CONTRIBUCION DEL TEMPERAMENTO AL COMPORTAMIENTO SOCIAL: LOS ROLES ASESORES DEL EEG FRONTAL ASIMETRICO Y EL SEXO SUMARIO OBJETIVOS: Se cree que el temperamento infantil abarca una de las bases fundamentales del desarrollo social y emocional. Pocos estudios han examinado las influencias directa e indirectamente del temperamento en la edad temprana y la disposición psicológica en el desarrollo posterior. METODO: Este articulo presenta resultados de un estudio longitudinal que tuvo lugar entre los años 1989 y 1996, en el cual la relación entre el informe materno de la reactividad negativa a los 9 meses de edad y el logro materno, observaciones de laboratorio, de recelo social y la sociabilidad a los 4 años de edad(n=97) fueron examinados. También se examinaron los roles de moderación de (1) asimetría en el electroencefalograma frontal (EEG), como valoración a los 9 meses de edad y (2) el sexo del niño. RESULTADOS: La reactividad negativa pronostica recelo social para los menores con el EEG derecho frontal asimétrico, pero no para aquellos con el EEG frontal izquierdo asimétrico y par los chicos no para las chicas. El único pronóstico relevante de sociabilidad fue el sexo. En realidad a los 4 años de edad las chicas tuvieron una considerable proporción de medidas de sociabilidad mucho más alta que los chicos. CONCLUSION: Los resultados dependen según la asimetría del electroencefalograma frontal y el sexo, moderando el impacto temperamental de la reactividad negativa, en el comportamiento social posterior. J.Am. Acad.Child Adolesc. Psychiatry.2001,40 (1) 68-74. PALABRAS CLAVE: Reactividad negativa, asimetría en el electroencefalograma EEG frontal, recelo social. El temperamento describe las diferencias individuales de respuesta, tanto emocionales como motoras que están presentes desde el nacimiento, basadas constitucionalmente y son relativamente estables con el paso del tiempo (Roth Bart y Derryberry, 1981 Thomas et. al., 1968) Se cree que estas diferencias individuales son la base emergente del desarrollo tanto emocional como social (Rothbart y Bates, 1998). Sin embargo la naturaleza especifica de estas trayectorias depende no solo de las características del niño sino también de la intervención social y el proceso de desarrollo del mismo. Uno de los principales objetivos del estudio del temperamento del niño es identificar los procesos que unen el temperamento de las primeras fases de la vida con el comportamiento posterior. A pesar de las diferentes opiniones entre los investigadores las dimensiones especificas del temperamento. Los modelos mas comunes del temperamento incluyen algunos aspectos de reacciones negativas (e.g.Buss y Plomin, 1984; Goldsmith y Campos, 1982; Rothbart y Derryberry, 1981; Thomas et al., 1968). La reactividad negativa es usada para describir signos de agotamiento incluyendo el llanto y la agitación motora. Usando los procedimientos de valor Standard, las diferencias individuales en la irritación infantil han sido identificadas en el periodo neonatal y esas diferencias de la temprana edad son predecibles en las posteriores diferencias en la reactividad negativa global (Crockenberg,1981; Riese, 1987). La reactividad negativa ha sido implicada como temperamento precursor de posteriores manifestaciones de la inhibición del comportamiento, en respuesta a objetos insólitos ó nuevos, gente u otros sucesos (Buss y Plomin, 1984; Calkins et al., 1996; Engfer, 1993, Kagan y Snidman, 1991) Al considerar la relación entre el temperamento de las primeras etapas de la vida y el posterior desarrollo social y emocional, la mayoría de estudios tienden a seguir un modelo en el cual se cree que el temperamento de las primeras etapas de la vida esta directamente relacionado con las etapas posteriores (e.g.Caspi y Silva, 1995; Kagan et al., 1984) El grado de discontinuidad en la unión de temperamento adaptación, es sin embargo bastante alto. Las reacciones variables del niño que son similares en el temperamento, incluso llevadas al extremo, sugieren que factores tales como la relación niño-padres y la experiencia de los cuidados fuera de casa, pueden moderar la unión entre el temperamento y adaptación en las primeras etapas de la vida. Así pues el temperamento puede estar relacionado con el entorno exterior, aunque no obstante a través de procesos indirectos considerados por otras variables (Rothbart y Bates 1998). Ciertos tipos de temperamento e incluso el temperamento extremo y radical pueden no reflejar un riesgo de inadaptación por si mismo, sino mas bien ser un catalizador, el cual unido a otros factores definen la trayectoria del desarrollo emocional y social. En este articulo consideramos la influencia de endógeno (EEG frontal asimétrico) y exógeno (sexo), conceptos que determinan el comportamiento social durante los años pre-escolares, extraídos de los informes del temperamento materno de reactividad negativa recogidos durante el primer año de vida. El EEG frontal asimétrico refleja la diferencia en el grado de activación entre la parte derecha y la izquierda. Según los estudios sobre la asimetría del EEG frontal se cree que están relacionados a la tendencia de aproximación o introversión a los acontecimientos nuevos o estresantes (Fox, 1991, 1994) Una gran variedad de datos entre el adulto clínico y la población normal, así como estudios de niños de corta edad, sugieren que los dos lados del córtex frontal pueden ser diferenciados por tendencias de aproximación o introversión. Estas tendencias de comportamiento han sido a menudo asociadas con la experiencia ó expresión de emociones.(e.g.Davidson, 1992; Davidson y Fox, 1982) Varios de estos estudios indican que el área frontal izquierda esta asociada con el comportamiento, facilitando la aproximación al comportamiento motor positivo, idioma y la expresión de ciertas emociones positivas (Fox y Davidson. 1984; Kinsbourne, 1978). En contraste el área frontal derecha esta asociada con el comportamiento, dando síntomas de abandono e introversión, desde estímulos insólitos o estresantes o movimiento motor grosero, reactividad autonómica y la expresión de ciertos efectos negativos (Fox y Davidson, 1984) Esta tendencia aproximación-retracción pueden ser interacciones individuales nuevas con el entorno, las cuales pueden iniciar o retirar situaciones de mucho stress o de intercambio social poco usuales o nuevos. Por ejemplo, los niños de pre-escolar que desarrollan elevadas dosis de reticencia y ansiedad con interacciones de periodos de incrementada actividad eléctrica en la región frontal derecha (asimetría EEG frontal derecho), comparada con los periodos mas sociables (Fox et al., 1995). En una prueba que se hizo a los niños en edad escolar se vio como incrementan la ansiedad cuando se les pone en situación determinada muestran tensión nerviosa, semejantes con el aumento del EEG frontal asimétrico (Schmidt et al., 1999) Basados en estos datos el rol que la asimetría frontal parece jugar como influencia endógena en el comportamiento social, estamos en la hipótesis que para los niños que desarrollan modelos de EEG frontal asimétrico, reactividad negativa, estaría seguramente relacionado con la introversión social y negativamente relacionado con la sociabilidad a los 4 años de edad. Hay datos paralelos que unen la actividad del córtex frontal izquierdo a la aproximación de comportamiento y a la expresión asociada al afecto y sociabilidad. Por ejemplo, Fox et al., (en prensa), dijo que los niños que desarrollaban altos niveles de sociabilidad en la edad que empiezan a caminar, estaban mas cercanos a mostrar asimetría en el EEG frontal izquierdo. Basados en estos modelos, llegamos a la hipótesis de que los niños que desarrollaron modelos de asimetría en el EEG frontal izquierdo, reactividad negativa, no serian pronostico de introversión social o sociabilidad. Otra influencia potencial en la relación entre la reactividad negativa y el comportamiento social puede ser el sexo. Algunos estudios sugieren que la unión entre temperamento y desarrollo social puede ser particularmente fuerte para los chicos (ge. Crockenberg y Smith, 1982; Dagan, 1990) Una razón para esto puede ser que los padres responden de forma diferente a las expresiones del comportamiento y emociones si son chicos o son chicas (Mills y Rubini , 1990). Esto es cierto en lo que concierne a las características del temperamento que describen comportamientos con estereotipos fuertes culturalmente (Hinde et al., 1985, StevensHinde y Glover, 1996) En culturas occidentales aparece lo que podría ser una percepción de dolor, angustia y timidez son más aceptados en las chicas que en los chicos. Por ejemplo Hinde et al., 1985, descubrió que los niños tímidos en edad pre-escolar, tienen relaciones mucho mas pobres tanto en el hogar como en la escuela comparados con las niñas. Además, Rubin et al., (1993), dijo que los niños tímidos, cautos e introvertidos (no las chicas) son mas proclives a la soledad y a sentirse socialmente incompetentes y tener poca relación social. Estas diferencias han sido atribuidas en parte a estereotipos de los padres. La timidez en los chicos puede que no cumpla las expectativas de los padres y puede llevar a estos a una excesiva influencia y atenciones por parte de estos (Park et al., 1997). El interés y la atención de los padres puede servir para amplificar los modelos del temperamento y el comportamiento, previniendo al niño del desarrollo de estrategias efectivas de copiar emociones negativas (e.g.Arcus et al., 1992; Park et al.,1997; Rubin et al., 1997) así pues hemos llegado a la hipótesis de que la relación entre reactividad negativa y el recelo social seria mas acentuada para los chicos que las chicas. En resumen en este estudio examinamos la influencia de los informes maternos de reactividad negativa en el primer año de vida en medidas de sociabilidad y recelo tomadas a los 4 años de edad. La cautela o recelo social es usado para describir una forma de introversión social que se caracteriza por una reticencia social, la cual incluye una combinación de niveles bajos de interacción social y una gran ansiedad e inquietud, observación y comportamientos propios del ocio y desocupación (Coplan et al., 1994). En contraste con otras formas de rol social, la reticencia social ha sido asociada con evidentes indicios de ansiedad, poca representación en grupos ò tareas de cooperación y una incapacidad para solventar y regularizar emociones negativas (Coplan et al., 1994; Rubi et al., 1995). Además de examinar las relaciones directas entre la reactividad en la edad temprana y el comportamiento social posterior, nosotros examinamos si esta relación fue modificada por (1) modelos de EEG frontal asimétrico como valoración durante la infancia y (2) el sexo del niño. Llegamos a la hipótesis sobre la cual las relaciones entre la reactividad negativa y el recelo social seria mas profundo en niños que presentan modelos de EEG frontal derecho asimétrico, comparado con las relaciones en niños que presentan modelos de EEG frontal izquierdo asimétrico. Y aún vamos más allá en la hipótesis de que la reactividad negativa seria mas predecible de recelo social para los niños que para las niñas. MÉTODO Participantes Los participantes en este estudio fueron 139 niños y sus madres, procedentes de núcleos independientes, que tomaron parte en un estudio longitudinal de la relación entre temperamento, psicofisiología y desarrollo social y emocional. Los participantes fueron reclutados de listas de envío. Se envió una carta preguntándoles si ellos estarían interesados en un estudio sobre el desarrollo del niño. Las familias que respondieron a un breve cuestionario demográfico fueron contactados por teléfono para una cita de laboratorio. En este artículo se relata el informe de 97 niños (46 varones y 51 hembras), de los cuales se han completado datos de los 9 meses y a los 48 meses de edad. Las familias eran blancas, de clase media, residentes en el área de Washington,D.C. Aproximadamente el 68% de las madres y el 72% de los padres tenían estudios superiores. Aproximadamente un tercio de los niños eran primogénitos. De los 42 niños excluidos del análisis, 23 fueron excluidos porque no volvieron al laboratorio para la visita a los 48 meses y 19 porque estuvieron perdiendo información a los 9 meses de edad (12 estuvieron perdiendo datos en el EEG y 7 fueron perdiendo referencia materna del temperamento). Las comparaciones entre los niños que fueron incluidos contra los que fueron excluidos del análisis debido a la falta de datos no quiere decir que la selección estuviera basada en ninguno de nuestros pronósticos ni a resultados visibles. Específicamente los 23 niños que no volvieron al laboratorio a los 48 meses de edad no diferían demasiado de los otros, en términos de los de los informes maternos, de reactividad negativa, EEG de 9 meses ó sexo. De forma similar los 12 niños que no tuvieron datos en el EEG a los 9 meses los resultados no fueron diferentes de los niños que si los tuvieron en términos de informe materno de los 9 meses de reactividad negativa o cualquier otro de los resultados de los de 48 meses. Procedimiento CALCULO VALORACION DE 9 MESES. A los 9 meses de edad, los niños y sus familias visitaron el laboratorio, en ese momento se grabó la actividad cerebral (EEG) y sus madres rellenaron el cuestionario del Comportamiento Infantil (Rothbart, 1981,1986), un informe de 87 datos en el cual se pedía a los padres, consideraran e indicaran la frecuencia del comportamiento especifico de sus hijos, como había sucedido en la semana previa. Siguiendo a Rothbart (1986), Los Limites de la Angustia y el Miedo, las listas fueron sumadas y usadas como índice de Reactividad Negativa (ver también Park et al., 1997). COLLECION DE DATOS DEL EEG. Para reducir movimiento y jaleo durante la recogida de datos (EEG), los niños se sentaron al regazo de sus madres directamente enfrente de una mesa en la cual había una rueda metálica de bingo. Un experto colocaba las bolas de colores brillantes de diferentes números (1,3, ó 7), en la rueda y la hacia girar en turnos de seis, cada uno duraba 20 segundos. Estos turnos eran separados por intervalos de 10 segundos en los cuales el experto daban ligero golpe a las bolas desde el lado exterior de la rueda a fin de que los niños mantuvieran la atención entre las tiradas de la misma. Trabajos previos han descubierto que esos episodios de grabación dan un valor estimado del EEG de gran consistencia interior(Lund et.al.1995)y un índice fiable de estimación de la asimetría frontal, así como una aproximación parcial a comportamientos de introversión.(Fox et al., 1992;Tomarken,et al 1990) Anterior a la grabación del EEG de cada sujeto una señal de O.477 VRMS 10 Hz fue introducida en cada uno de los canales y esa amplificación de señal fue anotada con fines de valoración. El EEG fue anotado de los siguientes sitios (F3,F4,P3,P4,C3,C4,01,02), emplazando una tira de Lycra en la circunferencia de la cabeza del niño. Los datos del EEG fueron digitalizados a una proporción de 512 Hz y referenciados después usando el software ó elementos de programación a un promedio de referencia de configuración. Los resultados digitalizados del EEG, fueron marcados sobre la base de inspección visual de la señal para omitir ó quitar partes de la grabación del EEG, recogidas por el movimiento del ojo o el movimiento motor. Todos los ejemplos del aparato fueron sacados de todos los canales de la grabación del EEG anterior a análisis subsiguientes. Los datos del EEG fueron diferidos a un Fourier análisis-conversor, usando una ventana Hanning, con una superposición del 50%. El resultado de este análisis fue producir energía en picowatt ohms (ó microvoltios cuadrados) en cada canal. El amplio espectro de energía de frecuencia de single-hertz(único no doble) desde 1 a 12 Hz que fueron computerizados para cada una de las condiciones de cada lado de la colección de los mismos. La frecuencia de energía de la cinta de 4 a 6 Hz, fue computerizada en cada lado añadiendo, los single-hertz bins (hercio único no doble) en estas tres frecuencias. La potencia máxima fue localizada en la cinta de 4 a 6 Hz. La medición de fuerza fue transformada para normalizar la distribución y el índice de asimetría fue computerizado entre el lado derecho y el izquierdo (e.g. LN (F4) - LN(F3). En este informe presentamos datos sobre los lados frontal y parietal. CALCULO-VALORACION DE DE 48 MESES. Los niños y sus familias volvieron al laboratorio cuando los niños tenían 4 años de edad. Los niños fueron citados a visitar el laboratorio en grupos de 4 niños, del mismo sexo y edad similar (con una variación de 3 meses) pero que no se conocían unos a otros. Los procedimientos y métodos usados para la observación del comportamiento social de los niños unos con otros fueron idénticos que aquellos que se usaron en grupos de niños anteriormente (e.g. Fox et al., 1996; Rubin et al., 1995). De particular interés en este estudio fueron el comportamiento de los niños durante 2 sesiones en las que pudieron jugar libremente: la 1ª fue tan pronto como llegaron y la 2ª tuvo lugar aproximadamente 25 minutos después de la 1ª El experimento empezó cuando se dijo a los niños que eran libres de jugar con los juguetes que quisieran. Ella dejo la sala y se dejó a los niños sin interrupción durante 15 minutos, a menos que necesitaran asistencia. CODIGO DE COMPORTAMIENTO. Los comportamientos en ambas sesiones fueron codificados como Escala sobre la Observación del Juego (Rubin 1985, 2000, Rubin y Coplan, 1998). En intervalos de 10 segundos fueron codificados por su participación social (ociosos, espectadores, jugando en solitario, jugando paralelamente, conversando, jugando en grupo) y la calidad cognitiva del juego (funcional, dramática, juego constructivo, exploración, juegos con reglas a seguir) y el resultado se produjo a 90 códigos-intervalos para cada niño en cada una de las dos sesiones de juego libre. Para ambos grupos, 3 examinadores cifraron independientemente la Escala de Observación del Juego. La exactitud del código interno sobre un grupo de niños seleccionado al azar de un total del 30% de toda la prueba fue calculada entre las parejas de examinadores usando el Cohen K. Para las cifras totales, incluyendo las categorías de juego social y cognitiva., el valor K se extendió desde 0.81 a 0.94 para el primer grupo y 0.87 a 0.94 para el segundo grupo. Durante la visita, las madres completaron el Colorado Child Temperament Inventory (CCTI) (Buss y Plomin 1984; Rowe y Plomin, 1977. El CCTI es un informe de los padres que comprende 30 apartados que valoran ó calculan la percepción materna en unas características de colocación a lo largo de 6 dimensiones. Fueron de interés las áreas de la Sociabilidad y Timidez. Como medida de los problemas del comportamiento, las madres completaron la Lista sobre el Comportamiento del Niño (Child Behavior Checklist) (CBCL) Achenbach y Edelbrock, 1983. El CBCL es una lista de comprobación de 113 apartados en la cual los padres usan una escala-proporción de 3 puntos para valorar la descripción de una serie de problemas del comportamiento de sus propios hijos. La escala es reducida a 2 factores de banda ancha que valoran los problemas del comportamiento interno y externo. RESULTADOS Conjunto global de medidas de recelo social y sociabilidad a los 48 meses de edad A los 48 meses de edad, el conjunto de medidas de recelo social y sociabilidad fueron formadas sobre la base de una combinación de informes maternos y comportamientos observados durante el juego, con el entorno desconocido del laboratorio. El comportamiento reticente durante el juego libre fue calculado añadiendo las proporciones regularizadas del comportamiento observador y ocioso durante las sesiones de juego libre (Coplan et al.,1994) Anterior a ser usado en análisis correlativos la reticencia variable observada fue transformada usando un logaritmo normal para reducir el desvío positivo de los datos y la mejor aproximación a una normal distribución. La reticencia observada fue altamente relacionada con los informes maternos de la timidez (r97= 0.54,p ^.001) y las 2 variables fueron regularizadas y añadidas para crear una cifra para medir el recelo ó cautela social. Igual que en informes previos y examinando la relación entre recelocautela social y otros exponentes de índole social y emocional (e.g.Coplan et al., 1994) (Fox et al., 1996 ), el conjunto de medidas de recelo social fue correlacionado con los problemas de comportamiento interior en el (CBCL) (r93=0.41,p ^.001) A pesar de la correlación positiva entre los problemas internos y externos del comportamiento la puntuación en el CBCL (r93 = 0.47,p ^.001)la medida o cifra del recelo social, no se correlacionaron con los problemas externos del comportamiento(r93=-0.01), no significativos). El comportamiento social durante el juego libre fue calculado añadiendo proporciones standard de todas las actividades del grupo de juego y también las conversaciones. La observación del juego de forma social fue correlacionado con los informes maternos de CCTI, sociabilidad (r97=0.31p^.01), y una valoración sobre la sociabilidad fue computerizada regularizando y añadiendo las medidas observadas en el informe materno de sociabilidad. El resultado de la valoración de la sociabilidad fue negativamente correlacionada con la unificación de cautela-recelo social (r97=-0.62 p,^.001) ANALISIS DE REGRESION. Dirigimos análisis separados en categorías de regresión múltiple para pronosticar y examinar las relaciones entre reactividad negativa en la infancia, introversión social y sociabilidad en los años pre-escolares. Los análisis catalogados permitieron un examen de posibles efectos moderadores uniendo reactividad negativa en el comportamiento social posterior, una vez controlados, para los principales efectos de la reactividad negativa. Para cada análisis los pronósticos fueron introducidos dentro de una ecuación de regresión en el siguiente orden(1) reactividad negativa de 9 meses (2), asimetría frontal del electroencefalograma a los 9 meses (3) sexo (4) reactividad negativa X encefalograma. (5) reactividad negativa y sexo, y (6) reactividad negativa X electroencefalograma (EEG) frontal asimétrico y sexo. Ninguna influencia ni efectos relevantes fueron encontrados cuando idénticos análisis compitieron con el EEG parietal asimétrico, confirmando la especificación de los efectos del EEG asimétrico a los lados frontales. PRONOSTICO DE INTROVERSION SOCIAL A LOS 48 MESES DE EDAD Los resultados del análisis de regresión que pronosticaron introversión y recelo social se presentan en la tabla 1 El conjunto total fue el 18% de variación en la introversión social (F6,90 = 3.35,p^.01). El efecto de reactividad negativa tomo relevancia reflejando el orden cero de correlación entre el informe materno de reactividad negativa a los 9 meses de edad y la medida de introversión social a los 48 meses (r97= 0.18,p=.08).La interacción entre reactividad negativa y sexo, ambos a tener en cuenta como proporción única de variación en el pronostico de introversión social muy por encima de las representadas en los pronósticos mas relevantes. Las 3 vías de interacción (reactividad negativa) X EEG frontal asimétrico X sexo) no fueron más allá del pronostico de la introversión social. TABLA 1 Sumario análisis de Regresión Jerárquica para variables Pronostico de recelo-introversión social a los 48 meses de edad (N = 97) l 2 3 4 5 6 9-meses (reactividad negativa) 9 meses (asimetría frontal) Sexo Reactividad negativa X asimetría Reactividad negativa X sexo Reac. neg. X asim. X sexo .18 0.03 -.12 0.01 -.08 0.01 1.30 0.07 1.10 .69 0.02 3.11 1.40 0.56 7.12 0.04 2.15 Multiple R = 0.43 Total R2 = 0.18 F6.90= = 3.35 (Ver tabla) p<.10 p<.05 p<.01 TABLA 2 Sumario de análisis de Regresión Jerárquica para variables Pronostico de Sociabilidad a los 48 meses (N=97) 4.73 1 2 3 4 5 6 9 meses (reactividad negativa) 9 meses(asimetría frontal) Sexo Reactividad negativa X asimetría Reactividad negativa X sexo React. negat. X asimt. X sexo -.18 .09 .22 .63 0.03 0.01 0.05 0.02 .52 -.79 3.29 0.72 4.85 1.64 0.01 0.03 1.00 2.71 Multiple R = 0.37 Total R2 = 0.14 F690 = 2.24 (Ver tabla) p<.10; p< .05 La interacción entre reactividad negativa y asimetría frontal se tuvieron en cuenta en un adicional 7% de variación en la introversión social. Para interpretar la interacción los niños fueron divididos en 2 grupos basados en la asimetría de los 9 meses. Los niños con asimetría frontal puntuaron menos de 0 (indicativo de EEG derecho asimétrico) formado por el grupo derecho frontal y niños con asimetría frontal tienen puntuaciones por encima de 0 (indicativo del EEG frontal izquierdo asimétrico) formando el grupo frontal izquierdo. La correlación entre la reactividad negativa a los 9 meses y la introversión social a los 4 años fueron calculados por separado para estos 2 grupos. Para el grupo derecho frontal, hubo una significativa y positiva correlación (r39=0.40,p=0.01p>.10) La magnitud de las correlaciones fueron comparadas usando puntuación Fisher z, porque las hipótesis fueron direccionales, unos largos tests fueron usados para probar el significado. Este análisis reveló que las 2 correlaciones diferían de forma importante (z=2.03,p=.02). Para interpretar la interacción entre reactividad negativa y sexo, la correlación entre temperamento negativo e introversión social fue examinada separadamente, para chicos y para chicas. Para los chicos, hubo una relevante y positiva correlación (r46=0.34,p= .02), pero para las chicas la correlación no fue significativa (r51=0.01,p>.10) La prueba de una tira z test de la diferencia entre la magnitud de correlación fue relevante (z=1.65,p=.05) PRONOSTICO DE SOCIABILIDAD A LOS 4 AÑOS Los resultados de los análisis de regresión que pronostican sociabilidad son presentados en la tabla 2. Siguiendo un orden idéntico de entrada para los pronosticos variables y términos de interacción, el modelo completo de sociabilidad fue relevante (F6.90= 2.44,p<.05). El efecto principal de la reacción negativa adquirió relevancia (AR2=0.05,p=.03) A diferencia del análisis sobre introversión social, ni la asimetría del EEG frontal, ni el sexo moderaron con relevancia los efectos de la reactividad negativa en la sociabilidad posterior. así pues, a pesar de la fuerte correlación negativa entre la valoración de la sociabilidad y la introversión social, el modelo de conexión moderada, incluyendo la reactividad negativa, EEG frontal asimétrico, y sexo, fue específicamente pronosticado en la introversión social posterior. ESTUDIO El principal acierto en el estudio del temperamento infantil es estudiar mejor el proceso a través del cual las diferencias individuales en la edad temprana tienen un impacto en el desarrollo emocional y adaptación posterior. Aunque hay varios informes en literatura que muestran la relación directa entre la reactividad negativa en la edad temprana y la manifestación de introversión social en edades posteriores, esa relación es modesta en la mayoría de los casos. La complejidad asociada con la valoración de ambos temperamentos infantiles y el primer comportamiento social puede contribuir a moderados niveles de pronostico sobre el paso del tiempo. Sin embargo, la tarea mas desafiante es identificar teóricamente variaciones relevantes que ayuden a determinar los variados caminos del desarrollo dirigidos desde el temperamento en la edad temprana al comportamiento social posterior (e.g., Park et al., 1997; Rothbart y Bates, 1998) Los datos sobre el presente estudio indican el informe materno de reactividad negativa durante el primer año de vida en si mismo, no pronosticaron significativamente la sociabilidad ó introversión social. Aunque la correlación orden-cero, no alcanzó los niveles convencionales de relevancia si dieron las esperadas directivas, con una relación positiva entre reactividad negativa y posterior introversión social y una relación negativa entre reactividad negativa y posterior sociabilidad. Además ambos (EEG frontal asimétrico) y el sexo moderaron la relación entre reactividad negativa e introversión social. Los mismos efectos de la interacción no contribuyeron al pronostico de la sociabilidad. La valoración de la introversión social refleja una forma especifica de baja sociabilidad que esta asociada con una combinación de bajos niveles de interacción social y afecto negativo y problemas de comportamiento de naturaleza interna (Coplan et al., 1994; Fox et al., 1996). La emocionalidad negativa fue el pronostico de introversión social para niños los cuales manifestaron un modelo de EEG frontal derecho asimétrico a los 9 meses de edad, pero no en niños con un modelo de asimetría en el EEG frontal izquierdo. Estos datos siguen un modelo de stress-diátesis que incluye ambos temperamentos innatos y EEG frontal asimétrico (Schmidt and Fox, 1998). Altos niveles de reactividad negativa en la edad temprana reflejan stress (tensión nerviosa), para los niños y sus cuidadores y la asimetría en el EEG frontal derecho, en tanto que este refleja una tendencia a quitar desde un estimulo insólito a uno estresante, proporciona la diátesis que pone al niño en el camino hacia la introversión social. Alternativamente la asimetría en el EEG frontal izquierdo puede servir como factor protector que establece una alta reactividad infantil en un camino diferente en el cual el niño desarrolla estrategias que incluyen acercamiento y emociones positivas. Es importante destacar que la alta reactividad infantil con asimetría en el EEG frontal izquierdo, no se convierte o llega a ser altamente social comparada con los anteriores, como evidencia el hecho de que la interacción asimétrica del EEG frontal de reactividad negativa, no contribuyó a un pronostico de sociabilidad. Mejor dicho, la asimetría en el EEG frontal izquierdo sirvió para atenuar la relación entre reactividad negativa e introversión social posterior a prácticamente cero. La influencia de la reactividad negativa en la introversión social fue también moderada según el sexo. Específicamente, la reactividad negativa durante la infancia fue positivamente afín con la introversión social para los chicos, pero no para las chicas. Diversos informes independientes indican que los cuidadores interaccionan cualitativamente de diferentes formas en altos niveles de reactividad en los hijos contra las hijas (MacDonald y Parke, 1984; Stevenson-Hinde y Glover, 1996). Ambos estudios juntos sugieren que los niños introvertidos socialmente y con gran reactividad pueden tener mas negatividad y menos interacción de contacto con sus cuidadores comparado con las niñas socialmente introvertidas y con gran reactividad. LIMITACIONES EN EL ESTUDIO Hay un número de limitaciones en el presente estudio que deberían ser mencionadas. Primero, la reactividad negativa y la asimetría del EEG fueron valorados una vez, cuando el niño tenia 9 meses de edad. Aunque ambas medidas habían demostrado fiabilidad y validez, hubiese sido preferible medir cada una repetidamente durante el primer periodo de la infancia. Segundo, la reactividad negativa fue medida por la vía del informe materno que puede facilitar datos que son diferentes de las observaciones directas conductistas del comportamiento. Tercero, el EEG, es solo una medida indirecta del funcionamiento del cerebro. Mientras esto es poco práctico desde este punto usar más técnicas sofisticadas de neuro-imagen con niños de un desarrollo normal, las conclusiones por lo que se refiere a localización y función deberían ser consideradas con cautela. Finalmente en este estudio, no juzgamos la interacción madre-niño. La carencia de estos datos atenúa nuestra interpretación sobre mecanismos teniendo en cuenta el efecto de sexo y asimetría como moderadores ó asesores de la reactividad negativa con el paso del tiempo. IMPLICACION CLINICA Quizás la más importante e inmediata implicación clínica de nuestro trabajo es que refleja la importancia de diferencias temperamentales en el entendimiento de la etiología de comportamientos internos en niños jóvenes. Las clínicas deberían atender el temperamento infantil hacia la irritabilidad y la emocionalidad negativa y considerar diversos factores en el entorno infantil que pueden servir para moderar esta disposición con el paso del tiempo. Dado que la búsqueda de reacción negativa fue pronóstico de reticencia social para los niños, pero no para las niñas y que anteriores informes han descrito un modelo de padre y madre superprotectores en los padres de niños tímidos, las clínicas pueden ayudar a los padres a crear pautas ó modelos de interacción que fomentarán la auto-regulación efectiva e independiente entre los chicos con altos índices de negatividad. Además, aunque nuestro método consta de niños de familias de clase media que entran dentro de la línea normal del temperamento y problemas de comportamiento, creemos que nuestro estudio tiene implicaciones para las criaturas y niños pequeños que entran en los patrones de alto riesgo. Por ejemplo, se ha dicho que los niños de mujeres deprimidas muestran un modelo de EEG derecho frontal asimétrico (Field et al., 1995). Dados nuestros descubrimientos, los médicos deberían poner particular atención sobre el modelo de temperamento de reactividad negativa en niños que pueden estar predispuestos al modelo de EEG frontal derecho asimétrico ó propensión a la introversión. Finalmente, es importante resaltar que el recelo, fue mejor pronosticado por la combinación del temperamento en la primera etapa de la vida tanto con el EEG frontal asimétrico ó el sexo, más que el temperamento solo. El nerviosismo e irritabilidad, no son predictivos de riesgo de comportamiento social inadaptado. Es la interacción de esta propensión temperamental con otros factores biológicos y sociales, lo que es mas fiable por su variabilidad en su consecuencia social.