TOMO I - Abramoscomillas

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TOMO I
Ì ABRAMOS COMILLAS...!
EL GRAN CONCILIO
CANTO GENERAL!
¡A nuestros muertos;
a vuestras vidas!
MINISTERIO DEL INTERIOR Y DE JUSTICIA
DIRECCION NACIONAL DE DERECHO DE AUTOR
Libro - Tomo - Partida
10-155-463
Fecha de Registro
12-Enero-2007
Radicación de Entrada 1-2007-20
Diseño y Dagramación:
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“Timeo hominem unius libri”:
Temo al Hombre de un solo libro.
Tomás de Aquino
Tocado por cierto hálito que insuflado merced
a la magistral recreación jurásica del cretácico
uno de los grandes del séptimo arte ha sabido
airearnos1, poniéndolo a la orden del día; seducido
a emularlo, no en la imposible pretensión de
torcerle el sentido a la flecha del tiempo, sino en su
interpelación a la recurrente ignorancia que ahora
se manifiesta en los renovados oscurantismos
de las inveteradas nuevas eras, los anacrónicos
racismos y los arrogantes antropocentrismos;
necesitado de diversificarme en el trabajo personal
y de cuestionar ciertos conocimientos adquiridos
acerca del Mundo, reflexionándolo y volviendo
los ojos a la Naturaleza para comprenderla y
replicarla, sin renunciar a transformarla; incitado
por el deseo de conocer, aprender a pensar bien,
aprender a actuar y aprender a querer a los demás,
incluso a los arrepentidos, renegados, conversos
y neutrales; arrotado y entre paredes, heme aquí
y ahora acusando mi impotencia y frustración,
tratando de tomar un segundo aliento ayudándole
“a dos velas” a un Coronel a hacer pescaditos de
oro y, necesitado de mantener viva la memoria
y el legado de nuestros muertos, predispuesto a
reiniciar la tarea trunca de desempolvar y acariciar
de nuevo el lomo de otros viejitos que tampoco
han perdido actualidad, los que reclaman su
derecho de también ser leídos y consultados.
La causa es la vieja preocupación de perder
el cordón umbilical que nos mantenga unidos al
Mundo, la Vida y el Hombre, como si fuésemos un
solo cuerpo y una sola inteligencia. Y esta manera
de concebir, comprender y comprometerse, ahora
se reafirma emprendiendo la pesquisa en pos de
revelar enigmas y resolver acertijos.
1
En nuestra terquedad y vehemencia de querer
ir siempre por entre recovecos y vericuetos de
corrientes y contracorrientes, vamos a desafiar al
Oráculo y emprender esta aventura por las rutas de
la humanidad, la biosfera y el cosmos, navegando al
vaivén de nuestras dudas y convicciones.
No remontaremos las corrientes con la idea
de ir hacia pasado, ni tras la búsqueda de algún
tiempo perdido como si de verdad fuese posible
reencontrarlo, pero si aún después de sesenta y cinco
millones de años añoramos la compañía de nuestros
saurios porqué no evocar, invocar, convocar y
acometerlaantiguatemáticaquenosalentaratantos
anhelos y proyectos de vida, pasando al tablero y
ver qué tanto hemos aprendido la lección de ser
coherentes y consecuentes con lo que aún sentimos,
concebimos y soñamos.
Si las candilejas de la frivolidad y arribismo de
la industrialización mediática del consumismo nos
encandilan y hacen perder el Norte, cuanto antes
toca pasar la voz a unos y otros sobre la necesidad
y urgencia de dar el “giro”, si no queremos cargar
con la responsabilidad de haber cohonestado por
omisión en la clausura y liquidación del proyecto
humano.
Nos zambullimos en búsqueda de claves
que nos permitan retomar el rumbo, buceando
por entre las evidencias de la inteligencia de la
Materia en movimiento para testimoniar que no
somos el ombligo de ese huevo totipotente que
es el organismo vivo Gaia, la Tierra. Si ya es mucha
ganancia estar, cuando sólo somos producto
de la contingencia, la casualidad y el azar, cómo
darnos el lujo de darle un trastazo a todo. Bueno,
no a todo, porque en nuestra ausencia Gaia sabrá
enmendar la plana y seguir inexorable.
A la par de esta realización de Steven Spielberg (Jurasic Park) el Instituto de Evolución Antropológica de Leipzig investiga
sobre la construcción del código genético del hombre de Neanderthal a partir del hallazgo de una proteína ósea, de la que
han aislado un fragmento genético; también la National Geographic Society en conjunto con IBM están adelantando el más
ambicioso de los proyectos Genográficos que le permitirá a cualquier persona saber quién era su familia hace siglos, como
sus costumbres, su lenguaje, etc.
“abramos comillas…
7
Se pretende ofrecer en esta Lección alguna
novedad, interés y utilidad con un contenido que
no se en qué momento pudo atraparnos, ya que
no figurábamos entre los reclutados. Pero ¡un, dos,
tres! ya estamos en alta mar de súbito embarcados
cual juguete de dioses y demonios, en un viaje sin
carta de navegación a la mano y al vaivén del más
caótico de los itinerarios, entre cantos de sirenas
profundizándonos hacia allende sin horizonte a la
vista, mas haciéndolo en la misma marcha.
Entre acantilados, islotes y arrecifes desafiamos
mares y vientos, visitando o pasando de largo
la abstrusa temática que nos exige abrirnos
paso tras de la “esencia”, “vivencia” y “existencia”
del Hombre, auscultándolo tanto en su misma
naturaleza, como en su dimensión conciencial, su
humanidad, su organización vivencial y su manera
armoniosa de ponerse sabiamente al ritmo de la
Naturaleza para poder realizar sus posibilidades
de transformar y transformarse.
Será un despliegue por el entorno biótico,
social, cultural e histórico, relegando por ahora
cualquier introspección, puesto que la sindéresis
dice que se llega a Puerto yendo hacia el encuentro
de nuestra interioridad a partir del ámbito
cósmico, buscándola en el Afuera. Acá estarían las
verdaderas dimensiones de nuestra interioridad,
en tanto que llevamos los mismos ritmos del río,
la montaña, el mar, la biosfera, los planetas, el sol
y las estrellas.
Nuestra ruta se orientará por las ya conocidas
respuestas a aquellos problemas de los que
comprendemos el qué pero no el cómo de una
supuesta solución; como aquellas preguntas sobre
la concepción del mundo, el sentido y significado
de existir y la manera como organizamos nuestra
vida. Y entre las que resaltaría la pregunta de “para
qué vivir” o “si vale la pena vivir”, pero con el dilema
de no saber a quién preguntarle, si a la sabiduría de
la Naturaleza o a la filtrada y acartonada erudición
de los hombres.
Es un “juego” en el que pretendemos cierta
síntesis sincrética y sincrónica de tres aventuras
distintas y un solo viaje verdadero, teniendo como
referentes la irreverencia del héroe Ulises por el
Egeo, la entereza de los semidioses del Argos por
el Pounto Euxino y la impotencia, ésta sí terrenal,
de los desahuciados que, no difícil de seducirlos,
el intuitivo Almirante pudo embarcarlos en su
primer viaje al frente, en La Pinta.
Así quedan reducidas las tres épicas en una
sola, atisbando el mismo techo sideral, siguiendo
una ruta que no podría resultar nada más ni
nada menos que el más cretense (sincrético) y
enmarañado de los laberintos, construido a varias
manos y voces.
Es nuestro primer viaje y vamos en La Pinta
derivando en plena temporada de huracanes
y alertas al mínimo descubrimiento, sin tener
certezas de nada porque el Almirante registra las
novedades, igual que aún hoy nos confunde con
su críptica autobiografía, en varias bitácoras y no
sabríamos cuál se correspondería con la realidad
de los acontecimientos.
Sin las nostálgicas y conmovedoras despedidas
no hemos zarpado aún y ya tenemos motín a
bordo, el de nuestra voz entraña que nos pide
desistir y no hacer el oso. Aún así, no flaqueamos
en nuestra determinación de disuadir y contener
a quienes aún miran vacilantes hacia atrás, como
presintiendo que el Almirante lleva guardadas
unas cartas que le dan la certeza de que en
cualquier momento Rodrigo Triana2 lanzará los
dos cañonazos gritando ¡tierra! Pero, en nuestro
caso ninguna certeza sobre el punto de llegada, lo
que nos habilita para percibir nuevos destinos.
Dispuestos a dar lo mejor y resueltos en que
ha de ser lo que sea, no nos restringimos a un
determinado Norte en nuestra búsqueda, ya que
orientados por entre encrucijadas atalayamos
e intuimos que vamos a tener que deambular y
avanzar al compás de las inciertas contracorrientes,
sin centro ni norte fijos. No obstante, si algún
impertinente se mofare de nuestro candor
le responderíamos que si nos atrevimos a
embarcarnos en la incertidumbre no sería por el
prurito de ir sin ton ni son, sino necesitados de
pagar el precio que fuere con tal de saber sobre el
tamaño de nuestra ignorancia.
Es decir, dueños de nuestros temores somos
vagabundos al vaivén del Norte de la “Rosa de los
vientos”, cabalgando sobre la sensación, intelecto,
intención, interés, voluntad, deseo, emoción,
sentimiento, intuición, esfuerzos y fatigas tando
de aquellos grandes pensadores de todos los
tiempos como de los inéditos, honrados y
humildes que ya se habían preocupado por estas
cuestiones. Si ningún conocimiento emerge de la
nada y es deudor de insospechados predecesores,
nuestros acreedores son más que ilustres.
2 Se sabe que el verdadero nombre de Rodrigo Triana es Juan Rodríguez Bermejo.
8
“abramos comillas…
Es un texto que recaba en la idea de encontrarle
un lugar a la insoluta cuestión del origen, la
esencia, la existencia, la vivencia, el destino y el
concepto del Hombre, retomando ciertos temas
que estaban ahí esperando que las circunstancias
volvieran a conspirar para darnos el lujo de reincidir
acometiendo su estudio; y no cae mal darse una
vez más topetazos contra los anaqueles.
Es fiel reflejo del drama de un constructor que
no-sabe-no hacer laberintos, los que siempre habrá
de dejar en obra negra no sólo por construirlos
sin bosquejo a la mano sino por razones de la
misma naturaleza de la especie humana que,
cuales suplicios de Sísifo y Tántalo, ha quedado
condenada sin opción de fuga a seguir cavando
infinitos pasadizos.
Un constructor que en la más patética de las
tragedias tal vez adolece la misma angustia del
chantaje de Minos a Dédalo, pero sin libreto
a la mano no ha de contar con la complicidad
infidente de Ariadna dándole la madeja que le
permita revelar los recovecos, ni muchos menos
contará con el atrevimiento de Ícaro conspirando
el plan de fuga. Que, producto de sus congénitas
imperfecciones y propensión de “no ser capaz
de no dejarse llevar por sus instintos”, presiente
que no lo construye para encerrar a indeseados
Minotauros, sino para enclaustrarse él mismo.
Y aún así, el constructor trabaja duro para no
claudicar ante los designios, convencido de que es
animal que mediante sus acciones podría hacerse
cada día más humano, aunque ¡oh desgracia! sólo
garantizan la preservación de la especie quienes
porten en su interior un Teseo.
Que esta Lección no se vea sólo con los ojos
del Hombre que percibe, piensa y razona, sino
también con su descarga de sentimientos y
deseos, respondiéndole así al filósofo Vasil Tasev3
que nuestra visión del mundo sí pretende pasar de
la consignada en los libros a la de un Hombre que
respira, siente, se emociona y se compromete.
Estamos ante el prospecto de una Lección, de
la que no podemos esperarlo todo porque no
pretende ser cuerpo doctrinario esclarecedor,
ya que puede tener más de especulación y
de inexactitud que de erudición, resultando
demasiada retribución si no queda refundida y
olvidada en algún anaquel; si logra sobrevivir a los
arrebatos de su mentor que calzado de sandalias
3
y espada en mano en más de una ocasión quiso
infringirle el “no va más”; si consigue provocar
en quienes sí hacen investigación propuestas
por la construcción de la sociedad que todos nos
merecemos.
Nos aventuramos en sortear las encrucijadas,
aunque antes de partir ya tuvimos que liarnos con
el problema de la “selección” de los contenidos
temáticos de la Lección y de la estructuración de
la misma. Como el procedimiento de “escoger”
determinadas lecturas referentes a cualquier
temática es una tarea que exige mucho criterio,
ya que entre el oficio del disc-jockey y la
antología se requiere no mezclar por mezclar ni
convertir las diferentes sinfonías en un grotesco
ruido; se requiere que las determinadas ideas,
los determinados conceptos, las determinadas
teorías y las determinadas cosmovisiones de
determinados hombres en determinadas épocas
y ambientes estén efectivamente afectadas
de una concepción integral, una vocación de
compromiso y servicio, con la convicción de que
la esperanza no es utopía.
No por temor al dogmático hombre de un solo
libro, ni al que también falto de criterio propio sólo
puede ser sabio con los libros en la mano, sino por
las personales limitaciones, no iríamos más allá
de conformar un texto ecléctico (collage), que de
estar en sus manos gratitud perenne, o pequeño
compendio no ilustrado de concepciones sobre
el pensamiento, el conocimiento, la lingüística,
la lógica, la psicología, la comunicación y la
educación, a manera de propuesta pedagógica.
Se retomarán lecturas y autores con sus
hipótesis, tesis, teorías y conclusiones para
transpirarlos y trasudarlos, reeditando algo
así como un factor de cultura, o espada de
Sigmundo que vuelve a esgrimirse en égida
de nuestro quehacer vivencial, productivo,
intelectual y existencial. A partir de nuestras
actitudes y acciones emocionales, racionales,
irracionales y razonables, nos afianzaremos
mucho más en el compromiso de militar en la
gran causa de la humanidad, reclutados en la
praxis de descubrimiento y transformación de las
circunstancias y su contexto o entorno; y por esta
vía, de ser posible, aproximarnos al más viejo de
los problemas, el de la concepción, comprensión,
transformación y construcción del Mundo.
Proceso ideológico y educación; La Habana, 1983
“abramos comillas…
9
Tocado también por la mente brillante del
matemático usamericano Nobel de Economía
(1994) John Forbes Nash Jr., no tanto por el hecho
de que a los trece años ya había ideado una
demostración de la afirmación-teorema sobre
los números primos,4del no menos prodigioso
matemático el jurista francés Pierre de Fermat
(1601-1665), ni por haber encontrado un
procedimiento bien peculiar de resolver el mayor
problema irresoluto de las matemáticas puras, la
famosa Hipótesis formulada por el matemático
alemán Georg F. Bernhard Riemann (1826-1866),5
sino por saber que en estado de completo delirio
aún él disfruta en vida sus aportes a la teoría de
los juegos que alzarían vuelo para ser aplicados
en la economía, la administración y la resolución
de conflictos, me embarga entonces la angustia
de pensar que después de conocerse el presente
texto-lección no sean pocos los que terminen
diciendo que sólo me he limitado a desperdiciar el
tiempo emborronando las pizarras y vidrieras con
mensajes encriptados imposibles de descifrar.
Pero, así se murmure que todo es producto
de haber leído demasiados libros de caballería,
o de tomarse muy en serio las convicciones, qué
importa quedarse rayando los ventanales o
tener que declararse confeso ventrílocuo, porque
no hay paso atrás en el despropósito de “hacer
metáforas” y seguir capturando al vuelo conceptos
para reciclarlos, reubicarlos y encontrarles algún
nuevo sentido.
Como si no hubiese nada nuevo bajo el Sol,
y en gracia de justificación, qué escritor por
original que sea no ha de ser cogido en flagrancia
en la traslación de conceptos; quién tendría la
prepotencia de no estar de acuerdo con Edgar
Morin en su confesión de que es un relector de las
mismas fuentes utilizadas ya en otros libros, como
si fuese un compilador, ya que hacer metáforas
sabiendo que son metáforas es mucho menos
grave que hacer metáforas sin saberlo.
Le faltaría tal vez a Morin decir que hacer
metáforas sin saberlo es mucho menos grave que
no saber que el hacer metáforas es lo que marca
una de las características diferenciadoras de la
especie humana, como quiera que el usarlas es lo
que nos diferencia del resto de los animales.
A manera de aquellas metáforas del poder
como “El Príncipe” de Maquiavelo y “Don Quijote”
de Cervantes, o aquella del Sentido Común de
“Perogrullo”, se pretende rasgar un horizonte de
concepciones sobre el Mundo, la Vida y el Hombre,
acorde con la estructura, contenido, forma, figura
y funciones de esa otra gran metáfora que es La
Célula.
Porqué no transcribir de Morin aquello de
que es sabido que la historia de las ciencias le
debe mucho a la migración de conceptos, a los
hacedores de metáforas; que la ciencia estaría
totalmente trabada si los conceptos no migraran
de súbito, espontánea o furtivamente. Como dice
Mandelbrot, los grandes descubrimientos son el
fruto de errores en la transferencia de conceptos
de un campo a otro, pero sólo cuando son llevados
a cabo, eso sí, por pensadores de talento.
En el mundo de la academia y en el campo
de la investigación es frecuente constatar cómo
algunos descuidos, confusiones o errores en
manos de los talentosos tienen la paradójica virtud
de terminar fecundando nuevos conocimientos.
Incluso producto de la casualidad, como en el
caso de Jean Piaget, ciertos conceptos adquieren
otras connotaciones cuando se re-leen traducidos
en otros idiomas; o como ciertas teorías que en
su época fueron refutadas pero que resultaron
más legibles y comprensibles una vez pudieron
contextualizarse según las condiciones de otra
época o cultura.
Por ejemplo, conceptos y categorías centrales
propias del mundo de la biología, como naturaleza,
organismo, estructura, evolución, transformación
y desarrollo, mudaron hacia la familia de categorías
de los dominios del lenguaje, la cultura, la política,
la economía, la administración, la educación, entre
otros campos y disciplinas.
El concepto de Trabajo, de origen antroposociológico, ha devenido en un concepto propio
del campo de la física, la economía, la filosofía, la
ontología y la psicología. El concepto científico de
Información, surgido con el desarrollo telefónico,
ha migrado hacia la física y la biología, donde se
habla de los genes, el ADN y el ARN como las
unidades básicas de información que le otorgan las
características a un organismo vivo.
4 P. Fermat afirma que: “Si n es un número entero cualquiera y p un número primo cualquiera, entonces n multiplicado por sí
mismo p veces, menos n, es divisible por p.
5 Este problema de B. Riemann, retomado de la Teoría de los Números de Legrende, es “sobre el número de números primos inferiores a uno dado”, es decir, “encontrar una fórmula que dé los primos que existen menores que un número dado n.”
10
“abramos comillas…
Los conceptos de “simpatía” y “empatía”, tan
propios del mundo instintual de los animales,
han migrado para explicar los fundamentos de
la manera como los hombres nos comunicamos
entre sí haciendo uso de nuestros sentidos,
racionalidad y sentimientos, al estar uno frente
al otro. En el caso de la Simpatía, sin necesidad
de tener que articular palabra alguna, sólo por
atracción o contagio; en la Empatía, con nuestra
voluntad, predisposición y compasión, amando
cual Ubuntu a los demás.
El concepto de “enzima”, que aplicado en la
Pedagogía podría equipararse con la Mayéutica,
parece ser un recurso muy apropiado no sólo para
formular la propuesta pedagógica, sino para hacer
más eficaces las tareas propias de los colectivos
sociales y hacer más eficientes los procesos de
producción y distribución.
Y se presentarán otros casos, ya que las
novedades de hoy no dejan de ser las gestas
proteicas de los profundos problemas, discutidos
desde la antigüedad, que no renuncian a la
formulación de las viejas preguntas, ni a la
búsqueda de nuevas respuestas. Igual a los
exploradores que creen ir tras de un perfectible
(Polifemo), o tras de un inapreciable vellocino
(Jasón), o tras de un gran descubrimiento (Colón),
pero que es ir tras de lo mismo, es decir, saber
qué es el Hombre, la Vida y el Mundo, no importa
entonces enfrentarse ante una temática densa
e intrincada que ya entre tomar y soltar hilos se
terminará por devanar el ovillo.
En la temática de las preguntas fundamentales,
basta con saber cómo todo lo tangible e intangible
del Universo es Energía, que la energía no se ha
creado ni destruido, sólo se ha transformado. Son
infinitos los nichos del Universo donde la Energía
se ha condensado en Materia ordinaria (tangible y
visible) y en Materia oscura (intangible e invisible.
El Todo del Universo es el agregado de Energía y
Materia en todas sus manifestaciones. La Energía
se manifiesta en sus formas: Lumínica, Calórica
(térmica, geotérmica, eólica), Sonora (musical),
Química, Magnética, Eléctrica, Electromagnética,
Nuclear y Oscura. ¿Será que la forma superior de
la Energía no es la oscura, sino la lumínica?:
¡De Luz venimos, en Luz nos transformamos!
Y saber que unas magnitudes de energía
equivalen a otras de la materia sirve para
poder aventurarse entre plausibles y dudosas
explicaciones y respuestas hacia la finalidad de
nuestra Lección sobre qué y cómo es el Mundo, la
Vida y el Hombre.
“abramos comillas…
Con respecto al Hombre, se han de entrelazar
múltiples hilos conductores para que se arrollen
a medida que avance la pesquisa sobre el
personaje central de la Lección, el portento
(gestalt-constructo) “Ello-Yo-criptoYo”, el que no
sería comprensible sin tener previamente claridad
sobre lo que es la Energía y lo que es la Vida, ya
que en últimas sólo somos una forma más de
Energía o una microscópica Bacteria venida a más.
En La Tierra, todos los vivientes somos simples
extraterrestres, venidos de explosiones estelares.
Bajo los misterios de la Energía y la Vida se ha
de soportar cualquier intento de explicar El “ElloYo-criptoYo”. En la pesquisa de descubrimiento,
invención e intuición del “Ello-Yo-criptoYo”, se
estructurará la indagación a la manera de un
gestalt-constructo, dándole a la Lección una
forma consecuente con aquella definición de
Anaxágoras (-500-428) consistente en que el “todo
incluye cada una de las partes dentro de sí y cada
una de las partes es comprensiva del todo”, que
sería análoga a la metáfora del “aleph” de Borges.
De esta manera procederemos para que,
tanto por su Contenido (temática) como por su
Continente, la forma del Libro emula esa forma
holista y hologramática de la realidad fractal
que percibimos del Cosmos. Es la forma de un
Todo en la que desde cada capítulo se ofrece una
idea sobre la generalidad de la búsqueda, y en la
concepción general subyacente en el Todo del
Libro se da cuenta de lo tratado en cada una de
las partes o capítulos.
Además de pretender plasmar una “gestaltconstructo” (lección), según personal sentir,
padecer y actuar de afectos, concepciones y
convicciones, también por su estructura se
asemeja a la forma de los cuerpos “holismoorganizados”. Así, en razón de la misma temática
tratada, se facilita pensarlo según la forma gestalt
o campo espacio-temporal, sobre la cual siempre
estaríamos en construcción continuada. Ergo,
es “holista” y “hologramático” por su Contenido
(temas) y por su Expresión (forma y figura).
Ya sea desde la parte o desde el Todo debería
darse una visión integral, cual hoja que por el haz
nos ofrece la forma de las estructuras dinámicas de
un mundo objetivo en construcción (constructos),
con la particularidad de que cada una de estas
estructuras (partes) estaría en condiciones de dar
cuenta del Todo, y por el envés ofrecería la forma
de estructuras rígidas plenamente acabadas
(gestalt) o de cierta información final indivisible
en partes (“gestalt-ista”).
11
Como si por adaptación, acomodación y
asimilación cada una de dichas estructuras
exteriores modelaran las correspondientes
estructuras interiores, y esta nueva construcción
empezara a formar parte del proceso de
conformación de construcciones más complejas;
como si estuviésemos ante un “fractal” igual que
la construcción continua de construcciones tal
cual la propuesta de la teoría de construcciones
de Jean Piaget.
En cuanto contenido, forma y figura del Libro,
éste se equipara con la metáfora de la Célula; es
un Holismo de panorama hologramático.
Lo de “holista” es una sinergia a semejanza
del juego de Ajedrez que, a la par de ofrecer la
virtualidad de una gama de infinitas posibilidades,
una vez realizada la jugada se tornarían no viables;
que con sólo realizar la más simple de las jugadas
se redefiniría todo el contexto del juego (modelo
matricial), puesto que las fichas sólo existen en
función de un tablero contextual tan dinámico
que comprende toda la infinidad de movidas
posibles y a su vez una re-dimensión del contexto
revalorizaría inmediatamente las piezas, así éstas
no se hayan movido de su sitio; o a imagen de
una matriz algebraica que con solo modificar
la magnitud de un escalar inmediatamente se
afectarían todos los puntos.
Pero, si el Todo es superior a la suma de las
partes, la suma de las partes no deja de ser un
indicio del Todo.
Lo “hologramático” (fractal) ha de referirse al
sentido panorámico de la clásica forma proteica,
cambiante e indeterminada que permite superar
cierta rigidez gestalt-ista, orientando su multitemático contenido hacia una holo-visión
organizada según una estructuración tal del Texto
que sus capítulos podrían desagregarse y tratarse
sin ninguna pauta jerárquica, como si cada uno
fuese el tema central y al mismo tiempo ligado
íntimamente con los demás.
Por su contenido (información) es una expresión
de forma “fractal”, mostrando simultáneamente
su haz y envés (gestalt-constructo) y procurando
no perder definición cuando se va del Todo a
sus partes o viceversa, haciéndola entonces
analítica, sintética y complejamente dialéctica. Es
decir, replicando el mismo sentido panorámico
de Rayuela de Julio Cortázar, el contenido de
nuestras concepciones se irrigaría a lo largo del
Texto para ser captado su sentido en cada uno de
sus temas-capítulos, pudiéndose iniciar su lectura
por cualquiera de ellos.
12
Ningún tema habrá de bastarse por sí mismo,
ya que lo “hologramático” reñiría con esas visiones
explicativas del Universo realizadas a partir de
micro-cuerpos que se autodeterminan a sí y por sí
mismos, como por ejemplo las “homeomerías” de
Anaxágoras, los “átomos” autodeterminados de
Demócrito o las “mónadas” de Leibniz.
No es el ovillo de interminable hilo al que sólo
bastaría con tomar una de sus puntas y tirar de
él, pero tampoco sería como la estructura que
se sostiene a sí misma, sin límites ni contornos
definidos, sin base ni apoyo exterior, sin orificio
de entrada ni boquete de salida; ni sería como un
juego de rompecabezas (puzle) de innumerables
piezas, o infinitos puzles de infinitas piezas
donde cada uno se construiría, deconstruiría y
reconstruiría con base en un modelo que no se
conoce. Por el contrario, cada uno de los temas
(capítulos) tratados en el Libro se pondrían en
sinergia y tensión con todos los demás.
Es un texto-laberinto en el que no se
compartimentarán los temas, ni se tratarán
aislados o encasillados en determinado cubículo,
buscando en lo posible que todo tenga que ver con
todo y que pueda comprenderse desde cada uno
de sus temas tratados o desde su conjunto, puesto
que cada uno de los capítulos se identificaría por
la impronta del compendio y éste se identificaría
en cada uno de los temas. Al no confinarse un
tema a una determinada región o capítulo nos
muestra al Texto como si también fuese semejante
a la integralidad de un cuerpo bio-psico-social, al
que lo ocurrido en cualquier punto de su periferia
repercutiría a lo largo y ancho de todo su tejido
(individual o social).
Entonces, todos los temas estarían irrigados
coherentemente a través de todo el texto, de
tal manera que pueden sumirse, subsumirse
o sumergirse que ya nos sorprenderán con su
reaparecer; que al estar ante ellos nos dejen la
sensación de no ser la primera vez en tratarlos y
garantizándose que tampoco será la última, como
si se tratara de recavar, repisar o volver sobre
nuestros mismos pasos. O como si se tratara de
un débil hilo que aunado a otros conforma el más
resistente de los lazos, el que al sentirlo trabajar
en toda su potencia nos preguntamos cuál de sus
hilos estaría aportando la mayor fuerza y cortamos
uno para tantear que nada pasa con el lazo, igual
con el segundo, el tercero y otros más, hasta el
momento en que al cortar otro el hilo se rompe y
pensamos que toda la fuerza la estaría aportando
precisamente la última hebra cortada.
“abramos comillas…
O tal cual si incluir un tema adicional fuese
haber echado esa gota de más que haría derramar
el vaso, puesto que la culpa de esto podría tenerla
tanto la última gota como la primera, o cualesquiera
de las intermedias. O tal cual si al desagregar
la Materia del Universo, moviéndonos hacia la
nano-cuántica, llegásemos hasta las invisibles
y energéticas partículas atómicas, encontrando
que toda la descomunal masa universal estaría
como conformada por “nadas”, pero que en el
proceso inverso de agregación, propio del ámbito
mega-cósmico, nos encontraríamos con que la
suma de invisibles no sería otra nada sino la más
descomunal e inimaginable de las magnitudes.
Por tanto, dicha forma “hologramática” sería
así, la de un Todo conformado de partes igual de
importantes y responsables en su constitución
y funcionamiento, siendo que una y otra en la
calle, codo a codo, serían más que dos. Unas
partes comportándose cada una en función de
su Todo como si fuesen éste, constituyéndolo
mucho más potente que la simple suma de ellas,
y de un Todo que sabe arreglárselas para hacerse
presente tal cual en cada una de sus partes.
Como si se tratara del mismo efecto mariposa,
en el que un aleteo del volar de una mariposa en
la costa occidental del norte de África genera el
mismo viento que después llegará a las costas de
la Florida convertido en el más destructor de los
huracanes tipo seis (6) O dicho de otra manera,
un Todo conteniendo a sus partes, como si éstas
fuesen sus líneas de las manos, y unas partes
conformando y prospectando un Todo pero sin
llegar a contenerlo.
Y el enfoque referente a la propiedad del
“sentido panorámico” del Libro, en su condición
sinérgica de ser un “constructo” conformado por
la visión en bloque de un “todo” en permanente
formación y constituido de partes condicionadas
por una totalidad que a su vez está condicionada
por sus unidades constituyentes, podemos dejarla
por ahora así sólo insinuada que ya se desarrollará
en el capítulo de la Intuición.
Lo de holista, hologramático y panorámico
aplicado al contenido, forma y figura del “ElloYo-criptoYo”, nos permitiría configurar una
muy particular y psico-organizada cartografía,
en la que su territorio sería integrado por las
inseparables regiones “Ello”, “Yo” y “criptoYo”. Pero
no corresponde por ahora en esta introducción
intentar una descripción de cómo son o para qué
sirven sus regiones, ni cómo sería la integridad
territorial del holismo “Ello-Yo-criptoYo”.
“abramos comillas…
Del “Ello-Yo-criptoYo” sólo sabemos que es el
motivo de la travesía, de la que sólo gritaremos
¡tierra! en la medida que podamos remontarnos
de la misma manera que se hace sobre esas cálidas
corrientes que emergen de las profundidades del
lecho oceánico.
Si queremos sortear exitosamente las
contingencias, corresponde tener claro que
el protagonista central no es algo dado
(factum), sino un “portento” a construir, que en
cuanto a contenido, función y forma sería un
“constructo” ¿fractal? fundamental con el que,
a la par de encontrar en él la entidad central en
la estructuración y configuración de la presente
Lección (metáfora), sabremos pertrecharnos para
tomar partido en la causa de la concepción del
Mundo, de la Vida y del Hombre.
Igual que la imposibilidad en definir eso de
¿quién soy yo?, sin agotarse con los conceptos
de individuo y sujeto, el “Ello-Yo-criptoYo”
es un inefable “fenómeno” de contenidos de
emocionalidad, afectividad, racionalidad e
irracionalidad, que cual espiral geométrica en
“fractal” es análoga a un espacio imaginario
en el que se plasman sus funciones sintiente,
percipiente, viviente, cognoscente, pensante,
existente, trascendente y comunicacional, increscendo capturándole nuevas propiedades al
mundo externo físico, social, cultural, biótico y
cósmico.
No es producto de la unidireccional relación
cognoscente sujeto-objeto, sino de otra relación
objeto-sujeto-objeto, la n-unívoca “cuerpo y
mundo”; que, debido a los avances, retrocesos
y saltos propios de una entidad que se hace por
Epigénesis mediante procesos de obyección
y objetivación estaría realizándose desde su
condición primaria de individuo heterónomo
hacia su autonomía como persona; que, por ser
realidad dinámica, cinética y dialéctica, no sería
susceptible diseccionar (psico-analizar) de manera
separada cada uno de sus componentes Ello, Yo
o criptoYo, ya que por su indefinida forma fractal
propia de la geometría del espacio imaginario en
todo momento no da para decir que nosotros los
de entonces ya no somos los mismos.
La utilidad de fundamentarnos en un “portento”
como el concepto-constructo “Ello-Yo-criptoYo”,
explicado según fundamentos que no se reducen
a beber de las categorías Ello, Yo y súper-Yo Freudeanas, sino reacomodándolas bajo propósitos
bien diferentes a los del psicoanálisis, estaría en
volver a poner en vigencia el debate sobre la
13
pertinencia de preocuparnos por los insondables
tópicos de la comprensión del Universo, la Vida
y, en particular, por los de la esencia, existencia y
vivencia del Hombre.
Así, nos aprestamos a participar de otros
debates académicos de actualidad, como los
dados sobre la “fenomenología”, cosa a desarrollar
una vez nos reencontremos con la temática de la
fenomenología del “Ello-Yo-criptoYo”.
A distancia de los anquilosados dualismos, nos
fundamentamos en una convicción “monista”,
optándo entonces por cierto monismo ¿fractal?
de estructuras entre estructuras (matriushka), el
constructo “Ello-Yo-criptoYo”, constituido a través
de los tiempos por las propiedades aprehendidas
(“obyección”) del Mundo y por las propias
descargas de cuerpo y mundo personal con que
afectamos al mismo Mundo (“objetivación”).
Y cuando la Esfinge aparezca con sus acertijos
y paradojas para confundirnos y preguntarnos
por el animal que en la mañana trata de sobrevivir
en un mundo de realidad inagotable, infinita
e imposible de aprehender a plenitud, en la
noche se da cuenta que él mismo es incompleto
e imperfecto, mientras que durante la tarde
se la ha pasado pensando en la posibilidad de
conocer “acerca de las cosas” y de la “cosa en sí”,
simplemente echaríamos mano del cristal para
ver cómo en éste se refleja una figura difusa de
indefinida y hologramática forma, e insinuándose
por entre sus fronteras de Cuerpo y Mundo.
Con base en la concurrencia de las relaciones
del acto de conocer, el proceso de conocer de las
cosas y el proceso de conocer acerca de las cosas,
le responderemos que dicho animal es el “Ello-YocriptoYo”, aunque esto fuese haberle respondido
también cual Esfinge o Quimera con otro acertijo.
O quién más le respondería así si no otro igual de
impredecible que, al intuir de dónde venimos,
quiénes somos y hacia dónde vamos, se reafirma
en su naturaleza animal por su misma cultura.
La estructura del portento y organizado
“Ello-Yo-criptoYo” tendría forma de una espiral
logarítmica, empaquetando los contenidos de
sus funciones y finalidad, a la par que se altera a sí
mismo (“obyección”) y altera a la misma realidad
objetiva (“objetivación”)6, en el sentido de que
nuestro “cuerpo” no sólo es un pasaporte al mundo,
sino un “ser al mundo y el mundo mismo”.
Es “Cuerpo y Mundo”, que no podría ser
producto del solipsismo de un individuo con
su dios y consigo mismo, sino producto de un
diálogo abierto entre congéneres, la biosfera y el
cosmos; que no se aliena, ni pierde individualidad,
ni se despersonaliza, tomando conciencia de
que no es un individuo autosuficiente, sino
que necesariamente se debe a la comunidad
biótica que lo determina en su naturaleza; que
dicha comunidad jamás se independizará de
él, al menos que éste tuviera la arrogancia de
querer independizarse de aquella, al precio de su
propia extinción claro está. Esta es la explicación
adelantada sobre la imposibilidad de responder a
la pregunta ¿quién soy Yo?, puesto que sólo cabe
preguntar por ¿quiénes somos?
Mientras nos sometemos al escrutinio de los
tribunales, exponiéndonos de cuerpo entero
para su sentencia, continuamos la marcha en la
redefinición de un “organizado” que es instintual,
psíquico, cogito-cogni-cognoscitivo, conciencial,
racional, lógico, experiencial, vivencial, irracional,
comunicacional, trascendental y dialéctico, el “ElloYo-criptoYo”; el que podría ser el sistema abierto
de mayor neguentropía conocido o el provocador
de la más catastrófica de las extinciones.
Con respecto a los contenidos, ya en la
travesía esperamos poder saber cómo continuar
la búsqueda, adentrándonos espejo en mano
en la identidad del “Ello-Yo-criptoYo”, mirando
los reflejos del dinámico mundo de la esencia,
existencia y vivencia del Hombre, que no son
mundos contrapuestos ni separados, sino la cara
y cruz de la misma moneda; observando cómo el
mundo humano es constitutivo del mundo natural
y éste a su vez es constitutivo de aquél; cómo
frente a las cosas del mundo natural, el Hombre se
comporta de un modo profundamente humano.
Si la realidad natural no es plenamente
independiente o ajena al Hombre, puesto que
instintual, conciente, consciente e intuitivamente
la recrea transformándola, configurándose así
tanto el mundo humano de las cosas como el
mundo natural del mismo Hombre, la naturaleza
humana sería un holismo integrador de las
naturalezas física, química, biológica, psíquica,
conciencial y trascendental, con una estructura
corporal dotada de elementos y sustancias
inorgánicas (físicas) y orgánicas (química,
6 Una Pintura no es el simple agregado de los insumos utilizados en el embadurnado, ya que cada cual sabrá alterarla para sí
con toda su carga personal de sentimiento, afecto, racionalidad e irracionalidad incorporada en ella. Esta “obyección-objetivación” explica que alguien pague millones de dólares por un Cuadro, mientras que otros no le encuentren valor alguno.
14
“abramos comillas…
biológica, psíquica, trascendental), que de manera
instintual-conciente-experiencial-conscienteintuitiva-emocional-existencial-vivencial se abre
paso desde su condición vegetativa y animada
hacia dimensiones superiores de animal pensante,
simbólico, racional e irracionalmente razonable
y transformador de su entorno y de su misma
naturaleza.
En una de las primeras estaciones nos
enfrascaremos en la discusión sobre el problema
del conocimiento y del acto de conocer, enviando
ahora mismo una avanzada para explorar si es
verdad que uno y otro son producto de relaciones
dualistas inteligible-sensible, ideas-objetos,
ser-pensar,
concepto-cosas,
pensamientoexperiencia, conciencia-existencia y, en general,
sujeto-objeto, además de auscultar la causalidad
de quién determina a quién; o si es posible
concebir el problema del conocimiento y el acto
de conocer por fuera de las camisas de fuerza
dualistas, mediante la visión “monista” (holista)
expresada a través de dicho “Ello-Yo-criptoYo”.
No se discute si la realidad objetiva (objeto de
conocimiento) siempre ha estado y habrá de estar
ahí tal cual es e independiente de nuestra voluntad,
sino cómo se da en nosotros el acto de conocer
y cómo es el proceso de su conocimiento; cómo,
ante el hecho tozudo de que ella es inagotable
e infinita, y aunque más conocida más ignorada,
llegaríamos a aprehenderla.
A esa realidad la someteremos a embates desde
las trincheras de nuestro cuerpo, dotados de
todo el aparataje sensorial, cogitativo, cognitivo,
cognoscitivo, sentido común e intuición, para
captar y capturarle buena parte de sus datos,
propiedades y dimensiones.
Igual nos preocuparemos por tener una idea,
así sea la más superficial, sobre las diferentes
concepciones filosóficas imperantes a lo largo
de la corta historia de la humanidad, con la
idea no tanto de militar en alguna de las tantas
cosmogonías como sí de inquirirle a la realidad
con fundamento, adoptando la respectiva visión
de conjunto o concepción del Mundo, de la Vida
y del Hombre, y predispuestos a reconsiderarla a
medida que conozcamos los argumentos de las
sutiles dimensiones de la realidad.
A la luz de dicho calidoscopio también nos
miraremos el ombligo tratando de esclarecer
porqué no debemos paralizarnos en tanta
contemplación, sino empezar a sentir, pensar y
hacer como la Especie que efectivamente somos.
No es ¿quién soy?, sino ¿quiénes somos?
“abramos comillas…
Bajo estos presupuestos se desarrollarán todas
las temáticas sobre el Movimiento de la Materia,
la Vida, el Trabajo, el Lenguaje, la Conciencia,
el Conocimiento, el Pensamiento, la Lógica, la
Semiótica, la Pragmática, la Verdad, la Estructura,
el Método, la Acción, la re-Creación, la Educación
y la Comunicación, entre otras. Que podrían
sintetizarse en los núcleos intensionales de
Trabajo, Lenguaje y Cultura.
Caso particular ese de meterse a conceptualizar
sobre la Conciencia, de la que no sabríamos
con certeza qué decir o qué definir, sólo que es
inefable, impermanente y mutable, pero ante
todo un producto social. Ni qué decir sobre su
supuesta localización, cuando en verdad ella
estaría impregnando o irrigándose a través de todo
el cuerpo. Queda por verse cómo la Conciencia
no sería un inteligible, ni sustancia pensante
independiente del cuerpo sensible, sino un
fenómeno simultáneo producto del vivir (acción),
adolecer (pasión), conocer y comunicar, enraizada
en el mundo físico-bio-psico-social y realizándose
en plena convivencia social; es “Cuerpo y Mundo”.
La Conciencia formaría entonces parte del
cuadro de la realidad y de la materialidad del
mundo; un atributo de la Naturaleza y del
Universo. Como todos los vivientes son sistemas
abiertos, y con mayor razón las Especies, no vale
hablar de una conciencia en particular, sino de
la “conciencia social”. Esto, para anunciar que
nuestra apuesta es por la salud de la tribu, ya que
no es en el individuo sino en el colectivo donde se
desarrolla la conciencia., ya que cada individuo es
como una neurona del cuerpo social.
La Empatía es amor y ubuntu en función de
la conciencia social, mas no de esa conciencia
individual, lo que nos lleva a no abogar por una
egoísta libertad individual, sino la del colectivo en
el que nos realizamos, ya sea el familiar, escolar,
comunitario o social. ¡No soy, somos!, porque
dependemos, pertenecemos y nos debemos a
la Especie; somos “genitivos”; somos “cuerpo y
mundo”. En desarrollo de la conciencia social no
es que mi libertad termine donde empieza la del
otro, sino que una vez reconocidos, valorados
y restituidos los derechos de todos, éstos pasan
a ser mis deberes. Le Empatía nos dice que mis
deberes son la libertad de los demás.
Y sobre este trasfondo conciencial se erige la
propuesta comunicacional y educacional que
nos llenará de motivos cognoscitivos y afectivos
para que todos los miembros de la sociedad estén
en condiciones de asumir actitudes, y no tanto
15
conductas, ya que es a través de la Educación que
nos formamos en las actitudes sociales y culturales
que nos garantizan hacer causa común.
Necesitamos darle vuelta de tuerca a una
sociedad que contra natura es una simple
sumatoria de individuos, de egoísmos que la
tornan esquizofrénica y le impiden avizorar algún
Norte. Para superar la inmediatez y apariencias
del mundo de las sociedades del consumismo se
requiere cultivar actitudes de empatía, simpatía
y contagio de buenas acciones, lo que sólo se
adquiere en la Educación. Y es con el ejemplo que
se le empieza a poner el cascabel al gato. Nadie es
más que nadie.
Así, este constructo personal en forma de
Lección pretende tomar la Educación como si
fuesen las vulnerables y liberadoras Alas de Dédalo,
mediante las cuales el Hombre volaría dejando
atrás los confinamientos sentenciados por un
Minos que encarna los intereses del egoísmo y
arrogancia del poder. O como si fuese la misma
Galatea, a la que el apasionado Polifemo perdido
de amor haría el sacrificio de ir tras de ella, con tal
de tenerla, que es el amor por el saber.
Como la Educación también es un desaprender,
es necesario volver a correr los riesgos del atrevido
Ícaro, sin importar que sea al precio de ver cómo se
nos derriten las alas, con tal de aterrizar y hacernos
cada día más humanos. Si la misma necesidad de
ser libres y poseer lo más amado nos lleva a tener
que volar para poder acercarnos a una luz, vale la
pena cometer los errores siempre y cuando sean
nuevos. Para que ningún a-lumno (sin-luz) no sea
coartado en su búsqueda de iluminación bajo el
chantaje de no poder acercarse al Sol, no hay otra
opción que llenarse de imprudencia y atreverse,
siendo previdentes y providentes en el actuar.
Al amparo de la Educación adelantaremos la
pesquisa por el Hombre en su naturaleza, vivencias
y existencia; en su trabajo material e intelectual,
generando conocimiento, afectos, vida y mundo;
en su manera de reflejar el mundo mediante
abstracciones y simbolismos, ampliando su propio
horizonte y realizándose al humanizar su mundo.
Esta causa de la Educación no se abrazará en el
aire, porque se está pensando en aquella primera
educación impartida por la madre gestante, en la
de la familia y, en general, en aquella educación
pública que sea para todos, gratuita y de calidad.
Y esta Lección vendría a ser un producto ofrecido
para que le sea útil a dicha educación, un referente
en la formación de maestros y alumnos, tanto en
la escuela como en el trabajo y en la vida.
16
Se integra la pedagogía y la andragogía en
la antropogogía, sin ser en estricto sentido un
vademécum o guía en la educación de los niños, ni
pretende ser tratado de psicopedagogía, sino que
se propone un método educacional con énfasis
en la Antropogogía.. Es una concepción más
general y holista; es la educación del Hombre en
todo su ciclo vital, desde el útero hasta la plenitud
de su Ontogénesis. es un método de aprendizaje
que le copia a los procesos de desarrollo de los
organismos (organizados) de la Naturaleza. Es una
réplica de lo que saber hacer la Célula.
No es forzando una pedagogía para adultos,
ni una andragogía para niños, sino pedagogía y
andragogía retroalimentándose y depurándose
hasta constituirse en un método holista, siendo
una y otra las carótidas de la Antropogogía.
Es Educación para todos y en todo momento,
cosa que cuando se hable de la Antropogogía
estaremos dando cuenta de la Educación del
Hombre en toda su ontogénesis, desde el vientre
hasta su transformación.
En principio se adquiere el conocimiento según
sea la condición instintual, sensorial, percipiente,
pensante y simbolizante, luego depurándolo a
medida que el paso de lo conciente-razonador
a lo consciente-intuitivo le permita desplegar
la especial condición de observar, reflexionar,
abstraer, esquematizar, formular y comunicar;
luego, según sea el grado de desarrollo de su
condición consciente de interpretar, comprender,
juzgar, sentir, empatizar, comprometer, decidir,
transformar y transformarse.
Sobre los aspectos educacional y pedagógico,
dicho holismo daría cuenta de un método
necesariamente orientándose bajo el faro de
una concepción del Mundo, la Vida y el Hombre.
De ahí la temática referente a la Naturaleza, el
Conocimiento, la Comunicación, la Ética, la Cultura
y el Desarrollo Humano, concibiendo la Educación
de un Hombre íntegro de animalidad, intelecto,
racionalidad y a-racionalidad, emocionalidad,
voluntad y finalidad.
Estamos ante una visión pedagógica basada
en la misma idea del desarrollo de la naturaleza
viva, que es un proceso con su emergencia, curso
y transformación; que recoge la herencia (génica)
del acervo de experiencias vividas y conocimientos
conocidos durante buena parte de la historia de la
humanidad; sin caer en la tentación de formular
recetas y con la mesura y prudencia de reconocer
que no hay última palabra, ni se parcializa hacia
una u otra concepción pedagógica.
“abramos comillas…
Tampoco se pretende poner un hito, a la
manera prepotente y arrogante de los postmodernistas, ni que nadie hable de una pedagogía
después de si yo fuera maestro, que hace dos mil
cuatrocientos años ya Sócrates se preocupaba
por una juventud díscola y renuente a educarse a
imagen y semejanza, preguntándose ¿qué vamos
a hacer con estos muchachos de hoy”
Porque para empezar a conocer nadie tiene
que partir de la nada (aprendizaje significativo), ya
que el terreno se encuentra abonado y en la misma
marcha del trabajo de uñas va uno dotándose de
sus fundamentos.
Esto nos lleva a la convergencia horizontal de
todas las fuentes del conocimiento, tanto de la
inorgánica-orgánica realidad objetiva, la somática
y psico-racional del intelecto y el razonamiento, la
racional y a-racional de las emociones, vivencias y
sentimientos y la extra somática y trascendental
dimensión del sentir altruista de la empatía de
propósitos y finalidad.
Como quien dice, a semejanza de esa Célula
que es biosistema de estructuras y afinada por
los agregados de su trabajo, a trabajar en equipo
que ningún sistema podría existir quedándose
totalmente aislado. Esta comunión trans-celular
se daría más allá de la percepción sensible, no
porque se trate de un misterio extra-sensorial
sino por realizarse dicha comunión en un espaciotiempo n-dimensional mucho más complejo al
tridimensional que nuestros sentidos nos tienen
familiarizados. Y esta es la razón de ser del axioma
“si existe, es porque no está aislado”.
Así como no es tan cierto que no usamos a
plenitud nuestro cerebro, el que no podamos
percibir a flor de piel las evidencias que en todo
momento nos muestran los sentidos, tal vez se
deba a que aún no hemos aprendido a interpretar
todo su real potencial, ya que los usamos a
plenitud pero no sabemos darle lectura a los
datos por ellos suministrados o filtrados. Ahora
complementamos dicha deficiencia mediante
el uso de los poderosos microscopios y nanomanipuladores a escala celular, molecular y
atómica, pero tan sofisticados instrumentos no
dejan de ser un producto humano.
Un proceso de aprendizaje equivalente al de
los organismos quimio-bio-psíquicos, donde
el epígono es la Célula, así la moda sea hacerlo
con respecto al Cerebro y sin que esto sea lo
mismo, exige blindarse ante el riesgo de incurrir
en concepciones, visiones pedagógicas y una
Educación exclusivamente fisiologista.
“abramos comillas…
No vamos a concebir al ser humano (aprendiz)
como un simple receptáculo ya definido por la
herencia, el determinismo biológico y sometido
a una inteligencia que sería una simple facultad
(función) dada al nacer, sin posibilidades de ser
modificada, ya que la Ontogénesis nos dice cómo
la Célula va más allá de su aparente estructura
monádica, individual y aislada. Recurrimos a los
conceptos de organizado, holismo, estructura,
gestalt, holográfico, constructo y cibernético para
retomar la Célula en su compleja capilaridad de
un sistema comunicacional, de plena comunión
entre las mismas células con el todo del cuerpo
que han conformado y con su entorno.
Para no caer en los determinismos biológicos,
o conductismos pedagógicos, echamos mano del
incuestionable hecho de que hoy somos lo que
somos merced a una originaria comunidad de
células aglomeradas sin una finalidad pero sí con la
competencia de entrar en trans-relación horizontal;
sin jerarquías de soberano o gran hermano, son
células madre (germinales, embrionarias). Éstas
son las que han guiado nuestra ontogénesis,
evolucionando por encima de los determinismos
biológicos, desde la fecundación hasta y a través
de todos los estadios de desarrollo.
Sin entrar a discutir por ahora si dichas células
tienen un propósito o finalidad, ya que la vida
parece no haber sido producto de una finalidad de la
naturaleza,digamosqueesamaneradelacomunidad
de células funcionar en tendencia de evolucionar
hasta ser “cuerpo y mundo”, sería un buen referente
a seguir en la estructuración y configuración de
cualquier teoría cognitiva, comunicacional y
pedagógica.
A partir de la existencia del mundo objetivo
como realidad estructurada que siempre estará
ahí independientemente de que haya o no haya
organismos que la perciban, asumimos que sólo
sería objeto de conocimiento en la medida que
haya un agente que lo interrogue activamente,
que con autoridad e irreverencia le notifique que
no va a poner toda su arquitectura sensorial y
conciencial para limitarse simplemente a reflejar
una fiel copia de ella.
Así, características y propiedades del objeto
no sólo serían filtradas a través de constructos
intelectivos para ser interpretadas según las
personales experiencias y vivencias de un
determinado agente cognoscente, sino que
producto de dicha relación cibernética uno y otro
en diferente grado podrían sufrir una que otra
alteración, tal vez en mayor medida el Objeto.
17
No puede subvalorarse el determinante
papel cumplido por el Objeto (mundo, realidad)
en el fenómeno del conocimiento, ya que el
Sujeto también sería afectado al entrar en coito
con el Objeto. Una vez aquel permea a éste,
auscultándole sus características, el Sujeto desata
momentos de acomodación y asimilación tanto
para adaptarse y transformar las condiciones del
entorno, como para dejarse permear y sufrir la
correspondiente alteración.
Aplicada esta relación cibernética en el ámbito
educacional o pedagógico ha servido para que
los conceptos de “dirección” (gobierno) y “control”
(obediencia), tan propios de la ciencia de la
información con sus códigos comunicacionales,
procedimientos, métodos y técnicas, sean copiados
por teorías pedagógicas del tipo instruccionista
con la idea de instrumentalizar desde el poder
esas políticas educativas elitistas y discriminantes
que acríticamente se han venido imponiendo por
aquí y acullá; o que han puesto el concepto de
autorregulación mecánica y automática al servicio
de las pedagogías que organizan la educación tal
cual se hace con una máquina.
No obstante, es el momento de pensar en que
también podrían ser fundamento para que las
respectivas teorías consideren, por ejemplo, poner
el énfasis en la autorregulación o auto-educación
como libertad, autonomía y autodeterminación
de la persona, puesto que tratándose de la
“cibernética biótica” no podría ser nada distinto
de la permanente comunión con el entorno; de la
autorregulación dialéctica que sabe moverse en
el tope detectando discrepancias y ajustándolas
mediante la unidad y lucha de contrarios hacia
el re-equilibrio; de la inteligente adaptación,
asimilación, acomodación e interrelación con
el entorno; de la autorregulación homeostática
(constante re-equilibrio); y de los contenidos
organizados holistamente y expresados en forma
de holograma.
Aunque la Educación per se no transforma
al Hombre, ni hay que sentarse a esperar que se
den las supuestas condiciones objetivas, sería
un significativo avance poder aplicar la manera
cibernética de comunicarse los organizados,
puesto que además de generar procesos de
ruptura con el statu quo también redundaría en
la transformación del mismo hombre que está
transformando las condiciones.
Por tanto, cuando se hace referencia a la
metáfora de la Célula para explicar y sustentar el
porqué de nuestras propuestas comunicacionales,
18
educacionales y sociales, se está yendo a los
fundamentos del Todo instintual, conciencial,
racional, intuitivo y trascendental de los millones
de células necesitadas de realizarse en su función
ligándose y entramándose entre sí como un holotodo y no a la Célula como individuo aislado.
Así holistamente, una Célula por más que
se encontrare en la periferia no dejaría de
comunicarse a través de todo el sistema tanto
para afectar como para ser afectada. Sin dejar de
estar abierta a reconocerse a sí misma y al grupo,
interactuando, cooperando e intercambiando
regalos, con capacidad de comprender su
entorno para intervenirlo y mejorarlo, haciendo
posible la construcción de tejidos, órganos y un
cuerpo desarrollado (léase sociedad), lo que es
una manera de priorizar la cooperación frente al
individualismo.
Y al hacer referencia de la condición de
“organizada” es tomar nota de cómo es la realidad
y cómo no debería ser la teoría que pretenda dar
cuenta de ella, tomando diametral distancia y
oposición de cualquier concepción mecanicista,
puesto que no todo el entorno estaría ahí pétreo,
sino que lo “organizado”es lo propio de la dialéctica
relación entre la materia y los vivientes, los que
interactúan permanentemente con un entorno
sustancial y plásticamente susceptible de cambiar
(se) y mejorar (se).
En particular, los modelos pedagógicos de corte
mecanicista no encontrarían ningún sustento
en la metáfora celular, puesto que la Célula
aupada por sus propósitos sólo sabe funcionar
“cibernéticamente” de manera inteligente y autoreguladora; con capacidad de sentir, explorar y
controlar elementos de su entorno; con capacidad
de informar a las centrales neuronales y, por
intermedio de éstas, a todos los puntos del cuerpo
sus comportamientos de adaptación, asimilación,
acomodación y, en general, de aprendizaje; con
capacidad de iniciar las acciones correctivas una
vez empiecen a presentarse las anormalidades,
aunque algunas de éstas por no ser fortuitas
sino manifestación de cierto proceso tendrían la
virtuosidad de instaurarse como mutaciones.
El sistema cósmico celular, modelado según
una complejidad muy superior a lo mecánico,
ante todo por ser un sistema orgánico, organizado
y social se comporta como una organización
flexible, inestable y proclive al cambio, que
permanentemente está enriqueciendo las
modalidades de relación, movimiento y
transformación de su entorno y de ella misma.
“abramos comillas…
Si pudiera definirse con una sola palabra todo
este trabalenguas de que la formulación teórica
que quiera tener una fiel visión de la realidad
necesita ser holista, organizada, gestalt-constructo,
holográfica y cibernética, tendríamos que decir
que estamos ante la mismísima Dialéctica.
La Dialéctica de la contradicción y el cambio
(negación de la negación); de la identidad, unidad
y lucha de contrarios; de lo que “es” es y no es, y
de lo que “no es” no es y es; de la acumulación
cuantitativa; del progreso por saltos cualitativos;
de los flujos retroalimentadores de transferencia
de señales de avance y de retroceso (cibernética);
y, en general, la Dialéctica de la Vida.
Una vez descrita la manera de ir construyendo
y desarrollando (estructurando) el Contenido
temático como la Expresión o forma de
estructurar la Lección misma, constituyéndola
cinemáticamente en “holismo” que está en
permanente construcción (gestalt-constructo),
que no estudia de manera aislada cada una de
sus partes constituyentes, sino que toma el Todo
interactuando con todas sus partes de manera
interdependiente y transrelacionada, faltaría
agregar que también tenemos la pretensión de
que en lo sucesivo cuando empleemos el término
Lección (texto) se lo vea como “la construcción de
un constructo personal”.
Este propósito de poder hablar con y a través
del “constructo personal” (Lección), no es ajeno a la
preocupación de resultar en fallido esfuerzo como
tantos otros que por no encontrar una manera
menos academicista de abordar el problema de la
esencia, la existencia y la vivencia del hombre han
terminado por ahí malogrados en los estantes
como un ladrillo más. Pero aún así ya sería mucho
si, merced al principio de la inagotabilidad de las
fuentes, consigue provocar e incitar a otros para
que intenten sobre la misma temática las nuevas
preguntas, interpretaciones, planteamientos,
problemas, respuestas y parciales soluciones, lo
que sería otra manera de descubrir.
También se sugieren re-definiciones y reconceptualizacionesdenociones,conceptos,hechos
y fenómenos, entre las que sobresale la redefinición
delmismoconceptodeCompetenciaComunicativa.
Que, entre otros, incluye esa manera inteligente de
pillarlas todas así ¡tris! en el aire, pero no por arte
de magia sino merced al desarrollo de un sentido
panorámicofundamentadoenlosrigoresdenuestro
quehacer experiencial, vivencial, existencial y
conciencial; desde la cual surgirían esos “chispazos
inteligentes” o ráfagas de intuición.
“abramos comillas…
Esto no se reduce a una competencia más
entre tantas otras, ya que somos “Ello-Yo-criptoYo”
merced a nuestra condición comunicacional. Es
decir, porqué no pretender re-dimensionar y redefinir la competencia comunicativa si ésta podría
comprender a todas las demás competencias.
Vale seguir redundantes con tal de poder
reencontrarnos con la Esfinge y establecer
cómo entre todas las temáticas el principal hilo
conductor es la Dimensión Comunicacional,
la que empezaremos a explorar a partir de la
“función cognoscente” del Ello-Yo-criptoYo,
implicando a su vez una reflexión sobre el
Conocimiento y su Comunicación, tanto en el
acto de conocer y los procesos de conocer las
cosas y conocer acerca de las cosas, como sobre la
producción, transformación, evolución, utilización
y comunicación de un conocimiento que estando
al servicio de los valores públicos no puede
permitirse que sea confiscado, ni privatizado, por
poderosos o mezquinos intereses particulares.
Otra encrucijada nos pone la tentación de
equipar nuestra Lección con la construcción de
una Estructura, del tipo cogito/cogni/cognoscitiva,
pero ya estamos claros en que las cosas nos
han de resultar a la manera de un Constructo. A
pesar de ser éste y aquella hijos gemelos de la
epistemología constructivista, la Estructura sería
más apropiada para una metáfora del Cerebro,
mientras el constructo-gestalt holista es un
fenómeno que tendría más coherencia con la
metáfora de la Célula. Y esta Lección habremos de
constituirla a imagen y semejanza del fenómeno
“Cuerpo y Mundo” que somos.
Se ha recomendado enterarse previamente de
lo que ya han dicho otros, no sólo para no incurrir
en los mismos errores, sino, además, porque sólo
los pedantes llegan a creerse que por sí solos
estarían descubriendo la piedra filosofal, pero
quién podría usufructuar tanto conocimiento
ya producido sin entrar a darle el crédito a casi
todos y a casi todo, así sea al riesgo de incurrir en
el despropósito de considerar demasiados temas,
vaciarse con abundantes noticias y tal vez hablar
de mucho y entendiendo poco.
Se ha valorado el escrito que no pierde en
intensidad lo que trata en extensión, que logra
la coherencia que sólo da la precisión de las
ideas y el uso apropiado del lenguaje apropiado,
pero ya embarcados nadie estaría exento de
desviarse manejando sólo nociones al vuelo o de
terminar contra su propio querer perdido en las
“erudiciones” de los crucigramas.
19
Y el “mea culpa”no termina aún. Una ocurrencia
de estas, así no le cueste nada al escribiente
neófito que por serlo no pone en riesgo ninguna
reputación personal, sí lleva el riesgo de tener que
afrontar el veredicto de los lectores, y toca correrlo
esperando que por lo menos a uno de ellos pueda
parecerle novedoso, interesante y útil.
Nos alienta el hecho de saber que cualquier
intento de construir el “constructo personal” de
una Lección sumerge a su artífice en el dilema,
que casi siempre resulta falso, de no caer en la
pedantería de una cascada de notas pie-de-página
o en la frivolidad de lo coloquial; en el dilema de
no caer en el apresurado y superficial tratamiento
de muchas cosas con poca profundidad o en
el esoterismo de tratar los asuntos a la manera
refinada de fatuos especialistas.
Si al escribir debe pensarse siempre en el
destinatario, lo que es crearse uno mismo su
propio público, también la preocupación pasa
por la utilidad de lo que producimos, que en este
caso está pensado en la formación permanente
del docente. Este “constructo”, entonces, tendría
en primera instancia como destinatario al
docente de cualquier modalidad, a la par que
puede resultar útil a los estudiantes universitarios
y los profesionales de todas las disciplinas; pero,
como también está pensado en función de las
necesidades del mismo escribiente, es de desear
que este producto le sea útil a todos y se ponga al
servicio de los intereses de la cultura popular.
Que sea un motivo más para que nadie se
cohíba de cometer textos, que aún el más modesto
de los aportes siempre tendrá la recompensa de
ser semilla caída en tierra fértil, generándose así el
ámbito para hacernos acompañar en nuestro viajar
por la vida de la ilustre compañías de los anónimos
lectores. Y si aspirar a usufructuar el merecimiento
del público es asunto de alto riesgo que tiene su
precio, y como no estamos ante juegos infantiles
en el que uno pueda impunemente cortar chicanas
para salirse con un “aunque no soy el más apto ni el
indicado”, ante el hecho de someterse por primera
vez a prueba son las dudas y un más que fundado
temor los que han llevado a optar por uno de esos
título del tipo “si yo fuera...“.
Si yo fuera Maestro, trataría de estar a la altura
de tanto honor, asumiendo el compromiso de
corresponderle y retribuirle a la sociedad con
creces el permitirme esta licencia de desentonar
con un Canto General, divulgándolo en coherencia
con mis afectos y convicciones, y puesto al servicio
de la Educación.
20
Porque, sin falsa modestia, no estamos ante
un autor y su obra, sino ante el escribiente de
un “constructo personal” sobre obras de autores
que sí llevan la impronta de haber configurado
un cuerpo doctrinario. Que tampoco necesita ser
consecuente con la sentencia de Laurence Sterne
de que ningún autor que comprenda los límites
del decoro pretenderá pensarlo todo, puesto que
el respeto más profundo que se puede rendir al
entendimiento del lector es repartir ese asunto
amistosamente dejándole a éste mucho por
imaginar y hacer. Ni van a encontrarse ante un
escritor de aquellos que sí saben profundizar y
realizar originales aportes con su interpretación
personal, sino con alguien que sólo se quedará
en la superficie reseñando las interpretaciones de
divulgadores sobre obras de escritores y autores.
Sólo en el caso de un edificio se construyen
primero los cimientos. Claro, qué bueno poder
presentar tanta especulación en forma de esos
diccionarios que no requieren de la aduana de
notas pie de página, pero quienes no fungimos de
escritores podemos echar mano de otro recurso,
el del Ensayo. Si las citas bibliográficas habrán de
entenderse como la pista que se le deja al lector
para que luego pueda profundizar en su leal
saber y entender, me queda el amargo sabor de
no haber prescindido totalmente de ellas, porque
es como seguir haciéndole el culto a aquello de
que esto que estoy escribiendo, y que es en lo que
creo, tan sólo lo digo después de asegurarme que
son otros los que han pensado por mí.
Al no tener que buscar amparo bajo la dudosa
autoridad de tanto “magíster dixit”, no tendría
que entrar a transar filtraciones en la realización
de nuestro sueño de sembrar y cultivar las ideas y
las conciencias. Aunque las citas podrían utilizarse
en la forma y estilo desarrollado por el erudito y
crítico marxista Walter Benjamin (1892-1940),
conformando mosaicos para darle cuerpo a la
obra con base en citas, cuidándonos eso sí de no
tomarlas indiscriminadamente, ni de mezclarlas
arbitrariamente, ni de creer que de por sí una cita
es blindaje de autoridad.
De ahí que precavidos de no recurrir a citas
provenientes de las tesis más diversas, en
ocasiones no pertinentes al tema en cuestión o
contradictorias entre sí, trataremos de emular ese
intento de Walter Benjamin que pudo relacionarlas
de manera tan magistral que sus escritos eran
pensados más para suscitar la reflexión y toma de
posición del lector que para atrincherarse en la
torre de marfil de sus propios puntos de vista.
“abramos comillas…
Este viaje hacia la sincronización del Hombre
con los ritmos de la Naturaleza, ya que los
ritmos de uno y otra son de simpatía, quedaría
como una guía introductoria sin la banalidad de
pretender ser un tratado. Es una guía pensada
para ser consultada a manera introductoria, a la
que tal vez le hubiera bastado el rótulo de ser
una compilación o glosario, sin las academicistas
notas pie de página.
Tampoco quiere decirse que estamos ante un
simple pasatiempo, ya que si somos glosadores de
glosadores no por esto vamos a dejar de estar a la
altura de nuestros destinatarios, que en lo posible
no defraudaremos su curiosidad de ir pronto
a profundizar sobre lo que haya despertado su
interés.
Si la intención es describir y plantear de
forma “aporética”, sólo insinuando compromisos
personales con ciertas concepciones, dejando
todo abierto y sin respuesta definitiva a la vista,
que no se entienda que el escribiente va a caer en
la comodidad de dejarlo todo al garete, ni que las
ideas ajenas hablen por sí solas, ya que entre lo
convenido también está responsabilizarse de ir
asumiendo ideas propias, para mejor y para peor,
que el lector sabrá en qué sitio las pone.
Lo ideal sería abordar y describir todos sus
vericuetos de una manera clara, fluida, sencilla
y profunda, pero es altamente probable que
quedemos en deuda. A mí que no me esculquen,
que no tengo más camino que tomarme cualquier
tipo de licencias literarias, con tal de poder
desahogar lo que aún me atraganta, tanto de
frustración como de regocijo, expresando muy a
mi burda manera lo que vaya saliendo desde la
personal cantera temática y conceptual.
Por esa manía de “no poder no” reivindicarme
ecléctico, otra vez la voz interior me aturde entre
murmullos y voces acusadoras, llegándome la
paranoia a tal extremo que me tropiezo con un
escrito del académico Diego Guerrero afirmando
que defender la pluralidad teórica e interpretativa
y la apertura al diálogo, consustancial con la
práctica científica, no impide rechazar toda forma
de eclecticismo. Según Guerrero, por definición
el “eclecticismo” siempre ha de resultar excesivo
porque se basa en la incapacidad de ver que
cualquier fusión teórica auténtica se produce
por absorción, requiriendo que una sea la teoría
absorbente y otra la absorbida. Aspecto este que
no pude percibirlo a tiempo, tal vez porque en mi
sentido y parecer lo “ecléctico” no iría más allá de
su acepción primaria de “escoger”.
“abramos comillas…
A los ilustres acreedores y glosadores glosados,
con su venia, vamos a hacer metáforas, sin poses
de originalidad que dejen damnificada a la misma
verdad. Es menos temerario saberse “copietas”,
dando los respectivos créditos, que ponerse a dar
porrazos esperando que en algún recodo aparezca
la novedad, para luego pasar cuentas de cobro,
como apostándole a que entre más afirmaciones
gratuitas se lancen en algún momento el azar se
cansará de no acertar.
Que la publicación de un Texto tan árido se
justifique sólo en la medida que se plasme en
algún determinado trazo que se está al servicio
de la causa de la construcción de un sentido de lo
humano, de la vida y del porvenir de la humanidad.
Que por lo menos aclaremos cómo casi toda esa
jerga que usamos indiscriminadamente en cada
una de nuestras disciplinas y profesiones, ya sea
de tipo psicológica, lingüística, antropológica,
naturalista, científica o tecnológica, en no
pocos casos creemos dominarla aunque sin
entenderla, impostando terminologías que no
entendemos y, lo más grave, que no sabemos
que no las entendemos. Que no nos pase lo que
tan a menudo ocurre en la Filosofía, mucho más
susceptible de ser invadida por “jerigonzas” con
las que a menudo se hacen alardes de novedad
y originalidad, cuando no dejan de ser ideas
prestadas, totalmente simuladoras de saberes que
no se tienen, reducidas a simples vaguedades,
imprecisiones y resonancias verbales.
Como no hubo forma de acceder a toda la
literatura requerida, ni a la disponible, se optó por
empezar a escribir con lo poco que se tuviere o
fuese cayendo a la mano. La secuencia temática, el
orden de los conceptos, pertenece al razonamiento
mismo y al libre albedrío; su ordenamiento
no ha sido impuesto caprichosamente por los
contenidos, ni por un arbitrario mandato de
la razón; son lugares comunes expuestos con
enfoques, matices o intenciones diferentes que,
por demás, podrían ser bien discutibles, pero que
nos ha exigido ir más allá de lo que quiso decir
determinado escritor o autor, tratando así, al
interrogarlo, de comprender su sentido.
Y si entre tema y tema las cosas no alcanzan
la profundidad requerida, tocaría tomarlo cual si
fuesen entremeses; si todo quedare reducido en
una simple reflexión personal, por lo menos que no
resulte neutra, sino que llegue a motivar decisiones
y compromisos.; si consigue se identificado por su
impronta personal, esto es algo.
Sí, como siempre, pudo ser de otra manera.
21
Aunque su destino sea encontrarlo algún día
expuesto en un arrume de libros invadiendo
cualquier andén de no se cual ciudad y ofrecido
a precio de baratija, que fue de la misma
manera como pude hacerme a los viejitos que
necesitaba volver a acariciar para salir avante en
el despropósito de emular a quienes recobran
la vigencia de los deshauciados, como Compay
Segundo lo hace con el Buena Vista Social Club,
tampoco se ha perdido mucho. Excepto mi
tiempo, no se ha dilapidado del erario, ni de lo
aportado por los contribuyentes; no escribo
esto para justificar un año sabático o para algún
escalafón, ni soy beneficiario ni agente de
fundaciones que hacen su negocio cooperando y
evadiendo obligaciones tributarias fungiendo de
benefactoras. Si yo fuera Maestro.
Acá en vuestras manos, el fruto de una
ocurrencia surgida de convicciones y del patético
prurito de los gomosos y diletantes que no se
resignan a plantar y procrear, ni se sientan a
esperar a los bárbaros. Tampoco es para caer en
la manida costumbre de alardear de sabihondos
y poner un ladrillo más en los anaqueles de
nuestras salas, ni para abandonarlo a la vista del
visitante e intimidarlo con libros inconsultos. Se
aboga sí porque la presente Obra no quede por
ahí refundida a ser consumida en la intemperie
del olvido.
Si entre el anonimato y el ridículo sólo hay un
paso, toca estar predispuestos a asumir en todo
su rigor el que alguien pueda señalarlo como la
más extensa de las citas bibliográficas conocidas,
así no se entienda porqué cuando se le copia a
uno es plagio pero si a muchos es investigación o
tratado. Pero bienvenida la crítica cáustica a hurgar
entre la maraña del collage de temas a desarrollar,
que algún tris de originalidad y utilidad habrán de
encontrarle. No se espera más.
No importa que sea un escrito prescindible
y esté muy afectado por las limitaciones de su
autor, el que nunca alcanzaría a ser merecedor
de la calificación del poeta latino Horacio que
ante su propia obra expresara “he acabado un
monumento más durable que el bronce (exegi
monumentos aere perennius)”. Un autor que hace
gala de su condición de ser el vetusto y destartalado
buldózer modelo 54 presto a empezar la faena
del descapote, con la esperanza de que ya cada
cual sobre tierra dura profundice en los cimientos
hasta erigir otros escritos del tamaño de su leal
saber, conocer, interés y compromiso.
Y antes de caer en la cuenta de que también
esto ya alguien lo dejó literalmente escrito,
llevándome a desistir de cometer este burdo
armatoste de cosas ya dichas por otros, y así de
súbito me intimide con la posibilidad de verme
hecho trizas y sometido a la sevicia y escarnio
con que se apabulla a quien sea sorprendido en
plagio, toca curarse en salud confesando que
sí, que estamos ante un simple compendio de
consultas bibliográficas sobre obras a las que nos
aproximamos mediante lecturas sintéticas.
Esto, porque nadie está exento de caer en las
fauces de la malsana crítica, ni de ser expulsado
del paraíso por incurrir en falta de originalidad,
cuando lo paradójico es la misma Escuela que toda
ella es un templo a la copia cultural, y no hay nada
en la inteligencia humana que antes no hubiese
habitado en la mente de otros hombres. Y si un
recóndito pudor intelectual aconseja desistir y no
meterse en honduras, sino aprovechar el tiempo
en cosas más útiles, veo cómo ya lanzados no hay
tutía. Ha sido un Canto del Cisne más.
No hay manera de evadirse por la puerta falsa.
Parece que lo más profiláctico es tomar conciencia
de no poder evitar exponerse al escrutinio público.
Ergo, “abramos comillas...7
7 Entre todos los textos y autores estarán otros no citados, por los que ahora también manifestamos nuestro reconocimiento,
referentes a la información retomada de aquellos programas audiovisuales de divulgación científica (Discovery, History,
Infinito), y entre los que destacamos muy especialmente “Redes” emitido por la televisión española bajo la dirección del
maestro catalán Eduard Punset.
22
“abramos comillas…
Hubo un momento ecuménico en el que se
congregarían los más conspicuos pensadores
de su época para plantearse las preguntas
fundamentales, que serían las mismas nuestras
de hoy, como si desde siempre no hubiese nada
nuevo bajo el Sol (nihil novum sub sole).
Y decir “nada nuevo bajo el Sol” no se refiere a
cosas, hechos o fenómenos, sino a las Preguntas
por la Materia en Movimiento o sobre las cosas de
la totalidad del Universo, que siempre ha podido
hacerse la inteligencia humana, encontrándonos
conque no han dejado de ser las recurrentes
preguntas. Sólo que en cada momento estamos
ensayando respuestas, cuidándonos de no abusar
en repetirlas porque sería como haber estado
siempre cometiendo los mismos errores, mucho
más cuando toda posible respuesta nunca dejará
de serlo a manera de una hipótesis más, sin llegar
a una solución definitiva.
Es como si el Todo estuviera emergiendo de
una misma esencia o contenido, conformándose
agregadamente en las poliédricas formas de
infinitas configuraciones expandiéndose por
entre sus múltiples dimensiones; como si en
todo tiempo se dieran las mismas condiciones
y situaciones precisas para estarse haciendo en
cosmos (Uno); como si la naturaleza tuviese el
atributo de pensarse a sí misma a través de cierta
inteligencia universal; como si las cosas se dieran
tal cual lo avizorara Diógenes de Apolonia, en
cuanto a que la evidencia de una pluralidad de
seres implicaba que sólo serían alteraciones de un
mismo ser.
El tema dominante por aquella época era sobre lo
Uno y preguntarse por el Uno suscitaría pensar que
el Universo funcionaba como un colosal reloj de
El Gran Concilio
exactísima precisión, pero tocaría indagar entonces
a la realidad para que nos diga si los movimientos
no están repitiéndose en eterno retorno, ni
haciendo constantes las cosas; o si la Materia está
en permanente y creciente movimiento en espiral
ascendente entre avances y retrocesos, sin repetir
ciclos, de-en-por-para-hacia la Vida.
Preguntar, condición del Maestro
Plantear preguntas fundamentales y estar tras
la búsqueda de sus respuestas es la credencial
para ingresar al Gran Concilio, instalado en el
Medio Oriente por allá 2.500 años atrás y de una
grandeza a la medida de los grandes maestros
participantes en él.
Aún retumban las preguntas sobre si el Cosmos
es Uno con varios universos, o si lo Uno es el
Universo con varias dimensiones; pero una voz
del sentir entraño nos hace intuir que, en nuestra
limitada inteligencia humana formando parte de
la inteligencia universal, el Uno o el Todo sería
el mismo Cosmos que raudo y con la Vida entre
su tripulantes va inmarcesible e inexorablemente
expandiéndose eternamente, sin comienzo ni final.
Preguntar bien es hacer uso de las clásicas
ocho circunstancias alrededor de las cuales se
interroga sobre lo que una cosa “es”: ¿Quién?,
con respecto a la persona; ¿Qué?, con respecto
al hecho; ¿Dónde?, con respecto al lugar; ¿Por
qué medios?, con respecto a los medios; ¿Por
qué?, con respecto a los motivos; ¿Cómo?, con
respecto a la manera; ¿Cuándo?, con respecto al
tiempo y ¿Por qué no?, con respecto a desterrar
del glosario personal la palabra “imposible” (no se
puede), aunque también es frecuente considerar
preguntas como ¿para qué?, ¿de qué?, ¿a qué?
25
El único riesgo a correr por preguntar bien es
el de aprender la lección, tal como en reciente
entrevista nos lo dice el realizador español Pedro
Almodóvar que, a propósito de explicarse su
agnosticismo, recuerda cómo éste le surgiría a los
10 años cuando no sólo empezaría a formularse
las preguntas que uno se hace a lo largo de la vida
-¿de dónde venimos? y ¿cuál es nuestro sentido
aquí en la tierra?-, sino que después de abrirle a
la religión la posibilidad de respondérselas se
encontró con que al cabo de los años nunca recibió
aclaración alguna de su plena satisfacción.
Hoy se nos invita a participar en el Gran Concilio
para tener la oportunidad de abandonar certezas,
acrecentar la virtud de saber que ignoramos y
poder refugiarnos en nuestra propia impotencia.
Nos disponemos a entrar en la comprensión
de la grandeza y complejidad de la materialidad
del Mundo en el que ha surgido la Vida y se
han diversificado los mundos inorgánicos y
orgánicos, evolucionando hasta producir el
animal más complejo de la Naturaleza, el Hombre.
Toca ir pertrechados de una fundamentada
concepción sobre el Mundo, la Vida y el Hombre,
planteándonos sus problemas y tratándolos a
la luz de teorías, experimentaciones y vivencias
cotidianas, en la idea de poder configurar el
camino que nos ponga en la ruta de lograr un
aproximado conocimiento verdadero sobre las
cosas, los hechos, los fenómenos, los procesos y
las situaciones de la Materia en Movimiento.
No importa si el precio del boleto de entrada es
evidenciar desde temprana edad cómo nos vamos
despojando de creencias y quedamos inmersos en el
ámbito de cierto agnosticismo ¿ateísmo? Es un buen
pretexto para no seguirle endosando a instancias
externas la responsabilidad de la búsqueda,
decididos en cambio a no pasar por la vida sin por
lo menos habernos hecho dichas preguntas sobre el
Mundo, la Vida y el Hombre, las que desde niños
tuvieron que inquietarnos, pero cuyas respuestas
no dejarán de ser hipótesis. Como hipótesis han
sido las explicaciones del big-bam, la expansión,
la contracción, el calentamiento, el enfriamiento, la
finitud, la infinitud, el agotamiento y la eternidad
sobre el Cosmos, los agujeros negros, los agujeros
blancos, los agujeros de gusano, las 10 dimensiones
del espacio-tiempo según la “teoría de las cuerdas”
y las 11 dimensiones del espacio-tiempo según la
“teoría de las membranas M”, entre otras.
Por donde quiera que miremos tendríamos que
conmovernos y preguntar por la razón de ser de
esa infinitud de cuerpos orgánicos e inorgánicos
26
que nos rodean, ya sea mostrándose en forma
de fuerzas, partículas, átomos, bacterias, plantas,
animales, atmósfera, planetas, estrellas, galaxias,
nebulosas y cosmos, con la propiedad común de
ser Materia en Movimiento; o en forma de realidad
objetiva existente fuera de nuestra conciencia
que no depende del Hombre ni de ninguna otra
conciencia, ya que la misma conciencia no es más
que el producto de los desarrollos de la Materia
en Movimiento, pero que sólo sería conocida en
cuanto experimentemos la Vida existiendo como
sujetos cogitativos, cognitivos y cognoscitivos.
Si lo que existe no es objeto de conocimiento
por parte de un sujeto cognoscente, así fuese
objeto sólo para ser pensado a través de nuestras
especulaciones, es como si no existiera.
El tipo de problemas planteados, la forma
de plantearlos, la manera de tratarlos y los
procedimientos seguidos, no sólo para obtener
un conocimiento verdadero, sino para buscar y
encontrar respuestas y soluciones a las situaciones
problemáticas, han venido configurando un
camino del saber, que en sus comienzos fue de
mitos y ahora lo es de ciencia; saber que a medida
que se adquiere nos hace sentir la necesidad de
participarlo para que sea Objeto de conocimiento,
tanto conocimiento conocido como por conocer,
mediante el más humanizador de los procesos, el
de la Educación.
La Educación es una de las gestas épicas
determinante de la historia, ya que a medida que
lassociedadesvanevolucionando,transformándose
y desarrollándose en los modos de producción
concomitantes a cada una de las formaciones
económico-sociales,dondeprimerosereflejanestos
cambios es en la Educación, la que va asumiendo los
contenidos, las formas y las instituciones acordes con
la ideología de quienes en determinado momento
ostentan el poder de imponerle sus particulares
intereses a la división del trabajo.
En la historia, la Educación precede y le
sobrevive a cualquier institución social. Cuando
aún la división del trabajo era natural, sin
distinción entre trabajo material e intelectual, y
en relación directa con la naturaleza el hombre
producía en comunidad sólo lo que determinaran
sus mismas necesidades, se daría el acto más
representativo de la sabiduría humana en toda
su historia, cual es la producción y el dominio del
“fuego”; por consiguiente, el hecho educacional
más significativo sería la enseñanza y transmisión
de este saber de generación en generación por
maestros que aún eran iletrados.
El Gran Concilio
Maestros In situ
El que toda manifestación de vida implique
hechos de inteligencia y aprendizaje nos muestra
a la Naturaleza como la gran educadora, tal cual
esos ciclos educacionales que pudieron cerrarse
en eventos de “especiación”.
La Educación no es un atributo exclusivo del
Hombre, ya que desde tiempo ha ella le precede
a éste. Quienes guiaron a sus congéneres en las
primeras grandes migraciones de homínidos
necesitaron ser grandes maestros, igual que la
matriarca elefante que, además de conducir a
su propia cría en un aprendizaje de nutrición,
convivencia y supervivencia brindado durante
10-14 años, también logra conducir exitosamente
su rebaño a otras praderas y aguas, consiguiendo
así no sólo la supervivencia de los suyos sino
enriquecer el aprendizaje acumulado sobre
trochas, senderos y caminos que se trillarán
nuevamente por las sucesivas generaciones en su
recurrente ir y venir a través de las temporadas.
La Educación es co-sustancial a todo lo
“organizado”, requerida por todos los organismos
vivos y sólo de manera particular por los animales
superiores, entre estos el Hombre. La diferencia
entre el Hombre y el Animal sólo es un asunto de
grado mas no de sustancia; que por creer que los
animales no sienten u ostentan la competencia
educacional no terminemos tratándolos a las
patadas o embriagados de sadismo en tardías
plazas de toros.
Siempre hemos tenido que educarnos y
contar con maestros, ya fuese para ser guiados
como rebaño, como hormigas pensantes o como
sujetos conscientes, actuantes y protagonistas,
desplegando así nuestra condición de animalidad,
racionalidad, irracionalidad, emocionalidad y
humanidad que supuestamente nos tiene en la
cúspide jerárquica de la Vida.
Desde antes de la Eva raizal de las praderas de
África venimos acumulando conocimientos del
medio externo de ríos, valles, montañas, desiertos,
climas y poblaciones, aplicándolos (método) para
desplegarnos, asentarnos y organizarnos en lo
social, lo económico y lo político. De no ser por los
Maestros “in situ” de aquellos primeros tiempos,
hoy no estaríamos poblando el Planeta en el
orden de siete mil millones de congéneres.
Una vez constituidos en especie humana
fue necesario garantizar que generación tras
generación no se perdiera el saber producido
dentro de los mismos habitáculos de las cavernas,
donde merced al instinto educacional pudimos
trazar el plan para en colectivo enfrentar una fiera,
un animal de caza o un enemigo, o idear la manera
de protegerse de las inclemencias del medio, o de
migrar en búsqueda de condiciones convenientes
y organizar el asentamiento de su comunidad,
entre tantos otros aprendizajes.
La Educación humana como tal surgiría 800 mil
años atrás con nuestro antepasado pitecantropus
erectus (Java), según fósiles descubiertos en 1890
por el médico holandés Eugene Dubois, que antes
de requerir la división del trabajo pudo desplegar
cierto quehacer educacional para compartir
el conocimiento sobre la elaboración de las
herramientas y armas de piedra que le permitieran
en colectivo cazar o enfrentar a los grandes
animales, redundando esto en la necesidad de
vivir en sociedad para garantizar los aprendizajes.
Ya en los albores de la civilización humana, la
Educación le permitiría al Hombre desarrollarse
según su actividad material e intelectual
plasmada en la construcción de los grandes
monumentos de piedra (cultura megalítica) que
le llevarían a concretar su pensar e imaginar en la
transformación de su entorno en la medida de la
construcción de majestuosas edificaciones como
murallas, torres, pirámides, jardines, riegos, armas,
ciudades y todo tipo de obras erigidas a través
de los tiempos y en todos los lugares de la Tierra
(África, Asia, América), ya fuese en nombre de la
Naturaleza, de los dioses o del hombre mismo.
Ad honorem
En el desarrollo progresivo de la actividad
material e intelectual del Hombre una cosa es
conocer y otra llegar a saber, ya que mientras el
conocimiento sólo nos sirve para ganarnos la
vida, en cambio el saber nos sirve para vivirla, y
nada tan complejo como participar de ese saber
que en todo tiempo ha tratado de encontrar las
respuestas a preguntas fundamentales.8
Las preguntas fundamentales sobre la Materia,
el Movimiento, el Tiempo, el Espacio, el Comienzo,
el Final, el Infinito, el Mundo, la Vida y el Hombre
son tan antiguas como el Hombre mismo, aunque
sus respuestas tal vez no tengan tanta tradición, al
menos que todo el legado pictográfico y artesanal
encontrado, por ejemplo, en las cavernas de
Altamira sea producto de una preocupación por
reflexionar y responder preguntas del mismo
tenor.
8 Las respuestas a las preguntas fundamentales sobre la Materia, el Movimiento, el Tiempo y el Espacio pueden incluso llevarnos
a sin sentidos como las aporías de Zenón (“la flecha de Aquiles”, “la tortuga y la liebre”) .
El Gran Concilio
27
En gracia de especulación demos un salto por
encima de los tiempos para situarnos en uno
de los momentos excepcionales de floración de
preocupaciones filosóficas, fecundadas por el
quehacer antropogógico de grandes maestros.
Pero así como es tan difícil determinar el grado de
especulación y veracidad de leyendas que con el
tiempo se van haciendo creíbles, como las del rey
Arturo, Marco Polo o Carlomagno, tampoco por
ahora se nos pida precisar si el Gran Concilio de
Maestros pudo darse como un hecho histórico.
Y, ¿porqué no?, si por la temática tratada,
en efecto sí pudo darse. Imaginemos que por
la pléyade de maestros orientales de la época
pudo haberse realizado el excepcional y crucial
encuentro de maestros, en un tiempo en
que empezaba a florecer cierto pensamiento
universal sobre la concepción del Mundo, de la
Vida y del Hombre. Época de contemporáneos
maestros con escuelas y legados como los de
Zaratustra, reformador religioso persa y fundador
del zoroastrismo o mazdeísmo; Lao Tse y sus
discípulos (Chuan Tzu, Yan Hui); Buda (Zàkyamuni,
Gautama o Siddhartha), “el sabio”, el “solitario” de
los zàkyas y sus discípulos; Pitágoras y su escuela,
Tales y Anaximandro de Jonia, entre otros.
¿Porqué no?, si especular sobre un supuesto
Gran Concilio rayaría en una ficción similar a
la ficción de “occidente”. También nos sirve de
pretexto para dar cierto rodeo por los mitos,
remontándonos sobre esa Ola que desde los
siglos (-VIII-VI) nos ha legado de China, la India y el
Mediterráneo mucho de lo que hoy somos.
Situados en aquel tiempo y lugar, pudo haberse
empezado a plantear por ejemplo el problema del
dios único, proveniente de Zoroastro y promulgado
desde un milenio atrás por los Hicsos en el Egipto
de Akhenatón, y que ahora era asumido por
el contemplativo y dialéctico Lao Tse9 y por el
imperturbable Buda con su testimonio de vida
justa va en búsqueda de la felicidad eliminando el
deseo y el sufrimiento.
De Buda también todos esperarían su
exposición sobre el principio o regla ética de la
Empatía, el mismo que en la actualidad rige la
convivencia entre ciertas comunidades africanas
bajo el concepto de “Ubuntu”, ya que “yo no soy,
somos”.
Cuando prescribe que nadie puede hacerse
humano, sino a través de las otras personas,
encontramos vestigios de Ubuntu o la Empatía. El
día que nuestra humanidad sea hacia otros y se de
la solidaridad entre los iguales que por naturaleza
somos, porque “una persona es una persona a
causa de los demás”, seremos sociedades más
horizontales y menos jerarquizadas disfrutando
plenamente el derecho a la felicidad. Nadie es
más que nadie. Se pregunta Ernest Hemingway
¿por quién doblan las campanas?, ¿Será por mí?
Entonces, trasladados al momento y lugar tan
crucial para la historia de la humanidad, en el
que pudieron contactarse y transculturizarse los
pueblos, naciones, religiones y culturas del Oeste
con el Este, aprovechando esta confluencia de
circunstancias y contingencias a alguien se le pudo
ocurrir que era la oportunidad de convocar a los
sabios de la época para identificar el gran rasero
de la humanidad, que es el mismo del Mundo, la
Vida y el Hombre.
Son tiempos de una irrepetible encrucijada
de historias que pudieron darse una cita en
el floreciente imperio persa, cuyo soberano el
gran Ciro, y esto también es imaginación, no fue
presa de la desquiciada obsesión de mancillar la
dignidad de los sometidos e indefensos pueblos,
ni de arrasar con las otras naciones y culturas, sino
que en comunión con la humanidad optaría por
facilitar la realización del más ecuménico de los
eventos, en el que delegaciones de naciones de
las más diversas lenguas, religiones, costumbres y
culturas pudieron congregarse alrededor de una
inmarcesible llama sagrada.
Estamos setenta años después de la primera
incursión de Nabucodonosor en Jerusalén,
sometida ésta al prolongado sitio de su primer
destierro, con Babilonia bajo la férula de Ciro el
grande, el soberano que proclamaría el famoso
Edicto autorizando el regreso de todos los
cautivos a sus patrias, siendo la propia voluntad
del profeta Daniel no regresar a Jerusalén, capital
de Judea,10para quedarse en cambio organizando
la realización de una gran asamblea universal de
doctrinas, la que también pudo conocerse como
el primer Gran Concilio universal de las culturas.
Serían convocadas todas las escuelas arraigadas
en el nuevo imperio Medo Persa, lindante con el
9 Se cree que la dialéctica de Lao Tsé se inspira en la del Yi-ching o libro de las mutaciones.
10 Posterior a Salomón la tierra prometida pasaría de doce naciones (tribus) a dos grandes regiones, Israel y Judea, con Samaria y
Jerusalén como sus capitales, respectivamente.
28
El Gran Concilio
gran río Indo al Este, el gran río Nilo al sudoeste,
la costa oriental del mar Mediterráneo al Oeste,
el mar Egeo al noroeste, los mares Pounto Euxino
y Caspio al norte, el mar Rojo y el mar Eritreo en
latitud del trópico de cáncer. El Imperio incluiría
mares, naciones, pueblos, lenguas, religiones y
culturas como la Etíope, Egipcia, Palestina, Asiria,
Caldea, Babilonia, Persa, Meda, Acadia, Lidia, Jonia,
Egea y Mediterránea oriental.
El evento contaría con el irrestricto aval de un
entusiasta Ciro, algo impensable con Cambises,
motivado porque también en las nuevas tierras se
tenía la preocupación por la creencia en un único
ser supremo. Y la oportunidad de reflexionar sobre
la unidad sustancial del universo, nutrirse de esas
doctrinas inspiradas en el amor y hacerse a los más
sabios conocimientos sobre el descubrimiento de
las estructuras de la realidad del hombre y de los
misteriosos cielos, la aprovecharla a plenitud.
Por su sabiduría Daniel se mereció el respeto
del Gran Ciro, al enterarse éste cómo a expensas
de las convicciones y videncias de Daniel años
atrás el rey Nabucodonosor en el apogeo del
ejercicio de su poder también haría votos por
la causa de un único ser supremo, así fuese al
precio de considerársele desquiciado, además
de haber conseguido las sucesivas conversiones
de Nabonid, Belsazar y Asuero. Asuero, que
podría ser el mismo Darío el Medo, accedería
a las súplicas de su favorita Ester en pro no sólo
de la vindicación de su desarraigado pueblo,
sino también de la libertad de un compañero de
Daniel del primer cautiverio que acababa de caer
en desgracia prestando sus servicios en la corte,
lo que se le concedería no sabemos si a Misael,
Azarías o Ananías, pero sí a quien se hacía llamar
Mardoqueo.
No quedó escrito, pero parece que Daniel
sería correspondido con la más selecta de las
representaciones de la época, contando con las
nutridas delegaciones de discípulos y mensajeros
de las doctrinas de Zaratustra, Tales de Mileto,
Anaxímenes, Anaximandro, Pitágoras, Buda y Lao
Tse, entre otras.
También se invitarían otras escuelas de los
extremos del mundo, logrando que entre los
invitados especiales honraran con su presencia,
así decía en la esquela, los maestros Pitágoras,
Anaxímenes de Mileto, Buda y Lao Tse, entre
otros, comentándose luego cómo la atención
se la robaría un retraído e imberbe jovencito
llamado Heráclito, que llevado por algún maestro
de la delegación de Éfeso no le perdía paso al
viejo Lao Tsé, escuchándole deslumbrado el
pensamiento de que nada es estático y todo fluye
entre contradicciones dialécticas (dialéctica de los
contrarios) como las del vacío y la plenitud, la vida
y la muerte, la inocencia y la corrupción.
Y sobre el pensamiento de Lao Tsé que todo
está en permanente cambio y haciéndose siempre,
que “existe lo inmutable por entre lo mutable”,
Heráclito llegaría después a la conclusión de que
en tanto el agua parece que fuese la misma no
podríamos bañarnos dos veces en el mismo río.
Hubo otras presencias igual de importantes
como la variedad de esotéricos magos y sabios,
destacándose cierta delegación que decía
ser portadora de los testimonios sobre los
conocimientos astronómicos y matemáticos de
una civilización ¿Maya? de allende los mares y
continentes, erigida sobre el mismo lugar donde
sesenta y cinco millones de años atrás pudo caer el
colosal meteorito, lo que despertaría la curiosidad
de todos.
El sin igual Evento, asistido por contertulios tan
conspicuos, se realizaría en cierto lugar sagrado
al sur del mar Caspio, en las montañas Elburz,
alrededor del inmarcesible fuego sagrado11 donde
Zaratustra avizorara dentro de sus llamas que, en
plena lucha entre Ormuzd encarnando el Bien y
Ahriman representando el Mal, nos gobernaba un
Único ser supremo y se daría la redención divina
de un paraíso para los buenos y un infierno para
los malos, ya que tan necesario era un principio
como un final.
Esta revelación sería el tema central a tratar en
la Asamblea, en conmemoración del ciclo de cien
años de la partida del Maestro Zaratustra, último
de los Zoroastro.12El sitio pudo ser la ciudad de
Bactriana (Baktra), por haber nacido allí el Maestro,
o el monte Berezaiti de la cordillera Elburz donde
pudo haber muerto el primer Zoroastro y se
perpetuaba aquella inextinguible llama sagrada.
Mas, un largo e intenso invierno glacial impediría
11 Esta tradición del eterno “fuego sagrado”, equivalente a la bíblica zarza ardiente, es muy normal para una región con las mayores
reservas de hidrocarburos (ges, petróleo) del Planeta, donde son varias las llamas que aún arden por consumir algún escape
de gas.
12 Se habla de diferentes Zoroastro, que se sucederían en el tiempo, siendo que no se ha podido constatar si Zoroastro vivió hace
3500 años, o hace 3000 años, o hace 2500 años.
El Gran Concilio
29
la masiva presencia de los delegatarios, obligando
que a última hora se trasladara la sede hacia el
cálido verano del sur. Sería tal vez en la ciudad
de Susa, cercana al santuario “Chak Chak”, donde
doscientos años después Alejandro fundaría a
Persépolis. La Convención, que inicialmente fue
citada para la región Meda, cerca del Cáucaso, se
realizaría en la región meridional Persa del nuevo
y gran imperio.
Los delegados se congratularían por el nuevo
lugar, tan generoso en condiciones climáticas,
geográficas y culturales; aprovecharían su estadía
para escuchar leyendas de primera mano como
la redención y tránsito por esas tierras del “Arca
de la Alianza”, la que habría sido construida siete
siglos atrás en madera de acacia enchapada
en oro por el gran artista Besalel, para que en
ella se salvaguardaran las pétreas tablas que
testimoniaban la ratificación de una Alianza
pactada en tiempos de Abraham y renovada por
el pueblo de Moisés.
No se organizarían por mesas temáticas,
ni de trabajo, ni ningún tema se trataría de
manera compartimentada, sino que en plenaria
permanente tratarían sobre los mitos, la poesía, la
religión, la naturaleza humana, la naturaleza de las
cosas, la astronomía y, en general, la cosmogonía.
La discusión sobre el tema central de la
Asamblea tuvo que ser ampliada a petición de
la delegación egipcia, que quiso tratar sobre el
problema de “lo Uno y lo Múltiple” y el problema
del “Ser”. Esto sería secundado por los hinduistas
que venían muy dispuestos a compartir su idea de
que la multitud de cosas y acontecimientos que
nos rodeaban no serían más que manifestaciones
de una misma realidad última, que lo Uno era la
estructura o contenido esencial del Universo,
mientras que otros concebían este Uno como
si lo inanimado y lo animado formasen parte
de una misma materia dotada de vida y de
espiritualidad.
Durante los recesos, las delegaciones se
retirarían a sus respectivas tiendas o aceptarían
invitaciones de otras delegaciones, que era lo
más frecuente, para afianzar sus relaciones y
compartir reflexiones sobre sus fundamentos
doctrinarios. Todas las reflexiones iban dejando
pocas respuestas y muchas más preguntas.
La delegación egipcia aclaraba que no se
sentían cómodos si les miraban el ejercicio de
su concepción y conocimiento cosmogónico y
científico como un asunto de hierogramáticos
que reducían la realidad de las cosas a imágenes
30
hieroglíficas; ni que sus conocimientos sobre
el corazón que conoce y la palabra que crea las
cosas podrían reducirse a una artesanía de la
escritura, cuando en verdad su preocupación era
por la concepción de lo Uno o ser Único que por
ser multiforme y poseer millares de ojos y oídos
estaría presente y estable en todas las cosas,
conteniendo a todos los demás dioses; para quien
los elementos físicos como el fuego, el aire, la
tierra y el agua serían la alquimia de sus sucesivas
almas, yendo tras la correspondencia entre la
armonía física del universo y la armonía moral y
política de la sociedad, y develando los factores
perturbadores como el sufrimiento, la muerte y
el pecado que alterarían la marcha perfecta del
mundo.
Los maestros babilonios, herederos de la
cosmogonía sumeria y semítica, tampoco serían
ajenos a una representación sistemática del
universo y del hombre, argumentando cómo
admitían la identidad del nombre con la cosa
significada para concluir que sólo existía tan sólo
lo que tiene un nombre; cómo su cosmogonía se
fundaba en el Verbo creador del movimiento hacia
la unidad, de la formación del universo y de las
cosas de la naturaleza; el que primero separaría el
Cielo y la Tierra, con las estrellas como imágenes
de los dioses, y luego sería fijado el nombre de
Marduk, el dios que ha creado, ordenado y regido
todo tanto para los dioses del Cielo, la Tierra, las
aguas y los infiernos, como para las divinidades
del Sol y la Luna, las fuerzas de la naturaleza y ese
humilde e insignificante hombre que naciendo
inocente estaría condenado a servir a los dioses y
a cargar con la mancha de las faltas cometidas por
ellos en su nombre.
El tópico adelantado por los discípulos de
Buda, el iluminado, giraba desde el problema de la
infinitud del espacio, la infinitud de la conciencia
y la infinitud de la nada, hasta el crucial problema
del “dolor”. Planteaban que el “dolor” se generaba
por esa gran calamidad de tener “deseos”, que la
mayor falta era tener codicia y la mayor carencia
era tener ambición; que debido a lo empírico,
objetivo y subjetivo de la realidad existiendo en
tránsito y dolor, el nacimiento es “dolor”, la vejez
es “dolor”, la enfermedad es “dolor”, la muerte es
“dolor”, la unión indeseada es “dolor”, el “deseo
inalcanzado” es “dolor” y la separación de lo amado
es “dolor”. Entonces, la supresión del “deseo” sería
el camino sagrado hacia la supresión del “dolor”
o sufrimiento, ya que proscribir y renunciar al
“deseo” sería el punto de partida para desandar
El Gran Concilio
la fe pura, la voluntad pura, el lenguaje puro,
la acción pura, los medios de existencia pura, la
dedicación pura, la memoria pura y la meditación
pura, siendo el punto de llegada la contemplación
pura, puesto que sólo el que sabe contemplarse
tendría suficiente.
La delegación de Buda continuaría explicando
cómo el “deseo” es fuerza psicológica de nuestro
interior y faceta de sí mismos; cómo se nos exigía
“vencer el deseo” para liberarnos de la lujuria, la
pasión, la avaricia y la muerte; cómo para poder
lidiar con la angustia de vivir y para entender y dar
solución a los problemas de la vida, requeríamos
empezar por transitar el“sendero de la iluminación”,
que es un método de moralidad, =>meditación,
=>sabiduría: ¡camino a la libertad!
Y como toda cosa objeto de conocimiento y
todo sujeto perceptor que naciere en dependencia
de otra cosa quedaría desprovisto de permanencia,
como toda verdad sería una búsqueda y como el
ser permanente sería imposible de aprehender,
sólo el cambio universal sería la ¡verdad suprema!
La discusión central se daría alrededor del hecho
de que cuerpo y mente no serían dos sustancias
separables, sino en permanente e indisoluble
comunión. Incluso, alguien se atrevería a sugerir
que tanto el cuerpo como la mente y las cosas del
mundo conformaban una unidad.
¿Como para concluir que según el Buda-ismo,
tanto el cuerpo, la mente y el mundo se condensan
en nuestro cuerpo? Si somos las cosas del mundo,
estaremos atentos a si el Buda-ismo fundamenta
la noción de “Cuerpo y Mundo” de Merleau-Ponty.
La delegación del viejo Lao Tsé (Tan Li)
exponía cómo antes del Cielo y de la Tierra
hubo un inmenso ser-madre del mundo de
naturaleza indeterminada y perfecta, ni femenina
ni masculino, que silencioso se erguía solitario
e inmutable y circulaba por todas partes sin
alterarse jamás, el Tao, que no viene de nada y
de donde vienen todas las cosas por un proceso
de devanamiento; que es principio animador del
movimiento vital; que da vida a todos los seres
y luego los nutre, les hace crecer, los cuida, los
acaba, los lleva a su madurez, los conserva y los
traga; y del cual salen todos los seres, pero que
13
14
después de haber recorrido el ciclo evolutivo que
les es propio regresan a él. Mientras que otro de
los discípulos explicaba cómo la disciplina de la
respiración favorecía la concentración espiritual
y el dominio de la energía pasional, pudiendo
entonces franquear el espacio, abarcar el pasado
y el futuro y actuar sobre los seres y las cosas.
Así, entre una y otra exposición, en una tienda
seguían escuchándose los relatos sobre cierto
pueblo que seis o siete siglos atrás emprendería un
éxodo con el fin de reencontrarse con ese Único ser
supremo, en medio de digresiones que detallaban
cómo durante la ratificación de la Alianza en el
Monte Sinaí, que había sido pactada seis siglos
atrás por Abraham13, a Moisés aún le retumbaba
la revolucionaria reforma del malogrado Faraón
Akhenatón (Amenofis IV), resultando paradójico
que fuese el pueblo cautivo de Moisés quien
precisamente se hubiese nutrido de la gesta
religiosa sobre un único Dios adelantada por tan
carismático faraón; cómo Zoroastro, cientos de
años antes de aquel éxodo, ya había pactado una
alianza con similar propósito; cómo cien años atrás
del pacto de Moisés en la misma patria de Zoroastro
ya había ocurrido otra ratificación de esta alianza
cuando llegó de Egipto la hermosa reina, enviada
de regreso a su patria por Akhenatón una vez que
la burocracia sacerdotal empezara a sospechar de
su ascendiente oriental Hicso, con la misión de
divulgarla y ratificarse en la fe de un dios único;
cómo otros referían que cuatro siglos después se
consumaría la alianza entre el rey Salomón y una
reina persa oriunda de los valles cercanos al sur
del Cáucaso, como otra manera de ratificar cierta
Alianza.14
Otro grupo de sacerdotes comentaban sobre
la ocurrencia de otro éxodo, mucho más reciente,
que se estaría dando en tierras del otro extremo
de la Mar Océana ¿enYucatán?, una vez que sus
sabios astrónomos y matemáticos detectaran
cómo la Tierra empezaba a quedar desprotegida
de las inclemencias de los vientos solares, debido
a cierto proceso de debilitamiento de la intensidad
de la fuerza del campo magnético de la Tierra.
Se referían al pueblo que pudo auscultar en
los confines de nuestra Galaxia el movimiento de
El escenario del monte protector de una zarza ardiente que no se consume, es recreado por el pasaje bíblico donde Moisés
sube al monte Horeb para observar, dentro de las entrañas de dicha llama, una tierra prometida; y el de un continente
perdido es personificado por el mito del escape del laberinto donde muere Ícaro y sobrevive su padre Dédalo.
Sobre la tan mentada promiscuidad de Salomón, podría ser cierta estratagema para expandir la ratificación de la Alianza,
desposando a reinas de otras naciones como Egipto (una hija del faraón), Etiopía, Saba, Acadia, Asiria, India y Persia, entre
otras.
El Gran Concilio
31
las estrellas, en particular del Sol y sus planetas,
con la Tierra dándole una vuelta al Sol en 365
días y un cuarto, mientras que Venus lo hacía
en 584 días; descubrir la función del número
Cero (0); diseñar y aplicar el más exacto de los
calendarios basándose en la relación de los ciclos
de la Tierra, la Luna y el Sol con en Universo; que,
conocedores del momento exacto del cambio
de las estaciones, pudieron implementar el más
eficiente sistema de canales de riego para sus
cultivos; expresar su cosmogonía construyendo
las descomunales pirámides para sus comuniones,
pero interpretando el debilitamiento del campo
magnético de la Tierra como el mensaje de que
tenía que tomarse la decisión de emigrar.
En otra tienda se deleitaban con el rumor de
cierta Arca que hubo de estar de paso por esos
lugares, aseverándose haber visto al héroe Jasón
pasar raudo con el Arca camuflada dentro de un
vellón de oveja, con sus dos codos y medio de
larga, uno y medio de ancha y uno y medio de alta,
pero la incredulidad de alguien inquiriría cómo
había sido posible que el Arca hubiera franqueado
con éxito controles y fronteras camuflada dentro
de un vellocino,15además de preguntarse si de
igual manera fueron ocultados el propiciatorio y
el candelabro, pero alguien respondería que ya
el poeta Homero en su canto épico también hizo
escapar a Odiseo de la cueva del cíclope agarrado
del vientre de un fortísimo y robusto carnero.
También se escucharía con atención el relato
maravilloso de un sofista sobre sus viajes por
occidente, pudiendo contemplar a la Esfinge de
Gizeh y las tres Pirámides construidas a mediados
del “año galáctico”16por una gran civilización, pero
que en esos precisos momentos estaban bajo el
dominio de los faraones extranjeros de Nubia que
acababan de invadirlos.
Al día siguiente, una de las plenarias sobre
los asuntos doctrinales escucharía a un egipcio
respondiéndole a quien había afirmado que la
unidad era inconciliable con la multiplicidad de
las apariencias, ya que lo Uno y lo múltiple sólo
eran aparentemente inconciliables debido a que
“lo Uno es el Ser, y el Ser es numeroso y diferente”,
que por el contrario los seres no eran simples sino
15
complejos y que gracias al Pensamiento podía
unirse lo diverso. Su reflexión luego discurriría
por el carácter de la sustancia constitutiva de
ese Único Ser Supremo, que para unos u otros
sería el agua, el aire, el fuego, una sustancia tan
indeterminable como el ápeiron, o el concepto
de número, pero que todo esto ellos lo habían
condensado mediante la representación del Sol.
Y desde la bancada Buda-ista se pediría que
así como se estaba tratando con tanta amplitud
sobre la naturaleza de la divinidad y la esencia
del mundo, ellos esperaban que se les diera la
oportunidad de tratar sobre la impermanencia de
todas las cosas, como sobre la angustiosa situación
existencial del hombre y la manera de superar sus
sufrimientos y frustraciones.
Lao Tsé mantenía el interés de todos con
su cosmogonía de los cambios permanentes,
que era de la naturaleza de todas las cosas
su innata e inherente predisposición a fluir
espontáneamente en ciclos, como el avivamiento
y extinción reiterativas del fuego, formando parte
de una realidad conformada en la unidad de unos
opuestos que permanecían unidos entre sí por
el mismo hecho de ser opuestos polares; que el
Principio del Cielo y de la Tierra es la no-existencia
(esencia) y la existencia es la madre de todo lo que
hay (forma); que la no-existencia y existencia son
uno y lo mismo en su origen, separándose sólo
cuando se manifiestan. Por tanto, en concordancia
con los ritmos de la Naturaleza deberíamos
abstenernos de cualquier actividad que fuese
contra ella.
Durante otro de los recesos, un discípulo de
Pitágoras entretenía a varias delegaciones con su
teoría de que la naturaleza humana evolucionaría
de la naturaleza animal, tal como se testimoniaba
en la alegoría de la esfinge, cuya cabeza es un
hombre saliendo del cuerpo de un toro, con
garras de león y alas de águila; pero un delegado
de Meda acotaría que también la llama del trono
de Ormuzd ya llevaba miles de años soportada
sobre el pedestal de tres animales sagrados como
el toro, el león y el águila.
Entre plenarias, recesos y descansos al final
del día se seguiría discutiendo sobre lo Absoluto
16
Homero relata en La Odisea cómo para engañar Ulises a Polifemo cada uno de sus hombres ató tres carneros para agarrarse
por debajo del vientre de éstos, mientras que Ulises necesitó sólo de uno.
Si la duración de un “año terrestre” es de 365 días, la duración del ciclo en que nuestro sistema solar da una vuelta sobre el
centro de nuestra Galaxia (un año galáctico) sería de 25.920 años terrestres, lo que daría para pensar que la Esfinge de Gizeh
fuese construida hace más de 10.000 años.
32
El Gran Concilio
y lo Terrenal; sobre cómo no existiría nada
que la Tierra no contuviese y soportara y que
el Cielo no la envolviese y protegiera; sobre la
concepción dualista expuesta por un pitagórico,
que contrariando la concepción monista de los
maestros de Jonia sobre lo Uno o único principio
esencial que es fuente y explicación de todas las
cosas, afirmaba que toda realidad se debía a diez
parejas (duales) de opuestos (contrarios) que sólo
se reconcilian mediante cierta ley universal de la
armonía.
Esto motivaría a los asistentes retomar su
discusión sobre otro de los temas principales del
Concilio, el de la revelación sufrida por Zaratustra
mientras observaba el fuego sagrado. Una de las
delegaciones del extremo oriente rompería el
hielo exponiendo que sólo podría existir un Único
Ser Supremo al que su energía, sabiduría, valor,
fuerza, iluminación, comprensión y agudeza le
habilitarían en ser el responsable del Universo;
al que su magnanimidad, liberalidad, bondad,
afabilidad, equidad y rectitud le resultaban
suficientes para entrar en comunión con todos
los hombres y merecer todo el respeto; al que su
elocuencia, atención, constancia y regularidad
le bastaran para poder discernirlo todo; y que
se muestra, habla y actúa omnipresente en la
vastedad y profundidad de la Tierra y los Cielos.
La reflexión central discurría sobre cómo
alcanzar la perfección del Hombre, resultando
que sólo quienes dirigían todos sus esfuerzos
hacia todas las virtudes sí llegarían a la cima de
la perfección y comprenderían la naturaleza
humana y de las cosas, pudiendo entonces
contribuir a la generación y mutación, mientras
que ostentar una sola virtud sólo daría para una
perfección parcial suficiente sólo para contribuir a
cambiar los corazones.
Las escuelas más preocupadas por la perfección
de la naturaleza humana argumentaban cómo,
si el propósito del cielo eran las cosas de la
naturaleza, entre las que destellaría el hombre,
entonces era legitimo y necesario interesarse por
el poder político para llegar a servirle primero a
los hombres y luego a los espíritus, resultando
lícito aprovechar a los gobernantes sin necesidad
de conspirarles, tal como lo hiciera Daniel para
poderle servir a su gente; que si algo conforme a
la naturaleza y al orden establecido por el cielo era
garantizar la educación a todos, redundando esto
en la superación de la chocante distinción entre
las clases, sólo quien se nutría de ella era apto
para conocer y gobernar; que se llega a gobernar
El Gran Concilio
y dirigir bien a los hombres si se orienta por lo que
es común y según las reglas del mismo hombre;
que se requería de hacer brotar las pasiones
terrenas con el fin de encontrar su justo equilibrio
y así, al no violarlo, se vería cómo el cielo y la tierra
se ponen tranquilos y todas las cosas crecen, no
haciendo a los otros aquello que no queremos que
nos hagan; que el camino de la virtud tenía que
ser el más frecuentado, y que una vez adquirida
una virtud el hombre tenía que aferrarse a ella con
tenacidad y no perderla; que había que escuchar y
creerle a la gente.
Además, no obsesionarse por las cosas oscuras,
ni obstinarse en realizar actos extraordinarios con
el fin de ser afamado, ya que no nos debe afectar
en nada si somos desconocidos o ignorados por
los hombres; no ensimismarse en las palabras
superfluas porque las palabras tienen que
corresponder a los hechos y los hechos tienen que
responder a las palabras, ya que si establecemos
previamente lo que debemos hacer podemos fijar
nuestras palabras y pronunciarlas sin balbucear;
hacer el camino obedeciendo a nuestros pies,
empezando de cerca y luego alejándonos, o
ascendiendo a un lugar elevado partiendo desde
el punto más bajo.
Las escuelas más moralistas, preocupadas por
el Absoluto, desinteresadas de los asuntos del
poder y en la misma idea de la ética de la Empatía
o el principio fundamental Ubuntu, preceptuarían
la correcta manera de dirigirnos, según:
No esforzarse en convencer, no alterarse al
convencer, ni querer convencer, estando siempre
en actitud de comprender la suprema sabiduría;
actuar sin esperar ni pedir recompensa, que más
temprano que tarde esta llega; no hablar mal de
ninguno de sus semejantes; no sentir la necesidad
de codiciar nada, porque poseer la sabiduría
era poseerlo todo; tener como fin a la acción;
transformar la sociedad con el ejemplo y viviendo
los pensamientos; ser bondadoso, humilde,
indulgente y modesto; tener un profundo sentido
práctico y orientarse por la experiencia de la vida;
crear sin dominar y aprovechar, ni pretender ser
autor; no abusar de su autoridad; no deslumbrarse
ante las primeras impresiones visuales y auditivas;
no humillarse ni subordinarse; ser intuitivo,
prudente, paciente, rudo, vasto, impenetrable,
atento, emotivo, racional, lógico e imaginativo; no
sobrestimarse a sí mismo y trabajar construyendo
y transformando en colectivo; caminar firme y
seguro, sin dar pasos largos para no hundirse;
hablar sin balbuceos y calcular sin contabilizar;
33
saber cerrar y atar sin echar cerrojo complicado,
ni nudo ciego; ser fuerte y hacerse débil, ser claro
y hacerse oscuro, ser grande y hacerse pequeño;
conocer sin disputar, luchar sin rabiar; ser acatado
sin mandar, atraer sin llamar y obrar sin dominar;
saber que de dos luchadores, el pensador vence;
vivir profunda e intensamente, de manera
no superficial; saber hacer apartándose de la
voluptuosidad, esplendor y sabor del poder;
gobernar con conocimiento, con justicia y rectitud;
no adornarse con el nombre ni ambicionar poder;
saber que la habilidad sólo es para la guerra;
saber ser flexible para poder hacer marchar a los
rígidos; saber reconocer a su madre; saber ser
hijo, hermano y amigo; concentrar la vitalidad; ser
volitivo, sin caer en el voluntarismo; establecer,
orientar y dirigir bien la casa; saber estar por
encima de la gloria, el honor y el desprecio; ser
grande y condescendiente; saber que no sabe;
partir de que todo es difícil, sin encontrar nada
difícil; saber tomar de donde hay abundancia y dar
donde hay insuficiencia; ser pobre en lo exterior y
rico en lo interior; vivir los pensamientos.
En cuanto al Poder, el mejor gobierno era el
imperceptible, ya que en su ejercicio se producía
miseria, por la imposición de prohibiciones;
desórdenes, por el abuso de autoridad; más
delitos, por la proliferación de leyes; y más fraudes,
por la ostentación de habilidad y argucia.
Unos y otros pudieron confirmar que habían
bebido en la misma y única fuente, a la cual habían
llegado por muchos caminos y después de haber
salido por diferentes puertas.
Hubo consenso en que existía una unidad
básica del universo donde todas las cosas eran
partes inseparables de la misma realidad última;
que todos los fenómenos que se manifestaban en
el mundo estaban interrelacionados mutuamente,
formando parte de la misma unidad básica; que
sólo podríamos comprender la unidad de todas las
cosas en la medida que lográramos acceder a ese
estadio de la conciencia en el cual se trascendería
el mundo de los sentidos.
Esto es, en preguntar de manera racional por
el origen y la causa de los procesos, las cosas y los
fenómenos del universo; en explicarlo con base en
análisis que requerían análisis y en encontrar aquel
principio fundamental que permitiera explicar
de manera satisfactoria la realidad de las cosas y
los fenómenos que ocurrían en su entorno. Para
lo que de poco servirían las leyendas y poesías
mitológicas, teniendo que desplegarse en las
dimensiones del “logos”, de lo racional.
34
Sus preguntas, planteadas con clarividencia,
tuvieron que discurrir sobre las causas principales
y los principios que gobernaban el nacimiento y la
desaparición de las cosas; sobre cierta necesidad
en la ocurrencia de las cosas, las que no podrían
acontecer por el capricho de los dioses, ni de
los hombres, sino de acuerdo con las leyes que
las hacen suceder, pero que el hombre podría
influir en el curso de los acontecimientos; sobre
esa regularidad cíclica como ocurrían tantas cosas
se debía a cierto orden y armonía existente en la
naturaleza, como si el mundo fuera un cosmos
ordenado y bello; sobre la esencia o cualidades
permanentes y constantes en las cosas, lo que
explicaría que tras la diversidad y la apariencia
subyaciera la unidad; sobre la correcta manera
de captar la naturaleza, la esencia o el ser de las
cosas, que no podría ser proporcionada por los
sentidos exclusivamente.
Acá en Oriente es donde primero se preguntaría
por el origen (arché) o nacimiento de las cosas,
antes de que Anaximandro nos dijera que el
principio del cual salían todas las cosas no era el
infinito sino lo indefinido ápeiron ¿material?, o
que Heráclito no viese la necesidad de buscarlo
pensando en que las cosas no se delimitan con
respecto a un principio indefinido, sino que unas
cosas proceden y se delimitan respecto de otras.
En el Concilio bebería Anaximandro de la fuente
del principio único, de un mundo materializado
que es manifestación de fuerzas (yin-yang). Si de
la Nada no puede derivarse nada, el Todo es Uno,
el mundo manifiesto y el Infinito no-manifestado
son la misma cosa, sólo que en etapas de diferente
de evolución. El Uno es unidad entre todas las
cosas, es continuidad ininterrumpida y en cambio
perpetuo. De ahí que no sea tan descabellado
pensar que “en el principio era el todo”.
Hubo espacio hasta para escuchar atentos
al delegatario sofista que hablaba sobre las
maravillas de las pirámides egipcias y narraba
cómo varios miles de años atrás ya otra gran
civilización floreciente a lo largo de cierta
península mediterránea se había preocupado por
el problema del único ser supremo; pero que él
no estaría en condiciones de aportarles más datos
porque aún estaba descifrando e interpretando
ciertas tablillas testimoniales que hablaban
de una cultura micénica y minoica, las mismas
que habían colapsado bajo un gran cataclismo,
dejando sólo un rastro “minoico” en una isla (Creta)
y otro “micénico” hacia el Norte de ella (Grecia
continental), como si Creta hubiese sido una
El Gran Concilio
especie de bota de la península griega. Para dicho
narrador la gesta de Dédalo e Ícaro escapando del
laberinto construido por ellos mismos sería un
mito que venía desde la tradición Atlante.
No obstante las reflexiones haber discurrido
sobre las fundamentales características de la
“esencia”, la “permanencia” y la “unidad” del Ser
con respecto a la transitoriedad de las cosas y
los procesos del Universo, con explicaciones más
racionales que míticas, también eran taquilleras las
narraciones de corte bien especulativo, como esa
intervención del delegatario sobre la civilización
Atlante, o la del candoroso que se atrevería a
relacionar la construcción de las pirámides con la
necesidad generada por una ancestral nostalgia
incorporada en nuestro paquete genético de
tener que replicar en el paisaje del bajo Nilo otro
Monte Kilimanjaro, como si el mismo hábitat
hubiese dejado impreso, a manera de epigénesis,
en los surcos cerebrales de los descendientes
de las sabanas de África las naturales formas
geográficas del majestuoso Monte.
Y porqué no darle también cabida a tan
absurdas y pueriles versiones, como esta del
ocurrente sofista convencido de que al construirse
una pirámide para luego superponerle otra y otras,
¿acaso los Mayas no lo hicieron así?, con el tiempo
se transformarían en otro paisaje, si seguir los
dictados del instinto replicando cosas del entorno
geográfico de nuestros ancestros para querer
verlas en el propio, obedecería a la necesidad de
conservar la información genética de la Especie.
Si todo producto humano es natural, nada tan
natural como unas pirámides construidas bajo
la creencia de ser el germen de otra cosa, lo
que estaría en la idea de la evolución biológica
de los caracteres adquiridos de Jean-Baptiste
Lamark (1744-1829), del fenotipo incidiendo en el
genotipo, o en la der Carlos Darwin y su Evolución
de las Especies.
No nos distraigamos. Estamos en la región y
en el tiempo de grandes maestros, donde hace
veintiséis siglos brotaran los primeros gérmenes
de la gran cultura Jonia (presocrática), tan
determinante para que un par de siglos después
la naciente Filosofía pudiera florecer en la magna
Grecia. En el Concilio todo hubo de transcurrir con
un sentimiento de menosprecio por las vanidades
del mundo; nadie iba tras los honores, venias
o loas, ni tras la aprobación de los demás, ni
desconocía que eran más las cosas que ignoraba
que las que supuestamente sabía, ni posaba
de sabio, sobrestimando sus propias fuerzas o
El Gran Concilio
pretendiendo arrogarse la condición de tener
que estar dando indiscriminadamente consejos.
En todos se transpiraba demasiada prudencia y
humildad; no ignoraban que su conocimiento
venía cabalgando cientos de años atrás sobre
los hombros de gigantes de la sabiduría. Por
su renuencia a mostrarse o llamar la atención,
como por su aversión a ser manoseados por el
establecimiento, no hubo testimonios sobre la
presencia de alguno de los Maestros; pero muchos
tuvieron la impresión de que entre la multitud
que participaba de la congregación, en la mayor
de las discreciones alguno de los Maestros pudo
estar de cuerpo presente.
Sobre la gran asamblea ecuménica de naciones,
no es más que una artificiosa licencia imaginaria o
simple pretexto para esclarecer y dejar testimonio
de que aquello de “occidente” no deja de ser una
simple invención, puesto que varios siglos antes
de la tan mentada eclosión de la Filosofía en
Grecia ya venía ella abriéndose paso en la India,
la China, Babilonia y Egipto. Qué mejor pretexto
para resaltar lo virtuoso del sincretismo y suponer
a un imperio persa aglutinando las culturas de
los mares mediterráneo, arábigo, pérsico, negro,
caspio, indio y chino.
Siempre los pueblos han adquirido durante sus
migraciones no sólo los nuevos conocimientos
geográficos, técnicos, etnológicos, antropológicos,
económicos, políticos, sociales y culturales, sino
también otros modos de interpretar los principios
del Universo. Y un Maestro llega a ser reconocido
como tal, sólo en la medida que consiga ser el más
abierto de los ciudadanos del mundo.
Para todos fue un gran goce tener tanto
privilegio, y con la serenidad de su paz interior se
retirarían a sus aposentos para seguir cada uno
a su manera en comunión con sigo mismo, la
humanidad y la naturaleza.
Bien, sin la insolencia de pretender ser un
Maestro de los convocados e invocados en esta
Asamblea Universal, representados por tan ilustres
discípulos y delegaciones de su tiempo (-530) , ni
tampoco la de igualarse con la posterior pléyade
de Maestros instauradores de verdaderas escuelas
en la Magna Grecia, como los Sofistas, Anaxágoras,
Sócrates, Platón, Aristóteles, Epicuro, Zenón, entre
otros, porqué no aspirar a ser un Maestro como
Epicuro (-341-270), que durante su vida y varios
siglos después de su muerte sus discípulos aún lo
honraban modelando sus conductas con base en
su ejemplo, cuyo precepto era el de “obra siempre
como si Epicuro te viera”.
35
O a un Maestro como Pedro Abelardo (10791142), que por su elocuencia, sapiencia, dialéctica
y capacidad de investigación, despertaría la
admiración de todos, y la envidia de los poderosos
que lo desterraron, pero que años después los
mismos alumnos presionarían su regreso a la
cátedra de universitaria de París.
Lo característico de estos Maestros es su
determinación de que el caminante sólo hace
camino siguiendo sus propios pies; que, una vez
se ha atrevido a dar el primer pequeño paso de la
gran marcha del “conócete a ti mismo”, avanza sin
necesidad de tener que forzar sus pasos, tomando
decisiones sólo después de haber meditado y
auscultado la realidad objeto de conocimiento,
tanto la de su mundo interior como la de la
naturaleza de las cosas; saber distinguir entre lo
que se desea y lo que se puede, sin permitir que el
deseo convertido en codicia termine por cegarlo
o bloquearlo en lo que sí se puede hacer; valorar
el tiempo y perseverar por encima de sus propias
limitaciones; vivir las ideas y actuar sin apropiarse
de ellas; apasionarse por todo y apegarse de
nada; atender las grandes ideas como a los
pequeños detalles; su capacidad de desplegarse
en generosidad y esfuerzo, con la convicción de
construir más puentes y menos muros; su fluidez
de ver en las miradas lo que no puede ofrecer una
larga explicación; su ingenio para hablar con pocas
palabras y muchos silencios; su consecuencia
en la participación, el trabajo, la solidaridad y
la creación; su Amor por la condición humana,
cuya ética es reconocer al otro tal como es y, sin
condicionarlo a un deber, permitirle su querer
ser; su acción más ejemplizante que cualquier
cantidad de saber inactivo, enseñando sólo las
palabras vividas intensamente y validadas con
sus propios actos; son los artistas que no van en
la búsqueda de potenciar capacidades, sino en
darle sentido a la vida; el profundo respeto hacia
sus discípulos, asumiéndose discípulo de todos;
enseñar con el ejemplo (inculcar); despertar en los
discípulos el goce de aprender, haciéndoles sentir
a todos grandes y enseñándoles a valerse por sí
solos; mantener sed por la verdad y la justicia;
conducir hacia umbrales de las vocaciones; la
pasión por investigar, la dicha por descubrir, la
afinación entre cuerpos y espíritus, la necesidad
de aprender siempre y la auto educación; su
humanización transformadora de la experiencia en
conciencia, llegando a sus conclusiones mediante
la aplicación del sentido común (prácticas), sin
necesidad de los razonamientos intelectivos.
36
Maestros que por vivir efectivamente sus
pensamientos, alcanzando cuesta arriba o en
la plena cima cierto grado de perfección, sin
adivinarlo llegan a anticipar lo por ocurrir, como
presentiendo el bien y el mal; hacen que también
los demás tiendan a la perfección y alcancen la
sabiduría, transpirando e inspirándose con el
trabajo y el estudio; sin ambicionar llegan a ser
aptos e idóneos para gobernar, pudiendo ostentar
sin alardes una autoridad fundada en el ejemplo;
plantean excelentes propuestas y toman eficaces
medidas respetadas y acatadas por su pueblo;
saben autorregularse; son extensos e intensos;
conceden importancia a lo simple y a lo complejo;
no los marea el éxito ni el poder; manifiestan en
la práctica sus virtudes duraderas, y las extienden
a todo lo ancho, profundo y amplio; están en
permanente comunión con la humanidad y la
biosfera; se dan a la humanidad con la convicción
de que cuanto más se dé, más se crece y más se
adquiere; sienten que su iluminación y prudencia
se conservan gracias a sus cualidades; son sutiles,
reservados, prudentes y sublimes porque su
virtuosidad, así no se vea, oiga, olfatee o toque,
siempre aflorará cada día; y comprenden que sólo
de esta manera es como logran adquirir el estatus
de ciudadanos del universo.
Maestros que llegan a serlo porque dan al
límite lo mejor de sí mismos, haciendo que en
su entorno se haga de igual manera, porque
sólo llegan a sentirse felices una vez que están
haciendo felices a los demás.
Arquímedes es un gran Maestro por hacerle
dar el máximo a un punto, con el que pretendió
mover el universo. Los grandes escultores, pintores
y músicos son grandes Maestros por apoyarse en
insumos e instrumentos bien simples, dándoles
sus magistrales figuras, formas, colores y notas.
Visto esto, quien se crea totalmente original en su
cuento que nos traiga la montaña.
EN ASAMBLEA PERMANENTE
En el tiempo, se ha venido desarrollando el
Gran Concilio a partir del legado de los grandes
Maestros, haciéndose eco de las mismas preguntas
y buscando las respuestas a la luz de los nuevos
conocimientos. Como todos hemos estado
invitados a participar de ese Concilio, el que aún
no se clausura, nos disponemos a hacer uso de
ese derecho fundamental.
Sobre esas preguntas fundamentales de la
Materia, el Movimiento, el Tiempo, el Espacio, la
Infinitud, el Mundo, la Vida y el Hombre, no hay
El Gran Concilio
por qué levar las anclas de lo que no se encuentra
fondeado, ni nunca cesará en su Movimiento.
Según sea a quién se le pregunta, si a la Naturaleza
al Hombre o al oráculo, así será el grado de
veracidad de la Respuesta.
De ahí que en la asamblea nadie se extrañara
por los lugares comunes surgidos a medida que
se reflexionaba e interpretaba sobre el origen
explicativo de la Naturaleza y la conformación
de todos los seres, la concepción del Universo y
todo lo que prevalecía a través del Movimiento,
el sustrato de que estarían compuestos todos los
seres y la explicación del mismo movimiento.
En todas las jornadas no dejarían de reflexionar
sobre aquello de que la Vida es producto del
Movimiento, que es el que nos ha traído, que
cuando nos llega el momento en que ya no
podemos seguir su ritmo nos transformamos y
proseguimos incorporados a él, y que la unidad
sustancial de todos los fenómenos del universo
era la misma materia en movimiento (evolución,
transformación, cambio).
El Gran Concilio quedaría abierto en el tiempo y
su primera posta sería recibida por Jonia, obligado
punto de paso del regreso de la diáspora liberada
por Ciro. El eco de discusiones tan profundas con
respecto a la naturaleza, el logos y el único ser
supremo obligadamente tendría que escucharse
en el gran mercado marítimo del mundo antiguo,
donde los pueblos del Mediterráneo, el Pounto
Euxino (mar negro), el semicírculo fértil y el Indo
llegaban a intercambiar sus productos: Mileto.
Antes de que la cosmopolita Mileto fuese
destruida por los persas en el año -494, era la ciudad
donde todos querían confluir para congregarse a
comentarlo y discutirlo todo, sin desconocer que
también gustaban de hacerlo en Elea y Crotona al
sur de Italia. Por esto, aquellos maestros no eran
ningunos pensadores solipcistas ni ermitaños,
sino hombres abiertos al mundo.
Aquello de que la Naturaleza tendría que ser
un cosmos u orden opuesto al caos, dinámica,
cambiante, en continuo movimiento y explicada
mediante la abstracción de ciertas leyes, empezaría
a encontrar tierra fértil en la costa occidental
del Asia Menor, en Jonia, donde también se
preocuparían por abstraer y comprender cómo era
el movimiento de esa ley que explicaba el cambio,
si ella misma cambiaba o era inmutable, y si era
cognoscible; cómo era esa unidad sustancial del
universo (arché) y qué explicación cosmológica y
materialista de la physis o naturaleza era la que se
identificaba con los principios de la realidad y los
El Gran Concilio
elementos últimos de la naturaleza. Así fue como
esta primera ley o “arché” la fueron relacionando
e identificando con entidades materiales, lo que
podría calificarse de materialismo metafísico.
A Mileto, Éfeso, Clazomene, Samos y Colofón,
entre otras ciudades, llegarían con las “buenas
nuevas” algunos de los conciliares, ratificando
muchas de las ideas que venían discutiéndose
años atrás en sus contornos, en particular el
pensamiento físico o naturalista.
A la par de identificarse el “arché” con
entidades materiales como el “agua”, el “ápeiron”
(indeterminado), el “aire” y el “fuego”, estaría
instaurándose la Filosofía, ya que se requería de
una elaboración reflexiva propia del pensamiento
racional, autónomo y original. No se limitarían
a describir esa entidad material del “arché” sólo
con respecto a su forma física, sino que era la
manifestación del mismo “logos” confiriéndole
unidad al Universo y haciéndolo comprensible
como un cosmos ordenado y predeterminado.
Es decir, ningún tiempo y lugar más propicio
para poder comprender eso que hoy llamamos
Occidente.
Una genealogía de los fundamentos de la
physis, racionalizada y expuesta por primera vez a
manera de filosofía en Jonia, sería:
Tales de Mileto (-624-546), para quien el
principio o arché era el “agua”, puesto que todo
cuerpo, alimento o germen ostentaba la cualidad
de lo húmedo, incluido el semen; Anaximandro
de Mileto (-610-545), que parte del razonamiento
abstracto (no empírico) de que toda la
multiplicidad de los seres existentes en el mundo
son una determinación y que algo determinado
no podría ser generado por otro determinado
sino por un “indeterminado”, concibe cómo
dicho pre-elemento de naturaleza no física era el
“ápeiron”; Anaxímenes de Mileto (-585-524), quien
consideraba que todo tenía un principio único,
infinito, no indeterminado y concreto, concibe
que este principio generador (arché) de todos los
seres es el “aire”, ya que éste envuelve al mundo y
por condensación y enrarecimiento (rarefacción)
originaría a todos los seres con sus respectivas
diferencias cualitativas, tal como el aire se podía
transformar en viento, nube, agua, piedra y/o
fuego, incluso el alma sería aire; Pitágoras de
Samos (-570-496), que huyendo de la tiranía
de Polícrates se radica en Crotona, considera
cómo el “arché” no es de dimensión física sino
ontológica, concibiendo que el principio de todo
lo presente y de todo lo pensable era el “número”,
entendido éste como una cualidad ontológica no
37
cuantificable. Lo esencial de la doctrina pitagórica
está en que los “números” son los principios de
todas las cosas, el arché.
No todos los pensadores de la época se
conformarían con estas interpretaciones sobre el
origen de la naturaleza, que se originaría o causaría
a partir de una sola y única sustancia (monismo),
presentándose entonces otras cosmogonías que
sí daban cuenta de la pluralidad, el cambio y el
movimiento de la realidad circundante como las de
Heráclito, Empédocles, Anaxágoras y Demócrito,
entre otros.
Heráclito de Éfeso (-544-484 aprox.), quien
niega la necesidad de ir tras un principio
generador (arché) del cual hubiesen salido las
cosas, explicando que es en las mismas cosas
donde puede verse cómo todos los seres son el
producto de la lucha y oposición de contrarios;
que de esta oposición surgiría la armonía del
mundo, en medio de un perfecto fluir de las cosas
en el que todo cambia y nada permanece, puesto
que somos y no somos, nos bañamos y no nos
bañamos en el mismo río.
Heráclito es el pensador más categórico
en reafirmar el dinamismo y movimiento del
Universo, esclareciendo que la “dialéctica” es
fundamento explicativo del Universo y que su
arché lo constituía el “fuego”.
Esto es, el principio (arché) del Universo es
el “fuego”, ya que el mundo no es creación del
hombre ni de ningún dios, sino que siempre fue,
es y será “fuego” eternamente vivo.
Concibe Heráclito un Universo dinámico y
en movimiento, que no va hacia el caos sino
que está sometido a un orden, armonía o ley;
estructurado con base en lo que es eterno en la
Materia, sin creador ni destructor, cuyo contenido
es la Materia misma en Movimiento, de la que
podrían abstraerse las leyes que surgen del
equilibrio producido entre la lucha de contrarios:
La Dialéctica.
Por tanto, el “arché” explicativo del Universo
sería una Ley, la Dialéctica, equiparable a la del
concepto de Dios, que no sería contenido sino la
abstracción de alguno de los infinitos continentes
o formas que puede adoptar el contenido.
Parménides de Elea (-540-470), considerado por
Platón como “un tremendo digno de veneración”,
en cuanto al “arché” controvierte que “de una
realidad única no puede surgir lo múltiple”; que
no era posible que existiendo tan sólo el agua en
un principio, ésta no pudo originarse a partir de
otra sustancia diferente ni podría transformarse en
38
otra cosa. Es decir, la realidad única e individual no
sería una determinada sustancia sino el Ser (uno,
inmóvil, indivisible), que es lo que hay o existe.
Y este conocimiento no se venía discutiendo
exclusivamente en Jonia, hoy costa occidental
de Turquía sobre el Mediterráneo, ya que por la
misma época fue conocido en la Magna Grecia un
fuerte contrapunteo entre los polos intelectuales
de Jonia y Elea, así como en la Europa de la
Modernidad se daría entre Francia e Inglaterra,
gracias a que algunos de los pensadores jonios,
como Jenófanes de Colofón y otros de la escuela
de Pitágoras, habían emigrado y echado raíces en
Elea, hoy la Italia meridional.
Y ninguna de dichas discusiones ha podido
darse por cancelada. Siglos después confluirían al
Concilio nuevos problemas, maestros y culturas,
desarrollando el conocimiento matemático y
humanístico, generando el saber universitario e
instaurando la ficción de Occidente.
Estamos en gran deuda con los maestros del
primer gran Concilio. Hoy, todos los pueblos y
culturas del mundo deberían convocarse para
retribuirles la histórica deuda cultural, mediante
un gesto de maestros, convocándonos en Irak
para realizar otra gran asamblea ecuménica por la
civilización, la cultura y la esperanza en el proyecto
humano.
La Materia y el Movimiento son “Uno”
La Materia y el Movimiento como totalidad
unitaria es un problema dialéctico que requiere
definir previamente los conceptos de Materia
y Energía, Movimiento, Espacio y Tiempo, las
Partículas y las Fuerzas, los Campos, el EspacioTiempo, la Termodinámica y la Entropía, todos
ellos modos fundamentales de manifestarse la
Materia en Movimiento.
El enigma está en saber si la Materia es “energía
en movimiento” o si la Energía es “materia en
movimiento”. Hemos aprendido a transformar
materia sólida en energía, mas no viceversa.
El Movimiento es el que hace latir los
corazones y palpitar la vida. Como de un cuerpo
que no se mueve no puede decirse nada, ni el
movimiento es simple desplazamiento mecánico
de los cuerpos, corresponde entonces saber
que la materia en Movimiento comprende el
movimiento de fuerzas como el calor y la luz, que
se mueven convirtiéndose las unas en las otras y
complementándose mutuamente; el movimiento
de la historia de la naturaleza y la historia de la
sociedad humana.
El Gran Concilio
La Materia
El Hombre ya no se limita a lo que avisen sus
sentidos, ni a esperar que las manifestaciones de la
Materia lo vapuleen de sorpresa en sorpresa. Ahora,
con base en la percepción directa de los mismos
fenómenos se formulan teorías para orientarse
en la exploración, descubrimiento, observación
y, mediante la utilización de revolucionarios
instrumentos para la observación y medición de
los mismos, se ponen a prueba las hipótesis de sus
teorías, se experimenta, se contrasta y se extraen
leyes universales; pero el Hombre no podría
dejarse mutilar ni enceguecer por la sospechosa
certeza de la existencia de unas leyes universales
que gobernarían todos los fenómenos naturales,
como si bastara simplemente con descubrirlas y
determinar así el conjunto de condiciones iniciales
que nos permitirían pronosticar o predecir
perfectamente su ocurrencia, lo que equivaldría
a tener plena certeza sobre la ocurrencia del
futuro.
De la Materia, estudiamos sus propiedades,
primeramente guiados por nuestros sentidos,
luego por nuestra intuición, observación,
imaginación, razonamiento, experimentación,
comunicación y acción, sin poder decir aún que ya
conocemos en todos sus detalles sus elementos
constitutivos. Con base en nuestros sentidos, lo
primero que se nos ocurriría describir sobre la
Materia es su existencia en estado líquido, sólido y
gaseoso, haciéndolo también en un cuarto estado
de “plasma” que se forma cuando la Materia
es sometida a elevadísimas temperaturas y se
manifiesta de un brillo incandescente, tal como
las llamas del sol y de las estrellas que son materia
en estado de plasma.
Las unidades básicas de la materia inorgánica
están dadas por el conjunto de partículas,
elementos y compuestos químicos existentes
en el Universo que no son formados por seres
(macromoléculas y microorganismos) vivos, como
gases, sales, minerales, metales, etc.; las unidades
básicas de la materia orgánica están dadas por
todos aquellos compuestos carbonados que
abundan en los seres vivos y que ellos mismos
pueden formar, como carbohidratos, lípidos,
proteínas (enzimas, hormonas), ácidos nucleicos.
La evidencia última de la Materia es la Vida.
Desde siempre la unidad sustancial del universo
se ha venido mirando en el espejo de la Materia,
desde casi siempre en el de la Vida y desde
hace muy poco se viene notificando a través del
Hombre. El Hombre es un fenómeno de la Vida y
la Vida es un fenómeno de la Materia, ¿y ésta?
El Gran Concilio
Hemos visto cómo cinco siglos antes de
nuestra era, en Jonia (costa oeste de Turquía) ya
se discutía que la Materia era una masa informe
de los elementos (agua, aire, fuego, tierra), de
la cual surgirían los elementos mismos por
diferenciación, que al preocuparse por descubrir
esa meta-materia (arché) originaria de la materia
misma incurría en algo así como una concepción
metafísica del materialismo.
Luego, en la misma Grecia, Platón habla la
Materia como lo visible, lo sensible y lo múltiple,
en contraposición con lo inteligible que es orden
y unidad que no cambia nunca; en cambio,
Aristóteles diría que la Materia es aquello que
no cambia, pero a la vez es aquello en lo cual se
produce el cambio.
La concepción filosófica de Aristóteles sobre
la Materia es de una Materia dispuesta a recibir
alguna determinación, como el sustrato que está
debajo de todo cambio. En general, para Aristóteles
la Materia es algo sensible y común a todos los
hombres, y puede ser sensible e inteligible.
Después del Renacimiento, el concepto de
Materia adquiere el sentido correspondiente
a la idea de un principio que mueve todas las
realidades. Para Descartes, la Materia se reduce
a su “extensión”, a propiedades geométricas
de un espacio que no es puro espacio, puesto
que la materia se presenta como un continuo
dotado de torbellinos o movimientos internos,
es decir, como si las propiedades de la Materia
fueran simplemente mecánicas; para Leibniz, la
Materia sería puntos de fuerza de representación
o “mónadas”, que son como átomos indivisibles
e inextensos, como unidades o sustancias
simples o elementos de las cosas, que forman los
compuestos.
En el siglo XX, la Materia empieza a concebirse
en relación con la noción de “campo”, en el que se
equiparan los efectos inerciales de la Materia con
los de gravitación, dándose una equivalencia entre
masa y energía como aspectos intercambiables de
la misma realidad. Esto daría pie a la gran revolución
de la Teoría General de la Relatividad de Albert
Einstein (1879-1955), cuya teoría gravitatoria
pudo ser expresada en términos de materia y
energía, mediante la ecuación matemática que
cuantifica la equivalencia de la gravedad con el
espacio-tiempo tetradimensional y curvo, siendo
la materia energía y la energía materia.
La Materia se mueve y piensa. En la materialidad
está la unidad del mundo. El Movimiento es otra
39
forma de existencia de la Materia. La Materia es
todo aquello que tenga una masa, un peso y ocupe
un lugar en el espacio, pudiendo adquirir la forma
de energía; es el gran sistema-holismo material
que comprende todos los elementos del Universo,
los inorgánicos y los orgánicos; es el gran total
de la materia y energía existente en el Universo
comprendido por los sistemas físico-químicos y
el sistema biótico. A la Materia le pueden ocurrir
cambios que no modifican su naturaleza química
y que sí la modifican; los cambios que no alteran
su naturaleza son propios de los fenómenos
físicos y los que sí la alteran son propios de los
fenómenos químicos; aquellos reversibles y éstos
irreversibles.
La Materia, que se había concebido de variadas
maneras, a partir de la Edad Moderna, y con base
en una concepción científico-natural, empieza a
estudiarse como realidad “una” y “única”; como
una realidad fundamentalmente compacta,
constante e indestructible, regida por la ley de la
conservación de la Materia, según la cual, aunque
los cuerpos cambien su volumen o se transformen,
la masa total del universo ni aumenta ni disminuye.
Por lo que se hace forzoso pensar que la Materia
(energía) no tendría comienzo ni final.
Entre toda esa gama de explicaciones resalta
por su plausibilidad la que dice que por más
particularidades y propiedades distintas que
tienen la multitud incontable de los más variados
objetos y fenómenos (ciertos e inciertos) que
rodean al hombre, a todos ellos les cabe la
propiedad común de ser materiales y existir
fuera e independientemente de la conciencia del
hombre.
Esto es, la Materia lo determina todo; ella es
objetiva, puesto que al no depender del Hombre
ni de su conciencia comprendería toda la realidad
objetiva. Todos los elementos, objetos, fenómenos
y procesos, son simplemente manifestaciones de
la Materia en Movimiento; sin el Movimiento, la
Materia no se manifestaría.
En el balance general del universo, la Materia
no se crea, ni se destruye, ni desaparece, ni surge
de nuevo, se transforma!; es infinita y eterna;
ningún objeto o cosa concreta, por “partícula” que
sea, aparece de la nada ni desaparece sin dejar
huella, ya que si desaparece de nuestro entorno
simplemente se ha transformado en otra cosa.
Una reflexión sobre la Materia: Si el Universo
está lleno de Materia y no de éter, cómo en
medio de la súper condensada eternidad de la
Materia sobrevendría el comienzo del Tiempo;
40
cómo la materia (masa, cuerpo) afecta el campo
gravitacional del Universo, haciendo a su vez que
el espacio-tiempo sea curvo (circular) y no como
diría una visión mecanicista que es curvo porque
la gravedad lo dobla tal como atrae el resto de
los cuerpos; y cómo el espacio-tiempo no sería la
pasiva dimensión de la realidad en la que ocurren
los acontecimientos, sino el escenario en el que se
retroalimentaría la dinámica del Universo.
El Movimiento
Al Movimiento se lo debemos casi todo, incluso
hasta nuestro Pensamiento, estando éste por
siempre en deuda con él, ya que el Movimiento
es el responsable del desarrollo del Pensamiento.
Una vez que el primero de nuestros antepasados
hubo de erguirse bípedo gracias a su marcha
por entre las aguas llanas de la sabana, dejando
de moverse como cuadrúpedo, también pudo
ver que la realidad tenía otras dimensiones y, en
consecuencia, empezaría a pensarla de nueva
manera.
En principio, digamos que el Movimiento
de cualquier cosa se caracteriza por mostrarse
en su apariencia como una estática ordenada
y pre-establecida, pero luego se manifiestan
los momentos de ruptura y crisis que la pone
en tránsito hacia otro estado cualitativamente
distinto y empieza a reorganizarse dentro de las
condiciones del nuevo orden.
El Movimiento de la Materia no cesa, poniéndola
en permanente cambio o evolución, ya sea en la
dimensión tecnológica, social, económica, cultural
y/o política. Esto es, el Movimiento equivale al
cambio dentro de cualquier sistema, y siempre
existirá un portador material de un movimiento
ejecutado.
Con respecto a la Naturaleza, causas y
circunstancias del Movimiento, se ha querido
esclarecer que éste no es un fenómeno mecánico
de aumento, disminución y repetición, puesto que
no lo hemos concebido ni como automovimiento
ni como causado por una fuerza motriz exterior,
sino como el característico de la vida misma,
que es el de la unidad y lucha de unos contrarios
que se disocian de la unidad, que se excluyen
recíprocamente y que se relacionan íntimamente.
Es decir, un “movimiento” que se abre camino
mediante acumulaciones cuantitativas y saltos
cualitativos, interrupción de las gradaciones
e intemperancia de los gradualismos, transformación en contrario, destrucción de lo viejo y
surgimiento de lo nuevo.
El Gran Concilio
El Movimiento no es únicamente la simple
traslación mecánica de un cuerpo en el espacio,
teniendo que ver también con el cambio, el
desarrollo y la transformación de todos lo
procesos que ocurren en el universo, ya sea
aquel desplazamiento mecánico o los complejos
procesos físicos, químicos, biológicos, sociales y
psicológicos, como el del pensamiento humano.
La concepción mecánica del Movimiento sólo
entiende a éste en cuanto al desplazamiento de los
cuerpos en el espacio, ignorando el movimiento
de los cuerpos microscópicos; el movimiento
físico hace referencia a los fenómenos termoeléctricos y electro-magnéticos; el movimiento
químico se refiere a los procesos que la materia
orgánica adelanta conjuntamente con los
cuerpos albuminoides portadores de la Vida;
y sucesivamente se desarrollan el movimiento
biológico, el movimiento humano, el movimiento
de los procesos sociales, el movimiento de la
biosfera y el movimiento del cosmos.
Ningún tipo de Movimiento se manifestaría
aisladamente, puesto que entre sí todos ellos
están conectados recíproca e inseparablemente
formando parte del Movimiento universal. Cada
uno de los tipos de Movimiento es una forma del
mismo Movimiento universal, ya que cualquier
forma de Movimiento de la Materia puede
transformarse en otro. El Movimiento va de la
materia inanimada a la materia viva y de ésta,
cuando ya está altamente organizada, a la materia
pensante (conciencia).
La forma física del Movimiento de la Materia se
ha enriquecido con los grandes descubrimientos
de la física atómica (nuclear), y se manifiesta en
los fenómenos térmicos, eléctricos, magnéticos,
de las partículas, entre otros.
La forma química del Movimiento de la
Materia se manifiesta en los fenómenos de unión
y desunión de los átomos, en el que las partículas
elementales están ligadas a un movimiento, de
formación y desintegración de las moléculas, de
movimiento de los electrones y, en general, de
todas las transformaciones químicas que ocurren
tanto en la naturaleza inorgánica como en la
orgánica.
La forma biológica del Movimiento de la Materia
está en todos los procesos de los organismos vivos,
como el metabolismo. A partir de las albúminas,
que son cuerpos portadores de la vida, se desata
el metabolismo de renovación constante de la
composición química de ellas, constituyéndose
así la principal particularidad de lo vivo.
El Gran Concilio
El movimiento propio de las transferencias de
electrones de un átomo a otro como los cambios
que ocurren en nuestro cuerpo por la digestión
de los alimentos, el movimiento muscular, el
desarrollo de nuestros tejidos, los impulsos
nerviosos, etc., es de tipo fisiológico.
La forma social del Movimiento de la Materia
está en los cambios dados a través de la historia
ocurren en la sociedad humana, cuya principal
particularidad es el proceso de la producción
material, determinante de otros procesos sociales
y psicológicos.
Cada una de estas formas de Movimiento de la
Materia tiene sus singularidades cualitativas, como
las de metabolismo en el movimiento biológico y
la producción material en el movimiento de la vida
social, pero están en permanente interconexión
recíproca.
El Movimiento, prerrequisito único para el
desarrollo de un estadio a otro, implica un devenir
que no se explica simplemente mediante un
“muera lo viejo y viva lo nuevo”, ni diciendo que
lo nuevo resulta de lo viejo, como si se tratara de
un progreso y no de un desarrollo, sino aplicando
rasgos de lo viejo en lo nuevo. En su momento lo
viejo también fue un devenir.
En la Sociedad se presenta un “movimiento”
histórico provocado por las contradicciones
existentes en su seno, como la correspondiente
a los antagonismos de clases con la dialéctica
de la manifestación de la conciencia de las
clases, la lucha de clases y su trabajo social. Los
desarrollos socio históricos están en movimiento
merced a los procesos de apropiación objetiva
de la naturaleza por parte del hombre y a las
contradicciones internas en las estructuras
sociales; son formaciones en marcha, en medio
de la complejidad de unas fuerzas en acción
y de procesos de trabajo sobre la naturaleza.
Tanto las formaciones económico-sociales, como
los procesos de formación del Sujeto o de la
conciencia, tienen una génesis material (materia);
son la historia material de la especie humana.
El Desarrollo histórico no es un movimiento
rectilíneo en constante progreso, ni se erige
por un esquema constante, ni transcurre en un
tiempo estructurado como la sucesión continua
y homogénea de puntos, sino, además, mediante
olas o ciclos; es la “tendencia” de un centro que
se está desplazando, y no la simple acumulación
de elementos en torno a dicho centro., donde a
veces se presentan retrocesos (un paso atrás, dos
hacia delante) Los retrocesos, como excepción,
41
no confirman determinadas reglas, ni ciertos
principios claros e inmutables, sino las tendencias
de un cambio continuo, de un estadio a otro, de
una sociedad que no se desarrolla como unidad
sellada con automovimiento o “perpetum mobile”
propio.
El movimiento histórico no está escrito, se
da mediante impulsos, los factores que ayer
favorecieron a una tendencia hoy podrían dejarla
en entredicho; merced a las oposiciones, se van
adquiriendo nuevos aspectos internos y externos,
para ir desechando o afirmando particularidades,
enriqueciendo los rasgos nuevos. Nada transcurre
sin dejar la más mínima huella.
El Movimiento socio-histórico, que en la
concepción del materialismo histórico sería la
forma superior del Movimiento y desde el punto
de vista de la dialéctica de la naturaleza es igual
de importante pero tan sólo como una forma más,
no es el idealista automovimiento del espíritu
absoluto (Hegel); es el proceso de trabajo sobre la
naturaleza, cuya génesis es la producción material,
en el que no cabe hablar de un sujeto puro idéntico
a sí mismo, que en medio de este “trabajar” la
naturaleza humana se va haciendo altamente
organizada, prosiguiendo con el desarrollo de las
manifestaciones de la conciencia, en particular la
conciencia de clase.
Una especie de movimiento ontológico podría
encontrarse en Aristóteles (-384-322), asimilándolo
a su concepción de que el entendimiento sería
como un movimiento generador de cambios en
la naturaleza inanimada o en el alma; que todo
movimiento es dinámico (potencia), adquiere una
forma (causa formal), requiere de un agente (causa
eficiente) y tiende a convertirse en perfección
(causa final) Aristóteles, fundado en que el
“ente” es “uno”, pero a la vez “múltiple” (singular y
universal), concluye que siempre nos estaremos
moviendo en el ámbito del “ser uno y múltiple”.
Clasificó el “movimiento” como local, o referente
al cambio de lugar; cuantitativo, o referente a
un aumento o una disminución; cualitativo, o
referente a la alteración; y sustancial, o referente a
la generación y corrupción.
Con Newton (1642-1727) se instaura una
interpretación mecanicista del “movimiento”, que
sólo sucumbiría en el siglo XX ante las teorías de
la relatividad y de los quanta. Su teoría la funda
en el descubrimiento de la ley de la inercia, en la
que todo cuerpo, cualquiera que sea su estado
de movimiento o reposo, tiende a conservarlo
hasta que una fuerza superior lo altere; la ley de
42
que a toda acción se opone una reacción, igual o
contraria; la ley de que el “campo del movimiento”
es proporcional a la fuerza motriz que se imprime,
y se efectúa según la línea recta en dirección de
la cual se imprime dicha fuerza; y, en síntesis de
todas estas leyes, la ley de gravitación universal o
de una fuerza de “gravedad” que, independiente
de la naturaleza de los cuerpos y según fuesen sus
distancias y sus masas, siempre estaría actuando
instantáneamente entre todos los cuerpos.
Esta teoría tendría en su tiempo grandes
repercusiones en la Filosofía, al utilizarse también
para explicar que la filosofía se regía por unos
principios mecánicos, sobre todo al concebir
el espacio, el tiempo y el movimiento, como
absolutos.
El proceso del conocimiento es otro ejemplo
de Movimiento, que en la secuencia Aristóteleseana tendría como punto de partida la percepción
sensible, y luego intervendrían sucesivamente
la memoria, la experiencia (empeiria), la técnica
(techné), la prudencia (phronesis), la ciencia
(episteme), la inteligencia (Nous) y la sabiduría
(sophia). Esto es un proceso que transforma
la idea percibida sensorial e intelectualmente
enpensamiento racional, lógico y abstracto,
retroalimentándose de la teoría a la práctica,
volviendo a la teoría y así reiteradamente. Y
hay otras maneras secuenciar este proceso del
Conocimiento, tanto para el proceso de conocer
las cosas como el de conocer acerca de las cosas.
En dicho proceso, contradiciendo a Aristóteles,
la Inteligencia no es el estadio estadio superior,
sino a nuestro parecer ella es un “constructo” que
empieza a construirse en nuestra misma condición
biológica de animalidad; que es más de carácter
colectivo que individual, ya que nacemos todos
por igual con la misma “capacidad” o potencial de
inteligencia, pero que según sea nuestra relación
con la sociedad, la naturaleza y el universo así
serán los progresos cuantitativos y cualitativos de
la inteligencia de cada uno de nosotros; con un
progreso cuantitativo que por ser una inteligencia
que emerge, aprende y desaprende no podría ser
producto exclusivo de acumulaciones lineales,
sino también de acumulaciones cíclicas de
avances, retrocesos y de desarrollo mediante
saltos cualitativos.
Es decir, según sea nuestra interacción con el
medio, nuestra cultura y nuestra educación, así
serían los desarrollos de la inteligencia colectiva;
es un constructo en permanente cualificación,
producto del movimiento dialéctico.
El Gran Concilio
En el Cosmos y el proceso evolutivo de la Vida
y del Hombre, el Movimiento induce un desarrollo
no lineal de los procesos físico-químico, genéticobiológico, psico-social e histórico-cultural, mas
no determina un desarrollo de acumulación
gradual de tendencia constante, sino mediante
una acumulación de tendencia geométrica y
rizomática, que entre progresos y retrocesos su
resultante resultaría ser una espiral logarítmica.
El Movimiento, problema dialéctico
Desde la perspectiva del Hombre, el problema
fundamental del Movimiento se nos presenta
primariamente en forma mecánica y sucesivamente
en forma física, en procesos químicos en el campo
orgánico y fisiológico (biológico), en procesos
psíquicos mentales y de la misma conciencia, con
sus momentos de autoconciencia y razonamiento,
para luego darse en la forma que más nos incumbe,
aunque tal vez indiferente para la naturaleza, cual
es el movimiento de la materia como desarrollo
socio-histórico de la vida social humana.
Con base en las propiedades de la realidad
aportadas por la física, por las matemáticas que
nos dota de la construcción de modelos ideales
construidos, por la química, por la biología, por la
antropología, por la psicología y, en general, por la
Ciencia, nos preguntamos los porqués de la realidad
circundante y del Universo, no sólo disfrutando así
de la majestuosidad de dicha realidad y poder salir
del oscurantismo, sino también encontrando que
todo es Materia en Movimiento.
Hemos llegado a conocer cómo el Movimiento
va de la mecánica a la Física, de la Física a la
Química y de la físico-química a la Vida (biología
orgánica no humana), a la Vida humana, a la
Conciencia, a la Vida social histórico-cultural del
Hombre, a la Biosfera y al Infinito (cosmos), pero
donde se plantea con más claridad el problema del
Movimiento es en el pensamiento dialéctico, que ha
venido desarrollándose desde la filosofía oriental
antigua y la filosofía clásica griega.
Al hacer aflorar toda la materialidad del mundo,
sin que esto se tome como un reduccionismo de
ver en todo la Materia, es posible que no nos haga
más entendible y comprensible el Mundo, que para
esto bastaría con adecuarse a uno de los tantos
oscurantismos, pero qué otra manera de explicar
las cosas del mundo cabría ante el hecho tozudo de
que existe una realidad objetiva que es la totalidad
de nuestro mundo y el mundo real exterior con sus
múltiples y diversas formas, fuera e independiente
de nuestros sentidos y de nuestra conciencia.
El Gran Concilio
O cómo morigerar las cosas ante quienes creen
que evidenciar la inmensidad, indestructibilidad e
infinitud de la Materia sería agenciar el más crudo
de los ateismos; o en qué tratamiento terapéutico
tendrían que meternos a quienes pensamos que el
mundo ha existido, existe y existirá muy a pesar de
nosotros mismos. Sin dogmatismos, a unos y otros
nostocaestarpredispuestosadejarnostocarportodo
tipo de aproximaciones e intentos de explicación
científica de la realidad del Mundo, de la Vida y del
Hombre.
No se trata del materialismo por el materialismo,
ni de abogar por el materialismo mecanicista de los
empiristas (ingleses y franceses del siglo XVIII),
sino de retomar los fundamentos del materialismo
desarrollado por los pensadores pre-Sócrates de
Jonia, para que desprevenidamente invitemos a la
Dialéctica y ver en qué medida ella nos ayudaría
a avizorar si el Mundo es una realidad haciéndose
permanente a través de una complejidad de
procesos, o si tan solo es el hecho cumplido de un
stock de cosas acabadas. Por ello nos aprestamos
a bucear por entre los recovecos de la Materia en
Movimiento, en general el movimiento evolutivo
de la Naturaleza, de la Vida y del Hombre, y en
particular el movimiento del pensamiento, el
conocimiento y la cultura de la sociedad humana.
Las primeras formulaciones de la Dialéctica
griega establecen que toda la Realidad, por llevar en
su seno la lucha entre contrarios, está en permanente
proceso de formación, moviéndose eternamente.
Con base en la materia sensorial percibida, Con
base en la realidad de la materia sensorial percibida,
el Ser, la Dialéctica de los primeros filósofos
clásicos griegos se fundamentaba en el Movimiento
o rotación eterna de la Materia, con unos dioses que
sólo eran reflejo de ella, puesto que el Cosmos no
había sido creado por nadie ni por nada, sino que
había surgido y sigue surgiendo eternamente por sí
mismo.
Es Anaximandro de Mileto (-611-547) quien
primero formula el problema de la Unidad y la
separación de los opuestos.
Heráclito de Éfeso (-535-475) plantea que
todo lo existente se encuentra en “devenir”, está
sujeto a movimiento y cambio, se transforma
incesantemente por la lucha entre contrarios
y que lo nuevo surge como resultado de la
interpenetración de los opuestos.
Parménides (-540-470 ) sostenía tesis contrarias
a las de Heráclito, partiendo del principio “ex nihilo
nihil” (de nada, nada): “lo que nunca existió no
puede surgir de golpe y lo que siempre ha existido
43
no puede ser destruido” para poder demostrar
que el Ser es engendrado, indestructible, finito,
compacto, homogéneo, indivisible, esférico
e inmóvil, ya que de lo contrario tendría que
suponerse que el Ser proviene de una cosa tan
impensable e inexistente como el no- Ser.
A partir de que las cosas son o no son, de que
lo que “es” existe y lo que “no es” no existe (el Ser
es y el no ser no es), concluye que el único camino
válido es el de “las cosas son”: son una delimitación
perfecta que no admite un momento de no-ser;
por tanto, ni el Movimiento ni la diversidad existían,
ya que el Movimiento no existe por ser el cambio
de una cosa que es a otra que no es, y viceversa,
y la diversidad no existe porque si existiera más
de un ser, uno no sería el otro y el otro no sería
el primero. Esto es, para Parménides la interna
sustancia de las cosas es “ser”, un ser inmutable
que no tiene principio (ánarchon), que al no tener
principio no podría tener movimiento y al no
tener movimiento no podría tener el no-ser; un
ser que por no ser naturaleza, sino inmutabilidad,
y no admitir dentro de sí diferenciación alguna, su
real forma tendría que ser la de una esfera.
Empédocles de Agrigento (-495-435 aprox.),
nacido en la Sicilia de la Magna Grecia, concibe que
los principios generadores y rectores del Cosmos
eran los cuatro elementos: fuego, aire, tierra y
agua. La vida de este venerable médico, además
de ejemplar, sería tan consecuente con su doctrina
(vivía como pensaba) que la leyenda lo describe
arrojándose al volcán Etna para purificarse por el
fuego y penetrar así en el seno de la Tierra.
El contenido de estos elementos le darían a
la Realidad (Universo) la forma de una Esfera,
perfectamente redonda, igual a sí misma por
todas partes y en todas direcciones, dentro de la
cual se establecería una relación armónica entre
los elementos, los que a pesar de sus diferencias
sustanciales no sabrían de jerarquías entre ellos; ya
que estando en pleno movimiento dicha realidad
esférica podría acoger la pluralidad de todos los
seres (puntos, elementos), como conviviendo en
permanente simetría, equidistancia y equivalencia.
Pareciera que en esta cosmogonía de una
constante equivalencia de todos los elementos
dándole forma esférica al Mundo, en la que ningún
punto era centro, estuviera implícito que dentro de
ella cada uno de todos sus puntos se comportaran
bajo el presupuesto de una “constante” igualdad
entre gravedad y aceleración, adelantándose en
2.500 años a la primera versión clásica de la teoría
de la relatividad de Einstein.
44
Anaxágoras (-500-428), aún estando en su
ciudad natal de Clazomene (Jonia) pudo ganarse
la admiración de Pericles, que lo invitaría a
Atenas, siendo uno de los primeros filósofos en
radicarse en esta ciudad y provocando a su vez
la gran diáspora de pensadores (filósofos) hacia
Atenas, y entre sus discípulos estaría el mismo
Pericles. Se dice que Sócrates pudo escuchar
de sus planteamientos sobre el pluralismo y el
movimiento que la realidad estaba formada por
unas partículas llamadas “homeomerías”; que,
gracias a que una realidad divina espiritual (Nous o
entendimiento universal) le imprimía movimiento
a dichas partículas mezclándolas y generando los
sucesivos y eternos mundos, “todo está en todo
y participa de todo”; y que el ideal era vivir para
contemplar el sol, la luna y el cielo.
La Pluralidad se explicaría por el mismo hecho
de que nada viene a la existencia, ni es destruido.
Todo lo que se produce y sucede es resultado de
la mezcla de innumerables elementos, donde el
Hombre es resultado de la mezcla y división de
unas partículas iniciales cualitativamente distintas
y divisibles hasta el infinito, las “homeomerías”. Y
las demás cosas serían resultado de las “semillas”.
Es decir, en todas las sustancias conocidas
estarían desde siempre unas partículas diminutas,
reunidas de tal manera que las de una misma clase
estarían en cada objeto natural y en cada objeto
estarían presentes partículas de todos los demás,
que según predominen las de uno u otro objeto
podrían pasar de ser un objeto determinado a ser
otro distinto. Los cambios en el Universo, como
los de corrupción, destrucción, transformación y
generación de nuevos seres, serían producidos,
según Anaxágoras, por la mezcla y disgregación
de las Homeomerías o minúsculas partículas.
El Movimiento inicial, generador del Universo,
sería producto del cambio de dichas“homeomerías”
puestas en movimiento rotatorio por la divinidad,
pero que en casos excepcionales el movimiento
era inducido por homeomerías especiales que
siempre estaban en eterno movimiento como
el éter” o por otras fuerzas mecánicas como el
“aire”. El “Nous” (entendimiento, inteligencia,
espíritu), externo y ajeno a las partículas, era el
desencadenante de los remolinos y torbellinos
que le imprimían a la masa inerte y esférica de la
realidad el impulso inicial o movimiento; que, por
ser totalmente separado y distinto de la realidad
(masa de partículas diminutas), nada lo limitaría y
todo lo conocería, como la cosa completamente
autónoma más sutil y pura de todas.
El Gran Concilio
Esto es, Anaxágoras figura como el pensador
que admitiendo la pluralidad, el movimiento, los
cambios y las transformaciones de una naturaleza
en la que todo existía desde siempre y nada nuevo
podía originarse, se debatía entre el finalismo y el
mecanicismo, incurriendo en el mecanicismo de
darle al movimiento la función limitada de poner
en rotación la esfera de la realidad, dejándola
a la intemperie del principio ordenador de las
fuerzas mecánicas, las que explicarían de ahí en
adelante todos los cambios (procesos físicos) de
la Naturaleza.
Zenón de Elea (-490-430), considerado por
Aristóteles como el primer dialéctico, explica el
problema del espacio, el movimiento y el tiempo
en el mundo sensorial, con base en los principios
de unidad y multiplicidad, de identidad y de nocontradicción.
Los sofistas y, paradójicamente, el mismo
Sócrates, superarían esa excesiva ontología de la
lógica dialéctica de los primeros clásicos, ya que
al ponerse en incansable búsqueda de la verdad
mediante el diálogo dialéctico repotenciarían
así el movimiento del pensamiento humano,
germinando la semilla sobre la cual florecería la
filosofía griega.
Demócrito de Abdera (-460-370 aprox.) afirma
que el elemento último del que están hechas
las cosas, o única realidad del Universo, son los
“átomos”; realidad que no se imagina en forma
de una única esfera, sino conformada por las
múltiples esferas de los átomos, ya que no hay
multiplicidad “en” el ser, sino una multiplicidad
“de” seres denominados “átomos” y conformando
el Universo. Estos “átomos” tendrían las mismas
características de ingenitud e indestructibilidad
de la esfera de Parménides, pero conformados de
ser y de no-ser, donde la realidad del no-ser es el
vacío. El “vacío” lo entendería Demócrito como un
“vacío” que no es “nada absoluta”, sino “nada llena”,
es decir, el “vacío” sí existe.
Así explicaría Demócrito el Movimiento, a
través de la negación de la no-existencia del noser, puesto que el no-ser es “vacío” que existe y en
el que se despliega el movimiento, en el que se
combina el átomo. El “vacío”, que no sería real si
sólo se considerara como real la materia palpable,
es visto por Demócrito como el que hace posible
la pluralidad y el movimiento, ya que sin “vacío” las
partículas quedarían aprisionadas e inmovilizadas
en la masa esférica y compacta de Anaxágoras,
pero es a través del vacío que los átomos podrían
moverse libremente.
El Gran Concilio
El Universo constaría de infinitas partículas
sólidas, compactas, indivisibles e inmutables, los
“átomos”, con movimiento propio, espontáneo
y autónomo en todas las direcciones, chocando
caóticamente entre sí, sin orden ni finalidad, y
provocando torbellinos de átomos que darían
lugar a infinitos mundos perecederos. Esto es,
el Movimiento no se inicia en ningún momento
concreto, ya que los átomos siempre se han
movido eternamente en el vacío, lo que hace de la
cosmología de Demócrito una doctrina mecanicista
de la materia, el vacío y el movimiento.
Este modelo mecanicista de la naturaleza
Demócrito-eano, fundado en la existencia del
“ser” lleno y compacto y el “no-ser” vacío y sutil,
sin necesidad de una inteligencia trascendente
que rigiera los procesos y acontecimientos del
universo, se caracteriza por considerar que
los procesos naturales no tienen una finalidad
inmanente que los haga inteligibles y que los
sucesos del universo obedecen a la necesidad
ciega del azar.
Después vendría otra generación de filósofos
a los que no les interesaría saber si en el origen
de todas las cosas de la naturaleza y el cosmos
estaba una sustancia única o variada (pluralidad),
ni sintieron necesidad de problematizar el
Movimiento, ya que pensaban que de los seres y
objetos de la naturaleza nada se podía aprender;
que bastaría con dedicarse a reflexionar sobre
el hombre en sí mismo y sobre la vida del
hombre en la ciudad. Entre ellos se destacarían
incuestionablemente Sócrates (-469-399), Platón
(-427-347) y Aristóteles (-384-322)
Antes de seguir ahondando en el problema de
la concepción del Movimiento, quedamos con un
Parménides que lo niega, igual que las clásicas
paradojas de Zenón de la tortuga y la flecha,
diciendo que lo que “es” es y lo que “no es” no es;
con un Demócrito que lo acepta, pero limitándolo a
su condición mecánica, al decir que lo que “es” es
(llenura) y lo “no es” es (vacío); y con un Heráclito
concibiéndolo en toda su dimensión dialéctica de
cambio, transformación y corrupción cuando dice
que lo que “es” es y no es, y lo que “no es” no es y
es.
Hoy, merced a los desarrollos de la
nanotecnología y la posibilidad de manipular sus
instrumentos, la física cuántica o de las partículas
ha podido experimentar cómo una partícula está
y no está al mismo tiempo, tal como los “bit” de
información pueden ser “0” y “1” al mismo tiempo,
y que en últimas el Ser “es” y “no-es”.
45
En la escala creciente de la complejidad de la
Materia, a mayor diversidad del Movimiento mayor
complejidad del sistema, ya que a partir del más
simple, el movimiento mecánico, va haciéndose
más complejo en la medida que se refiera a los
sistemas físicos, químicos, termodinámicos,
biológicos, lingüísticos, psíquicos, científicos,
sociales y culturales.
Sería con Nicolás Copérnico, sobre todo,
que quedaría establecida la revolución en la
interpretación del Movimiento, puesto que se
empezaría a demostrar cómo era la Tierra la que
giraba alrededor del Sol, muy a pesar de que
todos veían cómo el Sol giraba alrededor de la
Tierra, amaneciendo en oriente y ocultándose en
poniente. Y con la Evolución se evidenciaría que
el Movimiento nos mostraba a la especie humana
conectada a otras especies como la de los Primates,
lo que es irreversible en el Tiempo.
Algunospensadoresconsideranquelaexistencia
del componente “trascendente” del objeto o
“plano trascendente” de la realidad objetiva no
es de naturaleza material sino virtual, tan sólo
mensurable mediante la misma medida de la Forma,
la “Información”; es decir, lo existente no sería
todo Materia (Uno), sino un “Synolon” (materia y
forma) conformado por la Materia (masa, energía)
y la Información ofrecida por nuestros alrededores
y por nuestras sensaciones y pensamientos.
Otros consideran cómo el plano “trascendente”
de las cosas de la realidad objetiva es una dimensión
existente y material (no virtual) susceptible de ser
medida, sólo que no en la tradicional dimensión del
volumen espacial (tres dimensiones), sino en otras
dimensiones espaciales más profundas que esta
tridimensional perceptible por nuestros sentidos.
Esto lo volveremos a insinuar cuando se hable de la
“teoría de las cuerdas”.
Por ejemplo, en el desarrollo conciencial del
Hombre, el Movimiento se expresa en la recíproca
relación del sujeto cognoscente con el objeto de
conocimientoalritmodemomentosdeobjetivacióny
obyección, que es entre el“Yo”conciente-razonador
que se objetiva a la par que está ahí como arrojado al
mundo, el “Ello” conformado por el ámbito del Yo
instintual y la región de realidad objetiva susceptible
de ser obyectada y el “criptoYo” que sería como un
“Yo” consciente-intuitivo y trascendental lanzando
ráfagas de intuición no racionales.
Es el Movimiento de un Hombre que por su
condición instintual-conciente sólo estaba ahí,
dando ahora el salto hacia el Sujeto consciente
de su existencia, que sin conformarse con esta
46
nueva situación se propone la transformación de
su misma existencia, puesto que ha comprendido
que el mundo objetivo no es un hecho cumplido,
que como Sujeto no es totalmente independiente de
aquel, sino que uno y otro están necesariamente en
mutua dependencia.
La Materia en Movimiento
“De la nada, nada puede pensarse que provenga”
Lucrecio
El pensador y humanista argentino Florentino
Ameghino (1854-1911) concibe cómo la Materia
en su estado más primitivo tiene una sola calidad:
El Movimiento; cómo no en el mundo cualquier
fenómeno, por muy complejos que pudiere
parecer, necesariamente está vinculado a la
Materia o se ha originado en alguna forma del
Movimiento de la Materia.
Es evidente que la “Materia” no experimenta
ni aumento ni disminución; su cantidad es, ha
sido y será invariable, es eterna e indestructible.
La “materia” está en proceso permanente de
“transformación” incesante, cambiando de forma,
de aspecto, de extensión y de densidad; y todos los
“cambios” operados en la naturaleza son resultado
del “movimiento” continuo de la “materia”.
Para comprender cómo la Materia se transforma
en Energía, pasando por los estados de “fuerza”,
“partícula”, “átomo”, “molécula”, “biomolécula”,
“célula”, “tejido”, “órganos”, “cuerpos orgánicos
no humanos”, “cuerpos orgánicos humanos”,
“cuerpo social humano”, “noosfera”, “biosfera” y
“cosmos”, corresponde estudiar no sólo la física
de las partículas, la química y la biología, sino
primordialmente cómo en la cruda realidad del
Universo se presenta la Termodinámica, la Entropía
y la Neguentropía.
Es más complejo, por ejemplo, el Movimiento
de la termodinámica que el de la mecánica.
En la Naturaleza, los cambios cualitativos sólo
se producen cuando se adicionan o sustraen
cantidades de materia o forma de movimiento
(energía); las diferencias cualitativas obedecen a
la diferente composición química y a las diferentes
cantidades y formas de movimiento o energía.
Para que la cantidad y la cualidad se correspondan
mutuamente, y se presente el fenómeno de los
cambios cualitativos de formas de movimiento,
se necesita la concurrencia, mediante choque,
fricción o magnetismo, de por lo menos dos
cuerpos. No se conoce algún caso de conversión
de una forma de movimiento en otra, dentro de
un cuerpo totalmente aislado.
El Gran Concilio
El Movimiento existirá en la medida que haya
más Calor en un punto que en otro, pero una vez las
“energías” se transforman en Calor, éste empezará
a dispersarse, degradarse e igualarse hasta tal
punto de llegar a simple energía no utilizable
(inocua) para trabajo alguno. Por ejemplo, si
en los Agujeros Negros toda la Masa llegare a
transformarse en Energía (gravitacional, nuclear)
y ésta a su vez tendiente toda a transformarse en
Calor, entonces ahí en el ámbito de los agujeros
negros el Movimiento tendería a no existir.
El profesor Eduardo Cesarman17describe los
diferentes tipos de Energía y la manera como
interactúan las “energías” entre sí, como cuando
mediante la fricción la “energía mecánica” se
transforma en “energía calorífica” (Calor); mediante
la combustión se transforma la“energía química”de
los organismos en Calor; se transforma la “energía
radiante”del sol en Calor, al ser pasada por un prisma
(lupa); la “energía gravitacional” puede convertirse
en “energía mecánica” y en “energía eléctrica”,
como en el caso de las represas hidroeléctricas;
la “energía química” muscular transformada en
“energía mecánica” por el ciclista; la “energía
nuclear” convertida en “energía mecánica” y en
Calor por las explosiones termonucleares; mediante
la fotosíntesis convirtiéndose la “energía radiante”
del Sol en “energía química”, entre otros casos.
La Materia sin Movimiento es la Nada; la Nada
absoluta es Nada, la Nada con llenura es Vacío.
Lucrecio ha dicho que “de la Nada, nada puede
pensarse que provenga”, a diferencia de la tradición
bíblica que habla de un Dios que creó el mundo de
la Nada. La Nada empírica es un absurdo, la Nada
lógicaesunafalsedadnecesariaenlosrazonamientos
contradictorios, ya que la verdad queda implicada
por la falsedad.
En Lógica, la Nada es un concepto de “vacío
lógico” útil para presuponer tanto la posibilidad
de un enunciado veritativo-funcional como del
enunciado necesariamente válido o tautológico.
Esto es, la Nada (absurdo, vacío lógico) es
un concepto lógico útil a la razón analíticadeductiva, ya sea una Nada como objeto vacío sin
concepto posible o como objeto de un concepto
que se contradice a sí mismo (imposible), por
ejemplo,”una recta de dos lados”.
Como que es de nuestra condición humana ser
en principio temerosos o renuentes a los cambios,
ya que no mantenemos muy predispuestos a que
17
nos muevan el piso, aspecto este evidenciado
tantas veces a través de la historia como cuando no
quisimos escuchar en su momento las explicaciones
sobre la redondez de la Tierra, pero que una vez el
descubrimiento de América de por sí significaría
la más profunda revolución en la concepción de la
“forma” de nuestro mundo, demostrándose cómo
muy a pesar de nosotros la Tierra siempre ha sido
esférica, mirándose así el mundo con otros ojos, ya
que desplazándonos siempre hacia el frente y en
la misma dirección podría regresarse al punto de
partida.
A golpes de ampliar horizontes, observando,
descubriendo y conceptualizando de nuevo el
Cosmos y el Hombre, igual que revaluando leyes y
teorías, el intelecto tuvo que haberse formado otra
imagen de la realidad objetiva.
El fracaso Aristóteles-eano de no dar cuenta
con su física sobre la existencia de los nuevos
mundos, acentuado por el descubrimiento de la
no-geocentridad del sistema solar (Copérnico) y la
misma teoría de la Evolución (Darwin), hizo que
se representara la nueva realidad volviendo las
miradas hacia el maestro Platón, el más relegado
por las hipótesis de Aristóteles.
La nueva realidad colmada por las nuevas
observaciones y descubrimientos, como el hecho
tan revolucionario del descubrimiento de nuevos
mundos, exigiría volver los ojos al prisma Platóneano (Galileo, Descartes) de una Naturaleza
que hablaba el lenguaje de las relaciones y las
figuras geométricas, como si la realidad siguiera y
obedeciera un orden matemático, pero superando
las nociones tradicionales de la física Aristóteleseana del universo geocéntrico.
Merced al Movimiento, la intuición Platón-eana
de la realidad estructurada geométricamente se
configuraría a partir de la abstracción del plano
bidimensional o superficie bidimensional de los
hexágonos (colmenas) para secuencialmente como
realidad en irreversible movimiento generarse
en volúmenes (sólidos) tridimensionales de
tetraedros, hexaedros, dodecaedros, icosaedros,
cubos y esferas.
Ni siquiera el constatar que el hombre dejaba
huella de sus pisadas en la Luna motivaría
una ruptura cosmogónica, la que temprano
o tarde tiene que darse, pero el Movimiento
mostraría su plena reversibilidad en el espacio e
irreversibilidad en el tiempo con los desarrollos
de la termodinámica y la teoría cuántica.
CESARMAN, Eduardo. Orden y Caos; editorial Diana, México, 1982
El Gran Concilio
47
Entonces, nuestros oídos serían más sordos
para escuchar que la Materia en Movimiento
es fundamento de la materialidad del Mundo.
Sabemos tan poco del mundo físico que sólo
hablamos de una unidad dicotómica Materia y
Forma, como entidades con la capacidad cada
una de transferirse “masa”, “trabajo”, “energía”
e “información”, en el caso de la Materia, y en
“información” en el caso de la Forma, quedando
el problema de explicar la manera como Materia
y Forma se transferirían entre sí; o que todo lo
existente sería Materia (masa y energía) que en
el campo de la “inmanencia” física es mensurable
o cuantificable en términos de tiempo y espacio,
mas no así en el campo de lo “trascendente” que
es aquella dimensión del objeto que no se nos
muestra, no nos suministra sus datos y no es
perceptible en el espacio, aunque sí podría ser
“intuible”.
Si alguien quiere ser adepto de las sectas que
proclaman el fin del mundo o perecimiento de
todo lo existente, aún le queda el arbitrio, nada
envidiable por cierto, de que en su cabeza, y sólo
en ella, de un tajo le quite el Movimiento a la
Materia. Pero, a pesar de él, el Planeta Tierra en
Movimiento seguirá produciendo la atmósfera
que le garantiza su misma vida.
Incluso entre científicos no es raro encontrar
adeptos al fin de los tiempos, pronosticándonos la
muerte térmica del Universo al perder la facultad de
moverse una vez que, tal como un cuerpo caliente
puesto en un medio de menor temperatura se
enfría, los astros pierdan con el tiempo su calor en
el frío del espacio cósmico. Entonces, el universo
llegaría a un estado de equilibrio térmico,
convirtiéndose en un cementerio de cuerpos
congelados. (ver termodinámica).
Ante la doctrina “dinamicista” que concibe la
preexistencia de ciertas fuerzas puras a la Materia,
un “movimiento puro” divorciado de la materia
que precedía a la materia y ciertas fuerzas como
fuente inmaterial del movimiento, Florentino
Ameghino explica cómo dicha concepción
al desmaterializar la Materia, reduciéndola
a simples fuerzas, estaría a un solo paso de
aceptar la existencia de la fuerza sin materia, de
un movimiento sin algo que se mueve; que si la
radiación y la disociación de la Materia, a veces
hacían casi imposible la medición de la materia,
no implicaba esto su desmaterialización, sino que
hasta ahora no se disponía de los instrumentos
idóneos que permitieran sopesar las partículas
más ínfimas de la Materia.
48
Si nos fuese familiar el pensamiento Jonio de
hace 2600-2500 años, tampoco nos podría resultar
convincente la explicación metafísica de que la
realidad última de la naturaleza estaría constituida
por esencias o cualidades que nuestras mentes y
sentidos no estaban en condiciones de dar cuenta
de ellas.
René Descartes (1596-1650) daría de nuevo
explicaciones del tipo Jonio, afirmando que el
auténtico fondo de las cosas era “corpuscular”,
¿equiparablealosátomosindivisiblesdeDemócritoo
a las homeomerías de Anaxágoras?; que la estructura
del Universo era de tipo lógico-matemática; que Dios
se había limitado a crear la materia (corpuscular)
con una cantidad de movimiento constante y sus
respectivas leyes, para luego formarse y funcionar
por sí mismo el universo sin necesidad de ninguna
intervención divina, ya que la misma mecánica de las
cosas se encargaría del resto, poniendo sus propios
ritmos y permitiendo que la materia corpuscular se
comportara con regularidad matemática.
A la par de esto vendría todo a enredarse con
la aparición de ciertas interpretaciones de las
Escrituras, asegurando que todo en la Tierra hubo
comenzado hace 6000 años, más exactamente en
la noche anterior al domingo 23 de octubre de 4004, tal como lo calculara escrupulosamente en
1650 el obispo irlandés James Ussher (1580-1655).
Claro que Descartes también consideraba que
todo esto había empezado a ocurrir 6000 años
atrás.
Georges Louis L. Buffon (1707-1788) retoma la
idea de que la Materia, el Movimiento y las Leyes
(gravitación) que lo rigen fueron establecidas por
el Creador, permitiendo así que a partir de ello
empezaran a existir las cosas y la sucesión de los
seres; es decir, empezaría a constituirse a sí mismo
el mundo como una creación.
Después de tantas tentativas por comprender
el problema del Movimiento, vendría la lógica
metafísica Hegel-eana a plantear el problema
de la unidad entre lo lógico y lo histórico,
considerando que el mundo histórico y espiritual
en conjunto son un solo proceso de movimiento,
cambio, desarrollo y transformación en formas
continuas; que la fuente de este automovimiento
no está constituida por algún principio o ley
de contradicción, sino por sus contradicciones
internas; que la esencia del ser está en el
desarrollo de la idea absoluta; que la conciencia
es el desarrollo de la realidad y que el desarrollo,
después de alcanzar determinado grado, se
detiene completamente.
El Gran Concilio
De una manera u otra, en la Edad Moderna
empieza a concebirse que la cosmogonía y la
cosmología sólo podrían explicarse mediante la
participación de la Materia, el Movimiento y sus
respectivas leyes; unos haciendo esfuerzos por
conseguir la intervención de Dios, y otros sin él.
La Conciencia y el Pensamiento son propiedades
de la Materia altamente organizada que, según
el físico inglés David Bohm,(1917-1994), forman
parte de un todo holista (hologramático) que
nunca se nos presentaría estático ni completo.
Una y otro forman parte de todo el proceso
interminable de movimiento y desarrollo.
El pensador ruso Nicolás G. Chernishevski
(1828-1889) ha dicho que el mundo es Uno; que
todos los objetos y fenómenos de la naturaleza
son formas de existencia de la materia única; que
la igualdad entre objetos y fenómenos está en
su materialidad; que lo que es igual en todos los
fenómenos de la naturaleza es proporcionado por
la materialidad de los mismos, ya que todos los
objetos de la naturaleza serían combinaciones y
complejas permutaciones de los elementos de la
materia. La Naturaleza precede a la Conciencia y
existe al margen de ésta (Basilio Conta). El mundo
exterior existe; no es mi “yo” quien crea el mundo
exterior, sino más bien es el mundo exterior el que
con su influir engendra mi mundo interior.
Movimiento, Espacio y Tiempo, modos
fundamentales de existencia de La Materia
Cómo hablar de Movimiento sin relacionarlo
con el Espacio y el Tiempo, y viceversa. Uno de
los atributos de la Materia es el Movimiento; la
Materia y el Movimiento son Uno y lo mismo,
como un Todo donde el Movimiento ofrece formas
con capacidad de transformarse una en otra. Otros
atributos inalienables de la Materia son el “espacio”
y el“tiempo”, que estando ligados inseparablemente
entre sí a su vez lo están con el “movimiento”.
A los objetos (Materia) no sólo los caracteriza
el estar permanentemente en Movimiento, sino
también otras propiedades como las de poseer
“extensión” (volumen), ocupar un lugar, estar
situados de cierto modo unos con respecto a
otros, transcurrir sucesivamente unos tras otros
en determinado orden, tener duración, tener
comienzo y tener fin.
Como fuere, ya es mucho que de una historia
natural pasara a hablarse de una historia de
la naturaleza, en la que, además de materia,
movimiento y leyes, se tuviera en cuenta la
participación del Tiempo.
El Gran Concilio
El Espacio y el Tiempo
Se ha dicho que el Espacio y el Tiempo, vía fuerza
gravitatoria, eran determinados y modelados
por la Materia, lo que también se insinuaría en la
“teoría de la relatividad” (teoría de la invarianza)
con un Espacio y un tiempo que no existen por
sí solos, sino como relaciones entre objetos, ya
que sólo existirían en la medida de la existencia
de una materia que los relaciones y mida; es decir,
si no existe “materia” no existirían ni el Espacio ni
el Tiempo.
También en palabras de Stephen Hawking,
el Espacio y el Tiempo no eran esa dimensión
o escenario pasivo en el que ocurren los
acontecimientos, sino los generadores de
la dinámica del Universo, y que gracias al
descubrimiento de América se vendría a demostrar
empíricamente el postulado Euclides-eano de la
cualidad contradictoria de poder regresar al punto
de partida sin necesidad de tener que cambiar la
dirección del movimiento. El Espacio reversible y
el Tiempo irreversible son dos formas del Ser, la
una sustancialmente diferente de la otra.
No obstante que el Espacio y el Tiempo
han sido la preocupación permanente de la
Filosofía, la Ciencia, la Psicología y, en general,
de todas las ramas del conocimiento, aún son
conceptos cuya naturaleza y definición no se
ha clarificado plenamente. En la Filosofía y la
Ciencia encontramos concepciones idealistas y
materialistas, formuladas desde los pre-Socráticos,
pasando por las de Isaac Newton (1642-1727),
Immanuel Kant (1724-1804), Henri Bergson (18591941) y Albert Einstein (1879-1955), entre otros
filósofos y científicos.
Si la Materia ha sido, es y será por siempre; si el
Cambio es un atributo de la Materia; si el Tiempo
y el Espacio son atributos del Cambio; entonces,
el Espacio y el Tiempo no sólo son modos
fundamentales de existencia de la Materia, sino
que también serían eternos como ésta.
El Espacio y el Tiempo ¿mensurables?
Si un objeto está en movimiento y posee
“extensión”, con base en el tiempo y el espacio
dicho objeto (materia) es mensurable en su
velocidad y volumen; si es un fenómeno, hecho,
situación o proceso, con base en el tiempo, el
espacio y órganos sensoriales es perceptible, mas
no mensurable. Sólo es mensurable una cosa
u objeto que esté, pero no como ser; de lo que
está, es visible y tangible el movimiento de su
corruptibilidad, degradación o entropía.
49
Con respecto a los conceptos filosóficos del
Espacio y el Tiempo, para el idealismo subjetivo
las categorías Espacio y Tiempo serían sólo el
producto de la conciencia del hombre, mientras
que para el idealismo objetivo serían originadas
por un espíritu universal absoluto.
El Espacio y el Tiempo se mensuran más como
algo subjetivo e intelectivo, que objetivo. De la
misma manera como sólo llegamos a hacernos
a una idea del “espacio” en la medida de la
disposición de los objetos visibles y tangibles, no
es el “tiempo” lo que pasa sino las agujas del reloj.
Lo mensurable no sería el “tiempo” en sí, sino el
desplazamiento físico de las agujas del reloj, que
son los objetos de los que tomamos nota si se han
modificado en el tiempo o en el espacio, y no otra
cosa; no medimos el “tiempo” sino la manera como
se va quedando sin arena el reloj. Esto es, como no
existe la medida del “tiempo” ni del “espacio”, sino
sólo la medida de los objetos-instrumento que
los referencian, el “tiempo” y el “espacio” no serían
cognoscibles sino intuibles.
El filósofo inglés John Locke (1632-1704) explica
que el “tiempo” es inaprehensible por nuestros
órganos sensoriales, ya que su aprehensión es tan
sólo intelectiva, debido a que “la idea de duración
procede de la reflexión sobre la sucesión de
nuestras ideas”.
El filósofo escocés David Hume (1711-1776)
considera que la noción del “tiempo” es subjetiva,
ya que alguien profundamente dormido, o
intensamente ocupado por un pensamiento,
sería insensible al tiempo y, dependiendo si sus
percepciones se siguen unas a otras con mayor o
menor rapidez le parecería a su imaginación más
larga o más corta la misma duración.
Así, la percepción del “tiempo” dependería de la
sucesión de nuestras ideas e impresiones, puesto
que el “tiempo” por sí solo no podría manifestarse
ante la mente ni ser conocido por ella (Hume),
al menos que se presente acompañado por un
objeto tangible o visible, ya que el “tiempo” no
sería real como objeto, sino sólo como “el modo
que tengo de representarme a mí mismo como
objeto” (Kant).
En la variante idealista de Immanuel Kant
(1724-1804), el Espacio y el Tiempo son formas
ideales “a priori”, percibidos merced a que en la
conciencia de los hombres estaría la facultad “a
18
50
priori” de disponer y sistematizar las percepciones;
por tanto, el Tiempo y el Espacio serían intuiciones
puras. Volveremos a esta definición cuando nos
familiaricemos con el concepto de “intuición”.
Para el matemático y filósofo francés Jules
Henri Poincaré (1854-1912) tanto el “tiempo” como
el “espacio” serían imposibles de medir, ya que al
no ser revelados por nuestros sentidos no serían
mensurables sus propiedades, sino lo ocurrido a
los objetos-instrumento de medición. Por ejemplo,
el hecho de medir es una experiencia realizada no
sobre el “espacio” sino sobre los mismos cuerpos.
Si todo está en Movimiento, nada más relativo
que el “espacio”; nadie podría irse hoy de un punto
y regresar mañana al mismo punto. Si de un día
para otro la escala de la dimensión del Universo
no fuera 1 : 1, sino 1 : 10 ó 10 : 1, simplemente
el mundo permanecería semejante a él mismo, ya
que nadie se percataría que las distancias de ayer
ya no serían las mismas de hoy porque todas las
distancias arrojarían las mismas medidas debido
a que la escala de los instrumentos de medición
también se alterarían uniformemente de la misma
manera.
Pero, para la dialéctica materialista, las
propiedades del Espacio y del Tiempo son
coherentes con la misma naturaleza de la Materia,
es decir, son formas objetivas y universales de
existencia de la Materia y, así como la infinitud y
eternidad de la Materia, el Espacio es infinito y el
Tiempo es eterno. La Materia es infinita y eterna,
el Espacio y el Tiempo no han tenido principio ni
tendrán fin, y, por tanto, el universo es infinito y
eterno.
“La propiedad universal de los cuerpos materiales
de poseer extensión, ocupar un lugar determinado
y estar situados de cierta manera entre otros
objetos del mundo refleja precisamente el concepto
filosófico de espacio... La propiedad universal de
los procesos materiales de transcurrir uno tras otro
con determinada continuidad, tener duración y
desarrollarse por etapas y fases refleja precisamente
el concepto filosófico de tiempo”18
Según esta concepción materialista, aparte
de ser propiedades universales de la Materia, el
Espacio y el Tiempo (materiales) se caracterizan
por tener la propiedad de la “objetividad”, es decir,
ser independientes de la conciencia del hombre.
Pero nos falta auscultar si además de mensurables
también son trascendentales.
AFANASIEV, V. Fundamentos de Filosofía, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Moscú, pág. 72
El Gran Concilio
La Ciencia ha abordado las propiedades del
Tiempo y el Espacio de los objetos materiales,
desde la mecánica clásica, que daría el paso
adelante de reconocer la objetividad del Espacio y
el Tiempo, pero que retrocedería dos al separarlos
de la Materia, tal como serían definidos por Isaac
Newton (1642-1727); desde la concepción de
Albert Einstein (1879-1955) que, ni más ni menos
que en su teoría de la relatividad, ya no habla
de un Espacio separado del Tiempo, sino de un
“espacio-tiempo” fundado en un “movimiento”
que siempre sería relativo al sistema de referencia
en el cual se encuentre el observador.
Para Einstein, el observador tendría dos
imágenes: una imagen estática, en la que no
cuenta el “tiempo” por ser tan sólo un continuo
unidimensional en el “espacio”; una imagen
dinámica, en la que sí cuenta el “tiempo”, formando
parte del continuo tetradimensional espaciotiempo.
Si el Movimiento es irreversible, el Tiempo sería
necesariamente igual. Y si el Tiempo es uno de los
modos fundamentales de la Materia, simplemente
bastaría con indagar por la forma de ésta para
concluir que el Movimiento y el Tiempo serían
hacia futuro, en trayectoria de espiral expansiva
(logarítmica), cuya tendencia producto de infinitos
sentidos podría representarse en una única“flecha”.
ElTiempo no transcurre circularmente ni hacia atrás;
esto es, no habría eterno retorno, ni el movimiento
de nuestra existencia en el Tiempo nos podría
conducir de regreso al punto de partida del viaje de
nuestra vida.
Ludwig Wittgenstein precisa que no se puede
comparar un proceso con el «transcurso del
tiempo» —tal cosa no existe—, sino sólo con otro
proceso (tal que la marcha del cronómetro); que,
por tanto, la descripción del proceso temporal
sólo sería posible en cuanto lo refiramos a otro
proceso, ya que esto sería exactamente análogo
para el espacio; que uno quisiera decir:
«la comunicación ocasiona que él sepa que yo
siento dolor; ocasiona este fenómeno mental; todo
lo demás no es esencial a la comunicación»; y que,
así fuese esto un curioso fenómeno del saber, los
procesos mentales son justamente curiosos. Es como
si se dijera: «El reloj nos indica el tiempo transcurrido.
Qué sea el tiempo, eso aún no se ha decidido. Y para
qué se determina el tiempo transcurrido —eso no
viene al caso»”19
19
20
21
El Espacio y el Tiempo ¿trascendentales?
Como si fuese un galimatías, con base en
la materia inmaterial y la fuerza ideal la teoría
subjetivista Kant-eana concibe el Espacio y
el Tiempo como condiciones universales y
necesarias de la existencia de todos los objetos
de la percepción sensible, donde los objetos no
existen objetivamente por sí mismos, ni por fuera
del Espacio y del Tiempo, sino en cuanto son
percibidos subjetivamente.
Felipe Beltrán Vega acaba de exponer en el
primer congreso colombiano de filosofía20que
el hecho de que antes de Kant existieran dos
formas estándar de concebir el “espacio” y el
“tiempo” como objetos reales y como relaciones
universales entre objetos, al ser pensados como
objetos particulares (reales) haría difícil garantizar
su universalidad, mientras que pensados como
relaciones universales entre objetos haría difícil
garantizar su aplicación a todos los fenómenos
del mundo. Ésto le serviría a Kant para proponer
en su Estética Trascendental una tercera manera
de concebir “espacio” y “tiempo”.
Si René Descartes intenta demostrar la
objetividad y neutralidad del “espacio” a partir
de la certeza de la posibilidad de su medición,
Kant es más explícito en considerar que “espacio”
y “tiempo” son separados como dimensiones
independientes (formas a priori) de la experiencia
humana. En la Estética Trascendental, para Kant
“espacio” y “tiempo” son presentados como
el fundamento que ha hecho posible todo el
conocimiento existente y por esta razón deben ser
expuestos de forma que garanticen una ciencia
universal (válida para todos y cada uno de los
fenómenos posibles) y objetiva (aplicable a todos
los fenómenos reales).
“Kant encontró una manera de resolver estos
problemas argumentando por la existencia de una
tercera posibilidad para concebir espacio y tiempo
como parte de la constitución subjetiva de la mente
humana, razón por la cual ni el espacio ni el tiempo
pueden adscribirse a ninguna cosa en el mundo
fuera de nuestra consideración”21
Kant se explica el “espacio” y el “tiempo” como
formas subjetivas de presentarse los objetos a la
percepción del conocimiento humano, porque
sería de nuestra naturaleza, al ser compartido
por todos los seres humanos, el darle de manera
Tait, Eugenio, Entidades métricas, cap. XIII, pág.301, WWW.
BELTRÁN VEGA, Felipe. Arquitectura crítica: Teorías del espacio y tiempo.
Ibíd.
El Gran Concilio
51
espontánea y constante forma a todos y cada
uno de nuestros encuentros con las cosas,
garantizando así su universalidad (al menos
desde el punto de vista humano) y su objetividad
en la medida en la que están presentes en todas
las cosas conocidas por el hombre.
Según Kant, el “espacio” es la forma de todo
el conocimiento que trata con las cosas externas;
el “tiempo” es la forma de nuestro sentido interno
mediante el cual es posible intuirnos a nosotros
mismos y a nuestros diferentes estados.
Espacio y Tiempo, según Kant, son la pura
espacialidad y la pura temporalidad como formas
de la percepción humana; la diferencia entre el
espacio y el tiempo se establecería al describir
cómo cada uno da forma de manera distinta a
nuestra percepción. Así, el clásico dualismo entre
cuerpo y mente (alma) estaría relacionado en la
obra de Kant con un dualismo entre el cuerpo
(junto con otros cuerpos) en el espacio y la mente
(junto con sus estados) en el tiempo.
Al concebir Kant que las relaciones corporales
tienen que ser espaciales, mientras que la mente
en relación con sus estados mentales tiene
que estar en una relación temporal, se está
presentando una forma de entender el “espacio”
no sólo como neutral y objetivo (como lo había
hecho Descartes), sino que además lo aísla del
“tiempo”.
El “Espacio”
El “espacio” se ha considerado representación
de la imaginación, como concepto y como objeto.
El concepto más familiar lo relaciona con el vacío
en donde se encuentran todas las cosas que
existen y que sirve como receptáculo de ellas; el
espacio es a los cuerpos lo que el continente es al
contenido.
En la naturaleza existen cuerpos cuyas
propiedades espaciales no son explicadas por la
Geometría de Euclides (siglo III a.C.), ya que en
ciertas superficies dos líneas paralelas podrían
no coincidir, aún si al ser cruzadas por una línea
perpendicular a dichas paralelas los ángulos
internos formados por ella son menores a dos
rectos, debido a que en tales superficies la suma
de los ángulos de un triángulo no sería igual a
180º, sino menor
A pesar de los revolucionarios cambios
al postulado de las paralelas de Euclides
logrado por la geometría no-Euclides-eana de
Lobachevsky, Bolyai y Gauss, aún sobreviven de
ella sus postulados métricos de los “grupos de
desplazamiento” en los que:
52
Un desplazamiento AB y uno BC pueden
coordinarse en un solo desplazamiento AC; todo
desplazamiento AB puede ser invertido en BA; la
resultante de un desplazamiento AB y su inverso BA
es un desplazamiento nulo; y los desplazamientos
también son asociativos, puesto que a través de
caminos diferentes un mismo punto puede ser
alcanzado a partir de otro, es decir, AB + BD = AC
+AD.
No obstante, el principio de Inversión también
quedaría revaluado con los desplazamientos de
los viajes adelantados después del descubrimiento
de América, puesto que el movimiento de regreso
al punto de partida no se trillaría a través de un
simple cambio de su dirección en 180°, sino
continuando con el movimiento en la misma
dirección. Así sería revaluada la Inversión, pero
al precio de re-confirmar la reversibilidad del
movimiento en el Espacio.
Como no es posible representar la esencia del
Espacio sin saber antes cómo es que dicho espacio
se anuncia en el conocimiento finito del ente, Kant
no encuentra mejor camino que el procedimiento
negativo (paradigmático), es decir, empezando
por ¿qué no es el espacio?, que el espacio no
es esto ni aquello, ya que las condiciones de lo
que se va a aprehender (el espacio) estarían ahí
sin ser reconocida y, por tanto, en cierta forma
desconocida e in-aprehensible. Puesto que el
“espacio” no es una cosa más entre otros entes ante
los ojos, ni un objeto que pueda representarse
empíricamente, las condiciones del “espacio”
como “junto, sobre y detrás de” no se encontrarían
en ninguna parte, ni allá ni acá.
El Espacio, para poderse anunciar ante los ojos
como estando “junto, detrás o sobre de”, necesita
ser representado como algo “dentro del cual”
puede encontrarse primeramente lo existente;
de ahí que lo que se represente del “espacio”
necesariamente de antemano en el conocimiento
humano finito, sea su representación pura. Así, la
representación del “espacio” es la representación
inmediata de una unidad única, es una Intuición.
Por tanto, el “espacio” sería lo intuido en una
intuición pura.
Como la intuición pura de “espacio” se recibe
en su totalidad de una vez, dicha intuición pura
no debe limitarse a dar sólo aspectos o partes
de lo intuido, sino que en forma inmediata debe
dar lo intuido en su totalidad. Como el “espacio”
es magno, inmenso, totalidad ilimitada y única,
dentro de la cual cabrían todos sus aspectos
constituyentes como sentido, magnitud,
El Gran Concilio
extensión, quantum, cantidad, etc., al percibir las
cosas lo intuido del espacio como intuición pura
no se presentaría como forma (objetos), sino que
lo intuido sería la totalidad, dada previamente por
el “espacio”, de aquellas relaciones que ordenan
los datos del sentido externo.
Si anteriormente con George Berkeley quiso
darse por concluido que el Espacio es concebible
tan sólo por la vista o por el tacto, pero no por
la combinación de los dos porque no se daría
tal homogeneidad, lo cierto es que cada día los
grandes avances del conocimiento científico en sus
preguntas por la Naturaleza nos dan más razones
sobre la particularidad específica del Espacio como
modo de existencia de la Materia.
Con base en su carácter objetivo nos hemos
acostumbrado a percibir el Espacio en su condición
tridimensional de longitud, anchura y altura. Pero
esta concepción, a pesar de ser en apariencia tan
obvio que cualquier objeto material pueda moverse
recíproca y perpendicularmente en estas tres
direcciones, ya hizo aguas y son muy pocos los
científicos que persisten en ella.
Mucho antes de quedar sin piso la concepción y
percepción tridimensional, que no sólo es revaluada
por el espacio tetradimensional de Einstein, ya se le
habían descubierto al Espacio nuevas propiedades,
mostando las debilidades de la geometría de
Euclides. El matemático ruso Nikolai Ivanovich
Lobachevski (1792-1856), quien sobre el Espacio
sería el primero en construir una Geometría como
sistema hipotético deductivo, negando el quinto
postulado de las paralelas de Euclides.
Lobachevski, al profundizar sobre propiedades
espaciales de los cuerpos, inaugura la geometría
hiperbólica (no Euclides-eana) consistente en que
las propiedades del Espacio variaban según se
estuviera en distintos ámbitos del Universo, puesto
que ellas dependían de la propia naturaleza de los
cuerpos físicos y de los procesos materiales que se
operaban en éstos.
Una vez definido el Espacio como aquel campo en
el que los rayos luminosos son líneas rectas, vendría
la teoría gravitacional de Albert Einstein (18791955) a demostrar que en el campo gravitacional
del Universo los rayos de luz no pueden ser rectos,
debido a que el campo gravitacional (espacio)
determinado por la masa es curvo y no porque la
gravedad los atrajera doblándolos en curva.22
22
El “Tiempo”
Si la Materia implica el Cambio y el Cambio
implica el Tiempo, el Tiempo sería entonces un
atributo del Cambio, a la par que lo es de la Materia.
El Tiempo, como propiedad de la Materia, nos
permite caracterizar la duración de los procesos
y la rapidez con que éstos suceden o transcurren.
Las unidades de medición del Tiempo, que cuando
sonconvencionesprácticasgeneralmenteaceptadas
por cierta comunidad humana son íntersubjetivas,
no dejan de ser la expresión de determinadas
regularidades objetivas de Movimiento de la
Materia.
Una regularidad tan objetiva como el hecho de
que la Tierra da vueltas alrededor de su propio eje
(rotación) ha llegado a expresarse formalmente
mediante la convención de un día, que es la
duración del proceso de una vuelta de la Tierra
alrededor de su eje. Y el hecho objetivo de dar
vueltas la Tierra alrededor del Sol (traslación) se
expresa mediante la convención generalmente
aceptada de un año o 365 días, pero esta ínter
subjetiva convención, que no es el Tiempo sino una
unidad de su medición, siempre estará expresando
o refiriéndose a relaciones tan objetivas como
las del espacio en que ocurre el fenómeno y la
velocidad con que la Tierra se desplaza.
Si tanto las distancias como los desplazamientos
son objetivos, el Tiempo también lo es.Todo lo que
tiene que ver con nosotros gira en torno al“tiempo”,
estando condenados a definirlo tautológica mente
en términos del mismo tiempo.
El Tiempo de Newton es absoluto; el Tiempo
de Einstein es una dimensión más (cuarta) de la
estructura o forma de la realidad del Universo, cuya
medición es relativa, puesto que puede hacerse
mediante los múltiples patrones comprendidos
por cada uno de los múltiples observadores.
El Tiempo también se define en función de la
“entropía”, que no conoce de trayectos sino del
estado inicial y final de un sistema, que sólo mide
el orden o desorden de un sistema; y en función
del “cambio”, ya que mientras exista la Materia
siempre se darán los “cambios” y el “tiempo” sería
la trayectoria de ellos.
Por lo general creemos que podemos dar
una definición espontánea del Tiempo, pero
inmediatamente tendríamos que decir con Aurelio
Agustín de Hipona (354-430) que “cuando no me lo
preguntan, lo sé; cuando me lo preguntan, no lo sé”,
Este aspecto de relacionar la Gravedad con un Campo o espacio-tiempo curvado, y no con una Fuerza, se entrará en detalles
en próximo subtítulo sobre la teoría gravitacional de Einstein.
El Gran Concilio
53
ya que para él no tenía dimensión; o pensaríamos
en la doble causalidad recíproca (Aristóteles) de
“tiempo-movimiento y movimiento-tiempo”, pero
sería más que problemática.
Una de las grandes revoluciones científicas del
siglo XX, la teoría de la relatividad de Einstein, se
funda en el hecho de que en el Universo elTiempo no
es fijo ni constante, sino variable, ya que dependería
delaposiciónyvelocidadconqueenundeterminado
momento ocupe un determinado observador con
respecto al movimiento de un determinado objeto:
El Tiempo es relativo.
Entonces, Tiempo y Espacio se combinarían
en un espacio-tiempo de 4 dimensiones; o, según
otras maneras de concebir el Tiempo, incluso
combinándolas con la relatividad delTiempo, donde
en las 4 dimensiones coexistirían todos los tiempos,
como aquellos tiempos subjetivos producto de la
manera como cada uno de nosotros lo percibimos
según sea en un determinado momento nuestro
estado de ánimo, que nos da una sensación corta o
inmensa del Tiempo.
Anaximandro (-610-547) sería uno de los
primeros pensadores en concebir el Tiempo, ya
que si el arché de la naturaleza es el “ápeiron”
indeterminado, inmortal e incorruptible y si es
necesario que las cosas tiendan a volver al ápeiron,
el Tiempo sería el encargado de que las cosas
vuelvan a la unidad, quietud e indeterminación
de la fisis.
Para los Pitágoras-eanos, los números serían
la medida del Tiempo; Platón (427-347) lo
concibe como “imagen móvil de la eternidad”.
Aristóteles (384-322), con base en que Tiempo y
Movimiento se perciben de manera conjunta y
están unidos indisolublemente, considera que el
Tiempo es el número del movimiento según el
antes y el después. A través de la historia, entre
estoicos, neoplatónicos y escolásticos seguimos
encontramos diferentes definiciones del Tiempo.
El Tiempo en relación con la Intuición (Kant) y
con la Evolución (Darwin) merece tratarse en su
respectivo apartado. Esta concepción, en cuanto
a la evolución, es confrontada por la de un tiempo
Darwin-eano totalmente ajeno a la evolución, de
descendencia con modificación, ya que, según
Darwin, el Tiempo no tendría direccionalidad ni
orientación progresiva, ni sería el homogéneo
fluir, sino el hilo monótono de un largo infinito
donde cada evento se engarzaría ocupando su
instante asignado, por lo que el único objetivo
de cada individuo sería poder existir en y para el
presente, y no el de ser un momento en la marcha
intencional del pasado al futuro.
54
En relación con el Espacio y los fenómenos
naturales, Newton concibe el “tiempo” como
realidad absoluta, o realidad en sí, independiente
de las cosas; Leibniz lo concibe como una relación,
en la que del “tiempo relativo” se desprendería el
concepto de un “tiempo absoluto” que no podría
medirse con instrumento alguno. Por lo general, se
le concibe como propiedad o medida necesaria de
la duración.
Esta contraposición de concepciones sobre el
Tiempo, no es propia de la modernidad. Ya venía
dándose desde Aurelio Agustín (san Agustín) con su
concepción teológica de un Tiempo como realidad
“creada” (no creador), fundada en el principio de
que por ser Dios la causa suprema anterior a todo,
entonces el Tiempo sería creación de Él.
La concepción creativa y acumulativa del
Tiempo, la Bergson-eana del “entusiasmo (elan)
vital”, equivale a aquellos sistemas estadísticos
sobre fenómenos meteorológicos como la
formación de las nubes, que son impredecibles
por depender de movimientos fortuitos.
El subjetivo y convencional Tiempo
La primera percepción que podríamos tener
con respecto al Tiempo es confundirlo con las
subjetivas unidades de medición. Mientras que
éstas son subjetivas, el Tiempo en sí sería objetivo,
puesto que es una propiedad de la Materia. Ahora
nos miden el Tiempo, cuando lo más natural sería
sentirlo y vivirlo. Qué nos puede decir sobre el
Tiempo un mecanismo de medición, como un reloj
de agua (clepsidra), un reloj de arena, un reloj de
sombras, un reloj de pulso, un reloj de engranajes,
etc., si no sirve para permitirnos vivir al ritmo de
la Naturaleza, sino para obligarnos a vivir según
unos ritmos ficticios, podría ser una de las razones
de nuestros desequilibrios, descompensaciones y
traumas.
Como el Tiempo puede objetivarse mediante
determinaciones universalmente válidas, se ha
pretendido conectar el “tiempo” con el mundo de
la conciencia, del “yo” (tiempo subjetivo), que es
un tiempo vivido y sentido a plenitud. Pero esto
no sería el Tiempo objetivo en sí, sino la misma
unidad subjetiva, no ínter subjetiva, de medición,
ya que cada quién puede experimentar una duración
lenta o rápida del “tiempo” según la situación. Por
ejemplo, el “tiempo” se siente de manera diferente
en la oscuridad o en la luz; si estamos afectados por
alguna privación sensorial o si gozamos de todas
las facultades sensoriales; si el estado anímico es de
sufrimiento o de felicidad.
El Gran Concilio
No es que el Tiempo, además de ser objetivo
es subjetivo, sino que lo subjetivo es este modo
íntimo de sentirlo o medirlo. La conciencia del
“yo” experimenta la temporalidad de diversas
maneras, ya sea la situación, o que predominen
aspectos objetivos o subjetivos, o que, según
predominen la memoria y el recuerdo, pasemos
del sentir al sentirse y del vivir al vivirse.
ConrespectoalTiempoNewton-eano,concepción
mecanicista análoga a la secuencia genealógica
Darwin-eana, Bergson nos dice que la esencia de
la explicación mecánica consiste en considerar el
futuro y el pasado como funciones calculables del
presente, y así afirmar que todo está dado.
El movimiento de los cuerpos celestes, bajo
las leyes Newton-eanas es movimiento mecánico
completamentepredecible,puestoqueenelsistema
mecánico de Newton el Tiempo puede desplazarse
avanzando y retrocediendo, marcando un orden de
la naturaleza que como si fuese un reloj perfecto
y completo seguiría funcionando así eternamente.
Acá el Tiempo sería, de manera absurda y contranatura, “reversible”.
La propuesta de un Tiempo como “duración” es
la crítica a la noción del Tiempo como “sucesión”
(evolución creadora). Según Henri Bergson (18591941), la duración es una propiedad del Ser, puesto
que lo propio del no-Ser es la eternidad; la duración
del Ser es tiempo real, y la eternidad del no-Ser es
tiempo abstracto. El tiempo real sería acumulativo
y progresivo, de la misma manera que lo es el
movimiento fluyente de la vida, la conciencia y,
en general, la evolución. Esto es, sin tiempo real
tampoco tendríamos la evolución.
En cambio, el tiempo Darwin-eano, asociado
directamente con la descendencia y modificación
sería tiempo abstracto, puesto que este tiempo
ocupado por determinada secuencia genealógica
se vuelve inerte y, según Tim Ingold, por no ser
nada más que un tramo particular de la eternidad,
simplemente no podría constituir el fundamento
de la vida.
“Fundamentalmente encontramos que, en tanto
que al tiempo se le puede tratar como una duración
concreta intrínseca al pensador, o como un artefacto
abstracto de su pensamiento, la -conciencia- del
tiempo se ubica en la confrontación entre uno y otro,
entre el mundo subjetivo de personas y el mundo
objetivo de objetos; o entre el sentido de Locke de un
-perecimiento perpetuo- y lo que el Timeo de Platón
caracterizó tan memorablemente como una -imagen
móvil de eternidad-“23
El Tiempo “cronológico” (diacrónico) es el más
familiar a nuestra cotidianidad, puesto que de
manera lineal, mecánica y abstracta es medido
entre lo pasado, el presente y el futuro, arbitraria
o artificiosamente mensurable su diacronía
mediante cronómetros y almanaques; a diferencia
del Tiempo “sin-cronológico” (sincrónico) que es
cíclico en el aquí y ahora, siempre en presente.
Tiempo e Historia
Hubo sociedades que coexistieron en el
espacio, contemporáneas entre sí, y hubo otros
sistemas sociales que se sucedieron unos a otros
a través del tiempo, los cuales no conocemos por
experiencia directa.
Si cada sociedad debe tener su propio tiempo
y su propia extensión espacial, lo que es muy
discutible, le tocaría al historiador estudiar el
pasado de su propia sociedad y al antropólogo
estudiar la sociedad de su propio tiempo; pero,
quién podría definir dónde termina nuestra
sociedad y cuándo empieza nuestra época.
El Tiempo sería más asunto de relojes que
de nubes. El Tiempo eterno, hilado por las
revoluciones uniformes y perpetuas de la Tierra,
podría separarse en segmentos iguales como
horas, días y años, o siglos y milenios. Una vez
elegida la unidad de cálculo, le asignamos una
fecha a cada segmento, la cual indica su posición
frente a otros segmentos en una secuencia lineal;
así, en el cifrado cronológico de la historia, los
eventos se vinculan a segmentos fechados. Por
medio de este cifrado, sabríamos qué apareció
antes y qué después, lo que supuestamente
sería el primer requerimiento del conocimiento
histórico.
A finales del siglo XVIII ya se había empezado
a pensar y reflexionar de manera bien distinta sobre
los lapsos temporales. El mundo no había sido
creado el 23 de octubre de -4004; Buffon estimaba
una cronología de la Tierra cercana al medio millón
de años. Inmanuel Kant (1724-1804) esbozaría su
teoría de la evolución cósmica (no de la filogénesis)
referida al flujo de multitud de millones de siglos
y el escocés James Hutton ( 1726-1797) no le
encontraría vestigio de un principio ni perspectiva
de un final a la historia de la Tierra.
23 INGOLD, Tim. Evolución y vida social, Grijalbo, México, 1991, pág. 160
El Gran Concilio
55
Esto es, gracias a las nuevas escalas del tiempo,
de una extensión indefinida del tiempo, se haría
comprensible y plausible la teoría de la evolución
orgánica (Darwin) basada en la descendencia con
modificación; mucho más ahora, cuando hablar
de tiempo es hacerlo en la escala de la infinitud.
Es muy tentador recurrir al muy largo plazo,
dejándole al Tiempo acomodar todo, donde el
tiempooooo... relegaría los fenómenos sociales
y olvidaría los hitos históricos producidos por
los pueblos, dejando que el ambiente y el tiempo
definieren todo.
Las diferentes escalas de tiempo no sólo
permitirían enfocar clases distintas de eventos,
sino que podrían requerirnos en la adopción
de diferentes conceptos de causalidad, como de
cierto perspectivismo con respecto al Tiempo.
Para Lévi-Strauss, la historia puede cifrarse
cronológicamente en una cantidad de escalas
de tiempo o longitudes de onda diferente, que
se extienden concurrentemente y sin principio
ni final, a cada una de las cuales debemos
sintonizarnos independientemente.
Pero, ante la afirmación de Lévi-Strauss de que
“sin fechas, no hay historia”, cabría preguntarse si
pudiesen existir fechas sin historia o tiempo sin
eventos, o ir más allá con la reflexión del historiador
mexicano24Carlos Antonio Aguirre Rojas para quien
esa noción del “Tiempo” que lo concibe sólo en
relación con relojes y calendarios, compuesto por
unidades y sub-unidades perfectamente divididas
y siempre idénticas de segundos, minutos, horas,
días, semanas, meses, años, lustros, décadas, siglos
y milenios, es la noción tradicional (Newton-eana)
propia de la “mala historia”.
No siempre un siglo histórico tendría los cien
años calendario, ni cualquier día de la historia es
idéntico a cualquier otro, ya que cada fenómeno
histórico tiene su singular y específica duración.
La Historia es la compleja síntesis de todas
las múltiples y diversas duraciones históricas
diferenciadas, por lo que se espera del buen
historiador que detecte y establezca la múltiple
temporalidad y la diferente duración histórica de
cada uno de los fenómenos que investiga.
“Porque para el buen historiador cada siglo tiene
una temporalidad distinta, lo que le permite hablar
lo mismo del “largo siglo XIX” que comienza con la
Revolución francesa y termina con la primera Guerra
Mundial, que del “breve siglo XX”, iniciado con esa
primera guerra y con la Revolución Ruda de 1917, y
concluido con la caída del Muro de Berlín en 1989”25
La buena historia producida merced a la buena
interpretación de los buenos historiadores es
aquella que establece las mutuas relaciones entre
los hechos con base en las interdependencias que
se van conjugando en la formación de determinados
procesos, consiguiendo integrarlas en el Tiempo.
Bergson afirma que nosotros no pensamos el
Tiempo real, sino que lo vivimos, porque “la vida
trasciende el ámbito del intelecto”. No podemos
confundir Tiempo con fechas, ya que las fechas
las pensamos, nos las impone el intelecto, pero no
son la base de la historia porque no las vivimos;
mantenemos atiborrando de fechas a la historia
cuando lo esperado es llenar de historia a las
fechas.
El Tiempo extrínseco como Duración sería como
un recipiente en el cual las cosas suceden, tal como
se recuentan o narran en los libros de historia. Acá
el Tiempo sería un hilo abstracto o vacío que, al
dividirse en segmentos cronológicos donde se fija
la narrativa de los eventos, se presta para que la
historia sea la de quienes la escriben, mas no la de
quienes la hacen.
Otros creen que el Tiempo es in esencial a la
Historia. Un acreditado exponente del subjetivismo
histórico, el filósofo e historiador británico Robin
G. Collingwood (1889-1943), aduce que la historia
no se podía escribir a través de la biología, la
genética o la geología, sino enfocando a los sujetos
de investigación desde su misma interioridad;
centrando el interés en la conciencia, propósitos e
intenciones de las personas en el pasado, y para nada
en las manifestaciones objetivas de su actividad.
Según Collingwood, la continuidad triunfa
sobre la discontinuidad porque el tiempo
como eventos (olas) sólo sería un proceso que
permanentemente lleva al pasado a presionar
sobre el futuro, mientras convierte el futuro
24 Los mexicanos detentan el gentilicio de “americanos” porque son de América, el de “estadounidenses” porque pertenecen a los
Estados Unidos de México y el de“norteamericanos” porque al igual que Canadá y Alaska pertenecen a Norteamérica, pero
también existen los Estados Unidos de Brasil y los Estados Unidos de Venezuela. Si USA han querido apropiarse en exclusiva
del gentilicio “americano”, menor sería la confusión si los llamamos “usamericanos” (por su manía de “usar” ). No obstante, si
el maestro Estanislao Zuleta se cuida en aclarar que Faulkner y Hemingway no eran Wall Street, lo mismo diríamos de Noam
Chomsky, entre tantos otros ciudadanos del mundo.
25 AGUIRRE, ROJAS Carlos Antonio. Antimanual del mal historiador; ediciones desde abajo, Bogotá, 2002, pág. 42
56
El Gran Concilio
en pasado; cuando en realidad la historia de
las personas es más significativa que la de los
eventos, ya que, mientras son las personas las que
forjan la historia al vivir punto a punto el tiempo,
los eventos sólo sucederían en la evolución.
La historia de las personas no es una secuencia
cronológica de eventos, ni sólo ciertos instantes
del tiempo, es de experiencias cotidianas,
propósitos e intenciones.
Si la experiencia vivida y subjetiva del hombre
no cuentan para la historia, sino las relaciones
y fuerzas estructurales impersonales, debería
reconstruirse el conjunto de hechos o situaciones
en una serie ordenada dia-críticamente por
eventos; pero hasta dónde esto sería perder en
la práctica el contacto con la historia. A través
de secuencias diacrónicas seríamos incapaces de
comprender la historia.
¿Pero podría ser la Historia un inventario
pormenorizado del padecimiento existencial
del individuo? ¿Tal vez habría que aceptar como
Kroeber y Lévi-Strauss que la historia podría
prescindir del tiempo?
Walter Benjamin (1892-1940), igual que
Bergson, considera inadecuada la noción de
“tiempo” como continum, pero no se queda en
el limitado ámbito Bergson-eano de la historia
como experiencia personal, sino que pone su
atención en la “revisión” del concepto de historia
en el materialismo histórico.
“La historia es objeto de una construcción cuyo
lugar no es el tiempo homogéneo y vacío, sino el
“ahora” que es lleno. El materialista histórico no
puede renunciar al concepto de un “presente” que
no es tránsito sino que es inmóvil y se halla en
equilibrio en el tiempo, puesto que dicho concepto
define con precisión el “presente” en el cual él por su
cuenta escribe su historia. El historicismo postula una
imagen “eterna” del pasado, el materialista histórico
una experiencia única con éste”26
Esto, dicho por alguien que se quiera
materialista histórico y acepta las tesis del
materialismo dialéctico, como el berlinés W.
Benjamin, no hay que descontextualizarlo sino
verlo como su obvia reacción contra la idea de
un fluir histórico incontenible que a él lo tendría
fatalmente determinado para internarlo en un
campo nazi, en nombre del iluminismo alemán, y
26
que lo condujo al suicidio a sus cuarenta y ocho
años. Para W. Benjamin, concebir una corriente
de la historia en continuo fluir y determinada por
leyes inexorables era legitimar la resignación y el
conformismo, y posibilitar un mayor refuerzo de
la dominación. Su reacción es contra la idea de un
sujeto condicionado por los avatares históricos, y
proclama a un sujeto transformador y liberador
gracias a su capacidad de acción social y solidaria,
profundamente humana.
De ahí que le dé a la Historia el sentido de
un todo, cuya configuración totalista se logra
partiendo del “presente”, enlazándolo vitalmente
con el “pasado” y prefigurado el “futuro”. La
Historia sería un tiempo “presente” entrecruzado
por los otros tiempos y pletórico de memoria y
sentido.
Walter Benjamin es la antípoda del historiador
escocés Thomas Carlyle (1795-1881). Mientras
que éste proclamaba la historia del mundo como la
biografía de los grandes hombres, que sólo vencen
quienes merecen vencer y que la victoria hace
justicia al héroe, Benjamín clama porque pasemos
por la historia el cepillo a contrapelo, como única
vía de no compenetrarse con la historia de los
vencedores y no dejar a los oprimidos convertidos
en su instrumento o trofeo.
Ante una historia narrada por los vencedores,
tras de la cual se esconde el deseo de acomplejar a
todo el mundo con la idea de perpetuar el presente
en un futuro que sólo puede ser repetición y
“eterno retorno” de lo mismo, Benjamin aboga por
un “presente” capaz de interrumpir ese tiempo
histórico, capaz de inmovilizar la historia como
serie repetitiva e incontenible de triunfadores y
sus masacres, capaz de ponerle tatequieto a la
historia como proceso impersonal y destino ciego
impuesto a los hombres, capaz de optar por la
historia no escrita de los oprimidos y capaz de
darle un nuevo sentido a la acción humana.
Martin Heidegger (1889-1976), analiza al
mismo tiempo la estructura del tiempo y de la
historia; no se enfrasca en cuestiones como la
subjetividad, la trascendencia o la inmanencia
del tiempo, sino que de las tres determinaciones
(pasado, presente y futuro) del tiempo, se centra
en la del futuro, puesto que si la existencia
es posibilidad, trascendencia, proyección y
anticipación, entonces estaría constitutivamente
orientada y dirigida hacia el futuro.
BENJAMIN, Walter. Tesis de filosofía de la historia; citado por Margarita Boladeras en Historia, Lenguaje y Sociedad; Edit.
Crítica, Barcelona, 1989, pág. 179
El Gran Concilio
57
Cada una de dichas determinaciones no tendría
significado si no es con respecto a las otras, ya que
el futuro supone necesariamente el pasado y el
presenteestánecesariamenteenvueltoenlarelación
entre futuro y pasado. Aplicado esto a la historia, se
diría que al ser el presente auténtico un futuro que
repite el pasado, entonces la historia implicaría una
desactualización del hoy y una separación dolorosa
de su condición decadente, ya que necesariamente
es una crítica del presente.
La supuesta primacía del Tiempo sobre el
Espacio
Para poder demostrar una supuesta primacía
del Tiempo sobre el Espacio, Immanuel Kant
(1724-1804) necesitó plantear la teoría de que el
Tiempo era una intuición pura universal, lo que no
deja de ser tautológico en el sentido de partir de
su intuición personal no demostrable mediante la
experiencia para concluir con otra intuición pura.
Como en el caso de la Teoría de la Relatividad de
Einstein, que podría ser otra intuición pura universal
de cuya consistencia no es fácil tratar de demostrar
lo contrario, ya que para su formulación Einstein
no tuvo necesidad de experimentar en el laboratorio
con la materia, la energía y la velocidad de la luz
al cuadrado, pero para controvertirla sí tendría
que argumentarse ante la comunidad científica
mediante los protocolos que registren los datos de
la experimentación.
Dice Kant que el Tiempo, igual con el Espacio,
formaría parte de una región de la experiencia, ya
que se refiere a aquellos datos del sentido interno
que no se manifiestan como forma externa, ni
como objetos, ni como relaciones espaciales, sino
como una sucesión de estados de conciencia, ya
sean representaciones, intenciones, emociones,
etc.
A su vez, el “tiempo” sería la condición formal
a priori de todos los fenómenos en general. El
“tiempo” es la pura “sucesión” que, si bien no puede
ser una determinación de fenómenos externos ni
pertenecer a una figura ni a una posición, y por
ser la forma del sentido interno o de la intuición
de nosotros mismos y de nuestro estado interno
que determina la relación de las representaciones
de nuestro estado interno, lleva la primacía sobre
el espacio.
De ahí que el “tiempo”, por ser intuición pura
universal con primacía sobre el espacio, en sí mismo
y aislado del espacio monopolice la condición de
ser el elemento esencial predominante y básico del
conocimiento puro finito (ontológico). Y refuerza
58
kant su argumentación mediante la categoría de
“causalidad”.
Por ahora podría enunciarse que, según Kant,
la Categoría de “sustancia” es propia de la Materia
y característica del Espacio; la Categoría de
“causalidad” es propia de la relación causa-efecto,
característica del Tiempo.
Una variedad de teorías “causales” buscan
derivar propiedades “topológicas” del Espacio
de algunas propiedades del Tiempo, es decir,
explicarse también el concepto de Espacio mediante
razonamientomatemáticosqueexcluiríancualquier
significado concreto del Espacio.
Tiempo y Devenir
El Tiempo sería eternidad, temporalidad,
atemporalidad, espacialidad, o devenir.
Al considerar el Tiempo en función del Devenir,
salta y se hace sentir es el problema de la existencia
del “Ser” que deviene o cambia, en la recíproca
condicionalidad entre tiempo y movimiento, y la
concepción del Tiempo como aquello homogéneo
que fluye siempre del mismo modo.
Devenir es movimiento, es cambio, en la
medida que ha sido (ser), va siendo (ser) y llega a
ser (ser). La filosofía presocrática ya consideraba
que lo temporal contenía en sí una base eterna y
que todo lo eterno transcurría en el tiempo.
Anaximandro concibe el tiempo como la
forma en que se retorna al ápeiron inmortal e
incorruptible, en el que no predominan unos
contrarios sobre los otros. Para Heráclito, el rasgo
principal de la realidad es el “ser” una entidad que
reside en todo cambio y que explica, junto con el
cambio, la multiplicidad de las cosas; y, por tanto,
el devenir, a pesar de su condición de puro fluir,
no escapa a las leyes que regulan el incesante
alumbrarse y extinguirse de los mundos.
Parménides, que no admite el todo fluye de
Heráclito, proclama que la realidad sólo deviene
aparentementeyquetodopermanece,puestoqueel
“ser” verdadero es eterno, inmóvil e inmutable. En
la dialéctica de Parménides lo que “es” es, lo que
“no es” no es.
Agustín de Hipona considera cómo Tiempo y
Eternidad se hacen análogos, ya que uno y otro
son presentes a su manera; que así la Eternidad
sea una presencia que no pase y el Tiempo no
posea este carácter de presencia simultánea, de
todas maneras son presencia, puesto que si no
hubiera “presente” (atención) entonces no existiría
pasado (memoria) ni futuro (espera) y, por tanto,
no existiría el Tiempo.
El Gran Concilio
Hegel considera que hay un primado del
“devenir”, un devenir donde coexisten lo temporal
(tiempo) con lo intemporal (espíritu) y en donde
la temporalidad es una manifestación de la idea,
ya que en la coexistencia de tiempo y espíritu, el
espíritu en sí es eterno y el tiempo es sólo espíritu
en cuanto se despliega. Por tanto, el devenir,
según Hegel, representa la superación del puro
“ser” y de la pura “nada”, los cuales llegarían a ser
idénticos.
Puede interpretarse que Martin Heidegger,
al interpretar al Hombre como un “dasein”, y no
como un ente más, que es el modo de “ser” propio
del hombre de un “ser ahí” o de existir como un
“estar abierto al mundo”, efectivamente lo estaría
interpretando en función de una temporalidad
en la que el Tiempo es el horizonte de sentido
de la existencia humana. Esto es, no interpreta el
Hombre como un sujeto en el mundo, ni como un
mundo en el sujeto, sino como una realidad total
y continua.
En Heidegger, una cosa es el-estar-presente y
otra distinta es el-estar-a-la-mano; los que estánpresentes son los objetos y los que están-a-lamano son los útiles.
El filósofo español Juan A. Nuño27 advierte cómo
en el contexto presocrático lo más tradicional es
oponer al Heráclito del “devenir mutable” ante
el Parménides del “ser permanente”, como si se
tratara de la simple oposición entre dinamismo e
inmovilismo.
Heidegger parte de esta distinción para
tratar de establecer una equivalencia temática
de Parménides y Heráclito afirmando que uno y
otro dicen lo mismo, aun cuando en apariencia se
contradigan, puesto que los dos hacen descansar
su pensamiento en la “permanencia del ser del
ente”.
Es frecuente encontrarnos en los estudios
académicos y ciertas sinopsis filosóficas con
el lugar común de retransmitir la idea de una
teoría del tiempo en M. Heidegger basada en la
tradicional separación entre los dos pensadores,
pero el novedoso aporte de Nuño está en
encontrar una relación de complementariedad
entre Heráclito y Parménides,
La verdadera diferencia entre Heráclito y
Parménides radica en que el pensamiento
del primero se caracteriza por la permanente
interpretación “temporal” de la naturaleza al
registrar la duración de los fenómenos y la
conservación de los estados “temporales” referidos
al movimiento de los seres, y el pensamiento del
segundo es propio de una visión “atemporalista”
del universo.
Podría encontrarse en Heráclito cierta idea
de considerar una identidad constante en el
movimiento de los seres, pero esto no da como
para despojar irresponsablemente el “devenir” de
su concepción cosmológica.
Heráclito de Éfeso no es ajeno a los desarrollos
del pensamiento de Mileto, en el que se presenta
el “ser” en los tres estados temporales (pasado,
presente, futuro) de la realidad, sin oponer
tajantemente ser y devenir, puesto que el devenir
también es presente, pero no se reduce el fluir a
un solo estado presentista (atemporal) como en
Parménides de Elea.
Las interpretaciones sobre el dinamismo de
Heráclito se han suscitado por la introducción que
éste hace de cierta idea de eternidad (siempre)
en su cosmogonía: “ este mundo ... no ha sido
hecho ni por los dioses ni por los hombres, sino
que siempre fue, es y será ... “; que en palabras
del atemporal Parménides, para quien el estado
presente es el único modo del ser del ente, sería:
“ este mundo ... no ha sido hecho ni por los dioses
ni por los hombres, sino que permanentemente
es ... “
El Tiempo no cuenta en el “ser” de Parménides,
sino que sus determinaciones son esencialmente
“espaciales”, por lo que resulta demasiado forzado
encontrar que el “devenir” de Heráclito es ni
más ni menos que la misma “permanencia” de
Parménides; porque, según Heidegger, el “ser” se
reúne en sí y consigo y desde sí en el “presente”.
Esto es, admitir el “ser”, tal como lo tuvo que
hacer Heráclito, no es quedar desvinculado de
cualquier posible concepción dinamicista del
universo, puesto que es falso el dilema “ser” o
“devenir”.
Por tanto, la distancia entre Heráclito y
Parménides no se debe al “ser” ni al “devenir”, sino
por sus cosmovisiones naturalista (temporal) y
logicista (atemporal), en las que para Heráclito
(naturalista) las dimensiones temporales de todo
proceso físico son pasado, presente y futuro,
mientras que para Parménides (logicista) el fluir
temporal es reducible al único estado “presente”.
27 Nuño Juan, Heidegger sobre “ser” y “devenir” en la filosofía presocrática, Historia, Lenguaje y Sociedad, Editorial Crítica,
Barcelona, 1989, pág. 60
El Gran Concilio
59
Ritmos del Tiempo
Podría decirse, con la debida redundancia,
que son muchas las coordenadas del “tiempo”.
Hay tiempo interno propio, tiempo de los otros y
tiempo de lo otro; hay tiempo intervenido por la
experiencia de cada quién, por la conciencia de
cada quién, por la memoria de cada quién, por la
experiencia, conciencia y memoria colectivas, por
la vivencia del entorno y por la misma orientación
espacio-temporal.
La vivencia humana del “tiempo”, tan múltiple,
es la de cada “ahora” de cada quién. En el
“ahora” de todo ser humano se entrecruzan
permanentemente los “distintos tiempos”;
además de que los tiempos del individuo muchas
veces entran en conflicto con el tiempo en el que
transcurre la historia de los otros y de los procesos
sociales, puesto que éstos llevan ritmos bien
distintos al de los procesos personales. El “ahora”
del yo personal no es idéntico al “ahora” del yo
colectivo.
El Hombre no se limita a sentir y percibir,
puesto que también es de su naturaleza actuar en,
transformar las condiciones de vida que le indica
su entorno y realizarse a sí mismo, tendiendo hacia
otro y completándose en otro (acción social).
Esto es, el ser del hombre, que no es de
inmovilidad, discurre, se modifica y se transfiere en
el tiempo, es tiempo y se constituye en el tiempo,
desplegándose claro está en el más amplio espacio
social; y el verdadero estado de las cosas no es el
de un presente inmutable.
En su acción social, uno de los problemas
con que se encuentra a menudo el individuo es
poder entrar en sintonía con la configuración del
colectivo, y que su conciencia individual pueda
sincronizarse con la conciencia colectiva, en
cuanto a que sus tiempos de reacción también
son básicamente diversos.
El tiempo del ser humano concreto, vivo y
real, que jamás podría ser abstracto, es un “ahora”
interferido permanentemente por las fuerzas de
la sensación, la percepción inmediata, la memoria
instintual-conciente, lo conciente-razonador, lo
consciente-intuitivo y la imaginación; por la escala
de tiempo y los tiempos cronológico, biológico,
histórico y social.
El transcurso del tiempo del ser humano
concreto, vivo y real, que jamás podría ser una
ilusión, no sólo se debe a la naturaleza de nuestros
sentidos, puesto que:
“Día y noche, épocas invernales y épocas germinales,
crecidas periódicas de los ríos, flujo y reflujo de las
mareas, fases de la luna, aparición y desaparición
de los astros en el firmamento, migraciones de las
aves y de otros animales... se imponen al hombre
como fenómenos externos que determinan el
ritmo de su propia vida y regulan la mayor parte
de sus intercambios con el hábitat. También hay
ciclos biológicos que le afectan de manera especial,
fisiológica y psicológicamente: sueño/vigilia,
nutrición, menstruación, gestación, secreciones
glandulares... Está claro que su incidencia es
determinante para las personas y que en éstas es
indisociable la totalidad bios-psique”28
Ahora, según sean los “actos”, las “intenciones”
y los “ambientes”, corresponden tres concepciones
de la escala del Tiempo o término del Tiempo, así:
Los Actos, que se consumen en micro tiempo;
es el tiempo histórico-individual, que es la
historia de eventos. Las Intenciones, que integran
y dirigen a los actos, perdurando en meso
tiempo; es el tiempo social o historia de grupos y
agrupamientos. Los Ambientes que muestran su
impresión se construyen en macro tiempos; es el
tiempo geográfico, que en la perspectiva a largo
plazo da cuenta de la relación del hombre con su
medio ambiente. Con sólo Actos de individuos,
ignorando el tiempo social, nos quedaríamos
en un concepto donde la cultura se produciría
después de un acumulación gradual de diminutas
diferencias individuales, durante incontables
generaciones, en un ambiente que cambiaría
lentamente. En este concepto no tendrían cabida
la Conciencia, ni la vida social.
El Tiempo extrínseco como Duración sería una
especie de recipiente en el cual las cosas “suceden”,
tal como se recuentan en los libros de historia, es
decir, el tiempo sería una especie de hilo abstracto
y vacío, en el que a cada segmento cronológico
corresponde determinada narrativa de eventos
El Tiempo intrínseco como Continuidad, o
como discontinuidad, sería el índice de fuerzas y
condiciones que continúan o no continúan más o
menos constantes sobre un intervalo de tiempo,
que correspondería a una secuencia escalonada.
El Tiempo intrínseco a lo Genético serían procesos
de desarrollo, opuestos a la simple secuencia
de las fuerzas de constancia y modificación
irreversible, es decir, con base en las antinomias
de continuidad y discontinuidad.
28
BOLADERAS, C. Margarita. “El conflicto del Tiempo y el Deseo”, en Historia, Lenguaje y Sociedad; Edit. Crítica, Barcelona, 1989,
pág. 173
60
El Gran Concilio
El Movimiento: De la Partícula al Átomo
y a la Molécula
La Materia, ya sea como partícula, átomo,
molécula o cualquier cuerpo material, sólo
se manifiesta en el Movimiento, sin ser éste,
resultando imposible encontrar una sola partícula
del mundo material que no esté sometida a
movimiento. Es decir, el Movimiento es el modo
de existencia de la Materia.
Si la Materia no se crea ni se destruye, sino
que se transforma, también el Movimiento de la
Materia sería un absoluto y eterno que no puede
crearse ni destruirse.
Los cuerpos que aparentemente están en
reposo, lo están sólo de manera relativa en
relación con otro cuerpo, pero a su interior estarían
ocurriendo los movimientos de células, átomos y
partículas a grandes velocidades.
El Mundo estelar del Átomo
Sobre esa evidencia de la estructura atómica
de una realidad susceptible de ser descompuesta
en los elementos que la constituyen, algo va de
la intuición de Demócrito (-494-370), deudora de
la ciencia de los magos caldeos, para quien las
partículas elementales de la Materia sería unos
esféricos e invisibles “átomos”, al conocimiento
de la “cosa en sí” que nos ha hecho pensar en que
la “unidad básica de la Materia” es una “partícula
energética, el “quark”.
Son tan diminutos los átomos, mucho más
por supuesto los quark, que su radio mediría
la diezmillonésima parte de un milímetro, que
equiparado a una estrella las estrellas del universo
podrían abarcarse en el puñado de la mano de un
niño recién nacido.
Demócrito supuso que el “átomo” era la unidad
indivisible de la materia; que cada átomo tenía su
propia forma, distinta de la de los demás; que los
átomos eran infinitos en número e infinitamente
variados en forma; y que al chocar entre sí, se
habían provocado los movimientos laterales y
rotatorios que habían sido el principio de los
mundos.
A mediados del siglo XVIII, el químico ruso M. V.
Lomonósov cimienta lo que después sería la teoría
molecular-atómica de la química, en cuanto al
estudio de la composición química de la materia y
las fórmulas de las reacciones químicas. Unos años
después, se conocerían las“leyes estequiométricas”
de la composición química de la materia, las
que serían disputadas por las interpretaciones
dinamicistas, las del materialismo burdo y, por
supuesto, las del atomismo materialista.
El Gran Concilio
Las relaciones “estequiométricas” se refieren
a lo constante en la composición química de los
cuerpos; a las combinaciones de los elementos en
proporciones múltiples, en las cuales a un átomo
de un elemento corresponde uno, dos o tres
átomos de otro elemento.
Fundado en la idea de que los átomos tenían
existencia objetiva y material, que eran cuerpos
perfectamente reales, el científico inglés John
Dalton (1766-1844), sin tener conocimiento de
las investigaciones de Lomonósov, tal como
sucedería entre Lobachevski, Bolyai y Gauss, con
respecto a la geometría Euclides-eana, comprueba
experimentalmente la “ley de las proporciones
múltiples” mediante la que se combinaban los
elementos. Dalton confirma que los átomos se
combinaban como unidades materiales enteras,
es decir, 1 con 1, 1 con 2, 1 con 3, 2 con 2, etc.,
y concluye que igualmente los cuerpos químicos
se combinarían de acuerdo con proporciones
múltiples simples.
De esta manera, quedaría atrás la teoría
mecanicista del Átomo, que sólo le atribuía
propiedades mecánicas de forma y de textura
de la superficie, como cuerpos dotados de
rugosidades, con salientes y hendiduras, para dar
paso a la atribución de propiedades químicas a
los átomos como las de peso atómico y capacidad
de combinarse según relaciones múltiples.
Con base en conceptos teóricos los químicos
pudieron manipular cuerpos reales e invisibles
para concluir que el Átomo estaba conformado
por Partículas (electrones, protones, neutrones)
estructuradas dentro de un gran espacio vacío
con un núcleo de protones y neutrones, y los
electrones girando alrededor del núcleo.
Además de quedar confirmado el concepto
materialista de la estructura atómica de la materia,
también se explicaría la concepción dialéctica
sobre la materia y sus transformaciones. Ante
la doctrina “vitalista” que consideraba que las
leyes valederas para los cuerpos orgánicos eran
sustancialmente distintas de las que regían en la
naturaleza inorgánica, ya que la materia orgánica
sería creada bajo la acción de una “fuerza vital”, se
demostraría la emergencia de lo viviente a partir
de lo inerte, mediante la ley de las proporciones
múltiples.
Pudo confirmarse cómo las reacciones químicas
eran resultado de procesos opuestos de unión y
desunión de átomos; en la naturaleza operaba
la ley del salto de los cambios cuantitativos a los
cambios cualitativos; no existía una distinción de
61
principio entre la materia orgánica y la inorgánica, y
que era artificiosa la separación entre la naturaleza
viviente y la naturaleza inerte, puesto que la ley de
las proporciones múltiples era aplicable por igual
a los cuerpos orgánicos e inorgánicos.
Esto lo demostraría Federico Wöler (1800-1882)
al obtener en 1828 la “úrea”, primera vez que una
combinación orgánica se obtenía a través de la
síntesis de cuerpos inorgánicos.
La única deficiencia conceptual de estos
científicos, pioneros de la teoría atomística
materialista, era su inclinación a concebir, tal
como Demócrito, que los átomos eran las últimas
partículas invariables e indivisibles de la materia,
lo que haría que sus visiones sobre los fenómenos
químicos se redujeran a ser explicadas mediante
los átomos; además de seguir sesgados por
aspectos de la teoría mecanicista del átomo, no
estuvieron más abiertos a las hipótesis de una
teoría atómica molecular, ni a la noción de estas
partículas físicas cualitativamente diferentes de
los átomos que eran las moléculas.
Tampoco era fácil subsanar este problema con
la simple suposición y declaración de que el átomo
sí era divisible, puesto que ya se tenía el precedente
de Plotino (204-270) que para poder explicar cómo
un poder creador no podría producir nada de un
material desprovisto de continuidad, por la vía
de haber declarado que todo cuerpo era divisible
indefinidamente tuvo que concluir tajantemente
que los átomos no existían. Y esta discusión aún
está vigente con la pregunta de si el Universo es
continuo o discreto.
G. W. Friedrich Hegel (1770-1831), a pesar
de vivir en la época en que los grandes
descubrimientos físico-químicos comprobaban
experimentalmente la estructura atomística de la
materia, se cerró en combatir la atomística como
forma concreta del materialismo. En contra del
atomismo materialista, Hegel acoge los preceptos
de la doctrina “dinamicista” de una fuente
inmaterial del movimiento, de la inexistencia de
unos átomos materiales cuyas combinaciones
generarían todos los cuerpos.
Hegel explicaría la Vida como la existencia
inmediata de la“idea”; que laVida estaría desprovista
de su fundamento material efectivo y de leyes
objetivas de desarrollo propias; que el metabolismo
del organismo animal debía interpretarse como el
poder de la “idea” sobre el proceso químico; que
no había tal desarrollo del mundo orgánico en el
tiempo; que el organismo no dependía del medio
material circundante, puesto que en su contacto con
62
el medio exterior un organismo nunca dejaría de ser
lo que es; que los organismos animales superiores no
provenían de organismos inferiores; que, entre otras
tantas afirmaciones, la naturaleza en su conjunto
sólo sería el “ser otro” de la idea.
Otros han creído encontrar la oportunidad de
invalidar la concepción materialista dialéctica del
mundo, partiendo de los mismos descubrimientos
de la nano-cuántica y de la experiencia de la
desintegración radiactiva del Uranio que hicieron
trizas la teoría de la supuesta indivisibilidad del
“átomo” e invariabilidad de la masa del electrón
(a mayor velocidad del movimiento del electrón
mayor se hace su masa, y viceversa); que han
interpretado esto de que la Materia puede
transformarse en Energía (pura), como si la
Materia tendiera a desaparecer o que la Materia
no existe, lo que haría entrar a la Física en una
crisis afortunadamente no insuperable.
Así sería promulgado en 1902 por W. Ostwald,
quien por evitar pronunciarse sobre la existencia
objetiva de la Materia independientemente de la
Conciencia creyó encontrar la piedra filosofal al
reducir la realidad de la Materia y la realidad de
la Conciencia a una única realidad de la Energía,
aspecto este que se desarrollará más adelante.
Partículas y Fuerzas
Partículas y Fuerzas componen todo el ámbito
que vemos y percibimos, ligándose entre sí en
diferentes escalas para conformar el Universo
percibido y los otros que aún nos parecen
hipotéticos. Estamos ya entrando en los predios
de Sófocles, puestos a merced de la Esfinge que
de nuevo nos prueba con uno de sus grandes
enigmas, el de intuir cómo se produjo la Materia,
sabiendo ahora que E = (m) (c) (c) se nos muestra
como la más poderosa verdad del Universo.
Es posible que ya se comprendiera que la
Materia en Movimiento fuese Energía, que sin
movimiento no existiría energía, pero si aún se
discutía si la forma fundamental de la Materia
eran las partículas, en parte cuestionado esto
por Einstein, mayor sería la polémica sobre la
existencia de las antipartículas y la antimateria.
A partir de que las partículas son Materia,
puesto que todas tienen masa, ya que si el “fotón”
es la única partícula no poseedora de masa
simplemente sería la excepción confirmando
la regla, hoy sabemos sobre la existencia y
constitución de las Fuerzas, donde la Fuerza de
menor intensidad sería la Gravedad y la más fuerte
la Nuclear (núcleo atómico).
El Gran Concilio
Las Fuerzas son susceptibles de ser captadas o
sentirse en el volumen del espacio tridimensional
y curvo, excepto la “gravitatoria” que por su misma
debilidad se dispersa tanto que sólo sería posible
aprehenderla en dimensiones diferentes a las del
espacio tridimensional, puesto que ha sido difícil
confinarla en el volumen del espacio, haciendo
esto que empiece a hablarse de la existencia de
una quinta dimensión y de otros universos ocultos,
los que según la novedosa “teoría de las cuerdas”
podrían ser diez dimensiones.
“El mundo de la experiencia humana, actualmente
tetradimensional y curvo, podría transfigurarse en
infinitos universos, regidos por leyes que apenas
estamos en ciernes de aprehender… Nuestro familiar
universo tridimensional es demasiado pequeño
para poder demostrar la miríada de fuerzas que lo
gobiernan”29
El Universo está conformado por unidades no
visibles a simple vista, inorgánicas y orgánicas,
mejor conocidas como “partículas”, y regido
por Fuerzas. El átomo puede verse como
una inorgánica partícula, compleja y pesada,
constituido a su vez por otras partículas eléctricas
mucho más diminutas como los electrones, los
que a su vez emiten otras partículas de energía en
unidades fijas llamadas fotones o “cuantos”, siendo
el “cuanto” (quark) la menor cantidad posible de
energía soltada por el átomo.
Los “quarks” son llamados así desde 1963
por el físico usamericano Murray Gell-Mann,
que preocupado por clasificar todas las familias
de partículas subatómicas con base en sólo tres
partículas básicas encontró que cada una de éstas
debería denominarse “quark”, según el pasaje de la
novela “Finnegan’s Wake de James Joyce en el que
se encuentra la expresión “three quarks for Muster
Mark”. Son partículas subatómicas existentes en
combinaciones de triadas en el núcleo atómico,
entre los neutrones y los protones; en un protón
los tres “quarks” se combinarían como 1 quark
“n” y dos quarks “p” y en un neutrón serían 2
quarks “n” y 1 quark “p”; y así se conformarían los
protones eléctricamente positivos y los neutrones
(partículas neutras), formando a su vez los núcleos
de los átomos.
Los núcleos atómicos son el producto de un
largo proceso de transformación iniciado a partir
de esa unidad energética fundamental “tri-quark”,
29
que se desarrolla sucesivamente en “nucleones”,
“neutrones”, “protones” y “núcleo atómico”. Una
vez conformados los neutrones y protones,
éstos interactúan entre sí para con 2 neutrones
y 2 protones generar la “partícula alfa” de carga
positiva.
Con respecto a un “quark” en sí, éste se
constituiría en irrompible partícula de Luz
cohesionada en una tri-polaridad, y aún la ciencia
no está en condiciones de manipular la fuerza
requerida para romper el quark. Quién negaría que
de poder romperse su tripolaridad, simplemente
ipso facto estaría produciéndose otro de los bigbam mediante los cuales se evidenciaría que somos
Multiverso, ¿dándose inicio a la conformación de
otro Universo paralelo al nuestro?
Las “Partículas”, generadoras de Fuerzas que las
condicionan
En la diversidad de la Materia existen las
“partículas” o esencias físicas que, además de hacer
que su comportamiento sea previsiblemente el
mismo en todo tiempo y lugar, nos están diciendo
que la Naturaleza se auto-organiza mediante un
orden concreto, tal como sería demostrado por
John Dalton y Dimitriv Medeleiev, entre otros.
Para tener una mínima idea sobre alguna de las
propiedades de las “partículas” como su tamaño,
pensemos que en un punto tan pequeño como el
punto de la “i” podría caber un millón de átomos
o que en un miligramo de materia podría caber
un billón de partículas. Si llegásemos a conocer
lo más pequeño, pudiese ser uno de los caminos
más expeditos para encontrarle explicación al
Universo.
Merced a los estudios sobre las “cargas
eléctricas de los cuerpos” emprendidos por el
científico sueco Jöns Jacob Berzelius (17791848), quien ya en los albores del siglo XIX pudo
complementar los fundamentos de la química
moderna desarrollados por Antoine Laurent
de Lavoisier (1743-1794), enunciando las leyes
de la electroquímica y clasificando los cuerpos
en electropositivos y electronegativos, se
facilitaría la experimentación con las Partículas
como portadoras de una carga eléctrica que al
interactuar se atraían si las cargas eran positiva y
negativa, se repelían entre sí cuando la interacción
se daba entre cargas iguales y así se produciría la
respectiva fuerza electromagnética.
CASTELLANOS, Yino. Física al borde la imaginación; artículo publicado en periódico de la Universidad Nacional, Bogotá,
marzo de 2005.
El Gran Concilio
63
Luego pudo experimentarse cómo el “protón”,
con su carga eléctrica positiva, es fuente de la
fuerza nuclear y la fuerza electromagnética;
cómo el “neutrón”, en razón de ser mera masa
sin ningún tipo de carga eléctrica, sólo produce
fuerza nuclear y fuerza gravitacional. De ahí
que el “protón” responda a las fuerzas nuclear y
electromagnética, y el “neutrón” sólo a las fuerzas
nuclear y gravitacional.
El “electrón”, con su carga negativa, produce
fuerza electromagnética, fuerza débil y fuerza
gravitacional, pero nunca produce ni responde
a la fuerza nuclear. El “electrón” y el “protón” son
iguales en el tamaño de la carga eléctrica, pero no
tienen la misma masa, siendo superior la masa del
“protón”.
Como los “electrones” no están sujetos a la
fuerza nuclear, no forman parte del “núcleo”
atómico; pero el “electrón” es atraído por el
“protón” merced a la fuerza electromagnética, de
tal manera que si un “núcleo” está formado por un
solo “protón” es de esperarse que en su cercanía se
encuentre un “electrón” solitario mantenido por la
fuerza electromagnética, o si son dos “protones”
en el “núcleo” entonces serán dos “electrones” los
atraídos, etc.
Esto es, el “núcleo” y los “electrones” vecinos
constituyen el Átomo.
Las antipartículas son los “anti-electrones”
o “positrones”, que son “electrones” con carga
eléctrica positiva, los “antiprotones”, que son
“protones” con carga eléctrica negativa, y los
“antineutrones”. Estas antipartículas forman la
antimateria que ya se está produciendo en el
laboratorio.
No es nítida la frontera entre las Fuerzas, las
Partículas y su Interacción, como tampoco sería
fácil referirse a las “partículas” sin hacer referencia
a las Fuerzas y a la Interacción.
El día que comprendamos, entendamos y
conozcamos la estructura, función y razón de ser
de las “partículas”, en cuanto su constitución y
comportamiento, y ¡el día no esté lejano!, ya que
cada día el Hombre se llena de más motivos para
intentarla, puesto que gracias a la nanotecnología
ha podido disponer de los instrumentos requeridos
para hacer contacto directo con los átomos,30tal
vez estaríamos ad portas de dar la más plausible
de las respuestas a las preguntas fundamentales
sobre el Mundo, la Vida y el Hombre.
Las cuatro Fuerzas de la física universal
En el Universo todos sus componentes, tanto
los macro cuerpos como las micro partículas, de
una u otra manera están unidos entre sí, a través
de “fuerzas”; por ejemplo, el Planeta Tierra está
unido con su Estrella Sol a través de la “fuerza
gravitacional”, y al interior de cada uno de estos
macro cuerpos se presentan otros componentes
(microcuepos, partículas) que entre sí se unen
a través de otro tipo de “fuerzas”. Por simple
observación Newton pudo inferir que si el
movimiento de los Planetas alrededor del Sol
describía una trayectoria curvilínea, y no rectilínea,
se debía a la existencia de “fuerzas”, que en este
caso sería la “fuerza de gravedad”.
La existencia de los “quarks” haría más
dispendiosa la aplicación de las leyes de la física
clásica, formuladas por Isaac Newton con base en
su intuición de la Fuerza Gravitatoria, mediante
las cuales se venía tranquilamente explicando
el funcionamiento de los macro-cuerpos y se
creía poder unificar en un solo Campo las dos
“fuerzas” conocidas hasta su momento (mediados
siglo XIX), la Fuerza Gravitatoria y la Fuerza
Electromagnética.
Ahora, con el descubrimiento de las partículas
subatómicas “quarks” en el núcleo atómico, a su vez
aparecerían nuevas “fuerzas” con sus respectivos
Campos, la Fuerza de la “interacción nuclear
fuerte” y la Fuerza de la “interacción nuclear débil”,
poniéndose en la orden del día el poder formular
una teoría que las explique mediante una misma
familia de leyes.
Los científicos han tratado de compaginar
dichas dos fuerzas mediante la formulación de
la “teoría cuántica”, apropiada para describir el
comportamiento de las partículas no afectadas
por un campo de gravedad demasiado fuerte,
pero aún siguen tras el descubrimiento de todas
esas leyes caóticas (locas) que explicarían las
propiedades, funcionamiento y localización de las
cuatro “fuerzas”.
Mas, no sólo interesa compaginar entre sí
las fuerzas “gravitacional”, “electromagnética”,
“nuclear débil” y “nuclear fuerte”, sino que interesa
también estudiar cómo ellas se relacionan con
las “partículas” (fotones, electrones, protones,
gravitones, quarks), los átomos, las moléculas y,
en general, la Materia.
30 Ya se disponen de las pinzas electrónicas que permiten tomar un átomo y soltarlo en otro lugar, reacomodándolos; por
ejemplo, el logo de la IBM es producto de haber reacomodado los 35 átomos del Zenón.
64
El Gran Concilio
También ahora hemos podido saber que
gracias a los “quarks” los átomos pueden unirse
entre ellos para formar las moléculas, las que a
su vez son las constituyentes de las estructuras,
y que estas leyes supuestamente caóticas son
de una “libertad asintótica”. Y que este sería el
dinamismo mediante el cual podría describirse el
Movimiento del universo entero.
Las “partículas inorgánicas” fundamentales al
interactuar entre sí generan cuatro tipos diferentes
de Fuerzas: La Fuerza “nuclear fuerte”, la Fuerza
“nuclear débil”, la Fuerza “electromagnética” y la
infradébil Fuerza “gravitacional”. Entre éstas, la
de mayor intensidad es la “nuclear” y la de menor
intensidad es la “gravitacional”.
Entre micro-cuerpos, más intensa e íntima será
su unión, ya que la “fuerza” que los mantendría
cohesionados sería mayor; cuanto más macrocuerpos, menos fuerte o más débil sería la “fuerza”
que los mantendría en su integridad.
Los macro cuerpos de cualquier sistema solar
se mantendrían unidos entre sí merced a la
“fuerza gravitatoria”, que es la Fuerza más débil
de las conocidas; los átomos y las moléculas
se mantienen unidos entre sí y conservan su
estructura gracias a la “fuerza electromagnética”,
la que también responde por la conexión entre
otras partículas como los electrones y los núcleos;
dentro del Núcleo atómico sus partículas pueden
mantenerse firmemente unidas entre sí gracias a la
acción de la “fuerza nuclear” (débil y fuerte), que es
la Fuerza más “intensa” por ahora experimentada,
como quiera que es cien veces mayor que la
electromagnética.
Una vez adquirido este conocimiento nos
ha dado por remedar a la Naturaleza, mas no
emulándola, en la producción y transformación
de Energía. Pero sólo hemos podido desarrollar
procesos artificiales de “fisión nuclear” en los
reactores nucleares transformando el Calor
(energía calorífica) en electricidad, pero estando
todavía lejano el día en que podamos aplicar el
conocimiento transmitido por la Naturaleza, la
que sólo recurre a procesos de “fusión nuclear”
como el realizado en el núcleo del Sol.
Las reacciones termonucleares de “fisión”
(artificial) y “fusión” (natural) consiguen una y
otra la liberación y captura de mayor y nueva
energía; pero, mientras la “fisión nuclear” se
caracteriza por la generación y contaminación
radioactiva producto de manipular elementos
pesados (uranio, radio, plutonio), haciéndolos
chocar para descomponer sus pesados núcleos
El Gran Concilio
y convertirlos en núcleos más ligeros, la “fusión
nuclear” ocurre cuando chocan tan violentamente
dos núcleos ligeros de un elemento tan liviano
como el Hidrógeno que se produce un núcleo
más pesado (helio), sin tener que pagar el precio
de la contaminación radioactiva.
La obtención y generación de energía mediante
la “fisión” se consigue al romper los núcleos
pesados (60 o más nucleones) de los átomos de
Uranio, Radio o Plutonio, con la particularidad que
después de dividirse el núcleo del uranio en dos
núcleos intermedios la suma de las masas de estos
resulta menor que la del original, haciendo que
esta masa sobrante se transforme en energía.
La obtención y generación de energía por
“fusión” se consigue al combinar los pequeños
núcleos de los isótopos deuterio y tritio derivados
del hidrógeno con el núcleo de Helio (menos de
60 nucleones), con la particularidad que la masa
resultante es mayor que la de un solo núcleo, y
pudiendo resistir la aplicación de un calor extremo
de cien millones de grados entonces en un gran
reactor podría experimentarse cómo la masa
sobrante se transforma en energía (nuclear).
Con respecto a la “fisión nuclear” (artificial),
mientras la Naturaleza sólo sabe de “fusionar”
núcleos, nos ha incitado a preguntarnos ¿qué
energizaba al Sol? y, si en el núcleo del Sol la masa
estaría transformándose permanentemente en
energía, ¿podríamos igualmente nosotros liberar
energía de un núcleo de un átomo?
No obstante, aún queda por descubrir cuál
y cómo es la Fuerza que mantiene íntimamente
unidos a los “tres quarks”, que en triadas se
combinan conformando los protones y los
neutrones al interior del Núcleo atómico,
pensándose que dicha fuerza sería mucho más
fuerte que la “fuerza nuclear” requerida para
sujetar o cohesionar entre sí núcleos atómicos,
mas no a los átomos.
Ha dicho Isaac Asimov que tiene qué existir
una Fuerza, con su respectivo Campo, aún nodescubierta ni experimentada pero sí intuida,
que por su descomunal energía podría romper y
transformar un protón o un neutrón en “quarks”;
una energía mucho más fuerte e intensa que la
energía requerida y liberada por la más poderosa
de las bombas atómicas que se estén diseñando
en estos momentos.
Si aún no disponemos de la energía requerida
para desintegrar las partículas subatómicas en
“quarks”, y mucho menos para desintegrar el
mismo “quark”, no debe preocuparnos para nada,
65
puesto que no hay afán en ponernos a jugar con
la energía.
Y el afán no podría ser tanto, ya que si
pensamos que en el hipotético caso de hacer
chocar los “quarks” entre sí, se desataría un
proceso de “fisión”31quark-eana que generaría tal
vez otros tipos de energía, masa, campo, fuerza,
espacio y universo, incluso pudiendo quedar
todo convertido en un agujero negro en el que
no existiría ya nada, o en el que las nociones de
espacio, tiempo y universo tetradimensional y
curvo obedeciesen a otras leyes aún desconocidas
por nosotros.
El mismo descubridor de E= (m) (c) (c), Albert
Einstein, fue escéptico en ese propósito de
“fisionar” el núcleo de un átomo, opinando que la
energía requerida para liberar energía del Núcleo
de un átomo tendría que ser muy superior a la
nueva energía efectivamente liberada.
Pero llegarían a demostrarle al mismo Einstein
que si no se bombardeaba el núcleo con las
partículas “alfa”, ya que la carga positiva del núcleo
repelía la carga positiva de la partícula “alfa” (dos
protones y dos neutrones), sino con una carga
negativa como la del “neutrón” de carga eléctrica
neutra, entonces el “neutrón” se adheriría al Núcleo
del átomo dándole a éste tanta inestabilidad que
lo desintegraría; y que al desintegrarse haría liberar
no sólo una superior energía, sino que desataría
una reacción en cadena de liberación geométrica
de nuevos neutrones.
Los elementos apropiados para bombardear
dichos “núcleos” serían el Uranio, el Radio y el
Plutonio, que por su radioactividad permitirían
acelerar y hacer más eficiente la conversión de
“masa” en “energía”.
Patético resulta aquello de que la producción y
aplicación de la “fisión nuclear” fuese legitimada
por la rúbrica de científicos tan prestantes como el
mismo Einstein, viéndose toda su efectividad en
Hiroshima y Nagasaki, donde para desgracia de
la humanidad y de la ciencia se demostraría cómo
morían cientos de miles de personas producto de la
imparable reacción radioactiva en cadena desatada
por el bombardeo al Núcleo del átomo de Uranio
por “neutrones”.32
31
La alternativa está en volver los ojos a la
pedagogía de la Naturaleza, tal como la república
popular de La China acaba de hacerlo con la
invención del primer reactor de “fusión” nuclear
TSEA (Tokamak Superconductor Experimental
Avanzado), mediante el cual es posible aplicar
las altas temperaturas del centro del Sol que son
superiores a los diez millones de grados centígrado
y se consigue que los núcleos choquen a un
velocidad de 10.000 kilómetros por segundo para
consecuentemente producir energía eléctrica.
Mediante la fusión nuclear se crearía un Sol en
miniatura y se atraparía toda la energía que de él se
desprende, lo que a más de ser un procedimiento
natural es limpio no-contaminante puesto que la
materia prima de los isótopos de deuterio y tritio
abundan en el agua y su único subproducto Helio
no es radioactivo.
El problema práctico está en idear el
procedimiento que permita obtener la temperatura
de diez millones de grados centígrados requerida
para encender la fusión mediante la cual los
átomos de deuterio y tritio se fusionen en un
átomo de Helio. Esto es, sólo la generación masiva
de electricidad mediante “fusión” nuclear sería
la gran solución al progresivo agotamiento de
los combustibles fósiles y al deterioro ambiental
derivado del uso de éstos.
Cuando la Filosofía deja de ser el fundamento de
la política y la ciencia, el destino de la humanidad
se hace vulnerable a la arbitrariedad.
La temperatura del Universo y las Fuerzas
En la Materia en Movimiento, la Fuerza
electromagnética es la responsable de la química,
la biología y la bioquímica; la fuerza gravitacional
lo es de la física; la Fuerza nuclear y la Fuerza débil
sólo tienen importancia para el mundo de los
núcleos atómicos.
La interacción nuclear, que es la generadora
de la Fuerza Nuclear, sólo puede afectar el núcleo
atómico. Por fuera de éste no tiene mucho oficio
preocuparse por los efectos de la Fuerza Nuclear
y la Fuerza Débil, puesto que se desvanecen
rápidamente con la distancia y no pueden hacerse
sentir; en cambio, la Fuerza Electromagnética
y la Fuerza de la Gravedad decrecen sólo con
32
De manera artificial puede hacerse que el átomo libere mayores cantidades de energía de la que emana naturalmente de
los elementos radiactivos, mediante “Fisión” y “Fusión” nucleares. Por “Fisión”, ya se ha experimentado lo suficiente y con
desagradables consecuencias (Chernovile); por “Fusión”, apenas se está construyendo en el sur de Francia el reactor que
podría estar produciendo en el año 2020 el primer kilogramo de combustible de “fusión” equivalente a 10.000 millones de
kgrs. de combustible fósil.
Se sabe que una masa de sólo 1 gramo de uranio libera millones de millones de kilotones de energía.
66
El Gran Concilio
el cuadrado de la distancia, de manera tan
imperceptiblemente lenta que una y otra Fuerza
siempre pueden hacerse sentir sólo a grandes
distancias.
A temperatura superior de 1032grados(c) no
se estructuraría nada de la física, ya que por
debajo de esta temperatura límite (temperatura
de Plank) a mayor enfriamiento del Universo
empezarían a actuar sucesivamente las diferentes
fuerzas, tal como se presentaría en las primeras
combinaciones de la Materia.
“A medida que decrece la temperatura, entran en
juego las fuerzas por orden de potencia. Primero la
fuerza nuclear: los quarks se reúnen de tres en tres
para formar los nucleones (neutrones y protones)…
La fuerza electromagnética entra en acción cuando
la temperatura desciende a menos de tres mil grados,
situando los electrones en torno de los núcleos
y creando de este modo los primeros átomos de
hidrógeno y de helio… Por acción de la fuerza de
gravedad la materia se va a poder condensar en
galaxias”33
La “fuerza electromagnética” resulta de la
unificación de los fenómenos de la “luz”; la
atracción y repulsión “eléctricas” y la atracción
y repulsión “magnéticas” en una sola “fuerza”
(campo) o“espectro electromagnético”, unificación
esta realizada en 1873 por el físico escocés J. Clerk
Maxwell al poder formalizar mediante ecuaciones,
las ecuaciones de Maxwell, las relaciones básicas
existente entre los fenómenos eléctricos y
magnéticos, ya que uno y otro efectos eléctrico y
magnético siempre aparecerían acompañados.
La Fuerza electromagnética, producida sólo
por partículas portadoras de una carga eléctrica
(positiva o negativa), sólo puede manifestarse
como atracción o como repulsión; es la que
mantiene unidos fuertemente a “electrones” con
“protones”, a átomos entre sí, y finalmente la
cohesión entre las diferentes moléculas.
Es la responsable de que indefinidamente
se mantengan unidas millares de partículas
entre sí, manteniendo también cohesionado
a los diferentes ecosistemas (huéspedes y
colonizadores) como el cuerpo humano, las
comunidades de especies, la biosfera, la Tierra,
etc. Todos los cambios químicos generadores de
tantos otros cambios (movimiento) están bajo el
control de la Fuerza electromagnética.
La “fuerza gravitatoria” (débil) rige sobre los
movimientos de las grandes masas a gran escala
(planetas, estrellas, galaxias), explicada así por
Newton al describir cómo una misma Fuerza,
la fuerza de gravedad, es la que hace caer una
manzana, pone a la Luna en órbita alrededor de
la Tierra, mantiene a ésta en torno al Sol y éste
en torno de la galaxia y que las leyes de la física
terrestre se cumplirían en todo el Universo.34
La Fuerza gravitacional (gravitación) es
producida por la interacción de todas las partículas
del universo portadoras de masa, que serían el
protón, el neutrón y el electrón, afectando a su
vez dichas partículas y sólo escapándose de su
férula aquella partícula sin masa, el “fotón”. Parece
que también los “neutrinos” estarían investidos de
esta misma propiedad.
La intensidad de la Fuerza Gravitacional es
mucho más débil que las otras tres fuerzas, incluso
que la denominada fuerza débil. Es tan infradébil que no afecta todo lo que ocurre dentro del
átomo, con los micro cuerpos de partículas, ni a
los cambios químicos ordinarios, ni a los cambios
químicos en el cuerpo y en el ambiente exterior no
viviente, pero es la Fuerza que se evidencia en los
macro cuerpos, que mantiene en órbita a la luna
alrededor de la Tierra y a ésta en órbita alrededor
del sol.
Esto se debería a que en el mundo de la
Gravitación no existe la repulsión, puesto que todo
objeto con masa atrae a cualquier otro objeto con
masa; y como sólo existe una clase de masa, sólo
existiría una atracción gravitacional.
La Fuerza total entre dos cuerpos cualesquiera
es proporcional a la masa total de los dos cuerpos
juntos, ya que a mayor masa de los cuerpos
mayor es la fuerza gravitacional actuante entre
ellos. Si una partícula sirve como fuente de una
Fuerza particular con su respectivo Campo, éste
responderá a otro Campo igual, establecido por
otra partícula.
Y las partículas que se atraen y repelen entre
sí, afectadas por el decisivo influjo de la fuerza
gravitacional en sus masas, sería la explicación de
cómo se genera el Movimiento.
Pero aún no se ha respondido de manera
plausible cómo si la Fuerza “gravitacional” es la más
débil de las por ahora conocidas cuatro fuerzas
fundamentales que cohesionan nuestro Universo,
fuese la que se reprodujera en grandes escalas;
33 REEVES, Hoover. La más bella historia del mundo; edit. Andrés Bello, Chile, 1998, pág. 44
34 Ibid., pág. 42
El Gran Concilio
67
o cómo la más débil lo sería sólo en apariencia,
puesto que podría deberse a otra imperceptible
dimensión ¿quinta? que serviría de umbral a otro
(s) universo oculto.
“Es la fuerza gravitacional y sólo ella lo que mantiene
unido al Universo y dicta los movimientos de todos
sus cuerpos. Todas las otras fuerzas están localizadas.
Solamente la fuerza gravitacional, que es con mucho
la más débil de todas, al combinar sus propiedades
de largo alcance y de ser solamente de atracción,
guía los destinos del Universo”35
En 1960, el físico ruso Iakov Zeldovich (19141987), al reivindicar la constante cosmológica de
Einstein, establecería cómo no sólo las teorías de
partículas elementales predecían la existencia de
una energía mínima de los sistemas (energía del
vacío) claramente mensurable, sino que dicha
energía también ejercía una fuerza gravitacional
susceptible de ser medida gravitacionalmente,36
es decir, la “energía del vacío” también formaría
parte de la masa gravitacional del Universo.
La atracción y repulsión electromagnética
simultáneamente interactuando con la atracción
gravitacional, son explicadas por y explican el
Movimiento; movimiento de la física a la química,
de la química y la física a la biología, de la biología
a la vida humana, de la vida humana a la historia y
la cultura, de la historia y la cultura a la biosfera y
al cosmos, de nuevo a la química, a la física, o a la
biología, y así sucesivamente.37
Podría decirse que la Fuerza electromagnética
es a la Química, lo que la Fuerza Gravitacional es
a la Física.
En el Movimiento de la Materia, transcurriendo
en el espacio y el tiempo, con el “espacio” y el
“tiempo” como formas fundamentales de la
Materia, estaría la explicación de la elevada
correlación existente entre la intensidad de la
Fuerza “electromagnética” y la Vida; es decir, a
más intensidad de fuerza electromagnética, más
probabilidad de vida, y viceversa.
Si el proceso de Fuerza electromagnética, Fuerza
nuclear, Fuerza débil y Fuerza gravitacional lo
revirtiéramos partiendo de la Fuerza gravitacional,
veríamos cómo dos cuerpos celestes o terrestres
al moverse mecánicamente entrarían en contacto
mediante la atracción, la fricción o el choque,
produciéndose calor y/o luz y/o electricidad.
Dicho movimiento de cuerpos sería equiparable
al movimiento molecular, en el que calor, luz y
electricidad se transforman químicamente, como
también podrían brotar de dicha transformación;
luego el movimiento molecular se trocaría en
movimiento atómico, que es un movimiento
químico, el que, al entroncarse con el mundo
orgánico, que es un mundo en el que los procesos
químicos se desarrollan bajo las mismas leyes
pero con otras condiciones, vendría a generar la
Proteína.
Sobre la superficie de la Tierra actúan las leyes
de la fuerza gravitacional, de manera tan variable
que a medida que se va profundizando a través
de su corteza llegaríamos al punto de su Núcleo
donde la “gravedad” sería Cero.
Vista la Gravedad con respecto a la inmensidad
del Universo, se encontraría cómo la “fuerza
gravitacional” es la responsable de la expansión
del Universo, que de seguir incrementándose
geométricamente la Gravedad en el Universo
podría especularse con que hasta el cuerpo más
distante empezaría a desacelerar su velocidad de
expansión, contrayéndose automáticamente hacia
un teórico y mismo centro todos los cuerpos, lo que
se ha interpretado como el colapso del Universo
y su consiguiente concentración de la Materia
en densidades y temperaturas infinitamente
elevadas, a la par que desaparecerían el Espacio y
el Tiempo tal como los conocemos hoy.
Pero ¡expansión o colapso! sería un falso
dilema, puesto que desde nuestra concepción
de la Materia en Movimiento el Universo tendría
que estarse expandiendo eternamente, ya que al
ser la masa y la energía del Universo constante,
la Gravedad no llegaría a incrementarse en las
magnitudes infinitamente grandes requeridas
para hacer colapsar el Universo.
No obstante, ¿qué Fuerza sería la responsable
de que el Universo se expanda aún en contravía
de la Gravedad?
35 ASIMOV, Isaac. El colapso del universo; Edit. Diana, México, 1987, pág. 31
36 En el trabajo de Iakov Zeldovich se establece que el término que da cuenta de la “energía del vacío” es la “constante cosmológica”
de Einstein, arbitraria o intuitivamente introducida a última por Einstein en sus ecuaciones de la teoría general de la
relatividad.
37 Qué tal si en vez de divorciar al Movimiento de la Materia se le vinculare aún más con la ontología (¿con la ontogénesis?), con
la idea de ver si la fuerza electromagnética es a cierta forma del Ente así como la fuerza gravitacional es a cierto movimiento
del Ente, y si la fuerza nuclear es a cierta naturaleza del Ente.
68
El Gran Concilio
“La fuerza gravitatoria permite que usted pueda leer
este artículo atado a su silla, y no salir disparado a
1.500 Km. /h. hacia el espacio exterior; el uso de la
fuerza electromagnética le facilita escuchar la radio,
con la bombilla encendida mientras lee. Además, la
fuerza nuclear (interacción débil) alimenta al Sol, y la
llamada interacción fuerte (fuerza de degeneración
radiactiva) sirve en medicina nuclear”38
Los “Campos” (Gestalt)
¿Podría ser el Movimiento un “campo” en el que
interactúan todas las cuatro fuerzas? El volumen
de espacio en el que se hace sentir cada una de
estas fuerzas es su “campo de fuerza” o Campo.
El concepto de “Campo” permite explicar cómo
un determinado fenómeno forma parte de una
estructura total “continua” de un conjunto físico,
es decir, no podría existir un “campo” donde no
hubiere “continuidad”. Esta idea de “continuidad”
ha sido fundamental desde la antigüedad,
sirviéndole a Zenón de Elea (490-430) para su
célebre aporía de Aquiles y la tortuga, igual que a
Plotino para negar la existencia del átomo.
También le serviría a René Descartes (15961650) para identificar la materia continua con
el espacio, y a Immanuel Kant (1724-1804) para
postular una de sus antinomias, consistente en la
tesis de la imposibilidad de una divisibilidad infinita
porque el ser no podría terminar disolviéndose en
una nada, y su antítesis de la infinita divisibilidad
de una parte dada porque de no ser así entonces
no existiría la extensión.
La Sustancia y el Campo se caracterizan por su
“materialidad”.
Por “sustancia” se entiende toda la materia
que permanece inmutable ante los accidentes o
cualidades de las cosas, como también todo aquello
cuanto tiene masa, carga eléctrica y momento
magnético, ya sea en forma de partículas, átomos,
moléculas, cuerpos o radiaciones cósmicas.
Por “campo” se entiende aquel ente material
que comunica cuerpos entre sí transmitiendo
la acción de un cuerpo a otro; que puede ser
campo electromagnético, gravitacional, nuclear,
mesónico o electro-positrónico.
Los elementos o partículas del Campo se
diferencian de las partículas de la Sustancia en
cuanto no poseen masa, como en el caso de los
fotones, y por moverse a la velocidad constante
de la luz en el vacío, lo que no ocurriría con las
partículas de la Sustancia.
La unidad material del mundo, en su
multiformidad, se evidencia en la estrecha
interrelación entre la Sustancia y el Campo, que
en el caso de algunas partículas de la Sustancia,
como los “mesones”, pueden ser al mismo
tiempo “quantas” o partículas de alguno de los
Campos; o en el caso del electrón y el positrón
que son partículas de la sustancia susceptibles
de transformarse en fotones, que son partículas
del Campo electromagnético. En la estrecha
interacción recíproca que ejercen entre sí, que
puede llegar a transformarse, bajo determinadas
condiciones, la sustancia en el campo, y
viceversa.
El Universo en Movimiento se expresa con
cada uno de sus cuerpos en raudal trayectoria
generando sus respectivos campos magnéticos
(electromagnéticos)
retroalimentándose
a
manera de parciales circuitos cerrados que en el
movimiento de sus núcleos produce la energía
eléctrica requerida para la producción de campo
magnético y a su vez éste redundando en la
generación de más energía eléctrica. En el caso
de la Tierra su campo magnético se ha polarizado
en dos polos, mientras que en otros cuerpos se
despolariza, como en el Sol con un solo campo
magnético y sin polos, o como otros cuerpos
celestes que se han polarizado en tres o más
polos.
Einstein pudo intuir que el Campo gravitacional
determinaría la geometría del Universo en forma
curvada, pero esta causalidad la hemos precisado
en el sentido de que dicho “campo gravitacional“
es determinada por sus respectivas “masas”
(cuerpos) que moviéndose a grandes velocidades
conforman junto con la energía el Universo.
Informes científicos nos hablan sobre cierta
acelerada disminución de la intensidad de la fuerza
del campo magnético de la Tierra, polarizado en
estos momentos hacia la dirección Norte, pero
que en algún momento anterior estaría hacia el
Sur y sucesivamente seguiría alternándose el
sentido de su dirección. Como la mayor o menor
intensidad de la fuerza de un campo magnético
de los cuerpos celestes (planetas) dependería del
movimiento de su metálico núcleo, que a mayor
temperatura sería líquido y en total enfriamiento
sería compactamente sólido, Marte se tornaría en
el planeta inerte o muerto que ahora es debido al
total debilitamiento de su campo magnético como
consecuencia del enfriamiento y compactación
38 CASTELLANOS, Yino. Op. Cit.
El Gran Concilio
69
de su núcleo a tal extremo que dejaría de producir
la energía eléctrica alimentadora de campos.
El núcleo de la Tierra es por su elevadísima
temperatura hierro líquido, siendo el núcleo de
Marte hierro sólido debido a su estado de total
enfriamiento. Esto es, a mayor temperatura
del núcleo de un cuerpo celeste, mayor sería la
intensidad de la fuerza de su campo magnético,
y sin núcleo (fuerza nuclear) no existiría la fuerza
electromagnética, ni se generaría el respectivo
campo magnético.
“Un Universo sin Materia y sin Energía sería un
Universo sin campos electromagnéticos y sin campos
gravitacionales, o sea una Nada infinita. Con la Masa
surge la Energía y con ella las partículas cargadas y
de dichas partículas surgen los pequeños Campos
gravitacionales y los Campos electromagnéticos. Así
como el Campo electromagnético está determinada
por la carga, el Campo gravitacional lo está por la
partícula de masa.”39
Como la Fuerza “electromagnética” de la Tierra
se debe a la producción de electricidad de su
Núcleo, a la generación de su campo magnético,
ahora polarizado, y al grado de retroalimentación
entre energía eléctrica y campo magnético, con
una dirección de Sur a Norte o de Norte a Sur,
y cada cien miles de años se invertiría, ahora se
estudia qué pasaría en un futuro con el sentido de
la actual dirección Sur-Norte de la fuerza electromagnética de la Tierra, la que podría tomar la
dirección inversa Norte-Sur una vez se enfríe
completamente el núcleo terráqueo.
El hecho de que haya empezado a debilitarse
la intensidad de la fuerza del campo magnético
de la Tierra es síntoma de que ya viene ocurriendo
la inversión de su dirección hacia la de NorteSur, la que de un momento a otro se tornará
intempestiva, ya que dicha inversión nunca se
hubiera dado de manera gradual.
Una posible consecuencia de una inversión de
la dirección de la fuerza del Campo magnético de
la Tierra, además del debilitamiento progresivo
de su campo, tendría que ver con alteraciones
del contenido y la forma de las cosas, tanto en el
quimismo como en los signos vitales y la psiquis
de todos los organismos sobrevivientes.
El Espacio-Tiempo determinado por la
Materia
No puede ocurrir un movimiento en el tiempo
que no sea también un movimiento en el espacio y
viceversa.
Giddens
El gran enigma que aún nos plantea el Universo
es intuir su tamaño y su forma, lo que implica tener
un concepto de “espacio” y de “tiempo” diferente a
los tradicionales para ver si le rasgamos alguna
claridad al Universo, lo que ahora pasa por este
concepto del “espacio-tiempo”.
A partir de la Teoría General de la Relatividad
(1916), que también describe y predice el destino
de los astros, viene discutiéndose sobre la forma y
el tamaño del Universo (geometría del universo);
cómo la Gravedad es otra de las propiedades de
la geometría curvada del Universo; cómo la forma
del “espacio curvo” (circular) es provocada por la
Materia, la Energía y/o la Gravedad; cómo dicha
distorsión del “espacio” (curvado) determinaría la
trayectoria de los cuerpos y de la luz en el espacio,
mas dichas trayectorias no serían determinadas
por el influir de la Gravedad; cómo el Universo se
comporta como una totalidad de propiedades
bajo una geometría curvada afectada por todos
los cuerpos (masas) existentes en él; cómo las
“cargas” (no las masas) al generar su respectivo
campo electromagnético nos definían otra forma
de geometría; cómo las masas existentes en el
Universo determinarían la forma curvilínea de
éste y sus campos gravitacionales, y cómo a su
vez estos campos gravitacionales determinarían
la arquitectura misma del Universo.
El Espacio y el Tiempo referidos con respecto a
la materialidad del mundo nos lleva a pensar en
una Materia eterna que implica Cambios y Tiempo
eternos.
Si la Materia es eterna; si el Cambio es un
atributo de la Materia; si el Tiempo es un atributo
del Cambio y de contera de la Materia; si el Tiempo
es una trayectoria unidimensional y el Espacio es
n-dimensional; si Materia, Cambio y Tiempo son
eternos; entonces, el Espacio-Tiempo no es una
ilusión, ni un tapiz (de fondo) independiente de
la Materia (objetos físicos, partículas, fuerzas,
energía) en la cual residieran éstos relacionándose
entre sí, o sobre el cual operaran las leyes de la
39 CESARMAN, Eduardo. Orden y Caos; editorial Diana, México, 1982, pág. 161
70
El Gran Concilio
física de forma absoluta (Newton), o bajo el cual
se estuvieran formando otros universos.
El Movimiento y el Espacio-Tiempo son
Uno, como atributos de la Materia (¿continua?,
¿discontinua?), en permanente cambio.
¿Es finito o infinito el Espacio en el EspacioTiempo?
No deja de ser paradójico que de la geometría
de las rectas paralelas de Euclides se infiera la
infinitud del Universo, puesto que la energía se
radiaría en línea recta sin límite alguno, mientras
que la geometría del espacio curvo de Einstein
implica que el Universo es finito. Según Einstein,
la energía se radiaría en el sentido circular
debido a que la materia existente en el espacio
genera campos gravitacionales curvados y esta
forma curvilínea de los campos gravitacionales
sería determinada por las masas existentes en
el Universo, las que a su vez determinarían la
arquitectura misma del Universo.
Pero antes nos aproximamos a los conceptos
de espacio finito e infinito remitiéndonos a los
conceptos de sistemas cerrado, aislado y abierto,
ya descritos.
Al afirmar que nada se crea y nada se destruye,
siendo por tanto la materia constante, y al hacer la
abstracción de que el Universo sería teóricamente el
único sistema cerrado existente, en el sentido de que
no tendría alrededores, se estaría admitiendo que el
Universo es un sistema finito con una cantidad finita
de materia y energía.
A nuestro parecer, muy personal, es mucho más
plausible la teoría del Universo infinito; por lo que
considerarlo un sistema cerrado sería tan sólo un
recursoteóricoparapoderdefinirlosdemássistemas
abiertos; es decir, en el Universo no existirían
sistemas cerrados, al menos que lo fuera él mismo.
En un artículo escrito por Antonio Beltrán,40en
homenaje a Emilio Lledó, se dice que haber
pasado del premoderno cosmos cerrado al de
un universo infinito en el espacio ha sido uno
de los grandes logros de la revolución científica.
Pero, todo quedaría en las mismas, puesto que en
aras de superar lo que para unos era un mundo
finito, bien reducido en el espacio, pero a la vez
abierto en el tiempo hasta la infinitud, terminaría
siendo igual de limitado ese universo infinito en
el espacio con reducida dimensión temporal del
mundo.
Así sería concebido por los grandes
protagonistas de aquella revolución científica
(Descartes, Stenon, Hooke, Buffon) que darían por
sentado una antigüedad del mundo aproximada
a los 6000 años.
En el caso de Descartes, dice Beltrán, el problema
de la naturaleza del Espacio tiene gran importancia,
pero el tema de la dimensión del Tiempo no lo
enuncia como problema. Esto explicaría la creencia
de Descartes en un mundo (Tierra) que, creado a la
perfección con su Sol, Luna y Estrellas, no contenía
en sí las semillas de las plantas sino las plantas
mismas; en Adán y Eva no creados niños sino
completamente adultos; en asistir mentalmente al
nacimiento de un mundo que sólo es hipotético, ya
que esos espacios infinitos con que nos confundían
los filósofos se contrarrestarían al trasladar nuestra
mente hacia “espacios imaginarios”. Y por ningún
lado nos habla Descartes de adelantar el viaje en el
Tiempo.
Esto es, el problema de la concepción del
Tiempo y el Espacio tiene sus implicaciones
de poca monta. En el campo del pensamiento
materialista, donde materia, espacio y tiempo son
indisociables, tenemos a Nicolás Chernishevski
concibiendo que el Espacio y el Tiempo son
formas objetivas de la existencia de la materia,
manteniendo uno y otro vínculos irrompibles
con la materia. Para Constantin Stamati (18281898), en la naturaleza nada sería permanente,
encontrándose todo en estado de constante
fermentación, de infinito movimiento y cambio, y
la materia, el espacio y el tiempo serían infinitos.
En nuestro ámbito más cercano tenemos al
argentino Florentino Ameghino (1854-1911), para
quien las leyes no son eternas, sino transitorias,
excepto los atributos de la Materia en ocupar
extensión (espacio) y en moverse. De ahí que
el Universo estaría conformado por los cuatro
infinitos: Materia, Movimiento, Espacio y Tiempo,
los que interactuarían en una relación dialéctica
mutua tal que, según Ameghino, el inmutable
infinito Espacio estaría ocupado por el infinito
Materia en infinito Movimiento; que, en las
sucesivas fases del infinito Tiempo, existen como
un todo único y serían inconcebibles fuera y al
margen de su concatenación general.
Merced a la relación dialéctica mutua entre
estos cuatros infinitos, éstos podrían reducirse
a Materia y Espacio, puesto que el Movimiento
40 BELTRÁN, Antonio. Revolución Científica, Tierra y Tiempo; Grijalbo, Barcelona, 1989, pags. 142-155
El Gran Concilio
71
sólo es una cualidad de la Materia y el Tiempo
pertenece al Espacio.
Por tanto, sólo dos cosas reales, inseparables
una de otra, la Materia y el Espacio, constituyen
el Universo, y las leyes de la naturaleza son
distintas relaciones entre las “infinitas” formas del
Movimiento de la Materia.
Tampoco F. Engels hubo de quedarse en ese
antiguo materialismo crudo o trivial, ni en los
renovados materialismos sensualista y racionalista,
viéndose en la necesidad de desarrollar toda su
teoría de la dialéctica de la naturaleza ¿materialista?
para poder concebir y explicar el materialismo
de manera más real, a la luz de una concepción
histórica del desarrollo de la naturaleza y una
concepción histórica del desarrollo de la sociedad
humana. Introduce la variable tiempo que, según
él, es el factor fundamental de toda evolución, para
adquirir la capacidad de concebir el mundo como un
“proceso”, como una materia sujeta a su desarrollo
histórico, que por tener lugar a través del tiempo es
diacrónico.
Al considerar que el desarrollo de la Naturaleza
es susceptible de darse en el tiempo, con el
despliegue de toda su variedad dada en el espacio,
tal como los seres animados que hoy viven en
la Naturaleza que son el resultado de un largo
desarrollo que va de lo simple a lo complejo.
Engels precisa cómo el Hombre no vive sólo
en la Naturaleza, sino también en su sociedad
humana portadora de la propia historia de su
evolución; que a la edad media, por ejemplo,
no puede despachársele con ser sólo la simple
interrupción de la historia por una ola milenaria
de barbarie generalizada, sino reivindicándola
por sus grandes aportes en la expansión del
campo cultural europeo, la formación de grandes
naciones y los considerables avances técnicos de
los siglos XIV y XV.
Visto en su integralidad este materialismo, es
evidente que el desarrollo del mundo impulsa
el desarrollo del pensamiento. El pensamiento
no podría seguir siendo esa especie de esfera
autónoma e independiente del mundo que nos
rodea. Engels afirma que desde Descartes hasta
Hegel, y desde Hobbes hasta Feuerbach, los
filósofos no avanzaban impulsados sólo, como ellos
tal vez creían, por el prurito del pensamiento puro;
muy al contrario, lo que en realidad les impulsaba
era precisamente los progresos formidables y
cada vez más contundentes del conocimiento del
desarrollo de las ciencias naturales, de las ciencias
sociales humanas y de la industria.
72
¿Es el Tiempo en el espacio-tiempo un Presente?
Lo objetivo del Tiempo es fluir de lo anterior
a lo posterior, de la causa a lo causado, que
nos permite enlazar entre sí acontecimientos
pretéritos, y se estructura según la costumbre
astronómica de la traslación de la tierra (años), los
ciclos de la luna (meses), la rotación de la tierra
(días), y así subsecuentemente en horas, minutos,
segundos y fracciones de segundos.
Lo subjetivo del Tiempo, tiempo del sujeto,
es moverse en un tiempo único; ver desde el
“ahora” presente, al tiempo ido y por venir; sentir
el presente de nuestro pasado, el presente de
nuestro futuro y el presente del ahora realizado;
representar al pasado y al futuro con nuestro
presente; estar profundamente atentos a lo que
realizamos ahora, lo que recordamos (pasado) y lo
que anticipamos (futuro)Concebir que el Tiempo
“es un presente” no es tanta novedad, sabiéndose
que sólo en el presente es donde se decide y
actúa, pero ahora nos preocupa ver si lo mismo
podría decirse del “espacio-tiempo”.
La relación Tiempo y Presente es complejizada
por Fernando Sánchez, en “Ciencia y Conciencia”
(web), al referirnos el experimento de laboratorio
sobre un rayo que supera 310 veces la velocidad
de la luz, experimento realizado en un laboratorio
del Instituto de Investigación NEC en Princeton
(EEUU), cuyo resultado paradójico revaluaría leyes
de la física, ya que pudo evidenciarse cómo cierto
pulso de luz era detectado a la salida antes que
a la entrada, cuestionándose así no sólo la teoría
de la relatividad, sino la misma concepción del
Tiempo como nexo entre el pasado y el futuro.
En contra de la noción del “tiempo” como
duración, Walter Benjamin (1892-1940) considera
que el “ahora”, tiempo presente, es el centro a
partir del cual se revive el pasado, se detectan sus
claves y se proyecta la acción humana en función
de un devenir distinto, liberador.
La pensadora española Margarita Boladeras
refiere cómo para Emilio Lledó el pasado sólo
existe en el ahora de los que recuerdan, reflexionan
y reconstruyen las experiencias propias o ajenas;
que la historia se hace desde un “presente”
que se desvanece y reabsorbe en el “momento
siguiente”.
El filósofo alemán Georg Simmel (1858-1918)
considera cómo la “actualidad” es un no-tiempo
o momento inextenso en el que coinciden otras
magnitudes que sí son temporales como “pasado”
y “futuro”; cómo la realidad no es temporal porque
se da en el “presente”, y sólo en el presente.
El Gran Concilio
¿Será que únicamente en el Tiempo presente
se puede decidir y actuar?, ya que lo dialéctico
es asumir el Tiempo en el entendido de que todo
pasado y todo futuro estarían condicionados por
la respectiva situación presente.
Hace “presente” quien relata su realidad
objetiva pasada, quien se pronuncia sobre su
pasado y sobre sí mismo, quien tiene la intención
de realizar las posibilidades y expectativas propias
y de los demás, quien convierte su presente en
historia y lo abre al futuro y quien prospecta su
esperanza, sabiéndose que todo aquel que avizora
la esperanza nunca podrá olvidarse de ella.
Desde el siglo IV la filosofía Patrística esgrime
la hipótesis de que “Dios es un presente”, siendo
este uno de los grandes argumentos de Aurelio
Agustín de Tagaste (354-430), San Agustín, para
quien Dios era no sólo el creador de lo que existe
en el Tiempo, sino del mismo Tiempo; que si en
Dios nada es pasado y nada es futuro, porque su
ser es inmutable y la inmutabilidad es un eterno
presente en el que nada pasa, en cambio la realidad
del Tiempo no es nada permanente, puesto que si
el “presente” fuese siempre “presente” no existiría
Tiempo, sino eternidad.
“Nosotros conservamos el recuerdo del pasado y
estamos esperando el futuro. El futuro todavía no
existe, pero hay en el alma la espera de las cosas
futuras; el pasado ya no existe, pero hay en el alma la
memoria de las cosas pasadas. El presente carece de
duración y en un instante se convierte en pasado, pero
dura en el alma la atención por las cosas presentes. El
tiempo encuentra en el alma su realidad”41
Ahora estamos ante el giro de considerar que
el permanente presente es atributo del “espaciotiempo”. Ante las inconsistencias de asumir la
radical separación entre “espacio” y “tiempo”,
formulada explícitamente por primera vez en la
Estética trascendental de Kant, no podría caerse
en la otra inconsistencia de pretender que de por
sí el Tiempo se limita a transcurrir en un Espacio,
ya que igual de plausible sería pretender que el
Espacio sea el que transcurra en el Tiempo.
Felipe Beltrán42 propone investigar acerca de la
posibilidad de una integración espacio-temporal
en la arquitectura por fuera del ámbito de la
velocidad, en donde el espacio cuantificado no se
41
42
43
superponga al tiempo cronometrado, sino donde
la espacialidad transcurra inevitablemente en el
tiempo, nos estaría insinuando una temporalidad
en presente del “espacio-tiempo”.
Esto de que el “espacio-tiempo” no sea pasado,
ni futuro, sino un “presente”, no es cosa nueva.
Los pioneros de esa cosmogonía en la que el
Tiempo es un “presente”, un “aquí y ahora”, serían
indiscutiblemente los Mayas, quienes nunca
pretendieron medir o enclaustrar el Tiempo en
ningún Espacio a la manera de los relojes de
cuatro cuadrantes, 12 horas (AM, PM), sesenta
minutos, sesenta segundos, etc., ni teniendo
sólo como referente la frecuencia del giro de la
tierra alrededor de su mismo eje o del sol, ni en
clepsidras, ni en receptáculos de arena, puesto
que para ellos el referente era el Cosmos en su
plenitud.
El Tiempo para los Mayas tampoco era
un producto de la percepción subjetiva e
introspección profunda de alguien, ni era medido
por el alma como pretende Aurelio Agustín, sino
que daría cuenta de todo el equilibrio y armonía
del Universo, con sus sistemas, galaxias, nebulosas,
etc., moviéndose en sus respectivos ritmos; ni
tendría comienzo, ni fin, sino que por ser eterno
simplemente sólo existiría en “presente”.
De ahí la perfectud de su Calendario,
conformado según el ritmo de un Cosmos del
que ellos formaban parte íntima, teniendo como
referente la primera evidencia que tenían a la vista,
el ritmo de la Luna, y determinando que el año
comprendía 13 ciclos exactos de 28 días exactos
y de cuatro semanas exactas de 7 días cada
una;43según el ritmo de un Cosmos que a partir
de nuestra más inmediata realidad estelar LunaSol regula naturalmente los ritmos de nuestra
interioridad, como quiera por ejemplo que el
ciclo menstrual ha sido adquirido por simpatía en
correspondencia con los 28 días de un mes lunar.
Esto es, como para los Mayas el Tiempo no era
del mundo de la mecánica, ni de la geometría,
ni de la psicología, ni de la física, sino de la
Cíclica Dialéctica, sólo esa civilización sentiría y
viviría en correspondencia con los ritmos de la
Naturaleza, en tal armonía y equilibrio que pudo
ser tan excepcional en los campos de la ciencia, la
filosofía, la cultura y la convivencia. O dicho de otra
San Agustín, en Historia de la Filosofía, Montaner y Simon, Barcelona, Tomo I, 1955, pág. 241
BELTRÁN VEGA, Felipe. Op. Cit.
Como los calendarios “juliano” y “gregoriano” nada tienen que hacer ante la exactitud del calendario Maya, lo esperado es
que se vuelva a adoptar el Maya, para bien del equilibrio bio-psíquico de la humanidad.
El Gran Concilio
73
manera, en la cosmogonía Maya y su concepción
del Tiempo también se encuentran fundamentos
para una definición“ecológica” del Hombre, el que
entendemos como “Ello-Yo-criptoYo”.
Esto es, el presente siempre será un suceso
que de manera integral nos permite mantener el
pasado, esperar el futuro y asumir el ahora; sólo
podrá llenarse de pasado y futuro en la medida
en que nos atañan, puesto que el presente es
el resultado de nuestro tiempo ido y por venir;
el pasado y el futuro de sucesos objetivos son
intermediados (subjetivados) por el presente del
sujeto, que es pura actuación; la objetividad de
los sucesos es relativizada por la actuación del
sujeto.
El pasado se representa, el futuro se representa,
pero el presente se actúa, es esencialmente acto;
el Tiempo del presente es actuación en el ahora,
predispuesto a penetrar en su futuro y en su
pasado.
“¿Hasta qué punto vivo yo el tiempo, mi tiempo?
Hasta el punto que estoy cierto de que se me brindan
posibilidades duraderas más allá de lo que ahora se
cumple de hecho; así experimento el porvenir. Y
en la medida en que sé que ahora no empiezo en
un punto cero, sino que ya en cierta manera ya he
estado aquí al darse unas posibilidades y quedar
excluidas otras antes de que yo las excluya o acepte
para mí libremente; es decir, que estoy condicionado
por la necesidad de lo que ha sido. Y en la medida en
que por la aprehensión de las posibilidades -en las
que la plenitud no gastada de lo sucedido llega hasta
mí- realizo el presente”44
Nos queda rondando cierta apreciación que al
respecto expuso Henri Bergson, aquella de que
nuestra duración no es únicamente un instante
que sustituye a otro, ya que si así fuese nunca se
daría nada excepto en el presente; ni prolongación
del pasado en el presente, ni evolución, ni duración
concreta.
Universo Continuo - Universo Discreto
No es nueva esta discusión, como quiera que
está implícita en la cosmogonía de Heráclito y su
negación de la existencia de una Nada ¿universo
continuo? de la que nada podría generarse, como
también en la posterior aceptación de la existencia
del vacío por Demócrito ¿universo discreto? donde
la Nada sería una llenura de vacío.
A principios del siglo XX, dice Stephen W.
Hawking, se pensaba que todo podía ser explicado
44
74
en términos de las propiedades de la “materia
continua”, gracias a los avances sobre la elasticidad
y la conducción calorífica, pero el descubrimiento
de la estructura atómica y el principio de
incertidumbre darían al traste con la “continuidad”.
Esto fue vislumbrado por Demócrito con su “non
continuo” del átomo indivisible (discreto), sólo
que ahora, después de haber desintegrado el
átomo de múltiples maneras y hasta la saciedad,
la ciencia empieza a equiparar la mínima materia
indivisible al “quantum corpuscular” de Max
Plank, asumiendo que la forma de la Materia no es
perfectamente continua sino discreta.
Mientras se conocen los resultados de los
experimentos llevados en los túneles (Universo)
de los aceleradores de partículas, nos inclinamos
por resaltar la Teoría “corpuscular” de una Materia
“discreta” que implica la finitud de la divisibilidad
de la Materia, tal como se expresara con el “átomo
indivisible” de Demócrito, cuya concepción
“discreta” (no continua) de la Materia sería
ignorada por Platón y Aristóteles al considerar la
Materia infinitamente divisible.
Rober Boyle plantearía en 1660 que el
comportamiento de los gases obedecía a la
teoría “corpuscular” de la Materia, lo que sería
reforzado por Isaac Newton con sus indivisibles
unidades corpusculares de masa que siempre
se comportarían según las leyes universales del
movimiento mecánico.
El clásico “Número de Avogadro” está en la
idea de las propiedades de una Materia discreta, ya
que todos los “gases”, a una misma temperatura,
presión y volumen, contendrían el mismo número
de moléculas, así el tamaño de las moléculas de
cada uno de los gases fuera diferente entre sí, lo
que después pudo ser experimentado, medido y
demostrado.
La teoría “corpuscular” de una materia discreta,
vendría a ratificarse con los desarrollos de la
“termodinámica” y la “electromagnética” (Maxwell,
Brown), en especial con las leyes sobre la “luz” de
Max Plank que explican la luz mediante efectos
fotoeléctricos provocados por su condición
“cuántica” (corpuscular), demostrándose cómo
la forma de la luz era de “cuantos” o paquetes
de onda discretos. A Einstein no le otorgarían el
Nobel por sus teorías de la relatividad (especial
y general), sino por su teoría sobre la naturaleza
de la Luz, que según él sería Partícula discreta y
HAEFFNER, Gerd. Antropología Filosófica; Editorial Herder, Barcelona, 1986, pág. 99
El Gran Concilio
Onda continua al mismo tiempo, pero que no
sería un fluir continuo en Onda, sino la secuencia
“discreta” de esos paquetes de partículas que son
los “fotones”.
Así se abriría un campo fértil para especular
sobre la relación entre “partícula” y “onda”, como
si existiese una transmutación recíproca y
permanente entre partículas y ondas. Como si la
Onda fuese el indicio o síntoma de que estamos en
los predios de una Partícula, o el lenguaje a través
del cual se expresa la Partícula, donde lo propio
de la Partícula sería su característica discreta y su
condición de certeza, mientras que la Onda sería
su continuidad y probabilidad. Esto, fundamento
del principio de incertidumbre.
Si Materia y Energía son equivalentes, podría
pensarse que la menor unidad de Luz, el “quanto”,
es equivalente a la menor unidad de Materia. Y si la
explicación del “contuinuo” se hace totalmente noplausible, recuperaría entonces Demócrito plena
vigencia, después de limpiarlo de su concepción
mecánica del Movimiento, claro está.
Con respecto a la difusa o catastrófica frontera
entre Partícula y Onda nos queda otra compleja
reflexión: Si la Materia y la Energía son “discretas”,
¿también sus atributos de Movimiento, Espacio y
Tiempo tendrían que ser “discretos”? ¿Cuál sería
la mínima unidad de Espacio, cuál de Tiempo
y cuál de Espacio-Tiempo? Y qué de la idea de
que lo “discreto” implicaría cierto determinismo,
puesto que lo “quántico” implica indeterminación
e incertidumbre (Heissenberg).
“Muchos científicos de renombre no ven la necesidad
de abandonar las teorías del continuo que se han ido
sucediendo. Parece ser que cuando nos introducimos
en el mundo de la gravedad cuántica, es cuando
empiezan a surgir fenómenos que sugieren un posible
espacio-tiempo discreto. Esto en realidad no es una
prueba, sólo estamos hablando de que una teoría
discreta podría explicar ciertas cosas, sin abandonar
el decir que una teoría del continuo tal vez también
pudiera explicarlas. A la escala de Planck, existe un
mínimo tamaño a partir del cual interviene el principio
de incertidumbredeHeissenberg.Recientesresultados
teóricos en la teoría de las supercuerdas (con los que
no estoy familiarizado) sugieren un espacio-tiempo
discreto. La frontera de lo discreto aún está abierta, las
nuevas teorías nos depararán su resultado”45
Al físico alemán Max Planck (1858-1947) se
le debe la formulación en 1900 de la célebre
“teoría cuántica”, sobre una energía contenida
en el átomo y emitida a través de sus partículas
electrónicas, susceptible de ser mensurable por
una constante universal “quantum” (toda medida
puede desagregarse en “cuantos” pero no todo
“cuanto” es mensurable). A partir de la “teoría
cuántica” pudo revaluarse la también novedosa
teoría ondulatoria de la luz que aceptaba la energía
como un fluido continuo, cuando en realidad la
energía se comportaría simultáneamente como
ondas y partículas; es decir, como los paquetes
individuales de energía (cuantos) que son, pero
desplazándose en forma de ondas.
Entonces, la energía radiada, emitida o soltada
por el átomo no se haría de manera “continua” en
el espacio, sino emitida en paquetes discretos de
energía o “cuantos” (gránulos), no todos iguales
entre sí, proporcionalmente a la frecuencia de
oscilación de la radiación misma. La cantidad
de energía emitida por un átomo es absorbida
por otro átomo, manifestándose esto no en un
cambio de trayectoria sino en el “salto cuántico”
(ascendente si absorbe energía o descendente
si la emite) de los electrones de una capa (nivel)
a otra, lo que explicaría la indestructibilidad de
la Materia y la Energía. En últimas, todo sería
absorbido y emitido por la Materia.
Max Planck en 1900 conoció en detalle el
descubrimiento de R. W. Bunsen y Gustav Kirchhoff
sobre la universalidad de las propiedades de la
“energía radiante” que, por ser la naturaleza de la
radiación calórica completamente independiente
del carácter de los cuerpos radiantes, dependía
exclusivamente de la temperatura y de la longitud
de onda, lo lleva a descubrir cómo el calor radiante
no era una corriente continua e indefinidamente
divisible; es decir, el calor radiante sería como
una masa discontinua compuesta por unidades
(discretas), donde cada una es análoga a las
restantes.
La teoría de los “cuantos”, consistente en
que “además de la materia y de la electricidad,
también la energía misma se transforma en
átomos de energía” (fisión nuclear), haría surgir
la Física Cuántica. Esta nueva Física se basa en la
cuantificación de la energía a objetos microfísicos,
donde el átomo de energía (cuanto de acción o
fotón) sería la unidad más pequeña de energía
conocida y se da una estrecha complementariedad
entre las Radiaciones electromagnéticas, las
Partículas elementales y las Ondas.
[email protected]
El Gran Concilio
75
En 1905, Albert Einstein (1879-1955) desarrolla
la hipótesis cuántica de Max Plank aplicándola
a la producción y transformación de la luz,
mediante una teoría de los fotones o cuantos
de luz, fundada en la ley del efecto fotoeléctrico,
consistente en que la luz no se difunde de manera
continua en todo el espacio, sino que permanece
en “cuantos” de luz llamados “fotones”.
En 1911, el físico británico Ernest Rutherford
(1871-1937) demuestra que el“átomo”es un cuerpo
complejo constituido por partículas, y que la masa
del átomo no está distribuida equitativamente
a través de su volumen, sino que casi toda la
masa del átomo se concentra en una región
muy pequeña de su centro, el “núcleo”. En 1914
descubre el “protón”, que es una partícula masiva
localizada en el “núcleo”, logrando comprobar en
el laboratorio la existencia de un “núcleo atómico”
dotado de masa y cargado positivamente, con un
enjambre de electrones cargados negativamente
girando a su alrededor.
En 1913, Böhr encuentra que la energía
mecánica se podía cuantificar, de tal manera que
la cantidad mecánica aumentaba en la misma
cantidad de una órbita a otra. En 1932, el físico
británico James Chadwick (1891-1974) descubre
el neutrón que, por no tener carga eléctrica, ni
positiva ni negativa, es eléctricamente neutro.
Esto es, no sólo se ha refutado la teoría del
“flogisto”en la química, sino que el átomo ha dejado
de ser un supuesto, para ser una realidad científica;
y la atomística química vendría a confirmar la
idea del paso de los cambios cuantitativos en la
composición del átomo a cambios cualitativos de
la propia materia.
A finales del siglo XX, el estudio de los “quarks”
ha merecido la mayor de las atenciones por parte
de científicos, llevando a que en 1990 fueran
distinguidos con el premio Nobel de física el
canadiense Dick Taylor y los usamericanos Henry
Kendall y Jerry Friedmann, por sus estudios sobre
los “quarks”.
De llegar a saberse cómo se forman, funcionan
e interactúan los “quarks” podríamos acercarnos
a la realización del gran sueño de poder explicar
la formación y funcionamiento de la Materia en
Movimiento, del Universo. Se ha podido establecer
que al poner a una moneda girando sobre una
mesa el 80 por ciento del peso de la moneda se
debería a la interacción entre los “quarks”.
Con respecto a las partículas orgánicas, queda
por ahora enunciado que la partícula orgánica
fundamental es el “gen”, constituyendose éste en
76
la mínima unidad de información hereditaria en
la que se acopia sistemáticamente la información
suficiente para diseñar, formar y construir un
organismo, como si de por sí el “gen” supiera de
antemano cómo se ensambla un cuerpo.
Desde la óptica del racionalismo crítico de
Immanuel Kant (1724-1804) también ya se habían
dado los fundamentos de un universo “continuo”.
En la física tracendental (analítica trascendental)
Kant describe una esfera en la que los objetos son
elaborados por el “entendimiento” a partir de las
formas a priori del entendimiento, de la razón de
los juicios sintéticos a priori y del carácter universal
y necesario de las categorías de “sustancia” y
“causalidad”, sin depender de la “experiencia”. Una
vez desarrollada su teoría de las formas a priori del
Entendimiento y la razón de los juicios sintéticos
a priori, Kant establece que los problemas de la
física pura (ciencias naturales) debían estudiarse
a la luz de la doctrina “dinamicista” porque lo
primario en la Naturaleza no es la Materia sino
ciertas fuerzas puras e independientes de la
Materia como el “movimiento puro”. De ahí que en
Kant el Movimiento esté separado de la Materia,
sea “continuo” y producto de dos fuerzas opuestas
de atracción y repulsión, fuerzas estas que no
serían exteriores ni comunicadas a la Materia
desde fuera, sino de la esencia interna de los
fenómenos de la naturaleza que se desdoblan en
sus dos aspectos contrarios.
El Espacio-Tiempo tetradimensional
La “teoría de la relatividad restringida” (especial)
de 1905 y “la teoría general de la relatividad”
(1916) conmueven al pensamiento universal con
su nueva concepción filosófica del Espacio y el
Tiempo, la del “espacio-tiempo”, confirmándose
cierto nexo orgánico existente entre el Espacio y
el Tiempo, y entre éstos con respecto a la Materia
en Movimiento.
En la “teoría especial” (electrodinámica de
los cuerpos en movimiento) Einstein redefine los
conceptos de Espacio y Tiempo de la mecánica
clásica, que por ser la simple descripción de cómo
varía con el “tiempo” la posición de los cuerpos en
el “espacio” eran conceptos ambiguos, obscuros y
tautológicos,puestoqueademásdenotenerenclaro
qué era lo que había que entender por “posición”
y “espacio” se limitaba a considerar el “tiempo”
como el invariable universal, cuando su teoría de la
relatividad nos dice cómo en la realidad el “tiempo”
era tan variable como que su velocidad dependía de
la velocidad con que viajásemos.
El Gran Concilio
Es decir, el “tiempo” no es ningún invariable, ya
que el paso del tiempo no lleva la misma velocidad
en todos los lugares y a mayor velocidad de nuestro
desplazamiento más lento correría el “tiempo”; el
único invariable universal sería la “velocidad de la
luz” (constante en el vacío).
El pasajero que deja caer la piedra por la
ventana de un tren en movimiento observa que la
trayectoria de la piedra que cae es una línea recta
(no perpendicular), pero un peatón la vería caer
en trayectoria de arco de parábola, generándose
así la ambigüedad de poder saber si las posiciones
que recorre la piedra se hallaban en realidad sobre
una recta o sobre una parábola.
Por tanto, ante la realidad de que no existe una
trayectoriapropiamentedicha,sinosólotrayectorias
con relación a un cuerpo de referencia determinado,
Einstein en su “teoría especial de la relatividad” se
ve precisado a redefinir los conceptos de Espacio y
Tiempo de la mecánica clásica (Galileo-Newton).
El “espacio” dejaría de ser la simple palabra de
la mecánica clásica que no nos permite formarnos
de él ni el más ligero concepto, ya que es definido
como “el movimiento con respecto a un sistema de
coordenadas (cuerpo de referencia) prácticamente
rígido (el tren y el suelo)”. Si con respecto a un
sistema de coordenadas rígidamente unido al
tren la piedra describe una recta, con respecto a
un sistema de coordenadas rígidamente unido al
suelo describe una parábola.
El “tiempo”, o en qué momento se encuentra
el cuerpo en cada uno de los puntos de la
trayectoria, es necesario definirlo en función de
unas magnitudes esencialmente observables,
basándonos en el concepto de simultaneidad.
De ahí que para valores del tiempo como
magnitudes observables, Einstein se imagina, en
el terreno de la mecánica clásica, dos relojes de
idéntica construcción, uno de ellos en manos
del hombre que está en la ventanilla del tren y
el otro en manos del hombre que se encuentra
en el camino de peatones, y cada uno de ellos
determina en qué lugar de su propio cuerpo de
referencia se halla la piedra cada vez que el reloj
que tiene en su mano marca un “tic”.
Y para el concepto de simultaneidad, Einstein
se imagina la caída de un rayo sobre la carrilera
afectando al mismo tiempo los puntos A, B y
C, bien distantes entre sí, y, ante la pregunta
de si estas tres descargas se han producido
simultáneamente, considera necesario disponer
de un método que nos permita decidir por medio
de experimentos si los dos rayos han caído o
El Gran Concilio
no simultáneamente, consistente en poner los
relojes de idéntica construcción en cada uno de
los sistemas de coordenadas (A, B, C) y dispuestos
de tal modo que la posición de sus manecillas sea
simultáneamente la misma.
Con magnitudes observables y con una
simultaneidad definida empíricamente mediante
un método de experimentación, Einstein define el
“tiempo” de un suceso, en el terreno de la mecánica
clásica, como la lectura de la posición de las
manecillas del reloj que se halla espacialmente en la
vecindad del suceso, asignándosele así a cada suceso
un valor del tiempo esencialmente observable; esto
es, si tres relojes puestos en reposo en dos lugares
distintos del cuerpo de referencia se disponen de tal
modo que una posición de las manecillas de uno de
ellos sea simultánea con la misma posición de las
manecillas de los otros dos, entonces las posiciones
iguales de las manecillas son simultáneas.
Con la Teoría de la Relatividad quedaría
evidenciado cómo eso del Éter como referente
universal sólo era una especulación mística, la
que sería sustituida por el referente de la constante
universal de la velocidad de la luz, a la par que ponía
a buen recaudo la validez universal de las leyes de
la mecánica clásica. Aunque con las últimas teorías
de la antimateria y la materia oscura, que niegan
eso de que el vacío está lleno de la nada, ¿es posible
que resurja una variante de la teoría de una especie
de Éter?
En la mecánica clásica la velocidad (v) de un
cuerpo equivale a cierta relación entre el espacio
y el tiempo (s/t), resultando relativa con respecto
a otros cuerpos en movimiento, ya que si dos
móviles se moviesen uno al lado del otro a la
misma velocidad de 300 Km. x hora, entonces la
velocidad de uno con respecto al otro sería 0 Km.
x hora.
Pero encuentra Einstein cómo, después de hacer
equivalentes la Aceleración con la Gravedad, no
ocurre lo mismo con respecto a la velocidad de la
luz, puesto que ésta siempre es una constante de
297.000 Km. x segundo; que, sin importar si se
le mide desde un punto fijo o desde un cuerpo en
movimiento, a la velocidad de la luz no cabe restarle
ningún vector, ya que en todo lugar y en todo
momento siempre será constante; que para explicar
porqué la gravedad no afectaba dicha constante,
que según las leyes de la mecánica clásica tendría
que atraerla, debía observarse cómo un rayo de luz
se curva conservando siempre la misma velocidad,
debido a que no es la gravedad la que hace doblar a
la luz, sino al espacio.
77
Como la gravedad es espacio curvado, si
observáremos que un rayo de luz de trayectoria
siempre en línea recta llegare a curvarse,
simplemente se ha curvado el espacio por acción
de la gravedad.
Esto es, la única explicación de que la velocidad
de la luz sea siempre la misma (constante) está
en la materialidad y variabilidad del espacio y
del tiempo, puesto que el tiempo se altera en
sus ritmos (más lento o más rápido) y el espacio
se altera alargándose y contrayéndose, y si
por efectos de la gravedad el espacio se altera
necesariamente tiene que alterarse también el
tiempo para poder conservar la ecuación v= s / t.,
en la que la velocidad (movimiento) constante de
la luz determina al espacio y al tiempo.
Como se ve, para Einstein los conceptos
de “espacio” y “tiempo” están estrechamente
relacionados y mediados por la experiencia,
revelando como poco plausible el empeño de
aquellos filósofos (Kant) que los habían elevado a
las alturas intangibles de lo “apriorístico”.
“Admitiendo que el universo de ideas es una creación
de la mente humana, sin la cual no es posible la
ciencia, aún así resulta que este universo de ideas
es tan dependiente de la naturaleza de nuestras
experiencias como la forma de los vestidos que
usamos es dependiente de la forma de nuestros
cuerpos. Esto es particularmente aplicable a nuestros
conceptos de tiempo y espacio, a los cuales los físicos
se han visto obligados, por los hechos, a hacerles
descender del Olimpo de la “a priori”, con el objeto de
modificarlos de modo que puedan prestar servicios
útiles” 46
Una vez redefinidos los conceptos de espacio
absoluto y tiempo absoluto de la mecánica clásica,
ya por fuera del terreno de ésta Einstein formula
su “teoría especial de la relatividad”47fundado en
que las propiedades geométricas del “espacio” no
son independientes, sino que están condicionadas
por la materia; que a las varas de medir y relojes
les influyen los campos gravitatorios, que son
simplemente distribución de la materia; que existe
una estrecha relación entre la extensión espacial
del universo y la densidad media de la materia del
universo.
La Gravedad no es Fuerza, es “Campo”
Para una mejor comprensión de la tozuda
realidad el Universo, además de esclarecer
conceptos tan abstractos como el espacio-tiempo,
requiere enfrascarse en el complejo mundo de la
relación entre las Fuerzas y la Materia, la Energía y
el Movimiento del Universo.
Albert Einstein fundamenta toda su Teoría
Gravitacional en dicha relación, encontrando
cómo la Gravedad más allá de ser una Fuerza era
un Campo, de espacio curvo; pero ya sabemos
que no ha sido una teoría sacada del sombrero, ya
que desde la antigüedad algo de ella se insinuaba
en las diferentes cosmogonías que han venido
conformándose en pensamiento universal.
Quien revoluciona los conceptos de “espacio”
y “tiempo” es Einstein con sus teoría especial
(1905) y general (1916) de la “relatividad”, pero
cómo pretender hablar del espacio y del tiempo
sin tener claridad sobre el concepto de “vacío” y
de la “nada”. Ya se reseñó cómo el Gran Concilio
se inauguraba con la discusión planteada
por la delegación de Buda sobre el problema
de la “infinitud del espacio”, la “infinitud de la
conciencia” y la “infinitud de la nada”, y cómo luego
concebirían Demócrito y Lucrecio el problema del
“vacío” y de la “nada”.
Demócrito entendía la realidad del Universo
como ser y no-ser en movimiento; un ser de
multiplicidad de seres (átomos) y un no-ser que
es el “vacío” o “nada”, pero no “nada absoluta” sino
“nada llena”; un “vacío” que no sería real si sólo se
considerara como real la materia palpable, ya que
sin “vacío” las partículas quedarían aprisionadas
e inmovilizadas en la masa esférica y compacta
de Anaxágoras, pero es a través del vacío que los
átomos podrían moverse libremente.
Este concepto de un Universo conformado por
infinitas partículas sólidas, compactas, indivisibles
e inmutables, los“átomos”, con movimiento propio,
espontáneo y autónomo en todas las direcciones
en el “vacío”, chocando caóticamente entre sí,
sin orden ni finalidad y provocando torbellinos
de átomos que darían lugar a infinitos mundos
perecederos, podría ser un buen referente para
entender el concepto de “espacio-tiempo” de
Einstein.
46 EINSTEIN, Albert. El significado de la Relatividad, Planeta, Colombia, 1986, pág. 53
47 Ya hemos reseñado la “teoría general de la relatividad” (1916), a propósito de explicar el concepto de “fuerza gravitacional”.
48 Si esta idea del “espacio curvo” fuese la misma de la “curvatura que Bernhard Riemann”, entonces la teoría de la relatividad
estaría en deuda con ella.
78
El Gran Concilio
Sobre los cimientos de las leyes gravitacionales
de Newton, que sólo darían cuenta de los “efectos”
de la Gravedad, Einstein formularía en 1916 su
“teoría general de la relatividad” o teoría sobre lo
que “origina” la fuerza que controla el Universo,
la Gravedad. El Universo se entendería entonces
sólo a partir de que las grandes masas del cosmos
determinarían la forma curva del espacio, siendo
que esta forma de “espacio curvo” experimentaría
la Gravedad.
Esto es, si en un espacio Euclides-eano Newton
formula la hipótesis de una acción universal
de tipo atractivo entre todos los cuerpos, de tal
manera que en todo lugar cualquier pareja de
cuerpos materiales se atraen con una “fuerza”
directamente proporcional al producto de sus
masas e inversamente al cuadrado de la distancia
que los separa (F= gMm/ r2; “g”: constante
universal), Einstein reformula dicha hipótesis con
la revolucionaria concepción de un espacio noEuclides-eano donde no existirían dichas “fuerzas”
de atracción gravitacional entre cada pareja de
cuerpos, sino que alrededor de cada cuerpo
masivo se generaría una distorsión suavemente
curvada del espacio-tiempo a través del cual se
moverían libremente dichos cuerpos.
Pero los fundamentos de las leyes gravitacionales
no se encuentran exclusivamente en Newton.
Bernhard Riemann (1826-1866), con respecto a
la teoría del Espacio, ya había demostrado cómo
existen diferentes tipos de líneas y superficies,
de modo que existen tipos diferentes de espacio
de tres dimensiones; cómo pequeñas porciones
del espacio se nos mostrarían como aquellas
pequeñas colinas de una superficie que está sobre
la llanura, donde las leyes ordinarias de geometría
no podrían ser aplicadas; cómo esta propiedad de
estar curvada o deformada pasa continuamente
desde una porción del espacio a otra a la manera
de una onda; que esta variación de la curvatura
del espacio es un atributo del movimiento de la
materia (tangible e intangible); cómo en el mundo
físico no tiene lugar otra cosa que esta variación,
sujeta (posiblemente) a la ley de continuidad.
La “teoría de la relatividad especial” (1905)
establece que, a partir de la constante velocidad
de la Luz en el vacío para cualquier observador,
ninguna señal o interacción física puede viajar más
rápido que la señal de la Luz, ya que la velocidad
de la Luz es la máxima posible en el Universo y
ningún bólido ni partícula pueden superarla. Así,
no sólo se cuestionaría el Universo estático y la
actuación instantánea de la fuerza de gravedad
El Gran Concilio
entre todos los cuerpos (Newton), sino que se
consagrarían los postulados de que el Movimiento
y el Tiempo ocurren en el Espacio; que el Espacio
y el Tiempo existen sólo porque hay Materia para
medirlos; que el Tiempo no transcurre siempre
al mismo ritmo en todos lados, sino que a mayor
velocidad los segundos marcados por un reloj se
harían más largos; que, en movimiento, cambia la
longitud de los objetos.
Con la “teoría general de la relatividad” (1916)
se postularían cambios tan profundos y radicales
con respecto a la concepción del Espacio y del
Tiempo que el Universo podría ya entenderse
“isotrópico” y “homogéneo” (¿estático?), puesto
que según Einstein el Universo observado
siempre sería el mismo sin importar desde
qué punto o hacia qué dirección se le observe
y la permanente expansión del Universo se
evidenciaría en el hecho de que las galaxias se
estarían alejando de nosotros haciéndolo a una
velocidad directamente proporcional a la distancia
que nos separa de ellas, como los puntos de una
esfera plástica que se van distanciando entre sí a
medida que se le infla.
Con la nueva manera de concebir y formular
la “Gravedad” de Einstein (teoría de la relatividad
general, 1916), el valor del parámetro de la
constante universal de gravitación “g” dejaría de
ser una constante, siendo que un valor mayor de
0.5 indicaría que la gravitación tendría la capacidad
de detener la expansión e invertirla, mientras
que un parámetro menor que 0.5 indicaría
una “gravitación” tan débil que el Universo se
expandiría indefinidamente.
Para Einstein el “espacio” no es exactamente
Euclides-eano. Si desde el punto de vista Newtoneano el espacio y el tiempo son absolutos, desde
el punto de vista de la Teoría de la Relatividad se
habla del “continuom espacio-tiempo”; si para la
mecánica Newton-eana las especificaciones que
respecto del “tiempo” son independientes del
“espacio” de referencia, ya que habla de puntos del
espacio y de instantes de tiempo como si fuesen
realidades absolutas, la teoría de la relatividad
tiene presente que el verdadero elemento en
la determinación del espacio-tiempo es un
cotinuom tetradimensional (x1, x2, x3, “ t “), en la
que el tiempo “ t “ no tiene el carácter de absoluto
asignado por la mecánica clásica.
Una vez eliminada la hipótesis del carácter
absoluto del “tiempo”, en particular lo referente
a la simultaneidad, lo que tiene realidad física
no es ni el punto en el espacio ni el instante del
79
tiempo en que algo ocurre, sino únicamente el
acontecimiento mismo. Por tanto, las leyes de
la naturaleza adquieren una forma lógica más
satisfactoria al expresarse como leyes del continuo
tetradimensional espacio-tiempo, en un espacio
tridimensional y en un continuo temporal de una
dimensión.
Además, si en la mecánica clásica de los macro
cuerpos es plausible reducir toda la variedad de
causas al influjo mecánico externo para explicar
su movimiento y determinar simultáneamente
con toda exactitud la coordenada “situación en
el espacio”, la velocidad de un macro cuerpo y los
cálculos técnicos de máquinas, puentes, represas,
etc., no podría concebirse de igual manera con
respecto a la mecánica de los “quanta” (quántica)
de las micro partículas, en la que sería imposible
determinar simultáneamente y con exactitud
absoluta la coordenada y velocidad de la partícula,
puesto que en el micro mundo no operan las leyes
de la mecánica clásica sino que rigen las leyes de
la mecánica de los quanta, que es otra manera de
manifestarse el determinismo fundado en leyes
objetivas.
Estas teorías pudieron desarrollarse merced a
la introducción y aplicación del concepto de un
“campo gravitatorio” de materia y energía, con
la capacidad de deformar el “espacio-tiempo”;
en el que el “espacio” físico tridimensional
(altitud, anchura, profundidad), o extensión real
de las cosas, es afectado directamente por la
unidimensionalidad del “tiempo”; en la que todos
los cuerpos (objetos, planetas) intentarían moverse
en líneas rectas por el espacio-tiempo, pero sus
trayectorias serían afectadas por los campos
gravitatorios curvándose, conformándose así
cierto “campo”, equivalente al de materia-energía,
unitario y tetradimensional (las tres dimensiones
del espacio más la del tiempo). Queda por
establecer si este espacio-tiempo curvo pudiese
tomar un sentido opuesto al de la dirección del
pasado al futuro, lo que parece imposible.
Detrás de la formulación matemática de esta
plataforma general está la preocupación de
Einstein por explicar fenómenos como la dilatación
de los tiempos, la contracción del tamaño de los
cuerpos, la incurvación de los rayos luminosos
al atravesar un campo gravitatorio inextenso, el
principio de la variación de la masa en función
de la velocidad y, sobre todo, por la necesidad
de desmontar la idea de un tiempo absoluto.
Demuestra Einstein que no hay una plataforma
única, universal, eterna e inmóvil, mediante la
80
cual se puedan explicar verdaderamente los
fenómenos y todo el mundo físico, y considera que
no hay movimiento absoluto, ni tiempo absoluto.
Con base en estos presupuestos, Einstein
elabora la teoría de la “relatividad” (anti-absoluta),
en la que conceptos fundamentales como espacio,
tiempo, masa y energía, son relativos o se deben
al principio de “relatividad”.
Con respecto al Tiempo, por ejemplo, en la
“teoría de la relatividad general” Einstein parte de
su invariable universal , la velocidad de la luz, que
es independiente del movimiento del observador
y con el mismo valor en sus infinitas direcciones,
para concluir que no hay una magnitud universal
del Tiempo, sino que cada observador tiene su
propio tiempo personal o su propia medida del
Tiempo, que sólo importa el movimiento relativo
y que, merced a que la geometría del espaciotiempo era curva (y no plana), no sólo la aceleración
podría ser equivalente a la gravitación, sino que
las fuerzas gravitatorias sería sólo la confirmación
de que el espacio-tiempo es curvo.
Mientras que la teoría especial de la relatividad
(1905) obedecía a las leyes de la electricidad y el
magnetismo, no lo hacía con respecto a la teoría
gravitacional Newton-eana, pero años después
Einstein pudo establecer no sólo la existencia
de una elevada correlación entre aceleración y
campo gravitatorio, sino que la fuerza gravitatoria
era sólo la expresión del hecho de que el espaciotiempo es curvo, formulando en consecuencia “la
teoría general de la relatividad” (1916).
Con la “teoría general de la relatividad”, el
Espacio y el Tiempo (espacio-tiempo) dejarían
de ser la dimensión pasiva en que ocurren los
acontecimientos para asumirse como agentes o
participantes activos de la dinámica del Universo.
Debido al “principio de relatividad”, determinado
por un espacio y tiempo (espacio-tiempo)
interconectados y en movilidad constante, como
al influjo del campo gravitatorio, Einstein lograría
fundamentar su “teoría del espacio-tiempo
curvado”, que familiarmente conocemos como
la “teoría de la relatividad general”, diferente de
aquella teoría de la relatividad especial que no
había considerado la gravedad.
En otras palabras, la “teoría especial de la
relatividad” confirma que las “propiedades”
del Espacio y del Tiempo dependen o están
determinadas por la velocidad del movimiento de
los cuerpos y de la masa de la materia, lo que sólo
sería verificable con velocidades próximas a la de
la luz; que el Espacio y el Tiempo no cambian cada
El Gran Concilio
uno por su lado, sino indisolublemente ligados
el uno con el otro; que el Espacio se deforma
cerca de los cuerpos que poseen masa colosal y
gran fuerza de atracción, y que en consecuencia
también el Tiempo se “deforma” transcurriendo
con más lentitud.
“La teoría de la relatividad enseña que, a velocidades
próximas a la de la luz, la longitud de un cuerpo en
movimiento, con respecto a la de otro en reposo,
disminuye a medida que la velocidad aumenta. Con
la particularidad de que el tiempo tampoco queda
inmutable: a medida que la velocidad aumenta, el
transcurso del tiempo es más lento. ... Un “mesón”
(partícula elemental que surge de la desintegración
del núcleo atómico) existe muy poco tiempo, pero
si la velocidad de su movimiento se acelera, se
prolonga el tiempo de su vida”49
El concepto de espacio tetradimensional nos
permitiría ver cómo la Teoría de la Relatividad
había cancelado toda especulación mística sobre
la teoría del Éter como referente universal, pero
¡atención! que a la luz de esta teoría gravitacional
de Einstein podríamos estar reeditando dicho
concepto de Éter.
Si en el “espacio” Euclides-eano de Newton un
planeta sólo podría desplazarse curvilíneamente
alrededor del Sol en razón de una “fuerza de
atracción gravitacional” (Gravedad) mecánica
y dinámica, en el espacio no-Euclides-eano de
Einstein un Planeta no se desplazaría alrededor
del Sol por el efecto de una “fuerza” de atracción
gravitacional ejercida por el Sol sobre él, sino
porque el mismo Sol y el Planeta han provocado
respectivamente cierta distorsión curvada del
espacio-tiempo generadora de una gravitación
“cinemática”, no simplemente mecánica y
dinámica, mediante la cual el cuerpo de menor
masa (el Planeta) sería atraído girando alrededor
del de mayor masa (el Sol).
“No es ya la gravitación un fenómeno asociado a
fuerzas que un cuerpo ejerce sobre otro... No es ya
el fenómeno dinámico de la gravitación. Es sólo
cinemática en un espacio-tiempo deformado por la
presencia de las masas... Supresión de la gravitación
como dinámica, supresión de la ley de inercia de
Newton e instauración de la cinemática en espacios
curvos... El movimiento planetario, en consecuencia,
ha de describirse con la cinemática en espacios
curvos”50
49
50
Si en el escrito de 1905 sobre la“electrodinámica
de los cuerpos en movimiento”, mejor conocido
como la “teoría de la relatividad especial,
Einstein analiza los fenómenos físicos (naturales)
representados en el escenario de contracción del
espacio y dilatación del tiempo y que se miden
según la unidad inmutable “espacio-tiempo”, en el
escrito de 1916 sobre los“Fundamentos de la teoría
general de la relatividad” (teoría de la relatividad
general) revoluciona la forma de entender la
gravitación, al concebir que el “espacio-tiempo”
no era una unidad inmutable.
Con esta novedosa forma de entender la
“gravitación”, definiendo que el “espacio-tiempo”
es un “campo”, ¿no estaríamos entonces ante lo que
Demócrito llamó “vacío” o nada llena de átomos?,
o ¿no podríamos especular que retornando a los
antiguos Einstein revaluaría la Fuerza de Gravedad,
asemejándola con el Éter o sutil y elástico “fluido
gaseoso desvanecido”?, como si el espacio-tiempo
en el Universo fuese un invisible “green” del golf.
La Teoría del “campo unitario”
La inteligencia humana, ocupada en descubrir
y generar ordenamientos estructurados allí donde
inexorablemente todo iría hacia el caos y desorden
(entropía), se preocupa por contrarrestar la
“entropía” con dosis de “neguentropía”, lo que aún
no consigue en los sistemas políticos, económicos
y sociales; en cambio, en el ámbito de la lingüística
y la matemáticas (Alfred Korzybski) sí es frecuente
encontrarse con estructuras de creación humana
plenamente estables.
Tenemos los intentos por unificar en una
sola Teoría el comportamiento de los campos
gravitacional y electromagnético (Maxwell,
Einstein), quedando aún pendiente la mayor
comprensión del fenómeno de la fuerza
gravitacional, y no son pocos los que han pasado
en vela muchas noches tratando de meter en esta
teoría única el comportamiento de las fuerzas
nucleares (débil y fuerte).
Al intuirse que “partícula” y “campo” forman
parte de un mismo sistema en el que no podría
delimitarse claramente la frontera entre ellos,
relacionarse el concepto de “masa” con un sitio en
el cual se acumula Energía (Materia) de manera
intensa y delimitada y de razonarse cómo el
Cosmos es un conglomerado de infinitésimos
campos electromagnéticos, pudo pensarse
AFANASIEV, V. Fundamentos de Filosofía, Ediciones el Lenguas Extranjeras, Moscú, pág. 75
SEPÚLVEDA S., Alonso. Imágenes gravitacionales. Revista Universidad de Antioquia, No. 231, 1993, pág.7
El Gran Concilio
81
entonces en la posibilidad de una Teoría del
“campo unitario” que en principio integrara el
Campo electromagnético dependiente de la
“carga” con el Campo gravitacional dependiente
de la “masa”.
Esto es teorizado por James Clerk Maxwell,
quedando por establecerse la posibilidad de unir
en una sola teoría la del Campo gravitacional y
el Campo electromagnético, unificados con las
fuerzas que lo hacen a escala atómica.
El sueño de Einstein aún por realizarse, así
sus teorías especial y general de la relatividad
apuntaran a unificar todos los conceptos y
conocimientos de la Física de su tiempo, tiene
que ver con la formulación de una “teoría de
los campos” que converja y contraste las leyes
de la electricidad, del magnetismo y de la
gravitación; que exprese en una sola teoría esas
fuerzas tradicionales de la naturaleza, como la
gravitacional, la electromagnética y la nuclear, de
las que se derivan todas las formas de energía y
trabajo; que unifique en “continuidad” los campos
gravitatorios con los campos electromagnéticos de
Faraday y Maxwell; que supere el dualismo entre
materia y campo; que explique a las “partículas”
como componentes de las propiedades del
campo y que establezca el tipo de geometría en
la que funcione la equivalencia entre gravitación
y aceleración.
Tal vez disponiendo de una sola Teoría los
enigmas del Universo podrían hacérsenos
menos obscuros, pero cómo unificar “gravedad”
y “electromagnetismo”, y cómo unificar éstas
con la “nuclear” débil y fuerte, es algo que viene
buscándose desde los años veinte del siglo
pasado (XX), recurriendo a la existencia de
universos hipotéticos o tratando de emular a ese
gran acelerador natural de partículas que es el
Universo.51
Pero, al ir tras este sueño ¿señuelo?, Einstein
cometería uno de los grandes osos no ofrecido
por científico alguno, ante sus pares científicos,
cuando en 1929 le avisa al mundo que a partir
de su “teoría general de la relatividad” había
conseguido unificar la teoría electromagnética y la
teoría gravitacional en una sola, en la “Teoría sobre
Todo”. Que si eran muchas las cosas que no tenían
respuesta específica, la “teoría sobre todo” sería la
única respuesta para todo, pero inmediatamente
la comunidad científica le demostraría a Einstein
que con su “teoría sobre todo” no sólo dejaba
incólume los fundamentos de la revolucionaria
física cuántica, sino que se estaría yendo contra
los mismos postulados de su “teoría general de la
relatividad”.
La dificultad que se ha presentado en la
formulación de una teoría de estas ha tenido
que ver con el concepto de “campo”, puesto que,
tanto para Faraday y Einstein, un “campo” es algo
real, que da y recibe patadas según palabras
de Karl Popper; pero ya la teoría cuántica nos
está diciendo que un “campo” es un constructo
abstracto, virtual y no tan real, plenamente
probabilístico, y probabilístico sería la palabra
que nunca quiso volver a escuchar en asuntos de
entender el Universo.
No obstante que merced a su gran sentido
intuitivo Einstein pudo prever que la Masa
determinaba el grado de intensidad de los campos
gravitatorios, los que a su vez determinarían la
arquitectura geométrica del Universo, cuya forma
sería exclusivamente curvada y para nada plana,
Stephen W. Hawking nos dice que la infructuosa
búsqueda de Einstein de una teoría unificada de
los “campos” se debió a que en su tiempo había
teorías parciales para la Gravedad y para la fuerza
electromagnética, y se conocía muy poco sobre
las fuerzas nucleares, además de su renuencia
con respecto al principio de incertidumbre,
característica tan fundamental del Universo en
que vivimos.
Pero otros consideran que sería una pasión
baja lo que llevaría a Einstein a formular su teoría
unificadora de los dos campos electromagnético
y gravitacional, la “teoría sobre todo”; la ansiedad
de poder dejar de una vez por todas sin piso
el principio de incertidumbre de la mecánica
cuántica.
Una de las grandes paradojas de la ciencia
estaría en que habiendo Einstein formulado la
revolucionaria teoría sobre la naturaleza de la
luz, precisamente por la que le otorgarían el
premio Nobel al descubrir que la Luz no era el
fluir continuo de una onda sino la secuencia
discreta de pequeños corpúsculos o paquetes de
partículas “fotones”, terminaría entonces uno de
51
Se considera que para el año 2007 estaría en la plenitud de su aplicación la nueva generación de aceleradores de partículas
que permitan experimentar en laboratorio la existencia de otras dimensiones y universos hipotéticos, para poder entender y
explicar la asombrosa complejidad del Universo.
82
El Gran Concilio
los pioneros de la “mecánica cuántica” siendo el
gran opositor de ésta, simplemente por dejerse
llevar de un prurito ajeno a la ciencia, el de Dios.
Nunca quiso aceptar Einstein que desde
la misma mecánica cuántica le hubieran
desmontado todo su andamiaje de que Dios no
jugaba a los dados, frase lapidaria con la cual
Einstein quiso zanjar su agria polémica con Niels
Böhr, quien le había discutido que el mundo no
era más predecible que el lanzamiento de un
dado. También Heissenberg había demostrado la
imposibilidad de medir a la vez la velocidad y la
posición de una partícula, además de que no era
posible que mediante leyes físicas pudiésemos
predecir todo con certeza.
Ese afán de Einstein por demostrar que todos
los fenómenos eran predecibles, buscando dejar
sin piso a sus colegas que le altercaban sobre la
imposibilidad de predecirlo todo y que lo remitían
a la probabilidad de que en teoría cualquier
evento extraño puede ocurrir, y por darle duro
al corazón de la impredicibilidad de la mecánica
cuántica, no sólo lo había llevado a pretender
la unificación de la fuerza electromagnética y la
fuerza de la gravedad en una sola teoría, sino que
también distraería a Einstein hasta su muerte.
No olvidemos que quien primero tuvo el
sueño de la “teoría unificadora de los campos” fue
el físico escocés J. Clerk Maxwell (ecuaciones de
Maxwell). Pero también tengamos en cuenta al
danés Oliver Heaviside (1850-1925) quien, además
de que en 1890 ya había intuido la equivalencia
entre “masa” y “energía” e insinuado quince años
antes que Einstein la ecuación E = mc2, se pasaría
los últimos años de su vida trabajando en una
teoría unificada de los “campos”, relacionando
electricidad, magnetismo y gravitación.
Esto es, la principal dificultad de unificar la
Gravedad con las otras fuerzas, además de que no
hemos podido precisar qué y cómo es la fuerza
gravitatoria, estaría en cómo combinar una teoría
general (con gravedad) con una teoría especial
(sin gravedad), sin involucrar el principio de
incertidumbre de la mecánica cuántica, cuando
en verdad las teorías parciales dependen de forma
esencial de la mecánica cuántica.
El compromiso sería, entonces, lograr formular
una teoría unificada de los campos, mediante cierta
incorporación del principio de incertidumbre a la
teoría general de la relatividad de Einstein, pero
la situación podría complicarse más si tenemos
en cuenta la intuición de Isaac Asimov sobre la
existencia de otra Fuerza (campo) “quark-tica”.
El Gran Concilio
Aún seguimos tras del “grial” de una sola Teoría
que explique los 4, 5 o más tipos de interacción
existentes en el Universo; una sola Teoría que
rebase la cosmovisión de las cuatro dimensiones
intuidas en la relatividad Einstein-eana y unifique
todas las leyes conocidas de la Naturaleza, tal vez
recurriendo a dimensiones y universos hipotéticos
por los que efectivamente estaría viajando en
exclusiva la Gravedad.
La Real Academia Sueca de las Ciencias acaba
de galardonar a los tres usamericanos David J.
Gross, H. David Politzer y Frank Wilczek, con el
premio Nobel de Física 2004, por sus estudios
realizados desde 1973 sobre la “teoría de la
interacción fuerte” y el descubrimiento de la
ley de la “libertad asintótica”, mediante la cual
se explicaría cómo todas las Fuerzas podrían
unirse, manteniendo unidos a todos los “quark”
o partículas más elementales que componen la
materia del Universo.
Como si se tratara de una goma elástica, el
comportamiento de estas partículas se debería
a la propiedad según la cual cuanto más cerca
están los “quarks” unos de otros, más débil es la
“interacción fuerte” que los une, de modo que se
mueven casi libremente, y cuanto más lejos están
los “quarks” unos de otros, más intensa es la fuerza
que los une.
La ley de la “libertad asintótica” sería la
propiedad especial de la teoría de color de las
interacciones fuertes, que nos demostraría cómo
cuanto más cercanos están los “quarks”en el núcleo
atómico más débil es la carga de color, de forma
que si las partículas se encuentran muy unidas
la fuerza sería tan mínima que prácticamente
podrían moverse libremente.
Ha dicho la Academia que con los
descubrimientos acerca de la manera como se
forman, funcionan e interactúan los “quarks” en
torno a todo lo que vemos a nuestro alrededor,
los tres galardonados han acercado la física al
gran sueño de formular una teoría unificada que
englobaría también la gravedad en una “teoría
del todo”, ya que estos estudios serían de una
decisiva importancia para nuestra comprensión
de la teoría del funcionamiento de una de las
fuerzas fundamentales de la naturaleza, la fuerza
que liga entre ellas a las partículas más pequeñas
de la materia, es decir los “quarks”.
Otros científicos como César Gómez, director
del Instituto de Física Teórica del CSIC, coinciden
en que la demostración llevada a cabo por los tres
investigadores es fundamental para unificar la
83
teoría de la relatividad y la de la mecánica cuántica.
Esto es, merced a los últimos descubrimientos
sobre los “quarks”, que han podido observarse en
los súper aceleradores de partículas, se ha podido
explicar que si bien el resto de las partículas que
forman la materia a medida que sus elementos
se aproximan tienen una relación más estrecha,
como por ejemplo, con la gravedad, pero en los
“quarks” es al contrario: A menor distancia, más
libertad de movimiento.
¿Qué hubiese sido hoy de la física cuántica si
en los años veinte del pasado siglo XX Einstein no
se hubiese obcecado tanto con la posibilidad de
que Dios sí pudiera jugar a los dados y hubiera
sido más receptivo, tal como sí lo había sido en
1905 con respecto a la hipótesis cuántica de Max
Planck, permitiéndole aplicar su teoría del efecto
fotoeléctrico a esa nueva forma de expresar la
realidad desarrollada por Werner Heissenberg
(Copenhague), Paul Dirac (Cambridge) y Erwin
Schrödinger (Zurich), los descubridores de la
mecánica cuántica?
En los años veinte y treinta del siglo XX,
los matemáticos alemanes Theodor Kaluza y
Oscar Klein se habían preocupado por unificar
“gravedad” y “electromagnetismo” en la medida
de la existencia de una quinta dimensión
extraordinariamente diminuta y discreta. El físico
alemán Werner Heissenberg (1901-1976), apoyado
en los postulados de la teoría de la relatividad
restringida y en el uso del nuevo tipo de cálculo
de matrices, puesto que sólo con este cálculo
podría explicarse lo inexplicable de la teoría de
las órbitas planetarias de Böhr, formula en 1927 el
principio de las “relaciones de incertidumbre”.
Considera Heissenberg que “la física no
debe introducir entes que sean, por principio,
inobservables”, lo que demuestra mediante su
fórmula “probabilista” de la correlación inversa
existente entre la distribución de “probabilidad” de
la cantidad de movimiento, o producto de la masa
por la velocidad ¿con cantidad de energía sería
velocidad de la luz al cuadrado? y la distribución
de “probabilidad” de la posición de una partícula.
Esto también es conocido como “principio de
indeterminación” (relaciones de incertidumbre),
que dice: “Cuanto más exactamente determinada
está la posición de un fotón (o de una partícula
en general), tanto más indeterminada está su
cantidad de movimiento, y viceversa”.
52
84
Las partículas no tienen una posición ni una
velocidad bien definidas, sino que cuanto mayor
es la precisión con que se determina su posición,
tanto menor sería la precisión con que se podría
determinar su velocidad, y viceversa. Si bien el
concepto de “posición” tiene un significado físico
preciso y el concepto de “cantidad de movimiento”
también, cuando se quiera determinar con ellos una
“partícula” no es posible que puedan ser atribuidos
simultáneamente con precisión a la misma
partícula.
De ahí que Heissenberg intentara explicar
porqué y cómo tendrían que ser necesariamente
complementarias las dos teorías de la luz, la
corpuscular y la ondulatoria, siendo imposible
demostrar la verdad de una y la falsedad de la otra.
En 1928, y con base en la interpretación del
Nobel alemán Max Born, se aceptó que la “onda”
no representa una realidad física, ni una cantidad
objetiva determinada, sino que indica sólo una
medida de “probabilidad”; y la nueva mecánica
cuántica de Heissenberg empezó a ser aplicada a
principios que se refieren a la materia, electrones,
átomos y sistemas de partículas.
“En 1950, autores como Schwinger, Dyson y Feynman
llegaron a una nueva teoría de los “campos” que
confirmaría el dualismo corpúsculo-onda para toda
la realidad física y el hecho de que toda partícula
material aparece vinculada con una onda extensa y
continua. De esta manera el “campo magnético” y la
“partícula” descifran una nueva “unidad cuántica”: el
fotón para el campo electromagnético, el gravitrón
para el campo gravitatorio y el mesón para el campo
nuclear” 52
También encontramos autores haciendo
referencia a ciertas teorías científicas matizadas
de cierta anticiencia, puesto que están vinculadas
a cuestiones de objetividad, universalidad y
determinismo, que le niegan todo sentido a la física
dizque por su versión mecánico-cuántica apartada
de la realidad, llegando al extremo de proponer
que debido al principio de indeterminación de
Heissenberg es imposible hablar de naturaleza o
de materia, ya que debido a dicho principio de
indeterminación la realidad se comportaría de
modo distinto en diferentes circunstancias, como
si efectivamente no existiera la realidad.
Pero esto de decir que como la física ha
descubierto el principio de indeterminación
(principio de incerteza) entonces no podría la
BOTERO J., Nodier. Discurso y Ciencia, E.U.C., Armenia, 2002, pág. 371
El Gran Concilio
física seguir dando más información confiable
sobre el mundo físico, ya que habría perdido toda
pretensión de objetividad, no deja de ser una
falacia.
En lugar de hacer a las cosas de la naturaleza
incognoscibles, el principio de indeterminación
proveería el fundamento para una creciente
exactitud en nuestras mediciones, ya que
no habría contradicción en poder medir con
creciente precisión la posición de una partícula
en determinada situación experimental y medir
también con precisión creciente el momento de la
misma en otra situación experimental; o en poder
fundamentar la posibilidad de medir cómo una
partícula está y no está al mismo tiempo, cómo un
“bit” es simultáneamente “0” y “1”, puesto que una
y otra información se complementarían.
Por tanto, dicen dichos autores que la
mecánica cuántica vendría a ser a una formidable
herramienta para describir fenómenos atómicos
y sub-atómicos, sin que ello implique abjurar
totalmente del determinismo físico, el cual, de
acuerdo al principio de correspondencia, sigue
siendo válido en el ámbito macroscópico.
Karl Popper, no obstante, ha apreciado
como equivocada la idea de una dualidad
onda-partícula, la que tan sólo sería una simple
derivación del proyecto que acariciaron De
Broglie y Schrödinger de formular una teoría
ondulatoria de las partículas. Incluso, Karl Popper
insinúa llamar al banquillo al mismo Albert
Einstein, al afirmar que el programa de unificación
del campo electromagnético con el campo
gravitacional estaba estrechamente relacionado
con una especie de teoría eléctrica de la materia
(¿energetismo de Ostwald?), como si la materia
fuera una forma, no de energía en general, sino de
energía eléctrica, y que al caerse la teoría eléctrica
de la materia también perdería plausibilidad el
campo unificado de Einstein.
“En su forma más sencilla, esta teoría trataba de
explicar la masa de los electrones y protones
como debida al contenido de energía del campo
electrostático que los rodeaba; y de esta forma, en
cualquier caso, la teoría tuvo que ser abandonada
como refutada al descubrirse por primera vez una
partícula material neutra, el neutrón. (Ha vuelto a ser
53
54
refutada de nuevo cada vez que se ha descubierto
una partícula material neutra. Desde luego, esos
descubrimientos constituyen refutaciones sólo
si suponemos que esas partículas neutras son elementales -, es decir, no compuestas)” 53
Sin embargo, Popper aboga por insistir en la
idea fundamental de una “teoría unificada de
campos”, con la que no sólo coincide afectivamente
Stephen W. Hawking, sino que pudo llevarla hasta
formalizar en una simple y compleja fórmula toda
la “naturaleza del universo”, incluyendo todas las
fuerzas en su particular teoría unificada de campos,
alrededor del fenómeno de la Termodinámica.
Para Hawking la teoría unificada de campos se
explicaba en función de la Termodinámica “S”, la
velocidad de la luz “c”, la fuerza electromagnética
“A”, la fuerza universal de la gravedad “G” y la
constante cuántica “h”, mediante la fórmula: “S”
= (c) (c) (c) (A) / 4 (h) (G), que explicaría cómo en
los agujeros negros no sólo dejaban de existir el
Tiempo y el Espacio, sino que también se perdía la
Materia y la Información.54
Si la ciencia ha salido bien parada de aquellos
embates anti-científicos, cuyo principal problema
es la cuasi-ignorancia de las notas fundamentales
del proceder científico y de las conclusiones
acerca del mundo obtenidas por él mismo,
mucho se lo debe a la Filosofía. La Filosofía nos
ha fundamentado en esclarecer conceptos como
los de Materia, Movimiento y Energía, que de
no ser por ello se nos harían más inefables otros
conceptos como el de “Campo”.
En el primer tercio del siglo XIX ya había
quedado dilucidado el problema de los cambios
mutuos y relaciones de las distintas fuerzas de
la naturaleza o clases de movimiento, como
los movimientos mecánico, calórico, eléctrico,
químico y cuántico.
Al formular M. Faraday (1791-1867) su idea
general de la unidad de todas las fuerzas de la
naturaleza, que es la misma idea de la unidad
material del mundo de sustancias y fluidos como
el calor y la luz, de cuerpos inorgánicos y orgánicos
en la que ninguno se presentaría independiente
de los otros, sino rigiéndose por las mismas leyes
químicas (la Unidad de la materia química en el
Universo es el reflejo de que el Movimiento es Uno),
todo quedaría a punto para que se descubriera
POPPER, Karl R. Teoría cuántica y el cisma en Física; reseñado por Nodier Botero en Discurso y Ciencia, E.U.C., Armenia, 2002,
pág. 416
El mismo Hawking se retractaría después, en el año 2005, anunciando ante la comunidad científica que efectivamente en los
agujeros negros no se perdía la “información” (materia).
El Gran Concilio
85
la” ley de la conservación y transformación de
la energía”. Y consigue descubrir las leyes de
la descomposición de la electrólisis, la acción
del campo magnético sobre la luz polarizada
y la fuerza eléctrica motriz inducida («V = df /
dt»), fundamentales para la confección futura
de los transformadores, motores y generadores
eléctricos
La indestructibilidad e infinitud de la Materia,
explicada por el carácter absoluto y universal del
Movimiento, ha querido ponerse en entredicho
por cierta interpretación y aplicación mecánica
del hecho de que todos los tipos de energía se
transforman fácilmente en calor, pero consideran
que el proceso inverso implica un mayor gasto
(pérdida) de energía, ya que todo cuerpo caliente
puesto en un medio de menor temperatura se
enfría, lo que no se discute.
No obstante, hacer extensivo estos principios
a todo el universo y concluir que todas las formas
de movimiento de la Materia se transformarán
en la forma física térmica de congelamiento, es
el camino expedito para concluir que, en últimas,
la Materia en su totalidad puede ser reducida a
energía pura.
“De la transformación del par de partículas
elementales (electrón y positrón) en fotones,
partículas del campo electromagnético (luz), y
considerando la luz como energía sin materia
(energía pura) y la sustancia como el único tipo de
materia, han inferido la errónea deducción de que
en este caso la materia desaparece convirtiéndose
en energía. Pero nosotros sabemos ya que el fotón es
una partícula del campo, materia de singular índole.
Resulta que al convertirse el electrón y el positrón
en fotones no tiene lugar una transformación de
la materia en energía, sino la conversión de un tipo
de materia, la sustancia, en otro tipo de materia, el
campo”55
No ocurre así con la ley de la interdependencia
de la “masa” y la “energía” de Albert Einstein (18791955), según la cual la“masa”de un cuerpo depende
siempre de la cantidad de “energía” respectiva. Si
la masa es la medida de la materia y la energía es la
medida del movimiento, entonces la variabilidad
de la masa estaría en dependencia de la velocidad
del movimiento, lo que experimentalmente se
ha demostrado con base en la velocidad de las
partículas (velocidad de la luz). El que la masa de un
cuerpo se incremente notablemente moviéndose
55
86
a dicha velocidad, significa que existe una unidad
de la materia y el movimiento, y que la materia y
el movimiento son inseparables.
La falacia del “energetismo de lo material”
Como tendemos a explicarnos el desarrollo de
las cosas viéndolas como secuencia de progresos,
desarrollándose a partir de un único inicio y
encadenándose entre causas y efectos, también
necesitamos tener abiertos los espíritus hacia el
entendimiento de las cosas del imperceptible e
impredictible mundo de la mecánica cuántica,
hacia la posibilidad de que pueden existir otros
universos donde regirían otras leyes.
Y si por salud mental vale tener aplomados los
espíritus en la sindéresis, ello no nos disuade de
dejar de pensar en alegorías como aquella teoría
bien particular que en la misma idea de la “teoría
de las cuerdas” podría ser la “teoría de los círculos”
de Dante. En la Divina Comedia, a través de sus
cien Cantos, se explica otra multidimensional
forma y compleja del Mundo, cuando al
contemplar Dante la tridimensional terrena en
la llanura de una desierta playa es visitado por
el alma del poeta Virgilio (Eneida) que, enviado
por el alma de su amada Beatriz, se le ofrece con
toda su elocuencia para guiarlo cuesta arriba por
entre las tinieblas, sombras, penumbras y luces
de las nueve dimensiones correspondientes a
nueve círculos infernales, de las siete dimensiones
correspondientes a los siete círculos del purgatorio
y de la intensísima dimensión energética del
paraíso, en cuya eterna luz vivía Beatriz misma sola
comprendiéndose, amándose y complaciéndose
a sí misma. Y Dante equipararía el paraíso con la
dimensión del intenso Amor que mueve el Sol y
las demás estrellas.
Y esta provocación, más que especulativa, por
lo descabellada sólo apunta a dar una idea sobre
la tronera que podría abrirse alrededor de algo tan
concreto como la existencia de otras dimensiones
de la realidad diferentes a la tridimensional, que
de no ser por los nano-manipuladores súper
microscópicos alguien podría hacernos pensar que
dichas dimensiones tan sólo serían perceptibles
estando en trance de delirio tremens. Merced a la
nanotecnología, hoy nos hemos dotado de una
extensión o complemento de nuestros órganos
sensoriales, sin que el observador llegue a ser
totalmente sustituido por dichos instrumentos.
AFANASIEV, V. Fundamentos de Filosofía, Ediciones Lenguas Extranjeras, Moscú, pág. 71
El Gran Concilio
El precedente de teorías como los agujeros
de gusano o las de torcerle el sentido a la flecha
del tiempo estaría en teorías científicas como la
del físico-químico alemán Wilhelm F. Ostwald
que formula la filosofía energética, según la cual
la Energía existiría “por sí misma”, poseyendo
propiedades de elasticidad y de trasladarse a través
del vacío absoluto sin un portador material que
la contenga y, por tanto, la energía nos permitiría
desplazarnos de un lugar a otro.
Thomas Alba Édison, en la misma idea del
energetismo de Ostwald, se la pasaría por años
diseñando los dispositivos que le permitieran
captar esa misteriosa energía eléctrica que lo
pondría en comunicación con los muertos.
La falacia del “energetismo” de Ostwald irrumpe
en el terreno abonado por las enormes lagunas
existentes en su época sobre los conocimientos
relativos a los procesos moleculares y eléctricos,
además de fundamentarse en la indebida
distorsión de las leyes de la termodinámica. Pero
aún voces respetadas (Rodolfo Llinás) sostienen
que la conciencia no es otra cosa que un
mecanismo de oscilación eléctrica que dentro del
sistema tálamo-cortical pulsaría a unos 40 hertz.
Es conocida la crítica de D. I. Mendeleiev al
energetismo de Ostwald:
“Unos niegan en absoluto la materia, puesto que,
dicen, únicamente conocemos la energía que la
materia presenta (dureza, resistencia, peso, etc.), y
por consiguiente, la materia no sería más que energía.
Esta noción, puramente escolástica a mi modo de ver,
recuerda la abstracción según la cual no existe sino
el “Yo” porque todo pasa a través del conocimiento.
Podemos imaginarnos que semejantes nociones no
pueden mantenerse en las mentes que conserven
cierta dosis de sentido común”56
Algunos ven en esta Teoría los fundamentos de
aquella negación de la no-existencia del “no-ser”,
diciéndole a Parménides que lo que no-es “es” y
que lo que “es” es u no es; o que el vacío sí existe
(Demócrito). Otros hablan de que esta teoría
nos remite a darle nueva mirada a las “mónadas”
de Anaxágoras; o a la doctrina del dinamismo
cosmológico de Leibniz, cuando afirma que la
estructura metafísica del mundo es la de las
“mónadas” inextensas o átomos no materiales
56
57
indivisibles, es decir, que existen unas mónadas
o unidades inextensas de fuerza que ocupan el
espacio dinámicamente y que, individualmente y
de por sí, acotan una esfera del espacio vacío.
Podría pensarse que Kant complementa esta
teoría con su afirmación de que dichas unidades
inextensas llenaban el espacio vacío por atracción
y repulsión mutuas, que los conceptos de Espacio
y Tiempo eran formas “a priori” de la sensibilidad,
no derivados de la experiencia, y condición de
posibilidad de los fenómenos.
Préstese también atención a lo del “espacio
vacío”, tan propio de la física de Newton pero ya
discutido en la antigüedad, del que veremos más
adelante cómo en la constitución del “Ello-YocriptoYo” no existiría un espacio vacío reducido
a ser un simple contenedor de volúmenes, sino
un “espacio” como contenedor de obyecciones,
objetivaciones, vivencias, modos de vida, hábitos,
diálogos, angustias, sueños, conocimientos, etc.57
De no tomarse en serio las posibilidades que se
nos abren con esta“teoría de las cuerdas”, podríamos
quedar de nuevo ad portas de los renovados
“energetismos”, de los mismos que ya habían
quedado desnudados en su amañada concepción
sobre los procesos moleculares y eléctricos,
abriéndose así la tronera para que irrumpa todo
tipo de versiones “energetistas”. Tal como Ostwald
afirmaría que la Materia no es más que Energía;
o Einstein tímidamente insinuando cierta teoría
eléctrica de la Materia; o la que pretendía negar la
indestructibilidad e infinitud de la Materia ante la
supuesta posibilidad de reducirla a energía pura,
bajo el argumento de que el Universo (la Materia)
tendía hacia el congelamiento; o la de Stephen
Hawking anunciando que los agujeros negros no
contenían ni guardaban Información, sino que
destruían todo vestigio de materia al irradiar una
energía en la cual ha desaparecido todo tipo de
Información.
Acaba de sorprendernos la noticia de cómo
el mismo Stephen Hawking, quien había intuido
que los Agujeros Negros radian Energía, se ha
retractado durante la XVII Conferencia sobre la
Relatividad General y Gravedad, celebrada en
Julio 20 de 2004 en Dublín (Irlanda), asegurando
que los agujeros negros no sólo contienen
Información sino que la preservan y la emiten; que
DYNNIK, M. A., Historia de la Filosofía IV, Grijalbo, México, 1962, pág. 119
Con base en la relación existente entre temperatura y fotones, se ha experimentado que en cada cm.3 de “espacio vacío” se
contendrían unos 400 granos de luz o “fotones”, ¿de materia?
El Gran Concilio
87
sí tenía razón la teoría cuántica al establecer que
la materia y la energía consumida por los agujeros
negros sobrevivían incluso al deteriorarse, morir y
desintegrarse dichos agujeros. Y que si bien estos
agujeros se esfuman, ha dicho Hawking que lo
hacen transformando toda su energía guardada
emitiéndola en el momento de su expiración con
los mismos contenidos de Información (materia)
adquiridos de los horizontes infinitos del Universo
de donde provendrían, pero que no podrían
desaparecer con la extinción de los Hoyos; que
gracias a la teoría cuántica pudo esclarecerse
cómo la materia no desaparecía por entre ciertos
universos paralelos, ya que definitivamente no
existen mini-universos ramificándose y tendría
que descartarse cualquier posibilidad de la
ciencia-ficción de usar los agujeros negros para
viajar a otros universos.
“La antigua teoría de Hawking expuesta hace 30
años sostenía que las radiaciones de energía de los
agujeros negros no contenían Información, y que
ésta desaparecía al esfumarse los Hoyos. Con lo
expuesto ayer –que ya no riñe con el principio de
la física cuántica según la cual dicha Información no
puede eliminarse del todo-, Hawking parece haber
resuelto la “paradoja de la información”58
Tampoco existirían los supuestos microagujeros negros de diámetro equivalente a la
diezmillonésima de un milímetro, por entre
los cuales supuestamente viajaría la Materia
indistintamente en el Tiempo hacia pasado o
futuro, tal como llegaría a insinuarlo incluso
el mismo Einstein cuando trató de explicar el
extraño comportamiento de ciertas naves dentro
del Triángulo de las Bermudas. Estas fugas hacia
pasado y futuro son una tentación insinuada por
cierta manera de interpretar ciertos asuntos de la
teoría cuántica, pero son simple ciencia-ficción.
Otros ya están quemando voladores, dándole
la bienvenida a los renovados idealismos
Berkeley-eanos que niegan el mundo objetivo,
porque supuestamente con la desagregación de
los átomos de partícula en partícula hasta llegar
a la “nada” ¿absoluta? se estaría demostrando
que la Materia no es la Materia, quedando así en
desuso el pensamiento dialéctico materialista,
como si el materialismo fuese un sensualismo que
sólo reconoce la Materia en lo que es captado y
percibido por nuestros órganos sensoriales.
58
88
Una cosa es que la mínima partícula de la
física “átomo” y la mínima partícula de la química
“molécula”, y mucho menos con las partículas
subatómicas, no sean accesibles a nuestra vista
ni a nuestro tacto, y otra que nuestros órganos
de los sentidos ostenten grandes limitaciones,
por los mismos lastres adquiridos en la marcha
de la evolución, para dar cuenta de la verdadera
dimensión de un Universo que a medida que
se expande produce una dilución tal de todas
las formas de la Materia que efectivamente no
se reduce a la tradicional forma volumétrica
tridimensional.
Los primeros instrumentos de conocimiento, el
ojo y la oreja humanos (vista y oído), son aparatos
tan primitivos que no disponen de las condiciones
orgánicas para percibir las partículas de las
realidades físicas y químicas, además de que no son
los últimos instrumentos de nuestro conocimiento
humano. Como también nos debemos a las
limitaciones intrínsecas a nuestra condición de ser
“Ello-Yo-criptoYo” donde tal vez por influjo del “Yo”
instintual-conciente nos hemos acostumbrado a
concebir la realidad de manera tridimensional, tal
cual espontáneamente la conoce al ritmo de los
datos que cotidianamente están descubriendo sus
sentidos, teniendo la opción de desplegar todo
nuestro holismo organizado instintual-concienteconsciente-trascendental para percibir la realidad
cuadri-dimensional y porqué no llegar a intuir los
supuestos (posibles) universos e historias de otras
dimensiones.
Con el descubrimiento de la “mecánica
cuántica”y de las leyes de la“relatividad”restringida
general vendrían a esclarecerse muchos de los
comportamientos de la Materia y de la Energía,
dándonos un mejor conocimiento sobre el
Universo; sólo que aún no ha podido encontrarse
el eslabón que las enlace o reconcilie en una sola
matemáticas.
Si la “teoría de las cuerdas” estuviese en el
camino de poder dar cuenta de un espaciotiempo n-dimensional más complejo que el
tetradimensional (derecha-izquierda, arribaabajo, delante-atrás, pasado-futuro) de Einstein,
no queda la menor duda que la comunidad
científica sabrá desarrollar los procedimientos
matemáticos para desentrañarla, despojándola
de su misterio, pero no tanto por la sofisticación
de sus fórmulas matemáticas sino por las grandes
AP, EFE, El Tiempo, Bogotá, 22 de Julio de 2004, pág. 1-20
El Gran Concilio
posibilidades que a la ciencia le abre la INTUICIÓN,
así con mayúsculas por favor. ¿Será que en vez de
Universo nos pondrán a hablar de Multiverso?
Es con la cuántica y la nano-mensura que se
están evidenciando muchas de las intuiciones y
predicciones de la dialéctica materialista, sobre
todo las referentes a la Unidad de la Materia y la
transmutabilidad de los elementos de la Materia.
Si tan hace pocos años se suponía que eran 90
elementos los que escapaban a todo análisis sin
poder transformarse uno en otro, hoy en día nadie
cree en la inmovilidad de los elementos, debido a
que se ha podido utilizar la nano-tecnología para
experimentar realizando la ejecución directa de
ocho o nueve elementos, quedando así demostrada
experimentalmente la Transmutabilidad de un
elemento químico en otro.
Y el hecho de que hoy todos estemos a la
expectativa de que el Hombre por fin pueda darle
el uso adecuado a las bondades de la liberación de
la energía intra-atómica, es otra evidencia más de la
materialidad de la Materia, incluso de la materialidad
de la misma Energía.
La “mecánica cuántica” nos permitió tener ojos
para otras magnitudes no contempladas por la
física clásica y para comprender la interacción entre
la Materia y las Fuerzas electromagnética, nuclear y
débil, excepto la fuerza de gravedad, pero a través
de ella también podríamos tratar correctamente
en la escala ultra-microscópica a la Gravedad, así
nos tenga aún en el limbo con su modelo basado
en unas partículas fundamentales concebidas sin
dimensiones; la “teoría de las cuerdas” supone
que las partículas fundamentales (electrón,
quark, fermión, bosón, etc.) son producidas por la
vibración de regiones unidimensionales (cuerda)
ínfimamente pequeñas del espacio.
Es decir, todos los modos de vibración posibles
o propios de un Universo n-dimensional serían los
generadores de todas las partículas fundamentales
conocidas.
Estaríamos, por tanto, ante dos teorías que
no pareciera ser entre sí compatibles, pero que
necesitamos hacerlas tales, no obstante por ahora
la teoría de la relatividad se acomoda mucho más
a las leyes físicas del macrocosmos y la teoría de la
mecánica cuántica a las leyes fijas regentes en la
micro materia.
Así, debido a que la velocidad de la luz depende
de la energía, eso de que no hay en teoría nada más
veloz que la velocidad de la luz en el vacío (300.000
Km./seg.), también en teoría existirían algunas
partículas que sí tendrían la propiedad de ser más
rápidas que la velocidad de la luz en el medio
El Gran Concilio
(270.000 Km./seg.). La teoría de la relatividad,
entonces, entraría a tener ciertos problemas y no ser
tan plausible como la teoría cuántica.
Se tienen evidencias de cómo en el proceso de
transformación de la energía estática en energía en
movimiento se llegaría hasta la máxima intensidad
de vibración de la “energía taquiónica”, propia de
ciertas partículas neutras que “vibrarían” a una
velocidad 27 veces superior a la velocidad de la
Luz, reduciendo al ámbito de la creencia ese axioma
de Einstein consistente en que nada podría moverse
por encima de la velocidad de la Luz.
La ciencia moderna rehuye referirse a la
“energía taquiónica”, pero sí acepta la posibilidad
de una colisión entre la materia y la antimateria
en la que la materia se transformaría en “energía
pura”, manifestándose esto en una luz tan intensa
que su velocidad sería superior a la luz normal. Lo
que ha abierto el campo de experimentación con
las partículas-antipartículas (electrón-positrón),
la energía negativa, la energía obscura o energía
infinita del vacío, en particular auscultando en los
contenidos de los “agujeros de gusano” que son
de antimateria.
Estaríamos ad portas de demostrarse cómo el
proceso de transformar la materia en energía puede
reversarse en otro de transformación de la energía
en materia (carga positiva) y antimateria (carga
negativa); cómo existiría en el Universo una materia
obscura no visible y generada por un tipo especial
de energía ¿taquiónica? que podría constituirlo en
un 99%, según observaciones de curvaturas de la luz
en el espacio cósmico no provocadas precisamente
por la fuerza gravitacional de la materia conocida,
sino causadas por dicha “materia obscura”.
Entonces, lo de la “energía taquiónica” sería
mucho más que simple especulación, ya que la
más plausible de las últimas teorías cosmológicas
promulga cómo el Universo estaría constituido de
“materia perceptible” (átomos), “materia obscura”
y “energía obscura”, yendo los científicos incluso
a plantear un modelo estándar del Universo
donde quedaría sin piso la ley de Newton sobre
la Gravedad constante, además de atreverse a
describirlo como conformado por 4% de átomos
más 21% de materia obscura más 75% de energía
obscura. ¿Y cómo se les argumenta que no es
así?
El Espacio-Tiempo n-dimensional: ¡Cuerdas!
Es fácil negar la finitud del Universo (Leibniz),
como también negar su infinitud (Newton) o decir
que al mismo tiempo el universo no es finito ni
infinito, puesto que la materia y la energía sólo
89
podían percibirse de manera subjetiva (Kant), pero
a difícil que es afirmar su finitud o su infinitud.
Incluso Einstein niega la finitud del espacio y
sugiere la negación de la infinitud del Universo.
Al Universo Euclides-eano en cuya geometría
dos rayos de luz proyectados en líneas paralelas
jamás se encontrarían, le aparece la teoría general
de la relatividad de Einstein de los cuerpos del
Universo con su respectivo campo gravitacional
dependiendo de su masa y de su velocidad y de
una geometría en la que no existen líneas rectas
sino líneas curvas. Merced a esta teoría del campo
gravitacional determinando una estructura
geométrica del Universo en la que sólo existen
grandes círculos, Einstein concibió la forma
tetradimensional (espacio-tiempo) del Universo.
Pero la existencia del espacio curvo surgido
de la teoría de la relatividad se ha interpretado
como que Einstein hubiera admitido la finitud del
Universo, ya que lo finito sería ese sitio curvo donde
se encuentran materia y energía. También se ha
interpretado que el Espacio y el Tiempo serían,
según Einstein, construcciones conceptuales a
las cuales no se les puede conceder existencia
absoluta de por sí, puesto que son sólo entidades
no intuibles, que sólo podríamos comprender
mediante los sistemas de coordenadas.
Afirma Stephen W. Hawking que así como las
leyes de Newton del movimiento acabaron con
la idea de una espacio absoluto, puesto que no
había una posición absoluta en el espacio, de
igual manera Einstein invalidó aquellos conceptos
del reposo absoluto representado por el éter y de
un tiempo absoluto único o universal que todos
los relojes deberían medir, puesto que cada
individuo posee su propia medida personal del
tiempo, dependiendo de dónde esté y del sentido
en que se mueva.
Ahora se parte de un Espacio y un Tiempo no
absolutos, como si el Espacio y el Tiempo fuesen
ideas con coherencia matemática o construcciones
intelectuales comprensibles sólo mediante
relaciones y sistemas de coordenadas, en las que el
Espacio y el Tiempo sólo podrían separarse de los
objetos y de los procesos físicos por abstracción,
mediante operaciones intelectuales. A partir de
la teoría del espacio-tiempo tetradimensional se
esclarece que la realidad es como una especie de
matriz “espacio-temporal”, en la que la “sustancia”
dejaría de ser característica exclusiva del espacio,
siéndolo también del tiempo.
Incluso esta novedad teórica de la
tetradimensionalidad de la realidad está siendo
90
sometida a reevaluación, mediante las evidencias
teóricas explicadas por la Teoría de las Cuerdas
y la todavía más revolucionaria Teoría de la
Membrana M. La “teoría de las cuerdas”, cuya
alegoría es una “cuerda” puesta en intensa
vibración generando más de las tres dimensiones
percibidas normalmente por nuestros sentidos,
habla de diez (10) dimensiones, es decir, nueve
(9) dimensiones espaciales más la dimensión del
Tiempo. La “teoría de la membrana M” explica
que nuestro universo es un tapete membrana en
el que estaríamos en pleno uso de nuestras leyes
universales.
En esta teoría, la explicación del Universo
se haría mediante una ecuación gravitatoria
que estaría dando cuenta de la realidad cuya
forma sería la de una “membrana” conformada
por dimensiones tan microscópicas que serían
como una materia no estable de espacios vacíos
o realidades paralelas, pero cuya existencia real
se manifiesta en forma de partículas, fuerzas,
electricidad, energía y antimateria.
La Teoría “M” recoge y cuantifica todas las
dimensiones de la realidad, tanto las tres del
volumen percibidas directamente por nuestros
sentidos (largo, ancho y alto), la del Tiempo, la del
“espacio-tiempo” y las que físicamente no estamos
en condiciones de percibir de manera directa,
estableciendo que una dimensión como la 11a.
mediría un poco menos de la diezmillonésima
parte de un milímetro, por ejemplo.
Esta idea de la existencia de múltiples
dimensiones o múltiples universos, cada uno con
sus propias estructuras geométricas y leyes físicas
donde la misma forma de realidad hubiese llegado
a deformarse en “cuerdas” o “membranas” es una
idea coherente o plausible en las matemáticas,
pero que tal vez nunca podríamos experimentarla.
De ahí que sea tan fácil negar la validez de la Teoría
de las Cuerdas y de la Teoría M, como tan fácil es
negar su invalidez, siendo que ya se le conoce
como “la teoría del Todo”.
El físico usamericano Ed Witten, padre de esta
teoría, en un gesto de humildad tan característico
de los verdaderos pensadores nos dice que aún
no está seguro sobre cómo seguir avanzando en
los desarrollos de su teoría, de la misma manera
que aún nadie ha podido experimentar su
veracidad o falsedad. No vaya a ser que estemos
en discusiones como la del éter, la cuadratura del
círculo, el sexo de los ángeles, etc.
Otros ven implícita la teoría de las “cuerdas”
en las de la “relatividad” y la “mecánica cuántica”,
adjudicándole la propiedad de haberse
El Gran Concilio
reconciliado, ya que si con el descubrimiento
de la “mecánica cuántica” y la formulación de
las leyes de la “relatividad restringida y general”
el conocimiento sobre el Universo pudo dar
el más cualitativo de los saltos, en donde la
mecánica cuántica describe el comportamiento
de la energía y de la materia en la escala inframicroscópica de las partículas fundamentales y
la relatividad general predice el comportamiento
de la fuerza de gravedad en la macro-escala del
Universo, también entre estas dos teorías se han
presentado frecuentes desavenencias.
La controversia teórica pasa en estos momentos
por la disputa entre la “teoría de las cuerdas” y
la “teoría de la gravedad cuántica” (gravedad
canónica). La física de partículas tradicionalmente
ha teorizado con base en un modelo donde las
“partículas” son puntos sin extensión, pero ha
podido experimentarse que las “partículas” no son
puntos sino objetos en permanente vibración y
que cada “partícula”, ya sea esta electrón, neutrón,
protón, fotón, quark, etc., vibra con diferente
intensidad.
En especial los “quark”, que son las unidades
básicas de la Materia, vibran de la misma manera
que vibra una cuerda musical, y de esta misma
manera vibrarían las fuerzas y las partículas, como
si su vibración fuese el efecto de vibraciones de
otros macro cuerpos lejanos.
Pero a esta “teoría de las cuerdas” le ha surgido
otra teoría alternativa, la “teoría de la gravedad
cuántica” (supergravedad), que concibe la Materia
y la Energía del Universo como un fluido discreto,
con espacio discreto, tiempo discreto y energía
discreta, cuyas formas son bucles o gránulos; es
decir, por no ser fluidos continuos entonces la
“granuladidad” sería la forma de la estructura del
espacio-tiempo.
Esto es, no hace mucho (siglo XIX) todavía
se creía que las partículas más diminutas que
conformaban el Universo eran los átomos,
ignorándose que a su vez el átomo era conformado
por otras partículas más pequeñas como los
“quarks” y los “leptones” poseedores de masa y
cargados eléctricamente, o los “fotones” que no
poseen masa y están cargados eléctricamente,
lo que tendría que reflejarse en una determinada
concepción del Movimiento.
Hoy estamos más que convencidos de que
la Materia está conformada de las diminutas
partículas, pero con la “teoría de las cuerdas” o
Teoría del Todo nos dicen que la Materia estaría
conformada por infinitas “cuerdas” oscilantes
El Gran Concilio
(vibrantes). Pero apenas se empezaba a trabajar
con las diez dimensiones de la teoría de las cuerdas,
cuando ya se hacían cinco versiones teóricas de
ésta, restándole algo de seriedad, lo que ya sería
mucho para una teoría del Todo.
Lo que se enturbiaría más una vez en plena
discusión las cinco versiones entre sí, cuando
irrumpe en el ámbito científico la famosa teoría
de la supergravedad con sus “once dimensiones”,
dejando todo en suspenso.
Y estando estupefacto todo mundo con esta
teoría, surgiría la otra no menos famosa Teoría M,
teoría de la “membrana” sobre el Todo, de “once
dimensiones”, bajo la cual se escamparían todos
a una, tanto las cinco versiones de la teoría de las
cuerdas como la misma teoría de la supergravedad,
cobrando entonces toda su vigencia eso de los
universos paralelos imperceptibles por nosotros
con nuestras particulares leyes.
Por tanto, nuestro Universo tetradimensional es
una “membrana-tapete” que coexistiría con otras
membranas, entrelazadas con otras ¿cuántas?
membranas-tapete de los otros Universos. ¿Ya no
habría Universo, sino Multiverso?
Materia, Energía y Termodinámica
Estamos todavía demasiado ocupados en la
revolución científica de concebir un Universo
físico desconocido casi en su totalidad. En la
historia de la Materia se dice que tuvo que haber
un momento donde el Universo era 50% Materia
y 50% antiMateria, siendo que la antiMateria es
idéntica a la Materia pero con cargas contrarias,
es decir, lo que en la Materia es carga positiva
(protón) en la antiMateria sería carga negativa
(protones negativos).
No es fácil dar evidencia de la antiMateria en
el Universo, experimentándose sólo en ciertos
laboratorios, pero si el Universo radia Energía
entonces necesariamente ha tenido que perder
“masa”, al menos que atrape más Energía. Y como la
Materia (energía) del Universo es constante (nada
se crea nada se destruye) y la Energía ni se crea
ni se destruye sino que se transforma, entonces
en algún lugar del Universo tendrá que estarse
acumulando el 50% de la antiMateria perdida.
Sabemos de aquella Materia compuesta
de Masa (Protones y Neutrones) y Energía
(electrones, partículas, quantos), pero sólo el 0.5%
de la Materia-Energía del Universo tiene estas
propiedades. También el 70% de la Materia del
Universo es un holismo de masa espacio-temporal
y energía, pero aún no sabemos cómo puede ser el
91
30% restante. Apenas los telelescopios empiezan
a darnos información sobre las caracterìsticas de
la Energía en el Universo.
Es plausible pensar que en el principio todo
era Energía, la que ha venido condensándose en
nichos de Materia, ya sea en sus formas lumínica,
sonora, calórica, química, magnética, eléctrica,
electromagnética, nuclear y oscura. Pero también
es coherente decir que en el principio todo era
Materia, la qe se expresa en forma de Masa y
Energía. En últimas, nos queda la duda de si la
causalidad es la Materia como una forma de
Energía o la Energía como una forma de Materia.
Al no poder definir la Energía de manera
concreta, recurrimos a explicarla según los
conceptos de Movimiento (cinética), Potencia,
Física, Mecánica, Trabajo, Calor, Magnetismo,
Electricidad, Gravedad y Química, y si la
relacionamos con la Dinámica podemos afirmar
que la Energía también es Fuerza.
Ante el hecho de que la Materia se transforma
mediante procesos de transferencia y conversión,
pero que no se pierde, nos preguntamos cómo
una sustancia inorgánica (reversible) sometida a
temperatura experimenta un cambio de estado
químico, pero que a pesar de alterarse ciertas de
sus propiedades conserva siempre su cantidad
indestructible de Materia. ¿Qué ha ocurrido?
La explicación la fundamentamos a la luz del
concepto de Movimiento, en particular de ese
movimiento relacionado con el Calor y la Fuerza,
es decir, la Termodinámica.
De mantenerse la “masa” y la “energía” lo que ha
ocurrido con el cambio cualitativo es una“entropía”
conforme a los principios termodinámicos. Igual
proceso se presenta en las sustancias orgánicobiológicas y en los organismos vivos, a pesar de
que en éstos sus cambios de estado cualitativo
por lo general son irreversibles.
Se dice que la Energía es la capacidad de un
sistema para llevar a cabo un Trabajo; que la
energía potencial es la energía almacenada en un
sistema de manera latente y que energía cinética
es la ofrecida por dicho sistema como resultado
de su movimiento; que la energía gravitacional,
la energía electromagnética y la energía nuclear
son las formas elementales de “energía potencial”
existentes en la Naturaleza; que el Calor, cuando
se transmite entre dos cuerpos con diferentes
temperaturas, es Energía; que hay “energía
química” cuando dos sustancias entran en
contacto entre sí para cambiar su composición;
que hay “energía eléctrica” cuando fluyen los
92
electrones; que las Fuerzas son formas de energía;
que el Calor (micro-ondas) es una de las formas
más degrada de la Energía.
La Energía en todas sus formas constituye
el sistema de Fuerzas fundamentales del
Universo, consistente en las fuerzas gravitacional,
electromagnética, nuclear débil y nuclear
fuerte, que según sea su grado de desorden y/o
degradación podrían jerarquizarse las diferentes
“energías” del Universo.
La Energía es una propiedad inherente de
existencia de la “materia”, que tiene forma física
(potencial, cinética, calorífica, lumínica, sonora,
atómica, eléctrica, nuclear), forma química
(reacciones químicas) y forma de trabajo potencial
expresado en minerales, luz, temperatura,
pH, agua, nutrientes y alimentos, tanto en los
ambientes físico y biótico (comunidad biótica).
Como otra vía para identificar características
de la Materia y la Energía lo es el “Movimiento”,
vale darle una mirada al fascinante mundo de
la Termodinámica. Si lo que mide el grado de
desorden de la Energía es la “Entropía” entonces
la “energía gravitacional” sería la energía de mayor
jerarquía, puesto que por no estar asociada a la
temperatura su entropía sería cero (0) y si es el
“Calor” (calorífica) sería la de más baja jerarquía,
siendo que posee la máxima entropía. Es decir,
en la escala energética del Universo sólo estarían
en equilibrio la máxima (gravitacional) y la mínima
(calorífica), estando las demás en desequilibrio.
En todo tiempo y lugar, siempre la “materia”
estará desatando procesos de organización,
desorganización y complejidad in crescendo en
espiral expansiva.
A Descartes también se le debe la idea sobre
la conservación de la cantidad de Movimiento
en el Universo expresada mediante la fórmula
Movimiento = Masa x Velocidad, ajustada luego
por Leibniz con la velocidad al cuadrado; pero es
a partir de los estudios expuestos por Lomonósov
sobre la Ley general de la conservación de
la Materia y del Movimiento y la Ley de la
conservación y transformación de la Energía
que empezaría a fundamentarse cómo en los
procesos de la Naturaleza se daba la unidad de
las formas del Movimiento y de su transformación
recíproca. De esta manera, y gracias al impulso del
desarrollo tecnológico de las máquinas a vapor
que evidenciaban la transformación de la forma
calórica del movimiento a la forma mecánica,
pudo descubrirse la ley general correspondiente
a la transformación de las distintas formas del
movimiento.
El Gran Concilio
La visión mecanicista del Universo que, además
de concebirlo funcionando cual mecanismo de
relojería, asume todos los movimientos como
reversibles, entra en crisis cuando empiezan a
darse las evidencias de que el “calor” (máquina de
vapor) se movía por sí mismo unidireccionalmente
yendo de los cuerpos más calientes a los más
fríos y que, por tanto, todas las formas de energía
se movían en la única dirección de los estados
superiores de la energía a los inferiores.
Para el año 1842 ya se afirmaba que el
“movimiento” se conservaría cuantitativamente y
se transformaría cualitativamente, pero decir que
el movimiento es cuantitativamente constante
no era noticia, puesto que ya se había enunciado,
pero enunciar la transformación de las formas de
movimiento sí era una novedad.
Merced al aspecto cualitativo del movimiento
pudo demostrarse la inconsistencia de la
concepción mecanicista del movimiento que
pretendía reducir las formas más complejas
del movimiento a su simple desplazamiento
mecánico.
En todo momento el Universo nos da evidencias
de que no cesa de estar reorganizándose a punta
de orden y desorden, de neguentropía y entropía,
de cosmos y caos, pero sólo vendría a teorizarse
sobre este fenómeno una vez que en 1760 el físico
escocés Joseph Black (1728-1799) estableciera la
distinción entre “cantidad de calor” e “intensidad
de calor” o temperatura, lo que le serviría a otros
investigadores para experimentar que en la
conducción del “calor” se conservaba su cantidad
y que, tal como lo estableció Antonio Lorenzo
Lavoisier (1743-1794) la Materia (energía) se
conservaba de manera constante.
Al conocerse, probarse y demostrarse el
principio de la “conservación de la materia” se
establecería que también esta propiedad era
un atributo de la Energía, la que se conservaba
y tendría una expresión mecánica en forma de
“calor”. En esta idea, el físico alemán Julio Von
Mayer (1814-1878) y el físico inglés James Joule
(1818-1819) calcularían en 1842 la equivalencia
entre energía calorífica y energía mecánica,
concluyendo que todas las fuerzas y fluidos como
el calor, la electricidad, el magnetismo, etc., no
eran “sustancias” independientes separadas entre
sí, sino formas diversas de un Movimiento único,
capaces de transformarse unas en otras.
No existiría tal clase de Materia inmaterial y
ninguna Fuerza podría concebirse de manera
ideal.
El pensador vascuense Iñaki Gil de San Vicente
reflexiona que la sociocibernética considera
inadecuados los modelos de corte puramente
mecanicista debido a que en primer lugar
rechaza la centralidad del concepto de equilibrio,
fundamental en el modelo mecanicista. Este
modelo, dice Gil de San Vicente sería producto
de esa herencia de los progresos de la física, la
mecánica y la astronomía del siglo XVII que darían
lugar a la llamada física social y a la postulación
de una ley de inercia social en función de la cual
todo sistema social tendería a perseverar en su
situación actual -estado de equilibrio- hasta que
surge alguna fuerza que amenace con desajustar
el sistema, generando a su vez cambios de
signo contrario en la estructura encaminados a
restablecer el equilibrio, además de que dichos
sistemas mecánicos poseen una estructura
relativamente rígida, simple y estable.
En los modelos de mayor complejidad, los
sistemas orgánicos y sociales muestran una
organización más flexible, inestable y proclive al
cambio, como la estructura de los sistemas sociales
que es particularmente fluida al intensificar
las modalidades de relación, movimiento y
transformación de sus elementos constitutivos.59
En esta creciente complejidad de la marcha de
la Materia, el ritmo termodinámico de la Materia
en Movimiento, además del primer principio
termodinámico de la “conservación de la energía”,
su segundo principio de la termodinámica nos dice
que la Materia en Movimiento sigue la tendencia
a la “entropía”, yendo del orden hacia el desorden
y la desorganización.
La Termodinámica y la Energía constante
Los conceptos de Movimiento y Posición, tan
característicos del “estado mecánico”, no nos
aproximarían a la comprensión de un “estado
termodinámico”, puesto que serían más idóneos
y expeditos los conceptos de “energía”, “calor”,
“temperatura”, “presión”, “volumen” y “entropía”,
entre otros.
La Energía se transforma cambiando de forma
y se transfiere cambiando de posición. No sólo la
energía continuamente se transforma y transfiere,
sino que se almacena, acumula y encripta.
59 BUSTAMANTE DONAS, Javier: “Sociedad Informatizada ¿Sociedad Deshumanizada? Gaia Editores, Madrid, 1993
El Gran Concilio
93
Apoyándose en la ley de la conservación
y transformación de la energía y en la teoría
atomística, N. G. Chernishevski vería al Mundo
como un conjunto de átomos materiales y al
Movimiento o desarrollo como algo eterno e
infinito.
Pero la energía, al no poderse destruir ni crear,
entonces se conserva. Es decir, nunca se pierde, ni
desaparece, ni se destruye, ni se genera a partir de
la nada; simplemente se consume en el sentido
de su transformación y transferencia (consumo,
ahorro y liberación de energía); y se degrada, en el
sentido de que su cantidad permanece igual pero
su calidad se deteriora.
Las propiedades “termodinámicas” son de tipo
cuantitativo y cualitativo, según se tenga o no
se tenga una estrecha relación con la masa de la
materia en cuestión. La presión y la temperatura
son propiedades intensivas (no relacionadas con
la masa de la materia) y el volumen y la entropía
son propiedades extensivas y mensurables de la
materia. Se dice que en el Universo todo tiende
al “equilibrio termodinámico” de caos y desorden;
es el de la “Entropía”. Todos los fenómenos de la
Naturaleza se encuentran regidos por las leyes
de la “Termodinámica”, que tienen que ver con
la conservación de la energía, la transferencia
unidireccional de la energía (de mayor calor a
menor calor) y las tendencias de la entropía.
Un concepto fundamental para comprender
el de “termodinámica” es delimitar si un Sistema
es cerrado, aislado o abierto, siendo “cerrado” el
sistema que por no tener alrededores no puede
intercambiar materia ni energía con el exterior;
“aislado”, el sistema que aún teniendo alrededores
no intercambia materia ni energía con ellos;
“abierto”, todos los sistemas de la Naturaleza,
puesto que en la realidad no existirían los sistemas
absolutamente aislados, tal como puede inferirse
de la simple observación donde todo cuerpo en
el espacio tiene alrededores. Esto es, todos los
sistemas de la Naturaleza son en mayor o menor
grado “abiertos”, excepto el Universo que por no
tener alrededores se le considera como un sistema
cerrado.
Con esta aclaración, ya podría decirse que la
Termodinámica se refiere a los “intercambios de
energía” entre sistemas y entre un sistema y sus
alrededores, además de que la Termodinámica
sirve para definir las propiedades de los objetos
mensurables (macroscópicos) de la materia,
perceptibles por nuestros sentidos, como las de
temperatura, presión, volumen y forma.
94
Si mediante la Termodinámica se describen
y analizan los fenómenos físicos, químicos
y biológicos, mas no así con la “cosa en
sí”, no comprenderíamos plenamente el
comportamiento de los fenómenos o cosas
macroscópicas ignorando el comportamiento de
las partículas y fuerzas que lo integran y afectan. Un
mismo estado “termodinámico” se correspondería
con varias situaciones y configuraciones atómicas
y moleculares; siempre que se presente un cambio
“termodinámico” obedece a que se han producido
los respectivos cambios microscópicos.
Tenemos referencias sobre cómo una forma
mecánica de movimiento puede transformarse
en las formas físicas del movimiento de calor, luz,
electricidad; cómo diferentes formas físicas de
movimiento pueden interactuar y transformarse
en movimientos químicos; cómo formas químicas
del movimiento en determinadas condiciones
pueden originar la vida orgánica y cómo todo
cambio químico es resultado de transferencias de
electrones de un átomo a otro. De igual manera,
se presenta el entronque de estos fenómenos de
los cambios o de movimiento químico con los
cambios y transferencias en los tejidos vivos y en
los cuerpos orgánicos vivos en general.
En un sistema termodinámico “aislado” su
energía no cambia, se conserva; sólo puede
cambiar si recibe o cede energía del exterior, si no
está aislado. Como la <entropía> tiende a aumentar
en un sistema “aislado”, la <entropía> se conserva.
En este sistema, donde el calor fluye del recipiente
más caliente al más frío, la situación de máxima
<entropía> es aquella donde se ha alcanzado
una situación de equilibrio caracterizada por la
igualdad de temperaturas en los dos recipientes;
si la temperatura entre los recipientes fuera
diferente, la entropía no sería la mayor; no sería
posible que el calor fluyera espontáneamente
de un cuerpo frío a uno caliente porque eso
sería tender hacia un estado menos probable de
menor entropía, cuando en realidad la tendencia
se da hacia el estado más probable de la máxima
entropía.
Pero, los sistemas aislados serían excepcionales
en la naturaleza. La Tierra no es un sistema aislado,
recibe energía del sol y cede energía hacia el
espacio frío; intercambia energía con el exterior o
con el ambiente, pero no intercambia materia. Por
intercambiar energía con el exterior o calor con el
ambiente, la Tierra es un sistema no aislado, y por
no intercambiar materia con el ambiente es un
sistema cerrado.
El Gran Concilio
En un sistema no aislado como la Tierra, que
mientras se transforma intercambia energía con
el ambiente, en cuanto al orden y el desorden
puede suceder que el sistema alcance, al final
de la transformación, una situación de mayor
orden, pero yéndose el desorden para otro sitio
del espacio cósmico. Las transformaciones que
producen orden, son privativas de los fenómenos
naturales como el ciclo de la vida, que son
fenómenos de movimiento que se renuevan
o regeneran continuamente; donde ocurre
una transformación hacia el orden, puede ser
sintomático de un sistema que alberga vida.
No obstante, la Tierra vista ante el ambiente
exterior, es un sistema no aislado; pero tomada la
Tierra conjuntamente con su ambiente, la tierra
sería un subsistema no aislado que forma parte
de un sistema aislado, y este conjunto tendería al
desorden.
El orden no se crea; si un sistema transfiere
orden a otro, es porque el desorden se está
depositando en otra parte, y el desorden colectivo
sigue aumentando.
Una posterior apreciación de Edgar Morin
sobre el segundo principio de la Termodinámica
lo lleva a confesar que él no se había dado por
enterado que dicho principio (ley) ya venía siendo
cuestionado por algunos termodinamicistas; que
si por una parte los físicos mostraban al mundo
un principio de desorden tendiente a arruinar
toda cosa organizada, por la otra los historiadores
y los biólogos (Darwin) le enseñaban al mundo
que había un principio de progresión de las
cosas organizadas; que mientras el mundo físico
proponía la decadencia, el mundo biológico
tendía al progreso; pero uno y otro principio serían
las dos caras de una misma realidad.
Con respecto a lo antropológico e histórico,
igual que los sistemas de la vida, se caracterizan
por ser finitos, tener un comienzo, un crecimiento,
un desarrollo, un desgaste y morir; que dan
síntomas de empezar a morir cuando dejan de
ser indeterminados, cuando a grandes “in put”
se provocan pequeños “out put”, puesto que un
proceso vivo es evolutivo cuando a pequeños
“in put” se producen “out put” en proporciones
geométricas.
También con respecto al hombre como tal,
son termodinámicos en la medida de su orden y
desorden, su desorganización y reorganización
permanentes, su información y ruido, su entropía
y neguentropía.
El Gran Concilio
La “Entropía” y el Movimiento
La Energía ni se crea ni se destruye, pero la
Entropía total sí aumenta continuamente. El
fenómeno termodinámico de la Entropía se
relaciona con la reversibilidad e irreversibilidad
del Movimiento. Los procesos químicos son
irreversibles, puesto que hay modificación o
destrucción de los componentes o de la naturaleza
del compuesto; por ejemplo, la oxidación de un
metal y el proceso de digestión. Los físicos son
reversibles, puesto que no hay modificación ni
destrucción de los componentes; por ejemplo, el
desplazamiento de un cuerpo o los fenómenos
térmicos, eléctricos y magnéticos que ocurren en
los cuerpos sólidos, líquidos y gaseosos.
Pero esto no podría llevarnos a generalizar
que un fenómeno es físico si es reversible y es
químico si no es reversible, lo que es erróneo, ya
que se presentan fenómenos físicos que no son
reversibles como el de la dispersión de un gas que
se libera en el aire cuando se abre el contenedor,
o el de aquellas reacciones químicas en las que
el cobre está entre los reactivos iniciales y es
recuperado al término de la última reacción, cuya
reversibilidad es producto de un proceso químico
y no físico.
La Entropía evidencia cómo de manera lenta
e imperceptible todo se mueve desplazándose
en espiral expansiva, cambia, envejece y
muere; todo cambio comporta movimiento, y
movimiento significa energía. Energía, por tanto,
es todo aquello capaz de provocar movimiento y
producto del movimiento. Hay energía mecánica
(en movimiento y en posición), energía química
(combustibles), energía eléctrica (electricidad),
energía luminosa (luz) y energía térmica (calor)
Como la Energía es la capacidad de la Materia
para realizar un Trabajo, la Materia siempre
estará trabajando o en movimiento, ya sea que el
movimiento lo veamos según su velocidad (energía
cinética), según su posición (energía potencial) o
según se realice un trabajo como función del Sol
(energía lumínica de la fotosíntesis)
El “Calor” es otra forma de Energía que pasa de
un cuerpo a otro cuerpo, con la particularidad de
que la cantidad de Calor perdida por un cuerpo es
ganada por el cuerpo que se encuentre próximo
a él. Es decir, el “Calor” tiene la propiedad de
transmitirse de un cuerpo, yendo o propagándose
de los puntos más calientes hacia los menos
calientes. También el Calor cumple su función
físico-química y vital en la Naturaleza, haciendo
que los cuerpos cambien de estado o acelerando
las funciones de los seres vivos.
95
El Trabajo requiere del consumo de Energía,
dándose la tendencia natural de poder realizar un
Trabajo con el mínimo esfuerzo; el Trabajo siempre
buscará la eficiencia, es decir, el trabajo eficiente
es lo propio de la Termodinámica. Todo sistema
“termodinámico” tiende a producir la mayor
cantidad posible de Trabajo utilizando el menor
consumo posible de Energía. Esta condición
“termodinámica” del Trabajo lo hace por sí
mismo un generador de “entropía” (degradación,
desorden), siendo que un sistema puede producir
Trabajo en sus alrededores y los alrededores
pueden producir Trabajo en el sistema.
La “Entropía” es la transformación (conversión)
entre energía mecánica y energía calorífica
(térmica); la “entropía” mide la “energía interna”
de un sistema que no puede ser utilizada para
desarrollar un “trabajo” y si la Energía se encontrara
distribuida uniformemente por el Cosmos no
podría utilizarse para trabajo alguno. Cuando
todo se encuentre a la misma temperatura, el
Universo llegaría a su máxima “entropía”, lo que
implicaría la cesación del Movimiento, puesto
que ya nada podría ir de más calor hacia más frío,
llegando todo a la carencia de masa, de energía,
de movimiento, de luz, de calor, de vida, etc.; todo
sería el silencio de la nada.
La forma de “entropía” más evidente es la
resultante entre el intercambio de energía entre
el “trabajo” y el “calor”, de movimiento mecánico
a movimiento calorífico, puesto que sería un
intercambio entre el “calor” que es la forma más
caótica o “entrópica” de Energía y el “trabajo” que
es un generador de “entropía” en el contexto de
una Naturaleza en la que todo tiende hacia el
equilibrio.
Las transformaciones de energía se dan en el
sentido unidireccional de la energía de movimiento
a energía térmica, pero no viceversa; de “trabajo”
a “calor”, pero no viceversa, al menos que quiera
incurrirse en grandes pérdidas de energía.
Es casi imposible que el calor se transforme
espontáneamente en energía de movimiento,
pudiéndose presentar la transformación de
energía térmica caliente a energía térmica fría,
pero no viceversa. La energía de inicio es más
versátil y preciosa que la energía de llegada,
siendo ésta una forma degradada de energía. La
energía térmica es más degradada que la energía
mecánica, y la energía de un cuerpo frío es más
degradada que la de un cuerpo caliente.
60
96
La energía mecánica (en movimiento o en
posición), por no estar degradada, es energía
noble; como también son energías nobles la
eléctrica y la lumínica.
La energía, con el paso del tiempo y sus
sucesivas transformaciones, se va degradando
hasta hacerse inútil y envejecer, lo que ocurre
cuando se ha degradado a energía térmica y a
una temperatura ambiente. Así la energía pasa de
estar disponible a dejar de estarlo.
“La transformación del calor en trabajo fue
demostrada por Rumford en 1798 cuando observó
que por medio de de la fricción proveniente del
trabajo se podían crear cantidades ilimitadas de calor
sin ningún “desgaste” de la masa del sistema donde
se generara este proceso... Si el calor fuera capaz de
transformarse espontáneamente en trabajo, una vez
en el suelo la roca que ha caído por la ladera en vez
de perder el calor hacia los alrededores transformaría
el calor acumulado en trabajo y regresaría sola cuesta
arriba”60
No obstante, la Termodinámica se ocupa de
las transformaciones del trabajo mecánico en
calor y del calor en trabajo mecánico, ya que
existen sistemas en los cuales el trabajo mecánico
puede ser transformado en energía eléctrica y
viceversa. Por tanto, la “Entropía” es la expresión
de que todo sistema (materia y energía) tiende
espontáneamente del orden al desorden, de la
concentración a la dispersión, de estar disponible
y dejar de serlo. Sólo se daría la tendencia del
desorden al orden si al sistema se le suministrara
proporcionalmente más Trabajo que Entropía.
Para que la energía se convierta en trabajo es
necesario que su concentración no sea uniforme,
de tal manera que tendería a fluir desde su punto
de mayor concentración hacia el de concentración
menor, hasta quedar uniforme. La diferencia en la
concentración de energía desata su flujo hacia la
uniformidad en una sola dirección de calor a frío,
convirtiéndose así la energía en trabajo. Y en el
equilibrio cesa el flujo, cesa el Trabajo.
El estudio del flujo de energía desde puntos de
alta concentración a otros de baja concentración
pudo desarrollarse gracias a las observaciones y
aplicaciones de la energía térmica, que es el calor
en movimiento; y el estudio del flujo de energía
y de los intercambios de energía y trabajo, se
conoce con el nombre de “termodinámica”. El
primer principio de la termodinámica dice que la
energía no puede ser destruida ni creada.
CESARMAN, Eduardo. Orden y Caos; editorial Diana, México, 1982, pág. 201
El Gran Concilio
Las transformaciones de energía que ocurren
dentro de un proceso o sistema, sin necesidad
de ceder o recibir energía del ambiente exterior,
son un “sistema aislado”, cuyas transformaciones
suceden entre estados de equilibrio. Con el tiempo,
un sistema complejo cualquiera siempre tenderá
espontáneamente hacia un estado de equilibrio
caracterizado por el máximo desorden; de ahí
que el desorden sea inconmensurablemente más
probable que el orden.
“Puesto que en la evolución espontánea de
los sistemas complejos un rol determinante es
desarrollado por el azar, los sistemas complejos
evolucionan hacia sus configuraciones más
probables, es decir, hacia la configuración de
máximo desorden. La ley empírica, es decir basada
en la experiencia, de la evolución hacia el desorden
tiene por tanto una explicación bien simple: equivale
a decir que los sistemas complejos evolucionan hacia
su configuración más probable”61
Y como la medición de este desorden se realiza
a través de la “entropía”, los sistemas complejos o
formados por muchos componentes tienden a
evolucionar espontáneamente hacia situaciones
de disipación de energía o de máxima entropía.
El Movimiento irreversible de la “Entropía”: La
flecha del Tiempo
En el mundo del Movimiento “mecánico” no se
diferencia si la dirección en que fluye el tiempo
es hacia pasado o hacia futuro, haciendo que
sus leyes sean “reversibles” en el tiempo; en el
Movimiento “termodinámico”, que puede ser el
de millones y millones de partículas dentro de
un gas, sus leyes sí tienen carácter “irreversible”,
ya que sí puede saberse cómo el tiempo fluye en
la única dirección hacia futuro, que es la misma
dirección en que la “entropía” aumenta en forma
de desorden o degradación del sistema.
Con la irrupción de la termodinámica o ciencia
del calor que hace posible la existencia de una
flecha del tiempo por la función de la entropía le ha
quedado muy poco espacio a los determinismos,
puesto que tanto el azar, la inexactitud, el caos y
la irreversibilidad empiezan a protagonizar la obra
del orden y organización del Cosmos. La segunda
ley de la Termodinámica nos dice que la “entropía”
en un sistema aislado sólo puede crecer o, en todo
caso, permanecer constante.
Claro que ya Platón, dos mil doscientos años
antes de empezar a institucionalizarse la ciencia
termodinámica, esbozaba en “El Político” una
teoría cosmológica consistente, según el filósofo
canadiense (U. de Toronto) Thomas Robinson,62en
el Universo concebido como un objeto físico que
ha tenido un comienzo en el tiempo, como un
objeto que si no se hacía nada para mantenerlo
en movimiento simplemente se detendría, pero
que la causa de que no se hubiera detenido
estaría en la participación de una ley física que
lo aupaba manteniéndolo en movimiento. Con
esto, lo afirma el maestro Robinson, Platón estaría
intuyendo la segunda ley de la termodinámica.
En el Espacio-Tiempo se presentan relaciones
tan fundamentales como la establecida entre el
“calor” y las demás formas de “energía”, que es la
misma relación entre el intercambio de “trabajo” y
“calor” con el “medio exterior”, constituyéndose así
un “sistema termodinámico” de captura, ahorro y
liberación de energía, que en cada momento va
moviéndose o cambiando de un estado a otro, a
medida que varía su energía interna, refiriéndose
tan sólo a estados momentáneos dentro de un
mismo ciclo porque en últimas la cantidad de
energía interna de un sistema termodinámico
sería la misma al inicio y al final de un ciclo.
El principio más destacado de la Termodinámica
dice que un sistema termodinámico en cuyo ciclo
sólo esté en contacto con una única fuente de
calor no generaría “trabajo”, ya que es necesario
que la energía cedida por la fuente de “calor” al
sistema a su vez pueda ser cedida por éste a otra
fuente fría.
Según este segundo principio (ley) de la
Termodinámica, el “calor” no podría transformarse
íntegramente en “trabajo”; es decir, aunque la
Termodinámica señala que la “entropía” de un
sistema es nula a medida que los sistemas se van
aislando, sin una fuente fría receptora a la cual
cederle igual cantidad de la energía (calorífica)
recibida mayor sería la tendencia de su “entropía”,
y viceversa.
Todo lo que sea un “sistema abierto” es
entrópico, en el sentido que allí todo ocurriría hacia
el desorden, degradación y dispersión hacia un
equilibrio. El “equilibrio” se refiere a la tendencia
hacia lo iso-térmico, hacia la distribución uniforme
de energía, que es tender hacia la cesación de
todo movimiento y trabajo; no se trata, por tanto,
de esos equilibrios vitales o armónicos.
61 SILVESTRINI, Vittorio. Qué es la entropía; editorial Norma, Bogotá, 2000, pág. 50
62 En el I Congreso Colombiano de Filosofía, celebrado el 19-04-06 en la UJTL de Bogotá, Thomas Robinson proclama que
además del Platón ontológico, ético, estético y metafísico, existía un Platón cosmólogo.
El Gran Concilio
97
Donde quiera que haya diferencia de
temperatura habrá “entropía”. En cambio, a
un único y mismo nivel de temperatura no
fluiría la energía y, por más alta que fuese dicha
temperatura constante, jamás se convertiría en
Trabajo. Si de cierto sistema no se extrae Trabajo,
es porque su energía está distribuida de manera
perfectamente uniforme, no importa si a baja
o alta temperatura, lo que significa que dicho
sistema tiene un máximo nivel de entropía.
El físico alemán Rudolf J. Clausius sugirió en
1850 la idea de que la entropía se incrementaría en
el tiempo. El segundo, y muy importante, principio
de la termodinámica dice que con el tiempo
la entropía aumenta constantemente; o que la
energía tiende espontáneamente a degradarse; o
que los sistemas complejos tienden a evolucionar
espontáneamente, en virtud del azar, hacia las
configuraciones más probables. Significa este
principio que las diferencias de concentración de
energía van desapareciendo; que, cuando todas
las diferencias en la concentración de energía se
hayan igualado por completo, no se podría extraer
más trabajo, ni podrían producirse cambios; y
que, si la vida es subproducto de la materia en
movimiento, tampoco se seguiría produciendo la
vida.
De ser totalmente cierto el segundo principio
de la termodinámica, dice Asimov que todas
las concentraciones de energía en todos los
lugares del universo se están igualando, y en este
sentido el universo se está degradando; así la
entropía alcanzaría su máximo nivel cuando toda
la energía del universo quede perfectamente
igualada, y a partir de entonces no ocurriría nada,
porque aunque la energía siguiera allí no existiría
ya ningún flujo provocador de la ocurrencia de las
cosas.
Un sistema de entropía máxima es aquel que
ha llegado a un punto máximo de degradación o
de una temperatura uniforme, en el que ya ningún
cambio sería posible. Por ejemplo, si la Materia
se degrada de tal forma que se ha comprimido
en un súper agujero negro no podría esperarse
de este nuevo estado de la Materia un cambio,
puesto que ya no estaría conformada por esas
estructuras complejas que se relacionan entre
sí, ni tendría sentido el concepto de trayectoria
(Tiempo). Este comportamiento “entrópico” de la
Materia en Movimiento no sabemos si se cumple
bajo las mismas leyes en todo tiempo y lugar del
Universo.
La única manera de reversar este inexorable
sería que el Universo tendiera hacia la temperatura
98
del “cero absoluto”, en la que cesaría la Entropía,
mostrándose en su máximo orden o mínimo
desorden; o que todo se llenara de la Vida. A una
temperatura del “cero absoluto”, los átomos se
pondrían en perfecto orden, sin movimiento, sin
energía cinética y sin “entropía; seríamos el caso
opuesto de los agujeros negros que detentan
el mayor grado de entropía al convertirse toda
su masa en Calor o energía no utilizable para
trabajo, desapareciendo de él todo vestigio de
energía gravitacional y energía nuclear, que son
las energías de mayor desequilibrio y, por tanto,
las menos entrópicas.
Se diría entonces que la diferencia entre
pasado y futuro es la Entropía, que es el virtuoso
desorden produciéndose hoy (en todo momento)
de manera irreversiblemente transformadora,
que la flecha del Tiempo estaría condicionada por
la flecha de la Entropía.
Ergo, el Espacio-Tiempo en espiral logarítmica
Heráclito de Éfeso nos dice que si no pudo
haber un comienzo de la Materia no tendría
por qué tener un final; años después Demócrito
precisa que la no existencia de la Nada absoluta
abrigaba la existencia de una “nada llena de vacío”
(el vacío existe), avizorándose así cómo la Materia
sería “eterna”, sin creador ni destructor.
Hoy la ciencia no sólo empieza a dudar de su
santo grial, esa supuesta ocurrencia de la creación
del Universo a partir de un súper denso puntosingularidad colapsando en un supuesto big-bam,
sino también del concepto de “Vacío” ¿estaría
el Vacío lleno de materia oscura y de energía
oscura?, del concepto de Tiempo y, en general, de
la estructura, forma y figura del Universo.
Con respecto a la estructura, se dispone de
la evidencia experimental sobre la existencia de
unas “partículas” sólidas (con masa) perceptibles
sólo por la nanotecnología como las “ondaspartículas” o unidades de energía, Quanta, pero
queda pendiente aún saber si se manifiestan
empaquetadas (fotón, triquark) o no, ignorándose
aún si el Universo es un Discreto o un Continuo.
De ahí que para poder intuir la estructura,
forma y figura del Universo hubo necesidad de
confrontarnos con la meta-paradoja del Tiempo,
que no es realidad tangible ni realidad intangible
pero que el Hombre “no-puede-no” sentirse y
existir con él. Y ante el Tiempo, para no perdernos
en su túnel, hubo que recurrir a los desarrollos
teóricos del “Espacio-Tiempo”.
Incapaz de captar ciertas estructuras de la
realidad material del Universo, el Hombre, además
El Gran Concilio
de modelar abstracciones como la de Dios, ha
necesitado del concepto de Espacio-Tiempo para
comprender cómo es la estructura y el contenido
del Universo, permitiéndole abstraer el modelo
teórico que nos configure la realidad natural,
humana y cósmica; la realidad de la Materia en
Movimiento.
Es mediante el concepto de Espacio-Tiempo
que podríamos abstraer la estructura y forma
del Universo, producto de la concentración de
partículas fundamentales que van y vienen,
emergiendo y diluyéndose entre vibraciones
de ondas por todas partes, conformando así los
campos cuánticos y haciendo que la Materia sea
Energía y la Energía sea Materia. Y este proceso se
daría por la razón inversamente proporcional de a
más lenta la vibración del Campo de energía, más
densa es la Materia; en tanto que mientras más
rápido vibra la Energía, más sutil sería el contenido
de la Materia. Ya no vamos a tientas tratando de
explicarnos el porqué y el cómo de las cosas de la
realidad circundante, en cuanto contenido, forma,
figura y manera de existir en el mundo.
El Espacio-Tiempo es un modo fundamental
de existencia de la Materia y una propiedad
del Movimiento de ondas gravitacionales y
electromagnéticas. Emerge en un presente como
imagen sólida en forma de Holograma, yendo
irreversiblemente de pasado a futuro, tal como la
Entropía que no deja el desorden de su marcha ni
regresa al orden anterior. Si el sentido de la flecha
del “espacio-tiempo” es el mismo de la marcha de
la Entropía, en qué quedaría la otra intuición de
los “agujeros de gusano” por donde pudiese viajar
alguien hacia el pasado.
A partir del concepto de “espacio-tiempo”
intuimos que la verdadera estructura y forma del
Universo se equipara con túneles entre túneles
cónicos en forma de hologramas en expansión, de
un Todo propiciando las condiciones convenientes
para que en su interior se desarrollen a su manera
cada una de las partes. La suma de las partes no
siempre da cuenta del Todo.
Así, la Materia en Movimiento se expandiría en
Campos, Ondas y vibraciones electromagnéticas
y de sonido; en partículas, electrones,
gravedad cuántica, gravedad cósmica y sonido,
interfiriéndose, superponiéndose y mezclándose
armónicamente en formas sólidas de espirales
logarítmicas de la realidad espacio-temporal.
Es decir, la forma del Universo se equipararía
con el Campo curvo del Espacio-Tiempo, donde
cada fenómeno de la realidad sería una espiral
El Gran Concilio
logarítmica formando a manera de matriushka el
conjunto de las sucesivas espirales logarítmicas
dentro de la espiral logarítmica del Todo.
En la gran espiral logarítmica del Universo se
acunan otras espirales diferentes entre sí por su
forma, pero no en cuanto información, como la
célula, la vida, las especies, la sociedad, la biosfera,
el sistema solar, la galaxia y la nebulosa. Y ninguna
es imagen y semejanza preformada del Universo.
Esta metáfora de la matriushka no tomarla
por como un caso de “preformismo”, sino que el
prototipo de la forma de la Materia en Movimiento
sería la de una Totalidad conformada por mucho
más que la suma de sus partes.
Somos espirales logarítmicas en el “espaciotiempo” cuántico y cósmico que sucesivamente
nos expandimos dentro de las condiciones
convenientes del Todo, tal cual las ondas
concéntricas que se extienden, superponen y
contienen unas a otras al tirar la piedra al agua.
Si desagregáremos la Materia en infinitésimos,
nos encontramos con los “átomos” en el umbral
entre Materia y Energía; pero ya desagregada
en “partículas”, estaríamos en los umbrales entre
Energía y Luz, en los predios del irrompible paquete
tripolar de los Quarks. Entonces, no inmunes al
“factor risa”, decimos que no habría necesidad
de ningún “big-bam”, desde el cual se insuflara o
eclosionara la Materia; ni antes de todo eran las
tinieblas, ni la nada; ni la masa fue infinitamente
densa en un punto-singularidad, sino que tal vez
primero fue el Todo, en forma de Luz.
En la inmensidad y profundidad del Cosmos,
la Luz es el modo fundamental más sutil de
existencia de la Materia. Otros dirán que el modo
más sublime de expresarse la Materia es la Energía;
o que todo lo sólido se transforma en el aire; o que
E= mc2.
Esto se ha prestado a interpretaciones propias
de arrebatos místicos, ¿energetismo de Oswald?,
por quienes creen entrar en estado de alteración de
la conciencia o que al eperimentar el umbral de la
muerte dicen al sobrevivir que se dirigían plácidos
por un túnel hacia una luz. Pero nada más material
que esa descarga fisiológica de energía corporal
producida una vez que expiramos. Y al aceptar
esto, ¿será un desliz conceptual y conciencial?
Somos fractales “discretos” de un Universo en
el que su unidad fundamental es un corpúsculo
de Luz. Y antes que la misma ciencia, el sentido
común anticipándose a toda religión podría
augurarle a todos los existentes: ¡De Luz venimos,
en Luz nos transformamos! .
99
Una vez pudo emerger la Vida acá en la Tierra
no tenía muy garantizada su permanencia y
desarrollo, ya que las mismas condiciones que la
hicieron posible también pudieron conspirar en
su contra. Bien, el hecho es que hubo y habemus
Vida. La Vida es el más épico de los poemas, todo
un Canto General, además de ser el más complejo
de los enigmas aún sin dilucidar.
Si el ¡Canto General! de Neruda es una serie de
sagas sobre toda la gesta de América, igual debe
ser cantada así toda la gesta de la Vida, evocándola
e invocándola en toda su majestuosidad. El Canto
General de la Materia en Movimiento nos revela
los comienzos de la historia del Mundo y su
continuidad en la infinitud cósmica, desde que los
núcleos y protones empezaron a transformarse en
átomos pesados y moléculas simples, generándose
luego las moléculas complejas y las biomoléculas
que estructurarían la Célula o la Vida.
Hoy sabemos mucho de la historia de la Vida,
pero no nos ponemos de acuerdo al preguntarnos
por su Arché, siendo que hace 2.500 años en Jonia
una comunidad de filósofos ya se preocupaba por
saber si era el Ápeiron, el Agua, el Aire, el Fuego o
las Homeomerías.
Es el Canto General sobre cómo la Vida ha
venido organizándose progresivamente por azar,
posibilidad o necesidad, transformándose de
estructuras simples a estructuras más complejas,
hasta incluirnos.
63
Entre las teorías sobre el origen de la Vida, una
de de las más plausibles es la Biogénesis (Francisco
Redi) que, contra la común creencia en la generación
espontánea de la vida a partir de materia orgánica en
descomposición, desde el siglo XVIII nos dice que
“la vida sólo puede surgir de una vida preexistente”,
reafirmada luego por Louis Pasteur (1822-1895)
al demostrar que efectivamente “Omne vivum ex
ovo”. Como esta teoría de la Biogénesis también
implica la existencia de un antepasado común de
todos los seres vivos, aún se le objeta el porqué
entonces se presenta tanta variedad de organismos
y, si la vida era originada por otro organismo vivo,
cómo se originó la primera forma viviente.
La respuesta sería que la Vida es beneficiaria
del progresivo proceso de evolución química
donde las moléculas inorgánicas terminaron
transformándose en biomoléculas, las pioneras
de la evolución de los vivientes. Si para surgir
y resistir la Vida debió esperar la emergencia de
su prerrequisito sine-quanum del H2O (Agua),
entonces el arché de la Vida sería el OH (Alcohol).
De ahí en adelante la Vida emprendería, por
cuenta propia, su gran Gesta.
Así, la Vida ha surgido de la materia inerte o de
moléculas inorgánicas, en procesos graduales de
millones de años y circunstancias convenientes,
¿abiogénesis?, y no es que la biogénesis no va
más, sino que son teorías complementarias que
desvirtúan la tal generación espontánea.
REEVES, Hoover. La más bella historia del mundo; edit. Andrés Bello, Chile, 1998, págs. 17-63. Los límites de la Física se sitúan
a temperaturas de 1032 grados (la “temperatura de Plank”), donde las partículas estarían sometidas a campos de gravedad
tan demasiado fuertes que no sabríamos calcular sus propiedades.
Canto General
103
En la constelación de la “Molécula”
Dicen que hace quince mil millones años unas
partículas llamadas Quark se combinarían de tres
en tres “quarks”, 2 quark “down” y 1 quark “up” que
produce “nucleones” de neutrón y de 2 quark “up”
y 1 quark “down” que produce “nucleones” de
electrón; que al bajar la temperatura a unos 10(12)
grados63dichos “nucleones” serían afectados por
la “fuerza nuclear” y se generaría otra partícula de
“dos protones y dos neutrones” y que esta partícula
pasaría a ser el “núcleo atómico del Helio”.
Que luego, al bajar la temperatura muy
por debajo de los 10(32)grados se presentaría la
irrupción de “núcleos de Hidrógeno”, que más
tarde se combinarían con los núcleos de He en una
proporción de 75% núcleos de H y 25% núcleos de
He, redundando esto en la aparición de la “fuerza
electromagnética”requerida para situar en la órbita
de los “núcleos” a los electrones, produciéndose
entonces los átomos de Hidrógeno y Helio.
Que después, el He se desencadenaría en
reacciones nucleares donde 3He producirían el
átomo de Carbono y 4He el átomo de Oxígeno. Ya
con H, He, C y O se presentarían combinaciones
entre ellos, constituyéndose en moléculas y
atmósfera de metano y amoníaco, para millones
de años después bajo el influjo de la “fuerza
gravitacional” condensarse en masa de Astros, y
en algunos se generarían Agua y Vida.
Hoy ya sabemos cómo entre los Elementos sus
átomos de cargas de electricidad contrarias, y bajo
cierta fuerza de atracción, se atraen y combinan en
compuestos para formar “moléculas”. Pero, átomos
de igual carga que se rechazan, también pueden
conformar moléculas de elementos, puesto que O2,
F2 y S8 también son “moléculas”. Existen moléculas
monoatómicas (Cu, Fe, Au, Ag), moléculas
diatómicas (N2, F2, H2), moléculas tetra-atómicas
(X4), moléculas octo-atómicas (Y8), moléculas poliatómicas (CO, H2O, HNO3).
En la conformación de “moléculas” de un
mismo elemento, ninguno de sus átomos pudo
incurrir en la pérdida de alguno de sus electrones,
ya que los otros átomos por pertenecer al mismo
elemento también quieren replicar lo mismo, lo
que redunda en que tengan que combinarse entre sí
sin tener que desnaturalizarse desprendiéndose de
alguno de sus electrones periféricos, sino que han
tenido que compartir en préstamo y temporalmente
esos electrones con los de otros átomos. Esto,
porque entre los átomos se completan cada uno
su incompleta estructura de electrones, así fuese al
precio de tener que conformar “moléculas”.
104
Si nos fijamos en la punta de nuestro lápiz y
sacamos de ahí un diminuto granito, veríamos cómo
ese minúsculo grano está conformado por miles de
millones de átomos de Carbono ordenados en capas
(moléculas) con estructura hexagonal, capas que se
apilan unas sobre otras sin enlazarse químicamente.
Un átomo es más pequeño que 1/10.000 del tamaño
de una bacteria.
En las “moléculas” de compuestos, constituidas
por dos o más clases distintas de átomos, cada uno
de los átomos busca arreglárselas con la limitación
de no poder completar su estructura dentro de su
respectivo Elemento y, debido a que no existen
esas cargas eléctricas contrarias que los unan
entre sí, aprovechan la oportunidad de encontrarse
con átomos de otros elementos que les facilitarán
combinarse perdiendo y ganando electrones.
Al producirse estas liberaciones y capturas,
mientras que una clase de átomos pierde un electrón
la otra lo gana, dotarían a los átomos de las cargas
eléctricascontrariasrequeridasparaqueatrayéndose
puedan combinarse y formar las “moléculas” de
compuestos.
Al chocar dos átomos puede ocurrir que se
transfieran los electrones que le sobran a uno de
ellos hacia el átomo que le faltan electrones; o
también puede ocurrir que los dos átomos que
chocanpermanezcanencontactoentresíyterminen
compartiendo sus electrones. En uno y otro caso los
átomos que chocan, en circunstancias ordinarias,
permanecerán unidos; y esta combinación estable
de átomos es conocida como “molécula”.
Si aprendiéramos a diseñar la distribución
atómica como lo hace la Naturaleza, podríamos
establecer un inesperado e in-imaginado control
sobre la Materia que nos rodea, o sobre nuestros
cuerpos; ya que unos átomos puestos en orden de
una manera componen aire, tierra y agua, y con otro
diseño, los mismos átomos formarían una naranja.
Esto es, siguiendo unas determinadas leyes los
“elementos” (átomos) se combinan para formar
“compuestos” (moléculas), con la particularidad de
que las propiedades de los compuestos son distintas
de las propiedades de los elementos que contienen.
Nada permanece estable a escalas moleculares.
Una molécula de oxígeno viaja por el aire a una
velocidad de 1.700 kilómetros por segundo, y en
un segundo choca 5 mil millones de veces con el
resto de las moléculas. Con respecto al tamaño de
una “molécula”, un cm3 de Gas es un conjunto
inimaginablementegrandedemoléculas;laburbuja
más pequeña observable en un vaso de cerveza
contiene varios miles de moléculas.
Canto General
Cuando se combinan átomos diferentes para
formar moléculas, las sustancias resultantes son
llamadas “compuestos”, como el agua (H2O).
Hay dos clases de compuestos, los Orgánicos y
los Inorgánicos; los compuestos orgánicos tienen
átomosdeCarbonoensuestructurayloscompuestos
inorgánicos no tienen átomos de Carbono en sus
estructuras.
Se define a la “molécula” como la parte más
pequeña de un compuesto que mantiene las
propiedades de este compuesto y no la de los
elementos que la conforman; o como la partícula
más pequeña de una sustancia que mantiene
las propiedades químicas específicas de dicha
sustancia.
Otra definición de la Molécula la describe como
una partícula constituida por átomos que presentan
la mínima cantidad de un cuerpo que puede existir
en estado libre; la Molécula es una de las tantas
formas que se da la Materia, en forma de dos o más
átomos en enlace covalente.
Una “molécula” puede estar conformada por
dos, tres, cuatro, cinco y más átomos. Existen
“moléculas” necesariamente conformadas por
millones de átomos en contacto, como las largas
cadenas de átomos de carbono que caracterizan las
moléculas de las proteínas, de los ácidos nucleicos
del cuerpo humano y de los tejidos vivos. También
existen algunas moléculas elementales en la
naturaleza formadas por sólo un átomo, como las
de los gases Argón, el Helio y Xenón; la mayoría de
las moléculas elementales están formadas por dos o
más átomos, como el Oxígeno (O2), el Hidrógeno
(H2), etc.
La Molécula sería la partícula indivisible de
cualquier compuesto, sustancia o cuerpo químico,
siendo el nivel en el que se encuentra la primera
y más importante característica que diferencia la
materia viva de la materia inanimada.
La materia viva está constituida por moléculas
de complicada estructura (macromoléculas), como
las proteínas (enzimas), que confieren propiedades
nuevas capaces de explicar la manera de actuar
propia de la Célula.
Los organismos vivos son sistemas de
moléculas encadenadas que pueden organizarse
en estructuras tridimensionales, llevar a cabo sus
reacciones químicas (metabolismo), almacenar
las instrucciones de su propia reproducción, usar
esa información para reproducirse a sí mismos y
evolucionar a través de mutaciones, alteraciones
en la duplicación del material genético, selección
natural, azar, etc.
Canto General
La partitura de la “Vida”
La Vida es simple contingencia en el largo
proceso de la Materia en Movimiento. La Química
no estudia sólo la Materia en estado inmutable
y estático, sino en movimiento y desarrollo,
demostrándose que las leyes generales de la
química también son aplicables a los cuerpos
orgánicos. Esto da al traste con la teoría que
niega cualquier nexo entre la naturaleza viva y la
naturaleza muerta, ya que la Naturaleza es Una.
Los átomos que conforman las moléculas de la
materia inerte son los mismos que constituyen las
moléculas de la materia viva, sólo que mientras
en la inorgánica (inerte) se unen en moléculas
simples, en la viviente se constituyen en moléculas
tan complejas como los genes, el ADN. el ARN, los
aminoácidos, las proteínas, etc.
La unidad básica de la materia viva es la Célula,
pero el origen, desarrollo y progresión de la
materia viva se debe en principio a la concurrencia
de factores físicos y químicos, los que según sea el
grado e intensidad de interacción y reacción serían
los responsables del florecimiento de la vida viral,
la vida bacterial, la vida celular, la vida vegetal, la
vida animal, la vida humana y la Gaia. Según sea la
estructura generada y adoptada por la célula en su
aglutinación o conglomeración con determinada
función, dicho agregado de células asumiría su
función de conformar tejidos, órganos, cuerpos,
“cuerpo y mundo” y “Ello-Yo-criptoYo”.
La Vida es un hecho que, a pesar de ser tan
evidente y cotidiano, aún no ha podido definirse,
pero mientras se discute si la Vida es materia
envuelta en energía o es energía con contenidos
de materia, digamos que es uno de los fenómenos
fundamentales del Cosmos, como quiera que a
pesar de mostrase tan elemental o silvestre a nuestra
simple vista, en realidad es de tal complejidad que
es de las cosas escasas del Universo.
Cuando hablamos de Vida tendemos a
relacionarla con los cuerpos animados, olvidando
que mucho antes de nosotros ella pudo emerger
acá en la Tierra bajo la forma micro-orgánica de una
“molécula en crecimiento” que cibernéticamente
pudo auto-organizarse tomando, canalizando y
metabolizando la energía de su entorno.
En la Tierra se presentarían las condiciones
para que, por sus especiales características, varios
elementos químicos (inorgánicos) adquirieran el
estatus de “protovida”. Las moléculas orgánicas
no son más que el ensamble de los inorgánicos
átomos de C, encadenados indistintamente con los
inorgánicos átomos de O, H, N, P y S. Veamos:
105
Las estructuras de los seres vivientes se
constituyen con base en compuestos orgánicos,
por moléculas que haciendo uso de una especie
de “memoria química”64 sucesivamente van
transmitiendo “forma e información” a otras
moléculas y se van reconociendo entre sí.
Son moléculas con la característica que al ser
conformadas por cuatro o más elementos siempre
poseerán el extraordinario e importante átomo
de Carbono, puesto que la plástica y versátil
geometría del Carbono le permite relacionarse
de múltiples maneras con los demás átomos,
formando estables estructuras moleculares
y largas cadenas orgánicas, además de su
capacidad para conducir fluidamente electrones
de un extremo a otro de dichas cadenas. Esta
sería la base de la constitución de las redes
nerviosas naturales y de las artificiales redes de
comunicaciones.
Esto es, en la Tierra las moléculas vivientes son
producto del ensamble del átomo de C con otros
átomos, siendo seis los átomos fundamentales
en la estructuración de las moléculas, sobre las
cuales reposa la fabricación de las células y de la
vida misma, además de que sin la existencia del
Hidrógeno (H) no pudo haberse iniciado ningún
proceso de la Vida, ya que el H también funge de
enlace o puente en la constitución del abecedario
genético.
De todos los 20 elementos más comunes
presentes en nuestro sistema solar,65en la Tierra
se encuentran en el mismo orden jerárquico
descendiente de abundancia el H, el O, el C, el N,
el S y el P. Los principales constituyentes químicos
de la Vida en la Tierra son el ensamble de átomos
que producen: “H y O”,  Agua, o el compuesto
con la función de servir de “solvente universal de la
vida”; “C, H y O”,  Carbohidratos, o el compuesto
con la función de servir de “fuente de energía
de la vida”; “C, H y O”,  Grasas, o el compuesto
con la función de servir de “almacén (depósito)
de energía de la vida”; “C, N, H, O”,  Metano,
Amoníaco y cadenas de Aminoácidos; “C, H, O, N y
P",  ADP-ATP Adenosín fosfatos, o el compuesto
con la función de servir de “transportadores de la
energía de la vida”; “C, H, O, N y P”,  ADN-ARN
Ácidos nucleicos o compuestos cuya función es
servir de “patrones para síntesis de proteínas”;
64
65
106
“C, H, O, N, P y S”,  cadenas de aminoácidos, 
Proteínas,  moléculas vivientes,  la Célula,
la Vida, o los compuestos con la función de
“estructurar y facilitar las reacciones químicas para
la aparición de la unidad fundamental de la vida y
la vida misma”
Las “moléculas orgánicas” fundamentales en
la construcción de la Vida, o los cuatro grandes
grupos de sustancias esenciales para la Vida (el
cuarteto de la vida), son los “ácidos nucleicos”, los
“carbohidratos”, los “lípidos” y las “proteínas”. Estos
cuatro tipos de compuestos se organizan para
formar las estructuras de una Célula.
Compuestos más complejos que las moléculas
ordinarias son las combinaciones químicas de
grupos iguales de átomos encadenados en forma
de unas macromoléculas conocidas como “macro
polímeros”, entre los que se encuentran las celulosas,
almidones, albúminas, plásticos o cauchos,
cuya especial particularidad es servir de insumo
(albúmina) para formar materia viva, esclarecer la
esencia de los fenómenos de la vida y poder incidir
en la dirección de los procesos vitales.
Engels, Darwin, Asimov y Humberto Maturana,
entre otros, afirman cómo fue de necesaria la
produccióndeunamoléculaorgánica(biomolécula),
la “proteína”, para que la Vida se hiciese posible.
La molécula de “proteína” sería el producto de un
proceso de reacciones encadenadas circularmente,
que de manera auto-poiética (por sí mismo-hacer)
generaría el sistema de una molécula orgánica con
capacidaddetomardistanciaconrespectoalentorno
y, de esta manera, procurarse autónomamente su
estructura, auto sostenerse y auto generarse; es
decir, la molécula orgánica de la “proteína” forma
parte de un círculo virtuoso o proceso cibernético
de auto producción y retroalimentación.
Las moléculas orgánicas y la misma Célula
existen muchos millones de años antes que la vida
humana. Fue hace 4.500 millones de años que
emergieron de la sopa química de nuestro Planeta
las primeras bacterias, pero sólo en los últimos
doscientos años pudo tenerse conocimiento sobre
la “teoría de la célula”, la naturaleza de la división
celular, la base celular de la reproducción, la teoría
de la evolución, el hecho de que las bacterias y los
virus son agentes transmisores de enfermedades,
la Herencia (Mendel), la genética, etc.
El mundo molecular es un mundo de “señales”, siendo su lenguaje la Química.
En su orden de abundancia en el sistema solar: H, He, O, C, N, Si, Mg, Ne, S, Ar, Al, Fe, Ca, Na, Ni, P, Cr, Mn, K y Cl.
Canto General
Aún no se ha esclarecido el enigma de ¿Qué
es la Vida?, ni hay respuesta definitiva, ya que
son muchas las hipótesis y las teorías igualmente
plausibles que una vez proclamadas lo que hacen
es abrir mucho más el abanico de las preguntas
sobre el concepto de la Vida. Se ha intentado definir
la Vida desde la física, la química, la biología, la
antropología y la filosofía, encontrándose que son
definiciones bien distintas entre sí, y dentro del
campo conceptual de cada una de estas ciencias
también son múltiples las definiciones de la Vida.
La paradoja de la Vida está en que al emerger
ella y garantizar su permanencia en la Tierra sería el
monstruosocaníbaldeaquelprocesodesurgimiento
de la Vida a partir de las combinaciones de C, O, H,
N, P y S, puesto que si hoy quisiéremos replicarlo
combinando las mismas moléculas partícipes en
la generación de la Vida ya nos han preavisado de
que sería algo imposible porque las condiciones
de varios miles de millones de años atrás no son
las mismas de hoy, siendo que la misma Vida las
consumiría sin darles oportunidad de proliferar ni
evolucionar.
“Hoy, los mismos seres vivos aniquilarían todo intento
de aparición de una vida nueva… Apenas nacida la
vida, ha quemado los puentes detrás de ella… En
cierto modo, la vida contaminó la Tierra”66
Un denominador común para conciliar los
intentos por definir la Vida desde las diferentes
disciplinas sería el concepto de la“Termodinámica”,
estableciendohastaquépuntolaVidaesunfenómeno
físico-energético que sí está o no está en equilibrio
termodinámico, está o no está resistiéndose al
segundo principio de la Termodinámica; así como
fenómeno químico y biológico se nos muestre como
lo más complejo y organizado.
Una definición de la Vida desde la biología
nos retrotraería a la misma química, sobre todo
cuando descubrimos que un “gen” por sí solo o
totalmente aislado no es Vida propiamente dicha,
sino algo esencialmente químico. Una definición
ensayada desde la psicología nos mostraría que no
somos una abstracción sino un “Ello-Yo-criptoYo”,
presentándose otra discusión sobre el tipo de “Yo”,
si es un “Yo” cerrado o abierto; discusión que en
nuestro caso hemos querido saldar optando por
un constructo abierto y formando parte integral
de la comunidad humana, biótica y cósmica, el
66
“Ello-Yo-criptoYo”, lo que estaría en concordancia
con una definición de la Vida a partir de todas las
dimensiones (física, química, biología, psicología,
filosofía) y con la concepción de que la Vida es
uno de los frutos de la Materia en Movimiento o
del largo proceso de evolución de la Materia.
Con base en el axioma de que el tiempo es un
presente, el filósofo alemán George Simmel (18581918) presenta uno de los conceptos de la “vida”
que más se ha aproximado a la comprensión de
la realidad de la “vida humana”. La vida es “más
vida” y “más que vida”, puesto que es de su esencia
el “trascender” de lo actual a aquello que no es su
actualidad; es “más vida” porque arrastra hacia sí
algo para convertirlo en su vida y es “más que vida”
porque trasciende de sus propios contenidos a
una actitud creadora en que lo producido no se
subjetiva.
Esto es, la vida es un modo de existencia que
“no” reduce su realidad al momento “presente”,
sino que es una continuidad en que el “pasado”
existe realmente penetrando en el “presente”, y
el “presente” existe realmente dilatándose en el
“futuro”; no obstante, la vida vivida subjetivamente
se siente como algo real en una extensión
“temporal”, y, como el hombre se propone siempre
un fin futuro, el “presente” de la vida consiste en
que ésta “trasciende el presente”, ya que el “futuro”
es un punto inmóvil separado del “presente”.
Naturaleza material de la Vida
La Vida, como todo el mundo restante, es de
naturaleza material; no es más que una forma
especial de existencia de la Materia, que se origina
y destruye de acuerdo con determinadas leyes.
Toda la historia de la ciencia de la vida nos muestra
lo fecundo que es el camino en el estudio de la
naturaleza viva sobre la base de la observación
objetiva, de la experiencia y de la práctica social
histórica; esto es, la Biología aún tiene mucho por
hacer, como la más protagónica de las ciencias
contemporáneas.
A diario observamos que los seres vivos nacen
de otros semejantes. El ser humano nace de otro
ser humano, la ternera de una vaca, el polluelo sale
del huevo puesto por una gallina, los peces nacen
de las huevas puestas por otros peces análogos,
las plantas salen de semillas que han madurado
en plantas semejantes. Pero no siempre ha debido
ser así.
DE ROSNAY, Joel. La más bella historia del mundo; edit. Andrés Bello, Chile, 1998, pág. 87
Canto General
107
Nuestro Planeta, la Tierra, tiene un origen, tuvo
que haberse formado en cierto período. ¿Cómo
aparecieron en ella los primeros antepasados de
todos los animales y de todas las plantas?
En el intento de explicar el origen y la variedad
de las especies, muchas grandes inteligencias,
como la del sabio sueco Carlos Linneo (17071778), no encontraron otra salida que recurrir a
las hipótesis creacionistas y la participación de las
leyes divinas, como si las parejas de uno y otro sexo
obedecieran al plan divino de la creación, ya que
toda forma de vida sería sólo y sólo sí producto
de la creación y, por tanto, serían realidades
invariables en el transcurso de los tiempos.
La idea del “desarrollo de la naturaleza viva” es
sustentada en 1809 por el naturalista francés J. B.
Lamarck (1744-1829) al cuestionar a Linneo y su
hipótesis de que la Especie era de una invariabilidad
absoluta en la Naturaleza, como si las especies
biológicas fuesen eternas e inmutables.
Una vez Lamarck se afirma en su idea del
desarrollo biológico de especies mutables, precisa
que el factor fundamental del proceso evolutivo
son las condiciones del medio ambiente, en las
que se encuentran las causas determinantes de
los cambios de los organismos vivos; es decir,
¡La Epigénesis! Así, las circunstancias exteriores
determinarían, pero no de manera exclusiva,
la forma y la organización de los animales,
la mutabilidad de las especies biológicas, la
aparición de especies nuevas y su adaptación a las
condiciones del medio ambiente en que viven.
Además de la incidencia del medio sobre la
formación de los organismos vivos, Lamarck
considera que la herencia de los caracteres
adquiridos también cumple su papel; sólo que
interpretaba el proceso de desarrollo de la
naturaleza viva como puramente cualitativo
y desprovisto de saltos o interrupciones de
la gradualidad. Y consideraría Lamarck que
el recurrente uso de un órgano redundaría
en su mayor desarrollo y perfección; que los
cambios adquiridos por los organismos bajo
el influjo exterior se fijan y transmiten por
herencia a las generaciones siguientes; que en
la propia naturaleza no habían especies estables
delimitadas entre sí, sino que sólo existían formas
de organismos en tránsito gradual y cuantitativo
a otras formas.
Pero el proceso de desarrollo de la Naturaleza
viva empieza a hacerse más entendible con los
grandes descubrimientos, a comienzos del segundo
tercio del siglo XIX, de la Teoría Celular. En 1837,
108
el fisiólogo y embriólogo Checo Jan E. Purkinje
(1787-1869), expone sus conclusiones acerca del
descubrimiento de las células nerviosas y de las
células ganglionares del cerebelo. Demuestra que la
célula no era aquel espacio vacío rodeado de una
membrana sólida, sino que contenía una sustancia
primaria, el protoplasma, y explica que había se
dabaunaevidenteunidadestructuraldelosanimales
y los vegetales.
El científico alemán Teodoro Schwan (18101882), después de arrojar su revolucionaria
tesis de que “toda vida surge de la interrelación
producida entre las fuerzas físicas y químicas
comunes”, profundiza la idea de J. E. Purkinje al
exponer de manera más amplia que, una vez
estudiado el cartílago y la médula espinal de los
animales, efectivamente formaban parte de una
misma unidad el mundo animal y vegetal, puesto
que había observado la estrecha correspondencia
entre las células animales y las células de las
plantas.
Con base en estos estudios, la comunidad
científica de la época concluiría que el crecimiento
y desarrollo de los seres vivos se producía en
coherencia con la identidad de las leyes desarrollo
de las células animales y vegetales, y que la íntima
relación existente entre uno y otro reino de la
naturaleza orgánica obedecía al hecho de que
existe un principio general de desarrollo para las
más diversas partes elementales del organismo, y
este principio es el de la formación de “células”.
Neguentropía y Vida
La Materia en Movimiento, como la Vida, se va
abriendo paso transformando energía química
en energía mecánica, en medio de procesos
simultáneos de organización y desorganización,
entre momentos cibernéticos y termodinámicos.
Una respuesta a la manera evolutiva como
surgiría la vida sobre la Tierra sigue provocando
una maraña de hipótesis. El conocimiento de las
leyes de la termodinámica nos permite esbozar
respuestas con base en preguntas como ¿es
la Tierra un sistema aislado, o no aislado y/o
cerrado?, ¿es el Universo un sistema aislado?, ¿qué
cantidad de energía recibe la Tierra y cuánta cede
al ambiente?, ¿el Universo recibe o cede energía
del ambiente que lo rodea constituido por el vacío
absoluto?
Según sea nuestra capacidad para encontrar
respuestas a estas preguntas, las más difíciles
que pueden hacerse, así será nuestra concepción
sobre el origen de la vida en la Tierra, el origen y
Canto General
evolución de los vivientes, el origen del Hombre,
el futuro de la Tierra y el futuro del Universo.
Iñaki Gil de Sanvicente considera cómo en la
naturaleza la aparición espontánea de estados
estructurados se produce cuando se obliga a
un sistema abierto, o capaz de intercambiar
materia y energía con su entorno, a traspasar
cierto punto crítico por un continuo aporte
de materia o energía; cómo a medida que un
sistema físico de estas características se aleja
del equilibrio, la existencia de un solo estado se
convierte en inestable; cómo cuando una o varias
magnitudes alcanzan un valor crítico particular,
dicho sistema “salta” de improviso a alguno de
varios estados que pueden exhibir, o no, mayor
organización; cómo la formación espontánea de
estados más estructurados se relaciona con un
pequeño número de grados de libertad llamados
“grados de orden”; cómo estos parámetros de
orden describen la cooperación global de los
componentes del sistema, el cual origina el tipo
de comportamiento dinámico autoorganizado;
cómo los ensayos embriológicos realizados
recientemente prueban, sin lugar a dudas, que
no todos los cambios continuos son posibles en
el desarrollo morfológico de los individuos; cómo
existiría un umbral de alteraciones por encima
del cual la configuración de una estructura
biológica quedaría trastocada de manera brusca
(catastrófica).
Ahora, es en el mundo físico, químico, biológico,
psíquico y conciencial de la Materia en Movimiento
que el fenómeno de la “entropía” se manifiesta
como desorden y no susceptible de reversarse,
puesto que la flecha del Tiempo va hacia futuro a
golpes de Entropía. No obstante, en los sistemas
biológicos es frecuente encontrarnos con procesos
de desorden tendiendo al orden, cuyo sentido es
de “entropía negativa” (neguentropía).
Como la Vida es producto de la lucha entre
entropía y neguentropía, tendría que auscultarse
hasta dónde dicha neguentropía no es más que
el movimiento del pasajero que dentro del tren
se desplaza en la dirección norte-sur, pero el tren
marcha en la dirección entrópica sur-norte, lo que
terminaría mostrándonos al pasajero dirigiéndose
en la misma dirección sur-norte del tren.
Quiérase o no, la “entropía” (degradación,
muerte) necesariamente termina ganándole el
pulso a la “neguentropía”.
67
“La ciencia que nos enseña lo que va a pasar
estudiando lo que ya ha sucedido dejó de ser la
“maestra de la vida”, necesitando convertirse en una
ciencia esencialmente abierta a un futuro que no se
sabe cómo se va a desarrollar… Todo el Universo tiene
una historia, sigue una línea, marcha hacia delante.
El Universo es un enorme proceso, que no ha llegado
a término porque se perfecciona… El Universo es
irreversible”67
El hecho de que pueda interpretarse que la
segunda ley de la termodinámica admite de
manera temporal la “neguentropía” (construcción
de orden a partir del caos) se debe a que la Vida es
considerada como un sistema abierto dentro de
ese gran sistema cerrado que sería el Universo, y
éste no podría disminuir su “entropía”
No es fácil llegar a comprender el concepto
de “Neguentropía”, mucho más cuando éste no
se relaciona tanto con los conceptos de energía,
temperatura, presión o calor, como sí con el
concepto de “Información”.
La
Neguentropía
está
estrechamente
relacionada con la Información de un determinado
sistema, siendo que ella es la capacidad que tiene
la Información de dar las claves para producir
Trabajo y aumentar el orden del sistema, pero
la Información a su vez depende del grado de
complejidad y heterogeneidad del ordenamiento
estructural del sistema que proviene, y a su vez este
sistema requiere de disponer de las condiciones
que le faciliten obtener grandes cantidades de
energía libre.
La “neguentropía” se manifiesta en forma de
Información y Energía potencial. Si el aumento
de “entropía” significa pérdida de Información, la
captación de “neguentropía” del medio exterior
(alrededores) es ganancia de Información. Del
medio ambiente, el Sol es el que nos proporciona
la mayor Información en forma de energía libre
útil.
En el caso de ir descendiendo la temperatura
de un sistema, la cantidad de energía no
aprovechable para trabajo podría empezar a
aprovecharse, utilizándose plenamente una vez la
temperatura llegare al cero absoluto, puesto que
a la temperatura del cero absoluto la “entropía”
sería cero; y en el supuesto caso de que el sistema
fuera cerrado, una disminución de su temperatura
no haría disminuir la “entropía”. La Vida es la
expresión más familiar de Neguentropía.
TEILHARD DE CHARDIN, Pierre; citado por Fernando Riaza, en Teilhard y el Trabajo, editorial ZYX, Madrid, 1967, pág. 30
Canto General
109
El proceso “anti-entrópico” de la Vida pudo
haberse insinuado desde el mismo momento
que del plasma ionizado inicial del Universo
emergiera esa estructura ordenada del primer
átomo de Hidrógeno; y una vez la biomolécula,
se nos mostraría como una de las estructuras
más ordenadas, complejas, heterogéneas,
desequilibradas e inestables, poseedora de la
mayor Información y, por tanto, de una entropía
menor que la entropía cero.
Los seres vivos, por ser los sistemas más abiertos
de los sistemas posibles, son los únicos con
capacidad de captar “neguentropía” al tiempo que
atrapan, conservan, liberan e intercambian energía
libre, haciéndose así posible su heterogéneo y
complejo orden estructural. Entre estos sistemas,
el más abierto, ordenado, estructurado, complejo,
heterogéneo y organizado, como el de mayor
capacidad de captar “neguentropía” es el “Ello-YocriptoYo”.
Por el contrario, en un sistema cerrado no
podría captarse “neguentropía”, ya que ésta
depende de la posibilidad y capacidad del sistema
de intercambiar energía con sus alrededores; y
así como uno puede llenar los alrededores de
entropía, no puede hacerlo con la “neguentropía”.
La estructuración de orden sólo ocurre dentro
del sistema mismo, al costo de generar mayor
desorden entrópico en sus alrededores.
A mayor ritmo de crecimiento de los organismos
vivos, mayor captación de “neguentropía” del
medio ambiente, que empezaría a recibir las
grandes dosis de entropía expulsada desde el
interior del sistema; siempre y cuando se dé la
proporcionalidad de que es mayor la entropía
eliminada dentro del sistema (out-put) que la
entropía insuflada dentro del sistema (in-put) por
el trabajo químico y mecánico.
La Neguentropía se capta en el momento
que los organismos cumplen con sus funciones
de alimentación, respiración, reproducción,
adaptación, asimilación, ¡educación!.
La Neguentropía es una propiedad de los
sistemas abiertos, pero entre éstos captan mayor
“neguentropía” los organismos vivos, y entre éstos
lo hace con mayor intensidad el “Ello-Yo-criptoYo”.
El crecimiento en “intensión” del “Ello-Yo-criptoYo”
es del tipo 2 + 2 = 5, tal como lo hacen todos los
organismos vivos durante su crecimiento.
La Información, la Comunicación y los sistemas
compuestosheterogéneamentedeMateriayEnergía
68
110
se estructuran y organizan merced a la captación
de “neguentropía” del medio ambiente; es decir,
la capacidad que da la Información para producir
Trabajo y aumentar el orden del sistema sólo es
posible en la medida que se dan las condiciones de
captar orden del medio exterior.
En el ciclo de la vida, y la vida es un evento
energético, todo ser viviente (monera, hongo,
protisto, planta o animal) para crecer y moverse
tiene necesidad de energía noble, la que termina
degradándose en energía térmica para luego ésta
ser dispersada en el ambiente circundante.
De ahí que la energía noble, tan utilizada por
todos lo vivientes, necesite regenerarse. El motor
de esta regeneración es un proceso representado
por las plantas con su función clorofílica, que fijan
en su interior parte de la energía recibida de los
rayos del sol, acumulándola en forma de energía
química, la que es consumida para su crecimiento;
luego los animales herbívoros toman de las
plantas la energía necesaria para vivir, y a su vez
serán alimento para los animales carnívoros. Por
tanto, la energía solar es la que alimenta el motor
de la vida sobre la tierra.
“En cualquier caso, en el marco del presente ciclo la
naturaleza es capaz de dispensar a la Tierra y a sus
huéspedes, durante un futuro aún prolongado, todo
cuanto sirve para renovar los ciclos del movimiento
y de la vida. A menos que el hombre, poniendo los
frutos de su conocimiento al servicio de una estúpida
presunción, decida él mismo borrar la vida de este
grano de polvo inmerso en la infinidad del espacio”68
La virtuosidad del fenómeno de la Vida se
explicaría, entre otras, por el carácter autorregulador
de la “neguentropía” (cibernético); pero un
desconocimiento de la ley de la conservación y
transformación de la energía consistente en la
indestructibilidad cuantitativa y cualitativa del
movimiento, y de que el movimiento no puede
existir plasmado en una sola forma, puesto que
nunca cesará de transformarse de una forma a
otra, podría llevarnos a renegar de la “entropía”,
creyendo que la virtuosa complejidad creciente de
la evolución de la Vida se debería exclusivamente a
la “neguentropía”.
Ante la inexorabilidad de la “entropía”, de una
energía que se transforma y se degrada (Entropía)
hacia un equilibrio termodinámico del Universo,
debe resaltarse la función excepcional de esos
núcleos de organización que son la Vida, que por
SILVESTRINE, Vittorio. Qué es la entropía; edit. Norma, Bogotá, 2000, pág. 138
Canto General
su capacidad de integrar estructuras ordenadas
puede acumular “neguentropía” en forma de
energía potencial y de información. Esto ha hecho
decir a algunos que la Vida es la gran excepción
del Universo, el gran bien que vale la pena vivir,
puesto que en la infinitud del Cosmos la Tierra es
la única partícula que ha podido acumular de la
manera más ordenada posible esa “neguentropía”
que es la Vida.
Los sistemas organizados como la Vida irían
temporalmente en contravía de esa gran tendencia
de la marcha del Universo que es la “entropía”,
lo que paradójicamente sería confirmado por la
segunda ley de la termodinámica, en el sentido de
que dicha ley admite ordenamientos transitorios
o temporales de acumulación de orden como
la “neguentropía” de la Vida, ya que esto sería
compensado por las mayores acumulaciones
de “entropía” generadas por la Vida en sus
alrededores.
Una Célula, por ejemplo, es un sistema
abierto que se comporta en desequilibrio
“termodinámico” con capacidad de mantener un
estado estacionario, en el sentido que funciona
como un sistema isotérmico que captura la
energía libre de sus alrededores, procesándola,
conservándola y liberándola, de tal manera que
disminuye su propia “entropía” aumentando la de
su entorno.
Cualquier organismo vivo tiende a producir la
mayor cantidad posible de Trabajo utilizando el
menor consumo posible de Energía, es decir, la
Vida tiende a economizar energía, atrapándola,
procesándola y liberándola, pero ante todo
ahorrándola; y busca sus toques de orden al darse
sus estructuras, puesto que nada más ordenado
que una estructura.
Origen de la Vida en la Tierra
“No saber nada de lo ocurrido antes de nuestro nacimiento,
es seguir siendo por siempre niños”
Cicerón.
A partir de los conceptos fundamentales de
Materia, Movimiento, Espacio, Tiempo y EspacioTiempo, podemos explicarnos un Universo que
eclosionaría hace quince mil millones de años en
forma de una gran espiral logarítmica; un sistema
solar conformándose desde hace cinco mil
millones de años, según las leyes reguladoras del
69
comportamiento de las fuerzas y las partículas,
como las fuerzas gravitatorias, electromagnéticas
y nucleares (fuerte y débil);
unas teorías
fundamentales como la relatividad (restringida
y general), la cuántica y la termodinámica; el
establecimiento de la relación dialéctica entre
Materia y Energía y la constatación de cómo la
fuerza gravitatoria deforma la trama del espaciotiempo en la descomunal escala del cosmos.
Ahora, nada más pertinente que entrar a
preguntarnos “cuándo”, “dónde” y “cómo” apareció
la Vida acá en la Tierra.
De considerar descartada cualquier posibilidad
“creacionista”, no queda esclarecido ni mucho
menos cancelado el debate sobre el origen de la
Vida, ya que corresponde ver entonces si desde su
origen la Vida siempre se ha manifestado mediante
procesos organizados (organismos) portadores de
la molécula ADN que han evolucionado hasta el
homo sapiens sapiens; o si ha sido el fruto de la
“generación espontánea”por la cual los organismos
vivosemergeríanabruptamentedeotroscompuestos
orgánicos (materia orgánica); o si es efecto de la
“migración” de formas de vida errabundas por el
cosmos; o si ha sido producto de la materia inerte
transformándose en moléculas de aminoácidos
y compuestos orgánicos; o si ha sido tan sólo un
asunto del azar, entre otras hipótesis.
Una explicación plausible sobre el origen
de la Vida en la Tierra no podría pasar por alto
observaciones sobre los extremófilos o cómo
los organismos nos han podido medrar en los
ambientes más insólitos y extremos, tanto a
temperaturas por encima del punto de ebullición
como por debajo del punto de congelamiento;
cómo la Energía por sí sola no ha podido mantener
una biogénesis, ni la química por sí sola podría
explicar el proceso de la Vida; cómo se delimita la
frontera entre la Química y la Vida, ya que todo lo
que nos rodea, tocamos y olemos es básicamente
químico, pero todos los organismos conocidos
se basan en el ADN; no procedería, por tanto,
establecer diferencias tajantes entre la Naturaleza
y la Química.69
Este problema del “Origen de la Vida” en la
Tierra se presta para la desbordada especulación,
como si el límite fuese la imaginación, ya que es
igual de probable su exclusiva emergencia acá en
la Tierra o ser un legado del espacio sideral.
La Naturaleza está conformada casi toda por los 90 Elementos básicos y cada una de las cosas tendría que ver con alguno de
los 20 millones de compuestos químicos en que se han combinado dichos Elementos.
Canto General
111
El Origen de la Vida es un fenómeno natural que
acá en la Tierra pudo darse de manera gradual, o
por causalidad, o por casualidad, como también es
altamente probable que nos viniese de afuera. Si
desde un tiempo muy anterior a la formación del
PlanetaTierra deambulan por la infinitud del Cosmos
millones de trillones de meteoritos impregnados
de “aminoácidos”, “proteínas” y “bacterias”, es
altamenteprobablequehayancaídoenunainfinitud
de planetas con las condiciones propicias para
fertilizar procesos de Vida, los que luego en nuestra
Tierra evolucionarían hacia la vida humana.
Tampoco la Vida no ha emergido para perdurar
eternamente,yaqueentodomomentoestamosante
el riesgo de ser alcanzados por las interestelares
ondas radiactivas, las que a su paso han venido
acabando y esterilizando en todo lugar algunos
vestigios de Vida, sin descartarse que una de dichas
ondas podría esterilizar de un tajo a toda la Vida.
Entre las hipótesis o teorías más plausibles sobre
el Origen de la Vida en la Tierra se han publicado
con relativo éxito la “teoría de la “sopa química”
(Oparin); la teoría de los “extremófilos”, de la vida
emergiendo de las condiciones extremas de las altas
temperaturas propia de los fluidos volcánicos o de
las profundidades del mar; la teoría “panspérmica”
de los microorganismos caídos del espacio estelar.
Unas según cierto gradualismo de causalidades
físico-químicas;otrassegúncasualidadesdesucesos
aleatorios.
Entre las teorías de que la Vida nos ha caído de
los cielos,70dejando en igualdad de condiciones
a la vida extraterrestre71y terrestre, vale tener
presente que la mayoría de los meteoritos que
caen sobre la Tierra provendrían de Marte, tal vez
expulsados por rebote una vez el Planeta rojo fue
chocado por cometas, portando agua congelada,
aminoácidos y bacterias congeladas.
Con respecto a las teorías que explican el
surgimiento de la Vida en la corteza terrestre, son
igual de plausibles la de las moléculas orgánicas
simples que lograrían sintetizarse al recibir
tormentas eléctricas, provenientes de los rayos del
sol, como la que nos habla de combinaciones en
seco entre los elementos Fe, S, Piritas genéticas y
otros elementos yacentes en las arcillas genéticas,
sin necesidad de la presencia del agua.
70
71
72
112
Sobre la teoría gradualista de la Vida
emergiendo en la misma corteza terrestre, merced
a la combinación de los elementos C, H, O, N, S y P,
no olvidemos que en las mismas nubes estelares
atómicas y radiactivas ya viene el carbono, el
hidrógeno, el nitrógeno, el oxígeno y la silicona,
entre otros elementos y compuestos.
También es altamente probable que la Vida
sólo pudo provenir de otra vida que ya existe, pero
igual de probable es que el “mundo viviente” pudo
constituirse a partir de la materia inerte de los átomos
de carbono, oxígeno, hidrógeno y nitrógeno, con la
participación eventual de otros átomos de azufre,
fósforo y potasio. De la estructuración de estos
átomos en moléculas encadenadas de aminoácidos,
nucleótidos y azúcares, surgirían las Proteínas, el
ADN, la Célula y la Vida organizada, en principio
la vegetal, como si la inteligencia de la materia
inerte y viviente fuese una sola y la misma, una
inteligencia colectiva.
“90% del cuerpo (biomasa) de un vegetal es carbono,
hidrógeno y oxígeno tomados del aire por fotosíntesis
(sol y atmósfera); la fotosíntesis ecuatorial es la mayor
del mundo, con exhuberancia de selvas hechas con
atmósfera y sol, y esta es la clave de la vida (riqueza)
vegetal, e indica la vocación ideal ecuatorial; el
árbol ecuatorial crece 5 veces más rápido. El 98% de
cualquier planta es energía solar vuelta materia; las
plantas se nutren de manera autótrofa, utilizando la
energía solar y el agua y las sales minerales del suelo
para sintetizar materia orgánica”72
El origen de la Vida es un secreto tan bien
guardado que para escudriñarlo con algún
grado de certeza tendríamos que infiltrarnos en
la logia de sus fundadores, aquellos que 4.500
millones de años atrás emergerían como nuestros
primeros antepasados, las Bacterias. Parece que
hace unos 2.500 millones de años atrás, éstas
empezarían a conspirar en sectas de a cuatro
bacterias, poniéndose de acuerdo en conformar
el consorcio o truts (unión temporal) de la primera
célula vegetal. Y ésta pudo sobrevivir sintetizando
la energía del Sol, pero aún nosotros los animales
no hemos podido descubrir el secreto de vivir del
aire, necesitando consumir materia orgánica para
sobrevivir.
En las tierras desérticas de Chihuahua (México) se han encontrado primitivas Bacterias calcinadas y fosilizadas, las que también son motivo de estudio en la Antártida.
Este concepto de vida extraterrestre es muy relativo, en el sentido de que todo en la Tierra ha venido de los cielos, es decir, nada más extraterrestre que lo terrestre.
FORERO BÁEZ, Roberto. Agricultura ecológica ecuatorial; Revista Soluciones Agrarias nº 1, Bogotá, 2004
Canto General
¿Geología de la Vida o Vida de la Geología?
Según sea la concepción que se tenga sobre el
“Movimiento”, y según se asuma la química y la
física, así será la concepción sobre la Vida.
Sobre esto ya se han reseñado ejemplos,
como el de W. F. Ostwald y su teoría basada en el
supuesto de que la Energía existe “por sí misma”,
poseyendo elasticidad y trasladándose a través
del vacío absoluto sin un portador material que
la contenga, permitiéndonos desplazarnos de un
lugar a otro.
No se descartan del todo teorías sobre el origen
de la Vida acá en la Tierra como la posibilidad de
que la vida en la Tierra se debería a la visita de
cuerpos estelares portadores de vida. Recordemos
que esta misma idea la tuvieron Empédocles de
Agrigento (-484-424) con la vida provocada por
la caída de un león del cielo; Anaxágoras (-500428) con la vida a partir de unas semillas fértiles
llegadas del espacio infinito a través del agua lluvia;
Avicena (980-1037) con la vida producto de la
caída del cielo de una vaca durante una tormenta;
o la teoría de la “panspermia” cósmica, expuesta
oficialmente en 1865 por el médico alemán H.
E. Richter, de los gérmenes que se encuentran
viajando dispersamente por el Universo, los
que pueden llegar a depositarse en los planetas
en movimiento. Aunque ya en 1821 el científio
francés Sales Guyon de Montlivault exponía su
teoría de los “cosmozoarios” consistente en que
de la Luna llegaron las primeras semillas para la
Vida en la Tierra; y en 1834 J. J. Berzelius insinuaba
que en ciertos meteoritos se podían encontrar
compuestos de carbono “caídos del cielo”.
Hoy se siguen estudiando los meteoritos en
búsqueda de indicios de vida, y se ha encontrado
en ellos esporos de bacterias y bacterias vivas,
idénticas a las formas que hay en la Tierra, pero no
podría descartarse que podrían ser casos parecidos
a los de la supuesta “generación espontánea”
de la vida, a reseñar más adelante, o simples
contaminaciones con las bacterias terrestres.
Esto nos llevaría a tener que preguntarnos
inmediatamente en qué momento la sucesiva
presencia de tan ilustres visitantes pudo encontrar
agua en la superficie de la Tierra, puesto que es
impensable la vida en la Tierra sin la disponibilidad
del agua. Al preguntarse sobre la sustancia vital
provocadora de la vida en la Tierra, de verdad que
no es fácil pensar una respuesta olvidándose del
“agua” (Thales de Mileto). En 1904 René Quinton
sostenía que, al observar que en el interior de
todo ser vivo se encontraba algún líquido, todos
los seres vivos provenían del agua marina.
“Quinton considera que el mar tenía antiguamente
una concentración en sales de ocho a nueve por
mil con temperatura de unos 44º C., condiciones
aproximadamente semejantes a las del protoplasma
de los animales superiores. Así las especies que
dejaron de ser marinas en un principio, conservaron
una concentración en sales semejante a la que tenían
en tiempos de vida marina.”73
También la Vida pudo no originarse de la materia
inerte, existiendo por siempre en la Tierra, incluso
cuando ésta era masa fundida, lo que llevaría a
pensar en que, así fuese masa líquida en ignición,
la Tierra sería como un solo organismo, cuya vida
se manifestaría por el Movimiento de su Sustancia
(Movimiento  Vida). Pudo ser que al enfriarse la
Tierra las partes que se solidificaron constituirían
la materia inerte y las que se conservaron en
estado líquido o gaseoso adquirirían el aspecto
del “protoplasma” de hoy.
Con la teoría del químico sueco Svante
Arrhenius (1907) se quiso zanjar el asunto con su
hipótesis extrema de que la vida era eterna; que
la vida siempre habría existido migrando a través
del espacio, en forma de esporas que escapaban
al azar de la atmósfera de un planeta y luego eran
impulsadas a través del espacio por la presión de
la luz procedente del sol, colonizando así nuevos
planetas. Pero esta interesante hipótesis de la
presión de la luz como una fuerza impulsora,
ya predicha por Maxwell, y pudiendo existir en
algún lugar esporas resistentes a las radiaciones
ultravioletas del espacio cósmico, sería derrotada
por sucesivas investigaciones donde las esporas
constituidas por proteínas y ácido nucleico no
soportaron estos rayos, muriendo en el acto.
“Svante Arrhenius piensa que los seres vivos no
pueden ser transportados en los meteoritos puesto
que éstos, como se sabe, llegan a la Tierra en estado
incandescente porque, según Lockyer, atraviesan la
atmósfera a una velocidad de 40 a 60 Km./seg., lo que
se ha calculado que puede elevar su temperatura
hasta 6.000ºC., provocándose así la destrucción de la
materia viva”74
73 SORIANO, Lleras Andrés; Elementos de Biología, Universidad Nacional, Bogotá, 2ª edic., 1950, pág.50
74 Ibíd., pág. 54
Canto General
113
Si en todo momento podemos ver cómo en
nuestro Planeta laVida está representada por la gran
variedad de organismos, cualquier estudio de laVida
no debería enfocarse sólo a partir de organismos
aislados, a la luz de las leyes biológicas (leyes de
la vida), sino también a la luz del estudio de los
procesos que darían lugar a su origen; es decir, la
aparición de la Vida y su consecuente evolución
necesita explicarse, además de las leyes biológicas,
a la luz de las leyes físico-químicas. Todo esto,
porque la materia inorgánica y la materia orgánica
son una sola y la misma Materia en Movimiento.
Ir en la búsqueda de una relación entre la
Geología y la Vida no significa que estemos
negando la biogénesis de la Vida o que la Vida no
sea producto de un largo, lento e intenso proceso
de “quimio-bio-génesis” en desarrollo, cosa esta
que sí negaría George Cuvier (1769-1832) cuando
en 1821 publicara la absurda teoría de los cambios
repentinosproducidosporloscataclismos,negando
el desarrollo en la naturaleza y la propia idea del
desarrollo al considerar que en la Tierra se contarían
tantas eras geológicas como cataclismos hubiesen
ocurrido en su superficie.
En el Fausto, de Johan Wolfgang Goethe (17491832), encontramos una oposición a la teoría de los
“cataclismos” que pretendía explicar el desarrollo
de la Tierra y de la Naturaleza viva mediante
acontecimientos fortuitos que no respondían
a ninguna causa y que, por tanto, modificaban
periódicamente el globo terrestre quebrantando así
los nexos reales entre las diferentes fases de la vida
en la Tierra. La Naturaleza se debía, según Goethe, a
sus propias leyes que explican la vinculación íntima
entre todos los procesos terrestres, ya que “no hay
por qué dividir la naturaleza en cáscara y almendra,
ya que toda ella es indivisible”
Pero una teoría como la del meteorito que en
pleno auge de la era cretácica hace 65 millones de
años nos impactara, probablemente en lo que hoy
conocemos como el golfo de México, desatando
huracanesymega-tsunamisdeterroríficasyrasantes
ondas expansivas arrasando toda la circunferencia
superficial de nuestro Planeta, no estaría en la de
los cataclismos, ya que no extinguió toda la Vida en
el Planeta, sino a una que otra especie viviente, en
particular a los Dinosaurios.
75
76
114
De haber tenido la poderosa fuerza mecánica
ondulatoria desatada por el impacto un efecto
Radiactivo, sí estaríamos hablando del cataclismo
que acabaría con todo vestigio de vida, pero a pesar
de lo súbito de la catástrofe la inteligencia animal
sí pudo adaptarse a las nuevas condiciones, hasta el
punto de que la vida ha seguido evolucionando en
nuevas especies como la humana.
No estamos blindados ante las catástrofes
que nos caigan de los cielos, ni es mucho lo que
podamos hacer de repetirse un evento que altere y
recomponga todo el mapa de la geografía animal,
pero sí podríamos ser previdentes y providentes
para no correr la misma suerte de los Dinosaurios
supervivientes que terminaron pereciendo de física
hambre, puesto que el polvo terráqueo cubriría
por mucho tiempo nuestra atmósfera, impidiendo
así el paso de los rayos de sol, provocando el
marchitamiento de los bosques y cortando de tajo el
ciclo natural de la cadena alimenticia.75
Mientras no se presenten otras evidencias, son
igualmente plausibles otras versiones como las
cuatro grandes extinciones sufridas por la Tierra
en sus 5.000 millones de años de existencia, siendo
la de los Dinosaurios la quinta de ellas y tocándole
a los humanoides testimoniar otras extinciones
menores como las provocadas por las glaciaciones,
o algún otro meteorito, u otra contingencia.
Los científicos estudian entre otras causas
aquellas que responsabilizan de las extinciones a
los cambios del eje magnético de la Tierra, con sus
respectivas variaciones catastróficas de la geología
y de los climas, o a ciertos virus, enfermedades y/o
hambrunas, o a cierta degradación y degeneración
esterilizante76de la capacidad de procrear, la
que también pudo afectar a los grandes Saurios
no mamíferos haciéndolos entrar en el mismo
estado endémico de infertilidad que extinguiría su
respectiva línea genética, y sin ninguna posibilidad
de recurrir a la tan “mal comprendida” clonación.
No obstante, y esto es lo más dramático, ahora nos
preocupamos porque la gran sexta extinción no sea
la provocada, por primera y única vez, por la misma
especie humana.
En la estrecha relación entre la geología y la vida
se resalta que además de la Vida tener que ver con
las sustancias inorgánicas y orgánicas, con seres
Se tienen evidencias de grandes extinciones debidas a la fracturación de los continentes (Pan-gea) hace 420 y 200 millones
de años, y también se ha comprobado que en muchas de las grandes catástrofes los mayores sobrevivientes han sido los
animales, como en el reciente Tsunami del mar indochino que produjo la muerte de 300.000 humanos, mientras que no se
tuvo noticia de un solo animal marino o terrestre que hubiera muerto en dicha catástrofe.
Motivo de alarma tiene que ser al actual descenso de la tasa de fertilidad de la humanidad.
Canto General
inertes que no tienen ni han tenido vida y, por
supuesto, con seres que poseen la propiedad de
la vida, también es procedente ver en qué sentido
la geología y la vida han podido retroalimentarse.
Tanto los seres vivos como los inertes son Materia
constituida de átomos y moléculas, de moléculas
formadas por elementos químicos (inertes) como
carbono, nitrógeno, hidrógeno, oxígeno, hierro y
calcio, cuyo comportamiento puede explicarse con
base en ciertas leyes físicas y químicas que afectan
lo mismo a un ser vivo que a uno inerte, además
de que las reacciones energéticas fundamentales
de los procesos químicos se explican por igual en
los organismos vivos y en la materia inerte.
Las sustancias inorgánicas no están vivas, pero
forman parte de los seres vivos y los procesos vitales;
las aguas y las sales minerales son inorgánicas pero
nutrientes de la vida vegetal y animal. Y si en la
Tierra desde hace 4.500 millones de años se da la
estrecha relación entre la Vida y la Geología, donde
los protozoos (bacterias primitivas) aprendieron a
alimentarse de minerales, porqué considerar éstos
como materia inerte, siendo que son alimento de
la Vida; si han sido los incontables mega trillones
de bacterias las que a través de los tiempos se
han ido precipitando, fosilizando y acumulando
junto a iguales cantidades de excrementos y
fósiles crustáceos en forma de rocas, porqué no
considerar las rocas como materia viva.
Si la Tierra va rauda por el Cosmos a más de
100.000 Km./h, nave y hogar de todos que nos lleva
como formas más o menos organizadas y complejas
de Vida, por qué la Vida no podría ser Geología;
si la Geología se la pasa atrapando, liberando y
conservando energía, porqué la Geología no podría
ser Vida. De darse en todo lugar del Cosmos la
estrecha relación entre Vida y Geología observada
en la Tierra, lo que ha llevado a los científicos a
concluir que significa lo mismo expresar que “la
Geología es un proceso biológico” y que “la Vida es
un proceso geológico”, nos llevaría a reflexionar que
si los entes inorgánicos y los entes orgánicos están
conformados por las mismas partículas, porqué
entonces seguimos hablando de materia inerte y de
materia viva, cuando en últimas todo puede verse
como la Materia en Movimiento.
Ahora, si la “evolución del Hombre es un
caso especial de la evolución de las especies, ¿la
evolución de las especies es un caso especial de la
evolución geológica de la Tierra?, ¿la Tierra es un
caso especial de la evolución del sistema solar?, ¿el
sistema solar es un caso especial de la evolución de
la Galaxia?
Canto General
La Vida es polvo estelar
Hoy tenemos evidencias de la Vida como
producto de unos aminoácidos, a la par formando
parte de ciertas proteínas como prerrequisito sinequanum de generación de la Vida; como viajera
invitada del polvo cósmico, a pesar de la misma
Tierra, donde ésta tan sólo sería otro vertedero
más de esa infinidad de meteoritos.
Si por el Cosmos van los raudos Cometas en
apacible marcha a más de 130.000 Km./h llevando
en sus entrañas las condiciones para la Vida, como
energía y esperma cósmico, incluso a la vida misma
en forma de rocas de agua congelada, biomoléculas,
etc., y si la Vida es Materia en Movimiento, qué
duda entonces de que somos polvo de estrellas.
Si a las extremas temperaturas, que en el
Cosmos son mínimas y máximas, la vida ha
supervivido y conservado la competencia para
desarrollarse, queda en entredicho si sólo con las
condiciones químicas de los entornos es suficiente
condición para que emerja la vida. Y si la química
es condición imprescindible de la vida, ¿acaso los
elementos químicos no son polvo estelar?
Hay quienes piensan que el próximo gran
hito de “especiación” se tendría que dar en algún
ambiente extraterrestre, lo que es plausible,
pero ¿qué pasaría si el Movimiento, por ejemplo,
produce un pequeño y gradual cambio en la
inclinación del eje de la Tierra?, modificando
significativamente su trayectoria y respectivas
velocidades de precesión, rotación y traslación,
estableciendo otro tipo de comunión con el Sol.
Al recibirse otras cantidades, intensidades y
cualidades de la nutrientes luz, se alterararían ni
más ni menos nuestros regímenes de Ingestión,
Absorción, Fotosíntesis y Fagocitosis, implicando
cierto tipo de mutaciones. Esto es, sería como
si la especie hubiese emigrado a otro Planeta,
encontrando otras condiciones eco-ambientales,
pero siguiendo acá en la Tierra, permitiendo nuevos
e interminables procesos de “especiación”.
Ya se están aislando genes para alterarlos,
incluso seleccionando genes (eugenética) de
ciertos organismos vivos para insertarlos en otros,
aunque aún no se han podido insertar genes en
las células de seres vivientes, pero a partir de las
células embrionarias madres tomadas de nuestro
cordón umbilical se han podido activar procesos
de regeneración de tejidos y órganos de seres
vivos, y ni para qué hablar de las potencialidades
de la clonación.
De una u otra manera, serían como procesos
de “especiación” adelantados acá en la Tierra.
115
El momento Biomolecular de la “Vida”
El peso de la Célula, que es la unidad más
completa y eficiente de la Vida, está constituido
en un 70% por una sustancia química, el Agua
H2O. Y, El Agua es determinante en la Vida y en las
cuatro grandes familias de moléculas orgánicas:
Carbohidratos (Glúcidos), Lípidos, Aminoácidos y
Ácidos nucleicos (Nucleótidos).
Los Carbohidratos son azúcares con la función
de ser fuente de energía y conformar la estructura
de las células; los Lípidos son insolubles en agua y
tienen la función, además de proporcionar energía
al organismo, de formar las membranas celulares;
los Aminoácidos son unidades básicas con la
función de componer las Proteínas que, además de
estructurar las células, cumplen el servicio de ser
nutrientes y reserva; los Ácidos nucleicos, ADN y
ARN, están formados por cadenas de nucleótidos y
son los responsables de la información genética.
Esto es, algunos biocompuestos orgánicos
como los Carbohidratos y los lípidos funcionan
como los almacenes energéticos requeridos para
los trabajos de la Vida; otros, como los Aminoácidos,
cimientan la competencia de los organismos para
reconstituir permanentemente esos compuestos
nitrogenados que tanto necesitan consumir para
poder vivir, las Proteínas.
Pero, la Vida no pudo darse de no contar con el
aporte de los “biocompuestos inorgánicos” como
el Agua, las sales minerales y las vitaminas, que
también fungen de ser representativas de la Vida.
El Agua refrigera el trabajo de los organismos
vivos y disuelve los compuestos orgánicos; las
sales minerales se ocupan de regular el equilibrio
entre las bases y los ácidos, fortalecer el aparato
óseo, formar glóbulos rojos y conformar los
tejidos; las vitaminas se ocupan del crecimiento,
fortalecimiento y desarrollo de los productos de la
célula como tejidos, órganos y cuerpos.
Los procesos de la formación de las proteínas,
coacervados y “cobiones” son el punto de partida
de la producción de la Vida, generada ésta tras
extensos e intensos procesos simultáneos de
interacciones físico-químicas y biológicas; pero no
podríamos pensar que ello aparecería de la nada,
sino debido a la pre-existencia de otras sustancias
básicas y fundamentales en la formación de la
Vida que, siendo químicas, podríamos llamarlas
“bioelementos primarios” (H, O, C, N, S y P) y
“bioelementos secundarios” (Na, Cl, K, Mg, Fe,
Y). Y estos “bioelementos” se combinarían
para conformar “biocompuestos” orgánicos e
inorgánicos.
116
Bioquímica, Biogénesis y Teorías de la Vida
Entre la quimiogénesis de la vida y la biogénesis
de la Vida se encuentran múltiples versiones
del proceso de desarrollo de la Vida, igual de
interesantes y unas más plausibles que otras.
A veces olvidamos que la Vida es producto de
la Materia en Movimiento; que la Vida es miles
de millones de años anterior al Hombre; que es
el Hombre quien depende de la Vida y no la Vida
del Hombre; que la Vida no es un atributo de los
seres orgánicos, sino de un holismo inorgánicoorgánico como el cuerpo vivo que es nuestro
planeta Tierra; que el Hombre no es tan poderoso
como para destruir totalmente la Vida, pero sí lo
suficiente para autodestruirse él mismo; que la
Vida no es una cosa sino un proceso; que la Vida es
la que impone sus reglas al juego de la evolución;
que en la medida que nuestra perturbación del
proceso de la Vida sea irreversible, entonces
la Vida podría prescindir de nosotros, pero
nosotros nunca podríamos prescindir de la Vida;
que producto de nuestra ignorancia y desquicie
afectamos tanto el equilibrio del cuerpo vivo
planetario que lo que estaría ad portas de la
extinción no es la Tierra (Gaia) sino el Hombre
mismo, y tan sólo él, ya que después de la
extinción del proyecto humano quedarían vivas
otras especies, y en caso de también extinguirse
éstas quedaría la Vida del complejo entramado de
micro-organismos con la capacidad de reiniciar a
su manera los respectivos procesos de evolución
y especiación, que por supuesto no sería una
evolución hacia la re-aparición del Hombre.
Por ejemplo, la desaparición de la capa de
ozono no es una amenaza para la Vida, sino para
la supervivencia de aquellas especies que afectadas
directamente por los rayos ultravioleta adquirirían
enfermedades degenerativas e irreversibles, en
particular la especie humana. La Tierra no necesita
quenosotroslasalvemos;nosotrosmismosseríamos
los llamados a auto salvarnos.
Desde la Bio-química se ha tratado de esclarecer
cómo la Vida es una fuerza interna sustancial, que
a partir de una determinada combinación de los
Elementos (químicos) primarios de la Naturaleza
pudo darse una determinada organización en
aminoácidos, los que se organizarían en proteínas,
organizándose a su vez éstas en células y
generándose otras organizaciones más complejas
como las Móneras (cianobacterias, bacterias),
Protistas (algas, protozoos), Hongos (levaduras,
mohos), Vegetales (fanerógamas, criptógamas) y
Animales (invertebrados, vertebrados).
Canto General
Todos estos procesos de organización de la Vida
se darían al fragor del metabolismo, el crecimiento,
la reproducción, la adaptación y la transformación
en función del medio ambiente, determinados por
éste y en capacidad de transformarlo, y, en no
pocos casos, independientemente con respecto a
las restricciones del medio ambiente; que cuando
se adapta al medio ambiente es supervivencia y
cuando pasa por encima de sus restricciones es
transformación liberadora.
Desde la Física también se ha querido ver la
Vida como aquella energía (fuerza) que trasciende
a los cuerpos (moneras, protistas, hongos, plantas,
animales) que la poseen, puesto que la destrucción
del cuerpo no significa destrucción de la energía
que tenía, sino su transformación.
No se ha podido llegar aún al punto de poder
esclarecer cómo a pesar de saber casi con exactitud
cuáles son los elementos, los compuestos y los
orgánulos constitutivos de la Célula, y si después
de desagregados todos ellos se pusieran sobre una
de las mesas del más prestigioso de los laboratorios,
ningún equipo de científicos por más brillantes que
fuese, ni por más nano-tecnología que esté a su
disposición, ha podido rearmar todas estas partes en
el Todo de la Célula del que provienen.
Aún nadie ha podido sintetizar la Vida, ni siquiera
al nivel de una proto-célula, pudiéndose esperar tan
sólo cierta síntesis de determinada bio-molécula;
como tampoco aún se ha podido decir: Esta es la
fuerza o energía que es hálito de Vida; lo que se
hace más complejo si observamos que todo lo vivo
está formado por elementos inorgánicos, moléculas
inorgánicas y orgánicas, sustancias inorgánicas y
orgánicas y micro-organismos.
La Vida no podría comprenderse sólo a partir
de poner mayor énfasis en la bioquímica o en
la biogénesis, lo que no deja de ser una necedad,
puesto que a la luz del sentido común y de los hechos
tozudos ofrecidos por sus desarrollos teóricos y
prácticos una y otra teoría son necesariamente
complementarias. Es mucho más reciente la historia
de la Bioquímica que la de la Biología, siendo la
Bioquímica una ciencia relativamente joven de algo
más de 100 años, como tan reciente son:
La Teoría de la Herencia por los cromosomas (W.
Sutton,Th. Boveri); los trabajos genéticos deThomas
H. Morgan; el descubrimiento de la naturaleza de
las enzimas en 1897, de los grupos sanguíneos por
Karl Landsteiner en 1900 y de la primera Hormona
en 1901; el descubrimiento en 1908 del primer
virus animal (D’ Herrelle); el descubrimiento de las
“auxinas” y su aplicación al crecimiento acelerado
Canto General
de los vegetales (Boysen Jensen, Fritz Went); el
descubrimiento del desarrollo embrionario animal
en 1920 (Hans Speman); el descubrimiento en 1927
de la aplicación de los rayos X en genes de animales
y plantas para alterar los agentes hereditarios (J.
Muller, J. Stadler); la producción artificial de
especies de plantas por G. D. Karpechenko en 1927;
la modificación de genes y la producción de nuevas
formas de vida en la Tierra en 1930 (R. A. Fisher,
J. B. S. Haldane, Sewall Wright); el descubrimiento
de las vitaminas (A, C, D, E); la aplicación de
la química en la inducción de mutaciones (J.
A. Rapoport, Ch. Auervach, F. Oehlkers); el
descubrimiento en 1950 de la doble espiral de la
estructura de la molécula ADN por J.D. Watson y F.
H. Crick, quienes pudieron explicar cómo el ADN
transmitía información al ARN y cómo el ARN a
su vez especifica la estructura del aminoácido de
la proteína (polipéptidos en cadena); el desarrollo
de las bases para la producción de genes artificiales
por Arthur Kornberg; el descubrimiento en 1960
de las vitaminas B-12, ácido fólico, piridoxina,
nicotinamida; el aislamiento (descubrimiento) por
primera vez en 1969 de un solo “gen” de cierto
micro-organismo, permitiendo poderlo hacer
también con todos los seres vivos, lo que abriría
la posibilidad de investigar sobre la clonación de
individuos de las especies y el descubrimiento del
mapa del genoma humano, etc.
Si en la Vida primero es la “estructura” y luego
la “función”, para producir Vida en un laboratorio
tendría que empezarse por diseñar y producir
el esqueleto sobre el cual estructuraríamos una
determinada molécula, a la cual se le darían los
ensambles adecuados ¿tipo proteico? que procesen
una determinada información y activen la función
de producir una célula, la que a su vez necesitaría
adquirir la función de reproducción celular, etc.,
pero podría resultar inútil esta pretensión de recetar
la producción de vida, como si esta fuese una pócima
de agua, aminoácidos, proteínas, ATP, etc., cuando
aún estamos desentrañando todos los recovecos de
la estructura de los seres vivos, y la mejor definición
de la Vida todavía es una hipótesis.
Entre todos los existentes lo que distingue a
los seres vivos (organismos) de los seres inertes
es la más compleja “organización” de los seres
vivos y su capacidad de “reproducción”, ya que
la Reproducción es la característica de Vida que
permite al individuo hacer copias de sí mismo. Si
algunas moléculas orgánicas son capaces de hacer
duplicados de ellas mismas, ellas carecerían de las
otras características de los seres organizados.
117
El proceso de laVida es un fenómeno relacionado
con acontecimientos inicialmente fisicoquímicos y
luego biológicos (orgánicos), que encuentran su
punto crucial en el momento que el ADN permite
las condiciones para que dentro de la Célula se
desarrolle el proceso bioquímico de producción de
proteínas tan fundamental al proceso de la Vida.
La Bioquímica resulta ser es una secuencia de
eventos de fluctuación energética, preámbulo de
la Biogénesis, formando parte de la continuidad
evolutiva de la materialidad de un Mundo en el que
sus “organismos” están constituidos por elementos
químicos, en una magnitud tal que de los 92
“elementos naturales”conocidos sólo 25 elementos
forman parte de la materia viviente. De estos 25
elementos, el Carbono, el Oxígeno, el Hidrógeno y el
Nitrógenoestánpresentesenel96%delasmoléculas
de la Vida, estando los elementos restantes en el 4%
de la Materia viva, sobre todo el Fósforo, el Potasio,
el Calcio y el Azufre; y cómo dicho proceso tiene
que ver con una Vida que es Una, es decir, cuyos
cinco Reinos de las “Moneras”, los “Protistas”, los
“Hongos”, las “Plantas” y los “Animales” disponen
de la misma esencia o del mismo código genético
común.
Eso de que la Vida sólo procede la Vida (omnis
cellula es cellula), sin tener que remontarse a la
explicación causal a partir de la materia inerte,
siendo que la Vida no podría provenir de la nada,
sería el campo de la Biogénesis. De la Vida ser
un evento energético, el axioma de la Biogénesis
quedaría así: “Un determinado ser vivo habrá
procedido de otros seres vivos pre-existentes, ya
que los seres vivos no podrían originarse de materia
inerte, a menos que ésta se sitúe espontáneamente
en un campo de densidad de energía adecuado.”
El fisiólogo alemán Rudolf Virchow (1821-1902),
fundador de la patología celular, enuncia la teoría
de que “todos los seres vivos provienen de otros
preexistentes (progenitores) y portadores de las
mismas características físicas y genéticas”.
A la luz de la “biogénesis”, cabe decir que la
“ontogénesis” se refiere al desarrollo individual
de los organismos vivos, a través de sus dos fases
de “embriogénesis”, en la que se fecunda el huevo
como célula única y totipotente, y la de maduración
sexual, reproducción y envejecimiento.
A los seres vivos los caracteriza el movimiento,
la sensibilidad (irritabilidad), el intercambio de
materia y energía con el medio, el metabolismo, la
organ-ización de las funciones vitales y, en especial,
el hecho de ser organismos, puesto que constan de
partes o subsistemas bien estructurados y a su vez
son sistemas parciales de otros seres vivos. La Vida
es una “Función”.
La Vida (Célula), gestada como un proceso de
emergencia, desarrollo y evolución puramente
química (célula química), para después desarrollarse
comovidamicro-orgánica(biocompuestos),vegetal
(célula vegetal) y animal (célula animal), hoy ya
no es posible que surja en la Tierra a partir de la
simple concurrencia de la energía de las radiaciones
ultravioleta y de la radiactividad. Claro que no, ya
que dicha condición energética ha desaparecido del
medio ambiente terrestre.
“La vida ya no puede originarse y desarrollarse merced
a un proceso de evolución puramente química. Por un
simplehecho,lasformasdeenergíaquelahicieronsurgir
en un principio -la energía de las radiaciones ultravioleta
y la radiactividad - han cesado prácticamente. Por otro
lado, las formas de vida bien establecidas consumirían
con gran rapidez cualquier molécula orgánica que se
originara en forma espontánea. Por estas dos razones no
existe virtualmente la posibilidad de un resurgimiento
independiente de lo inanimado en lo animado (salvo
por alguna futura intervención del ser humano, si llega
alguna vez a descubrir el procedimiento) Hoy en día la
generación espontánea es tan improbable, que puede
ser considerada como básicamente imposible”77
Una respuesta clara y rotunda sobre cómo
empezó la vida no la hay porque, dice Asimov, al
iniciarse ella no pudo nadie estar presente allí para
que así lo testimoniase.
Si la Tierra tenía al principio una atmósfera
rica en compuestos de hidrógeno como amoníaco,
metano, cianuro de hidrógeno, sulfuro de hidrógeno
y vapor de agua, para que se iniciase la vida en un
mundo como éste es preciso que las moléculas
elementales que existían al principio se combinaran
entre sí para construir moléculas complejas; y la
construcción de estas moléculas requirió del aporte
de energía suministrado por el Sol, sobre todo de
sus rayos ultravioletas.
La teoría de Haeckel afirma que el origen
de la vida en nuestro planeta pudo haberse
iniciado con la aparición de los primeros seres
vivos vegetales en el fondo de los mares. En el
fondo del mar, las variaciones del ambiente son
lentas e imperceptibles, lo que hace más fácil la
conservación de cualquier ritmo metabólico. Allí
ocurre una especial agrupación de complejas
moléculas de carbono, creándose así los anillos
propios de la serie orgánica de la química que harían
surgir las primeras “micelas” protoplásmicas.
77 ASIMOV, Isaac. Introducción a la Ciencia; P&J, 1973, pág. 585
118
Canto General
En este primitivo “protoplasma”, sus micelas
se afectarían por cambios bruscos del ambiente
físico-químico, como alteraciones de tensión
osmótica y de cargas eléctricas, que modificarían
su ritmo metabólico debido a que la resistencia
de su interior tuvo que ceder ante la capacidad
alterante del exterior. Luego las micelas entrarían
en un proceso de precipitación coloidal o fase de
“gelificación”, que en un comienzo disminuiría
sus signos vitales (muerte protoplásmica), pero
después se revertiría el proceso merced a su
capacidad de recuperación vital. A partir de esta
reacción, la masa viva empieza a adquirir una
fisonomía de “individualidad” coetánea con la
persistencia de sus límites morfológicos.
Otros son del parecer que el Organismo primitivo,
del cual se derivarían todos los seres vivos, sería un
micro-organismo muy parecido a los “flagelados”
actuales denominado el“Protobionte”, que reunidos
en gran cantidad se constituirían en “Metabiontes”,
de los cuales por evolución se habrían formado
las distintas especies multicelulares; tal cual hoy
podemos observarlo en las algas “Volvox”, cuya
forma es la de una microscópica esfera hueca con
capacidaddereproducirsesexuadaoasexuadamente,
formándose luego ciertas células madres (más
grandes que las del resto del alga) en las que a su
interior se producirían pequeños esporos ciliados
que después salen nadando a reunirse en nuevas
esferas huecas para dar surgimiento a otro Volvox.
Con respecto a las teorías científicas de la Vida,
el gran pionero sería el científico ruso Alexander
I. OParin (1894-19 ), quien lanza en 1922 la tesis
de que no es posible entender la naturaleza de la
Vida ignorando el Movimiento de la Materia y
los orígenes y evolución de la Tierra, sosteniendo
que la aparición de la Vida está determinada por
las primitivas condiciones químicas y ambientales
de la Tierra, sobre las cuales empezaría a ocurrir
un largo período de evolución bioquímica, desde
su forma más simple inorgánica hasta el complejo
y maravilloso mundo de la naturaleza animada.
Oparin toma el Carbono como el punto central de su
estudio,yaqueeselelementodemayorparticipación
directa en el paso de lo inerte a lo viviente, en la
transformación progresiva de compuestos simples
inorgánicos a los compuestos más complejos de las
sustancias orgánicas.
La teoría de Oparin explica el origen de la vida
a partir de aquella catástrofe cósmica en la que se
desprendería la masa incandescente de la Tierra;
formándose luego las nubes de carbono que se
precipitaron entrando en contacto con los otros
Canto General
elementos de la corteza terrestre; después se
formarían los carburos metálicos; mucho después
se formaría la atmósfera de vapor de agua
supercaliente; mucho después se presentaría
la ruptura de la corteza terrestre y la formación
de hidrocarburos, presentándose entonces las
reacciones que harían aparecer la diversidad
de compuestos orgánicos; luego se enfriaría y
condensaría el agua, por lo que los compuestos
orgánicos diluidos en mares y lagos reaccionarían
para formar moléculas complejas; y luego se
formarían los sistemas coloidales que al mezclarse
entre sí generarían los primeros “coacervados”.
En otras palabras, según Oparin, el origen de la
vida se explicaría a partir de la transformación de
las sustancias químicas en materia orgánica, cuyo
inicio de la vida habría sido pre-celular, en la que
los primeros aglomerados serían los “coacervados”
o agrupación de moléculas rodeadas por una
envoltura parecida a la membrana celular, y luego
a cada gota de coacervado la influiría el medio de
tal manera que irían produciéndose cambios en
su constitución interna.
El Carbono es el elemento primordial y
más versátil de toda sustancia orgánica. En el
análisis de la composición química de la materia
gaseo-pulverulenta se encuentra la presencia
de compuestos químicos como el Metano,
el Amoníaco y el Agua, los que enlazados de
manera simple con el Carbono y el Hidrógeno
que se encontraban libres formarían la sustancia
orgánica más simple de los hidrocarburos,
además de conformar otras sustancias como
los cianógenos. A partir de los hidrocarburos se
puede obtener cualquier tipo de combinación
orgánica constitutiva de los organismos vegetales
y animales.
El Hidrógeno (H), el Oxígeno (O), el Carbono
(C) y el Nitrógeno (N), constitutivos de más del
95% de nuestros tejidos vivos, en alguna forma
estuvieron disponibles en la atmósfera y las aguas
de la tierra primitiva. Sobre estos elementos actuaría
el ambiente con el sol, de energía y luz ultravioleta,
con la energía térmica, con el calor húmedo de
ebullición y con el calor seco de cocción, para
formar, partiendo de cualquiera de estas fuentes de
energía, un caldo diluido en los mares y lagos de la
tierra primitiva; donde las moléculas presentes en la
superficie terrestre se convertirían en una variedad
decompuestosorgánicoscomplejos,produciéndose
asítodoslosaminoácidoscomunesylosnucleótidos,
que son los componentes esenciales del código de la
vida, el ADN y el ARN.
119
Algunas hipótesis de A. I. Oparin, serían
verificadas en 1950 por Stanley Miller y Harold
Urey en los laboratorios de la Universidad de
Chicago, quienes demostrarían cómo a partir de
descargas eléctricas aplicadas a una mezcla de
hidrógeno, metano, amoníaco y agua, que era la
misma mezcla gaseosa presente en la atmósfera
primitiva de la Tierra, se formaban aldehídos,
ácidos carboxílicos y aminoácidos.
Luego, en 1952, el químico usamericano Stanley
L. Miller prepararía una mezcla de sustancias
parecida a la existente en la primitiva atmósfera
terrestre y después de cerciorarse de que estaba
completamente estéril la expondría a descargas
eléctricas para adquirir así su propia fuente
de energía. El resultado sería una sustancia de
moléculas más complicadas que las iniciales, del
tipo que se encuentran en los tejidos vivos, con
presencia de “aminoácidos”, que son el principal
componente de las proteínas.
En 1958, al bioquímico usamericano Sydney
W. Fox le pareció que la Tierra primigenia debió
estar muy caldeada y que la energía del calor pudo
ser suficiente para formar compuestos complejos
a partir de los más simples; entonces calentó una
mezcla de aminoácidos observando cómo todos
ellos formaban largas cadenas semejantes a las de las
moléculas proteínicas, en las que los catalizadores
más precisos de la naturaleza como las enzimas se
engullían las proteínas ordinarias y hacían lo mismo
con aquellos “proteinoides”, los que, por tanto,
pudieron utilizarse como alimento de bacterias.
Al disolver los proteinoides en agua caliente y
dejar enfriar la solución descubre cómo todos ellos
se agrupan en diminutas “micro esferas” de tamaño
aproximadamente al de una bacteria pequeña;
cómo dichas micro esferas, aunque no vivían tal
como se entiende usualmente este concepto, no
sólo se comportaban igual que las células sino
que se hincharon, contrajeron, echaron brotes,
crecieron, explosionaron, se dividieron en dos y
se apiñaron formando cadenas.
En una entrevista de Guy Sorman78 a Carl Sagan,
publicada en el libro “Los Verdaderos Pensadores”,
nos explica Sagan cómo en su laboratorio de la
Universidad de Cornell pudo generar Vida dentro
de una botella. Dentro de un globo de vidrio
insertó y presionó cualquier cantidad de los gases
más abundantes en nuestro entorno, aplicándoles
descargas eléctricas similares a las producidas en
78
120
la atmósfera terrestre, incluso con algunos rayos
ultravioleta, y pudo observar cómo a los diez minutos
seprecipitabaunamanchaamarillaqueimpregnaba
las paredes de la botella, la que estudiada arrojó ser
un Alquitrán conformado por moléculas con base
en Carbono.
¡Y todos estaríamos hechos de Carbono!
No obstante, por más completo que sea
su laboratorio de experimentación, ni el más
fundamentado de los científicos podría hacer de la
Vida un producto de la alquimia, puesto que aún no
sabría qué y cómo insuflar ese chispazo ¿“entraño
trascendental”? que finiquitaría la generación de
nuestra primera biomolécula.
Con respecto a ese oscuro concepto de “entraño
trascendental”, es una ocurrencia que se introduce
a manera de ensayo y error, sabiendo que no está
descrito por las religiones, ni por la ciencia.
Aún no estaría el Hombre a la altura del gran
laboratorio del Universo, además de que si
pudiéramos provocar hoy en un laboratorio esas
condiciones primigenias pre-bióticas, el resultado
no tendría que ser necesariamente el mismo.
No se pretende reeditar una especie de“vitalismo”
o doctrina de los fenómenos orgánicos irreductibles
a principios físico-químicos, como si las funciones
de los seres vivos se corresponderían con la
actividad de un principio especial no material ¿elan
vitae de Bergson? y sustancialmente distinto de las
fuerzas físicas, ya que esta concepción se quedaría
corta ante la evidencia de que la Vida también es
materia físico-química, biológica, animal, humana y
cultural, las que también detentan ese principio vital
de atrapar, procesar, conservar y liberar energía.
Sinfonía de la Organización de la Vida
Los caracteres esenciales de cualquier
unidad de Vida (organismo) son la “autoconservación”, la “auto-reproducción” y la “autoregulación”. Si los seres vivos manifiestan el
poder de conservar la Vida, mediante procesos
de fotosíntesis, respiración o síntesis, entonces
tienen la propiedad de “auto-conservación”;
si manifiestan el poder de propagar la vida
reproduciéndose a sí mismos, entonces tienen la
propiedad de “auto-reproducción”; si manifiestan
el poder de gobernarse a sí mismos mediante
el control permanente ejercido sobre su propia
actividad, entonces tienen la propiedad de “autoregulación”.
GUY, Sorman. Los verdaderos pensadores; Seix Barral, Colombia, 1998
Canto General
Hoy, todas las sustancias orgánicas tienen la
particularidad de capturar, procesar, conservar
(ahorrar) y liberar energías, aunque algunas
inorgánicas (uranio) también son liberadoras
de energía, y la Vida es una forma particular y
compleja de la Materia en Movimiento.
En la idea de que la Vida requiere de la
preexistencia del Movimiento, a la par que éste
requierededeterminadaEnergía,esplausiblepensar
cómo antes de los Procariontes y los Eucariontes,
cuatro mil quinientos millones de años atrás cuando
la primitiva atmósfera terrestre carecía de Oxígeno
gaseoso,yahabíanflorecidounosmicro-organismos
primitivos demasiado simples que necesitaron ser
“heterótrofos” (no autotróficos) y “anaeróbicos”
(sin oxígeno) para poder respirar únicamente el
metano (gas natural) de la atmósfera de aquellos
tiempos.
Pero esto, sin las habilidades de alta complejidad
requeridas para sintetizar alimentos mediante
fotosíntesis que sí ostentarían las “arqueas”
(arqueobacterias) de genes fragmentados, las que
pudieron alimentarse de las moléculas orgánicas
constituidas por el Carbono, Nitrógeno y Fósforo
ya disponibles.
También se ha explicado cómo 4.500 millones
de años atrás el Movimiento nos traería a la Tierra
las “arqueas”, tal vez las mayores responsables de
que en nuestro Planeta se desataran los primeros
procesos extremófilos de la Vida. Las “arqueas” se
han encontrado en el hábitat de volcánicos caldos
tóxicos, en el lecho marino a profundidades mayores
a los 3 kilómetros y en las mismas profundidades de
la Tierra; y en el hábitat anaeróbico, en los que no
existe el Oxígeno, las “arqueas” se pueden dar el
lujo de respirar Hierro.
De ahí que se diga que el día en que la Tierra vuele
en pedazos, los únicos vivientes que se diseminarían
como tales en las profundidades del Cosmos serían
las “arqueas”, las que han aprendido a soportar las
elevadísimas y bajísimas temperaturas. Ya sabemos
entonces con qué tipo de vida nutriremos a la
infinitud del Universo.
Mientras se decanta esta teoría de las “arqueas”,
se investiga cómo es que en el seno de los océanos,
a más de ocho mil metros de profundidad donde
nunca entra la luz del Sol y la presión es de dos
toneladas por pulgada cuadrada, no sólo hay vida,
sino que hay muy serios indicios de que allí se inició
la vida. Una vida que no necesitó de la fotosíntesis,
que ha sido producto de la “quimiosíntesis”.
Dos mil quinientos millones de años atrás
empiezaaproducirseOxigenogaseoso,permitiendo
que los micro-organismos evolucionen mediante el
Canto General
adelanto de procesos de Fotosíntesis (aeróbica);
o la utilización de la energía solar para producir
alimentos como los hidratos de Carbono a partir
de CO2 y H2O; o de Quimiosíntesis; o la fijación
del Nitrógeno atmosférico, apareciendo así los
Procariontes, que son organismos económicos muy
eficientes en el uso de los recursos escasos.
Pero al mismo tiempo empezaría a liberarse el
destructor de las moléculas orgánicas, el Oxígeno
molecular, lo que llevaría a la extinción de los microorganismos ancestrales que no pudieron dar el salto
de anaeróbicos (anaerobia) a aeróbicos (aerobia).
Esto es, el oxígeno gaseoso actuando en medio
de los ciclos metabólicos preexistentes (fotosíntesis
anaeróbica y quimiosíntesis) sería el proceso
generador de nuevos compuestos de la Vida, como
el desarrollo de las membranas protectoras de las
Células.
Dos mil trescientos millones de años atrás,
el proceso de fotosíntesis aeróbica cambia la
composición de la atmósfera con la producción de
la capa protectora de “ozono”, que es la protectora
de los mensajes genéticos, puesto que filtra los
rayos destructores del ADN, los rayos ultravioleta.
Luego aparecerían las cianobacterias, los
estromatolitos, los leucothrix, los chloroflexaceae,
los pseudomonas y los paracoccus.
Mil cuatrocientos millones de años atrás, con
una atmósfera más rica en oxígeno se adelantarían
los procesos de respiración aeróbica, con lo que
aparecerían unos orgánulos, las “mitocondrias”,
conformadas por macromoléculas informáticas y
estructurales de la Vida.
Mil millones de años atrás, las “mitocondrias”,
además de su capacidad de auto-reproducirse
y de sintetizar la totalidad de sus proteínas, ya
empezaban a formar parte de los Eucariontes
(células) con la función de llevar el mensaje
genético (mensaje mitocondrial) por fuera del
núcleo de la Célula, cumpliendo esta función
dentro del núcleo la macromolécula ADN.
En la ineluctable tendencia de la Entropía
del Universo, expandiéndose en degradación
y desorden, no sólo los organismos vivos nos
muestran momentos de “orden biológico”
(neguentropía), sino que también podemos
encontrar complejos procesos de organización
desde los mismos átomos (física) hasta el más
complejo de los seres vivos (biología).
Y esto debe reflejarse en la Academia, para que
la Física, que está en todo su derecho de capitalizar
el conocimiento sobre la Termodinámica y la
Entropía, se complemente con los enfocado
121
desde la Biología, la Ecología y la Bioética, ya que
también le son comunes a las sistemas vivos.
“A fines del siglo XIX creyeron los sabios materialistas
que la materia viva podría llegar a sintetizarse y
pensaron que tal cosa se lograría cuando se obtuviera
la síntesis de la albúmina. Pero como lo dice Morales
Macedo: La organización de la materia no es creadora
de vida... Es claro que la posibilidad de verificar la
síntesis de la materia viva no puede descartarse en
forma definitiva, ya que algún día bien puede llegar
a descubrirse algún fenómeno físico o químico que
dé la clave del problema, pero a lo que se ve hoy,
puede pensarse esto como muy poco probable por
el momento.”79
En su corta historia la Biología aún tiene mucho
por hacer, tanto en los estudios de los ecosistemas
que en la Tierra conforman la Biosfera como en el
campo de conocimiento e investigación que se
abre merced a la actual revolución genética de la
recombinación genética, el genoma humano, la
instauración de la gran biblioteca de los genes, las
células madre y las células embrionarias ( “stem”).
Con respecto a dichas células madre, no
todas ellas serían embrionarias o germinales, ya
que las de la sangre y la médula ósea no lo son
y las del cordón umbilical sí lo son. Son enormes
las expectativas que se tienen de las posibles
aplicaciones terapéuticas de las células madre;
se está hablando que en laboratorio ya se ha
producido “esperma” artificial de ratones, a partir
de sus mismas células madre, generando la obvia
discusión bio-ética entre quienes se alarman y
quienes piensan que sería una buena oportunidad
de ser previdentes y providentes ante el hecho
de una degeneración del esperma humano, que
podría producir la gran extinción de nuestra
Especie, como cierta teoría afirma que pudo haber
ocurrido con los dinosaurios.
Ahora la Biología pasa por las nuevas
preguntas que nos plantea la Bioética con
respecto a la Clonación, centrándose la discusión
en las implicaciones de una incontrolada práctica
reproductiva de copias a imagen y semejanza que
terminaría despojando a la Evolución de su gran
secreto, el de la selección natural y la diversidad.
Pero, por ahora, mejor avanzar en las bondades de
la Clonación por motivos de terapia genética (eugenética), sin perder de vista la gran capacidad
manipuladora del Poder que mediante la selección
artificial sólo dará franquicia a los suyos.
El Cosmos en la Célula
La Célula es el centro de centros de ese
proceso donde los átomos se organizan formando
moléculas, las moléculas en bioelementos
y biocompuestos, los biocompuestos en la
conformación de la Célula, las células se agrupan
según funciones y estructuras comunes para
formar tejidos (vegetales y animales), los tejidos
se agrupan según una determinada función
específica para formar órganos, los órganos para
constituir sistemas (aparatos) y éstos estructurando
el ser vivo como un todo.
Con la Teoría Celular, formulada inicialmente en
1839 por los alemanes M. Schleiden (botánico) y T.
Schwan (zoólogo) al observar las similitudes entre
los organismos vegetales y animales formando
pequeñas unidades vivientes no visibles a simple
vista, a los que llamaron “células”, pareciera estar
ocurriendo lo mismo que con la lógica formal de
Aristóteles, que después de más de dos mil años es
muy poco lo que ha cambiado.
En la escala del tiempo, los años que lleva la
teoría celular (170 años) son un simple instante
comparado con la gradualidad de los millones
de años que puede llevar un cambio sustancial
dentro de la Célula. Todo está en movimiento; los
átomos, las moléculas, las células, los tejidos, los
órganos, los cuerpos, el tejido social, la biosfera y
el cosmos no cesan de moverse, siendo elementos
del movimiento el “cuerpo” (móvil, masa), la
“trayectoria”, el “espacio” n-dimensional y el
“tiempo” (¡espacio-tiempo!).
La Célula es un sistema abierto con capacidad
de retroalimentar con el Medio información de
materia y energía. Intercambios que se producen
una vez la excitabilidad e irritabilidad se da sobre
los componentes anatómicos, como en el caso
del protoplasma que bajo el influjo de excitantes
exteriores reacciona entrando en actividad.
La Célula no es ajena a los intercambios
energéticos que provocan excitaciones mecánicas,
térmicas, luminosas y radiactivas sobre los seres
vivos, incluso sobre ciertos insumos orgánicos como
los ácidos, las bases y las sales, ya que, además
de atrapar, procesar y conservar energía, también
necesita liberar energía al medio ambiente, ya sea
bajo la forma de movimiento (contráctil, ciliar,
flagelar), de luz, de corriente eléctrica o de calor, en
especial cuando están participando en la síntesis de
moléculas complejas.
79 SORIANO, Lleras Andrés; Elementos de Biología, Universidad Nacional, Bogotá, 2ª. Edición, 1950, pág.28
122
Canto General
La “Célula”
Si el “Quark” es la unidad básica fundamental
de la Materia y el “gen” es la unidad básica
fundamental de la Vida, la Célula sería la unidad
estructural y funcional integradora de la Vida. La
Célula es la unidad básica de la Vida.
Se dice que la Célula es la menor unidad de
Vida que posee todos los caracteres propios del ser
vivo porque no podría ser simplificada sin perder
alguna de sus propiedades; que la unidad básica
(no fundamental) de la Vida es la Célula, que en sí
misma está constituida por la sociedad compleja de
un mundo de moléculas regidas de cierto gobierno,
comportándose como si fuese un organismo vivo
total en miniatura, realizando todas las funciones
propias de los pluricelulares seres vivos, como
las de relación (respuesta a estímulos), nutrición y
reproducción.
La Célula nace, se nutre, crece, se desarrolla, se
reproduceymuere,relacionándosepermanentemente
con su entorno para allegar y asimilar información
y nutrientes, acomodarse y adaptarse a las
condiciones y aprestando las competencias de
sensibilidad, excitabilidad, irritabilidad y capacidad
de respuesta que le permitan abrirse paso de la
manera más competente dentro de un medio que es
indistintamente favorable y hostil.
La Célula es la unidad básica “funcional y
estructural” de todo ser vivo; todos los seres
vivos están constituidos por Células; cada Célula
procede de otra Célula (Biogénesis); las reacciones
químicas y los cambios de energía de un organismo,
incluyendo la biosíntesis, ocurren en la Célula;
cada Célula contiene el material hereditario total
(genoma), el cual es donado por las células madre a
las células hijas y, n general, los biosistemas están
formados por Células.
El ingrediente vivo de la Célula es el“citoplasma”;
el “citoplasma” es un complejo campo espacial
contenedordebiocompuestosysustanciasorgánicas
e inorgánicas, básicamente, “proteínas”, “ácido
nucleico”, “lípidos”, “carbohidratos”, “minerales”
y “agua”.
Debido a sus diferentes funciones, las células
adoptan diferentes formas, por lo que no todas las
células son iguales, siendo que las constitutivas de
nuestro cuerpo humano, por ejemplo, en número
aproximado a los cien trillones se aglutinan
en diferentes formas y varios grupos para ir
conformando el conjunto de los tejidos (nervioso,
óseo, muscular, epitelial, conjuntivo, adiposo,
cartilaginoso), órganos, sistemas, aparatos y un
cuerpo (cuerpo humano).
Canto General
Tal como vive, se desarrolla, se autocontrola, se
reproduce y funciona la Célula, así mismo funcionan
los tejidos, los órganos y los sistemas sanguíneo,
respiratorio, circulatorio, gastrointestinal, digestivo,
nervioso, metabólico, endocrino, reproductivo,
óseo, muscular y sensorial.
Todos los vivientes tienen cromosomas, mas no
en la misma cantidad, ya que cada una de las células
del cuerpo humano tiene 46, el chimpancé tiene 48
cromosomas y el perro tiene 78 cromosomas. Una
particularidad de la célula de los humanos está en
el hecho de que el hombre y la mujer comparten
la misma combinación de 44 cromosomas (22
X y 22 Y cada uno), diferenciándose en que el
hombre completa los 46 con un par de cromosomas
constituido por un X y unY restringido, mientras que
en la mujer los completa con un par de cromosomas
XX.. En la fecundación, 23 cromosomas se heredan
del padre y otros 23 cromosomas se heredan de
la madre. El espermatozoide contribuye con 22
cromosomas y 1 cromosoma sexual Y (Y) , y el
óvulo con 22 cromosomas y 1 cromosoma sexual
X.
Según la función que realicen, la forma de la
Célula es prismática, cúbica, cilíndrica, fusiforme,
estrellada, ramificada o redondeada. Según sea la
disposición del material genético con respecto
al citoplasma, las células son procarióticas y
eucarióticas; en el caso de no poseer un núcleo
celular claramente diferenciado son “procarióticas”
y las que se diferencian claramente por sus tres partes
núcleo, citoplasma y membrana citoplasmática son
“eucarióticas.
Las células se caracterizan por asegurar su vida
nutriéndose de manera casi idéntica al utilizar los
mismos elementos nutritivos; transformar estos
nutrientes en energía mediante la utilización del
oxígeno combinado con hidratos de carbono, grasas
y proteínas; mandar los productos terminales de sus
reacciones químicas a los líquidos que las rodean y
tener la capacidad de reproducirse.
Cada una de los cien trillones de células del
cuerpo humano es una estructura viva y constante
que puede sobrevivir indefinidamente, ya que
dentro de un mismo tipo de células si algunas
son destruidas por una u otra causa, las filiales
sobrevivientes se dividen una y otra vez hasta
recuperar aproximadamente su población original.
El “deux ex machina” que interviene en las
esenciales funciones de “auto-reproducción” y
“auto-regulación” de la Célula es una majestuosa
molécula orgánica, el ADN, portadora de los códigos
del lenguaje de la vida.
123
Estructura celular
Con respecto a su estructura intra-celular, la
forma de la Célula es equiparable a una gigantesca
y compleja aldea viviente con sus habitantes
(moléculas, biocompuestos y sustancias) en
permanente interacción de convivencia. La
variedad de formas de la “célula” depende de su
actividad, sus funciones y sus relaciones con el
Medio.
No se ha dicho la última palabra sobre la
compleja estructura de cada uno de los 200 tipos
de células de nuestro cuerpo, haciéndose difícil
poder describirla por completo y entenderla en
sus detalles. No todos los trillones de células que
constituyen el cuerpo humano tienen idéntica
morfología y estructura molecular, ya que entre
ellas podemos observar notables diferencias
en cuanto a tamaño y forma, pero sí podemos
enfocarlas en cuanto a un plan estructural general
que es común a cada una de ellas.
La Estructura de la Célula, en el caso de las
células eucarióticas, estaría constituida por el
“Núcleo” y el “Citoplasma” separados entre sí por
la Membrana nuclear.
El “Citoplasma” es contenido por los líquidos
que le rodean (Protoplasma) y por la membrana
celular. El conjunto de las sustancias químicas
presentes en toda la conformación de la Célula
se conocen como el Protoplasma, conformado
por sustancias como el Agua, los Electrólitos, las
Proteínas, los Lípidos y los Hidratos de Carbono.
Además de la energía extraída del Oxígeno y de
las grasas, las sustancias químicas del Protoplasma
que también le sirven de nutrición a la Célula son
las Proteínas y los Carbohidratos.80
La Membrana celular es una sustancia semi
permeable que contacta a la “célula” con el medio
externo,queporsupermeabilidadpermitelaentrada
y salida de sustancias hacia la célula y hacia el
medio, lográndose así que la “célula” pueda tomar
del exterior los materiales que necesita para realizar
sus propias funciones y eliminar desechos.
También la Célula está constituida por
estructuras físicas bien definidas denominadas
“organitos”, como las diferentes membranas,
las mitocondrias, los lisosomas, el retículo
endoplásmico, los ribosomas y el complejo de
Golgi con sus centríolos, cilios y microtúbulos.
“El Núcleo” es el centro controlador de la Célula,
tanto de las reacciones producidas a su interior como
de su reproducción. Es uno de los componentes
fundamentales de la Célula conformado por el
“nucleoplasma” o plasma nuclear, en donde se
encuentran los“nucleolos”que son condensaciones
del ARN, y un complejo material de proteínas y
ácidos nucleicos, la “cromatina”.
El Núcleo es el centro rector (trófico regulador)
y de información de las funciones que influyen en la
reproducción y transmisión de la herencia biológica;
es el responsable de dirigir la reproducción de la
célula y controlar todas las actividades celulares.
Al contener ácido desoxirribonucleico ADN,
conformado a su vez de Genes, el Núcleo tiene la
función de custodiar los caracteres hereditarios. En
la época previa a la reproducción la “cromatina”
del Núcleo se dispersa cual madeja deshilachada
y en plena reproducción es cuando la “cromatina”
se recompone y condensa en “cromosomas” para
poder alojar todo el material genético que viene
empaquetado en forma de macromoléculas ADN
con su respectivo set de genes, garantizándose así
la transmisión de los caracteres hereditarios de
generación en generación.
Los Cromosomas son estructuras celulares
permanentes en el Núcleo, con capacidad de auto
duplicarse; son los encargados de portar los“genes”,
que son las entidades biológicas responsables de la
transmisión de las características hereditarias, de la
informacióngenéticanecesariaparalareproducción
celular y del correcto funcionamiento de las nuevas
células.
Según sea el tipo de célula así será la forma del
Cromosoma, mostrando siempre sus tres partes
fundamentales: La“Matriz”o capa proteica externa;
el “Centrómetro, a partir del cual el Cromosoma de
divide en dos brazos; la “Cinta” de ADN contenida
en la matriz.
Los Cromosomas son compuestos de ADN y
Proteínas con la función de ordenar y compactar la
información en la Célula.
Se dice que cada Cromosoma contiene una única
molécula de ADN, pero, ya que cada molécula de
ADN necesita empaquetarse para poder producir
un Cromosoma, la causalidad va del ADN al
Cromosoma. El ADN presente en cada cromosoma
contiene los genes de cada cromosoma.
80 Los “carbohidratos” son vistos como el patito feo de los cuatro grandes grupos de sustancias esenciales para la Vida, pero
cumplen el importante papel de ser mucho más que el combustible celular o el cemento para estructurarlas, ya que también
pueden ser vistos como los percutores de ese proceso mediante el cual la energía pone en movimiento la vida.
124
Canto General
Los Cromosomas se encuentran en todos los
organismos, ya sean de células procarióticas (sin
núcleo) o eucarióticas (con núcleo), siendo mucho
más complejo para el ADN empaquetarse en una
célula eucariótica.
Las nuevas células obtienen sus cromosomas
de las células viejas a través de un proceso de
división celular o “mitosis”, previamente haciendo
la célula una copia de cada uno de sus cromosomas
y facilitando así que los cromosomas se condensen
y se junten de a pares conformado cada par por
una copia vieja y una copia nueva del mismo
cromosoma. Una vez los pares de cromosomas
toman su respectiva posición, cada uno de ellos se
separan y como individuos se retiran a reubicarse
hacia lados opuestos. Y el éxito de la obtención
de cromosomas se da cuando cada nueva célula se
queda con un paquete completo de cromosomas.
Los nuevos organismos que se reproducen
asexualmente (bacterias, algas) obtienen sus
cromosomas mediante la división celular o mitosis;
los demás nuevos organismos que sí se reproducen
sexualmente se dotan de sus cromosomas después
de realizarse el proceso de “meiosis”, cuando la
cromatina se condensa.
En los humanos la “meiosis” se presenta
cuando la cromatina se dispersa (época previa
a la reproducción) y la célula empieza a copiar
sus cromosomas, para luego dividirse dos veces
y producirse así cuatro células germinales que
se caracterizan por tener sólo 23 cromosomas
sencillos y no 23 parejas o 46; es decir, cada célula
germinal contiene la mitad del número normal de
cromosomas. Pero, al penetrar el espermatozoide
al óvulo para formar un nuevo organismo, la
cromatina se condensa y cada célula germinal se
transforma en célula, restaurándose el número
normal de cromosomas. Y como el nuevo
organismo (niño) adquiere una determinada
mezcla de las características de sus padres y un
nuevo hermano adquiriría una mezcla diferente,
un hermano no es idéntico al otro.
Este proceso de obtención de cromosomas sólo
quedará aceptablemente explicado al relacionar
más adelante cómo se desempeña el ADN en los
procesos de mitosis y meiosis, sobre todo en el caso
de las células eucariotas.
Como el Núcleo y Citoplasma están en necesaria
interdependencia,yaqueelmetabolismodelacélula
depende del momento en que la masa nuclear logre
alcanzar la masa citoplasmática, volvamos otra
somera mirada por fuera del Núcleo al Citoplasma
y el Protoplasma.
Canto General
El “Citoplasma”, conformado por el Protoplasma
(sustancias químicas) y Orgánulos físicos, es una
sustancia coloidal, viscosa y transparente formando
parte del mayor volumen de la Célula y conformado
por 85% de agua, 10% de proteínas y 5% de otras
sustancias; ocupa la Célula entre el Núcleo y la
membrana celular; en su medio interno lleva
sustancias como proteínas (enzimas), azúcares,
carbohidratos y grasas (lipos) en disolución, y
todos los orgánulos celulares como los ribosomas,
el retículo (red) endoplásmico, sáculos de Golgi,
lisosomas, plastos, mitocondrios y centríolos. Y en
él tienen lugar todas las reacciones bioquímicas
de almacenamiento y liberación de energía.
El Protoplasma constituye buena parte de toda
la masa celular, sin incluir el volumen del Núcleo
y de las respectivas membranas; además de estar
conformado en un 80% de agua y un 20% de
proteínas, en su medio aloja moléculas de Agua,
Electrólitos, Proteínas, Enzimas, Lípidos (grasas,
colesterol) y Carbohidratos.
Entre los Orgánulos del Citoplasma tenemos
los “retículos endoplásmicos”, que ínterpenetran
la misma membrana celular para dejarle las
aberturas mediante las cuales se comunica con el
exterior de la Célula; los “ribosomas”, conformados
por el ácido ribonucleico, intervienen en la
síntesis de la proteína celular y funcionan como
el gran taller donde se fabrican las moléculas de
aminoácidos, a partir de las cuales se sintetizan
las moléculas de proteínas; el “aparato de Camilo
Golgi” (1898), cuya función principal es regular la
secreción intracelular o transcelular (exterior de la
célula); los “lisosomas”, orgánulos presentes en la
célula animal, cuya función es hacer de estómago
de la Célula digiriendo el alimento que entra en el
citoplasma; las“mitocondrias”(condriomas) son los
orgánulos productores de la energía que la Célula
logra liberar a manera de respiración, como si los
mitocondrios fuesen los pulmones de la Célula;
el “centrosoma” es un corpúsculo (orgánulo)
cuya función es facilitar el proceso de mitosis o
división celular; las “mitocondrias”, cuyo número
por célula depende de la cantidad de energía que
necesita cada célula para sintetizar el trifosfato de
adenosina ATP y realizar sus funciones, contienen
un tipo especial de ácido desoxirribonucleico
parecido al ADN que se encuentra en la Núcleo,
y a medida que la Célula requiera de mayores
cantidades de ATP las “mitocondrias” entrarían a
duplicarse formando una segunda, una tercera,
una cuarta, etc., como si se tratara del mismo ADN
controlando la duplicación de toda la Célula.
125
Otros aspectos del contexto celular
Al asimilar y transformar las sustancias
adquiridas del medio en sustancias propias
se incrementa así la cantidad de materia viva,
lo que se hace de manera “autótrofa” cuando
transforma la materia inorgánica adquirida del
medio (minerales, energía) en materia orgánica
propia y de manera “heterótrofa” como cuando los
vegetales y los animales transforman la materia
orgánica adquirida del medio (alimentos) en
materia celular propia.
Al reproducirse la Célula según su información
hereditaria y a partir de una determinada célula
madre generando varias células hijas, lo hace
a manera de “mitosis” si cada una de las células
somáticas se divide equitativamente en dos células
totalmente idéntica la una a la otra, conservando
toda la descendencia, información genética y
material nuclear cromosómico de la célula madre;
y a manera de “meiosis” si cada una de las células
sexuales (gametos) sólo adquiere la mitad del
paquete cromosómico de la célula madre.
Las células madre pueden extraerse del feto,
del cordón umbilical, del embrión, de la médula
ósea y de la misma sangre (periférica), ya sea
para insertarlas en el mismo individuo del que
se extraen o en otro que las recibe a manera de
donación, y a diferencia de la otra muchedumbre
de células que envejecen y mueren todos los días,
las células madre se están produciendo todos
los días como si fuesen la misma sangre. Esta
característica hace que hoy la comunidad científico
haya centrado tanto su atención en el estudio de
las células madre, en particular por los exitosos
resultados obtenidos en los casos de tratamiento
de enfermedades que se consideraban caso
perdido.
No todos nuestros trillones de células son“células
madre”, siendo éstas unas células bien especiales
con la particularidad de ostentar la capacidad de
multiplicarse y de regenerar tejidos y órganos,
como por ejemplo la regeneración de regiones del
corazón, del cerebro, del hígado, de los huesos, de
placentas, del aparato bucal (dientes), entre otros.
La Célula es “procariótica” cuando no posee un
verdadero núcleo (bacterias) y“eucariótica”cuando
posee un núcleo definido (animal y vegetal).
La diferencia entre células animales y células
vegetales estriba en que las animales poseen una
81
126
sola membrana celular, no presentan plastidios,
sino centríolos, poseen lisosomas y por lo general
son heterótrofas, mientras que las vegetales poseen
además de la membrana celular otra pared celular,
presentan plastidios y no poseen centríolos, sólo
algunas poseen lisosomas y por lo general son
autótrofas.
En todos los organismos pluricelulares que
poseen tejidos más o menos diferenciados se da
el fenómeno de la división y reproducción celular,
produciendo células somáticas mediante“amitosis”
y “mitosis” y células sexuales o reproductoras
mediante “meiosis”.
Hoy se sabe que desde los protozoarios más
simples hasta los metazoarios más complejos
están constituidos por células, las que realizan
todas las funciones propias de los seres vivos, y
que en ella se conserva la información generadora
del ser vivo.
La Célula sería como el más intenso de los
reactoresquímicos,otúnelaceleradordepartículas81,
dentro del cual y gracias a disponer de un medio
líquido acuoso (citoplasma) permanentemente
pueden estar chocando entre sí sus moléculas y otros
componentes bioquímicos a enormes velocidades,
que debido a tanto Movimiento, el que no podría
darse tan fluidamente dentro de un medio sólido,
todos sus componentes no sólo logran mantenerse
unidos en un unitario cuerpo celular sino que
también termina produciéndose la Vida.
Y así ocurren las cosas en el gran huevo del
Cosmos, donde las estrellas obtienen su energía
gracias a las infinitas reacciones de “fusión”
nuclear, las que a su vez generarían la Gravedad;
donde van raudas dentro de los Cometas rocas de
hielo fundido (agua congelada) esperando que se
presentendeterminadascondicionesparaadoptarla
forma líquida y ofrecerse como prerrequisito para
la Vida.
De ahí que se defina la “célula” como la unidad
atómica, molecular, genética, fisiológica, funcional
y genética más perfecta de la naturaleza; que
constituye el mínimo componente de todos los seres
vivos; que es capaz de engendrar otros semejantes
que cumplen sus mismas funciones (omnis celulla
de celulla).
La Célula es el mínimo organismo de máxima
inteligencia, ya que es una máquina altamente
organizada procesando en todo momento “in put”
(nutrientes) de Oxígeno, Carbono, Hidrógeno,
También puede verse la Célula como el más perfecto de los software de la Vida, como el más inteligente y complejo ordenador
programando la Vida.
Canto General
Nitrógeno y Azufre, en forma de códigos, mensajes
e información; produciendo “out put” de materia y
energía como glóbulos (rojos y blancos), tejidos,
órganos y cuerpos; informándose de lo que sucede
alrededor y tomando las respectivas decisiones
que le permitan adaptarse a las condiciones del
medio; rigiéndose por principios de organización
y control de autorregulación y retroalimentación
que la llevan a nacer, crecer, reproducirse y morir.
En el ciclo de su vida la Célula adquiere, asimila,
entrega, aprende y piensa, excitándose, irritándose,
inhibiéndose, reprimiéndose, expresándose,
conteniéndose, solidarizándose, multiplicándose,
asimilando, memorizando, recordando, deseando,
comprendiendo y, en general, decidiendo.
Mientras que las células dispongan de las
condiciones apropiadas (homeostáticas) de
presencia de oxígeno, glucosa, electrólitos,
aminoácidos y sustancias grasas, serían capaces
de vivir, desarrollarse y funcionar de una manera
más o menos autónoma. Por ejemplo, los procesos
de “respiración” no se inician en los pulmones,
sino que han empezado en las mitocondrias de la
Célula, con la participación del grupo de enzimas
“citocromos”.
“Hay bastantes motivos que podrían llevarnos a
decir que la sede de la memoria no se encuentra en
el mismo intelecto (¿cerebro?), sino en el sistema
muscular. O, por lo menos, reside más en el flanco
que reacciona que en el meramente receptivo de
nuestro ser. Aprendemos actuando y expresándonos;
empleándolo, conservamos el saber de la manera
como mantenemos el vigor de los músculos mediante
el ejercicio”82
La Célula sería como gobernada por cierta
especiedecerebro,eldelosprincipiosorganizadores
y autorreguladores; se regiría por cierto principio
de economía, ya que es la máxima expresión de
la eficiencia económica comportándose como un
circuito de flujos (económicos) en el que se procesan
mínimos insumos de información para generar el
máximo producto de tejidos, órganos y cuerpos.
La Célula es como una de las huellas digitales
del Cosmos, que es lo que es merced a su
permanente función de estar “intercambiando
regalos”; es la unidad anatómica, fisiológica,
estructural, genética y funcional de los seres vivos.
¡Ah!, y quienes saben dicen que también en ella
se han encontrado con materia oscura, energía
oscura y agujeros negros.
Quimismo celular
A diferencia de una simple molécula, sólo la
célula está en condiciones de adelantar complejos
procesos de “quimismo” consistente en el trabajo
energético de descomponer sustancias presentes
en su medio con el propósito de contrarrestarlas
en sus acciones disolventes y destructoras.
Este movimiento sería propio de un sistema
termodinámico trabajando en la transformación
de energía química (recibida) en energía eléctrica
(cedida), que si la célula no contrarrestara la acción
de dichos agentes destructores apoyándose en las
mismas sustancias que le brinda el medio, o si no
pudiera tomar el oxígeno que le proporcionan sus
mitocondrias, tendría que recurrir a sus propias
reservas, lo que terminaría agotándola (entropía)
hasta el punto de tener que morir.
Este movimiento o proceso de transformación
energética es conocido como el “metabolismo”,
característico sólo de la materia viva (orgánica,
biosfera), que para sobrevivir tiene que gastar
energía cuando está en estado de potencial reposo;
lo que no ocurre con la materia inerte, que no
realiza intercambios energéticos ni materiales con
el medio cuando se encuentra en estado de reposo,
y cuya intensa actividad en la escala subatómica es
exclusivamente intrínseca.
El “quimismo” tiene que ver con el metabolismo
de la célula, que se explica por su misma actividad
celular, consistente en el permanente trabajo
energético mientras está en su estado de potencial
reposo, la necesidad de su preparación permanente
para estar recibiendo las descargas eléctricas
del medio y liberando energías (catabolismo),
conservar la cohesión de todos sus elementos
constitutivos, contrarrestar el efecto de los agentes
que pretenden despolarizarla, evitar la pérdida de
algunos de sus componentes y la destrucción de
su misma estructura, reparar aquello en que haya
podido salir afectada (anabolismo).
El catabolismo es un metabolismo liberador
de energía, mientras que el anabolismo es un
metabolismo reparador y creador de la carga
eléctrica merced al cual la célula restablece su
potencial originario y restaura el equilibrio entre
su condición interna celular y el medio externo,
neutraliza el agente excitante despolarizador
y, haciendo despliegue de su excitabilidad, le
responde eficazmente gracias a su alto grado de
sensibilidad.
82 MACE, C. A. Psicología del Estudio; editorial Kelly, Bogotá, 1946, pág.54
Canto General
127
Con base en el tipo de su metabolismo, los
vivientes vegetales tendrían un comportamiento
“autótrofo”, característicodequienessóloconsumen
del Medio sustancias inorgánicas; en cambio,
los vivientes animales serían “heterótrofos” que
parasitan a los autótrofos. Mientras que para un
árbol es suficiente contar con agua (H2O) y luz para
desarrollar su quimismo, ya que la célula vegetal es
la de mayor autonomía metabólica, sintetizando de
ellos la materia orgánica que necesita como fuente
energética, en los animales (hongos) su quimismo
se inicia una vez que han recibido de los vegetales
la sustancia orgánica fuente de energía sintetizada
en glucosa, como también el oxígeno desprendido
por éstos.
El estudio del quimismo celular ha motivado
que diferentes disciplinas del conocimiento como
la Química, la Geología y la Biología avancen en
sus investigaciones sobre el Origen de la Vida,
como quiera que están interesadas en la existencia
y características de una sustancia que es intermedia
entre la materia inerte y la viviente, entre la molécula
y la célula, el Plasma o primitivo protoplasma.
El ADN sería como el “eslabón perdido” del
enlace entre la química de la materia muerta y la
química de la materia viva.
Cómo los factores del medio inciden sobre los
estados del protoplasma, cuyo metabolismo es
insuflado según sea la superioridad de la capacidad
alterante del exterior con respecto a la resistencia
de su interior, y que de inclinarse a favor de la
capacidad alterante entonces sobreviene una
fase de “gelificación” o proceso de precipitación
“coloidal”. Esta sustancia coloidal sería como una
macromolécula en la que no es observable una
solución de continuidad entre los precipitados
visibles a primera vista y los polímeros.
“La célula adquiere una carga eléctrica, que se
manifiesta positiva en la superficie y traduce una
diferencia de concentración iónica con el medio
externo. El interior, por el contrario, se revela
eléctricamente neutro o de carga negativa, lo
cual crea una barrera protectora que bloquea los
constituyentes y selecciona los que penetran. La
desaparición de las cargas eléctricas implica la
desagregación de la materia celular. Este fenómeno
eléctrico, denominado potencial de reposo o de
demarcación, es general para todas las células y su
papel está presente en las etapas evolutivas de la
vida, cualquiera sea su nivel”83
Psiquismo celular
La condición psíquica de la célula empieza a
darse en el mismo proceso de su “mitosis” cuando
padece ese desgarramiento de tener que dividirse
en dos para poder renovarse y vivir, viendo cómo
se dividen sus generadores de ácidos nucleicos
específicos, los cromosomas.
Con el“psiquismo”empiezan a darse los primeros
fundamentos de la evolución de la “psicogénesis”,
haciendo mucho más complejo el mundo de la
Célula.
Los procesos de “psiquismo” de todos los
vivientes se dan desde las entrañas de la misma
célula, la que necesita garantizarse una relativa
estabilidad en su estructura (arquitectura), su forma
y su función. Es característico de la célula ofrecer
siempre un cuerpo central en el que reside un
citoplasma, en el que a su vez reside una cromatina
hereditaria o cromosomas, los que a su vez están
conformados por genes, radicando ahí la unidad de
la materia viviente y su origen común.
El “psiquismo” se ha visto en los procesos de
excitación e irritación, referido a los tipos de reacción
inmediata o mediata, de rechazo (superación) o
acomodo(adecuación)antelasmodificacionesquese
van produciendo en su misma constitución material
(mutaciones), independientemente de un estado de
actividad o de reposo. La Excitación, Inhibición y
Asimilación, son reacciones esencialmente de tipo
psíquico.
Las reacciones psíquicas de la célula pueden
observarse una vez que es sometida a diferentes
descargas de electricidad, reflejando a su vez en
mensajes eléctricos si su estado es de excitación,
inhibición o asimilación.
Al sufrir una carga disminuida la célula se
excita fácilmente, reaccionando de manera rápida,
automática o espontánea, pero condicionada
por cierto límite en el cual entraría por sí misma
en actividad. Si la carga eléctrica se eleva puede
resultar difícil o imposible de excitar, siendo
este estado de freno o bloqueo funcional la
“Inhibición“. Si al absorber o capturar del medio
exterior información inorgánica o extraña a ella
misma la célula consigue interpretarla y traducirla,
haciéndola familiar o semejante a su propia
condición de viviente para incorporarla y facilitar a
su vez la función reparadora (anabolismo), estamos
entonces ante un proceso de Asimilación.
83 MERANI L., Alberto. De la Praxis a la Razón, Grijalbo, Barcelona, 1980, pág. 91
128
Canto General
La Asimilación es una especie de intercambio
molecular que la célula establece con su medio,
pero que después de destinar cierta cantidad de las
células absorbidas al medio en su propio proceso
anabólico (reparación) siempre le habrán de quedar
disponibles muchas más moléculas, las que la
nutrirán hasta el límite de su “mitosis”.
El “psiquismo” es explicado por Emilio Mira y
López mediante los, por él llamados así, tuétanos
mentales del Miedo, la Ira, el Amor y el Odio, que
serían reflejos y deflejos de huida (inhibición),
agresión (excitación) y posesión (asimilación), los
queseproduciríanenmediodeunaintermitenteserie
depulsionesypasionesdeterminadas,tambiénsegún
él, por la interacción de las energías contenidas en
el plasma germinal (potencial hereditario), el aporte
nutritivo (citotípico) y las constantes modificaciones
producidas por el medio ambiente.
Las células Aman, según lo explica Emilio Mira
y López,84ya que si observamos un organismo vivo
unicelular, como una ameba, se verán en éste los
fenómenos de “inhibición” y “excitación”, según
sean las condiciones del ambiente físico-químico en
que viva dicha célula. Luego, como el crecimiento
protoplasmático de la ameba la lleva a crecer
considerablemente en su masa orgánica, se harían
muy difusas sus fronteras con el medio ambiente, lo
que dificultaría sus intercambios de “asimilación”,
tanto de absorción de productos nutricios como de
expulsión de residuos tóxicos; y, ante una precaria
asimilación, la frontera entre la célula y su medio
empezaría a ser poblada por moléculas químicas
(catabolitos o metabolitos degradados) de un peso
muerto que amenazarían la pervivencia del ser.
Por tanto, a la ameba sólo le quedaría la
alternativa de renovarse o morir, motivo por el
cual en un verdadero acto de amor no se aferra a
una vida que seguiría siendo de anquilosamiento
y perduración anacrónica hacia el total deterioro,
sino que decide morir para surgir transformada y
reproducida en dos (mitosis).
Las células reaccionan (relacionan). Como si
fuese Ira y Odio, al observar cualquier célula viva
es característico en ella su “irritabilidad”, puesto
que todas las formas de sustancia viva tienen
la particularidad de transformarse de pacientes
en actuantes, ripostando con creces la agresión
recibida. Ya en organismos más complejos, este
fenómenoseobservamásclaramenteenlosórganos
de secreción y de movimiento, mediante los cuales
algunos vivientes vegetales y casi todos los vivientes
animales no sólo se defienden sino que atacan a sus
agentes vulnerables.
Las células se protegen. Como sintiendo miedo
instintivo, mas no en cuanto a otro tipo de miedos
como el racional condicionado o el irracional
paranoico, Emilio Mira lo explica como la reacción
al influjo dañino de cierta acción directa e inmediata
sobre las células corporales, generando cesación de
actividad celular, inhibiciones o bloqueos, con la
idea de recibir el menor daño.
A la luz del psiquismo celular se explicaría cómo
en el Hombre se originan y presienten aquellos
miedos percibidos antes de sentirlos, los que llega
incluso a sentirlos antes de pensarlos. El tuétano
mental del miedo tendría entonces una condición
entraña, puesto que sólo después de que la onda de
estimulación ha provocado sus respectivos reflejos e
inhibiciones en los niveles medulares y subcorticales
hasta llegar por fin a los mismos centros corticales,
es que el hombre llega a ser sintiente y consciente
de su miedo.
Entre los Genes y la Molécula ADN
La comunidad científica aún no ha podido
saber cuántos genes poseemos en cada una
de nuestras células, si son 30.000 o 35.000 o
65.000 o 75.000 o 100.000 genes. Pero saber con
exactitud cuántos son, no nos dice nada, ya que
lo verdaderamente interesante es comprender
cuáles son las funciones precisas de cada uno de
los genes y qué es lo que hacen entre todos ellos
para llegar a formar y poner en funcionamiento
a un viviente y cómo se coordinan los productos
originados por el gen para cumplir las actividades
biológicas propias de un ser vivo.
Los “genes”, contenidos en la molécula ADN
localizada en sus cromosomas, son una secuencia
de pares de bases a lo largo de un trozo de ADN;
son tiras de “nucleótidos” separadas entre sí por
otras tiras de ADN. El “gen”, que determina la
herencia de una característica determinada o de
un grupo de ellas, posee entre 1.000 a 2.000 pares
de nucleótidos.
Y para comprender cómo se sincronizan las
funciones de miles de genes para formar y asignarle
funciones al ser humano es necesario conocer
en detalle los productos de los genes, lo que sólo
funcionan coordinados en equipo, ya que entre ellos
no existe ningún llanero solitario.
84 MIRA y LÓPEZ, Emiro. Cuatro gigantes del Alma; el Ateneo, Buenos Aires, 1984
Canto General
129
A partir del “Gen” se regula la formación
del ARN, imprescindible en la formación de las
“proteínas” (estructurales y enzimas), las que a su
vez son imprescindibles para la función celular.
Como en cada célula del organismo humano se
encuentran 25 moléculas diferentes de ADN, los
genes son “mitocondriales”, ya que una molécula
especial de ADN se encuentra en las mitocondrias,
y “nucleares” que se corresponden con las otras 24
moléculas de ADN localizadas en el núcleo de la
célula
El ADN de cada cromosoma sólo contiene los
genes de ese cromosoma y no de otro, es decir, sólo
existe una molécula de ADN correspondiente a su
respectivo cromosoma. Y sólo al identificar toda la
secuencia de las bases químicas de los nucleótidos
que componen el ADN de ese cromosoma, podría
determinarse que trozo de ADN constituye los genes
propios de ese cromosoma
No existe un número fijo de genes por cada
cromosoma y dentro de este cromosoma no se
distribuyen equitativamente, sino que ocupan una
posición específica concentrándose más en unas
regiones que en otras. Se ha investigado qué tan
determinante es la posición ocupada por un “gen”
dentro de cromosoma en el tipo de carácter o
información hereditaria guardada.
Pero, la Biología molecular ha descubierto cómo
uncarácternoestádeterminadoexclusivamentepor
las informaciones contenidas en un lugar concreto
de un cromosoma, sino que sería determinado por la
información contenida en dos o más cromosomas.
El “gen” es la unidad de información genética;
que el “gen”, según la genética clásica instaurada
por Johan Mendel, es una noción morfológica que
lo define como elemento de un cromosoma situado
en un lugar concreto, a manera de un soporte
material no bien definido que rige la síntesis de la
Enzima responsable de los caracteres hereditarios
manifestados en el fenotipo; que los “genes” son
una entidad bioquímica portadora de mensajes
(información) y contenidos dentro de la compleja
macromolécula de ADN; que los“genes”determinan
qué función debe realizar la Célula, en cuanto a
las sustancias a ser sintetizadas por la Célula para
su nutrición y reproducción; que los “genes” se
organizan adhiriéndose alrededor del hilo de ADN;
que los “genes” son transmisores de información o
mensajes, y, en últimas, podríamos vernos como un
cuerpo formado íntegramente de puros “genes”.
El ADN es el soporte físico que contiene toda la
información genética de un organismo; el “gen” es
cada una de las porciones de la molécula de ADN
que transformada en ARN se pueden traducir en
una proteína.
Como cada “gen” tiene la competencia de
producir cierta copia del ADN denominada ARN
mensajero en la que se realiza la síntesis de proteínas,
entonces el “gen” está representado por dos copias,
una procedente de la madre y otra del padre. Como
cada “gen” tiene la propiedad de afectar un carácter
particular,siendo unosdominantesyotrosrecesivos,
puede presentarse que las copias sean idénticas
cuando padre y madre aportan en forma igual o que
sean diferentes cuando los dos progenitores han
aportado en forma distinta su paquete hereditario y
manifestándose en mayor medida los caracteres de
quien tenga los genes dominantes.
Si la investigación genética está revolucionando
el campo de conocimiento de la arqueología y la
paleontología, aún la última verdad no se encuentra
en los textos de genética, ni siquiera en el genoma
humano tal como está secuenciado, sino que sigue
estando en la Naturaleza y el Universo.
Como si fuesen genes trabajando en equipo,
la investigación genética ofrece resultados
maravillosos, merced a los estudios de James D.
Watson, Francis H. C. Crick y Rosalind Franklin,
a mediados del siglo XX, y los de Greg Venter y
Francis Collins en pleno siglo XX, entre tantos
otros. 85
Capítulo especial será comprender:
Cómo cada par de nucleótidos se fija en una de
las dos tiras de la doble hélice del gen ADN, ya que
la estructura de las dos cadenas van en dirección
opuesta.86
Cómo el ADN se produce a partir de un
“nucleótido” (ácido) que se ha conformado
mediante la combinación de una molécula de
ácido fosfórico con una molécula de desoxirribosa
(azúcar) y con una de las cuatro bases nitrogenadas
(adenina, guanina, timina, citosina), es decir, por
85 Sería suficiente con observar, por ejemplo, cómo los grandes resultados obtenidos por nuestro científico Manuel Elkin Patarroyo
en la producción de la vacuna contra la malaria se deben a todo un extenuante trabajo en equipo.
86 La anécdota dice que estando Watson jugando con los componentes de su molécula modelo, intentaba acomodarlos
dedistintos modos, dándose repentinamente cuenta de que no era cierto eso de que cada segmento tenía que ser combinado
con su respectivo par, ya que se habían unido pares invertidos manteniendo su unión en la misma dirección, descubriéndose
entonces la doble hélice.
130
Canto General
cada combinación con una base hay un nucleótido,
resultando así los cuatro nucleótidos conocidos
como el ácido adenílico, el ácido guanílico, el ácido
timidílico y el ácido citidílico.
Cómo dichas cuatro bases se agrupan en
purinas (adenina y guanina) y pirimidinas ( timina
y citosina), pero que se combinan separándose en
dos pares, formando un par el ácido adenílico con el
ácido timidílico y el otro par el ácido guanílico con
el ácido citidílico.
Cómo en un cromosoma se aloja la molécula
ADN, cuya forma es extensamente alargada y
fragmentada en peldaños o “nucleótidos”.
Cómo se comporta la molécula de ADN en el
momento de ocurrir los procesos de mitosis y
meiosis de la célula y de los cromosomas, cuando
se dividen en dos.
Cómo, en el caso del cromosoma humano, la
molécula de ADN podría estar fragmentada en
cinco mil millones de pares de nucleótidos, donde
el contenido de mensajes e instrucciones genéticas
pueden ser decodificados mediante el lenguaje
binario de “bits” (0, 1; Sí, No).
Cómo debido a los diferentes cuatro tipos
de nucleótidos, y sólo cuatro, el lenguaje de la
herencia está escrito en un alfabeto de sólo cuatro
letras, de tal manera que a los cinco mil millones
de pares de nucleótidos presentes en un cromosoma
humano se corresponden veinte mil millones de bits
(posiciones) de información (5.000 x 4).
“El caudal informativo de un solo cromosoma humano
es de veinte mil millones de bits, que corresponden poco
más o menos a tres mil millones de letras, quinientos
millones de palabras, dos millones de páginas, cuatro
mil tomos... Los computadores del Viking I y II que se
posaron sobre Marte en 1976 habían sido previamente
programados con un volumen de instrucciones de
algunos millones de bits. Por tanto, llevaban un poco
más de información genética que una bacteria, pero
muchísima menos que un alga.”87
Cómo el ADN confinado en el Núcleo logra
cumplir la importante función de controlar
mediante el código genético la formación de
proteínas y otras substancias al interior de la
Célula, dándole al ARN las funciones de auditaje
o control.
Cómo el ADN de la Célula de un individuo
siempre es el mismo, logrando distinguirse por la
condición de sus proteínas. Cómo, en últimas, los
“genes” controlan la herencia de padres a hijos.
La galáctica molécula de la Vida: “ADN”
A mediados del siglo XIX naturalistas, biólogos,
geólogos, botánicos y humanistas encuentran un
gran aliciente para desentrañar el enigma de la Vida
y el problema de la Herencia con la publicación
del “Origen de las Especies” Al interesarse por
la manera como se producía la información
genética, tendrían la intuición de que todo tenía
que ver con una Molécula. De ahí en adelante los
esfuerzos se centrarían en descubrir la estructura
de dicha Molécula, la molécula de la Vida.
La compleja molécula de ADN, que sería aislada
por primera vez en 1869 por el médico alemán
Friedrich Miescher, es un compuesto químico
consistente en una sustancia blanca y viscosa
(plasmática) con la propiedad de ser azucarada,
ligeramente ácida y contener fósforo, que se
encuentra enraizada en los cromosomas de cada una
de las células de cualquier organismo vivo.
El primer nombre asignado a la molécula de
la vida, denominada así por Miescher, es el de
“Nucleína”; luego, al conocerse más en detalle sus
características, se le llamaría “Ácido nucleico”, y
después hubo necesidad de precisar que era“Ácido
desoxirribonucleico”, diferenciándola del otro
“ácido ribonucleico” (ARN) presente en la Célula.
En 1925, P. A. Levene demostró que el ADN está
conformado por un grupo azucarado de 5 carbonos,
un grupo fosfato y cuatro bases nitrogenadas. Dos
de estas bases son “purinas” y las otras dos son
“pirimidinas”. Las “purinas” son la Adenina (A)
y la Guanina (G); las “pirimidinas” son la Timina
(T) y la Citosina (C). Cada base nitrogenada está
unida a una molécula de azúcar que, a su vez, está
unida a un grupo fosfato, y los pares de base están
unidos por puentes de Hidrógeno, formándose así
una molécula única conocida como “nucleótido”.
Cada “nucleótido” está formado por un Fosfato
(ácido fosfórico) P, un Azúcar (desoxirribosa) D y
cuatroBasesnitrogenadas.Estasbasesnitrogenadas
son de tipo púricas: Adenina (A) y Guanina (G);
pirimidínica: Citosina (C) y Timina (T).
El ADN es el materiál genético común de
todos los seres vivos, ya que sus componentes son
universales en el ADN de todos los seres vivos, pero
de las 25 moléculas de ADN de un ser humano una
es exclusivamente femenina, el ADN mitocondrial,
y otra exclusivamente masculina, el ADN derivado
de aquel cromosoma (Y). Se considera que después
de la Eva mitocondrial el ADN mitocondrial muta
cada 2000-3000 años.
87 SAGAN, Carl. “Los Dragones del Edén; Grijalbo, México, 1984, pág. 38
Canto General
131
Una molécula de ADN es una sucesión de
“nucleótidos”. El“nucleótido es la unidad estructural
constituyente del ADN. Se distinguen dos tipos
de “nucleótidos”: Los Desoxirribonucleótidos
que son unidades estructurales del ADN y los
Ribonucleótidos que constituyen el ARN.
La molécula de ADN es una estructura en doble
hélice, conformada por dos cadenas de nucleótidos
enfrentadas y complementarias, que se mantienen
unidas entre sí mediante enlaces o puentes de
hidrógeno unidos a las bases nitrogenadas de cada
una de las cadenas, que se alinean según la condición
química de que la Adenina (A) sólo se puede unir
con la Timina (T) y la Guanina (G) con la Citosina
(C), de tal manera que el orden o secuencia de bases
de una de las cadenas delimita automáticamente el
orden de la otra.
La molécula de ADN está conformada por
Carbono, Nitrógeno, Oxígeno y Fósforo (P), dentro
de la cual el Hidrógeno funciona como puente
entre los sucesivos peldaños. Cada una de las dos
serpentinas que conforman el ADN es producto de
las combinaciones entre el Carbono, Nitrógeno,
Oxígeno y Fósforo, que en la cadena se sostienen
gracias a un esqueleto estructurado por ácido
fosfórico (P) y azúcar desoxirribosa (D).
La forma de la estructura del ADN se asemejaría
a dos entramadas carrileras (cordones) que avanzan
trenzándose en serpentinas, como si acabaran
de chocar entre sí dos galaxias y una estuviese
engulléndose a la otra; y de cuyo impacto o colisión
de grupos de materia y energía surgiría el universo
de la Vida, expandiéndose en espiral logarítmica.
El ADN, Lenguaje de la Vida
La Célula es la evidencia de la comunicación
entre el “lenguaje nucleotídico” del ADN y el
lenguaje “aminoacídico” de las proteínas. El ADN,
una vez desarrollado en la célula que lo contiene,
sólo se escribe una sola vez y se puede leer
millones de veces.
La forma de la cadena es en espiral y sus
partes expresan cierta secuencia donde se alternan
“nucleótidos” constituidos por el azúcar D unido a
una Base A, C, G o T, comunicados sucesivamente
con los otros “nucleótidos”. El ácido fosfórico P
(fosfato), el Azúcar D (desoxirribosa) y la Base (A,
G, C, T) hacen que surja el ADN cuando se unen
parejas de bases,... .
El alfabeto del ADN sólo tiene cuatro letras (A,
G, C, T); pero, igual que el sistema binario (O, 1),
88
132
permite que miles de millones de combinaciones
con significado genético, las que son transmitidas
por el ARN y de las cuales se sirve la célula para
poder regular su metabolismo, realizar sus funciones
y multiplicarse. De revelarse el secreto de cómo se
suscitan las combinaciones de las sustancias Base
A, G, C, T, tal vez el hombre podría desentrañar
así la posibilidad de generar tejidos, organismos y
seres vivos, bajo el riesgo de caer en la tentación o
arrogancia de controlar la evolución, suplantando a
la Naturaleza en sus decisiones.
El ADN, que guarda el código genético, envía
órdenes al exterior de su núcleo, hacia el resto de la
célula, a través del mensajero ARN. La complejidad
de un organismo no depende de la cantidad de
“genes”, sino de la cantidad y calidad de los
mensajes, que depende del tipo de conexiones que
las proteínas entablen con aquella información que
esté a su alcance.
El estudio de los “genes” ha permitido esclarecer
que no era tan cierto aquello de que cada “gen”
era una unidad específica de información con uso
único, puesto que cada “gen” al agrupar entre
2.000 y 2.000.000 de pares de nucleótidos puede
enviar distintos mensajes, con base en los cuales se
estructura la molécula de ADN.
De los genes sólo se ha podido interpretar
su respuesta por las diferencias morfológicas y
comportamentales entre los individuos de una
especie o entre una especie y otra, pero ya nadie
discutiría si los genes son las unidades básicas de
información que le otorgan las características a un
organismo vivo.
Llegar a comprender la“forma”de un organismo
es fundamental para comprender su “función”. Con
respecto a la forma del ADN de la célula humana
ya sabemos que se trata de una multi-molécula
alargada, que si se extendiera en una hebra única
mediría casi 2 metros de largo; que se encuentra en
todos los organismos vivos, puesto que todos los
seres vivos portan la misma constitución genética y
la misma estructura de base celular; que está ubicado
en el nicho de los cromosomas, los que a su vez se
encuentran en el núcleo de todas las células.
“Si pudiésemos extender el ADN de una célula
humana, formaríamos un hilo de unos tres metros de
longitud. Y si se tiene en cuenta el número de células
que poseemos, todo el ADN de una persona formaría
un hilo de una longitud más de veinte veces la distancia
que separa al Sol de la Tierra” 88
SÁNCHEZ RON, José Manuel. Diccionario de la Ciencia; Planeta, Colombia, 1997, pág. 19
Canto General
Igualmente, aunque pareciera ser de ciencia
ficción establecer la forma espacial de cada
uno de los “genes”, especulándose que en su
n-dimensionalidad dicha microscópica realidad
no sería tetradimensional, sino la intuida por la
teoría M (cuerdas) de un Universo, con once (11)
dimensiones (10 espacios + 1 Tiempo), formando
parte de los infinitos e ínfimos universos en
expansión y en los que las probabilidades de
surgir la Vida son las mismas de la Tierra.
Esto es, también podría pensarse que la forma
de la Vida, como la del Universo, es de una
dimensión espacial más compleja que la simple
tetradimensional.
En el escenario genético, que unos lo ven
como la gran tómbola y otros como una verdadera
organización desplegándose e interactuando en su
máxima complejidad, encontramos:
A las células recibiendo información del ADN y
dictando las instrucciones para fabricar proteínas,
entrando en “meiosis” para que las células hijas
adquieran la mitad de los cromosomas de la célula
madre; A los genes portando y transmitiendo tales
instrucciones. Al Genotipo, haciendo referencia de
lo generativo y al fenotipo de lo fenoménico, de tal
manera que el fenotipo se debe a la intervención
de cierto gen, mientras que el genotipo es
producto de la compleja combinación, en el caso
de los humanos, de sus 23 pares de cromosomas
homólogos. A los rasgos dominantes y los rasgos
recesivos interactuando. Al ADN portando toda
nuestra información hereditaria, codificando y
modelando todos nuestros rasgos.
Así es el proceso ininterrumpido de las
moléculas de ADN, de abrir y copiar sucesivamente,
mediante el cual los cromosomas logran transmitir
la información, hasta llevarnos a ser lo que
somos y lo que seremos, en el contexto de unas
especies que han podido evolucionar gracias a las
mutaciones.
Uno de los grandes hitos de la investigación
genética lo constituye la reciente publicación del
Mapa del “genoma humano”, conformado por el
conjunto de genes o instrucciones que permitieron
construir el organismo humano.
En la tarea de descifrar el sentido y la gramática
del Mapa, después de recorrer y secuenciar las
astronómicas distancias a lo largo de sus hilos, se
han publicado avances donde se observa cómo
en los seres humanos existen mucho menos de
los 100.000 genes diferentes que inicialmente se
consideraban.
Los conteos más rigurosos coinciden en que
Canto General
son entre 30.000 y 40.000 genes, los que no serían
muchos si los comparamos con los 13.000 genes
de la mosca, los 19.000 de la lombriz o los 350
genes de una bacteria.
También el Mapa del “genoma humano” nos
está mostrando cómo tendríamos alrededor de
3.200 millones de pares nucleótidos debidamente
organizados en secuencias y que las proteínas
producidas por el cuerpo humano no serían las
100.000 proteínas diferentes, como se pensaba,
sino sólo unas 30.000 aproximadamente. En el
ser humano, la mínima estructura química de
información o molécula de ADN se distribuye en 23
pares de cromosomas de cada una de sus trillones
de células.
Tanto el ADN de un virus o de una bacteria se
comportarían de igual manera que el ADN humano,
ya que el mínimo número de “genes” indispensable
para que funcione un micro-organismo sería de unos
260, común a cualquier organismo vivo. El Hombre
va y viene por el mundo llevando desde hace
100.000 años la misma dotación genética básica,
excepto algunas mutaciones mitocondriales.
Pretenderreconstruirundesaparecidoorganismo
a partir de alguno de sus genes, en la misma idea
“omnis celulla de celulla” (nuevas células sólo
pueden originarse a partir de sus pre-existentes),
pero generar células a partir de un “gen” es algo
sólo visto en la película “Jurasic Park”.
El “Ácido Ribonucleico” ARN
Mientras el ADN tiene la función fundamental
de transmitir los caracteres hereditarios, el ARN
cumple con sintetizar las proteínas.
El Ácido Ribonucleico ARN es una molécula
de estructura similar al ADN, pero de una sola
cadena, con azúcar ribosa en vez de desoxirribosa y
con “uracilo” en lugar de “timina”. Uno y otro son
depositarios de la información hereditaria, incluso
algunos le atribuyen el origen del sistema genético
al ARN y no al ADN.
Si bien todo el ADN reside en el Núcleo de la
Célula, la verdad es que la mayor parte de funciones
en la Célula ocurren en el Citoplasma. El Ácido
ribonucleico ARN, a la par que es controlado en
su formación por el ADN intermedia para que los
“genes” del Núcleo puedan controlar las reacciones
químicas del Citoplasma. La síntesis proteínica se
produce en el Citoplasma de la Célula, y es el ARN
quien transmite la información genética que dirige
la síntesis de las proteínas, además de que los ácidos
ribonucleicos se sintetizan con mayor facilidad que
los ácidos desoxirribonucleicos.
133
La genética molecular moderna aún concibe el
flujo de información primordial de la Vida como la
secuencia de información genética que, durante la
<transmisión> del genotipo, se transfiere primero
de ADN a ADN, por <replicación>, y después de
ADN a ARN, por <transcripción>.
El “genotipo” es la constitución genética
contenida en los cromosomas de un individuo, que
se <transmite> de una generación a la siguiente por
<replicación> y por <transcripción>, yendo desde
el ADN hacia el ARN y desde el ARN hacia las
Proteínas.
El “código genético” es al ADN lo que el “código
de codones” es al ARN. Un “codon”, representado
mediante tres letras, forma un nucleótico y
cada serie de tres nucleótidos conformaría un
aminoácido.
No obstante, el ADN controla la formación
de ARN sintetizándolo mediante un complejo
proceso iniciado en una de sus dos tiras (hélices)
de la molécula de ADN, la que sí tiene función
genética, que funge de plantilla o cadena-molde
para la síntesis de cada tipo de molécula de ARN,
produciendo moléculas ARN “mensajero”, ARN de
“transferencia” y ARN “ribosómico”.
El ADN dota al ARN de una estructura básica
muy parecida a la suya, diferenciándose tan sólo
en que para la construcción del ARN no utiliza el
azúcar desoxirribosa, sino el azúcar ribosa, y en
vez de utilizar la timina recurre a otra pirimidina
como el “uracilo”.
En la formación de los cuatro “nucleótidos” del
ARN, a imagen y semejanza de los cuatro del ADN,
intervendríanlascuatrobasesnitrogenadasadenina,
guanina, citosina y uracilo, además de que esta
pirimidina uracilo se acopla con la pirina adenina
para conformar el respectivo par.
Luego de que estos nucleótidos activados con
base en el azúcar-ribosa se combinan con aquella
tira de ADN se produce la molécula de ácido
ribonucleico ARN, aún adherida a una de las tiras de
la molécula ADN, pero después habrá de presentarse
la intervención de una enzima polimeraza haciendo
que la tira de ARN automáticamente se separe de
la tira ADN, transformándose así el ARN en una
molécula libre.
Aún es un misterio cómo el ARN naciendo en
las mismas entrañas del Núcleo celular logra ser
enviado por el ADN a los extraños mundos del
Citoplasma para auditar y controlar la manera
como la Célula esté ejerciendo su gobierno dentro
de los predios del Citoplasma y para cumplir otras
funciones.
134
Es correcto decir que a partir de una molécula
ADN se origina una de mARN, pero más preciso que
el ARNm es el producto inmediato de un “gen”.
A la molécula ARN “mensajero”, formada
por varios miles de nucleótidos, le corresponde
llevar el código genético del ADN al Citoplasma y
complementarlo con sus propios“codones”(código
ARN) para poder transcribir el código genético e
iniciar el proceso de síntesis de “proteínas”.
A la molécula ARN de “transferencia” (soluble),
formada por sólo 75 nucleótidos, le corresponde
transferir o incorporar moléculas de aminoácidos
a las moléculas de proteína en formación. El ARN
de “transferencia”, por no ser de un único tipo y
combinarse tan sólo con uno y sólo uno de los 20
aminoácidos, es visto como el transportador de
su propio tipo específico de aminoácido hacia los
ribosomas, donde efectivamente es que se forman
las moléculas de proteína.
A la la molécula ARN “ribosómico” no se le
conoce una función precisa, sólo que por constituir
casi el 50% del mismo ribosoma sobre el cual se
forman las proteínas algún papel tendría que estar
cumpliendoenelprocesodeformacióndeproteínas.
Es merced al ARN que el proceso de síntesis de
proteínas se realiza en los ribosomas.
En general, el ARN logra emparejarse con otra
molécula de ARN captando cortos fragmentos de
nucleótidos unidos a aminoácidos para producir
así todas las proteínas que dan a los vivientes
sus formas y configuraciones. Una cadena molde
de ADN se transcribe en una sola cadena larga
de ARN, cuya molécula es conocida como ARN
mensajero (m ARN) y este proceso de transcripción
es catalizado por la enzima ARN polimeraza.
El ARN mensajero se sintetiza siguiendo
los principios de apareamiento de bases, donde
cada núcleo de 3 nucleótidos en la molécula
de este ARN mensajero es el “codón” para una
aminoácido particular, determinándose así qué
aminoácido corresponde a un “codón” dado de
ARN mensajero.
El proceso de síntesis proteínica culmina
después de 61 combinaciones, de las 64 posibles
de tripletas del código de nucleótidos de 4
letras, correspondiente a los 20 aminoácidos
constitutivos de las moléculas de proteínas, donde
las 3 tripletas restantes funcionan como señales
de detención.
Dentro de no se sabe cuántos años cada uno
de nosotros podría comprar a precio de ganga
la información de su propio genoma humano,
siempre y cuando las cosas no dependan sólo de
la buena voluntad e ingenuidad de la academia.
Canto General
El ADN y los procesos de Mitosis y Meiosis
El ciclo vital de la célula se diferencia en un
período de estabilidad “interfase” y otro de división
o “mitosis”. En la interfase las moléculas de ADN
asociadas a algunas proteínas y a las de ácido
ribonucleico (ARN) se muestran desorganizadas
y de estructura indefinida; son la Cromatina. En
la “mitosis”, cuando la división va a comenzar,
la Cromatina se reorganiza, condensándose y
compactándose, debido a que el ADN duplica
su conformación molecular, y adopta una
configuración en espiral en dos secuencias
sucesivas.
La comunicación de la Célula con el ADN
ocurre de doble vía. Mientras que el ADN le
suministra a la Célula la información para que ésta
pueda producir las “proteínas”, información que
la Célula la encuentra en los “genes”, a la Célula
le corresponde estar copiando permanentemente
multi-moléculas de ADN, de tal manera que una
molécula de ADN siempre termina duplicándose, y
así sucesivamente.
Toda Célula proviene de otra Célula pre-existente
que se ha dividido en dos, “omnis cellula es cellula”
enunciado a mediados del siglo XIX por Wirchow,
dándose dicha división mediante las diferentes
modalidades de “amitosis”, “mitosis” y “meiosis”.
Por “amitosis”, cuando de manera tajante un
estrangulamiento divide el núcleo de cualquier
Célula en dos partes sensiblemente iguales,
lo que a su vez provoca la partición en dos de
la masa citoplasmática, llevándose cada parte
una de las mitades del núcleo original; pero la
ocurrencia de “amitosis” significa que la Célula
estaría agonizando, a punto de morir, ya que cada
una de las dos nuevas células hubo de perder
alguna de sus propiedades esenciales.
Por “mitosis”, cuando la división celular
se caracteriza por la perfecta simetría de la
duplicación de todos los elementos constitutivos
de la célula madre y de su equi-repartición
en dos células hijas; en las que el núcleo de la
célula germinal puede dividirse una vez que
previamente se han duplicado los cromosomas en
dicho núcleo para ser repartidos equitativamente
entre dos nuevos núcleos, cada uno de los cuales
irá a formar parte de una de las células hijas,
las que conservan las mismas características
estructurales y funcionales y el mismo número de
cromosomas.
Por “meiosis”, o mitosis reduccional, cuando
estamos ante la reproducción sexual, en la que
también se reproducen mediante la secuencia
Canto General
inmediata de dos divisiones mitóticas (mitosis), la
primera reduccional en donde una célula germinal
da origen a dos células que contienen la mitad del
número de cromosomas de la célula germinal e
inmediatamente estas células sufren la segunda
mitosis en la cual se reparten las cromátidas
formando así 4 células.
Es decir, en la “meiosis” cada una de las células
formada durante la primera mitosis entra en otro
proceso mitótico donde los cromosomas se reparten
entre las células hijas, quedando así constituidas 4
células (haploides).
Si las células siempre estuviesen en permanente
crecimiento y reproducción, reemplazándose
las viejas células muertas por células nuevas y
mostrándose así que la línea de vida en las células
es infinita, sería apenas obvio pensar que dicha
reproducción comienza en el propio Núcleo, como
también podríamos pensar que antes de que la
mitosis de la Célula se haga efectiva tendría que
darse un proceso equivalente en el mismo Núcleo.
En el Núcleo se cumple la primera etapa de la
reproducción de la Célula, primero en la réplica
o duplicación de todos los genes y de todos los
cromosomas y luego en la división de las dos
series de genes entre los dos núcleos separados,
para después la Célula disociarse formando dos
nuevas células hijas, en lo que conocemos como
el proceso de “mitosis”.
Es en el Núcleo donde nacen, crecen y se
reproducen los “genes” y los cromosomas. Los
“genes2 se reproducen en sí mismos mediante la
simultánea réplica de todos los genes y no de una
parte de los mismos, además de que los genes
sólo se duplican por una sola vez.
Al duplicarse exactamente todos los genes, éstos
se transforman en los genes de cada una de las dos
células hijas nuevas resultantes de la mitosis.
El procedimiento mediante el cual se replican
(duplican) los “genes” es muy parecido al de
la ya descrita formación del ARN a partir del
ADN, diferenciándose sólo en que la nueva tira
sigue unida a la vieja tira que la ha formado
constituyendo una nueva hélice ADN de dos
tiras, al mismo tiempo que la otra tira de la hélice
original forma su tira complementaria de ADN, lo
que redunda en una nueva hélice de dos tiras.
La duplicación de los Cromosomas no podría
explicarse de manera tan plausible como la
duplicación genética ADN debido al mayor
conocimiento que tenemos de la estructura ADN
conrespectoalpocoquetenemossobrelaestructura
de los Cromosomas.
135
Recordemos cómo los Cromosomas están
formados por una parte genética ADN y otra de
Proteína; cómo el ADN aparece unido débilmente
con la proteína, separándose en varias situaciones;
cómo el gen ADN del Cromosoma sigue dispuesto
en su misma larga hélice doble, pero en una posición
de repliegue causada por sus uniones con moléculas
proteínicas; cómo la Proteína en nada influiría sobre
la potencia genética del Cromosoma, a tal punto que
permanentementelasmoléculasdeproteínapueden
ser substituidas por nuevas moléculas proteínicas
sin que se altere ninguna función de los genes;
cómo los Cromosomas se duplican tan sólo después
de darse la duplicación de la tira de ADN.
De la estructura del Cromosoma sólo
conocemos que su parte proteínica cumple
una función accesoria mientras que el ADN
es la verdadera columna vertebral del nuevo
Cromosoma reproducido.
Como los “genes” aparecen con varias de sus
duplicaciones en el Cromosoma, es posible perder
alguno de ellos sin que desaparezca totalmente
una característica determinada de una Célula.
El ADN aparece en forma de filamentos en los
Cromosomas, que se encuentran en el núcleo de
cualquier célula de cualquier individuo, con la
particularidad de que en cada especie el número
de cromosomas es fijo, como en la célula humana
que su número es de 46 Cromosomas dispuestos
en 23 pares, siendo los responsables de que los
caracteres biológicos se transmitan de padres a
hijos.
La Mitosis es el proceso de división automática
de la Célula en otras dos células nuevas, una
vez que los “genes” se han duplicado y que
cada Cromosoma se ha abierto para forma dos
nuevos cromosomas. Este proceso no se realiza
en el Núcleo, que es donde se inicia, sino en los
centríolos del Citoplasma que en cantidad de dos
pares se encuentran adosados a uno de los polos
del Núcleo, los que también después de auto
replicarse desatan el proceso de Mitosis a través
de las sucesivos momentos de profase, metafase,
anafase y telofase.
“Vecino al núcleo, el centríolo se divide y adopta
una posición diametralmente opuesta, de modo
que cada uno atraiga a los cromosomas resultantes
de la división de los cromosomas originales. Poco a
poco la célula se alarga y se estrecha en su centro.
En las extremidades opuestas los cromosomas
se entrelazan en un abrazo tan apretado que
sus cuerpos se hinchan, mientras que una nueva
membrana se dibuja alrededor de ellos señalando
un nuevo núcleo. El núcleo absorbe y envuelve a
los cromosomas; la membrana de la célula madre,
estrangulada en forma de ocho, se rompe, lo que
permite que las hijas se separen completamente
una de otra. Esas hijas, crecidas y bien alimentadas,
generarán otras células. Es así como los tejidos y los
órganos renuevan sucesivamente sus células”89
El proceso de crecimiento de la Célula depende
exclusivamente de la cantidad de ADN en el Núcleo,
estancándose una vez no se produce la duplicación
de los “genes”, pero pudiéndose presentar el caso
de poder evitarse la Mitosis aunque persista la
duplicación de los “genes”.
Si las células se reproducen por mitosis no
implica esto que a todo momento las células
estén duplicándose, ya que no es una duplicación
continua; ni es al ritmo incesante que las moléculas
de ADN se están expandiendo y copiando para
que los cromosomas no dejen de transmitir la
información. De no ser porque en nosotros la
misión central de nuestras células no es la de
permanecer autocopiándose fielmente, como
sí lo hacen en las bacterias, en sólo 40 días nos
arrojaría una descomunal masa de células cuyo
peso equivaldría al de la tierra. Sólo desarrollados
los filamentos cromosómicos duplicados (ADN),
la misión es producir las nuevas células que sean
verdaderas estructuras vivas, la vida.
Los organismos y los tejidos renuevan
incesantemente sus células, pero son las
especialísimas “células embrionarias madres” las
únicas que podrían transformarse, creciendo
desde dentro hacia fuera, en forma de tejidos,
piel, neuronas, glándulas, y/o órganos; son las
que nos permiten auto regenerarnos, como si
fueran inmortales, pero sólo podríamos disponer
de ellas en el momento de la ovulación. Así
ninguna especie perdure para siempre, cuando se
comprenda cómo es que una célula embrionaria
madre logra transformase en, por ejemplo,
determinado órgano específico, la ciencia podría
alterar procesos genéticos tan naturales como el
de envejecimiento.
Al reproducirse las células por “división”,
algunos biólogos vieron esto de una manera
simplista, unilateral y mecánica, como si fuera
un proceso meramente cuantitativo de simple
crecimiento y aumento, y no como un proceso
89 BETTO, Frei. La obra del artista - Una visión holística del universo; Editorial Trotta, Madrid, 1999
136
Canto General
que conduce a cambios radicales y cualitativos en
las propias células.
Emilio Mira y López explica cómo a la “ameba”
se le presenta el trágico dilema Shakespeare-eano
de transformarse o morir, empezando entonces
por estrangularse su centro hasta convertirse en
un ocho y dividiéndose en dos células que pronto
se distanciarán y vivirán independientemente,
iniciando su proceso de crecimiento, expansión y
cualificación dispersado en el espacio-tiempo.
El estudio de los “genes” ha facilitado
la identificación de los defectos genéticos
responsables de las enfermedades, conociéndose
más de cuatro mil defectos en los que un solo
“gen” provoca trastornos en los seres humanos,
permitiendo concluir que a pequeños cambios
en la estructura química de un “gen” se podrían
obtener rectificaciones y consecuencias mutantes
bien interesantes.
En la evolución de las especies, las mutaciones
del ADN son de vital importancia; pero estas
mutaciones son escasísimas, sólo ocurren de
manera accidental, aunque un virus podría
modificar el ADN. Siempre que una célula se
divide (mitosis), a su vez se reproduce tal cual el
ADN. También se ha comprobado la incidencia
de factores ambientales en ciertas alteraciones
genéticas, las que se manifiestan como
alteraciones fenotípicas.
El enigma de los vivientes podría descifrarse
si a nuestro alcance estuviera la posibilidad de
estudiar a profundidad uno de estos compuestos;
que es lo que viene haciéndose con la
macromolécula ADN (ácido desoxirribonucleico),
en cuya conformación química codificada se
encuentra toda la información necesaria para
controlar, mantener y construir un organismo
vivo.
En el Centro de Regulación Genómica CRG
el grupo de investigadores españoles liderado
por Xavier Estivill90acaban de demostrar cómo la
variabilidad del genoma humano es diez veces
mayor de lo que se pensaba hasta ahora, además
de concluir que:
La diferencia entre dos personas no sería la
de un millón entre más de 3.000 millones de
nucleótidos que componen el genoma humano,
sino en más de veinte millones de nucleótidos.
Los nucleótidos se agrupan en al menos 1.400
regiones del genoma, enlazando genes en forma
de un complejo entramado vial de carreteras o en
forma de una serie de puzzles casi iguales, pero
con ligeras variaciones.
Las regiones se parecen mucho entre ellas,
haciéndose necesario interpretar cada pieza para
saber la posición correcta a ocupar. No hay un
genoma humano único, sino varios genomas, por
lo que el genoma humano publicado hace pocos
años tan sólo sería uno de dichos puzzles, que se
organizan de distintas formas según la variabilidad
de cada una de las regiones.
Esta investigación será de mucha importancia
no sólo para comprender cómo funcionan aspectos
de nuestra biología que son fundamentales para la
Adaptación al entorno, sino también para descubrir
las claves sobre la razón de nuestras enfermedades
más catastróficas..
Pero también estaríamos ad portas de tener que
afrontar el problema de la inminente incidencia
de una variable artificial, como la manipulación
genética, en nuestro proceso evolutivo. Es un
riesgo insoslayable, para bien y para mal.
Una idea justa para una causa justa sería pensar
que la posibilidad de intervenir en las características
biológicas para reorientar la evolución de la especie
humana podría implicar regresos en los estadios
de la evolución biológica, llevándonos entonces
a ser providentes en contrarrestar tal retroceso en
el movimiento evolutivo del ser humano, para que
nuestra realización entre natura y cultura no quede
impregnadadelaimprontadeundesgarramientoen
nuestro paquete genético.
No obstante, el Hombre, como animal superior e
inteligente que es, sabrá desplegar el sentido común
para no pretender determinar lo que por su misma
naturaleza es complejo e indeterminable; como
el ser social que es sabrá extraer de sus vivencias
y experiencias las lecciones de la vida que le
aconsejarán poner los pies en tierra y no dejarse
llevar por su arrogancia y prepotencia. No nos faltará
la sindéresis para desistir de hacer nacer a alguien
con su destino previamente escrito y determinado.
“Uno de los hallazgos de la biología molecular es
que existen secuencias de bases sensibles a la acción
de factores ambientales determinados, como los
que se pueden encontrar en algunos puestos de
trabajo... pero también puede conducir a que las
empresas encaminen sus esfuerzos no a modificar
las circunstancias medioambientales de sus centros
de trabajo, ni a introducir cambios estructurales, sino,
simplemente a buscar empleados genéticamente
resistentes, lo que tal vez conduciría a nuevas clases
o castas sociales”91
90 El País.com, Madrid, EFE 22/11/2006
91 SÁNCHEZ RON, José Manuel. Diccionario de la Ciencia; Planeta, Colombia, 1997, pág. 159
Canto General
137
En la propiedad del ADN de “replicarse” o
auto copiarse a sí mismo de manera exacta
(reproducirse) su material genético, de tal manera
que la cadena original produce otra nueva, está
la explicación de que la información hereditaria
pase de generación en generación.
La manera como se duplica la información
genética fue explicada por los científicos Watson
y Crick que, apoyados en los datos previamente
registrados por Rosalind Franklyn en su famosa
fotografía de la doble hélice del ADN, tuvieron la
suficiente intuición para descubrir cómo a partir
de cada cadena vieja se formaba el molde para la
producción de una nueva. Que si había una “T”
presente en la cadena vieja sólo se ubicaría una
“A” en el lugar adecuado de la cadena nueva y
que una “G” sólo se aparearía con una “C”, y así
sucesivamente hasta que cada cadena produce una
copia de la cadena original, produciéndose las
réplicas exactas de la molécula.
El inicio de la replicación del ADN es una
secuencia específica de “nucleótidos” que requiere
de unas proteínas especiales iniciadoras y de las
enzimas que son las que rompen los puentes de
hidrógeno, abriendo así la hélice para que pueda
ocurrir la replicación. Entonces, la propiedad del
material genético para llevar información sólo
sería cumplida por la molécula de ADN con su
secuencia de bases. El ADN sería el portador y
transmisor de la información genética.
Al descubrir la doble hélice estructural del
ADN, J. D. Watson pudo decir que, como ya había
sucedido con Laplace ante una pregunta de
Napoleón, no necesitó de la hipótesis de Dios.
La Vida gobernada por las Proteínas
El “Genoma” es el conjunto de las diferentes
moléculas de ADN de una célula. El“Transcriptoma”
es el conjunto de los mARN presentes en una célula
producto del proceso de transcripción del ADN
en el mARN. El “Proteoma” es el conjunto de las
proteínas formadas a partir de los mARN.
Como un solo “gen” puede producir varios
mARN, a partir de los cuales se forman las
“proteínas”, son mucho más complejos los procesos
de Transcriptoma y Proteoma que el de Genoma, ya
que mientras éste es idéntico en casi todo tipo de
células aquéllos son variables y distintos para cada
tipo de células, debido a que el medio ambiente los
modifica.
En el complejo funcionamiento de una célula
viva, las “proteínas” son el producto final de la
actividad del Genoma.
138
Las “proteínas” son los constituyentes más
importantes de la “materia viva”. Lo característico
de cada una de las 100 mil diferentes proteínas
existentes en el cuerpo humano es la combinación
entre el número de aminoácidos que contiene, el
tipo de estos aminoácidos y el orden en que éstos se
encuentran acomodados a lo largo de la cadena de
la “proteína”.
Igual que los aminoácidos (C4, O2, N, H4),
las “proteínas” son biomoléculas por lo general
conformadas por Carbono (C), Hidrógeno (H),
Oxígeno (O) y Nitrógeno (N), siendo frecuente
encontrar en ellas Azufre (S), y en algunas
“proteínas” podrían encontrarse otros elementos
como Fósforo (P), Hierro (Fe), Magnesio (Mg)
y Cobre (Cu) Las “proteínas” son polímeros de
aminoácidos (monómeros)
En todas las células de nuestro cuerpo se presenta
el proceso de sintetizar “proteínas”, haciendo esto
que las características funcionales de cada célula
dependen de los tipos de proteínas que es capaz de
fabricar.
Las “proteínas” se inician a partir de los
“enlaces péptidos”, uniendo aminoácidos para
formar “péptidos”, cuyo fuerte enlace covalente se
establece entre el grupo carboxilo de un aminoácido
y el grupo amino del siguiente aminoácido,
provocandoinmediatamenteeldesprendimientode
una molécula de agua.
En parte, la unidad de la vida actual se demuestra
por el hecho de que todos los organismos están
compuestos de “proteínas”, creadas a partir de los
mismos Aminoácidos. Las sustancias complejas
de la Vida tienen la forma de largas cadenas
de Aminoácidos, que vienen a conformar las
“proteínas”. Éstas, son formadas mediante cierto
mecanismo que se inicia con los Aminoácidos,
ofreciéndose así otra explicación científica y
plausible de la teoría de la Evolución.
Entonces, las proteínas sólo son polipéptidos;
sonunasustanciabiológicacompleja,indispensable
para los organismos vivos; son moléculas orgánicas
solubles en agua, compuestas por carbono, oxígeno,
hidrógeno y nitrógeno; y se agrupan en complejos
enjambres de gotas flotantes o “coacervados”, en
raudo camino hacia la Vida.
Nos dice Francisco Sierra Gutiérrez que gracias
a la reducción biológica desarrollada por Jacques
Monod una de las grandes conquistas de la biología
moderna consiste en mostrar cómo se efectúa la
síntesis de las proteínas en las moléculas, ya que en
el comportamiento de las moléculas estaría la clave
de la explicación de todo comportamiento humano.
Canto General
Acá hay un riesgo, puesto que se caería en el
reduccionismo de ver que fenómenos tales como la
culturaestaríangerminalmentedescritoscomoseries
de variaciones en las combinaciones moleculares de
manera inteligible o por azar.
No obstante, aún nos preguntamos por qué en
el caso de un feto que al tercer mes no ha recibido
todos los nutrientes que le son necesario recibir,
automáticamente dicho feto se angustia ante la
carencia como si estuviese consciente de estar
adquiriendo la condición de desnutrido, y que tal
angustia la llevará de por vida después de nacer hasta
el punto de que si a los sesenta años, por ejemplo,
llega a hacerse multimillonario la supuesta nueva
seguridad no evitaría que desde el páncreas no se
sigan recibiendo los mismos mensajes de angustia
enviados cuando se era feto.
Como si nuestro comportamiento fuese un
efecto simpatía, ni más ni menos que del mismo
comportamiento de las células.
Síntesis de Proteínas a partir de los Aminoácidos
El fenómeno de sintetizar “proteínas” es el
verdadero artífice de la función de la célula y de
la vida, ya que las “proteínas” constituyen las tres
cuartas partes de los sólidos de nuestro cuerpo.
Lo característico de un Aminoácido es el poseer
unnúcleocentralcomún,formadopordosátomosde
Carbono, dos de Oxígeno, uno de Nitrógeno y cuatro
de Hidrógeno. No existe una relación directa entre
los aminoácidos y la célula, ya que inmediatamente
losaminoácidosatraviesanlamembranacelularpara
entrar en la célula, se combinan automáticamente
unos con otros transformándose en “proteínas”.
Los “aminoácidos” tuvieron que presentarse
en la Tierra antes de que surgiera la vida, cuando
abundabanenlaatmósferayenlasuperficieterrestre
los elementos que los componen, iniciándose desde
entonces el proceso donde cada uno de los veintiún
Aminoácidos básicos, a medida que uno se iba
tocando con el otro, el extremo H de uno de ellos se
acerca al OH del otro, formando el agua (H2O) que
sirve como enlace entre uno y otro.
Dos Aminoácidos se combinan para formar
un “péptido”, y de ahí en adelante se dispara la
secuencia de formación de los “polipéptidos”.
Se calcula que somos portadores de más o
menos 1900 tipos de aminoácidos, responsables
de las características constitutivas de tejidos y
órganos, pero los “aminoácidos esenciales” serían
24. Aunque algunos científicos sólo reconocen 19,
ahora prolifera la creencia de que algunos humanos
superdotados portan 25 aminoácidos esenciales.
Canto General
Los “aminoácidos” una vez activados se acoplan
al ARN de transferencia, de tal manera que un
solo aminoácido se fija a una molécula de ARN, la
que a su vez tiene como función transportar los
aminoácidos desde su lugar de almacenamiento
en el citoplasma hasta esos talleres de ensamblaje
móvil de las proteínas que son los “ribosomas”, en
donde se efectúa su acoplamiento.
De las descargas eléctricas sobre las mezclas
gaseosas (metano, amoníaco, agua) presentes
en la atmósfera primitiva de la Tierra, se
formaría el Caldo en el que surgirían las cadenas
de “aminoácidos”, los que se desarrollarían
perfeccionando su estructura secundaria
acercándose a los ácidos nucleicos y situándose
en la antesala de las proteínas.
Los “aminoácidos” son los más simples de los
prótidos; son ácidos orgánicos que fungen como
los constituyentes elementales de las “proteínas”
(estructuras complejas), siendo el más simple de los
aminoácidos la “glicocola”.
Son moléculas (monómeros) que campean por
nuestro cuerpo dentro de las “proteínas”, de los
cuales poseemos 21 variedades, pero rara vez los
encontramos libres en las células.
Su contenido o composición química es la de un
grupo carboxilo (-COOH) asociado con el grupo
amino (-NH2); su forma la de una combinación
en cadenas largas mediante “enlaces peptídicos” y
su cantidad varía según la clase de “proteína”, que
en la más simple serían 20 y en la más compleja
podrían ser varios cientos de miles.
Un Aminoácido combinado con otros
Aminoácidos forma una “cadena peptídica” dentro
de la “proteína”, pero según fuere la complejidad
de ésta podría contener varias cadenas peptídicas
enlazadas entre sí a través de “puentes de
hidrógeno”.
El acoplamiento de aminoácidos da como
resultado unas macromoléculas de “prótidos”,
las que a su vez devienen en las estructuras más
complejas de las “Proteínas”. Ante la presencia de
agua durante el proceso de digestión, las“proteínas”
se escinden de nuevo en Aminoácidos.
La unión de los Aminoácidos presentes en la de
una célula viva genera un “péptido”; si la molécula
se dispusiera a enlazar un número no mayor de 10
Aminoácidos, sería un “oligopéptido”; si necesitara
hacerlo con más de 10 sería un “polipéptido”; y si
son más de 50 Aminoácidos de un mismo tipo se
hablaría entonces de la “Proteína”.
Los Aminoácidos se van enlazando a medida
que se produce la síntesis de Proteínas.
139
Los elementos que intervienen en la“biosíntesis
de las proteínas” son: El Núcleo celular, los
Ribosomas, el ADN, el ARN mensajero, el ARN de
transferencia y los Aminoácidos.
La síntesis de proteínas se realiza mediante un
proceso en el que: a) el ADN da la información
necesaria para la síntesis de una proteína
determinada; b) la información es transportada
por el ARN hasta los ribosomas; c) los ribosomas
empiezan a recibir los aminoácidos traídos
por un tipo especial de ARN; d) los ribosomas
ensamblan los aminoácidos de acuerdo con la
orden establecida en el mensaje dado por el
ADN y transportado por el ARN; e) se forman las
largas cadenas de aminoácidos y se dan origen
a los polipéptidos; f ) dos o más polipéptidos se
fusionan y forman la proteína específica.
De los 21 Aminoácidos, los 10 que no son
sintetizados por nuestro organismo son: Treonina,
Lisina, Metonina, Arginina, Valina, Fenilalanina,
Leucina, Triptofano, Isoleucina e Histidina, los
que son considerados por esta misma razón como
Esenciales. Los otros 11 que sí son sintetizados
por nuestro organismo son: Glicina, Alanina,
Serina, Cisteína, Ácido aspártico, Ácido glutámico,
Hidroxilisina, Cistina, Tirosina, Prolina e
Hidroxiprolina.
Como la cantidad de Proteínas almacenada
por cada Célula es limitada, ocupando tan sólo el
10% de su región citoplasmática, una vez copada
su capacidad los Aminoácidos se desdoblan y
metabolizan en forma de energía. Y al ingerir
Proteínas, las ya presentes en el cuerpo reversan
su proceso desdoblándose en Aminoácidos, los
que no producen nuevas Proteínas sino que se
des-aminan y oxidan, presentándose así una
obligada pérdida de Proteínas en el cuerpo en la
cantidad de 30 grs. diarios, razón por la cual para la
seguridad nutricional se recomienda un consumo
entre 30 gr. y 75 gr. de proteínas por día.
En nuestra alimentación, no ingerir los
aminoácidos no esenciales (11) no es problema,
puesto que nuestras células están en condiciones
de sintetizarlos; pero de no ingerirse los
aminoácidos esenciales (10), simplemente no
se daría la síntesis de proteínas. Una vez que los
10 aminoácidos esenciales o necesarios entrar
a formar parte de los líquidos corporales, todos
a una los 21 aminoácidos rodean la célula para
introducirse en ésta y permitirle ahora sí acelerar
la síntesis de proteínas, las que iría almacenando
en su interior.
140
Los Aminoácidos sólo son almacenados dentro
de la célula en forma de“proteínas”y el nicho donde
se realiza el proceso de síntesis de proteínas sería el
“gen”molecular. De no ingerirse los 10 aminoácidos
esenciales, incluso en el caso de ingerir 9, los
consumidos resultarían inocuos debido a que las
células fabrican proteínas completas o no fabrican
ninguna, y los aminoácidos presentes empezarían
a des-aminarse y oxidarse con el consecuente
faltante de proteínas en el organismo. La inanición
o pérdida de proteínas se compensaría con la
ingesta de carbohidratos, obteniendo de éstos
la energía faltante; si consumimos carbohidratos
economizaríamos proteínas, al eximirla de que
nos faciliten la energía que necesitamos.
Estructura funcional de las Proteínas
No todas las proteínas son iguales en todos
los organismos, siendo que cada individuo posee
proteínas específicas tan suyas que puede rechazar
algún implante u órgano transplantado.
Con base en la semejanza entre Proteínas podría
establecerseelgradodeparentescoentreindividuos
y construirse el respectivo “árbol filogenético”.
Las Proteínas, asumen determinados caracteres
físicos, adoptando forma Fibrosa o Globular. Las
Fibrosas o no activas (colágeno, tubulina) sirven de
andamiaje, estructura o esqueleto para las células.
Las Globulares o activas realizan las actividades
catalíticas (reacciones químicas).
Si la Proteína está formada sólo por la cadena de
aminoácidos es Sencilla y se llaman“Holoproteínas”;
si lleva alguna sustancia más (glúcido, lípido, metal)
es Conjugada y se llaman “Heteroproteínas.
Las “Holoproteínas” pueden ser Globulares
y Fibrosas. Las Globulares son “prolamidas”
(zeína-maíz, gliadina-trigo, hordeína-cebada),
“gluteninas”
(orizanina-arroz),
“albúminas”
(seroalbúmina-sangre,
ovoalbúmina-huevo,
lactoalbúmina-leche), “hormonas” (insulina,
prolactina, tirotropina) y “enzimas” (hidrolasas,
oxidasas, ligasas, liasas, transferasas). Las Fibrosas
(fibrilares) son “colágenas” (tejidos, tendones,
cartílagos y huesos), “elastinas” (tejidos, tendones,
vasos sanguíneos), “queratinas” (pelos, uñas,
plumas, cuernos) y “fibroínas” (sedas, telarañas)
Las “Proteínas conjugadas” son sustancias no
proteínicas: “nucleoproteínas”, “mucoproteínas”,“li
poproteínas”, “cromoproteínas”, “fosfoproteínas” y
las “metaloproteínas”. Las “Proteínas plasmáticas:
“albúminas”, “globulinas” y el “fibrinógeno”, que
casi en su totalidad son fabricadas por el Hígado.
Canto General
Las “Heteroproteínas”: Las “glucoproteínas”,
las “lipoproteínas”, las “nucleoproteínas” y las
“cromoproteínas”, que están conformadas por una
fracción proteínica más un grupo prostético (no
proteínico).
Las Heteroproteínas-gluco: las “ribonucleasas”,
las “mucoproteínas”, los “anticuerpos” y las
“hormonas luteinizantes”. Las Heteroproteínas-lipo
son las que transportan lípidos en la sangre. Entre
las Heteroproteínas-núcleo están la “cromatina” y
los “ribosomas”. Las Heteroproteínas-cromo que
transportan el Oxígeno son la “hemoglobina”,
la “hemocianina” y la “mioglobina”, y las que
transportan electrones son los “citocromos”.
Si se trata de una secuencia de aminoácidos, se
habla de una Estructura “primaria” de la Proteína,
indicándonos qué aminoácidos componen la
cadena y en qué orden se encuentran. Si no se
da la estructura primaria, no podrían manifestarse
las siguientes, ya que según sea la conformación
espacial de su estructura primaria cada una de las
proteínas cumple una determinada función, es decir,
una alteración en la estructura primaria podría hacer
perder determinada función.
Si se trata de informar la disposición adquirida
por estas estructuras primarias en el espacio, se
habla de Estructuras “secundarias” (alfa-hélice y
beta-zigzag).
Si se trata de informar sobre la disposición de la
estructura secundaria en el espacio, se habla de una
Estructura “terciaria” de conformación globular.
Si se trata de informar sobre una unión de
varias cadenas polipeptídicas (protómeros) con
estructuras terciarias, mediante enlaces débiles (no
covalentes), se habla de la formación de un complejo
“proteico” con Estructura “cuaternaria”. Proteínas
de estructuras cuaternarias serían, por ejemplo, la
“Hexoquinasa”, conformada por dos protómeros,
la “Hemoglobina” de cuatro protómeros y la
“Cápsida” del virus de la poliomielitis compuesta
por 60 unidades proteicas.
Las Proteínas sometidas a efectos eléctricos
(magnéticos), elevadas temperaturas o variaciones
de su pH, por ejemplo, pueden desnaturalizarse y
perder muchas de sus propiedades, debido a que se
ha roto su estructura terciaria, como en el caso los
huevos sometidos al calor extremo que se fritan o
cuecen. Si se recuperan las condiciones iniciales,
en algunos casos (no con todas las proteínas)
podría darse el proceso de renaturalización. Y las
alteracionesproducidasporsometersealosextremos
de temperaturas, presiones y/o pH se evitarían
mediante la intervención de las “Enzimas”.
Canto General
Las Hormonas, proteínas mensajeras
Las Hormonas son “holoproteínas” globulares
(no fibrosas), es decir, proteínas sencillas
conformadas sólo por aminoácidos. Sin las
“hormonas”, no se hubiese desarrollado la vida
humana. El ARN no es el exclusivo mensajero
de la Vida. Las “Hormonas” fungen de ser los
mensajeros químicos que viajando a través de la
sangre llevan recados de una célula a otra. Todas
las actividades del cuerpo, incluso la de pensar,
dependerían de las “Hormonas”.
Las Hormonas son el lenguaje químico
mediante el cual se comunican las células de un
órgano con las de otro, realizando así la función de
estimular y regular las funciones vitales de todos
los seres vivos (animal, vegetal, hongos, protista,
moneras). El sistema nervioso sólo puede asegurar
la coordinación entre los distintos órganos del
cuerpo, en la medida que las “hormonas” logren
coordinar las funciones de las células y de los
tejidos que forman dichos órganos.
Las Hormonas animales son segregadas por
las glándulas y la Hormonas vegetales por los
meristemos. Las glándulas segregan sustancias
orgánicas, pero no todas éstas son “hormonas”, ni
todas las glándulas segregan “hormonas”, ya que
las “hormonas” son segregadas por las glándulas
de secreción interna (endocrina), a diferencia de
otras secreciones como el sudor, las lágrimas y la
saliva que son vertidas por las glándulas por fuera
del torrente sanguíneo. Las glándulas que tienen
la competencia de segregar “hormonas” son la
tiroides, las paratiroides, las adrenales, el páncreas,
las gónadas, la hipófisis y la pineal.
El sistema “hormonal” (endocrino) tiene que
ver con los procesos de control y regulación
internos para que los diferentes órganos
funcionen correctamente, complementando así
los esfuerzos realizados por el sistema nervioso
cuya tarea es procesar las informaciones y
estímulos procedentes del medio externo que a
su vez son recibidas por todos los seres vivos. El
nivel de segregación de “hormonas” dependería
de la determinación genética y de la disposición
ambiental y cultural, además de depender del
mismo sistema endocrino (hormonal) en sí, ya que
éste al estar conformado por una serie de células
organizadas en glándulas y cúmulos celulares
puede liberar mensajeros químicos como las
“hormonas” que, viajando a través del torrente
sanguíneo, llevan los recados a regiones distantes
(larga distancia) poniendo en marcha alguna
función vital.
141
Las Hormonas funcionan sincronizada y
autorreguladamente ¿cibernéticas?, tal como la
“insulina” que es la Hormona del páncreas actúa
sobre los tres metabolismos de glúcidos, lípidos
y prótidos, favoreciendo los procesos de síntesis,
estimulando la incorporación de los aminoácidos
en las proteínas y facilitando su penetración en las
células.
Y son muchos los casos que explicarían uno
a uno porqué se presenta el maravilloso hecho
de que todos los órganos del cuerpo humano
sean Uno, necesaria y perfectamente articulados,
sincronizados e intercomunicados.
Las Enzimas, percutoras de la Vida
También las Enzimas son “holoproteínas”
globulares (no fibrosas), es decir, proteínas sencillas
conformadas sólo por aminoácidos.
Si bien la Célula es la unidad fundamental de
la Vida, en la base de los procesos bioquímicos de
ella juegan papel fundamental las “enzimas”, con su
competencia en catalizar, facilitar y agilizar procesos
sintéticos y analíticos. A la par de ello, tras de las
“enzimas” está el papel regulador ejercido sobre
éstas por los mismos “genes”.
Por su naturaleza, el origen de las “enzimas”
sería el mismo de las “proteínas”, si no es que son
las mismas proteínas, ya que unas y otras están
conformadas por aminoácidos, y éstos constituyen
los cimientos del edificio proteico. Enzimas y
Proteínasparecierantenerlamismaestructura,yaque
unas y otras se desnaturalizan a altas temperaturas,
al contacto con ácidos fuertes y metales pesados;
ofrecen las mismas propiedades de viscosidad y
solubilidad, sobre todo son igualmente solubles
en agua y soluciones salinas, y son insolubles en
alcohol.
La eficacia del funcionamiento de las “enzimas”
depende del pH, del medio donde actúan y de la
temperatura. El espermatozoide a pesar de no tener
citoplasma conserva un rico equipo “enzimático”.
Las“enzimas”son sustancias químicas que, según
sean las condiciones de temperatura, pH y presión,
funcionan como potentes y eficaces “catalizadores
orgánicos” (biocatalizadores), acelerando los
procesos de síntesis, degradación, oxidación, etc.;
químicamente son el compuesto o combinación de
carbono (C), Hidrógeno (H), oxigeno (O), Nitrógeno
(Ni), y Azufre (S). Las “enzimas” son catalizadores
“proteínicos”, reguladores de la velocidad de
reacción de los procesos fisiológicos propios de los
organismos vivos, cuyo habitáculo en el interior de
la célula es el citoplasma.
142
Las“enzimas” se estructuran en macromoléculas
o biocompuestos proteicos, por el mismo hecho de
ser proteínas, a partir de aminoácidos; son las más
importantes de las proteínas funcionales, ya que
intervienen y actúan como catalizadores naturales
en todas las reacciones químicas que se dan en los
organismos vivos; están localizadas en el citoplasma,
pero no forman parte de sus organelos celulares.
Estas macromoléculas proteicas son producidas
por las mismas células vivas; son proteínas con
aspecto de fermentos, producidas por las células
para acelerar los procesos de reacciones químicas,
mas no allí donde las condiciones no están dadas y
se hacen imposible dichas reacciones.
La estructura molecular de las “enzimas” es
de una forma geométrica tan específica que su
configuración superficial de entradas y salidas
facilita que en ella encaje (invaginación) otra
molécula como la del substrato sobre el cual esté
actuando. De ahí que las “enzimas” sean específicas
para un substrato determinado.
Por su función, los diferentes procesos
metabólicos como la locomoción, la excitabilidad,
la irritabilidad, la división celular y la reproducción,
dependen de la“actividad enzimática”, responsable
de que la aceleración de las reacciones químicas que
se dan al interior de la célula y en los otros procesos
fisiológicos de los seres vivos (vegetales, animales)
se adelante sin consecuencias adversas.
En cuanto biocatalizadores, las “enzimas”
reducen la energía de activación para poder acelerar
ciertasreaccionesquímicas,haciéndolasmásrápidas
o casi instantáneas, sin los riesgos de adquirir alguna
contraindicación o de producir algún subproducto.
De ahí que las“enzimas”actúen en pequeña cantidad
y se recuperen (regeneran) indefinidamente; no
se aventuren a ensayar reacciones (químicas) que
sean energéticamente desfavorables, ni pretenden
modificar el sentido de los equilibrios químicos,
sino que se limitan a acelerar las reacciones que
previamente han cumplido con los contenidos
requeridos para su realización.
Según sea el tipo de “enzima” presente en una
célula, así serán las propiedades específicas de esta
célula.
La característica más sobresaliente de las
“enzimas” es su doble y elevada especificidad que
explica porqué cada una sólo se especializa en
catalizar un tipo de reacción o solo una reacción
determinada, en la que cada “enzima” actúa sobre
un substrato y puede cambiarlo sólo de una cierta
manera, siendo su función siempre la misma pero
diferente de la función de las otra enzimas.
Canto General
Es decir, las enzimas trabajan según una función
específica actuando sobre un sustrato y generando
unos productos, sin subproductos, ya que la acción
catalítica de los “enzimas” actúa sobre un substrato
molecular (S) y cada reacción es producto del
proceso catalizador de una “enzima” específica.
Investigaciones adelantadas por la biología
molecular han descubierto cómo a partir del ácido
nucleico ADN se construyen las proteínas propias
de cada especie, en particular las “enzimas”, y cómo
las proteínas son“enzimas”cuando tienen actividad
enzimática. Además de ser proteínas, las “enzimas”
son compuestos químicos catalizadores biológicos
naturales (biocatalizadores) que tienen la función
de activar, desencadenar y acelerar las reacciones
químicas propias de la materia viva.
De las dos regiones de una “enzima”, una es
el grupo proteico “apoenzima” y otra el grupo
nucleótido “coenzima”; mientras la apoenzima
ejecuta el enlace específico entre la enzima y
el substrato, la “coenzima” dirige la reacción
bioquímica. Y para su buen funcionamiento, las
“enzimas” no podrían aparecer acomodadas al azar
dentro de la célula, sino en lugares muy precisos
dentro del citoplasma, lo más cerca posible de las
mitocondrias distribuidoras de la energía, aunque
éstas también se desplazan.
Las “enzimas” son sintetizadas por la célula de
acuerdo con la información suministrada por el
ADN contenido en los cromosomas. Con la sola
presencia de un substrato reclamando una“enzima”
que actúe sobre él, la célula induce la producción de
dicha “enzima”.
Un posterior y más detallado estudio sobre
los procesos de fermentación y de putrefacción
adelantado porelquímicoAntoine-LaurentLavoiser
(1743-1794) le permitiría corregir su afirmación de
quelafermentaciónpodíaserconsideradacomouna
reacción química cualquiera, demostrándose cómo
la putrefacción y la fermentación eran provocadas
por la presencia de bacterias y levadura.
J. Jacobs Berzelius (1779-1848) observa cómo
de la Levadura se podía extraer una sustancia capaz
de regular ciertos procesos químicos, como aquellos
en los que por la acción del jugo salival el almidón
se degrada en monosacáridos y disacáridos, cómo
se degradaba en disacáridos y dextrina a partir del
extracto de trigo y cómo se aislaban fermentos
a partir de los vegetales, concluiría que dicha
sustancia era un hongo unicelular que funcionaba
como el “catalizador” que aceleraba determinadas
reacciones químicas sin ser destruido ni aparecer en
los productos finales.
Canto General
Después en el siglo XX, Richard Kuhne (19001967) denominaría “enzimas” a dichas sustancias,
puesto que así se escribía en griego la expresión
“en levadura”, pero sin que la enzima pudiera ser
ninguna levadura, ni tener forma celular claro está.
Ahora se prenta un auge en las investigaciones sobre
las “enzimas” a partir de esa chispa generada por
la primera síntesis de la Enzima “Ribonucleasa”,
experimentada en 1969 por Merrifield en la
Universidad de Rockefeller
Con base en su forma geométrica definida en
cóncavos y convexos, las “enzimas” se invaginan
actuando sobre un determinado “substrato”, con
el que puedan encajar (invaginar) perfectamente,
produciendo un compuesto. El“substrato”se une a la
Enzima a través de numerosas interacciones débiles
como los puentes de hidrógeno, las electrostáticas y
las hidrófobas, en un lugar específico de su centro
activo. Este centro es una pequeña porción de la
“enzima”, constituido por una serie de aminoácidos
que interaccionan con el substrato.
Los“substratos”se denominan: Cofactor, cuando
se trata de iones o moléculas inorgánicas; Coenzima,
cuando es una molécula orgánica, siendo que
algunas “vitaminas” funcionan como coenzimas,
pero las deficiencias producidas por la falta de
vitaminas responden a que no se puede sintetizar
una determinada enzima en el que la vitamina es la
“coenzima”. En Biología el “substrato” es el medio
enelcualsedesarrollaunorganismo,enbacteriología
lo sería el medio cultivo y en horticultura el suelo
sobre el que crecen los vegetales.
Según sea el tipo de invaginación y actuación
de la “enzima” sobre el substrato, se clasifican
en seis grupos: 1. Óxido-reductasas (Reacciones
de oxido-reducción); si una molécula se reduce,
tiene que haber otra que se oxide. 2. Transferasas
(Transferencia de grupos funcionales); grupos
aldehídos, grupos acilos, grupos glucosilos,
grupos fosfatos (kinasas) 3. Hidrolasas (Reacciones
de hidrólisis), que transforman polímeros en
monómeros. 4. Liasas 5. Isomerasas (Reacciones
de isomerización) 6. Ligasas
La enzima “ptialina” se produce en las glándulas
salivales y actúa en la boca sobre el substrato
Almidón (CH2O)n, produciendo la maltosa
C12H22H11; la “pepsina” se produce en las
glándulas gástricas y actúa en el estómago sobre
el substrato proteínas, produciendo péptidos; la
“renina” se produce en las glándulas gástricas y
actúa en el estómago sobre el substrato “caseína”
(proteína leche), produciendo péptidos; la“maltasa”
se produce en las glándulas intestinales y actúa en
143
el duodeno sobre el substrato maltosa, produciendo
glucosa C6H12O6; la “sacarasa” se produce en las
glándulas intestinales y actúa en el duodeno sobre
el substrato sacarosa, produciendo glucosa fructosa;
la “lactasa” se produce en las glándulas intestinales
y actúa en el duodeno sobre el substrato lactosa
(azúcar de leche), produciendo glucosa galactosa;
la “tripsina” se produce en el páncreas y actúa en
el duodeno sobre el substrato péptido, produciendo
aminoácidos; la “lipasa” se produce en el páncreas
y actúa en el duodeno sobre el substrato grasas,
produciendo ácidos grasos (glicerol); la “nucleasa”
se produce en las glándulas intestinales y actúa
en el duodeno sobre el substrato ADN y ARN,
produciendo nucleótidos.
El “pH” y la Temperatura influyen en la velocidad
de la acción de las enzimas (reacciones enzimáticas).
El pH puede afectar el centro activo donde se
encuentran aminoácidos con grupos ionizados y
la ionización de aminoácidos que no están en el
centro activo puede provocar modificaciones en
la conformación de la Enzima. A temperaturas
bajas las “enzimas” se muestran muy rígidas y a
temperaturas altas (mayor de 50º) la actividad cae
bruscamente.
Comoproteínaquees,la“enzima”sedesnaturaliza
de la misma manera que se desnaturaliza un huevo
puesto a elevadas temperaturas.
Sin las “enzimas” no hubiese podido surgir la
Vida. La Vida también es expresión de una cadena
de procesos enzimáticos, los más simples como el
proceso de formación de hidratos de carbono que es
producto de la interacción entre el H2O y el CO2, o
los más complejos como el proceso de la clorofila
que mediante una cadena de complejas reacciones
transforman compuestos inorgánicos (agua y
anhídrido carbónico) en alimento animal. Una
deficienciaosobreactuacióndelafunciónenzimática
redunda en una determinada enfermedad.
Las Vitaminas
Las Vitaminas no son moléculas ni sustancias
orgánicas, sino sustancias químicas que no poseen
un valor nutritivo pero que son fundamentales
para la conversión en energía de los componentes
nutritivos básicos de los alimentos y la regulación
de muchas funciones de nuestro cuerpo.
Como nuestro organismo no las produce, ni
puede sintetizarlas, necesita adquirirlas de los
alimentos de origen vegetal y animal, y en ningún
caso puede prescindirse de ellas, puesto que su
carencia ocasionaría enfermedades, infecciones
y disfunciones en el desarrollo y la vitalidad del
organismo.
144
Estas sustancias químicas indispensables
para el buen desarrollo de los organismos vivos
también son muy necesarias en la actividad de
determinadas “enzimas”, ya que pueden funcionar
como “coenzimas” facilitando así diferentes
procesos metabólicos. Las Vitaminas con función
de “coenzimas” podrían considerarse como un
segundo substrato, ya que sus cambios químicos
compensan y se equilibran con los realizados sobre
el substrato principal.
Una carencia de vitaminas origina importantes
defectos metabólicos y enfermedades, como pudo
ocurrirle a los tripulantes de los veleros ingleses en
el siglo XVIII que siempre adquirían el escorbuto
en sus largos viajes, hasta que incluyeron en su dieta
los cítricos y no volvieron a sufrirlo, investigándose
después que la sustancia sanadora era el ácido
ascórbico, después llamado Vitamina C.
Otros ejemplos: La carencia de vitamina A,
indispensable para mantener el tejido epitelial
y regular las funciones de la visión, produce
ceguera nocturna y facilita la invasión de microorganismos; la carencia de vitamina C (ácido
ascórbico), indispensable para el mantenimiento
de los tejidos óseos, produce el escorbuto; la
carencia de vitamina B1 (tiamina), indispensable
para el sistema enzimático de los tejidos, produce
la anorexia y la baja presión sanguínea; la carencia
de vitamina B2 (riboflavina), indispensable para el
sistema enzimático respiratorio, produce dermatitis
y lesiones en las mucosas; la carencia de vitamina
B3 (ácido pantotínico), produce la fatiga y los
trastornos del sueño; la carencia de vitamina B5
(niacina), indispensable para el funcionamiento de
las enzimas, produce la pelagra aguda; la carencia
de vitamina B6 ( piridoxina), que actúa como
enzima esencial para la síntesis de la hemoglobina,
produce deficiencias en el sistema nervioso central,
la depresión y la anemia; la carencia de vitamina
B12 (cobalamina), indispensable para la síntesis del
ADN y la maduración de glóbulos rojos (eritrocitos),
produce lesiones en el sistema nervioso; la carencia
de “biotina”, indispensable factor enzimático,
produce deficiencias metabólicas de síntesis; la
carencia de Vitamina D, calcificadora que fija las
sales de calcio necesarias para la reconstrucción
de los huesos y aumenta la resistencia a las
infecciones, se encuentra en el aceite de hígado de
bacalao y la yema de huevo, produce el raquitismo
y la osteomalacia; la carencia de Vitamina K, útil
en la coagulación de la sangre, y se encuentra en
las espinacas, la coliflor y la zanahoria, produce
hemorragias por las causas más insignificantes.
Canto General
Las Mitocondrias
En la reconstrucción del árbol genealógico
de la especie cuenta la Teoría evolucionista del
“humanoide cognado”, diferente de otras como
las mutaciones y los intercambios genéticos.
Como sólo la madre transmite las Mitocondrias
a los hijos, sería de la naturaleza humana tener
una condición Ductriz (femenina), ya que las
Mitocondrias del varón mueren en el momento
que el espermatozoide fecunda el óvulo,
sobreviviendo sólo las de la mujer.
El ADN mitocondrial y el cromosoma Y son
ideales para la reconstrucción de árboles o cadenas
evolutivas, debido a su escasa recombinación.
Mientras que del cromosoma Y se obtiene un ADN
exclusivamente masculino, el ADN mitocondrial es
de naturaleza femenina. Desde la aparición de la Eva
mitocondrial hace 100.000-150.000 años, se estima
que han ocurrido cambios en el ADN mitocondrial
cada 2000-3000 años..
Sin las Mitocondrias tampoco hubieran surgido
los vivientes, al no poder utilizar el Oxígeno. Están
presentes en todas las células vivas evolucionadas,
en particular las células eucarióticas.
Recordemos que de las 25 moléculas diferentes
de ADN que existen en el organismo humano, 24
de ellas constituyen el ADN presente en el núcleo
de la célula y que la molécula de ADN especial se
encuentra en las mitocondrias.
Son orgánulos localizados en el citoplasma que
funcionancomoverdaderascentralesdeproducción
de energía. Como pequeña célula (orgánulo) en el
interior de una célula, la “mitocondria” contiene un
ribosoma, lugar donde se realiza la “síntesis de las
proteínas”.
Tienen una vida propia, más o menos
independiente de la célula en que se encuentran, ya
queeldesarrollodelasmitocondriasesindependiente
del de la célula. No es extraño que se localicen
fuera del núcleo de la célula, nadando en el líquido
existente entre el núcleo y la membrana celular, tal
como hace tres mil millones de años nadaban en las
aguas primitivas de la Tierra respirando Oxígeno.
Como se encargan de la respiración celular, al
utilizar el Oxigeno aportado por la respiración para
producir energía las calorías que se liberan a partir
de las glucosas son almacenadas en el ATP.
Las “mitocondrias” son en las células animales
lo que los cloroplastos son en las células vegetales.
Sonpequeñosorganeloslocalizadosenlascélulasde
los organismos eucarióticos; tienen la forma de una
microscópica esfera que constituye el “condrioma”
o conjunto de todas las mitocondrias de una célula.
Canto General
Algunos miles de millones de años atrás, el
proceso de laVida estaría pasando por la generación
deenergíamitocondrial,producidaprecisamentepor
unas bacterias o mitocondrias, las que al ser tomadas
en forma de Oxígeno por otros microorganismos
daría cuerpo a lo que hoy conocemos como la
Célula, y así se desataría el proceso de la Vida.
Los cambios de las proteínas y los ADN
cromosómicosseacumulancondemasiadalentitud,
dificultando su observación con el propósito de
poder dar una información oportuna acerca de
la historia de la evolución, pero gracias al uso de
ciertas supercomputadoras se están consiguiendo
revolucionarios avances en el estudio del ADN;
considerándose también la posibilidad de dedicar
similares esfuerzos en el estudio de las moléculas de
“genes mitocondriales”, ya que el reloj mitocondrial
funciona 10 veces más rápido que el reloj nuclear.
Conclusiones científicas como la de un código
genético universal, donde el genoma de la progenie
de organismos se reproduce sexualmente mediante
la combinación de genes maternos y paternos, están
quedandoenentredicho,puestoquelosmitocondrios
u orgánulos energéticos de la célula eucariota,
contienen su propio ADN, el que se replica dentro
del orgánulo y se forman nuevos mitocondrios por
división simple, los que, a su vez, se transcriben.
Además, una molécula de ADN de mitocondrios es
más fácil de secuenciar porque sólo combina 16.569
pares de bases y los depositarios de la información
genética serían los genes mitocondriales, mas no el
ADN cromosómico.
El Adenosín-Trifosfato ATP
El ATP es la molécula universal inherente a
todos los organismos vivos de la que emerge la
energía requerida para poder fabricar la Vida.
Si la Vida es todo aquello capaz de capturar
energía de sus alrededores, procesándola,
conservándola y liberándola, entonces la energía
no está en las mismas entrañas del organismo,
mucho menos cuando ya hemos precisado que
los sistemas más abiertos son los de la Vida.
Pero sí necesitamos saber cómo se las arregla el
organismo vivo en su lucha contra el equilibrio
termodinámico entrópico, capturándole energía
libre y neguentropía a sus alrededores.
Una característica de los seres vivos es adelantar
procesos de “metabolismo”, ya sea mediante
síntesis, degradación y/o transformación, que
son procesos químicos de obtención, gasto o
conservación de energía. La obtención de energía
es un proceso metabólico de “degradación”,
145
y aunque la síntesis implica un gasto de
energía en realidad ocurre una transformación,
manteniéndose constante la energía.
El normal funcionamiento de los seres
vivos requiere de la obtención de energía
(degradación), para lo cual dichos organismos
han conseguido un sistema mediante el cual
toman moléculas combustibles (azúcares) del
medio y las “degradan” hasta obtener de ellas la
energía necesaria.
El ATP o fosfato orgánico es un compuesto
orgánico de alta energía, en forma de una
macromolécula pre-celular, utilizado en todas
las funciones de los organismos que requieran
de energía; formado a partir de los fosfatos y los
fosforados presentes en los océanos primitivos,
que en la actual fase evolutiva se generan en el
proceso respiratorio de la célula.
Al romperse el ATP en otras moléculas, el
Adenosín difosfato (ADP) y el ácido fosfórico,
libera energía. La energía exigida o requerida para
las actividades de las células, de los organismos y
de los seres vivos es tomada del medio externo y
almacenada bajo la forma de esta macromolécula
“adenosín trifosfato”.
Para el pleno funcionamiento la Célula siempre
tendrá a su disposición esta reserva de energía,
porque el ATP tiene la propiedad de regenerarse
a partir de la misma respiración realizada por
la Célula en el ámbito de sus mitocondrias y de
enzimas como los citocromos. El ATP sería como la
batería de acumulación de todos los organismos.
Tanto el ATP como el ADN tienen un compuesto
común, la Adenina.
Todas las reacciones químicas que se dan en los
seres vivos para la obtención y gasto de energía
conforman el “metabolismo”, que puede ser de
síntesis (anabolismo), degradación (catabolismo)
y transformación.
La síntesis implica gasto de energía; la
degradación implica ganancia de energía; la
transformación implica que se conserva la
cantidad de energía. Con respecto a la Síntesis,
por su importancia se recomienda tener muy
presente la “síntesis de proteínas” y Fotosíntesis.
La Fotosíntesis es un proceso mediante el cual los
organismos vegetales sintetizan toda la materia
orgánica necesaria para vivir, utilizando la energía
lumínica como fuente primaria del proceso,
produciéndonos a su vez unas moléculas ricas
en energía que son aprovechadas por otros seres
vivos y purificándonos la atmósfera al capturar el
CO2 y brindarnos el oxígeno (O2).
146
En presencia de levaduras se da un proceso de
fermentación donde la glucosa, una vez atacada
por la levadura y después de una compleja
serie de reacciones químicas, no sólo requiere
de la intervención de varias “enzimas” para la
obtención de alcohol y gas carbónico, sino que el
resultado final para la célula y el organismo es una
regeneración del ATP a partir del ADP.
Es decir, el ATP tendría que ver con el proceso
anaeróbico de fermentación (sin O2) y el proceso
aeróbico de respiración (con O2).
El Mapa del Genoma Humano
El Genoma Humano es el conjunto de
instrucciones precisas de carácter químico que
definen el conjunto de las diferentes moléculas de
ADN que se encuentran en cada una de nuestras
células. Robert Sinsheimer y Charles de Lisi idearon
el Proyecto Genoma Humano en 1985
Aquella discusión sobre cuál era el lenguaje de
la vida, si el de las Proteínas (aminoácidos) o el
del ADN, o el del ARN ¿estaría siendo saldada en
favor del ADN?, aunque los verdaderos artífices del
funcionamiento de la célula son las proteínas. La
comunidad científica ahora discute si el código de
la Vida es el ADN cromosómico normal o el ADN
mitocondrial. Es posible que el ADN mitocondrial
heredado sólo de la madre es el que contiene la
historia del genoma humano, de la vida evolutiva
del Hombre, mas no de la Vida en general.
El ADN es el archivo de toda la información
hereditaria. Si se extendiera el ADN de una célula
humana en forma de hebra alcanzaría una longitud
de 2 metros; en el virus más simple puede suceder
una secuencia de 5.000 pares de bases; en cada
uno de los 46 cromosomas humanos puede ocurrir
una secuencia de 5,000.000 de pares de bases; y en
una célula humana su ADN podría contener una
información equivalente a 600.000 páginas de un
libro.
El Mapa del Genoma Humano es producto del
conocimiento acumulado por la humanidad, ya que
viene diseñándose desde 470 años antes del evento
inaugural del Gran Concilio cuando, entre otros
hitos, los babilonios celebran con ritos religiosos
la polinización de las palmeras; Aristóteles (-323)
especula sobre la naturaleza de la reproducción y
la herencia; en 1676 se confirma la reproducción
sexual de las plantas; en 1838 se descubre cómo
todos los organismos vivos están compuestos por
células; en 1866 Mendel descubre en los guisantes
las unidades fundamentales de la herencia; en 1871
se aísla el ADN en el núcleo de una célula; en 1887 se
Canto General
descubre que las células reproductivas constituyen
un linaje continuo, diferente de las otras células del
cuerpo; en 1909 las unidades fundamentales de la
herencia biológica reciben el nombre de genes; en
1910 Thomas Morgan presenta sus experimentos
con la mosca de la fruta, revelando cómo algunos
fragmentos genéticos son determinados por el sexo;
en 1943 el ADN es identificado como la molécula
genética por O. T. Avery, de la Universidad de
Rockefeller, quien demostraría cómo los factores
genéticos de una cepa bacteriana u otra similar se
transmitían gracias al ADN y, por tanto, el material
hereditario (genético) de los virus no era una
proteína sino el ácido desoxirribonucleico ADN.;
en 1956 se identifican 23 pares de cromosomas en
las células del cuerpo humano; en 1966 se descifra
el código genético completo del ADN; en 1983
se inventa la técnica PCR (reacción en cadena de
la polimerasa), que permite producir millones de
copias de una región específica de ADN, siendo
este PCR un instrumento esencial en el desarrollo
de técnicas de diagnóstico, medicina forense y la
detección de genes asociados con errores innatos
del metabolismo; en 1988 se crea la organización
HUGO para llevar a cabo el Proyecto Genoma
Humano; en 1995 se completan las primeras
secuencias de genomas de bacterias; en 1996 por
primera vez se completa la secuencia del genoma de
un organismo eucariótico, la levadura de cerveza;
en 1997 Ian Wilmut y su equipo de investigadores
clonan al primer mamífero, la oveja Dolly.
Uno de los logros científicos más importantes en
la historia de la ciencia moderna es el anuncio sobre
los resultados de la secuencia del ADN del genoma
humanoqueel26dejuliode2000hicierondemanera
conjunta los proyectos privado y público, dirigidos
respectivamenteporlosinvestigadoresCraigVenter,
quien se haría poderoso y rico usufructuando para su
peculio personal los resultados de una investigación
financiada con recursos públicos, y Francis S.
Collins.
Después de publicarse en el 2001 el mapa
provisional y en el 2003 la secuencia del Genoma
Humano, se vienen publicando avances sobre su
contenido,perotodavíanosalberganmásincógnitas
que certezas, ya que los nuevos datos obligan a la
comunidad científica a replantearse qué son los
genes y qué hacen.
Se creía que los genes eran unidades
independientes, separadas por huecos en los que
sólo había ADN basura (se estima que ocupa el
95% del genoma); que los únicos que podían
codificar eran los genes y que cada uno codificaba
Canto General
una sola proteína; pero hoy se sabe que los genes
no son unidades independientes, sino que muchos
se superponen actuando en red y compartiendo
información; que era falso eso de los genes basuras,
ya que todos cumplen una función vital. Esto es,
la estructura y el funcionamiento de un solo “gen”
ofrece todavía muchas incógnitas.
Por ahora, sabemos que:
La ciencia nos ha revelado el misterio de nuestros
nucleótidos A, C, G y T y la secuencia del genoma
humano, pero la misma célula aún nos oculta cosas
sobre el mARN que nos impiden predecir con
precisión la secuencia proteica basándonos sólo en
la secuencia de ADN. Y el mundo de los “genes” es
todavía más extraño, tanto que no sabemos cuántos
poseemos
De los aproximadamente 30.000, 66.000, 75.000
o 100.000 genes que unos y otros nos dicen que
poseemos aún nos quedan muchos por descubrir,
sin saberse cuándo tendríamos a la mano el catálogo
completo de los genes que componen el genoma
humano.
La información genética está codificada en
la secuencia de “nucleótidos” en las moléculas
de ADN; las moléculas de ADN determinan la
secuencia de aminoácidos en las moléculas de
proteínas y son los genes los que influyen en la
producción de moléculas específicas de proteínas.
Los “genes” son el tesoro oculto del ADN, pero
no son proteínas, así antes se le hubiese considerado
una Enzima, sino un Polipéptido. Y es el cambio en
un solo Aminoácido de una cadena polipeptídica el
causante de un dramático cambio en la función de
la proteína resultante.
Nuestro ascendiente común sería una molécula
original que, después de extraer energía de su
ambiente circundante, pudo producir copias de ella
misma y escribir su propio manual de supervivencia
en la Tierra, proceso este que no podría ocurrir de
no estar regido por el ADN.
Una vez descubierto que en el núcleo de la
célula se encontraban los cromosomas y que
dentro de los cromosomas venía empacado el
ADN, a manera de una madeja de entramadas
hebras (moléculas) alargadas ADN de dos metros
cada una, no sólo vendría la Biología a encontrar
nuevos campos de desarrollo y aplicación,
merced a los grandes saltos provocados por las
investigaciones sobre lo que ocurre dentro de
la célula, con respecto a la molécula de ADN, los
genes con sus mensajeros ARN, los cromosomas y
las proteínas, sino que la misma concepción de la
Vida y del mundo ha cambiado radicalmente.
147
No hay fundamento alguno para hablar de
razas humanas, ya que entre dos genomas de
diferente especie un considerable número de
genes comunes aparecen aproximadamente en
el mismo orden, como el caso del cromosoma
humano 21 que corresponde parcialmente de
manera estricta al cromosoma 16 del ratón,
complementado con parte de sus cromosomas 17
y 10. El Hombre y el ratón serían suficientemente
cercanos como para que haya entre sus genes
elevada correspondencia.
Ergo, nuestro ancestro la Geo-bioquímica
Así como hoy puede descubrirse qué estrellas
se aproximan a su muerte y calcular su masa,
arrojándonos una elevada correlación ente la
masa de una estrella y su longevidad, igualmente
se calcula que el sistema solar pudo formarse hace
5.000 millones de años. Con base en la velocidad
de transformación del uranio 238 en plomo 206 y
su consecuente degradación, la edad de la Tierra
estaría por los 4.500 millones de años. Y con base
en el estudio de las proporciones atómicas del
Carbono 14 y de los isótopos del Carbono, (C12 y
C13), se considera que la Vida habría aparecido en
la Tierra hace 4.000 millones de años.
Como sólo merced a la fuerza gravitacional
un Planeta puede atraer y retener los Elementos
originarios de su atmósfera, (la Luna no pudo
retener ninguno, Júpiter los retuvo todos y la
Tierra sólo algunos), se explica entonces porqué la
atmósfera originaria de la Tierra se conformó por
dos elementos gaseosos, Hidrógeno y Helio.
El H y el He, por ser químicamente los más
ligeros no pudieron ser retenidos por la atracción
terrestre, desapareciendo casi totalmente el Helio
por su escasa reactividad a entrar en enlaces
químicos y, en cambio, el Hidrógeno por su alta
propensión reactiva pudo diluirse en moléculas
de “metano” (CH4), “amoníaco” (NH3) y “agua”
(H2O), siendo estas tres sustancias las comadronas
de la Vida en la Tierra, la que a su vez produciría
al Oxígeno como su tutor. Luego vendrían los
Aminoácidos, las Proteínas, las Enzimas, los
Nucleótidos, el Adenosín trifosfato ATP y los
ácidos nucleicos (ADN y ARN), macromoléculas
orgánicas básicas de la materia viva.
Así, las reacciones químicas entre los Elementos
terminarían por producir el universo de los seres
vivos.
Mucho antes de que Oparin revolucionaria el
campo de las teorías de la Vida con su afirmación
de que las primeras formas de Vida aparecidas en
la superficie de la Tierra serían los “coacervados”,
ya Engels había intuido que el antepasado común
de la Biogénesis era el biocompuesto de las
“proteínas”.
“Todas las investigaciones químicas del mundo
orgánico nos retrotraen, en última instancia, a un
cuerpo, que, siendo resultado de procesos químicos
corrientes, se distingue de todos los demás por el
hecho de ser un proceso químico permanente que
se desarrolla por sí mismo: La Proteína. Cuando la
química logre obtener la proteína de la manera
específica en que evidentemente ha surgido, la del
llamado protoplasma, o más bien en ausencia de
ella, la que contiene potencialmente todas las demás
formas de proteína (lo que no quiere necesariamente
decir que sólo exista un tipo de protoplasma), se
habrá logrado exponer la transición dialéctica de un
modo real y, por tanto, completo”92
Las Proteínas, tan esenciales para que el ADN
se pueda multiplicar, son el producto de haber
utilizado C, H, O y N, elementos originarios de
la tierra primitiva, como materia prima; son
moléculas orgánicas, estructuradas en polímeros
de aminoácidos y dispuestos en una secuencia
lineal, tales como las enzimas, las hormonas, las
inmunoglobulinas (anticuerpos) y las presentes
en los huevos, semillas, membranas y músculos;
en las que sólo 20 o 21 tipos de aminoácidos, que
son las unidades estructurales de las proteínas,
intervienen en la construcción de ellas.
Isaac Asimov observa cómo todas las formas de
vida terrestre, sin excepción, están fundamentadas
en las grandes moléculas de “proteínas” y “ácidos
nucleicos”, ya que todas ellas utilizan la misma
clase de reacciones químicas, mediadas por la
misma especie de enzimas, además de que todas
las moléculas de proteínas de la Tierra están
construidas de “aminoácidos”.
Antes de que la ruta de la Vida comenzara
con el ADN y prosiguiera por etapas intermedias
de ARN, las ancestrales moléculas orgánicas
habían encontrado que la biomolécula ARN era
el sostén para empezar a configurarse como
“protocélula”. Ya se ha demostrado, por parte de la
neurociencia, cómo la esencia de la Vida está en el
escenario genético de moléculas ARN-ADN, en los
Aminoácidos, las Proteínas y las Mitocondrias.
92 ENGELS, Federico. Dialéctica de la Naturaleza; Grijalbo, México, 1961, pág. 218
148
Canto General
Y serían los Aminoácidos, enlazados entre sí
peptídicamente puesto que el grupo “amino” de
uno siempre tiende a conectarse o unirse con
el grupo “carboxilo” de otro, los constituyente
esenciaesl de esos compuestos de elevado peso
molecular denominados “proteínas”.
Para que en el Citoplasma pudieran producirse
las Proteínas se hace necesaria la participación
de los “ribosomas”, que son los responsables
de transcribir las instrucciones o información
llevada por el mensajero ARN en sus moléculas,
información que ha sido enviada por el ADN.
Investigaciones sobre los “ribozimas” o enzimas
primitivas esclarecen cómo las Proteínas o
“enzimas proteicas”son moléculas formadas por las
innumerables combinaciones de 20 aminoácidos
que funcionan como catalizadores biológicos,
pero también han descubierto cómo la molécula
del ARN puede funcionar como catalizador
biológico, diciéndose incluso que las precursoras
de las catálisis orgánicas serían esas moléculas de
ARN llamadas “ribozimas” (ribo-enzimas), las que
a su vez vienen siendo utilizadas para reparar,
sustituir o destruir moléculas de ARN.
Las Proteínas son vitales para la conformación
estructural de las células y para sus funciones
biológicas; actúan como factores nutrientes y de
reserva; en sus funciones de defensa forman parte
del sistema inmunitario, pudiendo actuar como
anticuerpos y ser capaces de neutralizar virus y
bacterias. Es tan prodigioso el servicio prestado
por las Proteínas, que también pueden fabricarse
con propósitos eco-ambientales, ya que a partir
de ellas pueden obtenerse fibras súper resistentes
como la las fibras producidas por las arañas y las
anguilas, totalmente biodegradables.
Somos portadores de unas 30.000 especies
diferentes de proteínas, formadas todas ellas por
las múltiples combinaciones entre los mismos
20-21 aminoácidos (¿o más?); tenemos proteínas
en forma de enzimas en nuestro estómago para
poder digerir los alimentos, en nuestros vasos
sanguíneos y el tejido de nuestra piel.
Merced a la participación de las proteínas, el
ADN puede fotocopiarse (duplicación, réplica) a sí
mismo en forma de mARN.
Pero ahora la ciencia nos dice que las proteínas
no tienen la propiedad de garantizar su propia
replicación precisa, ni son depositarias de la
información genética; que así como no lo era
la molécula de proteína tampoco lo es el ADN
cromosómico, sino otro tipo de molécula, la de los
“genes mitocondriales”.
Canto General
Esto nos urge identificar qué trozos o
segmentos de la larga cadena de ADN presente
en el cromosoma poseen realmente la actividad
propia de un “gen”, lo que requiere saber sobre su
estructura, su organización, su función bioquímica
y celular y las consecuencias que se derivarían
de la modificación estructural de dicho “gen”,
ya sea por mutaciones, supresión o cambio en
algún aminoácido, duplicación de una secuencia,
duplicación del “gen” o anulación del “gen”. Pero
no es tarea fácil.
El ADN nos podría explicar también cómo se
produjo la primera Célula en la Tierra primitiva,
ya que sin ADN la Célula quedaría sin brújula, y
así ninguna Célula funcionaría ni se reproduciría.
El misterio está en poder explicar cómo se formó
esa escala en espiral, ADN, portadora de todas
las informaciones que la Célula necesita para
crecer, corregir defectos y reproducirse; cómo es
el proceso de comunicación del ADN, que viene
suministrando información genética durante 4.000
millones de años con un margen mínimo de error,
que cuando yerra o por una mutación accidental
casi siempre es para bien, para perfeccionar.
¿Eugenesia?
Si es cierto que tenemos vida celular porque el
ADN se transforma en ARN, el que a su vez está
conformado por una sola cadena que sintetiza
enzimas, y proteínas, interviniendo por tanto en
lo que llamamos código genético, no hay que
plantearse el código genético como un problema
matemático.
Se acepta que las dos primeras bases del ARN
codifican un Aminoácido genérico y la tercera
un aminoácido específico y que la enzima
retrotranscriptasa copie ARN en ADN, pero ello no
invalida que la información genética fluya de ADN
a ARN, y de éste a la enzima o la proteína.
Otra teoría nos dice que el antepasado común
sería la Bacteria, ya que este organismo unicelular
pudo tal vez instalarse en la base del árbol de
la Vida por ostentar el honroso honor de ser la
bisagra entre la separación y unión del reino
vegetal y el reino animal.
No es que la Vida haya empezado en ceros
a partir de una Célula, pero la clave de la Vida sí
estaría en ella; es decir, la Vida nace en la Célula,
en particular las células germinales madre y
embrionarias.
El trayecto del proceso natural de la Vida va
de las células germinales (madre, embrionarias) a
células especializadas, susceptible de ser reversado
artificialmente en el proceso de adquisición de
149
células germinales a partir de unas determinadas
células especializadas, lo que estaría en la idea de
inducir un incesante proceso de retroalimentación
y regeneración de células especializadas, tejidos,
órganos y el mismo cuerpo, a partir de células
madre.93
El descubrimiento de que las células se
reproducen mediante un proceso de “división” no
es un asunto meramente cuantitativo, sino que
conduce a cambios tan radicales y cualitativos
en las mismas células que le merecería a F. Engels
afirmar que la capacidad de variación de la “célula”
nos señala el camino por el que los organismos
pueden cambiar de especie y, por tanto, poder
recorrer una trayectoria superior a la individual.
Pero la ruta de la Vida no se reduce al proceso
de la vida humana. El proceso de desarrollo de la
naturaleza viva es un proceso vinculado al paso de
los cambios cuantitativos a los cualitativos, lo que
es confirmado con la aparición de un organismo
pluricelular por “división” de una sola célula.
Si en la Naturaleza todos los organismos
antes de forzar una situación al extremo de tener
que adaptarse o morir, mejor intentan realizar
el menor esfuerzo y migran hasta encontrar el
medio ambiente que le ofrezca las condiciones
convenientes para vivir, la Teoría de la Vida que
se fundamenta en la Biogénesis, la Epigénesis y el
antepasado común de la Geo-Bioquímica sería la
más plausible. ¿Cómo llamar a esta Teoría?
Como si fuésemos caja musical,94 interpretamos
el Canto General entonando las notas de cada uno
de los entrañables elementos que participan a lo
largo de la bioquímica y la biogénesis emitiendo
su tonalidad al ritmo de pulsaciones y respiración,
y así componiéndose entre todos la más bella de
las óperas, la Sinfonía de la Vida. Sólo sintiendo
el entraño ritmo musical ¿trascendental? de la
Materia en Movimiento le encontraríamos el
verdadero significado y sentido a la épica de la
Vida, a partir de la elemental Célula.
La Vida va de la química de materia muerta a la
química de la materia viva. Todos los organismos
portadores de Vida se caracterizan por tener un
antepasado común, cual es provenir de la materia
inanimada geoquímica. La evolución de la Vida y
del Hombre forma parte de la evolución general
de la Materia, que se ha configurado como
Vida a partir de la formación de hidrocarburos,
aminoácidos y ácidos grasos, formándose luego
los coacervados o macromoléculas de forma y
unidad definida para poder alojar a los ácidos
nucleicos, y desarrollándose merced a la capacidad
de utilizar energía.
De esta manera se desbarajusta el andamiaje
de la teoría biológica mecanicista que considera
el organismo como un simple agregado de células
independientes entre sí, se interpreta el desarrollo
como simple crecimiento y aumento (evolución
vulgar) y se niega el desarrollo como simple
proceso de pasar de los cambios cuantitativos a
los cambios cualitativos.
Por tanto, entre la vida de la geología y la
geología de la vida encontramos una razón
para pensar que la Geo-Bioquímica es nuestro
antepasado común, en la espiral logarítmica de la
Vida.
Esto es, en la explicación de cómo se ha
formado y funcionado la Vida no vale distinguir
entre química inorgánica y química orgánica; ni
entre física, química, biología y psicología. Si la
química es una ciencia física, cómo entender que
los físicos no sepan de química, ni de biología, ni
de psicología; o cómo hacerlo con respecto a un
psicólogo que no entienda de física.
De saber aprovechar la oportunidad de tener
una visión más holista de la Vida, poniendo la
física, la química, la biología y la psicología bajo el
mismo horizonte y haciéndolas una sola ciencia,
tal vez daríamos un gran salto en el propósito de
esclarecer el enigma de la Vida.
Aunque no hay direcciones necesarias en la
Naturaleza, ya una vez la Vida los ritmos de su
sinfonía obedecen a los acordes de la concurrencia
simultánea de determinados eventos no
linealmente acumulativos, los que después
de progresivos desarrollos y abruptos saltos y
retrocesos en la gran espiral logarítmica del Todo
tendría el sentido de la secuencia genealógica:
 ¿Luz?,  Energía, Partículas y Fuerzas, 
Átomos,  Moléculas (inorgánicas),  MacroMoléculas (orgánicas),  Biomoléculas,

ARN,  ADN, ATP, Aminoácidos,  Enzimas,
 Proteínas (Hormonas),  Mitocondrias, 
Célula,  Tejidos,  Glándulas,  Órganos, 
Aparatos, Sistemas,  Cuerpos, Organización,
 Evolución,  ...  ... ¿Luz?, ... , ... 
93 Sería como estar ad portas de la ciencia-ficción de la eterna juventud.
94 Todo lo que está en movimiento vibra con su respectiva nota musical y necesita expresarse en forma de danza, tal cual el
movimiento telúrico lo haría en la escala “Fa”.
150
Canto General
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