Una aventura en el Parque Natural de Urbasa y Andía

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TRISTÓN VIAJA A SU CHARCA
Abentura, Urbasa eta Andia
parke naturalean
TRISTON BERE URMAELERA DOA
GESTIÓN AMBIENTAL
VIVEROS Y REPOBLACIONES
DE NAVARRA S.A.
Una aventura en el Parque
Natural de Urbasa y Andía
INGURUGIROAREN KUDEAKETA
NAFARROAKO MINTEGI ETA
BASOBERRITZEAK S.A.
Una aventura en el Parque
Natural de Urbasa y Andía
Título: TRISTÓN VIAJA A SU CHARCA.
Una aventura en el Parque Natural de Urbasa y Andía.
Coordinación del Proyecto:
Fermín Olabe Velasco (Sección de Gestión Forestal).
Yolanda Val Hernández (Sección de Gestión Forestal).
Oscar Schwendtner García (Sección de Gestión Forestal).
La ejecución del cuento ha sido realizada por:
20&02 Otero & Ollo Comunicación, S.L.L.
Coordinador: Santos Otero Chasco.
Diseño y montaje: 20&02 Otero & Ollo Comunicación, S.L.L.
Textos: Galemys - Izaskun Orbegozo Rezola y Margi Iturriza Gómara.
Traducción a euskera: Itziar Intxaurrondo Arzadun (Letra: Servicios lingüísticos).
Ilustraciones: Esteban Zozaia Sanz (Birilo).
Edita: © Gestión Ambiental Viveros y Repoblaciones de Navarra, S.A.
Impreso en: Gráficas Iratxe. Junio 2010.
Depósito legal: NA-658/2010
I.S.B.N.: 978-84-614-0440-7
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Hace 65 millones de años el mar cubría estas tierras. Los primeros pobladores llegaron muchísimo después, hace
sólo unas decenas de miles de años. Gentes que competían con los osos de las cavernas y que aún tardaron otros
miles de años más en convertirse en pastores. Después llegaron diferentes monarcas para poseerlas y famosos
bandidos, como Aldabika, para esconderse en sus cuevas. Estos terrenos y su historia constituyen hoy el Parque
Natural de Urbasa y Andía. Tierras a las que todos los navarros pueden llevar su ganado, pobladas de hayas y
arces cuya madera se aprovecha racionalmente desde hace cientos de años. Un lugar emblemático gestionado de
forma sostenible, donde los usos tradicionales se integran plenamente con la conservación.
Tristón
Rosalía
Tronco
Pito negro
Ramona
Ratón
Este cuento está inspirado en una historia
real que ocurrió en Urbasa la primavera
pasada. Además lo hemos escrito para que lo
leáis entre dos: el mayor puede leer esta letra,
y el peque esta otra.
—Se me olvidaba deciros que soy un tritón
alpino y mi nombre es Tristón.
Queda poco para el comienzo de la primavera. Se ha retirado
la nieve y los rayos de sol iluminan más que nunca el suelo del
húmedo y sombrío hayedo de Urbasa, aprovechando que en las
ramas de las hayas aún no han brotado las verdes hojas que
forman la gran sombrilla. El bosque poco a poco recobra vida.
—¡Hummmmm, que pereza! ¡Que bajen la
persiana! ¡Digo…, la hoja! Hola soy Tristón y vivo
en un bosque gestionado de forma sostenible.
¡Mira los sellos del árbol! ¡Uy, si ya ha despertado el
lirón, y tejón está saliendo de su madriguera!.
Hasta las grullas andan tempraneras, ya se van a
Suecia, tienen ganas de poner sus huevos, claro!
Pues nada, tendré que volver a mi charca. ¡Ya tengo
ganas de ver a unos cuantos amigos, y comer un
poquito, que llevo meses dormido y a régimen!
Los animales para migrar confían en el sol, las estrellas, la dirección
del viento,… recuerdan referencias del camino, como el gran tejo de
Otxaportillo, que siempre está verde, o el menhir de Mugakoarri,
archivan los sonidos y olores de anteriores viajes…
Los tritones sobretodo utilizan estímulos celestes y el campo magnético de la Tierra
a modo de brújula y mapa. Los adultos para hibernar no se alejan demasiado de
la charca, vuelven en una sola noche, pero los jovencitos se aventuran a pasar el
invierno en bosques que se encuentran a 2 ó 3 km y tardan días en volver.
—Gracias a que pasamos noches enteras dibujando el mapa de
Urbasa, a ver sino como llego hasta la charca esta primavera.
¡Uff, lo que me queda! ¡A ver si lo consigo, son muchos los que
no vuelven por no encontrar el camino o terminar en la tripa
de alguien!
Tristón vive en un territorio de 21.000 hectáreas o cuadrados de 100 metros de lado, puestos uno al lado
del otro. Todos estos cuadrados están cubiertos de pastos, enebrales, bosques,… que el Gobierno de Navarra
declaró Parque Natural en 1997.
—Voy a tener que cruzarme todo esto
yo solito. ¿Dónde estará mi hermano
mayor, Tronco? En otoño quedamos
en volver juntos a la charca.
Antes de ponerse en marcha, los tritones tienen
que saciar el hambre. No han comido bocado
durante todo el letargo ya que llevan dormidos
desde el otoño. Ahora necesitan muchas proteínas.
¿Podrías ayudarles a buscar alimento entre la
hojarasca?
—¡Tristón! ¿Pero qué haces? ¿Es que no pensabas
esperarme? —grita un tritón muy elegante.
—¡Tronco! ¡Estás aquí! Menos mal, ya pensaba que
no iba a encontrarte —responde nuestro amigo.
—Estos hermanos pequeños…. ¿Pero has comido
algo? Yo me estoy poniendo las botas. Vamos
a necesitar mucha energía para el viaje. Mira
qué rico está todo y alegra esa cara, que llega la
primavera.
Urbasa es como un queso Gruyère o una esponja,
está repleto de agujeros. Algunos son redondos
y superficiales como las dolinas, otros son
profundas chimeneas como la sima por la que
ha caído nuestro amiguito, y a menudo éstas
comunican con profundas cuevas como la de
Tximua o Cristinos.
—¡Ayyyyy! ¡Socorroooooooooooooo! —se oye
gritar a Tronco.
—¡Tronco! no te muevas, voy a pedir ayuda
—intenta calmarlo Tristón.
—Pues yo no puedo ayudarte. Me da mucho
miedo. Mi mamá dice que en el fondo hay un
profundo pozo; es como un lago subterráneo
en el que viven unos animalitos muy raros; son
ciegos y blancos y nunca han tomado el sol. Y
a veces vemos entrar murciélagos. —comenta
Ratón.
—Bueno, mi hermano y yo somos anfibios,
vivimos tanto en tierra seca como en el agua.
Saldrá nadando hasta esa piedra y yo buscaré
ayuda para sacarlo —le responde Tristón no
demasiado seguro.
Toooc, toooc, toooc,… toc, toc, toc…
—¿Le oyes? Es Pito negro. Está preparando
el nido. Igual puede ayudarte —dice Ratón.
—Pito, por favor ¿Podrías sacar a mi hermano
del fondo de esa gran sima? ¡Oh, ha desaparecido!
—dice Tristón asustado al no ver a su hermano.
—Tranquilo, sé dónde
encontrarlo. ¡Seguidme!
—responde Pito muy seguro
de sí mismo.
En Urbasa parte del agua que ha sido almacenada bajo el suelo sale por las fuentes.
Este agua cristalina ha sido filtrada por el suelo y está limpia y fresca. Pero si
tirásemos basura por las dolinas ¿te imaginas qué pasaría? ¿Podríamos beberla?
—¿Lo veis? Por esta fuente sale el agua del
pozo. —dice Pito a sus nuevos amigos.
—
¡Qué suerte hemos tenido! Pito, gracias por
encontrar a mi hermano. —le responde Tristón.
—Me lo he pasado bomba bajando el tobogán,
parecía un parque acuático. Esto de ser un anfibio
es divertido.
—comenta Tronco.
Hay animales e incluso plantas que encontrarás en casi
cualquier lugar del Parque, pero hay otros que se han
adaptado a vivir en lugares muy concretos. Algunos
nunca salen de las cuevas, otros solo viven sobre madera
muerta,… verás en cuanto salgan nuestros amigos del
bosque qué diferente es todo.
—Pues yo paso casi toda la vida sobre un sólo
tronco, y me lo paso en grande. De larva no hago
más que comer madera y luego en verano, cuando
me salen las alas, me divierto de lo lindo. ¿Me oyes
primito? —le replica enfadada Rosalía alpina.
—¡Vale, vale! Perdona, pero por apellidarnos los
dos alpino no somos primos, que conste. Tú eres
un escarabajo, precioso, pero escarabajo.
—le responde Tronco.
La naturaleza nos proporciona todo lo que
necesitamos para vivir: comida, ropa o refugio.
De los bosques de Urbasa y Andía sale la
madera necesaria para construir casas, fabricar
muebles, mantener encendida la chimenea,…
—Mira, para que
lo sepas, las personas
necesitan también madera
para construir sus casas, como
Rosalía y yo —informa Pito con cara
de enterado a Ratón.
—¿Y lo dices tan tranquilo? ¿Y si les da por
derrumbar tu viejo tronco? —le responde éste totalmente alucinado.
—¡Que no te enteras! No pueden echar cualquier árbol, lo estudian muy bien,
y se preocupan mucho de dejar los más viejos para el lirón, el murciélago y
las aves, e incluso árboles muertos para los insectos y demás. ¿Pero tú que te
piensas? —le reprende Pito.
—¡Ah! Pues muy simpático entonces el hombrecillo. ¡Adiós, y hasta cuando quieras! —se despiden Ratón y Tristón del camionero.
—Sí, más vale que utilicen madera y no tanto acero y aluminio,
eso contamina mucho. —sentencia Tronco que es muy listo.
Cuando cae el sol los montañeros vuelven a casa, los
rebaños se recogen en el redil, la flor de la Merendera o
Quitameriendas pliega sus pétalos y muchos animales
buscan refugio, pero a otros les llega el momento de ir de caza.
Florezco en otoño, cuando las tardes se acortan y se suprime la
merienda porque se cena tempranito.
—¡Vaya, está anocheciendo! —comenta Tristón.
—Sí. ¡Qué miedo, voy a refugiarme ahora mismo! Me ha
parecido oír al búho. ¿Vienes al bosque Pito? —dice Ratón
con voz temblorosa.
—Sí ya voy. ¡Hasta el otoño que viene tritones! Que sigáis
bien vuestro viaje a la charca —responde Pito.
A la mañana siguiente encuentran una amiga que también
viaja a la misma charca, pero o tiene estropeado el sistema de
orientación o es muy despistada. ¿Sabrías decirme de quién son
los huevos?
—¡Croac, croac, croac! Pero si por aquí ya he pasado esta noche. Hola, tritones ¿Vais a la
charca? —grita histérica una rana despistada.
—Sí claro. ¿Quieres venir con nosotros?
—le contesta Tronco.
—¡Vale! Me llamo Ramona. ¿Y vosotros?
—Este es Tronco, el que más liga
de toda la charca. Y yo soy Tristón.
—¿Y a ti por qué te llaman así?
—le dice Ramona aguantando la risa.
—Pues, es que vosotras desde chiquitas, desde que estabais dentro de
los huevos, ibais siempre en grupo, los sapos jugaban a la cadena, y yo
siempre estaba sólo, moviéndome según la corriente del agua. ¡Cómo
me aburría! ¡Qué triste me sentía tan solito! —cuenta Tristón echándole
un poco de cuento.
—¡Qué exagerado! Bueno, vamos
por allí. —les anima Ramona.
—Nuestra brújula indica hacia
el otro lado. —replica Tronco.
—¡Que no! ¡Estoy segura,
seguidme! —afirma Ramona.
En la charca hay mucha vida: viven plantas como algas, espadañas o lirios
de agua, muchas larvas de insectos, ninfas de moscas, mosquitos y libélulas,
gusanos, sanguijuelas, caracoles y anfibios sin cola como las ranas y los
sapos y otros con cola como las salamandras o nuestros amigos los tritones.
Y a menudo se acercan otros animales a beber o buscar comida, siendo
muy importantes para el ganado doméstico.
—¡Qué recuerdos! Cuando éramos pequeños salíamos a nadar por la charca
extendiendo las branquias. No teníamos patas ¿sabes? y bla, bla, bla…
—habla sin callar Tronco.
—Pues nosotras por la noche, en cuanto veíamos la cara de la luna reflejándose en
el agua, cantábamos en coro. ¡Croac, croac, CROAAAAAAC!...
—Ya, y el miedo que pasábamos cuando venían los niños con sus botes a atrapar
renacuajos —recuerda Tristón.
—¡Ya tengo ganas de llegar! ¡Quién pudiera correr como esa liebre...!
¡Llegaríamos enseguida!
¡Clock!
Las rocas de estos montes se han formado a partir de
conchas y esqueletos externos de animales marinos
que hace millones de años se encontraban bajo el
mar. Luego se retiraron los mares y sus suelos fueron
ascendiendo y ascendiendo hasta llegar aquí.
Ahora los quebrantahuesos lanzan huesos de animales
muertos para romperlos y así poderlos tragar.
—¿Qué ha sido eso? ¿Dónde estoy? ¿Cómo me llamo? —dice Ramona
algo mareada.
—¡Oye, quebrantahuesos apunta bien! —le grita Tronco.
—Ramona no tiene la cabeza tan dura como para partir tu hueso.
¿Sabes?
—A mí esto no me suena de nada,
está muy seco, no hay más que roca.
Mirad, si parece una concha, y esto,
parece un gusano… —dice Tristón
aunque nadie le hace caso.
En el altiplano a menudo entra la niebla y llueve en
abundancia. Por eso hay que andar con cuidado, y conducir el
coche muy despacio, para no atropellar a nadie.
—¡Vaya niebla! ¡Ramooooona! ¿Dónde está? —grita Tristón.
—Mira lo que pone en este cartel. Si es el sitio que me estoy
imaginando, me está entrando mucho miedo,… —le dice
Tronco.
Bajo el balcón de Ubaba nace el río Urederra. Sus aguas saltan en una enorme cascada y caen a una poza
de color turquesa. Desde Baquedano llegan miles de personas cada año para visitarla.
—¡Yuju! Pensabais que me había caído por el
precipicio, ¿A que sí? —dice Ramona mientras
dando un enorme salto vuelve donde sus amigos.
—¡Menos mal! Pero ahora haremos caso a nuestra brújula.
—le reprende Tronco.
—Mirad que vistas, se ve el valle del Urederra. Pero no es
nuestro camino. Creo Ramona, que andas un poco despistada.
—dice Tristón.
A las campas de Urbasa suben todos los años
más de 70 mil visitantes que pasan el día
en el camping, paseando por la naturaleza,
comiendo en las áreas de pic-nic, o realizando
actividades como visitar cuevas, andar en
bici y aprender sobre las costumbres de épocas
pasadas. ¿Sabes qué es una carbonera? Seguro
que si preguntas alguien te lo podrá explicar.
—¿Qué es esto? ¡Vaya ruido que meten! —comenta Tristón.
—Sí, tenemos que pasar despacito sin que nos vean, porque
sino alguno nos va a querer atrapar y tengo unas cuantas
novias esperando. —dice Tronco preocupado.
—¡Agarraos! Vamos a pasar de un salto. —les dice Ramona.
Urbasa y Andía eran patrimonio de la realeza. Hoy día son patrimonio del
Gobierno de Navarra y en los pastos de Urbasa se alimentan más de 40.000
cabezas de ganado.
—¡Ay! ¡Socorroooo! ¡Le ha aplastado!
—Gracias, menos mal que el barro está blandito, si me llega a pillar en la carretera como los
coches que aplastan a algunos de nuestros amigos, no lo cuento. —dice Tristón totalmente
mareado.
—Desde luego, pero creo que ya no nos tenemos que preocupar más. Huelo nuestra charca
—le responde Tronco mientras ayuda a levantarse a su hermanito.
Y Tronco tiene muy buen olfato.
—¡Por fin! No me lo puedo creer, croac, croac, croac! Me voy a pillar mosquitos,
¡Qué ricos! —dice Ramona emocionada.
—Adiós Ramona, Tronco ya no
tiene tiempo más que para sus
novias. Mira cómo mueve su cola.
—se despide Tristón sin darse
ni cuenta de que también él esta
primavera está muy guapo para
las tritonas.
Esperamos que te queden ganas de volver a recorrer Urbasa, pero
ten en cuenta que como tú, hay muchos otros visitantes.
Por eso, para mantener en buenas condiciones el Parque Natural
de Urbasa y Andía, necesitamos que colabores y recojas los papeles
de caramelos y bocadillos, no arranques plantas, ni molestes a los
pequeños animales que puedas encontrar en tu visita.
¡Todos te lo agradeceremos!
GESTIÓN AMBIENTAL
VIVEROS Y REPOBLACIONES
DE NAVARRA S.A.
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