periódico de señoras y señoritas.

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PERIÓDICO DE SEÑORAS Y SEÑORITAS.
C O N T I E N E LOS Ú L T I M O S F I G U R I N E S I L U M I N A D O S DE LAS M O D A S D E P A R Í S , P A T R O N E S D E T A M A Í Í O N A T U R A L , M O D E L O S D E T R A B A J O S A LA A G U J A
NOVELAS.—CRÓNICAS.—BELLAS ARTES.—MÚSICA, ETC., ETC.
CROCHET
T A P I C E R Í A S DE C O L O R E S
-={«>=SE P U B L I C A E X L O S DÍAS 6, 14, 22 Y 30 D E CADA MES.
ADMINISTRACIÓN,
Alcalá, 23, Madrid.
SUMARIO.
I. Sombrero Botiníi.—;. Cofiíi lie recibir ¡lara seünra do i^diíd.—3. línlsa dtli;;Hro.—4. Cíiiiastilla de labor.—5. Piirlapi:iiódÍcoE.—6. ManKnilo di: plumas.—7. Manguiíi) de surali negro y encaje—8. Ealdn^ de iLTciopcio y túnica de lana,—g. Traje de calle para JQvuncims de 13 á 14 anos.—10, Traje
de pa^eo para jóvenes de 14 a 15 anos.—11. Traje para nifias de j íi 5 aiius.
t3. Traje para ninas de 2 á 3 a n o s . ^ 1 3 . Traje de arleiiuin. —14. Traje de
^ini;ara,—15. Traje de noiríí para sefloriías.^—lú, Visila de otuinanu y bordado de t r e n c i l l a . - 1 7 . Traje de lana i.liiné y sarga de lana.—iJi. Capola
Tosca.—19. Capilla de terciopelo.—;Q. Sombrerii para jóvenes ile 13 á 15
anos. ; i . Sombrero para nitias de 11 A 13 afius,—
22 y ; 6 . Levita para ninas de B á 10 anos.—23 y
54. Vestido para ñiflas de 3 á 4 anos.—25. Traje para
nidos de 5 á 6 anos—Z7- Traje do calle.- 38, V'sita
la'Hatie felpn.—2y. Traje de calle,—jo. Visita sencilla.—31. Traje de pasea.
ANO XLTII—Ntím. á.
de 35 ccntimetroa de ancho, tejida de hilos de oro y de seda
encarnada y color de bronce. Los extremos de la banda
plegada terminados en un fleco van fijados en las estjuinas
superiores de la canastilla y completados con unos ¡ledazos
de felpa plegada. Se cubre el interior de la canastilla de
raso color de fresa y se fija sobre el fondo una rosácea de
felpa. Kl borde inferior y el borde superior van guarnecidos de tiras de felpa. Para hacer la guarnición bordada, se
transporta el dibujo í3i, representado por la fig. (ÍT, de ta-
maño natural, sobre un fondo que tenga el tamaño necesario y que so forra de gasa. Se hace el bordado con tori'.al
de oro, que se cose sobre la tela formando unas presillas, y
que se ribetea con seda color de aceituna y color de fresa
al pasado. Los bordados al pasado van rodeados de puntos
prolongados hecbos de cintas de piel color de Ijronce. Esta
guarnicii'm bordada va puesta sobre un abnoluidón de
guata, y después fijada sobre la canastilla.
Portaperiódicos. — Núm. 5.
Las figs. 33 á 35 d é l a llo'ia-Siif'lfme'ilo
al núm. 3,
corresponden á e.-,ie objeto.
Explicación de los grabados,—El Velo blanco fconclusicln), por Marta del Pil-ir Simiés.—A la muy disiinRuida señorita ü . ' A. S. y T . , ijoesía, por D. P. de
ToiTe-Isiinza.—Correspondencia parisiense, por X. Ji.
— E.Kplicación del figutin iluminado.—Sueltos.—Ad1 crlencias.
"
'
Sonribrero Betina.—Núm. i .
Este soTiil)i-ero es de paño blanco. El
rondo va plegado en una sola pieza. El
paño en el lado viene á doblarse sobre el
ala, que es bien estirada ti igualnienle de
pailo. Varios biescs de terciopelo color de
castor sobrepticsios adornan el ala. Sobre
el fondo va un bordado de filigrana de
oro calado. Por encima lazo de cinta de
terciopelo con revés de raso color de castor. Hridas de la misma cinta.
Cofia de recibir para señora de edad.
Núm. 3.
Véase la explicación y patrones de esta
cotia en la Hoja-Siiplenienlo ;i nuestru número anterior, figs- 5ÍÍ y 59.
Bolsa de teatro. — Núm. 3.
L;t fij;. 1 de la ¡¡.•i'i-Snth-niciHo
al núni, 3,pertenece
áeste objeto.
Esta bolsa va hecha con un cuadro de
seda encarnada obscura, con dibujos tejidos de sedas de diferentes colores. Se
trLvnsportan ¡irimero sobre la seda, por el
patrón reducido fit;. 1, principiando desde el paraje marcado n, los niinicros, signos V lineas. Se hacen en los cuatro lados
ías pinzas de ángulo beclias por el exterior, lo cual fija uno sobre otro los pasajes marcados 15 y 40. Se forra la seda así
dispuesta, á excepción de las esquinas que
sobresalen, con raso blanco en el cual se
bacen ¡gualmeiUe cuatro pliegues para
darle la forma de una bolsa. Se fija por el
jxtcrior do la seda, en cada paraje marcado con una estrella, un anillo de acero.
Se pasan por estos anillos dos cordones
de seda encarnada obscura que se cruzan,
V cuyos extremos van terminados en unas
bolitas de seda del mismo color.
.
Manguito de plumas.—Núm. 6.
Este manguito es de raso pespunteado
por el interior y va enteramente rodeado
de plumas, y sale de los lados un rizado
de raso negro mate El centro va ati-avesado con unas cintas de raso que caen en
lazo flotante por abajo y dispuestas por
encima como lo indica el dibujo.
Canastilla de labor.—Núm. 4.
La fi|¡. 61 de la Hi'j\t-Sii/'!¡-i"^"''> al núm. 3 ,
corresponde á este nbjevti.
Esta canastilla, hcclia de mimbre v
bambú, va adornada por el exterior con
uivi'; guarniciones bordadas de raso color
de Iresa y ribcteadiis con liras de felpa
del mismo color, de 5 centímetros de ancho. Se guarnecen además los lados de la
canastilla con una banda plegada de gasa,
-'•_
j
Se corta un pedazo de lienzo grueso
gris, de 66 cenlimelros de largo y 38 centímetros de ancho. Se hace en los lados largos un dobladillo de r ¿ centímetro de ancho. Se dobla la tela sobre
la mitad de su largo y se reúnen los
bordes transversales tomando al mismo
tiempo el borde transversal sujierior i!el
lado de eneiiua. Se pespuntea la tela
puesta doble á una distancia de 3 centimetros del borde superior, y se la pasa un
apoyo de madera dorada, en el cual se
fija una asa hecha con una cordonadura
doble de hilos de oro y de bebras de seda
color lie aceituna. El bordado del portaperiódicos va ejecutado sobre un pedazo
de cañamazo color crudo tejido de oro,
que tiene .{O centímetros de alto y 35 cenlítnetros de ancho. Se transporta primero
en medio el dibujo por la lig. 33. Se hace
el bordado de lana lina encarnada obscura, al punto tic cadeneta y punto de pespunte. Para las tiras tpie ribetean el pedazo de encima se transporta el dibujo
{representado por la fig. 34 de la mitad
del tamailo natural) sobre una tira de raso
color de aceituna, de 3 j centímetros de
ancho. Se pasa sobre los contornos luia
hebra de lana encarnada fina, sujeta con
unos puntos transversales de seda del mismo color. Se hace del mismo modo el bordado del pedazo redondo de raso, fijado en
el borde superior de la parte de encima,
por la !ig. 35. Se fijan las tiras sobre la parte
de encima, se recorta el borde inferior de
este último siguiéndolas indicaciones del
dibujo. Se rodean las liras con un galón
de un centímetro de ancho, hecho de fclpilla color de aceituna, cordón rizado y
lanas de diferentes colores. La parte superior puesta por encima, como también
el borde inferior redondo del pedazo doblado, van guarnecidos de una cenefa hecha tle presillas del mismo color, de 2 .J
centímetros de ancho.
-Sombrero Cttina,
Manguito de icsurah» negro y encaje.
Núm. 7.
Interior de seda pespunteada. En la dereciía un rizado ancho de surn/i forma el
costado, y la tela va doblada. En la izquierda, tableado de encaje de Chantilly.
Por encima buUonado ácsurnli atravesadíj
con unas cintas que caen en lazo flotante
LA
2&
MODA ELEGAKTEJ
jPEHiónrco
DE LAS PAWILIAS.
a . —líolsa ilc li-airij.
•S.—Cnll,•l^lill;ldL• hilmr.
por abajo. Cocas de cinta por cnLÍniLi y ramo de claveles color de rosa.
Traje de calle para jovencitas de 13 á 14 años —Núm. g.
Lste traje se hace de lana labrada gris leonado y listado
del mismo color. Falda plegada con pliegues anchos de lana
labraila que se abre
por delante y en los
1:1(1(15 sobre unas quillas de pasamanería
muy ligera, tono sobre tono, puestas sobre tela lisa (estos
adornos p u e d e n ir
bordados de trencilla), 'rúnica plegada
y formando pun la ,
cuyo borde izquierdo
va doblado sobre si
mismo en forma de
sola|ia. adornada con
un dibujo de pasaniaiicria. Por detrás
lúnica e.s poco voluminosa, va plegada
en la izquierda y recogida completamente en la derecha. Chaqueta de lana l i s a
muy ajustada en la
espalda, recta p o r
uml/ ni.'f;r5 y cncn-e.
delante y abrochada
en medio. Carteras
grandes adornadas con dibujos del mismo estilo que los de
la falda. Aldeta plegada por detrás, y adornos pequeños,
como también en los ángulos del delantero. Cuello recto
Falda de terciopelo y túnica de lana. — Núm. 8.
I'alda de tercio|ícl(), cuya parte inTcrior ^•a boríhuia
de t r e n c i l l a .
r,os pHccues
."'s
echados de la
e s p a l d a van
hechos de niodoqiie pongan
en relieve la
parte superior
d e 1 d i b u j o.
'i'iinica de lana listada, plegada en forma
de delantal est r e c h o formando punta
por d e l a n t e , y
en la derecha
una banda pichada larga en
dos puntas
forma un plicg u e ancho
encañonado,
c u b i e r t o de
terciopelo
b o r d a d o de
trencilla, que
viene á d e s aparecer bajo
una banda pe.MíiiiHiiilu di' pljiíia^.
queña muy plegada, que cubre el delantero de hi falda
formando xin segundo delantal niu\' corto. La banda
plegada de la espalda va dispuesta en 7l>íj///y viene á reunirse con el delantal en la izquierda, en cuyo sitio va
otro terciopelo bordado de trencilla del género del de
la derecha que les reúne formando un pliegue.
o.—Traje ilü falle para jo vene ¡las de 13 á 1^ anus.
( V.'/isí J.t
,.\/-i...
8,—I-'alJa lie terciopelo y túnica df huía.
1 0 . — T r a j e de paseu para joveneitas de 14 á 15 ndis-
%1
abajo. El paño de detrás no
í u b e m;is (¡ue basta media falda. Levita de paño ruso, ajustada por delante con una pinza
y abierta sobre ww chaleco fruncido de paño (ó de sm-nh'). La
abertura de los delanteros va
adoj-nada en la derecha con una
hilera doble de dientes recortados ai sncabocados, formando
con picos adornados con dibujos.
Manga de codo y adorno por abajo.—Sombrero de fieltro gris leon a d o , adornado con un lazo de
cinta de Taya gris leonado y poiij
de ¡jlunias encarnadas.
Tf¡a necesaria: 3 metros 70 centímetros de alpaca; 5 metros ;ÍÜ,
centímetros de lana labrada, v 3
metros 40ceiitinielros de lana íisa.
• í , — T r a j e p;[ra ninas lit 2 h "i anos.
de un metro 30 centímetros
ancbo.
de
Traje de paseo para jovencitas
de 14 á 15 años.— Núm. 10.
Este traje es de paño ruso y
paño color de almendra. Sobre
una falda corta de debajo va montada por delante, por detrás y en
los dos ¡ados una falda de paño
color de almendra, recortada por
1 5 . — T r a j e do soiríi- para señoritas.
1 3 . — T r a j e di; arlL'qiiín.
i •%.—Traje lie zíngara.
l O . — V i s i t a de olonianu y bordado ile trencilla.
solapa. E n l a iziiuierda, una solapa grande pespunteada (abrochada en la cintura bajo una
cordonadura). La falda se abre
por delante v en los lados. En
la izquierda, el borde va recortado, y en ladereclia, como en
el corpino, existe una hilera
doble de dientes. La espalda es
muv aiustada, v la falda forma
1 í.—TraJL' df lana cliirió v sarga de lana.
unos pliegues gruesos de
levita b;ijo un cordón
anudado, ('iiello recto,
abrochado en m e d i o ,
como también los delanteros bajo los fruncidos
del chaleco. Manga larga
V de codo, adornada con
una cartera.—Sombrero
de lieltro ruso, forrado
<Ie terciopelo del mismo
color. Lazo de cinta de
f:iy:\ color de almendra.
'/Wii
iiecí-siiriii:
te sobre un peto pIe,i;ado
de lana crema y abrocba*io en medio. Solapas
y cuello de ((alón. Cmturón de galí'in, terminado ¡lor delante bajo un
la/.o dotante de cinta de
laya color granate. Manga casi larga y de codo,
adornada con un gak'm.
— Sombrero de lieltro
color granate, adornado
con mi lazo de cinta listada color granate y
crema.
2 me-
tros 70 ccniinietros de
aljiaca ; 2 metros 20 centímetros de paño color
de almendra, de un metro 30 centímetros de
ancho, y 3 metros 40
centímetros de p a ñ o
ruso, de un metro 30
centímetros de ancho.
Traje para nifias
de 2 á 3 años.
N ú m . 12.
Este traje se hace de
lana labrada y otomano
color de caoba. FakÜta
corta, con pliegues cebados de lana, alternados
con pliegues de otomano. Esta falda va montada bajo \in cintv.rón
plegado de otomano en
el borde de un eorpiño
también plegado por delante v en la cspakia. Por
delante solamente van
dos bandas plegadas de
Traje para niñas
de 3 á 5 a ñ o s .
Núnn, I I .
1 8 . — C a p o t a Tosco.
I S —Capola de Icrciopelo
Este traje va hecho
de tejido jersey color
granate. Falda fruncida,
adornada con un galón
bordado. Va montada en
el borde de un corpino
largo, ajustado en la espalda, abierto por delan-
• í . — L e v i t a para nifias de 8 á l o aflos.
De 1.1 ni ero.
( IViíAí el dibujo 2(¡.)
B 3 y S I . — V e s t i d o para ñiflas
de 3 á 4 aHo.s.
Delantero y espalda.
'.—Traje ^
"''^«s de 5 d G aflos.
• O.— Sombrero pa a
n
i
3-11
no
S I . — S o m b r e r o para ñiflas de 11 á 13 afios.
Í B , — L e v i t a para ninas de 8 i JO anos,
Espalda.
{Véasí el dibujo 2:.)
^ ' ^ -i--; nifí!:..; •;'' "l!íi!:!¡ -;.'^''"Í!'"'
• f . — T r a j e de calle.
1 8 . — V i s i t a larga de felpa.
•e
__,j.^'de calle.
a o . — V i s i t a seníiilla.
3 1 . — T i a j t de paseo.
^,(1
L A ^ O D A ELEGAKTEJ
seda. Canesú de seda. Cuello recto, abrochado por detrás,
asi como e! vestido. Manga lars^a, adornada con una cartera de seda.—Sombrero de ñcltro color de caoba, forrado
de terciopelo del mismo color. I'oiif de pkimas color de
caoba.
Traje de arlequín.—Núm. 13.
Este traje de arlei|iiin SÍ,' hace de raso ne.yro v raso dorado. La falda, que es corta, vaj-ecos^ida en ptiufv recortada en ¡nmlas por abajt). Va cubierla con unas aplicaciones de raso neyro _v raso color dorado.
VA corpuTíi, muy en punía, va abrochado en linea recta
con botones, y se abre en forma de corazí'm por delante.
Va adornado con una ,L;o!a _L;rande de nuiselina encañonada.
Las manidas vaii re[)resentadas con una hombrera de raso
negro, bordada de cuentas.—Sondirero de arlequín, de lerciopelo negro, y aiUifaz de terciopelo.
Traje de zíngara-—-Núm. 14.
l'alda corta de raso color de cereza, cubierta de una
laida (le gasa jicfíra laminada de oro v plata, v adoi^nada
])or abajo con galones de ceípiies. Una banda plegada de
gasa color de crema, con ¡luiUo'S de oro, cae sobre la falda.
Una chaqueta Figaro, de raso color de creina, se abre soí)re ui; camisolín ílotanlc de linón color crudo, guarnecido
(•u la parte superior con un collar de ccquics.—íiorro pe([ueño de linón color crudo, guiwneciiio con pompón de
seda encarnada.
Traje de <iso¡rée." para señoritas.—Núm. 15.
Se hace este traje de moaré color de rosa y tul bordado
dei misino color. La .falda de moaré es l);istantc corta v
ancha, y va montada sobre un fondo de falda sin muelles,
(li^na hiiruurc es iudispensablc.) En la parte inl'erior de
la falda de moaré -va un tableadilo (|ue lleva por encima
tres volantes recortados al sacabocados , también de moai-é.
Túnica de tul, cuvos pliegues van agrupados dos veces en
la izquierda, y en la derecha en (res pliegues que figuran
una solapa, apuntada en la parte superior con un lazo de
cinta (le moaré color de rosa. Lazo un poco más bajo sobre
los pliegues de la falita. /'.'///"muy moderado, de tul plegado en medio: los lados van recogidos de un modo ¡iN"egular. Varios lazos de cinta en la izquierda, muy por atrás,
lijan los pliegues. Corpino de tul, ]ilegad{) por delaiitc v
abrochado en medio con corchetes. La espalda va iguLiímeiitc plegada, y la aldeta forma punta por delante v por
detrás, pero estas últini;is desa|>areeea bajo la li'miea. El
escote es puntiagudo por delante y en la espalda, y va ribeteado de un tableado de tul ile Malinas. Lazo en el hombi'o derecho. Manga pc(|ucña semicorta, plegada v sujeta
por abajo con una cinta anudada por encima.
Tela iiccc.^ariii: 4 metros de tafet.-in para el fondo de fal<ia : II metros de moaré, de 55 ceiUinietros de ancho, para
la falda, el tabicado, los volantes recortados y el Ibrrn del
corpino, y 4 metros 70 centímetros de tul, de un metro 20
centinietros de ancho, para la túnica \' el corpino,
Visita de otomano y bordado de trencilla.—Núm, 16.
Esta visita, muv larga de falda, va euteramenle forrada
de seda algodonada unamente pespimleada. Los debiiileros no ajustados van cerrados de arriba abajo con unos
botones de pasamanería y con una lira de piel i|uc termina
en la cintura. La espalda de la falda va aiTadiíla v nunitada
con dos pliegues triples muy profmidos. La manga, de estilo de visita, tiene el misiuo largo t[ue la visita, teriniíui
eii punta y va ribeteada de una tira de [)iel que enqiieza
des]niés de la hoja de debajo de la manga. Esta manga va
enteramente bordada de trencilla con mezcla de azabache
sobie la parte superior, que figura una forma más corta; ia
parte superior de la mang:i queda lisa. Los hombros van
boi'dados por el mismo estilo. £1 bordado descietide sobre
la espalda, v va dispuesto en cordón bordado de cuentas;
cada uiio termina con un adorno de azabache.—Sombrero
de raso, ala y fondo ¡llegados, una pluma rizada v un pájaro poi'encima del foiulo.
Traje de lana chiné y sarga de lana.— Núm. 17,
Falda de lana chiné gris azid, montada con pliegues anchos ochados v paño liso por delante. Túnica de sarga
gris plegada en forma de ilelantal largo y redondo por delante, y recogido en pliegues profundos en el lathi izíjinei'do,
y en la derecha va dispuesta en pliegues largos c[ue llegan
hasta la parte inferior de la falda. La espalda va plegada en
/'í'/í/niuy largo en medio, y forma dos bandas plegadas estrechas en cada lado, una de las cuales lleva varios botones
sobic su largo y la otra cinco lacitos de cinta azul, í"orpiñq de sarga con chaleco de lana chiné, abierto en la parle
superior sobre un peto peipieño de raso plegado. Cuello
recto de chiné. El chaleco se cierra por debajo del peto por
medio de corchetes V corchet;is : los botones van puestos
como adorno. Un cuello vuelto guarnece la parte superior
del corpino. La aldeta, mii)' corta por delante, sobresale
un poco del chaleco y forma postillón-frac por detrás, con
dos botones en las cosUu"as.
Capota Tosca.— Núm, 18.
.''.
El fondo de esta ca|iola \'a cubierto de paño blanco bordado de oro, y el ala vuelta de tei^ciopelo mordorado. En
medio dei delantero va un lacito de cinta de faya mordorada. En el lado izquierdo del delantero, penacho de plumas mordoradas, sostenido con una coca de paño bordado
lomada del fondo. Bridas, que empiezan en los lados, de
ciuta de faya mordorada. Forro de laya blanca.
Capota de terciopelo.— Núm, 19.
Esta capota se hace de terciopelo plegado verde-serpiente, con ala pequeña de cinta retorcida de faya glaseada
cotür de fuego y verde, con cenefa listada tie terciopelo v
moaré verde tornasolado. Por encima del delantero, lazo
alsaciano de la misma cinta, y pájaro del Paniiso [>uesto eti
lórma de penacho. Bridas de cinta glaseada y listada. Forro
de (aya blanca.
Sombrero para jóvenes de 13 á 15 a r l o s . ^ Núm. 20.
Este sombrero, en forina de lot/ne, es de terciopelo gris,
bordado de lunares blancos. Una punta se levanta en forma
PER^IÓDICO
DE LAS
FAMILIAS.
de penacho, como también varias cocas del misnuí terciopelo. Por delante una golondrina.
Sombrero para ñiflas de i i á 13 afíos.— Núm. 21.
Ttii¡!ic con ala bullonada, y el fondo es de terc!o])elo plegado color de nutria. Como ailorno, paño bcií^t' recortado
V boriiado de seda color de niUria. Por detrás, cocas de
cinla de terciopelo, v ala de color en la izquierda.
Levita para niilas de. 8 á 10 años,— Núms. 22 y 26.
Se hace esta levita de felpa color de nutria, se la adorna
con cliiuehilla, y va guarnecida de una cordonadura de
¡lasamaucria del mismo color y abierta sobre un delanteroblusa de siim/i. La levita se corta por un ¡latrón, compuesto
de una es|)alda ceñida con un pliegue hueco en medio, que
empieza en la cintura, v delanteros que se abren sobre la
blusa L-tm |i¡nza (|uc indica el ladito. La blusa va sujeta en
la cintura con un cintunjn que forma punta. La ¡larle inferior forma im hullouado, y la parte superior va adornada
con un bullonado [)et|ueño añadido. La blusa, [llegada, se
pega sobre los delanteros de forro, y se lija á la levita en
las costuras de debajo de los brazos y de los hombros.
Cuello y solapas de ¡lieles, íilanga de codo con carteras de
pieles. La lilusa v la levita se pegan en el lado. Cintun'iucordonadura (¡ue atraviesa la parle de detrás de la levita y
que cae en el lado derecho.—Sombrero tle fiellro, guarnecido de ¡ilumas.
'/'¿•/(i iiccc^iirin: (> metros de felpa y 4 metros de siir.j/i.
Vestido para niüas de 3 á 4 años.— Núms. 23 y 24.
Hlusa de lana lisa, plegada por abajo de un canesú de
terciopelo cuadriculado sobi-e un forro de cor¡iiño plano,
compuesto de ima espakla y de delanteros rectos. CiiUunni
de cinta ancha listada, (pie abraza la cintura y Í\W se anuda
cu medio ]ior tletrás. M.uiga sciniaucha, sujeta con un puño
cuadriculado.—Capota ile laya con fondo y ala plegados,
J'i'i/fÚQ jilumas V lazo en el delantero. Polainas de paño,
que se cierran con unos botones en forma de bola.
7í7.í rjnrs.üii!: tm metro 50 centímetros de lana, de im
metro 20 cenlímelros de ancho ; 50 centimclros de Icrcio|)elo cuadriculado, y 2 metros 50 ccntimctros de cinta, de
20 centimetros tli' ancho.
Traje para niilos de 5 á 6 años. —Núm. 25.
Corpiño-blusa y falda ancha de paño j;ris plata con peto
de terciopelo gris obscuro. El corpino se compone de una
espalda v de delanteros rectos c(ni vuelo, motilados con la
falda bajo una cordonadura de lana gris que se cierra bajo
un lacito tie paño. El pcío. de terciopelo, se pone sobre e!
centro del delantero y va rodeado con tres bieses de paño
figurando tres petos,'Cuello alto de terciopelo, Chinga de
codo con triple cartera de paño. — 7'in/nc flexible de paño
con orejas de paño en forma de ¡lenacho en el delantero.
C;inta de gro que rodea la cabeza y que sirve ]jara hacer una
rosácca en el medio. Polainas de paño gris,
7c/i¡ iica-.'^íin'ii: 2 metros de pLiño, 50 centímetros de
terciopelo y 70 centimetros de cordonadura.
Traje de calle.—Núm. 27.
Se hace este traje de paño libero azul antiguo y paño
blanco. Falda de debajo corla, sobre la cual va monlada
una falda de paño blanco. Esta va plegada con plie,i;ues
gruesos echados. En ia izquierda va adornada con galones
de paño azul recortado al calado y bordailo de cuentas.
Túnica de i)añoazul,p!egada por delanle en pliegues agrupados en la cadera izc]iiici-da, y el borde cae en linca recta sol)re la falda blanca. En la derecha la túnica va recogida hacia
atrás, i'or detrás, sin embargo, la falda blanca se ve poco en
todo el eonUn-no, La túnica por detrás va ligeramente plegada, v lleva solamente algunas cjDcas. Corpino de última
novedad, que va abierto por (iílanle sobre un peto de
paño blanco adornado con galones. Sobre el pecho, una
abertura va hecha en los delanteros; estos últimos van
plegados en la ¡jarte superior bajo una tira que pertenece
al delantero derecho. I'ua segunda tira en la parte inferior.
Bajo el jielo, que sj abrocha con corchetes bajo el delantero izquierdo, los delanleros se abrochan en medio. La
aldeta, t|iie va recoí;Ída en los lados, lisura ]>or detrás unas
liras formadas con unos galones. Cuello recto de gah'jn,
([uc se abrocha en la izquierila. Manga plegada con pliegues de lenceria, cosidos en la parte superior. Puño hecho
de galón.—Sombrero de fiellro color de caoba , forrado de
terciopelo del mismo color. /v¡//ác plumas color de caoba
V alas de color,
Tí'/ii iiftr.<¡i7:iii: 4 metros 30 cenlímelros de lafetán para
el ffmdo de falda; 2 metros 50 centimetros de paño blanco,
de un metro 30 centímetros de ancho, para la falda y elichaieco (la falda no sube hasta la parte superior), y 5 metros
50 centimetros de ¡laño azul autijíuo para la falda 3' el cor-
piño.
Visita larga de felpa.—Núm. 28.
Se hace esta visita de fel]3a mordorada, 'l'rcs costuras ci-i
ñen la espalda, y la falda va montada con fruncidos gruesos
en la parte inferior de la cintura, bajo una quilla de pasamanería mordorada. .^[anga doblada y adornada por aI)ajo
con una tira de ¡liel de castor natural. Desde el hombro va
culjierta con una pasamanería ([ue cae en forma ile galfm
hasta aliajo, v va conliniiada con otros dos galones c¡ue
adoriuiii la falda. Los delanteros se abrochan en medio,
bajo dos tiras de piel de castor que rodean el escote,
2W,i /iccrsirria:'s metros 40 cenlímetros de felpa, de un
meti'o 20 centimetros de ancho.
Traje de calle.—Núm. 29.
Vestido de lana color de piel de Succia, guarnecida de
un pekín otomano V felpa mordorada, brochada con seda
color de piel de Suecía. I'ondo de falda de seda ligera y
falda plegada de lana. Túnica de la misma tela, abierta en
la izquierda y guaiuccida de una solapa tie pekín brochailo. Delantero dispuesto en forma de delanud largo, plegado V recogido eii la cadera derecha, y por detrás formando un /loí//" largo, Corpiño-frac abierto sobre un ¡¡eto
puntiagudo de pekín. cuya parte inferior va recortada sobre un bies de pekín. El forro se corta por un patrón que
se compone de delanteros con pinzas y laditos de delante
de una espalda y de laditos de espalda con aldctas abiertas
en medio. El forro de los delanteros se abrocha en medio,
bajo el peto que se [>one sobre el forro. El corpino se remete sobre el peto v se recorta sobre el bies. Solapas de
lana en la parte superior de lits delanteros. Cuello alto y
carteras de ]iek¡n, •— Capota de terciopelo mordorado,
guarnecida de bandas plegadas de lava color de piel de
Succia,
Tf/iT m'asiin'ii: 4 metros 25 centimetros de seda ligera:
(j metros 50 centímetros de lana, de un metro 20 centimetros
de :mciui, y un metro 20 centímetros tie pekín'
Visita sencilla.-—Núm. 30.
Se hace esta visita de otomano de lana brochada. l'n;i
sola costura ciñe ia espalda, que va recortada cu aldeta
cuadrada y adornada con piel de castor natural. L;i manga,
tjue va doblada sobre si misma, va plegada en el codo sobre una aldeta añadida por deliajo v adornada con un dibujo de pasamanería dispuesto en forma de caracol. Faldones cuadrados por debinle, adornados ctjn una tira de
piel de castor y con una pasamanería en forma de caracolPieles cu la parte inferior de la inan;.;a y en el escote.
Tfln aeci-.-airiti: un metro 60 centimetros de otomano, de
un metro 20 centimetros de ancho.
Traje de paseo.—Núm, 3 1 .
Este traje se hace de \y.u\o gris acero. Falda bordada de
trencilla tono sobre timo. Túnica de paño en forma de
[lolonesa, abrochada con córcheles en medio, que cruza
bajo el delaulero izquierdo, y cuyo borde va adornado con
una serie de ]iliegues que caen poi'delante sobre la falda,
la cual se pliega en punía figurando bolsillo. En la ilerecluí
los pliegues van agrnpailos bajo una punía bordatla de
trencilla, (juc sujeta al mismo liempo los pliegues de la túnica de detrás, tpic \'a ligeramente plegada. Esla túnica va
sencillamente recoi^ida con \-arÍ(]S puntos ¡)or ;ib;ijo de ia
cintuní, Ei lado izquierdo del delantal por delante va completamente reco^-iilo en la cadera, y no lleva adorno como
en la derecha. Una solapa bordada de trencilla ribetea cl
ílelanlero ¡zípiierdo. Cuello recto abrochado en la dei echa.
iManga de codo casi larga, bordada de trencilla.—-Sombrero
de fieltro gris, forrado de terciopelo encarnado y ;ulornado
con un /ii'u/úc plum;is grises y con un p.'ijaro gris y encarluido,7r/ii urosa/'iíf .• .\ metros 20 centíiuelros de talel;in para
el fondo de falda, y i) metros 40 centimetros de paño, tie
un metro 30 centimetros tie ancho.
EL VELO BLANCO,
I' Cl ií
M A II .\ M K
U V. i; (I I S (; (I \ T I K \i.
(_Cinic i L1--Í 6 n . )
OsS-l^-"^
iíRn.\DE]i.\MKN'ric, en .'\u\-ernia la belleza noes más rara ([uc en .Arles ó en Normandia,
y'í auntpie sea diferente ; el pueblo tie .luvernia, k) mismo que todo pueblo de montañas y de valles, ofrece dos caracteres mu\'
distintos : las gentes del valle, peipicñas v
Qjc; gruesas, tienen las facciones bastas v la cabeza
cuadrada de los b;ijos bretones, e n ' t a n t o que
- ,,. los montañeses tienen la talla elevada v nobles facf^
cioncs ; pero la belleza C[ne huscalia M. Roger para su
r
V/ixva (h- lo?. Monte-: no era la de las magníficas auvernesas; las liallaba demasiado terrestres, v buliíeran podido servirle para representará ,liino<) Palas, ¡lero no á la
dulce y santa .Madre de CrisU).
La señorita de Mérande, por el contrario, le ofrecía completamente cl tipo de lo ideal que su imaginación bahía
conccl)¡ilo: asi es tpie las facciones puras y tlelícadas de la
¡oven fueron ofrecidas, bajo la forma de la Virgen de l.'.<
Mtmtf^, á los ojos enibelcsatlos de la pequeña población de
M
en un cuadro que se colocó sobre el altar mayor.
Las señoras tic i\lérande comprendieron entonces'quc si
no haiiian visto al artista en cl castillo, no era porque ellasse hubiesen separado absolutamente de su memoria.
Paulina misma, la ignorante niña, sacó una consecuencia
que pronto la volvió pensativa.
Las grandes soledades elevan el alma, es cierto; perotambién la predisponen á la cxalt:icii'm; la soledad engendra la novela, además de que toda joven se muestra siempre demasiado dispuesta á crearse la suya en el secreto de
su coraz(')n.
.\! ver <|ue cl artista la había elegido para representar á
la Virgen tüvina, y constáudolc la fidelidad con la cual él
había recordatlo sus facciones, Paulina no pudo evitar el
sentir de repente cierta satisfacciíjn de amor projiio; después se dijo tpie, habiéndola visto a]ienas, era extraordinario que la hubiera rccortlado tan exactamente.
Sin emlwrgo, no sospechando que una joven v bella heredera le hubiera ctciíido por objeto de sus mcdilacioncs,
M, koger habia \'uclto á t imar el camino de l'aris, y no
volvió á pensar en la señorita de Mérande más que cuando, al llegar, tuvo tpie hojerir el álbum donde se encontralví
su perfil con algunos b o c e t o - d e los paisíijes de Auvernia.,
IV.
"
'•
• ••
Las semanas se hablan sucedido después de estos deferentes acontecimientos ; cl momento de volver á l'aris había llegado , y Paulina, tpie se dejaba arrastrar por .su imaginación , no habia cesado t!e esperar una vuelta muv lejos
íiel pensamiento de M, R o g e r ; cuando decididamente le
fué preciso rcjuinciar á sus es[)eranzas, sintió una contrariedad tie niña, tpie lomó por un verdadero dolor.
Llegó á persuadirse de (¡ue su corazón estaba iierido demuerte ; de que el solo hond)rc con c! cual ella hubiera
consentido en cambiar cl nondjre de Mérande era cl tic
M, Roger, y tjue pues la ocasi('>n de efectuar este cambio
no se le ofrecía, no se casaría jamás, Y mientras i|ue su
LA
yVLoDA j^LEGAlSCTEj jpfíí^IÓDICO DE LAS
cerebro de diez y oclid años estaba forjándose sueños y
prosi,!,'uiendo su tenia novelesco, pensaba nada menos que
en pedir la autorix.aciim de edificar un convento al lado de
la pequeña ¡,t;lcsia donde se encontraba la obra de M. Ro.Ljer, y encerrarse en él ]iava siempre.
Cuando este proyecto fué comunicado á Mmc. de Méi"ande, ésta tomó entre sus manos la cabeza de su bija, la
besó en la frente sonriéndosc con ternura, y la hizo sentar
:i su lado,
— ¡Hija mía!—le dijo;—;qué pensarías tú del que te
ofreciera una rosa por la seiicilla razón de qite otra persona
no la hubiera querido? Ciertas almas que se dan á Dios me
hacen el efecto de esta rosa rehusada; yo no pienso que sea
con esas disposiciones como se debe entrar en la vida reli,i;iosa; son necesarias ideas muy altas y uun vocación más
positiva; es preciso, sobre todo, un ¡dma libre; tú tienes
diez y ocho años : si dentro de otros tres tus deseos son
los mismos, yo te secundaré en su cumplimiento, te lo
prometo; de atiui á entonces, dejaremos á ru existencia
que se deslice como en lo pasado,
Al expresarse asi, Mme. de Mérande no descubría á su
hija todo su pensamiento ; dejaba en la sombra mil y mil
reflexiones sobre la posición honorífica de al,L;iinos artistas
en el mundo, sobre las bellas fortunas de muchos de ellos,
•sobre las numeras distniíjuidas que parcela poseer M. Roí;cr: verdaderamente, apenas le había entrevisto; pero en el
modo de saludar de un liombre se reconoce su educación;
y ningún man|uéa de ios tiempos pasados hubiera saludado
•con lilas cortesía qtie !o habia hecho M. Ro^i^er al devolver el velo de Paulina. Kn íin, ^[me. de Mérande se? decia
a ú n , absteniéndose de despertar en su hija una esperanza
<|uc podía no realizarse, t|ue si una casualidad, ;i lacjue ella
pensaba ayudar un ¡lOCO, volvia á Ro,!,'er :t su ¡iresencia, no
sería absolutamente imposible que esta vez sus relaciones
]ltí,[;asen á al.L;o más que á simples cortesías.
L a casualidad que Mmc. de iMérande consentía en sev'undar.se presentó hacia el fin de aquel mismo in\'ierno y
sin C[ue esta señora pusiese nada de su jiai'ie para hacerla
lleííar.
Hn el último baile que dio el Pretecto dei Sena, las señoras de Mérande y M. Roi^er se hallaron de frente ; un
rigodf'm bailado con Paulina, donde fué grandemente elo.síiado el iierniosn país de Auvernia, sus fu.!4Ítivos v })equeños arroyos v sus riberas escarpadas, Ucvi) á M, Ro.i^er á
explicar á Mme. de ^íérandc cómo un asunto ini})revisío
le había hecho volver á París repentinamente, sin que
luibiera jiotiido aprovecharse de la amable libertad cpie le
habia sido otorgada para presentarse en el castillo; pero
<\uc si Mmc. de Mérande lo permitía, tendría en París el
honor de ir á expresarles su pesar.
Ks de suponer que Mme. de Méraude lo permitií'i; y la
inuijíinación activa y entusiasta de la señorita de ^lérande
\olvió á tender su vuelo.
Se formaba en esta época en París una sociedad en la
q\ie todas las jóvenes solicitaban vivamente ser admitidas.
Una dama habia tenido una feliz idea, y era la fundadfira;
madame de Lestang habia iiecho relle.-ciones niuv serías
;ieerca de la antijiatia de las jóvenes hacia la oís/nni ¡iropíamente dicha, hacia el modesto zurcido tan necesario en
una casa bien ordenada; había visto maravillas de lapiceria
nacer debajo de bonitos dedos femeninos; pero, si hablaba
*-le reiiiii'uíos á algunas señoritas anuidas suyas, éstas se
''Oían mucho, y pretendían que tal labor era cosa de sus
tloncclias.
Mmc. de Lestang se empeñó en llevar á todas las jó%'e'les bajo su dominio v en hacerles implorar, como un supremo favor, la gracia de confeccionar camisilas para los
'liños pobres con las suyas usadas, de zurcir sus medías,
*le arreglar enaguas, sabanas y almohadas con la paciencia
y maestría que exige, hoy c]ue tan cara está la vida, hi econoniia de una familia diiataiia y que cuenta con pocos
haberes.
Mme, de Lestang, joven aún y viuda, gozaba de su
modesta renta del modo que sabe hacerlo una mujer bella,
tHsiiuguida y espiritual, amable y elegante ; se interesaba
niuclio por la educación de las j()veiies , y decía que habría
niás felicldLU.1 y paz en las familias si ésta fuese más sólid;i,
•iiás humilde y más cristiana.
Habitaba cerca del Luxcmburgo el piso bajo de una
linda casa, euvo salón esp;icioso y alegre daba al jardin;
''euniü en él todos esos libros agradables (|ue ama la ju\"entud; adornó las ¡laredes con cuadros frescos y pastoliles, ocupando el testero principal con una hermosa ima.^ícn de la Virgen para que presidiese sus reuniones, y
preparó además un siu-tido completo de dedales y de tijei'-is, hilo para coser y algodi'm para zurcir, á fin de enlre'tener las delicadas y luidas manos de sus alumnas, hasta entonces ociqiadas 's(')lo en tocar el piano y hacer cada dia
ii'cs ó eiuiiro puntadas en un bordado. Preparado esto, se
•-•uvió á todas las casas donde había jf'ivcnes de doce á diez
y nueve ailos, la circular siguiente :
PAMILIAS.
31
trabajaban, hablaban de los ancianos y de los niños á los
cuales estaban destinadas aquellas composturas y á los que
eran tan titiles,
/.iT siicifdud ds zurc'hlii no tard(') en estar definitivamente
constituida.
Los estatutos prohibían depositar suma alguna por ningún titulo; el dinero no se veía en casa de Mine, de Lest a n g ; el trabajo, tai era la única limosna ciue esta señora
permitía, exigieniio c[ue el atavio de sus discipulas fuese
un sencillo vestido blanco.
— Yo debía pagar la deuda de mi madre—repuso sonriendo Paulina — y me creo dichosa con haberla satisfecho.
Dios h;i recom])ensado mi. valor, ]iorque yo amo á mi marido, y sólo soñé que amaba á Roger; si, admito ese velo
blaiieo, que desde hoy sor:t de las dos, Alicia ; le guard;iré
en la caja de cedro ; ai Dios nos da hijas, culirirá sus frentes el dia de su primera comunión y el de sus bodas ; y al
mostrárseles, les diremos (¡uc no hay generosidad, por pequeña que sea, que Dios deje sin recompensa, y (pie aun(¡ue ostensiblemente no nos ])remie nuestros .sacrificios,
siempre los deja sobradamente pagados con la satis face I r'm
y l:i tranquilidad de nuestra conciencia.
Las señoras de Mérande formaban ])arte de la Sociedad
de zurcidos, nombre con el cual se desígiici miiv ¡iroiuo la
creación de Mme, de Lestang, v Paulina no era la menos
háiiil de las zurcidoras.
Había allí una, sin embargo, en la ijue la habilidad era
más notable todavía; los zurcidos de Alicia Rcnauti no tenían rivales.
Alicia, ¡oven de la edad de Paulina de ^íérancle, era, no
solamente una admirable zurcidora, sino landiién una joven encantadora por todos títulos; bella é interesante,
dulce y modesta, era imposible verla una vez sin que agradase singidarmente, y no se podía estar á su lado sin sentirse atraída por una amistad st'ilida y sincera,
Paulina había sentido esta atracción.
Una coincidencia ligera por sí misma, pero á la (jue no
faltaba aigo de ¡licante, Jiabía (¡uizá eonlribuído lambién
por su parte al principio de una amistad cutre las señoras
de iNíéraude y de Renaud : la madre de Paulina haiila visto
al lado de la pequeña mano <Ie Mine, Renaud cierta serpiente con los ojos de esmeraldas, de la ijue guardaba una
fiel menioria: en una palabra, estas damas se habían reconocido por las obstinadas rivales que, con nuiclio contenió
del comerciante, habían hecho subir á tan alto precióla
vajiorosa muselina destinada al uso de primera comunión
de la una ó de la otra de sus hijas. Ríentlose de si mismas,
se liablan lendido la mano ]ior debajo de las ¡icqueñas calcetas (jue Alicia v Paulina Coin]ioniah. con ignal ardor,
habían ])rnmetido verse, v se liabían ofrecido mutuamente
su amistad.
MAÍÍÍA nr.r,
Este reconocimiento bahía tenido lugar en el primer
jueves que siguió al baile del Motel de Ville, donde las señoras de Méraude habían enconlratio á M, líoger, y algunos días después tle esto, el artista, deseoso de reparar una
verdadera descortesía, se presentó en casa de ac[uéllas.
Era un sábado, dia de recepción de Mme. de ^[érande;
las señoras de Renaud se hallaban en e! salón cuando
anunciaron á M. Roger.
A la entratla de éste, .Micia y su madre se lia!)¡an mirado con un iigero asombro, después se hablan sonreído y
hablan parecido dispuestas á disfrutar de alguna sorpresa.
Su esperanza no fué vana; al verlas, M, Roger, tan admirado como alegre, fué á saludarlas con esa familiaridad
amable que permiten las relaciones de mucha intimidad,
Paulina, que había seguido toda esta escena con una mirada, RÍnti(') en el corazón un dolor agudo c|ue le hizo palidecer; una intuición rápida le mostró que sus desvarios se
desvanecían como las ilusiones de un cerebro enfermo, v
durante un segundo experimentó por su nueva amiga
como un seutimieuto de odio y de amargos celos,
— :Conociais vos á M, Roger?—preguntó en voz baja
á Alicia, que se hallaba próxima á ella, así que el iiintor se
alejó.
— ¡ E s mi prometido!—respondió Alicia con una hermosa mirada, límpida y dulce, que hizo iiuir repentinamente del corazón de l'aulina los malos sentimientos <.|ue
empezaban á germinar en él.
— ; H a c c mucho tiempo?—prcgiintí'i Paulina, no .sin un
JUICO de turl)aci(Sn y de rulior.
— Hace dos años.
• •
— ¡ Hace dos años!—-pensó Paulina ; —entonces, cuando
vo tenia la locura, la ]iuerilidad de extraviarme en toda
clase de sujiosicioncs y de proyectos, i él era va su pn)melido!
Por algunos instantes Paulina guardó silencio, durante
el cual ia señorita Renaud se sintió oprimida sin poder
adivinar la causa.
— ,\licia^—dij<* al fin Paulina pensando que tenia algo
que e.xpiar para con la señorita Renaud — ¿queréis permitirme que os ofrezca para el día de \'uestro matrimonio
aiiue! velo blanco que debía haber sido de vuestra primera comunión y que mi madre arrebatii ;i la vuestra?
— ; N o iiav más ptija?—preguntó s(uu-iéni!ose inadame
Reiiaui! á madanie de Mérande, que ajirobaba la projiosición de su hija ahrazindola con efusión.
— Xo hav más—rcs]iondii'» Mme, de Méraiule {:K-\\\ una
sonrisa en los labios v á !a vez una lágrima rebelde en los
ojos.
Mme, de Mérande no haliía ¡lodido menos de sentir la
cruel decepción que hería á su hija, y se reprochaba el
«El jueves, desde las doce á las cuatro, Mme. de Lcs- haber (¡uizá en los últimos tiempos entretenido y particii^iing estará en su casa.
pado de su error.
'" Se i-emendi\n¡ y se leerá,
•"Un poco de baile terminará la sesión.»
V[.
i Invitar á w//'"'''-^ '^^ i'c"i''i'i/t/.ix/ listo excit(') en to.ias
liartes una viva cm'iosidad ; cuanto nüis original pareció el
El delicioso velo ile muselina cuhrii'i hi frente de ht en(convite, tanto más deseo hubo de 'oncinaár: desde el pri- cantadora Alicia Renaud el día de su matrimonio con
mer dia asistieron muchas jóvenes con sus madres: las
M, Roger, i|ue se efecluí') de allí á un mes,
tijeras V los dedales fueron eni]i!eaiios todos.
Añadíunos que un año in;is tarile tuvo lugar otro matrimonio: era el del bar('m Ediné v de ia señorita Paulina de
iCónio hizo ^Ime. de Lestang para sostener viva la
aílción á sus mañanas? Se comprende la curiosidad sufi- Mérande, que había vuelto p:ira siempre del país de los
sueños,
ciente para explicarse la concurrencia del ¡irimer jueves;
— Tomad—le dijo Alicia;—tomad vuestro velo, amiga
iiero en los siguientes se aumentó ésta de tal modo, que
mía; os ¡jcrtenecc, porque encierra recuerdos mtiy caros
Mme. de Lestang tuvo muy ¡ironto que rehusar nuevas
para vos : el de vuestra ]irimera eomimÍ('m, el del niño á
admisiones.
quien habéis tenido en la fuente del bautismo, y , sobre
Y sin embargo, era verdadera ropa vieja la {pie se zurcía
todo, el de la noble accii'tn de que debéis estar envanecien casa de Mme, de Lestang, y sobre viejas camisas se
da. ¡Oh, Paulina mía! Vos sois mil veces más bella <]iie yii,
ejercilaba el talento de las zurcidoras.
El zurcido se habia revestido de un irresistible atr.Tc- y fácil os hubiera sido arrebatarme el coraziin de Roger, y
tivo; las manos más aristocráticas de París, las más bonitas con él toda mi ventiH^a ; pero no lo habéis querido y á vos
y más ricas, se ocupaban en él; y en tanto que las jóvenes , os debo la dicha de toda mi vida!
A 1,A MtJV
SKNOkl'i'A
PILAR
SÍNUIÍS.
illSTl.Sr.UIDA
DOÑA
A.
S.
Y
T.
Si tus bondades y tu hermosura
Cantar pudiera con dulces voces,
Yo te dijera muchas lindezas
Y te cantara muchas canciones ;
Mas yo no }>uedo cantar tus gracias
'Pii eres muy bella
Mi voz es pobre
Tú eres del cíelo
Yo soy del mundo
Tú eres un ángel
Yo soy un hombre.
P.
DIC TüKliE-LscxZA.
CORRESPONDENCIA PARISIENSE.
SUMARIO.
\..í c>i,n-:iiiii >\v rui.'j)>,'¡iii:i:.-., -AtiimiJiiiúii f.\ninircliii:iii;i,- \-.\ -U-ifut de la l'tu•iili/ni.t df l;i ]ív¡nili!ici. -Miiníiiuii(a iIc los saliinfs iiiitusierialts. —SÍHUCTI
)osii.tvcMÍL'I E i i ^ o i . - i : i pióximo h.ik'ilel H.'.ivl do Ville,—I.ns liiiiles JL'
l'is alk'^lLÜii^ á liL'nt'üciii ÍIL- IUS ¡)[)bi'fS.—Casamienlos nrisiourAiicns.—Ciiual i ó n LIC ^;lllnllJS.
írA^»-?
' ' w f W / V ( / \ •'' '^'^^'•' ''"^ Reyes lia dado la señal del invíerCtóiVr-'vv^^ " " aristocrático de l*aris, y los salones abren
f f ^ f ^ U ^ '^"^ pnertas en toda la linea.
^l^^Kft^l
Nada más ipie la noclie de la Epifanía
n * ' ? ^ i i ' ^ v í '"''^" banquete en casa del Conde de Her^o^Mt\
'"^" ' '
' '^^'y*'^ convidados representaban
•"-J'r-x^^ en sus trajes y peinados reyes y reinas de nues•> ••J tros días, distinguiéndose la princesa de L
que presidia el banijuete de reina A'ictoría, en el traje
legendario de la soberana de la (irau Uretaña, con el
tocado :i la ('atalina de Médicis, sustentando una diminuta corona Real. Recepcitm en casa de Mmc. Bcnlé, en
su nuevo hotel de la calle de .luán Goujon, antigua vivienda de la malograda Duquesa de Esshng. Cena é intermedio musical en casa de la bella y elcgantisima Mme. Bernardalcy. Baile ullraelegante en casa de Mme. Bamberger,
en su palacio de la plaza de los Campos Elíseos. Y finalmente, baiuiuete ofrecido al Cuerpo diplomático, seguido
de una recepción, en el palacio del Elíseo.
Esta última recepción \enía á ser el ddu! de Mme. Carnot, en su papel de presidenta, y justo es confesar (pie lo
ha desempeñado á las mil maravillas, basta el punto de
obtener los elogios de lodos los convidados, aun d é l o s
más difíciles de contentar, es decir, las señoras del Cuerpo
d¡[>loniático. Muy elegantemente vestida de un traje de
liiiirpús y de terciopelo encarnado muv obscuro, con larga
cola, sumamente afable, sin caer en la exuberancia vidgar,
Mme. Carnot ha obtenido los lionorcs dc.Ia .•^oirñ- que presidia-— lo que no es leve triunfo jiara un;i aiifitriona en su
posición.
Lady Lytton, c|ue se presentaba jjor primera vez en un
s;dón de París desde su advenimiento á la Embajada de
Inglaterra, estaba muy rodeada y agasajada por los numerosos amigos que encoutraiía eu el Elíseo, donde había
brillado ya cuando su marido era primer sccret;u-io tic la
Embajada Aprovechando la circimstancia, lanzaba invitaciones á la gran recciición de la r;[ubajada inglesa, que
será la brillante inauguración de los r¡ico/i¡s que se pro]ione dar este inyierni> en el hotel del faiibourj^ SaintHonoré.
Por otra parte, siguiendo *el ejemplo de Mmc. Plourens en el ^íinisterio de Est:tdo, los salones ministeriales
C'iipiezan á encender sus arañas. Estos salones se distinguen por su monoionia y uniformida.i. Los Ministros se
relevan, jiero las recepciones do los ?*Iinisterios son siempr:' las mismas. El personal viene, va, se renueva, Ucva
noml)rcs diferentes, y , sin embargo, parece Siempre idéntico. Si los personajes que se agitan en esas regitmes llevaran sobre el rosti'o una careta tradicional que tonuisen.
para el caso, á la entratla de los salones, no se descubriría
la menor diferencia en las iiianer;is, el ¡lorte, la actitud ni
las palabras de los convidados desde un tÍein])o inmemorial. No es extraño, pues, que esas recepciones c;irez.can
comiiletamente de atractivo.
o
o o
hai la segunda semana de la pasada »]uincena el movimiento ha continuado en los sillones parisienses con una
aiiimaci<')n y un lucímícniü como no se había visto muchos
años ha.
El Elíseo ])rosigue con el más brillante é.xlto sus recepciones de los jueves, bajo la égida de Mme. Carnot, cuyo
traje de /iiiiifiíis y rLiso blanco, con adornos de ctientas'de
oro, llaim') mucho la aleneiiui la última sn/Vir.
Los embajadores, estimulados por el ejemplo, abren á
su vez las puertas de sus palacios, l.a límbajiída de Inglaterra, con lady Lytton, y la Embajathi de Austri;i, con la
Conilcsa de Hoyos, han sido las pr¡mer;is (¡ue lian encendiilo stis—íu-anas, ejerciendo "una hospitalidad del iiiejor
gusto.
- . i-,-.u; í J
LA
82
MODA ELEGAKTEJ JPEHIÓDICO DE LAS FAMILIAS.
Al mismo tiempo, el Holel de Villc prepara para el sábado pi^fj.xiino su primer baile, y por todas partes, en las
alcaldías, se organizan fiestas á beneficio de los (Jobres.
Uno de los bailes de este genero cpie estará mejor concurrido es el que tendrá lugar el 2ÍÍ en la alcaldía de Passy,
edificio recientemente construítio v que contiene una de
las más herniosas salas de fiestas de Paris. IJada la población aristocrática y opulenta de aquel barrio, donde abunda
lo más selecto de la colonia extranjera, es fácil calcular e!
esplendor que va á revestir semejanle manifestacicín de la
caridad. Entre las damas tpie patrocinan esta obra !)enélica,
secundando á la linda y elegaiilc Mnic, .Maríuottan, esposa
del alcalde, citaré, en primer t¿rni¡nü, i\[me. Floquet,
Mnic. Lockroy, la princesa líenjamin c'e liohan, niadame
Mauricio Emanuel v Mnie. Keslncr.
tinguir á los representantes del se.xo feo, y que si tiene
alguna razón para no hacerlo así, es laltarle al respeto el
tomar la delantera.
Los defensores de la pura cortesía francesa o|)inan, por
el contrario, que el respeto mismo de la mujer ordena
obrar de un modo distinto. L''n saludo,'dicen, es constantemente una muestra de deferencia, y, en principio, el hecho solo de indicar con su actitud á mía señora que se tienen motivos ¡lara aparentar que no se la conoce, es una
impertinencia y una grosería.
Áli opinión es (¡ue hav en esto algo de tacto y de conveniencia, que, dados ciertos,casos, debe dejarse á la apreciación de cada cual ; pero sostener en aíisolulo ([ue los
hombres deben aguardar siemjire el saludo de las señoras,
no me parece ni francés, ni español, ni racional.
X. X.
Pasando á los salones particulares, es imposÍl)le deiar
en silencio los dos jueves {t/n/iMiiits) de Mine. líambci'gcr,
(jue estuvieron más que brillantes, íleslunibradores; las
.wmV.'í elegantísimas de Mme. líoussel, en su magnifico
hotel de la ruc de Chaülot; las de la Baronesa de lÚL'nneritz, sobrina del célebre diplomático ("onde de Beusl : las
de la Condesa de Heaurepaire I.ouvagny, de la Baronesa
Digcon, de la Marquesa de Blocqueville, de la Condesa de
Soldyck, de Mme. Buloz, Mme. .Munckazy y cien otras
que ahora no recuerdo.
I,a diversión más á la nunla en los salones este invierno
será, alternando con las iniitaciones de las celebi'idades de
los tiempos pasados ó presentes, las charadas representadas, con baile y canto. Todos los libretistas y compositores de salc'in están dedicados
.
á la confección de estas deliciosas charadas,
en que la fantasía, el ingenio y la sátira tienen campo libre. Los cuadros vivos parecen
también destinados á olitener cierta boga.
Prcpáransc unos muv notables, l)ajo la dirección de dos pintores célebres, en uno de los
hoteles más fastuosos que rodean el parque
de Monccau.
I'an'.s, .-4 lili V.nCTO di- iSíi<.
lado de un chaleco de terciopelo". Un lazo flotante de cinta
termina el chaleco y cae en el Indo izquierdo. El forro se
corta por un patrón compuesto de delanteros con pinzas y
laditos de delanteros, espalda y laditos de espalda. Manga
de codo con bullón sujeta con un br:izalete de cinta.—
Sombrero de fieltro y velo grande de tul punto de espíritu,
que se enrolla alrededor del cuello.
Tflit ¡¡ccc<iu-iit: 16 metros de bengalina, de 60 centíme'
tros de ancho.
*
CLOROSIS, ANEMIA, COLOñES PÁLIDOS
ij:
EMPOBríECIMIENTO
DE
LA
%
SANGRt;
i
HIERRO BRAVAIS
^:
eí mcjur y más actÍi-o de los fcmiijinosos %>
k-; D e p ó s i t o e n l a m a y o r p a r t e d e l a s f a r m a c i a s . %
EXPLICACIÓN D E L FIGURÍN ILUMINADO.
SAVON ROVAL I " V I O X - E T
SAVON
DE THRIDACE129, B'^dí/líKTARIS VELOUTINE
Núm. 4 .
(Correaponde á las Sraa. Suacritoraa á la i . ' edición de lujo.)
I, Vfstii/i) tic pniw i-ii f<'nuí¡ de la'ila.—Va guarnecido de
piel de zorra azui. Fondo de falda de seda ligera con un
tableadito de fava cu su borde inferior. Vestido princesa,
de paño, compuesto de un delantero de levita, que se abre
sobre wn plegado de paño en forma de alianico, y de un
paño de detrás, <pie se pliega y recoge sobre luia falda de
debajo de paño plegado. Carteras grandes de bolsillo en los
lados de la le\ita. Manga de codo ribeteada de piel. El
D ñ T V A ^ n m T A anherentes, invisibles, exquisito perrUiiVUO
U r J J L l A fume. H o u b l g a n t , perfumista, ^ a ris, I ' a u b o u r g S ' H o n o r é , 19,
P
TTAPriVm)
" y H . Passage Jouffroy, P A R Í S .
I t í l R E i l / i r r i l l l ñ , 34 medallas y diplomas de honor.
Proveedor del Banco de España.
CDFfiES-FUERTES TODD HlERflO. COFRES-FUERTES MUEBLES.
ENVÍO, FRANCO, DE DllitJJOS Y I'UECrOS COlilíIENTES.
PASTA DE N A F É D E DELANGRENIER.
Cincuenta médicos de los hospitales de P a r í s han
demostrado su/íoi/í-rojo eficacia contra los Resfriados, G - r í p p e , Bronquitis, Irritaciones del pecho y
de \s. garganta. No conteniendo ni opio, ni morfina, ni codeina, puede darse sin temor á ios níf.os
que padecen de tos. Depósitos en ias farmacias del
mundo entero.
El T R A B L I T , esencia para hacer café con agua,
leche fría ó caliente, para viíije ó caza. Hállase en
las tiendas de ultramarinos. Cuando liace calor,
algunas gotas en agua constituyen la bebida más
higiénica. Al por mayor. 39, rite Deufert Rochereau, P a r í s .
ü
Desgraciadamente la muerte no da treguas á su obra destructora en medio de estas
expansiones de la vida y del placer: esta semana nos ha arrebatado á Augusto Maquet,
novelista y autor dramático muy conocido, y
colaborador que fué de Alejandro Dumas,
padre. En el teatro de la Opera se estaba ensayando precisamente una obra suya, Ln
Dama de MoiíAürcau, con música del compositor Salvayre, cuyos cnsavos se han suspendido á causa de su muerte. Macjuet ha sucumbido de una pulmonía, á los setenta y
cinco años de edad.
Illg-ient'4l(^l i ' i i t U : B e l l e z a d e l a l o z . —
P a r a proteger la epideimis contra las influencias
perniciosas de la atmósfera; para devolver ó conservar al rozixo fiesilira, juventud,
aterciopelado,
basta con adoptar para la toilette diaria la C r e m a
S l i i i ó u á la glicerina, De la misma casa, Polvos
de arroz y Jaliün de crema Siman. Desconfíese de
las falsificaciones.
Depósito g e n e r a l : S l u i ó i i , 36, me de Provence, Paris. De venta en todas las buenas perfumerías , farmacias y sederías.
El A c e i t e d e Q u i n a de E. C O U D R A Y ,
perfumista, 13, rued'Enghten,
París, eonsen-apor
un tiempo indefinido el cabello, dándole un brillo
y u n a flexibilidad incomparables. N o es extraño,
pues, que su inventor haya obtenido en la última
Exposición Universal de Paris las más altas r e compensas por todos ios productos de su casa de
París.
Los casamientos aristocráticos siguen :t la
orden de la crónica. La señorita Isabel Singev, segunda hija de la Duquesa de Camposelice, se ha desposado con el joven Duque
Decazes, hijo del antiguo ministro de Estado
del mariscal Mac-¡Mahon y de la Baronesa
de Lawenlbal. Mllc. Singer, unida á una belleza seductora y llena de distinción, aporta
una dolé considerable, y su Irnu^sfaii hará
indudablemente época entre las elegancias
del año.
Por otra parte, Mllc. de 'Slim contrae matrimonio con el conde Bertrand de Blacas.
<pie enviudó hace poco tiempo de la princesa
Luisa de Beauvan.
Perfumería exótica S E N E T , 35, m e du Quatre
Septembre, P a r ' s . ( Véanse los nuncios )
Perfumería Ntnon, V» L E C O N T E ET Ci« 3 ' rué du Quatre Septembre, París, ( V/anse los anuncios, )
ASVERTENCIAS^
:••':.'.
(Croquis del figurín ¡luniiiiaUo, visto de tspalcla.)
Una cuestión de urbanidad divide en este momento las
opiniones de la alta sociedad francesa: traíase del saludo á
las señoras. La cuestiíJn se baila planteada del siguiente
forro se corta por un patrón compuesto de delanteros con
m o d o : Un hombre que se encuentra en la calle con una
pinzas de pecho y pinzas que marcan el ladíto de delante,
señora á quien conoce, ;debe ser el primero en saludarla,
espalda y laditos de espalda, que dan el vuelo necesario
ó aguardar á que ella le salude?
•
páralos pliegues del /"I'/Í/—Manguito de piel de zorra
azul.—Capota de paño.
En olro tiempo no se Id habría ocurrido á nadie semejante duda. JVro la anglomanía, que va invadiendo ¡JOCO ;i
Se iicccsi/a para este veslido-ladla: 8 metros de ¡jaño, y 8
poco la alta socieiiad de este país, ha eiigeiulrado esta dimetros de snrah para el forro.
vergencia de opiniones.
3. Vestido para tiiiías de -¡ á"6«//iw.—Falda y paleto de
felpa, con camisa bullonada de faya. La falda cae for'i'eníamos ya las palabras inglesas introducidas en la
mando pliegues anchos, y el paleto, tpie es más ancho por
conversación sin venir á cuento: teníamos la obligación de
detrás ijue por ilelanle, se compone de espalda, laditos de
las presentaciones, llevada hasta el ridiculo: teníamos las
espalda y dclanieros que se abren sobre una camisa dc
meriendas inglesas, los proveedores ingleses, los cbatjués
ingleses. Ahora se nos presenta la gnlantería y la urbani- faya, plegada en el escote y remetiila por debajo. La camisa se monta sobre unos delanteros dobles de forro, que
dad inglesas como modelos ilignos de imitarse.
se cierran cu medio y se ajustan al paleto por medio de
Desde el punto de vista francés, la cuestión del saludo á
las ct)sturas de debajo d e . los iirazos y de los hombros,
las señoras está sencillamciue i-esuelta. Se reduce á observar las reglas más vulgares de la cortesía, que no Sülo.|)rcs- (fuello grande á la marinera, ([uc baja formando solapas
sobre los, delanteros. Cuello en pie dc felpa. ISotones en el
cribe el saludo anticipado á I;t señora c|Uc se conoce, aun
cuando sea de una manera superficial, sino que ordena •> borde de los delanteros. Manga de codo con cartera.—
(¡orra dc felpa.
que se salude en una escalera, en un pasadizo, en un vestíbulo, en todas partes donde se encuentre uno cara á cara
Tela i!eces¡!ri'n:S metros de felpa, y 75 centímetros de faya.
con la que nos es completamente desconocida.
3. Traie para señoritas.—Vestido de bengalina, adornado
En Inglaterra no sucede lo nn'snio; el uso exige que las con cintas de terciopelo. Fondo de falda de tafetán y falda
señoras sean las primei'as que saluden, y seria soberanaancba v Usa de bengalina, adornada con una cinta de termente descortés el hombre que se t[u¡ta'se el soml)rero al
ciopelo en su borde inferior. T i i n i c a r i e bengalina, que
pasar cerca de una dama ([ue no ie liubiese autorizado
figura una polonesa abierta en la cadera iztjuierda. Delananticipadamente á este acto de cortesía con ima inclinación
tero plegado y añadido en el borde del, corpino." El paño
de cabeza ó un saludo amistoso.
de detrás va plegado de izquierda á dereclia, añadido en e!
borde de, la espalda y guarnecido'de unas'cinlas flotantes
Los partidarios del sistema británico arguyen en favor
de terciopelo^ Corpino cuya espalda va,plegada en medio^
de su opinión que la moda inglesa está basada en el respeto
d e la mujer; que á ésta corresponde la iniciativa de dis- y cuyos delanteros se disponen tánibién'en pliegues ácadii
Reservados todos los derechos dc propiedad artlitica y litenttla,
Los frecuentes abusos que vienen cometiéndose por individuos que falsamente se
atribuyen el carácter de representantes de esta Empresa
en las provincias, nos ponen en el caso de recordar nuevamente : l,°, que na respondemos más que de aquellas suscriciones que se hayan formalizado y satisfecho en nuestras oficinas; 2.", que el público debe acoger con la mayor reserva
las instancias de personas que, á la sombra del crédito de
la Empresa, v atribuyéndose una representación que de
ningiin modo pueden justificar, abusan de su buena fe, y
3.", que siendo en gran número los libreros, impresores y
dueños dc establecimientos mercantiles que en todas las
capitales y poblaciones importantes del Keino reciben suscriciones á L A MOOA E L E G A N T E y á L A In:'.-rRACióx E s -
i'Axnt.A V AMF-IÍICAXA, correspondiendo con honradez á la
confianza que en ellos deposita el público, no nos es posible estampar aquí una lista tan numerosa, ni es tampoco
necesario : porque conocidos como son en sus respectivas
localidades, por el crédito que su comportamiento les haya
granjeado, nada es tan lácil, para las personas que deseen
suscribirse por medio de intermediarios, como asesorarse
pradamente de la responsabilidad y garantía que pueble ofrecerles aquel á quien entregan su dinero.
Esta Administración no reconocerá como válidas las suscriciones que se hicieren por conducto ó con la intervención de las personas que á continuación se expresan :
D.
—
—
—
—
—
~
Ramón Vas Castilla
Pedro Casares Jiménez
Joaquín Feliu
Carlos Guznián
J. González y Comp.'
Buenaventura Pombo
Pablo S. Miñambres
Chucena.
Miajadas.
La Bisbal.
Sigüenza.
Tánger.
Cuevas de Vera.
La Bañeza,
MADRID.—Esiableeim¡entoTlpoi:r.ífiiM «SnceíioreS de Eivadenejrra»,
m
thatr Sou¿a4ui SíJ'.' f/it''i^'.
ik w'mk ^imimi mmfA%k
7
cala Zó_inADRiD,
_M.
3o de Enero de 1888
'effuf/i^-f^a.-
£í^¿
N° 4
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