La Serena, veintiocho de marzo de dos mil dieciséis. VISTOS: Que

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La Serena, veintiocho de marzo de dos mil dieciséis.
VISTOS:
Que doña Inés Rojas Varas, defensora penal pública, por
don Francisco Bastián Pérez Ávila, condenado por el delito de
parricidio frustrado, en causa ruc n° 1500313619-9 y rit n°
460-2015, ha interpuesto recurso de nulidad en contra de la
sentencia definitiva de treinta de enero de dos mil
dieciséis, dictada por la segunda sala del Tribunal de juicio
oral en lo penal de La Serena, integrada por los jueces doña
Caroline Turner González, doña María Inés Devoto Torres y don
Claudio Weishaupt Milner, por medio de la cual castigan a
Pérez Ávila a la pena privativa de libertad de diez años de
presidio mayor en su grado mínimo y a las medidas accesorias
de las letras a), b), c) y d) del artículo 9° de la Ley 20066
sobre violencia intrafamiliar por el término de un año.
La recurrente alega el motivo de la letra b) del artículo
373 del Código procesal penal, consistente en la errónea
aplicación del Derecho que hubiere influido sustancialmente
en lo dispositivo del fallo. Considera que en la especie el
motivo invocado se habría configurado en la decisión del
tribunal de instancia de no acoger la circunstancia atenuante
del artículo 11 n° 1 en relación al artículo 10 n° 1 del
Código
penal,
esto
es,
la
denominada
atenuante
de
imputabilidad disminuida del imputado, la que en opinión de
aquella se hallaba debidamente acreditada conforme la prueba
practicada en juicio.
Afirma seguidamente que la circunstancia atenuante
indicada fluye y ha de tenerse por acreditada en razón de la
declaración del médico psiquiatra don Marcelo Cotello Tulle.
Sostiene que en su declaración señaló de manera clara: «que
al momento de la ocurrencia de los hechos que se le imputan
al evaluado éste cumplía con los criterios de un trastorno
mental transitorio o reacción en cortocircuito, y que además
presentaba
una
disfunción
de
personalidad
con
rasgos
limítrofes impulsivos, ansiosos e inmaduros». Y añade que él
mismo «concluye en su informe señalando que al momento de los
hechos que protagonizó, el evaluado presentaba una reacción
en
cortocircuito,
lo
cual
se
caracteriza
por
un
estrechamiento del campo de conciencia, por una pérdida del
dominio de sí mismo, (sic) es un acción impulsiva en que no
es capaz de evaluar con criterio lo que está haciendo y las
consecuencias que ello trae, lo cual, desde el punto de vista
médico psiquiátrico permite plantear una situación de
imputabilidad disminuida.»
La recurrente considera que la sentencia realiza un
razonamiento erróneo en el Considerando undécimo de la
sentencia impugnada, en el cual el tribunal de la instancia
descarta las operaciones y conclusiones del perito en
atención a los mismos términos de su declaración en estrados,
tanto como en consideración a la declaración dada por el
acusado en juicio. El pasaje del Considerando undécimo que se
cuestiona señala: «... lo cierto es que el mismo perito dio
cuenta que el trastorno limítrofe de personalidad es uno de
los más frecuentes y también se describe como personalidad
emocionalmente
inestable,
que
el
acusado
no
presenta
antecedentes previos de patologías, ni tampoco de consumo de
alcohol o de drogas, que en el área intelectual cognitiva
tiene un nivel normal promedio, no presenta patrones
indicativos sistemáticos de descontrol de impulsos ni de
agresividad y logra auto regularse. Que por otra parte, la
pericia no es coherente y se contrapone con la declaración
prestada en estrados por el acusado, en la que recordó y
detalló cada una de las acciones que ejecutó, dando cuenta
que posee personalidad adecuada y que al momento de agredir
violentamente a su pequeña hija estaba plenamente consciente
de su actuar y de las consecuencias del mismo...».
El reproche que se le formula a este razonamiento
estribaría en que la imputabilidad disminuida es un estado
más o menos permanente que impide advertir el injusto de su
obrar y la imposibilidad de auto controlarse, de modo que —la
recurrente— parece sostener que dado lo anterior y teniendo
en cuenta los términos de la declaración del perito habría
quedado establecido que al imputado le afectó un estado
transitorio de imputabilidad disminuida. Sostiene que este
estado tampoco es contradictorio —como afirma la sentencia—
con la precisa y circunstanciada declaración del acusado y su
nítido recuerdo de los hechos, más aun si ese conocimiento se
ha alimentado posteriormente a los mismos con los datos
vertidos
en
las
diversas
audiencias,
las
acusaciones
notificadas y las conversaciones períodicas que el imputado
sostuvo con su defensora.
Así las cosas concluye que la atenuante de imputabilidad
disminuida
ha
quedado
debidamente
acreditada
por
la
declaración del perito individualizado, prueba que no ha
quedado controvertida por ningún otro medio de convicción.
En lo tocante a la trascendencia del error de Derecho que
denuncia, el recurso expresa que el rechazo de la atenuante
descrita y que debió ser acogida, podría haberse sumado a las
otras tres que la sentencia le reconoció al imputado, y que
conforme al artículo 68 inciso tercero del Código Penal, el
tribunal en lugar de rebajar la pena en un solo grado, como
lo hizo, podría haberla rebajado en dos grados, pudiendo
imponerle una pena de 4 años de presidio menor en su grado
máximo, y de ese modo también decidir sustituirle la pena
indicada por la pena sustitutiva de libertad vigilada
intensiva.
En consideración a lo anterior acaba solicitando que se
acoja el recurso deducido, se invalide la sentencia impugnada
y se dicte sentencia de reemplazo en la cual —además de las
otras tres atenuantes— se acoja la atenuante de imputabilidad
disminuida del artículo 11 n° 1 en relación al artículo 10 n°
1, ambos del Código Penal, y se imponga en definitiva una
pena de 4 años de presidio menor en su grado máximo y se le
sustituya por la pena de libertad vigilada intensiva
establecida en el artículo 15 bis de la Ley 18216.
CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que como se ha señalado la recurrente doña Inés
Rojas Varas, defensora penal pública, por don Francisco Bastián
Pérez Ávila, condenado por el delito de parricidio frustrado,
en causa ruc n° 1500313619-9 y rit n° 460-2015, ha interpuesto
recuso de nulidad en contra de la sentencia definitiva de
treinta de enero de dos mil dieciséis, dictada por la segunda
sala del Tribunal de juicio oral en lo penal de La Serena, por
medio de la cual castigan a Pérez Ávila a la pena privativa de
libertad de diez años de presidio mayor en su grado mínimo y a
las medidas accesorias de las letras a), b), c) y d) del
artículo 9° de la Ley 20066 sobre violencia intrafamiliar por
el término de un año.
SEGUNDO: Que la recurrente denuncia el motivo de la letra
b) del artículo 373 del Código procesal penal, consistente en
la errónea aplicación del Derecho que hubiere influido
sustancialmente en lo dispositivo del fallo. Señala que en la
especie el motivo invocado se ha habría configurado en la
decisión
del
tribunal
de
instancia
de
no
acoger
la
circunstancia atenuante del artículo 11 n° 1 en relación al
artículo 10 n° 1 del Código penal, esto es, la denominada
atenuante de imputabilidad disminuida del imputado, la que en
opinión de aquella se hallaba debidamente acreditada conforme
la prueba practicada en juicio.
Afirma seguidamente que la circunstancia atenuante indicada
fluye y ha de tenerse por acreditada en razón de la declaración
del médico psiquiatra don Marcelo Cotello Tulle. Sostiene que
en su declaración señaló de manera clara: «que al momento de la
ocurrencia de los hechos que se le imputan al evaluado éste
cumplía con los criterios de un trastorno mental transitorio o
reacción en cortocircuito, y que además presentaba una
disfunción de personalidad con rasgos limítrofes impulsivos,
ansiosos e inmaduros». Y añade que el propio psiquiatra
«concluye en su informe señalando que al momento de los hechos
que protagonizó, el evaluado presentaba una reacción en
cortocircuito, lo cual se caracteriza por un estrechamiento del
campo de conciencia, por una pérdida del dominio de sí mismo,
(sic) es un acción impulsiva en que no es capaz de evaluar con
criterio lo que está haciendo y las consecuencias que ello
trae, lo cual, desde el punto de vista médico psiquiátrico
permite plantear una situación de imputabilidad disminuida.»
La recurrente considera que la sentencia realiza un
razonamiento erróneo en su Considerando undécimo, en el cual el
tribunal
de
la
instancia
descarta
las
operaciones
y
conclusiones del perito en atención a los mismos términos de su
declaración en estrados, tanto como en consideración a la
declaración dada por el acusado en juicio. El pasaje del
Considerando undécimo que se cuestiona señala: «... lo cierto
es que el mismo perito dio cuenta que el trastorno limítrofe de
personalidad es uno de los más frecuentes y también se describe
como personalidad emocionalmente inestable, que el acusado no
presenta antecedentes previos de patologías, ni tampoco de
consumo de alcohol o de drogas, que en el área intelectual
cognitiva tiene un nivel normal promedio, no presenta patrones
indicativos sistemáticos de descontrol de impulsos ni de
agresividad y logra auto regularse. Que por otra parte, la
pericia no es coherente y se contrapone con la declaración
prestada en estrados por el acusado, en la que recordó y
detalló cada una de las acciones que ejecutó, dando cuenta que
posee personalidad adecuada y que al momento de agredir
violentamente a su pequeña hija estaba plenamente consciente de
su actuar y de las consecuencias del mismo...».
Como ya se ha dicho, el reproche que se le formula a este
razonamiento estribaría en que la imputabilidad disminuida es
un estado más o menos permanente que impide advertir el injusto
de su obrar y la imposibilidad de auto controlarse, de modo que
—la recurrente— parece sostener que dado lo anterior y teniendo
en cuenta los términos de la declaración del perito habría
quedado establecido que al imputado le afectó un estado
transitorio de imputabilidad disminuida. Sostiene que este
estado tampoco es contradictorio —como afirma la sentencia— con
la precisa y circunstanciada declaración del acusado y su
nítido recuerdo de los hechos, más aun si ese conocimiento se
ha alimentado posteriormente a los mismos con los datos
vertidos
en
las
diversas
audiencias,
las
acusaciones
notificadas y las conversaciones períodicas que el imputado
sostuvo con su defensora.
Concluye de este modo que la atenuante de imputabilidad
disminuida ha quedado debidamente acreditada por la declaración
del
perito
individualizado,
prueba
que
no
ha
quedado
controvertida por ningún otro medio de convicción.
TERCERO: Que el primer escrutinio que se debe hacer sobre
el motivo denunciado y sus fundamentos estriba en la naturaleza
jurídica del mismo. Respecto de este punto cabe consignar que
el motivo del artículo 373 letra b) del Código del ramo,
consistente en la incorrecta aplicación del Derecho que hubiere
influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, debe ser
considerado como el típico vicio o error in iudicando in iure,
el cual se traduce invariablemente en la censura de un error
jurídico de carácter sustancial bien en la determinación o en
la interpretación de una norma jurídica de Derecho material o
bien en la incorrecta calificación jurídica de los hechos que
se han dado por establecidos en la instancia.
CUARTO: Que conforme con lo anterior es evidente que el
motivo indicado es la vía adecuada para pedir la censura e
invalidación de sentencias judiciales que yerran en la
formulación del juicio jurídico, dado el inamovible juicio de
hechos establecido en la instancia, pero resulta del todo
inadecuado para denunciar un presunto vicio en la formulación
del propio juicio fáctico contenido en la declaración de hechos
que se han dado por probados.
QUINTO: Que de la lectura del recurso se puede advertir, no
obstante, que su objeto se centra en reprocharle a la sentencia
impugnada la circunstancia de no haber dado por probadas las
condiciones
que
permiten
inferir
la
existencia
de
la
imputabilidad disminuida como atenuante del artículo 11 n° 1 en
relación al artículo 10 n° 1 del Código Penal, lo cual, en su
opinión quedaba acreditado con la declaración del perito médico
psiquiatra individualizado, deposición a la cual el juzgador
decide, sin embargo, restarle eficacia probatoria en los
términos y por las razones que se contienen en el Considerando
undécimo de la sentencia recurrida.
Lo cierto es que la denuncia descrita no puede encontrar
vía adecuada por el cauce del artículo 373 letra b) del Código
Procesal Penal, en tanto se trata de discutir el acierto del
juzgador de la instancia en la ponderación de la prueba, y
específicamente en la ponderación de un medio de prueba en
cuanto aquel rechaza las conclusiones del facultativo con
expresa consignación de las razones para ello, las que se
ofrecen en el mencionado Considerando undécimo.
SEXTO: Que como es sabido el razonamiento probatorio y el
establecimiento de hechos probados no son inmunes al control
jurisdiccional en sede de recurso de nulidad, pero ciertamente
el sometimiento a examen de aquellas cuestiones debe realizarse
a través de otros cauces procesales, distintos del que ha
invocado en la especie la recurrente, entonces completamente
ineficaz para este propósito.
SÉPTIMO: Que no obstante lo dicho y teniendo en cuenta lo
dispuesto en el inciso 2° del artículo 379 del Código Procesal
Penal, se dirá en cuanto a la censura recursiva que reprocha la
forma de ponderar la declaración del perito médico psiquiatra,
que esta Corte no observa vicio de razonamiento probatorio
alguno ni tampoco falta de fundamentación del mismo, en tanto
el Considerando undécimo precitado consigna con precisión las
dos razones que le llevan a desechar las conclusiones que
aporta el perito. Primero, las propias contradicciones que
advierte en la declaración de aquel, en tanto afirma una
imputabilidad disminuida y al mismo tiempo sostiene que el
imputado no tiene un patrón de conducta previo de agresividad
ni de falta de control de impulsos, de modo que logra
ordinariamente autocontrolarse, ni tampoco presenta patologías
ni consumo de alcohol o drogas, que aparezcan como causas que
expliquen de modo convergente las conclusiones sobre la
presunta conducta en cortocircuito del imputado. Segundo, el
fallo también estima para descartar la declaración del perito
la falta de consistencia que advierte entre aquella y la lúcida
y precisa declaración del imputado en estrados, en la cual
aporta detalles circunstanciados de los hechos, circunstancia
que en opinión del tribunal tampoco resulta consistente con una
presunta reacción en cortocircuito al momento de la comisión
del hecho ilícito. Sobre esto útimo, en fin, no existe
antecedente alguno que permita inferir que el acusado en lugar
de referir sus exactos recuerdos en su declaración haya estado
«contaminado» y que entonces pueda concluirse que lo que
refiere en estrados no lo recordaba, sino que se lo han contado
o lo ha escuchado de terceros, como pretende deslizar sin base
alguna la defensa en su recurso.
Cabe concluir al tenor de lo consignado que las dos
circunstancias tenidas en cuenta por el juzgador de instancia
para descartar el peritaje en cuestión son naturalmente muy
atendibles, en cuanto reflejan la falta de consistencia de las
conclusiones que ofrece el perito con los antecedentes médicos
(psiquiátricos) del imputado y los referidos a su propia
conducta.
OCTAVO: Que conforme a los razonamientos expuestos con
anterioridad no cabe sino desestimar el recurso interpuesto por
carecer de fundamentos atendibles que sostengan su pretensión,
tal como se dispondrá seguidamente.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en
los artículos 352, 372, 373 letra b), 376 y 384, todos del
Código Procesal Penal, se RECHAZA el recurso de nulidad
interpuesto por doña Inés Rojas Varas,
defensora penal
pública, por don Francisco Bastián Pérez Ávila, condenado por
el delito de parricidio frustrado, en contra de la sentencia
definitiva de treinta de enero de dos mil dieciséis, dictada
por la segunda sala del Tribunal de juicio oral en lo penal de
La Serena, la que en consecuencia no es nula.
Incorpórese a la carpeta digital, debiendo mantenerse su
original en el correspondiente Registro del señor Secretario.
Se previene que el Ministro señor Le-Cerf, rechaza el
recurso de nulidad por los fundamentos del fallo con exclusión
del considerando octavo.
Redacción del abogado integrante don Carlos del Río
Ferretti y de la prevención su autor.
Rol N° 61-2016 Reforma Procesal Penal.-
Pronunciado por la Primera Sala de esta Corte de Apelaciones
integrada por los Ministros Titulares señor Fernando Ramírez Infante,
señor Christian Le- Cerf Raby y el abogado integrante señor Carlos
Del Río Ferretti.
Jorge Colvin Trucco
Secretario
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