Pastoral de Espiritualidad LECTURA ORANTE DE LA PALABRA EVANGELIO DE SAN MATEO 17, 1-9 Domingo 16 de Marzo de 2014 2º de Cuaresma PRESENTACIÓN.- Los invito a seguir la caminata personal y comunitaria, que nos invita al encuentro con el Resucitado. Este tiempo que iniciamos, un año con muchos trabajos, compromisos, proyectos y nuevas propuestas. Es el gran tiempo del silencio interior, el ruido de la vida cotidiana no nos deja entrar en nuestra vida personal, para cargar la vida, sintonizarnos con la energía de liberación y cambio por un mundo más justo y lleno de vida nueva. La vida en abundancia debe crecer en la vida personal, comunitaria y social. Abracemos la Palabra de Dios, acojámosla desde el corazón y la conciencia, para dar nuevos frutos para esta hora de la vida. Es posible que seamos tentados por las “tiendas” de la seguridad, del poder, el consumo y la indiferencia. Es una linda oportunidad para discernir el querer de Dios. La lectura nos va dando a conocer la intervención de Dios, en la historia y en la liberación de su pueblo. El encuentro es la altura del monte, es el encuentro en la otra realidad, la realidad de Dios, es el espacio y tiempo de Dios, que al Hijo se da a conocer. Comunión de realidad de Dios, para la gloria del Hijo; gloria de Cruz y de Resurrección. Al séptimo día, Dios llamó a Moisés “desde la nube” (Éxodo 24, 15-16), Elías se encontró con el Señor en la misma montaña (1Reyes 19,8-9). La montaña y la nube representan lugar de encuentro, casa y hogar de Dios. Dios coloca en el centro a Jesús, es la nueva vida y la nueva forma de hacer presencia del Reinado de Dios. Es el tiempo y la hora de escuchar a Jesús. ORACIÓN DE INICIO “Ven Espíritu de la Verdad, tú que procedes del Padre y del Hijo, y que hablaste por medio de los Profetas, ven a nuestras vidas y revélanos el sentido de las Escrituras. Tú que eres Espíritu de Vida, haz que el texto bíblico se convierta para nosotros en Palabra viva y liberadora, que produzca en cada persona la adhesión y el seguimiento de Jesús para la construcción del Reino de Dios. Amén”. LECTURA.- ¿Qué dice el texto de san Mateo 17, 1-9? Empecemos a ver y a ver en profundidad, sumergirse en el pozo de la Palabra de Dios, a inundarnos por la fuerza de la voz de Dios. 1Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte alto. Los reúne y los lleva a un lugar de encuentro y silencio, los saca de sus afanes. 2A la vista de ellos su aspecto cambió completamente: su cara brillaba como el sol y su ropa se volvió blanca como la luz. La intervención del Dios de Jesucristo, empieza a revelar al Hijo. En este encuentro comunitario, Jesús se va dando a conocer progresivamente, es una manifestación pedagógica del Maestro. Un sol que nace para todos y sin exclusión, la transparencia del encuentro y la manifestación de la Luz, que ilumina y muestra el camino para los seguidores del Dios de Jesús. 3En seguida vieron a Moisés Elías hablando con Jesús. La fuerza de la Ley y la voz de los profetas, manifiestan la gloria del Hijo, el Cristo de la Buena Noticia. Unen el Antiguo Testamento, con la novedad del Nuevo Testamento. Presentan la continuidad, transformación, novedad y cambio, es la nueva voz de Dios que se manifiesta en el Hijo. El protagonismo es de Jesús y su proyecto del Reino de Dios. 4Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: “Señor, ¡qué bueno es que estemos aquí! Si quieres, levantaré aquí tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.”La humanidad de Pedro, la inmediatez, la solución fácil, no mira más allá. Le es difícil descubrir la caminata de Jesús, el rumbo, no se da cuenta del nuevo camino de la pasión, la Cruz y la gloria de la Resurrección. Pedro, como que quisiera detener el tiempo, pero el tiempo y el espacio de Dios, se da a conocer al Hijo Amado. 5Estaba Pedro todavía hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y una voz que salía de la nube dijo: “¡Este es mi Hijo, el Amado; éste es mi elegido, escúchenlo!” Dios es el Señor de la Historia, él manifiesta toda su predilección a su Hijo Amado. El camino para llegar al Padre, es la novedad de Jesús, que manifiesta la fuerza del Reino de Dios y su Justicia. Escuchar Jesús y escuchar la realidad cotidiana, para transformarla y amarla. 6Al oír la voz, los discípulos se echaron al suelo, llenos de miedo. 7Pero Jesús se acercó, los tocó y les dijo: “Levántense, no tengan miedo.” 8Ellos levantaron los ojos, pero ya no vieron a nadie más que a Jesús. El miedo inmoviliza, despersonaliza, deshumaniza y anula la vida. Jesús se les acercó y tocó, Jesús entra en su vida, el abajamiento del Maestro lleva en sí mismo dignidad y los insta a levantarse y a vencer el miedo. Los discípulos logran ver el cielo y la tierra nueva en Jesús. Van descubriendo nuevos aprendizajes a la luz del Maestro. 9Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: “No hablen a nadie de esta visión hasta que el Hijo del Hombre haya resucitado de entre los muertos.” Los invita al silencio activo y comprometedor, al discernimiento y al aprendizaje. Se les va enseñando a través de una metodología participativa. Ellos en el caminar con Jesús, van descubriendo el rostro de Dios y escuchando la voz del Padre. La Cruz y la Resurrección se besan y dan vida en abundancia. Preguntas para profundizar: ¿Qué destacas o subrayas del texto? ¿Quiénes participan en este relato? ¿Qué voces descubres en la lectura? ¿Quién llama a escuchar al Maestro? ¿Qué miedos descubres en los amigos de Jesús? ¿Quién se abaja y coloca al centro la dignidad humana? MEDITACIÓN.- ¿Qué me dice o nos dice el texto para nuestra vida? Este relato de la Palabra de Dios. ¿Qué caminos me quiere mostrar? ¿Qué quiere comunicarnos Dios a través del texto? ¿Estoy preparado para saborear la Buena Noticia? ¿Escucho la voz del Evangelio? ¿Qué descubro en el texto para mi vida? ¿Busco zona de seguridad que excluye a otros? ¿Es la globalización la tienda de seguridad para este tiempo? ¿Qué otras zonas de seguridad me construyó a mi manera? ¿Cuáles? ¿Qué espacios o tiendas estoy construyendo y que margina a otros? ¿Dónde encuentro seguridad, paz, justicia y la solidaridad? ¿Descubro en el Evangelio el cielo y tierra nueva para este tiempo de globalización deshumanizante? ¿Estoy dispuesto a escuchar al Hijo amado en clave de las Bienaventuranzas? El Hijo amado que nos invita a seguir el Padre: ¿Cuestiono y reviso mi vida como sal, luz y levadura en la realidad cotidiana? ¿Qué me hace decir la gloria de Dios que pasa por la cruz y libera en la Resurrección? ¿Mis miedos son al interior de mi vida de Iglesia o de la Iglesia en el mundo? ¿Qué miedos intra-eclesiales me paralizan y pido a Jesús que me levante? ¿Revísalos? ¿Qué mensaje descubro en el texto? ¿Qué cambios descubro para mi vida personal? ORACIÓN.- ¿Qué le respondo al Señor luego del regalo de su Palabra? En los pasos anteriores (Lectura y Meditación) seguramente ha sido empapada con la oración. Una actitud orante para leer la Palabra de Dios y un clima de oración para escuchar la voz de la Palabra. Todo lo que ha sido leído y meditado, se transforma en oración: “El Señor me ha abierto el oído, y yo no me resistí ni me eché atrás” (Isaías 50, 5) Señor de la vida, acompañante de la vida cotidiana, fuerza de la mirada y compromiso creyente, anímame a valorar los espacios de encuentro con la Palabra, para ser testigo de la Palabra. Dios de la Misericordia, ábreme los ojos para hacer una lectura actualizada del Evangelio y comprometerme con los que más sufren y humildes. Libérame de la seguridad del mercado, que todo lo transa y vende. Rescátame de la globalización que deshumaniza. Dios de la esperanza, libérame para servir y caminar por la ruta del Reino de Dios y su justicia. Ábreme los oídos, para escuchar la voz del Evangelio, para ser sal, luz y levadura en la vida familiar, social y comunitaria. CONTEMPLACIÓN.- Dejo al Señor que me hable y me ame La contemplación nos hace descubrir que Dios no está ausente de la vida personal, familiar, social, del trabajo y la sociedad. La Palabra de Dios, va llenando mi vida y los vacíos que tengo. El Cielo y Tierra nueva, descubiertos, me llaman a ver distinto, a discernir desde la voz del Evangelio y al compromiso por el Reinado de Dios. La Palabra de Dios, ilumina, da sentido a mi vida. Cómo relaciono las tres tiendas y las construcciones de este tiempo que nos invitan al poder y al tener. ACCIÓN.- Y ahora ¿Cómo hago vida esta Palabra? ¿Qué frutos estoy dispuesto a dar y promover? ¿A qué acciones concretas me invita el Señor? ¿Qué frutos para la vida, para la solidaridad, para la justicia, la paz y la libertad? ORACIÓN DE ENVÍO.- Finalizamos nuestra Lectura Orante, con la oración del Padre Nuestro.