RECOMENDACIÓN 14/2004, DE 31 DE MAYO, AL AYUNTAMIENTO DE VITORIA-GASTEIZ, PARA QUE DEJE SIN EFECTO LA RESOLUCIÓN POR LA QUE SE DECLARA A LA INTERESADA EN SITUACIÓN DE BAJA DEFINITIVA EN LAS LISTAS DE CONTRATACIÓN TEMPORAL Y LA INCORPORE DE NUEVO A ESAS LISTAS. Antecedentes 1. Una candidata interesada en continuar formando parte de las listas de contratación temporal del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz ha solicitado la intervención de esta institución, tras ser declarada en situación de baja definitiva, en aplicación del Reglamento regulador de estas listas. El reglamento citado prevé esa medida si se produce el rechazo, en una segunda ocasión, de una oferta de trabajo adecuada a las condiciones de participación por causa no justificable. 2. Iniciada la tramitación de la queja, las primeras gestiones realizadas revelaron la existencia de sendas versiones encontradas, ninguna de las cuales disponía de un soporte probatorio suficiente. En efecto, según la interesada, con fecha de 12 de mayo de 2003, ella misma llevó a cabo una gestión telefónica para solicitar su pase a la situación de baja temporal y evitar así que le fueran ofertadas nuevas propuestas de contratación, trámite éste que, de admitirse -si bien no puede ser acreditado- desmonta y deja sin argumentos la posible renuncia a cualquier oferta posterior. Sin embargo, el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz dice desconocer este trámite y mantiene que la última incidencia que le consta -con soporte documental incluido- es la solicitud de alta en las listas de contratación formulada por la interesada el 13 de abril de 2003. A partir de esta premisa, el Ayuntamiento sostiene que la interesada rechazó sendas ofertas de contratación, que le fueron realizadas los días 16 y 21 de mayo de 2003, y que no acreditó causa justificada en ninguna de estas ocasiones, lo que, según sus palabras, “le hace acreedora de la aplicación de la sanción prevista en el Reglamento”. Pero, en cualquier caso, es obligado destacar que el Ayuntamiento carece, a su vez, de soporte probatorio alguno que acredite la efectiva oferta de tales propuestas de contratación y, por ende, la renuncia injustificada de éstas. 3. Al conocer esta realidad, esta institución consideró conveniente hacer llegar a la Alcaldía del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz una primera advertencia, a modo 1 de sugerencia, sobre la necesidad de revisar las formalidades procedimentales que se siguen en esa Administración local al tramitar la modificación de situaciones en listas de contratación temporal y la posible oferta de nuevas contrataciones. Así, en lo que se refiere al primero de los trámites señalados, esto es, la modificación de situación en listas, esta institución destacó que en aquellos casos en los que este trámite se realiza mediante una comunicación telefónica, la modificación que puedan interesar los integrantes de estas listas de contratación temporal adolece de una mínima constancia documental que, en su caso, pueda hacerse valer en el futuro como prueba suficiente en incidentes tales como el que finalmente ha dado lugar a esta queja. Por otra parte, en lo que se refiere a la oferta de nuevas contrataciones, dadas las importantes consecuencias que se pueden derivar, de hecho, de una renuncia injustificada de aquéllas, esta institución hizo hincapié en la necesidad de actuar de una manera especialmente exquisita, extremando el cumplimiento riguroso de los trámites formales necesarios, que al mismo tiempo se constituyen en garantía de los interesados. Finalmente, se recomendó la revisión de la decisión de baja definitiva tomada con la promotora de la queja, ya que la imposibilidad de acreditar la observancia de las garantías mínimas que deben rodear la comunicación, en tanto que acto de notificación, hacía nacer un evidente motivo de indefensión al que no cabía negar su trascendencia invalidante. 4. Lamentablemente, este primer intento no ha tenido la respuesta esperada. Al contrario, el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz se ha limitado a tratar de hacer valer los condicionantes de gestión frecuentes en este tipo de procesos de provisión de necesidades temporales o de gestión de listas de contratación, intentando justificar la adecuación de los actuales trámites, y negándose a revisar la decisión tomada con respecto a la interesada. En efecto, según ese consistorio: “La cobertura de un puesto, supone iniciar un proceso de búsqueda de candidatos, mediante llamadas telefónicas, según se recoge en el Reglamento regulador correspondiente, porque es la única manera mínimamente eficaz de resolver las necesidades de la organización, aunque en ocasiones, ni aún con este procedimiento resulta posible. Con este sistema, el tiempo promedio de resolución de una contratación temporal, se puede estimar entre 30 y 45 minutos. El procedimiento habitual, consiste en llamar a la primera persona disponible. De no hallarse localizable (hecho que ocurre con mucha 2 frecuencia) y, siempre que la contratación fuera urgente, se pasa a la siguiente y así sucesivamente, hasta localizar a quien está disponible (objetivo que frecuentemente obliga a más de 30 llamadas), siempre de acuerdo a sus parámetros de participación. Con cualquier otro procedimiento más garantista para las personas componentes de una Lista, incluyendo la sugerencia de su escrito respecto al uso de telegramas, colapsaría el sistema, haciendo inservible e inviable la cobertura de las vacantes temporales urgentes, ya que el tiempo de obtención de respuesta por parte de las personas integrantes de Listas se demoraría muy significativamente y de forma exponencial, haciendo con ello imposible la cobertura de los puestos, ya que en la mayor parte de los casos se acabaría la necesidad de la contratación, antes de encontrar a la persona contratada.” (sic) Consideraciones 1. En primer lugar, creo oportuno hacer notar que en absoluto es propósito de esta institución poner en duda los condicionantes de gestión que esgrime esa Administración local con respecto a las listas de contratación temporal. En este sentido, somos conscientes de que, en ocasiones, la provisión de determinadas necesidades, requiere una urgencia tal, que obliga a apartarse del procedimiento de gestión común o normalizado y a hacer uso de otros medios que permiten un contacto más inmediato con los eventuales interesados en hacerse cargo de tales necesidades. De hecho, el propio Reglamento regulador de la gestión de listas de contratación temporal de ese Ayuntamiento no es ajeno a esta realidad y se adelanta expresamente a ella, al establecer, en su artículo 25, que las comunicaciones de ofertas de trabajo puedan realizarse, mediante procedimiento urgente, por medio de fax, telegrama, correo electrónico o teléfono. 2. Ahora bien, tal y como sugeríamos en nuestra inicial intervención, este recurso a otros medios de comunicación que, efectivamente, permiten un contacto más inmediato y, por tanto, una provisión más ágil y rápida de las necesidades urgentes de ese consistorio, en absoluto puede traducirse en un recorte de las garantías que deben presidir toda actuación administrativa, como son, en particular, las referidas a la práctica de la notificación. Precisamente, al hilo de esto último, creo conveniente poner de manifiesto que el propio Reglamento regulador de la gestión de listas de contratación temporal de ese Ayuntamiento es especialmente sensible a este respecto cuando concreta la regulación de la gestión de las ofertas de contratación. Así, este reglamento, al 3 ocuparse primero del procedimiento de gestión común o normalizado, previene expresamente la práctica de la notificación escrita con constancia fehaciente de la recepción en el domicilio. Pero es más, al referirse a los procedimientos urgentes, mediante fax, telegrama, correo electrónico y teléfono, advierte incluso que podrá incorporase un sistema de grabación de conversación, cuando medie autorización previa escrita de los interesados. Repárese en que sólo esta matización o advertencia es la necesaria, puesto que el resto de medios para la comunicación de las ofertas de contratación (fax, telegrama y correo electrónico), pese a su tramitación urgente, permiten también tener constancia fehaciente de su recepción. De esta manera, el Reglamento regulador de la gestión de listas de contratación temporal asume sin reservas una exigencia básica y esencial en toda actuación administrativa, como es la relativa a la practica de la notificación, en tanto que no cabe pretender que un acto cualquiera -en este caso, una oferta de contratación- despliegue todos sus efectos, en la medida en que no conste su efectiva recepción por parte del interesado al que afecta dicha decisión. 3. Pues bien, esto supuesto, si consideramos ahora, de una manera más detenida, el supuesto específico de la comunicación de una oferta de contratación mediante el uso del teléfono, es necesario reconocer que este sistema no puede ser considerado como un cauce perfeccionado de comunicación o notificación de ofertas de contratación, al menos a los efectos que esa Administración local pretende. De hecho, a nuestro modo de ver, el sistema de grabación al que ya hemos aludido se establece tan solo con un carácter meramente facultativo, debido no sólo a evidentes problemas técnicos, sino también por la dificultad de abordar una forma de proceder especialmente comprometida desde el punto de vista de la necesaria protección de la intimidad de los eventuales candidatos, etc. Insistimos en que no es nuestra intención poner en duda las notables ventajas de agilidad y eficacia que supone la tramitación de ofertas de contratación a través del medio telefónico. Entendemos, por ello, que esa administración haga valer estas ventajas para la gestión de las listas de contratación temporal. Pero es necesario reconocer, al mismo tiempo, que este medio de comunicación no permite dar satisfacción -al menos en estos momentos y tal y como está configurado el proceso- a una exigencia básica y elemental en toda actuación administrativa como es la práctica de la notificación de aquellos actos que afectan a los interesados, de forma que no haya dudas acerca de su efectiva recepción. 4. Por todo ello, a juicio de esta institución, lo que se impone es que esa administración considere esta limitación como una consecuencia ineludible de esta fórmula de gestión, de tal modo que en todos aquellos casos en los que no esté en condiciones de acreditar la efectiva notificación de la oferta de contratación, tampoco traslade a los interesados la carga de probar el carácter justificado de su renuncia a ella. 4 En otras palabras, en nuestra opinión, las previsiones que incorpora el Reglamento regulador de las listas de contratación temporal y que, como hemos dicho al inicio, permiten declarar a los posibles candidatos en situación de baja definitiva, si se produce el rechazo, en una segunda ocasión, de una oferta de trabajo adecuada a sus condiciones de participación por causa no justificable, sólo pueden ser aplicarse cuando la falta de acreditación de una justa causa por parte de los interesados cuente con el antecedente incuestionable de una oferta de contratación cierta y probada por parte de la Administración. De lo contrario, si la administración no está en condiciones de acreditar tal antecedente, esta circunstancia resta toda legitimidad a cualquier exigencia o pretensión de trasladar a la esfera de los interesados la carga de una prueba añadida sobre el carácter justificado o no de una eventual renuncia. 5. Finalmente, siendo estas las conclusiones definitivas que nos merece la queja tramitada, no podemos sino instar la revisión de la resolución de la concejaladelegada del Área de Gobierno de Función Pública que declaró a la interesada en situación baja definitiva en las listas de control-conserjería, puesto que esa administración, al no poder acreditar el cumplimiento de las garantías referidas a la notificación de la oferta de contratación, ha colocado a la interesada en una posición de clara indefensión material a la que no cabe negar su trascendencia invalidante. Por todo ello, en conformidad con lo preceptuado en el art. 11 b) de la Ley 3/1985, de 27 de febrero, por la que se crea y regula esta institución, se elevó la siguiente RECOMENDACIÓN, 14/2004, de 31 de mayo, al Ayuntamiento de VitoriaGasteiz Que revise y deje sin efecto la resolución de la concejala del Área de Función Pública que declaró a la interesada en situación de baja definitiva en las listas de contratación temporal, y que incorpore nuevamente su candidatura a las listas de control-conserjería. 5