00O128 • 1';', EN LO PRINCIPAL: Solicita que no se admitan a tramitación requerimientos y, en subsidio, se declaren inadmisibles; EN EL PRIMER OTROSÍ: Se hace parte; EN EL SEGUNDO OTROSÍ: Solicita alegatos; EN EL TERCER OTROSÍ: Solicita audiencias públicas dada la relevancia del caso; EN EL CUARTO OTROSÍ: Designa abogado patrocina nte. EXCMO. TRIBUNAL CONSTITUCIONAL MICHELLE BACHELET JERIA, Presidenta de la República, y NICOLÁS EYZAGUIRRE GUZMÁN, Ministro Secretario General de la Presidencia; en estos autos acumulados Roles N° 3017-16 y 3018-16, sobre requerimiento de inconstitucionalidad de un grupo de H. Senadores y de H. Diputados, en contra del proyecto de ley que moderniza el sistema de relaciones laborales, introduciendo modificaciones al Código del Trabajo, correspondiente al boletín N° 9835-13, a S.S. Excmo., respetuosamente decimos: Que venimos en formular las siguientes observaciones que se expondrán para que, en su mérito, los referidos requerimientos sean inadmitidos a trámite y, en subsidio, sean declarados inadmisibles, pues no cumplen con los requisitos contemplados en la Constitución y en los artículos 62 y 63 de ley N°17.997, orgánica constitucional del Tribunal Constitucional (en adelante, indistintamente, LOCTC). Con tal propósito, este informe se divide en dos capítulos. En el capítulo primero se explican las razones de por qué el presente requerimiento no puede admitirse a tramitación. En primer lugar, como cuestiones previas sobre la competencia del Tribunal, se analizará el carácter de derecho estricto de las atribuciones del Tribunal Constitucional y se describirá el ámbito del concepto de "cuestión de constitucionalidad" en que éste funda su competencia conforme al artículo 93 N°3 de la Constitución. Luego, se explicará que los requerimientos son improcedentes pues exceden la competencia del Tribunal, toda vez que no invocan una cuestión de constitucionalidad, lo que contraviene las competencias de derecho estricto del Tribunal Constitucional. Se demostrará que esta sede no es una instancia para aducir un falso desacato o infracción n.o 1-1 o 2 6) A ). alguna por parte de la Presidenta de la República. Tampoco corresponde utilizar esta instancia para que se revisen las decisiones de este Excmo. Tribunal o solicitar el cumplimiento de sentencias pasadas. Por último, se demostrará que es improcedente alegar cuestiones de mérito político ante esta Magistratura, como pretenden los requirentes. A continuación, se demostrará que los requerimientos de autos carecen de la fundamentación exigida por la Constitución y la LOCTC para ser admitidos a trámite. El capítulo segundo, para el evento de que se admitiesen a trámite los requerimientos de autos, esta presentación demostrará que los requerimientos son extemporáneos, razón por la cual deben ser declarados inadmisibles. Primero, porque a todas luces se interponen fuera del plazo establecido en la Constitución y, en segundo lugar, porque no pueden impugnar en esta etapa normas que no fueron objeto del veto. CAPITULO PRIMERO. LOS REQUERIMIENTOS NO PUEDEN SER ACOGIDOS A TRAMITACIÓN Este capítulo aborda las razones por las cuales los requerimientos no pueden ser acogidos a tramitación. Por una parte, porque no se formula una "cuestión de constitucionalidad" sino cuestiones de diversa naturaleza que escapan a la jurisdicción del Tribunal Constitucional. Por otra parte, porque no cumplen con los mínimos requisitos de fundamentación que se exigen para poder ser admitidos a trámite. I. CUESTIONES PREVIAS SOBRE LA COMPETENCIA DEL TRIBUNAL Para que un requerimiento pueda ser acogido a trámite debe, en primer lugar, plantearse sobre asuntos bajo la competencia del Tribunal Constitucional. Por lo mismo, en esta parte nos referiremos brevemente a las características de tal competencia y, en concreto, al concepto de "cuestión constitucional" de que puede conocer el Tribunal conforme al artículo 93 N° 3 de la Constitución. 1. Atribuciones del Tribunal Constitucional son taxativas y de derecho estricto a. La supremacía constitucional también obliga al Tribunal Constitucional El reconocimiento por parte del Tribunal de los límites de su competencia responde, precisamente, a la responsabilidad que sobre él pesa en nuestro sistema constitucional: resguardar el respeto a la Constitución. No podría exigir aquello, sin cumplirlo. 3 1. ince:pe,t Así es que se exige de los jueces constitucionales una autocontención, evitando invadir el campo del legislador o de la política, manteniendo sus funciones dentro de criterios estrictamente jurídicos'. La auto restricción no implica una renuncia a sus potestades, sino por el contrario, ejercerlas dentro del sistema al que pertenecen, en donde existen otros órganos que ejercen controles y órganos que representan la voluntad popular 2.Nuestra Carta Fundamental consagra los principios de supremacía constitucional, juridicidad o legalidad y responsabilidad, de los que se deriva el principio de separación de poderes'. A estos principios deben sujetarse todas las actuaciones de los órganos del Estado. El Tribunal Constitucional no constituye una excepción. Entender que tiene más competencias que las señaladas por nuestra Constitución, resultaría del todo contrario al Estado de Derecho y al sentido que tiene la existencia de este órgano jurisdiccional en nuestro ordenamiento. Implicaría ir contra su naturaleza, de manera irresponsable e irreflexiva, sin medir las consecuencias que podría acarrear que el órgano llamado a resguardar que los Poderes del Estado respeten la Carta Fundamental, considere que pueda pasar sobre ella. De lo contrario, se atentaría contra los principios de supremacía constitucional y juridicidad, desconociendo las competencias que le ha entregado la Carta Fundamental; como también contra el principio de separación de poderes, cuya finalidad es que el poder contenga al poder. Al dividir el poder estatal, estableciendo límites a las facultades de los distintos órganos, se busca que éstos se refrenen unos a otros, en lo que se denomina el sistema de "frenos y contrapesos". Esto permite que cada una de estas partes se enfoque a lo que el ordenamiento le ha señalado, sin inmiscuirse en competencias que le son ajenas. Si cada uno de los órganos pudiera ampliar o modificar sus competencias, dicho sistema no podría funcionar y no se cumpliría la indicada finalidad de la división de poderes4. b. Sus atribuciones son taxativas El artículo 93 de la Constitución Política de la República establece las atribuciones del Tribunal Constitucional, fijando así su competencia en un listado de numerus clausus. El 1 Nogueira, Humberto. (2009). Enfoques sobre interpretación constitucional y jurisdicción constitucional. En: Asociación Chilena de Derecho Constitucional. Temas actuales de derecho constitucional: libro homenaje al profesor Mario Verdugo Marinkovic. Santiago: Jurídica de Chile, pp. 155-186. 2 Carmona, Carlos. (2012). Auto restricción en el Tribunal Constitucional Chileno. Derecho y Humanidades, (19), 77-128. 3 Cea, José Luis. (2008). Derecho Constitucional Chileno. Tomo I (2a Ed.). Santiago: Ediciones Universidad Católica de Chile, p. 240. 4 Gordillo, Agustín (2013). Teoría General del Derecho Administrativo Tomo VIII. Buenos Aires: FDA, p. 434. U) J I3I 7/,ta:zt 4 ) texto constitucional es fundamento y límite de su competencia, así como de toda autoridad (artículo 7, CPR) 5. En este marco, es preciso destacar que en la Constitución la competencia del Tribunal Constitucional se entiende acotada, en tanto dicho órgano no conoce de todo conflicto, sino únicamente de aquellas materias expresa y taxativamente enumeradas en el citado artículo 93. Así lo ha entendido explícitamente la jurisprudencia del propio Tribunal Constitucional, en numerosas sentencias. Ya con anterioridad a la reforma constitucional de 2005, señaló que el entonces artículo 82 de la Constitución contenía doce numerales que señalaban taxativamente las materias de jurisdicción del Tribunal 6 . Luego, con posterioridad al año 2005, en el mismo sentido, ha indicado que el Tribunal sólo tiene jurisdicción para pronunciarse sobre materias contenidas en los dieciséis numerales del artículo 93 de la Carta Fundamental, expresamente entregadas a su competencia'. Igualmente, en reiteradas ocasiones, ha enfatizado que el Tribunal posee una competencia tasada'. c. El efecto de sus sentencias es acotado Aunque no puede desconocerse la relevancia de la reconocida afirmación que señala que los fallos del Tribunal Constitucional tienen como efecto la expulsión de una norma del sistema jurídico como consecuencia de su incompatibilidad con la Constitución, la doctrina ha reconocido que dichas sentencias admiten clasificaciones. Así, la profesora Marisol Peña ha señalado: "No puede negarse, sin embargo, que el respeto a la actividad del legislador, por parte del Tribunal Constitucional, que lleva sólo a expulsar del ordenamiento jurídico las normas emanadas de éste que resulten intolerables con la Constitución, ha experimentado importantes modificaciones con la dictación de las denominadas sentencias interpretativas y sentencias manipulativas que complementan, corrigen o, incluso, sustituyen la voluntad del legislador. En las sentencias interpretativas que permiten diferenciar entre el enunciado o disposición normativa y la norma o interpretación posible de tal enunciado, el Tribunal Constitucional establece cuál es esa interpretación posible desechando las restantes, con lo cual tiende a convertirse en un verdadero "legislador positivo" otorgándole al enunciado una consecuencia hermenéutica que puede ser muy diferente de la prevista por el legislador. En las sentencias manipulativas, el Tribunal Constitucional llega aún Carmona, Carlos (2012). Ob. cit. pp. 77-128. STC Nos 188-1994, c. 1°; y 256-1997,c. 1°. 7 STC le 464-2006, c. 14°; 591-2007, c. 8°; 1.216-2008, c. 5°; 2.025, c. 11°. 8 STC NOS 661 2007, c. 6°; y 1035-2008, c. 2°. 5 6 - t. P7 5 dicl;s1A 7/a6;4t C‘D -1 más lejos, pues incorpora una adición al enunciado normativo formulado por el legislador"9 . Es decir, en las sentencias interpretativas o atípicas, el Tribunal Constitucional busca preservar la legislación, haciéndola armónica con lo dispuesto en la Constitución, mediante una interpretación que permita ambos efectos. Por su parte, las sentencias en que el Excmo. Tribunal Constitucional ha recomendado legislar son una especie de sentencias interpretativas, las que en ningún caso constituyen una orden o mandato dirigido a los órganos colegisladores, ya que eso implicaría alterar la competencia de los órganos constitucionales. 2. Competencia del Tribunal Constitucional sobre "cuestiones de constitucionalidad" conforme al artículo 93 N° 3 de la Constitución Habiéndonos referido al carácter estricto de las competencias del Tribunal Constitucional, ahora nos referiremos a la atribución específica que se ha de ejercer en estos autos. Conforme al artículo 93 N° 3 de la Constitución, corresponde al Tribunal Constitucional "Resolver las cuestiones sobre constitucionalidad que se susciten durante la tramitación de los proyectos de ley o de reforma constitucional y de los tratados sometidos a la aprobación del Congreso". Por lo mismo, no procede requerir bajo el amparo de dicha norma cuestiones de diversa naturaleza. Esta competencia tiene características bien precisas como se señalará enseguida. a. Su ejercicio es de orden jurisdiccional La jurisdicción es una función pública realizada por órganos competentes, de la forma establecida por la ley, cuyo objetivo es resolver controversias y conflictos de relevancia jurídica, mediante decisiones con autoridad de cosa juzgada. Esta función se caracteriza por ser única" e indivisible —es una y la misma cualquiera sea el tribunal que la ejercite y el proceso de que se valga-, exclusiva —pertenece únicamente a los tribunales establecidos de conformidad a la Constitución y las leyes-, e independiente e imparcial". La jurisdicción es una materia de derecho público. Lo anterior es relevante, en cuanto el Tribunal Constitucional es un órgano jurisdiccional creado para conocer especial y exclusivamente de conflictos cuya resolución le concede la Constitución. En el caso específico objeto de esta controversia, el tribunal examina la sujeción de las leyes en tramitación a la Carta Fundamental. Se trata, así, de un órgano Peña, Marisol (2006). El precedente constitucional emanado del : Tribunal Constitucional y su impacto en la función legislativa. Estudios Constitucionales, (4) julio, 173-184. 1° Montero, Juan (1996). Derecho Jurisdiccional 1. Parte General. Barcelona: José María Bosch Editor. p. 121. 11 Bordalí, Andrés (2016). Derecho Jurisdiccional. Valdivia: Derecho Austral, pp. 42-43. 9 6 00 133 9 1,w, jurisdiccional de rango constitucional, no de un organismo legislativo 12 . Únicamente resuelve conflictos concretos que ante él se presentan, en el ámbito de sus competencias constitucionales. b. Se inserta en un contencioso constitucional La misma de idea de cuestión constitucional implica la noción de conflicto entre dos o más partes, en este caso quienes son legitimados en el proceso legislativo". En ejercicio de esta atribución el Tribunal Constitucional resuelve un conflicto de relevancia jurídica, a requerimiento de un órgano legitimado; no actúa como órgano asesor o consultivo". En este contexto, la facultad de formular un requerimiento es una atribución constitucional concedida para impetrar del Tribunal Constitucional un pronunciamiento, a través de una decisión jurisdiccional, que impida que un proyecto de ley llegue a consagrar normas que se aparten de los preceptos constitucionales. Sólo una vez ejercida esa facultad por la formulación del requerimiento, surge la competencia del Tribunal Constitucional para resolverlo". El Tribunal no puede actuar de oficio. c. Se trata de conflictos de orden constitucional indicados con precisión El conflicto o cuestión de constitucionalidad debe formularse a partir de la discrepancia o conflicto de interpretación de las normas constitucionales entre los diversos órganos legitimados, en relación con un proyecto de ley o una o más disposiciones. La cuestión de constitucionalidad, entonces, puede versar sobre una cuestión de forma o procedimental, como sucede cuando el procedimiento legislativo que reglamenta la Constitución no haya sido respetado; o de fondo, como cuando se sostiene que el contenido del proyecto de ley vulnera una norma constitucional. Dicha discrepancia debe ser precisa y concreta 16 , pues configura la competencia del Tribunal Constitucional en esta materia. En suma, para que exista cuestión de constitucionalidad debe existir una contradicción entre un precepto constitucional y una o más disposiciones de un proyecto. La 12 Celis, Gabriel (2011). Curso de Derecho Constitucional. Tomo ll. Santiago: Thomson Reuters, p. 291. 13 Lübbert, Valeria (2010). Control constitucional provocado del procedimiento legislativo. Hemiciclo Revista de Estudios Parlamentarios. (2), p. 29. 14 Colombo Campbell, J. (2005). Tribunal Constitucional: Integración, competencia y sentencia. En: Zuñiga, F. (Coord.). Reforma Constitucional. Santiago: LexisNexis, p. 572. 15 STC 207. 16 Rivera, Teodoro (2010). "El artículo 93 N°3 de la Constitución ante la jurisprudencia del Tribunal Constitucional". Revista de Derecho Público. La Nueva Ley Orgánica Constitucional del Tribunal Constitucional. Vol. 72. N° 72. Universidad de Chile. p. 169 Reo O 1 :)) 4 7 contraposición debe existir respecto de normas de la Constitución y no respecto de los criterios supuestamente asentados por un precedente sobre la materia. Asimismo, escapan al concepto de "cuestión de constitucionalidad" las cuestiones de mero rango legal o bien aquellas de orden y mérito político. d. Es un control previo que se ejerce durante la tramitación Se trata de un control que se ejerce durante la tramitación de un proyecto de ley. Por lo mismo, está sujeto a reglas especiales para no obstaculizar el procedimiento legislativo, de ahí que no suspenda la tramitación de éste y se prevea un procedimiento concentrado para la resolución de las cuestiones de constitucionalidad que en él se susciten". Ello explica también que un requerimiento deba ser ejercido antes de la promulgación y en ningún caso luego de 5 días de despachado un proyecto. e. Los efectos de su ejercicio son acotados Enseguida, el Tribunal Constitucional no puede tomar cualquier tipo de decisión. Sólo puede impedir que una norma se convierta en ley (artículo 94, inciso final, CPR), impidiendo que ingrese al ordenamiento jurídico 18 . En este ejercicio, desde luego el Tribunal interpreta con autoridad la norma constitucional, pero hay varias cosas que no puede hacer. Primero, no puede crear normas constitucionales, pues implicaría atribuirse una facultad que no se le ha conferido". La Carta Fundamental contempla normas sobre su reforma, las que deben ser respetadas por todos los órganos del Estado, incluido el Tribunal Constituciona1 20, pues deben sujetar su actuar a la Constitución. Segundo, al ser las causales de inconstitucionalidad de derecho estricto, no pueden ser suplidas por el conocimiento del Tribunal 21 . Tercero, dado que el Tribunal sólo resuelve conflictos, no puede transformarse en un órgano meramente consultivo o asesor22 . Cuarto, no está dentro de sus competencias instruir acciones específicas a la autoridad política fuera de la resolución del conflicto bajo su conocimiento. Si bien al Tribunal Constitucional le compete la resolución del conflicto, es a los órganos parte de éste que corresponderá ejecutar su resolución, dentro de sus competencias constitucionales. Lübbert, Valeria (2010). Ob. Cit. Vivanco, Angela. (2014). Curso de Derecho Constitucional Aspectos Orgánicos de la Carta Fundamental de 1980. Tomo IIL Santiago: Ediciones Universidad Católica de Chile. p. 324. En el mismo sentido: Vivanco, Angela. (2007). Curso de Derecho Constitucional Bases conceptuales y doctrinarias del Derecho Constitucional Tomo I. (2da. Ed.). Santiago: Ediciones UC, p. 394. 19 STC N° 272-1998, c. 12°. 2° STC N° 1284-2009, c. 6°. 21 STC N° 2787-2015, C. 100 ° . 22 STC N° 23-1984, c. 6°; 2323-2014, c. 15°; y 2354-2014, c. 15°. 17 18 00 0135 4¿,,t Il Si bien, el Tribunal ha hecho interpretaciones que señalan a los legisladores el mejor modo de cumplir la Constitución, cuando lo ha hecho, especifica las normas que interpreta. En estos casos ha precisado tanto la norma constitucional que interpreta como el precepto legal en cuestión, mediante sentencias interpretativas o exhortativas 23 ; los mismos Ministros del Tribunal Constitucional han expresado su preocupación enfatizando que esas sentencias deben ser prudentes, y muy respetuosas de las decisiones de mérito del legislador. En efecto, "el respeto a las decisiones de mérito del legislador ha marcado fuertemente la jurisprudencia constitucional antigua del control preventivo obligatorio de constitucionalidad, pero también la jurisprudencia más reciente, posterior a 2005, en la declaración de inaplicabilidad por inconstitucionalidad" 24 . De esta forma, el Tribunal debe respetar las competencias de otros órganos. En particular, debe respetar el principio de la "deferencia razonada", en cuanto el legislador es libre de elegir la regulación que considere más apropiada para la mejor consecución del bien común25 . II. LOS REQUERIMIENTOS SON IMPROCEDENTES PUES NO INVOCAN UNA CUESTIÓN DE CONSTITUCIONALIDAD En este acápite nos referiremos a las maneras en que los requerimientos de autos apuntan a cuestiones que exceden la competencia del Tribunal Constitucional pues no se refieren a "cuestiones de constitucionalidad". Por el contrario, se solicita que el Tribunal se pronuncia sobre un falso desacato (o infracción), se pide la revisión de una sentencia del mismo Tribunal y, por último, se requieren pronunciamientos de naturaleza más bien política o de mérito. Como veremos, admitir a trámite un requerimiento, así como acogerlo en definitiva, fuera de las competencias del Tribunal Constitucional vulnera el diseño de competencias de nuestra Constitución y resulta, por lo mismo, improcedente. Peña, Marisol (2010). La jurisprudencia del Tribunal Constitucional y sus efectos en la actividad legislativa. Revista de Estudios Parlamentarios, (3), pp. 127-140; esp. pp. 134 y 135. 24 Ibid.p 138. 25 Silva, María Pía (2014). El principio de deferencia razonada y las actuaciones de las Cámaras durante la tramitación de la ley. Examen de una sentencia del Tribunal Constitucional. Revista de (81), pp. 141-153. Disponible en: Derecho Público, http://www.revistaderechopublico. uch ile.cl/ind ex. oh p/R DPU/article/viewFi le/36238/37910 . 23 9 000138 1 40,:..e.t 1 N-e' 1. Los requirentes pretenden que el Tribunal se pronuncie sobre un supuesto "desacato" o infracción No corresponde al Excmo. Tribunal Constitucional pronunciarse sobre la inescrupulosa acusación de los requirentes a S.E. la Presidenta de la República de haber cometido desacato a la STC Rol N° 3016-16 (3026-16). Sin embargo, debido a la gravedad de la afirmación, nos referiremos a ella, la que debe ser, desde luego, rechazada por SS. Excmo. Los requirentes señalan que S.E. la Presidenta de la República habría incumplido la mencionada sentencia al no haber presentado un proyecto de ley correctivo o un veto aditivo al proyecto de ley despachado por el Congreso Nacional, y con ello, habría cometido desacato'. Tales afirmaciones carecen de todo fundamento y deben ser rechazadas de forma absoluta y rotunda. Para comenzar es necesario señalar que el delito de desacato se encuentra establecido en el artículo 240 del Código de Procedimiento Civil 27 . Debido a su ubicación, es posible afirmar que dicha disposición tiene como ámbito de competencia las resoluciones dictadas por tribunales con competencia en lo civil. Cuando el legislador ha extendido la aplicación del' delito de desacato a otras resoluciones judiciales, lo ha señalado explícitamente28. Lo anterior hace evidente que, en principio, el desacato no se aplica a cualquier incumplimiento de resoluciones judiciales. Desde luego, no se aplica respecto de los fallos del Tribunal Constitucional. Por otra parte, aunque el delito de desacato pudiera aplicarse respecto de fallos del Tribunal Constitucional, el fallo en cuestión fue dictado con posterioridad al veto ejercido por la Presidenta de la República, por lo que su desobediencia no es lógicamente posible. Tampoco puede hablarse de infracción alguna respecto de la sentencia citada por los requirentes. En primer lugar, debido a que este Tribunal Constitucional, a través de la STC Rol N° 3016-16 (3026-26), no ordenó legislar ni podría haberlo hecho; en segundo En las propias palabras de los requirentes, "el Proyecto de ley persiste en reconocer una titularidad desviada de la sentencia del Alto Nivel, pues la Presidenta de la República, desconoció las consideraciones, razones y fundamentos vertidos en el fallo, aparentando acatar el fallo, pero solo eliminando del texto las disposiciones declaradas inconstitucionales. Cabe consignar, que es la Presidente de la República la que, fundamentalmente, debe dar cumplimiento al fallo del Tribunal sintetizado más arriba, ya que, conforme al artículo 65 inciso 4° número 5, posee iniciativa exclusiva en materia de negociación colectiva y sólo ella puede dar inicio a un proyecto de ley correctivo o, en su defecto, presentar un veto aditivo sobre la materia. Por consiguiente, es el Ejecutivo, como órgano colegislador, quien se encuentra en claro incumplimiento de la sentencia del Tribunal", Requerimiento de H. Senadores, p. 8. Requerimiento de H. Diputados, p. 8. 27 " Art. 240. Cumplida una resolución, el tribunal tendrá facultad para decretar las medidas tendientes a dejar sin efecto todo lo que se haga en contravención a lo ejecutado. El que quebrante lo ordenado cumplir será sancionado con reclusión menor en su grado medio a máximo". 28 Por ejemplo, artículos 299 y 319 del Código Procesal Penal. 26 10 z.¡J yi,ta:,k) /kjt lugar, porque la actuación de S.E. la Presidenta de la República no constituye una infracción a la sentencia en cuestión, y en tercer lugar, porque un proyecto de ley es el resultado del concurso de voluntades de los colegisladores, esto es, de S.E. la Presidenta de la República y del Congreso Nacional. a. La STC Rol N° 3016-16 (3026-16) no ordenó legislar Los requirentes se equivocan en imputar una conducta de "desacato" a S.E. la Presidenta de la República por una razón muy simple, y que no constituye un "mero formalismo supresor" que "aparenta acatar el fallo": la competencia del Tribunal Constitucional consiste en declarar la inconstitucionalidad de las normas, a lo cual se apegó la STC Rol N° 3016-16 (3026-16). No hubo sugerencia alguna de este Tribunal Constitucional a los órganos colegisladores para legislar en un sentido concreto. El 6 y 12 de abril de 2016, los mismos senadores y diputados que hoy requieren de inconstitucionalidad, respectivamente, interpusieron recursos de inconstitucionalidad respecto de determinadas normas del mismo proyecto de ley actualmente requerido 29 . Los requirentes delimitaron específicamente la competencia de este Tribunal Constitucional a analizar la constitucionalidad de las normas determinadas que ellos mismos singularizaron. Coherentemente con lo solicitado por los requirentes, en base al principio de congruencia, mediante la referida sentencia, este Excmo. Tribunal se pronunció específicamente respecto de las normas requeridas30 , declarando inconstitucionales sólo algunas normas En efecto, los senadores y diputados solicitaron a S.S.E. lo siguiente: "1. Declarar inconstitucional y suprimir o derogar del Proyecto de Ley los artículos 303 inciso 1°, 3° y 5° y 315 y además, los artículos 6 inciso 3°, 321 inciso 2°, 3° y 4° y 328. Ello por ser contrarios a los artículos 1, 19 N° 2, N°15, N° 16 inciso 5° y 6°, N° 19 y N° 26 de la Constitución. 2. Declarar inconstitucional y suprimir o derogar del Proyecto de Ley los artículos 323 inciso 1°, 3°, 4°, 289 letra h) y 322 N° 4, todos del Proyecto de Ley. Ello por ser contrarios a los artículos 19 N° 2, N° 15 inciso 1° y 3°, N° 16 inciso 1 ° , 2° , 3° , 4° y 5 ° , N ° 19 inciso 1°, N° 21° y N° 24 de la Constitución. 3. Declarar inconstitucional y suprimir o derogar del Proyecto de Ley los artículos 317 inciso 2° letra a), y también, los incisos 3° y 4° del mismo artículo, y el artículo 318, todos del Proyecto de Ley, son inconstitucionales por ser contrarios al artículo 19 N° 4 de la Constitución 4. Declarar inconstitucional y suprimir o derogar del Proyecto de Ley el artículo 365 del Proyecto de Ley. Ello por infringir los artículos 19 N° 2 inciso 1° Y 2°, N° 16 inciso 5°, N° 19 inciso 1°, N°21 inciso 1° y N° 22 inciso 1° de la Constitución". 30 "Considerando tercero: Que el Tribunal acogerá en su totalidad el primer capítulo de impugnación (titularidad sindical), referido al artículo 1 °, numeral 4 °, del proyecto de ley, que sustituye el inciso tercero del artículo 6 ° del Código del Trabajo; así como al artículo 1 °, numeral 37, del proyecto de ley, que sustituye el Libro IV del Código del Trabajo, en lo que respecta a la modificación a los artículos 303, incisos primero, tercero y quinto; 315; 321, incisos segundo, tercero y cuarto; y 328, todos del Código del Trabajo". "Considerando cuarto: A su turno, el Tribunal Constitucional acogerá parcialmente el segundo capítulo (extensión de beneficios), sólo en lo que respecta al artículo 1°, numeral 37, del proyecto de ley, en cuanto modifica el inciso primero del articulo 323 del Código del Trabajo. Las restantes 29 11 requeridas y declarando otras ajustadas a derecho. Respecto de las demás normas que no fueron requeridas, no se pronunció; de haberlo hecho se habría configurado el vicio de ultrapetita. Sin embargo, los requirentes basan su acusación de desacato en que el proyecto de ley no cumpliría con lo expresado en una frase específica contenida en la parte considerativa de la sentencia titulada "consideraciones adicionales", particularmente, aluden al considerando sexagésimo tercero de la STC Rol N° 3016-16 (3026-16), el cual expresa lo siguiente: "Sexagésimo tercero: Que, asimismo, las constataciones de inconstitucionalidad a las que este Tribunal ha llegado son incompatibles con cualquier disposición transitoria o accesoria a las normas impugnadas en este requerimiento y que han sido declaradas inconstitucionales" (énfasis agregado). No resulta trivial la ubicación de este considerando en la sentencia, ya que puede categorizarse como un obiter dictum. Como señala el profesor Nogueira, "La distinción entre la ratio decidendi y el obiter dicta o dictum, está dada por que el primero de estos conceptos, es la parte del fallo que fundamenta directa e inmediatamente el precedente, estableciendo la regla o principio que define el tribunal al resolver el problema o caso sometido a su consideración, mientras que el segundo concepto, el obiter dicta o dictum, se refiere a los razonamientos marginales periféricos o circunstanciales, los cuales carecen de valor vinculante con efecto erga omnes" 31 . Como queda en evidencia, el citado considerando no profundiza ni singulariza las normas a las que se refiere. Constituye una declaración abstracta, cuya amplitud no otorga certeza respecto de qué normas concretas son objeto de dicha declaración. ¿Al referirse a "cualquier disposición transitoria o accesoria a las normas impugnadas" se refiere a también a normas del derecho vigente? ¿qué consecuencias tiene tal afirmación? No hay en el referido considerando un mandato constitucional explícito. Por lo mismo, no tiene un correlato en la parte resolutiva de la sentencia. Es más una observación inserta en el razonamiento jurídico previo a la decisión, que carece de la fuerza vinculante propia del fallo. Extender los efectos vinculantes de la STC Rol N° 3016-16 (3026-16) a su parte considerativa, como pretenden los requirentes, y considerando la vaguedad del acápite solicitudes del capítulo, en lo que se refieren al artículo 1", numeral 29, literal j), del proyecto de ley, que sustituye el actual literal g), que pasa a ser h), del artículo 289, del Código del Trabajo; y, del artículo 1°, numeral 37, del proyecto de ley, en que se modifica el articulo 322, numeral 4°, y el artículo 323, incisos tercero y cuarto, todos del Código del Trabajo, serán rechazados, en empate de votos, con voto dirimente de su Ministro Presidente". Página 43 de la STC 3016-16 (2016-16). 31 Nogueira Alcalá, Hutnberto (2010). La Sentencia del Tribunal Constitucional en Chile: análisis y reflexiones jurídicas. Estudios Constitucionales, 8(1) p. 108. señalado, interfiere claramente en las atribuciones del Congreso Nacional y del Presidente de la República, cuya naturaleza también es constitucional, ya que con dicha sensible ampliación se impide la deliberación y consenso en un sentido contrario a lo argumentado por este Tribunal Constitucional. En efecto, el Excmo. Tribunal Constitucional no se pronunció sobre la obligación de introducir normas o realizar modificaciones debido a que, evidentemente, ello habría vulnerado sus competencias. Haber actuado de otra forma hubiere significado que este Excmo. Tribunal Constitucional se convertiría en una suerte de órgano colegislador, alejándose de su función jurisdiccional constitucional y distorsionando el sistema de relación de los poderes constitucionales del Estado. Con ello, habría sobrepasado las atribuciones que expresamente la Constitución y las leyes dictadas conforme a ella le otorgaron, las que sólo pueden interpretarse de manera estricta. b. El veto presidencial y su aprobación por el Congreso Nacional no infringen la sentencia del Excmo. Tribunal Constitucional Ya se ha despejado el alcance de la STC Rol N° 3016-16 (3026-16). A continuación explicaremos cómo los órganos legisladores no infringen su contenido. El 7 de mayo de 2016, S.E. la Presidenta de la República formuló observaciones al proyecto de ley cuestionado en ejercicio de la facultad otorgada por el artículo 73 de la Constitución. Dichas observaciones consistieron en suprimir determinadas y específicas normas del proyecto de ley, sin que se repusieran aquellas declaradas inconstitucionales por este Tribunal Constitucional 32 . Además, dichas normas no tuvieron relación con aquellas declaradas inconstitucionales". Así, la eliminación que se propuso respecto del artículo que establece el quorum para negociar colectivamente de los sindicatos es coherente con la declaración de inconstitucionalidad de las normas que establecían la titularidad sindical, ya que la exigencia mayor de quorum tenía como base el fortalecimiento de los sindicatos. Por lo tanto el veto en este aspecto es coherente con la legislación que resultó producto del fallo del Tribunal Constitucional. En el mismo sentido, la eliminación que se propuso respecto de la posibilidad de que los sindicatos puedan acordar ciertos pactos de adaptabilidad laboral (sobre sistemas excepcionales de jornada de trabajo y descanso, pactos de horas extraordinarias y pactos sobre tiempo de preparación para trabajar y jornada pasiva), de ninguna manera significa reponer normativamente la titularidad sindical. En concordancia con dichas propuestas y obedeciendo el fallo de este Excmo. Tribunal, fueron eliminados los preceptos transitorios ya singularizados. 33 En efecto, el veto presidencial propuso eliminar del proyecto de ley las siguientes disposiciones: Inciso tercero del nuevo artículo 303 del Código del Trabajo: "Tendrán derecho a negociar 1) los sindicatos que cumplan con los quórum de constitución establecidos en el artículo 227". 2) La última frase del inciso primero del nuevo artículo 341 del Código del Trabajo: la "Igualmente, podrá impugnar el cumplimiento del quórum del sindicato para negociar en empresa". Nuevo artículo 376 del Código del Trabajo: Pactos sobre sistemas excepcionales de 3) jornada de trabajo y descanso. 32 000140 13 El día 22 de junio de 2016 el Congreso Nacional aprobó las observaciones supresivas formuladas por S.E. la Presidenta de la República al proyecto, produciéndose el 23 de junio el trámite de finalización en la Cámara de Origen, con lo cual éste fue despachado y enviado al Tribunal Constitucional el objeto de controlar obligatoriamente su constitucionalidad de acuerdo al inciso primero del número del artículo 93 de la Carta Fundamental. Resulta evidente que la actuación de S.E. la Presidenta de la República concretada en las observaciones supresivas formuladas a acotadas normas del proyecto de ley no fueron contradictorias con lo ordenado por este Tribunal Constitucional a través de su STC Rol N° 3016-16 (3026-16), toda vez que no repuso las normas declaradas inconstitucionales. Mal pudo desatender lo resuelto por este Excmo. Tribunal Constitucional, que exclusivamente declaró inconstitucionales algunas normas específicas requeridas, las que fueron eliminadas del proyecto de ley. En efecto, el veto presidencial y el actual proyecto de ley acataron la parte resolutiva del fallo de este Tribunal Constitucional en cuanto excluyeron los respectivos preceptos declarados inconstitucionales, por lo que no pudieron de modo alguno haber contradicho el fallo de SS Excmo., ya que de ninguna manera se repusieron las normas declaradas inconstitucionales. Clarificadoras al respecto resultan las palabras del profesor Fernández González, a propósito del análisis de la STC 2541, quien ha señalado: "que un proyecto de ley haya sido examinado por el Tribunal Constitucional, en virtud de lo dispuesto en los numerales 1° o 3° del artículo 93 de la Carta Fundamental, no limita la potestad presidencial de formularle observaciones, conforme a lo dispuesto en su artículo 73, salvo —claro está- para proponer una disposición que sea exactamente contraria a la que, específicamente, esa magistratura declaró constitucional, puesto que la declaración en el sentido que un precepto en germen se ajusta a la Constitución no fuerza a los colegisladores a aprobarlo, necesariamente ni en los mismos términos en que fue conocido por aquel Tribunar. Nuevo artículo 377 del Código del Trabajo: Pactos de horas extraordinarias. 4) Nuevo artículo 378 del Código del Trabajo: Pactos sobre tiempo de preparación para 5) trabajar y jornada pasiva. Artículos transitorios quinto, séptimo, octavo y décimo. 6) 34 Fernández González, Miguel Ángel (2014). Relaciones entre el veto presidencial y los efectos de las sentencias del Tribunal Constitucional, a propósito del proyecto de ley sobre televisión digital. En: Asociación Chilena de Derecho Constitucional (2014). Gobierno. Presidente de la República: Libro homenaje al profesor Hernán Molina Guaita. Santiago: Editorial Jurídica, p. 114. Énfasis agregado. Lo anterior, no obliga sino a rechazar categóricamente las burdas acusaciones de "desacato" imputadas livianamente por los requirentes. En efecto, y no obstante lo dicho previamente, el desacato consiste en quebrantar lo ordenado cumplir por una sentencia judicial. En el caso de una sentencia que declara inconstitucionales normas precisas de un proyecto de ley, el "desacato" se configuraría cuando los colegisladores insisten en las normas declaradas inconstitucionales, lo que no hace el veto presidencial ejercido sobre la Reforma Laboral ni tampoco el proyecto de ley despachado por el Congreso Nacional. c. Cuando el Tribunal Constitucional ha sugerido legislar, lo ha hecho explícitamente Por último, cabe señalar que si bien en numerosas ocasiones el Excmo. Tribunal Constitucional se ha referido a la necesidad de que el legislador, en ejercicio de sus atribuciones exclusivas, legisle respecto de materias de las que ha conocido, tales casos son muy diferentes del invocado por los requirentes. En los casos en que el Excmo. Tribunal Constitucional ha considerado necesario que el legislador dicte normas para armonizar el texto de una determinada ley con la Constitución, lo ha recomendado de forma clara y explícita en su sentencia. No ha sido vago ni genérico. En efecto, por una parte, el Tribunal siempre ha utilizado expresiones que no permiten dudar de su carácter de recomendaciones, tales como "este Tribunal hace presente la necesidad de complementar las normas del proyecto", "es menester prevenir sobre la necesidad de completar, oportunamente, la normativa legal sobre la materia »36 . Por otra parte, en todos los fallos en que el Tribunal se ha referido a la necesidad de legislar, lo ha hecho reconociendo la competencia exclusiva del legislador, señalando que se trata de "materia cuya aclaración, corrección o rectificación no le corresponde a este Tribunal de acuerdo a las facultades que le ha conferido la Constitución y si el legislador dentro de sus atribuciones constitucionales privativas" 36 o "Que, sin embargo, debemos dejar en claro que compete al Parlamento —y no a esta Magistratura— dictar las normas legales correspondientes" 37. Por tal razón, siempre se ha tratado de recomendaciones o de declaraciones mediante las cuales se hace presente tal necesidad como ha recomendación dirigida a los órganos constitucionalmente competentes. En suma, el Excmo. Tribunal Constitucional ha señalado expresamente que no le corresponde, según sus funciones, más que sugerir a los colegisladores la necesidad de adoptar determinadas normas. STC 53/1988 STC 141/1992 37 STC 1881/2011 36 36 OO 4 2 15 ottn Asimismo, en las oportunidades en que el Excmo. Tribunal ha señalado la necesidad de legislar, ha declarado la constitucionalidad de la norma legal controlada. Ambas condiciones no son, por tanto, incompatibles. En estos casos, el Excmo. Tribunal Constitucional ha recomendado legislar, pero no se configura una obligación que pueda declararse incumplida por parte de los colegisladores. Por su parte, la doctrina que aboga por un efecto expansivo de las sentencias lo hace como una cuestión de lege ferenda, reconociendo los límites que existen actualmente en nuestra Constitución. 2. Los requirentes pretenden que se revise el contenido del fallo de la STC 3016-16 (3026-16) Luego de desechar las burdas acusaciones de desacato efectuadas por los requirentes en contra de S.E. la Presidenta de la República, demostrando su falsedad y que no corresponde alegarlas en esta sede, corresponde analizar, como segundo argumento para declarar la inadmisibilidad del presente requerimiento, el que los requirentes solicitan modificar el contenido de lo resuelto por la STC Rol N° 3016-16 (3026-16), cuestión que expresamente la Constitución impide en su artículo 94. a. Los requerimientos • vulneran el principio de no impugnación de las resoluciones de este Tribunal Las sentencias del Tribunal Constitucional no son impugnables mediante recurso alguno. Así lo establece el artículo 94 de la Constitución, al prescribir que "Contra las resoluciones del Tribunal Constitucional no procederá recurso alguno, sin perjuicio de que puede, el mismo Tribunal, conforme á la ley, rectificar los errores de hecho en que hubiere incurrido.". Esta norma impide llevar o impugnar "las resoluciones" del Tribunal Constitucional —no solo la sentencia- ante la misma u otra jurisdicción. La única excepción a este efecto de desasimiento, es la rectificación de oficio de "errores de hecho en que hubiere incurrido", que autoriza expresamente el artículo 94 de la Constitución. Dicha excepción únicamente procede para rectificar los errores de hecho en que la sentencia hubiere incurrido, de oficio o a petición de parte. La modificación a petición de parte deberá solicitarse dentro de siete días contados desde la notificación de la respectiva resolución. El presente requerimiento vulneraría flagrantemente dicho principio, toda vez que los requirentes han invocado como cuestiones de constitucionalidad objeto del presente requerimiento normas que ya fueron objeto de pronunciamiento en la STC Rol N° 3016-16 (3026-16). 16 Sobre esto, el Tribunal Constitucional ha señalado que "Una vez que la sentencia que declara la inconstitucionalidad de normas legales se ha notificado legalmente a los órganos constitucionales correspondientes, únicas partes en el proceso de control de constitucionalidad que ejerce el Tribunal Constitucional, se produce su desasimiento lo que le impide volver a revisar su decisión sobre un asunto sentenciado"". Por ello, es improcedente revisar lo que este Tribunal resolvió acerca de la titularidad sindical, toda vez que ya fueron discutidas y eliminadas del proyecto de ley, tal como la sentencia Rol N° 3016 ordenó suprimir y efectivamente fueron eliminadas del proyecto de ley actual. Los requirentes pretenden manipular las competencias del Tribunal Constitucional y hacer que éste involucre en una cuestión política. Ello es evidente puesto que cuestionan el mérito del proyecto y de la referida sentencia. b. El objeto de los requerimientos es impugnar el contenido de lo resuelto en STC 3016-16 (3026-16) Ante todo, conviene destacar que, tal como ha sostenido la jurisprudencia de este Tribunal, la competencia para conocer de cuestiones de constitucionalidad sobre proyectos de ley, de conformidad al artículo 93 N° 3 de la Constitución, es acotada". Sólo debe limitarse a conocer de la cuestión formulada. En palabras del profesor Colombo, esta competencia es contenciosa y está destinada a resolver cuestiones de constitucionalidad concretas 4°. A pesar de lo anterior, los requirentes formulan la cuestión de constitucionalidad a partir de un supuesto incumplimiento de la STC Rol N° 3016-16 (3026-16), toda vez que solicitan que se "declare inconstitucional total o parcialmente el artículo 1 N° 36 por contrariar de manera grave y flagrante el texto y espíritu de la Constitución y la sentencia que sobre el particular dictó el Excmo. Tribunal Constitucional" 41 ; "el proyecto persiste en reconocer una titularidad desviada de la sentencia del Alto Tribunal, pues la Presidenta de la República desconoció las consideraciones, razones y fundamentos vertidos en el fallo, aparentando acatar el fallo, pero solo eliminando del texto las disposiciones declaradas inconstitucionales. "42 Sin embargo, la verdadera pretensión de los requirentes en esta nueva presentación es solicitar que se revise o enmiende el contenido de lo resuelto por este Excmo. Tribunal, STC 188, c. 4. STC 591, c. 8. En el mismo sentido STC 2025, c. 11. 4° Colombo Campbell, J. (2005). Tribunal Constitucional: Integración, competencia y sentencia. En: Zuñiga, F. (Coord.). Reforma Constitucional. Santiago: LexisNexis, p. 572. 38 39 41 Requerimiento de H. Senadores y Diputados, p. 1. 42 Requerimiento de H. Senadores y Diputados, p. 8. 00 144 ~-~/ 17 AA-toreD intentando utilizar la presente vía como instancia recursiva que nuestra Constitución y derecho desconocen. Lo anterior, toda vez que solicitan a este Tribunal que declare inconstitucionales normas del proyecto de ley que ellos olvidaron incorporar en su primer requerimiento. Así, pretenden modificar lo resuelto en el fallo STC Rol N° 3016-16 (3026-16), y peor aún, es que las formulan a partir de una falsa acusación en contra de S.E. la Presidenta de la República, por un supuesto incumplimiento de lo resuelto en el fallo STC 3016-16 (302616). Éste es el contexto de juicios de mérito en contra del proyecto de ley aprobado por el Congreso Nacional, como también sobre la decisión política del contenido de las observaciones formuladas por la Presidenta de la República, efectuadas de conformidad al artículo 73 de la Constitución. En este sentido, sostienen cuestiones como "es la Presidenta de la República la que, fundamentalmente, debe dar cumplimiento al fallo del Tribunal sintetizado más arriba, ya que, conforme al artículo 65 inciso 4° número 5 posee iniciativa exclusiva en materia de negociación colectiva y solo ella puede dar inicio a un proyecto de ley correctivo o, en su defecto presentar un veto aditivo sobre la materia" 43; "Conociendo esta disposición interpretativa y técnica del Tribunal Constitucional, la Presidenta debió proponer que se modificara, eliminara y/o agregara una serie de disposiciones al proyecto, con el objeto de adecuarlo a lo resuelto el Tribunal Constitucional, cuestión que no hizo." 44 Del mismo modo se explica que respalden su pretensión sobre la base de declaraciones públicas efectuadas por autoridades políticas, notas de prensa, artículos de diarios de circulación nacional y no sobre argumentos constitucionales de derecho. Como bien ya hemos señalado, la presente sede está llamada a resolver una "cuestión de constitucionalidad" que debe formularse a partir de la discrepancia o conflicto de interpretación de las normas constitucionales, en relación con un proyecto de ley o una o más disposiciones. Además, dicha discrepancia debe ser precisa y concreta. Sin embargo, los requirentes confunden este instrumento de control con una instancia para modificar pronunciamientos anteriores o solicitar complementaciones a lo ordenado por el precedente STC 3016-16 (3026-16), cosa que nuestra Constitución no consagra como competencia de este Tribunal, y lo prohíbe expresamente. Es así como en los requerimientos (idénticos) se señala que los requirentes recurren mediante la presente vía para "que haga cumplir su fallo ante la pertinaz actitud del Ejecutivo de negarse a 43 44 Requerimiento de H. Senadores y Diputados, p. 8. Requerimiento de H. Senadores y Diputados, p. 18. 18 e;44,e.Ñ cumplirlo en todas sus partes, de buena fe y con seriedad""; "incumplen la sentencia del Excmo. Tribunal Constitucional Rol N° 3016-2016, en lo relativo a la titularidad sindicar". 3. Los requirentes cuestionan aspectos de mérito Ya hemos demostrado cómo los requirentes utilizan este requerimiento tanto con el objeto de imputar un supuesto delito, como con el propósito de obtener la revisión de una sentencia de SS. Excmo. Ambas cuestiones escapan a la competencia de este Tribunal. De la misma forma, en este apartado analizaremos que los requerimientos son improcedentes pues plantean cuestiones de mérito. El Tribunal Constitucional no puede ser utilizado como una herramienta política al servicio de un sector. Sin embargo, eso pretenden los requirentes. Hoy en día desde distintos sectores, tanto desde la academia como desde organizaciones sociales, se cuestiona el rol que cumple el Tribunal Constitucional en nuestra democracia. Muchos alegan que éste cumple un rol de órgano político y no jurídico. Justamente ese razonamiento es el que subyace al requerimiento de autos, pues se pretende convertir al Tribunal en un legislador positivo que mire a la conveniencia política de las decisiones de los órganos democráticamente electos. Por el contrario, SS Excmo. es un órgano que debe velar por la supremacía de la Constitución, en el marco de sus competencias. Por lo mismo no puede pronunciarse sobre cuestiones de mérito político como por el contrario solicitan los requirentes. Por ello, debe rechazarse el requerimiento de autos por improcedente. a. No corresponde al Tribunal conocer de cuestiones de mérito El Excmo. Tribunal Constitucional opera como un "legislador negativo" 47, por cuanto su función se encuentra limitada a la eliminación de normas del ordenamiento jurídico por ser contrarias a la Constitución. En los casos en que emite sentencias interpretativas o exhortativas lo hace forma excepcional y con el ánimo de respetar el principio de deferencia al legislador. De ahí que la Constitución señale que "[I]as disposiciones que el Tribunal declare inconstitucionales no podrán convertirse en ley en el proyecto o decreto con fuerza de ley de que se trate" (artículo 94, inciso segundo, CPR). Sobre esta materia, el profesor Juan Colombo ha señalado que Tribunal no legisla ni entra a calificar la bondad de las disposiciones legales. Sólo debe resolver si se ajustan o Requerimiento de H. senadores y diputados, p. 15. Requerimiento de H. senadores y diputados, p. 1. 47 Concepto acuñado por Hans Kelsen. Kelsen, Hans (1995). ¿Quién debe ser el defensor de la Constitución? Madrid: Tecnos. 45 46 0O046 19 no a los preceptos constitucionales" 48 . En el mismo sentido, el profesor Carmona, ha señalado que el Tribunal Constitucional debe "ceñirse estrictamente al examen jurídico del asunto sometido a su decisión, excluyendo cualquier consideración de mérito, oportunidad o conveniencia" 49 . Ello, pues las consideraciones de mérito "son parte de la libertad configuradora del legislador". Por lo mismo, la competencia del Tribunal no puede extenderse a la producción de leyes, definición de políticas, ni menos aún a la definición de estrategias legislativas, cuestión que compete exclusivamente al legislador. Tales cuestiones no son propias de la naturaleza de un control de constitucionalidad, sino de índole política, como lo es la determinación del ámbito de un veto presidencial o la oportunidad, contenido o conveniencia de un nuevo proyecto ley. Sobre tal materia este Tribunal ha sostenido que las decisiones de orden político son inidóneas para ser objeto de control constitucional, particularmente en la tramitación de un veto presidencial (STC Rol 2646). Por otra parte, debe tenerse presente que la fuerza vinculante de las sentencias del Excmo. Tribunal Constitucional se funda en el mismo carácter que la Constitución le reconoce en tanto Tribunal, pero además, en gran medida, en la calidad jurídica de sus sentencias. Este último aspecto se vería seriamente deteriorado si una sentencia se funda en razones de mérito político y no en aspectos de constitucionalidad. Esto pondría en riesgo el rol que la Constitución ha confiado al Tribunal. b. Los requirentes cuestionan aspectos de mérito político Los requirentes impugnan cuestiones que escapan a un control de constitucionalidad. Además, cuestionan aspectos de estrategia legislativa que son propias de las definiciones políticas que adopta la Presidenta de la República en el ejercicio de sus atribuciones. i. Cuestionan definiciones técnicas, sociales y económicas El proyecto regula las relaciones laborales en sus distintos aspectos, reconociendo en ellas a los sindicatos como actores. En este contexto, los requirentes solicitan la eliminación de toda mención a la expresión "sindicato" o sus adjetivos del proyecto de ley, sin atender al contexto en que cada una de esas expresiones son utilizadas. Con ello pretende alterar el diseño esencial de la reforma laboral, lo que tiene impactos económicos y sociales de carácter político, que no pueden ser sopesados en sede de control de constitucionalidad. Colombo, J. (1998/1999). El Conflicto Constitucional. Competencia del Tribunal Constitucional para su solución. Revista de Derecho Público, (61), p. 63. Derecho y 49 Carmona, C. (2012). Auto restricción en el Tribunal Constitucional chileno. Humanidades, (19), pp. 78-128. 49 000_47 20 Los requirentes pretenden definir por la vía de la eliminación de expresiones o palabras, cuestiones que son propias del legislador y en concreto del Presidente de la República, en materias de su iniciativa exclusiva; es decir, si el sindicato tiene algún rol en la negociación colectiva. Los requirentes pretenden que SS Excmo. diga que no tienen ninguno. ii. Cuestionan que no se haya ingresado una "ley corta" El requerimiento cuestiona que la Presidenta de la República no haya presentado una ley corta". A ello agregan que este hecho se agrava al tratarse de materias propias de la iniciativa exclusiva del Presidente de la República. Esto se manifiesta en imputaciones tales como "la Presidenta de la República desconoció las consideraciones, razones y fundamentos vertidos en el fallo, aparentando acatar el fallo, pero solo eliminando del texto las disposiciones declaradas inconstitucionales. (...) solo ella puede dar inicio a un proyecto de ley correctivo o, en su defécto, presentar un veto aditivo sobre la materia" 50; "el Gobierno encabezado por la Presidenta de la República, han comprendido, han comprendido, cabalmente y desde el primer momento, lo resuelto por el Tribunal —aun antes de conocerse íntegramente la sentencia-, al extremo que se debatieron, públicamente, alternativas consistentes en el cumplimiento efectivo de lo resuelto, vía veto o ley corta, y también otra posibilidad consistente en reformar la Carta Fundamental para cambiar, al fin y al cabo, la decisión judicial. Sin embargo, lo cierto es que la determinación real y concreta del Gobierno fue (en su condición de colegislador, dotado de iniciativa exclusiva en materia de negociación colectiva) desconocer e incumplir la sentencia pronunciada por el Tribunal Constitucional" 51 . Sin embargo, el Tribunal Constitucional es, como su nombre lo indica, un tribunal y no un órgano legislativo o político. Tan evidente es que es el mérito político lo que cuestionan los requirentes, que fundan su alegato en la ausencia de iniciativa legislativa sobre la materia que les interesa que se modifique. Por otra parte, tal como ya se indicó en los apartados anteriores, el Tribunal no exhortó al legislador a legislar sobre la materia, ni ello se solicitó por los requirentes en su primer requerimiento. Tampoco habría correspondido que lo hiciera, pues escapa a sus atribuciones y a la naturaleza del control preventivo provocado a que da lugar un requerimiento. Pese a ello, los requirentes cuestionan "la actuación del Gobierno posterior a la sentencia del Tribunal Constitucional"" cuestionando la conveniencia política de preferir un veto, a 50 Requerimiento H. Senadores, p. 8. Requerimiento H. Diputados, p. 8. H. Senadores, p. 10. Requerimiento H. Diputados, p. 10. Título 3 de Requerimiento. Requerimiento H. Senadores, pp. 8 y 9. Requerimiento H. Diputados, pp. 8 y 9. 51 Requerimiento 52 21 e.~-ez-fr una "ley corta", para lo cual citan notas de prensa en las que se contienen opiniones meramente políticas sobre las diversas estrategias. Hacen alusión a que parecían confiar en que se ingresaría un proyecto de ley complementario, lo que luego se descartó. A todos estos cuestionamientos los requirentes destinan un título completo de su presentación. Esa descripción resulta relevante para los requirentes, por lo que centran el análisis del presente caso en un nivel meramente político: contraste de opiniones en la prensa, opiniones políticas. Ese es el nivel al que se quiere llevar al Tribunal Constitucional, instándolo a convertirse en un operador político de la minoría parlamentaria. iii. Critican que se haya formulado un veto "parcial" vulnerando las prerrogativas sobre materias de ley de iniciativa exclusiva Especial relevancia tienen las materias que la Constitución ha definido como asuntos de iniciativa exclusiva del Presidente de la República, como aquellas cuestionadas por los requirentes. Su proposición corresponde al Ejecutivo de forma exclusiva, competencia que no debe ser burlada mediante requerimientos como el de autos. Los requirentes piden que se declare la supuesta inconstitucionalidad de normas que no fueron alteradas ni modificadas en absoluto por el veto presidencial, aspirando a extender la supresión del veto presidencial a numerosas normas del proyecto. De esa forma los requirentes cuestionan que el veto presidencial se haya formulado sobre normas precisas del proyecto. Sin embargo, vulnerando los principios de buena fe y fuera de la oportunidad procesal que les corresponde, pretenden alegar la inconstitucionalidad de tales normas. En efecto, las normas que se impugnan ya formaban parte del proyecto en la oportunidad en que los requirentes presentaron su primer requerimiento, pero ellos mismos no las cuestionaron en su oportunidad, deduciéndose que entonces las estimaron ajustadas a la Constitución. De haber existido algún vicio de constitucionalidad, lo habrían hecho presente en su requerimiento. Así, los requirentes reclaman que el veto no se haya extendido a normas diversas, dentro de la discrecionalidad propia del Ejecutivo. Evidentemente ésta es una estrategia política de los requirentes, que no puede tener acogida en un Tribunal Constitucional de prestigio. iv. Los requirentes pretenden suplantar las atribuciones exclusivas de veto del Presidente de la República La facultad de veto presidencial corresponde a la "esfera de autonomía del legislador", y comprende el conjunto de apreciaciones de conveniencia y oportunidad política que lo 000 49 22 llevan a la adopción de una u otra fórmula normativa orgánica 53 . En este ámbito, la jurisdicción constitucional sólo está convocada cuando el legislador excede su ámbito de atribuciones, infringiendo los márgenes, principios o valores esenciales contemplados en la Constitución, o se haya vulnerado el procedimiento de formación de la ley. Actuar en contrario, implicaría por parte del Tribunal Constitucional, asumir un rol de colegislador, asignándose atribuciones que, por mandato constitucional, no le han sido otorgadas 54 . La facultad de veto del Presidente de la República, se encuentra prevista en el artículo 73 de la Constitución Política, en los siguientes términos: "Si el Presidente de la República desaprueba el proyecto, lo devolverá a la Cámara de su origen con las observaciones convenientes, dentro del término de treinta días". El inciso segundo del artículo 73, establece un requisito de fondo que limita el ejercicio del veto presidencial, señalando: "En ningún caso se admitirán las observaciones que no tengan relación directa con las ideas matrices o fundamentales del proyecto, a menos que hubieran sido consideradas en el mensaje respectivo". Es decir, las observaciones que formule el Presidente de la República sólo pueden referirse a las ideas matrices del proyecto que se le remite. Por tanto, el veto presidencial tiene como limitación, en cuanto a su contenido, que se trate de observaciones que no se encuentren totalmente desvinculadas de las ideas fundamentales del proyecto de ley sobre el que se ejerce la facultad de veto. Dicha limitación se reitera en la ley N° 18.918, Orgánica Constitucional del Congreso Nacional, regula la tramitación del veto presidencial, en su título III, artículo 32. En este ámbito, es de vital importancia hacer presente que el carácter discrecional del veto presidencial no se altera por existir un pronunciamiento del Tribunal Constitucional, debido a que su ejercicio es una manifestación más de la función colegisladora. Como ya señalamos, citando al profesor Fernández, que un proyecto de ley hay sido examinado por el Tribunal "no limita la potestad presidencial de formularle observaciones, conforme a lo dispuesto en su artículo 73, salvo —claro está- para proponer una disposición que sea exactamente contraria a la que, específicamente, esa magistratura declaró inconstitucional" 55. Decidir que un veto sea total o parcial; aditivo, supresivo o sustitutivo; o que se refiera a normas diversas es una cuestión de exclusivo resorte Presidencial. 54 STC Rol N c's 1295-2009 y 2438-2013. STC Rol N° 43-1987. 55 Fernández González, Miguel Ángel (2014). Ob. cit. 53 23 ¿;kzet-a114- Por el contrario, los requirentes solicitan que sea el Tribunal Constitucional quien en definitiva ejerza la facultad de veto, desconociendo que dicha facultad es una facultad constitucional del Presidente de la República y no puede ser ejercida por un organismo no habilitado para ello. Los requirentes pretenden suprimir una serie de palabras o expresiones de artículos ya aprobados y despachados del proyecto de ley. De esa forma, en lo sustancial, pretenden formular indicaciones al proyecto de ley, haciéndolo fuera de la oportunidad prevista para ello, ante el órgano equivocado y pretendiendo vulnerar además las normas constitucionales sobre cuestiones de iniciativa exclusiva. III. LOS REQUERIMIENTOS INCUMPLEN EL REQUISITO DE FUNDAMENTACIÓN PARA ADMISIÓN A TRÁMITE Luego de haber explicado las razones por las cuales los requerimientos de autos son improcedentes, nos haremos cargo de un argumento adicional por el cual éstos no pueden ser admitidos a trámite: su falta de fundamentación. La Constitución y la LOCTC exigen a los requirentes que sus requerimientos se encuentren fundados razonablemente, para lo cual deben precisar las normas particulares del proyecto de ley que impugnan y cómo ellas vulnerarían la Constitución. Todo ello resulta de vital importancia a fin de identificar claramente la controversia constitucional planteada y fijar la competencia del Tribunal Constitucional. 1. La exigencia de precisión de las normas impugnadas y vicios constitucionales a. Es un requisito de esencial de todo requerimiento Como ya hemos señalado, conforme lo establece el número 3 del artículo 93 de la Carta Fundamental, corresponde al Tribunal Constitucional "Resolver las cuestiones sobre constitucionalidad que se susciten durante la tramitación de los proyectos de ley o de reforma constitucional y de los tratados sometidos a la aprobación del Congreso". En tal sentido, el inciso sexto de la misma disposición constitucional establece que en dicho caso "El requerimiento no suspenderá la tramitación del proyecto; pero la parte impugnada de éste no podrá ser promulgada hasta la expiración del plazo referido, salvo que se trate del proyecto de Ley de Presupuestos o del proyecto relativo a la declaración de guerra propuesta por el Presidente de la República" 56 . 56 En el mismo sentido, cabe tener presente el artículo 40 de la LOCTC. 24 Por su parte, el artículo 63 de la LOCTC establece que "El requerimiento deberá contener una exposición clara de los hechos y fundamentos de derecho que le sirven de apoyo. Se señalará en forma precisa la cuestión de constitucionalidad v, en su caso, el vicio o vicios de inconstitucionalidad que se aducen, con indicación de las normas que se estiman transgredidas. Al requerimiento deberán acompañarse, en su caso, copias íntegras de las actas de sesiones de sala o comisión en las que se hubiere tratado el problema y de los instrumentos, escritos y demás antecedentes invocados. En todo caso se acompañará el proyecto de ley, de reforma constitucional o tratado, con indicación precisa de la parte impugnada". Complementando lo anterior, el artículo 65 establece que "si el requerimiento no cumple con las exigencias establecidas en el artículo 63, no será acogido a tramitación y se tendrá por no presentado, para todos los efectos legales". Finalmente, cabe tener presente el artículo 69 de la LOCTC que establece que excepcionalmente y por razones fundadas, el Tribunal podrá declarar la inconstitucionalidad de las normas cuestionadas basado únicamente en fundamentos constitucionales distintos a aquellos que han sido invocados por las partes en la iitis. En este caso, deberá advertirles acerca del uso de ese posible precepto constitucional no invocado y permitirles así referirse a ello. Dicha advertencia podrá efectuarse en cualquier etapa del juicio, incluyendo la audiencia de la vista de la causa, cuando proceda, y también como medida para mejor resolver. De las normas citadas anteriormente, cabe concluir que es una carga de los requirentes señalar en forma precisa la cuestión de constitucionalidad y efectuar una exposición y argumentación clara de los hechos y fundamentos de derecho en los cuales se sustenta; de este modo, deben singularizar las normas constitucionales específicas que se estiman vulneradas así como aquellas del proyecto de ley que provocan dicho resultado y la forma en que lo provocan. Si no se cumple con esta carga, el requerimiento no debe ser acogido a trámite. b. Permite definir la competencia del Tribunal Constitucional Tal exigencia ha sido entendida por este Tribunal Constitucional, al referirse al fundamento del control de constitucionalidad de proyectos de ley y al requisito de precisión del requerimiento de inconstitucionalidad: "Es necesario que el requerimiento contenga no sólo una exposición clara de los hechos y fundamentos de derecho en que se sustenta, sino sobre todo que señale en forma precisa la cuestión de constitucionalidad planteada v el vicio o vicios de inconstitucionalidad que afectarían a los preceptos legales contenidos en el provecto de lev que se impugna. Esta exigencia de formular de modo 25 000152 z_i;1~e,t ) 941 preciso la cuestión de constitucionalidad y los vicios de inconstitucionalidad aducidos, sean de forma o de fondo, requiere que los reproches tengan por obieto el o los preceptos legales del provecto considerados en sí mismos, pues la finalidad que persigue el control preventivo de constitucionalidad es evitar la introducción en el ordenamiento jurídico de disposiciones inconstitucionales, y no dejar sin aplicación o eliminar las que estuvieren vigentes, para lo cual existen otras vías" 57. Siguiendo dicha lógica, según el profesor Francisco Zúñiga, "es menester precisar que el Tribunal Constitucional no es un órgano consultivo de constitucionalidad de actos estatales, ni la acción instrumentada mediante un "requerimiento", es un mecanismo para formular consultas a esta Judicatura o para formular impugnaciones potenciales, virtuales o probables acerca de la constitucionalidad del acto estatal. El Tribunal Constitucional es un órgano iurisdiccional supremo cuya competencia está enderezada a resolver conflictos constitucionales ciertos, específicos, a partir de los cuales se configuran vicios de inconstitucionalidad material, formal y/o competencial; y no para trazar orientaciones o exhortaciones acerca del obrar del legislador democrático (STC Rol N° 23, de 26 de septiembre de 1984) 48 . En este sentido, la precisión de las normas impugnadas es una exigencia para determinar la competencia específica de este Tribunal Constitucional en este tipo de requerimientos. Lo anterior, es de vital relevancia dado que permite evitar que el requerimiento sea utilizado con fines dilatorios y, asimismo, permite la identificación clara de la controversia constitucional planteada y delimita la competencia del Tribunal Constitucional. En este sentido, S.S. Excmo. se ha pronunciado respecto a los requisitos de la cuestión de constitucionalidad, argumentando que la "(..) La discrepancia debe ser precisa y concreta. Esta condición delimita la competencia del Tribunal Constitucionar 59 . c. Es un requisito de la bilateralidad El incumplimiento de dichos requisitos vulnera el debido proceso constitucional, pues impiden una posibilidad cierta de ejercer el derecho a controvertir lo planteado y dificultan a este Tribunal Constitucional la delimitación de su ámbito de competencias específicas. En efecto, la falta de precisión en la fundamentación del requerimiento repercute en el principio de bilateralidad, dada la imposibilidad de identificar con claridad aquello contra lo cual debe formularse la defensa. Como señala el profesor Juan Colombo, el principio de STC 1292, cc. 7, 8 y 10. Énfasis agregado. Zúñiga, Francisco (2010). El principio pro requirente en la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la Ley Orgánica Constitucional del Tribunal Constitucional. En: Nogueira, Humberto y Fernández González, Miguel Ángel (Coord.) (2010). Temas de Derecho Procesal Constitucional: reflexiones jurídicas sobre competencias del Tribunal Constitucional y la nueva LOC del Tribunal Constitucional. Santiago: Librotecnia, p.162. Énfasis agregado. 59 STC 23, c .4. 57 58 26 bilateralidad "se traduce en que las partes deben tener conocimiento del proceso y, como su efecto, pleno derecho a defensa" 60 , de lo que se desprende que aquel da eficacia al artículo 19 N°3 de la Constitución, que garantiza a todas las personas la igual protección de la ley en el ejercicio de sus derechos. En el mismo orden de ideas, el profesor Francisco Zúñiga señala que el estándar exigido a los requerimientos sobre cuestiones de constitucionalidad es alto, debido a que la acción impetrada debe explicar sus fundamentos y fundar el o los vicios de inconstitucionalidad de la ley en atención, entre otros, al principio de bilateralidad en virtud del cual "los legitimados procesalmente deben tener oportuno y cabal conocimiento de las argumentaciones y fundamentos del requerimiento para formular sus observaciones (artículo 41 de la LOCTC)" 61 ; de este modo, se le otorga un peso a la pretensión, lo cual importa fundar y establecer razonablemente la inconstitucionalidad del acto estatal. En conclusión, la falta de precisión en las normas objetadas de un proyecto de ley por los requirentes, traducida en la necesidad de una fundamentación plausible que permita fijar el ámbito de competencias de este Tribunal Constitucional, que constituye una garantía esencial de los sujetos del proceso al otorgar un contenido cierto a la controversia constitucional, vulnera el debido proceso constitucional desde la perspectiva de su mérito o límite y del principio de bilateralidad. 2. Los requirentes no precisan las normas impugnadas ni cómo ellas producirían efectos inconstitucionales a. Cuestionan el proyecto de forma genérica y entregan al Tribunal la carga de determinar las normas impugnadas En términos generales, los requerimientos no precisan los preceptos impugnados del proyecto de ley. En efecto, los requirentes solicitan que: "el Excmo. Tribunal Constitucional haga cumplir su sentencia del modo que le parezca apropiado"62 . En el mismo sentido, los requirentes solicitan a este Tribunal Constitucional acoger total o parcialmente el requerimiento, para posteriormente pedir que se acoja en su integridad. Todo lo anterior demuestra la generalidad, falta de precisión y ambigüedad de los requirentes al momento de referirse a los preceptos impugnados. Idem. Colombo, Juan (1998/1999), p. 218. 61 Idem. Zúñiga, Francisco (2010), pp. 163 y 164. 62 Requerimiento H. Senadores, p. 26; Requerimiento H. Diputados, p. 26. 60 b. Los requirentes impugnan normas que cuya inconstitucionalidad ya fue rechazada por el Tribunal Constitucional Demostrando la falta de prolijidad en la fundamentación de sus requerimientos, particularmente en la precisión de las normas impugnadas, los requirentes alude una norma cuya inconstitucionalidad fue rechazada por el Tribunal Constitucional en la STC 3016-16 (3026-16). En efecto, entre las normas impugnadas por los requirentes se encuentra el artículo 318 del proyecto de ley, respecto del cual solicitan la declaración de inconstitucionalidad de la frase "a los sindicatos de empresa constituidos en ella". Como consta de la sentencia recién citada, la inconstitucionalidad del referido artículo 318 completo fue rechazado por este Excmo. Tribunal, por lo que a su respecto existe cosa juzgada. c. Los requirentes no explican de qué manera cada precepto impugnado vulneraría la Constitución Además, los requirentes no realizan una relación circunstanciada de cada una de las normas impugnadas y el modo en que ellas provocarían los efectos inconstitucionales. En efecto, de los requerimientos se hace patente el mero señalamiento y transcripción de los preceptos que los requirentes alegan como inconstitucionales, lo que carece de un desarrollo argumentativo en torno a la vulneración de garantías constitucionales. Los requirentes no señalan la forma en que cada uno de los preceptos transcritos del proyecto infringe la Constitución, sólo se limitan a pedir la eliminación de la expresión "sindicato" y expresiones similares sin fundar cada una de las normas. En este sentido, no resulta aventurado asumir que los requirentes realizaron una búsqueda automatizada y superficial de las palabra "sindicato" y sus derivaciones, sin analizar el contexto legal de cada una de ellas y si cada una por sí sola es inconstitucional. No hay un análisis mínimo razonado de cómo cada uno de los preceptos invocados, singularmente considerados o en su conjunto, producirían efectos inconstitucionales. En efecto, los requirentes no explican la aptitud de cada uno de los preceptos invocados para producir la contradicción entre aquellos y la Constitución por lo que la argumentación es insuficiente Así, si bien los requirentes señalan que "la declaración de inconstitucionalidad de las expresiones consignadas en los artículos descritos en el párrafo anterior, traerán como consecuencia directa que los trabajadores podrán ejercer su derecho a la negociación colectiva, ya sea que se agrupen o lo hagan a través de un sindicato", no realizan un ejercicio de reflexión jurídica en torno a todas y cada una de las cuestiones impugnadas 00 155 por ellos. Es más, los propios requirentes reconocen expresamente que omiten realizar una fundamentación detalladas de las normas impugnadas, toda vez que explícitamente, en lo que puede considerarse la única relación circunstanciada que realizan entre normas impugnadas y efectos inconstitucionales, explícitamente reconocen la incompletitud de la fundamentación: "En efecto, de la simple lectura del proyecto se puede evidenciar que en prácticamente todas las disposiciones impugnadas solo los sindicatos u organizaciones sindicales pueden ejercer los derechos y facultades que establecen las modalidades y procedimientos de la negociación colectiva. Así, por ejemplo, sólo "los trabajadores afiliados a la organización sindical involucrada en una organización colectiva reglada gozarán del fuero establecido en la legislación vigente (artículo 309 contenido en el artículo 1 número 36 del Proyecto de Ley). Otro ejemplo, el proyecto que señala que "La comisión negociadora sindical deberá convocar a la votación de la huelga con a lo menos cinco días de anticipación" (artículo 347, contenido en el artículo 1° número 36 del Proyecto de Ley), imposibilitando de esa manera la huelga del grupo negociador. Estos ejemplos —que podríamos extender a todas las normas impugnadas- son una demostración del incumplimiento de la sentencia (...)" 83 .Por tanto, la forma en que está desarrollado el requerimiento impide a este Tribunal Constitucional resolver un conflicto constitucional cierto y específico. Asimismo, se vulnera el derecho a una adecuada defensa ¿Cuáles son las normas que se estiman infringidas? ¿De qué forma y con qué alcance? Simplemente no podemos pasar al estadio procesal siguiente. No hay, de parte de los requirentes, un argumento del cual hacerse cargo. d. Los requirentes no explican ni atienden el resultado en el proyecto de ley que produciría acoger su pretensión En ninguna parte de los requerimientos hay siquiera una mención a la preceptiva legal que resultaría del proyecto de ley en caso de acogerse sus pretensiones. Tampoco se señalan los efectos concretos en el proyecto de ley que produciría una sentencia favorable. En este tipo de requerimientos, toda fundamentación debe hacerse cargo no sólo de la singularización de los preceptos del proyecto impugnados, de cómo cada uno de ellos vulnerarían la Constitución, sino además de las consecuencias de la declaración de su inconstitucionalidad. Una fundamentación adecuada y completa implica necesariamente explicar las consecuencias normativas que se generarían en el respectivo articulado. Lo anterior es deliberadamente omitido por los requirentes, ya que los efectos que se producirán en el articulado del proyecto evidentemente serán inconexos e ilógicos. 83 Énfasis agregado. 29 En efecto, las impugnaciones de los requirentes se refieren al nuevo libro IV que se introducirá al Código del Trabajo, que sustituye al actualmente vigente, los cuales regulan la negociación colectiva. Evidentemente, acoger la pretensión de los requirentes no hará "revivir" las disposiciones del actual Código del Trabajo. Finalmente, cabe advertir que los requirentes pretenden abusar de las atribuciones de este Excmo. Tribunal al asumir que todas las falencias y omisiones en que han incurrido, y que han sido constadas anteriormente, serán enmendadas por S.E. En otras palabras, la falta de precisión de las normas impugnadas; la indiferencia ante el efecto de cosa juzgada sobre alguna de ellas; la manifiesta omisión de una explicación de la forma en que los preceptos impugnados vulnerarían la Constitución y la insensata desatención del resultado normativo que provocaría su pretensión en el proyecto de ley, evidencian que los requirentes pretenden deliberada y desmesuradamente que este Tribunal Constitucional haga vista gorda de sus errores. IV. CONCLUSIONES 1. Las competencias del Tribunal Constitucional son taxativas y de derecho estricto. Por ello, pretender que el Tribunal se pronuncie sobre cuestiones que le son ajenas vulnera la supremacía constitucional y la separación de poderes, distorsionando la naturaleza del Tribunal Constitucional. Además, pone al Tribunal en una inédita posición en su historia, llamándolo a invadir las competencias del legislador. 2. En este contexto deben interpretarse el artículo 93 N° 3 de la Constitución y los artículos 63 y 65 de la LOCTC que enuncian los requisitos de admisión a trámite de todo requerimiento. El artículo 93 N° 3 de la Constitución es claro en señalar que dicha atribución apunta a resolver "cuestiones de constitucionalidad". Cuestiones de diversa naturaleza no deben ser conocidas por el Tribunal. 3. En autos, los requerimientos son improcedentes pues plantean asuntos que no constituyen "cuestiones de constitucionalidad" y, por lo mismo, escapan a la competencia de este Excmo. Tribunal. Así, pretenden que el Tribunal se pronuncie sobre un supuesto "desacato" de la Presidenta de la República; solicitan la revisión de una de sus sentencias y requieren un pronunciamiento sobre cuestiones de mérito. 4. Los alegatos referidos a un supuesto "desacato" o infracción por parte de S.E. la Presidenta no constituyen una cuestión de constitucionalidad propia de las competencias de esta Magistratura y además constituyen acusaciones falaces, burdas e infundadas. No sólo es absurdo pretender que SS Excmo. dictamine sobre alegaciones temerarias como un pretendido "desacato", sino que la STC N° 3016-16 (3026-16), cuyo incumplimiento se reclama, se enmarcó estrictamente en la competencia específica que le configuraron los requirentes originalmente, esto es, declaró inconstitucionales sólo ciertas y específicas disposiciones del proyecto de ley, sin ordenar concretamente lo mismo respecto de las normas que ahora son impugnadas. Las observaciones que formuló S.E. la Presidenta de la República en virtud de la facultad otorgada por el artículo 73 de la Carta Fundamental fueron de naturaleza supresiva por lo cual mal pudo desatender lo ordenado por el Tribunal Constitucional, que exclusivamente declaró inconstitucionales algunas normas específicas requeridas. En palabras de un autor nacional, S.E la Presidenta de la República no propuso una disposición exactamente contraria a la que, específicamente, este Excmo. Tribunal declaró inconstitucional. Todo lo anterior no hace sino rechazar categóricamente las acusaciones infundadas que los requirentes formulan en contra de S.E. la Presidenta de la República. 5. En segundo lugar, los requerimientos son improcedentes pues con ellos se pretende revisar una sentencia de este Tribunal. Los requirentes aspiran a que por la vía de extender lo resuelto en la STC Rol N° 3016-16 (3026-16) se subsanen sus reiterados errores y omisiones. En efecto, su pretensión esencial es complementar su primer requerimiento pues, como ha quedado demostrado, omitieron señalar algunas normas. Insólitamente ahora sostienen que las mismas son inconstitucionales. Se trata, evidentemente, de una negligencia o un error. 6. Por último, los requerimientos también son improcedentes al formular cuestiones de mérito político tales como cuestiones de estrategia legislativa —como el ingreso de una "ley corta" o el ámbito del veto presidencial- y definiciones propias de la iniciativa legislativa exclusiva del Presidente de la República. Con ello, pretenden desnaturalizar a este Excmo. Tribunal, convirtiéndolo en un órgano político. 7. Por otro lado, no debe perderse de vista que tanto el artículo 93 N° 3 de la Constitución como los artículos 63 y 65 de la LOCTC señalan requisitos de fundamentación con los que debe cumplir un requerimiento para ser admitido a trámite. Debe determinarse con precisión la cuestión de constitucionalidad. Esto exige que los requerimientos contengan una exposición clara de los hechos y fundamentos de derecho que le sirven de apoyo, indicando el vicio o vicios de CO inconstitucionalidad que se aducen, con indicación de las normas que se estiman transgredidas. Lo anterior hace imprescindible que un requerimiento singularice las normas impugnadas y evidencie una relación circunstanciada entre ellas y los efectos inconstitucionales que provocarían. La omisión de dichos requisitos tiene importantes repercusiones tanto para el Tribunal Constitucional como para la formulación de estas observaciones. Se vulnera el principio contradictorio o de bilateralidad, además de dificultar a este Tribunal Constitucional la delimitación de su ámbito de competencias específicas, ambos elementos configuradores del debido proceso constitucional. 8. Por el contrario, los requerimientos de autos carecen de una fundamentación mínima para ser acogidos a trámite. 9. Así, no precisan las normas impugnadas del proyecto pues solicitan parcialmente su inconstitucionalidad e impugnan genéricamente el proyecto de ley, pretendiendo que este Tribunal subsane su error y sea él quien determine las normas impugnadas. 10. En este contexto, adicionalmente, los requirentes impugnan normas cuya inconstitucionalidad ya fue rechazada por el Tribunal Constitucional. 11. Asimismo, no explican qué relación existiría entre las normas impugnadas, ya sea individualmente consideradas o en su conjunto, y la sentencia que invocan como fundamento. Tampoco justifican cómo tales preceptos violarían la Constitución. Lo anterior deja en evidencia que los requirentes se limitaron a efectuar una búsqueda automatizada de la palabra "sindicato" y sus derivaciones, sin atender al contenido de cada norma ni a su contexto. 12. Tampoco se hacen cargo los requirentes de los efectos que se producirían de acogerse sus impugnaciones. El texto final quedaría inconexo e ilógico en su contenido. 13. Por todo lo anterior, los requerimientos de autos deben ser declarados improcedentes y no pueden ser acogidos a tramitación. 32 CAPITULO SEGUNDO. LOS REQUERIMIENTOS SON INADMISIBLES POR EXTEMPORÁNEOS La Constitución exige que los requerimientos de inconstitucional sean formulados dentro de un plazo determinado, toda vez que el artículo 93 N°3 señala que en ningún caso pueden formularse con posterioridad al quinto día desde el despacho del proyecto. La LOCTC, por su parte, en su artículo 66, señala que procederá declarar la inadmisibilidad de un requerimiento cuando la cuestión se promueva con posterioridad a las oportunidades indicadas. A ello agrega que la resolución que declare la admisibilidad o inadmisibilidad del requerimiento no será susceptible de recurso alguno. A continuación se demostrará que el requerimiento presentado es extemporáneo por haber sido interpuesto después del quinto día del despacho del veto presidencial. Asimismo, demostraremos que el presente requerimiento no es oportuno, dado que las alegaciones invocadas por los requirentes no se refieren al veto, sino al proyecto de ley. Para ello, nos referiremos en primer lugar a los hitos de la tramitación legislativa que deben ser atendidos y que resultan imprescindibles para determinar la inadmisibilidad del requerimiento. Enseguida, abordaremos brevemente la naturaleza del control de constitucionalidad preventivo provocado en su relación con el proceso legislativo y las particularidades de éste frente a un veto presidencial tanto para efectos del cómputo de los plazos para requerir conforme al artículo 93 N° 3 de la Constitución, como para la determinación del ámbito de aquello que puede ser objeto de requerimiento en cada etapa. I. CUESTIONES PREVIAS 1. Hitos determinantes en la tramitación legislativa Como explicaremos, el proyecto de ley de marras fue despachado con fecha 7 de abril de 2016, como consta en el oficio N° 12.454 de la Cámara de Diputados. El plazo para requerir de dicho proyecto venció el quinto día luego de tal despacho. Estando dentro de plazo, con fecha 6 de abril, un grupo de senadores interpuso un requerimiento ante este Excmo. Tribunal, a fin de pronunciarse sobre la constitucionalidad de determinadas disposiciones de dicho proyecto. Del mismo modo, con fecha 12 de abril, un grupo de diputados interpuso idéntico requerimiento. Tales requerimientos corresponden a los roles N° 3016-16 y 3026-16 que luego se materializaron en la sentencia de este Tribunal de los mismos roles, de fecha 9 de mayo del presente. 33 Luego de conocido el veredicto del Tribunal Constitucional recaído en tales casos, S.E. la Presidenta de la República presentó, con fecha 7 de mayo, observaciones al proyecto de ley, en uso de sus facultades constitucionales consagradas en el artículo 73 de la Constitución Política de la República. Estas observaciones no se refirieron a las normas impugnadas por el requerimiento ni sobre aquellas que recayó la sentencia del Tribunal Constitucional, sino que apuntaron a suprimir otras normas que se encontraban fuera del debate constitucional. Tales observaciones, contenidas en el veto presidencial, fueron aprobadas por el Congreso Nacional el día 22 de iunio de 2016", siendo despachadas finalmente el día 23 de junio de 2016. Este despacho que fue un hecho público y notorio, consta en el oficio N° 12.651 de la Cámara de Diputados y puede ser constatado públicamente en el sitio web de cualquiera de las Corporaciones. Así, el plazo para requerir contra el veto venció el día 28 de junio. Finalmente, con fecha 3 de julio de 2016, el mismo grupo de senadores y de diputados han interpuesto los requerimientos de autos contra el texto del proyecto de ley, habiéndose extinguido su oportunidad procesal para hacerlo. A continuación se expone un esquema que grafica el orden temporal descrito. 64 Observaciones en la Cámara: 22 de Junio de 2016, de despachó a las 14: 21 Hrs. A las 3 Hrs. 42 Minutos, 33 segundos contados desde el inicio de la sesión. Disponible online en http://www.cdtv.cl/Proórama.aspx?idProórama=22 Observaciones en el Senado: 22 de Junio de 2016, se despachó a las 17:38 Hrs. A las 2 Hrs y 16 Minutos, y O segundos contados desde el inicio de la sesión. disponible online en http://ianus.senado.c1/#1466631472 Oj O 1 1 34 ('N ,G(1. 4 01, HITOS DE TRAMITACIÓN Y REQUERIMIENTOS 6/4 7/4 12/4 7/5 22/6 23/6 28/6 3/7 MI119~1.11111 1~57!. Requen ciento Senado 1,s Rol 301 Despl.,:ho Aprobación Informe c. mixta Ingreso Veto Aprobación Veto - Vence plazo para requerir contra el proyecto de ley - Requerimiento diputados Rol 3026 Despacho veto Nuevos requerimientos Vence plazo para requerir contra el veto 2. Proceso legislativo y control de constitucionalidad El proceso de formación de la ley se encuentra sujeto a las normas establecidas en la Constitución Política de la República y en la ley orgánica del Congreso Nacional, como asimismo a las normas reglamentarias de ambas corporaciones. En un Estado democrático de derecho, que es el contexto del proceso de formación de la ley donde paradigmáticamente se materializa la voluntad popular, hacer esta posible es la finalidad del proceso legislativo 65 . En este contexto las reglas del proceso legislativo permiten el pluralismo político y la formación de la ley, mediante el logro de acuerdos de la mayoría 66. De esta forma, las etapas que se regulan son sucesivas y sólo pueden interrumpirse o retrotraerse en calificadas excepciones. Aplica acá, por ende, la preclusión, cual es un principio general de todo proceso reglado. La preclusión procesal es la pérdida de una facultad procesal por haberse llegado a los límites fijados por la ley para su ejercicio s'. Este principio implica respetar las etapas concluidas, impidiendo su reapertura. Con ello se impide el desenvolvimiento discrecional, libre o arbitrario de un proceso". ss Lübbert, Valeria (2012). El proceso legislativo frente a los jueces. Revista de Derecho Público, (76), p. 375. 66 Biglino, Paloma (1988). Los vicios en el procedimiento legislativo: La postura del Tribunal Constitucional en la sentencia 99/87. Revista Española de Derecho Constitucional, 8(24), p. 232. 67 López, Edgardo (1987). Nociones generales de Derecho Procesal. Derecho Procesal Orgánico. Primera Parte. Tomo I. Valparaíso: Editorial Edeval, p. 171. 88 Couture, Eduardo (2010). Fundamentos del Derecho Procesal Civil (4 8 Edición). Buenos Aires: Editorial Metropolitana, p. 159. I 00162 04.~dee, ) 35 0{0) Una de tales excepciones calificadas se constituye por el control de constitucionalidad provocado por un requerimiento durante la tramitación legislativa. Dado su carácter excepcional, la regulación del control constitucional preventivo de los proyectos de ley, que se suscita durante la tramitación está sujeto a reglas que deben interpretarse de forma lógica. Lo contrario vulnera el principio consecutivo legal que rige también el proceso legislativo. Asimismo, se vulneraría el principio de preclusión, y abre espacio a la arbitrariedad. Por lo mismo, especial relevancia revisten las normas sobre admisión a trámite y admisibilidad de este tipo de requerimientos. De lo contrario se desnaturaliza el rol del Tribunal Constitucional y se le manipula para favorecer a una minoría, en lugar de garantizar la supremacía constitucional. No cabe, en consecuencia, que se admitan requerimientos fuera de las oportunidades reguladas. II. OPORTUNIDAD PARA PRESENTAR UN REQUERIMIENTO CONFORME AL ARTÍCULO 93 N° 3 DE LA CONSTITUCIÓN El artículo 93, número 3, de la Carta Fundamental establece que al Tribunal Constitucional le corresponde resolver las cuestiones sobre constitucionalidad que se susciten durante la tramitación de un proyecto de ley. El inciso cuarto de la disposición citada señala: "En el caso del número 3°, el Tribunal sólo podrá conocer de la materia a requerimiento del Presidente de la República, de cualquiera de las Cámaras o de una cuarta parte de sus miembros en ejercicio, siempre que sea formulado antes de la promulgación de la lev o de la remisión de la comunicación que informa la aprobación del tratado por el Congreso Nacional v, en caso alguno, después de quinto día del despacho del proyecto o de la señalada comunicación.". Asimismo, el artículo 62 de la ley N° 17.997, orgánica constitucional del Tribunal Constitucional señala: "Artículo 62. Para los efectos de la oportunidad en que debe formularse el requerimiento, la promulgación se entenderá efectuada por el Presidente de la República cuando ingrese a la oficina de partes de la Contraloría General de la República el respectivo decreto promulgatorio. En ningún caso se podrán admitir a tramitación requerimientos formulados con posterioridad a ese instante. Tampoco podrán admitirse requerimientos contra 36 OO )1 3 4;pi-J? tratados si éstos se presentan después del quinto día siguiente a la remisión de la comunicación que informa la aprobación del tratado por el Congreso Nacional." Así, el plazo para interponer un requerimiento en contra un proyecto de ley se extiende durante toda la tramitación de éste, oportunidad que precluye una vez terminado el trámite legislativo "cuando ingrese a la oficina de partes de la Contraloría General de la República el respectivo decreto promulgatorio", como fija el inciso primero del artículo 62 de la ley N° 17.997, o bien dentro de quinto día de despachado el proyecto. Así, procesalmente un requerimiento de esta especie sólo tiene sentido durante la tramitación de un proyecto, y por excepción 5 días luego de su despacho. Por ello la Constitución es clara en definir que en caso alguno puede requerirse luego del quinto día después de despachado el proyecto de ley, conforme lo mandata la parte final del inciso cuarto del artículo 93 de la Constitución Política. 1. Cuándo se entiende "despachado" un proyecto que ha sido objeto de un veto Un proyecto de ley se entiende despachado cuando se produce el último acto de pronunciamiento de las cámaras. Tal aprobación se concreta mediante la cuenta del oficio que comunica la aprobación de un proyecto en la cámara de origen, consolidando con ello la extinción de los trámites legislativos en el Congreso Nacional. Sobre esta materia, el Tribunal Constitucional ha distinguido entre casos en que no se ha presentado un veto presidencial de los casos en que sí existe un veto, como es el caso de autos. En ellos, se ha concluido que habiéndose producido un veto presidencial, el despacho del mismo se computa desde que se aprueban o rechazan en forma definitiva las observaciones del Presidente de la República. 2. Debe atenderse al despacho del veto El plazo de 5 días debe contarse desde que se encuentre despachado el proyecto o el veto, si lo que se impugna es un veto. Este criterio, que apunta a distinguir si existe o no veto, es asentado en la jurisprudencia del Tribunal (STC Roles No s 1655, 2646 y 2525). De este modo, se trata de un despacho sobre la materia específica del veto, pues sólo aquello será objeto es objeto de pronunciamiento (aprobación o rechazo) por parte del Congreso Nacional. En efecto, el veto al ser un trámite adicional, y esencialmente eventual, que depende de la sola voluntad del Presidente de la República, conforme lo disponen los artículos 32 N°1, 73 y 75 de la Constitución Política, se presenta sólo una vez que ha sido despachado el 0O01 4 37 proyecto de ley. Por lo mismo, un requerimiento interpuesto luego de aprobado un veto, debe limitarse al plazo de 5 días luego del despacho del mismo. Asimismo, por las características especiales de esta institución, sólo permite la reapertura de la discusión en aquellas normas que han sido objeto de observaciones por parte del Presidente de la República, y con el sólo objeto de aprobar o rechazar dichas observaciones. 3. Cómputo del plazo Este Excmo. Tribunal también ha hecho una clara distinción respecto del cómputo del plazo para interponer un requerimiento, cuando se trata de impugnar un proyecto de ley o un tratado internacional. Así, mediante STC Rol N° 1655, esta magistratura ha señalado que, para poder dilucidar la oportunidad procesal para la interposición del requerimiento, necesariamente debemos distinguir entre los Tratados Internacionales y un Proyecto de Ley. En efecto, pueden plantearse cuestiones de constitucionalidad de los tratados internacionales durante la tramitación del mismo, extendiéndose el plazo hasta por cinco días, desde la remisión de la comunicación que informa dicha aprobación. Por el contrario, respecto de un proyecto de ley, dicho plazo se cuenta desde que el provecto se encuentra despachado". De esta manera, y a contrario sensu de lo exigido respecto de los tratados internacionales donde se alude a la remisión de la comunicación de la aprobación, tratándose de leyes, para que el proyecto se entienda despachado basta que la aprobación final de las observaciones se produzca, lo que es un hecho público y notorio. Supeditar el cómputo del plazo al trámite formal de la recepción del oficio de comunicación implicaría ir contra el tenor literal de la Constitución. Además, supeditaría una cuestión tan fundamental como la certeza jurídica sobre la oportunidad para ejercer facultades constitucionales a la mera diligencia o gestión material de un funcionario. Cabe destacar que, además, el hecho de la comunicación no cumple respecto de los requirentes ninguna función procesal o de garantía. Los requirentes no podían menos que conocer el hecho del despacho, toda vez que lo efectuó el propio Congreso. Este mismo sentido tiene el artículo 93 N° 1 de la Constitución y el artículo 48 de la ley N° 17.997, orgánica constitucional del Tribunal Constitucional, que establece que sólo podrá remitirse un proyecto de ley para control preventivo obligatorio del Tribunal, dentro del plazo de cinco días contados desde que quede totalmente tramitado por el Congreso el proyecto, lo que certificará el Secretario de la Cámara de origen. 69 STC Rol N° 1655, cc. 3°, 5°, 6°. 38 00065 4Gie/‘4~-tZ 4. El requerimiento de autos se formuló fuera de plazo Dicho todo esto, sólo cabe interpretar que el texto del proyecto de ley que Moderniza el sistema de relaciones laborales, introduciendo modificaciones al Código del Trabajo (Boletín N° 9835-13) fue despachado con fecha 7 de abril de 2016, conforme lo señala el oficio emanado de la Cámara de Diputados N° 12.545 y además fue objeto de un requerimiento que el Tribunal Constitucional resolvió mediante la STC Rol N° 3016-16 (3026-16). Por lo mismo, a la fecha de presentación del presente requerimiento ya había precluído la oportunidad para impugnar el proyecto de ley. Sin embargo, mediante el requerimiento de autos, un grupo de senadores y diputados, que conforman una minoría parlamentaria, vuelve a interponer un requerimiento sobre el mismo proyecto de ley, solicitando la declaración de inconstitucionalidad de diversos preceptos contenidos en éste, casi 90 días después de despachado el proyecto, pretendiendo abrir nuevamente una discusión legislativa que ya se encuentra terminada. Por otra parte, las observaciones efectuadas en el veto presidencial formulado con fecha 7 de mayo de 2016, fueron aprobadas por el Congreso Nacional el día 22 de junio de 20167° fueron despachadas finalmente el día 23 de junio de 2016. Dicho despacho fue un hecho público y notorio. De este modo, el plazo de cinco días para interponer un requerimiento respecto de las observaciones planteadas por la Presidenta de la República venció el 28 de junio de 2016. Así, al día 3 de julio de 2016, fecha de interposición del requerimiento de autos, el plazo para requerir había vencido con creces. Por lo mismo, debe declararse su inadmisibilidad en razón de su extemporaneidad. III. LOS REQUERIMIENTOS SE FORMULAN FUERA DE LA OPORTUNIDAD CONSTITUCIONAL Y LEGAL En segundo lugar, aun cuando este Excrno. estimara que el requerimiento ha sido interpuesto formalmente dentro de plazo, cabe advertir que en cuanto a su contenido éste es también extemporáneo pues ataca normas del proyecto de ley fuera de su oportunidad, habiendo debido limitarse exclusivamente al análisis del veto presidencial. 7° I bid. 39 1. La objeción de constitucionalidad es extemporánea pues no ataca el contenido del veto sino normas del proyecto Tal como explicábamos en el acápite anterior, el proceso de formación de la ley es un acto que se encuentra sujeto a las normas establecidas en la Constitución Política de la República y en la ley orgánica del Congreso Nacional. Por ello, la etapa para requerir respecto el contenido del proyecto se limita a 5 días desde el despacho del mismo y en el caso de haberse presentado un veto presidencial, se limita a los 5 días desde el despacho de este último. Esta distinción procesal no es trivial ni antojadiza, sino por el contrario, tiene un efecto muy claro sobre aquello que es susceptible de ser impugnado en una y otra etapa. Una vez formulado un veto presidencial, sólo procede requerir respecto de éste. En una exposición bastante poco clara de la supuesta cuestión de constitucionalidad y los vicios que se aducen, los requirentes solicitan la declaración de inconstitucionalidad de diversas palabras o frases que, de acuerdo a lo expuesto en el requerimiento, establecerían exclusivamente que los sindicatos u organizaciones sindicales puedan ejercer los derechos y facultades que establecen las modalidades y procedimientos de la negociación colectiva. Sin embargo, las impugnaciones al artículo 1° N° 36 del proyecto de ley que moderniza las relaciones laborales, no se relacionan con las normas eliminadas por este Excmo. Tribunal ni con aquellas suprimidas mediante el veto, es decir, se impugnan normas contenidas en el proyecto de ley aprobado por el Congreso Nacional en abril del presente año. Por tanto, mediante esta acción los requirentes han pretendido revivir una instancia de impugnación que precluyó en los días siguientes a aquél en que se presentaron el primer requerimiento. No corresponde al Tribunal Constitucional subsanar errores o cambios de opinión de los requirentes. Las partes impugnan una serie de normas que, aunque existían igualmente al momento en que decidieron presentar el primer requerimiento, en aquella instancia no consideraron de dudosa constitucionalidad. Sin embargo, menos de tres meses después, estiman que su contradicción con la Norma Fundamental seria casi grosera en desmedro del derecho de los trabajadores. El principio de preclusión establece plazos e instancias procesales determinadas en las cuales las partes podrán interponer las acciones judiciales que determinen, una vez transcurridas las anteriores, estas habrán perdido la oportunidad de realizar el acto de que se trate. De esta forma, mediante la preclusión de las instancias procesales el legislador ha pretendido resguardar el orden consecutivo del proceso legislativo, el cual siempre se debe encaminar hacia un resultado. 40 El orden consecutivo del procedimiento para el resguardo de la constitucionalidad conferido a este Tribunal no puede quedar a la deriva de acciones erráticas, las cuales pretenden reabrir etapas procesales que ya se encuentran fenecidas atentando gravemente contra las certezas jurídicas que tanto el derecho de los trabajadores como el ordenamiento legal requieren. Si bien el Tribunal Constitucional ha reconocido la posibilidad de presentar un requerimiento de inconstitucionalidad también en contra de un veto presidencial'', ha reconocido limitaciones en cuanto a la oportunidad, considerando el plazo de 5 días desde que éste se encuentre despachado". 2. De acogerse un requerimiento extemporáneo como el presente se vulnera la prerrogativa presidencial del veto Una vez concluida la tramitación legislativa del proyecto de ley que moderniza las relaciones laborales, los requirentes presentaron un requerimiento de inconstitucionalidad con el fin de que se eliminaran determinados artículos que consagraban la titularidad de la negociación colectiva de los trabajadores en el sindicato. Tal requerimiento fue acogido de forma parcial por este Tribunal Supremo. Conociendo el veredicto del Tribunal, S.E. la Presidenta de la República decidió presentar un veto de carácter supresivo al proyecto de ley, radicado en normas que no estaban cuestionadas en el primer requerimiento. Por otro lado, el veto que fue presentado por el Ejecutivo tuvo el carácter de supresivo, lo que implica que se propuso eliminar ciertas disposiciones que estaban contenidas en el proyecto de ley despachado por el Congreso, manteniendo el statu quo restante". Mediante el veto no se innovó en aquellas normas que estaban cuestionadas en el primer requerimiento. Aprobado el veto, dichas normas fueron eliminadas. Dado que no se trata de un veto aditivo ni sustitutivo, la competencia de este Tribunal se encuentra limitada a corroborar que efectivamente dichas normas hayan sido eliminadas del proyecto en cuestión. 71 Además, en su sentencia Rol N ° 2646, al respecto el Tribunal ha señalado que lo relativo a la admisibilidad del veto es un asunto que corresponde controlar a las Cámaras y no al Tribunal, como algo propio de la "tramitación interna de la ley" (C. 13). Con ello, acotó que al Tribunal únicamente le corresponde pronunciarse sobre problemas de constitucionalidad y exceden a su competencia infracciones de carácter legal o reglamentario (C. 14). En segundo lugar, no corresponde al Tribunal pronunciarse sobre acuerdos políticos de votar a favor o en contra ciertas normas, sino sobre cuestiones de constitucionalidad (C. 17 y 18). 72 STC Rol 2646. 73 Soto, Sebastián (2015). Congreso Nacional y proceso legislativo: teoría y práctica. Santiago: Thomson Reuters, p. 174. 0 O 0 11 8 41 er,40 Mediante la STC Rol 3016-16 este Tribunal determinó que algunas normas contenidas en el proyecto de autos no se condecían con el texto constitucional, por lo cual las declaró inconstitucionales y aquellas normas fueron eliminadas del proyecto de ley. Respecto de las demás normas, su constitucionalidad no presentó reparos y su texto quedó firme. Pues bien, respecto de este texto, se presentó el veto con el fin de poder hacer consistentes las normas que aún estaban contenidas en el proyecto con la necesidad de una mejor regulación de las negociaciones colectivas de los trabajadores. Claramente una decisión de mérito. Sin embargo, mediante la acción de autos los requirentes pretenden hacer revivir instancias procesalmente fenecidas durante la tramitación del proyecto de ley que moderniza el sistema de relaciones laborales. Por tanto, se producen dos consecuencias. En primer lugar, los requirentes utilizan la instancia ante el Tribunal Constitucional para desconocer las observaciones formuladas mediante el veto, puesto que de acogerse la acción no tendría sentido haber suprimido normas dentro de un proyecto de ley que, mediante esta acción, pretende ser dejado sin ningún sustento. Esto porque, de una forma bastante poco clara, solicitan que se eliminen todas las normas que se vinculen a la posibilidad de los sindicatos u organizaciones de poder ejercer los derechos o facultades que establecen los procedimientos de negociación colectiva. Y por otro lado, mediante la interposición de este segundo requerimiento se pretende socavar las facultades colegisladoras de la Presidenta de la República. Los requirentes solicitan ampliar la competencia de este Tribunal a normas cuya constitucionalidad ya fue asentada. Sin embargo, en caso de acogerse esta acción, la Constitución no faculta a la Presidenta de la República a presentar un segundo veto dentro del mismo procedimiento de aprobación de este proyecto de ley. Se socava, así, la facultad Presidencial de vetar. Las puntillosas eliminaciones y supresiones que solicitan respecto del proyecto de ley aprobado por el Congreso Nacional vienen a suplir indicaciones al veto presidencial. Sin embargo, la Constitución no admite indicaciones a un veto. El Congreso sólo aprueba o rechaza. El Tribunal Constitucional no puede ser utilizado como una instancia para reabrir el debate legislativo. En suma, al requerir por segunda vez contra el proyecto de ley, pero habiéndose ya ejercido el veto presidencial, los requirentes atentan contra la prerrogativa presidencial de formular observaciones a un proyecto aprobado por el Congreso. En este caso, el Presidente de la República se vería impedido de aprobar o desaprobar un proyecto de ley, vulnerando con ello los artículos 72 y 73 de la Constitución. 42 000169 Afw".ba IV. CONCLUSIONES 1. La Constitución y la LOCTC regulan con claridad las etapas del proceso legislativo. Asimismo, establecen oportunidades para realizar actuación que se rigen por el principio de preclusión, un principio general aplicable a todo proceso reglado. Por lo mismo, los requerimientos de inconstitucionalidad que se interpongan deben sujetarse a los plazos previstos para ello. 2. El plazo para interponer un requerimiento contra un proyecto de ley se extiende durante toda la tramitación de éste, oportunidad que precluye una vez terminado el trámite legislativo "cuando ingrese a la oficina de partes de la Contraloría General de la República el respectivo decreto promulgatorio; pero en caso alguno puede requerirse luego del quinto día después de despachado el proyecto de ley". 3. Las observaciones presidenciales —el veto- fueron despachadas el día 23 de junio de 2016. Por lo mismo, al 3 de julio, fecha en que se ingresaron los requerimientos, ya había vencido dicho plazo, operando el principio de la preclusión. Por ello, los requerimientos deben ser declarados inadmisibles por extemporáneos. 4. Por otra parte, el veto, al ser un trámite adicional, y esencialmente eventual, que depende de la sola voluntad del Presidente de la República, conforme lo disponen los artículos 32 N°1, 73 y 75 de la Constitución Política, se presenta sólo una vez que ha sido despachado el proyecto de ley. Asimismo, por las características especiales de esta institución, sólo permite la reapertura de la discusión en aquellas normas que han sido objeto de observaciones por parte del Presidente de la República, y con el sólo objeto de aprobar o rechazar dichas observaciones. 5. Así, un requerimiento presentado durante la discusión y luego del despacho de un veto sólo puede referirse a las observaciones o normas involucradas en dicho veto. De lo contrario, se vulnera el principio preclusivo del proceso legislativo. 6. Además, se vulneraran las prerrogativas presidenciales para ejercer el veto, puesto que se impide al Presidente de la República formular observaciones sobre el texto finalmente despachado, el que sólo se produciría luego de concluido el último requerimiento. De lo contrario, se deberá interpretar que la Constitución faculta a la Presidenta de la República a presentar un segundo veto dentro del mismo procedimiento de aprobación de este proyecto de ley, lo que pareciera, a su vez merma la facultad del Congreso. / 170 43 7. En autos, los requerimientos no se refieren a las observaciones planteadas por la Presidenta de la República, sino a normas del proyecto que ya fueron despachadas, conocidas y no impugnadas en etapas anteriores. Mediante la acción de autos los requirentes han pretendido revivir una instancia procesal que ya se encuentra fenecida en razón el principio de preclusión. 8. Por lo mismo, los requerimientos son extemporáneos puesto que se refieren a normas del proyecto que fue despachado el 7 de abril de 2016. POR TANTO, Ruego a S.S. Excmo. no admitir a trámite los requerimientos de autos o, en subsidio, declararlos inadmisibles en razón de haber sido interpuestos fuera de la oportunidad que la Constitución y la LOCTC consagran para ello. EN EL PRIMER OTROSÍ: Ruego a S.S. Excmo., hacernos parte en el presente proceso constitucional. POR TANTO, Ruego a S.S. tenerlo presente. EN EL SEGUNDO OTROSÍ: Ruego a S.S. Excmo., conferir alegatos sobre la admisibidad en caso de acogerse a trámite los requerimientos. POR TANTO, Ruego a S.S. conferirlo. EN EL TERCER OTROSÍ: Ruego a S.S. Excmo., ordenar la realización de audiencias públicas dada la relevancia del presente caso, tal como lo hizo en su proceso constitucional Rol N° 3016-16 (3026-16). POR TANTO, Ruego a S.S. conferirlo. 44 otlo I 71 2 blu.-0 EN EL CUARTO OTROSÍ: Ruego a S.S. Excmo. tener presente que designo abogado patrocinante y confiero poder al abogado William García Machmar. POR TANTO, Ruego a S.S. tenerlo presente. MICHELLE BACHELET JERIA Presidenta de la República NICOLÁS EAGUIRRE GUZMÁN Ministro Secretario General de la Presidencia