L U E S P A L D A D Fortalece tu espalda para la temporada blanca ¿Sabes mantener tu espalda saludable y en forma para disfrutar del esquí sin riesgos? En el número 13 de Outdoor te enseñamos a blindar tus rodillas para evitar lesiones en la nieve. Ahora completamos nuestra apuesta para disfrutar de la temporada blanca con una serie de ejercicios y consejos que mantendrán tu musculatura bien entrenada, elástica y fuerte; la mejor forma de evitar sobrecargas y dolor de espalda cuando te deslizas con las tablas. T E X T O : A L B E R T O C E B O L L A D A K R E M E R E S Q U Í DEL ESQUIADOR A dorsal (parte superior de la espalda) y estirar el pectoral mayor y menor. La fuerte implicación de la musculatura de las piernas –en especial del cuádriceps, que amortigua y frena el deslizamiento del descenso–, y de la musculatura extensora de la espalda, que está en continua tensión para equilibrar el tórax en las bajadas, produce un desequilibrio pélvico que causa los dolores lumbares y las temidas ciáticas. Por eso también hay que educar la retroversión pélvica (bascular la parte alta de la pelvis hacia atrás) y lo logras potenciando los abdominales (especialmente rectos anteriores), los glúteos y estirando la musculatura extensora de la espalda y del cuádriceps, en especial su recto anterior, como el psoas iliaco potente flexor de la cadera, cuyo acortamiento causa gran parte del estrés lumbar. unque el esquí no es un deporte especialmente lesivo para nuestra espalda, exceptuando los posibles traumatismos por accidente, su práctica exige mantener la columna vertebral con cierta flexión del cuerpo hacia delante, lo que conlleva sobrecargas musculares y articulares. Tanto en esquí alpino o nórdico como en otras disciplinas blancas en las que se adoptan posiciones agrupadas buscando un mayor equilibrio sobre la tabla o una mejor aerodinámica en los descensos, se favorece la caída hacia delante de los hombros, provocando un acortamiento pectoral que deriva en una cifosis torácica o “chepa del esquiador”; causa de frecuentes dolores en la parte alta de la espalda y el cuello. Por ello se debe educar y trabajar la retracción de hombros (tratar de llevarlos hacia atrás) y potenciar los músculos de la cintura escapular: romboides, trapecio, redondo y CUANDO ESQUÍAS, CONCÉNTRATE EN LA POSTURA: ESPALDA RECTA, HOMBROS HACIA ATRÁS, MIRADA AL FRENTE Y BUENA TÉCNICA. Y LA CHEPA Ten en cuenta, además, que los saltos y las acrobacias aumentan las cargas y el estrés de la columna vertebral. UN TRABAJO EFICAZ En cualquier caso, sea cual sea tu deporte en la nieve, cuanto mejor sea la técnica y la calidad del equipo, menor será el estrés de nuestra columna y el riesgo de padecer dolor de espalda. DECÁLOGO DEL ESQUIADOR FOTO: VLADIMIR PISKUNOV / ISTOCKPHOTO A ISTOCKPHOTO S 1- Manten la espalda recta mientras esquías, inclinando el cuerpo hacia delante siempre previa flexión de rodillas que atenúe la presión lumbar. 2- Concéntrate en los movimientos y en la postura: espalda recta, hombros hacia atrás, mirada al frente; evita ejercicios técnicamente incorrectos y pide a un profesor que te corrija. Observa a “los buenos” y aprende los patrones básicos de las posturas que debes tratar de imitar. 3- La concentración es fundamental, sobre todo cuando esquías por tramos complicados o a gran velocidad. 4- Después de la jornada de esquí es conveniente elongar la columna e introducir ejercicios de descarga y de relajación muscular, recurre a tratamientos termales, nada y/o realiza inmersiones y flotaciones en piscina (fotos 9 y 10). 5- Utiliza la electroestimulación; los programas de recuperación y endorfínicos dan buenos resultados combinados con deporte. 6- Respira de acuerdo a la intensidad y complejidad Potenciar la musculatura que mantiene la postura del esquiador y estirar los músculos implicados al esquiar ayuda a corregir las posibles alteraciones de las curvaturas de la columna. Por eso es importante entrenar antes y durante la temporada; estirar antes, durante y después de esquiar; introducir una rutina de ejercicios fáciles en el trabajo y en casa y realizar con “higiene postural” (recomendaciones del esfuerzo, soltando el aire cuando realizas el máximo esfuerzo. Si vas a pasar un bache o realizar un salto o un giro brusco, retén el aire para aumentar la resistencia intraabdominal creando un fuerte sostén lumbar. 7- Flexibiliza la articulación de la cadera elongando el psoas, el recto anterior del cuádriceps y la musculatura isquiotibial. 8- Evita posturas que conlleven flexión del tronco y al mismo tiempo giros o movimientos de inclinación lateral. 9- Utiliza un equipo adecuado, intentando minimizar la vibración. 10- Mientras esperas el arrastre realiza balanceos abriendo los brazos hacia atrás: estiras la musculatura pectoral y descansas de la posición de descenso. www.outdoor.es | NOVIEMBRE - DICIEMBRE 2007 29