312-2012 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las once horas con cincuenta y dos minutos horas del día diez de enero de dos mil catorce. El presente proceso constitucional de hábeas corpus promovido a su favor por el señor Norberto Antonio Hernández Meléndez, condenado por el delito de estafa agravada, contra actuaciones del Juzgado Octavo de Instrucción de San Salvador, Tribunal Segundo de Sentencia de San Salvador, Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de San Salvador, Equipo Técnico Criminológico de la Penitenciaría Central La Esperanza y Consejo Criminológico Nacional. Analizado el proceso y considerando: I. El peticionario ha planteado los reclamos siguientes: 1. "...El testigo criteriado (...) rindió una declaración cual fuere presentada (...) la señora Juez decide llevar a cabo la Audiencia Preliminar misma en la cual la parte fiscal ofreció una ampliación de la declaración de dicho testigo (...) Declaración de ampliación finalmente aceptada de oficio por la Señora Juez. Momentos de declaración de dicho testigo en los cuales no se tomó en cuenta a mi defensa técnica y menos a mi persona violentando con ello el debido proceso, la legalidad de la prueba y mi derecho a estar y o participar en la toma de la declaración de un testigo cual finalmente es en vista pública una prueba de carácter decisivo para el fallo emitido por el tribunal Sentenciador basando su fallo en Prueba Ilícita..." (sic). 2. "...yo he solicitado [al Equipo Técnico Criminológico de la Penitenciaría Central La Esperanza] progresión a fase de confianza en distintas oca[s]iones sin tener a la fecha una respuesta verbal y menos escrita del motivo por el cual no soy ubicado en dicha fase (...) como la de confianza y semilibertad (...) fases en las cuales (...) un interno recupera su libertad paulatinamente por periodos de tiempo..."(sic). 3. "...pese a solicitar al Con[s]ejo Criminológico Nacional y al mismo Juez de Vigilancia competente, me sea aplicado lo referente a la redención de la pena que la ley contempla en el art. 105-A L. P., según el cual yo podría redimir mi pena mediante del trabajo, a razón de dos días de pena por un día de labor a quienes solicité mediante escritos y de los cuales pasados seis meses no me han notificado de resolución alguna, violentando con ello (...) mi derecho a ser informado y a que como trabajador me sean otorgados los beneficios de ley, con incidencia en mi libertad por no aplicar la redención haciendo con ello, que la pena se prolongue y no goce de beneficio alguno cuales son derechos como interno..."(sic). II. De conformidad con la Ley de Procedimientos Constitucionales se nombró jueza ejecutora a Jacqueline Magali Merino Joya, quien en su informe rendido a esta sala señaló que se apersonó a la sede del Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de esta ciudad, autoridad judicial a cuya orden se encuentra el ahora favorecido y según lo verificado en el expediente concluyó: "...constan en los anexos de estas diligencias, si existe respuesta de parte de las autoridades demandadas en cuanto a las solicitudes hechas por el interno (...) de igual forma existe respuesta emitida por las autoridades competentes, principalmente el Consejo Criminológico Nacional y el juzgado [penitenciario] (...) no ha lugar el habeas corpus..."(sic) (mayúsculas y negrillas suprimidas). Con su informe adjuntó la certificación solicitada por esta sala. III. Las autoridades involucradas a requerimiento de este tribunal, rindieron su respectivo informe, así: 1. El Juzgado Octavo de Instrucción de esta ciudad, mediante oficio 1812 de fecha 16/9/2013 respecto a la declaración del "testigo criteriado", afirmó: "...esta sede en ningún momento tomo un anticipo de prueba de declaración de testigo, como se ha mencionado, sino como ya se ha explicado en detalle esta sede judicial autorizó un criterio de oportunidad a favor del imputado Billy Henri Ibarra Iraheta para que rindiera su testimonio en vista pública, bajo principios de inmediación, contradicción y oralidad..." (sic). 2. El Tribunal Segundo de Sentencia de San Salvador, en oficio número 1414-2 de fecha 16/9/2013 recibido el 19 de ese mismo mes y año, se limitó a señalar que en la audiencia de vista pública aparece —en el acta— la prueba testimonial y documental que se incorporó la cual es analizada y valorada en la sentencia respectiva. 3. Mediante oficio número 14047 de fecha 17/9/2013 el Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de esta ciudad expuso que en el expediente del interno Norberto Antonio Hernández Meléndez se encuentra escrito recibido el 15/4/2012 en el que solicita se le realice el cómputo de la pena; posterior a esta constan dos solicitudes más en las que respectivamente requiere rectificación de su cómputo y la otra relativa a que se le cambie la alimentación que se le brinda por parte de la administración penitenciaria y se le permita ingresar alimentos. Dichos escritos afirmó fueron resueltos; lo relativo al cómputo, se le informó que este no podía ser rectificado pues las disposiciones legales a las cuales aludía el peticionario no le eran aplicables, y en cuanto al segundo requerimiento se le hizo saber que esa sede judicial no puede controlar el ingreso de alimentos a un centro penitenciario pues ello depende de las autoridades administrativas penitenciarias, tales resoluciones le fueron notificadas como se puede verificar en el expediente, aseveró. Indicó que también recibió —sin indicar en qué fecha— escrito de parte del interno en el cual éste hacía del conocimiento el tiempo de horas laboradas, a efecto de que se le redimiera su pena, requiriendo que se pidiera el respectivo informe a la autoridad competente. Solicitud que fue declarada no ha lugar, la cual fue apelada por el interno y se revocó tal decisión por lo que se ordenó la realización de nuevo cómputo. Concluyéndose en una rectificación del cómputo respectivo con aplicación de las horas laboradas. 4. El Consejo Criminológico Nacional mediante oficio 1410/2013 de fecha 13 de septiembre del presente año, se limitó a remitir documentación relativa al proceso realizado para emitir constancia de las horas laboradas por el interno. 5. La Subdirección Técnica de la Penitenciaría Central "La Esperanza", rindió informe respecto a la intimación efectuada al Equipo Técnico Criminológico del citado reclusorio, y así mediante oficio 1929-02-SDT de fecha 18 de septiembre del presente año, en lo pertinente expuso que el favorecido había presentado varios escritos en los que solicitó progresión a fase de confianza en las siguientes fechas:14/II/2011, 3/2/2012 y se realizó evaluaciones el 15 de febrero de ese mismo año; luego, presentó escrito el 21 de septiembre también de ese año evaluándose el 6 de noviembre del año mencionado. Posterior a ello, a requerimiento de este tribunal, informó mediante oficio número 244602-SDT, de fecha 14/11/2013 que, "no se remite resoluciones por medio de la cual se le da respuesta a los internos por peticiones que presentan, ya que por la falta de recursos humano y la cantidad de privados de libertad que asciende a más de 5000 internos no se realiza ese procedimiento de manera inmediata (...) si se atienden las peticiones hechas por los mismos..." Todas las autoridades remitieron la documentación a la que aludieron en sus respectivos informes. IV. En este estado, debe acotarse que esta Sala para los efectos de determinar si ha existido violación constitucional a los derechos reclamados en este proceso constitucional, se servirá de la normativa procesal derogada —entre otras— en atención a que el proceso penal en el cual se alega ocurrieron tales transgresiones, inició antes de la entrada en vigencia de la actual normativa procesal penal, ello de conformidad con el artículo 505 del Código Procesal Penal. V. 1. En cuanto al primer reclamo relacionado en el considerando I de esta resolución, es de aclarar que esta sala en el auto mediante el cual ordenó el diligenciamiento respectivo consignó que el peticionario se quejaba de la realización de un anticipo de prueba consistente en la declaración de un testigo criteriado; sin embargo, en su propuesta el pretensor hace alusión únicamente a la existencia de una declaración de un testigo criteriado que fue rendida sin la presencia de su abogado defensor, lo cual no le permitió controvertirla, y que en esa forma fue admitida de oficio por el juez instructor como prueba y ha servido de fundamento para condenarlo en la audiencia de vista pública; siendo en dichos términos que esta sala tiene por fijado el reclamo. 2. De modo que, en el presente caso se cuestiona la pena de prisión impuesta por el referido tribunal de sentencia la cual ya se está ejecutando cuando se promovió este proceso constitucional. Al respecto hemos de mencionar, que la jurisprudencia de esta Sala —v.gr. resolución HC 397-2011, de fecha 15/2/2012, entre otras— exige el cumplimiento de una de las dos condiciones que habilitan conocer excepcionalmente de un caso en el que exista cosa juzgada, referidas a: 1) cuando durante la tramitación del proceso se invocó el derecho constitucional; y 2) cuando en el transcurso del proceso no era posible la invocación del derecho constitucional violado; a efecto de determinar si el diseño del proceso en el que se alega ha ocurrido la violación constitucional, puede verificarse el agotamiento efectivo de todas las herramientas de reclamación que dicho proceso prevé; o si la configuración legal o el desarrollo del proceso dentro del cual se produjo la vulneración de la categoría constitucional señalada, impidió la utilización de cualquier mecanismo procesal orientado a reclamar sobre la vulneración que en esta sede se alega. En ese sentido también se ha sostenido que: "...la configuración legal del recurso de casación indiscutiblemente limitan los reclamos que pueden plantearse ante la Sala de lo Penal, impidiendo la revisión integral de las decisiones que, según los agraviados, les han afectado (...) para tener por utilizados los mecanismos idóneos de reclamación de la violación constitucional que provee el proceso penal vigente, no es necesaria la interposición del recurso de casación y por lo tanto no debe exigirse su empleo más aún cuando, en casos como el presente, es el único recurso que puede plantearse en contra de una sentencia definitiva que todavía no ha adquirido firmeza". Al verificar los pasajes respectivos del proceso penal se ha constatado que la única prueba relacionada con la persona Billy Henry Ibarra Iraheta, a quien se le autorizó el otorgamiento de criterio de oportunidad, que consta fue admitida de manera oficiosa en el auto de apertura a juicio de fecha 2/2/2009 dictado por el Juzgado Octavo de Instrucción de esta ciudad, y, que posteriormente fue valorada en la sentencia respectiva por el tribunal sentenciador, es el testimonio que éste rindió en la correspondiente vista pública realizada en contra del acusado Hernández Meléndez y que finalizó el 29/4/2009. Es decir, que se viene a objetar una prueba que precisamente fue producida en la audiencia de vista pública y que fue valorada en la sentencia respectiva contra la cual solo podía oponerse, según la normativa aplicable, recurso de casación. Por tanto, dado que el caso sometido a control es análogo al precedente jurisprudencial citado en líneas que anteceden, pues es una prueba que se podía cuestionar concretamente, dado el momento de su producción, solamente a través de recurso de casación, en atención al principio stare decisis es procedente efectuar el análisis de lo propuesto, no obstante exista sentencia condenatoria pasada en autoridad de cosa juzgada. Es imprescindible aclarar que el presente proceso constitucional inició con posterioridad a la firmeza de la sentencia definitiva contra la cual se reclama haber violaciones constitucionales, pues según el propio peticionario la Sala de lo Penal de esta Corte rechazó el recurso de casación interpuesto en contra de dicha decisión. 3. A. El derecho de defensa comprendería la facultad de intervenir en el procedimiento penal abierto en contra de una persona y donde se decide una posible reacción penal en contra de el, llevando a cabo todas las actividades necesarias para poner en evidencia la falta de fundamento del ejercicio del poder penal del Estado o afirmar cualquier otra circunstancia que lo excluya o lo atenúe. Así lo establece el artículo 12 de la Constitución: "Toda persona a quien se impute un delito, se presumirá inocente mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley y en juicio público en el que se le aseguren todas las garantías necesarias para su defensa (…) Se garantiza al detenido la asistencia de defensor en las diligencias de los órganos auxiliares de la administración de justicia y en los procesos judiciales, en los términos que la ley establezca." Este derecho, en términos generales, implica que toda persona objeto de imputación ante una autoridad judicial o administrativa se presume inocente y debe asegurarse que el proceso se instruya con todas las garantías necesarias para ejercer su defensa —v. gr. resolución de HC 852008 de fecha 4/03/2010—. El citado artículo doce de la Constitución establece en su inciso tercero que se garantiza al detenido la asistencia de defensor en las diligencias de los órganos auxiliares de la administración de justicia y en los procesos judiciales, dicha disposición se remite a la legislación secundaria a efecto de darle positividad a tal derecho, al enunciar: "en los términos que la ley establezca" –v. gr. resolución de HC 80-2009 de fecha 15/07/2010-. B. La prueba prohibida, ha sido definida por esta sala en su jurisprudencia, como aquella que se obtiene con infracción de derechos fundamentales; de ello se advierte, que esta constituye un límite al poder punitivo del Estado, y adquiere un doble carácter negativo: por un lado, su prohibición constitucional; y, por el otro, su ineficacia procesal; la primera, en atención a que la investigación y penalización de un delito no puede hacerse mediante una violación a normas constitucionales, sino que debe ser en total respeto de los derechos y garantías fundamentales; pues solo así se evitará que estos se tornen letra muerta en la Constitución; y, la segunda, referida a la no producción de efectos jurídicos por haberse obtenido –la prueba– en contravención a lo establecido en la Constitución; y es que si bien existe dentro del proceso penal el principio de libertad probatoria –según el cual dentro de este, todo se puede probar y por cualquier medio– el mismo no autoriza a los agentes del Estado a proceder a la recolección de prueba en transgresión a derechos fundamentales o garantías constitucionales. De lo anterior se puede afirmar, que dos son las consecuencias de la prueba prohibida; la primera es la conocida regla de exclusión, según la cual, no puede introducirse en el proceso un hecho descubierto o una declaración realizada vulnerando los derechos constitucionales; y la segunda es el efecto reflejo de la prueba prohibida, que establece que los elementos de prueba que se hayan obtenido legalmente, pero que se derivan o producen de una prueba obtenida en violación a derechos fundamentales o garantías constitucionales, estarán contaminados con la violación originaria, por lo que tal prueba "formal y legalmente válida" será viciada en su origen y por tanto prohibida su utilización y valoración. (Resolución de HC 144-2008 de fecha 6/7/2011). 4. A. En el caso concreto, se tiene como se dijo, que en auto de apertura a juicio de fecha 2/2/2009 dictado por el juzgado de instrucción respectivo, de manera oficiosa y de conformidad con el artículo 320 numeral 10 del Código Procesal Penal tal autoridad admitió el testimonio del ahora testigo criteriado Billy Herny Ibarra Iraheta para ser rendido en la correspondiente audiencia de vista pública. Posterior a tal situación, se ha verificado que en el acta de la citada audiencia de juicio — la cual finalizó el 29/4/2009— el imputado, a quien se le otorgó criterio de oportunidad, Billy Henry Ibarra Iraheta rindió su testimonio en esa calidad de testigo criteriado, siendo interrogado según se consignó por: "la representación fiscal (...) la defensa y el Tribunal..." Dicha prueba es valorada por el tribunal de sentencia en el pronunciamiento emitido el 7/5/2009. B. A partir de tales datos, esta sala ha constatado que, al momento en que la persona beneficiada con dicho criterio de oportunidad rindió su testimonio sí estuvo presente la defensa técnica del imputado, asistiéndolo, quien a su vez interrogó al citado declarante, pudiendo controvertir la aludida prueba que fue producida concretamente en la vista pública y con la presencia de las partes. Y es que si bien se advierte en el expediente judicial respectivo, que el mencionado "testigo criteriado" rindió una entrevista en sede policial con fecha 24/11/2008; no obstante ello, de lo que consta en el auto de apertura a juicio esta no fue admitida como prueba, pues aunque en la audiencia preliminar la entidad fiscal solicitó "vía incidental", una ampliación de dicha "entrevista" tal solicitud fue rechazada por la autoridad judicial en virtud de que dicha persona ya ostentaba, para ese entonces, la calidad de testigo criteriado por lo que cualquier diligencia relacionada con este debería ser tomada con previa citación de las partes, aseveró el juez de instrucción mencionado, en esa ocasión. De modo que, contrario a lo expuesto por el pretensor, la ampliación de dicha declaración no fue aceptada como prueba. Así, la única declaración que se tiene de la persona a quien se le otorgó el citado criterio de oportunidad que sirvió de fundamento en la sentencia condenatoria fue la rendida en la correspondiente audiencia de vista pública en la cual estaba presente la defensa técnica del imputado quien pudo intervenir en esa ocasión y controvertirla; además dicha prueba fue obtenida conforme al procedimiento dispuesto en la ley para personas que ostentan la calidad mencionada y deban rendir su declaración. Consecuentemente, se ha determinado que la incorporación y valoración de aquella en la decisión que restringe el derecho de libertad del favorecido no ha ocasionado una vulneración al derecho de defensa de éste con incidencia en su derecho de libertad; y por tanto deberá desestimarse la pretensión en este aspecto. VI. 1. En cuanto a las solicitudes que se afirma han sido efectuadas ante el Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de esta ciudad y el Consejo Criminológico Nacional, relativas a la redención de su pena por trabajo penitenciario realizado y que consecuentemente se rectifique el cómputo de su pena —reclamos referidos en los números 2 y 3 del considerando 1 de esta decisión— es de señalar, que lo propuesto está relacionado con el hábeas corpus de pronto despacho con el que se pretende que ante la falta de contestación o el retraso de una resolución, informe o cualquier providencia que se espera le genere beneficios a la persona interesada e incidida en su libertad, que la contestación a ellos efectivamente se produzcan, ya que si bien no hay certeza de conseguirse el restablecimiento de la libertad personal, se logra una respuesta sobre lo requerido. Lo anterior, como se ha señalado en la resolución FIC 184-2009 de fecha 27-102010, entre otras. 2. En la certificación de los pasajes remitidos a esta sala se tiene, que el día 19/11/2012 el juzgado de vigilancia mencionado, tuvo conocimiento de un requerimiento concreto efectuado por el favorecido, concerniente a que le fuera aplicado la "redención de la pena" por trabajo penitenciario que había realizado, y solicitó se pidiera informe de ello a las autoridades competentes —el consejo criminológico citado— para que, consecuentemente, se procediera a la rectificación del cómputo de su pena. Al respecto se advierte que tal petición se realizó en esa sede judicial el mismo día en que se promovió el presente proceso constitucional ante esta sala -19/11/2012—, de tal forma, que al momento en que el pretensor viene a reclamar que no se le había dado respuesta a su solicitud y atribuye ello a dicha autoridad, esta no había tenido conocimiento de su existencia sino hasta ese mismo día, siendo por tal razón que no puede atribuírsele una omisión en ese sentido. Aunado a ello, tampoco pudo acontecer una dilación en la resolución de la misma ya que a ese momento no había transcurrido el plazo —tres días— que, de manera general, prevé el Código Procesal Penal para que la autoridad judicial responda las solicitudes que se le presenten, que en peticiones de esa naturaleza conllevaría a que la autoridad demandada requiriese la constancia de los días laborados a la entidad que lleva ese control lo cual indefectiblemente necesitaría más de ese plazo para obtener el citado informe; posterior a ello, de ser lo procedente, se debería rectificar el cómputo de su pena, a efecto de que se le redima su pena. De lo anterior, es posible colegir que no se generó un perjuicio constitucional, a partir del proceder de dicha autoridad judicial. Por tanto, se ha determinado que el citado juzgado penitenciario, no ha vulnerado el derecho de petición con incidencia en el derecho de libertad del favorecido; por lo cual la pretensión deberá desestimarse. 3. No obstante ello, y durante la tramitación de este proceso, tal petición fue contestada por la citada autoridad judicial mediante resolución del 29/11/2012 y notificada al interno Hernández Meléndez el día 11/1/2013, a través de auxilio solicitado al centro penitenciario en el cual se encuentra recluido, circunstancia afirmada por éste mismo en escritos posteriores que constan agregados al expediente. Lo anterior, pues la constancia de los días laborados que alude el favorecido en el requerimiento vinculado a este hábeas corpus, ya había sido emitida por el Consejo Criminológico Nacional al Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de esta ciudad mediante oficio 0619/2012 el día 23/4/2012. De modo que, ya se había hecho del conocimiento los datos de sus días laborados ante la autoridad judicial competente para determinar la rectificación de su cómputo. VII. 1. Con relación a las solicitudes que el favorecido asegura haber realizado ante el Equipo Técnico Criminológico de la Penitenciaría Central "La Esperanza" acerca de de ser evaluado para ser propuesto a fase de confianza y poder obtener en dicha fase "periodos de libertad", es de indicar que esta sala ha sostenido —verbigracia resolución HC 229-2013, de fecha 23/10/2013— , en reclamos como el presente, que si bien, la concreción de la obtención de cuotas de libertad o de la libertad misma en las diferentes fases de ejecución de la pena, de acuerdo a la ley, está directamente relacionada con la conducta demostrada por el interno en el régimen penitenciario, sin embargo, en esa misma concreción adquiere incidencia las funciones de diferentes autoridades, entre ellas el Equipo Técnico Criminológico, que tiene la facultad, entre otras, de evaluar al interno, proponer su ubicación en las diferentes fases ante el Consejo Criminológico Regional y a su vez, el Consejo Criminológico Regional, pues constituye la autoridad decisora respecto a la ubicación en las diferentes fases, determinando su mantenimiento, retroceso o avance. De ahí, que la tutela de esta sala —en estos casos— esté orientada a verificar la existencia de actos u omisiones de la autoridad o funcionario que impidan u obstruyan el ejercicio del derecho o que no se resuelva oportunamente lo solicitado y de forma congruente. 2. En el caso concreto, la Subdirección Técnica de dicho centro penal, informó a esta sala —como se relacionó en el considerando III de esta decisión— que tales solicitudes sí fueron efectuadas por el pretensor, las cuales, según se tiene del expediente administrativo respectivo se recibieron en esa sede el 6 de febrero, 21 de septiembre y 14 de noviembre todas durante el año 2012. En ese sentido, advierte este tribunal que consta la realización de algunas diligencias por parte de la autoridad administrativa mencionada, consistentes en evaluaciones al interno en las diferentes áreas. Ahora bien, debe analizarse si la petición efectuada por el favorecido ha sido contestada en los términos requeridos por éste es decir, si esas diligencias constituyen la respuesta emitida a la petición efectuada —ya sea accediendo a ello o denegándolo-, porque solo de esa manera se podrá considerar cumplido el deber de respuesta al que se ha hecho alusión como garantía del derecho de petición, en este caso del condenado Hernández Meléndez. En relación con ello, lo requerido por éste al equipo técnico del centro penitenciario en el que se encuentra interno se refiere a realizar todas las gestiones que a dicha dependencia le corresponden para ser propuesto ante el Consejo Criminológico competente para progresar a fase de confianza y obtener en dicha fase beneficios en aras de obtener márgenes de libertad. Las evaluaciones que se ha verificado fueron efectuadas no conllevaron a la emisión del respectivo dictamen aparejado este de una propuesta que, según su conocimiento técnico fuera la procedente, y que ello hubiese sido comunicado al Consejo Criminológico Regional competente a efecto de determinar si el favorecido estaba apto para ser progresado a fase de confianza, como éste lo había requerido. De tal forma, que, contrario a las aseveraciones hechas por la Subdirectora Técnica de dicho centro penal expuestas en su informe de defensa, quien aludió que con estas evaluaciones se dio respuesta a lo pedido por el interno, es de señalar que aquellas por sí solas no pueden constituir, en este caso, la respuesta a lo pedido. A partir de ello, se ha determinado que, a la fecha en que se promovió este proceso constitucional —19/11/2012— aún se encontraban pendientes de ser contestadas las referidas peticiones, a pesar de haber transcurrido más de once meses desde el primer requerimiento relacionado en líneas supra. Así, se concluye que el derecho de petición que garantiza la Constitución fue vulnerado con la conducta mostrada por dicho equipo técnico al no pronunciarse respecto a una solicitud concreta que tenía por objeto verificar el trámite legal correspondiente para proponer al favorecido, de ser procedente, a fase de confianza, que, en caso de valorarse así, podría tener como consecuencia optar a un beneficio penitenciario que pudiese conllevar a su puesta en libertad; por lo cual, deberá estimarse esta pretensión. 3. Reconocida la vulneración constitucional sobre el aspecto de la pretensión citado, lo procedente, dada la naturaleza de lo reclamado, es ordenar al Equipo Técnico Criminológico de la Penitenciaría Central "La Esperanza", que se pronuncie sobre la solicitud efectuada por el interno respecto a determinar si es o no procedente proponerlo al Consejo Criminológico Regional competente para progresar a fase de confianza —en la cual pudiese llegar a obtener, de estimarse así, beneficios vinculados con su derecho de libertad—Ello, en caso de no haberse emitido, durante la tramitación de este proceso, una decisión relativa a esa petición. Con fundamento en los argumentos expuestos y según lo disponen los artículos 11, 12 y 18 de la Constitución, esta sala RESUELVE: 1. Declárase no ha lugar al hábeas corpus promovido a su favor por Norberto Antonio Hernández Meléndez por no haber existido la vulneración alegada en cuanto al derecho de defensa, prohibición de prueba ilícita y de petición con incidencia en el derecho de libertad del favorecido, respectivamente, en los reclamos relativos a la valoración por parte del Tribunal Segundo de Sentencia de San Salvador de una prueba que se realizó sin la presencia de su defensor, por haberse determinado que éste último sí estuvo presente; y, en cuanto a que no se dio respuesta a una solicitud vinculada con el derecho tutelado en este proceso, por el Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena de esta ciudad y Consejo Criminológico Nacional, por haberse determinado la inexistencia de una dilación en la respuesta de aquella. 2. Declárase ha lugar al hábeas corpus por haber existido vulneración al derecho de petición con incidencia en la libertad física del favorecido, por la omisión de respuesta a la solicitud que efectuó al Equipo Técnico Criminológico de la Penitenciaría Central "La Esperanza", como parte del procedimiento para ser propuesto fase de confianza ante el Consejo Criminológico Nacional. Consecuentemente, ordénase a esta autoridad penitenciaria se pronuncie inmediatamente en relación con dicha solicitud, con fundamento en las disposiciones legales aplicables para tal efecto, relacionadas en esta decisión. 3. Notifíquese esta resolución al favorecido en la Penitenciaría Central "La Esperanza", y para ello requiérase auxilio al Juzgado de Paz de Ayutuxtepeque, autoridad que deberá, a la brevedad posible, informar sobre la realización de dicho acto procesal de comunicación. 4. Ordénase a la secretaría de esta sala que, con el fin de cumplir el requerimiento dispuesto en el número precedente, libre el oficio correspondiente junto con la certificación de esta. De existir alguna circunstancia que imposibilite, mediante dicho procedimiento, ejecutar el acto de comunicación que se ordena; se autoriza a la secretaria de este tribunal para que proceda a realizar la notificación por otros mecanismos dispuestos en la legislación procesal pertinente que fueren aplicables, debiendo efectuar las gestiones necesarias en cualquiera de dichos medios para cumplir tal fin. Inclusive a través de tablero judicial, una vez agotados los procedimientos respectivos. 5. Archívese --------------F. MELENDEZ--------J.B. GONZALEZ--------FCO. E. ORTIZ JAIME--------------E.S. BLANCO R-------------------PRONUNCIADO R---------R.E. POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.------------E. SOCORRO C.---------SRIA.------------- RUBRICADAS.