NÚM. 182 AÑO V itíabrií Cientifko j' ttmk di ámtm, "iigm ímnmk g Iktriddaá Redacción j Administración-Calle de las Fuentes, 6, segundo TODA I.A COH«ESPOi¥DE¡VCIA A AOMBRE AOVERTEUCIA D e s d e 1.° de Abril (|uedaii miestras oíieinas instaladas en la calle d é l a s F n e n t e s , iiiini.O,9.° izquierda, donde rogamos á los seíiores snscriptores y corresponsales se sirvan dirigirnos toda la correspondencia. rs^^^íy's^^^i-^'- RESEÑA que el profesor de Topografía y Geodesia de la Escuela de Ingenieros de Minas, D. Eusebio del Busto, hace de un proyecto de Taquímetro auto-reductor, sin limbos, ideado por el Ingeniero de Montes D. Antonio Salazar. ( El exprofesor de Topografía y Geodesia de la Escuela de Ingenieros de Montes, D,. Antonio Salazar y López de Haro, ha proyectado, con ingeniosos y originales mecanismos aplicados á irreprochable teoría, un instrumento que denomina Taquímetro auto-reductor sin limbos, con el cual, se propone leer directa é inmediatamente en el aparato y sobre el terreno mismo, sin necesidad de cálculo alguno, los valores numéricos de las tres coordenadas rectangulares x, y, z , que, para ser conocidos por el método taquimétrico del insigne Porro, sabido es hay necesidad de practicar en el gabinete el cálculo de las fórmulas D = gí sen* c5 i . -' A- = D sen 8 , Dcos 6 '^ y D cotg c p ,, " ,. z' aplicadas á cada uno de los puntos visados, después de haber obtenido en el terreno, con los taquimetros hasta ahora en uso, los tres números generadores ^7, cp, 9. Este penosísimo y casi impracticable cálculo, aun empleando logaritmos, poco exacto, engorroso y expuesto á equivocaciones groseras cuando se ejecuta con métodos auxiliares que lo facilitan, motiva el reducido. Uso que la generalidad de los Topógrafos hacen del mé. . ' , . DEI. ADMUVISTRADOR todo taquimétrico á pesar de sus inmensas ventajas teóricas. La circunstancia de no ser necesario, con el aparato del Sr. Salazar, ninguno de los procedimientos directo ni auxiliares de cálculo, tablas numéricas, regla círculo hélice logarítmicas, cuadros gráficos etc. etc; la de leerse con la apreciación de un ceniimciro la z' y con la de un decímetro las D, x é y; y sobre todo, la valiosísima de que el operador pueda comprobar á cada momento y adquirir certeza, sin cálculo alguno, de que el trabajo que va ejecutando marcha sin equivocaciones ni errores intolerables, hacen que el nuevo instrumento, conservando las excelencias del procedimiento taquimétrico, r. suelva teóricamente con brevedad en el campo, y sin ningún trabajo, puede decirse, en el gabinete, el problema de levantamiento de planos, y con la precisión requerida en topografía, si llega á conseguirse que una esmerada y resistente construcción realice con toda exactitud la teoría en que se funda y haga práctico el instrumento. No nos proponernos, como el lector verá, copiar al pie de la letra y sin comentario alguno, su teoría, ni describirle en todos sus detalles, ni dar á conocer los bien meditados procedimientos de verificación y rectificaciones, ingeniosa manera de estar dispuesta la mira, y otros extremos que el Sr. Salazar expone en su concienzudo trabajo, porque el hacerlo así, no tendría objeto, toda vez que la Revista de Obras Públicas ha empezado á insertarle íntegro desde el número 1.171 y la Revista de Montes lo ha publicado ya en sus núms. 506, 507, 508. Nuestro trabajo es más modesto. Nos proponemos hacer una reseña de la teoría y una explicación ligerísisima y á grandes rasgos de la manera como ha sido llevada á la práctica, con el exclusivo objeto de difundir por nuestra parte el notabilísimo trabajo del Sr. Salazar, hacia el cual han de dirigirse á no dudarlo, por su grandísima importancia, multitud de miradas escudriñadoras, ávidas de modificaciones y perfeccionamientos. Teoría Sabido es que un anteojo no queda perfectamente centrado para todas las distancias, ó dicho de otra manera, no tiene un eje óptico único, si el punto de cruce de los hilos de su retículo no se halla situado precisamente en 9l eje secundario de su objetivo'que sea para- MADRID CIENTÍFICO 1.412 lelo al eje de figura del tubo en que va colocado el objetivo, y que al hacerle girar para centrarle, si su disposición lo permite, en torno de la recta que une los centros de las circunferencias de sus collares, jamás se conseguirá una centración perfecta para todas las distancias, si dicha recta no es precisamente el eje secundario de que antes hemos hablado. Sabido es también que si posee dos ejes de giro, uno vertical y otro horizontal perpendicular al eje óptico dei anteojo cuando este perfectamente centratlo. cortándose ambos en un punto del eje (iptico situado hacia el medio de la longitud del anteojo, punto que llamaremos centro del aparato, dicho eje óptico podrá dirigirse á cualquier punto del espacio y engendrar un plano vertical que pase por el. Si el anteojo es de objetivo fijo, y por consiguiente invariable, la distancia que separa el centro ilei aparato del centro óptico del objetivo, distancia que llamai-emos p' . . . (1) . . . ; si en dicho plano vertical y á una distancia D' del centro del aparato colocamos una mira ó regla perfectamente perpendicular al eje óptico, y si. por último, en el plano de la cruz filar, dispuesta por construcción perfectamente perpendicular al eje óptico, colocamos dos hilos horizontales, equidistantes ó no, del punto de cruce de los de la cruz filar, que convemlrá los tenga dispuestos en ángulo recto y uno de ellos horizontal, se deducirá fácilmente la fórmula D- =. / + F + ^-^ ^ — . en lo que F reppesenta la distancia focal principal del objetivo, m la separación de los dos hilos paralelos al horizontal de la cruz filar, y M, la porción de mira comprendida entre los puntos de ella cubiertos por dichos hilos que llamaremos estadiraétricos. cuando el plano del retículo en su movimiento longitudinal á lo largo del eje óptico, se haya confundido con el plano donde se forma la imagen real é invertida producida por el objetivo. El anteojo así constituido es el estadimétrico sencillo, viéndose que la distancia D' —p'— F. varia directamente proporcional á M, é inversamente proporcional á m; dando lugar á un ángulo estadimétrico cuyo vértice se halla siempre en el foco principal anterior del objetivo, de un valor invariable cuando m es constante, y de un valor variable, cuando se aproximen ó separen los hilos hasta cubrir dos puntos de la mira distantes una cantidad constante M. Sabido es que Porro evitó la corrección constante MX F F -I- »• de Reichenbach, al valor de ^ traslam dando el vértice del ángulo estadimetro, al centro del aparato, dando lugar á sus anteojos ana/áticos centrales por medio de una lente biconvexa colocada entre el retículo y el objetivo á una éistancia de éste, siempre constante d, y con una focal principal ts determinada por la condición de que el centro del aparato sea precisamente el foco virtual, del foco principal anterior de dicha lente, llamada colectora; condición expresada por la fórmula (1) Conservamos la misma notaciúii une emplea el Sr. Salazar, pa' a que sea más fácil enterarse df> nuestra explicación A los qne liallan estudiado su trabajo. 1 d P que. con poquísima propiedad es llamada, del analatismo y no del centralismo, como seria más lógico, porque es igualmente aplicable para traer al centro del aparato el vértice de un ángulo estadimétrico variable ó alático (del griego a/.Aax'.o. cambio, variabilidad). Oreemos pues mal expresado, el decir rjue el anteojo. pcrfectisiniH.mente ilis]iuesto ])or el Sr. Salazar Qsanal'iticn central, porque ninguna de est;rs dos condiciones llena. Es alático. toda vez que su ángulo estadimétrico varia con la distancia D': y no es central, porque ilicho vértice se traslada un poco sobre el eje óptico á partir del punto que hemos llamado centro del aparato, en razón á que el anteojo le ha elegido, con muy buen acuerdo por las exigencias ulteriores del mecanismo que emplea, de objetivo movible. La lente colectora, va. como siempre, colocada á una distancia invariable del objetivo, que hemos representado por d. Las variaciones que experimenta el vértice del ángulo estadimétrico al no ser en este anteojo rigurosamente constante la y;' son insignificantes: porque hemos calculado que para las distancias de 2-)'" y de 80n>i> á que aún se puede emplear el aparato, siendo // =r rt'». 12; F = O'".23: y la distancia constante del retículo al centro del aparato A == O'".103. no llevando el anteojo, lente colectora, hay necesidad de separar el objetivo del retículo nada más que O'". 0091 y O'». 007 respectivamente para que la imagen de la mira se forme en el plano del retículo fijo; y siendo estas variaciones de /;' y por consiguiente las del vértice del ángulo estadimétrico menores aún que las expresadas, cuando el anteojo lleva lente colectora, porque la imagen de la mira se forma en este caso más cerca del plano del retículo que cuando no la lleva se ve que hay un pequeñísimo error al decir que p' es constante, y que no obsta para que se pueda considerar como exacta la fórmula . M X ; / X 'f m{d — '^) á la que se llega fácilmente sin necesidad para nada el valor del ángulo estadimétrico este último seguido por todos los autores tenido ocasión de consultar, y vicioso, al D' de invocar 'lo: camino que hemos escribir la igualdad w := nunca rigurosamente cierta, aun D' cuando el eje óptico, según el cual se cuenta la ilistancia D', sea la bisectriz del ángulo estadimétrico M y la mira perpendicular á él: ó esta otra M , O) -j^==2tang-. que sólo es cierta en las condiciones que acabamos de consignar. El Sr. Salazar adopta para M el valor constante ile dos metros; emplea, pues, im ángulo estadimétrico central, pero variable, y elude con una disposición muy ingeniosa la dificultad que habría para medir en el retículo mismo los diferentes valores de m. y lo engorroso de dividir por cada uno de éstos el constante de la cantidad Mx;?'X'f d — z, 0.39. MADRID En el anteojo proyectado, los elementos de esta igualdad tienen los valores siguientes: M = 2'»; p' =^ ü"' ,12; d == ü'" ,21; » == Ü"' ,13. Imaginemos fuera del anteojo, en un plano vertical, paralelo a su eje óptico y fíjo invariablemente al cuerpo del anteojo, participando, po.' lo tanto, de todos los movimientos de éste, una proyección ortogonal de los hilos estadimétricos (que el autor los toma equidistantes del eje óptico); la correspondiente, por ejemplo, á la distancia D' = 400'" la proyección del punto medio de la separación de dichos hilos y la de un punto cualquiera del eje óptico, situado entre el retículo y el objetivo, á una distancia constante del retículo. Sean estas proyecciones los puntos a , />', c , o , respectivamente. Concibamos en el punto u el vértice de un ángulo variable, apoyando sus lados siempre sobre los extremos de una i'ecta u"b' de longitud igual á la separación entre a y b', recorriendo la recta co'^ de manera que no se salga de ella el punto medio c' de la a"b" y conservándose siempre paralela á la u'li'. Imaginemos que los hilos ebtadimétricos en su movimiento, sin salirse del plano del retículo, se hallen también apoyados siempre en los lados del ángulo variable o . invidentemente, á cada po&icióu de la recta «"¿I", corresponderá un valor de ;//; proyectándote los hilob para este valor en los puntos u, b. La semejanza de los triángulos abo' y u"b"o dará» ub =^ m u'c ^IfV^lt'b' ^ ~¡7?'' de donde sacaremos </ b' X (j'c oc y sustituido este valor en la igualdad que nos expi'esa D', resultará: ^í Xp'X'f Xü'c' I)' ~ (</ — 'ij X a'b' X o'c ' y como todo en el segundo miembro es constante, menos la distancia o c , resultará que si liividinios la recta o'c en partes iguaks de una longitud /, o c' = N x 1; y, por lo tanto, MX/^'X^X/ U = {il — <rj X u'b' X o'c x x . Debe procurarse, para (¿ue el número abstracto N de partes leído represente metros, que el coeficiente de proporcionalidad valga un metro, y estableciendo la ecuación 1.413 CIENTÍFICO resultan ser, según el autor, los dé m = 0'",0039 y m' =: a b' ^^ O"',000975, correspondientes á las distancias D' de 100 y 400 metros respectivamente, la misma porción constante de 2 metros de mira nos serviría para medir distancias mayores que 400 y menores que 100 metros. Cuando ocurran estos casos, duplicaremos M,'^ó la dividiremos por 4 respectivamente; es decir, tomaremos M = 4 metros ó M — 0>",50; porque si M se duplica, duplicado quedará también el valor del coeficiente de proporcionalidad, y por consiguiente, D', y cada parte / representará 2 metros en vez de 1. Si M se divide por 4, es decir, si se toma M = O"'50, cada parte / representará la cuarta parte de un metro. De modo que empleando una mira de 4 metros y multiplicando el número N que se obtenga por 2 tendremos las distancias comprendidas entre 40u y 800 metros; y si empleamos una mira de O"' ,50, dividiendo la lectura N que se obtenga por 4, tendremos el medio de hallar las distancias comprendidas entre 100 y 25 metros. El aparato, pues, dará las distancias D desde 25 á 800 metros. Como el eje óptico del anteojo tendrá en general una inclinación cualquiera, y no seria fácil colocar la mira perpendicularmente á él, como lo exige la teoría, se colocará verticaimente, y es claro que la lectura que entonces se haga, que llamaremos £/, no puede ser igual á la i) que se haría si la yüra estuviese perpendicular al eje ópticOj en el mismo punto en que éste, siu variar de inclinación, corta á la mira puesta vei'tical. Es evidente que la separación de los hilos estadimétricos, si la mira estuviese perpendicular al eje óptico, en el punto dicho y corriéndola convenientemente en el sentido de su longitud hasta buscar con ios hilos los puntos de ella distantes 2 metros, seria mayor (j^ue la separación correspondiente á la mira vertical. Llamando á estas separaciones de hilos //( y m respectivamente, se tiene con todo rigor m(d—f) _ M = 2"' px-f ~ D' /)í(d~'f) ___ '^ y'x^, M' < 2"' V ' pero M'ipuede considerarse con mucha aproximación, como es muy fácil demostrar, como proyección de M = 2"' de la mira puesta vertical, sobre la mira puesta perpendicular al eje óptico del anteojo; es decir, M' = M X eos H; siendo H el ángulo del eje óptico con la horizontal, y, por lo tanto, se tiene, sustituyendo m' {d — <s) M X eos H M xp' X ? X / ^-^,,,. h' = D' p' X ' f jw — í) X a'b' X o'c ' M Como en el anteojo propuesto a b' es el valor de m para eos H = $r X cosH. m' {d — ^) ^' = 400"'; ó sea, a ¿/ —- O"',000975; y oc se ha tomado / X » igual á O"',08, sustituyendo valores y despejando I, tenLa reducida horizontal valdrá tiremos / = O"',0002. I) = g eos* H =: ^ sen^" tp; Cuando el instiumento esté construido, será conveniente cerciorarse del valor del coeficiente de propor- siendo esta a la distancia zenital del punto en que la cionalidad, midiendo directamente, con mucha exacti- 'mira puesta vertical es cortada por el eje óptico. Como la distancia ó lectura g es contada desde o' tud, una distancia dada D', y dividiendo su valor por el número abstracto íí de partes iguales / que haya resul- hasta c'; y o' está por delante del eje horizontal de giro del anteojo una cantidad ce = A — B = O'",103 — tado al ser observada con el instrumento. Es evidente que si la recta a"b" = a'b' no tuviese O™ ,08 = O'" ,023, si tomamos en la recta o'c un punto a iimitación en su corrida á derecha é izquierda, impues- (que el autor designa con el número 29) entre c' y o' inta por los valores limites más convenientes de m, que variablemente unido con c' y distante de él la cantidad 1.414 MADRID CIENTÍFICO X = O"* ,023, es evidente que la distancia de este punto a que jamás pasaba por la puerta de la despensa sin emal eje horizontal de giro del anteojo será siempre igual pujarla por ver si alguna vez la hallaba abierta. Á emá g. Si este punto a le proyectamos ortogonalmente en pujar, pues, Luis, á empujar con fe, con entusiasmo y S, sobre una horizontal contenida en el plano vertical con mala intención, que de los porfiados es el reino de de o'c y que pase dicha horizontal por el punto de en- los cielos. cuentro C del eje horizontal de giro del anteojo con la ¿Que sales triunfante en la demanda?—Pues te aclarecta o c; y si el punto"Zle proyectamos ortogonalmen- maremos como á un César.—¿Que te es adversa la forte en Y sobre la recta o c, resultará que la distancia C y tuna? Pues siempre hallarás en tu abono la justificación representará la reducida horizontal D; y la distancia de que antes que tú fué vencido en la presente contieni)y la reducida vertical z'; en efecto, da el poderoso Cuerpo de Caminos, á pesar de luchar en C Y = C ' Í : eos H; C ' l = C a eos H ' masa, la prensa profesional que hace tres años no ha luego abandonado la brecha, y cuantos espíritus sanos y conciencias honradas se interesaban por las jubilaciones. C'Y = C'a cos-^ 11 = g cos'^ H =:: D El problema que perseguimos no ha salido por otra y ^Y = C Y tang H = D cotg ¡p = z'. Imaginemos un triángulo rectángulo horizontal en parte todavía del reducido circulo de los ingenieros y que uno de sus catetos siga la dirección de la meridiana de los tresillos del Sr. Sagasta. Ya que no otra cosa, te magnética que corta al eje vertical de giro del aparato: cabrá, á lo menos, la honra de haberlo lanzado desde el que la hipotenusa, pasando también por este eje, sea de Parlamento al mercado de gran circulación. Habrás lanlongitud variable, igual en una «jcala dada, al valor de zado á todos los vientos la semilla poi'que suspira la j u la reducida horizontal D y que además siga la dirección ventud española, semilla que tarde ó temprano-habrá de de la proyección horizontal del eje óptico del anteojo germinar. Tal sistema servirá además para arrancar al dirigido á la mira colocada verticalmente sobre un pun- Sr. Sagasta declaraciones explícitas acerca de las jubilato dado del terreno. Es evidente que el ángulo agudo . clones, y los elementos jóvenes sabrán concretamente á cuyo vértice se halla en el eje vertical de giro del apa- qué atenerse tocante á los resortes ocultos que contra rato, marcará el rumbo al cuadrante del punto visado; toda razón y toda justicia sostienen á los vacilantes la hipotenusa, la reducida horizontal D, y los catetos, el inspectores en su desairada peregrinación. Y te advierque sigue la dirección de la meridiana la y; y la x, por to «sto, amigo Luis, porque sé, de buena tinta, que la actitud del jefe del Gobierno no es tan firme, ni su criconsiguiente, el otro. La verdadera diferencia de nivel entre el punto del terio tan absoluto y cerrado, como los viejos quieren terreno contenido en la vertical del centro del aparato y hacernos creer. Es niás; yo opino que si tú apuras un el punto del terreno, pie de la mira, colocada vertical, poco al Sr. Sagasta con la fuerza de tus argumentos, es posible que Sagasta se venza ante la razón de nuestras es como se sabe pretensiones, y como el conde de Xiquena es hombre z=^z-\ri — h, en la que i es la altura á que se halla el centro del apa- serio, que jamás reniega de sus promesas, apenas obserrato sobre el terreno y h la altura de mira leída desde ve que han desaparecido ciertos obstáculos en su camino, echará á pique, de una vez, los apolillados armatostes su pie, con el hilo axial horizontal. que fondean desde tienipo inmemorable en la isla de las (Se continuará .J Tortugas. EusEBio DEL Busro. Ánimo, pues, amigo Luis, que en el empeño no vas í H ' i í -v¿?(iC---fiF>í^ perdiendo nada. Por no perder, no has de perder ni un adarme de simpatías entre los veteranos de autos, porque esas simpatías debieron quedar muy mermadas desde el punto y hora en que vio la luz tu famosa carta en MADRID CIENTÍFICO. Desde entonces se te adjudicó por Para Luis Canakjaí nuestra Junta el honrosísimo título de disidente, y dilii¿.-iiuHO lie Caminos y IHputado n Cmti'S, cho se está que ahora debes hacer bueno el calificativo. (Querido Luis: No canso por hoy más tu atención, y termino por Aun á trueque de provocar una vez más las sensibles donde debiera haber comenzado; felicitándote muy de iras de nuestros excelsos santones de Obras públicas, me veras por tu último triunfo político. Tuyo siempre. resuelvo á dirigirte este recordatorio desde las columX. nas de M.\DRID ClE.MUlCÜ. Iiigemei'o de Camiiioit. Quien como tú se hace pronto cargo de las cosas, ya puedes suponer á dónde voy á parar. Voy á parar, á suplicarte, que apenas se te presente en el Pai lamento ocasión oportuna de romper una lanza en pro de las j u bilaciones, nos proporciones un día de j úbilo á cuantos ingenieros gemimos y lloramos y suspiramos por la diEl día 15 del pasado mes ha fallecido en Londres, á cha reforma. Vamos á ver, querido Luis, si llevando un los 85 años de edad, el célebre metalurgista inglés Hnry día y otro día el cántaro á la fuente, por fin lo rompe- Bessemep, inventor del procedimiento para obtener acemos. ¿Que no conseguimos nada? Pues aun cuando así ro que lleva su nombre. sea, á lo menos logramos tener en jaque á los «veteraSu poderoso 5enio inventivo se aplicó y manifestó nos de la ciencia» proporcionándoles repetidos so- en la electro-metalurgia, en la maquinaria para molinos bresaltos, lo cual es algo, aujique no mucho., de azúcar, en la construcción naval y otras muchas ra- OBRAS PÚBLICAS HENRY BESSEMER Nuestra táctica debe asemejarse á la del fraile tragón mas de la industria, pero adquirió fama universal por el MADRID CIENTÍFICO procedimiento de conversión del acero que lleva su nombre. La historia de este invento es muy curiosa y merece recordarse con motivo de la muerte de su autor. Llegó éste á descubrirlo con motivo de algunos resultados obtenidos en experimentos realizados para llevar á la práctica sus ideas referentes al mejoramiento de proyectiles y cañones. El nuevo procedimiento introduciendo el aire en el hierro en lugar de llevar el hierro al aire, causó una revolución en la industria del acero, cuyo precio pudo desde el primer momento reducirse en la •proporción de 5 á 1. En efecto, hasta entonces la descarbonización necesaria del hierro fundido se hacia mediante el trabajo de pudelaje que consistía en remover, • con ayuda de largas pértigas, la fundición por masas de 70 á 80 libras para exponer todas sus partes al aire. Este método era muy largo, muy laborioso y penosísimo para los hombres medio desnudos que ejecutaban el trabajo. El progreso ideado por Bessemer consistía en introducir el aire en el hierro en lugar de conducir éste al contacto de aquél, haciendo al efecto pasar una violenta corriente de aire á través del metal fundido hasta obtener la suficiente descarbonización. Hi'ii y Btíssi'iiii-r Sir Henry leyó su Memoria descriptiva del| invento ante la Asociación Británica en Cheltenham en IHoti y Ja admiración y efecto que produjo fueron extraordinarios. Varios industriales se apresuraron á comprar á Bessemer el derecho de aplicarlo. Pero si el entusiasmo fué grande la reacción vino rápidamente. luciéronse experimentos y pronto comenzó á indicarse que el invento era comercialmente impracticable y dos meses •nás tarde los fabricantes de Staffordshire y Worcestershire condenaban resueltamente el procedimiento Bessemer. Poco á poco fué desacreditándose y abandonándose por todos menos por Sir Henry quien después de dedicarlo muchas vigilias y casi arruinándose á fuerza de experimentos halló por fin, con ayuda de la quíinica, la causa del fracaso. Debíase éste á la presencia de un exceso de fósforo en el hierro y tras de algunos meses empleados en hallar un antídoto á este veneno sin conseguirlo, se utilizaron los minerales suecos para las pruebas. Aun entonces no quedaba resuelto completamente el problema y al cabo de largas investigaciones se descubrió que eran necesarias la recarbonización y la adición de manganeso. Pero en todas estas luchas habían trascurrido cuatro años y el procedimiento Bessemer había dejado el recuerdo de un fracaso tan ruidoso que nadie quiso hacerse cargo de las nuevas mejoras aportadas por su autor lue era considerado casi como un visionario. 1.415 Los esfuerzos de Sir Ilenry para convencer á los fabricantes han pasado á la historia, hasta que al ñn reconociendo que si su invento había de utilizarse tendría que ser él mismo quien emprendiera la fabricación del acero, estableció sus famosos talleres de Shefíield en medio de sus más poderosos rivales. En la Exposición de 1862 vio coronados sus esfuerzos exhibiéndose una gran colección de toda clase de artículos, desde el alambre hasta las locomotoras y desde la cuchillería al armamento, todos los cuales eran hechos de acero Bessemer y fabricados por otros industriales. En el mismo año Mr. Plat y sus representados se asociaron en la proporción de una cuarta parte al negocio de Bessemer pagando por ella 50.000 libras que á los pocos años les producía una renta anual de 500.000, pues el negocio llegó á rendir el 600 por 100 anual. Como sucede con todos los grandes inventos, el de Sir Henry fué objeto de ataques en cuanto á su validez y prioridad, pero nunca llegaron las cuestiones á los tribunales. El ataque más serio data de fecha muy reciente y procede precisamente del país que debe la extinción de su deuda y su prosperidad comercial al invento de Bessemer. El Presidente del Instituto Americano de Ingenieros de Minas sostuvo que el verdadero inventor era Mr. Wiiliam Kelly de Pittsburgo, Estados Unidos. Entablóse discusión con este motivo en las revistas profesionales de ambos lados del Atlántico, siendo ej resultado el triunfo más completo para el inventor inglés expresamente reconocido por las asociaciones científicas de Norte América. Sir Henry Bessemer ha podido, por tanto, bajar á la tumba con la satisfacoión de haber sido el autor indiscutible de un descubriiuiento que por hi revolución que Introdujo eu la industria siderürgica y su consiguiente trascendencia en el aliaratamiento de los transportes terrestres y marítimos ha producido á la humanidad bienes incalculables. ¡DÓNDE ESTÁ ANDRÉE? El iimndo entero, que siguió Con viva emoción en el mes de Julio último los detalles de la partida del globo llamado el Agüita, que llevaba á Andrée, á Strindberg y á Frankel tras la incierta conquista del Polo, se pregunta á menudo con creciente ansiedad la suerte que les habrá cabido á los intrépidos exploradores. ¿Han sido arrastrados hacia la Siberia? ¿Han arribado al Norte de América después de haber atravesado el territorio polar? ¿Se habrán visto obligados á descender en pleno banco de hielo? ¿Están aún vivos, después de haber tenido la fortuna de escapar de los terribles peligros de su heroica, pero temeraria empresa, ó han encontrado la muerte allá, en algún espantoso lugar solitario del inmenso caos poleotérico? Tales preguntas se hacen de continuo cuantos se interesan por la suerte de los valientes aeronautas. Ante todo, importa decir que la ascensión del Águila en la isla de los Daneses (desde la que en aquella época se enviaron lacónicos despachos que no dieron más que una imperfecta idea del acontecimiento), no se efectuó 1.416 MADRID CIENTÍFICO en las satisfactorias condiciones 'que hubieran sido de desear. Desde el día 1." ile Julio, el aeróstato, hinchado y pintado de verde, estaba dispuesto á partir; pero en esta fecha, y como por una fatalidad, el viento, que soplaba del Sur desde los últimos días del .mes de Junio, cambio de pronto al Norte. Durante diez días sucediéronse una no interrumpida serie de violentas borrascas del Noroeste y Nordeste, que se estrellaban furiosas sobre la isla de los Daneses. Andrée pudo creer un instante que iba á consumirse, como el año anterior, esperando en vano viento favorable para la partida. Pero, por fin, en la noche del 10 al 11 de Julio, el viento volvió a cambiar al Sur, y débil al principio, no tardó en soplar con violencia en la mañana del segundo de estos días. Esta vez era el viento esperado; pero en vista de su violencia, ¿era prudenete intentar la ascensión? Andrée y sus companeros se consultaron, y después de deliberar breves momentos, estuvieron unánimes en pronunciarse por la partida inmediata, á fin de aprovechar una situación meteorológ-ica que quizá no se presentaría otra vez en el transcurso de la estación. Diéronse las órdenes de aparear á las once de la mañana, procediéndose en seguida á la demolición de la parte superior del sotechado que cobijaba el globo, operación que la intensidad del"\'iento hizo sumamente difícil, y durante la cual, un poste, cediendo al esfuerzo (le la tempestad, hubiese destrozado de seguro la cúpula del aeróstato si los marineros no se hubiesen apresurado á detenerlo en su caída, El techo del tinglado fué unido á la barquilla, en tanto que el Ajada, cuya parte superior se eacoutraba expuesta al viento, oscilaba terriblemente. No había un minuto que perder. Merced á la gran diligencia con que se hicieron los trabajos, la operación quedó terminada felizmente á las dos y media. Los exploradores saltaron á la barquilla, y Andrée pronunció la frase solemne ¡Dejadlo todo! Al salir tle su cárcel el Aguilu, empujado por una ráfaga de viento, sufrió, según parece, una avería en este choque. A pesar de esto, el aeróstato se elevó algunos centenares de metros, dirigiéndose hacia el Nordeste. De pronto, los asistentes viéronle descender rápidamente hacia el mar, en el cual parecía mojarse en una pequeña extensión. Pero casi al mismo tiempo volvió á elevarse en el aire á una altura de 8UÜ metros próximamente y desapareció en el horizonte. Entonces se vino en conocimiento de que el Águila había perdido sus guide-ropes, accidente muy grave, pues lo hemos dicho ya, cuando la partida de Andrée el éxito de la expedición dependía principalmente de estos pesos, que, arrastrándose por la superficie de los bancos de hielo y por el mar, debían retardar la marcha del globo, oponiéddose á la del viento, y permitían á Andrée no sólo mantenerse á pequeñas alturas, sino poder disponer, en cierta medida, de su dirección, por medio de su vela. Desprovisto de sus guide-ropes, el Águila volvería á ser un aeróstato ordinario, entregado al capricho de los vientos. Esta partida excitó un interés general, y como todo hecho extraordinario, maravilloso, en el cual se concentra, por así decirlo, ¡a atención pública, preocupó todos los espíritus, originando un verdadei'o fenómeno de sugestión universal. Durante los días y aun los meses que siguieron á la conmovedora ascensión, verificada en la isla de los Daneses, el globo de Andrée dio lugar á extrañas alucinaciones en los más diversos puntos del mundo septentrional. Verdadero globo fantasma, no era apercibido en ninguna parte, y fué visto en todas: de ahí esas noticias fantásticas y contradictorias de las cuales se acordará el lector. Gentes de muy buena fe afirmaron haber visto el Águila trotando sobre las costas de Siberia.y otras en el mar Blanco: viósele pasar por encima del Estado de Towa. en los Estados-Unidos: rozando la mar, en el cabo Norte; arrastrado po.' la tempestad, al Sur de la isla de Disco, en plena Groenlandia; cerniéndose sobre la isla Koteluy. al Norte de la Siberia. etc., etc Hasta se le creyó ver en Rusia, en la noche del 5 de Octubre arrojando fuego eléctrico destle la barquilla, es decir, casi tres meses después de la ascensión, cuanto que según los cáluculos más optimistas, el Aguda no podía permanecer en los a^res más ile veinticinco ó treinta días. En realidad, no llegó más que una noticia seria, auténtica, de los audaces aeronautas, y eso por una verdadera casualidad. El 15 de Julio último, ó sea, cuatro días después de la partida de Andrée, un pescador que se hallaba cazando focas en el extremo Norte del Spitzberg, mató una paloma que cayó á bordo de su barco. Lo raro es que la paloma venía del Sur y traía el siguiente despacho de Andró: «13 de Julio, 12 y 30 de la tarde: latitud Norte, 82' 2 : longitud Este de Greenvich, lo" 5'. Buena marcha hacia el Este. 10'Sur. Todo va bien á bordo. Es la tercera paloma expedida.—ANDRÉE.» • Notemos, de pasada, que ninguna de las otras dos palomas mencionadas por Andrée—sin hablar de las que lanzaría ulteriormente—llegaron á su detino. ¿Se espantarían á la vista de las tierras cubiertas de nieve del Spitzberg, y en vez de continuar su camino hacia el Sur habrán tlado la vuelta hacia el Océano Glacial, donde encontraron la muerte? El itinerario de la paloma muerta por el pescador de focas parece indicarlo así. ¿Estos animales pierden, según esto, en las regioires polares su sorprendente y misteriosa facultad de orientación? He ahí un asunto que bien merece ser estudiado por los colombófilos. El despacho de Andrée, que no fué conocido por completo hasta el 20 de Septiembre último, al regreso del pescador noruego, causó las mayores inquietudes en Suecia y en el mundo de los exploradores y de los sabios. El Águila, en efecto, que, según los asistenses a l a partida dirigióse hacia el Norte con una velocidad de cerca de 44 kilómetros por hora, debía (suponiendo uniforme esta velocidad) llegar en poco menos de veinticinco horas al Polo, situado á 1.127 kilómetros de la isla de los Daneses. Pero cuarenta y ocho horas después de su partida, el aeróstato, lejos de haber llegado al eje septentrional de nuestro planeta, se encontraba tan sólo á 220 kilómetros del Spitzberg y se dirigía, no hacia el Norte, sino hacia el Este. El relato de los marinos noruegos que Yolvierou de MADRID CIENTÍFICO 1.417 Spitzberg al fin de Septiembre, dieron pábulo á las más extraviadas hipótesis. Dijeron dichos marinos que habían creído oir cerca de ellos gritos y llamadas de angusttia. Aunque el lugar por ellos designado hacía poco creíble la presencia de los aeronautas en aquel sitio, no se quiso en Suecia tener que reprocharse la apatía de no intentar el medio de poner en salvo á AniJrée y á sus compañeros. A pesar de lo avanzado de la estación, organizóse una expedición en su busca, que partió en fln de Octubre. Pero recorrió inútilmente todos los parajes indicados y dio la vuelta sin encontrar un solo rastro del globo ni de los exploradores. M. Ekholra, el sabio meteorologista sueco, que debió formar parte de la expedición Andrée en 1896 y que, entre otros notables estudios teóricos hechos sobre los climas polares, ha pasado un año en el Spitzberg estudiando las condiciones meteorológicas de este Archipiélago, ha reconstruido el itinerario probable del Águila durante los dos primeros días de la ascensión, en un articulo últimamente publicado en el Boletín de la Sociedad geográfica de Stokolmo. Sin embargo, todavía debemos abrigar alguna esperanza. Pues, en definitiua, el naufragio de los tres valerosos viajeros en el mar helado de aquellas regiones septentrionales, formaba parte, de seguro,, de las eventualidades que ellos habían p evisto y todos los que los conocen tienen fe, tanto en su fuerza de voluntad como en su extraordinaria energía. En cuanto asusilencio.es suficiente para explicarle el considerar que pueden encontrarse en un sitio aislado del resto del mundo. A este pi-opósito, es necesario mencionar el reciente despacho que, según se dice, recibió un comerciante de Roma de la Rusia Septentrional, y según el cual, los cazadores siberianos recogieron en el mes de Diciembre último dos europeos, casi muertos de frío, que según se cree, no eran otros que los supervivientes de la expedición Andrée. Nada ha venido á confirmar, hasta ahora, dicho telegrama, poco verosímil, por otra parte, pues de ninguna de las pequeñas colonias ha recibido el gobierno sueco, noticias detalladas, acerca de los esploradores. En vista de esto, sería sorprendente que un n gociante italiano haya sido avisado antes que Suecia. á la que no ha llegado aun ninguna comunicación d • este género. Por lo demás, hasta que llegue el buen tiempo, no se Sin segir á M. Ekholm en sus explicaciones científipueden esperar noticias positivas de los tres heroicos cas, diremos que, según dicho señor, el globo, después aeronautas. de algunas horas de su ascensión, verificada, como heTOMÁS GaiMM.. mos dicho, el día 11 á las dos y media de la tarde, debió Por la tiinliiceiiMi. entrar en una zona de calma ó de vientos variables, donI. PATAC. de ha quedado inmóvil durante veinticuatro horas por lo menos. En este momento debía hallarse hacia los 83" de latitud Norte, ó tal vez más allá. Después, habiéndose levantado una brisa del Noroeste, el Águila ha sido arrasCARTA ABÍERTA trado hacia el Sureste, como lo anuncia el despacho de Andrée del día 13. Luego es probable que por razón de Sr. Director de MADRID CUCNTÍFICO: los vientos observados en la costa Norte del Spitzber, Muy señor mío y de toda mi consideración y respedurante los siguientes días, el Águila habrá subido hasta to: Hace tiempo que medito apelar á su fliscreción y bonuna gran altura y luego se habrá quedado inmóvil de dad para que, mediante el ilustrado y ameno periódico nuevo en una zona de calma. que dirige, me auxilie desvaneciendo dudas que asaltan En suma, M. Ekholm cree que la marcha del .^¿/¿¿¿tó, mi ánimo y hasta perturban mis modestos trabajos de tanto tiempo como el globo estuvo en el aire, debió traaficionado á las ciencias de aplicación. ducirse por una serie de zig-zags y que, en definitiva, Temía que mi consulta desagradara á V. por la inlos explotadores, privados de los guides-ropes, que les significancia de la misma y por distraer su atención de hubieran permitido alejarse de las zonas de calmas y de serias ocupa clones que no mei-ecen ser interrumpidas vientos variables, no han podido llegar á salir de la zona para aclarar dudas de un principiante. polar. Si como todo lo hace suponer, por desgracia, son Díceme quien afirma conocerle, que es V. un joven exactos los pronósticos de M. Ekholm, Andrée y sus Ingeniero que hace poco dejó las aulas de reputada escompañeros se han visto obligados á acampar en los bancuela en que acreditó su talento y sus simpatías á los cos de hielo al principio del mes de Agosto. aficionados á las aplicaciones científicas industriales y ¿Han tenido fuerzas y provisiones necesarias—llevadispuesto, por tanto, á prestarles su valioso apoyo. ron víveres para cuatfio meses—para llegar á un sitio En tal momento, cuándo esto oía, llega á mis manos^ apropiado donde pasar el invierno? ¿Están en la Siberia un pequeño y modesto libro que seguramente y . conobepteutrional, en la América del Norte ó en la Groence (1) y leo en él algo que responde al estado de mi eslandia, siendo los huéspedes de una colonia dejada de píritu, aun cuando me falta la ilustración que el autor todos los medios de comunicación, aguardando la ocasupone. sión favorable de enviar noticias, ó el buen tiempo para No resisto al deseo de copiar el párrafo que acaba á intentar su viaje de regreso? decidirme á molestar su atención. ¿Han podido llegar al Spitzberg, donde se hallaban Dice así: «Un espíritu científicamente ilustrado desea escalonados los depósitos de víveres, ó á la Tierra de conocerlo todo y no todo se puede saber por la observaFrancisco José, donde el explorador jakson, por su parción. Siempre resultan preguntas que hacer, ¿pero á te, les había dejado una respetable cantidad de proviquién? siones? No puede menos de sentirse cierta zozobra eu pre(1) «Cómo se fo.ma un buen A ct icista de la biblioteca completa de oLectii» cidml», por T. Coiiov Gleoae. sencia de estas preguntas que no se sabrán responder. DEL BUZÓN -w 1.418 MADRID CIENTÍFICO El estudiante ilustrado consultará primero sus libros ó los de una biblioteca, y si los libros no le dan solución no descansará hasta obtenerla de uno o de otro modo. Preguntará á sus conocidos, escribirá á la prensa profesional y no cesará hasta obtener la solución deseada.» Las noticias que de V. adquiero y el consejo que recojo del libro, disipan mis temores y me decido á formular mis preguntas. "* Como principiante leo cuantos libros elementales tengo á mi alcance, y los de electricidad merecen mi preferencia. La suerte me deparó uno cuya portada ofrecía grandes seducciones: trata de alumbrado eléctrico, su autor es un reputado Ingeniero electricista francés, ostenta un prólogo (le Echegaray y la traducción se halla corregida y anotada por un conspicuo redactor ó colaborador de MAnniR CIKNTÍKICO cuyos artículos leo con fruición, y muy particularmente aquellos en que pone de manifiesto con tanta precisión como energía los errores en que desgraciadamente abundan los libros en que hemos recogido los primeros elementos para comenzar los estudios de aplicaciónPermítame usted que lamente que en tan interesante trabajo haya omitido el ilustrado articulista los nombres de los'autores de tan funestos libros, pues bien merecen la execración pública, así como la administración que los tolera y hasta los premia. Vamos al motivo de esta carta: no había comenzado á estudiar las unidades eléctricas, y en mis repetidos trabajos había adquirido el hábito de nombrarlas segün lo acordado por el Congreso de electricistas celebrado en París en 1881, on el cual, con la honrada intención de de perpetuar los nombres de los varones que más se han distinguido en las aplicaciones de la mecánica y la electricidad, se decidió que llevasen sus nombre. Tal decisión, aparte de la justicia que entraña, es estímulo que mueve á nuestros principiantes á estudiar las biografías de tales celebridades, estudio que, aparte de satisfacer una curiosidad culta, dá lugar á conocer de manera más precisa el orden en que los inventos se han sucedido, el modo como los procedimientos inductivos se han desarrollado y la marcha que el pensamiento debe seguir para obtener más prontos y útiles resultados, ventaja esta última de inestimable valor para la juventud estudiosa. Grande fué mi sorpresa, señor Director, cuando al leer las correcciones y anotaciones del conspicuo á que untes me referí, no encontré los respetables nombres de Watt, Ampere, Coulomb, Ohm, etc., etc., al designar las unidades de energía, intensidad, cantidad, resistencia, etcétera, etc., sino otros que me hicieron dudar de si un nuevo Congreso de electricistas había decidido anular el acuerdo del de 1881. Procuré aclarar mis dudas dirigiendo insistentes preguntas á cuantos de mis amigos juzgaba en condiciones de poderlas resolver, y las explicaciones obtenidas aumentaron, si no mis vacilaciones, si" mi admiración, pues, según ellas, los wattios, amperios y coulombios, que tanto llamaron mi atención, no eran otros que los. nombres de Watt, Ampere y Coulomb, consagrados por el Congreso de 1881, pero adicionados con terminaciones que les dan carácter español. Tales adiciones, según el complaciente amigo que me facilitó estas noticias, han sido iniciadas por algún aca- démico respetable y alguna eminencia eléctrica, y aceptadas después por tan distinguido propagador de las aplicaciones de la electricidad como el corrector y ano tador del libi'o en que por primera vez leí la innovación. Verdaderamente el celo del inmo tal y eminente iniciador de la adición, revela un patriotismo y amor grandes á la lengua de Cervantes, tanto más de admirar cuanto que va escaseando bastante; pero de otra parte, acaso adolece de los inconvenientes que suele llevar consigo el entusiasaio patriótico, que á veces incurre en la injusticia y en la inconveniencia, dicho sea esto con toda la timidez del principiante que osa poner reparos á la autoridad de los encanecidosen el estudio de las ciencias. Esto de corregir la obra de los ingenieros congregados en París, desfigurando los nombres de los nunca bastante admirados, ni suficientemente respetados fundadores de la mecánica aplicada, como Watt, padre de la máquina de vapor, ni de Faraday, Ampere, Coulomb, Ohm, etc., creadores de la moderna electricidad, de las verdaderas aplicaciones eléctricas, paréceme á mi algo como gi"ave atrevimiento. Los rápidos progresos de la mecánica y la elettricidad han introducido en todos los diccionarios'innovaciones, habiéndose aceptado palabras y frases de idiomas extranjeros, sin que se haya resentido por eso el amor propio de los más celosos, como, por ejemplo, nuestros vecinos los franceses, ávidos en toda ocasión de atribuir á su patria cuanto revista carácter de adelanto. Hasta fuera del tecnicismo industrial se han aceptado en París palabras genuinamente inglesas (Watter-Closet), como la que designa alguna construcción destinada á servicios públicos, en tanto que en la capital de España, á pesar de existir un nombre muy castellano, se lia apelado al turco para designarlo (Kioscos de necesidad), por más que la voz turca tenga bien distinta significación. Muchos casos podrían citarse ^en que hemos dejado adquirir naturaleza en nuestra lengua á palabras verdaderamente exóticas para nombrar sustancias descubiertas en nuestra patria é ÍTitrodncidas en importantísimas aplicaciones por españoles. Pero por no dar demasiada extensión á esta carta me limitaré á citar un caso de excepcional importancia. g Un medicamento tan uuiversalnieiite conocido y de tan frecuentes y eficaces aplicaciones como la quina, fué descubierto por españoles en el Perú, en el año 1638, siendo virrey el conde de Chinchón. Fué ensayado con gran éxito en el hospital de Lima por el Dr. Juan de Vega. Llegó su fama á la Península y fué ensayada por primera vez en Alcalá de Henar*s en 1639. La profusión con c^ue por iniciativa de la condesa de Chinchón se aplicó á las calenturas que padecía la gente pobre en el Perú, hizo que que se denominara en prueba de gratitud con el nombre de Chinchona. El gran Linneo denomina el género comprensivo de especies de árboles de Quina con el nombre de Cinchona, alternado un poco su ortogi'afia primitiva. Con el mismo nombre aparece en el diccionario de Littré. A ningún mortal, sin embargo, se le ocurrió hacer la más ligera indicación para que este nombre, puramente español, aunque ligeramente desfigu ado por las autoridades citadas, se conservara en recuerdo de una ilustre compatriota. Tanto abandono para olvidar MADRID CIENÍTFICO 1.419 las cosas propias hace más notable este afán en corregir voces técnicas de ciencias y artes á cuyo progreso, desgraciadamente, no hemos contribuido con el más insignificante auxilio. ¿Qué diriamos si una unidad llevase el nombre de Pérez ó González, sancionado por el voto de un Congreso de capacidades técnicas, y los inmortales de cualquier país determinasan alterarlos añadiéndoles alguna silaba para darles carácter nacional? Ceso en este orden de consideraciones para no molestar más su atención y porque con lo expuesto hay bastante para que juzgue de mis impresiones y pueda darme acerca de ellas su autorizada opinión. trico expresado en volts (no voltios), á la manera que la energía hidráulica se aprecia en caballos, multiplicando los litros de agua ó kilogramos que caen en un segundo, por la altura de caída ó salto, y dividiendo por 75. Siempre lo mismo, fuerza por camino, es decir, resistencia vencida á lo largo de un camino, tal es la energía ó la realización de un ti'abajo ó la capacidad de realizarlo, diferenciándola asi en energía dinámica ó en potencial, ¿cabe pues decir, que la fuerza es la energía? Cierto es que existe en Mecánica otra denominación que pudiera inducir á errar en el presente caso: nos referimos á la fuerza viva. Sabemes todos los principiantes que la fuerza viva de un sistema equivale á cierta cantidad de energía, mas no creo sea lícito confundir este' concepto de la fuerza viva con el de la fuerza á secas. Producto aquella de una masa por el cuadrado de Réstame someter á su fallo las dudas que en mi des- una velocidad, presupone para su aparición la existenpiertan frases que recojo de un aiticu!o de vulgariza- cia de una fuerza, que sin esto no puede originarse el ción cientiñca publicado en El Liberal del día 13 de Mar- movimiento de la masa, ni crearse, por tanto, el factor zo suscrito por el eminente D. José Echegaray. velocidad; pero ¡por Dios! que confundir el proüucto con El segundo párrafo del notable articulo titulado la causa creadora de uno de los factores antój áseme exce«Fuerzas vivas y fuerzas muertas» dice asi: siva licencia. Fuera tanto como confundir el alma con el «El alma y lá vida de la industria es la fuerza, ó sea la ser humano considera lo en su totalidad anímica y corpóenergía; en suma, el caballo de vapor ó el kilográmetro.» rea, ya que la fuerza viene á ser en cierto modo como el Coikvendrá V., señor Director, en que las añrmacio- alma que verificando la materia, poniéndola en movines contenidas en el párrafo trascrito, amparadas por la miento, origina este concepto complejo de la fuerza viva. indiscutible autoridad del autor, son bastantes para alu\ , entre paréntesis, señor Director, ¿no le parece á cinar á un novel estudiante. usted que esta denominación, implantada en la ciencia ¡Sinónimas fuerza y energía! cuando no eran aun claras las ideas sobre la energía, re¡Sinónimas fuerza, caballo de vapor y kilográmetro! sulta impropia y merecedora de ser sustituida por otra Esto de igualar lo simple á lo compuesto, la causa al^ más adecuada? ¿No sería mejor para la ciencia y para el efecto, la cantidad á la unidad para medirla, paréceme rigor de su tecnicismo que esos señores filólogos á que • á mi algo más que una licencia poética, paréceme que antes me referia, respetando los fueros de los Coulomb, es algo asi como un abuso de autoridad. los Faraday y los Ainpere, aplicaran su actividad ysu saHe de mantenerme al exponerle mis consideraciones ber á la reforma racional del tecnicismo científico, en en el terreno más elemental, porque además de no sen- cuanto éste se halle necesitado de reforma, que no es tirme con fuerzas para elevarme demasiado, entiendo poco á mi juicio? que no serían propios de la índole de esta carta razonaPero dejando á un lado esta digresión y volviendo á mientos puramente científicos. nuestro tema, apelo á su autoridad, señor Director, para Fuerza y trabajo y energía son magnitudes tan dis- que me diga: ¿es lícito apellidar fuerza,así sencillamente, tintas, que para medirlas se emplean unidades bien di- a l o q u e en los libros que yo manejo veo designado con ferentes. la denominación de fuerza viva? En la mecánica el kilogramo es unidad de fuerza y el Una confesión, para concluir, señor Director. Aukilográmetro unidad de trabajó, y el caballo de vapor menta mis tribulaciones el considerar la talla científica un múltiplo de esta energía que se estima en un segundo, de la autoridad que ha-venido á sumirme en este mar de unidad de tiempo. Los mismos nombres expresan bien confusiones. Yo creo que el ilustre D. José es incapaz de claramente su diferencia, pues kilográmetro expresa los equivocarse en tan livianas materias; pero, de otra dos factores que lo constituyen: de una parte la fuerza parte, ¿será posible que se equivoquen los excelentes expresada en kilogramos, de otra parte el camino medi- autores cuyas obras consulto de afgún tiempo á esta pardo en metros, en suma, la resistencia vencida á lo lai-go te? ¿Será acaso que los tropos y metáforas, que las bride un camino, que es el fin de toda máquina. llantes antítesis y gallardías retóricas sean peligrosos En consonancia con esto, dice D. José en otro elocuen- cuando se trata de estas arideces científicas?... te párrafo del mismo artículo: Perdón, señor Director, por la longitud y latitud de «Por eeo la industria adquiere desarrollo prodigioso, esta carta, y mande á su constante lector y respetuoso cuando aparece la máquina de vapor, mejor dicho, la discípulo.—Un electricista incipiente. máquina de fuego: porque el vapor es un agent» inter"'^=U=<i I5<Oíi i^-.v^-^ medio, un verdadero resorte de la maquinaria.» Este verdadero resorte, es la fuerza, por eso la tensión del vapor en la caldera se mide en kilogramos, y el trabajo ó energía de la máquina en kilográmetros ó caballos de vapor estimados en segundos. Filamentos de mayor rendimiento luminoso La energía eléctrica se estima en watts (no wattios), multiplicando la cantidad de electricidad, apreciada en Sabido es de todos que la lámpara incandescente conamperes (no amperios), por la diferencia de nivel eléc- siste en una ampolla de cristal, en cuyo interior se ha ELECTRICIDAD 1.420 MADRID CIENTÍFICO procurado el vacío más perfecto posible, con objeto de que el delgado filamento de carbón encerrado en ella y cuyos dos extremos terminan en las bornas de la lámpara no se queme cuando al pasar la corriente eléctrica pónese incandescente por efecto de la resistencia grande que á su paso opone y que determine la elevación de temperatura del ñlamcnto, hasta el limite deseado para producir un determinado brillo. Pero el filamento de carbón tiene, por decirlo asi, un vicio original que impide obtener ile las lámparas actuales un buen rentlimiento luminoso, pues mientras en un arco puede suponerse que cada bujía gasta menos de medio watt, en una incandescente, cada bujía consume 3,5 á 4 watts. La razón está en que el carbón es un cuerpo negro; es decir, que absorbe todas las radiaciones del espectro, desde las de menor velocidad que constituyen las obscuras de calor, hasta las más rápidas ó ultravioletas, llamadas químicas por sus propiedades especiales, entre cuyos dos límites quedan comprendidas las radiaciones, que al actuar sobre nuestra retina la impresionan, determniando la sensación luminosa. V como por la ley de Ivirclihoff todo cuerpo incandescente emite todas aqueüas radiaciones que es capaz de absorber, el carDon que todas las absorbe, las emite también todas, y á la par que produce luz gastando una cierta energía para esto, proüuce ondas caloriflcas y ultravioletas, consumiendo para obtenerlas otra cierta cantidad de energía en pura pérdida. Dedúcese de aquí inmediatamente que los íilamentüs de las lámparas mcandescent s debieran ser de substancias cuya capacidad de absorción fuera especial para las ondas luminosas, como ocurre con las llamadas fosforescentes, y por esto es una vía de ensayos poco trillada, pero que seguramente daría rebultados estudiar la formación de lilamentos de este género de producto u de compuestos de cal, magnesia, etc., que tienen propiedades, como cuerpos incandescentes, mucho más favorables al lendimiento luminoso que el carbón. Mas la dificultad nace de una propiedad que lálta por sí misino á estos productos y que es esencial, cual es la conductibilidad grande en el carbón y pequeñísima en estos otros cuerpos, por cuya razón los ensayos para encontrar filamentos buenos deben tender á la fabricación de un producto capaz de emitir la mayor cantidad posible de radiaciones luminosas en relación cuii las obscuras y químicas, y cuya conductibilidad permita el paso de la corriente con tianslbrmacióii sólo de la energía que desee gastarse en la luz. Que el camino es'bueno demuéstrase con el éxito obtenido por el mechero Aüer al aplicar estas substancias, y los resultados que parece habeii obtenido el Doctor Nernst según un artículo que publica el director, señor Lux, de la «Zeitschrift für beleuchtungswessen» en que por este medio ha logrado con un gasto de 21 watts (0,23 amp. á 118 voltsj, empleando como filamento un tubo hueco de magnesia, convenientemente preparado, 27 bujías; es decir, ha gastado un watt por bujía. Quien lograra hacer por este ú otro camino una lámpara de triple rendimiento, obtendría una lx>rtuna al mismo tiempo que un éxito universal, de modo que sería remunerador el trabajo en este sentido. LUIS DE t.\ PE.ÑA, Ingeiüero de iMiuas. . INDUSTRIAS ELÉCTRICAS ACUMULADOR TUDOPi X. ü:-: LA R. En vista tle las diferencias surgidas cutre las dos grandes empresas de acumuladores que en nuestro país se disputan el favor del público industrial, la Sficifditd fspaiHXd del acinniihidor Tiidor ha apelado ante el ilustre Ingeniero Henri Tudor, que resille actualinente en Rosport (Luxemburgo), y el dicho Ingeniero se ha servido contestar en los términos que verán los electricistas españoles. « El carácter complicado que en ocasiones suelen revestir los derechos de los patentados, carácter muy difícil de definir sin profundo conocimiento de causa, nos veda el entrar en ningún género de apreciaciones. Sr. Directuv de .MADIUIJ CIENTÍFICU. Muv señor nuestro: Cumpliendo lo ol'reciilo acouqjañíiiuos á V. la adjunta traducción literal do la carta que ha dirigido á esta Sociedad el Sr. Tudor con la cual queda muy claramente demostrada la perfecta exactitud de las afirmaciones hechas de nuestra parte, y terminada una polémica que no «estamos dispuestos á seguir en el terreno de la prensa. Con este motivo me reitero suyo atento y afectísimo seguro servidor q. b. s. m., Sociedad Es/juñola del Acumulador Tudor Hosporl ¿2 de Miir:u de 1«9«. Sr. Director de la Sociedad española del Acumulador Tudur. Muy señor mío: En cunlcsíuciún a derlas a/irmaciones que usted me dice, se han hecho en Mximw CiEMirico, declaro por la presente, que ni yo ni ninguna de las Sociedades Tudor, ha autorizado Jamás al Sr. JJatlle ó la Sociedad de Chamberí para servirse de mi nombre ni para construir acumuladores eléctricos, vendiéndolos como siendo de mi sistema. Protesto,pues, enérgicamente, contra el empleo que hace dicha Sociedad de mi nombre y me apresuro á añadir que la Sociedad Española del acumulador Tudor, es actualmente sola propietaria de mis derechos en España, respecto de la industria de acumuladores, y ella sola es la autorizada pura fabricar mis acumulaiipres en dicho país, y además, es ella sola la que legalmentcpuede construir mi nuevo acumulador, con placas positivas, sin óxido adherido. Estoy enteramente á su disposición para ayudarle al objeto que se prohiba terminantemente el empleo de minomb?'e en España, á toda persona que no sea usted, y le autorizo á publicar esta carta con elfinde que se entere el público, ínterin los Tribunales no hayan tomado una decisión, si fuera necesario acudir á ellos en ley ¡tima defensa de nuestros derechos. Quedo de usted, con la mayor consideración, afectísimo y atento, seguro servidor Q. B. S. M. (Kiiiiiailü): HE.XRI TL'DUR. xat3&3UlE>' ^^^'ig^-irm-mr.!^ MADRID CIENTÍFICO Sobre las turbinas "Xos escriben desde Ronda manifestándonos que merced al tacto y seriedad atestiguados por el nuevo representante de la casa Averly. que hace poco tiemxjo marchó á aquella ciudad á ultimar varios importantes detalles de la instalación hidráulica de los Sres. Palop y Compañía, todas las diferencias surgidas en el asunto de las turbiixas han desaparecido en absoluto. Como en la redacción de sueltos anteriores publicados con tal motivo no guiaba nuestra pluma ninguna enemiga hacia la mencionada casa constructora de turbinas, y sí sólo el exclusivo ileseo de que se subsanasen ciertas deficiencias por nosotros observadas, no hallamos incsnveniente alguno en reconocer. una vez suVisanadas la.s dichas deficiencias, que á la impericia de un montador de la casa Averly. y no á defectos de la maquinaria de la misma, deben imputarse los entorpecimientos que censuramos. Conste que hacemos estas declaraciones expontaneamente. movidos por un recto espíritu de justicia, pues ya pueden nuestros lectores figurarse que en nuestro ánimo no iba á pesar la consideración de un proceso ante el tribunal del Jurado. Estos procesos de prenda, aun en aquellos casos en que la prensa ha escrito verdaderas atrocidades, y no.ya cuando todo se ha reducido á inocentes apreciaciones técnicas, se saben cómo concluyen. Lo que si pesa en nuestro ánimo es proseguir una campaña de censuras contra la casa Averly cuando la dicha . casa, sacrificándolo todo á su prestigio y seriedad, atestiguados en numerosas ocasiones, subsana en el acto la impericia de sus montadores y cumple cual corresponde á su respetabilidad los compromisos con el público. 1.421 Movimiento de personal Ingenieros Ha solicitado se le conceda la vuelta al servicio del Estado el Ingeniero jefe de segunda clase Excmo. Sr. don Francisco Santa Cruz y Gómez. Han ascendido: á Ingenieros jefes de prin-\era clase D. Laureano Gómez Santamaría y D. Serafín Freat y Riquelme. y á Ingeniero jefe de segunda clase D. Mariano Carderera y Ponzán. Ayudantes Han ascendido, á Ayudante segundo oficial primero de administración. D. Nicasio Martialay y Sauz; á oficiales segundos. D. José Fort y Medina (supernumerario) y D. Domingo Martínez y García. Ha reingresado en el servicio activo el oficial tercero D. Antonio Jalón Ruiz. Torreros de faros Han fallecido los torreros mayor y primero, respectivamente, D. Manuel Fulgencio Rivas y D. Fermín Sánchez Hernández, cjue prestaban sus servicios el primero como suplente en el puerto de Valencia y el segundo en el de Santander. ' Madrid 1S9S.—Imprenta, Caños, 4. '{ií!^.9B9C9c«:gK»x»ac9C9cs»K9e9C9cae IXIi SOCIEDAD DE ALTOS HORfiOS Y FÁBRICA DE HIERRO Y ACERO DE BILBAO FABRICACIÓN DE HIERRO Y ACERO ORDINARIO HOMOGÉNEO Acero B K S S K H K R (primera y úiiiea en España) y aeero SIKIIEAIS 1I.VKXI.\ en las diinensiones usuales para el eonierelo r eonstrueeión.—Fabricación de chapas.—Especialidad en viguería para construcciones des<le H centiineíros de alto hasta <tO.—Fabricación de rails linderos para minas y otras industrias > pesaílos p a r a ferrocarriles. CONSTRUCCIÓN DE VIGAS ARMADAS PARA PUENTES Y EDIFICIOS Fundición de columnas, calderas para desplantación y otros usos y grandes piezas hasta 20 toneladas. MADRID CIENTÍFICO FALCO. HERilDl ! PEÍA i3NrG-:E3isri3E;xi.os FABRICANTES DE TODA CLASE DE MATERIAS ELÉCTRICAS DIRECCIÓN y OFiaNAS Alcalá, 4, primero. FÁBRICA Y ALMACENES Costanilla de San Andrés, 7. Construcción de'cuadros de conesiones y distribución de alta y baja tensión.—Interruptores y conmutadores de corriente continua hasta i.000 amperes de palanca y contactos múltiples',—Interruptores de alta tensión hasta 5.000 volts de ruptura instantánea.—Corta circuitos de baja tensión y de alta tensión. Amperómetros y voltmetros.—Grandes existencias en nuestros almacenes, Ohmmetros para pruebas''de aislamiento. Fabricación de aisladores de doble y triple campana, rollos, poleas y carretes pTira instalaciones. Construcción de arañas, brazos, caíñas, portátiles, etc. Arcos voltaicos JANDUS, que lucen 200 horas sin cambio de carbones, y se montan como lámparas incandescentes. Aparatos de calefacción por medio de la electricidad. Encendedores de cigarros, teteras, planchas, etc. Herrería para instalacciones de alumbrado eléctrico: brazos de alumbrado^público, reflectores patentados, interruptores de calle, etcétera. m U C I O i OE CmiLES ELÉCIRICÍS CON MATERIAL' -<:.O^^ü'^ ">--- Instalaciones con este material hechas desde 1" de Enero pasado. Caballos. Tranvía de San Sebastián 3 dinamos de l.OOÜ kilowats, trabajando á tiOO volts. Línea de 1-1 kilómetros. . . . . . • Transporte de fuerza en Rentería 13.5 kilómetros con corriente continua serie. Tensión 10.200 volts S dinamos de 750.. . Transporte de fuerza en Linares (Para emplear en minas) con corriente continua, sistema .serie 15 kilómetros, (í.ÜUO volts, 3 generatrices de 220 • •. . Alumbrado eléctrico de Chinchón.—Transporte con corr'ente alterna 3.000 volts á 13 kilómetros, 2 unidades de 50. . ,. . Alumbrado eléctrico de Colmenar de Oreja.—Corriente alterna 3.000 volts á 10 kilómetros, 2 alternadores de 50. .' . . ., Alumbrado eléctrico en el barrio de Tetuán (Madrid).—2.400 volts, corriente alterna . Alumbrado eléctrico de la Fábrica de D. Matías López de El Escorial.—1 dinamo shunt U0-1()0 volts . Alumbrado eléctrico de Oyarzun.—Corriente continua S0() metros de transporte. Dinamo hippercempound, 150 volts. . . Alumbrado eléctrico de Bujalance.—Corriente ccmtinua 2 dinamos de 20.000 watts, I5ü vofts. Alumbrado eléctrico en Gordejuela (Vizcaya).—Una dinamo, corriente continua, 125 volts . . . . • • Alumbrado eléctrico en Burguillo (Badajoz).—2 dinamos, corriente continua, 125 volts. ,. . . . . . . . . . . . Alumbrado eléctrico en Cuatro Caminos (Madrid).—Corriente alterna, 2.4Ó0 volts. . . . . . ' . . . . . . . . Alumbrado eléctrico de Valencia de Don Juan y Villamañan (León).—Corriente alterna. . . . . . . . . . . . • • Dinamo para la Central de Chamberí.—Corriente continua . . . . . Dinamo para la fábrica de lámparas de Madrid, de diversas condiciones . . • • • • • Transporte de fuerza en Peñaranda de Bracamente para accionar una bomba sist. Montenegro, corriente alt. . . . . . Dinamo para Alcalá, corriente continua, 20.000 watts.Alumbrado eléctrico de Villada.—Dos dinamos de 20.000 watts. . . , . . .' . . . •. . Dinamo para D. Talesforo Hurtado, para un molino . . « f . . . . . •. . > Alumbrado eléctrico en Meloar de Fernamental."Un dinamo de 12.000 watts , . ,. . . ' . . Alumbrado eléctrico en Toledo."Dos dinamos de 25.000 watts, . . . . . . . . . . . . . . . . Alumbrado eléctrico en Orense.--Dos alternadores de 100.000 watts. . . . . . . • . . . . Alumbrado y fuerza en La Roda (Tarazona)."Un alternador de 100 kilowats. . . . . . . . . • •: • • • • • Dinamo para la Central de Chamberí, corriente continua. • • Alumbrado eléctrico de Soria.—Dos dinamos, corriente alterna, 2.000 volts. . . . . .. . . • • - • • - • • Alumbrado de la fábrica de aserrar maderas de Cuenca, corriente continua . . . . - • • Alumbrado eléctrico de Madridejos."Dos dinamos corriente continua. . . . • • • • • • • • Alumbrado eléctrico de Arenas de San Pedro."Dos dinamos, corriente continua 200 volts. . . . . • . . . . :• • Alumbrado eléctrico de Lanjarón."Alternador de 30.000 watts, 3.000 volts. . . . . . . . . . ; . . 3 dinamos de 150 caballos á 150 vueltas, para el barrio de Salamanca (Madrid) . . . . . ^ . Alumbrado eléctrico de Sioüenza."2,dinamos de corriente continua. . . . • . . . . . . •< • Caballos. Representación en Madrid de LA INDUSTRIA ELÉCTRICA DE BARCELONA 450 2.000 660 100 100 60 15 20 60 30 50 60 75 100 60 5 30 60 3 17 75 300 - 150 150 100 10 30 20 30 450 75 6.155