CP-400-2008 - Poder Judicial

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Recurso de Casación No.S.P.400=2008
CERTIFICACION
La Infrascrita Secretaria General de la Corte Suprema de Justicia
CERTIFICA la sentencia que literalmente dice: ―EN NOMBRE DEL
ESTADO DE HONDURAS. En la ciudad de Tegucigalpa, Municipio del
Distrito Central, a los once días del mes de abril de dos mil
once, LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, por medio de LA SALA DE LO
PENAL, integrada por los señores Magistrados
CARLOS D. CALIX
VALLECILLO, RAUL ANTONIO
H. INTERIANO y MARCO VINICIO
Z. M.,
quien sustituye por excusa justificada al Magistrado JACOBO
ANTONIO CALIX H.; dicta sentencia conociendo de los Recursos de
Casación
por
Infracción
de
Ley,
Infracción
de
Precepto
Constitucional y Quebrantamiento de Forma, interpuestos contra la
sentencia de fecha cinco de septiembre de dos mil ocho, dictada
por el Tribunal de Sentencia de La Ceiba, Departamento de
Atlántida, que falló: 1) CONDENANDO al señor L. B. A. R., por el
delito de Abuso de Autoridad en perjuicio de la Administración del
Estado de Honduras, a la pena de TRES (03) AÑOS DE RECLUSIÓN y a
la de Inhabilitación Especial por SEIS (06) años; ABSOLVIENDOLO,
por falta de pruebas, de los delitos de Asesinato mediante
Incendio en perjuicio de veintitrés personas, Asesinato Alevoso en
perjuicio de treinta y siete personas, Asesinato Alevoso en
perjuicio de J. F. C. y G. S. S., cuyas muertes no fueron
acreditadas, Asesinato Alevoso en perjuicio de los señores J. A.
A., J. E. B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J. M., y Tentativa de
Asesinato en perjuicio de diecinueve (19) personas; 2) CONDENANDO
al señor R. A. S. I., como autor responsable por omisión impropia
en un concurso ideal complejo de carácter heterogéneo, de los
delitos de Violación de los Deberes de los Funcionarios Públicos
en perjuicio de la Administración Pública del Estado de Honduras,
Asesinato mediante Incendio en perjuicio de veintitrés (23)
personas, Asesinato por Alevosía en perjuicio de treinta y siete
(37) personas, y Asesinato por Alevosía en su grado de Ejecución
de Tentativa en perjuicio de diecinueve (19) personas, a la pena
de TREINTA Y UN (31) AÑOS, TRES (3) MESES, UN (1) DIA DE
RECLUSION, mas la pena accesoria de Inhabilitación Absoluta;
ABSOLVIENDOLO, por falta de pruebas, de los delitos de Abuso de
Autoridad, en perjuicio de la Administración Pública, Asesinato en
perjuicio de J. F. C. y G. S. S., cuyas muertes no fueron
acreditadas, y Asesinato en perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L.
F., A. E. G., C. S. y S. J. M.; 3) CONDENANDO al señor D. A. B. V.
por los delitos de Violación de los Deberes de los Funcionarios
Públicos en perjuicio de la Administración Pública de Honduras, en
concurso ideal complejo de carácter heterogéneo con el delito de
Asesinato Mediante Incendio en perjuicio de veintitrés (23)
personas, Asesinato por Alevosía en perjuicio de treinta y siete
(37) personas y Asesinato por Alevosía en su Grado de Ejecución de
Tentativa en perjuicio de diecinueve (19) personas, a las penas de
TREINTA Y UN (31) AÑOS NUEVE (09) MESES UN (01) DÍA DE RECLUSION;
SETECIENTOS CINCUENTA Y OCHO (758) AÑOS CON SEIS (06) MESES DE
RECLUSION, y DOSCIENTOS SESENTA Y DOS (262) AÑOS DIEZ (10) MESES
DE
RECLUSION
RESPECTIVAMENTE,
más
la
pena
accesoria
de
Inhabilitación Absoluta; ABSOLVIENDOLO, por falta de pruebas, de
los delitos de Asesinato en perjuicio de J. F. C. y G. S. S.,
cuyas muertes no fueron acreditadas, Asesinato en perjuicio de J.
A. A., J. E. B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J. M. y Tortura en
perjuicio de M. H. A.; 4) CONDENANDO al señor P. P. C., por los
delitos de Violación de los Deberes de los Funcionarios Públicos
en perjuicio de la Administración Pública de Honduras, en concurso
ideal complejo de carácter heterogéneo con el delito de Asesinato
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Recurso de Casación No.S.P.400=2008
Mediante Incendio en perjuicio de veintitrés (23) personas,
Asesinato por Alevosía en perjuicio de treinta y siete (37)
personas y Asesinato por Alevosía en su Grado de Ejecución de
Tentativa en perjuicio de diecinueve (19) personas, a las penas de
TREINTA Y UN (31) AÑOS SEIS (06) MESES UN (01) DÍA DE RECLUSION;
SETECIENTOS CUARENTA (740) AÑOS DE RECLUSION, y DOSCIENTOS
CINCUENTA Y TRES (253) AÑOS CUATRO (04) MESES DE RECLUSION
RESPECTIVAMENTE, mas la pena accesoria de Inhabilitación Absoluta;
ABSOLVIENDOLO, por falta de pruebas, de los delitos de Asesinato
en perjuicio de J. F. C. y G. S. S., cuyas muertes no fueron
acreditadas, Asesinato en perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L.
F., A. E. G., C. S. y S. J. M.; 5) CONDENANDO al señor W. H. G.
como autor por omisión propia del delito de Violación de los
Deberes de los Funcionarios Públicos en perjuicio de la
Administración del Estado de Honduras, en concurso ideal complejo
de carácter heterogéneo por omisión impropia del delito de
Asesinato Mediante Incendio en perjuicio de veintitrés (23)
personas, a la pena de TREINTA Y UN (31) AÑOS, TRES (03) MESES Y
UN (01) DÍA DE RECLUSION, mas la pena accesoria de Inhabilitación
Absoluta; ABSOLVIENDOLO, por duda razonable, de los delitos de
Asesinato en perjuicio de treinta y siete (37) personas, Asesinato
Tentado por Alevosía en perjuicio de diecinueve (19) personas,
Asesinato en perjuicio de J. F. C. y G. S. S., cuyas muertes no
fueron acreditadas, y Asesinato en perjuicio de J. A. A., J. E.
B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J. M.; 6) CONDENANDO a los
señores A. A. S. C., H. W. J. M., J. A. S. P., J. A. C., L. A. C.
V., O. A. O. F., S. E. A. P., S. G. B. Y T. R. G., por los delitos
de Asesinato Mediante Incendio, en perjuicio de veintitrés (23)
personas, Asesinato por Alevosía en perjuicio de treinta y siete
(37) personas, y Asesinato por Alevosía en su Grado de Ejecución
de Tentativa en perjuicio de diecinueve (19) personas en concurso
real, a las penas de VEINTICINCO (25) AÑOS DE RECLUSION,
SETECIENTO CUARENTA (740) AÑOS DE RECLUSION, DOSCIENTOS CINCUENTA
Y TRES (253) AÑOS Y CUATRO (04) MESES DE RECLUSION RESPECTIVAMENTE
a cada uno de los imputados, mas la pena accesoria de
Inhabilitación Absoluta; 7) CONDENANDO al señor P. E. R. F. por
los delitos de Asesinato Mediante Incendio, en perjuicio de
veintitrés (23) personas, Asesinato por Alevosía en perjuicio de
treinta y siete (37) personas, y
Asesinato por Alevosía en su
Grado de Ejecución de Tentativa en perjuicio de diecinueve (19)
personas en concurso real, a las penas de VEINTICINCO (25) AÑOS
SEIS (6) MESES DE RECLUSION, SETECIENTO CINCUENTA Y OCHO (758)
AÑOS DE RECLUSION, Y DOSCIENTOS SESENTA Y DOS (262) AÑOS CUATRO
(04) MESES DE RECLUSION RESPECTIVAMENTE, mas la pena accesoria de
Inhabilitación Absoluta; 8) ABSOLVIENDO, por falta de pruebas, a
los señores A. A. S. C., H. W. J. M., J. A. S. P., J. A. C., L. A.
C. V., O. A. O. F., S. E. A. P., S. G. B., P. E. R. F. Y T. R. G.,
del delito de Asesinato en perjuicio de los señores J. F. C. y G.
S. S., cuyas muertes no fueron acreditadas, y por no tener
participación alguna en el delito de Asesinato en perjuicio de J.
A. A., J. E. B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J. M.; 9)
CONDENANDO a los señores M. A. C. I., J. R. O. y O. E. H. P. como
autores por omisión propia del delito de Violación de los Deberes
de los Funcionarios Públicos en perjuicio de la Administración
Pública de Honduras, en concurso ideal complejo, de carácter
heterogéneo por omisión impropia con los delitos de Asesinato
Mediante Incendio en perjuicio de veintitrés (23) personas y
Asesinato por Alevosía Proditoria en su Grado de Ejecución de
Tentativa en perjuicio de diecinueve (19) personas, a la pena de
TREINTA Y UN (31) AÑOS, TRES (3) MESES Y UN (01) DIA DE RECLUSION
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Recurso de Casación No.S.P.400=2008
a cada uno de los imputados, más la pena accesoria de
Inhabilitación
Absoluta;
ABSOLVIENDOLOS
de
los
delitos
de
Asesinato en perjuicio de J. F. C. y G. S. S., cuyas muertes no
fueron acreditadas, Asesinato en perjuicio de J. A. A., J. E. B.,
J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J. M., y por duda razonable del
delito de Asesinato en perjuicio de treinta y siete (37) personas;
10) CONDENANDO al señor S. J. S. M., como autor por omisión propia
del delito de Violación de los Deberes de los Funcionarios
Públicos en perjuicio de la Administración Pública de Honduras, en
concurso por omisión impropia del delito de Asesinato por Alevosía
en su Grado de Ejecución de Tentativa en perjuicio de diecinueve
(19) personas, y Asesinato por Alevosía Proditoria en perjuicio de
M. R. R. V., M. R. P. y un reo pandillero sin identificar, a
las penas de DIECISEIS (16) AÑOS OCHO (08) MESES TRES (03) DIAS DE
RECLUSION y SESENTA (60) AÑOS DE RECLUSION respectivamente, mas la
pena accesoria de Inhabilitación Absoluta, ABSOLVIENDOLO, por
falta de pruebas, del delito de Asesinato en perjuicio de J. F. C.
y G. S. S., cuyas muertes no fueron acreditadas, ABSOLVIENDOLO,
por no tener relación con los hechos, del delito de Asesinato en
perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J.
M., y ABSOLVIENDOLO, por duda razonable, de los delitos de
Asesinato Alevoso en perjuicio de treinta y cuatro (34) personas y
Asesinato Mediante Incendio en perjuicio de veintitrés (23)
personas; 11) CONDENANDO al señor J. L. S. R. como autor por
omisión propia, del delito de Violación de los Deberes de los
Funcionarios Públicos en perjuicio de la Administración Pública de
Honduras, en concurso ideal complejo, de carácter heterogéneo, por
omisión impropia del delito de Asesinato por Alevosía en su Grado
de Ejecución de Tentativa en perjuicio de diecinueve (19) personas
a la pena de DIECISEIS (16) AÑOS, OCHO (08) MESES, TRES (03) DIAS
DE RECLUSION, mas la pena accesoria de Inhabilitación Absoluta,
ABSOLVIENDOLO, por falta de pruebas, del delito de Asesinato en
perjuicio de J. F. C. y G. S. S., cuyas muertes no fueron
acreditadas, ABSOLVIENDOLO, por no tener relación con los hechos,
del delito de Asesinato en perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L.
F., A. E. G., C. S. y S. J. M., y ABSOLVIENDOLO, por duda
razonable, de los delitos de Asesinato Alevoso en perjuicio de
treinta y siete (37) personas y Asesinato Mediante Incendio en
perjuicio de veintitrés (23) personas; 12) CONDENANDO al señor C.
E. H. A. como autor por omisión propia del delito de Violación
de los Deberes de los Funcionarios Públicos en perjuicio de la
Administración Pública de Honduras, en un concurso ideal complejo
de carácter heterogéneo, por omisión impropia en el delito de
Asesinato Alevoso en su Grado de Ejecución de Tentativa en
perjuicio de diecinueve (19) personas, a la pena de DIECISIETE
(17) AÑOS, OCHO (08) MESES, TRES (03) DIAS de reclusión, mas la
pena accesoria de Inhabilitación Absoluta; ABSOLVIENDOLO, por
falta de pruebas, del delito de Asesinato en perjuicio de J. F. C.
y G. S. S., cuyas muertes no fueron acreditadas, ABSOLVIENDOLO,
por no tener relación con los hechos, del delito de Asesinato en
perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J.
M., y ABSOLVIENDOLO, por duda razonable, de los delitos de
Asesinato Alevoso en perjuicio de treinta y siete (37) personas y
Asesinato Mediante Incendio en perjuicio de veintitrés (23)
personas; 13) CONDENANDO a los señores L. B. A. R., R. A. S.I., D.
A. B. V., P. P. C., W. H. G., A. A. S. C., H. W. J. M., J. A. S.
P., J. A. C., L. A. C. V., O. A. O. F., S. E. A. P., S. G. B., P.
E. R. F., T. R. G., M. A. C. I., J. R. O., O. E. H. P., S. J. S.
M., J. L. S. R., y
C.
E.
H.
A., a la pena Accesoria de
Interdicción Civil; 14) ABSOLVIENDO, por falta de pruebas, a los
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Recurso de Casación No.S.P.400=2008
señores I. J. J. B., G. I. C. O., J. M. V. O. Y L. A. C. C., como
autores de los delitos de Violación de los Deberes de los
Funcionarios Públicos en perjuicio de la Administración Pública de
Honduras, Asesinato Mediante Incendio en perjuicio de veintitrés
(23), Asesinato por Alevosía en perjuicio de treinta y siete (37)
personas, Asesinato por Alevosía en su grado de Ejecución de
Tentativa, en perjuicio de diecinueve (19) personas, Asesinato en
perjuicio de J. F. C., y G. S. S., cuyas muertes no fueron
acreditadas, y los ABSOLVIO, por no tener relación con los hechos,
del delito de Asesinato en perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L.
F., A. E. G., C. S. y S. J. M.; 15) ABSOLVIENDO, por falta de
pruebas, al señor D. A. L., de los delitos de Asesinato Mediante
Incendio en perjuicio de veintitrés (23) personas, Asesinato por
Alevosía en perjuicio de treinta y siete (37) personas, Asesinato
por Alevosía en su grado de Ejecución de Tentativa, en perjuicio
de diecinueve (19) personas, Asesinato en perjuicio de J. F. C., y
G. S. S., cuyas muertes no fueron acreditadas, y lo ABSOLVIO, por
no tener relación con los hechos, del delito de Asesinato en
perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J.
M.; 16) ABSOLVIENDO, por duda razonable, a los señores B. D. C.
D., S. O. A. M., W. A. C. C. Y C. R. A. S., de los delitos de
Asesinato Mediante Incendio en perjuicio de veintitrés (23)
personas, Asesinato por Alevosía en perjuicio de treinta y siete
(37) personas, Asesinato por Alevosía en su grado de Ejecución de
Tentativa, en perjuicio de diecinueve (19) personas, Asesinato en
perjuicio de J. F. C., y G. S. S., cuyas muertes no fueron
acreditadas, y los ABSOLVIO, por no tener relación con los hechos,
del delito de Asesinato en perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L.
F., A. E. G., C. S. y S. J. M.; 17) ABSOLVIENDO, por duda
razonable, a los señores P. J. G. G. y S. P. F., de los delitos de
Violación de los Deberes de los Funcionarios Públicos, en
perjuicio de la Administración Pública; Asesinato Mediante
Incendio en perjuicio de veintitrés (23) personas, Asesinato por
Alevosía en perjuicio de treinta y siete (37) personas, Asesinato
por Alevosía en su grado de Ejecución de Tentativa, en perjuicio
de diecinueve (19) personas, Asesinato en perjuicio de J. F. C., y
G. S. S., cuyas muertes no fueron acreditadas, y los ABSOLVIO, por
no tener relación con los hechos, del delito de Asesinato en
perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J.
M.; 18) ABSOLVIENDO, por falta de pruebas, de toda responsabilidad
penal al señor M. I. M., por los delitos de Asesinato Alevoso en
su Grado de Ejecución de Tentativa, en perjuicio de E. L. S.,
J. C. P.
R., y J.
C. M. S. Interpusieron los recursos de
casación: El Abogado A. O. S., en su condición de Abogado Defensor
de los señores C. E. H. A., J. L. S. R., M. A. C. I., J. R.
O. y O. E.
H. P.; El Abogado J. C. R.
M., en su condición de
apoderado Legal del señor S. J. S. M.; El Abogado M. A. Z. R. en
su condición de Apoderado Defensor del señor R. A. S.I.; El
Abogado E.
J. L.
Z. en su condición de apoderado defensor del
señor L. B. A. R. y actuando como Co-defensor de los señores P. P.
C. y D. A. B. V.; El Abogado C. O. U. L. actuando en su condición
de Defensor Público de los señores L. A. C. V., T. R. G. y H. W.
J.; El Abogado J.
N. P. B. en su condición de Defensor Público
del señor O. A. O.; El Abogado E. R. en su condición de Defensor
Público del señor S. E. A. P.; El Abogado
E. R.
C. en su
condición de Defensor Público del señor S. G. B.; El Abogado
F.
A. G.actuando en su condición de Defensor Público de los señores
A. A. S. C. y J. A. C.; El Abogado N. G. A. en su condición de
Defensor Público del señor J. A. S. P.; el Abogado O.
G. en su
condición de Defensor Público del señor P. E. R.; La Abogada
S.
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Recurso de Casación No.S.P.400=2008
G.
F. en su condición de Co-apoderada Judicial del señor W. H.
G.; y, El Abogado M. A. Z. R. en su condición de Apoderado
Defensor del señor R. A. S.I. SON PARTES: 1. El Abogado A. O. S.,
apoderado Defensor de los señores C. E. H. A., J. L. S. R., M.
A. C. I., J. R. O. y O. E. H. P. 2. El Abogado C. E. A. H.,
Apoderado Defensor del señor R. A. S.I. 3. La Abogada R. L. S.
L., Defensora Pública de los señores P. E. R., S. G. B. y S. E.
A.. 4. El Abogado A. A. G., Defensor Público de los señores A.
A. S., J. A. C., J. A. S. 5. El Abogado M. R. A. E., Defensor
Público de los señores L. C. V., T. R. G., H. W. J. y O. A. O. 6.
El Abogado J. C. R. M., Apoderado Defensor del señor S. J. S. M.
7. Los Abogados E. J. L. y S. I. G. F., Apoderados Defensores
de los señores W. H. G., L. B.D A. R., D. A. B. V. y P. P. C. Como
recurrida se encuentra acreditada la Abogada K. L. M. P.,
Representante del Ministerio Público. CONSIDERANDO. I.- Que el
Recurso de Casación por Infracción de Ley, interpuesto por el
Abogado A. O. S.; el Recurso de Casación por Infracción de
Precepto Constitucional, Quebrantamiento de Forma e Infracción de
Ley interpuesto por el Abogado J. C. R.
M.; el Recurso de
Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma
interpuesto por el Abogado M. A. Z. R.; los Recursos de casación
por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma interpuestos por
el Abogado E. J. L. Z.; el Recurso de Casación por Infracción de
Ley y Quebrantamiento de Forma interpuesto por el Abogado
C. O.
U. L.; el Recurso de Casación por Infracción de Ley y
Quebrantamiento de Forma interpuesto por el Abogado J. N. P. B.;
los Recursos de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento
de Forma interpuestos por el Abogado
E. R.
C.; el Recurso de
Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma
interpuesto por el Abogado F. A. G.; el Recurso de Casación por
Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma interpuesto por el
Abogado N. G. A.; el Recurso de Casación por Infracción de Ley
y Quebrantamiento de Forma interpuesto por el Abogado O.
G.; el
Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de
Forma interpuesto por la Abogada
S.
G.
F.; y, el Recurso de
Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma
interpuesto por el Abogado M. A. Z. R., reúnen los requisitos
exigidos por la ley, por lo que procede su admisibilidad, siendo
procedente pronunciarse sobre la procedencia o improcedencia de
los
mismos.
II.―HECHOS
PROBADOS:
Valorando
las
pruebas
practicadas en el Juicio Oral, de acuerdo a los criterios de la
sana crítica y este Tribunal de Sentencia declara expresa y
terminantemente probados los hechos siguientes: PRIMERO: El día
miércoles cinco de febrero de dos mil tres, se encontraban
privados de su libertad ambulatoria, ciento noventa ocho (198)
personas del sexo masculino, miembros de la pandilla ―18‖, en la
Penitenciaria Nacional ―Marco Aurelio Soto‖, sita en la Aldea de
Támara, Municipio del Distrito Central, Departamento de F.
Morazán, específicamente en el hogar número diecisiete (17) de la
planta baja del Modulo de ―Casa Blanca‖, encerrados en su celda
completamente separados del resto de los privados de libertad de
dicho módulo; La Celda estaba dividida por barrotes cubiertas con
laminas de zinc para evitar el acceso visual con otras celdas. En
los últimos meses los reos comunes o ―paisas‖ agredían verbalmente
a los reos pandilleros recluidos en ―Casa Blanca‖, tirándoles
orines y excremento humano, cada vez que tenían oportunidad,
implementando las autoridades penitenciarias el uso de áreas
comunes del recinto por turnos. SEGUNDO: En esa misma fecha se
encontraban privados de la libertad ambulatoria y separados del
resto de la población penitenciaria, ocho personas del sexo
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Recurso de Casación No.S.P.400=2008
femenino, miembros de la pandilla ―18‖, en el Centro Femenino de
Adaptación Social (CEFAS) ubicado también en Támara. TERCERO:
Mediante oficio de fecha cinco de febrero de dos mil tres, L. B.
A. R., en su condición de Director General de la Dirección General
de Servicios Especiales Preventivos de la Secretaría de Estado en
el Despacho Seguridad, solicita al entonces Secretario de Estado
en los Despachos de Seguridad O.
A.
A. P., autorización para
trasladar a doscientos cuatro (204) internos de la pandilla ―18‖
de la Penitenciaria Nacional y de CEFAS a los distintos centro
penales del país, señalando como motivo del traslado la seguridad
personal de los privados de libertad de la pandilla ―18‖,
aduciendo que existía información de que los privados de libertad
no miembros de pandilla, querían quitarle la vida a todos los
pandilleros y los familiares que los visitaban, a lo cual el Señor
Secretario de Estado de Seguridad indicó: ―Proceder Conforme a
Ley’. CUARTO: El día cinco de febrero de dos mil tres, a las siete
de la noche el señor
L. B. A. R., procede a trasladar de la
Penitenciaria Nacional a los ciento noventa y ocho (198) privados
de libertad miembros de la pandilla ―18‖, y a seis (6) mujeres de
la misma pandilla del Centro Femenino de Adaptación Social
(CEFAS), distribuyéndolos en diferentes Centros Penales del país,
sin mediar registro en la Celda 17 de Casa Blanca, limitándose a
realizar una requisa personal a cada uno de ellos previo a
montarse a los autobuses que los trasladarían:- Dicha distribución
se realizó aplicando un criterio alfabético a partir del primer
nombre de las personas trasladadas, excepto en el Centro Penal
Granja Penal de Danlí, El Paraíso, donde se realizó al azar. Para
los días cinco y seis de Febrero fueron recibidos reos
pandilleros, entre condenados y procesados en: Centro Penal de
Gracias, Lempira; el Centro Penal La Paz, La Paz; el Centro Penal
de Marcala, La Paz; la Granja Penal de Danlí, El Paraíso; el
Centro Penal de T., Colón; el Centro Penal de Tela, Atlántida; el
Centro Penal de Nacaome, Valle; el Centro Penal de San P. Sula y
el Centro Penal de El Provenir, Atlántida.
QUINTO: El día siete
(7) de febrero de dos mil tres, el señor L. B. A. R. es requerido
por la Fiscalía Especial de Derechos Humanos del Ministerio
Público para que informe sobre los traslados de los reos
pandilleros efectuados el cinco (5) de febrero; Ese mismo día el
señor L. B. A. R. llama a el Escuadrón Antibombas procediendo a
entregar al señor D. A. O., miembro de ese escuadrón, una granada
M-67, fabricación Norteamericana, color verde olivo, tipo de
explosivo composición B, de una libra de peso, 3.5 pulgadas de
largo, 2.5 pulgadas de diámetro; una granada FMK2, fabricación
Argentina, color verde olivo, tipo de explosivo TNT, de media
libra de peso, 10.9 centímetros de largo, 5.8 centímetros de
diámetro, sin la aguja percusora en su interior; Una pasta
explosiva (Gel) componente nitroglicerina, nitrato de amonio y
polvo de aluminio y; una cápsula detonante in eléctrica, tipo
comercial, afirmando que habían sido encontrados en el interior de
la Penitenciaria Nacional. En la fecha diez (10) de febrero de ese
año, el señor L. B. A. R. responde a la solicitud que le hace la
Fiscalía de Derechos Humanos y, en fecha once (11) del mismo mes y
año informa a la Corte Suprema de Justicia sobre los traslados de
los doscientos cuatro (204) privados de libertad de la pandilla
―18‖, incluyendo reas pandilleras; En ambos informes, además del
motivo expresado al Secretario de Estado en los Despachos de
Seguridad, se relaciona también como causa fundamental del
traslado y distribución de reos pandilleros a los diferentes
Centros Penales del país que, en un registro previo se les había
decomisado a los internos de la pandilla ―18‖ las dos granadas de
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Recurso de Casación No.S.P.400=2008
fragmentación, un fulminante con su respectiva mecha y una
cantidad de TNT anteriormente descritos. SEXTO: El señor L. B. A.
R., sin informar al Director del Centro Penal de El Porvenir,
Atlántida, sobre el traslado de privados de libertad a ese Centro,
y sin haber constatado que existían las condiciones en esa cárcel
para recibir privados de libertad, remite treinta (30) miembros de
la pandilla ―18‖, los Señores: J. C. H., J. C. M. S., J. C. N.,
J. C. P., J. C. R., J. F. A., J. J. C., J. C. C., J. C. P., L.
C. T., L. A. O., L. F. F. Galo, L. M. N., L. A. P., S. R. O.,
M. R.C. E., M. A. M., M. R. R., M. A. F., M. T. E., M. H. A., M.
R. A., M. R. C., E. C. R., E. E. S., E. E. V., E. R.R., E. E.
R., E. E. J. y J. E. D. S.. SÉPTIMO: Una vez en el Centro Penal
de El Porvenir los miembros de la pandilla ―18‖ trasladados, son
distribuidos por el coordinador general de los privados de
libertad de esa cárcel, el también privado de libertad J. E.C.V.,
entre las celdas dos (2) y seis (6), con los cincuenta y cuatro
(54) miembros de la pandilla ―18‖ que ya estaban en el penal,
quedando los pandilleros distribuidos de la siguiente manera: 1.
En la Celda dos (2) los Señores A. J. H. (alias Trabado); C. E.
S. H. (alias Lágrima);
C. A. H. P., (alias Cacique);
C. R. P.
(alias P.); C.
A. M. M. (alias Demoledor); C. J. P. (alias
Blazer); D. R. D. U. (alias Limer); E. C. C. (alias Danger); E.
A. H. M. (alias Timador); F. F.
V. (alias Payaso); I. H. N.
(alias Doopy); J. E. D.
S. (alias Cuervo); J. O. O. (alias
Temblor); J. R. M. (alias Lágrima); J. C. H. (alias Wizard); J.
C. N. (alias Serio); J. C.P.O. (alias Pájaro); J. C. R. (alias
Speedy); J. F. S. (alias Fantasma); J. J. C. M. (alias Karking);
J. C. P. (alias Plaga); L. C. T. A. (alias Siervo);
L. M. N.
(alias Invisible); O.
U. (alias Toanis); M. D. O. conocido como
W. R. S. (alias Diablo); M. A. M. (alias Sun); M. H. A. (alias
Baby Gasper); M. R. D. E. (alias Cuervo); M. R. P. A. (alias
Bueno); E. E. S. (alias Demonio); E. E. J. (alias Good); E. I. M.
(alias Caballo); E. R. R. A. (alias El Triste); N. A. J. M. (alias
Gruñón); O. G. H. (alias Pewee); R. E. V. E. (alias Tigre), S. D.
(alias Duende); W. S. O. (alias Rayo); J. R. C. J. (alias Barro);
el treinta uno de marzo de dos mil tres fue puesto en libertad E.
E. J. (alias Good), quedando un total de treinta y ocho personas,
y; 2. En la celda 6 los Señores A. A. A. D.(alias Espía); A. M.
C. (alias Humilde); C. J. T. (alias Sordo Fiel); A. C. A. (alias
Mackgregor); E. R.
M. B. (alias Boom); E. R. B. V. (alias
Demente); E. L. S. ( alias Sombra); G.J. B. (alias Bandido); J.
A. F. M. (alias Sayco); J. D. D. C. (alias Peligro); J. J. D. R.
(alias Muerto); J.
L. C. R. (alias Smoking); J. R. G. (alias
Witty Tremendo); J.
C. M. S. (alias Poison); J. F. A. (alias
Slape); J. C. C. ( alias Casper); K. R. Z. (alias Cruel); L. A.
O. G. (alias Killer); S. R. O. (alias Pibe); L. A. P. (alias
Slayer); L. A. H. (alias Crilin); L. F. F. (alias Sayallin); D.
M.); M. A. F. (alias Spook); M. T. E. (alias Spider); M. R. C. E.
(alias Boris); E. C. R. (alias Moreno); M. E. R. (alias Broker);
E. E. V. (alias Meyes); Mauricio F. S. S. (alias Maleante); M.
R. R. (alias Burrito); E. R. M. (alias Científico); N. A. Z. P.
(alias Duende); O. A. I. (alias Tacoma), R. A. G. (alias Tigre);
O. O. A. (alias Terco); O.
A. P. (alias Batman); O. N. A. C.
(alias Travieso); P. D. (alias Desertor); R. J. R. M. (alias
Blas); R. L. D. (alias Crimen); R. E. C. (alias Anticristo); W.
A. C. (alias Chavalo); W. O. R.
R. (alias Player y R. B. Z.
(alias Mandrake), haciendo un total de cuarenta y cinco (45)
personas. OCTAVO: Para el día cinco de abril de dos mil tres la
Política Carcelaria para el Centro Granja Penal del Municipio de
El Porvenir, es implementada de forma compartida por la Policía
7
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
Penitenciaria y la Junta Directiva de Reos, fungiendo el Policía
Penitenciario D. A. R. V., como Director y los reos comunes J.
E.C.V., J. A. A. y C. D.
M. Sosa, como coordinador general o
presidente de Internos, Sub Coordinador de internos, Jefe de
Rondines,
respectivamente.
Los
Policías
Penitenciarios
se
encargaban de la custodia del bien inmueble y se limitaban a
tramitar peticiones de los internos y resolver conflictos surgidos
entre reos cuando la Junta Directiva no podía resolverlos; Entre
tanto La Junta Directiva de Internos se encargaba de la
administración interna del Centro Penal, realizando labores como:
asignación de celdas a los reos recién ingresados o trasladados,
implementación de sanciones a los reos que no cumplieran con los
lineamientos fijados por la propia Directiva; sanciones que iban
desde la asignación forzosa de tareas de limpieza, aislamientos en
celdas hasta castigos físicos. Además la Junta Directiva de
Internos se encargaba del nombramiento de reos rondines, que eran
personas encargadas de hacer labores de vigilancia dentro del
Centro Penal, utilizando para ello un tolete, el que debían de
cargar en forma permanente y el cual utilizaban para golpear
físicamente a los reos como medida disciplinaria. Los reos
rondines custodiaban el acceso al área de los Talleres y Cuartos
Conyugales,
permitiendo
el
acceso
solo
a
las
personas
―autorizadas‖ para ingresar, para lo cual habían hecho rol de
turnos y además contaban con las llaves de las celdas dos (2) y
seis (6) donde se encontraban recluidos los reos pandilleros,
dadas por la Policía Penitenciaria, para efecto de control y
supervisión de esa población. El coordinador general o presidente
de Internos, igualmente tenía acceso a los expedientes de los
internos, recomendando al Director del Centro Penal el traslado de
reos a otros Centros Penales cuando lo consideraba necesario. Era
del conocimiento del señor
L. B. A. R., la existencia de la
figura del rondín dentro del Centro Penal Granja Penal de El
Porvenir. NOVENO: A la llegada de los reos pandilleros de la
Penitenciaria Nacional ―Marco Aurelio Soto‖, en Támara, el reo J.
E.C.V., con la venia del Director del Centro Penal D. A. R. V.,
decide nombrar mas internos como reos rondines, aumentando su
número a noventa y nueve (99), siendo entre otros: A. A. S. (alias
Comayagua); A. E. G.; B. D. C. D.; C. S.; D.
A. L.
L. (alias
Olanchito); J. A. C. (alias Cobra); J. L. F.; L. A. C. V. (alias
Chica Sexy); O. A. O. F. (alias Matador); P. E. R. F. (alias
Chinapopo); S. E. A. P. (alias Chaparro); S. O.
A.; T. R. G.
(alias Cabuya); W. A. C. C. (alias Indio Apache); J. E. B. y como
llaveros de portón C. R. A. S. (alias Misquito) y R. B. P.. Se
designa además al reo H. W. J.,(alias El Basucazo), como rondín de
apoyo. DÉCIMO: En fecha ocho de Febrero del año dos mil tres, el
reo pandillero O. G. H., (alias El Pewee) y el reo pandillero R.
E. V. E., (alias El Tigre), son trasladados del Centro Penal de
T., Departamento de Colón, al Centro Penal, (Granja Penal) de El
Porvenir, en el Municipio de El Porvenir, éste último por razones
de salud. DÉCIMO PRIMERO: Los reos rondines de forma continua
practicaban registros e inspecciones a las celdas dos y seis,
muchas veces más de una vez al día; es así que el día Jueves tres
de abril de dos mil tres, a solicitud del Presidente de Internos,
el Policía Penitenciario Clase III O. F. S., con reos rondines
realizan un primer registro en la celda dos (2) y seis (6) donde
estaban recluidos los miembros de la pandilla ―18‖ en presencia de
éstos, no encontrándoles ningún tipo de objeto de tenencia
prohibida; Minutos después proceden a sacar a los privados de
libertad miembros de la pandilla ―18‖ de las celdas relacionadas
y, realizan otro registro, con la colaboración de policías
8
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
preventivos Cobras y de reos rondines, procediendo los reos
rondines a sacar y destruir varios colchones, sábanas así como a
destruir electro domésticos propiedad de los privados de Libertad
de la celda dos (2) y seis (6), buscando objetos ilegales,
encontrando y decomisándoles varias cuchillos y machetes.- Como a
eso de las cuatro de la tarde (04:00 p.m.) de ese día son
ingresados de nuevo a las celdas, informándoles el Policía
Penitenciario O. F. S., y los reos rondines que quedaban
castigados, encerrándolos en las celdas sin poder salir a partir
de ese día por un tiempo definido, el que incluía el día sábado
cinco de abril de ese año hasta horas de la tarde. DÉCIMO SEGUNDO:
Por la noche del día viernes cuatro de abril de dos mil tres, O.
F. S., en presencia de J. E.C., les informan a los privados de
libertad miembros de la pandilla ―18‖ que a partir de la mañana
del día sábado cinco de abril de dos mil tres, sería suspendido el
castigo. DÉCIMO TERCERO: (Día Cinco De Abril Del 2003): El día
sábado cinco de abril del año dos mil tres, en El Centro Penal de
El Provenir se encontraban de turno los policías penitenciarios,
NE. O. M. como comandante de guardia; V. M. T. en la Posta numero
uno, ubicada en el portón de ingreso al perímetro de dicho centro;
M.
I. M. en la Posta número dos, ubicada por las celdas de las
Mujeres; Leonidas H. Ruiz en la Posta numero tres; J. Víctor B.
en la posta numero cuatro y, R. A. H. en la posta numero cinco.
DÉCIMO CUARTO: A las seis de la mañana, los Señores J. E.C.V.
(alias Coca), Presidente de Internos, J. A. A. (alias El
Licenciado), Sub Jefe de Internos y el reo S. G. B., junto con el
Policía O. F. S., procedieron a abrir las bartolinas de las celdas
dos y seis, donde pasaron lista a los reos pandilleros,
permitiéndoles salir de sus celdas y dando por terminado el
castigo impuesto el día jueves anterior, limitándose a indicar
éste último que ―aquí no ha pasado nada‖. Momentos después sale
libre por orden judicial el pandillero
L. F. F. G. (alias
Sayellin), y al despedirse de los otros pandilleros le piden que
ponga en conocimiento de los Derechos Humanos las molestias de que
eran
objeto
por
parte
de
los
rondines
y
los
policías
penitenciarios. DÉCIMO QUINTO: Siendo las siete de la mañana con
treinta minutos, los Policías Penitenciarios J. E. L. G. y W. H.
G., salieron del Centro Penal acompañando a seis reos, quienes
iban hacer trabajos de limpieza en las proximidades de la posta
número uno, en donde ese día se encontraba asignado el policía
penitenciario V. M. T. M. DÉCIMO SEXTO: A partir de las ocho y
treinta (08:30) a nueve (09:00) de la mañana, ingresan al recinto
del centro penal varias visitas, entre las cuales estaba la señora
J. E. H. y la menor B. P. M. A., quienes se dirigieron a la celda
seis (6). DÉCIMO SÉPTIMO: Siendo las 09:00 a.m., los Señores J.
E.C.V., J. A. A., E. V., D. H., A. A. S. (alias Comayagua), J. A.,
D.
A. L. (alias Olanchito), J. E. B., entre otros reos
coordinadores de Celda y Reos Rondines, se reunieron en la celda
quince (15) con el fin de hacer una solicitud formal a las
autoridades del Centro Penitenciario a fin de que la Señora
conocida como O., ya no se hiciera cargo de una de las pulperías
que funcionaba dentro del Centro Penal. Mientras esto ocurría el
reo pandillero M. R. S. E., conocido también como M. R. C. E.,
(alias El Boris), portando un arma de fuego, tipo pistola, en
compañía de C.
A. M. M., conocido también como C.
A. M. M.,
(alias El Demoledor), S. R. O. P. (alias El Pibe), A. A. A. B.
(alias El Espía), A. J. H. (alias El Trabado), E. C. C., (alias El
Danger), J.
C. M. S., (alias El Poison), E. C.
R., (alias El
Moreno), y un máximo de dos reos pandilleros más, se desplazan
desde el pasillo de las celdas uno (1) a la ocho (8) hasta la
9
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
celda quince (15), donde encuentran en las afueras al Señor J. A.
A., quien recibe tres (3) disparos en manos del reo pandillero M.
R. S., seguidamente los reos pandilleros C. A. M. y S. R. O. P.,
procedieron a herirlo en diferentes partes del cuerpo con armas
blancas y objetos contundentes, mientras que los demás reos
pandilleros, frente a la celda catorce (14), procedieron a agredir
al reo rondín J. E. B., con armas blancas y objetos romos, en
diferentes partes del cuerpo hasta darle muerte, mientras tanto el
Señor M. R. C. E., después de cargar el arma de fuego, sigue
disparando a los reos rondines, logrando herir al reo rondín D.
A. L.
L., en la pierna izquierda, a J. E.C., en el hombro y al
Señor D. H.; Los reos coordinadores y rondines, como reacción, se
internaron en la celda quince (15), escudándose en un cancel,
donde los reos pandilleros no pudieron alcanzarlos, por ello los
reos pandilleros A. A. A. B. (alias El Espía), A. J. H. (alias El
Trabado) y otro reo pandillero, procedieron a prender fuego a la
celda catorce (14), con la intención de darles muerte de esa
forma. DÉCIMO OCTAVO: Al sonido de los disparos desde el interior
del recinto, en la Comandancia de Guardia, se ordenó, a las
personas que estaban haciendo fila para ingresar como visitas, que
se fueran, por su seguridad; Entre tanto, habiendo escuchado los
disparos, los policías penitenciarios J. E. L. G. y W. H. G., se
desplazan desde la posta uno hacia la Comandancia de Guardia,
donde dejan los seis (6) reos comunes que andaban custodiando,
ordenándoles el Comandante de Guardia NE.O.M. que resguardaran el
perímetro exterior, específicamente al Policía J. E. L. G., se le
ordena ubicarse entre las postas dos (2) y tres (3) y al Policía
W. H. G., en la posta cinco (5), en donde ese día prestaba
servicio el policía penitenciario R. A. H. V.. DÉCIMO NOVENO: Al
mismo tiempo de los primeros disparos, muchos de los reos
pandilleros, conformados en grupos, proceden a buscar por el
centro penal, a los reos rondines para matarlos, mientras que
éstos corrían de un lugar a otro buscando refugio; Uno de estos
grupos era liderado por el reo pandillero J.
C.P.O. (alias El
Pájaro), quien se hacía acompañar de más pandilleros, entre estos
Isaías H. N., (alias DOOPY).- En la búsqueda emprendida por los
diferentes grupos de reos pandilleros logran localizar y dar
muerte a los reos rondines A. E. G. y J. L. F., y herir al reo
rondín C. S.. Igualmente localizan y matan al reo común S. J. M.,
a quien identificaban como persona afín a los reos rondines. Entre
tanto el resto de la población penitenciaria procede a buscar
refugio, algunos en el interior de sus respectivas celdas, otros
internándose en el taller y otros en los bajos de los torreones
dos y tres.- En ese momento tres (3) reos pandilleros llegan a la
celda 10, en donde está el Señor S. G. B., (alias B.) quien al
enterarse que le buscaban se refugió en el baño. VIGÉSIMO: A 600
Metros de la Granja Penal, se encontraban en el polígono de tiro
del Destacamento Militar de Corinto, el Sub Teniente de Infantería
R. A. S.I. al mando de dos (2) cabos de infantería y dos (2)
soldados de infantería, todos de la Fuerza de Tarea Conjunta
Esparta, realizando ejercicios de adiestramiento de tiro, quienes
al escuchar los disparos y por solicitud de un policía
penitenciario
que
llegó
hasta
donde
ellos,
se
dirigieron
inmediatamente al centro penal, donde se reportaron en el Cuerpo
de Guardia, encontrando a varios elementos de la policía
penitenciaria, los que no habían realizado acción alguna. VIGÉSIMO
PRIMERO: Diez (10) minutos después de que los reos pandilleros han
dado muerte al Señor J. A. A., y una vez que se avisa por teléfono
lo que está ocurriendo a la Policía Nacional Preventiva, el Sub
Teniente R. A. S.I., ingresa a los recintos del Centro Penal, le
10
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
acompañan el personal militar bajo su mando, todos con sus armas
de reglamento y luciendo uniforme verde fatiga, y los policías
penitenciarios Clase II D. A. B., quien portaba un arma de fuego,
tipo pistola y luciendo uniforme gris y negro de fatiga, el
policía penitenciario P. P. C., armado con un fusil Pietro Bereta,
calibre 5.56/.223, serie A03483g, J. D. P. P., S. L. y O. J. O.
P., también portando armas de fuego, disparando todos a los reos
pandilleros que encontraban a su paso, identificándolos por su
vestimenta y por su corte de pelo, quitándole la vida a varios de
ellos. VIGÉSIMO SEGUNDO: A la entrada al recinto de los policías
penitenciarios y miembros del ejército, los reos pandilleros se
dispersan, dirigiéndose la mayoría de ellos a sus respectivas
celdas y los Señores C. J. P. G., (alias Bleizer), M. H. A.,
(alias Baby Casper), W. O. R.
R., (alias El Player), J. E. D.
S., (alias El Cuervo) y una persona que había ingresado de visita,
se refugian en la panadería del reo común identificado como El
Colombiano, contiguo a las pilas, atrás de la celda seis (6) y
siete (7).- Los Policías Penitenciarios D. A. B. y P. P. C. y
miembros del ejército transitan por el interior del recinto,
posesionándose después frente a la iglesia en donde disparaban a
los reos pandilleros que aun se encontraban por la cancha.
VIGÉSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua),
J. A. C., (alias Cobra), L. A. C. V., (alias Chica Sexy), O. A.
O., (alias Matador), P. E. R. F., (alias Chinapopo), S. E. A. P.,
(alias El Chaparro), T. R. G., (alias Cabuya), con ayuda de los
reos S. Geovani B., (alias B.) y H. W. J., (alias El Basucazo),
salen de las diferentes celdas y lugares en donde habían tenido
refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos
pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedras y
con armas blancas, a los reos pandilleros que encontraban, algunos
de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando
esto los Policías Penitenciarios y miembros del Ejército que se
encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no
realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que esta
aconteciendo. VIGÉSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza,
el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la
celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del
ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a
la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S.,
(alias Comayagua) y J. A. P., (alias J. S.); Seguidamente el reo
rondín P. E. R. F., consigue un líquido acelerante, regresando a
la celda seis (6) por la parte de atrás, siguiendo el pasillo de
la Comandancia de Guardia, y junto con los reos rondines L. A. C.
V., (alias Chica Sexy), S. E. A. P., (alias el Chaparro) y el reo
S. G. B., prenden fuego, con el acelerante, varias colchonetas las
que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas
traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha
celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas
que se encontraban adentro trataban de sofocarlo, agarrando agua
del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin
lograr
controlar
el
fuego;
De
todo
ello
lograron
tener
conocimiento los Policías Penitenciarios D. A., P. P. C. y el
miembro del Ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna
para evitarlo. En ese momento el Policía Penitenciario W. H. G.,
escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la
celda seis (6), e instantes después observó el humo provocado por
el fuego de la celda (6), sin que tampoco realizara acción alguna.
VIGÉSIMO QUINTO: Lo que ocurre hasta este el momento en el Centro
Penal es visto por el Policía M. I. M., desde el torreón dos (2),
sin realizar acción alguna en defensa de los reos pandilleros y
11
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
personas que se encuentran dentro de la celda seis (6). VIGÉSIMO
SEXTO: Alrededor de las 09:15 a.m., una patrulla de turismo, que
se encontraba por las piñeras, recibe aviso de la central de
Comunicaciones de la Policía Nacional Preventiva de que había una
fuga en el Centro Penal (Granja Penal) El Porvenir, por lo que
procedieron a personarse al lugar, llegando aproximadamente quince
(15) minutos después, observando humo y escuchando disparos que
venían del interior del Centro Penal, dirigiéndose al Cuerpo de
Guardia, en donde encontraron a elementos de la Policía
Penitenciaria, entre estos al Sargento O. F. S., quien les informa
que los internos han prendido fuego, que hay reos armados y que no
tenían ya munición. Ante esto los Policías de Turismo avisan a la
Central de Comunicaciones, confirmando la información. Un Policía
de Turismo mira hacia el interior del recinto y observa a seis (6)
personas muertas en el aérea del Cuerpo de la Guardia y a otra
persona más por el área del billar, reconociendo unos metros
adelante a los policías Penitenciarios P. P. C., O. J. P. y D. D.
P. D., disparando hacia donde se encontraban reos pandilleros.
VIGÉSIMO SÉPTIMO: Minutos después de las 09:30 a.m., llegan a la
Granja Penal dos (2) patrullas de la Policía Nacional Preventiva,
en un numero mínimo de dieciocho (18) elementos, quienes
procedieron a ingresar al recinto junto con elementos de la
Policía de Turismo, tomando el control de la situación, y cuatro
(4) minutos después se personan al lugar otra patrulla de la
policía nacional preventiva con un mínimo de siete (7) elementos
Cobras, portando sus armas de reglamento, entre estos los policías
M. A. C., J. R. O. y O. E. H. P., todos al mando del Inspector E.
A. V., quienes ingresan al recinto disparando sus armas,
concentrándose en el lado de los billares, por la celda nueve (9)
y en la entrada del Cuerpo de guardia. En ese momento el fuego de
la Celda seis (6) es ya incontrolable, comenzando a comprometer
las celdas siete (7) y cinco (5), por lo que el combinado de los
elementos armados del Estado dispone evacuar a los reos comunes de
las celdas ocho (8), siete (7), cinco (5), cuatro (4), tres (3) y
uno (1), llevándolos al área de los talleres, sin prestar auxilio
a los reos pandilleros y visitas que se encuentran aún con vida en
la celda seis (6). Minutos más tarde se produce un estallido desde
el interior de la celda seis (6). VIGÉSIMO OCTAVO: En la celda dos
(2) se encuentran en ese momento un máximo de veintitrés (23) reos
pandilleros, entre estos: C. R. P. O., (alias P.), J. J. C. M.,
(alias El Karking), K. R. Z., (alias El Cruel), M. R. C., (alias
El Boris), J.
C.P.O., (alias El Pájaro), O. G. H. V., (alias
Pewee), M. R. R. V., (alias El Burrito), J. C. P. R., (alias
El Plaga), M. T. E., (alias El Spider), E. H. V., (alias Meyes),
R. E. V. E., (alias El Tigre), O. A. I, (alias Tacoma), M. R.P.,
(alias El Bueno) y E.C. C., (alias El Danger), quien ya se
encontraba herido por arma de fuego y que más tarde muriese como
consecuencia de ello y de la acción del fuego dentro de la celda
dos (2). VIGÉSIMO NOVENO: El Inspector E A. T. V., junto con los
demás elementos cobras y policías preventivos, se concentran
alrededor de la celda dos (2) en cuyo interior se encuentra el reo
pandillero M. R. C., (alias El Boris), quien minutos antes andaba
con un arma de fuego, por lo que les ordenan a todos que salgan y
ante la negativa de los reos pandilleros comienzan a disparar
hacia el interior de la celda, hiriendo a J.
C.P.O., (alias El
Pájaro), en el brazo, cayendo al suelo desde una de las tarimas.Los reos pandilleros tiran las armas hacia fuera de la bartolina,
gritando ―nos rendimos‖, pero no salen de la celda a causa de los
disparos; Es hasta que el fuego empieza a afectar la celda dos (2)
que los reos pandilleros deciden salir de la celda, siendo el
12
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
primero M. R. P., (Alias El Bueno), con las manos arriba, pero
antes de traspasar el umbral de la puerta de la celda, recibe un
disparo en el brazo derecho, retrocediendo en forma inmediata; El
fuego era cada vez más intenso en la celda, ante lo cual deciden
salir los reos pandilleros, algunos lo hacen corriendo en grupo,
otros hincados dirigiéndose a la policía y otros agachados al
piso. La Policía deja de disparar y a los primeros los coloca boca
abajo al pie de la virgen, la que se ubica al costado derecho de
la celda uno (1), próxima a la salida, por el Cuerpo de Guardia.
TRIGÉSIMO: Quince (15) minutos después de que los primeros reos
pandilleros han salido de la celda dos, el reo S. G. B. se dirige
hacia los reos pandilleros, los que se encuentran en indefensión y
muestra a la policía los reos pandilleros que andaban armados y
los reos pandilleros que eran cabecillas, a los que la policía les
disparan y seguidamente disparan a todos los demás reos
pandilleros que se encontraban en el lugar, muchos de ellos
acostados en el suelo; Los reos rondines, al ver que algunos de
los reos pandilleros estaban vivos aun, procedieron a agredirlos
con palos, piedras y armas blancas. Igualmente lo hacían con los
reos pandilleros que salieron después de la celda dos (2) y que se
hacían los muertos, todo ello a vista y consentimiento de la
Policía Penitenciaria, Policía Nacional Preventiva, elementos
Cobras y miembros del ejército que se encontraban en el lugar. De
esta manera el reo rondín A. A. S., (alias Comayagua), agrede con
cuchillos y palos al reo pandillero A. J. H., (alias El trabado);
el reo rondín P. E. R. F., (alias Chinapopo) agrede con machete al
reo pandillero L. A. O. G., (alias El Killer); el reo H. W. J.,
(alias El Basucazo), agrede con un leño y arma blanca al reo
pandillero O. G. H.
V., (alias El Pewee); Igualmente los reos
rondines S. G. B., T. R. G., (alias Cabuya) y J. R. C., (alias
Cobra), agredieron a otros reos pandilleros usando palos y armas
blancas. TRIGÉSIMO PRIMERO: El reo pandillero R.
E. V. E., sale
de la bartolina dos (2), cargando al reo pandillero M. T. S.,
(alias El Spider), quien había entrado a la celda con una herida
de arma de fuego, pidiéndole ayuda a un militar del Cuarto
Batallón de Infantería, miembro de la Fuerza de Tarea Conjunta
Esparta, quien le responde con un insulto, disparándole a R.
E.
V. E., en la pierna derecha, cayendo al suelo ambos pandilleros.
En el suelo R. E. V. E., decide fingir estar muerto, pidiéndole
al reo pandillero A. M. E., (alias el Humilde), quien también
hacia lo mismo, que se le pusiera encima, de modo de taparle el
tatuaje del brazo para que no lo identificaran como pandillero y
así no sufrir mas agresiones, pero el reo rondín O. A. O., (alias
Matador), se percató de que R. E. V. E., estaba aun con vida, por
lo que le agrede con arma blanca. TRIGÉSIMO SEGUNDO: El reo
Pandillero J. R. M. F., (alias El Lágrima), sale de la celda dos
(2) y se coloca por el sector de la virgen, donde mira a su
hermano que es miembro de la Fuerza Aérea de Honduras, quien había
llegado al lugar en el grupo de refuerzo de la Fuerza de Tarea
Conjunta Esparta; Éste se coloca junto a J. R. M., e impide que la
policía y los reos rondines le hagan daño. Al ver esto, el Policía
D. A. A., ordena al elemento de la Fuerza Aérea que se retire,
pero éste no hace caso, persistiendo en cuidar a su hermano.
TRIGÉSIMO TERCERO: Rebasadas que eran las 10:00 a.m., el cuerpo de
bomberos recibe una llamada telefónica desde la Ciudad de Roatán,
Islas de la Bahía, informándoles que había un incendio en El
Centro Penal de El Porvenir, a las que le siguieron otras llamadas
telefónicas más, por lo que se dispuso enviar las unidades
disponibles, llegando en un máximo de veinte (20) minutos después
al Centro Penal la unidad HRB514, seguida de la unidad HRB501
13
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
quienes al percatarse del incendio, escuchando disparos en el
interior, y por orden de una persona que estaba resguardeciendo el
lugar, decidieron combatir el fuego desde el exterior, L.ndo agua
hacia donde se observaba emanaba la mayor cantidad de humo.
Seguidamente se hicieron presentes al lugar más unidades de
Bomberos, las que se unieron al combate del fuego por el exterior
del edificio del Centro Penal. TRIGÉSIMO CUARTO: A todo esto,
siendo las 09:30 a.m. el Sub Comisionado de Policía C. E. H.,
Jefe de Departamental numero uno (1) de la Policía Nacional
Preventiva, después de despedir oficialmente a la Comisionada de
Policía A. R., sale del Hotel Cannadian, que queda a las
inmediaciones de la Comunidad de Sambo Creek, Municipio de La
Ceiba, en compañía del Policía Cobra J.
L. S. R., conocido
también como J.
L. R. N., quien era su guardaespaldas y en
compañía del Señor J. M. V., quien era su chofer, con dirección a
la Ciudad de La Ceiba y pasando por la Posta de Policía de Satuyé
es informado por la Central de Comunicaciones de la Policía
Nacional Preventiva que existe un problema en el Centro Penal de
El Porvenir, por lo que de inmediato se desplazó a la Jefatura
Número Uno de la Policía Nacional Preventiva, en donde se hizo
acompañar de dos elementos cobras, para luego dirigirse hacia
dicho Centro Penal, llegando alrededor de las 10:30 a.m.
procediendo a ingresar al recinto de forma inmediata. El Sub
Comisionado
C.
E.
H.
A. y el Policía Cobra J.
L. S. R.,
observan lo que esta aconteciendo y como elementos de la Policía
Nacional, Policías Penitenciarios, elementos del Ejército y reos
rondines atacan a reos pandilleros que se encuentran en
indefensión, sin que esto les motive a realizar acción alguna para
detener las agresiones o para auxiliar a los reos pandilleros. El
Sub Comisionado C. E. H. A. adopta una actitud de vigilante,
entrando y saliendo repetidas veces del recinto hacia el exterior
a fin de verificar las personas y autoridades que están llegando
al centro Penal, mientras tanto el Cuerpo de Bomberos estaba en
espera de que C.an los disparos para ingresar a combatir el fuego
desde dentro del edificio. TRIGÉSIMO QUINTO: Un mínimo de veinte
(20) minutos habían transcurrido desde la llegada del Comisionado
C. E. H. y el Policía Cobra J. L. S. R., cuando faltando para
las once (11) de la mañana, llegan al lugar representantes de los
medios de comunicación: D. M. M., empiezan a transmitir por radio
lo que se observaba, mientras que algunos reporteros gráficos
tomaban fotografías del interior del recinto, subidos en las
escaleras de incendios de los carros de los bomberos. Para ese
momento el Inspector de Policía S. J. S. M., se había ya personado
al lugar, observando las agresiones de los reos rondines, Policía
Nacional Preventiva, Policías Cobras, Policías Penitenciarios y
miembros del ejército, sin realizar acción alguna en auxilio de
los reos pandilleros; El Policía S. J. S. M., procedió a privar de
la vida a los reos pandilleros M. R.P., (alias El Bueno), M. o M.
R.
R.
V. 8alias el Burrito) y a otro reo pandillero de nombre
desconocido, con su arma de reglamento, tipo pistola, marca Pietro
Bereta modelo 92FS, calibre 9 mm, serie N2599OZ, con caños de seis
estriíllas y con giro a la derecha. El Sub Comisionado
C.
E.
H., al darse cuenta de la presencia de los medios de comunicación
y temiendo que éstos dieran cuenta de lo que ocurría, entra al
recinto ordenando el alto el fuego e inmediatamente los elementos
cobras, policías preventivos, policías penitenciarios, y miembros
del ejército, dejan de disparar con sus armas, asimismo manda a
sacar a las personas heridas al campo de football que queda
ubicado en el exterior del recinto. TRIGÉSIMO SEXTO: Minutos
después de que se ordenó el alto al fuego, se permite a los
14
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
miembros del Cuerpo de Bomberos ingresen al recinto, los que
despliegan sus mangueras al primer (ler.) y tercer (3er.) módulo
para apagar el fuego. TRIGÉSIMO SÉPTIMO: En ese momento el Policía
Penitenciario W. H. G., se persona al campo de football, para
realizar labores de resguardo y seguridad, esto después de haber
tenido conocimiento sobre el incendio, haber escuchado los
disparos y los gritos de las personas desde el interior del
recinto, sin haber realizado acción alguna en auxilio. TRIGÉSIMO
OCTAVO: En el campo de Football, miembros del Cuerpo de Bomberos,
Policía Nacional Preventiva y elementos cobras, entre otros,
forman una valla frente al Cuerpo de Guardia, para evacuar los
heridos, los que son colocados acostados y posteriormente llevados
en forma progresiva al Hospital Atlántida integrado en ambulancias
y patrullas de la Policía Nacional Preventiva, siendo una de las
primeras la RPM-21, conducida por el Policía P. J. G., quien se
traslada hasta el centro asistencial, donde es entrevistado por el
periodista J. F. R. H.. TRIGÉSIMO NOVENO: Entre los heridos
trasladados al Hospital Atlántida Integrado ese día se encontraban
el reo rondín C. S., quien por las heridas sufridas a manos de los
reos pandilleros muere a causa de Laceración Cardiaca, sufriendo
heridas penetrantes en el tórax, con Hemotórax anterior derecho,
en región subaracnoidea, en espalda Región vertebral y en
paravertebral
izquierdo.
Además
fue
trasladado
al
Centro
Asistencia el reo pandillero J. R. G., (alias El Tremendo), quien
pierde la vida por las acciones realizadas ese día por reos
rondines y elementos armados del Estado, lo que le ocasionaron
Hemoperitoneo, sufriendo equimosis en el cuello, herida de bala en
cuello, dos heridas de bala en el flanco izquierdo; además herida
contusa por rozadura por proyectil superficial en el flanco
izquierdo, herida de arma de fuego en antebrazo derecho, en
antebrazo izquierdo, en muslo y rodilla derecha. CUADRAGÉSIMO:
Después de las 11:06 a.m. se encuentra en las afueras del Centro
Penal el Señor V. H. P. S. con el Camarógrafo A. A., quienes, como
periodistas, inician su labor informativa; Después de hacer unas
T. con la cámara y de entrevistar a algunos de los heridos que se
encontraban en el campo de football, el camarógrafo A. A.,
aprovecha un descuido de los policías Preventivos y penitenciarios
e ingresa al recinto de dicho Centro Penal, filmando cuando el
señor D. M. M. esta entrevistando al reo rondín L. A. C. V.,
(alias Chica Sexy), aún agitado, portando al lado izquierdo de
cintura un tolete de madera; además filma a tres (3) personas
muertas en la guardia, cuatro (4) personas muertas en la salida de
la guardia, quince (15) personas muertas al pie de la virgen, una
(1) persona muerte contiguo al billar, cuatro (4) personas muertas
frente a la celda uno, una (1) persona muerta en el billar
cubierta con una sábana, una (1) persona muerta en la celda
diecisiete, cuatro (4) personas muertas en el acceso de la celda
18, una (1) persona muerta frente a las celdas 14 y 15, una (1)
persona muerta frente a las celdas veintidós (22) y veintitrés
(23), y tres (3) personas muertas cubiertas con sábanas en la
cancha. CUADRAGÉSIMO PRIMERO: La Policía sacando a los heridos del
recinto del Centro Penal, es enterada de que habían cuatro (4)
reos pandilleros escondidos en la bartolina del reo común llamado
el Colombiano, dirigiéndose el policía D. A. A., y otros elementos
del Estado, encontrando a los reos C.J. P. G., (Alias Bleizer), M.
H. A., (alias Baby Casper), W. O. R. R., (alias El Player), J. E.
D. S., (alias El Cuervo).- El Policía D. A. A., les apunta con su
arma de fuego, la que introduce en la boca del reo pandillero J.
E. D., indicándoles que los llevarían a la cancha para matarlos,
pero después de un momento corrige, diciendo que no los mataba por
15
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
estar adentro del recinto un muchacho con una cámara, traslA.dolos
al Cuerpo la de Guardia, donde golpea con el arma de fuego que
portaba al reo pandillero M. H. A. en la cabeza. Posteriormente la
Policía
Nacional
Preventiva
ordena
a
toda
la
población
penitenciaria abandonar el recinto y un Policía Penitenciario le
solicita al camarógrafo A. A., que salga del edificio, porque se
iba a realizar un registro. CUADRAGÉSIMO SEGUNDO: Mueren como
resultado de las acciones realizadas por los reos pandilleros
entre las 09:00 a.m. y las 09:10 a.m., los reos: 1. J. A.
Almedarez, (Sub Jefe de Internos) por Sección Medular: habiendo
sufrido tres heridas por proyectil de arma de fuego en la mejilla
derecha de la cara, en el hombro derecho y en el abdomen región
hipogástrico lado derecho, además tres heridas contuso cortantes
dispuestas en la cabeza región parietal derecha, en la cabeza
región parietal derecha vertical y en la cabeza región parietal
derecha oblicua. Su cuerpo se aprecia en el video tomado por el
Señor A. N., en el billar tapado con una sabana. 2. J. E. B., (reo
rondín) por Laceración Cerebral: habiendo sufrido trauma cráneo
encefálico y facial por herida contusa en región frontal, fractura
de cráneo con hundimiento y laceración cerebral, además trauma
toracoabdominal por Tres (3) heridas punzo cortantes en tórax y
Cuatro (4) heridas punzo cortantes en abdomen.- Una vez sin vida
sufre quemaduras en el 90% de la superficie corporal, como
consecuencia del incendio de la celda quince (15), que se propago
a las celdas contiguas. 3. A. E. G., (reo rondín) por Sección
Medular, sufriendo Traumatismo Cráneo Encefálico y cuello por
treinta (30) heridas punzo cortantes, además equimosis orbicular
izquierda, herida contusa parietal y traumatismo toráxico por
diecinueve (19) heridas punzo cortantes.- Su cuerpo se aprecia en
el video tomado por el Señor A. N., en la cancha tapado con una
sabana. 4. J.
L. F. A., (reo rondín) por Hemorragia Cerebral,
sufriendo dos (2) heridas producidas por proyectil disparado por
arma de fuego en región posterior del tórax lado izquierdo.- Su
cuerpo se aprecia en el video tomado por el Señor A. N., en la
cancha tapado con una sabana. 5. S. J. M., (reo común) por
evisceración cerebral, sufriendo traumatismo cráneo-encefálico por
cuatro (4) heridas contusas en: Región fronto-temporo-parietal
derecha, en región Parietal superior derecha, en región parietal
derecha; Además sufre dos (2) heridas cortantes en cara y
traumatismo toráxico por dos (2) heridas punzo cortantes en región
pectoral derecha y en región supra escapular izquierda; Igualmente
una herida contuso cortante en 1/3 distal de antebrazo y mano
derecha, de altura de hombros con sección de piel, músculo y
fracturas del hueso del antebrazo.- Su cuerpo se aprecia en el
video tomado por el Señor A. N., en la cancha tapado con una
sabana. CUADRAGÉSIMO TERCERO: Pierden la vida por carbonización en
el interior de la celda seis (6), los reos pandilleros:
C. J.
Trochez, conocido también como C. J. T. R., (alias Sordo Fiel),
con destrucción del 100% de la superficie corporal por efecto del
fuego; M. D. O., conocido también como W. F. S., (alias El
Diablo), con destrucción del 54% de la superficie corporal por
efecto del fuego; E. R.B. V., (alias El Demente), con destrucción
del 82% de la superficie corporal por efecto del fuego;
E.
L.
S., (alias Sombra), con destrucción del 80% de la superficie
corporal por efecto del fuego, además sufriendo dos heridas por
proyectil de arma de fuego En lado derecho de la cabeza y en lado
izquierdo del tórax; G. J. B., (alias Bandido), con destrucción
del 94% de la superficie corporal por efecto del fuego; J. C. C.
G., (alias Casper), con destrucción del 92% de la superficie
corporal por efecto del fuego; L. A. S., (alias Slayer), con
16
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
destrucción del 64% de la superficie corporal por efecto del
fuego; M. A. F. O., (alias Spook), con destrucción del 54% de la
superficie corporal por efecto del fuego; N. R. M., (alias El
Científico), con destrucción del 95% de la superficie corporal por
efecto del fuego; O. R.A. G., (alias El Tigre), con destrucción
del 85% de la superficie corporal por efecto del fuego; O. A. P.
Andino conocido también como O.
A. P. P., (alias Batman), con
destrucción del 90% de la superficie corporal por efecto del
fuego; R. L. D. H., (alias crimen), con destrucción del 100% de la
superficie corporal por efecto del fuego; R.
E. Cano, (alias
Anticristo), con destrucción del 90% de la superficie corporal por
efecto del fuego; D. R. D. U., conocido también como J. Fabricio
D. U., (alias El Limer), con destrucción del 95% de la superficie
corporal por efecto del fuego; seis (06) reos pandilleros más, con
destrucción del 100%, 82%, 100%, 72%, 100% y 95%, de la superficie
corporal por efecto del fuego y otro reo pandillero más, entre los
cuales se encuentran los cuerpos de los reos pandilleros: J.
C.
M. S., (alias Poison), M. K. D. M., conocido también como K. G.
M., W. A. C., (alias Chavalo) y E. C.
R., (alias El Moreno).Muriendo además por carbonización en el interior de la celda seis
(6) la Señora J. E. H. con destrucción del 92% de la superficie
corporal por efecto del fuego, y la menor B. P. M., con
destrucción del 100% de la superficie corporal por efecto del
fuego, quienes eran visitas ese día. CUADRAGÉSIMO CUARTO: En el
interior de la celda seis (6) se encontraba un cuerpo humano sin
vida, con destrucción del 100% de la superficie corporal, sin que
se pueda determinar, sexo, edad o la forma en que murió.
CUADRAGÉSIMO QUINTO: Pierden la vida en forma violenta: 1. A. A.
A. B., reo pandillero, (alias El Espía), por Laceración Cerebral,
sufriendo Veinte heridas contuso cortantes en: la cabeza región
frontal, cabeza región parieto occipital izquierdo, cabeza región
occipital izquierdo vertical, cabeza región parietal posterior
izquierdo, cabeza región occipital derecho, cabeza región parietal
posterior, vertical, cabeza región parietal posterior derecha,
cabeza región parietal posterior izquierda horizontal, cabeza
región parietal, cabeza región parietal parte superior, cara
región frontal derecha, cara región frontal izquierda, supra
orbitario, nariz, cabeza región parietal derecho horizontal,
cabeza
región
parietal
izquierda
horizontal,
cuello
cara
posterior, antebrazo derecho cara posterior, antebrazo izquierdo
cara posterior, mano izquierda región hipotecar.- Además tres
heridas punzo cortantes dispuestas en el tórax sobre línea para
esternal derecha, espalda región escapular izquierdo y espalda
región intraescapular izquierda. 2. A. J. H., reo pandillero,
(alias El trabado), por HEMORRAGIA Subaracnoidea, sufriendo
Traumatismo Cráneo Encefálico, Equimosis en zona frontal derecha,
en zona frontal izquierda, en zona intraocular derecha; Heridas
Contusas en Zona Supra ocular derecha, en zona occipital derecha;
Hematoma epicraneano frontal; Fractura de bóveda craneana (huesos,
frontal, parietal y temporal); Hemorragia subaracnoidea universal;
Traumatismo de Tórax izquierdo por tres heridas punzo cortantes a
nivel de tórax anterior izquierdo, a nivel de hemitorax anterior
izquierdo y a nivel de hemitorax izquierdo; Traumatismo de Zona
Lumbar por herida punzo cortante a nivel de la zona lumbar
derecha. 3.
C.
E. H., reo pandillero (alias El Lágrima), por
Laceración Cerebral, sufriendo excoriación hemática sobre frente,
excoriación hemática en mejilla derecha, excoriación hemática
sobre mejilla, excoriación hemática sobre labio inferior de boca,
herida contusa sobre ceja izquierda, herida contusa sobre nariz,
hematoma en cuello, región lateral izquierda; hematoma en cuello
17
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
región lateral derecha; Herida contusa sobre cuello cabelludo
región posterior izquierda del cráneo; hematoma epicraneano sobre
la región superior del cráneo; fractura hueso del cráneo región
superior; Evisceración cerebral del 75% del cerebro; Excoriación
hemática en hemitorax derecho; herida punzo cortante localizada en
abdomen cuadrante inferior izquierdo, produjo herida de piel,
laceración de tejido subcutáneo, músculo, intestino delgado y
grueso y hematoma sobre región inguinal derecha. 4. C. A. H. P.,
reo pandillero (alias El Cacique), por Laceración Cardiaca,
sufriendo herida producida por proyectil de arma de fuego en
hombro anterior izquierdo, excoriaciones hemáticas en cara lado
derecho, excoriaciones hemáticas en región frontal derecha,
hematoma en cara lado derecho y quemadura grado II en cara, sin
reacción vital. 5. C. A. M. M., reo pandillero (alias Demoledor),
por Choque Hipovolémico, sufriendo traumatismo cráneo encefálico
por siete heridas por instrumento contuso cortante en región
frontal derecha y parietal, en la región occipital, en región
occipital izquierda, en región cervical izquierda posterior, en
región parietal izquierda, desde la región cervical posterior
derecha hasta la maseterica ( mejilla) del mismo lado, en el labio
superior derecho.- cuatro heridas contusas en región parietal
izquierda, región occipital izquierda, la región occipital
izquierda, región frontal izquierda.- equimosis peri orbital
derecho (alrededor del ojo).- traumatismo en tórax y miembros
superiores por tres heridas por proyectil disparado por arma de
fuego en la región escapular izquierda, sobre el hombro izquierdo,
en la región deltoidea del brazo izquierdo.- dos heridas por
instrumento contuso cortante en la región inferior izquierda del
cuello y en región escapular izquierda. 6. E. C. C., reo
pandillero, (alias El Danger), por hemoperitoneo por una herida
por proyectil de arma de fuego en lado derecho del abdomen. 7. E.
R. M., reo pandillero, (alias El Bum), por Sección Medular,
sufriendo traumatismo cráneo encefálico, facial y de cuello por
con cuatro heridas contuso cortantes en región cervical a
occipital derecha, región lateral derecha del cuello, región
fronto parietal, región parietal izquierdo.- tres heridas contusas
en parietal izquierdo, parietal posterior, región parietal derecha
superior.- tres heridas cortantes en región posterior de la
cabeza, región de la nuca y base de la nuca.- traumatismo toráxico
por herida contuso cortante en región derecha de la espalda,
cuatro heridas contuso cortantes en región derecha de la espalda,
región superior de la espalda lado izquierdo, región superior
izquierda de la espalda, región dorsal izquierda superior de la
espalda.- traumatismo de los miembros con una herida contuso
cortante en antebrazo izquierdo que produce amputación de
antebrazo izquierdo. 8. E. A. M., reo pandillero, (alias Timador),
por Hemotórax, sufriendo herida por instrumento punzo cortante en
la región infraorbitaria izquierda (debajo del ojo), quemadura de
primer grado en la región auricular izquierda, herida por
instrumento punzo cortante en la región media superior del tórax,
herida contusa en región media del brazo derecho, y quemaduras de
primer grado, afectando el 4% de la superficie total corporal,
localizadas en la región posterior del brazo izquierdo y al región
lateral derecha del abdomen. 9. F. F. V., reo pandillero, (alias
Payaso), por Hemotórax, sufriendo herida por proyectil de arma de
fuego con orificio de entrada en la parte anterior derecha del
tórax. 10. Isais H. N., reo pandillero, (alias Doopy), por
Hemorragia
Subaracnoidea
Generalizada,
sufriendo
Traumatismo
cráneo encefálico y facial con múltiples heridas contusas y
excoriaciones distribuida en el cuero cabelludo y la cara,
18
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
equimosis en parpados del ojo derecho, hemorragia entre el cráneo
y el cuero cabelludo, fractura multifragmentaria de huesos de la
región izquierda del cráneo, contusión y hemorragia del cerebro y
de las membranas que lo envuelven. 11. J. A. F., reo pandillero
(alias Psyco), por Hemoperitoneo por Cinco heridas por proyectil
de arma de fuego en el tórax, parte inferior izquierda, en la
región lateral izquierda del tórax, en el hombro izquierdo, En la
región anterior, tercio distal del muslo derecho. Además Herida
contusa en al cabeza, región frontal derecha. 12. J. L. Canales
R., reo pandillero, (alias Smoking), por Laceración Cerebral,
sufriendo once heridas contuso cortantes en: la región parieto
occipital derecha, región tempo parietal derecha, lado derecho de
la región occipital, a nivel de la línea media de inserción del
cabello, en el lado derecho del cuello, a nivel del pómulo
derecho, a nivel de la nariz, en la región frontal izquierda, en
la región anterior del brazo izquierdo, a nivel del lado cara
anterior, en la región posterior del brazo derecho, e nivel del
tercio distal del antebrazo, en el dorso de la mano derecha con
amputación de todos los dedos de dicha mano. Además sufre tres
heridas punzo cortantes por arriba de la tetilla derecha, Dos
heridas punzo cortantes por la tetilla derecha, Tres heridas
contuso cortantes en el tercio proximal anterior de pierna
derecha, dos heridas por proyectil de arma de fuego en la región
anterior de la pierna derecha y en la región del tercio medio del
brazo izquierdo. 13. J. Octavio O. C., reo pandillero, (alias El
Temblor), por Laceración Cerebral, sufriendo herida por proyectil
de arma de fuego en la cabeza región lateral derecha. 14. J. C.
N. R., reo pandillero, (alias El serio), por Laceración Cerebral,
sufriendo herida producida por proyectil de arma de fuego en
región frontal y Contusiones Simples (excoriaciones hemáticas) en
mejilla izquierda. 15. J.C.P.O., reo pandillero (alias Pájaro),
por Exanguinación, sufriendo dos heridas punzo cortantes en el
lado derecho del cuello cercano al maxilar superior, en el lado
derecho del cuello región inferior. traumatismo cráneo facial con
fractura de base de cráneo, hemorragia subaracnoidea universal,
contusión leve del tallo cerebral.- sufriendo además dos heridas
cortantes en la región frontal media, en el lado derecho del
cuello.- equimosis violácea en el antebrazo derecho, cara
anterior.- una herida por proyectil de arma de fuego en la región
posterior del tercio proximal del brazo derecho. 16. J. C. P. R.,
reo pandillero (alias El Plaga), por Contusión Cerebral Severa,
sufriendo heridas contusos en pómulo izquierdo, mentón, lóbulo de
la oreja región derecha de la cabeza y región frontal, hemorragia
del cuero cabelludo, fractura multifragmentaria de huesos de la
cara y cráneo, hemorragia de las capas que envuelven al cerebro y
hemorragia y contuso cerebral severa, herida contusa en tórax
anterior derecha, cinco heridas punzo cortantes en forma de ojal
en plano posterior derecho de la espalda. 17.
L. A. O. G. reo
pandillero (alias Killer), por Laceración Cerebral, sufriendo
Traumatismo craneoencefálico por tres heridas por instrumento
contuso cortante, en Región parietal derecha, región parieto
occipital derecha. en región occipital. Traumatismo en tórax,
miembros superiores y abdomen Dos heridas por proyectil por arma
de fuego en la región costal derecha, en cuadrante superior
derecho del abdomen.- Un herida por instrumento contuso cortante
en al región inferior del cuello.- Quemadura de tercer grado. 18.
M. R. R. V., reo pandillero, (alias El Burrito), por Contusión
Cerebral Severa, sufriendo cinco heridas por proyectil de arma de
fuego en el labio superior y región izquierda del tórax, por
arriba del pliegue de la axila.- Heridas por el paso tangencial de
19
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
un proyectil en la región pectoral izquierda.- Herida por el paso
tangencial de un proyectil en la mano derecha.- y en tercio distal
del muslo derecho. 19. M. T. E. S., reo pandillero (alias Spider),
por Exanguinación, sufriendo dos heridas por proyectil de arma de
fuego en ombligo y hombro derecho, además quemaduras grado II en
el 70% de la superficie corporal. 20. M. R.P., reo pandillero
(alias El Bueno), por Hemotórax Bilateral, sufriendo ocho heridas
producidas por proyectil de arma de fuego en Tórax anterior, Tórax
anterior derecho, Región mandibular derecho con anillo de
contusión,
Tórax
anterior
izquierdo,
Hipocondrio
izquierdo
(cuadrante superior izquierdo), Flanco derecho, Brazo derecho,
Brazo anterior derecho.- Además sufre Herida contuso cortante en
codo izquierdo y quemaduras grado II, III y IV en cabeza, manos,
antebrazo,
muslos anteriores, que representan el 40% de la masa
corporal, sin reacción vital. 21. M. R. S., reo pandillero, (alias
El Boris), por Laceración Cerebral, sufriendo cinco heridas por
proyectil de arma de fuego en la cabeza región parietal derecha,
cabeza región parietal izquierdo, tórax supraclavicular derecho,
tórax supraclavicular izquierdo y espalda región vertebral sobre
línea media. 22. E. E. R. A., reo pandillero, (alias El Bloker),
por Hemotórax Bilateral, sufriendo dos heridas producidas por
proyectil disparados por arma de fuego a Nivel de tórax anterior
izquierdo, a nivel de zona central de tórax anterior. Además sufre
herida punzo cortante a nivel de tórax anterior izquierdo y una
herida contusa en la región superior de la cabeza. 22. E. I. M.,
reo pandillero (alias Caballo), por Laceración Cerebral, sufriendo
Cinco heridas producidas por proyectiles disparados por arma de
fuego A nivel frontal, A nivel de zona lumbar (parte de debajo de
la espalda), A nivel de lado izquierdo de la espalda, A nivel de
lado derecho de la espalda (omoplato derecho), A nivel de muslo
derecho (zona anterior), A nivel de lado derecho de la espalda
(zona de trapecio derecho).- Además Una herida punzo cortante. 24.
E.
R.R.
reo
pandillero
(alias
El
triste),
por
Hemobroncoaspiración, sufriendo quemaduras grado IV en un 95% de
la superficie corporal con acumulo de sangre en las vías aéreas,
destrucción del cráneo y cara por calor, amputación térmica de 1/3
medio del brazo derecho, 1/3 medio del muslo derecho, 1/3 medio
inferior de pierna izquierda. 25. M. F. S.
S., reo pandillero,
(alias El Maleante), por Hemoperitoneo, sufriendo herida producida
por proyectil de arma de fuego a nivel del lado izquierdo del
abdomen. 26. N. A. M., reo pandillero, (alias Gruñón), por asfixia
por estrangulación por objeto romo, además sufrió seis heridas
contusas en la cabeza, Herida contusa en el mentón y quemadura de
2do grado en un 36% de la superficie corporal. 27. N. A. Z. P.,
reo pandillero (alias El Duende), por hemorragia subaracnoidea por
traumatismo cráneo encefálico, como consecuencia de fractura
multifragmentada del cráneo (bóveda y piso), herida contusa en
región occipital derecham, además herida de bordes contundidos y
en forma de colgajo en región del codo izquierdo. 28. O. N. A.,
reo pandillero, (alias Travieso), por Laceración Cerebral,
sufriendo Traumatismo Cráneo Encefálico por Laceración Cerebral,
hemorragia subaracnoidea, fractura de cráneo, herida desde la
región mesentérica izquierda. Traumatismo en Tórax por herida
circular, en región subclavia izquierda, herida de bordes
lineales, debajo de la herida anterior, herida de bordes lineales,
en el flanco derecho del abdomen. 29. P. D. D., reo pandillero
(alias Desertor), por Cúmulo de sangre en la envoltura del
cerebro, sufriendo Heridas contusas en el rostro. Heridas
cortantes en la cabeza. Tres heridas de arma de fuego en pecho
derecho a cuello, en Espalda hacia axila izquierda y en Hombro
20
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
derecho. 30. Persona Desconocida, reo pandillero, por Hemorragia
Cerebral, sufriendo Traumatismo cráneo encefálico por cinco
heridas contusas en la región izquierda de la cabeza, equimosis en
parpado superior del ojo derecho, fractura de base cráneo y
Hemorragia subaracnoidea.- Traumatismo en tórax y miembros
superiores por Herida de proyectil disparado por arma de fuego en
la
región
costal
izquierda.
31.
Persona
Desconocida,
reo
pandillero, por Hemorragia Subaracnoidea, sufriendo traumatismo
craneoencefálico y cuello con cuatro heridas contusas en región
frontal, en mentón, en región parieto temporal izquierdo, en
región parietal posterior lacera piel y cuero cabelludo y
hemorragia subaracnoidea; además sufre una herida contuso cortante
en región submentoniana (debajo del mentón), y cinco heridas
cortantes en frontal derecha, frontal media, frontal izquierda
secciona solo piel, herida nasal izquierda y puente nasal. También
sufre un herida punzo cortante en hemicara derecha, traumatismo
toráxico con tres heridas punzo cortantes en intraclavicular
derecha, en región torácica posterior (espalda) y en región
posterior sobre el hombro derecho. Herida cortante en tercio medio
interno de antebrazo izquierdo. 32. Persona Desconocida, reo
pandillero, por Hemorragia Subaracnoidea, sufriendo Traumatismo
Cráneo Encefálico Cara y cuello por dos heridas contusas en Región
parietal izquierda y también en Región parietal izquierda; Tres
heridas cortantes en lóbulo de oreja izquierda, región cervical
lateral izquierda y Región anterior izquierda del cuello; Dos
heridas contuso cortantes en mentón y región del mentón y lesiones
simples tipo equimosis y excoriaciones. 33. Persona Desconocida,
reo pandillero, por Hemotórax, sufriendo Ocho heridas por
proyectil de arma de fuego dispuestas en región escapular
izquierda, región paravertebral derecha, región inguinal derecha,
región de tercio proximal anterior externo del muslo derecho,
región sacra derecha, región sacra derecha, hombro derecho,
atípico en la región posterior, tercio medio del brazo izquierdo.
además sufriendo hematoma epicraneal y herida contusa en región
posterior, brazo derecho. 34. Persona Desconocida, reo pandillero,
por Laceración Cardiaca, sufriendo herida punzo cortante en región
para esternal izquierda, herida en la región posterior de la
cabeza, herida en labio inferior izquierdo, herida contuso
cortante en fronto temporal izquierdo, con hundimiento frontal,
fractura de los huesos de la base del cráneo, en mentón con
sección de piel, grasa, fractura de la mandíbula y piezas
dentales, herida punzo cortante en región posterior izquierda de
la cabeza y en la región occipital izquierda en línea de inserción
de cabello y una herida cortante en región anterior del cuello.
35. R. J. R. A., reo pandillero, (alias El Blaz), Hemorragia
Subaracnoidea, por dos heridas proyectil de arma de fuego en
región parietal derecha y en tercio proximal interno del muslo
izquierdo. Además equimosis palpebral derecha, herida contuso en
labio inferior izquierdo sin vitalidad. 36. W. S. O., reo
pandillero, (alias Rayo), por Hemotórax, sufriendo Herida punzo
cortante localizada en la región anterior izquierda del tórax, dos
heridas producidas por proyectil disparado por arma de fuego en la
región lateral del brazo izquierdo y en la cara lateral de la
pierna izquierda.- Herida contusa localizada en la región parietal
izquierda. CUADRAGÉSIMO SEXTO: Sobreviven a los hechos ocurridos
en fecha cinco (5) de abril del dos mil tres en el Centro Penal,
Granja Penal de El Porvenir, los reos pandilleros: 1. A. M. E.
R., alias El humilde, sufriendo lesión en cabeza región parietal
izquierda. 2.
C. R. P. O., alias P., sufriendo lesión en cara
región derecha de frente y en cabeza región parietal posterior
21
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
izquierda. 3. E. A. C. Á., alias Mackgregor, sufriendo lesión en
cabeza,
región
parietal
derecha
posterior,
Cabeza
región
occipital,
quemaduras
en
antebrazo
izquierdo
tercio
medio
posterior. 4. J. R. M., alias Lágrima, sufriendo lesión en cabeza,
región occipital izquierda, cabeza región parietal posterior, en
brazo izquierdo, región del codo y Hemorragia conjuntival. 5. J.
C. H. V., alias Wizard, sufriendo lesión en brazo derecho, región
del codo. 6. J. J. C. M., alias El Karking, sufriendo lesión en
brazo derecho, tercio distal posterior y en antebrazo derecho,
tercio medio posterior. 7. L. C. T. A., alias El Ciervo, sufriendo
lesión en cabeza región parietal posterior derecha y región
occipital. 8. L. O. U. R., alias El Tuanis, sufriendo lesión en
región braquial anterior y en brazo por herida de arma de fuego.
9. S. A. O. P., alias El Pibe, sufriendo lesión en la cabeza en
región parietal posterior derecha y también en región parietal
posterior derecha. 10. L. A. H. H., alias El Crillin, sufriendo
lesión en la cabeza en región parietal derecha. 11. M. H. A. M.,
alias El Baby Casper, sufriendo lesión en cabeza región parietal
posterior derecha. 12. M. R.C. E., alias Cuervo, sufriendo lesión
en antebrazo izquierdo tercio proximal, región anti branquial
anterior, en antebrazo derecho, tercio proximal, región anti
branquial anterior, en región lateral dorsal del pie izquierdo.
13. E.
E.
V. A., alias Meyes, sufriendo lesión en brazo
izquierdo, tercio medio, en región braquial anterior y fractura
conminuta de humero izquierdo. 14. O. O. A. M., alias El terco,
sufriendo lesión en cabeza región parietal anterior derecha,
cabeza región parietal posterior derecha., en tórax posterior
región infra espinosa derecha, en tórax posterior derecho región
infra espinosa, en mano izquierda, quinto dedo, con fracturas de
falange. 15. O. H. V., alias El Pewee, sufriendo lesión en cabeza
región occipital y en región inter escapular 16. R.
E.
V. E.,
alias El Tigre, sufriendo lesión por arma de fuego en pierna
derecha, con impotencia funcional. 17. S. D., alias El Duende,
sufriendo lesión en región parietal posterior izquierda, en cabeza
región occipital izquierda, en cara derecha, región supra
espinosa.- Quemadura grado II en antebrazo izquierdo, tercio medio
posterior, en antebrazo derecho tercio distal posterior y en muslo
derecho tercio medio, región femoral posterior. CUADRAGÉSIMO
SÉPTIMO: Además sobreviven los reos pandilleros: C. J. P., alias
Bleizer, J. E. D., alias Cuervo, K. R. Z., alias El Cruel y O.I.
A. I., alias Tacoma. CUADRAGÉSIMO OCTAVO: Aproximadamente a las
doce del medio día, del día cinco de abril del año dos mil tres,
aun estando el Centro Penal bajo el resguardo de la Policía
Nacional Preventiva, se persona al lugar el Técnico Especialista
del Escenario del Crimen, encontrando a reos rondines haciendo
labores de limpieza dentro del recinto y moviendo cadáveres,
además circulaban libremente en el recinto varios miembros de la
Policía Nacional Preventiva y miembros de los medios de
comunicación, los que movieron de sus lugares originales objetos y
cuerpos. Horas mas tarde llega al lugar el Señor A. C., Sub
Secretario de Estado en los Despachos de Seguridad Pública, y
aproximadamente a las cuatro (4) de la tarde el Señor R. M. J.,
Presidente del Poder Ejecutivo, acompañado del Señor O.
A.
A.
P., Secretario de Estado en los Despachos de Seguridad, además de
otras personas y elementos de seguridad, quienes ingresaron a los
recintos, haciendo un recorrido, todo al mismo tiempo que Medicina
Forense
estaba
recogiendo
los
cuerpos
y
el
personal
de
Inspecciones Oculares identificando y recolectando indicios.
Posteriormente una persona que acompañaba al Presidente del Poder
Ejecutivo indica a los Bomberos que hagan un lavado del Centro
22
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
Penal para que los reos que están en el Campo puedan retornar a
las celdas no afectadas por el fuego, limpieza que se realizo
entre las 08:00 p.m. hasta las 03:00 a.m. del día seis de abril
del mismo año. CUADRAGÉSIMO NOVENO: El Libro de la Secretaria de
Seguridad de la Dirección General de Servicios Especiales
Preventivos, referente a las Novedades Ocurridas en el Cuerpo de
Guardia del día cinco de abril del año dos mil tres, fue alterado,
borrando con corrector la hora en que se consigno fueron
escuchados los primeros disparos que correspondía las 09:00 a.m.,
consignando 09:30 a.m., consignándose además de forma incorrecta
la hora y el orden en que llegaron la diferentes autoridades y
periodistas de concurrieron a la Granja Penal el cinco de abril de
dos mil tres. QUINCUAGÉSIMO: En relación a los hechos de fecha
cinco de abril del año dos mil tres, se estableció información
inexacta e información falsa en: Libro de la Secretaria de
Seguridad de Dirección General de la policía Preventiva, referente
al Registro de Novedades del Cuerpo de Guardia y en el Libro de la
Secretaria
de
Seguridad
de
Dirección
General
de
policía
Preventiva, Jefatura de La Ceiba, referente al Control de
Novedades y Mensajes transmitidos a la Sección de Comunicación,
todo con el fin de hacer ver que la Policía Nacional Preventiva se
enteró de lo que acontecía en el Centro Penal hasta después de las
10:15 de la mañana del día cinco de abril del año dos mil tres.
QUINCUAGÉSIMO PRIMERO: En fecha seis de Abril del año dos mil
tres, el Sub Teniente R. A. S.I., remite informe al Comandante de
la Fuerza de Tarea Conjunto Esparta; Comandante del 4to Batallón
de Infantería, Señor M. C. L., refiriéndole que los hechos
ocurridos en el Centro Penal de El Porvenir, el día cinco de abril
del año dos mil tres, obedecieron a que los reos pandilleros y los
reclusos paisas se estaban atacando con armas punzo cortantes y
palos, que tras personarse al lugar con otros elementos del
ejército, se logró dominar la situación, refugiándose un grupo de
pandilleros en forma voluntaria en la celda seis (6) y logrado
sacar a otro grupo de la celda dos (2) para que no sufrieran daño
por el fuego, pero que después ingresaron los refuerzos de la
Fuerza de Tarea Conjunta Esparta y elementos cobras, entraron al
recinto disparando, y los elementos cobras dispararon a un grupo
de reos pandilleros que se encontraban en ―posición de tendido‖,
al mismo tiempo que un grupo de presidiarios golpeaban y herían a
los reos pandilleros, según este informe. QUINCUAGÉSIMO SEGUNDO:
En fecha siete de abril del año dos mil tres, el Técnico de
Inspecciones Oculares se desplaza hacia El Centro Penal, Granja
Penal de El Porvenir, con el fin de realizar nueva inspección
ocular, encontrado en el exterior del edificio una aglomeración de
escombros y residuos, la mayoría de ellos a lo que correspondía el
repello de las paredes de los recintos donde dos días antes se
había dado el conflicto. QUINCUAGÉSIMO TERCERO: En fecha once de
Abril del año dos mil tres, el Sub Comisionado de Policía C. E.
H.
A. remite informe por escrito a la Directora General de
Policía Preventiva, Comisionada de Policía C. R. R., señalándole
que los hechos de fecha cinco de abril de ese año, en el Centro
Penal Granja Penal de El Porvenir, se produjeron como consecuencia
de un enfrentamiento entre los reos pandilleros y la población
penitenciaria, utilizando armas de fuego, palos, garrotes, leños,
tubos, etc. y que al momento de tratar de controlar la situación
los reos pandilleros les dispararon, por lo que los miembros de la
Fuerza de Tarea Conjunta Esparta y de la Policía Nacional
Preventiva tuvieron que hacer uso de sus armas de reglamento,
según éste informe.‖ III.- El Recurrente Abogado A. O. S., en su
condición de Apoderado Defensor de los señores C. E. H. A., J.
23
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
L. S. R., M. A.
C. I., J. R. O. Y O. E. H. P., desarrolló su
Recurso de Casación por Infracción de Ley en tres motivos. Para
efectos de seguir un orden sistemático adecuado en su análisis y
resolución, esta SALA considera pertinente apartarse del orden
seguido por el Censor, de tal manera que inicialmente se
pronunciará sobre el segundo y tercer motivos, relativos a delitos
contra la vida, seguidamente al primero de ellos, tomando en
cuenta que la condena por el delito de VIOLACIÓN DE LOS DEBERES DE
LOS FUNCIONARIOS impuesta por el Tribunal de Sentencia, se funda
precisamente en el incumplimiento de obligaciones legales a cargo
de los imputados que a criterio del Juzgador dieron lugar a la
comisión por omisión de varios delitos de ASESINATO, algunos que
alcanzaron la fase de CONSUMACION y otros el grado de ejecución de
TENTATIVA, y finalmente al cuarto de los motivos invocados. III.INFRACCIÓN DEL ARTÍCULO 117 NUMERAL 3º) DEL CODIGO PENAL EN
RELACIÓN AL ARTÍCULO 32 DEL MISMO TEXTO PUNITIVO.- PRECEPTO
AUTORIZANTE: ARTICULO 360 PARRAFO PRIMERO DEL CODIGO PROCESAL
PENAL.- EL CENSOR ARGUYE FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS
PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE LOS IMPUTADOS M. A. C. I., J. R. O.
Y O. E. H. P. SEAN RESPONSABLES EN COMISION POR OMISION DE
VEINTITRES DELITOS DE ASESINATO
CONSUMADO MEDIANTE INCENDIO.EXPOSICIÓN DEL MOTIVO Conforme a la sentencia los imputados M. A.
C. I., J. R. O. y O. E. H. P., incurren en ―el delito de Asesinato
mediante incendio por omisión impropia al tenerlos como garantes,
por disposición de la ley-, al tener la condición de funcionarios
públicos, con la responsabilidad de cumplir y hacer cumplir lo que
la Constitución de la República establece respecto a la protección
de los derechos y garantías que la misma consagra, como es la
vida, la seguridad e integridad de las personas, en especial en
este caso a las que estaban privadas de libertad ambulatoria e
ingresados
en
ese
centro
penal‖.
―Actuando
como
autores
inmediatos, en forma independiente siendo responsables de los
actos que se cometieron en su presencia y con su conocimiento...
al omitir ejecutar en forma independiente acciones en pro de las
personas que estaban siendo objeto de muerte por otras personas‖.
Según se desprende de los numerales séptimo, octavo, noveno y
decimoprimero de la fundamentación jurídica y que, conforme al
numeral
noveno
de
la
fundamentación
punitiva,
los
hace
responsables del delito de asesinato mediando incendio por omisión
de veintitrés personas‖. La sentencia funda su condena en la
existencia del delito de Violación a los Deberes de los
Funcionarios en su hipótesis tenida en el Artículo 349 numeral 3º
del Código Penal, de tal manera que si no existe este delito,
tampoco existirá el delito de asesinato mediante la hipótesis del
Artículo 117 numeral 3º del mismo Código Penal porque la sentencia
ubica la comisión d este delito como delito subsidiario. Esta
situación subsidiaria se da por cuanto la sentencia incurre en un
razonamiento jurídico inexacto en las siguientes magnitudes: a)
Considera que los imputados estaban en posición de garantes por el
solo hecho de ser empleados, no funcionarios, como dice la
sentencia, dado que funcionario es aquel que toma decisiones
dentro del grado de discrecionalidad que le fija la ley y el
empleado es el servidor público a quien se le asigna una serie de
funciones y escasa vez una que otra discrecionalidad. En todo
caso, al concurrir al centro penal bajo la dirección del oficial
T. V., este gozaba de la discrecionalidad por estar en una
jerarquía superior dentro de su función y sin ningún vínculo legal
con el oficial R. A. S.I. quien se define en la sentencia como un
oficial de la Fuerza Esparta sin ningún vínculo de relación con la
Policía Preventiva que no fuera de la obligación de auxilio a que
24
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
se refiere el Artículo 25 de la Ley Orgánica de la Policía
Nacional. Ha quedado expuesto en el primer motivo de esta
exposición que la ley especial que rige a la policía coloca los
derechos y garantías de los privados de libertad en la Dirección
General de Establecimientos Penales como una sección de la
Dirección General de Servicios Especiales Preventivos y jamás en
la Dirección General de la Policía Preventiva, de manera que,
siguiendo el principio de preferencia a que se refiere el Artículo
2-A del Código Penal, la ley deja claro quien debe asumir la
condición de garante, sin podernos explicar de manera objetiva y
supeditado al principio de legalidad a qué ley se refiere la
sentencia cuando se invoca este concepto para asegurar la
condición de garante en la persona equivocada. b) En una segunda
situación, la sentencia señala que la autoría de los imputados en
el delito es por la vía de la omisión impropia. Sobre este
particular, es necesario formular dos aportaciones que demuestran
la falsedad del concepto. Dejamos expuesto que las omisiones
impropias son para los delitos de resultado y no para los delitos
de mera actividad, de manera que, siendo el asesinato un delito de
mera actividad, jamás podrá darse mediante una omisión impropia.
Por otro lado, el Artículo 117 y sus cuatro hipótesis para
incurrir en el delito de asesinato, deja bien claro que se trata
de un delito de acción y es por ello que esto muestra su primera
diferencia con el homicidio que puede ser por acción o por
omisión, pero el delito de asesinato solamente puede cometerse por
acción en vista de que las hipótesis tipificadoras todas son de
acción, es decir, nadie puede cometer un asesinato mediante una
alevosía omisiva, un incendio omisivo, una premeditación omisiva o
un ensañamiento omisivo. Todas estas hipótesis reclaman de la
acción y esta acción debe ser propia, por cuanto el asesinato es
un delito de mera actividad que se consuma en el acto de su
ejecución aunque sea otro el lugar del resultado como bien señala
el Artículo 19 del Código Penal. c) La sentencia incurre en la
contradicción de señalar que los imputados actuaron mediante
omisión impropia y al mismo tiempo que lo hicieron mediante
autoría inmediata. Estos dos conceptos son contradictorios entre
sí porque siendo un delito de mera actividad y de acción por sus
hipótesis, no puede darse la autoría inmediata sin haber acción.
En el remoto caso, de lo cual no existe un tan solo medio de
prueba, los imputados se hubieran encontrado frente a la celda
número seis al momento del incendio y que efectivamente hubieran
tenido la condición de garantes, las obligaciones del policía
preventivo no lo lleva a la comisión de actos heroicos, como bien
se especifica en el delito de omitir el deber de socorro. El
policía está obligado al cumplimiento de sus funciones siempre y
cuando no ponga en riesgo su propia vida y en eso descansa el uso
de las armas a que se refiere el Artículo 22 numeral 5º de la Ley
Orgánica de la Policía Nacional, hacer uso de sus armas de
reglamento cuando su vida se encuentre en peligro frente a quienes
quebrantan el orden público y el derecho de las personas
pacíficas. d) Los mismos hechos probados y tenidos así en la
sentencia establecen que en el interior del penal los reos
pandilleros se habían hecho de un arma de fuego con la que le
quitaron la vida a los reos rondines y que de las celdas 2 y 6 se
hacían disparos, aun en los momentos en que cogían fuego, mediante
la acción de uno de los reos rondines, de manera que la condena
por asesinato mediante incendio por omisión impropia en su
condición de garantes, no obedece estos criterios sino a una
negativa a realizar actos heroicos a los que ningún funcionario o
empleado de la Administración Pública está obligado a incurrir. En
25
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
conclusión,
siendo
un
delito
establecido
y
señalado
como
subsidiario del delito de violación a los deberes de los
funcionarios, si no tiene existencia éste, mucho menos lo tendrá
el segundo por las razones arriba señaladas. III.-RECURSO DE
CASACION POR INFRACCION DE LEY SUSTANTIVA FUNDADO EN LA INFRACCIÓN
DEL ARTÍCULO 117 NUMERAL 3) DEL CODIGO PENAL EN RELACIÓN AL
ARTÍCULO
32
DEL
MISMO
TEXTO
PUNITIVO.
EL
CENSOR
ALEGA
FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE
LOS ENCARTADOS M. A.
C. I., J. R. O. Y O. E. H. P. SEAN
RESPONSABLES EN COMISION POR OMISION DE VEINTITRES DELITOS DE
ASESINATO
CONSUMADO MEDIANTE INCENDIO.- Argumenta el recurrente
que conforme a la sentencia impugnada los imputados M. A. C. I.,
J. R. O. Y O. E. H. P., incurren en el delito de ASESINATO
mediante INCENDIO por OMISIÓN IMPROPIA al tenerlos como GARANTES,
por disposición de la ley, en su condición de funcionarios
públicos, con la responsabilidad de cumplir y hacer cumplir lo que
la Constitución de la República establece respecto a la protección
de los derechos y garantías que la misma consagra, como es la
vida, la seguridad e integridad de las personas, en especial en
este caso de las que estaban privadas de su libertad ambulatoria e
ingresadas en ese centro penal”. Por considerar que “Actuando como
autores inmediatos, en forma independiente siendo responsables de
los actos que se cometieron en su presencia y con su
conocimiento... al omitir ejecutar en forma independiente acciones
en pro de las personas que estaban siendo objeto de muerte por
otras personas”. El Censor después de citar fragmentos del fallo
recurrido, cuestiona a que la sentencia funda su condena en la
existencia del delito de Violación a los Deberes de los
Funcionarios en la hipótesis prevista por el Artículo 349 numeral
3º del Código Penal, estimando que al no haberse cometido
este
delito por los encartados, tampoco puede atribuírseles el delito
de asesinato mediante modalidad contenida en el Artículo 117
numeral 3º del mismo Código Penal. El recurrente considera que la
sentencia impugnada incurre en un razonamiento inexactos, ya que:
a) Considera que los imputados estaban en POSICIÓN DE GARANTES por
el solo hecho de ser empleados, cuando quienes tienen la calidad
de tales son los funcionarios, dado que funcionario es aquel que
toma decisiones dentro del grado de discrecionalidad que le fija
la ley. Asegura que ha quedado expuesto en el primer motivo que la
ley especial que rige a la policía coloca los derechos y garantías
de los privados de libertad bajo la tutela de la Dirección General
de Establecimientos Penales como una sección de la Dirección
General de Servicios Especiales Preventivos y jamás en la
Dirección General de la Policía Preventivarias Refiere que
siguiendo el PRINCIPIO DE PREFERENCIA a que se refiere el Artículo
2-A del Código Penal, la ley deja claro quien debe asumir la
CONDICIÓN DE GARANTE, sin explicarse el recurrente de manera
objetiva y supeditado al PRINCIPIO DE LEGALIDAD, a qué ley se
refiere la sentencia cuando atribuye la CONDICIÓN DE GARANTE a la
persona equivocada; b) En una segunda situación, reprocha la
sentencia cuando esta señala que la AUTORÍA de los imputados en el
delito, es por la vía de la OMISIÓN IMPROPIA. Sobre este
particular, deja expuesto que las OMISIONES IMPROPIAS son para los
DELITOS DE RESULTADO y no para los delitos de MERA ACTIVIDAD, de
manera que, siendo el ASESINATO un delito de mera actividad, jamás
podrá consumarse mediante una omisión impropia. Asegura que el
delito de asesinato solamente puede cometerse por acción en vista
de que las hipótesis tipificadoras todas son de acción, es decir,
nadie puede cometer un asesinato mediante una alevosía omisiva, un
incendio omisivo, una premeditación omisiva o un ensañamiento
26
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
omisivo. c) Esgrime que la sentencia incurre en una contradicción
al señalar que los imputados actuaron mediante OMISIÓN IMPROPIA y
al mismo tiempo que lo hicieron mediante AUTORÍA INMEDIATA.
Asegura que estos dos conceptos son incomptibles entre sí porque
siendo un delito de mera actividad y de acción en sus distintas
hipótesis, no puede darse la autoría inmediata sin haber acción.
Refiere que el policía está obligado al cumplimiento de sus
funciones siempre y cuando no ponga en riesgo su propia vida y en
eso descansa el uso de las armas a que se refiere el Artículo 22
numeral 5º de la Ley Orgánica de la Policía Nacional; d) Los
mismos hechos probados y tenidos así en la sentencia, establecen
que en el interior del centro penal los reos pandilleros se habían
hecho de un arma de fuego con la que le quitaron la vida a los
reos rondines y que de las celdas 2 y 6 se hacían disparos, aun en
los momentos en que cogían fuego, mediante la acción de uno de los
reos rondines, de manera que la condena por asesinato mediante
incendio por omisión impropia en su condición de garantes, no
obedece a tuvieran tal condición, sino a una negativa para
realizar actos heroicos, a los que ningún funcionario o empleado
de la Administración Pública esta obligado a incurrir. Concluye
que siendo el asesinato mediante incendio un delito SUBSIDIARIO
del delito de violación a los deberes de los funcionarios, de no
tener existencia el primero, mucho menos lo tendrá el segundo por
las razones arriba señaladas. Esta Sala de lo Penal considera
importante recordar, que a través del recurso de casación por
infracción de ley, sólo puede intentarse una revaloración jurídica
del material fáctico descrito en la sentencia, contenido en la
formulación de hechos probados realizada por el Tribunal de
Instancia. A diferencia del tradicional recurso de apelación,
propio del anterior sistema, que provoca un nuevo examen del caso
por parte del Tribunal revisor, tanto bajo el aspecto fáctico como
jurídico, el de casación por infracción de ley únicamente admite
la posibilidad de que el Tribunal de Casación realice un nuevo
examen del objeto procesal bajo el segundo aspecto, o sea una
revisión jurídica de los hechos declarados probados. A la Sala de
lo Penal tratándose del motivo invocado por el recurrente, sólo le
corresponde actuar como contralor de la aplicación de la ley
sustantiva por el Tribunal de Sentencia. Su misión se limita a la
revisión del juicio de derecho contenido en la sentencia. El
recurso de casación por infracción de ley tiene por finalidad la
revisión por
parte de esta Sala de la interpretación que de la
ley hagan los Tribunales de Sentencia definiendo o valorando
jurídicamente
los
hechos
establecidos
en
la
sentencia
y
poniéndolos en relación con la norma de derecho que rige el caso
dentro del campo de la consideración puramente jurídica. Esa tarea
de contralor jurídico asignada al Tribunal de Casación supone el
respeto a los hechos fijados en la sentencia. El artículo 360 del
Código Procesal Penal establece, que habrá lugar al recurso de
casación por infracción de ley, cuando dados los hechos que se
declaren probados en la sentencia, se haya infringido un precepto
penal u otra norma jurídica de carácter sustantivo, que deba ser
observada para la aplicación de la ley penal. De acuerdo a lo
previsto en el artículo 338 del Código Procesal Penal, la
sentencia se construye como un silogismo, en que la premisa menor,
está integrada por el relato de hechos probados, la mayor por los
fundamentos de derecho, y la conclusión, por el fallo. En este
sentido, el recurso de casación por infracción de ley debe
estructurarse o partir su alegación, de los hechos probados que
contenga la resolución cuestionada, puesto que el vicio en esencia
consiste en que la decisión adoptada por el juzgador en la parte
27
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
resolutiva de la sentencia, es incompatible, irreconciliable o
ajena a la verdad enunciada por la narración fáctica (hechos
probados), de tal suerte que resultan inobservadas las normas que
sí corresponde aplicar, se invocan normas que no deben aplicarse,
o se invocan las norma que deba aplicarse al caso concreto pero el
Juzgador
hace
una
incorrecta
interpretación
de
la
misma.
Precisados los límites en los que puede desenvolverse la función
revisora de esta Sala cuando del recurso de casación por
infracción de ley se refiere, ahora es pertinente que indiquemos
cuales son los elementos objetivos y subjetivos del delito de
asesinato mediante incendio, que en comisión por omisión se
atribuye a los imputados M. A. C. I., J. R. O. Y O. E. H. P..- La
muerte de una persona a consecuencia de la acción realizada por
otra, valiéndose de medios especialmente peligrosos o revelando
una especial perversidad, ha sido tradicionalmente castigada con
mayor severidad que el homicidio simple. En este sentido, el
asesinato se describe como la muerte de otra persona ejecutada con
alguna de las circunstancias mencionadas en el artículo 117 del
Código Penal. De este modo, la concurrencia de algunas de las
circunstancias del artículo 117 establece la diferencia entre el
homicidio y el asesinato. No obstante, cabe señalar, que ambos
delitos comparten características comunes, así, aparte de la
igualdad en el bien jurídico protegido, que es la vida humana como
valor ideal, coinciden los sujetos, activo y pasivo, que pueden
serlo cualquier persona, sin más limitaciones que las que
provienen del concurso de leyes,1 el objeto material sobre el que
recae directamente la acción es el hombre vivo físicamente
considerado, y los problemas de la relación de la causalidad, en
virtud de la cual se debe establecer la conexión entre el
comportamiento del sujeto activo y el resultado que consiste en la
muerte efectiva de otra persona. En el caso concreto que ahora nos
ocupa, se ha declarado la responsabilidad penal de los encausados
por su contribución en comisión por omisión, a la consumación de
veintitrés delitos de asesinato mediante incendio, modalidad
prevista en el numeral 3) del precepto legal supracitado. La razón
de la especial agravación de la muerte de un ser humano cometido
mediante incendio, no es solamente la mayor perfidia del medio
empleado que revela un delincuente sumamente peligroso, sino
también el peligro general que tal medio y otros como la
inundación, explosión, descarrilamiento, etc… encierran para la
colectividad2. Habiendo determinado de manera sucinta cuales son
los elementos objetivos y subjetivos de la modalidad del delito de
asesinato, esta Sala considera pertinente referirse ahora a la
figura de la comisión por omisión, siendo que esta es la
estructura típica de los delitos de asesinato que se imputa a los
encausados. El tipo de comisión por omisión muestra en su parte
objetiva la misma estructura que el de la omisión pura: a)
situación típica; b) ausencia de la acción determinada; c)
capacidad de realizarla3, pero completada con la presencia de tres
1
Así sí el sujeto pasivo es alguno de los Presidentes de los Poderes del
Estado, el delito aplicable es el previsto en el artículo 322, si se
trata del Jefe de Estado extranjero o Jefe de Gobierno extranjero, el
artículo 318, etc…
2
Vid. CUELLO CALON, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo II,
Revisada por CAMARGO HERNANDEZ, CESAR, Bosch, Casa Editorial, S.A.,
Barcelona, 1982, pág. 507.
3
Así por ejemplo, constituye un tipo de omisión pura, el previsto en el
artículo 388 No. 4) del Código Penal que se describe de la siguiente
manera: ―….quien sin concierto previo con los autores o cómplices de un
delito, pero con motivos suficientes para suponer la comisión de éste:…4)
28
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
elementos particulares necesarios para la imputación objetiva del
hecho: la Posición de garante, la producción de un resultado y la
posibilidad de evitarlo. Recapitulando podemos decir que a)la
posición de garante integra necesariamente la situación típica de
los delitos de comisión por omisión no expresamente tipificados;
b)debe seguir en ellos la producción de un resultado; y, c) la
capacidad de acción debe comprender la capacidad de evitar el
resultado. Si el primer elemento de toda omisión es que tenga
lugar la situación típica base del deber de actuar, en la comisión
por omisión no expresamente tipificada ha de integrar dicha
situación la llamada posición de garante por parte del autor. Se
da cuando corresponde al sujeto una específica función de
protección del bien jurídico afectado o una función personal de
control de una fuente de peligro, en ciertas condiciones. Ambas
situaciones convierten entonces al autor en garante de la
indemnidad del bien jurídico correspondiente. Así por ejemplo, en
determinadas circunstancias asumen la posición de garantes para
salvaguardar la indemnidad de bienes jurídicos ajenos, el padre en
relación con el niño, el hijo en relación con el padre anciano, la
esposa en relación con el esposo o viceversa, el profesor de
natación en relación con su alumno, la enfermera obligada a cuidar
al paciente, el salvavidas en relación a la persona que se ahoga,
la niñera encargada de cuidar la criatura en brazos, el
controlador aéreo, el cuidador de una planta de energía atómica o
de sustancias radiactivas, el conductor encargado de transportar
sustancias químicas, el jefe de seguridad de la fábrica encargado
de mantener las máquinas en perfecto estado de funcionamiento para
evitar accidentes de trabajo, el dueño del animal fiero,
La
posición de garante es precisa para que la no evitación de un
resultado lesivo pueda equipararse a su propia causación positiva
y castigarse con arreglo al precepto que sanciona su producción.
De este modo, en la doctrina se exponen como ejemplos clásicos de
delitos cometidos en comisión por omisión, en que la posición de
garante determina que la no evitación del resultado lesivo se
equipara al de su causación, lo siguientes: la madre que no le
suministra alimento al recién nacido y lo deja morir por
inanición, la mujer que deja perecer al recién nacido al omitir
atarle el cordón umbilical, el cónyuge que no le brinda asistencia
médica a su compañero, víctima de una repentina enfermedad o
accidente, y deja que muera, el socorrista que no le presta
atención al bañista cuya protección se le ha encomendado, al
profesor de natación que deja ahogar al alumno que le ha prometido
adiestrarlo en dicho deporte, el guía, que ante la situación de
peligro del excursionista que ha confiado su cuidado, no hace nada
para evitarlo, el encargado de cuidar al ciego, al que no le
impide avanzar hacia el precipicio, el que deja morir de hambre al
secuestrado, el guardián de prisiones que no asiste al detenido en
peligro de muerte después de intervenir en una riña, etc..4 Lo
decisivo en la comisión por omisión es la virtual causalidad de la
Deja de comunicar a la autoridad las noticias que tuviere acerca de la
comisión de un delito cuando está obligado a hacerlo por su profesión o
empleo….En este supuesto la situación típica es la de quien se encuentra
en la circunstancia de tener motivos suficientes para suponer la comisión
de un delito con la obligación de denunciarlo. La ausencia de la acción
esperada, radica en dejar de comunicar a la autoridad las noticias que
tuviere acerca de la comisión de un delito, a lo que se añade la como un
elemento del tipo objetivo, la capacidad de efectuar tal notificación, es
decir, la posibilidad de realizar la acción esperada.
4
Vid. VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte General, 4ª edición,
COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, pág 668.
29
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
acción que hubiera debido realizarse para evitar el resultado
(“causalidad hipotética”) Para comprobar la existencia de la
causalidad hipotética o llamada también por algunos “nexo de
evitación”, el Juzgador debe acudir a una fórmula en virtud de la
que a partir de la teoría de la equivalencia de las condiciones,
se afirma que la omisión es causa del resultado, si puesta
mentalmente en su lugar la acción esperada, que no es realizada
por el omitente, el resultado desaparece, de este modo pues, hay
causalidad hipotética si la acción no realizada hubiera evitado la
producción del resultado al menos con una probabilidad rayana en
la certeza. Como lo exponíamos líneas arriba, el sujeto activo
debe tener la capacidad efectiva (real, física) de realizar la
conducta ordenada (el mandato) en el caso concreto y partir de
consideraciones objetivas, pues de lo contrario, sí al agente le
falta capacidad corporal o física de acción, su comportamiento,
llevado a cabo de manera distinta, será atípico; como dice la
máxima jurídica: “a lo imposible nadie está obligado”. Así por
ejemplo: el bañista que en este momento se ahoga en las playas,
así se pueda presenciar el hecho por medio de la televisión, no
puede ser salvado por uno de los televidentes, pues ninguno de
ellos tiene la posibilidad de realizar la acción ordenada, no así
el socorrista contratado para cuidar a los veraneantes. Desde
luego, la incapacidad física puede ser equiparada a aquella que
resulta de una inhabilidad técnica, de una falta de conocimientos
o de medios de auxilio5. Para la comisión por omisión vale igual el
dolo,
que
para
los
delitos
de
omisión
pura.
La
única
particularidad es que, como es lógico, el dolo deberá abarcar no
solo la ausencia de la acción debida, sino también la posibilidad
y la necesidad de la evitación del resultado mediante aquella
acción. Además habrá de extenderse a la situación que determina la
presencia de la posición de garante6. Abundando en la configuración
del dolo, podemos decir que este tiene un componente cognoscitivo,
en tanto que se requiere en primer lugar, que el agente tenga
conocimiento de la posición de garante, es decir, debe saber que
en el caso concreto ostenta la posición de padre, hijo, médico,
jefe de seguridad industrial, etc… En segundo lugar, el sujeto
debe tener conocimiento de la situación típica y del curso causal
(de la causalidad hipotética), además en tercer lugar, se requiere
la posibilidad de representación de la conducta debida y la vía
para evitarlo. Sobre el componente volitivo, es indispensable que
el agente quiera (aunque sea eventualmente) la realización del
tipo en su aspecto objetivo correspondiente, que tenga voluntad de
realización de la conducta omisiva según la nota de la finalidad7.
Aplicando los criterios anteriormente expuestos al caso concreto
que ahora nos ocupa, esta Sala aprecia lo siguiente: A) Que de
conformidad a lo descrito por el Tribunal de Sentencia en la
fundamentación fáctica del fallo recurrido; a eso de las 9:25 de
la mañana del día 5 de abril de 2003, uno de los reos rondines
procesados cerró con candado la celda número seis, procediendo
junto con otros encausados a colocar obstáculos en la puerta de
acceso, introduciendo colchones por las ventanas del recinto, así
como también a rociar de líquido acelerante la madera del techo
5
Vid. VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte General, 4ª edición,
COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, pág 672.
6
Vid. MIR PUIG, SANTIAGO,
Derecho Penal, Parte General, 6ª edición,
2002, pág. 324.
7
Vid. VELASQUEZ, FERNANDO, VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte
General, 4ª edición, COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, págs. 674-675.
30
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
provocando fuego en el interior de la celda. Con tales acciones se
origina una situación típica, es decir una amenaza o peligro para
el bien jurídico “vida” de los reclusos pandilleros y otras
personas que se encontraban dentro, originándose un foco de
peligro o riesgo de que muriesen por la acción del fuego
provocado, y con ello la expectativa de que se consumase el tipo
penal de asesinato descrito en el artículo 117 No. 3) del Código
Penal (vid. Hecho probado vigésimo cuarto) b) Es un hecho no
controvertido, que los acusados M. A. C. I., J. R. O. Y O. E. H.
P., fueron llamados en su condición de miembros de la Policía
Nacional adscritos al cuerpo especializado denominado “Cobras”,
para colaborar en el restablecimiento del orden que se había
quebrantado en las instalaciones de la Granja Penal del Porvenir.
El artículo 293 de la Constitución de la República prevé que la
Policía Nacional es una institución profesional del Estado,
encargada de velar por la conservación del orden público, la
prevención, control y combate del delito, así como también de
proteger la seguridad de las personas y sus bienes. El artículo 10
No. 2) de la entonces vigente Ley Orgánica de la Policía Nacional
(Decreto No. 155-98) establecía entre otras atribuciones, que para
el logro de sus objetivos y cumplimiento de sus responsabilidades,
le
correspondía
a
ese
cuerpo
de
seguridad
entre
otras
atribuciones, la de proteger la vida, bienes, derechos y
libertades
de las personas. En sintonía con los preceptos antes
mencionados, el artículo 22 No. 3) establece que en el
cumplimiento de sus funciones los miembros de la Policía deberán
cuidar y proteger la salud física y mental de las personas
detenidas o sometidas a resguardo. Del precepto constitucional y
legales antes citados, se desprende sin duda alguna, que los
integrantes del cuerpo especializado Cobras, al reunir la
condición de miembros de la Policía Nacional, asumen la posición
de garantes de la vida e integridad física de las personas que se
encuentren recluidas en un centro penitenciario del Estado en
aquellos casos en que dichos bienes jurídicos se vean amenazados o
puestos en peligro por otros reclusos o individuos. De este modo
podemos afirmar, que los imputados M. A. C. I., J. R. O. Y O. E.
H. P. tras su ingreso a la Granja Penal del Porvenir para
colaborar en el restablecimiento del orden alterado en el interior
de ese centro penitenciario, tenían una posición de garante, es
decir, la obligación de hacer cuanto estuviera a su alcance para
evitar ataques a la integridad física o la vida de cuantas
personas
se
encontraran
en
situación
de
peligro,
independientemente de que se tratara de pandilleros, rondines,
reos
comunes
denominados
“paisas”,
visitantes,
funcionarios
penitenciarios, policías, miembros del ejército nacional, etc… ;
C)Ausencia de la acción determinada: una lectura detenida de la
fundamentación fáctica de la sentencia impugnada, no revela que
los encausados M. A.
C. I., J. R. O. Y O. E. H. P. hayan
realizado alguna acción dirigida a evitar que los reos pandilleros
y otras personas que se encontraban al interior de la celda No. 6)
de la Granja Penal del Porvenir murieran por la acción del fuego
desatado tras la provocación del incendio provocado por otros
individuos. D)La posibilidad de realizar la acción esperada: para
verificar la concurrencia de este requisito de la parte objetiva
del delito de comisión en omisión, resulta de capital importancia
el análisis de lo descrito en el hecho probado VIGÉSIMO SÉPTIMO
que textualmente dice: “Minutos después de las 09:30 a.m., llegan
a la Granja Penal dos (2) patrullas de la Policía Nacional
Preventiva, en un numero mínimo de dieciocho (18) elementos,
quienes procedieron a ingresar al recinto junto con elementos de
31
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
la Policía de Turismo, tomando el control de la situación, y
cuatro (4) minutos después se personan al lugar otra patrulla de
la policía nacional preventiva con un mínimo de siete (7)
elementos Cobras, portando sus armas de reglamento, entre estos
los policías M. A. C., J. R. O. y O. E. H. P., todos al mando del
Inspector E. A. T. V., quienes ingresan al recinto disparando sus
armas, concentrándose en el lado de los billares, por la celda
nueve (9) y en la entrada del Cuerpo de guardia. En ese momento el
fuego de la Celda seis (6) es ya incontrolable, comenzando a
comprometer las celdas siete (7) y cinco (5), por lo que el
combinado de los elementos armados del Estado dispone evacuar a
los reos comunes de las celdas ocho (8), siete (7), cinco (5),
cuatro (4), tres (3) y uno (1), llevándolos al área de los
talleres, sin prestar auxilio a los reos pandilleros y visitas que
se encuentran aun con vida en la celda seis (6). Minutos mas tarde
se produce un estallido desde el interior de la celda seis (6).”
De lo anterior se deriva que los acusados M. A. C., J. R. O. Y O.
E. H. P., se encontraban bajo el mando, es decir bajo la
subordinación del Inspector E. A. T. V., circunstancia que limitó
su libre capacidad de decidir o accionar en su función protectora
frente a la situación de peligro en la vida e integridad física de
cuantos personas se encontraba en el interior del centro
penitenciario. Por otro lado cabe señalar que de los mismos hechos
probados se establece que tras su ingreso al centro penitenciario
se concentran en una posición cercana al billar, a la celda número
nueve (9) y en la entrada del cuerpo de guardia, cuando el fuego
en
la
celda
número
seis(6)
resulta
ya
“incontrolable”,
comenzándose a “comprometer” (sic) (entendemos amenazadas por la
acción del fuego) las celdas siete (7) y cinco (5), por lo que
junto con otros elementos armados del Estado se disponen a evacuar
los internos recluidos en las mismas, así como también a los que
se encontraban
en las celdas cuatro (4), tres (3) y uno (1),
llevándolos al área de los talleres. Del anterior cuadro fáctico
se deriva que si bien es cierto que los encausados no realizaron
ninguna acción dirigida a evitar que los reos y otras personas que
se encontraban encerrados en la celda número dos murieran por la
acción del fuego desatado por otros individuos, no es menos cierto
que tampoco se deriva de manera concluyente y como mínimo con una
probabilidad rayana en la certeza que los encartados M. A. C., J.
R. O. Y O. E. H. P., limitados como antes queda dicho en el
ejercicio de su voluntad individual y autodeterminación al
encontrarse bajo eL mando de un superior jerárquico, esto es del
Inspector E. A. T. V., hayan estado en capacidad de efectuar una
acción de salvamento eficaz a favor de los reos y otras personas (
que fallecieron bajo la acción del fuego provocado en la celda No.
2) en la situación caótica prevaleciente en el recinto carcelario,
tomando en cuenta que según lo previsto en el hecho probado
relacionado los acusados se sitúan temporalmente en el escenario
de los acontecimientos cuando el fuego era “incontrolable”, y se
comenzaba a poner en serio riesgo las vidas de las personas
refugiadas en las celdas siete (7) y (5), por lo que contribuyen
con acciones dirigidas a evacuar a estas últimas así como también
para hacer lo mismo con los reos ubicados en las celdas cuatro
(4), tres (tres) y uno (1). De este modo y a criterio de esta
Sala, no es posible a partir del relato de hechos probados
concluir al menos con una probabilidad rayana en la certeza de que
los procesados M. A. C., J. R. O. Y O. E. H. P. hayan tenido la
posibilidad efectiva de realizar la acción esperada en el caso
concreto, ni mucho menos de establecer un nexo de evitación o de
causalidad hipotética que permita dar un rango equivalente a su
32
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
falta de acción para controlar el foco de peligro, a la de su
efectiva
causación,
y
por
ende
que
pueda
atribuírseles
responsabilidad
criminal
en
comisión
por
omisión
por
los
veintitrés delitos de asesinato mediante incendio, de los que
fueron condenados por el Tribunal de Sentencia de la ciudad de La
Ceiba. Por todo lo expuesto esta Sala, declara con lugar el motivo
de casación invocado por el recurrente a favor de dichos
procesados. IV.- RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY
SUSTANTIVA FUNDADO EN LA INDEBIDA APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 117
NUMERAL 3) DEL CODIGO PENAL EN RELACIÓN AL ARTÍCULO 15 DEL MISMO
TEXTO PUNITIVO. PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTICULO 360 PARRAFO PRIMERO
DEL CODIGO PROCESAL PENAL. EL CENSOR ALEGA FUNDAMENTALMENTE QUE DE
LOS HECHOS PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE LOS ENCARTADOS J. L. S. R.
Y
C.
E.
H.
A. SEAN RESPONSABLES EN COMISION POR OMISION DE
DIECINUEVE DELITOS DE ASESINATO
POR ALEVOSIA PRODITORIA EN EL
GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA- EXPOSICION DEL MOTIVO En las
consideraciones jurídicas contenidas en los numerales décimo
primero y décimo cuarto la sentencia fundamenta para mis
representados J.
L. S. R. y
C.
E.
H.
A. el delito de
asesinato tentado mediante alevosía proditoria en contra de
diecinueve privados de libertad como consecuencia a la Violación a
los Deberes de los Funcionarios mediante concurso ideal y formal
complejo. En la formulación de la tesis, la sentencia introduce el
delito en tentativa, el concurso ideal complejo y la alevosía
proditoria. a) Al referirse a la alevosía proditoria en el numeral
décimo tercero de la fundamentación jurídica la define como un
―ataque a traición, que incluye la insidia, trampa, emboscada,
celada, apostamiento‖, actuando el autor ―a traición sobre seguro‖
como decía el Código penal español de 1871 en su Artículo 1822,
concurriendo una cierta premeditación en orden a la consecución
del objetivo lesivo, encuadrándose aquí aquellos supuestos en los
que el sujeto activo utiliza estratagemas o procedimientos
engañosos o tretas para atraer pérfidamente a la víctima con
ocultación sinuosa del ánimo hostil, caracterizándose en ocasiones
por tratarse de un ataque por la espalda, dándose en ella la
máxima ocultación de las intenciones y proyectos homicidas o
lesivos, en cuanto el propio agresor se esconde a la vista de la
víctima. Explica en esta forma la alevosía proditoria o, con mejor
criterio
penal,
conocida
actualmente
como
premeditación,
contradice a la misma sentencia que al valorar la prueba
en su
apartado vigésimo sexto concluye Explicada en esta forma la
alevosía proditoria o, con mejor criterio penal, conocida
actualmente como premeditación, contradice a la misma sentencia
que al valorar la prueba en su apartado vigésimo sexto excluye la
teoría de la conspiración, siendo contradictorio que si no hay
conspiración exista premeditación o alevosía predatoria, por
cuanto, ambas figuras buscan lo mismo ―un ataque a traición y
sobre seguro‖ y no se pueda tener por existente una alevosía
proditoría o premeditación como la presenta el Código Penal sin
haber una conspiración o concierto para delinquir. b) En la
consideración jurídica décimo sexto de la sentencia, el honorable
Tribunal de Sentencia hace una exposición sobre el concepto penal
de tentativa, de suyas definiciones que interesan la Tentativa
acabada cuando ―el sujeto realizó todos los actos tendientes a la
consumación del delito, sin que este se haya consumado por la
intervención de otro agente o circunstancias ajenas al iter
criminoso‖. Al referirse a la Tentativa inacabada, la sentencia
recoge la definición donde ―el sujeto activo no pudo realizar
todos los actos tendientes a la consumación del delito debido a
circunstancias ajenas a su voluntad‖. La identidad de estos
33
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
conceptos no es mera coincidencia. Haciendo un poco de historia,
en el Código Penal de 1906 en su artículo 4 definía el delito
frustrado ―cuando el culpable practica todos los actos de
ejecución que deberían producir como resultado el delito, y, sin
embargo, no lo producen por causas independientes de su voluntad”.
“Hay tentativa, cuando el culpable da principio a la ejecución del
delito directamente por hechos exteriores, y no practica todos los
actos de ejecución necesarios para producir el delito, por causa o
accidente que no sea su propio y voluntario desistimiento”. Bajo
este precepto histórico-penal la definición legal del delito
frustrado es tomada de la doctrina sobre la tentativa acabada y el
concepto de tentativa se refiere a la tentativa inacabada. La
doctrina comenzó a ver una cierta confusión entre el concepto del
delito frustrado con el delito en tentativa y consideró que
resultaba prudente unificar estos criterios en un solo concepto y
es así como surge el concepto que nos presenta el Código Penal de
1984 al decir en su Artículo 15 que ―Hay tentativa cuando, con la
intención de cometer un delito determinado, se realizan actos
inequívocos de ejecución y no se consuma por causas ajenas a la
voluntad del agente”. Esa misma doctrina unificadora formula la
dicotomía de la tentativa entre acabada e inacabada, estableciendo
como concepto para la primera, ―la realización de todos los actos
del tipo que compete al sujeto activo del delito aportar para
realizar el tipo en cuestión”. Y como tentativa inacabada “el
sujeto no consigue el resultado típico ya que se interrumpe la
realización
de
los
actos
ejecutivos
correspondientes
para
conseguir el efecto esperado, pero esta interrupción proviene de
circunstancia ajenas a su voluntad, porque si éste termina por su
propia voluntad, la realización de la conducta típica estaríamos
frente al desistimiento voluntario”. También se hace otra división
entre lo que es la tentativa idónea y la tentativa inidónea que
nuestro Código Penal recoge en los Artículos 15 y 16. La
legislación española al formular el cambio de nomenclatura en el
Código penal de 1995, desarrolla como tentativa acabada el viejo
concepto del delito frustrado (Art. 42) y la tentativa inacabada
cuando en su realización existe un elemento externo que impide su
consumación –el ladrón que es sorprendido abriendo la caja de
caudales- o la presencia de un elemento subjetivo que obliga al
sujeto activo a detener su acción por la vía del arrepentimiento
el sujeto activo no completa la totalidad de los actos conducentes
a la comisión del delito por un acto voluntario-. Partiendo de
nuestra legislación positiva la tentativa inacabada no está
contemplada en nuestra ley penal, sino que solamente comprende la
tentativa acabada o delito frustrado bajo la nomenclatura de
tentativa idónea (Art. 15) para diferenciarla de la tentativa
inidónea (Art. 16), por lo que la sentencia incurre en la
prohibición contenida en el Artículo 11 del Código Penal al crear
nuevos tipos penales y formas delictivas no comprendidas en la ley
penal. c) El tercer elemento fundamentador de la sentencia es la
aplicación del concurso ideal formal o complejo, propio y
heterogéneo por la vía de la omisión. De conformidad con el
artículo 36 del Código penal el concurso por omisión es menester
que el sujeto activo no realice la actividad esperada es decir,
que los razonamientos esgrimidos en la fundamentación jurídica
décimo octavo de la sentencia, esa conducta fuese imperativa para
los imputados y para lo cual era menester la presencia de dos
elementos: tener el dominio del hecho y ser garante de la
situación en riesgo. En este caso, mis representados no reúnen
ninguna de las dos cualidades, razón por la cual no pueden ser
sometidos a un examen a la luz de los concursos, sean estos
34
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
reales, ideales o de leyes. IV.-RECURSO DE CASACION POR INFRACCION
DE LEY SUSTANTIVA FUNDADO EN LA INDEBIDA APLICACIÓN DEL ARTÍCULO
117 NUMERAL 3) DEL CODIGO PENAL EN RELACIÓN AL ARTÍCULO 15 DEL
MISMO TEXTO PUNITIVO. PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTICULO 360 PARRAFO
PRIMERO
DEL
CODIGO
PROCESAL
PENAL.
EL
CENSOR
ALEGA
FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE
LOS IMPUTADOS J. L. S. R. Y C. E. H. A. SEAN RESPONSABLES EN
COMISION POR OMISION DE DIECINUEVE DELITOS DE ASESINATO
POR
ALEVOSIA PRODITORIA EN EL GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA- El
recurrente inicia su exposición señalando que la circunstancia de
alevosía proditoria, que cualifica los delitos de tentativa de
asesinato que se atribuyen a los imputados J. L. S. R. y C. E.
H.
A., es definida por el Tribunal de Sentencia en el numeral
décimo tercero de la fundamentación jurídica como un “ataque a
traición, que incluye la insidia, trampa, emboscada, celada,
apostamiento”, es decir, cuando el autor actúa “a traición o sobre
seguro” concurriendo una cierta premeditación en orden a la
consecución del objetivo lesivo, encuadrándose aquí aquellos
supuestos en los que el sujeto activo utiliza estratagemas o
procedimientos engañosos o tretas para atraer pérfidamente a la
víctima con ocultación sinuosa del ánimo hostil, caracterizándose
en ocasiones por tratarse de un ataque por la espalda, dándose en
ella la máxima ocultación de las intenciones y proyectos homicidas
o
lesivos.
Según
expone
el
recurrente,
tal
circunstancia
cualificadora del asesinato no ha concurrido en lo que concierne a
los encausados antes mencionados, puesto que el mismo Tribunal al
valorar la prueba en su apartado vigésimo sexto excluye la teoría
de la conspiración, siendo contradictorio que si no hay
conspiración exista premeditación o alevosía predatoria, por
cuanto, ambas figuras buscan lo mismo “un ataque a traición y
sobre seguro”. Por otro lado, el casacionista trata de establecer
una diferencia entre la tentativa acabada (denominada también
delito frustrado en el código penal derogado) y la tentativa
inacabada, caracterizando la primera como aquella en la que el
sujeto realiza todos los actos ejecutivos dirigidos a la
consumación, en tanto que en la segunda, el sujeto da comienzo a
los actos ejecutivos pero no realiza todos los necesarios para su
consumación. Reprocha el Censor que en el código penal hondureño
vigente, únicamente se encuentra prevista la figura de la
tentativa acabada en su artículo 15, de tal manera que el Juzgador
al aplicar en el caso concreto de los encartados J. L. S. R. y C.
E. H. A. la figura de la tentativa inacabada ha inobservado la
prohibición contenida en el artículo 11 del mismo texto punitivo,
donde se establece que las autoridades judiciales no podrán crear
ningún tipo de figuras delictivas. Finalmente el recurrente
sostiene que en los delitos de tentativa de asesinato en comisión
por omisión que se atribuyen a sus defendidos, es necesario que
hayan concurrido la posición de garante y el dominio del hecho, de
tal manera que al no concurrir tales circunstancias, no es posible
deducirles responsabilidad penal por los hechos criminosos antes
apuntados, ya sea en concurso real, ideal o de leyes. Esta Sala de
lo Penal considera importante recordar, que a través del recurso
de casación por infracción de ley, sólo puede intentarse una
revaloración jurídica del material fáctico descrito en la
sentencia, contenido en la formulación de hechos probados
realizada por el Tribunal de Instancia. En este sentido, el
recurso de casación por infracción de ley debe estructurarse o
partir su alegación, de los hechos probados que contenga la
resolución cuestionada, puesto que el vicio en esencia consiste en
que la decisión adoptada por el juzgador en la parte resolutiva de
35
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
la sentencia, es incompatible, irreconciliable o ajena a la verdad
enunciada por la narración fáctica (hechos probados), de tal
suerte que resultan inobservadas las normas que sí corresponde
aplicar, se invocan normas que no deben aplicarse, o se invocan
las normas que deban aplicarse al caso concreto pero el Juzgador
hace una incorrecta interpretación de las mismas. Precisados los
límites en los que puede desenvolverse la función revisora de esta
Sala cuando del recurso de casación por infracción de ley se
refiere, ahora es pertinente que indiquemos cuales son los
elementos típicos de los delitos de asesinato en el grado de
ejecución de tentativa mediante alevosía proditoria, que en
comisión por omisión se atribuye a los imputados J. L. S. R. y C.
E.
H.
A..- La alevosía supone el empleo de procedimientos que
facilitan el hecho. La define el artículo 27 No. 2) del Código
Penal: “hay alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los
delitos contra la vida y la integridad personal, empleando medios,
modos o formas en la ejecución que tiendan directa y especialmente
a asegurarlas, sin riesgo para su persona que proceda de la
defensa que pudiera hacer el ofendido.”. En este sentido, la
alevosía exige que los procedimientos empleados tiendan, directa y
especialmente a asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una
posible defensa del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los
que se producen por la espalda8, o estando la víctima en la cama o
de rodillas. Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en
la alevosía es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del
hecho y la ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer
el ofendido. La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la
ejecución del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún
tipo de premeditación o preparación, de tal manera que puede
surgir en el mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto
aprovecha que su enemigo le da la espalda para dispararle). En
algunas corrientes doctrinales se distinguen tres supuestos de
asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera,
si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se
materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por
desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial
situación
de
desA.
de
la
víctima
que
impide
cualquier
manifestación de defensa9. En cuanto a la tentativa, el artículo 15
del código penal establece: “hay tentativa cuando, con la
intención de cometer un delito determinado se realizan actos
inequívocos de ejecución y no se consuma por causas ajenas a la
voluntad del agente”. El tipo de la tentativa requiere de los
siguientes elementos: a) en la parte objetiva, una ejecución
parcial o total de los actos ejecutivos no seguida de consumación,
b) en la parte subjetiva, la voluntad de consumación, c) la
ausencia de desistimiento voluntario. El comienzo de la ejecución
necesario para la tentativa requiere que se traspase la frontera
que separa los actos preparatorios (sí los hay) de los actos
ejecutivos. Subjetivamente la tentativa requiere que el sujeto
quiera los actos que objetivamente realiza con ánimo de consumar
el hecho o, al menos aceptando (con seguridad o con probabilidad)
que pueden dar lugar a la consumación. Por último se requiere la
8
Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente en
alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al rematar
al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea en la
que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid. MUÑOZ
CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición, Tirant lo
Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54
9
Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html
36
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
concurrencia de un elemento negativo, y que consiste en el que el
hecho no se consume por causas ajenas a la voluntad del agente.
Recapitulando podemos afirmar que la tentativa se presenta cuando
se ejecutan actos considerados indispensables para llevar a cabo
el comportamiento tipificado en la ley penal y que en el caso
concreto, lo eran efectivamente conforme al fin propuesto, pero
factores extraños o ajenos a la voluntad del autor impiden que
éste logre la producción del resultado perseguido. Así las cosas
podemos afirmar que habrá una tentativa de asesinato alevoso,
cuando el agente realiza actos inequívocos de ejecución dirigidos
a causar la muerte de una persona, empleando medios, modos o
formas que tiendan directa y especialmente a asegurar dicho
resultado, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa
que pudiera hacer el ofendido. En el caso de autos se atribuye a
los imputados J. L. S. R. y C. E. H. A., la autoría en omisión
impropia de diecinueve delitos de asesinato en el grado de
ejecución de tentativa Vuelve a ser oportuna la referencia a la
figura de la comisión por omisión cuyos elementos hemos explicado
con anterioridad. El tipo de comisión por omisión muestra en su
parte objetiva la misma estructura que el de la omisión pura: a)
situación típica; b) ausencia de la acción determinada; c)
capacidad de realizarla10, pero completada con la presencia de tres
elementos particulares necesarios para la imputación objetiva del
hecho: la Posición de garante, la producción de un resultado y la
posibilidad de evitarlo. Recapitulando podemos decir que a)la
posición de garante integra necesariamente la situación típica de
los delitos de comisión por omisión no expresamente tipificados;
b)debe seguir en ellos la producción de un resultado; y, c) la
capacidad de acción debe comprender la capacidad de evitar el
resultado. Para la comisión por omisión vale igual el dolo, que
para los delitos de omisión pura. La única particularidad es que,
como es lógico, el dolo deberá abarcar no solo la ausencia de la
acción debida, sino también la posibilidad y la necesidad de la
evitación del resultado mediante aquella acción. Además habrá de
extenderse a la situación que determina la presencia de la
posición de garante11. Abundando en la configuración del dolo,
podemos decir que este tiene un componente cognoscitivo, en tanto
que se requiere en primer lugar, que el agente tenga conocimiento
de la posición de garante, es decir, debe saber que en el caso
concreto ostenta la posición de padre, hijo, médico, jefe de
seguridad industrial, etc… En segundo lugar, el sujeto debe tener
conocimiento de la situación típica y del curso causal (de la
causalidad hipotética), además en tercer lugar, se requiere la
posibilidad de representación de la conducta debida y la vía para
evitarlo. Sobre el componente volitivo, es indispensable que el
10
Así por ejemplo, constituye un tipo de omisión pura, el previsto en el
artículo 388 No. 4) del Código Penal que se describe de la siguiente
manera: ―….quien sin concierto previo con los autores o cómplices de un
delito, pero con motivos suficientes para suponer la comisión de éste:…4)
Deja de comunicar a la autoridad las noticias que tuviere acerca de la
comisión de un delito cuando está obligado a hacerlo por su profesión o
empleo….En este supuesto la situación típica es la de quien se encuentra
en la circunstancia de tener motivos suficientes para suponer la comisión
de un delito con la obligación de denunciarlo. La ausencia de la acción
esperada, radica en dejar de comunicar a la autoridad las noticias que
tuviere acerca de la comisión de un delito, a lo que se añade la como un
elemento del tipo objetivo, la capacidad de efectuar tal notificación, es
decir, la posibilidad de realizar la acción esperada.
11
Vid. MIR PUIG, SANTIAGO,
Derecho Penal, Parte General, 6ª edición,
2002, pág. 324.
37
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
agente quiera (aunque sea eventualmente) la realización del tipo
en su aspecto objetivo correspondiente, que tenga voluntad de
realización de la conducta omisiva según la nota de la finalidad12
Habiendo indicado cuales son los elementos objetivos y subjetivos
de la tentativa de asesinato y efectuado un recordatorio sobre la
estructura de la figura de la comisión por omisión u omisión
impropia, pasamos a constatar sí de los hechos declarados probados
por el Tribunal de Sentencia puede o no desprenderse que a los
acusados J. L. S. R. y C. E. H. A. les resultan imputables los
diecinueve delitos de tentativa de asesinato que se les atribuye
en omisión impropia. 1) Situación típica: de los hechos probados
se desprende que a eso de las diez y treinta minutos de la mañana
del día cinco de abril de 2003,
los imputados antes referidos
ingresaron al recinto carcelario en la que se presentaba una
situación típica, es decir, una situación de amenaza o peligro
para la integridad física y la vida de reos pandilleros, cuando se
expresa que a la llegada de los encausados a la Granja Penal del
Porvenir, observan cuando “elementos de la Policía Nacional,
Policías Penitenciarios, elementos del Ejercito y reos rondines
atacan a reos pandilleros que se encuentran en indefensión‖13, 2)
Es un hecho no controvertido que los encartados C. E. H. A. y
J. L. S. R., ostentaban la condición de miembros de la Policía
Nacional, cuando ingresaron
al interior del Centro Penal del
Porvenir. El artículo 293 de la Constitución de la República prevé
que la Policía Nacional es una institución profesional del Estado,
encargada de velar por la conservación del orden público, la
prevención, control y combate del delito, así como también de
proteger la seguridad de las personas y sus bienes. El artículo 10
No. 2) de la entonces vigente Ley Orgánica de la Policía Nacional
(Decreto No. 155-98) establecía entre otras atribuciones, que para
el logro de sus objetivos y cumplimiento de sus responsabilidades,
le
correspondía
a
ese
cuerpo
de
seguridad
entre
otras
atribuciones, la de proteger la vida, bienes, derechos y
libertades
de las personas. En sintonía con los preceptos antes
mencionados, el artículo 22 No. 3) establece que en el
cumplimiento de sus funciones los miembros de la Policía deberán
cuidar y proteger la salud física y mental de las personas
detenidas o sometidas a resguardo. Del precepto constitucional y
legales antes citados, se desprende sin duda alguna, que los
miembros de la Policía Nacional, asumen la posición de garantes de
la vida e integridad física de las personas que se encuentren
recluidas en un centro penitenciario del Estado en aquellos casos
en que dichos bienes jurídicos se vean amenazados o puestos en
peligro por otros reclusos u otra clase de individuos,
de ahí
que, como consecuencia de su deber de garantía, haya de
preservarlos de las agresiones de compañeros, particulares, así
como también de los ataques que provengan de empleados o
funcionarios públicos. De este modo podemos afirmar, que los
imputados
C.
E.
H.
A. y J. L. S. R. tras su ingreso a la
Granja Penal del Porvenir para colaborar en el restablecimiento
del orden alterado en el interior de ese centro penitenciario,
tenían en general una posición de garante, es decir, la obligación
de hacer cuanto estuviera a su alcance para evitar ataques a la
integridad física o la vida de cuantas personas se encontraran en
situación de peligro, independientemente de que se tratara de
reclusos pandilleros, rondines, reos comunes denominados “paisas”,
12
Vid. VELASQUEZ, FERNANDO, VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte
General, 4ª edición, COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, págs. 674-675.
13
Vid. Hecho Probado, Trigésimo Cuarto.
38
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
visitantes, funcionarios penitenciarios, policías, miembros del
ejército nacional, etc… 3) C)Ausencia de la acción determinada:
una lectura detenida de la fundamentación fáctica de la sentencia
impugnada, no revela que los encausados C. E. H. A. y J. L. S.
R. hayan realizado alguna acción dirigida a evitar o impedir las
agresiones emprendidas contra reos pandilleros por elementos
armados del Estado y otros reclusos, así tenemos que en la
declaración de hechos probados el Juzgador expresa que los
procesados observan cuando “elementos de la Policía Nacional,
Policías Penitenciarios, elementos del Ejercito y reos rondines
atacan a reos pandilleros que se encuentran en indefensión, sin
que esto les motive a realizar acción alguna para detener las
agresiones o para auxiliar a los reos pandilleros, agregando
respecto al imputado
H.
A., que este asume una posición de
vigilante, entrando y saliendo repetidas veces del recinto hacia
el exterior a fin de verificar las personas y autoridades que
están llegando al centro Penal, mientras tanto el Cuerpo de
Bomberos estaba en espera de que cesaran los disparos para
ingresar a combatir el fuego desde dentro del edificio.14 D)La
posibilidad de realizar la acción esperada: Lo decisivo en la
comisión por omisión es la virtual causal de la acción que hubiera
debido realizarse para evitarlo (“causalidad hipotética”) Para
comprobar la existencia de la causalidad hipotética o llamada
también por algunos “nexo de evitación”, el Juzgador debe acudir a
una fórmula en virtud de la que a partir de la teoría de la
equivalencia de las condiciones, se afirma que la omisión es causa
del resultado, si puesta mentalmente en su lugar la acción
esperada, que no es realizada por el omitente, el resultado
desaparece como mínimo con una probabilidad rayana en la certeza.
El sujeto activo debe tener la capacidad efectiva (real, física)
de realizar la conducta ordenada (el mandato) en el caso concreto
y partir de consideraciones objetivas, pues de lo contrario, sí al
agente le falta capacidad corporal o física de acción, su
comportamiento, llevado a cabo de manera distinta, será atípico;
como dice la máxima jurídica: “a lo imposible nadie está
obligado”. Así por ejemplo: el bañista que en este momento se
ahoga en las playas, así se pueda presenciar el hecho por medio de
la televisión en directo, no puede ser salvado por uno de los
televidentes, pues ninguno de ellos tiene la posibilidad de
realizar la acción ordenada, no así el socorrista contratado para
cuidar a los veraneantes. Desde luego, la incapacidad física puede
ser equiparada a aquella que resulta de una inhabilidad técnica,
de una falta de conocimientos o de medios de auxilio15. A criterio
de esta Sala, cabía esperar que el acusado
C.
E.
H.
A., no
solamente por su condición de miembro de la policía nacional, sino
que también y sobre todo por ostentar un alto cargo dentro de la
estructura del cuerpo al que pertenece dotado de mando y
jerarquía, (en tanto que tenía el rango de Sub Comisionado y a la
vez ejercía la condición de Jefe Departamental de la Policía
Nacional
Preventiva
con
sede
en
la
ciudad
de
La
Ceiba),interviniese para impedir que continuaran las acciones
dirigidas a quitarle la vida a los reos pandilleros, cuando según
se consigna en el cuadro fáctico las mismas eran ejecutadas por
elementos de la Policía Nacional, Policías Penitenciarios,
elementos del Ejercito y reos rondines, de tal manera que no fue
14
Vid. Hecho Probado Trigésimo Cuarto.
Vid. VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte General, 4ª edición,
COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, pág 672.
15
39
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
sino hasta que transcurridos un mínimo de veinte minutos desde su
llegada al centro carcelario y al percatarse de la presencia de
representantes de los medios de comunicación, que el procesado C.
E. H. A. reingresa al recinto ordenando el alto el fuego lo que
trae como consecuencia inmediata que los elementos cobras,
policías preventivos, policías penitenciarios, y miembros del
ejercito, dejaran de disparar con sus armas16, de ahí que al no
haber realizado la acción esperada y que le era exigible, como es
la de haber ordenado el cese al fuego al enterarse de la situación
típica que tenía lugar al interior de la Granja Penal17, debe
entenderse configurado el nexo de evitación o de causalidad
hipotética, y por lo tanto que al encausado
H.
A. le sean
imputables en omisión impropia los hechos criminosos que se le
atribuyen, salvo uno de ellos, ya su comportamiento omisivo tuvo
lugar después de que gracias a la intervención de un miembro de la
Fuerza Aérea Hondureña que era hermano del reo pandillero J. R.
M., C.an las agresiones de las que era víctima éste último a manos
de reos rondines y miembros de la policía18. Por otro lado, esta
Sala no puede desconocer que las agresiones al colectivo de los
denominados reos pandilleros se ve precedida en el tiempo por la
muerte de varios rondines, así como también por los ataques
dirigidos a quitarle la vida a otros internos ocasionadas y
ejecutados, respectivamente, mediante la utilización de armas de
fuego y/o armas cortopunzantes, objetos contundentes, y la
provocación de un incendio a manos de reos pandilleros, de tal
manera que si bien es cierto no resultan amparados por alguna
eximente de responsabilidad criminal quienes por acción u omisión
contribuyeron
a
la
realización
de
los
hechos
objeto
de
juzgamiento, no es menos cierto que no podemos afirmar de manera
indubitada que los agresiones sufridos por los reos pandilleros
hayan sido realizadas de manera inesperada, a traición, mediante
celada, emboscada, y cualquier otro procedimiento que encaje
dentro de la circunstancia calificativa de la alevosía, esto es,
la de emplear medios, modos o formas en la ejecución de los
delitos contra la vida y la integridad corporal, que tiendan
directa y especialmente a asegurarlas, sin los riesgos que
eventualmente pudieran derivarse de una reacción defensiva de los
ofendidos, de tal manera que lo que cabe respecto al procesado C.
E. H. A. es una imputación por dieciocho delitos de tentativa de
homicidio en omisión impropia, de ahí que siguiendo los criterios
penológicos adoptados por el Tribunal de Instancia, mismos que no
pueden ser reformados en este sede por la prohibición de la
reformatio en peius, su conducta trae aparejada una pena de doce
años seis meses de reclusión. En lo que concierne al coimputado J.
L. S. R., esta Sala es del criterio que no se configura el nexo de
16
Vid Hecho Probado Trigésimo Quinto.
17
En este sentido esta Sala comparte la valoración efectuada por el
Tribunal de Instancia cuando expresa que ―se formula reproche en contra
del acusado Carlos Esteban Henríquez, por la omisión de no haber dado la
orden del cese al fuego inmediatamente después de haberse enterado de las
agresiones a las que eran objeto los reos pandilleros, sino que consintió
las mismas, por 20 a 25 minutos, hasta que ordeno el cese al fuego. El
Tribunal concluye que el motivo por el cual el acusado Henríquez dio la
orden fue por la llegada de los medios de comunicación al lugar y demás
autoridades, de lo cual se enteró al haber tenido la oportunidad de poder
entrar y salir del recinto, lo cual hizo para efectos de vigilancia del
exterior”. Vid. Página 278 de la sentencia dictada por el referido
Tribunal.
18
Vid. Hechos Probados Trigésimo Segundo y Trigésimo Tercero.
40
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
evitación para recibir un reproche penal por los resultados
típicos que ha resultado condenado en omisión impropia, ya que si
bien es cierto que tenía la posición de garante en general, en el
caso concreto que ahora nos ocupa tenía asignado antes y después
de ingresar al centro carcelario, la función específica de
salvaguardar la vida e integridad corporal de su superior
jerárquico, esto es, la del encausado
C.
E.
H.
A.. Es de
recordar que al tenor de lo prescrito por el artículo 22 No. 2
literal ch) de la Ley Orgánica de la Policía Nacional vigente al
momento en que se produjeron los acontecimientos; en el
cumplimiento de sus funciones los miembros de la policía deberán
de
actuar
de
acuerdo
con
los
principios
de
jerarquía,
subordinación y disciplina, precisando por otro lado, que en
ningún caso podrá invocarse la obediencia debida cuando las
órdenes o acciones impliquen la comisión de delitos o faltas o
cuando sean contrA. a la ley. Un observador objetivo e imparcial
llegaría a la conclusión de que la instrucción girada por el
superior jerárquico del procesado J. L. S. R. de salvaguardar su
vida e integridad corporal en un escenario de extrema violencia y
peligro, no se presentaba a éste como ilegal o contraria al
ordenamiento jurídico, de tal manera que a partir de datos
objetivos podemos deducir que el encartado no se representó un
deber jurídico de actuar de otra manera, y por lo tanto la
obligación legal de abandonar la posición de protección que le
había sido encomendad. Dicho en otros términos, no se deduce del
cuadro fáctico descrito, que el encartado S. R., a diferencia del
coimputado H. A., tuviera la capacidad de interrumpir el proceso
causal en marcha, ni que quiso (aunque sea eventualmente) la
realización del tipo en su aspecto objetivo correspondiente, y por
lo tanto que haya concurrido en su conducta una
voluntad de
realización de la conducta omisiva dirigida finalísticamente a
contribuir aunque sea eventualmente a la realización de los
delitos de tentativa de homicidio perpetrados en perjuicio de los
reos pandilleros. Por tanto cabe absolverle de responsabilidad
criminal por los diecinueve delitos de tentativa de asesinato en
comisión por omisión, por los cuales había resultado condenado. Si
bien es cierto que en lo concerniente a los acusados M. A. C. I.,
J. R. O. Y O. E. H. P. el Apoderado recurrente no se pronunció de
manera puntual y concreta sobre tales cargos, esta Sala considera
que por una aplicación extensiva del recurso de casación,
autorizada por el artículo 349 del Código Procesal Penal, la
infracción de los artículos 117 No. 1) en relación al 15) del
Código Penal, alegada a favor del coimputado J. L. S. R.,
encontrándose en esencia en la misma situación de aquellos, debe
apreciarse en su beneficio, tomando en cuenta fundamentalmente,
que del cuadro fáctico no se deriva una conducta omisiva
relevante, favorecedora o reforzadora y con efectos causales que
pueda atribuirse a dichos encartados para condenarles por
diecinueve delitos de tentativa de asesinato en comisión por
omisión. Consecuentemente se declara parcialmente con lugar el
recurso de casación que en su tercer motivo formulara el Abogado
A. O. S., y al mismo tiempo se declara la aplicación extensiva de
tal resolución en lo conducente a favor de los procesados M. A.
C. I., J. R. O. Y O. E. H. P.. V.- ―RECURSO DE CASACIÓN POR
INFRACCION DE LEY. INFRACCION DEL ARTICULO 349 Nº 3) DEL CODIGO
PENAL EN RELACIÓN CON EL ARTÍCULO 32 DEL MISMO TEXTO PUNITIVO.PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTICULO 360 PARRAFO PRIMERO DEL CODIGO
PROCESAL PENAL.- EL CENSOR ARGUYE FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS
HECHOS DECLARADOS PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE LOS IMPUTADOS
C.
E. H. A., J. L. S. R., M. A. C. I., J. R. O. Y O. E. H. P.
41
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
SEAN AUTORES DEL DELITO DE VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS
FUNCIONARIOS. El motivo se encuentra autorizado por el artículo
360 del Código Procesal Penal. EXPOSICIÓN DEL MOTIVO Expone el
maestro mexicano M.no J. Huerta que ―las figuras típicas
geometrizan lo antijurídico, corrigen la intuición, frenan la
emoción y dotan al derecho penal de una mística noble y de una
reciedumbre segura y grandiosa que cercenan los arrebatos de la
ira, los despotismos, las arbitrariedades y demás excesos emotivos
inherentes a la feble condición humana. Sus contornos y distarnos,
sus límites y ampliaciones, sus fácticas formas y contenidos
intrajurídicos, captan los fenómenos ilícitos más trascendentes y
más adheridos a la vívida realidad social. Las figuras típicas no
solo geometrizan lo antijurídico, sino que también sirven de
fundamento a la culpabilidad jurídico penal, pues ésta se basa en
el aislado acto típico; severamente -a través del acto típico- se
penetra en la intimidad del autor y se valora dicha intimidad
conforme a las individualizadas normas de deber, que emanan de las
normas de derecho‖. Por su parte, la Dra. Olga Islas de G.
Mariscal en su libro ―Análisis lógico de los delitos contra la
Vida‖ nos informa que la tipicidad es ―la correspondencia unívoca
uno a uno entre los elementos del tipo penal‖ y los contenidos del
delito; es decir, entiende la Dra. Islas, que para cada elemento o
presupuesto del tipo penal tiene que existir una porción del
contenido del delito que satisfaga la semántica de aquél y para
cada porción del contenido del delito ha de haber un elemento del
tipo que requiera su concreta concreción. Cuando no quede
satisfecho el requisito de la exacta adecuación al tipo legal,
aparecerá la atipicidad. El elemento de la tipicidad puede
definirse como el encuadramiento de una conducta con la
descripción hecha en la ley; en otras palabras, es la acuñación o
adecuación de un hecho a la hipótesis legislativarias Celestino
Porte Petit dice, que la tipicidad es: ―la adecuación de la
conducta al tipo, que se resume en la fórmula nullum crimen sine
tipo‖. El tipo es, podemos decir, la descripción de una conducta
hecha por el Estado a través de los preceptos legales penales, es
decir, a través de la descripción que haga el Código Penal o la
ley especial que así lo describa como una conducta penal. El tipo
es, para muchos autores, la descripción de una conducta
desprovista de valoración, es la descripción de la conducta y del
resultado, quedando, por consiguiente, incluidas en el tipo, la
acción y el resultado (causalismo). El tipo es la descripción
legal de un delito, y la tipicidad es la amoldación o amoldamiento
de la conducta a la fórmula descrita por la ley o fórmula típica.
De lo anterior se desprende que los presupuestos del delito se
pueden concretizar en el deber jurídico penal, bien jurídico
penal,
el
sujeto
activo
del
delito
con
sus
elementos
constituyentes –voluntariedad, imputabilidad, dominio del hecho,
calidad de garante, calidad especifica y pluralidad especifica-,
sujeto pasivo con sus posibles alternancias -calidad específica y
pluralidad específica- y el objeto material. Para efecto de
nuestra tesis nos referiremos a cuestiones específicas como el
deber jurídico penal que comprende la prohibición o mandato
categórico contenido en el tipo legal y lo establecido por Beling
en cuanto a que la tipicidad no es otra cosa que encontrar en los
hechos tenidos como probados la satisfacción de todos y cada uno
de los presupuestos del tipo penal. Por su parte F. Muñoz Conde al
referirse a los delitos y siguiendo los conceptos de la Imputación
Objetiva, es menester imperativo tener el dominio del hecho, como
teóricamente acepta y reconoce la sentencia impugnada al comentar
la autoría del delito. El Artículo 32 del Código Penal define la
42
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
autoría como quienes toman parte directa en la ejecución del hecho
(autoría inmediata), los que fuerzan o inducen directamente a otro
a ejecutarlo (autoría mediata) y los que cooperan a la ejecución
del hecho por un acto sin el cual no se hubiera efectuado
(cómplice necesario). Gimbernat al referirse a este precepto final
o cómplice necesario establece que esa contribución debe ser no de
un elemento común, sino de aquellos que son escasos en el comercio
de los hombres y que lo tornen indispensable para la comisión del
delito. Cuando no se integran todos los elementos descritos en el
tipo legal, se presenta el aspecto negativo del delito llamado
atipicidad. La atipicidad es la ausencia de adecuación de la
conducta al tipo. Si la conducta no es típica, jamás podrá ser
delictuosa. En fondo, en toda atipicidad hay falta de tipo; si un
hecho específico no encuadra exactamente en el descrito por la
ley, respecto de él no existe tipo. ―Las causas de atipicidad
pueden reducirse a las siguientes: a) Ausencia de la calidad o del
número exigido por la ley en cuanto a los sujetos activo y pasivo;
b) Si faltan el objeto material o el objeto jurídico;
c) Cuando
no se dan las referencias temporales o espaciales requeridas en el
tipo; d) Al no realizarse el hecho por los medios comisivos
específicamente señalados en la Ley;
e) Si faltan los elementos
subjetivos del injusto legalmente exigidos; y,
f) Por no darse,
en su caso, la antijuricidad especial‖. DOMINIO DEL HECHO
Retomando la autoría conforme a las teorías material-objetivas que
se orientan por pautas objetivas, intentan establecer el sentido
de la intervención atendiendo a criterios de contenido, no sólo a
la forma del comportamiento. El Concepto objetivo-material,
sostiene que autor es aquel que aporta la contribución más
importante, en cierto modo en la línea de la llamada causalidad
eficiente.
Las deficiencias de los conceptos objetivos de autor
hicieron que la doctrina buscara otros tipos de Teoría. De esta
forma, encontramos la Teoría del Dominio del Hecho para la cual el
autor del delito es la persona que consciente y dolosamente
controla el desarrollo del hecho, que tiene el dominio sobre el
curso del mismo, dominio que se manifiesta en lo subjetivo porque
lo orienta a la lesión de un bien jurídico y, en lo objetivo,
porque goza del poder de interrumpir en cuanto quiera el
desarrollo del hecho. Como se puede observar, esta Teoría combina
elementos subjetivos y objetivos, y además admite sin problemas el
concepto de autor mediato. Ahora, hay que diferenciar la autoría
en función del ámbito en que se encuentre. Es cuando el sujeto no
realiza la acción típica, no tiene dominio del hecho o no le
incumbe el deber especial en los delitos de infracción de deber.
El Honorable Tribunal de Sentencia de la ciudad de La Ceiba
incurre en una dicotomía en la aplicación del dominio del hecho
fundado en el concepto de verticalidad que impera en la estructura
de las Fuerzas Armadas muy diferente a la establecida para la
Policía Nacional. En primer lugar, porque esa verticalidad de
mando entre las Fuerzas Armadas y la Policía ha quedado abolida
por mandato constitucional (Artículo 273 en relación con el
Artículo 293 constitucional vigente y por ende, ningún criterio de
juzgador puede estar por encima de la Ley, máxime cuanto esta ley
es la norma máxima. Pretende establecer la sentencia que el
Subcomisionado de Policía
C.
E.
H.
A. tiene el dominio del
hecho por ser el oficial de mayor jerarquía, pero este criterio
adolece de dos graves errores legales: a) Siguiendo los
comentarios fijados por el Tribunal de Sentencia en la página 252
del
texto
de
la
sentencia
pretende
establecer
que
el
Subcomisionado H. A. tuvo el dominio del hecho desde su llegada
hasta que ingresa al penal el Sub Secretario de Estado en el
43
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
Despacho de Seguridad A. C., pero al mismo tiempo la sentencia
recoge la presencia del Coronel del Ejército don M. C. que, ―como
oficial de mayor grado, coordina los elementos de los bomberos,
policías penitenciarios, aun cuando él pertenece a las Fuerzas
Armadas‖. Y luego comenta la valoración de la prueba que ―Mandan
las normas que en caso de emergencia deberá siempre existir una
persona y solo una, que se haga cargo del escenario para el mejor
desempeño de las labores de auxilio, rescate y ejecución de
acciones. El Tribunal no reprocha como negativo que en caso de
emergencia el representante del Estado con mayor rango tome la
dirección de las acciones
a realizar. Concluye el Tribunal
que
los hechos reflejan que la cadena de mando no se rompió en ningún
momento en los hechos que ocupan el presente juicio, aun entre
personas que pertenecían a diferentes instituciones del Estado‖.
Pero este concepto de emergencia no está contemplado en ninguna de
las leyes aplicables: Ley Constitutiva de las Fuerzas Armadas y
Ley Orgánica de la Policía Nacional. Este concepto de la sentencia
es totalmente contradictorio y en lo absoluto se apega a los
hechos que se dan en el suceso. En primer lugar porque si se trata
de otorgar la competencia al oficial de mayor grado, el Coronel C.
lo sustenta dentro de las Fuerzas Armadas y, si la sentencia
quiere amalgamar en un solo haz de funciones a la Administración
Pública, entonces el Subcomisionado
H.
A., los oficiales de
policía,
los
agentes
cobras,
los
policías
penitenciarios,
fiscales, bomberos y cuantos agentes del Estado estuvieron
presentes estaban bajo la jurisdicción del Coronel C., quien
pasaría a tener el dominio del hecho y por ende, responsable
penalmente de la totalidad de los hechos que se dieron en la
granja penal de El Porvenir, Atlántida, cuestión que resulta
totalmente falsa. Por otro lado y siguiendo el contenido del
Artículo 11 de la Ley de la Policía Nacional Civil, la Granja
Penal de El Porvenir está bajo la jurisdicción de la Dirección
General
de Servicios Especiales Preventivos dentro de la
competencia de la Dirección de Establecimientos Penales y así lo
reconoce la sentencia al enjuiciar al ciudA.o don
L. B. A. R.
como cabeza de mando de esa institución y, concretando el mando al
caso particular, el Centro Penal está bajo el mando del Policía
Penitenciario D. A. R. V. (Hecho probado número octavo), existe un
subdirector del centro penal y, en la línea de mando está el
comandante de guardia N. O. M., cuya autoridad es reconocida no
solamente por el subcomisionado H. A., sino por el mismo Coronel
C., situación de dominio del hecho que es reconocida por los
mismos hechos tenidos como probados según se desprende del hecho
vigésimo sexto donde afirma que ―una patrulla de turismo, que se
encontraba en la piñera, recibe el aviso de la central de
comunicaciones de la Policía Nacional Preventiva de que había una
fuga en el centro penal… dirigiéndose al Cuerpo de Guardia en
donde encontraron a elementos de la Policía Penitenciaria, entre
estos al sargento O. R. S., quien les informa que los internos han
prendido fuego…‖. El Subcomisionado H. A., al momento de rendir
su declaración hace afirmaciones sujetas al estatuto legal de la
Policía manifestando: ―Me informó el clase A., que estaba al mando
de la granja, respecto a lo que ocurría en el interior de la
misma…‖, ―Me asignaron la defensa perimetral como protocolo de
seguridad. No tengo ninguna autoridad de mando sobre la misma…‖,
el protocolo de seguridad es hacer un cordón de seguridad en el
exterior de la granja. ―Yo asumí el mando externo de la granja…‖,
―Yo no asumí el control de la escena, yo asumí el protocolo de
seguridad, me encargué de la defensa de seguridad‖. ―La preventiva
con la penitenciaria, no tiene relación de mando ni de
44
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
subordinación.‖, Finalmente se señala en el informe a la
Comisionada en Jefe de la Policía Preventiva doña Coralia R. que
―se presentó el señor Vice Ministro de Seguridad, el Ingeniero A.
C., quien retomó el mando de la situación, procediendo de
inmediato a establecer algunos servicios urgentes‖. De lo
trascrito y no tenido en cuenta por el Honorable Tribunal de
Sentencia,
se
desprende
que
la
conducta
asumida
por
el
Subcomisionado
H.
A. está dentro de la Ley Orgánica de la
Policía, es decir, al momento de llegar a la Granja Penal se pone
a la orden de la máxima autoridad en ese momento dentro de la
Granja Penal, el clase A., de lo que si estaba obligado, a
coadyuvar con otro ente de la policía, pero sin despojarlo de su
autoridad y dominio del hecho y esta autoridad la que le ordena al
Subcomisionado
H.
A., hacerse cargo del protocolo de seguridad
exterior de la granja, para, con el auxilio de los agentes cobras
y los bomberos, hacer la valla de seguridad y sacar la mayor
cantidad posible de reos que tienen su vida amenazada dentro del
interior del penal. Los actos curiosos de las autoridades de
asomarse a ver lo que sucede al interior de la Granja Penal no
puede ser óbice para descartar el sometimiento a la ley que
expresa el Subcomisionado
H.
A. y sus agentes cobras. En el
hecho vigésimo séptimo se sostiene que ―se personan al lugar otra
patrulla de la policía nacional preventiva con un mínimo de siete
elementos Cobras, portando sus armas de reglamento, entre estos
los policías M. A. C., J. R. O. y O. E. H. P., todos al mando del
Inspector E. A. T. V.‖. Lo raro de la sentencia e incluso, del
requerimiento fiscal, es que los policías Cobras son procesados y
condenados por el delito de Violación de los Deberes de los
Funcionarios y no así el oficial que va al mando de ellos y que,
en todo cado, cualquier conducta en la que hubieren incurrido,
sería por mandato o con la anuencia de su oficial al mando de su
conducta y, sin embargo el Inspector T. V. no es enjuiciado y, por
la naturaleza del delito y la conducta que se le atribuye a sus
subordinados, no puede ser objeto del criterio de oportunidad por
no ajustarse el delito a ninguno de los casos en que procede, de
tal forma que, si la conducta del Inspector T. Videl no constituye
delito, tampoco lo podrá ser la conducta de sus subalternos frente
a la evidencia de que nada dice la sentencia de que los policías
Cobras hayan actuado por su propia cuenta o como ―machos sin
dueño‖. Por todo lo anterior y con apego al principio de
legalidad, tanto el Subcomisionado
H.
A., su guarda espalda J.
L. S. R. y los tres policías cobras al mando del Inspector T. V.
jamás tuvieron el dominio del hecho como para omitir una conducta
debida. VIOLACIÓN A LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS Cuando la
sentencia entra en su fundamentación jurídica penetra en la
exposición a la omisión, propia e impropia, fijando la primera en
―un deber de actuar‖ y la segunda como mandatos imperativos de la
ley penal conectados a un determinado resultado prohibitivo, como
un deber de actuar del sujeto activo debido a su especial carácter
de garante. Una concepción más simple de la omisión propia e
impropia podrá concretarse en que la primera se ve como una
conducta que consiste en una mera actividad, mientras que la
segunda exige un resultado. Esta concepción de la sentencia
pretende llevar al Subcomisionado
H.
A., su guarda espalda J.
L. S. R. y los agentes de policía cobras C. I., O. y H. P. a una
serie de situaciones que se enumeran de la siguiente manera: 1.Que se encuentran en una posición de garantes; sin embargo tal
posición es imposible y contrario al principio de legalidad en
vista
de
que
la
Policía
Preventiva
no
tiene
bajo
su
responsabilidad el cuidado de los privados de libertad, sino que,
45
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
en base al Artículo 11 de la citada Ley de la Policía Nacional
Civil, tal responsabilidad corresponde a la Dirección General de
Establecimientos Penales como rama de la Dirección General de
Servicios Especiales Preventivos, organismo administrativo con
competencia propia y sin grado de subordinación a ninguna de las
otras ramas que integran la Policía Nacional Civil (Art. 11 LPN).
Cuando la sentencia establece que a estos policías preventivos ―se
les puede establecer que omitieron su obligación de salvaguardar
la vida de estos‖, deja un vacío en el acto administrativo como
fundamento y unidad celular de la gestión administrativa del
Estado y se trata del abandono de la competencia a que se refiere
el principio de legalidad de la Administración Pública donde cada
funcionario, cada empleado define su posición dentro de la
Administración Pública por la competencia de que está investido y
ningún funcionario o empleado puede asumir la competencia de otro
sin incurrir en la violación del Artículo 321 de la Constitución
de la República en que se funda la sentencia. La responsabilidad
de las personas privadas de libertad radica en la Dirección de
Establecimientos
Penales
y
su
estructura
de
policías
penitenciarios en toda su organización interna, de manera que
tanto el dominio del hecho como la condición de garante descansan
en la Policía Penitenciaria y jamás en otra rama de la Policía.
2.- Se les ubica como funcionarios y empleados públicos al invocar
el Artículo 393 del Código Penal, de manera que desde este momento
los policías, cualquiera que sea su competencia están sujetos al
acto administrativo y su estructura legal, por consiguiente están
sujetos a la competencia y al principio de legalidad conforme sea
el rango de atribuciones que se les asignen y jamás bajo la
estructura de las Fuerzas Armadas. Si bien es cierto que la
policía nacional preventiva encargada del orden público o
tranquilidad de la calle tiene entre sus atribuciones salvaguardar
la vida de los ciudA.os, por el mismo principio que sigue la
sentencia y el fundamento jurídico en que se quiere hacer
fundamentar, señala la contradicción al invocar el concurso de
leyes registrado en el Artículo 2-A agregado al Código Penal y que
la sentencia presenta como una forma del Concurso de Delitos
siguiendo el pensamiento de algunos autores penales y no de la
mayoría que consideran una materia diferente entre lo que legisla
el Artículo 2-A agregado y los artículos 35 y 36 del Código Penal.
En el numeral primero del Artículo 2-A se establece que la ley
especial se
aplica con preferencia al precepto general. Este
concepto, llevado a la sentencia nos dice que quien tiene la
condición de garante para salvaguardar la vida de los privados de
libertad son los Policías Penitenciarios que se rigen por el
estatuto del precepto especial y la obligación o garante de
salvaguardar la vida de los ciudadanosen la tranquilidad de la
calle corresponde a la policía preventiva, en consecuencia no
puede atribuirse la condición de garante de salvaguardar la vida
de los privados de libertad a la Policía preventiva, si en la
escena de los sucesos está presente la policía penitenciaria. 3.Partiendo de esa situación y dado que para que se de la omisión
impropia es menester el resultado a diferencia de la omisión
propia que reclama una conducta prohibitiva de mera actividad, la
violación a los deberes de los funcionarios contenida en el
numeral tercero del Artículo 349 del Código Penal, es necesario
que el acto administrativo, no de hecho, que el funcionario o
empleado público debe omitir, debe ser de aquellos que deba
ejecutar de conformidad con los deberes de su cargo y en ningún
momento la Ley de la Policía Nacional fija a la policía preventiva
la obligación de salvaguardar la vida de los privados de libertad,
46
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
sino que esta función es exclusiva por el estatuto de la
competencia a la Policía Penitenciaria. 4.- El problema que
manifiesta la sentencia es de otra naturaleza de tipo doctrinario.
El honorable Tribunal de Sentencia cuando trata de ajustar la
conducta de los policías preventivos que estuvieron coadyuvando
con la policía penitenciaria, trata de acumular el delito -por la
falta de detalle en el tipo penal invocado- al delito de Omisión
de Socorro a que se refiere el Artículo 195 del Código Penal de
España de 1995, donde el sujeto pasivo es una persona que se halla
desamparada y en peligro manifiesto y grave. Desamparada quiere
decir que no puede prestarse ayuda a si misma. Y el peligro es la
probabilidad de que se produzca un determinado resultado, este ha
de ser manifiesto (perceptible y cognoscible para la generalidad
de los hombres) y grave (depende de la índole del mal como del
grado de probabilidad e inminencia). Es indiferente la causa,
salvo que venga de un ataque delictivo o de la actuación del
propio sujeto activo. El sujeto activo es aquel que tiene la
obligación de prestar socorro, fundamentada en al conocimiento de
que una persona se encuentra en la situación antes descrita. Tiene
que haber una acción negativa de no socorrer (presupuesto tipo es
la capacidad de acción, de prestar auxilio). Dependiendo de las
circunstancias éste podrá consistir en asistencia directa y en
caso de imposibilidad de prestar socorro hay obligación de
demandar auxilio. Es un delito de omisión pura, no hace falta que
se produzca el resultado y si este se produce el sujeto activo
solo tiene que responder por el deber de socorrer. El bien
jurídico protegido es la seguridad de las personas, su integridad
físico-psíquica, pero no exigen comportamientos heroicos, tiene
que tener capacidad para actuar (no todo el mundo puede), por eso
se dice ―sin riesgo propio ni para terceros‖. Si hay riesgo hay
inculpabilidad. No hay que hacer una ponderación de males, solo
una valoración ex-ante de que hay riesgo para la persona o para el
tercero. Si la sentencia no llama por su nombre al delito de
denegación de socorro es precisamente porque este delito no está
tipificado en nuestra legislación penal, sino que los jueces
sentenciadores tratan de subsumir tales presupuestos en un tipo
penal que carece de ellos como es el tipo penal contenido en el
Artículo 349 numeral 3 del Código Penal. Este tipo de subsunción a
que recurre el Honorable Tribunal de Sentencia lo hace incurrir en
la conducta prohibida contenida en el Artículo 11 del Código
Penal. 5.- En el numeral 4 de la Fundamentación Jurídica, parte
final, la sentencia sostiene que mis representados ―omitieron
ejecutar en forma personal las acciones necesA. que les eran
exigidas por la ley en su condición de Funcionarios Públicos,
siendo autores inmediatos del delito de Violación a los Deberes de
los Funcionarios‖. Nada más inexacto y fuera de la realidad legal
en que se funda el acto administrativo. ―Los servidores del Estado
no tienen más facultades que las que expresamente les confiere la
ley‖ señala el párrafo primero del Artículo 321 de la Constitución
de la República y en base a este precepto constitucional surge en
las leyes de la Administración Pública el concepto de principio de
legalidad en la Administración Pública y la competencia, como
aquellas actividades que las leyes identifican como obligaciones y
atribuciones de los funcionarios y empleados en el ejercicio de su
cargo, de manera que corresponde al Artículo 39 de la Ley de la
Policía Nacional fijar las atribuciones de la policía preventiva y
en ninguno de sus numerales está la atribución de arrogarse las
funciones de otro cuerpo de policía, sino que, conforme al
Artículo 25 de la citada Ley, están obligados, junto a la
autoridad militar, apoyar a aquel cuerpo policial que se encuentre
47
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
en un caso de motín o situaciones similares, podrán ayudar a que
aquella desarrolle con solvencia la autoridad de que está
investida. Corresponde, conforme a la competencia que delega el
Artículo 52 de la Ley de la Policía Nacional la responsabilidad
de atender la seguridad, administración y custodia de los
establecimientos penales a la Dirección General de Servicios
Especiales. En consecuencia no puede incurrir en violación a los
deberes de los funcionarios al tenor del Artículo 349 numeral 3
del Código Penal en el grado de autoría que señala el Artículo 32
de la citada ley, aquellos funcionarios o empleados públicos que
la ley no ha puesto expresamente esas facultades dentro de su
competencia,
ni muchos menos podrá hacerlo por omisión impropia
cuando se trata de un delito de resultado que solamente es posible
mediante la omisión propia y jamás por la omisión impropia como
pretende la sentencia, dando por resultado una aplicación indebida
de las normas sustantivas penales contenidas en los artículos 32 y
349 numeral 3 del Código Penal. Siguiendo el precepto citado por
la sentencia, resultarían responsables de los delitos imputados
todos los funcionarios y empleados públicos que acudieron al
siniestro, incluyendo bomberos, todos los militares, los Fiscales
del Ministerio Público, los agentes especialistas en escena del
crimen que recogieron las evidencias y todos aquellos que tienen
rango de funcionarios y empleados públicos. En consecuencia mis
representados jamás pudieron haber incurrido en el delito de
Violación a los Deberes de los Funcionarios en la modalidad que
imputa el Ministerio Público porque jamás tuvieron competencia
para tener el dominio del hecho y porque cuantos concurrieron en
ayuda se supeditaron y se pusieron a la orden del Comandante de
Guardia del Centro Penal, quienes en ningún momento fueron
despojados de su condición de autoridad responsable y de plena
competencia por mandato expreso de la ley. V.- RECURSO DE CASACIÓN
POR INFRACCION DE LEY. INFRACCION DEL ARTICULO 349 Nº 3) DEL
CODIGO PENAL EN RELACIÓN CON EL ARTÍCULO 32 DEL MISMO TEXTO
PUNITIVO.- PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTICULO 360 PARRAFO PRIMERO DEL
CODIGO PROCESAL PENAL.- EL CENSOR ARGUYE FUNDAMENTALMENTE QUE DE
LOS HECHOS DECLARADOS PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE LOS ENCARTADOS
C. E. H. A., J. L. S. R., M. A. C. I., J. R. O. Y O. E. H. P.
SEAN AUTORES DEL DELITO DE VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS
FUNCIONARIOS. Argumenta el recurrente que la tipicidad se define
como el encuadramiento de una conducta con la descripción hecha en
la ley. Que el tipo es la descripción que hace el Código Penal o
la ley especial de una conducta penal. El Censor estima que de
ello se derivan los presupuestos del delito, a saber: el deber
jurídico penal, bien jurídico penal, el sujeto activo del delito
con sus elementos constituyentes –voluntariedad, imputabilidad,
dominio del hecho, calidad de garante, calidad específica y
pluralidad
específica-,
sujeto
pasivo
con
sus
posibles
alternancias -calidad específica y pluralidad específica- y el
objeto material. En su tesis recursiva el casacionista hace
referencia a los conceptos de: deber jurídico penal, que comprende
la prohibición o mandato categórico contenido en el tipo legal;
tipicidad, que no es otra cosa que encontrar en los hechos tenidos
como probados la satisfacción de todos y cada uno de los
presupuestos del tipo penal; imputación objetiva, que exige como
imperativo tener el DOMINIO DEL HECHO, que tal como lo señala el
Censor, se explica en la sentencia impugnada al definir la autoría
del delito como una categoría dogmática. Señala que el Artículo 32
del Código Penal vigente define la autoría directa o inmediata, la
mediata y al cómplice necesario, este último, según Gimbernat
aporta una contribución no común, o escasa en el comercio de los
48
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
hombres, que la torna indispensable para la comisión del delito.
Afirma que la atipicidad es la ausencia de adecuación de la
conducta al tipo, y que si la conducta no es típica, no es
delictuosa. Refiere que las causas de atipicidad se reducen: a)
Ausencia de la calidad o del número exigido por la ley en cuanto a
los sujetos activo y pasivo; b) Si faltan el objeto material o el
objeto jurídico; c)Cuando no se dan las referencias temporales o
espaciales requeridas en el tipo; d) Al no realizarse el hecho por
los medios comisivos específicamente señalados en la Ley; e)Si
faltan los elementos subjetivos del injusto legalmente exigidos;
y, f)Por no darse, en su caso, la antijuricidad especial”. Afirma
que el DOMINIO DEL HECHO retoma la autoría conforme a las teorías
material-objetivas que intentan establecer el sentido de la
intervención atendiendo a criterios de contenido, no sólo a la
forma del comportamiento y sostiene que autor es aquel que aporta
la contribución más importante, en cierto modo en la línea de la
llamada causalidad eficiente, por la que el autor del delito es la
persona que consciente y dolosamente controla el desarrollo del
hecho, que tiene el dominio sobre el curso del mismo, dominio en
lo subjetivo porque lo orienta a la lesión de un bien jurídico y,
en lo objetivo, porque goza del poder de interrumpir, cuando
quiera el desarrollo del hecho. Añade el recurrente que esta
teoría combina elementos subjetivos y objetivos, y admite el
concepto de autor mediato.
Refiere a que hay que diferenciar la
autoría en función del ámbito en que se encuentre, debido a que el
sujeto no realiza la acción típica, cuando no tiene dominio del
hecho o no tiene
el deber especial de actuar. Concretamente
censura que el A Quo incurre en una dicotomía cuando aplica la
teoría del DOMINIO DEL HECHO fundado en el concepto de
verticalidad que impera en la estructura de las Fuerzas Armadas,
que es diferente a la establecida para la Policía Nacional. Arguye
que esa verticalidad de mando entre las Fuerzas Armadas y la
Policía ha quedado abolida por mandato constitucional (Artículo
273 en relación con el Artículo 293 constitucional vigente). El
Censor considera que el Tribunal supone que en un caso de
emergencia el representante del Estado con mayor rango debe tomar
la dirección de las acciones a realizar. Estima que el concepto de
emergencia no está contemplado en ninguna de las leyes aplicables:
Ley Constitutiva de las Fuerzas Armadas y Ley Orgánica de la
Policía Nacional. Aprecia que en este aspecto la sentencia es
contradictoria y no se apega a los hechos, debido a que si se
trata de otorgar la competencia al oficial de mayor grado, el
Coronel C. lo sustentaba dentro de las Fuerzas Armadas. Afirma que
de acuerdo al Artículo 11 de la Ley de la Policía Nacional, la
Granja Penal de El Porvenir, está bajo la jurisdicción de la
Dirección General de Servicios Especiales Preventivos, competencia
de la Dirección de Establecimientos Penales y, el Centro Penal
bajo el mando del Policía Penitenciario D. A. R. V. (Hecho probado
número octavo), el Subdirector del Centro Penal y en la línea de
mando, el Comandante de Guardia N. O.M., cuya autoridad es
reconocida por el Subcomisionado C. E. H. A. y por el Coronel
C., situación de DOMINIO DEL HECHO que es reconocida en los hechos
tenidos como probados, (hecho vigésimo sexto). Alude a que el
Subcomisionado
H.
A., al momento de rendir su declaración hace
afirmaciones sujetas al estatuto legal de la Policía, relativos a
que la Policía preventiva con la penitenciaria, no tienen relación
de mando, ni de subordinación, y que su conducta asumida cuando se
produjeron los hechos estuvo apegada a la Ley Orgánica de la
Policía, al referir que al momento de llegar a la Granja Penal, se
puso a la orden de la autoridad de la Granja Penal, el clase A..
49
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
Estima el recurrente que el acusado estaba obligado a coadyuvar
con el otro ente policial, pero sin despojarlo de su autoridad y
dominio del hecho, autoridad que le ordena al Subcomisionado
H.
A., hacerse cargo del protocolo de seguridad exterior de la
granja. Aprecia que los actos curiosos del imputado de asomarse a
ver lo que sucede al interior de la Granja Penal no deben ser
óbice para descartar el sometimiento del Subcomisionado H. A. y
sus agentes cobras a la ley. Reprocha el hecho vigésimo séptimo de
la sentencia que dice: “se personan al lugar otra patrulla de la
policía nacional preventiva con un mínimo de siete elementos
Cobras, portando sus armas de reglamento, entre estos los policías
M. A. C., J. R. O. Y O. E. H. P., todos al mando del Inspector E.
A. T. V.”. Censura que el requerimiento fiscal promovido y la
sentencia en que los policías Cobras son procesados y condenados
por el delito de VIOLACIÓN DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS no
fue dirigido ni dictada respectivamente, en contra del oficial
Inspector T. V., pese a que éste último iba al mando de aquellos.
Señala que con apego al PRINCIPIO DE LEGALIDAD, tanto el
Subcomisionado H. A., su guarda espalda J. L. S. R. y los tres
policías cobras al mando del Inspector T. V. jamás tuvieron el
DOMINIO DEL HECHO, para omitir una conducta debida. En la
fundamentación jurídica de VIOLACIÓN A LOS DEBERES DE LOS
FUNCIONARIOS la sentencia penetra en la exposición de la OMISIÓN,
PROPIA E IMPROPIA, fijando la primera en “un deber de actuar” y la
segunda como mandatos imperativos de la ley penal conectados a un
determinado resultado prohibitivo, como un deber de actuar del
sujeto activo debido a su ESPECIAL CARÁCTER DE GARANTE. Esta
concepción de la sentencia pretende llevar al Subcomisionado
H.
A., su guarda espalda J.
L. S. R. y a los agentes de policía
cobras
C. I., O. Y H. P. a una serie de situaciones que se
enumeran de la siguiente manera: 1.- Que se encuentran en una
POSICIÓN DE GARANTE, siendo tal posición imposible y contraria al
PRINCIPIO DE LEGALIDAD, en vista de que la Policía Preventiva no
tiene bajo su responsabilidad el cuidado de los privados de
libertad, sino que, en base al Artículo 11 de la citada Ley de la
Policía Nacional, esa responsabilidad le corresponde a la
Dirección General de Establecimientos Penales como rama de la
Dirección General de Servicios Especiales Preventivos, organismo
administrativo
con
competencia
propia
y
sin
grado
de
subordinación, a ninguna de las otras ramas que integran la
Policía Nacional (Art. 11 LPN). Cuando la sentencia establece que
a estos policías preventivos “se les puede establecer que
omitieron su obligación de salvaguardar la vida de estos”, deja un
vacío en el acto administrativo como fundamento de la gestión
administrativa del Estado, referente al abandono del PRINCIPIO DE
LEGALIDAD de la Administración Pública, donde se define a cada
funcionario, o empleado su posición y competencia dentro de la
Administración Pública, sin asumir la competencia de otro, so pena
de incurrir en la violación del Artículo 321 de la Constitución de
la República. Asume que la responsabilidad de las personas
privadas de libertad recae en la Dirección de Establecimientos
Penales, en su estructura de policías penitenciarios y en toda su
organización interna, de manera que tanto el DOMINIO DEL HECHO
como la CONDICIÓN DE GARANTE descansan en la Policía Penitenciaria
y jamás en otra rama de la Policía. 2.- Si bien es cierto que la
Policía Nacional preventiva está encargada del orden público o
tranquilidad de la calle tiene entre sus atribuciones salvaguardar
la vida de los ciudA.os, por el mismo PRINCIPIO DE LEGALIDAD que
sigue la sentencia y el fundamento jurídico en que se quiere hacer
fundamentar, el recurrente señala la contradicción al invocar el
50
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
CONCURSO DE LEYES registrado en el Artículo 2-A del Código Penal y
que la sentencia presenta como una forma del CONCURSO DE DELITOS,
siguiendo el pensamiento de algunos autores penales y no de la
mayoría que consideran una materia diferente, entre lo que legisla
el Artículo 2-A y los artículos 35 y 36 del Código Penal. En el
numeral primero del Artículo 2-A se establece que la LEY ESPECIAL
se aplica con preferencia al precepto general. Este concepto,
llevado a la sentencia nos dice que quien tiene la CONDICIÓN DE
GARANTE para salvaguardar la vida de los privados de libertad son
los Policías Penitenciarios que se rigen por el estatuto del
precepto especial; y que la posición de garante obligado a
salvaguardar la vida de los ciudadanosen la tranquilidad de la
calle, le corresponde a la Policía Preventivarias Concluye que no
puede atribuirse la CONDICIÓN DE GARANTE de salvaguardar la vida
de los privados de libertad a la Policía preventiva, si en la
escena de los sucesos estaba presente la policía penitenciaria;
3.- Partiendo de esa situación y dado que para que se dé la
OMISIÓN IMPROPIA es menester el resultado, para la VIOLACIÓN A LOS
DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS contenida en el numeral tercero del
Artículo 349 del Código Penal, es necesario que el acto
administrativo, que el funcionario o empleado público deba omitir,
sea de aquellos deberes que deba ejecutar de conformidad con su
cargo, y en ningún momento la Ley de la Policía Nacional fija a la
policía preventiva la obligación de salvaguardar la vida de los
privados de libertad. 4.- El problema que manifiesta la sentencia
es de tipo doctrinario, debido a que el A Quo al tratar de ajustar
la
conducta
de
los
policías
preventivos,
que
estuvieron
coadyuvando con la policía penitenciaria, al delito de OMISIÓN DE
SOCORRO a que se refiere el Artículo 195 del CÓDIGO PENAL DE
ESPAÑA de 1995 (no tipificado como tal en el Código Penal
hondureño), donde el sujeto pasivo es una persona que se halla
desamparada y en peligro manifiesto y grave. El sujeto activo es
aquel que tiene la obligación de prestar socorro, fundamentada en
al conocimiento previo de que una persona se encuentra en
situación de peligro. Tiene que haber una acción negativa de no
socorrer. Es un delito de omisión pura, por lo que no hace falta
que se produzca el resultado y si este se produce el sujeto activo
solo tiene que responder por el deber de socorrer. Si la sentencia
no llama por su nombre al delito de DENEGACIÓN DE SOCORRO es
precisamente porque este delito no está tipificado en nuestra
legislación penal, y los jueces tratan de subsumir tales
presupuestos del tipo penal del Artículo 349 numeral 3) del Código
Penal. Añade el Censor que este tipo de subsunción efectuada por
el A Quo le hace incurrir en la conducta prohibida contenida en el
Artículo 11 del Código Penal. 5.- En el numeral 4 de la
Fundamentación Jurídica, parte final, la sentencia sostiene que
los acusados “omitieron ejecutar en forma personal las acciones
necesA. que les eran exigidas por la ley en su condición de
Funcionarios Públicos, siendo autores inmediatos del delito de
Violación a los Deberes de los Funcionarios”, a pesar que “Los
servidores del Estado no tienen más facultades que las que
expresamente les confiere la ley” (Párrafo primero del Artículo
321 de la Constitución de la República), precepto constitucional
del que se deriva el principio DE LEGALIDAD que rige las leyes de
la Administración Pública , de tal modo que en el Artículo 39 de
la Ley de la Policía Nacional, donde se fijan las atribuciones de
la policía preventiva, no se encuentra la de arrogarse las
funciones de otro cuerpo policial, sino que, conforme al Artículo
25 de la citada Ley, están obligados, junto a la autoridad
militar, a apoyar a aquel cuerpo policial en un caso de motín o
51
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
situaciones similares, para que aquella desarrolle con solvencia
la autoridad de que está investida, debido a que, conforme al
Artículo 52 de la Ley de la Policía Nacional la responsabilidad
de atender la seguridad, administración y custodia de los
establecimientos penales corresponde a la Dirección General de
Servicios Especiales. Concluye el recurrente que los acusados no
incurren en VIOLACIÓN A LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS, al tenor
del Artículo 349, numeral 3) del Código Penal, como autores, en
relación al Artículo 32 de la citada ley, siendo funcionarios o
empleados públicos a los que la ley no ha dado expresamente
facultades, dentro de su competencia; por lo que el Sub
comisionado C. E. H. A., su guarda espalda J. L. S. R. y los
agentes de policía Cobras M. A. C. I., J. R. O. Y O. E. H. P., no
pudieron haber incurrido en el delito de VIOLACIÓN A LOS DEBERES
DE LOS FUNCIONARIOS en la modalidad que les imputa el Ministerio
Público. Esta Sala de lo Penal considera importante recordar, que
a través del recurso de casación por infracción de ley, sólo puede
intentarse una revaloración jurídica del material fáctico descrito
en la sentencia, contenido en la formulación de hechos probados
realizada por el Tribunal de Instancia. A diferencia del
tradicional recurso de apelación, propio del anterior sistema, que
provoca un nuevo examen del caso por parte del Tribunal revisor,
tanto bajo el aspecto fáctico como jurídico, el de casación por
infracción de ley únicamente admite la posibilidad de que el
Tribunal de Casación realice un nuevo examen del objeto procesal
bajo el segundo aspecto, o sea una revisión jurídica de los hechos
declarados probados. El artículo 360 del Código Procesal Penal
establece, que habrá lugar al recurso de casación por infracción
de ley, cuando dados los hechos que se declaren probados en la
sentencia, se haya infringido un precepto penal u otra norma
jurídica de carácter sustantivo, que deba ser observada para la
aplicación de la ley penal. En este sentido, el recurso de
casación por infracción de ley debe estructurarse o partir su
alegación, de los hechos probados que contenga la resolución
cuestionada, puesto que el vicio en esencia consiste en que la
decisión adoptada por el juzgador en la parte resolutiva de la
sentencia, es incompatible, irreconciliable o ajena a la verdad
enunciada por la narración fáctica (hechos probados), de tal
suerte que resultan inobservadas las normas que sí corresponde
aplicar, se invocan normas que no deben aplicarse, o se invocan
las norma que deba aplicarse al caso concreto, pero el Juzgador
hace una incorrecta interpretación de la misma.- En el caso que
ahora nos ocupa el Tribunal de Instancia ha condenado a los
imputados C. E. H. A., J. L. S. R., M. A. C. I., J. R. O. y
O. E. H. P. como AUTORES del delito DE VIOLACION DE LOS DEBERES DE
LOS FUNCIONARIOS, tipificado en el artículo 349 No. 3) del Código
Penal que sanciona con una pena de reclusión de tres a seis años,
a quien “omita, rehúse o retarde algún acto que deba ejecutar
conforme a los deberes de su cargo”. Esta Sala considera
importante destacar que el delito de violación de los deberes de
los funcionarios tiene la estructura propia de un tipo de omisión
pura, con el que se procura tutelar el adecuado funcionamiento de
la administración (entendida esta en su sentido amplio), para la
prestación de un buen servicio. Por ello comprende cualquier acto
administrativo que se encuentre dentro de las funciones del
agente, siendo un delito de simple actividad que se consuma con la
omisión, el retardo o el rehusamiento, sin que se necesite la
producción de resultado dañoso alguno.19 Como antes lo explicamos
19
Vid. CREUS, CARLOS, Derecho Penal, Parte especial, Tomo II, Editorial
52
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
el artículo 349 No. 3) del artículo mencionado, castiga, a quien
omite, rehúse o retarde algún acto que deba ejecutar de
conformidad con los deberes de su cargo, derivándose de la
redacción de tal modalidad delictiva, que las misma se incluyen
dentro de que doctrinariamente se conoce como “abuso omisivo”. El
penalista argentino,
C. CREUS, refiriéndose a esta figura en el
Código Penal de su país, explica que: “..la tercera forma pune una
conducta omisiva: no ejecutar las leyes cuyo cumplimiento incumba
al funcionario. Tratase pues, de un tipo omisivo y por eso, no
comete este abuso de autoridad (que un tanto impropiamente puede
denominarse incumplimiento de los deberes de funcionario público)
el funcionario que lleva a cabo actos contrarios a las
disposiciones de la ley. Aquí el abuso consiste en la decisión de
no ejecutar la ley, es decir, de no aplicarla, prescindir de ella,
no actuarla en la realidad, como si no existiera (p.ej., no dictar
la prisión preventiva cuando corresponde, no observar el acto
administrativo viciado cuando el funcionario ejerce funciones de
contralor); pero cuando lo que importa la inejecución de la ley es
una actividad (p.ej., dictar una resolución cuando no corresponde
hacerlo), ya no estaremos ante una omisión, sino ante uno de los
abusos previstos en las formas anteriores….” (vid. CREUS,
C.,
Delitos contra la Administración Pública, Editorial Astrea, Buenos
Aires, 1981, pág. 192). El Tribunal de Sentencia condena a los
procesados antes mencionados por el delito de violación de los
deberes
de
los
funcionarios,
estimando
que
algunos
son
responsables de tal infracción penal en concurso ideal con varios
delitos de asesinato mediante incendio en comisión por omisión, y
además por el mismo
ilícito penal en concurso ideal con varios
delitos de asesinato alevoso en el grado de ejecución de
tentativa20, en tanto que otros lo serían por estas últimas
infracciones21.
De este modo, el Juzgador responsabiliza a los
imputados antes mencionados del delito de VIOLACION DE LOS DEBERES
DE LOS FUNCIONARIOS en tanto que habrían omitido los deberes de
salvaguardar el bien jurídico vida de reos pandilleros y otras
personas que murieron por la acción de otros individuos, o de
tutelar el mismo bien jurídico de reos pandilleros que habría
resultado amenazado por los actos realizados, igualmente por otros
individuos, con la intención de darles muerte. Como ya se
explicara en los motivos desarrollados con anterioridad, la Sala
estima que de los hechos declarados probados no se establece como
mínimo en una probabilidad rayana en la certeza y por ende más
allá de toda duda razonable que los imputados M. A. C. I., J. R.
O. Y O. E. H. P. estaban en la capacidad de llevar a cabo la
acción de salvamento cuya omisión se les atribuye, ni que en el
caso del encartado J. L. S. R., se haya constatado el nexo de
evitación o relación de causalidad hipotética entre su inactividad
y los resultados lesivos que se les imputa, ni que se hayan
representado alguna acción debida y por lo tanto alguna vía para
evitar los resultados que se les atribuye; como tampoco que haya
querido aunque sea eventualmente la realización del tipo en su
aspecto objetivo correspondiente, de tal manera que tuviera
voluntad de realización de la conducta omisiva según la nota de la
finalidad. Así las cosas con ello desaparecen los presupuestos a
Astrea, Buenos Aires, 1988, página 262.
20
El caso de los procesados MARCO ANTONIO CASCO IRÍAS, JOSÉ ROBERTO OCHOA
Y OSLIN EVENOR HERRERA PALACIOS.
21
El caso de los procesados CARLOS ESTEBAN HENRIQUEZ ALVAREZ y JOSE LUIS SANTOS
RODRIGUEZ.
53
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
partir de los cuales debe partir el proceso de subsunción del
delito de VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS por el cual
resultaron condenados a título de autores. Por tal razón, esta
Sala es del parecer que en la sentencia recurrida se aplicó
indebidamente los artículos 349 No. 3) y 32 del Código Penal, de
ahí que sea procedente declarar con lugar el presente motivo de
casación interpuesto por la Defensa de los encartados antes
mencionados. En lo que concierne al procesado
C.
E.
H.
A.,
como ya se explicara con anterioridad, la Sala estima que de los
hechos declarados probados se ha establecido que el encartado
antes mencionado, es responsable en omisión impropia de dieciocho
delitos de tentativa de homicidio en perjuicio de igual número de
reos pandilleros, sin
embargo tomando en cuenta que el desvalor
de su conducta consistente en realizar un acto contrario a la ley
y por ende dejar de cumplir su función de garante de la vida de
varias personas que estuvieron en grave peligro de perderla, ya
encuentra castigo con la pena impuesta por su contribución a
título de autor por omisión impropia de los resultados típicos
antes relacionados22, debe absolverse al procesado C. E. H. A.
del delito de VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS. Por
todas las razones anteriormente expuestos se declara con lugar el
presente motivo.- VI.- CUARTO MOTIVO: INFRACCIÓN DE LOS ARTÍCULOS
13 Y 32 DEL CÓDIGO PENAL POR APLICACIÓN INDEBIDA. PRECEPTO
AUTORIZANTE: ARTICULO 360 DEL CODIGO PROCESAL PENAL: -El motivo se
encuentra autorizado por el artículo 360 del Código Procesal
Penal. EXPOSICIÓN DEL MOTIVO El párrafo primero del Artículo 13
del Código Penal estipula que ―El delito puede ser realizado por
acción u omisión y necesariamente debe ser doloso o culposo‖. Esta
normativa no solamente comprende las categorías accionA. en cuanto
a acción y omisión como elemento material capaz de transformar el
mundo exterior y el elemento subjetivo volitivo de dolo y culpa
partiendo de un conocimiento. Este concepto comprende además que
en el delito, por esa acción u omisión, integra a los
protagonistas o sujeto activo y sujeto pasivo de ese delito o
actividad humana hacia la conducta prohibida y especialmente un
nexo de causalidad que se convierte en un vínculo que hace posible
proteger el bien jurídico tutelado, y tipificar la acción que se
pretende precaver desde el punto de vista de la prevención
general. Lo anterior nos conduce a que la administración de
justicia penal está dotada de una serie de instrumentos para
establecer, con absoluta nitidez y certeza, no solamente fijar,
fuera de toda duda, al sujeto activo del delito, sino también al
sujeto pasivo y mediando entre ellos una acción u omisión como
nexo causal que los vincula, de tal manera que la ausencia de
cualquiera de estos tres elementos da vida a esa duda razonable a
que se refiere el Artículo 339 del Código Procesal Penal. Aunque
el Estado, en el ejercicio de la potestad punitiva pretende que
cada ejercicio de la acción penal prohibitiva o imperativa deba
asociarse una pena al sujeto activo y un resarcimiento al sujeto
pasivo, son muchos, pero muchos los casos donde este propósito se
torna utópico cuando los mecanismos de investigación del delito no
son capaces de establecer con certeza el nexo causal entre la
acción y el resultado y la ley tiene que conformarse con levantar
22
Es de tomar en cuenta que el desvalor que supone el prevalimiento del
carácter público del culpable para la comisión del hecho constituye una
agravante (art. 27 No. 9) del Código Penal), misma que en el caso de
autos no puede considerarse, en tanto que el Tribunal de Instancia ha
impuesto la pena mínima, y por ende se impone la observancia de la
prohibición de reforma peyorativa en materia recursiva.
54
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
de nuevo el estandarte del apotegma de que ―más vale absolver a un
culpable que condenar a un inocente‖. En este caso que nos ocupa,
el honorable Tribunal de Sentencia incurre en el error al aplicar
el Artículo 13 del Código Penal a mis representados por delitos de
asesinato mediante incendio y delito de asesinato mediante
tentativa inacabada sin que en todo el texto de las 478 páginas de
la sentencia se establezca con certeza a cuál de las personas que
perdieron la vida o sobre los que recayó una tentativa inacabada
haya tenido directamente la acción u omisión de los imputados como
para fijarlos como sujetos activos del delito. Para alcanzar su
propósito, la sentencia recurre al principio de imputación
recíproca. Si bien es cierto que algunos medios de prueba, que no
gozan de la ecuanimidad pues en su mayoría son reos pandilleros o
testigos protegidos bajo criterio de oportunidad –De allí que
hayan policías procesados y policías con rango de testigos
protegidos- quienes hacen afirmaciones que si bien no son
categóricas al menos dan pie al indicio. Ese citado Artículo 339
del Código Procesal Penal es claro en su contenido de que la
prueba indiciaria por si misma no es capaz de enervar el principio
de inocencia y de establecer una culpabilidad o como bien sostiene
Nicola Framarino Malatesta en su ―Lógica de las Pruebas Penales‖
que los indicios racionales si bien son capaces de promover el
proceso, como prueba indirecta no es suficiente para fijar una
responsabilidad penal. Tal es el contenido del Artículo 92 de la
Constitución de la República. Los honorables jueces del Tribunal
de Sentencia emplean los medios indiciarios para fundamentar esa
responsabilidad de la comisión de un delito y en su afán juzgador
los lleva a una conclusión revestida en los telares de lo absurdo
al fijar más de diez personas en la muerte de cada una de las
personas que perdieron la vida o que se vieron agredidas por una
tentativa inacabada, dando la impresión que hay una tendencia al
delito de muchedumbre, pero sin ajustarse a los parámetros de la
institución penal. Al no poder la sentencia establecer con
claridad cuál de mis representados actuó por acción u omisión en
contra de cuál de las víctimas de los delitos apuntados, no se
concluye con certeza la responsabilidad criminal y, si bien
durante los enfrentamientos y posteriores acciones para recuperar
la calma en la Granja Penal de El Porvenir se cometieron delitos
no es menos cierto que el juicio que se desarrolló para encontrar
los culpables dentro del menú ofrecido por el Ministerio Público,
el mismo defensor de la sociedad no pudo, con solvencia, demostrar
cuál de mis representados ejecutó la acción o incurrió en la
omisión frente a quien de los que resultaron sujetos pasivos del
delito. En consecuencia, sin el nexo causal que une al autor del
delito con su víctima, no existe responsabilidad penal porque no
ha podido establecer el primer eslabón de la investigación
criminal como lo es la acción u omisión. Partiendo de esta tesis
la aplicación del artículo 13 del Código Penal resulta errónea al
no responder a los estratos de investigación del nexo causal. EL
PRINCIPIO DE IMPUTACIÓN RECÍPROCA O COAUTORÍA Finalmente, la
sentencia invoca la institución del Derecho penal del ―principio
de Imputación Recíproca‖ como elemento acogedor de participación
que nuestro Código penal recoge como los que ―toman parte directa
en la ejecución del hecho, los que fuerzan o inducen directamente
a otros a ejecutarlo o los que cooperan a la ejecución del hecho
por un acto sin el cual no se hubiera efectuado‖ (Art. 32 del CP).
Este concepto legal obliga al estudioso del Derecho penal a buscar
en los tipos penales de la parte especial las situaciones en
concreto donde puede darse la coautoría o principio de imputación
recíproca. Decía Franz Von Liszt que ―si falta la conciencia de la
55
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
cooperación,
el
concepto
de
coautor
es
imposible‖.
El
entendimiento de este instituto, en más de un siglo, no ha
cambiado en su comprensión. La exigencia de un nexo subjetivo
entre los distintos actores sigue constituyendo la base de la
coautoría.
Se
arguye
al
respecto
que
precisamente,
esta
vinculación subjetiva es la que permite hacer responder a cada uno
de los coautores por lo que hacen los demás. También la propia
configuración estructural de la realización de una acción entre
varios (una acción distinta y superior a las acciones individuales
de cada uno de ellos), así como –materialmente- en un componente
cualificado de peligrosidad. Y es sólo recientemente cuando ha
comenzado a cuestionarse su significado e incluso, su necesidad.
Desde un punto de vista problemático, parece que una sociedad como
la actual, donde se ofrecen espacios en los que interaccionan
innumerables personas o se generan posiciones normativas que
vinculan a numerosos sujetos con una o varias F. de peligro, sin
necesidad de que acuerden nada al respecto, va exigiendo una
adaptación de la superestructura jurídica vigente. La resolución
conjunta es objeto actualmente de un intenso debate doctrinal. Se
discute
su
conformación,
mediante
elementos
volitivos
o
simplemente
intelectuales,
su
significado
como
elemento
definitorio de este instituto e incluso, su necesidad, entre otros
aspectos. Por el peso de las razones esgrimidas, es posible
adivinar que la tradicional comprensión de este instituto
encontrará pronto su ocaso. Resta la duda de si su actual
componente
subjetivo,
la
denominada
resolución
conjunta,
conservará algún papel en su futuro desarrollo, ninguno o, como
sugiere Victoria G. del Blanco, debiera diluirse como mero indicio
de conocimiento individual en los juicios de imputación de
desvalor de acción y resultado. La autora sitúa el discurso sobre
la coautoría en el marco de los principios de legalidad,
culpabilidad, igualdad y proporcionalidad. Así, tras un breve
repaso de la reciente doctrina jurisprudencial sobre el primero de
éstos, la autora avanza ya su expresa preocupación por la técnica
legislativa, planteando entre otras cuestiones, la necesidad de
establecer si el significado de la coautoría en términos de
imputación ―está recogido en el texto del Código Penal, si no de
forma expresa al menos sí de forma implícita. Y de estarlo, si
resultaría conforme al mandato de determinación‖ apuntando al
respecto, que ―el fundamento, el contenido y los límites del
principio de imputación recíproca resultan cuestiones de especial
trascendencia por suponer la comprobación de la relevancia o
irrelevancia de la coautoría como estructura delictiva con entidad
propia conforme a los límites de la responsabilidad penal
impuestos por el ordenamiento jurídico‖. En relación con el
principio de culpabilidad, señala -en cuanto a su comprensión como
principio de responsabilidad por el hecho- la necesidad de revisar
―la importancia que debe otorgársele al mutuo acuerdo‖ en la
conformación de esta figura. Mientras que -en términos de
imputación- plantea ―la cuestión de si el principio de imputación
recíproca de las aportaciones de los coautores, que parte de la
doctrina afirma como consecuencia directa de la actuación conforme
al mutuo acuerdo resulta conforme al principio de responsabilidad
personal o auT.ponsabilidad como límite de la responsabilidad
penal‖. En relación con el principio de igualdad, la misma autora
nos ofrece una nueva aproximación a la jurisprudencia reciente;
también nuevas dudas al respecto: ¿―La consecuencia jurídica
aplicable a cada coautor derivada de la realización conjunta del
hecho debe ser o no la misma que le correspondería por la
realización individual del mismo hecho‖? Se trata, con otras
56
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
palabras, de ―si el principio de igualdad se vería infringido en
alguna manera estableciéndose consecuencias más gravosas para la
realización de un hecho con intervenciones parciales de cada
coautor que las que corresponderían a la realización individual
del mismo hecho‖. Finalmente, en cuanto al principio de
proporcionalidad, replantea esta última cuestión así como su
armonización con agravantes que se sustentan en actuaciones
plurales o la relevancia de los elementos subjetivos. Y es que,
como nos expone la autora citada, la propia estructura del
principio de imputación recíproca cuando menos, suscita dudas
desde la perspectiva de principios como el de responsabilidad por
el hecho y el antes comentado, de auT.ponsabilidad. Igualmente, si
en sentido contrario al sugerido por G. del Blanco, se responde
afirmativamente a esta última cuestión, es preciso descender
algunos peldaños discursivos y explicar hasta dónde y sobre qué
razones
-personales,
se
entiendeprocede
esta
forma
de
imputación. En este último sentido, debe agradecerse su esfuerzo
por traducir esta figura en términos de consecuencia jurídica y en sede de injusto- imputación, señalando las diferencias en ambos
términos
entre
el
hecho
globalmente
considerado
y
las
contribuciones parciales individualmente realizadas por cada uno
de los actores, facilitando, en definitiva, una mejor comprensión
de este instituto. La coautoría aparece cuando varias personas, de
común acuerdo, toman parte en la ejecución de un hecho típico
constitutivo de delito. Tal conceptuación requiere, de una parte,
la existencia de una decisión conjunta, elemento subjetivo de la
coautoría, y un dominio funcional del hecho con aportación al
mismo de una acción en la fase ejecutoria, que integra el elemento
objetivo. De la lectura del Acta del Debate no se encuentran
elementos concretos para tener una decisión conjunta para la
realización del acto delictivo, una voluntad de actuar y el
dominio del hecho, la ley orgánica de la Policía Nacional Civil lo
expone con meridiana claridad de manera tal, que la facultad de
interpretar mediante las reglas de la sana crítica no es
suficiente para imponerse al principio de legalidad.
Se
diferencia la coautoría de la cooperación, o de la participación,
en el carácter, o no, subordinado del partícipe a la acción del
autor. Será coautor quien dirija su acción a la realización del
tipo, con dominio de la acción, que será funcional si existe
división de funciones entre los intervinientes (división del
trabajo), pero todas con ese dominio de la acción característico
de la autoría. La figura de la coautoría no representa una
modalidad de participación delictiva caracterizada por una mera
suma de autorías individualizadas; por el contrario el legislador
la ha configurado como una expresión de responsabilidad plural en
la que todos los participantes deben responder por la totalidad
del hecho, con abstracción de las acciones concretas que puedan
haber realizado independientemente cada uno de ellos. De ahí que,
para que exista coautoría es necesario: a) Común acuerdo,
concierto de voluntades o "pactum scaeleris", el cual podrá ser
expreso, tácito o deducido, previo o sobrevenido, principal o
adhesivo. b) "Consciencia scaeleris", conciencia de la ilicitud
del acto cuya ejecución se pacta o se conviene. c) Aportación de
esfuerzo propio o realización personal, material y directa de
actos ejecutivos, llevando a cabo actos nucleares subsumibles en
la figura penal de que se trate, de forma determinante y
principal, si bien no es necesario que ejecute material o
directamente por su propia mano todos los actos que integran la
dinámica, de tal modo que responderá, en concepto de autor, del
todo aunque solo hubiera realizado personalmente una parte,
57
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
incluso cuando pueda demostrarse que el resultado u objetivo final
fue logrado mediante actos concretos y específicos perpetrados por
otro u otros agentes con los cuales coadyuvó de un modo capital y
esencial. Conforme a la teoría es la del dominio del hecho (en
cuanto posibilidad de interrumpir a voluntad el desarrollo del
proceso fáctico), que en la coautoría debe predicarse del conjunto
de los coautores; cada uno de ellos actúa y deja actuar a los
demás, de ahí que lo que haga cada coautor puede ser imputado a
los demás que actúen de acuerdo con él, lo que sin duda sucede
cuando todos realizan coetáneamente los elementos del tipo penal
de que se trate. Sin embargo, ello no puede sostenerse cuando uno
de los coautores se excede por su cuenta del plan acordado, sin
que los demás lo consientan; pues, en tal caso, el exceso no puede
imputarse a los demás, porque más allá del acuerdo no hay
imputación recíproca. En el caso de autos encontramos Una
conducta imperativamente contraria cuando los hechos tenidos como
probados apunta en otra dirección cuando se concentran en afirmar
que el Subcomisionado H. A. y los policías cobras no dispararon
en contra de los reos pandilleros, sino más bien los estaban
auxiliando, en el perímetro exterior, para llevarlos a los centros
asistenciales para ser atendidos en sus lesiones. Desde la
perspectiva de la presunción de inocencia, no es exigible en estos
casos la acreditación de la realización de los actos propios del
tipo por parte de cada uno de los acusados que intervienen como
autores, sino que es suficiente con probar la aportación causal de
cada acusado, conscientemente ejecutada y orientada al fin
concreto de que se trate. Este elemento no está contenido en la
sentencia, por cuanto no se puede acreditar su existencia
participativa.‖ VI.-RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY
SUSTANTIVA FUNDADO EN LA INFRACCIÓN DE LOS ARTÍCULOS 13 Y 32 DEL
CÓDIGO
PENAL
POR
APLICACIÓN
INDEBIDA.
EL
CENSOR
ARGUYE
FUNDAMENTALMENTE QUE DE LA DECLARACION DE HECHOS PROBADOS NO SE
LOGRA ESTABLECER EL NEXO CAUSAL ENTRE LA OMISION QUE SE ATRIBUYE A
LOS ENCARTADOS Y LOS RESULTADOS LESIVOS DE CARÁCTER DOLOSO QUE SE
LES IMPUTA. POR OTRO LADO EL RECURRENTE CONSIDERA QUE TAMPOCO SE
CONFIGURA LA COAUTORÍA COMO UNA MODALIDAD DEL CONCURSO DE PERSONAS
EN LA REALIZACION DE LOS DELITOS OBJETO DE JUZGAMIENTO. Esta Sala
de lo penal no se pronuncia sobre el presente motivo de casación,
ya que en virtud de haber prosperado los tres primeros motivos por
infracción de ley sustantiva invocados por el recurrente, resulta
innecesario su análisis y resolución. VII.- El Recurrente Abogado
J. C. R. M., actuando en su condición de apoderado defensor del
señor S. J. S. M., desarrollo su Recurso de Casación por
Infracción de Precepto Constitucional, Quebrantamiento de Forma e
Infracción de Ley, de la siguiente manera: ―CASACION POR
INFRACCIÓN DE PRECEPTO CONSTITUCIONAL
MOTIVO ÚNICO: Infracción,
por falta de aplicación, del precepto constitucional contenido en
el artículo 321 que dice: ―Los servidores del Estado no tienen más
facultades que las que expresamente les confiere la ley. Todo acto
que ejecuten fuera de la ley es nulo e implica responsabilidad‖;
en relación a los artículos 82, párrafo primero, y 90 párrafo
primero
de
la
Constitución
de
la
Republica;
que
rezan,
respectivamente:‖El derecho de defensa es inviolable‖; ―Nadie
puede ser juzgado sino por Juez o Tribunal competente con las
formalidades, derechos y garantías que la Ley establece…‖ PRECEPTO
AUTORIZANTE: Artículo 361 del Código Procesal Penal, que dice: ―En
todos los casos en que, con arreglo a este Código, pueda
interponerse recurso de casación contra una resolución judicial,
será suficiente para fundamentarlo, la infracción de precepto
constitucional.‖ EXPLICACION DEL MOTIVO: La exigencia de que
58
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
Honduras es un Estado democrático de derecho, no implica otra cosa
más que todos los actos de la vida ciudadana están enmarcados y
regulados por ley; de igual manera la libertad que ceden los
ciudadanos de la República con el fin de ser juzgados por los
respectivos servidores públicos, radica en que a estos últimos se
les dota de una serie de herramientas, reglas y principios
aplicados a cada caso que es sometido a su conocimiento. La época
del iluminismo del derecho penal se caracteriza por evitar que al
momento de ser juzgados los ciudadanos de la República estuviesen
sujetos solamente al real parecer y entender del juzgador en el
momento y circunstancias determinadas; de ahí que uno de los
grandes logros de Beccaria y los demás iluministas haya sido el de
lograr que los juzgadores no apliquen sus criterios, sus deseos o
su real y saber entender, al momento de juzgar. El Código Procesal
Penal es básicamente el conjunto de herramientas que un juzgador
debe aplicar al momento de juzgar; no es otra cosa más que la
exigencia de observar las formalidades establecidas en esa ley
adjetiva penal; si atendemos el concepto de formalidad dado por M.
O. entendemos que ésta es el cumplimiento fiel y exacto de la ley,
en conclusión las atribuciones que el soberano otorga a los
funcionarios de la República no constituyen otra cosa más que el
cumplimiento fiel y exacto de las formalidades del enjuiciamiento
establecidas en el Código Procesal Penal. A lo largo de este
recurso de casación expresaremos una serie de circunstancias, de
las cuales me permito señalar una sola: El acto jurisdiccional de
desestimar la prueba que ubica a S. M., después de las 12:00 del
medio día en la Granja Penal de El Porvenir y cuando ya habían
pasado los hechos violentos y lamentablemente ya había acaecido la
muerte de las personas por las que fue injustamente condenado; el
hecho es que, con lo anterior, en abierto incumplimiento de la
ley, se desconoce, porque no se exponen en la sentencia, cuáles
son los criterios seguidos por el Tribunal para desvirtuar la
prueba y las acciones de defensa provocadas por S. M., que lo
exculpaban de responsabilidad penal en los hechos acusados. Esta
posición del Tribunal de desacreditación probatoria que hizo
estéril la defensa de S. M. no se basa en criterios previamente
establecidos, ni en las formalidades establecidas en la ley para
el enjuiciamiento criminal y entrañan atribuciones distintas a
aquellas que el Estado ha concedido a sus servidores, provocando
con ello la incertidumbre y el retorno a épocas oscuras en la
evolución del derecho penal en que el juzgador no se sometía a
reglas claras previamente conocidas, sino que a lo que el juzgador
considerase aplicable o no aplicable al caso en particular.- Esta
conducta es la que observamos en la decisión del Tribunal
Sentenciador al emitir conclusiones no respaldadas por un
ejercicio intelectivo y de cumplimiento fiel y exacto de las
formalidades del juicio penal consagrado en el ordenamiento
correspondiente, conclusiones que denotan atribuciones distintas y
más allá de aquellas que el Estado les ha otorgado. De todo lo
antes expuesto resulta evidente que el Tribunal recurrido ha
actuado sin apegarse a la facultades que expresamente le confiere
la ley, con claro irrespeto al derecho de defensa y al debido
proceso; de esa manera ha infringido, por falta de aplicación, el
artículo 321 de la Constitución de la República de Honduras, en
relación con los artículos 82 párrafo primero y 90 párrafo primero
de la misma Carta Magna. VII.- RECURSO DE CASACION POR INFRACCIÓN
DE PRECEPTO CONSTITUCIONAL INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO
S. J. S. M. BASADO EN LA FALTA DE APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 321 EN
RELACIÓN A LOS ARTICULOS 82 PÁRRAFO PRIMERO Y 90 PÁRRAFO PRIMERO
DE LA CONSTITUCIÓN DE LA REPUBLICA. Argumenta el reclamante que la
59
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
sentencia
impugnada
incurre
en
infracción,
por
falta
de
aplicación, del precepto constitucional contenido en el artículo
321 que dice: “Los servidores del Estado no tienen más facultades
que las que expresamente les confiere la ley. Todo acto que
ejecuten fuera de la ley es nulo e implica responsabilidad”; en
relación a los artículos 82, párrafo primero, y 90 párrafo primero
de la Constitución de la República; que rezan, respectivamente:”El
derecho de defensa es inviolable”; “Nadie puede ser juzgado sino
por Juez o Tribunal competente con las formalidades, derechos y
garantías que la Ley establece…”. Estima que el Código Procesal
Penal es el conjunto de herramientas que un Tribunal debe aplicar
al momento de juzgar, actividad en la que se deben observar las
formalidades prescritas por la ley. Concretamente reprocha el acto
de DESESTIMAR LA PRUEBA que ubica a S. M., después de las 12:00
del medio día en la Granja Penal de El Porvenir, cuando ya habían
pasado los hechos violentos que dieron lugar a la muerte de las
personas por las que fue condenado, debido a que la sentencia no
expone los criterios seguidos por el Tribunal para desvirtuar la
prueba y las acciones de defensa provocadas por S. M., que lo
exculpaban
de
responsabilidad
penal.
Asume
que
esta
desacreditación probatoria hizo estéril la defensa del señor S.
M., al carecer de criterios y formalidades legales, lo que supone
atribuciones distintas a las que el Estado ha concedido a sus
servidores, provoca incertidumbre y retorno a épocas oscuras en la
evolución del derecho penal. Concluye que por lo anterior resulta
evidente que el A Quo no ha actuado conforme a las facultades que
le confiere la ley, ha irrespetado el derecho de defensa y al
debido proceso, por lo que entiende que ha infringido, por falta
de aplicación, el artículo 321, en relación con el 82, párrafo
primero y 90, párrafo primero, todos de la Constitución de la
República. Esta Sala de lo Penal, estima que el recurso del
recurrente adolece de falta de claridad y precisión en la
explicación del motivo de casación por infracción de precepto
constitucional invocado, por cuanto omite hacer relación expresa
y concreta de la prueba propuesta para su admisión por la defensa
técnica del acusado S. J. S. M. que le alude a que le fue
desestimada por el Juzgador de instancia. Al no hacer exposición
concreta de la prueba desestimada por el A Quo esta Sala no
dispone de información precisa y suficiente para identificar la
prueba excluida y valorar la razonabilidad de su motivación.
Asimismo no menciona el impugnante el momento procesal en que
dicha prueba le fue inadmitida, si fue en la audiencia de admisión
de prueba o en la audiencia de debate. Defectos en la técnica
recursiva que no compete a esta Sala subsanar. Por lo expuesto se
desestima el motivo de casación invocado por el recurrente. VIII.CASACION POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA MOTIVO PRIMERO: En la
sentencia se excluyó o dejó de considerarse prueba de valor
decisivo, inaplicando así lo dispuesto en el artículo 202 del
Código Procesal Penal, en la parte que a la letra dice: ―El órgano
jurisdiccional formará su convicción valorando en forma conjunta y
armónica toda la prueba producida‖. PRECEPTO AUTORIZANTE: Artículo
362, preámbulo y numeral segundo, parte última, del Código
Procesal Penal, según el texto que trascribo a continuación: ―El
recurso
de
casación
por
quebrantamiento
de
forma,
podrá
interponerse cuando la sentencia recurrida adolezca de alguno de
los vicios siguientes: … 2. Que… excluya o deje de considerar
prueba de valor decisivo‖ EXPLICACION DEL MOTIVO Durante el juicio
oral y público rindió declaración como testigo el señor O. F. C.
S. (página 259 y siguientes de la sentencia), quien expone que
―cuando yo llegué estaba H. ordenando la valla. Me encontré al
60
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
Inspector S., diciéndole que se presentara con H., porque estaba
molesto por no haberlo encontrado. Cuando lo miré era como las
12:00 a.m. a 12:15 a.m. Tengo entendido que S. fue encomendado a
buscar bolsas, pero por la red de radio.‖ Adelante expresa:
―Cuando yo llegué ya no habían disparos… S. llega entre 12:00,
12:15 a 12:30 … H. me dio instrucciones para la valla y me
preguntó por S. y por eso al ver a S., fue cuando le dije que H.
lo estaba buscando. …A S. lo miré por el campo de football.
Recuerdo a S. porque éran pocos oficiales, …‖; es importante
aclarar que ese campo está fuera de los muros que rodean el
recinto, como consta en el mismo proceso.- Al hacer la valoración
del dicho de este testigo, el Tribunal se pronuncia así: ―El
testigo ubica al acusado S. S. en el escenario, refiriendo que se
acuerda de él dado que el acusado
H. lo buscaba, afirmando que
llegó entre las 12:00 m, 12:15 p.m. o 12:30 p.m. Nuevamente el
testigo no es claro respecto a la hora en que el acusado S. S.
llegó al lugar, máxime cuando más adelante refiere que no puede
indicar qué personas se encontraban en la Granja cuando el testigo
llegó dado que uno a uno iban llegando, por lo que tampoco podría
dar fe, a juzgar por la cantidad de personas que estaban en el
lugar, a qué hora llegó cada una de ellas después de la llegada
del testigo al lugar, de modo que no puede sustentarse el Tribunal
en la declaración del testigo en relación con la hora de llegada
del acusado S. S., máxime cuando existe un medio de prueba
pericial que ubica al acusado antes del cese al fuego dentro de
los recintos‖. Sobre esa valoración hecha por el Tribunal con
respecto a la declaración del testigo C. S., permítasenos citar lo
que en la misma sentencia se dice al final del segundo párrafo de
la página 259, con respecto a la hora en que cesaron los disparos;
veamos, ahí se expresa: ―El Tribunal, a partir de este medio de
prueba y de lo dicho por el testigo O. F. C., respecto a la hora
en que se permitió el ingreso de los bomberos al recinto, le es
claro que los disparos de las armas de fuego cesaron alrededor de
las 11:a.m. y que después de la 11:30 a.m. se permitió el ingreso
de los bomberos al lugar‖. Aquí sí, para el Tribunal tiene valor
probatorio la declaración del testigo O. F. C., pero con respecto
a la hora de llegada de S. M., no le reconoce ese mismo valor.
¿Por qué? El Tribunal no expone ninguna razón por la cual acepta
el dicho del testigo en una parte y lo desestima en otra. Ahora,
en cuanto a la prueba pericial que, según el Tribunal, ubica a S.
M. en los recintos antes del cese al fuego, no tuvo a bien señalar
de qué prueba pericial se trata, lo que nos impide hacer las
consideraciones que pudieran proceder al respecto. ¿Cómo podríamos
hacerlo si no se sabe de qué prueba se trata? Y, así las cosas, es
inadmisible y constituye motivo de casación en la forma, la
desestimación de la prueba constituida por la declaración del
testigo C. S. Además, de la declaración del testigo a que antes se
ha hecho referencia, lo hizo como tal el señor M. G. G. F. (página
266 de la sentencia), quien declaró: ―…a las 11:00 a.m. llegué al
cuerpo de la guardia y me encontré a S. y se nos dijo esperar a
Roches y éste nos dijo que unos fuéramos a la granja y otros al
Hospital. A S. le dijo que fuera al Hospital, pero yo le dije que
necesitaba dinero y que cambiara para ir al centro a un cajero. S.
salió a la granja penal y yo al Hospital… Once y minutos llegué al
cuerpo de guardia. Yo andaba con el uniforme diario y S., al verlo
en la guardia, estaba de fatiga. Estuvimos entre 20 a 25 minutos
en la guardia, esperando a Roches… Roches se me dijo que fuera al
Hospital Atlántida, que fuera a ver los heridos, muchos de ellos
internos. Salimos del cuerpo de guardia pasadas las 12:00 del
medio día. Después de eso no volví a ver al Inspector S.…‖
El
61
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
Tribunal desestima también la prueba consistente en la declaración
de este testigo, con este fundamento: ―Lo dicho por el testigo no
tiene respaldo con ningún medio de prueba‖ ¿Y esto? ¿Dónde está el
precepto que exija el respaldo de otro medio de prueba para
reconocer valor probatorio a un testimonio?
Si en un caso de
homicidio, cometido con la concurrencia de la excluyente de
antijuridicidad que es la legítima defensa, por ejemplo, solamente
hubiera un testigo presencial, y ningún otro medio de prueba más,
aunque con su declaración se hubieran establecido de manera
indubitable todos los elementos que configuran la indicada
eximente, si se siguiera el señalado criterio del Tribunal, habría
que convenir en que la persona que dio muerte a otra, en el caso
del ejemplo,
debería ser condenada, porque ―lo dicho por el
testigo no tiene respaldo con ningún medio de prueba‖. Una
decisión judicial en ese sentido sería reprochable desde todo
punto de vista.- Tenemos, pues, que lo expuesto por el testigo G.
F. también fue desestimado por el Tribunal, sin ningún fundamento
razonable. Es importante agregar a lo expresado por los testigos
C. S. y G. F., lo que, corroborando lo dicho por éstos, expuso en
su declaración el Comisionado de Policía C. E. H. (páginas 247
y siguientes de la sentencia). El mencionado Oficial expresa lo
siguiente: ―…El
Inspector S. M., llegó a la granja penal
aproximadamente entre las 12:00 y 12:30 y yo le llamé la atención
por no concurrir cuando yo lo llamé. … Yo estaba incómodo con S.
porque llegó tarde, le llamé la atención e hice el trámite
administrativo correspondiente…‖ 1. Tenemos, pues, la declaración
de dos testigos, contestes, en cuanto a la hora en que S. M. llegó
a la Granja Penal, corroborados sus dichos con la declaración del
coimputado
H. Prueba concluyente esa, que es de valor decisivo,
pues con base en ella queda en claro que, sin lugar a ninguna
duda, S. M. no estaba presente en el lugar de los hechos cuando
éstos se produjeron. Y esa prueba no fue considerada, sin ningún
fundamento razonable, por el Tribunal en su sentencia; no debe
olvidarse
que
la
prueba
testimonial
solamente
puede
ser
desestimada
después
de
una
rigurosa
valoración,
siguiendo
determinadas pautas que ―tienen un común denominador: parten de la
presunción de que la fe en un testimonio se basa en ―dos
presunciones‖: 1) la presunción de que los sentidos no han
engañado al testigo; 2) La presunción de que (el testigo) no quiso
engañar.‖ (Cafferata Nores). Entre esas pautas no aparece la
necesidad de respaldo, como lo sostiene el Tribunal, pues la falta
de tal no implica que los sentidos hayan engañado al testigo, ni
que éste haya querido engañar. Lo cierto es que en el fallo
recurrido no aparece que se haya recurrido a ninguna de las pautas
que los tratadistas señalan para determinar si un testigo es
verdadero o es mendaz. Queda claro, y de manera contundente, que
en la sentencia se ha dejado de considerar prueba de carácter
decisivo, sin haberse hecho una valoración real de los testimonios
en que consiste esa prueba. Es tan decisivo el valor de esas
declaraciones que de haber sido tomadas en consideración jamás se
habría condenado a S. M. por las muertes que se le atribuyen. Y es
ese vicio el que constituye el motivo de casación en la forma que
vengo de explicar. No pudo hacerse antes ninguna reclamación
contra el indicado vicio, porque se produjo en el pronunciamiento
de la sentencia que estoy impugnando. VIII.-RECURSO DE CASACION
POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL
ENCARTADO S. J. S. M. FUNDADO EN QUE LA SENTENCIA EXCLUYÓ O DEJÓ
DE CONSIDERAR PRUEBA DE VALOR DECISIVO, INAPLICANDO ASÍ LO
DISPUESTO EN EL ARTÍCULO 202 DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL. Argumenta
el recurrente que la sentencia recurrida ha excluido o dejado de
62
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
considerar prueba de valor decisivo. Señala que en el juicio oral
y público rindió declaración como testigo O. F. C. S. (página 259
y siguientes de la sentencia), quien manifestó que S. J. S. M.
llegó al lugar de los hechos entre las 12:00, 12:15 a 12:30 del
mediodía y que lo recuerda porque eran pocos los oficiales, pero
al hacer la valoración del testigo, (folio 262 de la sentencia) el
A Quo no le concede credibilidad por estimar que “no es claro
respecto a la hora en que el acusado S. S. llegó al lugar”, al
referirse que el testigo no puede indicar qué personas se
encontraban en la granja penal cuando llegó, y que por ello
tampoco podría dar fe, de la hora en que llegó cada una de las
personas. El A Quo pondera que no dio por acreditada la hora de
llegada del acusado S. S., con la declaración del mencionado
testigo, principalmente a consecuencia de un medio de prueba
pericial, que ubica al acusado dentro de los recintos antes del
cese al fuego. Sin embargo reprocha el recurrente que la sentencia
(final del segundo párrafo de la página 259), si concede
credibilidad al mismo testigo D. S. con respecto a la hora en que
cesaron los disparos, pero no con respecto a la hora de llegada
del señor S. M., por lo que el recurrente reclama que el Tribunal
de Instancia no expone las razones por las que acepta el dicho del
testigo en una parte de su deposición pero la desestima en otra. Y
en cuanto a la prueba pericial por la que el A Quo ubica al señor
S. M. en los recintos antes del cese al fuego, el recurrente
censura que el A Quo no señala cuál es la prueba pericial a la que
se refiere, (final de primer párrafo, página 262 de la sentencia),
lo que a su entender impide desestimar la prueba de declaración
del testigo C. S. y da lugar al recurso de casación por
quebrantamiento de forma. Argumenta además, lo que dijo el testigo
M. G. G. F. (página 266 de la sentencia), quien declaró entre
otras cosas que a las 11:00 a.m. llegó al cuerpo de la guardia,
donde se encontró a S., y además que salieron del cuerpo de
guardia pasadas las 12:00 del medio día. Reprocha que el Juzgador
desestima también la declaración del testigo G. F. por estimar
que: “Lo dicho por el testigo no tiene respaldo con ningún medio
de prueba”. Aprecia el recurrente que el argumento del A Quo no es
apreciable porque desconoce el precepto legal que exige respaldo
de otro medio de prueba para conceder valor probatorio a una
declaración testifical. A manera de ejemplo refiere que en un caso
de homicidio, en concurrencia de legítima defensa, en el que sólo
hubiera un testigo presencial y ningún otro medio de prueba,
aunque con su declaración se hubieran establecido de manera
indubitable todos los elementos que configuran la indicada
eximente, si se siguiera el señalado criterio del juzgador, habría
que convenir en que la persona que dio muerte a otra, debería ser
condenada. Aprecia que el testimonio rendido por el señor G. F.
también fue desestimado sin fundamento razonable. Agrega que lo
expresado por los testigos C. S. y G. F., es corroborando por la
declaración del Comisionado de Policía C. E. H. (páginas 247 y
siguientes de la sentencia), cuando expresa que: “…El Inspector S.
M., llegó a la granja penal aproximadamente entre las 12:00 y
12:30, yo le llamé la atención por no concurrir cuando yo lo
llamé. Yo estaba incómodo con S. porque llegó tarde, le llamé la
atención e hice el trámite administrativo correspondiente…”
Concluye el recurrente que con la declaración de dos testigos,
contestes, en cuanto a la hora en que S. M. llegó a la Granja
Penal, corroborados sus dichos con la declaración del COIMPUTADO
H., es prueba concluyente, de valor decisivo, pues con ella queda
claro que S. M. no estaba presente en el lugar de los hechos
cuando éstos se produjeron. Y esa prueba no fue considerada, sin
63
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
ningún fundamento razonable, por el Tribunal en su sentencia, por
lo que la sentencia ha dejado de considerar prueba de carácter
decisivo, sin haberse hecho una valoración real de los testimonios
en que consiste dicha prueba. Esta Sala de lo Penal, considera
necesario recordar, que el artículo 362 No. 2) del Código Procesal
Penal contiene dos hipótesis: a) cuando la sentencia excluye
indebidamente una prueba (expresamente la rechaza sin consignar
las razones de esa decisión o se le considere ilícita sin serlo),
o la resolución no la considera (omite toda referencia a ella). El
vicio comporta de ese modo la infracción de varios artículos del
Código Procesal Penal: I) Del artículo 202, que impone al juzgador
la obligación de formar su convicción como producto de la
valoración conjunta y armónica de toda la prueba, II) del artículo
336, que señala que el Tribunal sólo tendrá en cuenta las pruebas
ejecutadas en el debate, las que serán apreciadas en su conjunto,
y III) del artículo 338 sección cuarta, numeral 2) que manda al
órgano jurisdiccional justificar el valor que haya dado a las
pruebas practicadas durante el juicio. De esta manera, el Tribunal
de Sentencia tiene la obligación de pronunciarse sobre la fuerza
de convicción que le generan las pruebas rendidas, de tal suerte
que si excluye arbitrariamente alguna de ellas o simple y
sencillamente deja de mencionarla y consecuentemente valorarla,
estaríamos ante la presente infracción, ya que en virtud de los
principios de verdad real, de defensa y contradicción, el Juez
debe servirse de las pruebas recibidas en el debate para
fundamentar su fallo. Cabe añadir a lo antes expuesto, que no
basta con el rechazo (exclusión) u omisión de referencia (no
consideración de la prueba), sino que es necesario que la misma
sea de valor decisivo. Ello comporta efectuar una operación de
inclusión mental hipotética, en cuyo caso, de incluirse la prueba
excluida o no considerada en la valoración del juez, junto con las
restantes, las conclusiones de hecho hubieran sido necesariamente
distintas. En el caso que ahora nos ocupa, la Defensa del imputado
considera que en la sentencia impugnada se excluyó prueba de valor
decisivo, con lo cual funda su motivo de casación en el primer
supuesto contenido en el párrafo final del artículo 362 No. 2) del
Código Procesal Penal. Un examen detenido de la sentencia
impugnada revela, que las declaraciones testificales rendidas por
O. F. C. S. y M. G. G. F. no fueron excluidas como objeto de
valoración por el Tribunal de Instancia. Respecto al primer
testigo, el A Quo razona que éste no es consistente en su
declaración al expresar que el acusado S. S. M. llegó a lugar y
fecha de los hechos entre las doce, doce quince, doce y media del
mediodía, a lo que se añade la circunstancia de que al final de su
deposición refiere que era difícil precisar quienes eran las
personas de su conocimiento que se encontraban a su ingreso en el
Centro Penal del Porvenir debido a que uno a uno iban llegando al
mismo; pero lo que lleva a esta Sala a considerar que no se ha
producido la exclusión de prueba alegada por el Censor, es que el
Tribunal A Quo no considera acreditado con el testimonio del señor
OSMAN F. D. S. que el acusado S. S. haya arribado al sitio de los
acontecimientos hasta que los hechos objeto de juzgamiento estaban
ya consumados, en tanto que se aportó al proceso un elemento de
prueba pericial, que si bien es cierto que en la valoración del
testimonio referido no se menciona en que ha consistido(vid. Folio
No. 5163 vuelto), no es menos cierto que sin dificultad alguna se
constata en la misma sentencia que se trata de las pericias
balísticas y por ende de elementos probatorios de carácter
científico realizadas por expertos en la materia, de las cuales se
concluye que varias personas perdieron la vida a consecuencia de
64
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
los disparos efectuados con el arma asignada el Inspector S. J. S.
M. (vid. Folio No. 5187). En lo que concierne a la declaración del
testigo M. G. G. F., quien afirma que en el cuerpo de guardia de
la Policía coincidió a eso de las once de la mañana con el
procesado S. S., añadiendo que a partir de las doce del mismo día
no le volvió a ver en esa dependencia, en tanto que el deponente
se dirigió hacia el hospital mientras que el Inspector S. M. se
condujo hacia la Granja Penal del Porvenir (vid. Folios No. 51655166), ciertamente el razonamiento externado por el Juzgador en su
valoración resulta bastante escueta, cuando afirma que “no tiene
respaldo en otro medio de prueba”, sin embargo, a criterio de esta
Sala, los argumentos expuestos con prolijidad por el Tribunal de
Instancia cuando en otra sección de la Sentencia valora las
pruebas de balística realizadas por los expertos en la materia y
de las cuales cabe inferir la ubicación temporal y espacial del
encartado S. M. en el escenario mismo de los acontecimientos
objeto de juzgamiento cuando estos se estaban produciendo, en
tanto que con el arma de fuego asignada a su persona se causó la
muerte a varios reos, no cabe apreciar en este caso el rechazo
arbitrario de prueba testifical aportada por la Defensa del
encartado, de ahí que no vamos entrar a
ponderar sobre el
carácter decisivo de la misma. Por otro lado, tampoco se constata
en el caso súbjudice la concurrencia de la segunda hipótesis del
motivo que consiste en dejar de valorar prueba de valor decisivo,
pues como antes lo explicamos tal circunstancia se presenta cuando
el Tribunal omite toda referencia a ella. Por todas las razones
anteriormente expuestas se desestima el presente motivo por
quebrantamiento de forma formulado por el Censor, alegando que el
Tribunal de Sentencia excluyó y dejó de valorar prueba de valor
decisivo. IX.- MOTIVO SEGUNDO: En la valoración de la prueba
contenida en la sentencia recurrida no se observaron las reglas de
la sana crítica, en abierta infracción de lo que disponen los
artículo 202 (cuya rúbrica es ―Valoración de la prueba. La sana
crítica‖) y 338 (en el que se contienen los ―Requisitos de la
sentencia‖), regla cuarta, numeral segundo, ambos del Código
Procesal Penal, en las partes de tales preceptos que, por su
orden, se leen así: ―Las pruebas serán valoradas con arreglo a la
sana crítica‖ y ―Seguidamente (después de la declaración de hechos
probados), se expresarán las pruebas tenidas en cuenta para
declarar probados esos hechos, según las reglas de la sana
crítica, …‖ (lo resaltado es nuestro). PRECEPTO AUTORIZANTE: …
Artículo 362, preámbulo y numeral tercero, en la última parte, del
Código
Procesal
Penal;
según
el
texto
que
trascribo
a
continuación: ―El recurso de casación por quebrantamiento de
forma, podrá interponerse cuando la sentencia recurrida adolezca
de alguno de los vicios siguientes: … 3. Que … en la valoración
de la prueba no se respetaron las reglas de la sana crítica‖.
EXPLICACION DEL MOTIVO: En el numeral trigésimo quinto de la
declaración de hechos probados de la sentencia impugnada, se
declara: ―Un mínimo de veinte minutos habían transcurrido desde la
llegada del Comisionado
C.
E.
H. y el Policía Cobra J. L. S.
R., cuando faltando para las once de la mañana, llegan al lugar
representantes de los medios de comunicación: D. M. M., empiezan a
trasmitir por radio lo que se observaba, mientras que algunos
reporteros gráficos tomaban fotografías del interior del recinto,
subidos en las escaleras de incendios de los carros de los
bomberos.- Para ese momento el Inspector de Policía S. J. S. M.,
se había ya personado al lugar, observando las agresiones de los
reos rondines, Policía Nacional Preventiva, Policías Cobras,
Policías Penitenciarios y miembros del ejército, sin realizar
65
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
acción alguna en auxilio de los reos pandilleros. El Policía S. J.
S. M., procedió a privar de la vida a los reos pandilleros M. R.
P. (alias El Bueno), M. o M. R. R. V. (alias El Burrito) y a
otro reo pandillero de nombre desconocido, con su arma de
reglamento, tipo pistola, marca Pietro Bereta, modelo 92FS,
calibre 9mm, serie N25990Z, con cañón de seis estrías y con giro a
la derecha‖. En el apartado correspondiente a la valoración de la
prueba, el Tribunal sentenciador expone que ha declarado probado
lo anteriormente trascrito, con base en las autopsias practicadas
a M. o M.
R.
R.
V. (a) ―El Burrito‖, a un reo pandillero no
reconocido y a M. R. P., y en los dictámenes de balística de
comparación relativos a ojivas que, se dice, fueron encontradas en
los cadáveres de esas personas, según los cuales tales proyectiles
fueron disparados por el arma de reglamento asignada a S. J. S. M.
Con fundamento en esas pericias, y sólo en ellas, pues no existe
ni un solo elemento de prueba más al respecto, ni un solo testigo
que declare haberlo visto, el Tribunal considera probado que fue
S. M. quien disparó contra las tres personas mencionadas. Se
impone, entonces, que se analice la operación intelectual que
condujo al Tribunal a arribar a esa conclusión, para establecer si
en ese proceso se han respetado las reglas de la sana crítica.
Veamos, pues, si se apega a la lógica el razonamiento de que si
alguien es muerto por disparo hecho con el arma asignada a un
determinado oficial, debe concluirse en que necesariamente fue
éste el autor de esa acción, sin que jamás, en ningún caso, pueda
haberlo hecho otra persona. Podríamos plantearnos un silogismo, en
el que la premisa mayor la constituye la tesis que sostiene el
Tribunal, o sea la siguiente: si el arma asignada a un oficial es
usada para dar muerte a otra persona, ello es prueba de que ese
oficial fue el autor de ese hecho; la premisa menor: la persona
―x‖ fue muerta con el arma que corresponde al oficial ―y‖;
conclusión: fue el oficial ―y‖, quien dio muerte a la persona ―x‖.
Una regla de la lógica nos dice que si una de las premisas es
falsa, la conclusión lo será necesariamente. Si aplicamos esa
regla al silogismo que hemos planteado anteriormente, veremos que
ahí la conclusión es falsa, puesto que la premisa mayor lo es
indiscutiblemente, pues a todas luces es falso que si una persona
es muerta con el arma de un oficial, ello prueba que fue éste el
autor de ese hecho, pues hay infinidad de situaciones en la que
pudo haberlo sido otra persona. Si fuera verdadera esa tesis
tendríamos que llegar al sofisma de que, para probar quien fue el
autor de un homicidio, bastaría establecer a quien pertenece el
arma con que se cometió. Vistas
las cosas desde otro ángulo,
resulta que en cuanto a la conducta que se atribuye en la
sentencia al señor S. M., no hay prueba directa; se cuenta, nada
más, con un elemento de prueba que no pasa de ser un indicio, el
cual consiste en que las ojivas que se dice fueron encontradas en
los cadáveres de los señores
R.
V., P. y un reo pandillero no
reconocido, se asegura que fueron disparadas por el arma asignada
a S. M. Este indicio solamente podría haber servido para
contribuir a configurar una presunción; para ello se habría
necesitado la concurrencia de otros indicios que, de manera
unívoca, es decir que de todos ellos sólo puede inferirse una
conclusión
probatoria;
pero
si
esos
indicios
admiten
una
explicación compatible con otros hechos diferentes a los que
pretende dar como probados por la presunción, como en el caso del
indicio que se invoca en contra del señor S. M., o por lo menos no
es óbice para esa otra explicación, estaríamos no frente a
indicios dotados de univocidad, sino de indicios anfibológicos.Los indicios unívocos podrán producir certeza, los anfibológicos
66
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
apenas verosimilitud o probabilidad. Por otra parte, el indicio
antes descrito relacionado con el arma correspondiente a S. M., no
fue declarado probado en el apartado que en la sentencia es
relativo precisamente a la declaración de hechos probados, como lo
exige el artículo 338, regla cuarta, parte final del numeral 2,
del Código Procesal Penal, para que tal indicio pudiera
haber
sido invocado en la sentencia para dar
por acreditado mediante
presunción que S. M. fue quien en verdad
hizo uso del indicada
arma. Lo cual, en conclusión, no está probado de ninguna manera.
Tratándose de prueba indiciaria, es importante que nos remitamos a
la obra de
J. M. ARROYO GUTIERREZ y A. R. CAMPOS, intitulada
LOGICA JURIDICA Y MOTIVACION DE LA SENTENCIA PENAL, Editorial
Jurídica Continental, en la que a página 118, se lee: ―En
consecuencia, debe convenirse en que la prueba indiciaria no
consiste ni en un dato de realidad, ni en una máxima de
experiencia, ni en una conclusión derivada de los anteriores, sino
que es un razonamiento complejo a través del cual, partiendo de un
referente fáctico que se conoce, se puede establecer uno de los
hechos que interesan al proceso y que es desconocido, pero que
puede establecerse mediante ese procedimiento‖. Esos mismos
autores indican que: ―la estructura del indicio comprende tres
componentes: 1) UN HECHO INDICADOR.2) UNA REGLA DE EXPERIENCIA.3)
UNA CONCLUSION O HECHO INDICADO‖. Sostienen que, ―en consecuencia,
puede afirmarse que el indicio está constituido al menos por
referencias: una inductiva, a través de la cual se establece cuál
es la regla de experiencia que debe utilizarse y, posteriormente,
un juicio deductivo que permite establecer una conclusión‖. Para
que
el
Tribunal
de
Sentencia
recurrido,
hubiere
aplicado
correctamente las reglas de la prueba indiciaria, dado el indicio
con el cual contaba, debió mínimamente hacer lo siguiente y que no
hizo: INDICAR CUAL ES EL HECHO INDICADOR: Este hecho como dicen
los autores citados en su página 120: ―es un hecho que se conoce,
debe estar demostrado, como se ha dicho, aun mediante indicios.
Para proporcionar seguridad en la elección de la máxima de
pensamiento, ese hecho indicador no puede presumirse ni ser
dubitativo‖. Indudablemente el hecho que se conoce en la causa que
nos ocupa y en relación a S. M. es la muerte de: R. V., P. y un
reo pandillero no reconocido, por heridas de armas de fuego, cuyas
ojivas corresponden, se dice, al arma de reglamento asignada a S.
M.. APLICAR UNA REGLA DE LA EXPERIENCIA: Dado el hecho conocido y
que constituye el hecho indicador, se le debe de aplicar una regla
de experiencia que permita emitir la conclusión correcta, esa
regla de la experiencia sería la deductiva con la cual se pueda
asociar la muerte, con la manera de ésta y con el objeto que la
produjo. No existe, como antes se ha expresado, ninguna regla de
la experiencia según la cual el titular de un arma de fuego,
siempre, en todo caso, en cualquier circunstancia de lugar y de
tiempo, necesariamente tiene que haber sido el autor de la muerte
de una persona causada con esa arma. UNA CONCLUSION O HECHO
INDICADO: Al aplicar el proceso deductivo el Tribunal Sentenciador
solo tendría una conclusión posible a la cual llegar, y es que R.
V., P. y un reo pandillero no reconocido, fallecieron por heridas
producidas o iguales al arma de reglamento asignada a S. M.; pero
nunca hubiera podido concluir, como lo hizo incorrectamente que S.
M. privó de la vida a
R.
V., P. y un reo pandillero no
reconocido. En relación a todo lo anterior es importante aquí
citar lo que dice el Tribunal en la página 274 de la sentencia; al
hacer relación a las ―Armas de fuego de la Policía Nacional
Preventiva, expone lo siguiente: ―Arma de fuego: 1. Embalaje:
Pistola cacha de caucho, color negro, marca CZ 75BD, calibre 9mm,
67
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
con registro de la Policía Nacional Preventiva 2060, serie 9910V,
cargador y tres tiros color amarillo, que en el culote se lee 9mm
lugar RP, asignada M. J. M. E., y embalada en el Ministerio
Público.- El señor M. J. M. E. no es imputado en la presente causa
criminal, sin embargo su arma de fuego es vinculada con los hechos
al haber dado resultado positivo con el estudio balístico
comparativo de casquillos encontrados en el escenario, mismo que
la mayoría del Tribunal valora a excepción del Juez Guzmán. De
este modo se comprueba que fueron varias las armas que se
utilizaron en contra de los reos pandilleros, armas usadas por
elementos de la Policía Nacional Preventivarias‖ Según el
Tribunal, pues, el arma del señor M. E. fue disparada en el lugar
en que ocurrieron los hechos, pero a pesar de ello no arriba a la
conclusión de que fue el señor M. E. quien ahí disparó, como sí lo
hace en el caso del señor S. M., en la forma a que hemos hecho
referencia. Lo que concluye el Tribunal es, nada más, que fueron
varias las armas que se usaron contra los pandilleros por
elementos de la Policía Nacional Preventivarias ¿Por qué esa
diferencia de criterio? Queda claro, pues, que al haber el
Tribunal tenido por probado que S. J. S. M. fue quien disparó
contra las tres personas mencionadas, por el solo hecho de que el
arma que dice fue empleada estaba asignada a él, y sin base en
ninguna otra prueba, ha irrespetado las reglas de la lógica y,
también, las máximas de la experiencia, pues éstas nos dicen que
no es cierto que siempre, en todo caso, el titular de un arma
necesariamente tiene que ser el autor de un delito cometido con
esa arma. En conclusión, no se han respetado en la valoración de
la prueba, las reglas de la sana crítica, de la cual forman parte
la lógica y las máximas de la experiencia. Así, en la forma que he
explicado, se configura el presente motivo de casación. No pudo
hacerse antes ninguna reclamación contra el vicio en que consiste
el motivo, porque se produjo en el pronunciamiento de la sentencia
que estoy impugnando. IX.- RECURSO DE CASACION POR QUEBRANTAMIENTO
DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL PROCESADO S. J. S. M.
ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE EN LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA
CONTENIDA EN LA SENTENCIA RECURRIDA NO SE OBSERVARON LAS REGLAS DE
LA SANA CRÍTICA.PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTÍCULO 362 No. 3) PARRAFO
IN FINE DEL CODIGO PROCESAL PENAL.- El artículo 362 No. 3) del
Código Procesal Penal prevé que “el recurso por quebrantamiento de
forma, podrá interponerse cuando la sentencia recurrida adolezca
de los vicios siguientes….3) Que..en la valoración de la prueba no
se observaron las reglas de la sana crítica..”. El proceso lógico
seguido por el Juez en su razonamiento al efectuar la valoración
de las pruebas está sujeto al control a través del examen
casacional. El Tribunal de Casación, en consecuencia, realiza un
examen sobre la aplicación del sistema probatorio establecido por
el Código Procesal Penal, salvaguardando de ese modo la aplicación
de las reglas de la sana crítica en la fundamentación,
específicamente en la valoración probatoria. Ello comporta que
siendo libre (y por lo tanto no sujeto a la prueba tasada) el
Tribunal sentenciador en la apreciación de las pruebas que generan
su convicción, porque por mor del principio de inmediación sólo él
las ha tenido ante sí, su juicio de valoración debe ser razonable,
es decir, someterse a las reglas que gobiernan el correcto
entendimiento humano, que den base para determinar cuales juicios
son verdaderos y cuáles falsos. De este modo la motivación lógica
debe responder a las siguientes características: a) Coherencia, y
por ende, congruente, no contradictoria e inequívoca, b) Fundada
en razón suficiente, y por lo tanto en observancia del principio
de derivación, con arreglo al cual el iter lógico seguido en la
68
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
valoración de las pruebas debe sustentarse en inferencias
razonables y de la sucesión de conclusiones que por ellas se vayan
formando, c) El razonamiento debe observar las normas de la
psicología y las máximas de la experiencia. En este último caso
por ejemplo, el Juzgador vulneraría las reglas de la experiencia
común cuando se basa en razonamientos que revelen ignorancia pura
y simple acerca de una actividad humana o de un fenómeno natural.
En este sentido, el universo de las posibles hipótesis en que se
dé un quebranto de este tipo es infinito, a los ejemplos ya
clásicos que proporciona la doctrina tradicional, como el cuchillo
que no puede atravesar una pared de concreto o bien el líquido que
necesariamente fluye, etc.., la vida y la realidad cotidianas
agregan innumerables posibilidades. En el caso bajo examen, el
recurrente ataca la sentencia impugnada, expresando que el
Tribunal Sentenciador ha vulnerado las reglas de la sana crítica,
concretamente las máximas de la experiencia, puesto que si bien es
cierto no resulta discutible que con el arma de fuego asignada al
imputado S. S. M. se hicieron disparos cuyas ojivas fueron
encontradas en los cadáveres de varios reos, ello no conduce
inevitablemente a concluir que el procesado en mención es el autor
de la muerte de tales personas, pues cabe la posibilidad de que
otro individuo, usando dicha arma sea el responsable de tales
acciones. Argumenta el Censor que el Tribunal efectúa un
razonamiento erróneo pues al adoptar el mismo se llevaría a
concluir que el propietario o poseedor de un arma, en todo caso,
es decir, en cualquier circunstancia de lugar y de tiempo,
necesariamente tiene que haber sido el autor de la muerte de una
persona causada con la misma. Por otro lado, el recurrente afirma
que con las pruebas balísticas realizadas por los peritos se
constató que uno de los policías que estuvieron presentes en el
lugar de los hechos, concretamente el señor M. J. M. C. percutió
su arma de fuego, y no por ello se le condenó por la comisión de
algún delito, es más, se dio la circunstancia de que ni siquiera
resultara acusado en las presentes diligencias. Concluye el
casacionista que en contra del procesado S. S. M., únicamente
existe un indicio como son las pruebas periciales que conducen a
que con el arma que le fuera asignada se causó la muerte de otras
personas, pero fuera del mismo no se produjeron otros elementos
circunstanciales ni prueba directa, como testigos que hayan
presenciado la acción efectuada por aquel al darle muerte a varias
individuos, de ahí que no pueda atribuírsele los resultados
lesivos por los cuales ha sido condenado. Esta Sala de lo Penal ha
constatado que el Tribunal de Instancia razona en la sentencia que
no da crédito a la versión exculpatoria del procesado S. M. cuando
sugiere que su compañero de habitación, el testigo E. T. V. tomó
por equivocación su pistola cuando salió en dirección a la Granja
Penal del Porvenir, y que sería éste último y no el acusado quien
habría accionado el arma de fuego con la que se causó la muerte de
varias personas. El Tribunal de mérito esgrime dos razones: a)
Teniendo en cuenta que el testigo T. V. salió de la Jefatura de
Policía en horas de la mañana, anterior a las 9:00 A.M., en que se
iniciaron los hechos objeto de juzgamiento, no tenía premura para
vestir su uniforme y tomar sus instrumentos de trabajo, por lo que
no resulta verosímil que se haya equivocado al tomar el arma
asignada a su compañero, b) De acuerdo a lo sostenido por la
Defensa del imputado S. M., este retornó al destacamento policial
a eso de las cuatro de la madrugada, por lo que a dicha hora no
tenía como prioridad colocar el arma que tenía asignada en su
cinturón, de tal manera que no resulta creíble que horas después
el testigo E. T. V. incurriese en error tomando y llevando consigo
69
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
la pistola de su compañero (vid. Folio No. 5188). Como ya lo
dijimos anteriormente, en virtud del principio de inmediación las
pruebas han sido evacuadas en presencia del Tribunal de Instancia,
de ahí que a esta Sala únicamente le compete verificar que el
razonamiento externado por aquel no resulte ilógico o arbitrario.
En el caso que nos ocupa, esta Sala es del criterio que la
valoración de la prueba efectuada por el Tribunal de Sentencia de
la ciudad de La Ceiba se ha efectuado sin vulneración de las
reglas de la lógica ni de las máximas de la experiencia. Es cierto
como lo expresa el recurrente que no siempre el propietario o
poseedor de un arma, en cualquier caso y circunstancia, es
responsable de las muertes que se causen con ella, sin embargo, en
el proceso que ahora nos ocupa, de las pruebas evacuadas resulta
probado que el encausado S. M. estuvo presente en el lugar donde
ocurrieron los hechos, y que si bien es cierto que la Defensa ha
pretendido probar mediante declaraciones testificales que su
arribo a la Granja Penal del Porvenir se produce cuando ya los
delitos objeto de juzgamiento estaban consumados, no es menos
cierto que de la prueba científica aportada al proceso se deriva
que con el arma de fuego que le fuera asignada en su condición de
miembro de la Policía se hicieron los disparos con los que se
causó la muerte de varias personas, por lo cual es razonable
concluir que tales testimonios no resultan creíbles . Por otro
lado, el Tribunal hace hincapié en las circunstancias de tiempo y
lugar en que coinciden el imputado y el testigo y en virtud de las
cuales no resulta verosímil el equívoco que se pretende imputar a
este último. El A Quo refiere que la versión exculpatoria del
procesado solamente es expuesta tras la declaración del testigo E.
T. V. sin tener respaldo probatorio alguno, salvo en las propias
palabras del acusado vertidas en la etapa de conclusiones. Es de
amplio conocimiento el celo y escrupuloso cuidado que los agentes
policiales ejercen sobre las armas que les son asignadas, de ahí
que esta Sala estima que los razonamientos expuestos por el
Tribunal Sentenciador no se presentan arbitrarios ni tampoco
ilógicos, por lo que el motivo de casación por quebrantamiento de
forma, argumentando que en el proceso de valoración de la prueba
se vulneraron las reglas de la sana crítica, debe ser desestimado.
X.- MOTIVO TERCERO: Inobservancia de las reglas establecidas en el
Código Procesal Penal para la realización del juicio oral y
público, con inaplicación del artículo 346, preámbulo y numeral 4,
del ordenamiento jurídico antes citado. PRECEPTO AUTORIZANTE:
Artículo 362, preámbulo y numeral cinco del Código Procesal Penal,
según el texto que trascribo a continuación: ―El recurso de
casación por quebrantamiento de forma, podrá interponerse cuando
la sentencia recurrida adolezca de alguno de los vicios
siguientes: … 5 Inobservancia de las reglas establecidas en el
presente Código para la realización del juicio oral y público‖
EXPLICACION DEL MOTIVO El artículo 346 del Código Procesal Penal
en su preámbulo y numeral 4, dispone: ―Registro de lo ocurrido
durante el juicio y contenido del acto. El Secretario dejará
constancia en acta de todo lo ocurrido durante el juicio oral y
público, la cual contendrá: … 4. Un resumen del desarrollo del
debate, con mención del nombre y apellidos de los testigos,
peritos e intérpretes, indicación de lo manifestado por cada uno
de ellos y señalamiento de los medios de prueba ejecutados durante
la
audiencia,
incluidos
los
documentos
que
hubiesen
sido
incorporados al debate, por lectura …‖ Pues bien, en el acta del
juicio oral y público celebrado en el presente proceso, nos
encontramos con un gran número de dictámenes de peritos y
declaraciones de testigos, a los que solamente se hace referencia
70
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
sin dejar la más mínima constancia de su contenido, en abierta
violación de lo dispuesto en el precepto que arriba se ha
trascrito. Paso a hacer una relación de esos dictámenes y
declaraciones: 1. Dictamen 3258-2003 (página 169). 2. Dictamen
990-2316-2003 (página 188). 3. Dictamen 988-2387-2003 (página
189). 4. Dictamen 0987-2313-2003 (página 189). 5. Dictamen 10272386-2003 (página 199). 6. Dictamen 1029-2388-2003 (página 202).
7.Dictamen de autopsia A-647-03 (página 2058. 7. Dictamen de
autopsia A-653-03 (página 206). 8. Dictamen de autopsia A-653-03
(página 206). 9. Dictamen de autopsia A-655-03 (página 207). 10.
Dictamen de autopsia A-674-03 (página 208). 11. Dictamen de
autopsia A-640-03 (página 223). 12. Dictamen de autopsia A-644-03
(página 224). 13. Dictamen de autopsia A-688-03 (página 243).14.
Dictamen de autopsia A-691-03 (página 244). 15. Dictamen de
autopsia A-683-03 (página 246). 16. Dictamen de autopsia A-692-03
(página 247). 17.
Declaración de J. E.C.(página 260). 18.
Dictamen de autopsia A-707-03 (página 269). 19. Declaración de
testigo protegido 1 (página 308). 20. Dictamen de autopsia A-67303 (página 309). 21. Dictamen de autopsia A-674-03 (página 309).
22. Dictamen de autopsia A-651-03 (página 309). En todos esos
dictámenes y declaraciones a continuación de la referencia que los
identifica, aparecen las preguntas que hace el Fiscal, sin que,
como antes se expresa, se haya dejado la más mínima ―indicación de
lo manifestado por cada uno de ellos‖ (peritos o declarantes),
como lo exige el numeral 4) del artículo 346 del Código Procesal
Penal. Con esa actuación omisa, se han inobservado reglas de las
establecidas en el Libro Segundo, Titulo IV, del Código Procesal
Penal, que contiene toda la normativa que regula el juicio oral y
público. En eso consiste, precisamente, el motivo de casación en
la forma que estoy terminando de explicar. No pudo hacerse antes
ninguna reclamación contra el vicio en que consiste el motivo,
porque se produjo en el pronunciamiento de la sentencia que estoy
impugnando. X.- RECURSO DE CASACION POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA
INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO S. J. S. M. BASADO EN LA
INOBSERVANCIA DE LAS REGLAS ESTABLECIDAS EN EL CÓDIGO PROCESAL
PENAL PARA LA REALIZACIÓN DEL JUICIO ORAL Y PÚBLICO. PRECEPTO
AUTORIZANTE: ARTICULO 362 No. 5) DEL CODIGO PROCESAL PENAL.- El
recurrente arguye que en el proceso seguido contra el imputado S.
S. M. se violentaron las reglas que establece el Código Procesal
Penal para la realización del juicio oral y público, ya que en el
acta respectiva se hace referencia a una gran cantidad de
declaraciones testificales y dictámenes periciales, pero sin dejar
la más mínima constancia de su contenido, vulnerando de ese modo,
lo dispuesto en el artículo 346 No. 4) del mismo texto normativo
donde se establece que el Secretario hará un resumen del
desarrollo del debate, con indicación de lo manifestado por los
peritos y testigos. Esta Sala de lo Penal considera importante
recordar que en este motivo deben considerarse las reglas
esenciales para el desarrollo de la parte más importante del
proceso como lo es el juicio oral y público, de tal manera que
estas reglas deben referirse a los principios sobre los cuales
descansa esta etapa del procedimiento: oralidad, publicidad,
inmediación, contradicción y concentración. De ello se desprende
que el vicio no estará constituido por una simple infracción a una
norma procesal relativa a la forma en que se debe desarrollar un
acto particular de la fase del juicio, sino que se refiere a la
vulneración de una norma de tal incidencia, que su violación
afecte sustancialmente al proceso. Las normas que informan la
manera de desarrollar el juicio oral están comprendidas del
artículo 304 al 346 del Código Procesal Penal. El vicio será de
71
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
estimar cuando se trate de una violación de esas normas, pero
esencialmente de aquellas fundamentales, es decir las que
desarrollan los principios antes apuntados, como por ejemplo, no
permitir a una de las partes el ejercicio de su derecho a
interrogar los testigos de su contendor, lo cual vulneraría lo
dispuesto en el artículo 330 del Código Procesal Penal, y con ello
se afectarían los principios de contradicción y defensa. Volviendo
a la cuestión toral que ahora nos ocupa, es oportuno señalar que
al tenor de lo previsto por el artículo 346 No. 4) del Código
Procesal Penal, el acta deberá contener un resumen de lo
manifestado por peritos y testigos. Según el Diccionario de la
Real Academia Española de la Lengua, la voz “resumen” alude a la
acción y efecto de resumir, en tanto que este último verbo
comporta: reducir a términos breves y precisos, o considerar tan
solo y repetir abreviadamente, lo esencial de un asunto o
materia23. Y es que al tomar en cuenta que la dinámica del debate
se orienta por los principios de oralidad y contradicción, la ley
no exige para su validez que el acta suscrita por el Secretario
del Tribunal se constituya en una reproducción literal y exacta de
cuantas incidencias, actuaciones y medios probatorios tengan lugar
en su desarrollo, sino como antes queda apuntado una síntesis de
unos y de otros. En el caso bajo examen, esta Sala no logra
determinar al tenor de lo expuesto por el recurrente, (pues este
no lo explica de una forma clara y precisa), de que manera en una
relación de causa-efecto, las supuestas omisiones en las que
habría incurrido el Secretario del Despacho al no dejar constancia
del contenido de varios dictámenes y declaraciones testificales
evacuados en el debate, han incidido de manera sustancial y
negativa en su derecho de defensa o en alguno de los principios
informadores del debido proceso. Por tal razón, el presente motivo
debe ser desestimado. XI.- MOTIVO CUARTO: Falta de congruencia de
la sentencia con la acusación, con infracción por falta de
aplicación del artículo 337, párrafo primero, del Código Procesal
Penal, en la parte que a la letras dice: ―La sentencia no podrá
dar por acreditados otros hechos u otras circunstancias, que no
sean las descritas en la formalización de la acusación, en la
contestación de cargos y en el auto de apertura a juicio‖.
PRECEPTO AUTORIZANTE: Artículo 362, preámbulo y numeral sexto, del
Código Procesal Penal, según el texto que se trascribe a renglón
seguido: ―El recurso de casación por quebrantamiento de forma,
podrá interponerse cuando la sentencia recurrida adolezca de
alguno de los vicios siguientes: … 6. La incongruencia entre la
sentencia y las pretensiones de las partes, según el artículo
337‖. EXPLICACION DEL MOTIVO En el ordinal trigésimo quinto del
apartado correspondiente, en la sentencia, a la declaración de
hechos probados, el Tribunal declara como tal, refiriéndose al
señor S. J. S. M., que éste, ―observando las agresiones de los
reos rondines, Policía Nacional Preventiva, Policías Cobras,
Policías Penitenciarios y miembros del ejército, sin realizar
acción alguna en auxilio de los reos pandilleros‖. Pero resulta
que lo así declarado probado en el fallo recurrido, no aparece en
manera alguna, ni en la formalización de la acusación, ni en la
contestación de cargos, ni en el auto de apertura a juicio. Ello
denota, de manera clara, que no existe la congruencia que exige el
artículo 337 del Código Procesal Penal. Y cuya falta es
constitutiva de motivo de casación en la forma. Pero, además, hay
algo realmente grave (sin que esto implique que no lo son los que
23
Vid. Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, Tomo II,
21ª edición, Madrid, 1992, pág. 1786.
72
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
se exponen en el párrafo anterior) que ponemos de relieve en forma
especial, como aspecto importante de los que configuran la
incongruencia que se alega,
y es que en el auto de apertura a
juicio, no se mandó que éste se siguiera contra el señor S. J. S.
M... Véase que en la parte dispositiva de ese proveído no se
menciona de ninguna manera su nombre. Creemos que al no haberse
ordenado en la resolución donde cabía, que S. M. fuera juzgado en
el juicio oral y público, falta a éste, en cuanto a esa persona,
un presupuesto procesal sin el cual no podía habérsele incluido,
mucho menos condenado, en la sentencia de que se está recurriendo.
La incongruencia es más que evidente: en el auto de apertura a
juicio no se manda juzgar a S. M. y en el juicio oral y público no
sólo se le juzga, sino que además se le condena.- Falta, pues, la
congruencia que exige el artículo 337 del Código Procesal Penal.
No pudo hacerse antes ninguna reclamación contra el vicio en que
consiste el motivo, porque se produjo en el pronunciamiento de la
sentencia que estoy impugnando. XI.- RECURSO DE CASACION POR
QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL ENCARTADO
S. J. S. M. ARGUYENDO LA FALTA DE CONGRUENCIA DE LA SENTENCIA CON
LA ACUSACIÓN, CON INFRACCIÓN POR FALTA DE APLICACIÓN, DEL ARTÍCULO
337, PÁRRAFO PRIMERO, DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL. El recurrente
sostiene que no existe congruencia entre la acusación y la
sentencia proferida por el Tribunal de Instancia, ya que en el
relato de hechos probados del fallo cuestionado se atribuye al
procesado S. S. M. que habiendo observando las agresiones de los
reos rondines, Policía Nacional Preventiva, Policías Cobras,
Policías Penitenciarios y miembros del ejército, en perjuicio de
los reos pandilleros no realizó acción alguna en auxilio de estos
últimos, imputación que no resultó formulada en la formalización
de la acusación, ni en la contestación de cargos, como tampoco en
el auto de apertura a juicio, de ahí que con ello se ha vulnerado
la debida correlación que debe existir entre acusación y
sentencia, de tal manera QUE indebidamente se le incluyó como
encausado para ser juzgado en el juicio oral y público, y a la
postre de igual manera se le condenó. Esta Sala de lo Penal,
conforme a la doctrina mayoritariamente aceptada, aprecia que los
aspectos relevantes del “principio acusatorio” son: 1) No puede
existir proceso sin acusación previa formulada por persona
distinta del acusador; y, 2) No cabe condena por hechos distintos,
ni persona distinta a los señalados por la acusación24”. El Art.
337 del Código Procesal Penal, sobre
la congruencia entre la
sentencia y la acusación, en su parte conducente dispone que: “La
sentencia no podrá dar por acreditados otros hechos u otras
circunstancias, que no sean las descritas en la formulación de
acusación, en la contestación de cargos y en el auto de apertura a
juicio, o en su caso, en la ampliación de la acusación y en la
contestación de esta, ni calificar los hechos, en perjuicio del
acusado en forma distinta de la que resulte de las actuaciones
antes indicadas….” El principio acusatorio admite y presupone el
derecho
de
defensa
del
imputado
y,
consecuentemente,
la
posibilidad de contestación y rechazo de la acusación. Provoca en
el proceso penal la aplicación de la contradicción, o sea, el
enfrentamiento dialéctico entre las partes, y hace posible conocer
los argumentos de la otra parte, manifestar ante el Juez los
propios,
indicar
los
elementos
fácticos
y
jurídicos
que
constituyen su base, y ejercitar una actividad plena en el
24
Vid. Vid. CUELLAR CRUZ, RIGOBERTO, “La Reforma Procesal Penal y el
Ministerio Público en Honduras. Justificación y Perspectiva‖, págs. 297 y
298.
73
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
proceso, de este modo, es que nadie puede ser condenado si no se
ha formulado contra él, una acusación de la que haya tenido
oportunidad de defenderse de manera contradictoria, estando por
ello, obligado el Juez o Tribunal a pronunciarse dentro de los
términos del debate, tal y como han sido formulados por la
acusación y la defensa, lo cual significa en última instancia que
ha de existir siempre correlación entre la acusación y el fallo de
la sentencia. De lo que se desprende que el debate en el proceso
penal vincula al Juzgador, impidiéndole excederse de los términos
en que viene formulada la acusación o apreciar hechos o
circunstancias que no han sido objeto de consideración en la
misma, ni sobre las cuales, por lo tanto el acusado no ha tenido
ocasión de defenderse. El sistema acusatorio que informa el
proceso penal hondureño particularmente exige que exista la debida
correlación entre la acusación y la sentencia, de forma tal que la
defensa del imputado tenga oportunidad de alegar, proponer pruebas
y participar en su práctica y en el debate, habiendo conocido con
antelación suficiente aquello de que se le acusa y sin que la
sentencia de modo sorpresivo pueda condenar por algo de lo que
antes no se acusó y respecto de lo cual consiguientemente no pudo
articularse la estrategia exigida por la ley en garantía de la
posición procesal del imputado. La acusación ha de ser precisa y
clara respecto del hecho y del delito por el que se formula y la
sentencia ha de ser congruente con tal acusación sin introducir
ningún elemento nuevo del que no hubiera existido antes
posibilidad de defenderse. No obstante lo anterior, el Juez puede
modificar la calificación de los hechos enjuiciados, siempre que
no sea en perjuicio del reo, y que exista identidad fáctica y
homogeneidad
en
dicha
calificación.
Son
delitos
o
faltas
generalmente homogéneos los que constituyen modalidades distintas
pero cercanas dentro de la tipicidad penal, de tal suerte que,
estando contenidos todos los elementos del segundo tipo en el tipo
delictivo contenido en la acusación, no haya en la condena ningún
elemento nuevo del que el acusado no haya podido defenderse. Un
examen
detenido
de
los
antecedentes,
revela
que
en
la
formalización de la acusación que en su momento efectuara el
Ministerio Público en el transcurso de la audiencia preliminar, se
atribuye al encartado S. M., la participación en dieciséis delitos
de asesinato en el grado de ejecución de tentativa (vid. Tomo XV,
Folios NO. 3521 vuelto y 3522). Por otro lado en LA audiencia para
incidentes, celebrada en fecha 26 de octubre de 2007, el
Ministerio Público solicitó que se tuviera por subsanado el error
material que se había cometido por el Juez Instructor, al no
incluir en la parte resolutiva del auto de apertura a juicio la
calidad de acusado del señor S. S. M., petición a la que accedió
el Tribunal de Sentencia, arguyendo que al haberse decretado un
sobreseimiento definitivo únicamente a favor del acusado O.
REINIERY SANCHEZ, y no hacerlo a favor de los demás entre los que
se incluía al procesado S. M. mencionado en el preámbulo y los
antecedentes procesales del referido auto, era evidente la
existencia de un error de carácter material que podía ser
subsanado. También el A Quo arguyó en su momento que el Apoderado
de dicho encausado se personó como tal en el juicio oral y público
por lo que éste daba por sentado y por tanto se daba por enterado
que su patrocinado pese a no hacerse referencia expresa de su
nombre en la parte resolutiva del auto de apertura a juicio
mantenía la calidad de imputado en el proceso y con ello debía
responder a los hechos objeto de la hipótesis acusatoria formulada
por el Ministerio Público. De la audiencia de incidentes también
se desprende que el entonces defensor del encartado S. M., Abogado
74
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
C. J. V., si bien formuló algunos alegatos manifestando su
inconformidad no interpuso recurso alguno por lo que consintió en
el acto (vid. Tomo XVI, Folios No. 3610, 3715) , consecuentemente
esta Sala no aprecia que se haya producido una efectiva
indefensión alegada por el Censor que haya dado lugar a la falta
de correlación entre acusación y sentencia y con ello a una
violación del principio acusatorio, de ahí que debemos desestimar
el presente motivo formulado por el casacionista. XII.- MOTIVO
QUINTO: Contradicción entre las motivaciones fácticas y jurídicas.
PRECEPTO AUTORIZANTE: Artículo 362, preámbulo y numeral tres, del
Código Procesal Penal, según el texto que se trascribe a renglón
seguido: ―El recurso de casación por quebrantamiento de forma,
podrá interponerse cuando la sentencia recurrida adolezca de
alguno de los vicios siguientes: … 3. Que carezca de motivaciones
fácticas ó jurídicas, que dichas motivaciones sean contradictorias
…‖ EXPLICACION DEL MOTIVO Fáctico es todo aquello relativo a los
hechos, basado en hechos o limitado a ellos; de la anterior
definición extraída del Diccionario de la Lengua Española nos es
posible afirmar que las motivaciones fácticas a las que se refiere
el Código Procesal Penal, no son otra cosa más que los hechos
declarados como probados, lo
que guarda relación con los
requisitos de la sentencia penal según regla cuarta numeral uno
del artículo 338 del Código Procesal Penal. En la sentencia por
este medio recurrida la motivación fáctica o hechos probados se
encuentran ubicados desde el ordinal PRIMERO de la página 71 al
ordinal QUINCUAGESIMO TERCERO de la página 94. El artículo antes
citado es el mismo que, en el numeral tres de la regla cuarta, nos
permite identificar a la fundamentación jurídica como aquella
parte en que se determina los preceptos aplicados en una
sentencia, los fundamentos legales, las causas de exención,
atenuación ó agravación de la responsabilidad penal, de las penas
que se impongan, de los fundamentos de la responsabilidad civil,
del pronunciamiento sobre costas y el destino de los objetos
secuestrados. En la causa que nos ocupa la fundamentación jurídica
se encuentra expuesta desde el ordinal PRIMERO de la página 462 al
ordinal DÉCIMO QUINTO de la página 468. El Diccionario de la
Lengua Española establece que contradecir o contradicción es decir
uno lo contrario de lo que otro afirma o negar lo que se dé por
cierto; sintetizando y con apego a los principios de la Lógica: es
imposible que una cosa sea y no sea al mismo tiempo y bajo el
mismo aspecto. Aplicado lo anterior al caso que no ocupa,
constituye la circunstancia de que no es posible en una sentencia
penal que en las motivaciones fácticas se afirme una cosa y
posteriormente
la
misma
circunstancia
sea
negada
en
la
fundamentación jurídica y viceversa; de ahí que se nos permita
introducir como esencia del presente motivo de casación que no es
posible que la determinación sobre la hora de llegada de S. M. a
la Granja Penal de El Porvenir, sea determinable en una parte de
la sentencia penal y no lo sea en otra. Para entrar en materia, en
el ordinal ya citado, TRIGÉSIMO QUINTO, de las motivaciones
fácticas o hechos probados, el Juzgador da por cierto y esto no es
discutible que: ‖Para ese momento el inspector de policía S. J. S.
M., se había ya personado al lugar…‖; si colocamos esta
aseveración en el contexto del presente y anterior hecho probado,
es posible afirmar que si C. E. H. A. llega Al Porvenir a las
10:30am y veinte minutos después, faltando para las once de la
mañana llegan los representantes de los medios de comunicación y
después se afirma que para ese momento el inspector de policía S.
J. S. M., se había ya personado al lugar, se deduce entonces que
el Tribunal Sentenciador está indicando que S. M., ya se
75
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
encontraba en la Granja del Porvenir minutos antes de las once de
la mañana. Ahora bien, en el ordinal DÉCIMO SEGUNDO, página 467
párrafo segundo, relativo a la Fundamentación Jurídica, y en
relación a S. M. dice el Tribunal Sentenciador: ―Para el Tribunal,
partiendo de la prueba evacuada, no es posible determinar el
momento exacto de ingreso del acusado …;. ¿Acaso lo anterior no
significa que el Tribunal de Sentencia de la Ceiba, en una parte
de la sentencia, esta infiriendo la hora de llegada de S. M. a la
Granja Penal de El Provenir y, por otra parte, está indicando que
no puede determinar el momento de ingreso del encausado a la
Granja Penal de El Provenir?.- ¿Acaso lo anterior no constituye
una afirmación y una negación sobre la determinación de la hora de
llegada de S. M. al sitio en cuestión?; ¿Acaso es posible que por
un lado en la motivación fáctica el Tribunal afirme un extremo y
por otro lado en la fundamentación jurídica niegue ese mismo
extremo?; ¿Acaso lo anterior y, permítasenos afirmarlo, no
constituye una contradicción entre las motivaciones fácticas y
jurídicas?, máxime cuando esta circunstancia, la sostenida en la
motivación fáctica, en particular, ha sido utilizada por el
Tribunal para desechar el fundamento de la defensa de S. M., que
como ya lo hemos dejado dicho, se apoya en que su hora de ingreso
a la Granja Penal, sucedió entre 12:00m. y 12:30 a.m. del día de
los hechos, ya cuando éstos habían acaecido.- En eso consiste,
precisamente, el motivo de casación en la forma que estoy
terminando de explicar. No pudo hacerse antes ninguna reclamación
contra el vicio en que consiste el motivo, porque se produjo en el
pronunciamiento de la sentencia que estoy impugnando. XII.RECURSO DE CASACION POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR
LA DEFENSA DEL IMPUTADO S. J. S. M. ARGUMENTANDO QUE EXISTE
CONTRADICCIÓN ENTRE LAS MOTIVACIONES FÁCTICAS Y JURÍDICAS DE LA
SENTENCIA IMPUGNADA. PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTÍCULO 362 No. 3) DEL
CODIGO PROCESAL PENAL.- Según expone el recurrente, existe una
evidente contradicción entre la fundamentación fáctica de la
sentencia y la fundamentación jurídica, ya que en la declaración
de hechos probados formulada por el Tribunal se establece que
pasado unos veinte minutos desde las diez y media de la mañana,
hora en que ingresó al Centro Penal del Porvenir el coimputado C.
E.
H.
A., empezaron a entrar en dicho establecimiento
penitenciario los representantes de varios medios de comunicación,
y que para ese momento, el procesado S. S. M. ya se encontraba en
el lugar antes referido, lo que resulta contradictorio con la
afirmación contenida en la fundamentación jurídica del fallo
cuando el Juzgador expresa que de la prueba evacuada en juicio no
ha sido posible determinar el momento exacto en que ingresó el
procesado S. M. al centro carcelario supracitado, de ahí que a
criterio del Censor habría una inconsistencia entre la motivación
fáctica y jurídica que debe traer como consecuencia la nulidad de
la sentencia impugnada. Esta Sala considera pertinente recordar
que la motivación lógica debe orientar tanto la fundamentación
fáctica como la también la jurídica, de este modo la motivación
estará constituida por un conjunto de razonamientos armónicos
entre sí para lo cual deberá reunir las siguientes cualidades: a)
Congruente: las afirmaciones, deducciones y conclusiones deben
guardar relación y concordancia entre ellas, b) No contradictoria:
que no se empleen en la motivación juicios opuestos que entre sí
se anulen, c) inequívoca: los elementos del raciocinio no deben
dejar dudas sobre su alcance y significado y sobre las que
conclusiones a las que se arriba. En este sentido se extiende
sobre la contradicción en la motivación, puesto que ello resta
seguridad a la decisión adoptada por el Juzgador, al fundamentarse
76
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
en argumentos o juicios excluyentes, dando lugar a dudas sobre lo
acertado de su resolución. Un examen detenido de los antecedentes
revela que en los hechos declarados probados trigésimo cuarto y
trigésimo quinto se expresa que el procesado
C.
E.
H.
A.
ingresó al Centro Penal del Porvenir alrededor de las diez con
treinta minutos de la mañana, y que pasado un mínimo de veinte
minutos y antes de las once del mañana llegaron al lugar varios
representantes de medios de comunicación, añadiendo que para ese
momento el coimputado S. S. M. ya se encontraba en el centro
carcelario (vid. Folios No. 5073 vuelto y 5074). Por su parte en
la fundamentación relativa a la responsabilidad de cada uno de los
acusados, el Tribunal de Sentencia expresa que “el Tribunal
desconoce la hora en que el acusado (S. M.) se personó en el
Centro Penal la mañana del cinco de abril del año dos mil tres,
más está probado que fue antes de las 11:00, dado que a esa hora
el señor C. E. H. A. dio la orden de que C.an los disparos,
por lo que el uso del arma de reglamento para dar muerte a cuatro
reos pandilleros debió haber sido antes de esa hora…” (vid. Folio
No. 5238 vuelto). A criterio de esta Sala no existe la
contradicción acusada por el recurrente, ya que ni en la
fundamentación fáctica como tampoco en la jurídica se expresa que
se ha determinado con certeza el momento preciso en que arribara
al lugar de los hechos el encausado S. M. En el relato de hechos
probados se dice que al momento en que varios representantes de
medios de comunicación ingresan al recinto carcelario, es decir
pasado un mínimo de unos veinte minutos después de las diez y
media de la mañana, ya se encontraba en el escenario de los
acontecimientos
el
encausado
S.
M.,
lo
que
no
resulta
contradictorio con la afirmación que se hace posteriormente y
dentro de la misma sentencia cuando se expresa que no se sabe la
hora exacta en que arribara ese mismo imputado, más si de que lo
hizo antes de que se llevara a cabo el ingreso de los
representantes de los medios de prensa, esto es, antes de las once
de la mañana. Por las razones anteriormente expuestas, se
desestima el motivo de casación fundado en la contradicción de las
motivaciones fácticas y jurídicas de la sentencia impugnada.
XIII.- El Recurrente, Abogado J. C. R.
M., en su condición de
Apoderado Defensor del imputado S. J. S. M. desarrolló su Recurso
de Casación por Infracción de Ley en dos motivos. Para efectos de
seguir un orden sistemático adecuado en su análisis y resolución,
esta SALA considera pertinente apartarse del orden seguido por el
Censor, de tal manera que inicialmente se pronunciará sobre el
segundo motivo, ya que la condena por la comisión por omisión de
varios delitos de ASESINATO, que alcanzaron el grado de ejecución
de TENTATIVA, se ha fijado en concurso ideal argumentando el
incumplimiento de obligaciones legales a cargo de dicho encartado
y que a criterio del Juzgador dieron lugar al delito de VIOLACIÓN
DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS. XIV.- Infracción por
aplicación indebida del artículo 117, preámbulo y circunstancia
primera, en relación con los artículos 15 y 27, numeral dos en sus
dos párrafos, todos del Código Penal, que dicen respectivamente:
―Es reo de asesinato, quien dé muerte a una persona ejecutándola
con
la
concurrencia
de
cualquiera
de
las
circunstancias
siguientes:1) Alevosía‖; ‖Hay tentativa cuando, con la intención
de cometer un delito determinado, se realizan actos inequívocos de
ejecución y no se consuma por causas ajenas a la voluntad del
agente‖; ‖Son circunstancias agravantes: 1)…, 2) Ejecutar el
delito con alevosía.Hay alevosía cuando el culpable comete
cualquiera de los delitos contra la vida y la integridad corporal,
empleando medios, modos o formas en la ejecución que tiendan
77
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
directa y especialmente a asegurarlas, sin riesgo para su persona
que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido‖. PRECEPTO
AUTORIZANTE: Este motivo se encuentra comprendido en el artículo
360 del Código Procesal Penal, ya citado. EXPLICACIÓN DEL MOTIVO:
En el ordinal décimo sexto de la parte dispositiva se condena a
S. J. S. M., además de lo señalado, por ―diecinueve delitos de
omisión impropia de asesinato por alevosía en su
grado de
ejecución de tentativa‖. Para principiar, hasta dónde conocemos,
en nuestro Derecho Positivo no existe la figura de la omisión
impropia. Pero lo más importante es que en la parte de la
declaración de hechos probados relativa al señor
S. M.,
precisamente
en
el
ordinal
trigésimo
quinto
del
apartado
correspondiente (página 82 de la sentencia), no se declara probado
ningún hecho que pueda subsumirse en la figura del ―asesinato por
alevosía en su grado de ejecución de tentativa‖.
Baste señalar
que ni siquiera en la parte donde se condena, se menciona los
nombres de las personas que fueron sujetos pasivos en los
diecinueve delitos de que se habla en el ordinal décimo sexto de
la parte resolutiva, mucho menos en la declaración de hechos
probados. Tampoco fueron declarados probados actos inequívocos de
ejecución con la intención de cometer el delito indicado en
perjuicio de diecinueve personas, ni cuáles fueron las causas
ajenas a la voluntad del agente que impidieron la consumación del
ilícito. O sea, pues, que nada se declaró probado con relación a
una supuesta tentativa Tenemos, pues, que dados los hechos
declarados probados en la sentencia, con relación al señor S. M.,
resulta evidente que se ha infringido, por aplicación indebida,
en cuanto a esos ―diecinueve delitos por omisión impropia de
asesinato por alevosía en su grado de ejecución de tentativa‖, el
artículo 117, preámbulo y circunstancia primera, en relación con
los artículos 15 y 27, numeral dos en sus dos párrafos, todos del
Código Penal. En esos preceptos, por su orden, se tipifica el
delito de asesinato, se dispone lo relativo a la tentativa y se
define la alevosía. El motivo de casación en el fondo que he
formalizado, aparece con una claridad meridiana.‖ XIV.- RECURSO DE
CASACION POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL
ENCAUSADO S. J. S. M., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS
HECHOS DECLARADOS PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE ESTE SEA
RESPONSABLE EN
COMISION POR OMISION DE DIECINUEVE DELITOS DE
TENTATIVA DE ASESINATO ALEVOSO, DE TAL MANERA QUE EL TRIBUNAL
SENTENCIADOR HA INCURRIDO EN UNA APLICACIÓN INDEBIDA DEL ARTÍCULO
117, PREÁMBULO Y CIRCUNSTANCIA PRIMERA, EN RELACIÓN CON LOS
ARTÍCULOS 15 Y 27 No 2) DEL CÓDIGO PENAL. Argumenta el recurrente
que en el ordinal dieciséis (16) de la parte dispositiva de la
sentencia impugnada, se condena
a S. J. S. M., por diecinueve
delitos en omisión impropia de tentativa de asesinato mediante
alevosía. Argumenta que en nuestro Derecho Positivo no existe la
figura de la OMISIÓN IMPROPIA. Pero centra su reproche que en la
declaración de hechos probados relativa al señor S. M. -ordinal
35, Folio No. 5073 vuelto- no se declara probado ningún hecho que
pueda subsumirse en la figura del “asesinato por alevosía en su
grado de ejecución de tentativa”. Reprocha que en los hechos
probados, ni en la parte resolutiva de la sentencia se mencionan
los nombres de los sujetos pasivos de los diecinueve delitos
mencionados en el ordinal dieciséis (16) de la parte resolutoria
Considera que tampoco fueron declarados probados actos inequívocos
de ejecución con la intención de cometer el delito de asesinato en
perjuicio de diecinueve personas, ni cuáles fueron las causas
ajenas a la voluntad del agente que impidieron la consumación del
ilícito. Concluye que nada se declaró probado con relación a la
78
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
tentativa, y esgrime que dados los hechos declarados probados con
relación al señor S. M., resulta evidente que se ha infringido,
por aplicación indebida, en cuanto a los “diecinueve delitos por
omisión impropia de asesinato por alevosía en su grado de
ejecución de tentativa”, el artículo 117 preámbulo y circunstancia
primera, en relación con los artículos 15 y 27, numeral dos en sus
dos párrafos, todos del Código Penal. Esta Sala de lo Penal
considera importante recordar, que tratándose del motivo invocado
por el recurrente, sólo le corresponde actuar como contralor de la
aplicación de la ley sustantiva por el Tribunal de Sentencia. En
este sentido, el recurso de casación por infracción de ley debe
estructurarse o partir su alegación, de los hechos probados que
contenga la resolución cuestionada, puesto que el vicio en esencia
consiste en que la decisión adoptada por el juzgador en la parte
resolutiva de la sentencia, es incompatible, irreconciliable o
ajena a la verdad enunciada por la narración fáctica (hechos
probados), de tal suerte que resultan inobservadas las normas que
sí corresponde aplicar, se invocan normas que no deben aplicarse,
o se invocan las normas que deban aplicarse al caso concreto pero
el Juzgador hace una incorrecta interpretación de las mismas.
Precisados los límites en los que puede desenvolverse la función
revisora de esta Sala cuando del recurso de casación por
infracción de ley se refiere, ahora es pertinente que indiquemos
cuales son los elementos típicos de los delitos de asesinato en el
grado de ejecución de tentativa mediante alevosía proditoria, que
en comisión por omisión se atribuye al imputado S. S. M.- La
alevosía supone el empleo de procedimientos que facilitan el
hecho. La define el artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay
alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los delitos
contra la vida y la integridad personal, empleando medios, modos o
formas en la ejecución que tiendan directa y especialmente a
asegurarlas, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa
que pudiera hacer el ofendido.”. En este sentido, la alevosía
exige que los procedimientos empleados tiendan, directa y
especialmente a asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una
posible defensa del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los
que se producen por la espalda25, o estando la víctima en la cama o
de rodillas. Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en
la alevosía es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del
hecho y la ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer
el ofendido. La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la
ejecución del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún
tipo de premeditación o preparación, de tal manera que puede
surgir en el mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto
aprovecha que su enemigo le da la espalda para dispararle). En
algunas corrientes doctrinales se distinguen tres supuestos de
asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera,
si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se
materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por
desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial
situación
de
desA.
de
la
víctima
que
impide
cualquier
manifestación de defensa26. En cuanto a la tentativa, el artículo
25
Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente
en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al
rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea
en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid.
MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición,
Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54
26
Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html
79
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
15 del código penal establece: “hay tentativa cuando, con la
intención de cometer un delito determinado se realizan actos
inequívocos de ejecución y no se consuma por causas ajenas a la
voluntad del agente”. El tipo de la tentativa requiere de los
siguientes elementos: a) en la parte objetiva, una ejecución
parcial o total de los actos ejecutivos no seguida de consumación,
b) en la parte subjetiva, la voluntad de consumación, c) la
ausencia de desistimiento voluntario. El comienzo de la ejecución
necesario para la tentativa requiere que se traspase la frontera
que separa los actos preparatorios (sí los hay) de los actos
ejecutivos. Subjetivamente la tentativa requiere que el sujeto
quiera los actos que objetivamente realiza con ánimo de consumar
el hecho o, al menos aceptando (con seguridad o con probabilidad)
que pueden dar lugar a la consumación. Por último se requiere la
concurrencia de un elemento negativo, y que consiste en que el
hecho no se consume por causas ajenas a la voluntad del agente.
Recapitulando podemos afirmar que la tentativa se presenta cuando
se ejecutan actos considerados indispensables para llevar a cabo
el comportamiento tipificado en la ley penal y que en el caso
concreto, lo eran efectivamente conforme al fin propuesto, pero
factores extraños o ajenos a la voluntad del autor impiden que
éste logre la producción del resultado perseguido. Así las cosas
podemos afirmar que habrá una tentativa de asesinato alevoso,
cuando el agente realiza actos inequívocos de ejecución dirigidos
a causar la muerte de una persona, empleando medios, modos o
formas que tiendan directa y especialmente a asegurar dicho
resultado, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa
que pudiera hacer el ofendido. En el caso de autos se atribuye al
imputado S. J. S. M., la autoría en omisión impropia de diecinueve
delitos de asesinato en el grado de ejecución de tentativa. Vuelve
a ser oportuna la referencia a la figura de la comisión por
omisión cuyos elementos hemos explicado con más detalle en el
acápite IV de esta sentencia. El tipo de comisión por omisión
muestra en su parte objetiva la misma estructura que el de la
omisión pura: a) situación típica; b) ausencia de la acción
determinada; c) capacidad de realizarla27, pero completada con la
presencia de tres elementos particulares necesarios para la
imputación objetiva del hecho: la Posición de garante, la
producción de un resultado y la posibilidad de evitarlo.
Recapitulando podemos decir que a)la posición de garante integra
necesariamente la situación típica de los delitos de comisión por
omisión no expresamente tipificados; b)debe seguir en ellos la
producción de un resultado; y, c) la capacidad de acción debe
comprender la capacidad de evitar el resultado. Para la comisión
por omisión vale igual el dolo, que para los delitos de omisión
pura. La única particularidad es que, como es lógico, el dolo
deberá abarcar no solo la ausencia de la acción debida, sino
27
Así por ejemplo, constituye un tipo de omisión pura, el previsto en el
artículo 388 No. 4) del Código Penal que se describe de la siguiente
manera: ―….quien sin concierto previo con los autores o cómplices de un
delito, pero con motivos suficientes para suponer la comisión de éste:…4)
Deja de comunicar a la autoridad las noticias que tuviere acerca de la
comisión de un delito cuando está obligado a hacerlo por su profesión o
empleo….En este supuesto la situación típica es la de quien se encuentra
en la circunstancia de tener motivos suficientes para suponer la comisión
de un delito con la obligación de denunciarlo. La ausencia de la acción
esperada, radica en dejar de comunicar a la autoridad las noticias que
tuviere acerca de la comisión de un delito, a lo que se añade la como un
elemento del tipo objetivo, la capacidad de efectuar tal notificación, es
decir, la posibilidad de realizar la acción esperada.
80
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
también la posibilidad y la necesidad de la evitación del
resultado mediante aquella acción. Además habrá de extenderse a la
situación que determina la presencia de la posición de garante28.
Abundando en la configuración del dolo, podemos decir que este
tiene un componente cognoscitivo, en tanto que se requiere en
primer lugar, que el agente tenga conocimiento de la posición de
garante, es decir, debe saber que en el caso concreto ostenta la
posición de padre, hijo, médico, jefe de seguridad industrial,
etc… En segundo lugar, el sujeto debe tener conocimiento de la
situación típica y del curso causal (de la causalidad hipotética),
además
en
tercer
lugar,
se
requiere
la
posibilidad
de
representación de la conducta debida y la vía para evitarlo. Sobre
el componente volitivo, es indispensable que el agente quiera
(aunque sea eventualmente) la realización del tipo en su aspecto
objetivo correspondiente, que tenga voluntad de realización de la
conducta omisiva según la nota de la finalidad29. En este sentido
esta Sala coincide con el Censor en cuanto a que no existe una
disposición expresa en nuestra legislación penal sobre los delitos
de omisión impropia o de comisión por omisión, sin embargo, ello
no es obstáculo para considerar que cumplidos los requisitos
anteriormente apuntados pueda apreciarse su existencia y por ende
imponerse su castigo, valgan por vía de ilustración los ejemplos
clásicos de la madre que deja de suministrar alimentos al hijo
recién nacido con la finalidad de que muera, la enfermera que con
el mismo objetivo deja de suministrar al paciente el medicamento
indicado, o el sujeto que estando obligado en razón de su trabajo,
de manera dolosa no abre la puerta de emergencia para evitar que
escape de un incendio su compañero de trabajo quien a la postre
muere, nadie dudará que estos casos una omisión imputable a la
madre, enfermera y empleado de la fábrica, respectivamente, ha
traído como resultado la muerte de una persona y que este
resultado lesivo es atribuible al omitente para los efectos de la
imposición de una pena. Habiendo indicado cuales son los elementos
objetivos y subjetivos de la tentativa de asesinato y efectuado un
recordatorio sobre la estructura de la figura de la comisión por
omisión u omisión impropia, pasamos a constatar sí de los hechos
declarados probados por el Tribunal de Sentencia puede o no
desprenderse que al acusado S. S. le resultan imputables los
diecinueve delitos de tentativa de asesinato que se le atribuyen,
así tenemos que: A) De conformidad a lo descrito por el Tribunal
de Sentencia en la fundamentación fáctica del fallo recurrido: “
Un mínimo de veinte (20) minutos habían transcurrido desde la
llegada del Comisionado
C. E. H. (que se sitúa a eso de las
diez y media de la mañana30) y el Policía Cobra J.
L. S. R.,
cuando faltando para las once (11) de la mañana, llegan al lugar
representantes de los medios de comunicación: D. M. M., empiezan a
transmitir por radio lo que se observaba, mientras que algunos
reporteros gráficos tomaban fotografías del interior del recinto,
subidos en las escaleras de incendios de los carros de los
bomberos. Para ese momento el Inspector de Policía S. J. S. M., se
había ya personado al lugar, observando las agresiones de los reos
rondines, Policía Nacional Preventiva, Policías Cobras, Policías
Penitenciarios y miembros del ejercito, sin realizar acción alguna
28
Vid. MIR PUIG, SANTIAGO,
Derecho Penal, Parte General, 6ª edición,
2002, pág. 324.
29
Vid. VELASQUEZ, FERNANDO, VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte
General, 4ª edición, COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, págs. 674-675.
30
Vid. Hecho Probado Trigésimo Cuarto, Folio No. 5073 vuelto.
81
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
en auxilio de los reos pandilleros31; B) De los hechos declarados
probados antes trascritos se desprende que al ingreso del acusado
S. S. en el Centro Penal del Porvenir, se presentaba una situación
típica, es decir, una situación de amenaza o peligro para la
integridad física y la vida de algunos reos pandilleros, cuando se
expresa que el imputado observa “las agresiones de los reos
rondines, Policía Nacional Preventiva, Policías Cobras, Policías
Penitenciarios y miembros del ejercito, sin realizar acción alguna
en auxilio de los reos pandilleros..” C) Es un hecho no
controvertido que el encartado S. S., ostentaba la condición de
miembro de la Policía Nacional cuando ingresó
al interior del
Centro Penal del Porvenir. El artículo 293 de la Constitución de
la República prevé que la Policía Nacional es una institución
profesional del Estado, encargada de velar por la conservación del
orden público, la prevención, control y combate del delito, así
como también de proteger la seguridad de las personas y sus
bienes. El artículo 10 No. 2) de la entonces vigente Ley Orgánica
de la Policía Nacional (Decreto No. 155-98) establecía entre otras
atribuciones, que para el logro de sus objetivos y cumplimiento de
sus responsabilidades, le correspondía a ese cuerpo de seguridad
entre otras atribuciones, la de proteger la vida, bienes, derechos
y libertades de las personas. En sintonía con los preceptos antes
mencionados, el artículo 22 No. 3) establece que en el
cumplimiento de sus funciones los miembros de la Policía deberán
cuidar y proteger la salud física y mental de las personas
detenidas o sometidas a resguardo. Del precepto constitucional y
legales antes citados, se desprende sin duda alguna, que los
miembros de la Policía Nacional, asumen la posición de garantes de
la vida e integridad física de las personas que se encuentren
recluidas en un centro penitenciario del Estado en aquellos casos
en que dichos bienes jurídicos se vean amenazados o puestos en
peligro por otros reclusos u otra clase de individuos,
de ahí
que, como consecuencia de su deber de garantía, haya de
preservarlos de las agresiones de compañeros, particulares, así
como también de los ataques que provengan de empleados o
funcionarios públicos. De este modo podemos afirmar, que el
imputado S. S. tras su ingreso a la Granja Penal del Porvenir para
colaborar en el restablecimiento del orden alterado en el interior
de ese centro penitenciario, tenía una posición de garante, es
decir, la obligación de hacer cuanto estuviera a su alcance para
evitar ataques a la integridad física o la vida de cuantas
personas
se
encontraran
en
situación
de
peligro,
independientemente de que se tratara de reclusos pandilleros,
rondines,
reos
comunes
denominados
“paisas”,
visitantes,
funcionarios penitenciarios, policías, miembros del ejército
nacional, etc… C)Ausencia de la acción determinada: una lectura
detenida de la fundamentación fáctica de la sentencia impugnada,
no revela que el encausado S. S. haya realizado alguna acción
dirigida a evitar o impedir las agresiones emprendidas contra reos
pandilleros por elementos armados del Estado y otros reclusos, así
tenemos que en la declaración de hechos probados el Juzgador
expresa que el acusado observa “las agresiones de los reos
rondines, Policía Nacional Preventiva, Policías Cobras, Policías
Penitenciarios y miembros del ejercito, sin realizar acción alguna
en auxilio de los reos pandilleros32” D)La posibilidad de realizar
la acción esperada. Como ya se expresara en la resolución del
motivo expuesto en el acápite IV de esta sentencia, lo decisivo en
31
32
Vid. Hecho Probado Trigésimo Quinto, Folio No. 5073 vuelto.
Vid. Hecho Probado Trigésimo Quinto, Folio No. 5073 vuelto.
82
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
la comisión por omisión es la virtual causal de la acción que
hubiera debido realizarse para evitarlo (“causalidad hipotética”)
Para comprobar la existencia de la causalidad hipotética o llamada
también por algunos “nexo de evitación”, el Juzgador debe acudir a
una fórmula en virtud de la que a partir de la teoría de la
equivalencia de las condiciones, se afirma que la omisión es causa
del resultado, si puesta mentalmente en su lugar la acción
esperada, que no es realizada por el omitente, el resultado
desaparece como mínimo con una probabilidad rayana en la certeza.
Como lo exponíamos líneas arriba, el sujeto activo debe tener la
capacidad efectiva (real, física) de realizar la conducta ordenada
(el mandato) en el caso concreto y partir de consideraciones
objetivas, pues de lo contrario, sí al agente le falta capacidad
corporal o física de acción, su comportamiento, llevado a cabo de
manera distinta, será atípico; como dice la máxima jurídica: “a lo
imposible nadie está obligado”. Así por ejemplo: el bañista que en
este momento se ahoga en las playas, así se pueda presenciar el
hecho por medio de la televisión en directo, no puede ser salvado
por uno de los televidentes, pues ninguno de ellos tiene la
posibilidad de realizar la acción ordenada, no así el socorrista
contratado para cuidar a los veraneantes. Desde luego, la
incapacidad física puede ser equiparada a aquella que resulta de
una inhabilidad técnica, de una falta de conocimientos o de medios
de auxilio33. A criterio de esta Sala, cabía esperar que el acusado
S. S. M., no solamente por su condición de miembro de la policía
nacional, sino que también y sobre todo por ostentar un cargo
dentro de la estructura del cuerpo al que pertenece dotado de
mando y jerarquía, (en tanto que tenía el rango de Inspector),
interviniese para impedir que continuaran las acciones dirigidas a
quitarle la vida a los reos pandilleros, cuando según se consigna
en el cuadro fáctico las mismas eran ejecutadas por reos rondines,
policías y miembros del ejército, de ahí que al no haber realizado
la acción esperada y que le era exigible, debe entenderse
configurado el nexo de evitación o de causalidad hipotética, y por
lo tanto le son imputables en omisión impropia los hechos
criminosos que se le atribuyen, salvo uno de ellos, pues al no
establecerse con certeza el momento en que el imputado S. S. M.
ingresó al centro carcelario, no podemos afirmar de modo
concluyente sí su comportamiento omisivo tuvo lugar antes o
después de que gracias a la intervención de un miembro de la
Fuerza Aérea Hondureña que era hermano del reo pandillero J. R.
M., C.an las agresiones de las que era víctima éste último a manos
de reos rondines y miembros de la policía.
Por otro lado, esta
Sala no puede desconocer que las agresiones al colectivo de los
denominados reos pandilleros se ve precedida en el tiempo por la
muerte de varios rondines, así como también por los ataques
dirigidos a quitarle la vida a otros internos ocasionadas y
ejecutados, respectivamente, mediante la utilización de armas de
fuego y/o armas cortopunzantes, objetos contundentes, y la
provocación de un incendio a manos de reos pandilleros, de tal
manera que si bien es cierto no resultan amparados por alguna
eximente de responsabilidad criminal quienes por acción u omisión
contribuyeron
a
la
realización
de
los
hechos
objeto
de
juzgamiento, no es menos cierto que no podemos afirmar de manera
indubitada que los agresiones sufridos por los reos pandilleros
hayan sido realizadas de manera inesperada, a traición, mediante
33
Vid. VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte General, 4ª edición,
COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, pág 672.
83
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
celada, emboscada, y cualquier otro procedimiento que encaje
dentro de la circunstancia calificativa de la alevosía, esto es,
la de emplear medios, modos o formas en la ejecución de los
delitos contra la vida y la integridad corporal, que tiendan
directa y especialmente a asegurarlas, sin los riesgos que
eventualmente pudieran derivarse de una reacción defensiva de los
ofendidos, de tal manera que lo que cabe respecto al procesado S.
J. S. es una imputación por dieciocho delitos de tentativa de
homicidio en omisión impropia, de ahí que siguiendo los criterios
penológicos adoptados por el Tribunal de Instancia, mismos que no
pueden ser reformados en este sede por la prohibición de la
reformatio en peius, su conducta trae aparejada una pena de doce
años seis meses de reclusión. En consencuencia se declara
parcialmente con lugar el presente motivo dentro de los términos
antes expuestos. XV.- CASACION POR INFRACCION DE LEY MOTIVO
PRIMERO: Infracción, por aplicación indebida, del artículo 349
numeral 3 del Código Penal, que literalmente dice: ―Será castigado
con reclusión de tres (3) a seis (6) años é inhabilitación
especial por el doble del tiempo que dure la reclusión, el
funcionario o empleado público que:1)…, 2)…, 3)Omita, rehúse o
retarde algún acto que deba ejecutar de conformidad con los
deberes de su cargo;…‖. en relación con los artículos 10, numeral
3, 22, numerales 1 y 3, literal c), de la Ley Orgánica de la
Policía Nacional, que a su vez se leen así: ARTICULO 10.- La
Policía Nacional es una institución profesional permanente del
Estado, apolítica en el sentido partidista, de naturaleza
puramente civil, encargada de velar por la conservación del orden
público, la prevención, control y combate al delito; proteger la
seguridad de las personas y sus bienes; ejecutar las resoluciones,
disposiciones, mandatos y decisiones legales de las autoridades y
funcionarios públicos, todo con estricto respeto a los derechos
humanos. La Policía Nacional se regirá por Legislación especial.
Para el logro de sus objetivos y el cumplimiento de sus
responsabilidades tendrá las atribuciones siguientes:
3.Proteger la vida, honra, bienes, creencias, derechos y libertades
de las personas y la seguridad de las instituciones públicas y
privadas; ARTICULO 22.- En el cumplimiento de sus funciones los
miembros de la Policía actuarán de acuerdo con las normas
siguientes: 1.- Respeto absoluto a la Constitución de la
República, de los tratados y convenciones internacionales de que
Honduras forme parte y de las leyes y reglamentos vigentes; 3.Tratar los detenidos de acuerdo con la Ley; ello implica lo
siguiente: c) Cuidar y proteger la salud física y mental de las
personas detenidas o sometidas a resguardo y respetar su honor y
su dignidad mientras se mantengan bajo su custodia.‖ PRECEPTO
AUTORIZANTE: Este motivo se encuentra comprendido en el artículo
360 del Código Procesal Penal, en la parte que se lee así: ―Habrá
lugar al recurso de casación por infracción de ley o de doctrina
legal, cuando dados los hechos que se declaren probados en la
sentencia, se haya infringido un precepto penal ... de carácter
sustantivo, …..‖ EXPLICACIÓN DEL MOTIVO: En la sentencia impugnada
se declara probado que:―Un mínimo de veinte minutos habían
transcurrido desde la llegada del Comisionado
C.
E.
H. y el
Policía Cobra J. L. S. R., cuando faltando para las once de la
mañana, llegan al lugar representantes de los medios de
comunicación: D. M. M., empiezan a trasmitir por radio lo que se
observaba, mientras que algunos reporteros gráficos tomaban
fotografías del interior del recinto, subidos en las escaleras de
incendios de los carros de los bomberos.- Para ese momento el
Inspector de Policía S. J. S. M., se había ya personado al lugar,
84
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
observando las agresiones de los reos rondines, Policía Nacional
Preventiva, Policías Cobras, Policías Penitenciarios y miembros
del ejército, sin realizar acción alguna en auxilio de los reos
pandilleros. El Policía S. J. S. M., procedió a privar de la vida
a los reos pandilleros M. R. P. (alias El Bueno), M. o M. R. R.
V. (alias El Burrito) y a otro reo pandillero de nombre
desconocido, con su arma de reglamento, tipo pistola, marca Pietro
Bereta, modelo 92FS, calibre 9mm, serie N25990Z, con cañón de seis
estriíllas y con giro a la derecha‖. La parte que en esos hechos
se contrae al delito de violación de los deberes de los
funcionarios, por omisión propia, por el cual se condenó al señor
S. M., es la siguiente: ―…observando (S. M.) las agresiones de los
reos rondines, Policía Nacional Preventiva, Policías Cobras,
Policías Penitenciarios y miembros del ejército, sin realizar (S.
M.) acción alguna en auxilio de los reos pandilleros, …‖ (los
entre paréntesis son míos). Se trata, pues, de que el señor S. M.
no auxilió a los pandilleros que eran objeto de agresión por parte
de reos rondines, Policía Nacional Preventiva, Policías Cobras,
Policías Penitenciarios y miembros del ejército, y en eso se hace
consistir el de violación de los deberes de los funcionarios por
omisión propia que se le atribuye. ¿Qué se entiende por omisión
propia? Veamos algunas ideas al respecto: se da cuando una ley
impone expresamente la obligación de hacer algo y una persona,
obligada, en violación de esa ley la incumple (la obligación).
Ejemplos: Según el artículo 269 del Código Procesal Penal, hay
personas que están obligadas a denunciar los delitos de acción
pública de los que tuviere conocimiento por su profesión o empleo;
si no lo hacen quedan sujetas a las penas que señala el artículo
388 numeral 5 del Código Penal. El artículo 226 del Código
Procesal Penal impone a todos los habitantes del país la
obligación de atender las citaciones que les libren los órganos
jurisdiccionales, para declarar sobre un delito; la persona que
incumpla esa obligación será sancionado al tenor de lo que dispone
el artículo 348-A del Código Penal. En el caso que ahora nos
ocupa, no existe ninguna disposición legal que imponga a un agente
de la autoridad, un oficial de policía por ejemplo, la obligación
de auxiliar a las personas que se encontraban en la situación en
que estaban los reos pandilleros. Las disposiciones de la Ley
Orgánica de la Policía Nacional (artículos 10, numeral 3, 22,
numerales 1 y 3, literal c), de la Ley Orgánica de la Policía
Nacional),
que invoca el Tribunal en la sentencia recurrida
(páginas 422 y 423 del fallo), no disponen nada en tal sentido. En
efecto, el artículo 10 de la indicada ley contiene las
atribuciones que corresponden a la Policía como institución, no a
sus miembros en particular. El artículo 22 de la misma ley,
contiene las normas conforme a las cuales actuarán los miembros de
la Policía; el numeral uno citado en la sentencia se contrae a la
obligación de carácter general de respeto a la Constitución de la
República, las leyes secundA., los reglamentos, así como los
tratados y convenciones de que Honduras forma parte. En cuanto, al
numeral 3, contiene normas que regulan, todas ellas, lo relativo a
cómo debe actuarse cuando sean detenidas personas por la Policía
Nacional, pero que no prevén situaciones como la que se dio en la
Granja Penal el 5 de abril de 2003. Repito, no existe en nuestro
Derecho Positivo ninguna norma con base en la cual pudo estar
obligado el señor S. M., de haberse encontrado en la Granja Penal
cuando se produjeron los disparos, a ―auxiliar a los reos
pandilleros‖.
Ahora,
permítasenos
plantearnos
una
pregunta
interesante: ¿Qué tenía que haber hecho S. M. en auxilio de los
pandilleros? Y otra más ¿Existían en aquel lugar y en aquel
85
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
momento, el de los disparos, posibilidades para que alguien
hubiera podido socorrer a los pandilleros? Y, de haberlas, ¿Podía
haberlo hecho S. M., él solo? Siendo que no existe ninguna
disposición que hubiera obligado a S. M. al auxilio que se señala
en la sentencia, y siendo que había imposibilidad material para
que, de haberse encontrado en el lugar, pudiera haber hecho algo
en ese sentido, es evidente que no ha incurrido en una conducta
omisiva que pueda considerarse constitutiva del delito de
violación de los deberes de los funcionarios. Así las cosas,
resulta evidente que el habérsele condenado por ese delito,
supuestamente realizado por la vía de la omisión propia, se ha
infringido por aplicación indebida el artículo 349 numeral 3 del
Código Penal, en relación con los artículos 10, numeral 3, 22,
numerales 1 y 3, literal c), de la Ley Orgánica de la Policía
Nacional. XV.- CASACION POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA
DEFENSA DEL IMPUTADO S. J. S. M. ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE DE
LOS HECHOS PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE EL ACUSADO HAYA INCURRIDO
EN EL DELITO DE VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS, DE
TAL MANERA QUE EL TRIBUNAL SENTENCIADOR HA REALIZADO UNA
APLICACIÓN INDEBIDA INDEBIDA DEL ARTÍCULO 349 NUMERAL 3) DEL
CÓDIGO PENAL, EN RELACIÓN CON LOS ARTÍCULOS 10, NUMERAL 3, 22,
NUMERALES 1 Y 3, LITERAL C), DE LA LEY ORGÁNICA DE LA POLICÍA
NACIONAL. Argumenta el recurrente que el A Quo ha incurrido en
infracción, por aplicación indebida del artículo 349 numeral 3)
del Código Penal, en relación con los artículos 10, numeral 3),
22, numerales 1) y 3), literal c) de la Ley Orgánica de la Policía
Nacional. Señala que en la sentencia impugnada se declara probado
que:“…el Inspector de Policía S. J. S. M., se había ya personado
al lugar, observando las agresiones de los reos rondines, Policía
Nacional Preventiva, Policías Cobras, Policías Penitenciarios y
miembros del ejército, sin realizar acción alguna en auxilio de
los reos pandilleros.”. Afirma el recurrente que con respecto al
delito de VIOLACIÓN DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS, por
omisión propia, el A Quo aprecia que el señor S. M. no auxilió a
los pandilleros que eran objeto de agresión por parte de reos
rondines, Policía Nacional Preventiva, Policías Cobras, Policías
Penitenciarios y miembros del ejército. Razona que la omisión
propia se da cuando una ley impone expresamente la obligación de
hacer algo y una persona en violación de esa ley incumple la
obligación, pero que en el presente caso, no existe disposición
legal que imponga a un agente de la autoridad, oficial de policía,
la obligación de auxiliar a las personas como en este caso, se
encontraban los reos pandilleros. Al que las disposiciones de la
Ley Orgánica de la Policía Nacional (artículos 10, numeral 3, 22,
numerales 1 y 3, literal c)) que invoca el Tribunal en la
sentencia recurrida (páginas 422 y 423 del fallo), no disponen
nada al respecto. Esgrime que el artículo 10 de la indicada ley
tiene las atribuciones que corresponden a la Policía como
institución, no a sus miembros en particular. El artículo 22 de la
misma ley, contiene las normas conforme a las cuales actuarán los
miembros de la Policía. El numeral uno, citado en la sentencia, se
contrae a la OBLIGACIÓN DE CARÁCTER GENERAL de respeto a la
Constitución de la República, las leyes secundA., los reglamentos,
así como los tratados y convenciones de los que Honduras forma
parte. En cuanto, al numeral 3, argumenta que contiene normas que
regulan, lo relativo a cómo debe actuarse cuando sean detenidas
personas por la Policía Nacional, pero que no prevén situaciones
como la que se dio en la Granja Penal el 5 de abril de 2003.
Concluye que no existe disposición que obligase a S. M. a la
acción de auxilio indicada en la sentencia, estimando que
86
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
concurría una imposibilidad material, de haberse encontrado en el
lugar, para poder haber hecho algo, por lo que estima que el
acusado no ha incurrido en una conducta omisiva constitutiva del
delito de VIOLACIÓN DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS por lo que
al haber sido condenado por ese delito realizado por omisión
propia, el A Quo ha infringido por aplicación indebida la ley
penal sustantivarias Esta Sala de lo Penal, aprecia que en los
delitos de omisión propia se castiga la simple infracción de un
deber de actuar y equivalen a delitos de mera actividad. Los
elementos que conforman el tipo objetivo son tres: a)situación
típica. En ella se establece el presupuesto de hecho que da origen
al deber de actuar y que varía según el tipo específico; b)
Ausencia de realizar la acción mandada. Es decir, según cada caso,
abstenerse de auxiliar, cooperar con la justicia, denunciar un
delito, que no implica necesariamente pasividad, sino que puede
consistir en la realización de una conducta distinta a la exigida;
3) Capacidad personal de realizar la acción. Para ello se requiere
que concurran determinadas circunstancias externas –cercanía
espacial y temporal entre el sujeto y la situación típica, medios
de salvamento, etc. –y personales, que el sujeto cuente con los
suficientes conocimientos y facultades intelectuales para realizar
la acción –un lego no sabe como contener una hemorragia. Con
respecto a la tipicidad subjetiva, la omisión propia admite la
versión dolosa y la imprudente (culposa) caso de estar esta última
legalmente prevista. La dimensión cognoscitiva del dolo exige que
el sujeto sea consciente de que concurren todos los elementos del
tipo objetivo. La dimensión volitiva del dolo consiste en la
expresión de la voluntad de no realizar la acción exigida, es
decir, como volición del tipo objetivo34. El delito de violación de
los deberes de los funcionarios tiene la estructura propia de un
tipo de omisión pura, con el que se procura tutelar el adecuado
funcionamiento de la administración (entendida esta en su sentido
amplio), para la prestación de un buen servicio.
Por ello
comprende cualquier acto administrativo que se encuentre dentro de
las funciones del agente, siendo un delito de simple actividad que
se consuma con la omisión, el retardo o el rehusamiento, sin que
se necesite la producción de resultado dañoso alguno.35 Como antes
lo explicamos el artículo 349 No. 3) del artículo mencionado,
castiga, a quien omite, rehúse o retarde algún acto que deba
ejecutar de conformidad con los deberes de su cargo, derivándose
de la redacción de tal modalidad delictiva, que la misma se
incluye dentro de que doctrinariamente se conoce como “abuso
omisivo”. El penalista argentino,
C. CREUS, refiriéndose a esta
figura en el Código Penal de su país, explica que: “..la tercera
forma pune una conducta omisiva: no ejecutar las leyes cuyo
cumplimiento incumba al funcionario. Tratase pues, de un tipo
omisivo y por eso, no comete este abuso de autoridad (que un tanto
impropiamente puede denominarse incumplimiento de los deberes de
funcionario público) el funcionario que lleva a cabo actos
contrarios a las disposiciones de la ley. Aquí el abuso consiste
en la decisión de no ejecutar la ley, es decir, de no aplicarla,
prescindir de ella, no actuarla en la realidad, como si no
34
Vid. IGNACIO BERDUGO GÓMEZ DE LA TORRE/ LUIS ARROYO ZAPATERO/ NICOLÁS
GARCÍA RIVAS/ JUAN CARLOS FERRÉ OLIVÉ Y JOSÉ RAMÓN SERRANO PIEDECASAS
Lecciones de Derecho Penal. Parte General.. EDITORIAL PRAXIS, S.A.1996,
Páginas 149 y 150.
35
Vid. CREUS, CARLOS, Derecho Penal, Parte especial, Tomo II, Editorial
Astrea, Buenos Aires, 1988, página 262.
87
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
existiera
(p.ej.,
no
dictar
la
prisión
preventiva
cuando
corresponde, no observar el acto administrativo viciado cuando el
funcionario ejerce funciones de contralor); pero cuando lo que
importa para la inejecución de la ley es una actividad (p.ej.,
dictar una resolución cuando no corresponde hacerlo), ya no
estaremos ante una omisión, sino ante uno de los abusos previstos
en las formas anteriores….” (vid. CREUS,
C., Delitos contra la
Administración Pública, Editorial Astrea, Buenos Aires, 1981, pág.
192). El Tribunal de Sentencia condena al procesado antes
mencionado por el delito de violación de los deberes de los
funcionarios, estimando que es responsable de tal infracción penal
en concurso ideal con varios delitos de asesinato alevoso en el
grado de ejecución de tentativa.
De este modo, el Juzgador
responsabiliza al procesado S. S. del delito de VIOLACION DE LOS
DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS en tanto que habría omitido los
deberes de tutelar la vida de reos pandilleros, bien jurídico que
habría resultado amenazado por actos realizados e imputables a
otros individuos, con la intención de darles muerte. Como ya se
explicara con anterioridad, la Sala estima que de los hechos
declarados probados se ha establecido que el encartado S. S., es
responsable en omisión impropia de dieciocho delitos de tentativa
de homicidio en perjuicio de igual número de reos pandilleros, sin
embargo tomando en cuenta que el desvalor de su conducta
consistente en realizar un acto contrario a la ley y por ende
dejar de cumplir su función de garante de la vida de varias
personas que estuvieron en grave peligro de perderla, ya encuentra
castigo con la pena impuesta por su contribución a título de autor
por
omisión
impropia
de
los
resultados
típicos
antes
relacionados36, de ahí que debe absolverse al procesado S. J. S.
del delito de VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS. Por
todas las razones anteriormente expuestos se declara con lugar el
presente motivo.- XVI.- El Recurrente Abogado M. A. Z. R., en su
condición de apoderado defensor del señor R. A. S.I., desarrolló
su Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de
Forma, de la siguiente manera: ―EN CUANTO AL RECURSO DE CASACIÓN
POR INFRACCIÓN DE LEY AL MOTIVO ÚNICO: En este Motivo de Casación
en el Fondo, la defensa argumenta que el Tribunal Sentenciador, ha
infringido un precepto penal u otra norma jurídica de carácter
sustantivo que debe ser observada para la aplicación de la ley
penal, es decir, por Falta de Aplicación, al Artículo 349 No.3
del Código Penal, el cual tipifica las formas de cómo se comete el
ilícito penal de ABUSO DE AUTORIDAD Y VIOLACION DE LOS DEBERES DE
LOS FUNCIONARIOS y que, según el Tribunal, resultaron configurados
sus elementos en la declaración de Hechos Probados que ha
consignado el A-Quo con el objeto de dar la apariencia de un
argumento fundamentado, quedando establecido que estas no son
funciones propias de un Oficial activo de las Fuerzas Armadas, si
no de un miembro de la Policía Nacional o Policía Penitenciaria el
Tribunal de Sentencia
dice apoyarse para ello en la Declaración
de Hechos Probados de la SENTENCIA, en su inciso VIGESIMO - Pag.74
) tercer renglón; no hay alevosía en virtud de que quedó probado
en juicio que el Oficial R.
A. S.Iglesia se encontraba a
seiscientos metros de la granja penal en el polígono de
36
Es de tomar en cuenta que el desvalor que supone el prevalimiento del
carácter público del culpable para la comisión del hecho constituye una
agravante (art. 27 No. 9) del Código Penal), misma que en el caso de
autos no puede considerarse, en tanto que el Tribunal de Instancia ha
impuesto la pena mínima, y por ende se impone la observancia de la
prohibición de reforma peyorativa en materia recursiva.
88
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
adiestramiento de tiro
realizando ejercicios militares de tiro
actividades propias de su cargo; Al ser requerido el oficial R. A.
S.I. se trasladó a la graja penal a requerimiento de un policía
penitenciario que llegó hasta donde ellos estaban; VIGESIMO
PRIMERO-Pag.74 segundo párrafo; este hecho probado no concuerda
con el hecho probado arriba indicado ya en este el Tribunal dice
que todos entraron disparando a los reos pandilleros quitándoles
la vida, NO Hubo dictamen balístico propuesto por parte del
Ministerio Publico para acreditar el extremo alegado ya que ellos
mismos Ministerio Publico alega que no hicieron nada al entrar a
la granja penal. siendo esto falso ya que se personaron al lugar
al ser requeridos para dar auxilio a la policía penitenciaria,
reos rondines y a la policía preventiva en las instalaciones de la
granja penal del Porvenir; VIGESIMO TERCERO- Pag.74 párrafo
cuarto; Nuevamente se contradice el Tribunal al no dejar claro en
los hechos a Iglesia y aquí dice que no hizo nada para evitar lo
que esta probados cual fue el
accionar
del Oficial R. A.
S.aconteciendo ya que en
el vigésimo primero dice que entró
disparando a todos los reos pandilleros que encontraba en su paso
sin que el Ministerio Publico lograra acreditar tal extremo y por
tal razón, resulta evidente de la lectura de este apartado del
Recurso que el mismo se circunscribe alrededor de la apreciación
del Juzgador plasmada al final de los Hechos Probados que no
concuerdan con lo sucedido en la granja penal del porvenir, previo
a cualquier acción que se le atribuye a mi defendido R. A. S.I.,
Lo anterior, según el Casacionista, sería suficiente para entender
que el Sentenciador ha quedado plenamente convencido sobre la
consciencia que tenía mi defendido acerca de la condición que
tenían las personas dentro de la granja penal del porvenir. Sobre
este punto empezaremos por decir que, en este Motivo Único de
Casación por Infracción de Ley, el Tribunal ha caído en el más
grave e imperdonable error a cometerse en este tipo de Recurso
libre apreciación de las pruebas que ha hecho el Sentenciador en
uso de la facultad soberana que a tal efecto le atribuye la Ley.
Lo anterior, se afirma por las siguientes razones: Este principio
fundamental
en
materia
de
Casación
en
el
Fondo,
la
―Intangibilidad‖ de los Hechos Probados declarados como tales por
el Tribunal de Sentencia, deriva neC.ia e inseparablemente de la
Inmediación al momento de evacuarse las pruebas, el cual es uno de
los pilares sobre los que descansa nuestro actual Proceso Penal.
En efecto, la Ley y la técnica en este tipo de impugnaciones,
impiden que en un Recurso de Casación por Infracción de Ley, el
Tribunal tiene la Libre Apreciación de las Pruebas
(los Hechos
Probados),
Al respecto, citaremos al Maestro F. Boixander en
cuanto señala que ―…cuando lejos de guardar este debido respeto a
la santidad de esta norma fundamental del recurso, se rebasan sus
límites, se niega, se discute, se altera, en fin, lo que la Sala
sentenciadora afirma y se pretende traer a colación hechos nuevos
que no se deducen de la declaración de probados, o se hacen
alegaciones que de modo notorio se ven las contradicciones lo que
en la resolución impugnada se establece como probado de facto, o
se sustituye por el criterio personal del Tribunal sentenciador,
la impugnación tiene virtualidad para que se abra francamente el
cause de la casación‖ En el caso que hoy nos ocupa, no es
irrespeto cometido por el defensor y que atenta contra la
Intangibilidad de los Hechos Probados en los que se fundamenta
este Motivo, se produce al afirmar el Ministerio Público que no
probó los hechos pretendidos, implica que mi defendido R. A. S.I.,
efectivamente no tenía conocimiento que las personas que estaban
adentro de la granja penal por estar ejecutando trabajos propios
89
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
de su cargo y asimismo no sabía si las personas adentro del penal
estaban o no
armadas, y con ello, se configuraría que no hubo
delito por parte de mi representado. Nótese que el Tribunal
no
dice que el extracto supracitado de los Hechos Probados debe tener
esa connotación que le atribuye para el lector de la Sentencia,
sino que se afirma temerariamente que esa es la conclusión a la
que llegó el Tribunal de Sentencia; llegando inclusive a
manifestar en la sentencia que no disparó contra los amotinados en
la granja penal imputando su responsabilidad penal. Al hacer
semejante afirmación, el Tribunal está claramente tergiversando
esa Declaración de Hechos Probados que se ha realizado por el
Sentenciador, añadiéndole un alcance que, simplemente, no lo
tiene; pues como claramente lo ha indicado el A-Quo en su acápite
sobre la Valoración de la Prueba, su conclusión expresa sobre este
punto es que mi defendido R. A. S.I., no tenía conocimiento, ni
había razones suficientes por las cuales debería haberlo tenido,
que las personas contra las que dirigió su acción estaban
amotinadas en la granja penal, Lo peor del caso es que el mismo
Tribunal se contradice
(haciendo así aún más imperdonable su
intento por desconocer las conclusiones estrictamente fácticas a
las que llego la defensa del Oficial R. A. S.I.: *Al final de este
Motivo de Casación por Infracción de Ley, se manifiesta que el
sentenciador condena al enjuiciado, por considerar que no cumplió
con su deber. *En su Motivo Único de Casación por Quebrantamiento
de Forma (que más adelante será objeto de
reproche por el
suscrito) La importancia toral sobre esta ausencia de conocimiento
por parte de R. A. S.I., sobre el carácter de que se encontraban
investidos las personas contra las que dirigió. Como bien lo ha
notado el Tribunal de Sentencia, en el ilícito penal de Violación
a los deberes de los Funcionarios Asesinato y asesinato en su
grado de ejecución de tentativa, debe forzosamente concurrir un
elemento subjetivo muy especial, que requiere que el sujeto activo
sepa con certeza que a las personas a las que supuestamente no se
les dio ordenes ni asistencia causaría un daño y que, además,
tenga conocimiento que en ese momento está en el ejercicio de sus
funciones. Como ha quedado claramente establecido ya, de los
Hechos estimados y declarados como Probados por el A-Quo, este
elemento subjetivo nunca concurrió (contrario a la interpretación
tan caprichosa que les atribuye el Tribunal), y por tanto, que
resulta totalmente improcedente atribuirle a mi defendido R. A.
S.I., el inexistente delito de Violación de los Deberes de
Funcionario
el delito de Asesinato y Asesinato en su grado de
ejecución de tentativa, como en efecto así lo ha determinado el
Sentenciador en su fallo sub-judice. En adición a todo lo
anteriormente expuesto, habrá que comentar que, en este mismo
Motivo Único de Casación por Infracción de Ley, el Tribunal ha
cometido otro gran error que deviene en el inevitable fracaso de
su fallo, pues el Ministerio Público ha sometido una proposición
jurídica que, innegablemente, resulta incompleta. Veamos porqué:
Al alegar en este Motivo, en esencia, que mi representado R. A.
S.I., responsable del delito de VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS
FUNCIONARIOS en perjuicio de LA ADIMINISTRACION PUBLICA, es porque
el Tribunal de Sentencia, suponemos, pretende que en tal virtud se
le imponga la Pena que al efecto establece la Ley. Sin embargo,
habrá que notar que, la única Norma Legal Sustantiva que se invoca
como infringida, en ningún momento establece pena alguna a
aplicarse. En efecto, al momento de plantear este Motivo de
Casación en el Fondo, el Casacionista lo hace invocando únicamente
la supuesta ―Infracción por violación del artículo 349 numeral
tres del Código Penal‖; siendo que dicho Precepto Penal sustantivo
90
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
en su apartado invocado, no hace más que tipificar una conducta
como un ilícito penal, pero en ningún momento, indica o prescribe
pena alguna a imponerse a sus autores. Por consiguiente, no se
puede más que concluir que, al haber planteado este argumento de
forma tan defectuosa, el Tribunal no ha citado con claridad las
normas legales cuya aplicación demanda. Sobre este punto habrá que
recordar que, en la Casación, como Recurso Extraordinario que es,
el Tribunal que conoce de la misma (Tribunal de Casación) está
inexorablemente limitado por los Motivos que son sometidos a su
conocimiento por el casacionista, y por ello, que dicho Tribunal
de Casación no puede apartarse de los mismos, variarlos,
ampliarlos ni complementarlos. En el caso que hoy nos ocupa, esto
se traduce a que, al haber desarrollado el Recurrente una tesis
jurídica completa y coherente, este Motivo Único de Casación por
Infracción de Ley resulta procedente. Por todo lo anteriormente
expuesto, se concluye que el presente Recurso de Casación por
Infracción de Ley, en su Motivo Único, además de contener efectos
de Forma y de Técnica que posibilitan que el mismo entre a ser
analizado de plano, se basa en un supuesto a todas luces
existente, es decir, que tiene fundamento. Por ello, se solicita
que la Honorable Corte Suprema de Justicia, a través de su Sala de
lo Penal y mediante la Sentencia respectiva, lo declare Con Lugar.
PRECEPTO AUTORIZANTE Este motivo se encuentra autorizado en el
artículo 360 del Código Procesal Penal. XVI.- RECURSO DE CASACIÓN
POR INFRACCIÓN DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO R.
A. S.I. FUNDADO EN FALTA DE APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 349 NO.3) DEL
CÓDIGO PENAL, QUE TIPIFICA EL DELITO DE VIOLACION DE LOS DEBERES
DE LOS FUNCIONARIOS. Esta Sala no se pronuncia sobre el presente
motivo en virtud de que consta de autos la muerte real del
imputado R. A. S.I., lo que da lugar a la extinción de la
responsabilidad penal y por ende al sobreseimiento definitivo de
la causa, al tenor de lo prescrito en los artículos 96 No. 1) del
Código Penal, 42 No. 1) y 43 del Código Procesal Penal.- XVII.- AL
SEGUNDO MOTIVO: Infracción del artículo 349 EN RELACIÓN AL
ARTICULO 32 Y 15 DEL Código Penal. PRECEPTO AUTORIZANTE Este
motivo se encuentra autorizado en el artículo 360 del Código
Procesal Penal. EXPOSICION DE MOTIVOS El artículo 32 del Código
Penal define la autoría quienes toman parte en la ejecución del
hecho autoría inmediata: y los que fuerzan o inducen directamente
a otro a ejecutar autoría mediata y los que cooperan en la
ejecución del hecho cómplice necesario.* El acta de juicio oral y
público ver folio 5272 en la parte donde el Ministerio Público se
manifiesta: ―Seguidamente se le cede la palabra al representante
del Ministerio Público para que formalice acusación quien
manifestó que: Este Ministerio fiscal, cumpliendo con el trámite
legalmente previsto en el articulo 319 párrafo 4° del Código
Procesal Penal, expone a continuación las posiciones planteadas en
la formalización de la acusación: Los hechos que la Fiscalía del
Ministerio Público probará ante este Honorable Tribunal de
Sentencia consisten en los siguientes: El Ministerio Público, en
este momento formaliza acusación en contra del sub comisionado de
policía L. B. A. R., C. E. H. A., R. A. S.I.,‖ en cuanto a mi
representado en ningún momento realiza una acción típica y ni
tampoco incumple el deber ya que es muy distinto lo que es las
Fuerzas Armadas y La Policía Nacional y el Tribunal conceptualiza
en forma errónea los hechos allegados al juicio. y lo mas
sorprendente es que el Tribunal condena a mi representado por el
Delito de Violación de los Deberes de los Funcionarios y Absuelve
al Oficial que estaba al mando. Por todo lo anterior y en apego al
principio de legalidad jamás tuvo dominio del hecho ni mucho menos
91
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
una conducta indebida; y lo de omisión propia o impropia es de
mera actividad y la segunda exige forzosamente un resultado. Por
todo lo anterior es claro que no se puede incurrir en violación de
los deberes de los funcionarios en su grado de autoría ni el
delito de tentativa artículo 32 y 15 del Código Penal por haber
estado dentro de las facultades de su competencia, ni mucho menos
omisión impropia como se pretende en la sentencia dado que debe
haber un resultado. En nuestra legislación positiva el delito de
tentativa idónea artículo 15 C.P. en relación con el artículo 16
C.P. se contradice el fallo con lo establecido en el articulo 11
del C.P. en cuanto al Concurso Ideal propio heterogéneo por vía de
omisión en relación al artículo 36 del C.P. el concurso por
omisión es propio del sujeto activo y que lo razonado en la
sentencia fundamentación jurídica décimo octavo de la sentencia
donde nunca se tuvo dominio del hecho ni mucho menos ser garante
de una situación de riesgo. Por ultimo dejamos claro que el
artículo 13 del C.P. estipula la forma de cómo se comete un delito
por acción o por omisión y necesariamente tiene que ser culposo o
doloso lo anterior nos indica que fuera de toda duda que hay un
sujeto activo y un sujeto pasivo y que media entre ellos una
acción u omisión como nexo causal que los vincula, de tal manera
que la ausencia de uno de ellos da la duda razonable del artículo
339 C.P., en ningún apartado de la sentencia se establece con
certeza la participación de mi representado en el delito de
asesinato ni de tentativa de asesinato teniendo directamente la
acción u omisión de los hechos imputados. XVII.- RECURSO DE
CASACIÓN POR INFRACCIÓN DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL
ENCARTADO R. A. S.I. FUNDADO EN EL ARTÍCULO 349 DEL CODIGO PENAL
EN RELACIÓN A LOS ARTICULOS 32 Y 15 DEL MISMO TEXTO PUNITIVO. Esta
Sala no se pronuncia sobre el presente motivo en virtud de que
consta de autos la muerte real del imputado R. A. S.I., lo que da
lugar a la extinción de la responsabilidad penal y por ende al
sobreseimiento definitivo de la causa, al tenor de lo prescrito en
los artículos 96 No. 1) del Código Penal, 42 No. 1) y 43 del
Código Procesal Penal.- XVIII.- EN CUANTO AL RECURSO DE CASACIÓN
POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA AL MOTIVO ÚNICO: En este apartado
único del Recurso de Casación en la Forma, el articulo 362 No.1, 3
y 6 el Recurrente, tras una extensa
introducción sobre lo que
son A: Que falte la declaración de los hechos que el Tribunal
estime aprobados, que tal declaración no sea clara y terminante o
que sea contradictoria B: Que carezca de motivaciones fácticas o
jurídicas
que
dichas
motivaciones
sean
insuficientes
o
contradictorias o si en la valoración de la prueba no se
observaron las reglas de la sana critica. C: La incongruencia
entre la sentencia y las pretensiones de las partes según el
articulo 337 del Código Procesal Penal. Es claro y evidente tal
como se ha manifestado en el libelo en donde se establece una
clara contradicción del Tribunal en donde los hechos probados en
ningún momento determinan la culpabilidad de mi representado sin
sustento científico y lógico además de falta de aplicación de las
Reglas de la Sana Crítica, es decir, aquellas únicas máximas a las
que se encuentra sujeta la facultad extraordinaria que la Ley
otorga a los Tribunales de Instancia para apreciar libremente las
pruebas evacuadas durante el Juicio; al final de cuentas,
manifiesto que la impugnación a través de este Motivo radica en la
apreciación que, el Tribunal de Sentencia recurrido, inobservó las
Reglas de la Experiencia. De manera más concreta, digo que el
Tribunal de Sentencia
infringió las Reglas de la Experiencia
Humana al concluir que mi defendido R. A. S.I. ignoraba lo
sucedido en la granja penal del porvenir; todo ello porqué, según
92
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
el mismo
las declaraciones vertidas por un par de testigos
durante el debate, forzosamente debe concluirse lo contrario.
Semejante argumento, como estamos seguros así lo apreciará la Sala
de lo Penal de la Honorable Corte Suprema de Justicia, es
totalmente aceptable y propio de un Recurso Extraordinario como el
que hoy nos ocupa. De la simple lectura de este Motivo de Casación
en la Forma, se observa claramente cual es la verdadera intención
del Recurrente: Mostrar su inconformidad con las conclusiones a
las que ha arribado el Tribunal de Sentencia a través de su libre
apreciación de las Pruebas, y con ello, pretendo imponer las
conclusiones sobre lo que, según mi criterio, debe entenderse como
extremos probados en Juicio. Al respecto, habrá que recordar que
la valoración de las pruebas y la determinación de las
conclusiones inferidas de ellas, es potestad soberana del Tribunal
de Instancia. Por su parte, el Tribunal de Casación sólo puede
controlar tal potestad si esas pruebas son válidas (legitimidad),
si las conclusiones obtenidas responden a las reglas del recto
entendimiento
humano
(logicidad),
y
si
la
motivación
así
constituida es expresa, clara, completa y emitida con arreglo a
las normas prescriptas; en una palabra, si la motivación es legal.
Fuera de éste límite, el ejercicio de la libre convicción del
Juzgador está excluido del control de la Casación. Es por ello que
por la vía del recurso de Casación no se puede provocar un nuevo
examen crítico de los medios probatorios que dan base a la
Sentencia. Queda excluido de él todo lo que se refiera a la
valoración de los elementos de prueba y a la determinación de los
hechos; la Casación no es una segunda instancia y no está en la
esfera de sus poderes revalorizar la prueba ni juzgar los motivos
que formaron la convicción del A-Quo. Nuevamente, se pretende
encasillar, su procedente impugnación bajo una de las causales de
Casación que contempla la Ley, y en este caso en particular, de
invocar
una
existente
inobservancia
a
las
Reglas
de
la
Experiencia, realmente, no se pretende convertir a este Recurso en
una Segunda Instancia, solicitándole al Tribunal de Casación que
realice un examen de fondo sobre las pruebas evacuadas en Juicio;
todo lo cual, como ya se dijo anteriormente, resulta
Por el
contrario, para validar el argumento central en que se apoya este
Motivo, y con ello, demostrar que el Tribunal de Sentencia
recurrido en ningún momento observó las Reglas de la Sana Crítica
al momento de valorar las pruebas, bastará con recordar que en su
fallo hoy impugnado, el A-Quo no es claro, expreso ni mucho menos
congruente al motivar su conclusión de porqué mi defendido R. A.
S.I. tenía que realizar acciones que no son propias de su cargo y
mucho menos que tuviera conocimiento que las personas que estaban
en el penal estaban amotinadas o si estas tenían armas, en
realidad eran Agentes del Ejército que su función principal es la
de resguardar la soberanía nacional y mantener el orden del país y
no la de resguardar bienes y propiedades mucho menos centros
penales; pues en tal sentido, acertadamente nos dice el Tribunal
recurrido que, el hecho de expresar verbalmente que varios
testigos ratifican que mi defendido ingresó al centro penal al
llamado de un policía penitenciario y no puede existir Alevosía ni
pretender que mi representado haya estado al tanto de que iba
ocurrir una masacre, en la realidad en que hoy vivimos, no es
motivo suficiente para dar credibilidad a semejante extremo.
Aunque la Fiscalía alegue lo contrario, esa misma conclusión a la
que arribó el A-Quo, es la que, tristemente, nos enseña la
Experiencia por la que atraviesa nuestra sociedad hoy en día. Por
todas estas razones, no cabe más que concluir que al momento de
dictar su fallo hoy impugnado, y más concretamente, al Motivar
93
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
debidamente el mismo en cuanto a su valoración de la prueba, el
Tribunal de Sentencia infringió o inobservando las Reglas de la
Sana Crítica; por el contrario, al tratarse el presente Motivo de
Casación por Quebrantamiento de Forma, en un verdadero intento de
desconocer la facultad privativa del A-Quo para valorar libremente
las pruebas, y con ello, convertir a la Casación en una Segunda
Instancia, se afirma que el presente Motivo resulta totalmente
improcedente e infundado, por lo que se solicita que el mismo sea
declarado
HA
LUGAR.‖
XVIII.RECURSO
DE
CASACIÓN
POR
QUEBRANTAMIENTO DE FORMA CON FUNDAMENTO EN EL ARTICULO 362
NUMERALES 1), 3) Y 6) DEL CODIGO PROCESAL PENAL EN RELACION AL
ARTICULO 337 DEL MISMO TEXTO NORMATIVO. Esta Sala no se pronuncia
sobre el presente motivo en virtud de que consta de autos la
muerte real del imputado R. A. S.I., lo que da lugar a la
extinción de la responsabilidad penal y por ende al sobreseimiento
definitivo de la causa, al tenor de lo prescrito en los artículos
96 No. 1) del Código Penal, 42 No. 1) y 43 del Código Procesal
Penal.- XIX.- El Recurrente Abogado E. J. L. Z., actuando en su
condición de apoderado defensor del señor L. B. A. R., desarrolló
su Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de
Forma de la siguiente manera: ―EXPOSICION DE LOS MOTIVOS DE
CASACIÓN PRIMER MOTIVO: Haber infringido el juzgador un precepto
penal sustantivo u otro precepto del mismo carácter que deba ser
observado en la aplicación de la ley penal, en relación a los
hechos
probados
establecidos
en
la
sentencia.
PRECEPTO
AUTORIZANTE: El presente motivo de casación
se encuentra
comprendido en el Art. 360 del CPP. EXPLICACIÓN DEL MOTIVO. Los
preceptos penales sustantivos que se invocan como infringidos por
aplicación indebida, son los Arts. 349, numeral 2 del Código Penal
(En adelante CP), en relación al Art. 5.15 de la Ley de
Rehabilitación del Delincuente (En adelante LRD).- Y, además, en
relación a dicha norma jurídica-penal, también se estima como
infringido el Art. 13, párrafo segundo, del mismo Código Penal.Dichas normas disponen: Art. 349.2 CP: ―Será castigado con
reclusión de tres (3) a seis (6) años e inhabilitación especial
por el doble tiempo que dure la reclusión, el funcionario o
empleado público que: 1)…; 2) Dicte o ejecute órdenes, sentencias,
providencias, resoluciones, acuerdos o decretos contrarios a la
Constitución de la República o las leyes o se abstenga de cumplir
lo dispuesto por cualquiera de dichos ordenamientos jurídicos;…‖.
Art.5.15 LRD: ― La Dirección General de Establecimientos Penales
tendrá a su cargo las siguientes funciones: 1) …; 15) Ordenar los
traslados a los establecimientos penitenciarios de los reos
sentenciados a la pena de reclusión, que estén cumpliendo sus
condenas en otras cárceles, siempre que el Poder Ejecutivo lo
estime conveniente con conocimiento de la Corte Suprema de
Justicia.‖ Art. 13, párrafo segundo del CP: ―El delito es doloso
cuando el resultado responde a la intención que se tuvo al
ejecutarlo o cuando el autor sabe, o está obligado a saber, que
como consecuencia de la acción u omisión existe la posibilidad de
que se produzca un efecto dañoso constitutivo de delito, no
obstante, lo cual ejecuta el hecho y acepta, por ende, las
consecuencias que del mismo se derivan‖ EXPLICACIÓN DEL VICIO. A)
Contenido de los hechos probados. La estructura de hechos probados
establecidos en la sentencia que hoy se recurre, y que tiene
relación especial y directa con el imputado L. B. A. R., está
referida en los numerales TERCERO, CUARTO QUINTO y SEXTO de la
sentencia que hoy se recurre.- El hecho TERCERO, hace alusión a
que el 5 de febrero de 2003, mi representado, en su condición de
Director General de Servicios Especiales Preventivos de la
94
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
Secretaría de Estado en el Despacho de Seguridad, solicita al
Ministro en aquél tiempo, O.
A.
A. P., la autorización para
trasladar a doscientos cuatro (204) internos de la pandilla ―18‖
de la Penitenciaria Nacional y del Centro Femenino de Adaptación
Social (CEFAS) a los distintos centro penales del país.- Señala la
sentencia recurrida que en el entender del señor A. R., el motivo
que generaba esa petición consistía en la propia seguridad
personal de los privados de libertad de la pandilla ―18‖, ya que
tenía la información que los privados de libertad no miembros de
pandilla, querían quitarle la vida a todos los pandilleros y los
familiares que los visitaban. El hecho CUARTO, hace referencia a
la situación que en esa misma fecha, siendo las siete de la noche,
el señor
L. B. A. R., procede a trasladar de la Penitenciaria
Nacional a 198 privados de libertad miembros de la pandilla ―18‖,
y a 6 mujeres de la misma pandilla del Centro Femenino de
Adaptación Social (CEFAS), distribuyéndolos en diferentes Centros
Penales del país.- Se agrega, que dicha distribución se realizó
aplicando un criterio alfabético a partir del primer nombre de las
personas trasladadas, excepto en el Centro Penal Granja Penal de
Danli, El Paraíso, donde se realizó al azar.¨- De esa forma,
según, el relato fáctico de la sentencia, en las fechas 5 y 6 de
febrero fueron recibidos reos pandilleros, entre condenados y
procesados en diferentes centros penales del país; entre ellos el
Centro Penal de El Provenir, Atlántida. El hecho QUINTO, refiere
que el 7 de febrero del mismo año, el señor
L. B. A. R. es
requerido por la Fiscalía Especial de Derechos Humanos del
Ministerio Público para que informe sobre los traslados de los
reos pandilleros efectuados el 5 de febrero; procediendo a
entregar al señor D. A. O., miembro del Escuadrón Antibombas, una
granada M-67, fabricación Norteamericana, color verde olivo, tipo
de explosivo composición B, de una libra de peso, 3.5 pulgadas de
largo, 2.5 pulgadas de diámetro; una granada FMK2, fabricación
Argentina, color verde olivo, tipo de explosivo TNT, de media
libra de peso, 10.9 centímetros de largo, 5.8 centímetros de
diámetro, sin la aguja percusora en su interior; Una pasta
explosiva (Gel) componente nitroglicerina, nitrato de amonio y
polvo de aluminio y; una cápsula detonante In eléctrica, tipo
comercial, afirmando que habían sido encontrados en el interior de
la Penitenciaria Nacional.- Termina por indicar ese numeral que el
imputado A. R., el 11 del mismo mes y año informa a la Corte
Suprema de Justicia sobre los traslados efectuados en 204
integrantes de la pandilla ―18‖, incluyendo reas pandilleras. El
hecho SEXTO, es indicativo de que el señor
L. B. A. R., sin
informar al Director del Centro Penal de El Porvenir, Atlántida,
sobre el traslado de privados de libertad a ese Centro, y sin
haber constado que existían las condiciones en esa cárcel para
recibir privados de libertad, remite treinta (30) miembros de la
pandilla ―18‖: J. C. H., J. C. M. S., J. C. N., J. C. P., J.
C. R., J. F. A., J. J. C., J. C. C., J. C. P., L. C. T., L. A.
O., L. F. F. G., L. M. N., L. A. P., S. R. O., M. R.C. E., M.
A. M., M. R. R., M. A. F., M. T. E., M. H. A., M. R.A., M. R.
C., E. C. R., E. E. S., E. E. V., E. R.R., E. E. R., E. E. J. y
J. E. D. S.. B) La manera en que se aplicó indebidamente el Art.
349.2 del CP, en relación al Art. 5.15 de la LRD. El presente
motivo de casación, como en efecto lo cita el Art. 360 del Código
Procesal
Penal
(en
adelante
CPP),
parte
de
un
elemento
indispensable: los hechos probados de la sentencia.- Son esos
hechos probados la base para la aplicación del Derecho, puesto que
como su nombre lo indica, son esos los acontecimientos que
estructura el juzgador partiendo del análisis de pruebas, y es a
95
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
esas circunstancias probadas a las que hay que asignarles una
norma jurídica para determinar la consecuencia de la sentencia: la
absolución o condena del imputado.- Por ello, para estimar si la
norma
sustantiva
ha
sido
correctamente
aplicada,
debe
necesariamente hacerse una obligatoria referencia a los hechos
probados de la sentencia, para así estimar si éstos mantienen
correspondencia con el fallo que se emita, producto de la relación
que deben tener con la norma jurídica que la resolución les
asigna. TraslA.do esa significación del vicio de casación
anunciado al presente caso, al imputado L. B. A. R. se le ha
condenado por el supuesto hecho de haber ordenado el traslado de
reos pandilleros de la Penitenciaría Nacional y del Centro
Femenino de Adaptación Social a diversos centros penales sin
haberse efectuado una distinción entre personas condenadas y
procesadas como al efecto lo dispone la ley especializada,
concretamente el Art. 5, numeral 15, de la Ley de Rehabilitación
del
Delincuente
(LRD),
que
consigna
la
facultad
de
la
administración penitenciaria, especialmente de la actualmente
conocida Dirección General de Servicios Especiales Preventivos,
de: ―Ordenar los traslados a los establecimientos penitenciarios
de los reos sentenciados a la pena de reclusión, que estén
cumpliendo sus condenas en otras cárceles, siempre que el Poder
Ejecutivo lo estime conveniente con conocimiento de la Corte
Suprema de Justicia.‖. Esta es la ley que la sentencia considera
infringida, y que en efecto, en la apreciación del presente
recurso, es la que se debe considerar, en vista que es la que de
forma especial regula la facultad concedida al Director General de
Servicios Especiales Preventivos, es decir, es ley especial en la
materia .- Además, dicha norma, en comparación con el Art. 41 del
Código Penal (que contempla una disposición similar y que también
aparece referida en la sentencia), regula de forma más flexible
esa atribución de dicha Dirección, puesto que el Art. 41 hace
referencia a la facultad de efectuar traslados de reos condenados
a la pena de reclusión por parte del Poder Ejecutivo, pero sólo de
cualquier cárcel a una penitenciaría, y no como la disposición de
la LRD, que permite el traslado entre los diferentes centros
penales del país, bien sea de una penitenciaría a una cárcel o a
la inversa, con lo cual, de las dos normas sustantivas, el Art.
5.15 de la LRD, es la norma que favorece más al imputado al exigir
menores requisitos o situaciones específicas para efectuar dichos
traslados, al concebir la facultad de movilizar a los reos
sentenciados de un establecimiento penitenciario a otro, sin hacer
mayor consideración a la calidad de éstos; de tal suerte que en la
observancia del tipo penal por el cual ha sido condenado el señor
A. R., de las dos disposiciones aludidas, ésta última es la más
benigna, es decir, la más favorable, y en consecuencia la que debe
ser observada en la aplicación de la norma penal (en este caso la
que regula el delito de Abuso de Autoridad).- Todos los
conocedores en materia penal saben de sobra que en esta materia
impera como obligación a los juzgadores la aplicación del
principio de aplicación de la ley más favorable al reo; por tal
razón en el análisis del ilícito por el cual se ha perseguido y se
ha sentenciado al señor L. B. A. R. debe considerarse la
infracción a la norma que menos presupuestos establece, y
determinar al final si ha resultado infringida, según los hechos
probados de la sentencia.- Por ello, el Art. 18 del Código
Procesal Penal, es claro en manifestar que: ―Interpretación de los
pasajes oscuros de la Ley. Los pasajes oscuros o contradictorios
de la ley penal se interpretarán de modo que más favorezca a la
persona imputada‖. Además, debe ser la norma del Art. 5.15 de la
96
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
LRD, la que debe observarse en el análisis del presente motivo, en
vista que en la actualidad no sólo la Penitenciaría Nacional
―Doctor Marco Aurelio Soto‖ es la única que ostenta esa calidad,
sino varios centros penales del país.- A partir del 15 de junio de
2005, la Granja Penal de El Porvenir, entre otros establecimientos
penales, adquirió la categoría de Penitenciaría Nacional, de
conformidad al Decreto Ejecutivo 004-2005 (que se acompaña), de
tal suerte que no puede ser una exigencia en el análisis del tipo
penal de ABUSO DE AUTORIDAD el hecho que el imputado sólo podía
hacer traslados de un centro penal a una penitenciaría, y no a la
inversa, ya que dicho acuerdo (que es una disposición que debe ser
observada en la aplicación de la ley penal) debe tener efectos
retroactivos en base al Principio de Retroactividad de la Ley
Penal más favorable, con lo cual ya no puede apreciarse como un
reproche jurídico-penal el traslado operado de 198 reos de la
Penitenciaría Nacional a diversos centros penales del país que no
ostentaban esa condición, ya que a raíz de la entrada en vigencia
del mencionado Decreto, en el caso concreto de la Granja Penal de
El Porvenir, ésta también adquirió esa categoría.- Así, en el
análisis del vicio de casación, carece de significación penal, por
las razones expuestas el Art. 41 del CP. Partiendo de esta inicial
consideración, al confrontar los hechos probados en relación al
delito por el cual se condena al imputado L. B. A. R. y a la norma
arriba transcrita de la LRD, resulta más que evidente que de la
lectura de los hechos probados no se relata una situación fáctica
que encuentre su correspondencia en el ilícito por el cual ha sido
condenado en relación a la infracción de esa facultad reconocida
en el Art. 5.15 de la LRD, y ello en vista que en ningún apartado
de los hechos probados se hace referencia alguna a una orden dada
o ejecutada por el señor A. R. que conlleve la infracción a una
norma Constitucional o a una ley aprobada por el Congreso
Nacional.- Y ello se afirma, puesto que, siguiendo la lectura de
hechos probados, no se relata, según la hipótesis legal-delictiva
por la que ha sido condenado, que haya ―Dictado o ejecutado
órdenes contrA. a la Constitución de la República o las leyes o se
haya abstenido de cumplir lo dispuesto por cualquiera de dichos
ordenamientos jurídicos;…‖.- Si se observa detenidamente, los
hechos probados que corresponden a los numerales TERCERO, CUARTO y
QUINTO, en ellos sólo se explica que mi representado solicitó la
autorización al Secretario de Estado en el Despacho de Seguridad
para efectuar el traslado de 204 ―privados de libertad‖, de la
Penitenciaría Nacional y del CEFAS, y que en la misma fecha de su
formulación, procedió a practicar ese traslado; pero en ninguna
parte del relato fáctico se menciona que las personas trasladadas
eran presos preventivos (es decir, procesados sobre los cuales se
había impuesto la medida cautelar de prisión preventiva), sino
privados de libertad, término genérico que no conduce de forma
específica a establecer que se trataba de internos pertenecientes
a aquella condición, en vista que los privados de libertad también
hacen referencia a los internos contra quienes se ha impuesto una
pena privativa de su libertad.- De esa forma, la relación de
hechos probados resulta insuficiente para inferir la infracción a
la facultad referida en el Art. 5.15 de la LRD, en vista que no se
estipula que con conocimiento y voluntad, L. B. A. R. haya
solicitado y luego ejecutado el traslado de presos preventivos
sino de privados de libertad, y ante esa consignación, resulta
imposible considerarle culpable de haber emitido y ejecutado una
orden contraria a la ley, por no ser exclusiva la calidad de
privados de libertad de los presos preventivos sino también de los
condenados a una pena privativa de la libertad.- Y esa falta de
97
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
especificación en el factum de la resolución impugnada, impide la
consideración del delito, al no resultar en los hechos probados
que el imputado dispuso trasladar a presos preventivos de la
Penitenciaría Nacional, cuando sólo tenía potestad de ordenar el
movimiento de personas condenadas a una pena limitativa de la
libertad. Pero además, de los hechos probados se desprende una
razón suficiente para que a juicio de mi representado se
solicitara y operara el traslado de los 204 reos.- El precitado
Art. 5.15, establece que el juicio o criterio que sirva de
justificación o legitime el traslado, consiste en alguna razón de
conveniencia, cuando la norma en comentario establece: ―…siempre
que el Poder Ejecutivo lo estime conveniente con conocimiento de
la Corte Suprema de Justicia‖.- Sobre este punto los propios
hechos probados son categóricos en expresar que a juicio del
Director General de Servicios Especiales Preventivos sí existía
una razón de conveniencia para operar el traslado.- El hecho
probado TERCERO de la sentencia, expresa que el motivo o razón
expresada por el señor A. R. consistió en: ―…autorización para
trasladar a doscientos cuatro (204) internos de la pandilla ―18‖
de la Penitenciaria Nacional y de CEFAS a los distintos centro
penales del país, señalando como motivo del traslado la seguridad
personal de los privados de libertad de la pandilla ―18‖,
aduciendo que existía información de que los privados de libertad
no miembros de pandilla, querían quitarle la vida a todos los
pandilleros y los familiares que los visitaban‖; vemos entonces,
que los propios hechos probados consignan la razón de conveniencia
a juicio del imputado y la autoridad que representaba, para
considerar necesario el traslado de los privados el libertad,
resultando obvia que la razón expresada sí satisface las
exigencias de la norma, puesto que la misma consistía en la propia
seguridad en la vida e integridad de los miembros de la pandilla
―18‖, porque existía información que otros internos querían
quitarles la vida.- Y lo mismo ocurre con la exigencia de la norma
en poner en conocimiento de la Corte Suprema de Justicia el
traslado operado, como lo confirma el hecho probado QUINTO, último
párrafo, en el que se indica que: ―En la fecha diez (10) de
febrero de ese año, el señor L. B. A. R. responde a la solicitud
que le hace la Fiscalía de Derechos Humanos y, en fecha once (11)
del mismo mes y año informa a la Corte Suprema de Justicia sobre
los traslados de los doscientos cuatro (204) privados de libertad
de la pandilla ―18‖, incluyendo reas pandilleras..‖.- Este
conocimiento se efectuó como se ha citado, y la norma no determina
que el mismo deba producirse de forma previa o simultánea el
movimiento de reos realizado, por lo cual al establecerse como
probado que mi representado puso en conocimiento de ese Poder del
Estado la operación desarrollada, concretamente el 11 de febrero,
se muestra el cumplimiento de la disposición establecida.- Por
todo esto, también resulta la incorrecta aplicación de esta
disposición como norma infringida por mi representado, ya que las
exigencias de la misma aparecen satisfechas por la misma
consignación de hechos probados. Por esa razón, aparece clara la
aplicación
indebida del Art.349.2 del CP, en relación al Art.
5.15 de la LRD, al no mostrar los hechos probados por sí mismos
que el señor A. R. haya dado una orden
ilegal como funcionario
público, consistente en el traslado de presos preventivos de la
Penitenciaría Nacional y del Centro Femenino de Adaptación Social
a diferentes Centros Penales del país, cuando sólo podía ordenar
el traslado de presos condenados a la pena de reclusión, ya que al
haberse establecido que el traslado era de personas privadas de
libertad, esa condición abarca a los presos condenados a una pena
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Recurso de Casación No.S.P.400=2008
privativa de la libertad de ambulación; además que de su relación
aparecen satisfechas las condiciones de haber una razón de
conveniencia a juicio del Poder Ejecutivo para efectuar el
traslado y de haber informado a la Corte Suprema de Justicia; y
por ello resulta la incompatibilidad o no ajuste de los hechos
probados con la norma penal contentiva del delito por el cual se
ha condenado a dicho ciudadano.- Así, no es expresivo el encuadre
fáctico de la sentencia de la comisión del delito de Abuso de
Autoridad por el entonces Director General de Servicios Especiales
Preventivos por infracción al Art. 5.15 del la LRD, por lo cual es
notorio el vicio de casación comentado.- Si los hechos probados no
pueden determinar que el traslado que se atribuye al señor L. B.
A. R. era de personas sobre las cuales se había impuesto la medida
cautelar de prisión preventiva y no de sujetos privados de su
libertad ambulatoria por la imposición de la pena de reclusión, no
es posible entonces estimar la infracción, por dicho traslado, del
Art. 5.15 de la LRD, y por lo tanto se hace imperativo, como
efecto del presente recurso, casar la sentencia para corregir el
vicio de la incorrecta aplicación de una norma extra penal que
debe
ser
observada
en
la
aplicación
de
la
norma
penal
sustantivarias En
todo caso, de estimarse que la norma también
aplicable al presente delito, debe ser también el Art. 41 del CP,
(a pesar de haberse fundamentado suficientemente el porqué de su
no observación), y que establece: ‖El Poder Ejecutivo siempre que
lo estime conveniente por razón de la mayor seguridad o por
cualquier otro motivo podrá, con conocimiento de la Corte Suprema
de Justicia, disponer que se traslade a una penitenciaria a los
reos sentenciados a pena de reclusión, que estén cumpliendo sus
condenas
en
otras
cárceles‖,
también
resulta
aplicada
indebidamente en relación a los hechos probados consignados en la
sentencia, ya que, como se ha dicho, de la misma estructura
fáctica se determina que a juicio del Poder Ejecutivo
había una
razón de seguridad para solicitar y efectuar el traslado de los
204 privados de libertad, además que la citada norma permite la
estimación de cualquier otro motivo, que en el presente caso
concurría en la solicitud dirigida por el señor A. R. al Ministro
de Seguridad; se puso en conocimiento del referido movimiento a la
Corte Suprema de Justicia; ha carecido de significación de
reprochabilidad
penal, la supuesta infracción a que el traslado
se operó de una penitenciaría a un Centro Penal, cuando en la
actualidad, según nuestro ordenamiento jurídico, el Centro Penal
de El Porvenir ostenta la condición de Penitenciaría; y
finalmente, no son expresivos los hechos probados que el traslado
se realizó en personas procesadas sobre las cuales se había
impuesto la medida cautelar de prisión preventiva, sino que se
indica que eran personas privadas de libertad. C) La manera en que
se aplicó indebidamente el Art. 13, párrafo segundo del CP.
Asimismo, de la observancia del los hechos probados de la
sentencia, se aprecia la aplicación indebida del Art. 13, párrafo
segundo del CP, que hace referencia específica al elemento
subjetivo del DOLO. El delito de Abuso de Autoridad es un delito
estrictamente doloso.- Ello resulta que en todo el capítulo III
del Título XIII del Código Penal no se hace referencia a ninguna
hipótesis legal de cometer el delito de forma imprudente, y mucho
menos
se hace esa referencia en el Art. 349 que es el que
desarrolla diversas infracciones de ABUSO DE AUTORIDAD Y VIOLACION
DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS.- Así las cosas, la hipótesis
delictiva por la cual se ha condenado al ciudA.o L. B. A. R.:
―Dicte o ejecute órdenes, sentencias, providencias, resoluciones,
acuerdos o decretos contrarios a la Constitución de la República o
99
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
las leyes o se abstenga de cumplir lo dispuesto por cualquiera de
dichos ordenamientos jurídicos‖, requiere indispensablemente del
DOLO, por lo cual, su ausencia determina la no tipicidad de la
conducta al faltar su parte subjetiva requerida por el delito. De
esa forma, en la hipótesis de ABUSO DE AUTORIDAD considerada por
la sentencia condenatoria, es necesario que los hechos probados
dejen entrever la constatación de circunstancias objetivas
demuestren que el imputado, en este caso, el ciudA.o L. B. A. R.
haya actuado con dolo en la realización de los hechos que
configuran el delito; es necesario entonces que los hechos
probados muestren que dicha persona haya tenido la intención de
realizar actos que conllevaban
la infracción a una norma que
refería su actuación, en este caso el Art. 5.15 de la LRD; es
decir, de forma concreta, es indispensable, para condenarle por el
delito referido, que el factum de la sentencia, determine de forma
clara e inequívoca que el procesado tenía conocimiento que el
traslado de personas de la Penitenciaría Nacional y del Centro
Femenino de Adaptación Social, correspondía a personas procesadas
sobre las cuales se había impuesto la medida cautelar de prisión
preventivarias- Esa es la única forma para que de forma válida y
legítima, según nuestro ordenamiento jurídico, al imputado se le
pueda condenar por el delito de ABUSO DE AUTORIDAD, pues de
conocer la situación jurídica de los 204 privados de libertad
trasladados, y en específico, consciente que sobre ellos pesaba
esa medida cautelar de prisión preventiva, habría con DOLO
infringido la norma del Art. 5.15 referida y comentada, y ahí sí
sería factible y correcto estimar la concurrencia de la tipicidad
subjetiva en la conducta.
Visto lo anterior, al hacer una
revisión de los hechos probados de la sentencia que hoy se
recurre, y específicamente los numerales TERCERO y CUARTO que
hacen referencia concreta al traslado de 204 personas de la
Penitenciaría Nacional y del Centro Femenino de Adaptación Social
a diferentes centros penales del país, se aprecia que el hecho
TERCERO expresa únicamente que el 5 de febrero de 2003, L. B. A.
R., solicita al entonces Secretario de Estado en los Despachos de
Seguridad autorización para trasladar a doscientos cuatro (204)
internos de la pandilla ―18‖ de la Penitenciaria Nacional y de
CEFAS a los distintos centro penales del país, señalando como
motivo del traslado la seguridad personal de los privados de
libertad de la pandilla ―18‖, aduciendo que existía información de
que los privados de libertad no miembros de pandilla, querían
quitarle la vida a todos los pandilleros y los familiares que los
visitaban.- Obsérvese que de la lectura de ese numeral no se
expresa que el imputado conocía de la situación
jurídica de los
privados de libertad, concretamente, no se expresa en esa realidad
fáctica que el señor A. R. conocía que dichas personas o algunas
de ellas eran presos preventivos, y ello aparecer ratificado por
el numeral CUARTO de los hechos probados, en el que se indica que
en esa misma fecha el imputado procede a efectuar el trasladar de
la Penitenciaria Nacional a 198 privados de libertad miembros de
la pandilla ―18‖, y a 6 mujeres de la misma pandilla del Centro
Femenino de Adaptación Social (CEFAS), distribuyéndolos en
diferentes Centros Penales del país; sin especificar que él hizo
la selección de los privados de libertad, agregando, este hecho
probado, que la distribución se realizó aplicando un criterio
alfabético a partir del primer nombre de las personas trasladadas,
excepto en el Centro Penal Granja Penal de Danli, El Paraíso,
donde se realizo al azar. Con esa consignación de hechos probados
vemos con claridad que de ellos no se observa ni se infiere que el
imputado L. B. A. R. haya conocido que los internos trasladados
100
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
tenían
la condición de presos preventivos; es más no se expresa
en ellos que él haya hecho la selección de los internos sujetos a
traslado, por lo cual, consecuentemente, no puede estimarse de esa
relación fáctica que haya actuado con el DOLO necesario e
indispensable que exige el Art. 349.2 del Código Penal para su
configuración, ya que sin ese conocimiento es imposible que haya
considerado la infracción al Art. 5.15 de la LRD.- Y si a ello se
asocia, por
la misma información brindada por los mismos hechos
probados que el traslado obedecía a que: ―existía información de
que los privados de libertad
no miembros de pandilla, querían
quitarle la vida a todos los pandilleros y los familiares que los
visitaban‖ (HECHO TERCERO), y que el movimiento de los internos se
realizó en la misma fecha (HECHO CUARTO), resulta imposible que él
se haya impuesto de la condición en que los trasladados se
encontraban privados de su libertad, por lo cual los mismos hechos
probados no le asignan tan esencial conocimiento, que en caso de
poseerlo, sí le haría merecedor del delito por el que se condena,
pero ante su ausencia, no es procedente ni constitucional o
legalmente considerarle culpable por esa infracción.- Por ello
resulta la aplicación indebida del Art. 13, párrafo segundo, del
CP, en relación al Art. 349.2 del mismo Código, en vista que los
hechos probados no indican que el imputado A. R. actuó con DOLO en
el traslado de los 204 privados de libertad, en cuanto a saber que
eran presos preventivos y por ende querer realizar su traslado en
esa condición, por lo cual no es posible asignarle la comisión de
un delito que necesariamente exige ese elemento subjetivo en la
conducta
desarrollada.
Así
las
cosas,
por
la
fundamental
circunstancia que los hechos probados: 1) Consignan la esencial
mención que los reos trasladados eran personas privadas de
libertad no presos preventivos; y, 2) No establecen que el
imputado tuviera conocimiento que se trataban de presos sobre los
cuales se había impuesto la medida cautelar de prisión preventiva;
resulta indebidamente aplicada la norma penal contenida en el Art.
349.2 del CP, por lo cual procede casarse la sentencia, y en
consecuencia debe absolverse al señor L. B. A. R., por no
observarse de los hechos probados la infracción al Art. 5.15 de la
LRD ni la concurrencia de DOLO en el actuar de dicho ciudA.o (Art.
13 del CP).- Esa es la única forma en que se garantizará la
seguridad jurídica, producto del irrestricto respeto de la ley
penal, al Derecho al Estado de Inocente y al Principio de
Culpabilidad, que deben ser observados a favor de todo imputado al
momento de proferirse una sentencia definitivarias XIX.-RECURSO DE
CASACION POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL
ACUSADO L. B. A. R. ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE DADOS LOS
HECHOS DECLRADOS PROBADOS EN LA SENTENCIA, NO ES POSIBLE SUBSUMIR
EL DELITO DE ABUSO DE AUTORIDAD QUE SE ATRIBUYE AL ENCAUSADO, DE
TAL MANERA QUE EL JUZGADOR HA INFRINGIDO EL ARTÍCULO 349 No. 2)
DEL CODIGO PENAL, EN RELACION CON LOS ARTICULOS 5 No. 15) DE LA
LEY DE REHABILITACION DEL DELINCUENTE Y 13 PÁRRAFO SEGUNDO DEL
CODIGO PENAL. Argumenta el recurrente que los preceptos que se
invocan como infringidos por aplicación indebida son los artículos
349.2 del Código Penal, en relación con el artículo 5 No. 15) de
la Ley de Rehabilitación del Delincuente y el Art. 13, párrafo
segundo, del Código Penal, en virtud que se ha condenado al señor
L. B. A. R. por haber ordenado el traslado de reos pandilleros de
la penitenciaría Nacional y el Centro Femenino de Adaptación
Social a diversos centros penales sin haberse realizado una
distinción entre condenados y procesados. No obstante alega que el
A Quo debió aplicar el Art. 5.15 de le Ley de Rehabilitación del
Delincuente y no el Art. 41 del Código Penal por ser la primera
101
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
una norma penal mas favorable al acusado. El Censor estima que el
Art. 5 No. 15) de la Ley de Rehabilitación del Delincuente es la
norma penal más flexible en tanto que faculta al Poder Ejecutivo
para efectuar traslados de reos condenados a la pena de reclusión
de cualquier cárcel a la Penitenciaría, y exigir menos requisitos
al prever la facultad de movilizar a los reos sentenciados de un
establecimiento penitenciario a otro, sin hacer consideración a la
calidad de estos. Reclama que el Juzgador debió aplicar con efecto
retroactivo la ley penal mas favorable al acusado, contenida en el
decreto Ejecutivo 004-2005, que concede categoría de Penitenciaría
Nacional a la Granja Penal de El Porvenir. Arguye asimismo, que el
hecho de que el acusado haya solicitado y ejecutado el traslado de
“privados de libertad” de la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio
Soto hacia La Granja Penal de El Porvenir, no comporta la
violación de la ley y por ende la comisión del delito de abuso de
autoridad, amén de que el artículo 41 del Código penal dispone que
el Poder Ejecutivo puede trasladar reos sentenciados por razones
de mayor seguridad o por cualquier otro motivo. Finalmente el
recurrente alega que el imputado en ningún momento actuó a título
de dolo, pues de los hechos probados no se infiere que el acusado
tuviere conocimiento de la situación particular de cada privado de
libertad, concretamente si su responsabilidad penal había o no
sido declarada y decretada en sentencia firme. Esta Sala de lo
Penal considera importante recordar, que a través del recurso de
casación por infracción de ley, sólo puede intentarse una
revaloración jurídica del material fáctico descrito en la
sentencia, contenido en la formulación de hechos probados
realizada por el Tribunal de Instancia. A diferencia del
tradicional recurso de apelación, propio del anterior sistema, que
provoca un nuevo examen del caso por parte del Tribunal revisor,
tanto bajo el aspecto fáctico como jurídico, el de casación por
infracción de ley únicamente admite la posibilidad de que el
Tribunal de Casación realice un nuevo examen del objeto procesal
bajo el segundo aspecto, o sea una revisión jurídica de los hechos
declarados probados. El recurso de casación por infracción de ley
tiene por finalidad la revisión por
parte de esta Sala de la
interpretación que de la ley hagan los Tribunales de Sentencia
definiendo o valorando jurídicamente los hechos establecidos en la
sentencia y poniéndolos en relación con la norma de derecho que
rige el caso dentro del campo de la consideración puramente
jurídica. En este sentido, el recurso de casación por infracción
de ley debe estructurarse o partir su alegación, de los hechos
probados que contenga la resolución cuestionada, puesto que el
vicio en esencia consiste en que la decisión adoptada por el
juzgador en la parte resolutiva de la sentencia, es incompatible,
irreconciliable o ajena a la verdad enunciada por la narración
fáctica (hechos probados), de tal suerte que resultan inobservadas
las normas que sí corresponde aplicar, se invocan normas que no
deben aplicarse, o se invocan las normas que deben aplicarse al
caso concreto pero el Juzgador hace una incorrecta interpretación
de las mismas. Precisados los límites en los que puede
desenvolverse la función revisora de esta Sala cuando del recurso
de casación por infracción de ley se trate, ahora es pertinente
que indiquemos cuales son los elementos objetivos y subjetivos del
delito de ABUSO DE AUTORIDAD que se atribuye al imputado L. B. A.
R.. En el caso que ahora nos ocupa, se imputa al encartado antes
mencionado la comisión del delito de ABUSO DE AUTORIDAD tipificado
en el artículo 349 No. 2) del Código Penal que se describe como la
acción del funcionario o empleado público que “dicte o ejecute
órdenes,
sentencias,
providencias,
resoluciones,
acuerdos
o
102
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
decretos contrarios a la Constitución de la República o a las
leyes o se abstenga de cumplir lo dispuesto por cualquiera de
dichos ordenamientos jurídicos”. Para llevar a cabo una correcta
interpretación de la norma contenida en el artículo aludido [349
No. 2) C.P.] es conveniente determinar cuál es el alcance o el
sentido otorgado a la palabra “abuso”. Al respecto, cabe recordar
las palabras de CARRARA, para quien ese término contempla en sí
mismo
dos
significados
diversos
sumamente
diferentes,
denominándose a uno de ellos “sentido ontológico” y al otro
“sentido jurídico”. “En sentido ontológico se abusa de una cosa
siempre que se emplea para un servicio diverso de su destino
natural. En sentido jurídico se abusa de una cosa aunque se la
emplee según su destino, si esto se hace de modo ilícito o por
fines ilícitos” ( vid. CARRARA, FRANCESCO; Programa de Derecho
Criminal-Parte Especial, volumen V, Temis-Depalma, 1977, &2514, p.
58), añadiendo que “puede abusarse de la autoridad en sentido
ontológico cuando se usa de un poder público traspasando los
límites que el cargo concede, y a pesar de esto puede no cometerse
delito, es decir, no haberse abusado en sentido jurídico, por no
ser criminosos ni el fin ni los medios… .En cambio, puede no haber
abuso en sentido ontológico porque la autoridad concedida se
ejerce dentro de los límites del poder respectivo, y sin embargo
hay abuso de autoridad en sentido jurídico por la maldad del fin o
de los medios” (ob. cit. pp. 58/59). A idéntica conclusión arriba
SEBASTIAN SOLER, cuando señala que “…es preciso señalar el límite
mínimo, lo que separa el abuso de autoridad de la simple
irregularidad funcional que determina a veces la revocación de la
medida y a veces una corrección disciplinaria. Este límite mínimo
está señalado por esa maliciosa suposición, por ese modo de obrar
in fraudem legis. Solamente discerniendo que el presupuesto del
abuso es una falsedad se comprende el delito en todos sus
aspectos, porque no existe falsedad inconsciente: lo inexacto se
transforma en falso sólo cuando a él se agrega el conocimiento, de
la inexactitud” (Vid. Derecho penal argentino, t. V, tea, Buenos
Aires, 1978, p. 139)”. “Por su parte, CREUS sostiene que no es
exacto exigir para su configuración una determinada forma de
malicia, sin embargo afirma que este tipo penal sólo se configura
con dolo directo, en virtud de que además de requerirse el
conocimiento por parte del autor de la oposición a la ley, la
resolución o la orden; en su aspecto volitivo el agente
debe
querer oponerse a la ley, desconociéndola, pues quedan descartados
aquellos supuestos de aplicación incorrecta de la ley por una
interpretación errónea (cfr. CREUS,
C.; Derecho penal- Parte
especial, Tomo 2, Astrea, 5° edición actualizada, 1° reimpresión,
Buenos Aires, 1996, p. 260)”. “En el mismo sentido, DONNA refiere
que uno de los requisitos esenciales que debe contener este tipo
penal es la existencia de dolo directo, pues para su configuración
resulta indispensable la existencia del propósito de violentar la
ley de modo tal de menoscabarla mediante el empleo abusivo de la
autoridad. En otros términos “…el autor debe conocer la ilegalidad
de las resoluciones u órdenes que se dictan, transmiten o ejecutan
y debe tener la voluntad de dictarlas, ejecutarlas o abstenerse de
cumplirlas, según los supuestos de que se trate” (vid. DONNA, E.
A.: Delitos contra la Administración Pública, Colección Autores de
Derecho Penal, Rubinzal Culzoni, 2° edición actualizada, 2008, p.
190)”. “Por consiguiente, el interés se concentra en los supuestos
en que el suceso consiste realmente en un abuso, esto es, “en el
uso incorrecto, arbitrario e improcedente de una facultad
jurídica” (Soler, Sebastián; ob. cit., p. 138)”. “Es decir, la
expresión “acto arbitrario” puede interpretarse correctamente sólo
103
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
si se toman en consideración su sentido objetivo y subjetivo, pues
sólo podrá afirmarse que hay “abuso” o “arbitrariedad” allí donde
el funcionario de que se trate disponga de poderes discrecionales
y los emplee maliciosamente con un fin diverso a aquél perseguido
por la ley”. “Resulta absolutamente irrelevante cuál sea la suerte
que corra una resolución cuyo origen ha sido subjetivamente
honesto, pues no adquiere el carácter de arbitrario por el mero
hecho de que con posterioridad sea declarada su ilegalidad
objetivarias A su vez, el funcionario que incurre en un error de
derecho no comete abuso, en tanto aun cuando pueda afirmarse la
existencia de ese error, no podrá decirse que hay falsedad,
mentira y, en consecuencia, malicia”. “En palabras de Soler, “…en
ningún caso se castigará la buena fe” (ob. cit., p. 140)”. En el
caso bajo examen, el Tribunal sentenciador considera que el
encartado L. B. A. R. es responsable de un delito de ABUSO DE
AUTORIDAD ya que en su condición de Director General de Servicios
Especiales Preventivos de la Policía Nacional, dictó ordenes
contrA. a la ley, cuando en fecha 5 de febrero de 2003 dispuso el
traslado de doscientos cuatro (204) internos (as) de la
Penitenciaría Nacional “Marco Aurelio Soto” y del CEFAS, a otros
centros penales del país, sin la existencia de un estado de
emergencia y sin hacer distinción entre procesados y condenados.
El Tribunal A Quo también arguye que el imputado cometió el delito
relacionado, en tanto en cuanto que ordenó los traslados de mérito
sin verificar previamente las condiciones de seguridad en los
centros penales receptores, en particular de la Granja Penal del
Porvenir, y sin informar previa o simultáneamente de la operación
al Poder Judicial. El Tribunal de Sentencia añade que si bien es
cierto que no ha sido un elemento a tomar en cuenta para formular
el reproche penal del acusado; si censura el hecho de que éste
último conociendo la existencia de los llamados reos rondines en
los centros carcelarios del país, -figura no prevista en la
legislación penitenciaria, pero en la práctica autorizados por las
autoridades penitenciarias para ejercer funciones disciplinA.
utilizando toletes o palos, en una posición de privilegio y de
franca desigualdad respecto a los demás internos-, no hiciera nada
para erradicar dicha práctica. El Juzgador señala que el argumento
central esgrimido por el acusado para ordenar los traslados fue la
situación de grave inseguridad que para la vida e integridad
física de los pandilleros existía en la Penitenciaría Nacional
Marco Aurelio Soto, presupuesto que no concurría, pues al
contrario de lo afirmado por el señor L. B. A. R., no se produjo
hallazgo
alguno
de
explosivos
antes
de
efectuarse
los
desplazamientos de reos pandilleros a otros centros carcelarios
del país, sino que el mismo se produjo posteriormente, añadiendo
que si bien es cierto que para el mes de febrero de dos mil tres
era necesario tomar medidas preventivas en la Penitenciaría
Nacional Marco Aurelio Soto, el imputado A. R. contaba con otros
medios ya que pudo haber solicitado la intervención de elementos
armados adicionales, esto es, la de miembros de la policía
nacional. (vid. Folios 5231 y 5241 del Tomo No. XIX). La
legislación hondureña en lo que concierne al traslado de internos
de un centro carcelario a otro es sumamente escueta. El artículo
41 del Código Penal, vigente a partir del 12 de marzo de 1985
establece que “El Poder Ejecutivo siempre que lo crea conveniente
por razón de la mayor seguridad o por cualquier otro motivo podrá,
con conocimiento de la Corte Suprema de Justicia, disponer que se
traslade a una penitenciaría a los reos sentenciados a pena de
reclusión, que estén cumpliendo sus condenas en otras cárceles”.
Por su parte y en similares términos, el artículo 5 No. 15) de la
104
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
Ley de Rehabilitación del Delincuente que entrara en vigor el 13
de marzo de 1985, prevé que entre otras atribuciones, la Dirección
General de Establecimientos Penales tiene la de “ordenar los
traslados a los establecimientos penitenciarios de los reos
sentenciados a a la pena de reclusión, que estén cumpliendo
condenas en otras cárceles, siempre que el Poder Ejecutivo lo
estime conveniente con conocimiento de la Corte Suprema de
Justicia.”. Expuesto lo anterior, cabe señalar que en los
artículos 66 de la Ley Orgánica de la Policía Nacional37 que se
encontraba vigente al momento en que se produjeron los hechos
objeto de juzgamiento, se confiere a la Dirección General de
Servicios Especiales Preventivos, de la cual era titular el
acusado L. B. A. R., la responsabilidad de atender la seguridad,
administración y custodia de los establecimientos penales,
señalando el artículo 22 No.3) literal c) que en el cumplimiento
de sus funciones, los miembros de la Policía Nacional tienen el
deber de cuidar y proteger la salud física y mental de las
personas detenidas y sometidas a resguardo. En lo que atañe a la
clasificación de los establecimientos penales, el artículo 12 de
la Ley de Rehabilitación del Delincuente expresa que habrá en la
República
los
siguientes
establecimientos
penales:
1)
las
penitenciarías nacionales, para el cumplimiento de las penas que
excedieren de tres (3) años; 2) las cárceles departamentales o
seccionales, para el cumplimiento de las penas que no excedieran
de tres (3) años, y 3) las cárceles locales, para el cumplimiento
de las penas de prisión38. En lo que atañe a los presos
preventivos, el artículo 86 de la Constitución de la República
establece que toda persona sometida a juicio que se encuentre
detenida tiene derecho a permanecer separada de quienes hubieran
sido condenados por sentencia judicial. Por su parte, el artículo
78 de la Ley de Rehabilitación del Delincuente dice que “anexo a
los establecimientos penales, aunque convenientemente separados de
ellos, habrá uno o más departamentos preventivos destinados a
recibir a los detenidos o procesados”. Un análisis sistemático de
las normas antes relacionadas nos permite concluir que al tenor de
lo previsto en la legislación penal y penitenciaria que entrara en
vigencia hace más de veinticinco años, las penitenciarías
nacionales son los centros carcelarios donde deben cumplirse las
penas superiores a los tres años de reclusión, en tanto que las
cárceles departamentales y seccionales están destinadas al
cumplimiento de penas menos graves, es decir de aquellas que no
excedan a los tres años de reclusión. De ello se deriva que las
condiciones
de
seguridad
y
restricciones
de
los
derechos
fundamentales de los reclusos se prevea que sean mayores en las
penitenciarías nacionales dada la mayor gravedad de las penas que
deben cumplir los condenados internos en ellas. Por otro lado,
también se desprende que la legislación de mérito no prevé la
existencia de establecimientos especiales para la custodia de reos
preventivos, de tal manera que ello no impide que estos puedan ser
37
Publicada en el Diario Oficial La Gaceta, en su edición No. 28617 del
18 de julio de 1998.
38
Vid. además el artículo 40 del Código Penal y el Decreto Ejecutivo No.
004.-2005 del 20 de mayo de 2005 que con el propósito de ―tomar medidas
para la reorganización del sistema penitenciario nacional‖ designa a la
Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto como un establecimiento de
―máxima seguridad para los efectos del cumplimiento de penas privativas
de libertad‖, al mismo tiempo que confiere la categoría de Penitenciarías
Nacionales a las Granjas Penales de Comayagua, El Porvenir, Danlí, Santa
Rosa de Copán, Presidios Departamentales de San Pedro Sula, Choluteca,
Lempira, La Paz y el Centro Femenino de Adaptación Social (CEFAS).
105
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
internados en cualquier establecimiento carcelario, sea este una
penitenciaría o una cárcel departamental o seccional, siempre y
cuando se encuentren separados de los condenados. Por otro lado,
cabe destacar que nuestra legislación guarda silencio en torno a
la posibilidad de que los reos preventivos puedan ser trasladados
del centro carcelario donde se encuentren a otro. Volviendo el
juicio de reproche que el Tribunal de Sentencia hace al acusado R.
A., se le achaca a éste la inobservancia de la ley cuando ordenó
el traslado de doscientos cuatro reos pandilleros (as) que se
encontraban recluidos en la Penitenciaria Nacional Marco Aurelio
Soto y en CEFAS a otros centros carcelarios del país, sin que
existiera la situación de grave peligro para la seguridad de la
vida e integridad de tales internos aducida por aquel. Como lo
expresáR. líneas arriba, tratándose del recurso de casación por
infracción de ley, al Tribunal de Casación únicamente le
corresponde verificar si a partir de los hechos declarados
probados es posible subsumir la conducta delictiva que se le
atribuye al imputado. Un examen detenido del relato fáctico
contenido en la sentencia, revela que al momento de se produjeron
los hechos que se atribuyen al acusado A. R. este se desemP.ba
como Director General de los Servicios Especiales Preventivos y
que por lo tanto era responsable de atender a la seguridad,
administración y custodia de los establecimientos penales en el
país. Por otro lado también se desprende, que el encartado
solicitó autorización al entonces Secretario de Estado en los
Despachos de Seguridad, O.
A. P., para efectuar los traslados
tantas veces referidos, alto funcionario del Poder Ejecutivo que
no puso objeción alguna a los mismos, limitándose a indicarle que
procediera de conformidad con la ley39. De igual manera en los
hechos probados se consigna que varios meses antes de que se
ordenaran los traslados, los reos comunes denominados “paisas”
agredían verbalmente a los reos pandilleros recluidos en el módulo
de “Casa Blanca”, tirándoles orines y excremento humano, cada vez
que
tenían
oportunidad,
implementando
las
autoridades
penitenciarias el uso de áreas comunes del recinto por turnos,
dándose la circunstancia de que los internos pandilleros se
encontraban concentrados y encerrados en la celda No. 17, ubicada
en la planta baja del referido módulo, completamente separados del
resto de los privados de libertad; de tal manera que el espacio
físico en donde se les había confinado estaba dividido por
barrotes cubiertos con láminas de zinc para evitar el acceso
visual desde otras celdas40. En el relato fáctico se establece que
el procesado A. R. ordenó los traslados de doscientos cuatro
pandilleros: 198 varones recluidos en la Penitenciaría Nacional
Marco Aurelio Soto y 6 mujeres internas en el Centro Femenino de
Adaptación Social (CEFAS), aduciendo motivos de seguridad por
estimar que existía el peligro racional y fundado de que el resto
de la población penitenciaria atentara contra su vida e integridad
corporal así como también la de los familiares que les visitaban41.
Con respecto a las internas pandilleras del sexo femenino dadas
las relaciones de afinidad existentes con los reclusos varones
recluidos en la penitenciaría Marco Aurelio Soto, se estaba
generando una situación de intranquilidad y un clima de
agresividad, presupuestos en virtud de los cuales según expone la
Defensa del acusado, se procedió al traslado de seis reclusas a
otros centros carcelarios del país. En la fundamentación fáctica
39
Vid. el hecho probado Tercero.
Vid. el hecho probado Primero.
41
Vid. el hecho probado Tercero.
40
106
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
de la sentencia se expresa que el acusado A. R., tras el
requerimiento que le formulara la Fiscalía de Derechos Humanos en
fecha 7 de febrero de 2003 para que informara sobre los traslados,
solicitó la presencia del escuadrón antibombas de la Policía
Nacional a quienes entregó varios granadas y otros artefactos
explosivos afirmando que los mismos habían sido encontrados al
interior de la Penitenciaría Nacional, así como también se
consigna que en fechas 10 y 11 de febrero del mismo año, remitió a
la referida Fiscalía Especial y a la Corte Suprema de Justicia
informes sobre los traslados en los que argumentó que los mismos
se realizaron fundamentalmente por razones de seguridad, añadiendo
que en un registro previo se les había decomisado a los internos
de la pandilla “18” dos granadas de fragmentación, un fulminante
con su respectiva mecha y una cantidad de TNT42. Expuesto lo
anterior cabe ahora que volvamos sobre el punto que concierne al
régimen legal de los traslados de reos de conformidad a la
legislación hondureña. Como antes lo dijimos, los artículos 5 No.
15) de la Ley de Rehabilitación del Delincuente y 41 del Código
Penal facultan al Poder Ejecutivo, para el traslado de internos,
por motivos de seguridad u otros, (debe entenderse que en uno u
otro
caso
deben
ser
razonables
y
por
lo
tanto
no
arbitrarios)tratándose de aquellos que purgan condenas en cárceles
departamentales y seccionales a Penitenciarías Nacionales. El
traslado de reos de un centro carcelario a otro es una cuestión
que reviste cierta complejidad. Es de tener en cuenta que en
determinadas circunstancias un traslado puede afectar ciertos
intereses legítimos del interno, en tanto que en otras puede ser
de su beneficio. Así por ejemplo, el traslado puede comportar un
acercamiento al núcleo familiar del recluso, el acceso a
tratamientos médicos especializados a los que no puede acceder con
facilidad sino es en la zona donde se encuentra el centro
carcelario receptor, la posibilidad de acceder a estudios
superiores, la mejora en las condiciones carcelA. en el centro
receptor, cuando las que reúne el establecimiento de origen son
inferiores, la prevención de posibles riesgos para su vida e
integridad corporal, etc…, pero al mismo tiempo tal movilización
puede comportar una merma en su derecho de acceso a la justicia, y
con ello de la garantía fundamental del debido proceso, sea que se
trate en la fase de juzgamiento o de ejecución, tomando en cuenta
que por regla general los reos son juzgados y se encuentran
recluidos en el establecimiento carcelario ubicado en el ámbito
territorial
donde
ejercen
su
competencia
los
órganos
jurisdiccionales
llamados
a
conocer
los
hechos
objeto
de
procesamiento.
De este modo podemos afirmar que en principio el
traslado de internos de un centro carcelario a otro, solamente
será procedente cuando se trata de reos condenados por sentencia
firme que estando cumpliendo penas en una cárcel departamental o
seccional, es decir con una duración no superior a los tres años
de reclusión, por razones de seguridad o u otras que sean
justificadas se hace necesario su conducción o transferencia a una
penitenciaria nacional, centros que están destinados para purgar
penas superiores a los tres años de reclusión, de ahí que
excepcionalmente y solamente cuando se trate de salvaguardar
intereses y derechos de los reclusos, sean estos preventivos o
condenados, será justificable el traslado de los mismos. Y es que
pese al silencio que sobre esta cuestión guarda la ley, el mismo
ordenamiento jurídico impone a las autoridades policiales que
ejercen funciones penitenciarias la protección de la integridad
42
Vid. hecho probado Quinto.
107
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
física y mental de las personas detenidas y en general las de
cualquier persona, de tal manera que habrá que analizar las
circunstancias concretas y particulares de cada caso para ponderar
sí la transferencia de un centro carcelario a otro, resulta
justificado o por lo contrario el mismo ha de ser tachado como
arbitrario. De los hechos declarados probados por el Tribunal de
Sentencia se desprende sin dificultad que desde hacía varios meses
anteriores a la fecha en que se ordenaron los traslados, las
relaciones entre la población de reos pandilleros y los presos
comunes a lo interno de la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio
Soto eran evidentemente inamistosas y cargadas de una gran
tensión, teniendo en cuenta que desde las áreas ocupados por la
mayoría de los reclusos denominados paisas se proferían constantes
“agresiones verbales” es decir, frecuentes amenazas, y se
L.ban
orina y heces fecales, añadiendo a ello la circunstancia de que
las áreas comunes del establecimiento no eran compartidas de forma
conjunta dadas las tirantes relaciones, lo que obligó a fijar
turnos para su uso. Si a esto añadimos que de los hechos probados
no se desprende que el hallazgo de granadas de fragmentación y
otras sustancias explosivas en eL interior de la penitenciara
nacional fuera un “montaje” de las autoridades, un espectador
objetivo e imparcial, situado ex ante, no vería como irracional o
arbitrario el traslado de los reos pandilleros, fueran estos
preventivos o condenados, a otros centros carcelarios del país,
tratándose como se desprende de los antecedentes antes referidos
de salvaguardar la vida e integridad física de aquellos y de sus
familiares, aunque con ello se afectaran otros intereses jurídicos
de menor rango. Otra situación es que la medida, en lo que se
refiere a los treinta reos pandilleros, de un total de doscientos
cuatro, no resultara eficaz, en virtud de los acontecimientos que
se dieran posteriormente en la Granja Penal del Porvenir, pero
esta es una circunstancia que no resultaba razonablemente
previsible para el encartado. Otro aspecto a considerar es que
como antes lo expresamos, la potestad de ordenar el traslado de
reos de un centro carcelario a otro corresponde a las autoridades
penitenciaras, de tal manera que la notificación que la ley ordena
que se haga a la Corte Suprema de Justicia como órgano superior
del Poder Judicial, es precisamente para que a través de su
conducto los órganos jurisdiccionales que conozcan de los
respectivos procesos, sea en la fase de juzgamiento o ejecución
tengan conocimiento de la ubicación de los internos para todos los
efectos legales. En el caso bajo examen de los hechos probados se
desprende que tal comunicación se produjo pocos días después de
haberse ordenado los traslados por lo que no se aprecia un peligro
o perjuicio manifiesto para los fines que la comunicación referida
tiene en orden a satisfacer los intereses de la Administración de
Justicia. De este modo podemos afirmar, que del relato fáctico de
la sentencia impugnada, no se desprende que el imputado A. R. al
ordenar los traslados tantas veces referidos haya actuado con el
ánimo doloso de infringir el ordenamiento jurídico, por lo que no
concurren los elementos objetivos y subjetivos del delito de ABUSO
DE AUTORIDAD por el que resultara condenado. Esta Sala de lo Penal
considera que en el presente caso se han puesto en evidencia las
endémicas
debilidades
del
sistema
penitenciario
nacional,
concretamente la no separación de los reos procesados de los
condenados, tal como lo manda el artículo 86 Constitucional; la
delegación de funciones disciplinA. y administrativas, del
personal penitenciario en “reos de confianza”, llamados Rondines,
identificados por la portación de bastones de madera llamados
“toletes”, como símbolo de fuerza, y que hacen labores de “orden y
108
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
seguridad” al interior de los centros penales del país, lo que ha
dado lugar a la formación de un subsistema arbitrario de
aplicación de castigos y privilegios, por parte de reos privados
de libertad que gozan de la “confianza” de las autoridades
penitenciarias en contra de la población de reos pandilleros, todo
al margen de la legalidad, lo cual ha generado en estos
condiciones de discriminación y marginamiento, sin embargo es el
caso de que el Derecho Penal es la última ratio, de tal manera que
sin perjuicio de que el acusado A. R. pudiera haber incurrido en
responsabilidades de orden administrativo en la conducción general
del sistema penitenciario nacional, solamente cabe juzgar en esta
sede, si la acción concreta de ordenar los traslados tantas veces
referidos, a partir de los hechos declarados probados, es o no
constitutiva de un delito de abuso de autoridad. Habiendo
concluido como antes lo expresamos que no se derivan del relato
fáctico los elementos objetivos y subjetivos de dicha infracción
penal, resulta procedente declarar con lugar el motivo de casación
que por infracción de ley ha formulado el Apoderado Defensor del
acusado L. B. A. R.. XX.- SEGUNDO MOTIVO: Haber incurrido el
sentenciador en falta de observación de las reglas de la sana
crítica en la valoración de la prueba. PRECEPTO AUTORIZANTE: El
presente motivo de casación se encuentra comprendido en el Art.
362.3 del Código Procesal Penal (en adelante ―CPP‖). EXPLICACIÓN
DEL MOTIVO. Los preceptos penales adjetivos que se invocan como
infringidos por falta de aplicación, prescriben: Art. 202: ―Las
pruebas serán valoradas con arreglo a la sana crítica. El órgano
jurisdiccional formará su convicción valorando en forma conjunta y
armónica toda la prueba producida‖. Por su parte, el párrafo
primero, del Art. 336, de la misma ley señala: ―El Tribunal, para
resolver, sólo tendrá en cuenta las pruebas que se hayan ejecutado
durante el debate, las que serán apreciadas en su conjunto y de
acuerdo con las reglas de la sana crítica‖. También, el Art. 338,
que regula la forma de estructurar la sentencia, ordena al
Tribunal
sentenciador,
en
el
numeral
2),
lo
siguiente:
―…Valoración de la prueba. Seguidamente, se expresarán las pruebas
tenidas
en
cuenta
para
declarar
probados
esos
hechos,
justificando, según las reglas de la sana crítica, el valor que se
haya dado a las practicadas en juicio y, en su caso, el
razonamiento utilizado para obtener conclusiones por presunción a
partir de los indicios, igualmente declarados probados‖. Los
hechos probados de una sentencia penal (que constituyen la verdad
a la que el Tribunal cree haber arribado) están sustentados en el
acervo probatorio que se plasma en la fundamentación probatoria.La fundamentación probatoria se divide en las fases descriptiva e
intelectiva; en la
primera (fundamentación probatoria), el
Tribunal describe cada una de las pruebas que dan sustento a su
decisión; en la segunda (fundamentación intelectiva), el juzgador
debe explicar porqué un medio probatorio le merece o no
confiabilidad, y, además, porqué un elemento de prueba le conduce
a una conclusión determinada.- Sobre esta segunda operación, es
que recae el reproche del recurso de casación por violación a las
reglas de la sana crítica de acuerdo con el motivo planteado, de
tal suerte que la violación a esas reglas que corrigen el correcto
entendimiento humano, constituye un problema de fundamentación de
la sentencia; por ello el legislador en el artículo 338 del CPP,
ubica dentro de la ―fundamentación del fallo‖ (regla cuarta), la
valoración de la prueba.- Las reglas de la sana crítica entonces,
constituyen
la
especie
dentro
del
género
conocido
como
fundamentación. En el sistema de sana crítica
racional que
implementa nuestro sistema procesal penal, en cuanto a la
109
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
valoración
de
la
prueba,
impera
la
plena
libertad
de
convencimiento de los Jueces, pero exigiéndoseles que las
conclusiones a las que arriben sean el fruto razonado de las
pruebas en que se las apoye.- En este sistema el juzgador no tiene
reglas legales que le establezcan el valor que debe consignarle a
cada prueba, pero esa libertad tiene límites: Las normas que
gobiernan la corrección del pensamiento humano.- En la sana
crítica racional, el juzgador logra sus conclusiones sobre los
hechos de la causa valorando la eficacia conviccional de cada
prueba con total libertad, pero respetando al hacerlo, los
principios de la recta razón, es decir, las normas de la lógica,
la psicología y la experiencia común Dentro de las reglas de la
lógica, al que debe sujetarse el juzgador en la valoración de las
pruebas, según lo exigen los Arts. 202 y 336 CPP y que recalca el
Art. 338, sección cuarta, numeral 2 (―...justificando según las
reglas de la sana crítica, el valor que se haya dado a las
practicadas en juicio...‖), aparece la característica, exigida por
ellas,
denominada, según F. DE LA RUA (La Casación Penal. El
Recurso de Casación Penal en el Nuevo Código Procesal Penal de la
Nación), como DERIVADA, según la cual, la motivación debe respetar
el principio de razón suficiente, para lo cual ―el razonamiento
debe estar constituido por inferencias razonables deducidas de las
pruebas y de la sucesión de conclusiones que en virtud de ellas se
vayan determinando‖.- Para ello, la motivación debe
ser
CONCORDANTE:
A
cada
conclusión
afirmada
o
negada,
debe
corresponder convenientemente un elemento de convicción del cual
se pueda inferir aquella. Resulta, que la sentencia que hoy se
cuestiona por esta vía impugnativa, contiene un vicio grave que
atenta con las reglas de la sana crítica a observarse en la
valoración de la prueba, y que se convierte, en consecuencia, en
la violación de los Artículos mencionados: ACLARACION PREVIA En
base al derecho de defensa del señor L. B. A. R., se solicita a la
Honorable Sala de lo Penal, que este motivo de casación se estime
como subsidiario o secundario al primer motivo de casación
planteado, de tal forma que debe procederse al estudio o análisis
del presente, sólo en el caso en que el tipo de infracción de ley
sea declarado improcedente.- Ello debido a que el efecto que
conlleva dicho motivo es la absolución del señor A. R., siendo
ésta la aspiración primordial de esta representación.- Por ello,
se solicita a la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia
que de forma priM. o preferente se pronuncie sobre el primer
motivo de casación, y de forma subsidiaria o secundaria conozca y
resuelva el presente. INDICACION DEL VICIO El Tribunal de
Sentencia ha concluido, al analizar la probanza relacionada al
señor L. B. A. R., ciertos extremos: 1. Que el traslado de 204
privados de libertad, miembros de la mara ―18‖, solicitado y
operado por el imputado, no estaba justificado en un nivel de
conflicto que ameritase el movimiento de dichos internos a
diversos centros penales del país, entre ellos la Granja Penal de
El Porvenir; por ello afirma en la página 110 de la sentencia: ―El
acusado L. B. A. R., no tenia motivo justificado para ordenar el
traslado
de
reos
pandilleros
y
reas
pandilleras,
de
la
Penitenciaria Nacional Marco Aurelio Soto y Centro Femenino de
Adaptación Social a otros Centros Penales del país, al grado que
en un primer momento adujo que era por motivos de seguridad de los
propios trasladados, pero posteriormente señala que también lo fue
por habérsele encontrado a los trasladados granadas y explosivos
en un registro previo, lo cual es totalmente falso‖. 2. Se
cuestiona el hecho de haberse efectuado el traslado de las
privadas de libertad del CEFAS, por no haber razón para
110
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
efectuarlo. 3. Atribuye al señor A. R., el hecho de haber
efectuado el traslado sin haber distinguido la condición jurídica
de los de los internos, entre reos condenados o reos procesados
con la imposición de la medida cautelar de prisión preventiva, por
lo cual ha entendido, en la FUNDAMENTACION JURDICA que ello es un
aspecto que representa la infracción al Art. 5.15 de la LRD. 4. A.
Establece que no se había verificado que el Centro Penal del El
Porvenir tenía la capacidad y las condiciones de seguridad para
poder recibir a los reos pandilleros trasladados, con lo cual se
da a entender que con el traslado efectuado, se incrementó el
grado de inseguridad en el mismo. Todos estos extremos, probados
según el Tribunal, inciden en que al señor L. B. A. R. se le haya
condenado por el delito de ABUSO DE AUTORIDAD de conformidad al
Art. 349.2 del CP, según lo desarrolla la sentencia en su
FUNDAMENTACION JURIDICA. Para que la condena recaída en él sea
legítima, desde el punto de vista probatorio el Tribunal debió
haber arribado al nivel de conocimiento de la CERTEZA, sobre la
realización de un hecho que encaja en una
norma jurídico-penal;
sobre la participación
del
imputado en su realización y en la
culpabilidad
del
mismo,
único
grado
de
conocimiento
que
Constitucionalmente faculta a los órganos de justicia penal emitir
un fallo de condena; de tal forma que si del resultado de la
prueba no se alcanza a la obtención de ese nivel, sino cualquier
otro
(probabilidad,
duda
o
constatación
negativa,
sobre
cualesquiera de esos extremos), debe absolverse puesto que no se
habrá quebrantado el Estado de Inocente del procesado. El defecto
de violación de las reglas de la sana crítica, en concreto, de
lesión al principio lógico de razón suficiente, resulta, de las
diversas conclusiones probatorias a las que llegó el Tribunal de
Sentencia, y que le condujo a establecer que el imputado L. B. A.
R. solicitó y ordenó el traslado de reos que ostentaban la
condición de presos preventivos, a sabiendas de esa calidad; que
no había una razón que justificara, racionalmente ese traslado, y
que sabía que en el caso concreto del Centro Penal de El Porvenir,
no habían condiciones de seguridad suficientes para albergar a los
30 pandilleros traslados.- Veamos qué medios de prueba contribuyen
a establecer que las circunstancias fácticas expresadas no
concurren
en
el
actuar
de
nuestro
representado,
y
que
paradójicamente la información que brindan a favor del imputado
aparece recogida en la valoración intelectiva de la sentencia. La
necesidad de realizar el traslado de los 204 privados de libertad.
1. Declaración testifical del señor P.
G. F., interno de la
Penitenciaria Nacional ―Marco Aurelio Soto‖, quien se identificó
como uno de los Cocineros del Modulo Casa Blanca.- Dicho testigo
manifiesta, entre otras cosas que: los pandilleros estaban en el
hogar 17, la isla, en Casa Blanca; toda la población dio plazo
para sacar a los mareros, fueron todos los presos privados de
libertad que dijeron que no querían ver a ningún marero; que el
día del traslado los mareros estaban armados, al sa C. de las
celdas les encontraron las armas en un operativo, que ellos vieron
que le decomisaron granadas; que a él como cocinero se le prohibió
darle comida a los mareros porque si no ‖lo picaban‖; que vio que
los ―paisas‖ estaban desprendiendo unas laminas para meterse donde
estaban los ―18‖; que el problema se calentó mas al escucharse de
que se matara al Teniente M. D., que era el de requisa de Casa
Blanca.- Los traslados se efectuaron a partir de las siete de la
noche hasta las doce de la noche. 2. Declaración del testigo J. R.
M. V., también interno de la Penitenciaria Nacional ―Marco Aurelio
Soto‖, quien relata que: al ser trasladados los mareros a Casa
Blanca, y al apoyarse a aquellos pandilleros que dejaban de serlo,
111
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
eso generó la molestia en el resto de mareros manifestándose en
represalias primero en contra de los ‖peseteados‖, después contra
los ―paisas‖ a quienes les decían que los iban a pelar; los de la
mara molestaban mucho; que después se dio la pugna entre pesetas y
paisas, porque los de la dieciocho no dejaban de molestar, había
un hostigamiento entre uno y otros.- Agrega que M. F., que era el
coordinador, platicó con R. que era el alcaide, diciéndole que la
situación estaba muy caliente; después llego V. que era el sub
director, platico con M. F. y después llego con N. G., pero en ese
momento los ánimos estaban bien caldeados; que lo único que los
dividía a los reos comunes con los mareros eran unas láminas
soldadas, y los paisas ya estaban empezando a quitar la lámina y
estaban rompiendo un servicio para meterse donde ellos.- Indica
que los mareros tenían armas y granadas; que si no hubieran
sacado esa gente de allí hubiese sido una gran masacre.- Refiere
que el problema se generó porque se les estaban ―peseteando‖ sus
miembros y los paisas los recibían, por eso los mareros estaban
enojados. Fue muerto el que hacía las requisas en un bus y los
paisas se dieron cuenta que había sido La Diabla la que le había
dado muerte que es miembro de la 18 y por eso se les tuvo más odio
los paisas. Antes de Casa Blanca estaban en procesados dos y por
darle muerte al paisa M. G. los trasladaron a Casa Blanca en la
noche. Dice que fueron los paisas los que encontraron la granada
al día siguientes, ellos andaban buscando cosas que pudiesen haber
dejado los mareros. Las encontraron en un hoyo por en medio de los
bloques,
hasta
para
abajo.
3.
Declaración
del
Policía
Penitenciario J. P. A. R., asignado a la Penitenciaria Nacional
―Marco Aurelio Soto‖.- Este testigo indicó que el día del
traslado, 5 de febrero de 2005 (queriendo decir 2003), le
reportaron el problema dentro del módulo de Casa Blanca
conduciéndose con H. V. D.; que entraron donde estaban los 18 y
gritaban que los iban a matar, pero que querían hablar con G. (el
Director de la Penitenciaría).- Al entrar al módulo miró que un
grupo de paisas habían quitado unas láminas y los ―18‖ estaban
preocupados. La población estaba indignada por haberle dado muerte
al Sub Teniente M., se estaba viendo una situación difícil y el
teniente G. le dieron ―chance‖ de sacar a la gente hasta las doce
de la noche porque si no iban a entrar donde estaban los ―18‖.
Luego, el Director A. R., estuvo presente en la penitenciaría para
solucionar el problema. Agrega que se hizo una requisa después de
los traslados, se encontró una barbaridad de machetes y armas
punzo cortantes y en el libro aparece que se encontraron otras
cosas. 4. Declaración del otrora Director de la Penitenciaria
Nacional ―Marco Aurelio Soto‖, R. N. G. T., quien de forma
relevante declara: Que en febrero de 2003 el Sub. Director el
teniente V. le informó de una situación grave en el modulo de Casa
Blanca; que encontró un problema consistente en que la población
penitenciaria ―paisas‖ estaba tratando de introducirse al hogar 17
donde estaban los miembros de la mara ―18‖, habiendo desprendido
parte de la división. Dice que habló con la población y estaban
furiosos con
los mareros y escuchó que no les iban permitir
alimentos y visitas, por lo cual informó, vía teléfono, al
Director General A. R., quien envió al capitán V. L.; en vista
que los paisas estaban solicitando hablar con alguien superior;
dicho funcionario se personó para ver el problema, y los privados
de libertad se negaron a hablar con él, diciendo que querían
hablar con A. R..- Este se hizo presente donde ocurría el
problema, se reunió con todos los coordinadores de todos los
módulos, ya no sólo en Casa Blanca sino de todo el centro penal,
solicitándole que sacara a los miembros de la mara ―18‖ porque
112
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
sino morirían todos los miembros de la mara 18 y tendrían que
alistar los contenedores para los muertos; ante ello, A. R. se
entrevistó con el Ministro de Seguridad para plantearle la
situación, procediéndose luego a la organización de los traslados,
que comenzaron a efectuarse a partir de las siete de la noche.Agrega que después de los traslados se procedió a realizar un
operativo con los policías penitenciarios en el lugar donde
estaban ellos y se encontró una granada, pólvora y mecha lenta.Refiere que el problema ocurría en la planta baja, donde están las
celdas de la mara ―18‖; se trataba de una celda forrada con
barrotes y láminas de zinc y los paisas ya habían quitado las
láminas. Termina diciendo que al Teniente J. S. M., un día antes
por la tarde lo había matado la mara ―18‖ y eso fue lo que indignó
a la población penitenciaria.‖. 5. Testigo M. E. V., funcionario
de la Dirección General de Servicios Especiales Preventivos, quien
expresa que el 5 de febrero le habló el Director General, por la
mañana y le explicó que había un problema en la Penitenciaría
Nacional, por lo cual se condujo a ese centro con el oficial H.
V.; que al llegar a Casa Blanca se dirigió al lugar de los
pandilleros y ellos le dijeron que estaban
amenazados a muerte,
que temían por sus vidas y que no había otra que afrontar la
situación, por lo que tenían miedo de que los pudieran envenenar
en los alimentos.- Al hablar con los paisas le manifestaron que lo
ideal era platicar con el Director General. Ellos dijeron que solo
había una salida, porque era la única oportunidad de asesinar a
los mareros. Una de las consignas que decían
los paisas eran:
―Pelones hoy los pelamos, hoy las pagan‖. Es por eso que volvió a
donde los mareros a darles ánimo, para pedirles calma. Antes del
medio día fue a donde el Director General a realizar la
recomendación de trasladar a los mareros. Agrega que él hizo la
recomendación de que se trasladaran porque de lo contrario
hubiesen habido 200 a 300 muertos para el siguiente día. 6. El
testigo R. E. V. E., reo pandillero que fue trasladado desde la
Penitenciaria Nacional Marco Aurelio Soto, a la Granja Penal de El
Porvenir.- El deponente indica que los trasladaron (a los
pandilleros de la mara 18) a Casa Blanca y estuvimos 8 meses sin
salir del cuarto. En Casa Blanca les decían que los iban a matar,
a picar, solo amenazas se escuchaban allí. A los ocho meses los
trasladaron de estar en Casa Blanca. No se porque nos traslA.. Los
traslados fueron a las nueve de la noche.- Agrega que fue
trasladado a Casa Blanca por la muerte del coordinador y porque se
escuchaba que los iban a ir a sacar ―para picarnos‖; que en Casa
Blanca sentía amenazada su vida, les decían que los iban a matar,
que nos iban a quemar como pollo asado. 7. Esa situación de
apremio y de amenazas, es revelada también por el testigo J. J. C.
M., reo pandillero, trasladado desde la Penitenciaria Nacional
Marco Aurelio Soto hasta la granja Penal de El Porvenir.- Ese
ratifica lo indicado por el testigo anterior, en el sentido de
mencionar que: Los líderes de la pandilla 18 mataron al señor M.
G., y por eso los traslA. a Casa Blanca, siendo esa la razón por
la cual toda la prisión estaba en contra de los pandilleros; que
los paisas estaban rompiendo la terraza y las paredes para meterse
donde ellos.- Dice que fueron transferidos a Casa Blanca por
protección de todo el penal que estaba en contra de ellos. 8.
Oficio SSDGSEP-049-2003, emitido por el señor L. B. A. R. y
dirigido al Señor O. A. A. P., en su calidad de Ministro de la
Secretaria de Seguridad (Folio 774, tomo IV del Expediente).- En
él solicita autorización de traslado de 204 pandilleros a otros
centro del país, indicando que es por motivo de seguridad, al
tenerse información que la otra población penitenciaria, conocidos
113
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
como paisas, quieren ultimar a los reos pandilleros, motivado esto
en parte por haberse dado muerte al Sub teniente J. S. M. M..Vemos que la circunstancia expresada en el mismo proviene de toda
la información brindada por los testigos que refieren la manera
apremiante en que se encontraban los mareros de la pandilla 18,
quienes se encontraban amenazados en su vida por los reos
asignados al pabellón Casa Blanca, con lo cual el traslado tenía
como propósito evitar una inminente tragedia. 9. La situación de
inseguridad que persistía en ese momento, es ratificada por el
informe especial del Escuadrón Anti Bombas, de fecha 15 de Febrero
de 2003 (Folio 795 y 796, tomo IV del Expediente), el cual fue
ratificado en juicio por el Señor D. A. O..- El documento expresa
que el 7 de Febrero de ese mismo año, se recibió una llamada del
Teniente Coronel de Infantería M. A. L., informando sobre hallazgo
de aparatos explosivos en la Penitenciaría Nacional. Agrega que a
las 16:20 horas, el Señor D.
A. O., se dirigió al lugar,
identificando los aparatos explosivos en la oficina del Señor L.
B. A. R., donde se encontró: a. Una granada M16, fabricación
norteamericana, peso 1 libra. De 15 a 25 metros radio de acción.
b. Una granada FMK2, fabricación argentina; de 15 metros de radio
de acción. c. Una pasta Explosiva, sin que se le pueda conocer el
nombre por haberse desprendido el empaque. d. Una cápsula
detonante M7, tipo comercial, adherida un pedazo de mecha
comercial, con retardo de 12 segundos. El ratificante además
agregó, que fue a recoger los explosivos en la oficina del señor
L. B. A. R., quien le informó que dichos aparatos se habían
encontrado en una celda.- Menciona que no sabe quién encontró los
explosivos, pero se le dijo que en el interior de la
penitenciaria. 10. El hallazgo de esas municiones en el lugar que
dejaron los mareros en Casa Blanca, luego de su traslado, aparece
también consignado en el oficio SS-DGSEP-054-2003, dirigido por el
imputado a la Fiscal Especial de Derechos Humanos A. E. R. (Folio
787 al 791, tomo IV del Expediente), como también en el oficio SSDGSEP-060-2003, dirigido por él a la Presidenta de la Corte
Suprema de Justicia, con lo cual la existencia de esos hallazgos
resulta probada. 11. En relación al CEFAS, la testigo P. D. S. O.,
quien para el 5 de febrero se desemP.ba como Directora de dicho
centro, depuso: Que la reos miembros de la mara 18 eran las más
violentas y se estaban insubordinando por lo que la situación se
estaba
descontrolando,
situación
que
le
fue
reportaba
al
comisionado A..- Dice que las mareras 18 estaban muy violentas con
las pesetas y las paisas; el comisionado le sugirió que las
separara de la población.- Luego, trataron de hacer un conato de
incendio y como no tenían suficiente personal, fueron a evacuarlas
y empezaron a agredir a la policía.- Al día siguiente llegaron
―los
de
los
derechos
humanos‖
y
ellos
me
recomendaron
trasladarlas.Ellas recibían órdenes de los esposos, muchos de
ellos mareros y presos en la Penitenciaría Nacional. Los traslados
se hicieron ese día aprovechando el traslado de los hombres, a
falta de logística. Cree que fue ella la encargada de hacer la
distribución de las mareras para los traslados. Menciona no
recordar la situación jurídica de las personas trasladadas.Coincidente con la testigo, L. M. R. Z., quien fungía como Policía
Penitenciaria, encargada de la Seguridad en el CEFAS para el 5 de
Febrero de 2003, declaró que: Cuando llegó, la población
penitenciaria estaba dividida e intranquila; las mareras estaban
dando problemas por lo cual le dijo a la Directora que necesitaban
más personal; que las internas pertenecientes a la mara eran
violentas e incluso agredieron a la directora P. S., por lo cual
pidió más refuerzos; que se aprovecho el vehículo de transporte de
114
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
la Penitenciaria Nacional para trasladar a las mareras. No se
enteró de la condición jurídica de las mareras trasladadas. 12. Y
si lo anterior no bastara, también el Tribunal tuvo la oportunidad
de escuchar, sobre este punto la versión del propio imputado (Pág.
374 del Acta de Debate), en la que indica y ratifica que el
traslado de los pandilleros hacia los distintos centros penales
del país se dio porque se vivía una amenaza latente los
pandilleros y la población penitenciaria esa fecha 5 de febrero el
vivió esa crisis, la vivió la percibió, se habló con los
coordinadores, ellos fueron claros y contundentes a parte del
personal asesor que él tenía; él vivió los hechos, vivió la
situación hostil entre ambas poblaciones, los gritos la amenaza
permanente él los vivió, y viendo la situación no le quedó otro
recurso de hacer preparativos; consultó a los diferentes centros
penales para que le recibieran cierto números de pandilleros; se
elaboró la solicitud de traslados al señor Ministro de Seguridad,
quien le dijo que procediera; lo que trataba de evitar con la
decisión era un enfrentamiento armado por todos los grupos.Agrega que eso era indescriptible, sólo viviendo el momento uno lo
puede sentir; de haberse dado un enfrentamiento hubiese sido peor,
por lo cual se siente bien en su conciencia porque fue una
decisión bastante acertada, por esas razones se considera
inocente. De toda esta prueba referida, se aprecia, efectuando la
relación conjunta y armónica que exige la normativa procesal penal
(Art. 202), que sin lugar a dudas en la Penitenciaría Nacional se
vivía una situación de peligro en relación a los miembros de la
pandilla 18 que habían sido trasladados, por razones de seguridad
al módulo de Casa Blanca.- Es elocuente y palpable como internos
pertenecientes a esa pandilla, como aquellos que residían en Casa
Blanca y que no eran mareros, y funcionarios penitenciarios,
coinciden en declarar que los mareros afrontaban una situación de
amenazas en sus vidas, puesto que los reos ―paisas‖, es decir
aquellos que no eran mareros, decían que los iban a ―picar‖ y a
―pelar‖, por lo cual ya habían comenzado a desmantelar las láminas
que separaban a los pandilleros de los demás internos en ese
módulo para ingresar al lugar donde se encontraban, y ello con la
única intención de enfrentarse a ellos y acabar con sus vidas.Esa era la situación que tuvo que confrontar la autoridad
penitenciaria el 5 de febrero de 2003, y a pesar de la
intervención que varios de sus miembros hicieron al entrevistarse
con ambas partes, es decir pandilleros y paisas, constataron que
si no tomaban una decisión, se generaría un incidente con matices
de masacre generalizada, porque el enfrentamiento entre ambos
grupos era inminente.- De esa forma, se cuestiona absolutamente
que el Tribunal recurrido, no haya DERIVADO de estos medios de
prueba la conclusión uniforme que efectivamente al señor L. B. A.
R. le tocó afrontar, como Director General de Servicios Especiales
Preventivos, tan apremiante situación, y que, como autoridad
encargada de la seguridad de los internos de los centros penales
del país, le correspondía tomar la decisión ineludible para
proteger la vida de los reos pandilleros de ordenar su traslado,
puesto que en la Penitenciaría Nacional su vida o su integridad
corporal corrían grave riesgo.- Y de los testimonios anteriores se
desprende que hasta un emplazamiento se las había dado por los
propios internos para que ese día tomaran una decisión inmediata,
de lo contrario correría la sangre al día siguiente, es decir, era
inminente el ataque del que serían víctimas los reos pandilleros.No es posible, desde el punto de vista de la aplicación de las
reglas de la sana crítica que el Tribunal recurrido no haya
recogido la conclusión fáctica de que efectivamente existía una
115
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
grave e inminente amenaza en las personas de los reos pandilleros
albergados en Casa Blanca, y no haya apreciado también que el
imputado tenía que tomar una decisión para salvaguardar sus vidas,
en cumplimiento de los deberes que su cargo le imponía, cuando
toda la información probatoria referida conduce a establecer esa
conclusión.- Por ello, resulta inaudito que en cumplimiento de las
atribuciones y deberes que la ley le exigía a imputado, como ser,
el Art. 10.3 de la Ley Orgánica de la Policía Nacional: ―Para el
logro de sus objetivos y el cumplimiento de sus responsabilidades
tendrá (la Policía Nacional) las atribuciones siguientes: 1…; 2…;
3. Proteger la vida, honra, bienes creencias, derecho y libertades
de las personas y la seguridad de las instituciones públicas y
privadas…‖, y el Art. 52 de la misma ley: ―La Dirección General de
Servicios Especiales preventivos es la responsable de atender la
seguridad, administración y custodia de los establecimientos
penales…‖, el Tribunal de Sentencia no haya apreciado y concluido
que se presentaba una situación que ameritaba en la persona del
Director General proteger la vida de los internos y la seguridad
de la Penitenciaría Nacional, de lo contrario le haría,
precisamente, infringir dichas disposiciones.- De ello se sigue,
que resulta paradójico que al imputado se le haya condenado,
cuando lo que hizo fue simple y sencillamente dar cumplimiento a
la Ley. Si L. B. A. R. no hubiese actuado solicitando el traslado
de los pandilleros y luego haber dirigido el traslado de los
internos, seguramente hubiese sido acusado por la falta de
decisión y omisión a los mandatos legales antes vistos, al
producirse la tragedia que estaba por materializarse con la
situación imperante en ese momento; seguramente a él se le hubiese
achacado la responsabilidad penal por el cúmulo de muertes que se
producirían ante la inminente situación de peligro.- El tuvo que
ponderar esa situación, y tomar la decisión que hasta sus propios
subalternos le aconsejaban, ya que se encontraban frente a una
bomba de tiempo que estaba a punto de estallar en la Penitenciaría
Nacional.- Por ello, la solicitud que presenta ante el Ministro de
Seguridad, en 5 de febrero de 2003, y el traslado que dirige en
esa misma fecha, estaba más que justificado y legitimado por
nuestro ordenamiento jurídico, ya que con esas acciones, él como
autoridad fue consecuente con el deber jurídico de proteger la
vida de las personas cuya existencia corría un riesgo inminente,
como al efecto lo exige la Constitución de la República, al
señalar la obligación estatal de garantizar el Derecho a la Vida
de la persona humana.- Así, por esos superiores intereses, no
puede entenderse, como erróneamente lo interpreta el Tribunal de
Sentencia, que no existía tal situación de peligro que ameritase
la toma de la decisión solicitada y ejecutada por el imputado y
aprobada por el Ministro de Seguridad, ya que en el contexto
referido por la probanza desarrollada, resulta claro que L. B. A.
R. ―procedió de conformidad con la Ley‖, tal como se lo autorizó
el Licenciado O.
A.
A., porque procuró salvaguardar el interés
más preciado por nuestro ordenamiento: la vida de las personas,
que en las condiciones apuntadas por la prueba evacuada, y con el
conocimiento general que tenemos de la situación de inseguridad
que se vive en los centros penitenciarios, de no actuar, como le
fue autorizado, sobre sus propias espaldas hubiese caído la
responsabilidad por no haber actuado a tiempo. Esa situación de
inseguridad y riesgo que refieren los testigos de la población
paisa, de los mareros y los mismos funcionarios que brindan su
declaración, encuentra un sustento probatorio en el hallazgo de
municiones de explosivos encontradas en el lugar ocupado por los
miembros de la mara 18 en Casa Blanca.- Independientemente que el
116
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
hallazgo se haya efectuado antes o en un momento inmediato
posterior al abandono de la Penitenciaría Nacional por los reos
pandilleros, verifica la situación de peligro que se corría de no
tomar una decisión a tiempo, ya que de haberse producido un ataque
masivo en contra de los pandilleros por los reos paisa que
ocupaban casa blanca y que le triplicaban en número, seguramente
hubiera conllevado al empleo de dichas municiones con las
consecuencias nefastas que hubieran producido.- Lamentablemente el
Tribunal en su valoración probatoria le concede mayor importancia
al cuándo del descubrimiento de ese material explosivo que al
hallazgo mismo, ya que lo que realmente es relevante, y que en el
fondo confirma la situación de extrema inseguridad que se estaba
produciendo, y que hubiese generado una tragedia de no tomar la
determinación de traslado que se adoptó, es que con el informe del
Escuadrón Antibombas, los oficios librados por el imputado a la
Fiscal Especial de Derechos Humanos y a la Presidenta de la Corte
Suprema de Justicia, y con las declaraciones de los testigos
arriba referidas, se ha confirmado que los pandilleros tenían ese
material, el que seguramente hubiese sido utilizado al verse
amenazados con un ataque masivo, como el que se pretendía realizar
por los reos paisas.- Y a pesar que en la valoración de prueba
realizada, finalmente el Tribunal da por acreditado que el
descubrimiento del material se produjo, no lo relacionó, como es
su deber impuesto por el Art. 202 del Código Procesal Penal, con
las declaraciones examinadas para inferir, razonablemente que en
la Penitenciaría Nacional se estaba produciendo una situación de
extremo peligro, y que en el fondo legitimó la petición formulada
por mi representado al Ministro de Seguridad de efectuar el
traslado de los reos pandilleros.- No se nota, entonces, sobre
este punto, una ―relación conjunta y armónica‖ de la probanza
ofrecida, como lo exige la normativa procesal penal, y por ello lo
errado en el Tribunal que nunca pudo determinar la situación de
peligro que se afrontaba, y que justificaba el traslado. En
relación al escenario que imperaba en el Centro Femenino de
Adaptación Social (CEFAS), también la sentencia ha fracasado en
extraer
la
conclusión
que
general
los
medios
de
prueba
representados por las declaraciones de P. D. Z. O. y L. M. R., ya
que relacionando sus declaraciones, se evidencia que en ese centro
penal las pandilleras de la mara 18 estaban insubordinadas, y ese
comportamiento se estaba saliendo de control de la autoridad
penitenciaria, lo cual fue puesto en conocimiento del procesado A.
R..- Ese comportamiento violento de dichas internas había llegado
al punto que a la propia Directora de ese establecimiento penal,
la habían agredido, y hasta un incendio habían tratado de provocar
en el recinto; es más hasta las propias organizaciones de Derechos
Humanos habían aconsejado el traslado de las privadas de libertad
por su extremo comportamiento violento en contra de las internas
―pesetas y paisas‖.- Esa situación que fue reportada por la
Directora del Centro al comisionado A. R., propició que en su
solicitud al Ministro de Seguridad, se incluyera el traslado de 6
privadas de libertad, a través del oficio SSDGSEP-049-2003.- De
esa
forma,
según
las
declaraciones
desarrolladas,
y
relacionándolas con el oficio en mención, se hacía necesario
también el traslado de las 6 privadas de libertad, puesto que de
lo contrario su actitud violenta que ejercían junto con sus
compañeras de pandilla, ameritaba esa toma de decisión puesto que
de lo contrario generaría la realización de actos de mayor
violencia que implicaran resultados lamentables e irreparables.Esta conclusión, tampoco es DERIVADA por la sentencia, a pesar de
haber prueba que se la indicaba, y que no tuvo oposición por otros
117
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
medios de convicción desarrollados, por lo cual, tampoco sobre
este punto hubo una correcta valoración de la prueba. B. La no
preparación de los listados de personas sujetas a traslado por el
imputado. Asimismo, quedó debidamente acreditado, y mentablemente
desconocido por el Tribunal que la selección de las personas que
se trasladaron a diversos centros penales del país no fue
efectuado por el señor L. B. A. R., y en consecuencia no puede
imputarse a él la situación de no determinarse en el mismo qué
calidad de reos se trasladaban, si reos preventivos o reos
condenados.- Así, en las declaraciones de los testigos R. N. G.
T., Director de la Penitenciaría Nacional para el 5 de febrero de
2003, y P. D. Z. O., Directora para ese tiempo del CEFAS, se
manifiesta claramente que en la selección de trasladados no tomó
participación el imputado.- En el caso del primer testigo, éste
señala que la organización general del traslado fue atendida por
Director General A. R., pero la emisión del listado de reos, ―la
elaboR. nosotros‖; que en dicha confección de listado no se
conocía el perfil de cada uno de los reos pandilleros, se hizo el
listado general y se decidió: ―estos cinco a este lugar y estos
cinco a este otro lugar‖; que dentro de esa responsabilidad
asumida por las autoridades de la Penitenciaría Nacional, no se
hizo ninguna clasificación de condenados y procesados en el
listado de trasladados, justificando ese extremo en que en ese
momento se daba una situación de crisis, no habiendo lugar para
empezar a clasificar, por eso es que no se hizo la clasificación.
El testigo no sabía, del listado, cuáles de esos eran condenados y
cuáles eran procesados.- Termina diciendo que fue la Alcaidía la
encargada de darles los listados de los traslados; dicho órgano
está conformada por un grupo de personas encargado de llevar los
archivos. En el caso del CEFAS, su Directora, P. D. S. O., señaló
con claridad que cree haber sido ella quien realizó la
distribución de las mareras para los traslados. Queda claro,
entonces, que la no determinación de la condición que ostentaban
los internos, entre procesados y condenados, no puede ser
atribuida al imputado A. R., en vista que no pasó por él
la
definición de qué personas se iban a trasladar, ya que esa
concreción individual se hizo a lo interno de cada uno de los
centros penales, por la Alcaidía, en el caso de la Penitenciaría
Nacional, y por la Directora, en el caso del CEFAS, y ello es
compatible con la solicitud de 5 de febrero presentada por aquél
al Ministro de Seguridad para realizar dichos traslados, ya que en
la misma consigna la condición genérica de privados de libertad,
que en una calidad que no excluye a las personas condenadas.- La
selección de quiénes serían
trasladados, y si efectivamente
ostentaban la calidad de reos condenados, escapaba a las
facultades del hoy imputado, puesto que basado en el fundamental
principio de confianza, esa era una labor desarrollada por las
autoridades internas de cada uno de los centros penales en
mención.- De tal suerte que esa falta de determinación no puede
ser atribuida a mi representado y por lo tanto no puede generarle
responsabilidad penal al estar fuera de su alcance.- Esto
equivaldría a querer responsabilizar a un Presidente de la Nación
por actos particulares que tengan que ver con la función
específica de sus Ministros, por lo que resulta opuesto a las más
esenciales reglas de la sana crítica, especialmente de lógica y
experiencia común, querer derivar en mi representado la no
determinación de la condición jurídica en que se trasladaban a los
internos.- Es más, en todo el juicio no hay prueba objetivamente
confiable, y en consecuencia no se ha probado con certeza, que de
las personas trasladadas a diferentes centros penales del país, se
118
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
haya trasladado a personas sobre las cuales se había impuesto la
medida cautelar de prisión preventiva, por lo que la no
determinación de condición jurídica de los trasladados, por sí
misma, no implica la infracción al Art. 5.15 de la LRD ni al 41
del CP.- Ante ello, entonces, se muestra la violación de las
reglas de la sana crítica al derivar en el imputado A. R. la falta
de determinación en la condición jurídica de los trasladados, que
como ya se expuso por sí no implica una infracción a las normas
sustantivas relacionadas, en vista de no haberse comprobado con
certeza (como lo demanda una sentencia condenatoria) que dentro de
los 204 individuos hubieran personas procesadas con prisión
preventivarias C. La no constatación de inseguridad del Centro
Penal de El Porvenir al momento de realizarse el traslado. Por
otro lado, no se ha constatado en el presente juicio que el Centro
Penal de El Porvenir, hoy Penitenciaría, no tuviera las
condiciones de seguridad necesA. cuando se hizo el traslado de los
30 privados de libertad a raíz de la solicitud fundada del
imputado A. R..- En efecto, de propia declaración del señor D. A.
R. V., el Tribunal consigna en su valoración probatoria (página
101 de la sentencia) que: ―Al momento de que ellos llegan se
acondiciona el lugar donde se iban a quedar los pandilleros‖; ello
entonces, es demostrativo que las provisiones se adoptaron con la
oportunidad neC.ia para albergar a los reos trasladados.- Pero
además, no existe una probanza que indique por parte de las
autoridades de la cárcel de El Porvenir que dicho centro no tenía
las condiciones de seguridad, y que se haya puesto en conocimiento
oportuno
de
la
Dirección
General
de
Servicios
Especiales
Preventivos, por lo cual, el inferir por parte del Tribunal que al
5 de marzo ese centro penal no tenía las condiciones de seguridad
suficientes, cuando no hay un medio de prueba que así se lo
indique, y que exprese que se puso en conocimiento de la autoridad
superior correspondiente, implica una incorrecta DERIVACION en la
conclusión extraída por este órgano jurisdiccional que repercute
en perjuicio de mi representado, puesto que por ello se le quiere
colocar como responsable del delito de ABUSO DE AUTORIDAD, cuando
no puede extraerse certeza sobre esa circunstancia. D. Conclusión
del análisis de Por todo lo apuntado, es reprochable desde un
punto de vista lógico, que el Tribunal de Sentencia haya generado
la conclusión de que el imputado haya solicitado y dirigido el
traslado de reos sin haber una causa suficiente para ello; que
haya sido el responsable de la no determinación de la condición
jurídica que tenían los trasladados, y que sabía que en el caso
concreto del Centro Penal de El Porvenir, no habían condiciones de
seguridad
suficientes
para
albergar
a
los
30
pandilleros
movilizados.- De toda esa relación probatoria expuesta, como lo
exigen los Arts. 202, 336 y 338 del CPP, la correcta conclusión
fáctica que se extrae es que L. B. A. R. actuó según las
circunstancias de inseguridad que giraban alrededor de los
pandilleros ubicados en Casa Blanca, habiendo una razón más que
justificable desde el punto de vista fáctico y jurídico para
solicitar y luego dirigir el traslado de los privados de libertad;
no era el encargado de determinar la condición jurídica de las
personas trasladadas; y no se probó que para el 5 de febrero de
2003 el centro penal de El Porvenir no tuviera las condiciones de
seguridad requeridas para recibir a los reos trasladados, ni se
puso en conocimiento oportuno de la Dirección de ese Centro Penal
a la persona de mi representado alguna circunstancia de
inseguridad existente, por lo cual, legalmente, no se explica la
existencia del fallo condenatorio en su contra, y por tal razón se
ha vulnerado el Estado de Inocente que ampara constitucionalmente
119
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
a L. B. A. R., y que en la ley procesal se manifiesta en el Art.
339 del CPP, que dispone que no habiendo pruebas suficientes para
condenar, debe absolverse, así como al existir duda razonable. Si,
según la regla lógica de la DERIVACION, informada por el Principio
de Razón Suficiente, el razonamiento debe estar constituido por
inferencias razonables deducidas de las pruebas y de la sucesión
de conclusiones que en virtud de ellas se vayan determinando, no
es posible que en el presente caso la conclusión de hechos se base
en una inexistente actividad probatoria de cargo para emitir el
fallo condenatorio, y opuestos a elementos de convicción que
objetivamente son confiables, y se han expuesto en este apartado
del recurso.- Y esta regla lógica de la DERIVACION, ha sido
reconocida como norma de logicidad en la valoración probatoria,
según la jurisprudencia emanada por la Sala de lo Penal de la
Corte Suprema de Justicia, y registradas con los números 164-05
(del 13 de diciembre de 2005) y 01-2007 (del 31 de J. de 2007).
Como el vicio descrito ha ocurrido en el acto de dictarse
sentencia, no pudo hacerse un reclamo oportuno en contra del
mismo.- Y por ello es que hasta este momento se solicita se
observe la infracción señalada para lo cual deberá casarse la
sentencia y ordenarse el juicio de reenvío, de conformidad al Art.
369 del CPP.‖ XX.- RECURSO DE CASACION POR QUEBRANTAMIENTO DE
FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL ACUSADO L. B. A. R. ARGUYENDO
FUNDAMENTALMENTE QUE EL JUZGADOR HA INCURRIDO EN INOBSERVANCIA DE
LAS REGLAS DE LA SANA CRÍTICA EN LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA.
Argumenta el recurrente que la motivación ha de respetar el
principio de razón suficiente, para lo cual el razonamiento debe
estar constituido por inferencias razonables deducidas de las
pruebas y de la sucesión de conclusiones que en virtud de ellas se
vayan determinando. Estima que la sentencia impugnada atenta con
las reglas de la sana crítica en la valoración de la prueba.
Aclara que el presente motivo de casación es subsidiario al de
infracción de ley si este es declarado improcedente. El Censor
Cuestiona las conclusiones a las que arribó el Tribunal de
Sentencia al analizar la prueba relacionada con el juzgamiento del
acusado L. B. A. R., siendo estas: 1) Que el traslado de
doscientos cuatro (204) privados de libertad, miembros de la Mara
“18”, solicitado y operado por el imputado, no estaba justificado;
2) Que no había razón para efectuar el traslado de las privadas de
libertad del CEFAS; 3) Que el traslado se llevó a cabo sin que el
imputado haya distinguido la condición jurídica de los internos,
es decir, entre reos condenados y reos procesados o con prisión
preventiva; 4) No haber verificado el acusado que el Centro Penal
del Porvenir tuviera capacidad y condiciones de seguridad para
recibir
a
los
reos
pandilleros
trasladados,
traslado
que
incrementó el grado de inseguridad. El casacionista considera que
el Tribunal Sentenciador vulneró las reglas de la sana crítica,
por lesión del principio lógico de razón suficiente, que resulta
de las conclusiones probatorias del A Quo y que le condujeron a
establecer que el imputado L. B. A. R. solicitó y ordenó el
traslado
de
reos
que
ostentaban
la
condición
de
presos
preventivos, a sabiendas de esa calidad; que no había una razón
que justificara racionalmente ese traslado, y que sabía que en el
caso concreto del Centro Penal de El Porvenir, no habían
condiciones de seguridad suficientes para albergar a los 30
pandilleros traslados. El recurrente reprocha la valoración que el
Tribunal de Instancia hizo de los medios de prueba siguientes: 1)
Declaración testifical del señor P.
G. F., interno de la
Penitenciaria Nacional “Marco Aurelio Soto”; 2) Declaración del
testigo J. R. M. V., también interno de la Penitenciaria Nacional
120
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
“Marco Aurelio Soto”; 3) Declaración del Policía Penitenciario
JUSTO PASTOR A. R., asignado a la Penitenciaria Nacional “Marco
Aurelio Soto”; 4) Declaración del otrora Director de la
Penitenciaria Nacional “Marco Aurelio Soto”, R. N. G. T.; 5)
Testigo M.
E.
V., funcionario de la Dirección General de
Servicios Especiales Preventivos;
6) El testigo R.
E. V. E.,
reo pandillero que fue trasladado desde la Penitenciaria Nacional
Marco Aurelio Soto, a la Granja Penal de El Porvenir; 7) Testigo
J. J. C. M., reo pandillero, trasladado desde la Penitenciaria
Nacional Marco Aurelio Soto hasta la granja Penal de El Porvenir;
8) Oficio SSDGSEP-049-2003, emitido por el señor L. B. A. R. y
dirigido al Señor O. A. A. P., en su calidad de Ministro de la
Secretaria de Seguridad (Folio 774, tomo IV del Expediente); 9)
Informe especial del Escuadrón Anti Bombas, de fecha 15 de Febrero
de 2003 (Folio 795 y 796, tomo IV del Expediente), el cual fue
ratificado en juicio por el Señor D. A. O.; 10) Oficio SS-DGSEP054-2003; 11) testimonio de la entonces Directora del CEFAS,
señora P. D. S. O.; y,12) Versión del propio imputado (Pág. 374
del Acta de Debate). Manifiesta que el imputado actuó en
cumplimiento de las atribuciones y deberes que la ley le exigía,
como ser, la prevista en el artículo 10 No. 3) de la Ley Orgánica
de la Policía Nacional, es decir de “Proteger la vida, honra,
bienes creencias, derecho y libertades de las personas y la
seguridad de las instituciones públicas y privadas”; y el Art. 52
de la misma ley: “La Dirección General de Servicios Especiales
preventivos
es
la
responsable
de
atender
la
seguridad,
administración y custodia de los establecimientos penales…”.
Reprocha que el A Quo no ha apreciado y concluido que el acusado
Director General cumplió con su deber de proteger la vida de los
internos y la seguridad de la Penitenciaría Nacional y tomó la
decisión de traslado que sus propios subalternos le aconsejaban.
Censura que el A Quo no haya apreciado una situación de peligro
que justificó la decisión solicitada y ejecutada por el imputado y
aprobada por el Ministro de Seguridad. Asume que del contexto
referido por la probanza el acusado L. B. A. R. “procedió de
conformidad con la Ley”, tal como se lo ordenó el entonces
Secretario de Estado en los Despachos de Seguridad, Licenciado O.
A.
A.. Afirma que el A Quo en su valoración probatoria concede
mayor importancia al momento del descubrimiento del material
explosivo que al hallazgo mismo que confirma la extrema
inseguridad que se estaba produciendo, y que según el recurrente
hubiese
generado
una
tragedia
de
no
haberse
tomado
la
determinación de traslado que adoptó el encausado. Todo cual fue
probado con el informe del Escuadrón Antibombas, los oficios
librados por el imputado a la Fiscal Especial de Derechos Humanos
y a la Presidenta de la Corte Suprema de Justicia, y con las
declaraciones de los testigos, mismas que
confirman que los
pandilleros tenían ese material explosivo, y que seguramente lo
hubiesen utilizado al verse amenazados por los reos “paisas”.
Reprocha que el A Quo no ha llevado a cabo una “relación conjunta
y armónica” de la prueba ofrecida, porque de haberlo hecho, habría
podido determinar la situación de peligro que se afrontaba y que
justificó el traslado. Señala que en relación al escenario que
imperaba en el Centro Femenino de Adaptación Social (CEFAS),
también
la
sentencia
deja
de
valorar
correctamente
las
declaraciones de las testigos P. D. Z. O. y L. M. R., las que
evidencian que en ese Centro Penal las pandilleras de la Mara 18
estaban insubordinadas, comportamiento que se estaba saliendo del
control de la autoridad penitenciaria, puesto en conocimiento del
procesado A. R., por parte de la Directora del Centro, lo que
121
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
propició que en su solicitud al Ministro de Seguridad, se
incluyera el traslado de seis (6) privadas de libertad, a través
del oficio SSDGSEP-049-2003. Considera que la actitud violenta que
las seis (6) privadas de libertad ejercían junto con sus
compañeras de pandilla, ameritaba esa decisión, pues de lo
contrario supone el recurrente, se hubiesen generado actos de
mayor violencia con resultados lamentables e irreparables, y
reprocha que esta conclusión, no fuera DERIVADA por la sentencia.
Con respecto a la preparación de los listados de personas
afectadas por el traslado, el recurrente alega que resultó
debidamente acreditado que los mismos no fueron confeccionados por
el señor L. B. A. R., y que en consecuencia no puede imputarse a
él la situación de indeterminación respecto a la condición de los
reos que se trasladaban, es decir, si se trataba de reos
preventivos o de reos condenados. En las declaraciones de los
testigos R. N. G. T., Director de la Penitenciaría Nacional para
el 5 de febrero de 2003, y P. D. Z. O., Directora del CEFAS,
manifiestan que las listas de trasladados las elaboraron ellos. De
lo anterior, se deriva que la no determinación de la condición que
ostentaban los internos, entre procesados y condenados, no podía
ser atribuida al imputado A. R., habiendo prevalecido el principio
de confianza. Esgrime que no fue probado con certeza, que de las
personas trasladadas a diferentes centros penales del país, se
haya trasladado a personas sobre las cuales se había impuesto la
medida cautelar de prisión preventiva, por lo que asume que el A
Quo incurrió en violación de las reglas de la sana crítica al
concluir que el imputado A. R. faltó a un deber de verificación en
torno a la condición jurídica de los trasladados, al no haberse
comprobado con certeza que dentro de los 204 individuos hubieran
personas procesadas con prisión preventiva como también en la no
constatación de inseguridad del Centro Penal de El Porvenir al
momento de realizarse el traslado. Concluye que es reprochable
desde un punto de vista lógico, que el A Quo haya concluido que el
imputado solicitó y dirigió el traslado de reos sin haber una
causa o razón suficiente, sin haber determinado antes la condición
jurídica que tenían los trasladados, y a sabiendas que en el
Centro Penal de El Porvenir, no existían las condiciones de
seguridad
suficientes
para
albergar
a
los
30
pandilleros
movilizados y manifiesta que de una
correcta valoración de la
prueba se hubiese concluido que L. B. A. R. actuó según las
circunstancias de inseguridad en las que se encontraban los
pandilleros ubicados en el sector de la Penitenciaría Nacional
Marco Aurelio Soto, conocido como Casa Blanca; que no era el
encargado de determinar la condición jurídica de las personas
trasladadas; y que no se probó que para el 5 de febrero de 2003 el
centro penal de El Porvenir no tuviera las condiciones de
seguridad requeridas para recibir a los reos trasladados. Refiere
que
se
ha
vulnerado
el
Estado
de
Inocencia
que
ampara
constitucionalmente a L. B. A. R., y que en la ley procesal se
manifiesta en el artículo 339 del Código Procesal Penal, al
disponer que no habiendo pruebas suficientes para condenar, debe
absolverse, así como al existir duda razonable. El Censor alega
que según la regla lógica de la DERIVACION, informada por el
Principio de Razón Suficiente, el razonamiento debe estar
constituido por inferencias razonables deducidas de las pruebas y
de la sucesión de conclusiones que en virtud de ellas se vayan
determinando, de tal manera que en el presente caso no es posible
que la conclusión a la que arriba el Tribunal A Quo se base en una
inexistente actividad probatoria de cargo para emitir el fallo
condenatorio. Esta Sala de lo Penal, no se pronuncia sobre el
122
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
presente motivo al haber prosperado el que por infracción de ley
formulara la Defensa del acusado L. B. A. R.. XXI.- El Recurrente
Abogado E. J. L. Z., actuando en su condición de apoderado codefensor de los señores P. P. C. y D. A. A. V., desarrolló su
Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de
Forma de la siguiente manera: ―EXPOSICION DE LOS MOTIVOS DE
CASACIÓN PRIMER MOTIVO: Haber infringido el juzgador un precepto
penal sustantivo u otro precepto del mismo carácter que deba ser
observado en la aplicación de la ley penal, en relación a los
hechos
probados
establecidos
en
la
sentencia.
PRECEPTO
AUTORIZANTE:
El
presente
motivo
de
casación
se
encuentra
comprendido en el Art. 360 del CPP. EXPLICACIÓN DEL MOTIVO. Los
preceptos penales sustantivos que se invocan como infringidos por
aplicación indebida, son los Arts. 117. 3 del Código Penal (En
adelante CP), en relación al Art. 13, párrafo primero, del mismo
Código.- Dichas normas disponen: Art. 117.3 CP: ―Es reo de
asesinato, quien de muerte a una persona ejecutándola con la
concurrencia de cualquiera de las circunstancias siguientes:… 3)
Por medio de inundación, incendio, envenenamiento, explosión,
descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de buque u otro
artificio que pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya
dolo e intencionalidad‖ (El subrayado y marcado me pertenece).
Art. 13, párrafo primero del CP: ―El delito puede ser realizado
por acción o por omisión…‖(El subrayado y marcado me pertenece).
EXPLICACIÓN DEL VICIO. A) Contenido de los hechos probados. La
estructura de hechos probados establecidos en la sentencia que hoy
se recurre, y que tiene relación especial y directa con los
imputados D. A. B. V. y P. P. C., en relación a la comisión del
delito de ASESINATO MEDIANTE INCENDIO POR ACCION, en perjuicio de
23 personas está referida en el numeral VIGESIMO CUARTO de la
sentencia que hoy se recurre, el cual dispone lo siguiente:
VIGÉSIMO CUARTO, Pasadas las 0:25 a.m. en venganza, el reo rondín
P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis
(6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejército
habían disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la
puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S.,
(alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.); seguidamente, el
reo rondín P. E. R. F., consigue un lÍquido acelerante, regresando
a la celda seis (6) y junto con los reos rondines L. A. C. V.,
(alias Chica Sexy), S. E. A. P., (alias el Chaparro) y el reo S.
G. B., prenden en fuego, con el acelerante, varias colchonetas las
que tiran hacia el interior de la celda seis (6) , mientras que
las personas que se encontraban adentro trataban de sofocarlo,
agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando
clemencia, sin lograr controlar el fuego.- De todo ello lograron
tener conocimiento los Policías Penitenciarios D. A. A., P. P. C.
y el miembro del Ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción
alguna para evitarlo. B) La manera en que se aplicó indebidamente
el Art. 117.3, en relación al Art.13 del CP. El presente motivo de
casación, como en efecto lo cita el Art. 360 del Código Procesal
Penal (en adelante CPP), parte de un elemento indispensable: los
hechos probados de la sentencia.- Son esos hechos probados la base
para la aplicación del derecho, puesto que como su nombre lo
indica, son esos los acontecimientos que estructura el juzgador
partiendo del análisis de pruebas, y es a esas circunstancias
probadas a las que hay que asignarles una norma jurídica para
determinar la consecuencia de la sentencia: la absolución o
condena del imputado.- Por ello, para estimar si la norma
sustantiva ha sido correctamente aplicada, debe necesariamente
hacerse una obligatoria referencia a los hechos probados de la
123
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
sentencia, para así estimar si éstos mantienen correspondencia con
el fallo que se emita, producto de la relación que deben tener con
la norma jurídica que la resolución les asigna. TraslA.do esa
significación del vicio de casación anunciado al presente caso, a
los imputados D. A. B. V. y P. P. C. se le ha condenado, como lo
dice la fundamentación jurídica de sentencia (pág. 428) por ―la
acción de la comisión de delito de asesinato mediante incendio
como autores directos por acción‖ en perjuicio de 23 personas. Si
a los imputados se les ha considerado responsables de la
infracción del delito de asesinato mediante la realización de una
acción, como autores directos de la misma, confrontando esta
calidad asignada frente a la modalidad de asesinato estimado en la
sentencia (mediante incendio), significa que a D. A. B. V. y P. P.
C., se les atribuye la realización directa y material de actos que
conlleven el ejecutar la muerte de 23 personas por la provocación
de incendio.- Al revisar el hecho probado de la sentencia, que es
la premisa sobre la cual debe descansar la correcta aplicación de
la ley sustantiva, vemos que el acto atribuido, de manera
concreta, directa y personal a mis representados en dicho hecho
probado consiste en: que habiendo varios reos rondines encerrado
en el interior de la celda 6 a varios reos pandilleros,
procedieron a prenderle fuego a la misma, sin que las personas que
se encontraban en su interior lo pudieran controlar, por lo cual
gritaban pidiendo auxilio,
―De todo ello lograron tener
conocimiento los Policías Penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el
miembro del Ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna
para evitarlo‖. (El subrayado me pertenece). Habiéndose pues
concretizado en este apartado fáctico de la sentencia cuál es la
conducta que se les atribuye a los imputados D. A. B. V. y P. P.
C., y que consiste en haber tenido conocimiento del incendio
provocado por los reos rondines y de la aclamación de auxilio de
las personas que se encontraban en la celda 6, SIN HABER REALIZADO
ACCION ALGUNA PARA EVITARLO, es notoria la aplicación indebida del
Art. 117.3, en relación al primer párrafo del Art. 13 de la misma
ley (relativo a la modalidad delictiva de comisión por acción),
puesto que si a ellos se les ha considerado como autores directos,
es decir, atribuyéndoseles actos materiales en un delito de acción
(que así lo requiere), resultando del encuadre fáctico que ellos
no han realizado acto material alguno, es decir la ejecución de
una actividad positiva para proceder a la ejecución de las
víctimas mediante incendio, ya que la conducta asignada consiste
en no haber realizado acción alguna, resulta inapropiada la
calificación de esa falta de actuación en un delito que requiere
una acción para la producción de un resultado, mediante incendio,
y por lo tanto impropio el establecimiento de responsabilidad
penal por dicha infracción en perjuicio de 23 personas.- Es
notorio, de la simple lectura de los hechos probados, que D. A. B.
V. y P. P. C., no han realizado los actos materiales demandados
por la norma, y que en el caso concreto del hecho probado VIGESIMO
CUARTO, claramente se les asigna a los señores P. E. R. F. (alias
Chinapopo), A. A. S., (alias Comayagua), J. A. S. P., (alias J.
S.), L. A. C. V., (alias Chica Sexy), S. E. A. P., (alias el
Chaparro) y el reo S. G. B., pero jamás a mis representados. Es
importante decir, que por esa omisión relatada en el hecho
probado, D. A. B. V. y P. P. C., han sido condenados en esta
sentencia recurrida por el delito de VIOLACION DE LOS DEBERES DE
LOS FUNCIONARIOS (Art. 349.3 del CP), por lo cual la respuesta
punitiva a esa falta de realización de la conducta exigida, ya ha
recibido su respuesta punitiva por la presente resolución en
análisis, de tal suerte que pretender imponer a los encausados la
124
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
pena del delito de ASESINATO POR INCENDIO POR AUTORIA DIRECTA POR
ACCION, no correspondiendo el hecho probado con esa forma de
intervención del delito, resultaría lesivo al Principio de
Culpabilidad al tratar de hacer responsables a D. A. B. V. y P. P.
C. por la ejecución material de un hecho en el cual ellos no
tomaron parte (según el propio hecho probado), y a la vez lesivo
al Principio de Prohibición de Doble Juzgamiento o Ne bis in idem,
regulado constitucionalmente en el Art. 95 de nuestra Carta Magna.
Por lo anteriormente señalado, y en observancia del Art. 369 del
Código
Procesal
Penal,
además
del
Estado
de
Inocente
constitucionalmente reconocido, y de la aplicación del Principio
de Culpabilidad, procede casarse la sentencia en cuanto a este
apartado de la resolución cuestionada, y en consecuencia deberá
absolver de responsabilidad a los señores D. A. B. V. y P. P. C.,
en vista que el hecho probado no se corresponde por el delito de
Asesinato por Incendio atribuido a dichos imputados, en relación a
la muerte de 23 personas, y sobre la conducta referida en el
mismo.- Absolución que también
corresponde ser observada, en
vista que sobre esa omisión relatada en dicho hecho probado D. A.
B. V. y P. P. C., han sido condenados por el delito de VIOLACION
DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS (Art. 349.3 del Código Penal),
tal como lo explica la sentencia recurrida en las páginas 420 y
421. XXI.- RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO
POR LA DEFENSA DE LOS ACUSADOS D. A. B. V. Y P. P. C., FUNDADO EN
LA APLICACIÓN INDEBIDA, DE LOS ARTS. 117 No. 3) DEL CÓDIGO PENAL
EN RELACIÓN AL ARTÍCULO 13, PÁRRAFO PRIMERO, DEL MISMO TEXTO
PUNITIVO. EL CENSOR ARGUYE FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS
DECLARADOS PROBADOS NO SE SUBSUME QUE LOS IMPUTADOS EN MENCION
HAYAN PARTICIPADO EN LA COMISIÓN DE VARIOS DELITOS DE ASESINATO
CONSUMADO MEDIANTE INCENDIO. Argumenta el recurrente que los
preceptos penales sustantivos que considera infringidos por
aplicación indebida, son los Artículos 117. 3 del Código Penal:
“Es reo de asesinato, quien de muerte a una persona ejecutándola
con
la
concurrencia
de
cualquiera
de
las
circunstancias
siguientes:… 3) Por medio de inundación, incendio, envenenamiento,
explosión, descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de
buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos,
siempre que haya dolo e intencionalidad” en relación con el Art.
13, párrafo primero del Código Penal: “El delito puede ser
realizado por acción o por omisión…”. Esgrime que en el hecho
probado vigésimo cuarto de la sentencia se expresa varios reos
rondines encerraron en el interior de la celda número seis, a
varios reos pandilleros, tras lo cual procedieron a prenderle
fuego a la misma, sin que las personas que se encontraban en su
interior lo pudieran controlar, dando lugar a que gritaran
pidiendo auxilio, añadiéndose el dato de que “De todo ello
lograron tener conocimiento los Policías Penitenciarios D. A. A.,
P. P. C. y el miembro del Ejército R. A. S.I., sin que realizaran
acción alguna para evitarlo”. Afirma el recurrente que de la
simple lectura de los hechos probados, se deriva que los acusados
D. A. B. V. y P. P. C., no han realizado los actos materiales
demandados por la norma. El hecho probado VIGESIMO CUARTO, les
asigna el acto a los señores P. E. R. F. (alias Chinapopo), A. A.
S., (alias Comayagua), J. A. S. P., (alias J. S.), L. A. C. V.,
(alias Chica Sexy), S. E. A. P., (alias el Chaparro) y el reo S.
G. B., pero no a los acusados. Aclara que por la omisión relatada
en el hecho probado, los acusados D. A. B. V. y P. P. C., han sido
condenados en la sentencia recurrida, por el delito de VIOLACION
DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS (Art. 349.3 del CP), de tal
manera que la falta de realización de la conducta exigida ya ha
125
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
recibido respuesta punitivarias Señala que la pena impuesta a los
acusados por el delito de ASESINATO POR INCENDIO POR AUTORIA
DIRECTA POR ACCION, es lesiva al Principio de Culpabilidad al
tratar de hacer responsables a los acusados por la ejecución
material de un hecho en el cual ellos no tomaron parte, y a la vez
es lesivo al Principio de Prohibición de Doble Juzgamiento,
regulado en el artículo 95 de la Constitución de la República.
Considera
que
por
anteriormente
expuesto
debe
casarse
la
sentencia, y como consecuencia de ello absolver a los señores D.
A. B. V. y P. P. C., por el delito de Asesinato mediante Incendio
en perjuicio de veintitrés personas, y que por lo demás en cuanto
al comportamiento omisivo que se les atribuye a dichos encausados,
estos
ya han sido condenados por el delito de VIOLACION DE LOS
DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS. Esta Sala de lo Penal, no se
pronuncia en el presente motivo sobre los argumentos expuestos por
la Defensa a favor del procesado D. A. B. V., ya que de los
antecedentes se desprende que éste perdió la vida a consecuencia
de recibir varios disparos de arma de fuego, lo que da lugar a la
extinción de la responsabilidad penal y por ende al sobreseimiento
definitivo de la causa, al tenor de lo prescrito en los artículos
96 No. 1) del Código Penal; 42 No. 1) y 43 del Código Procesal
Penal.- En consecuencia procede resolver el motivo por infracción
de ley formulado por el Apoderado Defensor del acusado P. P. C..
Argumenta el censor de la sentencia impugnada, que en la
descripción de los hechos probados de los acusados concretamente
en el numeral VIGESIMO CUARTO de la sentencia (página 79), en
relación al delito de Asesinato por Incendio por acción de
veintitrés reos pandilleros, no describe a los acusados D. A. B.
V. y P. P. C., como las personas que toman parte directa, material
e inmediata en los hechos reprochables sometidos a juzgamiento.
Esta Sala de lo Penal considera importante recordar, que a través
del recurso de casación por infracción de ley, sólo puede
intentarse una revaloración jurídica del material fáctico descrito
en la sentencia, contenido en la formulación de hechos probados
realizada por el Tribunal de Instancia. A diferencia del
tradicional recurso de apelación, propio del anterior sistema, que
provoca un nuevo examen del caso por parte del Tribunal revisor,
tanto bajo el aspecto fáctico como jurídico, el de casación por
infracción de ley únicamente admite la posibilidad de que el
Tribunal de Casación realice un nuevo examen del objeto procesal
bajo el segundo aspecto, o sea una revisión jurídica de los hechos
declarados probados. El recurso de casación por infracción de ley
tiene por finalidad la revisión por
parte de esta Sala de la
interpretación que de la ley hagan los Tribunales de Sentencia
definiendo o valorando jurídicamente los hechos establecidos en la
sentencia y poniéndolos en relación con la norma de derecho que
rige el caso dentro del campo de la consideración puramente
jurídica. En este sentido, el recurso de casación por infracción
de ley debe estructurarse o partir su alegación, de los hechos
probados que contenga la resolución cuestionada, puesto que el
vicio en esencia consiste en que la decisión adoptada por el
juzgador en la parte resolutiva de la sentencia, es incompatible,
irreconciliable o ajena a la verdad enunciada por la narración
fáctica (hechos probados), de tal suerte que resultan inobservadas
las normas que sí corresponde aplicar, se invocan normas que no
deben aplicarse, o se invocan las normas que deben aplicarse al
caso concreto pero el Juzgador hace una incorrecta interpretación
de las mismas. Una lectura detenida de la fundamentación fáctica
de la sentencia revela que en el hecho probado vigésimo cuarto se
establece lo siguiente: “…Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el
126
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la
celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del
ejercito han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a
la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S.,
(alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.); Seguidamente el
reo rondín P. E. R. F., consigue un líquido acelerante, regresando
a la celda seis (6) por la parte de atrás, siguiendo el pasillo de
la Comandancia de Guardia, y junto con los reos rondines L. A. C.
V., (alias Chica Sexy), S. E. A. P., (alias el Chaparro) y el reo
S. G. B., prenden fuego, con el acelerante, varias colchonetas las
que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas
traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha
celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas
que se encontraban adentro trataban de sofocarlo, agarrando agua
del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin
lograr
controlar
el
fuego;
De
todo
ello
lograron
tener
conocimiento los Policías Penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el
miembro del Ejercito R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna
para evitarlo. En el hecho probado antes trascrito se establece
que varios reos rondines procedieron a obstaculizar con cajones,
palos y mesas la entrada a la celda No. 6) donde se encontraban
refugiados varios reos pandilleros, tras lo cual prendieron fuego
a varias colchonetas que
L.ron al interior de la referida celda
utilizando al mismo tiempo un líquido acelerante con el que de
igual manera prendieron fuego al techo de aquella, tornándose
incontrolable el incendio provocado, dándose la circunstancia de
que las personas que sufrían la acción del fuego pedían auxilio
rogando clemencia. Seguidamente se tiene por acreditado por el
Tribunal A Quo, que varios procesados que ostentaban la condición
de miembros de los cuerpos de seguridad del Estado, entre los que
se encontraba el encausado P. P. C. tenían conocimiento de las
acciones anteriormente descritas y que trajeron como resultado la
muerte de varias personas por carbonización (vid. Hecho Probado
Cuadragésimo Tercero), sin que realizaran acción alguna para
impedirlo. La muerte de una persona a consecuencia de la acción
realizada por otra, valiéndose de medios especialmente peligrosos
o revelando una especial perversidad, ha sido tradicionalmente
castigada con mayor severidad que el homicidio simple. En este
sentido, el asesinato se describe como la muerte de otra persona
ejecutada con alguna de las circunstancias mencionadas en el
artículo 117 del Código Penal. De este modo, la concurrencia de
algunas de las circunstancias del artículo 117
establece la
diferencia entre el homicidio y el asesinato. No obstante, cabe
señalar, que ambos delitos comparten características comunes, así,
aparte de la igualdad en el bien jurídico protegido, que es la
vida humana como valor ideal, coinciden los sujetos, activo y
pasivo, que pueden serlo cualquier persona, sin más limitaciones
que las que provienen del concurso de leyes,43 el objeto material
sobre el que recae directamente la acción y los problemas de la
relación de la causalidad, en virtud de la cual se debe establecer
la conexión entre el comportamiento del sujeto activo y el
resultado que consiste en la muerte efectiva de otra persona. En
el caso concreto que ahora nos ocupa, se ha declarado la
responsabilidad penal del encausado P. P. C. por su contribución a
la consumación de varios delitos de asesinato mediante incendio,
43
Así sí el sujeto pasivo es alguno de los Presidentes de los Poderes del
Estado, el delito aplicable es el previsto en el artículo 322, si se
trata del Jefe de Estado extranjero o Jefe de Gobierno extranjero, el
artículo 318, etc…
127
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
modalidad
prevista
en
el
numeral
3)
del
precepto
legal
supracitado. La razón de la especial agravación de la muerte de un
ser humano cometido mediante incendio, no es solamente la mayor
perfidia del medio empleado que revela un delincuente sumamente
peligroso, sino también el peligro general que tal medio y otros
como la inundación, explosión, descarrilamiento, etc… encierran
para la colectividad44. Habiendo determinado de manera sucinta
cuales son los elementos objetivos y subjetivos de la modalidad
del delito de asesinato antes apuntada, esta Sala considera
pertinente referirse ahora a la figura de la comisión por omisión,
El tipo de comisión por omisión muestra en su parte objetiva la
misma estructura que el de la omisión pura: a) situación típica;
b) ausencia de la acción determinada; c) capacidad de realizarla45,
pero completada con la presencia de tres elementos particulares
necesarios para la imputación objetiva del hecho: la Posición de
garante, la producción de un resultado y la posibilidad de
evitarlo. Recapitulando podemos decir que a)la posición de garante
integra necesariamente la situación típica de los delitos de
comisión por omisión no expresamente tipificados; b)debe seguir en
ellos la producción de un resultado; y, c) la capacidad de acción
debe comprender la capacidad de evitar el resultado. Si el primer
elemento de toda omisión es que tenga lugar la situación típica
base del deber de actuar, en la comisión por omisión no
expresamente tipificada ha de integrar dicha situación la llamada
posición de garante por parte del autor. Se da cuando corresponde
al sujeto una específica función de protección del bien jurídico
afectado o una función personal de control de una fuente de
peligro, en ciertas condiciones. Ambas situaciones convierten
entonces al autor en garante de la indemnidad del bien jurídico
correspondiente. Así por ejemplo, en determinadas circunstancias
asumen la posición de garantes para salvaguardar la indemnidad de
bienes jurídicos ajenos, el padre en relación con el niño, el hijo
en relación con el padre anciano, la esposa en relación con el
esposo o viceversa, el profesor de natación en relación con su
alumno, la enfermera obligada a cuidar al paciente, el salvavidas
en relación a la persona que se ahoga, la niñera encargada de
cuidar la criatura en brazos, el controlador aéreo, el cuidador de
una planta de energía atómica o de sustancias radiactivas, el
conductor encargado de transportar sustancias químicas, el jefe de
seguridad de la fábrica encargado de mantener las máquinas en
perfecto estado de funcionamiento para evitar accidentes de
trabajo, el dueño del animal fiero,
La posición de garante es
precisa para que la no evitación de un resultado lesivo pueda
equipararse a su propia causación positiva y castigarse con
44
Vid. CUELLO CALON, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo II,
Revisada por CAMARGO HERNANDEZ, CESAR, Bosch, Casa Editorial, S.A.,
Barcelona, 1982, pág. 507.
45
Así por ejemplo, constituye un tipo de omisión pura, el previsto en el
artículo 388 No. 4) del Código Penal que se describe de la siguiente
manera: ―….quien sin concierto previo con los autores o cómplices de un
delito, pero con motivos suficientes para suponer la comisión de éste:…4)
Deja de comunicar a la autoridad las noticias que tuviere acerca de la
comisión de un delito cuando está obligado a hacerlo por su profesión o
empleo….En este supuesto la situación típica es la de quien se encuentra
en la circunstancia de tener motivos suficientes para suponer la comisión
de un delito con la obligación de denunciarlo. La ausencia de la acción
esperada, radica en dejar de comunicar a la autoridad las noticias que
tuviere acerca de la comisión de un delito, a lo que se añade la como un
elemento del tipo objetivo, la capacidad de efectuar tal notificación, es
decir, la posibilidad de realizar la acción esperada.
128
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
arreglo al precepto que sanciona su producción. De este modo, en
la doctrina se exponen como ejemplos clásicos de delitos cometidos
en comisión por omisión, en que la posición de garante determina
que la no evitación del resultado lesivo se equipara al de su
causación, lo siguientes: la madre que no le suministra alimento
al recién nacido y lo deja morir por inanición, la mujer que deja
perecer al recién nacido al omitir atarle el cordón umbilical, el
cónyuge que no le brinda asistencia médica a su compañero, víctima
de una repentina enfermedad o accidente, y deja que muera, el
socorrista que no le presta atención al bañista cuya protección se
le ha encomendado, al profesor de natación que deja ahogar al
alumno que le ha prometido adiestrarlo en dicho deporte, el guía,
que ante la situación de peligro del excursionista que ha confiado
su cuidado, no hace nada para evitarlo, el encargado de cuidar al
ciego, al que no le impide avanzar hacia el precipicio, el que
deja morir de hambre al secuestrado, el guardián de prisiones que
no asiste al detenido en peligro de muerte después de intervenir
en una riña, etc..46 Lo decisivo en la comisión por omisión no es
la existencia efectiva de una relación causal entre la omisión y
el resultado, sino solo la virtual causal de la acción que hubiera
debido realizarse para evitarlo (“causalidad hipotética”) Para
comprobar la existencia de la causalidad hipotética o llamada
también por algunos “nexo de evitación”, el Juzgador debe acudir a
una fórmula en virtud de la que a partir de la teoría de la
equivalencia de las condiciones, se afirma que la omisión es causa
del resultado, si puesta mentalmente en su lugar la acción
esperada, que no es realizada por el omitente, el resultado
desaparece al menos con una probabilidad rayana en la certeza;
Como lo exponíamos líneas arriba, el sujeto activo debe tener la
capacidad efectiva (real, física) de realizar la conducta ordenada
(el mandato) en el caso concreto y partir de consideraciones
objetivas, pues de lo contrario, sí al agente le falta capacidad
corporal o física de acción, su comportamiento, llevado a cabo de
manera distinta, será atípico; como dice la máxima jurídica: “a lo
imposible nadie está obligado”. Así por ejemplo: el bañista que en
este momento se ahoga en las playas, así se pueda presenciar el
hecho por medio de la televisión, no puede ser salvado por uno de
los televidentes, pues ninguno de ellos tiene la posibilidad de
realizar la acción ordenada, no así el socorrista contratado para
cuidar a los veraneantes. Desde luego, la incapacidad física puede
ser equiparada a aquella que resulta de una inhabilidad técnica,
de una falta de conocimientos o de medios de auxilio47. Para la
comisión por omisión vale igual el dolo, que para los delitos de
omisión pura. La única particularidad es que, como es lógico, el
dolo deberá abarcar no solo la ausencia de la acción debida, sino
también la posibilidad y la necesidad de la evitación del
resultado mediante aquella acción. Además habrá de extenderse a la
situación que determina la presencia de la posición de garante48.
Abundando en la configuración del dolo, podemos decir que este
tiene un componente cognoscitivo, en tanto que se requiere en
primer lugar, que el agente tenga conocimiento de la posición de
garante, es decir, debe saber que en el caso concreto ostenta la
46
Vid. VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte General, 4ª edición,
COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, pág 668.
47
Vid. VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte General, 4ª edición,
COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, pág 672.
48
Vid. MIR PUIG, SANTIAGO,
2002, pág. 324.
Derecho Penal, Parte General, 6ª edición,
129
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
posición de padre, hijo, médico, jefe de seguridad industrial,
etc… En segundo lugar, el sujeto debe tener conocimiento de la
situación típica y del curso causal (de la causalidad hipotética),
además
en
tercer
lugar,
se
requiere
la
posibilidad
de
representación de la conducta debida y la vía para evitarlo. Sobre
el componente volitivo, es indispensable que el agente quiera
(aunque sea eventualmente) la realización del tipo en su aspecto
objetivo correspondiente, que tenga voluntad de realización de la
conducta omisiva según la nota de la finalidad49. Aplicando los
criterios anteriormente expuestos al caso concreto que ahora nos
ocupa, esta Sala aprecia lo siguiente: A) Que de conformidad a lo
descrito por el Tribunal de Sentencia en la fundamentación fáctica
del fallo recurrido, a eso de las 9:25 de la mañana del día 5 de
abril de 2003, uno de los reos rondines procesados cerró con
candado la celda número seis, procediendo junto con otros
encausados a colocar obstáculos en la puerta de acceso,
introduciendo colchones por las ventanas del recinto, así como
también a rociar de líquido acelerante la madera del techo
provocando fuego en el interior de la celda. Con tales acciones se
origina una situación típica, es decir una amenaza o peligro para
el bien jurídico “vida” de los reclusos pandilleros y otras
personas que se encontraban dentro, originándose un foco de
peligro o riesgo de que muriesen por la acción del fuego
provocado, y con ello la expectativa de que se consumase el tipo
penal de asesinato descrito en el artículo 117 No. 3) del Código
Penal (vid. Hecho probado vigésimo cuarto) b) Es un hecho no
controvertido, que el acusado P. P. C. en su condición de Policía
Penitenciario y miembro por ende de la Policía Nacional tenía el
deber colaborar en el restablecimiento del orden que se había
quebrantado en las instalaciones de la Granja Penal del Porvenir.
El artículo 293 de la Constitución de la República prevé que la
Policía Nacional es una institución profesional del Estado,
encargada de velar por la conservación del orden público, la
prevención, control y combate del delito, así como también de
proteger la seguridad de las personas y sus bienes. El artículo 10
No. 2) de la entonces vigente Ley Orgánica de la Policía Nacional
(Decreto No. 155-98) establecía entre otras atribuciones, que para
el logro de sus objetivos y cumplimiento de sus responsabilidades,
le correspondía a ese cuerpo de seguridad proteger la vida,
bienes, derechos y libertades
de las personas. En sintonía con
los preceptos antes mencionados, el artículo 22 No. 3) establece
que en el cumplimiento de sus funciones los miembros de la Policía
deberán cuidar y proteger la salud física y mental de las personas
detenidas o sometidas a resguardo. Del precepto constitucional y
legales antes citados, se desprende sin duda alguna, que los
Policías Penitenciarios, al reunir la condición de miembros de la
Policía Nacional, asumen la posición de garantes de la vida e
integridad física de las personas que se encuentren recluidas en
un centro penitenciario del Estado en aquellos casos en que dichos
bienes jurídicos se vean amenazados o puestos en peligro por otros
reclusos o cualquier clase de individuos. De este modo podemos
afirmar, que el imputado P. P. C. tenía el deber de colaborar en
el restablecimiento del orden alterado en el interior de ese
centro penitenciario desde una posición de garante, es decir que
tenía la obligación de hacer cuanto estuviera a su alcance para
evitar ataques a la integridad física o la vida de cuantas
personas
se
encontraran
en
situación
de
peligro,
49
Vid. VELASQUEZ, FERNANDO, VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte
General, 4ª edición, COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, págs. 674-675.
130
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
independientemente de que se tratara de pandilleros, rondines,
reos
comunes
denominados
“paisas”,
visitantes,
funcionarios
penitenciarios, policías, miembros del ejército nacional, etc…
C)Ausencia de la acción determinada: una lectura detenida de la
fundamentación fáctica de la sentencia impugnada, no revela que el
encausado P. P. C. haya realizado acción alguna dirigida a evitar
que los reos pandilleros y otras personas que se encontraban al
interior de la celda No. 6) de la Granja Penal del Porvenir
murieran por la acción del fuego desatado tras la provocación del
incendio provocado por otras personas, ni que existiera algún
obstáculo insuperable que incidiera en el ejercicio de su
capacidad corporal o física de acción para contribuir como agente
de la autoridad provisto de un arma de fuego para evitar las
acciones desplegadas por terceros y que en una relación causaefecto produjeron las muertes de varios seres humanos; de este
modo si colocamos mentalmente en su lugar la acción esperada, y no
realizada por el omitente P. P. C., el resultado se habría evitado
con una probabilidad rayana en la certeza. De ahí que su
comportamiento omisivo si es subsumible en el tipo de asesinato
mediante incendio, y por lo tanto reprochable desde el punto de
vista jurídico penal pese a que el Tribunal erróneamente
estableció en su parte dispositiva que la conducta delictiva
atribuida al reo P. P. C. lo era por su contribución mediante
acción, y no por omisión como resulta de los hechos probados. Al
tenor de los criterios establecidos por el Juzgador de Instancia
para la individualización de la pena (concurso ideal)50, mismos que
no pueden ser modificados de manera perjudicial para el reo en
esta sede51, podemos afirmar que lo anterior no tiene relevancia en
sede casacional, por lo que se fija la misma sanción prevista en
la sentencia recurrida, es decir, la de veinticinco años de
reclusión. No obstante y tomando en cuenta que el desvalor de su
conducta consistente en realizar un acto contrario a la ley y por
ende dejar de cumplir su función de garante de la vida de varias
personas que resultaron muertas por la acción del fuego ya
encuentra castigo con la pena impuesta por su participación en el
delito de ASESINATO CONSUMADO MEDIANTE INCENDIO52, debe absolverse
al procesado P. P. C. del delito de VIOLACION DE LOS DEBERES DE
LOS FUNCIONARIOS. Por todas las razones anteriormente expuestos se
declara parcialmente con lugar y dentro de los términos antes
señalados el presente motivo.- XXII.- SEGUNDO MOTIVO: No ser los
hechos probados de la sentencia claros y terminantes. PRECEPTO
AUTORIZANTE:
El
presente
motivo
de
casación
se
encuentra
comprendido en el Art. 362.1 del Código Procesal Penal (en
adelante ―CPP‖). EXPLICACIÓN DEL MOTIVO. El precepto penal
adjetivo que se invocan como infringidos por falta de aplicación,
prescribe: Art. 338, Sección Cuarta, numeral 1: ―Declaración de
hechos probados. En párrafos separado y numerados se hará
declaración expresa y terminante de los hechos que se consideran
probados, descritos con claridad, precisión y coherencia, sin
emplear conceptos que, por su exclusivo carácter jurídico,
predeterminen el fallo que haya que dictarse‖ (El subrayado y
50
Vid. Artículo 36 párrafo primero del Código Penal.
Vid. Artículo 350 del Código Procesal Penal, referente a la prohibición
de la reforma peyorativa (non reformatio in pejus) en materia recursiva.
52
Es de tomar en cuenta que el desvalor que supone el prevalimiento del
carácter público del culpable para la comisión del hecho constituye una
agravante (art. 27 No. 9) del Código Penal), misma que en el caso de
autos no puede considerarse, en tanto que el Tribunal de Instancia ha
impuesto la pena mínima, y por ende se impone la observancia de la
prohibición de reforma peyorativa en materia recursiva.
51
131
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
marcado me pertenece). El presente vicio de casación está referido
a al vicio en caso que los hechos probados no sean claros, lo que
se constituiría si dichos acontecimientos fueran redactados de
forma confusa, dubitativa e imprecisa, de tal forma que por su
insuficiencia o oscuridad, por no ser expresados en forma
conclusiva, inequívoca, categórica, sino dubitativa o insegura, no
conduzcan al lector a una conclusión precisa del hecho. De esa
forma, al hacer una revisión de los hechos probados, números
VIGESIMO PRIMERO y VIGESIMO SEGUNDO, refieren acontecimientos por
los cuales, a la larga, a los imputados D. A. B. V. y P. P. C., se
les ha condenado por la comisión de 37 delitos de Asesinato por
Alevosía, y 19 delitos de Tentativa de Asesinato por Alevosía,
respectivamente, veamos: VIGÉSIMO PRIMERO, se expresa que (10)
minutos después de que los reos pandilleros han dado muerte al
Señor J. A. A., y una vez que se avisa por teléfono lo que está
ocurriendo a la Policía Nacional Preventiva, el Sub Teniente R. A.
S.I., ingresa a los recintos del Centro Penal, le acompañan el
personal militar bajo su mando, todos con sus armas de reglamento
y luciendo uniforme verde fatiga, y los policías penitenciarios
Clase II D. A. A., quien portaba un arma de fuego, tipo pistola y
luciendo uniforme gris y negro de fatiga, el policía penitenciario
P. P. C., armado con un fusil Pietro bereta, calibre 5.56/.223,
serie A03483g, D. D. P. D., Serafín L. y O. J. Obando P., también
portando armas de fuego, disparan a los reos pandilleros que
encontraban a su paso, identificándolos por su vestimenta y por su
corte de pelo, quitándole la vida a varios de ellos. VIGÉSIMO
SEGUNDO, se señala, que los Policías Penitenciarios D. A. A. Y P.
P. C. y miembros del ejército transitan por el interior del
recinto, posesionándose después frente a la iglesia en donde
disparaban a los reos pandilleros que aún se encontraban por la
cancha. Con sólo leer los hechos anteriores, que justifican el
fallo de condena, vemos una sorprendente imprecisión en la
consignación de los acontecimientos imputados a D. A. B. V. y P.
P. C. y por los cuales se les condena a esas diversas
infracciones.- De forma común en ambos no se aprecia la forma,
lugar preciso, las víctimas a las que les disparan, lo cual hace
difícil entender, con sólo su lectura, de qué muertes o atentado
de muertes son responsables cada quién, como tampoco, sin haber
una claridad en la forma en que llevaron a cabo el ataque, no se
puede colegir cuál fue la manera alevosa en que actuaron.
Obsérvese que en relación al hecho VIGESIMO PRIMERO, se le
atribuye la muere de un número indeterminado de pandilleros no
sólo a los imputados D. A. B. V. y P. P. C., sino también a
miembros de Ejército y otros policías penitenciarios, y a todos
ellos se les atribuye en ese relato fáctico la realización de
ataques con arma de fuego en perjuicio de esa indeterminación de
víctimas.- Lo mismo ocurre en el hecho VIGESIMO SEGUNDO, en el que
también se reconoce la intervención de miembros del Ejército
Nacional (que ni siquiera se consignan sus nombres), y por lo cual
existe una total falta de precisión de porqué muertes específicas,
atentados específicos y manera de comisión del hecho específica,
responden y actúan mis representados. Una de las características
fundamentales de la motivación o fundamentación, según la
doctrina, y exigida en el Art. 338, arriba transcrito, consiste en
la claridad, según la cual, el pensar jurídico de la sentencia
debe estar definido, ello infundirá seguridad en las partes y
cualquiera que la lea.- y Este es el defecto del cual adolecen los
hechos probados relatados, ya que con ellos existe una importante
imprecisión en los aspectos fundamentales sobre los cuales,
posteriormente, debe asignárseles una norma penal para definir el
132
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
grado
de
responsabilidad
de
los
justiciables.Con
esa
consignación no terminante y no precisa, se muestra más bien un
defecto probatorio en la correcta determinación del hecho, es
decir, que la falta de precisión en los hechos atribuidos a D. A.
B. V. y P. P. C., muestra una incorrecta labor probatoria al no
precisarse o concretizarse qué acontecimientos realizó cada uno de
ellos, que los distingan entre sí y las demás personas mencionadas
en los mismos.- Por ello la presente irregularidad procesal debe
ser corregida a través del presente motivo de casación. En vista
que la infracción aludida ha ocurrido en el momento de dictarse
sentencia, es hasta este momento en que se alega. Por lo antes
dicho, se solicita al Tribunal de Casación, anular la sentencia, y
en vista que la irregularidad no es corregible con el reenvío del
caso para que el Tribunal de Sentencia haga la subsanación
correspondiente, ya que esa consignación imprecisa de los hechos
depende del ejercicio probatorio ya efectuado, no pudiendo, en
consecuencia dicho Tribunal realizar una nueva valoración de la
prueba para determinar concretamente el actuar de los imputados,
es que se torna necesario, además de la anulación comentada,
ordenar la celebración de nuevo debate, única forma en que se
podrá hacer efectivo el presente motivo de casación, ello de
conformidad al Art. 369 del CPP. XXII.- RECURSO DE CASACION POR
QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DE LOS
PROCESADOS D. A. B. V. Y P. P. C. BAJO EL ARGUMENTO DE QUE LOS
HECHOS PROBADOS DE LA SENTENCIA NO SON CLAROS Y TERMINANTES.
PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTICULO 362 No. 1) DEL CODIGO PROCESAL
PENAL.- Señala el recurrente que el vicio de casación denunciado
radica en que los hechos probados no son claros, son redactados de
forma confusa, dubitativa e imprecisa. Los hechos probados,
números VIGESIMO PRIMERO y VIGESIMO SEGUNDO, refieren los hechos
en relación a los imputados D. A. B. V. y P. P. C., a los que se
condena por la comisión de treinta y siete (37) delitos de
Asesinato por Alevosía y diecinueve (19) delitos de Tentativa de
Asesinato por Alevosía. Alude a que en relación a ambos acusados,
no se aprecia la forma, lugar preciso, las víctimas a las que les
disparan, lo que hace difícil entender, de qué muertes o atentado
de muertes son responsables cada uno de ellos. Refiere a que sin
haber claridad en la forma en que se llevó a cabo el ataque, no es
posible colegir la manera alevosa en que actuaron. En relación al
hecho VIGESIMO PRIMERO, expresa que se atribuye la muerte de un
número indeterminado de pandilleros no sólo a los imputados D. A.
B. V. y P. P. C., sino también a miembros del Ejército y a otros
policías penitenciarios, sin mencionar el nombre de estos últimos,
y a todos ellos se les atribuye en ese relato fáctico la
realización de ataques con armas de fuego en perjuicio de las
víctimas.- Esgrime que lo mismo ocurre en el hecho VIGESIMO
SEGUNDO, en el que se reconoce la intervención de miembros del
Ejército Nacional, por lo cual considera que existe una total
falta de precisión de las muertes, atentados y manera de comisión
de los hechos específicos, por los cuales responden los acusados.
Recuerda
el
recurrente
que
la
claridad
es
una
de
las
características fundamentales de la motivación o fundamentación,
exigida en el artículo 338 del Código Procesal Penal, que es el
defecto del que adolecen los hechos probados relatados, ya que
según el recurrente existe imprecisión. Concluye que el Tribunal
de Casación, debe anular la sentencia, y en vista de la
irregularidad apuntada, ordenar la celebración de nuevo debate.
Esta Sala de lo Penal, no se pronuncia en el presente motivo sobre
los argumentos expuestos por la Defensa a favor del procesado D.
A. B. V., ya que de los antecedentes se desprende que éste perdió
133
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
la vida a consecuencia de recibir varios disparos de arma de
fuego, lo que da lugar a la extinción de la responsabilidad penal
y por ende al sobreseimiento definitivo de la causa, al tenor de
lo prescrito en los artículos 96 No. 1) del Código Penal; 42 No.
1) y 43 del Código Procesal Penal.- En consecuencia procede a
resolver el motivo por quebrantamiento de forma expuesto por el
Apoderado Defensor del acusado P. P. C.. Esta Sala de lo Penal,
considera pertinente destacar, que el vicio procesal denunciado
por el recurrente se origina exclusivamente cuando la redacción de
los hechos probados aparece confusa, dubitativa o imprecisa, de
modo que por su insuficiencia o oscuridad, o por no expresar en
forma conclusiva, imperativa, terminante o categórica, sino
vacilante
o
dubitativa,
puede
conducir
a
subsunciones
alternativas, en definitiva, a consecuencia de la ambigüedad del
relato. La falta de claridad puede venir determinada por haber
empleado expresiones ininteligibles u oscuras que hacen difícil la
comprensión del relato o cuando incurre en omisiones que alteran
su significación y dejan prácticamente sin contenido específico la
narración de los hechos; se produce, pues, cuando lo narrado es
incomprensible por su deficiente redacción, oscuridad, ambigüedad
o imprecisión, también cuando por omisión de elementos o
circunstancias importantes, se impide conocer la verdadera
realidad de lo ocurrido con la lógica consecuencia de que falta
base fáctica para determinar si los hechos son o no constitutivos
de la infracción penal, o cual ha sido la participación concreta
de los acusados en la ejecución del delito. Por consiguiente, no
basta para apreciar el defecto procesal que la narración se
ofrezca oscura o ininteligible en alguna de las partes, o en
términos de ambigüedad o imprecisión que haga difícil su
comprensión, sino que es necesario que tales defectuosidades se
hallen en conexión con los condicionamientos determinantes de la
calificación penal asignada a los hechos probados, provocando una
laguna o vacío en la descripción histórica de los mismos, que
determina una falta de premisa fáctica para formular la
calificación jurídica, de forma que no pueda orientar, dentro del
silogismo
en
que
la
sentencia
queda
estructurada,
el
pronunciamiento condenatorio o absolutorio, es decir, que resulta
inadecuada para servir de argumentación lógica al fallo, y ello
porque la “quaestio facti” debe servir de apoyo y sustento a la
calificación jurídica o “quaestio iuris”. Esta Sala de lo Penal
considera que la redacción de los hechos probados relacionados en
los que se describe la participación del acusado P. P. C. sí reúne
los requisitos mínimos de claridad, dada la dinámica misma de los
acontecimientos caracterizada por la presencia y participación de
múltiples sujetos activos y gran cantidad de víctimas, de tal
manera que la fundamentación fáctica de la sentecia permite a este
Tribunal determinar sí a dicho encausado pueden o no atribuírseles
los hechos criminosos por los cuales resultara condenado. Es así
como en el hecho VIGESIMO PRIMERO se establece que tiempo después
que los reos pandilleros dieran muerte al interno J. A. A., el
encartado P. P. C. junto a otros policías penitenciarios
dispararon a los reos pandilleros que encontraban a su paso,
identificándolos por su vestimenta y por su corte de pelo,
quitándole la vida a varios de ellos. En el hecho probado VIGESIMO
SEGUNDO se expresa que junto a otro policía penitenciario, el
imputado P. P. C. en compañía de miembros del ejército transitaban
por el interior del recinto, posesionándose después frente a la
iglesia en donde disparaban a los reos pandilleros que aun se
encontraban por la cancha. Más adelante en el hecho probado
VIGÉSIMO CUARTO se establece que cuando varios reos rondines
134
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
realizaban acciones para provocar un incendio en la celda No. 6 de
la Granja Penal del Porvenir, y además ponían obstáculos para
evitar que las personas que se encontraban en el interior pudieran
salir, el procesado P. P. C., habiéndose enterado de ello no hizo
nada para evitarlo. En el hecho probado VIGESIMO SEXTO, también se
sitúa en escena al encausado P. P. C., cuando disparaba junto con
otras personas hacia el punto donde se encontraban varios reos
pandilleros. Finalmente en el hecho probado CUADRAGESIMO TERCERO
se describen las personas que murieron por el efecto del incendio
desatado al interior de la celda número 6, en el hecho probado
CUADRAGESIMO QUINTO, quienes fallecieron por disparos de arma de
fuego y/o lesiones causadas con armas cortopunzantes y objetos
contundentes, en tanto que finalmente en el hecho probado
CUADRAGESIMO SEXTO quienes fueron los reos pandilleros que a la
conclusión de los acontecimientos ocurridos al interior de la Gran
Penal del Porvenir presentaban lesiones causadas en su mayoría con
armas cortopunzantes y objetos contundentes. De este modo, y como
lo expresáR. anteriormente, dadas las circunstancias en que se
produjeron los hechos objeto de juzgamiento con múltiples sujetos
activos y una gran cantidad de víctimas, que en su mayoría
perdieron la vida en tanto que las demás presentaban múltiples
lesiones, resulta razonable que el Tribunal de Instancia no haya
establecido con rigurosa minuciosidad y con prolijidad de detalles
las
incidencias
ocurridas
durante
el
desarrollo
de
los
acontecimientos, de tal manera que esta Sala no constata la
oscuridad, ambigüedad o imprecisión acusada por el Censor, de ahí
que el presente motivo debe ser declarado sin lugar. XXIII.TERCER
MOTIVO: Haber incurrido el sentenciador en falta de
observación de las reglas de la sana crítica en la valoración de
la prueba. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se
encuentra comprendido en el Art. 362.3 del Código Procesal Penal
(en adelante ―CPP‖). EXPLICACIÓN DEL MOTIVO. Los preceptos penales
adjetivos que se invocan como infringidos por falta de aplicación,
prescriben: Art. 202: ―Las pruebas serán valoradas con arreglo a
la sana crítica. El órgano jurisdiccional formará su convicción
valorando en forma conjunta y armónica toda la prueba producida‖.
Por su parte, el párrafo primero, del Art. 336, de la misma ley
señala: ―El Tribunal, para resolver, sólo tendrá en cuenta las
pruebas que se hayan ejecutado durante el debate, las que serán
apreciadas en su conjunto y de acuerdo con las reglas de la sana
crítica‖. También, el Art. 338, que regula la forma de estructurar
la sentencia, ordena al Tribunal sentenciador, en el numeral 2),
lo siguiente: ―…Valoración de la prueba. Seguidamente, se
expresarán las pruebas tenidas en cuenta para declarar probados
esos hechos, justificando, según las reglas de la sana crítica, el
valor que se haya dado a las practicadas en juicio y, en su caso,
el razonamiento utilizado para obtener conclusiones por presunción
a partir de los indicios, igualmente declarados probados‖. Los
hechos probados de una sentencia penal (que constituyen la verdad
a la que el Tribunal cree haber arribado) están sustentados en el
acervo probatorio que se plasma en la fundamentación probatoria;
por ello la correcta sustentación que tengan los hechos probados,
en cuanto a los requisitos esenciales de claridad y precisión
parten esencialmente, de una acertada fundamentación probatoria,
de tal suerte que cuando existan deficiencias en el examen de la
prueba, se encontrarán defectos en el encuadre fáctico de los
hechos probados, como se ha mostrado en el anterior motivo. La
fundamentación probatoria se divide en las fases descriptiva e
intelectiva; en la
primera (fundamentación probatoria), el
Tribunal describe cada una de las pruebas que dan sustento a su
135
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
decisión; en la segunda (fundamentación intelectiva), el juzgador
debe explicar porqué un medio probatorio le merece o no
confiabilidad, y, además, porqué un elemento de prueba le conduce
a una conclusión determinada.- Sobre esta segunda operación, es
que recae el reproche del recurso de casación por violación a las
reglas de la sana crítica de acuerdo con el motivo planteado, de
tal suerte que la violación a esas reglas que corrigen el correcto
entendimiento humano, constituye un problema de fundamentación de
la sentencia; por ello el legislador en el artículo 338 del CPP,
ubica dentro de la ―fundamentación del fallo‖ (regla cuarta), la
valoración de la prueba.- Las reglas de la sana crítica entonces,
constituyen
la
especie
dentro
del
género
conocido
como
fundamentación. En el sistema de sana crítica racional que
implementa nuestro sistema procesal penal, en cuanto a la
valoración
de
la
prueba,
impera
la
plena
libertad
de
convencimiento de los Jueces, pero exigiéndoseles que las
conclusiones a las que arriben sean el fruto razonado de las
pruebas en que se las apoye.- La libertad de convencimiento tiene
límites: Las normas que gobiernan la corrección del pensamiento
humano, es decir, los principios de la recta razón, concretamente,
las normas de la lógica, la psicología y la experiencia común.
Dentro de las reglas de la lógica, al que debe sujetarse el
juzgador en la valoración de las pruebas, según lo exigen los
Arts. 202 y 336 CPP y que recalca el Art. 338, sección cuarta,
numeral 2 (―...justificando según las reglas de la sana crítica,
el valor que se haya dado a las practicadas en juicio...‖),
aparece la característica, exigida por ellas,
denominada, según
F. DE LA RUA (La Casación Penal. El Recurso de Casación Penal en
el Nuevo Código Procesal Penal de la Nación), como DERIVADA, según
la cual, la motivación debe respetar el principio de razón
suficiente, para lo cual ―el razonamiento debe estar constituido
por inferencias razonables deducidas de las pruebas y de la
sucesión de conclusiones que en virtud de ellas se vayan
determinando‖.- Para ello, la motivación debe ser CONCORDANTE: A
cada
conclusión
afirmada
o
negada,
debe
corresponder
convenientemente un elemento de convicción del cual se pueda
inferir
aquella.Así,
en
estricto
cumplimiento
de
las
disposiciones legales referidas, para establecer como probado un
hecho en una sentencia penal, máxime tratándose de una sentencia
condenatoria, será necesario que de la relación de todas las
pruebas evacuadas el Juzgador arribe al convencimiento de la
existencia del hecho porque de la confrontación probaría logra
obtener CERTEZA de su existencia, así como de la participación del
imputado y de la culpabilidad del mismo.- La condena será legítima
constitucional y legalmente únicamente al tener el conocimiento
positivo de cualesquiera de esas circunstancias; legitimación que
no se dará cuando no haya CONVENCIMIENTO NEGATIVO sobre su
concurrencia; cuando haya DUDA, e, inclusive, cuando haya
POSIBILIDAD sobre la realización y participación; todas estas
otras posibilidades distintas a la certeza, no darán como válido
ni legítimo, desde el punto de vista de la fundamentación, la
creencia en el Tribunal sobre la culpabilidad del justiciable.
Resulta, que la sentencia que hoy se cuestiona por esta vía
impugnativa, contiene un vicio grave que atenta con las reglas de
la sana crítica a observarse en la valoración de la prueba, y que
se convierte, en consecuencia, en la violación de los Artículos
mencionados: CONCLUSION DE HECHOS PROBADOS SOBRE LA PARTICIPACION
DE LOS IMPUTADOS. El Tribunal de Sentencia ha establecido, sobre
la participación de los imputados, los hechos probados siguientes:
En el hecho probado DÉCIMO SÉPTIMO, se expresa que siendo las
136
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
09:00 a.m., los reos pandilleros M. R. S. E., conocido también
como M. R. C. E., (alias El Boris), portando un arma de fuego,
tipo pistola, en compañía de C. A. M. M., conocido también como
C. A. M. M., (alias El Demoledor), S. R. O. P. (alias El Pibe),
A. A. A. B. (alias El Espía), A. J. H. (alias El Trabado), E.C.
C., (alias El Danger), J.
C. M. S., (alias El Poison), E. C.
R., (alias El Moreno), y un máximo de dos reos pandilleros más,
comienzan a realizar el ataque en contra de varios privados de
libertad, entre ellos J. A. A., J. E. B. V., D.
A. L.
L., J.
E.C., y Donaldo H.; Los reos coordinadores y rondines, como
reacción, se internaron en la celda quince (15), escudándose en un
cancel, donde los reos pandilleros no pudieron alcanzarlos, por
ello los reos pandilleros A. A. A. B. (alias El Espía), A. J. H.
(alias El Trabado) y otro reo pandillero, procedieron a prender
fuego a la celda catorce (14), con la intención de darles muerte
de esa forma. En el hecho probado DÉCIMO NOVENO se indica que al
mismo tiempo de los primeros disparos, muchos de los reos
pandilleros, conformados en grupos, proceden a buscar por el
centro penal, a los reos rondines para matarlos, mientras que
éstos corrían de un lugar a otro buscando refugio.- En la búsqueda
emprendida por los diferentes grupos de reos pandilleros logran
localizar y dar muerte a los reos rondines A. E. G. y J. L. F., y
herir al reo rondín C. S..- Entre tanto, el resto de la población
penitenciaria procede a buscar refugio, algunos en el interior sus
respectivas celdas, otros internándose en el taller y otros en los
bajos de los torreones dos y tres. En el número VIGÉSIMO PRIMERO,
se expresa que (10) minutos después de que los reos pandilleros
han dado muerte al Señor J. A. A., y una vez que se avisa por
teléfono lo que está ocurriendo a la Policía Nacional Preventiva,
el Sub Teniente R. A. S.I., ingresa a los recintos del Centro
Penal, le acompañan el personal militar bajo su mando, todos con
sus armas de reglamento y luciendo uniforme verde fatiga, y los
policías penitenciarios Clase II D. A. A., quien portaba un arma
de fuego, tipo pistola y luciendo uniforme gris y negro de fatiga,
el policía penitenciario P. P. C., armado con un fusil Pietro
bereta, calibre 5.56/.223, serie A03483g, D. D. P. D., Serafín L.
y O. J. Obando P., también portando armas de fuego, disparan a los
reos pandilleros que encontraban a su paso, identificándolos por
su vestimenta y por su corte de pelo, quitándole la vida a varios
de ellos. En el hecho VIGÉSIMO SEGUNDO, se señala, que los
Policías Penitenciarios D. A. A. Y P. P. C. y miembros del
ejército transitan por el interior del recinto, posesionándose
después frente a la iglesia en donde disparaban a los reos
pandilleros que aún se encontraban por la cancha. En el hecho
VIGÉSIMO CUARTO, se relata que el reo rondín P. E. R. F. (alias
Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia donde
policías penitenciarios y miembros del ejército habían disparado,
para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda,
con ayuda de los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua) y J. A.
S. P., (alias J. S.); seguidamente, el reo rondín P. E. R. F.,
consigue un liquido acelerante, regresando a la celda seis (6) y
junto con los reos rondines L. A. C. V., (alias Chica Sexy), S. E.
A. P., (alias el Chaparro) y el reo S. G. B., prenden en fuego,
con el acelerante, varias colchonetas las que tiran hacia el
interior de la celda seis (6), mientras que las personas que se
encontraban adentro trataban de sofocarlo, agarrando agua del
baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr
controlar el fuego.- De todo ello lograron tener conocimiento los
Policías Penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del
Ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para
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Recurso de Casación No.S.P.400=2008
evitarlo. En el hecho VIGÉSIMO SEXTO, se refiere que un Policía de
Turismo mira hacia el interior del recinto y observa a seis (6)
personas muertas en el aérea del Cuerpo de la Guardia y a otra
persona más por el área del billar, reconociendo unos metros
adelante a los Policías Penitenciarios P. P. C., O. J. Obando P. y
D. D. P. D., disparando hacia donde se encontraban reos
pandilleros. Finalmente, el hecho CUADRAGÉSIMO PRIMERO, expresa
que la Policía sacando a los heridos del recinto del Centro Penal,
es enterada de que habían cuatro (4) reos pandilleros escondidos
en la bartolina del reo común llamado el Colombiano, dirigiéndose
el policía D. A. A., y otros elementos del Estado, encontrando a
los reos C. J. P. Gordón, (Alias Bleizer), M. H. A., (alias Baby
Casper), W.O.R.
R., (alias El Player), J. E. D.
S., (alias El
Cuervo).- El Policía D. A. A., les apunta con su arma de fuego, la
que introduce en la boca del reo pandillero J. E. D., indicándoles
que los llevarían a la cancha para matarlos, pero después de un
momento corrige, diciendo que no los mataba por estar adentro del
recinto un muchacho con una cámara, traslA.dolos al Cuerpo la de
Guardia, donde golpea con el arma de fuego que portaba al reo
pandillero M. H. A. en la cabeza. Todos estos extremos
considerados probados según el Tribunal, inciden en que a los
señores D. A. B. V. y P. P. C. se les haya condenado por los
delitos de VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS, ASESINATO
POR INCENDIO, ASESINATO POR ALEVOSIA y TENTATIVA DE ASESINATO, en
perjuicio de la ADMINISTRACION PUBLICA y
VARIAS PERSONAS. El
defecto de violación de las reglas de la sana crítica, en
concreto, de lesión al principio lógico de razón suficiente,
resulta, de las diversas conclusiones probatorias a las que llegó
el Tribunal de Sentencia, referidas recién, y que le condujo a
establecer que los imputados, omitieron un hecho constitutivo de
un deber jurídico; acabaron con la vida de 37 personas mediante
actos realizados personalmente por ellos en los que aseguraron su
ejecución, intentando el mismo resultado en contra de otras 19
personas sobre las cuales no consiguieron terminar con sus vidas,
y permitieron que otros sujetos acabaran con la vida de 23
individuos, sin haber intervenido en su auxilio o protección.Veamos qué medios de prueba muestran que en relación a los
procesados, no puede obtenerse la certeza de la ocurrencia de los
hechos, por lo cual no puede derivarse la afirmación de la
culpabilidad de los mismos. En relación al imputado D. A. B. V.
Cabe hacer mención de los siguientes medios de prueba. 1. Oficio
de fecha 30 de Abril del año 2003, dirigido a la Abogada A. R.,
Fiscal de los Derechos Humanos, remitido por el Señor L. B. A. R.,
el cual contiene el listado de armas del personal que se
encontraba en servicio el cinco de abril del 2003 en la Granja
Penal de El Porvenir.- Además, el Listado de Armas, suscrito por
el señor D. R., el cual describe el inventario de armas que se
encontraba en la autoridad penitenciaria en la Granja Penal de El
Porvenir (Ver folios 878 al 882).- Con estos documentos se
demuestra de forma indubitable que el imputado D. A. B. V., no
tenía asignada arma de fuego en sus labores como Jefe de Seguridad
del centro penal en mención (ese cargo lo estima como acreditado
la sentencia en el numeral
SEXTO, de la VALORACION PROBATORIA,
página 125).- Así, si se quiere determinar la situación
específica, que el día de los hechos el imputado estaba armado,
tendrá que relacionarse la información aportada por estos medios
de prueba con otros medios de convicción que se relacionarán a
continuación. 2. El testigo D. A. R. V., (Pág. 54 del acta de
debate), quien al momento de ocurrir los hechos se desempañaba
como Director de la Granja Penal de El Porvenir, refiere que no
138
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
recuerda si el Clase A. tenia arma asignada, y ante la solicitud
de ponérsele a la vista los folios 879 al 882, relativos al
inventario total de armas asignadas a ese centro penal, emitido
por él y mencionado en el numeral anterior, establece que sí lo
reconoce y está firmado por dicho declarante.- Llama la atención
que sobre estos datos aportados por el Testigo, el Tribunal ni
siquiera los haya consignado en su valoración probatoria. 3.
Declaración testifical de la señora J.A M. (Págs. 287 y 288 del
acta de debate), quien, entre otros aspectos dice: Que el día de
los hechos andaba visitando un sobrino de nombre J. M.; cuando
estaba haciendo la fila, escuchó unos disparos, salieron de ahí
(con su sobrina) y encontraron un policía de apellido A., quien
los condujo al portón principal, primer portón.- Dice, además, que
el policía B. andaba un uniforme negro; que él las sacó al portón
principal pegado a la piñera; que ello ocurrió a las nueve y diez
de la mañana; que el Policía A. venia del lado de atrás, y tardó
unos 15 minutos en sacarlas. 4. Coincidente con esta declaración,
la testigo A. L. M. (Págs. 288 y 289),
sobrina de la anterior
deponente, señala: Que un sábado 5 de abril de 2003 ella andaba
con una tía de ella de visita a un primo; cuando estaban haciendo
fila y faltaban unas cuatro personas, oyeron unos disparos,
sintieron miedo y se fueron para atrás; que las auxilió
A., el
sargento, quien las sacó por el último portón que queda por la
piñera; que los disparos los escuchó como a las nueve y diez; el
policía A. andaba un uniforme negro, y que a él ya lo había visto
antes.- Sobre esta testigo y la anterior, el Tribunal hace una
injustificada descalificación al señalar (Página 140 de la
sentencia) que la información que ellas brinda, de ser estimada,
no demerita la participación del imputado en el hecho, ignorando
que con lo dicho por ellas, se demuestra que esos actos de auxilio
a su favor fueron desarrollados por el imputado como a las 9:10
a.m., lo que coincide con el momento en que se le atribuye la
intervención en los hechos violentos, con lo cual, el análisis de
valoración de las testigos sí es relevante, máxime cuando
advierten que esa ayuda tomó por lo menos unos 15 minutos. 5.
Asimismo, J. J. C. M. (Pags 100 y 102 del acta de debate), quien
precisamente era un privado de libertad perteneciente a la mara
―18‖, declara que fue precisamente D. A. B. V., quien lo auxilió
sacándole a él y otros; que la labor de ayuda la realizó de
enfrente del billar hacia afuera de la granja, en el campo de
fútbol.- Agrega que A. andaba vestido de policía penitenciario, es
decir, de negro, y que también auxilió a otro privado de libertad
que le dicen ―Wisar‖ quien es miembro de la misma pandilla.Finaliza diciendo que no vio que el imputado golpeara a alguna
persona.- Resulta forzada e ilógica la valoración que el Tribunal
hace de esta declaración, puesto que según él, la única intención
de este testigo es tratar de exculpar a los miembros de la policía
penitenciaria, sin establecer mayor fundamento fáctico de ese
desprecio probatorio.- El testigo ha declarado lo que ha
percibido; si el Tribunal no creyó en su versión, debió aportar
mayores argumentos de tipo fácticos para desacreditarle.- Además,
el Juzgador recurre a la versión simplista que esa colaboración
brindada por el imputado a dos miembros de la mara ―18‖, es cuando
ya se había ordenado el cese al fuego, con lo cual, en primer
lugar, niega la actitud de colaboración manifestada por el
imputado durante y después del conflicto, y por otro lado el
pensamiento del Juzgador se aparta de las reglas de la experiencia
común y la lógica, puesto que pretende hacer creer que es posible
que D. A. B. V. luego de atentar contra la vida de los miembros de
la mara ―18‖ y de permitir que los rondines los calcinaran, y
139
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
luego de agredir físicamente a otros tantos, se muestre tan
colaborador y servicial al terminar los hechos violentos, lo cual
resulta totalmente ilógico en el comportamiento de un individuo
normal. 6. Ratificando la conducta asumida por el señor B. V., el
testigo M. A. M. T. (Págs. 254-256 del acta de debate), señaló,
entre otras cosas: que el 5 de abril de 2003 escuchó el primer
disparo adentro y empezó a buscar una salida, y estaba por la
entrada de la guardia, el Señor A., nos abrió el portón a mí y a
mi hermano y nos entregó en las manos de otros policías
penitenciarios que estaban allí que era P. P. C., dejándolos en el
campo de Fútbol, donde los estuvieron cuidado hasta las cuatro de
la tarde; que se encontraba en la clínica con J. E. M. que es su
hermano, y otras personas. Manifiesta que ya en el campo de Fútbol
lo estaba reguarneciendo P. P.,
estando ahí hasta la hora
señalada; que cuando lo sacan, sale con su hermano y otros
compañeros; que A. andaba su uniforme color negro normal
uniformado y no andaba armado puesto que él les abre el portón y
pudo constatarlo; que al escuchar los disparos, el declarante
estaba en la clínica y su primera reacción fue buscar la salida,
A. estaba en la guardia y les abrió el portón; que salió al campo
a las 9:30 a.m.- Cuando llega la policía siempre se escuchaba los
tiros lentos y los gritos de internos y de visita, gritos de dolor
y que querían la salida; que no sabe cuántos policías los estaban
custodiando.- En relación a este testimonio, el Tribunal recurre
al infundado argumento para descartarlo que el declarante
manifiesta que al salir ya se encontraban las patrullas, cuando
jamás ha indicado tal extremo, sino que dice con claridad, y así
es recogido por el mismo Tribunal, que ve las patrullas a las
10:30 a.m., es decir una hora después de su salida.- Además
descarta el testimonio al decir que el declarante señala un hecho
contradictorio con lo indicado por el procesado P. P. C., ya que
éste, en el cierre de la audiencia de debate establece que se
encontraba dormido, cuando es ilógico pretender creer que él haya
permanecido dormido todo el tiempo de la tragedia, por los
estruendos que se escuchaban, además, que en el cierre del debate.
7. También, sobre la labor desarrollada por el imputado D. A. B.
V., el testigo J. E. M. T. (Págs. 256 y 257 del acta de debate),
hermano del anterior declarante, expresó, entre otras cosas: Que
estaba a las 9:10 estaba por la clínica, con su hermano, esperando
la visita; que escucharon disparos, y después llego A., quien los
a la cancha y después de eso sacaron a los demás internos; que los
entregó A. a P. P. quien estaba afuera.- Indica que A., andaba
vestido de policía penitenciario, de negro; que no se fijó si
andaba arma, porque estaba nervioso; que estuvo en el campo hasta
como a las cuatro de la tarde a cuatro media y P. P. había estado
con ellos. Al campo de fútbol llegaron los bomberos y varios
vehículos de otras instituciones. La policía llega como a las
10:30 a 11:00 de la mañana.- Termina diciendo que el sargento A.,
le salvo la vida, estando agradecido con él.- También en relación
a este testigo, el Tribunal es desmedido en su ataque, puesto que
trata de encontrar en su dicho contradicciones que en el contexto
de su declaración no existen.- Así, él ha dejado claro en varios
apartados de su declaración que fueron los primeros en salir con
el imputado B. V.- Por otro lado, trata de forzarlo a recordar
aspectos sobre los cuales él no recuerda, como el hecho de indicar
si los policías penitenciarios andaban o no armados, cuando él
mismo reconoce no recordar algunos detalles por estar nervioso al
momento de ocurrir los hechos.- Lo desacredita por establecer que
no sabe si se escuchaban disparos dentro de la Granja Penal,
frente a la gran cantidad de disparos que refieren las autopsias,
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Recurso de Casación No.S.P.400=2008
cuando el testigo lo que ha indicado es que no recuerda que
estando ya fuera del centro penal, se siguieran produciendo
disparos; él habla entonces, de un momento posterior a la
producción de los mismo, o al menos refiere que no recuerda
escucharlos cuando estaba en la cancha de fútbol, fuera del
recinto; él no ha indicado que en todo el proceso no se hayan
producido disparos, sino que refiere el momento en que se
encuentra fuera de las instalaciones penitenciarias.- Finalmente,
no le cree el Tribunal, porque dice que trata de favorecer a D. A.
B. V. y P. P. C. puesto que a éste último los testigos de cargo lo
miran dentro del centro penal, con lo cual más bien se nota que la
parcialización es del mismo Juzgador que trata de destruir la
eficacia conviccional de este medio de prueba (coincidente con
otras declaraciones) poniendo como referencia de verdad las
declaraciones de los testigos de la acusación. 8. Además, se ha
dejado de considerar con apego a las reglas de la sana crítica el
testimonio del testigo C. J. P. G. ,quien al momento de ocurrir
los hechos era reo pandillero de la mara ―18‖, y resultó
lesionado.Dicho
testigo
aporta
elementos
importantes,
relacionados con los anteriores y restantes medios de prueba,
seguramente habrían generado en el Tribunal el arribo de la DUDA
sobre si D. A. B. V. asumió una actitud hostil y violenta en
contra de los ofendidos.- Ello derivado de los siguientes aspectos
declarados: Que el día que sucedió la masacre se encontrada con un
ex compañero en la ―yarda‖, y se metió en la panadería al escuchar
disparos, viendo a unas personas cómo quemaban a unos ex
compañeros míos, vio cómo le prendieron fuego a la bartolina y las
acciones verbales.- Dice que se encontraba recluido en la celda 2,
la que compartía con otros pandilleros como ser ―El Pájaro‖, ―El
Trabado‖, ―Cacique‖, ―Lágrima‖, ―Gruñón‖, ―Pegajoso‖, ―Siervo‖,
―Duende‖, ―Caballo‖, ―Payaso‖ y ―Danger‖; que con él eran como 25
a 30 personas.- Cuando escuchó los disparos, corrió hacia atrás de
la pila, y se metió en una panadería, estaban tres miembros de esa
pandilla y dos reos comunes, mas, uno era el dueño, ―Colombia‖,
―Gaspar‖, ―Cuervo‖ y
―Placer‖.- De ahí pudo observar cuando le
―metían‖ fuego a otros internos ex compañeros míos, y quienes
hacía eso eran L., ―La Ley‖, L. C., E., ―Chinapopo‖, le prendían
fuego a la celda 6, el fuego ya venía de la 8 a la 6, tiraban
objetos prendidos para adentro, sí habían personas en el interior
de la celda se escuchaban los gritos, ellos trataban de apagar el
fuego con agua del baño, no salió ninguna persona de la celda, por
los obstáculos, unos cajones de madera que pusieron otros
internos.- Permaneció viendo los acontecimientos como una hora o
más, siendo de los últimos en salir y cuando ello ocurrió se
dirigió a la guardia a la salida del penal, los pusieron en el
campo y lo condujeron en una patrulla para llevarlo al hospital,
donde estuvo un par de horas.- Indicó que las heridas que recibió
eran de balas, ignorando quién se los hizo, puesto que había mucho
humo en el lugar.- Dice que no observó autoridades en el recinto,
escuchó a unos que pedían lástima, piedad, eran sus ex
compañeros.- Expresa que a A. solamente lo vio cuando llegó a sa
C. con dos coordinadores más, nos sacaron para afuera; nadie sabía
que estaban ahí, uno de los que estaba adentro le grito a él
(imputado).- Agrega, contundentemente, que el señor B. V. lo
auxilió a él y a cinco personas más que estaban refugiados en la
panadería.- Nótese que en la valoración probatoria de esta prueba
(Pág. 164, numeral 20 de la sentencia), el Tribunal, a su
conveniencia, omite los hechos relatados por el testigo acerca del
auxilio que el imputado brindó a las personas escondidas en la
panadería de ―Colombia‖, circunstancia que es relatada por un
141
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
propio pandillero de la mara ―18‖ al momento de ocurrir los
hechos, y que confirma que D. A. B. V., se dedicó al auxilio de
diversas personas para ponerlas a salvo, desacreditando cualquier
participación activa en los hechos juzgados.- También el Tribunal
hace referencia a que este hecho ocurrió en un momento posterior a
la tragedia (Pág. 185), pero lo cierto es que si se relaciona esa
función de auxilio con las restantes declaraciones que mencionan
que el imputado se encargó de ayudarles personalmente, se infiere
que dicho procesado estuvo durante la secuencia de acontecimientos
brindando la ayuda a varias personas para que pudieran salir del
recinto. 9. Informe enviado al señor Comandante del Cuarto
Batallón de Infantería, M. C. L. por R. A. S.I. (Folios 813 al 814
del Tomo IV del expediente).- Dicho documento, fechado en 6 de
abril del año 2003, refiere que al considerar la situación como
crítica, en vista que al interior del presidio se escuchaban
disparos, gritos de auxilio y algunas celdas estaban tomando fuego
y gritos de personas pidiendo auxilio procedió junto con el
personal bajo su mando a ingresar al recinto penal, pudiendo
observar a los mareros y los paisas golpeándose e hiriéndose con
armas corto punzantes, al notar la presencia de nosotros, los
primeros se refugiaron en las celdas dos y seis, cerraron la
puerta con seguro y empezaron a disparar sobre los policías
penitenciarios; luego llegaron los miembros de la Fuerza Conjunta
Esparta y miembros del Escuadrón Cobra, quienes empezaron a
disparar desde el cubículo del llavero (primera entrada de
control), sin percatarse o cerciorarse de la situación que se
estaba desarrollando en ese momento en el interior del presidio.Al ingresar los elementos cobras al interior del recinto, haciendo
uso de sus armas de reglamento, donde se encontraban miembros de
la mara 18 en posición de tendido, al mismo tiempo, el otro grupo
de presidiarios conocido como paisas golpeaban y herían a los
presidiarios mareros con arma corto punzantes.- Con este informe,
se acredita también, en el caso específico de los policías
penitenciarios, que tanto D. A. B. V. como P. P. C., policías
penitenciarios, no participaron en actos violentos en contra de
los mareros, ya que en el informe no se refiere la intervención de
los policías penitenciarios, y sí la de los miembros de la Fuerza
Conjunta Esparta, del Escuadrón Cobra y de reos ―paisas‖ con lo
cual este medio de prueba también ratifica la no realización de
actos violentos por ambos.- El Tribunal recurrido le concede
confianza probatoria a dicho medio de prueba (Pág. 162 de la
sentencia) pero no descarta la participación de los encausados que
no aparecen referidos en dicho informe, con lo cual no hace una
inferencia racional del mismo, por más que es concluyente sobre
los participantes. En relación al imputado P. P. C. 1. Oficio de
fecha 30 de Abril del año 2003, dirigido a la Abogada A.
R.,
Fiscal de los Derechos Humanos, remitido por el Señor L. B. A. R.,
el cual contiene el listado de armas del persona que se
encontraban en servicio el cinco de abril del 2003 en la Granja
Penal de El Porvenir.- Además, el Listado de Armas, suscrito por
el señor D. R., el cual describe el inventario de armas que se
encontraban en la autoridad penitenciaria en la Granja Penal de El
Porvenir (Ver folios 878 al 882).- Con estos documentos se
demuestra de forma indubitable que el imputado P. P. C. tenía
asignada el arma de fuego, fusil Pietro Bereta, calibre 5.56/223,
serie A03483G. 2. En relación con el arma referida y asignada al
imputado, a través de los dictámenes balísticos registrados con
los números 3258-2003 y 2774-2003, (acta de debate, folios 169173, 192-199 del expediente judicial) se ha demostrado que ninguno
de los indicios balísticos encontrados, como ser ojivas o
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Recurso de Casación No.S.P.400=2008
casquillos pudieron ser identificados con arma asignada a mi
representado que se puso a disposición de los Laboratorios
Balísticos para su análisis respectivo, de tal suerte que esta
prueba es fundamental en el sentido que aporta un fuerte indicio
que él no disparó el arma que tenía asignada, y por lo tanto no es
responsable de la muerte de las personas que fallecieron a
consecuencia de los disparos producidos en la masacre. 3.
Ratificando la conducta asumida por el señor B. V., el testigo M.
A. M. T. (Págs. 254-256 del acta de debate), señaló, entre otras
cosas: que el 5 de abril de 2003 escuchó el primer disparo adentro
y empezó a buscar una salida, y estaba por la entrada de la
guardia, el Señor A., nos abrió el portón a mí y a mi hermano y
nos entrego en las manos de otros policías penitenciarios que
estaban allí que era P. P. C., dejándolos en el campo de Fútbol,
donde los estuvieron cuidando hasta las cuatro de la tarde;
manifiesta que P. P. C. se quedó en dicho campo hasta la hora
señalada realizando la labor de resguardo. 4. También, sobre la
labor desarrollada por el imputado P. P. C., el testigo J. E. M.
T. (Págs. 256 y 257 del acta de debate) expresó que el procesado
al ser evacuado del recinto por B. como a las 9:10 a.m., éste los
puso a cargo del policía penitenciario P. P. quien estaba afuera.
4. También concurre Informe enviado al señor Comandante del Cuarto
Batallón de Infantería, M. C. L. por R. A. S.I. (Folios 813 al 814
del Tomo IV del expediente).- Dicho documento, tal como se explicó
en el caso de D. A. B. V. comprueba que los policías
penitenciarios, entre ellos P. P. C., no participaron en actos
violentos en contra de los mareros, ya que en el informe no se
refiere la intervención de los policías penitenciarios, y sí la de
los miembros de la Fuerza Conjunta Esparta, del Escuadrón Cobra y
de reos ―paisas‖. Prueba que incrimina a los imputados. Asimismo,
en relación a la probanza de cargo, el Tribunal de Sentencia
soslayó los siguientes aspectos: 1. Testigo protegido 1.- Este
testigo afirma que vio de tres a cuatro policías penitenciarios
disparando hacia donde estaban los mareros, y dentro de ellos
identifica al señor P. P. C..- Que al principio quienes disparaban
eran los policías penitenciarios y después le dejaron el mando a
la policía preventivarias-Lo que no manifiesta el Tribunal en la
valoración probatoria (Pág. 158 de la Sentencia) es que el
declarante menciona que no miró que le hayan quitado la vida a
alguno de ellos; que no miró pandilleros afuera en ese momento, y
que ellos no continuaron haciendo disparos porque llegó la policía
y a ella le dejaron el mando.- Tampoco especifica el testigo qué
tipo de arma portaba el señor P. C.; no es preciso en especificar
el lugar donde se encontraban los mareros; tampoco señala las
circunstancias
por
las
cuales
los
policías
penitenciarios
disparaban; pero también informa que con la llegada de los
policías preventivos, los elementos cobras y los miembros del
ejército, fueron estos a quienes sí les atribuye las agresiones
mortales, puesto que señala que el teniente T. (de los Cobras) los
sacaba a los pandilleros de la celda y dos soldados les
disparaban, junto con los elementos cobras y miembros de la
policía preventivarias- De esa forma, la declaración de este
testigo no es conclusiva en extraer de ella la certeza neC.ia en
el sentido que P. P. C., disparaba hacia donde se encontraban los
mareros con la intención de matarlos, de amedrentarlos o bien
respondiendo a algún ataque en su contra, además que es claro en
decir que no precisa el lugar dónde se ubicaban éstos.- Por ello
de esta declaración no puede colegirse la certeza requerida para
estimar la participación del imputado en los actos que terminaron
con la vida de los pandilleros o que atentaron contra ellos,
143
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
máxime cuando atribuye la producción del resultado en el actuar de
los Cobras, miembros del ejército y la policía preventivarias 2.
El testigo O. G. H. V. (Pág. 158 de la sentencia), miembro de la
mara ―18‖, si bien es cierto atribuye al imputado D. A. B. V. un
acto intimidatorio en contra de su persona, no involucra a dicho
procesado, ni al encausado P. P. C. en la realización de actos
materiales en perjuicio de la vida de los privados de libertad
pertenecientes a dicha pandilla, como tampoco les atribuye el
hecho de dejar que los propios reos no pandilleros ejecutaran
actos que tuvieran como propósito acabar con la vida de dichos
individuos. 3. Con relación al testigo protegido XY, el Tribunal
pretende en su valoración probatoria (Pág. 158 de la sentencia),
inferir que ha sido D. A. B. V., quien le disparó al pandillero
―Danger‖, cuando de la declaración del propio testigo, contesta a
la pregunta si él vio a B. disparar, ―Oí el disparo de donde
estaba B. pero él estaba allí, pero no le puedo confirmar si él
fue que disparó a Danger‖.- Así, con esta declaración no es
posible extraer la certeza positiva que el imputado haya realizado
actos atentatorios contra la vida del pandillero en alusión,
puesto que hasta el propio testigo externa sus propias dudas. 4.
Testigo J. R. M. F..- Este deponente sólo establece, que D. A. B.
V., portaba un arma de fuego, de la cual ni siquiera brinda sus
características esenciales.- Pero como quedó establecido por la
variada prueba de descargo, desde el inventario de armas, así como
el listado de personas que tenían asignada arma de fuego, así como
diversos testigos, no puede obtenerse una la certeza neC.ia sobre
esta circunstancia, ya que varios testigos niegan que el imputado
anduviera armado, al dedicarse únicamente a auxiliar a diversas
personas en el presidio.- Asimismo, el testigo expresa que la
policía disparaba en dirección a las celdas 2 y 6; y que al salir
de las mismas por los efectos de fuego, comenzaron a dispararles.Agrega que el imputado D. A. B. V., lo comenzó a golpear con
patadas en las costillas, y que lo hirió con el arma de
reglamento, sin especificar en qué parte del cuerpo.- Sobre esa
supuesta agresión sufrida, no se presentó el respectivo dictamen
médico que así lo ratificase, por lo cual resulta ser una
circunstancia no probada. 5. El testigo protegido 6.- Menciona
(Páginas 237 y 238 del acta de debate), distinto a lo señalado en
la sentencia (Pág. 160), que encontrándose B. cerca de las mesas
de billar, de ahí dispara dándole muerte a un marero, y no que
―disparaba al grupo de pandilleros que estaban en la virgencita‖
para hacer concordar ese dicho con el de los otros testigos que
afirman que los policías penitenciarios disparaban en dirección a
los mareros (testigo protegido 1).- Lo más sorprendente es que
afirmando que le dio muerte a un marero no especifique de quién se
trataba; cuál era su descripción física; bajo qué circunstancias
le disparó y dio muerte; es decir, el testigo es totalmente
impreciso sobre la fundamentación de su afirmación.- Pero no sólo
eso, luego, haciendo referencia a esa misma muerte, corrige el
dicho y dice que no sólo B. le dio muerte, sino que también los
policías D. y E..- Afirma, también sin dar mucha explicación que
B. le disparaba a los pandilleros pero no es claro en determinar a
quiénes y bajo qué condiciones, por lo que no brinda una razón
suficiente sobre sus explicaciones.- Como se ve, este testigo es
incapaz de dar explicaciones suficientes sobre sus afirmaciones, y
además, es contradictorio en su versión por lo que lejos de
convencer, genera desconfianza sobre su dicho.- Asimismo, el
testigo descarga en B. V. la responsabilidad de omitir el auxilio
a 3 ó 4 pandilleros que estaban heridos y que fallecieron. 6. El
testigo protegido 7 (Págs. 46 y 47 del acta de debate).- Este
144
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
testigo hace referencia a que los dos imputados disparaban a los
pandilleros de la mara ―18‖, sin especificar de qué forma, el
lugar de los acontecimientos, las víctimas que recibían el ataque,
entre otros fundamentos fácticos que validaran su testimonio.Pero lo más insólito del testigo es que dice: ―que ella salió como
a las nueve del lugar‖; partiendo de este último dato, si la
testigo efectivamente abandonó el centro penal a esa hora,
realmente no pudo haber apreciado los hechos que afirma puesto que
los hechos que comenzaron con el inicial ataque de los
mareros
tuvo lugar después de las nueve y diez de la mañana, y los demás
actos se fueron sucediendo de forma paulatina.- Con esa mención
temporal, la testigo se excluye del conocimiento efectivo de los
hechos. 7. Testigo M. H. A. M. (Pág. 71 del acta de debate).- Este
testigo no brinda una razón suficiente de su afirmación que el
imputado D. A. B. V. haya dado la orden que mataran a otros
―Jomys‖, es decir, miembros de la mara ―18‖, ya que no es nada
claro en señalar dónde, a quién, y en qué circunstancias dio ese
supuesto mandato, con lo cual el testigo no da fundamentos
fácticos suficientes para imputarle al señor B. V. los hechos que
le atribuye en su testimonio, y en consecuencia, para generar
credibilidad.- Pero además de eso, el testigo expresa que B.
andaba de militar, cuando, está acreditado por diversos testigos
de la defensa que él vestía con su uniforme negro de policía
penitenciario, razón por la cual, aunado a lo anterior, se
demerita el aporte probatorio del medio de prueba en análisis.Además dice que durante la producción del fuego en las celdas,
habían policías penitenciarios, cobras, del ejército y policía
turística; sin detallar quiénes se encontraban en una situación en
la que perfectamente pudieran brindar auxilio a los pandilleros
que lo clamaban. 8. Testigo protegido Y (Pág. 176 de sentencia).Señala, sin especificar nombres, que los policías no hacían nada
cuando se estaban quemando los reos en las celdas; que sólo le
disparaban a los mareros.- Como se ha mencionado, el testigo no es
preciso en la identificación de los miembros de la policía que
habrían omitido el auxilio a los reos en peligro, más bien hace
una relación muy general, que no nos puede conducir a una
determinación concreta. 9. El testigo J. E. D. S. (Pág.185 de la
sentencia).- Este testigo refiere que se refugió donde hacían el
pan y llegó D. A. B. V. diciéndole a él y a sus acompañantes que
se arrodillaran para luego proceder a golpearlos en la cara y
todas partes.Que él daba órdenes para que los mandaran a la
cancha y los mataran.- Este testimonio resulta contrastante con el
brindado por el testigo C. J. P. G., quien es un marero de la
―18‖, y que más bien señala al imputado como la persona que les
ayudó, a él y a otros más, a salir del refugio para que no
corrieran peligro.- Por ello, la versión dada por el testigo de
cargo, frente al desvanecimiento aportado por el testigo P. G. no
puede considerarse como acreditada.- Además, al indicar
el
testigo D.
S. que el imputado lo golpeó en diversas partes del
cuerpo, incluida la cara, debió tener un respaldo científico que
acredite la existencia de dicha agresión, como lo ha exigido el
Tribunal en el caso del testigo M. H. A. M.. 10.
C. R. P. O.
(Pág. 187 de la sentencia).- Este testigo, quien es miembro de la
mara ―18‖, hace referencia al hecho que durante el incendio en las
celdas que ocupaban los pandilleros, los policías les decían que
salieran con las manos en alto, pero tenían miedo de hacerlo,
llegando un momento en que decidieron hacerlo por la intensidad de
las llamas y comenzaron a ser agredidos por los propios policías,
quienes les disparaban.- Agrega que los agresores eran policías
penitenciarios y cobras.- Este testigo no particulariza cuántos
145
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
miembros de la policía penitenciaria participaron de ese ataque.
11. El testigo O. I. A. I. (Pág. 203 de la sentencia),
hace
mención del ataque que efectuaron los efectivos policiales (de 20
a 25) frente a la bartolina de los pandilleros, matando a algunos
e hiriendo a otros, siendo pocos los que sobrevivieron.- Expresa
que los pandilleros clamaban por ayuda al estarse quemando dentro
de la bartolina, pero la policía nunca les brindó el auxilio.Esta declaración ratifica lo dicho por otros testigos sobre el
actuar ilegal de las fuerzas del orden en contra de los miembros
pandilleros, al proceder a dispararle a algunos y no permitir el
auxilio de otros que se estaban incinerando.- Más, para que esas
dos conductas puedan ser imputadas y acreditadas a D. A. B. V. y
P. P. C. para condenarles, debe haber certeza sobre su efectiva
intervención en esto hechos. Conclusión del vicio. Por todo lo
apuntado, esta representación estima que desde el punto de vista
probatorio es innegable desconocer el ataque del que fueron
víctimas varios miembros de la mara ―18‖ por reos denominados
―rondines‖, quienes contaron con la aquiescencia de miembros de la
autoridad, puesto que lejos de intervenir, permitieron que dichos
reos acabaran con la vida de muchos pandilleros, sin que adoptaran
alguna actitud de protección a sus vidas y de generar calma y
seguridad en el Centro Penal.- Asimismo, esta representación no
discute el hecho que los agentes del orden tomaron parte directa
en las agresiones que terminaron con la vida de miembros de dicha
pandilla, con lo cual se convirtieron en propios transgresores de
la ley y los derechos de las personas que guardaban prisión. Lo
que no puede compartir esta representación, es que, se pretenda
efectuar una presunción de participación producto de varias
declaraciones que de forma genérica indican la intervención de
diferentes ramas de las fuerzas del orden, y de ahí querer derivar
la responsabilidad individual, en este caso de los señores D. A.
B. V. y P. P. C..- Y mucho menos se puede compartir esa posición,
cuando existe prueba que les atribuye a ellos actividades
distintas a las asignadas por la presente sentencia.- Para que se
afirme, según los hechos probados, que los imputados tomaron una
actitud pasiva frente a las agresiones que ejecutaban los reos
rondines y luego se les asigne la realización de acto materiales
que terminaron con la vida de varios pandilleros, debe haber
CERTEZA provocada por una inequívoca valoración de la prueba que
muestre con seguridad esa intervención, más allá de la duda
razonable. Pero en el presente caso , a juicio de esta defensa,
existen medios de prueba que al contrario de lo afirmado por la
prueba que sigue el Tribunal en su decisión, conduce a establecer
que D. A. B. V. y P. P. C., realizaban actividades distintas a las
otorgadas por la sentencia; es más les atribuyen actos de auxilio
o cooperación para evitar el peligro que corrían las personas que
se encontraban en la Granja Penal de El Porvenir, y a la vez,
actos de custodia de las personas trasladadas fuera del recinto.Y esas circunstancias fácticas resultan acreditadas, no sólo de
unos pocos medios de prueba, sino también de una pluralidad de
probanza, la cual se ha referido al principio el desarrollo de
este vicio, y que de manera concordante y coherente determina que
D. A. B. V., ayudó a varias personas a salir del lugar durante y
posteriormente a los momentos de crisis, inclusive a propios
mareros de la pandilla ―18‖ y P. P. C., se encargó de darle
resguardo a las personas que se condujeron fuera de las
instalaciones penitenciarias. Así, con el Oficio de fecha 30 de
Abril del año 2003, dirigido a la Abogada A.
R., Fiscal de los
Derechos Humanos, remitido por el Señor L. B. A. R.; las
declaraciones testificales de los señores D. A. R. V., J.A M.,
146
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
ALBA L. M., J. J. C. M., M. A. M. T., J. E. M. T., C. J. P. G., el
Informe enviado al señor Comandante del Cuarto Batallón de
Infantería, M. C. L. por R. A. S.I., los dictámenes balísticos
registrados con los números 3258-2003 y 2774-2003, el Tribunal ha
dejado de considerar, sin fundamentos sustentables, y habiendo
tenido relación o armonía la probanza indicada, que los imputados
D. A. B. V. y P. P. C., no realizaron los hechos que la sentencia
les atribuye por estar realizando otras actividades al servicio de
las personas que se encontraban en el interior del recinto y de la
seguridad de la cárcel.- Es parecer de esta representación que
haciendo una relación conjunta de la prueba, como lo exigen los
Arts. 202 y 336 del CPP, prevalece la DUDA sobre la efectiva
participación de los imputados en los hechos atribuidos.- Si se
evalúa la información probatoria aportada, cabe preguntarse, si D.
A. B. V. hubiese realizado los actos hostiles en perjuicio de los
miembros de al mara ―¿sería posible que dos de sus integrantes
declaren a favor de él se dedicó a auxiliarles?; ¿Cómo es posible
que en la valoración probatoria el Tribunal estime que luego de
realizar semejantes actos horrendos los imputados se hubiesen
puesto a realizar actos a favor de los individuos contra quienes,
minutos atrás hubieses puesto en peligro su propia existencia?;
¿Será posible extraer la CERTEZA neC.ia para condenar cuando hay
prueba variada y relacionada que conduce a acreditar que los
imputados no participaron en los hechos acusados?.- Es más, quedó
acreditado que ese día el vestía su uniforme negro que portan los
policías penitenciarios, con lo cual se desvanece la supuesta
participación que le asignan los testigos de cargo, quienes
señalan falsamente que él vestía de otra forma, y que el Tribunal
asume en su hecho probado VIGESIMO PRIMERO; hay versiones bipolares sobre la actitud asumida por dicho procesado en la
panadería del centro penal, uno de cargo que menciona que asumió
una conducta que puso en peligro la integridad física de varios
reclusos otra que le muestra al servicio de los mismos.- Y en el
caso de P. P. C., la evidencia científica muestra que no se probó
en juicio que el fusil a él asignado haya sido disparado, puesto
que no hay una relación positiva del mismo con los indicios
balísticos recolectados; además de haber versiones relacionadas
que le ubican en las afueras de la cárcel recibiendo y custodiando
a la gente que le era remitida. Si, según la regla lógica de la
DERIVACION, informada por el Principio de Razón Suficiente, el
razonamiento debe estar constituido por inferencias razonables
deducidas de las pruebas y de la sucesión de conclusiones que en
virtud de ellas se vayan determinando, no es posible que en el
presente caso la conclusión determine la CERTEZA sobre la
participación de los imputados, cuando prevalece la DUDA sobre la
misma, puesto que no se puede extraer con esa seguridad la
conclusión de la realización de los hechos que se les asigna en la
sentencia.- Y esta regla lógica de la DERIVACION, ha sido
reconocida como norma de logicidad en la valoración probatoria,
según la jurisprudencia emanada por la Sala de lo Penal de la
Corte Suprema de Justicia, y registradas con los números 164-05
(del 13 de diciembre de 2005) y 01-2007 (del 31 de J. de
2007).Como el vicio descrito ha ocurrido en el acto de dictarse
sentencia, no pudo hacerse un reclamo oportuno en contra del
mismo.- Y por ello es que hasta este momento se solicita se
observe la infracción señalada para lo cual deberá casarse la
sentencia y ordenarse el juicio de reenvío, de conformidad al Art.
369 del CPP.‖ XXIII.- RECURSO DE CASACION POR QUEBRANTAMIENTO DE
FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DE LOS IMPUTADOS D. A. B. V. y P.
P. C. ARGUMENTANDO QUE EL SENTENCIADOR INOBSERVO LAS REGLAS DE LA
147
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
SANA CRÍTICA EN LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA. PRECEPTO AUTORIZANTE:
ARTICULO 362 No. 3) PARRAFO FINAL DEL CODIGO PROCESAL PENAL.Argumenta el recurrente que en la sentencia impugnada no se han
observado las reglas de la sana crítica en la valoración de la
prueba. Aduce que el A Quo sobre la participación de los imputados
D. A. B. V. y P. P. C., relaciona los hechos probados décimo
séptimo, décimo noveno, vigésimo primero, vigésimo segundo,
vigésimo cuarto, vigésimo y cuadragésimo primero, los que deriva
responsabilidad penal a los acusados por los delitos de VIOLACION
DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS, ASESINATO POR INCENDIO,
ASESINATO POR ALEVOSIA y TENTATIVA DE ASESINATO, en perjuicio de
la ADMINISTRACION PUBLICA y
VARIAS PERSONAS. Concretamente
refiere que el defecto en la violación de las reglas de la sana
crítica, en el presente caso, es por lesión al principio lógico de
RAZÓN SUFICIENTE, que resulta, de las diversas conclusiones
probatorias a las que llegó el A Quo, por las que establece que
los imputados, omitieron un hecho constitutivo de un deber
jurídico; acabaron con la vida de treinta y siete (37) personas
mediante actos realizados personalmente, en los que aseguraron su
ejecución, atentando en contra de la vida de otras diecinueve (19)
personas, y permitieron que otros personas acabaran con la vida de
veintitrés (23) personas, por no haber intervenido en su auxilio o
protección. Señala que de los medios de prueba, en relación a los
procesados, no puede obtenerse certeza de la ocurrencia de los
hechos, por lo cual no puede derivarse la afirmación de su
culpabilidad. Hace un análisis completo de toda la prueba, en
relación a cada uno de los imputados y de la prueba que los
incrimina y concluye que es innegable el ataque del que fueron
víctimas varios miembros de la mara “18” por reos denominados
“rondines”, con la aquiescencia de miembros de la autoridad, que
lejos de intervenir, permitieron que dichos reos acabaran con la
vida de muchos pandilleros, sin que adoptaran alguna actitud de
protección a sus vidas y de generar calma y seguridad en el Centro
Penal. Que no discute tampoco el hecho que los agentes del orden
tomaron parte directa en las agresiones que terminaron con la vida
de miembros de dicha pandilla, con lo cual se convirtieron en
transgresores de la ley y de los derechos de las personas que
guardaban prisión. Pero lo que no puede compartir es que, se
pretenda efectuar una presunción de participación de los acusados
D. A. B. V. y P. P. C. producto de varias declaraciones que de
forma genérica derivan la responsabilidad individual a los
acusados. Estima que para que se afirme en los hechos probados,
que los imputados tomaron una actitud pasiva frente a las
agresiones que ejecutaban los reos rondines y luego se les asigne
la realización de actos materiales que terminaron con la vida de
pandilleros, debe haber certeza provocada por una inequívoca
valoración
de
la
prueba,
que
muestre
con
seguridad
esa
intervención. Concluye que el A Quo ha dejado de considerar, que
los imputados D. A. B. V. y P. P. C., no realizaron los hechos que
la sentencia les atribuye por estar realizando otras actividades
al servicio de las personas que se encontraban en el interior del
recinto y de seguridad de la cárcel, por lo que afirma que no se
cumple con la regla lógica de la DERIVACION, informada por el
Principio de Razón Suficiente, en que el razonamiento debe estar
constituido por inferencias razonables deducidas de las pruebas y
de la sucesión de conclusiones que en virtud de ellas se vayan
determinando, añadiendo que no es posible que en el presente caso
la conclusión determine la CERTEZA sobre la participación de los
imputados, cuando lo que prevalece es la DUDA. Esta Sala de lo
Penal, no se pronuncia en el presente motivo sobre los argumentos
148
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
expuestos por la Defensa a favor del procesado D. A. B. V., ya que
de los antecedentes se desprende que éste perdió la vida a
consecuencia de recibir varios disparos de arma de fuego, lo que
da lugar a la extinción de la responsabilidad penal y por ende al
sobreseimiento definitivo de la causa, al tenor de lo prescrito en
los artículos 96 No. 1) del Código Penal; 42 No. 1) y 43 del
Código Procesal Penal.- En consecuencia procede a resolver el
motivo por quebrantamiento de forma expuesto por el Apoderado
Defensor del acusado P. P. C. El artículo 362 No. 3) del Código
Procesal Penal prevé que “el recurso por quebrantamiento de forma,
podrá interponerse cuando la sentencia recurrida adolezca de los
vicios siguientes….3) Que..en la valoración de la prueba no se
observaron las reglas de la sana crítica..”. El proceso lógico
seguido por el Juez en su razonamiento al efectuar la valoración
de las pruebas está sujeto al control a través del examen
casacional. El Tribunal de Casación, en consecuencia, realiza un
examen sobre la aplicación del sistema probatorio establecido por
el Código Procesal Penal, salvaguardando de ese modo la aplicación
de las reglas de la sana crítica en la fundamentación,
específicamente en la valoración probatoria. Ello comporta que
siendo libre (y por lo tanto no sujeto a la prueba tasada) el
Tribunal sentenciador en la apreciación de las pruebas que generan
su convicción, porque por mor del principio de inmediación sólo él
las ha tenido ante sí, su juicio de valoración debe ser razonable,
es decir, someterse a las reglas que gobiernan el correcto
entendimiento humano, que den base para determinar cuales juicios
son verdaderos y cuáles falsos. De este modo la motivación lógica
debe responder a las siguientes características: a) Coherencia, y
por ende, congruente, no contradictoria e inequívoca, b) Fundada
en razón suficiente, y por lo tanto en observancia del principio
de derivación, con arreglo al cual el iter lógico seguido en la
valoración de las pruebas debe sustentarse en inferencias
razonables y de la sucesión de conclusiones que por ellas se vayan
formando, c) El razonamiento debe observar las normas de la
psicología y las máximas de la experiencia. En este último caso
por ejemplo, el Juzgador vulneraría las reglas de la experiencia
común cuando se basa en razonamientos que revelen ignorancia pura
y simple acerca de una actividad humana o de un fenómeno natural.
En este sentido, el universo de las posibles hipótesis en que se
dé un quebranto de este tipo es infinito, a los ejemplos ya
clásicos que proporciona la doctrina tradicional, como el cuchillo
que no puede atravesar una pared de concreto o bien el líquido que
necesariamente fluye, etc.., la vida y la realidad cotidianas
agregan innumerables posibilidades. Esta Sala de lo Penal después
de haber analizado el reproche exhaustivo del recurrente,
considera que éste no señala puntual y concretamente cuales son
las reglas de la lógica, las máximas de la experiencia o las
normas de la psicología que habrían resultado vulneradas por el
Tribunal de Sentencia cuando arriba a la conclusión de que el
procesado P. P. C. ha contribuido en comisión por omisión a causar
la muerte mediante incendio de veintitrés personas, a título de
coautor en el plan espontáneo y colectivo de causar la muerte a
treinta y siete y de intentar quitarle la vida a diecinueve seres
humanos. En consecuencia, siendo que por un lado y en virtud del
principio de inmediación es el Juzgador de Instancia quien forma
su convicción a partir de los elementos probatorios aportados bajo
su directa intervención en el juicio oral, y que por el otro,
el
razonamiento del Tribunal A Quo externado en la motivación
intelectiva de la sentencia no se presenta arbitrario, ilógico o
contradictorio, procede declarar sin lugar el motivo formulado por
149
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
la Defensa del encartado y que tiene que ver con los cargos antes
señalados. XXIV.- El Recurrente Abogado
C. O. U. L., en su
condición de Apoderado Defensor de los señores L. A. C. V., T. R.
G. y H. W. J. desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de
Ley en dos motivos, en tanto que por la vía del quebrantamiento de
forma expuso un motivo. Para efectos de seguir un orden
sistemático adecuado en su análisis y resolución, esta SALA
considera pertinente apartarse del orden seguido por el Censor, de
tal manera que inicialmente se pronunciará sobre el tercero de los
motivos antes apuntados, para luego analizar los motivos por
infracción de ley sustantiva formulados por el recurrente.- V.EXPOSICIÓN DEL MOTIVO DE CASACIÓN POR QUEBRANTRAMIENTO DE FORMA
MOTIVO UNICO: La declaración de los hechos estimados probados por
el Tribunal no son claros y terminante. PRECEPTO AUTORIZANTE: El
presente motivo de casación se encuentra comprendido en el
Artículo 362 numeral 1 del Código Procesal Penal. EXPLICACIÒN DEL
MOTIVO La norma procesal que se invoca como infringida es el
articulo 338 regla cuarta numeral uno del Código Procesal Penal,
que expresa: ―En párrafos separados y numerados, se hará
declaración expresa y terminante de los hechos que se consideran
probados, descritos con claridad, precisión y coherencia, sin
emplear conceptos que, por su exclusivo carácter jurídico,
predeterminen el fallo que haya de dictarse.‖ En la sentencia
recurrida el Tribunal estimó como probados, entre otros, los
hechos siguientes: VIGÈSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A. S.,
(alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra)
L. A. C. V. (alias
Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo)
S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda
de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo),
salen de las diferentes y lugares donde habían tenido refugio,
proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros,
procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y con armas
blancas, a los reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos
ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los
policías penitenciarios y miembros del ejército que se encontraban
en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna
acción para impedir o evitar lo que esta aconteciendo. VIGÈSIMO
CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R.
F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia
donde policías penitenciarios y miembros del ejército han
disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de
esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias
Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el reo
rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando a la
celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de la
comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A. C.
V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo S.
G. B., prenden en fuego con el acelerante, varias colchonetas las
que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas
traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha
celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas
que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua
del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin
lograr
controlar
el
fuego;
de
todo
ello
lograron
tener
conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el
miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna
para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G.,
escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la
celda seis (6), e instantes después observo el humo provocado por
el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción
150
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
alguna. TRIGÈSIMO: Quince (15) minutos después de que los primeros
reos pandilleros han salido de la celda dos, el reo S. G. B. se
dirige hacia los reos pandilleros que andaban armados y los reos
pandillero que eran cabecillas, a los que la policía les disparan
y seguidamente disparan a todos los demás reos pandilleros que se
encontraban en el lugar, muchos de ellos acostados en el suelo;
los reos rondines, al ver que algunos de los reos pandilleros
estaban vivos aun, procedieron a agredirlos con palos, piedras y
armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que
salieron después de la celda dos (2) y que se hacían los muertos,
todo ello a vista y consentimiento de la Policía Penitenciaria,
Policía Nacional Preventiva, elementos Cobras y miembros del
ejército que se encontraban en el lugar. De esta manera el reo
rondín A. A. S. (alias Comayagua) arremete con cuchillos y palos
al reo pandillero A. J. H. (alias El Trabado); el reo rondín P. E.
R. F., (alias chinapopo) arremete con machete al reo pandillero
L. A. O. G. (alias El Killer); el reo H. W. J. (alias el
Basucazo), arremete con un leño y arma blanca al reo pandillero O.
G. H. V. (alias El Pewee); igualmente los reos rondines S. G. B.,
T. R. G. (alias Cabuya) y J. R. C. (alias Cobra) agredieron a
otros reos pandilleros usando palos y armas blancas. Al analizar
estos hechos probados, podemos concluir que los mismos no cumplen
con lo establecido en la regla cuarta del articulo 338 del Código
Procesal Penal, ya que los mismos adolecen de claridad y
coherencia al relatar la dinámica de cómo ocurrieron los
acontecimientos. El vigésimo tercer hecho probado expresa que mis
representados señores L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J., salen
junto
con
otros
reos,
del
lugar
donde
se
resguardaban
―proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros‖; La
defensa cuestiona que el sentenciador pretende plasmar en los
hechos probados, los propósitos o deseos de los imputados, cuando
es de todos conocidos, que los mismos se suscitan en la mente de
las personas es decir en su ser mas íntimo, y al menos que
tengamos la habilidad de leer la mente de los seres humanos, es
imposible saber a ciencia cierta, cual fue el sentir o pensar de
los encausados; al plasmarlos así en los hechos probados, el
Tribunal incurre en el error de falta de claridad y redacta los
mismos de manera subjetiva, de forma tal, que la simple lectura se
vuelven confusos y poco entendibles.- De igual forma con la
expresión
―proponiéndoles
quitarles
la
vida‖
incurre
el
sentenciador, en el error mas visible de la sentencia impugnada, y
es el de predeterminar el fallo, tal como lo prohíbe nuestro
código procesal penal. Continua relatando el hecho probado numero
veintitrés: ―procediendo a golpear con toletes, palos, piedras y
con armas blancas, a los reos pandilleros que se encontraban‖; de
nuevo incurre en el mismo yerro el sentenciador, al omitir
individualizar las acciones que específicamente realizan los
imputados que se mencionan en este hecho probado, además de no
incluir un elemento importante de todo hecho probado, como ser el
ofendido o el directamente perjudicado en la acción.- El
manifestar de manera colectiva, que procedieron a golpear a los
reos pandilleros que se encontraban, es generalizar todas las
acciones ocurridas ese día y por tanto centralizar todas las
operaciones en seis o siete reos, que utilizando la lógica podemos
deducir que era imposible ejecutarlos; pero aún mas grave es
omitir puntualizar hacia quien iban dirigidas esas acciones, y al
no hacerlo los sentenciadores convierten los hechos probados
indescifrables a la simple lectura. En el veinticuatro hecho
probado se establece que mi representado L. A. C. V. ayuda al reo
P. E. R. F., a prender fuego a la celda 6, sin embargo, no se
151
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
establece qué acción especifica realiza mi patrocinado, es decir,
a
que
ayuda
se
refiere.Debe
el
sentenciador
plasmar
específicamente a que ayuda se refiere, debido a que, debe
deducírsele individualmente la responsabilidad únicamente por sus
acciones y no por el resto de los imputados; cuanto más se leen
los hechos probados, más se vuelven incomprensibles, de forma tal
que en este hecho probado no sabemos a ciencia cierta quienes
estaban en esa celda 6, que acción específica realiza cada una de
los imputados y aun más grave, no sabemos cual fue el resultado de
estas acciones; los mismos quedan en suspenso sin establecer cual
fue el desenlace de la dinámica ocurrida el día de los
acontecimientos. En el treinta hecho declarado probado el Tribunal
expresa: ―que el reo rondín T. R. G. junto con otro reo rondín,
agredieron a otros reos pandilleros usando palos y armas blancas,
en este hecho probado el juzgador omite establecer cuál fue el
resultado del accionar del encausado, y quienes fueron los
ofendidos, lo que impide hacer una valoración del actuar de mi
representado. Con la simple lectura de los hechos probados antes
relacionados surgen más interrogantes: ¿Qué acción específica
realizaron mis representados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J.? ¿De
qué delito son responsables? ¿Quiénes son las personas contra las
cuales se ejecutan estas acciones? ¿Cuál fue el resultado de estas
acciones, es decir, el desenlace de los acontecimientos? En los
mismos se establecen expresiones como ―procediendo a golpear con
palos, toletes‖ ―proponiéndose quitarle la vida‖ ―agredieron a
otros reos‖ todas, expresiones muy generales y totalmente
subjetivas y por consiguiente hacen de los hechos probados, una
gama de confusiones para quien los analice. No pueden justificarse
estos hechos probados, amparándose en el alegato que nos
encontramos ante acontecimientos múltiples y de gran magnitud, de
forma tal que aparecen muchos actores y participantes en lo
mismos, precisamente por esa particularidad, el estudio y análisis
de cada una de las acciones de los imputados, debió realizarlas el
Tribunal de manera puntual para evitar incurrir en el error de
generalizar, de forma tal que, por el solo hecho de ser un reo
rondín o de encontrarse presente en el momento de los hechos, sea
culpable de todo lo acontecido.- Debe responsabilizarse únicamente
de los actos cometidos por cada uno de ellos, de no hacerlo así,
aplicamos el dicho popular religioso que comúnmente utilizamos
―justos pagan por pecadores‖; como juristas y conocedores del
Derecho sabemos que ante la ley, este dicho religioso no debe ni
puede aplicarse, sino que debe castigarse únicamente la conducta
personal que cada uno de los imputados realiza.- Tampoco debemos
olvidar, que nuestros representados se enfrentan solos ante todo
el aparato estatal, ya que el ente acusador tiene a su disposición
todos los medios necesarios (Tecnología, policía de investigación,
medicina forense) para poder establecer la responsabilidad de los
acusados en los hechos a ellos imputados, y con mayor razón se
debe imputar objetivamente las acciones de cada una de ellos, y si
es incapaz de hacerlo, el resultado del juicio será una sentencia
absolutoria. En los hechos probados enumerados como CUADRAGESIMO
TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, el tribunal expresa las personas
que el día cinco de abril del dos mil tres, murieron por
carbonización y por hechos violentos, pero sorprendentemente no
especifica quienes son los responsables y a través de que
acciones; siendo que en estos dos hechos probados el tribunal da
por acreditada la muerte de los supuestos ofendidos, también debió
establecer quienes eran los supuestos responsables de sus muertes,
sin embargo, lo omite y sorprendentemente en la parte dispositiva
de la sentencia, decide condenar a mis representados por la muerte
152
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
de todos los internos acaecidos ese día, lo cual la simple lógica
nos dice que es imposible; una razón más para considerar a los
precitados hechos probados como faltos de claridad y coherencia.
El conocido jurista español JESUS FERNADEZ ESTRALGO en el libro
―La sentencia en el nuevo proceso penal‖ en las páginas 81, 86, 87
y 88 referente a La Fijación de los Hechos Probados manifiesta:
―La declaración de los hechos probados constituye como –como lo
caracteriza P.
M.-―. el cimiento, el arranque, de la sentencia
penal…‖ Es un presupuesto necesario del fallo, porque mediante de
ella se fija judicialmente la reconstrucción de lo sucedido, y
constituye la base sobre la que se construirá el tratamiento
(subsunción) jurídico del caso debatido en el proceso; pero no
integra propiamente la motivación de sus decisión. La descripción
de los hechos probados ha de hacerse con 1) claridad 2) precisión
y 3) coherencia. De este modo, se asume legalmente el modelo ideal
de ―regla semántica de formación del lenguaje jurisdiccional
dirigida a asegurar la determinabilidad de las denotaciones
fácticas …(y que comprende) una serie de reglas que exigen, como
condición de la estricta jurisdiccionalidad, esto es, de la
verificabilidad y de la refutabilidad de las tesis que en el
proceso enuncian los hechos y las pruebas, que tanto aquello como
estos sean exactamente individualizadas mediante descripciones
precisas y sin el uso de palabras vagas o valorativas. La
descripción de los hechos declarados probados ha de hacerse de
forma tal que permita su perfecta compresión, como presupuesto del
control de su corrección, haciendo posible su corroboración
(verificación) o refutación‖ En el caso subjudice, los hechos
probados no permiten comprender cómo sucedieron los sucesos que se
les imputan a mis representados y sobre todo, no permite valorar y
determinar las acciones típicas, antijurídicas y culpables que se
supone ejecutaron mis representados, para ser condenados, estas
circunstancias no son visualizadas en la narración de los hechos
probados y tal como afirma F. Entralgo no permite su perfecta
comprensión de los acontecimientos acusados. Estos hechos probados
fueron calificados por el juzgador como constitutivos de los
delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE
TENTATIVA, declarando responsable penalmente de los mismos a los
señores L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J., sin embargo, al analizar
tales hechos probados en los números, veintitrés, veinticuatro y
treinta se evidencia el vicio denunciado ya que la descripción de
los mismos no satisface los requisitos de claridad, precisión y
coherencia impuestos por el Artículo 338, sección cuarta, número
uno del Código Procesal Penal. Dicho lo anterior y siendo que la
declaración de hechos probados constituye la base o el cimiento
sobre el cual se construye la sentencia penal, y dado que los
hechos declarados probados en la sentencia recurrida no reúnen los
requisitos legales exigidos para ello, solicito se case la
sentencia recurrida, se anule el fallo y se devuelvan los
antecedentes al Tribunal de su procedencia para que la causa sea
tramitada con arreglo a derecho. RECLAMACION HECHA PARA LA
SUBSANACIÓN DEL YERRO Siendo que el yerro que provoca la
interposición del recurso de mérito se produce con la sentencia
misma, solo es posible su subsanación a través del presente
recurso, por lo que no hubo reclamación ex-ante.‖ XXVI.- RECURSO
DE CASACION POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA
DEFENSA DE LOS PROCESADOS L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J.
ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE LA DECLARACION DE HECHOS PROBADOS
FORMULADA POR EL TRIBUNAL DE SENTENCIA NO ES CLARA NI TERMINANTE.
Argumenta el recurrente que la declaración de los hechos estimados
probados por el A Quo no son claros y terminantes. Considera que
153
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
en la sentencia recurrida el A Quo estimó como probados, entre
otros, los hechos VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO y TRIGÉSIMO y
que al analizarlos se concluye que no cumplen con lo establecido
en la regla cuarta del articulo 338 del Código Procesal Penal, al
adolecer de claridad y coherencia al relatar los acontecimientos.
EStima que de la simple lectura de los hechos probados VIGÉSIMO
TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO y TRIGÉSIMO surgen muchas interrogantes
por tratarse de acontecimientos múltiples y de gran magnitud, con
muchos actores y participantes, por lo que señala que el Juzgador
debió analizar cada una de las acciones realizadas por los
imputados, de manera puntual para no incurrir en el error de
generalizar, y declarar culpables a los acusados L. A. C. V., T.
R. G. y H. W. J. por el solo hecho de ser reos rondines y
encontrarse presentes en el momento de los hechos. Señala que debe
responsabilizarse únicamente de los actos cometidos por cada uno
de ellos, de no hacerlo así, se aplicaría el dicho popular de que
“justos pagan por pecadores”. Reprocha que en los hechos probados
CUADRAGESIMO TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, se describen las
personas que murieron por carbonización y por hechos violentos,
pero no especifica quienes son los responsables y a través de que
acciones, no obstante que en la parte dispositiva de la sentencia,
el A Quo condena a los acusados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J.
por la muerte de todos ellos, lo cual asume imposible, otra razón
por la que considera a los hechos probados como faltos de claridad
y coherencia. Concluye manifestando que los hechos probados no
permiten comprender cómo sucedieron los sucesos, ni permite
valorar y determinar las acciones típicas, antijurídicas y
culpables que se supone ejecutaron los acusados y que fueron
calificados por el A Quo como constitutivas de los delitos de
ASESINATO Y ASESINATO EN EL GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, por
las se declaró penalmente responsables a los señores L. A. C. V.,
T. R. G. y H. W. J.. Esta Sala de lo Penal, considera pertinente
destacar, que el vicio procesal denunciado por el recurrente se
origina exclusivamente cuando la redacción de los hechos probados
aparece confusa, dubitativa o imprecisa, de modo que por su
insuficiencia o oscuridad, o por no expresar en forma conclusiva,
imperativa, terminante o categórica, sino vacilante o dubitativa,
puede conducir a subsunciones alternativas, en definitiva, a
consecuencia de la ambigüedad del relato. La falta de claridad
puede
venir
determinada
por
haber
empleado
expresiones
ininteligibles u oscuras que hacen difícil la comprensión del
relato o cuando incurre en omisiones que alteran su significación
y dejan prácticamente sin contenido específico la narración de los
hechos; se produce, pues, cuando lo narrado es incomprensible por
su deficiente redacción, oscuridad, ambigüedad o imprecisión,
también
cuando
por
omisión
de
elementos
o
circunstancias
importantes, se impide conocer la verdadera realidad de lo
ocurrido con la lógica consecuencia de que falta base fáctica para
determinar si los hechos son o no constitutivos de la infracción
penal, o cual ha sido la participación concreta de los acusados en
la ejecución del delito. Por consiguiente, no basta para apreciar
el defecto procesal que la narración se ofrezca oscura o
ininteligible en alguna de las partes, o en términos de ambigüedad
o imprecisión que haga difícil su comprensión, sino que es
necesario que tales defectuosidades se hallen en conexión con los
condicionamientos determinantes de la calificación penal asignada
a los hechos probados, provocando una laguna o vacío en la
descripción histórica de los mismos, que determina una falta de
premisa fáctica para formular la calificación jurídica, de forma
que no pueda orientar, dentro del silogismo en que la sentencia
154
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
queda estructurada, el pronunciamiento condenatorio o absolutorio,
es decir, que resulta inadecuada para servir de argumentación
lógica al fallo, y ello porque la “quaestio facti” debe servir de
apoyo y sustento a la calificación jurídica o “quaestio iuris”.
Esta Sala de lo Penal considera que no se advierte la falta de
claridad o ambigüedad en la fundamentación fáctica de la sentencia
al establecer la participación de algunos individuos en la
comisión de los hechos que condujeron a la muerte de varias
personas que se encontraban al interior de la Celda No. 6) de la
Granja Penal del Porvenir53. Cuestión distinta es que en dicho
relato ni siquiera se mencione la presencia y contribución al
momento de su ejecución de alguno de los imputados, sobre lo cual
nos referiremos al resolver el motivo que por infracción de ley ha
formulado la Defensa de los encartados. Ahora resulta pertinente
analizar si la fundamentación fáctica de la sentencia adolece de
la suficiente claridad y precisión en lo que se refiere a la
participación de los encausados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J.,
en lo que concierne a la imputación que se les hace por la
comisión de treinta y siete delitos de asesinato mediante alevosía
y diecinueve delitos de tentativa de asesinato alevoso. Así
tenemos que: A) En el hecho probado Vigésimo Tercero se afirma que
tras la irrupción de elementos de seguridad del Estado en el
interior de la Granja Penal del Porvenir, el procesado L. A. C.
V., salió al igual que otros ocho reos rondines de las diferentes
celdas y otros espacios en los que se habían refugiado,
procediendo a golpear con toletes, palos y armas blancas a los
reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos ya heridos por
armas de fuego, circunstancia de la que tenía conocimiento el
coimputado ya fallecido R. A. S.I. sin que éste realizara acción
alguna
para
evitarlo.
Más
adelante
en
el
hecho
probado
Cuadragésimo se afirma que pasadas las once y seis minutos de la
mañana, aprovechando un descuido de los policías preventivos y
penitenciarios, el camarógrafo A. N. ingresó al interior del
Centro Penal, y filmó cuando el señor D. M. M. estaba
entrevistando al reo rondín L. A. C. V., (alias Chica Sexy), aún
agitado, portando al lado izquierdo de la cintura un tolete de
madera; filmando además varios cadáveres que yacían diseminados en
distintas partes del referido establecimiento penitenciario. En el
hecho probado CUADRAGESIMO QUINTO el Tribunal Sentenciador hace
una relación del fallecimiento de treinta y siete personas que
murieron violentamente a consecuencia de heridas ejecutadas con
armas blanca, objetos contundentes y/o disparos de armas de fuego,
en tanto que en el hecho probado CUADRAGESIMO SEXTO se hace una
relación de reos pandilleros que habiendo sufrido agresiones
físicas no resultaron muertos tras la finalización de los
acontecimientos suscitados. B) Respecto al procesado T. R. G.: En
el hecho probado Vigésimo Tercero se afirma que tras la irrupción
de elementos de seguridad del Estado en el interior de la Granja
Penal del Porvenir, el procesado T. R. G., salió junto con otros
ocho reos rondines de las diferentes celdas y otros espacios en
los que se habían refugiado, procediendo a golpear con toletes,
palos y armas blancas a los reos pandilleros que encontraban,
algunos de ellos ya heridos por armas de fuego, circunstancia de
la que tenía conocimiento el coimputado ya fallecido R. A. S.I.
sin que éste realizara acción alguna para evitarlo. Mas adelante
en el hecho probado Trigésimo se establece que Quince (15) minutos
después de que los primeros reos pandilleros habían salido de la
celda número dos, uno de los reos rondines señaló a varios de
53
Vid. hechos probados VIGESIMO CUARTO y CUADRAGESIMO TERCERO.
155
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
estos que se encontraban en indefensión pero que anteriormente
andaban armados y que tenían el carácter de cabecillas, mismos a
los que tras la referida señalización la policía les disparó
haciéndolo igualmente con los demás pandilleros que se encontraban
en el lugar. Tras lo cual reos rondines al ver que algunos de los
reos pandilleros aun estaban vivos procedieron a agredirlos con
palos, piedras y armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos
pandilleros que salieron después de la celda dos (2) y que se
hacían los muertos, todo ello a vista y consentimiento de la
Policía Penitenciaria, Policía Nacional Preventiva, elementos
Cobras y miembros del ejército que se encontraban en el lugar. De
esta manera se afirma que el reo rondín A. A. S., (alias
Comayagua), agredió con cuchillos y palos al reo pandillero A. J.
H., (alias El trabado); el reo rondín P. E. R. F., (alias
Chinapopo) agredió con machete al reo pandillero
L. A. O. G.,
(alias El Killer); el reo H. W. J., (alias El Basucazo), agredió
con un leño y arma blanca al reo pandillero O. G. H. V., (alias
El Pewee); Para finalmente concluir que los reos rondines S. G.
B., T. R. G., (alias Cabuya) y J. R. C., (alias Cobra), agredieron
a otros reos pandilleros usando palos y armas blancas. En el hecho
probado CUADRAGESIMO QUINTO el Tribunal Sentenciador hace una
relación del fallecimiento de treinta y siete personas que
murieron violentamente a consecuencia de heridas ejecutadas con
armas blancas, objetos contundentes y/o disparos de armas de
fuego, en tanto que en el hecho probado CUADRAGESIMO SEXTO se hace
una relación de reos pandilleros que habiendo sufrido agresiones
físicas no resultaron muertos tras la finalización de los
acontecimientos suscitados. C) Respecto al imputado H. W. J.: En
el hecho probado Vigésimo Tercero se afirma que tras la irrupción
de elementos de seguridad del Estado en el interior de la Granja
Penal del Porvenir, el procesado H. W. J., salió junto con otros
ocho reos rondines de las diferentes celdas y otros espacios en
los que se habían refugiado, procediendo a golpear con toletes,
palos y armas blancas a los reos pandilleros que encontraban,
algunos de ellos ya heridos por armas de fuego, circunstancia de
la que tenía conocimiento el coimputado ya fallecido R. A. S.I.
sin que éste realizara acción alguna para evitarlo. Mas adelante
en el hecho probado Trigésimo se establece que Quince (15) minutos
después de que los primeros reos pandilleros habían salido de la
celda número dos, uno de los reos rondines señaló a varios estos
que se encontraban en indefensión pero que anteriormente andaban
armados y que tenían el carácter de cabecillas, mismos a los que
tras la referida señalización la policía les disparó haciéndolo
igualmente con los demás pandilleros que se encontraban en el
lugar. Tras lo cual reos rondines al ver que algunos de los reos
pandilleros aun estaban vivos procedieron a agredirlos con palos,
piedras y armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos
pandilleros que salieron después de la celda dos (2) y que se
hacían los muertos, todo ello a vista y consentimiento de la
Policía Penitenciaria, Policía Nacional Preventiva, elementos
Cobras y miembros del ejército que se encontraban en el lugar. De
esta manera se afirma que el reo rondín A. A. S., (alias
Comayagua), agredió con cuchillos y palos al reo pandillero A. J.
H., (alias El trabado); el reo rondín P. E. R. F., (alias
Chinapopo) agredió con machete al reo pandillero
L. A. O. G.,
(alias El Killer); el reo H. W. J., (alias El Basucazo), agredió
con un leño y arma blanca al reo pandillero O. G. H. V., (alias
El Pewee); Del análisis conjunto de los hechos probados antes
relacionados en los que aparecen realizando diversas acciones los
imputados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J., a quienes el Tribunal
156
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
de Instancia condenó a título de coautores como responsables de
haber contribuido en un plan espontáneo y colectivo a causar la
muerte de treinta y siete personas e intentar quitarle la vida a
diecinueve, podemos afirmar que dadas las circunstancias en que se
produjeron los hechos objeto de juzgamiento con múltiples sujetos
activos y una gran cantidad de víctimas, que en su mayoría
perdieron la vida en tanto que las demás presentaban múltiples
lesiones tras la conclusión de los sucesos, resulta razonable que
el Tribunal de Instancia no haya establecido con rigurosa
minuciosidad y con prolijidad de detalles las incidencias
ocurridas durante el desarrollo de los acontecimientos, de tal
manera que la fundamentación fáctica de la sentencia recurrida no
acusa la oscuridad, ambigüedad o imprecisión señalada por el
Censor, que impida como un obstáculo insalvable determinar si
dichos encartados han incurrido o no en la comisión de los hechos
criminosos que se les atribuye. El recurrente alega que la
inclusión en el relato fáctico de la valoración de que los
acusados salieron de los lugares donde se habían refugiado
proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros,
constituye un concepto predeterminante del fallo. Sobre esto es
importante señalar que tal frase no constituye
una expresión
54
técnico-jurídica, sino que un juicio de inferencia , mediante el
cual se determina el elemento subjetivo del delito, de modo que si
bien es cierto que su ubicación resulta más acertada en la
fundamentación intelectiva y jurídica de la sentencia, en cuanto
extraído de los datos objetivos relatados, su inclusión en el
relato de hechos probados, siempre y cuando no vacíe el contenido
de los mismos, es revisable en casación por la vía del artículo
360 párrafo primero del Código Procesal Penal55,
si de los
restantes elementos fácticos narrados por el Juzgador se acredita
la equivocación de éste al atribuir al procesado que ese era y no
otro, el móvil que le impulsó a cometer el delito. De este modo, y
siendo que el cuadro fáctico expuesto en la sentencia, aún
suprimiendo mentalmente ese juicio de inferencia, resulta narrado
con un mínimo de claridad y amplitud para determinar cual fue la
intención que movió a los encartados para realizar las acciones
que se les imputan, esta Sala es de criterio que el motivo alegado
por el Censor debe ser desestimado. XXVI.- El Recurrente Abogado
C. O. U. L., en su condición de apoderado defensor de los señores
L. A. C. V., Tomás R. G. y H. W. J.,
desarrolló su Recurso de
Casación por Infracción de Ley de la siguiente manera: ―EXPOSICIÒN
DE LOS MOTIVOS DE CASACIÒN POR INFRACCIÓN DE LEY PRIMER MOTIVO:
Aplicación indebida del artículo 117 del Código
Penal PRECEPTO
AUTORIZANTE:
El
presente
motivo
de
casación
se
encuentra
comprendido en el artículo 360 del Código Procesal Penal
EXPLICACIÒN DEL MOTIVO La norma penal que aplica indebidamente el
sentenciador es el artículo 117 del Código Penal, norma penal que
establece lo siguiente: ―Artículo 117.-Es reo de asesinato quien
de muerte a una persona ejecutándola con la concurrencia de las
circunstancias siguientes: 1) Alevosía; 2) Con Premeditación,
conocida; 3) Por medio de inundación, incendio, envenenamiento,
explosión, descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de
buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos,
siempre que haya dolo o intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento,
aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido. La
pena por asesinato será de veinte (20) a treinta (30) años de
54
Vid. LUZON CUESTA, JOSE MARIA, El Recurso de Casación Penal,
edición, Editorial Colex, Madrid, 2000, págs. 147-148, 151-152.
55
Referido a la casación por infracción de ley.
2ª
157
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
reclusión y cuando se cometiese mediante pago, recompensa o
promesa remuneratoria, o se acompañase de robo o violación, la
pena será de treinta (30)años a privación de por vida de la
libertad‖ El Juzgador declaró terminantemente probado, entre otros
los HECHOS siguientes: ―VIGÈSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A.
S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V. (alias
Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo)
S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda
de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo),
salen de las diferentes y lugares donde habían tenido refugio,
proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros,
procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y con armas
blancas, a los reos pandillero que encontraban, algunos de ellos
ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los
policías penitenciarios y miembros del ejército que se encontraban
en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna
acción para impedir o evitar lo que esta aconteciendo. VIGÈSIMO
CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R.
F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia
donde policías penitenciarios y miembros del ejército han
disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de
esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias
Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el reo
rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando a la
celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de la
comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A. C.
V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo S.
G. B., prenden en fuego con el acelerante, varias colchonetas las
que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas
traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha
celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas
que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua
del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin
lograr
controlar
el
fuego;
de
todo
ello
lograron
tener
conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el
miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna
para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G.,
escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la
celda seis (6), e instantes después observó el humo provocado por
el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción
alguna‖ El juzgador calificó que tales hechos declarados probados
constituyen,
por
una
parte,
SESENTA
ASESINATOS;
de
ellos
VEINTITRES personas muertas por incendio y TREINTA Y SIETE
personas muertas por alevosía, y por otra, DIECINUEVE ASESINATOS
EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, sin embargo, al analizar
los HECHOS PROBADOS del fallo recurrido y específicamente en los
antes transcritos, que son los que refieren algún comportamiento
de mis representados, fácilmente puede apreciarse que en los
referidos hechos probados se ofrece una muy general descripción de
las
acciones
realizadas
por
los
referidos
encartados,
no
permitiendo subsumir su conducta en alguno de los comportamientos
prohibidos por el código Penal, en otros apartados de tales hechos
probados se consigna que los imputados agredieron a otros
internos, pero sin señalar de modo particular las personas
ofendidas y cual fue la magnitud de las agresiones ni cuales
fueron los resultados de las mismas; y menos aun, que estos hayan
participado como autores del ASESINATO de las VEINTITRES personas
que murieron por incendio y de las TREINTA Y SIETE personas que
murieron por alevosía, y siendo que los
hechos probados son el
arranque de la decisión a la que arriba el juzgador, mismos que
158
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
deben surgir de las pruebas evacuadas en la causa, pues responden
a la pregunta ¿Qué se tiene por demostrado? Y en torno a tales
hechos deberán girar todas las consecuencias jurídicas que de
ellos se deriven; entre estas la adecuación o no de ese cuadro
fáctico, a un determinado
tipo penal y dado que en el presente
caso los hechos probados no describen comportamiento alguno
desarrollado por los encartados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J.
que hubiere dado como resultado la muerte de las SESENTA personas
por cuyo fallecimiento fueron condenados, ello configura que el
juzgador al condenarlos lo hace aplicando indebidamente lo
dispuesto en el artículo 117 del Código Penal. APLICACIÓN
PRETENDIDA La defensa pública de los señores L. A. C. V., T. R. G.
y H. W. J. con la interposición del presente recurso de casación
pretende la confrontación de las acciones que en ellos se les
atribuye a nuestros representados, frente a los elementos
objetivos y subjetivos del tipo penal contenidos en el Artículo
117 del Código Penal, y que una vez comprobado que en tales hechos
probados no concurre ningún comportamiento por parte de los
referidos encartados que haya dado como resultado las muertes que
se les atribuyen y consecuentemente se les libere de toda
responsabilidad, ya que el juzgador no individualizó
la
participación de cada uno de los encartados, limitándose a señalar
los distintos agravios sufridos por las residentes en las celdas
dos y seis de la Granja Penal de El Porvenir atribuyéndoles a cada
uno de los encartados la totalidad de dichos agravios, sin que de
los hechos probados surja un nexo causal entre las acciones
desplegadas por mis representados y los resultados a ellos
atribuidos. XXIV.- RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY
INTERPUESTO POR LA DEFENSA DE LOS PROCESADOS L. A. C. V., T. R. G.
y H. W. J., ARGUMENTANDO FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS
PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE LOS ENCARTADOS HAYAN COMETIDO LOS
SESENTA DELITOS DE ASESINATO CONSUMADO QUE SE LES ATRIBUYE, POR LO
QUE ALEGA LA APLICACIÓN INDEBIDA DEL ARTICULO 117 DEL CODIGO
PENAL.- Argumenta el recurrente que el A Quo ha aplicado en forma
indebida el artículo 117 del Código
Penal, norma penal que
establece el tipo penal de Asesinato. Afirma que en los hechos
declarados probados vigésimo tercero y vigésimo cuarto, de la
sentencia recurrida, no se describe comportamiento alguno de los
encartados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. que hubiere dado como
resultado la muerte de las SESENTA (60) personas por cuyo
fallecimiento fueron condenados en aplicación del Artículo 117 del
Código Penal. El recurrente pretende con la interposición del
recurso de casación la confrontación de las acciones que se le
atribuye a los encausados, frente a los elementos objetivos y
subjetivos del tipo penal del Artículo 117 del Código Penal, para
que se constate que no concurre ningún comportamiento que haya
resultado en las muertes que se les atribuyen y consecuentemente
se les libere de toda responsabilidad, pues estima que el juzgador
no individualizó la participación de cada uno de los encartados.
Señala que el A Quo se limita a señalar los agravios sufridos por
los residentes en las celdas dos (2) y seis (6) de la Granja Penal
de El Porvenir, atribuyendo a cada uno de los encartados la
totalidad de dichos agravios, pero sin que de los hechos probados
surja un nexo causal entre las acciones desplegadas por los
acusados y los resultados a ellos atribuidos. Esta Sala de lo
Penal considera importante recordar, que a través del recurso de
casación por infracción de ley, sólo puede intentarse una
revaloración jurídica del material fáctico descrito en la
sentencia, contenido en la formulación de hechos probados
realizada por el Tribunal de Instancia. A diferencia del
159
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
tradicional recurso de apelación, propio del anterior sistema, que
provoca un nuevo examen del caso por parte del Tribunal revisor,
tanto bajo el aspecto fáctico como jurídico, el de casación por
infracción de ley únicamente admite la posibilidad de que el
Tribunal de Casación realice un nuevo examen del objeto procesal
bajo el segundo aspecto, o sea una revisión jurídica de los hechos
declarados probados. El recurso de casación por infracción de ley
debe estructurarse o partir su alegación, de los hechos probados
que contenga la resolución cuestionada, puesto que el vicio en
esencia consiste en que la decisión adoptada por el juzgador en la
parte resolutiva de la sentencia, es incompatible, irreconciliable
o ajena a la verdad enunciada por la narración fáctica (hechos
probados), de tal suerte que resultan inobservadas las normas que
sí corresponde aplicar, se invocan normas que no deben aplicarse,
o se invocan las normas que deben aplicarse al caso concreto pero
el Juzgador hace una incorrecta interpretación de las mismas.
Precisados los límites en los que puede desenvolverse la función
revisora de esta Sala cuando del recurso de casación por
infracción de ley se trate, ahora es pertinente que indiquemos
cuales son los elementos objetivos y subjetivos del delito de
asesinato mediante incendio que se atribuye a los encartados L. A.
C. V., T. R. G. y H. W. J. en perjuicio de varias personas. La
muerte de un ser humano a consecuencia de la acción realizada por
otra persona, valiéndose de medios especialmente peligrosos o
revelando una especial perversidad, ha sido tradicionalmente
castigada con mayor severidad que el homicidio simple. En este
sentido, el asesinato se describe como la muerte de otra persona
ejecutada con alguna de las circunstancias mencionadas en el
artículo 117 del Código Penal. De este modo, la concurrencia de
algunas de las circunstancias del artículo 117
establece la
diferencia entre el homicidio y el asesinato. No obstante, cabe
señalar, que ambos delitos comparten características comunes, así,
aparte de la igualdad en el bien jurídico protegido, que es la
vida humana como valor ideal, coinciden los sujetos, activo y
pasivo, que pueden serlo cualquier persona, sin más limitaciones
que las que provienen del concurso de leyes,56 el objeto material
sobre el que recae directamente la acción es el hombre vivo
físicamente considerado, y los problemas de la relación de la
causalidad, en virtud de la cual se debe establecer la conexión
entre el comportamiento del sujeto activo y el resultado que
consiste en la muerte efectiva de otra persona. En el caso
concreto que ahora nos ocupa, se ha declarado la responsabilidad
penal de los encausados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. a título
de coautores de varios delitos de asesinato mediante incendio,
modalidad
prevista
en
el
numeral
3)
del
precepto
legal
supracitado. La razón de la especial agravación de la muerte de un
ser humano cometido mediante incendio, no es solamente la mayor
perfidia del medio empleado que revela un delincuente sumamente
peligroso, sino también el peligro general que tal medio y otros
como la inundación, explosión, descarrilamiento, etc… encierran
para la colectividad57. En lo que concierne a la coautoría esta se
presenta cuando varias personas, previa celebración de un acuerdo
56
Así sí el sujeto pasivo es alguno de los Presidentes de los Poderes del
Estado, el delito aplicable es el previsto en el artículo 322, si se
trata del Jefe de Estado extranjero o Jefe de Gobierno extranjero, el
artículo 318, etc…
57
Vid. CUELLO CALON, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo II,
Revisada por CAMARGO HERNANDEZ, CESAR, Bosch, Casa Editorial, S.A.,
Barcelona, 1982, pág. 507.
160
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
común, que puede ser expreso o tácito, llevan a cabo un hecho de
manera mancomunada, mediante una contribución objetiva a su
realización, por lo que cada autor domina todo el suceso en unión
de otro o de otros. Un buen ejemplo lo brinda la banda de
asaltantes que planea atracar un banco, y con tal fin se
distribuyen las diversas tareas: reducir a los guardias de
seguridad, controlar a los concurrentes a la entidad crediticia,
abrir la caja fuerte, vigilar el exterior, etc.., todos los
intervinientes,
pues,
pueden
ser
considerados
coautores
a
condición de que reúnan las exigencias correspondientes. De esta
forma, en los casos de dominio del hecho, las funciones que
realizan los concurrentes, no son las mismas, ni de igual
intensidad, pero todos realizan alguna labor, y la suma de ellas
es la que permite la comisión del delito. Del concepto
anteriormente descrito se desprenden los dos elementos de la
figura: uno de índole subjetiva y otro objetivarias- En primer
lugar se requiere una decisión, resolución delictiva o un acuerdo
común, en virtud del que cada coautor se comprometa a asumir una
tarea parcial, indispensable para la realización del plan, de tal
manera que todos aparezcan como cotitulares de la responsabilidad
y sepan que actúan junto a otro u otros y que, con él o ellos,
realizan una tarea concreta: no se requiere desde luego que el
acuerdo sea expreso ni previo, sino que puede ser tácito y
simultáneo, pues basta con que haya una especie de “dolo común”.
Es pues la decisión mancomunada, la decisión común del hecho, la
que determina la conexión de las partes del suceso ejecutadas por
cada uno de los intervinientes y a partir de la que es posible
imputarle a la persona respectiva la parte realizada por cada una
de las otras. Por eso, cada coautor debe reunir las mismas
cualidades que el autor y el dominio del hecho se torna común. Sí
acontece, por ejemplo, que alguno de los intervinientes no
comparte con los demás las riendas del suceso, debe pensarse en
una figura distinta, como pueden ser la que corresponde a las
personas que sólo cumplen meras tareas de participación en un
hecho ajeno (inducción o simple complicidad). De lo anterior emana
una importante regla en esta materia: la responsabilidad de cada
coautor se limita al hecho colectivo y los excesos o hechos
suplementarios ejecutados fuera del plan acordado, solo afectan al
interviniente que los haya realizado por sí solo. Por ejemplo, sí
uno de los asaltantes, deslumbrado por su atractivo, decide motu
propio violar a una empleada del banco atracado, solo a él puede
imputársele dicho suceso, lo mismo acontece si uno de los
maleantes, por fuera de lo pactado, decide dar muerte a cualquiera
de los presentes. En segundo lugar, debe mediar una contribución,
un aporte objetivo y esencial al hecho, de tal manera que éste sea
producto
de
la
división
del
trabajo
entre
todos
los
intervinientes, por ellos se requiere un “dominio funcional del
hecho”, pues cada uno debe ser pieza fundamental para llevar a
cabo el plan general. Por lo tanto, no se precisa que cada
concurrente realice totalmente la acción típica , pero sí es
necesario, indudablemente, que el aporte esencial se lleve a cabo
en la fase ejecutiva de la misma, pues de lo contrario se estarían
penando aportaciones en las fases previas en contravía de un
Derecho penal del acto y dándole cabida a indeseables concepciones
subjetivas en esta materia, pues las contribuciones concretadas
por el pueden imputarse a todos en virtud del acuerdo; sí se
responsabilizara a cada concurrente por la fracción del hecho
realizada en la fase ejecutiva, sería imposible concebir la figura
en examen o habría que acudir a las posturas subjetivistas que
terminan en un concepto extensivo de autor. Esto último, porque,
161
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
debe insistirse, lo normal es que el coautor no tenga en sus manos
el dominio total del hecho sino que ese dominio lo ejerce a través
del ente colectivo formado con la resolución común. Así las cosas,
deben ser considerados coautores tanto los que, tratándose de un
delito de estafa, realizan los artificios o engaños sobre la
víctima de este atentado patrimonial, como el que ha sido
encargado por sus compinches de recibir el dinero que va a ser
repartido en todos de manos de la víctima, sí, según el plan
común, su aporte constituye un presupuesto que tiene lugar durante
la ejecución del hecho y sin el que el resultado perseguido no se
hubiera podido alcanzar. Otro ejemplo de coautoría sería el
siguiente: Un grupo de sujetos entre los cuales se encuentran A y
B, acuerdan llevar a cabo un asalto. Para cumplir con ese
propósito, varios miembros del grupo se arman de puñales. Los
sujetos descritos rodean a una pareja, amenazándoles con las armas
cortopunzantes y exigiéndoles que les entreguen sus pertenencias.
Mientras A retiene a la mujer, amedrentándola con su puñal, B y un
tercer sujeto intentan despojar de sus bienes al hombre, quien se
resiste, por lo que el tercer sujeto le propina con su puñal una
estocada en la ingle al ofendido, y le causa la muerte sin haber
podido despojar a las víctimas de sus pertenencias. En este caso A
y B son también coautores del delito de homicidio pues aunque no
fueron ellos quienes realizaron la acción directa de acometer al
occiso con el cuchillo, actuaron en codominio funcional del hecho,
dividiendo sus funciones y portando armas blancas. Todos los
participantes sabían que portaban armas cortopunzantes, las cuales
podían ser utilizadas para herir o matar y realizaron en forma
conjunta el desapoderamiento por medio de una división de
funciones,
en
consecuencia
todos
son
coautores.58
Habiendo
determinado de manera sucinta cuales son los elementos objetivos y
subjetivos de la modalidad del delito de asesinato antes apuntada,
y explicada en términos generales la figura de la coautoría,
analizaremos sí a partir del relato de hechos probados se puede
atribuir a los acusados los hechos criminosos antes apuntados. Una
lectura detenida de la fundamentación fáctica de la sentencia,
revela que en el hecho probado vigésimo cuarto se describen las
acciones de varias personas que de manera conjunta contribuyeron
para causar un incendio en la Celda No. 6 de la Granja Penal del
Porvenir, lo que en una relación causa-efecto trajo como resultado
la muerte de varias personas (vid. Hecho Probado Cuadragésimo
Tercero). Entre tales personas se encuentra el imputado L. A. C.
V., a quien se atribuye junto a otros individuos la acción de
haber prendido fuego a varias colchonetas y haberlas L.do por las
ventanas al interior de la celda No. 6) lo que a la postre trajo
como resultado un incendio que a su vez produjo la muerte de
varias personas, de este modo, del relato fáctico antes descrito
se subsume la comisión del delito de asesinato tipificado en el
artículo 117 No. 3) del Código Penal y por ende atribuible al
encartado L. A. C. V., consecuentemente, se desestima el motivo de
casación que por infracción de ley interpuesiera la Defensa para
desvanecer los delitos de asesinato mediante incendio por los
cuales resultara condenado. En lo que concierne a los coimputados
T. R. G. y H. W. J., no se logra establecer del relato fáctico
contenido en la sentencia cual fue su contribución, que en una
58
Vid. sobre el concepto y los elementos de la coautoría: SANCHEZ ROMERO,
CECILIA / ROJAS CHACON, JOSE ALBERTO/ Derecho Penal, Aspectos Teóricos y
Prácticos, Editorial JURICENTRO S.A.,
San José de Costa Rica, 2009,
págs. 511 y ss, VELASQUEZ V., FERNANDO, Derecho Penal, Parte General, 4ª
Edición, Librería Jurídica, COMLIBROS, Bogotá, 2009, págs. 899y ss.
162
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
relación causa efecto produjera la muerte por incendio de varias
personas que se encontraban al interior de la celda No. 6) de la
Granja Penal del Porvenir, consecuentemente se declara con lugar
el motivo de casación por infracción de ley formulado por la
Defensa, para desvanecer los delitos de asesinato mediante
incendio por los cuales resultaran condenados. En lo que concierne
a los treinta y siete delitos de asesinato alevoso consumado que
se les atribuye esta Sala considera pertinente recordar que la
alevosía supone el empleo de procedimientos que facilitan el
hecho. La define el artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay
alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los delitos
contra la vida y la integridad personal, empleando medios, modos o
formas en la ejecución que tiendan directa y especialmente a
asegurarlas, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa
que pudiera hacer el ofendido.”. En este sentido, la alevosía
exige que los procedimientos empleados tiendan, directa y
especialmente a asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una
posible defensa del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los
que se producen por la espalda59, o estando la víctima en la cama o
de rodillas. Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en
la alevosía es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del
hecho y la ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer
el ofendido. La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la
ejecución del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún
tipo de premeditación o preparación, de tal manera que puede
surgir en el mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto
aprovecha que su enemigo le da la espalda para dispararle). En
algunas corrientes jurisprudenciales se distinguen tres supuestos
de
asesinato
alevoso.
La
llamada
alevosía
proditoria
o
traicionera,
si
concurre
celada,
trampa
o
emboscada;
la
sorpresiva, que se materializa en un ataque súbito o inesperado; y
la alevosía por desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de
una especial situación de desA. de la víctima que impide cualquier
manifestación de defensa60. Un análisis del relato fáctico en todo
su contexto nos permite constatar que en los hechos probados
decimoséptimo, decimonoveno y cuadragésimo primero se describen
las acciones ejecutadas por varios reos pandilleros que dieron
como resultado en algunos casos la muerte y en otros las lesiones
causadas a varios reos comunes, así como también los intentos por
acabar con la vida de estos últimos mediante incendio y otros
medios idóneos, De este modo y si bien es cierto que de la
fundamentación fáctica no se desprende la existencia de una causa
de justificación ni otra eximente de responsabilidad criminal a
favor de los procesados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J., por las
agresiones que ejecutaran en perjuicio de otros individuos, no es
menos cierto que tampoco se desprende del mismo relato fáctico que
las referidas agresiones hayan sido a traición, inesperadas,
mediante emboscada o celada, o aprovechándose de una situación de
evidente desvalimiento de los ofendidos, de ahí que no podamos
afirmar de manera indubitada y a partir de los hechos declarados
probados que los imputados al perpetrar las acciones que se les
imputa hayan empleado particulares medios, modos o formas en la
59
Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente
en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al
rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea
en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid.
MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición,
Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54
60
Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html
163
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
ejecución de los hechos con la finalidad de asegurar el resultado,
sin los riesgos que para su persona hubieran podido proceder de
una reacción defensiva por parte de los ofendidos, de ahí que la
agresiones tantas veces referidas no puedan calificarse como
alevosas y por lo tanto constitutivas de delitos de asesinato, por
lo que el comportamiento de los acusados al contribuir de manera
mancomunada, en un plan espontáneo y colectivo con la finalidad de
dar muerte a los reos pandilleros, propósito que finalmente
resultara alcanzado, se subsume en la figura del homicidio simple,
tipificada en el artículo 116 párrafo primero del Código Penal,
considerando esta Sala que como mínimo, de manera analógica y en
bonam partem, concurre a favor de los procesados L. A. C. V., T.
R. G. y H. W. J., la atenuante de haber precedido de parte del
ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito61. Es
cierto como lo expone el Censor, que en el relato fáctico no se
establece puntualmente y con detalle cuales fueron las acciones
que individualmente trajeron como consecuencia la muerte de
treinta y siete personas, pero no es menos cierto que del mismo
relato fáctico se colige que los acusados junto con otros
realizaron una misma y compleja operación delictiva, de tal manera
que cada uno de ellos mediante acciones ejecutivas idóneas para
causar la muerte de otras personas, esto es, utilizando armas
cortopunzantes, palos, piedras y otros objetos contundentes,
reforzándose unos y otros, realizaron una parte diversa pero
esencial para el éxito de la referida operación, cuyos resultados
se reflejan en las autopsias efectuadas por los médicos forenses y
descritas en los hechos probados en los que se aprecian con
detalle que los treinta y siete reos pandilleros que resultaron
muertos presentan múltiples heridas causadas con los medios antes
señalados. Una cosa es que de un grupo de personas no se tenga la
certeza respecto a quienes participaron en el hecho, y otra muy
diferente que más allá de toda duda razonable se tenga por probado
que un hecho fue producido por la acción conjunta de un grupo de
individuos, pues en éste último evento la imprecisión de los
detalles no altera la responsabilidad que como coautores les es
imputable a todos. De este modo resulta que la decisión
mancomunada, es decir, la decisión común del hecho de los
referidos imputados junto con otros es lo que ha determinado la
conexión de las partes del suceso ejecutadas por cada uno de ellos
y a partir de la que es posible imputarle a cada encausado la
parte realizada por cada una de los otros62. Por las razones
anteriormente expuestas se les impone a los encartados la pena
mínima de quince años de reclusión por cada uno de los homicidios
consumados, para hacer un total de quinientos cincuenta y cinco
años de reclusión. De este modo se estima parcialmente y en los
términos antes expuestos, el motivo que por infracción de ley
interpusiera la Defensa de los imputados L. A. C. V., T. R. G. y
H. W. J. para desvanecer los cargos de treinta y siete delitos de
asesinato consumado mediante alevosía. Esta Sala considera que por
una aplicación extensiva del recurso de casación, autorizada por
el artículo 349 del Código Procesal Penal, la infracción del
61
El artículo 26 No. 4) del Código Penal establece que constituye una
circunstancia atenuante ―haber precedido inmediatamente de parte del
ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito‖. Por su parte el
numeral 14) del mismo precepto legal, prevé que constituye circunstancia
atenuante: ―cualquier otra circunstancia análoga a las anteriores..‖
62
Sobre la figura de la coautoría en particular, vid. MARQUEZ CARDENAS,
ALVARO ENRIQUE, en La Coautoría en la Dogmática Penal, frente a otras
formas de Autoría y Participación, Universidad Libre de Colombia, Bogotá,
2008, págs. 65 y ss.
164
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
artículo 117 No. 1) del Código Penal, alegada a favor de los
coimputados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. M. debe decretarse en
beneficio del procesado S. J. S. M., a quien se declara penalmente
responsable de la comisión de tres delitos de homicidio simple, a
la pena de cuarenta y cinco años de reclusión. Igualmente, cabe
iguales razones para dicha aplicación extensiva a favor del
coprocesado P. P. C., a quien se declara penalmente responsable de
treinta y siete delitos de homicidio consumado, por lo que se le
impone la pena de quinientos cincuenta y cinco años de reclusión.
XXV.- SEGUNDO MOTIVO: Aplicación indebida del Artículo 117 en
relación con el 15 ambos del Código Penal. PRECEPTO AUTORIZANTE:
El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el
Artículo 360 del Código Procesal Penal. EXPLICACIÒN DEL MOTIVO: La
norma penal que aplica indebidamente el sentenciador es el
artículo 117 en relación al 15 del Código Penal, normas penales
que establece lo siguiente: ―Artículo 117.- Es reo de asesinato
quien de muerte a una persona ejecutándola con la concurrencia de
las circunstancias siguientes: 1) Alevosía; 2) Con Premeditación,
conocida; 3) Por medio de inundación, incendio, envenenamiento,
explosión, descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de
buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos,
siempre que haya dolo o intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento,
aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido. La
pena por asesinato será de veinte (20) a treinta (30) años de
reclusión y cuando se cometiese mediante pago, recompensa o
promesa remuneratoria, o se acompañase de robo o violación, la
pena será de treinta (30) años a privación de por vida de la
libertad. Artículo 15.-Hay tentativa cuando, con la intención de
cometer un delito determinado, se realizan actos inequívocos de
ejecución y no se consuma por causas ajenas a la voluntad del
agente‖ El Juzgador declaró terminantemente probado, entre otros
los HECHOS siguientes: ―VIGÈSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A.
S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V. (alias
Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo)
S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda
de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo),
salen de las diferentes y lugares donde habían tenido refugio,
proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros,
procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y con armas
blancas, a los reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos
ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los
policías penitenciarios y miembros del ejército que se encontraban
en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna
acción para impedir o evitar lo que esta aconteciendo. VIGÈSIMO
CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R.
F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia
donde policías penitenciarios y miembros del ejército han
disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de
esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias
Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el reo
rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando a la
celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de la
comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A. C.
V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo S.
G. B., prenden en fuego con el acelerante, varias colchonetas las
que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas
traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha
celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas
que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua
del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin
165
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
lograr
controlar
el
fuego;
de
todo
ello
lograron
tener
conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el
miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna
para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G.,
escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la
celda seis (6), e instantes después observó el humo provocado por
el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción
alguna.‖
El
juzgador
calificó
que
tales
hechos
probados
constituyen DIECINUEVE DELITOS DE ASESINATO EN SU GRADO DE
EJECUCIÓN DE TENTATIVA en perjuicio de DIECINUEVE REOS PANDILLEROS
SOBREVIVIENTES, fundamentado en el Artículo 117 en relación al 15
del Código Penal. Sobre este particular, la defensa de los señores
L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. considera que el juzgador arriba
a tal decisión por una errónea aplicación del artículo 117 en
relación al 15 del referido cuerpo legal, pues, en los hechos
probados no se aprecia de manera clara y precisa, los dos
elementos indispensables para catalogar la conducta de mi
representado como constitutiva de tales delitos, en este caso el
elemento objetivo y subjetivo del tipo penal.- En el caso
subjudice, los hechos probados carecen de tales elementos y no
concretiza de manera puntual y clara, la forma en la que nuestros
patrocinados realizan esas acciones que hacen que el Juzgador les
condene por el delito de ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCIÓN DE
TENTATIVA y mucho menos se establece cuáles fueron esas causas
ajenas a la voluntad de mis representados por las que no hayan
logrado
alcanzar
los
resultados
por
ellos
pretendidos.
INTERPRETACIÓN PRETENDIDA Al no plasmar de manera concreta la
acción de mis representados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. en
los sucesos a ellos imputados, convierte a los hechos probados en
meras especulaciones, en relatos sin sentido y al no establecer
contra quienes se producen las acciones y cual fue el resultado,
por consiguiente al no enmar C. adecuadamente en el tipo penal por
el que se le condenó, nuestra solicitud al Tribunal de Casación es
que se aplique correctamente la norma penal con el dictado de un
fallo absolutorio. XXV.- RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY
INTERPUESTO POR LA DEFENSA DE LOS PROCESADOS L. A. C. V., T. R. G.
y H. W. J., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS PROBADOS
NO SE DESPRENDE LA COMISIÓN DE DIECINUEVE DELITOS DE TENTATIVA DE
ASESINATO QUE SE LES ATRIBUYE, POR LO QUE EL TRIBUNAL SENTENCIADOR
HABRÍA APLICADO INDEBIDAMENTENTE LOS ARTICULOS 117 Y 15 DEL CODIGO
PENAL.- Esta Sala de Penal considera pertinente recordar que la
alevosía supone el empleo de procedimientos que facilitan el
hecho. La define el artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay
alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los delitos
contra la vida y la integridad personal, empleando medios, modos o
formas en la ejecución que tiendan directa y especialmente a
asegurarlas, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa
que pudiera hacer el ofendido.”. En este sentido, la alevosía
exige que los procedimientos empleados tiendan, directa y
especialmente a asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una
posible defensa del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los
que se producen por la espalda63, o estando la víctima en la cama o
de rodillas. Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en
63
Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente
en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al
rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea
en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid.
MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición,
Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54
166
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
la alevosía es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del
hecho y la ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer
el ofendido. La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la
ejecución del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún
tipo de premeditación o preparación, de tal manera que puede
surgir en el mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto
aprovecha que su enemigo le da la espalda para dispararle). En
algunas corrientes jurisprudenciales se distinguen tres supuestos
de
asesinato
alevoso.
La
llamada
alevosía
proditoria
o
traicionera,
si
concurre
celada,
trampa
o
emboscada;
la
sorpresiva, que se materializa en un ataque súbito o inesperado; y
la alevosía por desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de
una especial situación de desA. de la víctima que impide cualquier
manifestación de defensa64. Por otro lado también resulta oportuno
recordar que el artículo 15 del código penal establece: “hay
tentativa cuando, con la intención de cometer un delito
determinado se realizan actos inequívocos de ejecución y no se
consuma por causas ajenas a la voluntad del agente”. El tipo de la
tentativa requiere de los siguientes elementos: a) en la parte
objetiva, una ejecución parcial o total de los actos ejecutivos no
seguida de consumación, b) en la parte subjetiva, la voluntad de
consumación, c) la ausencia de desistimiento voluntario. El
comienzo de la ejecución necesario para la tentativa requiere que
se traspase la frontera que separa los actos preparatorios (sí los
hay) de los actos ejecutivos. Subjetivamente la tentativa requiere
que el sujeto quiera los actos que objetivamente realiza con ánimo
de consumar el hecho o, al menos aceptando (con seguridad o con
probabilidad) que pueden dar lugar a la consumación. Por último se
requiere la concurrencia de un elemento negativo, y que consiste
en el que el hecho no se consume por causas ajenas a la voluntad
del agente. Recapitulando podemos afirmar que la tentativa se
presenta cuando se ejecutan actos considerados indispensables para
llevar a cabo el comportamiento tipificado en la ley penal y que
en el caso concreto deben serlo efectivamente conforme al fin
propuesto, pero factores extraños o ajenos a la voluntad del autor
impiden que éste logre la producción del resultado perseguido. Así
las cosas podemos afirmar que habrá una tentativa de asesinato
alevoso, cuando el agente realiza actos inequívocos de ejecución
dirigidos a causar la muerte de una persona, empleando medios,
modos o formas que tiendan directa y especialmente a asegurar
dicho resultado, sin riesgo para su persona que proceda de la
defensa que pudiera hacer el ofendido pero por causas ajenas a la
voluntad del imputado el delito no alcanza la consumación. Un
análisis del relato fáctico en todo su contexto nos permite
constatar que en los hechos probados decimoséptimo, decimonoveno y
cuadragésimo primero se describen las acciones ejecutadas por
varios reos pandilleros que dieron como resultado en algunos casos
la muerte y en otros las lesiones causadas a varios reos comunes,
así como también los intentos por acabar con la vida de estos
últimos mediante incendio y otros medios idóneos, De este modo y
si bien es cierto que de la fundamentación fáctica no se desprende
la existencia de una causa de justificación ni otra eximente de
responsabilidad criminal a favor de los procesados L. A. C. V., T.
R. G. y H. W. J., por las agresiones que ejecutaran en perjuicio
de otros individuos, no es menos cierto que tampoco se desprende
del mismo relato fáctico que las referidas agresiones hayan sido a
traición,
inesperadas,
mediante
emboscada
o
celada,
o
aprovechándose de una situación de evidente desvalimiento de los
64
Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html
167
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
ofendidos, de ahí que no podamos afirmar de manera indubitada y a
partir de los hechos declarados probados que los imputados al
perpetrar las acciones que se les imputa hayan empleado
particulares medios, modos o formas en la ejecución de los hechos
con la finalidad de asegurar el resultado, sin los riesgos que
para su persona hubieran podido proceder de una reacción defensiva
por parte de los ofendidos, de ahí que la agresiones tantas veces
referidas no puedan calificarse como alevosas y por lo tanto
constitutivas de delitos de tentativa de asesinato, por lo que el
comportamiento
de
los
acusados
al
contribuir
de
manera
mancomunada, en un plan espontáneo y colectivo con la finalidad de
dar muerte a los reos pandilleros, propósito que finalmente y
respecto a los diecinueve reos pandilleros sobrevivientes no
resultara alcanzado por causas ajenas a su voluntad, se subsume en
la figura de la tentativa de homicidio simple, tipificada en el
artículo 116 párrafo primero del Código Penal en relación al
artículo 15 del mismo texto punitivo, considerando esta Sala que
como mínimo, de manera analógica y en bonam partem, concurre a
favor de los procesados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J., la
atenuante de haber precedido de parte del ofendido, provocación o
amenaza proporcionada al delito65. Es cierto como lo expone el
Censor, que en el relato fáctico no se establece puntualmente y
con detalle cuales fueron las acciones que individualmente
trajeron como consecuencia la puesta en peligro de la vida de
diecinueve personas, pero no es menos cierto que del mismo relato
fáctico se colige que los acusados junto con otros realizaron una
misma y compleja operación delictiva, de tal manera que cada uno
de ellos mediante acciones ejecutivas idóneas para causar la
muerte
de
otras
personas,
esto
es,
utilizando
armas
cortopunzantes, palos, piedras y otros objetos contundentes,
reforzándose unos y otros, realizaron una parte diversa pero
esencial con la finalidad de alcanzar el éxito de la referida
operación, cuyos resultados particularmente se reflejan en las
dictámenes médicos efectuadas por los médicos forenses y descritas
en los hechos probados en los que se aprecian con detalle que los
diecinueve reos pandilleros que sobrevivieron presentan múltiples
heridas causadas con los medios antes señalados. Una cosa es que
de un grupo de personas no se tenga la certeza respecto a quienes
participaron en el hecho, y otra muy diferente es que más allá de
toda duda razonable se tenga por probado que un hecho fue
producido por la acción conjunta de un grupo de individuos, pues
en éste último evento la imprecisión de los detalles no altera la
responsabilidad que como coautores les es imputable a todos. De
este modo resulta que la decisión mancomunada, es decir, la
decisión común del hecho de los referidos imputados junto con
otros es lo que ha determinado la conexión de las partes del
suceso ejecutadas por cada uno de ellos y a partir de la que es
posible imputarle a cada encausado la parte realizada por cada una
de los otros66. Recapitulando podemos afirmar que del relato
fáctico se desprende la descripción de actos ejecutivos realizados
por los procesados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. con el
65
El artículo 26 No. 4) del Código Penal establece que constituye una
circunstancia atenuante ―haber precedido inmediatamente de parte del
ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito‖. Por su parte el
numeral 14) del mismo precepto legal, prevé que constituye circunstancia
atenuante: ―cualquier otra circunstancia análoga a las anteriores..‖
66
Sobre la figura de la coautoría en particular, vid. MARQUEZ CARDENAS,
ALVARO ENRIQUE, en La Coautoría en la Dogmática Penal, frente a otras
formas de Autoría y Participación, Universidad Libre de Colombia, Bogotá,
2008, págs. 65 y ss.
168
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
evidente propósito de causar la muerte de los reos pandilleros
internos en la granja penal del Porvenir, voluntad compartida con
otros encartados, resultado que no se logra alcanzar cuando
transcurridos unos veinte minutos desde que hubiera arribado al
escenario de los acontecimientos el encausado C. E. H. A., al
percatarse de la presencia de representantes de los medios de
comunicación, ordenó que C.an los disparos que aún efectuaban
elementos de seguridad del Estado y que reforzaban la actividad
criminal ejecutada por los imputados antes mencionados67. De este
modo se impone a los procesados la pena mínima de diez años de
reclusión por cada una de las tentativas de homicidio ejecutadas,
para hacer un total de ciento noventa años de reclusión. De este
modo se estima parcialmente y en los términos antes expuestos, el
motivo que por infracción de ley interpusiera la Defensa de los
imputados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J.
para desvanecer los
cargos de diecinueve delitos de tentativa de asesinato consumado
por los cuales resultaran condenados. Finalmente esta Sala
considera que resulta procedente por encontrarse en circunstancias
similares, una aplicación extensiva del recurso de casación,
autorizada por el artículo 349 del Código Procesal Penal, en el
motivo que se basa en la infracción del artículo 117 No. 1) del
Código Penal en relación al artículo 15 del mismo texto punitivo,
alegada a favor de los imputados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J.
M., en beneficio del encartado P. P. C., en consecuencia se casa
la sentencia de la siguiente manera: se le declara responsable
criminalmente y a título de coautor, por la comisión de diecinueve
delitos de tentativa de homicidio, imponiéndole la pena de ciento
noventa años de reclusión. XXVI.- El Recurrente Abogado J. N. P.
B., en su condición de Apoderado Defensor del procesado O. A. O.,
desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley en dos
motivos, en tanto que por la vía del quebrantamiento de forma
expuso un motivo. Para efectos de seguir un orden sistemático
adecuado en su análisis y resolución, esta SALA considera
pertinente apartarse del orden seguido por el Censor, de tal
manera que inicialmente se pronunciará sobre el tercero de los
motivos antes apuntados, para luego analizar los motivos por
infracción de ley sustantiva formulados por el recurrente.- XXVI.EXPOSICIÒN DEL MOTIVO DE CASACIÓN POR QUEBRANTRAMIENTO DE FORMA
MOTIVO ÚNICO: La declaración de los hechos estimados probados por
el Tribunal no son claros y terminante. PRECEPTO AUTORIZANTE: El
presente motivo de casación se encuentra comprendido en el
Artículo 362 numeral 1 del Código Procesal Penal. EXPLICACIÒN DEL
MOTIVO La norma procesal que se invoca como infringida es el
articulo 338 regla cuarta numeral uno del Código Procesal Penal,
que expresa: ―En párrafos separados y numerados, se hará
declaración expresa y terminante de los hechos que se consideran
probados, descritos con claridad, precisión y coherencia, sin
emplear conceptos que, por su exclusivo carácter jurídico,
predeterminen el fallo que haya de dictarse.‖ En la sentencia
recurrida el Tribunal estimo como probados, entre otros, los
hechos siguientes: VIGÈSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A. S.,
(alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra)
L. A. C. V. (alias
67
Cabe señalar que en el caso de la víctima de tentativa de homicidio,
identificada como JOSE ROBERTO MALDONADO, las causas ajenas que impiden a
los responsables de esa infracción que alcancen su objetivo, es la
intervención de un hermano de aquel, perteneciente a la Fuerza Aérea
Hondureña. Vid. Hecho Probado Trigésimo Segundo.
169
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo)
S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda
de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo),
salen de las diferentes y lugares donde habían tenido refugio,
proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros,
procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y con armas
blancas, a los reos pandillero que encontraban, algunos de ellos
ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los
policías penitenciarios y miembros del ejército que se encontraban
en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna
acción para impedir o evitar lo que esta aconteciendo. VIGÈSIMO
CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R.
F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia
donde policías penitenciarios y miembros del ejército han
disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de
esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias
Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el reo
rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando a la
celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de la
comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A. C.
V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo S.
G. B., prenden en fuego con el acelerante, varias colchonetas las
que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas
traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha
celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas
que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua
del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin
lograr
controlar
el
fuego;
de
todo
ello
lograron
tener
conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el
miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna
para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G.,
escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la
celda seis (6), e instantes después observó el humo provocado por
el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción
alguna. TRIGÈSIMO: Quince (15) minutos después de que los primeros
reos pandilleros han salido de la celda dos, el reo S. G. B. se
dirige hacia los reos pandilleros que andaban armados y los reos
pandillero que eran cabecillas, a los que la policía les disparan
y seguidamente disparan a todos los demás reos pandilleros que se
encontraban en el lugar, muchos de ellos acostados en el suelo;
los reos rondines, al ver que algunos de los reos pandilleros
estaban vivos aun, procedieron a agredirlos con palos, piedras y
armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que
salieron después de la celda dos (2) y que se hacían los muertos,
todo ello a vista y consentimiento de la Policía Penitenciaria,
Policía Nacional Preventiva, elementos Cobras y miembros del
ejército que se encontraban en el lugar. De esta manera el reo
rondín A. A. S. (alias Comayagua) arremete con cuchillos y palos
al reo pandillero A. J. H. (alias El Trabado); el reo rondín P. E.
R. F., (alias chinapopo) arremete con machete al reo pandillero
L. A. O. G. (alias El Killer); el reo H. W. J. (alias el
Basucazo), arremete con un leño y arma blanca al reo pandillero O.
G. H. V. (alias El Pewee); igualmente los reos rondines S. G. B.,
T. R. G. (alias Cabuya) y J. R. C. (alias Cobra) agredieron a
otros reos pandilleros usando palos y armas blancas. Al analizar
estos hechos probados, podemos concluir que los mismos no cumplen
con lo establecido en la regla cuarta del articulo 338 del Código
Procesal Penal, ya que los mismos adolecen de claridad y
coherencia al relatar la dinámica de cómo ocurrieron los
acontecimientos. El vigésimo tercer hecho probado expresa que mi
170
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
representado el señor O. A. O., sale junto a otros reos, del lugar
donde se resguardaban ―proponiéndose quitarle la vida a todos los
reos pandilleros‖; La defensa cuestiona que el sentenciador
pretende plasmar en los hechos probados, los propósitos o deseos
de los imputados, cuando es de todos conocidos, que los mismo se
suscitan en la mente de las personas es decir en su ser mas
íntimo, y al menos que tengamos la habilidad de leer la mente de
los seres humanos, es imposible saber a ciencia cierta, cual fue
el sentir o pensar de los encausados; al plasmarlos así en los
hechos probados, el Tribunal incurre en el error de falta de
claridad y redacta los mismos de manera subjetiva, de forma tal,
que la simple lectura se vuelven confusos y poco entendibles.- De
igual forma con la expresión ―proponiéndoles quitarles la vida‖
incurre el sentenciador, en el error mas visible de la sentencia
impugnada, y es el de predeterminar el fallo, tal como lo prohíbe
nuestro código procesal penal. Continua relatando el hecho probado
numero veintitrés: ―procediendo a golpear con toletes, palos,
piedras y con armas blancas, a los reos pandilleros que se
encontraban‖; de nuevo incurre en el mismo yerro el sentenciador,
al omitir individualizar las acciones que específicamente realizan
los imputados que se mencionan en este hecho probado, además de no
incluir un elemento importante de todo hecho probado, como ser el
ofendido o el directamente perjudicado en la acción.- El
manifestar de manera colectiva, que procedieron a golpear a los
reos pandilleros que se encontraban, es generalizar todas las
acciones ocurridas ese día y por tanto centralizar todas las
operaciones en seis o siete reos, que utilizando la lógica podemos
deducir que era imposible ejecutarlos; pero aun mas grave es
omitir puntualizar hacia quien iban dirigidas esas acciones, y al
no hacerlo los sentenciadores convierten los hechos probados
indescifrables a la simple lectura. >En el trigésimo primero: El
reo pandillero R.
E. V. E., sale de la bartolina dos (2),
cargando al reo pandillero M. T. S., (alias El spider), quien
había entrado a la celda con una herida de arma de fuego,
pidiéndole ayuda a un militar del cuarto batallón de infantería,
miembro de la Fuerza de tarea conjunta esparta, quien le responde
con un insulto, disparándole a R.
E. V. Gamez, en la pierna
derecha, cayendo al suelo ambos pandilleros, en el suelo, R.
E.
V. E., decide fingir estar muerto, pidiendo al reo pandillero A.
M. E., (alias el humilde) quien también hacia lo mismo, que se
pusiera encima, de modo de taparle el tatuaje del brazo para que
no lo identificaran como pandillero y así no sufrir mas
agresiones, pero el reo rondín O. A. O., (alias matador) se
percató de que R.
E. Gamez, estaba aun con vida, por lo que le
arremete con arma blanca .Con la simple lectura de los hechos
probados antes relacionados surgen más interrogantes: ¿Qué acción
específica realiza mí representado O. A. O.? ¿De qué delito es
responsable? ¿Quiénes son las personas contra las cuales se
ejecutan estas acciones? ¿Cuál fue el resultado de estas acciones,
es decir el desenlace de los acontecimientos? En los mismos se
establecen, expresiones como ―procediendo a golpear con palos,
toletes‖ ―proponiéndose quitarle la vida‖ ―agredieron a otros
reos‖
todas,
expresiones
totalmente
subjetivas
y
que
por
consiguiente hacen de los hechos probados una gama de confusiones
para quien los analice. No pueden justificarse estos hechos
probados, amparándose en el alegato que nos encontramos ante
acontecimientos múltiples y de gran magnitud, de forma tal que
aparecen muchos actores y participantes en lo mismos, precisamente
por esa particularidad, el estudio y análisis de cada una de las
acciones de los imputados, debió realizarlas el Tribunal de manera
171
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
puntual para evitar incurrir en el error de generalizar, de forma
tal que, por el solo hecho de ser un reo rondín o de encontrarse
presente en el momento de los hechos, sea culpable de todo lo
acontecido.- Debe responsabilizarse únicamente de los actos
cometidos por cada uno de ellos, de no hacerlo así, aplicamos el
dicho popular religioso que comúnmente utilizamos ―justos pagan
por pecadores‖; como juristas y conocedores del derecho sabemos
que ante la ley, este dicho religioso no debe ni puede aplicarse,
sino que debe castigarse únicamente la conducta personal que cada
uno de los imputados realiza.- Tampoco debemos olvidar, que
nuestro representado se enfrenta solo ante todo el aparato
estatal, ya que el ente acusador tiene a su disposición todos los
medios necesarios (Tecnología, policía de investigación, medicina
forense) para poder establecer la responsabilidad de los acusados
en los hechos a ellos imputados, y con mayor razón se debe imputar
objetivamente las acciones de cada una de ellos, y si es incapaz
de
hacerlo,
el
resultado
del
juicio
será
una
sentencia
absolutoria. En los hechos probados enumerados como CUADRAGESIMO
TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, el tribunal expresa las personas
que el día cinco de abril del dos mil tres, murieron por
carbonización y por hechos violentos, pero sorprendentemente no
especifica quienes son los responsables y a través de que
acciones; siendo que en estos dos hechos probados el tribunal da
por acreditada la muerte de los supuestos ofendidos, también debió
establecer quienes eran los supuestos responsables de sus muertes,
sin embargo, lo omite y sorprendentemente en la parte dispositiva
de la sentencia, decide condenar a mi representado por la muerte
de todos los internos acaecidos ese día, lo cual la simple lógica
nos dice que es imposible; una razón más para considerar a los
precitados hechos probados como faltos de claridad y coherencia.
El conocido jurista español JESUS FERNADEZ ENTRALGO en el libro
―La sentencia en el nuevo proceso penal‖ en las páginas 81, 86, 87
y 88 referente a La Fijación de los Hechos Probados manifiesta:
―La declaración de los hechos probados constituye –como lo
caracteriza P.
M.-―..el cimiento, el arranque, de la sentencia
penal…‖ Es un presupuesto necesario del fallo, porque mediante
ella se fija judicialmente la reconstrucción de lo sucedido, y
constituye la base sobre la que se construirá el tratamiento
(subsuncion) jurídico del caso debatido en el proceso; pero no
integra propiamente la motivación de sus decisión. La descripción
de los hechos probados ha de hacerse con 1) claridad 2) precisión
y 3) coherencia. De este modo, se asume legalmente el modelo ideal
de ―regla semántica de formación del lenguaje jurisdiccional
dirigida a asegurar la determinabilidad de las denotaciones
fácticas …(y que comprende) una serie de reglas que exigen, como
condición de la estricta jurisdiccionalidad, esto es, de la
verificabilidad y de la refutabilidad de las tesis que en el
proceso enuncian los hechos y las pruebas, que tanto aquello como
estos sean exactamente individualizadas mediante descripciones
precisas y sin el uso de palabras vagas o valorativas. La
descripción de los hechos declarados probados ha de hacerse de
forma tal que permita su perfecta compresión, como presupuesto del
control de su corrección, haciendo posible su corroboración
(verificación) o refutación (falsación)‖ En el caso subjudice, los
hechos probados no permiten comprender como sucedieron los sucesos
imputados a mi representado y sobre todo, no permite valorar y
determinar la acción típica, antijurídica y culpable en la que
tuvo que incurrir mi representado, para ser condenado, estas
circunstancias no son visualizadas en la narración de los hechos
probados y tal como afirma F. Entralgo no permite su perfecta
172
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
comprensión de los acontecimientos acusados a mi patrocinado.
Estos hechos probados fueron calificados por el juzgador como
constitutivos de los delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN GRADO DE
EJECUCION DE TENTATIVA, declarando responsable penalmente de los
mismos al señor O. A. O., sin embargo, al analizar tales hechos
probados en los números, veintitrés, veinticuatro, treinta
y
treinta y uno se evidencia el vicio denunciado ya que la
descripción de los mismos no satisface los requisitos de claridad,
precisión y coherencia impuestos por el Artículo 338, sección
cuarta, número uno del Código Procesal Penal. Dicho lo anterior y
siendo que la declaración de hechos probados constituye la base o
el cimiento sobre el cual se construye la sentencia penal, y dado
que los hechos declarados probados en la sentencia recurrida no
reúnen los requisitos legales exigidos para ello, solicito se case
la sentencia recurrida, se anule el fallo y se devuelvan los
antecedentes al Tribunal de su procedencia para que la causa sea
tramitada con arreglo a derecho. RECLAMACION HECHA PARA LA
SUBSANACION DEL YERRO Siendo que el yerro que provoca la
interposición del recurso de mérito se produce con la sentencia
misma, solo es posible su subsanación a través del presente
recurso por lo que se deduce que no hubo una reclamación ex-ante.‖
XXVI.RECURSO
DE
CASACIÓN
POR
QUEBRANTRAMIENTO
DE
FORMA
INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL PROCESADO O. A. O. ARGUYENDO QUE
LOS HECHOS ESTIMADOS PROBADOS POR EL TRIBUNAL NO SON CLAROS NI
TERMINANTES. PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTÍCULO 362 No. 1) DEL CODIGO
PROCESAL.- Argumenta el recurrente que la declaración de los
hechos estimados probados por el A Quo, no son claros y
terminantes. Alega que en la sentencia recurrida, el A Quo estimó
como probados, entre otros, los hechos VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO
CUARTO y TRIGÉSIMO y que al analizarlos concluye que no cumplen
con lo establecido en la regla cuarta del articulo 338 del Código
Procesal Penal, al adolecer de claridad y coherencia al relatar
los acontecimientos. Considera que de la simple lectura de los
hechos probados VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO y TRIGÉSIMO
surgen muchas interrogantes por tratarse de acontecimientos
múltiples y de gran magnitud, con muchos actores y participantes,
por lo que refiere que el Juzgador debió analizar cada una de las
acciones realizadas por los imputados, de manera puntual para no
incurrir en el error de generalizar, y declarar culpable al
acusado señor O. A. O. por el solo hecho de ser Reo Rondín y
encontrarse presente en el momento de los hechos. Estima que debe
responsabilizarse al acusado únicamente de los actos cometidos por
él, de no hacerlo así, se aplicaría el dicho popular de que
“justos pagan por pecadores”. Reprocha también que en los hechos
probados CUADRAGESIMO TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, se describe a
las personas que murieron por carbonización y por hechos
violentos, pero no especifica quienes son los responsables y a
través de que acciones, no obstante que en la parte dispositiva de
la sentencia, el A Quo condena al acusado O. A. O. por la muerte
de todos ellos, lo cual asume imposible, otra razón por la que
considera a los hechos probados como faltos de claridad y
coherencia. Concluye manifestando que los hechos probados no
permiten comprender cómo sucedieron los acontecimientos, ni
permite valorar y determinar las acciones típicas, antijurídicas y
culpables que se supone ejecutó el acusado y que fueron
calificados por el A Quo como constitutivas de los delitos de
ASESINATO Y ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, por las
se declaró penalmente responsable al señor O. A. O.. Esta Sala de
lo Penal, considera pertinente destacar, que el vicio procesal
denunciado por el recurrente se origina exclusivamente cuando la
173
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
redacción de los hechos probados aparece confusa, dubitativa o
imprecisa, de modo que por su insuficiencia o oscuridad, o por no
expresar en forma conclusiva, imperativa, terminante o categórica,
sino vacilante o dubitativa, puede conducir a subsunciones
alternativas, en definitiva, a consecuencia de la ambigüedad del
relato. La falta de claridad puede venir determinada por haber
empleado expresiones ininteligibles u oscuras que hacen difícil la
comprensión del relato o cuando incurre en omisiones que alteran
su significación y dejan prácticamente sin contenido específico la
narración de los hechos; se produce, pues, cuando lo narrado es
incomprensible por su deficiente redacción, oscuridad, ambigüedad
o imprecisión, también cuando por omisión de elementos o
circunstancias importantes, se impide conocer la verdadera
realidad de lo ocurrido con la lógica consecuencia de que falta
base fáctica para determinar si los hechos son o no constitutivos
de la infracción penal, o cual ha sido la participación concreta
de los acusados en la ejecución del delito. Por consiguiente, no
basta para apreciar el defecto procesal que la narración se
ofrezca oscura o ininteligible en alguna de las partes, o en
términos de ambigüedad o imprecisión que haga difícil su
comprensión, sino que es necesario que tales defectuosidades se
hallen en conexión con los condicionamientos determinantes de la
calificación penal asignada a los hechos probados, provocando una
laguna o vacío en la descripción histórica de los mismos, que
determina una falta de premisa fáctica para formular la
calificación jurídica, de forma que no pueda orientar, dentro del
silogismo
en
que
la
sentencia
queda
estructurada,
el
pronunciamiento condenatorio o absolutorio, es decir, que resulta
inadecuada para servir de argumentación lógica al fallo, y ello
porque la “quaestio facti” debe servir de apoyo y sustento a la
calificación jurídica o “quaestio iuris”. Esta Sala de lo Penal
considera que no se advierte la falta de claridad o ambigüedad en
la fundamentación fáctica de la sentencia al establecer la
participación de algunos individuos en la comisión de los hechos
que condujeron a la muerte de varias personas que se encontraban
al interior de la Celda No. 6) de la Granja Penal del Porvenir.
Cuestión distinta es que en dicho relato ni siquiera se mencione
la presencia y contribución al momento de su ejecución de alguno
de los imputados, sobre lo cual nos referiremos al resolver el
motivo que por infracción de ley ha formulado la Defensa del
encartado. Ahora resulta pertinente analizar si la fundamentación
fáctica de la sentencia adolece de la suficiente claridad y
precisión en lo que se refiere a la participación del encausado O.
A. O., en lo que concierne a la imputación que se le hace por la
comisión de treinta y siete delitos de asesinato mediante alevosía
y diecinueve delitos de tentativa de asesinato alevoso. Así
tenemos que: En el hecho probado Vigésimo Tercero se afirma que
tras la irrupción de elementos de seguridad del Estado en el
interior de la Granja Penal del Porvenir, el procesado O. A. O.,
salió junto con otros ocho reos rondines de las diferentes celdas
y otros espacios en los que se habían refugiado, procediendo a
golpear con toletes, palos y armas blancas a los reos pandilleros
que encontraban, algunos de ellos ya heridos por armas de fuego,
circunstancia de la que tenía conocimiento el coimputado ya
fallecido R. A. S.I. sin que éste realizara acción alguna para
evitarlo. Más adelante, en el hecho probado TRIGÉSIMO PRIMERO: se
establece que
El reo pandillero R.
E. V. E., salió de la
bartolina dos (2), cargando al reo pandillero M. T. S., (alias El
Spider), quien había entrado a la celda con una herida de arma de
fuego, pidiéndole ayuda a un militar del Cuarto Batallón de
174
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
Infantería, miembro de la Fuerza de Tarea Conjunta Esparta, quien
le respondió con un insulto, disparándole a R.
E. V. E., en la
pierna derecha, cayendo al suelo ambos pandilleros. En el suelo R.
E. V. E., decide fingir estar muerto, pidiéndole al reo pandillero
A. M. E., (alias el Humilde), quien también hacia lo mismo, que se
le pusiera encima, de modo de taparle el tatuaje del brazo para
que no lo identificaran como pandillero y así no sufrir más
agresiones, pero el reo rondín O. A. O., (alias Matador), se
percató de que R.
E. V. E., estaba aun con vida, por lo que le
agredió con arma blanca. En el hecho probado CUADRAGESIMO QUINTO
el Tribunal Sentenciador hace una relación del fallecimiento de
treinta y siete personas que murieron violentamente a consecuencia
de heridas ejecutadas con armas blancas, objetos contundentes y/o
disparos de armas de fuego, en tanto que en el hecho probado
CUADRAGESIMO SEXTO se hace una relación de reos pandilleros que
habiendo sufrido agresiones físicas no resultaron muertos tras la
finalización de los acontecimientos suscitados, entre quienes se
encuentra el señor R. E. “ V.” G.. Del análisis conjunto de los
hechos probados antes relacionados en los que aparece realizando
diversas acciones el imputado O. A. a quiene el Tribunal de
Instancia condenó a título de coautor como responsable de haber
contribuido en un plan espontáneo y colectivo a causar la muerte
de treinta y siete personas e intentar quitarle la vida a
diecinueve, podemos afirmar que dadas las circunstancias en que se
produjeron los hechos objeto de juzgamiento con múltiples sujetos
activos y una gran cantidad de víctimas, que en su mayoría
perdieron la vida en tanto que las demás presentaban múltiples
lesiones tras la conclusión de los sucesos, resulta razonable que
el Tribunal de Instancia no haya establecido con rigurosa
minuciosidad y con prolijidad de detalles las incidencias
ocurridas durante el desarrollo de los acontecimientos, de tal
manera que la fundamentación fáctica de la sentencia recurrida no
acusa la oscuridad, ambigüedad o imprecisión señalada por el
Censor, que impida como un obstáculo insalvable determinar si
dichos encartado han incurrido o no en la comisión de los hechos
criminosos que se le atribuyen. El recurrente alega que la
inclusión en el relato fáctico de la valoración de que los
acusados salieron de los lugares donde se habían refugiado
proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros,
constituye un concepto predeterminante del fallo. Sobre esto es
importante señalar que tal frase no constituye
una expresión
técnico-jurídica, sino que un juicio de inferencia68, mediante el
cual se determina el elemento subjetivo del delito, de modo que si
bien es cierto que su ubicación resulta más acertada en la
fundamentación intelectiva y jurídica de la sentencia, en cuanto
extraído de los datos objetivos relatados, su inclusión en el
relato de hechos probados, siempre y cuando no vacíe el contenido
de los mismos, es revisable en casación por la vía del artículo
360 párrafo primero del Código Procesal Penal69, si de los
restantes elementos fácticos narrados por el Juzgador se acredita
la equivocación de éste al atribuir al procesado que ese era y no
otro, el móvil que le impulsó a cometer el delito. De este modo, y
siendo que el cuadro fáctico expuesto en la sentencia, aún
suprimiendo mentalmente ese juicio de inferencia, resulta narrado
con un mínimo de claridad y amplitud para determinar cual fue la
intención que movió al encartado para realizar las acciones que se
68
Vid. LUZON CUESTA, JOSE MARIA, El Recurso de Casación Penal,
edición, Editorial Colex, Madrid, 2000, págs. 147-148, 151-152.
69
Referido a la casación por infracción de ley.
2ª
175
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
le imputan, esta Sala es de criterio que el motivo alegado por el
Censor debe ser desestimado. XXVII.- El Recurrente Abogado J. N.
P. B., en su condición de Defensor Público del señor O. A. O.,
desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley y
Quebrantamiento de Forma de la siguiente manera: ―EXPOSICIÒN DE
LOS MOTIVOS DE CASACIÒN POR INFRACCIÓN DE LEY PRIMER MOTIVO:
Aplicación indebida del artículo 117 del Código Penal PRECEPTO
AUTORIZANTE:
El
presente
motivo
de
casación
se
encuentra
comprendido en el artículo 360 del Código Procesal Penal
EXPLICACIÒN DEL MOTIVO La norma penal que aplica indebidamente el
sentenciador es el artículo 117 del Código Penal, norma penal que
establece lo siguiente: ―Artículo 117.-Es reo de asesinato quien
de muerte a una persona ejecutándola con la concurrencia de las
circunstancias siguientes: 1) Alevosía; 2) Con Premeditación,
conocida; 3) Por medio de inundación, incendio, envenenamiento,
explosión, descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de
buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos,
siempre que haya dolo o intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento,
aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido. La
pena por asesinato será de veinte (20) a treinta (30) años de
reclusión y cuando se cometiese mediante pago, recompensa o
promesa remuneratoria, o se acompañase de robo o violación, la
pena será de treinta (30) años a privación de por vida de la
libertad‖ El Juzgador declaró terminantemente probado, entre otros
los HECHOS siguientes: ―VIGÈSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A.
S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V. (alias
Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo)
S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda
de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo),
salen de las diferentes y lugares donde habían tenido refugio,
proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros,
procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y con armas
blancas, a los reos pandillero que encontraban, algunos de ellos
ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los
policías penitenciarios y miembros del ejército que se encontraban
en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna
acción para impedir o evitar lo que esta aconteciendo. VIGÈSIMO
CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R.
F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia
donde policías penitenciarios y miembros del ejército han
disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de
esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias
Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el reo
rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando a la
celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de la
comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A. C.
V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo S.
G. B., prenden en fuego con el acelerante, varias colchonetas las
que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas
traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha
celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas
que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua
del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin
lograr
controlar
el
fuego;
de
todo
ello
lograron
tener
conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el
miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna
para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G.,
escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la
celda seis (6), e instantes después observó el humo provocado por
el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción
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Recurso de Casación No.S.P.400=2008
alguna. TRIGÈSIMO PRIMERO: El reo pandillero R. E. V. E., sale de
la bartolina dos (2), cargando al reo pandillero M. T. S., (alias
El spider), quien había entrado a la celda con una herida de arma
de fuego, pidiéndole ayuda a un militar del cuarto batallón de
infantería, miembro de la Fuerza de tarea conjunta esparta, quien
le responde con un insulto, disparándole a R. E. V. Gamez, en la
pierna derecha, cayendo al suelo ambos pandilleros, en el suelo,
R.
E. V. E., decide fingir estar muerto, pidiendo al reo
pandillero A. M. E., (alias el humilde) quien también hacia lo
mismo, que se pusiera encima, de modo de taparle el tatuaje del
brazo para que no lo identificaran como pandillero y así no sufrir
mas agresiones, pero el reo rondín O. A. O., (alias matador) se
percató de que R.
E. Gamez, estaba aun con vida, por lo que le
arremete con arma blanca.‖ El juzgador calificó que tales hechos
declarados
probados
constituyen,
por
una
parte,
SESENTA
ASESINATOS, de ellos VEINTITRES personas muertas por incendio y
TREINTA Y SIETE personas muertas por alevosía, y por otra,
DIECINUEVE ASESINATOS EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, sin
embargo, al analizar los HECHOS PROBADOS del fallo recurrido y
específicamente en los antes transcritos, que son los que refieren
algún
comportamiento
de
mi
representado,
fácilmente
puede
apreciarse que a mi representado apenas se le
menciona en el
hecho probado TREGESIMO PRIMERO en el que se consigna que O. A. O.
agrede con arma blanca a otro interno de nombre R. E. V. E., pero
el juzgador no refiere si el accionar del imputado produjo algún
resultado dañoso en perjuicio del señor V. E. y menos aun, que
éste haya participado como autor del ASESINATO de las VEINTITRES
personas que murieron por incendio y de las TREINTA Y SIETE
personas que murieron por alevosía, y siendo que los hechos
probados son el arranque de la decisión a la que arriba el
juzgador, mismos que deben surgir de las pruebas evacuadas en la
causa, pues responden a la pregunta ¿Qué se tiene por demostrado?
Y en torno a tales hechos deberán girar todas las consecuencias
jurídicas que de ellos se deriven; entre estas la adecuación o no
de ese cuadro fáctico, a un determinado tipo penal y dado que en
el presente caso los hechos probados no describen comportamiento
alguno desarrollado por el encartado O. A. O. que hubiere dado
como resultado la muerte de las SESENTA personas por cuyo
fallecimiento fue condenado, ello configura que el juzgador al
condenarlo lo hace aplicando indebidamente lo dispuesto en el
artículo 117 del Código Penal. APLICACIÓN PRETENDIDA La defensa
pública del señor O. A. O. con la interposición del presente
recurso de casación pretende la confrontación de las acciones que
en ellos se le atribuye a nuestro representado, frente a los
elementos objetivos y subjetivos del tipo penal contenidos en el
Artículo 117 del Código Penal, y que una vez comprobado que en
tales hechos probados no concurre ningún comportamiento por parte
del referido encartado que haya dado como resultado las muertes
que se le atribuyen y consecuentemente se le libere de toda
responsabilidad. XXVII.- RECURSO DE CASACIÓN POR INFRACCIÓN DE LEY
INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL ACUSADO A. O., ARGUYENDO
FUNDAMENTALMENTE QUE EL TRIBUNAL DE INSTANCIA AL CONDENAR EN
CALIDAD DE COUTOR AL PROCESADO POR VEINTITRES DELITOS DE ASESINATO
CONSUMADO MEDIANTE INCENDIO y TREINTA Y SIETE DELITOS CONSUMADOS
DE MANERA ALEVOSA, APLICO INDEBIDAMENTE EL ARTICULO 117 DEL CODIGO
PENAL.- Argumenta el recurrente que el Juzgador ha incurrido en
aplicación indebida del artículo 117 del Código Penal, norma penal
que tipifica el delito de Asesinato. Concretamente señala que el A
Quo calificó los hechos probados VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO
y TRIGÉSIMO PRIMERO, entre otros, como constitutivos de SESENTA
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(60) ASESINATOS, VEINTITRES (23) por incendio y TREINTA Y SIETE
(37) por alevosía, y DIECINUEVE (19) ASESINATOS en su grado de
ejecución de TENTATIVA. Reprocha que al analizar los hechos
probados del fallo recurrido y específicamente indicados, puede
apreciarse que al acusado O. A. O. apenas se le menciona. En el
hecho probado TRIGESIMO PRIMERO se consigna que O. A. O. agredió
con arma blanca a otro interno de nombre R.
E. V. E., pero no
refiere si produjo algún resultado dañoso en perjuicio del señor
V. E. y menos aun, que haya participado en el ASESINATO de
VEINTITRES personas que murieron por incendio y de las TREINTA Y
SIETE por alevosía. El Censor cuestiona que del cuadro fáctico no
se logra subsumir un determinado tipo penal, dado que a su
entender no se describe comportamiento alguno del encartado O. A.
O. que hubiere dado como resultado la muerte de las SESENTA
personas por cuyo fallecimiento fue condenado, en aplicación
indebida de lo dispuesto en el artículo 117 del Código Penal. El
recurrente pretende la confrontación de las acciones que se
atribuye al acusado frente a los elementos objetivos y subjetivos
del tipo penal contenidos en el Artículo 117 del Código Penal, y
que una vez comprobado que de los hechos probados no se subsume
ningún comportamiento del acusado que haya dado como resultado las
muertes que se le atribuyen, se le libere de toda responsabilidad.
Esta Sala considera importante recordar, que a diferencia del
tradicional recurso de apelación, propio del anterior sistema, que
provoca un nuevo examen del caso por parte del Tribunal revisor,
tanto bajo el aspecto fáctico como jurídico, el de casación por
infracción de ley únicamente admite la posibilidad de que el
Tribunal de Casación realice un nuevo examen del objeto procesal
bajo el segundo aspecto, o sea una revisión jurídica de los hechos
declarados probados. El recurso de casación por infracción de ley
debe estructurarse o partir su alegación, de los hechos probados
que contenga la resolución cuestionada, puesto que el vicio en
esencia consiste en que la decisión adoptada por el juzgador en la
parte resolutiva de la sentencia, es incompatible, irreconciliable
o ajena a la verdad enunciada por la narración fáctica (hechos
probados), de tal suerte que resultan inobservadas las normas que
sí corresponde aplicar, se invocan normas que no deben aplicarse,
o se invocan las normas que deben aplicarse al caso concreto pero
el Juzgador hace una incorrecta interpretación de las mismas.
Precisados los límites en los que puede desenvolverse la función
revisora de esta Sala cuando del recurso de casación por
infracción de ley se trate, ahora es pertinente que indiquemos
cuales son los elementos objetivos y subjetivos del delito de
asesinato mediante incendio que se atribuye al encartado O. A. O.
en perjuicio de varias personas. La muerte de un ser humano a
consecuencia de la acción realizada por otra persona, valiéndose
de medios especialmente peligrosos o revelando una especial
perversidad,
ha
sido
tradicionalmente
castigada
con
mayor
severidad que el homicidio simple. En este sentido, el asesinato
se describe como la muerte de otra persona ejecutada con alguna de
las circunstancias mencionadas en el artículo 117 del Código
Penal. De este modo, la concurrencia de algunas de las
circunstancias del artículo 117 establece la diferencia entre el
homicidio y el asesinato. No obstante, cabe señalar, que ambos
delitos comparten características comunes, así, aparte de la
igualdad en el bien jurídico protegido, que es la vida humana como
valor ideal, coinciden los sujetos, activo y pasivo, que pueden
serlo cualquier persona, sin más limitaciones que las que
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provienen del concurso de leyes,70 el objeto material sobre el que
recae directamente la acción es el hombre vivo físicamente
considerado, y los problemas de la relación de la causalidad, en
virtud de la cual se debe establecer la conexión entre el
comportamiento del sujeto activo y el resultado que consiste en la
muerte efectiva de otra persona. En el caso concreto que ahora nos
ocupa, se ha declarado la responsabilidad penal del encausado O.
A. O., a título de coautor de varios delitos de asesinato mediante
incendio, modalidad prevista en el numeral 3) del precepto legal
supracitado. La razón de la especial agravación de la muerte de un
ser humano cometido mediante incendio, no es solamente la mayor
perfidia del medio empleado que revela un delincuente sumamente
peligroso, sino también el peligro general que tal medio y otros
como la inundación, explosión, descarrilamiento, etc… encierran
para la colectividad71. Habiendo determinado de manera sucinta
cuales son los elementos objetivos y subjetivos de la modalidad
del delito de asesinato antes apuntada, analizaremos sí a partir
del relato de hechos probados se puede atribuir al acusado los
hechos criminosos antes apuntados. Una lectura detenida de la
fundamentación fáctica de la sentencia, revela que en el hecho
probado vigésimo cuarto se describen las acciones de varias
personas que de manera conjunta contribuyeron para causar un
incendio en la Celda No. 6 de la Granja Penal del Porvenir, lo que
en una relación causa-efecto trajo como resultado la muerte de
varias personas (vid. Hecho Probado Cuadragésimo Tercero), sin
embargo no se logra establecer del relato fáctico antes
relacionado a cual fue su contribución, que en una relación causa
efecto produjera la muerte por incendio de varias personas que se
encontraban al interior de la celda No. 6) de la Granja Penal del
Porvenir, consecuentemente se declara con lugar el motivo de
casación por infracción de ley formulado por la Defensa, para
desvanecer los delitos de asesinato mediante incendio por los
cuales resultara condenado. En lo que concierne a los treinta y
siete delitos de asesinato alevoso consumado que se les atribuye
esta Sala considera pertinente recordar que la alevosía supone el
empleo de procedimientos que facilitan el hecho. La define el
artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el
culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida y la
integridad personal, empleando medios, modos o formas en la
ejecución que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin
riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer
el ofendido.”. En este sentido, la alevosía exige que los
procedimientos empleados tiendan, directa y especialmente a
asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una posible defensa
del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los que se producen
por la espalda72, o estando la víctima en la cama o de rodillas.
Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en la alevosía
es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del hecho y la
70
Así sí el sujeto pasivo es alguno de los Presidentes de los Poderes del
Estado, el delito aplicable es el previsto en el artículo 322, si se
trata del Jefe de Estado extranjero o Jefe de Gobierno extranjero, el
artículo 318, etc…
71
Vid. CUELLO CALON, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo II, Revisada por CAMARGO
HERNANDEZ, CESAR, Bosch, Casa Editorial, S.A., Barcelona, 1982, pág. 507.
72
Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente
en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al
rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea
en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid.
MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición,
Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54
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ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer el ofendido.
La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la ejecución
del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún tipo de
premeditación o preparación, de tal manera que puede surgir en el
mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que
su enemigo le da la espalda para dispararle). En algunas
corrientes jurisprudenciales se distinguen tres supuestos de
asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera,
si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se
materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por
desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial
situación
de
desA.
de
la
víctima
que
impide
cualquier
manifestación de defensa73. Un análisis del relato fáctico en todo
su contexto nos permite constatar que en los hechos probados
decimoséptimo, decimonoveno y cuadragésimo primero se describen
las acciones ejecutadas por varios reos pandilleros que dieron
como resultado en algunos casos la muerte y en otros las lesiones
causadas a varios reos comunes, así como también los intentos por
acabar con la vida de estos últimos mediante incendio y otros
medios idóneos, De este modo y si bien es cierto que de la
fundamentación fáctica no se desprende la existencia de una causa
de justificación ni otra eximente de responsabilidad criminal a
favor del imputado O. A. O., por las agresiones que ejecutara en
perjuicio de otros individuos, no es menos cierto que tampoco se
desprende del mismo relato fáctico que las referidas agresiones
hayan sido a traición, inesperadas, mediante emboscada o celada, o
aprovechándose de una situación de evidente desvalimiento de los
ofendidos, de ahí que no podamos afirmar de manera indubitada y a
partir de los hechos declarados probados que el encausado al
perpetrar las acciones que se le imputan hayan empleado
particulares medios, modos o formas en la ejecución de los hechos
con la finalidad de asegurar el resultado, sin los riesgos que
para su persona hubieran podido proceder de una reacción defensiva
por parte de los ofendidos, de ahí que la agresiones tantas veces
referidas no puedan calificarse como alevosas y por lo tanto
constitutivas
de
delitos
de
asesinato,
por
lo
que
el
comportamiento del acusado al contribuir de manera mancomunada, en
un plan espontáneo y colectivo con la finalidad de dar muerte a
los
reos
pandilleros,
propósito
que
finalmente
resultara
alcanzado, se subsume en la figura del homicidio simple,
tipificada en el artículo 116 párrafo primero del Código Penal,
considerando esta Sala que como mínimo, de manera analógica y en
bonam partem, concurre a favor del procesado O. A. O., la
atenuante de haber precedido de parte del ofendido, provocación o
amenaza proporcionada al delito74. Es cierto como lo expone el
Censor, que en el relato fáctico no se establece puntualmente y
con detalle cuales fueron las acciones que individualmente
trajeron como consecuencia la muerte de treinta y siete personas,
pero no es menos cierto que del mismo relato fáctico se colige que
el acusado junto con otros realizaron una misma y compleja
operación delictiva, de tal manera que cada uno de ellos mediante
acciones ejecutivas idóneas para causar la muerte de otras
personas, esto es, utilizando armas cortopunzantes, palos, piedras
73
Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html
El artículo 26 No. 4) del Código Penal establece que constituye una
circunstancia atenuante ―haber precedido inmediatamente de parte del
ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito‖. Por su parte el
numeral 14) del mismo precepto legal, prevé que constituye circunstancia
atenuante: ―cualquier otra circunstancia análoga a las anteriores..‖
74
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y
otros
objetos
contundentes,
reforzándose
unos
y
otros,
realizaron una parte diversa pero esencial para el éxito de la
referida operación, cuyos resultados se reflejan en las autopsias
efectuadas por los médicos forenses y descritas en los hechos
probados en los que se aprecian con detalle que los treinta y
siete reos pandilleros que resultaron muertos presentan múltiples
heridas causadas con los medios antes señalados. Una cosa es que
de un grupo de personas no se tenga la certeza respecto a quienes
participaron en el hecho, y otra muy diferente que más allá de
toda duda razonable se tenga por probado que un hecho fue
producido por la acción conjunta de un grupo de individuos, pues
en éste último evento la imprecisión de los detalles no altera la
responsabilidad que como coautores les es imputable a todos. De
este modo resulta que la decisión mancomunada, es decir, la
decisión común del hecho del referido imputado junto con otros es
lo que ha determinado la conexión de las partes del suceso
ejecutadas por cada uno de ellos y a partir de la que es posible
imputarle a cada encausado la parte realizada por cada una de los
otros75. Por las razones anteriormente expuestas se le impone al
encartado la pena mínima de quince años de reclusión por cada uno
de los homicidios consumados, para hacer un total de quinientos
cincuenta y cinco años de reclusión. De este modo se estima
parcialmente y en los términos antes expuestos, el motivo que por
infracción de ley interpusiera la Defensa del imputado O. A. O.
para desvanecer los cargos de treinta y siete delitos de asesinato
consumado mediante alevosía. XXVIII.- SEGUNDO MOTIVO: Aplicación
indebida del Artículo 117 en relación con el 15 ambos del Código
Penal. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se
encuentra comprendido en el artículo 360 del Código Procesal Penal
EXPLICACIÒN DEL MOTIVO La norma penal que aplica indebidamente el
sentenciador es el artículo 117 en relación al 15 del Código
Penal, normas penales
que establecen lo siguiente: ―Artículo
117.- Es reo de asesinato quien de muerte a una persona
ejecutándola con la concurrencia de las circunstancias siguientes:
1) Alevosía; 2) Con Premeditación, conocida; 3) Por medio de
inundación, incendio, envenenamiento, explosión, descarrilamiento,
volcamiento, varamiento o avería de buque u otro artificio que
pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya dolo o
intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento, aumentando deliberada e
inhumanamente el dolor del ofendido. La pena por asesinato será de
veinte (20) a treinta (30) años de reclusión y cuando se cometiese
mediante pago, recompensa o promesa remuneratoria, o se acompañase
de robo o violación, la pena será de treinta (30) años a privación
de por vida de la libertad. Artículo 15.-Hay tentativa cuando, con
la intención de cometer un delito determinado, se realizan actos
inequívocos de ejecución y no se consuma por causas ajenas a la
voluntad del agente‖ El Juzgador declaró terminantemente probados,
entre otros los HECHOS siguientes: ―VIGÈSIMO TERCERO: Los reos
rondines A. A. S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L.
A. C. V. (alias Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F.
(alias Chinapopo) S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias
Cabuya), con ayuda de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J.
(alias el Basucazo), salen de las diferentes y lugares donde
habían tenido refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los
reos pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra
75
Sobre la figura de la coautoría en particular, vid. MARQUEZ CARDENAS,
ALVARO ENRIQUE, en La Coautoría en la Dogmática Penal, frente a otras
formas de Autoría y Participación, Universidad Libre de Colombia, Bogotá,
2008, págs. 65 y ss.
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Recurso de Casación No.S.P.400=2008
y con armas blancas, a los reos pandillero que encontraban,
algunos de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego,
aceptando esto los policías penitenciarios y miembros del ejército
que se encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no
realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que esta
aconteciendo. VIGÈSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza,
el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la
celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del
ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a
la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S.
(alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el
reo rondín P. E. R. F. consigue un líquido acelerante, regresando
a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de
la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A.
C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo
S. G. B., prenden en fuego con el acelerante, varias colchonetas
las que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las
ventanas traseras, rociando de acelerante la madera del techo de
dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las
personas que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo,
agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando
clemencia, sin lograr controlar el fuego; de todo ello lograron
tener conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C.
y el miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción
alguna para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G.
H. G., escucho los gritos de las personas que se encontraban
dentro de la celda seis (6), e instantes después observo el humo
provocado por el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara
acción alguna. TRIGÈSIMO PRIMERO: El reo pandillero R.
E. V.
Gamez, sale de la bartolina dos (2), cargando al reo pandillero M.
T. S., (alias El spider), quien había entrado a la celda con una
herida de arma de fuego, pidiéndole ayuda a un militar del cuarto
batallón de infantería, miembro de la Fuerza de tarea conjunta
esparta, quien le responde con un insulto, disparándole a R.
E.
V. Gamez, en la pierna derecha, cayendo al suelo ambos
pandilleros, en el suelo, R.
E. V. E., decide fingir estar
muerto, pidiendo al reo pandillero A. M. E., (alias el humilde)
quien también hacia lo mismo, que se pusiera encima, de modo de
taparle el tatuaje del brazo para que no lo identificaran como
pandillero y así no sufrir mas agresiones, pero el reo rondín O.
A. O., (alias matador) se percato de que R. E. Gamez, estaba aun
con vida, por lo que le arremete con arma blanca.‖ El juzgador
calificó
que
tales
hechos
declarados
probados
constituyen
DIECINUEVE DELITOS DE ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCIÓN DE
TENTATIVA
en
perjuicio
de
DIECINUEVE
REOS
PANDILLEROS
SOBREVIVIENTES, fundamentado en el Artículo 117 en relación al 15
del Código Penal. Sobre este particular, la defensa del señor O.
A. O. considera que el juzgador arriba a tal decisión por una
errónea aplicación del artículo 117 en relación al
15 del
referido cuerpo legal, pues, en los hechos probados no se aprecia
de manera clara y precisa, los dos elementos indispensables para
catalogar la conducta de mi representado como constitutiva de
tales delitos, en este caso el elemento objetivo y subjetivo del
tipo penal.- En el caso subjudice, los hechos probados carecen de
tales elementos y no concretiza de manera puntual y clara, la
forma en la que nuestro patrocinado realiza esas acciones que
hacen que el Juzgador le condene por el delito de ASESINATO EN SU
GRADO DE EJECUCIÓN DE TENTATIVA y mucho menos se establece cuales
fueron esas causas ajenas a la voluntad del agente que hacen que
mi representado no haya alcanzado el resultado
pretendido. Los
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Recurso de Casación No.S.P.400=2008
hechos probados antes mencionados no enmarcan de manera perfecta,
el accionar de mi patrocinado O. A. O. como constitutivos de
ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, al grado tal que
omite establecer los nombres de los sujetos pasivos de los hechos
(ofendidos) y más grave aun, no establece cuales fueron las causas
ajenas a la voluntada de O. A. O. que habrían impedido que éste
lograra la ejecución de los diecinueve delitos de asesinato, que
según el juzgador pretendió consumar. INTERPRETACION PRETENDIDA Al
no plasmar de manera concreta la acción de mi Representado O. A.
O. en los sucesos a él imputados, convierte a los hechos probados
en meras especulaciones, en relatos sin sentido y al no establecer
contra quienes se producen las acciones y cual fue el resultado,
por consiguiente al no enmar C. adecuadamente en el tipo penal por
el que se le condenó, nuestra solicitud al Tribunal de Casación es
que se aplique correctamente la norma penal con el dictado de un
fallo absolutorio. XXVIII.- RECURSO DE CASACIÓN POR INFRACCIÓN DE
LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL ACUSADO O. A. O., ARGUYENDO
FUNDAMENTALMENTE QUE EL TRIBUNAL SENTENCIADOR HIZO UNA APLICACIÓN
INDEBIDA DEL ARTÍCULO 117 EN RELACIÓN CON EL 15, AMBOS DEL CÓDIGO
PENAL, CUANDO DECLARO SU RESPONSABILIDAD PENAL POR LA COMISIÓN DE
DIECINUEVE DELITOS DE TENTIVA DE ASESINATO MEDIANTE ALEVOSIA.Argumenta el recurrente que el A Quo incurre en aplicación
indebida del Artículo 117, el cual tipifica el delito de
Asesinato, en relación al 15 del Código Penal, que dispone del
grado de ejecución de tentativa de delito. Asume que en ninguno de
los hechos declarados probados VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO y
TRIGÉSIMO PRIMERO de la sentencia recurrida, el A Quo describe
diecinueve (19) delitos de ASESINATO en su grado de ejecución de
TENTATIVA en perjuicio de igual numero de reos pandilleros
sobrevivientes. Esgrime que la decisión del juzgador por la que
condena al encausado señor O. A. O., en aplicación del artículo
117 y 15 del Código Penal es errónea, en tanto de los hechos
probados no aprecia de manera clara y precisa, los elementos
objetivos y subjetivos del tipo penal. Alega que los hechos
probados carecen de tales elementos debido a que no concretiza de
manera puntual y clara, la forma en la que el acusado realiza esas
acciones, por las que el Juzgador le condena al delito de
ASESINATO en su grado de ejecución de tentativa Considera que
tampoco establece las causas ajenas a la voluntad del acusado por
las que no logra alcanzar el resultado pretendido. EStima que al
no plasmar el Juzgador de manera concreta la acción del acusado O.
A. O. en los sucesos imputados, los hechos probados se convierten
en especulaciones, relatos sin sentido, al no establecer contra
quienes se producen las acciones y cual fue el resultado. Concluye
que al no enmar C. adecuadamente en el tipo penal por el que se
condena al encausado, sea dictado un fallo absolutorio. Esta Sala
de Penal considera pertinente recordar que la alevosía supone el
empleo de procedimientos que facilitan el hecho. La define el
artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el
culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida y la
integridad personal, empleando medios, modos o formas en la
ejecución que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin
riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer
el ofendido.”. En este sentido, la alevosía exige que los
procedimientos empleados tiendan, directa y especialmente a
asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una posible defensa
del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los que se producen
por la espalda76, o estando la víctima en la cama o de rodillas.
76
Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente
183
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en la alevosía
es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del hecho y la
ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer el ofendido.
La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la ejecución
del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún tipo de
premeditación o preparación, de tal manera que puede surgir en el
mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que
su enemigo le da la espalda para dispararle). En algunas
corrientes jurisprudenciales se distinguen tres supuestos de
asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera,
si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se
materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por
desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial
situación
de
desA.
de
la
víctima
que
impide
cualquier
manifestación de defensa77. Por otro lado también resulta oportuno
recordar que el artículo 15 del código penal establece: “hay
tentativa cuando, con la intención de cometer un delito
determinado se realizan actos inequívocos de ejecución y no se
consuma por causas ajenas a la voluntad del agente”. El tipo de la
tentativa requiere de los siguientes elementos: a) en la parte
objetiva, una ejecución parcial o total de los actos ejecutivos no
seguida de consumación, b) en la parte subjetiva, la voluntad de
consumación, c) la ausencia de desistimiento voluntario. El
comienzo de la ejecución necesario para la tentativa requiere que
se traspase la frontera que separa los actos preparatorios (sí los
hay) de los actos ejecutivos. Subjetivamente la tentativa requiere
que el sujeto quiera los actos que objetivamente realiza con ánimo
de consumar el hecho o, al menos aceptando (con seguridad o con
probabilidad) que pueden dar lugar a la consumación. Por último se
requiere la concurrencia de un elemento negativo, y que consiste
en el que el hecho no se consume por causas ajenas a la voluntad
del agente. Recapitulando podemos afirmar que la tentativa se
presenta cuando se ejecutan actos considerados indispensables para
llevar a cabo el comportamiento tipificado en la ley penal y que
en el caso concreto deben serlo efectivamente conforme al fin
propuesto, pero factores extraños o ajenos a la voluntad del autor
impiden que éste logre la producción del resultado perseguido. Así
las cosas podemos afirmar que habrá una tentativa de asesinato
alevoso, cuando el agente realiza actos inequívocos de ejecución
dirigidos a causar la muerte de una persona, empleando medios,
modos o formas que tiendan directa y especialmente a asegurar
dicho resultado, sin riesgo para su persona que proceda de la
defensa que pudiera hacer el ofendido pero por causas ajenas a la
voluntad del imputado el delito no alcanza la consumación. Un
análisis del relato fáctico en todo su contexto nos permite
constatar que en los hechos probados decimoséptimo, decimonoveno y
cuadragésimo primero se describen las acciones ejecutadas por
varios reos pandilleros que dieron como resultado en algunos casos
la muerte y en otros las lesiones causadas a varios reos comunes,
así como también los intentos por acabar con la vida de estos
últimos mediante incendio y otros medios idóneos, De este modo y
si bien es cierto que de la fundamentación fáctica no se desprende
la existencia de una causa de justificación ni otra eximente de
en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al
rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea
en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid.
MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición,
Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54
77
Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html
184
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
responsabilidad criminal a favor del procesado O. A. O., por las
agresiones que ejecutara en perjuicio de otros individuos, no es
menos cierto que tampoco se desprende del mismo relato fáctico que
las referidas agresiones hayan sido a traición, inesperadas,
mediante emboscada o celada, o aprovechándose de una situación de
evidente desvalimiento de los ofendidos, de ahí que no podamos
afirmar de manera indubitada y a partir de los hechos declarados
probados que el imputado al perpetrar las acciones que se le
imputa haya empleado particulares medios, modos o formas en la
ejecución de los hechos con la finalidad de asegurar el resultado,
sin los riesgos que para su persona hubieran podido proceder de
una reacción defensiva por parte de los ofendidos, de ahí que la
agresiones tantas veces referidas no puedan calificarse como
alevosas y por lo tanto constitutivas de delitos de tentativa de
asesinato, por lo que el comportamiento del acusado al contribuir
de manera mancomunada, en un plan espontáneo y colectivo con la
finalidad de dar muerte a los reos pandilleros, propósito que
finalmente
y
respecto
a
los
diecinueve
reos
pandilleros
sobrevivientes no resultara alcanzado por causas ajenas a su
voluntad, se subsume en la figura de la tentativa de homicidio
simple, tipificada en el artículo 116 párrafo primero del Código
Penal en relación al artículo 15 del mismo texto punitivo,
considerando esta Sala que como mínimo, de manera analógica y en
bonam partem, concurre a favor del procesado O. A. O., la
atenuante de haber precedido de parte del ofendido, provocación o
amenaza proporcionada al delito78. Es cierto como lo expone el
Censor, que en el relato fáctico no se establece puntualmente y
con detalle cuales fueron las acciones que individualmente
trajeron como consecuencia la puesta en peligro de la vida de
diecinueve personas, pero no es menos cierto que del mismo relato
fáctico se colige que EL acusado junto con otros realizaron una
misma y compleja operación delictiva, de tal manera que cada uno
de ellos mediante acciones ejecutivas idóneas para causar la
muerte
de
otras
personas,
esto
es,
utilizando
armas
cortopunzantes, palos, piedras y otros objetos contundentes,
reforzándose unos y otros, realizaron una parte diversa pero
esencial con la finalidad de alcanzar el éxito de la referida
operación, cuyos resultados particularmente se reflejan en las
dictámenes médicos efectuadas por los médicos forenses y descritas
en los hechos probados en los que se aprecian con detalle que los
diecinueve reos pandilleros que sobrevivieron presentan múltiples
heridas causadas con los medios antes señalados. Una cosa es que
de un grupo de personas no se tenga la certeza respecto a quienes
participaron en el hecho, y otra muy diferente es que más allá de
toda duda razonable se tenga por probado que un hecho fue
producido por la acción conjunta de un grupo de individuos, pues
en éste último evento la imprecisión de los detalles no altera la
responsabilidad que como coautores les es imputable a todos. De
este modo resulta que la decisión mancomunada, es decir, la
decisión común del hecho del referido imputado junto con otros es
lo que ha determinado la conexión de las partes del suceso
ejecutadas por cada uno de ellos y a partir de la que es posible
imputarle a cada encausado la parte realizada por cada una de los
78
El artículo 26 No. 4) del Código Penal establece que constituye una
circunstancia atenuante ―haber precedido inmediatamente de parte del
ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito‖. Por su parte el
numeral 14) del mismo precepto legal, prevé que constituye circunstancia
atenuante: ―cualquier otra circunstancia análoga a las anteriores..‖
185
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
otros79. Recapitulando podemos afirmar que del relato fáctico se
desprende la descripción de actos ejecutivos realizados por el
procesado O. A. O. con el evidente propósito de causar la muerte
de los reos pandilleros internos en la granja penal del Porvenir,
voluntad compartida con otros encartados, resultado que no se
logra alcanzar cuando transcurridos unos veinte minutos desde que
hubiera arribado al escenario de los acontecimientos el encausado
C. E. H. A., al percatarse de la presencia de representantes de
los medios de comunicación, ordenó que C.an los disparos que aún
efectuaban elementos de seguridad del Estado que reforzaban la
actividad criminal ejecutada por los imputados antes mencionados80.
De este modo se impone al encartado la pena mínima de diez años de
reclusión por cada una de las tentativas de homicidio ejecutadas,
para hacer un total de ciento noventa años de reclusión. De este
modo se estima parcialmente y en los términos antes expuestos, el
motivo que por infracción de ley interpusiera la Defensa del
imputado O. A. O. para desvanecer los cargos de diecinueve delitos
de tentativa de asesinato por los cuales resultara condenado.
XXIX.- El Recurrente Abogado E. R., en su condición de Apoderado
Defensor del procesado S. E. A. P.,
desarrolló su Recurso de
Casación por Infracción de Ley en dos motivos, en tanto que por la
vía del quebrantamiento de forma expuso un motivo. Para efectos de
seguir un orden sistemático adecuado en su análisis y resolución,
esta SALA considera pertinente apartarse del orden seguido por el
Censor, de tal manera que inicialmente se pronunciará sobre el
tercero de los motivos antes apuntados, para luego analizar los
motivos por infracción de ley sustantiva formulados por el
recurrente.- XXIX.- EXPOSICIÓN DEL MOTIVO DE CASACIÓN POR
QUEBRANTAMIENTO DE FORMA MOTIVO UNICO: La declaración de los
hechos estimados probados por el Tribunal no son claros y
terminante. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación
se encuentra comprendido en el Artículo 362 numeral 1 del Código
Procesal Penal. EXPLICACIÓN DEL MOTIVO. La norma procesal que se
invoca como infringida es el articulo 338 regla cuarta numeral uno
del Código Procesal Penal, que expresa: ―En párrafos separados y
numerados, se hará declaración expresa y terminante de los hechos
que se consideran probados, descritos con claridad, precisión y
coherencia, sin emplear conceptos que, por su exclusivo carácter
jurídico, predeterminen el fallo que haya de dictarse.‖ En la
sentencia recurrida el Tribunal estimo como probados, entre otros,
los hechos siguientes: “VIGÉSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A.
S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V. (alias
Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo)
S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda
de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo),
salen de las diferentes celdas y lugares donde habían tenido
refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos
pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos piedras y
con armas blancas, a los reos pandilleros que encontraban, algunos
de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando
esto los policías penitenciarios y miembros del ejército que se
79
Sobre la figura de la coautoría en particular, vid. MARQUEZ CARDENAS,
ALVARO ENRIQUE, en La Coautoría en la Dogmática Penal, frente a otras
formas de Autoría y Participación, Universidad Libre de Colombia, Bogotá,
2008, págs. 65 y ss.
80
Cabe señalar que en el caso de la víctima de tentativa de homicidio,
identificada como JOSE ROBERTO MALDONADO, las causas ajenas que impiden a
los responsables de esa infracción que alcancen su objetivo, es la
intervención de un hermano de aquel, perteneciente a la Fuerza Aérea
Hondureña. Vid. Hecho Probado Trigésimo Segundo.
186
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no
realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que estaba
aconteciendo. VIGÉSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza,
el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la
celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del
ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a
la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S.
(alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el
reo rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando
a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo, de
la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines,
L. A.
C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo
S. G. B., prenden en fuego con el acelerante, varias colchonetas
las que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las
ventanas traseras,. rociando de acelerante la madera del techo de
dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las
personas que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo,
agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando
clemencia, sin lograr controlar el fuego; de todo ello lograron
tener conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C.
y el miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción
alguna para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G.
H. G., escuchó los gritos de las personas que se encontraban
dentro de la celda seis (6), e instantes después observó el humo
provocado por el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara
acción alguna.” Al analizar estos hechos probados, podemos
concluir que los mismos no cumplen con lo establecido en la regla
cuarta del articulo 338 del Código Procesal Penal, ya que los
mismos adolecen de claridad y coherencia al relatar la dinámica de
cómo ocurrieron los acontecimientos: El vigésimo tercer hecho
probado expresa que mi representado el señor S. E. A., sale junto
a otros reos, del lugar donde se resguardaban “proponiéndose
quitarle la vida a todos los reos pandilleros”; La defensa
cuestiona que el sentenciador pretende plasmar en los hechos
probados, los propósitos o deseos de los imputados, cuando es de
todos conocidos, que los mismos se suscitan en la mente de las
personas es decir en su ser mas íntimo, y al menos que tengamos la
habilidad de leer la mente de los seres humanos, es imposible
saber a ciencia cierta, cual fue el sentir o pensar de los
encausados; al plasmarlos así en los hechos probados, el Tribunal
incurre en el error de falta de claridad y redacta los mismos de
manera subjetiva, de forma tal, que la simple lectura se vuelven
confusos y poco entendibles.— De igual forma con la expresión
―proponiéndoles quitarles la vida‖ incurre el sentenciador, en el
error mas visible de la sentencia impugnada, y es el de
predeterminar el fallo, tal como lo prohíbe nuestro código
procesal penal. Continua relatando el hecho probado numero
veintitrés: “procediendo a golpear con toletes, palos, piedras y
con armas blancas, a los reos pandilleros que se encontraban”; de
nuevo incurre en el mismo yerro el sentenciador, al omitir
individualizar las acciones que específicamente realizan los
imputados que se mencionan en este hecho probado, además de no
incluir un elemento importante de todo hecho probado, como ser el
ofendido o el directamente perjudicado en la acción.— El
manifestar de manera colectiva, que procedieron a golpear a los
reos pandilleros que se encontraban, es generalizar todas las
acciones ocurridas ese día y por tanto centralizar todas las
operaciones en seis o siete reos, que utilizando la lógica podemos
deducir que era imposible ejecutarlos; pero aun mas grave es
omitir puntualizar hacia quien iban dirigidas esas acciones, y al
187
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
no hacerlo los sentenciadores convierten los hechos probados
indescifrables a la simple lectura. En el veinticuatro hecho
probado se establece que mi representado S. E. A. ayuda al reo P.
E. R. F., a prender fuego a la celda 6, sin embargo no se
establece que acción especifica realiza mi patrocinado, es decir a
que
ayuda
se
refiere.—
Debe
el
sentenciador
plasmar
específicamente a que ayuda se refiere, debido a que, debe
deducírsele individualmente la responsabilidad únicamente por sus
acciones y no por el resto de los imputados; cuanto mas se leen
los hechos probados, más se vuelven incomprensibles, de forma tal
que en este hecho probado no sabemos a ciencia cierta quienes
estaban en esa celda 6, que acción especifica realiza cada una de
los imputados y aun mas grave no sabemos cual fue el resultado de
estas acciones; los mismos quedan en suspenso sin establecer cual
fue el desenlace de la dinámica ocurrida en el día de los
acontecimientos. Con la simple lectura de los hechos probados
antes
relacionados
surgen
más
interrogantes:
¿Qué
acción
específica realiza mi representado S. E. A.? ¿De que delito es
responsable? ¿Quienes son las personas contra las cuales se
ejecutan estas acciones? ¿Cuál fue el resultado de estas acciones,
es decir el desenlace de los acontecimientos? En los mismos se
establecen, expresiones como ―procediendo a golpear con palos,
toletes‖ ―proponiéndose quitarle la vida‖ ―agredieron a otros
reos‖
todas,
expresiones
totalmente
subjetivas
y
que
por
consiguiente hacen de los hechos probados una gama de confusiones
para quien los analice. No pueden justificarse estos hechos
probados, amparándose en el alegato que nos encontramos ante
acontecimientos múltiples y de gran magnitud, de forma tal que
aparecen muchos actores y participantes en lo mismos, precisamente
por esa particularidad, el estudio y análisis de cada una de las
acciones de los imputados, debió realizarlas el Tribunal de manera
puntual para evitar incurrir en el error de generalizar, de forma
tal que, por el solo hecho de ser un reo rondín o de encontrarse
presente en el momento de los hechos, sea culpable de todo lo
acontecido.— Debe responsabilizarse únicamente de los actos
cometidos por cada uno de ellos, de no hacerlo así, aplicamos el
dicho popular religioso que comúnmente utilizamos ―justos pagan
por pecadores‖; como juristas y conocedores del derecho sabemos
que ante la ley, este dicho religioso no debe ni puede aplicarse,
sino que debe castigarse únicamente la conducta personal que cada
uno de los imputados realiza.- Tampoco debemos olvidar, que
nuestro representado se enfrenta solo ante todo el aparato
estatal, ya que el ente acusador tiene a su disposición los medios
necesarios
(Tecnología,
policía
de
investigación,
medicina
forense) para poder establecer la responsabilidad de los acusados
en los hechos a ellos imputados, y con mayor razón se debe imputar
objetivamente las acciones de cada una de ellos, y si NO es
incapaz de hacerlo, el resultado del juicio será una sentencia
absolutoria. En los hechos probados enumerados como CUADRAGESIMO
TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, el tribunal expresa las personas
que el día cinco de abril del dos mil tres, murieron por
carbonización y por hechos violentos, pero sorprendentemente no
específica quienes son los responsables y a través de que
acciones; siendo que en estos dos hechos probados el tribunal da
por acreditada la muerte de los supuestos ofendidos, también debió
establecer quienes eran los supuestos responsables de sus muertes,
sin embargo lo omite y sorprendentemente en la parte dispositiva
de la sentencia, decide condenar a mi representado por la muerte
de todos los internos acaecidos ese día, lo cual la simple lógica
nos dice que es imposible; una razón más para considerar a los
188
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
precitados hechos probados como faltos de claridad y coherencia.
El conocido jurista español JESUS FERNADEZ ENTRALGO en el libro
―La sentencia en el nuevo proceso penal‖ en las páginas 81, 86, 87
y 88 referente a La Fijación de los Hechos Probados manifiesta:
―La declaración de los hechos probados constituye como -como lo
caracteriza P.
M.—‖..el cimiento, el arranque, de la sentencia
penal...‖ Es un presupuesto necesario del fallo, porque mediante
de ella se fija judicialmente la reconstrucción de lo sucedido, y
constituye la base sobre la que se construirá el tratamiento
(subsunción) jurídico del caso debatido en el proceso; pero no
integra propiamente la motivación de sus decisión. La descripción
de los hechos probados ha de hacerse con 1) claridad 2) precisión
y 3) coherencia. De este modo, se asume legalmente el modelo ideal
de ―regla semántica de formación del lenguaje jurisdiccional
dirigida a asegurar la determinabilidad de las denotaciones
fácticas .. .(y que comprende) una serie de reglas que exigen,
como condición de la estricta jurisdiccionalidad, esto es, de la
verificabilidad y de la refutabilidad de las tesis que en el
proceso enuncian los hechos y las pruebas, que tanto aquello como
estos sean exactamente individualizadas mediante descripciones
precisas y sin el uso de palabras vagas o valorativas. La
descripción de los hechos declarados probados ha de hacerse de
forma tal que permita su perfecta compresión, como presupuesto del
control de su corrección, haciendo posible su corroboración
(verificación) o refutación (falsificación) En el caso subjudice,
los hechos probados no permiten comprender como sucedieron los
sucesos acusados a mi representado y sobre todo no permite valorar
y determinar la acción típica, antijurídica y culpable en la que
tuvo que incurrir mi representado, para ser condenado, estas
circunstancias no son visualizadas en la narración de los hechos
probados y tal como afirma F. Entralgo no permite su perfecta
comprensión de los acontecimientos acusados a mi patrocinado.
Estos hechos probados fueron calificados por el juzgador como
constitutivos de los delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN GRADO DE
EJECUCION DE TENTATIVA, declarando responsable penalmente de los
mismos al señor XXX, sin embargo, al analizar tales hechos
probados en los números, veintitrés y veinticuatro se evidencia el
vicio denunciado ya que la descripción de los mismos no satisface
los requisitos de claridad, precisión y coherencia impuestos por
el Artículo 338, sección cuarta, número uno del Código Procesal
Penal. Dicho lo anterior y siendo que la declaración de hechos
probados constituye la base o el cimiento sobre el cual se
construye la sentencia penal, y dado que los hechos declarados
probados en la sentencia recurrida no reúnen los requisitos
legales exigidos para ello, solicito se case la sentencia
recurrida, se anule el fallo y se devuelvan los antecedentes al
Tribunal de su procedencia para que la causa sea tramitada con
arreglo a derecho. RECLAMACION HECHA PARA LA SUBSANACION DEL YERRO
Siendo que el yerro que provoca la interposición del recurso de
mérito se produce con la sentencia misma, solo es posible su
subsanación a través del presente recurso por lo que se deduce que
no hubo una reclamación ex-ante.‖ XXIX.-RECURSO DE CASACIÓN POR
QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL ACUSADO S.
E. A. P., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE LA DECLARACIÓN DE LOS
HECHOS ESTIMADOS PROBADOS POR EL TRIBUNAL DE SENTENCIA NO ES CLARA
NI TERMINANTE.- Argumenta el recurrente que los hechos estimados
probados por el A Quo no son claros y terminantes. Arguye que en
la sentencia recurrida el A Quo estimó como probados, entre otros,
los hechos VIGÉSIMO TERCERO y VIGÉSIMO CUARTO y que al analizarlos
concluye que no cumplen con lo establecido en la regla cuarta del
189
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
articulo 338 del Código Procesal Penal, al adolecer de claridad y
coherencia al relatar los acontecimientos. Asume que de la simple
lectura de los hechos probados VIGÉSIMO TERCERO y VIGÉSIMO CUARTO
surgen muchas interrogantes por tratarse de acontecimientos
múltiples y de gran magnitud, con muchos actores y participantes,
por lo que señala que el Juzgador debió analizar cada una de las
acciones realizadas por los imputados, de manera puntual para no
incurrir en el error de generalizar, y declarar culpable al
acusado señor S. E. A. P. por el solo hecho de ser reo rondín y
encontrarse presente en el momento de los hechos. Considera que
debe responsabilizarse al acusado únicamente de los actos
cometidos por él, de no hacerlo así, se aplicaría el dicho popular
de que “justos pagan por pecadores”. Reprocha también que en los
hechos probados CUADRAGESIMO TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, se
describen las personas que murieron por carbonización y por hechos
violentos, pero no especifica quienes son los responsables y a
través de que acciones, no obstante que en la parte dispositiva de
la sentencia, el A Quo condena al acusado S. E. A. P. por la
muerte de todos ellos, lo cual asume imposible. Concluye
manifestando que los hechos probados no permiten comprender cómo
se desarrollaron los sucesos, ni permite valorar y determinar las
acciones típicas, antijurídicas y culpables que se supone ejecutó
el acusado y que fueron calificados por el A Quo como
constitutivas de los delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN EL GRADO
DE EJECUCION DE TENTATIVA, por las se declaró penalmente
responsable al señor S. E. A. P.. Esta Sala de lo Penal, considera
pertinente destacar, que el vicio procesal denunciado por el
recurrente se origina exclusivamente cuando la redacción de los
hechos probados aparece confusa, dubitativa o imprecisa, de modo
que por su insuficiencia o oscuridad, o por no expresar en forma
conclusiva, imperativa, terminante o categórica, sino vacilante o
dubitativa, puede conducir a subsunciones alternativas, en
definitiva, a consecuencia de la ambigüedad del relato. La falta
de claridad puede venir determinada por haber empleado expresiones
ininteligibles u oscuras que hacen difícil la comprensión del
relato o cuando incurre en omisiones que alteran su significación
y dejan prácticamente sin contenido específico la narración de los
hechos; se produce, pues, cuando lo narrado es incomprensible por
su deficiente redacción, oscuridad, ambigüedad o imprecisión,
también
cuando
por
omisión
de
elementos
o
circunstancias
importantes, se impide conocer la verdadera realidad de lo
ocurrido con la lógica consecuencia de que falta base fáctica para
determinar si los hechos son o no constitutivos de la infracción
penal, o cual ha sido la participación concreta de los acusados en
la ejecución del delito. Por consiguiente, no basta para apreciar
el defecto procesal que la narración se ofrezca oscura o
ininteligible en alguna de las partes, o en términos de ambigüedad
o imprecisión que haga difícil su comprensión, sino que es
necesario que tales defectuosidades se hallen en conexión con los
condicionamientos determinantes de la calificación penal asignada
a los hechos probados, provocando una laguna o vacío en la
descripción histórica de los mismos, que determina una falta de
premisa fáctica para formular la calificación jurídica, de forma
que no pueda orientar, dentro del silogismo en que la sentencia
queda estructurada, el pronunciamiento condenatorio o absolutorio,
es decir, que resulta inadecuada para servir de argumentación
lógica al fallo, y ello porque la “quaestio facti” debe servir de
apoyo y sustento a la calificación jurídica o “quaestio iuris”.
Esta Sala de lo Penal considera que no se advierte la falta de
claridad o ambigüedad en la fundamentación fáctica de la sentencia
190
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
al establecer la participación del procesado S. E. A. P. en la
comisión de los hechos que condujeron a la muerte de varias
personas que se encontraban al interior de la Celda No. 6) de la
Granja Penal del Porvenir, de tal manera que en el hecho probado
vigésimo cuarto se describe que uno de los acusados cerró con
candado la puerta de acceso a la celda No. 6, tras lo cual varios
de los acusados colocaron cajones, palos y mesas frente a dicha
puerta, y que seguidamente, el procesado S. E. A. P. junto con
otros procesados prendieron fuego a varias colchonetas las que
arrojaron por las ventanas de las celda antes referida, lo que en
una conexión-causa efecto trajo como resultado la muerte de
veintitrés personas mediante incendio81. Ahora resulta pertinente
analizar si la fundamentación fáctica de la sentencia adolece de
la suficiente claridad y precisión en lo que se refiere a la
participación del encausado S. E. A. P., en lo que concierne a la
imputación que se le hace por la comisión de treinta y siete
delitos de asesinato mediante alevosía y diecinueve delitos de
tentativa de asesinato alevoso. Así tenemos que: A) En el hecho
probado Vigésimo Tercero se afirma que tras la irrupción de
elementos de seguridad del Estado en el interior de la Granja
Penal del Porvenir, el procesado S. E. A. P., salió al igual que
otros ocho reos rondines de las diferentes celdas y otros espacios
en los que se habían refugiado, procediendo a golpear con toletes,
palos y armas blancas a los reos pandilleros que encontraban,
algunos de ellos ya heridos por armas de fuego, circunstancia de
la que tenía conocimiento el coimputado ya fallecido R. A. S.I.
sin que éste realizara acción alguna para evitarlo. Más adelante
en el hecho probado CUADRAGESIMO QUINTO el Tribunal Sentenciador
hace una relación del fallecimiento de treinta y siete personas
que murieron violentamente a consecuencia de heridas causadas con
armas blanca, objetos contundentes y/o disparos de armas de fuego,
en tanto que en el hecho probado CUADRAGESIMO SEXTO se hace una
relación de reos pandilleros que habiendo sufrido agresiones
físicas no resultaron muertos tras la finalización de los
acontecimientos suscitados. Del análisis conjunto de los hechos
probados antes relacionados en los que aparecen realizando
diversas acciones el imputado S. E. A. P., a quien el Tribunal de
Instancia condenó a título de coautor como responsable de haber
contribuido en un plan espontáneo y colectivo a causar la muerte
de treinta y siete personas e intentar quitarle la vida a
diecinueve, podemos afirmar que dadas las circunstancias en que se
produjeron los hechos objeto de juzgamiento con múltiples sujetos
activos y una gran cantidad de víctimas, que en su mayoría
perdieron la vida en tanto que las demás presentaban múltiples
lesiones tras la conclusión de los sucesos, resulta razonable que
el Tribunal de Instancia no haya establecido con rigurosa
minuciosidad y con prolijidad de detalles las incidencias
ocurridas durante el desarrollo de los acontecimientos, de tal
manera que la fundamentación fáctica de la sentencia recurrida no
acusa la oscuridad, ambigüedad o imprecisión señalada por el
Censor, que impida como un obstáculo insalvable determinar si
dicho encartado ha incurrido o no en la comisión de los hechos
criminosos que se le atribuyen. El recurrente alega que la
inclusión en el relato fáctico de la valoración de que los
acusados salieron de los lugares donde se habían refugiado
proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros,
constituye un concepto predeterminante del fallo. Sobre esto es
importante señalar que tal frase no constituye
una expresión
81
Vid. Hecho Probado No. Cuadragésimo Tercero.
191
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
técnico-jurídica, sino que un juicio de inferencia82, mediante el
cual se determina el elemento subjetivo del delito, de modo que si
bien es cierto que su ubicación resulta más acertada en la
fundamentación intelectiva y jurídica de la sentencia, en cuanto
extraído de los datos objetivos relatados, su inclusión en el
relato de hechos probados, siempre y cuando no vacíe el contenido
de los mismos, es revisable en casación por la vía del artículo
360 párrafo primero del Código Procesal Penal83,
si de los
restantes elementos fácticos narrados por el Juzgador se acredita
la equivocación de éste al atribuir al procesado que ese era y no
otro, el móvil que le impulsó a cometer el delito. De este modo, y
siendo que el cuadro fáctico expuesto en la sentencia, aún
suprimiendo mentalmente ese juicio de inferencia, resulta narrado
con un mínimo de claridad y amplitud para determinar cual fue la
intención que movió al encartado para realizar las acciones que se
le imputan, esta Sala es de criterio que el motivo alegado por el
Censor debe ser desestimado. XXX.- El Recurrente Abogado
E. R.,
en su condición de Defensor Público del señor S. E. A. P.,
desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley y
Quebrantamiento de Forma de la siguiente manera: ―EXPOSICIÓN DE
LOS MOTIVOS DE CASACIÓN POR INFRACCION DE LEY PRIMER MOTIVO:
PRECEPTO AUTORIZANTE: Aplicación indebida del articulo 117 del
Código Penal. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación
se encuentra comprendido en el artículo 360 del Código Procesal
Penal EXPLICACION DEL MOTIVO: La norma penal que aplica
indebidamente el sentenciador es el articulo 117 del Código Penal
que establece: ―Es reo de asesinato quien de muerte a una persona
ejecutándola con la concurrencia de las circunstancias siguientes:
1) Alevosía; 2) Con Premeditación, conocida; 3) Por medio de
inundación, incendio, envenenamiento, explosión, descarrilamiento,
volcamiento, varamiento o avería de buque u otro artificio que
pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya dolo o
intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento, aumentando deliberada e
inhumanamente el dolor del ofendido. La pena por asesinato será de
veinte (20) a treinta (30) años de reclusión y cuando se cometiese
mediante pago, recompensa o promesa remuneratoria, o se acompañase
de robo o violación, la pena será de treinta (30) a privación de
por vida de la libertad‖. El Juzgador estimó como HECHOS PROBADOS,
entre otros los siguientes: “VIGESIMO TERCERO: Los reos rondines
A. A. S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V.
(alias Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias
Chinapopo) S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya),
con ayuda de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el
Basucazo), salen de las diferentes y lugares donde habían tenido
refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos
pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y
con armas blancas, a los reos pandillero que encontraban, algunos
de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando
esto los policías penitenciarios y miembros del ejército que se
encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no
realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que esta
aconteciendo. VIGÉSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza,
el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la
celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del
ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a
la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S.
82
Vid. LUZON CUESTA, JOSE MARIA, El Recurso de Casación Penal,
edición, Editorial Colex, Madrid, 2000, págs. 147-148, 151-152.
83
Referido a la casación por infracción de ley.
2ª
192
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
(alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el
reo rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando
a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de
la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines,
L. A.
C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo
S. E. A. P. (alias el Chaparro) y el reo S. G. B., prenden en
fuego con el acelerante, varias colchonetas las que tiran hacia el
interior de la celda seis (6), por las ventanas traseras, rociando
de acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también
prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban
adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban
pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el
fuego; de todo ello lograron tener conocimiento los policías
penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del ejército R. A.
S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo. En ese
momento el policía penitenciario G. H. G., escuchó los gritos de
las personas que se encontraban dentro de la celda seis (6), e
instantes después observo el humo provocado por el fuego de la
celda seis, sin que tampoco realizara acción alguna. TRIGESIMO:
Quince (15) minutos después de que los primeros reos pandilleros
han salido de la celda dos, el reo S. G. B. se dirige hacia los
reos pandilleros que andaban armados y los reos pandillero que
eran cabecillas, a los que la policía les dispara y seguidamente
disparan a todos los demás reos pandilleros que se encontraban en
el lugar, muchos de ellos acostados en el suelo; los reos
rondines, al ver que algunos de los reos pandilleros estaban vivos
aun, procedieron a agredirlos con palos, piedras y armas blancas.
Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que salieron después
de la celda dos (2) y que se hacían los muertos, todo ello a vista
y consentimiento de la Policía Penitenciaria, Policía Nacional
Preventiva, elementos Cobras y miembros del ejército que se
encontraban en el lugar. De esta manera el reo rondín A. A. S.
(alias Comayagua) arremete con cuchillos y palos al reo pandillero
A. J. H. (alias El Trabado); el reo rondín P. E. R. F., (alias
chinapopo) arremete con machete al reo pandillero
L. A. O. G.
(alias El Killer); el reo H. W. J. (alias el Basucazo), arremete
con un laño y arma blanca al reo pandillero O. G. H. V. (alias El
Pewee); igualmente los reos rondines S. G. B., T. R. G. (alias
Cabuya) y J. R. C. (alias Cobra) agredieron a otros reos
pandilleros usando palos y armas blancas.” ― El juzgador calificó
que tales hechos declarados probados, constituyen el delito de
ASESINATO, así como lo establece en el DECIMO PRIMERO numeral de
la parte dispositiva de la sentencia y condenó a mi representado
S. E. A. P., como autor responsable penalmente ―por acción de
veintitrés delitos consumados de Asesinato mediante incendio en
perjuicio de veintitrés personas que murieron por carbonización en
concurso real a la pena de VEINTICINCO (25) AÑOS‖; sobre este
particular, la defensa del señor S. E. A. P. considera que el
juzgador arriba a tal decisión por una errónea interpretación del
referido artículo 117 ya que en los mencionados hechos probados,
no se aprecia de manera clara y precisa, los dos elementos
indispensables para catalogar la conducta de mi representado como
constitutiva de tales delitos, en este caso el elemento objetivo y
subjetivo del tipo penal.— En el caso subjudice, los hechos
probados carecen de tales elementos y no concretiza de manera
puntual y clara, la forma en la que nuestro patrocinado realiza
esas acciones que hacen que el Juzgador le condene por el delito
de ASESINATO; al grado tal que omite establecer los nombres de los
sujetos pasivos de los hechos (ofendidos) y mas grave aun no
establece cual fue el resultado de sus acciones, no concretiza, si
193
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
como resultado de tales acontecimientos se produjo el resultado
muerte necesario para catalogar la conducta de mi representado
como ASESINATO, es por tal circunstancia que al no realizar una
adecuación de los hechos acontecidos con el tipo penal por el que
acusa, aplica incorrectamente el precepto penal antes referido.
INTERPRETACION PRETENDIDA Al no plasmar de manera concreta la
acción de mi representado S. E. A. P. en los sucesos a él
acusados, convierte a los hechos probados en meras especulaciones,
en relatos sin sentido y al no establecer contra quienes se
producen las acciones y cual fue el resultado, por consiguiente al
no enmar C. adecuadamente en el tipo penal por el que se le
condeno, nuestra solicitud al Tribunal de Casación es que se
aplique correctamente la norma penal con el dictado de un fallo
absolutorio. XXX.- RECURSO DE CASACIÓN POR INFRACCION DE LEY
INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO S. E. A. P., ARGUYENDO
FUNDAMENTALMENTE QUE EL TRIBUNAL SENTENCIADOR APLICO INDEBIDAMENTE
EL ARTICULO 117 DEL CÓDIGO PENAL CUANDO CONDENO EN CALIDAD DE
COAUTOR AL IMPUTADO POR LA COMISIÓN DE VEINTITRES DELITOS DE
ASESINATO MEDIANTE INCENDIO. Argumenta el recurrente que el
Juzgador ha incurrido en aplicación indebida del artículo 117 del
Código Penal, norma penal que tipifica el delito de Asesinato.
Concretamente señala que el A Quo calificó los hechos probados
VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO y TRIGÉSIMO entre otros, como
constitutivos de ASESINATO. El A Quo en base a los hechos
declarados probados en referencia condena al acusado S. E. A. P.,
como autor por acción de veintitrés (23) delitos consumados de
ASESINATO mediante incendio en perjuicio de igual número de
personas que murieron por carbonización en concurso ideal a la
pena de VEINTICINCO (25) años de reclusión. Considera que del
cuadro fáctico no se desprenden las acciones del imputado que
puedan subsumirse en un determinado tipo penal, dado que a su
entender no describen comportamiento alguno del encartado S. E. A.
P. que hubiere dado como resultado la muerte de las veintitrés
(23) personas por cuyo fallecimiento fue condenado, en aplicación
indebida de lo dispuesto en el artículo 117 del Código Penal. El
recurrente pretende la confrontación de las acciones que se
atribuye al acusado frente a los elementos objetivos y subjetivos
del tipo penal contenidos en el Artículo 117 del Código Penal, y
que una vez comprobado que eb los hechos probados no se descruibe
ningún comportamiento del acusado que haya dado como resultado las
muertes que se le atribuyen se le libere de toda responsabilidad.
Esta Sala de lo Penal considera importante recordar, que a través
del recurso de casación por infracción de ley, sólo puede
intentarse una revaloración jurídica del material fáctico descrito
en la sentencia, contenido en la formulación de hechos probados
realizada por el Tribunal de Instancia. A diferencia del
tradicional recurso de apelación, propio del anterior sistema, que
provoca un nuevo examen del caso por parte del Tribunal revisor,
tanto bajo el aspecto fáctico como jurídico, el de casación por
infracción de ley únicamente admite la posibilidad de que el
Tribunal de Casación realice un nuevo examen del objeto procesal
bajo el segundo aspecto, o sea una revisión jurídica de los hechos
declarados probados. El recurso de casación por infracción de ley
debe estructurarse o partir su alegación, de los hechos probados
que contenga la resolución cuestionada, puesto que el vicio en
esencia consiste en que la decisión adoptada por el juzgador en la
parte resolutiva de la sentencia, es incompatible, irreconciliable
o ajena a la verdad enunciada por la narración fáctica (hechos
probados). Precisados los límites en los que puede desenvolverse
la función revisora de esta Sala cuando del recurso de casación
194
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
por infracción de ley se trate, ahora es pertinente que indiquemos
cuales son los elementos objetivos y subjetivos del delito de
asesinato mediante incendio que se atribuye a título de coautor al
procesado S. E. A. P. en perjuicio de varias personas. La muerte
de un ser humano a consecuencia de la acción realizada por otra
persona, valiéndose de medios especialmente peligrosos o revelando
una especial perversidad, ha sido tradicionalmente castigada con
mayor severidad que el homicidio simple. En este sentido, el
asesinato se describe como la muerte de otra persona ejecutada con
alguna de las circunstancias mencionadas en el artículo 117 del
Código Penal. De este modo, la concurrencia de algunas de las
circunstancias del artículo 117 establece la diferencia entre el
homicidio y el asesinato. No obstante, cabe señalar, que ambos
delitos comparten características comunes, así, aparte de la
igualdad en el bien jurídico protegido, que es la vida humana como
valor ideal, coinciden los sujetos, activo y pasivo, que pueden
serlo cualquier persona, sin más limitaciones que las que
provienen del concurso de leyes,84 el objeto material sobre el que
recae directamente la acción es el hombre vivo físicamente
considerado, y los problemas de la relación de la causalidad, en
virtud de la cual se debe establecer la conexión entre el
comportamiento del sujeto activo y el resultado que consiste en la
muerte efectiva de otra persona. En el tipo subjetivo, existe, sin
embargo, una diferencia fundamental, mientras que en el homicidio
cabe la comisión imprudente, no se puede cometer asesinato por
imprudencia. En el caso concreto que ahora nos ocupa, se ha
declarado la responsabilidad penal del
encausado S. E. A. P. a
título de coautor de varios delitos de asesinato mediante
incendio, modalidad prevista en el numeral 3) del precepto legal
supracitado. La razón de la especial agravación de la muerte de un
ser humano cometido mediante incendio, no es solamente la mayor
perfidia del medio empleado que revela un delincuente sumamente
peligroso, sino también el peligro general que tal medio y otros
como la inundación, explosión, descarrilamiento, etc… encierran
para la colectividad85. Una lectura detenida de la fundamentación
fáctica de la sentencia, revela que en el hecho probado vigésimo
cuarto se describen las acciones de varias personas que de manera
conjunta contribuyeron para causar un incendio en la Celda No. 6
de la Granja Penal del Porvenir, lo que en una relación causaefecto trajo como resultado la muerte de varias personas (vid.
Hecho Probado Cuadragésimo Tercero). Entre tales personas se
encuentra el imputado S. E. A. P., a quien se atribuye junto a
otros individuos la acción de haber prendido fuego a varias
colchonetas y haberlas
L.do por las ventanas al interior de la
celda No. 6) lo que a la postre trajo como resultado un incendio
que a su vez produjo la muerte de varias personas, de este modo,
del relato fáctico antes descrito se subsume la comisión del
delito de asesinato tipificado en el artículo 117 No. 3) del
Código Penal y por ende atribuible al encartado S. E. A. P.,
consecuentemente, se desestima el motivo de casación que por
infracción de ley interpusiera la Defensa para desvanecer los
delitos de asesinato mediante incendio por los cuales resultara
condenado. Finalmente esta Sala considera que por una aplicación
84
Así sí el sujeto pasivo es alguno de los Presidentes de los Poderes del
Estado, el delito aplicable es el previsto en el artículo 322, si se
trata del Jefe de Estado extranjero o Jefe de Gobierno extranjero, el
artículo 318, etc…
85
Vid. CUELLO CALON, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo II, Revisada por CAMARGO
HERNANDEZ, CESAR, Bosch, Casa Editorial, S.A., Barcelona, 1982, pág. 507.
195
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
extensiva del recurso de casación, autorizada por el artículo 349
del Código Procesal Penal, la infracción del artículo 117 No. 1)
del Código Penal, alegada a favor de los coimputados L. A. C. V.,
T. R. G. y H. W. J. M. debe decretarse en beneficio del procesado
S. E. A. P., a quien se declara penalmente responsable a título de
coautor por la comisión de treinta siete delitos de homicidio
simple consumado, a la pena de quinientos cincuenta y cinco años
de reclusión. XXI.- SEGUNDO MOTIVO: Aplicación indebida del
artículo
117
del
Código
Penal,
en
relación
al 15 del mismo cuerpo legal. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente
motivo
de
casación
se
encuentra
comprendido
en
el
articulo 360 del Código Procesal Penal EXPLICACIÓN DEL MOTIVO
La norma penal que aplica indebidamente el sentenciador es el
articulo 117 del Código Penal que establece: ―Es reo de asesinato
quien de muerte a una persona ejecutándola con la concurrencia de
las circunstancias siguientes: 1) Alevosía; 2) Con Premeditación,
conocida; 3) Por medio de inundación, incendio, envenenamiento,
explosión, descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de
buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos,
siempre que haya dolo o intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento,
aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido. La
pena por asesinato será de veinte (20) a treinta (30) años de
reclusión y cuando se cometiese mediante pago, recompensa o
promesa remunetaria, o se acompañase de robo o violación, la pena
será de treinta (30) a privación de por vida de la libertad. En
relación al articulo 15 del mismo cuerpo legal que establece: Hay
tentativa cuando, con la intención de cometer un delito
determinado, se realizan actos inequívocos de ejecución y no se
consuman por causas ajenas a la voluntad del agente‖ Los hechos
antes relacionados y transcritos, fueron considerados por el
sentenciador según lo establece en el DECIMO PRIMERO numeral del
Acápite ―Parte Dispositiva‖ de la sentencia como ASESINATO EN SU
GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, fundamentado en el Artículo 117
en relación al 15 del Código Penal y condenando a mi representado
―por acción de treinta y siete delitos consumados de Asesinato por
Alevosía en perjuicio de treinta y siete personas que murieron en
forma violenta en concurso real, a la pena de SETECIENTOS CUARENTA
(740) AÑOS DE RECLUSION‖ y ―por acción de diecinueve delitos de
Asesinato por Alevosía en su grado de ejecución de Tentativa en
perjuicio de diecinueve reos pandilleros sobrevivientes en
concurso real a la pena de DOSCIENTOS CINCUENTA Y TRES (253) AÑOS
CUATRO (4) MESES DE RECLUSION‖; sobre este particular, la defensa
del señor S. E. A. P. considera que el juzgador arriba a tal
decisión por una errónea interpretación del referido articulo 117
así como del 15 del referido cuerpo legal pues, en los hechos
probados no se aprecia de manera clara y precisa, los elementos
indispensables para catalogar la conducta de mi representado como
constituta de tales delitos, en este caso el elemento objetivo y
subjetivo del tipo penal.— En el caso subjudice, los hechos
probados carecen de tales elementos y no concretiza de manera
puntual y clara, la forma en la que nuestro patrocinado realiza
esas acciones que hacen que el Juzgador le condene por el delito
de ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA y mucho menos se
establece cuales fueron esas causas ajenas a la voluntad del
agente que hacen que mi representado no alcance el resultado
esperado. Los hechos probados antes mencionados no enmarcan de
manera perfecta, el accionar de mi patrocinado S. E. A. P. como
constitutivos de 37 ASESINATOS EN SU GRADO DE EJECUCION DE
TENTATIVA, al grado tal que omite establecer las acciones mediante
las cuales se haya intentado quitar la vida en forma alevosa a los
196
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
internos, los nombres de los sujetos pasivos de los hechos
(ofendidos) y mas grave aun no establece cual fue el resultado de
sus acciones para catalogar la conducta de mi representado como
ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA Tampoco aparece cual
fue la circunstancia especial que considera el sentenciador para
calificarlo como un delito de asesinato, es decir cual de las
cuatro circunstancias calificadores toma en cuenta para agravar la
responsabilidad de los acusados de homicidio a Asesinato, si bien
la menciona en la parte dispositiva que fue por Alevosía, la misma
no aparece de manera clara en la lectura de los hechos probados.
INTERPRETACION PRETENDIDA Al no plasmar de manera concreta la
acción de mi representado S. E. A. P. en los sucesos a él
acusados, convierte a los hechos probados en meras especulaciones,
en relatos sin sentido y al no establecer contra quienes se
producen las acciones y cual fue el resultado, por consiguiente al
no enmar C. adecuadamente en el tipo penal por el que se le
condeno, nuestra solicitud al Tribunal de Casación es que se
aplique correctamente la norma penal con el dictado de un fallo
absolutorio. XXXI.- RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY
INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL ACUSADO S. E. A. P., ARGUYENDO
FUNDAMENTALMENTE QUE EL TRIBUNAL DE INSTANCIA INCURRIO EN UNA
APLICACIÓN INDEBIDA
DEL ARTÍCULO 117 DEL CÓDIGO PENAL, EN
RELACIÓN AL 15 DEL MISMO TEXTO PUNITIVO CUANDO LE CONDENA POR LA
COMISIÓN A TITULO DE COAUTOR DE DIECINUEVE DELITOS DE ASESINATO
ALEVOSO EN EL GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA- Argumenta el
recurrente que el A Quo incurre en aplicación indebida del
Artículo 117, el cual tipifica el delito de Asesinato, en relación
al 15 del Código Penal, que dispone del grado de ejecución de
tentativa de delito. Considera que en ninguno de los hechos
declarados de la sentencia recurrida, se describe el ASESINATO en
su grado de ejecución de TENTATIVA, por el que se condena al
acusado, entre otros delitos, en perjuicio de diecinueve reos
pandilleros sobrevivientes en concurso real. Esgrime que la
decisión del juzgador por la que condena al encausado señor S. E.
A. P., en aplicación del artículo 117 y 15 del Código Penal es
errónea, en tanto de los hechos probados no aprecia de manera
clara y precisa, los elementos objetivos y subjetivos del tipo
penal. El Censor alega que los hechos probados no concretizan la
forma en la que el acusado realiza las acciones por las que el A
Quo le condena por el delito de ASESINATO EN EL GRADO DE EJECUCION
DE TENTATIVA y menos cuales fueron esas causas ajenas a la
voluntad del agente que impiden que alcance el resultado esperado,
de tal manera que en el relato fáctico no se describe el accionar
del acusado S. E. A. P. constitutivo de diecinueve (19) ASESINATOS
en su grado de ejecución de TENTATIVA, además omite establecer las
acciones mediante se haya intentado quitar la vida en forma
alevosa a los internos, los nombres de los ofendidos y no describe
cual fue el resultado de sus acciones para catalogar su conducta
como ASESINATO en el grado de ejecución de TENTATIVA Tampoco la
circunstancia especial que considera el A Quo para calificar el
delito de asesinato, es decir cual de las cuatro circunstancias
calificadores toma en cuenta para agravar la responsabilidad de
los acusados de homicidio a Asesinato, si bien la menciona en la
parte dispositiva que fue por Alevosía, la misma no aparece de
manera clara en la lectura de los hechos probados. Esta Sala de
Penal considera pertinente recordar que la alevosía supone el
empleo de procedimientos que facilitan el hecho. La define el
artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el
culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida y la
integridad personal, empleando medios, modos o formas en la
197
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
ejecución que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin
riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer
el ofendido.”. En este sentido, la alevosía exige que los
procedimientos empleados tiendan, directa y especialmente a
asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una posible defensa
del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los que se producen
por la espalda86, o estando la víctima en la cama o de rodillas.
Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en la alevosía
es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del hecho y la
ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer el ofendido.
La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la ejecución
del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún tipo de
premeditación o preparación, de tal manera que puede surgir en el
mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que
su enemigo le da la espalda para dispararle). En algunas
corrientes jurisprudenciales se distinguen tres supuestos de
asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera,
si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se
materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por
desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial
situación
de
desA.
de
la
víctima
que
impide
cualquier
87
manifestación de defensa . Por otro lado también resulta oportuno
recordar que el artículo 15 del código penal establece: “hay
tentativa cuando, con la intención de cometer un delito
determinado se realizan actos inequívocos de ejecución y no se
consuma por causas ajenas a la voluntad del agente”. El tipo de la
tentativa requiere de los siguientes elementos: a) en la parte
objetiva, una ejecución parcial o total de los actos ejecutivos no
seguida de consumación, b) en la parte subjetiva, la voluntad de
consumación, c) la ausencia de desistimiento voluntario. El
comienzo de la ejecución necesario para la tentativa requiere que
se traspase la frontera que separa los actos preparatorios (sí los
hay) de los actos ejecutivos. Subjetivamente la tentativa requiere
que el sujeto quiera los actos que objetivamente realiza con ánimo
de consumar el hecho o, al menos aceptando (con seguridad o con
probabilidad) que pueden dar lugar a la consumación. Por último se
requiere la concurrencia de un elemento negativo, y que consiste
en el que el hecho no se consume por causas ajenas a la voluntad
del agente. Recapitulando podemos afirmar que la tentativa se
presenta cuando se ejecutan actos considerados indispensables para
llevar a cabo el comportamiento tipificado en la ley penal y que
en el caso concreto deben serlo efectivamente conforme al fin
propuesto, pero factores extraños o ajenos a la voluntad del autor
impiden que éste logre la producción del resultado perseguido. Así
las cosas podemos afirmar que habrá una tentativa de asesinato
alevoso, cuando el agente realiza actos inequívocos de ejecución
dirigidos a causar la muerte de una persona, empleando medios,
modos o formas que tiendan directa y especialmente a asegurar
dicho resultado, sin riesgo para su persona que proceda de la
defensa que pudiera hacer el ofendido pero por causas ajenas a la
voluntad del imputado el delito no alcanza la consumación. Un
análisis del relato fáctico en todo su contexto nos permite
86
Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente
en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al
rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea
en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid.
MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición,
Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54
87
Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html
198
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
constatar que en los hechos probados decimoséptimo, decimonoveno y
cuadragésimo primero se describen las acciones ejecutadas por
varios reos pandilleros que dieron como resultado en algunos casos
la muerte y en otros las lesiones causadas a varios reos comunes,
así como también los intentos por acabar con la vida de estos
últimos mediante incendio y otros medios idóneos, De este modo y
si bien es cierto que de la fundamentación fáctica no se desprende
la existencia de una causa de justificación ni otra eximente de
responsabilidad criminal a favor del procesado S. E. A. P., por
las agresiones que ejecutara en perjuicio de otros individuos, no
es menos cierto que tampoco se desprende del mismo relato fáctico
que las referidas agresiones hayan sido a traición, inesperadas,
mediante emboscada o celada, o aprovechándose de una situación de
evidente desvalimiento de los ofendidos, de ahí que no podamos
afirmar de manera indubitada y a partir de los hechos declarados
probados que el imputado al perpetrar las acciones que se le
imputa haya empleado particulares medios, modos o formas en la
ejecución de los hechos con la finalidad de asegurar el resultado,
sin los riesgos que para su persona hubieran podido proceder de
una reacción defensiva por parte de los ofendidos, de ahí que la
agresiones tantas veces referidas no puedan calificarse como
alevosas y por lo tanto constitutivas de delitos de tentativa de
asesinato, por lo que el comportamiento del acusado al contribuir
de manera mancomunada, en un plan espontáneo y colectivo con la
finalidad de dar muerte a los reos pandilleros, propósito que
finalmente
y
respecto
a
los
diecinueve
reos
pandilleros
sobrevivientes no resultara alcanzado por causas ajenas a su
voluntad, se subsume en la figura de la tentativa de homicidio
simple, tipificada en el artículo 116 párrafo primero del Código
Penal en relación al artículo 15 del mismo texto punitivo,
considerando esta Sala que como mínimo, de manera analógica y en
bonam partem, concurre a favor del procesado S. E. A. P., la
atenuante de haber precedido de parte del ofendido, provocación o
amenaza proporcionada al delito88. Es cierto como lo expone el
Censor, que en el relato fáctico no se establece puntualmente y
con detalle cuales fueron las acciones que individualmente
trajeron como consecuencia la puesta en peligro de la vida de
diecinueve personas, pero no es menos cierto que del mismo relato
fáctico se colige que el acusado junto con otros realizaron una
misma y compleja operación delictiva, de tal manera que cada uno
de ellos mediante acciones ejecutivas idóneas para causar la
muerte
de
otras
personas,
esto
es,
utilizando
armas
cortopunzantes, palos, piedras y otros objetos contundentes,
reforzándose unos y otros, realizaron una parte diversa pero
esencial con la finalidad de alcanzar el éxito de la referida
operación, cuyos resultados particularmente se reflejan en las
dictámenes médicos efectuadas por los médicos forenses y descritas
en los hechos probados en los que se aprecian con detalle que los
diecinueve reos pandilleros que sobrevivieron presentan múltiples
heridas causadas con los medios antes señalados. Una cosa es que
de un grupo de personas no se tenga la certeza respecto a quienes
participaron en el hecho, y otra muy diferente es que más allá de
toda duda razonable se tenga por probado que un hecho fue
producido por la acción conjunta de un grupo de individuos, pues
88
El artículo 26 No. 4) del Código Penal establece que constituye una
circunstancia atenuante ―haber precedido inmediatamente de parte del
ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito‖. Por su parte el
numeral 14) del mismo precepto legal, prevé que constituye circunstancia
atenuante: ―cualquier otra circunstancia análoga a las anteriores..‖
199
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
en éste último evento la imprecisión de los detalles no altera la
responsabilidad que como coautores les es imputable a todos. De
este modo resulta que la decisión mancomunada, es decir, la
decisión común del hecho del referido imputado junto con otros es
lo que ha determinado la conexión de las partes del suceso
ejecutadas por cada uno de ellos y a partir de la que es posible
imputarle a cada encausado la parte realizada por cada una de los
otros89. Recapitulando podemos afirmar que del relato fáctico se
desprende la descripción de actos ejecutivos realizados por el
procesado S. E. A. P. con el evidente propósito de causar la
muerte de los reos pandilleros internos en la granja penal del
Porvenir, voluntad compartida con otros encartados, resultado que
no se logra alcanzar cuando transcurridos unos veinte minutos
desde que hubiera arribado al escenario de los acontecimientos el
encausado
C.
E.
H.
A., al percatarse de la presencia de
representantes de los medios de comunicación, ordenó que C.an los
disparos que aún efectuaban elementos de seguridad del Estado y
que reforzaban la actividad criminal ejecutada por los imputados
antes mencionados90. De este modo se impone al encartado la pena
mínima de diez años de reclusión por cada una de las tentativas de
homicidio ejecutadas, para hacer un total de ciento noventa años
de reclusión. De este modo se estima parcialmente y en los
términos antes expuestos, el motivo que por infracción de ley
interpusiera la Defensa del imputado S. E. A. P. para desvanecer
los cargos de diecinueve delitos de tentativa de asesinato por los
cuales resultara condenado. XXXII.- El Recurrente Abogado
E. R.
C., en su condición de Apoderado Defensor del procesado S. G. B.,
desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley en dos
motivos, en tanto que por la vía del quebrantamiento de forma
expuso un motivo. Para efectos de seguir un orden sistemático
adecuado en su análisis y resolución, esta SALA considera
pertinente apartarse del orden seguido por el Censor, de tal
manera que inicialmente se pronunciará sobre el tercero de los
motivos antes apuntados, para luego analizar los motivos por
infracción de ley sustantiva formulados por el recurrente.XXXII.- EXPOSICIÓN DEL MOTIVO DE CASACIÓN POR QUEBRANTAMIENTO DE
FORMA MOTIVO UNICO: La declaración de los hechos estimados
probados por el Tribunal no son claros y terminante. PRECEPTO
AUTORIZANTE:
El
presente
motivo
de
casación
se
encuentra
comprendido en
el Artículo 362 numeral 1 del Código Procesal
Penal. EXPLICACIÓN DEL MOTIVO La norma procesal que se invoca como
infringida es el articulo 338 regla cuarta numeral uno del Código
Procesal Penal, que expresa: ―En párrafos separados y numerados,
se hará declaración expresa y terminante de los hechos que se
consideran
probados,
descritos
con
claridad,
precisión
y
coherencia, sin emplear conceptos que, por su exclusivo carácter
jurídico, predeterminen el fallo que haya de dictarse. En la
sentencia recurrida el Tribunal estimó como probados, entre otros,
los hechos siguientes: “VIGÉSIMO TERCERO: Los reos rondínes A. A.
S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V. (alias
89
Sobre la figura de la coautoría en particular, vid. MARQUEZ CARDENAS,
ALVARO ENRIQUE, en La Coautoría en la Dogmática Penal, frente a otras
formas de Autoría y Participación, Universidad Libre de Colombia, Bogotá,
2008, págs. 65 y ss.
90
Cabe señalar que en el caso de la víctima de tentativa de homicidio,
identificada como JOSE ROBERTO MALDONADO, las causas ajenas que impiden a
los responsables de esa infracción que alcancen su objetivo, es la
intervención de un hermano de aquel, perteneciente a la Fuerza Aérea
Hondureña. Vid. Hecho Probado Trigésimo Segundo.
200
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo)
S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda
de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo),
salen de las diferentes celdas y lugares donde habían tenido
refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos
pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y
con armas blancas, a los reos pandilleros que encontraban, algunos
de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando
esto los policías penitenciarios y miembros del ejército que se
encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no
realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que esta
aconteciendo. VIGÉSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 am. en venganza,
el reo rondín P. E. R. F. (alias Chínapopo), cierra con candado la
celda seis (6), hacía donde policías penitenciarios y miembros del
ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a
la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S.
(alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el
reo rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando
a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de
la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines,
L. A.
C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo
S. G. B., prenden fuego con el acelerante, varias colchonetas, las
que tiran hacía el interior de la celda seis (6), por las ventanas
traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha
celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas
que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua
del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin
lograr
controlar
el
fuego;
de
todo
ello
lograron
tener
conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el
miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna
para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G.,
escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la
celda seis (6), e Instantes después observó el humo provocado por
el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción
alguna. TRIGÉSIMO: Quince (15) minutos después de que los primeros
reos pandilleros han salido de la celda dos, el reo S. G. B. se
dirige hacia los reos pandilleros que andaban armados y los reos
pandilleros que eran cabecillas, a los que la policía les dispara
y seguidamente disparan a todos los demás reos pandilleros que se
encontraban en el lugar, muchos de ellos acostados en el suelo;
los reos rondines, al ver que algunos de los reos pandilleros
estaban vivos aun, procedieron a agredirlos con palos, piedras y
armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que
salieron después de la celda dos (2) y que se hacían los muertos,
todo ello a vista y consentimiento de la Policía Penitenciaría,
Policía Nacional Preventiva, elementos Cobras y miembros del
ejército que se encontraban en el lugar.
De esta manera el reo
rondín A. A. S. (alias Comayagua) arremete con cuchillos y palos
al reo pandillero A. J. H. (alias El Trabado); el reo rondín P. E.
R. F., (alias chínapopo,) arremete con machete al reo pandillero
L. A. O. G. (alias El Kíller); el reo H. W. J. (alias el
Basucazo), arremete con un leño y arma blanca al reo pandillero O.
G. H. V. (alias El Pewee); igualmente los reos rondines S. G. B.,
T. R. G. (alias Cabuya) y J. R. C. (alias Cobra) agredieron a
otros reos pandilleros usando palos y armas blancas.” Al analizar
estos hechos probados, podemos concluir que los mismos no cumplen
con lo establecido en la regla cuarta del articulo 338 del Código
Procesal Penal, ya que los mismos adolecen de claridad y
coherencia al relatar la dinámica de cómo ocurrieron los
acontecimientos: El vigésimo tercer hecho probado expresa que mi
201
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
representado el señor S. G. B., sale junto a otros reos, del lugar
donde se resguardaban “proponiéndose quitarle la vida a todos los
reos pandilleros”; La defensa cuestiona que el sentenciador
pretende plasmar en los hechos probados, los propósitos o deseos
de los imputados, cuando es de todos conocido, que los mismos se
suscitan en la mente de las personas, es decir en su ser mas
íntimo, y al menos que tengamos la habilidad de leer la mente de
los seres humanos, es imposible saber a ciencia cierta, cual fue
el sentir o pensar de los encausados; al plasmarlos así en los
hechos probados, el Tribunal incurre en el error de falta de
claridad y redacta los mismos de manera subjetiva, de forma tal,
que a la simple lectura se vuelven confusos y poco entendibles.De igual forma con la expresión ―proponiéndoles quitarles la vida‖
incurre el sentenciador, en el error mas visible de la sentencia
impugnada, y es el de predeterminar el fallo, tal como lo prohíbe
nuestro código procesal penal. Continua relatando el hecho probado
numero veintitrés: “procediendo a golpear con toletes, palos,
piedras y con armas blancas, a los reos pandilleros que se
encontraban”; de nuevo incurre en el mismo yerro el sentenciador,
al omitir individualizar las acciones que específicamente realizan
los imputados que se mencionan en este hecho probado, además de no
incluir un elemento importante de todo hecho probado, como ser el
ofendido o el directamente perjudicado en la acción.- El
manifestar de manera colectiva, que procedieron a golpear a los
reos pandilleros que se encontraban, es generalizar todas las
acciones ocurridas ese día y por tanto centralizar todas las
operaciones en seis o siete reos, que utilizando la lógica podemos
deducir que era imposible ejecutarlos; pero aun más grave es
omitir puntualizar hacia quien iban dirigidas esas acciones, y al
no hacerlo los sentenciadores convierten los hechos probados
indescifrables a la simple lectura. En el veinticuatro hecho
probado se establece que mi representado S. G. B. ayuda al reo P.
E. R. F., a prender fuego a la celda 6, sin embargo no se
establece que acción específica realiza mi patrocinado, es decir a
que
ayuda
se
refiere.Debe
el
sentenciador
plasmar
específicamente a que ayuda se refiere, debido a que, debe
deducírsele individualmente la responsabilidad únicamente por sus
acciones y no por el resto de los imputados; cuanto más se leen
los hechos probados, más se vuelven incomprensibles, de forma tal
que en este hecho probado no sabemos a ciencia cierta quienes
estaban en esa celda 6, que acción especifica realiza cada una de
los imputados y aun más grave no sabemos cual fue el resultado de
estas acciones; los mismos quedan en suspenso sin establecer cual
fue el desenlace de la dinámica ocurrida en día de los
acontecimientos. En el Trigésimo hecho probado, el tribunal
estableció: “Quince minutos después de que los primeros reos
pandilleros han salido de la celda dos, el reo S. G. B., se dirige
hacia los reos pandilleros, los que se encuentran en indefensión y
muestra a la policía los reos pandilleros. que andaban armados y
los reos pandilleros que eran cabecillas, a los que la policía les
dispara y seguidamente disparan a todos los demás reos pandilleros
que se encontraban en el lugar, muchos de ellos acostados en el
suelo” Nuevamente el sentenciador relata unos hechos probados de
forma generalizada, pretendiendo culpar a mi representado de la
muerte de TODOS LOS DEMAS REOS PANDILLEROS tal como lo establece
en este apartado, lo cual sabemos que es imposible; no podemos
permitir que con esta sentencia en donde se predetermina el fallo
y se incurre en errores de falta de claridad de los hechos
probados, se centralice la responsabilidad en dos o tres reos de
los cuales, no se plasma ni se consigna cuales fueron sus acciones
202
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
específicas; en el caso de nuestro representado S. G. B. es
imposible que con este numeral de hechos probados el Tribunal
pretenda responsabilizar de acciones cometidas contra ―REOS‖ sin
saber quienes eran y sin saber si como resultado de esas acciones
se produjo el deceso de esas supuestas personas. En el treinta
hecho
declarado
probado
el
Tribunal
expresa:
“Igualmente los reos rondínes S. G. B.... agredieron a otros reos
pandilleros usando palos y armas blancas” ―El sentenciador no
individualiza la supuesta acción que comete mi representado y
tampoco especifica contra quien la realiza, además que omite
establecer cual fue el resultado de su acción, es decir ¿Se
produjo la muerte o simple lesión? ¿Quién o quienes eran el o los
ofendido (s)? Pues no se sabe ya que los hechos probados carecen
de esa claridad neC.ia y de esa sencillez que se requiere para que
los mismos sean comprensibles Con la simple lectura de los hechos
probados antes relacionados surgen mas interrogantes: ¿Qué acción
específica realiza mi representado S. G. B.? ¿De que delito es
responsable? ¿Quienes son las personas contra las cuales se
ejecutan estas acciones? ¿Cuál fue el resultado de estas acciones,
es decir el desenlace de los acontecimientos? En los mismos se
establecen, expresiones como ―procediendo a golpear con palos,
toletes‖ ―proponiéndose quitarle la vida‖ ―agredieron a otros
reos‖
todas,
expresiones
totalmente
subjetivas
y
que
por
consiguiente hacen de los hechos probados una gama de confusiones
para quien los analice. No pueden justificarse estos hechos
probados, amparándose en el alegato que nos encontramos ante
acontecimientos múltiples y de gran magnitud, de forma tal que
aparecen muchos actores y participantes en lo mismos, precisamente
por esa particularidad, el estudio y análisis de cada una de las
acciones de los imputados, debió realizarlas el Tribunal de manera
puntual para evitar incurrir en el error de generalizar, de forma
tal que, por el solo hecho de ser un reo rondín o de encontrarse
presente en el momento de los hechos, sea culpable de todo lo
acontecido.- Debe responsabilizarse únicamente de los actos
cometidos por cada uno de ellos, de no hacerlo así, aplicamos el
dicho popular religioso que comúnmente utilizamos ―justos pagan
por pecadores‖; como juristas y conocedores del derecho sabemos
que ante la ley, este dicho religioso no debe ni puede aplicarse,
sino que debe castigarse únicamente la conducta personal que cada
uno de los imputados realiza.- Tampoco debemos olvidar, que
nuestro representado se enfrenta solo ante todo el aparato
estatal, ya que el ente acusador tiene a su disposición todos los
medios necesarios (Tecnología, policía de investigación, medicina
forense) para poder establecer la responsabilidad de los acusados
en los hechos a ellos imputados, y con mayor razón se debe imputar
objetivamente las acciones de cada una de ellos, y si NO es
incapaz de hacerlo, el resultado del juicio será una sentencia
absolutoria. En los hechos probados enumerados como CUADRAGESIMO
TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, el tribunal expresa las personas
que el día cinco de abril del dos mil tres, murieron por
carbonización y por hechos violentos, pero sorprendentemente no
especifica quienes son los responsables y a través de que
acciones; siendo que en estos dos hechos probados el tribunal da
por acreditada la muerte de los supuestos ofendidos, también debió
establecer quienes eran los supuestos responsables de sus muertes,
sin embargo lo omite y sorprendentemente en la parte dispositiva
de la sentencia, decide condenar a mi representado por la muerte
de todos los internos acaecidos ese día, lo cual la simple lógica
nos dice que es imposible; una razón más para considerar a los
precitados hechos probados como faltos de claridad y coherencia.
203
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
El conocido jurista español JESUS FERNADEZ ENTRALGO en el libro
―La sentencia en el nuevo proceso penal‖ en las páginas 81, 86, 87
y 88 referente a La Fijación de los Hechos Probados manifiesta:
―La declaración de los hechos probados constituye como —como lo
caracteriza P. M.-―.. . el cimiento, el arranque, de la sentencia
penal...‖ Es un presupuesto necesario del fallo, porque mediante
de ella se fija judicialmente la reconstrucción de lo sucedido, y
constituye la base sobre la que se construirá el tratamiento
(subsunción) jurídico del caso debatido en el. proceso; pero no
integra propiamente la motivación de su decisión. La descripción
de los hechos probados ha de hacerse con 1) claridad 2) precisión
y 3) coherencia. De este modo, se asume legalmente el modelo ideal
de ―regla semántica de formación del lenguaje jurisdiccional
dirigida a asegurar la determinabilidad de las denotaciones
fácticas (y que comprende) una serie de reglas que exigen, como
condición de la estricta jurisdiccionalidad, esto es, de la
veraficabilidad y de la refutabilidad de las tesis que en el
proceso enuncian los hechos y las pruebas, que tanto aquello como
estos sean exactamente individualizadas mediante descripciones
precisas y sin el uso de palabras vagas o valorativas. La
descripción de los hechos declarados probados ha de hacerse de
forma tal que permita su perfecta compresión, como presupuesto del
control de su corrección, haciendo posible su corroboración
(verificación) o refutación (falsacion)‖ En el caso subjudice, los
hechos probados no permiten comprender como sucedieron los sucesos
acusados a mi representado y sobre todo no permite valorar y
determinar la acción típica, antijurídica y culpable en la que
tuvo que incurrir mi representado, para ser condenado, estas
circunstancias no son visualizadas en la narración de los hechos
probados y tal como afirma F. Entralgo no permite su perfecta
comprensión de los acontecimientos acusados a mi patrocinado.
Estos hechos probados fueron calificados por el juzgador como
constitutivos de los delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN GRADO DE
EJECUCION DE TENTATIVA, declarando responsable penalmente de los
mismos al señor S. G. B., sin embargo, al analizar tales hechos
probados en los números, veintitrés, veinticuatro y treinta, se
evidencia el vicio denunciado ya que la descripción de los mismos
no satisface los requisitos de claridad, precisión y coherencia
impuestos por el Artículo 338, sección cuarta, número uno del
Código Procesal Penal. Dicho lo anterior y siendo que la
declaración de hechos probados constituye la base o el cimiento
sobre el cual se construye la sentencia penal, y dado que los
hechos declarados probados en la sentencia recurrida no reúnen los
requisitos legales exigidos para ello, solicito se case la
sentencia recurrida, se anule el fallo y se devuelvan los
antecedentes al Tribunal de su procedencia para que la causa sea
tramitada con arreglo a derecho. RECLAMACION HECHA PARA LA
SUBSANACION DEL YERRO Siendo que el yerro que provoca la
interposición del recurso de mérito se produce con la sentencia
misma, solo es posible su subsanación a través del presente
recurso por lo que se deduce que no hubo una reclamación ex-ante.‖
XXXII.-RECURSO
DE
CASACIÓN
POR
QUEBRANTAMIENTO
DE
FORMA
INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO S. G. B., ARGUYENDO
FUNDAMENTALMENTE QUE LOS HECHOS ESTIMADOS PROBADOS POR EL TRIBUNAL
NO SON CLAROS Y TERMINANTES.- PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTICULO 362
No. 1) DEL CODIGO PROCESAL PENAL.- Argumenta el recurrente que la
declaración de los hechos estimados probados por el A Quo no son
claros y terminantes. Alega que en la sentencia recurrida el A Quo
estimó como probados, entre otros, los hechos VIGÉSIMO TERCERO,
VIGÉSIMO CUARTO Y TRIGÉSIMO y que al analizarlos se concluye que
204
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
no cumplen con lo establecido en la regla cuarta del articulo 338
del Código Procesal Penal, al adolecer de claridad y coherencia al
describir los acontecimientos. Señala que de la simple lectura de
los hechos probados VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO y TRIGÉSIMO
surgen muchas interrogantes por tratarse de acontecimientos
múltiples y de gran magnitud, con muchos actores y participantes,
por lo que refiere que el Juzgador debió analizar cada una de las
acciones realizadas por los imputados, de manera puntual para no
incurrir en el error de generalizar, y declarar culpable al
acusado S. G. B. por el solo hecho de ser reo rondín y encontrarse
presente en el momento de los hechos. El Censor considera que debe
responsabilizarse al acusado únicamente de los actos cometidos por
él, de no hacerlo así, se aplicaría el dicho popular de que
“justos pagan por pecadores”. Reprocha también que en los hechos
probados CUADRAGESIMO TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, se describen
las personas que murieron por carbonización y por hechos
violentos, pero no especifica quienes son los responsables y a
través de que acciones, no obstante que en la parte dispositiva de
la sentencia, el A Quo condena al acusado S. G. B. por la muerte
de todos ellos, lo cual estima que es imposible. Concluye
manifestando que los hechos probados no permiten comprender cómo
se produjeron los sucesos, ni permite valorar y determinar las
acciones típicas, antijurídicas y culpables que se supone ejecutó
el acusado y que fueron calificados por el A Quo como
constitutivas de los delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN GRADO DE
EJECUCION DE TENTATIVA, por las se declaró penalmente responsable
al señor S. G. B.. Esta Sala de lo Penal, considera pertinente
destacar, que el vicio procesal denunciado por el recurrente se
origina exclusivamente cuando la redacción de los hechos probados
aparece confusa, dubitativa o imprecisa, de modo que por su
insuficiencia o oscuridad, o por no expresar en forma conclusiva,
imperativa, terminante o categórica, sino vacilante o dubitativa,
puede conducir a subsunciones alternativas, en definitiva, a
consecuencia de la ambigüedad del relato. La falta de claridad
puede
venir
determinada
por
haber
empleado
expresiones
ininteligibles u oscuras que hacen difícil la comprensión del
relato o cuando incurre en omisiones que alteran su significación
y dejan prácticamente sin contenido específico la narración de los
hechos; se produce, pues, cuando lo narrado es incomprensible por
su deficiente redacción, oscuridad, ambigüedad o imprecisión,
también
cuando
por
omisión
de
elementos
o
circunstancias
importantes, se impide conocer la verdadera realidad de lo
ocurrido con la lógica consecuencia de que falta base fáctica para
determinar si los hechos son o no constitutivos de la infracción
penal, o cual ha sido la participación concreta de los acusados en
la ejecución del delito. Por consiguiente, no basta para apreciar
el defecto procesal que la narración se ofrezca oscura o
ininteligible en alguna de las partes, o en términos de ambigüedad
o imprecisión que haga difícil su comprensión, sino que es
necesario que tales defectuosidades se hallen en conexión con los
condicionamientos determinantes de la calificación penal asignada
a los hechos probados, provocando una laguna o vacío en la
descripción histórica de los mismos, que determina una falta de
premisa fáctica para formular la calificación jurídica, de forma
que no pueda orientar, dentro del silogismo en que la sentencia
queda estructurada, el pronunciamiento condenatorio o absolutorio,
es decir, que resulta inadecuada para servir de argumentación
lógica al fallo, y ello porque la “quaestio facti” debe servir de
apoyo y sustento a la calificación jurídica o “quaestio iuris”.
Esta Sala de lo Penal considera que no se advierte la falta de
205
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
claridad o ambigüedad en la fundamentación fáctica de la sentencia
al establecer la participación del procesado S. G. B. en la
comisión de los hechos que condujeron a la muerte de varias
personas que se encontraban al interior de la Celda No. 6) de la
Granja Penal del Porvenir, de tal manera que en el hecho probado
vigésimo cuarto se describe que uno de los acusados cerró con
candado la puerta de acceso a la celda No. 6, tras lo cual varios
de los acusados colocaron cajones, palos y mesas frente a dicha
puerta, y que seguidamente, el procesado S. G. B. junto con otros
imputados prendieron fuego a varias colchonetas las que arrojaron
por las ventanas de las celda antes referida, lo que en una
conexión-causa efecto trajo como resultado la muerte de veintitrés
personas mediante incendio91. Ahora resulta pertinente analizar si
la fundamentación fáctica de la sentencia adolece de la suficiente
claridad y precisión en lo que se refiere a la participación del
encausado S. E. A. P., en lo que concierne a la imputación que se
le hace por la comisión de treinta y siete delitos de asesinato
mediante alevosía y diecinueve delitos de tentativa de asesinato
alevoso. Así tenemos que: A) En el hecho probado Vigésimo Tercero
se afirma que tras la irrupción de elementos de seguridad del
Estado en el interior de la Granja Penal del Porvenir, el
procesado S. G. B., salió al igual que otros ocho reos rondines de
las diferentes celdas y otros espacios en los que se habían
refugiado, procediendo a golpear con toletes, palos y armas
blancas a los reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos
ya heridos por armas de fuego, circunstancia de la que tenía
conocimiento el coimputado ya fallecido R. A. S.I. sin que éste
realizara acción alguna para evitarlo. Mas adelante en el hecho
probado Trigésimo se establece que Quince (15) minutos después de
que los primeros reos pandilleros habían salido de la celda número
dos, el encausado S. G. B. señaló a varios estos que se
encontraban en indefensión pero que anteriormente andaban armados
y que tenían el carácter de cabecillas, mismos a los que tras la
referida señalización la policía les disparó haciéndolo igualmente
con los demás pandilleros que se encontraban en el lugar. Tras lo
cual reos rondines al ver que algunos de los reos pandilleros aun
estaban vivos procedieron a agredirlos con palos, piedras y armas
blancas. Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que
salieron después de la celda dos (2) y que se hacían los muertos,
todo ello a vista y consentimiento de la Policía Penitenciaria,
Policía Nacional Preventiva, elementos Cobras y miembros del
ejército que se encontraban en el lugar. De esta manera se afirma
que el reo rondín A. A. S., (alias Comayagua), agredió con
cuchillos y palos al reo pandillero A. J. H., (alias El trabado);
el reo rondín P. E. R. F., (alias Chinapopo) agredió con machete
al reo pandillero
L. A. O. G., (alias El Killer); el reo H. W.
J., (alias El Basucazo), agredió con un leño y arma blanca al reo
pandillero O. G. H.
V., (alias El Pewee); Para finalmente
concluir que los reos rondines S. G. B., T. R. G., (alias Cabuya)
y J. R. C., (alias Cobra), agredieron a otros reos pandilleros
usando palos y armas blancas. En el hecho probado CUADRAGESIMO
QUINTO
el
Tribunal
Sentenciador
hace
una
relación
del
fallecimiento
de
treinta
y
siete
personas
que
murieron
violentamente a consecuencia de heridas ejecutadas con armas
blancas, objetos contundentes y/o disparos de armas de fuego, en
tanto que en el hecho probado CUADRAGESIMO SEXTO se hace una
relación de reos pandilleros que habiendo sufrido agresiones
físicas no resultaron muertos tras la finalización de los
91
Vid. Hecho Probado No. Cuadragésimo Tercero.
206
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
acontecimientos suscitados. Del análisis conjunto de los hechos
probados antes relacionados en los que aparece realizando diversas
acciones el imputado S. G. B., a quien el Tribunal de Instancia
condenó a título de coautor como responsable de haber contribuido
en un plan espontáneo y colectivo a causar la muerte de treinta y
siete personas e intentar quitarle la vida a diecinueve, podemos
afirmar que dadas las circunstancias en que se produjeron los
hechos objeto de juzgamiento con múltiples sujetos activos y una
gran cantidad de víctimas, que en su mayoría perdieron la vida en
tanto que las demás presentaban múltiples lesiones tras la
conclusión de los sucesos, resulta razonable que el Tribunal de
Instancia no haya establecido con rigurosa minuciosidad y con
prolijidad de detalles las incidencias ocurridas durante el
desarrollo de los acontecimientos, de tal manera que la
fundamentación fáctica de la sentencia recurrida no acusa la
oscuridad, ambigüedad o imprecisión señalada por el Censor, que
impida como un obstáculo insalvable determinar si dicho encartado
han incurrido o no en la comisión de los hechos criminosos que se
le atribuyen.El recurrente alega que la inclusión en el relato
fáctico, de la valoración en torno a que los acusados salieron de
los lugares donde se habían refugiado proponiéndose quitarle la
vida a todos los reos pandilleros, constituye un concepto
predeterminante del fallo. Sobre esto es importante señalar que
tal frase no constituye una expresión técnico-jurídica, sino que
un juicio de inferencia92, mediante el cual se determina el
elemento subjetivo del delito, de modo que si bien es cierto que
su ubicación resulta más acertada en la fundamentación intelectiva
y jurídica de la sentencia, en cuanto extraído de los datos
objetivos relatados, su inclusión en el relato de hechos probados,
siempre y cuando no vacíe el contenido de los mismos, es revisable
en casación por la vía del artículo 360 párrafo primero del Código
Procesal Penal93, si de los restantes elementos fácticos narrados
por el Juzgador se acredita la equivocación de éste al atribuir al
procesado que ese era y no otro, el móvil que le impulsó a cometer
el delito. De este modo, y siendo que el cuadro fáctico expuesto
en la sentencia, aún suprimiendo mentalmente ese juicio de
inferencia, resulta narrado con un mínimo de claridad y amplitud
para determinar cual fue la intención que movió al encartado para
realizar las acciones que se le imputan, esta Sala es del criterio
que el motivo alegado por el Censor debe ser desestimado. XXXIII.El Recurrente Abogado
E. R.
C., en su condición de Defensor
Público del señor S. G. B., desarrolló su Recurso de Casación por
Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma de la siguiente
manera: ―EXPOSICIÓN DE LOS MOTIVOS DE CASACIÓN POR INFRACCION DE
LEY PRIMER MOTIVO: Aplicación indebida del articulo 117 del Código
Penal PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se
encuentra comprendido en el artículo 360 del Código Procesal Penal
EXPLICACION DEL MOTIVO La norma penal que aplica indebidamente el
sentenciador es el articulo 117 del Código Penal que establece:
―Es reo de asesinato quien de muerte a una persona ejecutándola
con la concurrencia de las circunstancias siguientes: 1) Alevosía;
2) Con Premeditación, conocida; 3) Por medio de inundación,
incendio,
envenenamiento,
explosión,
descarrilamiento,
volcamiento, varamiento o avería de buque u otro artificio que
pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya dolo o
intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento, aumentando deliberada e
92
Vid. LUZON CUESTA, JOSE MARIA, El Recurso de Casación Penal,
edición, Editorial Colex, Madrid, 2000, págs. 147-148, 151-152.
93
Referido a la casación por infracción de ley.
2ª
207
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
inhumanamente el dolor del ofendido. La pena por asesinato será de
veinte (20) a treinta (30) años de reclusión y cuando se cometiese
mediante pago, recompensa o promesa remuneratoria, o se acompañase
de robo o violación, la pena será de treinta (30) a privación de
por vida de la libertad‖. El Juzgador estimó como HECHOS PROBADOS,
entre otros los siguientes: “VIGÉSIMO TERCERO: Los reos rondines
A. A. S., (alías Comayagua) J. A. C., (alías cobra) L. A. C. V.
(alias Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias
China popo) S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya),
con ayuda de los reos S. G. B. (alias B.) y H. Wllfredo J. (alías
el Basucazo), salen de las diferentes celdas y lugares donde
habían tenido refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los
reos pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra
y con armas blancas, a los reos pandilleros que encontraban,
algunos de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego,
aceptando esto los policías penitenciarios y miembros del ejército
que se encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no
realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que esta
aconteciendo. VIGÉSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza,
el reo rondín P. E. R. F. (alias Chínapopo), cierra con candado la
celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del
ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a
la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S.
(alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el
reo rondín P. E. R. F. consigue un líquido P. E. R. F., (alias
chínapopo) arremete con machete al reo pandillero
L. A. O. G.
(alias El Killer); el reo H. W. J. (alias el Basucazo), arremete
con un leño y arma blanca al reo pandillero O. G. H. V. (alias El
Pewee); igualmente los reos rondines S. G. B., T. R. G. (alias
Cabuya) y J. R. C. (alias Cobra) agredieron a otros reos
pandilleros usando palos y armas blancas” El juzgador calificó que
tales hechos declarados probados, constituyen el delito de
ASESINATO, así como lo establece en el DECIMO PRIMERO numeral de
la parte dispositiva de la sentencia y condenó a mi representado
S. G. B., como autor responsable penalmente ―por acción de
veintitrés delitos consumados de Asesinato mediante incendio en
perjuicio de veintitrés personas que murieron por carbonización en
concurso real a la pena de VEINTICINCO (25) AÑOS‖; sobre este
particular, la defensa del señor S. G. B. considera que el
juzgador arriba a tal decisión por una errónea interpretación del
referido articulo 117 ya que en los mencionados hechos probados,
no se aprecia de manera clara y precisa, los dos elementos
indispensables para catalogar la conducta de mi representado como
constituta de tales delitos, en este caso el elemento objetivo y
subjetivo del tipo penal. En el caso subjudice, los hechos
probados carecen de tales elementos y no concretiza de manera
puntual y clara, la forma en la que nuestro patrocinado realiza
esas acciones que hacen que el Juzgador le condene por el delito
de ASESINATO; al grado tal que omite establecer los nombres de los
sujetos pasivos de los hechos (ofendidos) y más grave aun no
establece cual fue el resultado de sus acciones, no concretiza, si
como resultado de tales acontecimientos se produjo el resultado
muerte necesario para catalogar la conducta de mi representado
como ASESINATO, es por tal circunstancia que al no realizar una
adecuación de los hechos acontecidos con el tipo penal por el que
acusa, aplica incorrectamente el precepto penal antes referido.
INTERPRETACION PRETENDIDA Al no plasmar de manera concreta la
acción de mi representado S. G. B. en los sucesos a él acusados,
convierte a los hechos probados en meras especulaciones, en
relatos sin sentido y al no establecer contra quienes se producen
208
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
las acciones y cual fue el resultado, por consiguiente al no enmar
C. adecuadamente en el tipo penal por el que se le condenó,
nuestra solicitud al Tribunal de Casación es que se aplique
correctamente la norma penal con el dictado de un fallo
absolutorio. XXXIII.-RECURSO DE CASACIÓN POR INFRACCION DE LEY
INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL PROCESADO S. G. B., ARGUYENDO
FUNDAMENTALMENTE QUE EL TRIBUNAL DE SENTENCIA INCURRIO EN UNA
APLICACIÓN INDEBIDA DEL ARTICULO 117 DEL CODIGO PENAL AL PROFERIR
CONDENA EN SU CONTRA Y RESPONSABILIZARLE A TITULO DE COAUTOR DE
VEINTITRES DELITOS DE ASESINATO MEDIANTE INCENDIO. Argumenta el
recurrente que el Juzgador ha incurrido en aplicación indebida del
artículo 117 del Código Penal, norma penal que tipifica el delito
de Asesinato. Concretamente señala que el A Quo calificó los
hechos probados VIGÉSIMO TERCERO y VIGÉSIMO CUARTO entre otros,
como constitutivos de ASESINATO. El A Quo, en base a los hechos
declarados probados en referencia condena al acusado S. G. B.,
como autor por acción de veintitrés (23) delitos consumados de
ASESINATO mediante incendio en perjuicio de igual número de
personas que murieron por carbonización a la pena de VEINTICINCO
(25) años de reclusión. Cuestiona que del cuadro fáctico no se
subsume un determinado tipo penal, dado que a su entender no
describe comportamiento alguno del encartado S. G. B. que hubiere
dado como resultado la muerte de las veintitrés (23) personas por
cuyo fallecimiento fue condenado, en aplicación indebida de lo
dispuesto en el artículo 117 del Código Penal. El recurrente
pretende la confrontación de las acciones que se atribuye al
acusado frente a los elementos objetivos y subjetivos del tipo
penal contenidos en el Artículo 117 del Código Penal, y que una
vez corroborado que de los hechos probados no se desprende ningún
comportamiento del acusado que haya dado como resultado las
muertes que se le atribuyen, consecuentemente se le libere de toda
responsabilidad. Esta Sala de lo Penal considera importante
recordar, que a través del recurso de casación por infracción de
ley, sólo puede intentarse una revaloración jurídica del material
fáctico descrito en la sentencia, contenido en la formulación de
hechos probados realizada por el Tribunal de Instancia. A
diferencia del tradicional recurso de apelación, propio del
anterior sistema, que provoca un nuevo examen del caso por parte
del Tribunal revisor, tanto bajo el aspecto fáctico como jurídico,
el de casación por infracción de ley únicamente admite la
posibilidad de que el Tribunal de Casación realice un nuevo examen
del objeto procesal bajo el segundo aspecto, o sea una revisión
jurídica de los hechos declarados probados. El recurso de casación
por infracción de ley debe estructurarse o partir su alegación, de
los hechos probados que contenga la resolución cuestionada, puesto
que el vicio en esencia consiste en que la decisión adoptada por
el juzgador en la parte resolutiva de la sentencia, es
incompatible, irreconciliable o ajena a la verdad enunciada por la
narración fáctica (hechos probados). Precisados los límites en los
que puede desenvolverse la función revisora de esta Sala cuando
del recurso de casación por infracción de ley se trate, ahora es
pertinente que indiquemos cuales son los elementos objetivos y
subjetivos del delito de asesinato mediante incendio que se
atribuye a título de coautor al procesado
S. G. B. en perjuicio
de varias personas. La muerte de un ser humano a consecuencia de
la acción realizada por otra persona, valiéndose de medios
especialmente peligrosos o revelando una especial perversidad, ha
sido tradicionalmente castigada con mayor severidad que el
homicidio simple. En este sentido, el asesinato se describe como
la
muerte
de
otra
persona
ejecutada
con
alguna
de
las
209
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
circunstancias mencionadas en el artículo 117 del Código Penal. De
este modo, la concurrencia de algunas de las circunstancias del
artículo 117
establece la diferencia entre el homicidio y el
asesinato. No obstante, cabe señalar, que ambos delitos comparten
características comunes, así, aparte de la igualdad en el bien
jurídico protegido, que es la vida humana como valor ideal,
coinciden los sujetos, activo y pasivo, que pueden serlo cualquier
persona, sin más limitaciones que las que provienen del concurso
de leyes;94 el objeto material sobre el que recae directamente la
acción es el hombre vivo físicamente considerado, y los problemas
de la relación de la causalidad, en virtud de la cual se debe
establecer la conexión entre el comportamiento del sujeto activo y
el resultado que consiste en la muerte efectiva de otra persona.
En el caso concreto que ahora nos ocupa, se ha declarado la
responsabilidad penal del encausado S. G. B. a título de coautor
de varios delitos de asesinato mediante incendio, modalidad
prevista en el numeral 3) del precepto legal supracitado95. La
razón de la especial agravación de la muerte de un ser humano
cometido mediante incendio, no es solamente la mayor perfidia del
medio empleado que revela un delincuente sumamente peligroso, sino
también el peligro general que tal medio y otros como la
inundación, explosión, descarrilamiento, etc… encierran para la
colectividad96. Una lectura detenida de la fundamentación fáctica
de la sentencia, revela que en el hecho probado vigésimo cuarto se
describen las acciones de varias personas que de manera conjunta
contribuyeron para causar un incendio en la Celda No. 6 de la
Granja Penal del Porvenir, lo que en una relación causa-efecto
trajo como resultado la muerte de varias personas (vid. Hecho
Probado Cuadragésimo Tercero). Entre tales personas se encuentra
el imputado S. G. B., a quien se atribuye junto a otros individuos
la acción de haber prendido fuego a varias colchonetas y haberlas
L.do por las ventanas al interior de la celda No. 6) lo que a la
postre trajo como resultado un incendio que a su vez produjo la
muerte de varias personas, de este modo, del relato fáctico antes
descrito se subsume la comisión del delito de asesinato tipificado
en el artículo 117 No. 3) del Código Penal y por ende atribuible
al encartado S. E. A. P., consecuentemente, se desestima el motivo
de casación que por infracción de ley interpusiera la Defensa para
desvanecer los delitos de asesinato mediante incendio por los
cuales resultara condenado. Finalmente esta Sala considera que por
una aplicación extensiva del recurso de casación, autorizada por
el artículo 349 del Código Procesal Penal, la infracción del
artículo 117 No. 1) del Código Penal, alegada a favor de los
coimputados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. M. debe decretarse en
beneficio del procesado S. G. B., a quien se declara penalmente
responsable a título de coautor por la comisión de treinta siete
delitos de homicidio simple consumado, a la pena de quinientos
cincuenta y cinco años de reclusión. XXXIV.- SEGUNDO MOTIVO:
Aplicación indebida del artículo 117 del Código Penal, en relación
al 15 del mismo cuerpo legal. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente
motivo de casación se encuentra comprendido en el articulo 360 del
Código Procesal Penal EXPLICACION DEL MOTIVO La norma penal que
94
Así sí el sujeto pasivo es alguno de los Presidentes de los Poderes del
Estado, el delito aplicable es el previsto en el artículo 322, si se
trata del Jefe de Estado extranjero o Jefe de Gobierno extranjero, el
artículo 318, etc…
95
Vid. Folios 5247 vuelto y
96
Vid. CUELLO CALON, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo II, Revisada por CAMARGO
HERNANDEZ, CESAR, Bosch, Casa Editorial, S.A., Barcelona, 1982, pág. 507.
210
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
aplica indebidamente el sentenciador es el articulo 117 del Código
Penal que establece: ―Es reo de asesinato quien de muerte a una
persona ejecutándola con la concurrencia de las circunstancias
siguientes: 1) Alevosía; 2) Con Premeditación, conocida; 3) Por
medio
de
inundación,
incendio,
envenenamiento,
explosión,
descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de buque u otro
artificio que pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya
dolo o intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento, aumentando
deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido. La pena por
asesinato será de veinte (20) a treinta (30) años de reclusión y
cuando
se
cometiese
mediante
pago,
recompensa
o
promesa
remuneratoria, o se acompañase de robo o violación, la pena será
de treinta (30) a privación de por vida de la libertad. En
relación al articulo 15 del mismo cuerpo legal que establece: Hay
tentativa
cuando,
con
la
intención
e
cometer
un
delito
determinado, se realizan actos inequívocos de ejecución y no se
consuman por causas ajenas a la voluntad del agente‖ Los hechos
antes relacionados y transcritos, fueron considerados por el
sentenciador según lo establece en el DECIMO PRIMERO numeral del
Acápite ―Parte Dispositiva‖ de la sentencia como ASESINATO EN SU
GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, fundamentado en el Artículo 117
en relación al 15 del Código Penal y condenando a mi representado
―por acción de treinta y siete delitos consumados de Asesinato por
Alevosía en perjuicio de treinta y siete personas que murieron en
forma violenta en concurso real, a la pena de SETECIENTOS CUARENTA
(740) AÑOS DE RECLUSION‖ y ―por acción de diecinueve delitos de
Asesinato por Alevosía en su grado de ejecución de Tentativa en
perjuicio de diecinueve reos pandilleros sobrevivientes en
concurso real a la pena de DOSCIENTOS CINCUENTA Y TRES (253) AÑOS
CUATRO (4) MESES DE RECLUSION‖; sobre este particular, la defensa
del señor S. G. B., considera que el juzgador arriba a tal
decisión por una errónea interpretación del referido articulo 117
así como del 15 del referido cuerpo legal pues, en los hechos
probados no se aprecia de manera clara y precisa, los elementos
indispensables para catalogar la conducta de mi representado como
constituta de tales delitos, en este caso el elemento objetivo y
subjetivo del tipo penal.- En el caso subjudice, los hechos
probados carecen de tales elementos y no concretiza de manera
puntual y clara, la forma en la que nuestro patrocinado realiza
esas acciones que hacen que el Juzgador le condene por el delito
de ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA y mucho menos se
establece cuales fueron esas causas ajenas a la voluntad del
agente que hacen que mi representado no alcance el resultado
esperado. Los hechos probados antes mencionados no enmarcan de
manera perfecta, el accionar de mi patrocinado S. G. B. como
constitutivos de 37 ASESINATOS EN SU GRADO DE EJECUCION DE
TENTATIVA, al grado tal que omite establecer las acciones mediante
las cuales se haya intentado quitar la vida en forma alevosa a los
internos, los nombres de los sujetos pasivos de los hechos
(ofendidos) y mas grave aun no establece cual fue el resultado de
sus acciones para catalogar la conducta de mi representado como
ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA Tampoco aparece cual
fue la circunstancia especial que considera el sentenciador para
calificarlo como un delito de asesinato, es decir cual de las
cuatro circunstancias calificadores toma en cuenta para agravar la
responsabilidad de los acusados de homicidio a Asesinato, si bien
la menciona en la parte dispositiva que fue por Alevosía, la misma
no aparece de manera clara en la lectura de los hechos probados.
INTERPRETACION PRETENDIDA Al no plasmar de manera concreta la
acción de mi representado S. G. B. en los sucesos a él acusados,
211
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
convierte a los hechos probados en meras especulaciones, en
relatos sin sentido y al no establecer contra quienes se producen
las acciones y cual fue el resultado, por consiguiente al no enmar
C. adecuadamente en el tipo penal por el que se le condenó,
nuestra solicitud al Tribunal de Casación es que se aplique
correctamente la norma penal con el dictado de un fallo
absolutorio. XXXIV.- RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY
INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO S. G. B., ARGUYENDO
FUNDAMENTALMENTE QUE EL TRIBUNAL DE SENTENCIA INCURRIO EN UNA
APLICACIÓN INDEBIDA DE LOS ARTICULOS
117 Y 15 DEL CÓDIGO PENAL
CUANDO LE CONDENA A TITULO DE COAUTOR POR DIECINUEVE DELITOS DE
TENTATIVA DE ASESINATO ALEVOSO.- Argumenta el recurrente que el A
Quo incurre en aplicación indebida del Artículo 117, el cual
tipifica el delito de Asesinato, en relación al 15 del Código
Penal, que dispone del grado de ejecución de tentativa de delito.
Considera que en ninguno de los hechos declarados de la sentencia
recurrida, se describe el ASESINATO en su grado de ejecución de
TENTATIVA, por el que se condena al acusado, entre otros delitos,
en perjuicio de diecinueve reos pandilleros sobrevivientes en
concurso real. Esgrime que la decisión del juzgador por la que
condena al encausado señor S. G. B., en aplicación de los
artículos 117 y 15 del Código Penal es errónea, en tanto de los
hechos probados no se aprecian de manera clara y precisa, los
elementos objetivos y subjetivos del tipo penal. Refiere que en
los hechos probados no se concretiza la forma en que el acusado
realiza las acciones por las que el A Quo le condena por el delito
de ASESINATO EN EL GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA y mucho menos
cuales fueron esas causas ajenas a la voluntad del agente que
impiden que alcance el resultado esperado, de tal manera que del
relato fáctico no se subsumen acciones del acusado S. G. B. que
sean constitutivos de diecinueve (19) ASESINATOS en su grado de
ejecución de TENTATIVA, además omite establecer los actos mediante
los cuales haya intentado quitar la vida en forma alevosa a los
internos, los nombres de los ofendidos y no establece cual fue el
resultado de sus acciones para catalogar su conducta como
ASESINATO en el grado de ejecución de TENTATIVA Tampoco la
circunstancia especial que considera el A Quo para calificar el
delito de asesinato, es decir cual de las cuatro circunstancias
calificadores toma en cuenta para agravar la responsabilidad de
los acusados de homicidio a Asesinato, si bien la menciona en la
parte dispositiva que fue por Alevosía, la misma no aparece de
manera clara en la lectura de los hechos probados. Esta Sala de
Penal considera pertinente recordar que la alevosía supone el
empleo de procedimientos que facilitan el hecho. La define el
artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el
culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida y la
integridad personal, empleando medios, modos o formas en la
ejecución que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin
riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer
el ofendido.”. En este sentido, la alevosía exige que los
procedimientos empleados tiendan, directa y especialmente a
asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una posible defensa
del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los que se producen
por la espalda97, o estando la víctima en la cama o de rodillas.
97
Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente
en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al
rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea
en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid.
212
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en la alevosía
es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del hecho y la
ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer el ofendido.
La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la ejecución
del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún tipo de
premeditación o preparación, de tal manera que puede surgir en el
mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que
su enemigo le da la espalda para dispararle). En algunas
corrientes jurisprudenciales se distinguen tres supuestos de
asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera,
si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se
materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por
desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial
situación
de
desA.
de
la
víctima
que
impide
cualquier
manifestación de defensa98. Por otro lado también resulta oportuno
recordar que el artículo 15 del código penal establece: “hay
tentativa cuando, con la intención de cometer un delito
determinado se realizan actos inequívocos de ejecución y no se
consuma por causas ajenas a la voluntad del agente”. El tipo de la
tentativa requiere de los siguientes elementos: a) en la parte
objetiva, una ejecución parcial o total de los actos ejecutivos no
seguida de consumación, b) en la parte subjetiva, la voluntad de
consumación, c) la ausencia de desistimiento voluntario. El
comienzo de la ejecución necesario para la tentativa requiere que
se traspase la frontera que separa los actos preparatorios (sí los
hay) de los actos ejecutivos. Subjetivamente la tentativa requiere
que el sujeto quiera los actos que objetivamente realiza con ánimo
de consumar el hecho o, al menos aceptando (con seguridad o con
probabilidad) que pueden dar lugar a la consumación. Por último se
requiere la concurrencia de un elemento negativo, y que consiste
en el que el hecho no se consume por causas ajenas a la voluntad
del agente. Recapitulando podemos afirmar que la tentativa se
presenta cuando se ejecutan actos considerados indispensables para
llevar a cabo el comportamiento tipificado en la ley penal y que
en el caso concreto deben serlo efectivamente conforme al fin
propuesto, pero factores extraños o ajenos a la voluntad del autor
impiden que éste logre la producción del resultado perseguido. Así
las cosas podemos afirmar que habrá una tentativa de asesinato
alevoso, cuando el agente realiza actos inequívocos de ejecución
dirigidos a causar la muerte de una persona, empleando medios,
modos o formas que tiendan directa y especialmente a asegurar
dicho resultado, sin riesgo para su persona que proceda de la
defensa que pudiera hacer el ofendido pero por causas ajenas a la
voluntad del imputado el delito no alcanza la consumación. Un
análisis del relato fáctico en todo su contexto nos permite
constatar que en los hechos probados decimoséptimo, decimonoveno y
cuadragésimo primero se describen las acciones ejecutadas por
varios reos pandilleros que dieron como resultado en algunos casos
la muerte y en otros las lesiones causadas a varios reos comunes,
así como también los intentos por acabar con la vida de estos
últimos mediante incendio y otros medios idóneos, De este modo y
si bien es cierto que de la fundamentación fáctica no se desprende
la existencia de una causa de justificación ni otra eximente de
responsabilidad criminal a favor del procesado S. G. B., por las
agresiones que ejecutara en perjuicio de otros individuos, no es
menos cierto que tampoco se desprende del mismo relato fáctico que
MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición,
Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54
98
Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html
213
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
las referidas agresiones hayan sido a traición, inesperadas,
mediante emboscada o celada, o aprovechándose de una situación de
evidente desvalimiento de los ofendidos, de ahí que no podamos
afirmar de manera indubitada y a partir de los hechos declarados
probados que el imputado al perpetrar las acciones que se le
imputa haya empleado particulares medios, modos o formas en la
ejecución de los hechos con la finalidad de asegurar el resultado,
sin los riesgos que para su persona hubieran podido proceder de
una reacción defensiva por parte de los ofendidos, de ahí que la
agresiones tantas veces referidas no puedan calificarse como
alevosas y por lo tanto constitutivas de delitos de tentativa de
asesinato, por lo que el comportamiento del acusado al contribuir
de manera mancomunada, en un plan espontáneo y colectivo con la
finalidad de dar muerte a los reos pandilleros, propósito que
finalmente
y
respecto
a
los
diecinueve
reos
pandilleros
sobrevivientes no resultara alcanzado por causas ajenas a su
voluntad, se subsume en la figura de la tentativa de homicidio
simple, tipificada en el artículo 116 párrafo primero del Código
Penal en relación al artículo 15 del mismo texto punitivo,
considerando esta Sala que como mínimo, de manera analógica y en
bonam partem, concurre a favor del procesado S. G. B., la
atenuante de haber precedido de parte del ofendido, provocación o
amenaza proporcionada al delito99. Es cierto como lo expone el
Censor, que en el relato fáctico no se establece puntualmente y
con detalle cuales fueron las acciones que individualmente
trajeron como consecuencia la puesta en peligro de la vida de
diecinueve personas, pero no es menos cierto que del mismo relato
fáctico se colige que el acusado junto con otros realizaron una
misma y compleja operación delictiva, de tal manera que cada uno
de ellos mediante acciones ejecutivas idóneas para causar la
muerte
de
otras
personas,
esto
es,
utilizando
armas
cortopunzantes, palos, piedras y otros objetos contundentes,
reforzándose unos y otros, realizaron una parte diversa pero
esencial con la finalidad de alcanzar el éxito de la referida
operación, cuyos resultados particularmente se reflejan en las
dictámenes médicos efectuadas por los médicos forenses y descritas
en los hechos probados en los que se aprecian con detalle que los
diecinueve reos pandilleros que sobrevivieron presentan múltiples
heridas causadas con los medios antes señalados. Una cosa es que
de un grupo de personas no se tenga la certeza respecto a quienes
participaron en el hecho, y otra muy diferente es que más allá de
toda duda razonable se tenga por probado que un hecho fue
producido por la acción conjunta de un grupo de individuos, pues
en éste último evento la imprecisión de los detalles no altera la
responsabilidad que como coautores les es imputable a todos. De
este modo resulta que la decisión mancomunada, es decir, la
decisión común del hecho del referido imputado junto con otros es
lo que ha determinado la conexión de las partes del suceso
ejecutadas por cada uno de ellos y a partir de la que es posible
imputarle a cada encausado la parte realizada por cada una de los
otros100. Recapitulando podemos afirmar que del relato fáctico se
99
El artículo 26 No. 4) del Código Penal establece que constituye una
circunstancia atenuante ―haber precedido inmediatamente de parte del
ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito‖. Por su parte el
numeral 14) del mismo precepto legal, prevé que constituye circunstancia
atenuante: ―cualquier otra circunstancia análoga a las anteriores..‖
100
Sobre la figura de la coautoría en particular, vid. MARQUEZ CARDENAS,
ALVARO ENRIQUE, en La Coautoría en la Dogmática Penal, frente a otras
formas de Autoría y Participación, Universidad Libre de Colombia, Bogotá,
2008, págs. 65 y ss.
214
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
desprende la descripción de actos ejecutivos realizados por el
procesado S. G. B. con el evidente propósito de causar la muerte
de los reos pandilleros internos en la granja penal del Porvenir,
voluntad compartida con otros encartados; resultado que no se
logra alcanzar cuando transcurridos unos veinte minutos desde que
hubiera arribado al escenario de los acontecimientos el encausado
C. E. H. A., al percatarse de la presencia de representantes de
los medios de comunicación ordenó que C.an los disparos que aún
efectuaban elementos de seguridad del Estado y que reforzaban la
actividad criminal ejecutada por los imputados antes mencionados101.
De este modo se impone al encartado la pena mínima de diez años de
reclusión por cada una de las tentativas de homicidio ejecutadas,
para hacer un total de ciento noventa años de reclusión,
estimándose parcialmente y en los términos antes expuestos, el
motivo que por infracción de ley interpusiera la Defensa del
imputado S. G. B. para desvanecer los cargos de diecinueve delitos
de tentativa de asesinato por los cuales resultara condenado.
XXXV.- El Recurrente, Abogado
F.
A.
G., en su condición de
Apoderado Defensor de los señores A. A. S. C. y J. A. C.,
desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley en dos
motivos, en tanto que por la vía del quebrantamiento de forma
expuso un motivo. Para efectos de seguir un orden sistemático
adecuado en su análisis y resolución, esta SALA considera
pertinente apartarse del orden seguido por el Censor, de tal
manera que inicialmente se pronunciará sobre el tercero de los
motivos antes apuntados, para luego analizar los motivos por
infracción de ley sustantiva formulados por el recurrente.- XXXV.CASACIÓN POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA
DE
LOS
IMPUTADOS
A.
A.
S.
C.
Y
J.
A.
C.,
ARGUYENDO
FUNDAMENTALMENTE QUE LA DECLARACIÓN DE HECHOS PROBADOS FORMULADA
POR EL TRIBUNAL DE INSTANCIA NO ES CLARA NI TERMINANTE.- Argumenta
el recurrente que la declaración de los hechos estimados probados
por el A Quo no es clara ni terminante. Considera que en la
sentencia recurrida el A Quo estimó como probados, entre otros,
los hechos VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO Y TRIGÉSIMO y que al
analizarlos se concluye que no cumplen con lo establecido en la
regla cuarta del artículo 338 del Código Procesal Penal, al
adolecer de claridad y coherencia al relatar los acontecimientos.
Estima que de la simple lectura de los hechos probados VIGÉSIMO
TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO y TRIGÉSIMO surgen muchas interrogantes
por tratarse de acontecimientos múltiples y de gran magnitud, con
muchos actores y participantes, por lo que es del criterio que el
Juzgador debió analizar cada una de las acciones realizadas por
los imputados, de manera puntual para no incurrir en el error de
generalizar, y declarar culpable a los encausados A. A. S. C. y J.
A. C., por el solo hecho de ser reos rondines y encontrarse
presentes en el momento de los hechos. El Censor considera que
debe responsabilizarse a los acusados únicamente de los actos
cometidos por ellos, de no hacerlo así, se aplicaría el dicho
popular de que “justos pagan por pecadores”. Reprocha también que
en los hechos probados CUADRAGESIMO TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO,
se describen las personas que murieron por carbonización y por
101
Cabe señalar que en el caso de la víctima de tentativa de homicidio,
identificada como JOSE ROBERTO MALDONADO, las causas ajenas que impiden a
los responsables de esa infracción que alcancen su objetivo, es la
intervención de un hermano de aquel, perteneciente a la Fuerza Aérea
Hondureña. Vid. Hecho Probado Trigésimo Segundo.
215
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
hechos violentos, pero no especifica quienes son los responsables
y a través de que acciones, no obstante que en la parte
dispositiva de la sentencia, el A Quo condena a los imputados A.
A. S. C. y J. A. C. por la muerte de todos ellos, lo cual
considera que es imposible. Manifiesta que los hechos probados no
permiten comprender cómo sucedieron los sucesos, ni permite
valorar y determinar las acciones típicas, antijurídicas y
culpables que se supone ejecutaron los acusados y que fueron
calificados por el A Quo como constitutivas de los delitos de
ASESINATO Y ASESINATO EN EL GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, por
las que se declaró penalmente responsables a los encausados A. A.
S. C. y J. A. C.. El Censor también alega que en la formulación de
los hechos probados el Tribunal de Instancia utilizó conceptos
predeterminantes del fallo al señalar que varios de los imputados,
entre quienes se incluye a sus patrocinados actuaron movidos por
la venganza, así como también porque se dice que realizaron
acciones con el finalidad o intención de acabar con la vida de los
reos pandilleros.- Esta Sala de lo Penal, considera pertinente
destacar, que el vicio procesal denunciado por el recurrente se
origina exclusivamente cuando la redacción de los hechos probados
aparece confusa, dubitativa o imprecisa, de modo que por su
insuficiencia o oscuridad, o por no expresar en forma conclusiva,
imperativa, terminante o categórica, sino vacilante o dubitativa,
puede conducir a subsunciones alternativas. En definitiva, a
consecuencia de la ambigüedad del relato. La falta de claridad
puede
venir
determinada
por
haber
empleado
expresiones
ininteligibles u oscuras que hacen difícil la comprensión del
relato o cuando incurre en omisiones que alteran su significación
y dejan prácticamente sin contenido específico la narración de los
hechos; se produce, pues, cuando lo narrado es incomprensible por
su deficiente redacción, oscuridad, ambigüedad o imprecisión,
también
cuando
por
omisión
de
elementos
o
circunstancias
importantes, se impide conocer la verdadera realidad de lo
ocurrido con la lógica consecuencia de que falta base fáctica para
determinar si los hechos son o no constitutivos de la infracción
penal, o cual ha sido la participación concreta de los acusados en
la ejecución del delito. Por consiguiente, no basta para apreciar
el defecto procesal que la narración se ofrezca oscura o
ininteligible en alguna de las partes, o en términos de ambigüedad
o imprecisión que haga difícil su comprensión, sino que es
necesario que tales defectuosidades se hallen en conexión con los
condicionamientos determinantes de la calificación penal asignada
a los hechos probados, provocando una laguna o vacío en la
descripción histórica de los mismos, que determina una falta de
premisa fáctica para formular la calificación jurídica, de forma
que no pueda orientar, dentro del silogismo en que la sentencia
queda estructurada, el pronunciamiento condenatorio o absolutorio,
es decir, que resulta inadecuada para servir de argumentación
lógica al fallo, y ello porque la “quaestio facti” debe servir de
apoyo y sustento a la calificación jurídica o “quaestio iuris”.
Esta Sala de lo Penal considera que no se advierte la falta de
claridad o ambigüedad en la fundamentación fáctica de la sentencia
al establecer la participación de algunos individuos en la
comisión de los hechos que condujeron a la muerte de varias
personas mediante incendio que se encontraban al interior de la
Celda No. 6) de la Granja Penal del Porvenir. Cuestión distinta es
que en dicho relato ni siquiera se mencione la presencia y
contribución al momento de su ejecución de alguno de los
imputados, sobre lo cual nos referiremos al resolver el motivo que
por infracción de ley ha formulado la Defensa de los encartados.
216
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
Ahora resulta pertinente analizar si la fundamentación fáctica de
la sentencia adolece de la suficiente claridad y precisión en lo
que se refiere a la participación de los encausados A. A. S. C. y
J. A. C., en lo que concierne a la imputación que se les hace por
la comisión de treinta y siete delitos de asesinato mediante
alevosía y diecinueve delitos de tentativa de asesinato alevoso.
Así tenemos que: A) En el hecho probado Vigésimo Tercero se afirma
que tras la irrupción de elementos de seguridad del Estado en el
interior de la Granja Penal del Porvenir, el procesado A. A. S.
C., salió al igual que otros ocho reos rondines de las diferentes
celdas y otros espacios en los que se habían refugiado,
procediendo a golpear con toletes, palos y armas blancas a los
reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos ya heridos por
armas de fuego, circunstancia de la que tenía conocimiento el
coimputado ya fallecido R. A. S.I. sin que éste realizara acción
alguna para evitarlo. Mas adelante en el hecho probado Trigésimo
se establece que Quince (15) minutos después de que los primeros
reos pandilleros habían salido de la celda número dos, uno de los
encausados señaló a varios estos que se encontraban en indefensión
pero que anteriormente andaban armados y que tenían el carácter de
cabecillas, mismos a los que tras la referida señalización la
policía
les
disparó
haciéndolo
igualmente
con
los
demás
pandilleros que se encontraban en el lugar. Tras lo cual los reos
rondines al ver que algunos de los reos pandilleros aun estaban
vivos procedieron a agredirlos con palos, piedras y armas blancas.
Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que salieron después
de la celda dos (2) y que se hacían los muertos, todo ello a vista
y consentimiento de la Policía Penitenciaria, Policía Nacional
Preventiva, elementos Cobras y miembros del ejército que se
encontraban en el lugar. De esta manera se afirma que el reo
rondín A. A. S., (alias Comayagua), agredió con cuchillos y palos
al reo pandillero A. J. H., (alias El trabado); el reo rondín P.
E. R. F., (alias Chinapopo) agredió con machete al reo pandillero
L. A. O. G., (alias El Killer); el reo H. W. J., (alias El
Basucazo), agredió con un leño y arma blanca al reo pandillero O.
G. H. V., (alias El Pewee); Para finalmente concluir que los reos
rondines S. G. B., T. R. G., (alias Cabuya) y J. R. C., (alias
Cobra), agredieron a otros reos pandilleros usando palos y armas
blancas. En el hecho probado CUADRAGESIMO QUINTO el Tribunal
Sentenciador hace una relación del fallecimiento de treinta y
siete personas que murieron violentamente a consecuencia de
heridas ejecutadas con armas blancas, objetos contundentes y/o
disparos de armas de fuego, en tanto que en el hecho probado
CUADRAGESIMO SEXTO se hace una relación de reos pandilleros que
habiendo sufrido agresiones físicas no resultaron muertos tras la
finalización de los acontecimientos suscitados. Del análisis
conjunto de los hechos probados antes relacionados en los que
aparece realizando diversas acciones el imputado A. A. S. C., a
quien el Tribunal de Instancia condenó a título de coautor como
responsable de haber contribuido en un plan espontáneo y colectivo
a causar la muerte de treinta y siete personas e intentar quitarle
la vida a diecinueve, podemos afirmar que dadas las circunstancias
en que se produjeron los hechos objeto de juzgamiento con
múltiples sujetos activos y una gran cantidad de víctimas, que en
su mayoría perdieron la vida en tanto que las demás presentaban
múltiples lesiones tras la conclusión de los sucesos, resulta
razonable que el Tribunal de Instancia no haya establecido con
rigurosa minuciosidad y con prolijidad de detalles las incidencias
ocurridas durante el desarrollo de los acontecimientos, de tal
manera que la fundamentación fáctica de la sentencia recurrida no
217
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
acusa la oscuridad, ambigüedad o imprecisión señalada por el
Censor, que impida como un obstáculo insalvable determinar si
dicho encartado han incurrido o no en la comisión de los hechos
criminosos que se le atribuyen. El recurrente alega que la
inclusión en el relato fáctico, de la valoración en torno a que
los acusados salieron de los lugares donde se habían refugiado
proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, y que
además actuaron movidos por la venganza constituyen conceptos
predeterminantes del fallo. Sobre esto es importante señalar que
tales frases no constituyen
expresiones técnico-jurídicas, sino
que juicios de inferencia102, mediante los cuales se determina el
elemento subjetivo del delito, de modo que si bien es cierto que
su ubicación resulta más acertada en la fundamentación intelectiva
y jurídica de la sentencia, en cuanto extraídos de los datos
objetivos relatados, su inclusión en el relato de hechos probados,
siempre y cuando no vacíe el contenido de los mismos, es revisable
en casación por la vía del artículo 360 párrafo primero del Código
Procesal Penal103, si de los restantes elementos fácticos narrados
por el Juzgador se acredita la equivocación de éste al atribuir al
procesado que esos eran y no otros, los móviles que le impulsaron
a cometer el delito. De este modo, y siendo que el cuadro fáctico
expuesto en la sentencia, aún suprimiendo mentalmente ese juicio
de inferencia, resulta narrado con un mínimo de claridad y
amplitud para determinar cual fue la intención que movió al
encartado para realizar las acciones que se le imputan, esta Sala
es del criterio que el motivo alegado por el Censor debe ser
desestimado. B) Respecto al procesado J. A. C.: En el hecho
probado Vigésimo Tercero se afirma que tras la irrupción de
elementos de seguridad del Estado en el interior de la Granja
Penal del Porvenir, el procesado J. A. C., salió junto con otros
ocho reos rondines de las diferentes celdas y otros espacios en
los que se habían refugiado, procediendo a golpear con toletes,
palos y armas blancas a los reos pandilleros que encontraban,
algunos de ellos ya heridos por armas de fuego, circunstancia de
la que tenía conocimiento uno de los coimputados ya fallecido y
miembro del ejército nacional, sin que éste realizara acción
alguna para evitarlo. Mas adelante en el hecho probado Trigésimo
se establece que Quince (15) minutos después de que los primeros
reos pandilleros habían salido de la celda número dos, uno de los
reos rondines señaló a varios estos que se encontraban en
indefensión pero que anteriormente andaban armados y que tenían el
carácter de cabecillas, mismos a los que tras la referida
señalización la policía les disparó, haciéndolo igualmente con los
demás pandilleros que se encontraban en el lugar. Tras lo cual los
reos rondines al ver que algunos de los reos pandilleros aun
estaban vivos procedieron a agredirlos con palos, piedras y armas
blancas. Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que
salieron después de la celda dos (2) y que se hacían los muertos,
todo ello a vista y consentimiento de la Policía Penitenciaria,
Policía Nacional Preventiva, elementos Cobras y miembros del
ejército que se encontraban en el lugar. De esta manera se afirma
que el reo rondín A. A. S., (alias Comayagua), agredió con
cuchillos y palos al reo pandillero A. J. H., (alias El trabado);
el reo rondín P. E. R. F., (alias Chinapopo) agredió con machete
al reo pandillero
L. A. O. G., (alias El Killer); el reo H. W.
J., (alias El Basucazo), agredió con un leño y arma blanca al reo
102
Vid. LUZON CUESTA, JOSE MARIA, El Recurso de Casación Penal,
edición, Editorial Colex, Madrid, 2000, págs. 147-148, 151-152.
103
Referido a la casación por infracción de ley.
2ª
218
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
pandillero O. G. H.
V., (alias El Pewee); Para finalmente
concluir que los reos rondines S. G. B., T. R. G., (alias Cabuya)
y J. R. C., (alias Cobra), agredieron a otros reos pandilleros
usando palos y armas blancas. En el hecho probado CUADRAGESIMO
QUINTO
el
Tribunal
Sentenciador
hace
una
relación
del
fallecimiento
de
treinta
y
siete
personas
que
murieron
violentamente a consecuencia de heridas ejecutadas con armas
blancas, objetos contundentes y/o disparos de armas de fuego, en
tanto que en el hecho probado CUADRAGESIMO SEXTO se hace una
relación de reos pandilleros que habiendo sufrido agresiones
físicas no resultaron muertos tras la finalización de los
acontecimientos suscitados.
Del análisis conjunto de los hechos
probados antes relacionados en los que aparece realizando diversas
acciones el imputado J. A. C., a quien el Tribunal de Instancia
condenó a título de coautor como responsable de haber contribuido
en un plan espontáneo y colectivo a causar la muerte de treinta y
siete personas e intentar quitarle la vida a diecinueve, podemos
afirmar que dadas las circunstancias en que se produjeron los
hechos objeto de juzgamiento con múltiples sujetos activos y una
gran cantidad de víctimas, que en su mayoría perdieron la vida en
tanto que las demás presentaban múltiples lesiones tras la
conclusión de los sucesos, resulta razonable que el Tribunal de
Instancia no haya establecido con rigurosa minuciosidad y con
prolijidad de detalles las incidencias ocurridas durante el
desarrollo de los acontecimientos, de tal manera que la
fundamentación fáctica de la sentencia recurrida no acusa la
oscuridad, ambigüedad o imprecisión señalada por el Censor, que
impida como un obstáculo insalvable determinar si dicho encartado
han incurrido o no en la comisión de los hechos criminosos que se
le atribuyen.El recurrente alega que la inclusión en el relato
fáctico, de la valoración en torno a que los acusados salieron de
los lugares donde se habían refugiado proponiéndose quitarle la
vida a todos los reos pandilleros, y que además actuaron
impulsados por la venganza, constituyen conceptos predeterminantes
del fallo. Sobre esto es importante señalar que tales frases no
constituyen
expresiones técnico-jurídicas, sino que juicios de
inferencia104, mediante los cuales se determina el elemento
subjetivo del delito, de modo que si bien es cierto que su
ubicación resulta más acertada en la fundamentación intelectiva y
jurídica de la sentencia105, en cuanto extraídos de los datos
objetivos relatados, su inclusión en el relato de hechos probados,
siempre y cuando no vacíe el contenido de los mismos, es revisable
en casación por la vía del artículo 360 párrafo primero del Código
Procesal Penal106, si de los restantes elementos fácticos narrados
por el Juzgador se acredita la equivocación de éste al atribuir al
procesado que esos eran y no otros, los móviles que le impulsaron
a cometer el delito. De este modo, y siendo que el cuadro fáctico
expuesto en la sentencia, aún suprimiendo mentalmente tales
104
Vid. LUZON CUESTA, JOSE MARIA, El Recurso de Casación Penal, 2ª
edición, Editorial Colex, Madrid, 2000, págs. 147-148, 151-152.
105
En la fundamentación intelectiva el Juzgador debe dedicarse a la
valoración propiamente dicha de la prueba, en tanto que en la
fundamentación jurídica, el Juez después de analizar las distintas
posibilidades argumentativas debatidas por las partes, racionalmente opta
por una de ellas, diciendo por qué considera que los hechos deben ser
subsumidos en tal o cual norma sustantiva, vid. sobre esta temática:
ARROYO GUTIERREZ, JOSE MANUEL / RODRIGUEZ CAMPOS, ALEXANDER, en Lógica
Jurídica y Motivación de la Sentencia Penal, Editorial Jurídica
Continental, 2ª edición, San José de Costa Rica, 2002, págs. 135 y ss.
106
Referido a la casación por infracción de ley.
219
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
juicios de inferencia, los hechos probados resultan narrados con
un mínimo de claridad y amplitud para determinar cuales fueron las
intenciones que movieron al encartado para realizar las acciones
que se le imputan, esta Sala es del criterio que el motivo alegado
por el Censor debe ser desestimado. XXXVI.- El Recurrente Abogado
F. A. G., en su condición de Defensor Público de los señores A.
A. S. C. y J. A. C., desarrolló su Recurso de Casación por
Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma de la siguiente
manera: ―EXPOSICIÒN
DE
LOS
MOTIVOS
DE
CASACIÒN
POR
INFRACCIÓN DE
LEY
PRIMER MOTIVO: Aplicación indebida del
articulo 117 de Código
Penal, en relación con el 15 del mismo
cuerpo
Legal. SEGUNDO MOTIVO: Aplicación indebida del artículo
117 del Código Penal. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de
casación se encuentra comprendido en el artículo 360 del Código
Procesal Penal EXPLICACIÒN DEL PRIMER MOTIVO Las normas penales
que aplica indebidamente el sentenciador son el artículo 117 y el
15 del Código Penal que establecen: Artículo 117: ―Es reo de
asesinato quien de muerte a una persona ejecutándola con la
concurrencia de las circunstancias siguientes: 1) Alevosía; 2) Con
Premeditación, conocida; 3) Por medio de inundación, incendio,
envenenamiento,
explosión,
descarrilamiento,
volcamiento,
varamiento o avería de buque u otro artificio que pueda ocasionar
grandes estragos, siempre que haya dolo o intencionalidad; y, 4)
Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor
del ofendido. La pena por asesinato será de veinte (20) a treinta
(30) años de reclusión y cuando se cometiese mediante pago,
recompensa o promesa remuneratoria, o se acompañase de robo o
violación, la pena será de treinta (30) a privación de por vida de
la libertad‖ Artículo 15: ―Hay tentativa cuando, con la intención
de cometer un delito determinado, se realizan actos inequívocos de
ejecución y no se consuma por causas ajenas a la voluntad de
agente‖. El Juzgador estimó como ―HECHOS PROBADOS‖, entre otros
los siguientes: ―VIGÈSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A. S.,
(alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra)
L. A. C. V. (alias
Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo)
S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda
de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo),
salen de las diferentes celdas y lugares donde habían tenido
refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos
pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y
con armas blancas, a los reos pandillero que encontraban, algunos
de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando
esto los policías penitenciarios y miembros del ejército que se
encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no
realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que está
aconteciendo. VIGÈSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza,
el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la
celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del
ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a
la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S.
(alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el
reo rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando
a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de
la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A.
C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo
S. G. B., prenden en fuego con el acelerante, varias colchonetas
las que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las
ventanas traseras, rociando de acelerante la madera del techo de
dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las
personas que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo,
220
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando
clemencia, sin lograr controlar el fuego; de todo ello lograron
tener conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C.
y el miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción
alguna para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G.
H. G., escuchó los gritos de las personas que se encontraban
dentro de la celda seis (6), e instantes después observó el humo
provocado por el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara
acción alguna.‖ Si observamos Honorables Magistrados el juzgador
calificó que tales hechos declarados probados constituyen un
delito de ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA
fundamentado en el Artículo 117 en relación con el 15 del Código
Penal; sobre este particular, la defensa de los señores A. AMAPARO
S. C. y J. A. C. considera que el juzgador arriba a tal decisión
por una errónea interpretación del referido articulo 117 del
Código Penal con relación al 15 del referido cuerpo legal, pues en
los hechos probados no se aprecia de manera clara y precisa los
elementos indispensables para catalogar la conducta de mis
representados como constitutiva del delito de TENTATIVA DE
ASESINATO, en vista que en el caso subjudice, los hechos probados
carecen
de
la
circunstancia
especial
considerada
por
el
sentenciador para calificarlo como tal, pues no establece cuales
fueron las causas ajenas a la voluntad del agente que hacen que
mis representados no alcanzaran el resultado esperado. Los hechos
probados antes mencionados no enmarcan de manera perfecta, el
accionar de mis patrocinados A. A. S. C. y J. A. C. como
constitutivos de ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA,
como se dijo antes el sentenciador omite establecer cual fue la
circunstancia
especial
que
considera
el
sentenciador
para
calificarlo como tal, es decir la causa ajena a la voluntad del
agente para que los imputados no alcanzaran el resultado esperado.
INTERPRETACION PRETENDIDA: Al no plasmarse de manera concreta la
acción de mis representados A. A. S. C. y J. A. C. en los sucesos
a ellos acusados, convierte a los hechos probados en meras
especulaciones, en relatos sin sentido y al no establecerse cual
fue la circunstancia especial que considero el sentenciador para
calificarlo como delito de ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCION DE
TENTATIVA y cuales fueron esas causas ajenas a la voluntad del
agente para que los imputados no alcanzaran el resultado esperado,
es que solicitamos al Tribunal de Casación (Sala Penal) que se
aplique correctamente la norma penal con el dictado de un fallo
absolutorio. XXXVI.- RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY
INTERPUESTO POR LA DEFENSA DE LOS IMPUTADOS A. A. S. C. Y J. A.
M., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE EL TRIBUNAL DE INSTANCIA AL
CONDENAR A LOS ENCAUSADOS ANTES MENCIONADOS A TITULO DE COAUTORES
DE DIECINUEVE DELITOS DE TENTATIVA DE ASESINATO ALEVOSO, HA
INCURRIDO EN UNA APLICACIÓN INDEBIDA DEL ARTÍCULO 117 DEL CÓDIGO
PENAL EN RELACIÓN AL 15 DEL MISMO TEXTO PUNITIVO. Argumenta el
recurrente que el A Quo incurre en aplicación indebida del
Artículo 117 del Código Penal, que tipifica el delito de
Asesinato, en relación al 15 del mismo texto legal, que describe
el grado de ejecución de tentativa El Censor alega que la decisión
del juzgador por la que condena a los encausados A. A. S. C. y J.
A. C., en aplicación del artículo 117 y 15 del Código Penal, es
errónea, en tanto que de los hechos declarados probados no se
aprecia de manera clara y precisa, los elementos objetivos y
subjetivos del tipo penal. Estima que en los hechos probados no se
concretiza la forma en que los acusados realizan las acciones por
las que el A Quo les condena por el delito de ASESINATO EN EL
GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA y menos cuales fueron esas causas
221
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
ajenas a la voluntad del agente que impiden que alcancen el
resultado esperado, de tal manera que las acciones de los
encausados A. A. S. C. y J. A. C., no pueden subsumirse en los
delitos de ASESINATO en su grado de ejecución de TENTATIVA que se
les atribuyen, además omite establecer las acciones mediante las
cuales hayan intentado quitar la vida en forma alevosa a los
internos, los nombres de los ofendidos y no describe cual fue el
resultado de sus acciones para catalogar su conducta como
ASESINATO en el grado de ejecución de TENTATIVA Tampoco se
desprende del relato fáctico la circunstancia especial que
considera el A Quo para calificar el delito de asesinato, es
decir, cual de las cuatro circunstancias calificadores toma en
cuenta para agravar la responsabilidad de los acusados de
homicidio a Asesinato: Si bien menciona en la parte dispositiva
que fue por Alevosía, la misma no aparece de manera clara en la
lectura de los hechos probados. Esta Sala de Penal considera
pertinente recordar que la alevosía supone el empleo de
procedimientos que facilitan el hecho. La define el artículo 27
No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el culpable comete
cualquiera de los delitos contra la vida y la integridad personal,
empleando medios, modos o formas en la ejecución que tiendan
directa y especialmente a asegurarlas, sin riesgo para su persona
que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido.”. En este
sentido, la alevosía exige que los procedimientos empleados
tiendan, directa y especialmente a asegurar la ejecución, evitando
el riesgo de una posible defensa del ofendido. Ejemplos de ataques
alevosos son los que se producen por la espalda107, o estando la
víctima en la cama o de rodillas. Los ataques a traición son
alevosos. Lo decisivo en la alevosía es, por tanto, el
aseguramiento de la ejecución del hecho y la ausencia del riesgo
ante la defensa que pudiera hacer el ofendido. La alevosía puede
aparecer en cualquier momento de la ejecución del delito, no
exigiéndose para su apreciación ningún tipo de premeditación o
preparación, de tal manera que puede surgir en el mismo momento en
que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que su enemigo le da
la
espalda
para
dispararle).
En
algunas
corrientes
jurisprudenciales se distinguen tres supuestos de asesinato
alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera, si concurre
celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se materializa en
un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por desvalimiento, en
la que el agente se aprovecha de una especial situación de desA.
de la víctima que impide cualquier manifestación de defensa108. Por
otro lado también resulta oportuno recordar que el artículo 15 del
código penal establece: “hay tentativa cuando, con la intención de
cometer un delito determinado se realizan actos inequívocos de
ejecución y no se consuma por causas ajenas a la voluntad del
agente”. El tipo de la tentativa requiere de los siguientes
elementos: a) en la parte objetiva, una ejecución parcial o total
de los actos ejecutivos no seguida de consumación, b) en la parte
subjetiva, la voluntad de consumación, c) la ausencia de
desistimiento voluntario. El comienzo de la ejecución necesario
para la tentativa requiere que se traspase la frontera que separa
107
Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente
en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al
rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea
en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid.
MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición,
Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54
108
Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html
222
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
los actos preparatorios (sí los hay) de los actos ejecutivos.
Subjetivamente la tentativa requiere que el sujeto quiera los
actos que objetivamente realiza con ánimo de consumar el hecho o,
al menos aceptando (con seguridad o con probabilidad) que pueden
dar lugar a la consumación. Por último se requiere la concurrencia
de un elemento negativo, y que consiste en el que el hecho no se
consume por causas ajenas a la voluntad del agente. Recapitulando
podemos afirmar que la tentativa se presenta cuando se ejecutan
actos
considerados
indispensables
para
llevar
a
cabo
el
comportamiento tipificado en la ley penal y que en el caso
concreto deben serlo efectivamente conforme al fin propuesto, pero
factores extraños o ajenos a la voluntad del autor impiden que
éste logre la producción del resultado perseguido. Así las cosas
podemos afirmar que habrá una tentativa de asesinato alevoso,
cuando el agente realiza actos inequívocos de ejecución dirigidos
a causar la muerte de una persona, empleando medios, modos o
formas que tiendan directa y especialmente a asegurar dicho
resultado, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa
que pudiera hacer el ofendido pero por causas ajenas a la voluntad
del imputado el delito no alcanza la consumación. Un análisis del
relato fáctico en todo su contexto nos permite constatar que en
los hechos probados decimoséptimo, decimonoveno y cuadragésimo
primero se describen las acciones ejecutadas por varios reos
pandilleros que dieron como resultado en algunos casos la muerte y
en otros las lesiones causadas a varios reos comunes, así como
también los intentos por acabar con la vida de estos últimos
mediante incendio y otros medios idóneos, De este modo y si bien
es cierto que de la fundamentación fáctica no se desprende la
existencia de una causa de justificación ni otra eximente de
responsabilidad criminal a favor de los procesados A. A. S. C. y
J. A. C., por las agresiones que ejecutaran en perjuicio de otros
individuos, no es menos cierto que tampoco se desprende del mismo
relato fáctico que las referidas agresiones hayan sido a traición,
inesperadas, mediante emboscada o celada, o aprovechándose de una
situación de evidente desvalimiento de los ofendidos, de ahí que
no podamos afirmar de manera indubitada y a partir de los hechos
declarados probados que los imputados al perpetrar las acciones
que se les imputan hayan empleado particulares medios, modos o
formas en la ejecución de los hechos con la finalidad de asegurar
el resultado, sin los riesgos que para su persona hubieran podido
proceder de una reacción defensiva por parte de los ofendidos, de
ahí que la agresiones tantas veces referidas no puedan calificarse
como alevosas y por lo tanto constitutivas de delitos de tentativa
de asesinato, por lo que el comportamiento de los acusados al
contribuir de manera mancomunada, en un plan espontáneo y
colectivo con la finalidad de dar muerte a los reos pandilleros,
propósito que finalmente y respecto a los diecinueve reos
pandilleros sobrevivientes no resultara alcanzado por causas
ajenas a su voluntad, se subsume en la figura de la tentativa de
homicidio simple, tipificada en el artículo 116 párrafo primero
del Código Penal en relación al artículo 15 del mismo texto
punitivo, considerando esta Sala que como mínimo, de manera
analógica y en bonam partem, concurre a favor de los procesados A.
A. S. C. y J. A. C., la atenuante de haber precedido de parte del
ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito109. Es
109
El artículo 26 No. 4) del Código Penal establece que constituye una
circunstancia atenuante ―haber precedido inmediatamente de parte del
ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito‖. Por su parte el
223
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
cierto como lo expone el Censor, que en el relato fáctico no se
establece puntualmente y con detalle cuales fueron las acciones
que individualmente trajeron como consecuencia la puesta en
peligro de la vida de diecinueve personas, pero no es menos cierto
que del mismo relato fáctico se colige que los acusados junto con
otros realizaron una misma y compleja operación delictiva, de tal
manera que cada uno de ellos mediante acciones ejecutivas idóneas
para causar la muerte de otras personas, esto es, utilizando armas
cortopunzantes, palos, piedras y otros objetos contundentes,
reforzándose unos y otros, realizaron una parte diversa pero
esencial con la finalidad de alcanzar el éxito de la referida
operación, cuyos resultados particularmente se reflejan en las
dictámenes médicos efectuadas por los médicos forenses y descritas
en los hechos probados en los que se aprecian con detalle que los
diecinueve reos pandilleros que sobrevivieron presentan múltiples
heridas causadas con los medios antes señalados. Una cosa es que
de un grupo de personas no se tenga la certeza respecto a quienes
participaron en el hecho, y otra muy diferente, es que más allá de
toda duda razonable, se tenga por probado que un hecho fue
producido por la acción conjunta de un grupo de individuos, pues
en éste último evento la imprecisión de los detalles no altera la
responsabilidad que como coautores les es imputable a todos. De
este modo resulta que la decisión mancomunada, es decir, la
decisión común del hecho de los referidos imputados junto con
otros es lo que ha determinado la conexión de las partes del
suceso ejecutadas por cada uno de ellos y a partir de la que es
posible imputarle a cada encausado la parte realizada por cada una
de los otros110. Recapitulando podemos afirmar que del relato
fáctico se desprende la descripción de actos ejecutivos realizados
por los procesados A. A. S. C. y J. A. C. con el evidente
propósito de causar la muerte de los reos pandilleros internos en
la granja penal del Porvenir, voluntad compartida con otros
encartados,
resultado
que
no
se
logra
alcanzar
cuando
transcurridos unos veinte minutos desde que hubiera arribado al
escenario de los acontecimientos el encausado C. E. H. A., al
percatarse de la presencia de representantes de los medios de
comunicación ordenó que C.an los disparos que aún efectuaban
elementos de seguridad del Estado y que reforzaban la actividad
criminal ejecutada por los imputados antes mencionados111. De este
modo se impone a los encartados la pena mínima de diez años de
reclusión por cada una de las tentativas de homicidio ejecutadas,
para hacer un total de ciento noventa años de reclusión. De este
modo se estima parcialmente y en los términos antes expuestos, el
motivo que por infracción de ley interpusiera la Defensa de los
imputados A. A. S. C. y J. A. C. para desvanecer los cargos de
diecinueve delitos de tentativa de asesinato por los cuales
numeral 14) del mismo precepto legal, prevé que constituye circunstancia
atenuante: ―cualquier otra circunstancia análoga a las anteriores..‖
110
Sobre la figura de la coautoría en particular, vid. MARQUEZ CARDENAS,
ALVARO ENRIQUE, en La Coautoría en la Dogmática Penal, frente a otras
formas de Autoría y Participación, Universidad Libre de Colombia, Bogotá,
2008, págs. 65 y ss.
111
Cabe señalar que en el caso de la víctima de tentativa de homicidio,
identificada como JOSE ROBERTO MALDONADO, las causas ajenas que impiden a
los responsables de esa infracción que alcancen su objetivo, es la
intervención de un hermano de aquel, perteneciente a la Fuerza Aérea
Hondureña. Vid. Hecho Probado Trigésimo Segundo.
224
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
resultaran condenados. XXXVII.- EXPOSICION DEL
SEGUNDO MOTIVO DE
CASACIÓN La norma penal que aplica indebidamente el sentenciador
es el artículo 117 del Código Penal: Artículo 117: ―Es reo de
Asesinato, quien de muerte a una persona ejecutándola con la
concurrencia de cualquiera de las circunstancias siguientes: 1)
Alevosía; 2) Con premeditación conocida; 3) Por medio de
Inundación, incendio, envenenamiento, explosión descarrilamiento,
volcamiento o avería de buque u otro artificio que pueda ocasionar
grandes estragos, siempre que haya dolo e intencionalidad; y 4)
con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor
del ofendido.- La pena de Asesinato será de veinte (20) a treinta
(30) años de reclusión y cuando se cometiese mediante pago,
recompensa o promesa remuneratoria, o se acompañase de robo o
violación, la pena será de treinta (30) años a privación de por
vida de la libertad‖. Si observamos Honorables Magistrados el
Juzgador califico los Hechos Probados antes descritos en el Motivo
Primero que los mismos constituían por una parte el delito de
ASESINATO que es el caso que nos ocupa y estamos tratando
fundamentado en el artículo 117 del Código Penal por lo que esta
defensa considera que el Juzgador arriba a tal decisión por una
errónea interpretación del artículo 117, en vista que en los
hechos probados no se aprecia de manera clara y precisa los
elementos indispensables para catalogar la conducta de mis
representados como constitutiva de tal delito de ASESINATO en este
caso el elemento objetivo y subjetivo del tipo penal.- En el caso
subjudice, los hechos probados carecen de tales elementos y no
concretizan de manera puntual y clara, la forma en que nuestros
patrocinados realizan esas acciones que hace que el Juzgador los
condene por el delito de ASESINATO. Los hechos probados antes
mencionados no enmarcan de manera perfecta, el accionar de mis
patrocinados A. A. S. C. y J. A. C. como constitutivos de
ASESINATO, al grado tal que omite establecer los nombres de los
sujetos pasivos de los hechos (ofendidos) y más grave aun no
establece cual fue el resultado de sus acciones, no concretiza si
como resultado de tales acontecimientos, se produjo el resultado
muerte, necesario para catalogar la conducta de mis patrocinados
como ASESINATO. INTERPRETACION PRETENDIDA: Al no plasmarse de
manera concreta la acción de mis representados A. A. S. C. y J. A.
C. en los hechos a ellos imputados, convierte a los hechos
probados en meras especulaciones, en relatos sin sentido, por no
haberse establecido de forma clara y concreta los nombres de los
sujetos pasivos, circunstancia esta que no consideró el Tribunal y
haberlo calificarlo como delito de ASESINATO, es por ello que
solicitamos a la Sala de lo Penal que se aplique correctamente la
norma penal con el dictado de un fallo Absolutorio. XXXVII.RECURSO DE CASACIÓN POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA
DEFENSA DE LOS ACUSADOS A. A. S. C. Y J. A. C., ARGUYENDO
FUNDAMENTALMENTE QUE EL TRIBUNAL DE INSTANCIA APLICO INDEBIDAMENTE
EL ARTICULO 117 DEL CÓDIGO PENAL CUANDO CONDENA A LOS ENCARTADOS
EN CALIDAD DE COAUTORES DE MULTIPLES DELITOS DE ASESINATO
CONSUMADO. Argumenta el recurrente que el Juzgador ha incurrido en
aplicación indebida del artículo 117 del Código Penal, norma que
tipifica el delito de Asesinato. El Censor señala que El A Quo en
base a los hechos declarados probados condena a los acusados A. A.
S. C. y J. A. C., como autores del delito de ASESINATO. Alega que
del cuadro fáctico no se desprende la subsunción de un determinado
tipo penal, dado que a su entender no describe comportamiento
alguno de los acusados A. A. S. C. y J. A. C., que constituya el
delito de ASESINATO con fundamento en el artículo 117 del Código
Penal, por lo que pide la correcta aplicación de la norma penal y
225
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
que se dicte un fallo Absolutorio. Esta Sala de lo Penal considera
importante recordar, que a través del recurso de casación por
infracción de ley, sólo puede intentarse una revaloración jurídica
del material fáctico descrito en la sentencia, contenido en la
formulación de hechos probados realizada por el Tribunal de
Instancia. A diferencia del tradicional recurso de apelación,
propio del anterior sistema, que provoca un nuevo examen del caso
por parte del Tribunal revisor, tanto bajo el aspecto fáctico como
jurídico, el de casación por infracción de ley únicamente admite
la posibilidad de que el Tribunal de Casación realice un nuevo
examen del objeto procesal bajo el segundo aspecto, o sea una
revisión jurídica de los hechos declarados probados. El recurso de
casación por infracción de ley debe estructurarse o partir su
alegación, de los hechos probados que contenga la resolución
cuestionada, puesto que el vicio en esencia consiste en que la
decisión adoptada por el juzgador en la parte resolutiva de la
sentencia, es incompatible, irreconciliable o ajena a la verdad
enunciada por la narración fáctica (hechos probados), de tal
suerte que resultan inobservadas las normas que sí corresponde
aplicar, se invocan normas que no deben aplicarse, o se invocan
las normas que deben aplicarse al caso concreto pero el Juzgador
hace una interpretación errónea de las mismas. Precisados los
límites en los que puede desenvolverse la función revisora de esta
Sala cuando del recurso de casación por infracción de ley se
trate, ahora es pertinente que indiquemos cuales son los elementos
objetivos y subjetivos del delito de asesinato mediante incendio
que se atribuye a los encartados A. A. S. C. y J. A. C.
en
perjuicio de varias personas. La muerte de un ser humano a
consecuencia de la acción realizada por otra persona, valiéndose
de medios especialmente peligrosos o revelando una especial
perversidad,
ha
sido
tradicionalmente
castigada
con
mayor
severidad que el homicidio simple. En este sentido, el asesinato
se describe como la muerte de otra persona ejecutada con alguna de
las circunstancias mencionadas en el artículo 117 del Código
Penal. De este modo, la concurrencia de algunas de las
circunstancias del artículo 117 establece la diferencia entre el
homicidio y el asesinato. No obstante, cabe señalar, que ambos
delitos comparten características comunes, así, aparte de la
igualdad en el bien jurídico protegido, que es la vida humana como
valor ideal, coinciden los sujetos, activo y pasivo, que pueden
serlo cualquier persona, sin más limitaciones que las que
provienen del concurso de leyes,112 el objeto material sobre el que
recae directamente la acción es el hombre vivo físicamente
considerado, y los problemas de la relación de la causalidad, en
virtud de la cual se debe establecer la conexión entre el
comportamiento del sujeto activo y el resultado que consiste en la
muerte efectiva de otra persona. En el caso concreto que ahora nos
ocupa, se ha declarado la responsabilidad penal de los encausados
A. A. S. C. y J. A. C. a título de coautores de varios delitos de
asesinato mediante incendio, modalidad prevista en el numeral 3)
del precepto legal supracitado. La razón de la especial agravación
de la muerte de un ser humano cometido mediante incendio, no es
solamente la mayor perfidia del medio empleado que revela un
delincuente sumamente peligroso, sino también el peligro general
que
tal
medio
y
otros
como
la
inundación,
explosión,
112
Así sí el sujeto pasivo es alguno de los Presidentes de los Poderes
del Estado, el delito aplicable es el previsto en el artículo 322, si se
trata del Jefe de Estado extranjero o Jefe de Gobierno extranjero, el
artículo 318, etc…
226
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
descarrilamiento, etc… encierran para la colectividad113. En lo que
concierne a la coautoría esta se presenta cuando varias personas,
previa celebración de un acuerdo común, que puede ser expreso o
tácito, llevan a cabo un hecho de manera mancomunada, mediante una
contribución objetiva a su realización, por lo que cada autor
domina todo el suceso en unión de otro o de otros. Un buen ejemplo
lo brinda la banda de asaltantes que planea atracar un banco, y
con tal fin se distribuyen las diversas tareas: reducir a los
guardias de seguridad, controlar a los concurrentes a la entidad
crediticia, abrir la caja fuerte, vigilar el exterior, tomar el
dinero entregado por los cajeros, etc.., todos los intervinientes,
pues, pueden ser considerados coautores a condición de que reúnan
las exigencias correspondientes. De esta forma, en los casos de
dominio del hecho, las funciones que realizan los concurrentes, no
son las mismas, pero todos realizan alguna labor, y la suma de
ellas es la que permite la comisión del delito. Habiendo
determinado de manera sucinta cuales son los elementos objetivos y
subjetivos de la modalidad del delito de asesinato antes apuntada,
y explicada en términos generales la figura de la coautoría,
analizaremos sí a partir del relato de hechos probados se puede
atribuir a los acusados los hechos criminosos antes apuntados. Una
lectura detenida de la fundamentación fáctica de la sentencia,
revela que en el hecho probado vigésimo cuarto
se describe que
uno de los encartados cerró con candado la puerta de acceso a la
celda No. 6, tras lo cual varios de los acusados entre los que se
encontraba el procesado A. A. S. C., colocaron cajones, palos y
mesas frente a dicha puerta, y que seguidamente, algunos de los
reos rondines prendieron
fuego a varias colchonetas las que
arrojaron por las ventanas de las celda antes referida, lo que en
una conexión-causa efecto trajo como resultado la muerte de
veintitrés personas mediante incendio114. De este modo se describen
las acciones de varias personas que de manera deliberada y
conjunta contribuyeron, ya sea para causar un incendio en la Celda
No. 6 de la Granja Penal del Porvenir o impedir la salida de
quienes se encontraba en su interior, lo que en una relación
causa-efecto trajo como resultado la muerte de varios seres
humanos (vid. Hecho Probado Cuadragésimo Tercero). De este modo,
del relato fáctico antes descrito se subsume la comisión del
delito de asesinato tipificado en el artículo 117 No. 3) del
Código Penal y por ende atribuible al encartado A. A. S. C. a
título de coautor, consecuentemente, se desestima el motivo de
casación que por infracción de ley interpusiera la Defensa para
desvanecer los delitos de asesinato mediante incendio por los
cuales resultara condenado. En lo que concierne al coimputado J.
A. C., no se logra determinar en el relato fáctico contenido en la
sentencia, cual fue su contribución que en una relación causaefecto produjera la muerte por incendio de varias personas que se
encontraban al interior de la celda No. 6) de la Granja Penal del
Porvenir, consecuentemente se declara con lugar el motivo de
casación por infracción de ley formulado por la Defensa, para
desvanecer los delitos de asesinato mediante incendio por los
cuales resultara condenado. En lo que concierne a los treinta y
siete delitos de asesinato alevoso consumado que se les atribuye a
los encartados A. A. S. C. y J. A. C. esta Sala considera
pertinente recordar que la alevosía supone el empleo de
procedimientos que facilitan el hecho. La define el artículo 27
113
Vid. CUELLO CALON, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo II, Revisada por CAMARGO
HERNANDEZ, CESAR, Bosch, Casa Editorial, S.A., Barcelona, 1982, pág. 507.
114
Vid. Hecho Probado No. Cuadragésimo Tercero.
227
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el culpable comete
cualquiera de los delitos contra la vida y la integridad personal,
empleando medios, modos o formas en la ejecución que tiendan
directa y especialmente a asegurarlas, sin riesgo para su persona
que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido.”. En este
sentido, la alevosía exige que los procedimientos empleados
tiendan, directa y especialmente a asegurar la ejecución, evitando
el riesgo de una posible defensa del ofendido. Ejemplos de ataques
alevosos son los que se producen por la espalda115, o estando la
víctima en la cama o de rodillas. Los ataques a traición son
alevosos. Lo decisivo en la alevosía es, por tanto, el
aseguramiento de la ejecución del hecho y la ausencia del riesgo
ante la defensa que pudiera hacer el ofendido. La alevosía puede
aparecer en cualquier momento de la ejecución del delito, no
exigiéndose para su apreciación ningún tipo de premeditación o
preparación, de tal manera que puede surgir en el mismo momento en
que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que su enemigo le da
la
espalda
para
dispararle).
En
algunas
corrientes
jurisprudenciales se distinguen tres supuestos de asesinato
alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera, si concurre
celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se materializa en
un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por desvalimiento, en
la que el agente se aprovecha de una especial situación de desA.
de la víctima que impide cualquier manifestación de defensa116. Un
análisis del relato fáctico en todo su contexto nos permite
constatar que en los hechos probados decimoséptimo, decimonoveno y
cuadragésimo primero se describen las acciones ejecutadas por
varios reos pandilleros que dieron como resultado en algunos casos
la muerte y en otros las lesiones causadas a varios reos comunes,
así como también los intentos por acabar con la vida de estos
últimos mediante incendio y otros medios idóneos, De este modo y
si bien es cierto que de la fundamentación fáctica no se desprende
la existencia de una causa de justificación ni otra eximente de
responsabilidad criminal a favor de los imputados A. A. S. C. y J.
A. C., por las agresiones que ejecutaran en perjuicio de otros
individuos, no es menos cierto que tampoco se desprende del mismo
relato fáctico que las referidas agresiones hayan sido a traición,
inesperadas, mediante emboscada o celada, o aprovechándose de una
situación de evidente desvalimiento de los ofendidos, de ahí que
no podamos afirmar de manera indubitada y a partir de los hechos
declarados probados que los encausados al perpetrar las acciones
que se le imputan hayan empleado particulares medios, modos o
formas en la ejecución de los hechos con la finalidad de asegurar
el resultado, sin los riesgos que para su persona hubieran podido
proceder de una reacción defensiva por parte de los ofendidos, de
ahí que la agresiones tantas veces referidas no puedan calificarse
como alevosas y por lo tanto constitutivas de delitos de
asesinato, por lo que el comportamiento de los acusados al
contribuir de manera mancomunada, en un plan espontáneo y
colectivo con la finalidad de dar muerte a los reos pandilleros,
propósito que finalmente resultara alcanzado, se subsume en la
figura del homicidio simple, tipificada en el artículo 116 párrafo
115
Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente
en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al
rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea
en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid.
MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición,
Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54
116
Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html
228
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
primero del Código Penal, considerando esta Sala que como mínimo,
de manera analógica y en bonam partem, concurre a favor de los
procesados , la atenuante de haber precedido de parte del
ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito117. Es
cierto como lo expone el Censor, que en el relato fáctico no se
establece puntualmente y con detalle cuales fueron las acciones
que individualmente trajeron como consecuencia la muerte de
treinta y siete personas, pero no es menos cierto que del mismo
relato fáctico se colige que los acusados junto con otros
realizaron una misma y compleja operación delictiva, de tal manera
que cada uno de ellos mediante acciones ejecutivas idóneas para
causar la muerte de otras personas, esto es, utilizando armas
cortopunzantes, palos, piedras y otros objetos contundentes,
reforzándose unos y otros, realizaron una parte diversa pero
esencial para el éxito de la referida operación, cuyos resultados
se reflejan en las autopsias efectuadas por los médicos forenses y
descritas en los hechos probados en los que se aprecian con
detalle que los treinta y siete reos pandilleros que resultaron
muertos presentan múltiples heridas causadas con los medios antes
señalados. Una cosa es que de un grupo de personas no se tenga la
certeza respecto a quienes participaron en el hecho, y otra muy
diferente que más allá de toda duda razonable se tenga por probado
que un hecho fue producido por la acción conjunta de un grupo de
individuos, pues en éste último evento la imprecisión de los
detalles no altera la responsabilidad que como coautores les es
imputable a todos. De este modo resulta que la decisión
mancomunada, es decir, la decisión común del hecho de los
referidos imputados junto con otros es lo que ha determinado la
conexión de las partes del suceso ejecutadas por cada uno de ellos
y a partir de la que es posible imputarle a cada encausado la
parte realizada por cada una de los otros118. Por las razones
anteriormente expuestas se le impone a los encartados la pena
mínima de quince años de reclusión por cada uno de los homicidios
consumados, para hacer un total de quinientos cincuenta y cinco
años de reclusión. De este modo se estima parcialmente y en los
términos antes expuestos, el motivo que por infracción de ley
interpusiera la Defensa de los imputados A. A. S. C. y J. A. C.
para desvanecer los cargos de treinta y siete delitos de asesinato
consumado mediante alevosía. XXXVIII.- El Recurrente Abogado NORES
G. A., en su condición de Defensor Público del señor J. A. S. P.,
desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley y
Quebrantamiento de Forma de la siguiente manera: ―EXPOSICIÒN DE
LOS MOTIVOS DE CASACIÒN POR INFRACCION DE LEY PRIMER MOTIVO:
Aplicación indebida del articulo 117 del Código Penal, en relación
con el 15 del mismo cuerpo Legal. SEGUNDO MOTIVO: Aplicación
indebida del artículo 117 del Código Penal. PRECEPTO AUTORIZANTE:
El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el
artículo 360 del Código Procesal Penal EXPLICACIÒN DEL PRIMER
MOTIVO Las normas penales que aplica indebidamente el sentenciador
son el articulo 117 y el 15 del Código Penal que establecen:
Artículo 117: ―Es reo de asesinato quien de muerte a una persona
117
El artículo 26 No. 4) del Código Penal establece que constituye una
circunstancia atenuante ―haber precedido inmediatamente de parte del
ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito‖. Por su parte el
numeral 14) del mismo precepto legal, prevé que constituye circunstancia
atenuante: ―cualquier otra circunstancia análoga a las anteriores..‖
118
Sobre la figura de la coautoría en particular, vid. MARQUEZ CARDENAS,
ALVARO ENRIQUE, en La Coautoría en la Dogmática Penal, frente a otras
formas de Autoría y Participación, Universidad Libre de Colombia, Bogotá,
2008, págs. 65 y ss.
229
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
ejecutándola con la concurrencia de las circunstancias siguientes:
1) Alevosía; 2) Con Premeditación, conocida; 3) Por medio de
inundación, incendio, envenenamiento, explosión, descarrilamiento,
volcamiento, varamiento o avería de buque u otro artificio que
pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya dolo o
intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento, aumentando deliberada e
inhumanamente el dolor del ofendido. La pena por asesinato será de
veinte (20) a treinta (30) años de reclusión y cuando se cometiese
mediante pago, recompensa o promesa remuneratoria, o se acompañase
de robo o violación, la pena será de treinta (30) a privación de
por vida de la libertad‖ Artículo 15: ―Hay tentativa cuando, con
la intención de cometer un delito determinado, se realizan actos
inequívocos de ejecución y no se consuma por causas ajenas a la
voluntad de agente‖. El Juzgador estimo como ―HECHOS PROBADOS‖,
entre otros los siguientes: ―VIGÈSIMO TERCERO: Los reos rondines
A. A. S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V.
(alias Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias
Chinapopo) S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya),
con ayuda de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el
Basucazo), salen de las diferentes y lugares donde habían tenido
refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos
pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y
con armas blancas, a los reos pandillero que encontraban, algunos
de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando
esto los policías penitenciarios y miembros del ejército que se
encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no
realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que está
aconteciendo. VIGÈSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza,
el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la
celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del
ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a
la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S.
(alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el
reo rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando
a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de
la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A.
C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo
S. G. B., prenden fuego con el acelerante, varias colchonetas las
que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas
traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha
celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas
que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua
del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin
lograr
controlar
el
fuego;
de
todo
ello
lograron
tener
conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el
miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna
para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G.,
escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la
celda seis (6), e instantes después observó el humo provocado por
el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción
alguna.” Si observamos Honorables Magistrados el juzgador calificó
que tales hechos declarados probados constituyen un delito de
ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA fundamentado en el
Artículo 117 en relación con el 15 del Código Penal; sobre este
particular, la defensa del señor J. A. S. P. considera, en primer
lugar que si analizamos la sentencia de mérito en el hecho
VIGESIMO TERCERO mi patrocinado ni siquiera es relacionado en el
mismo manifestando proponerse a quitarle la vida a todos los reos
pandilleros, pero más sin embargo el Tribunal al dictar sentencia
definitiva en el numeral décimo primero si lo involucra,
230
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
condenándolo a doscientos cincuenta y tres años de reclusión por
la tentativa de Asesinato, en segundo lugar consideR. que al
involucrarlo y condenarlo el juzgador arriba a tal decisión por
una errónea interpretación del referido artículo 117 del Código
Penal con relación al 15 del referido cuerpo legal, pues en los
hechos probados no se aprecia de manera clara y precisa los
elementos indispensables para catalogar la conducta de mi
representado como constitutiva del delito de TENTATIVA DE
ASESINATO, en vista que en el caso subjudice, los hechos probados
carecen
de
la
circunstancia
especial
considerada
por
el
sentenciador para calificarlo como tal, pues no establece cuales
fueron las causas ajenas a la voluntad del agente que hacen que mi
representado no alcanzara el resultado esperado. Los hechos
probados antes mencionados no enmarcan de manera perfecta, el
accionar de mi patrocinado J. A. S. P. como constitutivo de
ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, como se dijo
antes, el sentenciador omite involucrarlo por una parte y por otra
el de no establecer cual fue la circunstancia especial que
consideraba el sentenciador para calificarlo como tal, es decir la
causa ajena a la voluntad del agente para que el imputado no
alcanzaran el resultado esperado. INTERPRETACION PRETENDIDA: Al no
plasmarse de manera concreta la acción de mi representado J. A. S.
P. en los sucesos a el imputados, y no relacionarse en los mismos,
convierte a los hechos probados en meras especulaciones, en
relatos sin sentido y al no establecerse cual fue la circunstancia
especial que considero el sentenciador para calificarlo como
delito de ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA y cuales
fueron esas causas ajenas a la voluntad del agente para que el
imputado no alcanzaran el resultado esperado, es por ello que
solicitamos al Tribunal de Casación (Sala Penal)
que se aplique
correctamente la norma penal con el dictado de un fallo
absolutorio. XXXVIII.- RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY
INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL ACUSADO J. A. S. P., ARGUYENDO
FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE EL
IMPUTADO ANTES MENCIONADO HAYA INTERVENIDO EN CALIDAD DE COAUTOR
EN LA EJECUCION DE DIECINUEVE DELITOS DE ASESINATO EN EL GRADO DE
EJECUCIÓN DE TENTATIVA, DE AHÍ QUE AL CONDENARSELE POR TALES
HECHOS EL TRIBUNAL DE SENTENCIA HA INCURRIDO EN UNA APLICACIÓN
INDEBIDA DEL ARTÍCULO 117 No. 1) DEL CODIGO PENAL RELACIONADO CON
EL ARTÍCULO 15 DEL MISMO TEXTO PUNITIVO. Argumenta el recurrente
que el A Quo incurre en aplicación indebida del Artículo 117, el
cual tipifica el delito de Asesinato, en relación al 15 del Código
Penal, que dispone del grado de ejecución de tentativa de delito.
Esgrime que la decisión del juzgador por la que condena al acusado
J. A. S. P.,, en aplicación del artículo 117 y 15 del Código Penal
es errónea, en tanto de los hechos probados no se aprecian de
manera clara y precisa, los elementos objetivos y subjetivos del
tipo penal. Refiere que en los hechos probados no concretiza la
forma en la que el acusado realiza las acciones por las que el A
Quo les condena por el delito de ASESINATO EN EL GRADO DE
EJECUCION DE TENTATIVA y menos cuales fueron esas causas ajenas a
la voluntad del agente que hacen que no alcanzara el resultado
esperado, además omite establecer las acciones mediante las cuales
haya intentado quitar la vida en forma alevosa a los internos, los
nombres de los ofendidos y no describe cual fue el resultado de
sus acciones para catalogar su conducta como ASESINATO en el grado
de ejecución de TENTATIVA Tampoco la circunstancia especial que
considera el A Quo para calificar el delito de asesinato, es decir
cual de las cuatro circunstancias calificadores toma en cuenta
para agravar la responsabilidad de los acusados de homicidio a
231
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
Asesinato. Si bien la menciona en la parte dispositiva que fue por
Alevosía, la misma no se aprecia claramente en la redacción de los
hechos probados. Esta Sala de lo Penal considera importante
recordar, que a través del recurso de casación por infracción de
ley, sólo puede intentarse una revaloración jurídica del material
fáctico descrito en la sentencia, contenido en la formulación de
hechos probados realizada por el Tribunal de Instancia. En este
sentido, el recurso de casación por infracción de ley debe
estructurarse o partir su alegación, de los hechos probados que
contenga la resolución cuestionada, puesto que el vicio en esencia
consiste en que la decisión adoptada por el juzgador en la parte
resolutiva de la sentencia, es incompatible, irreconciliable o
ajena a la verdad enunciada por la narración fáctica (hechos
probados), de tal suerte que resultan inobservadas las normas que
sí corresponde aplicar, se invocan normas que no deben aplicarse,
o se invocan las normas que deban aplicarse al caso concreto pero
el Juzgador hace una incorrecta interpretación de las mismas.
Precisados los límites en los que puede desenvolverse la función
revisora de esta Sala cuando del recurso de casación por
infracción de ley se refiere, ahora es pertinente que indiquemos
cuales son los elementos típicos de los delitos de asesinato en el
grado de ejecución de tentativa mediante alevosía proditoria, que
se atribuyen al imputado J. A. S. P..- La alevosía supone el
empleo de procedimientos que facilitan el hecho. La define el
artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el
culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida y la
integridad personal, empleando medios, modos o formas en la
ejecución que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin
riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer
el ofendido.”. En este sentido, la alevosía exige que los
procedimientos empleados tiendan, directa y especialmente a
asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una posible defensa
del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los que se producen
por la espalda119, o estando la víctima en la cama o de rodillas.
Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en la alevosía
es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del hecho y la
ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer el ofendido.
La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la ejecución
del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún tipo de
premeditación o preparación, de tal manera que puede surgir en el
mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que
su enemigo le da la espalda para dispararle). En algunas
corrientes jurisprudenciales se distinguen tres supuestos de
asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera,
si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se
materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por
desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial
situación
de
desA.
de
la
víctima
que
impide
cualquier
manifestación de defensa120. En cuanto a la tentativa, el artículo
15 del código penal establece: “hay tentativa cuando, con la
intención de cometer un delito determinado se realizan actos
inequívocos de ejecución y no se consuma por causas ajenas a la
119
Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente
en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al
rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea
en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid.
MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición,
Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54
120
Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html
232
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
voluntad del agente”. El tipo de la tentativa requiere de los
siguientes elementos: a) en la parte objetiva, una ejecución
parcial o total de los actos ejecutivos no seguida de consumación,
b) en la parte subjetiva, la voluntad de consumación, c) la
ausencia de desistimiento voluntario. El comienzo de la ejecución
necesario para la tentativa requiere que se traspase la frontera
que separa los actos preparatorios (sí los hay) de los actos
ejecutivos. Subjetivamente la tentativa requiere que el sujeto
quiera los actos que objetivamente realiza con ánimo de consumar
el hecho o, al menos aceptando (con seguridad o con probabilidad)
que pueden dar lugar a la consumación. Por último se requiere la
concurrencia de un elemento negativo, y que consiste en el que el
hecho no se consume por causas ajenas a la voluntad del agente.
Recapitulando podemos afirmar que la tentativa se presenta cuando
se ejecutan actos considerados indispensables para llevar a cabo
el comportamiento tipificado en la ley penal y que en el caso
concreto, lo eran efectivamente conforme al fin propuesto, pero
factores extraños o ajenos a la voluntad del autor impiden que
éste logre la producción del resultado perseguido. Así las cosas
podemos afirmar que habrá una tentativa de asesinato alevoso,
cuando el agente realiza actos inequívocos de ejecución dirigidos
a causar la muerte de una persona, empleando medios, modos o
formas que tiendan directa y especialmente a asegurar dicho
resultado, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa
que pudiera hacer el ofendido. En el caso de autos se atribuye al
imputado J. A. S. P., la coautoría de diecinueve delitos de
asesinato en el grado de ejecución de tentativa, sin embargo, del
relato fáctico contenido en la sentencia impugnada no se encuentra
descrita acción alguna atribuible a dicho encausado dirigida a dar
muerte a las personas que habrían sido víctimas de los delitos
antes apuntados, de ahí que no podemos afirmar que de los hechos
declarados
probados
por
el
Tribunal
se
desprendan
actos
inequívocos de ejecución dirigidos a la consumación de los delitos
de tentativa de
asesinato alevoso por los que resultara
condenado, de ahí que el motivo de casación por infracción de ley
alegado por el Censor debe ser declarado con lugar. XXXIX.EXPOSICION DEL SEGUNDO MOTIVO DE CASACIÓN La norma penal que
aplica indebidamente el sentenciador es el artículo 117 del Código
Penal: Artículo 117: ―Es reo de Asesinato, quien de muerte a una
persona ejecutándola con la concurrencia de cualquiera de las
circunstancias siguientes: 1) Alevosía; 2) Con premeditación
conocida; 3) Por medio de Inundación, incendio, envenenamiento,
explosión descarrilamiento, volcamiento o avería de buque u otro
artificio que pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya
dolo e intencionalidad; y 4) con ensañamiento, aumentando
deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido.- La pena de
Asesinato será de veinte (20) a treinta (30) años de reclusión y
cuando
se
cometiese
mediante
pago,
recompensa
o
promesa
remuneratoria, o se acompañase de robo o violación, la pena será
de treinta (30) años a privación de por vida de la libertad‖. Si
observamos Honorables Magistrados el Juzgador calificó los Hechos
Probados antes descritos en el Motivo Segundo que los mismos
constituían por una parte el delito de ASESINATO que es el caso
que nos ocupa y estamos tratando fundamentado en el artículo 117
del Código Penal por lo que esta defensa considera que el Juzgador
arriba a tal decisión por una errónea interpretación del artículo
referido, en vista que en los hechos probados no se aprecia de
manera clara y precisa los elementos indispensables para catalogar
la conducta de mi representado como constituta de tal delito de
ASESINATO en este caso el elemento objetivo y subjetivo del tipo
233
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
penal.- En el caso subjudice, los hechos probados carecen de tales
elementos y no concretizan de manera puntual y clara, la forma en
que nuestros patrocinados realizan esas acciones que hace que el
Juzgador lo condene por el delito de ASESINATO. Los hechos
probados antes mencionados no enmarcan de manera perfecta, el
accionar de mi patrocinado J. A. S. P. como constitutivos de
ASESINATO, al grado tal que omite establecer los nombres de los
sujetos pasivos de los hechos (ofendidos) y más grave aún no
establece cual fue el resultado de sus acciones, no concretiza si
como resultado de tales acontecimientos, se produjo el resultado
muerte, necesario para catalogar la conducta de mis patrocinados
como ASESINATO.
INTERPRETACION PRETENDIDA: Al no plasmarse de
manera concreta la acción de mi representado J. A. S. P. en los
hechos a el imputados, convierte a los hechos probados en meras
especulaciones, en relatos sin sentido, por no haberse establecido
de forma clara y concreta los nombres de los sujetos pasivos,
circunstancia esta que no considero el Tribunal y haberlo
calificarlo como delito de ASESINATO, es por ello que solicitamos
a la Sala de lo Penal que se aplique correctamente la norma penal
con el dictado de un fallo Absolutorio. XXXIX.-RECURSO DE CASACIÓN
POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO J.
A. S. P., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS DECLARADOS
PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE SU PATROCINADO HAYA INTERVENIDO EN LA
COMISION DE LOS DELITOS DE ASESINATO CONSUMADO QUE SE LE
ATRIBUYEN,
DE
TAL
MANERA
QUE
AL
CONDENARSELE
POR
TALES
INFRACCIONES, EL TRIBUNAL DE SENTENCIA HA INCURRIDO EN UNA
APLICACIÓN INDEBIDA DEL ARTICULO 117 DEL CODIGO PENAL. Argumenta
el recurrente que el Juzgador ha incurrido en aplicación indebida
del artículo 117 del Código Penal, norma penal que tipifica el
delito de Asesinato. Concretamente señala que el A Quo calificó
los hechos declarados probados como constitutivos de ASESINATO sin
que del cuadro fáctico sea posible subsumir
la conducta del
acusado en un determinado tipo penal, dado que a su entender no
describe comportamiento alguno del acusado J. A. S. P., que
constituya el delito de ASESINATO con fundamento en el artículo
117 del Código Penal, por lo que pide la aplicación correcta de la
norma penal y se dicte un fallo Absolutorio. En el caso concreto
que ahora nos ocupa, se condenó al acusado J. A. S. P., a título
de coautor de veintitrés delitos de asesinato mediante incendio,
modalidad
prevista
en
el
numeral
3)
del
precepto
legal
supracitado. La razón de la especial agravación de la muerte de un
ser humano cometido mediante incendio, no es solamente la mayor
perfidia del medio empleado que revela un delincuente sumamente
peligroso, sino también el peligro general que tal medio y otros
como la inundación, explosión, descarrilamiento, etc… encierran
para la colectividad121. En lo que concierne a la coautoría esta se
presenta cuando varias personas, previa celebración de un acuerdo
común, que puede ser expreso o tácito, llevan a cabo un hecho de
manera mancomunada, mediante una contribución objetiva a su
realización, por lo que cada autor domina todo el suceso en unión
de otro o de otros. Un buen ejemplo lo brinda la banda de
asaltantes que planea atracar un banco, y con tal fin se
distribuyen las diversas tareas: reducir a los guardias de
seguridad, controlar a los concurrentes a la entidad crediticia,
abrir la caja fuerte, vigilar el exterior, tomar el dinero
entregado por los cajeros, etc.., todos los intervinientes, pues,
pueden ser considerados coautores a condición de que reúnan las
121
Vid. CUELLO CALON, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo II, Revisada por CAMARGO
HERNANDEZ, CESAR, Bosch, Casa Editorial, S.A., Barcelona, 1982, pág. 507.
234
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
exigencias correspondientes. De esta forma, en los casos de
dominio del hecho, las funciones que realizan los concurrentes, no
son las mismas, pero todos realizan alguna labor, y la suma de
ellas es la que permite la comisión del delito. Habiendo
determinado de manera sucinta cuales son los elementos objetivos y
subjetivos de la modalidad del delito de asesinato antes apuntada,
y explicada en términos generales la figura de la coautoría,
analizaremos sí a partir del relato de hechos probados se puede
atribuir al acusado los hechos criminosos antes apuntados. Una
lectura detenida de la fundamentación fáctica de la sentencia,
revela que en el hecho probado vigésimo cuarto
se describe que
uno de los encartados cerró con candado la puerta de acceso a la
celda No. 6, tras lo cual varios de los encausados entre los que
se encontraba el señor J. A. S. P., colocaron cajones, palos y
mesas frente a dicha puerta, y que seguidamente, algunos de los
reos rondines prendieron
fuego a varias colchonetas las que
arrojaron por las ventanas de las celda antes referida, lo que en
una conexión-causa efecto trajo como resultado la muerte de
veintitrés personas mediante incendio122. De este modo se describen
las acciones de varias personas que de manera deliberada y
conjunta contribuyeron, para causar un incendio en la Celda No. 6
de la Granja Penal del Porvenir e impedir la salida de quienes se
encontraba en su interior, lo que en una relación causa-efecto
trajo como resultado la muerte de varias personas (vid. Hecho
Probado Cuadragésimo Tercero). De este modo, del relato fáctico
antes descrito se subsume la comisión del delito de asesinato
tipificado en el artículo 117 No. 3) del Código Penal y por ende
atribuible al encartado J. A. S. P. a título de coautor,
consecuentemente, se desestima el motivo de casación que por
infracción de ley interpusiera la Defensa para desvanecer los
delitos de asesinato mediante incendio por los cuales resultara
condenado. Ahora es pertinente que nos refiR. a cuales son los
elementos típicos de los delitos de asesinato consumado mediante
alevosía proditoria, que se le atribuyen al imputado J. A. S. P..La alevosía supone el empleo de procedimientos que facilitan el
hecho. La define el artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay
alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los delitos
contra la vida y la integridad personal, empleando medios, modos o
formas en la ejecución que tiendan directa y especialmente a
asegurarlas, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa
que pudiera hacer el ofendido.”. En este sentido, la alevosía
exige que los procedimientos empleados tiendan, directa y
especialmente a asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una
posible defensa del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los
que se producen por la espalda123, o estando la víctima en la cama o
de rodillas. Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en
la alevosía es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del
hecho y la ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer
el ofendido. La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la
ejecución del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún
tipo de premeditación o preparación, de tal manera que puede
surgir en el mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto
122
Vid. Hecho Probado No. Cuadragésimo Tercero.
Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente
en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al
rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea
en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid.
MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición,
Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54
123
235
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
aprovecha que su enemigo le da la espalda para dispararle). En
algunas corrientes jurisprudenciales se distinguen tres supuestos
de
asesinato
alevoso.
La
llamada
alevosía
proditoria
o
traicionera,
si
concurre
celada,
trampa
o
emboscada;
la
sorpresiva, que se materializa en un ataque súbito o inesperado; y
la alevosía por desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de
una especial situación de desA. de la víctima que impide cualquier
manifestación de defensa124. En el caso de autos se atribuye al
imputado J. A. S. P., la coautoría de treinta y siete delitos de
asesinato consumado, sin embargo, del relato fáctico contenido en
la sentencia impugnada no se encuentra descrita acción alguna
atribuible a dicho encausado que en una relación causa-efecto haya
traído como resultado la muerte de igual número de personas
mediante medios, modos o formas, tendientes a evitar los riegos
procedentes de una reacción defensiva de los ofendidos.
De ahí
que no podemos afirmar que de los hechos declarados probados por
el Tribunal se desprendan actos inequívocos de ejecución dirigidos
a la consumación de los delitos de asesinato alevoso por los que
resultara condenado, de ahí que el motivo de casación por
infracción de ley alegado por el Censor debe ser declarado con
lugar en los términos antes expuestos. XL.- EXPOSICIÒN DEL MOTIVO
DE CASACIÓN POR QUEBRANTRAMIENTO DE
FORMA. MOTIVO UNICO: La
declaración de los hechos estimados probados por el Tribunal no
son claros y terminantes. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo
de casación se encuentra comprendido en el artículo 362 numeral 1
del Código Procesal Penal. EXPLICACIÒN DEL MOTIVO La norma
procesal que se invoca como infringida es el articulo 338 regla
cuarta numeral uno del Código Procesal Penal, que expresa: ―En
párrafos separados y numerados, se hará declaración expresa y
terminante de los hechos que se consideran probados, descritos con
claridad, precisión y coherencia, sin emplear conceptos que, por
su exclusivo carácter jurídico, predeterminen el fallo que haya de
dictarse.‖ En la sentencia recurrida el Tribunal estimo como
probados, entre otros, los hechos siguientes: VIGÈSIMO TERCERO:
Los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias
cobra) L. A. C. V. (alias Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P.
E. R. F. (alias Chinapopo) S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G.
(alias Cabuya), con ayuda de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W.
J. (alias el Basucazo), salen de las diferentes y lugares donde
habían tenido refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los
reos pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra
y con armas blancas, a los reos pandillero que encontraban,
algunos de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego,
aceptando esto los policías penitenciarios y miembros del ejército
que se encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no
realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que esta
aconteciendo. VIGÈSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza,
el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la
celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del
ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a
la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S.
(alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el
reo rondín P. E. R. F. consigue un líquido acelerante, regresando
a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de
la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A.
C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo
S. G. B., prenden fuego con el acelerante, varias colchonetas las
que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas
124
Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html
236
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha
celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas
que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua
del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin
lograr
controlar
el
fuego;
de
todo
ello
lograron
tener
conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el
miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna
para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G.,
escucho los gritos de las personas que se encontraban dentro de la
celda seis (6), e instantes después observó el humo provocado por
el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción
alguna. TRIGÈSIMO: Quince (15) minutos después de que los primeros
reos pandilleros han salido de la celda dos, el reo S. G. B. se
dirige hacia los reos pandilleros que andaban armados y los reos
pandilleros que eran cabecillas, a los que la policía les dispara
y seguidamente disparan a todos los demás reos pandilleros que se
encontraban en el lugar, muchos de ellos acostados en el suelo;
los reos rondines, al ver que algunos de los reos pandilleros
estaban vivos aun, procedieron a agredirlos con palos, piedras y
armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que
salieron después de la celda dos (2) y que se hacían los muertos,
todo ello a vista y consentimiento de la Policía Penitenciaria,
Policía Nacional Preventiva, elementos Cobras y miembros del
ejército que se encontraban en el lugar. De esta manera el reo
rondín A. A. S. (alias Comayagua) arremete con cuchillos y palos
al reo pandillero A. J. H. (alias El Trabado); el reo rondín P. E.
R. F., (alias chinapopo) arremete con machete al reo pandillero
L. A. O. G. (alias El Killer); el reo H. W. J. (alias el
Basucazo), arremete con un leño y arma blanca al reo pandillero O.
G. H. V. (alias El Pewee); igualmente los reos rondines S. G. B.,
T. R. G. (alias Cabuya) y J. R. C. (alias Cobra) agredieron a
otros reos pandilleros usando palos y armas blancas. Al analizar
estos hechos probados, podemos concluir que los mismos no cumplen
con lo establecido en la regla cuarta del articulo 338 del Código
Procesal Penal, ya que los mismos adolecen de claridad y
coherencia al relatar la dinámica de cómo ocurrieron los
acontecimientos. El vigésimo tercer hecho probado ni siquiera mi
patrocinado es mencionado por el tribunal donde este expresara que
mi representado el señor J. A. S. P., salio junto a otros reos,
del lugar donde se resguardaban ―proponiéndose quitarle la vida a
todos los reos pandilleros‖; más sin embargo el Tribunal lo
condena en sentencia definitiva por ASESINATO, La defensa
cuestiona que el sentenciador pretende plasmar en los hechos
probados, los propósitos o deseos de los imputados, cuando es de
todos conocido, que los mismos se suscitan en la mente de las
personas es decir en su ser mas íntimo, y al menos que tengamos la
habilidad de leer la mente de los seres humanos, es imposible
saber a ciencia cierta, cual fue el sentir o pensar de los
encausados; al plasmarlos así en los hechos probados, el Tribunal
incurre en el error de falta de claridad y redacta los mismos de
manera subjetiva, de forma tal, que en la simple lectura se
vuelven confusos y poco entendibles.- De igual forma con la
expresión
―proponiéndose
quitarles
la
vida‖
incurre
el
sentenciador, en el error mas visible de la sentencia impugnada, y
es el de predeterminar el fallo, tal como lo prohíbe nuestro
código procesal penal vigente. Continua relatando el hecho probado
numero veintitrés: ―procediendo a golpear con toletes, palos,
piedras y con armas blancas, a los reos pandilleros que se
encontraban‖; de nuevo incurre en el mismo yerro el sentenciador,
al omitir individualizar las acciones que específicamente realizan
237
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
los imputados que se mencionan en este hecho probado, además de no
incluir un elemento importante de todo hecho probado, como ser el
ofendido o el directamente perjudicado en la acción.- El
manifestar de manera colectiva, que procedieron a golpear a los
reos pandilleros que se encontraban, es generalizar todas las
acciones ocurridas ese día y por tanto centralizar todas las
operaciones en seis o siete reos, que utilizando la lógica podemos
deducir que era imposible ejecutarlos; pero aun más grave es
omitir puntualizar hacia quien iban dirigidas esas acciones, y al
no hacerlo los sentenciadores convierten los hechos probados
indescifrables a la simple lectura. El vigésimo Cuarto hecho
declarado probado por el Tribunal Sentenciador, expresa; ―Pasadas
las 09:25 a.m. en venganza el reo rondín P. E. R. F. (alias
Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6) hacia donde
policías penitenciarios y miembros del ejército han disparado‖
para después tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa
celda, con la ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias
Comayagua) y J. A. S. P. (alias J. S.) Si bien este hecho probado
individualiza una supuesta acción de mis representados, no es
menos cierto que el sentenciador incurre en la predeterminación
del fallo, al establecer la palabra venganza, entonces surgen
varias interrogantes: ¿A que venganza se refiere?, ¿En razón de
que se vengarían también mis
representados en ayudar a P.? y
¿Contra quienes lo haría?, de nuevo este apartado de los hechos
omite establecer de que personas supuestamente se estaría vengando
mi representado J. A. S. P. y en razón de que se vengarían, tal
como lo he manifestado en apartados anteriores. todo esto crea una
gran incertidumbre de cómo sucedieron los hechos y lejos de
aclarar
la
temática
de
cómo
ocurren
los
sucesos
o
la
individualización de las acciones y actividades cometidas por mi
patrocinado, vuelve estos acontecimientos confusos y vagos. En el
veinticuatro hecho probado se establece que mi representado J. A.
S. P. ayudó al reo P. E. R. F., a prender fuego a la celda 6, sin
embargo no se establece que acción especifica realiza mi
patrocinado, es decir a que ayuda se refiere.- Debe el
sentenciador plasmar específicamente a que ayuda se refiere,
debido a que, debe deducírsele individualmente la responsabilidad
únicamente por sus acciones y no por el resto de los imputados;
cuanto más se leen los hechos probados, mas se vuelven
incomprensibles, de forma tal que en este hecho probado no sabemos
a ciencia cierta quienes estaban en esa celda 6, que acción
especifica realiza cada una de los imputados y aun más grave no
sabemos cual fue el resultado de estas acciones; los mismos quedan
en suspenso sin establecer cual fue el desenlace de la dinámica
ocurrida en día de los acontecimientos. Con la simple lectura de
los hechos probados antes relacionados surgen más interrogantes:
¿Qué acción especifica realizan mi representado J. A. S. P.? ¿De
que delito es responsable? ¿Quienes son las personas contra las
cuales se ejecutan estas acciones? ¿Cuál fue el resultado de estas
acciones, es decir el desenlace de los acontecimientos? En los
mismos se establecen, expresiones como ―procediendo a golpear con
palos, toletes‖ ―proponiéndose quitarle la vida‖ ―agredieron a
otros reos‖ todas, expresiones totalmente subjetivas y que por
consiguiente hacen de los hechos probados una gama de confusiones
para quien los analice. No pueden justificarse estos hechos
probados, amparándose en el alegato que nos encontramos ante
acontecimientos múltiples y de gran magnitud, de forma tal que
aparecen muchos actores y participantes en lo mismos, precisamente
por esa particularidad, el estudio y análisis de cada una de las
acciones de los imputados, debió realizarlas el Tribunal de manera
238
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
puntual para evitar incurrir en el error de generalizar, de forma
tal que, por el solo hecho de ser un reo rondín o de encontrarse
presente en el momento de los hechos, sea culpable de todo lo
acontecido.- Debe responsabilizarse únicamente de los actos
cometidos por cada uno de ellos, de no hacerlo así, aplicamos el
dicho popular religioso que comúnmente utilizamos ―justos pagan
por pecadores‖; como juristas y conocedores del derecho sabemos
que ante la ley, este dicho religioso no debe ni puede aplicarse,
sino que debe castigarse únicamente la conducta personal que cada
uno de los imputados realiza.- Tampoco debemos olvidar, que
nuestros representados se enfrentan solos ante todo el aparato
estatal, ya que el ente acusador tiene a su disposición todos los
medios necesarios (Tecnología, policía de investigación, medicina
forense) para poder establecer la responsabilidad de los acusados
en los hechos a ellos imputados, y con mayor razón se debe imputar
objetivamente las acciones de cada una de ellos, y si es incapaz
de
hacerlo,
el
resultado
del
juicio
será
una
sentencia
absolutoria. En los hechos probados enumerados como CUADRAGESIMO
TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, el tribunal expresa las personas
que el día cinco de abril del dos mil tres, murieron por
carbonización y por hechos violentos, pero sorprendentemente no
especifica quienes son los responsables y a través de que
acciones; siendo que en estos dos hechos probados el tribunal da
por acreditada la muerte de los supuestos ofendidos, también debió
establecer quienes eran los supuestos responsables de sus muertes,
sin embargo lo omite y sorprendentemente en la parte dispositiva
de la sentencia, decide condenar a mi representado por la muerte
de todos los internos acaecidos ese día, lo cual la simple lógica
nos dice que es imposible; una razón más para considerar a los
precitados hechos probados como faltos de claridad y coherencia.
El conocido jurista español JESUS FERNADEZ ENTRALGO en el libro
―La sentencia en el nuevo proceso penal‖ en las páginas 81, 86, 87
y 88 referente a La Fijación de los Hechos Probados manifiesta:
―La declaración de los hechos probados constituye como –como lo
caracteriza P.
M.-―..el cimiento, el arranque, de la sentencia
penal…‖ Es un presupuesto necesario del fallo, porque mediante
ella se fija judicialmente la reconstrucción de lo sucedido, y
constituye la base sobre la que se construirá el tratamiento
(subsuncion) jurídico del caso debatido en el proceso; pero no
integra propiamente la motivación de sus decisión. La descripción
de los hechos probados ha de hacerse con 1) claridad 2) precisión
y 3) coherencia. De este modo, se asume legalmente el modelo ideal
de ―regla semántica de formación del lenguaje jurisdiccional
dirigida a asegurar la determinabilidad de las denotaciones
fácticas …(y que comprende) una serie de reglas que exigen, como
condición de la estricta jurisdiccionalidad, esto es, de la
veraficabilidad y de la refutabilidad de las tesis que en el
proceso enuncian los hechos y las pruebas, que tanto aquello como
estos sean exactamente individualizadas mediante descripciones
precisas y sin el uso de palabras vagas o valorativas. La
descripción de los hechos declarados probados ha de hacerse de
forma tal que permita su perfecta comprensión, como presupuesto
del control de su corrección, haciendo posible su corroboración
(verificación) o refutación (falsacion)‖ En el caso subjudice, los
hechos probados no permiten comprender como sucedieron los sucesos
acusados a mi representado y sobre todo no permite valorar y
determinar la acción típica, antijurídica y culpable en la que
tuvo que incurrir mi representado, para ser condenado, estas
circunstancias no son visualizadas en la narración de los hechos
probados y tal como afirma F. Entralgo no permite su perfecta
239
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
comprensión de los acontecimientos acusados a mis patrocinados.
Estos hechos probados fueron calificados por el juzgador como
constitutivos de los delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN GRADO DE
EJECUCION DE TENTATIVA, declarando responsable penalmente de los
mismos al señor J. A. S. P., sin embargo, al analizar tales hechos
probados en los números, veintitrés, veinticuatro y treinta se
evidencia el vicio denunciado ya que la descripción de los mismos
no satisface los requisitos de claridad, precisión y coherencia
impuestos por el Artículo 338, sección cuarta, número uno del
Código Procesal Penal. Dicho lo anterior y siendo que la
declaración de hechos probados constituye la base o el cimiento
sobre el cual se construye la sentencia penal, y dado que los
hechos declarados probados en la sentencia recurrida no reúnen los
requisitos legales exigidos para ello, solicito se case la
sentencia recurrida, se anule el fallo y se devuelvan los
antecedentes al Tribunal de su procedencia para que la causa sea
tramitada con arreglo a derecho. RECLAMACION HECHA PARA LA
SUBSANACION DEL YERRO Siendo que el yerro que provoca la
interposición del recurso de mérito se produce con la sentencia
misma, solo es posible su subsanación a través del presente
recurso por lo que se deduce que no hubo una reclamación ex-ante.‖
XL.- RECURSO DE CASACIÓN POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO
POR
LA
DEFENSA
DEL
IMPUTADO
J.
A.
S.
P.,
ARGUYENDO
FUNDAMENTALMENTE QUE LOS HECHOS DECLARADOS PROBADOS POR EL
TRIBUNAL DE INSTANCIA NO SON CLAROS NI TERMINANTES.- Argumenta el
recurrente que la declaración de los hechos estimados probados por
el A Quo no son claros y terminantes. Señala que en la sentencia
recurrida el A Quo estimó como probados, entre otros, los hechos
VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO Y TRIGÉSIMO y que al analizarlos
se concluye que no cumplen con lo establecido en la regla cuarta
del artículo 338 del Código Procesal Penal, al adolecer de
claridad y coherencia al relatarse los acontecimientos. Considera
que de la simple lectura de los hechos probados VIGÉSIMO TERCERO,
VIGÉSIMO CUARTO y TRIGÉSIMO surgen muchas interrogantes por
tratarse de acontecimientos múltiples y de gran magnitud, con
muchos actores y participantes, por lo que es del criterio que el
Juzgador debió analizar cada una de las acciones realizadas por el
imputado, de manera puntual para no incurrir en el error de
generalizar, y declarar culpable al encausado J. A. S. P., por el
solo hecho de ser reo rondín y encontrarse presente en el momento
que se produjeron los hechos. Entiende que debe responsabilizarse
a los acusados únicamente de los actos cometidos por ellos, de no
hacerlo así, se aplicaría el dicho popular de que “justos pagan
por pecadores”. El Censor arguye que los hechos probados
CUADRAGESIMO TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, describen las personas
que murieron por carbonización y por hechos violentos, pero no
especifica quienes son los responsables y a través de que
acciones, no obstante que en la parte dispositiva de la sentencia,
el A Quo condena al encartado J. A. S. P. por la muerte de todos
ellos, lo cual asume imposible, otra razón por la que considera a
los hechos probados como faltos de claridad y coherencia. Concluye
manifestando que los hechos probados no permiten comprender cómo
sucedieron los sucesos, ni permite valorar y determinar las
acciones típicas, antijurídicas y culpables que se supone
ejecutaron los acusados y que fueron calificados por el A Quo como
constitutivas de los delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN EL GRADO
DE EJECUCION DE TENTATIVA, por las QUE se declaró penalmente
responsable al encausado J. A. S. P.. Esta Sala de lo Penal,
considera pertinente destacar, que el vicio procesal denunciado
por el recurrente se origina exclusivamente cuando la redacción de
240
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
los hechos probados aparece confusa, dubitativa o imprecisa, de
modo que por su insuficiencia o oscuridad, o por no expresar en
forma conclusiva, imperativa, terminante o categórica, sino
vacilante
o
dubitativa,
puede
conducir
a
subsunciones
alternativas, en definitiva, a consecuencia de la ambigüedad del
relato. La falta de claridad puede venir determinada por haber
empleado expresiones ininteligibles u oscuras que hacen difícil la
comprensión del relato o cuando incurre en omisiones que alteran
su significación y dejan prácticamente sin contenido específico la
narración de los hechos; se produce, pues, cuando lo narrado es
incomprensible por su deficiente redacción, oscuridad, ambigüedad
o imprecisión, también cuando por omisión de elementos o
circunstancias importantes, se impide conocer la verdadera
realidad de lo ocurrido con la lógica consecuencia de que falta
base fáctica para determinar si los hechos son o no constitutivos
de la infracción penal, o cual ha sido la participación concreta
de los acusados en la ejecución del delito. Por consiguiente, no
basta para apreciar el defecto procesal que la narración se
ofrezca oscura o ininteligible en alguna de las partes, o en
términos de ambigüedad o imprecisión que haga difícil su
comprensión, sino que es necesario que tales defectuosidades se
hallen en conexión con los condicionamientos determinantes de la
calificación penal asignada a los hechos probados, provocando una
laguna o vacío en la descripción histórica de los mismos, que
determina una falta de premisa fáctica para formular la
calificación jurídica, de forma que no pueda orientar, dentro del
silogismo
en
que
la
sentencia
queda
estructurada,
el
pronunciamiento condenatorio o absolutorio, es decir, que resulta
inadecuada para servir de argumentación lógica al fallo, y ello
porque la “quaestio facti” debe servir de apoyo y sustento a la
calificación jurídica o “quaestio iuris”. Esta Sala de lo Penal
considera que no se advierte la falta de claridad o ambigüedad en
la fundamentación fáctica de la sentencia al establecer la
participación del procesado J. A. S. P. junto a otros individuos
en la comisión de los hechos que condujeron a la muerte de varias
personas mediante incendio, mismas que se encontraban al interior
de la Celda No. 6) de la Granja Penal del Porvenir, ya en el hecho
probado vigésimo cuarto
se describe que uno de los encartados
cerró con candado la puerta de acceso a la celda No. 6, tras lo
cual varios de los encausados entre los que se encontraba el señor
J. A. S. P., colocaron cajones, palos y mesas frente a dicha
puerta, y que seguidamente, algunos de los reos rondines
prendieron
fuego a varias colchonetas las que arrojaron por las
ventanas de las celda antes referida, lo que en una conexión-causa
efecto trajo como resultado la muerte de veintitrés personas
mediante incendio125. El recurrente alega que la inclusión en el
relato fáctico, de la valoración en torno a que varios de los
acusados, incluyendo al procesado J. A. S. P. actuaron impulsados
por la venganza, constituye un concepto predeterminante del fallo.
Sobre esto es importante señalar que tal frase no constituye una
expresión técnico-jurídica, sino que un juicio de inferencia126,
mediante el cual se determina el elemento subjetivo del delito, de
modo que si bien es cierto que su ubicación resulta más acertada
en la fundamentación intelectiva y jurídica de la sentencia127, en
125
Vid. Hecho Probado No. Cuadragésimo Tercero.
Vid. LUZON CUESTA, JOSE MARIA, El Recurso de Casación Penal, 2ª
edición, Editorial Colex, Madrid, 2000, págs. 147-148, 151-152.
127
En la fundamentación intelectiva el Juzgador debe dedicarse a la
valoración propiamente dicha de la prueba, en tanto que en la
126
241
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
cuanto extraído de los datos objetivos relatados, su inclusión en
el relato de hechos probados, siempre y cuando no vacíe el
contenido de los mismos, es revisable en casación por la vía del
artículo 360 párrafo primero del Código Procesal Penal128,
si de
los restantes elementos fácticos narrados por el Juzgador se
acredita la equivocación de éste al atribuir al procesado que ese
era y no otro, el móvil que le impulsara a cometer el delito. De
este modo, y siendo que en el cuadro fáctico expuesto en la
sentencia, aún suprimiendo mentalmente tal juicio de inferencia,
los hechos probados resultan narrados con un mínimo de claridad y
amplitud para determinar cuales fueron las intenciones que
movieron al encartado para realizar las acciones que se le
imputan, esta Sala es del criterio que el motivo alegado por el
Censor debe ser desestimado. Habiendo prosperado los motivos de
casación por infracción de ley formulados por el Apoderado
Defensor del encartado para desvanecer los cargos de treinta y
siete
delitos
de
asesinato
consumado
mediante
alevosía
y
diecinueve delitos de tentativa de asesinato alevoso, esta Sala no
se pronuncia sobre los argumentos expuestos por el Censor para
fundamentar el presente motivo en relación a esas imputaciones.
XLI.- El Recurrente, Abogado O. G., en su condición de Apoderado
Defensor del procesado P. E. R. F., desarrolló su Recurso de
Casación por Infracción de Ley en dos motivos, en tanto que por la
vía del quebrantamiento de forma expuso un motivo. Para efectos de
seguir un orden sistemático adecuado en su análisis y resolución,
esta SALA considera pertinente apartarse del orden seguido por el
Censor, de tal manera que inicialmente se pronunciará sobre el
tercero de los motivos antesapuntados, para luego analizar los
motivos por infracción de ley sustantiva formulados por el
recurrente.XLI.-EXPOSICIÓN
DEL
MOTIVO
DE
CASACIÓN
POR
QUEBRANTAMIENTO DE FORMA MOTIVO UNICO: La declaración de los
hechos estimados probados por el Tribunal no son claros y
terminante. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación
se encuentra comprendido en el Artículo 362 numeral 1 del Código
Procesal Penal. EXPLICACIÒN DEL MOTIVO La norma procesal que se
invoca como infringida es el articulo 338 regla cuarta numeral uno
del Código Procesal Penal, que expresa: ―En párrafos separados y
numerados, se hará declaración expresa y terminante de los hechos
que se consideran probados, descritos con claridad, precisión y
coherencia, sin emplear conceptos que, por su exclusivo carácter
jurídico, predeterminen el fallo que haya de dictarse.‖ En la
sentencia recurrida el Tribunal estimo como probados, entre otros,
los hechos siguientes: ―VIGÉSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A.
S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V. (alias
Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo)
S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda
de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo),
salen de las diferentes celdas y lugares donde habían tenido
refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos
pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y
con armas blancas, a los reos pandillero que encontraban, algunos
fundamentación jurídica, el Juez después de analizar las distintas
posibilidades argumentativas debatidas por las partes, racionalmente opta
por una de ellas, diciendo por qué considera que los hechos deben ser
subsumidos en tal o cual norma sustantiva, vid. sobre esta temática:
ARROYO GUTIERREZ, JOSE MANUEL / RODRIGUEZ CAMPOS, ALEXANDER, en Lógica
Jurídica y Motivación de la Sentencia Penal, Editorial Jurídica
Continental, 2ª edición, San José de Costa Rica, 2002, págs. 135 y ss.
128
Referido a la casación por infracción de ley.
242
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando
esto los policías penitenciarios y miembros del ejército que se
encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no
realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que está
aconteciendo. VIGÈSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza,
el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la
celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del
ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a
la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S.
(alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el
reo rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando
a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de
la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A.
C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo
S. G. B., prenden en fuego con el acelerante, varias colchonetas
las que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las
ventanas traseras, rociando de acelerante la madera del techo de
dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las
personas que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo,
agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando
clemencia, sin lograr controlar el fuego; de todo ello lograron
tener conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C.
y el miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción
alguna para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G.
H. G., escuchó los gritos de las personas que se encontraban
dentro de la celda seis (6), e instantes después observó el humo
provocado por el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara
acción alguna. TRIGÈSIMO: Quince (15) minutos después de que los
primeros reos pandilleros han salido de la celda dos, el reo S. G.
B. se dirige hacia los reos pandilleros que andaban armados y los
reos pandillero que eran cabecillas, a los que la policía les
dispara y seguidamente disparan a todos los demás reos pandilleros
que se encontraban en el lugar, muchos de ellos acostados en el
suelo; los reos rondines, al ver que algunos de los reos
pandilleros estaban vivos aun, procedieron a agredirlos con palos,
piedras y armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos
pandilleros que salieron después de la celda dos (2) y que se
hacían los muertos, todo ello a vista y consentimiento de la
Policía Penitenciaria, Policía Nacional Preventiva, elementos
Cobras y miembros del ejército que se encontraban en el lugar. De
esta manera el reo rondín A. A. S. (alias Comayagua) arremete con
cuchillos y palos al reo pandillero A. J. H. (alias El Trabado);
el reo rondín P. E. R. F., (alias chinapopo) arremete con machete
al reo pandillero L. A. O. G. (alias El Killer); el reo H. W. J.
(alias el Basucazo), arremete con un leño y arma blanca al reo
pandillero O. G. H.
V. (alias El Pewee); igualmente los reos
rondines S. G. B., T. R. G. (alias Cabuya) y J. R. C. (alias
Cobra) agredieron a otros reos pandilleros usando palos y armas
blancas.” Al analizar estos hechos probados, podemos concluir que
los mismos no cumplen con lo establecido en la regla cuarta del
articulo 338 del Código Procesal Penal, ya que los mismos adolecen
de claridad y coherencia al relatar la dinámica de cómo ocurrieron
los acontecimientos: El vigésimo tercer hecho probado expresa que
mi representado el señor P. E. R. F., sale junto a otros reos, del
lugar donde se resguardaban ―proponiéndose quitarle la vida a
todos los reos pandilleros‖; La defensa cuestiona que el
sentenciador pretende plasmar en los hechos probados, los
propósitos o deseos de los imputados, cuando es de todos conocido,
que los mismos se suscitan en la mente de las personas, es decir
en su ser mas íntimo, y al menos que tengamos la habilidad de leer
243
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
la mente de los seres humanos, es imposible saber a ciencia
cierta, cual fue el sentir o pensar de los encausados; al
plasmarlos así en los hechos probados, el Tribunal incurre en el
error de falta de claridad y redacta los mismos de manera
subjetiva, de forma tal, que la simple lectura se vuelven confusos
y
poco
entendibles.De
igual
forma
con
la
expresión
―proponiéndose quitarles la vida‖ incurre el sentenciador, en el
error mas visible de la sentencia impugnada, y es el de
predeterminar el fallo, tal como lo prohíbe nuestro código
procesal penal. Continua relatando el hecho probado numero
veintitrés: ―procediendo a golpear con toletes, palos, piedras y
con armas blancas, a los reos pandilleros que se encontraban‖; de
nuevo incurre en el mismo yerro el sentenciador, al omitir
individualizar las acciones que específicamente realizan los
imputados que se mencionan en este hecho probado, además de no
incluir un elemento importante de todo hecho probado, como ser el
ofendido o el directamente perjudicado en la acción.- El
manifestar de manera colectiva, que procedieron a golpear a los
reos pandilleros que se encontraban, es generalizar todas las
acciones ocurridas ese día y por tanto centralizar todas las
operaciones en seis o siete reos, que utilizando la lógica podemos
deducir que era imposible ejecutarlos; pero aún más grave es
omitir puntualizar hacia quien iban dirigidas esas acciones, y al
no hacerlo los sentenciadores convierten los hechos probados
indescifrables a la simple lectura. El vigésimo Cuarto hecho
declarado probado por el Tribunal Sentenciador, expresa; ―Pasadas
las 09:25 a.m. en venganza el reo rondín P. E. R. F. (alias
Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6) hacia donde
policías penitenciarios y miembros del ejército han disparado‖ Si
bien este hecho probado individualiza una supuesta acción de mi
representado, no es menos cierto que el sentenciador incurre en la
predeterminación del fallo, al establecer la palabra venganza,
entonces surgen varias interrogantes: ¿A que venganza se refiere?,
¿En razón de que se vengaría mi representado? y ¿Contra quienes lo
haría?, de nuevo este apartado de los hechos omite establecer de
que personas supuestamente se estaría vengando mi representado R.
F. y en razón de que se vengaría, tal como lo he manifestado en
apartados anteriores. Todo esto crea una gran incertidumbre de
cómo sucedieron los hechos y lejos de aclarar la temática de cómo
ocurren los sucesos o la individualización de las acciones y
actividades
cometidas
por
mi
patrocinado,
vuelve
estos
acontecimientos confusos y vagos. En el treinta hecho declarado
probado el Tribunal expresa: ―De esta manera el reo rondín… P. E.
R. (alias Chinapopo) arremete con machete al reo pandillero
L.
Anibal O. G. (alias el Killer)‖ Si bien el sentenciador
acertadamente individualiza una supuesta acción que comete mi
representado contra la humanidad del señor
L. O., no es menos
cierto que omite establecer cual fue el resultado de su acción, es
decir ¿Se produjo la muerte o simple lesión del ofendido? Pues no
se sabe ya que los hechos probados carecen de esa claridad neC.ia
y de esa sencillez que se
requiere para que los mismos sean
comprensibles. Con la simple lectura de los hechos probados antes
relacionados surgen mas interrogantes: ¿Qué acción especifica
realiza mi representado P. E. R.? ¿De que delito es responsable?
¿Quienes son las personas contra las cuales se ejecutan estas
acciones? ¿Cuál fue el resultado de estas acciones, es decir el
desenlace de los acontecimientos? En los mismos se establecen,
expresiones como ―procediendo a golpear con palos, toletes‖
―proponiéndose quitarle la vida‖ ―agredieron a otros reos‖ todas,
expresiones totalmente subjetivas y que por consiguiente hacen de
244
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
los hechos probados una gama de confusiones para quien los
analice. No pueden justificarse estos hechos probados, amparándose
en el alegato que nos encontramos ante acontecimientos múltiples y
de gran magnitud, de forma tal que aparecen muchos actores y
participantes en lo mismos, precisamente por esa particularidad,
el estudio y análisis de cada una de las acciones de los
imputados, debió realizarlas el Tribunal de manera puntual para
evitar incurrir en el error de generalizar, de forma tal que, por
el solo hecho de ser un reo rondín o de encontrarse presente en el
momento de los hechos, sea culpable de todo lo acontecido.- Debe
responsabilizarse únicamente de los actos cometidos por cada uno
de ellos, de no hacerlo así, aplicamos la enseñanza religiosa que
comúnmente utilizamos ―justos pagan por pecadores‖; como juristas
y conocedores del derecho sabemos que ante la ley, esta enseñanza
religiosa no debe, ni puede aplicarse, sino que debe castigarse
únicamente la conducta personal que cada uno de los imputados
realiza.- Tampoco debemos olvidar, que nuestro representado P. E.
R., se enfrenta solo ante todo el aparato estatal, ya que el ente
acusador tiene a su disposición todos los medios necesarios
(Tecnología, policía de investigación, medicina forense) para
poder establecer la responsabilidad de los acusados en los hechos
a ellos imputados, y con mayor razón se debe imputar objetivamente
las acciones de cada una de ellos, y si NO es incapaz de hacerlo,
el resultado del juicio será una sentencia absolutoria. En los
hechos
probados
enumerados
como
CUADRAGESIMO
TERCERO
Y
CUADRAGESIMO QUINTO, el tribunal expresa las personas que el día
cinco de abril del dos mil tres, murieron por carbonización y por
hechos violentos, pero sorprendentemente no especifica quienes son
los responsables y a través de que acciones; siendo que en estos
dos hechos probados el tribunal da por acreditada la muerte de los
supuestos ofendidos, también debió establecer quienes eran los
supuestos responsables de sus muertes, sin embargo lo omite y
sorprendentemente en la parte dispositiva de la sentencia, decide
condenar a mi representado por la muerte de todos los internos
acaecidos ese día, lo cual la simple lógica nos dice que es
imposible; una razón más para considerar a los precitados hechos
probados como faltos de claridad y coherencia. El conocido jurista
español JESUS FERNADEZ ENTRALGO en el libro ―La sentencia en el
nuevo proceso penal‖ en las páginas 81, 86, 87 y 88 referente a La
Fijación de los Hechos Probados manifiesta: ―La declaración de los
hechos probados constituye como –como lo caracteriza P. M.-―..el
cimiento, el arranque, de la sentencia penal…‖ Es un presupuesto
necesario del fallo, porque mediante de ella se fija judicialmente
la reconstrucción de lo sucedido, y constituye la base sobre la
que se construirá el tratamiento (subsuncion) jurídico del caso
debatido en el proceso; pero no integra propiamente la motivación
de su decisión. La descripción de los hechos probados ha de
hacerse con 1) claridad 2) precisión y 3) coherencia. De este
modo, se asume legalmente el modelo ideal de ―regla semántica de
formación del lenguaje jurisdiccional dirigida a asegurar la
determinabilidad de las denotaciones facticas …(y que comprende)
una serie de reglas que exigen, como condición de la estricta
jurisdiccionalidad, esto es, de la veraficabilidad y de la
refutabilidad de las tesis que en el proceso enuncian los hechos y
las pruebas, que tanto aquello como estos sean exactamente
individualizadas mediante descripciones precisas y sin el uso de
palabras vagas o valorativas. La descripción de los hechos
declarados probados ha de hacerse de forma tal que permita su
perfecta
compresión,
como
presupuesto
del
control
de
su
corrección, haciendo posible su corroboración (verificación) o
245
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
refutación (falsacion)‖ En el caso subjudice, los hechos probados
no permiten comprender como sucedieron los sucesos acusados a mi
representado y sobre todo no permite valorar y determinar la
acción típica, antijurídica y culpable en la que tuvo que incurrir
mi representado, para ser condenado, estas circunstancias no son
visualizadas en la narración de los hechos probados y tal como
afirma F. Entralgo no permite su perfecta comprensión de los
acontecimientos acusados a mi patrocinado. Estos hechos probados
fueron calificados por el juzgador como constitutivos de los
delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE
TENTATIVA, declarando responsable penalmente de los mismos al
señor P. E. R. sin embargo, al analizar tales hechos probados en
los números, veintitrés, veinticuatro y treinta, se evidencia el
vicio denunciado ya que la descripción de los mismos no satisface
los requisitos de claridad, precisión y coherencia impuestos por
el Artículo 338, sección cuarta, número uno del Código Procesal
Penal. Dicho lo anterior y siendo que la declaración de hechos
probados constituye la base o el cimiento sobre el cual se
construye la sentencia penal, y dado que los hechos declarados
probados en la sentencia recurrida no reúnen los requisitos
legales exigidos para ello, solicito se case la sentencia
recurrida, se anule el fallo y se devuelvan los antecedentes al
Tribunal de su procedencia para que la causa sea tramitada con
arreglo a derecho. RECLAMACION HECHA PARA LA SUBSANACION DEL YERRO
Siendo que el yerro que provoca la interposición del recurso de
mérito se produce con la sentencia misma, solo es posible su
subsanación a través del presente recurso por lo que se deduce que
no hubo una reclamación ex-ante.‖ XLI.-RECURSO DE CASACIÓN POR
QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL ENCARTADO
P. E. R. F., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE LA DECLARACIÓN DE LOS
HECHOS ESTIMADOS PROBADOS POR EL TRIBUNAL NO ES CLARA NI
TERMINANTE.-PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTÍCULO 362 No. 1) DEL CODIGO
PROCESAL.- Argumenta el recurrente que la declaración de los
hechos estimados probados por el A Quo no es clara ni terminante.
Considera que en la sentencia recurrida el A Quo estimó como
probados, entre otros, los hechos VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO
CUARTO Y TRIGÉSIMO de cuya lectura se concluye que no cumplen con
lo establecido en la regla cuarta del articulo 338 del Código
Procesal Penal, al adolecer de claridad y coherencia en el relato
de los acontecimientos. Alega que de la simple lectura de los
hechos probados VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO y TRIGÉSIMO
surgen muchas interrogantes por tratarse de acontecimientos
múltiples y de gran magnitud, con muchos actores y participantes,
por lo que señala que el Juzgador debió analizar cada una de las
acciones realizadas por el imputado, de manera puntual para no
incurrir en el error de generalizar, y declarar culpable al
encausado P. E. R. F., por el solo hecho de ser reo rondín y
encontrarse presente en el momento de los hechos. El Censor es del
criterio que debe responsabilizarse a los acusados únicamente de
los actos cometidos por ellos; de no hacerlo así, se aplicaría el
dicho popular de que “justos pagan por pecadores”. Reprocha que si
bien es cierto que en los hechos probados CUADRAGESIMO TERCERO Y
CUADRAGESIMO QUINTO, se describen las personas que murieron por
carbonización y por hechos violentos, no se especifica quienes son
los responsables y a través de que acciones, no obstante que en la
parte dispositiva de la sentencia, el A Quo condena al encausado
P. E. R. F. por la muerte de todos ellos, lo cual considera
imposible, otra razón por la que considera a los hechos probados
como faltos de claridad y coherencia. Concluye manifestando que
los hechos probados no permiten comprender cómo sucedieron los
246
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
sucesos, ni permite valorar y determinar las acciones típicas,
antijurídicas y culpables que se supone ejecutaron los acusados y
que fueron calificados por el A Quo como constitutivas de los
delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN EL GRADO DE EJECUCION DE
TENTATIVA, por las se declaró penalmente responsable al encausado
P. E. R. F.. Esta Sala de lo Penal, considera pertinente destacar,
que el vicio procesal denunciado por el recurrente se origina
exclusivamente cuando la redacción de los hechos probados aparece
confusa, dubitativa o imprecisa, de modo que por su insuficiencia
o oscuridad, o por no expresar en forma conclusiva, imperativa,
terminante o categórica, sino vacilante o dubitativa, puede
conducir
a
subsunciones
alternativas,
en
definitiva,
a
consecuencia de la ambigüedad del relato. La falta de claridad
puede
venir
determinada
por
haber
empleado
expresiones
ininteligibles u oscuras que hacen difícil la comprensión del
relato o cuando incurre en omisiones que alteran su significación
y dejan prácticamente sin contenido específico la narración de los
hechos; se produce, pues, cuando lo narrado es incomprensible por
su deficiente redacción, oscuridad, ambigüedad o imprecisión,
también
cuando
por
omisión
de
elementos
o
circunstancias
importantes, se impide conocer la verdadera realidad de lo
ocurrido con la lógica consecuencia de que falta base fáctica para
determinar si los hechos son o no constitutivos de la infracción
penal, o cual ha sido la participación concreta de los acusados en
la ejecución del delito. Por consiguiente, no basta para apreciar
el defecto procesal que la narración se ofrezca oscura o
ininteligible en alguna de las partes, o en términos de ambigüedad
o imprecisión que haga difícil su comprensión, sino que es
necesario que tales defectuosidades se hallen en conexión con los
condicionamientos determinantes de la calificación penal asignada
a los hechos probados, provocando una laguna o vacío en la
descripción histórica de los mismos, que determina una falta de
premisa fáctica para formular la calificación jurídica, de forma
que no pueda orientar, dentro del silogismo en que la sentencia
queda estructurada, el pronunciamiento condenatorio o absolutorio,
es decir, que resulta inadecuada para servir de argumentación
lógica al fallo, y ello porque la “quaestio facti” debe servir de
apoyo y sustento a la calificación jurídica o “quaestio iuris”.
Esta Sala de lo Penal considera que no se advierte la falta de
claridad o ambigüedad en la fundamentación fáctica de la sentencia
al establecer la participación del procesado P. E. R. F. en la
comisión de los hechos que condujeron al fallecimiento mediante
incendio de varias personas que se encontraban al interior de la
Celda No. 6) de la Granja Penal del Porvenir, de tal manera que en
el hecho probado vigésimo cuarto se describe que el imputado P. E.
R. F. cerró con candado la puerta de acceso a la celda No. 6, tras
lo cual con ayuda de algunos de los acusados colocó cajones, palos
y mesas frente a dicha puerta. Por otro lado también se expresa en
el cuadro fáctico que seguidamente el reo rondín P. E. R. F.,
consiguió un líquido acelerante, regresando a la celda seis (6)
por la parte de atrás, siguiendo el pasillo de la Comandancia de
Guardia, y junto con otros coimputados prendieron fuego con dicho
acelerante a varias colchonetas las que arrojaron hacia el
interior de la celda seis (6), a través de las ventanas traseras,
rociando asimismo de acelerante la madera del techo de dicha
celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas
que se encontraban adentro trataban de sofocarlo, agarrando agua
del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin
lograr controlar el fuego. lo que en una conexión causa -efecto
trajo como resultado la muerte de veintitrés personas mediante
247
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
incendio129. Ahora resulta pertinente analizar si la fundamentación
fáctica de la sentencia adolece de la suficiente claridad y
precisión en lo que concierne a la imputación que se le hace al
encausado P. E. R. F., por la comisión a título de coautor de
treinta y siete delitos de asesinato mediante alevosía y
diecinueve delitos de tentativa de asesinato alevoso. En el hecho
probado Vigésimo Tercero se afirma que tras la irrupción de
elementos de seguridad del Estado en el interior de la Granja
Penal del Porvenir, el procesado P. E. R. F., al igual que otros
ocho reos rondines, salieron de las diferentes celdas y otros
espacios en los que se habían refugiado, procediendo a golpear con
toletes, palos y armas blancas a los reos pandilleros que
encontraban, algunos de ellos ya heridos por armas de fuego,
circunstancia de la que tenía conocimiento el coimputado ya
fallecido R. A. S.I. sin que éste realizara acción alguna para
evitarlo. Mas adelante, en el hecho probado Trigésimo se establece
que Quince (15) minutos después de que los primeros reos
pandilleros habían salido de la celda número dos, uno de los reos
rondines señaló a varios de estos que se encontraban en
indefensión pero que anteriormente andaban armados y que tenían el
carácter de cabecillas, a los que tras la referida señalización la
policía
les
disparó
haciéndolo
igualmente
con
los
demás
pandilleros que se encontraban en el lugar. Tras lo cual los reos
rondines al ver que algunos de los reos pandilleros aun estaban
vivos procedieron a agredirlos con palos, piedras y armas blancas.
Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que salieron después
de la celda dos (2) y que se hacían los muertos, todo ello a vista
y consentimiento de la Policía Penitenciaria, Policía Nacional
Preventiva, elementos Cobras y miembros del ejército que se
encontraban en el lugar. De esta manera se afirma que el reo
rondín A. A. S., (alias Comayagua), agredió con cuchillos y palos
al reo pandillero A. J. H., (alias El trabado); el reo rondín P.
E. R. F., (alias Chinapopo) agredió con machete al reo pandillero
L. A. O. G., (alias El Killer); el reo H. W. J., (alias El
Basucazo), agredió con un leño y arma blanca al reo pandillero O.
G. H. V., (alias El Pewee)….así como también que el imputado J.
R. C., junto con otros rondines agredieron a otros reos
pandilleros usando palos y armas blancas. Del análisis conjunto de
los hechos probados antes relacionados en los que aparece
realizando diversas acciones el imputado P. E. R. F., a quien el
Tribunal de Instancia condenó a título de coautor como responsable
de haber contribuido en un plan espontáneo y colectivo a causar la
muerte de treinta y siete personas e intentar quitarle la vida a
diecinueve, podemos afirmar que dadas las circunstancias en que se
produjeron los hechos objeto de juzgamiento con múltiples sujetos
activos y una gran cantidad de víctimas, que en su mayoría
perdieron la vida en tanto que las demás presentaban múltiples
lesiones tras la conclusión de los sucesos, resulta razonable que
el Tribunal de Instancia no haya establecido con rigurosa
minuciosidad y con prolijidad de detalles las incidencias
ocurridas durante el desarrollo de los acontecimientos, de tal
manera que la fundamentación fáctica de la sentencia recurrida no
acusa la oscuridad, ambigüedad o imprecisión señalada por el
Censor, que impida como un obstáculo insalvable determinar si
dicho encartado han incurrido o no en la comisión de los hechos
criminosos que se le atribuyen. El recurrente alega que la
inclusión en el relato fáctico, de la valoración en torno a que
los acusados salieron de los lugares donde se habían refugiado
129
Vid. Hecho Probado No. Cuadragésimo Tercero.
248
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, y que
además actuaron movidos por la venganza constituyen conceptos
predeterminantes del fallo. Sobre esto es importante señalar que
tales frases no constituyen
expresiones técnico-jurídicas, sino
130
que juicios de inferencia , mediante los cuales se determina el
elemento subjetivo del delito, de modo que si bien es cierto que
su ubicación resulta más acertada en la fundamentación intelectiva
y jurídica de la sentencia131, en cuanto extraídos de los datos
objetivos relatados, su inclusión en el relato de hechos probados,
siempre y cuando no vacíe el contenido de los mismos, es revisable
en casación por la vía del artículo 360 párrafo primero del Código
Procesal Penal132, si de los restantes elementos fácticos narrados
por el Juzgador se acredita la equivocación de éste al atribuir al
procesado que esos eran y no otros, los móviles que le impulsaron
a cometer el delito. De este modo, y siendo que el cuadro fáctico
expuesto en la sentencia, aún suprimiendo mentalmente ese juicio
de inferencia, resulta narrado con un mínimo de claridad y
amplitud para determinar cual fue la intención que movió al
encartado para realizar las acciones que se le imputan, esta Sala
es del criterio que el motivo alegado por el Censor debe ser
desestimado. XLII.- El Recurrente Abogado O.
G., actuando en su
condición de Defensor Público del señor P. E. R.,
desarrolló su
Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de
Forma, de la siguiente manera: ―EXPOSICIÒN DE LOS MOTIVOS DE
CASACIÒN POR INFRACCION DE LEY PRIMER MOTIVO: Aplicación indebida
del articulo 117 del Código Penal PRECEPTO AUTORIZANTE: El
presente motivo de casación se encuentra comprendido en el
artículo 360 del Código Procesal Penal EXPLICACION DEL MOTIVO La
norma penal que aplica indebidamente el sentenciador es el
articulo 117 del Código Penal que establece: ―Es reo de asesinato
quien de muerte a una persona ejecutándola con la concurrencia de
las circunstancias siguientes: 1) Alevosía; 2) Con Premeditación,
conocida; 3) Por medio de inundación, incendio, envenenamiento,
explosión, descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de
buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos,
siempre que haya dolo o intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento,
aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido. La
pena por asesinato será de veinte (20) a treinta (30) años de
reclusión y cuando se cometiese mediante pago, recompensa o
promesa remuneratoria, o se acompañase de robo o violación, la
pena será de treinta (30) a privación de por vida de la libertad‖
El Juzgador estimó como HECHOS PROBADOS, entre otros los
siguientes: ―VIGÈSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A. S., (alias
Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V. (alias Chica sexy)
O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo) S. E. A. P.
(alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda de los reos
S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo), salen de las
130
Vid. LUZON CUESTA, JOSE MARIA, El Recurso de Casación Penal, 2ª
edición, Editorial Colex, Madrid, 2000, págs. 147-148, 151-152.
131
En la fundamentación intelectiva el Juzgador debe dedicarse a la
valoración propiamente dicha de la prueba, en tanto que en la
fundamentación jurídica, el Juez después de analizar las distintas
posibilidades argumentativas debatidas por las partes, racionalmente opta
por una de ellas, diciendo por qué considera que los hechos deben ser
subsumidos en tal o cual norma sustantiva, vid. sobre esta temática:
ARROYO GUTIERREZ, JOSE MANUEL / RODRIGUEZ CAMPOS, ALEXANDER, en Lógica
Jurídica y Motivación de la Sentencia Penal, Editorial Jurídica
Continental, 2ª edición, San José de Costa Rica, 2002, págs. 135 y ss.
132
Referido a la casación por infracción de ley.
249
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
diferentes
celdas
y
lugares
donde
habían
tenido
refugio,
proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros,
procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y con armas
blancas, a los reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos
ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los
policías penitenciarios y miembros del ejército que se encontraban
en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna
acción para impedir o evitar lo que está aconteciendo. VIGÈSIMO
CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R.
F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia
donde policías penitenciarios y miembros del ejército han
disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de
esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias
Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el reo
rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando a la
celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de la
comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A. C.
V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo S.
G. B., prenden en fuego con el acelerante, varias colchonetas las
que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas
traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha
celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas
que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua
del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin
lograr
controlar
el
fuego;
de
todo
ello
lograron
tener
conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el
miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna
para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G.,
escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la
celda seis (6), e instantes después observó el humo provocado por
el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción
alguna. TRIGÈSIMO: Quince (15) minutos después de que los primeros
reos pandilleros han salido de la celda dos, el reo S. G. B. se
dirige hacia los reos pandilleros que andaban armados y los reos
pandillero que eran cabecillas, a los que la policía les disparan
y seguidamente disparan a todos los demás reos pandilleros que se
encontraban en el lugar, muchos de ellos acostados en el suelo;
los reos rondines, al ver que algunos de los reos pandilleros
estaban vivos aun, procedieron a agredirlos con palos, piedras y
armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que
salieron después de la celda dos (2) y que se hacían los muertos,
todo ello a vista y consentimiento de la Policía Penitenciaria,
Policía Nacional Preventiva, elementos Cobras y miembros del
ejército que se encontraban en el lugar. De esta manera el reo
rondín A. A. S. (alias Comayagua) arremete con cuchillos y palos
al reo pandillero A. J. H. (alias El Trabado); el reo rondín P. E.
R. F., (alias chinapopo) arremete con machete al reo pandillero
L. A. O. G. (alias El Killer); el reo H. W. J. (alias el
Basucazo), arremete con un leño y arma blanca al reo pandillero O.
G. H. V. (alias El Pewee); igualmente los reos rondines S. G. B.,
T. R. G. (alias Cabuya) y J. R. C. (alias Cobra) agredieron a
otros reos pandilleros usando palos y armas blancas.” El juzgador
calificó que tales hechos declarados probados, constituyen el
delito de ASESINATO, así como lo establece en el DECIMO SEGUNDO
numeral de la parte dispositiva de la sentencia y condenó a mi
representado P. E. R. F., como autor responsable penalmente ―por
acción de veintitrés delitos consumados de Asesinato mediante
incendio en perjuicio de veintitrés personas que murieron por
carbonización en concurso real a la pena de VEINTICINCO (25) AÑOS
SEIS (6) MESES DE RECLUSION‖; sobre este particular, la defensa
250
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
del señor P. E. R. considera que el juzgador arriba a tal decisión
por una errónea interpretación del referido articulo 117 ya que en
los mencionados hechos probados, no se aprecia de manera clara y
precisa, los dos elementos indispensables para catalogar la
conducta de mi representado como constituta de tales delitos, en
este caso el elemento objetivo y subjetivo del tipo penal.- En el
caso subjudice, los hechos probados carecen de tales elementos y
no concretiza de manera puntual y clara, la forma en la que
nuestro patrocinado realiza esas acciones que hacen que el
Juzgador le condene por el delito de ASESINATO; al grado tal que
omite establecer los nombres de los sujetos pasivos de los hechos
(ofendidos) y más grave aun no establece cual fue el resultado de
sus acciones, no concretiza, si como resultado de tales
acontecimientos se produjo el resultado muerte necesario para
catalogar la conducta de mi representado como ASESINATO, es por
tal circunstancia que al no realizar una adecuación de los hechos
acontecidos con el tipo penal por el que acusa, aplica
incorrectamente el precepto penal antes referido. INTERPRETACION
PRETENDIDA Al no plasmar de manera concreta la acción de mi
representado P. E. R. en los sucesos a él acusados, convierte a
los hechos probados en meras especulaciones, en relatos sin
sentido y al no establecer contra quienes se producen las acciones
y cual fue el resultado, por consiguiente al no enmar C.
adecuadamente en el tipo penal por el que se le condenó, nuestra
solicitud al Tribunal de Casación es que se aplique correctamente
la norma penal con el dictado de un fallo absolutorio. XLII.RECURSO DE CASACIÓN POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA
DEFENSA DEL IMPUTADO P. E. R. F., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE
DE LOS HECHOS DECLARADOS PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE DICHO
IMPUTADO HAYA EJECUTADO A TÍTULO DE COAUTOR VEINTITRES DELITOS DE
ASESINATO MEDIANTE INCENDIO Y TREINTA Y SIETE DELITOS DE ASESINATO
ALEVOSO, POR LO QUE AL RESULTAR CONDENADO POR ESTAS INFRACCIONES
PENALES, EL TRIBUNAL SENTENCIADOR HA INCURRIDO EN UNA APLICACIÓN
INDEBIDA DEL ARTICULO 117 DEL CODIGO PENAL.- Argumenta el
recurrente que el Juzgador ha incurrido en una aplicación indebida
del artículo 117 del Código Penal, norma penal que tipifica el
delito de Asesinato. Alega que en el cuadro fáctico no se describe
comportamiento alguno del acusado P. E. R. F., que constituya el
delito de ASESINATO tipificado en el artículo 117 del Código
Penal, por lo que pide que se aplique correctamente la norma penal
y se dicte un fallo Absolutorio. Esta Sala de lo Penal considera
importante recordar, que a través del recurso de casación por
infracción de ley, sólo puede intentarse una revaloración jurídica
del material fáctico descrito en la sentencia, contenido en la
formulación de hechos probados realizada por el Tribunal de
Instancia. El recurso de casación por infracción de ley debe
estructurarse o partir su alegación, de los hechos probados que
contenga la resolución cuestionada, puesto que el vicio en esencia
consiste en que la decisión adoptada por el juzgador en la parte
resolutiva de la sentencia, es incompatible, irreconciliable o
ajena a la verdad enunciada por la narración fáctica (hechos
probados), de tal suerte que resultan inobservadas las normas que
sí corresponde aplicar, se invocan normas que no deben aplicarse,
o se invocan las normas que deben aplicarse al caso concreto pero
el Juzgador hace una interpretación errónea de las mismas.
Precisados los límites en los que puede desenvolverse la función
revisora de esta Sala cuando del recurso de casación por
infracción de ley se trate, ahora es pertinente que indiquemos
cuales son los elementos objetivos y subjetivos del delito de
asesinato mediante incendio que se atribuye al encartado P. E. R.
251
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
F. en perjuicio de varias personas. La muerte de un ser humano a
consecuencia de la acción realizada por otra persona, valiéndose
de medios especialmente peligrosos o revelando una especial
perversidad,
ha
sido
tradicionalmente
castigada
con
mayor
severidad que el homicidio simple. En este sentido, el asesinato
se describe como la muerte de otra persona ejecutada con alguna de
las circunstancias mencionadas en el artículo 117 del Código
Penal. De este modo, la concurrencia de algunas de las
circunstancias del artículo 117 establece la diferencia entre el
homicidio y el asesinato. No obstante, cabe señalar, que ambos
delitos comparten características comunes, así, aparte de la
igualdad en el bien jurídico protegido, que es la vida humana como
valor ideal, coinciden los sujetos, activo y pasivo, que pueden
serlo cualquier persona, sin más limitaciones que las que
provienen del concurso de leyes,133 el objeto material sobre el que
recae directamente la acción, es el hombre vivo físicamente
considerado, y los problemas de la relación de la causalidad, en
virtud de la cual se debe establecer la conexión entre el
comportamiento del sujeto activo y el resultado que consiste en la
muerte efectiva de otra persona. En el caso concreto que ahora nos
ocupa, se ha declarado la responsabilidad penal del encausado P.
E. R. F. a título de coautor de varios delitos de asesinato
mediante incendio, modalidad prevista en el numeral 3) del
precepto legal supracitado. La razón de la especial agravación de
la muerte de un ser humano cometido mediante incendio, no es
solamente la mayor perfidia del medio empleado que revela un
delincuente sumamente peligroso, sino también el peligro general
que
tal
medio
y
otros
como
la
inundación,
explosión,
descarrilamiento, etc… encierran para la colectividad134. En lo que
concierne a la coautoría esta se presenta cuando varias personas,
previa celebración de un acuerdo común, que puede ser expreso o
tácito, llevan a cabo un hecho de manera mancomunada, mediante una
contribución objetiva a su realización, por lo que cada autor
domina todo el suceso en unión de otro o de otros. Un buen ejemplo
lo brinda la banda de asaltantes que planea atracar un banco, y
con tal fin se distribuyen las diversas tareas: reducir a los
guardias de seguridad, controlar a los concurrentes a la entidad
crediticia, abrir la caja fuerte, vigilar el exterior, tomar el
dinero entregado por los cajeros, etc.., todos los intervinientes,
pues, pueden ser considerados coautores a condición de que reúnan
las exigencias correspondientes. De esta forma, en los casos de
dominio del hecho, las funciones que realizan los concurrentes, no
son las mismas, pero todos realizan alguna labor, y la suma de
ellas es la que permite la comisión del delito. Habiendo
determinado de manera sucinta cuales son los elementos objetivos y
subjetivos de la modalidad del delito de asesinato antes apuntada,
y explicada en términos generales la figura de la coautoría,
analizaremos sí a partir del relato de hechos probados se puede
atribuir al acusado los hechos criminosos antes apuntados. Una
lectura detenida de la fundamentación fáctica de la sentencia,
revela que en el hecho probado vigésimo cuarto se describe que el
reo rondín P. E. R. F. cerró con candado la puerta de acceso a la
celda No. 6, tras lo cual con ayuda de algunos de los acusados
133
Así sí el sujeto pasivo es alguno de los Presidentes de los Poderes
del Estado, el delito aplicable es el previsto en el artículo 322, si se
trata del Jefe de Estado extranjero o Jefe de Gobierno extranjero, el
artículo 318, etc…
134
Vid. CUELLO CALON, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo II, Revisada por CAMARGO
HERNANDEZ, CESAR, Bosch, Casa Editorial, S.A., Barcelona, 1982, pág. 507.
252
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
colocó cajones, palos y mesas frente a dicha puerta. Por otro
lado, también se expresa en el cuadro fáctico que seguidamente el
reo rondín P. E. R. F., consiguió un líquido acelerante,
regresando a la celda seis (6) por la parte de atrás, siguiendo el
pasillo de la Comandancia de Guardia, y junto con otros
coimputados prendieron fuego con dicho acelerante a varias
colchonetas las que arrojaron hacia el interior de la celda seis
(6), a través de las ventanas traseras, rociando asimismo de
acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también
prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban
adentro trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban
pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el
fuego. lo que en una conexión causa -efecto trajo como resultado
la muerte de veintitrés personas mediante incendio135De este modo se
describen las acciones de varios individuos, entre quienes se
encuentra el procesado P. E. R. F., que de manera deliberada y
conjunta contribuyeron, ya sea para causar un incendio en la Celda
No. 6 de la Granja Penal del Porvenir o impedir la salida de
quienes se encontraba en su interior, lo que en una relación
causa-efecto trajo como resultado la muerte de varias personas
(vid. Hecho Probado Cuadragésimo Tercero). De este modo, del
relato fáctico antes descrito se subsume la comisión del delito de
asesinato tipificado en el artículo 117 No. 3) del Código Penal y
por ende atribuible al encartado P. E. R. F. a título de coautor,
consecuentemente, se desestima el motivo de casación que por
infracción de ley interpusiera la Defensa para desvanecer los
delitos de asesinato mediante incendio por los cuales resultara
condenado. En lo que concierne a los treinta y siete delitos de
asesinato alevoso consumado que se le atribuyen al encartado P. E.
R. F. esta Sala considera pertinente recordar que la alevosía
supone el empleo de procedimientos que facilitan el hecho. La
define el artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay alevosía
cuando el culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida
y la integridad personal, empleando medios, modos o formas en la
ejecución que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin
riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer
el ofendido.”. En este sentido, la alevosía exige que los
procedimientos empleados tiendan, directa y especialmente a
asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una posible defensa
del agredido. Ejemplos de ataques alevosos son los que se producen
por la espalda136, o estando la víctima en la cama o de rodillas.
Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en la alevosía
es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del hecho y la
ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer el ofendido.
La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la ejecución
del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún tipo de
premeditación o preparación, de tal manera que puede surgir en el
mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que
su enemigo le da la espalda para dispararle). En algunas
corrientes jurisprudenciales se distinguen tres supuestos de
asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera,
si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se
135
Vid. Hecho Probado No. Cuadragésimo Tercero.
Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente
en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al
rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea
en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid.
MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición,
Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54
136
253
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por
desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial
situación
de
desA.
de
la
víctima
que
impide
cualquier
manifestación de defensa137. Un análisis del relato fáctico en todo
su contexto nos permite constatar que en los hechos probados
decimoséptimo, decimonoveno y cuadragésimo primero se describen
las acciones ejecutadas por varios reos pandilleros que dieron
como resultado en algunos casos la muerte y en otros las lesiones
causadas a varios reos comunes, así como también los intentos por
acabar con la vida de estos últimos mediante incendio y otros
medios idóneos, De este modo y si bien es cierto que de la
fundamentación fáctica no se desprende la existencia de una causa
de justificación ni otra eximente de responsabilidad criminal a
favor del imputado P. E. R. F., por las agresiones que ejecutaran
en perjuicio de otros individuos, no es menos cierto que tampoco
se desprende del mismo relato fáctico que las referidas agresiones
hayan sido a traición, inesperadas, mediante emboscada o celada, o
aprovechándose de una situación de evidente desvalimiento de los
ofendidos, de ahí que no podamos afirmar de manera indubitada y a
partir de los hechos declarados probados que los encausados al
perpetrar las acciones que se le imputan hayan empleado
particulares medios, modos o formas en la ejecución de los hechos
con la finalidad de asegurar el resultado, sin los riesgos que
para su persona hubieran podido proceder de una reacción defensiva
por parte de los ofendidos, de ahí que la agresiones tantas veces
referidas no puedan calificarse como alevosas y por lo tanto
constitutivas
de
delitos
de
asesinato,
por
lo
que
el
comportamiento
de
los
acusados
al
contribuir
de
manera
mancomunada, en un plan espontáneo y colectivo con la finalidad de
dar muerte a los reos pandilleros, propósito que finalmente
resultara alcanzado, se subsume en la figura del homicidio simple,
tipificada en el artículo 116 párrafo primero del Código Penal,
considerando esta Sala que como mínimo, de manera analógica y en
bonam partem, concurre a favor de los procesados , la atenuante de
haber precedido de parte del ofendido, provocación o amenaza
proporcionada al delito138. Es cierto como lo expone el Censor, que
en el relato fáctico no se establece puntualmente y con detalle
cuales fueron las acciones que individualmente trajeron como
consecuencia la muerte de treinta y siete personas, pero no es
menos cierto que del mismo relato fáctico se colige que el acusado
junto con otros realizaron una misma y compleja operación
delictiva, de tal manera que cada uno de ellos mediante acciones
ejecutivas idóneas para causar la muerte de otras personas, esto
es, utilizando armas cortopunzantes, palos, piedras y otros
objetos contundentes, reforzándose unos y otros, realizaron una
parte diversa pero esencial para el éxito de la referida
operación,
cuyos
resultados
se
reflejan
en
las
autopsias
efectuadas por los médicos forenses y descritas en los hechos
probados en los que se aprecian con detalle que los treinta y
siete reos pandilleros que resultaron muertos presentan múltiples
heridas causadas con los medios antes señalados. Una cosa es que
de un grupo de personas no se tenga la certeza respecto a quienes
participaron en el hecho, y otra muy diferente que más allá de
137
Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html
El artículo 26 No. 4) del Código Penal establece que constituye una
circunstancia atenuante ―haber precedido inmediatamente de parte del
ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito‖. Por su parte el
numeral 14) del mismo precepto legal, prevé que constituye circunstancia
atenuante: ―cualquier otra circunstancia análoga a las anteriores..‖
138
254
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
toda duda razonable se tenga por probado que un hecho fue
producido por la acción conjunta de un grupo de individuos, pues
en éste último evento la imprecisión de los detalles no altera la
responsabilidad que como coautores les es imputable a todos. De
este modo resulta que la decisión mancomunada, es decir, la
decisión común del hecho del referido imputado junto con otros es
lo que ha determinado la conexión de las partes del suceso
ejecutadas por cada uno de ellos y a partir de la que es posible
imputarle a cada encausado la parte realizada por cada uno de los
otros139. Por las razones anteriormente expuestas se le impone al
encartado la pena mínima de quince años de reclusión por cada uno
de los homicidios consumados, para hacer un total de quinientos
cincuenta y cinco años de reclusión. De este modo se estima
parcialmente y en los términos antes expuestos, el motivo que por
infracción de ley interpusiera la Defensa del imputado P. E. R. F.
para desvanecer los cargos de treinta y siete delitos de asesinato
consumado mediante alevosía. XLIII.- SEGUNDO MOTIVO: Aplicación
indebida del artículo 117 del Código Penal, en relación al 15 del
mismo cuerpo legal. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de
casación se encuentra comprendido en el articulo 360 del Código
Procesal Penal EXPLICACIÒN DEL MOTIVO La norma penal que aplica
indebidamente el sentenciador es el articulo 117 del Código Penal
que establece: ―Es reo de asesinato quien de muerte a una persona
ejecutándola con la concurrencia de las circunstancias siguientes:
1) Alevosía; 2) Con Premeditación, conocida; 3) Por medio de
inundación, incendio, envenenamiento, explosión, descarrilamiento,
volcamiento, varamiento o avería de buque u otro artificio que
pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya dolo o
intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento, aumentando deliberada e
inhumanamente el dolor del ofendido. La pena por asesinato será de
veinte (20) a treinta (30) años de reclusión y cuando se cometiese
mediante pago, recompensa o promesa remuneratoria, o se acompañase
de robo o violación, la pena será de treinta (30) a privación de
por vida de la libertad. En relación al articulo 15 del mismo
cuerpo legal que establece: Hay tentativa cuando, con la intención
e cometer un delito determinado, se realizan actos inequívocos de
ejecución y no se consuman por causas ajenas a la voluntad del
agente‖ Los hechos antes relacionados y transcritos, fueron
considerados por el sentenciador según lo establece en el décimo
segundo numeral del Acápite ―Parte Dispositiva‖ de la sentencia
como ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, fundamentado
en el Artículo 117 en relación al 15 del Código Penal y condenando
a mi representado ―por acción de treinta y siete delitos
consumados de Asesinato por Alevosía en perjuicio de treinta y
siete personas que murieron en forma violenta en concurso real, a
la pena de SETECIENTOS CINCUENTA Y OCHO (758) AÑOS DE RECLUSION‖ y
―por acción de diecinueve delitos de Asesinato por Alevosía en su
grado de ejecución de Tentativa en perjuicio de diecinueve reos
pandilleros sobrevivientes en concurso real a la pena de
DOSCIENTOS SESENTA Y DOS (262) AÑOS CUATRO (4) MESES DE
RECLUSION‖; sobre este particular, la defensa del señor P. E. R.
considera que el juzgador arriba a tal decisión por una errónea
interpretación del referido artículo 117 así como del 15 del
referido cuerpo legal pues, en los hechos probados no se aprecia
de manera clara y precisa, los elementos indispensables para
139
Sobre la figura de la coautoría en particular, vid. MARQUEZ CARDENAS,
ALVARO ENRIQUE, en La Coautoría en la Dogmática Penal, frente a otras
formas de Autoría y Participación, Universidad Libre de Colombia, Bogotá,
2008, págs. 65 y ss.
255
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
catalogar la conducta de mi representado como constituta de tales
delitos, en este caso el elemento objetivo y subjetivo del tipo
penal.En el caso subjudice, los hechos probados carecen de
tales elementos y no concretiza de manera puntual y clara, la
forma en la que nuestro patrocinado realiza esas acciones que
hacen que el Juzgador le condene por el delito de ASESINATO EN
GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA y mucho menos se establece cuales
fueron esas causas ajenas a la voluntad del agente que hacen que
mi representado no alcance el resultado esperado. Los hechos
probados antes mencionados no enmarcan de manera perfecta, el
accionar de mi patrocinado P. E. R. como constitutivos de 37
ASESINATOS EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, al grado tal que
omite establecer las acciones mediante las cuales se haya
intentado quitar la vida en forma alevosa a los internos, los
nombres de los sujetos pasivos de los hechos (ofendidos) y más
grave aun no establece cual fue el resultado de sus acciones para
catalogar la conducta de mi representado como ASESINATO EN GRADO
DE
EJECUCION
DE
TENTATIVA
Tampoco
aparece
cual
fue
la
circunstancia
especial
que
considera
el
sentenciador
para
calificarlo como un delito de asesinato, es decir cual de las
cuatro circunstancias calificadores toma en cuenta para agravar la
responsabilidad de los acusados de homicidio a Asesinato, si bien
la menciona en la parte dispositiva que fue por Alevosía, la misma
no aparece de manera clara en la lectura de los hechos probados.
INTERPRETACION PRETENDIDA Al no plasmar de manera concreta la
acción de mi representado P. E. R. en los sucesos a él acusados,
convierte a los hechos probados en meras especulaciones, en
relatos sin sentido y al no establecer contra quienes se producen
las acciones y cual fue el resultado, por consiguiente al no enmar
C. adecuadamente en el tipo penal por el que se le condenó,
nuestra solicitud al Tribunal de Casación es que se aplique
correctamente la norma penal con el dictado de un fallo
absolutorio. XLIII.- RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY
INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO P. E. R. F., ARGUYENDO
FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS DECLARADOS PROBADOS NO SE
DESCRIBEN ACCIONES DEL PROCESADO CONSTITUTIVAS DE LOS DIECINUEVE
DELITOS DE TENTATIVA DE ASESINATO ALEVOSO POR LOS CUALES RESULTARA
CONDENADO A TITULO DE COAUTOR, DE AHÍ QUE EL TRIBUNAL SENTENCIADOR
HA INCURRIDO EN UNA APLICACIÓN INDEBIDA DEL ARTÍCULO 117 No. 1)
DEL CODIGO PENAL EN RELACIÓN CON EL ARTICULO 15 DEL MISMO TEXTO
PUNITIVO.- Argumenta el recurrente que el A Quo incurre en una
aplicación indebida del Artículo 117 del código penal, que
tipifica el delito de Asesinato, en relación al 15 del mismo texto
normativo, que define los requisitos de la tentativa como un grado
de ejecución del delito. Esgrime que la decisión del juzgador por
la que se condena al acusado P. E. R. F., en aplicación de los
artículos 117 y 15 del Código Penal es errónea, en tanto de los
hechos probados no se aprecia de manera clara y precisa, los
elementos objetivos y subjetivos del tipo penal. Considera que en
los hechos probados no se concretiza la forma en la que el acusado
habría realizado las acciones por las que el A Quo le condena por
el delito de ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA y mucho
menos cuales fueron esas causas ajenas a la voluntad del agente
que impidieron la consumación del resultado esperado. Además omite
establecer los nombres de los ofendidos y no establece cual fue el
resultado de sus acciones para catalogar su conducta como
ASESINATO en el grado de ejecución de TENTATIVA Tampoco la
circunstancia especial que considera el A Quo para calificar el
delito de asesinato, es decir cual de las cuatro circunstancias
calificadores ha tomado en cuenta para agravar la responsabilidad
256
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
de los acusados de homicidio a Asesinato. Si bien la menciona en
la parte dispositiva que fue por Alevosía, la misma no aparece de
manera clara en la lectura de los hechos probados. . Esta Sala de
Penal considera pertinente recordar que la alevosía supone el
empleo de procedimientos que facilitan el hecho. La define el
artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el
culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida y la
integridad personal, empleando medios, modos o formas en la
ejecución que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin
riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer
el ofendido.”. En este sentido, la alevosía exige que los
procedimientos empleados tiendan, directa y especialmente a
asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una posible defensa
del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los que se producen
por la espalda140, o estando la víctima en la cama o de rodillas.
Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en la alevosía
es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del hecho y la
ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer el ofendido.
La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la ejecución
del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún tipo de
premeditación o preparación, de tal manera que puede surgir en el
mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que
su enemigo le da la espalda para dispararle). En algunas
corrientes doctrinales se distinguen tres supuestos de asesinato
alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera, si concurre
celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se materializa en
un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por desvalimiento, en
la que el agente se aprovecha de una especial situación de desA.
de la víctima que impide cualquier manifestación de defensa141. Por
otro lado también resulta oportuno recordar que el artículo 15 del
código penal establece: “hay tentativa cuando, con la intención de
cometer un delito determinado se realizan actos inequívocos de
ejecución y no se consuma por causas ajenas a la voluntad del
agente”. El tipo de la tentativa requiere de los siguientes
elementos: a) en la parte objetiva, una ejecución parcial o total
de los actos ejecutivos no seguida de consumación, b) en la parte
subjetiva, la voluntad de consumación, c) la ausencia de
desistimiento voluntario. El comienzo de la ejecución necesario
para la tentativa requiere que se traspase la frontera que separa
los actos preparatorios (sí los hay) de los actos ejecutivos.
Subjetivamente la tentativa requiere que el sujeto quiera los
actos que objetivamente realiza con ánimo de consumar el hecho o,
al menos aceptando (con seguridad o con probabilidad) que pueden
dar lugar a la consumación. Por último se requiere la concurrencia
de un elemento negativo, y que consiste en el que el hecho no se
consume por causas ajenas a la voluntad del agente. Recapitulando
podemos afirmar que la tentativa se presenta cuando se ejecutan
actos
considerados
indispensables
para
llevar
a
cabo
el
comportamiento tipificado en la ley penal y que en el caso
concreto deben serlo efectivamente conforme al fin propuesto, pero
factores extraños o ajenos a la voluntad del autor impiden que
éste logre la producción del resultado perseguido. Así las cosas
140
Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente
en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al
rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea
en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid.
MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición,
Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54
141
Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html
257
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
podemos afirmar que habrá una tentativa de asesinato alevoso,
cuando el agente realiza actos inequívocos de ejecución dirigidos
a causar la muerte de una persona, empleando medios, modos o
formas que tiendan directa y especialmente a asegurar dicho
resultado, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa
que pudiera hacer el ofendido pero por causas ajenas a la voluntad
del imputado el delito no alcanza la consumación. Un análisis del
relato fáctico en todo su contexto nos permite constatar que en
los hechos probados decimoséptimo, decimonoveno y cuadragésimo
primero se describen las acciones ejecutadas por varios reos
pandilleros que dieron como resultado en algunos casos la muerte y
en otros las lesiones causadas a varios reos comunes, así como
también los intentos por acabar con la vida de estos últimos
mediante incendio y otros medios idóneos, De este modo y si bien
es cierto que de la fundamentación fáctica no se desprende la
existencia de una causa de justificación ni otra eximente de
responsabilidad criminal a favor del procesado P. E. R. F., por
las agresiones que ejecutara en perjuicio de otros individuos, no
es menos cierto que tampoco se desprende del mismo relato fáctico
que las referidas agresiones hayan sido a traición, inesperadas,
mediante emboscada o celada, o aprovechándose de una situación de
evidente desvalimiento de los ofendidos, de ahí que no podamos
afirmar de manera indubitada y a partir de los hechos declarados
probados que el imputado al perpetrar las acciones que se le
atribuyen haya empleado particulares medios, modos o formas en la
ejecución de los hechos con la finalidad de asegurar el resultado,
sin los riesgos que para su persona hubieran podido proceder de
una reacción defensiva por parte de los ofendidos, de ahí que la
agresiones tantas veces referidas no puedan calificarse como
alevosas y por lo tanto constitutivas de delitos de tentativa de
asesinato, por lo que el comportamiento del acusado al contribuir
de manera mancomunada, en un plan espontáneo y colectivo con la
finalidad de dar muerte a los reos pandilleros, propósito que
finalmente
y
respecto
a
los
diecinueve
reos
pandilleros
sobrevivientes no resultara alcanzado por causas ajenas a su
voluntad, se subsume en la figura de la tentativa de homicidio
simple, tipificada en el artículo 116 párrafo primero del Código
Penal en relación al artículo 15 del mismo texto punitivo,
considerando esta Sala que como mínimo, de manera analógica y en
bonam partem, concurre a favor del procesado P. E. R. F., la
atenuante de haber precedido de parte del ofendido, provocación o
amenaza proporcionada al delito142. Es cierto como lo expone el
Censor, que en el relato fáctico no se establece puntualmente y
con detalle cuales fueron las acciones que individualmente
trajeron como consecuencia la puesta en peligro de la vida de
diecinueve personas, pero no es menos cierto que del mismo relato
fáctico se colige que el acusado junto con otros realizaron una
misma y compleja operación delictiva, de tal manera que cada uno
de ellos mediante acciones ejecutivas idóneas para causar la
muerte
de
otras
personas,
esto
es,
utilizando
armas
cortopunzantes, palos, piedras y otros objetos contundentes,
reforzándose unos y otros, realizaron una parte diversa pero
esencial con la finalidad de alcanzar el éxito de la referida
operación, cuyos resultados particularmente se reflejan en las
142
El artículo 26 No. 4) del Código Penal establece que constituye una
circunstancia atenuante ―haber precedido inmediatamente de parte del
ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito‖. Por su parte el
numeral 14) del mismo precepto legal, prevé que constituye circunstancia
atenuante: ―cualquier otra circunstancia análoga a las anteriores..‖
258
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
dictámenes médicos efectuadas por los médicos forenses y descritas
en los hechos probados en los que se aprecian con detalle que los
diecinueve reos pandilleros que sobrevivieron presentan múltiples
heridas causadas con los medios antes señalados. Una cosa es que
de un grupo de personas no se tenga la certeza respecto a quienes
participaron en el hecho, y otra muy diferente, es que más allá de
toda duda razonable, se tenga por probado que un hecho fue
producido por la acción conjunta de un grupo de individuos, pues
en éste último evento la imprecisión de los detalles no altera la
responsabilidad que como coautores les es imputable a todos. De
este modo resulta que la decisión mancomunada, es decir, la
decisión común del hecho de los referidos imputados junto con
otros es lo que ha determinado la conexión de las partes del
suceso ejecutadas por cada uno de ellos y a partir de la que es
posible imputarle a cada encausado la parte realizada por cada uno
de los otros143. Recapitulando podemos afirmar que del relato
fáctico se desprende la descripción de actos ejecutivos realizados
por el procesado P. E. R. F. con el evidente propósito de causar
la muerte de los reos pandilleros internos en la granja penal del
Porvenir, voluntad compartida con otros encartados, resultado que
no se logra alcanzar cuando transcurridos unos veinte minutos
desde que hubiera arribado al escenario de los acontecimientos el
encausado
C.
E.
H.
A., al percatarse de la presencia de
representantes de los medios de comunicación, ordenó que C.an los
disparos que aún efectuaban elementos de seguridad del Estado y
que reforzaban la actividad criminal ejecutada por los imputados
antes mencionados144. De este modo se impone al encartado la pena
mínima de diez años de reclusión por cada una de las tentativas de
homicidio ejecutadas, para hacer un total de ciento noventa años
de reclusión. De este modo se estima parcialmente y en los
términos antes expuestos, el motivo que por infracción de ley
interpusiera la Defensa del imputado P. E. R. F. para desvanecer
los cargos de diecinueve delitos de tentativa de asesinato por los
cuales resultara condenado. XLIV- La Recurrente Abogada S. I. G.
F., en su condición de co-apoderada legal del señor G. H. G.,
desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley y
Quebrantamiento de Forma, de la siguiente manera: ―EXPOSICIÓN DE
MOTIVOS DE CASACION PRIMER MOTIVO: De conformidad con los hechos
declarados
probados
por
el
Tribunal
Sentenciador,
se
han
infringido tres preceptos penales de carácter sustantivo. PRECEPTO
AUTORIZANTE:
El
presente
motivo
de
casación
se
encuentra
comprendido en el Artículo 360, párrafo primero, del Código
Procesal Penal (en adelante CPP). EXPLICACIÓN DEL MOTIVO:Los
preceptos penales infringidos por aplicación indebida son, en su
orden, los Artículos 349 numeral 3, 36 y 117, numeral 3, del
Código Penal. Desarrollo del Vicio: a) Hechos Probados La
sentencia de mérito, con relación a mi poderdante, expresa y
declara probados cuatro hechos de los cuales esta representación
encuentra que las infracciones a la ley sustantiva se coligen de
143
Sobre la figura de la coautoría en particular, vid. MARQUEZ CARDENAS,
ALVARO ENRIQUE, en La Coautoría en la Dogmática Penal, frente a otras
formas de Autoría y Participación, Universidad Libre de Colombia, Bogotá,
2008, págs. 65 y ss.
144
Cabe señalar que en el caso de la víctima de tentativa de homicidio,
identificada como JOSE ROBERTO MALDONADO, las causas ajenas que impiden a
los responsables de esa infracción que alcancen su objetivo, es la
intervención de un hermano de aquel, perteneciente a la Fuerza Aérea
Hondureña. Vid. Hecho Probado Trigésimo Segundo.
259
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
su propio contenido pues de los mismos no se extrae la comisión de
conducta típica alguna. Dichos hechos probados son los consignados
en los numerales DECIMO QUINTO (Pág. 76), DECIMO OCTAVO (Pág. 77),
VIGESIMO CUARTO, PARTE ÚLTIMA (Pág. 79) y TRIGÉSIMO SEPTIMO (Pág.
83) y que literalmente establecen por su orden que: DECIMO QUINTO:
“Siendo las siete de la mañana con treinta minutos, los Policías
Penitenciarios J. E. Lorenzo G. y W. H. G., salieron del Centro
Penal acompañando a seis reos, quienes iban hacer trabajos de
limpieza en las proximidades de la posta número uno, en donde ese
día se encontraba asignado el policía penitenciario Víctor M.
Tejeda Murillo” (Lo resaltado y subrayado me pertenece). DECIMO
OCTAVO: “Al sonido de los disparos desde el interior del recinto,
en la Comandancia de Guardia, se ordenó, a las personas que
estaban haciendo fila para ingresar como visitas, que se fueran,
por su seguridad; Entre tanto, habiendo escuchado los disparos,
los policías penitenciarios J.
E. Lorenzo G. y W. H. G., se
desplazan desde la posta uno hacia la Comandancia de Guardia,
donde dejan los seis (6) reos comunes que andaban custodiando,
ordenándoles el Comandante de Guardia NE.O.M., que resguardaran el
perímetro exterior, específicamente al Policía J. E. Lorenzo G.,
se le ordena ubicarse entre las postas dos (2) y tres (3) y al
Policía W. H. G., en la posta cinco (5), en donde ese día prestaba
servicio el policía penitenciario R. A. H. V.”. (Lo resaltado y
subrayado me pertenece). VIGESIMO CUARTO: “Pasadas las 09:25 a.m.
en venganza, el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra
con candado la celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios
y miembros del ejército han disparado, para luego tirar cajones,
palos y mesas a la puerta de esa celda, con ayuda de los reos
rondines A. A. S., (alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.);
Seguidamente el reo rondín P. E. R. F., consigue un liquido
acelerante, regresando a la celda seis (6) por la parte de atrás,
siguiendo el pasillo de la Comandancia de Guardia, y junto con los
reos rondines L. A. C. V., (alias Chica Sexy), S. E. A. P., (alias
el Chaparro) y el reo S. G. B., prenden en fuego, con el
acelerante, varias colchonetas las que tiran hacia el interior de
la celda seis (6), por las ventanas traseras, rociando de
acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también
prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban
adentro trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban
pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el
fuego; De todo ello lograron tener conocimiento los Policías
Penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del Ejército R. A.
S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo. En ese
momento el Policía Penitenciario W. H. G., escuchó los gritos de
las personas que se encontraban dentro de la celda seis (6), e
instantes después observó el humo provocado por el fuego de la
celda (6), sin que tampoco realizara acción alguna (Lo resaltado
y subrayado me pertenece). TRIGÉSIMO SEPTIMO: “En ese momento el
Policía Penitenciario W. H. G., se persona al campo de football,
para realizar labores de resguardo y seguridad, esto después de
haber tenido conocimiento sobre el incendio, haber escuchado los
disparos y los gritos de las personas desde el interior del
recinto, sin haber realizado acción alguna en auxilio” (Lo
resaltado y subrayado me pertenece). b) Exposición del Vicio De
los hechos probados trascritos se deriva claramente que el
acontecimiento, con relación al señor W. H. G., tal y como quedó
acreditado en la sentencia de mérito, no se subsume en los tipos
penales de VIOLACIÓN DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS por
OMISIÓN PROPIA, y mucho menos, que este delito concurra en
concurso ideal complejo de carácter heterogéneo por OMISIÓN
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Recurso de Casación No.S.P.400=2008
IMPROPIA en 23 delitos consumados de ASESINATO MEDIANTE INCENDIO,
tipos penales regulados en los Artículos 349, numeral 3, con
relación al Artículo 36 y 117 numeral 3 del Código Penal, los
cuales literalmente establecen, en su orden, lo siguiente: Art.
349, numeral 3: “será castigado con reclusión de …. 1)…2)…3)
Omita, rehúse o retarde algún acto que deba ejecutar de
conformidad con los deberes su cargo”; Artículo 36: “Las
disposiciones del artículo anterior no se aplicarán en el caso de
que un solo hecho constituya dos (2) o más delitos”. Artículo 117,
numeral 3: “Es reo de asesinato, quien de muerte a una persona
ejecutándola con cualquiera de las circunstancias siguientes: 1)…,
2)…3) por medio de inundación, incendio… siempre que haya dolo e
intencionalidad”. Análisis en cuanto al delito de violación de los
deberes de los funcionarios
(Art. 349, numeral 3, del Código
Penal): Tal y como lo ha establecido el Tribunal, este tipo penal
se denomina por la doctrina como omisión propia o pura. En ese
sentido, y siguiendo a S. Mir Puig en su texto DERECHO PENAL.
PARTE GENERAL. 5ª edición, página 303, ―en todo delito de omisión
pura se describe una situación típica, en la que se omite una
determinada acción, pese a que el sujeto podía haberla realizado.
Siguiendo esta estructura se establece que son tres los elementos
que conforman la omisión pura: a) La situación típica; b) la
ausencia de una acción determinada; y, c) la capacidad de realizar
esa acción. De conformidad con estos tres aspectos o elementos, es
necesario realizar un análisis para determinar si la conducta de
mi representado se encuadra en un delito de omisión propia y dicho
análisis debe necesariamente efectuarse a la luz del delito de
Violación de los Deberes de los Funcionarios imputado al señor W.
G. H.. En ese sentido, de la literalidad del Artículo 349, numeral
3, supra transcrito, se deriva que para que a una persona pueda
imputársele el delito de Violación de los Deberes de los
Funcionarios por omisión, será necesario que el autor no ejecute
un acto que deba ejecutar de conformidad con los deberes de su
cargo. A criterio del Tribunal, mi representado incurre en este
delito al no haber cumplido con la atribución legal prevista en el
Artículo 10, numeral 3, de la Ley Orgánica de la Policía Nacional,
que establece que la Policía Nacional tendrá como una de sus
atribuciones ―proteger la vida, honra, bienes, derechos y
garantías de las personas y seguridad de las instituciones
públicas y privadas”; asimismo, por inobservar el precepto
previsto en el Artículo 22, numerales 1 y 3, del mismo cuerpo
legal que al efecto establecen
que “en cumplimiento de sus
funciones los miembros de la Policía actuarán de acuerdo con las
normas siguientes: 1. Respeto absoluto a la Constitución de la
República, de los Tratados y Convenios Internacionales de que
Honduras forme parte y de las Leyes y Reglamentos vigentes; 3.
tratar a los detenidos de acuerdo con la Ley; ello implica: a…b…c.
Cuidar y proteger la salud física y mental de las personas
detenidas o sometidas a resguardo y respetar su honor y dignidad
mientras se mantenga bajo su custodia”. No obstante lo anterior,
para la configuración de este delito, en la hipótesis señalada
como aplicable por el Tribunal, se requiere la concurrencia de los
siguientes elementos: 1. La condición de funcionario público; y,
2. que el funcionario omita algún acto que deba ejecutar de
conformidad con los deberes su cargo. Con respecto al numeral 1,
no se efectúa cuestionamiento alguno, ya que en ningún momento se
ha negado que mi representado ostentaba la condición de policía
penitenciario, y por tanto de funcionario público; sin embargo,
con respecto al numeral 2, resulta imperioso precisar, que no
basta con la simple mención de la omisión de un deber jurídico
261
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
descrito en la Ley, tal como lo hace el Tribunal en su sentencia,
sino que para que esta afirmación pueda materializarse, este
delito exige además que exista la capacidad de desarrollar la
acción determinada, como también la presencia de un dolo que
consiste en la plena conciencia que debe tener el autor de
incumplir con ese deber específico impuesto. Contrario a este
esencial requisito, consta en el acápite de VALORACIÓN DE LA
PRUEBA (páginas 135 a la 137) que W. H. G. actuó, en primer lugar
atendiendo un llamado de alerta; y, en segundo lugar, obedeciendo
una orden librada por el Comandante de Guardia, aspectos que se
desprenden específicamente de la declaración testifical rendida
por el señor J. E. Lorenzo G., quién manifiesta que ―…(él) estaba
asignado a la granja y a las ocho y veinte de la mañana salimos
con G. H. , con seis privados de libertad al área de la posta
número uno y como a las nueve de la mañana se escucharon disparos
de alarma y trajo a los internos a la guardia y ahí estaba Clase
M. y el nos autorizó que fuera a cubrir el área perimétrica entre
posta dos y tres y a G. H., lo mandaron a la posta número cinco‖;
y la declaración rendida por el propio acusado al expresar que
“.salimos con J. E., a cuidar unos internos que iban a limpiar la
posta numero uno. Teníamos una hora de estar allí y escuchamos los
disparos de alarma y regresamos con los internos a la guardia y se
nos asignó vigilancia en el perímetro… yo estaba por la posta
número cinco, en la parte de atrás de la granja. Yo estaba
disponible, no estaba en servicio…”. De estos dichos, y de la
valoración positiva que el Tribunal hace de los mismos, es de
donde surge el hecho probado DECIMO OCTAVO, el cual no deja duda
que el día del trágico acontecimiento mi representado se
encontraba fuera de la instalación penitenciaria, y luego de
escucharse los disparos, le fue ordenado vigilar y resguardar el
perímetro exterior, con lo cual no tenía la capacidad de realizar
la acción que a juicio del Tribunal ha omitido (y referida en los
Artículos relacionados de la Ley Orgánica de la Policía Nacional),
y por consiguiente ante esa ausencia de facultad de actuación, no
puede existir la intención de omitir un acto que no puede ser
realizado, tal como se deriva de dicho hecho probado. Y es que lo
anterior resulta lógico, pues ante la existencia de una posible
crisis a lo interno de un Centro Penal, lo razonable es tomar
acciones y medidas preventivas, tanto en el interior como en la
parte exterior del lugar, por lo que mi representado tenía la
obligación de obedecer la orden girada de permanecer en el lugar
indicado (posta cinco). Además, como igualmente quedó probado,
dentro de la zona de conflicto ya habían personas de mayor rango a
cargo de la situación, no quedándole otra opción a mi representado
que cumplir las ordenes legítimas recibidas consistentes en la
realización de las labores de vigilancia en el perímetro exterior
para evitar que la crisis se incrementara aun más con la posible
fuga de reos, conducta que a todas luces es contrapuesta a no
querer actuar por desidia o indiferencia. Cabe destacar que el
extremo anterior no es desconocido por el Tribunal, porque así lo
dejó evidenciado al valorar la prueba que lo llevó a declarar
otros hechos probados relacionados con otros imputados; así, por
ejemplo, en el Ordinal DÉCIMO OCTAVO, Pág. 252, en el que
literalmente sostiene que “mandan las normas que en caso de
emergencia deberá de siempre existir una persona y solo una, que
se haga cargo del escenario, para el mejor desempeño de las
labores de auxilio, rescate y ejecución de acciones. De existir
muchas personas dando órdenes en un escenario de emergencia, se
corre el riesgo de trabajar en forma descoordinada, y que emanen
órdenes contradictorias…”; no obstante, para el caso particular de
262
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
W. H. G., el Tribunal pretende desconocer que los Agentes
Policiales se rigen por los principios de jerarquía, subordinación
y disciplina (Art. 22, literal ch, de la Ley Orgánica de la
Policía Nacional) y que precisamente por esa relación jerarquizada
y verticalizada, deben cumplir con las órdenes que se emanan, más
aún cuando la orden de vigilancia en el perímetro exterior de la
Granja Penal –como aconteció en el presente caso- se constituye en
una orden a todas luces legítima y por ende no ilegal. De tal
manera que ante las circunstancias en que acontecieron los hechos
en relación con mi representado, hubiese sido necesario que el
Tribunal de Sentencia, como espectador objetivo, frente a un caso
como el presente y para emitir un juicio más acertado, se colocase
en
el
lugar
del
imputado
(tomando
en
consideración
las
circunstancias personales que lo rodean), y preguntarse así mismo
qué hubiese hecho en la posición de un Policía Penitenciario que
ante los disparos que escucha, se desplaza del lugar donde está
asignado y se apersona a una Comandancia de Guardia, donde se le
reasigna una nueva función específica durante el inicio de una
situación crítica, función que, ante el desconocimiento de su
desenlace, al momento de ser asignada se constituía en una función
relevante (custodiar para evitar posible fuga de reos); y que de
igual forma fue asignada
y cumplida por otros policías
penitenciarios que en el presente caso han concurrido como
testigos. Visto lo anterior, no cabe duda que sobre la base de los
hechos declarados probados por el propio Tribunal
y acreditados
en la sentencia misma, existe una evidente infracción penal, por
aplicación indebida del Artículo 349, numeral 3, del Código Penal,
en relación a los Artículos 10.3 y 22.1 y 3 de la Ley Orgánica de
la Policía Nacional, al evidenciarse que el Tribunal sentenciador
ha forzado la fundamentación jurídica otorgando una calificación
jurídica a una conducta, que de acuerdo a los hechos declarados
probados,
no
es
ilícita
pues
como
reiteradamente
se
ha
manifestado, W. H. G. no pudo realizar más acciones que las que le
habían sido asignadas por el Comandante de Guardia, ordenes que a
todas luces resultan legales, pues de lo contrario el propio
Comandante de Guardia hubiese sido procesado en el presente
juicio. Es así, que para lograr la forzada calificación, el
Tribunal ha recurrido a inferencias subjetivas, apreciaciones
especulativas y, en definitiva, a argumentos insostenibles como
son los expuestos en el resumen de responsabilidades (ordinal
VIGÉSIMO SÉPTIMO de la VALORACIÓN DE PRUEBA, literal f) Acusado W.
H. G.; Pág. 402), al establecer que “el Tribunal formula reproche
al acusado por estos hechos ya que aún cuando la ley le obliga a
intervenir e interceder activamente en pro de proteger la vida y
la seguridad de los reos que custodia, el acusado optó por
quedarse afuera inmutable a lo que veía y escuchaba. No justifica
al acusado el hecho que se le haya ordenado resguardar la parte
externa del edificio para evitar fugas, dado que el valor de la
vida y la integridad corporal de las personas tienen prioridad
ante todo. Al momento en que el acusado se le da esta orden el
recinto de las celdas era controlado por los reos pandilleros, de
modo que los disparos eran del arma que estos portaban, pero el
acusado al ver posteriormente el humo y escuchar los disparos en
ráfagas de los fusiles, debió de haber intervenido en defensa de
la vida de los pandilleros. Aún en el supuesto de que el acusado
no estuviese enterado que los disparos que se dieron después de
las 09:10 eran de agentes del Estado, pudo perfectamente apreciar
el humo y las llamas que provenían desde el interior del edificio
y los gritos de las personas, por lo que ante esto estaba en la
obligación de actuar para socorrer a las personas que se
263
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
encuentran en un lugar donde no pueden salir, personas que se
encuentran
recluidas,
sabiendo
además
las
condiciones
de
hacinamiento que existen.” Argumentos que de igual forma son
forzadamente sostenidos en la Fundamentación Jurídica de la
sentencia (Ordinal SEGUNDO: Delitos en contra de la Administración
Pública. Pág. 420), atribuyéndose a una conducta legítima una
calificación delictiva, al expresarse que “en el caso particular
del acusado W. H. G. se encontraba en un lugar muy próximo a la
Granja Penal, percibiendo la existencia de un incendio, escuchando
gritos que provenían desde el interior, sabiendo que dentro del
inmueble se encuentran varias personas recluidas, en celdas sobre
pobladas y que a raíz del incendio existía grave peligro en contra
de sus vidas, sin que haya hecho nada por auxiliarles, afectando
así la buena administración pública”. Partiendo entonces de los
mismos hechos probados, y muy al contrario del razonamiento del
Tribunal, no cabe duda que bajo las circunstancias en que
acontecieron los lamentables hechos, W. H. G. actuó dentro del M.
de la ley, no debiendo interpretarse su no intervención a lo
interno de la Granja Penal como una omisión que provocó un
resultado lesivo a la Administración Pública, pues precisamente
por la asignación de vigilancia externa que le fue asignada no
tenía la capacidad de
realizar una acción más allá de lo que
estaba dentro de sus posibilidades (que en ese momento era
mantenerse afuera del Centro para realizar su labor de vigilancia)
pues ya sus superiores jerárquicos se encontraban al mando y
control de la situación y su obligación entonces era cumplir las
ordenes legítimas recibidas, como en efecto así lo hizo, y como al
efecto se lo ordena la ley (Art. 22, literal ch, de la Ley
Orgánica de la Policía Nacional), siendo además sus funciones de
custodia al perímetro necesA. en la distribución de tareas que los
miembros de la autoridad armada deben adoptar en casos como el
presente. De tal forma pues, volviendo a los tres elementos que
deben existir para la configuración de un delito por omisión
propia, podemos concluir que queda claramente establecido que si
bien existía la situación típica, es decir, la situación de crisis
a lo interno del Centro Penal, lo cierto es que no existió por
parte de mi representado una ausencia de una acción determinada,
pues ni siquiera se encontraba en la capacidad de realizar ninguna
acción para evitar los resultados que al interior se estaban
produciendo, es más, por encontrarse afuera de las instalaciones
era imposible que supiera a ciencia cierta (como el propio
Tribunal lo dice en su sentencia y a la que haremos referencia en
otro motivo) sobre lo que estaba aconteciendo en el interior.
Finalmente, al haber efectuado un análisis de los hechos
declarados probados, el resumen de valoración de la prueba, la
fundamentación jurídica y los requisitos de la omisión pura, no es
posible calificar la actuación de mi representado con base a la
infracción antes señalada, ello en virtud que de los mismos no se
deriva la concurrencia de los elementos objetivos exigidos por la
Ley para la configuración de este delito. Análisis en cuanto al
concurso ideal del delito de Violación de los Deberes de los
Funcionarios con el delito de Asesinato mediante Incendio (Arts.
36 y 117 numeral 3 del Código Penal): El hecho probado número
VIGESIMO CUARTO, anteriormente descrito, resulta ser el encuadre
fáctico que a juicio del Tribunal de Sentencia permite subsumir la
concurrencia del delito de VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS
FUNCIONARIOS con el delito de ASESINATO MEDIANTE INCENDIO,
observados, según la sentencia recurrida en CONCURSO IDEAL. En
primer lugar, es importante señalar que el Tribunal yerra al
condenar a mí representado por un delito de omisión propia en
264
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
concurso ideal con otro tipo penal de omisión impropia (ambos
derivados de una misma supuesta conducta omisiva consignada en los
hechos probados VIGESIMO CUARTO y TRIGESIMO SEPTIMO). De ahí
podemos
estimar
la
contradicción
en
las
apreciaciones
y
fundamentaciones
jurídicas
del
Tribunal,
pues
jurídica
y
doctrinariamente es imposible que de un mismo hecho se aprecie la
concurrencia simultánea de un delito de omisión propia con un
delito de omisión impropia, pues comprenderlo de esta forma sería
imputar dos veces a una sola conducta una misma omisión
jurídicamente relevante. Es decir, que el Tribunal al haberlo
considerado de esta forma infringe el principio de ne bis in idem,
al atribuir una misma supuesta omisión como génesis de dos
diferentes delitos (VIOLACIÓN DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS Y
ASESINATO MEDIANTE INCENDIO); lo que significa que a criterio del
Tribunal, mi representado incurre en una omisión propia (VIOLACIÓN
DE LOS DEBERES DE FUNCIONARIOS) de la cual se derivó una
afectación a la Administración Pública, y además, le atribuye en
concurso ideal una omisión impropia, que a su juicio dio como
resultado veintitrés muertes mediante incendio (ASESINATO MEDIANTE
INCENDIO). Esa inconsistencia jurídica, explica la aplicación
indebida del Artículo 36 del Código Penal, en vista que por
depender, en el presente caso, ambas infracciones de una misma
raíz omisiva, es imposible legalmente reconocer la existencia de
los dos delitos, bajo la hipótesis que: “Un solo hecho constituya
dos o más delitos”. Al respecto cabe destacar que resulta
improcedente el pretender responsabilizar por omisión impropia a
mi representado, de veintitrés muertes producidas mediante
incendio, cuando ni siquiera se cumplen los requisitos para
calificar una conducta de omisión propia, de los propios hechos
probados, como ha quedado explicado. De lo anterior, resulta no
solamente necesario sino obligado, efectuar un pronunciamiento
acerca de los aspectos esenciales que deben reunir los delitos de
omisión impropia, que son los siguientes: 1) la situación típica,
2) ausencia de una acción determinada, 3) la capacidad de realizar
esa acción, 4) la posición de garante, 5) la producción de un
resultado y 6) la posibilidad de evitarlo. Sobre los tres primeros
no se efectuará análisis, por haberlo hecho en apartados
anteriores al momento de tratar lo concerniente a la supuesta
omisión propia; y, la mención de los otros tres restantes, será a
efecto de ilustración, pues al no haber concurrido los elementos
de la omisión propia (la situación típica, ausencia de una acción
determinada,
la capacidad de realizar esa acción) no es posible
la existencia de los demás. No obstante lo afirmado, resulta
imperativo mencionar que el Tribunal en su sentencia se conforma
con realizar una exposición teórica de lo que comprenden los
delitos de omisión (Pág.115); sin embargo, al momento de exponer
la fundamentación jurídica, el Tribunal se limita a efectuar de
manera excesivamente simplista una mención exclusiva al requisito
de la posición de garante, para responsabilizar a mi representado
de veintitrés muertes, como si la concurrencia de uno de los
requisitos constituyera la exclusión de los demás, obviando
realizar el obligado análisis que le lleve a determinar la
concurrencia de todos los elementos exigidos para que pueda darse
un delito mediante omisión impropia, pues de faltar alguno la
continuación del análisis pierde su sentido al no poderse
configurar el ilícito. Con respecto al requisito de posición de
garante, éste se da, como lo expresa el jurista español Mir Puig,
―cuando corresponde al sujeto una específica función de protección
del bien jurídico afectado o una función personal de control de
una fuente de peligro, en ciertas condiciones. Ambas situaciones
265
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
convierten entonces al autor en ―garante‖ de la ―indemnidad del
bien jurídico‖, así pues, como lo explica el mismo autor, se
requiere que la indemnidad del bien jurídico, cuyo peligro se ha
creado, quede efectivamente en manos del omitente: Bajo su control
personal, para lo que no basta la genérica ―posibilidad de
salvación‖, condición también de la omisión pura. Es decir, que la
función de protección de un bien jurídico llega al punto de
originar una verdadera posición de garante, y no un simple deber
genérico de actuar, como lo ha interpretado equivocadamente el
Tribunal al decir que mi representado infringió los preceptos
contenidos en los Artículos 10, numeral 3, y 22, numerales 1 y 3,
de la Ley Orgánica de la Policía Nacional, cuando por el
contrario, de los mismos hechos probados se extrae que el señor W.
H. G. por su condición y funciones asignadas el día del hecho, no
se encontraba en ―posición de garante‖ con respecto a los reos,
pues, por un lado, atendió una orden emanada del Comandante de
Guardia para realizar una función específica (vigilar el perímetro
exterior); y, por otro, porque por esa misma asignación de
vigilancia
externa
no
se
encontraba
dentro
del
recinto
penitenciario al momento en que se perpetraba el hecho lesivo, y
es más, como ya se ha expuesto, ni siquiera tenía la capacidad de
realizar alguna acción que hubiese podido evitar el resultado
(ambos requisitos esenciales de la omisión impropia). Así pues
que, como continúa explicando Mir Puig, ―no todo aquel que omite
evitar la producción de un resultado lesivo puede ser castigado
como si lo hubiera causado por vía positiva, sino sólo
determinadas personas que se hallan respecto del bien jurídico
afectado en una específica posición de garante‖. De tal forma que
―si de la presencia o no de la posición de garante depende la
equiparación de la omisión a la propia causación positiva del
resultado, importa mucho precisar, en lo posible, los casos en que
dicha posición específica ocurre. Por lo demás, la seguridad
jurídica aconseja limitar la admisión de verdadera posición de
garante a los casos más inequívocos (in dubio pro reo)”. Sin
embargo, el Tribunal no considera este último aspecto al momento
de dictar la sentencia condenatoria de mérito, muy a pesar que en
otro acápite de la misma (FUNDAMENTACIÓN JURÍDICA.-SENTENCIAS
ABSOLUTORIAS.- ordinal DÉCIMO TERCERO. Pág. 467) deja claramente
establecida su duda en cuanto a la posición de garante de mi
representado, al absolverle por duda razonable en aplicación del
principio in dubio pro reo, resolviendo que en relación al acusado
W. H. G. “no existe prueba de que haya realizado acción alguna que
privara de la vida a los reos pandilleros, de hecho ha quedado
probado que el acusado dispuso no entrar a los recintos, aún a
pesar de lo que miraba y escuchaba desde la parte exterior, en
relación al incendio. Como consecuencia estima el Tribunal que el
acusado no tenía conocimiento de las agresiones a las que estaban
siendo sometidos los reos pandilleros y de las que resultó la
muerte de 37 de ellos, por tanto no tenía posibilidad material de
actuar a favor de los mismos descartándose responsabilidad por
omisión de este delito.” (Lo resaltado me pertenece). De igual
forma, deja plasmada su duda en cuanto al esencial requisito de
posición del garante del imputado cuando en el ordinal DECIMO
CUARTO (Pág. 468) establece que “el señor W. H. G., como ya se ha
indicado, no ingresó al Centro Penal, quedando probado que no
realizó acto alguno que tuviese la finalidad de quitarle la vida a
los reos pandilleros. Además, como se explicó, al encontrarse
afuera, el Tribunal no puede asegurar que el acusado hubiese
tenido conocimiento que dentro del recinto se estaban dando
acciones con el fin de quitarle la vida a diecinueve reos
266
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
pandilleros, por ello no es posible formularle reproche por
omisión de este delito.” (Lo resaltado me pertenece). En tal
sentido, por las razones expuestas, al igual que como acontece con
el delito de omisión propia por violación de los deberes de los
funcionaros, tampoco es posible responsabilizar a mi representado
por la muertes de veintitrés reos que fallecieron mediante
incendio, ya que los propios hechos probados acreditados por el
Tribunal de Sentencia demuestran que W. H. G.: 1) siempre se
mantuvo afuera de las instalaciones del Centro (desde mucho antes
que iniciara la crisis); 2) que durante la crisis se encontraba
cumpliendo con una labor de vigilancia asignada por la Comandancia
de Guardia, en el perímetro exterior, para evitar posible fuga de
reos; 3) el Centro Penal durante la crisis se encontraba bajo el
mando de personas de mayor jerarquía que la que ostentaba mi
representado; 4) por su condición, por las funciones asignadas, y
por la obligación de cumplir dichas funciones legítimamente
atribuidas, al momento del hecho no se encontraba en posición de
garante con respecto a los reos que se hallaban en el interior del
Centro Penal; y, 5) por las circunstancias en que el mismo se
encontraba, no tenía la capacidad de realizar ninguna acción a lo
interno del presidio y muchos menos de, con una posible
intervención, evitar el resultado lesivo que finalmente se
materializó. Por todo lo expuesto, en relación a las dos secciones
que componen el presente motivo de casación, es que esta
representación considera la necesidad del examen de los hechos
probados, frente a las normas jurídico-penales relacionadas, para
que, de esa forma, se declare haber lugar al recurso intentado al
haberse producido una clara infracción a la ley sustantiva, por
aplicación indebida, casándose la sentencia y absolviendo de toda
responsabilidad a mi representado. XLIV.- RECURSO DE CASACIÓN POR
INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO W. H. G.
ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS DECLARADOS PROBADOS
NO SE SUBSUMEN EL DELITO DE VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS
FUNCIONARIOS Y VEINTITRES DELITOS DE ASESINATO MEDIANTE INCENDIO
EN COMISION POR OMISION QUE SE LE ATRIBUYEN, DE TAL MANERA QUE EL
TRIBUNAL DE INSTANCIA HABRIA INCURRIDO EN UNA APLICACIÓN INDEBIDA
DE LOS ARTICULOS
349.3, 36 Y 117.3 DEL CÓDIGO PENAL. La
casacionista argumenta de los hechos probados DECIMO QUINTO (Pág.
76), DECIMO OCTAVO (Pág. 77), VIGESIMO CUARTO, PARTE ÚLTIMA (Pág.
79) y TRIGÉSIMO SEPTIMO (Pág. 83), que describen el comportamiento
del acusado W. H. G., no se desprenden los elementos constitutivos
de los tipos penales de VIOLACIÓN DE LOS DEBERES DE LOS
FUNCIONARIOS de omisión OMISIÓN PROPIA, en concurso ideal complejo
de carácter heterogéneo con veintitrés (23) delitos consumados de
ASESINATO MEDIANTE INCENDIO en COMISION POR OMISION. El recurrente
separa su alegato recursivo en dos partes, en la primera realiza
un Análisis del delito de violación de los deberes de los
funcionarios
(Art. 349, numeral 3, del Código Penal); y, en la
segunda, del delito de Violación de los Deberes de los
Funcionarios con el delito de Asesinato mediante Incendio (Arts.
36 y 117 numeral 3) del Código Penal).- Sobre el primero, refiere
que como delito de omisión pura son tres los elementos que la
conforman: a) La situación típica; b) la ausencia de una acción
determinada; y, c) la capacidad de realizar esa acción. Señala que
para imputar a una persona el delito de Violación de los Deberes
de los Funcionarios por omisión, es necesario que el autor no
ejecute un acto que deba realizar de conformidad con los deberes
de su cargo. En la hipótesis aplicada por el A Quo, considera que
se requiere la concurrencia de los siguientes elementos: 1. La
condición de funcionario público; y, 2. que el funcionario omita
267
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
algún acto que deba ejecutar de conformidad con los deberes de su
cargo. Con respecto al numeral 1, no niega la condición de
funcionario público del acusado; y con respecto al 2, alega que no
basta con la simple mención de la omisión de un deber jurídico
descrito en la Ley, sino que es necesario que exista la capacidad
de desarrollar la acción determinada y la presencia de dolo. Sobre
el acápite de valoración de la prueba (páginas 135 a la 137)
señala que el encausado W. H. G. actuó atendiendo un llamado de
alerta y obedeciendo una orden librada por el Comandante de
Guardia. Señala que el hecho probado DECIMO OCTAVO, no deja duda
que el día de los acontecimientos el acusado se encontraba fuera
de la instalación penitenciaria, y que luego de escucharse los
disparos, le fue ordenado vigilar y resguardar el perímetro
exterior, por lo entiende que no tenía la capacidad de realizar la
acción que según el A Quo ha omitido, conforme la Ley Orgánica de
la Policía Nacional. Manifiesta que quedó probado, que dentro de
la zona de conflicto habían personas de mayor rango a cargo de la
situación, no quedándole otra opción al acusado que cumplir las
órdenes recibidas, consistentes en realizar labores de vigilancia
en el perímetro exterior para evitar la posible fuga de reos. Con
respecto al ordinal DÉCIMO OCTAVO, Pág. 252, de la sentencia, para
la recurrente señala que el A Quo desconoce que los Agentes
Policiales se rigen por los principios de jerarquía, subordinación
y disciplina (Art. 22, literal ch, de la Ley Orgánica de la
Policía Nacional) en una relación jerarquizada y verticalizada,
por lo que deben cumplir las órdenes que emanan del superior. El
Censor considera que el juzgador se equivoca al condenar al
acusado por un delito de omisión propia en concurso ideal con otro
tipo penal de omisión impropia, ambos derivados de una misma
supuesta conducta omisiva consignada en los hechos probados
VIGESIMO CUARTO y TRIGESIMO SEPTIMO. Considera que al atribuir a
una misma conducta omisiva la condición generadora de dos
diferentes (omisión pura y omisión impropia al mismo tiempo) es
evidente que el Tribunal de Instancia ha incurrido en una
aplicación indebida del Artículo 36 del Código Penal. Respecto a
la omisión impropia de veintitrés (23) muertes producidas mediante
incendio, manifiesta que los aspectos esenciales que deben reunir
los delitos de OMISIÓN IMPROPIA, son los siguientes: 1) la
situación típica, 2) ausencia de una acción determinada, 3) la
capacidad de realizar esa acción, 4) la posición de garante, 5) la
producción de un resultado y 6) la posibilidad de evitarlo. La
recurrente expresa que sobre los tres primeros no efectúa análisis
alguno, por haberlo hecho en apartados anteriores al momento de
tratar lo concerniente a la supuesta omisión propia. Estima que en
la fundamentación jurídica, el A Quo se limita a una mención
exclusiva
del
requisito
de
posición
de
garante,
para
responsabilizar al acusado de veintitrés muertes, como si la
concurrencia de uno de los requisitos trajese como consecuencia
relevar al Juzgador de seguir analizando la existencia de los
demás. Afirma que el A Quo infringió los preceptos contenidos en
los Artículos 10, numeral 3, y
22, numerales 1 y 3, de la Ley
Orgánica de la Policía Nacional, cuando por el contrario, de los
mismos hechos probados se extrae que el señor W. H. G. por su
condición y funciones asignadas el día de los acontecimientos, no
se encontraba en “posición de garante” con respecto a los reos, en
base toda vez que atendía una orden emanada del Comandante de
Guardia para vigilar el perímetro exterior, por lo que éste no se
encontraba dentro del recinto penitenciario al momento en que se
perpetraban los hechos delictivos, y por ello, no tenía la
capacidad de realizar acción alguna para evitar el resultado,
268
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
requisito esencial de la omisión impropia. Solicita que su motivo
de casación en sus dos secciones, sea declarado con lugar, casando
la sentencia y absolviendo de toda responsabilidad al acusado.
Esta Sala de lo Penal considera importante recordar, que a través
del recurso de casación por infracción de ley, sólo puede
intentarse una revaloración jurídica del material fáctico descrito
en la sentencia, contenido en la formulación de hechos probados
realizada por el Tribunal de Instancia. El recurso de casación por
infracción de ley tiene por finalidad la revisión por
parte de
esta Sala de la interpretación que de la ley hagan los Tribunales
de Sentencia definiendo o valorando jurídicamente los hechos
establecidos en la sentencia y poniéndolos en relación con la
norma de derecho que rige el caso dentro del campo de la
consideración puramente jurídica. En este sentido, el recurso de
casación por infracción de ley debe estructurarse o partir su
alegación, de los hechos probados que contenga la resolución
cuestionada, puesto que el vicio en esencia consiste en que la
decisión adoptada por el juzgador en la parte resolutiva de la
sentencia, es incompatible, irreconciliable o ajena a la verdad
enunciada por la narración fáctica (hechos probados).Precisados
los límites en los que puede desenvolverse la función revisora de
esta Sala cuando del recurso de casación por infracción de ley se
refiere, ahora es pertinente que indiquemos cuales son los
elementos objetivos y subjetivos del delito de asesinato mediante
incendio, que en comisión por omisión se atribuye al imputado W.
H. G..- La muerte de una persona a consecuencia de la acción
realizada por otra, valiéndose de medios especialmente peligrosos
o revelando una especial perversidad, ha sido tradicionalmente
castigada con mayor severidad que el homicidio simple. En este
sentido, el asesinato se describe como la muerte de otra persona
ejecutada con alguna de las circunstancias mencionadas en el
artículo 117 del Código Penal. De este modo, la concurrencia de
algunas de las circunstancias del artículo 117
establece la
diferencia entre el homicidio y el asesinato. No obstante, cabe
señalar, que ambos delitos comparten características comunes, así,
aparte de la igualdad en el bien jurídico protegido, que es la
vida humana como valor ideal, coinciden los sujetos, activo y
pasivo, que pueden serlo cualquier persona, sin más limitaciones
que las que provienen del concurso de leyes,145 el objeto material
sobre el que recae directamente la acción es el hombre vivo
físicamente considerado, y los problemas de la relación de la
causalidad, en virtud de la cual se debe establecer la conexión
entre el comportamiento del sujeto activo y el resultado que
consiste en la muerte efectiva de otra persona. En el caso
concreto que ahora nos ocupa, se ha declarado la responsabilidad
penal del encausado por su contribución en comisión por omisión, a
la consumación de veintitrés delitos de asesinato mediante
incendio, modalidad prevista en el numeral 3) del precepto legal
supracitado. La razón de la especial agravación de la muerte de un
ser humano cometido mediante incendio, no es solamente la mayor
perfidia del medio empleado que revela un delincuente sumamente
peligroso, sino también el peligro general que tal medio y otros
como la inundación, explosión, descarrilamiento, etc… encierran
145
Así sí el sujeto pasivo es alguno de los Presidentes de los Poderes
del Estado, el delito aplicable es el previsto en el artículo 322, si se
trata del Jefe de Estado extranjero o Jefe de Gobierno extranjero, el
artículo 318, etc…
269
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
para la colectividad146. Habiendo determinado de manera sucinta
cuales son los elementos objetivos y subjetivos de la modalidad
del delito de asesinato, esta Sala considera pertinente referirse
ahora a la figura de la comisión por omisión, siendo que esta es
la estructura típica de los delitos de asesinato que se imputa al
encausado. El tipo de comisión por omisión muestra en su parte
objetiva la misma estructura que el de la omisión pura: a)
situación típica; b) ausencia de la acción determinada; c)
capacidad de realizarla147, pero completada con la presencia de tres
elementos particulares necesarios para la imputación objetiva del
hecho: la Posición de garante, la producción de un resultado y la
posibilidad de evitarlo. Recapitulando podemos decir que a)la
posición de garante integra necesariamente la situación típica de
los delitos de comisión por omisión no expresamente tipificados;
b)debe seguir en ellos la producción de un resultado; y, c) la
capacidad de acción debe comprender la capacidad de evitar el
resultado. Si el primer elemento de toda omisión es que tenga
lugar la situación típica base del deber de actuar, en la comisión
por omisión no expresamente tipificada ha de integrar dicha
situación la llamada posición de garante por parte del autor. Se
da cuando corresponde al sujeto una específica función de
protección del bien jurídico afectado o una función personal de
control de una fuente de peligro, en ciertas condiciones. Ambas
situaciones convierten entonces al autor en garante de la
indemnidad del bien jurídico correspondiente. Así por ejemplo, en
determinadas circunstancias asumen la posición de garantes para
salvaguardar la indemnidad de bienes jurídicos ajenos, el padre en
relación con el niño, el hijo en relación con el padre anciano, la
esposa en relación con el esposo o viceversa, el profesor de
natación en relación con su alumno, la enfermera obligada a cuidar
al paciente, el salvavidas en relación a la persona que se ahoga,
la niñera encargada de cuidar la criatura en brazos, el
controlador aéreo, el cuidador de una planta de energía atómica o
de sustancias radiactivas, el conductor encargado de transportar
sustancias químicas, el jefe de seguridad de la fábrica encargado
de mantener las máquinas en perfecto estado de funcionamiento para
evitar accidentes de trabajo, el dueño del animal fiero,
La
posición de garante es precisa para que la no evitación de un
resultado lesivo pueda equipararse a su propia causación positiva
y castigarse con arreglo al precepto que sanciona su producción.
De este modo, en la doctrina se exponen como ejemplos clásicos de
delitos cometidos en comisión por omisión, en que la posición de
garante determina que la no evitación del resultado lesivo se
equipara al de su causación, lo siguientes: la madre que no le
146
Vid. CUELLO CALON, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo II,
Revisada por CAMARGO HERNANDEZ, CESAR, Bosch, Casa Editorial, S.A.,
Barcelona, 1982, pág. 507.
147
Así por ejemplo, constituye un tipo de omisión pura, el previsto en el
artículo 388 No. 4) del Código Penal que se describe de la siguiente
manera: ―….quien sin concierto previo con los autores o cómplices de un
delito, pero con motivos suficientes para suponer la comisión de éste:…4)
Deja de comunicar a la autoridad las noticias que tuviere acerca de la
comisión de un delito cuando está obligado a hacerlo por su profesión o
empleo….En este supuesto la situación típica es la de quien se encuentra
en la circunstancia de tener motivos suficientes para suponer la comisión
de un delito con la obligación de denunciarlo. La ausencia de la acción
esperada, radica en dejar de comunicar a la autoridad las noticias que
tuviere acerca de la comisión de un delito, a lo que se añade la como un
elemento del tipo objetivo, la capacidad de efectuar tal notificación, es
decir, la posibilidad de realizar la acción esperada.
270
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
suministra alimento al recién nacido y lo deja morir por
inanición, la mujer que deja perecer al recién nacido al omitir
atarle el cordón umbilical, el cónyuge que no le brinda asistencia
médica a su compañero, víctima de una repentina enfermedad o
accidente, y deja que muera, el socorrista que no le presta
atención al bañista cuya protección se le ha encomendado, al
profesor de natación que deja ahogar al alumno que le ha prometido
adiestrarlo en dicho deporte, el guía, que ante la situación de
peligro del excursionista que ha confiado su cuidado, no hace nada
para evitarlo, el encargado de cuidar al ciego, al que no le
impide avanzar hacia el precipicio, el que deja morir de hambre al
secuestrado, el guardián de prisiones que no asiste al detenido en
peligro de muerte después de intervenir en una riña, etc..148 Lo
decisivo en la comisión por omisión no es la existencia efectiva
de una relación causal entre la omisión y el resultado, sino solo
la virtual causal de la acción que hubiera debido realizarse para
evitarlo (“causalidad hipotética”) Para comprobar la existencia de
la causalidad hipotética o llamada también por algunos “nexo de
evitación”, el Juzgador debe acudir a una fórmula en virtud de la
que a partir de la teoría de la equivalencia de las condiciones,
se afirma que la omisión es causa del resultado, si puesta
mentalmente en su lugar la acción esperada, que no es realizada
por el omitente, el resultado desaparece como mínimo en una
probabilidad rayana en la certeza. Como lo exponíamos líneas
arriba, el sujeto activo debe tener la capacidad efectiva (real,
física) de realizar la conducta ordenada (el mandato) en el caso
concreto y partir de consideraciones objetivas, pues de lo
contrario, sí al agente le falta capacidad corporal o física de
acción, su comportamiento, llevado a cabo de manera distinta, será
atípico; como dice la máxima jurídica: “a lo imposible nadie está
obligado”. Así por ejemplo: el bañista que en este momento se
ahoga en las playas, así se pueda presenciar el hecho por medio de
la televisión, no puede ser salvado por uno de los televidentes,
pues ninguno de ellos tiene la posibilidad de realizar la acción
ordenada, no así el socorrista contratado para cuidar a los
veraneantes. Desde luego, la incapacidad física puede ser
equiparada a aquella que resulta de una inhabilidad técnica, de
una falta de conocimientos o de medios de auxilio149. Para la
comisión por omisión vale igual el dolo, que para los delitos de
omisión pura. La única particularidad es que, como es lógico, el
dolo deberá abarcar no solo la ausencia de la acción debida, sino
también la posibilidad y la necesidad de la evitación del
resultado mediante aquella acción. Además habrá de extenderse a la
situación que determina la presencia de la posición de garante150.
Abundando en la configuración del dolo, podemos decir que este
tiene un componente cognoscitivo, en tanto que se requiere en
primer lugar, que el agente tenga conocimiento de la posición de
garante, es decir, debe saber que en el caso concreto ostenta la
posición de padre, hijo, médico, jefe de seguridad industrial,
etc… En segundo lugar, el sujeto debe tener conocimiento de la
situación típica y del curso causal (de la causalidad hipotética),
además
en
tercer
lugar,
se
requiere
la
posibilidad
de
148
Vid. VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte General, 4ª edición,
COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, pág 668.
149
Vid. VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte General, 4ª edición,
COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, pág 672.
150
Vid. MIR PUIG, SANTIAGO,
2002, pág. 324.
Derecho Penal, Parte General, 6ª edición,
271
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
representación de la conducta debida y la vía para evitarlo. Sobre
el componente volitivo, es indispensable que el agente quiera
(aunque sea eventualmente) la realización del tipo en su aspecto
objetivo correspondiente, que tenga voluntad de realización de la
conducta omisiva según la nota de la finalidad151. Aplicando los
criterios anteriormente expuestos al caso concreto que ahora nos
ocupa, esta Sala aprecia lo siguiente: A) Que de conformidad a lo
descrito por el Tribunal de Sentencia en la fundamentación fáctica
del fallo recurrido, a eso de las 9:25 de la mañana del día 5 de
abril de 2003, uno de los reos rondines procesados cerró con
candado la celda número seis, procediendo junto con otros
encausados a colocar obstáculos en la puerta de acceso,
introduciendo colchones por las ventanas del recinto, así como
también a rociar de líquido acelerante la madera del techo
provocando fuego en el interior de la celda. Con tales acciones se
origina una situación típica, es decir una amenaza o peligro para
el bien jurídico “vida” de los reclusos pandilleros y otras
personas que se encontraban dentro, originándose un foco de
peligro o riesgo de que muriesen por la acción del fuego
provocado, y con ello la expectativa de que se consumase el tipo
penal de asesinato descrito en el artículo 117 No. 3) del Código
Penal (vid. Hecho probado vigésimo cuarto) b) Es un hecho no
controvertido, que el acusado W. H. G., en su condición de policía
penitenciario y por ende en su calidad de miembro la Policía
Nacional recibió instrucciones giradas por un superior jerárquico
para colaborar en el mantenimiento del orden que había sido
quebrantado en las instalaciones de la Granja Penal del Porvenir.
El artículo 293 de la Constitución de la República prevé que la
Policía Nacional es una institución profesional del Estado,
encargada de velar por la conservación del orden público, la
prevención, control y combate del delito, así como también de
proteger la seguridad de las personas y sus bienes. El artículo 10
No. 2) de la entonces vigente Ley Orgánica de la Policía Nacional
(Decreto No. 155-98) establecía entre otras atribuciones, que para
el logro de sus objetivos y cumplimiento de sus responsabilidades,
le correspondía a ese cuerpo de seguridad proteger la vida,
bienes, derechos y libertades
de las personas. En sintonía con
los preceptos antes mencionados, el artículo 22 No. 3) establece
que en el cumplimiento de sus funciones los miembros de la Policía
deberán cuidar y proteger la salud física y mental de las personas
detenidas o sometidas a resguardo. Del precepto constitucional y
legales antes citados, se desprende sin duda alguna, que los
policías penitenciarios, al reunir la condición de miembros de la
Policía Nacional, asumen la posición de garantes de la vida e
integridad física de las personas que se encuentran recluidas en
un centro penitenciario del Estado en aquellos casos en que dichos
bienes jurídicos se vean amenazados o puestos en peligro por otros
reclusos o individuos. De este modo podemos afirmar, que el
imputado W. H. G. tenía un deber general de colaborar en el
restablecimiento del orden alterado en ese centro penitenciario, y
por lo tanto una posición de garante, es decir, la obligación de
hacer cuanto estuviera a su alcance para evitar ataques a la
integridad física o la vida de cuantas personas se encontraran en
situación de peligro, independientemente de que se tratara de
pandilleros,
rondines,
reos
comunes
denominados
“paisas”,
visitantes, funcionarios penitenciarios, policías, miembros del
ejército nacional, etc… C)Ausencia de la acción determinada: una
151
Vid. VELASQUEZ, FERNANDO, VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte
General, 4ª edición, COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, págs. 674-675.
272
Recurso de Casación No.S.P.400=2008
lectura detenida de la fundamentación fáctica de la sentencia
impugnada, no revela que el encausado W. H. G. haya realizado
alguna acción dirigida a evitar que los reos pandilleros y otras
personas que se encontraban al interior de la celda No. 6) de la
Granja Penal del Porvenir murieran por la acción del fuego
desatado tras la provocación del incendio provocado por otras
personas. D)La posibilidad de realizar la acción esperada: para
verificar la concurrencia de este requisito de la parte objetiva
del delito de comisión en omisión, resulta de capital importancia
el análisis de lo descrito en el hecho probado VIGESIMO CUARTO en
relación a lo expresado en el hecho probado DÉCIMO OCTAVO. En el
primero de los hechos antes mencionados se establece que uno de
los reos rondines cerró con candado la celda número seis,
procediendo junto con otros encausados a colocar obstáculos en la
puerta de acceso, introduciendo colchones por las ventanas del
recinto, así como también a rociar de líquido acelerante la madera
del techo provocando fuego en el interior de dicha celda,
agregando más adelante que en ese momento el Policía Penitenciario
W. H. G., escuchó los gritos de las personas que se encontraban
dentro de la celda seis (6), e instantes después observó el humo
provocado por el fuego de la celda (6), sin que tampoco realizara
acción alguna. En el hecho probado DECIMOCTAVO se establece la
ubicación espacial del imputado en el transcurso de los hechos por
los cuales se le juzga, cuando se expresa que :”..Al sonido de los
disparos desde el interior del recinto, en la Comandancia de
Guardia, se ordenó, a las personas que estaban haciendo fila para
ingresar como visitas, que se fueran, por su seguridad; Entre
tanto,
habiendo
escuchado
los
disparos,
los
policías
penitenciarios J. E. Lorenzo G. y W. H. G., se desplazan desde la
posta uno hacia la Comandancia de Guardia, donde dejan los seis
(6) reos comunes que andaban custodiando, ordenándoles el
Comandante de Guardia NE.O.M. que resguardaran el perímetro
exterior, específicamente al Policía J.
E. Lorenzo G., se le
ordena ubicarse entre las postas dos (2) y tres (3) y al Policía
W. H. G., en la posta cinco (5), en donde ese día prestaba
servicio el policía penitenciario R. A. H. V.…” De lo anterior se
deriva que el acusado W. H. se encontraba bajo el mando, es decir
bajo
la
subordinación
del
Comandante
de
Guardia
N.O.M.,
circunstancia que limitó su libre capacidad de decidir o accionar
en su función protectora frente a la situación de peligro en la
vida e integridad física de cuantos se encontraba en el interior
del centro penitenciario. Es de recordar que al tenor de lo
prescrito por el artículo 22 No. 2 literal ch) de la Ley Orgánica
de la Policía Nacional vigente al momento en que se produjeron los
acontecimientos; en el cumplimiento de sus funciones los miembros
de la policía deberán de actuar de acuerdo con los principios de
jerarquía, subordinación y disciplina, precisando por otro lado,
que en ningún caso podrá invocarse la obediencia debida cuando las
órdenes o acciones impliquen la comisión de delitos o faltas o
cuando sean contrA. a la ley. Un observador objetivo e imparcial
situado ex ante, es decir, previo a que se produjeran los
resultados típicos objetos de juzgamiento, llega a la conclusión
de que la instrucción girada por el superior jerárquico del
procesado W. H. G. no se presentaba a éste como ilegal o contraria
al ordenamiento jurídico, de tal manera que a partir de datos
objetivos podemos deducir que el encartado no se representó un
deber jurídico de actuar de otra manera, y por lo tanto la
obligación legal de abandonar la posición de vigilancia que le
había sido encomendada, dicho en otros términos no se deduce del
cuadro fáctico descrito que el encartado quiso (aunque sea
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Recurso de Casación No.S.P.400=2008
eventualmente) la realización del tipo en su aspecto objetivo
correspondiente, y por lo tanto que haya concurrido en su conducta
una
voluntad de realización de la conducta omisiva dirigida
finalísticamente a contribuir aunque sea eventualmente a la
consumación de las muertes mediante incendio que se produjeron en
la celda número seis tantas veces relacionada.152. Y es que en una
situación límite y manifiestamente caótica como la que se produjo
al interior de la Granja Penal del Porvenir en donde a las muertes
y agresiones ejecutadas inicialmente por algunos miembros del
colectivo de reos pandilleros, vino seguida según el relato de
hechos probados, de otras muertes y agresiones causadas por
algunos reos rondines con intervención de algunos elementos de
seguridad
del
estado,
aconsejaban
no
solamente
tratar
de
restablecer el orden interno quebrantando al interior del
establecimiento, sino también de manera simultánea ejercer
funciones de seguridad en el perímetro externo ante los altos
riesgos de peligro de fuga en detrimento de los intereses de la
Administración
de
Justicia
como
también
de
impedir
actos
contrarios a la vida e integridad corporal de cuantas personas,
indistintamente de su condición se encontraran dentro de su radio
de acción. De los hechos probados no se desprende que d
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