, contraponiendo fuerzas del sector privado contra el sector público, buscando el crecimiento personal y dejando en la cuerda floja el bienestar social. El discurso neomercantilista, como lo llaman actualmente, refleja las técnicas prestamistas y menos productivas de un Estado que decae en sus funciones básicas, puesto que las inversiones con fines sociales son paupérrimas debido a la poca o nula intervención estatal, técnica que responde a la afirmación de Ornelas: El capital prestamista está dado en la necesidad que busca el propietario de un dinero en conseguir de este un interés y así valorizar el dinero como un capital de préstamo y obtener una ganancia, la cadena la constituye la enajenación del dinero a un tercero para que este lo invierta en la producción de un bien o servicio y así apropiarse de la plusvalía, con la cual se responde a dos flancos importantes obtener la ganancia propia y pagar el interés por el capital obtenido en préstamo (Ornelas, 2006). Otro impacto que ha dejado el discurso neoliberal está dado, en gran medida, en la modernización tecnológica que reduce el empleo en el sistema de producción de la mano de obra de los trabajadores y la notable desmejora en cuanto a factores como el salario, la forma de contratación y destrucción paulatina de los sindicatos como defensa y acción de solidaridad de los trabajadores. Esto degenera en desigualdad estructural demarcada por la distribución inequitativa del capital, (Sousa citado en Aguiló, 2008). La globalización enfrenta a la sociedad a un mundo de desigualdad dada la polarización de sectores generando de esta manera inestabilidad económico-social por falta de intervención del Estado en el sector financiero. América Latina está enmarcada por el fenómeno globalizador en la década comprendida entre Verba Iuris 29 • pp. 43-61 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 51 el discurso neoliberal y sus relaciones con el campo jurídico los años 70 y 80, cuando el Estado abandonó su función social para ocuparse netamente de su crecimiento financiero. El sistema neoliberal es una de las corrientes económicas de reestructuración más recientes introducidas de manera invisible en los países latinoamericanos, la ideología demarcada dentro del discurso neoliberal acrecienta con fuerza la tenacidad con que se adhieren estos Estados a las políticas de libre mercado, concibiéndola como la única vía para lograr el crecimiento económico. El notable efecto que ha logrado este tipo retórico neoliberal tiene tres aristas importantes: primero, la inestabilidad económica, acompañada de bajas tasas de crecimiento, y segundo, aumento social y regional de pobreza; y finalmente, una mayor dependencia y creciente pérdida de soberanía nacional a favor del gran capital (Boron, 2001, p. 85). Los Estados gobernados por el neoliberalismo han introducido este movimiento a partir de las décadas de los setentas y ochentas, donde se derrocó la intervención del Estado y tuvo que darse la conversión de los derechos sociales en servicios a disposición de una política mercantilista, convenciendo a la sociedad de que el sector privado era el sector ideal para producirlos y sería mucho más cómodo adquirirlos en virtud de los precios fijados por la oferta y la demanda; en efecto, se fortaleció la idea de que el Estado era ineficiente en la producción de bienes y servicios, por tanto dicha acción debía dejarse en manos del sector privado ya que ofrecía la calidad y cantidad que la sociedad demandaba; es así que servicios públicos como la vivienda, la salud y la educación se convirtieron en mercancías intercambiables entre proveedores privados y clientes 52 consumidores (Santillán, 1999), liberándose el Estado de esta responsabilidad propia. El discurso neoliberal está fundado en verdades absolutas de progreso que dan validez al nuevo modelo de mercado que existe en los países subdesarrollados de América Latina, basado en postulados sobre el libre funcionamiento de las fuerzas que intervienen en el mercado. Las tendencias neoliberales han buscado generar postulados con verdades no discutibles y rígidas como la entrega de los recursos naturales al capital extranjero para dar solución a las economías atrasadas y así contribuir a su crecimiento aparente. En síntesis, el discurso neoliberal introdujo ideas de globalización como la eliminación de barreras con el fin de conseguir la libre circulación de mercancías, la inversión extranjera, ahora llamada inversión productiva, y la unificación de lo que antes se distinguía como mercado interno y externo llamado ahora solo mercado (Forrester, 1998, p. 23). El discurso neoliberal en América Latina ocupa un papel importante como modelo de discurso político, discurso que ha buscado durante los últimos tiempos demostrar la cultura político-económica de los países latinoamericanos, ya que las diferentes investigaciones e interpretaciones del discurso neoliberal apuntan al mismo como la degeneración del sistema capitalista y al surgimiento de un nuevo capitalismo denominado “salvaje”, como modelo económico pone en evidencia la importancia del Estado como árbitro de nuevas políticas ciudadanas con hegemonía del mercado. De acuerdo con lo anterior y a la luz de la crisis económica del año 1998, se produjo una desaceleración en la economía latinoamericana sobre países que habían logrado un crecimiento notorio, debido a la adopción de nuevas políticas de mercado y Verba Iuris 29 • pp. 43-61 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 mónica patricia fortich navarro que aluden a un sistema neoliberal contemporáneo. El primer acuerdo suscrito sobre política neoliberal fue el Consenso de Washington fundado en políticas y estrategias de economía mundial, como: “La búsqueda de una política de comercio internacional globalizado, privatizaciones de empresas públicas, liberación de las tasas de intereses, desarticulación del poder intervencionista del Estado y desregularización para la entrada de capitales internacionales a la región” (Mayorga, p. 2). La marcada connotación de la cultura política para contrarrestar la crisis de esa época, y la adopción de estas políticas se promovían porque arrojaban un porcentaje bajo de error y fracaso, el discurso se impulsaba para promover el desarrollo de los países más pobres del mundo, pero esta tendencia discursiva acabó por afectar en sus raíces a los Estados latinoamericanos que vieron debilitada su base económica, tal como lo afirma Bourdieu en su teoría sobre las delimitaciones en el campo, en la que cada espacio social genera su propia lógica y gira en torno a relaciones sociales, intereses y recursos propios (Bourdieu citado en Giménez, 1997). Frente a la necesidad del Estado por legitimar su poder, como ya se ha dicho en apartes anteriores, aparece el discurso político como el mecanismo ideal de control sobre la población, pues a partir del consenso logrado con la comunidad latinoamericana se buscaba persuadir para incluir como mecanismo de salvación un nuevo modelo económico que integrara al Estado como sujeto productor y la ciudadanía como el sujeto colectivo consumidor, pues el discurso político interactúa con otros discursos de contenido diferente como son el económico, histórico, social (Aguiló, 2008, 12). Es así como en América Latina se establece la nueva tendencia del consenso político neoliberal, fundado en el principio del Estado administrador y no intervencionista en las políticas estatales mercantilistas. Una prueba lógica de esta tendencia salvaje fue la crisis de los años 80, donde los Estados decidieron recortar notoriamente la inversión en servicios de carácter público, como la salud y la educación, servicios que fungen como principios fundamentales de los Estados sociales de derecho. Es importante precisar que el pensamiento neoliberal permite al mercado y a las potencias económicas mundiales controlar los intereses democráticos de cada Estado, en virtud del poder que se les otorga como intervencionistas con participación económica, democrática y social pues este tipo de consenso lo que busca intrínsecamente son fines de carácter individual o particular mediante técnicas de privatización para contrarrestar las crisis y que fracasa provocando una notable fragmentación social, debilitando así el papel del Estado frente a la economía global, permitiendo una notable reducción del gasto público, una exagerada desigualdad de la distribución de la riqueza e inequidad en el acceso a bienes públicos de calidad, es lo que Boaventura de Sousa Santos define como el “fascismo social”, donde las sociedades garantizan una organización políticamente democrática, pero socialmente fascista, es decir, políticas sociales excluyentes, violentas y autoritarias en donde el poder supuestamente está en cabeza del pueblo quien es el encargado de elegir a sus voceros ante el gobierno (Santos citado en Aguiló, 2008). Se debe entender que América Latina adopta políticas neoliberales como estrategia de Verba Iuris 29 • pp. 43-61 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 53 el discurso neoliberal y sus relaciones con el campo jurídico modificación del habitus, pues, tal como afirma Bourdieu, este elemento no es más que la estructura interna de cosas aprendidas a través de los medios, es la formación de un sistema estructurado (Bourdieu, 1987), con el propósito de desnaturalizar las formas del poder público y colonizar así internamente las potencias económicas mundiales, minimizando los mecanismos de participación ciudadana, eliminando los grupos de resistencia social contra el régimen legítimo de poder ejercido por el sujeto estatal, deslegitimando así sus propias instituciones políticas y haciendo evidente su incapacidad para satisfacer las necesidades de primer orden de la sociedad de clase media, de los grupos más débiles y desprotegidos por el ente estatal, dibujando así no una figura de muerte estatal sino una trasformación casi irreversible de un Estado benefactor, que a la luz del habitus jurídico, es decir, que ante la realidad social no tiene las garantías mínimas de protección a los grupos estigmatizados socialmente. Ya se ha anotado que la tendencia del discurso neoliberal en los países latinoamericanos busca que el Estado se concentre en la acumulación de riqueza, disminuyendo su intervención en políticas públicas, agravando de esta manera las condiciones de vida de la población y legitimando así el crecimiento económico y de poder de los sectores más poderosos y de las elites políticas tradicionales. Resulta importante para Latinoamérica la formación de nuevas políticas económicas durante los últimos años, pues a partir del discurso neoliberal estas han sido implementadas estructuralmente por los Estados, ya que el objetivo del nuevo capitalismo se centra en la llamada globalización y apertura de fronteras al comercio 54 exterior, inversión extranjera y privatización de empresas públicas. Una breve mirada por los diferentes países de América Latina han adoptado las ideas neoliberales de forma diversa, pues algunos de ellos lo han hecho de manera inmediata y otros paulatinamente han ido incorporando este tipo de estrategias, puesto que han sido más selectivos en virtud del principio de soberanía que rige a cada país, tal como lo hizo México. El discurso neoliberal es constitucionalizado en México dentro de su artículo 134, pues este faculta al Estado mexicano para vender las empresas estatales a los particulares. México ha sido uno de los países latinoamericanos más afectados por la tendiente apertura de fronteras, pues durante el gobierno de Miguel de Madrid se fincó dicha política económica para el saneamiento de las finanzas públicas, la apertura económica, la reconversión industrial y la contención salarial. El discurso neoliberal en América Latina se caracteriza por ser un discurso con fines estratégicos políticos, hecho realidad a través de políticas implementadas hacia los años 90, que han sido fuertemente criticadas por el descenso notorio en los niveles de desarrollo y la falta de competencia que revela la sociedad latinoamericana, pues dichas medidas mercantilistas y sobreproteccionistas del mercado consumista han llevado a la derrota del liberalismo. Así lo revelan los altos niveles de pobreza, la baja inversión en capital humano, la extrema desigualdad en la distribución de la riqueza. Los países latinoamericanos buscan la salida bajo el llamado mercantilismo, que no es más que la continuación del discurso neoliberal. Los más recientes avances de este movimiento se basan en lo que se denomina el capitalismo democrático fundado en la Verba Iuris 29 • pp. 43-61 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 mónica patricia fortich navarro amplia concentración de riqueza y por otro lado, la amplia desigualdad, el bajo nivel de competitividad y desarrollo. La definición dada por Keohane y Novak condiciona la existencia del movimiento neomercantilista a dos corrientes basadas en características predominantes de los sistemas económicos: 1. Los derechos de propiedad y recursos productivos que reposan en manos de entes privados. 2. Economía de mercado que supone baja participación del Estado. 3. Organización política que promueve el respeto por los derechos del individuo. 4. Justicia basada en principios de igualdad. 5. La producción de ganancias se genera con trabajo asalariado. 6. Existencia de movilidad del capital (Káiser, 2010, p. 215). Las condiciones anteriores definen el sistema económico y de mercado de los países latinoamericanos, pues el Estado ha delegado el sector económico a la alta participación de capital privado y mano de obra local a bajo costo, desprotegiendo de esta manera al sector asalariado. Dicho lo anterior, resulta importante destacar que los modelos seguidos por los países latinoamericanos están dados por los determinados privilegios otorgados a los sectores elite que no son más que un estado de legalidad, donde la ley delega el poder a quienes tienen la capacidad de dominio y de regulación del sector social; en efecto, esta política estratégica busca la distribución de recursos convenientemente a políticas de gobierno particular, condiciones que se evidencian en los altos índices de pobreza y bajas tasas de crecimiento del sector latinoamericano. Este tipo de discurso introduce hacia los años 80 el término de extractivo, lo que implica que Latinoamérica no logre superar la dependencia de materias primas de otros Estados y contrate la mano de obra a escasa capacitación, pues es lógico que el empresario latinoamericano influenciado por este tipo de políticas neomercantilistas genere mayores exportaciones que importaciones convirtiendo así la estrategia de comercio exterior en “juego de suma cero” en el cual solo se logra el crecimiento de países internos a costa de los países externos (Káiser, 2010, p. 221). Latinoamérica sigue un modelo de mercado clientelista-particular donde el servicio del Estado se relega a los grandes latifundistas y economistas que suponen el nacimiento de relaciones diferentes entre las clases no acomodadas y el Estado, imprimiendo desventajas en las clases menos favorecidas e influyendo negativamente al crecimiento económico, circunstancia que ha generado en la sociedad la formación de grupos de resistencia social para protestar contra las elites privilegiadas y protegidas por el sujeto estatal, esto es lo que Aguiló Bonet llama “la lucha de los estigmatizados”, pues la disputa de clases ha ordenado la sociedad en un desprecio social entre los denominados “nosotros y ellos”, donde nosotros representa a la clase social dominante y ellos a los grupos sociales dominados. Como se ha tratado dentro del texto, algunos países como México han adoptado el discurso neoliberal como una estrategia política de reforma, sin resultados satisfactorios, idea similar que copió Perú y que será materia de enfoque en este aparte investigativo. Perú adopta el discurso político neoliberal hacia el Verba Iuris 29 • pp. 43-61 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 55 el discurso neoliberal y sus relaciones con el campo jurídico año 1992 tras el golpe de estado, políticas que han sumido a este país en una extrema dependencia de país tercermundista y tras diez años de aplicar este modelo económico en el país, las ofertas de empleo son escasas y la mano de obra poco profesional, no hay exportaciones, ni industrialización. Como constantes de la política neoliberal de los países latinoamericanos, Perú es el clásico ejemplo de la materialización de los ejes fundamentales de la economía neoliberal; por un lado, la ruptura del pacto social frente al trabajo y, por otro, el aumento de la transnacionalización de mercados y la globalización de la actividad económica frente a temas como la producción, distribución y consumo de productos y servicios (Aguiló, 2008, pp. 6-8). El precursor en Perú del nuevo liberalismo como una nueva política económica en los años 1990 a 1995 fue el presidente de facto Alberto Fujimori, tras los acuerdos realizados con el Fondo Monetario Internacional hacia el año 1993, donde se adoptaba la política de privatización de la empresa pública como primera medida para disminuir los índices de pobreza. Esta política que evidencia hacia el año 1996 el fracaso del discurso neoliberal cuya respuesta se reflejó en los altos índices de desempleo arrojados para la época. Perú es uno de los países latinoamericanos que reporta las mayores pérdidas a nivel público, pues el movimiento neoliberal evidenció en ese país un ascenso desmesurado de los precios de algunos servicios, tal como se reporta de la empresa Entel Perú y ahora Telefónica del Perú, empresa privada que subió los precios de la telefonía y monopolizó las comunicaciones. El discurso neoliberal forma al hombre con el único fin de alcanzar el progreso individual y 56 desarrollo a nivel particular, donde el principal objetivo es el propio interés, basado en los principios de libertad, competitividad y eficacia. Todo este programa está encaminado a la sobreprotección del sector mercantilista, bajo la premisa de una política de mercado competente donde el Estado se desliga a toda costa de grandes responsabilidades, delegándolas al sector privado y desprotegiendo de esta manera sectores como el educativo, el de la salud y el laboral, entre otros, todo esto bajo la premisa de un Estado no intervencionista en la economía. “A partir de las ideas de José Piñeira, quien introduce las nuevas tendencias políticas de privatización de la seguridad social en Chile se inicia una época bastante trascendental para el sector obrero, pues el postulado de Piñeira acota que el sistema de pensiones proporcionado por el Estado es un fracaso y por tanto se hace necesario que el individuo pueda administrar su propio bienestar y sea regulado por el desarrollo de los mercados. Se dice que al privatizarse el sistema de pensiones se rompe con el carácter colectivo, social y solidario del derecho de la seguridad social para volverse un problema individual de cada trabajador” (Pascual, 2008). Los países latinoamericanos han adoptado con gran facilidad el modelo de privatización de la salud, cuyo fin es liberar al Estado de funciones netamente sociales. Chile es uno de los países pioneros de la privatización y de la adopción de políticas neoliberales, pues fue uno de los primeros en proponer la lucha por disminuir el déficit fiscal, la inflación y así disminuir la inversión en políticas sociales. Las fórmulas chilenas frente al discurso neoliberal se adoptan hacia los años 1977 a 1981, cuando se generan medidas aceleradas Verba Iuris 29 • pp. 43-61 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 mónica patricia fortich navarro y simultáneas de aplicación de las mismas, tales como: disminución de aranceles, introducción de políticas de exportación de los productos minerales y mayor facilidad de importación de capital extranjero. Al hacer de estas medidas la tabla de salvación del Estado chileno se promulgó una reforma a la legislación laboral, se eliminó la formación de sindicatos para proteger el derecho de los asalariados y se limitó el derecho de huelga, se disminuyó significativamente el salario mínimo y se otorgó más poder al sector empresarial para disponer de sus empleados y sus puestos de trabajo. En el sistema de seguridad social chileno se crean Asociaciones de Fondos Previsionales, que son empresas de fondos privados que administrarían el servicio en una cuenta individual de capitalización (Pascual, 2008). Las ideas neoliberales en Chile responden a la necesidad de creación de un Estado autoritario que limite al máximo el ejercicio de la soberanía, se busca un monopolio en el poder, y en efecto, lo que se buscaba con la creación de los gobiernos de concertación donde el pueblo solo escucha y no tiene derecho a opinar frente a los diversos postulados políticos. Chile es uno de los países latinoamericanos con mayor tendencia a salvaguardar las políticas neoliberales, sin importar la precariedad en que se encuentra en estos momentos el sector social frente a temas básicos que se dice son responsabilidad del Estado; es así como la precarización de la salud, la asistencia social, la vivienda digna y el trabajo han pasado de ser derechos sociales a ser derechos de importancia individual. Es claro que las políticas de mercado de las empresas privadas fueron apoyadas por la dictadura chilena. Por otro lado, y sin olvidar lo que ha sido el discurso neoliberal para América Latina, en virtud de las políticas de acciones intervencionistas, gobiernos de talante clientelista y corporativista, se personaliza el poder en manos de las elites y se deforma la idea de la democracia participativa degenerando en una oligarquía pragmática que deja a la población en situación vulnerable y propende por la corrupción del sistema político de sus altos mandatarios. Latinoamérica hacia la década de 1990 ha sido gestora de los procesos lucrativos más significativos para la banca mundial debido al crecimiento de las corporaciones bancarias y multinacionales de Europa y Estados Unidos, la globalización de mercados y la apertura de fronteras y, por si fuera poco, el discurso neoliberal entra al continente de manera generosa, concentrando riqueza en manos de emporios privados, priorizando el pago de la deuda externa y descuidando aspectos como la educación, la salud y el empleo (Cademartori, 2002). 4.Neoliberalismo y democracia en América Latina Como ha sido materia de esta investigación, cada uno de los países latinoamericanos con mayor afluencia de políticas neoliberales ha entrado en la llamada ola de crisis democrática. El caso de Argentina es muy similar, ya se tocó el tema de privatización de la educación, pero dentro de los últimos diez años la decadencia en Argentina ha marcado hitos importantes frente al discurso y políticas neoliberales debido a la política de privatización de los yacimientos petrolíferos fiscales, mediante el plan “Houston”, debido a la alianza hecha con el estado de Texas, acuerdo realizado dentro de la candidatura de Carlos Menem. Verba Iuris 29 • pp. 43-61 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 57 el discurso neoliberal y sus relaciones con el campo jurídico Las políticas de privatización del mandatario argentino estaban orientadas por la idea de que las empresas estatales generaban pérdidas cuantiosas además de ser ineficaces y corruptas, ideas que poco a poco se fueron desvirtuando al confirmar, luego de las privatizaciones, que la deuda externa en vez de reducirse aumentó notablemente, no se generaron nuevos empleos ni se frenó la corrupción a nivel estatal. Todos los países latinoamericanos que han adoptado dentro de sus prácticas políticas el discurso neoliberal han mostrado patrones similares de desintegración del sistema democrático; en efecto, este movimiento nace de la esencia de lo que ha sido el liberalismo, pero no de la idea del liberalismo en lucha de las políticas individuales, sino de la capacidad de realizarlas, pues para esto se hace necesario partir del concepto de libertad, que más que un concepto es un derecho fundamental que solo podría ejercitarse si el ciudadano contara con las condiciones mínimas para hacerlo, tales como alimentación, salud, vivienda y educación, entendiendo que estas son condiciones mínimas que debe garantizar el Estado a sus asociados, en razón de una política de justicia y no de caridad. Es claro que renovar las condiciones de los países latinoamericanos sacudidos por el discurso neoliberal que propugna por la sobreprotección del mercado no es una tarea fácil; en efecto, se debe rescatar la idea inicial del sistema liberal, tal como lo manifestaba López Pumarejo: “la libertad sólo se realiza cuando el hombre alcanza a satisfacer dentro de la vida social el conjunto de sus necesidades económicas y sociales” (ABI/INFORM Global, 2005). El sistema neoliberal tiene ciertas características que son generalizadas en Latinoamérica a nivel de adopción de sus estrategias de 58 mercado, pues sus reglas han sido claras: reducción en sus costos de producción, incorporación de medios tecnológicos de países extranjeros y búsqueda de competitividad a nivel mundial a pesar de la desventaja que se tiene frente a los países del primer Mundo; reflejo de lo anterior es la concentración de riqueza en manos de los grandes agentes comerciales transnacionales. En síntesis, podemos afirmar que el discurso neoliberal afianza el pensamiento y la protección por los derechos del individuo midiendo cada paso de progreso desde una posición dual, costo- beneficio, desmantelando el Estado benefactor y convirtiéndolo en un Estado administrador, el cual prioriza a nivel interno las políticas de libre mercado. La esencia del movimiento neoliberal sigue el mismo patrón de comportamiento, pues las reformas estructurales han golpeado con gran fuerza a los gobiernos latinoamericanos en busca de iguales objetivos políticos; en efecto, la adopción de medidas y estrategias de mercado ha obligado a los países neoliberales a movilizar apoyos y capacidades institucionales que permitan el desarrollo exitoso de dichas medidas. La adopción de las ideas neoliberales le ha costado a Latinoamérica incalculables cifras de pérdida de capital y autoridad democrática, además de ser conscientes de que la aplicación de políticas de esta envergadura sobre contextos hiperinflacionarios tiende al fracaso; es así como se concluye que los sistemas del discurso neoliberal son un error que imposibilita a los países latinoamericanos a competir frente a los países del primer mundo. La ola de pauperización del sistema neoliberal ha sido demarcada por la crisis social, en virtud de la economía de los grupos empresariales que se han enriquecido y han generado para Verba Iuris 29 • pp. 43-61 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 mónica patricia fortich navarro sí un emporio capitalista de poder político y económico. Como conclusión de lo expuesto, se hace necesario replantear los postulados de las políticas de mejoramiento continuo de los países latinoamericanos que, después del fracaso neoliberal, debe levantarse de la precarización financiera y política y ha subsumido al mundo a la apertura de fronteras, globalización y economía de mercado. Desde los conceptos de Pierre Bourdieu la creación y reproducción del discurso neoliberal en América Latina ha buscado bajo mecanismos propios del sistema como lo es la globalización, la apertura económica y la privatización, la explotación salvaje e indiscriminada de la fuerza productora, tanto obrera como campesina, el aprovechamiento desigual de la utilidad de la explotación y exportación de recursos naturales y minerales que cada Estado en virtud y conciencia de su jurisdicción, soberanía y disposición sobre los mismos ha decantado en el aumento imperceptible de procesos de transnacionalización de la producción, distribución y consumo de los bienes públicos, en virtud de los contratos de concesión que no son más que la liberación por parte del ente estatal de sus funciones propias como sujeto de derecho y obligaciones jurídicas legalmente establecidas. Las tendencias neoliberales han sido denominadas como el mayor depredador del siglo XX, porque bajo la corriente de competitividad y eficiencia se busca el monopolio económico y judicial de los Estados y con ellos, de sus asociados. Pierre Bourdieu identifica este discurso como aquel que nace de la ideología utópica de un programa de destrucción metódica de los colectivos, es así como el autor ataca de manera frontal el discurso neoliberal como un nuevo modo de producción destructivo, que se evidencia en las nuevas medidas políticas tomadas para la protección de inversión extranjera en los Estados nacionales, la reducción y desprotección del sector asalariado en pro de una política de competencias individuales y libertad de empresa, entre otros. Finalmente, y siguiendo con Bourdieu, se destaca el carácter falsamente utópico del discurso neoliberal que se nutre de conceptos como desarrollo y libertad, que son bienes en sí mismos. La no vigilancia del Estado a las leyes de mercado es sinónimo de libertad, y en el plano social permitirá el crecimiento del individuo más fuerte. Solo una verdadera educación para la libertad en los países de Latinoamérica será el motor para el crecimiento de medianas y pequeñas empresas nacionales, de la ciencia y tecnología como puntos clave para el sistema de apertura económica y el ejercicio de la actividad comercial. Aumentando el trabajo y eliminando la economía informal, trabajando en productos de valor agregado con materia y mano de obra nacional se fortalece el crecimiento interno de los países latinoamericanos. Solo así se hablaría de una economía global no jerarquizada por el poder internacional, sino bajo la primacía de los fines esenciales del Estado, protección y garantía constitucional para los nacionales, como principal responsabilidad de los entes estatales. El término neoliberalismo se apoya en conceptos como privatización y reducción de gastos públicos y sociales, a las que se oponen fuerzas de resistencia social que reclaman lo que debe buscar –real y no nominalmente– un Estado Social de Derecho. Verba Iuris 29 • pp. 43-61 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 59 el discurso neoliberal y sus relaciones con el campo jurídico Conclusiones El discurso neoliberal se implementó sin consideración a su impacto o influencia dentro del colectivo social y en el plano del análisis teórico ello afecta la autonomía de dichos ordenamientos, construidos en apariencia con el consenso de todos los agentes y las fuerzas del campo. En la lógica de Bourdieu en el campo de batalla se produjo el triunfo de las fuerzas neoliberales y que fueron revestidas de legitimidad en los órdenes constitucionales. El proceso de asimilación de las políticas neoliberales en los países de estudio no entró en contradicción ni oposición con el sistema jurídico preexistente en el momento de su consagración al rango de norma constitucional, en ese sentido se puede anotar que goza de autonomía y legitimidad. El derecho de orientación neoliberal consagrado en las diferentes constituciones del continente penetró en los ordenamientos nacionales y se legitimó porque el producto de la promulgación legislativa se efectuó mediante el aparato formal de creación de la norma. La autonomía del campo jurídico continental, es decir, su capacidad para determinar internamente lo que es el derecho y lo que no lo es, está cuestionada teóricamente por el aparato crítico de esta investigación, pero no afecta el proceso de legitimidad social de los derechos nacionales. Referencias Álvarez, G. (2008). Efectos ilocucionario y perlocucionario en la teoría de los actos de habla y en sus posteriores reformulaciones. 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Alfonzo V. ** Resumen Las Empresas de Producción Social son entidades económicas dedicadas a la producción de bienes o servicios en los cuales no existen privilegios en el trabajo asociados a la posición jerárquica, con igualdad sustantiva entre sus integrantes, basadas en una planificación participativa y protagónica y bajo régimen de propiedad estatal, propiedad colectiva o la combinación de ambas. El presente artículo es producto de una investigación que tuvo como propósito analizar la regulación de las Empresas de Producción Social en el marco del ordenamiento jurídico venezolano. En cuanto a lo metodológico fue una investigación documental, en la modalidad jurídica-dogmática, de nivel analítico. La investigación concluye que si bien doctrinarios como El Troudi y Monedero (2006) brindan algún sustento teórico a este tipo de empresas, no tienen una regulación jurídica clara, a tal punto que indistintamente puede tratarse de una cooperativa o de una sociedad mercantil, lo cual es atentatorio del valor del Derecho seguridad jurídica. Igualmente, no existen criterios jurisprudenciales definidos, lo que confirma el vacío legal. Se recomienda que se promulgue un instrumento legal que regule específicamente este tipo de empresas, a los fines de garantizar los derechos y acciones de quienes las integran y quienes comercializan y establecen relaciones con ellas. Fecha de recepción: 22 de noviembre de 2012 Fecha de aprobación: 30 de mayo de 2013 * Artículo de reflexión, producto del proyecto de investigación “El Rol del Ministerio Público como titular de la Acción Penal en el Delito de Violencia Obstétrica”, ejecutado en la Universidad Bicentenaria de Aragua. Línea de investigación Estado, Sociedad y Desarrollo. Fecha de inicio, octubre de 2011. Fecha de culminación, septiembre de 2012. ** Docente investigadora de la Universidad Bicentenaria de Aragua. Magíster en derecho. noheliaalfonzo@ hotmail.com Verba Iuris 29 • pp. 63-77 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 63 regulación de las empresas de producción social en el marco del ordenamiento jurídico venezolano Palabras clave: Empresas de Producción Social, regulación, ordenamiento jurídico venezolano. Abstract The Social Production Enterprises are economic entities engaged in the production of goods or services where there are no privileges in the work associated with hierarchical position, with substantive equality between its members, based on a participatory, active planning and low ownership state, collective property or the combination of both. This article is the result of an investigation that was aimed to analyze the regulation of Social Production Enterprises in the context of Venezuelan law. As for what was a documentary research methodology in the legal-dogmatic method, analytical level. The research concludes that while Troudi and doctrinaire as The Wallet (2006) give a theoretical basis for this type of business, do not have a clear legal regulation, to the extent that it may be either a cooperative or a corporation, it value which is attenting law legal certainty. Similarly, there are no defined legal criteria confirming the loophole. It recommends the adoption of a legal instrument specifically governing such businesses, in order to guarantee the rights and actions of those who are members and those who market and establish relationships with them. Key Words: Social Production Enterprises, regulation, Venezuelan legal system. Introducción A la entrada del nuevo milenio, la convivencia humana descansa sobre las frágiles bases de un sistema social agotado en lo político, económico y cultural. Particularmente, en Latinoamérica surgen rebeliones y movimientos populares como el zapatismo en México, el Movimiento de los Sin Tierra en Brasil, el levantamiento indígena-popular-militar en Ecuador, hasta el llamado Argentinazo, que buscan avanzar hacia una sociedad postcapitalista que se plantea la necesidad de reconstruir el Estado, haciendo más eficaz su funcionamiento en aras de dar respuesta a los múltiples problemas de los pueblos. 64 De ahí que un nuevo modelo económico se abre paso en Venezuela. La gestión gubernamental hace énfasis en la conformación de cooperativas para impulsar el trabajo productivo a través de la capacitación y de la creación de asociaciones cooperativas con la finalidad de democratizar el acceso a los recursos y acabar con la exclusión social. Así la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece en su artículo 308 que: “El Estado protegerá y promoverá cualquier forma de asociación comunitaria para el trabajo, el ahorro y el consumo, bajo régimen de propiedad colectiva, con el fin de fortalecer el desarrollo económico del país, sustentándolo en la iniciativa popular”. Verba Iuris 29 • pp. 63-77 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 nohelia y. alfonzo v En este contexto nacen las empresas de producción social, las cuales, de acuerdo con el artículo 3 del decreto 3.895 Sobre Desarrollo Endógeno y Empresas de Producción Social (2005), son “unidades productivas comunitarias que tienen como objetivo fundamental generar bienes y servicios que satisfagan las necesidades básicas y esenciales de las comunidades y su entorno a través del trabajo digno de hombres y mujeres”.1 En estas no existen privilegios en el trabajo asociados a la posición jerárquica; existe igualdad sustantiva entre sus integrantes, basada en una planificación participativa y protagónica, y pueden funcionar bajo régimen de propiedad estatal, propiedad colectiva o la combinación de ambas. Asumiéndose las Empresas de Producción Socialistas como una estrategia fundamental en la conformación de una nueva estructura social, que permita una distribución más justa del ingreso y la riqueza, contribuyendo a trascender el conflicto distributivo entre capital y trabajo, permitiendo la superación de la economía rentista, capitalista y dependiente, sustituyéndola por una economía socialista caracterizada por los principios de cooperación, solidaridad, complementariedad y reciprocidad. social tienen entre sus finalidades principales: (a) fortalecer la economía popular y alternativa como medio para optimizar la distribución del ingreso y la riqueza e incrementar la calidad de vida del pueblo bajo principios de justicia y equidad; (b) producir bienes y servicios que satisfagan necesidades básicas y esenciales, mediante la participación comunitaria; (c) generar beneficios colectivos, mediante mecanismos de propiedad comunitaria, gestionados y controlados democráticamente. Al respecto, Puga señala que: El gobierno nacional ha propuesto este tipo de Empresas como elemento fundamental para el desarrollo del modelo productivo venezolano, en diversos sectores de la economía, en especial aquellos considerados estratégicos tales como el sector de minas y el sector de hidrocarburos. Así, en el contexto de la elaboración de un nuevo modelo productivo rumbo a la construcción de un nuevo sistema económico en el marco del socialismo bolivariano, hoy en construcción, las empresas de producción Así, en la actualidad se observa un gran auge de empresas de este tipo. Al respecto el Ministerio del Poder Popular para las Industrias Básicas y Minerías señala que en el año 2008 el país contaba con 163 Empresas de Producción Social Operativas. Ahora bien, las Empresas de Producción Social no son una figura jurídica propiamente, su característica principal es el trabajo asociado. Por ello este modelo de empresa puede ser utilizado por una cooperativa por su naturaleza colectiva o por una empresa de naturaleza mercantil que necesariamente en su acta constitutiva incluya como aspectos principales la modalidad de empresa de trabajo asociado y de propiedad colectiva, con la función de producir socialmente. Regulación de las Empresas de Producción Social en el marco del Ordenamiento Jurídico Venezolano. Universidad Bicentenaria de Aragua. Línea de investigación Estado, Sociedad y Desarrollo. Artículo de revisión. En tal sentido, Torrealba señala que “el Estado siendo el encargado de determinar jurídicamente su naturaleza, concretamente no termina por decidir el destino de dicha institución, la cual en algunas ocasiones, tiene naturaleza de carácter mercantil, 1 Verba Iuris 29 • pp. 63-77 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 65 regulación de las empresas de producción social en el marco del ordenamiento jurídico venezolano cooperativista o civil, según sea el caso”. De ahí que muchos sectores han orientado las finalidades de estas hacia aspectos de carácter doctrinario. Cabe destacar que tanto el Decreto 3.895 Sobre Desarrollo Endógeno y Empresas de Producción Social (2005) como el Instrumento Normativo Interno sobre la Promoción, Funcionamiento y Fiscalización de las Empresas de Producción Social (2006), señalan que la misma se rige por principios de igualdad y solidaridad; lo cual resulta muy difícil si no se posee un basamento jurídico propio, ya que la misma se erige sobre las figuras tradicionales previamente señaladas. Una de las más importantes características de estas empresas es que no contemplan la contratación de trabajo asalariado. De acuerdo con El Troudi y Monedero (2006), el trabajador que aspire a participar en este modelo colectivo de propiedad adquiere un compromiso social con la empresa y debe procurar su desarrollo integral; esto implica, entre otras cosas, que la remuneración podrá ser mediante formas alternativas de pago distintas al dinero, lo cual resulta contrario al ordenamiento jurídico vigente, particularmente a la Ley Orgánica del Trabajo y a la propia subsistencia y calidad de vida, lo que evidencia una superposición de normas que resultan contradictorias y contraproducentes frente al orden social. De allí que Torrealba (Op. cit.) señala que es necesaria la regulación de las Empresas de Producción Social de un modo más concreto, dado que no pueden considerarse iguales a las cooperativas, y mucho menos a las sociedades mercantiles en las que puede haber diferenciaciones entre accionistas respecto al número de acciones o al cargo que detenten. 66 Tampoco su finalidad se corresponde con el objeto de las asociaciones civiles. No obstante, de acuerdo con el decreto mencionado estas pueden constituirse bajo la figura de cooperativa o de sociedad mercantil, lo cual como ya se señaló, resulta inadecuado para este nuevo tipo de empresas. Por lo que a juicio de quien escribe para la materialización de estas, es necesaria la regularización correspondiente a una nueva forma asociativa diferente. Ya que la indeterminación de sus conceptos, la falta de una ley especial que regule esta institución, la carencia de mecanismos que señalen el modo de rendición de cuentas que deben realizarse sobre dicha figura, hace que en la práctica su aplicabilidad esté marcada de grandes desventajas, por lo que su utilidad práctica y ventajas jurídicas resultan poco evidentes. De allí que el artículo es producto de una investigación documental que tuvo como propósito analizar la regulación de las Empresas de Producción Social en el marco del ordenamiento jurídico venezolano. El artículo está estructurado en tres partes: introducción, resultados y conclusiones. Características de las Empresas de Producción Social en Venezuela El gobierno nacional ha propuesto el modelo de Empresas de Producción Social como elemento fundamental para el desarrollo del modelo productivo venezolano, en diversos sectores de la economía, en especial aquellos considerados estratégicos como el sector de minas y el sector de hidrocarburos. En este Verba Iuris 29 • pp. 63-77 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 nohelia y. alfonzo v sentido, son entidades económicas dedicadas a la producción de bienes o servicios con un alto contenido social y en donde prevalecen principios de igualdad, cooperación, solidaridad, complementariedad y reciprocidad. Las Empresas de Producción Social han estado promovidas durante los últimos dos años como una línea de política por parte de organismos estatales. Estas pueden clasificarse de acuerdo con el tipo de actividad, por su tamaño y según la naturaleza de su capital. Como empresas, se espera que operen de manera eficiente con márgenes de rentabilidad moderados, es decir, que ofrezcan precios justos a los demandantes, una vez que prevalece el interés de maximizar el aporte social y no el económico. Desde el punto de vista de la actividad económica, existen empresas de Producción Social dedicadas a la producción de bienes y se encuentran en sectores primarios de la economía (agricultura, ganadería y minería) y secundarios (industria). Su tamaño es variable y abarca desde grandes empresas hasta pequeñas empresas. Como ejemplo de grandes empresas de producción industrial están las once promovidas por el Estado para la transformación de minerales en productos de mayor valor agregado, entre ellas la EPS Siderúrgica Nacional, EPS Servicios de Laminación y EPS Tubos sin costura. Otras empresas se dedican a los servicios de transporte, seguridad, mantenimiento, telefonía, almacenamiento, asistencia técnica, y abarcan generalmente a pequeñas empresas llamadas a organizarse para asociarse, expandir sus servicios a otras áreas (bancaria, administradora de fondos de inversión, seguros, consultoría) y fortalecer su posición ante el mercado. Por último, se encuentran las Empresas de Producción Social comercializadoras que intervienen en los canales de distribución, posición vulnerable ante las grandes empresas privadas que también ofrecen estos servicios. Como se puede observar, estas empresas participan en los mismos sectores en donde concurren empresas privadas y estatales. El tamaño de las empresas también es un elemento diferenciador. Las pequeñas empresas se han generado en mayor escala por la relativa sencillez del proceso para crearlas y promoverlas. Se dedican a la producción y a prestar servicios a escala comunitaria, algunas de ellas, tal como se mencionara, prestan servicios a organismos públicos con los cuales establecen contratos de servicios. Las grandes son aquellas cuya actividad genera amplias redes y tienen incidencia en la economía estructural, en la generación de empleo directo e indirecto. Entre ellas se encuentran las estatales, como las recién promovidas empresas industriales pertenecientes a la Compañía Nacional de Industrias Básicas (CONIBA), y las de capital mixto, impulsadas por la asociación del Estado con empresas extranjeras persiguiendo la transferencia de conocimientos tecnológicos. Por último, la naturaleza del capital de una Empresas de Producción Social puede ser estatal, privado, comunitario o mixto. Este factor es tan importante como los anteriores para definir la fuerza de estas empresas tendrían que modificar la estructura y funcionamiento de los mercados como elemento que maximice el bienestar en general. En la actualidad, las Empresas de Producción Social son figuras que están bajo la tutela Verba Iuris 29 • pp. 63-77 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 67 regulación de las empresas de producción social en el marco del ordenamiento jurídico venezolano de algún organismo público. En el contexto de la formación de un nuevo modelo productivo rumbo a la construcción de un nuevo sistema económico en el marco del socialismo bolivariano, hoy en construcción, las empresas de producción social tienen las siguientes finalidades, constituyéndose estas en la célula fundamental del nuevo modelo: • Fortalecer la economía popular y alternativa como medio para optimizar la distribución del ingreso y la riqueza e incrementar la calidad de vida del pueblo bajo principios de justicia y equidad. • Producir bienes y servicios que satisfagan necesidades básicas y esenciales, mediante la participación comunitaria. • Generar beneficios colectivos, mediante mecanismos de propiedad comunitaria, gestionados y controlados democráticamente. • En esta misma dirección saltan a la vista entonces los principales rasgos característicos de este tipo de empresas de producción social, que son los siguientes: • La propiedad es colectiva, ya que el control de los medios de producción no es ni privado ni estatal; es de la comunidad o del colectivo de los trabajadores, esto al menos es lo que señala la teoría, pues en la realidad se observa que el capital es 100% del Estado. • Su objetivo es generar puestos de trabajo estables, • La producción está fundamentada en la solidaridad, la cooperación, la complementariedad, reciprocidad y sustentabilidad de sus miembros, construyendo así las nuevas relaciones sociales de producción. • El trabajador tiene un compromiso social y procura su desarrollo integral. Cuadro 1. 68 Verba Iuris 29 • pp. 63-77 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 nohelia y. alfonzo v • La producción se destina a satisfacer las necesidades básicas y esenciales de la colectividad • Desarrollan las cadenas productivas, incorporando valor agregado nacional (redes productivas). • Reinvierten sus excedentes en la producción social, su finalidad no es la generación de lucro. • Mantienen precios de ventas solidarios en sus productos y servicios. • Impulsan la desconcentración territorial. • Operan en forma armónica con el medio ambiente. • La remuneración de los trabajadores se realiza bajo el criterio del aporte de trabajo que cada quien realice. A continuación se presenta el cuadro 1, que muestra una síntesis de las principales características de las Empresas de Producción Social. Cabe destacar que ahora los nuevos emprendimientos y las empresas reconvertidas a cooperativas o migradas a empresas de producción social se encuentran con nuevos requerimientos por cumplir para acceder a programas de compras del Estado, financiamiento subsidiado, entre otros. Estos requerimientos se relacionan con el compartimiento de la propiedad y la gestión entre sus miembros y el compromiso de transferir parte del excedente generado a la comunidad en su entorno. Es decir, que las condiciones para el desarrollo y crecimiento de las nuevas empresas parecen en cierta forma ser aún más exigentes que antes. Por una parte tienen la exigencia de operar eficientemente y satisfacer las necesidades de sus clientes (estatales o públicos), si quieren operar con pleno empleo y generar excedentes que puedan ser repartidos. Por otra parte, en numerosas ocasiones reciben presiones para la distribución social de un excedente que todavía debe ser asegurado. Frente a estos condicionantes, el desarrollo de las nuevas formas de propiedad y gestión parece avanzar lentamente. El Estado ha venido estimulando el desarrollo de empresas de producción social, como parte de una estrategia de democratización en la generación y reparto de la riqueza y como instrumento de inclusión social progresiva. Con este propósito se han establecido programas de asistencia financiera, asistencia técnica y apoyo desde las compras del Estado para las nuevas empresas. Sin embargo, dentro de una situación general de dificultades para estabilizar los nuevos negocios, se han observado situaciones dispares. En los casos en que las nuevas empresas se hallan constituidas exclusivamente por personal obrero y técnico medio, estas exhiben claras limitaciones para establecer un proyecto viable y factible de desarrollo e implementar una gestión adecuada a los requerimientos de desarrollo organizacional. Incluso para nuevos emprendimientos. Existen carencias agudas en todos los niveles para completar el ciclo de gerencia en cada una de las actividades y en muchos de ellos ni siquiera existe un tren gerencial que pueda asegurar el funcionamiento de la empresa. Esta situación se refleja en la baja o nula capacidad para asegurar un producto seguro a los clientes en cuanto a precio, cantidad, oportunidad y calidad, lo cual explica la prudencia y tibieza con que las grandes empresas como Petróleos de Venezuela (PDVSA) parecen estar incorporando a estos nuevos actores como proveedores. Verba Iuris 29 • pp. 63-77 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 69 regulación de las empresas de producción social en el marco del ordenamiento jurídico venezolano En los casos en que existe además algún tipo de capacidades gerenciales (situación extensible a las empresas preexistentes, migradas como empresas de producción social), las posibilidades de éxito resultan mayores. En el aspecto financiero, si bien la transformación en cooperativas facilita el acceso a financiamiento oficial, cuando este no fluye en la cantidad y oportunidad esperada (lo cual ocurre con frecuencia), el acceso a financiamiento alternativo de la banca comercial se dificulta por las características de las nuevas empresas. distintos, ocasiona obviamente conflictos que generalmente crean problemas para seguir adelante. Estas empresas truncan su proceso de cambio o derivan a soluciones pragmáticas que no siempre tienen mucho que ver con la imagen objetivo que presenta el gobierno para este nuevo sector. Se ha detectado además que muchas veces las nuevas empresas (o los proyectos para generarlas) tienden a ceder a las presiones externas para comprometer repartos del excedente con fines sociales cuando aún no está garantizada la sobrevivencia de la propia empresa. Esta inversión de prioridades (el reparto comunitario sobre la generación primaria del excedente operativo) puede ahogar las posibilidades de desarrollo de los nuevos emprendimientos. La investigación permite señalar que no hay un régimen jurídico claramente definido para estas empresas; la figura solo se menciona en dos normas especiales. Así, se tiene que el Decreto 3.895, que se limita a definirlas, sin establecer regulación alguna al respecto y, por otra parte, el Instructivo, en el que se regulan de un modo más detallado la promoción, funcionamiento y control de las mismas, aunque solo en actividades relacionadas con el Ministerio de Industrias Básicas y Minería. El hecho de que la mayoría sean cooperativas, en donde los pagos a sus integrantes no se realizan bajo salario sino por asignaciones, tiende en ocasiones a acentuar estos aspectos, poniendo en peligro condiciones básicas para el aseguramiento del trabajo decente en los términos que lo define la Organización Internacional del Trabajo. No obstante, se puede afirmar que este tipo de empresas está consagrado en el texto fundamental; así, el artículo 70 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRVB, 2009) establece que son medios de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía, (…) y en lo económico, las instancias de atención ciudadana, la autogestión, la cogestión, las cooperativas en todas sus formas, incluyendo las de carácter financiero, las cajas de ahorro, la empresa comunitaria y demás formas asociativas guiadas por los valores de la mutua cooperación y la solidaridad. Por último, y en el caso de empresas tradicionales ahora reconvertidas para aprovechar la multiplicidad de apoyos del Estado, la transformación en empresas de producción social trae problemas de ajuste que muchas veces no pueden ser superados. El reparto de responsabilidades y poder de decisión en procesos donde cada uno llega con conocimientos y grados de tenencia de la propiedad 70 Fundamentos legales de las Empresas de Producción Social en Venezuela En tal sentido, la Constitución promueve la creación de diferentes organizaciones de carácter económico con el fin de incentivar la Verba Iuris 29 • pp. 63-77 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 nohelia y. alfonzo v participación de la ciudadanía en los aspectos sociales y económicos, por lo que las Empresas de Producción Social constituyen una de estas formas de organización de la sociedad civil. justicia social, eficiencia, libre competencia, productividad y solidaridad. En concordancia con el artículo 308 ibídem que establece que: Cabe destacar que este derecho a participar responde a una aspiración de la sociedad civil organizada que tiene la necesidad de intervenir en la mejora de la gobernabilidad y a un cambio de paradigma de una democracia representativa a una democracia participativa. El Estado protegerá y promoverá (…) cualquier otra forma de asociación comunitaria para el trabajo, el ahorro y el consumo, bajo régimen de propiedad colectiva, con el fin de fortalecer el desarrollo económico del país, sustentándolo en la iniciativa popular. Se asegurará la capacitación, la asistencia técnica y el financiamiento oportuno. Por su parte, el artículo 118 del texto fundamental reconoce el derecho de los trabajadores y trabajadoras, así como de la comunidad para desarrollar asociaciones de carácter social y participativo, como las cooperativas, cajas de ahorro, mutuales y otras formas asociativas. De allí que el Estado Venezolano promueve la creación de asociaciones sociales y participativas, en especial las que tienen que ver con el trabajo asociado y su carácter generador de beneficios colectivos y, por esta razón, protege a su vez dichas instituciones en función de ampliar la economía popular y alternativa. Asimismo el precitado artículo consagra que la ley creará mecanismos abiertos y flexibles para que los estados y los municipios descentralicen y transfieran a las comunidades y grupos vecinales organizados los servicios que estos gestionen previa demostración de su capacidad para prestarlos. Resulta evidente entonces el rango constitucional de la economía social a través de sus diferentes expresiones, como cooperativas, cajas de ahorro, mutuales y otras formas asociativas, como fuentes generadoras de empleo y de bienestar social, y de allí que se propicie su creación. Igualmente, el artículo 299 ejusdem consagra los principios del sistema socioeconómico: Por su parte, el Decreto relativo al desarrollo endógeno y las empresas de producción social (2005) señala en su consideración primera, que corresponde al Ejecutivo nacional impulsar el desarrollo endógeno que permita la transformación, en el país, de materias primas e insumos provenientes del territorio nacional a través de la producción, transferencia, difusión y uso de conocimientos y tecnologías al sector transformador, dirigido al sector industrial, teniendo en cuenta su potencial para sustentar un proceso de crecimiento económico y el empleo productivo, estable y bien remunerado. De allí que estos caminos abiertos para la participación económica del pueblo, por la Constitución y las diferentes leyes, se convierten en una cadena que busca el establecimiento de una economía de rasgos sociales y no individuales, aunque de igual manera garanticen la propiedad privada en una forma clara. Igualmente, el artículo 6 del Acuerdo Marco de Promoción, Estímulo y Desarrollo de las Empresas de Producción Social (2005) establece que dichas empresas se comprometen a retribuir al pueblo las facilidades otorgadas por el Estado con las siguientes acciones: Verba Iuris 29 • pp. 63-77 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 71 regulación de las empresas de producción social en el marco del ordenamiento jurídico venezolano • Promover la generación de puestos de trabajo, productivos y estables. • Transformar la materia prima facilitada, a los fines de establecer precios solidarios de los productos resultantes. • Crear un Fondo de Producción Social que estará constituido como mínimo por diez por ciento (10%) de los excedentes de las Empresas de Producción Social, individualmente concebidas, a los fines de garantizar su reinversión en beneficio de las comunidades. • Crear relaciones de producción basadas en los principios de solidaridad, cooperación, complementariedad, reciprocidad, equidad y sustentabilidad. • Operar en armonía con el medio ambiente. • Permitir la fiscalización y control de sus actividades, por el representante que se designe, ello con el fin de verificar el cumplimiento de los compromisos sociales. En el caso de que el o los representantes designados para la fiscalización de las Empresas de Producción Social verificaran que dichas empresas no estuvieren cumpliendo con los compromisos sociales, procederán a retirar los incentivos otorgados por el Gobierno Bolivariano para el funcionamiento de las mismas. • Crear alianzas estratégicas con otras Empresas de Producción Social (EPS), a los fines de maximizar los beneficios colectivos. • Programar y difundir campañas de información e integración de la comunidad en los procesos productivos sociales que se adelanten. En tal sentido, el acuerdo mencionado tiene por objeto facilitar el establecimiento de 72 compromisos específicos para profundizar el desarrollo endógeno y la construcción del nuevo modelo productivo, mediante el esfuerzo conjunto entre el Gobierno y las comunidades, a través de la constitución de Empresas de Producción Social, en torno a los núcleos de desarrollo endógeno, donde las empresas básicas se constituyen en la fuerza motriz y dinamizadora del desarrollo integral de las comunidades al tiempo que promueven el desarrollo de sus cadenas productivas. Por su parte, el artículo 12 de la Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal (2010) establece que: La Empresa de Propiedad Social Directa Comunal será constituida mediante Documento Constitutivo Estatutario, acompañado del respectivo proyecto socioproductivo, haciendo este último las veces de capital social de la empresa, el cual será elaborado con base en las necesidades y potencialidades de las comunidades de la instancia del Poder Popular al que corresponda, y de acuerdo al Plan de Desarrollo del correspondiente sistema de agregación comunal. Igualmente, el artículo 13 ejusdem señala que la “Empresa de propiedad social indirecta comunal será constituida mediante Documento Constitutivo Estatutario, de acuerdo a las normativas que rijan al órgano o ente público encargado de su constitución”. Criterios jurisprudenciales sobre las Empresas de Producción Social en Venezuela Se hallaron pocas sentencias en las que una Empresa de Producción Social formara parte del tema y en las que se analizaron se encuentran criterios disímiles, lo que da cuenta de la falta de claridad jurídica frente a este nuevo tipo de empresas socialistas. Dichos criterios se evidencian en los cuadros 2 y 3, a continuación. Verba Iuris 29 • pp. 63-77 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 nohelia y. alfonzo v Cuadro 2 Cuadro 3. Verba Iuris 29 • pp. 63-77 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 73 regulación de las empresas de producción social en el marco del ordenamiento jurídico venezolano Conclusiones Las novísimas formas de organización y participación de la comunidad derivadas de la norma constitucional y los diversos instrumentos legislativos que la desarrollan han sido rebasadas en el ámbito jurídico, dada la explosión del poder comunal como expresión suprema de la democracia participativa y protagónica, que abraza los valores de la cooperación, la solidaridad, complementariedad, inclusión y desarrollo humano. La pequeña y mediana industria y las unidades de propiedad social son inexorablemente fuentes de desarrollo autosustentable, que redundan en la ocupación laboral de las distintas organizaciones sociocomunales de la Nación, ya que generan constantemente nuevas inversiones, instituyéndose así en un mecanismo de energía activa y propulsora de la economía, que respalda el progreso nacional equitativo. La perspectiva bajo la cual se pretendió orientar el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley sobre Desarrollo Endógeno y Empresas de Producción Social (2005), es la social, en donde el modelo productivo debe responder a las necesidades comunitarias estando menos subordinados a la reproducción del capital y dirigido a alcanzar un crecimiento sostenido. El nuevo modelo productivo debe fundarse en referencias orientadas hacia la satisfacción de las aspiraciones comunes y la justicia social, en el marco del desarrollo sustentable, donde el núcleo del proceso productivo sea el beneficio del ser humano. Es necesario incorporar definiciones y enfoques sobre las nuevas formas de la organización productiva que permitan modificar las relaciones de producción y transformarlo en 74 un modelo socioproductivo, basado en las pequeñas y medianas industrias y unidades de propiedad social, como entes comunitarios, cuyo objetivo fundamental es la generación de bienes y servicios que satisfagan las necesidades básicas y esenciales de la comunidad, mejorando el entorno socioambiental y privilegiando los valores de la solidaridad, cooperación y complementariedad. La necesidad imperiosa de contribuir con el impulso de las iniciativas locales a partir de las pequeñas y medianas industrias y unidades de propiedad social, atendiendo a los requerimientos de las comunidades y sus potencialidades, demanda el ajuste y adecuación de la estructura del Instituto Nacional de Desarrollo de la Pequeña y Mediana Industria, inmerso en el objetivo estratégico de empoderar al pueblo, dotándolas de la estructura administrativa legal y técnico-financiera para operativizar las políticas, proyectos y programas que debe ejecutar, además del fortalecimiento de la institución, a través de la transferencia de activos y pasivo del Fondo de Crédito Industrial (FONCREI), garantizando de esta manera el financiamiento oportuno de los proyectos de inversión del sector. Aunado a lo anterior y ante las deficiencias que se han verificado en la instrumentación de los planes, se pretende corregir este relevante aspecto mediante la creación de dos sistemas de apoyo para la información y difusión de los mismos, a saber: el sistema de información para la pequeña y mediana industria y unidades de propiedad social y el sistema de taquilla única, por medio de los cuales se creará una plataforma tecnológica. En este contexto surge la figura de la Empresa de Producción Social (EPS), como entidad económica que se dedica a la producción de Verba Iuris 29 • pp. 63-77 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 nohelia y. alfonzo v bienes y servicios en las cuales el trabajo tiene significado propio, no hay ningún tipo de discriminación social, es planificada y participa de manera protagónica y funciona bajo un régimen de propiedad estatal, la cual nace con la misión de satisfacer las necesidades de la sociedad, cumpliendo una labor social de manera eficiente. Estas han estado promovidas durante los últimos dos años como una línea de política por parte de organismos estatales, y las formas de organización dentro del sector de la economía social se han expandido para albergar a estas. Sin embargo, a pesar de una considerable proliferación de nuevas formas de organización, estas organizaciones no poseen la fortaleza necesaria para incursionar en los mercados en donde concurren empresas privadas y públicas, las cuales poseen posiciones de mercado consolidadas, estrategias de mercadeo y comercialización, recursos financieros y humanos, y acceso a tecnologías. En cuanto a los fundamentos legales de las Empresas de Producción Social en Venezuela, se concluye que no existe una regulación jurídica clara de este tipo de empresas, las cuales no cuentan con un marco legal que establezca formas de creación, organización, figura jurídica, incentivos, entre otros aspectos importantes que sí están establecidos en las normas jurídicas para las empresas privadas y estatales. Ante esta desventaja legal, es evidente que la política de fortalecimiento de la economía social, sector que ha logrado beneficios en otros países al promover empleo y grados de participación de las comunidades, tendrá un éxito condicionado a la existencia de instrumentos jurídicos que coadyuven a su sostenibilidad. En este sentido, se vislumbra la defensa de la competencia como uno de los aspectos que deben desarrollarse. - Al respecto el ingeniero José Piñango (2011), asesor de la gerencia de las Empresas de Producción Social de PDVSA, admite que la ausencia de legislación acerca de las denominadas Empresas de Producción Social (EPS) crea incertidumbre en las cooperativas que las conforman, por el limbo jurídico en que se encuentran. - El diputado Iván Lugo (2011) considera que la figura debe establecerse en una reforma del Código de Comercio. Asimismo, dijo que existe en el Registro de Empresas de Producción Social un total de 944 para el 28 de julio de 2006 en los estados Barinas (290), Caracas (449), El Palito (256), Maracaibo (794), Maturín (330), Paraguaná (305), Puerto La Cruz (270) y San Tomé (486). - En cuanto a la jurisprudencia venezolana, se concluye que no existe un criterio pacífico con relación a este tipo de empresas, lo que evidencia la poca claridad en su escasa y laxa regulación jurídica. Referencias Propiedad y Gestión de las Organizaciones en la Transición Hacia el Socialismo del Siglo XXI. Caracas: ILDIS. Consejo Nacional de Promoción de Inversiones. Empresas de Producción Social. Documento en línea. Disponible en: www.conapri. org Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2009). Gaceta Oficial No. 5.908. Febrero 19. Verba Iuris 29 • pp. 63-77 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 75 regulación de las empresas de producción social en el marco del ordenamiento jurídico venezolano Decreto Nº 3.895 (2005). Sobre Desarrollo Endógeno y Empresas de Producción Social. Gaceta Oficial No. 38.271, 12 de septiembre. El Troudi, H. y Monedero, J. (2006). Empresas de Producción Social Instrumento para el Socialismo del Siglo XX. Caracas: Centro de Investigaciones Miranda. García, J. (2008). Políticas de Estado como Sustento de la Organización Ciudadana. Trabajo de investigación para optar al título de post-doctorado en gerencia de las organizaciones en el Centro de Investigación de Ciencias Administrativas y Gerenciales. Universidad Rafael Belloso Chacín. Guzmán, D. (2008). Análisis de las Empresas de Producción Social y su Beneficio para la Comunidad. Trabajo especial de grado para optar al grado de licenciado en contaduría pública. Monagas: Universidad de Oriente. 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Colombia • ISSN: 0121-3474 77 césar oliveros aya Individualidad sublimada: Lugares comunes en la violencia de género* César Oliveros Aya** Resumen El presente artículo aborda de manera general las implicaciones de la violencia de género como uno de los retos urgentes que tiene el Derecho Constitucional al inicio de la segunda década del siglo XXI. Destaca los tópicos que han ido construyéndose a partir del discurso de los derechos de género y cómo se sustentan en el marco del maltrato a la mujer, entendido como un mecanismo disuasorio de superación y evolución de los esquemas patriarcales. Se explica la connotación de la formación jurídica con perspectiva de género, pasando luego a una descripción de la violencia de género como figura anómala en una sociedad y culmina con el enfoque dado por los filmes Te doy mis ojos, de la realizadora española Iciar Bollaín y Rompecabezas, de Natalia Smirnoff, aportes cinematográficos de gran significado para traducir en visiones prácticas un flagelo que en países de habla hispana cada vez cobra mayor cantidad de víctimas y cuyas causas de ralentizada solución no se diferencian en mayor medida de la vivencia colombiana. Palabras clave: Cine, Constitución, derechos humanos, género, maltrato, violencia doméstica. Abstract This article discusses generally the implications of gender violence as one of the urgent challenges in the constitutional right, starting the second decade of this century. Stresses the topics that have been constructed through the discourse of gender rights and how to sustain under the abuse of women, understood as a Fecha de recepción: 18 de febrero de 2013 Fecha de aprobación: 29 de abril de 2013 * Artículo resultado de la investigación “El argumento de los derechos de género en el cine iberoamericano”, adelantada en la Facultad de Derecho de la Universidad Militar Nueva Granada durante el año 2012. ** Abogado, especialista en Derecho Constitucional; magíster en Docencia e Investigación Universitaria, doctorando en Bioética; experto en lenguaje cinematográfico e historia del cine; docente investigador de la Universidad Militar Nueva Granada, director de la línea “Derecho, Cine y Pedagogía”. cesar.oliveros@ unimilitar.edu.co Verba Iuris 29 • pp. 79-95 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 79 individualidad sublimada: lugares comunes en la violencia de género deterrent for improvement and evolution of patriarchal schemes. It explains the connotation of legal education with a gender perspective, moving to a description of gender violence as anomalous figure in society and culminates with the approach taken by Take My Eyes film of Spanish filmmaker Iciar Bollaín, and Puzzles, by Natalia Smirnoff, cinematic contributions of great significance to translate visions into practical a scourge speaking countries increasingly becomes biggest victims and the causes of slowed solution does not differ more from the Colombian experience. Key words: Abuse, cinema, Constitution, domestic violence, gender, human rights. Introducción Durante mucho tiempo la mujer ha sido catalogada como un “ser inferior”, de menor categoría que el hombre, y por ende, subvalorada en su inteligencia y en sus potencialidades. Esto ha llevado a que la mujer sea marginada no solo en el ámbito laboral, social, religioso, sino hasta en su propia familia. ¿Cuántos padres al enterarse de que van a tener una niña se sienten desilusionados, decepcionados y hasta fracasados? Es como si su dignidad y orgullo masculino hubiera sido arrebatado por un ser que engendró y que solo representa una gran frustración que nunca llenará con ningún tipo de satisfacción su propia vida. Es desde allí, desde la propia formación en el vientre de la madre, donde empieza a menoscabarse la dignidad de la mujer. Ese rechazo a tan temprana edad empieza a generar en ella todas las inseguridades y miedos que, a la larga, van a ser el pilar de una personalidad con baja autoestima, que aceptará en el futuro todo tipo de rechazos, humillaciones y maltratos. Pero al parecer la sociedad colombiana ya se acostumbró a esos maltratos. Ya para nadie resultan sorprendentes las violaciones, acosos, maltratos físicos y psicológicos que se 80 dan todos los días a las mujeres de todas las edades, estratos y condiciones. Aunque la mujer, independientemente del estrato social al que pertenezca, ha recibido una impronta sociocultural para aceptar vejámenes infundados desde el esquema patriarcal de relaciones, la aceptabilidad del fenómeno se convierte en una especie de retribución; pero sobre todo permeado por el miedo a que el hombre la deje, advirtiéndose una suerte de consentimiento que ha decantado en abuso, violación, infidelidad y maltrato extensivo a los propios hijos. Cuando lo anterior sucede en las clases inferiores, pareciera que todo es rutinario en el devenir de la sociedad, y los medios de comunicación incluso se encargan de masificarlo como una conducta frente a la cual no debe existir mayor preocupación. Pero en estratos altos sí aborda la perspectiva de un escándalo, como si las mujeres de clases inferiores tuvieran menos valor que las mujeres de mejores condiciones económicas. La educación que se recibe del entorno familiar se refleja en las generaciones subsiguientes. No es una situación tan novedosa, en realidad podría afirmarse que se trata de un uso social que va heredándose. Los nuevos escenarios de reconocimiento femenino han ido, lentamente, superando Verba Iuris 29 • pp. 79-95 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 césar oliveros aya dichos esquemas de poder. No obstante, los escenarios de poder significativo a nivel laboral, político, no han abierto aún espacios importantes para la ruptura definitiva de esa perspectiva. En el ámbito de Suramérica, países como Argentina y Chile han tenido gobiernos femeninos; en Colombia aún no se expresa la confianza hacia la mujer porque aún existe subvaloración que parte del género mismo. La propia mujer se ha encargado de mantenerse en ámbitos de menosprecio. El discurso religioso de índole marcadamente patriarcal ha contribuido a ese estancamiento, es el perfil de la mujer como ente doméstico a quien le está vedado pensar, opinar, actuar y controvertir. En un panorama como el anteriormente referido, no resulta extraño que haya abonado un hábitat en el que florecen y se cosechan toda clase de agresiones físicas y psicológicas, al que las mujeres terminan por acostumbrarse y aceptar sin resentimientos. Y es que la discriminación hacia la mujer ha llegado en Colombia a muchos escenarios. En las empresas en muchas ocasiones la mujer es bloqueada hasta cierto punto en el organigrama empresarial, donde la escala de cargos ejecutivos y directivos está relegada en forma exclusiva al hombre, ofreciéndole en muchos casos, labores que no están acordes con su preparación académica. Lo peor del caso es que algunos directivos se aprovechan de estas ventajas para acosar a sus subalternas, a cambio de ciertas “retribuciones”. Así mismo se presentan discriminaciones en el propio círculo religioso. Tal es el caso de la Iglesia católica, donde es imposible pensar en que alguna mujer pueda ser sacerdote, obispo y, por supuesto, tener un pontificado. Aquí las mujeres están llamadas a la hermandad, encerradas en conventos o en el manejo de la educación en los colegios. Pero hay religiones que llegan a ser más discriminadoras para la mujer, como es el caso de los islámicos. Allí la mujer es prácticamente el ser encargado, en forma exclusiva, de la reproducción, el cuidado de los hijos y las labores domésticas. Es en esta cultura donde la mujer es más pisoteada por la sociedad, siendo ocultada tras una burka que le cubra sus imperfecciones y que restrinja todas sus necesidades, que a la larga no son importantes para nadie. Pero la mujer allí ya está acostumbrada a esto y vive “feliz” porque el Corán lo ordena. Otro escenario de discriminación son las propias universidades y centros de formación académica. Muchas veces se ha visto que en ciertas carreras como las ingenierías, en especial mecánica, de petróleos y en escuelas aeronáuticas la aviación, la mayoría de los estudiantes son hombres. En Colombia se ha presentado una esquematización de las carreras profesionales, relegando las carreras de tipo artístico, secretariados y las profesiones de la salud para las mujeres. Esto se evidencia en el elevado número de inscripciones del género femenino para dichas formaciones. Es así que en carreras como enfermería o bacteriología por cada 50 mujeres se encuentra tan solo 1 hombre. Esto se debe a la concepción previa que se tiene acerca de que la mujer es más sensible, delicada y frágil y que esto le permite llevar a cabo estos oficios, los cuales pueden ser poco dignos y glamorosos para los hombres, ya que podrían poner en entredicho su propia “hombría”. Verba Iuris 29 • pp. 79-95 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 81 individualidad sublimada: lugares comunes en la violencia de género Así las cosas, el presente escrito aborda parte de la investigación cuyo planteamiento interrogativo se expone así: ¿Cuál es el aporte que realiza la interpretación de los derechos de género, en la perspectiva del cine iberoamericano, a la argumentación jurídica y enseñanza del derecho, a partir de su filmografía desde 1980 hasta la actualidad? Pregunta que intenta resolverse desde el sustento hipotético basado en que el cine iberoamericano soporta un enfoque sociocultural de los derechos de género que varía a partir del contexto constitucional de cada país, pero que maneja un común denominador respecto a la discriminación en el ámbito laboral e intrafamiliar, que permite identificar estructuras argumentativas latentes similares y sistematizar esquemas de interpretación de los derechos humanos. En consecuencia, se ha desarrollado una metodología de análisis documental centrada en un enfoque explicativo, con tintes exploratorios en la unificación temática entre derechos de género y cine iberoamericano. La técnica de recolección informativa se enfocó en el trabajo en fuente secundaria, esto es, la doctrina existente sobre Derecho Internacional, Constitucional, teoría del Estado, filosofía del Derecho, perspectiva de género, hermenéutica y argumentación jurídica, semiótica y lenguaje cinematográfico y obras fílmicas de carácter argumental y documental. 1. Manifestaciones de violencia La violencia ha sido una tendencia de comportamiento que ha permeado todos los escenarios de interacción social; de hecho, se considera un componente natural del ser humano. 82 Según Walter Benjamín en el ensayo Para una crítica de la violencia (1995), “toda violencia es, como medio, poder que funda o conserva el derecho. Si no aspira a ninguno de estos dos atributos, renuncia por sí misma a toda validez” (Benjamín, 1995, p. 47); así, la violencia ha establecido su lugar en la vivencia de los individuos, hasta el punto de entenderse como un proceso en pos de estabilidad cuando las relaciones de poder se desnivelan en momentos específicos de devenir histórico. La búsqueda de ese equilibrio suele darse luego de eventos de choque y confrontación que abren el camino a lo negociable, situación en la que cada parte procura imponer diplomáticamente sus razones, sin perder de vista la posibilidad estratégica de ceder; “el acuerdo no violento surge dondequiera que la cultura de los sentimientos pone a disposición de los hombres medios puros de entendimiento (…) delicadeza, amor a la paz, confianza” (Benjamín, 1995, pp. 50 y 51). Por otro lado, Hannah Arendt “en su obra sobre la violencia (1970), sugiere la diferenciación de conceptos tales como poder, poderío, violencia, fuerza y autoridad, los cuales son usados indistintamente en nuestro medio cuando se alude a la violencia” (Fernández Moreno y otros, 2005, p. 114). Esas categorías permiten identificar cauces de relación que pueden orientarse hacia el uso de la fuerza; en tal sentido: “Poder: corresponde a la capacidad humana no solo de actuar sino de actuar en concierto. El poder no es nunca propiedad de un individuo; pertenece al grupo y existe solo mientras éste no se desintegre” (Fernández Moreno, 2005, p. 115). Verba Iuris 29 • pp. 79-95 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 césar oliveros aya De otro lado, Poderío: se refiere, en cambio, inequívocamente a algo único, a una entidad individual; es la propiedad inherente a un objeto o persona, y aunque se manifieste en relación con otros objetos o personas y pertenece a su carácter, sigue siendo en esencia independiente de ellas. (Fernández Moreno, 2005, p. 115), noción que sugiere la injerencia de voluntad en acciones específicas. En tercer lugar, se define la fuerza, en el lenguaje cotidiano la usamos como sinónimo de violencia, sobre todo si la violencia sirve como medio de coerción. Debiera de reservarse, en el lenguaje terminológico, para la fuerza de la naturaleza o la fuerza de las circunstancias (…) esto es para indicar la energía desatada por movimientos físicos y sociales. (Fernández Moreno, 2005, p. 115). Y finalmente, Autoridad: se refiere al fenómeno más elusivo de todos; de allí que sea el término del que se abusa más frecuentemente. Arendt considera que el gobierno autoritario es diferente al totalitario, el tiránico, o dictador. En la autoridad los puestos pueden invertirse y propone como ejemplo la autoridad que existe en la relación padre e hijo o maestro y alumno. Su contraseña es el reconocimiento indiscutido por parte de aquellos a quienes se les exige obediencia; no se necesita ni coerción, ni persuasión (…) Mantener la autoridad requiere del respeto hacia la persona o el cargo. (Fernández Moreno, 2005, p. 115). Es así como lo que llamamos hoy violencia se cristaliza progresivamente en tres aspectos principales: el aspecto psicológico, explosión de fuerza que cuenta con un elemento insensato y con frecuencia mortífero; el aspecto moral, ataque a los bienes de la libertad de otros; el aspecto político, empleo de la fuerza para conquistar el poder o dirigirlo hacia fines ilícitos. (Domenach, 1981, p. 34). Pero cabe anotar que “la violencia es específicamente humana por cuanto es una libertad (real o supuesta) que quiere forzar a otra. Es el uso de una fuerza abierta oculta, con el fin de obtener de un individuo o de un grupo, algo que no quiere consentir libremente” (Domenach, 1981, p. 36), aspecto que ahonda en la esfera interpersonal y que doblega, limita, coarta y somete. Téngase en cuenta que en la literatura feminista, el concepto de violencia de género aparece acuñado como sinónimo de violencia contra la mujer, violencia sexista, violencia basada en el género, violencia sexual; sin embargo, es común coincidir en la pertinencia y necesidad del concepto, al reconocer la importancia de la radicación de todas las formas de discriminación contra las mujeres. Esta intención fue reforzada y proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, la cual contempla en su artículo primero qué se entiende por ‘violencia contra la mujer’: Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada. (ONU, 1993). 2. La violencia de género No cabe duda de que esta forma de clasificar la degradación de los derechos humanos es uno de los tamices que develan el tipo de Verba Iuris 29 • pp. 79-95 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 83 individualidad sublimada: lugares comunes en la violencia de género sociedad que se regodea en sus atrasos, pues “cuando una mujer es violada, amenazada, acongojada, golpeada y asesinada toda la sociedad está herida de muerte. Y lejos de ser un problema de esfera individual, se convierte en un problema colectivo de nuestro tejido común, de nuestra sociedad” (Montilla Valerio, 2008, p. 19). No es absurdo precisar que millones de mujeres y niñas en el mundo son víctimas de la violencia por razón de su sexo. En el seno familiar, en tiempos de guerra y paz, la violencia contra las mujeres es, además de la más extendida, la violación de los derechos humanos más oculta e impune. (Montilla Valerio, 2008, p. 19), La violencia de género ha sido entendida por las Naciones Unidas, desde 1980, como “el crimen encubierto más frecuente del mundo” (Amorós, 1995); la Declaración de la ONU la define como todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para las mujeres, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se produce en la vida pública o privada. Por razones que van desde el mismo temor por denunciar a los maltratadores hasta presiones y chantajes de estos. Por ende, las agresiones contra las mujeres son la demostración del desequilibrio de condición y trato que existe frente a los hombres; es un tipo de violencia sustentado en la superioridad de un sexo sobre otro y que corroe el sustrato mismo de la organización social, hasta el punto de erigirse como un problema político de reiterada visibilización cotidiana. Esta forma de agresión no solo consiste en malos tratos físicos, sino también psicológicos que usualmente tienen como escenario el hogar; de acuerdo con la IV Conferencia Mundial sobre las Mujeres, celebrada en Beijing en 1995, el número de mujeres muertas o maltratadas por sus maridos o compañeros es tan abrumador que resulta menester hablar formal y sustancialmente de este tipo de violencia como un objetivo claro para los Estados. 84 Se trata de un problema global e histórico, pues la violencia contra las mujeres está presente en todas las sociedades del mundo, sea cual sea su sistema político o económico. No sabe de culturas, clases sociales ni etnias. Este escándalo cotidiano se manifiesta de diferentes maneras y tiene lugar en múltiples espacios, pero tiene una raíz única: la discriminación universal que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo. (Montilla Valerio, 2008, p. 20). Esa tendencia cotidiana se aparta aún más de la efectividad presunta de los ordenamientos jurídicos, cuando se acude a cifras. En España “mientras que en 2006 se registraron 68 mujeres asesinadas, la cifra en 2007 se elevó hasta 70” (Montilla, 2008, p. 20), problemática absurda en escenarios de pretendida civilidad, porque lejos de pertenecer al ámbito doméstico y privado, constituye un problema social grave, que crece día a día y que exige de los poderes públicos la adopción de medidas integrales. Por supuesto son necesarias medidas de acción positiva y todas aquellas que tienen que ver con la protección efectiva, que van desde la seguridad personal a la tutela judicial o los servicios que las ayuden a una recuperación de su autonomía personal. Pero también aquellas que favorecen un cambio Verba Iuris 29 • pp. 79-95 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 césar oliveros aya social, cultural y estructural que intenta llegar a la raíz del problema y que se entienden como medidas preventivas, educativas y de sensibilización. (Montilla, 2008, p. 21). Una de las grandes y constantes razones para esa apatía generalizada en torno a atacar a fondo el flagelo, radica en que (…) continúan los problemas de coordinación entre organismos, la mayoría de las intervenciones llegan cuando ya ha habido violencia severa y persiste desde luego la escasez de unos recursos imprescindibles para afrontar el verdadero reto que plantea la violencia sexista, el de la prevención, el de impedir tanta agresión y tantas muertes. (Montilla Valerio, 2008, p. 22). Esto último hace a la misma institucionalidad cómplice indirecta de dichos daños. Según el forense Miguel Lorente, actual Director General de Asistencia Jurídica a las Víctimas del Gobierno de Andalucía, que la Ley Integral contra la Violencia de Género ha hecho crecer ‘la beligerancia de los maltratadores’, porque éstos han visto removido un ‘status quo’ de pareja que para ellos incluía la vejación, la dominación y el maltrato como instrumentos de control de la mujer. Y la manera de responder a esta situación pasa por contar con los medios adecuados y suficientes para abordar cada caso con la atención que merece, con medidas efectivas e individuales. (Montilla Valerio, 2008, p. 22). Pareciera que los avances al respecto se diluyen en disquisiciones simplemente teóricas; pues bien, la cuestión no es rechazar la igualdad, porque hace a las mujeres iguales a los hombres en nombre de la diferencia, o rechazar la diferencia, porque encierra a las mujeres en una posición subordinada en nombre de la igualdad, sino aceptar lo que de válido puede haber en la diferencia y luchar para eliminar la supremacía masculina, que es eminentemente destructiva, con la vista puesta en un nuevo orden de cosas donde los elementos positivos –que son y seguirán siendo diferentes en uno y otro género puesto que se deben a procesos de identificación parental diferentes (Dinnerstein, 1976; Chodorow, 1978; Telmon, 1995)- puedan afirmarse en un contexto igualitario: es decir, de respeto mutuo y constructivo. (Montilla, 2008, p. 23). Por manera, adviértase que la violencia de género es una de las formas de violencia soslayada, cuya detección, atención y prevención, así como la transformación de los patrones de los planes y programas de protección y fortalecimiento de los derechos humanos a escala mundial, como condición indispensable para avanzar en la equidad de género. Se acuña el concepto entonces centrado en las mujeres y se traza como derrotero mundial con el nombre de violencia de género, tal y como lo evidencia un resumen cronológico de los avances en el derecho internacional a propósito de la erradicación de la violencia de género. (Fernández Moreno, 2005, p. 119). Así, desde un enfoque general, cabe destacar la interpretación en torno a que la violencia contra las mujeres está definida como la más prevaleciente y universal forma de violación de los derechos humanos. En la pretensión de combatirla y generar herramientas para su erradicación han sido realizadas en las últimas décadas diversas conferencias internacionales que han posibilitado la formulación de instrumentos jurídicos que sirven como recursos para actuar y que configuran un contexto en el cual se identifican condiciones de posibilidad para su erradicación y para el sustento de los estudios que buscan Verba Iuris 29 • pp. 79-95 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 85 individualidad sublimada: lugares comunes en la violencia de género visibilizarla como flagelo de la humanidad. (Fernández Moreno, 2005, p. 119). Esto significa un avance en términos de validez para la consecución de niveles equitativos en la distribución de derechos, deberes y obligaciones en el marco social. Por ello, el concepto de violencia de género se ha transformado no solo por las decisiones y normas de prevención que se han venido desarrollando con la jurisprudencia de cada país, sino también porque nuevos elementos que emergen en su constitución, enriquecen y exigen la ampliación conceptual. Son significativos los aportes de autoras como Marta Lamas y Alda Facio, sobre la perspectiva de género como posibilitadora de una lectura crítica de la sociedad y la cultura, que visibiliza la condición diferenciada de ser hombre y ser mujer y las relaciones de poder entre los sexos. Con ello, hacemos evidente la creación de hombres y mujeres a partir de cuerpos de mujeres y hembras como una construcción cultural de la diferencia sexual, como el género que se dispone socialmente sobre los datos fisiológicos evidentes. En otras palabras, el sistema sexo – género. (García, 2002, p. 8), simbiosis de interacción inescindible de los grupos. 2.1Formas de manifestación de la violencia de género a. Acoso sexual: “Imposición no deseada de requerimientos sexuales en el contexto de una relación desigual; se destaca la fuerza derivada de una esfera social para obtener beneficios o imponer depravaciones”. (Mackinnon 1979, p. 186). Otra noción alude a “conducta más amplia que la coerción sexual comprendida como la confluencia de las relaciones de 86 autoridad y el interés sexual en una sociedad estratificada por género”. (Benson y Thompson 1982, p. 186). En ese orden de ideas también existe una categorización de conductas de acoso sexual (Till, 1980, p. 187): Acoso de género (comentarios y conductas similares al acoso racista); conducta seductivas (iniciativas de tipo sexual inapropiadas y ofensivas); cohecho sexual (solicitar una relación sexual bajo la promesa de una recompensa); coerción sexual (realizar una acción de tipo sexual bajo amenaza y fuerza); e imposición sexual o asalto. b. Agresión: Acto, comportamiento o acción de un individuo o de una colectividad dirigida conscientemente a dañar, someter, disminuir, herir física o psíquicamente a otro individuo o colectividad de manera arbitraria o ilegitima desde el punto de vista de la víctima o del sistema social de la que forma parte. Puede ser simbólica o real, inmaterial o material. (Gallino, 1995, p. 17). La agresividad se ha entendido también como una expresión de la capacidad humana para resistirse a las influencias del entorno. (Corsi, 1999, p. 18). Según Fernando Lolas Stepke (1991, pp. 18-19), la agresividad tiene una dimensión de conducta que es la agresión propiamente dicha, una dimensión fisiológica dependiente de estados afectivos, y una dimensión vivencial o subjetiva denominada hostilidad. Frente a este aspecto cabe destacar que mientras la agresión busca dañar a otro, la conducta violenta pretende someter a la otra persona por medio de la fuerza. La Verba Iuris 29 • pp. 79-95 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 césar oliveros aya agresión puede aplicarse de manera verbal, física o psicológica. en el transcurso de los siglos la cumbre de la celebridad. (Bensadón, 2001, p. 7). c. Discriminación: Es la forma de relegar a otro u otra asumiendo que su sexo bilógico resulta inferior a la conveniencia social. “Las conquistas de las libertades, el reconocimiento y el respeto a los derechos de los individuos no se logran sin dolor”. . d. Burlas y piropos obscenos. “Si los derechos de las mujeres son inexistentes o se les reduce, la oposición solo puede surgir de una parte de la población, quedando el resto legalmente mutilado. Así, los problemas se reducen a la mitad y es más fácil mantener orden en el lugar”. e. Castigo: Forma de sanción social que responde a la alteración de lo que un grupo considera apropiado a partir de los valores que maneja. Se hablará de maltrato cuando no hay correspondencia entre castigo y ofensa, pues no se tiene en cuenta la idea de corrección, educación y, por el contrario, resulta remplazada por la intención de destrucción f. Intimidación: Generar un temor objetivo hacia la espera de un mal grave para su persona o bienes, e incluso a quienes le son cercanos . g. Abuso: “Mal uso o empleo arbitrario de la autoridad, acción despótica de un poder (…), todo acto que, saliendo afuera de los límites impuestos por la razón, la justicia, ataque en forma directa o indirecta las leyes o el interés general” (Martínez de Navarrete, 1991, pp. 17-18). h. Chantaje: consiste en subordinar a una persona para que se comporte de manera denigrante a cambio de favores. i. Violación sexual. Durante milenios las mujeres han ocupado un lugar secundario en la historia. En campos tan variados como las creaciones literarias y artísticas, el pensamiento filosófico, las ciencias y la actividad política. Desde Eva hasta la reina de Saba, desde Brunequilda hasta Juana de Arco; desde Cristina de Pisán hasta Colette, como pocas mujeres han alcanzado, “Los derechos de la mujer necesitaban más que guerras o revoluciones; a saber, una evolución de las costumbres” Equivocarse en el problema fundamental, el del hombre y de la mujer, negar el abismo que los separa y la necesidad de un antagonismo irreductible, soñar que puedan tener derechos iguales, educación idéntica y las mismas pretensiones y los mismos derechos, es signo infalible de superficialidad de espíritu. (Nietzsche, citado en p. 12). Cuando el poder se define como poder sobre, entonces si las mujeres ganan poder va a ser a expensas de los hombres. Es fácil ver por qué la noción de que la mujer se empodere es vista intrínsecamente como una amenaza, con el supuesto de que habrá algún tipo de reversión de las relaciones, y los hombres no solo perderán poder sino que también enfrentaran la posibilidad de que se ejerza poder sobre ellos por las mujeres. El temor de los hombres a perder control es un obstáculo al empoderamiento de las mujeres (Rowlands, 1997, p. 11). Género se refiere al carácter relacional de la posición de mujeres y hombres en la sociedad (…), terminar la subordinación de la mujer va mucho más allá de una posición de asignar Verba Iuris 29 • pp. 79-95 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 87 individualidad sublimada: lugares comunes en la violencia de género recursos económicos, dado que ello incluye la redistribución de poder. (Pineda Duque, 2003, p. 12). Los discursos sobre género han tenido un tiempo difícil sacudiéndose la cálida, pero limitada, noción de roles de sexo. Ciertamente, roles, expectativas e ideas acerca de los comportamientos apropiados existen. Pero el elemento central acerca de género no es la prescripción de ciertos roles y la proscripción de otros: después de todo el rango de roles posibles es amplio y cambiante y, lo que es más, son raramente adoptados en formas no conflictivas. En cambio, el elemento clave de género es que este describe las relaciones sociales actuales de poder entre hombres y mujeres y la internalización de estas relaciones de poder. (Kaufman, 1994, p. 144). Como tanto hombres como mujeres construyen a través de sus vidas posiciones subjetivas de masculinidad y feminidad, ellos y ellas lidian con estos conceptos como fuerzas de definición central –discursos y prácticas- que manejan y reconocen. Pero la forma en que se refieren a dichos conceptos y son utilizados por unos y otras, son muy diferentes, y en formas fuertemente influenciadas por las desiguales relaciones de género y poder. Los hombres toman una actitud positiva hacia la imagen del hombre como nomadicto, parrandero y mujeriego. Al ser o reclamarse de esa forma, es una fuerte base sobre la cual negociar una posición masculina que es vista como prestigiosa por los otros hombres, y en alguna medida también por las mujeres. Ser un buen padre es también aprobado por los hombres, pero si esto socava la representación de uno mismo y el ser visto por otros como 88 parrandero y/o mujeriego, entonces ello puede ser fácilmente visto como un signo de debilidad. (Wade, 1994, p. 118). 3.Tratamiento de la violencia de género en el cine iberoamericano La filmografía sobre la violencia de género es bastante amplia a nivel mundial, pues el cine ha fungido como tamizador de la realizada social, así como el arte en general se entiende como la única vía de escape a la memoria que duele, al pasado que necesita digerirse, comprenderse y entronizarse en la cultura para ser exorcizado, para que no duela tanto y así, ponerle cara. En este acápite se traen a colación dos películas iberoamericanas de la última década, que hacen una revisión muy juiciosa de dicha problemática sin caer en amarillismos ni exageraciones. La primera de ellas es Te doy mis ojos, de la realizadora española Iciar Bollaín, que describe con minuciosa rigurosidad las fases de la degradación de la violencia doméstica, detallando de manera magistral los roles de poder de hombre y mujer. La segunda, de Natalia Smirnoff, intitulada Rompecabezas, muestra otra perspectiva, la de la violencia pasiva mucho más frecuente que la explícita, fundada en cánones de tradición histórica donde la mujer denota sumisión por el solo hecho de su condición. Las dos obras construyen una visión argumentativa interesante en la cinematografía de habla hispana, poniendo el dedo en la llaga y traduciendo en imágenes un discurso objetivo de clara proyección colectiva. Verba Iuris 29 • pp. 79-95 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 césar oliveros aya 3.1Te doy mis ojos, Iciar Bollaín, España castigos desde la forma como cada uno asume su condición. Te doy mis ojos es un viaje al interior de la vida de una pareja aparentemente feliz que empieza a dejar ver las fisuras de su relación, esos espacios por donde se escapan las verdaderas palabras, frases, diálogos y comportamientos que denotan crisis. Es la mirada al vacío de dos vidas que se han diluido en una estructura de relación que poco o nada se asimila a una familia, un entorno manipulado, sometido al desgaste de la rutina y al poderío de uno sobre otro. Es la radiografía del abuso de poder que cosifica, anula, somete y tortura a aquel que estima las relaciones de vida como algo espontáneo, sin visión ni proyección. Pero Antonio (interpretado magistralmente por el actor Lluis Tosar), también es una víctima, tanto de sí mismo como de la construcción social tradicional que se tiene de ‘ser hombre’. Ha sido educado en España dentro de un sistema patriarcal, basado en el predominio del varón de raza blanca y de comportamiento heterosexual y ha interiorizado toda una serie de discursos filosóficos, políticos, históricos… que le predisponen a una ideología que le impone para sentirse realizado tener una mujer en casa que se ocupe de él y que de alguna manera sea sumisa. (MedelBao, 2009, pp. 1, 2). Es la historia de un marido que trata a su mujer como una esclava, como un ser inferior, que no piensa y, mucho menos, decide. Esa forma de entender la vida en pareja desemboca en atrocidades que él considera justificadas, pues en últimas, es lo que conoce. Se trata de una obra que mueve y conmueve, implacable, devastadora porque se narra desde la cotidianidad donde subyacen matices que denotan cómo la feminidad no pone barreras ni objeciones al maltrato explícito, al uso y abuso de la fuerza física para “borrar” cualquier intento de reclamo. Debe tenerse en cuenta que el lenguaje por lo general nombra a los hombres e invisibiliza a las mujeres, al ser escrito, leído o escuchado. Se busca en el lenguaje y en sus usos la neutralidad genérica para promover con ello un lenguaje inclusivo no discriminatorio. La industria editorial, las escuelas de educación y pedagogía están empezando a entender esto y a trabajar en esta dirección. (Bohn y cols., 1998, pp. 51-53). A lo largo del filme, el proceso de anulación de un sujeto por otro se produce a través de exigencias irracionales, insultos, agresiones físicas traducidas en golpes, lapsus de silencio y pretensión de olvido, distanciamiento pasivo, regalos que esconden –o pretenden negar- la cara oculta de una verdad disfrazada, promesas de cambio que son diariamente vulneradas, sexo sin mayor interés por el otro y nuevamente, exigencias. Los protagonistas de la historia son Antonio y Pilar, un matrimonio de nueve años que ha estado viviendo un infierno de reproches y (Fernández Moreno, 2005, p. 129) Para hacer visible la violencia de género hay que comprender las relaciones sociales como un producto de construcción histórica y cultural con grandes rasgos de diferenciación; por tanto, visibilizar no es señalizar, tampoco individualizar el problema al someter públicamente al actor de la conducta violenta; Fernández Moreno propende por evidenciar la jerarquía social que se mantiene subliminalmente en el constructo social, pues se fisura Verba Iuris 29 • pp. 79-95 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 89 individualidad sublimada: lugares comunes en la violencia de género las diferencias de género en su manifestación de comportamientos naturales, restándole verdad y razón (Fernández Moreno, 2005, p. 130). De igual manera, es necesario aludir a la violencia de género como un concepto que en manera alguna resulta victimizante; no se trata de “individualidades actuando, sino de constructos culturales y socio históricamente encargados en una acción que se produce dentro de interacciones sociales específicas” (Fernández, 2005, p. 130). Es indiscutible que uno de los problemas que involucran esta temática es la ausencia de sanciones y de seguimiento a las consecuencias de esta forma delictual, pues hasta donde llega resulta interpretándose como un abuso de autoridad o una eventual desconsideración. Si el Derecho pretende actuar debe hacerlo con plena claridad de las circunstancias, interpretar la violencia de género como un delito y no, de manera vaga, como una situación “propia de la cultura de una nación”. Es menester codificarla como un asunto de altísima gravedad que aleccione a sus autores y no tanto que incite a llorar a las víctimas. El film acierta en el estudio que hace de los personajes, pues no se queda en la simple visión de mostrar cómo sufre Pilar, sino que va más allá de lo sugerido, intentando analizar los motivos y la psicología del maltratador, sin que ello signifique identificarse con él; en otras películas es presentado como alguien que se comporta de un modo malvado por naturaleza y de forma irracional. Hay una escena de lo más reveladora- al respectocuando Antonio va por primera vez a terapia de grupo, en la que podemos escuchar frases como: ‘un empujón no es pegar... en todas las 90 parejas hay...’, ‘¿no te da los suficientes motivos? Mi mujer me provoca’, ‘Le das un guantazo y se queda más suave que un guante’, ‘no me importa si me quiere, si me respeta, si me odia, yo lo que quiero es estar tranquilo’. Tiene verdadera voluntad de superar su problema pero tiene ideas tan arraigadas desde la infancia (momento en el que recordemos que no disponemos todavía de suficientes elementos intelectuales de crítica) que le es imposible desinstalarlas aunque éstas entran en conflicto con su vivir presente. Dicha situación le crea un proceso de inestabilidad y sufrimiento personal que desemboca en la violencia. En diversas ocasiones a lo largo de la película se nos recalca la poca formación cultural del personaje que le impide construir correctamente todos esos valores aceptados como masculinidad tradicional. (Medel – Bao, 2009, p. 2). Pero uno de los componentes evidenciados en esa convulsa relación es la ausencia de comunicación que tanto Antonio como Pilar sostienen, lo que lleva a tergiversaciones que se ven como detalles mínimos pero son mucho más grandes de lo que dos personas que se han vuelto extrañas entre sí pueden advertir. Por ejemplo, lo que se considera “amor” es desviado hacia problemas de poder y de dependencia, expresándose en la ausencia de autonomía en la relación y en las múltiples formas de maltrato entre lo físico y lo psicológico (Medel – Bao, 2009, p. 5). En el marco narrativo se plantea un concepto de violencia de género, entendido como una acción de potencia y de fuerza que se ejerce sobre hombres y mujeres basada en las construcciones sociales y culturales y en razón a la pertenencia a un sexo específico o en razón a Verba Iuris 29 • pp. 79-95 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 césar oliveros aya su orientación sexual. Dicha acción se manifiesta de acuerdo con la posición y condición de subordinación en la que se encuentra cada sujeto en las diferentes dinámicas del poder. Estas acciones se hacen evidentes en las relaciones interpersonales y sociales, que operan cotidianamente para el funcionamiento y desarrollo de las instituciones. (Fernández Moreno, 2005, p. 127). Como material didáctico, el film vierte su estructura en varios núcleos de estudio: En el primero se analiza la situación de violencia, recapacitando sobre la escalada y el ciclo que ésta mantiene. En el segundo se reflexiona sobre las causas del maltrato contra la mujer (origen y transmisión) así como sobre las deferentes formas de manifestación de la violencia. En el tercero, se estudia la figura del maltratador y de la maltratada, actitudes y comportamientos de ambos”, como sujetos de interacción en el marco de violencia.1 En esa misma orientación, la publicación Trabajando en la prevención del maltrato, de Margarita Amigo y Nélida Zaitegi, plantea las siguientes preguntas con el fin de explicitar el soporte narrativo de la película.2 • ¿Qué es el maltrato? • ¿Por qué se produce? • ¿Qué motivos tiene un hombre para maltratar a su pareja? • ¿Qué se puede hacer para evitarlo? • ¿Por qué las mujeres maltratadas callan? (http://www.educarenigualdad.org/media/pdf/ uploaded/old/Mat_139_Guia%20profesorado[1].%20Te%20doy%20mis%20ojos%20.pdf ) 2 http://www.educarenigualdad.org/media/pdf/ uploaded/old/Mat_139_Guia%20profesorado[1].%20Te%20doy%20mis%20ojos%20.pdf ): 1 • ¿Cómo son los hombres que maltratan? • ¿Cómo son las mujeres maltratadas? 3.2 Rompecabezas (Natalia Smirnoff, Argentina, 2010) En este film se ve reflejada una familia típica latinoamericana, donde se cree que la mujer solo puede desempeñarse en oficios domésticos y el mantenimiento del hogar, y donde son relegadas todas sus potencialidades y facultades mentales. La mujer se acostumbra entonces a dejar que los demás piensen por ella, pues ella misma no se cree capaz de lograr ningún tipo de tarea intelectual. Pero es posible que en algún momento de su vida de ama de casa se dé cuenta de que todo puede cambiar, que existen personas afuera que la valoran no solo por sus habilidades culinarias, sino por su forma de pensar que la hace única. En ese punto muchas mujeres recurren a mentiras y a engaños para permanecer fuera de casa, “descuidando” un poco sus labores hogareñas y evitando que su familia pueda acusarle de estar obrando en forma equivocada, o que simplemente pueda llegar a ser un centro de burla para su marido y hasta sus propios hijos. Nótese cómo cuestionar lo masculino como parámetro de lo humano es el derrotero fundamental de la perspectiva de género, que con ello contribuye a los cuestionamientos requeridos contemporáneamente sobre la dicotomía entre ser parámetro y ser lo otro. Una lectura en esta dirección reconoce la diversidad y las diferencias de clase, etnia, raza, de preferencias sexuales, etc., como elementos que cruzan y modifican los análisis. (Facio, 1999, p. 49). Verba Iuris 29 • pp. 79-95 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 91 individualidad sublimada: lugares comunes en la violencia de género El problema surge cuando aquella mujer que siempre ha permanecido encerrada en su hogar como parte de la inmobiliaria, se da cuenta de que hay afuera un mundo diferente en el que puede desarrollar y llevar a cabo todos sus sueños y talentos como cualquier persona. Y es en ese momento cuando empieza a desear no regresar a su vida de hogar, pues ya tiene otras pretensiones que la mantienen deslumbrada. Al tratar entonces de compartir con su esposo sus nuevas ilusiones, este se burla de ella, subestimando sus capacidades y menospreciando sus intereses. De tal forma queda la autoestima por el piso, naciendo en ella sentimientos de resentimiento y dolor permanente que le hacen daño. Y como comúnmente ocurre es posible que esa familia a la que ella había cuidado tanto durante muchos años empiece a desmoronarse, por sus continuos alejamientos quedando sus hijos sin control, pues el rol de papá no es propiamente el oficio de estar pendiente de los pequeños detalles familiares como el control de los hijos, ya que el papá debe dedicarse al sostenimiento económico familiar. Y es en ese momento cuando aparecen los diferentes sentimientos de culpa de la mujer por creer que ella abandonó su familia, por estar ocupándose de labores que no debe y que además no tiene derecho a construir y llevar a cabo sus propios sueños, ya que estos a la larga pueden afectar la unión y estabilidad de su hogar. Una película que denota simplicidad pero contundencia argumentativa, dureza pero sutilidad narrativa y aparente normalidad pero fuerza discursiva. Es la historia de María del Carmen, interpretada por María Onetto, una historia 92 repleta de reminiscencias pasadas y recortes familiares profundos, además de ser un fuerte croquis desmenuzado y representado por una mujer madura, cabeza bien visible de la familia, que en su fiesta de cumpleaños recibe un regalo muy especial, un puzzle de una esfinge egipcia, que poco a poco irá encandilándose de este juego tan sutil y enigmático, que le irá enamorando, casi sin quererlo. La película es una metáfora sobre nuestra vida, sobre nuestros miedos y fracasos, sobre nuestros objetivos y sueños, sobre las promesas y las decepciones.3 La protagonista se siente aislada de su entorno, sola en el mundo, ignorada por su familia, y por tanto, incomprendida por la sociedad. Debido a esto, ella busca un aliciente, encuentra una motivación, solventa un acicate en busca de paliar su ansiedad y aburrimiento con su vida. Y lo que encuentra es un aliciente enorme, en forma de puzzle, un rompecabezas, un galimatías que tendrá que descubrir por sí misma, para hallar el secreto de la felicidad, la suya. La obsesión comienza a ser guía de su vida. El cuestionamiento a su entorno la obliga a pasar a la clandestinidad, es decir, para estar tranquila con su pasión. Allí aparece Roberto, un millonario que quiere competir en el torneo mundial de rompecabezas en Alemania y debe entrenar fuerte para eso. Pero María del Carmen es un ama de casa de familia de clase media del conurbano bonaerense y esto representa un nuevo mundo, difícil de enfrentar. El rompecabezas se convierte en 3 ( h t t p : / / m a r c o s c a z o r l a . w o r d p r e s s . c o m /2011/06/22/bocados-de-realidad-critica-de-laspeliculas-rompecabezas-de-natalie-smirnoff-ypequenas-mentiras-sin-importancia-de-guillaume-canet/). Verba Iuris 29 • pp. 79-95 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 césar oliveros aya un símbolo del cambio que la lleva a descubrir una nueva María del Carmen que debe decidir su nuevo lugar en el mundo. Distintas piezas arman nuestra figura, aunque nunca podamos ver todas las que la conforman. Las personas somos múltiples personajes; pero estamos acostumbrados a tener que ser de una manera y dejamos de ser todas las demás. En alguna parte de nuestro ser estas distintas variantes de nosotros mismos deben estar. ¿Pero dónde?4 El verdadero valor de esta pieza fílmica reside en la conjugación de sutilezas que ahonda en el perfil de la mujer ama de casa que vive a la sombra del marido y de sus hijos, sin mayores aspiraciones ni ambiciones. Una visión del día a día latinoamericano, dentro del cual subyace una historia de dolor, de imposturas, de tradición dogmática en el sentido de las costumbres y usos socioculturales. Se trata de una forma mucho más velada de la violencia de género, donde las humillaciones y subvaloraciones se dan en pequeñas dosis, constituyendo una especie de contaminante espiritual donde la ideal del derecho, de igualdad y de equidad queda en un atisbo de buenas intenciones. Conclusiones La violencia de género se valida desde la aceptación de la sumisión ante factores de poder que juegan con una ambivalente interpretación de los derechos, pues se acude a lo histórico, a lo tradicional y a lo moral para justificar la superioridad de un sexo sobre otro. 4 (http://claudiominghetti.blogspot.com/2010/05/ natalia-smirnoff-rompecabezas-version.html) Los tópicos de dicha situación se convierten en pautas comportamentales que generan ciclos de relación con un claro desequilibrio en la estimación del ser humano frente al otro. Por tanto, el microcosmos de escenarios familiares resulta sustentado en esquemas de poder vulneradores de derechos humanos, en ideas tergiversadas de justicia y equidad, en juicios de valor que no se compadecen con la condición válida de los individuos. No solamente se habla de la violencia de género en términos físicos, es decir, con los golpes y las agresiones corporales que dejan huellas y secuelas evidentes; resulta más complejo evidenciar la violencia psicológica en tanto deja heridas mucho más profundas que afectan la misma potencialidad social del sujeto, muchas veces lo considerado cotidiano, como los reproches y críticas devalúan la condición de una persona, su valía como ser humano y su propia autoestima. Frente a dicho panorama, más allá de las limitaciones jurídicas, subyace la necesidad de construir nación a partir de la transformación cultural cuya tradición e historia ha acentuado ideologías y comportamientos que necesitan revaluarse en términos de dignidad humana. Promover ese aprendizaje resulta un trabajo comprometedor y dispendioso, pero indispensable. Una de las tantas fuentes que permiten una aproximación a dichos desniveles de efectos socioculturales es el cine. Las relaciones familiares han nutrido la narrativa fílmica para evidenciar la deslucidez de la razón en los mismos soportes basales de la estructura social. Sobre violencia de género existe una verdadera filmografía que a guisa de Verba Iuris 29 • pp. 79-95 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 93 individualidad sublimada: lugares comunes en la violencia de género advertencia, llama la atención al mundo occidental, de esos atropellos domésticos que paulatinamente van convirtiéndose en crímenes. Te doy mis ojos y Rompecabezas son dos obras que reflejan formas de violencia de género diferentes, pero igualmente nocivas en el panorama iberoamericano. La perspectiva de los realizadores se funda en la homogénea interpretación del poder patriarcal (lo que no obsta para decir que desde la mujer también se da el comportamiento violento), pero se escogieron dichas películas por mostrar el modus operandi, sutil pero efectivo, de la “absorción de identidad” de un abusador sobre su víctima y, en términos prácticos, suele ser el hombre respecto de la mujer. Ambos filmes perfilan actos que se repiten y se asumen desde el contexto social como “algo normal”, pero es la propia psicología de quien es abusado la que va proyectando ideas que pueden llegar a estimarse como destructivas para sí o para su propio entorno. El agresor actúa con desapego por la relación, por un propósito ególatra que no tiene consecuencia diferente a formar otro agresor o alguien que sublima el sentido de su existencia al poder arbitrario. El film de Iciar Bollaín revela la progresividad de una violencia manifiesta que ha desconocido la reciprocidad que envuelve una relación entre esposos, pasando a una forma de dominación que utiliza los golpes y los insultos como catalizador de cualquier intento de reflexión. Por otro lado, la obra de Smirnoff es más sutil, pero no por ello menos contundente, pues es el proceso de reductibilidad al que es sometida un ama de casa que ha antepuesto a su esposo y sus hijos sobre cualquier 94 aspiración personal. Una forma de violencia tan cotidiana, tan cercana a la vivencia latinoamericana a partir de la cual aspectos como el trabajo doméstico se convierten en obligación. Criar hijos, consentir al marido y anularse como mujer. La primera escena es suficiente para entender que el “rompecabezas” no solamente es el símbolo de una vida destrozada, sino también una vía de escape… una nueva representación de la libertad. Referencias Arias Londoño, Melba (2009). El derecho, los derechos humanos y las políticas públicas, con perspectiva de género. 1ª ed. Bogotá: Impresol Ediciones. Belluci, Mabel (1992). Las mujeres en la imaginación colectiva. De los estudios de la mujer a los estudios de género: han recorrido un largo camino. España: Paidós. Cabal, Luisa y Motta, Cristina (2006). Más allá del derecho. Justicia y género en América Latina. Argentina: Siglo del Hombre Editores. Domenach, Jean – Marie (1981). La violencia y sus causas. París: UNESCO. Facio, Alda y Fries, Lorena (1997). Género y derecho. Estudios de Género. Argentina: Colección Contraseña, Serie Casandra. Fernández, Ana María (1993). Hombres públicos, mujeres privadas. La mujer de la ilusión. España: Paidós. Kracauer, Siegfried. Theory of Film [Teoría del cine. La redención de la realidad física]. Barcelona: Paidós. Lamas, Marta (1996). La perspectiva de género. Hablemos de sexualidad (Lecturas). México: CONAPO, MEXFAM. Verba Iuris 29 • pp. 79-95 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 césar oliveros aya Montilla Valerio, Javier (2008). No sólo duelen los golpes. Palabras contra la violencia de género. Universidad de Córdoba. Presnio Linera, Miguel Ángel y Rivaya, Benjamín (2006). Una introducción cinematográfica al Derecho. Cine y Derecho. Valencia: Tirant Lo Blanch. Rest, Jaime (2006). Arte, literatura y cultura popular. Enciclopedia Latinoamericana de Sociocultura y Comunicación. Bogotá: Grupo Editorial Norma. Sanmiguel, Begoña Gutiérrez (2001). La investigación cinematográfica desde la interdisciplinariedad. México: Cátedra. Saltzman, Janet (1992). Equidad y género. España: Ediciones Cátedra. Universidad de Valencia / Instituto de la Mujer. Vianello, Mino y Caramazza, Elena (2002). Género, espacio y poder: para una crítica de las Ciencias Políticas. 1ª ed. Madrid: Cátedra. Universidad de Valencia, Instituto de la Mujer. 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Vestuario: Estíbaliz Markiegi. Rompecabezas (título original: Puzzle), (película). Dirección y guión: Natalia Smirnoff (2009). Países: Argentina y Francia. Duración: 88 min. Género: Drama. Interpretación: María Onetto (María del Carmen), Gabriel Goity (Juan), Arturo Goetz (Roberto), Henry Trailes (Carlotta), Felipe Villanueva (Juan Pablo), Julián Doregger (Iván), Nora Zinsky (Raquel), Marcela Guerty (Susana), Mirta Wons (Graciela), Mercedes Fraile (Carmen). Producción: Gabriel Pastore, Caroline Dhainaut, Luis Sartor y Natalia Smirnoff. Música: Alejandro Franov. Fotografía: Bárbara Álvarez. Montaje: Natacha Valerga. Dirección artística: María Eugenia Sueiro. Vestuario: Julio Suárez. Distribuidora: Golem. Verba Iuris 29 • pp. 79-95 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 95 rodolfo torregrosa jiménez - nhorys torregrosa jiménez Violence and Colombian Politics Some Clues for Its Understanding1 Nhorys Torregrosa Jiménez* Rodolfo Torregrosa Jiménez** Resumen El presente artículo de reflexión comienza con un breve recorrido por el contexto político del país, en el que surgen los dos principales partidos políticos colombianos. En segundo lugar, abordamos los diferentes enfoques y estudios que se han realizado en Colombia sobre la violencia, lo cual implica referirnos al conflicto interno que vive el país. En tercer lugar, reseñamos el inicio de las guerrillas, el nacimiento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Movimiento 19 de abril (M-19). Finalmente, tratamos los inicios y desarrollos de lo que se ha denominado paramilitarismo, su vinculación con el narcotráfico y la clase política hasta llegar a la expedición de la llamada Ley de Justicia y Paz. Palabras clave: Violencia, paramilitarismo, conflicto armado colombiano. Abstract This article begins with a brief consideration on the political context of the country, in which they emerge the two main Colombian political parties. In the second place, we address different approaches and studies on Violence that have been conducted in the country, which implies to make reference to the internal conflict Fecha de recepción: 18 de febrero de 2013 Fecha de aprobación: 29 de abril de 2013 1 Reflection paper derived from the research “Social Representation of Transitional Justice in the Colombian Press” of the research group of Criminal Law, Human Rights, Humanitarian International Law at Universidad Libre, Bogota. * Doctora en Derecho, Universidad Externado de Colombia; Magistra en Ciencias Políticos, Universidad Javeriana. Docente Investigadora del Centro de Investigaciones Socio Jurídicas, Facultad de Derecho, Universidad Libre, Bogotá. Editora Revista Verba Iuris. ** Doctor en Sociología Jurídica e Instituciones Políticas. Universidad Externado de Colombia, Maestría en Ciencia Política. Universidad de los Andes. Economista Universidad Nacional. Docente Investigador Centro Investigaciones Socio Jurídicas, Facultad de Derecho, Universidad Libre, Bogotá Verba Iuris 29 • pp. 97-109 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 97 violence and colombian politics: some clues for its understanding within Colombia. In the third place, we review the beginning of the guerillas, the birth of the Revolutionary Armed Forces of Colombia (FARC), the National Liberation Army (ELN) and the April Nineteen Movement (M-19). Finally, we discuss the inception and developments of what has been so called Paramilitaries, their connection with the drugs trade and the politicians, to reach the so called Law of Justice and Peace. Key Words: Violence, Paramilitaries, Colombian Armed Conflict. Introduction The considerations of the conflict in the country are very important for Transitional Justice research, specifically by considering its inception, its context and how to propose alternatives for peace. For those reasons, we begin this paper by reviewing each one of these points, and the different research and studies on the theme, as stated by Gomez (2002) “Colombian political life is intimately linked to political parties, specifically, to traditional political parties: Liberal Political Party and Conservative Political Party. During the nineteenth and early twentieth century, both political parties divided the Colombian population between elites and masses, proletarians and burgeons, peasants and inhabitants of the city, etc. Those two political parties monopolized the Colombian Government during the nineteenth century with different conceptions of the State and the role of the Church. The Liberal Political Party represented federalist and reformist tendencies while the Conservative Political Party bet on a strong and centralized State and the Church as an institution having a fundamental role to Colombian society and politics. Six recognized civil wars were developed based on irreconcilable differences between political parties and the struggle for power in Colombia” in years 1815, 1860, 1876 98 – 77, 1885, 1890 – 1902, and a non-declared civil war during 1948 – 1957, (period known as The Violence, according to different researchers and historians). Then, members of Liberal Political Party and Conservative Political Party “have polarized the political life of the country becoming the Violence, embodied in infighting, in a constant in the political confrontation”. This conflict will be reflected in a series of Constitutions and Constitutional reforms (Davila, 2002). The history of Colombia has been a succession of small and large forms of Violence. Since the wars of Independence, passing by the nineteenth century wars, and countless uprisings, revolutions and small fights, until the highest point of the violence in 1948, as parallel institutions: the death of Jorge Eliecer Gaitán, “el Bogotazo” and the years of Violence. (This is available in www.repositorio. usab.edu.co). Studies on Violence in Colombia Violence in Colombia has resulted in a series of studies and research that began in year 1962 by a pioneer study of the Commission composed of Bishop German Guzman, Orlando Fals and Eduardo Umaña. Herein below we will present a brief summary of the most important. Verba Iuris 29 • pp. 97-109 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 rodolfo torregrosa jiménez - nhorys torregrosa jiménez From each one of these studies we see how each one is focused on the categories that will serve for the various researches in conflict or peace or to the scholars of the armed conflict in Colombia. Thus, when speaking of Colombian armed conflict it is necessary to refer to the study of the Commission2, in which the authors attempt to make a history of the violence in the fifties, by looking back at the history of the thirties3 (Cinep, 2002). On the other hand, the role of the State will be a central question in the analysis of Fluharty (1981), Dix (1967), Payne (1968), and, above all, Oquist (1978), all of them with focus on the fifties. Oquist’s emphasis on peasant struggles will be retaken in Gilhodes (1974) and Hobsbawn (1968). The analysis of the role of the State served in addition to the object of study of many Colombian academics, such as Henderson (1984) on Urban Violence, Ortiz (1985) on Violence in Quindío in the fifties, Arocha (1979) referred to Violence in Quindío, Sanchez and Meertens (1983) on social banditry and Fajardo (1979) on social transformation in Tolima. Commission for the Study of Violence A new tradition (referred to studies of violence) is created in Colombia with the 2 3 Guzman, Fals and Umaña (1968). As noted by Ortiz (1994), this study is distant from the traditional reading since it does not consider the people as a barbaric mass manipulated but as an active player of the process. But others had pointed out the lack of a deep reflection on the role of the State and the functioning of the two-party system in the analysis. Commission for the Studies on Violence (1987). This Commission highlights the multidimensional nature of the violence and the need for a more pluralistic interpretation of the phenomenon. Furthermore, this Commission stated the need to differentiate between politic, socio-economic, socio-cultural and territorial violence, reinforced by certain culture of Violence. This way of thinking brought a proliferation of approaches4 which were reflected in the works, some of them were graduate thesis as in the case of Guerrero (1991) referred to violence in Boyacá in the thirties, Marulanda (1991) referred to colonization of Sumapaz in the twenties and thirties, Betancur (1990) referred to political murderers from Valle del Cauca, Barbosa and Medina (1990) referred to paramilitaries in Puerto Boyacá, Uribe (1990) referred to urban violence. Also, there are a number of academic papers having as a main topic the recent Violence, such as Pecaut (1998) on two decades of violence in Colombia, Palacio and Rojas (1990) on what they call “para-State”, Uprimny (1990) on the relationship between justice and violence, Sousa and Garcia (2001) on the same line of justice and violence, Orozco (1994) on fighters, rebels and territory, Rubio (1998) differentiating between political and ordinary criminal offender, Deas (1995) who makes a journey by Colombian political history, Gaitan (1995) on Colombian and international theories on Colombian violence, 4 Such approaches intended to provide an explanation of the violence take into consideration factors as the abandonment of the State in some areas, the exclusion of political power, the social and economic inequalities, the violation of human rights, the fighting between elites, the politicization of guerilla and drug business. Verba Iuris 29 • pp. 97-109 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 99 violence and colombian politics: some clues for its understanding Montenegro and Posada (2001) who analyze the violence from Economy, Bejarano (1997) who focus the study on the economic analysis and empirical measurement on the relationship between poverty – lack of State – violence, Rangel (1997) who notice that the guerrilla fills the lack of State in impoverished regions and takes advantage of unsatisfied expectations, Echandia (1998: 24) who shows the historical evolution of guerilla to take refuge in “Fundraising Zones”, and Molano who makes a semblance of Jacobo Arenas, top leader of the ELN (1994). party, exercising the last one opposition to the development of reforms5, and, finally blocked them in 1947 (Urrego, 2002: 27). This is a count of different perspectives that have been made to try to explain the origin of violence and armed conflict in Colombia. We now turn to look at violence during the period of independence. Oquist (1978) adds “The highlight of this violence will occur in year 1948 with the assassination of liberal leader Jorge Eliecer Gaitan. His murder caused a popular uprising called “el Bogotazo”, which gives the start of the so-called “Violence”. “The government of the conservative President “Mariano Ospina Perez managed to control the situation, and completed his presidential period ended in 1950. The Liberal Political Party did not participate in the 1950 elections arguing lack of guaranties. This facilitated the victory of the Conservative Political Party led by Laureano Gomez, who continued and deepened the security policy of his predecessor before partisan violence, which did not include negotiating with Liberal Political Party””(Fernandez de Soto, 1961). Independence and Violence The Independence of Colombia marked the beginning of a conflict which has continued throughout the nineteenth century, in which there will be shifts between conservative and liberal political parties, declarations and civil war. The last one of such denominated civil wars took place between 1899 and 1902, which is known as the War of the One Thousand Days (Guerra de los Mil Dias in Spanish). During this war, Conservatives triumphed over Liberals and opened a period of 30 years called “Conservative Hegemony” (Urrego, 2002: 25). A relative period of peace was known between 1902 and 1948, under Conservative Governments (1886 – 1930), and then with liberal reformers (1930 – 1946). During the Stage between 1930 and 1947, there was a game between liberal party and conservative 100 “That opposition that emerged in the fourteens (40s) will be a belligerent opposition in defense of both, on one side, to the idea of a legitimate violence against abuses of power, and on the other side, to the practice of personal attack. In this way will be organized groups outside the law, armed, seeking to paralyze electoral participation of liberalism and, then, subtracting the difference in votes killing the opponent” (Oquist, 1978). “The Liberal Political Party, not totally without internal controversy, took the decision to promote guerillas to oppose the 5 . The main reforms were the legalization of worker unions, the establishment of the right to strike, the reform of the land ownership system, new laws to protect and encourage the national industry, the creation of institutes for technical and agriculture matters. Verba Iuris 29 • pp. 97-109 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 rodolfo torregrosa jiménez - nhorys torregrosa jiménez military power of the Government of Gomez. In addition to the liberal guerrillas, which mainly operate in the Llanos Orientales area (Eastern Plains), different types of irregular armed groups were created in various regions. The failure of Government policies and mistrust that inspired some personal attitudes of Gomez, led to lose the support of many of the members of his own party, and in 1953, the political class lean on the military establishment to strike a coup. The power was assumed by General Gustavo Rojas Pinilla (Posada, 1968) (Fernandez de Soto, 1961). Emergence of the National Front or Alternation of Political Parties “When the political leaders of the country and the social sectors opposed to the regime considered that the Government of General Rojas Pinilla should end and not be prolonged for other four years period or more, they promoted a strike which forced the retirement of General Rojas Pinilla. The power was assumed by a transitional political committee while thinking of reestablishment of the traditional democratic political system of the Republic”. (Ocampo, 2006). “The leaders of Liberal and Conservative Political Parties finally agreed that during a new period of transition, which will be extended for the following four periods (16 years), they will alternate in the Power!. (Ocampo 2006). This system, known as Alternation or National Front, was reflected in a Treated signed in Sitges (Spain) in 1953. The National Front agreement, which was enshrined in the Constitution in 1957 by a plebiscite, strictly ensured that neither liberals nor conservatives would be excluded from power, while cutting the way to possible new political parties (Bedoya, 1991). “During the Government of Guillermo Leon Valencia (1962 – 1966), the second president of the National Front, and due to the concern for the existence of some of the socalled “Independent Republics”6 within the country, the president ordered the Army to bring such republics and to restore authority there” (Gonzalez, 1992). The Birth of the Revolutionary Armed Forces of Colombia (FARC) “In 1964 and after the government of the National Front headed by Guillermo Leon Valencia had declared as “Independent Republics” and as subversive communist the peasant communities of Marquetalia, Villarica, Rio Chiquito, El Pato y El Guayabero, the Colombian army launches against them the largest extermination operation. It was the “Operation Sovereignty”, also called “Operacion Marquetalia” in Spanish7. The guerillas led by Manuel Marulanda Velez, alias “Torofijo”, (This means “Sureshot”, managed to overcome the military encirclement becoming later in a guerilla army FARC, which became in a clear roadmap of the seizure of political power by the use of armaments (Pizarro, 1991). 6 Conservative Senator Alvaro Gómez Hurtado denounced in the Congress of the Republic of Colombia the existence of 16 “Independent Republics” beyond the control of the State. May 27, 1964. Starting date for the “Operacion Mar- 7 quetalia”. This is taken as an official date for the origin of the FARC since a group of 48 peasants constitutes themselves in a guerilla group as a response to official aggression. It is available in www.anncol.com Verba Iuris 29 • pp. 97-109 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 101 violence and colombian politics: some clues for its understanding In 1966 the FARC is presented as a guerilla group. In January of 1966, the Communist Party in the X Plenum sponsors the constitution of the FARC as a guerilla group. The FARC were born of the Second Conference of the South Guerilla Group, as part of a National Liberation Democratic Front. (Villamizar, 2002: 183 – 184) and (Pizarro, 1991: 171). In the political arena of the FARC, the Agrarian Program of the Guerillas acquires significant importance becoming the main battle flag of this politic – military organization. It is in the Agrarian Program of the Guerillas or Government Program of the Guerilla, (which had been studied and updated in the eight National Conferences of the organization, and to become the main guideline for education, propaganda and organization to the political and military action), that the FARC clearly defines its ideological and political conception referred to its medium and long term objectives to the conquest of absolute political power by part of the working masses, all tending to build a socialist society in Colombia (Ferro and Uribe, 2002). On July 4, 1964, shortly after FARC was founded, the Youth of the Liberal Revolutionary Movement (JMRL) – excision of the Liberal Party -, and the Liberation Brigade named Jose Antonio Galan, composed of youth University students along with members of the Peasants, Students and Workers Movement (MOEC) merged and it was founded the National Liberation Army (ELN – Ejercito de Liberacion Nacional in Spanish), inspired by the success of the Cuban revolution (Alameda, 2005). “On January 7, 1965, the ELN began activities as a guerilla group. That day, thirty ELN combatants occupied the Simacota Villa, located in the Department of Santander, and by 102 publishing its revolutionary program calling for the struggle of the dispossessed classes, they signed a document called “Manifiesto de Simacota”, which is still taking effect”. (Vargas, 1992). “After achieving several military victories in the Department of Santander, the ELN dramatically enhanced political support for its cause when, in December of 1965, the revolutionary priest Camilo Torres Restrepo joined the ELN”. (Medina, 1994). “On the other hand, the Popular Liberation Army (EPL) (Ejercito Popular del Pueblo) has its origin in the founding of the Communist Party of Colombia (Marxist – Leninist), as a product of the deep division of the International Communist Movement among pro – Soviet and pro – Chinese (Maoist), which occurred during the first half of the 1960s. The PCC (ML), founded on July 20, 1965, and directed by Leon Arboleda, Jesus Alzate and Francisco Garcia, gives birth to its guerilla force on December 17, 1967, the Popular Liberation Army (EPL)”. (Calvo, 1987). “On January of 1968 began the combats of EPL, when a military patrol was annihilated by one of his guerilla groups in the Department of Cordoba. Soon after, the Colombian Communist Party and its armed wing, the EPL, proclaim its willingness to build a Liberation Patriotic Front to lead and to promote an alliance between workers and peasants with the purpose to take and exercise the revolutionary political power by means of armed struggle.” (It is available in traducciones. espacioblog.com). At the ideological level, “the Colombian Communist Party undergoes its more profound transformation when, in 1974, formally Verba Iuris 29 • pp. 97-109 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 rodolfo torregrosa jiménez - nhorys torregrosa jiménez resigned Maoism, after intense discussions initiated in the Six Plenum held in 1972. ” (Villaraga and Plazas, 1994). April 19 Movement (M-19) For the last presidential period of the National Front (Alternation of Political Parties), the official Conservative candidate of the National Front, Misael Pastrana Borrero, confronted the independent Conservative candidate of the National Front, former president Gustavo Rojas Pinilla. In the elections of April 19, 1970, Pastrana won under numerous allegations of fraud. This prompted that several university students subsequently joined the April 19 Movement, M – 19, an insurgent group which became known after an expectation advertising campaign in the press in 1974.8 “During the Government of Julio Cesar Turbay Ayala (1978 – 1982) a national security policy was promoted. As a result of it, several leaders and members of those groups were imprisoned, but most remained active. In 1980, the M – 19 made the seizure of the Dominican Republic Embassy, as a sign of their ability to act. Finally, the end of the seizure of the embassy was peacefully negotiated, and the participants of the M – 19 departed for exile in Cuba. The Government of Belisario Betancur (1982 – 1986) had a rapprochement and a truce with insurgent armed groups. The failure of these negotiations due to political differences 8 May 27, 1964. Starting date for the “Operacion Mar- quetalia”. This is taken as an official date for the origin of the FARC since a group of 48 peasants constitutes themselves in a guerilla group as a response to official aggression. It is available in www.anncol.com between different sectors of the Government and political groups, led to a breakdown and the subsequent seizure of the Palace of Justice in year 1985, by the M – 19, which ended with the dead of several of the retained civilians, as a consequence of an offensive operation by the army and the armed resistance of guerilla occupants. Subsequently, the Government of Virgilio Barco (1986 – 1990) promoted a policy of “Firm Pulse and Outstretched Hand” (“Pulso Firme y Mano Extendida” in Spanish), which was echoed in the M – 19 starting a demobilization process that ended in year 1989” (Tirado, 1989: 52). Para-militarism, the Counterinsurgency Strategy Since the early sixties the Security Forces and the State Security Agencies were formed under the parameters of the doctrine of National Security and the application of the fundaments of Low Intensity Conflict, which are related to the counterinsurgency logic of the time of the Cold War (Richani, 2003: 167). Within this purpose, some mechanisms have been implemented to the elimination the “internal enemy”, represented in the existence of communism, subversion or insurgency”. 9 The term Low Intensity Conflict has been defined as: politic – military confrontation between groups or contended States which is below the level of conventional war and above the peaceful competition and the routine between States. It frequently involves protracted struggles for competing principles and ideologies. The Low Intensity Conflicts ranging from subversion to the use of armed forces. The Low Intensity Conflicts are performed using a combination of media applying political, eco- 9 Verba Iuris 29 • pp. 97-109 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 103 violence and colombian politics: some clues for its understanding Thus, in the framework of this strategy, at the beginning of the same decade it is recommended by US military advisors the shaping of organizations of the “antiterrorist type”, and to the “anti-communist fight”. In furtherance of this purpose is issued Decree 3398 of 1965, which was later converted into permanent legislation through Law 48 of 1968, by means of which gave the legal basis for the organization of “National Defense”, “Civil Defense”, and the promotion in the organization of “Self - Defense”. “The emergency of paramilitaries, according to Garcia (2004), was due to a reactive manifestation of an excessive violence of the guerilla and to the inability of the Government to solve problems of public order and social conflicts. The origin of paramilitary groups and self – defense as such could be located at the early eighties, period in which the Government of Belisario Betancur (1982 – 1986) decree the amnesty and pardon laws, and decided to initiate peace dialogs with the armed groups.10 In his study of the emergence of self – defense in Puerto Boyaca, Medina (1990) argues that concessions derived from the policies of peace of the Government were not well received by landowners and ranchers, who, besieged by the guerillas decided to form self – defense nomic, informative and military instruments. The Low Intensity Conflict are often local, generally in Third World countries, but include effects of global and regional security. (Department of Defense, Dictionary of Military and Associated, 1989: 212). Law 35 of 1982 granted a general amnesty for 10 perpetrators of political crimes. Law 49 of 1985 authorized the President to grant pardons to perpetrators of these crimes. 104 groups with the purpose to fight against the insurgency in conjunction with the Army. In late 1982, merchants, ranchers and farmers of Puerto Boyaca met in Medellin to organize and defend themselves against the guerillas. Within this step, the self – defense are no longer protectors of land, property and lives to become bands defending private interest of the owners affected by the guerillas. It is important to note that during this time, they wanted to project the image of legitimate defense groups of estates and people, with a clear vocation anti – insurgency.” (Rivas and Rey, 2008: 44). This is ratified by Palacio and Safford, who say: “Eventually some paramilitary receive patronage from old and new landlords, such as drug traffickers. They acquire mobility and offensive power by searching for projects on national scale, but the image that, at least since 1990, want to offer these organizations is that of self - defense.” (2002: 661). Evolution of Para-militarism “A first pillar which allowed the development of para-military groups was that of emerald traders, landowners and peasants who wanted to defend themselves from guerilla; another great pillar was that of drug traffickers who strengthened or recruited these paramilitary groups and the army, who eager to end the insurgency used any method to achieve an objective. The privatization, in 1973, of the exploitation of emerald mines in Boyaca allowed the creation of private armies tolerated by the State. (Rivas and Rey, 2008: 46). In this regard, it is necessary to note that the inability of the Verba Iuris 29 • pp. 97-109 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 rodolfo torregrosa jiménez - nhorys torregrosa jiménez State to legislate effectively on mining was an incentive for the emergence of paramilitary emerald trader groups and that the war was the main formula to divide areas and control the emerald production.” (Uribe, 1992: 93). These armies of emerald traders were related to paramilitary groups and they had alliances in which the profiles and objectives were unclear. This is ratified by Richani, who says: “… The power struggle between clans of emerald traders converged with another fight that was emerging between the guerillas and their allies, the drug - bourgeoisie (narco - burguesia in Spanish) and large landowners and ranchers in Puerto Boyaca. The two struggles are intertwined in this area in subsequent years, when these groups began fighting for territorial control exercised by the guerillas on which they had acquired those lands and cattle ranches. The emergence of MAS led the antagonism up to the higher levels of violence.” (2003: 171). On the other hand, “the decision of President Belisario Betancur to grant amnesty to the guerillas was poorly received by the Military and the elites who saw the peace policy as an unlimited tilt to the insurgency, which used violence to take the power by means of weapons.” (Leal and Zamosc, 1990: 490 – 493). Furthermore, “the limits to the military, in those years, led these to find new ways to confront the guerillas to prevent the bankrupt of the country and to prevent coexistence.” (Uprimny and Vargas, 1990). Drug Trafficking in the Colombian Armed Conflict “The paramilitaries had strong ties with the so – called “Carteles de Medellin y de Cali” and Carlos Castaño, the main paramilitary leader at that time, acknowledged that the “paras” were directly put to the service of the ranchers and drug traffickers for protection of their interests. The guerilla harmed the interest of the drugs trade since they requested a percentage of the money earned by the drug business, but also they charged them for their land and farm possessions. As a consequence, there was an alliance between paramilitaries and drug traffickers.” (Aranguren, 2001: 38). Thus, an unprecedented counterinsurgency project was organized in the country. The residents of areas controlled by paramilitaries came to pay anti-communist tributes instead of communist tributes (Garcia, 2004: 65) and to carry a high degree of violence (Reyes, 1991: 38). With the purpose to trying to destroy the communist forces, its bases, peasants and residents of rural zones were repressed. Paramilitary activities of repression and killings originated the exodus of the population (Rivas, 2007: 94). “Under the assumption that the populations of areas with high subversive presence are highly collaborators of the guerilla, the paramilitary strategy was based on carrying out massacres and forcing large displacement of population deepening the conflicts’ degradation. It increased due to confronting the State and by sentencing to dead of penalty the personalities who were fighting against the drug business” (Garcia, 2004: 65). As a final thought, we could accept that paramilitary strategy allowed pacify areas where guerillas had spread terror in the population, but at worst barbaric acts. In other areas of the country, paramilitaries implemented extermination and violence methods against the population that did not exist before. And as if that was not enough, the paramilitary project learned that it could be a counterinsurgency nationwide project and it could get political status on a macabre alliance with corrupt politicians, even with their help to Verba Iuris 29 • pp. 97-109 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 105 violence and colombian politics: some clues for its understanding have the approval of Law 975 of 2005 to be judged with alternative penalties much more smaller than those provided by the Criminal Code. CEPEDA, Iván y Girón, Claudia (2004). “Procesos públicos de esclarecimiento y justicia de crímenes contra la humanidad”, Análisis Político, No. 50, pp. 52-72. Bogotá. The enactment of Law 975, known as the Justice and Peace Law, could have been interpreted as the sign of the beginning of a transitional justice process to Colombia, in response to the combination of what could be understood as the “Building Blocks” for a transition: a political agreement (Pacto de Rialito), a social demand for historical truth and Justice, the decision to repair, the creation of special and transient mechanisms for reinsertion and demobilization initiatives having as central reference the rights of the victims. CINEP (2002). Violencia Política en Colombia. CINEP. Colombia. Bibliography ALAPE, Arturo (1994). Tirofijo: los Sueños y las Montañas, 1964-1984, Editorial Planeta Colombiana, Bogotá. AROCHA, Jaime (1979). La Violencia en el Quindío, Editorial Tercer Mundo, Bogotá. BEJARANO, Jesús Antonio (1997). Una agenda para la Paz. Aproximaciones desde la teoría de la resolución de conflictos. Tercer Mundo Editores. Bogotá. BETANCUR, Darío (1990). Matones y cuadrilleros. 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En este escrito se comienza por hacer un estudio de la noción legal de empresa consagrada en el artículo 25 del Código de Comercio colombiano, luego se presenta una aproximación al concepto de RSE y se revisan las distintas concepciones acerca de lo que debe ser la Responsabilidad Social de la Empresa. Para finalizar, intentaré demostrar como una visión ecléctica de la Responsabilidad Social Empresarial se erige como una eficaz herramienta para hacer efectivo el mandato consagrado en el artículo 333 de nuestra Carta Magna, y el cual le endilga a la empresa una función social que implica obligaciones. Palabras clave: Empresa, responsabilidad social, grupos de interés. Abstract Through this work I offer legal and business community Colombian but complete an overview on the subject of Corporate Social Responsibility in Colombia. In this paper begins with a study of the legal notion of company enshrined in Article 25 of Fecha de Recepción: 30 de noviembre de 2012 Fecha de Aprobación: 4 de abril de 2013 * Artículo de reflexión, desarrollado al interior del grupo de investigaciones en derecho privado “San Alberto Magno” – Línea de investigación en derecho privado y propiedad intelectual de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Colombia. El presente trabajo hace parte del proyecto: El concepto de interés social y su impacto en el derecho de sociedades colombiano– fase II (Las nociones de shareholder value y stakeholder value: visión angloamericana del concepto de interés social desde una perspectiva de “creación de valor”). ** Abogado de la Universidad Santo Tomás, de Bogotá; especialista en Derecho Privado – Económico de la Universidad Nacional de Colombia; magíster en Derecho Comercial, de la Universidad Externado de Colombia. Profesor –Investigador de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Colombia; profesor de derecho comercial en la Universidad Libre de Colombia. [email protected] / ivanmorgestein@ hotmail.com Verba Iuris 29 • pp. 111-130 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 111 el tema de la responsabilidad social de la empresa colombiana the Colombian Commercial Code, then presents an approach to the concept of CSR and reviews the different conceptions of what should be the Social Responsibility Company. Finally, try to show as an eclectic vision of CSR stands as a powerful tool to implement the mandate enshrined in Article 333 of our Constitution, and which company you passing on to a social function that implies obligations. Key words: Enterprise, Social responsibility, Stakeholders. Introducción El precepto contenido en el artículo 25 del Código del Estatuto Mercantil colombiano que define a la empresa como “… toda actividad económica organizada para la producción, transformación, circulación, administración o custodia de bienes, o para la prestación de servicios…”, debe ser interpretado a la luz de nuestra Constitución Política, que en sus artículos 4 y 333, respectivamente, declara a Colombia como un Estado Social de Derecho, y le impone a la empresa, como base del desarrollo, una función social que implica obligaciones. El concepto de empresa ya no es una figura que le interese solo al derecho comercial1, por cuanto en un Estado Social de Derecho como lo es el colombiano, es ese mismo Estado el que se erige como director de la economía, para promover y exigir a las personas que ejercen sus derechos a la libertad de empresa y a percibir las utilidades que son inherentes a esa actividad, que cumplan con su función social, la cual se debe concretar en el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes, en la distribución equitativa de las Cfr. MARCELA CASTRO DE CIFUENTES. Nota editorial a la Revista de Derecho Privado n° 40, Bogotá, Universidad de los Andes, octubre de 2008, pp. 2-3, en [http://derechoprivado.uniandes.edu. co/index.php?numero=40&tipos=Ensayos] 1 112 oportunidades y los beneficios del desarrollo, y en la preservación de un ambiente sano2. Tal y como se desprende de las anteriores afirmaciones, la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), no solo tiene fundamento en la Carta Política de 1991, sino que, en el caso colombiano, es en sí misma un mandato constitucional3; por lo que no parece arriesgado afirmar que en Colombia no tiene cabida alguna la tesis del Nobel de economía MILTON FRIEDMAN, y según la cual la única responsabilidad que tiene la empresa es la de incrementar las ganancias patrimoniales de sus inversionistas, porque la realidad es que el nuestro es un país en conflicto, con profundas desigualdades sociales, económicas, culturales, azotado por la violencia4, y aquejado por una tremenda crisis financiera. Ahora bien, el interés por el tema de la Responsabilidad Social Empresarial se ha venido incrementando en los últimos años al advertirse que la mayor parte del empleo que hoy se genera en el mundo, tanto en países desarrollados como en países en vía de Cfr. Sentencia C – 870 de 2003. M.P. JAIME ARAÚJO RENTERÍA. 3 Motivo por el cual rechazo la afirmación de quienes sostienen que la RSE no es más que una simple moda o tendencia. 4 Cfr. ROBERTO GUTIÉRREZ, LUIS FELIPE AVELLA y RODRIGO VILLAR. Aportes y desaf íos de la responsabilidad social en Colombia, Bogotá, Fundación Corona, 2006, p. 9. 2 Verba Iuris 29 • pp. 111-130 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 wilson iván morgestein sánchez desarrollo, proviene de los núcleos empresariales5. Como corolario de lo anterior, se ha producido en el mundo empresarial una renovación en la forma de hacer los negocios, toda vez que los grupos sociales que reciben los efectos de la actividad económica organizada le exigen a las empresas el cumplimiento de unas obligaciones que van más allá de la observancia literal de la ley, y que por lo tanto implica la adopción de “…más altos estándares de ética que satisfagan los intereses y las necesidades de diversos actores que se ven involucrados en su actividad: accionistas, trabajadores, consumidores, competidores, comunidad en general”6. Pues bien, a través del presente trabajo de investigación pretendo brindar a la comunidad empresarial colombiana algunos elementos que contribuyan a la discusión que gira en torno a la noción de la RSE, al marco legal de la misma, y sobre todo, cómo puede la empresa, a través de la observancia de sus responsabilidades sociales, contribuir a la construcción de una Colombia más sana en todos los niveles8. Pero también es cierto que hay varias razones para que las empresas se hayan decidido a “seguir el camino de la responsabilidad social”; la única no es una exigencia constitucional, legal, reglamentaria, o un apremio de la colectividad, o el deseo de desarrollar una vocación por la filantropía o el altruismo, sino que existen otros motivos como lo son: (i) el incremento de la rentabilidad y la disminución de costes; (ii) el desarrollo de una ventaja competitiva; (iii) la adaptación a una nueva reglamentación; (iv) el compromiso y liderazgo del dirigente; (v) el seguimiento de la tendencia de la industria, (vi) las presiones de los clientes; (vii) las presiones de los accionistas y (viii) Obtener la “licencia para operar”7. Establece el artículo 25 de nuestro Estatuto Mercantil: JUAN CAMILO RESTREPO SALAZAR. “Apuntes sobre la responsabilidad social empresarial”, en Revista de Derecho Privado n° 40, Bogotá, Universidad de los Andes, octubre de 2008, p. 4, en [http://derechoprivado.uniandes.edu.co/index. php?numero=40&tipos=Ensayos] 6 MARCELA CASTRO DE CIFUENTES. Ob. cit., p. 2. 7 AMPARO JIMÉNEZ. “Hacia una práctica gerencial responsable: conceptos, prácticas y perspectivas 5 Resultados El concepto de empresa en el Código de Comercio colombiano “Se entenderá por empresa toda actividad económica organizada para la producción, transformación, circulación, administración o custodia de actuales”, en Revista de Derecho Privado n° 40, Bogotá, Universidad de los Andes, octubre de 2008, p.18, en [http://derechoprivado.uniandes.edu.co/ index.php?numero=40&tipos=Ensayos] 8 Es tanta la importancia que el tema de la Responsabilidad Social ha cobrado en el ámbito empresarial colombiano que, el pasado 4 de agosto fue radicado ante el Senado de la República el proyecto de Ley Nº 70 de 2010, “por la cual se definen normas sobre la responsabilidad social empresarial, la protección infantil y se dictan otras disposiciones”. De conformidad con el artículo 1del proyecto, “el objeto de la presente ley es la promoción de comportamientos voluntarios, socialmente responsables, por parte de las organizaciones aquí comprendidas, a partir del diseño, desarrollo y puesta en servicio de políticas, planes, programas, proyectos y operaciones, de tal manera que tiendan al logro de objetivos sociales, focalizando en aspectos como la protección de la niñez, la erradicación del trabajo infantil, la erradicación de la pobreza, el respeto de los derechos humanos y los comportamientos responsables ambientales basados en la prevención y la reparación de los daños ambientales”. Verba Iuris 29 • pp. 111-130 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 113 el tema de la responsabilidad social de la empresa colombiana bienes, o para la prestación de servicios. Dicha actividad se realizará a través de uno o más establecimientos de comercio”. Para el estudio de la norma anteriormente trascrita, me apoyaré en la obra del Maestro GERARDO JOSÉ RAVASSA MORENO y del Profesor JAIRO MEDINA VERGARA9 quienes a su vez siguen las líneas trazadas por TULIO ASCARELLI10. La empresa es una actividad, o sea, una serie de actos realizados en el tiempo y en el espacio, lo que quiere decir que un acto asilado y/o momentáneo no constituye empresa, ni siquiera actividad, aunque como lo ponen de presente los profesores NARVÁEZ: “Esto no significa que la actividad haya de ejercitarse siempre en forma ininterrumpida, pues algunas sufren intermitencias o se desenvuelven por temporadas, sin que por ello se reputen ocasionales ya que las caracteriza la estabilidad y duración” 11. Resulta fundamental dentro del presente trabajo advertir, tal y como lo hacen RAVASSA y MEDINA, que todo acto aislado tiene un destinatario específico, mientras que el destinatario de la actividad es el público en general, es decir, todos los sujetos que hacen parte de una comunidad o un grupo JAIRO MEDINA VERGARA y GERARDO JOSÉ RAVASSA MORENO. Derecho comercial general, Bogotá, Universidad Santo Tomás, 1994, pp. 275281. 10 TULIO ASCARELLI. Iniciación al estudio del derecho mercantil, Barcelona, Bosch, 1964, pp. 139 y ss, citado por JAIRO MEDINA VERGARA y GERARDO JOSÉ RAVASSA MORENO. Derecho comercial general… cit., p.275. 11 JOSÉ IGNACIO NARVÁEZ GARCÍA, JORGE EDUARDO NARVÁEZ BONNET y OLGA STELLA NARVÁEZ BONNET. Derecho de la empresa, Bogotá, Legis, 2008, p.124. cualificado de ellos12. Personalmente pienso que este es uno de los motivos por los cuales a la empresa se le asigna una función social que implica una serie de obligaciones. Ahora bien, para que una persona natural o física adquiera la calidad de empresario, debe realizar la actividad de manera efectiva, por el contrario, a una persona jurídica le es suficiente la manifestación del objeto social, obviamente hecha en el correspondiente escrito de constitución, para que adquiera la calidad de empresario colectivo13. La empresa es una actividad económica, lo que excluye de su noción actividades de índole político, cultural, deportivo, religioso, científico, etc., y aún actividades de mero goce o disfrute, es decir, aquellas que ni producen bienes ni prestan servicios, como por ejemplo, la del propietario de una serie de inmuebles que se dedica a arrendarlos para obtener de ellos su sustento y el de su familia14. Al decir de GERARDO RAVASSA y JAIRO MEDINA, la circunstancia de que el artículo 25 del Código de Comercio colombiano exija, para que haya empresa, una actividad económica, no quiere decir que en el desarrollo de la misma debe estar presente el ánimo de lucro, por cuanto este concepto es inherente al de la profesión de comerciante, más no al de 9 114 Ob. cit., p.276. Ibídem. 14 Ibídem, p.277. En el mismo sentido los doctores NARVÁEZ sostienen que, de conformidad con el artículo 25 del Código de Comercio, “Quedan así virtualmente excluidas innumerables actividades de mera subsistencia como el taller de manualidades, la refacción de vestidos o de calzado, la reparación de máquinas desvencijadas, los sitios de reventa de ropa o cosas usadas y otras manifestaciones de la economía informal”. (Ob. Cit. p. 121). 12 13 Verba Iuris 29 • pp. 111-130 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 wilson iván morgestein sánchez empresa como actividad15. Para dar claridad a este punto me permito transcribir algunos ejemplos que traen los citados autores: “Piénsese en el caso de un filántropo que organiza una empresa mercantil de fabricación y venta de figuritas de artesanía para que trabajen los disminuidos físicos. La empresa es desde luego mercantil, por la naturaleza de su objeto, pero no se puede decir que el empresario, el filántropo, el organizador, cuyos motivos son meramente altruistas, tenga afán de lucro. Las empresas del Estado que, en lo pertinente, se rigen por el Código de Comercio, no tienen tampoco afán de lucro (sus motivaciones no son lucrativas, sino las de prestar servicios a la comunidad, al menos en teoría). Las cooperativas (que mantendremos, son mercantiles, tanto las de producción como las de consumo) no se montan para ganar dinero, sino para eliminar intermediarios (y su clientela, en muchos casos, es cualificada: la constituyen sólo los socios). (…) Lo que caracteriza a la empresa es la unión de dos fuerzas productivas: capital y trabajo, organizadas por el empresario, y dirigidas a la producción de bienes o la prestación de servicios, pero no el afán de lucro, que puede o no existir o ser simplemente ilusorio” 16. Aunque se debe reconocer que en un buen número de casos el empresario, sea este individual o colectivo, tiene afán de lucro, pero se vuelve a insistir, este no es un elemento esencial de la actividad empresarial. 16 Ob. Cit., p.278. Refuerzan la opinión de RAVASSA y MEDINA las siguientes disposiciones legales: (i) Inciso 2° del artículo 11 de la ley 510 de 1999: “Para los anteriores efectos, se entenderá por empresa toda actividad económica organizada para la producción, transformación, circulación, administración o custodia de bienes, o para la prestación de servicios, independientemente de la forma de organización que se adopte, de la calidad o no de comerciante de quien la desarrolle o de que los actos que se realicen sean o no catalogados como mercantiles. En tal sentido la empresa puede ser desarrollada mediante diversas figuras jurídicas, Ahora bien, sobre este particular enseña el Maestro italiano FRANCESCO GALGANO que, efectivamente, para el derecho moderno la finalidad de lucro no es un requisito coesencial al concepto de empresa17, tanto así que “frente a las empresas mutualistas18 se ha tenido que ampliar la perspectiva, y afirmar que a la noción de empresario no corresponde únicamente la finalidad de lucro, sino la de “obtener una utilidad económica, consistente en un lucro, un ahorro de gastos o en otro beneficio patrimonial”, o bien, una finalidad “egoísta” o al menos no “altruista”19, pero si esto es así, no es menos cierto que, tal y como lo afirma el autor en cita, no ejerce una actividad económica quien hace una erogación gratuita de los bienes y servicios que produce20. Entonces ¿en qué consiste la economicidad de la actividad productiva? Para GALGANO no es “…la idoneidad abstracta de la actividad económica para obtener lucro –o sea, para generar ingresos superiores a los costos de producción- la juzgada co-esencial al concepto de 15 17 18 19 20 tales como fiducia mercantil, consorcios, uniones temporales, “joint venture” y empresas unipersonales”. (El destacado es mío), y (ii) Parágrafo 2° del artículo 3 del decreto 2080 de 2000: “Para efectos del presente decreto se entiende por empresa lo previsto en el artículo 25 del Código de Comercio, así como las entidades sin ánimo de lucro y las entidades de naturaleza cooperativa”. (Destacado fuera de texto). Cfr. FRANCESCO GALGANO. “Dirección y coordinación de sociedades” en Los grupos societarios. Dirección y coordinación de sociedades, Bogotá, Universidad del Rosario, 2009, pp. 94-95. Por ejemplo, las cooperativas. Biagivi, La profesionalità del`imprenditore, pp. 64 y ss, citado por FRANCESCO GALGANO. Dirección y coordinación… cit., p. 95. Cfr. FRANCESCO GALGANO. Dirección y coordinación… cit., pp. 94-96. Verba Iuris 29 • pp. 111-130 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 115 el tema de la responsabilidad social de la empresa colombiana empresa, sino la más limitada idoneidad abstracta para cubrir los costos de producción”21, es decir, “… que quien la desempeña obtenga, al menos tendencialmente, de la cesión de los bienes y servicios producidos, lo necesario para retribuir los factores de la producción empleados”22. FRANCESCO GALGANO afirma que es a ese concepto de “economicidad objetiva” al que debe acudirse para establecer si una persona individual o colectiva, reúne, en razón a la actividad que desarrolla, la calidad de empresario y, por lo tanto, está sujeto a la normatividad prevista para quien ostenta tal condición. En resumen, “no es necesario verificar que el sujeto se proponga obtener un lucro de la actividad productiva: basta con que la actividad productiva de bienes o de servicios se presente como idónea para rembolsar, mediante lo recibido a cambio de los bienes y servicios producidos, los factores de la producción empleados”23. La empresa es una actividad económica organizada. Al decir de RAVASSA y MEDINA “una empresa consiste en la reunión de dos fuerzas productivas: el capital y trabajo, que se junta y cooperan en su esfuerzo para obtener un objetivo común: la producción, circulación, etc., de bienes o la prestación de servicios” 24. Pues bien, esos dos elementos: Ibídem, p. 96. Ottaviano, en: “Enc. del dir.”, voz: Ente público, p.970; Giannini, “Le imprese pubbliche in Italia” (Riv. Soc. 1958, 230); Cassese, en: “Enc. del dir.”, voz: Ente pubblico economico, p. 973; RoversiMonaco, “Gli enti di gestione delle partecipazione statali”, pp. 204 y ss, citados por FRANCESCO GALGANO. Dirección y coordinación… cit., p. 96. 23 FRANCESCO GALGANO. Dirección y coordinación… cit., p. 99. 24 Ob. cit., p. 277. 21 22 116 capital y trabajo deben estar organizados, por el empresario, para que pueda haber producción de bienes y/o prestación de servicios, por cuanto una actividad desorganizada en manera alguna puede constituir empresa. La empresa es una actividad económica organizada para la producción de bienes o prestación de servicios. Es de por demás claro el artículo 25 del Estatuto Mercantil colombiano al establecer que la actividad económica organizada es para la producción, transformación, circulación, administración o custodia de bienes, o para la prestación de servicios. ¿Qué pasa entonces con la llamada “empresa” ocasional?, es decir, aquella que tiene un acto jurídico principal único, como lo puede ser la que se concibe para la producción de un solo bien, o para la prestación de un solo servicio. ¿Es o no una verdadera empresa a la luz de nuestro Código de Comercio? La respuesta parece ser negativa por cuanto como no hay una pluralidad de actos, esto excluye el concepto de actividad que es esencial para que se configure una auténtica empresa, y, de otra parte, recuérdese que el artículo 25 del Código Comercial habla de bienes y servicios, en plural25. Entonces, ¿qué pasa con los consorcios y uniones temporales?26. En opinión de RAVASSA “…si la actividad es continuada, la obra o servicio importantes y el tiempo para ejecutarlos prolongado, pueden encajar en el concepto de empresa” 27. Ibídem, pp. 280-281. Como quiera que la ley 510 de 1999 establece que la empresa puede ser desarrollada a través de estas figuras jurídicas. 27 GERARDO JOSÉ RAVASSA MORENO. Derecho comercial. Bienes mercantiles. Tomo I, 1ª ed., 25 26 Verba Iuris 29 • pp. 111-130 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 wilson iván morgestein sánchez Empresa y establecimiento de comercio. La actividad empresarial se desarrolla a través de uno o más establecimientos de comercio, entendido el establecimiento de comercio, según las voces del artículo 515 de nuestro Estatuto Mercantil “como un conjunto de bienes organizados por el empresario para realizar los fines de la empresa”, lo que quiere decir que, la función del establecimiento de comercio es la de ser instrumento de la empresa, es decir, entre el establecimiento y la empresa existe una relación de medio a fin28. tratadista CARLOS ALBERTO VELÁSQUEZ RESTREPO: ¿Y que actividades pueden constituir “empresa”? Siguiendo el tenor de lo preceptuado por el artículo 25 del Código de Comercio colombiano, concluye el destacado Empresa y sociedad. Quiero terminar este estudio de la noción legal de empresa haciendo unos breves comentarios acerca de los conceptos de empresa y sociedad, porque advierto que en el lenguaje común estos dos términos tienden a confundirse30, cuando son totalmente distintos, y así lo ponen de presente RAVASSA y MEDINA al afirmar que “…la sociedad sólo es el titular jurídico de la empresa, sin confundirse con la empresa misma” 31. reimpresión, Bogotá, Universidad Santo TomásGustavo Ibáñez, 2003, p. 324. 28 Cfr. RAMON EDUARDO MADRIÑAN DE LA TORRE. Principios de derecho comercial, 9ª ed., Bogotá, Temis, 2004, p. 79; LUIS GONZÁLO BAENA CÁRDENAS. Lecciones de derecho mercantil, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2009, p. 84, en donde se afirma: “…en el sentido de que la empresa se concibe como una organización de elementos destinados a la producción o mediación de bienes y servicios para el mercado, en tanto que los establecimientos comerciales se conciben como el conjunto de elementos que posibilitan o facilitan la empresa. Además, la empresa encuentra en el establecimiento de comercio el instrumento patrimonial adecuado y en el empresario el sujeto que procura la articulación de aquellos dos elementos desde una doble perspectiva: económica y jurídica…”. Pero es importante aclarar, tal y como lo hace MADRIÑAN DE LA TORRE que así como no todas las empresas son mercantiles, no todos los establecimientos son de comercio, porque la empresa, como toda actividad que desarrolle el ser humano en forma organizada, requiere de un conjunto de medios para alcanzar sus fines. (Ob. Cit., p.81). “a. La industrial o productiva, consistente en la transformación de la materia prima hasta el producto final (todo el proceso intermedio de transformación). b. La comercial, que es la cadena de intermediación desde el productor hasta el consumidor final, donde entran en juego las agencias, compañías de seguros; los contratos de suministro, etc. c. La actividad de servicios, que incluye el sector terciario de la economía, donde tiene mayor importancia el conocimiento y la capacidad; es aquí donde encontramos las asesorías, los servicios de médicos, de ingeniería, etc.”29. CARLOS ALBERTO VELÁSQUEZ RESTREPO. Instituciones de derecho comercial, 4ª ed., Medellín. Señal editora, 2003, pp. 177-178. 30 En el mismo sentido PABLO ANDRÉS CÓRDOBA ACOSTA. “La autonomía privada, el gobierno societario y el derecho de sociedades”, en Revista de derecho privado número 6, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2000, p. 163; LUIS GONZÁLO BAENA CÁRDENAS. Ob. Cit., pp. 83 y 84, es más, para este último autor “…la empresa es una universalidad de hecho, compuesta de elementos corporales e incorporales, vinculados por una finalidad común, cual es la de proporcionar bienes o servicios al público consumidor: Y como universalidad de hecho que es, carece de personalidad jurídica, que sólo radica en el empresario, sea comerciante individual o social”. 31 Ob. cit., p. 286. 29 Verba Iuris 29 • pp. 111-130 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 117 el tema de la responsabilidad social de la empresa colombiana En un sentido similar se pronunció el máximo órgano de la jurisdicción constitucional de nuestro país cuando sostuvo: “Junto a las concepciones tradicionales acerca de la naturaleza jurídica de las sociedades, un sector contemporáneo de la doctrina considera que independientemente de estimar a dichas personas jurídicas como una ficción legal o como una realidad jurídica, ellas corresponden a una técnica para la organización empresarial, es decir, para la explotación de una actividad económica mediante la ordenación y administración de los distintos factores de producción”32. (Negrita fuera de texto) Los criterios anteriormente transcritos encuentran un sólido respaldo legal en el artículo 98 del estatuto mercantil vernáculo y en el artículo 3 de la ley 1258 de 2008, y en los cuales se puede leer, respectivamente: “Artículo 98. Por el contrato de sociedad dos o mas personas se obligan a hacer un aporte en dinero, en trabajo o en otros bienes apreciables en dinero, con el fin de repartirse entre sí las utilidades obtenidas en la empresa o actividad social”. “Artículo 3°. Naturaleza.- La sociedad por acciones simplificada es una sociedad de capitales cuya naturaleza será siempre comercial, independientemente de las actividades previstas en su objeto social. Para efectos tributarios, la sociedad por acciones simplificada se regirá por las reglas aplicables a las sociedades anónimas”. Como resulta obvio, las disposiciones mencionadas distinguen claramente entre la persona jurídica que surge como consecuencia del perfeccionamiento del contrato de sociedad y la empresa o actividad social. De otra parte recuérdese como el inciso segundo del artículo 11 de la ley 510 de 1999 establece que “se entenderá por empresa toda actividad económica organizada para Sentencia C – 865 DE 2004. M.P. RODRIGO ESCOBAR GIL. 32 118 la producción, transformación, circulación, administración o custodia de bienes, o para la prestación de servicios, independientemente de la forma de organización que se adopte… En tal sentido la empresa puede ser desarrollada mediante diversas figuras jurídicas, tales como fiducia mercantil, consorcios, uniones temporales, “joint venture” y empresas unipersonales”, lo que lleva a concluir que las sociedades de derecho privado son solo una de las formas jurídicas a través de las cuales se puede desarrollar la actividad empresarial. Aproximación al concepto de Responsabilidad Social Empresarial A pesar del gran debate que en los últimos años, en Colombia y en el mundo, se ha generado en torno al concepto de Responsabilidad Social Empresarial (RSE)33, todavía no se ha establecido una definición inequívoca del mismo34, lo que trae, entre otras varias Como causas de la inusitada boga de la RSE, en los contextos nacional y mundial, se pueden citar las siguientes: (i) los cambios tecnológicos de comunicación e información (TCI); (ii) las características demográficas de las regiones; (iii) los desaf íos que plantean las nuevas expectativas de los empleados que hacen entrada al mercado laboral; (iv) la posición y rol que ocupa la empresa en la sociedad y (v) los retos que enfrenta la humanidad entera en materia de medio ambiente y seguridad. (AMPARO JIMÈNEZ. Ob. cit., p. 22.) 34 Aunque dentro de la literatura jurídica patria, ADOLFO PALMA TORRES propone la siguiente definición: “… el rol que la empresa tiene para con la sociedad que va más allá de la mera producción y comercialización de bienes y servicios, sino que también implica el asumir compromisos con los grupos de interés para solucionar problemas de la sociedad” (ADOLFO PALMA TORRES. “Sólo las empresas éticas y socialmente responsables sobrevivirán”, en Empresas colombianas: actualidad y perspectivas, Bogotá, Superintendencia de Sociedades, 2009, p. 58). En la Guía Técnica Colombiana 33 Verba Iuris 29 • pp. 111-130 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 wilson iván morgestein sánchez consecuencias, el que aún no se haya determinado, con precisión, cuando una empresa es socialmente responsable, ni que tareas debe proyectar y ejecutar el núcleo empresarial como parte de ese compromiso para con la comunidad35. Pero es más, tal y como lo advierte la profesora ÁNGEL CABO, citando a The de Responsabilidad Social-ICONTEC (Colombia), se puede leer: “Es el compromiso voluntario que las organizaciones asumen frente a las expectativas concertadas que en materia de desarrollo humano integral se generan con las partes interesadas y que, partiendo del cumplimiento de las disposiciones legales, le permite a las organizaciones asegurar el crecimiento económico, el desarrollo social y el equilibrio ecológico”. (Cfr. LUZ AMPARO MACÍAS QUINTANA. “La responsabilidad social no es solo un tema de moda”, en Empresas colombianas: actualidad y perspectivas, Bogotá, Superintendencia de Sociedades, 2009, p. 70). 35 Cfr. NATALIA ÁNGEL CABO. “La discusión en torno a las soluciones de soft law en materia de responsabilidad social empresarial”, en Revista de Derecho Privado n° 40, Bogotá, Universidad de los Andes, octubre de 2008, p.23, en [http://derechoprivado.uniandes.edu.co/index. php?numero=40&tipos=Ensayos]. Para reforzar este punto, resulta interesante ver como el idioma inglés tiene dos vocablos distintos para referirse a las dimensiones que están presentes en la palabra “responsabilidad”. Por un lado “responsibility” se refiere a aquello por lo cual uno se siente internamente responsable, es decir una especie de compromiso moral o ético. “Accountability”, por su parte alude a la rendición de cuentas que uno debe hacer ante otro debido a una obligación o compromiso asumido. (SCHVARSTEIN, Leonardo. “Responsabilidad Social” [en línea]. Consultado en junio 2008 en: [http://www.ulagrancolombia.edu. co/nuevosite/divisioninvestigaciones/documentos/responsabilidadsocialleorche.pdf ], citado por NATALIA ÁNGEL CABO. La discusión en torno a las soluciones de soft law… cit., p.6. The Economist. (en línea) (Jan 17th 2008). Consultado en [www.economist.com/specialreports/ PrinterFriendly.cfm?story_id=10491077]). Economist36, algunas empresas excluyen del concepto la expresión “social”, y optan por emplear vocablos tales como “responsabilidad corporativa”, “ciudadanía corporativa”, o incluso “empresa sostenible”, distintas locuciones que de todas formas se traducen, a su vez, en diversas perspectivas del concepto, aunque todas ellas tienen en común el interés por presentar a la empresa como una entidad “que hace bien”, aunque, según los críticos, sin foco claro sobre lo que significa “hacer bien” 37. Ahora bien, no es cierto que una aproximación al concepto sea solo necesaria para las corporaciones en sí mismas consideradas, ni tampoco que su conocimiento sea materia exclusiva de sus distintos órganos (dirección, administración, representación, fiscalización); todo lo contrario, una noción acerca de lo que es la Responsabilidad Social Empresarial se hace imprescindible para los diversos grupos de interés o stakeholders38 que confluyen en el desarrollo de la empresa. Pero bien, hay que empezar por anotar, siguiendo al doctor JUAN CAMILO RESTREPO39, sobre el consenso general que existe en torno a que la Responsabilidad Social Empresarial implica “ir más allá” de la simple The Economist. (en línea) (Jan 17th 2008). Consultado en [www.economist.com/specialreports/ PrinterFriendly.cfm?story_id=10491077] 37 NATALIA ÁNGEL CABO. Ob. Cit., pp. 2-3. 38 Grupos internos= no solo socios y/o accionistas, sino también directivos y trabajadores de la empresa y sus familias, Grupos externos= consumidores y clientes de la misma, otras compañías del sector, asociaciones gremiales, el Estado, el mismo entorno y la comunidad en general. Como se puede advertir, el concepto es amplio. 39 JUAN CAMILO RESTREPO SALAZAR. Ob. Cit., p. 3. 36 Verba Iuris 29 • pp. 111-130 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 119 el tema de la responsabilidad social de la empresa colombiana observancia del ordenamiento positivo40, y que por lo tanto, el concepto se traduce, en primera instancia, en un instrumento a través del cual las empresas pueden plasmar su voluntad41 de contemplar otras compromisos distintos al que tienen con los socios y/o accionistas, en el sentido de maximizar los beneficios económicos de estos últimos42. Distintas proyecciones de la Responsabilidad Social de la Empresa En mi opinión, el concepto de Responsabilidad Social Empresarial hace referencia: (i) Lo que presupone que la empresa que aspira a ser calificada como socialmente responsable, comienza por cumplir las exigencias mínimas que, de todo orden, le impone la ley. “En este sentido Sethi distingue tres estadios en los que la empresa puede interactuar con sus grupos de interés: a) Obligación social. Bajo esta perspectiva, únicamente se vincula la legitimidad de la empresa con criterios económicos y el simple cumplimiento de los deberes legales. A manera de ejemplo, la empresa considera que es responsable socialmente porque le paga a sus trabajadores el salario mínimo fijado en la ley, b) Responsabilidad social empresarial (RSE). Implica la conducción de los negocios de acuerdo con las normas, valores y expectativas que prevalecen en la sociedad, c) Responsabilidad social. Se caracteriza porque el objetivo fundamental de la empresa se centra en el desarrollo de procesos con el propósito de determinar y evaluar la capacidad de la empresa para anticipar, responder y gestionar las cuestiones y problemas que surjan ante las diversas exigencias y expectativas de los stakeholders internos y externos. (ADOLFO PALMA TORRES. Ob. Cit., p. 62). 41 El aspecto voluntario de la Responsabilidad Social Empresarial para mi no es claro, porque como ya lo he venido poniendo de presente, la RSE no es solo una demanda de la sociedad de nuestro tiempo sino que, en el contexto patrio, es un imperativo de orden constitucional. 42 Voluntad que surge, entre otros, como resultado de la toma de conciencia, por parte de los distintos órganos empresariales, de las repercusiones sociales que tiene su actividad. a una serie de demandas que la sociedad de nuestro tiempo le hace a los núcleos empresariales43, (ii) a la respuesta que estos últimos tienen no solo frente a esas exigencias, sino también frente a las implicaciones sociales de sus acciones44; envolviendo de esta manera la noción de RSE temas tales como derechos humanos, medio ambiente, derechos laborales y ética empresarial, entre otros. Sobre este particular resulta oportuno citar la definición que de Responsabilidad Social Empresarial hace el Pacto Mundial de las Naciones Unidas45 (Global Compact) “Contribución activa y voluntaria de las empresas al mejoramiento social, económico y ambiental, generalmente con el objetivo de mejorar su situación competitiva y valor añadido, y que va más allá del cumplimiento de las leyes y normas”46. 40 120 Siguiendo a las más autorizadas opiniones sobre el tema, hay que aclarar que la Responsabilidad Social de la Empresa no se limita a actos de caridad o filantropía; esta última es solo una faceta de las varias facetas que Porque se considera que el desarrollo de la empresa tiene un impacto que desborda el ámbito estrictamente corporativo, y se proyecta hacia la comunidad afectando diversos intereses. 44 Tanto para evitar al máximo las consecuencias negativas de su actividad y, eventualmente, si se presentan, darles la solución más adecuada, como para incrementar los resultados positivos de la misma. 45 El Pacto Global se ha creado “… para promover la incorporación de valores y principios universalmente reconocidos en la visión estratégica y las prácticas corporativas de las empresas… El Pacto Global no ha sido diseñado para ser un instrumento de regulación, no es un código de conducta ni un instrumento legal. Es un ejercicio abierto cuya función es identificar, diseminar y promover buenas prácticas basadas en principios universales promovidos por las Naciones Unidas”. (AMPARO JIMÈNEZ. Ob. cit., p. 21.) 46 Cfr. AMPARO JIMÉNEZ. Ob. cit., p. 21. 43 Verba Iuris 29 • pp. 111-130 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 wilson iván morgestein sánchez integran el concepto47. Al respecto resulta fundamental poner de presente la propuesta del Global Compact sobre los principios en los cuales se encuentra fundada la Responsabilidad Social de las Empresas a nivel mundial: “Derechos Humanos 1. Los negocios deben apoyar y respetar la protección de derechos humanos. 2. Asegurarse que no son cómplices en violaciones de derechos humanos. Estándares laborales 3. Los negocios deben reafirmar la libertad de asociación y el reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva. 4. Eliminación de cualquier forma de trabajo forzado y obligatorio. 5. Abolición efectiva del trabajo infantil. 6. Eliminación de discriminación con respecto al empleo y la ocupación. Medio ambiente 7. Los negocios deben apoyar una aproximación preventiva a los retos ambientales. 8. Deben llevar a cabo iniciativas para promover mayor responsabilidad ambiental. 9. Apoyar el desarrollo y difusión de tecnologías amigables para el medio ambiente. Anti-corrupción 10. Los negocios deben trabajar contra cualquier forma de corrupción, incluyendo la extorsión y el soborno”48. Ahora, tal y como lo señalan los profesores NARVÁEZ, la Organización Internacional de Normalización (ISO) ha preparado los denominados siete ámbitos, de general aceptación, y que complementan el decálogo anterior, a saber: “1. Gobierno corporativo; 2. Prácticas Cfr. JUAN CAMILO RESTREPO SALAZAR. Ob. Cit., P. 3. 48 Cfr. JOSE IGNACIO NARVÁEZ GARCÍA, JORGE EDUARDO NARVÁEZ BONNET y OLGA STELLA NARVÁEZ BONNET. Ob. cit., p.42. 47 laborales; 3. Prácticas ambientales; 4. Prácticas de derechos humanos; 5. Prácticas operacionales justas; 6. Asuntos de consumidores, usuarios o clientes; y 7. Compromisos con la comunidad y el desarrollo social” 49. Enfoques de la Responsabilidad Social Empresarial 50 La visión económica o liberal Su principal ideólogo fue el profesor de la Universidad de Chicago y premio Nóbel de Economía MILTON FRIEDMAN quien no dudó en tildar de subversiva la teoría de la Responsabilidad Social Empresarial51, ya que esta se opone al fin primordial y único de las empresas que es el de incrementar los ganancias financieras de sus asociados52, de forma tal que si la empresa cumple con esta finalidad pues estará siendo responsable, porque en la medida en que los recursos de Ibídem, pp. 42-43. En el mundo occidental el problema de la Responsabilidad Social de las Empresas ha sido observado desde dos corrientes principales: la económica (también llamada liberal), y la social, es decir, la discusión se ha dado entre quienes abogan por una mínima intervención del Estado en la economía y la defensa de los mecanismos del libre mercado, y aquellos que asignan a la empresa una función social, cuyo cumplimiento redundaría en mejores condiciones económicas, sociales y hasta culturales para la colectividad. (Cfr. GUSTAVO YEPES, WILMAR PEÑA COLLAZOS y LUIS FERNANDO SÁNCHEZ MALDONADO. Responsabilidad social empresarial. Fundamentos y aplicación en las organizaciones de hoy, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2007, p. 109). 51 La cual él vio que exigía de las empresas comportamientos éticos y actividades filantrópicas. 52 Eso si con un absoluto respeto a las disposiciones legales y reglamentarias vigentes, y sin tener que acudir a procedimientos engañosos o fraudulentos. 49 50 Verba Iuris 29 • pp. 111-130 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 121 el tema de la responsabilidad social de la empresa colombiana las corporaciones sean utilizados con eficiencia económica, se generarán beneficios para la sociedad como oferta de empleo, productividad e inversión, sin que sea necesario que los órganos de administración del núcleo empresarial tengan que implementar programas ni destinar recursos para resolver problemas sociales, es más, esa asignación de recursos con fines de solidaridad está vedada, porque se considera injusto el desvió de dineros que pertenecen única y exclusivamente a los asociados de la corporación. La visión social Esta corriente rechaza de plano la afirmación de que la única obligación de las empresas es la de maximizar los rendimientos económicos de socios y/o accionistas, por el contrario, esta teoría le endilga a la empresa una responsabilidad para con la comunidad53. MERRICK DODD, profesor de la Universidad de Harvard, afirmó que los gerentes tienen responsabilidades, no solo ante los dueños de la firma, sino ante la sociedad en general, porque “es la sociedad la fuente de los beneficios que obtienen los dueños de la gran firma moderna, incentivada principalmente por la legislación”54. Otro destacado exponente de la corriente social de la Responsabilidad Social de la Empresas es el sociólogo DANIEL BELL, quien predica de la empresa una naturaleza social, porque la misma se debe a la comunidad, de manera tal que en su planeación y ejecución no solo debe contemplar la Ibìdem, pp. 111-112. E.M. DODD, JR. “For whom are corporate managers trustees?”, en Harvard Law Review, 45(7), 1932, p. 1145, citado por AMPARO JIMÉNEZ. Hacia una práctica gerencial…. cit., p.5. 53 54 122 satisfacción de los intereses patrimoniales de sus asociados, sino las expectativas y necesidades de todos los grupos presentes en el conglomerado social en el cual se desarrolla, porque, en últimas, estos diversos grupos de interés son los verdaderos dueños de la empresa, y no los asociados que aportan su capital para el desarrollo de la misma. La Responsabilidad Social Empresarial como fuente generadora de cargas En mi opinión, la Responsabilidad Social de la Empresa no es solamente fuente generadora de obligaciones, en el estricto sentido jurídico de la expresión, sino también de cargas. Para aclarar este discernimiento se hace necesario recordar como en el derecho obligacional se distingue claramente entre estos dos conceptos, por cuanto “la carga se diferencia de la obligación en que implica la subordinación del interés de quien está sujeto a la carga a otro interés suyo y no estrictamente al de otro, y en esa medida el cumplimiento de la carga no puede ser exigido coactivamente, Simplemente, si la carga no se cumple los efectos previstos por quien debe cumplirla no se verán realizados”55. Una carga de derecho sustancial es “… un deber de observar determinada conducta, no para satisfacer un interés ajeno, como sucede en la obligación propiamente dicha, sino para satisfacer un interés propio. La desatención de ese deber no constituye una conducta antijurídica, pero si priva al sujeto de las ventajas que su atención le generaría”56. ANDRÉS ORDÓÑEZ. Lecciones de derecho de seguros. Nº 3. Las obligaciones y cargas de las partes en el contrato de seguro y la inoperancia del contrato de seguro, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2004, p. 9. 56 CÉSAR GÓMEZ ESTRADA. De los principales contratos civiles, 4ª edición, Bogotá, Temis, 2008, p. 167. 55 Verba Iuris 29 • pp. 111-130 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 wilson iván morgestein sánchez Al recordar la definición de carga se pueden entender los planteamientos de autores como ARAM, ARLOW, GANNON, MESCON y TILSON quienes afirman que el actuar socialmente responsable de los empresarios recibe una contraprestación por parte de la comunidad, consistente en una notoria mejoría en la imagen corporativa de la empresa, que consecuencialmente trae una serie de beneficios para la misma como lo son: (i) aumento en el número de los compradores de sus productos y los usuarios de sus servicios; (ii) posibilidad de que las instituciones financieras otorguen créditos a las más bajas tasas de interés; (iii) Relaciones más sólidas y estables con sus proveedores y (iv) alivios tributarios por parte del Estado; de manera tal que vista la Responsabilidad Social desde esta perspectiva, la misma se constituiría en una estrategia de mercado, lo que implicaría un previo y detenido análisis, por parte del empresario, de cuáles serían los beneficios patrimoniales que podría obtener en el desarrollo de actuaciones socialmente responsables, aún antes de su planeación y obviamente de su ejecución. Como se puede advertir esta visión de la Responsabilidad Social Empresarial corresponde más a la corriente económica que a la social, por cuanto lo que hay detrás de los “actos corporativamente responsables”, que se contemplen en el desarrollo de la empresa, es la maximización de la riqueza de socios y/o accionistas57. La noción de stakeholders Pues bien, los diferentes enfoques que en mayor o menor medida pertenecen a la corriente social de la Responsabilidad Social Cfr. GUSTAVO YEPES, WILMAR PEÑA COLLAZOS y LUIS FERNANDO SÁNCHEZ MALDONADO. Ob. cit., pp. 112-113 y 118-119. 57 de la Empresa tienen en común el afirmar que las obligaciones y cargas del núcleo empresarial no se limitan única y exclusivamente a sus asociados, sino que, por el contrario, la empresa tiene responsabilidades con los distintos grupos de interés o stakeholders que directa o indirectamente se ven afectados por el desarrollo de la actividad económica, de manera tal que el concepto de stakeholders es esencial para establecer quiénes pueden exigir responsabilidades de la empresa, por lo que en este momento considero oportuno acercarse a una definición de este concepto que ya ha sido mencionado en el transcurso del presente trabajo. La teoría de los stakeholders fue propuesta por el filósofo norteamericano y profesor de administración de negocios Dr. EDWARD FREEMAN, quien presenta a la empresa como un sistema relacionado de un modo concreto con la sociedad, a través de grupos de interés que pueden tener un impacto directo o indirecto en la empresa, como también pueden recibir influencia de la misma, lo que conlleva a que los intereses de todos los stakeholders deben estar incorporados en los intereses de la empresa58. Para el profesor FREEMAN los stakeholders son “cualquier individuo o grupo que puede afectar o es afectado por el logro de los objetivos de la empresa”59. Cfr. GUSTAVO YEPES, WILMAR PEÑA COLLAZOS y LUIS FERNANDO SÁNCHEZ MALDONADO. Ob. cit., pp. pp. 128-129. 59 R.E. FREEMAN y D.L. REED. “Stockholders and Stakeholders: A New Perspective on Corporate Governance”, California Management Review 25, 1983, citados por GUSTAVO YEPES, WILMAR PEÑA COLLAZOS y LUIS FERNANDO SÀNCHEZ MALDONADO. Responsabilidad social empresarial…. cit., p.129. . 58 Verba Iuris 29 • pp. 111-130 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 123 el tema de la responsabilidad social de la empresa colombiana Siguiendo a los profesores YÉPES, PEÑA y SÀNCHEZ60 stakeholders son “…todos aquellos que de una u otra forma están siendo afectados por las decisiones y acciones de la empresa, que forman parte de la corporación de manera directa, indirecta o en distintos niveles de implicación. Este grupo de stakeholders son los accionistas, los directivos, los trabajadores, los consumidores, lo proveedores, los competidores y toda la comunidad dentro de la cual la empresa actúa”. La profesora AMPARO JIMÉNEZ se apoya en la definición de los stakeholders propuesta por Clarkson (1995), y según la cual “Los stakeholders son personas o grupos que tienen o reclaman derechos o intereses en una empresa y en sus actividades, pasadas, presentes o futuras. Tales derechos o intereses son el resultado de transacciones hechas con la empresa, o de acciones realizadas por la empresa, que pueden ser legales o morales, individuales o colectivos” 61. ADOLFO PALMA TORRES propone la siguiente definición del concepto: “… la teoría de los stakeholders es una réplica al argumento conforme al cual la gestión de la empresa debe orientarse únicamente a la maximización de la riqueza de sus propietarios. Sugiere que existe una diversidad de grupos que tienen un interés en las operaciones de la empresa, llamados “stakeholders”, que merecen ser tenidos en cuenta en el proceso de toma de decisiones. Entonces, un stakeholder es un individuo o grupo que tiene un interés, sea del tipo que sea, en una empresa. Sin embargo, no solo pueden ser considerados como personas o grupo de personas que pueden verse afectados por las actuaciones empresariales, sino también que pueden influir en ellas. Según Andagoña, todos los seres humanos pueden ser potencialmente stakeholders de una empresa, Ob. cit., p.124. Ob. cit., p.7 60 61 124 en el sentido de que todos pueden verse afectados por su actividad”62. Resulta vital para el desarrollo del presente acápite traer a colación la teoría que sobre la Responsabilidad Social de las Empresas ha elaborado la profesora ADELA CORTINA quien propone un enfoque integral del concepto de empresa en el cual se concilien tanto el aspecto económico como el ético de la misma, que permita acercar al núcleo empresarial a los contextos humanos, precisamente porque la empresa está creada sobre relaciones humanas, lo que trae como consecuencia que ella sea responsable frente a todos y cada uno de los implicados en su desarrollo63. Ahora bien, esos “bloques de implicados” se agrupan en torno a tres problemas: (i) asuntos internos64; (ii) actuaciones en el mercado65 y (iii) exigencias de la sociedad66, de manera tal que una empresa funcionará convenientemente, y como consecuencia obtendrá la legitimidad social que requiere, si está en capacidad de solucionar esos tres tipos de conflictos, con fundamento en políticas empresariales basadas en la ética, que le permitan asegurar el cumplimiento de sus responsabilidades para con todos los afectados por sus decisiones. Ob. cit., p. 60. Para lo cual seguiremos la exposición de los profesores YEPES, PEÑA y SÀNCHEZ en su ya citada obra, pp. 124-134. 64 Resulta casi obvio que los asuntos internos están dados por los conflictos de intereses, especialmente de carácter patrimonial, que se suscitan entre socios y/o accionistas. 65 Sobre este aspecto los conflictos surgirían como resultado de la competencia que se presenta en un sistema de libre mercado. 66 La comunidad en la cual se desarrolla la empresa espera de ella un comportamiento como institución de carácter social. 62 63 Verba Iuris 29 • pp. 111-130 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 wilson iván morgestein sánchez Defensa de una noción ecléctica de la Responsabilidad Social Empresarial Ahora bien, de lo que hasta ahora se ha dicho acerca de las visiones de la Responsabilidad Social de la Empresa, puedo afirmar que, un enfoque no excluye al otro, es decir, lo social no excluye lo económico, más aún, tal y como lo afirma el doctor JUAN CAMILO RESTREPO la primera obligación de carácter ético asociada al concepto de responsabilidad social de las empresas es el de gestionar eficientemente el capital que la sociedad les ha confiado, ese es el primer deber, luego, obviamente la empresa debe asumir sus demás obligaciones sociales67. Sobre el anterior planteamiento PETER DRUKER sostiene: “El rendimiento económico es la primera responsabilidad de un negocio. El negocio que no muestra utilidades iguales por lo menos al costo de capital es socialmente irresponsable. Desperdicia los recursos de la sociedad. El rendimiento económico es la base. Sin él, un negocio no puede desempeñar ninguna otra responsabilidad, no puede ser un buen empleador, un buen ciudadano, un buen vecino. Pero el rendimiento económico no es la única responsabilidad de un negocio, ni es el rendimiento educativo la única responsabilidad de una escuela, ni el rendimiento en salud la única responsabilidad de un hospital. El poder siempre tiene que equilibrarse con la responsabilidad: de otra manera, expiraría. Pero sin responsabilidad, el poder siempre degenera en no-rendimiento. Y las organizaciones tienen poder aún en cuando solo sea poder social”68. 67 68 Ob. cit., p. 5. Citado por Álvaro Dávila L., en “La Responsabilidad Social en la Ciencia de la Riqueza” en Empresa Privada y Responsabilidad Social, Editores Olga Lucía Toro y Germán Rey – Bogotá, 1996, p.17. Sobre este particular, es por demás interesante interesante la reflexión que hace el profesor RESTREPO SALAZAR69, en el sentido que los administradores de una empresa deben velar porque las donaciones que hagan estén estrictamente ajustadas a las disposiciones estatutarias, ya que no están entregando dineros propios, sino dineros de socios y/o accionistas70. Para reforzar y concluir este acápite es importante citar a A.B. CARROLL, quien definió la Responsabilidad Social Empresarial en los siguientes términos: “La responsabilidad social de la empresa abarca las expectativas económicas, legales, éticas y filantrópicas de la sociedad, en un momento determinado del tiempo”71, de manera tal que la Responsabilidad Social se crea asumiendo que cada uno de los componentes de la misma no excluye al otro. De conformidad con CARROLL la ecuación sería la siguiente: RSE = Responsabilidades económicas + Responsabilidades legales + Responsabilidades éticas + Responsabilidades filantrópicas. Ob. cit., p. 9. FRIEDMAN admitió la posibilidad de que los directivos de la corporación sintieran alguna responsabilidad altruista, frente a lo cual podían utilizar sus propios recursos para cumplir con ciertas obligaciones sociales, pero para lo que si no estaban legitimados era para hacer uso del dinero de socios y/o accionistas. (Cfr. GUSTAVO YEPES, WILMAR PEÑA COLLAZOS y LUIS FERNANDO SÁNCHEZ MALDONADO. Ob. cit., p. 100) 71 A.B. CARROLL. “A three-dimensional conceptual model of corporate social performance”, Academy of Management Review 4, 1979, pp. 497 a 505, citada por GUSTAVO YEPES, WILMAR PEÑA y LUIS FERNANDO SÁNCHEZ. Responsabilidad social empresarial….cit., p. 128. 69 70 Verba Iuris 29 • pp. 111-130 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 125 el tema de la responsabilidad social de la empresa colombiana La Responsabilidad Social Empresarial como un instrumento para hacer efectiva la función social de la empresa colombiana Libertad económica y libertad de empresa Establece el inciso 3º del artículo 333 de la Constitución Política de Colombia: ART. 333.- La actividad económica y la iniciativa privada son libres, dentro de los límites del bien común. (…) La empresa, como base del desarrollo, tiene una función social que implica obligaciones. El Estado fortalecerá las organizaciones solidarias y estimulará el desarrollo empresarial. (…) El máximo órgano de la jurisdicción constitucional colombiana ha entendido la libertad económica72 como “…la facultad que tiene toda persona de realizar actividades de carácter económico según sus preferencias o habilidades, con miras a crear, mantener o incrementar su patrimonio”73, y a la libertad de empresa, también conocida como la libre iniciativa privada74, y que sin lugar a dudas es la más importante manifestación de la libertad económica, como “aquella libertad que se reconoce a los ciudadanos para afectar o destinar bienes de cualquier tipo (principalmente “La definición del concepto de libertad económica presenta serias dificultades, por tratarse de una cláusula abierta e indeterminada por la Constitución, la cual es susceptible de distintas interpretaciones según la concepción que se tenga del hombre y de la sociedad”. (Sentencia C – 616 de 2001. M.P. RODRIGO ESCOBAR GIL). 73 Sentencia T – 425 de 1992. M.P. CIRO ANGARITA BARÓN. 74 Y que se fundamenta en el derecho a la igualdad de oportunidades consagrado en el artículo 13 de nuestra Carta Política. 72 126 de capital) para la realización de actividades económicas para la producción e intercambio de bienes y servicios conforme a las pautas o modelos de organización típicas del mundo económico contemporáneo con vistas a la obtención de un beneficio o ganancia. El término empresa en este contexto parece por lo tanto cubrir dos aspectos, el inicial - la iniciativa o empresa como manifestación de la capacidad de emprender y acometer- y el instrumental -a través de una organización económica típica-, con abstracción de la forma jurídica (individual o societaria) y del estatuto jurídico patrimonial y laboral”75. También ha dicho la Corte que dicha libertad “se fundamenta en la libertad de organización de los factores de producción, la cual incluye la libertad contractual, que ejercida por el sujeto económico libre, atiende la finalidad de que en el mercado confluya un equilibrio entre los intereses de los distintos agentes”76 Proyección social de la empresa La importancia que para nuestra Ley Fundamental tiene la actividad empresarial reside en que, el desarrollo económico del país está íntimamente vinculado a la suerte de las empresas77, ya que si bien estas, la mayor parte de las veces, son el resultado de la inversión de recursos del sector privado, no es menos cierto que las mismas implican: (i) La vinculación de trabajadores y la interlocución Sentencia C – 524 de 1995. M.P. CARLOS GAVIRIA DÍAZ. 76 Sentencia C – 616 de 2001. M.P. RODRIGO ESCOBAR GIL. 77 No sobre recordar que se considera que el principio de libertad económica y el subsiguiente de libertad de empresa, son la base del desarrollo económico y social, y garantía de una sociedad democrática y pluralista. (Sentencia C – 615 de 2002. M.P. MARCO GERARDO MONROY CABRA). 75 Verba Iuris 29 • pp. 111-130 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 wilson iván morgestein sánchez industrial o comercial con otros agentes y, (ii) El comercio de bienes y servicios que, dependiendo de factores cualitativos y cuantitativos, resulta apto para el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes del territorio nacional78. Pues bien, la actividad empresarial envuelve una serie de relaciones entre los distintos agentes económicos de un país, relaciones que merecen ser intervenidas por el Estado79 con el fin de hacer prevalecer el interés general80, como quiera que, la libertad de empresa ni es un derecho fundamental81, Cfr. Sentencia C – 042 de 2006. M.P. CLARA INÉS VARGAS HERNÁNDEZ. 79 Pero es claro, tal y como lo ha puesto de presente nuestra Corte Constitucional que “… asimismo, corresponde al Estado, estimular el desarrollo empresarial e impedir que se obstruya o restrinja la libertad económica. De la ley surgen, en consecuencia, tanto restricciones como estímulos a la libertad de empresa”. (Sentencia C – 254 de 1996. M.P. EDUARDO CIFUENTES MUÑOZ). 80 La jurisprudencia constitucional vernácula ha dicho que, “…el instrumento por excelencia que permite a las autoridades lograr la efectividad de la función social de la empresa, es la actividad estatal de intervención en la economía (CP art. 334), con la cual “se pretende conciliar los intereses privados presentes en la actividad empresarial de los particulares, con el interés general que está involucrado en dicha actividad en ciertos casos, como en el de la prestación de los servicios públicos que se vincula la satisfacción de necesidades básicas de los ciudadanos”. (Sentencia C – 616 de 2001. M.P. RODRIGO ESCOBAR GIL). 81 Salvo si su afectación implica la violación o amenaza de un derecho que tenga esa naturaleza. (Cfr. Sentencia SU – 157 de 1997). De otra parte, es importante advertir que “…la protección del fin legítimo de la promoción de la libertad de empresa no puede producirse a costa del sacrificio de otros principios constitucionales más amplios…”. (Sentencia C – 823 de 2006. M.P. JAIME CÓRDOBA TRIVIÑO). 78 ni es absoluta82, ya que la misma involucra no solo responsabilidades económicas sino sociales83. Básicamente, lo que pretende la restricción legal a la libertad económica y a la libertad de empresa es conciliar los intereses de la actividad económica libre con los que demanda la atención del bien común84, o en otras palabras; “…la intervención del Estado en la economía se justifica en la medida en que a través de ella se pretende conciliar los intereses privados de quienes participan en el mercado, con el interés general de la comunidad expresado en las normas constitucionales señaladas”85. Límites a la libertad de empresa Ahora, si bien es cierto que la libertad de empresa admite limites, esas limitaciones deben obedecer a criterios de razonabilidad y proporcionalidad. Nuestro Corte Constitucional ha dicho que tal intervención debe reunir varias condiciones: i) Necesariamente Con referencia a este aspecto, es de resaltar como nuestra Ley Fundamental, en su artículo 95, establece que, es deber de la persona y del ciudadano respetar los derechos ajenos y no abusar de los propios. 83 Cfr. Sentencia C – 042 de 2006. M.P. CLARA INÉS VARGAS HERNÁNDEZ. Aunque resulta de trascendental importancia poner de presente, frente a lo hasta aquí dicho que “…más allá de esta tensión entre el interés público y el privado, es preciso recordar que la libertad de empresa es reconocida a los particulares por motivos de interés público. Al margen de lo que las distintas escuelas económicas pregonan… lo cierto es que la Carta, como se dijo, admite que la empresa es motor de desarrollo”. (Sentencia C- 615 de 2002. M.P. MARCO GERARDO MONROY CABRA). 84 Cfr. Sentencia C – 415 de 1994. M.P. EDUARDO CIFUENTES MUÑOZ. 85 Sentencia C – 615 de 2002. M.P. MARCO GERARDO MONROY CABRA. 82 Verba Iuris 29 • pp. 111-130 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 127 el tema de la responsabilidad social de la empresa colombiana debe llevarse a cabo por ministerio de la ley; ii) No puede afectar el núcleo esencial de la libertad de empresa; iii) Debe obedecer a motivos adecuados y suficientes que justifiquen la limitación de la referida garantía; 86 iv) Debe obedecer al principio de solidaridad87; y v) Debe responder a criterios de razonabilidad y proporcionalidad88. De otra parte, ese sinnúmero de intervenciones del Estado en la actividad empresarial, asociadas a la función social de la misma, obedecen, entre otros criterios, a los siguientes: (i) La actividad de la empresa; (ii) Su estructura organizativa; (iii) El mercado en el que se inserta; (iv) El tipo de financiamiento al cual apela; (v) El producto o servicio que presta; (vi) La importancia de su resultado económico, etc.89. Pues bien, no dudo en afirmar que una visión ecléctica de la Responsabilidad Social de Empresarial, es decir, una que entienda la actividad económica organizada tanto en su enfoque económico como en su perspectiva social, se erige en una valiosa herramienta a la hora de hacer efectiva la función social de la empresa colombiana. Conclusiones todos los sujetos que hacen parte de una comunidad o un grupo cualificado de ellos. Personalmente pienso que este es uno de los motivos por los cuales a la empresa se le asigna una función social que implica una serie de obligaciones. El concepto de “economicidad objetiva” al que debe acudirse para establecer si una persona individual o colectiva, reúne, en razón a la actividad que desarrolla, la calidad de empresario y, por lo tanto, está sujeto a la normatividad prevista para quien ostenta tal condición. El ordenamiento jurídico colombiano distingue claramente entre la persona jurídica que surge como consecuencia del perfeccionamiento del contrato de sociedad y la empresa o actividad social. No es cierto que una aproximación al concepto sea solo necesaria para las corporaciones en sí mismas consideradas, ni tampoco que su conocimiento sea materia exclusiva de sus distintos órganos (dirección, administración, representación, fiscalización); todo lo contrario, una noción acerca de lo que es la Responsabilidad Social Empresarial se hace imprescindible para los diversos grupos de interés o stakeholders que confluyen en el desarrollo de la empresa. Todo acto aislado tiene un destinatario específico, mientras que el destinatario de la actividad es el público en general, es decir, En mi opinión, la Responsabilidad Social de la Empresa no es solamente fuente generadora de obligaciones, en el estricto sentido jurídico de la expresión, sino también de cargas. Sentencia T-291 de 1994. M.P. EDUARDO CIFUENTES MUÑOZ. 87 Sentencia T-240 de 1993. M.P. EDUARDO CIFUENTES MUÑOZ. 88 Sentencia C-398 de 1995. M.P. JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ GALINDO. 89 Sentencia C – 254 de 1996. M.P. EDUARDO CIFUENTES MUÑOZ. Una visión ecléctica de la Responsabilidad Social de Empresarial, es decir, una que entienda la actividad económica organizada tanto en su enfoque económico como en su perspectiva social, se erige en una valiosa herramienta a la hora de hacer efectiva la función social de la empresa colombiana. 86 128 Verba Iuris 29 • pp. 111-130 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 wilson iván morgestein sánchez Referencias ÁNGEL CABO, NATALIA. “La discusión en torno a las soluciones de soft law en materia de responsabilidad social empresarial”, en Revista de Derecho Privado n° 40, Bogotá, Universidad de los Andes, octubre de 2008, en [http://derechoprivado.uniandes.edu.co/ index.php?numero=40&tipos=Ensayos]. BAENA CÁRDENAS, LUIS GONZÁLO. Lecciones de derecho mercantil, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2009. CASTRO DE CIFUENTES, MARCELA. 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Palabras claves: constitución-reforma-democracia-presidencialismo Abstract In this paper, I deal with the problems provoked by the pure presidentialism to the democratic system and to reach a consensus in order to change the political system, in special in Argentina. Some actions have reinforced the strong power of the president violating the balance of powers during the last governments, particularly the Kirchner’s. And, the kirchnerist effort to get a new constitutional reform for Cristina Kirchner’s re-reelection is at least very worrying. Key Words: constitution-reform-democracy-presidentialism Fecha de Recepción: 31 de enero de 2013 Fecha de Aprobación: 2 de junio de 2013 * El presente es una versión modificada de una ponencia leída con motivo de las “Quintas Jornadas de Filosof ía Política. Globalización: derechos y libertades, Mar del Plata, 21 al 23 de junio de 2012”, cuyo título fue: “Reforma del sistema político”. En ocasión de la discusión sobre la reforma constitucional en Argentina en la década del 80 y luego en la del 90, la autora se dedicó a estudiar el tema del presidencialismo y su incidencia en la política en el Grupo de Análisis Político (Departamento de Filosof ía, Facultad de Humanidades, UNMdP). OCA de creación 222/93. Lo anterior en el marco del proyecto global de Investigación: “Análisis del poder en la Argentina contemporánea”, el cual se llevó a cabo entre el año 1993 y el 2000 inclusive y fue financiado por la Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina. ** Es Profesora en Historia, Magister en Ciencia y Filosof ía Política y Doctora en Filosof ía. Trabaja como docente e investigadora en la Universidad Nacional de Mar del Plata en Argentina. Email: [email protected]. Verba Iuris 29 • pp. 131-145 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 131 del gobierno y las reformas en la argentina Introducción El marco teórico de este trabajo está dado en una visión desde la filosofía y la teoría política. Este nivel de abstracción no está completamente reñido con la realidad y la actualidad política ya que son los avatares de la historia los que nos llevan a discutir, nuevamente en la Argentina, ciertas cuestiones que parecían dejadas de lado hasta mejor fortuna. No es que no se fuera necesaria una resolución sino que no parecía haber oportunidad de solucionar lo que en su momento se discutió como la debilidad de la democracia en los regímenes presidencialistas puros. Otros temas aparecieron como urgentes y, al menos en un país como éste, no parecía posible un nuevo autoritarismo muy fuerte aunque la reforma constitucional de Carlos Menem del año 1994 para lograr la reelección, se podía ya interpretar como una carencia de instituciones fuertes para sostener el proceso democrático. La presentación de los hechos históricos son útiles para demostrar la preocupación por sostener la tan deseada democrática, la exposición sobre el significado del término “democracia” en los diferentes niveles de discusión es útil para advertir lo que siente la ciudadanía frente a la fuerte concentración del poder en el ejecutivo. La tensión entre mayoría y minoría nos lleva a intentar resolver el problema de la forma más consensual posible para evitar el debilitamiento del poder o el quiebre del sistema democrático. Los que nos ocupamos de la posibilidad de construir un nuevo andamiaje constitucional que resistiera una transición desde una dictadura a la república nuevamente, en los últimos años, nos vemos en la obligación de recordar a la sociedad por lo que hemos pasado y mostrar lo que nos puede volver a llevar al fracaso 132 para dejarnos estancados y hundidos en una nueva forma de autoritarismo, derivada de un populismo del siglo XXI. Democracia: modelo mayoritario v modelo consensual La democracia constitucional o liberal es la que conocemos actualmente y es producto de la doble revolución como la denomina el historiador Eric Hobsbawn; se trata de la Revolución Industrial y la Revolución Francesa. Éste tipo de régimen surge en el marco del capitalismo pujante de la época del famoso “despegue” de la economía inglesa que luego también influirá en la europea; hay que agregar que este tipo de democracia tiene como sustento el cambio profundo que se provoca en Francia y que consiste en la aparición de libertades que los ciudadanos no poseían hasta ese momento, a estas se las conoce como las libertades de los modernos en oposición a la de los antiguos tal como lo refiere Benjamin Constant. La democracia en EEUU, la primera en el mundo, fundada en 1776, es una novedad en la historia que es observada con respeto y hasta con curiosidad por el resto de los países. Y, la Argentina no es una excepción, la mayoría de los intelectuales de la época tiene sus ojos en puestos en esta innovación en lo concerniente a la construcción institucional. El concepto de democracia parece no tener discusión en lo referente a la oposición “democracia o dictadura”, existe un consenso muy amplio que hace incluso que algunos dictadores simulen que sus gobiernos no intentan ningún tipo de recorte a los derechos y libertades de los ciudadanos sino que apuntan a reforzar la democracia. Para dar un ejemplo que conozco bastante bien, Verba Iuris 29 • pp. 131-145 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 patricia britos la última dictadura militar argentina, se autodenominó “Proceso de Reorganización Nacional” y manifestaba tener una meta clara que era la de volver a la democracia. Por supuesto, se insistía en que no estaban dadas las condiciones para poder volver a gozar de una vida sin autoritarismo. En definitiva, nunca se manifestó claramente que estaban en el poder para seguir siendo una dictadura y aniquilar a los que no estaban de acuerdo. Concluyentemente, se puede decir que la mayoría de la gente está de acuerdo en vivir en un sistema donde haya libertades y derechos, donde la mayoría del pueblo decida y se respete su decisión. Aun así, faltan muchos detalles que consensuar para determinar cómo deben funcionar sus instituciones en función de garantizarnos su eficacia y el cumplimiento de las garantías para toda la ciudadanía. Estoy aquí definiendo, de alguna manera, la democracia occidental para entrar de lleno en la discusión sobre el tipo de sistema político más conveniente para una democracia moderna. Esto no significa que desconozca la existencia de prácticas democráticas en algunos países de Asia y África. Tomo algunos ejemplos que diera Amartya Sen en su libro La idea de la justicia: “en el siglo III a. C., el emperador Ashoka trató de codificar y propagar una de las primeras formulaciones de las reglas para la discusión pública. El príncipe japonés Shotoku del siglo VII publicó una constitución que declaraba que “[l]as decisiones sobre asuntos importantes no deben ser tomadas por una sola persona. Deben ser discutidas por muchas personas” (Sen, 2007, p. 361). En definitiva, ¿qué es la democracia? Robert Dahl sostiene que: Desde los tiempos antiguos, algunos pueblos concibieron la posibilidad de que existiera un sistema político cuyos miembros se considerasen iguales entre sí y colectivamente soberanos, y dispusieran de todas las capacidades, recursos e instituciones necesarias para gobernarse. Esta idea, y las prácticas concretas que la corporizaron, surgieron en la primera mitad del siglo quinto antes de Cristo entre los griegos, quienes pese a ser pocos en número y ocupar apenas un minúsculo fragmento de la superficie terrestre, ejercieron una influencia extraordinaria en la historia del mundo (Dahl, 1989, p. 9). En la primera mitad del siglo V a. C. tuvo lugar una transformación en las ideas e instituciones políticas vigentes entre griegos y romanos que, por su importancia histórica, es comparable a la invención de la rueda o al descubrimiento del Nuevo Mundo. Dicha transformación fue el reflejo de una manera de comprender el mundo y sus posibilidades (Dahl, 1989, p. 21). (…) Huelga decir que una buena ciudad es aquella que produce buenos ciudadanos, que fomenta su felicidad y los estimula a actuar correctamente (Dahl, 1989, p. 23). En realidad, el concepto “democracia” es absolutamente teórico sin ejemplo concreto histórico; no ha existido nunca una democracia tal como la concebimos idealmente. Entonces, tendremos que hablar de un sistema hipotéticamente posible que como tal, puede servir para evaluar el grado de aproximación de los distintos sistemas al ideal teórico. Dahl retoma el término “poliarquía” que aparecía en la antigua Grecia. En el plano más general, se distinguen dos características amplias que son: a) la ciudadanía es extendida a una proporción comparativamente alta de adultos, y b) entre los derechos de la ciudadanía se incluye el de oponerse a los altos funcionarios del gobierno y hacerlos abandonar sus cargos mediante el voto. Lo que debe estar presente para que un gobierno sea una poliarquía son ciertas instituciones que Dahl establece Verba Iuris 29 • pp. 131-145 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 133 del gobierno y las reformas en la argentina como condiciones para la existencia de este régimen político: 1) la libertad de asociación; 2) la de expresión; 3) el derecho a votar; 4) el derecho a ocupar cargos públicos; 5) fuentes alternativos de información; 6) elecciones libres y justas, y 7) instituciones para que las políticas de gobierno dependan de los votos y otras expresiones de preferencia. Años más tarde, se completa el listado con la propuesta de O’Donnell (1998) quien propone añadir tres condiciones más: 8) las autoridades públicas electas (y otras designadas, como los jueces de los tribunales superiores) no deben ser arbitrariamente depuestas antes de que concluyan sus mandatos constitucionales; 9) las autoridades públicas electas no deben estar sometidas a restricciones o vetos severos ni ser excluidas de ciertas esferas políticas por otros actores, no electos, como las fuerzas armadas; 10) debe existir un territorio indisputado que defina claramente la población que vota. Todas las democracias presuntamente liberales actualmente existentes son sumamente imperfectas y están aún lejos de cumplir con todas las supuestas exigencias de la justicia democrática (Rawls, 2009, p. 39). Un concepto del sistema democrático de tipo liberal contiene una lista de “derechos iguales para todos y todas y de libertades básicas, el reconocimiento de la prioridad de estas libertades, y la garantía de que todos los miembros de la sociedad dispongan de medios versátiles adecuados para hacer uso de esos derechos y libertades” (…) las libertades básicas e iguales para todos y todas comprenden, para empezar, la igualdad de libertades políticas (el derecho al sufragio activo y pasivo y el derecho a la libertad de expresión política de toda clase). Abarcan también los derechos cívicos: la libertad de expresión no política, 134 la libertad de asociación y, por supuesto, la libertad de conciencia. Y podemos añadir a estas libertades la igualdad de oportunidades, la libertad de movimiento, el derecho sobre la mente y el cuerpo propios (la integridad de la persona), el derecho a la propiedad personal y, por último, las libertades englobadas dentro del Estado de derecho y del derecho a un juicio justo (Rawls, 2009, p.40). Se habla de modelos de democracia (Lijphart, 2000), el mayoritario y el consensual aunque existe otro que es el consociacional. El primero se ocupa de responder a la mayoría del pueblo y el segundo apuesta a responder a los intereses a la mayor cantidad de gente posible. El mayoritario concentra el poder en manos de la mayoría y establece un modelo de gobierno que propicia la competencia y el enfrentamiento. El modelo consensual cuestiona la idea de la democracia como “mayoría del pueblo”, más bien apunta a que la democracia abarque más población aún. Pretende darle más poder a la minoría perdedora para que pueda defenderse de los embates de la mayoría que tenga el poder en el momento. Ante todo, se apunta a que la falta de participación de la minoría no termine perjudicando la estabilidad incluso de la mayoría ganadora. Y, el último es el más consensual de todos y nos dice que a mayor cooperación, mayor estabilidad del sistema político. Está interesado en la atención de las necesidades y opiniones de más ciudadanos de los que significan la mayoría en un resultado electoral. Para los países con diferencias que eviten el consenso naturalmente, es mejor optar por una carta magna que contenga instituciones más consensuales que colaboren a lograr el acuerdo. Si hay que elegir tipo de régimen político, es mejor el parlamentarismo que el presidencialismo para evitar la inestabilidad. Verba Iuris 29 • pp. 131-145 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 patricia britos Presidencialismo vs parlamentarismo inadecuados e incluso perjudiciales para la vida política en todas las esferas. Pasamos de hacer una breve descripción de los modelos democráticos a analizar los tipos de gobierno lo que conlleva a examinar las ventajas y desventajas del presidencialismo y del parlamentarismo. Es importante tener presente que el modelo democrático mayoritario condice con el sistema presidencialista y, por ende, no hay posibilidad de que conviva con un modelo consensual que nos facilita una mayor consideración a sectores minoritarios que no tienen la posibilidad de producir legislación que los proteja. La tensión entre mayoría y minoría es permanente en toda sociedad civil, pero en ciertas sociedades las instituciones conceden garantías reales a los sectores minoritarios protegiéndolos de cualquier decisión que tome la mayoría y que pueda perjudicarlos. Todo esto también va acompañado por cierta cultura política que, en los casos de los países latinoamericanos, se ilustra a través de los populismos, cesarismos, caudillismos, etc. que han marcado la historia de estos países y parece que resulta bastante difícil erradicar las prácticas que derivan de ésta. El carácter cesarista del presidencialismo es una consecuencia de la forma de hacer política y el fuerte deseo de la población de encontrar el líder que lleve al pueblo a un destino anhelado. Obviamente, el parlamentarismo tiene defectos sustanciales y hay ejemplos muy claros donde ha resultado arduo formar gobierno. No se puede afirmar que haya un régimen o sistema político adecuado total y absolutamente para cada país; un sistema puede resultar más adecuado teóricamente y no resistir el análisis cultural de la política de esa sociedad en particular. Sin embargo, hay formas que han probado ser absolutamente Me interesan especialmente las desventajas del presidencialismo porque lleva a la debilidad del sistema democrático. La concentración del poder en una sola persona, la debilidad de los partidos políticos y la falta de participación real de todos los ciudadanos, lleva a generar estados autoritarios. Los presidencialismos crean mayorías vehementes que no resisten la crítica ni tampoco el disenso. Con respecto al presidencialismo puro, Juan Linz que ha estudiado con mucho detalle esta cuestión, dice que una de las más importantes desventajas es la dependencia extrema con respecto a la cabeza del Estado; este personalismo obliga a buscar a un hombre providencial para que se haga cargo de todo un pueblo. Este hombre crea expectativas populares a las cuales les será muy difícil responder, el período de gobierno se hace muy extenso y su figura termina debilitándose. Además, el elemento de juego suma cero hace que el ganador de las elecciones se lleve todo y que el partido que perdió, en algunos casos por pocos votos pase los años siguientes tratando de sacar ventaja de los errores del partido gobernante. Sobre esta cuestión, Juan Vicente Sola opina que el carácter cesarista del sistema presidencial lleva a desarrollar una oposición irresponsable. También hay que referirse a los inconvenientes que presenta el sistema presidencialista en caso de muerte del presidente o incapacidad para finalizar el mandato. La sucesión es inmediata, pero esta solución no basta, ya que se suele elegir a un vicepresidente que no es suficientemente apto para el cargo de presidente o no tiene el mismo consenso que Verba Iuris 29 • pp. 131-145 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 135 del gobierno y las reformas en la argentina el que encabeza la fórmula. Una de los ejemplos que da Linz es el de Isabel Perón, quién a la muerte de su esposo quedó a cargo del ejecutivo, sin estar capacitada para esa tarea. Este tipo de situaciones, generalmente, provocan golpes de Estado. Los especialistas tratan de encontrar una solución de tipo constitucional a este problema; por eso, resulta interesante citar a Fred Riggs, que sostiene que los “...episodios omnipresentes en gobiernos militares de 33 países con regímenes presidencialistas, modelados en base a la Constitución de Estados Unidos, sugieren que no es el contexto histórico, sino que hay ciertas fallas intrínsecas en este tipo de constitución que predisponen al quiebre institucional” (Riggs, 1988, p. 45). La pregunta, entonces, es: ¿por qué la democracia en Estados Unidos ha sobrevivido durante tantos años? Tanto Riggs como Sola responden que se debe a la utilización de técnicas para-constitucionales. Sola enumera algunas de ellas: veto presidencial a las leyes, acuerdos del Senado para nombramientos y tratados, comisiones investigadoras, presión personal del presidente sobre los legisladores de ambos partidos, técnicas electorales sofisticadas y costosas y la posibilidad de que la Corte Suprema de Justicia considere nula la norma institucional. Además, hay que agregar que estos autores ven al presidencialismo como un régimen que sólo es viable en situaciones de bonanza, nunca en momentos de crisis económico-sociales. Las diferencias entre unos países y otros no siempre son producto de la construcción institucional de cada uno de ellos sino que, a menudo, se sigue de los componentes de lo que llamamos una tradición cultural bastante arraigada con dificultades para el cambio. Por esto, aunque se deciden a 136 menudo cambios en la legislación, estos no siempre terminan siendo aceptados (ej.: en la constitución argentina, se expresa la necesidad de implementar el juicio por jurados, a pesar de esto, siempre resultó en letra muerta). También hay que tomar en cuenta que a un sistema no lo define sólo las normas constitucionales explícitas sino la combinación entre ellas y un conjunto de tradiciones, prácticas, actitudes y expectativas. Así es dable advertir la existencia de sistemas que difieren muy poco en el texto constitucional que los ordena, pero que en la práctica funcionan uno como un presidencialismo apenas atenuado y otro como un parlamentarismo casi puro (Nino, 1988, p. 116). Así se explica que Estados Unidos sea un caso especial entre los presidencialismos del mundo; hay prácticas que son esenciales para neutralizar al líder y que funcione el sistema de forma democrática. Una muy importante es el control que tiene el parlamento sobre las acciones del poder ejecutivo, no hay forma de evitar el debate de los representantes ante cualquier decisión. Incluso en los casos de los gobiernos estadounidenses que lo intentaron, se encontraron con que, a la larga o a la corta, la administración involucrada fue enjuiciada. Un ejemplo es el escándalo Irán-Contras, conocido como el caso Irangate, aunque sólo hubo chivos expiatorios, Ronald Reagan perdió popularidad y este affaire mostró lo que no se debe hacer. En la Argentina, a diferencia de lo que pasó con el caso mencionado, el Presidente Carlos Menem recién ha sido condenado en el año 2013, por la venta ilegal de armas a Ecuador y a Croacia que data del 1991 y del 1995. Ni hablar del caso Amia (Asociación Mutual Israelita Argentina), un atentado Verba Iuris 29 • pp. 131-145 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 patricia britos que dejó 85 muertos, nunca se pudo prosperar en la investigación sobre la conexión argentina –indiscutiblemente necesaria- y la hipótesis principal involucra a algunos miembros actuales del gobierno de Irán que, hoy en día, se librarán del pedido de captura internacional gracias a un acuerdo entre el gobierno iraní y el argentino impulsado por Cristina Kirchner y votado en el Senado y en Diputados por la mayoría de representantes que tiene el kirchnerismo. Una vez más, la tiranía de la mayoría parece resultar menos democrática y más injusta. El tema de la tiranía de la mayoría está en Platón, en Tocqueville y en los trabajos contemporáneos de los que buscan el consenso real. Alcanzar el consenso ideal es casi un imposible, pero siempre está la posibilidad de llegar a la mayor cantidad de gente posible. En la teoría de los juegos, cuando se provoca un consenso total o unanimidad, se dice que hay un ganador Condorcet, recordando al teórico que ya en el siglo XVIII, planteó la dificultad de que todos los ciudadanos quieran lo mismo. Es decir, la unanimidad no es un imposible, pero sí es altamente improbable, especialmente si hay mucha gente involucrada en la decisión que hay que tomar. Y, si lo que está en juego es la toma de decisiones política que incluye el bienestar del grupo, es importante democratizar las reglas de juego para que se vuelvan lo más justas posibles y sólo así se alcanzará el consenso procedimental. Cuando hablamos de justicia, hay que aclarar que un nivel es el de la teoría donde se bregará por la imparcialidad para que cada individuo alcance una vida feliz, y otro nivel es el procedimental donde se intenta que las instituciones funcionen como herramientas ajustadas que lleven a resultados eficientes y eficaces. Reformas constitucionales en la Argentina En este siglo ha habido una serie de reformas constitucionales que no han durado más que en el período de gobierno de quien propugnó el cambio. El hecho es que carecía de legitimidad de origen. La de 1949 no obtuvo el consenso necesario; fue impuesta por un sector mayoritario y se aprobó sin el acuerdo de la minoría. Ha quedado en la historia por haber introducido el constitucionalismo social en la historia argentina; pero la forma de gobierno no cambió en nada ni tampoco reforzó los derechos individuales. En 1956, se declaró su nulidad y una de las causas más importantes fue que la relección presidencial (art. 78), lamentablemente, el énfasis en la relección opacó temas tan interesantes como los derechos sociales (art. 37) y la función social de la economía (art. 40). La forma en que el cambio constitucional se presentó, produjo una tiranía de la mayoría, Alberto Vítolo decía que: La constitución del ‘49, que tenía aspectos positivos importantes y que en ese momento fue de avanzada, ¿por qué fracasó? Porque fue impuesta por un sector que era mayoría; desde un sector a otro que era minoría. La Constitución, para que perdure y sirva de auténtico pacto de unión nacional, debe ser una Constitución consensuada (…) (Argumedo, 1998, p. 21). La reforma del 49 se conoce como la constitución peronista y, ante todo, pertenecía a un sector político. El mismo Arturo Sampay, considerado el ideólogo de la constitución que impuso los derechos de segunda generación, sostuvo que uno de los objetivos de ésta era la de “hacer efectivo el predominio político de los sectores populares mediante la elección directa del presidente de la república y mediante la posibilidad de relegir como Verba Iuris 29 • pp. 131-145 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 137 del gobierno y las reformas en la argentina presidente al jefe de esos sectores populares victoriosos, general Perón…” (Sampay, 1975, p. 71). Esto que resulta una victoria para el sector peronista, no fue visto con buenos ojos por los que diferían y se sentían abatidos por una fuerte mayoría que los avasallaba. Luego de la Revolución Libertadora del año 1955 que destituye al Presidente Perón, se derogó la reforma del 49 y se declaró vigente la Constitución originaria, cuyo redactor había sido J. B. Alberdi, en tanto y en cuanto no se opusiera a lo establecido por la revolución. La lucha de ese momento, se daba entre sectores que se autodenominaban populares y que fueron la base de uno de los populismos más fuertes de América Latina. Junto con el constitucionalismo social, también sobrevino una fuerte persecución a los opositores que no daba lugar a ningún tipo de disenso. Los ataques a la prensa y a la Iglesia, que incluso había sido una aliada en su momento, y las propias internas en las Fuerzas Armadas significaron el fin de un régimen autoritario con fuertes bases dentro de la población. Los peronistas hablaron del triunfo de la contrarrevolución oligárquica y aunque esto no fue realmente así, ya que ciertos sectores de la sociedad vieron esta revolución como una liberación aunque no pertenecieran a los sectores más acomodados, hubo desinteligencias y decisiones autoritarias que dejaron al país en un marco falto de libertad y legitimidad. No sólo se implantó un gobierno militar después del golpe de estado sino que se creyó que se podía solucionar el problema político con la proscripción del peronismo que terminó empañando toda la historia institucional posterior, La reforma de 1957 fue convocada por el gobierno militar, sin intervención del Congreso y con la proscripción del peronismo. 138 Sin embargo, la Convención fue elegida por el pueblo. En este momento, se dispuso la sanción del Código de trabajo y de la Seguridad Social. Algo que resulta notable es que la constitución del 57 resulta más protectora para los trabajadores gracias al art. 14bis que garantiza el derecho de huelga que no aparecía en la del 49. Aunque conociendo un poco la estructura peronista, queda claro por qué Perón no incluía el derecho de huelga en la Constitución del 49: el peronismo es corporativo y el líder dominaba a casi todos los gremios, menos los de izquierda y no pensaba darles oportunidad de manifestar sus reclamos. Es por esto que no aparecía el derecho a la huelga en la denominada Constitución de los derechos sociales. Lo redactado en el artículo 37, donde se declaraban los derechos del trabajador es lo siguiente: 1) derecho de trabajar, 2) derecho a una retribución justa, 3) derecho a la capacitación, 4) derecho a condiciones dignas del trabajo, 5) el derecho a la preservación de la salud, 6) derecho al bienestar, 7) derecho a la seguridad social, 8) derecho a la protección de su familia, 9) derecho al mejoramiento económico y 10) derecho a la defensa de los intereses profesionales. Destaco los derechos enumerados arriba, aunque fueron insuficientes para garantizar la justicia para los que trabajan. Se podría decir que la cuestión de garantizarle a Perón un nuevo mandato, manchó el espíritu de igualdad que se pretendía. En el año 1958, fue electo A. Frondizi, un radical desarrollista que no duró todo el mandato porque fue derrocado en el año 1962. Venció en las elecciones gracias a un pacto secreto con Perón que ya vivía en España, esto duró hasta que tuvo problemas con los gremios peronistas e hizo apresar a los líderes de las huelgas. El Presidente Verba Iuris 29 • pp. 131-145 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 patricia britos Arturo Íllia, también derrocado por un golpe de estado, estuvo en el poder desde el año 1963 y 1966, no tuvo el reconocimiento que merecía porque su elección se llevó a cabo con un peronismo proscripto todavía y esto le dio cierta ilegitimidad a pesar de haber sido uno de los estadistas más importantes y honestos de la historia argentina. Después de una extensa dictadura, se logra que los militares se propongan llamar a elecciones. Así, se realiza la reforma de 1972 que fue una enmienda impuesta por un gobierno de facto y sin ratificación popular. Sólo fue aplicada para permitir que se restableciera la democracia en el año 1973 y con la idea de que si se incluía en la constitución el requisito de que el candidato vencedor debería tener más del 50% de los votos, se intentaría derrotar al peronismo con una coalición en la segunda vuelta. De todas formas, el peronismo ganó en la primera vuelta, con un candidato, H. Cámpora, que permitiría que Perón volviera al país y triunfara en los comicios después de que él renunciara como presidente. La reforma dispuso, entonces, la elección directa del presidente (se vuelve a la elección mediante el Colegio Electoral hasta la reforma de 1994 donde se lo elimina y vuelve a instituirse la elección directa); la duración de los mandatos por cuatro años, la relección por una vez solamente del presidente y del vicepresidente, la ampliación del número de senadores, la autoconvocatoria a sesiones extraordinarias o de prórroga por el Congreso, entre otras reformas. Perón, que era el único que podía manejar un movimiento tan numeroso y tan dividido ideológico, fallece en el año 1974 y deja a su viuda –María Estela Martínez, conocida como Isabelita- con la carga de la presidencia ya que había ido en la fórmula como vicepresidenta junto a su esposo, aunque no estaba preparada para el cargo. Esto significó que el poco tiempo que duró su gestión –desde julio de 1974 a marzo de 1976-, se produjeran una serie de hechos violentos que marcaron su gestión como caótica y, además, se sabía que detrás de ella estaba la derecha del partido y la recién creada Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) que operaba como un grupo parapolicial desde 1973. Desde el 24 de marzo de 1976 hasta el 10 de diciembre de 1983, tuvo lugar la dictadura más cruel y más cruenta de la historia con desaparecidos, tortura, robos de bebés y todas las violaciones de derechos hacia la ciudadanía. Una vez que se deja atrás este período por demás oscuro, es elegido como presidente Raul Alfonsín, denominado el presidente de la democracia, y en él se concentraron las esperanzas de un país que nunca volviera a caer en el debilitamiento del proceso democrático. Se estudió durante años en los ámbitos intelectuales, la transición a la democracia y se debatió de qué forma preservar las instituciones republicanas. Al mismo tiempo que Argentina, el resto de los países latinoamericanos abandonaron las dictaduras para volver al camino democrático. Los estudios constitucionales no resultaron suficientes para explicar la causa de los quiebres de poder, entonces, también se abordó el tema de la cultura política con la intención de lograr una respuesta que aportara a la conservación del sistema político. En el gobierno de Alfonsín, mediante decreto presidencial, se creó el Consejo para la Consolidación de la Democracia en diciembre de 1985, con el objeto de asesorar al Poder Ejecutivo y elaborar estudios, planes y anteproyectos de leyes y decretos en función de un nuevo proyecto político. En marzo de Verba Iuris 29 • pp. 131-145 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 139 del gobierno y las reformas en la argentina 1986, el presidente constitucional solicitó al consejo que se ocupara de reunir antecedentes y opiniones sobre una posible reforma constitucional. Además, debía promover una iniciativa que fuera analizada más tarde en el Congreso de la Nación y generara un debate en vista de un posible cambio de la carta magna. A todas voces, la intención era la de prevenir nuevas formas de interrupción de la vida institucional con el objetivo de consolidar la vida democrática. En el primer dictamen del CCD, se expresaba el convencimiento de que la reforma “debía ser el fruto de un amplio y generalizado consenso social”. Se buscaba no repetir los errores del pasado y, por eso, el Consejo declaraba: “Creemos que la conveniencia de la reforma está estrechamente supeditada no sólo a la existencia del consenso general en cuanto a la incitación de su trámite, sino al hecho de que ese consenso perdure a lo largo de todo el proceso de reforma” (CCD, 1986, 25). El 7 de octubre de 1986 el consejo elevó su primer dictamen. En ese entonces sugería la sustitución del régimen presidencialista por uno mixto, dado que el presidencialismo había probado ser ineficiente por su falta de flexibilidad en caso de crisis graves y situaciones de tensión. La inclusión dentro de la constitución de una figura que compartiera responsabilidades con el Presidente fue durante mucho tiempo una reivindicación del radicalismo. En el segundo dictamen del CCD, se propuso a un Primer Ministro. Luego, ante posibles negociaciones con el peronismo en el año 1988, se admitió la posibilidad de que fuera un Ministro Coordinador. Se pretendía que esta figura jugara de fusible ante crisis de gobierno y solucionara el juego de suma 140 cero1 generado en un sistema presidencial mayoritario, flexibilizando la relación entre el ejecutivo y el legislativo. Cuando Carlos Menem propone su reforma, se sabe que está destinada a su relección. No hay consenso, pero hábilmente el político logra interesar al ex presidente radical, Raúl Alfonsín. Es así cómo se termina firmando el famoso Pacto de Olivos, que no se pudo abrir este documento a discusión para que otros partidos políticos pudieran discutir los términos del pacto, agregando o modificando algunos artículos. Además dentro del propio radicalismo hubo sectores que rechazaron el acuerdo y no se presentaron a las elecciones internas para candidatos a convencionales. Esta falta de consenso dentro de la Unión Cívica Radical afectó su posición para las elecciones presidenciales de 1995. El retiro más significativo fue el de Eduardo Angeloz (precandidato del partido radical); éste expresó en su renuncia que “hay heridas abiertas, hay un exacerbado internismo. Muchas heridas permanecen abiertas entre pactistas y antipactistas” (Aparecido en el diario Página/12, 8 de septiembre de 1994). En la nueva Constitución, aprobada en 1994, la figura de Ministro Coordinador que alguna vez se había negociado con el peronismo, se convierte en un Jefe de Gabinete designado o removido por el Presidente, y sólo puede ser removido por el Congreso, según dice el art. 101, mediante mayoría absoluta. En definitiva, este cambio benefició al ejecutivo, que 1 El juego de suma cero pertenece a la rama “no cooperativa” de la teoría de los juegos, en él no hay cooperación y no se formarán coaliciones. Ordeshook lo define como el juego en el que los pagos de todos los jugadores suman cero para cada estrategia n-tupla. Verba Iuris 29 • pp. 131-145 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 patricia britos cada vez tiene más poder, y no ha solucionado los problemas antes planteados. La relación entre el ejecutivo y el legislativo sigue siendo la misma, excepto que, como dice el nuevo articulado, “el jefe de gabinete de ministros debe concurrir al Congreso al menos una vez por mes, alternativamente a cada una de sus cámaras, para informar de la marcha del gobierno (…)”. Otro tema que hay que mencionar es el de la elección del presidente y vicepresidente. La segunda vuelta electoral ayuda a fortalecer un sistema multipartidario, ya que en la primera vuelta se puede votar al partido preferido y sólo en la segunda la elección se polariza entre los dos partidos más votados. En el caso de esta reforma, se podría decir que se logró un híbrido; si bien hay segunda vuelta, no se evita la polarización en la primera por las características establecidas por los artículos 97 y 98. Art. 97. Cuando la fórmula que resultare más votada en la primera vuelta hubiere obtenido más del cuarenta y cinco por ciento de los votos afirmativos válidamente emitidos, sus integrantes serán proclamados como presidente y vicepresidente de la Nación. Art. 98. Cuando la fórmula más votada es la primera vuelta hubiere obtenido el cuarenta por ciento por lo menos de los votos afirmativos válidamente emitidos, y además existiere una diferencia mayor de diez puntos porcentuales respecto del total de votos afirmativos válidamente emitidos sobre la fórmula que le sigue en número de votos, sus integrantes serán proclamados como presidente y vicepresidente de la Nación. Es evidente que los porcentajes requeridos en estos artículos fueron pensados para facilitar el triunfo electoral de la primera minoría –es decir, con toda probabilidad, del menemismo- en las elecciones del 95. Y esto contribuye al fortalecimiento del poder ejecutivo en desmedro de los partidos políticos. El Pacto de Olivos debilitó el principal partido opositor mientras los demás partidos no han podido consolidarse lo suficiente como para hacer frente al partido gobernante. El poder en la Argentina y en los países de América Latina, como en Asia y en África, está centralizada por el tipo de democracia mayoritaria que viene acompañada por un presidencialismo fuerte. Según Sola, “los intercambios políticos reales no tienen lugar en el legislativo sino en otros espacios menos institucionalizados” (Sola, 2004, p. 648). Él habla de capacidad de acción unilateral de parte del poder ejecutivo cuando describe el fuerte poder que detenta y que “limita la habilidad de los actores políticos de llegar a intercambios políticos intertemporales eficientes” (Sola, 2004, p. 648). “Esta capacidad de acción unilateral por el Ejecutivo es el resultado de amplios poderes legislativos del Presidente, un control judicial débil y también de las características de un proceso presupuestario que da un espacio muy amplio de discrecionalidad al Ejecutivo. La reforma de 1994, fortaleció el poder del presidente con el pretexto de debilitarlo. El Pacto de Olivos terminó, entonces, siendo una farsa. Un Ejecutivo más fuerte Un ejemplo del fortalecimiento del ejecutivo es el de la posibilidad del veto parcial por parte del Presidente, que aparece en el art. 80 de la nueva constitución argentina que deviene del famoso entre el entonces presidente Menem y el ex presidente –ahora ya fallecido- Alfonsín. Verba Iuris 29 • pp. 131-145 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 141 del gobierno y las reformas en la argentina Se reputa aprobado por el Poder ejecutivo todo proyecto no devuelto en el término de diez días útiles. Los proyectos desechados parcialmente no podrán ser aprobados en la parte restante. Sin embargo, las partes no observadas solamente podrán ser promulgadas si tienen autonomía normativa y su aprobación parcial no altera el espíritu ni la unidad del proyecto sancionado por el Congreso. En este caso será de aplicación el procedimiento previsto para los decretos de necesidad y urgencia. Esto resulta peligroso y hace que el devenir político resulte en un deterioro de la vida democrática. Sin necesidad de negociar con otras fuerzas políticas o de buscar el consenso, el o la Presidente puede decidir sin más sobre cuestiones muy importantes para el país. Cada vez más, nuestra democracia tiende a ser mayoritaria y un ejemplo del juego de suma cero en lugar de tender a buscar que la mayor cantidad de gente posible esté involucrada en las decisiones gubernamentales. En especial, el uso del veto parcial en el ámbito de lo económico, particularmente en el presupuesto, llevan a que “la capacidad de maniobra del Presidente sea prácticamente ilimitada frente al Congreso” (Sola, 2004, p. 649) llevando a la imposibilidad para negociar un acuerdo que el Ejecutivo podría romper. Un contraejemplo de la norma incluida en la Constitución del 94, es el debate producido en la suprema Corte de Justicia de Estados Unidos en función del caso Clinton v. City of New York (118, S. Ct., 2091, 1998) (Ver Sola, p. 649); en esta oportunidad, la mayoría de la Corte Suprema de Justicia votó que el Presidente no podía vetar una ley parcialmente sino en su totalidad. Ya desde el siglo XIX, varios mandatarios habían intentado eliminar selectivamente ciertas provisiones de la legislación que les presentaba el Congreso. En los años 90´s, fue Ronald Reagan el que 142 hizo todos los esfuerzos por obtener el poder de veto parcial; y en la gestión Clinton, éste rescribió 11 leyes y eliminó 82 provisiones, incluyendo dinero para hospitales de la ciudad de Nueva York y un quebrantamiento de impuestos para los agricultores de papas en Idaho. Y, finalmente, la posibilidad de los DNU (decretos de necesidad y urgencia) que hasta el año 94 no aparecían en la constitución a pesar de que muchos presidentes lo usaron. Hoy en día están legitimados traicionando la separación de poderes que se supone se quiere respetar. El art. 99, inc. 3, le concede al ejecutivo la posibilidad de dictar decretos por necesidad y urgencia; con la aclaración de que éstos no pueden cubrir ciertos ámbitos. Dice este inciso que el Ejecutivo: (…) El Poder ejecutivo no podrá en ningún caso bajo pena de nulidad absoluta e insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo. Solamente cuando circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir los trámites ordinarios previstos por esta Constitución para la sanción de las leyes, y no se trate de normas que regulen material penal, tributaria, electoral o el régimen de los partidos políticos, podrá dictar decretos por razones de necesidad y urgencia, los que serán decididos en acuerdo general de ministros que deberán refrendarlos, conjuntamente con el jefe de gabinete de ministros. (…) Expliquemos un poco lo que acontece en otros países, la jurisprudencia norteamericana, frecuentemente seguida por nuestro máximo Tribunal, ha sostenido en “Youngstown Sheet and Tube v. Sawer” lo contrario: El Presidente Eisenhower dictó en su momento una medida similar disponiendo la toma de posesión y operación de acerías, en razón de una huelga de trabajadores del sector que afectaba seriamente la economía Verba Iuris 29 • pp. 131-145 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 patricia britos nacional y la comunicó al Congreso posteriormente, arguyendo peligro para la seguridad nacional y la paralización de la industria metalúrgica. La Corte norteamericana falló en contra de la decisión presidencial sosteniendo que: a. El Poder Ejecutivo no es legislador; b. Los fundadores de la Nación confiaron el poder de legislar al Congreso, tanto en tiempos buenos como malos. c. El Poder Ejecutivo debe someterse a la ley y la ley sólo se puede hacer por deliberación parlamentaria. En la Argentina, después de la hiperinflación del año 1989 durante el gobierno de Alfonsín, se hace cargo de la presidencia antes de tiempo, el electo Carlos Menem. En esta situación, se implementa el Plan Bonex: se devolvían los plazos fijos con títulos de la deuda pública a lo largo de 10 años. Es así que un ahorrista llamado Luis Peralta hace una presentación judicial que termina con el apoyo de la Corte Suprema a la decisión del gobierno justificándola por la situación de emergencia. Se avaló el hecho de que el presidente Menem obviara el proceso legislativo para alcanzar su objetivo, y en el fallo se expresaba de esta forma: En momentos de perturbación social y económica y ante la urgencia en atender a la solución de los problemas que crean, es posible el ejercicio del poder del Estado en forma más enérgica que la admisible en períodos de sosiego y normalidad. El caso Peralta “es el ‘leading case’ que lejos de poner coto a la cuestión ha servido de aval en la persistencia de las desviaciones de poder en que ha incurrido hasta el hartazgo el jefe de Estado” (Sabsay/Onaindia, 1994, p. 302.). Todo esto a pesar del art. 29 donde se prohíbe la cesión de la suma del poder público por parte del Congreso. Partes: Peralta, Luis A. y otro c. Estado nacional (Ministerio de Economía -Banco Central-). Los actores dedujeron demanda de amparo contra el Estado Nacional y el Banco Central de la República Argentina y peticionaron la declaración de inconstitucionalidad del decreto 36/90 en cuanto dispuso que la devolución de los depósitos a plazo fijo que excediesen de determinada cantidad, fuesen abonados con títulos de la deuda pública. El juez de primera instancia rechazó la acción. La Cámara revocó lo decidido. Interpuesto recurso extraordinario federal, la Corte Suprema de Justicia de la Nación dejó sin efecto la sentencia apelada y se rechaza la acción de amparo intentada. Conclusión En los 80’s, el CCD descartó la posibilidad de proponer un régimen parlamentario porque esta era una innovación demasiado sustancial. Se prefirió el modelo institucional que diera la posibilidad de que se produjera la cohabitación entre dos partidos, tal como pasó en Francia entre el socialismo y la derecha. De esta forma, se solucionaría el problema de ingobernabilidad en los casos en que el partido opositor gana las elecciones y se producen las consecuencias del juego de suma cero. En ese momento, creí que era la solución porque el peronismo sólo podía aceptar una reformulación del sistema que no diluyera el poder del presidente. Sin embargo, y especialmente después de todo lo que ha pasado en la Argentina, se hace indispensable que la reforma provenga desde la carta magna a la cultura política imperante. No parece que el peronismo, menos aún el kirchnerismo, esté dispuesto a dejar de lado el “cesarismo” y la democracia mayoritaria para dar lugar a que en una sociedad decida la mayor cantidad de gente posible. La permanente tensión Verba Iuris 29 • pp. 131-145 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 143 del gobierno y las reformas en la argentina entre mayoría y minoría, que es un problema de lo político con difícil solución, aparece aquí con una mayor dificultad ya que no se sale de una tiranía de la mayoría que cree tener la verdad absoluta. Hoy, vuelve a aparecer el tema de la reforma constitucional. Uno se pregunta qué quedó sin reformar que es tan importante para volver sobre la carta magna nuevamente después de sólo 18 años. Ya Menem había hecho las modificaciones pertinentes para alcanzar la relección, ¿qué más se puede pretender? La respuesta es: otra reelección. Ya el grupo de intelectuales kirchneristas “Carta Abierta” salió a proponer una nueva re relección para “Cristina”. Desde el gobierno, se propone que voten los extranjeros y los jóvenes desde los 16 años; el motivo de esta propuesta está claro porque la “Cámpora”, agrupación juvenil kirchnerista, ha realizado jornadas especiales en las escuelas secundarias para adoctrinar a los estudiantes. Después de una desmentida de la presidenta, vuelve a aparecer el tema de la re-relección y, por ende, un tercer mandato presidencial. Ahora, algunos gobernadores proponen la idea de hacer una consulta popular para eludir las barreras que el gobierno podría tener en el Congreso. Esto contradice el artículo 39 de la Constitución vigente, que dice que los ciudadanos tienen derecho de iniciativa para presentar proyectos de ley en la Cámara de Diputados, pero excluye taxativamente lo referente a la reforma constitucional. Por ende, esta propuesta de consulta sólo traduce la intención de violar la carta magna una vez más. Este tipo de actitudes no hacen más que dar por tierra a cualquier impulso que pretenda lograr una sociedad más democrática en la Argentina. 144 Referencias Argumedo, A. (1998). “Reforma constitucional y sistema político: un debate entre dos tradiciones ideológicas”, 1988. Posteriormente, una versión más corta incluida en (1989). Actores e instituciones. Buenos Aires: Ed. Legasa. Britos, P. (ed.). La Constitución Argentina y el sistema político: recorrido histórico y debate ideológico: CEFS (en prensa). Consejo para la Consolidación de la Democracia (1986). Dictamen preliminar del CCD. Buenos Aires: Eudeba. Dahl, R. (1989). La poliarquía. Madrid: Tecnos. Lijphart, A. (1998). “Democratización y modelos alternativos”. Presidencialismo vs Parlamentarismo/CCD. Buenos Aires: Eudeba. Lijphart, A. (2000). Modelos de democracia. Barcelona: Ariel. O’Donnell, G. (1993). “El Estado y las nuevas democracias”. En Desarrollo Económico, vol 33, Nº 130. O’Donnell, G. (1998). “Accountability horizontal”, Agora, Nº 8, verano de 1998. Nino, C. (1988). “Presidencialismo vs parlamentarismo”. En Presidencialismo vs Parlamentarismo/CCD. Buenos Aires: Eudeba. Rawls, J. (2009), Lecciones sobre la historia de la filosofía política. Barcelona: Paidós. Riggs, F. (1988). “La supervivencia del presidencialismo en EEUU: prácticas para-constitucionales”. En Presidencialismo vs Parlamentarismo/CCD. Buenos Aires: Eudeba. Verba Iuris 29 • pp. 131-145 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 patricia britos Sabsay, D. y Onaindia, J. (1994). La Constitución de los argentinos. Buenos Aires: Errepar. Sen, A. (2007). Identidad y violencia: la ilusión del destino. Buenos Aires: Ed. Katz. Sampay, A. (1975). Las constituciones de la Argentina (18101972). Buenos Aires: Eudeba. Sola, J. (2004). Constitución y Economía. Buenos Aires: Abeledo Perrot. p. 645-663. Verba Iuris 29 • pp. 131-145 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 145 misael tirado acero Niños, niñas y adolescentes en el conflicto armado en colombia* Misael Tirado Acero, Ph.D.** Resumen El presente artículo pretende abordar el alcance del problema del reclutamiento de menores en el conflicto armado colombiano y sus implicaciones internacionales. Al final se observa que el mismo no es suficiente para afrontar los factores que de él se derivan y que desembocan en nuevos elementos de criminalidad. En suma, hace falta establecer políticas especiales no solo para prevenir el reclutamiento de menores en los conflictos armados, sino que se requiere también evitar su doble victimización luego de ser reinsertados al medio social. Palabras clave: Instrumentos internacionales, reclutamiento forzado, normativa interna, conflicto interno, Derecho Internacional Humanitario, políticas públicas, menores víctimas. Abstract This article aims to address the scope of the problem of recruitment of children into colombian armed conflict and its international implications. At the end we see that the same is not enough to address the factors that are derived from it and lead Fecha de Recepción: 16 de noviembre de 2012 Fecha de Aprobación: 4 de abril de 2013 * El presente artículo de investigación es resultado de la ponencia presentada con el nombre de “Prevalencia de sujetos de mayor protección a nivel jurídico y social”, como representante de la Universidad Santo Tomás, de Bogotá, D.C., Facultad de Derecho, al II Congreso Internacional de Filosof ía del Derecho y Teoría del Derecho. Universidad Autónoma de Colombia, Bogotá, 19 al 21 de septiembre de 2012. ** Sociólogo por la Universidad Nacional de Colombia, con posgrados en Economía y Evaluación Social de Proyectos por la Universidad de los Andes; d. Doctor en sociología jurídica e instituciones Políticas por la Universidad Externado de Colombia; docente Visitante, Universidades de Buenos Aires, Argentina, Chile, Brasil y Estados Unidos; docente investigador en Sociología Jurídica y Derecho Penal, Facultad de Derecho, Universidad Santo Tomás, Bogotá, Colombia; investigador social con amplia experiencia de trabajo de campo desde la perspectiva de juventudes, género y poblaciones en alto riesgo, incluyendo comunidades urbanas y rurales en situación de conflicto, laborando tanto en atención como en prevención en el tema de derechos humanos y políticas públicas. [email protected] o [email protected] Verba Iuris 29 • pp. 147-159 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 147 niños, niñas y adolescentes en el conflicto armado en colombia to new elements of crime. In sum, set special policies need not only to prevent the recruitment of children in armed conflict, but requires avoid double victimization after being reintegrated into the social environment. Keywords: International instruments, forced recruitment, internal regulations, internal conflict, International Humanitarian Law, public policy, child victims. Introducción Sin importar dónde nacen, dónde viven, qué raza y sexo tienen, a qué clase social-económica pertenecen, qué ideología política, filosófica o religiosa comparten, si pertenecen a un grupo gitano, indígena o afrocolombiano, todas las personas, por el simple hecho de serlo, son titulares de Derechos Humanos.1 En especial forma y calidad, aquellos que les pertenecen a los menores de 18 años de edad (niños, niñas y adolescentes).2 Derechos que corresponden a cada una de las personas, como bienes preciados, y que deben ser respetados, garantizados y protegidos obligatoriamente por todas las demás personas. Estos bienes son de mayor importancia cuando se Artículo 13: “(…) todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica. (…) El Estado protegerá especialmente a aquellas personas que por su condición económica, f ísica o mental, se encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan”. (Cursiva fuera de texto). Constitución Política de Colombia, 25ª edición, Editorial Legis, Bogotá, Colombia, 2011. 2 Artículo: 44: “Los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás”. (Cursiva fuera de texto). 1 148 caracterizan por ser fundamentales.3 Dentro de estos necesariamente se encuentran los de los niños, niñas y adolescentes (NNA). Son derechos como la vida, dignidad, libertad, integridad, educación, entre otros. Pero también se develan los Derechos Fundamentales de Protección4, es decir, los derechos que generan que las instituciones estatales, sociedad, comunidad y familia contraigan obligaciones positivas de protección en favor de los NNA.5 Esta protección se fundamenta en la Se consideran derechos fundamentales teniendo en cuenta alguno de los siguientes criterios: (i) que se encuentren enunciados en Capítulo I- Título II de la Constitución Política de 1991; (ii) que expresamente se consagre como tal (vgr., artículo 44 Fundamental); (iii) por su contenido esencialmínimo vital; (iv) susceptibles de protección directa e inmediata (artículo 85 Fundamental); (v) por definición jurisprudencial, Corte Constitucional, que los eleve a la categoría de Derecho Fundamental (vgr., Corte Constitucional, Sentencia C- 760 de 2008); y (vi) aquellos que son incorporados por la cláusula de los derechos innominados que tengan el carácter de fundamental. 4 Ibid., “La familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de asistir y proteger al niño para garantizar su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos. (…)”. (Cursiva fuera de texto). 5 “(…) Cuando la solicitud sea para tutelar la vida o la integridad de quien se encuentre en situación de subordinación o indefensión respecto del particular contra el cual se interpuso la acción”. En este sentido, la obligación positiva de protección y la obligación negativa de abstención, respecto de la vulneración 3 Verba Iuris 29 • pp. 147-159 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 misael tirado acero manifiesta debilidad y reforzada protección constitucional que estos poseen. Por ejemplo, el derecho y la obligación a ser protegidos los niños, niñas y adolescentes para que no sean reclutados ni utilizados por los grupos armados organizados al margen de la ley y/o los grupos delictivos organizados. Por ende, el reclutamiento forzado consiste en la vinculación permanente o transitoria de menores de 18 años de edad a grupos armados organizados al margen de la ley y/o grupos delictivos organizados, que hacen presencia en zonas rurales o urbanas, mediante engaño, amenazas, condiciones personales o contexto que lo favorece.6 Fenómeno social que es intenso, permanente, sistemático y cruel. Ahora bien, aun cuando se hagan los mayores esfuerzos, mediante políticas públicas de prevención, capacitaciones, fortalecimiento de la escolarización, campañas de incentivación, juzgamiento y sanciones penales, legislación actualizada y sucesiva, actos políticos de sensibilización o peticiones vehementes por la protección de los derechos de los NNA, el reclutamiento forzado va en aumento respecto de la cantidad de menores vinculados y las menores edades que tiene al ingresar a las filas. En este orden de ideas, la presente investigación teórica, dentro de un tipo descriptivo, explicativo y exploratorio intentará determinar, en forma general, la normativa jurídica o amenaza de vulnerar los Derecho Fundamentales de un sujeto constitucionalmente reforzado, como son los Niños, Niñas y adolescentes. CORTE CONSTITUCIONAL, Sentencia T- 174 de 1994, M. P. Alejando Martínez Caballero. 6 Confr., SECRETARIA TÉCNICA DE LA COMISIÓN INTERSECTORIAL, Decreto No. 4690 de 2007 y Documento CONPES No. 3673 de 2010. nacional e internacional. Esto mediante jurisprudencia, leyes, tratados y convenciones internacionales, informes de reclutamiento y doctrina. En este sentido, el desarrollo del presente escrito será de forma deductiva. Iniciando con la principal normativa jurídica internacional y nacional, al igual que su desarrollo jurisprudencial y doctrinario. Seguidamente, será necesario analizar algunos informes sobre la participación de menores de edad en el conflicto armado, desde un enfoque socio-jurídico que devele algunas de las problemáticas y factores sociales asociados con el reclutamiento forzado de menores. Finalmente, se establecerán conclusiones y propuestas que han de contribuir científicamente, desde la esfera teórica y práctica, en la ampliación y efectivización de medios que logren la disminución, y por qué no, la erradicación del reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes. 1.Normativa jurídica internacional y nacional En primer lugar, la creación de normas jurídicas internacionales y nacionales se genera por la dinámica social, en general, que se presenta conforme a las circunstancias particulares. Son estas las llamadas a regular las conductas que surgen inevitablemente de la sociedad, sin perjuicio de que sean también las normas formadoras de conducta.7 Por tanto, es el Véase Aftaliòn, Enrique; Vilanova, José y Raffo, Julio, Introducción al Derecho, 4ª ed., Edit. Abeledo Perrot, Buenos Aires, Argentina, 2004. Las normas jurídicas que se desprenden de las disposiciones legales o enunciados ligüIsticos, son las que prohíben, ordenan o permiten la realización de determinada conducta. Pues su fuerza vinculante 7 Verba Iuris 29 • pp. 147-159 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 149 niños, niñas y adolescentes en el conflicto armado en colombia derecho a la sociedad, como la sociedad al derecho, en sentido lato, por lo cual se debe revisar las principales normas jurídicas; esos protocolos que se han creado en los tribunales y que han sido ratificados por los diferentes países en su norma de normas, que para el caso de Colombia se hace mediante el artículo 93: Bloque de Constitucionalidad. 1.1 Normativa jurídica internacional Se debe tener en cuenta que “el Derecho Penal Internacional tiene por objeto los Crímenes Internacionales, tradicionalmente individualizados en el genocidio, en los crímenes contra la humanidad, en los crímenes de guerra y en los crímenes contra la paz”.8 En los Estatutos de Núremberg - Tribunal Militar (1945) y de Tokio (1946) se consagra que la esclavitud es un crimen contra la humanidad, los tratos inhumanos como crimen contra la humanidad en el de Tokio y los trabajos forzados como crimen de guerra en el Estatuto de Núremberg. El Derecho Internacional Penal que establece, en casos concretos, sistemas de justiciamiento y sanciones internacionales por los delitos contra la humanidad,9 determinan que se se encuentra en la coacción estatal y moral por parte de la sociedad 8 Amati, Enrico; Caccamo, Valentina; Costim, Matteo; Fronza, Emanuela; Vallini, Antonio, Introducción al Derecho Penal Internacional, GiuffréMilano Trad. Viveros Castellanos, Yezid, Edit. Universidad Libre, , Bogotá, 2006, p. 29. 9 Los delitos contra la humanidad se diferencian de los delitos comunes: (i) de acuerdo al contexto en el que genere la comisión de la conducta punible internacional, conflicto o no conflicto armado y; (ii) que los ataques o vulneraciones sean extensos o sistemáticos dentro de una población civil. Por ejemplo: el homicidio como crimen contra la humanidad se diferencia del homicidio común, en 150 encuentran proscritos la esclavitud y los trabajos forzados que se generan con el reclutamiento y desarrollo de actividades por parte de todas la personas, en especial de los niños, niñas y adolescentes. Al igual que los tratos crueles por parte de los miembros activos de los grupos armados al margen de la ley organizados o los grupos delictivos organizados en contra de los NNA, pues mediante estos estatutos se “(…) permite perseguir y sancionar a individuos declarándolos responsables por crímenes internacionales (…)”.10 Por otro lado, con el fin de la Guerra Fría el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, al crear los tribunales Ad-hoc de la ONU: Yugoslavia (1991) y Ruanda (1994) determinan en los Estatutos: (i) Yugoslavia: crímenes contra la humanidad: la reducción a la servidumbre,11 violaciones y otros actos inhumanos; (ii) Ruanda: crímenes de lesa humanidad: la esclavitud, violación, actos inhumanos:12 (iii), y como crimen de guerra la violación, tratos humillantes y ultrajes a la dignidad personal.13 “Como ha sucedido con los tribunales de Núremberg y Tokio, también estos organismos deben asegurar la responsabilidad penal individual en relación a conductas cualificables como crímenes internacionales; también ellos, además (…) han sido instituidos después de la comisión de los hechos de su competencia”,14 determi- 10 13 14 11 12 cuanto el ataque es extenso y sistemático en contra de una población civil determinada. ESTATUTO DE LA CORTE PENAL INTERNACIONAL, Artículo 7º, literal c), 1 literal a). Introducción al Derecho Penal Internacional (2006), pp. 37-38. Artículo 5º, literales c), g) y e). Artículo 3º, literales c) y g). Artículo 4º literal e). Introducción al Derecho Penal Internacional, 2006, p. 43. Verba Iuris 29 • pp. 147-159 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 misael tirado acero nándose generalmente.su naturaleza especial, pos-facto y transitoria. Contrario sensu, el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (1998), a nivel internacional, por primera vez contempla, de manera independiente, autónoma y principal, el crimen de esclavitud sexual; (i) se puede dar tanto en época de conflicto como en época de paz; (ii) es una conducta diferente a la violación, a la prostitución forzada, a la esclavitud, al tráfico o trata de personas, y a los actos inhumanos. Además de exigir, para una mayor identificación, contornos claros y diferenciadores que solo en el año 1998 empezaron a tomar protagonismo. Relevancia notoria para el caso concreto de la población menor que dentro de los mencionados Estatutos se encuentra protegida jurídicamente, pero desprotegida fácticamente, notando un serio rompimiento o quebrantamiento de las normas internacionales por parte de los Estados obligados.15 De igual forma, los denominados tribunales mixtos dentro de los que se enmarca el Estatuto de los Paneles Especiales de Timor Leste (1999), nombra de forma genérica el conocimiento de crímenes contra la humanidad y crímenes sexuales, que se agudizan al desplegarse la nugatoria de los derechos 15 El conflicto armado en donde se incorporan a las filas los menores de 18 años de edad, por voluntad propia, por presión, por engaño, por el contexto económico, social o cultural, determina que son cada vez mayores las violaciones de derechos humanos y, en especial, la violación extensiva de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Los testimonios dados por quienes viven directamente el vejamen del reclutamiento forzado, NNA, es la mayor prueba de lo que sucede en la realizad y lo que se formula en el papel. “Aprenderás a no llorar”: Niños combatientes en Colombia, 2004. de vida, integridad, dignidad humana y libertad sexual contra los NNA, que no son o pueden ser parte del conflicto armado mediante el reclutamiento forzado por parte de las organizaciones armadas al margen de la ley organizadas y/o los grupos delictivos organizados. La meta respecto de lo mencionado en Colombia es precaria, pues según los estimativos más de 7.000 colombianos y colombianas menores de 18 años hacen parte de los ejércitos irregulares en conflicto, otro tanto está vinculado a las milicias urbanas y algunos más colaboran con el ejército. Sin embargo en los últimos cuatro años más de mil niños, niñas y jóvenes han pasado a ser excombatientes - capturados por el ejército, entregados por el grupo armado o desertores (…).16 Bajo esta premisa, es de gran importancia observar la CDN (1998), Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la participación de niños en los conflictos armados, aprobado el 25 de mayo de 2000. Dicho protocolo compromete a los Estados parte a elevar a 18 años la edad mínima de reclutamiento voluntario de personas en sus fuerzas armadas nacionales, modificando lo establecido en el párrafo 3 del artículo 38 de la Convención sobre los Derechos del Niño. De igual forma, los compromete a adoptar todas las medidas posibles para impedir la utilización bélica de niños y niñas por parte de grupos armados Grupo académico sobre niñez y conflicto armado: María Cristina Torrado, Camilo Guáqueta, Rosmary Virgüez y Ludivia Serrato, Programa Inter – Regional Para La Prevención Y Reintegración De Los Niños Vinculados Al Conflicto Armado Niños, Niñas Y Conflicto Armado: El Caso Colombiano, Observatorio sobre Infancia, Universidad Nacional de Colombia. 16 Verba Iuris 29 • pp. 147-159 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 151 niños, niñas y adolescentes en el conflicto armado en colombia irregulares, cuestión que como se mencionó, no es cumplida a cabalidad por el Estado colombiano. Así pues, dentro de estos también está el Estatuto del Tribunal de Sierra Leona (2000), que consagra el crimen contra la humanidad, la esclavitud, la violación y específicamente la esclavitud sexual y por último, los tratos inhumanos.17 También encontramos como crímenes de guerra la prostitución forzada y la violación sexual.18 Así mismo, el Estatuto del Alto Tribunal Iraquí (JT) califica como conductas punibles: (i) Crímenes de lesa humanidad: esclavitud,19 violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado y cualquier otra forma de violencia sexual de gravedad comparable, y otros actos inhumanos de carácter similar que causen grandes sufrimientos, o graves daños en la salud física o psíquica;20 y (ii) como crímenes de guerra: violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado y cualquier otra forma de violencia sexual de gravedad comparable.21 Ahora bien, en los últimos años el Derecho Penal Internacional especializado ha permitido la persecución de conductas punibles contra la vida y la integridad personal de conformidad con el Código Penal del Líbano al ser previsto en el Estatuto del Tribunal Artículo 2º, literales c), g) e i). Artículo 3º, literal e). 19 El Estatuto define esclavitud como “el ejercicio de una o todas las potestades del derecho de propiedad sobre una persona incluido el ejercicio de tal poder en el curso del tráfico de personas, particularmente en mujeres y niños”. (Cursiva fuera de texto). Artículo 12, numeral 2º, literal c). 20 Artículo 12, numeral 1º, literales c), g) y j). 21 Artículo 13, numeral 2º, literal v). 17 18 152 Especial del Líbano (2007). Pues, para los casos concretos que se van presentando han de determinarse que es necesario individualizar el victimario, identificar las víctimas, las circunstancias o contexto, lograr un juicio debido y dar lugar o no a la sanción pertinente, con el fin de no generar impunidad. Además, de encontrarse la norma internacional preestablecida, en forma concreta, precisa, expresa y clara, en el momento de comisión del crimen internacional, principio de legalidad. Por ejemplo, al no olvidar que la Convención sobre la esclavitud (1926) y el protocolo adicional (1956) consagran en su artículo 1º, numeral (i), expresa y concretamente, la esclavitud dentro del marco conceptual es considerada como el estado o condición sobre el cual se ejercitan los atributos del derecho de propiedad o algunos de ellos sobre una persona. El numeral (ii) expone que la trata de esclavos representa todo acto de captura, adquisición o cesión de un individuo como si este fuese un objeto en comercio años más tarde: (i) la servidumbre por deudas, (ii) la servidumbre de gleba (iii) dar en promesa de matrimonio a una mujer en forma ajena a la voluntad de la misma. Para finalizar, en lo referente a la normativa jurídica internacional es necesario mencionar que el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) y el Pacto de San José de Costa Rica, establecen que: (i) se prohíbe todos los actos que están conexos al trabajo que son de carácter forzoso o ajeno a la voluntad de una persona, así como la esclavitud y la servidumbre; y (ii) hace explícita la prohibición de la esclavitud y la servidumbre y aún más, en cualquiera de las formas, cuando se trata de mujeres. Verba Iuris 29 • pp. 147-159 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 misael tirado acero En suma, de esta primera parte se puede extraer que existe, por evolución fáctica y jurídica, un conjunto de normas internacionales tendientes a proteger los DDHH de todas las personas en un conflicto bélico,22 pero que en especial para este estudio, dentro de estas se encuentran los niños, niñas y adolescentes quienes por razones de debilidad manifiesta en aspectos físicos, sociales, psicológicos, económicos y culturales requieren una protección reforzada. Que esta protección es una obligación para el Estado, la sociedad y la familia23 al constituirse derechos fundamentales e internacionales de protección. Protección que se ve amenazada y vulnerada por el reclutamiento forzado.24 crimen contra la Si bien son las “reglas de juego” sobre la guerra que pretenden humanizarla, debería hablarse desde aquí de una paz. Pues, pedir que se acojan, por parte de los Grupos al margen de la ley organizados, a las Normas del Derecho Internacional Humanitario, es reconocer y aceptar continuar en guerra. Sin hablarse de paz que comprendería entregar el Gobierno del país. López Michelsen, Alfonso, ¿Cómo Desempantanar el Acuerdo Humanitario? - y otros escritos sobre el Conflicto Armado y la Humanización de la guerra, El Áncora Editores, Bogotá, 2008, pp. 67-71. 23 Algunos organismos de cooperación internacional y algunas instituciones: ONUDC, OIM, PNUD, UNICEF, GIZ, DPS, las “IAS”, ICBF, MEN, MPS, entre otras. 24 “(…) diferentes circunstancias económicas, sociales, culturales y políticas de nuestro continente, en especial de nuestro país, desde el descubrimiento hasta la actualidad han permitido la masiva y constante intervención o participación de los niños, niñas y jóvenes en los grupos o colectividades de los conflictos armados en el transcurso del tiempo (…)” (cursiva fuera de texto). Oliveros Aya, César y Tirado Acero, Misael, La Niñez En El Conflicto Armado. Una Mirada Desde La Sociología Jurídica Y La Semiótica Del Cine. Edit. Javergraf - UMNG, Bogotá, 2012. El presente texto es el resultado de una investigación que reúne dos perspectivas 22 humanidad cometido por parte de los grupos armados al margen de la ley organizados y/o grupos delictivos organizados y desconocimiento de las normas internacionales generadas bajo la modalidad de responsabilidad internacional del Estado. La invisibilidad de los NNA combatientes no permite determinar con exactitud qué tantos logros o fracasos han obtenido25 las Instituciones estatales y sociales a lo largo de este proceso. 2. Normativa jurídica nacional El proceso en la historia del constitucionalismo26 en Colombia ha posibilitado un mayor desarrollo en reconocimiento y protección en derechos humanos. Si bien la Constituyente de 1991 consagró un paquete de Derechos Fundamentales para todos y en especial para los NNA, también consagró una serie de mecanismos de participación directa para su efectiva, pronta y real realización. En este sobre un mismo tema. Se halla circunscrito a las líneas de Sociología Jurídica y Derecho, Cine y Pedagogía, del Grupo Derecho Público (categoría B de Colciencias), Facultad de Derecho de la Universidad Militar Nueva Granada. 25 Observatorio sobre Infancia. Universidad Nacional de Colombia. A partir de la visibilización del problema, algunos estudios dieron cuenta de la dinámica cotidiana y de las características específicas de la participación de los niños, niñas y jóvenes en los grupos armados. 26 Véase Ramírez Quince, Manuel Fernando, Derecho Constitucional Colombiano: de la Constitución de 1991 y sus Reformas, Editorial Doctrina y Ley, Bogotá, 2009. Las constituciones provinciales y las constituciones políticas nacionales han generado hasta la Constitución de 1991 una evolución comparable. Ya que en la actualidad nos encontramos en un constitucionalismo mayormente consolidado en derechos fundamentales y mecanismos de efectivización de los mismos, pero dentro de una volatilidad notable en América del Sur. Verba Iuris 29 • pp. 147-159 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 153 niños, niñas y adolescentes en el conflicto armado en colombia orden de ideas, la Constitución Nacional ha establecido la cláusula de prohibición de la trata de personas, violencia y cualquier acto inhumano en contra de la población,27 dando a entender la primacía de estos derechos al encontrarse en el marco de los capítulos sociales fundamentales, al tener protección directa. Al igual que bajo interpretación sistemática y extensiva de la Constitución, lo mencionado concuerda con el denominado Bloque de Constitucionalidad,28 sobre todo si se trata de Derechos Humanos, en especial de los menores. Por otro lado, “Los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás (…) Constitución Política de Colombia, 2011, Artículo 17. 28 El Bloque de Constitucionalidad consiste en: (i) la constitución no es un catálogo cerrado de Derechos Fundamentales; (ii) existen dentro de la misma constitución los artículos 93, 94, 53 y 214 principalmente que realizan remisiones a tratados y Convenios Internacionales ratificados por Colombia; (iii) por ende, la constitución no se agota en sí misma y eleva a rango constitucional la normatividad internacional para que sea aplicable en el control concentrado y abstracto de las leyes. Al igual, que sea aplicado en el control concreto y difuso o por revisión en Corte Constitucional. Entonces, el Bloque de Constitucionalidad son el preámbulo, el articulado constitucional, todas las normas de remisión constitucional y los tratados ratificados por Colombia en DDHH, en límites territoriales, en DIH, leyes estatutarias y orgánicas, la cláusula de los derechos innominados y en cierta medida la doctrina de los Tribunales Internacionales. Arango Olaya, Mónica, “El Bloque De Constitucionalidad En La Jurisprudencia De La Corte Constitucional Colombiana”, en: http://www.icesi.edu.co/contenido/ pdfs/C1C-marango-bloque.pdf. Y Uprimny Yepes, Rodrigo, “Bloque De Constitucionalidad, Derechos Humanos y Nuevo Procedimiento Penal”, DJS, disponible en: http://www.wcl. american.edu/humright/hracademy/documents/ Clase1Lectura3BloquedeConstitucionalidad.pdf. 27 154 La familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de asistir y proteger al niño para garantizar su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos. (…)”29 (Cursiva fuera de texto). En este sentido, los Derechos Fundamentales pertenecientes a todas las personas son de protección reforzada constitucional para los niños, niñas y adolescentes; ya que la vida, la integridad física y psicológica, la dignidad humana, la educación, el derecho a una familia, a la alimentación equilibrada, a la libertad, entre otros, son Derechos Fundamentales constitucionales de sujetos en situación de indefensión y manifiesta debilidad. Entonces, piénsese que si violar el derecho fundamental a la libertad de una persona cualquiera es grave, cómo será en la situación de vulneración de los NNA en sus derechos fundamentales. Así mismo, las leyes aprobatorias de tratados (caso de la OIT y el Derecho Transnacional): (i) la ley 800 de 2003 se pronuncia acerca de la relación de la convención de las Naciones Unidas contra la violencia transnacional, con el fin de prevenir y ayudar a las víctimas de la trata de personas en el país; (ii) los artículos 1, 2, 3, 6, 8 y 9; entendiéndose por trata de personas la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación.30 Constitución Política de Colombia, 2011, Artículo 44. 30 Igualmente, (i) Convenio 29 relativo al trabajo forzoso u obligatorio (1930) aprobado mediante 29 Verba Iuris 29 • pp. 147-159 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 misael tirado acero Ahora bien, dentro de la jerarquía legal, en el Código Penal la esclavitud no es una conducta típica en el ordenamiento colombiano, sino únicamente cuando converge con el comportamiento de trata de personas.31 Además, la esclavitud sexual no se clasifica como crimen contra la humanidad en el ordenamiento jurídico interno.32 En este sentido, la efectividad de las normas jurídicas internas no ha logrado su objetivo, pues los niños, las minorías étnicas y las mujeres siguieron siendo víctimas de las principales infracciones al DIH, incluyendo casos de abuso y esclavitud sexual.33 Son de especial preocupación los ley 23 de 1967 y (ii) el Convenio 105 relativo a la Abolición del Trabajo Forzoso (1957), aprobado a través de ley 54 de 1962. Son leyes relativas a una forma especial de esclavitud como es el trabajo forzoso (CIDH. Masacres de Ituango v. Colombia, 2006). 31 Artículo 188 A, C.P. “El que capte, traslade, acoja o reciba a una persona, dentro del territorio nacional o hacia el exterior, con fines de explotación, incurrirá en prisión (…)”. Código Penal: ley 599 de 2000 y Código de Procedimiento Penal: ley 906 de 2004 y ley 600 de 2000, 8ª ed., Editorial Legis, Bogotá, 2012. 32 Participación que tienen las niñas en el conflicto armado actual, reconociendo que estas son víctimas de violencia y esclavitud sexual. La Corte Constitucional no es ajena a reconocer que la esclavitud sexual en el conflicto, viola los principios y disposiciones de las normas Internacionales, los derechos fundamentales de las mujeres y la responsabilidad del Estado frente a esta situación. Pues, no es toda la responsabilidad que recae sobre el menor infractor de la ley penal sino que existen actuaciones, negligencias u omisiones no atribuibles a este. Corte Constitucional, Sentencia C- 203 de 2005, M. P. Manuel José Cepeda Espinosa. 33 Consejo Económico y Social (2004). Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en Colombia, E/CN.4/2004/13, 17.02.2004, párrafo No. 47. casos de violaciones sexuales que se encuentran en la justicia penal militar.34 Por ejemplo, la oficina en Colombia del Alto Comisionado recibió información sobre las diversas formas de violencia, en especial la sexual, ejercidas en contra de las mujeres por parte de los grupos armados ilegales, en distintas zonas del país, como Córdoba y Tolima, por los paramilitares, así como en Putumayo, donde se denunciaron casos de esclavitud sexual por parte de la guerrilla. Por tanto, el Comité insta al Estado colombiano a redoblar sus esfuerzos para combatir la trata de mujeres y niñas en todas sus formas, y exhorta a que evalúe plenamente el alcance de dicha trata, incluida la que tiene lugar dentro del país, y que compile y analice datos e información de manera sistemática con el propósito de hallar formas más eficaces de prevenir ese fenómeno.35 Estos informes representan la evidencia clara y precisa de la falta de efectivización de los mecanismos de protección de los derechos humanos violados en el conflicto armado.36 Conclusión y propuestas En conclusión, se ha mencionado que las normas internacionales y nacionales contemplan la prohibición de reclutar menores para que participen en el conflicto armado. Que además, se evidencia gran cantidad de Ibid., párrafo No. 94. CEDAW – ONU CEDAW/C/COL/CO/6, 02.02. 2007, párrafo No. 21. 36 Medidas comprehensivas para la protección de los derechos fundamentales de las mujeres desplazadas por el conflicto armado en el país y la prevención del impacto de género desproporcionado del conflicto armado y del desplazamiento forzado, involucrando el núcleo familiar, entre este, la niñez y los adultos mayores. Corte Constitucional, Auto No.092 de 2008. 34 35 Verba Iuris 29 • pp. 147-159 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 155 niños, niñas y adolescentes en el conflicto armado en colombia menores involucrados en la vinculación a grupos armados al margen de la ley organizados y/o a grupos delictivos organizados. Por ende, se puede proponer que una medida tendiente a disminuir o erradicar la permanencia y participación de NNA37 en el conflicto armado es otorgarles indultos por delitos políticos, al ser estos quienes manifiesten ante el Estado la desmovilización voluntaria y su deseo de regresar o reincorporarse a la vida civil. Otra medida, que se complementa con la anterior, consiste en no establecer medidas que “obedezcan a un enfoque punitivo sino a una aproximación protectora, educativa y resocializadora, y que sean compatibles con las múltiples garantías reforzadas de las que los menores de edad son titulares a todo nivel por motivo de su especial vulnerabilidad”.38 Pues, primero el castigo por delitos políticos puede llegar a ser indultado, pero ¿qué sucede con los demás delitos cometidos (conexos)? Es aquí donde se deben tomar medidas39 educativas, La “(…) vinculación de menores de edad a grupos armados ilegales y de su voluntad de desmovilización, para efectos de permitir, en el curso del proceso judicial adelantado por el Juez de Menores o Promiscuo de Familia competente, la concesión a su favor del beneficio de indulto por delitos políticos. (…) puede suceder que un menor abandone el grupo y se presente a las autoridades con la voluntad de reincorporarse a la vida civil”. Corte Constitucional, Sentencia C- 203 de 2005, M. P. Manuel José Cepeda Espinosa. 38 Ibid. 39 “En el procesamiento penal de menores de edad, se han de seguir en forma estricta las pautas constitucionales e internacionales mínimas que están consagradas en (i) el artículo 44 de la Carta Política, (ii) las Reglas de Beijing o ‘Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la Administración de la Justicia de Menores’, (iii) en los casos excepcionales en que ello sea pertinente, por encontrarse el 37 156 protectoras y resocializadoras, no punitivas y que no estimulen la desmovilización de los menores. Además, que puedan generar efectos adversos, como: (i) que los NNA decidan vincularse a los grupos armados al margen de la ley organizados o; (ii) que decidan ingresas a las filas de los grupos delictivos organizados, como, por ejemplo las llamadas Bacrim.40 Sea porque las sanciones son de tipo punitivo, porque no ven oportunidades para mejorar las condiciones de vida propia y de su núcleo familiar, porque es posible que sean rechazados o discriminados por razón de las conductas cometidas o porque no han recibido las medidas educativas y correctivas adecuadas. Se trata de incentivar, sin mayores obstáculos, una conciencia individual de lo benéfico que es pertenecer a la vida civil. menor de edad privado de la libertad, las Reglas de las Naciones Unidas para la Protección de los Menores Privados de la Libertad, (iv) la Convención sobre los Derechos del Niño, (v) el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y (vi) la Convención Americana de Derechos Humanos”. Corte Constitucional, Sentencia C- 203 de 2005, M. P. Manuel José Cepeda Espinosa. En este mismo sentido, véase Sandoval Mesa, Jaime Alberto y Tirado Acero, Misael, Fundamentos del Derecho Penal del Adolescente Infractor, Medidas Procesales de la Ley 1098 de 2006 frente al Fenómeno del Reclutamiento Forzado, septiembre de 2012 (próximo a publicar). 40 El comportamiento criminal del fenómeno de las Bacrim ha estado marcado por la afectación de comunidades especialmente vulnerables, destacando el reclutamiento de menores de edad para sus estructuras como una de sus principales modalidades de fortalecimiento de sus componentes armados, siendo principalmente las bandas criminales de Urabá, Los Rastrojos y ERPAC, las que mayor incidencia tienen en estas conductas irregulares, motivando el ingreso de los niños y niñas mediante métodos como el engaño, el constreñimiento y la vinculación forzada. Verba Iuris 29 • pp. 147-159 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 misael tirado acero Por otro lado, “(…) resulta incuestionable que en el curso de las confrontaciones, estos menores pueden llegar a cometer hechos ilícitos de la mayor gravedad, los cuales a su vez generan víctimas – y estas víctimas, en la medida en que sobrevivan o bien sus familiares, también tienen derechos de raigambre constitucional e internacional que han de ser necesariamente respetados (a saber, los derechos a la verdad, a la justicia y a la reparación respecto de las infracciones a las leyes penales)”.41 Entonces, no se trata tan solo de estimular la desvinculación de menores de los grupos al margen de la ley o de los grupos delictivos, sino también de desestimular la vinculación de nuevos NNA. Es decir, por un lado con el indulto y las medidas no punitivas para los demás delitos, se estimula para que sean los menores quienes voluntariamente se desvinculen de los grupos ilegales. Por el otro lado, al conceder y ser efectivos los derechos a la verdad, reparación integral y justicia en favor de las víctimas, no solo de los delitos cometidos por menores que participan en el conflicto armado, sino también de todas las personas vinculadas a este, se evitará la incorporación de nuevos menores, o por qué no, de adultos, por cuestiones de venganza generadas por la falla en el derecho al acceso de la administración de justicia42 que posiblemente lleve a la toma de justicia por propia mano, teniendo así violencia que genera más violencia. 41 42 Ibid. Donde es posible predicar una responsabilidad extracontractual del Estado por falla del servicio, como es la falta o indebida prestación y acceso, eficiente y eficaz, a la administración de justicia o medidas institucionales de protección. Objeto que no es parte del presente estudio. Además, se podrá estimular aún más la desvinculación y la reincorporación a grupos ilegales, cuando sea efectivo garantizarle a la víctima del reclutamiento forzado (quien se desmoviliza o piensa en hacerlo) el derecho a la justica, a la verdad y a la reparación integral. Es pues necesario que la víctima del reclutamiento forzado evidencie sanciones para su victimario reclutador o determinador (satisfacción subjetiva) y reparación por haber permanecido en participación del conflicto armado y no disfrutando de su calidad y situación de niño, niña o adolescente. Por otro lado, se pueden mencionar medidas de carácter preventivo que se clasifican en dos: (i) las dirigidas contra las potenciales víctimas del reclutamiento forzado, la familia, la sociedad y el Estado, y (ii) las dirigidas contra los grupos al margen de la ley organizados y/o los grupos delictivos organizados. Es decir, las primeras consisten en orientación, campañas de prevención de caer en reclutamiento forzado, otorgar condiciones mínimas de subsistencia, políticas públicas de educación, concientización social, control, vigilancia y juzgamiento por parte de las instituciones estatales, campañas de cohesión social para prevenir y atacar el delito de reclutamiento de menores, capacitaciones y, con todo, destinación de recursos estatales, coordinación, articulación, complementariedad y transparencia para la realización efectiva de cada una de estas medidas. Las segundas consisten en tomar mecanismos jurídicos y políticos idóneos para erradicar, de forma pacífica, los grupos armados al margen de la ley organizados y/o los grupos delictivos organizados. Lo cual se logra mediante acuerdos de paz como el que se vive en la actualidad. Ya que de acuerdo con la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras No. 1148 Verba Iuris 29 • pp. 147-159 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 157 niños, niñas y adolescentes en el conflicto armado en colombia de 2011 se reconoce que en Colombia existe un conflicto armado. Lo que implica que las partes en confrontación tienen en primer lugar que respetar las normas internacionales de Derecho Humanitario (DIH) cuyo objetivo es la protección de la población civil. En segundo lugar, la posibilidad de darle una salida política al conflicto armado, como la que se está dando actualmente con el denominado Marco para la paz. Y por último, la población puede participar en la aplicación de las políticas que se acuerden para pasar del conflicto al postconflicto.43 Dentro de estas es imperioso sacar a los niños de la guerra, ya que “las cifras más recientes indican que existen alrededor de 18.000 niños afectados por la violencia armada”.44 En suma, se observan tres esferas o dimensiones de propuestas, a saber: (i) dar a cada quien lo suyo según la ley, cuando ya se han cometido los delitos; (ii) intentar evitar que se caiga en situación de víctima de reclutamiento, y (iii) evitar que exista la posición de victimario de reclutamiento. Referencias Aftalión, Enrique; Vilanova, José y Raffo, Julio (2004). Introducción al Derecho. 4ª ed. Buenos Aires: Editorial Abeledo Perrot. Amati, Enrico; Caccamo, Valentina; Costim, Matteo; Fronza, Emanuela; Vallini, Antonio (2006). Introducción al Derecho Penal Internacional. Giuffré – Milano.Trad. Yezid Viveros Castellanos. Edit. Universidad Libre, Bogotá. Samper Pizano, Ernesto. Propuesta para Humanizar la Guerra mientras llega la Paz, Corporación Vivamos Humanos. Coordinadora Humanitaria, Bogotá, septiembre 25 de 2012. 44 Ibid., p. 3. 43 158 Aprenderás a no llorar: Niños combatientes en Colombia (2004). Disponible en: http:// white.oit.org.pe/ipec/documentos/aprenderas_no_llorar.pdf Arango Olaya, Mónica (2008) El Bloque De Constitucionalidad En La Jurisprudencia De La Corte Constitucional Colombiana. Disponible en: http://www.icesi.edu.co/contenido/ pdfs/C1C-marango-bloque.pdf. CEDAW – ONU CEDAW/C/COL/CO/6, 02.02. 2007. Código Penal: Ley 599 de 2000 y Códigos de Procedimiento Penal: Ley 906 de 2004 y ley 600 de 2000, 8ª edición, Editorial Legis, Bogotá, 2012. Consejo Nacional de Política Económica y Social (2004). Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en Colombia, E/CN.4/2004/13, 17.02.2004. Constitución Política de Colombia (2011). 25ª ed. Bogotá: Editorial Legis. Convenio 29 relativo al trabajo forzoso u obligatorio (1930). Aprobado mediante Ley 23 de 1967. Corte Constitucional de Colombia (2008). Auto No.092. Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C- 203 de 2005, M. P. Manuel José Cepeda Espinosa. Corte Constitucional de Colombia. Sentencia T- 174 de 1994, M. P. Alejandro Martínez Caballero. El Convenio 105 relativo a la Abolición del Trabajo Forzoso (1957), aprobado a través de ley 54 de 1962. CIDH. Masacres de Ituango v. Colombia, 2006. Verba Iuris 29 • pp. 147-159 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 misael tirado acero Estatuto de la Corte Penal Internacional (1998). Roma. Grupo académico sobre niñez y conflicto armado: María Cristina Torrado, Camilo Guáqueta, Rosmary Virgüez y Ludivia Serrato (2004). Programa Inter - Regional para la Prevención y Reintegración de los Niños Vinculados al Conflicto Armado. Niños, Niñas y Conflicto Armado: El Caso Colombiano. 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Disponible en: http://www.wcl.american.edu/humright/ hracademy/documents/Clase1Lectura3BloquedeConstitucionalidad.pdf Verba Iuris 29 • pp. 147-159 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 159 sandra patricia sotelo rojas La participación del garante en el procedimiento sancionatorio contractual y en las declaratorias de incumplimiento: una obligación incoherente* Sandra Patricia Sotelo Rojas** Resumen A través del presente artículo de investigación se analiza por qué no debería vincularse a las aseguradoras en aras de garantizarles el derecho al debido proceso tanto en el procedimiento sancionatorio contractual como en las declaratorias de incumplimiento de los contratos estatales amparados por póliza de seguro, tal como lo ha dispuesto el Estatuto Anticorrupción. Para ello, se expone el contexto normativo y jurisprudencial de esta obligación y se analizan el contrato de seguro y las condiciones de participación de los garantes en los demás mecanismos de cobertura del riesgo autorizados en Colombia (entidades financieras, bancos y fiduciarias), concretando a partir de ello las razones por las cuales, dadas la naturaleza y características de las pólizas de seguro, resulta todo un contrasentido el hecho de que las entidades sometidas al Estatuto General de Contratación de la Administración Pública (E.G.C.A.P.) tengan el deber de garantizar el debido proceso al asegurador, cuando únicamente deberían vincular al contratista en el procedimiento sancionatorio contractual y en las declaratorias de incumplimiento, máxime si se considera que esta garantía no fue extendida legalmente a los demás garantes. Al final del documento se enuncian las garantías del debido proceso que deben estar presentes en los procedimientos administrativos contractuales y los términos en que deben aplicarse por parte de las entidades, comparando este deber con la aplicación de la institución del debido proceso en el procedimiento contractual chileno. Palabras clave: Debido proceso, garante, garantías, multas, sanciones, procedimiento sancionatorio. Fecha de Recepción: 8 de marzo de 2013 Fecha de Aprobación: 29 de abril de 2013 * El presente artículo es producto de la investigación titulada: EL RESARCIMIENTO A LAS ENTIDADES PÚBLICAS CONTRATANTES EN EL MARCO DE LAS GARANTÍAS QUE AMPARAN LA CALIDAD, para optar al título de magister en contratación pública y privada en la Universidad Santo Tomas (Sede Bogotá) ** Abogada de la Universidad Libre, Especialista en Docencia Universitaria – Universidad Militar Nueva Granada. Correo Electrónico: [email protected] Verba Iuris 29 • pp. 161-180 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 161 la participación del garante en el procedimiento sancionatorio contractual Abstract Through this research paper discusses why it should not be linked to insurance companies in order to guarantee their right to due process in both the contractual sanction procedure as in declarations of breach of state contracts covered by insurance, as has ordered the Anti-Corruption Statute. To do this, set out the regulatory and case law of this obligation and analyzed the insurance contract and the conditions of participation in the other guarantors hedging mechanisms authorized in Colombia (financial institutions, banks and trusts), specifying a from this the reason why, given the nature and characteristics of insurance warranties, it is all a contradiction to the fact that the entities subject to General Contracting Public Administration have a duty to ensure due process to the insurer when the contractor should only link in the contractual and punitive procedure declarations of failure, especially considering that this guarantee was not legally extended to other guarantors. At the end of the document sets out the due process that must be present in administrative procedures and contractual terms to be applied by the entities, comparing this duty with the application of the institution of due process in the Chilean contractual procedure. Key Words: Due process, guarantor, warranties, fines, penalties, punitive proceedings. 1. Introducción En el año 2010 la Sección Tercera del Consejo de Estado, analizó el derecho al debido proceso en las actuaciones administrativas precisando su alcance y contenido, y reconoció el derecho del garante al debido proceso cuando se imponga cualquier carga o sanción derivada de la relación contractual, derecho que, posteriormente, fue reconocido por el Estatuto Anticorrupción, en donde quedó establecido como regla de procedimiento en aquellos casos en que la garantía de cumplimiento consista en póliza de seguro, pero no se previó legalmente como derecho del garante en los demás mecanismos de cobertura del riesgo autorizados por el E.G.C.A.P. Teniendo en cuenta esta situación, a través del presente artículo pretende resolverse el 162 problema de determinar si, en efecto, las entidades sometidas al E.G.C.A.P. deberían garantizar al asegurador el derecho al debido proceso en los procedimientos para hacer efectivas las garantías constituidas mediante póliza de seguro, cuestión importante de discernir en la medida en que, a pesar de ser los mecanismos de cobertura del riesgo a los que más recurren los contratistas en Colombia, resulta extraño que se deba garantizar este derecho a las aseguradoras pero no a los demás garantes, a pesar de que ellos también amparan los riesgos derivados de la actividad contractual del Estado con el mismo rigor que el sector asegurador y el artículo 13 de la Carta Política les garantiza un derecho a la igualdad que no fue desarrollado por la normas rectoras de la contratación administrativa. Verba Iuris 29 • pp. 161-180 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 sandra patricia sotelo rojas Para lograr este objetivo se presenta una investigación cualitativa en donde se examinan algunos aspectos relevantes del contrato de seguro regulado por el Código de Comercio, así como la forma en que deben hacerse efectivas las garantías contractuales permitidas en la legislación colombiana, con el fin de determinar las razones por las cuales el derecho de las aseguradoras al debido proceso debería quedar reducido a su menor expresión, esto es, la objeción por vía gubernativa, puesto que los demás garantes ni siquiera tienen el derecho de objetar o de impugnar la reclamación efectuada por la entidad contratante, debiendo proceder al pago inmediato cuando se les efectúa el cobro. 2. Contexto jurídico de la participación del garante en el procedimiento sancionatorio contractual y en las declaratorias de incumplimiento La legislación colombiana frente al tema de la efectividad de la garantía de cumplimiento contractual constituida mediante póliza de seguro deja mucho que desear, la línea jurisprudencial no ha sido uniforme pero sí muy discutible respecto de varios temas que, debido a su manejo contrario a la naturaleza del contrato de seguro, generan confusión (Ordóñez, 2010). Uno de esos aspectos cuestionables que ofrece el actual régimen de garantías contractuales es el del debido proceso en las actuaciones sancionatorias contractuales y en las declaratorias de incumplimiento, pues, tal como se expone a continuación, basta con confrontar el texto de la Ley con el de la jurisprudencia para advertir aquellas inconsistencias que no permiten articular en debida forma la norma y los pronunciamientos judiciales en pro de lograr que el trámite para la ejecución de las garantías sea expedito y eficiente, tal como sería deseable en desarrollo de los principios de economía, eficacia, eficiencia y celeridad que inspiran las actuaciones de la administración, especialmente, la contratación estatal. Por ejemplo, en relación con las multas y la cláusula penal pecuniaria, de conformidad con el artículo 17 de la Ley 1150 de 2007, las entidades estatales deben observar las siguientes reglas: En ejercicio del deber de control y vigilancia sobre los contratos estatales, las entidades pueden declarar el incumplimiento con el propósito de hacer efectiva la cláusula penal pecuniaria o imponer las multas pactadas para conminar al contratista a cumplir con sus obligaciones, pero la decisión debe estar precedida de audiencia del afectado y garantizar el debido proceso, pues, éste es un principio rector en materia sancionatoria contractual. Las multas sólo proceden mientras se halle pendiente la ejecución de las obligaciones a cargo del contratista. La cláusula penal y las multas impuestas, se pueden hacer efectivas directamente por las entidades estatales, a través de la compensación de las sumas adeudadas al contratista, del cobro de la garantía, de la jurisdicción coactiva1 o de los demás mecanismos de obtención del pago. Los numerales 3 y 4 del artículo 99 del Código Contencioso Administrativo señalan que prestan mérito ejecutivo a favor del Estado y son susceptibles de cobro coactivo: los contratos o los documentos en que constan sus garantías, junto con el acto administrativo que declara el incumplimiento 1 Verba Iuris 29 • pp. 161-180 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 163 la participación del garante en el procedimiento sancionatorio contractual Al respecto, es sabido que la ley es límite y condición de la actuación administrativa (Martín, 2006), pero a pesar de que la norma en cita solo se refirió al contratista, la Sección Tercera del Consejo de Estado, mediante Sentencia del 23 de junio de 20102, analizó el derecho al debido proceso en las actuaciones administrativas, haciendo precisiones teóricas sobre su alcance y contenido, luego de lo cual extendió esta garantía al asegurador pero no solo en materia de multas y cláusulas penales, sino también cuando se imponga cualquier otra sanción o carga derivada de la relación contractual, verbi gratia, la declaratoria de caducidad o la declaratoria de un siniestro, con lo cual, el máximo tribunal contencioso administrativo de Colombia fue más allá de esta norma, tal como se evidencia al concordarla con el artículo 7 eiusdem, de donde surgen las siguientes inquietudes: 1. El inciso 2° del artículo 7 permite a los contratistas garantizar el cumplimiento de las obligaciones contractuales no solo a través de pólizas de seguro sino también a través de garantías bancarias u otras, según la reglamentación expedida por el Gobierno Nacional. Siendo así, no se entiende el porqué debe garantizarse el debido proceso a las aseguradoras pero no a las fiduciarias o a los bancos y entidades financieras, quienes legalmente también o la caducidad, así como las demás garantías que se presten por cualquier concepto a favor de las entidades públicas, las cuales se integrarán con el acto administrativo ejecutoriado que declare la obligación. 2 Consejo de Estado, Sección Tercera. Radicación No. 25000 - 23 - 26 - 000 - 1994 - 00225 - 01 (16367); Actor: Jaime Hernández Torres; Demandado: Ferrovías – hoy Ministerio de Transporte; Consejero ponente: Enrique Gil Botero. 164 pueden obrar como garantes del cumplimiento del contrato; es cierto que las pólizas son los mecanismos de cobertura del riesgo más utilizados por los contratistas pero no son los únicos, por lo cual podría considerarse discriminatorio el hecho de que se garantice el debido proceso al asegurador pero no a los demás garantes habilitados por la ley. 2. Por su parte, el inciso 4° supra, que ordena a las entidades comunicar al asegurador el acaecimiento del siniestro que amparan las garantías a través de la notificación del acto administrativo que lo declare, en ninguna parte determina que durante la actuación que culmina con la expedición de dicho acto administrativo deba hacerse partícipe al asegurador, por lo mismo, no es fácil entender de dónde concluyó el Consejo de Estado que debía vinculársele en la misma forma que al contratista. Con este antecedente jurisprudencial, el legislador expidió el Estatuto Anticorrupción3, que en su artículo 86 determinó el procedimiento para la imposición de multas, sanciones y declaratorias de incumplimiento por parte de las entidades sometidas al E.G.C.A.P.4, el cual, de manera general, se resume así: 1. Evidenciado un posible incumplimiento del contratista, la entidad lo citará a una audiencia para debatir lo ocurrido, remitiéndole el respectivo informe de interventoría o de supervisión y mencionando detalladamente los hechos, las normas o cláusulas posiblemente violadas y las posibles consecuencias de ello; y, si la garantía 3 4 Ley 1474 de 2011, artículo 86. Ley 80 de 19983, Ley 1150 de 2007, y Decreto Reglamentario 734 de 2012. Verba Iuris 29 • pp. 161-180 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 sandra patricia sotelo rojas de cumplimiento consiste en póliza de seguro, también debe convocarse al garante. Una vez instalada la audiencia por parte del jefe de la entidad se les concederá a ambos el uso de la palabra para que presenten descargos, rindan sus explicaciones, aporten pruebas y controviertan las presentadas por la entidad. fuerza ejecutoria del acto administrativo5 durante el trámite del recurso de reposición, situación que a menudo impedía la confirmación del acto administrativo sancionatorio al momento de resolverse el recurso. Un último aspecto a destacar es el retroceso legislativo que se evidencia en esta norma, dadas las siguientes consideraciones: 2. La decisión acerca de la imposición o no de la multa, sanción o declaratoria de incumplimiento debe hacerse mediante resolución motivada que se notificará en audiencia y contra la cual procede el recurso de reposición, que debe interponerse, sustentarse, decidirse y notificarse en audiencia. Ésta puede ser suspendida si se requiere, pero también puede terminarse si cesa el incumplimiento. 1. El espíritu del artículo 86 cifra es contrario a los postulados de los artículos 7 y 17 de la Ley 1150 de 2007 porque involucra en el trámite al asegurador, a pesar de que hasta la expedición de la Sentencia del Consejo de Estado (23 de junio de 2010) a él solo debía notificársele el acto administrativo que declaraba la sanción o el siniestro, momento en el cual podía objetar la reclamación a través del recurso de reposición, conservando, en todo caso, la acción judicial. Varios aspectos destacan en esta norma: en primer lugar, el procedimiento se desarrolla en audiencia lo cual permite obrar con agilidad, incluso, si los convocados no asisten, la Administración dejará constancia de ello y procederá a adoptar la respectiva decisión; en segundo lugar, las notificaciones se surten en audiencia, esto implica que se entienden realizadas aunque las partes no estén presentes en la diligencia (Azula, 2011) y si el contratista y/o su garante no asisten, no se debe recurrir en forma subsidiaria a una notificación diferente de la notificación por estrados porque ello contraría los principios de oralidad y celeridad (Botero, 2011), así como la garantía del debido proceso. En tercer lugar, si bien, el incumplimiento puede cesar durante la actuación, esta situación ahora se le dificultará al contratista dada la celeridad del trámite, lo cual no acontecía antes de la reforma introducida por el Estatuto Anticorrupción, pues, era muy común que operara el fenómeno de la pérdida de 2. El mencionado artículo 86 únicamente ordena vincular a las aseguradoras, soslayando que la ley posibilita la participación de otro tipo de garantes tales como las fiduciarias, los bancos y las entidades financieras, a quienes se les da un trato diferente sin que medie una razón clara para ello. Pero esta norma no es la única que, siguiendo la jurisprudencia referida, establece un trato diferente entre los garantes, pues, el Decreto Reglamentario 734 de 2012 en su artículo 5.1.13, estableció unas reglas especiales para que las entidades contratantes hicieran efectivas las garantías cuando se presentara alguno de los eventos de incumplimiento 5 La pérdida de fuerza ejecutoria de los actos administrativos guarda relación con la desaparición de sus fundamentos (Sánchez, 2004). Verba Iuris 29 • pp. 161-180 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 165 la participación del garante en el procedimiento sancionatorio contractual cubiertos por ellas. En esta norma, aplicable a los casos de caducidad, multas y declaratorias de incumplimiento, el debido proceso también debe agotarse respecto del contratista y su garante pero solo en los casos en que la garantía consista en póliza de seguro, con lo cual se evidencian las mismas inconsistencias presentes en la norma reglamentada y que no resultan de fácil recibo, pues, el derecho al debido proceso solamente debería garantizarse al contratista mas no a su garante, dadas las consideraciones que se exponen a continuación. La potestad sancionadora es la atribución que le permite a la Administración imponer sanciones a quienes hayan infringido sus disposiciones (Ossa, 2000), y en el régimen de contratación estatal, las entidades tienen el privilegio de constreñir al contratista para el cumplimiento sus obligaciones mediante el ejercicio de atribuciones como la declarar la caducidad6, imponer multas o declarar el incumplimiento del contrato para hacer efectiva la cláusula penal pecuniaria, en aras de proteger el interés público involucrado en la correcta ejecución contractual (Suárez, 2009). Estas herramientas se materializan a través de las facultades propias de los actos administrativos unilaterales (Garrido & Fernández, 2000) mediante los cuales se concretan tres finalidades principalmente: 1) declarar el incumplimiento; 2) declarar la responsabilidad del contratista; y, 3) liquidar el perjuicio; si bien esta potestad no siempre busca sancionar al contratista sino que se 6 Para Ramella no todo incumplimiento conlleva a la resolución del contrato, ya que el mismo debe ser grave o importante (1984), condiciones que también se predican de la caducidad administrativa dadas las consecuencias que, de su declaratoria, derivan para el contratista. 166 cumpla el objeto del contrato para evitar la afectación del servicio público a cargo de la entidad (Palacio, 2010), la decisión debe consultar el debido proceso porque en estas actuaciones la entidad es juez y parte a la vez. Pero cuando la entidad reclama un incumplimiento a su contratista y por virtud de ello adelanta un procedimiento administrativo para hacer efectiva la póliza, el derecho al debido proceso se salvaguarda con el solo ejercicio del mismo por parte del contratista, pues, su asegurador, por virtud del contrato de seguro previamente celebrado, asume el riesgo de pagar en caso de que el contratista incumpla, razón por la cual debería bastar con que la entidad le notificara a la aseguradora el acto administrativo declarativo del siniestro para que, sin mayor reparo, ésta procediera al pago, pues, como bien lo ha señalado Lamprea, cuando las partes suscriben un contrato conocen el contenido y alcance de las obligaciones que adquieren y por eso están libre y honradamente decididas a cumplirlas (2007), y en el contrato de seguro, por virtud de la realización del riesgo surge para el asegurado/beneficiario el derecho a percibir la indemnización, y para el asegurador nace la obligación de asegurar (Garrido, 1954) en los términos garantizados. Al respecto, una cosa es el nacimiento de la obligación de reparación (que se da cuando el contratista incumple sus obligaciones), y otra cosa es la exigibilidad del pago al asegurador respecto del valor declarado, que puede acontecer cuando el contratista no lo asume o cuando no hay ningún saldo a su favor del cual se pueda deducir la deuda, lo cual obliga al garante a cumplir su deber de mantener indemne al asegurado (Jaramillo, 2011). Pero, como no es suficiente con la realización el hecho dañoso (Mazeaud & Tunc, 1963), es Verba Iuris 29 • pp. 161-180 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 sandra patricia sotelo rojas importante determinar si hay circunstancias capaces de frustrar el pago de la indemnización (Restrepo, 1992) puesto que toda reclamación del beneficiario al asegurador conlleva la presentación de las pruebas que acrediten la ocurrencia del siniestro y la adecuada cuantificación del daño; si bien, los seguros de daños tienen un carácter indemnizatorio, la validez de la indemnización está limitada por el justo equilibrio de las contraprestaciones (Girgado, 2005) porque el valor asegurado corresponde a la máxima limitación de responsabilidad del asegurador, y para que la reclamación quede debidamente formalizada, debe estar debidamente probada (López, 1980), máxime si se considera que en los seguros de daños regulados por el Código de Comercio, cuando el beneficiario hace la respectiva reclamación al asegurador, éste tiene derecho a objetarla7 (artículos 1075 y 1077). En la contratación pública sucede algo parecido: el asegurador no es un extraño al contrato principal y también puede objetar la reclamación de la entidad, lo cual es comprensible ya que tanto él como su afianzado siempre tendrán un interés legítimo en impugnar la reclamación, el tomador porque ese es el medio para liberarse de la acción que tiene la aseguradora en su contra como subrogataria del pago que le corresponda realizar, y el garante, para liberarse del pago de la garantía y del ejercicio de acciones 7 La objeción motivada a que tiene derecho la aseguradora puede ocurrir porque hubo reticencia del tomador, por causales eximentes de responsabilidad del asegurado o, por falta de cobertura del hecho ocurrido, entre otras; pero en el régimen de garantías de la contratación estatal, las exclusiones son solo las señaladas en el artículo 5.2.1.1 del Decreto Reglamentario 734 de 2012. legales en contra de su afianzado, para lo cual es menester que demuestre la circunstancia eximente de dicha obligación. Pero para ello no es necesario ser vinculado desde el nacimiento mismo de la controversia entre la entidad y el contratista, porque al momento de la notificación del acto administrativo que declare el acaecimiento del siniestro él puede impugnar en reposición la decisión adoptada por la Administración, tal como lo dispone el artículo 7 de la Ley 1150 de 2007, momento en el cual puede ejercer su derecho a cerciorarse de que el siniestro efectivamente se realizó en las condiciones requeridas para proceder a la indemnización. Nótese cómo a través de la figura de la vía gubernativa (no de la “objeción”), él siempre ha tenido derecho a rechazar la reclamación y, adicionalmente, nunca ha perdido la vía judicial como mecanismo de liberarse del pago de la indemnización. Por otra parte, si bien, las concepciones tanto de “daño” como de “interés” son comunes al derecho de daños y al derecho de seguros, a la hora del pago de la indemnización, hay una gran diferencia, pues, en el derecho de daños quien indemniza es el causante, en tanto que en el derecho de seguros lo hace el asegurador; en el derecho de daños la obligación de indemnizar proviene del acto ilícito (contractual o extracontractual), mientras que en el derecho de seguros proviene de un seguro contratado y por virtud del cual, el asegurado transfiere un riesgo a la aseguradora, quien, puede asumirlo en las condiciones establecidas, conservando el derecho de subrogación respecto de los derechos y acciones del asegurado/beneficiario en contra del contratista responsable del incumplimiento, incluso, a sabiendas de que éste también puede proponer al asegurador las mismas excepciones que Verba Iuris 29 • pp. 161-180 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 167 la participación del garante en el procedimiento sancionatorio contractual puede hacer valer contra el damnificado8. Así las cosas, el asegurador sabe que la indemnización es el objeto que se persigue al celebrar un contrato de seguro y asume, dentro del límite del valor asegurado, la obligación resarcitoria que surge como consecuencia de la obligación conculcada por el afianzado e incluso, puede pactar con el tomador un deducible para que él también soporte el riesgo y como consecuencia de ello comparta el valor de la pérdida. Así, cuando se declara el incumplimiento, la entidad puede formular el respectivo reclamo tanto al contratista como a su garante dada la solidaridad existente entre ellos frente a la obligación de cumplimiento del contrato, la cual nace por virtud del contrato de seguro celebrado y los obliga al pago de la sanción o del siniestro respectivo, pues, cada uno se obligó por el todo y se le puede cobrar a cualquiera (Tamayo, 2004). Esto supone una distinción con el derecho de daños, pues, mientras que en éste la fuente de la obligación de indemnizar, nace de la responsabilidad del causante del daño, en el derecho de seguros nace del contrato de seguro; en el primer caso la indemnización tiene una función resarcitoria, mientras que en el segundo, esa función corresponde al cumplimiento de la obligación de acomodar al afectado en la misma posición que tenía antes de la producción del siniestro (Partesotti, 1967), con lo cual se evidencia la dificultad de comprender la posición asumida por la Sección Tercera del Consejo de Estado en esta materia. 8 Consejo de Estado, Sección Tercera. Sentencia del 5 de agosto de 1977, Expediente No. 291. Consejero Ponente Jorge Valencia Arango. 168 3.La participación de los demás garantes autorizados en el procedimiento sancionatorio contractual y en las declaratorias de incumplimiento De conformidad con el artículo 5.1.3 del Decreto 734 de 2012, además de la póliza de seguro, el contratista puede constituir cualquiera de las siguientes garantías a su elección (Pino, 2010): 1) fiducia mercantil en garantía, 2) garantía bancaria a primer requerimiento, 3) endoso en garantía de títulos valores, y, 4) depósito de dinero en garantía y cartas de crédito stand by, las cuales se exponen a continuación para evidenciar porqué a la luz del Título V del la norma en cita no se permite la participación de los garantes de estos mecanismos en el procedimiento sancionatorio contractual y en las declaratorias de incumplimiento. Fiducia mercantil en garantía: el fideico- miso es el contrato por el cual una persona (llamada fideicomitente) transmite otra (llamada fiduciaria) determinados bienes o derechos, para que ésta los administre o invierta en beneficio propio o de un tercero (llamado fideicomisario). En la fiducia mercantil en garantía, los bienes cuya propiedad se transmite a la fiduciaria constituyen un patrimonio autónomo y, en caso de sanción o declaratoria de incumplimiento del contratista, la entidad puede solicitar a la fiduciaria la venta de los bienes fideicometidos para que, con su producto, le pague la sanción o el valor del perjuicio sufrido. En cuanto al derecho de la fiduciaria al debido proceso en caso de incumplimiento del contratista, en el contrato de fiducia se Verba Iuris 29 • pp. 161-180 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 sandra patricia sotelo rojas debe señalar el procedimiento que debe surtirse, pero éste no puede hacer más gravosa la actuación de la entidad contratante y, en todo caso, a la fiduciaria se le debe poner en conocimiento el acto administrativo en firme, sin que le sea admisible discutir la responsabilidad del contratista. Así las cosas, la fiduciaria no debe ser convocada a audiencia del afectado junto con el contratista; nótese cómo la regulación de la efectividad de esta garantía es más acorde con su naturaleza en el derecho civil y comercial, a diferencia de la forma en que quedó regulada la garantía constituida a través de póliza de seguro, la cual no guarda relación con la forma en que opera en el derecho privado. Garantías bancarias a primer reque- rimiento: la garantía bancaria a primer requerimiento es el contrato por el cual un banco (garante), previa solicitud del ordenante, asume el compromiso irrevocable de pagar una suma determinada de dinero a un tercero (beneficiario) con la mera solicitud que éste le haga, adjuntando los documentos que para tal efecto se establezcan y en donde conste la obligación incumplida. Para la ejecución de esta garantía, la entidad deberá efectuar la reclamación por escrito y dentro de la vigencia de la misma, solicitando el pago al banco que haya garantizado la respectiva obligación de cumplimiento del contrato celebrado. En cuanto al derecho de la entidad bancaria al debido proceso en caso de incumplimiento del contratista, en la garantía se debe señalar el procedimiento que debe surtirse, el cual no puede hacer más gravosa la actuación de la entidad contratante y, en todo caso, deberá ponerse en conocimiento del banco el acto administrativo en firme. En consecuencia, la entidad bancaria no solo no debe ser convocada a audiencia del afectado junto con el contratista, sino que tampoco tiene ningún tipo de recurso en contra del acto administrativo, el cual ya debe estar en firme al momento de efectuarse el respectivo requerimiento de pago por parte de la entidad contratante. Frente a esta garantía, el Decreto 734 de 2012 establece dos clases de garantía bancaria a primer requerimiento: 1) el contrato de garantía bancaria; y, 2) la carta de crédito stand by, situación un tanto extraña, debido a que la carta de crédito por sí misma es una garantía personal de cumplimiento y su naturaleza jurídica, aunque no es del todo clara, se ha asemejado a la de la fianza y por ello debería cobrarse primero al deudor de la obligación, lo cual contrasta con el derecho de la entidad de cobrar o al contratista o al garante, toda vez que no tiene la obligación de efectuar el cobro en un orden específico. Endoso en garantía de títulos valores: de conformidad con el artículo 5.2.4.1 del Decreto 734 de 2012 los siguientes títulos valores de contenido crediticio pueden ser endosados en garantía de la seriedad de la oferta: 1) certificados de depósito a término emitidos por una entidad financiera sometida a vigilancia y control de la Superintendencia Financiera; 2) pagarés emitidos por una entidad financiera sometida a vigilancia y control de la Superintendencia Financiera; y, 3) títulos de tesorería (TES). En cuanto al derecho de la entidad financiera al debido proceso en caso de incumplimiento, este mecanismo de cobertura del riesgo es el más especial de todos, pues, Verba Iuris 29 • pp. 161-180 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 169 la participación del garante en el procedimiento sancionatorio contractual la entidad estatal debe expedir el respectivo acto administrativo y solo al vencimiento del título deberá presentarlo para el pago a la entidad emisora. En consecuencia, la entidad financiera no debe ser convocada a audiencia del afectado junto con el contratista y tampoco tiene recurso alguno en contra del acto administrativo; incluso, si la fecha de vencimiento del título no coincide con la de exigibilidad de la obligación a cargo del oferente, deben seguirse las siguientes reglas: 1) si el incumplimiento se presenta antes del vencimiento del título valor, la entidad debe esperar hasta la fecha de redención del título; 2) si el vencimiento del título valor se produce antes de la exigibilidad de la obligación, la entidad pública debe redimir el título y depositar el importe a su nombre en una entidad financiera. Ese depósito se rige por el artículo 1173 del Código de Comercio y durará hasta que cesen los riesgos a que esté expuesta la entidad. Depósito de dinero en garantía: el depó- sito se encuentra definido por el artículo 2236 del Código Civil como el contrato por el cual se confía una cosa corporal (que puede ser dinero) a una persona que se encarga de guardarla y restituirla en especie, pero como garantía contractual se rige por el artículo 1173 del Código de Comercio y debe constituirse ante una entidad financiera a favor de la entidad contratante. En cuanto al derecho de la entidad financiera al debido proceso en caso de incumplimiento del contratista, el procedimiento que debe seguirse no puede hacer más gravosa la actuación de la entidad contratante, por lo tanto, el acto administrativo en firme debe ponerse en conocimiento de 170 la entidad financiera quien, no solo no debe ser convocada a audiencia del afectado junto con el contratista, sino que tampoco tiene ningún tipo de recurso en contra del acto administrativo, el cual debe estar en firme al momento de la reclamación. 4.Razones por las cuales debería vincularse únicamente al contratista en el procedimiento sancionatorio contractual o de declaratoria de incumplimiento Cuando se conculca un derecho de crédito surge la responsabilidad contractual (Ortiz, 2007); ésta se compone de tres elementos: a) un hecho imputable al deudor contractual; b) un daño sufrido por el acreedor contractual; y, c) un vínculo de causalidad entre el hecho imputable al deudor y el daño (Larroumet, 1993). La relación obligacional alberga un deber ideal de conducta en interés del acreedor que se materializa en los comportamientos del deudor (Gómez, 2009), y para saber si se cumplió la obligación, se debe examinar el contenido de ésta y dictaminar si hubo incumplimiento (Pérez, 2012), es decir, aquella inadecuación entre el programa de conducta de la obligación y el hecho realizado (Ghersi, 1994). Muchos autores identifican el daño causado con un derecho efectivo al resarcimiento sin más indagaciones (López, 2009), pero el deudor puede llegar a incumplir por causas naturales, legales o prácticas (Díez-Picazo, 1996), por lo tanto, cuando se presenta una circunstancia capaz de producir una sanción contractual o una declaratoria de incumplimiento, debe adelantarse un procedimiento administrativo con el fin de identificar el Verba Iuris 29 • pp. 161-180 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 sandra patricia sotelo rojas daño, toda vez que debe haber certeza frente al perjuicio y su cuantía (Hinestrosa, 1961) y revisar las circunstancias en que éste tuvo lugar, considerando también, que no es lo mismo declarar el incumplimiento de una obligación de medios que el de una obligación de resultados, pues, en el primer caso, habrá lugar a declarar el siniestro en el marco de la responsabilidad subjetiva, mientras que en el segundo se aplica un régimen de responsabilidad objetiva (Rodríguez, 2009). En tal virtud al único a quien debería vincularse tanto en el trámite de una sanción como en el de una declaratoria de incumplimiento es al contratista, puesto que es evidente que si él es quien está a cargo de la ejecución contractual, es con él con quien se debe discutir el presunto incumplimiento para determinar no solo su existencia sino también si el mismo le es atribuible o no. Esto pareciera una contradicción con la Ley 80 (artículo 4, ordinal 1°), que establece que, para la consecución de los fines perseguidos a través de la celebración de los contratos, las entidades estatales no solo deben exigir al contratista la ejecución idónea y oportuna del objeto contratado sino también a su garante, pero esta norma debe entenderse en relación con el artículo 1110 del Código de Comercio, que le permite al asegurador optar por el pago de la indemnización en dinero, o mediante la reposición, reparación o reconstrucción de la cosa asegurada, lo cual, evidentemente dependerá de la naturaleza del objeto contractual, pues, en muchos casos, éste no coincide con el objeto social de las aseguradoras. En otras palabras, el garante simplemente asegura el cumplimiento de la obligación a través del pago de la indemnización derivada de la sanción impuesta o del siniestro declarado respecto del tomador, quien, por ser el que efectivamente ejecuta el contrato, es el único que debería ser convocado a audiencia en la medida en que él es quien tiene conocimiento de primera mano respecto de las circunstancias de tiempo, modo y lugar de la ejecución contractual, las cuales regularmente no son del dominio de su garante. 5.Razones por las cuales no debería citarse al asegurador a la audiencia del afectado Teniendo en cuenta que el principio de la autonomía de la voluntad permite a los contratantes la utilización de mecanismos de autocomposición en la solución de los conflictos que se presenten en la actividad contractual, la obligación de vincular al garante puede conllevar a que se cite innecesariamente al asegurador, pues, si las partes se ponen de acuerdo para dar solución a las novedades acaecidas, no podrá demostrarse una necesidad real de reparación frente al daño sufrido, como quiera en estos casos no se llegaría a la expedición de un acto administrativo sino a un acuerdo inter partes; y en caso de que no se lograra tal arreglo, el derecho de objeción del asegurador queda garantizado con la notificación del acto administrativo que declare el acaecimiento del siniestro, el cual es susceptible de control gubernativo (recurso de reposición) y judicial (acción contractual), momentos en los cuales resulta más oportuna su intervención en el entendido de que él no es quien participa directamente en la ejecución del contrato, y su función como garante se concreta en el pago de la indemnización ya sea en dinero o a través de la reposición, reparación o reconstrucción de la cosa asegurada. Verba Iuris 29 • pp. 161-180 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 171 la participación del garante en el procedimiento sancionatorio contractual Por otra parte, el ejercicio del debido proceso contractual puede conllevar al retardo del nacimiento de la obligación de pago en cabeza del asegurador, toda vez que implica mayor desgaste administrativo, incluso, a pesar de la oralidad introducida por el artículo 86 del Estatuto Anticorrupción, pues, en la práctica, ha quedado visto que hay aseguradores que utilizan mecanismos como el derecho de petición para que las audiencias del afectado se reprogramen bajo el argumento de la violación al debido proceso, con lo cual los procedimientos resultan más dispendiosos. En este sentido, la única ventaja real de la citación al garante es la notificación de la decisión en estrados, cambio que sí ha generado una ostensible diferencia porque el recurso de reposición debe interponerse, sustentarse y decidirse en la audiencia, lo cual le dificulta al contratista la posibilidad de ponerse al día con sus obligaciones durante el tiempo que toma la Administración para resolver el recurso, práctica que era muy común entre los contratistas quienes, con ello lograban que se configurara la pérdida de fuerza ejecutoria de los actos administrativos por la desaparición de las circunstancias de hecho que motivaban las decisiones. Adicionalmente, el asegurador que paga una indemnización se subroga los derechos del asegurado/beneficiario y ese pago se tiene en cuenta para fijar el importe del valor subrogado (Helperin, 1972), con lo cual se le permite restaurar y mantener su capital industrial en forma idónea para el cumplimiento de sus fines (Soler, 1978), por tal motivo, así el garante resulte condenado al pago de la indemnización, de la multa o de la cláusula penal pecuniaria, jamás perderá la acción en contra de su afianzado para el retorno del valor pagado. 172 Finalmente, teniendo en cuenta que las aseguradoras cuentan con el respaldo de un reasegurador con el cual comparten los riesgos que asumen con el fin de reducir el monto de su posible pérdida, también habría que convocar a la audiencia del afectado al reasegurador, pues, en la lógica de la línea jurisprudencial comentada, él también puede resultar lesionado patrimonialmente en caso de que el garante deba honrar su deber de pago, lo cual resultaría inaceptable. 6.El procedimiento sancionatorio contractual en Chile frente a las garantías del debido proceso en Colombia En Chile, de conformidad con el artículo 11 de la Ley 19.886 del 30 de julio de 20039, la entidad licitante debe requerir la constitución de las garantías que estime necesarias para asegurar, entre otros, el cumplimiento del contrato. Éstas pueden consistir en vales vista, pólizas de seguro, certificados de fianza, depósitos a plazo o cualquier otra que asegure el pago rápido y efectivo (Dirección ChileCompra, 2012), y con cargo a estas cauciones se pueden hacer efectivas las multas y demás sanciones que afecten a los contratistas. En cuanto al cobro de la garantía, de conformidad con el artículo 72 del Decreto No. 250 del 24 de septiembre de 2004 (reglamentario de la Ley 19.886), en caso de incumplimiento de las obligaciones contractuales por parte del contratista, la entidad está facultada para hacer efectiva la garantía de cumplimiento 9 Ley de bases sobre contratos administrativos de suministro y prestación de servicios. Verba Iuris 29 • pp. 161-180 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 sandra patricia sotelo rojas administrativamente, sin perjuicio de otras acciones para exigir el cumplimiento forzado o la resolución del contrato y la indemnización de perjuicios. Sin embargo, en la legislación chilena las garantías del debido proceso han sido más desarrolladas en el área penal que en la civil y en la laboral (Bordalí, 2009); a diferencia de Colombia, en Chile no hay una jurisdicción contencioso administrativa y las controversias del Estado se resuelven ante los jueces civiles, quienes a nivel judicial garantizan el debido proceso con un menor rigor que el que es usual en materia penal. Siendo esto así en el ámbito jurisdiccional, a nivel administrativo esta garantía es aun más limitada, por lo tanto, el cobro de las garantías contractuales se adelanta administrativamente y sin forma de juicio, una vez constatado el incumplimiento (Dirección ChileCompra, 2012), lo cual contrasta con el caso colombiano, en donde, por virtud de la Sentencia proferida por el Consejo de Estado el 23 de junio de 2010, las siguientes garantías integran el debido proceso en las actuaciones administrativas en que se imponga una sanción o carga derivada de la relación contractual: El derecho a ser juzgado conforme a leyes preexistentes al acto que se imputa: el principio de legalidad (de la falta y la sanción) impone un trámite acorde con los procedimientos señalados en la ley, garantía que en materia sancionatoria contractual se materializa así: en tratándose de caducidad, terminación unilateral, modificación unilateral, reversión, liquidación unilateral y declaratorias de siniestro, así como en los poderes exorbitantes y en algunas causales de multa, solo la ley establece los supuestos de hecho y de derecho que las configuran y los contratos en que se incluyen, no siendo posible su aplicación en otros negocios jurídicos, ni bajo otros supuestos. Pero debido a que el ordenamiento civil y comercial, por virtud de la autonomía de la voluntad, permite pactar multas y cláusulas penales a manera de sanción, contractualmente se pueden incluir este tipo de faltas y sanciones, pero siempre de manera “previa”, lo cual implica que los contratantes no pueden arrogarse esta facultad unilateralmente, de lo contrario, violarían el debido proceso. El derecho a ser juzgado ante juez competente: la competencia es la distribución que hace la ley respecto de la jurisdicción (García, García & García, 2008), pero en materia administrativa delimita la función desarrollada por las entidades públicas, y se circunscribe a las atribuciones que les corresponden (Cassagne, 2009). En materia sancionatoria contractual, este concepto guarda afinidad con el principio del juez natural, por virtud del cual, la competencia para imponer una medida coercitiva sobre el contratista debe establecerse previamente (Espitia, 2010), tal como lo exige el artículo 121 de la Constitución, que prevé que “Ninguna autoridad del Estado podrá ejercer funciones distintas de las que le atribuyen la Constitución y la ley”. El derecho a que el procedimiento se adelante con observancia de las formas propias de cada juicio: la Administración está obligada a respetar el ordenamiento jurídico (Rodríguez, 1998) y este derecho garantiza el cumplimiento de esta obligación porque proscribe las sanciones sin fórmula de juicio ya que ello impediría Verba Iuris 29 • pp. 161-180 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 173 la participación del garante en el procedimiento sancionatorio contractual al contratista y a su garante participar y defender sus intereses frente al asunto en debate; si bien, el trámite no debe ser muy complejo, sí se debe analizar y debatir la situación observando los principios de eficiencia, economía y eficacia, antes de adoptar una decisión sancionatoria, lo cual legitima el procedimiento. El principio de favorabilidad: en la aplicación de las normas nuevas deben preferirse las que favorecen al procesado (Martínez, 2006), esta garantía opera en materia sancionatoria contractual, pues, si una cláusula contractual establece una sanción y una ley posterior o un acuerdo de los contratantes reduce o extingue la pena, debe aplicarse el principio de favorabilidad. La presunción de inocencia: las personas deben ser tratadas como inocentes mientras no se declare su responsabilidad, en consecuencia, si la entidad quiere sancionar al contratista debe demostrar que él incumplió sus obligaciones o deberes. La carga de la prueba alberga la necesidad de que las partes aleguen y prueben los hechos respecto de los cuales las normas generan el efecto deseado (Michelli, 2004), y en virtud del principio de necesidad probatoria, el operador contractual debe fundar su decisión “en todas y cada una de las pruebas aportadas al proceso” (Rivadeneira, 2010, p. 25), pues, el fin de la prueba es llegar a la verdad de los hechos para hacer descender sobre ellos el ordenamiento jurídico (Parra, 2011), por ello la Administración debe sustentar su decisión, pues, ante la duda frente a la responsabilidad del contratista, debe mantener incólume la presunción de inocencia que él tiene en su favor. 174 El derecho a la defensa: el derecho de defensa es el núcleo esencial del debido proceso y garantiza que el contratista sea escuchado y pueda controvertir los hechos que se le atribuyen, aportando pruebas e impugnando las decisiones de la Administración (Atehortúa, Hernández & Ospina, 2010; Rivadeneira, 2010). Por su parte, la necesidad de la prueba de los hechos que se imputan es conditio sine qua non de la validez de la decisión administrativa, por tal razón no solo es nula de pleno derecho la prueba obtenida con violación del debido proceso, sino que el operador contractual debe valorar las pruebas, ya que él no es libre de razonar a voluntad, discrecional o arbitrariamente, sino uniendo la lógica y la experiencia para asegurar un certero y eficaz razonamiento (Couture, 1978). Asimismo, el derecho de defensa garantiza que no solo se vincule al contratista sino también a su asegurador (si lo hubiere) pues, a pesar de ser un tercero, la entidad y el contratista tienen una relación contractual con él originada en la póliza y, por lo mismo, puede verse conminado al pago del siniestro. El derecho a un proceso público sin dilaciones injustificadas: la dilación injustificada es la que excede un plazo razonable, en tal virtud, el principio de economía procesal garantiza que la actuación se adelante y decida en forma rápida (López, 1997), pues, ni el procesado ni la sociedad tienen el deber constitucional de esperar en forma indefinida a que se investigue, califique y juzgue una conducta (Bastidas & Ramírez, 2004). Por su parte, la publicidad del proceso se relaciona con la discusión de las pruebas, la motivación del fallo y su publicación toda vez que la justicia Verba Iuris 29 • pp. 161-180 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 sandra patricia sotelo rojas no puede ser secreta (Devis, 2009), por tanto, la regla general del procedimiento es la publicidad de las actuaciones, lo cual garantiza el acceso a la información. El derecho a impugnar la decisión de la administración: en materia contractual, esta garantía se ejerce a través de los recursos de vía gubernativa, particularmente el de reposición, mecanismo de impugnación de los actos administrativos generadores de situaciones jurídicas individuales (Younes, 2007), cuya finalidad es revisar, modificar, revocar, adicionar o aclarar una decisión que afecta al administrado (Palacio, 2010). Asimismo, la decisión de fondo no solo debe tener una parte motiva (fáctica y probatoria) y una parte resolutiva (decisión y monto del perjuicio), sino que la entidad también debe indicar el amparo siniestrado y las personas a cargo del pago de la indemnización (contratista y garante). El non bis in ídem: el derecho a no ser juzgado dos veces por el mismo hecho garantiza que no se fraccione el hecho para darle varias penas (Bernal & Montealegre, 2004), en consecuencia, una misma conducta del contratista no puede generar dos o más sanciones toda vez que con ello se conculcaría esta garantía. Diferente es el caso de la conducta reiterada, pues, si la Administración sanciona al contratista por un hecho, y después lo hace por otro hecho posterior (así sea idéntico al anterior) o en un lapso diferente, no se vulnera este derecho. La culpabilidad de la conducta: formalmente, la culpabilidad corresponde a un juicio de exigibilidad normativa (Velásquez, 2010), es la voluntad dirigida a realizar una conducta (Reyes, 1996), es la “reprochabilidad de la configuración de la voluntad” (Arboleda & Ruiz, 2010, p. 177), pero en las actuaciones sancionatorias contractuales debe analizarse cada caso en particular para determinar si la culpa es o no uno de los elementos a revisar, como quiera que hay sanciones que incorporan la culpabilidad como requisito para deducir la punición, pero otras no. 7.Discusión: un régimen por reformar Con la reforma introducida por la Ley 1150 de 2007 se superó una discusión jurisprudencial que existía en relación con la facultad de la Administración de imponer multas y de hacer efectiva la cláusula penal pecuniaria en los contratos estatales, pero este esfuerzo legislativo fue insuficiente frente al sinnúmero de cuestiones que aún hoy están pendientes por resolver en materia de garantías, entre ellas, el relativo al derecho del garante al debido proceso, pues, si bien resulta acertado que este derecho fundamental se haya elevado a la categoría de principio rector en materia sancionatoria contractual para evitar los abusos de la Administración frente a su contratista, no es coherente que jurisprudencialmente el asegurador se haya hecho acreedor al mismo trato que recibe su afianzado cuando la entidad pretende hacer efectiva la garantía única del contrato, máxime cuando ese trato no es recibido ni por los bancos, ni por las fiduciarias ni por las demás entidades financieras que también están legalmente autorizadas para obrar como garantes. Desafortunadamente, con la reforma introducida por la Ley 1474 de 2011 y con la reglamentación expedida por el gobierno Verba Iuris 29 • pp. 161-180 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 175 la participación del garante en el procedimiento sancionatorio contractual nacional a través del Decreto 734 de 2012, entre el asegurador y los demás garantes se ha generado una nueva de controversia capaz de producir por lo menos dos tendencias entre los operadores contractuales: la de los que sin duda considerarán necesario brindar la garantía del debido proceso vinculando a todos los garantes sin importar si son o no aseguradores, y la de los que solamente considerarán que se actúa en derecho cuando se vincula únicamente al asegurador y al contratista. En este contexto resultará necesaria una nueva reforma al régimen de garantías contractuales, a fin de superar los conflictos que puedan suscitarse en la aplicación práctica de las normas a que se ha hecho referencia en el presente documento y por virtud de las cuales, hoy día debe citarse al asegurador si se quiere lograr que la ejecución de la garantía sea un trámite exitoso. En tal sentido, debe superarse la improvisación con que se ha legislado en materia de garantías, a fin de que su ejecución sea tan efectiva en el derecho público como lo es en el derecho privado. Un buen comienzo sería facilitar a las entidades la selección del mecanismo de cobertura del riesgo de acuerdo con la naturaleza del contrato y el objeto a contratar, decisión que actualmente se encuentra en cabeza del contratista. Aunado a ello, se necesita una reforma que supere las inconsistencias y las desigualdades de trato entre los diferentes garantes autorizados para respaldar el cumplimiento de las obligaciones derivadas del contrato estatal, reforma que no debe consistir en ordenar que se le garantice el debido proceso a todos los garantes sino que ordene una ejecución de las garantías conforme con los postulados de los Códigos Civil y de Comercio para que no haya situaciones contrarias a las reguladas por éstos. 176 8. Conclusiones En los procedimientos para hacer efectiva la garantía única el único a quien debería reconocerse el derecho al debido proceso es al contratista, pues, dada la naturaleza indemnizatoria del contrato de seguro, en donde la razón de la relación entre el contratista y su asegurador en beneficio de la entidad es el surgimiento de un débito a favor de ésta cuando quiera que se cause el siniestro amparado, no resulta pertinente que se convoque al asegurador a la audiencia del afectado y se le garantice este derecho, máxime cuando el mecanismo que le asiste para oponerse a la reclamación es la objeción, que aun antes de la Sentencia del Consejo de Estado del 23 de junio de 2012 y de la expedición del Estatuto anticorrupción ya se reconocía por vía gubernativa y a través suyo se concretaban plenamente varias de las garantías inherentes a este derecho y que fueron enunciadas por el alto tribunal. La garantía constituida a través póliza de seguro debería ser más coherente con la naturaleza y características del contrato de seguro regulado por el Código de Comercio, pues, el régimen de garantías de la contratación estatal es confuso y no brinda toda la seguridad jurídica que debería albergar un tema tan trascendental por su estrecha relación con el cumplimiento de los fines estatales que se concretan en la correcta ejecución del objeto contractual. Aunado a ello, también han sido desafortunados varios pronunciamientos de las altas cortes, lo cual genera confusión y desfavorece el trabajo de las entidades estatales, para quienes, en estas condiciones, se dificulta hacer efectivas las garantías. Así como la naturaleza de los demás mecanismos de cobertura del riesgo no facilita la Verba Iuris 29 • pp. 161-180 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 sandra patricia sotelo rojas oportunidad de que sus garantes participen en la audiencia del afectado, en la cual se concretan varias de las garantías del debido proceso al tenor de la enunciación hecha por el Consejo de Estado, la naturaleza del contrato de seguro tampoco facilita la participación del asegurador en dicha audiencia. Al respecto, es evidente lo desafortunada que fue la providencia de la Sección Tercera cuando ordenó que se le diera el mismo trato tanto al contratista como al asegurador, pues, planteó un trato desigual con los demás garantes autorizados por el régimen de garantías (entidades bancarias, financieras y fiduciarias), quienes no gozan de las mismas prerrogativas de las aseguradoras y no hay ninguna razón de peso para ese trato desigual. Si el régimen de garantías de la contratación estatal permitiera a las entidades estatales exigir el mecanismo de cobertura del riesgo más conveniente para garantizar el cumplimiento de las obligaciones a cargo del contratista, seguramente ninguna solicitaría la constitución de pólizas de seguro, pues, como ha quedado visto, si en las demás garantías no hay que conceder al garante el derecho al debido proceso, qué entidad escogería la póliza de seguro si actualmente, gracias a la jurisprudencia y al Estatuto Anticorrupción, es la que más dificulta la reclamaciones por incumplimiento contractual mientras que en los demás mecanismos de cobertura del riesgo el acto administrativo debe estar en firme cuando se efectúa la reclamación por parte de la entidad, sin que sea admisible la más mínima impugnación de los actos administrativos declarativos del incumplimiento o de la respectiva sanción contractual. La única ventaja práctica de la citación al garante es la notificación de la decisión en estrados, cambio que sí ha resultado importante porque el recurso de reposición debe interponerse, sustentarse y decidirse en la audiencia, lo cual le dificulta la posibilidad de que el contratista se ponga al día con sus obligaciones durante el tiempo que toma la Administración para resolver el recurso, práctica que era muy común entre los contratistas quienes, con ello lograban desarticular la actuación de la Administración a través de la figura de la pérdida de fuerza ejecutoria de los actos administrativos dada la desaparición de las circunstancias de hecho que sustentaban la decisión. 9. Referencias Arboleda, M. & Ruiz, J.A. (2010). Manual de derecho penal (10ª Ed.). Bogotá, Colombia: Leyer. Azula, J. (2011). Manual de derecho procesal parte general, Tomo II (8ª Ed.). Bogotá, Colombia: Temis. Atehortúa, C. A., Hernández, A. & Ospina, J. (2010). Temas en contratos estatales. 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Verba Iuris 29 • pp. 161-180 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 reseña Reseña del artículo de hans kelsen titulado “¿qué es la justicia? Pablo Elías González Monguí Doctorado en Derecho Universidad Externado de Colombia Kelsen inicia realizando la sempiterna pregunta de la humanidad, la que se ha hecho desde Platón hasta Kant: “¿Qué es la justicia?”. No obstante, ahora como entonces, carece de respuesta, no hay una respuesta definitiva y sólo cabe el esfuerzo por formularla mejor. Kelsen señala que la justica es, en primer lugar “una característica posible mas no necesaria del orden social”. En segundo término “constituye una virtud del individuo pues un hombre es justo cuando su obrar concuerda con el orden considerado justo” y de manera abstracta considera que es justo un orden social determinado, “cuando regla la conducta de los hombres de modo tal que da satisfacción a todos y a todos les permite lograr la felicidad”. Kelsen, siguiendo a Platón identifica justicia con la felicidad de los seres humanos en sociedad. Esto obliga a preguntarse entonces ¿qué es la felicidad? Kelsen considera que no puede existir un orden justo que garantice a todos la felicidad. Y antes de decir qué es felicidad, considera que “resulta imposible evitar que la felicidad de uno roce la felicidad del otro”. Por ejemplo: el amor es la fuente primera de felicidad, pero también de desdicha. Dos varones aman a una misma mujer y ambos, con o sin razón, creen que sin ella no serían felices. “No obstante, conforme a la ley -y tal vez conforme a sus propios sentimientos- esa mujer no puede pertenecer más que a uno de los dos. La felicidad de uno acarreará irremediablemente la desdicha del otro. No existe un orden social capaz de dar solución a semejante problema de manera justa, esto es, de hacer que ambos varones sean dichosos”. Otro ejemplo: es preciso designar al jefe de un ejército. “Dos varones se presentan a concurso, pero sólo uno de ellos podrá ser el elegido. No cabe duda que se ha de nombrar aquel que sea más apto. Mas, ¿si ambos fuesen igualmente aptos? Resultaría entonces imposible encontrar una solución justa”. “Por cierto, cuando analizamos la naturaleza desde el punto de vista de la justicia, debemos convenir que no es justa: unos nacen sanos y otros enfermos, unos inteligentes y otros tontos. Y no hay orden social alguno que pueda reparar por completo las injusticias de la Naturaleza”. Si justicia se identifica con felicidad “no es posible la existencia de un orden social justo, si por justicia se entiende la felicidad individual”, como tampoco se procura la “mayor felicidad posible del mayor número posible” de que hablaba Jeremías Bentham. Entendida la felicitada en sentido colectivoobjetivo, significa la satisfacción de ciertas necesidades (alimentos, ropas, morada y otras por el estilo), reconocidas por la autoridad Verba Iuris 29 • pp. 181-185 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 181 reseña social o el legislador. Dichas necesidades merecerán entonces ser satisfechas. Pero “la satisfacción de necesidades socialmente aceptadas no guardan relación alguna con el sentido primigenio del término felicidad, que es profunda y esencialmente subjetivo.” “Por ello ser expresión de un insaciable deseo de felicidad propia y subjetiva, el deseo de justica es primordial y está hondamente enraizado en el corazón del hombre”. El hombre ha tratado de definir lo que es justicia y al interrogante se ha respondido: “Justicia es lo que Dios quiere”, “justicia es lo que corresponde a la naturaleza humana. “Justicia es dar a cada uno lo que le corresponde”, justicia es dar a cada uno lo que merece”, “justicia es tratar a todos por igual”. Kelsen plantea que el conflicto de valores no puede resolverse mediante el conocimiento racional. “La respuesta al problema planteado es siempre un juicio que, en últimas instancia, está determinado por factores emocionales, ostentando, por consiguiente, un carácter altamente subjetivo. Esto significa que es válido únicamente para el sujeto que formula el juicio siendo, en ese sentido, relativo”. Y aunque Kelsen al plantear el tema del conflicto de valores, para su solución lo planteaba en términos de la ponderación (proporcionalidad) desde los sentimientos, la voluntad o lo emocional y no desde lo racional de nuestra conciencia. Además cada individuo tiene su propio sistema de valores. Pero un sistema positivo de valores no es la creación arbitraria de un individuo aislado, sino producto de influencias recíprocas de un grupo dado (familia, reza, clan, casta, profesión) y en determinadas condiciones económicas. Todo sistema de valores, será diferente según el tipo de sociedad en que 182 se genere. Los juicios sobre esos valores serán subjetivos y relativos. “El criterio de justicia al igual que el criterio de justicia , al igual que el criterio de verdad, se manifiesta con harto poca frecuencia en los juicios de realidad y en los de valor”. Hay algunos que tienen un concepto de justicia absoluta de tipo metafísico religioso, y otros de carácter pseudo-racionalista. Definitivamente la razón humana puede concebir sólo valores relativos; “en otras palabras, que el juicio con que juzgamos algo justo no puede osar jamás excluir la posibilidad de un juicio de valor opuesto”. La justicia absoluta no existe y considerar su existencia no es racional. “Desde la perspectiva del conocimiento racional sólo existen intereses humanos y, por consiguiente, conflictos de intereses”. La justicia es relativa y en ningún caso, puede erigirse en absoluta. “El principio ético fundamental subyacente a una teoría relativista de los valores- o inferible de la misma- lo configura el principio de tolerancia, vale decir, el imperativo de buena voluntad para comprender las concepciones religiosas o políticas de los demás, aunque no se las comparta o, mejor dicho, precisamente por no compartirlas, no impidiendo, además, su exteriorización pacífica.” Kelsen comenzó este audio con el interrogante: “¿qué es la justicia”? Pero, al llegar a su fin, se dio perfectamente cuenta que no lo respondió. Pero debe conformarse con la justicia relativa: tan sólo puedo decir qué es para mí la justicia. Para Kelsen la justicia es “aquello bajo cuya protección puede florecer la ciencia y, junto con la ciencia, la verdad y la sinceridad. es la justicia de la tolerancia”. Verba Iuris 29 • pp. 181-185 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 reseña Justicia indígena, plurinacionalidad e interculturalidad en Ecuador Santos Boaventura de Souza y Grijalva Jiménez Agustín (eds.) (2012) , Quito: Abya Yala, Fundación Rosa Luxemburgo, 650 p. Edwin Cruz Rodríguez* Con este título se reúnen los resultados de la investigación dirigida por Boaventura de Souza Santos en Bolivia y Ecuador entre 2010 y 2012, sobre las justicias indígenas en el marco de la adecuación constitucional de ambos estados a los ideales de interculturalidad y plurinacionalidad. En este volumen se presentan los hallazgos para el caso ecuatoriano, coordinado por Agustín Grijalva. La obra está compuesta por cuatro partes, precedidas de un ensayo de síntesis teórica elaborado por Santos y la presentación del proyecto hecha por Grijalva. Cada parte comprende estudios interpretativos y de caso realizados por un equipo interdisciplinar e intercultural. La primera, expone el contexto sociopolítico ecuatoriano, las relaciones entre indígenas y Estado, y las consecuencias del modelo económico extractivista. La segunda, examina las relaciones entre los sistemas de justicia indígena y ordinaria. La tercera, ahonda en esas relaciones en las comunidades, mediante seis estudios de caso. Finalmente, se propone una lectura comparativa entre el caso ecuatoriano y el boliviano. * De acuerdo con Santos, a diferencia del multiculturalismo liberal, que reconoce sistemas de derecho distintos al de la cultura dominante siempre y cuando no interfieran con ella, la interculturalidad consagrada en los textos constitucionales de Bolivia y Ecuador apuesta no sólo por el reconocimiento de la diversidad sino por el enriquecimiento mutuo entre las distintas culturas. Ello enfrenta como principal obstáculo el colonialismo y el racismo, en los medios de comunicación y en las prácticas de la justicia ordinaria. La justicia indígena es reducida a linchamientos, que no hacen parte de sus prácticas, y es vista como un obstáculo al desarrollo basado en la extracción de materias primas. Según Santos, existen cuatro formas de relación entre los sistemas de justicia: negación, coexistencia, reconciliación y convivialidad. Esta última es un deber ser, supone el mutuo reconocimiento y enriquecimiento entre la justicia ordinaria y la indígena, y no puede decretarse; requiere el desarrollo de una cultura jurídica de convivencia que aproveche las formas de coordinación desde abajo que se han ensayado en la historia. Candidato a Doctor en estudios políticos y relaciones internacionales e integrante del Grupo de Investigación en Teoría Política Contemporánea de la Universidad Nacional de Colombia. Verba Iuris 29 • pp. 181-185 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 183 reseña El contexto sociopolítico, descrito en la primera parte, se caracteriza porque aunque la nueva Constitución (2008) consagra los principios de interculturalidad y autonomía en los sistemas de justicia ordinario e indígena, en la práctica existen muchos obstáculos. El colonialismo, la discriminación y el racismo constituyen el ambiente en que se han relacionado ambos sistemas. De ahí prácticas como la criminalización de la justicia indígena, sobre todo cuando se recurre a ella para proteger el territorio, la autonomía indígena y los recursos naturales. El racismo, que pervive en las acciones y la cultura de los operadores jurídicos, impide una relación horizontal entre justicia ordinaria e indígena. Por ejemplo, los jueces de la justicia ordinaria nunca declinan su competencia en favor de las autoridades indígenas cuando corresponde; por el contrario, existe una permanente intromisión en la justicia indígena que ha llevado criminalizar sus procedimientos. La segunda y tercera partes, donde se concentra el trabajo empírico, permiten observar muchas tendencias interesantes de la justicia indígena en Ecuador. En primer lugar, la justicia comunitaria enfrenta presiones internas -el empoderamiento de las mujeres, el cambio cultural promovido por las migraciones, las lógicas político electorales que generan divisiones-, y externas -la disputa con intereses económicos sobre recursos naturales, las lógicas coloniales de la justicia ordinaria o la estigmatización de los medios de comunicación. Esto hace que la justicia comunitaria sea muy heterogénea: las mismas faltas son juzgadas y sancionadas de distintas maneras y por distintas autoridades, dependiendo de la comunidad. La especialización en la 184 administración de justicia es incipiente, pero hay una formalización parcial de las normas comunitarias, pues en todas las comunidades estudiadas se ha producido una transición desde el derecho oral consuetudinario hacia un derecho escrito con normas, estatutos, reglamentos y actas. Ello quiere decir que la justicia indígena es dinámica, se adapta a las presiones internas y externas. Generalmente se recurre a la justicia ordinaria en casos de cierta gravedad, que requieran una investigación sofisticada, o cuando se trata de sujetos externos a la comunidad. En este sentido, existe una especie de subsidiariedad consentida por parte de las comunidades, que conocen de todos los tipos de litigio, pero cuando sus sanciones o los acuerdos a los que llega no son respetados, acuden a la justicia estatal. No obstante, es muy variable el tipo de conflicto interno que se remite a las autoridades de la justicia ordinaria. Depende de las capacidades y la experiencia de la comunidad. Además, en ciertos casos opera cierta racionalidad instrumental que hace que los actores implicados recurran a uno u otro tipo de justicia a fin de maximizar sus beneficios. Empero, lo más frecuente es que los habitantes de las comunidades desconfíen de la justicia ordinaria, a la que consideran corrupta, y ven como una imposición colonial y etnocéntrica del derecho occidental. La última parte del texto ensaya una comparación con el caso boliviano, en cuanto a los mecanismos de coordinación entre justicia indígena y ordinaria. De este ejercicio se extraen como conclusiones principales el que la coordinación entre justicia ordinaria e indígena hace parte de la construcción del Estado plurinacional. Por consiguiente, más allá de una ley, tal coordinación requiere el Verba Iuris 29 • pp. 181-185 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 requisitos para presentación de artículos desarrollo de instituciones interculturales y una cultura pública intercultural. La convivialidad entre ambos sistemas de justicia no necesariamente se construye por la vía legislativa, dado que parte de un proceso de experimentación y aprendizaje. La ley no es suficiente para forjar este tipo de relación y, por el contrario, en ciertos casos puede obrar como un obstáculo. Lo más indicado, de acuerdo a los autores, es dejar su regulación en manos de un órgano jurisdiccional como el Tribunal Constitucional, que esté abierto a la experimentación y pueda lidiar con las contingencias que ella supone, al tiempo que salvaguarda los derechos fundamentales. La composición de estos órganos debería expresar el pluralismo cultural de la sociedad, estar formados por expertos en justicia indígena y ordinaria, que puedan aplicar una lectura intercultural de los problemas y ser capaces de traducción intercultural. En fin, la obra ofrece un panorama muy completo para pensar las relaciones entre justicia indígena y ordinaria en el marco de la transición hacia el estado plurinacional e intercultural, desde una diversidad de perspectivas, desde las clásicas miradas jurídico-políticas, sociológias y antropológicas, hasta aquellas que se plantean desde la teoría feminista. Justamente en este sentido se destaca el diagnóstico sobre la participación de las mujeres en las comunidades indígenas y, particularmente, en la administración de la justicia. De acuerdo a los estudios de caso, existe un creciente empoderamiento de las mujeres indígenas, quienes luchan por recomponer el principio de complementariedad en el interior de sus comunidades. No obstante, aún su presencia en instancias de poder no es paritaria, el rol reproductivo afecta sus posibilidades para aceptar cargos de dirección y la justicia no es imparcial con ellas; por ejemplo, la infidelidad se juzga de manera distinta cuando el acusado es hombre. La preocupación por construir relaciones horizontales y de cooperación entre los sistemas de justicia ordinario e indígena que caracteriza el contexto actual del Ecuador supone la posibilidad de que entre ambos exista reconocimiento y aprendizaje mutuo. En contraste con la discriminación y la injusticia que padecen los indígenas cuando recurren a la justicia ordinaria, la justicia indígena garantiza siempre el debido proceso, incluso mediante procedimientos públicos y participativos avalados por las asambleas de las comunidades. Cabe, entonces, resaltar otro de los hallazgos de la investigación: la justicia ordinaria también tiene cosas que aprender de la indígena. Por ejemplo, ciertas prácticas de la justicia indígena cuestionan la institución carcelaria y el encierro. Los sistemas carcelarios atraviesan crisis que vulneran los derechos humanos y la dignidad del ser humano y no contribuyen a la reparación del daño ni a la resocialización de los individuos. En cambio, la justicia indígena tiene como fin resolver el conflicto intracomunitario, llegando a la reconciliación. Implica restablecer los vínculos que se rompen por una infracción; por eso, la sanción no pretende causar un excesivo sufrimiento, sino restablecer la armonía que una infracción ocasiona a la comunidad. Para eso es necesario incluir el infractor a la comunidad y reparar a la víctima. Por ello, la privación de la libertad no tiene sentido. Verba Iuris 29 • pp. 187-188 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 185 requisitos para presentación de artículos Universidad Libre Sede Principal Instituto de Posgrados Revista Verba Iuris Requisitos para presentación de artículos Presentamos a consideración de la comunidad académica, centros de investigación e investigadores en el campo jurídico y socio jurídico los criterios y requisitos para la respectiva postulación de artículos para su publicación en la Revista Verba Iuris del Instituto de Posgrados de la Universidad Libre, Sede principal. Con el propósito de garantizar calidad y pertinencia de los productos publicados, el comité editorial definió criterios y requisitos que solicitamos sean tenidos en cuenta por los docentes e investigadores interesados en visibilizar su producción a través de esta publicación. 1. Los artículos deben ser producto de proyectos de investigación terminados en el campo jurídico y socio jurídico; inédito y atender una mínima estructura formal que contenga los siguientes elementos: 1. Resumen en español 2. Palabras clave 3. Abstract 4. Key words 5. Introducción 6. Problema de investigación 7. Hipótesis de trabajo 8. Estrategia metodológica 9. Resultados: organizado en capítulos y subcapítulos 10.Conclusiones 11. Fuentes y/o referencias bibliográficas 2. Para su recepción, evaluación y publicación se consideraran artículos de investigación científica o tecnológica, artículos de reflexión y artículos de revisión según tipología que establece Colciencias en el Documento Guía del Servicio Permanente de Indexación de Revistas de Ciencia, Tecnología e Innovación Colombianas. ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA (Documento que presenta de manera detallada los resultados originales de proyectos de investigación. Contiene introducción, metodología, resultados y conclusiones). Verba Iuris 29 • pp. 187-188 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 187 requisitos para presentación de artículos ARTÍCULO DE REFLEXIÓN (Documento que presenta resultados de investigación desde una perspectiva analítica, interpretativa o crítica del autor, sobre un tema específico, recurriendo a fuentes originales). ARTÍCULO DE REVISIÓN (Documento resultado de una investigación donde se analizan, sistematizan e integran los resultados de investigaciones publicadas o no publicadas, con el fin de dar cuenta de los avances y las tendencias de desarrollo. Cuenta con una cuidadosa revisión bibliográfica de por lo menos 50 referencias). En ese marco los artículos, como producto de proyectos de investigación, deberán tener un suficiente sustento carácter teórico y/o empírico según el caso y la respectiva fundamentación de carácter bibliográfico. Las citas bibliográficas tienen que hacerse de acuerdo con las normas nacionales e internacionales vigentes (APA). 3. Se deberá acreditar el nombre del proyecto del cual es producto el artículo, grupo de investigación e institución que lo avala y financia; los investigadores responsables del artículo con su formación académica y tipo de vinculación institucional. Dicha información se consignará en la primera página a pie de página. 4. Extensión máxima de 20 a 30 páginas, presentación en Word, papel carta, letra Arial 12 a espacio y medio. 5. Evaluación y Arbitraje externo: se publicaran los artículos que reúnan requisitos académicos establecidos, que tengan concepto favorable concepto favorable del Árbitro o Par Evaluador externo y del Editor. Una vez se apruebe la publicación del artículo el autor deberá remitir carta a la dirección de la Revista autorizando su publicación. 6. Los artículos podrán ser remitidos a los siguientes correos electrónicos: [email protected]; [email protected]; mariateresaboterogomez@ yahoo.es; [email protected] INFORMACIÓN: Centro de Investigaciones Socio Jurídicas, Universidad Libre, Sede principal (Calle 8° No 5-80. Teléfono 382 10 40) Editores 188 Verba Iuris 29 • pp. 187-188 • Enero - junio 2013 • Bogotá D.C. Colombia • ISSN: 0121-3474 Verba Iuris Suscripción por 2 números Nombre: Profesión: Dirección: Ciudad: País: Teléfono: Celular: Correo Electrónico: