Recurso de Casación No.S.P.400=2008 CERTIFICACION La Infrascrita Secretaria General de la Corte Suprema de Justicia CERTIFICA la sentencia que literalmente dice: ―EN NOMBRE DEL ESTADO DE HONDURAS. En la ciudad de Tegucigalpa, Municipio del Distrito Central, a los once días del mes de abril de dos mil once, LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, por medio de LA SALA DE LO PENAL, integrada por los señores Magistrados CARLOS D. CALIX VALLECILLO, RAUL ANTONIO H. INTERIANO y MARCO VINICIO Z. M., quien sustituye por excusa justificada al Magistrado JACOBO ANTONIO CALIX H.; dicta sentencia conociendo de los Recursos de Casación por Infracción de Ley, Infracción de Precepto Constitucional y Quebrantamiento de Forma, interpuestos contra la sentencia de fecha cinco de septiembre de dos mil ocho, dictada por el Tribunal de Sentencia de La Ceiba, Departamento de Atlántida, que falló: 1) CONDENANDO al señor L. B. A. R., por el delito de Abuso de Autoridad en perjuicio de la Administración del Estado de Honduras, a la pena de TRES (03) AÑOS DE RECLUSIÓN y a la de Inhabilitación Especial por SEIS (06) años; ABSOLVIENDOLO, por falta de pruebas, de los delitos de Asesinato mediante Incendio en perjuicio de veintitrés personas, Asesinato Alevoso en perjuicio de treinta y siete personas, Asesinato Alevoso en perjuicio de J. F. C. y G. S. S., cuyas muertes no fueron acreditadas, Asesinato Alevoso en perjuicio de los señores J. A. A., J. E. B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J. M., y Tentativa de Asesinato en perjuicio de diecinueve (19) personas; 2) CONDENANDO al señor R. A. S. I., como autor responsable por omisión impropia en un concurso ideal complejo de carácter heterogéneo, de los delitos de Violación de los Deberes de los Funcionarios Públicos en perjuicio de la Administración Pública del Estado de Honduras, Asesinato mediante Incendio en perjuicio de veintitrés (23) personas, Asesinato por Alevosía en perjuicio de treinta y siete (37) personas, y Asesinato por Alevosía en su grado de Ejecución de Tentativa en perjuicio de diecinueve (19) personas, a la pena de TREINTA Y UN (31) AÑOS, TRES (3) MESES, UN (1) DIA DE RECLUSION, mas la pena accesoria de Inhabilitación Absoluta; ABSOLVIENDOLO, por falta de pruebas, de los delitos de Abuso de Autoridad, en perjuicio de la Administración Pública, Asesinato en perjuicio de J. F. C. y G. S. S., cuyas muertes no fueron acreditadas, y Asesinato en perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J. M.; 3) CONDENANDO al señor D. A. B. V. por los delitos de Violación de los Deberes de los Funcionarios Públicos en perjuicio de la Administración Pública de Honduras, en concurso ideal complejo de carácter heterogéneo con el delito de Asesinato Mediante Incendio en perjuicio de veintitrés (23) personas, Asesinato por Alevosía en perjuicio de treinta y siete (37) personas y Asesinato por Alevosía en su Grado de Ejecución de Tentativa en perjuicio de diecinueve (19) personas, a las penas de TREINTA Y UN (31) AÑOS NUEVE (09) MESES UN (01) DÍA DE RECLUSION; SETECIENTOS CINCUENTA Y OCHO (758) AÑOS CON SEIS (06) MESES DE RECLUSION, y DOSCIENTOS SESENTA Y DOS (262) AÑOS DIEZ (10) MESES DE RECLUSION RESPECTIVAMENTE, más la pena accesoria de Inhabilitación Absoluta; ABSOLVIENDOLO, por falta de pruebas, de los delitos de Asesinato en perjuicio de J. F. C. y G. S. S., cuyas muertes no fueron acreditadas, Asesinato en perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J. M. y Tortura en perjuicio de M. H. A.; 4) CONDENANDO al señor P. P. C., por los delitos de Violación de los Deberes de los Funcionarios Públicos en perjuicio de la Administración Pública de Honduras, en concurso ideal complejo de carácter heterogéneo con el delito de Asesinato 1 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 Mediante Incendio en perjuicio de veintitrés (23) personas, Asesinato por Alevosía en perjuicio de treinta y siete (37) personas y Asesinato por Alevosía en su Grado de Ejecución de Tentativa en perjuicio de diecinueve (19) personas, a las penas de TREINTA Y UN (31) AÑOS SEIS (06) MESES UN (01) DÍA DE RECLUSION; SETECIENTOS CUARENTA (740) AÑOS DE RECLUSION, y DOSCIENTOS CINCUENTA Y TRES (253) AÑOS CUATRO (04) MESES DE RECLUSION RESPECTIVAMENTE, mas la pena accesoria de Inhabilitación Absoluta; ABSOLVIENDOLO, por falta de pruebas, de los delitos de Asesinato en perjuicio de J. F. C. y G. S. S., cuyas muertes no fueron acreditadas, Asesinato en perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J. M.; 5) CONDENANDO al señor W. H. G. como autor por omisión propia del delito de Violación de los Deberes de los Funcionarios Públicos en perjuicio de la Administración del Estado de Honduras, en concurso ideal complejo de carácter heterogéneo por omisión impropia del delito de Asesinato Mediante Incendio en perjuicio de veintitrés (23) personas, a la pena de TREINTA Y UN (31) AÑOS, TRES (03) MESES Y UN (01) DÍA DE RECLUSION, mas la pena accesoria de Inhabilitación Absoluta; ABSOLVIENDOLO, por duda razonable, de los delitos de Asesinato en perjuicio de treinta y siete (37) personas, Asesinato Tentado por Alevosía en perjuicio de diecinueve (19) personas, Asesinato en perjuicio de J. F. C. y G. S. S., cuyas muertes no fueron acreditadas, y Asesinato en perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J. M.; 6) CONDENANDO a los señores A. A. S. C., H. W. J. M., J. A. S. P., J. A. C., L. A. C. V., O. A. O. F., S. E. A. P., S. G. B. Y T. R. G., por los delitos de Asesinato Mediante Incendio, en perjuicio de veintitrés (23) personas, Asesinato por Alevosía en perjuicio de treinta y siete (37) personas, y Asesinato por Alevosía en su Grado de Ejecución de Tentativa en perjuicio de diecinueve (19) personas en concurso real, a las penas de VEINTICINCO (25) AÑOS DE RECLUSION, SETECIENTO CUARENTA (740) AÑOS DE RECLUSION, DOSCIENTOS CINCUENTA Y TRES (253) AÑOS Y CUATRO (04) MESES DE RECLUSION RESPECTIVAMENTE a cada uno de los imputados, mas la pena accesoria de Inhabilitación Absoluta; 7) CONDENANDO al señor P. E. R. F. por los delitos de Asesinato Mediante Incendio, en perjuicio de veintitrés (23) personas, Asesinato por Alevosía en perjuicio de treinta y siete (37) personas, y Asesinato por Alevosía en su Grado de Ejecución de Tentativa en perjuicio de diecinueve (19) personas en concurso real, a las penas de VEINTICINCO (25) AÑOS SEIS (6) MESES DE RECLUSION, SETECIENTO CINCUENTA Y OCHO (758) AÑOS DE RECLUSION, Y DOSCIENTOS SESENTA Y DOS (262) AÑOS CUATRO (04) MESES DE RECLUSION RESPECTIVAMENTE, mas la pena accesoria de Inhabilitación Absoluta; 8) ABSOLVIENDO, por falta de pruebas, a los señores A. A. S. C., H. W. J. M., J. A. S. P., J. A. C., L. A. C. V., O. A. O. F., S. E. A. P., S. G. B., P. E. R. F. Y T. R. G., del delito de Asesinato en perjuicio de los señores J. F. C. y G. S. S., cuyas muertes no fueron acreditadas, y por no tener participación alguna en el delito de Asesinato en perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J. M.; 9) CONDENANDO a los señores M. A. C. I., J. R. O. y O. E. H. P. como autores por omisión propia del delito de Violación de los Deberes de los Funcionarios Públicos en perjuicio de la Administración Pública de Honduras, en concurso ideal complejo, de carácter heterogéneo por omisión impropia con los delitos de Asesinato Mediante Incendio en perjuicio de veintitrés (23) personas y Asesinato por Alevosía Proditoria en su Grado de Ejecución de Tentativa en perjuicio de diecinueve (19) personas, a la pena de TREINTA Y UN (31) AÑOS, TRES (3) MESES Y UN (01) DIA DE RECLUSION 2 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 a cada uno de los imputados, más la pena accesoria de Inhabilitación Absoluta; ABSOLVIENDOLOS de los delitos de Asesinato en perjuicio de J. F. C. y G. S. S., cuyas muertes no fueron acreditadas, Asesinato en perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J. M., y por duda razonable del delito de Asesinato en perjuicio de treinta y siete (37) personas; 10) CONDENANDO al señor S. J. S. M., como autor por omisión propia del delito de Violación de los Deberes de los Funcionarios Públicos en perjuicio de la Administración Pública de Honduras, en concurso por omisión impropia del delito de Asesinato por Alevosía en su Grado de Ejecución de Tentativa en perjuicio de diecinueve (19) personas, y Asesinato por Alevosía Proditoria en perjuicio de M. R. R. V., M. R. P. y un reo pandillero sin identificar, a las penas de DIECISEIS (16) AÑOS OCHO (08) MESES TRES (03) DIAS DE RECLUSION y SESENTA (60) AÑOS DE RECLUSION respectivamente, mas la pena accesoria de Inhabilitación Absoluta, ABSOLVIENDOLO, por falta de pruebas, del delito de Asesinato en perjuicio de J. F. C. y G. S. S., cuyas muertes no fueron acreditadas, ABSOLVIENDOLO, por no tener relación con los hechos, del delito de Asesinato en perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J. M., y ABSOLVIENDOLO, por duda razonable, de los delitos de Asesinato Alevoso en perjuicio de treinta y cuatro (34) personas y Asesinato Mediante Incendio en perjuicio de veintitrés (23) personas; 11) CONDENANDO al señor J. L. S. R. como autor por omisión propia, del delito de Violación de los Deberes de los Funcionarios Públicos en perjuicio de la Administración Pública de Honduras, en concurso ideal complejo, de carácter heterogéneo, por omisión impropia del delito de Asesinato por Alevosía en su Grado de Ejecución de Tentativa en perjuicio de diecinueve (19) personas a la pena de DIECISEIS (16) AÑOS, OCHO (08) MESES, TRES (03) DIAS DE RECLUSION, mas la pena accesoria de Inhabilitación Absoluta, ABSOLVIENDOLO, por falta de pruebas, del delito de Asesinato en perjuicio de J. F. C. y G. S. S., cuyas muertes no fueron acreditadas, ABSOLVIENDOLO, por no tener relación con los hechos, del delito de Asesinato en perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J. M., y ABSOLVIENDOLO, por duda razonable, de los delitos de Asesinato Alevoso en perjuicio de treinta y siete (37) personas y Asesinato Mediante Incendio en perjuicio de veintitrés (23) personas; 12) CONDENANDO al señor C. E. H. A. como autor por omisión propia del delito de Violación de los Deberes de los Funcionarios Públicos en perjuicio de la Administración Pública de Honduras, en un concurso ideal complejo de carácter heterogéneo, por omisión impropia en el delito de Asesinato Alevoso en su Grado de Ejecución de Tentativa en perjuicio de diecinueve (19) personas, a la pena de DIECISIETE (17) AÑOS, OCHO (08) MESES, TRES (03) DIAS de reclusión, mas la pena accesoria de Inhabilitación Absoluta; ABSOLVIENDOLO, por falta de pruebas, del delito de Asesinato en perjuicio de J. F. C. y G. S. S., cuyas muertes no fueron acreditadas, ABSOLVIENDOLO, por no tener relación con los hechos, del delito de Asesinato en perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J. M., y ABSOLVIENDOLO, por duda razonable, de los delitos de Asesinato Alevoso en perjuicio de treinta y siete (37) personas y Asesinato Mediante Incendio en perjuicio de veintitrés (23) personas; 13) CONDENANDO a los señores L. B. A. R., R. A. S.I., D. A. B. V., P. P. C., W. H. G., A. A. S. C., H. W. J. M., J. A. S. P., J. A. C., L. A. C. V., O. A. O. F., S. E. A. P., S. G. B., P. E. R. F., T. R. G., M. A. C. I., J. R. O., O. E. H. P., S. J. S. M., J. L. S. R., y C. E. H. A., a la pena Accesoria de Interdicción Civil; 14) ABSOLVIENDO, por falta de pruebas, a los 3 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 señores I. J. J. B., G. I. C. O., J. M. V. O. Y L. A. C. C., como autores de los delitos de Violación de los Deberes de los Funcionarios Públicos en perjuicio de la Administración Pública de Honduras, Asesinato Mediante Incendio en perjuicio de veintitrés (23), Asesinato por Alevosía en perjuicio de treinta y siete (37) personas, Asesinato por Alevosía en su grado de Ejecución de Tentativa, en perjuicio de diecinueve (19) personas, Asesinato en perjuicio de J. F. C., y G. S. S., cuyas muertes no fueron acreditadas, y los ABSOLVIO, por no tener relación con los hechos, del delito de Asesinato en perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J. M.; 15) ABSOLVIENDO, por falta de pruebas, al señor D. A. L., de los delitos de Asesinato Mediante Incendio en perjuicio de veintitrés (23) personas, Asesinato por Alevosía en perjuicio de treinta y siete (37) personas, Asesinato por Alevosía en su grado de Ejecución de Tentativa, en perjuicio de diecinueve (19) personas, Asesinato en perjuicio de J. F. C., y G. S. S., cuyas muertes no fueron acreditadas, y lo ABSOLVIO, por no tener relación con los hechos, del delito de Asesinato en perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J. M.; 16) ABSOLVIENDO, por duda razonable, a los señores B. D. C. D., S. O. A. M., W. A. C. C. Y C. R. A. S., de los delitos de Asesinato Mediante Incendio en perjuicio de veintitrés (23) personas, Asesinato por Alevosía en perjuicio de treinta y siete (37) personas, Asesinato por Alevosía en su grado de Ejecución de Tentativa, en perjuicio de diecinueve (19) personas, Asesinato en perjuicio de J. F. C., y G. S. S., cuyas muertes no fueron acreditadas, y los ABSOLVIO, por no tener relación con los hechos, del delito de Asesinato en perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J. M.; 17) ABSOLVIENDO, por duda razonable, a los señores P. J. G. G. y S. P. F., de los delitos de Violación de los Deberes de los Funcionarios Públicos, en perjuicio de la Administración Pública; Asesinato Mediante Incendio en perjuicio de veintitrés (23) personas, Asesinato por Alevosía en perjuicio de treinta y siete (37) personas, Asesinato por Alevosía en su grado de Ejecución de Tentativa, en perjuicio de diecinueve (19) personas, Asesinato en perjuicio de J. F. C., y G. S. S., cuyas muertes no fueron acreditadas, y los ABSOLVIO, por no tener relación con los hechos, del delito de Asesinato en perjuicio de J. A. A., J. E. B., J. L. F., A. E. G., C. S. y S. J. M.; 18) ABSOLVIENDO, por falta de pruebas, de toda responsabilidad penal al señor M. I. M., por los delitos de Asesinato Alevoso en su Grado de Ejecución de Tentativa, en perjuicio de E. L. S., J. C. P. R., y J. C. M. S. Interpusieron los recursos de casación: El Abogado A. O. S., en su condición de Abogado Defensor de los señores C. E. H. A., J. L. S. R., M. A. C. I., J. R. O. y O. E. H. P.; El Abogado J. C. R. M., en su condición de apoderado Legal del señor S. J. S. M.; El Abogado M. A. Z. R. en su condición de Apoderado Defensor del señor R. A. S.I.; El Abogado E. J. L. Z. en su condición de apoderado defensor del señor L. B. A. R. y actuando como Co-defensor de los señores P. P. C. y D. A. B. V.; El Abogado C. O. U. L. actuando en su condición de Defensor Público de los señores L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J.; El Abogado J. N. P. B. en su condición de Defensor Público del señor O. A. O.; El Abogado E. R. en su condición de Defensor Público del señor S. E. A. P.; El Abogado E. R. C. en su condición de Defensor Público del señor S. G. B.; El Abogado F. A. G.actuando en su condición de Defensor Público de los señores A. A. S. C. y J. A. C.; El Abogado N. G. A. en su condición de Defensor Público del señor J. A. S. P.; el Abogado O. G. en su condición de Defensor Público del señor P. E. R.; La Abogada S. 4 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 G. F. en su condición de Co-apoderada Judicial del señor W. H. G.; y, El Abogado M. A. Z. R. en su condición de Apoderado Defensor del señor R. A. S.I. SON PARTES: 1. El Abogado A. O. S., apoderado Defensor de los señores C. E. H. A., J. L. S. R., M. A. C. I., J. R. O. y O. E. H. P. 2. El Abogado C. E. A. H., Apoderado Defensor del señor R. A. S.I. 3. La Abogada R. L. S. L., Defensora Pública de los señores P. E. R., S. G. B. y S. E. A.. 4. El Abogado A. A. G., Defensor Público de los señores A. A. S., J. A. C., J. A. S. 5. El Abogado M. R. A. E., Defensor Público de los señores L. C. V., T. R. G., H. W. J. y O. A. O. 6. El Abogado J. C. R. M., Apoderado Defensor del señor S. J. S. M. 7. Los Abogados E. J. L. y S. I. G. F., Apoderados Defensores de los señores W. H. G., L. B.D A. R., D. A. B. V. y P. P. C. Como recurrida se encuentra acreditada la Abogada K. L. M. P., Representante del Ministerio Público. CONSIDERANDO. I.- Que el Recurso de Casación por Infracción de Ley, interpuesto por el Abogado A. O. S.; el Recurso de Casación por Infracción de Precepto Constitucional, Quebrantamiento de Forma e Infracción de Ley interpuesto por el Abogado J. C. R. M.; el Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma interpuesto por el Abogado M. A. Z. R.; los Recursos de casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma interpuestos por el Abogado E. J. L. Z.; el Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma interpuesto por el Abogado C. O. U. L.; el Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma interpuesto por el Abogado J. N. P. B.; los Recursos de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma interpuestos por el Abogado E. R. C.; el Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma interpuesto por el Abogado F. A. G.; el Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma interpuesto por el Abogado N. G. A.; el Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma interpuesto por el Abogado O. G.; el Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma interpuesto por la Abogada S. G. F.; y, el Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma interpuesto por el Abogado M. A. Z. R., reúnen los requisitos exigidos por la ley, por lo que procede su admisibilidad, siendo procedente pronunciarse sobre la procedencia o improcedencia de los mismos. II.―HECHOS PROBADOS: Valorando las pruebas practicadas en el Juicio Oral, de acuerdo a los criterios de la sana crítica y este Tribunal de Sentencia declara expresa y terminantemente probados los hechos siguientes: PRIMERO: El día miércoles cinco de febrero de dos mil tres, se encontraban privados de su libertad ambulatoria, ciento noventa ocho (198) personas del sexo masculino, miembros de la pandilla ―18‖, en la Penitenciaria Nacional ―Marco Aurelio Soto‖, sita en la Aldea de Támara, Municipio del Distrito Central, Departamento de F. Morazán, específicamente en el hogar número diecisiete (17) de la planta baja del Modulo de ―Casa Blanca‖, encerrados en su celda completamente separados del resto de los privados de libertad de dicho módulo; La Celda estaba dividida por barrotes cubiertas con laminas de zinc para evitar el acceso visual con otras celdas. En los últimos meses los reos comunes o ―paisas‖ agredían verbalmente a los reos pandilleros recluidos en ―Casa Blanca‖, tirándoles orines y excremento humano, cada vez que tenían oportunidad, implementando las autoridades penitenciarias el uso de áreas comunes del recinto por turnos. SEGUNDO: En esa misma fecha se encontraban privados de la libertad ambulatoria y separados del resto de la población penitenciaria, ocho personas del sexo 5 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 femenino, miembros de la pandilla ―18‖, en el Centro Femenino de Adaptación Social (CEFAS) ubicado también en Támara. TERCERO: Mediante oficio de fecha cinco de febrero de dos mil tres, L. B. A. R., en su condición de Director General de la Dirección General de Servicios Especiales Preventivos de la Secretaría de Estado en el Despacho Seguridad, solicita al entonces Secretario de Estado en los Despachos de Seguridad O. A. A. P., autorización para trasladar a doscientos cuatro (204) internos de la pandilla ―18‖ de la Penitenciaria Nacional y de CEFAS a los distintos centro penales del país, señalando como motivo del traslado la seguridad personal de los privados de libertad de la pandilla ―18‖, aduciendo que existía información de que los privados de libertad no miembros de pandilla, querían quitarle la vida a todos los pandilleros y los familiares que los visitaban, a lo cual el Señor Secretario de Estado de Seguridad indicó: ―Proceder Conforme a Ley’. CUARTO: El día cinco de febrero de dos mil tres, a las siete de la noche el señor L. B. A. R., procede a trasladar de la Penitenciaria Nacional a los ciento noventa y ocho (198) privados de libertad miembros de la pandilla ―18‖, y a seis (6) mujeres de la misma pandilla del Centro Femenino de Adaptación Social (CEFAS), distribuyéndolos en diferentes Centros Penales del país, sin mediar registro en la Celda 17 de Casa Blanca, limitándose a realizar una requisa personal a cada uno de ellos previo a montarse a los autobuses que los trasladarían:- Dicha distribución se realizó aplicando un criterio alfabético a partir del primer nombre de las personas trasladadas, excepto en el Centro Penal Granja Penal de Danlí, El Paraíso, donde se realizó al azar. Para los días cinco y seis de Febrero fueron recibidos reos pandilleros, entre condenados y procesados en: Centro Penal de Gracias, Lempira; el Centro Penal La Paz, La Paz; el Centro Penal de Marcala, La Paz; la Granja Penal de Danlí, El Paraíso; el Centro Penal de T., Colón; el Centro Penal de Tela, Atlántida; el Centro Penal de Nacaome, Valle; el Centro Penal de San P. Sula y el Centro Penal de El Provenir, Atlántida. QUINTO: El día siete (7) de febrero de dos mil tres, el señor L. B. A. R. es requerido por la Fiscalía Especial de Derechos Humanos del Ministerio Público para que informe sobre los traslados de los reos pandilleros efectuados el cinco (5) de febrero; Ese mismo día el señor L. B. A. R. llama a el Escuadrón Antibombas procediendo a entregar al señor D. A. O., miembro de ese escuadrón, una granada M-67, fabricación Norteamericana, color verde olivo, tipo de explosivo composición B, de una libra de peso, 3.5 pulgadas de largo, 2.5 pulgadas de diámetro; una granada FMK2, fabricación Argentina, color verde olivo, tipo de explosivo TNT, de media libra de peso, 10.9 centímetros de largo, 5.8 centímetros de diámetro, sin la aguja percusora en su interior; Una pasta explosiva (Gel) componente nitroglicerina, nitrato de amonio y polvo de aluminio y; una cápsula detonante in eléctrica, tipo comercial, afirmando que habían sido encontrados en el interior de la Penitenciaria Nacional. En la fecha diez (10) de febrero de ese año, el señor L. B. A. R. responde a la solicitud que le hace la Fiscalía de Derechos Humanos y, en fecha once (11) del mismo mes y año informa a la Corte Suprema de Justicia sobre los traslados de los doscientos cuatro (204) privados de libertad de la pandilla ―18‖, incluyendo reas pandilleras; En ambos informes, además del motivo expresado al Secretario de Estado en los Despachos de Seguridad, se relaciona también como causa fundamental del traslado y distribución de reos pandilleros a los diferentes Centros Penales del país que, en un registro previo se les había decomisado a los internos de la pandilla ―18‖ las dos granadas de 6 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 fragmentación, un fulminante con su respectiva mecha y una cantidad de TNT anteriormente descritos. SEXTO: El señor L. B. A. R., sin informar al Director del Centro Penal de El Porvenir, Atlántida, sobre el traslado de privados de libertad a ese Centro, y sin haber constatado que existían las condiciones en esa cárcel para recibir privados de libertad, remite treinta (30) miembros de la pandilla ―18‖, los Señores: J. C. H., J. C. M. S., J. C. N., J. C. P., J. C. R., J. F. A., J. J. C., J. C. C., J. C. P., L. C. T., L. A. O., L. F. F. Galo, L. M. N., L. A. P., S. R. O., M. R.C. E., M. A. M., M. R. R., M. A. F., M. T. E., M. H. A., M. R. A., M. R. C., E. C. R., E. E. S., E. E. V., E. R.R., E. E. R., E. E. J. y J. E. D. S.. SÉPTIMO: Una vez en el Centro Penal de El Porvenir los miembros de la pandilla ―18‖ trasladados, son distribuidos por el coordinador general de los privados de libertad de esa cárcel, el también privado de libertad J. E.C.V., entre las celdas dos (2) y seis (6), con los cincuenta y cuatro (54) miembros de la pandilla ―18‖ que ya estaban en el penal, quedando los pandilleros distribuidos de la siguiente manera: 1. En la Celda dos (2) los Señores A. J. H. (alias Trabado); C. E. S. H. (alias Lágrima); C. A. H. P., (alias Cacique); C. R. P. (alias P.); C. A. M. M. (alias Demoledor); C. J. P. (alias Blazer); D. R. D. U. (alias Limer); E. C. C. (alias Danger); E. A. H. M. (alias Timador); F. F. V. (alias Payaso); I. H. N. (alias Doopy); J. E. D. S. (alias Cuervo); J. O. O. (alias Temblor); J. R. M. (alias Lágrima); J. C. H. (alias Wizard); J. C. N. (alias Serio); J. C.P.O. (alias Pájaro); J. C. R. (alias Speedy); J. F. S. (alias Fantasma); J. J. C. M. (alias Karking); J. C. P. (alias Plaga); L. C. T. A. (alias Siervo); L. M. N. (alias Invisible); O. U. (alias Toanis); M. D. O. conocido como W. R. S. (alias Diablo); M. A. M. (alias Sun); M. H. A. (alias Baby Gasper); M. R. D. E. (alias Cuervo); M. R. P. A. (alias Bueno); E. E. S. (alias Demonio); E. E. J. (alias Good); E. I. M. (alias Caballo); E. R. R. A. (alias El Triste); N. A. J. M. (alias Gruñón); O. G. H. (alias Pewee); R. E. V. E. (alias Tigre), S. D. (alias Duende); W. S. O. (alias Rayo); J. R. C. J. (alias Barro); el treinta uno de marzo de dos mil tres fue puesto en libertad E. E. J. (alias Good), quedando un total de treinta y ocho personas, y; 2. En la celda 6 los Señores A. A. A. D.(alias Espía); A. M. C. (alias Humilde); C. J. T. (alias Sordo Fiel); A. C. A. (alias Mackgregor); E. R. M. B. (alias Boom); E. R. B. V. (alias Demente); E. L. S. ( alias Sombra); G.J. B. (alias Bandido); J. A. F. M. (alias Sayco); J. D. D. C. (alias Peligro); J. J. D. R. (alias Muerto); J. L. C. R. (alias Smoking); J. R. G. (alias Witty Tremendo); J. C. M. S. (alias Poison); J. F. A. (alias Slape); J. C. C. ( alias Casper); K. R. Z. (alias Cruel); L. A. O. G. (alias Killer); S. R. O. (alias Pibe); L. A. P. (alias Slayer); L. A. H. (alias Crilin); L. F. F. (alias Sayallin); D. M.); M. A. F. (alias Spook); M. T. E. (alias Spider); M. R. C. E. (alias Boris); E. C. R. (alias Moreno); M. E. R. (alias Broker); E. E. V. (alias Meyes); Mauricio F. S. S. (alias Maleante); M. R. R. (alias Burrito); E. R. M. (alias Científico); N. A. Z. P. (alias Duende); O. A. I. (alias Tacoma), R. A. G. (alias Tigre); O. O. A. (alias Terco); O. A. P. (alias Batman); O. N. A. C. (alias Travieso); P. D. (alias Desertor); R. J. R. M. (alias Blas); R. L. D. (alias Crimen); R. E. C. (alias Anticristo); W. A. C. (alias Chavalo); W. O. R. R. (alias Player y R. B. Z. (alias Mandrake), haciendo un total de cuarenta y cinco (45) personas. OCTAVO: Para el día cinco de abril de dos mil tres la Política Carcelaria para el Centro Granja Penal del Municipio de El Porvenir, es implementada de forma compartida por la Policía 7 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 Penitenciaria y la Junta Directiva de Reos, fungiendo el Policía Penitenciario D. A. R. V., como Director y los reos comunes J. E.C.V., J. A. A. y C. D. M. Sosa, como coordinador general o presidente de Internos, Sub Coordinador de internos, Jefe de Rondines, respectivamente. Los Policías Penitenciarios se encargaban de la custodia del bien inmueble y se limitaban a tramitar peticiones de los internos y resolver conflictos surgidos entre reos cuando la Junta Directiva no podía resolverlos; Entre tanto La Junta Directiva de Internos se encargaba de la administración interna del Centro Penal, realizando labores como: asignación de celdas a los reos recién ingresados o trasladados, implementación de sanciones a los reos que no cumplieran con los lineamientos fijados por la propia Directiva; sanciones que iban desde la asignación forzosa de tareas de limpieza, aislamientos en celdas hasta castigos físicos. Además la Junta Directiva de Internos se encargaba del nombramiento de reos rondines, que eran personas encargadas de hacer labores de vigilancia dentro del Centro Penal, utilizando para ello un tolete, el que debían de cargar en forma permanente y el cual utilizaban para golpear físicamente a los reos como medida disciplinaria. Los reos rondines custodiaban el acceso al área de los Talleres y Cuartos Conyugales, permitiendo el acceso solo a las personas ―autorizadas‖ para ingresar, para lo cual habían hecho rol de turnos y además contaban con las llaves de las celdas dos (2) y seis (6) donde se encontraban recluidos los reos pandilleros, dadas por la Policía Penitenciaria, para efecto de control y supervisión de esa población. El coordinador general o presidente de Internos, igualmente tenía acceso a los expedientes de los internos, recomendando al Director del Centro Penal el traslado de reos a otros Centros Penales cuando lo consideraba necesario. Era del conocimiento del señor L. B. A. R., la existencia de la figura del rondín dentro del Centro Penal Granja Penal de El Porvenir. NOVENO: A la llegada de los reos pandilleros de la Penitenciaria Nacional ―Marco Aurelio Soto‖, en Támara, el reo J. E.C.V., con la venia del Director del Centro Penal D. A. R. V., decide nombrar mas internos como reos rondines, aumentando su número a noventa y nueve (99), siendo entre otros: A. A. S. (alias Comayagua); A. E. G.; B. D. C. D.; C. S.; D. A. L. L. (alias Olanchito); J. A. C. (alias Cobra); J. L. F.; L. A. C. V. (alias Chica Sexy); O. A. O. F. (alias Matador); P. E. R. F. (alias Chinapopo); S. E. A. P. (alias Chaparro); S. O. A.; T. R. G. (alias Cabuya); W. A. C. C. (alias Indio Apache); J. E. B. y como llaveros de portón C. R. A. S. (alias Misquito) y R. B. P.. Se designa además al reo H. W. J.,(alias El Basucazo), como rondín de apoyo. DÉCIMO: En fecha ocho de Febrero del año dos mil tres, el reo pandillero O. G. H., (alias El Pewee) y el reo pandillero R. E. V. E., (alias El Tigre), son trasladados del Centro Penal de T., Departamento de Colón, al Centro Penal, (Granja Penal) de El Porvenir, en el Municipio de El Porvenir, éste último por razones de salud. DÉCIMO PRIMERO: Los reos rondines de forma continua practicaban registros e inspecciones a las celdas dos y seis, muchas veces más de una vez al día; es así que el día Jueves tres de abril de dos mil tres, a solicitud del Presidente de Internos, el Policía Penitenciario Clase III O. F. S., con reos rondines realizan un primer registro en la celda dos (2) y seis (6) donde estaban recluidos los miembros de la pandilla ―18‖ en presencia de éstos, no encontrándoles ningún tipo de objeto de tenencia prohibida; Minutos después proceden a sacar a los privados de libertad miembros de la pandilla ―18‖ de las celdas relacionadas y, realizan otro registro, con la colaboración de policías 8 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 preventivos Cobras y de reos rondines, procediendo los reos rondines a sacar y destruir varios colchones, sábanas así como a destruir electro domésticos propiedad de los privados de Libertad de la celda dos (2) y seis (6), buscando objetos ilegales, encontrando y decomisándoles varias cuchillos y machetes.- Como a eso de las cuatro de la tarde (04:00 p.m.) de ese día son ingresados de nuevo a las celdas, informándoles el Policía Penitenciario O. F. S., y los reos rondines que quedaban castigados, encerrándolos en las celdas sin poder salir a partir de ese día por un tiempo definido, el que incluía el día sábado cinco de abril de ese año hasta horas de la tarde. DÉCIMO SEGUNDO: Por la noche del día viernes cuatro de abril de dos mil tres, O. F. S., en presencia de J. E.C., les informan a los privados de libertad miembros de la pandilla ―18‖ que a partir de la mañana del día sábado cinco de abril de dos mil tres, sería suspendido el castigo. DÉCIMO TERCERO: (Día Cinco De Abril Del 2003): El día sábado cinco de abril del año dos mil tres, en El Centro Penal de El Provenir se encontraban de turno los policías penitenciarios, NE. O. M. como comandante de guardia; V. M. T. en la Posta numero uno, ubicada en el portón de ingreso al perímetro de dicho centro; M. I. M. en la Posta número dos, ubicada por las celdas de las Mujeres; Leonidas H. Ruiz en la Posta numero tres; J. Víctor B. en la posta numero cuatro y, R. A. H. en la posta numero cinco. DÉCIMO CUARTO: A las seis de la mañana, los Señores J. E.C.V. (alias Coca), Presidente de Internos, J. A. A. (alias El Licenciado), Sub Jefe de Internos y el reo S. G. B., junto con el Policía O. F. S., procedieron a abrir las bartolinas de las celdas dos y seis, donde pasaron lista a los reos pandilleros, permitiéndoles salir de sus celdas y dando por terminado el castigo impuesto el día jueves anterior, limitándose a indicar éste último que ―aquí no ha pasado nada‖. Momentos después sale libre por orden judicial el pandillero L. F. F. G. (alias Sayellin), y al despedirse de los otros pandilleros le piden que ponga en conocimiento de los Derechos Humanos las molestias de que eran objeto por parte de los rondines y los policías penitenciarios. DÉCIMO QUINTO: Siendo las siete de la mañana con treinta minutos, los Policías Penitenciarios J. E. L. G. y W. H. G., salieron del Centro Penal acompañando a seis reos, quienes iban hacer trabajos de limpieza en las proximidades de la posta número uno, en donde ese día se encontraba asignado el policía penitenciario V. M. T. M. DÉCIMO SEXTO: A partir de las ocho y treinta (08:30) a nueve (09:00) de la mañana, ingresan al recinto del centro penal varias visitas, entre las cuales estaba la señora J. E. H. y la menor B. P. M. A., quienes se dirigieron a la celda seis (6). DÉCIMO SÉPTIMO: Siendo las 09:00 a.m., los Señores J. E.C.V., J. A. A., E. V., D. H., A. A. S. (alias Comayagua), J. A., D. A. L. (alias Olanchito), J. E. B., entre otros reos coordinadores de Celda y Reos Rondines, se reunieron en la celda quince (15) con el fin de hacer una solicitud formal a las autoridades del Centro Penitenciario a fin de que la Señora conocida como O., ya no se hiciera cargo de una de las pulperías que funcionaba dentro del Centro Penal. Mientras esto ocurría el reo pandillero M. R. S. E., conocido también como M. R. C. E., (alias El Boris), portando un arma de fuego, tipo pistola, en compañía de C. A. M. M., conocido también como C. A. M. M., (alias El Demoledor), S. R. O. P. (alias El Pibe), A. A. A. B. (alias El Espía), A. J. H. (alias El Trabado), E. C. C., (alias El Danger), J. C. M. S., (alias El Poison), E. C. R., (alias El Moreno), y un máximo de dos reos pandilleros más, se desplazan desde el pasillo de las celdas uno (1) a la ocho (8) hasta la 9 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 celda quince (15), donde encuentran en las afueras al Señor J. A. A., quien recibe tres (3) disparos en manos del reo pandillero M. R. S., seguidamente los reos pandilleros C. A. M. y S. R. O. P., procedieron a herirlo en diferentes partes del cuerpo con armas blancas y objetos contundentes, mientras que los demás reos pandilleros, frente a la celda catorce (14), procedieron a agredir al reo rondín J. E. B., con armas blancas y objetos romos, en diferentes partes del cuerpo hasta darle muerte, mientras tanto el Señor M. R. C. E., después de cargar el arma de fuego, sigue disparando a los reos rondines, logrando herir al reo rondín D. A. L. L., en la pierna izquierda, a J. E.C., en el hombro y al Señor D. H.; Los reos coordinadores y rondines, como reacción, se internaron en la celda quince (15), escudándose en un cancel, donde los reos pandilleros no pudieron alcanzarlos, por ello los reos pandilleros A. A. A. B. (alias El Espía), A. J. H. (alias El Trabado) y otro reo pandillero, procedieron a prender fuego a la celda catorce (14), con la intención de darles muerte de esa forma. DÉCIMO OCTAVO: Al sonido de los disparos desde el interior del recinto, en la Comandancia de Guardia, se ordenó, a las personas que estaban haciendo fila para ingresar como visitas, que se fueran, por su seguridad; Entre tanto, habiendo escuchado los disparos, los policías penitenciarios J. E. L. G. y W. H. G., se desplazan desde la posta uno hacia la Comandancia de Guardia, donde dejan los seis (6) reos comunes que andaban custodiando, ordenándoles el Comandante de Guardia NE.O.M. que resguardaran el perímetro exterior, específicamente al Policía J. E. L. G., se le ordena ubicarse entre las postas dos (2) y tres (3) y al Policía W. H. G., en la posta cinco (5), en donde ese día prestaba servicio el policía penitenciario R. A. H. V.. DÉCIMO NOVENO: Al mismo tiempo de los primeros disparos, muchos de los reos pandilleros, conformados en grupos, proceden a buscar por el centro penal, a los reos rondines para matarlos, mientras que éstos corrían de un lugar a otro buscando refugio; Uno de estos grupos era liderado por el reo pandillero J. C.P.O. (alias El Pájaro), quien se hacía acompañar de más pandilleros, entre estos Isaías H. N., (alias DOOPY).- En la búsqueda emprendida por los diferentes grupos de reos pandilleros logran localizar y dar muerte a los reos rondines A. E. G. y J. L. F., y herir al reo rondín C. S.. Igualmente localizan y matan al reo común S. J. M., a quien identificaban como persona afín a los reos rondines. Entre tanto el resto de la población penitenciaria procede a buscar refugio, algunos en el interior de sus respectivas celdas, otros internándose en el taller y otros en los bajos de los torreones dos y tres.- En ese momento tres (3) reos pandilleros llegan a la celda 10, en donde está el Señor S. G. B., (alias B.) quien al enterarse que le buscaban se refugió en el baño. VIGÉSIMO: A 600 Metros de la Granja Penal, se encontraban en el polígono de tiro del Destacamento Militar de Corinto, el Sub Teniente de Infantería R. A. S.I. al mando de dos (2) cabos de infantería y dos (2) soldados de infantería, todos de la Fuerza de Tarea Conjunta Esparta, realizando ejercicios de adiestramiento de tiro, quienes al escuchar los disparos y por solicitud de un policía penitenciario que llegó hasta donde ellos, se dirigieron inmediatamente al centro penal, donde se reportaron en el Cuerpo de Guardia, encontrando a varios elementos de la policía penitenciaria, los que no habían realizado acción alguna. VIGÉSIMO PRIMERO: Diez (10) minutos después de que los reos pandilleros han dado muerte al Señor J. A. A., y una vez que se avisa por teléfono lo que está ocurriendo a la Policía Nacional Preventiva, el Sub Teniente R. A. S.I., ingresa a los recintos del Centro Penal, le 10 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 acompañan el personal militar bajo su mando, todos con sus armas de reglamento y luciendo uniforme verde fatiga, y los policías penitenciarios Clase II D. A. B., quien portaba un arma de fuego, tipo pistola y luciendo uniforme gris y negro de fatiga, el policía penitenciario P. P. C., armado con un fusil Pietro Bereta, calibre 5.56/.223, serie A03483g, J. D. P. P., S. L. y O. J. O. P., también portando armas de fuego, disparando todos a los reos pandilleros que encontraban a su paso, identificándolos por su vestimenta y por su corte de pelo, quitándole la vida a varios de ellos. VIGÉSIMO SEGUNDO: A la entrada al recinto de los policías penitenciarios y miembros del ejército, los reos pandilleros se dispersan, dirigiéndose la mayoría de ellos a sus respectivas celdas y los Señores C. J. P. G., (alias Bleizer), M. H. A., (alias Baby Casper), W. O. R. R., (alias El Player), J. E. D. S., (alias El Cuervo) y una persona que había ingresado de visita, se refugian en la panadería del reo común identificado como El Colombiano, contiguo a las pilas, atrás de la celda seis (6) y siete (7).- Los Policías Penitenciarios D. A. B. y P. P. C. y miembros del ejército transitan por el interior del recinto, posesionándose después frente a la iglesia en donde disparaban a los reos pandilleros que aun se encontraban por la cancha. VIGÉSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua), J. A. C., (alias Cobra), L. A. C. V., (alias Chica Sexy), O. A. O., (alias Matador), P. E. R. F., (alias Chinapopo), S. E. A. P., (alias El Chaparro), T. R. G., (alias Cabuya), con ayuda de los reos S. Geovani B., (alias B.) y H. W. J., (alias El Basucazo), salen de las diferentes celdas y lugares en donde habían tenido refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedras y con armas blancas, a los reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los Policías Penitenciarios y miembros del Ejército que se encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que esta aconteciendo. VIGÉSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua) y J. A. P., (alias J. S.); Seguidamente el reo rondín P. E. R. F., consigue un líquido acelerante, regresando a la celda seis (6) por la parte de atrás, siguiendo el pasillo de la Comandancia de Guardia, y junto con los reos rondines L. A. C. V., (alias Chica Sexy), S. E. A. P., (alias el Chaparro) y el reo S. G. B., prenden fuego, con el acelerante, varias colchonetas las que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban adentro trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el fuego; De todo ello lograron tener conocimiento los Policías Penitenciarios D. A., P. P. C. y el miembro del Ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo. En ese momento el Policía Penitenciario W. H. G., escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la celda seis (6), e instantes después observó el humo provocado por el fuego de la celda (6), sin que tampoco realizara acción alguna. VIGÉSIMO QUINTO: Lo que ocurre hasta este el momento en el Centro Penal es visto por el Policía M. I. M., desde el torreón dos (2), sin realizar acción alguna en defensa de los reos pandilleros y 11 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 personas que se encuentran dentro de la celda seis (6). VIGÉSIMO SEXTO: Alrededor de las 09:15 a.m., una patrulla de turismo, que se encontraba por las piñeras, recibe aviso de la central de Comunicaciones de la Policía Nacional Preventiva de que había una fuga en el Centro Penal (Granja Penal) El Porvenir, por lo que procedieron a personarse al lugar, llegando aproximadamente quince (15) minutos después, observando humo y escuchando disparos que venían del interior del Centro Penal, dirigiéndose al Cuerpo de Guardia, en donde encontraron a elementos de la Policía Penitenciaria, entre estos al Sargento O. F. S., quien les informa que los internos han prendido fuego, que hay reos armados y que no tenían ya munición. Ante esto los Policías de Turismo avisan a la Central de Comunicaciones, confirmando la información. Un Policía de Turismo mira hacia el interior del recinto y observa a seis (6) personas muertas en el aérea del Cuerpo de la Guardia y a otra persona más por el área del billar, reconociendo unos metros adelante a los policías Penitenciarios P. P. C., O. J. P. y D. D. P. D., disparando hacia donde se encontraban reos pandilleros. VIGÉSIMO SÉPTIMO: Minutos después de las 09:30 a.m., llegan a la Granja Penal dos (2) patrullas de la Policía Nacional Preventiva, en un numero mínimo de dieciocho (18) elementos, quienes procedieron a ingresar al recinto junto con elementos de la Policía de Turismo, tomando el control de la situación, y cuatro (4) minutos después se personan al lugar otra patrulla de la policía nacional preventiva con un mínimo de siete (7) elementos Cobras, portando sus armas de reglamento, entre estos los policías M. A. C., J. R. O. y O. E. H. P., todos al mando del Inspector E. A. V., quienes ingresan al recinto disparando sus armas, concentrándose en el lado de los billares, por la celda nueve (9) y en la entrada del Cuerpo de guardia. En ese momento el fuego de la Celda seis (6) es ya incontrolable, comenzando a comprometer las celdas siete (7) y cinco (5), por lo que el combinado de los elementos armados del Estado dispone evacuar a los reos comunes de las celdas ocho (8), siete (7), cinco (5), cuatro (4), tres (3) y uno (1), llevándolos al área de los talleres, sin prestar auxilio a los reos pandilleros y visitas que se encuentran aún con vida en la celda seis (6). Minutos más tarde se produce un estallido desde el interior de la celda seis (6). VIGÉSIMO OCTAVO: En la celda dos (2) se encuentran en ese momento un máximo de veintitrés (23) reos pandilleros, entre estos: C. R. P. O., (alias P.), J. J. C. M., (alias El Karking), K. R. Z., (alias El Cruel), M. R. C., (alias El Boris), J. C.P.O., (alias El Pájaro), O. G. H. V., (alias Pewee), M. R. R. V., (alias El Burrito), J. C. P. R., (alias El Plaga), M. T. E., (alias El Spider), E. H. V., (alias Meyes), R. E. V. E., (alias El Tigre), O. A. I, (alias Tacoma), M. R.P., (alias El Bueno) y E.C. C., (alias El Danger), quien ya se encontraba herido por arma de fuego y que más tarde muriese como consecuencia de ello y de la acción del fuego dentro de la celda dos (2). VIGÉSIMO NOVENO: El Inspector E A. T. V., junto con los demás elementos cobras y policías preventivos, se concentran alrededor de la celda dos (2) en cuyo interior se encuentra el reo pandillero M. R. C., (alias El Boris), quien minutos antes andaba con un arma de fuego, por lo que les ordenan a todos que salgan y ante la negativa de los reos pandilleros comienzan a disparar hacia el interior de la celda, hiriendo a J. C.P.O., (alias El Pájaro), en el brazo, cayendo al suelo desde una de las tarimas.Los reos pandilleros tiran las armas hacia fuera de la bartolina, gritando ―nos rendimos‖, pero no salen de la celda a causa de los disparos; Es hasta que el fuego empieza a afectar la celda dos (2) que los reos pandilleros deciden salir de la celda, siendo el 12 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 primero M. R. P., (Alias El Bueno), con las manos arriba, pero antes de traspasar el umbral de la puerta de la celda, recibe un disparo en el brazo derecho, retrocediendo en forma inmediata; El fuego era cada vez más intenso en la celda, ante lo cual deciden salir los reos pandilleros, algunos lo hacen corriendo en grupo, otros hincados dirigiéndose a la policía y otros agachados al piso. La Policía deja de disparar y a los primeros los coloca boca abajo al pie de la virgen, la que se ubica al costado derecho de la celda uno (1), próxima a la salida, por el Cuerpo de Guardia. TRIGÉSIMO: Quince (15) minutos después de que los primeros reos pandilleros han salido de la celda dos, el reo S. G. B. se dirige hacia los reos pandilleros, los que se encuentran en indefensión y muestra a la policía los reos pandilleros que andaban armados y los reos pandilleros que eran cabecillas, a los que la policía les disparan y seguidamente disparan a todos los demás reos pandilleros que se encontraban en el lugar, muchos de ellos acostados en el suelo; Los reos rondines, al ver que algunos de los reos pandilleros estaban vivos aun, procedieron a agredirlos con palos, piedras y armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que salieron después de la celda dos (2) y que se hacían los muertos, todo ello a vista y consentimiento de la Policía Penitenciaria, Policía Nacional Preventiva, elementos Cobras y miembros del ejército que se encontraban en el lugar. De esta manera el reo rondín A. A. S., (alias Comayagua), agrede con cuchillos y palos al reo pandillero A. J. H., (alias El trabado); el reo rondín P. E. R. F., (alias Chinapopo) agrede con machete al reo pandillero L. A. O. G., (alias El Killer); el reo H. W. J., (alias El Basucazo), agrede con un leño y arma blanca al reo pandillero O. G. H. V., (alias El Pewee); Igualmente los reos rondines S. G. B., T. R. G., (alias Cabuya) y J. R. C., (alias Cobra), agredieron a otros reos pandilleros usando palos y armas blancas. TRIGÉSIMO PRIMERO: El reo pandillero R. E. V. E., sale de la bartolina dos (2), cargando al reo pandillero M. T. S., (alias El Spider), quien había entrado a la celda con una herida de arma de fuego, pidiéndole ayuda a un militar del Cuarto Batallón de Infantería, miembro de la Fuerza de Tarea Conjunta Esparta, quien le responde con un insulto, disparándole a R. E. V. E., en la pierna derecha, cayendo al suelo ambos pandilleros. En el suelo R. E. V. E., decide fingir estar muerto, pidiéndole al reo pandillero A. M. E., (alias el Humilde), quien también hacia lo mismo, que se le pusiera encima, de modo de taparle el tatuaje del brazo para que no lo identificaran como pandillero y así no sufrir mas agresiones, pero el reo rondín O. A. O., (alias Matador), se percató de que R. E. V. E., estaba aun con vida, por lo que le agrede con arma blanca. TRIGÉSIMO SEGUNDO: El reo Pandillero J. R. M. F., (alias El Lágrima), sale de la celda dos (2) y se coloca por el sector de la virgen, donde mira a su hermano que es miembro de la Fuerza Aérea de Honduras, quien había llegado al lugar en el grupo de refuerzo de la Fuerza de Tarea Conjunta Esparta; Éste se coloca junto a J. R. M., e impide que la policía y los reos rondines le hagan daño. Al ver esto, el Policía D. A. A., ordena al elemento de la Fuerza Aérea que se retire, pero éste no hace caso, persistiendo en cuidar a su hermano. TRIGÉSIMO TERCERO: Rebasadas que eran las 10:00 a.m., el cuerpo de bomberos recibe una llamada telefónica desde la Ciudad de Roatán, Islas de la Bahía, informándoles que había un incendio en El Centro Penal de El Porvenir, a las que le siguieron otras llamadas telefónicas más, por lo que se dispuso enviar las unidades disponibles, llegando en un máximo de veinte (20) minutos después al Centro Penal la unidad HRB514, seguida de la unidad HRB501 13 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 quienes al percatarse del incendio, escuchando disparos en el interior, y por orden de una persona que estaba resguardeciendo el lugar, decidieron combatir el fuego desde el exterior, L.ndo agua hacia donde se observaba emanaba la mayor cantidad de humo. Seguidamente se hicieron presentes al lugar más unidades de Bomberos, las que se unieron al combate del fuego por el exterior del edificio del Centro Penal. TRIGÉSIMO CUARTO: A todo esto, siendo las 09:30 a.m. el Sub Comisionado de Policía C. E. H., Jefe de Departamental numero uno (1) de la Policía Nacional Preventiva, después de despedir oficialmente a la Comisionada de Policía A. R., sale del Hotel Cannadian, que queda a las inmediaciones de la Comunidad de Sambo Creek, Municipio de La Ceiba, en compañía del Policía Cobra J. L. S. R., conocido también como J. L. R. N., quien era su guardaespaldas y en compañía del Señor J. M. V., quien era su chofer, con dirección a la Ciudad de La Ceiba y pasando por la Posta de Policía de Satuyé es informado por la Central de Comunicaciones de la Policía Nacional Preventiva que existe un problema en el Centro Penal de El Porvenir, por lo que de inmediato se desplazó a la Jefatura Número Uno de la Policía Nacional Preventiva, en donde se hizo acompañar de dos elementos cobras, para luego dirigirse hacia dicho Centro Penal, llegando alrededor de las 10:30 a.m. procediendo a ingresar al recinto de forma inmediata. El Sub Comisionado C. E. H. A. y el Policía Cobra J. L. S. R., observan lo que esta aconteciendo y como elementos de la Policía Nacional, Policías Penitenciarios, elementos del Ejército y reos rondines atacan a reos pandilleros que se encuentran en indefensión, sin que esto les motive a realizar acción alguna para detener las agresiones o para auxiliar a los reos pandilleros. El Sub Comisionado C. E. H. A. adopta una actitud de vigilante, entrando y saliendo repetidas veces del recinto hacia el exterior a fin de verificar las personas y autoridades que están llegando al centro Penal, mientras tanto el Cuerpo de Bomberos estaba en espera de que C.an los disparos para ingresar a combatir el fuego desde dentro del edificio. TRIGÉSIMO QUINTO: Un mínimo de veinte (20) minutos habían transcurrido desde la llegada del Comisionado C. E. H. y el Policía Cobra J. L. S. R., cuando faltando para las once (11) de la mañana, llegan al lugar representantes de los medios de comunicación: D. M. M., empiezan a transmitir por radio lo que se observaba, mientras que algunos reporteros gráficos tomaban fotografías del interior del recinto, subidos en las escaleras de incendios de los carros de los bomberos. Para ese momento el Inspector de Policía S. J. S. M., se había ya personado al lugar, observando las agresiones de los reos rondines, Policía Nacional Preventiva, Policías Cobras, Policías Penitenciarios y miembros del ejército, sin realizar acción alguna en auxilio de los reos pandilleros; El Policía S. J. S. M., procedió a privar de la vida a los reos pandilleros M. R.P., (alias El Bueno), M. o M. R. R. V. 8alias el Burrito) y a otro reo pandillero de nombre desconocido, con su arma de reglamento, tipo pistola, marca Pietro Bereta modelo 92FS, calibre 9 mm, serie N2599OZ, con caños de seis estriíllas y con giro a la derecha. El Sub Comisionado C. E. H., al darse cuenta de la presencia de los medios de comunicación y temiendo que éstos dieran cuenta de lo que ocurría, entra al recinto ordenando el alto el fuego e inmediatamente los elementos cobras, policías preventivos, policías penitenciarios, y miembros del ejército, dejan de disparar con sus armas, asimismo manda a sacar a las personas heridas al campo de football que queda ubicado en el exterior del recinto. TRIGÉSIMO SEXTO: Minutos después de que se ordenó el alto al fuego, se permite a los 14 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 miembros del Cuerpo de Bomberos ingresen al recinto, los que despliegan sus mangueras al primer (ler.) y tercer (3er.) módulo para apagar el fuego. TRIGÉSIMO SÉPTIMO: En ese momento el Policía Penitenciario W. H. G., se persona al campo de football, para realizar labores de resguardo y seguridad, esto después de haber tenido conocimiento sobre el incendio, haber escuchado los disparos y los gritos de las personas desde el interior del recinto, sin haber realizado acción alguna en auxilio. TRIGÉSIMO OCTAVO: En el campo de Football, miembros del Cuerpo de Bomberos, Policía Nacional Preventiva y elementos cobras, entre otros, forman una valla frente al Cuerpo de Guardia, para evacuar los heridos, los que son colocados acostados y posteriormente llevados en forma progresiva al Hospital Atlántida integrado en ambulancias y patrullas de la Policía Nacional Preventiva, siendo una de las primeras la RPM-21, conducida por el Policía P. J. G., quien se traslada hasta el centro asistencial, donde es entrevistado por el periodista J. F. R. H.. TRIGÉSIMO NOVENO: Entre los heridos trasladados al Hospital Atlántida Integrado ese día se encontraban el reo rondín C. S., quien por las heridas sufridas a manos de los reos pandilleros muere a causa de Laceración Cardiaca, sufriendo heridas penetrantes en el tórax, con Hemotórax anterior derecho, en región subaracnoidea, en espalda Región vertebral y en paravertebral izquierdo. Además fue trasladado al Centro Asistencia el reo pandillero J. R. G., (alias El Tremendo), quien pierde la vida por las acciones realizadas ese día por reos rondines y elementos armados del Estado, lo que le ocasionaron Hemoperitoneo, sufriendo equimosis en el cuello, herida de bala en cuello, dos heridas de bala en el flanco izquierdo; además herida contusa por rozadura por proyectil superficial en el flanco izquierdo, herida de arma de fuego en antebrazo derecho, en antebrazo izquierdo, en muslo y rodilla derecha. CUADRAGÉSIMO: Después de las 11:06 a.m. se encuentra en las afueras del Centro Penal el Señor V. H. P. S. con el Camarógrafo A. A., quienes, como periodistas, inician su labor informativa; Después de hacer unas T. con la cámara y de entrevistar a algunos de los heridos que se encontraban en el campo de football, el camarógrafo A. A., aprovecha un descuido de los policías Preventivos y penitenciarios e ingresa al recinto de dicho Centro Penal, filmando cuando el señor D. M. M. esta entrevistando al reo rondín L. A. C. V., (alias Chica Sexy), aún agitado, portando al lado izquierdo de cintura un tolete de madera; además filma a tres (3) personas muertas en la guardia, cuatro (4) personas muertas en la salida de la guardia, quince (15) personas muertas al pie de la virgen, una (1) persona muerte contiguo al billar, cuatro (4) personas muertas frente a la celda uno, una (1) persona muerta en el billar cubierta con una sábana, una (1) persona muerta en la celda diecisiete, cuatro (4) personas muertas en el acceso de la celda 18, una (1) persona muerta frente a las celdas 14 y 15, una (1) persona muerta frente a las celdas veintidós (22) y veintitrés (23), y tres (3) personas muertas cubiertas con sábanas en la cancha. CUADRAGÉSIMO PRIMERO: La Policía sacando a los heridos del recinto del Centro Penal, es enterada de que habían cuatro (4) reos pandilleros escondidos en la bartolina del reo común llamado el Colombiano, dirigiéndose el policía D. A. A., y otros elementos del Estado, encontrando a los reos C.J. P. G., (Alias Bleizer), M. H. A., (alias Baby Casper), W. O. R. R., (alias El Player), J. E. D. S., (alias El Cuervo).- El Policía D. A. A., les apunta con su arma de fuego, la que introduce en la boca del reo pandillero J. E. D., indicándoles que los llevarían a la cancha para matarlos, pero después de un momento corrige, diciendo que no los mataba por 15 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 estar adentro del recinto un muchacho con una cámara, traslA.dolos al Cuerpo la de Guardia, donde golpea con el arma de fuego que portaba al reo pandillero M. H. A. en la cabeza. Posteriormente la Policía Nacional Preventiva ordena a toda la población penitenciaria abandonar el recinto y un Policía Penitenciario le solicita al camarógrafo A. A., que salga del edificio, porque se iba a realizar un registro. CUADRAGÉSIMO SEGUNDO: Mueren como resultado de las acciones realizadas por los reos pandilleros entre las 09:00 a.m. y las 09:10 a.m., los reos: 1. J. A. Almedarez, (Sub Jefe de Internos) por Sección Medular: habiendo sufrido tres heridas por proyectil de arma de fuego en la mejilla derecha de la cara, en el hombro derecho y en el abdomen región hipogástrico lado derecho, además tres heridas contuso cortantes dispuestas en la cabeza región parietal derecha, en la cabeza región parietal derecha vertical y en la cabeza región parietal derecha oblicua. Su cuerpo se aprecia en el video tomado por el Señor A. N., en el billar tapado con una sabana. 2. J. E. B., (reo rondín) por Laceración Cerebral: habiendo sufrido trauma cráneo encefálico y facial por herida contusa en región frontal, fractura de cráneo con hundimiento y laceración cerebral, además trauma toracoabdominal por Tres (3) heridas punzo cortantes en tórax y Cuatro (4) heridas punzo cortantes en abdomen.- Una vez sin vida sufre quemaduras en el 90% de la superficie corporal, como consecuencia del incendio de la celda quince (15), que se propago a las celdas contiguas. 3. A. E. G., (reo rondín) por Sección Medular, sufriendo Traumatismo Cráneo Encefálico y cuello por treinta (30) heridas punzo cortantes, además equimosis orbicular izquierda, herida contusa parietal y traumatismo toráxico por diecinueve (19) heridas punzo cortantes.- Su cuerpo se aprecia en el video tomado por el Señor A. N., en la cancha tapado con una sabana. 4. J. L. F. A., (reo rondín) por Hemorragia Cerebral, sufriendo dos (2) heridas producidas por proyectil disparado por arma de fuego en región posterior del tórax lado izquierdo.- Su cuerpo se aprecia en el video tomado por el Señor A. N., en la cancha tapado con una sabana. 5. S. J. M., (reo común) por evisceración cerebral, sufriendo traumatismo cráneo-encefálico por cuatro (4) heridas contusas en: Región fronto-temporo-parietal derecha, en región Parietal superior derecha, en región parietal derecha; Además sufre dos (2) heridas cortantes en cara y traumatismo toráxico por dos (2) heridas punzo cortantes en región pectoral derecha y en región supra escapular izquierda; Igualmente una herida contuso cortante en 1/3 distal de antebrazo y mano derecha, de altura de hombros con sección de piel, músculo y fracturas del hueso del antebrazo.- Su cuerpo se aprecia en el video tomado por el Señor A. N., en la cancha tapado con una sabana. CUADRAGÉSIMO TERCERO: Pierden la vida por carbonización en el interior de la celda seis (6), los reos pandilleros: C. J. Trochez, conocido también como C. J. T. R., (alias Sordo Fiel), con destrucción del 100% de la superficie corporal por efecto del fuego; M. D. O., conocido también como W. F. S., (alias El Diablo), con destrucción del 54% de la superficie corporal por efecto del fuego; E. R.B. V., (alias El Demente), con destrucción del 82% de la superficie corporal por efecto del fuego; E. L. S., (alias Sombra), con destrucción del 80% de la superficie corporal por efecto del fuego, además sufriendo dos heridas por proyectil de arma de fuego En lado derecho de la cabeza y en lado izquierdo del tórax; G. J. B., (alias Bandido), con destrucción del 94% de la superficie corporal por efecto del fuego; J. C. C. G., (alias Casper), con destrucción del 92% de la superficie corporal por efecto del fuego; L. A. S., (alias Slayer), con 16 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 destrucción del 64% de la superficie corporal por efecto del fuego; M. A. F. O., (alias Spook), con destrucción del 54% de la superficie corporal por efecto del fuego; N. R. M., (alias El Científico), con destrucción del 95% de la superficie corporal por efecto del fuego; O. R.A. G., (alias El Tigre), con destrucción del 85% de la superficie corporal por efecto del fuego; O. A. P. Andino conocido también como O. A. P. P., (alias Batman), con destrucción del 90% de la superficie corporal por efecto del fuego; R. L. D. H., (alias crimen), con destrucción del 100% de la superficie corporal por efecto del fuego; R. E. Cano, (alias Anticristo), con destrucción del 90% de la superficie corporal por efecto del fuego; D. R. D. U., conocido también como J. Fabricio D. U., (alias El Limer), con destrucción del 95% de la superficie corporal por efecto del fuego; seis (06) reos pandilleros más, con destrucción del 100%, 82%, 100%, 72%, 100% y 95%, de la superficie corporal por efecto del fuego y otro reo pandillero más, entre los cuales se encuentran los cuerpos de los reos pandilleros: J. C. M. S., (alias Poison), M. K. D. M., conocido también como K. G. M., W. A. C., (alias Chavalo) y E. C. R., (alias El Moreno).Muriendo además por carbonización en el interior de la celda seis (6) la Señora J. E. H. con destrucción del 92% de la superficie corporal por efecto del fuego, y la menor B. P. M., con destrucción del 100% de la superficie corporal por efecto del fuego, quienes eran visitas ese día. CUADRAGÉSIMO CUARTO: En el interior de la celda seis (6) se encontraba un cuerpo humano sin vida, con destrucción del 100% de la superficie corporal, sin que se pueda determinar, sexo, edad o la forma en que murió. CUADRAGÉSIMO QUINTO: Pierden la vida en forma violenta: 1. A. A. A. B., reo pandillero, (alias El Espía), por Laceración Cerebral, sufriendo Veinte heridas contuso cortantes en: la cabeza región frontal, cabeza región parieto occipital izquierdo, cabeza región occipital izquierdo vertical, cabeza región parietal posterior izquierdo, cabeza región occipital derecho, cabeza región parietal posterior, vertical, cabeza región parietal posterior derecha, cabeza región parietal posterior izquierda horizontal, cabeza región parietal, cabeza región parietal parte superior, cara región frontal derecha, cara región frontal izquierda, supra orbitario, nariz, cabeza región parietal derecho horizontal, cabeza región parietal izquierda horizontal, cuello cara posterior, antebrazo derecho cara posterior, antebrazo izquierdo cara posterior, mano izquierda región hipotecar.- Además tres heridas punzo cortantes dispuestas en el tórax sobre línea para esternal derecha, espalda región escapular izquierdo y espalda región intraescapular izquierda. 2. A. J. H., reo pandillero, (alias El trabado), por HEMORRAGIA Subaracnoidea, sufriendo Traumatismo Cráneo Encefálico, Equimosis en zona frontal derecha, en zona frontal izquierda, en zona intraocular derecha; Heridas Contusas en Zona Supra ocular derecha, en zona occipital derecha; Hematoma epicraneano frontal; Fractura de bóveda craneana (huesos, frontal, parietal y temporal); Hemorragia subaracnoidea universal; Traumatismo de Tórax izquierdo por tres heridas punzo cortantes a nivel de tórax anterior izquierdo, a nivel de hemitorax anterior izquierdo y a nivel de hemitorax izquierdo; Traumatismo de Zona Lumbar por herida punzo cortante a nivel de la zona lumbar derecha. 3. C. E. H., reo pandillero (alias El Lágrima), por Laceración Cerebral, sufriendo excoriación hemática sobre frente, excoriación hemática en mejilla derecha, excoriación hemática sobre mejilla, excoriación hemática sobre labio inferior de boca, herida contusa sobre ceja izquierda, herida contusa sobre nariz, hematoma en cuello, región lateral izquierda; hematoma en cuello 17 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 región lateral derecha; Herida contusa sobre cuello cabelludo región posterior izquierda del cráneo; hematoma epicraneano sobre la región superior del cráneo; fractura hueso del cráneo región superior; Evisceración cerebral del 75% del cerebro; Excoriación hemática en hemitorax derecho; herida punzo cortante localizada en abdomen cuadrante inferior izquierdo, produjo herida de piel, laceración de tejido subcutáneo, músculo, intestino delgado y grueso y hematoma sobre región inguinal derecha. 4. C. A. H. P., reo pandillero (alias El Cacique), por Laceración Cardiaca, sufriendo herida producida por proyectil de arma de fuego en hombro anterior izquierdo, excoriaciones hemáticas en cara lado derecho, excoriaciones hemáticas en región frontal derecha, hematoma en cara lado derecho y quemadura grado II en cara, sin reacción vital. 5. C. A. M. M., reo pandillero (alias Demoledor), por Choque Hipovolémico, sufriendo traumatismo cráneo encefálico por siete heridas por instrumento contuso cortante en región frontal derecha y parietal, en la región occipital, en región occipital izquierda, en región cervical izquierda posterior, en región parietal izquierda, desde la región cervical posterior derecha hasta la maseterica ( mejilla) del mismo lado, en el labio superior derecho.- cuatro heridas contusas en región parietal izquierda, región occipital izquierda, la región occipital izquierda, región frontal izquierda.- equimosis peri orbital derecho (alrededor del ojo).- traumatismo en tórax y miembros superiores por tres heridas por proyectil disparado por arma de fuego en la región escapular izquierda, sobre el hombro izquierdo, en la región deltoidea del brazo izquierdo.- dos heridas por instrumento contuso cortante en la región inferior izquierda del cuello y en región escapular izquierda. 6. E. C. C., reo pandillero, (alias El Danger), por hemoperitoneo por una herida por proyectil de arma de fuego en lado derecho del abdomen. 7. E. R. M., reo pandillero, (alias El Bum), por Sección Medular, sufriendo traumatismo cráneo encefálico, facial y de cuello por con cuatro heridas contuso cortantes en región cervical a occipital derecha, región lateral derecha del cuello, región fronto parietal, región parietal izquierdo.- tres heridas contusas en parietal izquierdo, parietal posterior, región parietal derecha superior.- tres heridas cortantes en región posterior de la cabeza, región de la nuca y base de la nuca.- traumatismo toráxico por herida contuso cortante en región derecha de la espalda, cuatro heridas contuso cortantes en región derecha de la espalda, región superior de la espalda lado izquierdo, región superior izquierda de la espalda, región dorsal izquierda superior de la espalda.- traumatismo de los miembros con una herida contuso cortante en antebrazo izquierdo que produce amputación de antebrazo izquierdo. 8. E. A. M., reo pandillero, (alias Timador), por Hemotórax, sufriendo herida por instrumento punzo cortante en la región infraorbitaria izquierda (debajo del ojo), quemadura de primer grado en la región auricular izquierda, herida por instrumento punzo cortante en la región media superior del tórax, herida contusa en región media del brazo derecho, y quemaduras de primer grado, afectando el 4% de la superficie total corporal, localizadas en la región posterior del brazo izquierdo y al región lateral derecha del abdomen. 9. F. F. V., reo pandillero, (alias Payaso), por Hemotórax, sufriendo herida por proyectil de arma de fuego con orificio de entrada en la parte anterior derecha del tórax. 10. Isais H. N., reo pandillero, (alias Doopy), por Hemorragia Subaracnoidea Generalizada, sufriendo Traumatismo cráneo encefálico y facial con múltiples heridas contusas y excoriaciones distribuida en el cuero cabelludo y la cara, 18 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 equimosis en parpados del ojo derecho, hemorragia entre el cráneo y el cuero cabelludo, fractura multifragmentaria de huesos de la región izquierda del cráneo, contusión y hemorragia del cerebro y de las membranas que lo envuelven. 11. J. A. F., reo pandillero (alias Psyco), por Hemoperitoneo por Cinco heridas por proyectil de arma de fuego en el tórax, parte inferior izquierda, en la región lateral izquierda del tórax, en el hombro izquierdo, En la región anterior, tercio distal del muslo derecho. Además Herida contusa en al cabeza, región frontal derecha. 12. J. L. Canales R., reo pandillero, (alias Smoking), por Laceración Cerebral, sufriendo once heridas contuso cortantes en: la región parieto occipital derecha, región tempo parietal derecha, lado derecho de la región occipital, a nivel de la línea media de inserción del cabello, en el lado derecho del cuello, a nivel del pómulo derecho, a nivel de la nariz, en la región frontal izquierda, en la región anterior del brazo izquierdo, a nivel del lado cara anterior, en la región posterior del brazo derecho, e nivel del tercio distal del antebrazo, en el dorso de la mano derecha con amputación de todos los dedos de dicha mano. Además sufre tres heridas punzo cortantes por arriba de la tetilla derecha, Dos heridas punzo cortantes por la tetilla derecha, Tres heridas contuso cortantes en el tercio proximal anterior de pierna derecha, dos heridas por proyectil de arma de fuego en la región anterior de la pierna derecha y en la región del tercio medio del brazo izquierdo. 13. J. Octavio O. C., reo pandillero, (alias El Temblor), por Laceración Cerebral, sufriendo herida por proyectil de arma de fuego en la cabeza región lateral derecha. 14. J. C. N. R., reo pandillero, (alias El serio), por Laceración Cerebral, sufriendo herida producida por proyectil de arma de fuego en región frontal y Contusiones Simples (excoriaciones hemáticas) en mejilla izquierda. 15. J.C.P.O., reo pandillero (alias Pájaro), por Exanguinación, sufriendo dos heridas punzo cortantes en el lado derecho del cuello cercano al maxilar superior, en el lado derecho del cuello región inferior. traumatismo cráneo facial con fractura de base de cráneo, hemorragia subaracnoidea universal, contusión leve del tallo cerebral.- sufriendo además dos heridas cortantes en la región frontal media, en el lado derecho del cuello.- equimosis violácea en el antebrazo derecho, cara anterior.- una herida por proyectil de arma de fuego en la región posterior del tercio proximal del brazo derecho. 16. J. C. P. R., reo pandillero (alias El Plaga), por Contusión Cerebral Severa, sufriendo heridas contusos en pómulo izquierdo, mentón, lóbulo de la oreja región derecha de la cabeza y región frontal, hemorragia del cuero cabelludo, fractura multifragmentaria de huesos de la cara y cráneo, hemorragia de las capas que envuelven al cerebro y hemorragia y contuso cerebral severa, herida contusa en tórax anterior derecha, cinco heridas punzo cortantes en forma de ojal en plano posterior derecho de la espalda. 17. L. A. O. G. reo pandillero (alias Killer), por Laceración Cerebral, sufriendo Traumatismo craneoencefálico por tres heridas por instrumento contuso cortante, en Región parietal derecha, región parieto occipital derecha. en región occipital. Traumatismo en tórax, miembros superiores y abdomen Dos heridas por proyectil por arma de fuego en la región costal derecha, en cuadrante superior derecho del abdomen.- Un herida por instrumento contuso cortante en al región inferior del cuello.- Quemadura de tercer grado. 18. M. R. R. V., reo pandillero, (alias El Burrito), por Contusión Cerebral Severa, sufriendo cinco heridas por proyectil de arma de fuego en el labio superior y región izquierda del tórax, por arriba del pliegue de la axila.- Heridas por el paso tangencial de 19 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 un proyectil en la región pectoral izquierda.- Herida por el paso tangencial de un proyectil en la mano derecha.- y en tercio distal del muslo derecho. 19. M. T. E. S., reo pandillero (alias Spider), por Exanguinación, sufriendo dos heridas por proyectil de arma de fuego en ombligo y hombro derecho, además quemaduras grado II en el 70% de la superficie corporal. 20. M. R.P., reo pandillero (alias El Bueno), por Hemotórax Bilateral, sufriendo ocho heridas producidas por proyectil de arma de fuego en Tórax anterior, Tórax anterior derecho, Región mandibular derecho con anillo de contusión, Tórax anterior izquierdo, Hipocondrio izquierdo (cuadrante superior izquierdo), Flanco derecho, Brazo derecho, Brazo anterior derecho.- Además sufre Herida contuso cortante en codo izquierdo y quemaduras grado II, III y IV en cabeza, manos, antebrazo, muslos anteriores, que representan el 40% de la masa corporal, sin reacción vital. 21. M. R. S., reo pandillero, (alias El Boris), por Laceración Cerebral, sufriendo cinco heridas por proyectil de arma de fuego en la cabeza región parietal derecha, cabeza región parietal izquierdo, tórax supraclavicular derecho, tórax supraclavicular izquierdo y espalda región vertebral sobre línea media. 22. E. E. R. A., reo pandillero, (alias El Bloker), por Hemotórax Bilateral, sufriendo dos heridas producidas por proyectil disparados por arma de fuego a Nivel de tórax anterior izquierdo, a nivel de zona central de tórax anterior. Además sufre herida punzo cortante a nivel de tórax anterior izquierdo y una herida contusa en la región superior de la cabeza. 22. E. I. M., reo pandillero (alias Caballo), por Laceración Cerebral, sufriendo Cinco heridas producidas por proyectiles disparados por arma de fuego A nivel frontal, A nivel de zona lumbar (parte de debajo de la espalda), A nivel de lado izquierdo de la espalda, A nivel de lado derecho de la espalda (omoplato derecho), A nivel de muslo derecho (zona anterior), A nivel de lado derecho de la espalda (zona de trapecio derecho).- Además Una herida punzo cortante. 24. E. R.R. reo pandillero (alias El triste), por Hemobroncoaspiración, sufriendo quemaduras grado IV en un 95% de la superficie corporal con acumulo de sangre en las vías aéreas, destrucción del cráneo y cara por calor, amputación térmica de 1/3 medio del brazo derecho, 1/3 medio del muslo derecho, 1/3 medio inferior de pierna izquierda. 25. M. F. S. S., reo pandillero, (alias El Maleante), por Hemoperitoneo, sufriendo herida producida por proyectil de arma de fuego a nivel del lado izquierdo del abdomen. 26. N. A. M., reo pandillero, (alias Gruñón), por asfixia por estrangulación por objeto romo, además sufrió seis heridas contusas en la cabeza, Herida contusa en el mentón y quemadura de 2do grado en un 36% de la superficie corporal. 27. N. A. Z. P., reo pandillero (alias El Duende), por hemorragia subaracnoidea por traumatismo cráneo encefálico, como consecuencia de fractura multifragmentada del cráneo (bóveda y piso), herida contusa en región occipital derecham, además herida de bordes contundidos y en forma de colgajo en región del codo izquierdo. 28. O. N. A., reo pandillero, (alias Travieso), por Laceración Cerebral, sufriendo Traumatismo Cráneo Encefálico por Laceración Cerebral, hemorragia subaracnoidea, fractura de cráneo, herida desde la región mesentérica izquierda. Traumatismo en Tórax por herida circular, en región subclavia izquierda, herida de bordes lineales, debajo de la herida anterior, herida de bordes lineales, en el flanco derecho del abdomen. 29. P. D. D., reo pandillero (alias Desertor), por Cúmulo de sangre en la envoltura del cerebro, sufriendo Heridas contusas en el rostro. Heridas cortantes en la cabeza. Tres heridas de arma de fuego en pecho derecho a cuello, en Espalda hacia axila izquierda y en Hombro 20 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 derecho. 30. Persona Desconocida, reo pandillero, por Hemorragia Cerebral, sufriendo Traumatismo cráneo encefálico por cinco heridas contusas en la región izquierda de la cabeza, equimosis en parpado superior del ojo derecho, fractura de base cráneo y Hemorragia subaracnoidea.- Traumatismo en tórax y miembros superiores por Herida de proyectil disparado por arma de fuego en la región costal izquierda. 31. Persona Desconocida, reo pandillero, por Hemorragia Subaracnoidea, sufriendo traumatismo craneoencefálico y cuello con cuatro heridas contusas en región frontal, en mentón, en región parieto temporal izquierdo, en región parietal posterior lacera piel y cuero cabelludo y hemorragia subaracnoidea; además sufre una herida contuso cortante en región submentoniana (debajo del mentón), y cinco heridas cortantes en frontal derecha, frontal media, frontal izquierda secciona solo piel, herida nasal izquierda y puente nasal. También sufre un herida punzo cortante en hemicara derecha, traumatismo toráxico con tres heridas punzo cortantes en intraclavicular derecha, en región torácica posterior (espalda) y en región posterior sobre el hombro derecho. Herida cortante en tercio medio interno de antebrazo izquierdo. 32. Persona Desconocida, reo pandillero, por Hemorragia Subaracnoidea, sufriendo Traumatismo Cráneo Encefálico Cara y cuello por dos heridas contusas en Región parietal izquierda y también en Región parietal izquierda; Tres heridas cortantes en lóbulo de oreja izquierda, región cervical lateral izquierda y Región anterior izquierda del cuello; Dos heridas contuso cortantes en mentón y región del mentón y lesiones simples tipo equimosis y excoriaciones. 33. Persona Desconocida, reo pandillero, por Hemotórax, sufriendo Ocho heridas por proyectil de arma de fuego dispuestas en región escapular izquierda, región paravertebral derecha, región inguinal derecha, región de tercio proximal anterior externo del muslo derecho, región sacra derecha, región sacra derecha, hombro derecho, atípico en la región posterior, tercio medio del brazo izquierdo. además sufriendo hematoma epicraneal y herida contusa en región posterior, brazo derecho. 34. Persona Desconocida, reo pandillero, por Laceración Cardiaca, sufriendo herida punzo cortante en región para esternal izquierda, herida en la región posterior de la cabeza, herida en labio inferior izquierdo, herida contuso cortante en fronto temporal izquierdo, con hundimiento frontal, fractura de los huesos de la base del cráneo, en mentón con sección de piel, grasa, fractura de la mandíbula y piezas dentales, herida punzo cortante en región posterior izquierda de la cabeza y en la región occipital izquierda en línea de inserción de cabello y una herida cortante en región anterior del cuello. 35. R. J. R. A., reo pandillero, (alias El Blaz), Hemorragia Subaracnoidea, por dos heridas proyectil de arma de fuego en región parietal derecha y en tercio proximal interno del muslo izquierdo. Además equimosis palpebral derecha, herida contuso en labio inferior izquierdo sin vitalidad. 36. W. S. O., reo pandillero, (alias Rayo), por Hemotórax, sufriendo Herida punzo cortante localizada en la región anterior izquierda del tórax, dos heridas producidas por proyectil disparado por arma de fuego en la región lateral del brazo izquierdo y en la cara lateral de la pierna izquierda.- Herida contusa localizada en la región parietal izquierda. CUADRAGÉSIMO SEXTO: Sobreviven a los hechos ocurridos en fecha cinco (5) de abril del dos mil tres en el Centro Penal, Granja Penal de El Porvenir, los reos pandilleros: 1. A. M. E. R., alias El humilde, sufriendo lesión en cabeza región parietal izquierda. 2. C. R. P. O., alias P., sufriendo lesión en cara región derecha de frente y en cabeza región parietal posterior 21 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 izquierda. 3. E. A. C. Á., alias Mackgregor, sufriendo lesión en cabeza, región parietal derecha posterior, Cabeza región occipital, quemaduras en antebrazo izquierdo tercio medio posterior. 4. J. R. M., alias Lágrima, sufriendo lesión en cabeza, región occipital izquierda, cabeza región parietal posterior, en brazo izquierdo, región del codo y Hemorragia conjuntival. 5. J. C. H. V., alias Wizard, sufriendo lesión en brazo derecho, región del codo. 6. J. J. C. M., alias El Karking, sufriendo lesión en brazo derecho, tercio distal posterior y en antebrazo derecho, tercio medio posterior. 7. L. C. T. A., alias El Ciervo, sufriendo lesión en cabeza región parietal posterior derecha y región occipital. 8. L. O. U. R., alias El Tuanis, sufriendo lesión en región braquial anterior y en brazo por herida de arma de fuego. 9. S. A. O. P., alias El Pibe, sufriendo lesión en la cabeza en región parietal posterior derecha y también en región parietal posterior derecha. 10. L. A. H. H., alias El Crillin, sufriendo lesión en la cabeza en región parietal derecha. 11. M. H. A. M., alias El Baby Casper, sufriendo lesión en cabeza región parietal posterior derecha. 12. M. R.C. E., alias Cuervo, sufriendo lesión en antebrazo izquierdo tercio proximal, región anti branquial anterior, en antebrazo derecho, tercio proximal, región anti branquial anterior, en región lateral dorsal del pie izquierdo. 13. E. E. V. A., alias Meyes, sufriendo lesión en brazo izquierdo, tercio medio, en región braquial anterior y fractura conminuta de humero izquierdo. 14. O. O. A. M., alias El terco, sufriendo lesión en cabeza región parietal anterior derecha, cabeza región parietal posterior derecha., en tórax posterior región infra espinosa derecha, en tórax posterior derecho región infra espinosa, en mano izquierda, quinto dedo, con fracturas de falange. 15. O. H. V., alias El Pewee, sufriendo lesión en cabeza región occipital y en región inter escapular 16. R. E. V. E., alias El Tigre, sufriendo lesión por arma de fuego en pierna derecha, con impotencia funcional. 17. S. D., alias El Duende, sufriendo lesión en región parietal posterior izquierda, en cabeza región occipital izquierda, en cara derecha, región supra espinosa.- Quemadura grado II en antebrazo izquierdo, tercio medio posterior, en antebrazo derecho tercio distal posterior y en muslo derecho tercio medio, región femoral posterior. CUADRAGÉSIMO SÉPTIMO: Además sobreviven los reos pandilleros: C. J. P., alias Bleizer, J. E. D., alias Cuervo, K. R. Z., alias El Cruel y O.I. A. I., alias Tacoma. CUADRAGÉSIMO OCTAVO: Aproximadamente a las doce del medio día, del día cinco de abril del año dos mil tres, aun estando el Centro Penal bajo el resguardo de la Policía Nacional Preventiva, se persona al lugar el Técnico Especialista del Escenario del Crimen, encontrando a reos rondines haciendo labores de limpieza dentro del recinto y moviendo cadáveres, además circulaban libremente en el recinto varios miembros de la Policía Nacional Preventiva y miembros de los medios de comunicación, los que movieron de sus lugares originales objetos y cuerpos. Horas mas tarde llega al lugar el Señor A. C., Sub Secretario de Estado en los Despachos de Seguridad Pública, y aproximadamente a las cuatro (4) de la tarde el Señor R. M. J., Presidente del Poder Ejecutivo, acompañado del Señor O. A. A. P., Secretario de Estado en los Despachos de Seguridad, además de otras personas y elementos de seguridad, quienes ingresaron a los recintos, haciendo un recorrido, todo al mismo tiempo que Medicina Forense estaba recogiendo los cuerpos y el personal de Inspecciones Oculares identificando y recolectando indicios. Posteriormente una persona que acompañaba al Presidente del Poder Ejecutivo indica a los Bomberos que hagan un lavado del Centro 22 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 Penal para que los reos que están en el Campo puedan retornar a las celdas no afectadas por el fuego, limpieza que se realizo entre las 08:00 p.m. hasta las 03:00 a.m. del día seis de abril del mismo año. CUADRAGÉSIMO NOVENO: El Libro de la Secretaria de Seguridad de la Dirección General de Servicios Especiales Preventivos, referente a las Novedades Ocurridas en el Cuerpo de Guardia del día cinco de abril del año dos mil tres, fue alterado, borrando con corrector la hora en que se consigno fueron escuchados los primeros disparos que correspondía las 09:00 a.m., consignando 09:30 a.m., consignándose además de forma incorrecta la hora y el orden en que llegaron la diferentes autoridades y periodistas de concurrieron a la Granja Penal el cinco de abril de dos mil tres. QUINCUAGÉSIMO: En relación a los hechos de fecha cinco de abril del año dos mil tres, se estableció información inexacta e información falsa en: Libro de la Secretaria de Seguridad de Dirección General de la policía Preventiva, referente al Registro de Novedades del Cuerpo de Guardia y en el Libro de la Secretaria de Seguridad de Dirección General de policía Preventiva, Jefatura de La Ceiba, referente al Control de Novedades y Mensajes transmitidos a la Sección de Comunicación, todo con el fin de hacer ver que la Policía Nacional Preventiva se enteró de lo que acontecía en el Centro Penal hasta después de las 10:15 de la mañana del día cinco de abril del año dos mil tres. QUINCUAGÉSIMO PRIMERO: En fecha seis de Abril del año dos mil tres, el Sub Teniente R. A. S.I., remite informe al Comandante de la Fuerza de Tarea Conjunto Esparta; Comandante del 4to Batallón de Infantería, Señor M. C. L., refiriéndole que los hechos ocurridos en el Centro Penal de El Porvenir, el día cinco de abril del año dos mil tres, obedecieron a que los reos pandilleros y los reclusos paisas se estaban atacando con armas punzo cortantes y palos, que tras personarse al lugar con otros elementos del ejército, se logró dominar la situación, refugiándose un grupo de pandilleros en forma voluntaria en la celda seis (6) y logrado sacar a otro grupo de la celda dos (2) para que no sufrieran daño por el fuego, pero que después ingresaron los refuerzos de la Fuerza de Tarea Conjunta Esparta y elementos cobras, entraron al recinto disparando, y los elementos cobras dispararon a un grupo de reos pandilleros que se encontraban en ―posición de tendido‖, al mismo tiempo que un grupo de presidiarios golpeaban y herían a los reos pandilleros, según este informe. QUINCUAGÉSIMO SEGUNDO: En fecha siete de abril del año dos mil tres, el Técnico de Inspecciones Oculares se desplaza hacia El Centro Penal, Granja Penal de El Porvenir, con el fin de realizar nueva inspección ocular, encontrado en el exterior del edificio una aglomeración de escombros y residuos, la mayoría de ellos a lo que correspondía el repello de las paredes de los recintos donde dos días antes se había dado el conflicto. QUINCUAGÉSIMO TERCERO: En fecha once de Abril del año dos mil tres, el Sub Comisionado de Policía C. E. H. A. remite informe por escrito a la Directora General de Policía Preventiva, Comisionada de Policía C. R. R., señalándole que los hechos de fecha cinco de abril de ese año, en el Centro Penal Granja Penal de El Porvenir, se produjeron como consecuencia de un enfrentamiento entre los reos pandilleros y la población penitenciaria, utilizando armas de fuego, palos, garrotes, leños, tubos, etc. y que al momento de tratar de controlar la situación los reos pandilleros les dispararon, por lo que los miembros de la Fuerza de Tarea Conjunta Esparta y de la Policía Nacional Preventiva tuvieron que hacer uso de sus armas de reglamento, según éste informe.‖ III.- El Recurrente Abogado A. O. S., en su condición de Apoderado Defensor de los señores C. E. H. A., J. 23 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 L. S. R., M. A. C. I., J. R. O. Y O. E. H. P., desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley en tres motivos. Para efectos de seguir un orden sistemático adecuado en su análisis y resolución, esta SALA considera pertinente apartarse del orden seguido por el Censor, de tal manera que inicialmente se pronunciará sobre el segundo y tercer motivos, relativos a delitos contra la vida, seguidamente al primero de ellos, tomando en cuenta que la condena por el delito de VIOLACIÓN DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS impuesta por el Tribunal de Sentencia, se funda precisamente en el incumplimiento de obligaciones legales a cargo de los imputados que a criterio del Juzgador dieron lugar a la comisión por omisión de varios delitos de ASESINATO, algunos que alcanzaron la fase de CONSUMACION y otros el grado de ejecución de TENTATIVA, y finalmente al cuarto de los motivos invocados. III.INFRACCIÓN DEL ARTÍCULO 117 NUMERAL 3º) DEL CODIGO PENAL EN RELACIÓN AL ARTÍCULO 32 DEL MISMO TEXTO PUNITIVO.- PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTICULO 360 PARRAFO PRIMERO DEL CODIGO PROCESAL PENAL.- EL CENSOR ARGUYE FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE LOS IMPUTADOS M. A. C. I., J. R. O. Y O. E. H. P. SEAN RESPONSABLES EN COMISION POR OMISION DE VEINTITRES DELITOS DE ASESINATO CONSUMADO MEDIANTE INCENDIO.EXPOSICIÓN DEL MOTIVO Conforme a la sentencia los imputados M. A. C. I., J. R. O. y O. E. H. P., incurren en ―el delito de Asesinato mediante incendio por omisión impropia al tenerlos como garantes, por disposición de la ley-, al tener la condición de funcionarios públicos, con la responsabilidad de cumplir y hacer cumplir lo que la Constitución de la República establece respecto a la protección de los derechos y garantías que la misma consagra, como es la vida, la seguridad e integridad de las personas, en especial en este caso a las que estaban privadas de libertad ambulatoria e ingresados en ese centro penal‖. ―Actuando como autores inmediatos, en forma independiente siendo responsables de los actos que se cometieron en su presencia y con su conocimiento... al omitir ejecutar en forma independiente acciones en pro de las personas que estaban siendo objeto de muerte por otras personas‖. Según se desprende de los numerales séptimo, octavo, noveno y decimoprimero de la fundamentación jurídica y que, conforme al numeral noveno de la fundamentación punitiva, los hace responsables del delito de asesinato mediando incendio por omisión de veintitrés personas‖. La sentencia funda su condena en la existencia del delito de Violación a los Deberes de los Funcionarios en su hipótesis tenida en el Artículo 349 numeral 3º del Código Penal, de tal manera que si no existe este delito, tampoco existirá el delito de asesinato mediante la hipótesis del Artículo 117 numeral 3º del mismo Código Penal porque la sentencia ubica la comisión d este delito como delito subsidiario. Esta situación subsidiaria se da por cuanto la sentencia incurre en un razonamiento jurídico inexacto en las siguientes magnitudes: a) Considera que los imputados estaban en posición de garantes por el solo hecho de ser empleados, no funcionarios, como dice la sentencia, dado que funcionario es aquel que toma decisiones dentro del grado de discrecionalidad que le fija la ley y el empleado es el servidor público a quien se le asigna una serie de funciones y escasa vez una que otra discrecionalidad. En todo caso, al concurrir al centro penal bajo la dirección del oficial T. V., este gozaba de la discrecionalidad por estar en una jerarquía superior dentro de su función y sin ningún vínculo legal con el oficial R. A. S.I. quien se define en la sentencia como un oficial de la Fuerza Esparta sin ningún vínculo de relación con la Policía Preventiva que no fuera de la obligación de auxilio a que 24 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 se refiere el Artículo 25 de la Ley Orgánica de la Policía Nacional. Ha quedado expuesto en el primer motivo de esta exposición que la ley especial que rige a la policía coloca los derechos y garantías de los privados de libertad en la Dirección General de Establecimientos Penales como una sección de la Dirección General de Servicios Especiales Preventivos y jamás en la Dirección General de la Policía Preventiva, de manera que, siguiendo el principio de preferencia a que se refiere el Artículo 2-A del Código Penal, la ley deja claro quien debe asumir la condición de garante, sin podernos explicar de manera objetiva y supeditado al principio de legalidad a qué ley se refiere la sentencia cuando se invoca este concepto para asegurar la condición de garante en la persona equivocada. b) En una segunda situación, la sentencia señala que la autoría de los imputados en el delito es por la vía de la omisión impropia. Sobre este particular, es necesario formular dos aportaciones que demuestran la falsedad del concepto. Dejamos expuesto que las omisiones impropias son para los delitos de resultado y no para los delitos de mera actividad, de manera que, siendo el asesinato un delito de mera actividad, jamás podrá darse mediante una omisión impropia. Por otro lado, el Artículo 117 y sus cuatro hipótesis para incurrir en el delito de asesinato, deja bien claro que se trata de un delito de acción y es por ello que esto muestra su primera diferencia con el homicidio que puede ser por acción o por omisión, pero el delito de asesinato solamente puede cometerse por acción en vista de que las hipótesis tipificadoras todas son de acción, es decir, nadie puede cometer un asesinato mediante una alevosía omisiva, un incendio omisivo, una premeditación omisiva o un ensañamiento omisivo. Todas estas hipótesis reclaman de la acción y esta acción debe ser propia, por cuanto el asesinato es un delito de mera actividad que se consuma en el acto de su ejecución aunque sea otro el lugar del resultado como bien señala el Artículo 19 del Código Penal. c) La sentencia incurre en la contradicción de señalar que los imputados actuaron mediante omisión impropia y al mismo tiempo que lo hicieron mediante autoría inmediata. Estos dos conceptos son contradictorios entre sí porque siendo un delito de mera actividad y de acción por sus hipótesis, no puede darse la autoría inmediata sin haber acción. En el remoto caso, de lo cual no existe un tan solo medio de prueba, los imputados se hubieran encontrado frente a la celda número seis al momento del incendio y que efectivamente hubieran tenido la condición de garantes, las obligaciones del policía preventivo no lo lleva a la comisión de actos heroicos, como bien se especifica en el delito de omitir el deber de socorro. El policía está obligado al cumplimiento de sus funciones siempre y cuando no ponga en riesgo su propia vida y en eso descansa el uso de las armas a que se refiere el Artículo 22 numeral 5º de la Ley Orgánica de la Policía Nacional, hacer uso de sus armas de reglamento cuando su vida se encuentre en peligro frente a quienes quebrantan el orden público y el derecho de las personas pacíficas. d) Los mismos hechos probados y tenidos así en la sentencia establecen que en el interior del penal los reos pandilleros se habían hecho de un arma de fuego con la que le quitaron la vida a los reos rondines y que de las celdas 2 y 6 se hacían disparos, aun en los momentos en que cogían fuego, mediante la acción de uno de los reos rondines, de manera que la condena por asesinato mediante incendio por omisión impropia en su condición de garantes, no obedece estos criterios sino a una negativa a realizar actos heroicos a los que ningún funcionario o empleado de la Administración Pública está obligado a incurrir. En 25 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 conclusión, siendo un delito establecido y señalado como subsidiario del delito de violación a los deberes de los funcionarios, si no tiene existencia éste, mucho menos lo tendrá el segundo por las razones arriba señaladas. III.-RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY SUSTANTIVA FUNDADO EN LA INFRACCIÓN DEL ARTÍCULO 117 NUMERAL 3) DEL CODIGO PENAL EN RELACIÓN AL ARTÍCULO 32 DEL MISMO TEXTO PUNITIVO. EL CENSOR ALEGA FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE LOS ENCARTADOS M. A. C. I., J. R. O. Y O. E. H. P. SEAN RESPONSABLES EN COMISION POR OMISION DE VEINTITRES DELITOS DE ASESINATO CONSUMADO MEDIANTE INCENDIO.- Argumenta el recurrente que conforme a la sentencia impugnada los imputados M. A. C. I., J. R. O. Y O. E. H. P., incurren en el delito de ASESINATO mediante INCENDIO por OMISIÓN IMPROPIA al tenerlos como GARANTES, por disposición de la ley, en su condición de funcionarios públicos, con la responsabilidad de cumplir y hacer cumplir lo que la Constitución de la República establece respecto a la protección de los derechos y garantías que la misma consagra, como es la vida, la seguridad e integridad de las personas, en especial en este caso de las que estaban privadas de su libertad ambulatoria e ingresadas en ese centro penal”. Por considerar que “Actuando como autores inmediatos, en forma independiente siendo responsables de los actos que se cometieron en su presencia y con su conocimiento... al omitir ejecutar en forma independiente acciones en pro de las personas que estaban siendo objeto de muerte por otras personas”. El Censor después de citar fragmentos del fallo recurrido, cuestiona a que la sentencia funda su condena en la existencia del delito de Violación a los Deberes de los Funcionarios en la hipótesis prevista por el Artículo 349 numeral 3º del Código Penal, estimando que al no haberse cometido este delito por los encartados, tampoco puede atribuírseles el delito de asesinato mediante modalidad contenida en el Artículo 117 numeral 3º del mismo Código Penal. El recurrente considera que la sentencia impugnada incurre en un razonamiento inexactos, ya que: a) Considera que los imputados estaban en POSICIÓN DE GARANTES por el solo hecho de ser empleados, cuando quienes tienen la calidad de tales son los funcionarios, dado que funcionario es aquel que toma decisiones dentro del grado de discrecionalidad que le fija la ley. Asegura que ha quedado expuesto en el primer motivo que la ley especial que rige a la policía coloca los derechos y garantías de los privados de libertad bajo la tutela de la Dirección General de Establecimientos Penales como una sección de la Dirección General de Servicios Especiales Preventivos y jamás en la Dirección General de la Policía Preventivarias Refiere que siguiendo el PRINCIPIO DE PREFERENCIA a que se refiere el Artículo 2-A del Código Penal, la ley deja claro quien debe asumir la CONDICIÓN DE GARANTE, sin explicarse el recurrente de manera objetiva y supeditado al PRINCIPIO DE LEGALIDAD, a qué ley se refiere la sentencia cuando atribuye la CONDICIÓN DE GARANTE a la persona equivocada; b) En una segunda situación, reprocha la sentencia cuando esta señala que la AUTORÍA de los imputados en el delito, es por la vía de la OMISIÓN IMPROPIA. Sobre este particular, deja expuesto que las OMISIONES IMPROPIAS son para los DELITOS DE RESULTADO y no para los delitos de MERA ACTIVIDAD, de manera que, siendo el ASESINATO un delito de mera actividad, jamás podrá consumarse mediante una omisión impropia. Asegura que el delito de asesinato solamente puede cometerse por acción en vista de que las hipótesis tipificadoras todas son de acción, es decir, nadie puede cometer un asesinato mediante una alevosía omisiva, un incendio omisivo, una premeditación omisiva o un ensañamiento 26 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 omisivo. c) Esgrime que la sentencia incurre en una contradicción al señalar que los imputados actuaron mediante OMISIÓN IMPROPIA y al mismo tiempo que lo hicieron mediante AUTORÍA INMEDIATA. Asegura que estos dos conceptos son incomptibles entre sí porque siendo un delito de mera actividad y de acción en sus distintas hipótesis, no puede darse la autoría inmediata sin haber acción. Refiere que el policía está obligado al cumplimiento de sus funciones siempre y cuando no ponga en riesgo su propia vida y en eso descansa el uso de las armas a que se refiere el Artículo 22 numeral 5º de la Ley Orgánica de la Policía Nacional; d) Los mismos hechos probados y tenidos así en la sentencia, establecen que en el interior del centro penal los reos pandilleros se habían hecho de un arma de fuego con la que le quitaron la vida a los reos rondines y que de las celdas 2 y 6 se hacían disparos, aun en los momentos en que cogían fuego, mediante la acción de uno de los reos rondines, de manera que la condena por asesinato mediante incendio por omisión impropia en su condición de garantes, no obedece a tuvieran tal condición, sino a una negativa para realizar actos heroicos, a los que ningún funcionario o empleado de la Administración Pública esta obligado a incurrir. Concluye que siendo el asesinato mediante incendio un delito SUBSIDIARIO del delito de violación a los deberes de los funcionarios, de no tener existencia el primero, mucho menos lo tendrá el segundo por las razones arriba señaladas. Esta Sala de lo Penal considera importante recordar, que a través del recurso de casación por infracción de ley, sólo puede intentarse una revaloración jurídica del material fáctico descrito en la sentencia, contenido en la formulación de hechos probados realizada por el Tribunal de Instancia. A diferencia del tradicional recurso de apelación, propio del anterior sistema, que provoca un nuevo examen del caso por parte del Tribunal revisor, tanto bajo el aspecto fáctico como jurídico, el de casación por infracción de ley únicamente admite la posibilidad de que el Tribunal de Casación realice un nuevo examen del objeto procesal bajo el segundo aspecto, o sea una revisión jurídica de los hechos declarados probados. A la Sala de lo Penal tratándose del motivo invocado por el recurrente, sólo le corresponde actuar como contralor de la aplicación de la ley sustantiva por el Tribunal de Sentencia. Su misión se limita a la revisión del juicio de derecho contenido en la sentencia. El recurso de casación por infracción de ley tiene por finalidad la revisión por parte de esta Sala de la interpretación que de la ley hagan los Tribunales de Sentencia definiendo o valorando jurídicamente los hechos establecidos en la sentencia y poniéndolos en relación con la norma de derecho que rige el caso dentro del campo de la consideración puramente jurídica. Esa tarea de contralor jurídico asignada al Tribunal de Casación supone el respeto a los hechos fijados en la sentencia. El artículo 360 del Código Procesal Penal establece, que habrá lugar al recurso de casación por infracción de ley, cuando dados los hechos que se declaren probados en la sentencia, se haya infringido un precepto penal u otra norma jurídica de carácter sustantivo, que deba ser observada para la aplicación de la ley penal. De acuerdo a lo previsto en el artículo 338 del Código Procesal Penal, la sentencia se construye como un silogismo, en que la premisa menor, está integrada por el relato de hechos probados, la mayor por los fundamentos de derecho, y la conclusión, por el fallo. En este sentido, el recurso de casación por infracción de ley debe estructurarse o partir su alegación, de los hechos probados que contenga la resolución cuestionada, puesto que el vicio en esencia consiste en que la decisión adoptada por el juzgador en la parte 27 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 resolutiva de la sentencia, es incompatible, irreconciliable o ajena a la verdad enunciada por la narración fáctica (hechos probados), de tal suerte que resultan inobservadas las normas que sí corresponde aplicar, se invocan normas que no deben aplicarse, o se invocan las norma que deba aplicarse al caso concreto pero el Juzgador hace una incorrecta interpretación de la misma. Precisados los límites en los que puede desenvolverse la función revisora de esta Sala cuando del recurso de casación por infracción de ley se refiere, ahora es pertinente que indiquemos cuales son los elementos objetivos y subjetivos del delito de asesinato mediante incendio, que en comisión por omisión se atribuye a los imputados M. A. C. I., J. R. O. Y O. E. H. P..- La muerte de una persona a consecuencia de la acción realizada por otra, valiéndose de medios especialmente peligrosos o revelando una especial perversidad, ha sido tradicionalmente castigada con mayor severidad que el homicidio simple. En este sentido, el asesinato se describe como la muerte de otra persona ejecutada con alguna de las circunstancias mencionadas en el artículo 117 del Código Penal. De este modo, la concurrencia de algunas de las circunstancias del artículo 117 establece la diferencia entre el homicidio y el asesinato. No obstante, cabe señalar, que ambos delitos comparten características comunes, así, aparte de la igualdad en el bien jurídico protegido, que es la vida humana como valor ideal, coinciden los sujetos, activo y pasivo, que pueden serlo cualquier persona, sin más limitaciones que las que provienen del concurso de leyes,1 el objeto material sobre el que recae directamente la acción es el hombre vivo físicamente considerado, y los problemas de la relación de la causalidad, en virtud de la cual se debe establecer la conexión entre el comportamiento del sujeto activo y el resultado que consiste en la muerte efectiva de otra persona. En el caso concreto que ahora nos ocupa, se ha declarado la responsabilidad penal de los encausados por su contribución en comisión por omisión, a la consumación de veintitrés delitos de asesinato mediante incendio, modalidad prevista en el numeral 3) del precepto legal supracitado. La razón de la especial agravación de la muerte de un ser humano cometido mediante incendio, no es solamente la mayor perfidia del medio empleado que revela un delincuente sumamente peligroso, sino también el peligro general que tal medio y otros como la inundación, explosión, descarrilamiento, etc… encierran para la colectividad2. Habiendo determinado de manera sucinta cuales son los elementos objetivos y subjetivos de la modalidad del delito de asesinato, esta Sala considera pertinente referirse ahora a la figura de la comisión por omisión, siendo que esta es la estructura típica de los delitos de asesinato que se imputa a los encausados. El tipo de comisión por omisión muestra en su parte objetiva la misma estructura que el de la omisión pura: a) situación típica; b) ausencia de la acción determinada; c) capacidad de realizarla3, pero completada con la presencia de tres 1 Así sí el sujeto pasivo es alguno de los Presidentes de los Poderes del Estado, el delito aplicable es el previsto en el artículo 322, si se trata del Jefe de Estado extranjero o Jefe de Gobierno extranjero, el artículo 318, etc… 2 Vid. CUELLO CALON, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo II, Revisada por CAMARGO HERNANDEZ, CESAR, Bosch, Casa Editorial, S.A., Barcelona, 1982, pág. 507. 3 Así por ejemplo, constituye un tipo de omisión pura, el previsto en el artículo 388 No. 4) del Código Penal que se describe de la siguiente manera: ―….quien sin concierto previo con los autores o cómplices de un delito, pero con motivos suficientes para suponer la comisión de éste:…4) 28 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 elementos particulares necesarios para la imputación objetiva del hecho: la Posición de garante, la producción de un resultado y la posibilidad de evitarlo. Recapitulando podemos decir que a)la posición de garante integra necesariamente la situación típica de los delitos de comisión por omisión no expresamente tipificados; b)debe seguir en ellos la producción de un resultado; y, c) la capacidad de acción debe comprender la capacidad de evitar el resultado. Si el primer elemento de toda omisión es que tenga lugar la situación típica base del deber de actuar, en la comisión por omisión no expresamente tipificada ha de integrar dicha situación la llamada posición de garante por parte del autor. Se da cuando corresponde al sujeto una específica función de protección del bien jurídico afectado o una función personal de control de una fuente de peligro, en ciertas condiciones. Ambas situaciones convierten entonces al autor en garante de la indemnidad del bien jurídico correspondiente. Así por ejemplo, en determinadas circunstancias asumen la posición de garantes para salvaguardar la indemnidad de bienes jurídicos ajenos, el padre en relación con el niño, el hijo en relación con el padre anciano, la esposa en relación con el esposo o viceversa, el profesor de natación en relación con su alumno, la enfermera obligada a cuidar al paciente, el salvavidas en relación a la persona que se ahoga, la niñera encargada de cuidar la criatura en brazos, el controlador aéreo, el cuidador de una planta de energía atómica o de sustancias radiactivas, el conductor encargado de transportar sustancias químicas, el jefe de seguridad de la fábrica encargado de mantener las máquinas en perfecto estado de funcionamiento para evitar accidentes de trabajo, el dueño del animal fiero, La posición de garante es precisa para que la no evitación de un resultado lesivo pueda equipararse a su propia causación positiva y castigarse con arreglo al precepto que sanciona su producción. De este modo, en la doctrina se exponen como ejemplos clásicos de delitos cometidos en comisión por omisión, en que la posición de garante determina que la no evitación del resultado lesivo se equipara al de su causación, lo siguientes: la madre que no le suministra alimento al recién nacido y lo deja morir por inanición, la mujer que deja perecer al recién nacido al omitir atarle el cordón umbilical, el cónyuge que no le brinda asistencia médica a su compañero, víctima de una repentina enfermedad o accidente, y deja que muera, el socorrista que no le presta atención al bañista cuya protección se le ha encomendado, al profesor de natación que deja ahogar al alumno que le ha prometido adiestrarlo en dicho deporte, el guía, que ante la situación de peligro del excursionista que ha confiado su cuidado, no hace nada para evitarlo, el encargado de cuidar al ciego, al que no le impide avanzar hacia el precipicio, el que deja morir de hambre al secuestrado, el guardián de prisiones que no asiste al detenido en peligro de muerte después de intervenir en una riña, etc..4 Lo decisivo en la comisión por omisión es la virtual causalidad de la Deja de comunicar a la autoridad las noticias que tuviere acerca de la comisión de un delito cuando está obligado a hacerlo por su profesión o empleo….En este supuesto la situación típica es la de quien se encuentra en la circunstancia de tener motivos suficientes para suponer la comisión de un delito con la obligación de denunciarlo. La ausencia de la acción esperada, radica en dejar de comunicar a la autoridad las noticias que tuviere acerca de la comisión de un delito, a lo que se añade la como un elemento del tipo objetivo, la capacidad de efectuar tal notificación, es decir, la posibilidad de realizar la acción esperada. 4 Vid. VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte General, 4ª edición, COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, pág 668. 29 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 acción que hubiera debido realizarse para evitar el resultado (“causalidad hipotética”) Para comprobar la existencia de la causalidad hipotética o llamada también por algunos “nexo de evitación”, el Juzgador debe acudir a una fórmula en virtud de la que a partir de la teoría de la equivalencia de las condiciones, se afirma que la omisión es causa del resultado, si puesta mentalmente en su lugar la acción esperada, que no es realizada por el omitente, el resultado desaparece, de este modo pues, hay causalidad hipotética si la acción no realizada hubiera evitado la producción del resultado al menos con una probabilidad rayana en la certeza. Como lo exponíamos líneas arriba, el sujeto activo debe tener la capacidad efectiva (real, física) de realizar la conducta ordenada (el mandato) en el caso concreto y partir de consideraciones objetivas, pues de lo contrario, sí al agente le falta capacidad corporal o física de acción, su comportamiento, llevado a cabo de manera distinta, será atípico; como dice la máxima jurídica: “a lo imposible nadie está obligado”. Así por ejemplo: el bañista que en este momento se ahoga en las playas, así se pueda presenciar el hecho por medio de la televisión, no puede ser salvado por uno de los televidentes, pues ninguno de ellos tiene la posibilidad de realizar la acción ordenada, no así el socorrista contratado para cuidar a los veraneantes. Desde luego, la incapacidad física puede ser equiparada a aquella que resulta de una inhabilidad técnica, de una falta de conocimientos o de medios de auxilio5. Para la comisión por omisión vale igual el dolo, que para los delitos de omisión pura. La única particularidad es que, como es lógico, el dolo deberá abarcar no solo la ausencia de la acción debida, sino también la posibilidad y la necesidad de la evitación del resultado mediante aquella acción. Además habrá de extenderse a la situación que determina la presencia de la posición de garante6. Abundando en la configuración del dolo, podemos decir que este tiene un componente cognoscitivo, en tanto que se requiere en primer lugar, que el agente tenga conocimiento de la posición de garante, es decir, debe saber que en el caso concreto ostenta la posición de padre, hijo, médico, jefe de seguridad industrial, etc… En segundo lugar, el sujeto debe tener conocimiento de la situación típica y del curso causal (de la causalidad hipotética), además en tercer lugar, se requiere la posibilidad de representación de la conducta debida y la vía para evitarlo. Sobre el componente volitivo, es indispensable que el agente quiera (aunque sea eventualmente) la realización del tipo en su aspecto objetivo correspondiente, que tenga voluntad de realización de la conducta omisiva según la nota de la finalidad7. Aplicando los criterios anteriormente expuestos al caso concreto que ahora nos ocupa, esta Sala aprecia lo siguiente: A) Que de conformidad a lo descrito por el Tribunal de Sentencia en la fundamentación fáctica del fallo recurrido; a eso de las 9:25 de la mañana del día 5 de abril de 2003, uno de los reos rondines procesados cerró con candado la celda número seis, procediendo junto con otros encausados a colocar obstáculos en la puerta de acceso, introduciendo colchones por las ventanas del recinto, así como también a rociar de líquido acelerante la madera del techo 5 Vid. VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte General, 4ª edición, COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, pág 672. 6 Vid. MIR PUIG, SANTIAGO, Derecho Penal, Parte General, 6ª edición, 2002, pág. 324. 7 Vid. VELASQUEZ, FERNANDO, VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte General, 4ª edición, COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, págs. 674-675. 30 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 provocando fuego en el interior de la celda. Con tales acciones se origina una situación típica, es decir una amenaza o peligro para el bien jurídico “vida” de los reclusos pandilleros y otras personas que se encontraban dentro, originándose un foco de peligro o riesgo de que muriesen por la acción del fuego provocado, y con ello la expectativa de que se consumase el tipo penal de asesinato descrito en el artículo 117 No. 3) del Código Penal (vid. Hecho probado vigésimo cuarto) b) Es un hecho no controvertido, que los acusados M. A. C. I., J. R. O. Y O. E. H. P., fueron llamados en su condición de miembros de la Policía Nacional adscritos al cuerpo especializado denominado “Cobras”, para colaborar en el restablecimiento del orden que se había quebrantado en las instalaciones de la Granja Penal del Porvenir. El artículo 293 de la Constitución de la República prevé que la Policía Nacional es una institución profesional del Estado, encargada de velar por la conservación del orden público, la prevención, control y combate del delito, así como también de proteger la seguridad de las personas y sus bienes. El artículo 10 No. 2) de la entonces vigente Ley Orgánica de la Policía Nacional (Decreto No. 155-98) establecía entre otras atribuciones, que para el logro de sus objetivos y cumplimiento de sus responsabilidades, le correspondía a ese cuerpo de seguridad entre otras atribuciones, la de proteger la vida, bienes, derechos y libertades de las personas. En sintonía con los preceptos antes mencionados, el artículo 22 No. 3) establece que en el cumplimiento de sus funciones los miembros de la Policía deberán cuidar y proteger la salud física y mental de las personas detenidas o sometidas a resguardo. Del precepto constitucional y legales antes citados, se desprende sin duda alguna, que los integrantes del cuerpo especializado Cobras, al reunir la condición de miembros de la Policía Nacional, asumen la posición de garantes de la vida e integridad física de las personas que se encuentren recluidas en un centro penitenciario del Estado en aquellos casos en que dichos bienes jurídicos se vean amenazados o puestos en peligro por otros reclusos o individuos. De este modo podemos afirmar, que los imputados M. A. C. I., J. R. O. Y O. E. H. P. tras su ingreso a la Granja Penal del Porvenir para colaborar en el restablecimiento del orden alterado en el interior de ese centro penitenciario, tenían una posición de garante, es decir, la obligación de hacer cuanto estuviera a su alcance para evitar ataques a la integridad física o la vida de cuantas personas se encontraran en situación de peligro, independientemente de que se tratara de pandilleros, rondines, reos comunes denominados “paisas”, visitantes, funcionarios penitenciarios, policías, miembros del ejército nacional, etc… ; C)Ausencia de la acción determinada: una lectura detenida de la fundamentación fáctica de la sentencia impugnada, no revela que los encausados M. A. C. I., J. R. O. Y O. E. H. P. hayan realizado alguna acción dirigida a evitar que los reos pandilleros y otras personas que se encontraban al interior de la celda No. 6) de la Granja Penal del Porvenir murieran por la acción del fuego desatado tras la provocación del incendio provocado por otros individuos. D)La posibilidad de realizar la acción esperada: para verificar la concurrencia de este requisito de la parte objetiva del delito de comisión en omisión, resulta de capital importancia el análisis de lo descrito en el hecho probado VIGÉSIMO SÉPTIMO que textualmente dice: “Minutos después de las 09:30 a.m., llegan a la Granja Penal dos (2) patrullas de la Policía Nacional Preventiva, en un numero mínimo de dieciocho (18) elementos, quienes procedieron a ingresar al recinto junto con elementos de 31 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 la Policía de Turismo, tomando el control de la situación, y cuatro (4) minutos después se personan al lugar otra patrulla de la policía nacional preventiva con un mínimo de siete (7) elementos Cobras, portando sus armas de reglamento, entre estos los policías M. A. C., J. R. O. y O. E. H. P., todos al mando del Inspector E. A. T. V., quienes ingresan al recinto disparando sus armas, concentrándose en el lado de los billares, por la celda nueve (9) y en la entrada del Cuerpo de guardia. En ese momento el fuego de la Celda seis (6) es ya incontrolable, comenzando a comprometer las celdas siete (7) y cinco (5), por lo que el combinado de los elementos armados del Estado dispone evacuar a los reos comunes de las celdas ocho (8), siete (7), cinco (5), cuatro (4), tres (3) y uno (1), llevándolos al área de los talleres, sin prestar auxilio a los reos pandilleros y visitas que se encuentran aun con vida en la celda seis (6). Minutos mas tarde se produce un estallido desde el interior de la celda seis (6).” De lo anterior se deriva que los acusados M. A. C., J. R. O. Y O. E. H. P., se encontraban bajo el mando, es decir bajo la subordinación del Inspector E. A. T. V., circunstancia que limitó su libre capacidad de decidir o accionar en su función protectora frente a la situación de peligro en la vida e integridad física de cuantos personas se encontraba en el interior del centro penitenciario. Por otro lado cabe señalar que de los mismos hechos probados se establece que tras su ingreso al centro penitenciario se concentran en una posición cercana al billar, a la celda número nueve (9) y en la entrada del cuerpo de guardia, cuando el fuego en la celda número seis(6) resulta ya “incontrolable”, comenzándose a “comprometer” (sic) (entendemos amenazadas por la acción del fuego) las celdas siete (7) y cinco (5), por lo que junto con otros elementos armados del Estado se disponen a evacuar los internos recluidos en las mismas, así como también a los que se encontraban en las celdas cuatro (4), tres (3) y uno (1), llevándolos al área de los talleres. Del anterior cuadro fáctico se deriva que si bien es cierto que los encausados no realizaron ninguna acción dirigida a evitar que los reos y otras personas que se encontraban encerrados en la celda número dos murieran por la acción del fuego desatado por otros individuos, no es menos cierto que tampoco se deriva de manera concluyente y como mínimo con una probabilidad rayana en la certeza que los encartados M. A. C., J. R. O. Y O. E. H. P., limitados como antes queda dicho en el ejercicio de su voluntad individual y autodeterminación al encontrarse bajo eL mando de un superior jerárquico, esto es del Inspector E. A. T. V., hayan estado en capacidad de efectuar una acción de salvamento eficaz a favor de los reos y otras personas ( que fallecieron bajo la acción del fuego provocado en la celda No. 2) en la situación caótica prevaleciente en el recinto carcelario, tomando en cuenta que según lo previsto en el hecho probado relacionado los acusados se sitúan temporalmente en el escenario de los acontecimientos cuando el fuego era “incontrolable”, y se comenzaba a poner en serio riesgo las vidas de las personas refugiadas en las celdas siete (7) y (5), por lo que contribuyen con acciones dirigidas a evacuar a estas últimas así como también para hacer lo mismo con los reos ubicados en las celdas cuatro (4), tres (tres) y uno (1). De este modo y a criterio de esta Sala, no es posible a partir del relato de hechos probados concluir al menos con una probabilidad rayana en la certeza de que los procesados M. A. C., J. R. O. Y O. E. H. P. hayan tenido la posibilidad efectiva de realizar la acción esperada en el caso concreto, ni mucho menos de establecer un nexo de evitación o de causalidad hipotética que permita dar un rango equivalente a su 32 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 falta de acción para controlar el foco de peligro, a la de su efectiva causación, y por ende que pueda atribuírseles responsabilidad criminal en comisión por omisión por los veintitrés delitos de asesinato mediante incendio, de los que fueron condenados por el Tribunal de Sentencia de la ciudad de La Ceiba. Por todo lo expuesto esta Sala, declara con lugar el motivo de casación invocado por el recurrente a favor de dichos procesados. IV.- RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY SUSTANTIVA FUNDADO EN LA INDEBIDA APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 117 NUMERAL 3) DEL CODIGO PENAL EN RELACIÓN AL ARTÍCULO 15 DEL MISMO TEXTO PUNITIVO. PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTICULO 360 PARRAFO PRIMERO DEL CODIGO PROCESAL PENAL. EL CENSOR ALEGA FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE LOS ENCARTADOS J. L. S. R. Y C. E. H. A. SEAN RESPONSABLES EN COMISION POR OMISION DE DIECINUEVE DELITOS DE ASESINATO POR ALEVOSIA PRODITORIA EN EL GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA- EXPOSICION DEL MOTIVO En las consideraciones jurídicas contenidas en los numerales décimo primero y décimo cuarto la sentencia fundamenta para mis representados J. L. S. R. y C. E. H. A. el delito de asesinato tentado mediante alevosía proditoria en contra de diecinueve privados de libertad como consecuencia a la Violación a los Deberes de los Funcionarios mediante concurso ideal y formal complejo. En la formulación de la tesis, la sentencia introduce el delito en tentativa, el concurso ideal complejo y la alevosía proditoria. a) Al referirse a la alevosía proditoria en el numeral décimo tercero de la fundamentación jurídica la define como un ―ataque a traición, que incluye la insidia, trampa, emboscada, celada, apostamiento‖, actuando el autor ―a traición sobre seguro‖ como decía el Código penal español de 1871 en su Artículo 1822, concurriendo una cierta premeditación en orden a la consecución del objetivo lesivo, encuadrándose aquí aquellos supuestos en los que el sujeto activo utiliza estratagemas o procedimientos engañosos o tretas para atraer pérfidamente a la víctima con ocultación sinuosa del ánimo hostil, caracterizándose en ocasiones por tratarse de un ataque por la espalda, dándose en ella la máxima ocultación de las intenciones y proyectos homicidas o lesivos, en cuanto el propio agresor se esconde a la vista de la víctima. Explica en esta forma la alevosía proditoria o, con mejor criterio penal, conocida actualmente como premeditación, contradice a la misma sentencia que al valorar la prueba en su apartado vigésimo sexto concluye Explicada en esta forma la alevosía proditoria o, con mejor criterio penal, conocida actualmente como premeditación, contradice a la misma sentencia que al valorar la prueba en su apartado vigésimo sexto excluye la teoría de la conspiración, siendo contradictorio que si no hay conspiración exista premeditación o alevosía predatoria, por cuanto, ambas figuras buscan lo mismo ―un ataque a traición y sobre seguro‖ y no se pueda tener por existente una alevosía proditoría o premeditación como la presenta el Código Penal sin haber una conspiración o concierto para delinquir. b) En la consideración jurídica décimo sexto de la sentencia, el honorable Tribunal de Sentencia hace una exposición sobre el concepto penal de tentativa, de suyas definiciones que interesan la Tentativa acabada cuando ―el sujeto realizó todos los actos tendientes a la consumación del delito, sin que este se haya consumado por la intervención de otro agente o circunstancias ajenas al iter criminoso‖. Al referirse a la Tentativa inacabada, la sentencia recoge la definición donde ―el sujeto activo no pudo realizar todos los actos tendientes a la consumación del delito debido a circunstancias ajenas a su voluntad‖. La identidad de estos 33 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 conceptos no es mera coincidencia. Haciendo un poco de historia, en el Código Penal de 1906 en su artículo 4 definía el delito frustrado ―cuando el culpable practica todos los actos de ejecución que deberían producir como resultado el delito, y, sin embargo, no lo producen por causas independientes de su voluntad”. “Hay tentativa, cuando el culpable da principio a la ejecución del delito directamente por hechos exteriores, y no practica todos los actos de ejecución necesarios para producir el delito, por causa o accidente que no sea su propio y voluntario desistimiento”. Bajo este precepto histórico-penal la definición legal del delito frustrado es tomada de la doctrina sobre la tentativa acabada y el concepto de tentativa se refiere a la tentativa inacabada. La doctrina comenzó a ver una cierta confusión entre el concepto del delito frustrado con el delito en tentativa y consideró que resultaba prudente unificar estos criterios en un solo concepto y es así como surge el concepto que nos presenta el Código Penal de 1984 al decir en su Artículo 15 que ―Hay tentativa cuando, con la intención de cometer un delito determinado, se realizan actos inequívocos de ejecución y no se consuma por causas ajenas a la voluntad del agente”. Esa misma doctrina unificadora formula la dicotomía de la tentativa entre acabada e inacabada, estableciendo como concepto para la primera, ―la realización de todos los actos del tipo que compete al sujeto activo del delito aportar para realizar el tipo en cuestión”. Y como tentativa inacabada “el sujeto no consigue el resultado típico ya que se interrumpe la realización de los actos ejecutivos correspondientes para conseguir el efecto esperado, pero esta interrupción proviene de circunstancia ajenas a su voluntad, porque si éste termina por su propia voluntad, la realización de la conducta típica estaríamos frente al desistimiento voluntario”. También se hace otra división entre lo que es la tentativa idónea y la tentativa inidónea que nuestro Código Penal recoge en los Artículos 15 y 16. La legislación española al formular el cambio de nomenclatura en el Código penal de 1995, desarrolla como tentativa acabada el viejo concepto del delito frustrado (Art. 42) y la tentativa inacabada cuando en su realización existe un elemento externo que impide su consumación –el ladrón que es sorprendido abriendo la caja de caudales- o la presencia de un elemento subjetivo que obliga al sujeto activo a detener su acción por la vía del arrepentimiento el sujeto activo no completa la totalidad de los actos conducentes a la comisión del delito por un acto voluntario-. Partiendo de nuestra legislación positiva la tentativa inacabada no está contemplada en nuestra ley penal, sino que solamente comprende la tentativa acabada o delito frustrado bajo la nomenclatura de tentativa idónea (Art. 15) para diferenciarla de la tentativa inidónea (Art. 16), por lo que la sentencia incurre en la prohibición contenida en el Artículo 11 del Código Penal al crear nuevos tipos penales y formas delictivas no comprendidas en la ley penal. c) El tercer elemento fundamentador de la sentencia es la aplicación del concurso ideal formal o complejo, propio y heterogéneo por la vía de la omisión. De conformidad con el artículo 36 del Código penal el concurso por omisión es menester que el sujeto activo no realice la actividad esperada es decir, que los razonamientos esgrimidos en la fundamentación jurídica décimo octavo de la sentencia, esa conducta fuese imperativa para los imputados y para lo cual era menester la presencia de dos elementos: tener el dominio del hecho y ser garante de la situación en riesgo. En este caso, mis representados no reúnen ninguna de las dos cualidades, razón por la cual no pueden ser sometidos a un examen a la luz de los concursos, sean estos 34 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 reales, ideales o de leyes. IV.-RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY SUSTANTIVA FUNDADO EN LA INDEBIDA APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 117 NUMERAL 3) DEL CODIGO PENAL EN RELACIÓN AL ARTÍCULO 15 DEL MISMO TEXTO PUNITIVO. PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTICULO 360 PARRAFO PRIMERO DEL CODIGO PROCESAL PENAL. EL CENSOR ALEGA FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE LOS IMPUTADOS J. L. S. R. Y C. E. H. A. SEAN RESPONSABLES EN COMISION POR OMISION DE DIECINUEVE DELITOS DE ASESINATO POR ALEVOSIA PRODITORIA EN EL GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA- El recurrente inicia su exposición señalando que la circunstancia de alevosía proditoria, que cualifica los delitos de tentativa de asesinato que se atribuyen a los imputados J. L. S. R. y C. E. H. A., es definida por el Tribunal de Sentencia en el numeral décimo tercero de la fundamentación jurídica como un “ataque a traición, que incluye la insidia, trampa, emboscada, celada, apostamiento”, es decir, cuando el autor actúa “a traición o sobre seguro” concurriendo una cierta premeditación en orden a la consecución del objetivo lesivo, encuadrándose aquí aquellos supuestos en los que el sujeto activo utiliza estratagemas o procedimientos engañosos o tretas para atraer pérfidamente a la víctima con ocultación sinuosa del ánimo hostil, caracterizándose en ocasiones por tratarse de un ataque por la espalda, dándose en ella la máxima ocultación de las intenciones y proyectos homicidas o lesivos. Según expone el recurrente, tal circunstancia cualificadora del asesinato no ha concurrido en lo que concierne a los encausados antes mencionados, puesto que el mismo Tribunal al valorar la prueba en su apartado vigésimo sexto excluye la teoría de la conspiración, siendo contradictorio que si no hay conspiración exista premeditación o alevosía predatoria, por cuanto, ambas figuras buscan lo mismo “un ataque a traición y sobre seguro”. Por otro lado, el casacionista trata de establecer una diferencia entre la tentativa acabada (denominada también delito frustrado en el código penal derogado) y la tentativa inacabada, caracterizando la primera como aquella en la que el sujeto realiza todos los actos ejecutivos dirigidos a la consumación, en tanto que en la segunda, el sujeto da comienzo a los actos ejecutivos pero no realiza todos los necesarios para su consumación. Reprocha el Censor que en el código penal hondureño vigente, únicamente se encuentra prevista la figura de la tentativa acabada en su artículo 15, de tal manera que el Juzgador al aplicar en el caso concreto de los encartados J. L. S. R. y C. E. H. A. la figura de la tentativa inacabada ha inobservado la prohibición contenida en el artículo 11 del mismo texto punitivo, donde se establece que las autoridades judiciales no podrán crear ningún tipo de figuras delictivas. Finalmente el recurrente sostiene que en los delitos de tentativa de asesinato en comisión por omisión que se atribuyen a sus defendidos, es necesario que hayan concurrido la posición de garante y el dominio del hecho, de tal manera que al no concurrir tales circunstancias, no es posible deducirles responsabilidad penal por los hechos criminosos antes apuntados, ya sea en concurso real, ideal o de leyes. Esta Sala de lo Penal considera importante recordar, que a través del recurso de casación por infracción de ley, sólo puede intentarse una revaloración jurídica del material fáctico descrito en la sentencia, contenido en la formulación de hechos probados realizada por el Tribunal de Instancia. En este sentido, el recurso de casación por infracción de ley debe estructurarse o partir su alegación, de los hechos probados que contenga la resolución cuestionada, puesto que el vicio en esencia consiste en que la decisión adoptada por el juzgador en la parte resolutiva de 35 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 la sentencia, es incompatible, irreconciliable o ajena a la verdad enunciada por la narración fáctica (hechos probados), de tal suerte que resultan inobservadas las normas que sí corresponde aplicar, se invocan normas que no deben aplicarse, o se invocan las normas que deban aplicarse al caso concreto pero el Juzgador hace una incorrecta interpretación de las mismas. Precisados los límites en los que puede desenvolverse la función revisora de esta Sala cuando del recurso de casación por infracción de ley se refiere, ahora es pertinente que indiquemos cuales son los elementos típicos de los delitos de asesinato en el grado de ejecución de tentativa mediante alevosía proditoria, que en comisión por omisión se atribuye a los imputados J. L. S. R. y C. E. H. A..- La alevosía supone el empleo de procedimientos que facilitan el hecho. La define el artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida y la integridad personal, empleando medios, modos o formas en la ejecución que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido.”. En este sentido, la alevosía exige que los procedimientos empleados tiendan, directa y especialmente a asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una posible defensa del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los que se producen por la espalda8, o estando la víctima en la cama o de rodillas. Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en la alevosía es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del hecho y la ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer el ofendido. La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la ejecución del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún tipo de premeditación o preparación, de tal manera que puede surgir en el mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que su enemigo le da la espalda para dispararle). En algunas corrientes doctrinales se distinguen tres supuestos de asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera, si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial situación de desA. de la víctima que impide cualquier manifestación de defensa9. En cuanto a la tentativa, el artículo 15 del código penal establece: “hay tentativa cuando, con la intención de cometer un delito determinado se realizan actos inequívocos de ejecución y no se consuma por causas ajenas a la voluntad del agente”. El tipo de la tentativa requiere de los siguientes elementos: a) en la parte objetiva, una ejecución parcial o total de los actos ejecutivos no seguida de consumación, b) en la parte subjetiva, la voluntad de consumación, c) la ausencia de desistimiento voluntario. El comienzo de la ejecución necesario para la tentativa requiere que se traspase la frontera que separa los actos preparatorios (sí los hay) de los actos ejecutivos. Subjetivamente la tentativa requiere que el sujeto quiera los actos que objetivamente realiza con ánimo de consumar el hecho o, al menos aceptando (con seguridad o con probabilidad) que pueden dar lugar a la consumación. Por último se requiere la 8 Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid. MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición, Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54 9 Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html 36 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 concurrencia de un elemento negativo, y que consiste en el que el hecho no se consume por causas ajenas a la voluntad del agente. Recapitulando podemos afirmar que la tentativa se presenta cuando se ejecutan actos considerados indispensables para llevar a cabo el comportamiento tipificado en la ley penal y que en el caso concreto, lo eran efectivamente conforme al fin propuesto, pero factores extraños o ajenos a la voluntad del autor impiden que éste logre la producción del resultado perseguido. Así las cosas podemos afirmar que habrá una tentativa de asesinato alevoso, cuando el agente realiza actos inequívocos de ejecución dirigidos a causar la muerte de una persona, empleando medios, modos o formas que tiendan directa y especialmente a asegurar dicho resultado, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido. En el caso de autos se atribuye a los imputados J. L. S. R. y C. E. H. A., la autoría en omisión impropia de diecinueve delitos de asesinato en el grado de ejecución de tentativa Vuelve a ser oportuna la referencia a la figura de la comisión por omisión cuyos elementos hemos explicado con anterioridad. El tipo de comisión por omisión muestra en su parte objetiva la misma estructura que el de la omisión pura: a) situación típica; b) ausencia de la acción determinada; c) capacidad de realizarla10, pero completada con la presencia de tres elementos particulares necesarios para la imputación objetiva del hecho: la Posición de garante, la producción de un resultado y la posibilidad de evitarlo. Recapitulando podemos decir que a)la posición de garante integra necesariamente la situación típica de los delitos de comisión por omisión no expresamente tipificados; b)debe seguir en ellos la producción de un resultado; y, c) la capacidad de acción debe comprender la capacidad de evitar el resultado. Para la comisión por omisión vale igual el dolo, que para los delitos de omisión pura. La única particularidad es que, como es lógico, el dolo deberá abarcar no solo la ausencia de la acción debida, sino también la posibilidad y la necesidad de la evitación del resultado mediante aquella acción. Además habrá de extenderse a la situación que determina la presencia de la posición de garante11. Abundando en la configuración del dolo, podemos decir que este tiene un componente cognoscitivo, en tanto que se requiere en primer lugar, que el agente tenga conocimiento de la posición de garante, es decir, debe saber que en el caso concreto ostenta la posición de padre, hijo, médico, jefe de seguridad industrial, etc… En segundo lugar, el sujeto debe tener conocimiento de la situación típica y del curso causal (de la causalidad hipotética), además en tercer lugar, se requiere la posibilidad de representación de la conducta debida y la vía para evitarlo. Sobre el componente volitivo, es indispensable que el 10 Así por ejemplo, constituye un tipo de omisión pura, el previsto en el artículo 388 No. 4) del Código Penal que se describe de la siguiente manera: ―….quien sin concierto previo con los autores o cómplices de un delito, pero con motivos suficientes para suponer la comisión de éste:…4) Deja de comunicar a la autoridad las noticias que tuviere acerca de la comisión de un delito cuando está obligado a hacerlo por su profesión o empleo….En este supuesto la situación típica es la de quien se encuentra en la circunstancia de tener motivos suficientes para suponer la comisión de un delito con la obligación de denunciarlo. La ausencia de la acción esperada, radica en dejar de comunicar a la autoridad las noticias que tuviere acerca de la comisión de un delito, a lo que se añade la como un elemento del tipo objetivo, la capacidad de efectuar tal notificación, es decir, la posibilidad de realizar la acción esperada. 11 Vid. MIR PUIG, SANTIAGO, Derecho Penal, Parte General, 6ª edición, 2002, pág. 324. 37 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 agente quiera (aunque sea eventualmente) la realización del tipo en su aspecto objetivo correspondiente, que tenga voluntad de realización de la conducta omisiva según la nota de la finalidad12 Habiendo indicado cuales son los elementos objetivos y subjetivos de la tentativa de asesinato y efectuado un recordatorio sobre la estructura de la figura de la comisión por omisión u omisión impropia, pasamos a constatar sí de los hechos declarados probados por el Tribunal de Sentencia puede o no desprenderse que a los acusados J. L. S. R. y C. E. H. A. les resultan imputables los diecinueve delitos de tentativa de asesinato que se les atribuye en omisión impropia. 1) Situación típica: de los hechos probados se desprende que a eso de las diez y treinta minutos de la mañana del día cinco de abril de 2003, los imputados antes referidos ingresaron al recinto carcelario en la que se presentaba una situación típica, es decir, una situación de amenaza o peligro para la integridad física y la vida de reos pandilleros, cuando se expresa que a la llegada de los encausados a la Granja Penal del Porvenir, observan cuando “elementos de la Policía Nacional, Policías Penitenciarios, elementos del Ejercito y reos rondines atacan a reos pandilleros que se encuentran en indefensión‖13, 2) Es un hecho no controvertido que los encartados C. E. H. A. y J. L. S. R., ostentaban la condición de miembros de la Policía Nacional, cuando ingresaron al interior del Centro Penal del Porvenir. El artículo 293 de la Constitución de la República prevé que la Policía Nacional es una institución profesional del Estado, encargada de velar por la conservación del orden público, la prevención, control y combate del delito, así como también de proteger la seguridad de las personas y sus bienes. El artículo 10 No. 2) de la entonces vigente Ley Orgánica de la Policía Nacional (Decreto No. 155-98) establecía entre otras atribuciones, que para el logro de sus objetivos y cumplimiento de sus responsabilidades, le correspondía a ese cuerpo de seguridad entre otras atribuciones, la de proteger la vida, bienes, derechos y libertades de las personas. En sintonía con los preceptos antes mencionados, el artículo 22 No. 3) establece que en el cumplimiento de sus funciones los miembros de la Policía deberán cuidar y proteger la salud física y mental de las personas detenidas o sometidas a resguardo. Del precepto constitucional y legales antes citados, se desprende sin duda alguna, que los miembros de la Policía Nacional, asumen la posición de garantes de la vida e integridad física de las personas que se encuentren recluidas en un centro penitenciario del Estado en aquellos casos en que dichos bienes jurídicos se vean amenazados o puestos en peligro por otros reclusos u otra clase de individuos, de ahí que, como consecuencia de su deber de garantía, haya de preservarlos de las agresiones de compañeros, particulares, así como también de los ataques que provengan de empleados o funcionarios públicos. De este modo podemos afirmar, que los imputados C. E. H. A. y J. L. S. R. tras su ingreso a la Granja Penal del Porvenir para colaborar en el restablecimiento del orden alterado en el interior de ese centro penitenciario, tenían en general una posición de garante, es decir, la obligación de hacer cuanto estuviera a su alcance para evitar ataques a la integridad física o la vida de cuantas personas se encontraran en situación de peligro, independientemente de que se tratara de reclusos pandilleros, rondines, reos comunes denominados “paisas”, 12 Vid. VELASQUEZ, FERNANDO, VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte General, 4ª edición, COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, págs. 674-675. 13 Vid. Hecho Probado, Trigésimo Cuarto. 38 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 visitantes, funcionarios penitenciarios, policías, miembros del ejército nacional, etc… 3) C)Ausencia de la acción determinada: una lectura detenida de la fundamentación fáctica de la sentencia impugnada, no revela que los encausados C. E. H. A. y J. L. S. R. hayan realizado alguna acción dirigida a evitar o impedir las agresiones emprendidas contra reos pandilleros por elementos armados del Estado y otros reclusos, así tenemos que en la declaración de hechos probados el Juzgador expresa que los procesados observan cuando “elementos de la Policía Nacional, Policías Penitenciarios, elementos del Ejercito y reos rondines atacan a reos pandilleros que se encuentran en indefensión, sin que esto les motive a realizar acción alguna para detener las agresiones o para auxiliar a los reos pandilleros, agregando respecto al imputado H. A., que este asume una posición de vigilante, entrando y saliendo repetidas veces del recinto hacia el exterior a fin de verificar las personas y autoridades que están llegando al centro Penal, mientras tanto el Cuerpo de Bomberos estaba en espera de que cesaran los disparos para ingresar a combatir el fuego desde dentro del edificio.14 D)La posibilidad de realizar la acción esperada: Lo decisivo en la comisión por omisión es la virtual causal de la acción que hubiera debido realizarse para evitarlo (“causalidad hipotética”) Para comprobar la existencia de la causalidad hipotética o llamada también por algunos “nexo de evitación”, el Juzgador debe acudir a una fórmula en virtud de la que a partir de la teoría de la equivalencia de las condiciones, se afirma que la omisión es causa del resultado, si puesta mentalmente en su lugar la acción esperada, que no es realizada por el omitente, el resultado desaparece como mínimo con una probabilidad rayana en la certeza. El sujeto activo debe tener la capacidad efectiva (real, física) de realizar la conducta ordenada (el mandato) en el caso concreto y partir de consideraciones objetivas, pues de lo contrario, sí al agente le falta capacidad corporal o física de acción, su comportamiento, llevado a cabo de manera distinta, será atípico; como dice la máxima jurídica: “a lo imposible nadie está obligado”. Así por ejemplo: el bañista que en este momento se ahoga en las playas, así se pueda presenciar el hecho por medio de la televisión en directo, no puede ser salvado por uno de los televidentes, pues ninguno de ellos tiene la posibilidad de realizar la acción ordenada, no así el socorrista contratado para cuidar a los veraneantes. Desde luego, la incapacidad física puede ser equiparada a aquella que resulta de una inhabilidad técnica, de una falta de conocimientos o de medios de auxilio15. A criterio de esta Sala, cabía esperar que el acusado C. E. H. A., no solamente por su condición de miembro de la policía nacional, sino que también y sobre todo por ostentar un alto cargo dentro de la estructura del cuerpo al que pertenece dotado de mando y jerarquía, (en tanto que tenía el rango de Sub Comisionado y a la vez ejercía la condición de Jefe Departamental de la Policía Nacional Preventiva con sede en la ciudad de La Ceiba),interviniese para impedir que continuaran las acciones dirigidas a quitarle la vida a los reos pandilleros, cuando según se consigna en el cuadro fáctico las mismas eran ejecutadas por elementos de la Policía Nacional, Policías Penitenciarios, elementos del Ejercito y reos rondines, de tal manera que no fue 14 Vid. Hecho Probado Trigésimo Cuarto. Vid. VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte General, 4ª edición, COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, pág 672. 15 39 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 sino hasta que transcurridos un mínimo de veinte minutos desde su llegada al centro carcelario y al percatarse de la presencia de representantes de los medios de comunicación, que el procesado C. E. H. A. reingresa al recinto ordenando el alto el fuego lo que trae como consecuencia inmediata que los elementos cobras, policías preventivos, policías penitenciarios, y miembros del ejercito, dejaran de disparar con sus armas16, de ahí que al no haber realizado la acción esperada y que le era exigible, como es la de haber ordenado el cese al fuego al enterarse de la situación típica que tenía lugar al interior de la Granja Penal17, debe entenderse configurado el nexo de evitación o de causalidad hipotética, y por lo tanto que al encausado H. A. le sean imputables en omisión impropia los hechos criminosos que se le atribuyen, salvo uno de ellos, ya su comportamiento omisivo tuvo lugar después de que gracias a la intervención de un miembro de la Fuerza Aérea Hondureña que era hermano del reo pandillero J. R. M., C.an las agresiones de las que era víctima éste último a manos de reos rondines y miembros de la policía18. Por otro lado, esta Sala no puede desconocer que las agresiones al colectivo de los denominados reos pandilleros se ve precedida en el tiempo por la muerte de varios rondines, así como también por los ataques dirigidos a quitarle la vida a otros internos ocasionadas y ejecutados, respectivamente, mediante la utilización de armas de fuego y/o armas cortopunzantes, objetos contundentes, y la provocación de un incendio a manos de reos pandilleros, de tal manera que si bien es cierto no resultan amparados por alguna eximente de responsabilidad criminal quienes por acción u omisión contribuyeron a la realización de los hechos objeto de juzgamiento, no es menos cierto que no podemos afirmar de manera indubitada que los agresiones sufridos por los reos pandilleros hayan sido realizadas de manera inesperada, a traición, mediante celada, emboscada, y cualquier otro procedimiento que encaje dentro de la circunstancia calificativa de la alevosía, esto es, la de emplear medios, modos o formas en la ejecución de los delitos contra la vida y la integridad corporal, que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin los riesgos que eventualmente pudieran derivarse de una reacción defensiva de los ofendidos, de tal manera que lo que cabe respecto al procesado C. E. H. A. es una imputación por dieciocho delitos de tentativa de homicidio en omisión impropia, de ahí que siguiendo los criterios penológicos adoptados por el Tribunal de Instancia, mismos que no pueden ser reformados en este sede por la prohibición de la reformatio en peius, su conducta trae aparejada una pena de doce años seis meses de reclusión. En lo que concierne al coimputado J. L. S. R., esta Sala es del criterio que no se configura el nexo de 16 Vid Hecho Probado Trigésimo Quinto. 17 En este sentido esta Sala comparte la valoración efectuada por el Tribunal de Instancia cuando expresa que ―se formula reproche en contra del acusado Carlos Esteban Henríquez, por la omisión de no haber dado la orden del cese al fuego inmediatamente después de haberse enterado de las agresiones a las que eran objeto los reos pandilleros, sino que consintió las mismas, por 20 a 25 minutos, hasta que ordeno el cese al fuego. El Tribunal concluye que el motivo por el cual el acusado Henríquez dio la orden fue por la llegada de los medios de comunicación al lugar y demás autoridades, de lo cual se enteró al haber tenido la oportunidad de poder entrar y salir del recinto, lo cual hizo para efectos de vigilancia del exterior”. Vid. Página 278 de la sentencia dictada por el referido Tribunal. 18 Vid. Hechos Probados Trigésimo Segundo y Trigésimo Tercero. 40 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 evitación para recibir un reproche penal por los resultados típicos que ha resultado condenado en omisión impropia, ya que si bien es cierto que tenía la posición de garante en general, en el caso concreto que ahora nos ocupa tenía asignado antes y después de ingresar al centro carcelario, la función específica de salvaguardar la vida e integridad corporal de su superior jerárquico, esto es, la del encausado C. E. H. A.. Es de recordar que al tenor de lo prescrito por el artículo 22 No. 2 literal ch) de la Ley Orgánica de la Policía Nacional vigente al momento en que se produjeron los acontecimientos; en el cumplimiento de sus funciones los miembros de la policía deberán de actuar de acuerdo con los principios de jerarquía, subordinación y disciplina, precisando por otro lado, que en ningún caso podrá invocarse la obediencia debida cuando las órdenes o acciones impliquen la comisión de delitos o faltas o cuando sean contrA. a la ley. Un observador objetivo e imparcial llegaría a la conclusión de que la instrucción girada por el superior jerárquico del procesado J. L. S. R. de salvaguardar su vida e integridad corporal en un escenario de extrema violencia y peligro, no se presentaba a éste como ilegal o contraria al ordenamiento jurídico, de tal manera que a partir de datos objetivos podemos deducir que el encartado no se representó un deber jurídico de actuar de otra manera, y por lo tanto la obligación legal de abandonar la posición de protección que le había sido encomendad. Dicho en otros términos, no se deduce del cuadro fáctico descrito, que el encartado S. R., a diferencia del coimputado H. A., tuviera la capacidad de interrumpir el proceso causal en marcha, ni que quiso (aunque sea eventualmente) la realización del tipo en su aspecto objetivo correspondiente, y por lo tanto que haya concurrido en su conducta una voluntad de realización de la conducta omisiva dirigida finalísticamente a contribuir aunque sea eventualmente a la realización de los delitos de tentativa de homicidio perpetrados en perjuicio de los reos pandilleros. Por tanto cabe absolverle de responsabilidad criminal por los diecinueve delitos de tentativa de asesinato en comisión por omisión, por los cuales había resultado condenado. Si bien es cierto que en lo concerniente a los acusados M. A. C. I., J. R. O. Y O. E. H. P. el Apoderado recurrente no se pronunció de manera puntual y concreta sobre tales cargos, esta Sala considera que por una aplicación extensiva del recurso de casación, autorizada por el artículo 349 del Código Procesal Penal, la infracción de los artículos 117 No. 1) en relación al 15) del Código Penal, alegada a favor del coimputado J. L. S. R., encontrándose en esencia en la misma situación de aquellos, debe apreciarse en su beneficio, tomando en cuenta fundamentalmente, que del cuadro fáctico no se deriva una conducta omisiva relevante, favorecedora o reforzadora y con efectos causales que pueda atribuirse a dichos encartados para condenarles por diecinueve delitos de tentativa de asesinato en comisión por omisión. Consecuentemente se declara parcialmente con lugar el recurso de casación que en su tercer motivo formulara el Abogado A. O. S., y al mismo tiempo se declara la aplicación extensiva de tal resolución en lo conducente a favor de los procesados M. A. C. I., J. R. O. Y O. E. H. P.. V.- ―RECURSO DE CASACIÓN POR INFRACCION DE LEY. INFRACCION DEL ARTICULO 349 Nº 3) DEL CODIGO PENAL EN RELACIÓN CON EL ARTÍCULO 32 DEL MISMO TEXTO PUNITIVO.PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTICULO 360 PARRAFO PRIMERO DEL CODIGO PROCESAL PENAL.- EL CENSOR ARGUYE FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS DECLARADOS PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE LOS IMPUTADOS C. E. H. A., J. L. S. R., M. A. C. I., J. R. O. Y O. E. H. P. 41 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 SEAN AUTORES DEL DELITO DE VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS. El motivo se encuentra autorizado por el artículo 360 del Código Procesal Penal. EXPOSICIÓN DEL MOTIVO Expone el maestro mexicano M.no J. Huerta que ―las figuras típicas geometrizan lo antijurídico, corrigen la intuición, frenan la emoción y dotan al derecho penal de una mística noble y de una reciedumbre segura y grandiosa que cercenan los arrebatos de la ira, los despotismos, las arbitrariedades y demás excesos emotivos inherentes a la feble condición humana. Sus contornos y distarnos, sus límites y ampliaciones, sus fácticas formas y contenidos intrajurídicos, captan los fenómenos ilícitos más trascendentes y más adheridos a la vívida realidad social. Las figuras típicas no solo geometrizan lo antijurídico, sino que también sirven de fundamento a la culpabilidad jurídico penal, pues ésta se basa en el aislado acto típico; severamente -a través del acto típico- se penetra en la intimidad del autor y se valora dicha intimidad conforme a las individualizadas normas de deber, que emanan de las normas de derecho‖. Por su parte, la Dra. Olga Islas de G. Mariscal en su libro ―Análisis lógico de los delitos contra la Vida‖ nos informa que la tipicidad es ―la correspondencia unívoca uno a uno entre los elementos del tipo penal‖ y los contenidos del delito; es decir, entiende la Dra. Islas, que para cada elemento o presupuesto del tipo penal tiene que existir una porción del contenido del delito que satisfaga la semántica de aquél y para cada porción del contenido del delito ha de haber un elemento del tipo que requiera su concreta concreción. Cuando no quede satisfecho el requisito de la exacta adecuación al tipo legal, aparecerá la atipicidad. El elemento de la tipicidad puede definirse como el encuadramiento de una conducta con la descripción hecha en la ley; en otras palabras, es la acuñación o adecuación de un hecho a la hipótesis legislativarias Celestino Porte Petit dice, que la tipicidad es: ―la adecuación de la conducta al tipo, que se resume en la fórmula nullum crimen sine tipo‖. El tipo es, podemos decir, la descripción de una conducta hecha por el Estado a través de los preceptos legales penales, es decir, a través de la descripción que haga el Código Penal o la ley especial que así lo describa como una conducta penal. El tipo es, para muchos autores, la descripción de una conducta desprovista de valoración, es la descripción de la conducta y del resultado, quedando, por consiguiente, incluidas en el tipo, la acción y el resultado (causalismo). El tipo es la descripción legal de un delito, y la tipicidad es la amoldación o amoldamiento de la conducta a la fórmula descrita por la ley o fórmula típica. De lo anterior se desprende que los presupuestos del delito se pueden concretizar en el deber jurídico penal, bien jurídico penal, el sujeto activo del delito con sus elementos constituyentes –voluntariedad, imputabilidad, dominio del hecho, calidad de garante, calidad especifica y pluralidad especifica-, sujeto pasivo con sus posibles alternancias -calidad específica y pluralidad específica- y el objeto material. Para efecto de nuestra tesis nos referiremos a cuestiones específicas como el deber jurídico penal que comprende la prohibición o mandato categórico contenido en el tipo legal y lo establecido por Beling en cuanto a que la tipicidad no es otra cosa que encontrar en los hechos tenidos como probados la satisfacción de todos y cada uno de los presupuestos del tipo penal. Por su parte F. Muñoz Conde al referirse a los delitos y siguiendo los conceptos de la Imputación Objetiva, es menester imperativo tener el dominio del hecho, como teóricamente acepta y reconoce la sentencia impugnada al comentar la autoría del delito. El Artículo 32 del Código Penal define la 42 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 autoría como quienes toman parte directa en la ejecución del hecho (autoría inmediata), los que fuerzan o inducen directamente a otro a ejecutarlo (autoría mediata) y los que cooperan a la ejecución del hecho por un acto sin el cual no se hubiera efectuado (cómplice necesario). Gimbernat al referirse a este precepto final o cómplice necesario establece que esa contribución debe ser no de un elemento común, sino de aquellos que son escasos en el comercio de los hombres y que lo tornen indispensable para la comisión del delito. Cuando no se integran todos los elementos descritos en el tipo legal, se presenta el aspecto negativo del delito llamado atipicidad. La atipicidad es la ausencia de adecuación de la conducta al tipo. Si la conducta no es típica, jamás podrá ser delictuosa. En fondo, en toda atipicidad hay falta de tipo; si un hecho específico no encuadra exactamente en el descrito por la ley, respecto de él no existe tipo. ―Las causas de atipicidad pueden reducirse a las siguientes: a) Ausencia de la calidad o del número exigido por la ley en cuanto a los sujetos activo y pasivo; b) Si faltan el objeto material o el objeto jurídico; c) Cuando no se dan las referencias temporales o espaciales requeridas en el tipo; d) Al no realizarse el hecho por los medios comisivos específicamente señalados en la Ley; e) Si faltan los elementos subjetivos del injusto legalmente exigidos; y, f) Por no darse, en su caso, la antijuricidad especial‖. DOMINIO DEL HECHO Retomando la autoría conforme a las teorías material-objetivas que se orientan por pautas objetivas, intentan establecer el sentido de la intervención atendiendo a criterios de contenido, no sólo a la forma del comportamiento. El Concepto objetivo-material, sostiene que autor es aquel que aporta la contribución más importante, en cierto modo en la línea de la llamada causalidad eficiente. Las deficiencias de los conceptos objetivos de autor hicieron que la doctrina buscara otros tipos de Teoría. De esta forma, encontramos la Teoría del Dominio del Hecho para la cual el autor del delito es la persona que consciente y dolosamente controla el desarrollo del hecho, que tiene el dominio sobre el curso del mismo, dominio que se manifiesta en lo subjetivo porque lo orienta a la lesión de un bien jurídico y, en lo objetivo, porque goza del poder de interrumpir en cuanto quiera el desarrollo del hecho. Como se puede observar, esta Teoría combina elementos subjetivos y objetivos, y además admite sin problemas el concepto de autor mediato. Ahora, hay que diferenciar la autoría en función del ámbito en que se encuentre. Es cuando el sujeto no realiza la acción típica, no tiene dominio del hecho o no le incumbe el deber especial en los delitos de infracción de deber. El Honorable Tribunal de Sentencia de la ciudad de La Ceiba incurre en una dicotomía en la aplicación del dominio del hecho fundado en el concepto de verticalidad que impera en la estructura de las Fuerzas Armadas muy diferente a la establecida para la Policía Nacional. En primer lugar, porque esa verticalidad de mando entre las Fuerzas Armadas y la Policía ha quedado abolida por mandato constitucional (Artículo 273 en relación con el Artículo 293 constitucional vigente y por ende, ningún criterio de juzgador puede estar por encima de la Ley, máxime cuanto esta ley es la norma máxima. Pretende establecer la sentencia que el Subcomisionado de Policía C. E. H. A. tiene el dominio del hecho por ser el oficial de mayor jerarquía, pero este criterio adolece de dos graves errores legales: a) Siguiendo los comentarios fijados por el Tribunal de Sentencia en la página 252 del texto de la sentencia pretende establecer que el Subcomisionado H. A. tuvo el dominio del hecho desde su llegada hasta que ingresa al penal el Sub Secretario de Estado en el 43 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 Despacho de Seguridad A. C., pero al mismo tiempo la sentencia recoge la presencia del Coronel del Ejército don M. C. que, ―como oficial de mayor grado, coordina los elementos de los bomberos, policías penitenciarios, aun cuando él pertenece a las Fuerzas Armadas‖. Y luego comenta la valoración de la prueba que ―Mandan las normas que en caso de emergencia deberá siempre existir una persona y solo una, que se haga cargo del escenario para el mejor desempeño de las labores de auxilio, rescate y ejecución de acciones. El Tribunal no reprocha como negativo que en caso de emergencia el representante del Estado con mayor rango tome la dirección de las acciones a realizar. Concluye el Tribunal que los hechos reflejan que la cadena de mando no se rompió en ningún momento en los hechos que ocupan el presente juicio, aun entre personas que pertenecían a diferentes instituciones del Estado‖. Pero este concepto de emergencia no está contemplado en ninguna de las leyes aplicables: Ley Constitutiva de las Fuerzas Armadas y Ley Orgánica de la Policía Nacional. Este concepto de la sentencia es totalmente contradictorio y en lo absoluto se apega a los hechos que se dan en el suceso. En primer lugar porque si se trata de otorgar la competencia al oficial de mayor grado, el Coronel C. lo sustenta dentro de las Fuerzas Armadas y, si la sentencia quiere amalgamar en un solo haz de funciones a la Administración Pública, entonces el Subcomisionado H. A., los oficiales de policía, los agentes cobras, los policías penitenciarios, fiscales, bomberos y cuantos agentes del Estado estuvieron presentes estaban bajo la jurisdicción del Coronel C., quien pasaría a tener el dominio del hecho y por ende, responsable penalmente de la totalidad de los hechos que se dieron en la granja penal de El Porvenir, Atlántida, cuestión que resulta totalmente falsa. Por otro lado y siguiendo el contenido del Artículo 11 de la Ley de la Policía Nacional Civil, la Granja Penal de El Porvenir está bajo la jurisdicción de la Dirección General de Servicios Especiales Preventivos dentro de la competencia de la Dirección de Establecimientos Penales y así lo reconoce la sentencia al enjuiciar al ciudA.o don L. B. A. R. como cabeza de mando de esa institución y, concretando el mando al caso particular, el Centro Penal está bajo el mando del Policía Penitenciario D. A. R. V. (Hecho probado número octavo), existe un subdirector del centro penal y, en la línea de mando está el comandante de guardia N. O. M., cuya autoridad es reconocida no solamente por el subcomisionado H. A., sino por el mismo Coronel C., situación de dominio del hecho que es reconocida por los mismos hechos tenidos como probados según se desprende del hecho vigésimo sexto donde afirma que ―una patrulla de turismo, que se encontraba en la piñera, recibe el aviso de la central de comunicaciones de la Policía Nacional Preventiva de que había una fuga en el centro penal… dirigiéndose al Cuerpo de Guardia en donde encontraron a elementos de la Policía Penitenciaria, entre estos al sargento O. R. S., quien les informa que los internos han prendido fuego…‖. El Subcomisionado H. A., al momento de rendir su declaración hace afirmaciones sujetas al estatuto legal de la Policía manifestando: ―Me informó el clase A., que estaba al mando de la granja, respecto a lo que ocurría en el interior de la misma…‖, ―Me asignaron la defensa perimetral como protocolo de seguridad. No tengo ninguna autoridad de mando sobre la misma…‖, el protocolo de seguridad es hacer un cordón de seguridad en el exterior de la granja. ―Yo asumí el mando externo de la granja…‖, ―Yo no asumí el control de la escena, yo asumí el protocolo de seguridad, me encargué de la defensa de seguridad‖. ―La preventiva con la penitenciaria, no tiene relación de mando ni de 44 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 subordinación.‖, Finalmente se señala en el informe a la Comisionada en Jefe de la Policía Preventiva doña Coralia R. que ―se presentó el señor Vice Ministro de Seguridad, el Ingeniero A. C., quien retomó el mando de la situación, procediendo de inmediato a establecer algunos servicios urgentes‖. De lo trascrito y no tenido en cuenta por el Honorable Tribunal de Sentencia, se desprende que la conducta asumida por el Subcomisionado H. A. está dentro de la Ley Orgánica de la Policía, es decir, al momento de llegar a la Granja Penal se pone a la orden de la máxima autoridad en ese momento dentro de la Granja Penal, el clase A., de lo que si estaba obligado, a coadyuvar con otro ente de la policía, pero sin despojarlo de su autoridad y dominio del hecho y esta autoridad la que le ordena al Subcomisionado H. A., hacerse cargo del protocolo de seguridad exterior de la granja, para, con el auxilio de los agentes cobras y los bomberos, hacer la valla de seguridad y sacar la mayor cantidad posible de reos que tienen su vida amenazada dentro del interior del penal. Los actos curiosos de las autoridades de asomarse a ver lo que sucede al interior de la Granja Penal no puede ser óbice para descartar el sometimiento a la ley que expresa el Subcomisionado H. A. y sus agentes cobras. En el hecho vigésimo séptimo se sostiene que ―se personan al lugar otra patrulla de la policía nacional preventiva con un mínimo de siete elementos Cobras, portando sus armas de reglamento, entre estos los policías M. A. C., J. R. O. y O. E. H. P., todos al mando del Inspector E. A. T. V.‖. Lo raro de la sentencia e incluso, del requerimiento fiscal, es que los policías Cobras son procesados y condenados por el delito de Violación de los Deberes de los Funcionarios y no así el oficial que va al mando de ellos y que, en todo cado, cualquier conducta en la que hubieren incurrido, sería por mandato o con la anuencia de su oficial al mando de su conducta y, sin embargo el Inspector T. V. no es enjuiciado y, por la naturaleza del delito y la conducta que se le atribuye a sus subordinados, no puede ser objeto del criterio de oportunidad por no ajustarse el delito a ninguno de los casos en que procede, de tal forma que, si la conducta del Inspector T. Videl no constituye delito, tampoco lo podrá ser la conducta de sus subalternos frente a la evidencia de que nada dice la sentencia de que los policías Cobras hayan actuado por su propia cuenta o como ―machos sin dueño‖. Por todo lo anterior y con apego al principio de legalidad, tanto el Subcomisionado H. A., su guarda espalda J. L. S. R. y los tres policías cobras al mando del Inspector T. V. jamás tuvieron el dominio del hecho como para omitir una conducta debida. VIOLACIÓN A LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS Cuando la sentencia entra en su fundamentación jurídica penetra en la exposición a la omisión, propia e impropia, fijando la primera en ―un deber de actuar‖ y la segunda como mandatos imperativos de la ley penal conectados a un determinado resultado prohibitivo, como un deber de actuar del sujeto activo debido a su especial carácter de garante. Una concepción más simple de la omisión propia e impropia podrá concretarse en que la primera se ve como una conducta que consiste en una mera actividad, mientras que la segunda exige un resultado. Esta concepción de la sentencia pretende llevar al Subcomisionado H. A., su guarda espalda J. L. S. R. y los agentes de policía cobras C. I., O. y H. P. a una serie de situaciones que se enumeran de la siguiente manera: 1.Que se encuentran en una posición de garantes; sin embargo tal posición es imposible y contrario al principio de legalidad en vista de que la Policía Preventiva no tiene bajo su responsabilidad el cuidado de los privados de libertad, sino que, 45 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 en base al Artículo 11 de la citada Ley de la Policía Nacional Civil, tal responsabilidad corresponde a la Dirección General de Establecimientos Penales como rama de la Dirección General de Servicios Especiales Preventivos, organismo administrativo con competencia propia y sin grado de subordinación a ninguna de las otras ramas que integran la Policía Nacional Civil (Art. 11 LPN). Cuando la sentencia establece que a estos policías preventivos ―se les puede establecer que omitieron su obligación de salvaguardar la vida de estos‖, deja un vacío en el acto administrativo como fundamento y unidad celular de la gestión administrativa del Estado y se trata del abandono de la competencia a que se refiere el principio de legalidad de la Administración Pública donde cada funcionario, cada empleado define su posición dentro de la Administración Pública por la competencia de que está investido y ningún funcionario o empleado puede asumir la competencia de otro sin incurrir en la violación del Artículo 321 de la Constitución de la República en que se funda la sentencia. La responsabilidad de las personas privadas de libertad radica en la Dirección de Establecimientos Penales y su estructura de policías penitenciarios en toda su organización interna, de manera que tanto el dominio del hecho como la condición de garante descansan en la Policía Penitenciaria y jamás en otra rama de la Policía. 2.- Se les ubica como funcionarios y empleados públicos al invocar el Artículo 393 del Código Penal, de manera que desde este momento los policías, cualquiera que sea su competencia están sujetos al acto administrativo y su estructura legal, por consiguiente están sujetos a la competencia y al principio de legalidad conforme sea el rango de atribuciones que se les asignen y jamás bajo la estructura de las Fuerzas Armadas. Si bien es cierto que la policía nacional preventiva encargada del orden público o tranquilidad de la calle tiene entre sus atribuciones salvaguardar la vida de los ciudA.os, por el mismo principio que sigue la sentencia y el fundamento jurídico en que se quiere hacer fundamentar, señala la contradicción al invocar el concurso de leyes registrado en el Artículo 2-A agregado al Código Penal y que la sentencia presenta como una forma del Concurso de Delitos siguiendo el pensamiento de algunos autores penales y no de la mayoría que consideran una materia diferente entre lo que legisla el Artículo 2-A agregado y los artículos 35 y 36 del Código Penal. En el numeral primero del Artículo 2-A se establece que la ley especial se aplica con preferencia al precepto general. Este concepto, llevado a la sentencia nos dice que quien tiene la condición de garante para salvaguardar la vida de los privados de libertad son los Policías Penitenciarios que se rigen por el estatuto del precepto especial y la obligación o garante de salvaguardar la vida de los ciudadanosen la tranquilidad de la calle corresponde a la policía preventiva, en consecuencia no puede atribuirse la condición de garante de salvaguardar la vida de los privados de libertad a la Policía preventiva, si en la escena de los sucesos está presente la policía penitenciaria. 3.Partiendo de esa situación y dado que para que se de la omisión impropia es menester el resultado a diferencia de la omisión propia que reclama una conducta prohibitiva de mera actividad, la violación a los deberes de los funcionarios contenida en el numeral tercero del Artículo 349 del Código Penal, es necesario que el acto administrativo, no de hecho, que el funcionario o empleado público debe omitir, debe ser de aquellos que deba ejecutar de conformidad con los deberes de su cargo y en ningún momento la Ley de la Policía Nacional fija a la policía preventiva la obligación de salvaguardar la vida de los privados de libertad, 46 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 sino que esta función es exclusiva por el estatuto de la competencia a la Policía Penitenciaria. 4.- El problema que manifiesta la sentencia es de otra naturaleza de tipo doctrinario. El honorable Tribunal de Sentencia cuando trata de ajustar la conducta de los policías preventivos que estuvieron coadyuvando con la policía penitenciaria, trata de acumular el delito -por la falta de detalle en el tipo penal invocado- al delito de Omisión de Socorro a que se refiere el Artículo 195 del Código Penal de España de 1995, donde el sujeto pasivo es una persona que se halla desamparada y en peligro manifiesto y grave. Desamparada quiere decir que no puede prestarse ayuda a si misma. Y el peligro es la probabilidad de que se produzca un determinado resultado, este ha de ser manifiesto (perceptible y cognoscible para la generalidad de los hombres) y grave (depende de la índole del mal como del grado de probabilidad e inminencia). Es indiferente la causa, salvo que venga de un ataque delictivo o de la actuación del propio sujeto activo. El sujeto activo es aquel que tiene la obligación de prestar socorro, fundamentada en al conocimiento de que una persona se encuentra en la situación antes descrita. Tiene que haber una acción negativa de no socorrer (presupuesto tipo es la capacidad de acción, de prestar auxilio). Dependiendo de las circunstancias éste podrá consistir en asistencia directa y en caso de imposibilidad de prestar socorro hay obligación de demandar auxilio. Es un delito de omisión pura, no hace falta que se produzca el resultado y si este se produce el sujeto activo solo tiene que responder por el deber de socorrer. El bien jurídico protegido es la seguridad de las personas, su integridad físico-psíquica, pero no exigen comportamientos heroicos, tiene que tener capacidad para actuar (no todo el mundo puede), por eso se dice ―sin riesgo propio ni para terceros‖. Si hay riesgo hay inculpabilidad. No hay que hacer una ponderación de males, solo una valoración ex-ante de que hay riesgo para la persona o para el tercero. Si la sentencia no llama por su nombre al delito de denegación de socorro es precisamente porque este delito no está tipificado en nuestra legislación penal, sino que los jueces sentenciadores tratan de subsumir tales presupuestos en un tipo penal que carece de ellos como es el tipo penal contenido en el Artículo 349 numeral 3 del Código Penal. Este tipo de subsunción a que recurre el Honorable Tribunal de Sentencia lo hace incurrir en la conducta prohibida contenida en el Artículo 11 del Código Penal. 5.- En el numeral 4 de la Fundamentación Jurídica, parte final, la sentencia sostiene que mis representados ―omitieron ejecutar en forma personal las acciones necesA. que les eran exigidas por la ley en su condición de Funcionarios Públicos, siendo autores inmediatos del delito de Violación a los Deberes de los Funcionarios‖. Nada más inexacto y fuera de la realidad legal en que se funda el acto administrativo. ―Los servidores del Estado no tienen más facultades que las que expresamente les confiere la ley‖ señala el párrafo primero del Artículo 321 de la Constitución de la República y en base a este precepto constitucional surge en las leyes de la Administración Pública el concepto de principio de legalidad en la Administración Pública y la competencia, como aquellas actividades que las leyes identifican como obligaciones y atribuciones de los funcionarios y empleados en el ejercicio de su cargo, de manera que corresponde al Artículo 39 de la Ley de la Policía Nacional fijar las atribuciones de la policía preventiva y en ninguno de sus numerales está la atribución de arrogarse las funciones de otro cuerpo de policía, sino que, conforme al Artículo 25 de la citada Ley, están obligados, junto a la autoridad militar, apoyar a aquel cuerpo policial que se encuentre 47 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 en un caso de motín o situaciones similares, podrán ayudar a que aquella desarrolle con solvencia la autoridad de que está investida. Corresponde, conforme a la competencia que delega el Artículo 52 de la Ley de la Policía Nacional la responsabilidad de atender la seguridad, administración y custodia de los establecimientos penales a la Dirección General de Servicios Especiales. En consecuencia no puede incurrir en violación a los deberes de los funcionarios al tenor del Artículo 349 numeral 3 del Código Penal en el grado de autoría que señala el Artículo 32 de la citada ley, aquellos funcionarios o empleados públicos que la ley no ha puesto expresamente esas facultades dentro de su competencia, ni muchos menos podrá hacerlo por omisión impropia cuando se trata de un delito de resultado que solamente es posible mediante la omisión propia y jamás por la omisión impropia como pretende la sentencia, dando por resultado una aplicación indebida de las normas sustantivas penales contenidas en los artículos 32 y 349 numeral 3 del Código Penal. Siguiendo el precepto citado por la sentencia, resultarían responsables de los delitos imputados todos los funcionarios y empleados públicos que acudieron al siniestro, incluyendo bomberos, todos los militares, los Fiscales del Ministerio Público, los agentes especialistas en escena del crimen que recogieron las evidencias y todos aquellos que tienen rango de funcionarios y empleados públicos. En consecuencia mis representados jamás pudieron haber incurrido en el delito de Violación a los Deberes de los Funcionarios en la modalidad que imputa el Ministerio Público porque jamás tuvieron competencia para tener el dominio del hecho y porque cuantos concurrieron en ayuda se supeditaron y se pusieron a la orden del Comandante de Guardia del Centro Penal, quienes en ningún momento fueron despojados de su condición de autoridad responsable y de plena competencia por mandato expreso de la ley. V.- RECURSO DE CASACIÓN POR INFRACCION DE LEY. INFRACCION DEL ARTICULO 349 Nº 3) DEL CODIGO PENAL EN RELACIÓN CON EL ARTÍCULO 32 DEL MISMO TEXTO PUNITIVO.- PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTICULO 360 PARRAFO PRIMERO DEL CODIGO PROCESAL PENAL.- EL CENSOR ARGUYE FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS DECLARADOS PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE LOS ENCARTADOS C. E. H. A., J. L. S. R., M. A. C. I., J. R. O. Y O. E. H. P. SEAN AUTORES DEL DELITO DE VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS. Argumenta el recurrente que la tipicidad se define como el encuadramiento de una conducta con la descripción hecha en la ley. Que el tipo es la descripción que hace el Código Penal o la ley especial de una conducta penal. El Censor estima que de ello se derivan los presupuestos del delito, a saber: el deber jurídico penal, bien jurídico penal, el sujeto activo del delito con sus elementos constituyentes –voluntariedad, imputabilidad, dominio del hecho, calidad de garante, calidad específica y pluralidad específica-, sujeto pasivo con sus posibles alternancias -calidad específica y pluralidad específica- y el objeto material. En su tesis recursiva el casacionista hace referencia a los conceptos de: deber jurídico penal, que comprende la prohibición o mandato categórico contenido en el tipo legal; tipicidad, que no es otra cosa que encontrar en los hechos tenidos como probados la satisfacción de todos y cada uno de los presupuestos del tipo penal; imputación objetiva, que exige como imperativo tener el DOMINIO DEL HECHO, que tal como lo señala el Censor, se explica en la sentencia impugnada al definir la autoría del delito como una categoría dogmática. Señala que el Artículo 32 del Código Penal vigente define la autoría directa o inmediata, la mediata y al cómplice necesario, este último, según Gimbernat aporta una contribución no común, o escasa en el comercio de los 48 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 hombres, que la torna indispensable para la comisión del delito. Afirma que la atipicidad es la ausencia de adecuación de la conducta al tipo, y que si la conducta no es típica, no es delictuosa. Refiere que las causas de atipicidad se reducen: a) Ausencia de la calidad o del número exigido por la ley en cuanto a los sujetos activo y pasivo; b) Si faltan el objeto material o el objeto jurídico; c)Cuando no se dan las referencias temporales o espaciales requeridas en el tipo; d) Al no realizarse el hecho por los medios comisivos específicamente señalados en la Ley; e)Si faltan los elementos subjetivos del injusto legalmente exigidos; y, f)Por no darse, en su caso, la antijuricidad especial”. Afirma que el DOMINIO DEL HECHO retoma la autoría conforme a las teorías material-objetivas que intentan establecer el sentido de la intervención atendiendo a criterios de contenido, no sólo a la forma del comportamiento y sostiene que autor es aquel que aporta la contribución más importante, en cierto modo en la línea de la llamada causalidad eficiente, por la que el autor del delito es la persona que consciente y dolosamente controla el desarrollo del hecho, que tiene el dominio sobre el curso del mismo, dominio en lo subjetivo porque lo orienta a la lesión de un bien jurídico y, en lo objetivo, porque goza del poder de interrumpir, cuando quiera el desarrollo del hecho. Añade el recurrente que esta teoría combina elementos subjetivos y objetivos, y admite el concepto de autor mediato. Refiere a que hay que diferenciar la autoría en función del ámbito en que se encuentre, debido a que el sujeto no realiza la acción típica, cuando no tiene dominio del hecho o no tiene el deber especial de actuar. Concretamente censura que el A Quo incurre en una dicotomía cuando aplica la teoría del DOMINIO DEL HECHO fundado en el concepto de verticalidad que impera en la estructura de las Fuerzas Armadas, que es diferente a la establecida para la Policía Nacional. Arguye que esa verticalidad de mando entre las Fuerzas Armadas y la Policía ha quedado abolida por mandato constitucional (Artículo 273 en relación con el Artículo 293 constitucional vigente). El Censor considera que el Tribunal supone que en un caso de emergencia el representante del Estado con mayor rango debe tomar la dirección de las acciones a realizar. Estima que el concepto de emergencia no está contemplado en ninguna de las leyes aplicables: Ley Constitutiva de las Fuerzas Armadas y Ley Orgánica de la Policía Nacional. Aprecia que en este aspecto la sentencia es contradictoria y no se apega a los hechos, debido a que si se trata de otorgar la competencia al oficial de mayor grado, el Coronel C. lo sustentaba dentro de las Fuerzas Armadas. Afirma que de acuerdo al Artículo 11 de la Ley de la Policía Nacional, la Granja Penal de El Porvenir, está bajo la jurisdicción de la Dirección General de Servicios Especiales Preventivos, competencia de la Dirección de Establecimientos Penales y, el Centro Penal bajo el mando del Policía Penitenciario D. A. R. V. (Hecho probado número octavo), el Subdirector del Centro Penal y en la línea de mando, el Comandante de Guardia N. O.M., cuya autoridad es reconocida por el Subcomisionado C. E. H. A. y por el Coronel C., situación de DOMINIO DEL HECHO que es reconocida en los hechos tenidos como probados, (hecho vigésimo sexto). Alude a que el Subcomisionado H. A., al momento de rendir su declaración hace afirmaciones sujetas al estatuto legal de la Policía, relativos a que la Policía preventiva con la penitenciaria, no tienen relación de mando, ni de subordinación, y que su conducta asumida cuando se produjeron los hechos estuvo apegada a la Ley Orgánica de la Policía, al referir que al momento de llegar a la Granja Penal, se puso a la orden de la autoridad de la Granja Penal, el clase A.. 49 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 Estima el recurrente que el acusado estaba obligado a coadyuvar con el otro ente policial, pero sin despojarlo de su autoridad y dominio del hecho, autoridad que le ordena al Subcomisionado H. A., hacerse cargo del protocolo de seguridad exterior de la granja. Aprecia que los actos curiosos del imputado de asomarse a ver lo que sucede al interior de la Granja Penal no deben ser óbice para descartar el sometimiento del Subcomisionado H. A. y sus agentes cobras a la ley. Reprocha el hecho vigésimo séptimo de la sentencia que dice: “se personan al lugar otra patrulla de la policía nacional preventiva con un mínimo de siete elementos Cobras, portando sus armas de reglamento, entre estos los policías M. A. C., J. R. O. Y O. E. H. P., todos al mando del Inspector E. A. T. V.”. Censura que el requerimiento fiscal promovido y la sentencia en que los policías Cobras son procesados y condenados por el delito de VIOLACIÓN DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS no fue dirigido ni dictada respectivamente, en contra del oficial Inspector T. V., pese a que éste último iba al mando de aquellos. Señala que con apego al PRINCIPIO DE LEGALIDAD, tanto el Subcomisionado H. A., su guarda espalda J. L. S. R. y los tres policías cobras al mando del Inspector T. V. jamás tuvieron el DOMINIO DEL HECHO, para omitir una conducta debida. En la fundamentación jurídica de VIOLACIÓN A LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS la sentencia penetra en la exposición de la OMISIÓN, PROPIA E IMPROPIA, fijando la primera en “un deber de actuar” y la segunda como mandatos imperativos de la ley penal conectados a un determinado resultado prohibitivo, como un deber de actuar del sujeto activo debido a su ESPECIAL CARÁCTER DE GARANTE. Esta concepción de la sentencia pretende llevar al Subcomisionado H. A., su guarda espalda J. L. S. R. y a los agentes de policía cobras C. I., O. Y H. P. a una serie de situaciones que se enumeran de la siguiente manera: 1.- Que se encuentran en una POSICIÓN DE GARANTE, siendo tal posición imposible y contraria al PRINCIPIO DE LEGALIDAD, en vista de que la Policía Preventiva no tiene bajo su responsabilidad el cuidado de los privados de libertad, sino que, en base al Artículo 11 de la citada Ley de la Policía Nacional, esa responsabilidad le corresponde a la Dirección General de Establecimientos Penales como rama de la Dirección General de Servicios Especiales Preventivos, organismo administrativo con competencia propia y sin grado de subordinación, a ninguna de las otras ramas que integran la Policía Nacional (Art. 11 LPN). Cuando la sentencia establece que a estos policías preventivos “se les puede establecer que omitieron su obligación de salvaguardar la vida de estos”, deja un vacío en el acto administrativo como fundamento de la gestión administrativa del Estado, referente al abandono del PRINCIPIO DE LEGALIDAD de la Administración Pública, donde se define a cada funcionario, o empleado su posición y competencia dentro de la Administración Pública, sin asumir la competencia de otro, so pena de incurrir en la violación del Artículo 321 de la Constitución de la República. Asume que la responsabilidad de las personas privadas de libertad recae en la Dirección de Establecimientos Penales, en su estructura de policías penitenciarios y en toda su organización interna, de manera que tanto el DOMINIO DEL HECHO como la CONDICIÓN DE GARANTE descansan en la Policía Penitenciaria y jamás en otra rama de la Policía. 2.- Si bien es cierto que la Policía Nacional preventiva está encargada del orden público o tranquilidad de la calle tiene entre sus atribuciones salvaguardar la vida de los ciudA.os, por el mismo PRINCIPIO DE LEGALIDAD que sigue la sentencia y el fundamento jurídico en que se quiere hacer fundamentar, el recurrente señala la contradicción al invocar el 50 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 CONCURSO DE LEYES registrado en el Artículo 2-A del Código Penal y que la sentencia presenta como una forma del CONCURSO DE DELITOS, siguiendo el pensamiento de algunos autores penales y no de la mayoría que consideran una materia diferente, entre lo que legisla el Artículo 2-A y los artículos 35 y 36 del Código Penal. En el numeral primero del Artículo 2-A se establece que la LEY ESPECIAL se aplica con preferencia al precepto general. Este concepto, llevado a la sentencia nos dice que quien tiene la CONDICIÓN DE GARANTE para salvaguardar la vida de los privados de libertad son los Policías Penitenciarios que se rigen por el estatuto del precepto especial; y que la posición de garante obligado a salvaguardar la vida de los ciudadanosen la tranquilidad de la calle, le corresponde a la Policía Preventivarias Concluye que no puede atribuirse la CONDICIÓN DE GARANTE de salvaguardar la vida de los privados de libertad a la Policía preventiva, si en la escena de los sucesos estaba presente la policía penitenciaria; 3.- Partiendo de esa situación y dado que para que se dé la OMISIÓN IMPROPIA es menester el resultado, para la VIOLACIÓN A LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS contenida en el numeral tercero del Artículo 349 del Código Penal, es necesario que el acto administrativo, que el funcionario o empleado público deba omitir, sea de aquellos deberes que deba ejecutar de conformidad con su cargo, y en ningún momento la Ley de la Policía Nacional fija a la policía preventiva la obligación de salvaguardar la vida de los privados de libertad. 4.- El problema que manifiesta la sentencia es de tipo doctrinario, debido a que el A Quo al tratar de ajustar la conducta de los policías preventivos, que estuvieron coadyuvando con la policía penitenciaria, al delito de OMISIÓN DE SOCORRO a que se refiere el Artículo 195 del CÓDIGO PENAL DE ESPAÑA de 1995 (no tipificado como tal en el Código Penal hondureño), donde el sujeto pasivo es una persona que se halla desamparada y en peligro manifiesto y grave. El sujeto activo es aquel que tiene la obligación de prestar socorro, fundamentada en al conocimiento previo de que una persona se encuentra en situación de peligro. Tiene que haber una acción negativa de no socorrer. Es un delito de omisión pura, por lo que no hace falta que se produzca el resultado y si este se produce el sujeto activo solo tiene que responder por el deber de socorrer. Si la sentencia no llama por su nombre al delito de DENEGACIÓN DE SOCORRO es precisamente porque este delito no está tipificado en nuestra legislación penal, y los jueces tratan de subsumir tales presupuestos del tipo penal del Artículo 349 numeral 3) del Código Penal. Añade el Censor que este tipo de subsunción efectuada por el A Quo le hace incurrir en la conducta prohibida contenida en el Artículo 11 del Código Penal. 5.- En el numeral 4 de la Fundamentación Jurídica, parte final, la sentencia sostiene que los acusados “omitieron ejecutar en forma personal las acciones necesA. que les eran exigidas por la ley en su condición de Funcionarios Públicos, siendo autores inmediatos del delito de Violación a los Deberes de los Funcionarios”, a pesar que “Los servidores del Estado no tienen más facultades que las que expresamente les confiere la ley” (Párrafo primero del Artículo 321 de la Constitución de la República), precepto constitucional del que se deriva el principio DE LEGALIDAD que rige las leyes de la Administración Pública , de tal modo que en el Artículo 39 de la Ley de la Policía Nacional, donde se fijan las atribuciones de la policía preventiva, no se encuentra la de arrogarse las funciones de otro cuerpo policial, sino que, conforme al Artículo 25 de la citada Ley, están obligados, junto a la autoridad militar, a apoyar a aquel cuerpo policial en un caso de motín o 51 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 situaciones similares, para que aquella desarrolle con solvencia la autoridad de que está investida, debido a que, conforme al Artículo 52 de la Ley de la Policía Nacional la responsabilidad de atender la seguridad, administración y custodia de los establecimientos penales corresponde a la Dirección General de Servicios Especiales. Concluye el recurrente que los acusados no incurren en VIOLACIÓN A LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS, al tenor del Artículo 349, numeral 3) del Código Penal, como autores, en relación al Artículo 32 de la citada ley, siendo funcionarios o empleados públicos a los que la ley no ha dado expresamente facultades, dentro de su competencia; por lo que el Sub comisionado C. E. H. A., su guarda espalda J. L. S. R. y los agentes de policía Cobras M. A. C. I., J. R. O. Y O. E. H. P., no pudieron haber incurrido en el delito de VIOLACIÓN A LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS en la modalidad que les imputa el Ministerio Público. Esta Sala de lo Penal considera importante recordar, que a través del recurso de casación por infracción de ley, sólo puede intentarse una revaloración jurídica del material fáctico descrito en la sentencia, contenido en la formulación de hechos probados realizada por el Tribunal de Instancia. A diferencia del tradicional recurso de apelación, propio del anterior sistema, que provoca un nuevo examen del caso por parte del Tribunal revisor, tanto bajo el aspecto fáctico como jurídico, el de casación por infracción de ley únicamente admite la posibilidad de que el Tribunal de Casación realice un nuevo examen del objeto procesal bajo el segundo aspecto, o sea una revisión jurídica de los hechos declarados probados. El artículo 360 del Código Procesal Penal establece, que habrá lugar al recurso de casación por infracción de ley, cuando dados los hechos que se declaren probados en la sentencia, se haya infringido un precepto penal u otra norma jurídica de carácter sustantivo, que deba ser observada para la aplicación de la ley penal. En este sentido, el recurso de casación por infracción de ley debe estructurarse o partir su alegación, de los hechos probados que contenga la resolución cuestionada, puesto que el vicio en esencia consiste en que la decisión adoptada por el juzgador en la parte resolutiva de la sentencia, es incompatible, irreconciliable o ajena a la verdad enunciada por la narración fáctica (hechos probados), de tal suerte que resultan inobservadas las normas que sí corresponde aplicar, se invocan normas que no deben aplicarse, o se invocan las norma que deba aplicarse al caso concreto, pero el Juzgador hace una incorrecta interpretación de la misma.- En el caso que ahora nos ocupa el Tribunal de Instancia ha condenado a los imputados C. E. H. A., J. L. S. R., M. A. C. I., J. R. O. y O. E. H. P. como AUTORES del delito DE VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS, tipificado en el artículo 349 No. 3) del Código Penal que sanciona con una pena de reclusión de tres a seis años, a quien “omita, rehúse o retarde algún acto que deba ejecutar conforme a los deberes de su cargo”. Esta Sala considera importante destacar que el delito de violación de los deberes de los funcionarios tiene la estructura propia de un tipo de omisión pura, con el que se procura tutelar el adecuado funcionamiento de la administración (entendida esta en su sentido amplio), para la prestación de un buen servicio. Por ello comprende cualquier acto administrativo que se encuentre dentro de las funciones del agente, siendo un delito de simple actividad que se consuma con la omisión, el retardo o el rehusamiento, sin que se necesite la producción de resultado dañoso alguno.19 Como antes lo explicamos 19 Vid. CREUS, CARLOS, Derecho Penal, Parte especial, Tomo II, Editorial 52 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 el artículo 349 No. 3) del artículo mencionado, castiga, a quien omite, rehúse o retarde algún acto que deba ejecutar de conformidad con los deberes de su cargo, derivándose de la redacción de tal modalidad delictiva, que las misma se incluyen dentro de que doctrinariamente se conoce como “abuso omisivo”. El penalista argentino, C. CREUS, refiriéndose a esta figura en el Código Penal de su país, explica que: “..la tercera forma pune una conducta omisiva: no ejecutar las leyes cuyo cumplimiento incumba al funcionario. Tratase pues, de un tipo omisivo y por eso, no comete este abuso de autoridad (que un tanto impropiamente puede denominarse incumplimiento de los deberes de funcionario público) el funcionario que lleva a cabo actos contrarios a las disposiciones de la ley. Aquí el abuso consiste en la decisión de no ejecutar la ley, es decir, de no aplicarla, prescindir de ella, no actuarla en la realidad, como si no existiera (p.ej., no dictar la prisión preventiva cuando corresponde, no observar el acto administrativo viciado cuando el funcionario ejerce funciones de contralor); pero cuando lo que importa la inejecución de la ley es una actividad (p.ej., dictar una resolución cuando no corresponde hacerlo), ya no estaremos ante una omisión, sino ante uno de los abusos previstos en las formas anteriores….” (vid. CREUS, C., Delitos contra la Administración Pública, Editorial Astrea, Buenos Aires, 1981, pág. 192). El Tribunal de Sentencia condena a los procesados antes mencionados por el delito de violación de los deberes de los funcionarios, estimando que algunos son responsables de tal infracción penal en concurso ideal con varios delitos de asesinato mediante incendio en comisión por omisión, y además por el mismo ilícito penal en concurso ideal con varios delitos de asesinato alevoso en el grado de ejecución de tentativa20, en tanto que otros lo serían por estas últimas infracciones21. De este modo, el Juzgador responsabiliza a los imputados antes mencionados del delito de VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS en tanto que habrían omitido los deberes de salvaguardar el bien jurídico vida de reos pandilleros y otras personas que murieron por la acción de otros individuos, o de tutelar el mismo bien jurídico de reos pandilleros que habría resultado amenazado por los actos realizados, igualmente por otros individuos, con la intención de darles muerte. Como ya se explicara en los motivos desarrollados con anterioridad, la Sala estima que de los hechos declarados probados no se establece como mínimo en una probabilidad rayana en la certeza y por ende más allá de toda duda razonable que los imputados M. A. C. I., J. R. O. Y O. E. H. P. estaban en la capacidad de llevar a cabo la acción de salvamento cuya omisión se les atribuye, ni que en el caso del encartado J. L. S. R., se haya constatado el nexo de evitación o relación de causalidad hipotética entre su inactividad y los resultados lesivos que se les imputa, ni que se hayan representado alguna acción debida y por lo tanto alguna vía para evitar los resultados que se les atribuye; como tampoco que haya querido aunque sea eventualmente la realización del tipo en su aspecto objetivo correspondiente, de tal manera que tuviera voluntad de realización de la conducta omisiva según la nota de la finalidad. Así las cosas con ello desaparecen los presupuestos a Astrea, Buenos Aires, 1988, página 262. 20 El caso de los procesados MARCO ANTONIO CASCO IRÍAS, JOSÉ ROBERTO OCHOA Y OSLIN EVENOR HERRERA PALACIOS. 21 El caso de los procesados CARLOS ESTEBAN HENRIQUEZ ALVAREZ y JOSE LUIS SANTOS RODRIGUEZ. 53 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 partir de los cuales debe partir el proceso de subsunción del delito de VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS por el cual resultaron condenados a título de autores. Por tal razón, esta Sala es del parecer que en la sentencia recurrida se aplicó indebidamente los artículos 349 No. 3) y 32 del Código Penal, de ahí que sea procedente declarar con lugar el presente motivo de casación interpuesto por la Defensa de los encartados antes mencionados. En lo que concierne al procesado C. E. H. A., como ya se explicara con anterioridad, la Sala estima que de los hechos declarados probados se ha establecido que el encartado antes mencionado, es responsable en omisión impropia de dieciocho delitos de tentativa de homicidio en perjuicio de igual número de reos pandilleros, sin embargo tomando en cuenta que el desvalor de su conducta consistente en realizar un acto contrario a la ley y por ende dejar de cumplir su función de garante de la vida de varias personas que estuvieron en grave peligro de perderla, ya encuentra castigo con la pena impuesta por su contribución a título de autor por omisión impropia de los resultados típicos antes relacionados22, debe absolverse al procesado C. E. H. A. del delito de VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS. Por todas las razones anteriormente expuestos se declara con lugar el presente motivo.- VI.- CUARTO MOTIVO: INFRACCIÓN DE LOS ARTÍCULOS 13 Y 32 DEL CÓDIGO PENAL POR APLICACIÓN INDEBIDA. PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTICULO 360 DEL CODIGO PROCESAL PENAL: -El motivo se encuentra autorizado por el artículo 360 del Código Procesal Penal. EXPOSICIÓN DEL MOTIVO El párrafo primero del Artículo 13 del Código Penal estipula que ―El delito puede ser realizado por acción u omisión y necesariamente debe ser doloso o culposo‖. Esta normativa no solamente comprende las categorías accionA. en cuanto a acción y omisión como elemento material capaz de transformar el mundo exterior y el elemento subjetivo volitivo de dolo y culpa partiendo de un conocimiento. Este concepto comprende además que en el delito, por esa acción u omisión, integra a los protagonistas o sujeto activo y sujeto pasivo de ese delito o actividad humana hacia la conducta prohibida y especialmente un nexo de causalidad que se convierte en un vínculo que hace posible proteger el bien jurídico tutelado, y tipificar la acción que se pretende precaver desde el punto de vista de la prevención general. Lo anterior nos conduce a que la administración de justicia penal está dotada de una serie de instrumentos para establecer, con absoluta nitidez y certeza, no solamente fijar, fuera de toda duda, al sujeto activo del delito, sino también al sujeto pasivo y mediando entre ellos una acción u omisión como nexo causal que los vincula, de tal manera que la ausencia de cualquiera de estos tres elementos da vida a esa duda razonable a que se refiere el Artículo 339 del Código Procesal Penal. Aunque el Estado, en el ejercicio de la potestad punitiva pretende que cada ejercicio de la acción penal prohibitiva o imperativa deba asociarse una pena al sujeto activo y un resarcimiento al sujeto pasivo, son muchos, pero muchos los casos donde este propósito se torna utópico cuando los mecanismos de investigación del delito no son capaces de establecer con certeza el nexo causal entre la acción y el resultado y la ley tiene que conformarse con levantar 22 Es de tomar en cuenta que el desvalor que supone el prevalimiento del carácter público del culpable para la comisión del hecho constituye una agravante (art. 27 No. 9) del Código Penal), misma que en el caso de autos no puede considerarse, en tanto que el Tribunal de Instancia ha impuesto la pena mínima, y por ende se impone la observancia de la prohibición de reforma peyorativa en materia recursiva. 54 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 de nuevo el estandarte del apotegma de que ―más vale absolver a un culpable que condenar a un inocente‖. En este caso que nos ocupa, el honorable Tribunal de Sentencia incurre en el error al aplicar el Artículo 13 del Código Penal a mis representados por delitos de asesinato mediante incendio y delito de asesinato mediante tentativa inacabada sin que en todo el texto de las 478 páginas de la sentencia se establezca con certeza a cuál de las personas que perdieron la vida o sobre los que recayó una tentativa inacabada haya tenido directamente la acción u omisión de los imputados como para fijarlos como sujetos activos del delito. Para alcanzar su propósito, la sentencia recurre al principio de imputación recíproca. Si bien es cierto que algunos medios de prueba, que no gozan de la ecuanimidad pues en su mayoría son reos pandilleros o testigos protegidos bajo criterio de oportunidad –De allí que hayan policías procesados y policías con rango de testigos protegidos- quienes hacen afirmaciones que si bien no son categóricas al menos dan pie al indicio. Ese citado Artículo 339 del Código Procesal Penal es claro en su contenido de que la prueba indiciaria por si misma no es capaz de enervar el principio de inocencia y de establecer una culpabilidad o como bien sostiene Nicola Framarino Malatesta en su ―Lógica de las Pruebas Penales‖ que los indicios racionales si bien son capaces de promover el proceso, como prueba indirecta no es suficiente para fijar una responsabilidad penal. Tal es el contenido del Artículo 92 de la Constitución de la República. Los honorables jueces del Tribunal de Sentencia emplean los medios indiciarios para fundamentar esa responsabilidad de la comisión de un delito y en su afán juzgador los lleva a una conclusión revestida en los telares de lo absurdo al fijar más de diez personas en la muerte de cada una de las personas que perdieron la vida o que se vieron agredidas por una tentativa inacabada, dando la impresión que hay una tendencia al delito de muchedumbre, pero sin ajustarse a los parámetros de la institución penal. Al no poder la sentencia establecer con claridad cuál de mis representados actuó por acción u omisión en contra de cuál de las víctimas de los delitos apuntados, no se concluye con certeza la responsabilidad criminal y, si bien durante los enfrentamientos y posteriores acciones para recuperar la calma en la Granja Penal de El Porvenir se cometieron delitos no es menos cierto que el juicio que se desarrolló para encontrar los culpables dentro del menú ofrecido por el Ministerio Público, el mismo defensor de la sociedad no pudo, con solvencia, demostrar cuál de mis representados ejecutó la acción o incurrió en la omisión frente a quien de los que resultaron sujetos pasivos del delito. En consecuencia, sin el nexo causal que une al autor del delito con su víctima, no existe responsabilidad penal porque no ha podido establecer el primer eslabón de la investigación criminal como lo es la acción u omisión. Partiendo de esta tesis la aplicación del artículo 13 del Código Penal resulta errónea al no responder a los estratos de investigación del nexo causal. EL PRINCIPIO DE IMPUTACIÓN RECÍPROCA O COAUTORÍA Finalmente, la sentencia invoca la institución del Derecho penal del ―principio de Imputación Recíproca‖ como elemento acogedor de participación que nuestro Código penal recoge como los que ―toman parte directa en la ejecución del hecho, los que fuerzan o inducen directamente a otros a ejecutarlo o los que cooperan a la ejecución del hecho por un acto sin el cual no se hubiera efectuado‖ (Art. 32 del CP). Este concepto legal obliga al estudioso del Derecho penal a buscar en los tipos penales de la parte especial las situaciones en concreto donde puede darse la coautoría o principio de imputación recíproca. Decía Franz Von Liszt que ―si falta la conciencia de la 55 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 cooperación, el concepto de coautor es imposible‖. El entendimiento de este instituto, en más de un siglo, no ha cambiado en su comprensión. La exigencia de un nexo subjetivo entre los distintos actores sigue constituyendo la base de la coautoría. Se arguye al respecto que precisamente, esta vinculación subjetiva es la que permite hacer responder a cada uno de los coautores por lo que hacen los demás. También la propia configuración estructural de la realización de una acción entre varios (una acción distinta y superior a las acciones individuales de cada uno de ellos), así como –materialmente- en un componente cualificado de peligrosidad. Y es sólo recientemente cuando ha comenzado a cuestionarse su significado e incluso, su necesidad. Desde un punto de vista problemático, parece que una sociedad como la actual, donde se ofrecen espacios en los que interaccionan innumerables personas o se generan posiciones normativas que vinculan a numerosos sujetos con una o varias F. de peligro, sin necesidad de que acuerden nada al respecto, va exigiendo una adaptación de la superestructura jurídica vigente. La resolución conjunta es objeto actualmente de un intenso debate doctrinal. Se discute su conformación, mediante elementos volitivos o simplemente intelectuales, su significado como elemento definitorio de este instituto e incluso, su necesidad, entre otros aspectos. Por el peso de las razones esgrimidas, es posible adivinar que la tradicional comprensión de este instituto encontrará pronto su ocaso. Resta la duda de si su actual componente subjetivo, la denominada resolución conjunta, conservará algún papel en su futuro desarrollo, ninguno o, como sugiere Victoria G. del Blanco, debiera diluirse como mero indicio de conocimiento individual en los juicios de imputación de desvalor de acción y resultado. La autora sitúa el discurso sobre la coautoría en el marco de los principios de legalidad, culpabilidad, igualdad y proporcionalidad. Así, tras un breve repaso de la reciente doctrina jurisprudencial sobre el primero de éstos, la autora avanza ya su expresa preocupación por la técnica legislativa, planteando entre otras cuestiones, la necesidad de establecer si el significado de la coautoría en términos de imputación ―está recogido en el texto del Código Penal, si no de forma expresa al menos sí de forma implícita. Y de estarlo, si resultaría conforme al mandato de determinación‖ apuntando al respecto, que ―el fundamento, el contenido y los límites del principio de imputación recíproca resultan cuestiones de especial trascendencia por suponer la comprobación de la relevancia o irrelevancia de la coautoría como estructura delictiva con entidad propia conforme a los límites de la responsabilidad penal impuestos por el ordenamiento jurídico‖. En relación con el principio de culpabilidad, señala -en cuanto a su comprensión como principio de responsabilidad por el hecho- la necesidad de revisar ―la importancia que debe otorgársele al mutuo acuerdo‖ en la conformación de esta figura. Mientras que -en términos de imputación- plantea ―la cuestión de si el principio de imputación recíproca de las aportaciones de los coautores, que parte de la doctrina afirma como consecuencia directa de la actuación conforme al mutuo acuerdo resulta conforme al principio de responsabilidad personal o auT.ponsabilidad como límite de la responsabilidad penal‖. En relación con el principio de igualdad, la misma autora nos ofrece una nueva aproximación a la jurisprudencia reciente; también nuevas dudas al respecto: ¿―La consecuencia jurídica aplicable a cada coautor derivada de la realización conjunta del hecho debe ser o no la misma que le correspondería por la realización individual del mismo hecho‖? Se trata, con otras 56 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 palabras, de ―si el principio de igualdad se vería infringido en alguna manera estableciéndose consecuencias más gravosas para la realización de un hecho con intervenciones parciales de cada coautor que las que corresponderían a la realización individual del mismo hecho‖. Finalmente, en cuanto al principio de proporcionalidad, replantea esta última cuestión así como su armonización con agravantes que se sustentan en actuaciones plurales o la relevancia de los elementos subjetivos. Y es que, como nos expone la autora citada, la propia estructura del principio de imputación recíproca cuando menos, suscita dudas desde la perspectiva de principios como el de responsabilidad por el hecho y el antes comentado, de auT.ponsabilidad. Igualmente, si en sentido contrario al sugerido por G. del Blanco, se responde afirmativamente a esta última cuestión, es preciso descender algunos peldaños discursivos y explicar hasta dónde y sobre qué razones -personales, se entiendeprocede esta forma de imputación. En este último sentido, debe agradecerse su esfuerzo por traducir esta figura en términos de consecuencia jurídica y en sede de injusto- imputación, señalando las diferencias en ambos términos entre el hecho globalmente considerado y las contribuciones parciales individualmente realizadas por cada uno de los actores, facilitando, en definitiva, una mejor comprensión de este instituto. La coautoría aparece cuando varias personas, de común acuerdo, toman parte en la ejecución de un hecho típico constitutivo de delito. Tal conceptuación requiere, de una parte, la existencia de una decisión conjunta, elemento subjetivo de la coautoría, y un dominio funcional del hecho con aportación al mismo de una acción en la fase ejecutoria, que integra el elemento objetivo. De la lectura del Acta del Debate no se encuentran elementos concretos para tener una decisión conjunta para la realización del acto delictivo, una voluntad de actuar y el dominio del hecho, la ley orgánica de la Policía Nacional Civil lo expone con meridiana claridad de manera tal, que la facultad de interpretar mediante las reglas de la sana crítica no es suficiente para imponerse al principio de legalidad. Se diferencia la coautoría de la cooperación, o de la participación, en el carácter, o no, subordinado del partícipe a la acción del autor. Será coautor quien dirija su acción a la realización del tipo, con dominio de la acción, que será funcional si existe división de funciones entre los intervinientes (división del trabajo), pero todas con ese dominio de la acción característico de la autoría. La figura de la coautoría no representa una modalidad de participación delictiva caracterizada por una mera suma de autorías individualizadas; por el contrario el legislador la ha configurado como una expresión de responsabilidad plural en la que todos los participantes deben responder por la totalidad del hecho, con abstracción de las acciones concretas que puedan haber realizado independientemente cada uno de ellos. De ahí que, para que exista coautoría es necesario: a) Común acuerdo, concierto de voluntades o "pactum scaeleris", el cual podrá ser expreso, tácito o deducido, previo o sobrevenido, principal o adhesivo. b) "Consciencia scaeleris", conciencia de la ilicitud del acto cuya ejecución se pacta o se conviene. c) Aportación de esfuerzo propio o realización personal, material y directa de actos ejecutivos, llevando a cabo actos nucleares subsumibles en la figura penal de que se trate, de forma determinante y principal, si bien no es necesario que ejecute material o directamente por su propia mano todos los actos que integran la dinámica, de tal modo que responderá, en concepto de autor, del todo aunque solo hubiera realizado personalmente una parte, 57 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 incluso cuando pueda demostrarse que el resultado u objetivo final fue logrado mediante actos concretos y específicos perpetrados por otro u otros agentes con los cuales coadyuvó de un modo capital y esencial. Conforme a la teoría es la del dominio del hecho (en cuanto posibilidad de interrumpir a voluntad el desarrollo del proceso fáctico), que en la coautoría debe predicarse del conjunto de los coautores; cada uno de ellos actúa y deja actuar a los demás, de ahí que lo que haga cada coautor puede ser imputado a los demás que actúen de acuerdo con él, lo que sin duda sucede cuando todos realizan coetáneamente los elementos del tipo penal de que se trate. Sin embargo, ello no puede sostenerse cuando uno de los coautores se excede por su cuenta del plan acordado, sin que los demás lo consientan; pues, en tal caso, el exceso no puede imputarse a los demás, porque más allá del acuerdo no hay imputación recíproca. En el caso de autos encontramos Una conducta imperativamente contraria cuando los hechos tenidos como probados apunta en otra dirección cuando se concentran en afirmar que el Subcomisionado H. A. y los policías cobras no dispararon en contra de los reos pandilleros, sino más bien los estaban auxiliando, en el perímetro exterior, para llevarlos a los centros asistenciales para ser atendidos en sus lesiones. Desde la perspectiva de la presunción de inocencia, no es exigible en estos casos la acreditación de la realización de los actos propios del tipo por parte de cada uno de los acusados que intervienen como autores, sino que es suficiente con probar la aportación causal de cada acusado, conscientemente ejecutada y orientada al fin concreto de que se trate. Este elemento no está contenido en la sentencia, por cuanto no se puede acreditar su existencia participativa.‖ VI.-RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY SUSTANTIVA FUNDADO EN LA INFRACCIÓN DE LOS ARTÍCULOS 13 Y 32 DEL CÓDIGO PENAL POR APLICACIÓN INDEBIDA. EL CENSOR ARGUYE FUNDAMENTALMENTE QUE DE LA DECLARACION DE HECHOS PROBADOS NO SE LOGRA ESTABLECER EL NEXO CAUSAL ENTRE LA OMISION QUE SE ATRIBUYE A LOS ENCARTADOS Y LOS RESULTADOS LESIVOS DE CARÁCTER DOLOSO QUE SE LES IMPUTA. POR OTRO LADO EL RECURRENTE CONSIDERA QUE TAMPOCO SE CONFIGURA LA COAUTORÍA COMO UNA MODALIDAD DEL CONCURSO DE PERSONAS EN LA REALIZACION DE LOS DELITOS OBJETO DE JUZGAMIENTO. Esta Sala de lo penal no se pronuncia sobre el presente motivo de casación, ya que en virtud de haber prosperado los tres primeros motivos por infracción de ley sustantiva invocados por el recurrente, resulta innecesario su análisis y resolución. VII.- El Recurrente Abogado J. C. R. M., actuando en su condición de apoderado defensor del señor S. J. S. M., desarrollo su Recurso de Casación por Infracción de Precepto Constitucional, Quebrantamiento de Forma e Infracción de Ley, de la siguiente manera: ―CASACION POR INFRACCIÓN DE PRECEPTO CONSTITUCIONAL MOTIVO ÚNICO: Infracción, por falta de aplicación, del precepto constitucional contenido en el artículo 321 que dice: ―Los servidores del Estado no tienen más facultades que las que expresamente les confiere la ley. Todo acto que ejecuten fuera de la ley es nulo e implica responsabilidad‖; en relación a los artículos 82, párrafo primero, y 90 párrafo primero de la Constitución de la Republica; que rezan, respectivamente:‖El derecho de defensa es inviolable‖; ―Nadie puede ser juzgado sino por Juez o Tribunal competente con las formalidades, derechos y garantías que la Ley establece…‖ PRECEPTO AUTORIZANTE: Artículo 361 del Código Procesal Penal, que dice: ―En todos los casos en que, con arreglo a este Código, pueda interponerse recurso de casación contra una resolución judicial, será suficiente para fundamentarlo, la infracción de precepto constitucional.‖ EXPLICACION DEL MOTIVO: La exigencia de que 58 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 Honduras es un Estado democrático de derecho, no implica otra cosa más que todos los actos de la vida ciudadana están enmarcados y regulados por ley; de igual manera la libertad que ceden los ciudadanos de la República con el fin de ser juzgados por los respectivos servidores públicos, radica en que a estos últimos se les dota de una serie de herramientas, reglas y principios aplicados a cada caso que es sometido a su conocimiento. La época del iluminismo del derecho penal se caracteriza por evitar que al momento de ser juzgados los ciudadanos de la República estuviesen sujetos solamente al real parecer y entender del juzgador en el momento y circunstancias determinadas; de ahí que uno de los grandes logros de Beccaria y los demás iluministas haya sido el de lograr que los juzgadores no apliquen sus criterios, sus deseos o su real y saber entender, al momento de juzgar. El Código Procesal Penal es básicamente el conjunto de herramientas que un juzgador debe aplicar al momento de juzgar; no es otra cosa más que la exigencia de observar las formalidades establecidas en esa ley adjetiva penal; si atendemos el concepto de formalidad dado por M. O. entendemos que ésta es el cumplimiento fiel y exacto de la ley, en conclusión las atribuciones que el soberano otorga a los funcionarios de la República no constituyen otra cosa más que el cumplimiento fiel y exacto de las formalidades del enjuiciamiento establecidas en el Código Procesal Penal. A lo largo de este recurso de casación expresaremos una serie de circunstancias, de las cuales me permito señalar una sola: El acto jurisdiccional de desestimar la prueba que ubica a S. M., después de las 12:00 del medio día en la Granja Penal de El Porvenir y cuando ya habían pasado los hechos violentos y lamentablemente ya había acaecido la muerte de las personas por las que fue injustamente condenado; el hecho es que, con lo anterior, en abierto incumplimiento de la ley, se desconoce, porque no se exponen en la sentencia, cuáles son los criterios seguidos por el Tribunal para desvirtuar la prueba y las acciones de defensa provocadas por S. M., que lo exculpaban de responsabilidad penal en los hechos acusados. Esta posición del Tribunal de desacreditación probatoria que hizo estéril la defensa de S. M. no se basa en criterios previamente establecidos, ni en las formalidades establecidas en la ley para el enjuiciamiento criminal y entrañan atribuciones distintas a aquellas que el Estado ha concedido a sus servidores, provocando con ello la incertidumbre y el retorno a épocas oscuras en la evolución del derecho penal en que el juzgador no se sometía a reglas claras previamente conocidas, sino que a lo que el juzgador considerase aplicable o no aplicable al caso en particular.- Esta conducta es la que observamos en la decisión del Tribunal Sentenciador al emitir conclusiones no respaldadas por un ejercicio intelectivo y de cumplimiento fiel y exacto de las formalidades del juicio penal consagrado en el ordenamiento correspondiente, conclusiones que denotan atribuciones distintas y más allá de aquellas que el Estado les ha otorgado. De todo lo antes expuesto resulta evidente que el Tribunal recurrido ha actuado sin apegarse a la facultades que expresamente le confiere la ley, con claro irrespeto al derecho de defensa y al debido proceso; de esa manera ha infringido, por falta de aplicación, el artículo 321 de la Constitución de la República de Honduras, en relación con los artículos 82 párrafo primero y 90 párrafo primero de la misma Carta Magna. VII.- RECURSO DE CASACION POR INFRACCIÓN DE PRECEPTO CONSTITUCIONAL INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO S. J. S. M. BASADO EN LA FALTA DE APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 321 EN RELACIÓN A LOS ARTICULOS 82 PÁRRAFO PRIMERO Y 90 PÁRRAFO PRIMERO DE LA CONSTITUCIÓN DE LA REPUBLICA. Argumenta el reclamante que la 59 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 sentencia impugnada incurre en infracción, por falta de aplicación, del precepto constitucional contenido en el artículo 321 que dice: “Los servidores del Estado no tienen más facultades que las que expresamente les confiere la ley. Todo acto que ejecuten fuera de la ley es nulo e implica responsabilidad”; en relación a los artículos 82, párrafo primero, y 90 párrafo primero de la Constitución de la República; que rezan, respectivamente:”El derecho de defensa es inviolable”; “Nadie puede ser juzgado sino por Juez o Tribunal competente con las formalidades, derechos y garantías que la Ley establece…”. Estima que el Código Procesal Penal es el conjunto de herramientas que un Tribunal debe aplicar al momento de juzgar, actividad en la que se deben observar las formalidades prescritas por la ley. Concretamente reprocha el acto de DESESTIMAR LA PRUEBA que ubica a S. M., después de las 12:00 del medio día en la Granja Penal de El Porvenir, cuando ya habían pasado los hechos violentos que dieron lugar a la muerte de las personas por las que fue condenado, debido a que la sentencia no expone los criterios seguidos por el Tribunal para desvirtuar la prueba y las acciones de defensa provocadas por S. M., que lo exculpaban de responsabilidad penal. Asume que esta desacreditación probatoria hizo estéril la defensa del señor S. M., al carecer de criterios y formalidades legales, lo que supone atribuciones distintas a las que el Estado ha concedido a sus servidores, provoca incertidumbre y retorno a épocas oscuras en la evolución del derecho penal. Concluye que por lo anterior resulta evidente que el A Quo no ha actuado conforme a las facultades que le confiere la ley, ha irrespetado el derecho de defensa y al debido proceso, por lo que entiende que ha infringido, por falta de aplicación, el artículo 321, en relación con el 82, párrafo primero y 90, párrafo primero, todos de la Constitución de la República. Esta Sala de lo Penal, estima que el recurso del recurrente adolece de falta de claridad y precisión en la explicación del motivo de casación por infracción de precepto constitucional invocado, por cuanto omite hacer relación expresa y concreta de la prueba propuesta para su admisión por la defensa técnica del acusado S. J. S. M. que le alude a que le fue desestimada por el Juzgador de instancia. Al no hacer exposición concreta de la prueba desestimada por el A Quo esta Sala no dispone de información precisa y suficiente para identificar la prueba excluida y valorar la razonabilidad de su motivación. Asimismo no menciona el impugnante el momento procesal en que dicha prueba le fue inadmitida, si fue en la audiencia de admisión de prueba o en la audiencia de debate. Defectos en la técnica recursiva que no compete a esta Sala subsanar. Por lo expuesto se desestima el motivo de casación invocado por el recurrente. VIII.CASACION POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA MOTIVO PRIMERO: En la sentencia se excluyó o dejó de considerarse prueba de valor decisivo, inaplicando así lo dispuesto en el artículo 202 del Código Procesal Penal, en la parte que a la letra dice: ―El órgano jurisdiccional formará su convicción valorando en forma conjunta y armónica toda la prueba producida‖. PRECEPTO AUTORIZANTE: Artículo 362, preámbulo y numeral segundo, parte última, del Código Procesal Penal, según el texto que trascribo a continuación: ―El recurso de casación por quebrantamiento de forma, podrá interponerse cuando la sentencia recurrida adolezca de alguno de los vicios siguientes: … 2. Que… excluya o deje de considerar prueba de valor decisivo‖ EXPLICACION DEL MOTIVO Durante el juicio oral y público rindió declaración como testigo el señor O. F. C. S. (página 259 y siguientes de la sentencia), quien expone que ―cuando yo llegué estaba H. ordenando la valla. Me encontré al 60 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 Inspector S., diciéndole que se presentara con H., porque estaba molesto por no haberlo encontrado. Cuando lo miré era como las 12:00 a.m. a 12:15 a.m. Tengo entendido que S. fue encomendado a buscar bolsas, pero por la red de radio.‖ Adelante expresa: ―Cuando yo llegué ya no habían disparos… S. llega entre 12:00, 12:15 a 12:30 … H. me dio instrucciones para la valla y me preguntó por S. y por eso al ver a S., fue cuando le dije que H. lo estaba buscando. …A S. lo miré por el campo de football. Recuerdo a S. porque éran pocos oficiales, …‖; es importante aclarar que ese campo está fuera de los muros que rodean el recinto, como consta en el mismo proceso.- Al hacer la valoración del dicho de este testigo, el Tribunal se pronuncia así: ―El testigo ubica al acusado S. S. en el escenario, refiriendo que se acuerda de él dado que el acusado H. lo buscaba, afirmando que llegó entre las 12:00 m, 12:15 p.m. o 12:30 p.m. Nuevamente el testigo no es claro respecto a la hora en que el acusado S. S. llegó al lugar, máxime cuando más adelante refiere que no puede indicar qué personas se encontraban en la Granja cuando el testigo llegó dado que uno a uno iban llegando, por lo que tampoco podría dar fe, a juzgar por la cantidad de personas que estaban en el lugar, a qué hora llegó cada una de ellas después de la llegada del testigo al lugar, de modo que no puede sustentarse el Tribunal en la declaración del testigo en relación con la hora de llegada del acusado S. S., máxime cuando existe un medio de prueba pericial que ubica al acusado antes del cese al fuego dentro de los recintos‖. Sobre esa valoración hecha por el Tribunal con respecto a la declaración del testigo C. S., permítasenos citar lo que en la misma sentencia se dice al final del segundo párrafo de la página 259, con respecto a la hora en que cesaron los disparos; veamos, ahí se expresa: ―El Tribunal, a partir de este medio de prueba y de lo dicho por el testigo O. F. C., respecto a la hora en que se permitió el ingreso de los bomberos al recinto, le es claro que los disparos de las armas de fuego cesaron alrededor de las 11:a.m. y que después de la 11:30 a.m. se permitió el ingreso de los bomberos al lugar‖. Aquí sí, para el Tribunal tiene valor probatorio la declaración del testigo O. F. C., pero con respecto a la hora de llegada de S. M., no le reconoce ese mismo valor. ¿Por qué? El Tribunal no expone ninguna razón por la cual acepta el dicho del testigo en una parte y lo desestima en otra. Ahora, en cuanto a la prueba pericial que, según el Tribunal, ubica a S. M. en los recintos antes del cese al fuego, no tuvo a bien señalar de qué prueba pericial se trata, lo que nos impide hacer las consideraciones que pudieran proceder al respecto. ¿Cómo podríamos hacerlo si no se sabe de qué prueba se trata? Y, así las cosas, es inadmisible y constituye motivo de casación en la forma, la desestimación de la prueba constituida por la declaración del testigo C. S. Además, de la declaración del testigo a que antes se ha hecho referencia, lo hizo como tal el señor M. G. G. F. (página 266 de la sentencia), quien declaró: ―…a las 11:00 a.m. llegué al cuerpo de la guardia y me encontré a S. y se nos dijo esperar a Roches y éste nos dijo que unos fuéramos a la granja y otros al Hospital. A S. le dijo que fuera al Hospital, pero yo le dije que necesitaba dinero y que cambiara para ir al centro a un cajero. S. salió a la granja penal y yo al Hospital… Once y minutos llegué al cuerpo de guardia. Yo andaba con el uniforme diario y S., al verlo en la guardia, estaba de fatiga. Estuvimos entre 20 a 25 minutos en la guardia, esperando a Roches… Roches se me dijo que fuera al Hospital Atlántida, que fuera a ver los heridos, muchos de ellos internos. Salimos del cuerpo de guardia pasadas las 12:00 del medio día. Después de eso no volví a ver al Inspector S.…‖ El 61 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 Tribunal desestima también la prueba consistente en la declaración de este testigo, con este fundamento: ―Lo dicho por el testigo no tiene respaldo con ningún medio de prueba‖ ¿Y esto? ¿Dónde está el precepto que exija el respaldo de otro medio de prueba para reconocer valor probatorio a un testimonio? Si en un caso de homicidio, cometido con la concurrencia de la excluyente de antijuridicidad que es la legítima defensa, por ejemplo, solamente hubiera un testigo presencial, y ningún otro medio de prueba más, aunque con su declaración se hubieran establecido de manera indubitable todos los elementos que configuran la indicada eximente, si se siguiera el señalado criterio del Tribunal, habría que convenir en que la persona que dio muerte a otra, en el caso del ejemplo, debería ser condenada, porque ―lo dicho por el testigo no tiene respaldo con ningún medio de prueba‖. Una decisión judicial en ese sentido sería reprochable desde todo punto de vista.- Tenemos, pues, que lo expuesto por el testigo G. F. también fue desestimado por el Tribunal, sin ningún fundamento razonable. Es importante agregar a lo expresado por los testigos C. S. y G. F., lo que, corroborando lo dicho por éstos, expuso en su declaración el Comisionado de Policía C. E. H. (páginas 247 y siguientes de la sentencia). El mencionado Oficial expresa lo siguiente: ―…El Inspector S. M., llegó a la granja penal aproximadamente entre las 12:00 y 12:30 y yo le llamé la atención por no concurrir cuando yo lo llamé. … Yo estaba incómodo con S. porque llegó tarde, le llamé la atención e hice el trámite administrativo correspondiente…‖ 1. Tenemos, pues, la declaración de dos testigos, contestes, en cuanto a la hora en que S. M. llegó a la Granja Penal, corroborados sus dichos con la declaración del coimputado H. Prueba concluyente esa, que es de valor decisivo, pues con base en ella queda en claro que, sin lugar a ninguna duda, S. M. no estaba presente en el lugar de los hechos cuando éstos se produjeron. Y esa prueba no fue considerada, sin ningún fundamento razonable, por el Tribunal en su sentencia; no debe olvidarse que la prueba testimonial solamente puede ser desestimada después de una rigurosa valoración, siguiendo determinadas pautas que ―tienen un común denominador: parten de la presunción de que la fe en un testimonio se basa en ―dos presunciones‖: 1) la presunción de que los sentidos no han engañado al testigo; 2) La presunción de que (el testigo) no quiso engañar.‖ (Cafferata Nores). Entre esas pautas no aparece la necesidad de respaldo, como lo sostiene el Tribunal, pues la falta de tal no implica que los sentidos hayan engañado al testigo, ni que éste haya querido engañar. Lo cierto es que en el fallo recurrido no aparece que se haya recurrido a ninguna de las pautas que los tratadistas señalan para determinar si un testigo es verdadero o es mendaz. Queda claro, y de manera contundente, que en la sentencia se ha dejado de considerar prueba de carácter decisivo, sin haberse hecho una valoración real de los testimonios en que consiste esa prueba. Es tan decisivo el valor de esas declaraciones que de haber sido tomadas en consideración jamás se habría condenado a S. M. por las muertes que se le atribuyen. Y es ese vicio el que constituye el motivo de casación en la forma que vengo de explicar. No pudo hacerse antes ninguna reclamación contra el indicado vicio, porque se produjo en el pronunciamiento de la sentencia que estoy impugnando. VIII.-RECURSO DE CASACION POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL ENCARTADO S. J. S. M. FUNDADO EN QUE LA SENTENCIA EXCLUYÓ O DEJÓ DE CONSIDERAR PRUEBA DE VALOR DECISIVO, INAPLICANDO ASÍ LO DISPUESTO EN EL ARTÍCULO 202 DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL. Argumenta el recurrente que la sentencia recurrida ha excluido o dejado de 62 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 considerar prueba de valor decisivo. Señala que en el juicio oral y público rindió declaración como testigo O. F. C. S. (página 259 y siguientes de la sentencia), quien manifestó que S. J. S. M. llegó al lugar de los hechos entre las 12:00, 12:15 a 12:30 del mediodía y que lo recuerda porque eran pocos los oficiales, pero al hacer la valoración del testigo, (folio 262 de la sentencia) el A Quo no le concede credibilidad por estimar que “no es claro respecto a la hora en que el acusado S. S. llegó al lugar”, al referirse que el testigo no puede indicar qué personas se encontraban en la granja penal cuando llegó, y que por ello tampoco podría dar fe, de la hora en que llegó cada una de las personas. El A Quo pondera que no dio por acreditada la hora de llegada del acusado S. S., con la declaración del mencionado testigo, principalmente a consecuencia de un medio de prueba pericial, que ubica al acusado dentro de los recintos antes del cese al fuego. Sin embargo reprocha el recurrente que la sentencia (final del segundo párrafo de la página 259), si concede credibilidad al mismo testigo D. S. con respecto a la hora en que cesaron los disparos, pero no con respecto a la hora de llegada del señor S. M., por lo que el recurrente reclama que el Tribunal de Instancia no expone las razones por las que acepta el dicho del testigo en una parte de su deposición pero la desestima en otra. Y en cuanto a la prueba pericial por la que el A Quo ubica al señor S. M. en los recintos antes del cese al fuego, el recurrente censura que el A Quo no señala cuál es la prueba pericial a la que se refiere, (final de primer párrafo, página 262 de la sentencia), lo que a su entender impide desestimar la prueba de declaración del testigo C. S. y da lugar al recurso de casación por quebrantamiento de forma. Argumenta además, lo que dijo el testigo M. G. G. F. (página 266 de la sentencia), quien declaró entre otras cosas que a las 11:00 a.m. llegó al cuerpo de la guardia, donde se encontró a S., y además que salieron del cuerpo de guardia pasadas las 12:00 del medio día. Reprocha que el Juzgador desestima también la declaración del testigo G. F. por estimar que: “Lo dicho por el testigo no tiene respaldo con ningún medio de prueba”. Aprecia el recurrente que el argumento del A Quo no es apreciable porque desconoce el precepto legal que exige respaldo de otro medio de prueba para conceder valor probatorio a una declaración testifical. A manera de ejemplo refiere que en un caso de homicidio, en concurrencia de legítima defensa, en el que sólo hubiera un testigo presencial y ningún otro medio de prueba, aunque con su declaración se hubieran establecido de manera indubitable todos los elementos que configuran la indicada eximente, si se siguiera el señalado criterio del juzgador, habría que convenir en que la persona que dio muerte a otra, debería ser condenada. Aprecia que el testimonio rendido por el señor G. F. también fue desestimado sin fundamento razonable. Agrega que lo expresado por los testigos C. S. y G. F., es corroborando por la declaración del Comisionado de Policía C. E. H. (páginas 247 y siguientes de la sentencia), cuando expresa que: “…El Inspector S. M., llegó a la granja penal aproximadamente entre las 12:00 y 12:30, yo le llamé la atención por no concurrir cuando yo lo llamé. Yo estaba incómodo con S. porque llegó tarde, le llamé la atención e hice el trámite administrativo correspondiente…” Concluye el recurrente que con la declaración de dos testigos, contestes, en cuanto a la hora en que S. M. llegó a la Granja Penal, corroborados sus dichos con la declaración del COIMPUTADO H., es prueba concluyente, de valor decisivo, pues con ella queda claro que S. M. no estaba presente en el lugar de los hechos cuando éstos se produjeron. Y esa prueba no fue considerada, sin 63 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 ningún fundamento razonable, por el Tribunal en su sentencia, por lo que la sentencia ha dejado de considerar prueba de carácter decisivo, sin haberse hecho una valoración real de los testimonios en que consiste dicha prueba. Esta Sala de lo Penal, considera necesario recordar, que el artículo 362 No. 2) del Código Procesal Penal contiene dos hipótesis: a) cuando la sentencia excluye indebidamente una prueba (expresamente la rechaza sin consignar las razones de esa decisión o se le considere ilícita sin serlo), o la resolución no la considera (omite toda referencia a ella). El vicio comporta de ese modo la infracción de varios artículos del Código Procesal Penal: I) Del artículo 202, que impone al juzgador la obligación de formar su convicción como producto de la valoración conjunta y armónica de toda la prueba, II) del artículo 336, que señala que el Tribunal sólo tendrá en cuenta las pruebas ejecutadas en el debate, las que serán apreciadas en su conjunto, y III) del artículo 338 sección cuarta, numeral 2) que manda al órgano jurisdiccional justificar el valor que haya dado a las pruebas practicadas durante el juicio. De esta manera, el Tribunal de Sentencia tiene la obligación de pronunciarse sobre la fuerza de convicción que le generan las pruebas rendidas, de tal suerte que si excluye arbitrariamente alguna de ellas o simple y sencillamente deja de mencionarla y consecuentemente valorarla, estaríamos ante la presente infracción, ya que en virtud de los principios de verdad real, de defensa y contradicción, el Juez debe servirse de las pruebas recibidas en el debate para fundamentar su fallo. Cabe añadir a lo antes expuesto, que no basta con el rechazo (exclusión) u omisión de referencia (no consideración de la prueba), sino que es necesario que la misma sea de valor decisivo. Ello comporta efectuar una operación de inclusión mental hipotética, en cuyo caso, de incluirse la prueba excluida o no considerada en la valoración del juez, junto con las restantes, las conclusiones de hecho hubieran sido necesariamente distintas. En el caso que ahora nos ocupa, la Defensa del imputado considera que en la sentencia impugnada se excluyó prueba de valor decisivo, con lo cual funda su motivo de casación en el primer supuesto contenido en el párrafo final del artículo 362 No. 2) del Código Procesal Penal. Un examen detenido de la sentencia impugnada revela, que las declaraciones testificales rendidas por O. F. C. S. y M. G. G. F. no fueron excluidas como objeto de valoración por el Tribunal de Instancia. Respecto al primer testigo, el A Quo razona que éste no es consistente en su declaración al expresar que el acusado S. S. M. llegó a lugar y fecha de los hechos entre las doce, doce quince, doce y media del mediodía, a lo que se añade la circunstancia de que al final de su deposición refiere que era difícil precisar quienes eran las personas de su conocimiento que se encontraban a su ingreso en el Centro Penal del Porvenir debido a que uno a uno iban llegando al mismo; pero lo que lleva a esta Sala a considerar que no se ha producido la exclusión de prueba alegada por el Censor, es que el Tribunal A Quo no considera acreditado con el testimonio del señor OSMAN F. D. S. que el acusado S. S. haya arribado al sitio de los acontecimientos hasta que los hechos objeto de juzgamiento estaban ya consumados, en tanto que se aportó al proceso un elemento de prueba pericial, que si bien es cierto que en la valoración del testimonio referido no se menciona en que ha consistido(vid. Folio No. 5163 vuelto), no es menos cierto que sin dificultad alguna se constata en la misma sentencia que se trata de las pericias balísticas y por ende de elementos probatorios de carácter científico realizadas por expertos en la materia, de las cuales se concluye que varias personas perdieron la vida a consecuencia de 64 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 los disparos efectuados con el arma asignada el Inspector S. J. S. M. (vid. Folio No. 5187). En lo que concierne a la declaración del testigo M. G. G. F., quien afirma que en el cuerpo de guardia de la Policía coincidió a eso de las once de la mañana con el procesado S. S., añadiendo que a partir de las doce del mismo día no le volvió a ver en esa dependencia, en tanto que el deponente se dirigió hacia el hospital mientras que el Inspector S. M. se condujo hacia la Granja Penal del Porvenir (vid. Folios No. 51655166), ciertamente el razonamiento externado por el Juzgador en su valoración resulta bastante escueta, cuando afirma que “no tiene respaldo en otro medio de prueba”, sin embargo, a criterio de esta Sala, los argumentos expuestos con prolijidad por el Tribunal de Instancia cuando en otra sección de la Sentencia valora las pruebas de balística realizadas por los expertos en la materia y de las cuales cabe inferir la ubicación temporal y espacial del encartado S. M. en el escenario mismo de los acontecimientos objeto de juzgamiento cuando estos se estaban produciendo, en tanto que con el arma de fuego asignada a su persona se causó la muerte a varios reos, no cabe apreciar en este caso el rechazo arbitrario de prueba testifical aportada por la Defensa del encartado, de ahí que no vamos entrar a ponderar sobre el carácter decisivo de la misma. Por otro lado, tampoco se constata en el caso súbjudice la concurrencia de la segunda hipótesis del motivo que consiste en dejar de valorar prueba de valor decisivo, pues como antes lo explicamos tal circunstancia se presenta cuando el Tribunal omite toda referencia a ella. Por todas las razones anteriormente expuestas se desestima el presente motivo por quebrantamiento de forma formulado por el Censor, alegando que el Tribunal de Sentencia excluyó y dejó de valorar prueba de valor decisivo. IX.- MOTIVO SEGUNDO: En la valoración de la prueba contenida en la sentencia recurrida no se observaron las reglas de la sana crítica, en abierta infracción de lo que disponen los artículo 202 (cuya rúbrica es ―Valoración de la prueba. La sana crítica‖) y 338 (en el que se contienen los ―Requisitos de la sentencia‖), regla cuarta, numeral segundo, ambos del Código Procesal Penal, en las partes de tales preceptos que, por su orden, se leen así: ―Las pruebas serán valoradas con arreglo a la sana crítica‖ y ―Seguidamente (después de la declaración de hechos probados), se expresarán las pruebas tenidas en cuenta para declarar probados esos hechos, según las reglas de la sana crítica, …‖ (lo resaltado es nuestro). PRECEPTO AUTORIZANTE: … Artículo 362, preámbulo y numeral tercero, en la última parte, del Código Procesal Penal; según el texto que trascribo a continuación: ―El recurso de casación por quebrantamiento de forma, podrá interponerse cuando la sentencia recurrida adolezca de alguno de los vicios siguientes: … 3. Que … en la valoración de la prueba no se respetaron las reglas de la sana crítica‖. EXPLICACION DEL MOTIVO: En el numeral trigésimo quinto de la declaración de hechos probados de la sentencia impugnada, se declara: ―Un mínimo de veinte minutos habían transcurrido desde la llegada del Comisionado C. E. H. y el Policía Cobra J. L. S. R., cuando faltando para las once de la mañana, llegan al lugar representantes de los medios de comunicación: D. M. M., empiezan a trasmitir por radio lo que se observaba, mientras que algunos reporteros gráficos tomaban fotografías del interior del recinto, subidos en las escaleras de incendios de los carros de los bomberos.- Para ese momento el Inspector de Policía S. J. S. M., se había ya personado al lugar, observando las agresiones de los reos rondines, Policía Nacional Preventiva, Policías Cobras, Policías Penitenciarios y miembros del ejército, sin realizar 65 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 acción alguna en auxilio de los reos pandilleros. El Policía S. J. S. M., procedió a privar de la vida a los reos pandilleros M. R. P. (alias El Bueno), M. o M. R. R. V. (alias El Burrito) y a otro reo pandillero de nombre desconocido, con su arma de reglamento, tipo pistola, marca Pietro Bereta, modelo 92FS, calibre 9mm, serie N25990Z, con cañón de seis estrías y con giro a la derecha‖. En el apartado correspondiente a la valoración de la prueba, el Tribunal sentenciador expone que ha declarado probado lo anteriormente trascrito, con base en las autopsias practicadas a M. o M. R. R. V. (a) ―El Burrito‖, a un reo pandillero no reconocido y a M. R. P., y en los dictámenes de balística de comparación relativos a ojivas que, se dice, fueron encontradas en los cadáveres de esas personas, según los cuales tales proyectiles fueron disparados por el arma de reglamento asignada a S. J. S. M. Con fundamento en esas pericias, y sólo en ellas, pues no existe ni un solo elemento de prueba más al respecto, ni un solo testigo que declare haberlo visto, el Tribunal considera probado que fue S. M. quien disparó contra las tres personas mencionadas. Se impone, entonces, que se analice la operación intelectual que condujo al Tribunal a arribar a esa conclusión, para establecer si en ese proceso se han respetado las reglas de la sana crítica. Veamos, pues, si se apega a la lógica el razonamiento de que si alguien es muerto por disparo hecho con el arma asignada a un determinado oficial, debe concluirse en que necesariamente fue éste el autor de esa acción, sin que jamás, en ningún caso, pueda haberlo hecho otra persona. Podríamos plantearnos un silogismo, en el que la premisa mayor la constituye la tesis que sostiene el Tribunal, o sea la siguiente: si el arma asignada a un oficial es usada para dar muerte a otra persona, ello es prueba de que ese oficial fue el autor de ese hecho; la premisa menor: la persona ―x‖ fue muerta con el arma que corresponde al oficial ―y‖; conclusión: fue el oficial ―y‖, quien dio muerte a la persona ―x‖. Una regla de la lógica nos dice que si una de las premisas es falsa, la conclusión lo será necesariamente. Si aplicamos esa regla al silogismo que hemos planteado anteriormente, veremos que ahí la conclusión es falsa, puesto que la premisa mayor lo es indiscutiblemente, pues a todas luces es falso que si una persona es muerta con el arma de un oficial, ello prueba que fue éste el autor de ese hecho, pues hay infinidad de situaciones en la que pudo haberlo sido otra persona. Si fuera verdadera esa tesis tendríamos que llegar al sofisma de que, para probar quien fue el autor de un homicidio, bastaría establecer a quien pertenece el arma con que se cometió. Vistas las cosas desde otro ángulo, resulta que en cuanto a la conducta que se atribuye en la sentencia al señor S. M., no hay prueba directa; se cuenta, nada más, con un elemento de prueba que no pasa de ser un indicio, el cual consiste en que las ojivas que se dice fueron encontradas en los cadáveres de los señores R. V., P. y un reo pandillero no reconocido, se asegura que fueron disparadas por el arma asignada a S. M. Este indicio solamente podría haber servido para contribuir a configurar una presunción; para ello se habría necesitado la concurrencia de otros indicios que, de manera unívoca, es decir que de todos ellos sólo puede inferirse una conclusión probatoria; pero si esos indicios admiten una explicación compatible con otros hechos diferentes a los que pretende dar como probados por la presunción, como en el caso del indicio que se invoca en contra del señor S. M., o por lo menos no es óbice para esa otra explicación, estaríamos no frente a indicios dotados de univocidad, sino de indicios anfibológicos.Los indicios unívocos podrán producir certeza, los anfibológicos 66 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 apenas verosimilitud o probabilidad. Por otra parte, el indicio antes descrito relacionado con el arma correspondiente a S. M., no fue declarado probado en el apartado que en la sentencia es relativo precisamente a la declaración de hechos probados, como lo exige el artículo 338, regla cuarta, parte final del numeral 2, del Código Procesal Penal, para que tal indicio pudiera haber sido invocado en la sentencia para dar por acreditado mediante presunción que S. M. fue quien en verdad hizo uso del indicada arma. Lo cual, en conclusión, no está probado de ninguna manera. Tratándose de prueba indiciaria, es importante que nos remitamos a la obra de J. M. ARROYO GUTIERREZ y A. R. CAMPOS, intitulada LOGICA JURIDICA Y MOTIVACION DE LA SENTENCIA PENAL, Editorial Jurídica Continental, en la que a página 118, se lee: ―En consecuencia, debe convenirse en que la prueba indiciaria no consiste ni en un dato de realidad, ni en una máxima de experiencia, ni en una conclusión derivada de los anteriores, sino que es un razonamiento complejo a través del cual, partiendo de un referente fáctico que se conoce, se puede establecer uno de los hechos que interesan al proceso y que es desconocido, pero que puede establecerse mediante ese procedimiento‖. Esos mismos autores indican que: ―la estructura del indicio comprende tres componentes: 1) UN HECHO INDICADOR.2) UNA REGLA DE EXPERIENCIA.3) UNA CONCLUSION O HECHO INDICADO‖. Sostienen que, ―en consecuencia, puede afirmarse que el indicio está constituido al menos por referencias: una inductiva, a través de la cual se establece cuál es la regla de experiencia que debe utilizarse y, posteriormente, un juicio deductivo que permite establecer una conclusión‖. Para que el Tribunal de Sentencia recurrido, hubiere aplicado correctamente las reglas de la prueba indiciaria, dado el indicio con el cual contaba, debió mínimamente hacer lo siguiente y que no hizo: INDICAR CUAL ES EL HECHO INDICADOR: Este hecho como dicen los autores citados en su página 120: ―es un hecho que se conoce, debe estar demostrado, como se ha dicho, aun mediante indicios. Para proporcionar seguridad en la elección de la máxima de pensamiento, ese hecho indicador no puede presumirse ni ser dubitativo‖. Indudablemente el hecho que se conoce en la causa que nos ocupa y en relación a S. M. es la muerte de: R. V., P. y un reo pandillero no reconocido, por heridas de armas de fuego, cuyas ojivas corresponden, se dice, al arma de reglamento asignada a S. M.. APLICAR UNA REGLA DE LA EXPERIENCIA: Dado el hecho conocido y que constituye el hecho indicador, se le debe de aplicar una regla de experiencia que permita emitir la conclusión correcta, esa regla de la experiencia sería la deductiva con la cual se pueda asociar la muerte, con la manera de ésta y con el objeto que la produjo. No existe, como antes se ha expresado, ninguna regla de la experiencia según la cual el titular de un arma de fuego, siempre, en todo caso, en cualquier circunstancia de lugar y de tiempo, necesariamente tiene que haber sido el autor de la muerte de una persona causada con esa arma. UNA CONCLUSION O HECHO INDICADO: Al aplicar el proceso deductivo el Tribunal Sentenciador solo tendría una conclusión posible a la cual llegar, y es que R. V., P. y un reo pandillero no reconocido, fallecieron por heridas producidas o iguales al arma de reglamento asignada a S. M.; pero nunca hubiera podido concluir, como lo hizo incorrectamente que S. M. privó de la vida a R. V., P. y un reo pandillero no reconocido. En relación a todo lo anterior es importante aquí citar lo que dice el Tribunal en la página 274 de la sentencia; al hacer relación a las ―Armas de fuego de la Policía Nacional Preventiva, expone lo siguiente: ―Arma de fuego: 1. Embalaje: Pistola cacha de caucho, color negro, marca CZ 75BD, calibre 9mm, 67 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 con registro de la Policía Nacional Preventiva 2060, serie 9910V, cargador y tres tiros color amarillo, que en el culote se lee 9mm lugar RP, asignada M. J. M. E., y embalada en el Ministerio Público.- El señor M. J. M. E. no es imputado en la presente causa criminal, sin embargo su arma de fuego es vinculada con los hechos al haber dado resultado positivo con el estudio balístico comparativo de casquillos encontrados en el escenario, mismo que la mayoría del Tribunal valora a excepción del Juez Guzmán. De este modo se comprueba que fueron varias las armas que se utilizaron en contra de los reos pandilleros, armas usadas por elementos de la Policía Nacional Preventivarias‖ Según el Tribunal, pues, el arma del señor M. E. fue disparada en el lugar en que ocurrieron los hechos, pero a pesar de ello no arriba a la conclusión de que fue el señor M. E. quien ahí disparó, como sí lo hace en el caso del señor S. M., en la forma a que hemos hecho referencia. Lo que concluye el Tribunal es, nada más, que fueron varias las armas que se usaron contra los pandilleros por elementos de la Policía Nacional Preventivarias ¿Por qué esa diferencia de criterio? Queda claro, pues, que al haber el Tribunal tenido por probado que S. J. S. M. fue quien disparó contra las tres personas mencionadas, por el solo hecho de que el arma que dice fue empleada estaba asignada a él, y sin base en ninguna otra prueba, ha irrespetado las reglas de la lógica y, también, las máximas de la experiencia, pues éstas nos dicen que no es cierto que siempre, en todo caso, el titular de un arma necesariamente tiene que ser el autor de un delito cometido con esa arma. En conclusión, no se han respetado en la valoración de la prueba, las reglas de la sana crítica, de la cual forman parte la lógica y las máximas de la experiencia. Así, en la forma que he explicado, se configura el presente motivo de casación. No pudo hacerse antes ninguna reclamación contra el vicio en que consiste el motivo, porque se produjo en el pronunciamiento de la sentencia que estoy impugnando. IX.- RECURSO DE CASACION POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL PROCESADO S. J. S. M. ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE EN LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA CONTENIDA EN LA SENTENCIA RECURRIDA NO SE OBSERVARON LAS REGLAS DE LA SANA CRÍTICA.PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTÍCULO 362 No. 3) PARRAFO IN FINE DEL CODIGO PROCESAL PENAL.- El artículo 362 No. 3) del Código Procesal Penal prevé que “el recurso por quebrantamiento de forma, podrá interponerse cuando la sentencia recurrida adolezca de los vicios siguientes….3) Que..en la valoración de la prueba no se observaron las reglas de la sana crítica..”. El proceso lógico seguido por el Juez en su razonamiento al efectuar la valoración de las pruebas está sujeto al control a través del examen casacional. El Tribunal de Casación, en consecuencia, realiza un examen sobre la aplicación del sistema probatorio establecido por el Código Procesal Penal, salvaguardando de ese modo la aplicación de las reglas de la sana crítica en la fundamentación, específicamente en la valoración probatoria. Ello comporta que siendo libre (y por lo tanto no sujeto a la prueba tasada) el Tribunal sentenciador en la apreciación de las pruebas que generan su convicción, porque por mor del principio de inmediación sólo él las ha tenido ante sí, su juicio de valoración debe ser razonable, es decir, someterse a las reglas que gobiernan el correcto entendimiento humano, que den base para determinar cuales juicios son verdaderos y cuáles falsos. De este modo la motivación lógica debe responder a las siguientes características: a) Coherencia, y por ende, congruente, no contradictoria e inequívoca, b) Fundada en razón suficiente, y por lo tanto en observancia del principio de derivación, con arreglo al cual el iter lógico seguido en la 68 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 valoración de las pruebas debe sustentarse en inferencias razonables y de la sucesión de conclusiones que por ellas se vayan formando, c) El razonamiento debe observar las normas de la psicología y las máximas de la experiencia. En este último caso por ejemplo, el Juzgador vulneraría las reglas de la experiencia común cuando se basa en razonamientos que revelen ignorancia pura y simple acerca de una actividad humana o de un fenómeno natural. En este sentido, el universo de las posibles hipótesis en que se dé un quebranto de este tipo es infinito, a los ejemplos ya clásicos que proporciona la doctrina tradicional, como el cuchillo que no puede atravesar una pared de concreto o bien el líquido que necesariamente fluye, etc.., la vida y la realidad cotidianas agregan innumerables posibilidades. En el caso bajo examen, el recurrente ataca la sentencia impugnada, expresando que el Tribunal Sentenciador ha vulnerado las reglas de la sana crítica, concretamente las máximas de la experiencia, puesto que si bien es cierto no resulta discutible que con el arma de fuego asignada al imputado S. S. M. se hicieron disparos cuyas ojivas fueron encontradas en los cadáveres de varios reos, ello no conduce inevitablemente a concluir que el procesado en mención es el autor de la muerte de tales personas, pues cabe la posibilidad de que otro individuo, usando dicha arma sea el responsable de tales acciones. Argumenta el Censor que el Tribunal efectúa un razonamiento erróneo pues al adoptar el mismo se llevaría a concluir que el propietario o poseedor de un arma, en todo caso, es decir, en cualquier circunstancia de lugar y de tiempo, necesariamente tiene que haber sido el autor de la muerte de una persona causada con la misma. Por otro lado, el recurrente afirma que con las pruebas balísticas realizadas por los peritos se constató que uno de los policías que estuvieron presentes en el lugar de los hechos, concretamente el señor M. J. M. C. percutió su arma de fuego, y no por ello se le condenó por la comisión de algún delito, es más, se dio la circunstancia de que ni siquiera resultara acusado en las presentes diligencias. Concluye el casacionista que en contra del procesado S. S. M., únicamente existe un indicio como son las pruebas periciales que conducen a que con el arma que le fuera asignada se causó la muerte de otras personas, pero fuera del mismo no se produjeron otros elementos circunstanciales ni prueba directa, como testigos que hayan presenciado la acción efectuada por aquel al darle muerte a varias individuos, de ahí que no pueda atribuírsele los resultados lesivos por los cuales ha sido condenado. Esta Sala de lo Penal ha constatado que el Tribunal de Instancia razona en la sentencia que no da crédito a la versión exculpatoria del procesado S. M. cuando sugiere que su compañero de habitación, el testigo E. T. V. tomó por equivocación su pistola cuando salió en dirección a la Granja Penal del Porvenir, y que sería éste último y no el acusado quien habría accionado el arma de fuego con la que se causó la muerte de varias personas. El Tribunal de mérito esgrime dos razones: a) Teniendo en cuenta que el testigo T. V. salió de la Jefatura de Policía en horas de la mañana, anterior a las 9:00 A.M., en que se iniciaron los hechos objeto de juzgamiento, no tenía premura para vestir su uniforme y tomar sus instrumentos de trabajo, por lo que no resulta verosímil que se haya equivocado al tomar el arma asignada a su compañero, b) De acuerdo a lo sostenido por la Defensa del imputado S. M., este retornó al destacamento policial a eso de las cuatro de la madrugada, por lo que a dicha hora no tenía como prioridad colocar el arma que tenía asignada en su cinturón, de tal manera que no resulta creíble que horas después el testigo E. T. V. incurriese en error tomando y llevando consigo 69 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 la pistola de su compañero (vid. Folio No. 5188). Como ya lo dijimos anteriormente, en virtud del principio de inmediación las pruebas han sido evacuadas en presencia del Tribunal de Instancia, de ahí que a esta Sala únicamente le compete verificar que el razonamiento externado por aquel no resulte ilógico o arbitrario. En el caso que nos ocupa, esta Sala es del criterio que la valoración de la prueba efectuada por el Tribunal de Sentencia de la ciudad de La Ceiba se ha efectuado sin vulneración de las reglas de la lógica ni de las máximas de la experiencia. Es cierto como lo expresa el recurrente que no siempre el propietario o poseedor de un arma, en cualquier caso y circunstancia, es responsable de las muertes que se causen con ella, sin embargo, en el proceso que ahora nos ocupa, de las pruebas evacuadas resulta probado que el encausado S. M. estuvo presente en el lugar donde ocurrieron los hechos, y que si bien es cierto que la Defensa ha pretendido probar mediante declaraciones testificales que su arribo a la Granja Penal del Porvenir se produce cuando ya los delitos objeto de juzgamiento estaban consumados, no es menos cierto que de la prueba científica aportada al proceso se deriva que con el arma de fuego que le fuera asignada en su condición de miembro de la Policía se hicieron los disparos con los que se causó la muerte de varias personas, por lo cual es razonable concluir que tales testimonios no resultan creíbles . Por otro lado, el Tribunal hace hincapié en las circunstancias de tiempo y lugar en que coinciden el imputado y el testigo y en virtud de las cuales no resulta verosímil el equívoco que se pretende imputar a este último. El A Quo refiere que la versión exculpatoria del procesado solamente es expuesta tras la declaración del testigo E. T. V. sin tener respaldo probatorio alguno, salvo en las propias palabras del acusado vertidas en la etapa de conclusiones. Es de amplio conocimiento el celo y escrupuloso cuidado que los agentes policiales ejercen sobre las armas que les son asignadas, de ahí que esta Sala estima que los razonamientos expuestos por el Tribunal Sentenciador no se presentan arbitrarios ni tampoco ilógicos, por lo que el motivo de casación por quebrantamiento de forma, argumentando que en el proceso de valoración de la prueba se vulneraron las reglas de la sana crítica, debe ser desestimado. X.- MOTIVO TERCERO: Inobservancia de las reglas establecidas en el Código Procesal Penal para la realización del juicio oral y público, con inaplicación del artículo 346, preámbulo y numeral 4, del ordenamiento jurídico antes citado. PRECEPTO AUTORIZANTE: Artículo 362, preámbulo y numeral cinco del Código Procesal Penal, según el texto que trascribo a continuación: ―El recurso de casación por quebrantamiento de forma, podrá interponerse cuando la sentencia recurrida adolezca de alguno de los vicios siguientes: … 5 Inobservancia de las reglas establecidas en el presente Código para la realización del juicio oral y público‖ EXPLICACION DEL MOTIVO El artículo 346 del Código Procesal Penal en su preámbulo y numeral 4, dispone: ―Registro de lo ocurrido durante el juicio y contenido del acto. El Secretario dejará constancia en acta de todo lo ocurrido durante el juicio oral y público, la cual contendrá: … 4. Un resumen del desarrollo del debate, con mención del nombre y apellidos de los testigos, peritos e intérpretes, indicación de lo manifestado por cada uno de ellos y señalamiento de los medios de prueba ejecutados durante la audiencia, incluidos los documentos que hubiesen sido incorporados al debate, por lectura …‖ Pues bien, en el acta del juicio oral y público celebrado en el presente proceso, nos encontramos con un gran número de dictámenes de peritos y declaraciones de testigos, a los que solamente se hace referencia 70 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 sin dejar la más mínima constancia de su contenido, en abierta violación de lo dispuesto en el precepto que arriba se ha trascrito. Paso a hacer una relación de esos dictámenes y declaraciones: 1. Dictamen 3258-2003 (página 169). 2. Dictamen 990-2316-2003 (página 188). 3. Dictamen 988-2387-2003 (página 189). 4. Dictamen 0987-2313-2003 (página 189). 5. Dictamen 10272386-2003 (página 199). 6. Dictamen 1029-2388-2003 (página 202). 7.Dictamen de autopsia A-647-03 (página 2058. 7. Dictamen de autopsia A-653-03 (página 206). 8. Dictamen de autopsia A-653-03 (página 206). 9. Dictamen de autopsia A-655-03 (página 207). 10. Dictamen de autopsia A-674-03 (página 208). 11. Dictamen de autopsia A-640-03 (página 223). 12. Dictamen de autopsia A-644-03 (página 224). 13. Dictamen de autopsia A-688-03 (página 243).14. Dictamen de autopsia A-691-03 (página 244). 15. Dictamen de autopsia A-683-03 (página 246). 16. Dictamen de autopsia A-692-03 (página 247). 17. Declaración de J. E.C.(página 260). 18. Dictamen de autopsia A-707-03 (página 269). 19. Declaración de testigo protegido 1 (página 308). 20. Dictamen de autopsia A-67303 (página 309). 21. Dictamen de autopsia A-674-03 (página 309). 22. Dictamen de autopsia A-651-03 (página 309). En todos esos dictámenes y declaraciones a continuación de la referencia que los identifica, aparecen las preguntas que hace el Fiscal, sin que, como antes se expresa, se haya dejado la más mínima ―indicación de lo manifestado por cada uno de ellos‖ (peritos o declarantes), como lo exige el numeral 4) del artículo 346 del Código Procesal Penal. Con esa actuación omisa, se han inobservado reglas de las establecidas en el Libro Segundo, Titulo IV, del Código Procesal Penal, que contiene toda la normativa que regula el juicio oral y público. En eso consiste, precisamente, el motivo de casación en la forma que estoy terminando de explicar. No pudo hacerse antes ninguna reclamación contra el vicio en que consiste el motivo, porque se produjo en el pronunciamiento de la sentencia que estoy impugnando. X.- RECURSO DE CASACION POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO S. J. S. M. BASADO EN LA INOBSERVANCIA DE LAS REGLAS ESTABLECIDAS EN EL CÓDIGO PROCESAL PENAL PARA LA REALIZACIÓN DEL JUICIO ORAL Y PÚBLICO. PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTICULO 362 No. 5) DEL CODIGO PROCESAL PENAL.- El recurrente arguye que en el proceso seguido contra el imputado S. S. M. se violentaron las reglas que establece el Código Procesal Penal para la realización del juicio oral y público, ya que en el acta respectiva se hace referencia a una gran cantidad de declaraciones testificales y dictámenes periciales, pero sin dejar la más mínima constancia de su contenido, vulnerando de ese modo, lo dispuesto en el artículo 346 No. 4) del mismo texto normativo donde se establece que el Secretario hará un resumen del desarrollo del debate, con indicación de lo manifestado por los peritos y testigos. Esta Sala de lo Penal considera importante recordar que en este motivo deben considerarse las reglas esenciales para el desarrollo de la parte más importante del proceso como lo es el juicio oral y público, de tal manera que estas reglas deben referirse a los principios sobre los cuales descansa esta etapa del procedimiento: oralidad, publicidad, inmediación, contradicción y concentración. De ello se desprende que el vicio no estará constituido por una simple infracción a una norma procesal relativa a la forma en que se debe desarrollar un acto particular de la fase del juicio, sino que se refiere a la vulneración de una norma de tal incidencia, que su violación afecte sustancialmente al proceso. Las normas que informan la manera de desarrollar el juicio oral están comprendidas del artículo 304 al 346 del Código Procesal Penal. El vicio será de 71 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 estimar cuando se trate de una violación de esas normas, pero esencialmente de aquellas fundamentales, es decir las que desarrollan los principios antes apuntados, como por ejemplo, no permitir a una de las partes el ejercicio de su derecho a interrogar los testigos de su contendor, lo cual vulneraría lo dispuesto en el artículo 330 del Código Procesal Penal, y con ello se afectarían los principios de contradicción y defensa. Volviendo a la cuestión toral que ahora nos ocupa, es oportuno señalar que al tenor de lo previsto por el artículo 346 No. 4) del Código Procesal Penal, el acta deberá contener un resumen de lo manifestado por peritos y testigos. Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, la voz “resumen” alude a la acción y efecto de resumir, en tanto que este último verbo comporta: reducir a términos breves y precisos, o considerar tan solo y repetir abreviadamente, lo esencial de un asunto o materia23. Y es que al tomar en cuenta que la dinámica del debate se orienta por los principios de oralidad y contradicción, la ley no exige para su validez que el acta suscrita por el Secretario del Tribunal se constituya en una reproducción literal y exacta de cuantas incidencias, actuaciones y medios probatorios tengan lugar en su desarrollo, sino como antes queda apuntado una síntesis de unos y de otros. En el caso bajo examen, esta Sala no logra determinar al tenor de lo expuesto por el recurrente, (pues este no lo explica de una forma clara y precisa), de que manera en una relación de causa-efecto, las supuestas omisiones en las que habría incurrido el Secretario del Despacho al no dejar constancia del contenido de varios dictámenes y declaraciones testificales evacuados en el debate, han incidido de manera sustancial y negativa en su derecho de defensa o en alguno de los principios informadores del debido proceso. Por tal razón, el presente motivo debe ser desestimado. XI.- MOTIVO CUARTO: Falta de congruencia de la sentencia con la acusación, con infracción por falta de aplicación del artículo 337, párrafo primero, del Código Procesal Penal, en la parte que a la letras dice: ―La sentencia no podrá dar por acreditados otros hechos u otras circunstancias, que no sean las descritas en la formalización de la acusación, en la contestación de cargos y en el auto de apertura a juicio‖. PRECEPTO AUTORIZANTE: Artículo 362, preámbulo y numeral sexto, del Código Procesal Penal, según el texto que se trascribe a renglón seguido: ―El recurso de casación por quebrantamiento de forma, podrá interponerse cuando la sentencia recurrida adolezca de alguno de los vicios siguientes: … 6. La incongruencia entre la sentencia y las pretensiones de las partes, según el artículo 337‖. EXPLICACION DEL MOTIVO En el ordinal trigésimo quinto del apartado correspondiente, en la sentencia, a la declaración de hechos probados, el Tribunal declara como tal, refiriéndose al señor S. J. S. M., que éste, ―observando las agresiones de los reos rondines, Policía Nacional Preventiva, Policías Cobras, Policías Penitenciarios y miembros del ejército, sin realizar acción alguna en auxilio de los reos pandilleros‖. Pero resulta que lo así declarado probado en el fallo recurrido, no aparece en manera alguna, ni en la formalización de la acusación, ni en la contestación de cargos, ni en el auto de apertura a juicio. Ello denota, de manera clara, que no existe la congruencia que exige el artículo 337 del Código Procesal Penal. Y cuya falta es constitutiva de motivo de casación en la forma. Pero, además, hay algo realmente grave (sin que esto implique que no lo son los que 23 Vid. Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, Tomo II, 21ª edición, Madrid, 1992, pág. 1786. 72 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 se exponen en el párrafo anterior) que ponemos de relieve en forma especial, como aspecto importante de los que configuran la incongruencia que se alega, y es que en el auto de apertura a juicio, no se mandó que éste se siguiera contra el señor S. J. S. M... Véase que en la parte dispositiva de ese proveído no se menciona de ninguna manera su nombre. Creemos que al no haberse ordenado en la resolución donde cabía, que S. M. fuera juzgado en el juicio oral y público, falta a éste, en cuanto a esa persona, un presupuesto procesal sin el cual no podía habérsele incluido, mucho menos condenado, en la sentencia de que se está recurriendo. La incongruencia es más que evidente: en el auto de apertura a juicio no se manda juzgar a S. M. y en el juicio oral y público no sólo se le juzga, sino que además se le condena.- Falta, pues, la congruencia que exige el artículo 337 del Código Procesal Penal. No pudo hacerse antes ninguna reclamación contra el vicio en que consiste el motivo, porque se produjo en el pronunciamiento de la sentencia que estoy impugnando. XI.- RECURSO DE CASACION POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL ENCARTADO S. J. S. M. ARGUYENDO LA FALTA DE CONGRUENCIA DE LA SENTENCIA CON LA ACUSACIÓN, CON INFRACCIÓN POR FALTA DE APLICACIÓN, DEL ARTÍCULO 337, PÁRRAFO PRIMERO, DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL. El recurrente sostiene que no existe congruencia entre la acusación y la sentencia proferida por el Tribunal de Instancia, ya que en el relato de hechos probados del fallo cuestionado se atribuye al procesado S. S. M. que habiendo observando las agresiones de los reos rondines, Policía Nacional Preventiva, Policías Cobras, Policías Penitenciarios y miembros del ejército, en perjuicio de los reos pandilleros no realizó acción alguna en auxilio de estos últimos, imputación que no resultó formulada en la formalización de la acusación, ni en la contestación de cargos, como tampoco en el auto de apertura a juicio, de ahí que con ello se ha vulnerado la debida correlación que debe existir entre acusación y sentencia, de tal manera QUE indebidamente se le incluyó como encausado para ser juzgado en el juicio oral y público, y a la postre de igual manera se le condenó. Esta Sala de lo Penal, conforme a la doctrina mayoritariamente aceptada, aprecia que los aspectos relevantes del “principio acusatorio” son: 1) No puede existir proceso sin acusación previa formulada por persona distinta del acusador; y, 2) No cabe condena por hechos distintos, ni persona distinta a los señalados por la acusación24”. El Art. 337 del Código Procesal Penal, sobre la congruencia entre la sentencia y la acusación, en su parte conducente dispone que: “La sentencia no podrá dar por acreditados otros hechos u otras circunstancias, que no sean las descritas en la formulación de acusación, en la contestación de cargos y en el auto de apertura a juicio, o en su caso, en la ampliación de la acusación y en la contestación de esta, ni calificar los hechos, en perjuicio del acusado en forma distinta de la que resulte de las actuaciones antes indicadas….” El principio acusatorio admite y presupone el derecho de defensa del imputado y, consecuentemente, la posibilidad de contestación y rechazo de la acusación. Provoca en el proceso penal la aplicación de la contradicción, o sea, el enfrentamiento dialéctico entre las partes, y hace posible conocer los argumentos de la otra parte, manifestar ante el Juez los propios, indicar los elementos fácticos y jurídicos que constituyen su base, y ejercitar una actividad plena en el 24 Vid. Vid. CUELLAR CRUZ, RIGOBERTO, “La Reforma Procesal Penal y el Ministerio Público en Honduras. Justificación y Perspectiva‖, págs. 297 y 298. 73 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 proceso, de este modo, es que nadie puede ser condenado si no se ha formulado contra él, una acusación de la que haya tenido oportunidad de defenderse de manera contradictoria, estando por ello, obligado el Juez o Tribunal a pronunciarse dentro de los términos del debate, tal y como han sido formulados por la acusación y la defensa, lo cual significa en última instancia que ha de existir siempre correlación entre la acusación y el fallo de la sentencia. De lo que se desprende que el debate en el proceso penal vincula al Juzgador, impidiéndole excederse de los términos en que viene formulada la acusación o apreciar hechos o circunstancias que no han sido objeto de consideración en la misma, ni sobre las cuales, por lo tanto el acusado no ha tenido ocasión de defenderse. El sistema acusatorio que informa el proceso penal hondureño particularmente exige que exista la debida correlación entre la acusación y la sentencia, de forma tal que la defensa del imputado tenga oportunidad de alegar, proponer pruebas y participar en su práctica y en el debate, habiendo conocido con antelación suficiente aquello de que se le acusa y sin que la sentencia de modo sorpresivo pueda condenar por algo de lo que antes no se acusó y respecto de lo cual consiguientemente no pudo articularse la estrategia exigida por la ley en garantía de la posición procesal del imputado. La acusación ha de ser precisa y clara respecto del hecho y del delito por el que se formula y la sentencia ha de ser congruente con tal acusación sin introducir ningún elemento nuevo del que no hubiera existido antes posibilidad de defenderse. No obstante lo anterior, el Juez puede modificar la calificación de los hechos enjuiciados, siempre que no sea en perjuicio del reo, y que exista identidad fáctica y homogeneidad en dicha calificación. Son delitos o faltas generalmente homogéneos los que constituyen modalidades distintas pero cercanas dentro de la tipicidad penal, de tal suerte que, estando contenidos todos los elementos del segundo tipo en el tipo delictivo contenido en la acusación, no haya en la condena ningún elemento nuevo del que el acusado no haya podido defenderse. Un examen detenido de los antecedentes, revela que en la formalización de la acusación que en su momento efectuara el Ministerio Público en el transcurso de la audiencia preliminar, se atribuye al encartado S. M., la participación en dieciséis delitos de asesinato en el grado de ejecución de tentativa (vid. Tomo XV, Folios NO. 3521 vuelto y 3522). Por otro lado en LA audiencia para incidentes, celebrada en fecha 26 de octubre de 2007, el Ministerio Público solicitó que se tuviera por subsanado el error material que se había cometido por el Juez Instructor, al no incluir en la parte resolutiva del auto de apertura a juicio la calidad de acusado del señor S. S. M., petición a la que accedió el Tribunal de Sentencia, arguyendo que al haberse decretado un sobreseimiento definitivo únicamente a favor del acusado O. REINIERY SANCHEZ, y no hacerlo a favor de los demás entre los que se incluía al procesado S. M. mencionado en el preámbulo y los antecedentes procesales del referido auto, era evidente la existencia de un error de carácter material que podía ser subsanado. También el A Quo arguyó en su momento que el Apoderado de dicho encausado se personó como tal en el juicio oral y público por lo que éste daba por sentado y por tanto se daba por enterado que su patrocinado pese a no hacerse referencia expresa de su nombre en la parte resolutiva del auto de apertura a juicio mantenía la calidad de imputado en el proceso y con ello debía responder a los hechos objeto de la hipótesis acusatoria formulada por el Ministerio Público. De la audiencia de incidentes también se desprende que el entonces defensor del encartado S. M., Abogado 74 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 C. J. V., si bien formuló algunos alegatos manifestando su inconformidad no interpuso recurso alguno por lo que consintió en el acto (vid. Tomo XVI, Folios No. 3610, 3715) , consecuentemente esta Sala no aprecia que se haya producido una efectiva indefensión alegada por el Censor que haya dado lugar a la falta de correlación entre acusación y sentencia y con ello a una violación del principio acusatorio, de ahí que debemos desestimar el presente motivo formulado por el casacionista. XII.- MOTIVO QUINTO: Contradicción entre las motivaciones fácticas y jurídicas. PRECEPTO AUTORIZANTE: Artículo 362, preámbulo y numeral tres, del Código Procesal Penal, según el texto que se trascribe a renglón seguido: ―El recurso de casación por quebrantamiento de forma, podrá interponerse cuando la sentencia recurrida adolezca de alguno de los vicios siguientes: … 3. Que carezca de motivaciones fácticas ó jurídicas, que dichas motivaciones sean contradictorias …‖ EXPLICACION DEL MOTIVO Fáctico es todo aquello relativo a los hechos, basado en hechos o limitado a ellos; de la anterior definición extraída del Diccionario de la Lengua Española nos es posible afirmar que las motivaciones fácticas a las que se refiere el Código Procesal Penal, no son otra cosa más que los hechos declarados como probados, lo que guarda relación con los requisitos de la sentencia penal según regla cuarta numeral uno del artículo 338 del Código Procesal Penal. En la sentencia por este medio recurrida la motivación fáctica o hechos probados se encuentran ubicados desde el ordinal PRIMERO de la página 71 al ordinal QUINCUAGESIMO TERCERO de la página 94. El artículo antes citado es el mismo que, en el numeral tres de la regla cuarta, nos permite identificar a la fundamentación jurídica como aquella parte en que se determina los preceptos aplicados en una sentencia, los fundamentos legales, las causas de exención, atenuación ó agravación de la responsabilidad penal, de las penas que se impongan, de los fundamentos de la responsabilidad civil, del pronunciamiento sobre costas y el destino de los objetos secuestrados. En la causa que nos ocupa la fundamentación jurídica se encuentra expuesta desde el ordinal PRIMERO de la página 462 al ordinal DÉCIMO QUINTO de la página 468. El Diccionario de la Lengua Española establece que contradecir o contradicción es decir uno lo contrario de lo que otro afirma o negar lo que se dé por cierto; sintetizando y con apego a los principios de la Lógica: es imposible que una cosa sea y no sea al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto. Aplicado lo anterior al caso que no ocupa, constituye la circunstancia de que no es posible en una sentencia penal que en las motivaciones fácticas se afirme una cosa y posteriormente la misma circunstancia sea negada en la fundamentación jurídica y viceversa; de ahí que se nos permita introducir como esencia del presente motivo de casación que no es posible que la determinación sobre la hora de llegada de S. M. a la Granja Penal de El Porvenir, sea determinable en una parte de la sentencia penal y no lo sea en otra. Para entrar en materia, en el ordinal ya citado, TRIGÉSIMO QUINTO, de las motivaciones fácticas o hechos probados, el Juzgador da por cierto y esto no es discutible que: ‖Para ese momento el inspector de policía S. J. S. M., se había ya personado al lugar…‖; si colocamos esta aseveración en el contexto del presente y anterior hecho probado, es posible afirmar que si C. E. H. A. llega Al Porvenir a las 10:30am y veinte minutos después, faltando para las once de la mañana llegan los representantes de los medios de comunicación y después se afirma que para ese momento el inspector de policía S. J. S. M., se había ya personado al lugar, se deduce entonces que el Tribunal Sentenciador está indicando que S. M., ya se 75 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 encontraba en la Granja del Porvenir minutos antes de las once de la mañana. Ahora bien, en el ordinal DÉCIMO SEGUNDO, página 467 párrafo segundo, relativo a la Fundamentación Jurídica, y en relación a S. M. dice el Tribunal Sentenciador: ―Para el Tribunal, partiendo de la prueba evacuada, no es posible determinar el momento exacto de ingreso del acusado …;. ¿Acaso lo anterior no significa que el Tribunal de Sentencia de la Ceiba, en una parte de la sentencia, esta infiriendo la hora de llegada de S. M. a la Granja Penal de El Provenir y, por otra parte, está indicando que no puede determinar el momento de ingreso del encausado a la Granja Penal de El Provenir?.- ¿Acaso lo anterior no constituye una afirmación y una negación sobre la determinación de la hora de llegada de S. M. al sitio en cuestión?; ¿Acaso es posible que por un lado en la motivación fáctica el Tribunal afirme un extremo y por otro lado en la fundamentación jurídica niegue ese mismo extremo?; ¿Acaso lo anterior y, permítasenos afirmarlo, no constituye una contradicción entre las motivaciones fácticas y jurídicas?, máxime cuando esta circunstancia, la sostenida en la motivación fáctica, en particular, ha sido utilizada por el Tribunal para desechar el fundamento de la defensa de S. M., que como ya lo hemos dejado dicho, se apoya en que su hora de ingreso a la Granja Penal, sucedió entre 12:00m. y 12:30 a.m. del día de los hechos, ya cuando éstos habían acaecido.- En eso consiste, precisamente, el motivo de casación en la forma que estoy terminando de explicar. No pudo hacerse antes ninguna reclamación contra el vicio en que consiste el motivo, porque se produjo en el pronunciamiento de la sentencia que estoy impugnando. XII.RECURSO DE CASACION POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO S. J. S. M. ARGUMENTANDO QUE EXISTE CONTRADICCIÓN ENTRE LAS MOTIVACIONES FÁCTICAS Y JURÍDICAS DE LA SENTENCIA IMPUGNADA. PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTÍCULO 362 No. 3) DEL CODIGO PROCESAL PENAL.- Según expone el recurrente, existe una evidente contradicción entre la fundamentación fáctica de la sentencia y la fundamentación jurídica, ya que en la declaración de hechos probados formulada por el Tribunal se establece que pasado unos veinte minutos desde las diez y media de la mañana, hora en que ingresó al Centro Penal del Porvenir el coimputado C. E. H. A., empezaron a entrar en dicho establecimiento penitenciario los representantes de varios medios de comunicación, y que para ese momento, el procesado S. S. M. ya se encontraba en el lugar antes referido, lo que resulta contradictorio con la afirmación contenida en la fundamentación jurídica del fallo cuando el Juzgador expresa que de la prueba evacuada en juicio no ha sido posible determinar el momento exacto en que ingresó el procesado S. M. al centro carcelario supracitado, de ahí que a criterio del Censor habría una inconsistencia entre la motivación fáctica y jurídica que debe traer como consecuencia la nulidad de la sentencia impugnada. Esta Sala considera pertinente recordar que la motivación lógica debe orientar tanto la fundamentación fáctica como la también la jurídica, de este modo la motivación estará constituida por un conjunto de razonamientos armónicos entre sí para lo cual deberá reunir las siguientes cualidades: a) Congruente: las afirmaciones, deducciones y conclusiones deben guardar relación y concordancia entre ellas, b) No contradictoria: que no se empleen en la motivación juicios opuestos que entre sí se anulen, c) inequívoca: los elementos del raciocinio no deben dejar dudas sobre su alcance y significado y sobre las que conclusiones a las que se arriba. En este sentido se extiende sobre la contradicción en la motivación, puesto que ello resta seguridad a la decisión adoptada por el Juzgador, al fundamentarse 76 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 en argumentos o juicios excluyentes, dando lugar a dudas sobre lo acertado de su resolución. Un examen detenido de los antecedentes revela que en los hechos declarados probados trigésimo cuarto y trigésimo quinto se expresa que el procesado C. E. H. A. ingresó al Centro Penal del Porvenir alrededor de las diez con treinta minutos de la mañana, y que pasado un mínimo de veinte minutos y antes de las once del mañana llegaron al lugar varios representantes de medios de comunicación, añadiendo que para ese momento el coimputado S. S. M. ya se encontraba en el centro carcelario (vid. Folios No. 5073 vuelto y 5074). Por su parte en la fundamentación relativa a la responsabilidad de cada uno de los acusados, el Tribunal de Sentencia expresa que “el Tribunal desconoce la hora en que el acusado (S. M.) se personó en el Centro Penal la mañana del cinco de abril del año dos mil tres, más está probado que fue antes de las 11:00, dado que a esa hora el señor C. E. H. A. dio la orden de que C.an los disparos, por lo que el uso del arma de reglamento para dar muerte a cuatro reos pandilleros debió haber sido antes de esa hora…” (vid. Folio No. 5238 vuelto). A criterio de esta Sala no existe la contradicción acusada por el recurrente, ya que ni en la fundamentación fáctica como tampoco en la jurídica se expresa que se ha determinado con certeza el momento preciso en que arribara al lugar de los hechos el encausado S. M. En el relato de hechos probados se dice que al momento en que varios representantes de medios de comunicación ingresan al recinto carcelario, es decir pasado un mínimo de unos veinte minutos después de las diez y media de la mañana, ya se encontraba en el escenario de los acontecimientos el encausado S. M., lo que no resulta contradictorio con la afirmación que se hace posteriormente y dentro de la misma sentencia cuando se expresa que no se sabe la hora exacta en que arribara ese mismo imputado, más si de que lo hizo antes de que se llevara a cabo el ingreso de los representantes de los medios de prensa, esto es, antes de las once de la mañana. Por las razones anteriormente expuestas, se desestima el motivo de casación fundado en la contradicción de las motivaciones fácticas y jurídicas de la sentencia impugnada. XIII.- El Recurrente, Abogado J. C. R. M., en su condición de Apoderado Defensor del imputado S. J. S. M. desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley en dos motivos. Para efectos de seguir un orden sistemático adecuado en su análisis y resolución, esta SALA considera pertinente apartarse del orden seguido por el Censor, de tal manera que inicialmente se pronunciará sobre el segundo motivo, ya que la condena por la comisión por omisión de varios delitos de ASESINATO, que alcanzaron el grado de ejecución de TENTATIVA, se ha fijado en concurso ideal argumentando el incumplimiento de obligaciones legales a cargo de dicho encartado y que a criterio del Juzgador dieron lugar al delito de VIOLACIÓN DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS. XIV.- Infracción por aplicación indebida del artículo 117, preámbulo y circunstancia primera, en relación con los artículos 15 y 27, numeral dos en sus dos párrafos, todos del Código Penal, que dicen respectivamente: ―Es reo de asesinato, quien dé muerte a una persona ejecutándola con la concurrencia de cualquiera de las circunstancias siguientes:1) Alevosía‖; ‖Hay tentativa cuando, con la intención de cometer un delito determinado, se realizan actos inequívocos de ejecución y no se consuma por causas ajenas a la voluntad del agente‖; ‖Son circunstancias agravantes: 1)…, 2) Ejecutar el delito con alevosía.Hay alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida y la integridad corporal, empleando medios, modos o formas en la ejecución que tiendan 77 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 directa y especialmente a asegurarlas, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido‖. PRECEPTO AUTORIZANTE: Este motivo se encuentra comprendido en el artículo 360 del Código Procesal Penal, ya citado. EXPLICACIÓN DEL MOTIVO: En el ordinal décimo sexto de la parte dispositiva se condena a S. J. S. M., además de lo señalado, por ―diecinueve delitos de omisión impropia de asesinato por alevosía en su grado de ejecución de tentativa‖. Para principiar, hasta dónde conocemos, en nuestro Derecho Positivo no existe la figura de la omisión impropia. Pero lo más importante es que en la parte de la declaración de hechos probados relativa al señor S. M., precisamente en el ordinal trigésimo quinto del apartado correspondiente (página 82 de la sentencia), no se declara probado ningún hecho que pueda subsumirse en la figura del ―asesinato por alevosía en su grado de ejecución de tentativa‖. Baste señalar que ni siquiera en la parte donde se condena, se menciona los nombres de las personas que fueron sujetos pasivos en los diecinueve delitos de que se habla en el ordinal décimo sexto de la parte resolutiva, mucho menos en la declaración de hechos probados. Tampoco fueron declarados probados actos inequívocos de ejecución con la intención de cometer el delito indicado en perjuicio de diecinueve personas, ni cuáles fueron las causas ajenas a la voluntad del agente que impidieron la consumación del ilícito. O sea, pues, que nada se declaró probado con relación a una supuesta tentativa Tenemos, pues, que dados los hechos declarados probados en la sentencia, con relación al señor S. M., resulta evidente que se ha infringido, por aplicación indebida, en cuanto a esos ―diecinueve delitos por omisión impropia de asesinato por alevosía en su grado de ejecución de tentativa‖, el artículo 117, preámbulo y circunstancia primera, en relación con los artículos 15 y 27, numeral dos en sus dos párrafos, todos del Código Penal. En esos preceptos, por su orden, se tipifica el delito de asesinato, se dispone lo relativo a la tentativa y se define la alevosía. El motivo de casación en el fondo que he formalizado, aparece con una claridad meridiana.‖ XIV.- RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL ENCAUSADO S. J. S. M., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS DECLARADOS PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE ESTE SEA RESPONSABLE EN COMISION POR OMISION DE DIECINUEVE DELITOS DE TENTATIVA DE ASESINATO ALEVOSO, DE TAL MANERA QUE EL TRIBUNAL SENTENCIADOR HA INCURRIDO EN UNA APLICACIÓN INDEBIDA DEL ARTÍCULO 117, PREÁMBULO Y CIRCUNSTANCIA PRIMERA, EN RELACIÓN CON LOS ARTÍCULOS 15 Y 27 No 2) DEL CÓDIGO PENAL. Argumenta el recurrente que en el ordinal dieciséis (16) de la parte dispositiva de la sentencia impugnada, se condena a S. J. S. M., por diecinueve delitos en omisión impropia de tentativa de asesinato mediante alevosía. Argumenta que en nuestro Derecho Positivo no existe la figura de la OMISIÓN IMPROPIA. Pero centra su reproche que en la declaración de hechos probados relativa al señor S. M. -ordinal 35, Folio No. 5073 vuelto- no se declara probado ningún hecho que pueda subsumirse en la figura del “asesinato por alevosía en su grado de ejecución de tentativa”. Reprocha que en los hechos probados, ni en la parte resolutiva de la sentencia se mencionan los nombres de los sujetos pasivos de los diecinueve delitos mencionados en el ordinal dieciséis (16) de la parte resolutoria Considera que tampoco fueron declarados probados actos inequívocos de ejecución con la intención de cometer el delito de asesinato en perjuicio de diecinueve personas, ni cuáles fueron las causas ajenas a la voluntad del agente que impidieron la consumación del ilícito. Concluye que nada se declaró probado con relación a la 78 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 tentativa, y esgrime que dados los hechos declarados probados con relación al señor S. M., resulta evidente que se ha infringido, por aplicación indebida, en cuanto a los “diecinueve delitos por omisión impropia de asesinato por alevosía en su grado de ejecución de tentativa”, el artículo 117 preámbulo y circunstancia primera, en relación con los artículos 15 y 27, numeral dos en sus dos párrafos, todos del Código Penal. Esta Sala de lo Penal considera importante recordar, que tratándose del motivo invocado por el recurrente, sólo le corresponde actuar como contralor de la aplicación de la ley sustantiva por el Tribunal de Sentencia. En este sentido, el recurso de casación por infracción de ley debe estructurarse o partir su alegación, de los hechos probados que contenga la resolución cuestionada, puesto que el vicio en esencia consiste en que la decisión adoptada por el juzgador en la parte resolutiva de la sentencia, es incompatible, irreconciliable o ajena a la verdad enunciada por la narración fáctica (hechos probados), de tal suerte que resultan inobservadas las normas que sí corresponde aplicar, se invocan normas que no deben aplicarse, o se invocan las normas que deban aplicarse al caso concreto pero el Juzgador hace una incorrecta interpretación de las mismas. Precisados los límites en los que puede desenvolverse la función revisora de esta Sala cuando del recurso de casación por infracción de ley se refiere, ahora es pertinente que indiquemos cuales son los elementos típicos de los delitos de asesinato en el grado de ejecución de tentativa mediante alevosía proditoria, que en comisión por omisión se atribuye al imputado S. S. M.- La alevosía supone el empleo de procedimientos que facilitan el hecho. La define el artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida y la integridad personal, empleando medios, modos o formas en la ejecución que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido.”. En este sentido, la alevosía exige que los procedimientos empleados tiendan, directa y especialmente a asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una posible defensa del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los que se producen por la espalda25, o estando la víctima en la cama o de rodillas. Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en la alevosía es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del hecho y la ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer el ofendido. La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la ejecución del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún tipo de premeditación o preparación, de tal manera que puede surgir en el mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que su enemigo le da la espalda para dispararle). En algunas corrientes doctrinales se distinguen tres supuestos de asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera, si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial situación de desA. de la víctima que impide cualquier manifestación de defensa26. En cuanto a la tentativa, el artículo 25 Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid. MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición, Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54 26 Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html 79 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 15 del código penal establece: “hay tentativa cuando, con la intención de cometer un delito determinado se realizan actos inequívocos de ejecución y no se consuma por causas ajenas a la voluntad del agente”. El tipo de la tentativa requiere de los siguientes elementos: a) en la parte objetiva, una ejecución parcial o total de los actos ejecutivos no seguida de consumación, b) en la parte subjetiva, la voluntad de consumación, c) la ausencia de desistimiento voluntario. El comienzo de la ejecución necesario para la tentativa requiere que se traspase la frontera que separa los actos preparatorios (sí los hay) de los actos ejecutivos. Subjetivamente la tentativa requiere que el sujeto quiera los actos que objetivamente realiza con ánimo de consumar el hecho o, al menos aceptando (con seguridad o con probabilidad) que pueden dar lugar a la consumación. Por último se requiere la concurrencia de un elemento negativo, y que consiste en que el hecho no se consume por causas ajenas a la voluntad del agente. Recapitulando podemos afirmar que la tentativa se presenta cuando se ejecutan actos considerados indispensables para llevar a cabo el comportamiento tipificado en la ley penal y que en el caso concreto, lo eran efectivamente conforme al fin propuesto, pero factores extraños o ajenos a la voluntad del autor impiden que éste logre la producción del resultado perseguido. Así las cosas podemos afirmar que habrá una tentativa de asesinato alevoso, cuando el agente realiza actos inequívocos de ejecución dirigidos a causar la muerte de una persona, empleando medios, modos o formas que tiendan directa y especialmente a asegurar dicho resultado, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido. En el caso de autos se atribuye al imputado S. J. S. M., la autoría en omisión impropia de diecinueve delitos de asesinato en el grado de ejecución de tentativa. Vuelve a ser oportuna la referencia a la figura de la comisión por omisión cuyos elementos hemos explicado con más detalle en el acápite IV de esta sentencia. El tipo de comisión por omisión muestra en su parte objetiva la misma estructura que el de la omisión pura: a) situación típica; b) ausencia de la acción determinada; c) capacidad de realizarla27, pero completada con la presencia de tres elementos particulares necesarios para la imputación objetiva del hecho: la Posición de garante, la producción de un resultado y la posibilidad de evitarlo. Recapitulando podemos decir que a)la posición de garante integra necesariamente la situación típica de los delitos de comisión por omisión no expresamente tipificados; b)debe seguir en ellos la producción de un resultado; y, c) la capacidad de acción debe comprender la capacidad de evitar el resultado. Para la comisión por omisión vale igual el dolo, que para los delitos de omisión pura. La única particularidad es que, como es lógico, el dolo deberá abarcar no solo la ausencia de la acción debida, sino 27 Así por ejemplo, constituye un tipo de omisión pura, el previsto en el artículo 388 No. 4) del Código Penal que se describe de la siguiente manera: ―….quien sin concierto previo con los autores o cómplices de un delito, pero con motivos suficientes para suponer la comisión de éste:…4) Deja de comunicar a la autoridad las noticias que tuviere acerca de la comisión de un delito cuando está obligado a hacerlo por su profesión o empleo….En este supuesto la situación típica es la de quien se encuentra en la circunstancia de tener motivos suficientes para suponer la comisión de un delito con la obligación de denunciarlo. La ausencia de la acción esperada, radica en dejar de comunicar a la autoridad las noticias que tuviere acerca de la comisión de un delito, a lo que se añade la como un elemento del tipo objetivo, la capacidad de efectuar tal notificación, es decir, la posibilidad de realizar la acción esperada. 80 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 también la posibilidad y la necesidad de la evitación del resultado mediante aquella acción. Además habrá de extenderse a la situación que determina la presencia de la posición de garante28. Abundando en la configuración del dolo, podemos decir que este tiene un componente cognoscitivo, en tanto que se requiere en primer lugar, que el agente tenga conocimiento de la posición de garante, es decir, debe saber que en el caso concreto ostenta la posición de padre, hijo, médico, jefe de seguridad industrial, etc… En segundo lugar, el sujeto debe tener conocimiento de la situación típica y del curso causal (de la causalidad hipotética), además en tercer lugar, se requiere la posibilidad de representación de la conducta debida y la vía para evitarlo. Sobre el componente volitivo, es indispensable que el agente quiera (aunque sea eventualmente) la realización del tipo en su aspecto objetivo correspondiente, que tenga voluntad de realización de la conducta omisiva según la nota de la finalidad29. En este sentido esta Sala coincide con el Censor en cuanto a que no existe una disposición expresa en nuestra legislación penal sobre los delitos de omisión impropia o de comisión por omisión, sin embargo, ello no es obstáculo para considerar que cumplidos los requisitos anteriormente apuntados pueda apreciarse su existencia y por ende imponerse su castigo, valgan por vía de ilustración los ejemplos clásicos de la madre que deja de suministrar alimentos al hijo recién nacido con la finalidad de que muera, la enfermera que con el mismo objetivo deja de suministrar al paciente el medicamento indicado, o el sujeto que estando obligado en razón de su trabajo, de manera dolosa no abre la puerta de emergencia para evitar que escape de un incendio su compañero de trabajo quien a la postre muere, nadie dudará que estos casos una omisión imputable a la madre, enfermera y empleado de la fábrica, respectivamente, ha traído como resultado la muerte de una persona y que este resultado lesivo es atribuible al omitente para los efectos de la imposición de una pena. Habiendo indicado cuales son los elementos objetivos y subjetivos de la tentativa de asesinato y efectuado un recordatorio sobre la estructura de la figura de la comisión por omisión u omisión impropia, pasamos a constatar sí de los hechos declarados probados por el Tribunal de Sentencia puede o no desprenderse que al acusado S. S. le resultan imputables los diecinueve delitos de tentativa de asesinato que se le atribuyen, así tenemos que: A) De conformidad a lo descrito por el Tribunal de Sentencia en la fundamentación fáctica del fallo recurrido: “ Un mínimo de veinte (20) minutos habían transcurrido desde la llegada del Comisionado C. E. H. (que se sitúa a eso de las diez y media de la mañana30) y el Policía Cobra J. L. S. R., cuando faltando para las once (11) de la mañana, llegan al lugar representantes de los medios de comunicación: D. M. M., empiezan a transmitir por radio lo que se observaba, mientras que algunos reporteros gráficos tomaban fotografías del interior del recinto, subidos en las escaleras de incendios de los carros de los bomberos. Para ese momento el Inspector de Policía S. J. S. M., se había ya personado al lugar, observando las agresiones de los reos rondines, Policía Nacional Preventiva, Policías Cobras, Policías Penitenciarios y miembros del ejercito, sin realizar acción alguna 28 Vid. MIR PUIG, SANTIAGO, Derecho Penal, Parte General, 6ª edición, 2002, pág. 324. 29 Vid. VELASQUEZ, FERNANDO, VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte General, 4ª edición, COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, págs. 674-675. 30 Vid. Hecho Probado Trigésimo Cuarto, Folio No. 5073 vuelto. 81 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 en auxilio de los reos pandilleros31; B) De los hechos declarados probados antes trascritos se desprende que al ingreso del acusado S. S. en el Centro Penal del Porvenir, se presentaba una situación típica, es decir, una situación de amenaza o peligro para la integridad física y la vida de algunos reos pandilleros, cuando se expresa que el imputado observa “las agresiones de los reos rondines, Policía Nacional Preventiva, Policías Cobras, Policías Penitenciarios y miembros del ejercito, sin realizar acción alguna en auxilio de los reos pandilleros..” C) Es un hecho no controvertido que el encartado S. S., ostentaba la condición de miembro de la Policía Nacional cuando ingresó al interior del Centro Penal del Porvenir. El artículo 293 de la Constitución de la República prevé que la Policía Nacional es una institución profesional del Estado, encargada de velar por la conservación del orden público, la prevención, control y combate del delito, así como también de proteger la seguridad de las personas y sus bienes. El artículo 10 No. 2) de la entonces vigente Ley Orgánica de la Policía Nacional (Decreto No. 155-98) establecía entre otras atribuciones, que para el logro de sus objetivos y cumplimiento de sus responsabilidades, le correspondía a ese cuerpo de seguridad entre otras atribuciones, la de proteger la vida, bienes, derechos y libertades de las personas. En sintonía con los preceptos antes mencionados, el artículo 22 No. 3) establece que en el cumplimiento de sus funciones los miembros de la Policía deberán cuidar y proteger la salud física y mental de las personas detenidas o sometidas a resguardo. Del precepto constitucional y legales antes citados, se desprende sin duda alguna, que los miembros de la Policía Nacional, asumen la posición de garantes de la vida e integridad física de las personas que se encuentren recluidas en un centro penitenciario del Estado en aquellos casos en que dichos bienes jurídicos se vean amenazados o puestos en peligro por otros reclusos u otra clase de individuos, de ahí que, como consecuencia de su deber de garantía, haya de preservarlos de las agresiones de compañeros, particulares, así como también de los ataques que provengan de empleados o funcionarios públicos. De este modo podemos afirmar, que el imputado S. S. tras su ingreso a la Granja Penal del Porvenir para colaborar en el restablecimiento del orden alterado en el interior de ese centro penitenciario, tenía una posición de garante, es decir, la obligación de hacer cuanto estuviera a su alcance para evitar ataques a la integridad física o la vida de cuantas personas se encontraran en situación de peligro, independientemente de que se tratara de reclusos pandilleros, rondines, reos comunes denominados “paisas”, visitantes, funcionarios penitenciarios, policías, miembros del ejército nacional, etc… C)Ausencia de la acción determinada: una lectura detenida de la fundamentación fáctica de la sentencia impugnada, no revela que el encausado S. S. haya realizado alguna acción dirigida a evitar o impedir las agresiones emprendidas contra reos pandilleros por elementos armados del Estado y otros reclusos, así tenemos que en la declaración de hechos probados el Juzgador expresa que el acusado observa “las agresiones de los reos rondines, Policía Nacional Preventiva, Policías Cobras, Policías Penitenciarios y miembros del ejercito, sin realizar acción alguna en auxilio de los reos pandilleros32” D)La posibilidad de realizar la acción esperada. Como ya se expresara en la resolución del motivo expuesto en el acápite IV de esta sentencia, lo decisivo en 31 32 Vid. Hecho Probado Trigésimo Quinto, Folio No. 5073 vuelto. Vid. Hecho Probado Trigésimo Quinto, Folio No. 5073 vuelto. 82 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 la comisión por omisión es la virtual causal de la acción que hubiera debido realizarse para evitarlo (“causalidad hipotética”) Para comprobar la existencia de la causalidad hipotética o llamada también por algunos “nexo de evitación”, el Juzgador debe acudir a una fórmula en virtud de la que a partir de la teoría de la equivalencia de las condiciones, se afirma que la omisión es causa del resultado, si puesta mentalmente en su lugar la acción esperada, que no es realizada por el omitente, el resultado desaparece como mínimo con una probabilidad rayana en la certeza. Como lo exponíamos líneas arriba, el sujeto activo debe tener la capacidad efectiva (real, física) de realizar la conducta ordenada (el mandato) en el caso concreto y partir de consideraciones objetivas, pues de lo contrario, sí al agente le falta capacidad corporal o física de acción, su comportamiento, llevado a cabo de manera distinta, será atípico; como dice la máxima jurídica: “a lo imposible nadie está obligado”. Así por ejemplo: el bañista que en este momento se ahoga en las playas, así se pueda presenciar el hecho por medio de la televisión en directo, no puede ser salvado por uno de los televidentes, pues ninguno de ellos tiene la posibilidad de realizar la acción ordenada, no así el socorrista contratado para cuidar a los veraneantes. Desde luego, la incapacidad física puede ser equiparada a aquella que resulta de una inhabilidad técnica, de una falta de conocimientos o de medios de auxilio33. A criterio de esta Sala, cabía esperar que el acusado S. S. M., no solamente por su condición de miembro de la policía nacional, sino que también y sobre todo por ostentar un cargo dentro de la estructura del cuerpo al que pertenece dotado de mando y jerarquía, (en tanto que tenía el rango de Inspector), interviniese para impedir que continuaran las acciones dirigidas a quitarle la vida a los reos pandilleros, cuando según se consigna en el cuadro fáctico las mismas eran ejecutadas por reos rondines, policías y miembros del ejército, de ahí que al no haber realizado la acción esperada y que le era exigible, debe entenderse configurado el nexo de evitación o de causalidad hipotética, y por lo tanto le son imputables en omisión impropia los hechos criminosos que se le atribuyen, salvo uno de ellos, pues al no establecerse con certeza el momento en que el imputado S. S. M. ingresó al centro carcelario, no podemos afirmar de modo concluyente sí su comportamiento omisivo tuvo lugar antes o después de que gracias a la intervención de un miembro de la Fuerza Aérea Hondureña que era hermano del reo pandillero J. R. M., C.an las agresiones de las que era víctima éste último a manos de reos rondines y miembros de la policía. Por otro lado, esta Sala no puede desconocer que las agresiones al colectivo de los denominados reos pandilleros se ve precedida en el tiempo por la muerte de varios rondines, así como también por los ataques dirigidos a quitarle la vida a otros internos ocasionadas y ejecutados, respectivamente, mediante la utilización de armas de fuego y/o armas cortopunzantes, objetos contundentes, y la provocación de un incendio a manos de reos pandilleros, de tal manera que si bien es cierto no resultan amparados por alguna eximente de responsabilidad criminal quienes por acción u omisión contribuyeron a la realización de los hechos objeto de juzgamiento, no es menos cierto que no podemos afirmar de manera indubitada que los agresiones sufridos por los reos pandilleros hayan sido realizadas de manera inesperada, a traición, mediante 33 Vid. VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte General, 4ª edición, COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, pág 672. 83 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 celada, emboscada, y cualquier otro procedimiento que encaje dentro de la circunstancia calificativa de la alevosía, esto es, la de emplear medios, modos o formas en la ejecución de los delitos contra la vida y la integridad corporal, que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin los riesgos que eventualmente pudieran derivarse de una reacción defensiva de los ofendidos, de tal manera que lo que cabe respecto al procesado S. J. S. es una imputación por dieciocho delitos de tentativa de homicidio en omisión impropia, de ahí que siguiendo los criterios penológicos adoptados por el Tribunal de Instancia, mismos que no pueden ser reformados en este sede por la prohibición de la reformatio en peius, su conducta trae aparejada una pena de doce años seis meses de reclusión. En consencuencia se declara parcialmente con lugar el presente motivo dentro de los términos antes expuestos. XV.- CASACION POR INFRACCION DE LEY MOTIVO PRIMERO: Infracción, por aplicación indebida, del artículo 349 numeral 3 del Código Penal, que literalmente dice: ―Será castigado con reclusión de tres (3) a seis (6) años é inhabilitación especial por el doble del tiempo que dure la reclusión, el funcionario o empleado público que:1)…, 2)…, 3)Omita, rehúse o retarde algún acto que deba ejecutar de conformidad con los deberes de su cargo;…‖. en relación con los artículos 10, numeral 3, 22, numerales 1 y 3, literal c), de la Ley Orgánica de la Policía Nacional, que a su vez se leen así: ARTICULO 10.- La Policía Nacional es una institución profesional permanente del Estado, apolítica en el sentido partidista, de naturaleza puramente civil, encargada de velar por la conservación del orden público, la prevención, control y combate al delito; proteger la seguridad de las personas y sus bienes; ejecutar las resoluciones, disposiciones, mandatos y decisiones legales de las autoridades y funcionarios públicos, todo con estricto respeto a los derechos humanos. La Policía Nacional se regirá por Legislación especial. Para el logro de sus objetivos y el cumplimiento de sus responsabilidades tendrá las atribuciones siguientes: 3.Proteger la vida, honra, bienes, creencias, derechos y libertades de las personas y la seguridad de las instituciones públicas y privadas; ARTICULO 22.- En el cumplimiento de sus funciones los miembros de la Policía actuarán de acuerdo con las normas siguientes: 1.- Respeto absoluto a la Constitución de la República, de los tratados y convenciones internacionales de que Honduras forme parte y de las leyes y reglamentos vigentes; 3.Tratar los detenidos de acuerdo con la Ley; ello implica lo siguiente: c) Cuidar y proteger la salud física y mental de las personas detenidas o sometidas a resguardo y respetar su honor y su dignidad mientras se mantengan bajo su custodia.‖ PRECEPTO AUTORIZANTE: Este motivo se encuentra comprendido en el artículo 360 del Código Procesal Penal, en la parte que se lee así: ―Habrá lugar al recurso de casación por infracción de ley o de doctrina legal, cuando dados los hechos que se declaren probados en la sentencia, se haya infringido un precepto penal ... de carácter sustantivo, …..‖ EXPLICACIÓN DEL MOTIVO: En la sentencia impugnada se declara probado que:―Un mínimo de veinte minutos habían transcurrido desde la llegada del Comisionado C. E. H. y el Policía Cobra J. L. S. R., cuando faltando para las once de la mañana, llegan al lugar representantes de los medios de comunicación: D. M. M., empiezan a trasmitir por radio lo que se observaba, mientras que algunos reporteros gráficos tomaban fotografías del interior del recinto, subidos en las escaleras de incendios de los carros de los bomberos.- Para ese momento el Inspector de Policía S. J. S. M., se había ya personado al lugar, 84 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 observando las agresiones de los reos rondines, Policía Nacional Preventiva, Policías Cobras, Policías Penitenciarios y miembros del ejército, sin realizar acción alguna en auxilio de los reos pandilleros. El Policía S. J. S. M., procedió a privar de la vida a los reos pandilleros M. R. P. (alias El Bueno), M. o M. R. R. V. (alias El Burrito) y a otro reo pandillero de nombre desconocido, con su arma de reglamento, tipo pistola, marca Pietro Bereta, modelo 92FS, calibre 9mm, serie N25990Z, con cañón de seis estriíllas y con giro a la derecha‖. La parte que en esos hechos se contrae al delito de violación de los deberes de los funcionarios, por omisión propia, por el cual se condenó al señor S. M., es la siguiente: ―…observando (S. M.) las agresiones de los reos rondines, Policía Nacional Preventiva, Policías Cobras, Policías Penitenciarios y miembros del ejército, sin realizar (S. M.) acción alguna en auxilio de los reos pandilleros, …‖ (los entre paréntesis son míos). Se trata, pues, de que el señor S. M. no auxilió a los pandilleros que eran objeto de agresión por parte de reos rondines, Policía Nacional Preventiva, Policías Cobras, Policías Penitenciarios y miembros del ejército, y en eso se hace consistir el de violación de los deberes de los funcionarios por omisión propia que se le atribuye. ¿Qué se entiende por omisión propia? Veamos algunas ideas al respecto: se da cuando una ley impone expresamente la obligación de hacer algo y una persona, obligada, en violación de esa ley la incumple (la obligación). Ejemplos: Según el artículo 269 del Código Procesal Penal, hay personas que están obligadas a denunciar los delitos de acción pública de los que tuviere conocimiento por su profesión o empleo; si no lo hacen quedan sujetas a las penas que señala el artículo 388 numeral 5 del Código Penal. El artículo 226 del Código Procesal Penal impone a todos los habitantes del país la obligación de atender las citaciones que les libren los órganos jurisdiccionales, para declarar sobre un delito; la persona que incumpla esa obligación será sancionado al tenor de lo que dispone el artículo 348-A del Código Penal. En el caso que ahora nos ocupa, no existe ninguna disposición legal que imponga a un agente de la autoridad, un oficial de policía por ejemplo, la obligación de auxiliar a las personas que se encontraban en la situación en que estaban los reos pandilleros. Las disposiciones de la Ley Orgánica de la Policía Nacional (artículos 10, numeral 3, 22, numerales 1 y 3, literal c), de la Ley Orgánica de la Policía Nacional), que invoca el Tribunal en la sentencia recurrida (páginas 422 y 423 del fallo), no disponen nada en tal sentido. En efecto, el artículo 10 de la indicada ley contiene las atribuciones que corresponden a la Policía como institución, no a sus miembros en particular. El artículo 22 de la misma ley, contiene las normas conforme a las cuales actuarán los miembros de la Policía; el numeral uno citado en la sentencia se contrae a la obligación de carácter general de respeto a la Constitución de la República, las leyes secundA., los reglamentos, así como los tratados y convenciones de que Honduras forma parte. En cuanto, al numeral 3, contiene normas que regulan, todas ellas, lo relativo a cómo debe actuarse cuando sean detenidas personas por la Policía Nacional, pero que no prevén situaciones como la que se dio en la Granja Penal el 5 de abril de 2003. Repito, no existe en nuestro Derecho Positivo ninguna norma con base en la cual pudo estar obligado el señor S. M., de haberse encontrado en la Granja Penal cuando se produjeron los disparos, a ―auxiliar a los reos pandilleros‖. Ahora, permítasenos plantearnos una pregunta interesante: ¿Qué tenía que haber hecho S. M. en auxilio de los pandilleros? Y otra más ¿Existían en aquel lugar y en aquel 85 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 momento, el de los disparos, posibilidades para que alguien hubiera podido socorrer a los pandilleros? Y, de haberlas, ¿Podía haberlo hecho S. M., él solo? Siendo que no existe ninguna disposición que hubiera obligado a S. M. al auxilio que se señala en la sentencia, y siendo que había imposibilidad material para que, de haberse encontrado en el lugar, pudiera haber hecho algo en ese sentido, es evidente que no ha incurrido en una conducta omisiva que pueda considerarse constitutiva del delito de violación de los deberes de los funcionarios. Así las cosas, resulta evidente que el habérsele condenado por ese delito, supuestamente realizado por la vía de la omisión propia, se ha infringido por aplicación indebida el artículo 349 numeral 3 del Código Penal, en relación con los artículos 10, numeral 3, 22, numerales 1 y 3, literal c), de la Ley Orgánica de la Policía Nacional. XV.- CASACION POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO S. J. S. M. ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE EL ACUSADO HAYA INCURRIDO EN EL DELITO DE VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS, DE TAL MANERA QUE EL TRIBUNAL SENTENCIADOR HA REALIZADO UNA APLICACIÓN INDEBIDA INDEBIDA DEL ARTÍCULO 349 NUMERAL 3) DEL CÓDIGO PENAL, EN RELACIÓN CON LOS ARTÍCULOS 10, NUMERAL 3, 22, NUMERALES 1 Y 3, LITERAL C), DE LA LEY ORGÁNICA DE LA POLICÍA NACIONAL. Argumenta el recurrente que el A Quo ha incurrido en infracción, por aplicación indebida del artículo 349 numeral 3) del Código Penal, en relación con los artículos 10, numeral 3), 22, numerales 1) y 3), literal c) de la Ley Orgánica de la Policía Nacional. Señala que en la sentencia impugnada se declara probado que:“…el Inspector de Policía S. J. S. M., se había ya personado al lugar, observando las agresiones de los reos rondines, Policía Nacional Preventiva, Policías Cobras, Policías Penitenciarios y miembros del ejército, sin realizar acción alguna en auxilio de los reos pandilleros.”. Afirma el recurrente que con respecto al delito de VIOLACIÓN DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS, por omisión propia, el A Quo aprecia que el señor S. M. no auxilió a los pandilleros que eran objeto de agresión por parte de reos rondines, Policía Nacional Preventiva, Policías Cobras, Policías Penitenciarios y miembros del ejército. Razona que la omisión propia se da cuando una ley impone expresamente la obligación de hacer algo y una persona en violación de esa ley incumple la obligación, pero que en el presente caso, no existe disposición legal que imponga a un agente de la autoridad, oficial de policía, la obligación de auxiliar a las personas como en este caso, se encontraban los reos pandilleros. Al que las disposiciones de la Ley Orgánica de la Policía Nacional (artículos 10, numeral 3, 22, numerales 1 y 3, literal c)) que invoca el Tribunal en la sentencia recurrida (páginas 422 y 423 del fallo), no disponen nada al respecto. Esgrime que el artículo 10 de la indicada ley tiene las atribuciones que corresponden a la Policía como institución, no a sus miembros en particular. El artículo 22 de la misma ley, contiene las normas conforme a las cuales actuarán los miembros de la Policía. El numeral uno, citado en la sentencia, se contrae a la OBLIGACIÓN DE CARÁCTER GENERAL de respeto a la Constitución de la República, las leyes secundA., los reglamentos, así como los tratados y convenciones de los que Honduras forma parte. En cuanto, al numeral 3, argumenta que contiene normas que regulan, lo relativo a cómo debe actuarse cuando sean detenidas personas por la Policía Nacional, pero que no prevén situaciones como la que se dio en la Granja Penal el 5 de abril de 2003. Concluye que no existe disposición que obligase a S. M. a la acción de auxilio indicada en la sentencia, estimando que 86 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 concurría una imposibilidad material, de haberse encontrado en el lugar, para poder haber hecho algo, por lo que estima que el acusado no ha incurrido en una conducta omisiva constitutiva del delito de VIOLACIÓN DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS por lo que al haber sido condenado por ese delito realizado por omisión propia, el A Quo ha infringido por aplicación indebida la ley penal sustantivarias Esta Sala de lo Penal, aprecia que en los delitos de omisión propia se castiga la simple infracción de un deber de actuar y equivalen a delitos de mera actividad. Los elementos que conforman el tipo objetivo son tres: a)situación típica. En ella se establece el presupuesto de hecho que da origen al deber de actuar y que varía según el tipo específico; b) Ausencia de realizar la acción mandada. Es decir, según cada caso, abstenerse de auxiliar, cooperar con la justicia, denunciar un delito, que no implica necesariamente pasividad, sino que puede consistir en la realización de una conducta distinta a la exigida; 3) Capacidad personal de realizar la acción. Para ello se requiere que concurran determinadas circunstancias externas –cercanía espacial y temporal entre el sujeto y la situación típica, medios de salvamento, etc. –y personales, que el sujeto cuente con los suficientes conocimientos y facultades intelectuales para realizar la acción –un lego no sabe como contener una hemorragia. Con respecto a la tipicidad subjetiva, la omisión propia admite la versión dolosa y la imprudente (culposa) caso de estar esta última legalmente prevista. La dimensión cognoscitiva del dolo exige que el sujeto sea consciente de que concurren todos los elementos del tipo objetivo. La dimensión volitiva del dolo consiste en la expresión de la voluntad de no realizar la acción exigida, es decir, como volición del tipo objetivo34. El delito de violación de los deberes de los funcionarios tiene la estructura propia de un tipo de omisión pura, con el que se procura tutelar el adecuado funcionamiento de la administración (entendida esta en su sentido amplio), para la prestación de un buen servicio. Por ello comprende cualquier acto administrativo que se encuentre dentro de las funciones del agente, siendo un delito de simple actividad que se consuma con la omisión, el retardo o el rehusamiento, sin que se necesite la producción de resultado dañoso alguno.35 Como antes lo explicamos el artículo 349 No. 3) del artículo mencionado, castiga, a quien omite, rehúse o retarde algún acto que deba ejecutar de conformidad con los deberes de su cargo, derivándose de la redacción de tal modalidad delictiva, que la misma se incluye dentro de que doctrinariamente se conoce como “abuso omisivo”. El penalista argentino, C. CREUS, refiriéndose a esta figura en el Código Penal de su país, explica que: “..la tercera forma pune una conducta omisiva: no ejecutar las leyes cuyo cumplimiento incumba al funcionario. Tratase pues, de un tipo omisivo y por eso, no comete este abuso de autoridad (que un tanto impropiamente puede denominarse incumplimiento de los deberes de funcionario público) el funcionario que lleva a cabo actos contrarios a las disposiciones de la ley. Aquí el abuso consiste en la decisión de no ejecutar la ley, es decir, de no aplicarla, prescindir de ella, no actuarla en la realidad, como si no 34 Vid. IGNACIO BERDUGO GÓMEZ DE LA TORRE/ LUIS ARROYO ZAPATERO/ NICOLÁS GARCÍA RIVAS/ JUAN CARLOS FERRÉ OLIVÉ Y JOSÉ RAMÓN SERRANO PIEDECASAS Lecciones de Derecho Penal. Parte General.. EDITORIAL PRAXIS, S.A.1996, Páginas 149 y 150. 35 Vid. CREUS, CARLOS, Derecho Penal, Parte especial, Tomo II, Editorial Astrea, Buenos Aires, 1988, página 262. 87 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 existiera (p.ej., no dictar la prisión preventiva cuando corresponde, no observar el acto administrativo viciado cuando el funcionario ejerce funciones de contralor); pero cuando lo que importa para la inejecución de la ley es una actividad (p.ej., dictar una resolución cuando no corresponde hacerlo), ya no estaremos ante una omisión, sino ante uno de los abusos previstos en las formas anteriores….” (vid. CREUS, C., Delitos contra la Administración Pública, Editorial Astrea, Buenos Aires, 1981, pág. 192). El Tribunal de Sentencia condena al procesado antes mencionado por el delito de violación de los deberes de los funcionarios, estimando que es responsable de tal infracción penal en concurso ideal con varios delitos de asesinato alevoso en el grado de ejecución de tentativa. De este modo, el Juzgador responsabiliza al procesado S. S. del delito de VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS en tanto que habría omitido los deberes de tutelar la vida de reos pandilleros, bien jurídico que habría resultado amenazado por actos realizados e imputables a otros individuos, con la intención de darles muerte. Como ya se explicara con anterioridad, la Sala estima que de los hechos declarados probados se ha establecido que el encartado S. S., es responsable en omisión impropia de dieciocho delitos de tentativa de homicidio en perjuicio de igual número de reos pandilleros, sin embargo tomando en cuenta que el desvalor de su conducta consistente en realizar un acto contrario a la ley y por ende dejar de cumplir su función de garante de la vida de varias personas que estuvieron en grave peligro de perderla, ya encuentra castigo con la pena impuesta por su contribución a título de autor por omisión impropia de los resultados típicos antes relacionados36, de ahí que debe absolverse al procesado S. J. S. del delito de VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS. Por todas las razones anteriormente expuestos se declara con lugar el presente motivo.- XVI.- El Recurrente Abogado M. A. Z. R., en su condición de apoderado defensor del señor R. A. S.I., desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma, de la siguiente manera: ―EN CUANTO AL RECURSO DE CASACIÓN POR INFRACCIÓN DE LEY AL MOTIVO ÚNICO: En este Motivo de Casación en el Fondo, la defensa argumenta que el Tribunal Sentenciador, ha infringido un precepto penal u otra norma jurídica de carácter sustantivo que debe ser observada para la aplicación de la ley penal, es decir, por Falta de Aplicación, al Artículo 349 No.3 del Código Penal, el cual tipifica las formas de cómo se comete el ilícito penal de ABUSO DE AUTORIDAD Y VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS y que, según el Tribunal, resultaron configurados sus elementos en la declaración de Hechos Probados que ha consignado el A-Quo con el objeto de dar la apariencia de un argumento fundamentado, quedando establecido que estas no son funciones propias de un Oficial activo de las Fuerzas Armadas, si no de un miembro de la Policía Nacional o Policía Penitenciaria el Tribunal de Sentencia dice apoyarse para ello en la Declaración de Hechos Probados de la SENTENCIA, en su inciso VIGESIMO - Pag.74 ) tercer renglón; no hay alevosía en virtud de que quedó probado en juicio que el Oficial R. A. S.Iglesia se encontraba a seiscientos metros de la granja penal en el polígono de 36 Es de tomar en cuenta que el desvalor que supone el prevalimiento del carácter público del culpable para la comisión del hecho constituye una agravante (art. 27 No. 9) del Código Penal), misma que en el caso de autos no puede considerarse, en tanto que el Tribunal de Instancia ha impuesto la pena mínima, y por ende se impone la observancia de la prohibición de reforma peyorativa en materia recursiva. 88 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 adiestramiento de tiro realizando ejercicios militares de tiro actividades propias de su cargo; Al ser requerido el oficial R. A. S.I. se trasladó a la graja penal a requerimiento de un policía penitenciario que llegó hasta donde ellos estaban; VIGESIMO PRIMERO-Pag.74 segundo párrafo; este hecho probado no concuerda con el hecho probado arriba indicado ya en este el Tribunal dice que todos entraron disparando a los reos pandilleros quitándoles la vida, NO Hubo dictamen balístico propuesto por parte del Ministerio Publico para acreditar el extremo alegado ya que ellos mismos Ministerio Publico alega que no hicieron nada al entrar a la granja penal. siendo esto falso ya que se personaron al lugar al ser requeridos para dar auxilio a la policía penitenciaria, reos rondines y a la policía preventiva en las instalaciones de la granja penal del Porvenir; VIGESIMO TERCERO- Pag.74 párrafo cuarto; Nuevamente se contradice el Tribunal al no dejar claro en los hechos a Iglesia y aquí dice que no hizo nada para evitar lo que esta probados cual fue el accionar del Oficial R. A. S.aconteciendo ya que en el vigésimo primero dice que entró disparando a todos los reos pandilleros que encontraba en su paso sin que el Ministerio Publico lograra acreditar tal extremo y por tal razón, resulta evidente de la lectura de este apartado del Recurso que el mismo se circunscribe alrededor de la apreciación del Juzgador plasmada al final de los Hechos Probados que no concuerdan con lo sucedido en la granja penal del porvenir, previo a cualquier acción que se le atribuye a mi defendido R. A. S.I., Lo anterior, según el Casacionista, sería suficiente para entender que el Sentenciador ha quedado plenamente convencido sobre la consciencia que tenía mi defendido acerca de la condición que tenían las personas dentro de la granja penal del porvenir. Sobre este punto empezaremos por decir que, en este Motivo Único de Casación por Infracción de Ley, el Tribunal ha caído en el más grave e imperdonable error a cometerse en este tipo de Recurso libre apreciación de las pruebas que ha hecho el Sentenciador en uso de la facultad soberana que a tal efecto le atribuye la Ley. Lo anterior, se afirma por las siguientes razones: Este principio fundamental en materia de Casación en el Fondo, la ―Intangibilidad‖ de los Hechos Probados declarados como tales por el Tribunal de Sentencia, deriva neC.ia e inseparablemente de la Inmediación al momento de evacuarse las pruebas, el cual es uno de los pilares sobre los que descansa nuestro actual Proceso Penal. En efecto, la Ley y la técnica en este tipo de impugnaciones, impiden que en un Recurso de Casación por Infracción de Ley, el Tribunal tiene la Libre Apreciación de las Pruebas (los Hechos Probados), Al respecto, citaremos al Maestro F. Boixander en cuanto señala que ―…cuando lejos de guardar este debido respeto a la santidad de esta norma fundamental del recurso, se rebasan sus límites, se niega, se discute, se altera, en fin, lo que la Sala sentenciadora afirma y se pretende traer a colación hechos nuevos que no se deducen de la declaración de probados, o se hacen alegaciones que de modo notorio se ven las contradicciones lo que en la resolución impugnada se establece como probado de facto, o se sustituye por el criterio personal del Tribunal sentenciador, la impugnación tiene virtualidad para que se abra francamente el cause de la casación‖ En el caso que hoy nos ocupa, no es irrespeto cometido por el defensor y que atenta contra la Intangibilidad de los Hechos Probados en los que se fundamenta este Motivo, se produce al afirmar el Ministerio Público que no probó los hechos pretendidos, implica que mi defendido R. A. S.I., efectivamente no tenía conocimiento que las personas que estaban adentro de la granja penal por estar ejecutando trabajos propios 89 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 de su cargo y asimismo no sabía si las personas adentro del penal estaban o no armadas, y con ello, se configuraría que no hubo delito por parte de mi representado. Nótese que el Tribunal no dice que el extracto supracitado de los Hechos Probados debe tener esa connotación que le atribuye para el lector de la Sentencia, sino que se afirma temerariamente que esa es la conclusión a la que llegó el Tribunal de Sentencia; llegando inclusive a manifestar en la sentencia que no disparó contra los amotinados en la granja penal imputando su responsabilidad penal. Al hacer semejante afirmación, el Tribunal está claramente tergiversando esa Declaración de Hechos Probados que se ha realizado por el Sentenciador, añadiéndole un alcance que, simplemente, no lo tiene; pues como claramente lo ha indicado el A-Quo en su acápite sobre la Valoración de la Prueba, su conclusión expresa sobre este punto es que mi defendido R. A. S.I., no tenía conocimiento, ni había razones suficientes por las cuales debería haberlo tenido, que las personas contra las que dirigió su acción estaban amotinadas en la granja penal, Lo peor del caso es que el mismo Tribunal se contradice (haciendo así aún más imperdonable su intento por desconocer las conclusiones estrictamente fácticas a las que llego la defensa del Oficial R. A. S.I.: *Al final de este Motivo de Casación por Infracción de Ley, se manifiesta que el sentenciador condena al enjuiciado, por considerar que no cumplió con su deber. *En su Motivo Único de Casación por Quebrantamiento de Forma (que más adelante será objeto de reproche por el suscrito) La importancia toral sobre esta ausencia de conocimiento por parte de R. A. S.I., sobre el carácter de que se encontraban investidos las personas contra las que dirigió. Como bien lo ha notado el Tribunal de Sentencia, en el ilícito penal de Violación a los deberes de los Funcionarios Asesinato y asesinato en su grado de ejecución de tentativa, debe forzosamente concurrir un elemento subjetivo muy especial, que requiere que el sujeto activo sepa con certeza que a las personas a las que supuestamente no se les dio ordenes ni asistencia causaría un daño y que, además, tenga conocimiento que en ese momento está en el ejercicio de sus funciones. Como ha quedado claramente establecido ya, de los Hechos estimados y declarados como Probados por el A-Quo, este elemento subjetivo nunca concurrió (contrario a la interpretación tan caprichosa que les atribuye el Tribunal), y por tanto, que resulta totalmente improcedente atribuirle a mi defendido R. A. S.I., el inexistente delito de Violación de los Deberes de Funcionario el delito de Asesinato y Asesinato en su grado de ejecución de tentativa, como en efecto así lo ha determinado el Sentenciador en su fallo sub-judice. En adición a todo lo anteriormente expuesto, habrá que comentar que, en este mismo Motivo Único de Casación por Infracción de Ley, el Tribunal ha cometido otro gran error que deviene en el inevitable fracaso de su fallo, pues el Ministerio Público ha sometido una proposición jurídica que, innegablemente, resulta incompleta. Veamos porqué: Al alegar en este Motivo, en esencia, que mi representado R. A. S.I., responsable del delito de VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS en perjuicio de LA ADIMINISTRACION PUBLICA, es porque el Tribunal de Sentencia, suponemos, pretende que en tal virtud se le imponga la Pena que al efecto establece la Ley. Sin embargo, habrá que notar que, la única Norma Legal Sustantiva que se invoca como infringida, en ningún momento establece pena alguna a aplicarse. En efecto, al momento de plantear este Motivo de Casación en el Fondo, el Casacionista lo hace invocando únicamente la supuesta ―Infracción por violación del artículo 349 numeral tres del Código Penal‖; siendo que dicho Precepto Penal sustantivo 90 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 en su apartado invocado, no hace más que tipificar una conducta como un ilícito penal, pero en ningún momento, indica o prescribe pena alguna a imponerse a sus autores. Por consiguiente, no se puede más que concluir que, al haber planteado este argumento de forma tan defectuosa, el Tribunal no ha citado con claridad las normas legales cuya aplicación demanda. Sobre este punto habrá que recordar que, en la Casación, como Recurso Extraordinario que es, el Tribunal que conoce de la misma (Tribunal de Casación) está inexorablemente limitado por los Motivos que son sometidos a su conocimiento por el casacionista, y por ello, que dicho Tribunal de Casación no puede apartarse de los mismos, variarlos, ampliarlos ni complementarlos. En el caso que hoy nos ocupa, esto se traduce a que, al haber desarrollado el Recurrente una tesis jurídica completa y coherente, este Motivo Único de Casación por Infracción de Ley resulta procedente. Por todo lo anteriormente expuesto, se concluye que el presente Recurso de Casación por Infracción de Ley, en su Motivo Único, además de contener efectos de Forma y de Técnica que posibilitan que el mismo entre a ser analizado de plano, se basa en un supuesto a todas luces existente, es decir, que tiene fundamento. Por ello, se solicita que la Honorable Corte Suprema de Justicia, a través de su Sala de lo Penal y mediante la Sentencia respectiva, lo declare Con Lugar. PRECEPTO AUTORIZANTE Este motivo se encuentra autorizado en el artículo 360 del Código Procesal Penal. XVI.- RECURSO DE CASACIÓN POR INFRACCIÓN DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO R. A. S.I. FUNDADO EN FALTA DE APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 349 NO.3) DEL CÓDIGO PENAL, QUE TIPIFICA EL DELITO DE VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS. Esta Sala no se pronuncia sobre el presente motivo en virtud de que consta de autos la muerte real del imputado R. A. S.I., lo que da lugar a la extinción de la responsabilidad penal y por ende al sobreseimiento definitivo de la causa, al tenor de lo prescrito en los artículos 96 No. 1) del Código Penal, 42 No. 1) y 43 del Código Procesal Penal.- XVII.- AL SEGUNDO MOTIVO: Infracción del artículo 349 EN RELACIÓN AL ARTICULO 32 Y 15 DEL Código Penal. PRECEPTO AUTORIZANTE Este motivo se encuentra autorizado en el artículo 360 del Código Procesal Penal. EXPOSICION DE MOTIVOS El artículo 32 del Código Penal define la autoría quienes toman parte en la ejecución del hecho autoría inmediata: y los que fuerzan o inducen directamente a otro a ejecutar autoría mediata y los que cooperan en la ejecución del hecho cómplice necesario.* El acta de juicio oral y público ver folio 5272 en la parte donde el Ministerio Público se manifiesta: ―Seguidamente se le cede la palabra al representante del Ministerio Público para que formalice acusación quien manifestó que: Este Ministerio fiscal, cumpliendo con el trámite legalmente previsto en el articulo 319 párrafo 4° del Código Procesal Penal, expone a continuación las posiciones planteadas en la formalización de la acusación: Los hechos que la Fiscalía del Ministerio Público probará ante este Honorable Tribunal de Sentencia consisten en los siguientes: El Ministerio Público, en este momento formaliza acusación en contra del sub comisionado de policía L. B. A. R., C. E. H. A., R. A. S.I.,‖ en cuanto a mi representado en ningún momento realiza una acción típica y ni tampoco incumple el deber ya que es muy distinto lo que es las Fuerzas Armadas y La Policía Nacional y el Tribunal conceptualiza en forma errónea los hechos allegados al juicio. y lo mas sorprendente es que el Tribunal condena a mi representado por el Delito de Violación de los Deberes de los Funcionarios y Absuelve al Oficial que estaba al mando. Por todo lo anterior y en apego al principio de legalidad jamás tuvo dominio del hecho ni mucho menos 91 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 una conducta indebida; y lo de omisión propia o impropia es de mera actividad y la segunda exige forzosamente un resultado. Por todo lo anterior es claro que no se puede incurrir en violación de los deberes de los funcionarios en su grado de autoría ni el delito de tentativa artículo 32 y 15 del Código Penal por haber estado dentro de las facultades de su competencia, ni mucho menos omisión impropia como se pretende en la sentencia dado que debe haber un resultado. En nuestra legislación positiva el delito de tentativa idónea artículo 15 C.P. en relación con el artículo 16 C.P. se contradice el fallo con lo establecido en el articulo 11 del C.P. en cuanto al Concurso Ideal propio heterogéneo por vía de omisión en relación al artículo 36 del C.P. el concurso por omisión es propio del sujeto activo y que lo razonado en la sentencia fundamentación jurídica décimo octavo de la sentencia donde nunca se tuvo dominio del hecho ni mucho menos ser garante de una situación de riesgo. Por ultimo dejamos claro que el artículo 13 del C.P. estipula la forma de cómo se comete un delito por acción o por omisión y necesariamente tiene que ser culposo o doloso lo anterior nos indica que fuera de toda duda que hay un sujeto activo y un sujeto pasivo y que media entre ellos una acción u omisión como nexo causal que los vincula, de tal manera que la ausencia de uno de ellos da la duda razonable del artículo 339 C.P., en ningún apartado de la sentencia se establece con certeza la participación de mi representado en el delito de asesinato ni de tentativa de asesinato teniendo directamente la acción u omisión de los hechos imputados. XVII.- RECURSO DE CASACIÓN POR INFRACCIÓN DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL ENCARTADO R. A. S.I. FUNDADO EN EL ARTÍCULO 349 DEL CODIGO PENAL EN RELACIÓN A LOS ARTICULOS 32 Y 15 DEL MISMO TEXTO PUNITIVO. Esta Sala no se pronuncia sobre el presente motivo en virtud de que consta de autos la muerte real del imputado R. A. S.I., lo que da lugar a la extinción de la responsabilidad penal y por ende al sobreseimiento definitivo de la causa, al tenor de lo prescrito en los artículos 96 No. 1) del Código Penal, 42 No. 1) y 43 del Código Procesal Penal.- XVIII.- EN CUANTO AL RECURSO DE CASACIÓN POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA AL MOTIVO ÚNICO: En este apartado único del Recurso de Casación en la Forma, el articulo 362 No.1, 3 y 6 el Recurrente, tras una extensa introducción sobre lo que son A: Que falte la declaración de los hechos que el Tribunal estime aprobados, que tal declaración no sea clara y terminante o que sea contradictoria B: Que carezca de motivaciones fácticas o jurídicas que dichas motivaciones sean insuficientes o contradictorias o si en la valoración de la prueba no se observaron las reglas de la sana critica. C: La incongruencia entre la sentencia y las pretensiones de las partes según el articulo 337 del Código Procesal Penal. Es claro y evidente tal como se ha manifestado en el libelo en donde se establece una clara contradicción del Tribunal en donde los hechos probados en ningún momento determinan la culpabilidad de mi representado sin sustento científico y lógico además de falta de aplicación de las Reglas de la Sana Crítica, es decir, aquellas únicas máximas a las que se encuentra sujeta la facultad extraordinaria que la Ley otorga a los Tribunales de Instancia para apreciar libremente las pruebas evacuadas durante el Juicio; al final de cuentas, manifiesto que la impugnación a través de este Motivo radica en la apreciación que, el Tribunal de Sentencia recurrido, inobservó las Reglas de la Experiencia. De manera más concreta, digo que el Tribunal de Sentencia infringió las Reglas de la Experiencia Humana al concluir que mi defendido R. A. S.I. ignoraba lo sucedido en la granja penal del porvenir; todo ello porqué, según 92 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 el mismo las declaraciones vertidas por un par de testigos durante el debate, forzosamente debe concluirse lo contrario. Semejante argumento, como estamos seguros así lo apreciará la Sala de lo Penal de la Honorable Corte Suprema de Justicia, es totalmente aceptable y propio de un Recurso Extraordinario como el que hoy nos ocupa. De la simple lectura de este Motivo de Casación en la Forma, se observa claramente cual es la verdadera intención del Recurrente: Mostrar su inconformidad con las conclusiones a las que ha arribado el Tribunal de Sentencia a través de su libre apreciación de las Pruebas, y con ello, pretendo imponer las conclusiones sobre lo que, según mi criterio, debe entenderse como extremos probados en Juicio. Al respecto, habrá que recordar que la valoración de las pruebas y la determinación de las conclusiones inferidas de ellas, es potestad soberana del Tribunal de Instancia. Por su parte, el Tribunal de Casación sólo puede controlar tal potestad si esas pruebas son válidas (legitimidad), si las conclusiones obtenidas responden a las reglas del recto entendimiento humano (logicidad), y si la motivación así constituida es expresa, clara, completa y emitida con arreglo a las normas prescriptas; en una palabra, si la motivación es legal. Fuera de éste límite, el ejercicio de la libre convicción del Juzgador está excluido del control de la Casación. Es por ello que por la vía del recurso de Casación no se puede provocar un nuevo examen crítico de los medios probatorios que dan base a la Sentencia. Queda excluido de él todo lo que se refiera a la valoración de los elementos de prueba y a la determinación de los hechos; la Casación no es una segunda instancia y no está en la esfera de sus poderes revalorizar la prueba ni juzgar los motivos que formaron la convicción del A-Quo. Nuevamente, se pretende encasillar, su procedente impugnación bajo una de las causales de Casación que contempla la Ley, y en este caso en particular, de invocar una existente inobservancia a las Reglas de la Experiencia, realmente, no se pretende convertir a este Recurso en una Segunda Instancia, solicitándole al Tribunal de Casación que realice un examen de fondo sobre las pruebas evacuadas en Juicio; todo lo cual, como ya se dijo anteriormente, resulta Por el contrario, para validar el argumento central en que se apoya este Motivo, y con ello, demostrar que el Tribunal de Sentencia recurrido en ningún momento observó las Reglas de la Sana Crítica al momento de valorar las pruebas, bastará con recordar que en su fallo hoy impugnado, el A-Quo no es claro, expreso ni mucho menos congruente al motivar su conclusión de porqué mi defendido R. A. S.I. tenía que realizar acciones que no son propias de su cargo y mucho menos que tuviera conocimiento que las personas que estaban en el penal estaban amotinadas o si estas tenían armas, en realidad eran Agentes del Ejército que su función principal es la de resguardar la soberanía nacional y mantener el orden del país y no la de resguardar bienes y propiedades mucho menos centros penales; pues en tal sentido, acertadamente nos dice el Tribunal recurrido que, el hecho de expresar verbalmente que varios testigos ratifican que mi defendido ingresó al centro penal al llamado de un policía penitenciario y no puede existir Alevosía ni pretender que mi representado haya estado al tanto de que iba ocurrir una masacre, en la realidad en que hoy vivimos, no es motivo suficiente para dar credibilidad a semejante extremo. Aunque la Fiscalía alegue lo contrario, esa misma conclusión a la que arribó el A-Quo, es la que, tristemente, nos enseña la Experiencia por la que atraviesa nuestra sociedad hoy en día. Por todas estas razones, no cabe más que concluir que al momento de dictar su fallo hoy impugnado, y más concretamente, al Motivar 93 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 debidamente el mismo en cuanto a su valoración de la prueba, el Tribunal de Sentencia infringió o inobservando las Reglas de la Sana Crítica; por el contrario, al tratarse el presente Motivo de Casación por Quebrantamiento de Forma, en un verdadero intento de desconocer la facultad privativa del A-Quo para valorar libremente las pruebas, y con ello, convertir a la Casación en una Segunda Instancia, se afirma que el presente Motivo resulta totalmente improcedente e infundado, por lo que se solicita que el mismo sea declarado HA LUGAR.‖ XVIII.RECURSO DE CASACIÓN POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA CON FUNDAMENTO EN EL ARTICULO 362 NUMERALES 1), 3) Y 6) DEL CODIGO PROCESAL PENAL EN RELACION AL ARTICULO 337 DEL MISMO TEXTO NORMATIVO. Esta Sala no se pronuncia sobre el presente motivo en virtud de que consta de autos la muerte real del imputado R. A. S.I., lo que da lugar a la extinción de la responsabilidad penal y por ende al sobreseimiento definitivo de la causa, al tenor de lo prescrito en los artículos 96 No. 1) del Código Penal, 42 No. 1) y 43 del Código Procesal Penal.- XIX.- El Recurrente Abogado E. J. L. Z., actuando en su condición de apoderado defensor del señor L. B. A. R., desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma de la siguiente manera: ―EXPOSICION DE LOS MOTIVOS DE CASACIÓN PRIMER MOTIVO: Haber infringido el juzgador un precepto penal sustantivo u otro precepto del mismo carácter que deba ser observado en la aplicación de la ley penal, en relación a los hechos probados establecidos en la sentencia. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el Art. 360 del CPP. EXPLICACIÓN DEL MOTIVO. Los preceptos penales sustantivos que se invocan como infringidos por aplicación indebida, son los Arts. 349, numeral 2 del Código Penal (En adelante CP), en relación al Art. 5.15 de la Ley de Rehabilitación del Delincuente (En adelante LRD).- Y, además, en relación a dicha norma jurídica-penal, también se estima como infringido el Art. 13, párrafo segundo, del mismo Código Penal.Dichas normas disponen: Art. 349.2 CP: ―Será castigado con reclusión de tres (3) a seis (6) años e inhabilitación especial por el doble tiempo que dure la reclusión, el funcionario o empleado público que: 1)…; 2) Dicte o ejecute órdenes, sentencias, providencias, resoluciones, acuerdos o decretos contrarios a la Constitución de la República o las leyes o se abstenga de cumplir lo dispuesto por cualquiera de dichos ordenamientos jurídicos;…‖. Art.5.15 LRD: ― La Dirección General de Establecimientos Penales tendrá a su cargo las siguientes funciones: 1) …; 15) Ordenar los traslados a los establecimientos penitenciarios de los reos sentenciados a la pena de reclusión, que estén cumpliendo sus condenas en otras cárceles, siempre que el Poder Ejecutivo lo estime conveniente con conocimiento de la Corte Suprema de Justicia.‖ Art. 13, párrafo segundo del CP: ―El delito es doloso cuando el resultado responde a la intención que se tuvo al ejecutarlo o cuando el autor sabe, o está obligado a saber, que como consecuencia de la acción u omisión existe la posibilidad de que se produzca un efecto dañoso constitutivo de delito, no obstante, lo cual ejecuta el hecho y acepta, por ende, las consecuencias que del mismo se derivan‖ EXPLICACIÓN DEL VICIO. A) Contenido de los hechos probados. La estructura de hechos probados establecidos en la sentencia que hoy se recurre, y que tiene relación especial y directa con el imputado L. B. A. R., está referida en los numerales TERCERO, CUARTO QUINTO y SEXTO de la sentencia que hoy se recurre.- El hecho TERCERO, hace alusión a que el 5 de febrero de 2003, mi representado, en su condición de Director General de Servicios Especiales Preventivos de la 94 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 Secretaría de Estado en el Despacho de Seguridad, solicita al Ministro en aquél tiempo, O. A. A. P., la autorización para trasladar a doscientos cuatro (204) internos de la pandilla ―18‖ de la Penitenciaria Nacional y del Centro Femenino de Adaptación Social (CEFAS) a los distintos centro penales del país.- Señala la sentencia recurrida que en el entender del señor A. R., el motivo que generaba esa petición consistía en la propia seguridad personal de los privados de libertad de la pandilla ―18‖, ya que tenía la información que los privados de libertad no miembros de pandilla, querían quitarle la vida a todos los pandilleros y los familiares que los visitaban. El hecho CUARTO, hace referencia a la situación que en esa misma fecha, siendo las siete de la noche, el señor L. B. A. R., procede a trasladar de la Penitenciaria Nacional a 198 privados de libertad miembros de la pandilla ―18‖, y a 6 mujeres de la misma pandilla del Centro Femenino de Adaptación Social (CEFAS), distribuyéndolos en diferentes Centros Penales del país.- Se agrega, que dicha distribución se realizó aplicando un criterio alfabético a partir del primer nombre de las personas trasladadas, excepto en el Centro Penal Granja Penal de Danli, El Paraíso, donde se realizó al azar.¨- De esa forma, según, el relato fáctico de la sentencia, en las fechas 5 y 6 de febrero fueron recibidos reos pandilleros, entre condenados y procesados en diferentes centros penales del país; entre ellos el Centro Penal de El Provenir, Atlántida. El hecho QUINTO, refiere que el 7 de febrero del mismo año, el señor L. B. A. R. es requerido por la Fiscalía Especial de Derechos Humanos del Ministerio Público para que informe sobre los traslados de los reos pandilleros efectuados el 5 de febrero; procediendo a entregar al señor D. A. O., miembro del Escuadrón Antibombas, una granada M-67, fabricación Norteamericana, color verde olivo, tipo de explosivo composición B, de una libra de peso, 3.5 pulgadas de largo, 2.5 pulgadas de diámetro; una granada FMK2, fabricación Argentina, color verde olivo, tipo de explosivo TNT, de media libra de peso, 10.9 centímetros de largo, 5.8 centímetros de diámetro, sin la aguja percusora en su interior; Una pasta explosiva (Gel) componente nitroglicerina, nitrato de amonio y polvo de aluminio y; una cápsula detonante In eléctrica, tipo comercial, afirmando que habían sido encontrados en el interior de la Penitenciaria Nacional.- Termina por indicar ese numeral que el imputado A. R., el 11 del mismo mes y año informa a la Corte Suprema de Justicia sobre los traslados efectuados en 204 integrantes de la pandilla ―18‖, incluyendo reas pandilleras. El hecho SEXTO, es indicativo de que el señor L. B. A. R., sin informar al Director del Centro Penal de El Porvenir, Atlántida, sobre el traslado de privados de libertad a ese Centro, y sin haber constado que existían las condiciones en esa cárcel para recibir privados de libertad, remite treinta (30) miembros de la pandilla ―18‖: J. C. H., J. C. M. S., J. C. N., J. C. P., J. C. R., J. F. A., J. J. C., J. C. C., J. C. P., L. C. T., L. A. O., L. F. F. G., L. M. N., L. A. P., S. R. O., M. R.C. E., M. A. M., M. R. R., M. A. F., M. T. E., M. H. A., M. R.A., M. R. C., E. C. R., E. E. S., E. E. V., E. R.R., E. E. R., E. E. J. y J. E. D. S.. B) La manera en que se aplicó indebidamente el Art. 349.2 del CP, en relación al Art. 5.15 de la LRD. El presente motivo de casación, como en efecto lo cita el Art. 360 del Código Procesal Penal (en adelante CPP), parte de un elemento indispensable: los hechos probados de la sentencia.- Son esos hechos probados la base para la aplicación del Derecho, puesto que como su nombre lo indica, son esos los acontecimientos que estructura el juzgador partiendo del análisis de pruebas, y es a 95 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 esas circunstancias probadas a las que hay que asignarles una norma jurídica para determinar la consecuencia de la sentencia: la absolución o condena del imputado.- Por ello, para estimar si la norma sustantiva ha sido correctamente aplicada, debe necesariamente hacerse una obligatoria referencia a los hechos probados de la sentencia, para así estimar si éstos mantienen correspondencia con el fallo que se emita, producto de la relación que deben tener con la norma jurídica que la resolución les asigna. TraslA.do esa significación del vicio de casación anunciado al presente caso, al imputado L. B. A. R. se le ha condenado por el supuesto hecho de haber ordenado el traslado de reos pandilleros de la Penitenciaría Nacional y del Centro Femenino de Adaptación Social a diversos centros penales sin haberse efectuado una distinción entre personas condenadas y procesadas como al efecto lo dispone la ley especializada, concretamente el Art. 5, numeral 15, de la Ley de Rehabilitación del Delincuente (LRD), que consigna la facultad de la administración penitenciaria, especialmente de la actualmente conocida Dirección General de Servicios Especiales Preventivos, de: ―Ordenar los traslados a los establecimientos penitenciarios de los reos sentenciados a la pena de reclusión, que estén cumpliendo sus condenas en otras cárceles, siempre que el Poder Ejecutivo lo estime conveniente con conocimiento de la Corte Suprema de Justicia.‖. Esta es la ley que la sentencia considera infringida, y que en efecto, en la apreciación del presente recurso, es la que se debe considerar, en vista que es la que de forma especial regula la facultad concedida al Director General de Servicios Especiales Preventivos, es decir, es ley especial en la materia .- Además, dicha norma, en comparación con el Art. 41 del Código Penal (que contempla una disposición similar y que también aparece referida en la sentencia), regula de forma más flexible esa atribución de dicha Dirección, puesto que el Art. 41 hace referencia a la facultad de efectuar traslados de reos condenados a la pena de reclusión por parte del Poder Ejecutivo, pero sólo de cualquier cárcel a una penitenciaría, y no como la disposición de la LRD, que permite el traslado entre los diferentes centros penales del país, bien sea de una penitenciaría a una cárcel o a la inversa, con lo cual, de las dos normas sustantivas, el Art. 5.15 de la LRD, es la norma que favorece más al imputado al exigir menores requisitos o situaciones específicas para efectuar dichos traslados, al concebir la facultad de movilizar a los reos sentenciados de un establecimiento penitenciario a otro, sin hacer mayor consideración a la calidad de éstos; de tal suerte que en la observancia del tipo penal por el cual ha sido condenado el señor A. R., de las dos disposiciones aludidas, ésta última es la más benigna, es decir, la más favorable, y en consecuencia la que debe ser observada en la aplicación de la norma penal (en este caso la que regula el delito de Abuso de Autoridad).- Todos los conocedores en materia penal saben de sobra que en esta materia impera como obligación a los juzgadores la aplicación del principio de aplicación de la ley más favorable al reo; por tal razón en el análisis del ilícito por el cual se ha perseguido y se ha sentenciado al señor L. B. A. R. debe considerarse la infracción a la norma que menos presupuestos establece, y determinar al final si ha resultado infringida, según los hechos probados de la sentencia.- Por ello, el Art. 18 del Código Procesal Penal, es claro en manifestar que: ―Interpretación de los pasajes oscuros de la Ley. Los pasajes oscuros o contradictorios de la ley penal se interpretarán de modo que más favorezca a la persona imputada‖. Además, debe ser la norma del Art. 5.15 de la 96 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 LRD, la que debe observarse en el análisis del presente motivo, en vista que en la actualidad no sólo la Penitenciaría Nacional ―Doctor Marco Aurelio Soto‖ es la única que ostenta esa calidad, sino varios centros penales del país.- A partir del 15 de junio de 2005, la Granja Penal de El Porvenir, entre otros establecimientos penales, adquirió la categoría de Penitenciaría Nacional, de conformidad al Decreto Ejecutivo 004-2005 (que se acompaña), de tal suerte que no puede ser una exigencia en el análisis del tipo penal de ABUSO DE AUTORIDAD el hecho que el imputado sólo podía hacer traslados de un centro penal a una penitenciaría, y no a la inversa, ya que dicho acuerdo (que es una disposición que debe ser observada en la aplicación de la ley penal) debe tener efectos retroactivos en base al Principio de Retroactividad de la Ley Penal más favorable, con lo cual ya no puede apreciarse como un reproche jurídico-penal el traslado operado de 198 reos de la Penitenciaría Nacional a diversos centros penales del país que no ostentaban esa condición, ya que a raíz de la entrada en vigencia del mencionado Decreto, en el caso concreto de la Granja Penal de El Porvenir, ésta también adquirió esa categoría.- Así, en el análisis del vicio de casación, carece de significación penal, por las razones expuestas el Art. 41 del CP. Partiendo de esta inicial consideración, al confrontar los hechos probados en relación al delito por el cual se condena al imputado L. B. A. R. y a la norma arriba transcrita de la LRD, resulta más que evidente que de la lectura de los hechos probados no se relata una situación fáctica que encuentre su correspondencia en el ilícito por el cual ha sido condenado en relación a la infracción de esa facultad reconocida en el Art. 5.15 de la LRD, y ello en vista que en ningún apartado de los hechos probados se hace referencia alguna a una orden dada o ejecutada por el señor A. R. que conlleve la infracción a una norma Constitucional o a una ley aprobada por el Congreso Nacional.- Y ello se afirma, puesto que, siguiendo la lectura de hechos probados, no se relata, según la hipótesis legal-delictiva por la que ha sido condenado, que haya ―Dictado o ejecutado órdenes contrA. a la Constitución de la República o las leyes o se haya abstenido de cumplir lo dispuesto por cualquiera de dichos ordenamientos jurídicos;…‖.- Si se observa detenidamente, los hechos probados que corresponden a los numerales TERCERO, CUARTO y QUINTO, en ellos sólo se explica que mi representado solicitó la autorización al Secretario de Estado en el Despacho de Seguridad para efectuar el traslado de 204 ―privados de libertad‖, de la Penitenciaría Nacional y del CEFAS, y que en la misma fecha de su formulación, procedió a practicar ese traslado; pero en ninguna parte del relato fáctico se menciona que las personas trasladadas eran presos preventivos (es decir, procesados sobre los cuales se había impuesto la medida cautelar de prisión preventiva), sino privados de libertad, término genérico que no conduce de forma específica a establecer que se trataba de internos pertenecientes a aquella condición, en vista que los privados de libertad también hacen referencia a los internos contra quienes se ha impuesto una pena privativa de su libertad.- De esa forma, la relación de hechos probados resulta insuficiente para inferir la infracción a la facultad referida en el Art. 5.15 de la LRD, en vista que no se estipula que con conocimiento y voluntad, L. B. A. R. haya solicitado y luego ejecutado el traslado de presos preventivos sino de privados de libertad, y ante esa consignación, resulta imposible considerarle culpable de haber emitido y ejecutado una orden contraria a la ley, por no ser exclusiva la calidad de privados de libertad de los presos preventivos sino también de los condenados a una pena privativa de la libertad.- Y esa falta de 97 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 especificación en el factum de la resolución impugnada, impide la consideración del delito, al no resultar en los hechos probados que el imputado dispuso trasladar a presos preventivos de la Penitenciaría Nacional, cuando sólo tenía potestad de ordenar el movimiento de personas condenadas a una pena limitativa de la libertad. Pero además, de los hechos probados se desprende una razón suficiente para que a juicio de mi representado se solicitara y operara el traslado de los 204 reos.- El precitado Art. 5.15, establece que el juicio o criterio que sirva de justificación o legitime el traslado, consiste en alguna razón de conveniencia, cuando la norma en comentario establece: ―…siempre que el Poder Ejecutivo lo estime conveniente con conocimiento de la Corte Suprema de Justicia‖.- Sobre este punto los propios hechos probados son categóricos en expresar que a juicio del Director General de Servicios Especiales Preventivos sí existía una razón de conveniencia para operar el traslado.- El hecho probado TERCERO de la sentencia, expresa que el motivo o razón expresada por el señor A. R. consistió en: ―…autorización para trasladar a doscientos cuatro (204) internos de la pandilla ―18‖ de la Penitenciaria Nacional y de CEFAS a los distintos centro penales del país, señalando como motivo del traslado la seguridad personal de los privados de libertad de la pandilla ―18‖, aduciendo que existía información de que los privados de libertad no miembros de pandilla, querían quitarle la vida a todos los pandilleros y los familiares que los visitaban‖; vemos entonces, que los propios hechos probados consignan la razón de conveniencia a juicio del imputado y la autoridad que representaba, para considerar necesario el traslado de los privados el libertad, resultando obvia que la razón expresada sí satisface las exigencias de la norma, puesto que la misma consistía en la propia seguridad en la vida e integridad de los miembros de la pandilla ―18‖, porque existía información que otros internos querían quitarles la vida.- Y lo mismo ocurre con la exigencia de la norma en poner en conocimiento de la Corte Suprema de Justicia el traslado operado, como lo confirma el hecho probado QUINTO, último párrafo, en el que se indica que: ―En la fecha diez (10) de febrero de ese año, el señor L. B. A. R. responde a la solicitud que le hace la Fiscalía de Derechos Humanos y, en fecha once (11) del mismo mes y año informa a la Corte Suprema de Justicia sobre los traslados de los doscientos cuatro (204) privados de libertad de la pandilla ―18‖, incluyendo reas pandilleras..‖.- Este conocimiento se efectuó como se ha citado, y la norma no determina que el mismo deba producirse de forma previa o simultánea el movimiento de reos realizado, por lo cual al establecerse como probado que mi representado puso en conocimiento de ese Poder del Estado la operación desarrollada, concretamente el 11 de febrero, se muestra el cumplimiento de la disposición establecida.- Por todo esto, también resulta la incorrecta aplicación de esta disposición como norma infringida por mi representado, ya que las exigencias de la misma aparecen satisfechas por la misma consignación de hechos probados. Por esa razón, aparece clara la aplicación indebida del Art.349.2 del CP, en relación al Art. 5.15 de la LRD, al no mostrar los hechos probados por sí mismos que el señor A. R. haya dado una orden ilegal como funcionario público, consistente en el traslado de presos preventivos de la Penitenciaría Nacional y del Centro Femenino de Adaptación Social a diferentes Centros Penales del país, cuando sólo podía ordenar el traslado de presos condenados a la pena de reclusión, ya que al haberse establecido que el traslado era de personas privadas de libertad, esa condición abarca a los presos condenados a una pena 98 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 privativa de la libertad de ambulación; además que de su relación aparecen satisfechas las condiciones de haber una razón de conveniencia a juicio del Poder Ejecutivo para efectuar el traslado y de haber informado a la Corte Suprema de Justicia; y por ello resulta la incompatibilidad o no ajuste de los hechos probados con la norma penal contentiva del delito por el cual se ha condenado a dicho ciudadano.- Así, no es expresivo el encuadre fáctico de la sentencia de la comisión del delito de Abuso de Autoridad por el entonces Director General de Servicios Especiales Preventivos por infracción al Art. 5.15 del la LRD, por lo cual es notorio el vicio de casación comentado.- Si los hechos probados no pueden determinar que el traslado que se atribuye al señor L. B. A. R. era de personas sobre las cuales se había impuesto la medida cautelar de prisión preventiva y no de sujetos privados de su libertad ambulatoria por la imposición de la pena de reclusión, no es posible entonces estimar la infracción, por dicho traslado, del Art. 5.15 de la LRD, y por lo tanto se hace imperativo, como efecto del presente recurso, casar la sentencia para corregir el vicio de la incorrecta aplicación de una norma extra penal que debe ser observada en la aplicación de la norma penal sustantivarias En todo caso, de estimarse que la norma también aplicable al presente delito, debe ser también el Art. 41 del CP, (a pesar de haberse fundamentado suficientemente el porqué de su no observación), y que establece: ‖El Poder Ejecutivo siempre que lo estime conveniente por razón de la mayor seguridad o por cualquier otro motivo podrá, con conocimiento de la Corte Suprema de Justicia, disponer que se traslade a una penitenciaria a los reos sentenciados a pena de reclusión, que estén cumpliendo sus condenas en otras cárceles‖, también resulta aplicada indebidamente en relación a los hechos probados consignados en la sentencia, ya que, como se ha dicho, de la misma estructura fáctica se determina que a juicio del Poder Ejecutivo había una razón de seguridad para solicitar y efectuar el traslado de los 204 privados de libertad, además que la citada norma permite la estimación de cualquier otro motivo, que en el presente caso concurría en la solicitud dirigida por el señor A. R. al Ministro de Seguridad; se puso en conocimiento del referido movimiento a la Corte Suprema de Justicia; ha carecido de significación de reprochabilidad penal, la supuesta infracción a que el traslado se operó de una penitenciaría a un Centro Penal, cuando en la actualidad, según nuestro ordenamiento jurídico, el Centro Penal de El Porvenir ostenta la condición de Penitenciaría; y finalmente, no son expresivos los hechos probados que el traslado se realizó en personas procesadas sobre las cuales se había impuesto la medida cautelar de prisión preventiva, sino que se indica que eran personas privadas de libertad. C) La manera en que se aplicó indebidamente el Art. 13, párrafo segundo del CP. Asimismo, de la observancia del los hechos probados de la sentencia, se aprecia la aplicación indebida del Art. 13, párrafo segundo del CP, que hace referencia específica al elemento subjetivo del DOLO. El delito de Abuso de Autoridad es un delito estrictamente doloso.- Ello resulta que en todo el capítulo III del Título XIII del Código Penal no se hace referencia a ninguna hipótesis legal de cometer el delito de forma imprudente, y mucho menos se hace esa referencia en el Art. 349 que es el que desarrolla diversas infracciones de ABUSO DE AUTORIDAD Y VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS.- Así las cosas, la hipótesis delictiva por la cual se ha condenado al ciudA.o L. B. A. R.: ―Dicte o ejecute órdenes, sentencias, providencias, resoluciones, acuerdos o decretos contrarios a la Constitución de la República o 99 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 las leyes o se abstenga de cumplir lo dispuesto por cualquiera de dichos ordenamientos jurídicos‖, requiere indispensablemente del DOLO, por lo cual, su ausencia determina la no tipicidad de la conducta al faltar su parte subjetiva requerida por el delito. De esa forma, en la hipótesis de ABUSO DE AUTORIDAD considerada por la sentencia condenatoria, es necesario que los hechos probados dejen entrever la constatación de circunstancias objetivas demuestren que el imputado, en este caso, el ciudA.o L. B. A. R. haya actuado con dolo en la realización de los hechos que configuran el delito; es necesario entonces que los hechos probados muestren que dicha persona haya tenido la intención de realizar actos que conllevaban la infracción a una norma que refería su actuación, en este caso el Art. 5.15 de la LRD; es decir, de forma concreta, es indispensable, para condenarle por el delito referido, que el factum de la sentencia, determine de forma clara e inequívoca que el procesado tenía conocimiento que el traslado de personas de la Penitenciaría Nacional y del Centro Femenino de Adaptación Social, correspondía a personas procesadas sobre las cuales se había impuesto la medida cautelar de prisión preventivarias- Esa es la única forma para que de forma válida y legítima, según nuestro ordenamiento jurídico, al imputado se le pueda condenar por el delito de ABUSO DE AUTORIDAD, pues de conocer la situación jurídica de los 204 privados de libertad trasladados, y en específico, consciente que sobre ellos pesaba esa medida cautelar de prisión preventiva, habría con DOLO infringido la norma del Art. 5.15 referida y comentada, y ahí sí sería factible y correcto estimar la concurrencia de la tipicidad subjetiva en la conducta. Visto lo anterior, al hacer una revisión de los hechos probados de la sentencia que hoy se recurre, y específicamente los numerales TERCERO y CUARTO que hacen referencia concreta al traslado de 204 personas de la Penitenciaría Nacional y del Centro Femenino de Adaptación Social a diferentes centros penales del país, se aprecia que el hecho TERCERO expresa únicamente que el 5 de febrero de 2003, L. B. A. R., solicita al entonces Secretario de Estado en los Despachos de Seguridad autorización para trasladar a doscientos cuatro (204) internos de la pandilla ―18‖ de la Penitenciaria Nacional y de CEFAS a los distintos centro penales del país, señalando como motivo del traslado la seguridad personal de los privados de libertad de la pandilla ―18‖, aduciendo que existía información de que los privados de libertad no miembros de pandilla, querían quitarle la vida a todos los pandilleros y los familiares que los visitaban.- Obsérvese que de la lectura de ese numeral no se expresa que el imputado conocía de la situación jurídica de los privados de libertad, concretamente, no se expresa en esa realidad fáctica que el señor A. R. conocía que dichas personas o algunas de ellas eran presos preventivos, y ello aparecer ratificado por el numeral CUARTO de los hechos probados, en el que se indica que en esa misma fecha el imputado procede a efectuar el trasladar de la Penitenciaria Nacional a 198 privados de libertad miembros de la pandilla ―18‖, y a 6 mujeres de la misma pandilla del Centro Femenino de Adaptación Social (CEFAS), distribuyéndolos en diferentes Centros Penales del país; sin especificar que él hizo la selección de los privados de libertad, agregando, este hecho probado, que la distribución se realizó aplicando un criterio alfabético a partir del primer nombre de las personas trasladadas, excepto en el Centro Penal Granja Penal de Danli, El Paraíso, donde se realizo al azar. Con esa consignación de hechos probados vemos con claridad que de ellos no se observa ni se infiere que el imputado L. B. A. R. haya conocido que los internos trasladados 100 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 tenían la condición de presos preventivos; es más no se expresa en ellos que él haya hecho la selección de los internos sujetos a traslado, por lo cual, consecuentemente, no puede estimarse de esa relación fáctica que haya actuado con el DOLO necesario e indispensable que exige el Art. 349.2 del Código Penal para su configuración, ya que sin ese conocimiento es imposible que haya considerado la infracción al Art. 5.15 de la LRD.- Y si a ello se asocia, por la misma información brindada por los mismos hechos probados que el traslado obedecía a que: ―existía información de que los privados de libertad no miembros de pandilla, querían quitarle la vida a todos los pandilleros y los familiares que los visitaban‖ (HECHO TERCERO), y que el movimiento de los internos se realizó en la misma fecha (HECHO CUARTO), resulta imposible que él se haya impuesto de la condición en que los trasladados se encontraban privados de su libertad, por lo cual los mismos hechos probados no le asignan tan esencial conocimiento, que en caso de poseerlo, sí le haría merecedor del delito por el que se condena, pero ante su ausencia, no es procedente ni constitucional o legalmente considerarle culpable por esa infracción.- Por ello resulta la aplicación indebida del Art. 13, párrafo segundo, del CP, en relación al Art. 349.2 del mismo Código, en vista que los hechos probados no indican que el imputado A. R. actuó con DOLO en el traslado de los 204 privados de libertad, en cuanto a saber que eran presos preventivos y por ende querer realizar su traslado en esa condición, por lo cual no es posible asignarle la comisión de un delito que necesariamente exige ese elemento subjetivo en la conducta desarrollada. Así las cosas, por la fundamental circunstancia que los hechos probados: 1) Consignan la esencial mención que los reos trasladados eran personas privadas de libertad no presos preventivos; y, 2) No establecen que el imputado tuviera conocimiento que se trataban de presos sobre los cuales se había impuesto la medida cautelar de prisión preventiva; resulta indebidamente aplicada la norma penal contenida en el Art. 349.2 del CP, por lo cual procede casarse la sentencia, y en consecuencia debe absolverse al señor L. B. A. R., por no observarse de los hechos probados la infracción al Art. 5.15 de la LRD ni la concurrencia de DOLO en el actuar de dicho ciudA.o (Art. 13 del CP).- Esa es la única forma en que se garantizará la seguridad jurídica, producto del irrestricto respeto de la ley penal, al Derecho al Estado de Inocente y al Principio de Culpabilidad, que deben ser observados a favor de todo imputado al momento de proferirse una sentencia definitivarias XIX.-RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL ACUSADO L. B. A. R. ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE DADOS LOS HECHOS DECLRADOS PROBADOS EN LA SENTENCIA, NO ES POSIBLE SUBSUMIR EL DELITO DE ABUSO DE AUTORIDAD QUE SE ATRIBUYE AL ENCAUSADO, DE TAL MANERA QUE EL JUZGADOR HA INFRINGIDO EL ARTÍCULO 349 No. 2) DEL CODIGO PENAL, EN RELACION CON LOS ARTICULOS 5 No. 15) DE LA LEY DE REHABILITACION DEL DELINCUENTE Y 13 PÁRRAFO SEGUNDO DEL CODIGO PENAL. Argumenta el recurrente que los preceptos que se invocan como infringidos por aplicación indebida son los artículos 349.2 del Código Penal, en relación con el artículo 5 No. 15) de la Ley de Rehabilitación del Delincuente y el Art. 13, párrafo segundo, del Código Penal, en virtud que se ha condenado al señor L. B. A. R. por haber ordenado el traslado de reos pandilleros de la penitenciaría Nacional y el Centro Femenino de Adaptación Social a diversos centros penales sin haberse realizado una distinción entre condenados y procesados. No obstante alega que el A Quo debió aplicar el Art. 5.15 de le Ley de Rehabilitación del Delincuente y no el Art. 41 del Código Penal por ser la primera 101 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 una norma penal mas favorable al acusado. El Censor estima que el Art. 5 No. 15) de la Ley de Rehabilitación del Delincuente es la norma penal más flexible en tanto que faculta al Poder Ejecutivo para efectuar traslados de reos condenados a la pena de reclusión de cualquier cárcel a la Penitenciaría, y exigir menos requisitos al prever la facultad de movilizar a los reos sentenciados de un establecimiento penitenciario a otro, sin hacer consideración a la calidad de estos. Reclama que el Juzgador debió aplicar con efecto retroactivo la ley penal mas favorable al acusado, contenida en el decreto Ejecutivo 004-2005, que concede categoría de Penitenciaría Nacional a la Granja Penal de El Porvenir. Arguye asimismo, que el hecho de que el acusado haya solicitado y ejecutado el traslado de “privados de libertad” de la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto hacia La Granja Penal de El Porvenir, no comporta la violación de la ley y por ende la comisión del delito de abuso de autoridad, amén de que el artículo 41 del Código penal dispone que el Poder Ejecutivo puede trasladar reos sentenciados por razones de mayor seguridad o por cualquier otro motivo. Finalmente el recurrente alega que el imputado en ningún momento actuó a título de dolo, pues de los hechos probados no se infiere que el acusado tuviere conocimiento de la situación particular de cada privado de libertad, concretamente si su responsabilidad penal había o no sido declarada y decretada en sentencia firme. Esta Sala de lo Penal considera importante recordar, que a través del recurso de casación por infracción de ley, sólo puede intentarse una revaloración jurídica del material fáctico descrito en la sentencia, contenido en la formulación de hechos probados realizada por el Tribunal de Instancia. A diferencia del tradicional recurso de apelación, propio del anterior sistema, que provoca un nuevo examen del caso por parte del Tribunal revisor, tanto bajo el aspecto fáctico como jurídico, el de casación por infracción de ley únicamente admite la posibilidad de que el Tribunal de Casación realice un nuevo examen del objeto procesal bajo el segundo aspecto, o sea una revisión jurídica de los hechos declarados probados. El recurso de casación por infracción de ley tiene por finalidad la revisión por parte de esta Sala de la interpretación que de la ley hagan los Tribunales de Sentencia definiendo o valorando jurídicamente los hechos establecidos en la sentencia y poniéndolos en relación con la norma de derecho que rige el caso dentro del campo de la consideración puramente jurídica. En este sentido, el recurso de casación por infracción de ley debe estructurarse o partir su alegación, de los hechos probados que contenga la resolución cuestionada, puesto que el vicio en esencia consiste en que la decisión adoptada por el juzgador en la parte resolutiva de la sentencia, es incompatible, irreconciliable o ajena a la verdad enunciada por la narración fáctica (hechos probados), de tal suerte que resultan inobservadas las normas que sí corresponde aplicar, se invocan normas que no deben aplicarse, o se invocan las normas que deben aplicarse al caso concreto pero el Juzgador hace una incorrecta interpretación de las mismas. Precisados los límites en los que puede desenvolverse la función revisora de esta Sala cuando del recurso de casación por infracción de ley se trate, ahora es pertinente que indiquemos cuales son los elementos objetivos y subjetivos del delito de ABUSO DE AUTORIDAD que se atribuye al imputado L. B. A. R.. En el caso que ahora nos ocupa, se imputa al encartado antes mencionado la comisión del delito de ABUSO DE AUTORIDAD tipificado en el artículo 349 No. 2) del Código Penal que se describe como la acción del funcionario o empleado público que “dicte o ejecute órdenes, sentencias, providencias, resoluciones, acuerdos o 102 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 decretos contrarios a la Constitución de la República o a las leyes o se abstenga de cumplir lo dispuesto por cualquiera de dichos ordenamientos jurídicos”. Para llevar a cabo una correcta interpretación de la norma contenida en el artículo aludido [349 No. 2) C.P.] es conveniente determinar cuál es el alcance o el sentido otorgado a la palabra “abuso”. Al respecto, cabe recordar las palabras de CARRARA, para quien ese término contempla en sí mismo dos significados diversos sumamente diferentes, denominándose a uno de ellos “sentido ontológico” y al otro “sentido jurídico”. “En sentido ontológico se abusa de una cosa siempre que se emplea para un servicio diverso de su destino natural. En sentido jurídico se abusa de una cosa aunque se la emplee según su destino, si esto se hace de modo ilícito o por fines ilícitos” ( vid. CARRARA, FRANCESCO; Programa de Derecho Criminal-Parte Especial, volumen V, Temis-Depalma, 1977, &2514, p. 58), añadiendo que “puede abusarse de la autoridad en sentido ontológico cuando se usa de un poder público traspasando los límites que el cargo concede, y a pesar de esto puede no cometerse delito, es decir, no haberse abusado en sentido jurídico, por no ser criminosos ni el fin ni los medios… .En cambio, puede no haber abuso en sentido ontológico porque la autoridad concedida se ejerce dentro de los límites del poder respectivo, y sin embargo hay abuso de autoridad en sentido jurídico por la maldad del fin o de los medios” (ob. cit. pp. 58/59). A idéntica conclusión arriba SEBASTIAN SOLER, cuando señala que “…es preciso señalar el límite mínimo, lo que separa el abuso de autoridad de la simple irregularidad funcional que determina a veces la revocación de la medida y a veces una corrección disciplinaria. Este límite mínimo está señalado por esa maliciosa suposición, por ese modo de obrar in fraudem legis. Solamente discerniendo que el presupuesto del abuso es una falsedad se comprende el delito en todos sus aspectos, porque no existe falsedad inconsciente: lo inexacto se transforma en falso sólo cuando a él se agrega el conocimiento, de la inexactitud” (Vid. Derecho penal argentino, t. V, tea, Buenos Aires, 1978, p. 139)”. “Por su parte, CREUS sostiene que no es exacto exigir para su configuración una determinada forma de malicia, sin embargo afirma que este tipo penal sólo se configura con dolo directo, en virtud de que además de requerirse el conocimiento por parte del autor de la oposición a la ley, la resolución o la orden; en su aspecto volitivo el agente debe querer oponerse a la ley, desconociéndola, pues quedan descartados aquellos supuestos de aplicación incorrecta de la ley por una interpretación errónea (cfr. CREUS, C.; Derecho penal- Parte especial, Tomo 2, Astrea, 5° edición actualizada, 1° reimpresión, Buenos Aires, 1996, p. 260)”. “En el mismo sentido, DONNA refiere que uno de los requisitos esenciales que debe contener este tipo penal es la existencia de dolo directo, pues para su configuración resulta indispensable la existencia del propósito de violentar la ley de modo tal de menoscabarla mediante el empleo abusivo de la autoridad. En otros términos “…el autor debe conocer la ilegalidad de las resoluciones u órdenes que se dictan, transmiten o ejecutan y debe tener la voluntad de dictarlas, ejecutarlas o abstenerse de cumplirlas, según los supuestos de que se trate” (vid. DONNA, E. A.: Delitos contra la Administración Pública, Colección Autores de Derecho Penal, Rubinzal Culzoni, 2° edición actualizada, 2008, p. 190)”. “Por consiguiente, el interés se concentra en los supuestos en que el suceso consiste realmente en un abuso, esto es, “en el uso incorrecto, arbitrario e improcedente de una facultad jurídica” (Soler, Sebastián; ob. cit., p. 138)”. “Es decir, la expresión “acto arbitrario” puede interpretarse correctamente sólo 103 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 si se toman en consideración su sentido objetivo y subjetivo, pues sólo podrá afirmarse que hay “abuso” o “arbitrariedad” allí donde el funcionario de que se trate disponga de poderes discrecionales y los emplee maliciosamente con un fin diverso a aquél perseguido por la ley”. “Resulta absolutamente irrelevante cuál sea la suerte que corra una resolución cuyo origen ha sido subjetivamente honesto, pues no adquiere el carácter de arbitrario por el mero hecho de que con posterioridad sea declarada su ilegalidad objetivarias A su vez, el funcionario que incurre en un error de derecho no comete abuso, en tanto aun cuando pueda afirmarse la existencia de ese error, no podrá decirse que hay falsedad, mentira y, en consecuencia, malicia”. “En palabras de Soler, “…en ningún caso se castigará la buena fe” (ob. cit., p. 140)”. En el caso bajo examen, el Tribunal sentenciador considera que el encartado L. B. A. R. es responsable de un delito de ABUSO DE AUTORIDAD ya que en su condición de Director General de Servicios Especiales Preventivos de la Policía Nacional, dictó ordenes contrA. a la ley, cuando en fecha 5 de febrero de 2003 dispuso el traslado de doscientos cuatro (204) internos (as) de la Penitenciaría Nacional “Marco Aurelio Soto” y del CEFAS, a otros centros penales del país, sin la existencia de un estado de emergencia y sin hacer distinción entre procesados y condenados. El Tribunal A Quo también arguye que el imputado cometió el delito relacionado, en tanto en cuanto que ordenó los traslados de mérito sin verificar previamente las condiciones de seguridad en los centros penales receptores, en particular de la Granja Penal del Porvenir, y sin informar previa o simultáneamente de la operación al Poder Judicial. El Tribunal de Sentencia añade que si bien es cierto que no ha sido un elemento a tomar en cuenta para formular el reproche penal del acusado; si censura el hecho de que éste último conociendo la existencia de los llamados reos rondines en los centros carcelarios del país, -figura no prevista en la legislación penitenciaria, pero en la práctica autorizados por las autoridades penitenciarias para ejercer funciones disciplinA. utilizando toletes o palos, en una posición de privilegio y de franca desigualdad respecto a los demás internos-, no hiciera nada para erradicar dicha práctica. El Juzgador señala que el argumento central esgrimido por el acusado para ordenar los traslados fue la situación de grave inseguridad que para la vida e integridad física de los pandilleros existía en la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto, presupuesto que no concurría, pues al contrario de lo afirmado por el señor L. B. A. R., no se produjo hallazgo alguno de explosivos antes de efectuarse los desplazamientos de reos pandilleros a otros centros carcelarios del país, sino que el mismo se produjo posteriormente, añadiendo que si bien es cierto que para el mes de febrero de dos mil tres era necesario tomar medidas preventivas en la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto, el imputado A. R. contaba con otros medios ya que pudo haber solicitado la intervención de elementos armados adicionales, esto es, la de miembros de la policía nacional. (vid. Folios 5231 y 5241 del Tomo No. XIX). La legislación hondureña en lo que concierne al traslado de internos de un centro carcelario a otro es sumamente escueta. El artículo 41 del Código Penal, vigente a partir del 12 de marzo de 1985 establece que “El Poder Ejecutivo siempre que lo crea conveniente por razón de la mayor seguridad o por cualquier otro motivo podrá, con conocimiento de la Corte Suprema de Justicia, disponer que se traslade a una penitenciaría a los reos sentenciados a pena de reclusión, que estén cumpliendo sus condenas en otras cárceles”. Por su parte y en similares términos, el artículo 5 No. 15) de la 104 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 Ley de Rehabilitación del Delincuente que entrara en vigor el 13 de marzo de 1985, prevé que entre otras atribuciones, la Dirección General de Establecimientos Penales tiene la de “ordenar los traslados a los establecimientos penitenciarios de los reos sentenciados a a la pena de reclusión, que estén cumpliendo condenas en otras cárceles, siempre que el Poder Ejecutivo lo estime conveniente con conocimiento de la Corte Suprema de Justicia.”. Expuesto lo anterior, cabe señalar que en los artículos 66 de la Ley Orgánica de la Policía Nacional37 que se encontraba vigente al momento en que se produjeron los hechos objeto de juzgamiento, se confiere a la Dirección General de Servicios Especiales Preventivos, de la cual era titular el acusado L. B. A. R., la responsabilidad de atender la seguridad, administración y custodia de los establecimientos penales, señalando el artículo 22 No.3) literal c) que en el cumplimiento de sus funciones, los miembros de la Policía Nacional tienen el deber de cuidar y proteger la salud física y mental de las personas detenidas y sometidas a resguardo. En lo que atañe a la clasificación de los establecimientos penales, el artículo 12 de la Ley de Rehabilitación del Delincuente expresa que habrá en la República los siguientes establecimientos penales: 1) las penitenciarías nacionales, para el cumplimiento de las penas que excedieren de tres (3) años; 2) las cárceles departamentales o seccionales, para el cumplimiento de las penas que no excedieran de tres (3) años, y 3) las cárceles locales, para el cumplimiento de las penas de prisión38. En lo que atañe a los presos preventivos, el artículo 86 de la Constitución de la República establece que toda persona sometida a juicio que se encuentre detenida tiene derecho a permanecer separada de quienes hubieran sido condenados por sentencia judicial. Por su parte, el artículo 78 de la Ley de Rehabilitación del Delincuente dice que “anexo a los establecimientos penales, aunque convenientemente separados de ellos, habrá uno o más departamentos preventivos destinados a recibir a los detenidos o procesados”. Un análisis sistemático de las normas antes relacionadas nos permite concluir que al tenor de lo previsto en la legislación penal y penitenciaria que entrara en vigencia hace más de veinticinco años, las penitenciarías nacionales son los centros carcelarios donde deben cumplirse las penas superiores a los tres años de reclusión, en tanto que las cárceles departamentales y seccionales están destinadas al cumplimiento de penas menos graves, es decir de aquellas que no excedan a los tres años de reclusión. De ello se deriva que las condiciones de seguridad y restricciones de los derechos fundamentales de los reclusos se prevea que sean mayores en las penitenciarías nacionales dada la mayor gravedad de las penas que deben cumplir los condenados internos en ellas. Por otro lado, también se desprende que la legislación de mérito no prevé la existencia de establecimientos especiales para la custodia de reos preventivos, de tal manera que ello no impide que estos puedan ser 37 Publicada en el Diario Oficial La Gaceta, en su edición No. 28617 del 18 de julio de 1998. 38 Vid. además el artículo 40 del Código Penal y el Decreto Ejecutivo No. 004.-2005 del 20 de mayo de 2005 que con el propósito de ―tomar medidas para la reorganización del sistema penitenciario nacional‖ designa a la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto como un establecimiento de ―máxima seguridad para los efectos del cumplimiento de penas privativas de libertad‖, al mismo tiempo que confiere la categoría de Penitenciarías Nacionales a las Granjas Penales de Comayagua, El Porvenir, Danlí, Santa Rosa de Copán, Presidios Departamentales de San Pedro Sula, Choluteca, Lempira, La Paz y el Centro Femenino de Adaptación Social (CEFAS). 105 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 internados en cualquier establecimiento carcelario, sea este una penitenciaría o una cárcel departamental o seccional, siempre y cuando se encuentren separados de los condenados. Por otro lado, cabe destacar que nuestra legislación guarda silencio en torno a la posibilidad de que los reos preventivos puedan ser trasladados del centro carcelario donde se encuentren a otro. Volviendo el juicio de reproche que el Tribunal de Sentencia hace al acusado R. A., se le achaca a éste la inobservancia de la ley cuando ordenó el traslado de doscientos cuatro reos pandilleros (as) que se encontraban recluidos en la Penitenciaria Nacional Marco Aurelio Soto y en CEFAS a otros centros carcelarios del país, sin que existiera la situación de grave peligro para la seguridad de la vida e integridad de tales internos aducida por aquel. Como lo expresáR. líneas arriba, tratándose del recurso de casación por infracción de ley, al Tribunal de Casación únicamente le corresponde verificar si a partir de los hechos declarados probados es posible subsumir la conducta delictiva que se le atribuye al imputado. Un examen detenido del relato fáctico contenido en la sentencia, revela que al momento de se produjeron los hechos que se atribuyen al acusado A. R. este se desemP.ba como Director General de los Servicios Especiales Preventivos y que por lo tanto era responsable de atender a la seguridad, administración y custodia de los establecimientos penales en el país. Por otro lado también se desprende, que el encartado solicitó autorización al entonces Secretario de Estado en los Despachos de Seguridad, O. A. P., para efectuar los traslados tantas veces referidos, alto funcionario del Poder Ejecutivo que no puso objeción alguna a los mismos, limitándose a indicarle que procediera de conformidad con la ley39. De igual manera en los hechos probados se consigna que varios meses antes de que se ordenaran los traslados, los reos comunes denominados “paisas” agredían verbalmente a los reos pandilleros recluidos en el módulo de “Casa Blanca”, tirándoles orines y excremento humano, cada vez que tenían oportunidad, implementando las autoridades penitenciarias el uso de áreas comunes del recinto por turnos, dándose la circunstancia de que los internos pandilleros se encontraban concentrados y encerrados en la celda No. 17, ubicada en la planta baja del referido módulo, completamente separados del resto de los privados de libertad; de tal manera que el espacio físico en donde se les había confinado estaba dividido por barrotes cubiertos con láminas de zinc para evitar el acceso visual desde otras celdas40. En el relato fáctico se establece que el procesado A. R. ordenó los traslados de doscientos cuatro pandilleros: 198 varones recluidos en la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto y 6 mujeres internas en el Centro Femenino de Adaptación Social (CEFAS), aduciendo motivos de seguridad por estimar que existía el peligro racional y fundado de que el resto de la población penitenciaria atentara contra su vida e integridad corporal así como también la de los familiares que les visitaban41. Con respecto a las internas pandilleras del sexo femenino dadas las relaciones de afinidad existentes con los reclusos varones recluidos en la penitenciaría Marco Aurelio Soto, se estaba generando una situación de intranquilidad y un clima de agresividad, presupuestos en virtud de los cuales según expone la Defensa del acusado, se procedió al traslado de seis reclusas a otros centros carcelarios del país. En la fundamentación fáctica 39 Vid. el hecho probado Tercero. Vid. el hecho probado Primero. 41 Vid. el hecho probado Tercero. 40 106 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 de la sentencia se expresa que el acusado A. R., tras el requerimiento que le formulara la Fiscalía de Derechos Humanos en fecha 7 de febrero de 2003 para que informara sobre los traslados, solicitó la presencia del escuadrón antibombas de la Policía Nacional a quienes entregó varios granadas y otros artefactos explosivos afirmando que los mismos habían sido encontrados al interior de la Penitenciaría Nacional, así como también se consigna que en fechas 10 y 11 de febrero del mismo año, remitió a la referida Fiscalía Especial y a la Corte Suprema de Justicia informes sobre los traslados en los que argumentó que los mismos se realizaron fundamentalmente por razones de seguridad, añadiendo que en un registro previo se les había decomisado a los internos de la pandilla “18” dos granadas de fragmentación, un fulminante con su respectiva mecha y una cantidad de TNT42. Expuesto lo anterior cabe ahora que volvamos sobre el punto que concierne al régimen legal de los traslados de reos de conformidad a la legislación hondureña. Como antes lo dijimos, los artículos 5 No. 15) de la Ley de Rehabilitación del Delincuente y 41 del Código Penal facultan al Poder Ejecutivo, para el traslado de internos, por motivos de seguridad u otros, (debe entenderse que en uno u otro caso deben ser razonables y por lo tanto no arbitrarios)tratándose de aquellos que purgan condenas en cárceles departamentales y seccionales a Penitenciarías Nacionales. El traslado de reos de un centro carcelario a otro es una cuestión que reviste cierta complejidad. Es de tener en cuenta que en determinadas circunstancias un traslado puede afectar ciertos intereses legítimos del interno, en tanto que en otras puede ser de su beneficio. Así por ejemplo, el traslado puede comportar un acercamiento al núcleo familiar del recluso, el acceso a tratamientos médicos especializados a los que no puede acceder con facilidad sino es en la zona donde se encuentra el centro carcelario receptor, la posibilidad de acceder a estudios superiores, la mejora en las condiciones carcelA. en el centro receptor, cuando las que reúne el establecimiento de origen son inferiores, la prevención de posibles riesgos para su vida e integridad corporal, etc…, pero al mismo tiempo tal movilización puede comportar una merma en su derecho de acceso a la justicia, y con ello de la garantía fundamental del debido proceso, sea que se trate en la fase de juzgamiento o de ejecución, tomando en cuenta que por regla general los reos son juzgados y se encuentran recluidos en el establecimiento carcelario ubicado en el ámbito territorial donde ejercen su competencia los órganos jurisdiccionales llamados a conocer los hechos objeto de procesamiento. De este modo podemos afirmar que en principio el traslado de internos de un centro carcelario a otro, solamente será procedente cuando se trata de reos condenados por sentencia firme que estando cumpliendo penas en una cárcel departamental o seccional, es decir con una duración no superior a los tres años de reclusión, por razones de seguridad o u otras que sean justificadas se hace necesario su conducción o transferencia a una penitenciaria nacional, centros que están destinados para purgar penas superiores a los tres años de reclusión, de ahí que excepcionalmente y solamente cuando se trate de salvaguardar intereses y derechos de los reclusos, sean estos preventivos o condenados, será justificable el traslado de los mismos. Y es que pese al silencio que sobre esta cuestión guarda la ley, el mismo ordenamiento jurídico impone a las autoridades policiales que ejercen funciones penitenciarias la protección de la integridad 42 Vid. hecho probado Quinto. 107 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 física y mental de las personas detenidas y en general las de cualquier persona, de tal manera que habrá que analizar las circunstancias concretas y particulares de cada caso para ponderar sí la transferencia de un centro carcelario a otro, resulta justificado o por lo contrario el mismo ha de ser tachado como arbitrario. De los hechos declarados probados por el Tribunal de Sentencia se desprende sin dificultad que desde hacía varios meses anteriores a la fecha en que se ordenaron los traslados, las relaciones entre la población de reos pandilleros y los presos comunes a lo interno de la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto eran evidentemente inamistosas y cargadas de una gran tensión, teniendo en cuenta que desde las áreas ocupados por la mayoría de los reclusos denominados paisas se proferían constantes “agresiones verbales” es decir, frecuentes amenazas, y se L.ban orina y heces fecales, añadiendo a ello la circunstancia de que las áreas comunes del establecimiento no eran compartidas de forma conjunta dadas las tirantes relaciones, lo que obligó a fijar turnos para su uso. Si a esto añadimos que de los hechos probados no se desprende que el hallazgo de granadas de fragmentación y otras sustancias explosivas en eL interior de la penitenciara nacional fuera un “montaje” de las autoridades, un espectador objetivo e imparcial, situado ex ante, no vería como irracional o arbitrario el traslado de los reos pandilleros, fueran estos preventivos o condenados, a otros centros carcelarios del país, tratándose como se desprende de los antecedentes antes referidos de salvaguardar la vida e integridad física de aquellos y de sus familiares, aunque con ello se afectaran otros intereses jurídicos de menor rango. Otra situación es que la medida, en lo que se refiere a los treinta reos pandilleros, de un total de doscientos cuatro, no resultara eficaz, en virtud de los acontecimientos que se dieran posteriormente en la Granja Penal del Porvenir, pero esta es una circunstancia que no resultaba razonablemente previsible para el encartado. Otro aspecto a considerar es que como antes lo expresamos, la potestad de ordenar el traslado de reos de un centro carcelario a otro corresponde a las autoridades penitenciaras, de tal manera que la notificación que la ley ordena que se haga a la Corte Suprema de Justicia como órgano superior del Poder Judicial, es precisamente para que a través de su conducto los órganos jurisdiccionales que conozcan de los respectivos procesos, sea en la fase de juzgamiento o ejecución tengan conocimiento de la ubicación de los internos para todos los efectos legales. En el caso bajo examen de los hechos probados se desprende que tal comunicación se produjo pocos días después de haberse ordenado los traslados por lo que no se aprecia un peligro o perjuicio manifiesto para los fines que la comunicación referida tiene en orden a satisfacer los intereses de la Administración de Justicia. De este modo podemos afirmar, que del relato fáctico de la sentencia impugnada, no se desprende que el imputado A. R. al ordenar los traslados tantas veces referidos haya actuado con el ánimo doloso de infringir el ordenamiento jurídico, por lo que no concurren los elementos objetivos y subjetivos del delito de ABUSO DE AUTORIDAD por el que resultara condenado. Esta Sala de lo Penal considera que en el presente caso se han puesto en evidencia las endémicas debilidades del sistema penitenciario nacional, concretamente la no separación de los reos procesados de los condenados, tal como lo manda el artículo 86 Constitucional; la delegación de funciones disciplinA. y administrativas, del personal penitenciario en “reos de confianza”, llamados Rondines, identificados por la portación de bastones de madera llamados “toletes”, como símbolo de fuerza, y que hacen labores de “orden y 108 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 seguridad” al interior de los centros penales del país, lo que ha dado lugar a la formación de un subsistema arbitrario de aplicación de castigos y privilegios, por parte de reos privados de libertad que gozan de la “confianza” de las autoridades penitenciarias en contra de la población de reos pandilleros, todo al margen de la legalidad, lo cual ha generado en estos condiciones de discriminación y marginamiento, sin embargo es el caso de que el Derecho Penal es la última ratio, de tal manera que sin perjuicio de que el acusado A. R. pudiera haber incurrido en responsabilidades de orden administrativo en la conducción general del sistema penitenciario nacional, solamente cabe juzgar en esta sede, si la acción concreta de ordenar los traslados tantas veces referidos, a partir de los hechos declarados probados, es o no constitutiva de un delito de abuso de autoridad. Habiendo concluido como antes lo expresamos que no se derivan del relato fáctico los elementos objetivos y subjetivos de dicha infracción penal, resulta procedente declarar con lugar el motivo de casación que por infracción de ley ha formulado el Apoderado Defensor del acusado L. B. A. R.. XX.- SEGUNDO MOTIVO: Haber incurrido el sentenciador en falta de observación de las reglas de la sana crítica en la valoración de la prueba. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el Art. 362.3 del Código Procesal Penal (en adelante ―CPP‖). EXPLICACIÓN DEL MOTIVO. Los preceptos penales adjetivos que se invocan como infringidos por falta de aplicación, prescriben: Art. 202: ―Las pruebas serán valoradas con arreglo a la sana crítica. El órgano jurisdiccional formará su convicción valorando en forma conjunta y armónica toda la prueba producida‖. Por su parte, el párrafo primero, del Art. 336, de la misma ley señala: ―El Tribunal, para resolver, sólo tendrá en cuenta las pruebas que se hayan ejecutado durante el debate, las que serán apreciadas en su conjunto y de acuerdo con las reglas de la sana crítica‖. También, el Art. 338, que regula la forma de estructurar la sentencia, ordena al Tribunal sentenciador, en el numeral 2), lo siguiente: ―…Valoración de la prueba. Seguidamente, se expresarán las pruebas tenidas en cuenta para declarar probados esos hechos, justificando, según las reglas de la sana crítica, el valor que se haya dado a las practicadas en juicio y, en su caso, el razonamiento utilizado para obtener conclusiones por presunción a partir de los indicios, igualmente declarados probados‖. Los hechos probados de una sentencia penal (que constituyen la verdad a la que el Tribunal cree haber arribado) están sustentados en el acervo probatorio que se plasma en la fundamentación probatoria.La fundamentación probatoria se divide en las fases descriptiva e intelectiva; en la primera (fundamentación probatoria), el Tribunal describe cada una de las pruebas que dan sustento a su decisión; en la segunda (fundamentación intelectiva), el juzgador debe explicar porqué un medio probatorio le merece o no confiabilidad, y, además, porqué un elemento de prueba le conduce a una conclusión determinada.- Sobre esta segunda operación, es que recae el reproche del recurso de casación por violación a las reglas de la sana crítica de acuerdo con el motivo planteado, de tal suerte que la violación a esas reglas que corrigen el correcto entendimiento humano, constituye un problema de fundamentación de la sentencia; por ello el legislador en el artículo 338 del CPP, ubica dentro de la ―fundamentación del fallo‖ (regla cuarta), la valoración de la prueba.- Las reglas de la sana crítica entonces, constituyen la especie dentro del género conocido como fundamentación. En el sistema de sana crítica racional que implementa nuestro sistema procesal penal, en cuanto a la 109 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 valoración de la prueba, impera la plena libertad de convencimiento de los Jueces, pero exigiéndoseles que las conclusiones a las que arriben sean el fruto razonado de las pruebas en que se las apoye.- En este sistema el juzgador no tiene reglas legales que le establezcan el valor que debe consignarle a cada prueba, pero esa libertad tiene límites: Las normas que gobiernan la corrección del pensamiento humano.- En la sana crítica racional, el juzgador logra sus conclusiones sobre los hechos de la causa valorando la eficacia conviccional de cada prueba con total libertad, pero respetando al hacerlo, los principios de la recta razón, es decir, las normas de la lógica, la psicología y la experiencia común Dentro de las reglas de la lógica, al que debe sujetarse el juzgador en la valoración de las pruebas, según lo exigen los Arts. 202 y 336 CPP y que recalca el Art. 338, sección cuarta, numeral 2 (―...justificando según las reglas de la sana crítica, el valor que se haya dado a las practicadas en juicio...‖), aparece la característica, exigida por ellas, denominada, según F. DE LA RUA (La Casación Penal. El Recurso de Casación Penal en el Nuevo Código Procesal Penal de la Nación), como DERIVADA, según la cual, la motivación debe respetar el principio de razón suficiente, para lo cual ―el razonamiento debe estar constituido por inferencias razonables deducidas de las pruebas y de la sucesión de conclusiones que en virtud de ellas se vayan determinando‖.- Para ello, la motivación debe ser CONCORDANTE: A cada conclusión afirmada o negada, debe corresponder convenientemente un elemento de convicción del cual se pueda inferir aquella. Resulta, que la sentencia que hoy se cuestiona por esta vía impugnativa, contiene un vicio grave que atenta con las reglas de la sana crítica a observarse en la valoración de la prueba, y que se convierte, en consecuencia, en la violación de los Artículos mencionados: ACLARACION PREVIA En base al derecho de defensa del señor L. B. A. R., se solicita a la Honorable Sala de lo Penal, que este motivo de casación se estime como subsidiario o secundario al primer motivo de casación planteado, de tal forma que debe procederse al estudio o análisis del presente, sólo en el caso en que el tipo de infracción de ley sea declarado improcedente.- Ello debido a que el efecto que conlleva dicho motivo es la absolución del señor A. R., siendo ésta la aspiración primordial de esta representación.- Por ello, se solicita a la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia que de forma priM. o preferente se pronuncie sobre el primer motivo de casación, y de forma subsidiaria o secundaria conozca y resuelva el presente. INDICACION DEL VICIO El Tribunal de Sentencia ha concluido, al analizar la probanza relacionada al señor L. B. A. R., ciertos extremos: 1. Que el traslado de 204 privados de libertad, miembros de la mara ―18‖, solicitado y operado por el imputado, no estaba justificado en un nivel de conflicto que ameritase el movimiento de dichos internos a diversos centros penales del país, entre ellos la Granja Penal de El Porvenir; por ello afirma en la página 110 de la sentencia: ―El acusado L. B. A. R., no tenia motivo justificado para ordenar el traslado de reos pandilleros y reas pandilleras, de la Penitenciaria Nacional Marco Aurelio Soto y Centro Femenino de Adaptación Social a otros Centros Penales del país, al grado que en un primer momento adujo que era por motivos de seguridad de los propios trasladados, pero posteriormente señala que también lo fue por habérsele encontrado a los trasladados granadas y explosivos en un registro previo, lo cual es totalmente falso‖. 2. Se cuestiona el hecho de haberse efectuado el traslado de las privadas de libertad del CEFAS, por no haber razón para 110 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 efectuarlo. 3. Atribuye al señor A. R., el hecho de haber efectuado el traslado sin haber distinguido la condición jurídica de los de los internos, entre reos condenados o reos procesados con la imposición de la medida cautelar de prisión preventiva, por lo cual ha entendido, en la FUNDAMENTACION JURDICA que ello es un aspecto que representa la infracción al Art. 5.15 de la LRD. 4. A. Establece que no se había verificado que el Centro Penal del El Porvenir tenía la capacidad y las condiciones de seguridad para poder recibir a los reos pandilleros trasladados, con lo cual se da a entender que con el traslado efectuado, se incrementó el grado de inseguridad en el mismo. Todos estos extremos, probados según el Tribunal, inciden en que al señor L. B. A. R. se le haya condenado por el delito de ABUSO DE AUTORIDAD de conformidad al Art. 349.2 del CP, según lo desarrolla la sentencia en su FUNDAMENTACION JURIDICA. Para que la condena recaída en él sea legítima, desde el punto de vista probatorio el Tribunal debió haber arribado al nivel de conocimiento de la CERTEZA, sobre la realización de un hecho que encaja en una norma jurídico-penal; sobre la participación del imputado en su realización y en la culpabilidad del mismo, único grado de conocimiento que Constitucionalmente faculta a los órganos de justicia penal emitir un fallo de condena; de tal forma que si del resultado de la prueba no se alcanza a la obtención de ese nivel, sino cualquier otro (probabilidad, duda o constatación negativa, sobre cualesquiera de esos extremos), debe absolverse puesto que no se habrá quebrantado el Estado de Inocente del procesado. El defecto de violación de las reglas de la sana crítica, en concreto, de lesión al principio lógico de razón suficiente, resulta, de las diversas conclusiones probatorias a las que llegó el Tribunal de Sentencia, y que le condujo a establecer que el imputado L. B. A. R. solicitó y ordenó el traslado de reos que ostentaban la condición de presos preventivos, a sabiendas de esa calidad; que no había una razón que justificara, racionalmente ese traslado, y que sabía que en el caso concreto del Centro Penal de El Porvenir, no habían condiciones de seguridad suficientes para albergar a los 30 pandilleros traslados.- Veamos qué medios de prueba contribuyen a establecer que las circunstancias fácticas expresadas no concurren en el actuar de nuestro representado, y que paradójicamente la información que brindan a favor del imputado aparece recogida en la valoración intelectiva de la sentencia. La necesidad de realizar el traslado de los 204 privados de libertad. 1. Declaración testifical del señor P. G. F., interno de la Penitenciaria Nacional ―Marco Aurelio Soto‖, quien se identificó como uno de los Cocineros del Modulo Casa Blanca.- Dicho testigo manifiesta, entre otras cosas que: los pandilleros estaban en el hogar 17, la isla, en Casa Blanca; toda la población dio plazo para sacar a los mareros, fueron todos los presos privados de libertad que dijeron que no querían ver a ningún marero; que el día del traslado los mareros estaban armados, al sa C. de las celdas les encontraron las armas en un operativo, que ellos vieron que le decomisaron granadas; que a él como cocinero se le prohibió darle comida a los mareros porque si no ‖lo picaban‖; que vio que los ―paisas‖ estaban desprendiendo unas laminas para meterse donde estaban los ―18‖; que el problema se calentó mas al escucharse de que se matara al Teniente M. D., que era el de requisa de Casa Blanca.- Los traslados se efectuaron a partir de las siete de la noche hasta las doce de la noche. 2. Declaración del testigo J. R. M. V., también interno de la Penitenciaria Nacional ―Marco Aurelio Soto‖, quien relata que: al ser trasladados los mareros a Casa Blanca, y al apoyarse a aquellos pandilleros que dejaban de serlo, 111 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 eso generó la molestia en el resto de mareros manifestándose en represalias primero en contra de los ‖peseteados‖, después contra los ―paisas‖ a quienes les decían que los iban a pelar; los de la mara molestaban mucho; que después se dio la pugna entre pesetas y paisas, porque los de la dieciocho no dejaban de molestar, había un hostigamiento entre uno y otros.- Agrega que M. F., que era el coordinador, platicó con R. que era el alcaide, diciéndole que la situación estaba muy caliente; después llego V. que era el sub director, platico con M. F. y después llego con N. G., pero en ese momento los ánimos estaban bien caldeados; que lo único que los dividía a los reos comunes con los mareros eran unas láminas soldadas, y los paisas ya estaban empezando a quitar la lámina y estaban rompiendo un servicio para meterse donde ellos.- Indica que los mareros tenían armas y granadas; que si no hubieran sacado esa gente de allí hubiese sido una gran masacre.- Refiere que el problema se generó porque se les estaban ―peseteando‖ sus miembros y los paisas los recibían, por eso los mareros estaban enojados. Fue muerto el que hacía las requisas en un bus y los paisas se dieron cuenta que había sido La Diabla la que le había dado muerte que es miembro de la 18 y por eso se les tuvo más odio los paisas. Antes de Casa Blanca estaban en procesados dos y por darle muerte al paisa M. G. los trasladaron a Casa Blanca en la noche. Dice que fueron los paisas los que encontraron la granada al día siguientes, ellos andaban buscando cosas que pudiesen haber dejado los mareros. Las encontraron en un hoyo por en medio de los bloques, hasta para abajo. 3. Declaración del Policía Penitenciario J. P. A. R., asignado a la Penitenciaria Nacional ―Marco Aurelio Soto‖.- Este testigo indicó que el día del traslado, 5 de febrero de 2005 (queriendo decir 2003), le reportaron el problema dentro del módulo de Casa Blanca conduciéndose con H. V. D.; que entraron donde estaban los 18 y gritaban que los iban a matar, pero que querían hablar con G. (el Director de la Penitenciaría).- Al entrar al módulo miró que un grupo de paisas habían quitado unas láminas y los ―18‖ estaban preocupados. La población estaba indignada por haberle dado muerte al Sub Teniente M., se estaba viendo una situación difícil y el teniente G. le dieron ―chance‖ de sacar a la gente hasta las doce de la noche porque si no iban a entrar donde estaban los ―18‖. Luego, el Director A. R., estuvo presente en la penitenciaría para solucionar el problema. Agrega que se hizo una requisa después de los traslados, se encontró una barbaridad de machetes y armas punzo cortantes y en el libro aparece que se encontraron otras cosas. 4. Declaración del otrora Director de la Penitenciaria Nacional ―Marco Aurelio Soto‖, R. N. G. T., quien de forma relevante declara: Que en febrero de 2003 el Sub. Director el teniente V. le informó de una situación grave en el modulo de Casa Blanca; que encontró un problema consistente en que la población penitenciaria ―paisas‖ estaba tratando de introducirse al hogar 17 donde estaban los miembros de la mara ―18‖, habiendo desprendido parte de la división. Dice que habló con la población y estaban furiosos con los mareros y escuchó que no les iban permitir alimentos y visitas, por lo cual informó, vía teléfono, al Director General A. R., quien envió al capitán V. L.; en vista que los paisas estaban solicitando hablar con alguien superior; dicho funcionario se personó para ver el problema, y los privados de libertad se negaron a hablar con él, diciendo que querían hablar con A. R..- Este se hizo presente donde ocurría el problema, se reunió con todos los coordinadores de todos los módulos, ya no sólo en Casa Blanca sino de todo el centro penal, solicitándole que sacara a los miembros de la mara ―18‖ porque 112 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 sino morirían todos los miembros de la mara 18 y tendrían que alistar los contenedores para los muertos; ante ello, A. R. se entrevistó con el Ministro de Seguridad para plantearle la situación, procediéndose luego a la organización de los traslados, que comenzaron a efectuarse a partir de las siete de la noche.Agrega que después de los traslados se procedió a realizar un operativo con los policías penitenciarios en el lugar donde estaban ellos y se encontró una granada, pólvora y mecha lenta.Refiere que el problema ocurría en la planta baja, donde están las celdas de la mara ―18‖; se trataba de una celda forrada con barrotes y láminas de zinc y los paisas ya habían quitado las láminas. Termina diciendo que al Teniente J. S. M., un día antes por la tarde lo había matado la mara ―18‖ y eso fue lo que indignó a la población penitenciaria.‖. 5. Testigo M. E. V., funcionario de la Dirección General de Servicios Especiales Preventivos, quien expresa que el 5 de febrero le habló el Director General, por la mañana y le explicó que había un problema en la Penitenciaría Nacional, por lo cual se condujo a ese centro con el oficial H. V.; que al llegar a Casa Blanca se dirigió al lugar de los pandilleros y ellos le dijeron que estaban amenazados a muerte, que temían por sus vidas y que no había otra que afrontar la situación, por lo que tenían miedo de que los pudieran envenenar en los alimentos.- Al hablar con los paisas le manifestaron que lo ideal era platicar con el Director General. Ellos dijeron que solo había una salida, porque era la única oportunidad de asesinar a los mareros. Una de las consignas que decían los paisas eran: ―Pelones hoy los pelamos, hoy las pagan‖. Es por eso que volvió a donde los mareros a darles ánimo, para pedirles calma. Antes del medio día fue a donde el Director General a realizar la recomendación de trasladar a los mareros. Agrega que él hizo la recomendación de que se trasladaran porque de lo contrario hubiesen habido 200 a 300 muertos para el siguiente día. 6. El testigo R. E. V. E., reo pandillero que fue trasladado desde la Penitenciaria Nacional Marco Aurelio Soto, a la Granja Penal de El Porvenir.- El deponente indica que los trasladaron (a los pandilleros de la mara 18) a Casa Blanca y estuvimos 8 meses sin salir del cuarto. En Casa Blanca les decían que los iban a matar, a picar, solo amenazas se escuchaban allí. A los ocho meses los trasladaron de estar en Casa Blanca. No se porque nos traslA.. Los traslados fueron a las nueve de la noche.- Agrega que fue trasladado a Casa Blanca por la muerte del coordinador y porque se escuchaba que los iban a ir a sacar ―para picarnos‖; que en Casa Blanca sentía amenazada su vida, les decían que los iban a matar, que nos iban a quemar como pollo asado. 7. Esa situación de apremio y de amenazas, es revelada también por el testigo J. J. C. M., reo pandillero, trasladado desde la Penitenciaria Nacional Marco Aurelio Soto hasta la granja Penal de El Porvenir.- Ese ratifica lo indicado por el testigo anterior, en el sentido de mencionar que: Los líderes de la pandilla 18 mataron al señor M. G., y por eso los traslA. a Casa Blanca, siendo esa la razón por la cual toda la prisión estaba en contra de los pandilleros; que los paisas estaban rompiendo la terraza y las paredes para meterse donde ellos.- Dice que fueron transferidos a Casa Blanca por protección de todo el penal que estaba en contra de ellos. 8. Oficio SSDGSEP-049-2003, emitido por el señor L. B. A. R. y dirigido al Señor O. A. A. P., en su calidad de Ministro de la Secretaria de Seguridad (Folio 774, tomo IV del Expediente).- En él solicita autorización de traslado de 204 pandilleros a otros centro del país, indicando que es por motivo de seguridad, al tenerse información que la otra población penitenciaria, conocidos 113 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 como paisas, quieren ultimar a los reos pandilleros, motivado esto en parte por haberse dado muerte al Sub teniente J. S. M. M..Vemos que la circunstancia expresada en el mismo proviene de toda la información brindada por los testigos que refieren la manera apremiante en que se encontraban los mareros de la pandilla 18, quienes se encontraban amenazados en su vida por los reos asignados al pabellón Casa Blanca, con lo cual el traslado tenía como propósito evitar una inminente tragedia. 9. La situación de inseguridad que persistía en ese momento, es ratificada por el informe especial del Escuadrón Anti Bombas, de fecha 15 de Febrero de 2003 (Folio 795 y 796, tomo IV del Expediente), el cual fue ratificado en juicio por el Señor D. A. O..- El documento expresa que el 7 de Febrero de ese mismo año, se recibió una llamada del Teniente Coronel de Infantería M. A. L., informando sobre hallazgo de aparatos explosivos en la Penitenciaría Nacional. Agrega que a las 16:20 horas, el Señor D. A. O., se dirigió al lugar, identificando los aparatos explosivos en la oficina del Señor L. B. A. R., donde se encontró: a. Una granada M16, fabricación norteamericana, peso 1 libra. De 15 a 25 metros radio de acción. b. Una granada FMK2, fabricación argentina; de 15 metros de radio de acción. c. Una pasta Explosiva, sin que se le pueda conocer el nombre por haberse desprendido el empaque. d. Una cápsula detonante M7, tipo comercial, adherida un pedazo de mecha comercial, con retardo de 12 segundos. El ratificante además agregó, que fue a recoger los explosivos en la oficina del señor L. B. A. R., quien le informó que dichos aparatos se habían encontrado en una celda.- Menciona que no sabe quién encontró los explosivos, pero se le dijo que en el interior de la penitenciaria. 10. El hallazgo de esas municiones en el lugar que dejaron los mareros en Casa Blanca, luego de su traslado, aparece también consignado en el oficio SS-DGSEP-054-2003, dirigido por el imputado a la Fiscal Especial de Derechos Humanos A. E. R. (Folio 787 al 791, tomo IV del Expediente), como también en el oficio SSDGSEP-060-2003, dirigido por él a la Presidenta de la Corte Suprema de Justicia, con lo cual la existencia de esos hallazgos resulta probada. 11. En relación al CEFAS, la testigo P. D. S. O., quien para el 5 de febrero se desemP.ba como Directora de dicho centro, depuso: Que la reos miembros de la mara 18 eran las más violentas y se estaban insubordinando por lo que la situación se estaba descontrolando, situación que le fue reportaba al comisionado A..- Dice que las mareras 18 estaban muy violentas con las pesetas y las paisas; el comisionado le sugirió que las separara de la población.- Luego, trataron de hacer un conato de incendio y como no tenían suficiente personal, fueron a evacuarlas y empezaron a agredir a la policía.- Al día siguiente llegaron ―los de los derechos humanos‖ y ellos me recomendaron trasladarlas.Ellas recibían órdenes de los esposos, muchos de ellos mareros y presos en la Penitenciaría Nacional. Los traslados se hicieron ese día aprovechando el traslado de los hombres, a falta de logística. Cree que fue ella la encargada de hacer la distribución de las mareras para los traslados. Menciona no recordar la situación jurídica de las personas trasladadas.Coincidente con la testigo, L. M. R. Z., quien fungía como Policía Penitenciaria, encargada de la Seguridad en el CEFAS para el 5 de Febrero de 2003, declaró que: Cuando llegó, la población penitenciaria estaba dividida e intranquila; las mareras estaban dando problemas por lo cual le dijo a la Directora que necesitaban más personal; que las internas pertenecientes a la mara eran violentas e incluso agredieron a la directora P. S., por lo cual pidió más refuerzos; que se aprovecho el vehículo de transporte de 114 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 la Penitenciaria Nacional para trasladar a las mareras. No se enteró de la condición jurídica de las mareras trasladadas. 12. Y si lo anterior no bastara, también el Tribunal tuvo la oportunidad de escuchar, sobre este punto la versión del propio imputado (Pág. 374 del Acta de Debate), en la que indica y ratifica que el traslado de los pandilleros hacia los distintos centros penales del país se dio porque se vivía una amenaza latente los pandilleros y la población penitenciaria esa fecha 5 de febrero el vivió esa crisis, la vivió la percibió, se habló con los coordinadores, ellos fueron claros y contundentes a parte del personal asesor que él tenía; él vivió los hechos, vivió la situación hostil entre ambas poblaciones, los gritos la amenaza permanente él los vivió, y viendo la situación no le quedó otro recurso de hacer preparativos; consultó a los diferentes centros penales para que le recibieran cierto números de pandilleros; se elaboró la solicitud de traslados al señor Ministro de Seguridad, quien le dijo que procediera; lo que trataba de evitar con la decisión era un enfrentamiento armado por todos los grupos.Agrega que eso era indescriptible, sólo viviendo el momento uno lo puede sentir; de haberse dado un enfrentamiento hubiese sido peor, por lo cual se siente bien en su conciencia porque fue una decisión bastante acertada, por esas razones se considera inocente. De toda esta prueba referida, se aprecia, efectuando la relación conjunta y armónica que exige la normativa procesal penal (Art. 202), que sin lugar a dudas en la Penitenciaría Nacional se vivía una situación de peligro en relación a los miembros de la pandilla 18 que habían sido trasladados, por razones de seguridad al módulo de Casa Blanca.- Es elocuente y palpable como internos pertenecientes a esa pandilla, como aquellos que residían en Casa Blanca y que no eran mareros, y funcionarios penitenciarios, coinciden en declarar que los mareros afrontaban una situación de amenazas en sus vidas, puesto que los reos ―paisas‖, es decir aquellos que no eran mareros, decían que los iban a ―picar‖ y a ―pelar‖, por lo cual ya habían comenzado a desmantelar las láminas que separaban a los pandilleros de los demás internos en ese módulo para ingresar al lugar donde se encontraban, y ello con la única intención de enfrentarse a ellos y acabar con sus vidas.Esa era la situación que tuvo que confrontar la autoridad penitenciaria el 5 de febrero de 2003, y a pesar de la intervención que varios de sus miembros hicieron al entrevistarse con ambas partes, es decir pandilleros y paisas, constataron que si no tomaban una decisión, se generaría un incidente con matices de masacre generalizada, porque el enfrentamiento entre ambos grupos era inminente.- De esa forma, se cuestiona absolutamente que el Tribunal recurrido, no haya DERIVADO de estos medios de prueba la conclusión uniforme que efectivamente al señor L. B. A. R. le tocó afrontar, como Director General de Servicios Especiales Preventivos, tan apremiante situación, y que, como autoridad encargada de la seguridad de los internos de los centros penales del país, le correspondía tomar la decisión ineludible para proteger la vida de los reos pandilleros de ordenar su traslado, puesto que en la Penitenciaría Nacional su vida o su integridad corporal corrían grave riesgo.- Y de los testimonios anteriores se desprende que hasta un emplazamiento se las había dado por los propios internos para que ese día tomaran una decisión inmediata, de lo contrario correría la sangre al día siguiente, es decir, era inminente el ataque del que serían víctimas los reos pandilleros.No es posible, desde el punto de vista de la aplicación de las reglas de la sana crítica que el Tribunal recurrido no haya recogido la conclusión fáctica de que efectivamente existía una 115 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 grave e inminente amenaza en las personas de los reos pandilleros albergados en Casa Blanca, y no haya apreciado también que el imputado tenía que tomar una decisión para salvaguardar sus vidas, en cumplimiento de los deberes que su cargo le imponía, cuando toda la información probatoria referida conduce a establecer esa conclusión.- Por ello, resulta inaudito que en cumplimiento de las atribuciones y deberes que la ley le exigía a imputado, como ser, el Art. 10.3 de la Ley Orgánica de la Policía Nacional: ―Para el logro de sus objetivos y el cumplimiento de sus responsabilidades tendrá (la Policía Nacional) las atribuciones siguientes: 1…; 2…; 3. Proteger la vida, honra, bienes creencias, derecho y libertades de las personas y la seguridad de las instituciones públicas y privadas…‖, y el Art. 52 de la misma ley: ―La Dirección General de Servicios Especiales preventivos es la responsable de atender la seguridad, administración y custodia de los establecimientos penales…‖, el Tribunal de Sentencia no haya apreciado y concluido que se presentaba una situación que ameritaba en la persona del Director General proteger la vida de los internos y la seguridad de la Penitenciaría Nacional, de lo contrario le haría, precisamente, infringir dichas disposiciones.- De ello se sigue, que resulta paradójico que al imputado se le haya condenado, cuando lo que hizo fue simple y sencillamente dar cumplimiento a la Ley. Si L. B. A. R. no hubiese actuado solicitando el traslado de los pandilleros y luego haber dirigido el traslado de los internos, seguramente hubiese sido acusado por la falta de decisión y omisión a los mandatos legales antes vistos, al producirse la tragedia que estaba por materializarse con la situación imperante en ese momento; seguramente a él se le hubiese achacado la responsabilidad penal por el cúmulo de muertes que se producirían ante la inminente situación de peligro.- El tuvo que ponderar esa situación, y tomar la decisión que hasta sus propios subalternos le aconsejaban, ya que se encontraban frente a una bomba de tiempo que estaba a punto de estallar en la Penitenciaría Nacional.- Por ello, la solicitud que presenta ante el Ministro de Seguridad, en 5 de febrero de 2003, y el traslado que dirige en esa misma fecha, estaba más que justificado y legitimado por nuestro ordenamiento jurídico, ya que con esas acciones, él como autoridad fue consecuente con el deber jurídico de proteger la vida de las personas cuya existencia corría un riesgo inminente, como al efecto lo exige la Constitución de la República, al señalar la obligación estatal de garantizar el Derecho a la Vida de la persona humana.- Así, por esos superiores intereses, no puede entenderse, como erróneamente lo interpreta el Tribunal de Sentencia, que no existía tal situación de peligro que ameritase la toma de la decisión solicitada y ejecutada por el imputado y aprobada por el Ministro de Seguridad, ya que en el contexto referido por la probanza desarrollada, resulta claro que L. B. A. R. ―procedió de conformidad con la Ley‖, tal como se lo autorizó el Licenciado O. A. A., porque procuró salvaguardar el interés más preciado por nuestro ordenamiento: la vida de las personas, que en las condiciones apuntadas por la prueba evacuada, y con el conocimiento general que tenemos de la situación de inseguridad que se vive en los centros penitenciarios, de no actuar, como le fue autorizado, sobre sus propias espaldas hubiese caído la responsabilidad por no haber actuado a tiempo. Esa situación de inseguridad y riesgo que refieren los testigos de la población paisa, de los mareros y los mismos funcionarios que brindan su declaración, encuentra un sustento probatorio en el hallazgo de municiones de explosivos encontradas en el lugar ocupado por los miembros de la mara 18 en Casa Blanca.- Independientemente que el 116 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 hallazgo se haya efectuado antes o en un momento inmediato posterior al abandono de la Penitenciaría Nacional por los reos pandilleros, verifica la situación de peligro que se corría de no tomar una decisión a tiempo, ya que de haberse producido un ataque masivo en contra de los pandilleros por los reos paisa que ocupaban casa blanca y que le triplicaban en número, seguramente hubiera conllevado al empleo de dichas municiones con las consecuencias nefastas que hubieran producido.- Lamentablemente el Tribunal en su valoración probatoria le concede mayor importancia al cuándo del descubrimiento de ese material explosivo que al hallazgo mismo, ya que lo que realmente es relevante, y que en el fondo confirma la situación de extrema inseguridad que se estaba produciendo, y que hubiese generado una tragedia de no tomar la determinación de traslado que se adoptó, es que con el informe del Escuadrón Antibombas, los oficios librados por el imputado a la Fiscal Especial de Derechos Humanos y a la Presidenta de la Corte Suprema de Justicia, y con las declaraciones de los testigos arriba referidas, se ha confirmado que los pandilleros tenían ese material, el que seguramente hubiese sido utilizado al verse amenazados con un ataque masivo, como el que se pretendía realizar por los reos paisas.- Y a pesar que en la valoración de prueba realizada, finalmente el Tribunal da por acreditado que el descubrimiento del material se produjo, no lo relacionó, como es su deber impuesto por el Art. 202 del Código Procesal Penal, con las declaraciones examinadas para inferir, razonablemente que en la Penitenciaría Nacional se estaba produciendo una situación de extremo peligro, y que en el fondo legitimó la petición formulada por mi representado al Ministro de Seguridad de efectuar el traslado de los reos pandilleros.- No se nota, entonces, sobre este punto, una ―relación conjunta y armónica‖ de la probanza ofrecida, como lo exige la normativa procesal penal, y por ello lo errado en el Tribunal que nunca pudo determinar la situación de peligro que se afrontaba, y que justificaba el traslado. En relación al escenario que imperaba en el Centro Femenino de Adaptación Social (CEFAS), también la sentencia ha fracasado en extraer la conclusión que general los medios de prueba representados por las declaraciones de P. D. Z. O. y L. M. R., ya que relacionando sus declaraciones, se evidencia que en ese centro penal las pandilleras de la mara 18 estaban insubordinadas, y ese comportamiento se estaba saliendo de control de la autoridad penitenciaria, lo cual fue puesto en conocimiento del procesado A. R..- Ese comportamiento violento de dichas internas había llegado al punto que a la propia Directora de ese establecimiento penal, la habían agredido, y hasta un incendio habían tratado de provocar en el recinto; es más hasta las propias organizaciones de Derechos Humanos habían aconsejado el traslado de las privadas de libertad por su extremo comportamiento violento en contra de las internas ―pesetas y paisas‖.- Esa situación que fue reportada por la Directora del Centro al comisionado A. R., propició que en su solicitud al Ministro de Seguridad, se incluyera el traslado de 6 privadas de libertad, a través del oficio SSDGSEP-049-2003.- De esa forma, según las declaraciones desarrolladas, y relacionándolas con el oficio en mención, se hacía necesario también el traslado de las 6 privadas de libertad, puesto que de lo contrario su actitud violenta que ejercían junto con sus compañeras de pandilla, ameritaba esa toma de decisión puesto que de lo contrario generaría la realización de actos de mayor violencia que implicaran resultados lamentables e irreparables.Esta conclusión, tampoco es DERIVADA por la sentencia, a pesar de haber prueba que se la indicaba, y que no tuvo oposición por otros 117 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 medios de convicción desarrollados, por lo cual, tampoco sobre este punto hubo una correcta valoración de la prueba. B. La no preparación de los listados de personas sujetas a traslado por el imputado. Asimismo, quedó debidamente acreditado, y mentablemente desconocido por el Tribunal que la selección de las personas que se trasladaron a diversos centros penales del país no fue efectuado por el señor L. B. A. R., y en consecuencia no puede imputarse a él la situación de no determinarse en el mismo qué calidad de reos se trasladaban, si reos preventivos o reos condenados.- Así, en las declaraciones de los testigos R. N. G. T., Director de la Penitenciaría Nacional para el 5 de febrero de 2003, y P. D. Z. O., Directora para ese tiempo del CEFAS, se manifiesta claramente que en la selección de trasladados no tomó participación el imputado.- En el caso del primer testigo, éste señala que la organización general del traslado fue atendida por Director General A. R., pero la emisión del listado de reos, ―la elaboR. nosotros‖; que en dicha confección de listado no se conocía el perfil de cada uno de los reos pandilleros, se hizo el listado general y se decidió: ―estos cinco a este lugar y estos cinco a este otro lugar‖; que dentro de esa responsabilidad asumida por las autoridades de la Penitenciaría Nacional, no se hizo ninguna clasificación de condenados y procesados en el listado de trasladados, justificando ese extremo en que en ese momento se daba una situación de crisis, no habiendo lugar para empezar a clasificar, por eso es que no se hizo la clasificación. El testigo no sabía, del listado, cuáles de esos eran condenados y cuáles eran procesados.- Termina diciendo que fue la Alcaidía la encargada de darles los listados de los traslados; dicho órgano está conformada por un grupo de personas encargado de llevar los archivos. En el caso del CEFAS, su Directora, P. D. S. O., señaló con claridad que cree haber sido ella quien realizó la distribución de las mareras para los traslados. Queda claro, entonces, que la no determinación de la condición que ostentaban los internos, entre procesados y condenados, no puede ser atribuida al imputado A. R., en vista que no pasó por él la definición de qué personas se iban a trasladar, ya que esa concreción individual se hizo a lo interno de cada uno de los centros penales, por la Alcaidía, en el caso de la Penitenciaría Nacional, y por la Directora, en el caso del CEFAS, y ello es compatible con la solicitud de 5 de febrero presentada por aquél al Ministro de Seguridad para realizar dichos traslados, ya que en la misma consigna la condición genérica de privados de libertad, que en una calidad que no excluye a las personas condenadas.- La selección de quiénes serían trasladados, y si efectivamente ostentaban la calidad de reos condenados, escapaba a las facultades del hoy imputado, puesto que basado en el fundamental principio de confianza, esa era una labor desarrollada por las autoridades internas de cada uno de los centros penales en mención.- De tal suerte que esa falta de determinación no puede ser atribuida a mi representado y por lo tanto no puede generarle responsabilidad penal al estar fuera de su alcance.- Esto equivaldría a querer responsabilizar a un Presidente de la Nación por actos particulares que tengan que ver con la función específica de sus Ministros, por lo que resulta opuesto a las más esenciales reglas de la sana crítica, especialmente de lógica y experiencia común, querer derivar en mi representado la no determinación de la condición jurídica en que se trasladaban a los internos.- Es más, en todo el juicio no hay prueba objetivamente confiable, y en consecuencia no se ha probado con certeza, que de las personas trasladadas a diferentes centros penales del país, se 118 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 haya trasladado a personas sobre las cuales se había impuesto la medida cautelar de prisión preventiva, por lo que la no determinación de condición jurídica de los trasladados, por sí misma, no implica la infracción al Art. 5.15 de la LRD ni al 41 del CP.- Ante ello, entonces, se muestra la violación de las reglas de la sana crítica al derivar en el imputado A. R. la falta de determinación en la condición jurídica de los trasladados, que como ya se expuso por sí no implica una infracción a las normas sustantivas relacionadas, en vista de no haberse comprobado con certeza (como lo demanda una sentencia condenatoria) que dentro de los 204 individuos hubieran personas procesadas con prisión preventivarias C. La no constatación de inseguridad del Centro Penal de El Porvenir al momento de realizarse el traslado. Por otro lado, no se ha constatado en el presente juicio que el Centro Penal de El Porvenir, hoy Penitenciaría, no tuviera las condiciones de seguridad necesA. cuando se hizo el traslado de los 30 privados de libertad a raíz de la solicitud fundada del imputado A. R..- En efecto, de propia declaración del señor D. A. R. V., el Tribunal consigna en su valoración probatoria (página 101 de la sentencia) que: ―Al momento de que ellos llegan se acondiciona el lugar donde se iban a quedar los pandilleros‖; ello entonces, es demostrativo que las provisiones se adoptaron con la oportunidad neC.ia para albergar a los reos trasladados.- Pero además, no existe una probanza que indique por parte de las autoridades de la cárcel de El Porvenir que dicho centro no tenía las condiciones de seguridad, y que se haya puesto en conocimiento oportuno de la Dirección General de Servicios Especiales Preventivos, por lo cual, el inferir por parte del Tribunal que al 5 de marzo ese centro penal no tenía las condiciones de seguridad suficientes, cuando no hay un medio de prueba que así se lo indique, y que exprese que se puso en conocimiento de la autoridad superior correspondiente, implica una incorrecta DERIVACION en la conclusión extraída por este órgano jurisdiccional que repercute en perjuicio de mi representado, puesto que por ello se le quiere colocar como responsable del delito de ABUSO DE AUTORIDAD, cuando no puede extraerse certeza sobre esa circunstancia. D. Conclusión del análisis de Por todo lo apuntado, es reprochable desde un punto de vista lógico, que el Tribunal de Sentencia haya generado la conclusión de que el imputado haya solicitado y dirigido el traslado de reos sin haber una causa suficiente para ello; que haya sido el responsable de la no determinación de la condición jurídica que tenían los trasladados, y que sabía que en el caso concreto del Centro Penal de El Porvenir, no habían condiciones de seguridad suficientes para albergar a los 30 pandilleros movilizados.- De toda esa relación probatoria expuesta, como lo exigen los Arts. 202, 336 y 338 del CPP, la correcta conclusión fáctica que se extrae es que L. B. A. R. actuó según las circunstancias de inseguridad que giraban alrededor de los pandilleros ubicados en Casa Blanca, habiendo una razón más que justificable desde el punto de vista fáctico y jurídico para solicitar y luego dirigir el traslado de los privados de libertad; no era el encargado de determinar la condición jurídica de las personas trasladadas; y no se probó que para el 5 de febrero de 2003 el centro penal de El Porvenir no tuviera las condiciones de seguridad requeridas para recibir a los reos trasladados, ni se puso en conocimiento oportuno de la Dirección de ese Centro Penal a la persona de mi representado alguna circunstancia de inseguridad existente, por lo cual, legalmente, no se explica la existencia del fallo condenatorio en su contra, y por tal razón se ha vulnerado el Estado de Inocente que ampara constitucionalmente 119 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 a L. B. A. R., y que en la ley procesal se manifiesta en el Art. 339 del CPP, que dispone que no habiendo pruebas suficientes para condenar, debe absolverse, así como al existir duda razonable. Si, según la regla lógica de la DERIVACION, informada por el Principio de Razón Suficiente, el razonamiento debe estar constituido por inferencias razonables deducidas de las pruebas y de la sucesión de conclusiones que en virtud de ellas se vayan determinando, no es posible que en el presente caso la conclusión de hechos se base en una inexistente actividad probatoria de cargo para emitir el fallo condenatorio, y opuestos a elementos de convicción que objetivamente son confiables, y se han expuesto en este apartado del recurso.- Y esta regla lógica de la DERIVACION, ha sido reconocida como norma de logicidad en la valoración probatoria, según la jurisprudencia emanada por la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia, y registradas con los números 164-05 (del 13 de diciembre de 2005) y 01-2007 (del 31 de J. de 2007). Como el vicio descrito ha ocurrido en el acto de dictarse sentencia, no pudo hacerse un reclamo oportuno en contra del mismo.- Y por ello es que hasta este momento se solicita se observe la infracción señalada para lo cual deberá casarse la sentencia y ordenarse el juicio de reenvío, de conformidad al Art. 369 del CPP.‖ XX.- RECURSO DE CASACION POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL ACUSADO L. B. A. R. ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE EL JUZGADOR HA INCURRIDO EN INOBSERVANCIA DE LAS REGLAS DE LA SANA CRÍTICA EN LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA. Argumenta el recurrente que la motivación ha de respetar el principio de razón suficiente, para lo cual el razonamiento debe estar constituido por inferencias razonables deducidas de las pruebas y de la sucesión de conclusiones que en virtud de ellas se vayan determinando. Estima que la sentencia impugnada atenta con las reglas de la sana crítica en la valoración de la prueba. Aclara que el presente motivo de casación es subsidiario al de infracción de ley si este es declarado improcedente. El Censor Cuestiona las conclusiones a las que arribó el Tribunal de Sentencia al analizar la prueba relacionada con el juzgamiento del acusado L. B. A. R., siendo estas: 1) Que el traslado de doscientos cuatro (204) privados de libertad, miembros de la Mara “18”, solicitado y operado por el imputado, no estaba justificado; 2) Que no había razón para efectuar el traslado de las privadas de libertad del CEFAS; 3) Que el traslado se llevó a cabo sin que el imputado haya distinguido la condición jurídica de los internos, es decir, entre reos condenados y reos procesados o con prisión preventiva; 4) No haber verificado el acusado que el Centro Penal del Porvenir tuviera capacidad y condiciones de seguridad para recibir a los reos pandilleros trasladados, traslado que incrementó el grado de inseguridad. El casacionista considera que el Tribunal Sentenciador vulneró las reglas de la sana crítica, por lesión del principio lógico de razón suficiente, que resulta de las conclusiones probatorias del A Quo y que le condujeron a establecer que el imputado L. B. A. R. solicitó y ordenó el traslado de reos que ostentaban la condición de presos preventivos, a sabiendas de esa calidad; que no había una razón que justificara racionalmente ese traslado, y que sabía que en el caso concreto del Centro Penal de El Porvenir, no habían condiciones de seguridad suficientes para albergar a los 30 pandilleros traslados. El recurrente reprocha la valoración que el Tribunal de Instancia hizo de los medios de prueba siguientes: 1) Declaración testifical del señor P. G. F., interno de la Penitenciaria Nacional “Marco Aurelio Soto”; 2) Declaración del testigo J. R. M. V., también interno de la Penitenciaria Nacional 120 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 “Marco Aurelio Soto”; 3) Declaración del Policía Penitenciario JUSTO PASTOR A. R., asignado a la Penitenciaria Nacional “Marco Aurelio Soto”; 4) Declaración del otrora Director de la Penitenciaria Nacional “Marco Aurelio Soto”, R. N. G. T.; 5) Testigo M. E. V., funcionario de la Dirección General de Servicios Especiales Preventivos; 6) El testigo R. E. V. E., reo pandillero que fue trasladado desde la Penitenciaria Nacional Marco Aurelio Soto, a la Granja Penal de El Porvenir; 7) Testigo J. J. C. M., reo pandillero, trasladado desde la Penitenciaria Nacional Marco Aurelio Soto hasta la granja Penal de El Porvenir; 8) Oficio SSDGSEP-049-2003, emitido por el señor L. B. A. R. y dirigido al Señor O. A. A. P., en su calidad de Ministro de la Secretaria de Seguridad (Folio 774, tomo IV del Expediente); 9) Informe especial del Escuadrón Anti Bombas, de fecha 15 de Febrero de 2003 (Folio 795 y 796, tomo IV del Expediente), el cual fue ratificado en juicio por el Señor D. A. O.; 10) Oficio SS-DGSEP054-2003; 11) testimonio de la entonces Directora del CEFAS, señora P. D. S. O.; y,12) Versión del propio imputado (Pág. 374 del Acta de Debate). Manifiesta que el imputado actuó en cumplimiento de las atribuciones y deberes que la ley le exigía, como ser, la prevista en el artículo 10 No. 3) de la Ley Orgánica de la Policía Nacional, es decir de “Proteger la vida, honra, bienes creencias, derecho y libertades de las personas y la seguridad de las instituciones públicas y privadas”; y el Art. 52 de la misma ley: “La Dirección General de Servicios Especiales preventivos es la responsable de atender la seguridad, administración y custodia de los establecimientos penales…”. Reprocha que el A Quo no ha apreciado y concluido que el acusado Director General cumplió con su deber de proteger la vida de los internos y la seguridad de la Penitenciaría Nacional y tomó la decisión de traslado que sus propios subalternos le aconsejaban. Censura que el A Quo no haya apreciado una situación de peligro que justificó la decisión solicitada y ejecutada por el imputado y aprobada por el Ministro de Seguridad. Asume que del contexto referido por la probanza el acusado L. B. A. R. “procedió de conformidad con la Ley”, tal como se lo ordenó el entonces Secretario de Estado en los Despachos de Seguridad, Licenciado O. A. A.. Afirma que el A Quo en su valoración probatoria concede mayor importancia al momento del descubrimiento del material explosivo que al hallazgo mismo que confirma la extrema inseguridad que se estaba produciendo, y que según el recurrente hubiese generado una tragedia de no haberse tomado la determinación de traslado que adoptó el encausado. Todo cual fue probado con el informe del Escuadrón Antibombas, los oficios librados por el imputado a la Fiscal Especial de Derechos Humanos y a la Presidenta de la Corte Suprema de Justicia, y con las declaraciones de los testigos, mismas que confirman que los pandilleros tenían ese material explosivo, y que seguramente lo hubiesen utilizado al verse amenazados por los reos “paisas”. Reprocha que el A Quo no ha llevado a cabo una “relación conjunta y armónica” de la prueba ofrecida, porque de haberlo hecho, habría podido determinar la situación de peligro que se afrontaba y que justificó el traslado. Señala que en relación al escenario que imperaba en el Centro Femenino de Adaptación Social (CEFAS), también la sentencia deja de valorar correctamente las declaraciones de las testigos P. D. Z. O. y L. M. R., las que evidencian que en ese Centro Penal las pandilleras de la Mara 18 estaban insubordinadas, comportamiento que se estaba saliendo del control de la autoridad penitenciaria, puesto en conocimiento del procesado A. R., por parte de la Directora del Centro, lo que 121 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 propició que en su solicitud al Ministro de Seguridad, se incluyera el traslado de seis (6) privadas de libertad, a través del oficio SSDGSEP-049-2003. Considera que la actitud violenta que las seis (6) privadas de libertad ejercían junto con sus compañeras de pandilla, ameritaba esa decisión, pues de lo contrario supone el recurrente, se hubiesen generado actos de mayor violencia con resultados lamentables e irreparables, y reprocha que esta conclusión, no fuera DERIVADA por la sentencia. Con respecto a la preparación de los listados de personas afectadas por el traslado, el recurrente alega que resultó debidamente acreditado que los mismos no fueron confeccionados por el señor L. B. A. R., y que en consecuencia no puede imputarse a él la situación de indeterminación respecto a la condición de los reos que se trasladaban, es decir, si se trataba de reos preventivos o de reos condenados. En las declaraciones de los testigos R. N. G. T., Director de la Penitenciaría Nacional para el 5 de febrero de 2003, y P. D. Z. O., Directora del CEFAS, manifiestan que las listas de trasladados las elaboraron ellos. De lo anterior, se deriva que la no determinación de la condición que ostentaban los internos, entre procesados y condenados, no podía ser atribuida al imputado A. R., habiendo prevalecido el principio de confianza. Esgrime que no fue probado con certeza, que de las personas trasladadas a diferentes centros penales del país, se haya trasladado a personas sobre las cuales se había impuesto la medida cautelar de prisión preventiva, por lo que asume que el A Quo incurrió en violación de las reglas de la sana crítica al concluir que el imputado A. R. faltó a un deber de verificación en torno a la condición jurídica de los trasladados, al no haberse comprobado con certeza que dentro de los 204 individuos hubieran personas procesadas con prisión preventiva como también en la no constatación de inseguridad del Centro Penal de El Porvenir al momento de realizarse el traslado. Concluye que es reprochable desde un punto de vista lógico, que el A Quo haya concluido que el imputado solicitó y dirigió el traslado de reos sin haber una causa o razón suficiente, sin haber determinado antes la condición jurídica que tenían los trasladados, y a sabiendas que en el Centro Penal de El Porvenir, no existían las condiciones de seguridad suficientes para albergar a los 30 pandilleros movilizados y manifiesta que de una correcta valoración de la prueba se hubiese concluido que L. B. A. R. actuó según las circunstancias de inseguridad en las que se encontraban los pandilleros ubicados en el sector de la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto, conocido como Casa Blanca; que no era el encargado de determinar la condición jurídica de las personas trasladadas; y que no se probó que para el 5 de febrero de 2003 el centro penal de El Porvenir no tuviera las condiciones de seguridad requeridas para recibir a los reos trasladados. Refiere que se ha vulnerado el Estado de Inocencia que ampara constitucionalmente a L. B. A. R., y que en la ley procesal se manifiesta en el artículo 339 del Código Procesal Penal, al disponer que no habiendo pruebas suficientes para condenar, debe absolverse, así como al existir duda razonable. El Censor alega que según la regla lógica de la DERIVACION, informada por el Principio de Razón Suficiente, el razonamiento debe estar constituido por inferencias razonables deducidas de las pruebas y de la sucesión de conclusiones que en virtud de ellas se vayan determinando, de tal manera que en el presente caso no es posible que la conclusión a la que arriba el Tribunal A Quo se base en una inexistente actividad probatoria de cargo para emitir el fallo condenatorio. Esta Sala de lo Penal, no se pronuncia sobre el 122 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 presente motivo al haber prosperado el que por infracción de ley formulara la Defensa del acusado L. B. A. R.. XXI.- El Recurrente Abogado E. J. L. Z., actuando en su condición de apoderado codefensor de los señores P. P. C. y D. A. A. V., desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma de la siguiente manera: ―EXPOSICION DE LOS MOTIVOS DE CASACIÓN PRIMER MOTIVO: Haber infringido el juzgador un precepto penal sustantivo u otro precepto del mismo carácter que deba ser observado en la aplicación de la ley penal, en relación a los hechos probados establecidos en la sentencia. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el Art. 360 del CPP. EXPLICACIÓN DEL MOTIVO. Los preceptos penales sustantivos que se invocan como infringidos por aplicación indebida, son los Arts. 117. 3 del Código Penal (En adelante CP), en relación al Art. 13, párrafo primero, del mismo Código.- Dichas normas disponen: Art. 117.3 CP: ―Es reo de asesinato, quien de muerte a una persona ejecutándola con la concurrencia de cualquiera de las circunstancias siguientes:… 3) Por medio de inundación, incendio, envenenamiento, explosión, descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya dolo e intencionalidad‖ (El subrayado y marcado me pertenece). Art. 13, párrafo primero del CP: ―El delito puede ser realizado por acción o por omisión…‖(El subrayado y marcado me pertenece). EXPLICACIÓN DEL VICIO. A) Contenido de los hechos probados. La estructura de hechos probados establecidos en la sentencia que hoy se recurre, y que tiene relación especial y directa con los imputados D. A. B. V. y P. P. C., en relación a la comisión del delito de ASESINATO MEDIANTE INCENDIO POR ACCION, en perjuicio de 23 personas está referida en el numeral VIGESIMO CUARTO de la sentencia que hoy se recurre, el cual dispone lo siguiente: VIGÉSIMO CUARTO, Pasadas las 0:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejército habían disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.); seguidamente, el reo rondín P. E. R. F., consigue un lÍquido acelerante, regresando a la celda seis (6) y junto con los reos rondines L. A. C. V., (alias Chica Sexy), S. E. A. P., (alias el Chaparro) y el reo S. G. B., prenden en fuego, con el acelerante, varias colchonetas las que tiran hacia el interior de la celda seis (6) , mientras que las personas que se encontraban adentro trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el fuego.- De todo ello lograron tener conocimiento los Policías Penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del Ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo. B) La manera en que se aplicó indebidamente el Art. 117.3, en relación al Art.13 del CP. El presente motivo de casación, como en efecto lo cita el Art. 360 del Código Procesal Penal (en adelante CPP), parte de un elemento indispensable: los hechos probados de la sentencia.- Son esos hechos probados la base para la aplicación del derecho, puesto que como su nombre lo indica, son esos los acontecimientos que estructura el juzgador partiendo del análisis de pruebas, y es a esas circunstancias probadas a las que hay que asignarles una norma jurídica para determinar la consecuencia de la sentencia: la absolución o condena del imputado.- Por ello, para estimar si la norma sustantiva ha sido correctamente aplicada, debe necesariamente hacerse una obligatoria referencia a los hechos probados de la 123 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 sentencia, para así estimar si éstos mantienen correspondencia con el fallo que se emita, producto de la relación que deben tener con la norma jurídica que la resolución les asigna. TraslA.do esa significación del vicio de casación anunciado al presente caso, a los imputados D. A. B. V. y P. P. C. se le ha condenado, como lo dice la fundamentación jurídica de sentencia (pág. 428) por ―la acción de la comisión de delito de asesinato mediante incendio como autores directos por acción‖ en perjuicio de 23 personas. Si a los imputados se les ha considerado responsables de la infracción del delito de asesinato mediante la realización de una acción, como autores directos de la misma, confrontando esta calidad asignada frente a la modalidad de asesinato estimado en la sentencia (mediante incendio), significa que a D. A. B. V. y P. P. C., se les atribuye la realización directa y material de actos que conlleven el ejecutar la muerte de 23 personas por la provocación de incendio.- Al revisar el hecho probado de la sentencia, que es la premisa sobre la cual debe descansar la correcta aplicación de la ley sustantiva, vemos que el acto atribuido, de manera concreta, directa y personal a mis representados en dicho hecho probado consiste en: que habiendo varios reos rondines encerrado en el interior de la celda 6 a varios reos pandilleros, procedieron a prenderle fuego a la misma, sin que las personas que se encontraban en su interior lo pudieran controlar, por lo cual gritaban pidiendo auxilio, ―De todo ello lograron tener conocimiento los Policías Penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del Ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo‖. (El subrayado me pertenece). Habiéndose pues concretizado en este apartado fáctico de la sentencia cuál es la conducta que se les atribuye a los imputados D. A. B. V. y P. P. C., y que consiste en haber tenido conocimiento del incendio provocado por los reos rondines y de la aclamación de auxilio de las personas que se encontraban en la celda 6, SIN HABER REALIZADO ACCION ALGUNA PARA EVITARLO, es notoria la aplicación indebida del Art. 117.3, en relación al primer párrafo del Art. 13 de la misma ley (relativo a la modalidad delictiva de comisión por acción), puesto que si a ellos se les ha considerado como autores directos, es decir, atribuyéndoseles actos materiales en un delito de acción (que así lo requiere), resultando del encuadre fáctico que ellos no han realizado acto material alguno, es decir la ejecución de una actividad positiva para proceder a la ejecución de las víctimas mediante incendio, ya que la conducta asignada consiste en no haber realizado acción alguna, resulta inapropiada la calificación de esa falta de actuación en un delito que requiere una acción para la producción de un resultado, mediante incendio, y por lo tanto impropio el establecimiento de responsabilidad penal por dicha infracción en perjuicio de 23 personas.- Es notorio, de la simple lectura de los hechos probados, que D. A. B. V. y P. P. C., no han realizado los actos materiales demandados por la norma, y que en el caso concreto del hecho probado VIGESIMO CUARTO, claramente se les asigna a los señores P. E. R. F. (alias Chinapopo), A. A. S., (alias Comayagua), J. A. S. P., (alias J. S.), L. A. C. V., (alias Chica Sexy), S. E. A. P., (alias el Chaparro) y el reo S. G. B., pero jamás a mis representados. Es importante decir, que por esa omisión relatada en el hecho probado, D. A. B. V. y P. P. C., han sido condenados en esta sentencia recurrida por el delito de VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS (Art. 349.3 del CP), por lo cual la respuesta punitiva a esa falta de realización de la conducta exigida, ya ha recibido su respuesta punitiva por la presente resolución en análisis, de tal suerte que pretender imponer a los encausados la 124 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 pena del delito de ASESINATO POR INCENDIO POR AUTORIA DIRECTA POR ACCION, no correspondiendo el hecho probado con esa forma de intervención del delito, resultaría lesivo al Principio de Culpabilidad al tratar de hacer responsables a D. A. B. V. y P. P. C. por la ejecución material de un hecho en el cual ellos no tomaron parte (según el propio hecho probado), y a la vez lesivo al Principio de Prohibición de Doble Juzgamiento o Ne bis in idem, regulado constitucionalmente en el Art. 95 de nuestra Carta Magna. Por lo anteriormente señalado, y en observancia del Art. 369 del Código Procesal Penal, además del Estado de Inocente constitucionalmente reconocido, y de la aplicación del Principio de Culpabilidad, procede casarse la sentencia en cuanto a este apartado de la resolución cuestionada, y en consecuencia deberá absolver de responsabilidad a los señores D. A. B. V. y P. P. C., en vista que el hecho probado no se corresponde por el delito de Asesinato por Incendio atribuido a dichos imputados, en relación a la muerte de 23 personas, y sobre la conducta referida en el mismo.- Absolución que también corresponde ser observada, en vista que sobre esa omisión relatada en dicho hecho probado D. A. B. V. y P. P. C., han sido condenados por el delito de VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS (Art. 349.3 del Código Penal), tal como lo explica la sentencia recurrida en las páginas 420 y 421. XXI.- RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DE LOS ACUSADOS D. A. B. V. Y P. P. C., FUNDADO EN LA APLICACIÓN INDEBIDA, DE LOS ARTS. 117 No. 3) DEL CÓDIGO PENAL EN RELACIÓN AL ARTÍCULO 13, PÁRRAFO PRIMERO, DEL MISMO TEXTO PUNITIVO. EL CENSOR ARGUYE FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS DECLARADOS PROBADOS NO SE SUBSUME QUE LOS IMPUTADOS EN MENCION HAYAN PARTICIPADO EN LA COMISIÓN DE VARIOS DELITOS DE ASESINATO CONSUMADO MEDIANTE INCENDIO. Argumenta el recurrente que los preceptos penales sustantivos que considera infringidos por aplicación indebida, son los Artículos 117. 3 del Código Penal: “Es reo de asesinato, quien de muerte a una persona ejecutándola con la concurrencia de cualquiera de las circunstancias siguientes:… 3) Por medio de inundación, incendio, envenenamiento, explosión, descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya dolo e intencionalidad” en relación con el Art. 13, párrafo primero del Código Penal: “El delito puede ser realizado por acción o por omisión…”. Esgrime que en el hecho probado vigésimo cuarto de la sentencia se expresa varios reos rondines encerraron en el interior de la celda número seis, a varios reos pandilleros, tras lo cual procedieron a prenderle fuego a la misma, sin que las personas que se encontraban en su interior lo pudieran controlar, dando lugar a que gritaran pidiendo auxilio, añadiéndose el dato de que “De todo ello lograron tener conocimiento los Policías Penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del Ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo”. Afirma el recurrente que de la simple lectura de los hechos probados, se deriva que los acusados D. A. B. V. y P. P. C., no han realizado los actos materiales demandados por la norma. El hecho probado VIGESIMO CUARTO, les asigna el acto a los señores P. E. R. F. (alias Chinapopo), A. A. S., (alias Comayagua), J. A. S. P., (alias J. S.), L. A. C. V., (alias Chica Sexy), S. E. A. P., (alias el Chaparro) y el reo S. G. B., pero no a los acusados. Aclara que por la omisión relatada en el hecho probado, los acusados D. A. B. V. y P. P. C., han sido condenados en la sentencia recurrida, por el delito de VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS (Art. 349.3 del CP), de tal manera que la falta de realización de la conducta exigida ya ha 125 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 recibido respuesta punitivarias Señala que la pena impuesta a los acusados por el delito de ASESINATO POR INCENDIO POR AUTORIA DIRECTA POR ACCION, es lesiva al Principio de Culpabilidad al tratar de hacer responsables a los acusados por la ejecución material de un hecho en el cual ellos no tomaron parte, y a la vez es lesivo al Principio de Prohibición de Doble Juzgamiento, regulado en el artículo 95 de la Constitución de la República. Considera que por anteriormente expuesto debe casarse la sentencia, y como consecuencia de ello absolver a los señores D. A. B. V. y P. P. C., por el delito de Asesinato mediante Incendio en perjuicio de veintitrés personas, y que por lo demás en cuanto al comportamiento omisivo que se les atribuye a dichos encausados, estos ya han sido condenados por el delito de VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS. Esta Sala de lo Penal, no se pronuncia en el presente motivo sobre los argumentos expuestos por la Defensa a favor del procesado D. A. B. V., ya que de los antecedentes se desprende que éste perdió la vida a consecuencia de recibir varios disparos de arma de fuego, lo que da lugar a la extinción de la responsabilidad penal y por ende al sobreseimiento definitivo de la causa, al tenor de lo prescrito en los artículos 96 No. 1) del Código Penal; 42 No. 1) y 43 del Código Procesal Penal.- En consecuencia procede resolver el motivo por infracción de ley formulado por el Apoderado Defensor del acusado P. P. C.. Argumenta el censor de la sentencia impugnada, que en la descripción de los hechos probados de los acusados concretamente en el numeral VIGESIMO CUARTO de la sentencia (página 79), en relación al delito de Asesinato por Incendio por acción de veintitrés reos pandilleros, no describe a los acusados D. A. B. V. y P. P. C., como las personas que toman parte directa, material e inmediata en los hechos reprochables sometidos a juzgamiento. Esta Sala de lo Penal considera importante recordar, que a través del recurso de casación por infracción de ley, sólo puede intentarse una revaloración jurídica del material fáctico descrito en la sentencia, contenido en la formulación de hechos probados realizada por el Tribunal de Instancia. A diferencia del tradicional recurso de apelación, propio del anterior sistema, que provoca un nuevo examen del caso por parte del Tribunal revisor, tanto bajo el aspecto fáctico como jurídico, el de casación por infracción de ley únicamente admite la posibilidad de que el Tribunal de Casación realice un nuevo examen del objeto procesal bajo el segundo aspecto, o sea una revisión jurídica de los hechos declarados probados. El recurso de casación por infracción de ley tiene por finalidad la revisión por parte de esta Sala de la interpretación que de la ley hagan los Tribunales de Sentencia definiendo o valorando jurídicamente los hechos establecidos en la sentencia y poniéndolos en relación con la norma de derecho que rige el caso dentro del campo de la consideración puramente jurídica. En este sentido, el recurso de casación por infracción de ley debe estructurarse o partir su alegación, de los hechos probados que contenga la resolución cuestionada, puesto que el vicio en esencia consiste en que la decisión adoptada por el juzgador en la parte resolutiva de la sentencia, es incompatible, irreconciliable o ajena a la verdad enunciada por la narración fáctica (hechos probados), de tal suerte que resultan inobservadas las normas que sí corresponde aplicar, se invocan normas que no deben aplicarse, o se invocan las normas que deben aplicarse al caso concreto pero el Juzgador hace una incorrecta interpretación de las mismas. Una lectura detenida de la fundamentación fáctica de la sentencia revela que en el hecho probado vigésimo cuarto se establece lo siguiente: “…Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el 126 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejercito han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.); Seguidamente el reo rondín P. E. R. F., consigue un líquido acelerante, regresando a la celda seis (6) por la parte de atrás, siguiendo el pasillo de la Comandancia de Guardia, y junto con los reos rondines L. A. C. V., (alias Chica Sexy), S. E. A. P., (alias el Chaparro) y el reo S. G. B., prenden fuego, con el acelerante, varias colchonetas las que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban adentro trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el fuego; De todo ello lograron tener conocimiento los Policías Penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del Ejercito R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo. En el hecho probado antes trascrito se establece que varios reos rondines procedieron a obstaculizar con cajones, palos y mesas la entrada a la celda No. 6) donde se encontraban refugiados varios reos pandilleros, tras lo cual prendieron fuego a varias colchonetas que L.ron al interior de la referida celda utilizando al mismo tiempo un líquido acelerante con el que de igual manera prendieron fuego al techo de aquella, tornándose incontrolable el incendio provocado, dándose la circunstancia de que las personas que sufrían la acción del fuego pedían auxilio rogando clemencia. Seguidamente se tiene por acreditado por el Tribunal A Quo, que varios procesados que ostentaban la condición de miembros de los cuerpos de seguridad del Estado, entre los que se encontraba el encausado P. P. C. tenían conocimiento de las acciones anteriormente descritas y que trajeron como resultado la muerte de varias personas por carbonización (vid. Hecho Probado Cuadragésimo Tercero), sin que realizaran acción alguna para impedirlo. La muerte de una persona a consecuencia de la acción realizada por otra, valiéndose de medios especialmente peligrosos o revelando una especial perversidad, ha sido tradicionalmente castigada con mayor severidad que el homicidio simple. En este sentido, el asesinato se describe como la muerte de otra persona ejecutada con alguna de las circunstancias mencionadas en el artículo 117 del Código Penal. De este modo, la concurrencia de algunas de las circunstancias del artículo 117 establece la diferencia entre el homicidio y el asesinato. No obstante, cabe señalar, que ambos delitos comparten características comunes, así, aparte de la igualdad en el bien jurídico protegido, que es la vida humana como valor ideal, coinciden los sujetos, activo y pasivo, que pueden serlo cualquier persona, sin más limitaciones que las que provienen del concurso de leyes,43 el objeto material sobre el que recae directamente la acción y los problemas de la relación de la causalidad, en virtud de la cual se debe establecer la conexión entre el comportamiento del sujeto activo y el resultado que consiste en la muerte efectiva de otra persona. En el caso concreto que ahora nos ocupa, se ha declarado la responsabilidad penal del encausado P. P. C. por su contribución a la consumación de varios delitos de asesinato mediante incendio, 43 Así sí el sujeto pasivo es alguno de los Presidentes de los Poderes del Estado, el delito aplicable es el previsto en el artículo 322, si se trata del Jefe de Estado extranjero o Jefe de Gobierno extranjero, el artículo 318, etc… 127 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 modalidad prevista en el numeral 3) del precepto legal supracitado. La razón de la especial agravación de la muerte de un ser humano cometido mediante incendio, no es solamente la mayor perfidia del medio empleado que revela un delincuente sumamente peligroso, sino también el peligro general que tal medio y otros como la inundación, explosión, descarrilamiento, etc… encierran para la colectividad44. Habiendo determinado de manera sucinta cuales son los elementos objetivos y subjetivos de la modalidad del delito de asesinato antes apuntada, esta Sala considera pertinente referirse ahora a la figura de la comisión por omisión, El tipo de comisión por omisión muestra en su parte objetiva la misma estructura que el de la omisión pura: a) situación típica; b) ausencia de la acción determinada; c) capacidad de realizarla45, pero completada con la presencia de tres elementos particulares necesarios para la imputación objetiva del hecho: la Posición de garante, la producción de un resultado y la posibilidad de evitarlo. Recapitulando podemos decir que a)la posición de garante integra necesariamente la situación típica de los delitos de comisión por omisión no expresamente tipificados; b)debe seguir en ellos la producción de un resultado; y, c) la capacidad de acción debe comprender la capacidad de evitar el resultado. Si el primer elemento de toda omisión es que tenga lugar la situación típica base del deber de actuar, en la comisión por omisión no expresamente tipificada ha de integrar dicha situación la llamada posición de garante por parte del autor. Se da cuando corresponde al sujeto una específica función de protección del bien jurídico afectado o una función personal de control de una fuente de peligro, en ciertas condiciones. Ambas situaciones convierten entonces al autor en garante de la indemnidad del bien jurídico correspondiente. Así por ejemplo, en determinadas circunstancias asumen la posición de garantes para salvaguardar la indemnidad de bienes jurídicos ajenos, el padre en relación con el niño, el hijo en relación con el padre anciano, la esposa en relación con el esposo o viceversa, el profesor de natación en relación con su alumno, la enfermera obligada a cuidar al paciente, el salvavidas en relación a la persona que se ahoga, la niñera encargada de cuidar la criatura en brazos, el controlador aéreo, el cuidador de una planta de energía atómica o de sustancias radiactivas, el conductor encargado de transportar sustancias químicas, el jefe de seguridad de la fábrica encargado de mantener las máquinas en perfecto estado de funcionamiento para evitar accidentes de trabajo, el dueño del animal fiero, La posición de garante es precisa para que la no evitación de un resultado lesivo pueda equipararse a su propia causación positiva y castigarse con 44 Vid. CUELLO CALON, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo II, Revisada por CAMARGO HERNANDEZ, CESAR, Bosch, Casa Editorial, S.A., Barcelona, 1982, pág. 507. 45 Así por ejemplo, constituye un tipo de omisión pura, el previsto en el artículo 388 No. 4) del Código Penal que se describe de la siguiente manera: ―….quien sin concierto previo con los autores o cómplices de un delito, pero con motivos suficientes para suponer la comisión de éste:…4) Deja de comunicar a la autoridad las noticias que tuviere acerca de la comisión de un delito cuando está obligado a hacerlo por su profesión o empleo….En este supuesto la situación típica es la de quien se encuentra en la circunstancia de tener motivos suficientes para suponer la comisión de un delito con la obligación de denunciarlo. La ausencia de la acción esperada, radica en dejar de comunicar a la autoridad las noticias que tuviere acerca de la comisión de un delito, a lo que se añade la como un elemento del tipo objetivo, la capacidad de efectuar tal notificación, es decir, la posibilidad de realizar la acción esperada. 128 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 arreglo al precepto que sanciona su producción. De este modo, en la doctrina se exponen como ejemplos clásicos de delitos cometidos en comisión por omisión, en que la posición de garante determina que la no evitación del resultado lesivo se equipara al de su causación, lo siguientes: la madre que no le suministra alimento al recién nacido y lo deja morir por inanición, la mujer que deja perecer al recién nacido al omitir atarle el cordón umbilical, el cónyuge que no le brinda asistencia médica a su compañero, víctima de una repentina enfermedad o accidente, y deja que muera, el socorrista que no le presta atención al bañista cuya protección se le ha encomendado, al profesor de natación que deja ahogar al alumno que le ha prometido adiestrarlo en dicho deporte, el guía, que ante la situación de peligro del excursionista que ha confiado su cuidado, no hace nada para evitarlo, el encargado de cuidar al ciego, al que no le impide avanzar hacia el precipicio, el que deja morir de hambre al secuestrado, el guardián de prisiones que no asiste al detenido en peligro de muerte después de intervenir en una riña, etc..46 Lo decisivo en la comisión por omisión no es la existencia efectiva de una relación causal entre la omisión y el resultado, sino solo la virtual causal de la acción que hubiera debido realizarse para evitarlo (“causalidad hipotética”) Para comprobar la existencia de la causalidad hipotética o llamada también por algunos “nexo de evitación”, el Juzgador debe acudir a una fórmula en virtud de la que a partir de la teoría de la equivalencia de las condiciones, se afirma que la omisión es causa del resultado, si puesta mentalmente en su lugar la acción esperada, que no es realizada por el omitente, el resultado desaparece al menos con una probabilidad rayana en la certeza; Como lo exponíamos líneas arriba, el sujeto activo debe tener la capacidad efectiva (real, física) de realizar la conducta ordenada (el mandato) en el caso concreto y partir de consideraciones objetivas, pues de lo contrario, sí al agente le falta capacidad corporal o física de acción, su comportamiento, llevado a cabo de manera distinta, será atípico; como dice la máxima jurídica: “a lo imposible nadie está obligado”. Así por ejemplo: el bañista que en este momento se ahoga en las playas, así se pueda presenciar el hecho por medio de la televisión, no puede ser salvado por uno de los televidentes, pues ninguno de ellos tiene la posibilidad de realizar la acción ordenada, no así el socorrista contratado para cuidar a los veraneantes. Desde luego, la incapacidad física puede ser equiparada a aquella que resulta de una inhabilidad técnica, de una falta de conocimientos o de medios de auxilio47. Para la comisión por omisión vale igual el dolo, que para los delitos de omisión pura. La única particularidad es que, como es lógico, el dolo deberá abarcar no solo la ausencia de la acción debida, sino también la posibilidad y la necesidad de la evitación del resultado mediante aquella acción. Además habrá de extenderse a la situación que determina la presencia de la posición de garante48. Abundando en la configuración del dolo, podemos decir que este tiene un componente cognoscitivo, en tanto que se requiere en primer lugar, que el agente tenga conocimiento de la posición de garante, es decir, debe saber que en el caso concreto ostenta la 46 Vid. VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte General, 4ª edición, COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, pág 668. 47 Vid. VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte General, 4ª edición, COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, pág 672. 48 Vid. MIR PUIG, SANTIAGO, 2002, pág. 324. Derecho Penal, Parte General, 6ª edición, 129 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 posición de padre, hijo, médico, jefe de seguridad industrial, etc… En segundo lugar, el sujeto debe tener conocimiento de la situación típica y del curso causal (de la causalidad hipotética), además en tercer lugar, se requiere la posibilidad de representación de la conducta debida y la vía para evitarlo. Sobre el componente volitivo, es indispensable que el agente quiera (aunque sea eventualmente) la realización del tipo en su aspecto objetivo correspondiente, que tenga voluntad de realización de la conducta omisiva según la nota de la finalidad49. Aplicando los criterios anteriormente expuestos al caso concreto que ahora nos ocupa, esta Sala aprecia lo siguiente: A) Que de conformidad a lo descrito por el Tribunal de Sentencia en la fundamentación fáctica del fallo recurrido, a eso de las 9:25 de la mañana del día 5 de abril de 2003, uno de los reos rondines procesados cerró con candado la celda número seis, procediendo junto con otros encausados a colocar obstáculos en la puerta de acceso, introduciendo colchones por las ventanas del recinto, así como también a rociar de líquido acelerante la madera del techo provocando fuego en el interior de la celda. Con tales acciones se origina una situación típica, es decir una amenaza o peligro para el bien jurídico “vida” de los reclusos pandilleros y otras personas que se encontraban dentro, originándose un foco de peligro o riesgo de que muriesen por la acción del fuego provocado, y con ello la expectativa de que se consumase el tipo penal de asesinato descrito en el artículo 117 No. 3) del Código Penal (vid. Hecho probado vigésimo cuarto) b) Es un hecho no controvertido, que el acusado P. P. C. en su condición de Policía Penitenciario y miembro por ende de la Policía Nacional tenía el deber colaborar en el restablecimiento del orden que se había quebrantado en las instalaciones de la Granja Penal del Porvenir. El artículo 293 de la Constitución de la República prevé que la Policía Nacional es una institución profesional del Estado, encargada de velar por la conservación del orden público, la prevención, control y combate del delito, así como también de proteger la seguridad de las personas y sus bienes. El artículo 10 No. 2) de la entonces vigente Ley Orgánica de la Policía Nacional (Decreto No. 155-98) establecía entre otras atribuciones, que para el logro de sus objetivos y cumplimiento de sus responsabilidades, le correspondía a ese cuerpo de seguridad proteger la vida, bienes, derechos y libertades de las personas. En sintonía con los preceptos antes mencionados, el artículo 22 No. 3) establece que en el cumplimiento de sus funciones los miembros de la Policía deberán cuidar y proteger la salud física y mental de las personas detenidas o sometidas a resguardo. Del precepto constitucional y legales antes citados, se desprende sin duda alguna, que los Policías Penitenciarios, al reunir la condición de miembros de la Policía Nacional, asumen la posición de garantes de la vida e integridad física de las personas que se encuentren recluidas en un centro penitenciario del Estado en aquellos casos en que dichos bienes jurídicos se vean amenazados o puestos en peligro por otros reclusos o cualquier clase de individuos. De este modo podemos afirmar, que el imputado P. P. C. tenía el deber de colaborar en el restablecimiento del orden alterado en el interior de ese centro penitenciario desde una posición de garante, es decir que tenía la obligación de hacer cuanto estuviera a su alcance para evitar ataques a la integridad física o la vida de cuantas personas se encontraran en situación de peligro, 49 Vid. VELASQUEZ, FERNANDO, VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte General, 4ª edición, COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, págs. 674-675. 130 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 independientemente de que se tratara de pandilleros, rondines, reos comunes denominados “paisas”, visitantes, funcionarios penitenciarios, policías, miembros del ejército nacional, etc… C)Ausencia de la acción determinada: una lectura detenida de la fundamentación fáctica de la sentencia impugnada, no revela que el encausado P. P. C. haya realizado acción alguna dirigida a evitar que los reos pandilleros y otras personas que se encontraban al interior de la celda No. 6) de la Granja Penal del Porvenir murieran por la acción del fuego desatado tras la provocación del incendio provocado por otras personas, ni que existiera algún obstáculo insuperable que incidiera en el ejercicio de su capacidad corporal o física de acción para contribuir como agente de la autoridad provisto de un arma de fuego para evitar las acciones desplegadas por terceros y que en una relación causaefecto produjeron las muertes de varios seres humanos; de este modo si colocamos mentalmente en su lugar la acción esperada, y no realizada por el omitente P. P. C., el resultado se habría evitado con una probabilidad rayana en la certeza. De ahí que su comportamiento omisivo si es subsumible en el tipo de asesinato mediante incendio, y por lo tanto reprochable desde el punto de vista jurídico penal pese a que el Tribunal erróneamente estableció en su parte dispositiva que la conducta delictiva atribuida al reo P. P. C. lo era por su contribución mediante acción, y no por omisión como resulta de los hechos probados. Al tenor de los criterios establecidos por el Juzgador de Instancia para la individualización de la pena (concurso ideal)50, mismos que no pueden ser modificados de manera perjudicial para el reo en esta sede51, podemos afirmar que lo anterior no tiene relevancia en sede casacional, por lo que se fija la misma sanción prevista en la sentencia recurrida, es decir, la de veinticinco años de reclusión. No obstante y tomando en cuenta que el desvalor de su conducta consistente en realizar un acto contrario a la ley y por ende dejar de cumplir su función de garante de la vida de varias personas que resultaron muertas por la acción del fuego ya encuentra castigo con la pena impuesta por su participación en el delito de ASESINATO CONSUMADO MEDIANTE INCENDIO52, debe absolverse al procesado P. P. C. del delito de VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS. Por todas las razones anteriormente expuestos se declara parcialmente con lugar y dentro de los términos antes señalados el presente motivo.- XXII.- SEGUNDO MOTIVO: No ser los hechos probados de la sentencia claros y terminantes. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el Art. 362.1 del Código Procesal Penal (en adelante ―CPP‖). EXPLICACIÓN DEL MOTIVO. El precepto penal adjetivo que se invocan como infringidos por falta de aplicación, prescribe: Art. 338, Sección Cuarta, numeral 1: ―Declaración de hechos probados. En párrafos separado y numerados se hará declaración expresa y terminante de los hechos que se consideran probados, descritos con claridad, precisión y coherencia, sin emplear conceptos que, por su exclusivo carácter jurídico, predeterminen el fallo que haya que dictarse‖ (El subrayado y 50 Vid. Artículo 36 párrafo primero del Código Penal. Vid. Artículo 350 del Código Procesal Penal, referente a la prohibición de la reforma peyorativa (non reformatio in pejus) en materia recursiva. 52 Es de tomar en cuenta que el desvalor que supone el prevalimiento del carácter público del culpable para la comisión del hecho constituye una agravante (art. 27 No. 9) del Código Penal), misma que en el caso de autos no puede considerarse, en tanto que el Tribunal de Instancia ha impuesto la pena mínima, y por ende se impone la observancia de la prohibición de reforma peyorativa en materia recursiva. 51 131 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 marcado me pertenece). El presente vicio de casación está referido a al vicio en caso que los hechos probados no sean claros, lo que se constituiría si dichos acontecimientos fueran redactados de forma confusa, dubitativa e imprecisa, de tal forma que por su insuficiencia o oscuridad, por no ser expresados en forma conclusiva, inequívoca, categórica, sino dubitativa o insegura, no conduzcan al lector a una conclusión precisa del hecho. De esa forma, al hacer una revisión de los hechos probados, números VIGESIMO PRIMERO y VIGESIMO SEGUNDO, refieren acontecimientos por los cuales, a la larga, a los imputados D. A. B. V. y P. P. C., se les ha condenado por la comisión de 37 delitos de Asesinato por Alevosía, y 19 delitos de Tentativa de Asesinato por Alevosía, respectivamente, veamos: VIGÉSIMO PRIMERO, se expresa que (10) minutos después de que los reos pandilleros han dado muerte al Señor J. A. A., y una vez que se avisa por teléfono lo que está ocurriendo a la Policía Nacional Preventiva, el Sub Teniente R. A. S.I., ingresa a los recintos del Centro Penal, le acompañan el personal militar bajo su mando, todos con sus armas de reglamento y luciendo uniforme verde fatiga, y los policías penitenciarios Clase II D. A. A., quien portaba un arma de fuego, tipo pistola y luciendo uniforme gris y negro de fatiga, el policía penitenciario P. P. C., armado con un fusil Pietro bereta, calibre 5.56/.223, serie A03483g, D. D. P. D., Serafín L. y O. J. Obando P., también portando armas de fuego, disparan a los reos pandilleros que encontraban a su paso, identificándolos por su vestimenta y por su corte de pelo, quitándole la vida a varios de ellos. VIGÉSIMO SEGUNDO, se señala, que los Policías Penitenciarios D. A. A. Y P. P. C. y miembros del ejército transitan por el interior del recinto, posesionándose después frente a la iglesia en donde disparaban a los reos pandilleros que aún se encontraban por la cancha. Con sólo leer los hechos anteriores, que justifican el fallo de condena, vemos una sorprendente imprecisión en la consignación de los acontecimientos imputados a D. A. B. V. y P. P. C. y por los cuales se les condena a esas diversas infracciones.- De forma común en ambos no se aprecia la forma, lugar preciso, las víctimas a las que les disparan, lo cual hace difícil entender, con sólo su lectura, de qué muertes o atentado de muertes son responsables cada quién, como tampoco, sin haber una claridad en la forma en que llevaron a cabo el ataque, no se puede colegir cuál fue la manera alevosa en que actuaron. Obsérvese que en relación al hecho VIGESIMO PRIMERO, se le atribuye la muere de un número indeterminado de pandilleros no sólo a los imputados D. A. B. V. y P. P. C., sino también a miembros de Ejército y otros policías penitenciarios, y a todos ellos se les atribuye en ese relato fáctico la realización de ataques con arma de fuego en perjuicio de esa indeterminación de víctimas.- Lo mismo ocurre en el hecho VIGESIMO SEGUNDO, en el que también se reconoce la intervención de miembros del Ejército Nacional (que ni siquiera se consignan sus nombres), y por lo cual existe una total falta de precisión de porqué muertes específicas, atentados específicos y manera de comisión del hecho específica, responden y actúan mis representados. Una de las características fundamentales de la motivación o fundamentación, según la doctrina, y exigida en el Art. 338, arriba transcrito, consiste en la claridad, según la cual, el pensar jurídico de la sentencia debe estar definido, ello infundirá seguridad en las partes y cualquiera que la lea.- y Este es el defecto del cual adolecen los hechos probados relatados, ya que con ellos existe una importante imprecisión en los aspectos fundamentales sobre los cuales, posteriormente, debe asignárseles una norma penal para definir el 132 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 grado de responsabilidad de los justiciables.Con esa consignación no terminante y no precisa, se muestra más bien un defecto probatorio en la correcta determinación del hecho, es decir, que la falta de precisión en los hechos atribuidos a D. A. B. V. y P. P. C., muestra una incorrecta labor probatoria al no precisarse o concretizarse qué acontecimientos realizó cada uno de ellos, que los distingan entre sí y las demás personas mencionadas en los mismos.- Por ello la presente irregularidad procesal debe ser corregida a través del presente motivo de casación. En vista que la infracción aludida ha ocurrido en el momento de dictarse sentencia, es hasta este momento en que se alega. Por lo antes dicho, se solicita al Tribunal de Casación, anular la sentencia, y en vista que la irregularidad no es corregible con el reenvío del caso para que el Tribunal de Sentencia haga la subsanación correspondiente, ya que esa consignación imprecisa de los hechos depende del ejercicio probatorio ya efectuado, no pudiendo, en consecuencia dicho Tribunal realizar una nueva valoración de la prueba para determinar concretamente el actuar de los imputados, es que se torna necesario, además de la anulación comentada, ordenar la celebración de nuevo debate, única forma en que se podrá hacer efectivo el presente motivo de casación, ello de conformidad al Art. 369 del CPP. XXII.- RECURSO DE CASACION POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DE LOS PROCESADOS D. A. B. V. Y P. P. C. BAJO EL ARGUMENTO DE QUE LOS HECHOS PROBADOS DE LA SENTENCIA NO SON CLAROS Y TERMINANTES. PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTICULO 362 No. 1) DEL CODIGO PROCESAL PENAL.- Señala el recurrente que el vicio de casación denunciado radica en que los hechos probados no son claros, son redactados de forma confusa, dubitativa e imprecisa. Los hechos probados, números VIGESIMO PRIMERO y VIGESIMO SEGUNDO, refieren los hechos en relación a los imputados D. A. B. V. y P. P. C., a los que se condena por la comisión de treinta y siete (37) delitos de Asesinato por Alevosía y diecinueve (19) delitos de Tentativa de Asesinato por Alevosía. Alude a que en relación a ambos acusados, no se aprecia la forma, lugar preciso, las víctimas a las que les disparan, lo que hace difícil entender, de qué muertes o atentado de muertes son responsables cada uno de ellos. Refiere a que sin haber claridad en la forma en que se llevó a cabo el ataque, no es posible colegir la manera alevosa en que actuaron. En relación al hecho VIGESIMO PRIMERO, expresa que se atribuye la muerte de un número indeterminado de pandilleros no sólo a los imputados D. A. B. V. y P. P. C., sino también a miembros del Ejército y a otros policías penitenciarios, sin mencionar el nombre de estos últimos, y a todos ellos se les atribuye en ese relato fáctico la realización de ataques con armas de fuego en perjuicio de las víctimas.- Esgrime que lo mismo ocurre en el hecho VIGESIMO SEGUNDO, en el que se reconoce la intervención de miembros del Ejército Nacional, por lo cual considera que existe una total falta de precisión de las muertes, atentados y manera de comisión de los hechos específicos, por los cuales responden los acusados. Recuerda el recurrente que la claridad es una de las características fundamentales de la motivación o fundamentación, exigida en el artículo 338 del Código Procesal Penal, que es el defecto del que adolecen los hechos probados relatados, ya que según el recurrente existe imprecisión. Concluye que el Tribunal de Casación, debe anular la sentencia, y en vista de la irregularidad apuntada, ordenar la celebración de nuevo debate. Esta Sala de lo Penal, no se pronuncia en el presente motivo sobre los argumentos expuestos por la Defensa a favor del procesado D. A. B. V., ya que de los antecedentes se desprende que éste perdió 133 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 la vida a consecuencia de recibir varios disparos de arma de fuego, lo que da lugar a la extinción de la responsabilidad penal y por ende al sobreseimiento definitivo de la causa, al tenor de lo prescrito en los artículos 96 No. 1) del Código Penal; 42 No. 1) y 43 del Código Procesal Penal.- En consecuencia procede a resolver el motivo por quebrantamiento de forma expuesto por el Apoderado Defensor del acusado P. P. C.. Esta Sala de lo Penal, considera pertinente destacar, que el vicio procesal denunciado por el recurrente se origina exclusivamente cuando la redacción de los hechos probados aparece confusa, dubitativa o imprecisa, de modo que por su insuficiencia o oscuridad, o por no expresar en forma conclusiva, imperativa, terminante o categórica, sino vacilante o dubitativa, puede conducir a subsunciones alternativas, en definitiva, a consecuencia de la ambigüedad del relato. La falta de claridad puede venir determinada por haber empleado expresiones ininteligibles u oscuras que hacen difícil la comprensión del relato o cuando incurre en omisiones que alteran su significación y dejan prácticamente sin contenido específico la narración de los hechos; se produce, pues, cuando lo narrado es incomprensible por su deficiente redacción, oscuridad, ambigüedad o imprecisión, también cuando por omisión de elementos o circunstancias importantes, se impide conocer la verdadera realidad de lo ocurrido con la lógica consecuencia de que falta base fáctica para determinar si los hechos son o no constitutivos de la infracción penal, o cual ha sido la participación concreta de los acusados en la ejecución del delito. Por consiguiente, no basta para apreciar el defecto procesal que la narración se ofrezca oscura o ininteligible en alguna de las partes, o en términos de ambigüedad o imprecisión que haga difícil su comprensión, sino que es necesario que tales defectuosidades se hallen en conexión con los condicionamientos determinantes de la calificación penal asignada a los hechos probados, provocando una laguna o vacío en la descripción histórica de los mismos, que determina una falta de premisa fáctica para formular la calificación jurídica, de forma que no pueda orientar, dentro del silogismo en que la sentencia queda estructurada, el pronunciamiento condenatorio o absolutorio, es decir, que resulta inadecuada para servir de argumentación lógica al fallo, y ello porque la “quaestio facti” debe servir de apoyo y sustento a la calificación jurídica o “quaestio iuris”. Esta Sala de lo Penal considera que la redacción de los hechos probados relacionados en los que se describe la participación del acusado P. P. C. sí reúne los requisitos mínimos de claridad, dada la dinámica misma de los acontecimientos caracterizada por la presencia y participación de múltiples sujetos activos y gran cantidad de víctimas, de tal manera que la fundamentación fáctica de la sentecia permite a este Tribunal determinar sí a dicho encausado pueden o no atribuírseles los hechos criminosos por los cuales resultara condenado. Es así como en el hecho VIGESIMO PRIMERO se establece que tiempo después que los reos pandilleros dieran muerte al interno J. A. A., el encartado P. P. C. junto a otros policías penitenciarios dispararon a los reos pandilleros que encontraban a su paso, identificándolos por su vestimenta y por su corte de pelo, quitándole la vida a varios de ellos. En el hecho probado VIGESIMO SEGUNDO se expresa que junto a otro policía penitenciario, el imputado P. P. C. en compañía de miembros del ejército transitaban por el interior del recinto, posesionándose después frente a la iglesia en donde disparaban a los reos pandilleros que aun se encontraban por la cancha. Más adelante en el hecho probado VIGÉSIMO CUARTO se establece que cuando varios reos rondines 134 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 realizaban acciones para provocar un incendio en la celda No. 6 de la Granja Penal del Porvenir, y además ponían obstáculos para evitar que las personas que se encontraban en el interior pudieran salir, el procesado P. P. C., habiéndose enterado de ello no hizo nada para evitarlo. En el hecho probado VIGESIMO SEXTO, también se sitúa en escena al encausado P. P. C., cuando disparaba junto con otras personas hacia el punto donde se encontraban varios reos pandilleros. Finalmente en el hecho probado CUADRAGESIMO TERCERO se describen las personas que murieron por el efecto del incendio desatado al interior de la celda número 6, en el hecho probado CUADRAGESIMO QUINTO, quienes fallecieron por disparos de arma de fuego y/o lesiones causadas con armas cortopunzantes y objetos contundentes, en tanto que finalmente en el hecho probado CUADRAGESIMO SEXTO quienes fueron los reos pandilleros que a la conclusión de los acontecimientos ocurridos al interior de la Gran Penal del Porvenir presentaban lesiones causadas en su mayoría con armas cortopunzantes y objetos contundentes. De este modo, y como lo expresáR. anteriormente, dadas las circunstancias en que se produjeron los hechos objeto de juzgamiento con múltiples sujetos activos y una gran cantidad de víctimas, que en su mayoría perdieron la vida en tanto que las demás presentaban múltiples lesiones, resulta razonable que el Tribunal de Instancia no haya establecido con rigurosa minuciosidad y con prolijidad de detalles las incidencias ocurridas durante el desarrollo de los acontecimientos, de tal manera que esta Sala no constata la oscuridad, ambigüedad o imprecisión acusada por el Censor, de ahí que el presente motivo debe ser declarado sin lugar. XXIII.TERCER MOTIVO: Haber incurrido el sentenciador en falta de observación de las reglas de la sana crítica en la valoración de la prueba. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el Art. 362.3 del Código Procesal Penal (en adelante ―CPP‖). EXPLICACIÓN DEL MOTIVO. Los preceptos penales adjetivos que se invocan como infringidos por falta de aplicación, prescriben: Art. 202: ―Las pruebas serán valoradas con arreglo a la sana crítica. El órgano jurisdiccional formará su convicción valorando en forma conjunta y armónica toda la prueba producida‖. Por su parte, el párrafo primero, del Art. 336, de la misma ley señala: ―El Tribunal, para resolver, sólo tendrá en cuenta las pruebas que se hayan ejecutado durante el debate, las que serán apreciadas en su conjunto y de acuerdo con las reglas de la sana crítica‖. También, el Art. 338, que regula la forma de estructurar la sentencia, ordena al Tribunal sentenciador, en el numeral 2), lo siguiente: ―…Valoración de la prueba. Seguidamente, se expresarán las pruebas tenidas en cuenta para declarar probados esos hechos, justificando, según las reglas de la sana crítica, el valor que se haya dado a las practicadas en juicio y, en su caso, el razonamiento utilizado para obtener conclusiones por presunción a partir de los indicios, igualmente declarados probados‖. Los hechos probados de una sentencia penal (que constituyen la verdad a la que el Tribunal cree haber arribado) están sustentados en el acervo probatorio que se plasma en la fundamentación probatoria; por ello la correcta sustentación que tengan los hechos probados, en cuanto a los requisitos esenciales de claridad y precisión parten esencialmente, de una acertada fundamentación probatoria, de tal suerte que cuando existan deficiencias en el examen de la prueba, se encontrarán defectos en el encuadre fáctico de los hechos probados, como se ha mostrado en el anterior motivo. La fundamentación probatoria se divide en las fases descriptiva e intelectiva; en la primera (fundamentación probatoria), el Tribunal describe cada una de las pruebas que dan sustento a su 135 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 decisión; en la segunda (fundamentación intelectiva), el juzgador debe explicar porqué un medio probatorio le merece o no confiabilidad, y, además, porqué un elemento de prueba le conduce a una conclusión determinada.- Sobre esta segunda operación, es que recae el reproche del recurso de casación por violación a las reglas de la sana crítica de acuerdo con el motivo planteado, de tal suerte que la violación a esas reglas que corrigen el correcto entendimiento humano, constituye un problema de fundamentación de la sentencia; por ello el legislador en el artículo 338 del CPP, ubica dentro de la ―fundamentación del fallo‖ (regla cuarta), la valoración de la prueba.- Las reglas de la sana crítica entonces, constituyen la especie dentro del género conocido como fundamentación. En el sistema de sana crítica racional que implementa nuestro sistema procesal penal, en cuanto a la valoración de la prueba, impera la plena libertad de convencimiento de los Jueces, pero exigiéndoseles que las conclusiones a las que arriben sean el fruto razonado de las pruebas en que se las apoye.- La libertad de convencimiento tiene límites: Las normas que gobiernan la corrección del pensamiento humano, es decir, los principios de la recta razón, concretamente, las normas de la lógica, la psicología y la experiencia común. Dentro de las reglas de la lógica, al que debe sujetarse el juzgador en la valoración de las pruebas, según lo exigen los Arts. 202 y 336 CPP y que recalca el Art. 338, sección cuarta, numeral 2 (―...justificando según las reglas de la sana crítica, el valor que se haya dado a las practicadas en juicio...‖), aparece la característica, exigida por ellas, denominada, según F. DE LA RUA (La Casación Penal. El Recurso de Casación Penal en el Nuevo Código Procesal Penal de la Nación), como DERIVADA, según la cual, la motivación debe respetar el principio de razón suficiente, para lo cual ―el razonamiento debe estar constituido por inferencias razonables deducidas de las pruebas y de la sucesión de conclusiones que en virtud de ellas se vayan determinando‖.- Para ello, la motivación debe ser CONCORDANTE: A cada conclusión afirmada o negada, debe corresponder convenientemente un elemento de convicción del cual se pueda inferir aquella.Así, en estricto cumplimiento de las disposiciones legales referidas, para establecer como probado un hecho en una sentencia penal, máxime tratándose de una sentencia condenatoria, será necesario que de la relación de todas las pruebas evacuadas el Juzgador arribe al convencimiento de la existencia del hecho porque de la confrontación probaría logra obtener CERTEZA de su existencia, así como de la participación del imputado y de la culpabilidad del mismo.- La condena será legítima constitucional y legalmente únicamente al tener el conocimiento positivo de cualesquiera de esas circunstancias; legitimación que no se dará cuando no haya CONVENCIMIENTO NEGATIVO sobre su concurrencia; cuando haya DUDA, e, inclusive, cuando haya POSIBILIDAD sobre la realización y participación; todas estas otras posibilidades distintas a la certeza, no darán como válido ni legítimo, desde el punto de vista de la fundamentación, la creencia en el Tribunal sobre la culpabilidad del justiciable. Resulta, que la sentencia que hoy se cuestiona por esta vía impugnativa, contiene un vicio grave que atenta con las reglas de la sana crítica a observarse en la valoración de la prueba, y que se convierte, en consecuencia, en la violación de los Artículos mencionados: CONCLUSION DE HECHOS PROBADOS SOBRE LA PARTICIPACION DE LOS IMPUTADOS. El Tribunal de Sentencia ha establecido, sobre la participación de los imputados, los hechos probados siguientes: En el hecho probado DÉCIMO SÉPTIMO, se expresa que siendo las 136 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 09:00 a.m., los reos pandilleros M. R. S. E., conocido también como M. R. C. E., (alias El Boris), portando un arma de fuego, tipo pistola, en compañía de C. A. M. M., conocido también como C. A. M. M., (alias El Demoledor), S. R. O. P. (alias El Pibe), A. A. A. B. (alias El Espía), A. J. H. (alias El Trabado), E.C. C., (alias El Danger), J. C. M. S., (alias El Poison), E. C. R., (alias El Moreno), y un máximo de dos reos pandilleros más, comienzan a realizar el ataque en contra de varios privados de libertad, entre ellos J. A. A., J. E. B. V., D. A. L. L., J. E.C., y Donaldo H.; Los reos coordinadores y rondines, como reacción, se internaron en la celda quince (15), escudándose en un cancel, donde los reos pandilleros no pudieron alcanzarlos, por ello los reos pandilleros A. A. A. B. (alias El Espía), A. J. H. (alias El Trabado) y otro reo pandillero, procedieron a prender fuego a la celda catorce (14), con la intención de darles muerte de esa forma. En el hecho probado DÉCIMO NOVENO se indica que al mismo tiempo de los primeros disparos, muchos de los reos pandilleros, conformados en grupos, proceden a buscar por el centro penal, a los reos rondines para matarlos, mientras que éstos corrían de un lugar a otro buscando refugio.- En la búsqueda emprendida por los diferentes grupos de reos pandilleros logran localizar y dar muerte a los reos rondines A. E. G. y J. L. F., y herir al reo rondín C. S..- Entre tanto, el resto de la población penitenciaria procede a buscar refugio, algunos en el interior sus respectivas celdas, otros internándose en el taller y otros en los bajos de los torreones dos y tres. En el número VIGÉSIMO PRIMERO, se expresa que (10) minutos después de que los reos pandilleros han dado muerte al Señor J. A. A., y una vez que se avisa por teléfono lo que está ocurriendo a la Policía Nacional Preventiva, el Sub Teniente R. A. S.I., ingresa a los recintos del Centro Penal, le acompañan el personal militar bajo su mando, todos con sus armas de reglamento y luciendo uniforme verde fatiga, y los policías penitenciarios Clase II D. A. A., quien portaba un arma de fuego, tipo pistola y luciendo uniforme gris y negro de fatiga, el policía penitenciario P. P. C., armado con un fusil Pietro bereta, calibre 5.56/.223, serie A03483g, D. D. P. D., Serafín L. y O. J. Obando P., también portando armas de fuego, disparan a los reos pandilleros que encontraban a su paso, identificándolos por su vestimenta y por su corte de pelo, quitándole la vida a varios de ellos. En el hecho VIGÉSIMO SEGUNDO, se señala, que los Policías Penitenciarios D. A. A. Y P. P. C. y miembros del ejército transitan por el interior del recinto, posesionándose después frente a la iglesia en donde disparaban a los reos pandilleros que aún se encontraban por la cancha. En el hecho VIGÉSIMO CUARTO, se relata que el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejército habían disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.); seguidamente, el reo rondín P. E. R. F., consigue un liquido acelerante, regresando a la celda seis (6) y junto con los reos rondines L. A. C. V., (alias Chica Sexy), S. E. A. P., (alias el Chaparro) y el reo S. G. B., prenden en fuego, con el acelerante, varias colchonetas las que tiran hacia el interior de la celda seis (6), mientras que las personas que se encontraban adentro trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el fuego.- De todo ello lograron tener conocimiento los Policías Penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del Ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para 137 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 evitarlo. En el hecho VIGÉSIMO SEXTO, se refiere que un Policía de Turismo mira hacia el interior del recinto y observa a seis (6) personas muertas en el aérea del Cuerpo de la Guardia y a otra persona más por el área del billar, reconociendo unos metros adelante a los Policías Penitenciarios P. P. C., O. J. Obando P. y D. D. P. D., disparando hacia donde se encontraban reos pandilleros. Finalmente, el hecho CUADRAGÉSIMO PRIMERO, expresa que la Policía sacando a los heridos del recinto del Centro Penal, es enterada de que habían cuatro (4) reos pandilleros escondidos en la bartolina del reo común llamado el Colombiano, dirigiéndose el policía D. A. A., y otros elementos del Estado, encontrando a los reos C. J. P. Gordón, (Alias Bleizer), M. H. A., (alias Baby Casper), W.O.R. R., (alias El Player), J. E. D. S., (alias El Cuervo).- El Policía D. A. A., les apunta con su arma de fuego, la que introduce en la boca del reo pandillero J. E. D., indicándoles que los llevarían a la cancha para matarlos, pero después de un momento corrige, diciendo que no los mataba por estar adentro del recinto un muchacho con una cámara, traslA.dolos al Cuerpo la de Guardia, donde golpea con el arma de fuego que portaba al reo pandillero M. H. A. en la cabeza. Todos estos extremos considerados probados según el Tribunal, inciden en que a los señores D. A. B. V. y P. P. C. se les haya condenado por los delitos de VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS, ASESINATO POR INCENDIO, ASESINATO POR ALEVOSIA y TENTATIVA DE ASESINATO, en perjuicio de la ADMINISTRACION PUBLICA y VARIAS PERSONAS. El defecto de violación de las reglas de la sana crítica, en concreto, de lesión al principio lógico de razón suficiente, resulta, de las diversas conclusiones probatorias a las que llegó el Tribunal de Sentencia, referidas recién, y que le condujo a establecer que los imputados, omitieron un hecho constitutivo de un deber jurídico; acabaron con la vida de 37 personas mediante actos realizados personalmente por ellos en los que aseguraron su ejecución, intentando el mismo resultado en contra de otras 19 personas sobre las cuales no consiguieron terminar con sus vidas, y permitieron que otros sujetos acabaran con la vida de 23 individuos, sin haber intervenido en su auxilio o protección.Veamos qué medios de prueba muestran que en relación a los procesados, no puede obtenerse la certeza de la ocurrencia de los hechos, por lo cual no puede derivarse la afirmación de la culpabilidad de los mismos. En relación al imputado D. A. B. V. Cabe hacer mención de los siguientes medios de prueba. 1. Oficio de fecha 30 de Abril del año 2003, dirigido a la Abogada A. R., Fiscal de los Derechos Humanos, remitido por el Señor L. B. A. R., el cual contiene el listado de armas del personal que se encontraba en servicio el cinco de abril del 2003 en la Granja Penal de El Porvenir.- Además, el Listado de Armas, suscrito por el señor D. R., el cual describe el inventario de armas que se encontraba en la autoridad penitenciaria en la Granja Penal de El Porvenir (Ver folios 878 al 882).- Con estos documentos se demuestra de forma indubitable que el imputado D. A. B. V., no tenía asignada arma de fuego en sus labores como Jefe de Seguridad del centro penal en mención (ese cargo lo estima como acreditado la sentencia en el numeral SEXTO, de la VALORACION PROBATORIA, página 125).- Así, si se quiere determinar la situación específica, que el día de los hechos el imputado estaba armado, tendrá que relacionarse la información aportada por estos medios de prueba con otros medios de convicción que se relacionarán a continuación. 2. El testigo D. A. R. V., (Pág. 54 del acta de debate), quien al momento de ocurrir los hechos se desempañaba como Director de la Granja Penal de El Porvenir, refiere que no 138 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 recuerda si el Clase A. tenia arma asignada, y ante la solicitud de ponérsele a la vista los folios 879 al 882, relativos al inventario total de armas asignadas a ese centro penal, emitido por él y mencionado en el numeral anterior, establece que sí lo reconoce y está firmado por dicho declarante.- Llama la atención que sobre estos datos aportados por el Testigo, el Tribunal ni siquiera los haya consignado en su valoración probatoria. 3. Declaración testifical de la señora J.A M. (Págs. 287 y 288 del acta de debate), quien, entre otros aspectos dice: Que el día de los hechos andaba visitando un sobrino de nombre J. M.; cuando estaba haciendo la fila, escuchó unos disparos, salieron de ahí (con su sobrina) y encontraron un policía de apellido A., quien los condujo al portón principal, primer portón.- Dice, además, que el policía B. andaba un uniforme negro; que él las sacó al portón principal pegado a la piñera; que ello ocurrió a las nueve y diez de la mañana; que el Policía A. venia del lado de atrás, y tardó unos 15 minutos en sacarlas. 4. Coincidente con esta declaración, la testigo A. L. M. (Págs. 288 y 289), sobrina de la anterior deponente, señala: Que un sábado 5 de abril de 2003 ella andaba con una tía de ella de visita a un primo; cuando estaban haciendo fila y faltaban unas cuatro personas, oyeron unos disparos, sintieron miedo y se fueron para atrás; que las auxilió A., el sargento, quien las sacó por el último portón que queda por la piñera; que los disparos los escuchó como a las nueve y diez; el policía A. andaba un uniforme negro, y que a él ya lo había visto antes.- Sobre esta testigo y la anterior, el Tribunal hace una injustificada descalificación al señalar (Página 140 de la sentencia) que la información que ellas brinda, de ser estimada, no demerita la participación del imputado en el hecho, ignorando que con lo dicho por ellas, se demuestra que esos actos de auxilio a su favor fueron desarrollados por el imputado como a las 9:10 a.m., lo que coincide con el momento en que se le atribuye la intervención en los hechos violentos, con lo cual, el análisis de valoración de las testigos sí es relevante, máxime cuando advierten que esa ayuda tomó por lo menos unos 15 minutos. 5. Asimismo, J. J. C. M. (Pags 100 y 102 del acta de debate), quien precisamente era un privado de libertad perteneciente a la mara ―18‖, declara que fue precisamente D. A. B. V., quien lo auxilió sacándole a él y otros; que la labor de ayuda la realizó de enfrente del billar hacia afuera de la granja, en el campo de fútbol.- Agrega que A. andaba vestido de policía penitenciario, es decir, de negro, y que también auxilió a otro privado de libertad que le dicen ―Wisar‖ quien es miembro de la misma pandilla.Finaliza diciendo que no vio que el imputado golpeara a alguna persona.- Resulta forzada e ilógica la valoración que el Tribunal hace de esta declaración, puesto que según él, la única intención de este testigo es tratar de exculpar a los miembros de la policía penitenciaria, sin establecer mayor fundamento fáctico de ese desprecio probatorio.- El testigo ha declarado lo que ha percibido; si el Tribunal no creyó en su versión, debió aportar mayores argumentos de tipo fácticos para desacreditarle.- Además, el Juzgador recurre a la versión simplista que esa colaboración brindada por el imputado a dos miembros de la mara ―18‖, es cuando ya se había ordenado el cese al fuego, con lo cual, en primer lugar, niega la actitud de colaboración manifestada por el imputado durante y después del conflicto, y por otro lado el pensamiento del Juzgador se aparta de las reglas de la experiencia común y la lógica, puesto que pretende hacer creer que es posible que D. A. B. V. luego de atentar contra la vida de los miembros de la mara ―18‖ y de permitir que los rondines los calcinaran, y 139 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 luego de agredir físicamente a otros tantos, se muestre tan colaborador y servicial al terminar los hechos violentos, lo cual resulta totalmente ilógico en el comportamiento de un individuo normal. 6. Ratificando la conducta asumida por el señor B. V., el testigo M. A. M. T. (Págs. 254-256 del acta de debate), señaló, entre otras cosas: que el 5 de abril de 2003 escuchó el primer disparo adentro y empezó a buscar una salida, y estaba por la entrada de la guardia, el Señor A., nos abrió el portón a mí y a mi hermano y nos entregó en las manos de otros policías penitenciarios que estaban allí que era P. P. C., dejándolos en el campo de Fútbol, donde los estuvieron cuidado hasta las cuatro de la tarde; que se encontraba en la clínica con J. E. M. que es su hermano, y otras personas. Manifiesta que ya en el campo de Fútbol lo estaba reguarneciendo P. P., estando ahí hasta la hora señalada; que cuando lo sacan, sale con su hermano y otros compañeros; que A. andaba su uniforme color negro normal uniformado y no andaba armado puesto que él les abre el portón y pudo constatarlo; que al escuchar los disparos, el declarante estaba en la clínica y su primera reacción fue buscar la salida, A. estaba en la guardia y les abrió el portón; que salió al campo a las 9:30 a.m.- Cuando llega la policía siempre se escuchaba los tiros lentos y los gritos de internos y de visita, gritos de dolor y que querían la salida; que no sabe cuántos policías los estaban custodiando.- En relación a este testimonio, el Tribunal recurre al infundado argumento para descartarlo que el declarante manifiesta que al salir ya se encontraban las patrullas, cuando jamás ha indicado tal extremo, sino que dice con claridad, y así es recogido por el mismo Tribunal, que ve las patrullas a las 10:30 a.m., es decir una hora después de su salida.- Además descarta el testimonio al decir que el declarante señala un hecho contradictorio con lo indicado por el procesado P. P. C., ya que éste, en el cierre de la audiencia de debate establece que se encontraba dormido, cuando es ilógico pretender creer que él haya permanecido dormido todo el tiempo de la tragedia, por los estruendos que se escuchaban, además, que en el cierre del debate. 7. También, sobre la labor desarrollada por el imputado D. A. B. V., el testigo J. E. M. T. (Págs. 256 y 257 del acta de debate), hermano del anterior declarante, expresó, entre otras cosas: Que estaba a las 9:10 estaba por la clínica, con su hermano, esperando la visita; que escucharon disparos, y después llego A., quien los a la cancha y después de eso sacaron a los demás internos; que los entregó A. a P. P. quien estaba afuera.- Indica que A., andaba vestido de policía penitenciario, de negro; que no se fijó si andaba arma, porque estaba nervioso; que estuvo en el campo hasta como a las cuatro de la tarde a cuatro media y P. P. había estado con ellos. Al campo de fútbol llegaron los bomberos y varios vehículos de otras instituciones. La policía llega como a las 10:30 a 11:00 de la mañana.- Termina diciendo que el sargento A., le salvo la vida, estando agradecido con él.- También en relación a este testigo, el Tribunal es desmedido en su ataque, puesto que trata de encontrar en su dicho contradicciones que en el contexto de su declaración no existen.- Así, él ha dejado claro en varios apartados de su declaración que fueron los primeros en salir con el imputado B. V.- Por otro lado, trata de forzarlo a recordar aspectos sobre los cuales él no recuerda, como el hecho de indicar si los policías penitenciarios andaban o no armados, cuando él mismo reconoce no recordar algunos detalles por estar nervioso al momento de ocurrir los hechos.- Lo desacredita por establecer que no sabe si se escuchaban disparos dentro de la Granja Penal, frente a la gran cantidad de disparos que refieren las autopsias, 140 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 cuando el testigo lo que ha indicado es que no recuerda que estando ya fuera del centro penal, se siguieran produciendo disparos; él habla entonces, de un momento posterior a la producción de los mismo, o al menos refiere que no recuerda escucharlos cuando estaba en la cancha de fútbol, fuera del recinto; él no ha indicado que en todo el proceso no se hayan producido disparos, sino que refiere el momento en que se encuentra fuera de las instalaciones penitenciarias.- Finalmente, no le cree el Tribunal, porque dice que trata de favorecer a D. A. B. V. y P. P. C. puesto que a éste último los testigos de cargo lo miran dentro del centro penal, con lo cual más bien se nota que la parcialización es del mismo Juzgador que trata de destruir la eficacia conviccional de este medio de prueba (coincidente con otras declaraciones) poniendo como referencia de verdad las declaraciones de los testigos de la acusación. 8. Además, se ha dejado de considerar con apego a las reglas de la sana crítica el testimonio del testigo C. J. P. G. ,quien al momento de ocurrir los hechos era reo pandillero de la mara ―18‖, y resultó lesionado.Dicho testigo aporta elementos importantes, relacionados con los anteriores y restantes medios de prueba, seguramente habrían generado en el Tribunal el arribo de la DUDA sobre si D. A. B. V. asumió una actitud hostil y violenta en contra de los ofendidos.- Ello derivado de los siguientes aspectos declarados: Que el día que sucedió la masacre se encontrada con un ex compañero en la ―yarda‖, y se metió en la panadería al escuchar disparos, viendo a unas personas cómo quemaban a unos ex compañeros míos, vio cómo le prendieron fuego a la bartolina y las acciones verbales.- Dice que se encontraba recluido en la celda 2, la que compartía con otros pandilleros como ser ―El Pájaro‖, ―El Trabado‖, ―Cacique‖, ―Lágrima‖, ―Gruñón‖, ―Pegajoso‖, ―Siervo‖, ―Duende‖, ―Caballo‖, ―Payaso‖ y ―Danger‖; que con él eran como 25 a 30 personas.- Cuando escuchó los disparos, corrió hacia atrás de la pila, y se metió en una panadería, estaban tres miembros de esa pandilla y dos reos comunes, mas, uno era el dueño, ―Colombia‖, ―Gaspar‖, ―Cuervo‖ y ―Placer‖.- De ahí pudo observar cuando le ―metían‖ fuego a otros internos ex compañeros míos, y quienes hacía eso eran L., ―La Ley‖, L. C., E., ―Chinapopo‖, le prendían fuego a la celda 6, el fuego ya venía de la 8 a la 6, tiraban objetos prendidos para adentro, sí habían personas en el interior de la celda se escuchaban los gritos, ellos trataban de apagar el fuego con agua del baño, no salió ninguna persona de la celda, por los obstáculos, unos cajones de madera que pusieron otros internos.- Permaneció viendo los acontecimientos como una hora o más, siendo de los últimos en salir y cuando ello ocurrió se dirigió a la guardia a la salida del penal, los pusieron en el campo y lo condujeron en una patrulla para llevarlo al hospital, donde estuvo un par de horas.- Indicó que las heridas que recibió eran de balas, ignorando quién se los hizo, puesto que había mucho humo en el lugar.- Dice que no observó autoridades en el recinto, escuchó a unos que pedían lástima, piedad, eran sus ex compañeros.- Expresa que a A. solamente lo vio cuando llegó a sa C. con dos coordinadores más, nos sacaron para afuera; nadie sabía que estaban ahí, uno de los que estaba adentro le grito a él (imputado).- Agrega, contundentemente, que el señor B. V. lo auxilió a él y a cinco personas más que estaban refugiados en la panadería.- Nótese que en la valoración probatoria de esta prueba (Pág. 164, numeral 20 de la sentencia), el Tribunal, a su conveniencia, omite los hechos relatados por el testigo acerca del auxilio que el imputado brindó a las personas escondidas en la panadería de ―Colombia‖, circunstancia que es relatada por un 141 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 propio pandillero de la mara ―18‖ al momento de ocurrir los hechos, y que confirma que D. A. B. V., se dedicó al auxilio de diversas personas para ponerlas a salvo, desacreditando cualquier participación activa en los hechos juzgados.- También el Tribunal hace referencia a que este hecho ocurrió en un momento posterior a la tragedia (Pág. 185), pero lo cierto es que si se relaciona esa función de auxilio con las restantes declaraciones que mencionan que el imputado se encargó de ayudarles personalmente, se infiere que dicho procesado estuvo durante la secuencia de acontecimientos brindando la ayuda a varias personas para que pudieran salir del recinto. 9. Informe enviado al señor Comandante del Cuarto Batallón de Infantería, M. C. L. por R. A. S.I. (Folios 813 al 814 del Tomo IV del expediente).- Dicho documento, fechado en 6 de abril del año 2003, refiere que al considerar la situación como crítica, en vista que al interior del presidio se escuchaban disparos, gritos de auxilio y algunas celdas estaban tomando fuego y gritos de personas pidiendo auxilio procedió junto con el personal bajo su mando a ingresar al recinto penal, pudiendo observar a los mareros y los paisas golpeándose e hiriéndose con armas corto punzantes, al notar la presencia de nosotros, los primeros se refugiaron en las celdas dos y seis, cerraron la puerta con seguro y empezaron a disparar sobre los policías penitenciarios; luego llegaron los miembros de la Fuerza Conjunta Esparta y miembros del Escuadrón Cobra, quienes empezaron a disparar desde el cubículo del llavero (primera entrada de control), sin percatarse o cerciorarse de la situación que se estaba desarrollando en ese momento en el interior del presidio.Al ingresar los elementos cobras al interior del recinto, haciendo uso de sus armas de reglamento, donde se encontraban miembros de la mara 18 en posición de tendido, al mismo tiempo, el otro grupo de presidiarios conocido como paisas golpeaban y herían a los presidiarios mareros con arma corto punzantes.- Con este informe, se acredita también, en el caso específico de los policías penitenciarios, que tanto D. A. B. V. como P. P. C., policías penitenciarios, no participaron en actos violentos en contra de los mareros, ya que en el informe no se refiere la intervención de los policías penitenciarios, y sí la de los miembros de la Fuerza Conjunta Esparta, del Escuadrón Cobra y de reos ―paisas‖ con lo cual este medio de prueba también ratifica la no realización de actos violentos por ambos.- El Tribunal recurrido le concede confianza probatoria a dicho medio de prueba (Pág. 162 de la sentencia) pero no descarta la participación de los encausados que no aparecen referidos en dicho informe, con lo cual no hace una inferencia racional del mismo, por más que es concluyente sobre los participantes. En relación al imputado P. P. C. 1. Oficio de fecha 30 de Abril del año 2003, dirigido a la Abogada A. R., Fiscal de los Derechos Humanos, remitido por el Señor L. B. A. R., el cual contiene el listado de armas del persona que se encontraban en servicio el cinco de abril del 2003 en la Granja Penal de El Porvenir.- Además, el Listado de Armas, suscrito por el señor D. R., el cual describe el inventario de armas que se encontraban en la autoridad penitenciaria en la Granja Penal de El Porvenir (Ver folios 878 al 882).- Con estos documentos se demuestra de forma indubitable que el imputado P. P. C. tenía asignada el arma de fuego, fusil Pietro Bereta, calibre 5.56/223, serie A03483G. 2. En relación con el arma referida y asignada al imputado, a través de los dictámenes balísticos registrados con los números 3258-2003 y 2774-2003, (acta de debate, folios 169173, 192-199 del expediente judicial) se ha demostrado que ninguno de los indicios balísticos encontrados, como ser ojivas o 142 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 casquillos pudieron ser identificados con arma asignada a mi representado que se puso a disposición de los Laboratorios Balísticos para su análisis respectivo, de tal suerte que esta prueba es fundamental en el sentido que aporta un fuerte indicio que él no disparó el arma que tenía asignada, y por lo tanto no es responsable de la muerte de las personas que fallecieron a consecuencia de los disparos producidos en la masacre. 3. Ratificando la conducta asumida por el señor B. V., el testigo M. A. M. T. (Págs. 254-256 del acta de debate), señaló, entre otras cosas: que el 5 de abril de 2003 escuchó el primer disparo adentro y empezó a buscar una salida, y estaba por la entrada de la guardia, el Señor A., nos abrió el portón a mí y a mi hermano y nos entrego en las manos de otros policías penitenciarios que estaban allí que era P. P. C., dejándolos en el campo de Fútbol, donde los estuvieron cuidando hasta las cuatro de la tarde; manifiesta que P. P. C. se quedó en dicho campo hasta la hora señalada realizando la labor de resguardo. 4. También, sobre la labor desarrollada por el imputado P. P. C., el testigo J. E. M. T. (Págs. 256 y 257 del acta de debate) expresó que el procesado al ser evacuado del recinto por B. como a las 9:10 a.m., éste los puso a cargo del policía penitenciario P. P. quien estaba afuera. 4. También concurre Informe enviado al señor Comandante del Cuarto Batallón de Infantería, M. C. L. por R. A. S.I. (Folios 813 al 814 del Tomo IV del expediente).- Dicho documento, tal como se explicó en el caso de D. A. B. V. comprueba que los policías penitenciarios, entre ellos P. P. C., no participaron en actos violentos en contra de los mareros, ya que en el informe no se refiere la intervención de los policías penitenciarios, y sí la de los miembros de la Fuerza Conjunta Esparta, del Escuadrón Cobra y de reos ―paisas‖. Prueba que incrimina a los imputados. Asimismo, en relación a la probanza de cargo, el Tribunal de Sentencia soslayó los siguientes aspectos: 1. Testigo protegido 1.- Este testigo afirma que vio de tres a cuatro policías penitenciarios disparando hacia donde estaban los mareros, y dentro de ellos identifica al señor P. P. C..- Que al principio quienes disparaban eran los policías penitenciarios y después le dejaron el mando a la policía preventivarias-Lo que no manifiesta el Tribunal en la valoración probatoria (Pág. 158 de la Sentencia) es que el declarante menciona que no miró que le hayan quitado la vida a alguno de ellos; que no miró pandilleros afuera en ese momento, y que ellos no continuaron haciendo disparos porque llegó la policía y a ella le dejaron el mando.- Tampoco especifica el testigo qué tipo de arma portaba el señor P. C.; no es preciso en especificar el lugar donde se encontraban los mareros; tampoco señala las circunstancias por las cuales los policías penitenciarios disparaban; pero también informa que con la llegada de los policías preventivos, los elementos cobras y los miembros del ejército, fueron estos a quienes sí les atribuye las agresiones mortales, puesto que señala que el teniente T. (de los Cobras) los sacaba a los pandilleros de la celda y dos soldados les disparaban, junto con los elementos cobras y miembros de la policía preventivarias- De esa forma, la declaración de este testigo no es conclusiva en extraer de ella la certeza neC.ia en el sentido que P. P. C., disparaba hacia donde se encontraban los mareros con la intención de matarlos, de amedrentarlos o bien respondiendo a algún ataque en su contra, además que es claro en decir que no precisa el lugar dónde se ubicaban éstos.- Por ello de esta declaración no puede colegirse la certeza requerida para estimar la participación del imputado en los actos que terminaron con la vida de los pandilleros o que atentaron contra ellos, 143 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 máxime cuando atribuye la producción del resultado en el actuar de los Cobras, miembros del ejército y la policía preventivarias 2. El testigo O. G. H. V. (Pág. 158 de la sentencia), miembro de la mara ―18‖, si bien es cierto atribuye al imputado D. A. B. V. un acto intimidatorio en contra de su persona, no involucra a dicho procesado, ni al encausado P. P. C. en la realización de actos materiales en perjuicio de la vida de los privados de libertad pertenecientes a dicha pandilla, como tampoco les atribuye el hecho de dejar que los propios reos no pandilleros ejecutaran actos que tuvieran como propósito acabar con la vida de dichos individuos. 3. Con relación al testigo protegido XY, el Tribunal pretende en su valoración probatoria (Pág. 158 de la sentencia), inferir que ha sido D. A. B. V., quien le disparó al pandillero ―Danger‖, cuando de la declaración del propio testigo, contesta a la pregunta si él vio a B. disparar, ―Oí el disparo de donde estaba B. pero él estaba allí, pero no le puedo confirmar si él fue que disparó a Danger‖.- Así, con esta declaración no es posible extraer la certeza positiva que el imputado haya realizado actos atentatorios contra la vida del pandillero en alusión, puesto que hasta el propio testigo externa sus propias dudas. 4. Testigo J. R. M. F..- Este deponente sólo establece, que D. A. B. V., portaba un arma de fuego, de la cual ni siquiera brinda sus características esenciales.- Pero como quedó establecido por la variada prueba de descargo, desde el inventario de armas, así como el listado de personas que tenían asignada arma de fuego, así como diversos testigos, no puede obtenerse una la certeza neC.ia sobre esta circunstancia, ya que varios testigos niegan que el imputado anduviera armado, al dedicarse únicamente a auxiliar a diversas personas en el presidio.- Asimismo, el testigo expresa que la policía disparaba en dirección a las celdas 2 y 6; y que al salir de las mismas por los efectos de fuego, comenzaron a dispararles.Agrega que el imputado D. A. B. V., lo comenzó a golpear con patadas en las costillas, y que lo hirió con el arma de reglamento, sin especificar en qué parte del cuerpo.- Sobre esa supuesta agresión sufrida, no se presentó el respectivo dictamen médico que así lo ratificase, por lo cual resulta ser una circunstancia no probada. 5. El testigo protegido 6.- Menciona (Páginas 237 y 238 del acta de debate), distinto a lo señalado en la sentencia (Pág. 160), que encontrándose B. cerca de las mesas de billar, de ahí dispara dándole muerte a un marero, y no que ―disparaba al grupo de pandilleros que estaban en la virgencita‖ para hacer concordar ese dicho con el de los otros testigos que afirman que los policías penitenciarios disparaban en dirección a los mareros (testigo protegido 1).- Lo más sorprendente es que afirmando que le dio muerte a un marero no especifique de quién se trataba; cuál era su descripción física; bajo qué circunstancias le disparó y dio muerte; es decir, el testigo es totalmente impreciso sobre la fundamentación de su afirmación.- Pero no sólo eso, luego, haciendo referencia a esa misma muerte, corrige el dicho y dice que no sólo B. le dio muerte, sino que también los policías D. y E..- Afirma, también sin dar mucha explicación que B. le disparaba a los pandilleros pero no es claro en determinar a quiénes y bajo qué condiciones, por lo que no brinda una razón suficiente sobre sus explicaciones.- Como se ve, este testigo es incapaz de dar explicaciones suficientes sobre sus afirmaciones, y además, es contradictorio en su versión por lo que lejos de convencer, genera desconfianza sobre su dicho.- Asimismo, el testigo descarga en B. V. la responsabilidad de omitir el auxilio a 3 ó 4 pandilleros que estaban heridos y que fallecieron. 6. El testigo protegido 7 (Págs. 46 y 47 del acta de debate).- Este 144 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 testigo hace referencia a que los dos imputados disparaban a los pandilleros de la mara ―18‖, sin especificar de qué forma, el lugar de los acontecimientos, las víctimas que recibían el ataque, entre otros fundamentos fácticos que validaran su testimonio.Pero lo más insólito del testigo es que dice: ―que ella salió como a las nueve del lugar‖; partiendo de este último dato, si la testigo efectivamente abandonó el centro penal a esa hora, realmente no pudo haber apreciado los hechos que afirma puesto que los hechos que comenzaron con el inicial ataque de los mareros tuvo lugar después de las nueve y diez de la mañana, y los demás actos se fueron sucediendo de forma paulatina.- Con esa mención temporal, la testigo se excluye del conocimiento efectivo de los hechos. 7. Testigo M. H. A. M. (Pág. 71 del acta de debate).- Este testigo no brinda una razón suficiente de su afirmación que el imputado D. A. B. V. haya dado la orden que mataran a otros ―Jomys‖, es decir, miembros de la mara ―18‖, ya que no es nada claro en señalar dónde, a quién, y en qué circunstancias dio ese supuesto mandato, con lo cual el testigo no da fundamentos fácticos suficientes para imputarle al señor B. V. los hechos que le atribuye en su testimonio, y en consecuencia, para generar credibilidad.- Pero además de eso, el testigo expresa que B. andaba de militar, cuando, está acreditado por diversos testigos de la defensa que él vestía con su uniforme negro de policía penitenciario, razón por la cual, aunado a lo anterior, se demerita el aporte probatorio del medio de prueba en análisis.Además dice que durante la producción del fuego en las celdas, habían policías penitenciarios, cobras, del ejército y policía turística; sin detallar quiénes se encontraban en una situación en la que perfectamente pudieran brindar auxilio a los pandilleros que lo clamaban. 8. Testigo protegido Y (Pág. 176 de sentencia).Señala, sin especificar nombres, que los policías no hacían nada cuando se estaban quemando los reos en las celdas; que sólo le disparaban a los mareros.- Como se ha mencionado, el testigo no es preciso en la identificación de los miembros de la policía que habrían omitido el auxilio a los reos en peligro, más bien hace una relación muy general, que no nos puede conducir a una determinación concreta. 9. El testigo J. E. D. S. (Pág.185 de la sentencia).- Este testigo refiere que se refugió donde hacían el pan y llegó D. A. B. V. diciéndole a él y a sus acompañantes que se arrodillaran para luego proceder a golpearlos en la cara y todas partes.Que él daba órdenes para que los mandaran a la cancha y los mataran.- Este testimonio resulta contrastante con el brindado por el testigo C. J. P. G., quien es un marero de la ―18‖, y que más bien señala al imputado como la persona que les ayudó, a él y a otros más, a salir del refugio para que no corrieran peligro.- Por ello, la versión dada por el testigo de cargo, frente al desvanecimiento aportado por el testigo P. G. no puede considerarse como acreditada.- Además, al indicar el testigo D. S. que el imputado lo golpeó en diversas partes del cuerpo, incluida la cara, debió tener un respaldo científico que acredite la existencia de dicha agresión, como lo ha exigido el Tribunal en el caso del testigo M. H. A. M.. 10. C. R. P. O. (Pág. 187 de la sentencia).- Este testigo, quien es miembro de la mara ―18‖, hace referencia al hecho que durante el incendio en las celdas que ocupaban los pandilleros, los policías les decían que salieran con las manos en alto, pero tenían miedo de hacerlo, llegando un momento en que decidieron hacerlo por la intensidad de las llamas y comenzaron a ser agredidos por los propios policías, quienes les disparaban.- Agrega que los agresores eran policías penitenciarios y cobras.- Este testigo no particulariza cuántos 145 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 miembros de la policía penitenciaria participaron de ese ataque. 11. El testigo O. I. A. I. (Pág. 203 de la sentencia), hace mención del ataque que efectuaron los efectivos policiales (de 20 a 25) frente a la bartolina de los pandilleros, matando a algunos e hiriendo a otros, siendo pocos los que sobrevivieron.- Expresa que los pandilleros clamaban por ayuda al estarse quemando dentro de la bartolina, pero la policía nunca les brindó el auxilio.Esta declaración ratifica lo dicho por otros testigos sobre el actuar ilegal de las fuerzas del orden en contra de los miembros pandilleros, al proceder a dispararle a algunos y no permitir el auxilio de otros que se estaban incinerando.- Más, para que esas dos conductas puedan ser imputadas y acreditadas a D. A. B. V. y P. P. C. para condenarles, debe haber certeza sobre su efectiva intervención en esto hechos. Conclusión del vicio. Por todo lo apuntado, esta representación estima que desde el punto de vista probatorio es innegable desconocer el ataque del que fueron víctimas varios miembros de la mara ―18‖ por reos denominados ―rondines‖, quienes contaron con la aquiescencia de miembros de la autoridad, puesto que lejos de intervenir, permitieron que dichos reos acabaran con la vida de muchos pandilleros, sin que adoptaran alguna actitud de protección a sus vidas y de generar calma y seguridad en el Centro Penal.- Asimismo, esta representación no discute el hecho que los agentes del orden tomaron parte directa en las agresiones que terminaron con la vida de miembros de dicha pandilla, con lo cual se convirtieron en propios transgresores de la ley y los derechos de las personas que guardaban prisión. Lo que no puede compartir esta representación, es que, se pretenda efectuar una presunción de participación producto de varias declaraciones que de forma genérica indican la intervención de diferentes ramas de las fuerzas del orden, y de ahí querer derivar la responsabilidad individual, en este caso de los señores D. A. B. V. y P. P. C..- Y mucho menos se puede compartir esa posición, cuando existe prueba que les atribuye a ellos actividades distintas a las asignadas por la presente sentencia.- Para que se afirme, según los hechos probados, que los imputados tomaron una actitud pasiva frente a las agresiones que ejecutaban los reos rondines y luego se les asigne la realización de acto materiales que terminaron con la vida de varios pandilleros, debe haber CERTEZA provocada por una inequívoca valoración de la prueba que muestre con seguridad esa intervención, más allá de la duda razonable. Pero en el presente caso , a juicio de esta defensa, existen medios de prueba que al contrario de lo afirmado por la prueba que sigue el Tribunal en su decisión, conduce a establecer que D. A. B. V. y P. P. C., realizaban actividades distintas a las otorgadas por la sentencia; es más les atribuyen actos de auxilio o cooperación para evitar el peligro que corrían las personas que se encontraban en la Granja Penal de El Porvenir, y a la vez, actos de custodia de las personas trasladadas fuera del recinto.Y esas circunstancias fácticas resultan acreditadas, no sólo de unos pocos medios de prueba, sino también de una pluralidad de probanza, la cual se ha referido al principio el desarrollo de este vicio, y que de manera concordante y coherente determina que D. A. B. V., ayudó a varias personas a salir del lugar durante y posteriormente a los momentos de crisis, inclusive a propios mareros de la pandilla ―18‖ y P. P. C., se encargó de darle resguardo a las personas que se condujeron fuera de las instalaciones penitenciarias. Así, con el Oficio de fecha 30 de Abril del año 2003, dirigido a la Abogada A. R., Fiscal de los Derechos Humanos, remitido por el Señor L. B. A. R.; las declaraciones testificales de los señores D. A. R. V., J.A M., 146 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 ALBA L. M., J. J. C. M., M. A. M. T., J. E. M. T., C. J. P. G., el Informe enviado al señor Comandante del Cuarto Batallón de Infantería, M. C. L. por R. A. S.I., los dictámenes balísticos registrados con los números 3258-2003 y 2774-2003, el Tribunal ha dejado de considerar, sin fundamentos sustentables, y habiendo tenido relación o armonía la probanza indicada, que los imputados D. A. B. V. y P. P. C., no realizaron los hechos que la sentencia les atribuye por estar realizando otras actividades al servicio de las personas que se encontraban en el interior del recinto y de la seguridad de la cárcel.- Es parecer de esta representación que haciendo una relación conjunta de la prueba, como lo exigen los Arts. 202 y 336 del CPP, prevalece la DUDA sobre la efectiva participación de los imputados en los hechos atribuidos.- Si se evalúa la información probatoria aportada, cabe preguntarse, si D. A. B. V. hubiese realizado los actos hostiles en perjuicio de los miembros de al mara ―¿sería posible que dos de sus integrantes declaren a favor de él se dedicó a auxiliarles?; ¿Cómo es posible que en la valoración probatoria el Tribunal estime que luego de realizar semejantes actos horrendos los imputados se hubiesen puesto a realizar actos a favor de los individuos contra quienes, minutos atrás hubieses puesto en peligro su propia existencia?; ¿Será posible extraer la CERTEZA neC.ia para condenar cuando hay prueba variada y relacionada que conduce a acreditar que los imputados no participaron en los hechos acusados?.- Es más, quedó acreditado que ese día el vestía su uniforme negro que portan los policías penitenciarios, con lo cual se desvanece la supuesta participación que le asignan los testigos de cargo, quienes señalan falsamente que él vestía de otra forma, y que el Tribunal asume en su hecho probado VIGESIMO PRIMERO; hay versiones bipolares sobre la actitud asumida por dicho procesado en la panadería del centro penal, uno de cargo que menciona que asumió una conducta que puso en peligro la integridad física de varios reclusos otra que le muestra al servicio de los mismos.- Y en el caso de P. P. C., la evidencia científica muestra que no se probó en juicio que el fusil a él asignado haya sido disparado, puesto que no hay una relación positiva del mismo con los indicios balísticos recolectados; además de haber versiones relacionadas que le ubican en las afueras de la cárcel recibiendo y custodiando a la gente que le era remitida. Si, según la regla lógica de la DERIVACION, informada por el Principio de Razón Suficiente, el razonamiento debe estar constituido por inferencias razonables deducidas de las pruebas y de la sucesión de conclusiones que en virtud de ellas se vayan determinando, no es posible que en el presente caso la conclusión determine la CERTEZA sobre la participación de los imputados, cuando prevalece la DUDA sobre la misma, puesto que no se puede extraer con esa seguridad la conclusión de la realización de los hechos que se les asigna en la sentencia.- Y esta regla lógica de la DERIVACION, ha sido reconocida como norma de logicidad en la valoración probatoria, según la jurisprudencia emanada por la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia, y registradas con los números 164-05 (del 13 de diciembre de 2005) y 01-2007 (del 31 de J. de 2007).Como el vicio descrito ha ocurrido en el acto de dictarse sentencia, no pudo hacerse un reclamo oportuno en contra del mismo.- Y por ello es que hasta este momento se solicita se observe la infracción señalada para lo cual deberá casarse la sentencia y ordenarse el juicio de reenvío, de conformidad al Art. 369 del CPP.‖ XXIII.- RECURSO DE CASACION POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DE LOS IMPUTADOS D. A. B. V. y P. P. C. ARGUMENTANDO QUE EL SENTENCIADOR INOBSERVO LAS REGLAS DE LA 147 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 SANA CRÍTICA EN LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA. PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTICULO 362 No. 3) PARRAFO FINAL DEL CODIGO PROCESAL PENAL.Argumenta el recurrente que en la sentencia impugnada no se han observado las reglas de la sana crítica en la valoración de la prueba. Aduce que el A Quo sobre la participación de los imputados D. A. B. V. y P. P. C., relaciona los hechos probados décimo séptimo, décimo noveno, vigésimo primero, vigésimo segundo, vigésimo cuarto, vigésimo y cuadragésimo primero, los que deriva responsabilidad penal a los acusados por los delitos de VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS, ASESINATO POR INCENDIO, ASESINATO POR ALEVOSIA y TENTATIVA DE ASESINATO, en perjuicio de la ADMINISTRACION PUBLICA y VARIAS PERSONAS. Concretamente refiere que el defecto en la violación de las reglas de la sana crítica, en el presente caso, es por lesión al principio lógico de RAZÓN SUFICIENTE, que resulta, de las diversas conclusiones probatorias a las que llegó el A Quo, por las que establece que los imputados, omitieron un hecho constitutivo de un deber jurídico; acabaron con la vida de treinta y siete (37) personas mediante actos realizados personalmente, en los que aseguraron su ejecución, atentando en contra de la vida de otras diecinueve (19) personas, y permitieron que otros personas acabaran con la vida de veintitrés (23) personas, por no haber intervenido en su auxilio o protección. Señala que de los medios de prueba, en relación a los procesados, no puede obtenerse certeza de la ocurrencia de los hechos, por lo cual no puede derivarse la afirmación de su culpabilidad. Hace un análisis completo de toda la prueba, en relación a cada uno de los imputados y de la prueba que los incrimina y concluye que es innegable el ataque del que fueron víctimas varios miembros de la mara “18” por reos denominados “rondines”, con la aquiescencia de miembros de la autoridad, que lejos de intervenir, permitieron que dichos reos acabaran con la vida de muchos pandilleros, sin que adoptaran alguna actitud de protección a sus vidas y de generar calma y seguridad en el Centro Penal. Que no discute tampoco el hecho que los agentes del orden tomaron parte directa en las agresiones que terminaron con la vida de miembros de dicha pandilla, con lo cual se convirtieron en transgresores de la ley y de los derechos de las personas que guardaban prisión. Pero lo que no puede compartir es que, se pretenda efectuar una presunción de participación de los acusados D. A. B. V. y P. P. C. producto de varias declaraciones que de forma genérica derivan la responsabilidad individual a los acusados. Estima que para que se afirme en los hechos probados, que los imputados tomaron una actitud pasiva frente a las agresiones que ejecutaban los reos rondines y luego se les asigne la realización de actos materiales que terminaron con la vida de pandilleros, debe haber certeza provocada por una inequívoca valoración de la prueba, que muestre con seguridad esa intervención. Concluye que el A Quo ha dejado de considerar, que los imputados D. A. B. V. y P. P. C., no realizaron los hechos que la sentencia les atribuye por estar realizando otras actividades al servicio de las personas que se encontraban en el interior del recinto y de seguridad de la cárcel, por lo que afirma que no se cumple con la regla lógica de la DERIVACION, informada por el Principio de Razón Suficiente, en que el razonamiento debe estar constituido por inferencias razonables deducidas de las pruebas y de la sucesión de conclusiones que en virtud de ellas se vayan determinando, añadiendo que no es posible que en el presente caso la conclusión determine la CERTEZA sobre la participación de los imputados, cuando lo que prevalece es la DUDA. Esta Sala de lo Penal, no se pronuncia en el presente motivo sobre los argumentos 148 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 expuestos por la Defensa a favor del procesado D. A. B. V., ya que de los antecedentes se desprende que éste perdió la vida a consecuencia de recibir varios disparos de arma de fuego, lo que da lugar a la extinción de la responsabilidad penal y por ende al sobreseimiento definitivo de la causa, al tenor de lo prescrito en los artículos 96 No. 1) del Código Penal; 42 No. 1) y 43 del Código Procesal Penal.- En consecuencia procede a resolver el motivo por quebrantamiento de forma expuesto por el Apoderado Defensor del acusado P. P. C. El artículo 362 No. 3) del Código Procesal Penal prevé que “el recurso por quebrantamiento de forma, podrá interponerse cuando la sentencia recurrida adolezca de los vicios siguientes….3) Que..en la valoración de la prueba no se observaron las reglas de la sana crítica..”. El proceso lógico seguido por el Juez en su razonamiento al efectuar la valoración de las pruebas está sujeto al control a través del examen casacional. El Tribunal de Casación, en consecuencia, realiza un examen sobre la aplicación del sistema probatorio establecido por el Código Procesal Penal, salvaguardando de ese modo la aplicación de las reglas de la sana crítica en la fundamentación, específicamente en la valoración probatoria. Ello comporta que siendo libre (y por lo tanto no sujeto a la prueba tasada) el Tribunal sentenciador en la apreciación de las pruebas que generan su convicción, porque por mor del principio de inmediación sólo él las ha tenido ante sí, su juicio de valoración debe ser razonable, es decir, someterse a las reglas que gobiernan el correcto entendimiento humano, que den base para determinar cuales juicios son verdaderos y cuáles falsos. De este modo la motivación lógica debe responder a las siguientes características: a) Coherencia, y por ende, congruente, no contradictoria e inequívoca, b) Fundada en razón suficiente, y por lo tanto en observancia del principio de derivación, con arreglo al cual el iter lógico seguido en la valoración de las pruebas debe sustentarse en inferencias razonables y de la sucesión de conclusiones que por ellas se vayan formando, c) El razonamiento debe observar las normas de la psicología y las máximas de la experiencia. En este último caso por ejemplo, el Juzgador vulneraría las reglas de la experiencia común cuando se basa en razonamientos que revelen ignorancia pura y simple acerca de una actividad humana o de un fenómeno natural. En este sentido, el universo de las posibles hipótesis en que se dé un quebranto de este tipo es infinito, a los ejemplos ya clásicos que proporciona la doctrina tradicional, como el cuchillo que no puede atravesar una pared de concreto o bien el líquido que necesariamente fluye, etc.., la vida y la realidad cotidianas agregan innumerables posibilidades. Esta Sala de lo Penal después de haber analizado el reproche exhaustivo del recurrente, considera que éste no señala puntual y concretamente cuales son las reglas de la lógica, las máximas de la experiencia o las normas de la psicología que habrían resultado vulneradas por el Tribunal de Sentencia cuando arriba a la conclusión de que el procesado P. P. C. ha contribuido en comisión por omisión a causar la muerte mediante incendio de veintitrés personas, a título de coautor en el plan espontáneo y colectivo de causar la muerte a treinta y siete y de intentar quitarle la vida a diecinueve seres humanos. En consecuencia, siendo que por un lado y en virtud del principio de inmediación es el Juzgador de Instancia quien forma su convicción a partir de los elementos probatorios aportados bajo su directa intervención en el juicio oral, y que por el otro, el razonamiento del Tribunal A Quo externado en la motivación intelectiva de la sentencia no se presenta arbitrario, ilógico o contradictorio, procede declarar sin lugar el motivo formulado por 149 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 la Defensa del encartado y que tiene que ver con los cargos antes señalados. XXIV.- El Recurrente Abogado C. O. U. L., en su condición de Apoderado Defensor de los señores L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley en dos motivos, en tanto que por la vía del quebrantamiento de forma expuso un motivo. Para efectos de seguir un orden sistemático adecuado en su análisis y resolución, esta SALA considera pertinente apartarse del orden seguido por el Censor, de tal manera que inicialmente se pronunciará sobre el tercero de los motivos antes apuntados, para luego analizar los motivos por infracción de ley sustantiva formulados por el recurrente.- V.EXPOSICIÓN DEL MOTIVO DE CASACIÓN POR QUEBRANTRAMIENTO DE FORMA MOTIVO UNICO: La declaración de los hechos estimados probados por el Tribunal no son claros y terminante. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el Artículo 362 numeral 1 del Código Procesal Penal. EXPLICACIÒN DEL MOTIVO La norma procesal que se invoca como infringida es el articulo 338 regla cuarta numeral uno del Código Procesal Penal, que expresa: ―En párrafos separados y numerados, se hará declaración expresa y terminante de los hechos que se consideran probados, descritos con claridad, precisión y coherencia, sin emplear conceptos que, por su exclusivo carácter jurídico, predeterminen el fallo que haya de dictarse.‖ En la sentencia recurrida el Tribunal estimó como probados, entre otros, los hechos siguientes: VIGÈSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V. (alias Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo) S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo), salen de las diferentes y lugares donde habían tenido refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y con armas blancas, a los reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los policías penitenciarios y miembros del ejército que se encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que esta aconteciendo. VIGÈSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el reo rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A. C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo S. G. B., prenden en fuego con el acelerante, varias colchonetas las que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el fuego; de todo ello lograron tener conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G., escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la celda seis (6), e instantes después observo el humo provocado por el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción 150 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 alguna. TRIGÈSIMO: Quince (15) minutos después de que los primeros reos pandilleros han salido de la celda dos, el reo S. G. B. se dirige hacia los reos pandilleros que andaban armados y los reos pandillero que eran cabecillas, a los que la policía les disparan y seguidamente disparan a todos los demás reos pandilleros que se encontraban en el lugar, muchos de ellos acostados en el suelo; los reos rondines, al ver que algunos de los reos pandilleros estaban vivos aun, procedieron a agredirlos con palos, piedras y armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que salieron después de la celda dos (2) y que se hacían los muertos, todo ello a vista y consentimiento de la Policía Penitenciaria, Policía Nacional Preventiva, elementos Cobras y miembros del ejército que se encontraban en el lugar. De esta manera el reo rondín A. A. S. (alias Comayagua) arremete con cuchillos y palos al reo pandillero A. J. H. (alias El Trabado); el reo rondín P. E. R. F., (alias chinapopo) arremete con machete al reo pandillero L. A. O. G. (alias El Killer); el reo H. W. J. (alias el Basucazo), arremete con un leño y arma blanca al reo pandillero O. G. H. V. (alias El Pewee); igualmente los reos rondines S. G. B., T. R. G. (alias Cabuya) y J. R. C. (alias Cobra) agredieron a otros reos pandilleros usando palos y armas blancas. Al analizar estos hechos probados, podemos concluir que los mismos no cumplen con lo establecido en la regla cuarta del articulo 338 del Código Procesal Penal, ya que los mismos adolecen de claridad y coherencia al relatar la dinámica de cómo ocurrieron los acontecimientos. El vigésimo tercer hecho probado expresa que mis representados señores L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J., salen junto con otros reos, del lugar donde se resguardaban ―proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros‖; La defensa cuestiona que el sentenciador pretende plasmar en los hechos probados, los propósitos o deseos de los imputados, cuando es de todos conocidos, que los mismos se suscitan en la mente de las personas es decir en su ser mas íntimo, y al menos que tengamos la habilidad de leer la mente de los seres humanos, es imposible saber a ciencia cierta, cual fue el sentir o pensar de los encausados; al plasmarlos así en los hechos probados, el Tribunal incurre en el error de falta de claridad y redacta los mismos de manera subjetiva, de forma tal, que la simple lectura se vuelven confusos y poco entendibles.- De igual forma con la expresión ―proponiéndoles quitarles la vida‖ incurre el sentenciador, en el error mas visible de la sentencia impugnada, y es el de predeterminar el fallo, tal como lo prohíbe nuestro código procesal penal. Continua relatando el hecho probado numero veintitrés: ―procediendo a golpear con toletes, palos, piedras y con armas blancas, a los reos pandilleros que se encontraban‖; de nuevo incurre en el mismo yerro el sentenciador, al omitir individualizar las acciones que específicamente realizan los imputados que se mencionan en este hecho probado, además de no incluir un elemento importante de todo hecho probado, como ser el ofendido o el directamente perjudicado en la acción.- El manifestar de manera colectiva, que procedieron a golpear a los reos pandilleros que se encontraban, es generalizar todas las acciones ocurridas ese día y por tanto centralizar todas las operaciones en seis o siete reos, que utilizando la lógica podemos deducir que era imposible ejecutarlos; pero aún mas grave es omitir puntualizar hacia quien iban dirigidas esas acciones, y al no hacerlo los sentenciadores convierten los hechos probados indescifrables a la simple lectura. En el veinticuatro hecho probado se establece que mi representado L. A. C. V. ayuda al reo P. E. R. F., a prender fuego a la celda 6, sin embargo, no se 151 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 establece qué acción especifica realiza mi patrocinado, es decir, a que ayuda se refiere.Debe el sentenciador plasmar específicamente a que ayuda se refiere, debido a que, debe deducírsele individualmente la responsabilidad únicamente por sus acciones y no por el resto de los imputados; cuanto más se leen los hechos probados, más se vuelven incomprensibles, de forma tal que en este hecho probado no sabemos a ciencia cierta quienes estaban en esa celda 6, que acción específica realiza cada una de los imputados y aun más grave, no sabemos cual fue el resultado de estas acciones; los mismos quedan en suspenso sin establecer cual fue el desenlace de la dinámica ocurrida el día de los acontecimientos. En el treinta hecho declarado probado el Tribunal expresa: ―que el reo rondín T. R. G. junto con otro reo rondín, agredieron a otros reos pandilleros usando palos y armas blancas, en este hecho probado el juzgador omite establecer cuál fue el resultado del accionar del encausado, y quienes fueron los ofendidos, lo que impide hacer una valoración del actuar de mi representado. Con la simple lectura de los hechos probados antes relacionados surgen más interrogantes: ¿Qué acción específica realizaron mis representados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J.? ¿De qué delito son responsables? ¿Quiénes son las personas contra las cuales se ejecutan estas acciones? ¿Cuál fue el resultado de estas acciones, es decir, el desenlace de los acontecimientos? En los mismos se establecen expresiones como ―procediendo a golpear con palos, toletes‖ ―proponiéndose quitarle la vida‖ ―agredieron a otros reos‖ todas, expresiones muy generales y totalmente subjetivas y por consiguiente hacen de los hechos probados, una gama de confusiones para quien los analice. No pueden justificarse estos hechos probados, amparándose en el alegato que nos encontramos ante acontecimientos múltiples y de gran magnitud, de forma tal que aparecen muchos actores y participantes en lo mismos, precisamente por esa particularidad, el estudio y análisis de cada una de las acciones de los imputados, debió realizarlas el Tribunal de manera puntual para evitar incurrir en el error de generalizar, de forma tal que, por el solo hecho de ser un reo rondín o de encontrarse presente en el momento de los hechos, sea culpable de todo lo acontecido.- Debe responsabilizarse únicamente de los actos cometidos por cada uno de ellos, de no hacerlo así, aplicamos el dicho popular religioso que comúnmente utilizamos ―justos pagan por pecadores‖; como juristas y conocedores del Derecho sabemos que ante la ley, este dicho religioso no debe ni puede aplicarse, sino que debe castigarse únicamente la conducta personal que cada uno de los imputados realiza.- Tampoco debemos olvidar, que nuestros representados se enfrentan solos ante todo el aparato estatal, ya que el ente acusador tiene a su disposición todos los medios necesarios (Tecnología, policía de investigación, medicina forense) para poder establecer la responsabilidad de los acusados en los hechos a ellos imputados, y con mayor razón se debe imputar objetivamente las acciones de cada una de ellos, y si es incapaz de hacerlo, el resultado del juicio será una sentencia absolutoria. En los hechos probados enumerados como CUADRAGESIMO TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, el tribunal expresa las personas que el día cinco de abril del dos mil tres, murieron por carbonización y por hechos violentos, pero sorprendentemente no especifica quienes son los responsables y a través de que acciones; siendo que en estos dos hechos probados el tribunal da por acreditada la muerte de los supuestos ofendidos, también debió establecer quienes eran los supuestos responsables de sus muertes, sin embargo, lo omite y sorprendentemente en la parte dispositiva de la sentencia, decide condenar a mis representados por la muerte 152 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 de todos los internos acaecidos ese día, lo cual la simple lógica nos dice que es imposible; una razón más para considerar a los precitados hechos probados como faltos de claridad y coherencia. El conocido jurista español JESUS FERNADEZ ESTRALGO en el libro ―La sentencia en el nuevo proceso penal‖ en las páginas 81, 86, 87 y 88 referente a La Fijación de los Hechos Probados manifiesta: ―La declaración de los hechos probados constituye como –como lo caracteriza P. M.-―. el cimiento, el arranque, de la sentencia penal…‖ Es un presupuesto necesario del fallo, porque mediante de ella se fija judicialmente la reconstrucción de lo sucedido, y constituye la base sobre la que se construirá el tratamiento (subsunción) jurídico del caso debatido en el proceso; pero no integra propiamente la motivación de sus decisión. La descripción de los hechos probados ha de hacerse con 1) claridad 2) precisión y 3) coherencia. De este modo, se asume legalmente el modelo ideal de ―regla semántica de formación del lenguaje jurisdiccional dirigida a asegurar la determinabilidad de las denotaciones fácticas …(y que comprende) una serie de reglas que exigen, como condición de la estricta jurisdiccionalidad, esto es, de la verificabilidad y de la refutabilidad de las tesis que en el proceso enuncian los hechos y las pruebas, que tanto aquello como estos sean exactamente individualizadas mediante descripciones precisas y sin el uso de palabras vagas o valorativas. La descripción de los hechos declarados probados ha de hacerse de forma tal que permita su perfecta compresión, como presupuesto del control de su corrección, haciendo posible su corroboración (verificación) o refutación‖ En el caso subjudice, los hechos probados no permiten comprender cómo sucedieron los sucesos que se les imputan a mis representados y sobre todo, no permite valorar y determinar las acciones típicas, antijurídicas y culpables que se supone ejecutaron mis representados, para ser condenados, estas circunstancias no son visualizadas en la narración de los hechos probados y tal como afirma F. Entralgo no permite su perfecta comprensión de los acontecimientos acusados. Estos hechos probados fueron calificados por el juzgador como constitutivos de los delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, declarando responsable penalmente de los mismos a los señores L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J., sin embargo, al analizar tales hechos probados en los números, veintitrés, veinticuatro y treinta se evidencia el vicio denunciado ya que la descripción de los mismos no satisface los requisitos de claridad, precisión y coherencia impuestos por el Artículo 338, sección cuarta, número uno del Código Procesal Penal. Dicho lo anterior y siendo que la declaración de hechos probados constituye la base o el cimiento sobre el cual se construye la sentencia penal, y dado que los hechos declarados probados en la sentencia recurrida no reúnen los requisitos legales exigidos para ello, solicito se case la sentencia recurrida, se anule el fallo y se devuelvan los antecedentes al Tribunal de su procedencia para que la causa sea tramitada con arreglo a derecho. RECLAMACION HECHA PARA LA SUBSANACIÓN DEL YERRO Siendo que el yerro que provoca la interposición del recurso de mérito se produce con la sentencia misma, solo es posible su subsanación a través del presente recurso, por lo que no hubo reclamación ex-ante.‖ XXVI.- RECURSO DE CASACION POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DE LOS PROCESADOS L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE LA DECLARACION DE HECHOS PROBADOS FORMULADA POR EL TRIBUNAL DE SENTENCIA NO ES CLARA NI TERMINANTE. Argumenta el recurrente que la declaración de los hechos estimados probados por el A Quo no son claros y terminantes. Considera que 153 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 en la sentencia recurrida el A Quo estimó como probados, entre otros, los hechos VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO y TRIGÉSIMO y que al analizarlos se concluye que no cumplen con lo establecido en la regla cuarta del articulo 338 del Código Procesal Penal, al adolecer de claridad y coherencia al relatar los acontecimientos. EStima que de la simple lectura de los hechos probados VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO y TRIGÉSIMO surgen muchas interrogantes por tratarse de acontecimientos múltiples y de gran magnitud, con muchos actores y participantes, por lo que señala que el Juzgador debió analizar cada una de las acciones realizadas por los imputados, de manera puntual para no incurrir en el error de generalizar, y declarar culpables a los acusados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. por el solo hecho de ser reos rondines y encontrarse presentes en el momento de los hechos. Señala que debe responsabilizarse únicamente de los actos cometidos por cada uno de ellos, de no hacerlo así, se aplicaría el dicho popular de que “justos pagan por pecadores”. Reprocha que en los hechos probados CUADRAGESIMO TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, se describen las personas que murieron por carbonización y por hechos violentos, pero no especifica quienes son los responsables y a través de que acciones, no obstante que en la parte dispositiva de la sentencia, el A Quo condena a los acusados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. por la muerte de todos ellos, lo cual asume imposible, otra razón por la que considera a los hechos probados como faltos de claridad y coherencia. Concluye manifestando que los hechos probados no permiten comprender cómo sucedieron los sucesos, ni permite valorar y determinar las acciones típicas, antijurídicas y culpables que se supone ejecutaron los acusados y que fueron calificados por el A Quo como constitutivas de los delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN EL GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, por las se declaró penalmente responsables a los señores L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J.. Esta Sala de lo Penal, considera pertinente destacar, que el vicio procesal denunciado por el recurrente se origina exclusivamente cuando la redacción de los hechos probados aparece confusa, dubitativa o imprecisa, de modo que por su insuficiencia o oscuridad, o por no expresar en forma conclusiva, imperativa, terminante o categórica, sino vacilante o dubitativa, puede conducir a subsunciones alternativas, en definitiva, a consecuencia de la ambigüedad del relato. La falta de claridad puede venir determinada por haber empleado expresiones ininteligibles u oscuras que hacen difícil la comprensión del relato o cuando incurre en omisiones que alteran su significación y dejan prácticamente sin contenido específico la narración de los hechos; se produce, pues, cuando lo narrado es incomprensible por su deficiente redacción, oscuridad, ambigüedad o imprecisión, también cuando por omisión de elementos o circunstancias importantes, se impide conocer la verdadera realidad de lo ocurrido con la lógica consecuencia de que falta base fáctica para determinar si los hechos son o no constitutivos de la infracción penal, o cual ha sido la participación concreta de los acusados en la ejecución del delito. Por consiguiente, no basta para apreciar el defecto procesal que la narración se ofrezca oscura o ininteligible en alguna de las partes, o en términos de ambigüedad o imprecisión que haga difícil su comprensión, sino que es necesario que tales defectuosidades se hallen en conexión con los condicionamientos determinantes de la calificación penal asignada a los hechos probados, provocando una laguna o vacío en la descripción histórica de los mismos, que determina una falta de premisa fáctica para formular la calificación jurídica, de forma que no pueda orientar, dentro del silogismo en que la sentencia 154 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 queda estructurada, el pronunciamiento condenatorio o absolutorio, es decir, que resulta inadecuada para servir de argumentación lógica al fallo, y ello porque la “quaestio facti” debe servir de apoyo y sustento a la calificación jurídica o “quaestio iuris”. Esta Sala de lo Penal considera que no se advierte la falta de claridad o ambigüedad en la fundamentación fáctica de la sentencia al establecer la participación de algunos individuos en la comisión de los hechos que condujeron a la muerte de varias personas que se encontraban al interior de la Celda No. 6) de la Granja Penal del Porvenir53. Cuestión distinta es que en dicho relato ni siquiera se mencione la presencia y contribución al momento de su ejecución de alguno de los imputados, sobre lo cual nos referiremos al resolver el motivo que por infracción de ley ha formulado la Defensa de los encartados. Ahora resulta pertinente analizar si la fundamentación fáctica de la sentencia adolece de la suficiente claridad y precisión en lo que se refiere a la participación de los encausados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J., en lo que concierne a la imputación que se les hace por la comisión de treinta y siete delitos de asesinato mediante alevosía y diecinueve delitos de tentativa de asesinato alevoso. Así tenemos que: A) En el hecho probado Vigésimo Tercero se afirma que tras la irrupción de elementos de seguridad del Estado en el interior de la Granja Penal del Porvenir, el procesado L. A. C. V., salió al igual que otros ocho reos rondines de las diferentes celdas y otros espacios en los que se habían refugiado, procediendo a golpear con toletes, palos y armas blancas a los reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos ya heridos por armas de fuego, circunstancia de la que tenía conocimiento el coimputado ya fallecido R. A. S.I. sin que éste realizara acción alguna para evitarlo. Más adelante en el hecho probado Cuadragésimo se afirma que pasadas las once y seis minutos de la mañana, aprovechando un descuido de los policías preventivos y penitenciarios, el camarógrafo A. N. ingresó al interior del Centro Penal, y filmó cuando el señor D. M. M. estaba entrevistando al reo rondín L. A. C. V., (alias Chica Sexy), aún agitado, portando al lado izquierdo de la cintura un tolete de madera; filmando además varios cadáveres que yacían diseminados en distintas partes del referido establecimiento penitenciario. En el hecho probado CUADRAGESIMO QUINTO el Tribunal Sentenciador hace una relación del fallecimiento de treinta y siete personas que murieron violentamente a consecuencia de heridas ejecutadas con armas blanca, objetos contundentes y/o disparos de armas de fuego, en tanto que en el hecho probado CUADRAGESIMO SEXTO se hace una relación de reos pandilleros que habiendo sufrido agresiones físicas no resultaron muertos tras la finalización de los acontecimientos suscitados. B) Respecto al procesado T. R. G.: En el hecho probado Vigésimo Tercero se afirma que tras la irrupción de elementos de seguridad del Estado en el interior de la Granja Penal del Porvenir, el procesado T. R. G., salió junto con otros ocho reos rondines de las diferentes celdas y otros espacios en los que se habían refugiado, procediendo a golpear con toletes, palos y armas blancas a los reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos ya heridos por armas de fuego, circunstancia de la que tenía conocimiento el coimputado ya fallecido R. A. S.I. sin que éste realizara acción alguna para evitarlo. Mas adelante en el hecho probado Trigésimo se establece que Quince (15) minutos después de que los primeros reos pandilleros habían salido de la celda número dos, uno de los reos rondines señaló a varios de 53 Vid. hechos probados VIGESIMO CUARTO y CUADRAGESIMO TERCERO. 155 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 estos que se encontraban en indefensión pero que anteriormente andaban armados y que tenían el carácter de cabecillas, mismos a los que tras la referida señalización la policía les disparó haciéndolo igualmente con los demás pandilleros que se encontraban en el lugar. Tras lo cual reos rondines al ver que algunos de los reos pandilleros aun estaban vivos procedieron a agredirlos con palos, piedras y armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que salieron después de la celda dos (2) y que se hacían los muertos, todo ello a vista y consentimiento de la Policía Penitenciaria, Policía Nacional Preventiva, elementos Cobras y miembros del ejército que se encontraban en el lugar. De esta manera se afirma que el reo rondín A. A. S., (alias Comayagua), agredió con cuchillos y palos al reo pandillero A. J. H., (alias El trabado); el reo rondín P. E. R. F., (alias Chinapopo) agredió con machete al reo pandillero L. A. O. G., (alias El Killer); el reo H. W. J., (alias El Basucazo), agredió con un leño y arma blanca al reo pandillero O. G. H. V., (alias El Pewee); Para finalmente concluir que los reos rondines S. G. B., T. R. G., (alias Cabuya) y J. R. C., (alias Cobra), agredieron a otros reos pandilleros usando palos y armas blancas. En el hecho probado CUADRAGESIMO QUINTO el Tribunal Sentenciador hace una relación del fallecimiento de treinta y siete personas que murieron violentamente a consecuencia de heridas ejecutadas con armas blancas, objetos contundentes y/o disparos de armas de fuego, en tanto que en el hecho probado CUADRAGESIMO SEXTO se hace una relación de reos pandilleros que habiendo sufrido agresiones físicas no resultaron muertos tras la finalización de los acontecimientos suscitados. C) Respecto al imputado H. W. J.: En el hecho probado Vigésimo Tercero se afirma que tras la irrupción de elementos de seguridad del Estado en el interior de la Granja Penal del Porvenir, el procesado H. W. J., salió junto con otros ocho reos rondines de las diferentes celdas y otros espacios en los que se habían refugiado, procediendo a golpear con toletes, palos y armas blancas a los reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos ya heridos por armas de fuego, circunstancia de la que tenía conocimiento el coimputado ya fallecido R. A. S.I. sin que éste realizara acción alguna para evitarlo. Mas adelante en el hecho probado Trigésimo se establece que Quince (15) minutos después de que los primeros reos pandilleros habían salido de la celda número dos, uno de los reos rondines señaló a varios estos que se encontraban en indefensión pero que anteriormente andaban armados y que tenían el carácter de cabecillas, mismos a los que tras la referida señalización la policía les disparó haciéndolo igualmente con los demás pandilleros que se encontraban en el lugar. Tras lo cual reos rondines al ver que algunos de los reos pandilleros aun estaban vivos procedieron a agredirlos con palos, piedras y armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que salieron después de la celda dos (2) y que se hacían los muertos, todo ello a vista y consentimiento de la Policía Penitenciaria, Policía Nacional Preventiva, elementos Cobras y miembros del ejército que se encontraban en el lugar. De esta manera se afirma que el reo rondín A. A. S., (alias Comayagua), agredió con cuchillos y palos al reo pandillero A. J. H., (alias El trabado); el reo rondín P. E. R. F., (alias Chinapopo) agredió con machete al reo pandillero L. A. O. G., (alias El Killer); el reo H. W. J., (alias El Basucazo), agredió con un leño y arma blanca al reo pandillero O. G. H. V., (alias El Pewee); Del análisis conjunto de los hechos probados antes relacionados en los que aparecen realizando diversas acciones los imputados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J., a quienes el Tribunal 156 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 de Instancia condenó a título de coautores como responsables de haber contribuido en un plan espontáneo y colectivo a causar la muerte de treinta y siete personas e intentar quitarle la vida a diecinueve, podemos afirmar que dadas las circunstancias en que se produjeron los hechos objeto de juzgamiento con múltiples sujetos activos y una gran cantidad de víctimas, que en su mayoría perdieron la vida en tanto que las demás presentaban múltiples lesiones tras la conclusión de los sucesos, resulta razonable que el Tribunal de Instancia no haya establecido con rigurosa minuciosidad y con prolijidad de detalles las incidencias ocurridas durante el desarrollo de los acontecimientos, de tal manera que la fundamentación fáctica de la sentencia recurrida no acusa la oscuridad, ambigüedad o imprecisión señalada por el Censor, que impida como un obstáculo insalvable determinar si dichos encartados han incurrido o no en la comisión de los hechos criminosos que se les atribuye. El recurrente alega que la inclusión en el relato fáctico de la valoración de que los acusados salieron de los lugares donde se habían refugiado proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, constituye un concepto predeterminante del fallo. Sobre esto es importante señalar que tal frase no constituye una expresión 54 técnico-jurídica, sino que un juicio de inferencia , mediante el cual se determina el elemento subjetivo del delito, de modo que si bien es cierto que su ubicación resulta más acertada en la fundamentación intelectiva y jurídica de la sentencia, en cuanto extraído de los datos objetivos relatados, su inclusión en el relato de hechos probados, siempre y cuando no vacíe el contenido de los mismos, es revisable en casación por la vía del artículo 360 párrafo primero del Código Procesal Penal55, si de los restantes elementos fácticos narrados por el Juzgador se acredita la equivocación de éste al atribuir al procesado que ese era y no otro, el móvil que le impulsó a cometer el delito. De este modo, y siendo que el cuadro fáctico expuesto en la sentencia, aún suprimiendo mentalmente ese juicio de inferencia, resulta narrado con un mínimo de claridad y amplitud para determinar cual fue la intención que movió a los encartados para realizar las acciones que se les imputan, esta Sala es de criterio que el motivo alegado por el Censor debe ser desestimado. XXVI.- El Recurrente Abogado C. O. U. L., en su condición de apoderado defensor de los señores L. A. C. V., Tomás R. G. y H. W. J., desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley de la siguiente manera: ―EXPOSICIÒN DE LOS MOTIVOS DE CASACIÒN POR INFRACCIÓN DE LEY PRIMER MOTIVO: Aplicación indebida del artículo 117 del Código Penal PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el artículo 360 del Código Procesal Penal EXPLICACIÒN DEL MOTIVO La norma penal que aplica indebidamente el sentenciador es el artículo 117 del Código Penal, norma penal que establece lo siguiente: ―Artículo 117.-Es reo de asesinato quien de muerte a una persona ejecutándola con la concurrencia de las circunstancias siguientes: 1) Alevosía; 2) Con Premeditación, conocida; 3) Por medio de inundación, incendio, envenenamiento, explosión, descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya dolo o intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido. La pena por asesinato será de veinte (20) a treinta (30) años de 54 Vid. LUZON CUESTA, JOSE MARIA, El Recurso de Casación Penal, edición, Editorial Colex, Madrid, 2000, págs. 147-148, 151-152. 55 Referido a la casación por infracción de ley. 2ª 157 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 reclusión y cuando se cometiese mediante pago, recompensa o promesa remuneratoria, o se acompañase de robo o violación, la pena será de treinta (30)años a privación de por vida de la libertad‖ El Juzgador declaró terminantemente probado, entre otros los HECHOS siguientes: ―VIGÈSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V. (alias Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo) S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo), salen de las diferentes y lugares donde habían tenido refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y con armas blancas, a los reos pandillero que encontraban, algunos de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los policías penitenciarios y miembros del ejército que se encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que esta aconteciendo. VIGÈSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el reo rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A. C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo S. G. B., prenden en fuego con el acelerante, varias colchonetas las que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el fuego; de todo ello lograron tener conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G., escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la celda seis (6), e instantes después observó el humo provocado por el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción alguna‖ El juzgador calificó que tales hechos declarados probados constituyen, por una parte, SESENTA ASESINATOS; de ellos VEINTITRES personas muertas por incendio y TREINTA Y SIETE personas muertas por alevosía, y por otra, DIECINUEVE ASESINATOS EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, sin embargo, al analizar los HECHOS PROBADOS del fallo recurrido y específicamente en los antes transcritos, que son los que refieren algún comportamiento de mis representados, fácilmente puede apreciarse que en los referidos hechos probados se ofrece una muy general descripción de las acciones realizadas por los referidos encartados, no permitiendo subsumir su conducta en alguno de los comportamientos prohibidos por el código Penal, en otros apartados de tales hechos probados se consigna que los imputados agredieron a otros internos, pero sin señalar de modo particular las personas ofendidas y cual fue la magnitud de las agresiones ni cuales fueron los resultados de las mismas; y menos aun, que estos hayan participado como autores del ASESINATO de las VEINTITRES personas que murieron por incendio y de las TREINTA Y SIETE personas que murieron por alevosía, y siendo que los hechos probados son el arranque de la decisión a la que arriba el juzgador, mismos que 158 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 deben surgir de las pruebas evacuadas en la causa, pues responden a la pregunta ¿Qué se tiene por demostrado? Y en torno a tales hechos deberán girar todas las consecuencias jurídicas que de ellos se deriven; entre estas la adecuación o no de ese cuadro fáctico, a un determinado tipo penal y dado que en el presente caso los hechos probados no describen comportamiento alguno desarrollado por los encartados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. que hubiere dado como resultado la muerte de las SESENTA personas por cuyo fallecimiento fueron condenados, ello configura que el juzgador al condenarlos lo hace aplicando indebidamente lo dispuesto en el artículo 117 del Código Penal. APLICACIÓN PRETENDIDA La defensa pública de los señores L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. con la interposición del presente recurso de casación pretende la confrontación de las acciones que en ellos se les atribuye a nuestros representados, frente a los elementos objetivos y subjetivos del tipo penal contenidos en el Artículo 117 del Código Penal, y que una vez comprobado que en tales hechos probados no concurre ningún comportamiento por parte de los referidos encartados que haya dado como resultado las muertes que se les atribuyen y consecuentemente se les libere de toda responsabilidad, ya que el juzgador no individualizó la participación de cada uno de los encartados, limitándose a señalar los distintos agravios sufridos por las residentes en las celdas dos y seis de la Granja Penal de El Porvenir atribuyéndoles a cada uno de los encartados la totalidad de dichos agravios, sin que de los hechos probados surja un nexo causal entre las acciones desplegadas por mis representados y los resultados a ellos atribuidos. XXIV.- RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DE LOS PROCESADOS L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J., ARGUMENTANDO FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE LOS ENCARTADOS HAYAN COMETIDO LOS SESENTA DELITOS DE ASESINATO CONSUMADO QUE SE LES ATRIBUYE, POR LO QUE ALEGA LA APLICACIÓN INDEBIDA DEL ARTICULO 117 DEL CODIGO PENAL.- Argumenta el recurrente que el A Quo ha aplicado en forma indebida el artículo 117 del Código Penal, norma penal que establece el tipo penal de Asesinato. Afirma que en los hechos declarados probados vigésimo tercero y vigésimo cuarto, de la sentencia recurrida, no se describe comportamiento alguno de los encartados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. que hubiere dado como resultado la muerte de las SESENTA (60) personas por cuyo fallecimiento fueron condenados en aplicación del Artículo 117 del Código Penal. El recurrente pretende con la interposición del recurso de casación la confrontación de las acciones que se le atribuye a los encausados, frente a los elementos objetivos y subjetivos del tipo penal del Artículo 117 del Código Penal, para que se constate que no concurre ningún comportamiento que haya resultado en las muertes que se les atribuyen y consecuentemente se les libere de toda responsabilidad, pues estima que el juzgador no individualizó la participación de cada uno de los encartados. Señala que el A Quo se limita a señalar los agravios sufridos por los residentes en las celdas dos (2) y seis (6) de la Granja Penal de El Porvenir, atribuyendo a cada uno de los encartados la totalidad de dichos agravios, pero sin que de los hechos probados surja un nexo causal entre las acciones desplegadas por los acusados y los resultados a ellos atribuidos. Esta Sala de lo Penal considera importante recordar, que a través del recurso de casación por infracción de ley, sólo puede intentarse una revaloración jurídica del material fáctico descrito en la sentencia, contenido en la formulación de hechos probados realizada por el Tribunal de Instancia. A diferencia del 159 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 tradicional recurso de apelación, propio del anterior sistema, que provoca un nuevo examen del caso por parte del Tribunal revisor, tanto bajo el aspecto fáctico como jurídico, el de casación por infracción de ley únicamente admite la posibilidad de que el Tribunal de Casación realice un nuevo examen del objeto procesal bajo el segundo aspecto, o sea una revisión jurídica de los hechos declarados probados. El recurso de casación por infracción de ley debe estructurarse o partir su alegación, de los hechos probados que contenga la resolución cuestionada, puesto que el vicio en esencia consiste en que la decisión adoptada por el juzgador en la parte resolutiva de la sentencia, es incompatible, irreconciliable o ajena a la verdad enunciada por la narración fáctica (hechos probados), de tal suerte que resultan inobservadas las normas que sí corresponde aplicar, se invocan normas que no deben aplicarse, o se invocan las normas que deben aplicarse al caso concreto pero el Juzgador hace una incorrecta interpretación de las mismas. Precisados los límites en los que puede desenvolverse la función revisora de esta Sala cuando del recurso de casación por infracción de ley se trate, ahora es pertinente que indiquemos cuales son los elementos objetivos y subjetivos del delito de asesinato mediante incendio que se atribuye a los encartados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. en perjuicio de varias personas. La muerte de un ser humano a consecuencia de la acción realizada por otra persona, valiéndose de medios especialmente peligrosos o revelando una especial perversidad, ha sido tradicionalmente castigada con mayor severidad que el homicidio simple. En este sentido, el asesinato se describe como la muerte de otra persona ejecutada con alguna de las circunstancias mencionadas en el artículo 117 del Código Penal. De este modo, la concurrencia de algunas de las circunstancias del artículo 117 establece la diferencia entre el homicidio y el asesinato. No obstante, cabe señalar, que ambos delitos comparten características comunes, así, aparte de la igualdad en el bien jurídico protegido, que es la vida humana como valor ideal, coinciden los sujetos, activo y pasivo, que pueden serlo cualquier persona, sin más limitaciones que las que provienen del concurso de leyes,56 el objeto material sobre el que recae directamente la acción es el hombre vivo físicamente considerado, y los problemas de la relación de la causalidad, en virtud de la cual se debe establecer la conexión entre el comportamiento del sujeto activo y el resultado que consiste en la muerte efectiva de otra persona. En el caso concreto que ahora nos ocupa, se ha declarado la responsabilidad penal de los encausados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. a título de coautores de varios delitos de asesinato mediante incendio, modalidad prevista en el numeral 3) del precepto legal supracitado. La razón de la especial agravación de la muerte de un ser humano cometido mediante incendio, no es solamente la mayor perfidia del medio empleado que revela un delincuente sumamente peligroso, sino también el peligro general que tal medio y otros como la inundación, explosión, descarrilamiento, etc… encierran para la colectividad57. En lo que concierne a la coautoría esta se presenta cuando varias personas, previa celebración de un acuerdo 56 Así sí el sujeto pasivo es alguno de los Presidentes de los Poderes del Estado, el delito aplicable es el previsto en el artículo 322, si se trata del Jefe de Estado extranjero o Jefe de Gobierno extranjero, el artículo 318, etc… 57 Vid. CUELLO CALON, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo II, Revisada por CAMARGO HERNANDEZ, CESAR, Bosch, Casa Editorial, S.A., Barcelona, 1982, pág. 507. 160 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 común, que puede ser expreso o tácito, llevan a cabo un hecho de manera mancomunada, mediante una contribución objetiva a su realización, por lo que cada autor domina todo el suceso en unión de otro o de otros. Un buen ejemplo lo brinda la banda de asaltantes que planea atracar un banco, y con tal fin se distribuyen las diversas tareas: reducir a los guardias de seguridad, controlar a los concurrentes a la entidad crediticia, abrir la caja fuerte, vigilar el exterior, etc.., todos los intervinientes, pues, pueden ser considerados coautores a condición de que reúnan las exigencias correspondientes. De esta forma, en los casos de dominio del hecho, las funciones que realizan los concurrentes, no son las mismas, ni de igual intensidad, pero todos realizan alguna labor, y la suma de ellas es la que permite la comisión del delito. Del concepto anteriormente descrito se desprenden los dos elementos de la figura: uno de índole subjetiva y otro objetivarias- En primer lugar se requiere una decisión, resolución delictiva o un acuerdo común, en virtud del que cada coautor se comprometa a asumir una tarea parcial, indispensable para la realización del plan, de tal manera que todos aparezcan como cotitulares de la responsabilidad y sepan que actúan junto a otro u otros y que, con él o ellos, realizan una tarea concreta: no se requiere desde luego que el acuerdo sea expreso ni previo, sino que puede ser tácito y simultáneo, pues basta con que haya una especie de “dolo común”. Es pues la decisión mancomunada, la decisión común del hecho, la que determina la conexión de las partes del suceso ejecutadas por cada uno de los intervinientes y a partir de la que es posible imputarle a la persona respectiva la parte realizada por cada una de las otras. Por eso, cada coautor debe reunir las mismas cualidades que el autor y el dominio del hecho se torna común. Sí acontece, por ejemplo, que alguno de los intervinientes no comparte con los demás las riendas del suceso, debe pensarse en una figura distinta, como pueden ser la que corresponde a las personas que sólo cumplen meras tareas de participación en un hecho ajeno (inducción o simple complicidad). De lo anterior emana una importante regla en esta materia: la responsabilidad de cada coautor se limita al hecho colectivo y los excesos o hechos suplementarios ejecutados fuera del plan acordado, solo afectan al interviniente que los haya realizado por sí solo. Por ejemplo, sí uno de los asaltantes, deslumbrado por su atractivo, decide motu propio violar a una empleada del banco atracado, solo a él puede imputársele dicho suceso, lo mismo acontece si uno de los maleantes, por fuera de lo pactado, decide dar muerte a cualquiera de los presentes. En segundo lugar, debe mediar una contribución, un aporte objetivo y esencial al hecho, de tal manera que éste sea producto de la división del trabajo entre todos los intervinientes, por ellos se requiere un “dominio funcional del hecho”, pues cada uno debe ser pieza fundamental para llevar a cabo el plan general. Por lo tanto, no se precisa que cada concurrente realice totalmente la acción típica , pero sí es necesario, indudablemente, que el aporte esencial se lleve a cabo en la fase ejecutiva de la misma, pues de lo contrario se estarían penando aportaciones en las fases previas en contravía de un Derecho penal del acto y dándole cabida a indeseables concepciones subjetivas en esta materia, pues las contribuciones concretadas por el pueden imputarse a todos en virtud del acuerdo; sí se responsabilizara a cada concurrente por la fracción del hecho realizada en la fase ejecutiva, sería imposible concebir la figura en examen o habría que acudir a las posturas subjetivistas que terminan en un concepto extensivo de autor. Esto último, porque, 161 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 debe insistirse, lo normal es que el coautor no tenga en sus manos el dominio total del hecho sino que ese dominio lo ejerce a través del ente colectivo formado con la resolución común. Así las cosas, deben ser considerados coautores tanto los que, tratándose de un delito de estafa, realizan los artificios o engaños sobre la víctima de este atentado patrimonial, como el que ha sido encargado por sus compinches de recibir el dinero que va a ser repartido en todos de manos de la víctima, sí, según el plan común, su aporte constituye un presupuesto que tiene lugar durante la ejecución del hecho y sin el que el resultado perseguido no se hubiera podido alcanzar. Otro ejemplo de coautoría sería el siguiente: Un grupo de sujetos entre los cuales se encuentran A y B, acuerdan llevar a cabo un asalto. Para cumplir con ese propósito, varios miembros del grupo se arman de puñales. Los sujetos descritos rodean a una pareja, amenazándoles con las armas cortopunzantes y exigiéndoles que les entreguen sus pertenencias. Mientras A retiene a la mujer, amedrentándola con su puñal, B y un tercer sujeto intentan despojar de sus bienes al hombre, quien se resiste, por lo que el tercer sujeto le propina con su puñal una estocada en la ingle al ofendido, y le causa la muerte sin haber podido despojar a las víctimas de sus pertenencias. En este caso A y B son también coautores del delito de homicidio pues aunque no fueron ellos quienes realizaron la acción directa de acometer al occiso con el cuchillo, actuaron en codominio funcional del hecho, dividiendo sus funciones y portando armas blancas. Todos los participantes sabían que portaban armas cortopunzantes, las cuales podían ser utilizadas para herir o matar y realizaron en forma conjunta el desapoderamiento por medio de una división de funciones, en consecuencia todos son coautores.58 Habiendo determinado de manera sucinta cuales son los elementos objetivos y subjetivos de la modalidad del delito de asesinato antes apuntada, y explicada en términos generales la figura de la coautoría, analizaremos sí a partir del relato de hechos probados se puede atribuir a los acusados los hechos criminosos antes apuntados. Una lectura detenida de la fundamentación fáctica de la sentencia, revela que en el hecho probado vigésimo cuarto se describen las acciones de varias personas que de manera conjunta contribuyeron para causar un incendio en la Celda No. 6 de la Granja Penal del Porvenir, lo que en una relación causa-efecto trajo como resultado la muerte de varias personas (vid. Hecho Probado Cuadragésimo Tercero). Entre tales personas se encuentra el imputado L. A. C. V., a quien se atribuye junto a otros individuos la acción de haber prendido fuego a varias colchonetas y haberlas L.do por las ventanas al interior de la celda No. 6) lo que a la postre trajo como resultado un incendio que a su vez produjo la muerte de varias personas, de este modo, del relato fáctico antes descrito se subsume la comisión del delito de asesinato tipificado en el artículo 117 No. 3) del Código Penal y por ende atribuible al encartado L. A. C. V., consecuentemente, se desestima el motivo de casación que por infracción de ley interpuesiera la Defensa para desvanecer los delitos de asesinato mediante incendio por los cuales resultara condenado. En lo que concierne a los coimputados T. R. G. y H. W. J., no se logra establecer del relato fáctico contenido en la sentencia cual fue su contribución, que en una 58 Vid. sobre el concepto y los elementos de la coautoría: SANCHEZ ROMERO, CECILIA / ROJAS CHACON, JOSE ALBERTO/ Derecho Penal, Aspectos Teóricos y Prácticos, Editorial JURICENTRO S.A., San José de Costa Rica, 2009, págs. 511 y ss, VELASQUEZ V., FERNANDO, Derecho Penal, Parte General, 4ª Edición, Librería Jurídica, COMLIBROS, Bogotá, 2009, págs. 899y ss. 162 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 relación causa efecto produjera la muerte por incendio de varias personas que se encontraban al interior de la celda No. 6) de la Granja Penal del Porvenir, consecuentemente se declara con lugar el motivo de casación por infracción de ley formulado por la Defensa, para desvanecer los delitos de asesinato mediante incendio por los cuales resultaran condenados. En lo que concierne a los treinta y siete delitos de asesinato alevoso consumado que se les atribuye esta Sala considera pertinente recordar que la alevosía supone el empleo de procedimientos que facilitan el hecho. La define el artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida y la integridad personal, empleando medios, modos o formas en la ejecución que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido.”. En este sentido, la alevosía exige que los procedimientos empleados tiendan, directa y especialmente a asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una posible defensa del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los que se producen por la espalda59, o estando la víctima en la cama o de rodillas. Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en la alevosía es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del hecho y la ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer el ofendido. La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la ejecución del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún tipo de premeditación o preparación, de tal manera que puede surgir en el mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que su enemigo le da la espalda para dispararle). En algunas corrientes jurisprudenciales se distinguen tres supuestos de asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera, si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial situación de desA. de la víctima que impide cualquier manifestación de defensa60. Un análisis del relato fáctico en todo su contexto nos permite constatar que en los hechos probados decimoséptimo, decimonoveno y cuadragésimo primero se describen las acciones ejecutadas por varios reos pandilleros que dieron como resultado en algunos casos la muerte y en otros las lesiones causadas a varios reos comunes, así como también los intentos por acabar con la vida de estos últimos mediante incendio y otros medios idóneos, De este modo y si bien es cierto que de la fundamentación fáctica no se desprende la existencia de una causa de justificación ni otra eximente de responsabilidad criminal a favor de los procesados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J., por las agresiones que ejecutaran en perjuicio de otros individuos, no es menos cierto que tampoco se desprende del mismo relato fáctico que las referidas agresiones hayan sido a traición, inesperadas, mediante emboscada o celada, o aprovechándose de una situación de evidente desvalimiento de los ofendidos, de ahí que no podamos afirmar de manera indubitada y a partir de los hechos declarados probados que los imputados al perpetrar las acciones que se les imputa hayan empleado particulares medios, modos o formas en la 59 Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid. MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición, Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54 60 Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html 163 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 ejecución de los hechos con la finalidad de asegurar el resultado, sin los riesgos que para su persona hubieran podido proceder de una reacción defensiva por parte de los ofendidos, de ahí que la agresiones tantas veces referidas no puedan calificarse como alevosas y por lo tanto constitutivas de delitos de asesinato, por lo que el comportamiento de los acusados al contribuir de manera mancomunada, en un plan espontáneo y colectivo con la finalidad de dar muerte a los reos pandilleros, propósito que finalmente resultara alcanzado, se subsume en la figura del homicidio simple, tipificada en el artículo 116 párrafo primero del Código Penal, considerando esta Sala que como mínimo, de manera analógica y en bonam partem, concurre a favor de los procesados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J., la atenuante de haber precedido de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito61. Es cierto como lo expone el Censor, que en el relato fáctico no se establece puntualmente y con detalle cuales fueron las acciones que individualmente trajeron como consecuencia la muerte de treinta y siete personas, pero no es menos cierto que del mismo relato fáctico se colige que los acusados junto con otros realizaron una misma y compleja operación delictiva, de tal manera que cada uno de ellos mediante acciones ejecutivas idóneas para causar la muerte de otras personas, esto es, utilizando armas cortopunzantes, palos, piedras y otros objetos contundentes, reforzándose unos y otros, realizaron una parte diversa pero esencial para el éxito de la referida operación, cuyos resultados se reflejan en las autopsias efectuadas por los médicos forenses y descritas en los hechos probados en los que se aprecian con detalle que los treinta y siete reos pandilleros que resultaron muertos presentan múltiples heridas causadas con los medios antes señalados. Una cosa es que de un grupo de personas no se tenga la certeza respecto a quienes participaron en el hecho, y otra muy diferente que más allá de toda duda razonable se tenga por probado que un hecho fue producido por la acción conjunta de un grupo de individuos, pues en éste último evento la imprecisión de los detalles no altera la responsabilidad que como coautores les es imputable a todos. De este modo resulta que la decisión mancomunada, es decir, la decisión común del hecho de los referidos imputados junto con otros es lo que ha determinado la conexión de las partes del suceso ejecutadas por cada uno de ellos y a partir de la que es posible imputarle a cada encausado la parte realizada por cada una de los otros62. Por las razones anteriormente expuestas se les impone a los encartados la pena mínima de quince años de reclusión por cada uno de los homicidios consumados, para hacer un total de quinientos cincuenta y cinco años de reclusión. De este modo se estima parcialmente y en los términos antes expuestos, el motivo que por infracción de ley interpusiera la Defensa de los imputados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. para desvanecer los cargos de treinta y siete delitos de asesinato consumado mediante alevosía. Esta Sala considera que por una aplicación extensiva del recurso de casación, autorizada por el artículo 349 del Código Procesal Penal, la infracción del 61 El artículo 26 No. 4) del Código Penal establece que constituye una circunstancia atenuante ―haber precedido inmediatamente de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito‖. Por su parte el numeral 14) del mismo precepto legal, prevé que constituye circunstancia atenuante: ―cualquier otra circunstancia análoga a las anteriores..‖ 62 Sobre la figura de la coautoría en particular, vid. MARQUEZ CARDENAS, ALVARO ENRIQUE, en La Coautoría en la Dogmática Penal, frente a otras formas de Autoría y Participación, Universidad Libre de Colombia, Bogotá, 2008, págs. 65 y ss. 164 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 artículo 117 No. 1) del Código Penal, alegada a favor de los coimputados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. M. debe decretarse en beneficio del procesado S. J. S. M., a quien se declara penalmente responsable de la comisión de tres delitos de homicidio simple, a la pena de cuarenta y cinco años de reclusión. Igualmente, cabe iguales razones para dicha aplicación extensiva a favor del coprocesado P. P. C., a quien se declara penalmente responsable de treinta y siete delitos de homicidio consumado, por lo que se le impone la pena de quinientos cincuenta y cinco años de reclusión. XXV.- SEGUNDO MOTIVO: Aplicación indebida del Artículo 117 en relación con el 15 ambos del Código Penal. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el Artículo 360 del Código Procesal Penal. EXPLICACIÒN DEL MOTIVO: La norma penal que aplica indebidamente el sentenciador es el artículo 117 en relación al 15 del Código Penal, normas penales que establece lo siguiente: ―Artículo 117.- Es reo de asesinato quien de muerte a una persona ejecutándola con la concurrencia de las circunstancias siguientes: 1) Alevosía; 2) Con Premeditación, conocida; 3) Por medio de inundación, incendio, envenenamiento, explosión, descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya dolo o intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido. La pena por asesinato será de veinte (20) a treinta (30) años de reclusión y cuando se cometiese mediante pago, recompensa o promesa remuneratoria, o se acompañase de robo o violación, la pena será de treinta (30) años a privación de por vida de la libertad. Artículo 15.-Hay tentativa cuando, con la intención de cometer un delito determinado, se realizan actos inequívocos de ejecución y no se consuma por causas ajenas a la voluntad del agente‖ El Juzgador declaró terminantemente probado, entre otros los HECHOS siguientes: ―VIGÈSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V. (alias Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo) S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo), salen de las diferentes y lugares donde habían tenido refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y con armas blancas, a los reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los policías penitenciarios y miembros del ejército que se encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que esta aconteciendo. VIGÈSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el reo rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A. C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo S. G. B., prenden en fuego con el acelerante, varias colchonetas las que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin 165 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 lograr controlar el fuego; de todo ello lograron tener conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G., escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la celda seis (6), e instantes después observó el humo provocado por el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción alguna.‖ El juzgador calificó que tales hechos probados constituyen DIECINUEVE DELITOS DE ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCIÓN DE TENTATIVA en perjuicio de DIECINUEVE REOS PANDILLEROS SOBREVIVIENTES, fundamentado en el Artículo 117 en relación al 15 del Código Penal. Sobre este particular, la defensa de los señores L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. considera que el juzgador arriba a tal decisión por una errónea aplicación del artículo 117 en relación al 15 del referido cuerpo legal, pues, en los hechos probados no se aprecia de manera clara y precisa, los dos elementos indispensables para catalogar la conducta de mi representado como constitutiva de tales delitos, en este caso el elemento objetivo y subjetivo del tipo penal.- En el caso subjudice, los hechos probados carecen de tales elementos y no concretiza de manera puntual y clara, la forma en la que nuestros patrocinados realizan esas acciones que hacen que el Juzgador les condene por el delito de ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCIÓN DE TENTATIVA y mucho menos se establece cuáles fueron esas causas ajenas a la voluntad de mis representados por las que no hayan logrado alcanzar los resultados por ellos pretendidos. INTERPRETACIÓN PRETENDIDA Al no plasmar de manera concreta la acción de mis representados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. en los sucesos a ellos imputados, convierte a los hechos probados en meras especulaciones, en relatos sin sentido y al no establecer contra quienes se producen las acciones y cual fue el resultado, por consiguiente al no enmar C. adecuadamente en el tipo penal por el que se le condenó, nuestra solicitud al Tribunal de Casación es que se aplique correctamente la norma penal con el dictado de un fallo absolutorio. XXV.- RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DE LOS PROCESADOS L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS PROBADOS NO SE DESPRENDE LA COMISIÓN DE DIECINUEVE DELITOS DE TENTATIVA DE ASESINATO QUE SE LES ATRIBUYE, POR LO QUE EL TRIBUNAL SENTENCIADOR HABRÍA APLICADO INDEBIDAMENTENTE LOS ARTICULOS 117 Y 15 DEL CODIGO PENAL.- Esta Sala de Penal considera pertinente recordar que la alevosía supone el empleo de procedimientos que facilitan el hecho. La define el artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida y la integridad personal, empleando medios, modos o formas en la ejecución que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido.”. En este sentido, la alevosía exige que los procedimientos empleados tiendan, directa y especialmente a asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una posible defensa del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los que se producen por la espalda63, o estando la víctima en la cama o de rodillas. Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en 63 Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid. MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición, Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54 166 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 la alevosía es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del hecho y la ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer el ofendido. La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la ejecución del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún tipo de premeditación o preparación, de tal manera que puede surgir en el mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que su enemigo le da la espalda para dispararle). En algunas corrientes jurisprudenciales se distinguen tres supuestos de asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera, si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial situación de desA. de la víctima que impide cualquier manifestación de defensa64. Por otro lado también resulta oportuno recordar que el artículo 15 del código penal establece: “hay tentativa cuando, con la intención de cometer un delito determinado se realizan actos inequívocos de ejecución y no se consuma por causas ajenas a la voluntad del agente”. El tipo de la tentativa requiere de los siguientes elementos: a) en la parte objetiva, una ejecución parcial o total de los actos ejecutivos no seguida de consumación, b) en la parte subjetiva, la voluntad de consumación, c) la ausencia de desistimiento voluntario. El comienzo de la ejecución necesario para la tentativa requiere que se traspase la frontera que separa los actos preparatorios (sí los hay) de los actos ejecutivos. Subjetivamente la tentativa requiere que el sujeto quiera los actos que objetivamente realiza con ánimo de consumar el hecho o, al menos aceptando (con seguridad o con probabilidad) que pueden dar lugar a la consumación. Por último se requiere la concurrencia de un elemento negativo, y que consiste en el que el hecho no se consume por causas ajenas a la voluntad del agente. Recapitulando podemos afirmar que la tentativa se presenta cuando se ejecutan actos considerados indispensables para llevar a cabo el comportamiento tipificado en la ley penal y que en el caso concreto deben serlo efectivamente conforme al fin propuesto, pero factores extraños o ajenos a la voluntad del autor impiden que éste logre la producción del resultado perseguido. Así las cosas podemos afirmar que habrá una tentativa de asesinato alevoso, cuando el agente realiza actos inequívocos de ejecución dirigidos a causar la muerte de una persona, empleando medios, modos o formas que tiendan directa y especialmente a asegurar dicho resultado, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido pero por causas ajenas a la voluntad del imputado el delito no alcanza la consumación. Un análisis del relato fáctico en todo su contexto nos permite constatar que en los hechos probados decimoséptimo, decimonoveno y cuadragésimo primero se describen las acciones ejecutadas por varios reos pandilleros que dieron como resultado en algunos casos la muerte y en otros las lesiones causadas a varios reos comunes, así como también los intentos por acabar con la vida de estos últimos mediante incendio y otros medios idóneos, De este modo y si bien es cierto que de la fundamentación fáctica no se desprende la existencia de una causa de justificación ni otra eximente de responsabilidad criminal a favor de los procesados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J., por las agresiones que ejecutaran en perjuicio de otros individuos, no es menos cierto que tampoco se desprende del mismo relato fáctico que las referidas agresiones hayan sido a traición, inesperadas, mediante emboscada o celada, o aprovechándose de una situación de evidente desvalimiento de los 64 Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html 167 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 ofendidos, de ahí que no podamos afirmar de manera indubitada y a partir de los hechos declarados probados que los imputados al perpetrar las acciones que se les imputa hayan empleado particulares medios, modos o formas en la ejecución de los hechos con la finalidad de asegurar el resultado, sin los riesgos que para su persona hubieran podido proceder de una reacción defensiva por parte de los ofendidos, de ahí que la agresiones tantas veces referidas no puedan calificarse como alevosas y por lo tanto constitutivas de delitos de tentativa de asesinato, por lo que el comportamiento de los acusados al contribuir de manera mancomunada, en un plan espontáneo y colectivo con la finalidad de dar muerte a los reos pandilleros, propósito que finalmente y respecto a los diecinueve reos pandilleros sobrevivientes no resultara alcanzado por causas ajenas a su voluntad, se subsume en la figura de la tentativa de homicidio simple, tipificada en el artículo 116 párrafo primero del Código Penal en relación al artículo 15 del mismo texto punitivo, considerando esta Sala que como mínimo, de manera analógica y en bonam partem, concurre a favor de los procesados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J., la atenuante de haber precedido de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito65. Es cierto como lo expone el Censor, que en el relato fáctico no se establece puntualmente y con detalle cuales fueron las acciones que individualmente trajeron como consecuencia la puesta en peligro de la vida de diecinueve personas, pero no es menos cierto que del mismo relato fáctico se colige que los acusados junto con otros realizaron una misma y compleja operación delictiva, de tal manera que cada uno de ellos mediante acciones ejecutivas idóneas para causar la muerte de otras personas, esto es, utilizando armas cortopunzantes, palos, piedras y otros objetos contundentes, reforzándose unos y otros, realizaron una parte diversa pero esencial con la finalidad de alcanzar el éxito de la referida operación, cuyos resultados particularmente se reflejan en las dictámenes médicos efectuadas por los médicos forenses y descritas en los hechos probados en los que se aprecian con detalle que los diecinueve reos pandilleros que sobrevivieron presentan múltiples heridas causadas con los medios antes señalados. Una cosa es que de un grupo de personas no se tenga la certeza respecto a quienes participaron en el hecho, y otra muy diferente es que más allá de toda duda razonable se tenga por probado que un hecho fue producido por la acción conjunta de un grupo de individuos, pues en éste último evento la imprecisión de los detalles no altera la responsabilidad que como coautores les es imputable a todos. De este modo resulta que la decisión mancomunada, es decir, la decisión común del hecho de los referidos imputados junto con otros es lo que ha determinado la conexión de las partes del suceso ejecutadas por cada uno de ellos y a partir de la que es posible imputarle a cada encausado la parte realizada por cada una de los otros66. Recapitulando podemos afirmar que del relato fáctico se desprende la descripción de actos ejecutivos realizados por los procesados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. con el 65 El artículo 26 No. 4) del Código Penal establece que constituye una circunstancia atenuante ―haber precedido inmediatamente de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito‖. Por su parte el numeral 14) del mismo precepto legal, prevé que constituye circunstancia atenuante: ―cualquier otra circunstancia análoga a las anteriores..‖ 66 Sobre la figura de la coautoría en particular, vid. MARQUEZ CARDENAS, ALVARO ENRIQUE, en La Coautoría en la Dogmática Penal, frente a otras formas de Autoría y Participación, Universidad Libre de Colombia, Bogotá, 2008, págs. 65 y ss. 168 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 evidente propósito de causar la muerte de los reos pandilleros internos en la granja penal del Porvenir, voluntad compartida con otros encartados, resultado que no se logra alcanzar cuando transcurridos unos veinte minutos desde que hubiera arribado al escenario de los acontecimientos el encausado C. E. H. A., al percatarse de la presencia de representantes de los medios de comunicación, ordenó que C.an los disparos que aún efectuaban elementos de seguridad del Estado y que reforzaban la actividad criminal ejecutada por los imputados antes mencionados67. De este modo se impone a los procesados la pena mínima de diez años de reclusión por cada una de las tentativas de homicidio ejecutadas, para hacer un total de ciento noventa años de reclusión. De este modo se estima parcialmente y en los términos antes expuestos, el motivo que por infracción de ley interpusiera la Defensa de los imputados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. para desvanecer los cargos de diecinueve delitos de tentativa de asesinato consumado por los cuales resultaran condenados. Finalmente esta Sala considera que resulta procedente por encontrarse en circunstancias similares, una aplicación extensiva del recurso de casación, autorizada por el artículo 349 del Código Procesal Penal, en el motivo que se basa en la infracción del artículo 117 No. 1) del Código Penal en relación al artículo 15 del mismo texto punitivo, alegada a favor de los imputados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. M., en beneficio del encartado P. P. C., en consecuencia se casa la sentencia de la siguiente manera: se le declara responsable criminalmente y a título de coautor, por la comisión de diecinueve delitos de tentativa de homicidio, imponiéndole la pena de ciento noventa años de reclusión. XXVI.- El Recurrente Abogado J. N. P. B., en su condición de Apoderado Defensor del procesado O. A. O., desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley en dos motivos, en tanto que por la vía del quebrantamiento de forma expuso un motivo. Para efectos de seguir un orden sistemático adecuado en su análisis y resolución, esta SALA considera pertinente apartarse del orden seguido por el Censor, de tal manera que inicialmente se pronunciará sobre el tercero de los motivos antes apuntados, para luego analizar los motivos por infracción de ley sustantiva formulados por el recurrente.- XXVI.EXPOSICIÒN DEL MOTIVO DE CASACIÓN POR QUEBRANTRAMIENTO DE FORMA MOTIVO ÚNICO: La declaración de los hechos estimados probados por el Tribunal no son claros y terminante. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el Artículo 362 numeral 1 del Código Procesal Penal. EXPLICACIÒN DEL MOTIVO La norma procesal que se invoca como infringida es el articulo 338 regla cuarta numeral uno del Código Procesal Penal, que expresa: ―En párrafos separados y numerados, se hará declaración expresa y terminante de los hechos que se consideran probados, descritos con claridad, precisión y coherencia, sin emplear conceptos que, por su exclusivo carácter jurídico, predeterminen el fallo que haya de dictarse.‖ En la sentencia recurrida el Tribunal estimo como probados, entre otros, los hechos siguientes: VIGÈSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V. (alias 67 Cabe señalar que en el caso de la víctima de tentativa de homicidio, identificada como JOSE ROBERTO MALDONADO, las causas ajenas que impiden a los responsables de esa infracción que alcancen su objetivo, es la intervención de un hermano de aquel, perteneciente a la Fuerza Aérea Hondureña. Vid. Hecho Probado Trigésimo Segundo. 169 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo) S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo), salen de las diferentes y lugares donde habían tenido refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y con armas blancas, a los reos pandillero que encontraban, algunos de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los policías penitenciarios y miembros del ejército que se encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que esta aconteciendo. VIGÈSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el reo rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A. C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo S. G. B., prenden en fuego con el acelerante, varias colchonetas las que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el fuego; de todo ello lograron tener conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G., escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la celda seis (6), e instantes después observó el humo provocado por el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción alguna. TRIGÈSIMO: Quince (15) minutos después de que los primeros reos pandilleros han salido de la celda dos, el reo S. G. B. se dirige hacia los reos pandilleros que andaban armados y los reos pandillero que eran cabecillas, a los que la policía les disparan y seguidamente disparan a todos los demás reos pandilleros que se encontraban en el lugar, muchos de ellos acostados en el suelo; los reos rondines, al ver que algunos de los reos pandilleros estaban vivos aun, procedieron a agredirlos con palos, piedras y armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que salieron después de la celda dos (2) y que se hacían los muertos, todo ello a vista y consentimiento de la Policía Penitenciaria, Policía Nacional Preventiva, elementos Cobras y miembros del ejército que se encontraban en el lugar. De esta manera el reo rondín A. A. S. (alias Comayagua) arremete con cuchillos y palos al reo pandillero A. J. H. (alias El Trabado); el reo rondín P. E. R. F., (alias chinapopo) arremete con machete al reo pandillero L. A. O. G. (alias El Killer); el reo H. W. J. (alias el Basucazo), arremete con un leño y arma blanca al reo pandillero O. G. H. V. (alias El Pewee); igualmente los reos rondines S. G. B., T. R. G. (alias Cabuya) y J. R. C. (alias Cobra) agredieron a otros reos pandilleros usando palos y armas blancas. Al analizar estos hechos probados, podemos concluir que los mismos no cumplen con lo establecido en la regla cuarta del articulo 338 del Código Procesal Penal, ya que los mismos adolecen de claridad y coherencia al relatar la dinámica de cómo ocurrieron los acontecimientos. El vigésimo tercer hecho probado expresa que mi 170 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 representado el señor O. A. O., sale junto a otros reos, del lugar donde se resguardaban ―proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros‖; La defensa cuestiona que el sentenciador pretende plasmar en los hechos probados, los propósitos o deseos de los imputados, cuando es de todos conocidos, que los mismo se suscitan en la mente de las personas es decir en su ser mas íntimo, y al menos que tengamos la habilidad de leer la mente de los seres humanos, es imposible saber a ciencia cierta, cual fue el sentir o pensar de los encausados; al plasmarlos así en los hechos probados, el Tribunal incurre en el error de falta de claridad y redacta los mismos de manera subjetiva, de forma tal, que la simple lectura se vuelven confusos y poco entendibles.- De igual forma con la expresión ―proponiéndoles quitarles la vida‖ incurre el sentenciador, en el error mas visible de la sentencia impugnada, y es el de predeterminar el fallo, tal como lo prohíbe nuestro código procesal penal. Continua relatando el hecho probado numero veintitrés: ―procediendo a golpear con toletes, palos, piedras y con armas blancas, a los reos pandilleros que se encontraban‖; de nuevo incurre en el mismo yerro el sentenciador, al omitir individualizar las acciones que específicamente realizan los imputados que se mencionan en este hecho probado, además de no incluir un elemento importante de todo hecho probado, como ser el ofendido o el directamente perjudicado en la acción.- El manifestar de manera colectiva, que procedieron a golpear a los reos pandilleros que se encontraban, es generalizar todas las acciones ocurridas ese día y por tanto centralizar todas las operaciones en seis o siete reos, que utilizando la lógica podemos deducir que era imposible ejecutarlos; pero aun mas grave es omitir puntualizar hacia quien iban dirigidas esas acciones, y al no hacerlo los sentenciadores convierten los hechos probados indescifrables a la simple lectura. >En el trigésimo primero: El reo pandillero R. E. V. E., sale de la bartolina dos (2), cargando al reo pandillero M. T. S., (alias El spider), quien había entrado a la celda con una herida de arma de fuego, pidiéndole ayuda a un militar del cuarto batallón de infantería, miembro de la Fuerza de tarea conjunta esparta, quien le responde con un insulto, disparándole a R. E. V. Gamez, en la pierna derecha, cayendo al suelo ambos pandilleros, en el suelo, R. E. V. E., decide fingir estar muerto, pidiendo al reo pandillero A. M. E., (alias el humilde) quien también hacia lo mismo, que se pusiera encima, de modo de taparle el tatuaje del brazo para que no lo identificaran como pandillero y así no sufrir mas agresiones, pero el reo rondín O. A. O., (alias matador) se percató de que R. E. Gamez, estaba aun con vida, por lo que le arremete con arma blanca .Con la simple lectura de los hechos probados antes relacionados surgen más interrogantes: ¿Qué acción específica realiza mí representado O. A. O.? ¿De qué delito es responsable? ¿Quiénes son las personas contra las cuales se ejecutan estas acciones? ¿Cuál fue el resultado de estas acciones, es decir el desenlace de los acontecimientos? En los mismos se establecen, expresiones como ―procediendo a golpear con palos, toletes‖ ―proponiéndose quitarle la vida‖ ―agredieron a otros reos‖ todas, expresiones totalmente subjetivas y que por consiguiente hacen de los hechos probados una gama de confusiones para quien los analice. No pueden justificarse estos hechos probados, amparándose en el alegato que nos encontramos ante acontecimientos múltiples y de gran magnitud, de forma tal que aparecen muchos actores y participantes en lo mismos, precisamente por esa particularidad, el estudio y análisis de cada una de las acciones de los imputados, debió realizarlas el Tribunal de manera 171 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 puntual para evitar incurrir en el error de generalizar, de forma tal que, por el solo hecho de ser un reo rondín o de encontrarse presente en el momento de los hechos, sea culpable de todo lo acontecido.- Debe responsabilizarse únicamente de los actos cometidos por cada uno de ellos, de no hacerlo así, aplicamos el dicho popular religioso que comúnmente utilizamos ―justos pagan por pecadores‖; como juristas y conocedores del derecho sabemos que ante la ley, este dicho religioso no debe ni puede aplicarse, sino que debe castigarse únicamente la conducta personal que cada uno de los imputados realiza.- Tampoco debemos olvidar, que nuestro representado se enfrenta solo ante todo el aparato estatal, ya que el ente acusador tiene a su disposición todos los medios necesarios (Tecnología, policía de investigación, medicina forense) para poder establecer la responsabilidad de los acusados en los hechos a ellos imputados, y con mayor razón se debe imputar objetivamente las acciones de cada una de ellos, y si es incapaz de hacerlo, el resultado del juicio será una sentencia absolutoria. En los hechos probados enumerados como CUADRAGESIMO TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, el tribunal expresa las personas que el día cinco de abril del dos mil tres, murieron por carbonización y por hechos violentos, pero sorprendentemente no especifica quienes son los responsables y a través de que acciones; siendo que en estos dos hechos probados el tribunal da por acreditada la muerte de los supuestos ofendidos, también debió establecer quienes eran los supuestos responsables de sus muertes, sin embargo, lo omite y sorprendentemente en la parte dispositiva de la sentencia, decide condenar a mi representado por la muerte de todos los internos acaecidos ese día, lo cual la simple lógica nos dice que es imposible; una razón más para considerar a los precitados hechos probados como faltos de claridad y coherencia. El conocido jurista español JESUS FERNADEZ ENTRALGO en el libro ―La sentencia en el nuevo proceso penal‖ en las páginas 81, 86, 87 y 88 referente a La Fijación de los Hechos Probados manifiesta: ―La declaración de los hechos probados constituye –como lo caracteriza P. M.-―..el cimiento, el arranque, de la sentencia penal…‖ Es un presupuesto necesario del fallo, porque mediante ella se fija judicialmente la reconstrucción de lo sucedido, y constituye la base sobre la que se construirá el tratamiento (subsuncion) jurídico del caso debatido en el proceso; pero no integra propiamente la motivación de sus decisión. La descripción de los hechos probados ha de hacerse con 1) claridad 2) precisión y 3) coherencia. De este modo, se asume legalmente el modelo ideal de ―regla semántica de formación del lenguaje jurisdiccional dirigida a asegurar la determinabilidad de las denotaciones fácticas …(y que comprende) una serie de reglas que exigen, como condición de la estricta jurisdiccionalidad, esto es, de la verificabilidad y de la refutabilidad de las tesis que en el proceso enuncian los hechos y las pruebas, que tanto aquello como estos sean exactamente individualizadas mediante descripciones precisas y sin el uso de palabras vagas o valorativas. La descripción de los hechos declarados probados ha de hacerse de forma tal que permita su perfecta compresión, como presupuesto del control de su corrección, haciendo posible su corroboración (verificación) o refutación (falsación)‖ En el caso subjudice, los hechos probados no permiten comprender como sucedieron los sucesos imputados a mi representado y sobre todo, no permite valorar y determinar la acción típica, antijurídica y culpable en la que tuvo que incurrir mi representado, para ser condenado, estas circunstancias no son visualizadas en la narración de los hechos probados y tal como afirma F. Entralgo no permite su perfecta 172 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 comprensión de los acontecimientos acusados a mi patrocinado. Estos hechos probados fueron calificados por el juzgador como constitutivos de los delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, declarando responsable penalmente de los mismos al señor O. A. O., sin embargo, al analizar tales hechos probados en los números, veintitrés, veinticuatro, treinta y treinta y uno se evidencia el vicio denunciado ya que la descripción de los mismos no satisface los requisitos de claridad, precisión y coherencia impuestos por el Artículo 338, sección cuarta, número uno del Código Procesal Penal. Dicho lo anterior y siendo que la declaración de hechos probados constituye la base o el cimiento sobre el cual se construye la sentencia penal, y dado que los hechos declarados probados en la sentencia recurrida no reúnen los requisitos legales exigidos para ello, solicito se case la sentencia recurrida, se anule el fallo y se devuelvan los antecedentes al Tribunal de su procedencia para que la causa sea tramitada con arreglo a derecho. RECLAMACION HECHA PARA LA SUBSANACION DEL YERRO Siendo que el yerro que provoca la interposición del recurso de mérito se produce con la sentencia misma, solo es posible su subsanación a través del presente recurso por lo que se deduce que no hubo una reclamación ex-ante.‖ XXVI.RECURSO DE CASACIÓN POR QUEBRANTRAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL PROCESADO O. A. O. ARGUYENDO QUE LOS HECHOS ESTIMADOS PROBADOS POR EL TRIBUNAL NO SON CLAROS NI TERMINANTES. PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTÍCULO 362 No. 1) DEL CODIGO PROCESAL.- Argumenta el recurrente que la declaración de los hechos estimados probados por el A Quo, no son claros y terminantes. Alega que en la sentencia recurrida, el A Quo estimó como probados, entre otros, los hechos VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO y TRIGÉSIMO y que al analizarlos concluye que no cumplen con lo establecido en la regla cuarta del articulo 338 del Código Procesal Penal, al adolecer de claridad y coherencia al relatar los acontecimientos. Considera que de la simple lectura de los hechos probados VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO y TRIGÉSIMO surgen muchas interrogantes por tratarse de acontecimientos múltiples y de gran magnitud, con muchos actores y participantes, por lo que refiere que el Juzgador debió analizar cada una de las acciones realizadas por los imputados, de manera puntual para no incurrir en el error de generalizar, y declarar culpable al acusado señor O. A. O. por el solo hecho de ser Reo Rondín y encontrarse presente en el momento de los hechos. Estima que debe responsabilizarse al acusado únicamente de los actos cometidos por él, de no hacerlo así, se aplicaría el dicho popular de que “justos pagan por pecadores”. Reprocha también que en los hechos probados CUADRAGESIMO TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, se describe a las personas que murieron por carbonización y por hechos violentos, pero no especifica quienes son los responsables y a través de que acciones, no obstante que en la parte dispositiva de la sentencia, el A Quo condena al acusado O. A. O. por la muerte de todos ellos, lo cual asume imposible, otra razón por la que considera a los hechos probados como faltos de claridad y coherencia. Concluye manifestando que los hechos probados no permiten comprender cómo sucedieron los acontecimientos, ni permite valorar y determinar las acciones típicas, antijurídicas y culpables que se supone ejecutó el acusado y que fueron calificados por el A Quo como constitutivas de los delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, por las se declaró penalmente responsable al señor O. A. O.. Esta Sala de lo Penal, considera pertinente destacar, que el vicio procesal denunciado por el recurrente se origina exclusivamente cuando la 173 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 redacción de los hechos probados aparece confusa, dubitativa o imprecisa, de modo que por su insuficiencia o oscuridad, o por no expresar en forma conclusiva, imperativa, terminante o categórica, sino vacilante o dubitativa, puede conducir a subsunciones alternativas, en definitiva, a consecuencia de la ambigüedad del relato. La falta de claridad puede venir determinada por haber empleado expresiones ininteligibles u oscuras que hacen difícil la comprensión del relato o cuando incurre en omisiones que alteran su significación y dejan prácticamente sin contenido específico la narración de los hechos; se produce, pues, cuando lo narrado es incomprensible por su deficiente redacción, oscuridad, ambigüedad o imprecisión, también cuando por omisión de elementos o circunstancias importantes, se impide conocer la verdadera realidad de lo ocurrido con la lógica consecuencia de que falta base fáctica para determinar si los hechos son o no constitutivos de la infracción penal, o cual ha sido la participación concreta de los acusados en la ejecución del delito. Por consiguiente, no basta para apreciar el defecto procesal que la narración se ofrezca oscura o ininteligible en alguna de las partes, o en términos de ambigüedad o imprecisión que haga difícil su comprensión, sino que es necesario que tales defectuosidades se hallen en conexión con los condicionamientos determinantes de la calificación penal asignada a los hechos probados, provocando una laguna o vacío en la descripción histórica de los mismos, que determina una falta de premisa fáctica para formular la calificación jurídica, de forma que no pueda orientar, dentro del silogismo en que la sentencia queda estructurada, el pronunciamiento condenatorio o absolutorio, es decir, que resulta inadecuada para servir de argumentación lógica al fallo, y ello porque la “quaestio facti” debe servir de apoyo y sustento a la calificación jurídica o “quaestio iuris”. Esta Sala de lo Penal considera que no se advierte la falta de claridad o ambigüedad en la fundamentación fáctica de la sentencia al establecer la participación de algunos individuos en la comisión de los hechos que condujeron a la muerte de varias personas que se encontraban al interior de la Celda No. 6) de la Granja Penal del Porvenir. Cuestión distinta es que en dicho relato ni siquiera se mencione la presencia y contribución al momento de su ejecución de alguno de los imputados, sobre lo cual nos referiremos al resolver el motivo que por infracción de ley ha formulado la Defensa del encartado. Ahora resulta pertinente analizar si la fundamentación fáctica de la sentencia adolece de la suficiente claridad y precisión en lo que se refiere a la participación del encausado O. A. O., en lo que concierne a la imputación que se le hace por la comisión de treinta y siete delitos de asesinato mediante alevosía y diecinueve delitos de tentativa de asesinato alevoso. Así tenemos que: En el hecho probado Vigésimo Tercero se afirma que tras la irrupción de elementos de seguridad del Estado en el interior de la Granja Penal del Porvenir, el procesado O. A. O., salió junto con otros ocho reos rondines de las diferentes celdas y otros espacios en los que se habían refugiado, procediendo a golpear con toletes, palos y armas blancas a los reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos ya heridos por armas de fuego, circunstancia de la que tenía conocimiento el coimputado ya fallecido R. A. S.I. sin que éste realizara acción alguna para evitarlo. Más adelante, en el hecho probado TRIGÉSIMO PRIMERO: se establece que El reo pandillero R. E. V. E., salió de la bartolina dos (2), cargando al reo pandillero M. T. S., (alias El Spider), quien había entrado a la celda con una herida de arma de fuego, pidiéndole ayuda a un militar del Cuarto Batallón de 174 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 Infantería, miembro de la Fuerza de Tarea Conjunta Esparta, quien le respondió con un insulto, disparándole a R. E. V. E., en la pierna derecha, cayendo al suelo ambos pandilleros. En el suelo R. E. V. E., decide fingir estar muerto, pidiéndole al reo pandillero A. M. E., (alias el Humilde), quien también hacia lo mismo, que se le pusiera encima, de modo de taparle el tatuaje del brazo para que no lo identificaran como pandillero y así no sufrir más agresiones, pero el reo rondín O. A. O., (alias Matador), se percató de que R. E. V. E., estaba aun con vida, por lo que le agredió con arma blanca. En el hecho probado CUADRAGESIMO QUINTO el Tribunal Sentenciador hace una relación del fallecimiento de treinta y siete personas que murieron violentamente a consecuencia de heridas ejecutadas con armas blancas, objetos contundentes y/o disparos de armas de fuego, en tanto que en el hecho probado CUADRAGESIMO SEXTO se hace una relación de reos pandilleros que habiendo sufrido agresiones físicas no resultaron muertos tras la finalización de los acontecimientos suscitados, entre quienes se encuentra el señor R. E. “ V.” G.. Del análisis conjunto de los hechos probados antes relacionados en los que aparece realizando diversas acciones el imputado O. A. a quiene el Tribunal de Instancia condenó a título de coautor como responsable de haber contribuido en un plan espontáneo y colectivo a causar la muerte de treinta y siete personas e intentar quitarle la vida a diecinueve, podemos afirmar que dadas las circunstancias en que se produjeron los hechos objeto de juzgamiento con múltiples sujetos activos y una gran cantidad de víctimas, que en su mayoría perdieron la vida en tanto que las demás presentaban múltiples lesiones tras la conclusión de los sucesos, resulta razonable que el Tribunal de Instancia no haya establecido con rigurosa minuciosidad y con prolijidad de detalles las incidencias ocurridas durante el desarrollo de los acontecimientos, de tal manera que la fundamentación fáctica de la sentencia recurrida no acusa la oscuridad, ambigüedad o imprecisión señalada por el Censor, que impida como un obstáculo insalvable determinar si dichos encartado han incurrido o no en la comisión de los hechos criminosos que se le atribuyen. El recurrente alega que la inclusión en el relato fáctico de la valoración de que los acusados salieron de los lugares donde se habían refugiado proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, constituye un concepto predeterminante del fallo. Sobre esto es importante señalar que tal frase no constituye una expresión técnico-jurídica, sino que un juicio de inferencia68, mediante el cual se determina el elemento subjetivo del delito, de modo que si bien es cierto que su ubicación resulta más acertada en la fundamentación intelectiva y jurídica de la sentencia, en cuanto extraído de los datos objetivos relatados, su inclusión en el relato de hechos probados, siempre y cuando no vacíe el contenido de los mismos, es revisable en casación por la vía del artículo 360 párrafo primero del Código Procesal Penal69, si de los restantes elementos fácticos narrados por el Juzgador se acredita la equivocación de éste al atribuir al procesado que ese era y no otro, el móvil que le impulsó a cometer el delito. De este modo, y siendo que el cuadro fáctico expuesto en la sentencia, aún suprimiendo mentalmente ese juicio de inferencia, resulta narrado con un mínimo de claridad y amplitud para determinar cual fue la intención que movió al encartado para realizar las acciones que se 68 Vid. LUZON CUESTA, JOSE MARIA, El Recurso de Casación Penal, edición, Editorial Colex, Madrid, 2000, págs. 147-148, 151-152. 69 Referido a la casación por infracción de ley. 2ª 175 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 le imputan, esta Sala es de criterio que el motivo alegado por el Censor debe ser desestimado. XXVII.- El Recurrente Abogado J. N. P. B., en su condición de Defensor Público del señor O. A. O., desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma de la siguiente manera: ―EXPOSICIÒN DE LOS MOTIVOS DE CASACIÒN POR INFRACCIÓN DE LEY PRIMER MOTIVO: Aplicación indebida del artículo 117 del Código Penal PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el artículo 360 del Código Procesal Penal EXPLICACIÒN DEL MOTIVO La norma penal que aplica indebidamente el sentenciador es el artículo 117 del Código Penal, norma penal que establece lo siguiente: ―Artículo 117.-Es reo de asesinato quien de muerte a una persona ejecutándola con la concurrencia de las circunstancias siguientes: 1) Alevosía; 2) Con Premeditación, conocida; 3) Por medio de inundación, incendio, envenenamiento, explosión, descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya dolo o intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido. La pena por asesinato será de veinte (20) a treinta (30) años de reclusión y cuando se cometiese mediante pago, recompensa o promesa remuneratoria, o se acompañase de robo o violación, la pena será de treinta (30) años a privación de por vida de la libertad‖ El Juzgador declaró terminantemente probado, entre otros los HECHOS siguientes: ―VIGÈSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V. (alias Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo) S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo), salen de las diferentes y lugares donde habían tenido refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y con armas blancas, a los reos pandillero que encontraban, algunos de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los policías penitenciarios y miembros del ejército que se encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que esta aconteciendo. VIGÈSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el reo rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A. C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo S. G. B., prenden en fuego con el acelerante, varias colchonetas las que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el fuego; de todo ello lograron tener conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G., escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la celda seis (6), e instantes después observó el humo provocado por el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción 176 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 alguna. TRIGÈSIMO PRIMERO: El reo pandillero R. E. V. E., sale de la bartolina dos (2), cargando al reo pandillero M. T. S., (alias El spider), quien había entrado a la celda con una herida de arma de fuego, pidiéndole ayuda a un militar del cuarto batallón de infantería, miembro de la Fuerza de tarea conjunta esparta, quien le responde con un insulto, disparándole a R. E. V. Gamez, en la pierna derecha, cayendo al suelo ambos pandilleros, en el suelo, R. E. V. E., decide fingir estar muerto, pidiendo al reo pandillero A. M. E., (alias el humilde) quien también hacia lo mismo, que se pusiera encima, de modo de taparle el tatuaje del brazo para que no lo identificaran como pandillero y así no sufrir mas agresiones, pero el reo rondín O. A. O., (alias matador) se percató de que R. E. Gamez, estaba aun con vida, por lo que le arremete con arma blanca.‖ El juzgador calificó que tales hechos declarados probados constituyen, por una parte, SESENTA ASESINATOS, de ellos VEINTITRES personas muertas por incendio y TREINTA Y SIETE personas muertas por alevosía, y por otra, DIECINUEVE ASESINATOS EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, sin embargo, al analizar los HECHOS PROBADOS del fallo recurrido y específicamente en los antes transcritos, que son los que refieren algún comportamiento de mi representado, fácilmente puede apreciarse que a mi representado apenas se le menciona en el hecho probado TREGESIMO PRIMERO en el que se consigna que O. A. O. agrede con arma blanca a otro interno de nombre R. E. V. E., pero el juzgador no refiere si el accionar del imputado produjo algún resultado dañoso en perjuicio del señor V. E. y menos aun, que éste haya participado como autor del ASESINATO de las VEINTITRES personas que murieron por incendio y de las TREINTA Y SIETE personas que murieron por alevosía, y siendo que los hechos probados son el arranque de la decisión a la que arriba el juzgador, mismos que deben surgir de las pruebas evacuadas en la causa, pues responden a la pregunta ¿Qué se tiene por demostrado? Y en torno a tales hechos deberán girar todas las consecuencias jurídicas que de ellos se deriven; entre estas la adecuación o no de ese cuadro fáctico, a un determinado tipo penal y dado que en el presente caso los hechos probados no describen comportamiento alguno desarrollado por el encartado O. A. O. que hubiere dado como resultado la muerte de las SESENTA personas por cuyo fallecimiento fue condenado, ello configura que el juzgador al condenarlo lo hace aplicando indebidamente lo dispuesto en el artículo 117 del Código Penal. APLICACIÓN PRETENDIDA La defensa pública del señor O. A. O. con la interposición del presente recurso de casación pretende la confrontación de las acciones que en ellos se le atribuye a nuestro representado, frente a los elementos objetivos y subjetivos del tipo penal contenidos en el Artículo 117 del Código Penal, y que una vez comprobado que en tales hechos probados no concurre ningún comportamiento por parte del referido encartado que haya dado como resultado las muertes que se le atribuyen y consecuentemente se le libere de toda responsabilidad. XXVII.- RECURSO DE CASACIÓN POR INFRACCIÓN DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL ACUSADO A. O., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE EL TRIBUNAL DE INSTANCIA AL CONDENAR EN CALIDAD DE COUTOR AL PROCESADO POR VEINTITRES DELITOS DE ASESINATO CONSUMADO MEDIANTE INCENDIO y TREINTA Y SIETE DELITOS CONSUMADOS DE MANERA ALEVOSA, APLICO INDEBIDAMENTE EL ARTICULO 117 DEL CODIGO PENAL.- Argumenta el recurrente que el Juzgador ha incurrido en aplicación indebida del artículo 117 del Código Penal, norma penal que tipifica el delito de Asesinato. Concretamente señala que el A Quo calificó los hechos probados VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO y TRIGÉSIMO PRIMERO, entre otros, como constitutivos de SESENTA 177 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 (60) ASESINATOS, VEINTITRES (23) por incendio y TREINTA Y SIETE (37) por alevosía, y DIECINUEVE (19) ASESINATOS en su grado de ejecución de TENTATIVA. Reprocha que al analizar los hechos probados del fallo recurrido y específicamente indicados, puede apreciarse que al acusado O. A. O. apenas se le menciona. En el hecho probado TRIGESIMO PRIMERO se consigna que O. A. O. agredió con arma blanca a otro interno de nombre R. E. V. E., pero no refiere si produjo algún resultado dañoso en perjuicio del señor V. E. y menos aun, que haya participado en el ASESINATO de VEINTITRES personas que murieron por incendio y de las TREINTA Y SIETE por alevosía. El Censor cuestiona que del cuadro fáctico no se logra subsumir un determinado tipo penal, dado que a su entender no se describe comportamiento alguno del encartado O. A. O. que hubiere dado como resultado la muerte de las SESENTA personas por cuyo fallecimiento fue condenado, en aplicación indebida de lo dispuesto en el artículo 117 del Código Penal. El recurrente pretende la confrontación de las acciones que se atribuye al acusado frente a los elementos objetivos y subjetivos del tipo penal contenidos en el Artículo 117 del Código Penal, y que una vez comprobado que de los hechos probados no se subsume ningún comportamiento del acusado que haya dado como resultado las muertes que se le atribuyen, se le libere de toda responsabilidad. Esta Sala considera importante recordar, que a diferencia del tradicional recurso de apelación, propio del anterior sistema, que provoca un nuevo examen del caso por parte del Tribunal revisor, tanto bajo el aspecto fáctico como jurídico, el de casación por infracción de ley únicamente admite la posibilidad de que el Tribunal de Casación realice un nuevo examen del objeto procesal bajo el segundo aspecto, o sea una revisión jurídica de los hechos declarados probados. El recurso de casación por infracción de ley debe estructurarse o partir su alegación, de los hechos probados que contenga la resolución cuestionada, puesto que el vicio en esencia consiste en que la decisión adoptada por el juzgador en la parte resolutiva de la sentencia, es incompatible, irreconciliable o ajena a la verdad enunciada por la narración fáctica (hechos probados), de tal suerte que resultan inobservadas las normas que sí corresponde aplicar, se invocan normas que no deben aplicarse, o se invocan las normas que deben aplicarse al caso concreto pero el Juzgador hace una incorrecta interpretación de las mismas. Precisados los límites en los que puede desenvolverse la función revisora de esta Sala cuando del recurso de casación por infracción de ley se trate, ahora es pertinente que indiquemos cuales son los elementos objetivos y subjetivos del delito de asesinato mediante incendio que se atribuye al encartado O. A. O. en perjuicio de varias personas. La muerte de un ser humano a consecuencia de la acción realizada por otra persona, valiéndose de medios especialmente peligrosos o revelando una especial perversidad, ha sido tradicionalmente castigada con mayor severidad que el homicidio simple. En este sentido, el asesinato se describe como la muerte de otra persona ejecutada con alguna de las circunstancias mencionadas en el artículo 117 del Código Penal. De este modo, la concurrencia de algunas de las circunstancias del artículo 117 establece la diferencia entre el homicidio y el asesinato. No obstante, cabe señalar, que ambos delitos comparten características comunes, así, aparte de la igualdad en el bien jurídico protegido, que es la vida humana como valor ideal, coinciden los sujetos, activo y pasivo, que pueden serlo cualquier persona, sin más limitaciones que las que 178 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 provienen del concurso de leyes,70 el objeto material sobre el que recae directamente la acción es el hombre vivo físicamente considerado, y los problemas de la relación de la causalidad, en virtud de la cual se debe establecer la conexión entre el comportamiento del sujeto activo y el resultado que consiste en la muerte efectiva de otra persona. En el caso concreto que ahora nos ocupa, se ha declarado la responsabilidad penal del encausado O. A. O., a título de coautor de varios delitos de asesinato mediante incendio, modalidad prevista en el numeral 3) del precepto legal supracitado. La razón de la especial agravación de la muerte de un ser humano cometido mediante incendio, no es solamente la mayor perfidia del medio empleado que revela un delincuente sumamente peligroso, sino también el peligro general que tal medio y otros como la inundación, explosión, descarrilamiento, etc… encierran para la colectividad71. Habiendo determinado de manera sucinta cuales son los elementos objetivos y subjetivos de la modalidad del delito de asesinato antes apuntada, analizaremos sí a partir del relato de hechos probados se puede atribuir al acusado los hechos criminosos antes apuntados. Una lectura detenida de la fundamentación fáctica de la sentencia, revela que en el hecho probado vigésimo cuarto se describen las acciones de varias personas que de manera conjunta contribuyeron para causar un incendio en la Celda No. 6 de la Granja Penal del Porvenir, lo que en una relación causa-efecto trajo como resultado la muerte de varias personas (vid. Hecho Probado Cuadragésimo Tercero), sin embargo no se logra establecer del relato fáctico antes relacionado a cual fue su contribución, que en una relación causa efecto produjera la muerte por incendio de varias personas que se encontraban al interior de la celda No. 6) de la Granja Penal del Porvenir, consecuentemente se declara con lugar el motivo de casación por infracción de ley formulado por la Defensa, para desvanecer los delitos de asesinato mediante incendio por los cuales resultara condenado. En lo que concierne a los treinta y siete delitos de asesinato alevoso consumado que se les atribuye esta Sala considera pertinente recordar que la alevosía supone el empleo de procedimientos que facilitan el hecho. La define el artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida y la integridad personal, empleando medios, modos o formas en la ejecución que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido.”. En este sentido, la alevosía exige que los procedimientos empleados tiendan, directa y especialmente a asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una posible defensa del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los que se producen por la espalda72, o estando la víctima en la cama o de rodillas. Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en la alevosía es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del hecho y la 70 Así sí el sujeto pasivo es alguno de los Presidentes de los Poderes del Estado, el delito aplicable es el previsto en el artículo 322, si se trata del Jefe de Estado extranjero o Jefe de Gobierno extranjero, el artículo 318, etc… 71 Vid. CUELLO CALON, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo II, Revisada por CAMARGO HERNANDEZ, CESAR, Bosch, Casa Editorial, S.A., Barcelona, 1982, pág. 507. 72 Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid. MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición, Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54 179 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer el ofendido. La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la ejecución del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún tipo de premeditación o preparación, de tal manera que puede surgir en el mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que su enemigo le da la espalda para dispararle). En algunas corrientes jurisprudenciales se distinguen tres supuestos de asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera, si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial situación de desA. de la víctima que impide cualquier manifestación de defensa73. Un análisis del relato fáctico en todo su contexto nos permite constatar que en los hechos probados decimoséptimo, decimonoveno y cuadragésimo primero se describen las acciones ejecutadas por varios reos pandilleros que dieron como resultado en algunos casos la muerte y en otros las lesiones causadas a varios reos comunes, así como también los intentos por acabar con la vida de estos últimos mediante incendio y otros medios idóneos, De este modo y si bien es cierto que de la fundamentación fáctica no se desprende la existencia de una causa de justificación ni otra eximente de responsabilidad criminal a favor del imputado O. A. O., por las agresiones que ejecutara en perjuicio de otros individuos, no es menos cierto que tampoco se desprende del mismo relato fáctico que las referidas agresiones hayan sido a traición, inesperadas, mediante emboscada o celada, o aprovechándose de una situación de evidente desvalimiento de los ofendidos, de ahí que no podamos afirmar de manera indubitada y a partir de los hechos declarados probados que el encausado al perpetrar las acciones que se le imputan hayan empleado particulares medios, modos o formas en la ejecución de los hechos con la finalidad de asegurar el resultado, sin los riesgos que para su persona hubieran podido proceder de una reacción defensiva por parte de los ofendidos, de ahí que la agresiones tantas veces referidas no puedan calificarse como alevosas y por lo tanto constitutivas de delitos de asesinato, por lo que el comportamiento del acusado al contribuir de manera mancomunada, en un plan espontáneo y colectivo con la finalidad de dar muerte a los reos pandilleros, propósito que finalmente resultara alcanzado, se subsume en la figura del homicidio simple, tipificada en el artículo 116 párrafo primero del Código Penal, considerando esta Sala que como mínimo, de manera analógica y en bonam partem, concurre a favor del procesado O. A. O., la atenuante de haber precedido de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito74. Es cierto como lo expone el Censor, que en el relato fáctico no se establece puntualmente y con detalle cuales fueron las acciones que individualmente trajeron como consecuencia la muerte de treinta y siete personas, pero no es menos cierto que del mismo relato fáctico se colige que el acusado junto con otros realizaron una misma y compleja operación delictiva, de tal manera que cada uno de ellos mediante acciones ejecutivas idóneas para causar la muerte de otras personas, esto es, utilizando armas cortopunzantes, palos, piedras 73 Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html El artículo 26 No. 4) del Código Penal establece que constituye una circunstancia atenuante ―haber precedido inmediatamente de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito‖. Por su parte el numeral 14) del mismo precepto legal, prevé que constituye circunstancia atenuante: ―cualquier otra circunstancia análoga a las anteriores..‖ 74 180 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 y otros objetos contundentes, reforzándose unos y otros, realizaron una parte diversa pero esencial para el éxito de la referida operación, cuyos resultados se reflejan en las autopsias efectuadas por los médicos forenses y descritas en los hechos probados en los que se aprecian con detalle que los treinta y siete reos pandilleros que resultaron muertos presentan múltiples heridas causadas con los medios antes señalados. Una cosa es que de un grupo de personas no se tenga la certeza respecto a quienes participaron en el hecho, y otra muy diferente que más allá de toda duda razonable se tenga por probado que un hecho fue producido por la acción conjunta de un grupo de individuos, pues en éste último evento la imprecisión de los detalles no altera la responsabilidad que como coautores les es imputable a todos. De este modo resulta que la decisión mancomunada, es decir, la decisión común del hecho del referido imputado junto con otros es lo que ha determinado la conexión de las partes del suceso ejecutadas por cada uno de ellos y a partir de la que es posible imputarle a cada encausado la parte realizada por cada una de los otros75. Por las razones anteriormente expuestas se le impone al encartado la pena mínima de quince años de reclusión por cada uno de los homicidios consumados, para hacer un total de quinientos cincuenta y cinco años de reclusión. De este modo se estima parcialmente y en los términos antes expuestos, el motivo que por infracción de ley interpusiera la Defensa del imputado O. A. O. para desvanecer los cargos de treinta y siete delitos de asesinato consumado mediante alevosía. XXVIII.- SEGUNDO MOTIVO: Aplicación indebida del Artículo 117 en relación con el 15 ambos del Código Penal. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el artículo 360 del Código Procesal Penal EXPLICACIÒN DEL MOTIVO La norma penal que aplica indebidamente el sentenciador es el artículo 117 en relación al 15 del Código Penal, normas penales que establecen lo siguiente: ―Artículo 117.- Es reo de asesinato quien de muerte a una persona ejecutándola con la concurrencia de las circunstancias siguientes: 1) Alevosía; 2) Con Premeditación, conocida; 3) Por medio de inundación, incendio, envenenamiento, explosión, descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya dolo o intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido. La pena por asesinato será de veinte (20) a treinta (30) años de reclusión y cuando se cometiese mediante pago, recompensa o promesa remuneratoria, o se acompañase de robo o violación, la pena será de treinta (30) años a privación de por vida de la libertad. Artículo 15.-Hay tentativa cuando, con la intención de cometer un delito determinado, se realizan actos inequívocos de ejecución y no se consuma por causas ajenas a la voluntad del agente‖ El Juzgador declaró terminantemente probados, entre otros los HECHOS siguientes: ―VIGÈSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V. (alias Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo) S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo), salen de las diferentes y lugares donde habían tenido refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra 75 Sobre la figura de la coautoría en particular, vid. MARQUEZ CARDENAS, ALVARO ENRIQUE, en La Coautoría en la Dogmática Penal, frente a otras formas de Autoría y Participación, Universidad Libre de Colombia, Bogotá, 2008, págs. 65 y ss. 181 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 y con armas blancas, a los reos pandillero que encontraban, algunos de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los policías penitenciarios y miembros del ejército que se encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que esta aconteciendo. VIGÈSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el reo rondín P. E. R. F. consigue un líquido acelerante, regresando a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A. C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo S. G. B., prenden en fuego con el acelerante, varias colchonetas las que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el fuego; de todo ello lograron tener conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G., escucho los gritos de las personas que se encontraban dentro de la celda seis (6), e instantes después observo el humo provocado por el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción alguna. TRIGÈSIMO PRIMERO: El reo pandillero R. E. V. Gamez, sale de la bartolina dos (2), cargando al reo pandillero M. T. S., (alias El spider), quien había entrado a la celda con una herida de arma de fuego, pidiéndole ayuda a un militar del cuarto batallón de infantería, miembro de la Fuerza de tarea conjunta esparta, quien le responde con un insulto, disparándole a R. E. V. Gamez, en la pierna derecha, cayendo al suelo ambos pandilleros, en el suelo, R. E. V. E., decide fingir estar muerto, pidiendo al reo pandillero A. M. E., (alias el humilde) quien también hacia lo mismo, que se pusiera encima, de modo de taparle el tatuaje del brazo para que no lo identificaran como pandillero y así no sufrir mas agresiones, pero el reo rondín O. A. O., (alias matador) se percato de que R. E. Gamez, estaba aun con vida, por lo que le arremete con arma blanca.‖ El juzgador calificó que tales hechos declarados probados constituyen DIECINUEVE DELITOS DE ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCIÓN DE TENTATIVA en perjuicio de DIECINUEVE REOS PANDILLEROS SOBREVIVIENTES, fundamentado en el Artículo 117 en relación al 15 del Código Penal. Sobre este particular, la defensa del señor O. A. O. considera que el juzgador arriba a tal decisión por una errónea aplicación del artículo 117 en relación al 15 del referido cuerpo legal, pues, en los hechos probados no se aprecia de manera clara y precisa, los dos elementos indispensables para catalogar la conducta de mi representado como constitutiva de tales delitos, en este caso el elemento objetivo y subjetivo del tipo penal.- En el caso subjudice, los hechos probados carecen de tales elementos y no concretiza de manera puntual y clara, la forma en la que nuestro patrocinado realiza esas acciones que hacen que el Juzgador le condene por el delito de ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCIÓN DE TENTATIVA y mucho menos se establece cuales fueron esas causas ajenas a la voluntad del agente que hacen que mi representado no haya alcanzado el resultado pretendido. Los 182 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 hechos probados antes mencionados no enmarcan de manera perfecta, el accionar de mi patrocinado O. A. O. como constitutivos de ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, al grado tal que omite establecer los nombres de los sujetos pasivos de los hechos (ofendidos) y más grave aun, no establece cuales fueron las causas ajenas a la voluntada de O. A. O. que habrían impedido que éste lograra la ejecución de los diecinueve delitos de asesinato, que según el juzgador pretendió consumar. INTERPRETACION PRETENDIDA Al no plasmar de manera concreta la acción de mi Representado O. A. O. en los sucesos a él imputados, convierte a los hechos probados en meras especulaciones, en relatos sin sentido y al no establecer contra quienes se producen las acciones y cual fue el resultado, por consiguiente al no enmar C. adecuadamente en el tipo penal por el que se le condenó, nuestra solicitud al Tribunal de Casación es que se aplique correctamente la norma penal con el dictado de un fallo absolutorio. XXVIII.- RECURSO DE CASACIÓN POR INFRACCIÓN DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL ACUSADO O. A. O., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE EL TRIBUNAL SENTENCIADOR HIZO UNA APLICACIÓN INDEBIDA DEL ARTÍCULO 117 EN RELACIÓN CON EL 15, AMBOS DEL CÓDIGO PENAL, CUANDO DECLARO SU RESPONSABILIDAD PENAL POR LA COMISIÓN DE DIECINUEVE DELITOS DE TENTIVA DE ASESINATO MEDIANTE ALEVOSIA.Argumenta el recurrente que el A Quo incurre en aplicación indebida del Artículo 117, el cual tipifica el delito de Asesinato, en relación al 15 del Código Penal, que dispone del grado de ejecución de tentativa de delito. Asume que en ninguno de los hechos declarados probados VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO y TRIGÉSIMO PRIMERO de la sentencia recurrida, el A Quo describe diecinueve (19) delitos de ASESINATO en su grado de ejecución de TENTATIVA en perjuicio de igual numero de reos pandilleros sobrevivientes. Esgrime que la decisión del juzgador por la que condena al encausado señor O. A. O., en aplicación del artículo 117 y 15 del Código Penal es errónea, en tanto de los hechos probados no aprecia de manera clara y precisa, los elementos objetivos y subjetivos del tipo penal. Alega que los hechos probados carecen de tales elementos debido a que no concretiza de manera puntual y clara, la forma en la que el acusado realiza esas acciones, por las que el Juzgador le condena al delito de ASESINATO en su grado de ejecución de tentativa Considera que tampoco establece las causas ajenas a la voluntad del acusado por las que no logra alcanzar el resultado pretendido. EStima que al no plasmar el Juzgador de manera concreta la acción del acusado O. A. O. en los sucesos imputados, los hechos probados se convierten en especulaciones, relatos sin sentido, al no establecer contra quienes se producen las acciones y cual fue el resultado. Concluye que al no enmar C. adecuadamente en el tipo penal por el que se condena al encausado, sea dictado un fallo absolutorio. Esta Sala de Penal considera pertinente recordar que la alevosía supone el empleo de procedimientos que facilitan el hecho. La define el artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida y la integridad personal, empleando medios, modos o formas en la ejecución que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido.”. En este sentido, la alevosía exige que los procedimientos empleados tiendan, directa y especialmente a asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una posible defensa del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los que se producen por la espalda76, o estando la víctima en la cama o de rodillas. 76 Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente 183 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en la alevosía es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del hecho y la ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer el ofendido. La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la ejecución del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún tipo de premeditación o preparación, de tal manera que puede surgir en el mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que su enemigo le da la espalda para dispararle). En algunas corrientes jurisprudenciales se distinguen tres supuestos de asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera, si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial situación de desA. de la víctima que impide cualquier manifestación de defensa77. Por otro lado también resulta oportuno recordar que el artículo 15 del código penal establece: “hay tentativa cuando, con la intención de cometer un delito determinado se realizan actos inequívocos de ejecución y no se consuma por causas ajenas a la voluntad del agente”. El tipo de la tentativa requiere de los siguientes elementos: a) en la parte objetiva, una ejecución parcial o total de los actos ejecutivos no seguida de consumación, b) en la parte subjetiva, la voluntad de consumación, c) la ausencia de desistimiento voluntario. El comienzo de la ejecución necesario para la tentativa requiere que se traspase la frontera que separa los actos preparatorios (sí los hay) de los actos ejecutivos. Subjetivamente la tentativa requiere que el sujeto quiera los actos que objetivamente realiza con ánimo de consumar el hecho o, al menos aceptando (con seguridad o con probabilidad) que pueden dar lugar a la consumación. Por último se requiere la concurrencia de un elemento negativo, y que consiste en el que el hecho no se consume por causas ajenas a la voluntad del agente. Recapitulando podemos afirmar que la tentativa se presenta cuando se ejecutan actos considerados indispensables para llevar a cabo el comportamiento tipificado en la ley penal y que en el caso concreto deben serlo efectivamente conforme al fin propuesto, pero factores extraños o ajenos a la voluntad del autor impiden que éste logre la producción del resultado perseguido. Así las cosas podemos afirmar que habrá una tentativa de asesinato alevoso, cuando el agente realiza actos inequívocos de ejecución dirigidos a causar la muerte de una persona, empleando medios, modos o formas que tiendan directa y especialmente a asegurar dicho resultado, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido pero por causas ajenas a la voluntad del imputado el delito no alcanza la consumación. Un análisis del relato fáctico en todo su contexto nos permite constatar que en los hechos probados decimoséptimo, decimonoveno y cuadragésimo primero se describen las acciones ejecutadas por varios reos pandilleros que dieron como resultado en algunos casos la muerte y en otros las lesiones causadas a varios reos comunes, así como también los intentos por acabar con la vida de estos últimos mediante incendio y otros medios idóneos, De este modo y si bien es cierto que de la fundamentación fáctica no se desprende la existencia de una causa de justificación ni otra eximente de en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid. MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición, Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54 77 Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html 184 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 responsabilidad criminal a favor del procesado O. A. O., por las agresiones que ejecutara en perjuicio de otros individuos, no es menos cierto que tampoco se desprende del mismo relato fáctico que las referidas agresiones hayan sido a traición, inesperadas, mediante emboscada o celada, o aprovechándose de una situación de evidente desvalimiento de los ofendidos, de ahí que no podamos afirmar de manera indubitada y a partir de los hechos declarados probados que el imputado al perpetrar las acciones que se le imputa haya empleado particulares medios, modos o formas en la ejecución de los hechos con la finalidad de asegurar el resultado, sin los riesgos que para su persona hubieran podido proceder de una reacción defensiva por parte de los ofendidos, de ahí que la agresiones tantas veces referidas no puedan calificarse como alevosas y por lo tanto constitutivas de delitos de tentativa de asesinato, por lo que el comportamiento del acusado al contribuir de manera mancomunada, en un plan espontáneo y colectivo con la finalidad de dar muerte a los reos pandilleros, propósito que finalmente y respecto a los diecinueve reos pandilleros sobrevivientes no resultara alcanzado por causas ajenas a su voluntad, se subsume en la figura de la tentativa de homicidio simple, tipificada en el artículo 116 párrafo primero del Código Penal en relación al artículo 15 del mismo texto punitivo, considerando esta Sala que como mínimo, de manera analógica y en bonam partem, concurre a favor del procesado O. A. O., la atenuante de haber precedido de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito78. Es cierto como lo expone el Censor, que en el relato fáctico no se establece puntualmente y con detalle cuales fueron las acciones que individualmente trajeron como consecuencia la puesta en peligro de la vida de diecinueve personas, pero no es menos cierto que del mismo relato fáctico se colige que EL acusado junto con otros realizaron una misma y compleja operación delictiva, de tal manera que cada uno de ellos mediante acciones ejecutivas idóneas para causar la muerte de otras personas, esto es, utilizando armas cortopunzantes, palos, piedras y otros objetos contundentes, reforzándose unos y otros, realizaron una parte diversa pero esencial con la finalidad de alcanzar el éxito de la referida operación, cuyos resultados particularmente se reflejan en las dictámenes médicos efectuadas por los médicos forenses y descritas en los hechos probados en los que se aprecian con detalle que los diecinueve reos pandilleros que sobrevivieron presentan múltiples heridas causadas con los medios antes señalados. Una cosa es que de un grupo de personas no se tenga la certeza respecto a quienes participaron en el hecho, y otra muy diferente es que más allá de toda duda razonable se tenga por probado que un hecho fue producido por la acción conjunta de un grupo de individuos, pues en éste último evento la imprecisión de los detalles no altera la responsabilidad que como coautores les es imputable a todos. De este modo resulta que la decisión mancomunada, es decir, la decisión común del hecho del referido imputado junto con otros es lo que ha determinado la conexión de las partes del suceso ejecutadas por cada uno de ellos y a partir de la que es posible imputarle a cada encausado la parte realizada por cada una de los 78 El artículo 26 No. 4) del Código Penal establece que constituye una circunstancia atenuante ―haber precedido inmediatamente de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito‖. Por su parte el numeral 14) del mismo precepto legal, prevé que constituye circunstancia atenuante: ―cualquier otra circunstancia análoga a las anteriores..‖ 185 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 otros79. Recapitulando podemos afirmar que del relato fáctico se desprende la descripción de actos ejecutivos realizados por el procesado O. A. O. con el evidente propósito de causar la muerte de los reos pandilleros internos en la granja penal del Porvenir, voluntad compartida con otros encartados, resultado que no se logra alcanzar cuando transcurridos unos veinte minutos desde que hubiera arribado al escenario de los acontecimientos el encausado C. E. H. A., al percatarse de la presencia de representantes de los medios de comunicación, ordenó que C.an los disparos que aún efectuaban elementos de seguridad del Estado que reforzaban la actividad criminal ejecutada por los imputados antes mencionados80. De este modo se impone al encartado la pena mínima de diez años de reclusión por cada una de las tentativas de homicidio ejecutadas, para hacer un total de ciento noventa años de reclusión. De este modo se estima parcialmente y en los términos antes expuestos, el motivo que por infracción de ley interpusiera la Defensa del imputado O. A. O. para desvanecer los cargos de diecinueve delitos de tentativa de asesinato por los cuales resultara condenado. XXIX.- El Recurrente Abogado E. R., en su condición de Apoderado Defensor del procesado S. E. A. P., desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley en dos motivos, en tanto que por la vía del quebrantamiento de forma expuso un motivo. Para efectos de seguir un orden sistemático adecuado en su análisis y resolución, esta SALA considera pertinente apartarse del orden seguido por el Censor, de tal manera que inicialmente se pronunciará sobre el tercero de los motivos antes apuntados, para luego analizar los motivos por infracción de ley sustantiva formulados por el recurrente.- XXIX.- EXPOSICIÓN DEL MOTIVO DE CASACIÓN POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA MOTIVO UNICO: La declaración de los hechos estimados probados por el Tribunal no son claros y terminante. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el Artículo 362 numeral 1 del Código Procesal Penal. EXPLICACIÓN DEL MOTIVO. La norma procesal que se invoca como infringida es el articulo 338 regla cuarta numeral uno del Código Procesal Penal, que expresa: ―En párrafos separados y numerados, se hará declaración expresa y terminante de los hechos que se consideran probados, descritos con claridad, precisión y coherencia, sin emplear conceptos que, por su exclusivo carácter jurídico, predeterminen el fallo que haya de dictarse.‖ En la sentencia recurrida el Tribunal estimo como probados, entre otros, los hechos siguientes: “VIGÉSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V. (alias Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo) S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo), salen de las diferentes celdas y lugares donde habían tenido refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos piedras y con armas blancas, a los reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los policías penitenciarios y miembros del ejército que se 79 Sobre la figura de la coautoría en particular, vid. MARQUEZ CARDENAS, ALVARO ENRIQUE, en La Coautoría en la Dogmática Penal, frente a otras formas de Autoría y Participación, Universidad Libre de Colombia, Bogotá, 2008, págs. 65 y ss. 80 Cabe señalar que en el caso de la víctima de tentativa de homicidio, identificada como JOSE ROBERTO MALDONADO, las causas ajenas que impiden a los responsables de esa infracción que alcancen su objetivo, es la intervención de un hermano de aquel, perteneciente a la Fuerza Aérea Hondureña. Vid. Hecho Probado Trigésimo Segundo. 186 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que estaba aconteciendo. VIGÉSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el reo rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo, de la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A. C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo S. G. B., prenden en fuego con el acelerante, varias colchonetas las que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas traseras,. rociando de acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el fuego; de todo ello lograron tener conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G., escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la celda seis (6), e instantes después observó el humo provocado por el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción alguna.” Al analizar estos hechos probados, podemos concluir que los mismos no cumplen con lo establecido en la regla cuarta del articulo 338 del Código Procesal Penal, ya que los mismos adolecen de claridad y coherencia al relatar la dinámica de cómo ocurrieron los acontecimientos: El vigésimo tercer hecho probado expresa que mi representado el señor S. E. A., sale junto a otros reos, del lugar donde se resguardaban “proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros”; La defensa cuestiona que el sentenciador pretende plasmar en los hechos probados, los propósitos o deseos de los imputados, cuando es de todos conocidos, que los mismos se suscitan en la mente de las personas es decir en su ser mas íntimo, y al menos que tengamos la habilidad de leer la mente de los seres humanos, es imposible saber a ciencia cierta, cual fue el sentir o pensar de los encausados; al plasmarlos así en los hechos probados, el Tribunal incurre en el error de falta de claridad y redacta los mismos de manera subjetiva, de forma tal, que la simple lectura se vuelven confusos y poco entendibles.— De igual forma con la expresión ―proponiéndoles quitarles la vida‖ incurre el sentenciador, en el error mas visible de la sentencia impugnada, y es el de predeterminar el fallo, tal como lo prohíbe nuestro código procesal penal. Continua relatando el hecho probado numero veintitrés: “procediendo a golpear con toletes, palos, piedras y con armas blancas, a los reos pandilleros que se encontraban”; de nuevo incurre en el mismo yerro el sentenciador, al omitir individualizar las acciones que específicamente realizan los imputados que se mencionan en este hecho probado, además de no incluir un elemento importante de todo hecho probado, como ser el ofendido o el directamente perjudicado en la acción.— El manifestar de manera colectiva, que procedieron a golpear a los reos pandilleros que se encontraban, es generalizar todas las acciones ocurridas ese día y por tanto centralizar todas las operaciones en seis o siete reos, que utilizando la lógica podemos deducir que era imposible ejecutarlos; pero aun mas grave es omitir puntualizar hacia quien iban dirigidas esas acciones, y al 187 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 no hacerlo los sentenciadores convierten los hechos probados indescifrables a la simple lectura. En el veinticuatro hecho probado se establece que mi representado S. E. A. ayuda al reo P. E. R. F., a prender fuego a la celda 6, sin embargo no se establece que acción especifica realiza mi patrocinado, es decir a que ayuda se refiere.— Debe el sentenciador plasmar específicamente a que ayuda se refiere, debido a que, debe deducírsele individualmente la responsabilidad únicamente por sus acciones y no por el resto de los imputados; cuanto mas se leen los hechos probados, más se vuelven incomprensibles, de forma tal que en este hecho probado no sabemos a ciencia cierta quienes estaban en esa celda 6, que acción especifica realiza cada una de los imputados y aun mas grave no sabemos cual fue el resultado de estas acciones; los mismos quedan en suspenso sin establecer cual fue el desenlace de la dinámica ocurrida en el día de los acontecimientos. Con la simple lectura de los hechos probados antes relacionados surgen más interrogantes: ¿Qué acción específica realiza mi representado S. E. A.? ¿De que delito es responsable? ¿Quienes son las personas contra las cuales se ejecutan estas acciones? ¿Cuál fue el resultado de estas acciones, es decir el desenlace de los acontecimientos? En los mismos se establecen, expresiones como ―procediendo a golpear con palos, toletes‖ ―proponiéndose quitarle la vida‖ ―agredieron a otros reos‖ todas, expresiones totalmente subjetivas y que por consiguiente hacen de los hechos probados una gama de confusiones para quien los analice. No pueden justificarse estos hechos probados, amparándose en el alegato que nos encontramos ante acontecimientos múltiples y de gran magnitud, de forma tal que aparecen muchos actores y participantes en lo mismos, precisamente por esa particularidad, el estudio y análisis de cada una de las acciones de los imputados, debió realizarlas el Tribunal de manera puntual para evitar incurrir en el error de generalizar, de forma tal que, por el solo hecho de ser un reo rondín o de encontrarse presente en el momento de los hechos, sea culpable de todo lo acontecido.— Debe responsabilizarse únicamente de los actos cometidos por cada uno de ellos, de no hacerlo así, aplicamos el dicho popular religioso que comúnmente utilizamos ―justos pagan por pecadores‖; como juristas y conocedores del derecho sabemos que ante la ley, este dicho religioso no debe ni puede aplicarse, sino que debe castigarse únicamente la conducta personal que cada uno de los imputados realiza.- Tampoco debemos olvidar, que nuestro representado se enfrenta solo ante todo el aparato estatal, ya que el ente acusador tiene a su disposición los medios necesarios (Tecnología, policía de investigación, medicina forense) para poder establecer la responsabilidad de los acusados en los hechos a ellos imputados, y con mayor razón se debe imputar objetivamente las acciones de cada una de ellos, y si NO es incapaz de hacerlo, el resultado del juicio será una sentencia absolutoria. En los hechos probados enumerados como CUADRAGESIMO TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, el tribunal expresa las personas que el día cinco de abril del dos mil tres, murieron por carbonización y por hechos violentos, pero sorprendentemente no específica quienes son los responsables y a través de que acciones; siendo que en estos dos hechos probados el tribunal da por acreditada la muerte de los supuestos ofendidos, también debió establecer quienes eran los supuestos responsables de sus muertes, sin embargo lo omite y sorprendentemente en la parte dispositiva de la sentencia, decide condenar a mi representado por la muerte de todos los internos acaecidos ese día, lo cual la simple lógica nos dice que es imposible; una razón más para considerar a los 188 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 precitados hechos probados como faltos de claridad y coherencia. El conocido jurista español JESUS FERNADEZ ENTRALGO en el libro ―La sentencia en el nuevo proceso penal‖ en las páginas 81, 86, 87 y 88 referente a La Fijación de los Hechos Probados manifiesta: ―La declaración de los hechos probados constituye como -como lo caracteriza P. M.—‖..el cimiento, el arranque, de la sentencia penal...‖ Es un presupuesto necesario del fallo, porque mediante de ella se fija judicialmente la reconstrucción de lo sucedido, y constituye la base sobre la que se construirá el tratamiento (subsunción) jurídico del caso debatido en el proceso; pero no integra propiamente la motivación de sus decisión. La descripción de los hechos probados ha de hacerse con 1) claridad 2) precisión y 3) coherencia. De este modo, se asume legalmente el modelo ideal de ―regla semántica de formación del lenguaje jurisdiccional dirigida a asegurar la determinabilidad de las denotaciones fácticas .. .(y que comprende) una serie de reglas que exigen, como condición de la estricta jurisdiccionalidad, esto es, de la verificabilidad y de la refutabilidad de las tesis que en el proceso enuncian los hechos y las pruebas, que tanto aquello como estos sean exactamente individualizadas mediante descripciones precisas y sin el uso de palabras vagas o valorativas. La descripción de los hechos declarados probados ha de hacerse de forma tal que permita su perfecta compresión, como presupuesto del control de su corrección, haciendo posible su corroboración (verificación) o refutación (falsificación) En el caso subjudice, los hechos probados no permiten comprender como sucedieron los sucesos acusados a mi representado y sobre todo no permite valorar y determinar la acción típica, antijurídica y culpable en la que tuvo que incurrir mi representado, para ser condenado, estas circunstancias no son visualizadas en la narración de los hechos probados y tal como afirma F. Entralgo no permite su perfecta comprensión de los acontecimientos acusados a mi patrocinado. Estos hechos probados fueron calificados por el juzgador como constitutivos de los delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, declarando responsable penalmente de los mismos al señor XXX, sin embargo, al analizar tales hechos probados en los números, veintitrés y veinticuatro se evidencia el vicio denunciado ya que la descripción de los mismos no satisface los requisitos de claridad, precisión y coherencia impuestos por el Artículo 338, sección cuarta, número uno del Código Procesal Penal. Dicho lo anterior y siendo que la declaración de hechos probados constituye la base o el cimiento sobre el cual se construye la sentencia penal, y dado que los hechos declarados probados en la sentencia recurrida no reúnen los requisitos legales exigidos para ello, solicito se case la sentencia recurrida, se anule el fallo y se devuelvan los antecedentes al Tribunal de su procedencia para que la causa sea tramitada con arreglo a derecho. RECLAMACION HECHA PARA LA SUBSANACION DEL YERRO Siendo que el yerro que provoca la interposición del recurso de mérito se produce con la sentencia misma, solo es posible su subsanación a través del presente recurso por lo que se deduce que no hubo una reclamación ex-ante.‖ XXIX.-RECURSO DE CASACIÓN POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL ACUSADO S. E. A. P., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE LA DECLARACIÓN DE LOS HECHOS ESTIMADOS PROBADOS POR EL TRIBUNAL DE SENTENCIA NO ES CLARA NI TERMINANTE.- Argumenta el recurrente que los hechos estimados probados por el A Quo no son claros y terminantes. Arguye que en la sentencia recurrida el A Quo estimó como probados, entre otros, los hechos VIGÉSIMO TERCERO y VIGÉSIMO CUARTO y que al analizarlos concluye que no cumplen con lo establecido en la regla cuarta del 189 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 articulo 338 del Código Procesal Penal, al adolecer de claridad y coherencia al relatar los acontecimientos. Asume que de la simple lectura de los hechos probados VIGÉSIMO TERCERO y VIGÉSIMO CUARTO surgen muchas interrogantes por tratarse de acontecimientos múltiples y de gran magnitud, con muchos actores y participantes, por lo que señala que el Juzgador debió analizar cada una de las acciones realizadas por los imputados, de manera puntual para no incurrir en el error de generalizar, y declarar culpable al acusado señor S. E. A. P. por el solo hecho de ser reo rondín y encontrarse presente en el momento de los hechos. Considera que debe responsabilizarse al acusado únicamente de los actos cometidos por él, de no hacerlo así, se aplicaría el dicho popular de que “justos pagan por pecadores”. Reprocha también que en los hechos probados CUADRAGESIMO TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, se describen las personas que murieron por carbonización y por hechos violentos, pero no especifica quienes son los responsables y a través de que acciones, no obstante que en la parte dispositiva de la sentencia, el A Quo condena al acusado S. E. A. P. por la muerte de todos ellos, lo cual asume imposible. Concluye manifestando que los hechos probados no permiten comprender cómo se desarrollaron los sucesos, ni permite valorar y determinar las acciones típicas, antijurídicas y culpables que se supone ejecutó el acusado y que fueron calificados por el A Quo como constitutivas de los delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN EL GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, por las se declaró penalmente responsable al señor S. E. A. P.. Esta Sala de lo Penal, considera pertinente destacar, que el vicio procesal denunciado por el recurrente se origina exclusivamente cuando la redacción de los hechos probados aparece confusa, dubitativa o imprecisa, de modo que por su insuficiencia o oscuridad, o por no expresar en forma conclusiva, imperativa, terminante o categórica, sino vacilante o dubitativa, puede conducir a subsunciones alternativas, en definitiva, a consecuencia de la ambigüedad del relato. La falta de claridad puede venir determinada por haber empleado expresiones ininteligibles u oscuras que hacen difícil la comprensión del relato o cuando incurre en omisiones que alteran su significación y dejan prácticamente sin contenido específico la narración de los hechos; se produce, pues, cuando lo narrado es incomprensible por su deficiente redacción, oscuridad, ambigüedad o imprecisión, también cuando por omisión de elementos o circunstancias importantes, se impide conocer la verdadera realidad de lo ocurrido con la lógica consecuencia de que falta base fáctica para determinar si los hechos son o no constitutivos de la infracción penal, o cual ha sido la participación concreta de los acusados en la ejecución del delito. Por consiguiente, no basta para apreciar el defecto procesal que la narración se ofrezca oscura o ininteligible en alguna de las partes, o en términos de ambigüedad o imprecisión que haga difícil su comprensión, sino que es necesario que tales defectuosidades se hallen en conexión con los condicionamientos determinantes de la calificación penal asignada a los hechos probados, provocando una laguna o vacío en la descripción histórica de los mismos, que determina una falta de premisa fáctica para formular la calificación jurídica, de forma que no pueda orientar, dentro del silogismo en que la sentencia queda estructurada, el pronunciamiento condenatorio o absolutorio, es decir, que resulta inadecuada para servir de argumentación lógica al fallo, y ello porque la “quaestio facti” debe servir de apoyo y sustento a la calificación jurídica o “quaestio iuris”. Esta Sala de lo Penal considera que no se advierte la falta de claridad o ambigüedad en la fundamentación fáctica de la sentencia 190 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 al establecer la participación del procesado S. E. A. P. en la comisión de los hechos que condujeron a la muerte de varias personas que se encontraban al interior de la Celda No. 6) de la Granja Penal del Porvenir, de tal manera que en el hecho probado vigésimo cuarto se describe que uno de los acusados cerró con candado la puerta de acceso a la celda No. 6, tras lo cual varios de los acusados colocaron cajones, palos y mesas frente a dicha puerta, y que seguidamente, el procesado S. E. A. P. junto con otros procesados prendieron fuego a varias colchonetas las que arrojaron por las ventanas de las celda antes referida, lo que en una conexión-causa efecto trajo como resultado la muerte de veintitrés personas mediante incendio81. Ahora resulta pertinente analizar si la fundamentación fáctica de la sentencia adolece de la suficiente claridad y precisión en lo que se refiere a la participación del encausado S. E. A. P., en lo que concierne a la imputación que se le hace por la comisión de treinta y siete delitos de asesinato mediante alevosía y diecinueve delitos de tentativa de asesinato alevoso. Así tenemos que: A) En el hecho probado Vigésimo Tercero se afirma que tras la irrupción de elementos de seguridad del Estado en el interior de la Granja Penal del Porvenir, el procesado S. E. A. P., salió al igual que otros ocho reos rondines de las diferentes celdas y otros espacios en los que se habían refugiado, procediendo a golpear con toletes, palos y armas blancas a los reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos ya heridos por armas de fuego, circunstancia de la que tenía conocimiento el coimputado ya fallecido R. A. S.I. sin que éste realizara acción alguna para evitarlo. Más adelante en el hecho probado CUADRAGESIMO QUINTO el Tribunal Sentenciador hace una relación del fallecimiento de treinta y siete personas que murieron violentamente a consecuencia de heridas causadas con armas blanca, objetos contundentes y/o disparos de armas de fuego, en tanto que en el hecho probado CUADRAGESIMO SEXTO se hace una relación de reos pandilleros que habiendo sufrido agresiones físicas no resultaron muertos tras la finalización de los acontecimientos suscitados. Del análisis conjunto de los hechos probados antes relacionados en los que aparecen realizando diversas acciones el imputado S. E. A. P., a quien el Tribunal de Instancia condenó a título de coautor como responsable de haber contribuido en un plan espontáneo y colectivo a causar la muerte de treinta y siete personas e intentar quitarle la vida a diecinueve, podemos afirmar que dadas las circunstancias en que se produjeron los hechos objeto de juzgamiento con múltiples sujetos activos y una gran cantidad de víctimas, que en su mayoría perdieron la vida en tanto que las demás presentaban múltiples lesiones tras la conclusión de los sucesos, resulta razonable que el Tribunal de Instancia no haya establecido con rigurosa minuciosidad y con prolijidad de detalles las incidencias ocurridas durante el desarrollo de los acontecimientos, de tal manera que la fundamentación fáctica de la sentencia recurrida no acusa la oscuridad, ambigüedad o imprecisión señalada por el Censor, que impida como un obstáculo insalvable determinar si dicho encartado ha incurrido o no en la comisión de los hechos criminosos que se le atribuyen. El recurrente alega que la inclusión en el relato fáctico de la valoración de que los acusados salieron de los lugares donde se habían refugiado proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, constituye un concepto predeterminante del fallo. Sobre esto es importante señalar que tal frase no constituye una expresión 81 Vid. Hecho Probado No. Cuadragésimo Tercero. 191 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 técnico-jurídica, sino que un juicio de inferencia82, mediante el cual se determina el elemento subjetivo del delito, de modo que si bien es cierto que su ubicación resulta más acertada en la fundamentación intelectiva y jurídica de la sentencia, en cuanto extraído de los datos objetivos relatados, su inclusión en el relato de hechos probados, siempre y cuando no vacíe el contenido de los mismos, es revisable en casación por la vía del artículo 360 párrafo primero del Código Procesal Penal83, si de los restantes elementos fácticos narrados por el Juzgador se acredita la equivocación de éste al atribuir al procesado que ese era y no otro, el móvil que le impulsó a cometer el delito. De este modo, y siendo que el cuadro fáctico expuesto en la sentencia, aún suprimiendo mentalmente ese juicio de inferencia, resulta narrado con un mínimo de claridad y amplitud para determinar cual fue la intención que movió al encartado para realizar las acciones que se le imputan, esta Sala es de criterio que el motivo alegado por el Censor debe ser desestimado. XXX.- El Recurrente Abogado E. R., en su condición de Defensor Público del señor S. E. A. P., desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma de la siguiente manera: ―EXPOSICIÓN DE LOS MOTIVOS DE CASACIÓN POR INFRACCION DE LEY PRIMER MOTIVO: PRECEPTO AUTORIZANTE: Aplicación indebida del articulo 117 del Código Penal. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el artículo 360 del Código Procesal Penal EXPLICACION DEL MOTIVO: La norma penal que aplica indebidamente el sentenciador es el articulo 117 del Código Penal que establece: ―Es reo de asesinato quien de muerte a una persona ejecutándola con la concurrencia de las circunstancias siguientes: 1) Alevosía; 2) Con Premeditación, conocida; 3) Por medio de inundación, incendio, envenenamiento, explosión, descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya dolo o intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido. La pena por asesinato será de veinte (20) a treinta (30) años de reclusión y cuando se cometiese mediante pago, recompensa o promesa remuneratoria, o se acompañase de robo o violación, la pena será de treinta (30) a privación de por vida de la libertad‖. El Juzgador estimó como HECHOS PROBADOS, entre otros los siguientes: “VIGESIMO TERCERO: Los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V. (alias Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo) S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo), salen de las diferentes y lugares donde habían tenido refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y con armas blancas, a los reos pandillero que encontraban, algunos de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los policías penitenciarios y miembros del ejército que se encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que esta aconteciendo. VIGÉSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S. 82 Vid. LUZON CUESTA, JOSE MARIA, El Recurso de Casación Penal, edición, Editorial Colex, Madrid, 2000, págs. 147-148, 151-152. 83 Referido a la casación por infracción de ley. 2ª 192 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 (alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el reo rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A. C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo S. E. A. P. (alias el Chaparro) y el reo S. G. B., prenden en fuego con el acelerante, varias colchonetas las que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el fuego; de todo ello lograron tener conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G., escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la celda seis (6), e instantes después observo el humo provocado por el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción alguna. TRIGESIMO: Quince (15) minutos después de que los primeros reos pandilleros han salido de la celda dos, el reo S. G. B. se dirige hacia los reos pandilleros que andaban armados y los reos pandillero que eran cabecillas, a los que la policía les dispara y seguidamente disparan a todos los demás reos pandilleros que se encontraban en el lugar, muchos de ellos acostados en el suelo; los reos rondines, al ver que algunos de los reos pandilleros estaban vivos aun, procedieron a agredirlos con palos, piedras y armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que salieron después de la celda dos (2) y que se hacían los muertos, todo ello a vista y consentimiento de la Policía Penitenciaria, Policía Nacional Preventiva, elementos Cobras y miembros del ejército que se encontraban en el lugar. De esta manera el reo rondín A. A. S. (alias Comayagua) arremete con cuchillos y palos al reo pandillero A. J. H. (alias El Trabado); el reo rondín P. E. R. F., (alias chinapopo) arremete con machete al reo pandillero L. A. O. G. (alias El Killer); el reo H. W. J. (alias el Basucazo), arremete con un laño y arma blanca al reo pandillero O. G. H. V. (alias El Pewee); igualmente los reos rondines S. G. B., T. R. G. (alias Cabuya) y J. R. C. (alias Cobra) agredieron a otros reos pandilleros usando palos y armas blancas.” ― El juzgador calificó que tales hechos declarados probados, constituyen el delito de ASESINATO, así como lo establece en el DECIMO PRIMERO numeral de la parte dispositiva de la sentencia y condenó a mi representado S. E. A. P., como autor responsable penalmente ―por acción de veintitrés delitos consumados de Asesinato mediante incendio en perjuicio de veintitrés personas que murieron por carbonización en concurso real a la pena de VEINTICINCO (25) AÑOS‖; sobre este particular, la defensa del señor S. E. A. P. considera que el juzgador arriba a tal decisión por una errónea interpretación del referido artículo 117 ya que en los mencionados hechos probados, no se aprecia de manera clara y precisa, los dos elementos indispensables para catalogar la conducta de mi representado como constitutiva de tales delitos, en este caso el elemento objetivo y subjetivo del tipo penal.— En el caso subjudice, los hechos probados carecen de tales elementos y no concretiza de manera puntual y clara, la forma en la que nuestro patrocinado realiza esas acciones que hacen que el Juzgador le condene por el delito de ASESINATO; al grado tal que omite establecer los nombres de los sujetos pasivos de los hechos (ofendidos) y mas grave aun no establece cual fue el resultado de sus acciones, no concretiza, si 193 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 como resultado de tales acontecimientos se produjo el resultado muerte necesario para catalogar la conducta de mi representado como ASESINATO, es por tal circunstancia que al no realizar una adecuación de los hechos acontecidos con el tipo penal por el que acusa, aplica incorrectamente el precepto penal antes referido. INTERPRETACION PRETENDIDA Al no plasmar de manera concreta la acción de mi representado S. E. A. P. en los sucesos a él acusados, convierte a los hechos probados en meras especulaciones, en relatos sin sentido y al no establecer contra quienes se producen las acciones y cual fue el resultado, por consiguiente al no enmar C. adecuadamente en el tipo penal por el que se le condeno, nuestra solicitud al Tribunal de Casación es que se aplique correctamente la norma penal con el dictado de un fallo absolutorio. XXX.- RECURSO DE CASACIÓN POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO S. E. A. P., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE EL TRIBUNAL SENTENCIADOR APLICO INDEBIDAMENTE EL ARTICULO 117 DEL CÓDIGO PENAL CUANDO CONDENO EN CALIDAD DE COAUTOR AL IMPUTADO POR LA COMISIÓN DE VEINTITRES DELITOS DE ASESINATO MEDIANTE INCENDIO. Argumenta el recurrente que el Juzgador ha incurrido en aplicación indebida del artículo 117 del Código Penal, norma penal que tipifica el delito de Asesinato. Concretamente señala que el A Quo calificó los hechos probados VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO y TRIGÉSIMO entre otros, como constitutivos de ASESINATO. El A Quo en base a los hechos declarados probados en referencia condena al acusado S. E. A. P., como autor por acción de veintitrés (23) delitos consumados de ASESINATO mediante incendio en perjuicio de igual número de personas que murieron por carbonización en concurso ideal a la pena de VEINTICINCO (25) años de reclusión. Considera que del cuadro fáctico no se desprenden las acciones del imputado que puedan subsumirse en un determinado tipo penal, dado que a su entender no describen comportamiento alguno del encartado S. E. A. P. que hubiere dado como resultado la muerte de las veintitrés (23) personas por cuyo fallecimiento fue condenado, en aplicación indebida de lo dispuesto en el artículo 117 del Código Penal. El recurrente pretende la confrontación de las acciones que se atribuye al acusado frente a los elementos objetivos y subjetivos del tipo penal contenidos en el Artículo 117 del Código Penal, y que una vez comprobado que eb los hechos probados no se descruibe ningún comportamiento del acusado que haya dado como resultado las muertes que se le atribuyen se le libere de toda responsabilidad. Esta Sala de lo Penal considera importante recordar, que a través del recurso de casación por infracción de ley, sólo puede intentarse una revaloración jurídica del material fáctico descrito en la sentencia, contenido en la formulación de hechos probados realizada por el Tribunal de Instancia. A diferencia del tradicional recurso de apelación, propio del anterior sistema, que provoca un nuevo examen del caso por parte del Tribunal revisor, tanto bajo el aspecto fáctico como jurídico, el de casación por infracción de ley únicamente admite la posibilidad de que el Tribunal de Casación realice un nuevo examen del objeto procesal bajo el segundo aspecto, o sea una revisión jurídica de los hechos declarados probados. El recurso de casación por infracción de ley debe estructurarse o partir su alegación, de los hechos probados que contenga la resolución cuestionada, puesto que el vicio en esencia consiste en que la decisión adoptada por el juzgador en la parte resolutiva de la sentencia, es incompatible, irreconciliable o ajena a la verdad enunciada por la narración fáctica (hechos probados). Precisados los límites en los que puede desenvolverse la función revisora de esta Sala cuando del recurso de casación 194 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 por infracción de ley se trate, ahora es pertinente que indiquemos cuales son los elementos objetivos y subjetivos del delito de asesinato mediante incendio que se atribuye a título de coautor al procesado S. E. A. P. en perjuicio de varias personas. La muerte de un ser humano a consecuencia de la acción realizada por otra persona, valiéndose de medios especialmente peligrosos o revelando una especial perversidad, ha sido tradicionalmente castigada con mayor severidad que el homicidio simple. En este sentido, el asesinato se describe como la muerte de otra persona ejecutada con alguna de las circunstancias mencionadas en el artículo 117 del Código Penal. De este modo, la concurrencia de algunas de las circunstancias del artículo 117 establece la diferencia entre el homicidio y el asesinato. No obstante, cabe señalar, que ambos delitos comparten características comunes, así, aparte de la igualdad en el bien jurídico protegido, que es la vida humana como valor ideal, coinciden los sujetos, activo y pasivo, que pueden serlo cualquier persona, sin más limitaciones que las que provienen del concurso de leyes,84 el objeto material sobre el que recae directamente la acción es el hombre vivo físicamente considerado, y los problemas de la relación de la causalidad, en virtud de la cual se debe establecer la conexión entre el comportamiento del sujeto activo y el resultado que consiste en la muerte efectiva de otra persona. En el tipo subjetivo, existe, sin embargo, una diferencia fundamental, mientras que en el homicidio cabe la comisión imprudente, no se puede cometer asesinato por imprudencia. En el caso concreto que ahora nos ocupa, se ha declarado la responsabilidad penal del encausado S. E. A. P. a título de coautor de varios delitos de asesinato mediante incendio, modalidad prevista en el numeral 3) del precepto legal supracitado. La razón de la especial agravación de la muerte de un ser humano cometido mediante incendio, no es solamente la mayor perfidia del medio empleado que revela un delincuente sumamente peligroso, sino también el peligro general que tal medio y otros como la inundación, explosión, descarrilamiento, etc… encierran para la colectividad85. Una lectura detenida de la fundamentación fáctica de la sentencia, revela que en el hecho probado vigésimo cuarto se describen las acciones de varias personas que de manera conjunta contribuyeron para causar un incendio en la Celda No. 6 de la Granja Penal del Porvenir, lo que en una relación causaefecto trajo como resultado la muerte de varias personas (vid. Hecho Probado Cuadragésimo Tercero). Entre tales personas se encuentra el imputado S. E. A. P., a quien se atribuye junto a otros individuos la acción de haber prendido fuego a varias colchonetas y haberlas L.do por las ventanas al interior de la celda No. 6) lo que a la postre trajo como resultado un incendio que a su vez produjo la muerte de varias personas, de este modo, del relato fáctico antes descrito se subsume la comisión del delito de asesinato tipificado en el artículo 117 No. 3) del Código Penal y por ende atribuible al encartado S. E. A. P., consecuentemente, se desestima el motivo de casación que por infracción de ley interpusiera la Defensa para desvanecer los delitos de asesinato mediante incendio por los cuales resultara condenado. Finalmente esta Sala considera que por una aplicación 84 Así sí el sujeto pasivo es alguno de los Presidentes de los Poderes del Estado, el delito aplicable es el previsto en el artículo 322, si se trata del Jefe de Estado extranjero o Jefe de Gobierno extranjero, el artículo 318, etc… 85 Vid. CUELLO CALON, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo II, Revisada por CAMARGO HERNANDEZ, CESAR, Bosch, Casa Editorial, S.A., Barcelona, 1982, pág. 507. 195 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 extensiva del recurso de casación, autorizada por el artículo 349 del Código Procesal Penal, la infracción del artículo 117 No. 1) del Código Penal, alegada a favor de los coimputados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. M. debe decretarse en beneficio del procesado S. E. A. P., a quien se declara penalmente responsable a título de coautor por la comisión de treinta siete delitos de homicidio simple consumado, a la pena de quinientos cincuenta y cinco años de reclusión. XXI.- SEGUNDO MOTIVO: Aplicación indebida del artículo 117 del Código Penal, en relación al 15 del mismo cuerpo legal. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el articulo 360 del Código Procesal Penal EXPLICACIÓN DEL MOTIVO La norma penal que aplica indebidamente el sentenciador es el articulo 117 del Código Penal que establece: ―Es reo de asesinato quien de muerte a una persona ejecutándola con la concurrencia de las circunstancias siguientes: 1) Alevosía; 2) Con Premeditación, conocida; 3) Por medio de inundación, incendio, envenenamiento, explosión, descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya dolo o intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido. La pena por asesinato será de veinte (20) a treinta (30) años de reclusión y cuando se cometiese mediante pago, recompensa o promesa remunetaria, o se acompañase de robo o violación, la pena será de treinta (30) a privación de por vida de la libertad. En relación al articulo 15 del mismo cuerpo legal que establece: Hay tentativa cuando, con la intención de cometer un delito determinado, se realizan actos inequívocos de ejecución y no se consuman por causas ajenas a la voluntad del agente‖ Los hechos antes relacionados y transcritos, fueron considerados por el sentenciador según lo establece en el DECIMO PRIMERO numeral del Acápite ―Parte Dispositiva‖ de la sentencia como ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, fundamentado en el Artículo 117 en relación al 15 del Código Penal y condenando a mi representado ―por acción de treinta y siete delitos consumados de Asesinato por Alevosía en perjuicio de treinta y siete personas que murieron en forma violenta en concurso real, a la pena de SETECIENTOS CUARENTA (740) AÑOS DE RECLUSION‖ y ―por acción de diecinueve delitos de Asesinato por Alevosía en su grado de ejecución de Tentativa en perjuicio de diecinueve reos pandilleros sobrevivientes en concurso real a la pena de DOSCIENTOS CINCUENTA Y TRES (253) AÑOS CUATRO (4) MESES DE RECLUSION‖; sobre este particular, la defensa del señor S. E. A. P. considera que el juzgador arriba a tal decisión por una errónea interpretación del referido articulo 117 así como del 15 del referido cuerpo legal pues, en los hechos probados no se aprecia de manera clara y precisa, los elementos indispensables para catalogar la conducta de mi representado como constituta de tales delitos, en este caso el elemento objetivo y subjetivo del tipo penal.— En el caso subjudice, los hechos probados carecen de tales elementos y no concretiza de manera puntual y clara, la forma en la que nuestro patrocinado realiza esas acciones que hacen que el Juzgador le condene por el delito de ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA y mucho menos se establece cuales fueron esas causas ajenas a la voluntad del agente que hacen que mi representado no alcance el resultado esperado. Los hechos probados antes mencionados no enmarcan de manera perfecta, el accionar de mi patrocinado S. E. A. P. como constitutivos de 37 ASESINATOS EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, al grado tal que omite establecer las acciones mediante las cuales se haya intentado quitar la vida en forma alevosa a los 196 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 internos, los nombres de los sujetos pasivos de los hechos (ofendidos) y mas grave aun no establece cual fue el resultado de sus acciones para catalogar la conducta de mi representado como ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA Tampoco aparece cual fue la circunstancia especial que considera el sentenciador para calificarlo como un delito de asesinato, es decir cual de las cuatro circunstancias calificadores toma en cuenta para agravar la responsabilidad de los acusados de homicidio a Asesinato, si bien la menciona en la parte dispositiva que fue por Alevosía, la misma no aparece de manera clara en la lectura de los hechos probados. INTERPRETACION PRETENDIDA Al no plasmar de manera concreta la acción de mi representado S. E. A. P. en los sucesos a él acusados, convierte a los hechos probados en meras especulaciones, en relatos sin sentido y al no establecer contra quienes se producen las acciones y cual fue el resultado, por consiguiente al no enmar C. adecuadamente en el tipo penal por el que se le condeno, nuestra solicitud al Tribunal de Casación es que se aplique correctamente la norma penal con el dictado de un fallo absolutorio. XXXI.- RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL ACUSADO S. E. A. P., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE EL TRIBUNAL DE INSTANCIA INCURRIO EN UNA APLICACIÓN INDEBIDA DEL ARTÍCULO 117 DEL CÓDIGO PENAL, EN RELACIÓN AL 15 DEL MISMO TEXTO PUNITIVO CUANDO LE CONDENA POR LA COMISIÓN A TITULO DE COAUTOR DE DIECINUEVE DELITOS DE ASESINATO ALEVOSO EN EL GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA- Argumenta el recurrente que el A Quo incurre en aplicación indebida del Artículo 117, el cual tipifica el delito de Asesinato, en relación al 15 del Código Penal, que dispone del grado de ejecución de tentativa de delito. Considera que en ninguno de los hechos declarados de la sentencia recurrida, se describe el ASESINATO en su grado de ejecución de TENTATIVA, por el que se condena al acusado, entre otros delitos, en perjuicio de diecinueve reos pandilleros sobrevivientes en concurso real. Esgrime que la decisión del juzgador por la que condena al encausado señor S. E. A. P., en aplicación del artículo 117 y 15 del Código Penal es errónea, en tanto de los hechos probados no aprecia de manera clara y precisa, los elementos objetivos y subjetivos del tipo penal. El Censor alega que los hechos probados no concretizan la forma en la que el acusado realiza las acciones por las que el A Quo le condena por el delito de ASESINATO EN EL GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA y menos cuales fueron esas causas ajenas a la voluntad del agente que impiden que alcance el resultado esperado, de tal manera que en el relato fáctico no se describe el accionar del acusado S. E. A. P. constitutivo de diecinueve (19) ASESINATOS en su grado de ejecución de TENTATIVA, además omite establecer las acciones mediante se haya intentado quitar la vida en forma alevosa a los internos, los nombres de los ofendidos y no describe cual fue el resultado de sus acciones para catalogar su conducta como ASESINATO en el grado de ejecución de TENTATIVA Tampoco la circunstancia especial que considera el A Quo para calificar el delito de asesinato, es decir cual de las cuatro circunstancias calificadores toma en cuenta para agravar la responsabilidad de los acusados de homicidio a Asesinato, si bien la menciona en la parte dispositiva que fue por Alevosía, la misma no aparece de manera clara en la lectura de los hechos probados. Esta Sala de Penal considera pertinente recordar que la alevosía supone el empleo de procedimientos que facilitan el hecho. La define el artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida y la integridad personal, empleando medios, modos o formas en la 197 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 ejecución que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido.”. En este sentido, la alevosía exige que los procedimientos empleados tiendan, directa y especialmente a asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una posible defensa del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los que se producen por la espalda86, o estando la víctima en la cama o de rodillas. Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en la alevosía es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del hecho y la ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer el ofendido. La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la ejecución del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún tipo de premeditación o preparación, de tal manera que puede surgir en el mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que su enemigo le da la espalda para dispararle). En algunas corrientes jurisprudenciales se distinguen tres supuestos de asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera, si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial situación de desA. de la víctima que impide cualquier 87 manifestación de defensa . Por otro lado también resulta oportuno recordar que el artículo 15 del código penal establece: “hay tentativa cuando, con la intención de cometer un delito determinado se realizan actos inequívocos de ejecución y no se consuma por causas ajenas a la voluntad del agente”. El tipo de la tentativa requiere de los siguientes elementos: a) en la parte objetiva, una ejecución parcial o total de los actos ejecutivos no seguida de consumación, b) en la parte subjetiva, la voluntad de consumación, c) la ausencia de desistimiento voluntario. El comienzo de la ejecución necesario para la tentativa requiere que se traspase la frontera que separa los actos preparatorios (sí los hay) de los actos ejecutivos. Subjetivamente la tentativa requiere que el sujeto quiera los actos que objetivamente realiza con ánimo de consumar el hecho o, al menos aceptando (con seguridad o con probabilidad) que pueden dar lugar a la consumación. Por último se requiere la concurrencia de un elemento negativo, y que consiste en el que el hecho no se consume por causas ajenas a la voluntad del agente. Recapitulando podemos afirmar que la tentativa se presenta cuando se ejecutan actos considerados indispensables para llevar a cabo el comportamiento tipificado en la ley penal y que en el caso concreto deben serlo efectivamente conforme al fin propuesto, pero factores extraños o ajenos a la voluntad del autor impiden que éste logre la producción del resultado perseguido. Así las cosas podemos afirmar que habrá una tentativa de asesinato alevoso, cuando el agente realiza actos inequívocos de ejecución dirigidos a causar la muerte de una persona, empleando medios, modos o formas que tiendan directa y especialmente a asegurar dicho resultado, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido pero por causas ajenas a la voluntad del imputado el delito no alcanza la consumación. Un análisis del relato fáctico en todo su contexto nos permite 86 Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid. MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición, Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54 87 Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html 198 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 constatar que en los hechos probados decimoséptimo, decimonoveno y cuadragésimo primero se describen las acciones ejecutadas por varios reos pandilleros que dieron como resultado en algunos casos la muerte y en otros las lesiones causadas a varios reos comunes, así como también los intentos por acabar con la vida de estos últimos mediante incendio y otros medios idóneos, De este modo y si bien es cierto que de la fundamentación fáctica no se desprende la existencia de una causa de justificación ni otra eximente de responsabilidad criminal a favor del procesado S. E. A. P., por las agresiones que ejecutara en perjuicio de otros individuos, no es menos cierto que tampoco se desprende del mismo relato fáctico que las referidas agresiones hayan sido a traición, inesperadas, mediante emboscada o celada, o aprovechándose de una situación de evidente desvalimiento de los ofendidos, de ahí que no podamos afirmar de manera indubitada y a partir de los hechos declarados probados que el imputado al perpetrar las acciones que se le imputa haya empleado particulares medios, modos o formas en la ejecución de los hechos con la finalidad de asegurar el resultado, sin los riesgos que para su persona hubieran podido proceder de una reacción defensiva por parte de los ofendidos, de ahí que la agresiones tantas veces referidas no puedan calificarse como alevosas y por lo tanto constitutivas de delitos de tentativa de asesinato, por lo que el comportamiento del acusado al contribuir de manera mancomunada, en un plan espontáneo y colectivo con la finalidad de dar muerte a los reos pandilleros, propósito que finalmente y respecto a los diecinueve reos pandilleros sobrevivientes no resultara alcanzado por causas ajenas a su voluntad, se subsume en la figura de la tentativa de homicidio simple, tipificada en el artículo 116 párrafo primero del Código Penal en relación al artículo 15 del mismo texto punitivo, considerando esta Sala que como mínimo, de manera analógica y en bonam partem, concurre a favor del procesado S. E. A. P., la atenuante de haber precedido de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito88. Es cierto como lo expone el Censor, que en el relato fáctico no se establece puntualmente y con detalle cuales fueron las acciones que individualmente trajeron como consecuencia la puesta en peligro de la vida de diecinueve personas, pero no es menos cierto que del mismo relato fáctico se colige que el acusado junto con otros realizaron una misma y compleja operación delictiva, de tal manera que cada uno de ellos mediante acciones ejecutivas idóneas para causar la muerte de otras personas, esto es, utilizando armas cortopunzantes, palos, piedras y otros objetos contundentes, reforzándose unos y otros, realizaron una parte diversa pero esencial con la finalidad de alcanzar el éxito de la referida operación, cuyos resultados particularmente se reflejan en las dictámenes médicos efectuadas por los médicos forenses y descritas en los hechos probados en los que se aprecian con detalle que los diecinueve reos pandilleros que sobrevivieron presentan múltiples heridas causadas con los medios antes señalados. Una cosa es que de un grupo de personas no se tenga la certeza respecto a quienes participaron en el hecho, y otra muy diferente es que más allá de toda duda razonable se tenga por probado que un hecho fue producido por la acción conjunta de un grupo de individuos, pues 88 El artículo 26 No. 4) del Código Penal establece que constituye una circunstancia atenuante ―haber precedido inmediatamente de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito‖. Por su parte el numeral 14) del mismo precepto legal, prevé que constituye circunstancia atenuante: ―cualquier otra circunstancia análoga a las anteriores..‖ 199 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 en éste último evento la imprecisión de los detalles no altera la responsabilidad que como coautores les es imputable a todos. De este modo resulta que la decisión mancomunada, es decir, la decisión común del hecho del referido imputado junto con otros es lo que ha determinado la conexión de las partes del suceso ejecutadas por cada uno de ellos y a partir de la que es posible imputarle a cada encausado la parte realizada por cada una de los otros89. Recapitulando podemos afirmar que del relato fáctico se desprende la descripción de actos ejecutivos realizados por el procesado S. E. A. P. con el evidente propósito de causar la muerte de los reos pandilleros internos en la granja penal del Porvenir, voluntad compartida con otros encartados, resultado que no se logra alcanzar cuando transcurridos unos veinte minutos desde que hubiera arribado al escenario de los acontecimientos el encausado C. E. H. A., al percatarse de la presencia de representantes de los medios de comunicación, ordenó que C.an los disparos que aún efectuaban elementos de seguridad del Estado y que reforzaban la actividad criminal ejecutada por los imputados antes mencionados90. De este modo se impone al encartado la pena mínima de diez años de reclusión por cada una de las tentativas de homicidio ejecutadas, para hacer un total de ciento noventa años de reclusión. De este modo se estima parcialmente y en los términos antes expuestos, el motivo que por infracción de ley interpusiera la Defensa del imputado S. E. A. P. para desvanecer los cargos de diecinueve delitos de tentativa de asesinato por los cuales resultara condenado. XXXII.- El Recurrente Abogado E. R. C., en su condición de Apoderado Defensor del procesado S. G. B., desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley en dos motivos, en tanto que por la vía del quebrantamiento de forma expuso un motivo. Para efectos de seguir un orden sistemático adecuado en su análisis y resolución, esta SALA considera pertinente apartarse del orden seguido por el Censor, de tal manera que inicialmente se pronunciará sobre el tercero de los motivos antes apuntados, para luego analizar los motivos por infracción de ley sustantiva formulados por el recurrente.XXXII.- EXPOSICIÓN DEL MOTIVO DE CASACIÓN POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA MOTIVO UNICO: La declaración de los hechos estimados probados por el Tribunal no son claros y terminante. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el Artículo 362 numeral 1 del Código Procesal Penal. EXPLICACIÓN DEL MOTIVO La norma procesal que se invoca como infringida es el articulo 338 regla cuarta numeral uno del Código Procesal Penal, que expresa: ―En párrafos separados y numerados, se hará declaración expresa y terminante de los hechos que se consideran probados, descritos con claridad, precisión y coherencia, sin emplear conceptos que, por su exclusivo carácter jurídico, predeterminen el fallo que haya de dictarse. En la sentencia recurrida el Tribunal estimó como probados, entre otros, los hechos siguientes: “VIGÉSIMO TERCERO: Los reos rondínes A. A. S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V. (alias 89 Sobre la figura de la coautoría en particular, vid. MARQUEZ CARDENAS, ALVARO ENRIQUE, en La Coautoría en la Dogmática Penal, frente a otras formas de Autoría y Participación, Universidad Libre de Colombia, Bogotá, 2008, págs. 65 y ss. 90 Cabe señalar que en el caso de la víctima de tentativa de homicidio, identificada como JOSE ROBERTO MALDONADO, las causas ajenas que impiden a los responsables de esa infracción que alcancen su objetivo, es la intervención de un hermano de aquel, perteneciente a la Fuerza Aérea Hondureña. Vid. Hecho Probado Trigésimo Segundo. 200 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo) S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo), salen de las diferentes celdas y lugares donde habían tenido refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y con armas blancas, a los reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los policías penitenciarios y miembros del ejército que se encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que esta aconteciendo. VIGÉSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 am. en venganza, el reo rondín P. E. R. F. (alias Chínapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacía donde policías penitenciarios y miembros del ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el reo rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A. C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo S. G. B., prenden fuego con el acelerante, varias colchonetas, las que tiran hacía el interior de la celda seis (6), por las ventanas traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el fuego; de todo ello lograron tener conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G., escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la celda seis (6), e Instantes después observó el humo provocado por el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción alguna. TRIGÉSIMO: Quince (15) minutos después de que los primeros reos pandilleros han salido de la celda dos, el reo S. G. B. se dirige hacia los reos pandilleros que andaban armados y los reos pandilleros que eran cabecillas, a los que la policía les dispara y seguidamente disparan a todos los demás reos pandilleros que se encontraban en el lugar, muchos de ellos acostados en el suelo; los reos rondines, al ver que algunos de los reos pandilleros estaban vivos aun, procedieron a agredirlos con palos, piedras y armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que salieron después de la celda dos (2) y que se hacían los muertos, todo ello a vista y consentimiento de la Policía Penitenciaría, Policía Nacional Preventiva, elementos Cobras y miembros del ejército que se encontraban en el lugar. De esta manera el reo rondín A. A. S. (alias Comayagua) arremete con cuchillos y palos al reo pandillero A. J. H. (alias El Trabado); el reo rondín P. E. R. F., (alias chínapopo,) arremete con machete al reo pandillero L. A. O. G. (alias El Kíller); el reo H. W. J. (alias el Basucazo), arremete con un leño y arma blanca al reo pandillero O. G. H. V. (alias El Pewee); igualmente los reos rondines S. G. B., T. R. G. (alias Cabuya) y J. R. C. (alias Cobra) agredieron a otros reos pandilleros usando palos y armas blancas.” Al analizar estos hechos probados, podemos concluir que los mismos no cumplen con lo establecido en la regla cuarta del articulo 338 del Código Procesal Penal, ya que los mismos adolecen de claridad y coherencia al relatar la dinámica de cómo ocurrieron los acontecimientos: El vigésimo tercer hecho probado expresa que mi 201 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 representado el señor S. G. B., sale junto a otros reos, del lugar donde se resguardaban “proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros”; La defensa cuestiona que el sentenciador pretende plasmar en los hechos probados, los propósitos o deseos de los imputados, cuando es de todos conocido, que los mismos se suscitan en la mente de las personas, es decir en su ser mas íntimo, y al menos que tengamos la habilidad de leer la mente de los seres humanos, es imposible saber a ciencia cierta, cual fue el sentir o pensar de los encausados; al plasmarlos así en los hechos probados, el Tribunal incurre en el error de falta de claridad y redacta los mismos de manera subjetiva, de forma tal, que a la simple lectura se vuelven confusos y poco entendibles.De igual forma con la expresión ―proponiéndoles quitarles la vida‖ incurre el sentenciador, en el error mas visible de la sentencia impugnada, y es el de predeterminar el fallo, tal como lo prohíbe nuestro código procesal penal. Continua relatando el hecho probado numero veintitrés: “procediendo a golpear con toletes, palos, piedras y con armas blancas, a los reos pandilleros que se encontraban”; de nuevo incurre en el mismo yerro el sentenciador, al omitir individualizar las acciones que específicamente realizan los imputados que se mencionan en este hecho probado, además de no incluir un elemento importante de todo hecho probado, como ser el ofendido o el directamente perjudicado en la acción.- El manifestar de manera colectiva, que procedieron a golpear a los reos pandilleros que se encontraban, es generalizar todas las acciones ocurridas ese día y por tanto centralizar todas las operaciones en seis o siete reos, que utilizando la lógica podemos deducir que era imposible ejecutarlos; pero aun más grave es omitir puntualizar hacia quien iban dirigidas esas acciones, y al no hacerlo los sentenciadores convierten los hechos probados indescifrables a la simple lectura. En el veinticuatro hecho probado se establece que mi representado S. G. B. ayuda al reo P. E. R. F., a prender fuego a la celda 6, sin embargo no se establece que acción específica realiza mi patrocinado, es decir a que ayuda se refiere.Debe el sentenciador plasmar específicamente a que ayuda se refiere, debido a que, debe deducírsele individualmente la responsabilidad únicamente por sus acciones y no por el resto de los imputados; cuanto más se leen los hechos probados, más se vuelven incomprensibles, de forma tal que en este hecho probado no sabemos a ciencia cierta quienes estaban en esa celda 6, que acción especifica realiza cada una de los imputados y aun más grave no sabemos cual fue el resultado de estas acciones; los mismos quedan en suspenso sin establecer cual fue el desenlace de la dinámica ocurrida en día de los acontecimientos. En el Trigésimo hecho probado, el tribunal estableció: “Quince minutos después de que los primeros reos pandilleros han salido de la celda dos, el reo S. G. B., se dirige hacia los reos pandilleros, los que se encuentran en indefensión y muestra a la policía los reos pandilleros. que andaban armados y los reos pandilleros que eran cabecillas, a los que la policía les dispara y seguidamente disparan a todos los demás reos pandilleros que se encontraban en el lugar, muchos de ellos acostados en el suelo” Nuevamente el sentenciador relata unos hechos probados de forma generalizada, pretendiendo culpar a mi representado de la muerte de TODOS LOS DEMAS REOS PANDILLEROS tal como lo establece en este apartado, lo cual sabemos que es imposible; no podemos permitir que con esta sentencia en donde se predetermina el fallo y se incurre en errores de falta de claridad de los hechos probados, se centralice la responsabilidad en dos o tres reos de los cuales, no se plasma ni se consigna cuales fueron sus acciones 202 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 específicas; en el caso de nuestro representado S. G. B. es imposible que con este numeral de hechos probados el Tribunal pretenda responsabilizar de acciones cometidas contra ―REOS‖ sin saber quienes eran y sin saber si como resultado de esas acciones se produjo el deceso de esas supuestas personas. En el treinta hecho declarado probado el Tribunal expresa: “Igualmente los reos rondínes S. G. B.... agredieron a otros reos pandilleros usando palos y armas blancas” ―El sentenciador no individualiza la supuesta acción que comete mi representado y tampoco especifica contra quien la realiza, además que omite establecer cual fue el resultado de su acción, es decir ¿Se produjo la muerte o simple lesión? ¿Quién o quienes eran el o los ofendido (s)? Pues no se sabe ya que los hechos probados carecen de esa claridad neC.ia y de esa sencillez que se requiere para que los mismos sean comprensibles Con la simple lectura de los hechos probados antes relacionados surgen mas interrogantes: ¿Qué acción específica realiza mi representado S. G. B.? ¿De que delito es responsable? ¿Quienes son las personas contra las cuales se ejecutan estas acciones? ¿Cuál fue el resultado de estas acciones, es decir el desenlace de los acontecimientos? En los mismos se establecen, expresiones como ―procediendo a golpear con palos, toletes‖ ―proponiéndose quitarle la vida‖ ―agredieron a otros reos‖ todas, expresiones totalmente subjetivas y que por consiguiente hacen de los hechos probados una gama de confusiones para quien los analice. No pueden justificarse estos hechos probados, amparándose en el alegato que nos encontramos ante acontecimientos múltiples y de gran magnitud, de forma tal que aparecen muchos actores y participantes en lo mismos, precisamente por esa particularidad, el estudio y análisis de cada una de las acciones de los imputados, debió realizarlas el Tribunal de manera puntual para evitar incurrir en el error de generalizar, de forma tal que, por el solo hecho de ser un reo rondín o de encontrarse presente en el momento de los hechos, sea culpable de todo lo acontecido.- Debe responsabilizarse únicamente de los actos cometidos por cada uno de ellos, de no hacerlo así, aplicamos el dicho popular religioso que comúnmente utilizamos ―justos pagan por pecadores‖; como juristas y conocedores del derecho sabemos que ante la ley, este dicho religioso no debe ni puede aplicarse, sino que debe castigarse únicamente la conducta personal que cada uno de los imputados realiza.- Tampoco debemos olvidar, que nuestro representado se enfrenta solo ante todo el aparato estatal, ya que el ente acusador tiene a su disposición todos los medios necesarios (Tecnología, policía de investigación, medicina forense) para poder establecer la responsabilidad de los acusados en los hechos a ellos imputados, y con mayor razón se debe imputar objetivamente las acciones de cada una de ellos, y si NO es incapaz de hacerlo, el resultado del juicio será una sentencia absolutoria. En los hechos probados enumerados como CUADRAGESIMO TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, el tribunal expresa las personas que el día cinco de abril del dos mil tres, murieron por carbonización y por hechos violentos, pero sorprendentemente no especifica quienes son los responsables y a través de que acciones; siendo que en estos dos hechos probados el tribunal da por acreditada la muerte de los supuestos ofendidos, también debió establecer quienes eran los supuestos responsables de sus muertes, sin embargo lo omite y sorprendentemente en la parte dispositiva de la sentencia, decide condenar a mi representado por la muerte de todos los internos acaecidos ese día, lo cual la simple lógica nos dice que es imposible; una razón más para considerar a los precitados hechos probados como faltos de claridad y coherencia. 203 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 El conocido jurista español JESUS FERNADEZ ENTRALGO en el libro ―La sentencia en el nuevo proceso penal‖ en las páginas 81, 86, 87 y 88 referente a La Fijación de los Hechos Probados manifiesta: ―La declaración de los hechos probados constituye como —como lo caracteriza P. M.-―.. . el cimiento, el arranque, de la sentencia penal...‖ Es un presupuesto necesario del fallo, porque mediante de ella se fija judicialmente la reconstrucción de lo sucedido, y constituye la base sobre la que se construirá el tratamiento (subsunción) jurídico del caso debatido en el. proceso; pero no integra propiamente la motivación de su decisión. La descripción de los hechos probados ha de hacerse con 1) claridad 2) precisión y 3) coherencia. De este modo, se asume legalmente el modelo ideal de ―regla semántica de formación del lenguaje jurisdiccional dirigida a asegurar la determinabilidad de las denotaciones fácticas (y que comprende) una serie de reglas que exigen, como condición de la estricta jurisdiccionalidad, esto es, de la veraficabilidad y de la refutabilidad de las tesis que en el proceso enuncian los hechos y las pruebas, que tanto aquello como estos sean exactamente individualizadas mediante descripciones precisas y sin el uso de palabras vagas o valorativas. La descripción de los hechos declarados probados ha de hacerse de forma tal que permita su perfecta compresión, como presupuesto del control de su corrección, haciendo posible su corroboración (verificación) o refutación (falsacion)‖ En el caso subjudice, los hechos probados no permiten comprender como sucedieron los sucesos acusados a mi representado y sobre todo no permite valorar y determinar la acción típica, antijurídica y culpable en la que tuvo que incurrir mi representado, para ser condenado, estas circunstancias no son visualizadas en la narración de los hechos probados y tal como afirma F. Entralgo no permite su perfecta comprensión de los acontecimientos acusados a mi patrocinado. Estos hechos probados fueron calificados por el juzgador como constitutivos de los delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, declarando responsable penalmente de los mismos al señor S. G. B., sin embargo, al analizar tales hechos probados en los números, veintitrés, veinticuatro y treinta, se evidencia el vicio denunciado ya que la descripción de los mismos no satisface los requisitos de claridad, precisión y coherencia impuestos por el Artículo 338, sección cuarta, número uno del Código Procesal Penal. Dicho lo anterior y siendo que la declaración de hechos probados constituye la base o el cimiento sobre el cual se construye la sentencia penal, y dado que los hechos declarados probados en la sentencia recurrida no reúnen los requisitos legales exigidos para ello, solicito se case la sentencia recurrida, se anule el fallo y se devuelvan los antecedentes al Tribunal de su procedencia para que la causa sea tramitada con arreglo a derecho. RECLAMACION HECHA PARA LA SUBSANACION DEL YERRO Siendo que el yerro que provoca la interposición del recurso de mérito se produce con la sentencia misma, solo es posible su subsanación a través del presente recurso por lo que se deduce que no hubo una reclamación ex-ante.‖ XXXII.-RECURSO DE CASACIÓN POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO S. G. B., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE LOS HECHOS ESTIMADOS PROBADOS POR EL TRIBUNAL NO SON CLAROS Y TERMINANTES.- PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTICULO 362 No. 1) DEL CODIGO PROCESAL PENAL.- Argumenta el recurrente que la declaración de los hechos estimados probados por el A Quo no son claros y terminantes. Alega que en la sentencia recurrida el A Quo estimó como probados, entre otros, los hechos VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO Y TRIGÉSIMO y que al analizarlos se concluye que 204 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 no cumplen con lo establecido en la regla cuarta del articulo 338 del Código Procesal Penal, al adolecer de claridad y coherencia al describir los acontecimientos. Señala que de la simple lectura de los hechos probados VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO y TRIGÉSIMO surgen muchas interrogantes por tratarse de acontecimientos múltiples y de gran magnitud, con muchos actores y participantes, por lo que refiere que el Juzgador debió analizar cada una de las acciones realizadas por los imputados, de manera puntual para no incurrir en el error de generalizar, y declarar culpable al acusado S. G. B. por el solo hecho de ser reo rondín y encontrarse presente en el momento de los hechos. El Censor considera que debe responsabilizarse al acusado únicamente de los actos cometidos por él, de no hacerlo así, se aplicaría el dicho popular de que “justos pagan por pecadores”. Reprocha también que en los hechos probados CUADRAGESIMO TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, se describen las personas que murieron por carbonización y por hechos violentos, pero no especifica quienes son los responsables y a través de que acciones, no obstante que en la parte dispositiva de la sentencia, el A Quo condena al acusado S. G. B. por la muerte de todos ellos, lo cual estima que es imposible. Concluye manifestando que los hechos probados no permiten comprender cómo se produjeron los sucesos, ni permite valorar y determinar las acciones típicas, antijurídicas y culpables que se supone ejecutó el acusado y que fueron calificados por el A Quo como constitutivas de los delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, por las se declaró penalmente responsable al señor S. G. B.. Esta Sala de lo Penal, considera pertinente destacar, que el vicio procesal denunciado por el recurrente se origina exclusivamente cuando la redacción de los hechos probados aparece confusa, dubitativa o imprecisa, de modo que por su insuficiencia o oscuridad, o por no expresar en forma conclusiva, imperativa, terminante o categórica, sino vacilante o dubitativa, puede conducir a subsunciones alternativas, en definitiva, a consecuencia de la ambigüedad del relato. La falta de claridad puede venir determinada por haber empleado expresiones ininteligibles u oscuras que hacen difícil la comprensión del relato o cuando incurre en omisiones que alteran su significación y dejan prácticamente sin contenido específico la narración de los hechos; se produce, pues, cuando lo narrado es incomprensible por su deficiente redacción, oscuridad, ambigüedad o imprecisión, también cuando por omisión de elementos o circunstancias importantes, se impide conocer la verdadera realidad de lo ocurrido con la lógica consecuencia de que falta base fáctica para determinar si los hechos son o no constitutivos de la infracción penal, o cual ha sido la participación concreta de los acusados en la ejecución del delito. Por consiguiente, no basta para apreciar el defecto procesal que la narración se ofrezca oscura o ininteligible en alguna de las partes, o en términos de ambigüedad o imprecisión que haga difícil su comprensión, sino que es necesario que tales defectuosidades se hallen en conexión con los condicionamientos determinantes de la calificación penal asignada a los hechos probados, provocando una laguna o vacío en la descripción histórica de los mismos, que determina una falta de premisa fáctica para formular la calificación jurídica, de forma que no pueda orientar, dentro del silogismo en que la sentencia queda estructurada, el pronunciamiento condenatorio o absolutorio, es decir, que resulta inadecuada para servir de argumentación lógica al fallo, y ello porque la “quaestio facti” debe servir de apoyo y sustento a la calificación jurídica o “quaestio iuris”. Esta Sala de lo Penal considera que no se advierte la falta de 205 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 claridad o ambigüedad en la fundamentación fáctica de la sentencia al establecer la participación del procesado S. G. B. en la comisión de los hechos que condujeron a la muerte de varias personas que se encontraban al interior de la Celda No. 6) de la Granja Penal del Porvenir, de tal manera que en el hecho probado vigésimo cuarto se describe que uno de los acusados cerró con candado la puerta de acceso a la celda No. 6, tras lo cual varios de los acusados colocaron cajones, palos y mesas frente a dicha puerta, y que seguidamente, el procesado S. G. B. junto con otros imputados prendieron fuego a varias colchonetas las que arrojaron por las ventanas de las celda antes referida, lo que en una conexión-causa efecto trajo como resultado la muerte de veintitrés personas mediante incendio91. Ahora resulta pertinente analizar si la fundamentación fáctica de la sentencia adolece de la suficiente claridad y precisión en lo que se refiere a la participación del encausado S. E. A. P., en lo que concierne a la imputación que se le hace por la comisión de treinta y siete delitos de asesinato mediante alevosía y diecinueve delitos de tentativa de asesinato alevoso. Así tenemos que: A) En el hecho probado Vigésimo Tercero se afirma que tras la irrupción de elementos de seguridad del Estado en el interior de la Granja Penal del Porvenir, el procesado S. G. B., salió al igual que otros ocho reos rondines de las diferentes celdas y otros espacios en los que se habían refugiado, procediendo a golpear con toletes, palos y armas blancas a los reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos ya heridos por armas de fuego, circunstancia de la que tenía conocimiento el coimputado ya fallecido R. A. S.I. sin que éste realizara acción alguna para evitarlo. Mas adelante en el hecho probado Trigésimo se establece que Quince (15) minutos después de que los primeros reos pandilleros habían salido de la celda número dos, el encausado S. G. B. señaló a varios estos que se encontraban en indefensión pero que anteriormente andaban armados y que tenían el carácter de cabecillas, mismos a los que tras la referida señalización la policía les disparó haciéndolo igualmente con los demás pandilleros que se encontraban en el lugar. Tras lo cual reos rondines al ver que algunos de los reos pandilleros aun estaban vivos procedieron a agredirlos con palos, piedras y armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que salieron después de la celda dos (2) y que se hacían los muertos, todo ello a vista y consentimiento de la Policía Penitenciaria, Policía Nacional Preventiva, elementos Cobras y miembros del ejército que se encontraban en el lugar. De esta manera se afirma que el reo rondín A. A. S., (alias Comayagua), agredió con cuchillos y palos al reo pandillero A. J. H., (alias El trabado); el reo rondín P. E. R. F., (alias Chinapopo) agredió con machete al reo pandillero L. A. O. G., (alias El Killer); el reo H. W. J., (alias El Basucazo), agredió con un leño y arma blanca al reo pandillero O. G. H. V., (alias El Pewee); Para finalmente concluir que los reos rondines S. G. B., T. R. G., (alias Cabuya) y J. R. C., (alias Cobra), agredieron a otros reos pandilleros usando palos y armas blancas. En el hecho probado CUADRAGESIMO QUINTO el Tribunal Sentenciador hace una relación del fallecimiento de treinta y siete personas que murieron violentamente a consecuencia de heridas ejecutadas con armas blancas, objetos contundentes y/o disparos de armas de fuego, en tanto que en el hecho probado CUADRAGESIMO SEXTO se hace una relación de reos pandilleros que habiendo sufrido agresiones físicas no resultaron muertos tras la finalización de los 91 Vid. Hecho Probado No. Cuadragésimo Tercero. 206 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 acontecimientos suscitados. Del análisis conjunto de los hechos probados antes relacionados en los que aparece realizando diversas acciones el imputado S. G. B., a quien el Tribunal de Instancia condenó a título de coautor como responsable de haber contribuido en un plan espontáneo y colectivo a causar la muerte de treinta y siete personas e intentar quitarle la vida a diecinueve, podemos afirmar que dadas las circunstancias en que se produjeron los hechos objeto de juzgamiento con múltiples sujetos activos y una gran cantidad de víctimas, que en su mayoría perdieron la vida en tanto que las demás presentaban múltiples lesiones tras la conclusión de los sucesos, resulta razonable que el Tribunal de Instancia no haya establecido con rigurosa minuciosidad y con prolijidad de detalles las incidencias ocurridas durante el desarrollo de los acontecimientos, de tal manera que la fundamentación fáctica de la sentencia recurrida no acusa la oscuridad, ambigüedad o imprecisión señalada por el Censor, que impida como un obstáculo insalvable determinar si dicho encartado han incurrido o no en la comisión de los hechos criminosos que se le atribuyen.El recurrente alega que la inclusión en el relato fáctico, de la valoración en torno a que los acusados salieron de los lugares donde se habían refugiado proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, constituye un concepto predeterminante del fallo. Sobre esto es importante señalar que tal frase no constituye una expresión técnico-jurídica, sino que un juicio de inferencia92, mediante el cual se determina el elemento subjetivo del delito, de modo que si bien es cierto que su ubicación resulta más acertada en la fundamentación intelectiva y jurídica de la sentencia, en cuanto extraído de los datos objetivos relatados, su inclusión en el relato de hechos probados, siempre y cuando no vacíe el contenido de los mismos, es revisable en casación por la vía del artículo 360 párrafo primero del Código Procesal Penal93, si de los restantes elementos fácticos narrados por el Juzgador se acredita la equivocación de éste al atribuir al procesado que ese era y no otro, el móvil que le impulsó a cometer el delito. De este modo, y siendo que el cuadro fáctico expuesto en la sentencia, aún suprimiendo mentalmente ese juicio de inferencia, resulta narrado con un mínimo de claridad y amplitud para determinar cual fue la intención que movió al encartado para realizar las acciones que se le imputan, esta Sala es del criterio que el motivo alegado por el Censor debe ser desestimado. XXXIII.El Recurrente Abogado E. R. C., en su condición de Defensor Público del señor S. G. B., desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma de la siguiente manera: ―EXPOSICIÓN DE LOS MOTIVOS DE CASACIÓN POR INFRACCION DE LEY PRIMER MOTIVO: Aplicación indebida del articulo 117 del Código Penal PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el artículo 360 del Código Procesal Penal EXPLICACION DEL MOTIVO La norma penal que aplica indebidamente el sentenciador es el articulo 117 del Código Penal que establece: ―Es reo de asesinato quien de muerte a una persona ejecutándola con la concurrencia de las circunstancias siguientes: 1) Alevosía; 2) Con Premeditación, conocida; 3) Por medio de inundación, incendio, envenenamiento, explosión, descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya dolo o intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento, aumentando deliberada e 92 Vid. LUZON CUESTA, JOSE MARIA, El Recurso de Casación Penal, edición, Editorial Colex, Madrid, 2000, págs. 147-148, 151-152. 93 Referido a la casación por infracción de ley. 2ª 207 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 inhumanamente el dolor del ofendido. La pena por asesinato será de veinte (20) a treinta (30) años de reclusión y cuando se cometiese mediante pago, recompensa o promesa remuneratoria, o se acompañase de robo o violación, la pena será de treinta (30) a privación de por vida de la libertad‖. El Juzgador estimó como HECHOS PROBADOS, entre otros los siguientes: “VIGÉSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A. S., (alías Comayagua) J. A. C., (alías cobra) L. A. C. V. (alias Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias China popo) S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda de los reos S. G. B. (alias B.) y H. Wllfredo J. (alías el Basucazo), salen de las diferentes celdas y lugares donde habían tenido refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y con armas blancas, a los reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los policías penitenciarios y miembros del ejército que se encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que esta aconteciendo. VIGÉSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R. F. (alias Chínapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el reo rondín P. E. R. F. consigue un líquido P. E. R. F., (alias chínapopo) arremete con machete al reo pandillero L. A. O. G. (alias El Killer); el reo H. W. J. (alias el Basucazo), arremete con un leño y arma blanca al reo pandillero O. G. H. V. (alias El Pewee); igualmente los reos rondines S. G. B., T. R. G. (alias Cabuya) y J. R. C. (alias Cobra) agredieron a otros reos pandilleros usando palos y armas blancas” El juzgador calificó que tales hechos declarados probados, constituyen el delito de ASESINATO, así como lo establece en el DECIMO PRIMERO numeral de la parte dispositiva de la sentencia y condenó a mi representado S. G. B., como autor responsable penalmente ―por acción de veintitrés delitos consumados de Asesinato mediante incendio en perjuicio de veintitrés personas que murieron por carbonización en concurso real a la pena de VEINTICINCO (25) AÑOS‖; sobre este particular, la defensa del señor S. G. B. considera que el juzgador arriba a tal decisión por una errónea interpretación del referido articulo 117 ya que en los mencionados hechos probados, no se aprecia de manera clara y precisa, los dos elementos indispensables para catalogar la conducta de mi representado como constituta de tales delitos, en este caso el elemento objetivo y subjetivo del tipo penal. En el caso subjudice, los hechos probados carecen de tales elementos y no concretiza de manera puntual y clara, la forma en la que nuestro patrocinado realiza esas acciones que hacen que el Juzgador le condene por el delito de ASESINATO; al grado tal que omite establecer los nombres de los sujetos pasivos de los hechos (ofendidos) y más grave aun no establece cual fue el resultado de sus acciones, no concretiza, si como resultado de tales acontecimientos se produjo el resultado muerte necesario para catalogar la conducta de mi representado como ASESINATO, es por tal circunstancia que al no realizar una adecuación de los hechos acontecidos con el tipo penal por el que acusa, aplica incorrectamente el precepto penal antes referido. INTERPRETACION PRETENDIDA Al no plasmar de manera concreta la acción de mi representado S. G. B. en los sucesos a él acusados, convierte a los hechos probados en meras especulaciones, en relatos sin sentido y al no establecer contra quienes se producen 208 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 las acciones y cual fue el resultado, por consiguiente al no enmar C. adecuadamente en el tipo penal por el que se le condenó, nuestra solicitud al Tribunal de Casación es que se aplique correctamente la norma penal con el dictado de un fallo absolutorio. XXXIII.-RECURSO DE CASACIÓN POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL PROCESADO S. G. B., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE EL TRIBUNAL DE SENTENCIA INCURRIO EN UNA APLICACIÓN INDEBIDA DEL ARTICULO 117 DEL CODIGO PENAL AL PROFERIR CONDENA EN SU CONTRA Y RESPONSABILIZARLE A TITULO DE COAUTOR DE VEINTITRES DELITOS DE ASESINATO MEDIANTE INCENDIO. Argumenta el recurrente que el Juzgador ha incurrido en aplicación indebida del artículo 117 del Código Penal, norma penal que tipifica el delito de Asesinato. Concretamente señala que el A Quo calificó los hechos probados VIGÉSIMO TERCERO y VIGÉSIMO CUARTO entre otros, como constitutivos de ASESINATO. El A Quo, en base a los hechos declarados probados en referencia condena al acusado S. G. B., como autor por acción de veintitrés (23) delitos consumados de ASESINATO mediante incendio en perjuicio de igual número de personas que murieron por carbonización a la pena de VEINTICINCO (25) años de reclusión. Cuestiona que del cuadro fáctico no se subsume un determinado tipo penal, dado que a su entender no describe comportamiento alguno del encartado S. G. B. que hubiere dado como resultado la muerte de las veintitrés (23) personas por cuyo fallecimiento fue condenado, en aplicación indebida de lo dispuesto en el artículo 117 del Código Penal. El recurrente pretende la confrontación de las acciones que se atribuye al acusado frente a los elementos objetivos y subjetivos del tipo penal contenidos en el Artículo 117 del Código Penal, y que una vez corroborado que de los hechos probados no se desprende ningún comportamiento del acusado que haya dado como resultado las muertes que se le atribuyen, consecuentemente se le libere de toda responsabilidad. Esta Sala de lo Penal considera importante recordar, que a través del recurso de casación por infracción de ley, sólo puede intentarse una revaloración jurídica del material fáctico descrito en la sentencia, contenido en la formulación de hechos probados realizada por el Tribunal de Instancia. A diferencia del tradicional recurso de apelación, propio del anterior sistema, que provoca un nuevo examen del caso por parte del Tribunal revisor, tanto bajo el aspecto fáctico como jurídico, el de casación por infracción de ley únicamente admite la posibilidad de que el Tribunal de Casación realice un nuevo examen del objeto procesal bajo el segundo aspecto, o sea una revisión jurídica de los hechos declarados probados. El recurso de casación por infracción de ley debe estructurarse o partir su alegación, de los hechos probados que contenga la resolución cuestionada, puesto que el vicio en esencia consiste en que la decisión adoptada por el juzgador en la parte resolutiva de la sentencia, es incompatible, irreconciliable o ajena a la verdad enunciada por la narración fáctica (hechos probados). Precisados los límites en los que puede desenvolverse la función revisora de esta Sala cuando del recurso de casación por infracción de ley se trate, ahora es pertinente que indiquemos cuales son los elementos objetivos y subjetivos del delito de asesinato mediante incendio que se atribuye a título de coautor al procesado S. G. B. en perjuicio de varias personas. La muerte de un ser humano a consecuencia de la acción realizada por otra persona, valiéndose de medios especialmente peligrosos o revelando una especial perversidad, ha sido tradicionalmente castigada con mayor severidad que el homicidio simple. En este sentido, el asesinato se describe como la muerte de otra persona ejecutada con alguna de las 209 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 circunstancias mencionadas en el artículo 117 del Código Penal. De este modo, la concurrencia de algunas de las circunstancias del artículo 117 establece la diferencia entre el homicidio y el asesinato. No obstante, cabe señalar, que ambos delitos comparten características comunes, así, aparte de la igualdad en el bien jurídico protegido, que es la vida humana como valor ideal, coinciden los sujetos, activo y pasivo, que pueden serlo cualquier persona, sin más limitaciones que las que provienen del concurso de leyes;94 el objeto material sobre el que recae directamente la acción es el hombre vivo físicamente considerado, y los problemas de la relación de la causalidad, en virtud de la cual se debe establecer la conexión entre el comportamiento del sujeto activo y el resultado que consiste en la muerte efectiva de otra persona. En el caso concreto que ahora nos ocupa, se ha declarado la responsabilidad penal del encausado S. G. B. a título de coautor de varios delitos de asesinato mediante incendio, modalidad prevista en el numeral 3) del precepto legal supracitado95. La razón de la especial agravación de la muerte de un ser humano cometido mediante incendio, no es solamente la mayor perfidia del medio empleado que revela un delincuente sumamente peligroso, sino también el peligro general que tal medio y otros como la inundación, explosión, descarrilamiento, etc… encierran para la colectividad96. Una lectura detenida de la fundamentación fáctica de la sentencia, revela que en el hecho probado vigésimo cuarto se describen las acciones de varias personas que de manera conjunta contribuyeron para causar un incendio en la Celda No. 6 de la Granja Penal del Porvenir, lo que en una relación causa-efecto trajo como resultado la muerte de varias personas (vid. Hecho Probado Cuadragésimo Tercero). Entre tales personas se encuentra el imputado S. G. B., a quien se atribuye junto a otros individuos la acción de haber prendido fuego a varias colchonetas y haberlas L.do por las ventanas al interior de la celda No. 6) lo que a la postre trajo como resultado un incendio que a su vez produjo la muerte de varias personas, de este modo, del relato fáctico antes descrito se subsume la comisión del delito de asesinato tipificado en el artículo 117 No. 3) del Código Penal y por ende atribuible al encartado S. E. A. P., consecuentemente, se desestima el motivo de casación que por infracción de ley interpusiera la Defensa para desvanecer los delitos de asesinato mediante incendio por los cuales resultara condenado. Finalmente esta Sala considera que por una aplicación extensiva del recurso de casación, autorizada por el artículo 349 del Código Procesal Penal, la infracción del artículo 117 No. 1) del Código Penal, alegada a favor de los coimputados L. A. C. V., T. R. G. y H. W. J. M. debe decretarse en beneficio del procesado S. G. B., a quien se declara penalmente responsable a título de coautor por la comisión de treinta siete delitos de homicidio simple consumado, a la pena de quinientos cincuenta y cinco años de reclusión. XXXIV.- SEGUNDO MOTIVO: Aplicación indebida del artículo 117 del Código Penal, en relación al 15 del mismo cuerpo legal. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el articulo 360 del Código Procesal Penal EXPLICACION DEL MOTIVO La norma penal que 94 Así sí el sujeto pasivo es alguno de los Presidentes de los Poderes del Estado, el delito aplicable es el previsto en el artículo 322, si se trata del Jefe de Estado extranjero o Jefe de Gobierno extranjero, el artículo 318, etc… 95 Vid. Folios 5247 vuelto y 96 Vid. CUELLO CALON, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo II, Revisada por CAMARGO HERNANDEZ, CESAR, Bosch, Casa Editorial, S.A., Barcelona, 1982, pág. 507. 210 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 aplica indebidamente el sentenciador es el articulo 117 del Código Penal que establece: ―Es reo de asesinato quien de muerte a una persona ejecutándola con la concurrencia de las circunstancias siguientes: 1) Alevosía; 2) Con Premeditación, conocida; 3) Por medio de inundación, incendio, envenenamiento, explosión, descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya dolo o intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido. La pena por asesinato será de veinte (20) a treinta (30) años de reclusión y cuando se cometiese mediante pago, recompensa o promesa remuneratoria, o se acompañase de robo o violación, la pena será de treinta (30) a privación de por vida de la libertad. En relación al articulo 15 del mismo cuerpo legal que establece: Hay tentativa cuando, con la intención e cometer un delito determinado, se realizan actos inequívocos de ejecución y no se consuman por causas ajenas a la voluntad del agente‖ Los hechos antes relacionados y transcritos, fueron considerados por el sentenciador según lo establece en el DECIMO PRIMERO numeral del Acápite ―Parte Dispositiva‖ de la sentencia como ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, fundamentado en el Artículo 117 en relación al 15 del Código Penal y condenando a mi representado ―por acción de treinta y siete delitos consumados de Asesinato por Alevosía en perjuicio de treinta y siete personas que murieron en forma violenta en concurso real, a la pena de SETECIENTOS CUARENTA (740) AÑOS DE RECLUSION‖ y ―por acción de diecinueve delitos de Asesinato por Alevosía en su grado de ejecución de Tentativa en perjuicio de diecinueve reos pandilleros sobrevivientes en concurso real a la pena de DOSCIENTOS CINCUENTA Y TRES (253) AÑOS CUATRO (4) MESES DE RECLUSION‖; sobre este particular, la defensa del señor S. G. B., considera que el juzgador arriba a tal decisión por una errónea interpretación del referido articulo 117 así como del 15 del referido cuerpo legal pues, en los hechos probados no se aprecia de manera clara y precisa, los elementos indispensables para catalogar la conducta de mi representado como constituta de tales delitos, en este caso el elemento objetivo y subjetivo del tipo penal.- En el caso subjudice, los hechos probados carecen de tales elementos y no concretiza de manera puntual y clara, la forma en la que nuestro patrocinado realiza esas acciones que hacen que el Juzgador le condene por el delito de ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA y mucho menos se establece cuales fueron esas causas ajenas a la voluntad del agente que hacen que mi representado no alcance el resultado esperado. Los hechos probados antes mencionados no enmarcan de manera perfecta, el accionar de mi patrocinado S. G. B. como constitutivos de 37 ASESINATOS EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, al grado tal que omite establecer las acciones mediante las cuales se haya intentado quitar la vida en forma alevosa a los internos, los nombres de los sujetos pasivos de los hechos (ofendidos) y mas grave aun no establece cual fue el resultado de sus acciones para catalogar la conducta de mi representado como ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA Tampoco aparece cual fue la circunstancia especial que considera el sentenciador para calificarlo como un delito de asesinato, es decir cual de las cuatro circunstancias calificadores toma en cuenta para agravar la responsabilidad de los acusados de homicidio a Asesinato, si bien la menciona en la parte dispositiva que fue por Alevosía, la misma no aparece de manera clara en la lectura de los hechos probados. INTERPRETACION PRETENDIDA Al no plasmar de manera concreta la acción de mi representado S. G. B. en los sucesos a él acusados, 211 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 convierte a los hechos probados en meras especulaciones, en relatos sin sentido y al no establecer contra quienes se producen las acciones y cual fue el resultado, por consiguiente al no enmar C. adecuadamente en el tipo penal por el que se le condenó, nuestra solicitud al Tribunal de Casación es que se aplique correctamente la norma penal con el dictado de un fallo absolutorio. XXXIV.- RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO S. G. B., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE EL TRIBUNAL DE SENTENCIA INCURRIO EN UNA APLICACIÓN INDEBIDA DE LOS ARTICULOS 117 Y 15 DEL CÓDIGO PENAL CUANDO LE CONDENA A TITULO DE COAUTOR POR DIECINUEVE DELITOS DE TENTATIVA DE ASESINATO ALEVOSO.- Argumenta el recurrente que el A Quo incurre en aplicación indebida del Artículo 117, el cual tipifica el delito de Asesinato, en relación al 15 del Código Penal, que dispone del grado de ejecución de tentativa de delito. Considera que en ninguno de los hechos declarados de la sentencia recurrida, se describe el ASESINATO en su grado de ejecución de TENTATIVA, por el que se condena al acusado, entre otros delitos, en perjuicio de diecinueve reos pandilleros sobrevivientes en concurso real. Esgrime que la decisión del juzgador por la que condena al encausado señor S. G. B., en aplicación de los artículos 117 y 15 del Código Penal es errónea, en tanto de los hechos probados no se aprecian de manera clara y precisa, los elementos objetivos y subjetivos del tipo penal. Refiere que en los hechos probados no se concretiza la forma en que el acusado realiza las acciones por las que el A Quo le condena por el delito de ASESINATO EN EL GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA y mucho menos cuales fueron esas causas ajenas a la voluntad del agente que impiden que alcance el resultado esperado, de tal manera que del relato fáctico no se subsumen acciones del acusado S. G. B. que sean constitutivos de diecinueve (19) ASESINATOS en su grado de ejecución de TENTATIVA, además omite establecer los actos mediante los cuales haya intentado quitar la vida en forma alevosa a los internos, los nombres de los ofendidos y no establece cual fue el resultado de sus acciones para catalogar su conducta como ASESINATO en el grado de ejecución de TENTATIVA Tampoco la circunstancia especial que considera el A Quo para calificar el delito de asesinato, es decir cual de las cuatro circunstancias calificadores toma en cuenta para agravar la responsabilidad de los acusados de homicidio a Asesinato, si bien la menciona en la parte dispositiva que fue por Alevosía, la misma no aparece de manera clara en la lectura de los hechos probados. Esta Sala de Penal considera pertinente recordar que la alevosía supone el empleo de procedimientos que facilitan el hecho. La define el artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida y la integridad personal, empleando medios, modos o formas en la ejecución que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido.”. En este sentido, la alevosía exige que los procedimientos empleados tiendan, directa y especialmente a asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una posible defensa del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los que se producen por la espalda97, o estando la víctima en la cama o de rodillas. 97 Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid. 212 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en la alevosía es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del hecho y la ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer el ofendido. La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la ejecución del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún tipo de premeditación o preparación, de tal manera que puede surgir en el mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que su enemigo le da la espalda para dispararle). En algunas corrientes jurisprudenciales se distinguen tres supuestos de asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera, si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial situación de desA. de la víctima que impide cualquier manifestación de defensa98. Por otro lado también resulta oportuno recordar que el artículo 15 del código penal establece: “hay tentativa cuando, con la intención de cometer un delito determinado se realizan actos inequívocos de ejecución y no se consuma por causas ajenas a la voluntad del agente”. El tipo de la tentativa requiere de los siguientes elementos: a) en la parte objetiva, una ejecución parcial o total de los actos ejecutivos no seguida de consumación, b) en la parte subjetiva, la voluntad de consumación, c) la ausencia de desistimiento voluntario. El comienzo de la ejecución necesario para la tentativa requiere que se traspase la frontera que separa los actos preparatorios (sí los hay) de los actos ejecutivos. Subjetivamente la tentativa requiere que el sujeto quiera los actos que objetivamente realiza con ánimo de consumar el hecho o, al menos aceptando (con seguridad o con probabilidad) que pueden dar lugar a la consumación. Por último se requiere la concurrencia de un elemento negativo, y que consiste en el que el hecho no se consume por causas ajenas a la voluntad del agente. Recapitulando podemos afirmar que la tentativa se presenta cuando se ejecutan actos considerados indispensables para llevar a cabo el comportamiento tipificado en la ley penal y que en el caso concreto deben serlo efectivamente conforme al fin propuesto, pero factores extraños o ajenos a la voluntad del autor impiden que éste logre la producción del resultado perseguido. Así las cosas podemos afirmar que habrá una tentativa de asesinato alevoso, cuando el agente realiza actos inequívocos de ejecución dirigidos a causar la muerte de una persona, empleando medios, modos o formas que tiendan directa y especialmente a asegurar dicho resultado, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido pero por causas ajenas a la voluntad del imputado el delito no alcanza la consumación. Un análisis del relato fáctico en todo su contexto nos permite constatar que en los hechos probados decimoséptimo, decimonoveno y cuadragésimo primero se describen las acciones ejecutadas por varios reos pandilleros que dieron como resultado en algunos casos la muerte y en otros las lesiones causadas a varios reos comunes, así como también los intentos por acabar con la vida de estos últimos mediante incendio y otros medios idóneos, De este modo y si bien es cierto que de la fundamentación fáctica no se desprende la existencia de una causa de justificación ni otra eximente de responsabilidad criminal a favor del procesado S. G. B., por las agresiones que ejecutara en perjuicio de otros individuos, no es menos cierto que tampoco se desprende del mismo relato fáctico que MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición, Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54 98 Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html 213 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 las referidas agresiones hayan sido a traición, inesperadas, mediante emboscada o celada, o aprovechándose de una situación de evidente desvalimiento de los ofendidos, de ahí que no podamos afirmar de manera indubitada y a partir de los hechos declarados probados que el imputado al perpetrar las acciones que se le imputa haya empleado particulares medios, modos o formas en la ejecución de los hechos con la finalidad de asegurar el resultado, sin los riesgos que para su persona hubieran podido proceder de una reacción defensiva por parte de los ofendidos, de ahí que la agresiones tantas veces referidas no puedan calificarse como alevosas y por lo tanto constitutivas de delitos de tentativa de asesinato, por lo que el comportamiento del acusado al contribuir de manera mancomunada, en un plan espontáneo y colectivo con la finalidad de dar muerte a los reos pandilleros, propósito que finalmente y respecto a los diecinueve reos pandilleros sobrevivientes no resultara alcanzado por causas ajenas a su voluntad, se subsume en la figura de la tentativa de homicidio simple, tipificada en el artículo 116 párrafo primero del Código Penal en relación al artículo 15 del mismo texto punitivo, considerando esta Sala que como mínimo, de manera analógica y en bonam partem, concurre a favor del procesado S. G. B., la atenuante de haber precedido de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito99. Es cierto como lo expone el Censor, que en el relato fáctico no se establece puntualmente y con detalle cuales fueron las acciones que individualmente trajeron como consecuencia la puesta en peligro de la vida de diecinueve personas, pero no es menos cierto que del mismo relato fáctico se colige que el acusado junto con otros realizaron una misma y compleja operación delictiva, de tal manera que cada uno de ellos mediante acciones ejecutivas idóneas para causar la muerte de otras personas, esto es, utilizando armas cortopunzantes, palos, piedras y otros objetos contundentes, reforzándose unos y otros, realizaron una parte diversa pero esencial con la finalidad de alcanzar el éxito de la referida operación, cuyos resultados particularmente se reflejan en las dictámenes médicos efectuadas por los médicos forenses y descritas en los hechos probados en los que se aprecian con detalle que los diecinueve reos pandilleros que sobrevivieron presentan múltiples heridas causadas con los medios antes señalados. Una cosa es que de un grupo de personas no se tenga la certeza respecto a quienes participaron en el hecho, y otra muy diferente es que más allá de toda duda razonable se tenga por probado que un hecho fue producido por la acción conjunta de un grupo de individuos, pues en éste último evento la imprecisión de los detalles no altera la responsabilidad que como coautores les es imputable a todos. De este modo resulta que la decisión mancomunada, es decir, la decisión común del hecho del referido imputado junto con otros es lo que ha determinado la conexión de las partes del suceso ejecutadas por cada uno de ellos y a partir de la que es posible imputarle a cada encausado la parte realizada por cada una de los otros100. Recapitulando podemos afirmar que del relato fáctico se 99 El artículo 26 No. 4) del Código Penal establece que constituye una circunstancia atenuante ―haber precedido inmediatamente de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito‖. Por su parte el numeral 14) del mismo precepto legal, prevé que constituye circunstancia atenuante: ―cualquier otra circunstancia análoga a las anteriores..‖ 100 Sobre la figura de la coautoría en particular, vid. MARQUEZ CARDENAS, ALVARO ENRIQUE, en La Coautoría en la Dogmática Penal, frente a otras formas de Autoría y Participación, Universidad Libre de Colombia, Bogotá, 2008, págs. 65 y ss. 214 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 desprende la descripción de actos ejecutivos realizados por el procesado S. G. B. con el evidente propósito de causar la muerte de los reos pandilleros internos en la granja penal del Porvenir, voluntad compartida con otros encartados; resultado que no se logra alcanzar cuando transcurridos unos veinte minutos desde que hubiera arribado al escenario de los acontecimientos el encausado C. E. H. A., al percatarse de la presencia de representantes de los medios de comunicación ordenó que C.an los disparos que aún efectuaban elementos de seguridad del Estado y que reforzaban la actividad criminal ejecutada por los imputados antes mencionados101. De este modo se impone al encartado la pena mínima de diez años de reclusión por cada una de las tentativas de homicidio ejecutadas, para hacer un total de ciento noventa años de reclusión, estimándose parcialmente y en los términos antes expuestos, el motivo que por infracción de ley interpusiera la Defensa del imputado S. G. B. para desvanecer los cargos de diecinueve delitos de tentativa de asesinato por los cuales resultara condenado. XXXV.- El Recurrente, Abogado F. A. G., en su condición de Apoderado Defensor de los señores A. A. S. C. y J. A. C., desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley en dos motivos, en tanto que por la vía del quebrantamiento de forma expuso un motivo. Para efectos de seguir un orden sistemático adecuado en su análisis y resolución, esta SALA considera pertinente apartarse del orden seguido por el Censor, de tal manera que inicialmente se pronunciará sobre el tercero de los motivos antes apuntados, para luego analizar los motivos por infracción de ley sustantiva formulados por el recurrente.- XXXV.CASACIÓN POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DE LOS IMPUTADOS A. A. S. C. Y J. A. C., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE LA DECLARACIÓN DE HECHOS PROBADOS FORMULADA POR EL TRIBUNAL DE INSTANCIA NO ES CLARA NI TERMINANTE.- Argumenta el recurrente que la declaración de los hechos estimados probados por el A Quo no es clara ni terminante. Considera que en la sentencia recurrida el A Quo estimó como probados, entre otros, los hechos VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO Y TRIGÉSIMO y que al analizarlos se concluye que no cumplen con lo establecido en la regla cuarta del artículo 338 del Código Procesal Penal, al adolecer de claridad y coherencia al relatar los acontecimientos. Estima que de la simple lectura de los hechos probados VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO y TRIGÉSIMO surgen muchas interrogantes por tratarse de acontecimientos múltiples y de gran magnitud, con muchos actores y participantes, por lo que es del criterio que el Juzgador debió analizar cada una de las acciones realizadas por los imputados, de manera puntual para no incurrir en el error de generalizar, y declarar culpable a los encausados A. A. S. C. y J. A. C., por el solo hecho de ser reos rondines y encontrarse presentes en el momento de los hechos. El Censor considera que debe responsabilizarse a los acusados únicamente de los actos cometidos por ellos, de no hacerlo así, se aplicaría el dicho popular de que “justos pagan por pecadores”. Reprocha también que en los hechos probados CUADRAGESIMO TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, se describen las personas que murieron por carbonización y por 101 Cabe señalar que en el caso de la víctima de tentativa de homicidio, identificada como JOSE ROBERTO MALDONADO, las causas ajenas que impiden a los responsables de esa infracción que alcancen su objetivo, es la intervención de un hermano de aquel, perteneciente a la Fuerza Aérea Hondureña. Vid. Hecho Probado Trigésimo Segundo. 215 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 hechos violentos, pero no especifica quienes son los responsables y a través de que acciones, no obstante que en la parte dispositiva de la sentencia, el A Quo condena a los imputados A. A. S. C. y J. A. C. por la muerte de todos ellos, lo cual considera que es imposible. Manifiesta que los hechos probados no permiten comprender cómo sucedieron los sucesos, ni permite valorar y determinar las acciones típicas, antijurídicas y culpables que se supone ejecutaron los acusados y que fueron calificados por el A Quo como constitutivas de los delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN EL GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, por las que se declaró penalmente responsables a los encausados A. A. S. C. y J. A. C.. El Censor también alega que en la formulación de los hechos probados el Tribunal de Instancia utilizó conceptos predeterminantes del fallo al señalar que varios de los imputados, entre quienes se incluye a sus patrocinados actuaron movidos por la venganza, así como también porque se dice que realizaron acciones con el finalidad o intención de acabar con la vida de los reos pandilleros.- Esta Sala de lo Penal, considera pertinente destacar, que el vicio procesal denunciado por el recurrente se origina exclusivamente cuando la redacción de los hechos probados aparece confusa, dubitativa o imprecisa, de modo que por su insuficiencia o oscuridad, o por no expresar en forma conclusiva, imperativa, terminante o categórica, sino vacilante o dubitativa, puede conducir a subsunciones alternativas. En definitiva, a consecuencia de la ambigüedad del relato. La falta de claridad puede venir determinada por haber empleado expresiones ininteligibles u oscuras que hacen difícil la comprensión del relato o cuando incurre en omisiones que alteran su significación y dejan prácticamente sin contenido específico la narración de los hechos; se produce, pues, cuando lo narrado es incomprensible por su deficiente redacción, oscuridad, ambigüedad o imprecisión, también cuando por omisión de elementos o circunstancias importantes, se impide conocer la verdadera realidad de lo ocurrido con la lógica consecuencia de que falta base fáctica para determinar si los hechos son o no constitutivos de la infracción penal, o cual ha sido la participación concreta de los acusados en la ejecución del delito. Por consiguiente, no basta para apreciar el defecto procesal que la narración se ofrezca oscura o ininteligible en alguna de las partes, o en términos de ambigüedad o imprecisión que haga difícil su comprensión, sino que es necesario que tales defectuosidades se hallen en conexión con los condicionamientos determinantes de la calificación penal asignada a los hechos probados, provocando una laguna o vacío en la descripción histórica de los mismos, que determina una falta de premisa fáctica para formular la calificación jurídica, de forma que no pueda orientar, dentro del silogismo en que la sentencia queda estructurada, el pronunciamiento condenatorio o absolutorio, es decir, que resulta inadecuada para servir de argumentación lógica al fallo, y ello porque la “quaestio facti” debe servir de apoyo y sustento a la calificación jurídica o “quaestio iuris”. Esta Sala de lo Penal considera que no se advierte la falta de claridad o ambigüedad en la fundamentación fáctica de la sentencia al establecer la participación de algunos individuos en la comisión de los hechos que condujeron a la muerte de varias personas mediante incendio que se encontraban al interior de la Celda No. 6) de la Granja Penal del Porvenir. Cuestión distinta es que en dicho relato ni siquiera se mencione la presencia y contribución al momento de su ejecución de alguno de los imputados, sobre lo cual nos referiremos al resolver el motivo que por infracción de ley ha formulado la Defensa de los encartados. 216 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 Ahora resulta pertinente analizar si la fundamentación fáctica de la sentencia adolece de la suficiente claridad y precisión en lo que se refiere a la participación de los encausados A. A. S. C. y J. A. C., en lo que concierne a la imputación que se les hace por la comisión de treinta y siete delitos de asesinato mediante alevosía y diecinueve delitos de tentativa de asesinato alevoso. Así tenemos que: A) En el hecho probado Vigésimo Tercero se afirma que tras la irrupción de elementos de seguridad del Estado en el interior de la Granja Penal del Porvenir, el procesado A. A. S. C., salió al igual que otros ocho reos rondines de las diferentes celdas y otros espacios en los que se habían refugiado, procediendo a golpear con toletes, palos y armas blancas a los reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos ya heridos por armas de fuego, circunstancia de la que tenía conocimiento el coimputado ya fallecido R. A. S.I. sin que éste realizara acción alguna para evitarlo. Mas adelante en el hecho probado Trigésimo se establece que Quince (15) minutos después de que los primeros reos pandilleros habían salido de la celda número dos, uno de los encausados señaló a varios estos que se encontraban en indefensión pero que anteriormente andaban armados y que tenían el carácter de cabecillas, mismos a los que tras la referida señalización la policía les disparó haciéndolo igualmente con los demás pandilleros que se encontraban en el lugar. Tras lo cual los reos rondines al ver que algunos de los reos pandilleros aun estaban vivos procedieron a agredirlos con palos, piedras y armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que salieron después de la celda dos (2) y que se hacían los muertos, todo ello a vista y consentimiento de la Policía Penitenciaria, Policía Nacional Preventiva, elementos Cobras y miembros del ejército que se encontraban en el lugar. De esta manera se afirma que el reo rondín A. A. S., (alias Comayagua), agredió con cuchillos y palos al reo pandillero A. J. H., (alias El trabado); el reo rondín P. E. R. F., (alias Chinapopo) agredió con machete al reo pandillero L. A. O. G., (alias El Killer); el reo H. W. J., (alias El Basucazo), agredió con un leño y arma blanca al reo pandillero O. G. H. V., (alias El Pewee); Para finalmente concluir que los reos rondines S. G. B., T. R. G., (alias Cabuya) y J. R. C., (alias Cobra), agredieron a otros reos pandilleros usando palos y armas blancas. En el hecho probado CUADRAGESIMO QUINTO el Tribunal Sentenciador hace una relación del fallecimiento de treinta y siete personas que murieron violentamente a consecuencia de heridas ejecutadas con armas blancas, objetos contundentes y/o disparos de armas de fuego, en tanto que en el hecho probado CUADRAGESIMO SEXTO se hace una relación de reos pandilleros que habiendo sufrido agresiones físicas no resultaron muertos tras la finalización de los acontecimientos suscitados. Del análisis conjunto de los hechos probados antes relacionados en los que aparece realizando diversas acciones el imputado A. A. S. C., a quien el Tribunal de Instancia condenó a título de coautor como responsable de haber contribuido en un plan espontáneo y colectivo a causar la muerte de treinta y siete personas e intentar quitarle la vida a diecinueve, podemos afirmar que dadas las circunstancias en que se produjeron los hechos objeto de juzgamiento con múltiples sujetos activos y una gran cantidad de víctimas, que en su mayoría perdieron la vida en tanto que las demás presentaban múltiples lesiones tras la conclusión de los sucesos, resulta razonable que el Tribunal de Instancia no haya establecido con rigurosa minuciosidad y con prolijidad de detalles las incidencias ocurridas durante el desarrollo de los acontecimientos, de tal manera que la fundamentación fáctica de la sentencia recurrida no 217 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 acusa la oscuridad, ambigüedad o imprecisión señalada por el Censor, que impida como un obstáculo insalvable determinar si dicho encartado han incurrido o no en la comisión de los hechos criminosos que se le atribuyen. El recurrente alega que la inclusión en el relato fáctico, de la valoración en torno a que los acusados salieron de los lugares donde se habían refugiado proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, y que además actuaron movidos por la venganza constituyen conceptos predeterminantes del fallo. Sobre esto es importante señalar que tales frases no constituyen expresiones técnico-jurídicas, sino que juicios de inferencia102, mediante los cuales se determina el elemento subjetivo del delito, de modo que si bien es cierto que su ubicación resulta más acertada en la fundamentación intelectiva y jurídica de la sentencia, en cuanto extraídos de los datos objetivos relatados, su inclusión en el relato de hechos probados, siempre y cuando no vacíe el contenido de los mismos, es revisable en casación por la vía del artículo 360 párrafo primero del Código Procesal Penal103, si de los restantes elementos fácticos narrados por el Juzgador se acredita la equivocación de éste al atribuir al procesado que esos eran y no otros, los móviles que le impulsaron a cometer el delito. De este modo, y siendo que el cuadro fáctico expuesto en la sentencia, aún suprimiendo mentalmente ese juicio de inferencia, resulta narrado con un mínimo de claridad y amplitud para determinar cual fue la intención que movió al encartado para realizar las acciones que se le imputan, esta Sala es del criterio que el motivo alegado por el Censor debe ser desestimado. B) Respecto al procesado J. A. C.: En el hecho probado Vigésimo Tercero se afirma que tras la irrupción de elementos de seguridad del Estado en el interior de la Granja Penal del Porvenir, el procesado J. A. C., salió junto con otros ocho reos rondines de las diferentes celdas y otros espacios en los que se habían refugiado, procediendo a golpear con toletes, palos y armas blancas a los reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos ya heridos por armas de fuego, circunstancia de la que tenía conocimiento uno de los coimputados ya fallecido y miembro del ejército nacional, sin que éste realizara acción alguna para evitarlo. Mas adelante en el hecho probado Trigésimo se establece que Quince (15) minutos después de que los primeros reos pandilleros habían salido de la celda número dos, uno de los reos rondines señaló a varios estos que se encontraban en indefensión pero que anteriormente andaban armados y que tenían el carácter de cabecillas, mismos a los que tras la referida señalización la policía les disparó, haciéndolo igualmente con los demás pandilleros que se encontraban en el lugar. Tras lo cual los reos rondines al ver que algunos de los reos pandilleros aun estaban vivos procedieron a agredirlos con palos, piedras y armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que salieron después de la celda dos (2) y que se hacían los muertos, todo ello a vista y consentimiento de la Policía Penitenciaria, Policía Nacional Preventiva, elementos Cobras y miembros del ejército que se encontraban en el lugar. De esta manera se afirma que el reo rondín A. A. S., (alias Comayagua), agredió con cuchillos y palos al reo pandillero A. J. H., (alias El trabado); el reo rondín P. E. R. F., (alias Chinapopo) agredió con machete al reo pandillero L. A. O. G., (alias El Killer); el reo H. W. J., (alias El Basucazo), agredió con un leño y arma blanca al reo 102 Vid. LUZON CUESTA, JOSE MARIA, El Recurso de Casación Penal, edición, Editorial Colex, Madrid, 2000, págs. 147-148, 151-152. 103 Referido a la casación por infracción de ley. 2ª 218 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 pandillero O. G. H. V., (alias El Pewee); Para finalmente concluir que los reos rondines S. G. B., T. R. G., (alias Cabuya) y J. R. C., (alias Cobra), agredieron a otros reos pandilleros usando palos y armas blancas. En el hecho probado CUADRAGESIMO QUINTO el Tribunal Sentenciador hace una relación del fallecimiento de treinta y siete personas que murieron violentamente a consecuencia de heridas ejecutadas con armas blancas, objetos contundentes y/o disparos de armas de fuego, en tanto que en el hecho probado CUADRAGESIMO SEXTO se hace una relación de reos pandilleros que habiendo sufrido agresiones físicas no resultaron muertos tras la finalización de los acontecimientos suscitados. Del análisis conjunto de los hechos probados antes relacionados en los que aparece realizando diversas acciones el imputado J. A. C., a quien el Tribunal de Instancia condenó a título de coautor como responsable de haber contribuido en un plan espontáneo y colectivo a causar la muerte de treinta y siete personas e intentar quitarle la vida a diecinueve, podemos afirmar que dadas las circunstancias en que se produjeron los hechos objeto de juzgamiento con múltiples sujetos activos y una gran cantidad de víctimas, que en su mayoría perdieron la vida en tanto que las demás presentaban múltiples lesiones tras la conclusión de los sucesos, resulta razonable que el Tribunal de Instancia no haya establecido con rigurosa minuciosidad y con prolijidad de detalles las incidencias ocurridas durante el desarrollo de los acontecimientos, de tal manera que la fundamentación fáctica de la sentencia recurrida no acusa la oscuridad, ambigüedad o imprecisión señalada por el Censor, que impida como un obstáculo insalvable determinar si dicho encartado han incurrido o no en la comisión de los hechos criminosos que se le atribuyen.El recurrente alega que la inclusión en el relato fáctico, de la valoración en torno a que los acusados salieron de los lugares donde se habían refugiado proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, y que además actuaron impulsados por la venganza, constituyen conceptos predeterminantes del fallo. Sobre esto es importante señalar que tales frases no constituyen expresiones técnico-jurídicas, sino que juicios de inferencia104, mediante los cuales se determina el elemento subjetivo del delito, de modo que si bien es cierto que su ubicación resulta más acertada en la fundamentación intelectiva y jurídica de la sentencia105, en cuanto extraídos de los datos objetivos relatados, su inclusión en el relato de hechos probados, siempre y cuando no vacíe el contenido de los mismos, es revisable en casación por la vía del artículo 360 párrafo primero del Código Procesal Penal106, si de los restantes elementos fácticos narrados por el Juzgador se acredita la equivocación de éste al atribuir al procesado que esos eran y no otros, los móviles que le impulsaron a cometer el delito. De este modo, y siendo que el cuadro fáctico expuesto en la sentencia, aún suprimiendo mentalmente tales 104 Vid. LUZON CUESTA, JOSE MARIA, El Recurso de Casación Penal, 2ª edición, Editorial Colex, Madrid, 2000, págs. 147-148, 151-152. 105 En la fundamentación intelectiva el Juzgador debe dedicarse a la valoración propiamente dicha de la prueba, en tanto que en la fundamentación jurídica, el Juez después de analizar las distintas posibilidades argumentativas debatidas por las partes, racionalmente opta por una de ellas, diciendo por qué considera que los hechos deben ser subsumidos en tal o cual norma sustantiva, vid. sobre esta temática: ARROYO GUTIERREZ, JOSE MANUEL / RODRIGUEZ CAMPOS, ALEXANDER, en Lógica Jurídica y Motivación de la Sentencia Penal, Editorial Jurídica Continental, 2ª edición, San José de Costa Rica, 2002, págs. 135 y ss. 106 Referido a la casación por infracción de ley. 219 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 juicios de inferencia, los hechos probados resultan narrados con un mínimo de claridad y amplitud para determinar cuales fueron las intenciones que movieron al encartado para realizar las acciones que se le imputan, esta Sala es del criterio que el motivo alegado por el Censor debe ser desestimado. XXXVI.- El Recurrente Abogado F. A. G., en su condición de Defensor Público de los señores A. A. S. C. y J. A. C., desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma de la siguiente manera: ―EXPOSICIÒN DE LOS MOTIVOS DE CASACIÒN POR INFRACCIÓN DE LEY PRIMER MOTIVO: Aplicación indebida del articulo 117 de Código Penal, en relación con el 15 del mismo cuerpo Legal. SEGUNDO MOTIVO: Aplicación indebida del artículo 117 del Código Penal. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el artículo 360 del Código Procesal Penal EXPLICACIÒN DEL PRIMER MOTIVO Las normas penales que aplica indebidamente el sentenciador son el artículo 117 y el 15 del Código Penal que establecen: Artículo 117: ―Es reo de asesinato quien de muerte a una persona ejecutándola con la concurrencia de las circunstancias siguientes: 1) Alevosía; 2) Con Premeditación, conocida; 3) Por medio de inundación, incendio, envenenamiento, explosión, descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya dolo o intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido. La pena por asesinato será de veinte (20) a treinta (30) años de reclusión y cuando se cometiese mediante pago, recompensa o promesa remuneratoria, o se acompañase de robo o violación, la pena será de treinta (30) a privación de por vida de la libertad‖ Artículo 15: ―Hay tentativa cuando, con la intención de cometer un delito determinado, se realizan actos inequívocos de ejecución y no se consuma por causas ajenas a la voluntad de agente‖. El Juzgador estimó como ―HECHOS PROBADOS‖, entre otros los siguientes: ―VIGÈSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V. (alias Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo) S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo), salen de las diferentes celdas y lugares donde habían tenido refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y con armas blancas, a los reos pandillero que encontraban, algunos de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los policías penitenciarios y miembros del ejército que se encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que está aconteciendo. VIGÈSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el reo rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A. C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo S. G. B., prenden en fuego con el acelerante, varias colchonetas las que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, 220 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el fuego; de todo ello lograron tener conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G., escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la celda seis (6), e instantes después observó el humo provocado por el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción alguna.‖ Si observamos Honorables Magistrados el juzgador calificó que tales hechos declarados probados constituyen un delito de ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA fundamentado en el Artículo 117 en relación con el 15 del Código Penal; sobre este particular, la defensa de los señores A. AMAPARO S. C. y J. A. C. considera que el juzgador arriba a tal decisión por una errónea interpretación del referido articulo 117 del Código Penal con relación al 15 del referido cuerpo legal, pues en los hechos probados no se aprecia de manera clara y precisa los elementos indispensables para catalogar la conducta de mis representados como constitutiva del delito de TENTATIVA DE ASESINATO, en vista que en el caso subjudice, los hechos probados carecen de la circunstancia especial considerada por el sentenciador para calificarlo como tal, pues no establece cuales fueron las causas ajenas a la voluntad del agente que hacen que mis representados no alcanzaran el resultado esperado. Los hechos probados antes mencionados no enmarcan de manera perfecta, el accionar de mis patrocinados A. A. S. C. y J. A. C. como constitutivos de ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, como se dijo antes el sentenciador omite establecer cual fue la circunstancia especial que considera el sentenciador para calificarlo como tal, es decir la causa ajena a la voluntad del agente para que los imputados no alcanzaran el resultado esperado. INTERPRETACION PRETENDIDA: Al no plasmarse de manera concreta la acción de mis representados A. A. S. C. y J. A. C. en los sucesos a ellos acusados, convierte a los hechos probados en meras especulaciones, en relatos sin sentido y al no establecerse cual fue la circunstancia especial que considero el sentenciador para calificarlo como delito de ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA y cuales fueron esas causas ajenas a la voluntad del agente para que los imputados no alcanzaran el resultado esperado, es que solicitamos al Tribunal de Casación (Sala Penal) que se aplique correctamente la norma penal con el dictado de un fallo absolutorio. XXXVI.- RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DE LOS IMPUTADOS A. A. S. C. Y J. A. M., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE EL TRIBUNAL DE INSTANCIA AL CONDENAR A LOS ENCAUSADOS ANTES MENCIONADOS A TITULO DE COAUTORES DE DIECINUEVE DELITOS DE TENTATIVA DE ASESINATO ALEVOSO, HA INCURRIDO EN UNA APLICACIÓN INDEBIDA DEL ARTÍCULO 117 DEL CÓDIGO PENAL EN RELACIÓN AL 15 DEL MISMO TEXTO PUNITIVO. Argumenta el recurrente que el A Quo incurre en aplicación indebida del Artículo 117 del Código Penal, que tipifica el delito de Asesinato, en relación al 15 del mismo texto legal, que describe el grado de ejecución de tentativa El Censor alega que la decisión del juzgador por la que condena a los encausados A. A. S. C. y J. A. C., en aplicación del artículo 117 y 15 del Código Penal, es errónea, en tanto que de los hechos declarados probados no se aprecia de manera clara y precisa, los elementos objetivos y subjetivos del tipo penal. Estima que en los hechos probados no se concretiza la forma en que los acusados realizan las acciones por las que el A Quo les condena por el delito de ASESINATO EN EL GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA y menos cuales fueron esas causas 221 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 ajenas a la voluntad del agente que impiden que alcancen el resultado esperado, de tal manera que las acciones de los encausados A. A. S. C. y J. A. C., no pueden subsumirse en los delitos de ASESINATO en su grado de ejecución de TENTATIVA que se les atribuyen, además omite establecer las acciones mediante las cuales hayan intentado quitar la vida en forma alevosa a los internos, los nombres de los ofendidos y no describe cual fue el resultado de sus acciones para catalogar su conducta como ASESINATO en el grado de ejecución de TENTATIVA Tampoco se desprende del relato fáctico la circunstancia especial que considera el A Quo para calificar el delito de asesinato, es decir, cual de las cuatro circunstancias calificadores toma en cuenta para agravar la responsabilidad de los acusados de homicidio a Asesinato: Si bien menciona en la parte dispositiva que fue por Alevosía, la misma no aparece de manera clara en la lectura de los hechos probados. Esta Sala de Penal considera pertinente recordar que la alevosía supone el empleo de procedimientos que facilitan el hecho. La define el artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida y la integridad personal, empleando medios, modos o formas en la ejecución que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido.”. En este sentido, la alevosía exige que los procedimientos empleados tiendan, directa y especialmente a asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una posible defensa del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los que se producen por la espalda107, o estando la víctima en la cama o de rodillas. Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en la alevosía es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del hecho y la ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer el ofendido. La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la ejecución del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún tipo de premeditación o preparación, de tal manera que puede surgir en el mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que su enemigo le da la espalda para dispararle). En algunas corrientes jurisprudenciales se distinguen tres supuestos de asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera, si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial situación de desA. de la víctima que impide cualquier manifestación de defensa108. Por otro lado también resulta oportuno recordar que el artículo 15 del código penal establece: “hay tentativa cuando, con la intención de cometer un delito determinado se realizan actos inequívocos de ejecución y no se consuma por causas ajenas a la voluntad del agente”. El tipo de la tentativa requiere de los siguientes elementos: a) en la parte objetiva, una ejecución parcial o total de los actos ejecutivos no seguida de consumación, b) en la parte subjetiva, la voluntad de consumación, c) la ausencia de desistimiento voluntario. El comienzo de la ejecución necesario para la tentativa requiere que se traspase la frontera que separa 107 Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid. MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición, Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54 108 Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html 222 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 los actos preparatorios (sí los hay) de los actos ejecutivos. Subjetivamente la tentativa requiere que el sujeto quiera los actos que objetivamente realiza con ánimo de consumar el hecho o, al menos aceptando (con seguridad o con probabilidad) que pueden dar lugar a la consumación. Por último se requiere la concurrencia de un elemento negativo, y que consiste en el que el hecho no se consume por causas ajenas a la voluntad del agente. Recapitulando podemos afirmar que la tentativa se presenta cuando se ejecutan actos considerados indispensables para llevar a cabo el comportamiento tipificado en la ley penal y que en el caso concreto deben serlo efectivamente conforme al fin propuesto, pero factores extraños o ajenos a la voluntad del autor impiden que éste logre la producción del resultado perseguido. Así las cosas podemos afirmar que habrá una tentativa de asesinato alevoso, cuando el agente realiza actos inequívocos de ejecución dirigidos a causar la muerte de una persona, empleando medios, modos o formas que tiendan directa y especialmente a asegurar dicho resultado, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido pero por causas ajenas a la voluntad del imputado el delito no alcanza la consumación. Un análisis del relato fáctico en todo su contexto nos permite constatar que en los hechos probados decimoséptimo, decimonoveno y cuadragésimo primero se describen las acciones ejecutadas por varios reos pandilleros que dieron como resultado en algunos casos la muerte y en otros las lesiones causadas a varios reos comunes, así como también los intentos por acabar con la vida de estos últimos mediante incendio y otros medios idóneos, De este modo y si bien es cierto que de la fundamentación fáctica no se desprende la existencia de una causa de justificación ni otra eximente de responsabilidad criminal a favor de los procesados A. A. S. C. y J. A. C., por las agresiones que ejecutaran en perjuicio de otros individuos, no es menos cierto que tampoco se desprende del mismo relato fáctico que las referidas agresiones hayan sido a traición, inesperadas, mediante emboscada o celada, o aprovechándose de una situación de evidente desvalimiento de los ofendidos, de ahí que no podamos afirmar de manera indubitada y a partir de los hechos declarados probados que los imputados al perpetrar las acciones que se les imputan hayan empleado particulares medios, modos o formas en la ejecución de los hechos con la finalidad de asegurar el resultado, sin los riesgos que para su persona hubieran podido proceder de una reacción defensiva por parte de los ofendidos, de ahí que la agresiones tantas veces referidas no puedan calificarse como alevosas y por lo tanto constitutivas de delitos de tentativa de asesinato, por lo que el comportamiento de los acusados al contribuir de manera mancomunada, en un plan espontáneo y colectivo con la finalidad de dar muerte a los reos pandilleros, propósito que finalmente y respecto a los diecinueve reos pandilleros sobrevivientes no resultara alcanzado por causas ajenas a su voluntad, se subsume en la figura de la tentativa de homicidio simple, tipificada en el artículo 116 párrafo primero del Código Penal en relación al artículo 15 del mismo texto punitivo, considerando esta Sala que como mínimo, de manera analógica y en bonam partem, concurre a favor de los procesados A. A. S. C. y J. A. C., la atenuante de haber precedido de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito109. Es 109 El artículo 26 No. 4) del Código Penal establece que constituye una circunstancia atenuante ―haber precedido inmediatamente de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito‖. Por su parte el 223 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 cierto como lo expone el Censor, que en el relato fáctico no se establece puntualmente y con detalle cuales fueron las acciones que individualmente trajeron como consecuencia la puesta en peligro de la vida de diecinueve personas, pero no es menos cierto que del mismo relato fáctico se colige que los acusados junto con otros realizaron una misma y compleja operación delictiva, de tal manera que cada uno de ellos mediante acciones ejecutivas idóneas para causar la muerte de otras personas, esto es, utilizando armas cortopunzantes, palos, piedras y otros objetos contundentes, reforzándose unos y otros, realizaron una parte diversa pero esencial con la finalidad de alcanzar el éxito de la referida operación, cuyos resultados particularmente se reflejan en las dictámenes médicos efectuadas por los médicos forenses y descritas en los hechos probados en los que se aprecian con detalle que los diecinueve reos pandilleros que sobrevivieron presentan múltiples heridas causadas con los medios antes señalados. Una cosa es que de un grupo de personas no se tenga la certeza respecto a quienes participaron en el hecho, y otra muy diferente, es que más allá de toda duda razonable, se tenga por probado que un hecho fue producido por la acción conjunta de un grupo de individuos, pues en éste último evento la imprecisión de los detalles no altera la responsabilidad que como coautores les es imputable a todos. De este modo resulta que la decisión mancomunada, es decir, la decisión común del hecho de los referidos imputados junto con otros es lo que ha determinado la conexión de las partes del suceso ejecutadas por cada uno de ellos y a partir de la que es posible imputarle a cada encausado la parte realizada por cada una de los otros110. Recapitulando podemos afirmar que del relato fáctico se desprende la descripción de actos ejecutivos realizados por los procesados A. A. S. C. y J. A. C. con el evidente propósito de causar la muerte de los reos pandilleros internos en la granja penal del Porvenir, voluntad compartida con otros encartados, resultado que no se logra alcanzar cuando transcurridos unos veinte minutos desde que hubiera arribado al escenario de los acontecimientos el encausado C. E. H. A., al percatarse de la presencia de representantes de los medios de comunicación ordenó que C.an los disparos que aún efectuaban elementos de seguridad del Estado y que reforzaban la actividad criminal ejecutada por los imputados antes mencionados111. De este modo se impone a los encartados la pena mínima de diez años de reclusión por cada una de las tentativas de homicidio ejecutadas, para hacer un total de ciento noventa años de reclusión. De este modo se estima parcialmente y en los términos antes expuestos, el motivo que por infracción de ley interpusiera la Defensa de los imputados A. A. S. C. y J. A. C. para desvanecer los cargos de diecinueve delitos de tentativa de asesinato por los cuales numeral 14) del mismo precepto legal, prevé que constituye circunstancia atenuante: ―cualquier otra circunstancia análoga a las anteriores..‖ 110 Sobre la figura de la coautoría en particular, vid. MARQUEZ CARDENAS, ALVARO ENRIQUE, en La Coautoría en la Dogmática Penal, frente a otras formas de Autoría y Participación, Universidad Libre de Colombia, Bogotá, 2008, págs. 65 y ss. 111 Cabe señalar que en el caso de la víctima de tentativa de homicidio, identificada como JOSE ROBERTO MALDONADO, las causas ajenas que impiden a los responsables de esa infracción que alcancen su objetivo, es la intervención de un hermano de aquel, perteneciente a la Fuerza Aérea Hondureña. Vid. Hecho Probado Trigésimo Segundo. 224 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 resultaran condenados. XXXVII.- EXPOSICION DEL SEGUNDO MOTIVO DE CASACIÓN La norma penal que aplica indebidamente el sentenciador es el artículo 117 del Código Penal: Artículo 117: ―Es reo de Asesinato, quien de muerte a una persona ejecutándola con la concurrencia de cualquiera de las circunstancias siguientes: 1) Alevosía; 2) Con premeditación conocida; 3) Por medio de Inundación, incendio, envenenamiento, explosión descarrilamiento, volcamiento o avería de buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya dolo e intencionalidad; y 4) con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido.- La pena de Asesinato será de veinte (20) a treinta (30) años de reclusión y cuando se cometiese mediante pago, recompensa o promesa remuneratoria, o se acompañase de robo o violación, la pena será de treinta (30) años a privación de por vida de la libertad‖. Si observamos Honorables Magistrados el Juzgador califico los Hechos Probados antes descritos en el Motivo Primero que los mismos constituían por una parte el delito de ASESINATO que es el caso que nos ocupa y estamos tratando fundamentado en el artículo 117 del Código Penal por lo que esta defensa considera que el Juzgador arriba a tal decisión por una errónea interpretación del artículo 117, en vista que en los hechos probados no se aprecia de manera clara y precisa los elementos indispensables para catalogar la conducta de mis representados como constitutiva de tal delito de ASESINATO en este caso el elemento objetivo y subjetivo del tipo penal.- En el caso subjudice, los hechos probados carecen de tales elementos y no concretizan de manera puntual y clara, la forma en que nuestros patrocinados realizan esas acciones que hace que el Juzgador los condene por el delito de ASESINATO. Los hechos probados antes mencionados no enmarcan de manera perfecta, el accionar de mis patrocinados A. A. S. C. y J. A. C. como constitutivos de ASESINATO, al grado tal que omite establecer los nombres de los sujetos pasivos de los hechos (ofendidos) y más grave aun no establece cual fue el resultado de sus acciones, no concretiza si como resultado de tales acontecimientos, se produjo el resultado muerte, necesario para catalogar la conducta de mis patrocinados como ASESINATO. INTERPRETACION PRETENDIDA: Al no plasmarse de manera concreta la acción de mis representados A. A. S. C. y J. A. C. en los hechos a ellos imputados, convierte a los hechos probados en meras especulaciones, en relatos sin sentido, por no haberse establecido de forma clara y concreta los nombres de los sujetos pasivos, circunstancia esta que no consideró el Tribunal y haberlo calificarlo como delito de ASESINATO, es por ello que solicitamos a la Sala de lo Penal que se aplique correctamente la norma penal con el dictado de un fallo Absolutorio. XXXVII.RECURSO DE CASACIÓN POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DE LOS ACUSADOS A. A. S. C. Y J. A. C., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE EL TRIBUNAL DE INSTANCIA APLICO INDEBIDAMENTE EL ARTICULO 117 DEL CÓDIGO PENAL CUANDO CONDENA A LOS ENCARTADOS EN CALIDAD DE COAUTORES DE MULTIPLES DELITOS DE ASESINATO CONSUMADO. Argumenta el recurrente que el Juzgador ha incurrido en aplicación indebida del artículo 117 del Código Penal, norma que tipifica el delito de Asesinato. El Censor señala que El A Quo en base a los hechos declarados probados condena a los acusados A. A. S. C. y J. A. C., como autores del delito de ASESINATO. Alega que del cuadro fáctico no se desprende la subsunción de un determinado tipo penal, dado que a su entender no describe comportamiento alguno de los acusados A. A. S. C. y J. A. C., que constituya el delito de ASESINATO con fundamento en el artículo 117 del Código Penal, por lo que pide la correcta aplicación de la norma penal y 225 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 que se dicte un fallo Absolutorio. Esta Sala de lo Penal considera importante recordar, que a través del recurso de casación por infracción de ley, sólo puede intentarse una revaloración jurídica del material fáctico descrito en la sentencia, contenido en la formulación de hechos probados realizada por el Tribunal de Instancia. A diferencia del tradicional recurso de apelación, propio del anterior sistema, que provoca un nuevo examen del caso por parte del Tribunal revisor, tanto bajo el aspecto fáctico como jurídico, el de casación por infracción de ley únicamente admite la posibilidad de que el Tribunal de Casación realice un nuevo examen del objeto procesal bajo el segundo aspecto, o sea una revisión jurídica de los hechos declarados probados. El recurso de casación por infracción de ley debe estructurarse o partir su alegación, de los hechos probados que contenga la resolución cuestionada, puesto que el vicio en esencia consiste en que la decisión adoptada por el juzgador en la parte resolutiva de la sentencia, es incompatible, irreconciliable o ajena a la verdad enunciada por la narración fáctica (hechos probados), de tal suerte que resultan inobservadas las normas que sí corresponde aplicar, se invocan normas que no deben aplicarse, o se invocan las normas que deben aplicarse al caso concreto pero el Juzgador hace una interpretación errónea de las mismas. Precisados los límites en los que puede desenvolverse la función revisora de esta Sala cuando del recurso de casación por infracción de ley se trate, ahora es pertinente que indiquemos cuales son los elementos objetivos y subjetivos del delito de asesinato mediante incendio que se atribuye a los encartados A. A. S. C. y J. A. C. en perjuicio de varias personas. La muerte de un ser humano a consecuencia de la acción realizada por otra persona, valiéndose de medios especialmente peligrosos o revelando una especial perversidad, ha sido tradicionalmente castigada con mayor severidad que el homicidio simple. En este sentido, el asesinato se describe como la muerte de otra persona ejecutada con alguna de las circunstancias mencionadas en el artículo 117 del Código Penal. De este modo, la concurrencia de algunas de las circunstancias del artículo 117 establece la diferencia entre el homicidio y el asesinato. No obstante, cabe señalar, que ambos delitos comparten características comunes, así, aparte de la igualdad en el bien jurídico protegido, que es la vida humana como valor ideal, coinciden los sujetos, activo y pasivo, que pueden serlo cualquier persona, sin más limitaciones que las que provienen del concurso de leyes,112 el objeto material sobre el que recae directamente la acción es el hombre vivo físicamente considerado, y los problemas de la relación de la causalidad, en virtud de la cual se debe establecer la conexión entre el comportamiento del sujeto activo y el resultado que consiste en la muerte efectiva de otra persona. En el caso concreto que ahora nos ocupa, se ha declarado la responsabilidad penal de los encausados A. A. S. C. y J. A. C. a título de coautores de varios delitos de asesinato mediante incendio, modalidad prevista en el numeral 3) del precepto legal supracitado. La razón de la especial agravación de la muerte de un ser humano cometido mediante incendio, no es solamente la mayor perfidia del medio empleado que revela un delincuente sumamente peligroso, sino también el peligro general que tal medio y otros como la inundación, explosión, 112 Así sí el sujeto pasivo es alguno de los Presidentes de los Poderes del Estado, el delito aplicable es el previsto en el artículo 322, si se trata del Jefe de Estado extranjero o Jefe de Gobierno extranjero, el artículo 318, etc… 226 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 descarrilamiento, etc… encierran para la colectividad113. En lo que concierne a la coautoría esta se presenta cuando varias personas, previa celebración de un acuerdo común, que puede ser expreso o tácito, llevan a cabo un hecho de manera mancomunada, mediante una contribución objetiva a su realización, por lo que cada autor domina todo el suceso en unión de otro o de otros. Un buen ejemplo lo brinda la banda de asaltantes que planea atracar un banco, y con tal fin se distribuyen las diversas tareas: reducir a los guardias de seguridad, controlar a los concurrentes a la entidad crediticia, abrir la caja fuerte, vigilar el exterior, tomar el dinero entregado por los cajeros, etc.., todos los intervinientes, pues, pueden ser considerados coautores a condición de que reúnan las exigencias correspondientes. De esta forma, en los casos de dominio del hecho, las funciones que realizan los concurrentes, no son las mismas, pero todos realizan alguna labor, y la suma de ellas es la que permite la comisión del delito. Habiendo determinado de manera sucinta cuales son los elementos objetivos y subjetivos de la modalidad del delito de asesinato antes apuntada, y explicada en términos generales la figura de la coautoría, analizaremos sí a partir del relato de hechos probados se puede atribuir a los acusados los hechos criminosos antes apuntados. Una lectura detenida de la fundamentación fáctica de la sentencia, revela que en el hecho probado vigésimo cuarto se describe que uno de los encartados cerró con candado la puerta de acceso a la celda No. 6, tras lo cual varios de los acusados entre los que se encontraba el procesado A. A. S. C., colocaron cajones, palos y mesas frente a dicha puerta, y que seguidamente, algunos de los reos rondines prendieron fuego a varias colchonetas las que arrojaron por las ventanas de las celda antes referida, lo que en una conexión-causa efecto trajo como resultado la muerte de veintitrés personas mediante incendio114. De este modo se describen las acciones de varias personas que de manera deliberada y conjunta contribuyeron, ya sea para causar un incendio en la Celda No. 6 de la Granja Penal del Porvenir o impedir la salida de quienes se encontraba en su interior, lo que en una relación causa-efecto trajo como resultado la muerte de varios seres humanos (vid. Hecho Probado Cuadragésimo Tercero). De este modo, del relato fáctico antes descrito se subsume la comisión del delito de asesinato tipificado en el artículo 117 No. 3) del Código Penal y por ende atribuible al encartado A. A. S. C. a título de coautor, consecuentemente, se desestima el motivo de casación que por infracción de ley interpusiera la Defensa para desvanecer los delitos de asesinato mediante incendio por los cuales resultara condenado. En lo que concierne al coimputado J. A. C., no se logra determinar en el relato fáctico contenido en la sentencia, cual fue su contribución que en una relación causaefecto produjera la muerte por incendio de varias personas que se encontraban al interior de la celda No. 6) de la Granja Penal del Porvenir, consecuentemente se declara con lugar el motivo de casación por infracción de ley formulado por la Defensa, para desvanecer los delitos de asesinato mediante incendio por los cuales resultara condenado. En lo que concierne a los treinta y siete delitos de asesinato alevoso consumado que se les atribuye a los encartados A. A. S. C. y J. A. C. esta Sala considera pertinente recordar que la alevosía supone el empleo de procedimientos que facilitan el hecho. La define el artículo 27 113 Vid. CUELLO CALON, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo II, Revisada por CAMARGO HERNANDEZ, CESAR, Bosch, Casa Editorial, S.A., Barcelona, 1982, pág. 507. 114 Vid. Hecho Probado No. Cuadragésimo Tercero. 227 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida y la integridad personal, empleando medios, modos o formas en la ejecución que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido.”. En este sentido, la alevosía exige que los procedimientos empleados tiendan, directa y especialmente a asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una posible defensa del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los que se producen por la espalda115, o estando la víctima en la cama o de rodillas. Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en la alevosía es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del hecho y la ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer el ofendido. La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la ejecución del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún tipo de premeditación o preparación, de tal manera que puede surgir en el mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que su enemigo le da la espalda para dispararle). En algunas corrientes jurisprudenciales se distinguen tres supuestos de asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera, si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial situación de desA. de la víctima que impide cualquier manifestación de defensa116. Un análisis del relato fáctico en todo su contexto nos permite constatar que en los hechos probados decimoséptimo, decimonoveno y cuadragésimo primero se describen las acciones ejecutadas por varios reos pandilleros que dieron como resultado en algunos casos la muerte y en otros las lesiones causadas a varios reos comunes, así como también los intentos por acabar con la vida de estos últimos mediante incendio y otros medios idóneos, De este modo y si bien es cierto que de la fundamentación fáctica no se desprende la existencia de una causa de justificación ni otra eximente de responsabilidad criminal a favor de los imputados A. A. S. C. y J. A. C., por las agresiones que ejecutaran en perjuicio de otros individuos, no es menos cierto que tampoco se desprende del mismo relato fáctico que las referidas agresiones hayan sido a traición, inesperadas, mediante emboscada o celada, o aprovechándose de una situación de evidente desvalimiento de los ofendidos, de ahí que no podamos afirmar de manera indubitada y a partir de los hechos declarados probados que los encausados al perpetrar las acciones que se le imputan hayan empleado particulares medios, modos o formas en la ejecución de los hechos con la finalidad de asegurar el resultado, sin los riesgos que para su persona hubieran podido proceder de una reacción defensiva por parte de los ofendidos, de ahí que la agresiones tantas veces referidas no puedan calificarse como alevosas y por lo tanto constitutivas de delitos de asesinato, por lo que el comportamiento de los acusados al contribuir de manera mancomunada, en un plan espontáneo y colectivo con la finalidad de dar muerte a los reos pandilleros, propósito que finalmente resultara alcanzado, se subsume en la figura del homicidio simple, tipificada en el artículo 116 párrafo 115 Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid. MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición, Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54 116 Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html 228 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 primero del Código Penal, considerando esta Sala que como mínimo, de manera analógica y en bonam partem, concurre a favor de los procesados , la atenuante de haber precedido de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito117. Es cierto como lo expone el Censor, que en el relato fáctico no se establece puntualmente y con detalle cuales fueron las acciones que individualmente trajeron como consecuencia la muerte de treinta y siete personas, pero no es menos cierto que del mismo relato fáctico se colige que los acusados junto con otros realizaron una misma y compleja operación delictiva, de tal manera que cada uno de ellos mediante acciones ejecutivas idóneas para causar la muerte de otras personas, esto es, utilizando armas cortopunzantes, palos, piedras y otros objetos contundentes, reforzándose unos y otros, realizaron una parte diversa pero esencial para el éxito de la referida operación, cuyos resultados se reflejan en las autopsias efectuadas por los médicos forenses y descritas en los hechos probados en los que se aprecian con detalle que los treinta y siete reos pandilleros que resultaron muertos presentan múltiples heridas causadas con los medios antes señalados. Una cosa es que de un grupo de personas no se tenga la certeza respecto a quienes participaron en el hecho, y otra muy diferente que más allá de toda duda razonable se tenga por probado que un hecho fue producido por la acción conjunta de un grupo de individuos, pues en éste último evento la imprecisión de los detalles no altera la responsabilidad que como coautores les es imputable a todos. De este modo resulta que la decisión mancomunada, es decir, la decisión común del hecho de los referidos imputados junto con otros es lo que ha determinado la conexión de las partes del suceso ejecutadas por cada uno de ellos y a partir de la que es posible imputarle a cada encausado la parte realizada por cada una de los otros118. Por las razones anteriormente expuestas se le impone a los encartados la pena mínima de quince años de reclusión por cada uno de los homicidios consumados, para hacer un total de quinientos cincuenta y cinco años de reclusión. De este modo se estima parcialmente y en los términos antes expuestos, el motivo que por infracción de ley interpusiera la Defensa de los imputados A. A. S. C. y J. A. C. para desvanecer los cargos de treinta y siete delitos de asesinato consumado mediante alevosía. XXXVIII.- El Recurrente Abogado NORES G. A., en su condición de Defensor Público del señor J. A. S. P., desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma de la siguiente manera: ―EXPOSICIÒN DE LOS MOTIVOS DE CASACIÒN POR INFRACCION DE LEY PRIMER MOTIVO: Aplicación indebida del articulo 117 del Código Penal, en relación con el 15 del mismo cuerpo Legal. SEGUNDO MOTIVO: Aplicación indebida del artículo 117 del Código Penal. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el artículo 360 del Código Procesal Penal EXPLICACIÒN DEL PRIMER MOTIVO Las normas penales que aplica indebidamente el sentenciador son el articulo 117 y el 15 del Código Penal que establecen: Artículo 117: ―Es reo de asesinato quien de muerte a una persona 117 El artículo 26 No. 4) del Código Penal establece que constituye una circunstancia atenuante ―haber precedido inmediatamente de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito‖. Por su parte el numeral 14) del mismo precepto legal, prevé que constituye circunstancia atenuante: ―cualquier otra circunstancia análoga a las anteriores..‖ 118 Sobre la figura de la coautoría en particular, vid. MARQUEZ CARDENAS, ALVARO ENRIQUE, en La Coautoría en la Dogmática Penal, frente a otras formas de Autoría y Participación, Universidad Libre de Colombia, Bogotá, 2008, págs. 65 y ss. 229 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 ejecutándola con la concurrencia de las circunstancias siguientes: 1) Alevosía; 2) Con Premeditación, conocida; 3) Por medio de inundación, incendio, envenenamiento, explosión, descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya dolo o intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido. La pena por asesinato será de veinte (20) a treinta (30) años de reclusión y cuando se cometiese mediante pago, recompensa o promesa remuneratoria, o se acompañase de robo o violación, la pena será de treinta (30) a privación de por vida de la libertad‖ Artículo 15: ―Hay tentativa cuando, con la intención de cometer un delito determinado, se realizan actos inequívocos de ejecución y no se consuma por causas ajenas a la voluntad de agente‖. El Juzgador estimo como ―HECHOS PROBADOS‖, entre otros los siguientes: ―VIGÈSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V. (alias Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo) S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo), salen de las diferentes y lugares donde habían tenido refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y con armas blancas, a los reos pandillero que encontraban, algunos de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los policías penitenciarios y miembros del ejército que se encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que está aconteciendo. VIGÈSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el reo rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A. C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo S. G. B., prenden fuego con el acelerante, varias colchonetas las que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el fuego; de todo ello lograron tener conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G., escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la celda seis (6), e instantes después observó el humo provocado por el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción alguna.” Si observamos Honorables Magistrados el juzgador calificó que tales hechos declarados probados constituyen un delito de ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA fundamentado en el Artículo 117 en relación con el 15 del Código Penal; sobre este particular, la defensa del señor J. A. S. P. considera, en primer lugar que si analizamos la sentencia de mérito en el hecho VIGESIMO TERCERO mi patrocinado ni siquiera es relacionado en el mismo manifestando proponerse a quitarle la vida a todos los reos pandilleros, pero más sin embargo el Tribunal al dictar sentencia definitiva en el numeral décimo primero si lo involucra, 230 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 condenándolo a doscientos cincuenta y tres años de reclusión por la tentativa de Asesinato, en segundo lugar consideR. que al involucrarlo y condenarlo el juzgador arriba a tal decisión por una errónea interpretación del referido artículo 117 del Código Penal con relación al 15 del referido cuerpo legal, pues en los hechos probados no se aprecia de manera clara y precisa los elementos indispensables para catalogar la conducta de mi representado como constitutiva del delito de TENTATIVA DE ASESINATO, en vista que en el caso subjudice, los hechos probados carecen de la circunstancia especial considerada por el sentenciador para calificarlo como tal, pues no establece cuales fueron las causas ajenas a la voluntad del agente que hacen que mi representado no alcanzara el resultado esperado. Los hechos probados antes mencionados no enmarcan de manera perfecta, el accionar de mi patrocinado J. A. S. P. como constitutivo de ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, como se dijo antes, el sentenciador omite involucrarlo por una parte y por otra el de no establecer cual fue la circunstancia especial que consideraba el sentenciador para calificarlo como tal, es decir la causa ajena a la voluntad del agente para que el imputado no alcanzaran el resultado esperado. INTERPRETACION PRETENDIDA: Al no plasmarse de manera concreta la acción de mi representado J. A. S. P. en los sucesos a el imputados, y no relacionarse en los mismos, convierte a los hechos probados en meras especulaciones, en relatos sin sentido y al no establecerse cual fue la circunstancia especial que considero el sentenciador para calificarlo como delito de ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA y cuales fueron esas causas ajenas a la voluntad del agente para que el imputado no alcanzaran el resultado esperado, es por ello que solicitamos al Tribunal de Casación (Sala Penal) que se aplique correctamente la norma penal con el dictado de un fallo absolutorio. XXXVIII.- RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL ACUSADO J. A. S. P., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE EL IMPUTADO ANTES MENCIONADO HAYA INTERVENIDO EN CALIDAD DE COAUTOR EN LA EJECUCION DE DIECINUEVE DELITOS DE ASESINATO EN EL GRADO DE EJECUCIÓN DE TENTATIVA, DE AHÍ QUE AL CONDENARSELE POR TALES HECHOS EL TRIBUNAL DE SENTENCIA HA INCURRIDO EN UNA APLICACIÓN INDEBIDA DEL ARTÍCULO 117 No. 1) DEL CODIGO PENAL RELACIONADO CON EL ARTÍCULO 15 DEL MISMO TEXTO PUNITIVO. Argumenta el recurrente que el A Quo incurre en aplicación indebida del Artículo 117, el cual tipifica el delito de Asesinato, en relación al 15 del Código Penal, que dispone del grado de ejecución de tentativa de delito. Esgrime que la decisión del juzgador por la que condena al acusado J. A. S. P.,, en aplicación del artículo 117 y 15 del Código Penal es errónea, en tanto de los hechos probados no se aprecian de manera clara y precisa, los elementos objetivos y subjetivos del tipo penal. Refiere que en los hechos probados no concretiza la forma en la que el acusado realiza las acciones por las que el A Quo les condena por el delito de ASESINATO EN EL GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA y menos cuales fueron esas causas ajenas a la voluntad del agente que hacen que no alcanzara el resultado esperado, además omite establecer las acciones mediante las cuales haya intentado quitar la vida en forma alevosa a los internos, los nombres de los ofendidos y no describe cual fue el resultado de sus acciones para catalogar su conducta como ASESINATO en el grado de ejecución de TENTATIVA Tampoco la circunstancia especial que considera el A Quo para calificar el delito de asesinato, es decir cual de las cuatro circunstancias calificadores toma en cuenta para agravar la responsabilidad de los acusados de homicidio a 231 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 Asesinato. Si bien la menciona en la parte dispositiva que fue por Alevosía, la misma no se aprecia claramente en la redacción de los hechos probados. Esta Sala de lo Penal considera importante recordar, que a través del recurso de casación por infracción de ley, sólo puede intentarse una revaloración jurídica del material fáctico descrito en la sentencia, contenido en la formulación de hechos probados realizada por el Tribunal de Instancia. En este sentido, el recurso de casación por infracción de ley debe estructurarse o partir su alegación, de los hechos probados que contenga la resolución cuestionada, puesto que el vicio en esencia consiste en que la decisión adoptada por el juzgador en la parte resolutiva de la sentencia, es incompatible, irreconciliable o ajena a la verdad enunciada por la narración fáctica (hechos probados), de tal suerte que resultan inobservadas las normas que sí corresponde aplicar, se invocan normas que no deben aplicarse, o se invocan las normas que deban aplicarse al caso concreto pero el Juzgador hace una incorrecta interpretación de las mismas. Precisados los límites en los que puede desenvolverse la función revisora de esta Sala cuando del recurso de casación por infracción de ley se refiere, ahora es pertinente que indiquemos cuales son los elementos típicos de los delitos de asesinato en el grado de ejecución de tentativa mediante alevosía proditoria, que se atribuyen al imputado J. A. S. P..- La alevosía supone el empleo de procedimientos que facilitan el hecho. La define el artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida y la integridad personal, empleando medios, modos o formas en la ejecución que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido.”. En este sentido, la alevosía exige que los procedimientos empleados tiendan, directa y especialmente a asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una posible defensa del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los que se producen por la espalda119, o estando la víctima en la cama o de rodillas. Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en la alevosía es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del hecho y la ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer el ofendido. La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la ejecución del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún tipo de premeditación o preparación, de tal manera que puede surgir en el mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que su enemigo le da la espalda para dispararle). En algunas corrientes jurisprudenciales se distinguen tres supuestos de asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera, si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial situación de desA. de la víctima que impide cualquier manifestación de defensa120. En cuanto a la tentativa, el artículo 15 del código penal establece: “hay tentativa cuando, con la intención de cometer un delito determinado se realizan actos inequívocos de ejecución y no se consuma por causas ajenas a la 119 Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid. MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición, Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54 120 Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html 232 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 voluntad del agente”. El tipo de la tentativa requiere de los siguientes elementos: a) en la parte objetiva, una ejecución parcial o total de los actos ejecutivos no seguida de consumación, b) en la parte subjetiva, la voluntad de consumación, c) la ausencia de desistimiento voluntario. El comienzo de la ejecución necesario para la tentativa requiere que se traspase la frontera que separa los actos preparatorios (sí los hay) de los actos ejecutivos. Subjetivamente la tentativa requiere que el sujeto quiera los actos que objetivamente realiza con ánimo de consumar el hecho o, al menos aceptando (con seguridad o con probabilidad) que pueden dar lugar a la consumación. Por último se requiere la concurrencia de un elemento negativo, y que consiste en el que el hecho no se consume por causas ajenas a la voluntad del agente. Recapitulando podemos afirmar que la tentativa se presenta cuando se ejecutan actos considerados indispensables para llevar a cabo el comportamiento tipificado en la ley penal y que en el caso concreto, lo eran efectivamente conforme al fin propuesto, pero factores extraños o ajenos a la voluntad del autor impiden que éste logre la producción del resultado perseguido. Así las cosas podemos afirmar que habrá una tentativa de asesinato alevoso, cuando el agente realiza actos inequívocos de ejecución dirigidos a causar la muerte de una persona, empleando medios, modos o formas que tiendan directa y especialmente a asegurar dicho resultado, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido. En el caso de autos se atribuye al imputado J. A. S. P., la coautoría de diecinueve delitos de asesinato en el grado de ejecución de tentativa, sin embargo, del relato fáctico contenido en la sentencia impugnada no se encuentra descrita acción alguna atribuible a dicho encausado dirigida a dar muerte a las personas que habrían sido víctimas de los delitos antes apuntados, de ahí que no podemos afirmar que de los hechos declarados probados por el Tribunal se desprendan actos inequívocos de ejecución dirigidos a la consumación de los delitos de tentativa de asesinato alevoso por los que resultara condenado, de ahí que el motivo de casación por infracción de ley alegado por el Censor debe ser declarado con lugar. XXXIX.EXPOSICION DEL SEGUNDO MOTIVO DE CASACIÓN La norma penal que aplica indebidamente el sentenciador es el artículo 117 del Código Penal: Artículo 117: ―Es reo de Asesinato, quien de muerte a una persona ejecutándola con la concurrencia de cualquiera de las circunstancias siguientes: 1) Alevosía; 2) Con premeditación conocida; 3) Por medio de Inundación, incendio, envenenamiento, explosión descarrilamiento, volcamiento o avería de buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya dolo e intencionalidad; y 4) con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido.- La pena de Asesinato será de veinte (20) a treinta (30) años de reclusión y cuando se cometiese mediante pago, recompensa o promesa remuneratoria, o se acompañase de robo o violación, la pena será de treinta (30) años a privación de por vida de la libertad‖. Si observamos Honorables Magistrados el Juzgador calificó los Hechos Probados antes descritos en el Motivo Segundo que los mismos constituían por una parte el delito de ASESINATO que es el caso que nos ocupa y estamos tratando fundamentado en el artículo 117 del Código Penal por lo que esta defensa considera que el Juzgador arriba a tal decisión por una errónea interpretación del artículo referido, en vista que en los hechos probados no se aprecia de manera clara y precisa los elementos indispensables para catalogar la conducta de mi representado como constituta de tal delito de ASESINATO en este caso el elemento objetivo y subjetivo del tipo 233 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 penal.- En el caso subjudice, los hechos probados carecen de tales elementos y no concretizan de manera puntual y clara, la forma en que nuestros patrocinados realizan esas acciones que hace que el Juzgador lo condene por el delito de ASESINATO. Los hechos probados antes mencionados no enmarcan de manera perfecta, el accionar de mi patrocinado J. A. S. P. como constitutivos de ASESINATO, al grado tal que omite establecer los nombres de los sujetos pasivos de los hechos (ofendidos) y más grave aún no establece cual fue el resultado de sus acciones, no concretiza si como resultado de tales acontecimientos, se produjo el resultado muerte, necesario para catalogar la conducta de mis patrocinados como ASESINATO. INTERPRETACION PRETENDIDA: Al no plasmarse de manera concreta la acción de mi representado J. A. S. P. en los hechos a el imputados, convierte a los hechos probados en meras especulaciones, en relatos sin sentido, por no haberse establecido de forma clara y concreta los nombres de los sujetos pasivos, circunstancia esta que no considero el Tribunal y haberlo calificarlo como delito de ASESINATO, es por ello que solicitamos a la Sala de lo Penal que se aplique correctamente la norma penal con el dictado de un fallo Absolutorio. XXXIX.-RECURSO DE CASACIÓN POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO J. A. S. P., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS DECLARADOS PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE SU PATROCINADO HAYA INTERVENIDO EN LA COMISION DE LOS DELITOS DE ASESINATO CONSUMADO QUE SE LE ATRIBUYEN, DE TAL MANERA QUE AL CONDENARSELE POR TALES INFRACCIONES, EL TRIBUNAL DE SENTENCIA HA INCURRIDO EN UNA APLICACIÓN INDEBIDA DEL ARTICULO 117 DEL CODIGO PENAL. Argumenta el recurrente que el Juzgador ha incurrido en aplicación indebida del artículo 117 del Código Penal, norma penal que tipifica el delito de Asesinato. Concretamente señala que el A Quo calificó los hechos declarados probados como constitutivos de ASESINATO sin que del cuadro fáctico sea posible subsumir la conducta del acusado en un determinado tipo penal, dado que a su entender no describe comportamiento alguno del acusado J. A. S. P., que constituya el delito de ASESINATO con fundamento en el artículo 117 del Código Penal, por lo que pide la aplicación correcta de la norma penal y se dicte un fallo Absolutorio. En el caso concreto que ahora nos ocupa, se condenó al acusado J. A. S. P., a título de coautor de veintitrés delitos de asesinato mediante incendio, modalidad prevista en el numeral 3) del precepto legal supracitado. La razón de la especial agravación de la muerte de un ser humano cometido mediante incendio, no es solamente la mayor perfidia del medio empleado que revela un delincuente sumamente peligroso, sino también el peligro general que tal medio y otros como la inundación, explosión, descarrilamiento, etc… encierran para la colectividad121. En lo que concierne a la coautoría esta se presenta cuando varias personas, previa celebración de un acuerdo común, que puede ser expreso o tácito, llevan a cabo un hecho de manera mancomunada, mediante una contribución objetiva a su realización, por lo que cada autor domina todo el suceso en unión de otro o de otros. Un buen ejemplo lo brinda la banda de asaltantes que planea atracar un banco, y con tal fin se distribuyen las diversas tareas: reducir a los guardias de seguridad, controlar a los concurrentes a la entidad crediticia, abrir la caja fuerte, vigilar el exterior, tomar el dinero entregado por los cajeros, etc.., todos los intervinientes, pues, pueden ser considerados coautores a condición de que reúnan las 121 Vid. CUELLO CALON, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo II, Revisada por CAMARGO HERNANDEZ, CESAR, Bosch, Casa Editorial, S.A., Barcelona, 1982, pág. 507. 234 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 exigencias correspondientes. De esta forma, en los casos de dominio del hecho, las funciones que realizan los concurrentes, no son las mismas, pero todos realizan alguna labor, y la suma de ellas es la que permite la comisión del delito. Habiendo determinado de manera sucinta cuales son los elementos objetivos y subjetivos de la modalidad del delito de asesinato antes apuntada, y explicada en términos generales la figura de la coautoría, analizaremos sí a partir del relato de hechos probados se puede atribuir al acusado los hechos criminosos antes apuntados. Una lectura detenida de la fundamentación fáctica de la sentencia, revela que en el hecho probado vigésimo cuarto se describe que uno de los encartados cerró con candado la puerta de acceso a la celda No. 6, tras lo cual varios de los encausados entre los que se encontraba el señor J. A. S. P., colocaron cajones, palos y mesas frente a dicha puerta, y que seguidamente, algunos de los reos rondines prendieron fuego a varias colchonetas las que arrojaron por las ventanas de las celda antes referida, lo que en una conexión-causa efecto trajo como resultado la muerte de veintitrés personas mediante incendio122. De este modo se describen las acciones de varias personas que de manera deliberada y conjunta contribuyeron, para causar un incendio en la Celda No. 6 de la Granja Penal del Porvenir e impedir la salida de quienes se encontraba en su interior, lo que en una relación causa-efecto trajo como resultado la muerte de varias personas (vid. Hecho Probado Cuadragésimo Tercero). De este modo, del relato fáctico antes descrito se subsume la comisión del delito de asesinato tipificado en el artículo 117 No. 3) del Código Penal y por ende atribuible al encartado J. A. S. P. a título de coautor, consecuentemente, se desestima el motivo de casación que por infracción de ley interpusiera la Defensa para desvanecer los delitos de asesinato mediante incendio por los cuales resultara condenado. Ahora es pertinente que nos refiR. a cuales son los elementos típicos de los delitos de asesinato consumado mediante alevosía proditoria, que se le atribuyen al imputado J. A. S. P..La alevosía supone el empleo de procedimientos que facilitan el hecho. La define el artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida y la integridad personal, empleando medios, modos o formas en la ejecución que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido.”. En este sentido, la alevosía exige que los procedimientos empleados tiendan, directa y especialmente a asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una posible defensa del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los que se producen por la espalda123, o estando la víctima en la cama o de rodillas. Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en la alevosía es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del hecho y la ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer el ofendido. La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la ejecución del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún tipo de premeditación o preparación, de tal manera que puede surgir en el mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto 122 Vid. Hecho Probado No. Cuadragésimo Tercero. Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid. MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición, Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54 123 235 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 aprovecha que su enemigo le da la espalda para dispararle). En algunas corrientes jurisprudenciales se distinguen tres supuestos de asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera, si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial situación de desA. de la víctima que impide cualquier manifestación de defensa124. En el caso de autos se atribuye al imputado J. A. S. P., la coautoría de treinta y siete delitos de asesinato consumado, sin embargo, del relato fáctico contenido en la sentencia impugnada no se encuentra descrita acción alguna atribuible a dicho encausado que en una relación causa-efecto haya traído como resultado la muerte de igual número de personas mediante medios, modos o formas, tendientes a evitar los riegos procedentes de una reacción defensiva de los ofendidos. De ahí que no podemos afirmar que de los hechos declarados probados por el Tribunal se desprendan actos inequívocos de ejecución dirigidos a la consumación de los delitos de asesinato alevoso por los que resultara condenado, de ahí que el motivo de casación por infracción de ley alegado por el Censor debe ser declarado con lugar en los términos antes expuestos. XL.- EXPOSICIÒN DEL MOTIVO DE CASACIÓN POR QUEBRANTRAMIENTO DE FORMA. MOTIVO UNICO: La declaración de los hechos estimados probados por el Tribunal no son claros y terminantes. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el artículo 362 numeral 1 del Código Procesal Penal. EXPLICACIÒN DEL MOTIVO La norma procesal que se invoca como infringida es el articulo 338 regla cuarta numeral uno del Código Procesal Penal, que expresa: ―En párrafos separados y numerados, se hará declaración expresa y terminante de los hechos que se consideran probados, descritos con claridad, precisión y coherencia, sin emplear conceptos que, por su exclusivo carácter jurídico, predeterminen el fallo que haya de dictarse.‖ En la sentencia recurrida el Tribunal estimo como probados, entre otros, los hechos siguientes: VIGÈSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V. (alias Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo) S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo), salen de las diferentes y lugares donde habían tenido refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y con armas blancas, a los reos pandillero que encontraban, algunos de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los policías penitenciarios y miembros del ejército que se encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que esta aconteciendo. VIGÈSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el reo rondín P. E. R. F. consigue un líquido acelerante, regresando a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A. C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo S. G. B., prenden fuego con el acelerante, varias colchonetas las que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas 124 Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html 236 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el fuego; de todo ello lograron tener conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G., escucho los gritos de las personas que se encontraban dentro de la celda seis (6), e instantes después observó el humo provocado por el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción alguna. TRIGÈSIMO: Quince (15) minutos después de que los primeros reos pandilleros han salido de la celda dos, el reo S. G. B. se dirige hacia los reos pandilleros que andaban armados y los reos pandilleros que eran cabecillas, a los que la policía les dispara y seguidamente disparan a todos los demás reos pandilleros que se encontraban en el lugar, muchos de ellos acostados en el suelo; los reos rondines, al ver que algunos de los reos pandilleros estaban vivos aun, procedieron a agredirlos con palos, piedras y armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que salieron después de la celda dos (2) y que se hacían los muertos, todo ello a vista y consentimiento de la Policía Penitenciaria, Policía Nacional Preventiva, elementos Cobras y miembros del ejército que se encontraban en el lugar. De esta manera el reo rondín A. A. S. (alias Comayagua) arremete con cuchillos y palos al reo pandillero A. J. H. (alias El Trabado); el reo rondín P. E. R. F., (alias chinapopo) arremete con machete al reo pandillero L. A. O. G. (alias El Killer); el reo H. W. J. (alias el Basucazo), arremete con un leño y arma blanca al reo pandillero O. G. H. V. (alias El Pewee); igualmente los reos rondines S. G. B., T. R. G. (alias Cabuya) y J. R. C. (alias Cobra) agredieron a otros reos pandilleros usando palos y armas blancas. Al analizar estos hechos probados, podemos concluir que los mismos no cumplen con lo establecido en la regla cuarta del articulo 338 del Código Procesal Penal, ya que los mismos adolecen de claridad y coherencia al relatar la dinámica de cómo ocurrieron los acontecimientos. El vigésimo tercer hecho probado ni siquiera mi patrocinado es mencionado por el tribunal donde este expresara que mi representado el señor J. A. S. P., salio junto a otros reos, del lugar donde se resguardaban ―proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros‖; más sin embargo el Tribunal lo condena en sentencia definitiva por ASESINATO, La defensa cuestiona que el sentenciador pretende plasmar en los hechos probados, los propósitos o deseos de los imputados, cuando es de todos conocido, que los mismos se suscitan en la mente de las personas es decir en su ser mas íntimo, y al menos que tengamos la habilidad de leer la mente de los seres humanos, es imposible saber a ciencia cierta, cual fue el sentir o pensar de los encausados; al plasmarlos así en los hechos probados, el Tribunal incurre en el error de falta de claridad y redacta los mismos de manera subjetiva, de forma tal, que en la simple lectura se vuelven confusos y poco entendibles.- De igual forma con la expresión ―proponiéndose quitarles la vida‖ incurre el sentenciador, en el error mas visible de la sentencia impugnada, y es el de predeterminar el fallo, tal como lo prohíbe nuestro código procesal penal vigente. Continua relatando el hecho probado numero veintitrés: ―procediendo a golpear con toletes, palos, piedras y con armas blancas, a los reos pandilleros que se encontraban‖; de nuevo incurre en el mismo yerro el sentenciador, al omitir individualizar las acciones que específicamente realizan 237 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 los imputados que se mencionan en este hecho probado, además de no incluir un elemento importante de todo hecho probado, como ser el ofendido o el directamente perjudicado en la acción.- El manifestar de manera colectiva, que procedieron a golpear a los reos pandilleros que se encontraban, es generalizar todas las acciones ocurridas ese día y por tanto centralizar todas las operaciones en seis o siete reos, que utilizando la lógica podemos deducir que era imposible ejecutarlos; pero aun más grave es omitir puntualizar hacia quien iban dirigidas esas acciones, y al no hacerlo los sentenciadores convierten los hechos probados indescifrables a la simple lectura. El vigésimo Cuarto hecho declarado probado por el Tribunal Sentenciador, expresa; ―Pasadas las 09:25 a.m. en venganza el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6) hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejército han disparado‖ para después tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda, con la ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias Comayagua) y J. A. S. P. (alias J. S.) Si bien este hecho probado individualiza una supuesta acción de mis representados, no es menos cierto que el sentenciador incurre en la predeterminación del fallo, al establecer la palabra venganza, entonces surgen varias interrogantes: ¿A que venganza se refiere?, ¿En razón de que se vengarían también mis representados en ayudar a P.? y ¿Contra quienes lo haría?, de nuevo este apartado de los hechos omite establecer de que personas supuestamente se estaría vengando mi representado J. A. S. P. y en razón de que se vengarían, tal como lo he manifestado en apartados anteriores. todo esto crea una gran incertidumbre de cómo sucedieron los hechos y lejos de aclarar la temática de cómo ocurren los sucesos o la individualización de las acciones y actividades cometidas por mi patrocinado, vuelve estos acontecimientos confusos y vagos. En el veinticuatro hecho probado se establece que mi representado J. A. S. P. ayudó al reo P. E. R. F., a prender fuego a la celda 6, sin embargo no se establece que acción especifica realiza mi patrocinado, es decir a que ayuda se refiere.- Debe el sentenciador plasmar específicamente a que ayuda se refiere, debido a que, debe deducírsele individualmente la responsabilidad únicamente por sus acciones y no por el resto de los imputados; cuanto más se leen los hechos probados, mas se vuelven incomprensibles, de forma tal que en este hecho probado no sabemos a ciencia cierta quienes estaban en esa celda 6, que acción especifica realiza cada una de los imputados y aun más grave no sabemos cual fue el resultado de estas acciones; los mismos quedan en suspenso sin establecer cual fue el desenlace de la dinámica ocurrida en día de los acontecimientos. Con la simple lectura de los hechos probados antes relacionados surgen más interrogantes: ¿Qué acción especifica realizan mi representado J. A. S. P.? ¿De que delito es responsable? ¿Quienes son las personas contra las cuales se ejecutan estas acciones? ¿Cuál fue el resultado de estas acciones, es decir el desenlace de los acontecimientos? En los mismos se establecen, expresiones como ―procediendo a golpear con palos, toletes‖ ―proponiéndose quitarle la vida‖ ―agredieron a otros reos‖ todas, expresiones totalmente subjetivas y que por consiguiente hacen de los hechos probados una gama de confusiones para quien los analice. No pueden justificarse estos hechos probados, amparándose en el alegato que nos encontramos ante acontecimientos múltiples y de gran magnitud, de forma tal que aparecen muchos actores y participantes en lo mismos, precisamente por esa particularidad, el estudio y análisis de cada una de las acciones de los imputados, debió realizarlas el Tribunal de manera 238 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 puntual para evitar incurrir en el error de generalizar, de forma tal que, por el solo hecho de ser un reo rondín o de encontrarse presente en el momento de los hechos, sea culpable de todo lo acontecido.- Debe responsabilizarse únicamente de los actos cometidos por cada uno de ellos, de no hacerlo así, aplicamos el dicho popular religioso que comúnmente utilizamos ―justos pagan por pecadores‖; como juristas y conocedores del derecho sabemos que ante la ley, este dicho religioso no debe ni puede aplicarse, sino que debe castigarse únicamente la conducta personal que cada uno de los imputados realiza.- Tampoco debemos olvidar, que nuestros representados se enfrentan solos ante todo el aparato estatal, ya que el ente acusador tiene a su disposición todos los medios necesarios (Tecnología, policía de investigación, medicina forense) para poder establecer la responsabilidad de los acusados en los hechos a ellos imputados, y con mayor razón se debe imputar objetivamente las acciones de cada una de ellos, y si es incapaz de hacerlo, el resultado del juicio será una sentencia absolutoria. En los hechos probados enumerados como CUADRAGESIMO TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, el tribunal expresa las personas que el día cinco de abril del dos mil tres, murieron por carbonización y por hechos violentos, pero sorprendentemente no especifica quienes son los responsables y a través de que acciones; siendo que en estos dos hechos probados el tribunal da por acreditada la muerte de los supuestos ofendidos, también debió establecer quienes eran los supuestos responsables de sus muertes, sin embargo lo omite y sorprendentemente en la parte dispositiva de la sentencia, decide condenar a mi representado por la muerte de todos los internos acaecidos ese día, lo cual la simple lógica nos dice que es imposible; una razón más para considerar a los precitados hechos probados como faltos de claridad y coherencia. El conocido jurista español JESUS FERNADEZ ENTRALGO en el libro ―La sentencia en el nuevo proceso penal‖ en las páginas 81, 86, 87 y 88 referente a La Fijación de los Hechos Probados manifiesta: ―La declaración de los hechos probados constituye como –como lo caracteriza P. M.-―..el cimiento, el arranque, de la sentencia penal…‖ Es un presupuesto necesario del fallo, porque mediante ella se fija judicialmente la reconstrucción de lo sucedido, y constituye la base sobre la que se construirá el tratamiento (subsuncion) jurídico del caso debatido en el proceso; pero no integra propiamente la motivación de sus decisión. La descripción de los hechos probados ha de hacerse con 1) claridad 2) precisión y 3) coherencia. De este modo, se asume legalmente el modelo ideal de ―regla semántica de formación del lenguaje jurisdiccional dirigida a asegurar la determinabilidad de las denotaciones fácticas …(y que comprende) una serie de reglas que exigen, como condición de la estricta jurisdiccionalidad, esto es, de la veraficabilidad y de la refutabilidad de las tesis que en el proceso enuncian los hechos y las pruebas, que tanto aquello como estos sean exactamente individualizadas mediante descripciones precisas y sin el uso de palabras vagas o valorativas. La descripción de los hechos declarados probados ha de hacerse de forma tal que permita su perfecta comprensión, como presupuesto del control de su corrección, haciendo posible su corroboración (verificación) o refutación (falsacion)‖ En el caso subjudice, los hechos probados no permiten comprender como sucedieron los sucesos acusados a mi representado y sobre todo no permite valorar y determinar la acción típica, antijurídica y culpable en la que tuvo que incurrir mi representado, para ser condenado, estas circunstancias no son visualizadas en la narración de los hechos probados y tal como afirma F. Entralgo no permite su perfecta 239 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 comprensión de los acontecimientos acusados a mis patrocinados. Estos hechos probados fueron calificados por el juzgador como constitutivos de los delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, declarando responsable penalmente de los mismos al señor J. A. S. P., sin embargo, al analizar tales hechos probados en los números, veintitrés, veinticuatro y treinta se evidencia el vicio denunciado ya que la descripción de los mismos no satisface los requisitos de claridad, precisión y coherencia impuestos por el Artículo 338, sección cuarta, número uno del Código Procesal Penal. Dicho lo anterior y siendo que la declaración de hechos probados constituye la base o el cimiento sobre el cual se construye la sentencia penal, y dado que los hechos declarados probados en la sentencia recurrida no reúnen los requisitos legales exigidos para ello, solicito se case la sentencia recurrida, se anule el fallo y se devuelvan los antecedentes al Tribunal de su procedencia para que la causa sea tramitada con arreglo a derecho. RECLAMACION HECHA PARA LA SUBSANACION DEL YERRO Siendo que el yerro que provoca la interposición del recurso de mérito se produce con la sentencia misma, solo es posible su subsanación a través del presente recurso por lo que se deduce que no hubo una reclamación ex-ante.‖ XL.- RECURSO DE CASACIÓN POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO J. A. S. P., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE LOS HECHOS DECLARADOS PROBADOS POR EL TRIBUNAL DE INSTANCIA NO SON CLAROS NI TERMINANTES.- Argumenta el recurrente que la declaración de los hechos estimados probados por el A Quo no son claros y terminantes. Señala que en la sentencia recurrida el A Quo estimó como probados, entre otros, los hechos VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO Y TRIGÉSIMO y que al analizarlos se concluye que no cumplen con lo establecido en la regla cuarta del artículo 338 del Código Procesal Penal, al adolecer de claridad y coherencia al relatarse los acontecimientos. Considera que de la simple lectura de los hechos probados VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO y TRIGÉSIMO surgen muchas interrogantes por tratarse de acontecimientos múltiples y de gran magnitud, con muchos actores y participantes, por lo que es del criterio que el Juzgador debió analizar cada una de las acciones realizadas por el imputado, de manera puntual para no incurrir en el error de generalizar, y declarar culpable al encausado J. A. S. P., por el solo hecho de ser reo rondín y encontrarse presente en el momento que se produjeron los hechos. Entiende que debe responsabilizarse a los acusados únicamente de los actos cometidos por ellos, de no hacerlo así, se aplicaría el dicho popular de que “justos pagan por pecadores”. El Censor arguye que los hechos probados CUADRAGESIMO TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, describen las personas que murieron por carbonización y por hechos violentos, pero no especifica quienes son los responsables y a través de que acciones, no obstante que en la parte dispositiva de la sentencia, el A Quo condena al encartado J. A. S. P. por la muerte de todos ellos, lo cual asume imposible, otra razón por la que considera a los hechos probados como faltos de claridad y coherencia. Concluye manifestando que los hechos probados no permiten comprender cómo sucedieron los sucesos, ni permite valorar y determinar las acciones típicas, antijurídicas y culpables que se supone ejecutaron los acusados y que fueron calificados por el A Quo como constitutivas de los delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN EL GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, por las QUE se declaró penalmente responsable al encausado J. A. S. P.. Esta Sala de lo Penal, considera pertinente destacar, que el vicio procesal denunciado por el recurrente se origina exclusivamente cuando la redacción de 240 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 los hechos probados aparece confusa, dubitativa o imprecisa, de modo que por su insuficiencia o oscuridad, o por no expresar en forma conclusiva, imperativa, terminante o categórica, sino vacilante o dubitativa, puede conducir a subsunciones alternativas, en definitiva, a consecuencia de la ambigüedad del relato. La falta de claridad puede venir determinada por haber empleado expresiones ininteligibles u oscuras que hacen difícil la comprensión del relato o cuando incurre en omisiones que alteran su significación y dejan prácticamente sin contenido específico la narración de los hechos; se produce, pues, cuando lo narrado es incomprensible por su deficiente redacción, oscuridad, ambigüedad o imprecisión, también cuando por omisión de elementos o circunstancias importantes, se impide conocer la verdadera realidad de lo ocurrido con la lógica consecuencia de que falta base fáctica para determinar si los hechos son o no constitutivos de la infracción penal, o cual ha sido la participación concreta de los acusados en la ejecución del delito. Por consiguiente, no basta para apreciar el defecto procesal que la narración se ofrezca oscura o ininteligible en alguna de las partes, o en términos de ambigüedad o imprecisión que haga difícil su comprensión, sino que es necesario que tales defectuosidades se hallen en conexión con los condicionamientos determinantes de la calificación penal asignada a los hechos probados, provocando una laguna o vacío en la descripción histórica de los mismos, que determina una falta de premisa fáctica para formular la calificación jurídica, de forma que no pueda orientar, dentro del silogismo en que la sentencia queda estructurada, el pronunciamiento condenatorio o absolutorio, es decir, que resulta inadecuada para servir de argumentación lógica al fallo, y ello porque la “quaestio facti” debe servir de apoyo y sustento a la calificación jurídica o “quaestio iuris”. Esta Sala de lo Penal considera que no se advierte la falta de claridad o ambigüedad en la fundamentación fáctica de la sentencia al establecer la participación del procesado J. A. S. P. junto a otros individuos en la comisión de los hechos que condujeron a la muerte de varias personas mediante incendio, mismas que se encontraban al interior de la Celda No. 6) de la Granja Penal del Porvenir, ya en el hecho probado vigésimo cuarto se describe que uno de los encartados cerró con candado la puerta de acceso a la celda No. 6, tras lo cual varios de los encausados entre los que se encontraba el señor J. A. S. P., colocaron cajones, palos y mesas frente a dicha puerta, y que seguidamente, algunos de los reos rondines prendieron fuego a varias colchonetas las que arrojaron por las ventanas de las celda antes referida, lo que en una conexión-causa efecto trajo como resultado la muerte de veintitrés personas mediante incendio125. El recurrente alega que la inclusión en el relato fáctico, de la valoración en torno a que varios de los acusados, incluyendo al procesado J. A. S. P. actuaron impulsados por la venganza, constituye un concepto predeterminante del fallo. Sobre esto es importante señalar que tal frase no constituye una expresión técnico-jurídica, sino que un juicio de inferencia126, mediante el cual se determina el elemento subjetivo del delito, de modo que si bien es cierto que su ubicación resulta más acertada en la fundamentación intelectiva y jurídica de la sentencia127, en 125 Vid. Hecho Probado No. Cuadragésimo Tercero. Vid. LUZON CUESTA, JOSE MARIA, El Recurso de Casación Penal, 2ª edición, Editorial Colex, Madrid, 2000, págs. 147-148, 151-152. 127 En la fundamentación intelectiva el Juzgador debe dedicarse a la valoración propiamente dicha de la prueba, en tanto que en la 126 241 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 cuanto extraído de los datos objetivos relatados, su inclusión en el relato de hechos probados, siempre y cuando no vacíe el contenido de los mismos, es revisable en casación por la vía del artículo 360 párrafo primero del Código Procesal Penal128, si de los restantes elementos fácticos narrados por el Juzgador se acredita la equivocación de éste al atribuir al procesado que ese era y no otro, el móvil que le impulsara a cometer el delito. De este modo, y siendo que en el cuadro fáctico expuesto en la sentencia, aún suprimiendo mentalmente tal juicio de inferencia, los hechos probados resultan narrados con un mínimo de claridad y amplitud para determinar cuales fueron las intenciones que movieron al encartado para realizar las acciones que se le imputan, esta Sala es del criterio que el motivo alegado por el Censor debe ser desestimado. Habiendo prosperado los motivos de casación por infracción de ley formulados por el Apoderado Defensor del encartado para desvanecer los cargos de treinta y siete delitos de asesinato consumado mediante alevosía y diecinueve delitos de tentativa de asesinato alevoso, esta Sala no se pronuncia sobre los argumentos expuestos por el Censor para fundamentar el presente motivo en relación a esas imputaciones. XLI.- El Recurrente, Abogado O. G., en su condición de Apoderado Defensor del procesado P. E. R. F., desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley en dos motivos, en tanto que por la vía del quebrantamiento de forma expuso un motivo. Para efectos de seguir un orden sistemático adecuado en su análisis y resolución, esta SALA considera pertinente apartarse del orden seguido por el Censor, de tal manera que inicialmente se pronunciará sobre el tercero de los motivos antesapuntados, para luego analizar los motivos por infracción de ley sustantiva formulados por el recurrente.XLI.-EXPOSICIÓN DEL MOTIVO DE CASACIÓN POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA MOTIVO UNICO: La declaración de los hechos estimados probados por el Tribunal no son claros y terminante. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el Artículo 362 numeral 1 del Código Procesal Penal. EXPLICACIÒN DEL MOTIVO La norma procesal que se invoca como infringida es el articulo 338 regla cuarta numeral uno del Código Procesal Penal, que expresa: ―En párrafos separados y numerados, se hará declaración expresa y terminante de los hechos que se consideran probados, descritos con claridad, precisión y coherencia, sin emplear conceptos que, por su exclusivo carácter jurídico, predeterminen el fallo que haya de dictarse.‖ En la sentencia recurrida el Tribunal estimo como probados, entre otros, los hechos siguientes: ―VIGÉSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V. (alias Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo) S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo), salen de las diferentes celdas y lugares donde habían tenido refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y con armas blancas, a los reos pandillero que encontraban, algunos fundamentación jurídica, el Juez después de analizar las distintas posibilidades argumentativas debatidas por las partes, racionalmente opta por una de ellas, diciendo por qué considera que los hechos deben ser subsumidos en tal o cual norma sustantiva, vid. sobre esta temática: ARROYO GUTIERREZ, JOSE MANUEL / RODRIGUEZ CAMPOS, ALEXANDER, en Lógica Jurídica y Motivación de la Sentencia Penal, Editorial Jurídica Continental, 2ª edición, San José de Costa Rica, 2002, págs. 135 y ss. 128 Referido a la casación por infracción de ley. 242 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los policías penitenciarios y miembros del ejército que se encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que está aconteciendo. VIGÈSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el reo rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A. C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo S. G. B., prenden en fuego con el acelerante, varias colchonetas las que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el fuego; de todo ello lograron tener conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G., escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la celda seis (6), e instantes después observó el humo provocado por el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción alguna. TRIGÈSIMO: Quince (15) minutos después de que los primeros reos pandilleros han salido de la celda dos, el reo S. G. B. se dirige hacia los reos pandilleros que andaban armados y los reos pandillero que eran cabecillas, a los que la policía les dispara y seguidamente disparan a todos los demás reos pandilleros que se encontraban en el lugar, muchos de ellos acostados en el suelo; los reos rondines, al ver que algunos de los reos pandilleros estaban vivos aun, procedieron a agredirlos con palos, piedras y armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que salieron después de la celda dos (2) y que se hacían los muertos, todo ello a vista y consentimiento de la Policía Penitenciaria, Policía Nacional Preventiva, elementos Cobras y miembros del ejército que se encontraban en el lugar. De esta manera el reo rondín A. A. S. (alias Comayagua) arremete con cuchillos y palos al reo pandillero A. J. H. (alias El Trabado); el reo rondín P. E. R. F., (alias chinapopo) arremete con machete al reo pandillero L. A. O. G. (alias El Killer); el reo H. W. J. (alias el Basucazo), arremete con un leño y arma blanca al reo pandillero O. G. H. V. (alias El Pewee); igualmente los reos rondines S. G. B., T. R. G. (alias Cabuya) y J. R. C. (alias Cobra) agredieron a otros reos pandilleros usando palos y armas blancas.” Al analizar estos hechos probados, podemos concluir que los mismos no cumplen con lo establecido en la regla cuarta del articulo 338 del Código Procesal Penal, ya que los mismos adolecen de claridad y coherencia al relatar la dinámica de cómo ocurrieron los acontecimientos: El vigésimo tercer hecho probado expresa que mi representado el señor P. E. R. F., sale junto a otros reos, del lugar donde se resguardaban ―proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros‖; La defensa cuestiona que el sentenciador pretende plasmar en los hechos probados, los propósitos o deseos de los imputados, cuando es de todos conocido, que los mismos se suscitan en la mente de las personas, es decir en su ser mas íntimo, y al menos que tengamos la habilidad de leer 243 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 la mente de los seres humanos, es imposible saber a ciencia cierta, cual fue el sentir o pensar de los encausados; al plasmarlos así en los hechos probados, el Tribunal incurre en el error de falta de claridad y redacta los mismos de manera subjetiva, de forma tal, que la simple lectura se vuelven confusos y poco entendibles.De igual forma con la expresión ―proponiéndose quitarles la vida‖ incurre el sentenciador, en el error mas visible de la sentencia impugnada, y es el de predeterminar el fallo, tal como lo prohíbe nuestro código procesal penal. Continua relatando el hecho probado numero veintitrés: ―procediendo a golpear con toletes, palos, piedras y con armas blancas, a los reos pandilleros que se encontraban‖; de nuevo incurre en el mismo yerro el sentenciador, al omitir individualizar las acciones que específicamente realizan los imputados que se mencionan en este hecho probado, además de no incluir un elemento importante de todo hecho probado, como ser el ofendido o el directamente perjudicado en la acción.- El manifestar de manera colectiva, que procedieron a golpear a los reos pandilleros que se encontraban, es generalizar todas las acciones ocurridas ese día y por tanto centralizar todas las operaciones en seis o siete reos, que utilizando la lógica podemos deducir que era imposible ejecutarlos; pero aún más grave es omitir puntualizar hacia quien iban dirigidas esas acciones, y al no hacerlo los sentenciadores convierten los hechos probados indescifrables a la simple lectura. El vigésimo Cuarto hecho declarado probado por el Tribunal Sentenciador, expresa; ―Pasadas las 09:25 a.m. en venganza el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6) hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejército han disparado‖ Si bien este hecho probado individualiza una supuesta acción de mi representado, no es menos cierto que el sentenciador incurre en la predeterminación del fallo, al establecer la palabra venganza, entonces surgen varias interrogantes: ¿A que venganza se refiere?, ¿En razón de que se vengaría mi representado? y ¿Contra quienes lo haría?, de nuevo este apartado de los hechos omite establecer de que personas supuestamente se estaría vengando mi representado R. F. y en razón de que se vengaría, tal como lo he manifestado en apartados anteriores. Todo esto crea una gran incertidumbre de cómo sucedieron los hechos y lejos de aclarar la temática de cómo ocurren los sucesos o la individualización de las acciones y actividades cometidas por mi patrocinado, vuelve estos acontecimientos confusos y vagos. En el treinta hecho declarado probado el Tribunal expresa: ―De esta manera el reo rondín… P. E. R. (alias Chinapopo) arremete con machete al reo pandillero L. Anibal O. G. (alias el Killer)‖ Si bien el sentenciador acertadamente individualiza una supuesta acción que comete mi representado contra la humanidad del señor L. O., no es menos cierto que omite establecer cual fue el resultado de su acción, es decir ¿Se produjo la muerte o simple lesión del ofendido? Pues no se sabe ya que los hechos probados carecen de esa claridad neC.ia y de esa sencillez que se requiere para que los mismos sean comprensibles. Con la simple lectura de los hechos probados antes relacionados surgen mas interrogantes: ¿Qué acción especifica realiza mi representado P. E. R.? ¿De que delito es responsable? ¿Quienes son las personas contra las cuales se ejecutan estas acciones? ¿Cuál fue el resultado de estas acciones, es decir el desenlace de los acontecimientos? En los mismos se establecen, expresiones como ―procediendo a golpear con palos, toletes‖ ―proponiéndose quitarle la vida‖ ―agredieron a otros reos‖ todas, expresiones totalmente subjetivas y que por consiguiente hacen de 244 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 los hechos probados una gama de confusiones para quien los analice. No pueden justificarse estos hechos probados, amparándose en el alegato que nos encontramos ante acontecimientos múltiples y de gran magnitud, de forma tal que aparecen muchos actores y participantes en lo mismos, precisamente por esa particularidad, el estudio y análisis de cada una de las acciones de los imputados, debió realizarlas el Tribunal de manera puntual para evitar incurrir en el error de generalizar, de forma tal que, por el solo hecho de ser un reo rondín o de encontrarse presente en el momento de los hechos, sea culpable de todo lo acontecido.- Debe responsabilizarse únicamente de los actos cometidos por cada uno de ellos, de no hacerlo así, aplicamos la enseñanza religiosa que comúnmente utilizamos ―justos pagan por pecadores‖; como juristas y conocedores del derecho sabemos que ante la ley, esta enseñanza religiosa no debe, ni puede aplicarse, sino que debe castigarse únicamente la conducta personal que cada uno de los imputados realiza.- Tampoco debemos olvidar, que nuestro representado P. E. R., se enfrenta solo ante todo el aparato estatal, ya que el ente acusador tiene a su disposición todos los medios necesarios (Tecnología, policía de investigación, medicina forense) para poder establecer la responsabilidad de los acusados en los hechos a ellos imputados, y con mayor razón se debe imputar objetivamente las acciones de cada una de ellos, y si NO es incapaz de hacerlo, el resultado del juicio será una sentencia absolutoria. En los hechos probados enumerados como CUADRAGESIMO TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, el tribunal expresa las personas que el día cinco de abril del dos mil tres, murieron por carbonización y por hechos violentos, pero sorprendentemente no especifica quienes son los responsables y a través de que acciones; siendo que en estos dos hechos probados el tribunal da por acreditada la muerte de los supuestos ofendidos, también debió establecer quienes eran los supuestos responsables de sus muertes, sin embargo lo omite y sorprendentemente en la parte dispositiva de la sentencia, decide condenar a mi representado por la muerte de todos los internos acaecidos ese día, lo cual la simple lógica nos dice que es imposible; una razón más para considerar a los precitados hechos probados como faltos de claridad y coherencia. El conocido jurista español JESUS FERNADEZ ENTRALGO en el libro ―La sentencia en el nuevo proceso penal‖ en las páginas 81, 86, 87 y 88 referente a La Fijación de los Hechos Probados manifiesta: ―La declaración de los hechos probados constituye como –como lo caracteriza P. M.-―..el cimiento, el arranque, de la sentencia penal…‖ Es un presupuesto necesario del fallo, porque mediante de ella se fija judicialmente la reconstrucción de lo sucedido, y constituye la base sobre la que se construirá el tratamiento (subsuncion) jurídico del caso debatido en el proceso; pero no integra propiamente la motivación de su decisión. La descripción de los hechos probados ha de hacerse con 1) claridad 2) precisión y 3) coherencia. De este modo, se asume legalmente el modelo ideal de ―regla semántica de formación del lenguaje jurisdiccional dirigida a asegurar la determinabilidad de las denotaciones facticas …(y que comprende) una serie de reglas que exigen, como condición de la estricta jurisdiccionalidad, esto es, de la veraficabilidad y de la refutabilidad de las tesis que en el proceso enuncian los hechos y las pruebas, que tanto aquello como estos sean exactamente individualizadas mediante descripciones precisas y sin el uso de palabras vagas o valorativas. La descripción de los hechos declarados probados ha de hacerse de forma tal que permita su perfecta compresión, como presupuesto del control de su corrección, haciendo posible su corroboración (verificación) o 245 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 refutación (falsacion)‖ En el caso subjudice, los hechos probados no permiten comprender como sucedieron los sucesos acusados a mi representado y sobre todo no permite valorar y determinar la acción típica, antijurídica y culpable en la que tuvo que incurrir mi representado, para ser condenado, estas circunstancias no son visualizadas en la narración de los hechos probados y tal como afirma F. Entralgo no permite su perfecta comprensión de los acontecimientos acusados a mi patrocinado. Estos hechos probados fueron calificados por el juzgador como constitutivos de los delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, declarando responsable penalmente de los mismos al señor P. E. R. sin embargo, al analizar tales hechos probados en los números, veintitrés, veinticuatro y treinta, se evidencia el vicio denunciado ya que la descripción de los mismos no satisface los requisitos de claridad, precisión y coherencia impuestos por el Artículo 338, sección cuarta, número uno del Código Procesal Penal. Dicho lo anterior y siendo que la declaración de hechos probados constituye la base o el cimiento sobre el cual se construye la sentencia penal, y dado que los hechos declarados probados en la sentencia recurrida no reúnen los requisitos legales exigidos para ello, solicito se case la sentencia recurrida, se anule el fallo y se devuelvan los antecedentes al Tribunal de su procedencia para que la causa sea tramitada con arreglo a derecho. RECLAMACION HECHA PARA LA SUBSANACION DEL YERRO Siendo que el yerro que provoca la interposición del recurso de mérito se produce con la sentencia misma, solo es posible su subsanación a través del presente recurso por lo que se deduce que no hubo una reclamación ex-ante.‖ XLI.-RECURSO DE CASACIÓN POR QUEBRANTAMIENTO DE FORMA INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL ENCARTADO P. E. R. F., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE LA DECLARACIÓN DE LOS HECHOS ESTIMADOS PROBADOS POR EL TRIBUNAL NO ES CLARA NI TERMINANTE.-PRECEPTO AUTORIZANTE: ARTÍCULO 362 No. 1) DEL CODIGO PROCESAL.- Argumenta el recurrente que la declaración de los hechos estimados probados por el A Quo no es clara ni terminante. Considera que en la sentencia recurrida el A Quo estimó como probados, entre otros, los hechos VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO Y TRIGÉSIMO de cuya lectura se concluye que no cumplen con lo establecido en la regla cuarta del articulo 338 del Código Procesal Penal, al adolecer de claridad y coherencia en el relato de los acontecimientos. Alega que de la simple lectura de los hechos probados VIGÉSIMO TERCERO, VIGÉSIMO CUARTO y TRIGÉSIMO surgen muchas interrogantes por tratarse de acontecimientos múltiples y de gran magnitud, con muchos actores y participantes, por lo que señala que el Juzgador debió analizar cada una de las acciones realizadas por el imputado, de manera puntual para no incurrir en el error de generalizar, y declarar culpable al encausado P. E. R. F., por el solo hecho de ser reo rondín y encontrarse presente en el momento de los hechos. El Censor es del criterio que debe responsabilizarse a los acusados únicamente de los actos cometidos por ellos; de no hacerlo así, se aplicaría el dicho popular de que “justos pagan por pecadores”. Reprocha que si bien es cierto que en los hechos probados CUADRAGESIMO TERCERO Y CUADRAGESIMO QUINTO, se describen las personas que murieron por carbonización y por hechos violentos, no se especifica quienes son los responsables y a través de que acciones, no obstante que en la parte dispositiva de la sentencia, el A Quo condena al encausado P. E. R. F. por la muerte de todos ellos, lo cual considera imposible, otra razón por la que considera a los hechos probados como faltos de claridad y coherencia. Concluye manifestando que los hechos probados no permiten comprender cómo sucedieron los 246 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 sucesos, ni permite valorar y determinar las acciones típicas, antijurídicas y culpables que se supone ejecutaron los acusados y que fueron calificados por el A Quo como constitutivas de los delitos de ASESINATO Y ASESINATO EN EL GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, por las se declaró penalmente responsable al encausado P. E. R. F.. Esta Sala de lo Penal, considera pertinente destacar, que el vicio procesal denunciado por el recurrente se origina exclusivamente cuando la redacción de los hechos probados aparece confusa, dubitativa o imprecisa, de modo que por su insuficiencia o oscuridad, o por no expresar en forma conclusiva, imperativa, terminante o categórica, sino vacilante o dubitativa, puede conducir a subsunciones alternativas, en definitiva, a consecuencia de la ambigüedad del relato. La falta de claridad puede venir determinada por haber empleado expresiones ininteligibles u oscuras que hacen difícil la comprensión del relato o cuando incurre en omisiones que alteran su significación y dejan prácticamente sin contenido específico la narración de los hechos; se produce, pues, cuando lo narrado es incomprensible por su deficiente redacción, oscuridad, ambigüedad o imprecisión, también cuando por omisión de elementos o circunstancias importantes, se impide conocer la verdadera realidad de lo ocurrido con la lógica consecuencia de que falta base fáctica para determinar si los hechos son o no constitutivos de la infracción penal, o cual ha sido la participación concreta de los acusados en la ejecución del delito. Por consiguiente, no basta para apreciar el defecto procesal que la narración se ofrezca oscura o ininteligible en alguna de las partes, o en términos de ambigüedad o imprecisión que haga difícil su comprensión, sino que es necesario que tales defectuosidades se hallen en conexión con los condicionamientos determinantes de la calificación penal asignada a los hechos probados, provocando una laguna o vacío en la descripción histórica de los mismos, que determina una falta de premisa fáctica para formular la calificación jurídica, de forma que no pueda orientar, dentro del silogismo en que la sentencia queda estructurada, el pronunciamiento condenatorio o absolutorio, es decir, que resulta inadecuada para servir de argumentación lógica al fallo, y ello porque la “quaestio facti” debe servir de apoyo y sustento a la calificación jurídica o “quaestio iuris”. Esta Sala de lo Penal considera que no se advierte la falta de claridad o ambigüedad en la fundamentación fáctica de la sentencia al establecer la participación del procesado P. E. R. F. en la comisión de los hechos que condujeron al fallecimiento mediante incendio de varias personas que se encontraban al interior de la Celda No. 6) de la Granja Penal del Porvenir, de tal manera que en el hecho probado vigésimo cuarto se describe que el imputado P. E. R. F. cerró con candado la puerta de acceso a la celda No. 6, tras lo cual con ayuda de algunos de los acusados colocó cajones, palos y mesas frente a dicha puerta. Por otro lado también se expresa en el cuadro fáctico que seguidamente el reo rondín P. E. R. F., consiguió un líquido acelerante, regresando a la celda seis (6) por la parte de atrás, siguiendo el pasillo de la Comandancia de Guardia, y junto con otros coimputados prendieron fuego con dicho acelerante a varias colchonetas las que arrojaron hacia el interior de la celda seis (6), a través de las ventanas traseras, rociando asimismo de acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban adentro trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el fuego. lo que en una conexión causa -efecto trajo como resultado la muerte de veintitrés personas mediante 247 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 incendio129. Ahora resulta pertinente analizar si la fundamentación fáctica de la sentencia adolece de la suficiente claridad y precisión en lo que concierne a la imputación que se le hace al encausado P. E. R. F., por la comisión a título de coautor de treinta y siete delitos de asesinato mediante alevosía y diecinueve delitos de tentativa de asesinato alevoso. En el hecho probado Vigésimo Tercero se afirma que tras la irrupción de elementos de seguridad del Estado en el interior de la Granja Penal del Porvenir, el procesado P. E. R. F., al igual que otros ocho reos rondines, salieron de las diferentes celdas y otros espacios en los que se habían refugiado, procediendo a golpear con toletes, palos y armas blancas a los reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos ya heridos por armas de fuego, circunstancia de la que tenía conocimiento el coimputado ya fallecido R. A. S.I. sin que éste realizara acción alguna para evitarlo. Mas adelante, en el hecho probado Trigésimo se establece que Quince (15) minutos después de que los primeros reos pandilleros habían salido de la celda número dos, uno de los reos rondines señaló a varios de estos que se encontraban en indefensión pero que anteriormente andaban armados y que tenían el carácter de cabecillas, a los que tras la referida señalización la policía les disparó haciéndolo igualmente con los demás pandilleros que se encontraban en el lugar. Tras lo cual los reos rondines al ver que algunos de los reos pandilleros aun estaban vivos procedieron a agredirlos con palos, piedras y armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que salieron después de la celda dos (2) y que se hacían los muertos, todo ello a vista y consentimiento de la Policía Penitenciaria, Policía Nacional Preventiva, elementos Cobras y miembros del ejército que se encontraban en el lugar. De esta manera se afirma que el reo rondín A. A. S., (alias Comayagua), agredió con cuchillos y palos al reo pandillero A. J. H., (alias El trabado); el reo rondín P. E. R. F., (alias Chinapopo) agredió con machete al reo pandillero L. A. O. G., (alias El Killer); el reo H. W. J., (alias El Basucazo), agredió con un leño y arma blanca al reo pandillero O. G. H. V., (alias El Pewee)….así como también que el imputado J. R. C., junto con otros rondines agredieron a otros reos pandilleros usando palos y armas blancas. Del análisis conjunto de los hechos probados antes relacionados en los que aparece realizando diversas acciones el imputado P. E. R. F., a quien el Tribunal de Instancia condenó a título de coautor como responsable de haber contribuido en un plan espontáneo y colectivo a causar la muerte de treinta y siete personas e intentar quitarle la vida a diecinueve, podemos afirmar que dadas las circunstancias en que se produjeron los hechos objeto de juzgamiento con múltiples sujetos activos y una gran cantidad de víctimas, que en su mayoría perdieron la vida en tanto que las demás presentaban múltiples lesiones tras la conclusión de los sucesos, resulta razonable que el Tribunal de Instancia no haya establecido con rigurosa minuciosidad y con prolijidad de detalles las incidencias ocurridas durante el desarrollo de los acontecimientos, de tal manera que la fundamentación fáctica de la sentencia recurrida no acusa la oscuridad, ambigüedad o imprecisión señalada por el Censor, que impida como un obstáculo insalvable determinar si dicho encartado han incurrido o no en la comisión de los hechos criminosos que se le atribuyen. El recurrente alega que la inclusión en el relato fáctico, de la valoración en torno a que los acusados salieron de los lugares donde se habían refugiado 129 Vid. Hecho Probado No. Cuadragésimo Tercero. 248 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, y que además actuaron movidos por la venganza constituyen conceptos predeterminantes del fallo. Sobre esto es importante señalar que tales frases no constituyen expresiones técnico-jurídicas, sino 130 que juicios de inferencia , mediante los cuales se determina el elemento subjetivo del delito, de modo que si bien es cierto que su ubicación resulta más acertada en la fundamentación intelectiva y jurídica de la sentencia131, en cuanto extraídos de los datos objetivos relatados, su inclusión en el relato de hechos probados, siempre y cuando no vacíe el contenido de los mismos, es revisable en casación por la vía del artículo 360 párrafo primero del Código Procesal Penal132, si de los restantes elementos fácticos narrados por el Juzgador se acredita la equivocación de éste al atribuir al procesado que esos eran y no otros, los móviles que le impulsaron a cometer el delito. De este modo, y siendo que el cuadro fáctico expuesto en la sentencia, aún suprimiendo mentalmente ese juicio de inferencia, resulta narrado con un mínimo de claridad y amplitud para determinar cual fue la intención que movió al encartado para realizar las acciones que se le imputan, esta Sala es del criterio que el motivo alegado por el Censor debe ser desestimado. XLII.- El Recurrente Abogado O. G., actuando en su condición de Defensor Público del señor P. E. R., desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma, de la siguiente manera: ―EXPOSICIÒN DE LOS MOTIVOS DE CASACIÒN POR INFRACCION DE LEY PRIMER MOTIVO: Aplicación indebida del articulo 117 del Código Penal PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el artículo 360 del Código Procesal Penal EXPLICACION DEL MOTIVO La norma penal que aplica indebidamente el sentenciador es el articulo 117 del Código Penal que establece: ―Es reo de asesinato quien de muerte a una persona ejecutándola con la concurrencia de las circunstancias siguientes: 1) Alevosía; 2) Con Premeditación, conocida; 3) Por medio de inundación, incendio, envenenamiento, explosión, descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya dolo o intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido. La pena por asesinato será de veinte (20) a treinta (30) años de reclusión y cuando se cometiese mediante pago, recompensa o promesa remuneratoria, o se acompañase de robo o violación, la pena será de treinta (30) a privación de por vida de la libertad‖ El Juzgador estimó como HECHOS PROBADOS, entre otros los siguientes: ―VIGÈSIMO TERCERO: Los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua) J. A. C., (alias cobra) L. A. C. V. (alias Chica sexy) O. A. O. (alias Matador) P. E. R. F. (alias Chinapopo) S. E. A. P. (alias chaparro), T. R. G. (alias Cabuya), con ayuda de los reos S. G. B. (alias B.) y H. W. J. (alias el Basucazo), salen de las 130 Vid. LUZON CUESTA, JOSE MARIA, El Recurso de Casación Penal, 2ª edición, Editorial Colex, Madrid, 2000, págs. 147-148, 151-152. 131 En la fundamentación intelectiva el Juzgador debe dedicarse a la valoración propiamente dicha de la prueba, en tanto que en la fundamentación jurídica, el Juez después de analizar las distintas posibilidades argumentativas debatidas por las partes, racionalmente opta por una de ellas, diciendo por qué considera que los hechos deben ser subsumidos en tal o cual norma sustantiva, vid. sobre esta temática: ARROYO GUTIERREZ, JOSE MANUEL / RODRIGUEZ CAMPOS, ALEXANDER, en Lógica Jurídica y Motivación de la Sentencia Penal, Editorial Jurídica Continental, 2ª edición, San José de Costa Rica, 2002, págs. 135 y ss. 132 Referido a la casación por infracción de ley. 249 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 diferentes celdas y lugares donde habían tenido refugio, proponiéndose quitarle la vida a todos los reos pandilleros, procediendo a golpear con toletes, palos, piedra y con armas blancas, a los reos pandilleros que encontraban, algunos de ellos ya heridos por los disparos de arma de fuego, aceptando esto los policías penitenciarios y miembros del ejército que se encontraban en ese momento y con ellos R. A. S.I. el que no realiza ninguna acción para impedir o evitar lo que está aconteciendo. VIGÈSIMO CUARTO: Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S. (alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.), seguidamente el reo rondín P. E. R. F. consigue un liquido acelerante, regresando a la celda seis (6) por la parte de atrás siguiendo el pasillo de la comandancia de guardia, y junto con los reos rondines, L. A. C. V., (alias chica sexy) S. E. A. P. (alias el chaparro) y el reo S. G. B., prenden en fuego con el acelerante, varias colchonetas las que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban adentro, trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el fuego; de todo ello lograron tener conocimiento los policías penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo. En ese momento el policía penitenciario G. H. G., escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la celda seis (6), e instantes después observó el humo provocado por el fuego de la celda seis, sin que tampoco realizara acción alguna. TRIGÈSIMO: Quince (15) minutos después de que los primeros reos pandilleros han salido de la celda dos, el reo S. G. B. se dirige hacia los reos pandilleros que andaban armados y los reos pandillero que eran cabecillas, a los que la policía les disparan y seguidamente disparan a todos los demás reos pandilleros que se encontraban en el lugar, muchos de ellos acostados en el suelo; los reos rondines, al ver que algunos de los reos pandilleros estaban vivos aun, procedieron a agredirlos con palos, piedras y armas blancas. Igualmente lo hacían con los reos pandilleros que salieron después de la celda dos (2) y que se hacían los muertos, todo ello a vista y consentimiento de la Policía Penitenciaria, Policía Nacional Preventiva, elementos Cobras y miembros del ejército que se encontraban en el lugar. De esta manera el reo rondín A. A. S. (alias Comayagua) arremete con cuchillos y palos al reo pandillero A. J. H. (alias El Trabado); el reo rondín P. E. R. F., (alias chinapopo) arremete con machete al reo pandillero L. A. O. G. (alias El Killer); el reo H. W. J. (alias el Basucazo), arremete con un leño y arma blanca al reo pandillero O. G. H. V. (alias El Pewee); igualmente los reos rondines S. G. B., T. R. G. (alias Cabuya) y J. R. C. (alias Cobra) agredieron a otros reos pandilleros usando palos y armas blancas.” El juzgador calificó que tales hechos declarados probados, constituyen el delito de ASESINATO, así como lo establece en el DECIMO SEGUNDO numeral de la parte dispositiva de la sentencia y condenó a mi representado P. E. R. F., como autor responsable penalmente ―por acción de veintitrés delitos consumados de Asesinato mediante incendio en perjuicio de veintitrés personas que murieron por carbonización en concurso real a la pena de VEINTICINCO (25) AÑOS SEIS (6) MESES DE RECLUSION‖; sobre este particular, la defensa 250 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 del señor P. E. R. considera que el juzgador arriba a tal decisión por una errónea interpretación del referido articulo 117 ya que en los mencionados hechos probados, no se aprecia de manera clara y precisa, los dos elementos indispensables para catalogar la conducta de mi representado como constituta de tales delitos, en este caso el elemento objetivo y subjetivo del tipo penal.- En el caso subjudice, los hechos probados carecen de tales elementos y no concretiza de manera puntual y clara, la forma en la que nuestro patrocinado realiza esas acciones que hacen que el Juzgador le condene por el delito de ASESINATO; al grado tal que omite establecer los nombres de los sujetos pasivos de los hechos (ofendidos) y más grave aun no establece cual fue el resultado de sus acciones, no concretiza, si como resultado de tales acontecimientos se produjo el resultado muerte necesario para catalogar la conducta de mi representado como ASESINATO, es por tal circunstancia que al no realizar una adecuación de los hechos acontecidos con el tipo penal por el que acusa, aplica incorrectamente el precepto penal antes referido. INTERPRETACION PRETENDIDA Al no plasmar de manera concreta la acción de mi representado P. E. R. en los sucesos a él acusados, convierte a los hechos probados en meras especulaciones, en relatos sin sentido y al no establecer contra quienes se producen las acciones y cual fue el resultado, por consiguiente al no enmar C. adecuadamente en el tipo penal por el que se le condenó, nuestra solicitud al Tribunal de Casación es que se aplique correctamente la norma penal con el dictado de un fallo absolutorio. XLII.RECURSO DE CASACIÓN POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO P. E. R. F., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS DECLARADOS PROBADOS NO SE DESPRENDE QUE DICHO IMPUTADO HAYA EJECUTADO A TÍTULO DE COAUTOR VEINTITRES DELITOS DE ASESINATO MEDIANTE INCENDIO Y TREINTA Y SIETE DELITOS DE ASESINATO ALEVOSO, POR LO QUE AL RESULTAR CONDENADO POR ESTAS INFRACCIONES PENALES, EL TRIBUNAL SENTENCIADOR HA INCURRIDO EN UNA APLICACIÓN INDEBIDA DEL ARTICULO 117 DEL CODIGO PENAL.- Argumenta el recurrente que el Juzgador ha incurrido en una aplicación indebida del artículo 117 del Código Penal, norma penal que tipifica el delito de Asesinato. Alega que en el cuadro fáctico no se describe comportamiento alguno del acusado P. E. R. F., que constituya el delito de ASESINATO tipificado en el artículo 117 del Código Penal, por lo que pide que se aplique correctamente la norma penal y se dicte un fallo Absolutorio. Esta Sala de lo Penal considera importante recordar, que a través del recurso de casación por infracción de ley, sólo puede intentarse una revaloración jurídica del material fáctico descrito en la sentencia, contenido en la formulación de hechos probados realizada por el Tribunal de Instancia. El recurso de casación por infracción de ley debe estructurarse o partir su alegación, de los hechos probados que contenga la resolución cuestionada, puesto que el vicio en esencia consiste en que la decisión adoptada por el juzgador en la parte resolutiva de la sentencia, es incompatible, irreconciliable o ajena a la verdad enunciada por la narración fáctica (hechos probados), de tal suerte que resultan inobservadas las normas que sí corresponde aplicar, se invocan normas que no deben aplicarse, o se invocan las normas que deben aplicarse al caso concreto pero el Juzgador hace una interpretación errónea de las mismas. Precisados los límites en los que puede desenvolverse la función revisora de esta Sala cuando del recurso de casación por infracción de ley se trate, ahora es pertinente que indiquemos cuales son los elementos objetivos y subjetivos del delito de asesinato mediante incendio que se atribuye al encartado P. E. R. 251 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 F. en perjuicio de varias personas. La muerte de un ser humano a consecuencia de la acción realizada por otra persona, valiéndose de medios especialmente peligrosos o revelando una especial perversidad, ha sido tradicionalmente castigada con mayor severidad que el homicidio simple. En este sentido, el asesinato se describe como la muerte de otra persona ejecutada con alguna de las circunstancias mencionadas en el artículo 117 del Código Penal. De este modo, la concurrencia de algunas de las circunstancias del artículo 117 establece la diferencia entre el homicidio y el asesinato. No obstante, cabe señalar, que ambos delitos comparten características comunes, así, aparte de la igualdad en el bien jurídico protegido, que es la vida humana como valor ideal, coinciden los sujetos, activo y pasivo, que pueden serlo cualquier persona, sin más limitaciones que las que provienen del concurso de leyes,133 el objeto material sobre el que recae directamente la acción, es el hombre vivo físicamente considerado, y los problemas de la relación de la causalidad, en virtud de la cual se debe establecer la conexión entre el comportamiento del sujeto activo y el resultado que consiste en la muerte efectiva de otra persona. En el caso concreto que ahora nos ocupa, se ha declarado la responsabilidad penal del encausado P. E. R. F. a título de coautor de varios delitos de asesinato mediante incendio, modalidad prevista en el numeral 3) del precepto legal supracitado. La razón de la especial agravación de la muerte de un ser humano cometido mediante incendio, no es solamente la mayor perfidia del medio empleado que revela un delincuente sumamente peligroso, sino también el peligro general que tal medio y otros como la inundación, explosión, descarrilamiento, etc… encierran para la colectividad134. En lo que concierne a la coautoría esta se presenta cuando varias personas, previa celebración de un acuerdo común, que puede ser expreso o tácito, llevan a cabo un hecho de manera mancomunada, mediante una contribución objetiva a su realización, por lo que cada autor domina todo el suceso en unión de otro o de otros. Un buen ejemplo lo brinda la banda de asaltantes que planea atracar un banco, y con tal fin se distribuyen las diversas tareas: reducir a los guardias de seguridad, controlar a los concurrentes a la entidad crediticia, abrir la caja fuerte, vigilar el exterior, tomar el dinero entregado por los cajeros, etc.., todos los intervinientes, pues, pueden ser considerados coautores a condición de que reúnan las exigencias correspondientes. De esta forma, en los casos de dominio del hecho, las funciones que realizan los concurrentes, no son las mismas, pero todos realizan alguna labor, y la suma de ellas es la que permite la comisión del delito. Habiendo determinado de manera sucinta cuales son los elementos objetivos y subjetivos de la modalidad del delito de asesinato antes apuntada, y explicada en términos generales la figura de la coautoría, analizaremos sí a partir del relato de hechos probados se puede atribuir al acusado los hechos criminosos antes apuntados. Una lectura detenida de la fundamentación fáctica de la sentencia, revela que en el hecho probado vigésimo cuarto se describe que el reo rondín P. E. R. F. cerró con candado la puerta de acceso a la celda No. 6, tras lo cual con ayuda de algunos de los acusados 133 Así sí el sujeto pasivo es alguno de los Presidentes de los Poderes del Estado, el delito aplicable es el previsto en el artículo 322, si se trata del Jefe de Estado extranjero o Jefe de Gobierno extranjero, el artículo 318, etc… 134 Vid. CUELLO CALON, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo II, Revisada por CAMARGO HERNANDEZ, CESAR, Bosch, Casa Editorial, S.A., Barcelona, 1982, pág. 507. 252 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 colocó cajones, palos y mesas frente a dicha puerta. Por otro lado, también se expresa en el cuadro fáctico que seguidamente el reo rondín P. E. R. F., consiguió un líquido acelerante, regresando a la celda seis (6) por la parte de atrás, siguiendo el pasillo de la Comandancia de Guardia, y junto con otros coimputados prendieron fuego con dicho acelerante a varias colchonetas las que arrojaron hacia el interior de la celda seis (6), a través de las ventanas traseras, rociando asimismo de acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban adentro trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el fuego. lo que en una conexión causa -efecto trajo como resultado la muerte de veintitrés personas mediante incendio135De este modo se describen las acciones de varios individuos, entre quienes se encuentra el procesado P. E. R. F., que de manera deliberada y conjunta contribuyeron, ya sea para causar un incendio en la Celda No. 6 de la Granja Penal del Porvenir o impedir la salida de quienes se encontraba en su interior, lo que en una relación causa-efecto trajo como resultado la muerte de varias personas (vid. Hecho Probado Cuadragésimo Tercero). De este modo, del relato fáctico antes descrito se subsume la comisión del delito de asesinato tipificado en el artículo 117 No. 3) del Código Penal y por ende atribuible al encartado P. E. R. F. a título de coautor, consecuentemente, se desestima el motivo de casación que por infracción de ley interpusiera la Defensa para desvanecer los delitos de asesinato mediante incendio por los cuales resultara condenado. En lo que concierne a los treinta y siete delitos de asesinato alevoso consumado que se le atribuyen al encartado P. E. R. F. esta Sala considera pertinente recordar que la alevosía supone el empleo de procedimientos que facilitan el hecho. La define el artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida y la integridad personal, empleando medios, modos o formas en la ejecución que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido.”. En este sentido, la alevosía exige que los procedimientos empleados tiendan, directa y especialmente a asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una posible defensa del agredido. Ejemplos de ataques alevosos son los que se producen por la espalda136, o estando la víctima en la cama o de rodillas. Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en la alevosía es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del hecho y la ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer el ofendido. La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la ejecución del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún tipo de premeditación o preparación, de tal manera que puede surgir en el mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que su enemigo le da la espalda para dispararle). En algunas corrientes jurisprudenciales se distinguen tres supuestos de asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera, si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se 135 Vid. Hecho Probado No. Cuadragésimo Tercero. Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid. MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición, Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54 136 253 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial situación de desA. de la víctima que impide cualquier manifestación de defensa137. Un análisis del relato fáctico en todo su contexto nos permite constatar que en los hechos probados decimoséptimo, decimonoveno y cuadragésimo primero se describen las acciones ejecutadas por varios reos pandilleros que dieron como resultado en algunos casos la muerte y en otros las lesiones causadas a varios reos comunes, así como también los intentos por acabar con la vida de estos últimos mediante incendio y otros medios idóneos, De este modo y si bien es cierto que de la fundamentación fáctica no se desprende la existencia de una causa de justificación ni otra eximente de responsabilidad criminal a favor del imputado P. E. R. F., por las agresiones que ejecutaran en perjuicio de otros individuos, no es menos cierto que tampoco se desprende del mismo relato fáctico que las referidas agresiones hayan sido a traición, inesperadas, mediante emboscada o celada, o aprovechándose de una situación de evidente desvalimiento de los ofendidos, de ahí que no podamos afirmar de manera indubitada y a partir de los hechos declarados probados que los encausados al perpetrar las acciones que se le imputan hayan empleado particulares medios, modos o formas en la ejecución de los hechos con la finalidad de asegurar el resultado, sin los riesgos que para su persona hubieran podido proceder de una reacción defensiva por parte de los ofendidos, de ahí que la agresiones tantas veces referidas no puedan calificarse como alevosas y por lo tanto constitutivas de delitos de asesinato, por lo que el comportamiento de los acusados al contribuir de manera mancomunada, en un plan espontáneo y colectivo con la finalidad de dar muerte a los reos pandilleros, propósito que finalmente resultara alcanzado, se subsume en la figura del homicidio simple, tipificada en el artículo 116 párrafo primero del Código Penal, considerando esta Sala que como mínimo, de manera analógica y en bonam partem, concurre a favor de los procesados , la atenuante de haber precedido de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito138. Es cierto como lo expone el Censor, que en el relato fáctico no se establece puntualmente y con detalle cuales fueron las acciones que individualmente trajeron como consecuencia la muerte de treinta y siete personas, pero no es menos cierto que del mismo relato fáctico se colige que el acusado junto con otros realizaron una misma y compleja operación delictiva, de tal manera que cada uno de ellos mediante acciones ejecutivas idóneas para causar la muerte de otras personas, esto es, utilizando armas cortopunzantes, palos, piedras y otros objetos contundentes, reforzándose unos y otros, realizaron una parte diversa pero esencial para el éxito de la referida operación, cuyos resultados se reflejan en las autopsias efectuadas por los médicos forenses y descritas en los hechos probados en los que se aprecian con detalle que los treinta y siete reos pandilleros que resultaron muertos presentan múltiples heridas causadas con los medios antes señalados. Una cosa es que de un grupo de personas no se tenga la certeza respecto a quienes participaron en el hecho, y otra muy diferente que más allá de 137 Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html El artículo 26 No. 4) del Código Penal establece que constituye una circunstancia atenuante ―haber precedido inmediatamente de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito‖. Por su parte el numeral 14) del mismo precepto legal, prevé que constituye circunstancia atenuante: ―cualquier otra circunstancia análoga a las anteriores..‖ 138 254 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 toda duda razonable se tenga por probado que un hecho fue producido por la acción conjunta de un grupo de individuos, pues en éste último evento la imprecisión de los detalles no altera la responsabilidad que como coautores les es imputable a todos. De este modo resulta que la decisión mancomunada, es decir, la decisión común del hecho del referido imputado junto con otros es lo que ha determinado la conexión de las partes del suceso ejecutadas por cada uno de ellos y a partir de la que es posible imputarle a cada encausado la parte realizada por cada uno de los otros139. Por las razones anteriormente expuestas se le impone al encartado la pena mínima de quince años de reclusión por cada uno de los homicidios consumados, para hacer un total de quinientos cincuenta y cinco años de reclusión. De este modo se estima parcialmente y en los términos antes expuestos, el motivo que por infracción de ley interpusiera la Defensa del imputado P. E. R. F. para desvanecer los cargos de treinta y siete delitos de asesinato consumado mediante alevosía. XLIII.- SEGUNDO MOTIVO: Aplicación indebida del artículo 117 del Código Penal, en relación al 15 del mismo cuerpo legal. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el articulo 360 del Código Procesal Penal EXPLICACIÒN DEL MOTIVO La norma penal que aplica indebidamente el sentenciador es el articulo 117 del Código Penal que establece: ―Es reo de asesinato quien de muerte a una persona ejecutándola con la concurrencia de las circunstancias siguientes: 1) Alevosía; 2) Con Premeditación, conocida; 3) Por medio de inundación, incendio, envenenamiento, explosión, descarrilamiento, volcamiento, varamiento o avería de buque u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos, siempre que haya dolo o intencionalidad; y, 4) Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido. La pena por asesinato será de veinte (20) a treinta (30) años de reclusión y cuando se cometiese mediante pago, recompensa o promesa remuneratoria, o se acompañase de robo o violación, la pena será de treinta (30) a privación de por vida de la libertad. En relación al articulo 15 del mismo cuerpo legal que establece: Hay tentativa cuando, con la intención e cometer un delito determinado, se realizan actos inequívocos de ejecución y no se consuman por causas ajenas a la voluntad del agente‖ Los hechos antes relacionados y transcritos, fueron considerados por el sentenciador según lo establece en el décimo segundo numeral del Acápite ―Parte Dispositiva‖ de la sentencia como ASESINATO EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, fundamentado en el Artículo 117 en relación al 15 del Código Penal y condenando a mi representado ―por acción de treinta y siete delitos consumados de Asesinato por Alevosía en perjuicio de treinta y siete personas que murieron en forma violenta en concurso real, a la pena de SETECIENTOS CINCUENTA Y OCHO (758) AÑOS DE RECLUSION‖ y ―por acción de diecinueve delitos de Asesinato por Alevosía en su grado de ejecución de Tentativa en perjuicio de diecinueve reos pandilleros sobrevivientes en concurso real a la pena de DOSCIENTOS SESENTA Y DOS (262) AÑOS CUATRO (4) MESES DE RECLUSION‖; sobre este particular, la defensa del señor P. E. R. considera que el juzgador arriba a tal decisión por una errónea interpretación del referido artículo 117 así como del 15 del referido cuerpo legal pues, en los hechos probados no se aprecia de manera clara y precisa, los elementos indispensables para 139 Sobre la figura de la coautoría en particular, vid. MARQUEZ CARDENAS, ALVARO ENRIQUE, en La Coautoría en la Dogmática Penal, frente a otras formas de Autoría y Participación, Universidad Libre de Colombia, Bogotá, 2008, págs. 65 y ss. 255 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 catalogar la conducta de mi representado como constituta de tales delitos, en este caso el elemento objetivo y subjetivo del tipo penal.En el caso subjudice, los hechos probados carecen de tales elementos y no concretiza de manera puntual y clara, la forma en la que nuestro patrocinado realiza esas acciones que hacen que el Juzgador le condene por el delito de ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA y mucho menos se establece cuales fueron esas causas ajenas a la voluntad del agente que hacen que mi representado no alcance el resultado esperado. Los hechos probados antes mencionados no enmarcan de manera perfecta, el accionar de mi patrocinado P. E. R. como constitutivos de 37 ASESINATOS EN SU GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA, al grado tal que omite establecer las acciones mediante las cuales se haya intentado quitar la vida en forma alevosa a los internos, los nombres de los sujetos pasivos de los hechos (ofendidos) y más grave aun no establece cual fue el resultado de sus acciones para catalogar la conducta de mi representado como ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA Tampoco aparece cual fue la circunstancia especial que considera el sentenciador para calificarlo como un delito de asesinato, es decir cual de las cuatro circunstancias calificadores toma en cuenta para agravar la responsabilidad de los acusados de homicidio a Asesinato, si bien la menciona en la parte dispositiva que fue por Alevosía, la misma no aparece de manera clara en la lectura de los hechos probados. INTERPRETACION PRETENDIDA Al no plasmar de manera concreta la acción de mi representado P. E. R. en los sucesos a él acusados, convierte a los hechos probados en meras especulaciones, en relatos sin sentido y al no establecer contra quienes se producen las acciones y cual fue el resultado, por consiguiente al no enmar C. adecuadamente en el tipo penal por el que se le condenó, nuestra solicitud al Tribunal de Casación es que se aplique correctamente la norma penal con el dictado de un fallo absolutorio. XLIII.- RECURSO DE CASACION POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO P. E. R. F., ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS DECLARADOS PROBADOS NO SE DESCRIBEN ACCIONES DEL PROCESADO CONSTITUTIVAS DE LOS DIECINUEVE DELITOS DE TENTATIVA DE ASESINATO ALEVOSO POR LOS CUALES RESULTARA CONDENADO A TITULO DE COAUTOR, DE AHÍ QUE EL TRIBUNAL SENTENCIADOR HA INCURRIDO EN UNA APLICACIÓN INDEBIDA DEL ARTÍCULO 117 No. 1) DEL CODIGO PENAL EN RELACIÓN CON EL ARTICULO 15 DEL MISMO TEXTO PUNITIVO.- Argumenta el recurrente que el A Quo incurre en una aplicación indebida del Artículo 117 del código penal, que tipifica el delito de Asesinato, en relación al 15 del mismo texto normativo, que define los requisitos de la tentativa como un grado de ejecución del delito. Esgrime que la decisión del juzgador por la que se condena al acusado P. E. R. F., en aplicación de los artículos 117 y 15 del Código Penal es errónea, en tanto de los hechos probados no se aprecia de manera clara y precisa, los elementos objetivos y subjetivos del tipo penal. Considera que en los hechos probados no se concretiza la forma en la que el acusado habría realizado las acciones por las que el A Quo le condena por el delito de ASESINATO EN GRADO DE EJECUCION DE TENTATIVA y mucho menos cuales fueron esas causas ajenas a la voluntad del agente que impidieron la consumación del resultado esperado. Además omite establecer los nombres de los ofendidos y no establece cual fue el resultado de sus acciones para catalogar su conducta como ASESINATO en el grado de ejecución de TENTATIVA Tampoco la circunstancia especial que considera el A Quo para calificar el delito de asesinato, es decir cual de las cuatro circunstancias calificadores ha tomado en cuenta para agravar la responsabilidad 256 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 de los acusados de homicidio a Asesinato. Si bien la menciona en la parte dispositiva que fue por Alevosía, la misma no aparece de manera clara en la lectura de los hechos probados. . Esta Sala de Penal considera pertinente recordar que la alevosía supone el empleo de procedimientos que facilitan el hecho. La define el artículo 27 No. 2) del Código Penal: “hay alevosía cuando el culpable comete cualquiera de los delitos contra la vida y la integridad personal, empleando medios, modos o formas en la ejecución que tiendan directa y especialmente a asegurarlas, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido.”. En este sentido, la alevosía exige que los procedimientos empleados tiendan, directa y especialmente a asegurar la ejecución, evitando el riesgo de una posible defensa del ofendido. Ejemplos de ataques alevosos son los que se producen por la espalda140, o estando la víctima en la cama o de rodillas. Los ataques a traición son alevosos. Lo decisivo en la alevosía es, por tanto, el aseguramiento de la ejecución del hecho y la ausencia del riesgo ante la defensa que pudiera hacer el ofendido. La alevosía puede aparecer en cualquier momento de la ejecución del delito, no exigiéndose para su apreciación ningún tipo de premeditación o preparación, de tal manera que puede surgir en el mismo momento en que se ejecuta el hecho (el sujeto aprovecha que su enemigo le da la espalda para dispararle). En algunas corrientes doctrinales se distinguen tres supuestos de asesinato alevoso. La llamada alevosía proditoria o traicionera, si concurre celada, trampa o emboscada; la sorpresiva, que se materializa en un ataque súbito o inesperado; y la alevosía por desvalimiento, en la que el agente se aprovecha de una especial situación de desA. de la víctima que impide cualquier manifestación de defensa141. Por otro lado también resulta oportuno recordar que el artículo 15 del código penal establece: “hay tentativa cuando, con la intención de cometer un delito determinado se realizan actos inequívocos de ejecución y no se consuma por causas ajenas a la voluntad del agente”. El tipo de la tentativa requiere de los siguientes elementos: a) en la parte objetiva, una ejecución parcial o total de los actos ejecutivos no seguida de consumación, b) en la parte subjetiva, la voluntad de consumación, c) la ausencia de desistimiento voluntario. El comienzo de la ejecución necesario para la tentativa requiere que se traspase la frontera que separa los actos preparatorios (sí los hay) de los actos ejecutivos. Subjetivamente la tentativa requiere que el sujeto quiera los actos que objetivamente realiza con ánimo de consumar el hecho o, al menos aceptando (con seguridad o con probabilidad) que pueden dar lugar a la consumación. Por último se requiere la concurrencia de un elemento negativo, y que consiste en el que el hecho no se consume por causas ajenas a la voluntad del agente. Recapitulando podemos afirmar que la tentativa se presenta cuando se ejecutan actos considerados indispensables para llevar a cabo el comportamiento tipificado en la ley penal y que en el caso concreto deben serlo efectivamente conforme al fin propuesto, pero factores extraños o ajenos a la voluntad del autor impiden que éste logre la producción del resultado perseguido. Así las cosas 140 Aunque hay que precisar, que no por ello se convierte automáticamente en alevosa la muerte producida por una puñalada en la espalda o al rematar al contendiente caído en el suelo, en el transcurso de una pelea en la que ambos contendientes actúan en igualdad de condiciones, vid. MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, 14ª edición, Tirant lo Blanch, Valencia, 2002, págs. 53-54 141 Vid. http://www.unav.es/penal/crimina/T%F3picos%20html/alevosia.html 257 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 podemos afirmar que habrá una tentativa de asesinato alevoso, cuando el agente realiza actos inequívocos de ejecución dirigidos a causar la muerte de una persona, empleando medios, modos o formas que tiendan directa y especialmente a asegurar dicho resultado, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera hacer el ofendido pero por causas ajenas a la voluntad del imputado el delito no alcanza la consumación. Un análisis del relato fáctico en todo su contexto nos permite constatar que en los hechos probados decimoséptimo, decimonoveno y cuadragésimo primero se describen las acciones ejecutadas por varios reos pandilleros que dieron como resultado en algunos casos la muerte y en otros las lesiones causadas a varios reos comunes, así como también los intentos por acabar con la vida de estos últimos mediante incendio y otros medios idóneos, De este modo y si bien es cierto que de la fundamentación fáctica no se desprende la existencia de una causa de justificación ni otra eximente de responsabilidad criminal a favor del procesado P. E. R. F., por las agresiones que ejecutara en perjuicio de otros individuos, no es menos cierto que tampoco se desprende del mismo relato fáctico que las referidas agresiones hayan sido a traición, inesperadas, mediante emboscada o celada, o aprovechándose de una situación de evidente desvalimiento de los ofendidos, de ahí que no podamos afirmar de manera indubitada y a partir de los hechos declarados probados que el imputado al perpetrar las acciones que se le atribuyen haya empleado particulares medios, modos o formas en la ejecución de los hechos con la finalidad de asegurar el resultado, sin los riesgos que para su persona hubieran podido proceder de una reacción defensiva por parte de los ofendidos, de ahí que la agresiones tantas veces referidas no puedan calificarse como alevosas y por lo tanto constitutivas de delitos de tentativa de asesinato, por lo que el comportamiento del acusado al contribuir de manera mancomunada, en un plan espontáneo y colectivo con la finalidad de dar muerte a los reos pandilleros, propósito que finalmente y respecto a los diecinueve reos pandilleros sobrevivientes no resultara alcanzado por causas ajenas a su voluntad, se subsume en la figura de la tentativa de homicidio simple, tipificada en el artículo 116 párrafo primero del Código Penal en relación al artículo 15 del mismo texto punitivo, considerando esta Sala que como mínimo, de manera analógica y en bonam partem, concurre a favor del procesado P. E. R. F., la atenuante de haber precedido de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito142. Es cierto como lo expone el Censor, que en el relato fáctico no se establece puntualmente y con detalle cuales fueron las acciones que individualmente trajeron como consecuencia la puesta en peligro de la vida de diecinueve personas, pero no es menos cierto que del mismo relato fáctico se colige que el acusado junto con otros realizaron una misma y compleja operación delictiva, de tal manera que cada uno de ellos mediante acciones ejecutivas idóneas para causar la muerte de otras personas, esto es, utilizando armas cortopunzantes, palos, piedras y otros objetos contundentes, reforzándose unos y otros, realizaron una parte diversa pero esencial con la finalidad de alcanzar el éxito de la referida operación, cuyos resultados particularmente se reflejan en las 142 El artículo 26 No. 4) del Código Penal establece que constituye una circunstancia atenuante ―haber precedido inmediatamente de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito‖. Por su parte el numeral 14) del mismo precepto legal, prevé que constituye circunstancia atenuante: ―cualquier otra circunstancia análoga a las anteriores..‖ 258 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 dictámenes médicos efectuadas por los médicos forenses y descritas en los hechos probados en los que se aprecian con detalle que los diecinueve reos pandilleros que sobrevivieron presentan múltiples heridas causadas con los medios antes señalados. Una cosa es que de un grupo de personas no se tenga la certeza respecto a quienes participaron en el hecho, y otra muy diferente, es que más allá de toda duda razonable, se tenga por probado que un hecho fue producido por la acción conjunta de un grupo de individuos, pues en éste último evento la imprecisión de los detalles no altera la responsabilidad que como coautores les es imputable a todos. De este modo resulta que la decisión mancomunada, es decir, la decisión común del hecho de los referidos imputados junto con otros es lo que ha determinado la conexión de las partes del suceso ejecutadas por cada uno de ellos y a partir de la que es posible imputarle a cada encausado la parte realizada por cada uno de los otros143. Recapitulando podemos afirmar que del relato fáctico se desprende la descripción de actos ejecutivos realizados por el procesado P. E. R. F. con el evidente propósito de causar la muerte de los reos pandilleros internos en la granja penal del Porvenir, voluntad compartida con otros encartados, resultado que no se logra alcanzar cuando transcurridos unos veinte minutos desde que hubiera arribado al escenario de los acontecimientos el encausado C. E. H. A., al percatarse de la presencia de representantes de los medios de comunicación, ordenó que C.an los disparos que aún efectuaban elementos de seguridad del Estado y que reforzaban la actividad criminal ejecutada por los imputados antes mencionados144. De este modo se impone al encartado la pena mínima de diez años de reclusión por cada una de las tentativas de homicidio ejecutadas, para hacer un total de ciento noventa años de reclusión. De este modo se estima parcialmente y en los términos antes expuestos, el motivo que por infracción de ley interpusiera la Defensa del imputado P. E. R. F. para desvanecer los cargos de diecinueve delitos de tentativa de asesinato por los cuales resultara condenado. XLIV- La Recurrente Abogada S. I. G. F., en su condición de co-apoderada legal del señor G. H. G., desarrolló su Recurso de Casación por Infracción de Ley y Quebrantamiento de Forma, de la siguiente manera: ―EXPOSICIÓN DE MOTIVOS DE CASACION PRIMER MOTIVO: De conformidad con los hechos declarados probados por el Tribunal Sentenciador, se han infringido tres preceptos penales de carácter sustantivo. PRECEPTO AUTORIZANTE: El presente motivo de casación se encuentra comprendido en el Artículo 360, párrafo primero, del Código Procesal Penal (en adelante CPP). EXPLICACIÓN DEL MOTIVO:Los preceptos penales infringidos por aplicación indebida son, en su orden, los Artículos 349 numeral 3, 36 y 117, numeral 3, del Código Penal. Desarrollo del Vicio: a) Hechos Probados La sentencia de mérito, con relación a mi poderdante, expresa y declara probados cuatro hechos de los cuales esta representación encuentra que las infracciones a la ley sustantiva se coligen de 143 Sobre la figura de la coautoría en particular, vid. MARQUEZ CARDENAS, ALVARO ENRIQUE, en La Coautoría en la Dogmática Penal, frente a otras formas de Autoría y Participación, Universidad Libre de Colombia, Bogotá, 2008, págs. 65 y ss. 144 Cabe señalar que en el caso de la víctima de tentativa de homicidio, identificada como JOSE ROBERTO MALDONADO, las causas ajenas que impiden a los responsables de esa infracción que alcancen su objetivo, es la intervención de un hermano de aquel, perteneciente a la Fuerza Aérea Hondureña. Vid. Hecho Probado Trigésimo Segundo. 259 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 su propio contenido pues de los mismos no se extrae la comisión de conducta típica alguna. Dichos hechos probados son los consignados en los numerales DECIMO QUINTO (Pág. 76), DECIMO OCTAVO (Pág. 77), VIGESIMO CUARTO, PARTE ÚLTIMA (Pág. 79) y TRIGÉSIMO SEPTIMO (Pág. 83) y que literalmente establecen por su orden que: DECIMO QUINTO: “Siendo las siete de la mañana con treinta minutos, los Policías Penitenciarios J. E. Lorenzo G. y W. H. G., salieron del Centro Penal acompañando a seis reos, quienes iban hacer trabajos de limpieza en las proximidades de la posta número uno, en donde ese día se encontraba asignado el policía penitenciario Víctor M. Tejeda Murillo” (Lo resaltado y subrayado me pertenece). DECIMO OCTAVO: “Al sonido de los disparos desde el interior del recinto, en la Comandancia de Guardia, se ordenó, a las personas que estaban haciendo fila para ingresar como visitas, que se fueran, por su seguridad; Entre tanto, habiendo escuchado los disparos, los policías penitenciarios J. E. Lorenzo G. y W. H. G., se desplazan desde la posta uno hacia la Comandancia de Guardia, donde dejan los seis (6) reos comunes que andaban custodiando, ordenándoles el Comandante de Guardia NE.O.M., que resguardaran el perímetro exterior, específicamente al Policía J. E. Lorenzo G., se le ordena ubicarse entre las postas dos (2) y tres (3) y al Policía W. H. G., en la posta cinco (5), en donde ese día prestaba servicio el policía penitenciario R. A. H. V.”. (Lo resaltado y subrayado me pertenece). VIGESIMO CUARTO: “Pasadas las 09:25 a.m. en venganza, el reo rondín P. E. R. F. (alias Chinapopo), cierra con candado la celda seis (6), hacia donde policías penitenciarios y miembros del ejército han disparado, para luego tirar cajones, palos y mesas a la puerta de esa celda, con ayuda de los reos rondines A. A. S., (alias Comayagua) y J. A. S. P., (alias J. S.); Seguidamente el reo rondín P. E. R. F., consigue un liquido acelerante, regresando a la celda seis (6) por la parte de atrás, siguiendo el pasillo de la Comandancia de Guardia, y junto con los reos rondines L. A. C. V., (alias Chica Sexy), S. E. A. P., (alias el Chaparro) y el reo S. G. B., prenden en fuego, con el acelerante, varias colchonetas las que tiran hacia el interior de la celda seis (6), por las ventanas traseras, rociando de acelerante la madera del techo de dicha celda, al que también prendieron fuego, mientras que las personas que se encontraban adentro trataban de sofocarlo, agarrando agua del baño, gritaban pidiendo auxilio y rogando clemencia, sin lograr controlar el fuego; De todo ello lograron tener conocimiento los Policías Penitenciarios D. A. A., P. P. C. y el miembro del Ejército R. A. S.I., sin que realizaran acción alguna para evitarlo. En ese momento el Policía Penitenciario W. H. G., escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la celda seis (6), e instantes después observó el humo provocado por el fuego de la celda (6), sin que tampoco realizara acción alguna (Lo resaltado y subrayado me pertenece). TRIGÉSIMO SEPTIMO: “En ese momento el Policía Penitenciario W. H. G., se persona al campo de football, para realizar labores de resguardo y seguridad, esto después de haber tenido conocimiento sobre el incendio, haber escuchado los disparos y los gritos de las personas desde el interior del recinto, sin haber realizado acción alguna en auxilio” (Lo resaltado y subrayado me pertenece). b) Exposición del Vicio De los hechos probados trascritos se deriva claramente que el acontecimiento, con relación al señor W. H. G., tal y como quedó acreditado en la sentencia de mérito, no se subsume en los tipos penales de VIOLACIÓN DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS por OMISIÓN PROPIA, y mucho menos, que este delito concurra en concurso ideal complejo de carácter heterogéneo por OMISIÓN 260 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 IMPROPIA en 23 delitos consumados de ASESINATO MEDIANTE INCENDIO, tipos penales regulados en los Artículos 349, numeral 3, con relación al Artículo 36 y 117 numeral 3 del Código Penal, los cuales literalmente establecen, en su orden, lo siguiente: Art. 349, numeral 3: “será castigado con reclusión de …. 1)…2)…3) Omita, rehúse o retarde algún acto que deba ejecutar de conformidad con los deberes su cargo”; Artículo 36: “Las disposiciones del artículo anterior no se aplicarán en el caso de que un solo hecho constituya dos (2) o más delitos”. Artículo 117, numeral 3: “Es reo de asesinato, quien de muerte a una persona ejecutándola con cualquiera de las circunstancias siguientes: 1)…, 2)…3) por medio de inundación, incendio… siempre que haya dolo e intencionalidad”. Análisis en cuanto al delito de violación de los deberes de los funcionarios (Art. 349, numeral 3, del Código Penal): Tal y como lo ha establecido el Tribunal, este tipo penal se denomina por la doctrina como omisión propia o pura. En ese sentido, y siguiendo a S. Mir Puig en su texto DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. 5ª edición, página 303, ―en todo delito de omisión pura se describe una situación típica, en la que se omite una determinada acción, pese a que el sujeto podía haberla realizado. Siguiendo esta estructura se establece que son tres los elementos que conforman la omisión pura: a) La situación típica; b) la ausencia de una acción determinada; y, c) la capacidad de realizar esa acción. De conformidad con estos tres aspectos o elementos, es necesario realizar un análisis para determinar si la conducta de mi representado se encuadra en un delito de omisión propia y dicho análisis debe necesariamente efectuarse a la luz del delito de Violación de los Deberes de los Funcionarios imputado al señor W. G. H.. En ese sentido, de la literalidad del Artículo 349, numeral 3, supra transcrito, se deriva que para que a una persona pueda imputársele el delito de Violación de los Deberes de los Funcionarios por omisión, será necesario que el autor no ejecute un acto que deba ejecutar de conformidad con los deberes de su cargo. A criterio del Tribunal, mi representado incurre en este delito al no haber cumplido con la atribución legal prevista en el Artículo 10, numeral 3, de la Ley Orgánica de la Policía Nacional, que establece que la Policía Nacional tendrá como una de sus atribuciones ―proteger la vida, honra, bienes, derechos y garantías de las personas y seguridad de las instituciones públicas y privadas”; asimismo, por inobservar el precepto previsto en el Artículo 22, numerales 1 y 3, del mismo cuerpo legal que al efecto establecen que “en cumplimiento de sus funciones los miembros de la Policía actuarán de acuerdo con las normas siguientes: 1. Respeto absoluto a la Constitución de la República, de los Tratados y Convenios Internacionales de que Honduras forme parte y de las Leyes y Reglamentos vigentes; 3. tratar a los detenidos de acuerdo con la Ley; ello implica: a…b…c. Cuidar y proteger la salud física y mental de las personas detenidas o sometidas a resguardo y respetar su honor y dignidad mientras se mantenga bajo su custodia”. No obstante lo anterior, para la configuración de este delito, en la hipótesis señalada como aplicable por el Tribunal, se requiere la concurrencia de los siguientes elementos: 1. La condición de funcionario público; y, 2. que el funcionario omita algún acto que deba ejecutar de conformidad con los deberes su cargo. Con respecto al numeral 1, no se efectúa cuestionamiento alguno, ya que en ningún momento se ha negado que mi representado ostentaba la condición de policía penitenciario, y por tanto de funcionario público; sin embargo, con respecto al numeral 2, resulta imperioso precisar, que no basta con la simple mención de la omisión de un deber jurídico 261 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 descrito en la Ley, tal como lo hace el Tribunal en su sentencia, sino que para que esta afirmación pueda materializarse, este delito exige además que exista la capacidad de desarrollar la acción determinada, como también la presencia de un dolo que consiste en la plena conciencia que debe tener el autor de incumplir con ese deber específico impuesto. Contrario a este esencial requisito, consta en el acápite de VALORACIÓN DE LA PRUEBA (páginas 135 a la 137) que W. H. G. actuó, en primer lugar atendiendo un llamado de alerta; y, en segundo lugar, obedeciendo una orden librada por el Comandante de Guardia, aspectos que se desprenden específicamente de la declaración testifical rendida por el señor J. E. Lorenzo G., quién manifiesta que ―…(él) estaba asignado a la granja y a las ocho y veinte de la mañana salimos con G. H. , con seis privados de libertad al área de la posta número uno y como a las nueve de la mañana se escucharon disparos de alarma y trajo a los internos a la guardia y ahí estaba Clase M. y el nos autorizó que fuera a cubrir el área perimétrica entre posta dos y tres y a G. H., lo mandaron a la posta número cinco‖; y la declaración rendida por el propio acusado al expresar que “.salimos con J. E., a cuidar unos internos que iban a limpiar la posta numero uno. Teníamos una hora de estar allí y escuchamos los disparos de alarma y regresamos con los internos a la guardia y se nos asignó vigilancia en el perímetro… yo estaba por la posta número cinco, en la parte de atrás de la granja. Yo estaba disponible, no estaba en servicio…”. De estos dichos, y de la valoración positiva que el Tribunal hace de los mismos, es de donde surge el hecho probado DECIMO OCTAVO, el cual no deja duda que el día del trágico acontecimiento mi representado se encontraba fuera de la instalación penitenciaria, y luego de escucharse los disparos, le fue ordenado vigilar y resguardar el perímetro exterior, con lo cual no tenía la capacidad de realizar la acción que a juicio del Tribunal ha omitido (y referida en los Artículos relacionados de la Ley Orgánica de la Policía Nacional), y por consiguiente ante esa ausencia de facultad de actuación, no puede existir la intención de omitir un acto que no puede ser realizado, tal como se deriva de dicho hecho probado. Y es que lo anterior resulta lógico, pues ante la existencia de una posible crisis a lo interno de un Centro Penal, lo razonable es tomar acciones y medidas preventivas, tanto en el interior como en la parte exterior del lugar, por lo que mi representado tenía la obligación de obedecer la orden girada de permanecer en el lugar indicado (posta cinco). Además, como igualmente quedó probado, dentro de la zona de conflicto ya habían personas de mayor rango a cargo de la situación, no quedándole otra opción a mi representado que cumplir las ordenes legítimas recibidas consistentes en la realización de las labores de vigilancia en el perímetro exterior para evitar que la crisis se incrementara aun más con la posible fuga de reos, conducta que a todas luces es contrapuesta a no querer actuar por desidia o indiferencia. Cabe destacar que el extremo anterior no es desconocido por el Tribunal, porque así lo dejó evidenciado al valorar la prueba que lo llevó a declarar otros hechos probados relacionados con otros imputados; así, por ejemplo, en el Ordinal DÉCIMO OCTAVO, Pág. 252, en el que literalmente sostiene que “mandan las normas que en caso de emergencia deberá de siempre existir una persona y solo una, que se haga cargo del escenario, para el mejor desempeño de las labores de auxilio, rescate y ejecución de acciones. De existir muchas personas dando órdenes en un escenario de emergencia, se corre el riesgo de trabajar en forma descoordinada, y que emanen órdenes contradictorias…”; no obstante, para el caso particular de 262 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 W. H. G., el Tribunal pretende desconocer que los Agentes Policiales se rigen por los principios de jerarquía, subordinación y disciplina (Art. 22, literal ch, de la Ley Orgánica de la Policía Nacional) y que precisamente por esa relación jerarquizada y verticalizada, deben cumplir con las órdenes que se emanan, más aún cuando la orden de vigilancia en el perímetro exterior de la Granja Penal –como aconteció en el presente caso- se constituye en una orden a todas luces legítima y por ende no ilegal. De tal manera que ante las circunstancias en que acontecieron los hechos en relación con mi representado, hubiese sido necesario que el Tribunal de Sentencia, como espectador objetivo, frente a un caso como el presente y para emitir un juicio más acertado, se colocase en el lugar del imputado (tomando en consideración las circunstancias personales que lo rodean), y preguntarse así mismo qué hubiese hecho en la posición de un Policía Penitenciario que ante los disparos que escucha, se desplaza del lugar donde está asignado y se apersona a una Comandancia de Guardia, donde se le reasigna una nueva función específica durante el inicio de una situación crítica, función que, ante el desconocimiento de su desenlace, al momento de ser asignada se constituía en una función relevante (custodiar para evitar posible fuga de reos); y que de igual forma fue asignada y cumplida por otros policías penitenciarios que en el presente caso han concurrido como testigos. Visto lo anterior, no cabe duda que sobre la base de los hechos declarados probados por el propio Tribunal y acreditados en la sentencia misma, existe una evidente infracción penal, por aplicación indebida del Artículo 349, numeral 3, del Código Penal, en relación a los Artículos 10.3 y 22.1 y 3 de la Ley Orgánica de la Policía Nacional, al evidenciarse que el Tribunal sentenciador ha forzado la fundamentación jurídica otorgando una calificación jurídica a una conducta, que de acuerdo a los hechos declarados probados, no es ilícita pues como reiteradamente se ha manifestado, W. H. G. no pudo realizar más acciones que las que le habían sido asignadas por el Comandante de Guardia, ordenes que a todas luces resultan legales, pues de lo contrario el propio Comandante de Guardia hubiese sido procesado en el presente juicio. Es así, que para lograr la forzada calificación, el Tribunal ha recurrido a inferencias subjetivas, apreciaciones especulativas y, en definitiva, a argumentos insostenibles como son los expuestos en el resumen de responsabilidades (ordinal VIGÉSIMO SÉPTIMO de la VALORACIÓN DE PRUEBA, literal f) Acusado W. H. G.; Pág. 402), al establecer que “el Tribunal formula reproche al acusado por estos hechos ya que aún cuando la ley le obliga a intervenir e interceder activamente en pro de proteger la vida y la seguridad de los reos que custodia, el acusado optó por quedarse afuera inmutable a lo que veía y escuchaba. No justifica al acusado el hecho que se le haya ordenado resguardar la parte externa del edificio para evitar fugas, dado que el valor de la vida y la integridad corporal de las personas tienen prioridad ante todo. Al momento en que el acusado se le da esta orden el recinto de las celdas era controlado por los reos pandilleros, de modo que los disparos eran del arma que estos portaban, pero el acusado al ver posteriormente el humo y escuchar los disparos en ráfagas de los fusiles, debió de haber intervenido en defensa de la vida de los pandilleros. Aún en el supuesto de que el acusado no estuviese enterado que los disparos que se dieron después de las 09:10 eran de agentes del Estado, pudo perfectamente apreciar el humo y las llamas que provenían desde el interior del edificio y los gritos de las personas, por lo que ante esto estaba en la obligación de actuar para socorrer a las personas que se 263 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 encuentran en un lugar donde no pueden salir, personas que se encuentran recluidas, sabiendo además las condiciones de hacinamiento que existen.” Argumentos que de igual forma son forzadamente sostenidos en la Fundamentación Jurídica de la sentencia (Ordinal SEGUNDO: Delitos en contra de la Administración Pública. Pág. 420), atribuyéndose a una conducta legítima una calificación delictiva, al expresarse que “en el caso particular del acusado W. H. G. se encontraba en un lugar muy próximo a la Granja Penal, percibiendo la existencia de un incendio, escuchando gritos que provenían desde el interior, sabiendo que dentro del inmueble se encuentran varias personas recluidas, en celdas sobre pobladas y que a raíz del incendio existía grave peligro en contra de sus vidas, sin que haya hecho nada por auxiliarles, afectando así la buena administración pública”. Partiendo entonces de los mismos hechos probados, y muy al contrario del razonamiento del Tribunal, no cabe duda que bajo las circunstancias en que acontecieron los lamentables hechos, W. H. G. actuó dentro del M. de la ley, no debiendo interpretarse su no intervención a lo interno de la Granja Penal como una omisión que provocó un resultado lesivo a la Administración Pública, pues precisamente por la asignación de vigilancia externa que le fue asignada no tenía la capacidad de realizar una acción más allá de lo que estaba dentro de sus posibilidades (que en ese momento era mantenerse afuera del Centro para realizar su labor de vigilancia) pues ya sus superiores jerárquicos se encontraban al mando y control de la situación y su obligación entonces era cumplir las ordenes legítimas recibidas, como en efecto así lo hizo, y como al efecto se lo ordena la ley (Art. 22, literal ch, de la Ley Orgánica de la Policía Nacional), siendo además sus funciones de custodia al perímetro necesA. en la distribución de tareas que los miembros de la autoridad armada deben adoptar en casos como el presente. De tal forma pues, volviendo a los tres elementos que deben existir para la configuración de un delito por omisión propia, podemos concluir que queda claramente establecido que si bien existía la situación típica, es decir, la situación de crisis a lo interno del Centro Penal, lo cierto es que no existió por parte de mi representado una ausencia de una acción determinada, pues ni siquiera se encontraba en la capacidad de realizar ninguna acción para evitar los resultados que al interior se estaban produciendo, es más, por encontrarse afuera de las instalaciones era imposible que supiera a ciencia cierta (como el propio Tribunal lo dice en su sentencia y a la que haremos referencia en otro motivo) sobre lo que estaba aconteciendo en el interior. Finalmente, al haber efectuado un análisis de los hechos declarados probados, el resumen de valoración de la prueba, la fundamentación jurídica y los requisitos de la omisión pura, no es posible calificar la actuación de mi representado con base a la infracción antes señalada, ello en virtud que de los mismos no se deriva la concurrencia de los elementos objetivos exigidos por la Ley para la configuración de este delito. Análisis en cuanto al concurso ideal del delito de Violación de los Deberes de los Funcionarios con el delito de Asesinato mediante Incendio (Arts. 36 y 117 numeral 3 del Código Penal): El hecho probado número VIGESIMO CUARTO, anteriormente descrito, resulta ser el encuadre fáctico que a juicio del Tribunal de Sentencia permite subsumir la concurrencia del delito de VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS con el delito de ASESINATO MEDIANTE INCENDIO, observados, según la sentencia recurrida en CONCURSO IDEAL. En primer lugar, es importante señalar que el Tribunal yerra al condenar a mí representado por un delito de omisión propia en 264 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 concurso ideal con otro tipo penal de omisión impropia (ambos derivados de una misma supuesta conducta omisiva consignada en los hechos probados VIGESIMO CUARTO y TRIGESIMO SEPTIMO). De ahí podemos estimar la contradicción en las apreciaciones y fundamentaciones jurídicas del Tribunal, pues jurídica y doctrinariamente es imposible que de un mismo hecho se aprecie la concurrencia simultánea de un delito de omisión propia con un delito de omisión impropia, pues comprenderlo de esta forma sería imputar dos veces a una sola conducta una misma omisión jurídicamente relevante. Es decir, que el Tribunal al haberlo considerado de esta forma infringe el principio de ne bis in idem, al atribuir una misma supuesta omisión como génesis de dos diferentes delitos (VIOLACIÓN DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS Y ASESINATO MEDIANTE INCENDIO); lo que significa que a criterio del Tribunal, mi representado incurre en una omisión propia (VIOLACIÓN DE LOS DEBERES DE FUNCIONARIOS) de la cual se derivó una afectación a la Administración Pública, y además, le atribuye en concurso ideal una omisión impropia, que a su juicio dio como resultado veintitrés muertes mediante incendio (ASESINATO MEDIANTE INCENDIO). Esa inconsistencia jurídica, explica la aplicación indebida del Artículo 36 del Código Penal, en vista que por depender, en el presente caso, ambas infracciones de una misma raíz omisiva, es imposible legalmente reconocer la existencia de los dos delitos, bajo la hipótesis que: “Un solo hecho constituya dos o más delitos”. Al respecto cabe destacar que resulta improcedente el pretender responsabilizar por omisión impropia a mi representado, de veintitrés muertes producidas mediante incendio, cuando ni siquiera se cumplen los requisitos para calificar una conducta de omisión propia, de los propios hechos probados, como ha quedado explicado. De lo anterior, resulta no solamente necesario sino obligado, efectuar un pronunciamiento acerca de los aspectos esenciales que deben reunir los delitos de omisión impropia, que son los siguientes: 1) la situación típica, 2) ausencia de una acción determinada, 3) la capacidad de realizar esa acción, 4) la posición de garante, 5) la producción de un resultado y 6) la posibilidad de evitarlo. Sobre los tres primeros no se efectuará análisis, por haberlo hecho en apartados anteriores al momento de tratar lo concerniente a la supuesta omisión propia; y, la mención de los otros tres restantes, será a efecto de ilustración, pues al no haber concurrido los elementos de la omisión propia (la situación típica, ausencia de una acción determinada, la capacidad de realizar esa acción) no es posible la existencia de los demás. No obstante lo afirmado, resulta imperativo mencionar que el Tribunal en su sentencia se conforma con realizar una exposición teórica de lo que comprenden los delitos de omisión (Pág.115); sin embargo, al momento de exponer la fundamentación jurídica, el Tribunal se limita a efectuar de manera excesivamente simplista una mención exclusiva al requisito de la posición de garante, para responsabilizar a mi representado de veintitrés muertes, como si la concurrencia de uno de los requisitos constituyera la exclusión de los demás, obviando realizar el obligado análisis que le lleve a determinar la concurrencia de todos los elementos exigidos para que pueda darse un delito mediante omisión impropia, pues de faltar alguno la continuación del análisis pierde su sentido al no poderse configurar el ilícito. Con respecto al requisito de posición de garante, éste se da, como lo expresa el jurista español Mir Puig, ―cuando corresponde al sujeto una específica función de protección del bien jurídico afectado o una función personal de control de una fuente de peligro, en ciertas condiciones. Ambas situaciones 265 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 convierten entonces al autor en ―garante‖ de la ―indemnidad del bien jurídico‖, así pues, como lo explica el mismo autor, se requiere que la indemnidad del bien jurídico, cuyo peligro se ha creado, quede efectivamente en manos del omitente: Bajo su control personal, para lo que no basta la genérica ―posibilidad de salvación‖, condición también de la omisión pura. Es decir, que la función de protección de un bien jurídico llega al punto de originar una verdadera posición de garante, y no un simple deber genérico de actuar, como lo ha interpretado equivocadamente el Tribunal al decir que mi representado infringió los preceptos contenidos en los Artículos 10, numeral 3, y 22, numerales 1 y 3, de la Ley Orgánica de la Policía Nacional, cuando por el contrario, de los mismos hechos probados se extrae que el señor W. H. G. por su condición y funciones asignadas el día del hecho, no se encontraba en ―posición de garante‖ con respecto a los reos, pues, por un lado, atendió una orden emanada del Comandante de Guardia para realizar una función específica (vigilar el perímetro exterior); y, por otro, porque por esa misma asignación de vigilancia externa no se encontraba dentro del recinto penitenciario al momento en que se perpetraba el hecho lesivo, y es más, como ya se ha expuesto, ni siquiera tenía la capacidad de realizar alguna acción que hubiese podido evitar el resultado (ambos requisitos esenciales de la omisión impropia). Así pues que, como continúa explicando Mir Puig, ―no todo aquel que omite evitar la producción de un resultado lesivo puede ser castigado como si lo hubiera causado por vía positiva, sino sólo determinadas personas que se hallan respecto del bien jurídico afectado en una específica posición de garante‖. De tal forma que ―si de la presencia o no de la posición de garante depende la equiparación de la omisión a la propia causación positiva del resultado, importa mucho precisar, en lo posible, los casos en que dicha posición específica ocurre. Por lo demás, la seguridad jurídica aconseja limitar la admisión de verdadera posición de garante a los casos más inequívocos (in dubio pro reo)”. Sin embargo, el Tribunal no considera este último aspecto al momento de dictar la sentencia condenatoria de mérito, muy a pesar que en otro acápite de la misma (FUNDAMENTACIÓN JURÍDICA.-SENTENCIAS ABSOLUTORIAS.- ordinal DÉCIMO TERCERO. Pág. 467) deja claramente establecida su duda en cuanto a la posición de garante de mi representado, al absolverle por duda razonable en aplicación del principio in dubio pro reo, resolviendo que en relación al acusado W. H. G. “no existe prueba de que haya realizado acción alguna que privara de la vida a los reos pandilleros, de hecho ha quedado probado que el acusado dispuso no entrar a los recintos, aún a pesar de lo que miraba y escuchaba desde la parte exterior, en relación al incendio. Como consecuencia estima el Tribunal que el acusado no tenía conocimiento de las agresiones a las que estaban siendo sometidos los reos pandilleros y de las que resultó la muerte de 37 de ellos, por tanto no tenía posibilidad material de actuar a favor de los mismos descartándose responsabilidad por omisión de este delito.” (Lo resaltado me pertenece). De igual forma, deja plasmada su duda en cuanto al esencial requisito de posición del garante del imputado cuando en el ordinal DECIMO CUARTO (Pág. 468) establece que “el señor W. H. G., como ya se ha indicado, no ingresó al Centro Penal, quedando probado que no realizó acto alguno que tuviese la finalidad de quitarle la vida a los reos pandilleros. Además, como se explicó, al encontrarse afuera, el Tribunal no puede asegurar que el acusado hubiese tenido conocimiento que dentro del recinto se estaban dando acciones con el fin de quitarle la vida a diecinueve reos 266 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 pandilleros, por ello no es posible formularle reproche por omisión de este delito.” (Lo resaltado me pertenece). En tal sentido, por las razones expuestas, al igual que como acontece con el delito de omisión propia por violación de los deberes de los funcionaros, tampoco es posible responsabilizar a mi representado por la muertes de veintitrés reos que fallecieron mediante incendio, ya que los propios hechos probados acreditados por el Tribunal de Sentencia demuestran que W. H. G.: 1) siempre se mantuvo afuera de las instalaciones del Centro (desde mucho antes que iniciara la crisis); 2) que durante la crisis se encontraba cumpliendo con una labor de vigilancia asignada por la Comandancia de Guardia, en el perímetro exterior, para evitar posible fuga de reos; 3) el Centro Penal durante la crisis se encontraba bajo el mando de personas de mayor jerarquía que la que ostentaba mi representado; 4) por su condición, por las funciones asignadas, y por la obligación de cumplir dichas funciones legítimamente atribuidas, al momento del hecho no se encontraba en posición de garante con respecto a los reos que se hallaban en el interior del Centro Penal; y, 5) por las circunstancias en que el mismo se encontraba, no tenía la capacidad de realizar ninguna acción a lo interno del presidio y muchos menos de, con una posible intervención, evitar el resultado lesivo que finalmente se materializó. Por todo lo expuesto, en relación a las dos secciones que componen el presente motivo de casación, es que esta representación considera la necesidad del examen de los hechos probados, frente a las normas jurídico-penales relacionadas, para que, de esa forma, se declare haber lugar al recurso intentado al haberse producido una clara infracción a la ley sustantiva, por aplicación indebida, casándose la sentencia y absolviendo de toda responsabilidad a mi representado. XLIV.- RECURSO DE CASACIÓN POR INFRACCION DE LEY INTERPUESTO POR LA DEFENSA DEL IMPUTADO W. H. G. ARGUYENDO FUNDAMENTALMENTE QUE DE LOS HECHOS DECLARADOS PROBADOS NO SE SUBSUMEN EL DELITO DE VIOLACION DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS Y VEINTITRES DELITOS DE ASESINATO MEDIANTE INCENDIO EN COMISION POR OMISION QUE SE LE ATRIBUYEN, DE TAL MANERA QUE EL TRIBUNAL DE INSTANCIA HABRIA INCURRIDO EN UNA APLICACIÓN INDEBIDA DE LOS ARTICULOS 349.3, 36 Y 117.3 DEL CÓDIGO PENAL. La casacionista argumenta de los hechos probados DECIMO QUINTO (Pág. 76), DECIMO OCTAVO (Pág. 77), VIGESIMO CUARTO, PARTE ÚLTIMA (Pág. 79) y TRIGÉSIMO SEPTIMO (Pág. 83), que describen el comportamiento del acusado W. H. G., no se desprenden los elementos constitutivos de los tipos penales de VIOLACIÓN DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS de omisión OMISIÓN PROPIA, en concurso ideal complejo de carácter heterogéneo con veintitrés (23) delitos consumados de ASESINATO MEDIANTE INCENDIO en COMISION POR OMISION. El recurrente separa su alegato recursivo en dos partes, en la primera realiza un Análisis del delito de violación de los deberes de los funcionarios (Art. 349, numeral 3, del Código Penal); y, en la segunda, del delito de Violación de los Deberes de los Funcionarios con el delito de Asesinato mediante Incendio (Arts. 36 y 117 numeral 3) del Código Penal).- Sobre el primero, refiere que como delito de omisión pura son tres los elementos que la conforman: a) La situación típica; b) la ausencia de una acción determinada; y, c) la capacidad de realizar esa acción. Señala que para imputar a una persona el delito de Violación de los Deberes de los Funcionarios por omisión, es necesario que el autor no ejecute un acto que deba realizar de conformidad con los deberes de su cargo. En la hipótesis aplicada por el A Quo, considera que se requiere la concurrencia de los siguientes elementos: 1. La condición de funcionario público; y, 2. que el funcionario omita 267 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 algún acto que deba ejecutar de conformidad con los deberes de su cargo. Con respecto al numeral 1, no niega la condición de funcionario público del acusado; y con respecto al 2, alega que no basta con la simple mención de la omisión de un deber jurídico descrito en la Ley, sino que es necesario que exista la capacidad de desarrollar la acción determinada y la presencia de dolo. Sobre el acápite de valoración de la prueba (páginas 135 a la 137) señala que el encausado W. H. G. actuó atendiendo un llamado de alerta y obedeciendo una orden librada por el Comandante de Guardia. Señala que el hecho probado DECIMO OCTAVO, no deja duda que el día de los acontecimientos el acusado se encontraba fuera de la instalación penitenciaria, y que luego de escucharse los disparos, le fue ordenado vigilar y resguardar el perímetro exterior, por lo entiende que no tenía la capacidad de realizar la acción que según el A Quo ha omitido, conforme la Ley Orgánica de la Policía Nacional. Manifiesta que quedó probado, que dentro de la zona de conflicto habían personas de mayor rango a cargo de la situación, no quedándole otra opción al acusado que cumplir las órdenes recibidas, consistentes en realizar labores de vigilancia en el perímetro exterior para evitar la posible fuga de reos. Con respecto al ordinal DÉCIMO OCTAVO, Pág. 252, de la sentencia, para la recurrente señala que el A Quo desconoce que los Agentes Policiales se rigen por los principios de jerarquía, subordinación y disciplina (Art. 22, literal ch, de la Ley Orgánica de la Policía Nacional) en una relación jerarquizada y verticalizada, por lo que deben cumplir las órdenes que emanan del superior. El Censor considera que el juzgador se equivoca al condenar al acusado por un delito de omisión propia en concurso ideal con otro tipo penal de omisión impropia, ambos derivados de una misma supuesta conducta omisiva consignada en los hechos probados VIGESIMO CUARTO y TRIGESIMO SEPTIMO. Considera que al atribuir a una misma conducta omisiva la condición generadora de dos diferentes (omisión pura y omisión impropia al mismo tiempo) es evidente que el Tribunal de Instancia ha incurrido en una aplicación indebida del Artículo 36 del Código Penal. Respecto a la omisión impropia de veintitrés (23) muertes producidas mediante incendio, manifiesta que los aspectos esenciales que deben reunir los delitos de OMISIÓN IMPROPIA, son los siguientes: 1) la situación típica, 2) ausencia de una acción determinada, 3) la capacidad de realizar esa acción, 4) la posición de garante, 5) la producción de un resultado y 6) la posibilidad de evitarlo. La recurrente expresa que sobre los tres primeros no efectúa análisis alguno, por haberlo hecho en apartados anteriores al momento de tratar lo concerniente a la supuesta omisión propia. Estima que en la fundamentación jurídica, el A Quo se limita a una mención exclusiva del requisito de posición de garante, para responsabilizar al acusado de veintitrés muertes, como si la concurrencia de uno de los requisitos trajese como consecuencia relevar al Juzgador de seguir analizando la existencia de los demás. Afirma que el A Quo infringió los preceptos contenidos en los Artículos 10, numeral 3, y 22, numerales 1 y 3, de la Ley Orgánica de la Policía Nacional, cuando por el contrario, de los mismos hechos probados se extrae que el señor W. H. G. por su condición y funciones asignadas el día de los acontecimientos, no se encontraba en “posición de garante” con respecto a los reos, en base toda vez que atendía una orden emanada del Comandante de Guardia para vigilar el perímetro exterior, por lo que éste no se encontraba dentro del recinto penitenciario al momento en que se perpetraban los hechos delictivos, y por ello, no tenía la capacidad de realizar acción alguna para evitar el resultado, 268 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 requisito esencial de la omisión impropia. Solicita que su motivo de casación en sus dos secciones, sea declarado con lugar, casando la sentencia y absolviendo de toda responsabilidad al acusado. Esta Sala de lo Penal considera importante recordar, que a través del recurso de casación por infracción de ley, sólo puede intentarse una revaloración jurídica del material fáctico descrito en la sentencia, contenido en la formulación de hechos probados realizada por el Tribunal de Instancia. El recurso de casación por infracción de ley tiene por finalidad la revisión por parte de esta Sala de la interpretación que de la ley hagan los Tribunales de Sentencia definiendo o valorando jurídicamente los hechos establecidos en la sentencia y poniéndolos en relación con la norma de derecho que rige el caso dentro del campo de la consideración puramente jurídica. En este sentido, el recurso de casación por infracción de ley debe estructurarse o partir su alegación, de los hechos probados que contenga la resolución cuestionada, puesto que el vicio en esencia consiste en que la decisión adoptada por el juzgador en la parte resolutiva de la sentencia, es incompatible, irreconciliable o ajena a la verdad enunciada por la narración fáctica (hechos probados).Precisados los límites en los que puede desenvolverse la función revisora de esta Sala cuando del recurso de casación por infracción de ley se refiere, ahora es pertinente que indiquemos cuales son los elementos objetivos y subjetivos del delito de asesinato mediante incendio, que en comisión por omisión se atribuye al imputado W. H. G..- La muerte de una persona a consecuencia de la acción realizada por otra, valiéndose de medios especialmente peligrosos o revelando una especial perversidad, ha sido tradicionalmente castigada con mayor severidad que el homicidio simple. En este sentido, el asesinato se describe como la muerte de otra persona ejecutada con alguna de las circunstancias mencionadas en el artículo 117 del Código Penal. De este modo, la concurrencia de algunas de las circunstancias del artículo 117 establece la diferencia entre el homicidio y el asesinato. No obstante, cabe señalar, que ambos delitos comparten características comunes, así, aparte de la igualdad en el bien jurídico protegido, que es la vida humana como valor ideal, coinciden los sujetos, activo y pasivo, que pueden serlo cualquier persona, sin más limitaciones que las que provienen del concurso de leyes,145 el objeto material sobre el que recae directamente la acción es el hombre vivo físicamente considerado, y los problemas de la relación de la causalidad, en virtud de la cual se debe establecer la conexión entre el comportamiento del sujeto activo y el resultado que consiste en la muerte efectiva de otra persona. En el caso concreto que ahora nos ocupa, se ha declarado la responsabilidad penal del encausado por su contribución en comisión por omisión, a la consumación de veintitrés delitos de asesinato mediante incendio, modalidad prevista en el numeral 3) del precepto legal supracitado. La razón de la especial agravación de la muerte de un ser humano cometido mediante incendio, no es solamente la mayor perfidia del medio empleado que revela un delincuente sumamente peligroso, sino también el peligro general que tal medio y otros como la inundación, explosión, descarrilamiento, etc… encierran 145 Así sí el sujeto pasivo es alguno de los Presidentes de los Poderes del Estado, el delito aplicable es el previsto en el artículo 322, si se trata del Jefe de Estado extranjero o Jefe de Gobierno extranjero, el artículo 318, etc… 269 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 para la colectividad146. Habiendo determinado de manera sucinta cuales son los elementos objetivos y subjetivos de la modalidad del delito de asesinato, esta Sala considera pertinente referirse ahora a la figura de la comisión por omisión, siendo que esta es la estructura típica de los delitos de asesinato que se imputa al encausado. El tipo de comisión por omisión muestra en su parte objetiva la misma estructura que el de la omisión pura: a) situación típica; b) ausencia de la acción determinada; c) capacidad de realizarla147, pero completada con la presencia de tres elementos particulares necesarios para la imputación objetiva del hecho: la Posición de garante, la producción de un resultado y la posibilidad de evitarlo. Recapitulando podemos decir que a)la posición de garante integra necesariamente la situación típica de los delitos de comisión por omisión no expresamente tipificados; b)debe seguir en ellos la producción de un resultado; y, c) la capacidad de acción debe comprender la capacidad de evitar el resultado. Si el primer elemento de toda omisión es que tenga lugar la situación típica base del deber de actuar, en la comisión por omisión no expresamente tipificada ha de integrar dicha situación la llamada posición de garante por parte del autor. Se da cuando corresponde al sujeto una específica función de protección del bien jurídico afectado o una función personal de control de una fuente de peligro, en ciertas condiciones. Ambas situaciones convierten entonces al autor en garante de la indemnidad del bien jurídico correspondiente. Así por ejemplo, en determinadas circunstancias asumen la posición de garantes para salvaguardar la indemnidad de bienes jurídicos ajenos, el padre en relación con el niño, el hijo en relación con el padre anciano, la esposa en relación con el esposo o viceversa, el profesor de natación en relación con su alumno, la enfermera obligada a cuidar al paciente, el salvavidas en relación a la persona que se ahoga, la niñera encargada de cuidar la criatura en brazos, el controlador aéreo, el cuidador de una planta de energía atómica o de sustancias radiactivas, el conductor encargado de transportar sustancias químicas, el jefe de seguridad de la fábrica encargado de mantener las máquinas en perfecto estado de funcionamiento para evitar accidentes de trabajo, el dueño del animal fiero, La posición de garante es precisa para que la no evitación de un resultado lesivo pueda equipararse a su propia causación positiva y castigarse con arreglo al precepto que sanciona su producción. De este modo, en la doctrina se exponen como ejemplos clásicos de delitos cometidos en comisión por omisión, en que la posición de garante determina que la no evitación del resultado lesivo se equipara al de su causación, lo siguientes: la madre que no le 146 Vid. CUELLO CALON, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo II, Revisada por CAMARGO HERNANDEZ, CESAR, Bosch, Casa Editorial, S.A., Barcelona, 1982, pág. 507. 147 Así por ejemplo, constituye un tipo de omisión pura, el previsto en el artículo 388 No. 4) del Código Penal que se describe de la siguiente manera: ―….quien sin concierto previo con los autores o cómplices de un delito, pero con motivos suficientes para suponer la comisión de éste:…4) Deja de comunicar a la autoridad las noticias que tuviere acerca de la comisión de un delito cuando está obligado a hacerlo por su profesión o empleo….En este supuesto la situación típica es la de quien se encuentra en la circunstancia de tener motivos suficientes para suponer la comisión de un delito con la obligación de denunciarlo. La ausencia de la acción esperada, radica en dejar de comunicar a la autoridad las noticias que tuviere acerca de la comisión de un delito, a lo que se añade la como un elemento del tipo objetivo, la capacidad de efectuar tal notificación, es decir, la posibilidad de realizar la acción esperada. 270 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 suministra alimento al recién nacido y lo deja morir por inanición, la mujer que deja perecer al recién nacido al omitir atarle el cordón umbilical, el cónyuge que no le brinda asistencia médica a su compañero, víctima de una repentina enfermedad o accidente, y deja que muera, el socorrista que no le presta atención al bañista cuya protección se le ha encomendado, al profesor de natación que deja ahogar al alumno que le ha prometido adiestrarlo en dicho deporte, el guía, que ante la situación de peligro del excursionista que ha confiado su cuidado, no hace nada para evitarlo, el encargado de cuidar al ciego, al que no le impide avanzar hacia el precipicio, el que deja morir de hambre al secuestrado, el guardián de prisiones que no asiste al detenido en peligro de muerte después de intervenir en una riña, etc..148 Lo decisivo en la comisión por omisión no es la existencia efectiva de una relación causal entre la omisión y el resultado, sino solo la virtual causal de la acción que hubiera debido realizarse para evitarlo (“causalidad hipotética”) Para comprobar la existencia de la causalidad hipotética o llamada también por algunos “nexo de evitación”, el Juzgador debe acudir a una fórmula en virtud de la que a partir de la teoría de la equivalencia de las condiciones, se afirma que la omisión es causa del resultado, si puesta mentalmente en su lugar la acción esperada, que no es realizada por el omitente, el resultado desaparece como mínimo en una probabilidad rayana en la certeza. Como lo exponíamos líneas arriba, el sujeto activo debe tener la capacidad efectiva (real, física) de realizar la conducta ordenada (el mandato) en el caso concreto y partir de consideraciones objetivas, pues de lo contrario, sí al agente le falta capacidad corporal o física de acción, su comportamiento, llevado a cabo de manera distinta, será atípico; como dice la máxima jurídica: “a lo imposible nadie está obligado”. Así por ejemplo: el bañista que en este momento se ahoga en las playas, así se pueda presenciar el hecho por medio de la televisión, no puede ser salvado por uno de los televidentes, pues ninguno de ellos tiene la posibilidad de realizar la acción ordenada, no así el socorrista contratado para cuidar a los veraneantes. Desde luego, la incapacidad física puede ser equiparada a aquella que resulta de una inhabilidad técnica, de una falta de conocimientos o de medios de auxilio149. Para la comisión por omisión vale igual el dolo, que para los delitos de omisión pura. La única particularidad es que, como es lógico, el dolo deberá abarcar no solo la ausencia de la acción debida, sino también la posibilidad y la necesidad de la evitación del resultado mediante aquella acción. Además habrá de extenderse a la situación que determina la presencia de la posición de garante150. Abundando en la configuración del dolo, podemos decir que este tiene un componente cognoscitivo, en tanto que se requiere en primer lugar, que el agente tenga conocimiento de la posición de garante, es decir, debe saber que en el caso concreto ostenta la posición de padre, hijo, médico, jefe de seguridad industrial, etc… En segundo lugar, el sujeto debe tener conocimiento de la situación típica y del curso causal (de la causalidad hipotética), además en tercer lugar, se requiere la posibilidad de 148 Vid. VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte General, 4ª edición, COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, pág 668. 149 Vid. VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte General, 4ª edición, COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, pág 672. 150 Vid. MIR PUIG, SANTIAGO, 2002, pág. 324. Derecho Penal, Parte General, 6ª edición, 271 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 representación de la conducta debida y la vía para evitarlo. Sobre el componente volitivo, es indispensable que el agente quiera (aunque sea eventualmente) la realización del tipo en su aspecto objetivo correspondiente, que tenga voluntad de realización de la conducta omisiva según la nota de la finalidad151. Aplicando los criterios anteriormente expuestos al caso concreto que ahora nos ocupa, esta Sala aprecia lo siguiente: A) Que de conformidad a lo descrito por el Tribunal de Sentencia en la fundamentación fáctica del fallo recurrido, a eso de las 9:25 de la mañana del día 5 de abril de 2003, uno de los reos rondines procesados cerró con candado la celda número seis, procediendo junto con otros encausados a colocar obstáculos en la puerta de acceso, introduciendo colchones por las ventanas del recinto, así como también a rociar de líquido acelerante la madera del techo provocando fuego en el interior de la celda. Con tales acciones se origina una situación típica, es decir una amenaza o peligro para el bien jurídico “vida” de los reclusos pandilleros y otras personas que se encontraban dentro, originándose un foco de peligro o riesgo de que muriesen por la acción del fuego provocado, y con ello la expectativa de que se consumase el tipo penal de asesinato descrito en el artículo 117 No. 3) del Código Penal (vid. Hecho probado vigésimo cuarto) b) Es un hecho no controvertido, que el acusado W. H. G., en su condición de policía penitenciario y por ende en su calidad de miembro la Policía Nacional recibió instrucciones giradas por un superior jerárquico para colaborar en el mantenimiento del orden que había sido quebrantado en las instalaciones de la Granja Penal del Porvenir. El artículo 293 de la Constitución de la República prevé que la Policía Nacional es una institución profesional del Estado, encargada de velar por la conservación del orden público, la prevención, control y combate del delito, así como también de proteger la seguridad de las personas y sus bienes. El artículo 10 No. 2) de la entonces vigente Ley Orgánica de la Policía Nacional (Decreto No. 155-98) establecía entre otras atribuciones, que para el logro de sus objetivos y cumplimiento de sus responsabilidades, le correspondía a ese cuerpo de seguridad proteger la vida, bienes, derechos y libertades de las personas. En sintonía con los preceptos antes mencionados, el artículo 22 No. 3) establece que en el cumplimiento de sus funciones los miembros de la Policía deberán cuidar y proteger la salud física y mental de las personas detenidas o sometidas a resguardo. Del precepto constitucional y legales antes citados, se desprende sin duda alguna, que los policías penitenciarios, al reunir la condición de miembros de la Policía Nacional, asumen la posición de garantes de la vida e integridad física de las personas que se encuentran recluidas en un centro penitenciario del Estado en aquellos casos en que dichos bienes jurídicos se vean amenazados o puestos en peligro por otros reclusos o individuos. De este modo podemos afirmar, que el imputado W. H. G. tenía un deber general de colaborar en el restablecimiento del orden alterado en ese centro penitenciario, y por lo tanto una posición de garante, es decir, la obligación de hacer cuanto estuviera a su alcance para evitar ataques a la integridad física o la vida de cuantas personas se encontraran en situación de peligro, independientemente de que se tratara de pandilleros, rondines, reos comunes denominados “paisas”, visitantes, funcionarios penitenciarios, policías, miembros del ejército nacional, etc… C)Ausencia de la acción determinada: una 151 Vid. VELASQUEZ, FERNANDO, VELASQUEZ FERNANDO, en Derecho Penal, Parte General, 4ª edición, COMLIBROS, Bogotá, Colombia, 2009, págs. 674-675. 272 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 lectura detenida de la fundamentación fáctica de la sentencia impugnada, no revela que el encausado W. H. G. haya realizado alguna acción dirigida a evitar que los reos pandilleros y otras personas que se encontraban al interior de la celda No. 6) de la Granja Penal del Porvenir murieran por la acción del fuego desatado tras la provocación del incendio provocado por otras personas. D)La posibilidad de realizar la acción esperada: para verificar la concurrencia de este requisito de la parte objetiva del delito de comisión en omisión, resulta de capital importancia el análisis de lo descrito en el hecho probado VIGESIMO CUARTO en relación a lo expresado en el hecho probado DÉCIMO OCTAVO. En el primero de los hechos antes mencionados se establece que uno de los reos rondines cerró con candado la celda número seis, procediendo junto con otros encausados a colocar obstáculos en la puerta de acceso, introduciendo colchones por las ventanas del recinto, así como también a rociar de líquido acelerante la madera del techo provocando fuego en el interior de dicha celda, agregando más adelante que en ese momento el Policía Penitenciario W. H. G., escuchó los gritos de las personas que se encontraban dentro de la celda seis (6), e instantes después observó el humo provocado por el fuego de la celda (6), sin que tampoco realizara acción alguna. En el hecho probado DECIMOCTAVO se establece la ubicación espacial del imputado en el transcurso de los hechos por los cuales se le juzga, cuando se expresa que :”..Al sonido de los disparos desde el interior del recinto, en la Comandancia de Guardia, se ordenó, a las personas que estaban haciendo fila para ingresar como visitas, que se fueran, por su seguridad; Entre tanto, habiendo escuchado los disparos, los policías penitenciarios J. E. Lorenzo G. y W. H. G., se desplazan desde la posta uno hacia la Comandancia de Guardia, donde dejan los seis (6) reos comunes que andaban custodiando, ordenándoles el Comandante de Guardia NE.O.M. que resguardaran el perímetro exterior, específicamente al Policía J. E. Lorenzo G., se le ordena ubicarse entre las postas dos (2) y tres (3) y al Policía W. H. G., en la posta cinco (5), en donde ese día prestaba servicio el policía penitenciario R. A. H. V.…” De lo anterior se deriva que el acusado W. H. se encontraba bajo el mando, es decir bajo la subordinación del Comandante de Guardia N.O.M., circunstancia que limitó su libre capacidad de decidir o accionar en su función protectora frente a la situación de peligro en la vida e integridad física de cuantos se encontraba en el interior del centro penitenciario. Es de recordar que al tenor de lo prescrito por el artículo 22 No. 2 literal ch) de la Ley Orgánica de la Policía Nacional vigente al momento en que se produjeron los acontecimientos; en el cumplimiento de sus funciones los miembros de la policía deberán de actuar de acuerdo con los principios de jerarquía, subordinación y disciplina, precisando por otro lado, que en ningún caso podrá invocarse la obediencia debida cuando las órdenes o acciones impliquen la comisión de delitos o faltas o cuando sean contrA. a la ley. Un observador objetivo e imparcial situado ex ante, es decir, previo a que se produjeran los resultados típicos objetos de juzgamiento, llega a la conclusión de que la instrucción girada por el superior jerárquico del procesado W. H. G. no se presentaba a éste como ilegal o contraria al ordenamiento jurídico, de tal manera que a partir de datos objetivos podemos deducir que el encartado no se representó un deber jurídico de actuar de otra manera, y por lo tanto la obligación legal de abandonar la posición de vigilancia que le había sido encomendada, dicho en otros términos no se deduce del cuadro fáctico descrito que el encartado quiso (aunque sea 273 Recurso de Casación No.S.P.400=2008 eventualmente) la realización del tipo en su aspecto objetivo correspondiente, y por lo tanto que haya concurrido en su conducta una voluntad de realización de la conducta omisiva dirigida finalísticamente a contribuir aunque sea eventualmente a la consumación de las muertes mediante incendio que se produjeron en la celda número seis tantas veces relacionada.152. Y es que en una situación límite y manifiestamente caótica como la que se produjo al interior de la Granja Penal del Porvenir en donde a las muertes y agresiones ejecutadas inicialmente por algunos miembros del colectivo de reos pandilleros, vino seguida según el relato de hechos probados, de otras muertes y agresiones causadas por algunos reos rondines con intervención de algunos elementos de seguridad del estado, aconsejaban no solamente tratar de restablecer el orden interno quebrantando al interior del establecimiento, sino también de manera simultánea ejercer funciones de seguridad en el perímetro externo ante los altos riesgos de peligro de fuga en detrimento de los intereses de la Administración de Justicia como también de impedir actos contrarios a la vida e integridad corporal de cuantas personas, indistintamente de su condición se encontraran dentro de su radio de acción. De los hechos probados no se desprende que d