México, D.F., a 19 de agosto de 2012 Cápsula Informativa 25 ¿Cuándo un voto es válido? Pregunta: ¿Cuándo un voto es válido? Lic. Marco Antonio Zavala Arredondo: A ver, en términos de lo que establece el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, si mal no recuerdo, en su artículo 277, un voto debe considerarse válido cuando el elector marca uno, uno solo de los emblemas que están dispuestos en la boleta con el nombre del candidato y el emblema del partido político respectivo. El propio artículo, en un siguiente apartado, establece que todo voto que sea expresado de forma distinta a la primera regla a la que me he referido debe considerarse nulo. Parece, pues, que el legislador establece una regla muy sencilla o fácil de aplicar que es: Si marcas un solo emblema; no dice qué tipo de marca. Hay una gran, amplitud para poder determinar cómo se expresa ahí el voto. Pero entonces parecería que la regla que establece el legislador es muy sencilla: marcas uno solo es válido; marcas más de uno, aparentemente o lo expresas de una forma distinta, es nulo. Esta simplicidad con la cual está redactado este precepto del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales es realmente sólo en apariencia, porque en la práctica nos ha demostrado desde hace ya algunos años que es mucho más complicada. ¿Por qué? Porque el elector suele marcar de muy distintas formas la boleta al momento de emitir su sufragio, al momento de expresar la intención de su voto e incluso en ocasiones aprovecha también la propia boleta como un instrumento o medio a través del cual expresa también puntos de vista, críticas, opiniones y por qué no, hasta sentimientos, en casos extremos. Adicionalmente habría que agregar que a esta dificultad que se presenta en la práctica hay que añadirle una adicional que viene con motivo de las reformas o con la expedición de un código nuevo. El actual, el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales en vigor vino a suceder al COFIPE anterior de 1990, pero conservó esta misma regla para la calificación de votos, sin embargo cambió la manera también en la que se disponían los emblemas de los partidos. Con anterioridad, con el COFIPE de 1990 cuando había una coalición tenía que adoptarse un emblema de la coalición, ya sea que se adoptara el de alguno de los partidos que la integraran o algún emblema ad hoc para la coalición. El chiste es de que el nombre del candidato aparecía en una sola ocasión, eso tendría mucho más congruencia con la manera en la que estaba definida o establecidas las reglas para consolidar válido o nulo un voto. Sin embargo, en el COFIPE vigente lo que se establece es que cada partido político tendrá reproducido en un recuadro su emblema y si media coalición, bueno, pues el nombre del candidato motivo de la coalición irá reproducido en cada uno de esos emblemas. Entonces, como en esta elección en donde el nombre de los candidatos postulados por una coalición venía hasta en dos o tres ocasiones. Pues bien, ya esto implica que alguien podía expresar el sentir de votar por determinado candidato, pudiendo marcar no solamente una, sino dos o hasta tres, y eso era completamente válido. Entonces, ya esta situación vino a cambiar un poco. Entonces, estas situaciones que se presentan en la práctica o con motivo de las reformas legales que han tenido lugar en los últimos años, hace que en la práctica al momento de calificar un voto no sea tan sencillo y de hecho pudo ser tan debatido o debatible porque las lecturas pueden ser o muy estrictas, muy literales de lo que establece la ley o pretender o tratar de dotar de la mayor eficacia posible a este sufragio, aun y cuando en la estricta literalidad pudiere no corresponder a lo que establece la ley. De hecho, es tan debatible esta situación que, por ejemplo, durante el proceso electoral del 2006, con motivo de la resolución de las impugnaciones relacionadas con la elección presidencial, el único punto, el único tema que presentó opiniones o votos divergentes de los magistrados que entonces integraban la Sala Superior fue, precisamente la calificación de estos sufragios, porque en la visión de los distintos magistrados que en ese entonces había, coexistían una variedad también de opiniones de cómo debía de expresarse el voto, desde quienes decían que debe expresarlo con una marca, cualquiera que ésta sea, pero si introduce alguna otra información, apuntamiento o rasgo fuera de ese emblema era nulo, con independencia de otras circunstancias, hasta los que trataban de buscar o de entender si había la intención, si estaba reflejada la intención de votar por un determinado partido o candidato sin lugar a dudas. Para este proceso electoral los magistrados de la Sala Superior de manera unánime, han adoptado una posición garantista en el sentido de analizar caso por caso, a fin de poder determinar si en ese documento que es la boleta se encuentra expresada de manera inequívoca la voluntad del elector para votar por determinado partido o candidato, con independencia de si es un solo recuadro o hay alguna otra anotación. Entonces, el criterio rector que se ha seguido para este proceso electoral con motivo de las resoluciones incidentales sobre calificación de votos reservados ha sido, precisamente, éste, de buscar la máxima eficacia en la emisión del sufragio en tanto se constituye también como el cumplimiento de un deber por parte del ciudadano y solamente en aquellos casos en los que no es posible, por existir distintos rasgos o marcas deducir de forma nítida cuál ha sido la intención del elector, entonces sí ya llevar al extremo de privar de efectos a ese voto en particular.